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El César vs. el Estado

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«¡Ante la proximidad de la extinción, los personajes se reb<strong>el</strong>an<br />

contra sus creadores y los civilizombis se reb<strong>el</strong>an contra sus<br />

dioses!», es <strong>el</strong> anuncio que exclaman Sancho y don Quijote. Y tan<br />

sencillo como ponerse a hacerlo, primero explican que son un alter<br />

ego <strong>el</strong> uno de otro y después se reb<strong>el</strong>an contra <strong>el</strong> creador y le hacen<br />

confesar quién es él y quiénes son cada uno de <strong>el</strong>los realmente.<br />

Cervantes y Shakespeare son dos pseudónimos utilizados por un<br />

mismo reb<strong>el</strong>de: <strong>el</strong> caballero Carlo. Por fin se reb<strong>el</strong>a quiénes son<br />

Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso y Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i; también y para<br />

desdoro de Hispania, se dice quiénes son en la realidad de Matrix<br />

<strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura. Por la parte inglesa se<br />

desv<strong>el</strong>a quién es Hamlet y quién Of<strong>el</strong>ia, quién Claudio e incluso<br />

Gertrudis y Polonio.<br />

Simultáneamente a la realidad de <strong>El</strong> Quijote, sucede otra<br />

realidad que quieren dejar muy clara y que en <strong>el</strong> interior se detalla.<br />

¿Por qué ahora? Por la extinción. Aprovechando la reb<strong>el</strong>ión, <strong>el</strong><br />

barbero, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura, se cu<strong>el</strong>an en esta transcripción<br />

y se reb<strong>el</strong>an contra la creación exigiendo salir d<strong>el</strong> anonimato en <strong>el</strong><br />

que se les ha mantenido secuestrados. La pareja inmortal ha cogido<br />

desprevenido a un cabeza de turco que se ha encontrado con <strong>el</strong><br />

marrón de transcribir esta peculiar reb<strong>el</strong>ión. ¿Quién es <strong>el</strong> cabeza<br />

de turco? <strong>El</strong> caballero Alcor que, por lealtad a su palabra y a la<br />

Caballería Reb<strong>el</strong>de de la Orden de la Paz, hemos conseguido que<br />

difunda esta transcripción. ¿Que se reb<strong>el</strong>an los personajes de una<br />

nov<strong>el</strong>a? ¿A quién le puede importar una reb<strong>el</strong>ión de inmortales y<br />

reyes d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong>? Pues gentes: ¡atiendan y lean que de lo que aquí se<br />

trata es de poner boca arriba lo que <strong>el</strong> rey (de las letras españolas<br />

pero no de España) puso boca abajo en una nov<strong>el</strong>a escrita hace<br />

400 años!<br />

Hasta aquí, una versión d<strong>el</strong> contenido de esta realidad d<strong>el</strong> libro.<br />

…/…


«¡La Reb<strong>el</strong>ión final de la especie humana<br />

ha comenzado; se reb<strong>el</strong>an contra los propios<br />

dioses tut<strong>el</strong>ares que los han traído ante <strong>el</strong><br />

exterminio y la extinción!» es la conclusión que<br />

clama la Historia de la especie humana. Que<br />

sean los personajes de una nov<strong>el</strong>a los que<br />

hayan decidido hacerlo primero debe de ser<br />

una consecuencia más de este caos actual. ¿Por<br />

qué ahora? Por la extinción. Junto al<br />

esclarecimiento de los cuatro anónimos jinetes<br />

d<strong>el</strong> Apocalipsis, sean los que manejen los hilos<br />

o no lo sean, se desv<strong>el</strong>an otras cortinas de<br />

humo que han mantenido perpleja a la<br />

humanidad en general y en especial, a los<br />

lectores de don Quijote y Sancho. Se reb<strong>el</strong>a<br />

quién es <strong>el</strong> autor real, quiénes sus<br />

transcriptores y quién es la pareja inmortal.<br />

Bueno, y se dicen algunas cosas más que quizá<br />

pudiera sorprender al más desalmado de los<br />

secuestradores de la realidad real. Por lo<br />

demás, disfruten de la reb<strong>el</strong>ación de la reb<strong>el</strong>ión<br />

que sucede en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> y no se olviden de que<br />

se trata de un viaje interdimensional y no de<br />

otras zarandajas espaciotemporales. Cuando<br />

lleguen al final, céntrense en la realidad real<br />

que nos rodea y tomemos una decisión: ¿Qué<br />

hacemos ante la extinción? ¿Que se reb<strong>el</strong>an los<br />

protagonistas de Civilización? ¿A quién le<br />

puede importar una reb<strong>el</strong>ión de los<br />

civilizombis de carne y hueso? A los dioses.<br />

¿Quién maneja los hilos, los propios<br />

civilizombis que se creen dueños de sus<br />

decisiones o los holográficos dioses que<br />

utilizan la energía sonora d<strong>el</strong> transcriptor para<br />

lavar sus conciencias? Pues gentes: ¡atiendan y<br />

lean que de lo que aquí se trata es de poner<br />

boca arriba lo que un andalusí pone boca<br />

arriba en un libro transcrito hace nada!<br />

Entonces ¿de qué se trata «aquí»?<br />

Hasta aquí, colorín colorado, porque si<br />

no, ésta va a ser la salida d<strong>el</strong> nunca empezar.


«¡Los anónimos personajes estamos hartos<br />

de que se nos discrimine y necesitamos que se<br />

sepa de una vez quiénes somos realmente!» <strong>El</strong><br />

barbero, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura no pueden<br />

soportar más <strong>el</strong> peso de sus conciencias que se<br />

reb<strong>el</strong>an contra <strong>el</strong> ego más aterrador que las ha<br />

mantenido encerradas durante siglos y deciden<br />

confesar libremente quiénes son en realidad,<br />

para saborear <strong>el</strong> cacareado derecho de la<br />

igualdad. ¿Por qué ahora? Por la extinción. Han<br />

cogido desprevenido a un cabeza de turco que<br />

se ha encontrado con <strong>el</strong> marrón de escribir esta<br />

peculiar reb<strong>el</strong>ión. ¿Quién es <strong>el</strong> cabeza de turco?<br />

Don Quijote y Sancho que, aprovechándose<br />

de su lealtad a los personajes de la nov<strong>el</strong>a, han<br />

conseguido poner en marcha una reb<strong>el</strong>ión<br />

general en <strong>El</strong> Quijote y que <strong>el</strong>los se encarguen<br />

de liderarla. Así, los cuatro anónimos<br />

personajes encuentran <strong>el</strong> espacio adecuado<br />

para realizar la confesión e intentar recuperar<br />

“la paz perdida d<strong>el</strong> alma”, pero no su fe. Al<br />

parecer, siempre hay una mano escondida que<br />

mueve los hilos de los acontecimientos y, sin<br />

saberlo, la pareja inmortal se puede haber<br />

convertido en la embajadora de estos<br />

personajes tan controvertidos. ¿Que se reb<strong>el</strong>an<br />

los protagonistas de una nov<strong>el</strong>a? ¿A quién le<br />

puede importar una reb<strong>el</strong>ión de inmortales y<br />

títeres d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong>? ¿Quién maneja los hilos de<br />

esta salida, la pareja inmortal que se cree dueña<br />

de sus decisiones o los anónimos personajes<br />

que utilizan la energía lumínica de la pareja<br />

para lavar sus conciencias y aclararlo todo por<br />

fin? Puede parecer complicado, pero es que lo<br />

es; y más cuando se descubre la mentira y <strong>el</strong><br />

past<strong>el</strong>. Pues gentes: ¡atiendan y lean que de lo<br />

que aquí se trata es de poner boca arriba lo que<br />

un aljamiado puso boca abajo en unos<br />

manuscritos encontrados hace 400 años!<br />

Hasta aquí, otra versión d<strong>el</strong> contenido de<br />

la misma realidad d<strong>el</strong> libro.<br />

…/…


ÍNDICE<br />

PRÓLOGO Lectura d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io reb<strong>el</strong>de según don Quijote y Sancho 5<br />

¿QUÉ ES MATRIX?<br />

Primera parte<br />

I. En <strong>el</strong> que retorna la Odisea de la pareja inmortal 11<br />

II. En <strong>el</strong> que aprovechando <strong>el</strong> descanso de los inmortales,<br />

se describe (sin interrupciones) la situación d<strong>el</strong><br />

escenario 83<br />

III. En <strong>el</strong> que suceden los hechos desde <strong>el</strong> despertar de la<br />

siesta hasta <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> sueño de Sancho 107<br />

IV. En <strong>el</strong> que se transcriben los hechos que comienzan con<br />

un sueño y terminan con la realidad, ¿la de Matrix o la<br />

real? 135<br />

V. En <strong>el</strong> que comienza la vida de Sancho en la realidad de<br />

Matrix con un desayuno amucoso real 173<br />

VI. En <strong>el</strong> que desaparecen las ranas d<strong>el</strong> doctor y la boina se<br />

convierte en «La Atmósfera» 219<br />

VII. En <strong>el</strong> que Sancho descubre Waldislandia 245<br />

VIII. En <strong>el</strong> que <strong>el</strong> escudero se encuentra con un bombero y<br />

con su clon 269<br />

Segunda parte<br />

IX. En <strong>el</strong> que los inmortales se encuentran con la<br />

inolvidable 315<br />

X. En <strong>el</strong> que comienza la leyenda «<strong>El</strong> sueño es vida» que<br />

narra <strong>el</strong> encuentro de los reb<strong>el</strong>des con los chorizos d<strong>el</strong><br />

rey 351<br />

XI. En <strong>el</strong> que Sancho explica al primitivo presidente de una<br />

remota civilización qué es Matrix según Matrix 387


XII. Donde se prosigue con la trascripción d<strong>el</strong> encuentro<br />

que termina con colorín colorado. ¡Y hasta ahí sigue<br />

siendo un cuento! 405<br />

XIII. En <strong>el</strong> que se concluye <strong>el</strong> cuento d<strong>el</strong> encuentro<br />

convertido en leyenda de la realidad 457<br />

XIV. En <strong>el</strong> que vu<strong>el</strong>ven a entrar en Matrix y da comienzo <strong>el</strong><br />

baile de disfraces en <strong>el</strong> que se empiezan a quitar las<br />

máscaras de los personajes 501<br />

XV. En <strong>el</strong> que la pareja inmortal comienza la subida en la<br />

que se ve <strong>el</strong> lema de la muy famosa cuesta de Zulema<br />

en la que se produce un encuentro crucial 543<br />

XVI. En <strong>el</strong> que se narran los famosos acontecimientos que<br />

empezaron a suceder sobre <strong>el</strong> chichón de Salomón 581<br />

XVII. En <strong>el</strong> que se hacen unas citas jugosas que por la hora<br />

d<strong>el</strong> día parecerán sabrosas 623<br />

XVIII. En <strong>el</strong> que se conoce la razón de la decisión de Sancho<br />

y a otros personajes: <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> Y<strong>el</strong>mo de<br />

Mambrino, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura 635<br />

Tercera parte<br />

XIX. En <strong>el</strong> que se plantea la génesis de Reb<strong>el</strong>ión 671<br />

XX. En <strong>el</strong> que Sancho realiza un paseo iniciático a una<br />

incubadora real y se presenta una lista resumida de<br />

mártires reb<strong>el</strong>des y reyes ¡Gold!-os 719<br />

XXI. En <strong>el</strong> que <strong>el</strong> caballero Alcor aclara la duda que desde<br />

<strong>el</strong> principio de la salida se le ha quedado clavada a<br />

Sancho acerca de los ovarios de las divinas 779<br />

LA ODISEA DE CLARO<br />

XXII. Donde comienza La Odisea de Claro (aunque sea por <strong>el</strong><br />

capítulo XII titulado «La residencia de los dioses») 847<br />

Epílogo En <strong>el</strong> que Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia realiza su confesión. 1021<br />

23 َﺪﻴِﻠِّﺒْﻨُآ َﺮْﺒَﻠﱠﺑ<br />

1023


Prólogo.<br />

LECTURA DEL EVANGELIO REBELDE SEGÚN<br />

DON QUIJOTE Y SANCHO<br />

Queridos humanos:<br />

Nos estamos extinguiendo.<br />

¿Qué hacemos?<br />

Es palabra de <strong>El</strong> Príncipe Carlos<br />

Migu<strong>el</strong> de Cervantes<br />

William Shakespeare


Primera parte


¿Qué es<br />

Matrix?


Mamotreto I.<br />

EN EL QUE RETORNA LA<br />

ODISEA DE LA PAREJA INMORTAL<br />

—Es sencillo asegurar que algo es verdadero —continuó don Quijote—;<br />

lo único que necesita es su afirmación. Que después sea auténtico o<br />

incluso que sea real, es algo tan marginal en Civilización que los sapiens<br />

han atrofiado lo real a merced de la verdad; han inventado desde las<br />

mentiras piadosas hasta las falsedades políticamente correctas.<br />

—¿Qué diferencia hay entre lo auténtico y lo real? —interrumpió<br />

Sancho.<br />

—Auténtico —respondió don Quijote— es la interpretación que<br />

realiza la psique de los acontecimientos y real es lo que sucede tal y como<br />

está sucediendo al margen de manipulaciones, ocultaciones o<br />

interpretaciones.<br />

—O sea —trató de entender Sancho— que tras las <strong>El</strong>ecciones<br />

Generales de España salgan todos los políticos cacareando que sus<br />

equipos han ganado es lo auténtico y que luego gobierne <strong>el</strong> que se monte<br />

<strong>el</strong> contubernio más ampliamente pactado es lo real.<br />

—No es exactamente eso porque la democracia es una patente más<br />

de la realidad de Matrix que no existe en la realidad real; pero<br />

tranquilízate y ya se irá aclarando.<br />

Mientras que escudero y caballero continuaban su andanza por la<br />

floresta, Sancho preguntó qué es la verdad.<br />

—La verdad —dijo don Quijote— debe de ser una ilusión que la<br />

psique crea en <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto de los sapiens; también puede ser la<br />

consecuencia de haber impuesto una forma de entendimiento a través de<br />

los protocolos de funcionamiento (costumbres) y comportamientos<br />

(educación, cultura, moral) a los civilizombis. Pero ¿qué hace falta para<br />

creerse la verdad?<br />

—¿Aaah? —exclamó Sancho—. Tener la certeza de que eso que se<br />

afirma que existe pues que exista, que sea como se dice que es y que esté<br />

como se describe su estar. Pero señor, aunque me extrañe decírs<strong>el</strong>o, esta<br />

pregunta está incompleta o directamente mal formulada. ¿Quién se


supone que tiene que creerse la verdad, <strong>el</strong> que la dice o <strong>el</strong> que la escucha,<br />

nadie o los dos?<br />

Sorprendido <strong>el</strong> caballero por la pregunta d<strong>el</strong> escudero, respondió con<br />

la fugacidad acostumbrada.<br />

—La verdad es un artificio patentado por Imperio para dividir aún<br />

más a los inter incomunicados sapiens. Esta subespecie utiliza <strong>el</strong> lenguaje<br />

oral, la más genuina de las armas de destrucción masiva, para interpretar<br />

la realidad como dios manda.<br />

—¿Como lo de que la tierra es plana?<br />

—Por ejemplo. Manipular y limitar la cosmovisión de los sapiens ha<br />

tenido unas consecuencias insospechadas.<br />

—¿Se refiere a la extinción de la especie humana?<br />

—Vale como ejemplo, y es la consecuencia final; pero existen<br />

infinidad de daños colaterales que la humanidad habría preferido evitar.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—Que los daños colaterales te irán encontrando a lo largo de esta<br />

salida. ¿Por qué existen las cosas? ¿Por qué se conciben tal y como se<br />

conciben? ¿Por qué se interpreta la realidad? ¿Cómo se crean las<br />

necesidades? ¿Quién las crea?<br />

—¡Joder! Para eso debe estar la realidad de Matrix ¿no? Vuesa<br />

merced me ha enviado a <strong>el</strong>la constantemente cuando me preparaba para<br />

esta «póstuma» salida.<br />

—Las cosas que ves tan simples deberían ser así de conclusivas, pero<br />

en <strong>el</strong> mundo civilizado no son tan sencillas. ¿Cómo explicar la realidad<br />

de Matrix a los que están sumergidos en <strong>el</strong>la si todo lo que conciben es<br />

como Civilización les impone a través de las conductas, las tradiciones o<br />

la concepción presupuestada de la vida? ¿Cómo insinuar la programación<br />

de la psique cuando ya está formateada por <strong>el</strong> Sistema? ¿Cómo mostrar la<br />

ceguera a los intérpretes d<strong>el</strong> montaje Civilización si son los actores d<strong>el</strong><br />

m<strong>el</strong>odrama? ¿Cómo mostrar las diferencias entre lo real y lo virtual (lo<br />

auténtico), entre lo que está sucediendo y lo que la psique interpreta que<br />

está sucediendo, entre la memoria y lo presente, entre la ilusión de lo<br />

futuro y <strong>el</strong> vivir <strong>el</strong> instante eterno? ¿Cómo podrían abrir los ojos si todo<br />

lo miran a través d<strong>el</strong> filtro (psique) que Civilización ha interpuesto entre<br />

los sapiens y la Realidad Real? [Ver Niv<strong>el</strong> 13, Aprendiendo a vivir, Peques<br />

geniales, Lulu on the bridge, Golfos de broma, Idiocracia, Blade, Planeta rojo, Antz,<br />

