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80 La luz detrás de la puerta un peligro, yo adoro ese peligro, no sé a dónde voy”. 10 Y quizá, solamente quizá, esto sea el acontecimiento. Ximena no lee nada que no esté relacionado con su profesión. Es una mujer ocupada y dedicada a una especialidad: la biología. Considera una pérdida de tiempo mis noches de escritura. Me asegura que no me dejarán nada bueno y que, en vez de arriesgar mi trabajo, debería enseriarme de una vez por todas, casarnos y tener hijos. Con la forma en que lo dice siempre suena ordinario y vulgar; dos bestias sin voluntad que sólo han pisado el mundo para reproducirse y parir. No es algo que yo haya deseado jamás y tal vez fue ésa la razón verdadera de nuestro rompimiento. Recuerdo sus mejillas bañadas en lágrimas por lo que ella llamaba mi frialdad, sin embargo, la crueldad con la que me decía “acepta de una buena vez que no eres escritor ni pensador ni poeta, eres un simple bibliotecario”, me hacía poner en perspectiva su supuesta posición de víctima. Después de una discusión siempre salía azotando la puerta —al igual que casi todas las mujeres, a Ximena le gustaba el dramatismo—, entonces yo tomaba un libro del estante y le gritaba, ya que había salido: “Pero al menos soy un buen lector”. De la lectura nunca salgo indemne. Mi afectación procura este adefesio de palabras. Todo lo que he leído forma parte de mis conversaciones y mis textos, aunque no recuerde dónde lo he leído ni quién lo escribió. Cuando hay una correcta ingesta de palabras, las literaturas dejan de ser una nota parasitaria de un pie de página, el comentario fácil en una reunión social, el veredicto puramente pedagógico de quienes se erigen en maestros. La lectura me deja una responsabilidad creativa que sin duda germinará en un nuevo texto. Este texto, que ustedes leen como parte de su tiempo extático, 10 Entrevista a Pascal Quignard, http://www.youtube.com/watch?v=KllcGBhHExo.
El significado oculto de las palabras: el silencio exegético es un libro de libros y su única ambición es ser una respuesta creativa a todos los libros que he mencionado. Steiner lo explica de manera más clara: “Las lecturas, las interpretaciones y los juicios críticos del arte, la literatura y la música ofrecidos desde el interior mismo del arte, la literatura y la música son de una penetrante autoridad, raramente igualada por los ofrecidos desde afuera, los presentados por el no creador, es decir, el reseñador, el crítico, el académico”. 11 No siempre se puede leer así, en la lectura abunda lo viral y lo parasitario. En el ámbito de cierta crítica literaria y la investigación académica, el texto primario ha quedado muy atrás. La lectura se convierte en la lectura de la lectura del que la comenta. Se pervierte su cualidad de intransferible. Por eso me alejo y busco el silencio de la exégesis. El laberinto me aleja de los discursos que intentan contaminar mi pensamiento y sensibilidad. Busco ser un cabalista como sugiere Steiner: “el cabalista no traduce la comprensión en acción sino en iluminación final. Quiere llegar al fondo […] Semejante conocimiento es autónomo. No necesita, no puede ser trasladado al impreciso contorno del comportamiento personal o colectivo. La lectura es el acto crucial y el cabalista permanece en silencio, ilimitadamente aquiescente”. 12 En el reino del libro el lector es el rey, nunca el autor, nunca el editor, nunca el reseñista o el crítico, porque “el auténtico placer de la novela reside en el descubrimiento de esta intimidad paradójica: el autor y yo… La soledad de esta escritura reclama la resurrección del texto por mi propia voz muda y solitaria”. 13 Huyo como a la peste de investigaciones que intentan probar alguna tesis desde alguna novela, poema o cuento. A veces pienso que se trata de cobardes que jamás se atrevieron a 11 G. Steiner, Presencias reales, p. 26. 12 Ibid., p. 62. 13 D. Pennac, op. cit., p. 115. 81
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un peligro, yo adoro ese peligro, no sé a dón<strong>de</strong> voy”. 10 Y quizá, so<strong>la</strong>mente<br />
quizá, esto sea el acontecimiento.<br />
Ximena no lee nada que no esté re<strong>la</strong>cionado con su profesión.<br />
Es una mujer ocupada y <strong>de</strong>dicada a una especialidad: <strong>la</strong> biología.<br />
Consi<strong>de</strong>ra una pérdida <strong>de</strong> tiempo mis noches <strong>de</strong> escritura. Me asegura<br />
que no me <strong>de</strong>jarán nada bueno y que, en vez <strong>de</strong> arriesgar mi<br />
trabajo, <strong>de</strong>bería enseriarme <strong>de</strong> una vez por todas, casarnos y tener<br />
hijos. Con <strong>la</strong> forma en que lo dice siempre suena ordinario y vulgar;<br />
dos bestias sin voluntad que sólo han pisado el mundo para<br />
reproducirse y parir. No es algo que yo haya <strong>de</strong>seado jamás y tal vez<br />
fue ésa <strong>la</strong> razón verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> nuestro rompimiento. Recuerdo sus<br />
mejil<strong>la</strong>s bañadas en lágrimas por lo que el<strong>la</strong> l<strong>la</strong>maba mi frialdad,<br />
sin embargo, <strong>la</strong> crueldad con <strong>la</strong> que me <strong>de</strong>cía “acepta <strong>de</strong> una buena<br />
vez que no eres escritor ni pensador ni poeta, eres un simple bibliotecario”,<br />
me hacía poner en perspectiva su supuesta posición <strong>de</strong><br />
víctima. Después <strong>de</strong> una discusión siempre salía azotando <strong>la</strong> <strong>puerta</strong><br />
—al igual que casi todas <strong>la</strong>s mujeres, a Ximena le gustaba el dramatismo—,<br />
entonces yo tomaba un libro <strong>de</strong>l estante y le gritaba, ya<br />
que había salido: “Pero al menos soy un buen lector”.<br />
De <strong>la</strong> lectura nunca salgo in<strong>de</strong>mne. Mi afectación procura este a<strong>de</strong>fesio<br />
<strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bras. Todo lo que he leído forma parte <strong>de</strong> mis conversaciones<br />
y mis textos, aunque no recuer<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> lo he leído ni<br />
quién lo escribió. Cuando hay una correcta ingesta <strong>de</strong> pa<strong>la</strong>bras, <strong>la</strong>s<br />
literaturas <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> ser una nota parasitaria <strong>de</strong> un pie <strong>de</strong> página,<br />
el comentario fácil en una reunión social, el veredicto puramente<br />
pedagógico <strong>de</strong> quienes se erigen en maestros. <strong>La</strong> lectura me <strong>de</strong>ja<br />
una responsabilidad creativa que sin duda germinará en un nuevo<br />
texto. Este texto, que uste<strong>de</strong>s leen como parte <strong>de</strong> su tiempo extático,<br />
10 Entrevista a Pascal Quignard, http://www.youtube.com/watch?v=KllcGBhHExo.