SEBASTIÁN ABREU

DAd PERSONALIDAD
doble ALTURA·8
SEBASTIÁN ABREU
Textos | María José FRÍAS
Fotos | Luis PEREYRO
Sebastián Abreu desborda
fútbol y energía. Su pasión
por la celeste se refleja en
cada rincón de su casa de
“Cumbres de Carrasco”,
la que va preparando de
a poco para cuando llegue
el momento de retornar al
país. En plena recuperación
de su operación de rodilla
nos recibió con su clásica
simpatía y la misma
humildad que transmite
desde la cancha.
vibrante de fútbol
Una casa
Cuando decidió construir para tener ¨su
lugar¨ en las afueras de Montevideo con
fácil acceso a la ruta 8 que lo conduce
a Minas, se dividieron con su señora los
espacios a generar e imaginar respecto al
funcionamiento de su casa: Paola, la casa
propiamente dicha y él la barbacoa.

La casa está rodeada de lavandas, el atardecer se cuela por absolutamente todos los ambientes
sociales de la planta baja, los que disfrutan de las mejores vistas (living, comedor, estar y cocina).
El tratamiento de los espacios exteriores, aunque sencillos, revistieron gran protagonismo en el
diseño integral del paisaje circundante. Vivero El Ceibo fue quien proyectó y ejecutó el movimiento de
tierra existente, como también la construcción de taludes y lomas, el agregado de tierra fértil para la
confección del suelo y la colocación de rollos de Axonopus compressus; también diseñó e instaló el
sistema de riego computarizado.
La Copa América casi saluda desde el fondo de la piscina y dentro de la casa, los libros que recuerdan
su carrera, un termo y un mate cargado de escudos de los cuadros que integró y algunas estatuillas
pintadas con el pabellón nacional confirman su pasión.
“Para el último torneo, mi ilusión es
que sea en Nacional, el club de mis
amores. Sería el broche de oro para mi
carrera”.
El destino juega fuerte
Tenía 14 años cuando el destino le quitó de las manos la pelota de basket y
lo colocó frente al deporte que cambiaría su vida. Hijo de madre y padre
policía, este último amante de los deportes, llegó a jugar en Nacional
de Lavalleja y fue campeón del mundo en basketball con la Selección
Nacional Masters. Sebastián vibró ambas actividades desde la cuna.
Al fútbol jugaba en “el campito” del barrio pero el basket podía más y a
los 14 años apareció la posibilidad de jugar en Trouville y en la Selección
sub 17. Pero la sangre es joven y la noche antes de que se entregara la
lista final de convocados, llegó a la concentración una hora tarde, por
irse junto con un compañero a un pub cercano.
Al otro día el entrenador le dijo que por no cumplir las normas quedaba
afuera. “Me la comí, llegué a casa y no le transmití la realidad a mi padre, que era
muy severo con la disciplina. Así me quedé sin Sudamericano de Basket”, recordó.
A los cuatro días, mientras Sebastián todavía masticaba en casa la
frustración por la oportunidad perdida, llegó por correo una citación
para la Preselección de Fútbol de sub 17 y se pudo presentar.
En el Sudamericano de Fútbol no jugó ninguno de los primeros partidos
pero en la última fecha, en el último partido “…necesitábamos hacer siete
goles para pasar a la otra fase contra Bolivia. Ganábamos uno a cero y entré en el
segundo tiempo. Hice 2 goles, di varios pases de gol y terminamos 6 a 0. No llegamos
a pasar pero generé una convulsión mediática.”
A la vuelta lo esperaba la puja entre Peñarol, Nacional, Defensor y
Danubio para comprar su pase. Optó por Defensor y así comenzó la
aventura. Pasaron partidos, cuadros y mundiales hasta que el domingo
24 de julio de 2011, Abreu dio su primera vuelta olímpica con la camiseta
celeste. Con las banderas de Lavalleja y Botafogo colgadas sobre los
hombros recibió la medalla de campeón y en tres palabras recordó la
promesa que hizo de niño a sus abuelos: “No les fallé”.