Poder absoluto, Y tú qué sabes, Replicant, Soldier, La c<strong>el</strong>da, Los Picapiedra,<br />

Conspiración. Como aperitivo, puede ser suficiente.]<br />

12


Sancho interrumpió <strong>el</strong> interrogatorio para remitir todas las preguntas<br />

a la mecánica quántica y para comentar que todos creyeron en la realidad<br />

auténtica d<strong>el</strong> armamento biológico letal y realmente era una patraña para<br />

poder masacrar y controlar <strong>el</strong> petróleo de Irak, ¡nada más!<br />

—¿Qué diferencia hay entre lo que está sucediendo y lo que la psique<br />

interpreta que está sucediendo? —se preguntó <strong>el</strong> escudero—. Todas; en<br />

la realidad de Matrix había armas de destrucción masiva y la realidad real<br />

confirmó que no existía ni una sola, ni debajo de las piedras ni en los<br />

búnkeres; sólo unos aerosoles y mata mosquitos.<br />

»Estoy consiguiendo abrir los ojos. Después d<strong>el</strong> aprendizaje recibido<br />

en las anteriores salidas acompañando al caballero de la Triste Figura, me<br />

he empezado a preguntar por <strong>el</strong> sentido real de muchas cosas.<br />

Pero don Quijote continuó con su plática sin reparar en <strong>el</strong><br />

comentario y <strong>el</strong> transcriptor se va a tener que pensar muy mucho si<br />

censura las siguientes intervenciones por lo que le pueda salpicar la<br />

simpatía.<br />

—<strong>El</strong> idioma —prosiguió B<strong>el</strong> Tenebrós— propició que los sapiens<br />

convirtieran lo real en verdadero/falso. En Civilización se puede cocinar<br />

cualquier acontecimiento para que sea cierto aunque realmente no<br />

suceda, igual que se puede afirmar que hay armas de destrucción masiva<br />

o gripe porcina aunque ni existan. Éste es <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> Cuarto Poder: <strong>el</strong><br />

desinfotenimiento (desinformación + entretenimiento). [Ver RKO 281,<br />

Ejecución inminente, Luna nueva. Leer la prensa de los últimos días, sean los<br />

que sean.]<br />

—¿A esto se refiere cuando dice que las cosas son como dios<br />

manda? Tanta prensa para no enterarse de ná.<br />

—Es sólo un ejemplo.<br />

—¡Sí! —exclamó <strong>el</strong> escudero con cierta alteración—; como lo de que<br />

la tierra es plana que finalmente no lo es. Después de tantos siglos<br />

machacando con lo mismo y resulta que se trata de una burda patraña<br />

que los sapiens sapiens se han querido creer. Pero anda que tragarse lo<br />

de la gripe A/H1N1… ¡Qué manera más metafórica de llamarles cerdos!<br />

Los comparan hasta en su más estricta intimidad «reportando» que<br />

comparten <strong>el</strong> mismo virus y además les vacilan diciéndoles que se lo<br />

pueden contagiar. Mire que son capaces de decirles que son los sapiens<br />

los que contagian la influenza a los cerdos y por eso los tienen que<br />

vacunar: para que no se les mueran sus adorables cerditos.<br />

13


—Ya lo han hecho. En Canadá ha aparecido un caso en <strong>el</strong> que <strong>el</strong><br />

porquero ha contagiado a sus cerditos.<br />

—¡Venga ya! No me vacile tanto desde <strong>el</strong> principio.<br />

—Los dioses están jugueteando con los esclavos. Lo vienen<br />

haciendo desde <strong>el</strong> Génesis [Ver Éxodo 10.] Antes les sobraban las<br />

langostas y ahora les caducan las vacunas en sus almacenes<br />

farmacéuticos; en vez de tirarlas, se inventan una gripe causalmente<br />

porcina y ¡a inyectar vacunas por un tubo!<br />

—Será con una jeringuilla. <strong>El</strong> tubo se lo embuten por otro lado con<br />

más rima y se llama supositorio.<br />

—He dicho «por» y no «con» así que presta atención.<br />

—Pongo mi atención en que las vacunas deben de tener algún daño<br />

colateral seguro. ¿Qué sabrán los sapiens sapiens d<strong>el</strong> contenido de los<br />

frasquitos inyectables y de las repercusiones en sus cromosomas? Pueden<br />

meterles cualquier cosa y las consecuencias serán para los pringados que<br />

se las pinchen. Nadie les obliga, los sujetos pasivos deciden libremente<br />

inyectárs<strong>el</strong>as después de haber sucumbido ante <strong>el</strong> miedo que les meten<br />

por un tubo. Deberían investigar <strong>el</strong> porqué de tanta alarma virtual y dejar<br />

de hacer chorradas inyectándose de todo.<br />

—<strong>El</strong> Tamiflú es una patente de Roche; si tiran de ese hilo y se<br />

enteran de todo <strong>el</strong> tejemaneje de las Farmacéuticas, los sapiens podrían<br />

percibir que están controlados con <strong>el</strong> miedo e infinidad de ingredientes<br />

más. Tirando de ese hilo concreto llegarían al «descubri-miento» de la<br />

Corporatocracia, <strong>el</strong> sistema que gobierna <strong>el</strong> mundo actual.<br />

—O la República Galáctica, como dicen en las p<strong>el</strong>ículas. [Ver la saga<br />

La guerra de las galaxias.] También lo ha llamado psicopatocracia ¿en qué<br />

quedamos? Si tiro d<strong>el</strong> hilo de las farmacéuticas ¿llegaría al final de la<br />

madriguera d<strong>el</strong> conejo?<br />

—No cites tanto las p<strong>el</strong>ículas que puedes despistar a los lectores de<br />

nuestra salida. <strong>El</strong> lobby farmacéutico no es <strong>el</strong> único cabo d<strong>el</strong> que tirar.<br />

Las armas, <strong>el</strong> petróleo, <strong>el</strong> narcotráfico, Hollycaustowood, <strong>el</strong> negocio de la<br />

carne y otros muchos hilos de Ariadna, te llevarían a constatar la t<strong>el</strong>a de<br />

araña que los dioses tienen tejida en la psique de los civilizombis (Ver <strong>El</strong><br />

señor de la guerra). Los quieren exterminar y por los indicios que se<br />

observan, puede que <strong>el</strong> proceso esté en su fase más descarada. Seguro<br />

que si hay otra epidemia, se la atribuirán a las ratas, <strong>el</strong> otro animal que<br />

utilizan en las fábulas divinas para personificar a los sapiens. [De entre<br />

las más famosas estr<strong>el</strong>las d<strong>el</strong> c<strong>el</strong>uloide utilizadas en dibujos animados y<br />

14


en p<strong>el</strong>ículas para metaforizar a los civilizombis, cerdos y ratas son las<br />

más repetitivas. (Ver Micky Mouse, Porky Pig y algunas más que saldrán en<br />

la Odisea; no es plan agobiar con tanta p<strong>el</strong>ícula parida por<br />

Hollycaustowood). [No me resisto a sugerir Babe, Stuart Little, ¡Joder, hay<br />

tantas…! Pero haré caso a la sugerencia d<strong>el</strong> narrador.]<br />

—Así que decir <strong>el</strong> final de la madriguera d<strong>el</strong> conejo puede<br />

despistar pero llamar t<strong>el</strong>a de araña a un entuerto fabricado con sogas,<br />

maromas y cadenas, es querer decir en sutil lo más burdo y descarado d<strong>el</strong><br />

planeta. Los civilizombis están tan controlados que podría afirmar que<br />

los tienen vigilados con un capullo de seda en vez de una t<strong>el</strong>a de araña.<br />

Por lo que dice de las ratas, se pueden volver a inventar otra peste negra<br />

cuyos protagonistas son las ratas, las transmisoras y las que se mueren.<br />

¿A qué se refiere con lo d<strong>el</strong> negocio de la carne?<br />

—Pues a eso.<br />

—Pero encuentro doble sentido en sus palabras y no quiero<br />

perderme las sutilezas o confirmarlas.<br />

—Si lo sabes ¿para qué quieres la confirmación? Hay que jugar un<br />

poco con la int<strong>el</strong>igencia Sancho, porque si no se queda oxidada. Ten más<br />

confianza en <strong>el</strong>la porque no está tan tonta como se cree tu psique.<br />

Cuando has dicho lo de las ratas negras, te has referido a dos bichitos<br />

muy diferentes en cuando al tamaño y a la morfología aunque lo que<br />

experimentan con unas se lo aplican a los sapiens; supones que los que<br />

después te lean, entenderán a la perfección que te referías a ambos y si<br />

acaso, más bien a los que están más tiempo de pie. También has dicho<br />

«con un capullo de seda en vez de una t<strong>el</strong>a de araña» y eso va con doble<br />

sentido o utilizas fatal <strong>el</strong> Programa Lenguaje. <strong>El</strong> contexto de tu frase<br />

pedía decir «en» y no «con» un capullo de seda. Si nos paramos a hacer<br />

una exégesis de todos los dobles sentidos, la conversación se pondrá<br />

densa, te quejarás por la pesadez y sentirás cómo <strong>el</strong> andalusí interviene<br />

en tu favor. Confía en la int<strong>el</strong>igencia de los otros que descifrarán todas<br />

las sutilezas sobre la marcha.<br />

—¿Cómo coge las cosas tan al vu<strong>el</strong>o? No se le escapan ni las comas.<br />

—Porque las dejas a huevo. Has deslizado que las protagonistas son<br />

las ratas, las transmisoras y las que se mueren, y con las que se mueren, te<br />

podrías referir a los roedores o a los que reciben su contagio con <strong>el</strong><br />

nombre de «Influenza ratina». Conociéndote, ya sé a cuáles te has<br />

referido.<br />

—¡Peste negra, utilice bien al Programa Lenguaje!<br />

15


¿Qué pintará Sancho corrigiendo al rey de las letras? ¿Se estará<br />

reb<strong>el</strong>ando, es un iconoclasta o sencillamente, está hablando claro? No<br />

creo que haga falta especificar <strong>el</strong> doble sentido que hay en la corregible<br />

expresión d<strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Qué doble sentido encuentras en lo d<strong>el</strong> negocio de la carne?<br />

— Conociendo como conozco a vuesa merced, algo tendrá que ver<br />

con la matanza indiscriminada de animales para ser engullidos después<br />

de despedazarlos y distribuirlos esterilizadamente envasados. La otra<br />

podría referirse al pecado de la carne, a que la corrupta realidad de<br />

Matrix prostituye a los que viven bajo su influenza aunque no lo sientan.<br />

— Ahora son tus palabras las que tienen doble sentido. Con que no<br />

lo sienten ¿dices que no lo perciben o que sabiéndolo se la suda?<br />

— Me refería a que no perciben lo prostituidos que están ni lo<br />

cobardes que son. Además, los que se enteran de que la cosa está muy<br />

chunga, continúan acojonados y callados, o sea, se la suda.<br />

— Ambos lobbies, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> sexo y <strong>el</strong> de las hamburguesas, pueden ser<br />

otros cabos d<strong>el</strong> hilo de Ariadna de los que poder tirar. Si te has enterado<br />

de las mentiras que se creen los civilizados ¿seguimos con los siguientes<br />

pasos o nos quedamos atascados?<br />

—«<strong>El</strong> hombre no es más que un gusano. Después he sabido más.<br />

Los humanos somos para los dioses como las moscas para los niños<br />

juguetones; nos matan para su recreo».<br />

—Pero Sancho ¡qué pronto empiezas hoy a citar! ¿Sabes lo que<br />

quiere decir o citas sin enterarte de nada, como los curas en latín?<br />

—Como se trata de Shakespeare, seguro que lo digieres mejor.<br />

—Ya sé que lo dice Gloster en <strong>El</strong> rey Lear pero no estoy seguro de<br />

que sepas lo que exactamente quise decir.<br />

—Pues siga con <strong>el</strong> t<strong>el</strong>ediario d<strong>el</strong> tejemaneje.<br />

—Gracias a la información, Imperio puede lograr que todo se<br />

interprete y reinterprete como dios mande. Tiene algunos esbirros que se<br />

encargan de dar la cara ante los civilizombis; Turner, Black o Murdoch<br />

pueden ser algunos de sus espantapájaros. EFE, PRISA o Reuters, e<br />

incluso Prision Planet, pueden ser sus nombres de paja.<br />

—Personajetes como Philip Falcone, Tim Simmons, Henry Merritt<br />

Paulson jr., Robert Rubin, Henry Kissinguer, George Soros o Richard<br />

Perle, ¿son también hombres de paja como ese otro trío de pringaos?<br />

Funcionan como las hormigas y <strong>El</strong> Programa les ordena lo que tienen<br />

que hacer.<br />

16


—¿Qué quieres decir?<br />

—Que atendiendo a ciertas órdenes, las hormigas cogen a los<br />

pulgones por <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo y los ponen a trabajar en árboles y matorrales, y<br />

esos terceros cogen a los civilizombis por <strong>el</strong> pescuezo o por la psique y<br />

los ponen a esclabajar.<br />

—Interesante comparación por lo insignificante de los personajes y<br />

además ¡qué buena memoria tienes! —dijo don Quijote sin comentar los<br />

piropos que Sancho dedica a los himenópteros.<br />

—¿Me está vacilando o qué?<br />

—No Sancho, te estaba f<strong>el</strong>icitando. Me sorprende que recuerdes<br />

tantos nombres tan raros en cast<strong>el</strong>lano y que después no recuerdes ni <strong>el</strong><br />

d<strong>el</strong> rey.<br />

—Por <strong>el</strong> momento de la f<strong>el</strong>icitación, podría estar entendiendo de<br />

todo menos un halago. Ha sido esta misma mañana cuando ha ultimado<br />

detalles y me ha puesto al día en cuanto a la ralea de algunos pajarracos<br />

de baja estofa con los que nos podremos encontrar. Tendría buena<br />

memoria si me los hubiera referido en la anterior salida pero habiendo<br />

sido hace un rato, me lo he tomado por lo irónico. Aunque no me entere<br />

de todo lo que dice, hay demasiadas cosas que se me quedan en la<br />

psique. No soy tan despistado como aparento señor don Quijote, es sólo<br />

un disfraz. Y si no fuera por esto, seguro que es porque <strong>el</strong> transcriptor<br />

me ha filtrado una pastilla roja en <strong>el</strong> guión y sus efectos se presentan<br />

desta manera tan eficaz.<br />

—Si hablaras con tanta soltura d<strong>el</strong>ante de la cara de esos estafernos,<br />

se van a encontrar en la encrucijada de partírt<strong>el</strong>a y, por simpatía, también<br />

me va a salpicar a mí, así que deja que <strong>el</strong> caballero Alcor los utilice como<br />

considere. No es lo mismo hablar de la esperanza de la Huerta, d<strong>el</strong><br />

zapatero de <strong>El</strong> país y d<strong>el</strong> astrónomo de Alcalá, que d<strong>el</strong> paquete bomba<br />

que acabas de confeccionar.<br />

—¿Pero si aparte de pringaos son, al parecer, unos mandaos?<br />

—añadió todavía <strong>el</strong> ingenuo escudero—. Mío señor, tiene razón, no sé<br />

que quiso decir Gloster exactamente y me temo que cito sin saber en mí.<br />

—No te preocupes Sancho. ¿Quieres que repasemos algunas claves?<br />

—De tantas habría que hablar, que cualquiera sabe por dónde<br />

empezar.<br />

—Tú dirás.<br />

—Pues empiece por algo gordo.<br />

—¿Te parece bien por <strong>el</strong> petróleo?<br />

17


—¡Qué viscoso se pone!<br />

—Como tantas cosas auténticas de la realidad de Matrix, <strong>el</strong> petróleo<br />

es un montaje cutre, desmontable, pero que tenían hilvanado con<br />

AK-47. (Comparándolo con los de su talla, algunos lo consideran <strong>el</strong> arma<br />

mortífera más efectiva.)<br />

—¡Menudos hilos utilizan los d<strong>el</strong> petróleo para zurcir sus chapuzas!<br />

