La luz detras de la puerta.pdf - Biblioteca Mexiquense del ...
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46 <strong>La</strong> <strong>luz</strong> <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>puerta</strong><br />
sensación humil<strong>la</strong>nte <strong>de</strong> <strong>la</strong> locura. Quienes me ro<strong>de</strong>an ya no existen.<br />
Sólo el silencio navega mi timón en el <strong>la</strong>berinto y me ayuda a<br />
percibir el resp<strong>la</strong>ndor <strong>de</strong> alguna salida.<br />
<strong>La</strong> i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> construir algo para que <strong>la</strong> gente se pierda es absurda,<br />
recuerdo que eso dijo Borges en alguna entrevista, pero es perdido<br />
en el <strong>la</strong>berinto don<strong>de</strong> me hallo a mí mismo. Me alejo, sí, no obstante,<br />
en ese vórtice <strong>de</strong> tiempo-espacio, me acerco más a mí y a lo<br />
otro. Es allí don<strong>de</strong> escucho como nunca antes había escuchado.<br />
Ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> gente suelo enmu<strong>de</strong>cer. Al igual que le sucedía a Pessoa,<br />
el contacto social revoca mi pa<strong>la</strong>bra, “mientras que para el hombre<br />
normal el contacto con los otros es un estímulo para <strong>la</strong> expresión<br />
y <strong>la</strong> pa<strong>la</strong>bra, en mí ese contacto es un contraestímulo”. 1 Pero<br />
en el silencio <strong>de</strong>l <strong>la</strong>berinto puedo exc<strong>la</strong>mar el ardor <strong>de</strong> mis heridas.<br />
Es en ese paraje al cual voy cuando escribo don<strong>de</strong> me absuelvo <strong>de</strong><br />
mis pecados; es ahí en que inhiesto confieso amor, <strong>de</strong>seos, incluso<br />
odio, y me doblego ante el dolor que me han (he) infligido; porque<br />
mientras más se oscurece el <strong>la</strong>berinto más aflora <strong>la</strong> responsabilidad<br />
sin culpa.<br />
El <strong>la</strong>berinto me aleja y me acerca a todo, me retrae y me arroja, me<br />
contrae y me expan<strong>de</strong> como el universo mismo. Cuando <strong>la</strong> escucha<br />
llega para dar paso al extranjero, el mundo <strong>de</strong>saparece, no existe<br />
nada ni nadie, tampoco los objetos necesarios <strong>de</strong> mi cotidianidad.<br />
El alimento no es vital ni <strong>la</strong> lista <strong>de</strong> quehaceres que me mantienen<br />
haciendo tierra en este mundo <strong>de</strong> imágenes. <strong>La</strong>s pa<strong>la</strong>bras resuenan<br />
y se <strong>de</strong>svanecen por efecto doppler, <strong>de</strong>jando cenizas <strong>de</strong> entendimiento<br />
que nunca volverán a erigirse, al menos para mí. Es <strong>la</strong><br />
ma<strong>la</strong> nueva <strong>de</strong> <strong>la</strong> agonía, los pensamientos atroces, los sentimien-<br />
1 Fernando Pessoa, El libro <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sasosiego, p. 60.