Retorno al hogar
Sebastián Abreu conoce los puntos más distantes del planeta. México,
Argentina, Brasil, España e Israel lo recibieron. Sin embargo, su mundo
está entre las sierras. En su Minas natal tiene la casa que comparte con
su mujer Paola y sus hijos, y donde retorna para volver a ser el “Negro”.
“Allí nos juntamos con los amigos, en torno a la parrilla y los tambores, porque vengo
de una familia afrodescendiente y somos muchos. Sobran manos para tocar tambores
y hacer asado.¨ explica.
Allí guarda un auténtico museo con recuerdos de lugares donde la vida lo
ha llevado. Las camisetas están expuestas, en espera de ser trasladadas a
Cumbres de Carrasco, donde piensa instalar algo igual. Entre recuerdos
de los triunfos deportivos, guarda los primeros logros: la túnica, la foto
de los compañeros de la escuela, el carné de sexto año, “…cuando pasé
con sobresaliente¨. Ese año mi padre me prometió que si pasaba con sobresaliente me
regalaba una BMX. Me puse las pilas y pasé pero la situación económica era justa,
así que no me compró la bicicleta. Tenía una Graziella que se había roto. Me la
arregló y la pintó y yo salía a competir con los demás. Estaba contento porque por lo
menos tenía bicicleta”.
doble ALTURA·10 doble ALTURA·11

DAd PERSONALIDAD
doble ALTURA·12
“En Minas sobran manos para tocar
tambores y hacer asado. Allá soy el
‘Negro’ Abreu, no soy el ‘Loco’. Es
como si nunca me hubiera ido”
Abreu reconoce que su “lugar en el mundo” está en Lavalleja, allí donde
siempre será el “Negro” y habrá tambores listos para acompañar el
asado. Ser un ídolo no lo alejó de sus orígenes y apuesta a la amistad y
a la familia como valores fundamentales. “Son todo. Siempre estamos juntos
más allá de las concentraciones. El cariño de los que nos quieren es una fuerza extra,
una satisfacción para los que nos rodean. Uno siente el orgullo de los demás, que se
ponen contentos de verte feliz. Eso no tiene precio”, señala.
Para el resto del mundo es el “Loco”, apodo que talló en su pasaje por
San Lorenzo de Almagro en 1996, cuando su pasión por la música y los
festejos le valieron el nombre. Después llegaron las jugadas polémicas
que afianzaron la idea, hasta el gol en el partido contra Ghana cuando
“la picó” y entró a la historia deportiva por la puerta grande.
“Uno tiene que estar preparado para
cuando llegan los sueños. No hay que
tener miedo. Fui con la tranquilidad
de que el universo conspiraba a mi
favor y me dejó ese hermoso momento”
(del penal contra Ghana).
En el resto de la casa, decorada por su esposa Paola, hay pocos detalles personales porque todavía la
familia no se ha instalado en Montevideo. Sólo marcan presencia las fotos de su esposa y de sus hijos
Valentina (12), Diego Fernando (9) y los gemelos Franco y Facundo (3).
En el dormitorio de Diego, una cancha adorna el techo, clara confirmación de una pasión que atraviesa
generaciones. El color elegido es el Manto de Césped (código 90GY 13/375 de Carta de Colores
de Inca).

DAd PERSONALIDAD
“Cumbres de Carrasco”, el country donde Sebastián Abreu
tiene su casa pletórica de gol, ofrece a sus habitantes todo el
confort, la seguridad y la serenidad requeridas para constituir
lo que sus creadores definen como “una filosofía de vida”.
Ubicado en Rincón de Carrasco con acceso desde la Ruta
101, en una zona con bosques de árboles añejos y grandes
extensiones de verde. “Es sin duda una urbanización con gran
calidad de vida”, señala uno de sus creadores, el arquitecto Juan
Diego Vecino, en el sitio web del complejo. En la misma línea,
el arquitecto Leonardo García Dovat apunta que “…se destaca
como un barrio exclusivo”, en el que “la topografía del barrio, con una
altura privilegiada, conforma un paisaje inigualable”.