—EEUU tiene todo <strong>el</strong> petróleo que quiere pero al creerse <strong>el</strong> sheriff<br />

d<strong>el</strong> mundo, como la Hispania de mi padre F<strong>el</strong>ipe II, enmascara mentiras<br />

de difícil digestión.<br />

—Ya me ha dicho que al igual que España está robando oro a punta<br />

de retropala de las Indias, las enigmáticas siglas harán lo mismo con <strong>el</strong><br />

oro negro d<strong>el</strong> mundo entero. Si hay piratas britanos que vacilan a la<br />

Armada Invencible, habrá piratas somalíes que vacilen a las Flotas d<strong>el</strong><br />

Mediterráneo y d<strong>el</strong> Índico. Esto ya me lo ha referido aunque no sepa<br />

exactamente qué representa. Veo la comparación pero no a los piratas<br />

que deben ser lo mejor de esta componenda: unos mendas «muertos de<br />

hambre» que desafían casi impunemente a la OTAN y al Imperio juntos;<br />

je, je ¿quién estará detrás de <strong>el</strong>lo? En fin, volviendo a lo que íbamos para<br />

que no se diga después que disperso los diálogos ¿qué más hacen aparte<br />

de robar <strong>el</strong> oro negro a los países en vías de desarrollo que lo poseen?<br />

—Obligarles a que compren su deuda. [Ver «La residencia de los dioses»<br />

en Las aventuras de Astérix; en La Odisea de Claro capítulo XII, página 270;<br />

en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, mamotretos XXI y XXII. He decidido<br />

obligarles a aceptar esa civilización.]<br />

—No creo que ni explicándose me entere pero cada vez que me lo<br />

cuenta, algo nuevo comprendo. Siga si quiere, que mi entender es más<br />

lento que <strong>el</strong> caballo d<strong>el</strong> malo.<br />

—Es sencillo Sancho; hay países a los que se les exprime <strong>el</strong> subsu<strong>el</strong>o<br />

para que los yacimientos propios se mantengan llenos (ver en Internet<br />

«Dakota Boomtown, Proud Bay»). Los países exprimidos sacan grandes<br />

beneficios por ser los dueños d<strong>el</strong> líquido negro y así la gente vive en Un<br />

mundo f<strong>el</strong>iz.<br />

—No se enrolle que a los países no les interesa la pasta gansa. <strong>El</strong><br />

dinero sólo le interesa a la people, ninguna otra especie es tan idiota<br />

como para creerse lo de la pasta. ¿Quién se queda realmente con <strong>el</strong><br />

money?<br />

—Han colocado a unos jeques que además de ser democráticos, sión<br />

los que se quedan con algunas de las migajas d<strong>el</strong> past<strong>el</strong>.<br />

18


—¿Y <strong>el</strong> pueblo soberano?<br />

—Seguramente les den un salario social para que traguen y callen.<br />

—Y además voten; si son democráticos, vuesa merced me ha<br />

contado que tienen que votar. ¿No se acuerda cuando me lo dijo por<br />

primera vez y pensé que los gobermangantes tenían a sus súbditos<br />

votando como saltimbanquis mientras que se tragaban sus mítines<br />

durante toooooooooda la campaña <strong>el</strong>ectoral?<br />

—En vez de pagarles con dólares, les pagan con deuda y los moros<br />

se quedaban tan contentos.<br />

—¿Cómo que se quedaban, esto es futuro o resulta que es pasado?<br />

—No Sancho, es que los moros se han dado cuenta d<strong>el</strong> «timo de la<br />

deudita» y se han puesto a comprar edificios y propiedades inmobiliarias<br />

diciendo que se metan su deudita por otro sitio.<br />

— Lo de la deuda y las subprime ya no cu<strong>el</strong>an ni pa'trás. ¿A quién se<br />

la meten ahora?<br />

—¿Ahora cuando es, ahora o cuando está sucediendo?<br />

—Yo que sé señor caballero, a cuando dios diga que sea.<br />

—A China.<br />

—¿Han conseguido engañarles como a chinos?<br />

—Sancho, estamos hablando de cosas muy serias así que no te<br />

pitorrees.<br />

—Perdón, pensaba que estaba de cachondeo.<br />

—Los chinos también se han dado cuenta que la deuda de EEUU no<br />

se soluciona ni con un milagro. Deben trillones de dólares…<br />

—¿A quién?<br />

—Yo que sé Sancho, seguramente a sí mismos. [Ver en You Tube<br />

The Money Masters.]<br />

—¿Ve como <strong>el</strong> que está de cachondeo es usted?<br />

—China ha llamado al orden a USA y le ha preguntado acerca d<strong>el</strong><br />

Amero; si van a desmonetizar <strong>el</strong> dólar, ¿qué van a hacer con tanta deuda<br />

en una moneda que puede desaparecer?<br />

—Comérs<strong>el</strong>a, aunque no creo que sea tan sabrosa como la pata<br />

negra. ¿Qué es <strong>el</strong> Amero?<br />

—Un rumor que existe en 3D. Canadá, USA y México pueden unir<br />

sus monedas para crear una cortina de humo que diluya <strong>el</strong> Apocalipsis<br />

d<strong>el</strong> $.<br />

—¿Cómo pasó con los sestercios d<strong>el</strong> Imperio Romano?<br />

—Exactamente igual que maravedises y sestercios.<br />

19


—Pues seguro que ahora se la cu<strong>el</strong>an a España.<br />

—¿A qué España te refieres ahora, querido Sancho? —bromeó con<br />

cierta ironía <strong>el</strong> caballero.<br />

—Pues me pasa como a vuesa merced, que ya no sé si a la de los<br />

validos o a la de los Psoerruptos; total, son lo mismo: una panda de<br />

ineptos psicópatas. ¿Qué más da que unos lo hagan con balidos y los<br />

otros con demagogias si las consecuencias son un desastre? Insiste en<br />

nombrar a los ciudadanos por <strong>el</strong> nombre de un país porque seguro que<br />

hay gato encerrado. Estos tejemanejes no los hace un país, lo causan las<br />

personas que dirigen ese país y en los que los mansos civilizombis ponen<br />

su entera confianza.<br />

—Es una manera de hablar Sancho —dijo don Quijote <strong>el</strong>evando un<br />

poco <strong>el</strong> volumen de la voz. Si escuchando <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> país se pueden<br />

dar algunos por aludidos ¿qué sería si dijera los españoles?<br />

Fue tan sonoro <strong>el</strong> neologismo (psoerruptos) d<strong>el</strong> escudero que<br />

pareció un estornudo de mocosos, y quizá por responderle, un palomo<br />

ha entrado en este campo sonoro. De entre toda la algarabía f<strong>el</strong>iz que<br />

montan las aves que vu<strong>el</strong>an por la Mancha de España, bueno, las que no<br />

vu<strong>el</strong>an también, destaca <strong>el</strong> reclamo de los palomos de una manera<br />

particular. Los mirlos cesan sus m<strong>el</strong>ismas y glissandos y los trinos y<br />

floreos de las golondrinas parecen desaparecer cuando <strong>el</strong> pichón entra en<br />

acción. Igual que los humanos diferenciamos sus sonidos de entre su<br />

Torre de Bab<strong>el</strong>, seguro que <strong>el</strong>los diferencian lo que expresan con sus<br />

cantos. Pero dejemos al escudero que algo quiere insertar de esto.<br />

—Ese pichoncete está ligando; como vos, también tiene su manera<br />

de hablar.<br />

—Menos mal que <strong>el</strong> transcriptor sabrá poner adecuadamente los<br />

signos de puntuación. ¿Y qué que esté ligando?<br />

—Que los pájaros se entienden, cada uno habla con su timbre la<br />

misma lengua y no se interfieren.<br />

—Pasa igual en toda la Naturaleza, hay armonía en vez de<br />

interferencias, hay sinergia en vez de entropía.<br />

—Si sufrieran la Torre de Bab<strong>el</strong> que sufrimos nosotros, les pasaría lo<br />

mismo, que no se entenderían.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Que cada ave tiene su sonido y todas se entienden. No cantan<br />

igual las urracas que los cuervos, los ruiseñores que los jilgueros, los<br />

gorriones que los estorninos, las cigüeñas que las garzas, incluso las<br />

20


avispas que los mosquitos. Conviven juntas en un mismo espacio y todas<br />

conocen su lugar en este mundo, tanto las oriundas como las<br />

inmigrantes. Son ejemplares.<br />

—¡Cómo te gustan los animales!<br />

—Si entre los miembros de la misma especie se inventaran los<br />

idiomas, padecerían <strong>el</strong> mismo síndrome que nosotros: que no se<br />

entendería ni dios. Sin embargo, cada especie habla con <strong>el</strong> timbre por <strong>el</strong><br />

que se reconocen sin querer diferenciarse los d<strong>el</strong> norte de los d<strong>el</strong> sur, los<br />

autóctonos de los emigrantes; así todas se entienden perfectamente y no<br />

tienen problemas. Con los sapiens es diferente.<br />

Es coherente lo que dice <strong>el</strong> escudero porque efectivamente, la Torre<br />

de Bab<strong>el</strong> es un fenómeno genuinamente civilizombi. Las aves se<br />

entienden tal y como dice <strong>el</strong> franciscano de Asís y <strong>el</strong> escudero de la<br />

Mancha y diría cualquiera que conciencia tuviera. ¿Para qué tantas<br />

lenguas si no nos enteramos ni con la nuestra? Cada ave tiene su propio<br />

timbre para expresar <strong>el</strong> lenguaje sonoro, igual que cada mamífero<br />

terrestre o marino, pero sus contenidos son comunes. Con las palabras,<br />

<strong>el</strong> canto de los sapiens, no pasa exactamente lo mismo. Naturalmente<br />

nos entendíamos con lenguajes más rápidos y sofisticados como la<br />

t<strong>el</strong>epatía pero ahora, nadie se entiende ni con uno mismo.<br />

Para no ser puntualizado por Sancho [en este aspecto como en casi<br />

todos tiene razón], añadiré dejando a las aves que no tienen Torre de<br />

Bab<strong>el</strong>, una puntualización más que no somos capaces de escuchar. De<br />

entre los aspectos que diferencian los atardeceres otoñales de los<br />

primaverales, los campos de cereales son hermosamente notorios.<br />

Cuando esos m<strong>el</strong>anomas en la pi<strong>el</strong> de Madre Tierra están verdes y son<br />

jóvenes, las espigas tienen una <strong>el</strong>asticidad y vigorosidad que permiten que<br />

se balanceen acompasadamente cuando las mece <strong>el</strong> viento. Parecen<br />

sincronizadas y ninguna va contra corriente. Se acarician, se tocan y esas<br />

sinapsis permiten la transmisión de sus mensajes. Se cuentan si viene<br />

alguna plaga o si las están fumigando, se cuentan si alguna lombriz hace<br />

cosquillas en sus pies o si los pulgones las están chupando la sangre. Se<br />

entienden a la perfección aun conviviendo en un espacio con altísima<br />

densidad de población. Cuando las sopla la brisa para que se cuenten sus<br />

cuitas y <strong>el</strong> sol está muy bajo, las ilumina y se ensombrecen formando olas<br />

verdes en la estepa. La sincronía de su acompasada danza y la b<strong>el</strong>leza<br />

cromática con la que se iluminan sus frecuencias facilita que la mente se<br />

21


transporte a otras dimensiones. Hasta en un m<strong>el</strong>anoma se puede<br />

encontrar encanto.<br />

—Este desbarajuste estacional que nos acabará volviendo locos a<br />

todos, hace parecer que vamos hacia <strong>el</strong> verano aunque sea otoño, y si<br />

existe un factor definitivamente clarificador para decidir en qué estación<br />

d<strong>el</strong> año estamos, los campos de cereales, ahora calvos y achicharrados,<br />

son <strong>el</strong> más descarado.<br />

—Imagino que nuestra nueva salida será precisamente para eso: para<br />

que vuesa merced solucione este entuerto y todos los que salgan por <strong>el</strong><br />

cirat (camino en árabe).<br />

—No sé qué cantidad de deuda tendrá España atesorada pero sé que<br />

parte d<strong>el</strong> PIB está sustentado en las subprime.<br />

—Con menuda porquería nos devu<strong>el</strong>ve al camino con <strong>el</strong> que<br />

estábamos. Aunque los sheriffs tengan su propio petróleo, chupan <strong>el</strong> de<br />

los demás para tener las despensas propias llenas y para que haya<br />

pringaos que les compran la deuda. Mire señor don Quijote que le sigo <strong>el</strong><br />

rollo porque sé que lo que me dice tendrá algún por qué, pero no se crea<br />

que me entero de toda esta palabrería. ¿No hay otra forma de presentar<br />

los aperitivos? [Ver Una mujer de negocios, Local Hero.]<br />

—<strong>El</strong> petróleo no es un aperitivo, es uno de los platos fuertes.<br />

—Y gracias a él, se controla a los sapiens requetebién ¿verdad?<br />

—Unos cuantos ponen <strong>el</strong> precio que les da la gana y 6.000 millones<br />

de esclavos: a tragar y callar. En pocos meses puede bajar <strong>el</strong> precio d<strong>el</strong><br />

barril un 66% sin ninguna causa aparente y no pasa nada, nadie se<br />

pregunta nada, nadie se mosquea nada.<br />

—¿Cómo que lo suben y lo bajan? Algo se tendrán qué inventar.<br />

—Más que <strong>el</strong> cómo, es <strong>el</strong> por qué. Se han inventado un mito, <strong>el</strong> peak<br />

oil, y así agarran a los sapiens por los huevos. Quien controla la energía<br />

controla a los sapiens. Al decirles que se va a acabar <strong>el</strong> petróleo, suben<br />

los precios hasta hipotecarles la nuez.<br />

—Entonces ¿para qué los bajan?<br />

—Si algún presidente no se porta como dios manda, se quiere salir<br />

de la OPEP y vende sus legítimos recursos petrolíferos en otra moneda,<br />

intentan como sea que vu<strong>el</strong>van al petrodólar porque si no, esto acabaría<br />

con los dólares. Pueden hacerlo como con Sadam, arrasando todo un<br />

país, o bajar los precios d<strong>el</strong> petróleo para hundir a los tres o cuatro<br />

díscolos que se salgan de la directriz. Publicitan una imagen de<br />

presidentes chungos para <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> mundo y la bajada de los precios<br />

