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Quienes conocen a José Alberto Pérez Guerrero
afirman que sus “relaciones públicas” fueron las
que lo ayudaron a ascender rápidamente.
rrero afirmó que entró a Interpol gracias a
la recomendación de José Antonio Cueto
López, a quien dijo conocer porque le llevaba
algunos asuntos legales como pasante.
Cueto López aclaró que se conocieron a
través del doctor Javier Castellanos Coutiño,
ex secretario de Salud de Chiapas en los
primeros meses de la administración del
gobernador José Sabines.
Puntualizó que Castellanos Coutiño le
pidió trabajo para José Alberto Pérez Guerrero.
En entrevista telefónica con reporte
Índigo, el médico confirmó lo dicho por
Cueto López.
“A él (José Alberto) no lo conozco, nunca
lo he visto. A quien conozco es a su mamacita,
cuando fui subdirector general médico
del ISSSTE. Ella era una estupenda enfermera
en el ‘1 de Octubre’”.
Al preguntarle por qué recomendó a José
Alberto, respondió que sabía que su madre
era muy trabajadora y que había sacado a
su hijo adelante con mucho esfuerzo.
“Mucha gente me pedía ayuda. Uno sabe
del esfuerzo de ayudar a un hijo”, dijo Castellanos Coutiño.
reporte Índigo buscó a Guadalupe Guerrero vía telefónica, pero
la línea estaba fuera de servicio.
Cueto López contrató a José Alberto para que trabajara como
pasante en su despacho de abogados. “Felipe” lo recuerda en su
declaración ministerial, pero no lo incluyó en el currículum oficial
que entregó a la Secretaría de la Función Pública y del cual tiene
copia reporte Índigo. Es curioso, porque esa referencia hubiera probado
que tenía experiencia en el ejercicio de su profesión.
A pesar de su falta de trayectoria, muy pronto se integró al equipo
cercano de Genaro García Luna, según testimonios de quienes
conocieron a José Alberto en la AFI.
Aunque la Interpol –donde trabajaba “Felipe”– era parte de la
PGR, dependía de la AFI, y sus oficinas estaban en el mismo edificio
donde despachaban García Luna y su gente.
Para fines de 2002, el hoy testigo protegido ya era inseparable
de Roberto Reyna Delgado, siete años mayor que él, quien entonces
era el brazo derecho de García Luna para asuntos de informática.
Con frecuencia, José Alberto y Roberto pasaban juntos los fines
de semana. Luego de ir a las oficinas de la AFI, jugaban basquetbol
en una cancha ubicada en la calle Nueva York de la Colonia Nápoles.
Después se iban a comer con amigos.
“Felipe” también asistía a fiestas que organizaba Roberto Reyna
con Facundo Rosas Rosas, Patricio Patiño Arias, Luis Cárdenas
Palomino, Francisco Javier Garza Palacios, Mario Velarde, Edgar
Millán, Igor Labastida y Gerardo Garay Cadena. Todos ellos entonces
altos funcionarios de la AFI.
Cuando el titular de la AFI fue nombrado secretario de Seguri-