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¿Me creerán?<br />
«Naturalmente.»<br />
¿Son reales?<br />
«Naturalmente.»<br />
Me cuesta creer que existan otros seres que no seamos tú y yo. Quería hacerte una<br />
pregunta...<br />
«Un momento, dejemos esto arreglado. Dirás a CTT el apuro en que os encontráis;<br />
ellos enviarán una nave rápida para recogeros a Judy y a ti antes de que os encontréis<br />
fuera de su alcance.»<br />
Sí, ahora ya lo tengo. Quiero hacerte esa pregunta. La voz...<br />
«Espera un momento, hijo... ¿Eres tú o soy yo quien se debilita?... ¿No notas el hedor de la<br />
gangrena a través de todos estos años de luz?... Estos horribles seres azules me levantan para<br />
separarme del manantial. Probablemente me desmayaré. No queda mucho <strong>tiempo</strong>...»<br />
Papá, ¿qué es este «<strong>tiempo</strong>» que parece significar tanto para ti?<br />
«... el <strong>tiempo</strong>, como un río caudaloso, arrastra a todos sus hijos... Ah... El <strong>tiempo</strong>, hijo<br />
mío, siempre es insuficiente...»<br />
Dolor. Dolor y silencio. Experimento revulsión. ¿Puede ser el Universo tan horrible y<br />
confusionario como él quiere hacer pensar? Todo parece un sueño.<br />
Largo silencio y oscuridad. La voz ha cesado. Tensión. Me esfuerzo.<br />
«...distancia...»<br />
¡La voz! ¡Padre! ¡Más fuerte!<br />
«...demasiado débil... Hago cuanto puedo...»<br />
Dime sólo una cosa, padre.<br />
«De prisa.»<br />
¿Te costó despertarme al principio?<br />
«Sí. En las Academias Prenatales, los fetos no se despiertan para educarlos e instruirlos<br />
hasta que tienen siete meses y medio. Pero en nuestro caso, la situación era desesperada. Yo<br />
tenía que... oh, me siento demasiado débil...»<br />
¿Entonces, por qué me despertaste a mí en lugar de comunicar con mi madre?<br />
«¡El poblado! Ya casi llegamos. Mi viaje termina en el fondo del valle... La raza humana<br />
sólo desarrolla sus poderes telepáticos muy gradualmente... ¡Cuidado, vosotros!»<br />
La pregunta, que responda a la pregunta.<br />
«Esta es la respuesta. Bajad la cuesta con cuidado. No vayáis a reventar esta enorme<br />
pierna hinchada... Pues... yo poseía esa facultad, pero Judy no; me era imposible llamarla<br />
aunque fuese a un metro de distancia. Pero tú la posees. ¡Cuidado! ¡Oh, toda la materia del<br />
Universo está en mi pierna!...»<br />
¿Pero, por qué... por qué hablas de un modo tan confuso..., por qué?...<br />
«Las teorías del bueno de Mendel... Tú y tu hermana, uno sensitivo y la otra no. Dos ojos<br />
del gigante, pero sólo uno ve... El sendero es demasiado empinado... ¡Alto, Cíclope, calma,<br />
muchacho, o sacarás ese otro ojo!»<br />
¡No entiendo nada!