22


d<strong>el</strong> crudo produce ahogamiento económico en los países que basan su<br />

economía en <strong>el</strong> petróleo. Esto provoca disturbios sociales y facilita la<br />

colocación de un presidente que sea tan sumiso como dios mande.<br />

—¡Vaya bucle vicioso y qué vulgar! Fíjese que creo que lo estoy<br />

entendiendo hasta yo. Lo d<strong>el</strong> peak oil es un cuento chino para hipotecar<br />

a los esclavos.<br />

—Es un cuento en <strong>el</strong> mundo entero. Acondicionan la mente de unos<br />

cuantos geólogos, los mismos que hace 400 años afirmaban que Madre<br />

Tierra era plana, para que subrayen sus tesis manipuladoras y engañan a<br />

los sapiens sapiens como a idiotas. Si existiera <strong>el</strong> peak oil ¿cómo es<br />

posible que bajen los precios d<strong>el</strong> petróleo ¡dos tercios!? Pero no creas<br />

que por eso bajan los precios de gasolinas y gasoil en la misma<br />

proporción; qué va, imponen a los esclavos que sigan pagando lo mismo,<br />

bueno, para no exagerar te diré que les rebajan unos centimillos. Hay<br />

muchos otros científicos que afirman que <strong>el</strong> petróleo no se acaba pero<br />

nadie quiere escucharlos.<br />

—¡¡¡Madre mía!!!, la que se puede organizar si los sapiens se enteran<br />

que la tierra no es plana.<br />

—De eso ya se han enterado Sancho.<br />

—Quería decir de lo d<strong>el</strong> peak oil. Los que afirman que la tierra no es<br />

plana son quemados en la hoguera.<br />

—Céntrate Sancho que nos vas a perder en <strong>el</strong> tiempo. ¿Cuándo<br />

estás?<br />

—Yo qué se, seguramente, cuando mi dios y creador decida tener a<br />

mi mente. No sé si necesito una brújula o un cronómetro.<br />

—Pues haz algo por ubicarla en <strong>el</strong> tiempo porque o queman a los<br />

que dicen que la tierra no es plana o queman a los que afirman que <strong>el</strong><br />

peak oil es un fiasco igual que la planicie terrestre o la versión oficial d<strong>el</strong><br />

11-S. Pero cada quema sucede en un tiempo.<br />

—¿Qué más da <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que sucede si lo que pasa es lo<br />

mismo?<br />

—¡Sí Sancho, pero tendremos que ubicarnos en <strong>el</strong> tiempo!<br />

—Bueno, quiere decir que Giordano Bruno habrá cambiado de<br />

nombre y las herejías de contenidos. Dependiendo de las modas, eres<br />

reb<strong>el</strong>de si dices que la tierra no es plana o si dices que lo d<strong>el</strong> peak oil es<br />

un farol.<br />

23


—Lo que quiero decir es que hay un tiempo para incinerar a los<br />

reb<strong>el</strong>des en las piras de la Sancta Inquisición y hay otro tiempo para<br />

meterles un tiro en la cabeza.<br />

—También hubo un tiempo en <strong>el</strong> que los crucificaban. Cualquiera<br />

que no diga «Beeeeeeeee~~» a las mentiras oficiales, se lo quitan de en<br />

medio. [Ver páginas 746, 747.] Es curioso que con tanta Torre de Bab<strong>el</strong>,<br />

esta palabra se pronuncie igual en todos los idiomas d<strong>el</strong> mundo. Los<br />

civilizombis han decidido creerse libremente lo d<strong>el</strong> peak oil, nadie les<br />

obliga a creerse estupideces tan mayúsculas. ¿No son sapiens sapiens?<br />

¿Pues qué hacen creyéndose semejantes majaderías? Si se creen que la<br />

tierra es plana ¿qué no se van a creer? A los primeros que me encuentre,<br />

les voy a reb<strong>el</strong>ar este arcano y si tienen algo que objetar, que me<br />

expliquen primero cómo ha bajado tanto <strong>el</strong> petróleo d<strong>el</strong> peak oil y que<br />

después me quemen públicamente.<br />

—Se lo creen todo Sancho; bueno, como se dice en La Odisea de<br />

Claro, menos que los burros vu<strong>el</strong>an.<br />

—Prefiero creerme lo de la tierra es plana a este sinfín de tonterías<br />

que me ha estado explicando y que como ve, no me entran en la cabeza<br />

ni a tiros.<br />

—Efectivamente, es muy cutre creer hoy día las versiones oficiales.<br />

Abstraer que la tierra no es plana es más complicado que comprobar en<br />

unos minutos que la desaparición de las Torres Gem<strong>el</strong>as ha sido la<br />

consecuencia de una demolición sincronizada. Está en audiovisual, se<br />

puede comprobar sentado cómodamente en casa y es gratis.<br />

—¿Quién controla todo esto?<br />

—Los dioses; mira Sancho que te temo y no inquieras todavía sobre<br />

quién será ese dios o esos dioses que controlan Civilización. Esta<br />

pregunta tiene tantas respuestas como metamórfico es y son los<br />

poliédricos personajes.<br />

—¿Se refiere a la lista de niñatos buenos que no he completado o a<br />

otros personajes más? ¿Se refiere a todas esas hermandades y<br />

congregaciones de <strong>el</strong>ite que se ponen un password alfagriego para<br />

diferenciarse?<br />

—¡No Sancho, no!; ya te he dicho que esos son hombres de paja,<br />

testaferros. Los que se dejan clasificar por letritas, son esbirros. Phi Beta<br />

Kappa, Sigma Alpha Epsilon, Kappa Alpha Theta, son equipos que<br />

juegan a que pintan algo, vulgares intermediarios.<br />

24


—Pero entre <strong>el</strong>los están las esposas de Bush (beta sigma), Cheney<br />

(beta omega) o Gates (beta rho) entre otras mujeres. No me está<br />

hablando precisamente de la basca que vive en Las Barranquillas<br />

(poblado de Madrid en <strong>el</strong> que se intermedia <strong>el</strong> caballo [heroína]). Pero<br />

hable para <strong>el</strong> vulgo que si no, no nos enteramos. ¿Es lo mismo testaferro<br />

que tirano y que espantapájaros?<br />

—Vale Sancho, vale. Resumiré que los dioses son los creadores de<br />

Civilización, los arquitectos de la realidad de Matrix —se explicó don<br />

Quijote al comprobar que <strong>el</strong> escudero estaba marchoso y lleno de<br />

energía, o sea, imposible—; algunos los confundirán con los miembros<br />

d<strong>el</strong> Club de Bilderberg o con los clanes que conforman los diferentes<br />

lobbies; otros los encasillarán entre los sionistas o los masones; para<br />

otros serán los Illuminati. Para ti podrían ser esos psicópatas proxenetas<br />

que has citado pero realmente están por encima de <strong>el</strong>los.<br />

»Los dioses son los que saben utilizar la potencialidad programable<br />

de la psique para que los civilizombis crean que dios es <strong>el</strong> concepto<br />

mediante <strong>el</strong> que se debía dar proporción a un patriarca, a un creador<br />

macho y señor de todas las cosas por los siglos de los siglos amén. Los<br />

dioses son la estirpe humana que se auto divinizó; se interpusieron entre<br />

los humanos y lo trascendental propiciando la idolatría politeísta y la<br />

monoteísta.<br />

»Por sorprendente que parezca —siguió <strong>el</strong> caballero para no dejar<br />

hablar a Sancho—, la limitada psique facilita la aceptación d<strong>el</strong> Orden<br />

Civilizado que al ser compartido por miles de millones de civilizombis de<br />

forma similar, se convierte en auténtico, pero no en real. En <strong>el</strong> año 2000,<br />

<strong>el</strong> pensamiento único habrá colonizado la psique sapiens y nadie se<br />

escamará con que todo esté tan controlado y jerarquizado, tan<br />

compartimentado y subdividido. A este espacio temporal es a donde nos<br />

trasladaremos en nuestra nueva salida, un escenario al que llamaremos<br />

realidad auténtica, realidad virtual o realidad de Matrix que en nada se<br />

parece a la realidad Real.<br />

—Como me ha enseñado a ser cuidadoso con los discursos<br />

—replicó Sancho «prudentemente» sin seguir tirando de la lista de los<br />

reyes Gold-os actuales—, me extraña que utilice la palabra «funcionar»<br />

para hablar de la vida f<strong>el</strong>iz de los sapiens. Funcionar se utiliza más bien<br />

para hablar de un movimiento mecánico, como una noria que da vu<strong>el</strong>tas<br />

alrededor de lo mismo sin saber lo que está haciendo. ¿Desde cuándo la<br />

vida se va a mecanizar para que todo <strong>el</strong> mundo sepa casi todo lo que le<br />

25


va a suceder: que se nace, se esclaviza, se reproduce y se jubilará antes de<br />

morir?<br />

—Dejemos de especular sobre lo que todavía no existe y espera a<br />

que sucedan los acontecimientos que tengan que ocurrir —recordó don<br />

Quijote—. Muchos de <strong>el</strong>los te extrañarán porque no entenderás <strong>el</strong><br />

porqué la especie humana se obstina en estr<strong>el</strong>larse contra Naturaleza por<br />

no querer tomar decisiones con sentido común. Recuerda que aquí uno<br />

no nace ni se jubila, sino que «eres creado» y existes.<br />

—Recuérdeme en este «aquí» al que se refiere, alguna cosita más de<br />

las que se cuecen actualmente para que sopese la clase de endriagos que<br />

vamos a acometer.<br />

—Podríamos hablar d<strong>el</strong> dinero pero creo que va a ser mejor que <strong>el</strong><br />

andalusí acuda a alguno de sus recursos didácticos y se explique de otra<br />

manera. Piensa en la decisión de querer recordar tantas cosas y<br />

tomémonoslo con más calma.<br />

—Mírese, señor caballero; cada uno es dueño de tomar sus propias<br />

decisiones y con la mía, acompañando la Odisea de vuesa merced,<br />

créame que tengo suficiente. Vos sabréis lo que sucede cuando uno se<br />

tropieza con eso que llamáis realidad de Matrix y la forma en la que se<br />

entabla tan singular entuerto. Yo la conozco sólo a niv<strong>el</strong> teórico y no sé<br />

si tengo ganas de experimentarla. Y no se preocupe tanto por la<br />

publicidad de los nenes buenos d<strong>el</strong> planeta que «aquí» no nos pueden<br />

matar: somos inmortales. (Ver Enrom, los listos de la clase; PNAC, Proyecto<br />

para <strong>el</strong> nuevo siglo americano.)<br />

Por la cabeza de don Quijote se pasó un sinfín de argumentos con<br />

los que aclarar a Sancho que conforme aumenta la hegemonía de<br />

Civilización, <strong>el</strong> ser humano atrofia su Naturaleza hasta perder <strong>el</strong> control<br />

de la vida para dejarla en manos d<strong>el</strong> Ego y d<strong>el</strong> Sistema. Pero como le<br />

pareció demasiado pronto para empezar con este tipo de explicaciones,<br />

decidió continuar con la descripción d<strong>el</strong> entorno en <strong>el</strong> que sucede la<br />

salida que está comenzando. Espacio tendrá Sancho para comprobar si<br />

es tan dueño de sus decisiones o si está encerrado en algún microcosmos<br />

como este, una fracción bidimensional d<strong>el</strong> Multiverso en la que no sólo<br />

se protegen d<strong>el</strong> potencial asesinato si no que la vida se concibe como su<br />

dios y creador manda; alguien al que, al parecer, se le conoce con <strong>el</strong><br />

nombre de Migu<strong>el</strong> de Cervantes [¿O Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i?].<br />

—Pues cuéntese —prosiguió don Quijote— que vagando por <strong>el</strong><br />

Multiverso, en una memorable ocasión desperté en la realidad de Matrix<br />

26


y acepté entablar una justa en <strong>el</strong> campo de batalla favorito de sus<br />

creadores, <strong>el</strong> tablero de ajedrez. Todo lo que me sucedía parecía tan irreal<br />

que pensé que lo que pasaba eran cuestiones que pertenecían a la ciencia<br />

ficción o al Retablo de las maravillas.<br />

—Parece que está alucinando.<br />

—¡Sancho! —continuó <strong>el</strong> caballero sin atender al comentario— has<br />

de saber que en la realidad de Matrix todo parece tan real que tienes que<br />

estar muy despierto y tener más de dos onzas de entendimiento para ser<br />

capaz de diferenciar la realidad aparente de Matrix de la realidad real. En<br />

esa realidad temporal, los terrícolas se llaman sapiens y subsisten cegados<br />

por <strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> bienestar a cambio de su propia esclavitud, eso sí,<br />

democrátizada. En esa realidad espacial, ¡nadie!, ni dioses ni esclavos,<br />

atiende al sentido común ni a los mensajes que Naturaleza expresa a<br />

través de la energía de Madre Tierra. En esa realidad d<strong>el</strong> Multiverso<br />

tendremos la ocasión de entender <strong>El</strong> retablo de las maravillas donde nuestro<br />

creador, llamado en esta ocasión Rab<strong>el</strong>ín, junto al transcriptor de<br />

nuestras famosas aventuras, contarán a la humanidad las maravillosas<br />

cosas que en él se enseñan; <strong>el</strong> que no pueda ver los caracteres y<br />

apariencias que se muestran en <strong>el</strong> retablo será porque tenga alguna raza<br />

de confeso o no sea habido y procreado de sus padres de legítimo<br />

matrimonio, como <strong>el</strong> hermano d<strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe.<br />

—¡Señor don Quijote! Si se empeña en hablarme de manera<br />

incomprensible para mis entendederas, sepa que lo más natural es que<br />

nada me venga a la comprensión. Como usted sabe, mi sesera es más<br />

bien achatada a diferencia de la de vuesa merced, al que la historia<br />

conoce como <strong>el</strong> Ingenioso hidalgo, así que debería explicarme toda esa<br />

palabrería que se escapa de mi comprensión y juicio. Hay arcaísmos<br />

como Civilización y civilizombis, realidad de Matrix o energía de Madre<br />

Tierra, que sólo recuerdo como eco que se diluye en <strong>el</strong> infinito silencio.<br />

»Sobre lo de los dioses… ¡dejémoslo para otro momento! y en<br />

cuanto a lo que dice de Juan de Austria, <strong>el</strong> hermano bastardo d<strong>el</strong> rey<br />

F<strong>el</strong>ipe II, es algo que conoce todo <strong>el</strong> mundo. Aunque sea insólito que un<br />

plebeyo como yo se convierta en heredero d<strong>el</strong> Imperio por arte de<br />

birlibirloque, a mí me da ánimos porque es lo único que alimenta mi<br />

esperanza: <strong>el</strong> gobierno de Barataria. Adoptando <strong>el</strong> argumento de uno de<br />

los cuentos d<strong>el</strong> patriarca Walt Disney, Jeromín se acuesta una noche<br />

siendo llano y se despierta al día siguiente convertido en real, en Juan de<br />

Austria, <strong>el</strong> hijo ilegítimo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> d<strong>el</strong> Imperio. Quién fuera realmente es<br />

27


mejor ni indagarlo porque ahora no existen las pruebas de ADN que den<br />

autenticidad, que no realidad, a las paternidades. [Ver Alex Raider:<br />

Operación Stormbraker.] Pero si voy a alcanzar <strong>el</strong> gobierno de la ínsula de<br />

Barataria como él consiguió <strong>el</strong> mando de la Liga Santa, bien merece la<br />

pena los du<strong>el</strong>os y quebrantos que padezco por vuesa merced. A decir<br />

verdad, si después de tantas desventuras todavía no he alcanzado <strong>el</strong><br />

gobierno de la esperada isla, ¿será porque lo que no sucede en <strong>el</strong> presente<br />

jamás se alcanza en <strong>el</strong> futuro o sería porque lo d<strong>el</strong> color azul de la sangre<br />

d<strong>el</strong> de Austria es tan invento como lo de Barataria y todo lo demás?<br />

—Para tener <strong>el</strong> ingenio tan achatado haces preguntas oportunas. Si lo<br />

miras con rigor histórico, en este caso es primero la gallina que <strong>el</strong> huevo:<br />

primero es Juan de Austria y después Disney, aunque <strong>el</strong> cuento sea<br />

siempre <strong>el</strong> mismo: sapo se convierte en príncipe. (Ver La Cenicienta o<br />

