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Este tópico heideggeriano en torno a la movilidad histórica de la vida fáctica progresivamente desplaza su lugar central, este hecho se consuma con la publicación de Sein und Zeit donde la noción de mundo es concebida en el marco de la mundanidad del mundo y ya no como despliegue de la facticidad de la vida. El análisis de la vida fáctica que progresivamente se había constituido en tanto la vida es vida en un mundo en un triple análisis del mundo: mundo circundante (Umwelt), mundo compartido (Mitwelt), mundo propio (Selbswelt) cede su lugar a un análisis de estructuras a priori constitutivas de la mundanidad del mundo y la vida fáctica no es contemplada como un existenciario del mundo. Cabe entonces en este marco preguntase: ¿a qué se debe este aparente viraje o abandono de la tematización de la noción de vida en su peso específico en la argumentación heideggeriana? En primer lugar cabe destacar a modo de hipótesis que la progresiva ausencia de un tratamiento específico del problema de la vida obedece a que la pregunta por el carácter natural, biológico natural, de lo vital fue omitido, esto es, Heidegger no interroga por una vitalidad no humana en el camino que lleva hacia la analítica existenciaria. En tanto la pregunta por la vida es la interrogación por su facticidad histórica en el mundo, la interrogación en torno a la vida como un fenómeno que no se agota en la historicidad del existir humano no es puesta en el marco de la reflexión fenomenológica. En este marco de análisis el camino que progresivamente lleva hacia Sein und Zeit orienta el existenciario de la vida fáctica cada vez más a su subsunción en las estructuras del mundo entendido como problema central de la filosofía heideggeriana. Desde la historicidad de la vida fáctica el análisis progresivamente se orienta hacia la facticidad mundana de la vida y de allí progresivamente a un análisis del mundo en sus estructuras constitutivas y al desarrollo de sus existenciarios los cuales tienen un punto de culminación en los parágrafos 14-18 de Sein und Zeit, en los cuales la mundanidad del mundo encuentra su especificación como significatividad. El análisis de las cadenas remisionales y de la utilidad del útil como a manualidad encuentra como rasgo diferencial de la noción de mundo el reconocer la significatividad y el Worumwillen o por mor del Dasein como referencialidades últimas de los existenciarios del Dasein en tanto ser en el mundo. De hecho la tripartición a los efectos del análisis de la noción de mundo en mundanidad del mundo en cuanto tal, desarrollo de la pregunta por el quien habita el mundo y por el desarrollo del estado de abierto en su constitución compleja reorientan todo el análisis hacia el modo de fundamentación de estas estructuras ontológicas en el horizonte de la temporalidad. Progresivamente la historicidad de la vida fáctica ha ido perdiendo su lugar específico de análisis en favor del desvelamiento y descripción del carácter temporal de las estructuras del mundo. La vida fáctica no ocupa así un lugar o un sitial en el proceso de temporalización especificado a través del mundo. La historicidad de la vida fáctica parece haber desplazado la importancia de la historia en la dirección de la nociones de tradición y destino. En este sentido, la temporalidad extático horizontal tratada en Sein und Zeit recupera la dimensión temporal de la historicidad en un nivel específico de temporalización, la historicidad es presentada como parte del proceso del nacimiento y la muerte, y si bien es cierto que la historicidad no se agota en la temporalidad de la finitud sino que incluye la dimensión del nacimiento y en este sentido de la vida, es cierto también que inmediatamente la historicidad así entendida es vinculada al desarrollo de la historicidad del Dasein en el marco de un análisis de su existencia como miembro de una comunidad a la cual se halla enlazado por medio de un destino y una tradición. La reintroducción de la categoría de vida al comienzo de los parágrafos destinados al análisis de la historicidad no se reorienta hacia un tratamiento de la vida en su facticidad, complementando así los tempranos análisis de la etapa de 210

