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EL GÉNERO LUZULA EN ESPAÑA 413
puede conducir a interpretar la variabilidad individual como variadon
de grupo (o población natural), con resultado a todas luces
incorrecto por carecer de base biológica. En casos dudosos prefiero
señalar una forma, en espera de que estudios posteriores confirmen la
existencia real de poblaciones con los caracteres morfológicos que las
individualizan; en el caso de que éstas sean importantes y el área
algo extensa, con variaciones de tipo ecológico, las describimos como
Subespecies. El término variedad tiene un significado biológico ambiguo,
pero puede admitirse, en especies polimorfas, como categoría
intermedia entre subespecie 7 forma; la división natural de las especies
es en Subespecies, que representan especies en formación producidas
por aislamiento geográfico antiguo de poblaciones con gran variabilidad
individual o con gran presión de selección. Si logra demostrarse
el aislamiento biológico entre dos formas consideradas como Subespecies,
el proceso de espeáación ha llegado al fin con la formación de
dos especies afines, pero biológicamente distintas.
En este género se da con frecuencia el aislamiento biológico por
infertilidad de los híbridos; la polinización puede ser cruzada por facilitarla
los estigmas generalmente muy exertos, pero el aislamiento
fisiológico, completado algunas veces por el fonológico, aminorarán las
posibilidades de que se llegue a la cariogamia interespecífica; como
recurso final para lograr el aislamiento se encuentra la esterilidad
antes mencionada, superada excepcionalmente por alopoliploidía, que
intervino activamente en la formación de nuevas especies, aislada»
biológicamente, pero afines a las paternas.
Pueden comprenderse las dificultades que encontrará un fítosiste»
mático aislado para lograr el sistema perfecto del género Luzida teniendo
en cuenta únicamente los caracteres morfológicos y la necesidad
de colaborar con cariosistematas y aun genéticos experimentales.
Ya se indicó anteriormente que sin los datos corológico» y taxonómicos
los cartogramas dan ideas generales, pero ayudan poco a
resolver los problemas que plantea la sistemática del género; se impone
la estrecha colaboración entre fitosistemático de campo y citogenético,
de la que únicamente pueden derivar ventajas mutuas para
los estudios de cada especialista.
Con relación al párrafo anterior y a los métodos de trabajo posibles,
actualmente sólo podré emitir algunas hipótesis, que las disciplinas
mencionadas podrán confirmar o modificar, mientras actual-
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