Descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...
Descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...
Descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Luego fueron los días <strong>de</strong>l sobresalto, <strong>de</strong> las risas y las<br />
coinci<strong>de</strong>ncias, cuando se habituó a buscar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el balcón la<br />
silueta <strong>de</strong> ese caballo, también negro. Al comienzo eso fue<br />
sufi ciente. Des<strong>de</strong> la sombra calmosa <strong>de</strong> su casa aprendió<br />
a reconocer el relincho, a i<strong>de</strong>ntifi car el ritmo <strong>de</strong> los cascos<br />
que en la noche van y vienen frente a su puerta, sobre la<br />
calle empedrada, porque ¿al alcal<strong>de</strong> quién lo ronda? Una<br />
madrugada, cerca a la salida <strong>de</strong> campo que da a la quebrada,<br />
una potente voz <strong>de</strong> hombre acompañada <strong>de</strong> una guitarra la<br />
señaló con una copla:<br />
Anoche a la media noche<br />
tus ojos ver<strong>de</strong>s brillaron<br />
creyendo que amanecía<br />
hasta los gallos cantaron.<br />
En una <strong>de</strong> sus visitas a Girón, Antonio Navarro, a<br />
cargo <strong>de</strong> la renta <strong>de</strong> aguardientes <strong>de</strong> Cepitá, hizo alguna<br />
velada insinuación <strong>de</strong>l peligro, hablando <strong>de</strong> María Josefa, la<br />
pobre esposa <strong>de</strong> González, casi una niña, abandonada en<br />
Floridablanca, un pueblo apenas comenzando don<strong>de</strong> ni hay<br />
iglesia ni se consigue cura, mientras su marido tuna en los<br />
pueblos y en las fi estas.<br />
Ya era tar<strong>de</strong>, su respuesta fue un rechazo airado.<br />
No volvió a dirigirle la palabra y, pese a ello, ahora la<br />
apoya <strong>de</strong>safi ando a los gironeses a arrojarle la primera piedra<br />
y la apo<strong>de</strong>ra mientras ella resi<strong>de</strong> en Pie<strong>de</strong>cuesta. Hay gente<br />
buena, dicen las hermanas, mientras secan con el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> sus<br />
mantellinas las lágrimas que hizo correr la confi <strong>de</strong>ncia.<br />
107