Friburgo, sino hacia un análisis de la tradición. El Dasein en tanto nace y muere es histórico y en tanto es histórico se caracterizan por ser una trama de la vida, Zusammenhang des Lebens, pero en tanto trama de la vida no es el aspecto viviente el cual será objeto de análisis histórico, pues analizarlo como trama de la vida y enfatizar este aspecto vital llevaría al análisis del Dasein a la aporía de pensar que su existencia esta determinada por una serie de vivencias que se dan en el tiempo y que ese modo de constituirse dichas vivencias caracterizarían su existir vital. Frente a una interpretación de este tipo Heidegger se inclina por enfatizar el carácter de entre del Dasein y en tanto tal entiende al Dasein no como una secuencia de vivencias históricas sino como una movilidad, movilidad que no puede comprenderse si el Dasein no es comprendido en la dimensión comunitaria que lo constituye. En este sentido, el temprano tratamiento de la movilidad histórica de la vida es reorientado hacia un análisis de la movilidad histórica del Dasein comprendida como un Geschehen o acontecer del Dasein. El acontecer como modo central del darse histórico del Dasein en la tradición de la comunidad permite interpretar todo el proceso de temporalización histórica no desde el nacimiento y el enfoque vital sino partiendo de este carácter natalicio del Dasein explicar el proceso desde el ser-para-la-muerte, hay acontecer y tradición para una existencia que es finita. “El Dasein fáctico existe nativamente (gebürtig), y nativamente muere también en el sentido de un estar vuelto hacia la muerte (Sein zum Tode)” 1 . En este sentido el acontecer del Dasein se vuelve el existenciario fundamental para explicar la vida del Dasein, dicho de otra forma en tanto acontecer es propio de un ser finito, la vida solo es comprensible desde el ser para la muerte. Ya Heidegger había considerado tempranamente a la vida fáctica en tanto histórica como finita, por ejemplo en el tomo 58, donde la vida en tanto se interpreta a si misma en su historicidad y en tanto está constituida por una serie de movilidades negativas: caída, despeñamiento, arruinaminento, carga, etc. solo puede comprenderse históricamente en tanto finita. Por ende, no tendríamos que ver, necesariamente, una contraposición o una depotenciación de la vida como categoría de análisis en el tratamiento que lleva desde el análisis de la facticidad histórica de la vida en cuanto tal al análisis de la facticidad histórica del Dasein. Al contrario, los elementos abstractamente contenidos todavía en los tempranos análisis de la facticidad de la vida encuentran su lugar específico de desarrollo y descripción fenomenológica en el análisis de las estructuras ontológicas del Dasein. En este sentido, la noción de acontecer permite explicar el aspecto vital del Dasein un marco que el temprano vitalismo fenomenológico de Heidegger no explicitaba. Dicho en otros términos, es como si el análisis de la vida fáctica en su vitalidad constitutiva, en su historicidad llegase demasiado rápido a la meta buscada: dar cuenta de su proceso de temporalización, dar cuenta de su sentido del ser. La polémica contra el neokantismo que centraba sus análisis en la noción de vivencia, especialmente en la escuela de Baden, lleva a Heidegger a enfatizar la facticidad de la vida y su estatuto mundano como forma de desandar el camino psicologista instaurado por la noción de vivencia. Entonces si la primera formulación de la ontología heideggeriana es ¿cuál es el sentido del ser de la vida? La respuesta heideggeriana es: el ser de la vida fáctica es tiempo en tanto desarrollo de su proceso de temporalización. Interpretarse como vida fáctica en un mundo es describir los movimientos de esa vida en el mundo y esos movimientos son formas de temporalizarse del tiempo. Pareciera entonces que el análisis de la vida fáctica en este proceso de temporalización, alcanza muy rápido la meta buscada; si el ser de la vida fáctica es su propio temporalizarse en el mundo, que en tanto mundo de la vida es un mundo humano, esta situación este modo de establecer el criterio explicativo hace de ese proceso de temporalización un proceso 1 Heidegger, Martin, Sein und Zeit, p. 374. 211

Este tópico hei<strong>de</strong>ggeriano en torno a la movilidad histórica <strong>de</strong> la vida fáctica<br />

progresivamente <strong>de</strong>splaza su lugar central, este hecho se consuma con la publicación <strong>de</strong><br />

Sein und Zeit don<strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> mundo es concebida en el marco <strong>de</strong> la mundanidad <strong>de</strong>l<br />

mundo y ya no como <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> la facticidad <strong>de</strong> la vida. El análisis <strong>de</strong> la vida fáctica<br />

que progresivamente se había constituido en tanto la vida es vida en un mundo en un<br />

triple análisis <strong>de</strong>l mundo: mundo circundante (Umwelt), mundo compartido (Mitwelt),<br />

mundo propio (Selbswelt) ce<strong>de</strong> su lugar a un análisis <strong>de</strong> estructuras a priori constitutivas<br />

<strong>de</strong> la mundanidad <strong>de</strong>l mundo y la vida fáctica no es contemplada como un existenciario<br />