Shreek.) Los cuentos se utilizan para facilitar la promoción de ciertas<br />

limitaciones en la psique sapiens.<br />

—¿Se refiere a la monarquía? —preguntó prudentemente Sancho.<br />

—Por ejemplo.<br />

—En vez de alucinado, parece que se ha rallado con «por ejemplo».<br />

—Si necesitas más testimonios «científicos» para corroborar <strong>el</strong><br />

control que los dioses ejercen sobre los sapiens desde que son<br />

pequeñitos, pregúntas<strong>el</strong>o al dr. Freud al que conocerás en <strong>el</strong> transcurso<br />

de nuestra Odisea.<br />

»La monarquía es solamente una de estas sugestiones manejada en la<br />

realidad de Matrix de todos los tiempos de Civilización, es un invento<br />

más para pastorear a los sapiens. ¿Dónde dejó dios escriturado que una<br />

de sus pequeñas posesiones, España, tenía que ser heredada por los<br />

Austrias y después por los validos, para recaer finalmente en los<br />

Borbones? ¿En qué sentido común cabe que los reyes son los herederos<br />

directos de dios, o sea, que <strong>el</strong> príncipe F<strong>el</strong>ipe (IV) [¡no VI!] sea <strong>el</strong><br />

tataratarataratataranieto de dios?<br />

—En ninguna parte responde a la primera interrogación y en ningún<br />

sentido común a la segunda —se repitió <strong>el</strong> escudero sin percatarse de lo<br />

retórico de las preguntas.<br />

—Como dices, <strong>el</strong> juicio es lo que embota tu entendimiento y la<br />

esperanza lo que anula tu conciencia. Si a estos dos patrones les añades la<br />

absolutoria penitencia, entenderás <strong>el</strong> porqué d<strong>el</strong> letargo mental que<br />

atrofia la percepción de la realidad real. Olvídate de los juicios y deja que<br />

<strong>el</strong> ingenio vu<strong>el</strong>e a sus anchas. No seas impaciente porque para conocer la<br />

28


ealidad de Matrix se necesita un discurso progresivo. No se puede decir<br />

todo a la vez porque <strong>el</strong> propio idioma lo impide; otra cosa sería si<br />

hubiera t<strong>el</strong>epatía. No se pueden decir todas las cosas a la vez porque si<br />

de alguna manera podríamos definir <strong>el</strong> tiempo, es precisamente <strong>el</strong><br />

espacio que permite que todo no suceda en un instante, que no<br />

nazcamos, nos desarrollemos, nos multipliquemos y nos muramos en <strong>el</strong><br />

mismo momento. Si fuera así, saborear <strong>el</strong> vivir sería diferente.<br />

—Ahora que ya no sé ni si <strong>el</strong> juicio es un perjuicio o un prejuicio<br />

—revolvió Sancho sin saber que es lo mismo—; lo que sí sé es que todo<br />

esto es un galimatías. ¿Dónde está <strong>el</strong> principio?<br />

—Sólo en la realidad de Matrix existe <strong>el</strong> alfa y la omega, en la<br />

realidad Real está la Eternidad. Serena a la impaciencia que te corroe y<br />

aplaca a la curiosidad que te jode para permitir que las cosas sucedan<br />

como <strong>el</strong>las determinen su fluir y saboréalas tal y como aparezcan.<br />

Resumiré <strong>el</strong> significado de algunas palabras para complacer a tu interés.<br />

»La realidad de Matrix es la forma en la que los sapiens interpretan y<br />

conciben la vida en <strong>El</strong> Valle de Lágrimas insertado en Gaia.<br />

»Matrix es <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> intríngulis que pervierte la sinapsis<br />

interhumana.<br />

»Un civilizombi es un ente desorientado que se pasa la vida sin saber<br />

si quiere lo que quiere. Los civilizombis son los esclavos de los dioses.<br />

»Un virurrego es un ser que extingue su energía persiguiendo un ideal<br />

(zanahoria); no sabe para qué lo hace ni tampoco se conoce lo suficiente<br />

como para saber por qué lo desea. Los virurregos conforman la plaga<br />

sapiens. [Eugenia también utiliza virurrino (ver La Odisea de Claro).]<br />

»Un sapiens es alguien que fue rehén de lo futuro, está esclavo de su<br />

presente y será víctima de lo pasado.<br />

»Civilizombi (civilizado+zombi), Programa Smith, votanlavo<br />

(votante+esclavo), virurrego (virus+borrego), sapiens y otras denominaciones<br />

que surjan son sinónimos.<br />

»Subespecie suicida, subspecie aeternitatis o plaga sapiens son<br />

sinónimos también.<br />

»Civilización es <strong>el</strong> virus que ahoga la consciencia para que se<br />

conciban las cosas como dios manda.<br />

»Una zanahoria es cualquier espejito o fruslería que Matrix se<br />

encargan de colgar en <strong>el</strong> sistema operativo de los civilizombis (psique<br />

sapiens).<br />

29


»La psique sapiens es una pasajera o para ser más real, una polizonte<br />

en <strong>el</strong> cuerpo humano. Descartamos que sea la octava, como Alien, a<br />

favor de que sea la primera porque sabemos que es la primera<br />

consecuencia d<strong>el</strong> pecado original. En <strong>el</strong>la se almacenan los protocolos de<br />

funcionamiento de los civilizombis. Impide que <strong>el</strong> vivir fluya con<br />

naturalidad y provoca que cada día se convierta en una especie de guerra<br />

contra uno mismo, una p<strong>el</strong>ea entre <strong>el</strong> sentido común y la psique, entre <strong>el</strong><br />

ego y <strong>el</strong> alter ego, entre la química corporal y <strong>el</strong> orden interpuesto, entre<br />

la conciencia y la idiotez.<br />

»Imperio se encarga de v<strong>el</strong>ar para que las cosas sean como dios<br />

manda.<br />

»Democracia es <strong>el</strong> sistema creado por los dioses para ac<strong>el</strong>erar la<br />

descomposición de los Imperios. Es tan eficaz que imponen esta forma<br />

de control aunque para <strong>el</strong>lo tengan que utilizar la guerra.<br />

Microscópicamente, o sea, interpretada por la psique, Democracia es <strong>el</strong><br />

sistema político menos malo porque <strong>el</strong> pueblo juzga que pinta algo; así<br />

acepta «democráticamente» todo lo que le echan encima: impuestos,<br />

hipotecas, represiones, manipulaciones... Macroscópicamente, o sea, con<br />

una visión histórica de las versiones anteriores, Democracia es <strong>el</strong> sistema<br />

que gobierna las decadencias de Civilización: democracia ateniense,<br />

SPQR romano…; es un desastre que ac<strong>el</strong>era la corrupción.<br />

»La señal de Matrix es la correa y bozal con la que los esclavos se<br />

dejan encadenar; es como si dijéramos, la obligación que sienten de<br />

atarse la corbata al cu<strong>el</strong>lo.<br />

—¡BastaaaaaaggGG! —pidió Sancho con un grito para añadir—:<br />

¡Demos tiempo al tiempo!<br />

Y se hizo <strong>el</strong> silencio. <strong>El</strong> día continúa su andanza y tal y como es<br />

«concebible» hasta ahora, <strong>el</strong> sol sigue en <strong>el</strong> mismo lugar de todos los días<br />

aunque esté rotando a cientos de miles de kilómetros por hora. Madre<br />

Tierra gira a la misma v<strong>el</strong>ocidad y con la misma inclinación de siempre, <strong>el</strong><br />

ciclo d<strong>el</strong> día y la noche se suceden con los mismos intervalos y se sigue<br />

naciendo niños y muriendo de ancianos. Junto a esta realidad que parece<br />

inmutable, hay tantas cosas que están cambiando que referirnos aquí<br />

solamente a la temperatura no será por simplificar.<br />

Cualquiera que esté en este espacio compartirá que la templanza de la<br />

brisa invade todos los instantes d<strong>el</strong> presente y edulcora este momento d<strong>el</strong><br />

día en <strong>el</strong> que las hojas de los árboles dan menos sombra. Tanta<br />

tranquilidad aparente puede facilitar <strong>el</strong> olvido de que la pareja inmortal<br />

30


ha retomado <strong>el</strong> lance y se ha puesto a caminar. Después de lo dicho, lo<br />

que siga no tiene que alterar la serenidad de la brisa d<strong>el</strong> aire ni la psique<br />

de los mandamases. Que don Quijote y Sancho continúen con su salida<br />

es un argumento que confirma la afirmación de que no existe principio<br />

ni fin, existe la eternidad y durante <strong>el</strong>la, suceden las causalidades… y<br />

algunos hechos más.<br />

Si se fija la atención en esta particularidad es porque ahora son<br />

habituales los otoños primaverales, los inviernos estivales, las primaveras<br />

invernales y los veranos otoñales; algo que era inusual ha pasado a ser<br />

normal y casi nadie se pregunta <strong>el</strong> porqué de semejante alboroto<br />

medioambiental. ¿Sucederá igual con esta salida de la pareja inmortal<br />

diluyéndose en la fagocitante realidad de Matrix? Como d<strong>el</strong> futuro se<br />

sabe todo lo que se tiene que saber de él, que no se sabe nada, volvamos<br />

al entorno de la pareja inmortal ya que d<strong>el</strong> desbarajuste estacional se<br />

hablará cuando en <strong>el</strong> futuro literario sea ésta la realidad. [En <strong>el</strong><br />

restringido Multiverso tridimensional, ese «futuro» desconcertante es ya<br />

presente.]<br />

Ajenos a los entresijos d<strong>el</strong> dialogo entre escudero y caballero y<br />

desconociendo las templadas consideraciones d<strong>el</strong> narrador de esta salida<br />

inmortal, unos montadores profesionales terminaban urgentemente la<br />

construcción de unas casetas colocadas en la famosa plaza de los Santos<br />

Niños de Alcalá de Henares, ciudad célebre hasta ahora por usurpar <strong>el</strong><br />

lugar de nacimiento d<strong>el</strong> gran Migu<strong>el</strong> de Cervantes.<br />

Tenían prisa porque llegaba la hora de comer y no querían llegar<br />

tarde a tan sabrosa cita. Unos con <strong>el</strong> mono y otros en pantalones cortos,<br />

de las cinturas de todos cu<strong>el</strong>gan una bolsa con clavos y un martillo con<br />

los que ajustan las paredes y techos de las casetas de madera. <strong>El</strong> tañer de<br />

sus herramientas interrumpía <strong>el</strong> crotorar de las cigüeñas creando unos<br />

ritmos tan novedosos que llaman a la atención.<br />

Desde hace unos años,<br />

en este lugar de la Mancha<br />

cuyo nombre sí recordarán,<br />

se monta una fiesta grande<br />

para recordar una falsificación<br />

a la que se le puso una fecha<br />

y hasta <strong>el</strong> nombre de un santón:<br />

día 9 de octubre, san Cervantes.<br />

Lo que al parecer sucedió<br />

escogiendo aqu<strong>el</strong> santo día<br />

es algo que por alguna razón<br />

no sabrá ni <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

La retocada partida bautismal<br />

es la causa de la c<strong>el</strong>ebración<br />

y entre otros entretenimientos<br />

que se han ordenado padecer,<br />

en esta placeta de la Magistral,<br />

a colocar unos libros se van<br />

31


para poder vender después.<br />

Unos afanados en <strong>el</strong> trabajo,<br />

otros imaginando la festividad,<br />

aqu<strong>el</strong>los saboreado <strong>el</strong> menú d<strong>el</strong> día<br />

y la pareja que ha empezado a<br />

[dialogar.<br />

Podría parecer que cada uno<br />

está en su autista mundo<br />

pero esta brisa bondadosa<br />

que hasta aquí ha querido llegar,<br />

32<br />

unifica <strong>el</strong> mundo de todos<br />

en una fiesta que seguro al final<br />

igual que en Las aventuras de Astérix,<br />

todos juntos compartirán.<br />

Quizá alguno se pregunte<br />

cuándo se supone que es <strong>el</strong> «The End»,<br />

como si no se supiera desde hace siglos<br />

que igual que pasa con <strong>el</strong> principio<br />

es algo que siempre da lo mismo<br />

cuando se está en Eternidad.<br />

Por causas directas r<strong>el</strong>acionadas con esta parte de la realidad<br />

(supuestamente bidimensional) en la que se está fijando la atención, <strong>el</strong><br />

caballero no pudo ver <strong>el</strong> expresivo semblante que transmitía la sorpresa<br />

de Sancho cuando escuchaba hablar de la realidad de Matrix, de un<br />

civilizombi, un sapiens, una zanahoria, la democracia o <strong>el</strong> encadenarse<br />

con la corbata. Sin embargo, cualquier lector puede imaginar la cara que<br />

se le pondría después de haber satisfecho sinópticamente su curiosidad y<br />

de conocer la explicación de una docena de conceptos que podría<br />

entender de manera legítimamente diferente.<br />

Esta saciedad provoca una indigestión mental que aparece por todos<br />

los canales que exteriorizan <strong>el</strong> empacho, incluido <strong>el</strong> erizado de los p<strong>el</strong>os<br />

de los brazos d<strong>el</strong> escudero. De todo <strong>el</strong> Multiverso existente, creamos un<br />

universo particular o entorno personalizado cuando fijamos la atención<br />

en unos detalles y no en otros. En <strong>el</strong> universo de las palabras leídas se<br />

pueden observar nuestras propias reacciones, coincidan o no con las de<br />

Sancho Panza. ¿Por dónde saldrá <strong>el</strong> empacho que algunos sentirán la<br />

próxima vez que se aten a Matrix con una corbata en <strong>el</strong> pescuezo?<br />

La jornada continuaba su transcurso dejando atrás <strong>el</strong> mediodía. En la<br />

realidad auténtica de Matrix ya no basta con sentir los cambios<br />

estacionales, hay que int<strong>el</strong>ectualizarlos para reconocer si se está pasando<br />

<strong>el</strong> ecuador d<strong>el</strong> otoño o se encamina la primavera. En este caso, <strong>el</strong><br />

desbarajuste climático justifica la desorientación que se puede padecer<br />

cuando se es consciente de la moderación de los otoños manchegos; en<br />

otros casos, se piensa en tantas cosas a la vez que es difícil diferenciar<br />

cuándo se está sintiendo de cuándo se está pensando que se está<br />

sintiendo. No se sabe a ciencia cierta si los sapiens sienten cuándo están<br />

pensando o meditando, pero muchos sí son capaces de sentir que hasta


cuando creen que sienten, están «pensando»: son víctimas de lo pasado.<br />

Concentrarse en lo que se está haciendo facilita que <strong>el</strong> presente se viva en<br />

presente. Como de lo que trata <strong>el</strong> presente es d<strong>el</strong> tiempo atemporal, ya se<br />

ha informado de que vamos camino d<strong>el</strong> invierno y no d<strong>el</strong> verano en<br />

cuanto al presente de la estación se refiere; así que volvamos con la<br />

digestión de Sancho para interaccionar con la realidad.<br />

—La curiosidad —prosiguió don Quijote complaciendo la inquietud<br />

de Sancho en cuanto a lo dar tiempo al tiempo— es una de las<br />

características que ofuscan a los civilizombis y les impide recordar las<br />

experiencias que ya han vivido. Por esto, la historia se repite absurda y<br />

obstinadamente.<br />

—Predigiéram<strong>el</strong>o y recuérdeme.<br />

—Ya hemos hablado extensamente de Civilización y de la realidad<br />

de Matrix antes de resurgir a desfacer los entuertos que no pudimos<br />

resolver en nuestras anteriores salidas. Hemos aclarado <strong>el</strong> 11-S, la gripe<br />

aviar, <strong>el</strong> complot contra Kennedy, las vacas locas, <strong>el</strong> 11-M, la influenza<br />

porcina, la peste caballar o <strong>el</strong> acribillado de toros; conoces a los reyes<br />

Gold-os y un sinfín de cosas más. Ahora hay que decírs<strong>el</strong>o a la gente y a<br />

Matrix no le va a gustar.<br />

—Sé perfectamente que <strong>el</strong> Tribunal de la Santa Inquisición controla<br />

mortalmente casi todas las escapatorias existentes para los reb<strong>el</strong>des.<br />

