ciencia - IMSS

siones se deducen de la nómina salarial
y no del aporte, implica que 3 por ciento,
que en promedio cobran las distintas
administradoras representa para cada
afiliado 30 por ciento de su aporte. Sobre
un sueldo de mil pesos, 11 por ciento
de aporte representa ciento diez; a
esto hay que restar 3 por ciento de comisión
para las AFJP que como se calcula
sobre la nómina salarial equivale a treinta
pesos; resulta de esta operación matemática
80 pesos que tienen como destino
la cuenta individual de cada afiliado;
por lo que la parte proporcional que representa
esta comisión sobre el aporte se
tendría que dividir 3 por ciento (comisión)
sobre 11 puntos del aporte (o bien
dividir 30/110 siguiendo la cuenta del
ejemplo), de lo que resulta 27.3 por ciento
que se redondea en 30.
Para dar realidad a estas abstracciones
numéricas se toma la recaudación promedio
del régimen privado para el año
1995 de 187 millones mensuales, la
que se incrementó cerca de 200 millones
por mes para 1996. Es decir que el
capital que administran es de dos mil
400 millones al año. En otros términos
las AFJP reciben una ganancia de 60
millones mensuales o bien 720 millones
anuales, con la deducción de los
costos por seguro (invalidez). 33
En otro plano, las prestaciones que el
sistema otorga se componen de tres
partes: a) prestación básica universal
(PBU) a cargo del Estado; b) prestación
compensatoria (PC) para aquellos que
realizaron aportes al viejo régimen a
cargo del Estado, y c) prestación adicional
por permanencia (PAP) para los
que optaron por el régimen de reparto.
El de capitalización, que se denomina
ahorro individual capitalizado (AIC),
financiado por las AFJP, representa un
tercio de la prestación.
Tampoco se requiere de eficiencia para
hacer una buena inversión a sus afiliados,
porque aproximadamente 65 por
33. Datos extraídos de: Panorama de la Seguridad
Social, cuarto trimestre de 1996. Ministerio
de Trabajo y Seguridad Social. Secretaría de Seguridad
Social, Buenos Aires, Argentina, 1997.
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CIENCIA
ciento de lo concentrado en las cuentas
de ellos, según lo establece la Ley No.
24.241, debe ser colocado en bonos estatales.
Queda claro entonces que la
privatización del sistema tenía como
objetivo inmediato financiar parte del
déficit del Estado con el ahorro individual
mediante las AFJP, quienes obtienen
una altísima tasa de ganancia sin
riesgo alguno. Dichos bonos deberán
ser recuperados por el Estado; resulta
absurdo hablar de capitalización cuando
los bonos son estatales. Simplemente,
lo que este sistema asegura a los afiliados
del régimen de capitalización y
de reparto es una mayor carga impositiva
a futuro para poder financiar las
prestaciones porque esto no es más que
deuda pública.
Quiere decir, que el Estado no regula
el conflicto sino que garantiza la agilidad
de los canales de acumulación hacia
los sectores más dinámicos de la
economía.
Con estas políticas parece imponerse
una suerte de ciudadanía excluyente
Las prestaciones que el sistema otorga se componen de tres partes.
regulada, en tanto excluyen del espacio
de lo público aun al ciudadano con derecho
contractual, regulando la canalización
de la acumulación de capital.
El binomio eficiencia-eficacia
Desde el discurso neoliberal el Estado
fue caracterizado como deficiente e
ineficaz y por contraposición el ámbito
privado, en especial, en lo que a
actividad económica se refiere como
eficiente y eficaz.
En los ejemplos, en materia de previsión
se puede observar que la división
entre lo público y lo privado con imágenes
negativa y positiva respectivamente,
se basa en la desarticulación
de los actores colectivos, sus intereses
y demandas. Esto fue posible por
la generalización de valores centrados
en lo individual, particular y privado,
frente a un Estado catalogado
como intrusivo.
La relación existente en el binomio
eficiencia-eficacia parece presentar