Finalmente, el arquitecto Martín Massat define el concepto
que llevó a construir el country: “La casa será el refugio de las
horas difíciles, el hogar donde se forman los hijos, el puerto donde recalan
los amigos, el tiempo de la intimidad.” En tal sentido, son todas
las características que Sebastián -entre concentraciones y
campeonatos- consideró las adecuadas para su estancia en
Montevideo.
Picada en la barbacoa
La “picada” contra Ghana está en todo. Hasta tallada en las tablas
donde se “pica” la parrilla que Sebastián Abreu ofrece a sus amigos
cada vez que se le presenta la oportunidad. El mural del gol centraliza la
atención y el anfitrión ya prepara en su casa de Cumbres de Carrasco un
verdadero museo del fútbol, al estilo del que tiene en Minas.
Abreu prefiere dejar lo que respecta a decoración en manos de Paola
y principalmente se centra en su espacio de la barbacoa, de hecho él
mismo elaboró las directivas para su distribución y funcionamiento, y
apuesta a los espacios amplios y cómodos. “En lo que me fijo es en que haya
comodidades para nuestros gustos. Por ejemplo, hay un escenario porque viene gente a
tocar y consideré fundamental que tuvieran espacio para dejar los instrumentos. Quise
tener una pista para los que bailan, y allí dejar el recuerdo marcado del penal contra
Ghana y la conmemoración. No se trata tanto del asado sino de compartir”, señala.
El sector de la parrilla -acorde en tamaño a la cantidad de invitados
que puede agasajar- no pasa para nada desapercibido, su color Encanto
(código 07YR 10/489 según la Carta de Colores de Inca) fue asimilado
al tono de la mesada elevada sobre un muro de 1.10 metros de altura
revestido en piedra. El sector del comedor se encuentra contiguo a las
vitrinas equipado con mobiliario de líneas contemporáneas, en desnivel
respecto al espacio central, el que con una generosa abertura de aluminio
se conecta con la piscina a través del pavimento de piedra.
En la misma línea concibió su barbacoa en Minas, aunque admite que se
le complica para llevar la idea hacia otros lugares del mundo, donde se
desplaza entre hoteles y departamentos, generalmente rentados.
“Cuando uno busca la casa en lugares que van cambiando, trata que el espacio
brinde comodidades a la familia. Lo que pasa es que allá uno sabe que no hay tanta
gente para recibir como acá. Yo siempre soy el que impone que una vez a la semana
nos juntemos con los amigos a comer un asadito, porque soy muy de disfrutar y de
compartir”, concluye Abreu.
“Una carrera se construye en
quince años pero se arruina en
cinco minutos. Las estadísticas son
el respaldo que uno tiene cuando
llegan momentos complicados”.
En barbacoa, específicamente en el piso del espacio
central, un mural recuerda el histórico penal contra
Ghana en el Mundial de Sudáfrica, materializado
en baldosones de vidrio formados en collage con
tal imagen. En una esquina esperan las vitrinas,
todavía vacías, para recibir parte de la colección de
camisetas que Abreu tiene en su casa de Minas.
doble ALTURA·14 doble ALTURA·15

DAd PERSONALIDAD
-Fue tu jugada más polémica. ¿Por qué resolviste patear la
pelota de esa manera?
-Porque uno tiene que estar preparado para cuando llegan los sueños.
Uno siempre soñó con tener un momento sublime dentro de la Selección.
Hace 16 años que estoy en la Selección y sabía que iba a llegar. Estaba
preparado para ese momento. En ese partido ellos patearon el tercer
penal y la sacó (Fernando) Muslera. Pateamos el cuarto nuestro y lo
erramos y patearon ellos… y erraron. Fue un mensaje. Supe que el
momento había llegado. Cuando a uno le llega ese momento tiene que
poner su sello. No hay que tener miedo. Fui con la tranquilidad de que el
universo conspiraba a mi favor y me dejó ese hermoso momento.