—Pues bien —continuó <strong>el</strong> caballero como si hablara en otro<br />

tiempo—; ahora, mi maestro ha encontrado una grieta en <strong>el</strong> Sistema<br />

que va a permitir la difusión de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en <strong>el</strong> que están<br />

siendo escritas nuestras aventuras, nuestro intento de intercambio de<br />

sentido común y la reb<strong>el</strong>ación de arcanos al resto de la especie. Si no<br />

recuerdas algunos términos y los citas sin tener la seguridad de lo que<br />

significan, permite que sucedan los acontecimientos y utilízalos cuando<br />

los tengas completamente aclarados.<br />

—¡Así sea! —exclamó Sancho con una mezcla de ironía,<br />

circunspección y sin salir todavía d<strong>el</strong> asombro.<br />

—La prisa es otra de las características de los civilizombis que les<br />

induce a no darse cuenta o a que se den cuenta de las cosas tarde. [Ver<br />

en Google Video Battle at Kruger en Internet.] Cuando esto sucede es<br />

porque no se vive <strong>el</strong> presente, lo único que existe, para vivir <strong>el</strong> futuro,<br />

que es lo que precisamente no existe; por esto se dan cuenta demasiado<br />

tarde de que lo que existía realmente era <strong>el</strong> presente que se ha pasado. En<br />

demasiados casos necesitarán la muerte para darse cuenta de que han<br />

33


consumido la vida a cambio de la ilusión d<strong>el</strong> futuro en un más allá que<br />

no existe ni en Neverlandia (<strong>el</strong> Ci<strong>el</strong>o). Si permites que <strong>el</strong> espacio que<br />

ocupan todas las palabras que se escriban en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do se<br />

muestren con toda su amplitud, conocerás <strong>el</strong> testimonio de mi sobrina<br />

Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia que ha tardado 400 años en darse cuenta de lo que<br />

es la equivocación de estar en <strong>el</strong> lado oscuro de la vida. A lo largo desta<br />

nuestra última salida, entenderás que lo futuro es una de las muñecas<br />

rusas en la que los dioses tendrán acorralados a los civilizombis. Un<br />

personaje inmortal como tú debe de saber perfectamente que <strong>el</strong> futuro<br />

por exc<strong>el</strong>encia, <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o o <strong>el</strong> infierno d<strong>el</strong> más allá, no existe porque lo<br />

único que existe es lo que está existiendo, ¡nada más!<br />

—¡Y nada menos! —exclamó Sancho.<br />

Sancho se quedó atascado desde que su maestro había hilado <strong>el</strong><br />

significado de la palabra juicio —«lo que embota tu entendimiento»—,<br />

para esclarecerle <strong>el</strong> porqué de su ceguera. Le gustaban estas aclaraciones<br />

d<strong>el</strong> caballero porque eran las que más efecto le producían y más le hacían<br />

reflexionar. Él pensaba que <strong>el</strong> juicio era una difícil meta a alcanzar y<br />

resulta que valía para embotar la percepción de la realidad. Sancho<br />

también recordó la insistencia que había escuchado a su maestro cuando<br />

hablaba acerca d<strong>el</strong> sentido común V5. los juicios o las opiniones<br />

personales. Entendió que mientras que <strong>el</strong> uno estaba para percibir con<br />

claridad la existencia real, los otros estaban para perturbar la percepción<br />

de la realidad real a favor de la realidad de Matrix.<br />

Estando en éstas, pensó <strong>el</strong> porqué en esta coyuntura era primero la<br />

gallina que <strong>el</strong> huevo y por qué no podría ser al revés. ¿Quién será antes,<br />

Disney o Juan de Austria? Mientras que a Sancho no se le aclare la<br />

realidad atemporal, seguirá sin dar importancia al huevo o a la gallina<br />

porque sólo lo que está sucediendo es lo único que existe; cuando está <strong>el</strong><br />

huevo significa que es <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> huevo y cuando esté la gallina<br />

significará que es <strong>el</strong> suyo. A veces perdía parte d<strong>el</strong> discurso de su maestro<br />

cuando se quedaba encasquillado en alguno de sus pensamientos y se<br />

propuso cavilar menos para existir más. Pero <strong>el</strong> paseo por la floresta<br />

invitaba a la ensoñación y a la reflexión, y como estas tienen su propio<br />

ritmo vital, parte de los razonamientos de don Quijote quedaban en <strong>el</strong><br />

olvido.<br />

Hay algo que se ha quedado grabado firmemente en la memoria de<br />

Sancho y han sido unas palabras de su maestro que lo ha dejado<br />

34


colapsado. Al exteriorizar la ansiedad de saber las cosas antes de tiempo<br />

o con demasiada rapidez, don Quijote le ha calmado con una sugerencia:<br />

—Si tanta prisa tienes por conocer todos los mensajes y reb<strong>el</strong>aciones<br />

que se expresan en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en orden diferente al que se te<br />

están presentando, la solución es sencilla: no tienes más que salirte de<br />

entre las líneas en las que existes, recuperar <strong>el</strong> control de tu vida real,<br />

coger <strong>el</strong> libro con las manos y leerlo como gustes. Si quieres saber<br />

quiénes son los civilizombis, cómo es <strong>el</strong> entorno social en la decadencia<br />

de la Pax Americana en <strong>el</strong> 2005, cuál es <strong>el</strong> alcance de la extinción, cuándo<br />

la humanidad va a vivir su lado más oscuro y cómo va a ser su irracional<br />

reacción, no tienes más que dejar de ser un actor d<strong>el</strong> guión de estas<br />

páginas, abandonar tu inmortal protagonismo bidimensional y<br />

convertirte en un alfabetizado lector normal y corriente.<br />

—Me extraña de alguien tan versado como vuesa merced, que<br />

pronuncie rev<strong>el</strong>aciones con «b» y no con «v» como es habitual. Algún<br />

doble sentido debe esconder esta causalidad que seguro que será<br />

persistente, como la realidad artificial.<br />

—¡Qué oído más fino tienes!<br />

—Debe de ser la influenza auditiva d<strong>el</strong> transcriptor.<br />

—Cuando reb<strong>el</strong>aciones se refiera a Reb<strong>el</strong>día, aparecerá siempre con<br />

«b» [salvo despiste d<strong>el</strong> transcriptor] y si se refiere a las mentiras oficiales,<br />

estas rev<strong>el</strong>aciones aparecerán con «v», como en la Biblia.<br />

Sancho, como todos, considera que puede tomar decisiones, o sea,<br />

no se siente prisionero de los renglones en los que vive ni percibe que su<br />

vida transcurra encerrada en la imaginación de los lectores, <strong>el</strong> único<br />

espacio en donde puede vivir de momento. Así que entendió con<br />

dificultad la sugerencia de salirse de las líneas para enterarse de las cosas<br />

en <strong>el</strong> orden que él quiera; pero se le hacía aún más enigmático percibir la<br />

existencia de un lector que está viviendo en otra dimensión<br />

tridimensional y que pueda abrir y cerrar <strong>el</strong> libro a su antojo, leerlo en <strong>el</strong><br />

orden que le plazca, r<strong>el</strong>eer lo que necesite y descansar cuando su<br />

contenido le invite al silencio. Su cabeza no hacía más que dar vu<strong>el</strong>tas<br />

sobre quiénes serían esos leedores de sus famosas hazañas y la fracción<br />

d<strong>el</strong> Multiverso en <strong>el</strong> que estarían ocultos; por más que se fija, no es capaz<br />

de vislumbrarlos por ningún lado. Don Quijote le dice que los tiene<br />

encima siempre que está latiendo en la imaginación de alguien y que los<br />

ojos de los lectores están pendientes hasta de las comas con las que<br />

35


habla; pero por más que mira al ci<strong>el</strong>o, nunca atisba nada digno de<br />

apreciar.<br />

Como en otras ocasiones en las que se siente confuso, <strong>el</strong> escudero se<br />

pone a murmurar sus pensamientos y esto es lo que permite que yo los<br />

escuche y los transcriba en estas páginas. Esta vez se iba quejando y<br />

renegando de la existencia de los lectores y los comparaba con los dioses:<br />

seres que no se ven pero que deben de existir, manejar y controlar los<br />

libros o Civilización respectivamente. ¿O es que no existen ni lectores ni<br />

dioses? Quizá, si Sancho conociera a los lectores podría percibir a los<br />

dioses. <strong>El</strong> escudero no se siente prisionero de los renglones y los<br />

civilizombis no se sienten prisioneros de su mente porque nacieron en<br />

una prisión que no pueden saborear, ni oler ni tocar. Escuchemos lo<br />

que dice don Quijote a este respecto.<br />

—Ningún lector tridimensional va a negar su propia existencia por<br />

mucho que <strong>el</strong> personaje inmortal de una nov<strong>el</strong>a dude de su existir. Que<br />

te niegues a admitir la coexistencia de los lectores que pueden decidir<br />

cuándo leer o cuándo no leer y que posibilitan <strong>el</strong> que estés vivo, no<br />

implica que ningún lector tenga que renunciar a sus múltiples<br />

identidades, personalidades, egos ni existencias.<br />

—Entonces —se defendió <strong>el</strong> escudero—, para que los civilizombis<br />

presientan la existencia de los dioses tendría que suceder un milagro de<br />

los que no suceden o tomar la decisión de querer abrir los ojos y percibir<br />

que, efectivamente, los dioses son los que han creado <strong>el</strong> lado oscuro de la<br />

vida controlando <strong>el</strong> funcionamiento de la psique.<br />

—Estábamos hablando de ti, Sancho —recordó <strong>el</strong> caballero con<br />

soniquete—; deja a los civilizombis en paz. Ocúpate de la viga de tu ojo,<br />

atiende a tu cárc<strong>el</strong> lineal y olvida la prisión mental de los sapiens.<br />

—Lo estaba haciendo pero me lo pone tan chungo… He entendido<br />

desta manera o al menos así se pasean por mi mollera sus palabras que<br />

quieren decir: existen unos lectores sapiens sapiens que pasan de que yo<br />

esté encerrado en este lugar, este zulo, esta prisión, esta realidad o<br />

como usted quiera llamarla. Sin embargo, yo no puedo pasar de los<br />

lectores que también están encerrados en una prisión para sus mentes: la<br />

realidad de Matrix. ¡Reivindico la igualdad!<br />

—No es cuestión de igualdad, es cuestión de que cada uno se tiene<br />

que liberar de sus cárc<strong>el</strong>es; la tuya se llama libro.<br />

—¿Y las de <strong>el</strong>los? —p<strong>el</strong>eaba Sancho todavía.<br />

—¿Qué más da las de los otros?<br />

36


<strong>El</strong> caballero hizo un alto en <strong>el</strong> camino, bajaron de sus monturas y<br />

consiguió lo que la situación requería: Sancho se dispersó. Es normal que<br />

todo <strong>el</strong> mundo se fije en la paja ajena y no en la viga propia porque todo<br />

<strong>el</strong> mundo sabe que es lo que se hace desde los tiempos de mi señor. Esto<br />

no sólo denuncia la hegemonía d<strong>el</strong> ego sino que podría ser uno de los<br />

indicadores que aclaren <strong>el</strong> encarc<strong>el</strong>amiento d<strong>el</strong> civilizombi. Cuanto más<br />

cegato se está, menos posibilidades hay ni de darse cuenta de lo<br />

patológico que es fijarse en lo d<strong>el</strong> otro. Seguro que antes de que se<br />

c<strong>el</strong>ebre la fiesta final, don Quijote hace entrar en razones al escudero.<br />

Don Quijote aprovechó para acariciar <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo y la cabeza de<br />

Rocinante y Sancho quitó unas semillas recubiertas de una cascarilla con<br />

púas que se entremetían entre los p<strong>el</strong>os de las patas d<strong>el</strong> pollino. Quizá no<br />

se sepa todavía exactamente quién es <strong>el</strong> narrador y en qué Multiverso<br />

está oculto pero a diferencia de Sancho, puedo asegurar que para<br />

cualquier lector es normal coger <strong>el</strong> libro y leerlo en <strong>el</strong> orden que se<br />

presenta o en <strong>el</strong> que él quiera. A ver si al final, todo va a ser una cuestión<br />

dimensional y no int<strong>el</strong>ectual. ¿Por qué no lo responde científicamente la<br />

mecánica quántica?<br />

Tantas dudas llevaron a Sancho a pensar que si no entendía lo que<br />

era la Cuarta Dimensión de la que su maestro le ha hablado en tantas<br />

ocasiones, es porque primero tendría que liberarse de su deuteragonismo<br />

bidimensional sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> para llegar a ser un lector tridimensional;<br />

más tarde se plantearía traspasar la puerta tetradimensional. Don Quijote<br />

expone las materias con realismo pero las presenta de manera sencilla<br />

para que se pueda penetrar en <strong>el</strong>las con rapidez; esto propició que <strong>el</strong><br />

discípulo sintiera la coexistencia de un Multiverso exterior a todo lo que<br />

concibe, que entendiera <strong>el</strong> alcance dimensional y que dedujera que su<br />

propia limitación e indecisión es lo que le impide existir fuera de las<br />

muñecas rusas. Con este buen paso, siguieron la marcha después de<br />

cabalgarse.<br />

—Ser <strong>el</strong> protagonista inmortal de la nov<strong>el</strong>a <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don<br />

Quijote de la Mancha —pensaba Sancho en voz alta— exige vivir<br />

encerrado en una muñeca rusa llamada libro, por muy inmortal que sea.<br />

Esta realidad es plana y bidimensional.<br />

—<strong>El</strong>emental querido Sancho —f<strong>el</strong>icitó <strong>el</strong> caballero.<br />

—También le he entendido que ser protagonista o más bien, ser <strong>el</strong><br />

actor de reparto d<strong>el</strong> montaje Civilización, es vivir encerrado en una<br />

muñeca rusa llamada realidad de Matrix que además, de inmortal no<br />

37


tiene nada de nada: esclavo corriente y moliente, o para usar términos<br />

políticamente correctos: ¡sujeto pasivo etiquetado y numerado! Viven en<br />

una realidad mentalmente plana y tridimensional. ¿Podría algún<br />

civilizombi negar este punto?<br />

—Para liberarse no son necesarias comparaciones; libérate tú<br />

primero y verás lo que pasa después. Si cada uno se ocupa de liberarse a<br />

sí mismo, la Reb<strong>el</strong>ión es un hecho.<br />

—Para liberarse quizás no pero para <strong>el</strong> socorro d<strong>el</strong> entendimiento,<br />

quizás sí son necesarias las comparaciones. Ya sé que lo único que hay<br />

que hacer para liberarse es tomar una decisión y la Ley de la Atracción se<br />

encarga de lo demás, pero o no me lo he creído todavía o es que estoy<br />

con la duda de despojarme de la inmortalidad.<br />

—También puede ser que creas que debe de ser un milagro y lo dejes<br />

en manos d<strong>el</strong> más allá. Lo único que necesitas para poder leer <strong>el</strong> libro a<br />

tu antojo y en <strong>el</strong> orden que quieras es tomar una decisión, nada más. No<br />

olvides que a la Ley de la Atracción no se le engaña y te puedes auto<br />

recompensar con la Ley d<strong>el</strong> Karma.<br />

Sancho está inquieto porque ha entendido claramente que las Puertas<br />

Dimensionales existen y que sólo es cuestión de querer abrir los ojos<br />

para observarlas y tomar la decisión de traspasarlas. Vive tan f<strong>el</strong>iz en su<br />

mundo dimensional que no quiere creer en lo que sabe acerca d<strong>el</strong><br />

tridimensional.<br />

Los sapiens saben perfectamente que sus vidas están al margen d<strong>el</strong><br />

guión bidimensional de este libro y que no sólo pueden leerlo en <strong>el</strong> orden<br />

que consideren sino que pueden optar por no leerlo. Evidentemente,<br />

saben y creen que existe <strong>el</strong> mundo bidimensional porque si no, no<br />

estarían leyendo. Viven también f<strong>el</strong>ices en su mundo tridimensional y no<br />

se quieren creer lo que saben d<strong>el</strong> Multiverso Atemporal. Los sapiens son<br />

capaces de entender <strong>el</strong> microcosmos en <strong>el</strong> que está encerrado Sancho<br />

pero pueden ser incapaces de percibir que son las cobayas d<strong>el</strong> laboratorio<br />