<strong>de</strong>l mundo. Cabe entonces en este marco preguntase: ¿a qué se <strong>de</strong>be este aparente<br />

viraje o abandono <strong>de</strong> la tematización <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> vida en su peso específico en la<br />

argumentación hei<strong>de</strong>ggeriana? En primer lugar cabe <strong>de</strong>stacar a modo <strong>de</strong> hipótesis que la<br />

progresiva ausencia <strong>de</strong> un tratamiento específico <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong> la vida obe<strong>de</strong>ce a que<br />

la pregunta por el carácter natural, biológico natural, <strong>de</strong> lo vital fue omitido, esto es,<br />

Hei<strong>de</strong>gger no interroga por una vitalidad no humana en el camino que lleva hacia la<br />

analítica existenciaria. En tanto la pregunta por la vida es la interrogación por su facticidad<br />

histórica en el mundo, la interrogación en torno a la vida como un fenómeno que no se<br />

agota en la historicidad <strong>de</strong>l existir humano no es puesta en el marco <strong>de</strong> la reflexión<br />

fenomenológica.<br />

En este marco <strong>de</strong> análisis el camino que progresivamente lleva hacia Sein und Zeit<br />

orienta el existenciario <strong>de</strong> la vida fáctica cada vez más a su subsunción en las estructuras<br />

<strong>de</strong>l mundo entendido como problema central <strong>de</strong> la filosofía hei<strong>de</strong>ggeriana. Des<strong>de</strong> la<br />

historicidad <strong>de</strong> la vida fáctica el análisis progresivamente se orienta hacia la facticidad<br />

mundana <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong> allí progresivamente a un análisis <strong>de</strong>l mundo en sus estructuras<br />

constitutivas y al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> sus existenciarios los cuales tienen un punto <strong>de</strong><br />

culminación en los parágrafos 14-18 <strong>de</strong> Sein und Zeit, en los cuales la mundanidad <strong>de</strong>l<br />

mundo encuentra su especificación como significatividad. El análisis <strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>nas<br />

remisionales y <strong>de</strong> la utilidad <strong>de</strong>l útil como a manualidad encuentra como rasgo diferencial<br />

<strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> mundo el reconocer la significatividad y el Worumwillen o por mor <strong>de</strong>l<br />

Dasein como referencialida<strong>de</strong>s últimas <strong>de</strong> los existenciarios <strong>de</strong>l Dasein en tanto ser en el<br />

mundo. De hecho la tripartición a los efectos <strong>de</strong>l análisis <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> mundo en<br />

mundanidad <strong>de</strong>l mundo en cuanto tal, <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la pregunta por el quien habita el<br />

mundo y por el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> abierto en su constitución compleja reorientan<br />

todo el análisis hacia el modo <strong>de</strong> fundamentación <strong>de</strong> estas estructuras ontológicas en el<br />

horizonte <strong>de</strong> la temporalidad. Progresivamente la historicidad <strong>de</strong> la vida fáctica ha ido<br />

perdiendo su lugar específico <strong>de</strong> análisis en favor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>svelamiento y <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l<br />

carácter temporal <strong>de</strong> las estructuras <strong>de</strong>l mundo. La vida fáctica no ocupa así un lugar o un<br />

sitial en el proceso <strong>de</strong> temporalización especificado a través <strong>de</strong>l mundo. La historicidad <strong>de</strong><br />

la vida fáctica parece haber <strong>de</strong>splazado la importancia <strong>de</strong> la historia en la dirección <strong>de</strong> la<br />

nociones <strong>de</strong> tradición y <strong>de</strong>stino. En este sentido, la temporalidad extático horizontal<br />

tratada en Sein und Zeit recupera la dimensión temporal <strong>de</strong> la historicidad en un nivel<br />

específico <strong>de</strong> temporalización, la historicidad es presentada como parte <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>l<br />

nacimiento y la muerte, y si bien es cierto que la historicidad no se agota en la<br />

temporalidad <strong>de</strong> la finitud sino que incluye la dimensión <strong>de</strong>l nacimiento y en este sentido<br />

<strong>de</strong> la vida, es cierto también que inmediatamente la historicidad así entendida es<br />

vinculada al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la historicidad <strong>de</strong>l Dasein en el marco <strong>de</strong> un análisis <strong>de</strong> su<br />

existencia como miembro <strong>de</strong> una comunidad a la cual se halla enlazado por medio <strong>de</strong> un<br />

<strong>de</strong>stino y una tradición. La reintroducción <strong>de</strong> la categoría <strong>de</strong> vida al comienzo <strong>de</strong> los<br />

parágrafos <strong>de</strong>stinados al análisis <strong>de</strong> la historicidad no se reorienta hacia un tratamiento <strong>de</strong><br />

la vida en su facticidad, complementando así los tempranos análisis <strong>de</strong> la etapa <strong>de</strong><br />

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