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—¿Has conseguido tocarlo? — me preguntó.<br />
—Sí. Es una teleficha del archivo policiaco de una época futura.<br />
Me interrumpí esperando su comentario, pero él no hizo ninguno.<br />
—No sé a qué época futura pertenece. Tal vez es de dentro de doscientos años...<br />
menos, no. En fin, podrás juzgar por ti mismo. Verás una gran capacidad técnica corriendo<br />
parejas con la muerte de la conciencia... lo que los pesimistas actuales ya predicen. El disco,<br />
sin embargo, sólo permite hacer algunas conjeturas, no por ello menos espeluznantes; y aunque<br />
he conseguido que funcione, el resultado no es perfecto ni mucho menos.<br />
—¡Lo que me sorprende es que lo hayas hecho funcionar! — dijo él.<br />
—No sé. Imagínate que Edison hubiese podido obtener uno de los microsurcos actuales. No<br />
hubiera tardado en descifrarlo.<br />
—¡Vaya, te crees un Edison!<br />
Yo prescindí de una falsa modestia y repuse:<br />
—Eso es. Muchas gracias. En realidad es muy sencillo. Al menos, mi papel ha sido muy<br />
sencillo.<br />
Hasta cierto punto, esto es muy comprensible y la técnica actual, si bien no puede<br />
imitarlo, puede comprenderlo perfectamente.<br />
—¿Hasta qué punto? — dijo él, sin dominar su escepticismo.<br />
—Harry, tenemos aquí un disco televisor del futuro. Desde luego, es más útil para<br />
archivar documentos no muy extensos que una película. Lo que tiene de insólito es una señal<br />
congelada. Al parecer esta señal se dispara desde el transmisor a un circuito de válvulas de<br />
almacenaje; o tal vez es el transmisor quien posee esta facultad, en cuyo caso la imitación<br />
resultaría más difícil... pero espero descubrirlo todo, aunque tenga que invertir en ello toda mi<br />
vida. Si me dejan terminar de vivirla tranquilo...<br />
—Sigue hablándome del disco.<br />
—Ah, sí. Tuve que quitar el eje de la platina del tocadiscos y poner en su lugar una rueda<br />
dentada aislada, en la que encaja perfectamente el disco. Como puedes ver, hay dos escobillas<br />
puestas en contacto permanente con la parte superior de la rueda; están conectadas con un<br />
transformador con el fin de que el disco reciba una corriente permanente de 40 voltios al girar.<br />
¿Lo pongo en marcha?<br />
Como él no sabía lo que iba a pasar y yo había conseguido despertar su interés científico,<br />
me dijo, mostrándose todavía incrédulo:<br />
—¿Qué clase de circuito hay dentro del disco?<br />
Para describírselo mejor, torné un pedazo de papel y le hice un esquema.<br />
—Algunas de las conexiones no las entiendo, francamente — le confesé —. La señal<br />
congelada pasa a un amplificador de video y luego se divide en circuitos restituidores... ¡Ya me<br />
dirás si no son la cosa más perfecta que has visto en tu vida! También se divide entre el<br />
separador ordinario de sincronización y los circuitos horizontales y verticales de desviación (los<br />
cuales, por cierto, son autocontrolados según un principio basado en la propulsión fluida).<br />
»Aquí, los dos circuitos se juntan en algo que hace las veces, según puedo ver, de la<br />
parte posterior de un orticón para imágenes. Hay también un fotocátodo para captar la<br />
imagen lumínica y un sistema electrónico de lentes de tipo muy corriente que enfoca los<br />
electrones sobre el objetivo, el cual no es más que este vidrio o «película» superfino que<br />
constituye la ranura lisa. A partir de aquí, lo demás es mío. Como puedes ver, he desmontado