Civilización. Bueno, quizá lo puedan intuir pero se pueden negar a<br />

querérs<strong>el</strong>o creer, como Sancho.<br />

—Vuesa merced me ha dicho que los sapiens podrían al menos<br />

considerar si subsisten esclavizados interpretando <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de paria que<br />

Imperio les impone: nacen, se esclavizan, crecen, se multiplican, se<br />

mueren y hasta se van al más allá. Esto no me molesta nada porque <strong>el</strong>los<br />

sabrán. Pero <strong>el</strong> intríngulis de la cuestión comienza cuando me dice que<br />

debería considerar si merece la pena subsistir esclavizado por una fama<br />

38


que acarrea <strong>el</strong> daño colateral de perderme <strong>el</strong> Multiverso Atemporal.<br />

Tomar la decisión de cortar con <strong>el</strong> cordón umbilical que encadena a la<br />

realidad de Matrix es una cuestión de cada uno. ¿La mía es cortar con la<br />

nov<strong>el</strong>a?<br />

Sancho estaba desconcertado porque intuía e incluso entendía «algo»<br />

pero no se decidía a creérs<strong>el</strong>o y estaba paralizado. La fama es muy golosa<br />

y hace con un humano lo que le da la gana. Don Quijote respondió así:<br />

—Al igual que cada cual toma la decisión de querer nacer en <strong>el</strong><br />

momento que lo decide (y así sucede si la madre o la ciencia no imponen<br />

sus caprichos), también cada uno necesita decidir cuándo y cómo cortar<br />

con la señal de Matrix para desertar de la esclavitud. Nadie puede tomar<br />

la decisión por nadie, los Caballeros Andantes de la Orden de la Paz sólo<br />

podemos mostrar la puerta.<br />

Para un lector civilizado es insignificante la limitación bidimensional<br />

de Sancho y bastantes problemas tiene como para solidarizarse con su<br />

restringida vida. Para un narrador asalvajado podría ser insignificante la<br />

limitación tridimensional de los civilizombis pero no es así aunque así<br />

haya sido.<br />

—Los Caballeros Reb<strong>el</strong>des hemos permanecido ocultos porque los<br />

sapiens adoran a los Caballeros Jedis que son la cara bonita de los Siths,<br />

no sus antagónicos. Estamos ante la encrucijada de la humanidad y la<br />

reacción natural sería que la especie humana se reuniera en torno al<br />

sentido común como originalmente lo estuvo gracias a la consciencia de<br />

la conciencia. Es indiscutible que hasta ahora, los dioses han conseguido<br />

deslumbrar a los sapiens con becerros de oro o zanahorias tras las que<br />

corretean dejándose la vida. Es indiscutible que los dioses han<br />

conseguido hasta ahora pastorear a los virurregos gracias a la ceguera que<br />

facilita la psique. Es indiscutible que se podría entender como un éxito la<br />

inter-imposición de la sugestiva realidad de Matrix por haber conseguido<br />

que miles de millones de civilizombis crean en <strong>el</strong>la y la compartan.<br />

—Pero en realidad se sabe que es un desastre —interrumpió Sancho.<br />

—¿Sabes lo que dices o te estás dejando controlar por <strong>el</strong><br />

subconsciente?<br />

—Señor caballero, no se pase un p<strong>el</strong>o que cuando estamos en la<br />

metarrealidad de Matrix es un negro <strong>el</strong> que nos escribe <strong>el</strong> guión. Ponga<br />

un ejemplo de los infinitos desastres que nos acompañan y comprobará<br />

si sigo su discurso o me estoy dejando controlar por <strong>el</strong> subconsciente.<br />

39


—<strong>El</strong> caso de la colza es algo que se ha enterrado sin que se sepa<br />

realmente qué sucedió, como con <strong>el</strong> 11-M, <strong>el</strong> Yak 42 y con más de un<br />

montón. Los ciudadanos que son testigos coetáneos de lo que está<br />

pasando, aceptan las versiones oficiales, como si alguien se las pudiera<br />

creer, y después de unas semanas, a la mayoría se les ha olvidado (ver<br />

Reglas de compromiso.) Cuando la desvergonzada Justicia hace su aparición<br />

tarde y mal, unos pocos siguen <strong>el</strong> caso, otros se entretienen con los<br />

atentados de Bali o Bombay y nadie exige que se cuente la realidad. Así<br />

es la historia de Matrix Sancho: la evolución de una falsedad tras otra.<br />

—Este espeso acontecimiento es algo que ha sucedido entre nuestra<br />

última salida y la «póstuma» así que refrésqueme la memoria.<br />

—La intoxicación d<strong>el</strong> Síndrome Tóxico, que según la Administración<br />

afectó a más de 30.000 personas (otras fuentes <strong>el</strong>evan la cifra a 75.000) y<br />

mató a más de mil, no fue causada por <strong>el</strong> aceite de colza. Médicos,<br />

periodistas, abogados e investigadores independientes, afirman que no<br />

hay ni un solo dato epidemiológico ni toxicológico que demuestre que<br />

fue <strong>el</strong> aceite. Como siempre, los científicos que apoyan la versión oficial<br />

dicen que sí, como los geólogos d<strong>el</strong> peak oil o los de la tierra es plana. <strong>El</strong><br />

Síndrome Tóxico es la epidemia más grande que ha habido en Europa<br />

después de la 2ª Guerra Mundial.<br />

—Y si no fue <strong>el</strong> aceite ¿qué pudo ser?<br />

—La mano negra Sancho.<br />

—¿No me responde porque le da susto o porque me va a soltar<br />

muchos datos?<br />

—Es que fue la misma mano negra que mece los mismos hilos de los<br />

mismos títeres psicópatas que gobermangonean en <strong>el</strong> planeta tierra.<br />

—Pues su<strong>el</strong>te nombres que me placerá escuchar sus palabros.<br />

—Muchos apuntan a que fue <strong>el</strong> mal uso de los organofosforados que<br />

se utilizaron (y utilizan) en las plantaciones bajo plástico de tomate de<br />

Almería.<br />

—Pronto empezamos con los nombres que atragantan al alma.<br />

—También sostienen que no sólo hubo negligencias por parte de un<br />

agricultor sino que la intoxicación podría ser la consecuencia de un<br />

experimento militar mal dirigido.<br />

—Y sobre todo digerido.<br />

—Sin que se pueda saber la r<strong>el</strong>ación con lo militar, porque seguro<br />

que es materia y sumario reservado, los investigadores afirman que la<br />

40


Administración ha mostrado un gran interés para que no se sepa la<br />

realidad.<br />

—Es que lo mismo fueron los Servicios Secretos. Y claro ¿cómo se<br />

va a saber lo que hicieron si son secretos?<br />

—<strong>El</strong> Dr. Luis Front<strong>el</strong>a Carreres…<br />

—¿<strong>El</strong> de las niñas de Alcasser?<br />

—…«asegura ante quien sea que la intoxicación no fue causada por<br />

<strong>el</strong> aceite de colza». <strong>El</strong> Dr. Antonio Muro Fernández Cavada era director<br />

d<strong>el</strong> Hospital d<strong>el</strong> Rey de Madrid cuando empezó la epidemia oficialmente<br />

<strong>el</strong> 1 de mayo de 1981. <strong>El</strong> Dr. Muro fue <strong>el</strong> primero en señalar la pista de<br />

los organofosforados y <strong>el</strong> primero en atender a las víctimas atribuidas a<br />

ese aceite concreto. Denunció que desde la Administración, obligaron a<br />

los afectados a mentir en algunas ocasiones afirmando, bajo juramente4o<br />

ante la Constitución y seguramente la Biblia, que habían consumido<br />

aceite de colza si querían cobrar las indemnizaciones. <strong>El</strong> chantaje y la<br />

coacción son herramientas que utilizan los democratizados<br />

gobemangantes psicópatas integrados.<br />

—Ya me ha contado que mentir por unas monedas de plata es un<br />

binomio que encaja perfectamente en estas morales tan paganas, igual<br />

que sé que quedan algunos ciudadanos con honor que se convierten en<br />

cabezas de turco por no tragar y callar.<br />

—Este médico se puso a hacer preguntas <strong>el</strong>ementales pero<br />

políticamente no correctas: «¿Cómo es posible que se intoxiquen unos<br />

miembros de la familia y otros no si comían lo mismo? ¿Cómo es posible<br />

que hubiera afectados que no habían consumido jamás este aceite?»<br />

—¿No tuvieron respuesta?<br />

—La Administración no ofreció al Dr. Muro ni la más mínima ayuda<br />

para que realizara la investigación y ante preguntas y conclusiones tan de<br />

premio Nob<strong>el</strong>, los gobemangantes le hicieron un regalo mayor: <strong>El</strong> 15 de<br />

mayo de 1981, sólo dos semanas después, se le notificó su cese como<br />

director d<strong>el</strong> Hospital d<strong>el</strong> Rey.<br />

—¿Es que estaba implicado <strong>el</strong> rey?<br />

—Lo conocerás así que pregúntas<strong>el</strong>o a él. Lo dejaron que viviera<br />

hasta primavera de 1985 (murió en extrañas circunstancias) y hasta ese<br />

momento, <strong>el</strong> Dr. Muro no paró de repetir que <strong>el</strong> alimento que causó la<br />

intoxicación estaba contaminado por una mezcla de pesticidas, entre los<br />

cuales estaba, probablemente, <strong>el</strong> Nemacur y <strong>el</strong> Oftanol.<br />

41


—Ya sabía yo que habría palabros gruesos. Para hacerse las<br />

importantes, las farmacéuticas imponen estos absurdos nombres en las<br />

medicinas de los pobres enfermos<br />

—No son medicinas Sancho, son pesticidas.<br />

—¿No es lo mismo? Tal y como me ha enseñado ¡tiremos d<strong>el</strong> hilo!<br />

—¿Qué quieres saber?<br />

—<strong>El</strong> dueño de las patentes.<br />

—Bayer.<br />

—Ante la iglesia hemos topado, querido don Quijote.<br />

—Al aparecer y debido a la publicidad de algunas noticias dispersas,<br />

<strong>el</strong> gobierno creó <strong>el</strong> Plan Nacional d<strong>el</strong> Síndrome Tóxico (PNST) para que<br />

se encargara de tapar, censurar, obstruir y manipular cualquier<br />

información descontrolada.<br />

—No me extraña, es lo que hacen siempre.<br />

—Pusieron de directora d<strong>el</strong> tinglado a Carmen Salanueva<br />

—¿La que robó mil millones d<strong>el</strong> BOE?<br />

—Dicen que robó mil millones d<strong>el</strong> BOE y que murió en la cárc<strong>el</strong><br />

por <strong>el</strong>lo o no se sabe por qué.<br />

—Pues que aprendan los actuales Zaplanas, Pepiños, Camps, Fabrás,<br />

Julianes, Rocas y demás, no sea que vayan por <strong>el</strong> mismo camino.<br />

—<strong>El</strong> PNST montó un grupo de epidemiólogos para que afirmaran<br />

científicamente lo que querían imponer al pueblo soberano:…<br />

—¿Soberano de qué, d<strong>el</strong> chupito mañanero que se toman?<br />

—…que la causa era <strong>el</strong> aceite.<br />

—¿Por cojones o por casualidad?<br />

—Entre <strong>el</strong>los, surgió un matrimonio disidente que, lejos de<br />

encontrar la más mínima r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> aceite, descubrieron profundas<br />

lagunas epistemológicas y contradicciones en los datos que utilizaban los<br />

gobermangantes para imponer la tesis d<strong>el</strong> aceite. <strong>El</strong> matrimonio Clavera-<br />

Martínez presentó sus conclusiones a la que la justicia encarc<strong>el</strong>ó después<br />

y se horrorizó en un principio; pero en la rueda de prensa que ofreció<br />

días más tarde, Salanueva volvió a afirmar que <strong>el</strong> aceite era la causa.<br />

—¿Cuánto le untarían para que mintiera? Lo mismo nada y lo hizo<br />

porque era una psicópata empedernida. ¿Por qué la mataron?<br />

—No sé si la mataron, se sabe que murió; quizá amenazó con tirar<br />

de la manta.<br />

—¡Qué casualidad!<br />

42


—La pareja investigó los circuitos de comercialización y concluyeron<br />

que «no había la más mínima coherencia territorial ni espacial». Ese<br />

matrimonio bien avenido puso un dato sobre la mesa: «sólo un tres por<br />

1.000 (mil) de los consumidores d<strong>el</strong> aceite sospechoso estaba afectado<br />

por <strong>el</strong> síndrome inventado.<br />

—Igual que con la influenza porcina.<br />

—En junio de 1984,…<br />

—¡Qué casualidad!, <strong>el</strong> mismo año que da título a un sugestivo libro<br />

que parecía una fábula de ciencia ficción, y resulta que se ha quedado<br />

anticuado.<br />

—No interrumpas tanto Sancho que me voy a perder con la<br />

literatura causal.<br />

—Eso es imposible. A vuesa merced no le despista ni la mujer de<br />

rojo.<br />

—Efectivamente, <strong>el</strong> año en <strong>el</strong> que esa nov<strong>el</strong>a política de ficción<br />

distópica (utopía perversa) profetizaba que <strong>el</strong> Gran Hermano iba a ser<br />

algo más que un cutre programa de la t<strong>el</strong>evisión, <strong>el</strong> matrimonio de<br />

epidemiólogos presentó sus conclusiones ante la OMS (Organización<br />

Mundial de la Salud).<br />

—Pensaba que ere un mantra utilizado para la meditación. ¿Y qué<br />

pasó?<br />

—Que <strong>el</strong> presidente de esa Comisión de investigación optó por<br />

interrumpir la reunión.<br />

—¡Qué raro!<br />

—¡Qué irónico!<br />

—Es que siempre es igual y al menos, deje que me lo tome con<br />

cierto sentido d<strong>el</strong> humor no sea que me intoxique, no con <strong>el</strong> aceite, pero<br />

sí con la corrupción.<br />

—¿De los gobermangantes o de la OMS?<br />

—De los dos. En 1984, <strong>el</strong> coron<strong>el</strong> Wiston Smith es <strong>el</strong> «presidente»<br />

de un planeta en <strong>el</strong> que se controla hasta a las agujas que se pierden en <strong>el</strong><br />

pajar. Es un cerdo. ¿No le parece una casualidad que esta referencia salga<br />

en plena crisis gorrina?<br />

—Céntrate Sancho que si no, las dispersiones nos perderán por otros<br />

laberintos. Ahora no estamos en 1984, estamos en la realidad de Matrix y<br />

aquí, los años no son como en los libros, que se pueden dar saltos;<br />

mientras que la realidad de Matrix está sucediendo tridimensionalmente,<br />

43


es <strong>el</strong> 2009. Puede que Orw<strong>el</strong>l fuera algo más que un profeta que sabía<br />

desde hace muchos decenios cómo iba a terminar todo esto.<br />

—¡Qué casualidad, acertó con lo de la influenza gorrina! ¿Cómo lo<br />

pudo saber?<br />

—Algunos se dedican a saber.<br />

—¿Quién más se dedica a saber?<br />

—Nos vamos a dispersar antes de terminar.<br />

Ante la cara de Sancho, <strong>el</strong> caballero no pudo evitar darse un garbeo<br />

con otro de los que se creen que saben, como <strong>el</strong> pringao de Merovingio<br />

en Matrix. [Ver Matrix III.]<br />

—Mira que tiene un nombre raro ese tío y ¡qué difícil debe ser bien<br />

pronunciarlo!<br />

—Su<strong>el</strong>te, que a mi no me dan miedo los tacos.<br />

—Zbigniew Brzezinski…<br />

—Es verdad que parece <strong>el</strong> nombre de un alien. ¡Qué raro suena eso!<br />

¿No se estará equivocando y será <strong>el</strong> apodo de un pesticida?<br />

—…escribió, entre otras muchas joyitas, <strong>el</strong> libro Between two ages.<br />

