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PDF - Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento ...

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<strong>de</strong>l héroe pone <strong>de</strong> manifiesto la presencia activa <strong>de</strong> fuerzas <strong>de</strong> carácter supra-individual<br />

que antece<strong>de</strong>n y prece<strong>de</strong>n al hombre particular 1<br />

.<br />

Un <strong>de</strong>sarrollo dramático que no situase al héroe trágico en el seno <strong>de</strong> un linaje<br />

<strong>de</strong>terminado era impensable en el mundo antiguo. Las trilogías trágicas eran,<br />

esencialmente, sagas familiares. A partir <strong>de</strong>l planteo <strong>de</strong> Kierkegaard, <strong>de</strong>bemos concluir<br />

que la tragedia griega fue el producto artístico <strong>de</strong> una cultura <strong>de</strong> orientación colectiva, es<br />

<strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> una sociedad que se caracterizó por un alto índice <strong>de</strong> cohesión y solidaridad<br />

intersubjetiva. En las comunida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la antigüedad, el principio <strong>de</strong> asociación que<br />

construía y sostenía la unidad <strong>de</strong>l cuerpo político era, en términos kierkegaar<strong>de</strong>anos, una<br />

<strong>de</strong>terminación estética inmediata, a saber, el lazo natural <strong>de</strong>l parentesco sanguíneo.<br />

Sin embargo, es necesario aclarar que la tragedia fue un producto tardío <strong>de</strong> la sociedad<br />

griega; la expresión artística <strong>de</strong> su crisis cultural. Precisamente, la trama trágica<br />

manifiesta que aquella i<strong>de</strong>ntificación inmediata entre la familia y el individuo comenzó a<br />

volverse problemática. Kierkegaard tematiza esta cuestión a través <strong>de</strong> la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la<br />

«culpa trágica» como un término medio entre dos posibles extremos.<br />

“Si el individuo está aislado, o bien es el creador absoluto <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino, y, en<br />

ese caso, nada queda <strong>de</strong> lo trágico… o bien los individuos son tan sólo<br />

modificaciones <strong>de</strong> la eterna sustancia <strong>de</strong> la existencia y, en ese caso, lo<br />

trágico se ha esfumado <strong>de</strong> nuevo” 2<br />

El héroe trágico es, al mismo tiempo, culpable y no culpable. Es culpable en la medida en<br />

que, como miembro <strong>de</strong> una estirpe, <strong>de</strong>be participar solidariamente <strong>de</strong>l castigo a los <strong>de</strong>litos<br />

familiares; es inocente en la medida en que, en su calidad <strong>de</strong> individuo, no es el<br />

responsable directo <strong>de</strong>l crimen <strong>de</strong>l que se lo acusa. Por el contrario, en los tiempos<br />

mo<strong>de</strong>rnos “la caída <strong>de</strong>l héroe no es en rigor un pa<strong>de</strong>cimiento sino una obra” 3<br />

. El amparo<br />

que la «culpa trágica» ofrecía al individuo es reemplazado por la pesada carga <strong>de</strong> la<br />

«culpa ética»; al individuo se le imputa, sin concesión alguna, la responsabilidad <strong>de</strong> todas<br />

y cada una <strong>de</strong> sus acciones.<br />

La sociedad mo<strong>de</strong>rna ha perdido el principio <strong>de</strong> asociación natural que mantenía unidos<br />

entre sí a los integrantes <strong>de</strong> la comunidad política antigua. Sólo sobre la base <strong>de</strong> la<br />

vali<strong>de</strong>z, aunque sea atenuada, <strong>de</strong> este principio estético <strong>de</strong> asociación fue posible el<br />

nacimiento <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> arte trágica. El hombre mo<strong>de</strong>rno permanece ajeno a la esencia<br />

<strong>de</strong> la tragedia puesto que le resulta imposible aquella solidaridad inmediata con su estirpe<br />

que distinguía al hombre antiguo: en la mo<strong>de</strong>rnidad, la relación entre el individuo y la<br />

4<br />

comunidad se encuentra <strong>de</strong>sgarrada .<br />

II. El espíritu como novedad antropológica<br />

En relación a la concepción biológica <strong>de</strong> la culpa, la culpa trágica <strong>de</strong> los griegos implica un<br />

progreso moral consi<strong>de</strong>rable. Kierkegaard juzga positivamente esta distinción entre la<br />

esfera <strong>de</strong> la naturaleza y la esfera ético-espiritual. Si bien en el dominio <strong>de</strong> la naturaleza,<br />

1 SKS 2, pp. 154 – 155: ESK 2, p. 174.<br />

2 SKS 2, pp. 158 – 159: ESK 2, pp. 177 – 178.<br />

3 SKS 2, p. 143: ESK 2, p. 163.<br />

4 Cfr. SKS 2, p. 143: ESK 2, p. 163 y Cfr. SKS 2, p. 148: ESK 2, p. 168<br />

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