12.05.2013 Views

aldiss, brian w - espacio y tiempo.pdf

aldiss, brian w - espacio y tiempo.pdf

aldiss, brian w - espacio y tiempo.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Stevens sintió acidez en el estómago a causa de la aprensión que le dominaba. Se llevó<br />

una mano al bultito que tenía detrás de su oreja derecha; lo tocó nerviosamente con los dedos<br />

y sólo haciendo un gran esfuerzo consiguió reprimir aquel gesto que lo traicionaba. Ante<br />

aquella vasta asamblea, él era algo insignificante; pero para la Tierra... para la Tierra él<br />

constituía la única esperanza. ¡La única esperanza!... Y no pudo contener un estremecimiento.<br />

Mordregón tomó de nuevo la palabra. ¿Qué estaba diciendo?<br />

—...acostumbrado. A esta sala de la ciudad de Grapfth del planeta Xaquibadd, situado en<br />

la Periferia de los Dominios del Saco de Carbón, son invitadas todas las nuevas razas, a medida<br />

que van siendo descubiertas.<br />

Estas palabras altisonantes no me asustan, se dijo Stevens, porque, en un grado muy<br />

considerable, ya le asustaban bastante. De pronto vio al sistema solar como un diminuto saco,<br />

en cuyo interior deseaba ocultarse.<br />

—¿Es Grapfth el centro de vuestro Imperio? — preguntó.<br />

—No; como ya he dicho, se encuentra en una región periférica... por razones de seguridad,<br />

como pueden comprender — le explicó Mordregón.<br />

—¿Razones de seguridad? ¿Quieres decir que me tenéis miedo?<br />

Mordregón enarcó una ceja mirando a Ped 2 del Saso. Ped 2, bajo media hectárea de<br />

nylon coloreado y estereoscópico, era un cactus animado, más bello y complicado que sus<br />

vestiduras. Mariposas cautivas en germanio, cadenas libres de la gravedad giraban entre las<br />

flores de su cabeza; aleteaban hacia arriba para posarse de nuevo mientras Ped 2 asentía y<br />

hablaba brevemente al terrestre.<br />

—Todas las razas poseen talentos y habilidades peculiares — le explicó —. En parte, se<br />

invita a los extranjeros a acudir aquí para descubrir las facultades que poseen. Por desgracia,<br />

tu predecesor resultó pertenecer a una raza de armas nucleares partenogenéticas que<br />

quedaron abandonadas después de una antigua guerra. Hablaba con mucha cordura, hasta que<br />

uno de nosotros mencionó la expresión clave «buena voluntad» y entonces él estalló, haciendo<br />

volar esta sala.<br />

Sonaron risas entre la asamblea cuando él les recordó aquella anécdota.<br />

Enojado, Stevens, dijo:<br />

—¿Y queréis que me crea eso? Entonces, ¿cómo habéis sobrevivido vosotros?<br />

—Oh, es que nosotros no estamos aquí de verdad — dijo Ped 2 con tono indulgente,<br />

cruzando un manojo de púas detrás de su gran cabeza —. No ibas a suponer que haremos<br />

el largo viaje hasta Xaquibadd cada vez que un pequeño e insignificante sistema (no intento<br />

ofenderte) se descubre. Estás hablando con imágenes tridimensionales de nosotros mismos;<br />

incluso esta sala está allí... o aquí, si lo prefieres (la localización no es más que una sutileza<br />

filosófica), en una especie de forma submolecular.<br />

Al advertir la expresión sorprendida del terrestre, Ped 2 no pudo resistir la tentación de<br />

hacerle otra observación. (Pertenecía a una raza infantil: los teólogos desaparecieron de ella<br />

sólo hacía unos cuatro mil años.)<br />

—Ni siquiera te hablamos de una manera que tú puedas comprender, David Stevens de<br />

la Tierra — le dijo —. Como todavía no poseemos comunicación instantánea que nos permita<br />

franquear las distancias de años luz, dejamos que un cerebro robot de Xaquibadd hable por<br />

nosotros. Más tarde podremos efectuar las debidas comprobaciones; si se ha cometido algún<br />

error, nada nos impide ponernos en contacto contigo.<br />

Aquellas palabras contenían una evidente amenaza, pero Stevens las escuchó con avidez,<br />

al menos en parte. ¡Todavía no poseían un medio de comunicación instantáneo! ¡No tenían<br />

subradio, que pudiese saltar varios años luz sin ninguna pérdida de <strong>tiempo</strong>! Involuntariamente,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!