ciencia - IMSS

XXI. El aumento significativo de personas
mayores se está dando en los
países en desarrollo y de ingreso medio,
que están cambiando rápidamente,
de altas tasas de mortalidad y fertilidad
a las sustancialmente reducidas
de fertilidad y mayor longevidad. Cifras
recientes publicadas por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID)
revelan que este sector, en el Cono Sur
representará entre 30 y 40 por ciento
de la población total para el 2025. El
cambio es evidente y rápido. Las implicaciones
son significativas. En Chile,
por ejemplo, había 23 personas mayores
por cada 100 más jóvenes en
1995; para el 2025, la proporción será
de 82 mayores por cada 100. En 25
años, la longevidad de las mujeres ha
aumentado alrededor de 10 años arriba
de la de los hombres. Actualmente, en
la región, ellas viven unos cinco años
más que ellos.
En la reciente reunión de la Organización
Mundial de Comercio (OMC),
en Seattle y la anual del BM en Praga,
miles de manifestantes invadieron las
calles en señal de protesta porque consideraban
que las fuerzas de la globalización
estaban creando más inequidad.
Sin embargo, las opiniones son
diferentes y surgen preguntas legítimas
que formular, sobre la efectividad
de la globalización como un proceso
que generará mayor equidad social.
El informe más reciente del Banco
Mundial contiene una letanía de estadísticas
que hacen “abrir los ojos”. Entre
1987 y 1998, el porcentaje de la población
que percibía ingresos de un
dólar al día o menos en América Latina
y el Caribe pasó de 15 a 16 por
ciento; en el sur de Asia, de 45 a 40, y
en el África subsahariana, de 47 a 46
por ciento.
Estas cifras nos obligan a tomar con
reservas los entusiastas llamados a la
globalización. El comercio, la tecnología
y las políticas económicas favorables
al mercado, supuestamente
están derrotando la pobreza. El BM
estima que mil 200 millones de personas
continúan sobreviviendo con un
dólar al día o menos.
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DOCTRINA Y ESTUDIO
Cómo allegar la protección social, a la población que vive fuera de los programas.
Sin embargo, esto no se debe a la inacción
de sus gobiernos o a su falta de
compromiso con la implantación de
reformas. Los países de esta región
han realizado importantes modificaciones
a nivel macro en su política
económica y comercial. Gran parte de
América Latina, por ejemplo, ha abandonado
el proteccionismo comercial y
el favoritismo frente a las empresas
nacionales. Entre 1985 y 1996, los
aranceles promedio bajaron de 50 a 10
por ciento. Y los resultados han sido
modestos en términos de crecimiento
y niveles de ingreso.
De manera que la pregunta que se
debe empezar a plantear, es la siguiente:
¿Hacia dónde vamos de aquí en
adelante? Si reformas significativas a
las estructuras del sector formal no
han generado los resultados con los
cuales gran parte de la población está
comprometida, ¿qué hacemos ahora?
Se es consciente de que, más de la
mitad de la población mundial y sus
dependientes están excluidos de cualquier
tipo de protección social formal.
En América Latina, los estudios han
identificado tres causas principales para
este bajo nivel de participación: la
fuerte carga contributiva, el alto costo
administrativo y legal de mantener el
sistema a la luz del inmenso número
de personas que trabaja en el sector informal
y el bajo nivel de los beneficios.
Como diseñadores de políticas,
el problema que hay que abordar es
cómo empezar a llegar a las personas
que viven fuera de los programas.
La pobreza es el mayor impedimento
para la vida de las personas mayores,
cuya situación se desconoce en detalle,
de acuerdo con un estudio sobre
este tema, elaborado por CEPAL/AID
en 1998, y está en aumento. Existen
evidencias que demuestran que las
mujeres mayores son particularmente
afectadas por la pobreza; superan en
número a los hombres que se encuentran
en esta etapa, y la tendencia es a
empobrecer aún más. A menudo son