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que piense en Harry y Curly, los orgullosos padres. Todo esto lo menciono únicamente para<br />
explicar por qué una pared de mi sala está cubierta de amplificadores y multitud de otros<br />
chismes y la mesa de mi despacho está llena de aparatos eléctricos. Todo mi equipo es de<br />
fabricación casera y mucho mejor que lo que se encuentra en el comercio. Aun así, no<br />
conseguimos sacar nada en claro del misterioso disco. La platina no podía mantenerlo fijo;<br />
resbalaba bajo el ligero pick-up. Además, el orificio central del disco no era redondo sino en<br />
forma de estrella de dieciséis puntas; por si aun no fuese bastante, los surcos estaban<br />
separados entre sí por otro surco liso de la misma anchura en el cual la aguja patinaba.<br />
Desistimos tras unos cuantos intentos, y para consolarnos pusimos los Cuadros de una<br />
Exposición.<br />
Pero cuando Harry se hubo ido, tomé de nuevo el grueso disco y me puse a<br />
examinarlo. En el lado liso había un pequeño rectángulo que parecía una tapita.<br />
Efectivamente, haciendo presión con la uña la hice deslizar. Bajo ella apareció la siguiente<br />
etiqueta:<br />
VIDEOARCHIVO POLICIAL B/1191214/AAA<br />
INTERPLANETARIO<br />
Cat: Ganímedes-Eros-Tierra-Venus.<br />
Cr.: Sabotaje. Desliz temporal. Asesinato.<br />
Tipo: experimento venusiano humanoide: smuf.<br />
Nombre: tipo anterior emplea sólo nombre genérico, smuf.<br />
Archivado: VHI/14/305<br />
Ref. 2/XII/12/309<br />
Lo leí y releí varias veces, sin dar crédito a lo que leía. Luego fui a mirarme a un<br />
espejo y vi que mis facciones mostraban una confusa expresión de imbecilidad total.<br />
—¿Qué es un smuf? — pregunté a la imagen de aquel bobalicón.<br />
La imagen me contestó:<br />
—Un experimento venusiano humanoide.<br />
¿Y si el disco fuese una broma? ¿Y qué era un videoarchivo? ¿Y qué hacía un<br />
videoarchivo en mi habitación? Puse el disco nuevamente en la platina del tocadiscos y volví a<br />
intentarlo. Pero luego me encontré con la dificultad que representaba aquel surco liso; como<br />
era más ancho, el zafiro solía quedarse en él. Por último conseguí que la aguja no abandonase<br />
el otro surco.<br />
Oí un agudo y rapidísimo parloteo, junto con un sonido estridente. Paré inmediatamente<br />
el tocadiscos, comprendiendo que era natural que no funcionase debidamente. Entonces se me<br />
ocurrió que 78 revoluciones tal vez era demasiado aprisa. Puse el aparato a 33 revoluciones y un<br />
tercio. El parloteo se convirtió entonces en una voz aguda y rápida, pero aquel horrible ruido<br />
estridente seguía oyéndose. Paré de nuevo el tocadiscos. Era posible que el zafiro saltase de<br />
un surco a otro; había que poner una aguja más fina en un pick-up más ligero. Después de<br />
rebuscar excitadamente en tres cajones abarrotados de cachivaches, encontré lo que buscaba y<br />
lo monté en el tocadiscos. Sin aliento, reduciendo aun más la velocidad, lo probé de nuevo.<br />
¡Esta vez lo conseguí! Para ser exactos, conseguí una serie de cosas simultáneamente. No<br />
tardé en comprender que aquel disco no era más que la banda sonora de una especie de<br />
película. Y me di cuenta de que el informe policial no era ninguna broma; iluminaba<br />
confusamente pero de una manera tentadora un complicadísimo mundo futuro. Arrojaba una<br />
luz inquisitiva sobre aquel smuf, que hizo que se me pusieran los pelos de punta...