-Ése es el gol que te define, ¿pero fue para vos tu mejor
momento?
-Fue parte de una cadena. Yo creo que fue más importante el gol de la
clasificación con Costa Rica, por el sufrimiento de aquella eliminatoria
y porque nos dio la chance de llegar a lo otro. Todo va de la mano.
-¿Qué significan los tatuajes?
-Todos tienen un significado sentimental. La virgen del Verdún, los
nombres de mis hijos, mis abuelos, mis hermanos, mis padres, Jesucristo.
Todos tienen un significado y es una forma de marcar el agradecimiento
en mi piel, de establecer el orgullo por todos los que me ayudaron a
construir esta carrera y esta familia. El primero fue el tatuaje de
Valentina, mi hija mayor.
-¿Y los hijos saldrán deportistas?
-Aparentemente tienen las bases. Uno no quiere forzarlos. Lo que no
abrimos mano es del estudio y que elijan el deporte por salud. Diego
tiene condiciones pero uno no se lo dice mucho, para que no se crea que
es superior. A todos los acompañaremos y les daremos los consejos que
necesiten, pero siempre con el estudio como norte.
“Los tatuajes son una forma de
marcar el agradecimiento en mi piel,
de establecer el orgullo por todos lo
que me ayudaron a construir esta
carrera y esta familia”.
-¿Por qué la necesidad de filmarlo todo?
-Todo empezó cuando llegaba a Minas de algún viaje y mostraba la
foto y nadie entendía lo que pasaba en ese momento. Encontré que la
filmación me permitía transmitir la intimidad, mostrar lo que sufrimos y
disfrutamos por la Selección y que tenemos los mismos gustos que todos
los uruguayos, el asado, la música, el mate. Es una forma de transmitir
una mentalidad, una química. Me quedo con todas las filmaciones.
-¿Por qué te interesan las estadísticas?
-Porque son un ayuda memoria ante la falta de memoria que hay en el
fútbol. Una carrera se construye en 15 años pero se arruina en cinco
minutos. Las estadísticas son el respaldo que uno tiene cuando llegan
momentos complicados.
-¿Cómo ves a la Selección en la actualidad?
-Muy bien en el contexto general. Me genera cierta impotencia
escuchar que cuando se generan malos resultados se empieza a hablar
de problemas de ego, de dificultades internas, porque no existen. No nos
quedamos con el resultado del Mundial ni de la Copa América. Somos
conscientes de la importancia que tiene lo que logre la Selección para el
fútbol uruguayo.
-¿Cómo te gustaría terminar tu carrera?
-Hay sueños que van de la mano de la Selección. Competitividad
y seguir creando un espacio. Para el último torneo, mi ilusión es que
sea en Nacional, el club de mis amores. Sería el broche de oro para mi
carrera.
Sebastián apostó –como buen oriundo
del interior del país- a mantener el
contacto con lo agreste y el aire de
campo. Por eso su casa en Cumbres es
su base en Uruguay, y donde dispone
de espacio para proyectar su familia
y festejar sus éxitos, Minas es un
sentimiento que permanece intacto. Es
allí, entre las sierras de su infancia,
donde Abreu se encuentra a sí mismo y
vuelve a ser el muchacho de barrio, el
amigo de todos, el centro de los asados,
el que toca el tamboril.
Sebastián ABREU
en 10 flashes
Un lugar en el mundo.
Minas.
Un lugar de la casa.
La barbacoa.
Una imagen para el
recuerdo.
El penal contra Ghana, el
recuerdo está en la pista.
Un momento para disfrutar.
El asado con la familia y los
amigos.
¿Estética o comodidad?
Comodidad.
¿Interés en la decoración?
Para nada. Lo hace todo mi
señora con ayuda de decoradores.
Un recuerdo de la infancia.
La túnica y el carné de cuando
pasé con sobresaliente.
Una filmación predilecta.
Todas. Es una forma de
transmitir la química.
Un tatuaje.
Los que involucran a mi familia.
El bien más preciado.
La familia. Es todo.
doble ALTURA·16 doble ALTURA·17