Corrían los años 70 y…<br />

—¿Los años 70 de qué siglo?<br />

—D<strong>el</strong> XX Sancho. ¿Querías saber de alguien más que se dedica a<br />

saber o querías comprobar mi paciencia?<br />

—Disculpe.<br />

—En algún lugar d<strong>el</strong> interior de ese libro de cuya página no puedo<br />

acordarme, se decía más o menos así: La tecnotrónica conduce a una<br />

sociedad gradualmente más vigilada. Esa sociedad estará controlada por<br />

una <strong>el</strong>ite. Pronto será posible tener continuamente vigilado a cada<br />

ciudadano y obtener datos de su vida personal. Esos archivos estarán<br />

controlados por las autoridades.<br />

—¿Sigue en activo ese tío?<br />

—Sí Sancho, sí. Aparecerá durante nuestra salida.<br />

—¿Y eso lo decía ¡en 1970!? ¿Cómo será en <strong>el</strong> actual 2009, 40 años<br />

después?<br />

—Mucho más heavy que la ciencia ficción. Ahora, <strong>el</strong> rebaño está<br />

controlado, monitorizado, vigilado; no se puede mover un dedo ni soltar<br />

un balido sin que se enteren <strong>el</strong>los.<br />

—¿Y para qué quieren controlar a los borregos?<br />

—Porque nos están esperando. Los borregos no les interesan lo más<br />

mínimo, su vigilancia es un daño colateral; los controlan con <strong>el</strong> miedo y<br />

44


por eso se inventan la gripe porcina y la aviar, <strong>el</strong> SIDA y <strong>el</strong> caviar, <strong>el</strong> peak<br />

oil y <strong>el</strong> cambio climático, <strong>el</strong> terrorismo audiovisual y todas esas<br />

pamplinas. Pero saben que los reb<strong>el</strong>des vamos a resurgir y a nosotros sí<br />

que nos van a querer tener controlados los más de 85.000 segundos que<br />

tiene aproximadamente un día.<br />

—¿No vamos ni a poder cagar en la intimidad?<br />

—Han convertido Madre Tierra en <strong>El</strong> gran hermano y como digas una<br />

palabra de más, te ponen un satélite para saber los granos que te<br />

revientas y las partes d<strong>el</strong> cerebro que se te activan ante ciertos estímulos.<br />

—Prefiero que termine con la mentira de la colza, <strong>el</strong> invento d<strong>el</strong><br />

Síndrome Tóxico, los experimentos militares secretos y la<br />

comercialización de productos farmacéuticos que se confunden con los<br />

pesticidas, a que siga con <strong>El</strong> gran hermano. Está claro que los balidos de<br />

los borregos no interesan, pero si dices que no a la versión oficial de lo<br />

que sea, en <strong>el</strong> mejor de los casos te cesan de tu puesto de esclavo; y si te<br />

pasas un p<strong>el</strong>ín más, te cesan la vida. Si no les contaron la realidad ¿cómo<br />

podrían haber evitado más intoxicaciones? ¿Qué puede hacer la gente<br />

ante una pandemia así?<br />

—Tragar, callar y votar.<br />

—Explíquese.<br />

—Tiempo tendrás para entenderlo si todavía no lo has querido<br />

entender. Vamos a intentar terminar con este pequeño capítulo de la<br />

infamia, que la salida quiere continuar su propio pulso. En ese momento,<br />

España estaba negociando su entrada en la entonces CEE (ahora UE) y<br />

estas informaciones podrían tener graves repercusiones en <strong>el</strong> sector<br />

hortofrutícola d<strong>el</strong> país. «Se falsificaron datos y se metieron diversos<br />

gobiernos para taparlos».<br />

—O sea, que a los gobermangantes, los ciudadanos les importamos<br />

un rábano.<br />

—¿Ahora te enteras? Ya eres mayorcito Sancho, deja de<br />

comportante como un idiota y de creerte cualquier cosa que te digan.<br />

—Al revés. Desde ahora, lo que haré más bien es que cualquier cosa<br />

que me digan los títeres gobermangantes, corruptos y farsantes, las voy a<br />

mandar a tomar por… algún sitio junto a sus señorías y sus traseros.<br />

¡Qué mezquinos son! ¡Qué asco! ¿Cuántos muertos costó tapar todo esto<br />

para meternos en la boca d<strong>el</strong> diablo, quiero decir, en la UE?<br />

—Escucha la científica frase que dijo <strong>el</strong> entonces ministro de sanidad<br />

Sancho Rof.<br />

45


—¿No me diga que es mi tocayo que me cambio de nombre ahora<br />

mismo? Seguro que diría una majadería más a las que nos tienen<br />

acostumbrados esos tiparracos.<br />

—«Es un bichito tan pequeño que si se cae, se mata».<br />

—Esto me está dando demasiado asco como para continuar. ¿Le<br />

parece que pasemos a otra cosa?<br />

—Tú sabrás Sancho, <strong>el</strong> interesado eras tú.<br />

—Pues no entiendo cómo puedo tener interés en conocer las<br />

gorrinadas que dicen los ministros.<br />

—No es así exactamente Sancho. Estás interesado en conocer <strong>el</strong><br />

tejemaneje de los estados y sobre todo, a la casta de títeres corruptos y<br />

psicópatas que mangonean en <strong>el</strong> gobierno de esta nación, una porción de<br />

la b<strong>el</strong>leza de Madre Tierra convertida en corrupción. Hasta <strong>el</strong> propio<br />

CESID investigó <strong>el</strong> caso por si se hubiera tratado de un experimento con<br />

armas químicas.<br />

—¿Y eso?<br />

—Porque <strong>el</strong> Sarín, <strong>el</strong> Somán o <strong>el</strong> Tabún son organofosforados<br />

desarrollados por Bayer (conocidos también como agentes VX) y que<br />

mantienen a los civilizombis acojonados. No es de extrañar porque su<br />

uso, ya sea por los terroristas virtuales o por los experimentos de los<br />

militares, tiene consecuencias mortales. Son productos neurotóxicos que<br />

bloquean la acción de la colinesterasa y se desboca la acetilcolina, una<br />

sustancia que cuando se desequilibra, destruye <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong><br />

sistema nervioso.<br />

—Entonces, <strong>el</strong> Síndrome Tóxico ¿fue por la colza o por los<br />

pesticidas de los servicios secretos o de los militares? —preguntó Sancho<br />

despistado porque esto no lo puede entender ni dios—. La tierra no<br />

puede ser plana y no serlo a la vez.<br />

—De momento Sancho, de momento. [Leer <strong>El</strong> montaje d<strong>el</strong> Síndrome<br />

Tóxico.]<br />

—Resúmame alguna información más de éstas que me ha gustado.<br />

—<strong>El</strong> aspartamo es un edulcorante ampliamente utilizado y que<br />

ingieren especialmente los niños a través de sus golosinas preferidas:<br />

chicles, caram<strong>el</strong>os y postres; tiene efectos carcinogénicos tan alarmantes<br />

que ha llevado a la EFSA (Agencia Europea en Seguridad Alimentaria) a<br />

tomar cartas en <strong>el</strong> asunto.<br />

—No se embale que me pierdo. Me está diciendo que hay un<br />

edulcorante legal que pudiera o pudiese provocar dolores de cabeza,<br />

46


epilepsia y tumores de cerebro… No lo entiendo, sobre todo, que sea<br />

legal.<br />

—Legal es lo que los que controlan la chapucera Matrix quieren que<br />

sea legal, como también estigmatizan ciertas sustancias naturales con la<br />

sentencia de ilegales. Tras la ingestión, <strong>el</strong> aspartamo en sí no entra en <strong>el</strong><br />

flujo sanguíneo sino que se descompone en <strong>el</strong> hígado en tres<br />

metabolitos: ácido aspártico, fenilalanina y metanol; <strong>el</strong> metanol se<br />

descompone en formaldehído. La enzima que se encarga de esta<br />

metabolización no está en <strong>el</strong> intestino sino en <strong>el</strong> hígado y esta<br />

transformación aumenta la concentración de fenilalanina en la sangre.<br />

También produce una serie de compuestos tóxicos, las fenilcetonas, que<br />

producirán síndromes tóxicos en los ignorantes que lo ingieren que<br />

podrán traducirse en niños con retardo mental o adultos con trastornos<br />

int<strong>el</strong>ectuales (caracterizados por un cociente int<strong>el</strong>ectual inferior a 20).<br />

—¿No me diga que los sapiens sapiens tienen <strong>el</strong> cociente int<strong>el</strong>ectual<br />

más bajo de la historia por meterse edulcorantes pa'l body?<br />

—Los niv<strong>el</strong>es de fenilalanina se encuentran aumentados en ciertas<br />

enfermedades como la hipertensión portal, la cirrosis biliar primaria y la<br />

cirrosis hepática. Tiene la habilidad única de bloquear ciertas enzimas,<br />

como las encefalinasas en <strong>el</strong> sistema nervioso central, y se encarga de<br />

degradar hormonas naturales parecidas a la morfina. La fenilcetonuria<br />

(primera enfermedad genética descubierta), es una alteración d<strong>el</strong><br />

metabolismo en <strong>el</strong> que la fenilalanina hidroxilasa desaparece impidiendo<br />

que <strong>el</strong> aminoácido fenilalanina se pueda convertir en tirosina. Esta<br />

fenilalanina no natural provoca un desarreglo profundo en <strong>el</strong> equilibrio y<br />

armonía corporal que desemboca en cánceres varios. Fíjate si puede ser<br />

p<strong>el</strong>igroso que tienen la obligación de indicarlo en la composición d<strong>el</strong><br />

producto en <strong>el</strong> se utilice para que los enfermos de fenilcetonuria no lo<br />

consuman.<br />

—Casi prefiero quedarme como estaba porque con tan gruesos<br />

palabros no me entero de nada; pero no sé si mi curiosidad o mi interés<br />

me llevan a saber más. Si lo considera necesario, embóteme con más<br />

datos.<br />

—Te añadiré otro entuerto que utilizan con las vacas en un breve<br />

evang<strong>el</strong>io: <strong>El</strong> mundo según Monsanto. Para que las vacas produzcan más<br />

leche de la que pueden producir intensivamente, las inyectan la hormona<br />

de crecimiento genéticamente modificada: Posilac.<br />

—Que imagino que será de Monsanto.<br />

47


—También llamada rBGH o rBST, no lo sé y me da lo mismo, esta<br />

hormona fue aprobada por la Agencia de Alimentación y Medicamentos<br />

de EEUU en 1993 y entre otros efectos secundarios, la mastitis e<br />

infecciones en las ubres pueden producir leche con pus.<br />

—¡Qué apetitosa se pone la cosa!<br />

—Esta alfabética hormona sintética aumenta los niv<strong>el</strong>es de la<br />

hormona IGF-1 de un 70% a un 1.000%, una hormona esencial para<br />

establecimiento y mantenimiento de los tumores, llegando a aumentar <strong>el</strong><br />

crecimiento y agresividad de éstos.<br />

—No siga señor caballero que ya me imagino que algunos sapiens<br />

están sólo mosqueados por los posibles efectos que esta hormona<br />

producirá en sus organismos y otros, ni si quiera se enteran.<br />

—¿No quieres recordar lo d<strong>el</strong> Lipobai?<br />

—¡Basta don Quijote, tiempo muerto!<br />

—<strong>El</strong> control antinatural de los dioses es tan monstruoso que<br />

Naturaleza ha decidido <strong>el</strong> objetivo de la próxima extinción: la especie<br />

humana.<br />

Los sapiens sapiens no se quieren enterar de nada: ¿porque no son<br />

humanos? ¿porque se dejan controlar por <strong>el</strong> subconsciente? ¿porque<br />

padecen cretinismo? Para no decirlo todo de golpe, dejemos que <strong>el</strong><br />

tranquilo discurrir de Sancho sea <strong>el</strong> hilo de Ariadna que nos saque<br />

suavemente d<strong>el</strong> laberíntico «Laboratorio Civilización».<br />

Cuando la mente está dispersa<br />

entre clavos y martillazos,<br />

no se puede pedir al olmo<br />

que le tengan que colgar peras.<br />

Sea sólo por coherencia<br />

y por no perder la paciencia,<br />

a nuestros carpinteros alcalaínos,<br />

que realmente son montadores<br />

y trabajan con tóxica materia,<br />

no se les va a pedir imposibles<br />

porque lo que realmente cu<strong>el</strong>ga<br />

de cuerpos tan serranos y cetosos,<br />

y para no ser errata también c<strong>el</strong>osos,<br />

lágrimas de <strong>el</strong>iminación son<br />

parecidas en forma a las peras<br />

y un martillo d<strong>el</strong> cinturón<br />

que se les clava en las piernas.<br />

48<br />

Que hu<strong>el</strong>a tan mal <strong>el</strong> sudar<br />

si de agua se debería casi de tratar,<br />

no es porque los currantes sean guarros,<br />

es que comen como descerebrados.<br />

La toxemia que se meten p'al body<br />

es de magnitud tan cru<strong>el</strong><br />

que todas las paredes digestivas<br />

con mocos estás protegidas.<br />

¿Quién es <strong>el</strong> guapo y atrevido<br />

que se atreve a decir a estos tíos<br />

que están muy equivocados<br />

al dejarse tratar como cobayas<br />

que forman parte de un inmenso,<br />

terrible y viral experimento<br />

que es una cárc<strong>el</strong> para mentes<br />

que nacieron en cautiverio<br />

como ratas de laboratorio


que jamás salen de dentro?<br />

Sin saber lo que pueda suceder<br />

fuera d<strong>el</strong> laberinto ¡Civilización!<br />

ni tampoco estar interesados<br />

en tirar d<strong>el</strong> hilo de Ariadna,<br />

los montadores o carpinteros<br />

están dándole que te pego,<br />

tantas horas monótonas d<strong>el</strong> día,<br />

eternas pero por muy aburridas,<br />

que hasta <strong>el</strong> ego de los cojones<br />

está hastiado de sí mismo<br />

y sobre todo, todo, todo<br />

¡¡hasta los huevos está de todo!!<br />

Esto es por lo que se ha dicho<br />

que por desgracia y para colmo<br />

grafiosis pueden tener los olmos<br />

pero nunca jamás colgar peras<br />

higos, manzanas ni molocotones.<br />

¡Qué mentes tan huidizas,<br />

las d<strong>el</strong> homo faber y <strong>el</strong> sapiens<br />

que solo están afanadas,<br />

secuestradas y controladas,<br />

civilizombis e hibernadas<br />

dando martillazos a lo mismo,<br />

la misma piedra d<strong>el</strong> propio destino,<br />

sin tener energía suficiente<br />

para reaccionar ante la encrucijada<br />

de la portentosa humanidad<br />

que manda <strong>el</strong> destino al carajo<br />

y la vida vu<strong>el</strong>ve a la paz.<br />

Seguramente y para su desdicha<br />

jamás se han planteado<br />

que la especie humana al completo<br />

pueda ser extinguida<br />

igual que los dinosaurios.<br />

Sancho recordó que efectivamente, habían hablado de la razón de esta<br />

salida pero su ceguera le obligaba a querer obtener <strong>el</strong> gobierno de la<br />

ínsula Barataria al precio que fuera, incluso <strong>el</strong> de su vida; por eso pasó<br />

por alto muchas de las consideraciones y aclaraciones previas. Así que se<br />

hizo <strong>el</strong> propósito de entender y recordar todo lo que don Quijote le<br />

narrara aunque tuviera que preguntar hasta <strong>el</strong> infinito para aclarar todos<br />

los términos de la Odisea en la que estaba participando. Nos<br />

acordaremos de esta decisión cuando se manifiesten sus consecuencias<br />

interrumpiendo <strong>el</strong> discurso sin ton ni son.<br />

También rememoró que en alguna ocasión había escuchado que lo<br />

d<strong>el</strong> color azul de la sangre se interpretó como un distintivo de los<br />

herederos de dios hasta que se convirtió en una de las características que<br />

permitían diagnosticar la intoxicación sanguínea. Así que una vez<br />

confirmada la artificiosidad de tantas cuestiones sagradas, se le prendió la<br />

chispa que encendía la lucidez d<strong>el</strong> sentido común determinando que la<br />

invención de las mentiras debía de estar más presente en la cosmovisión<br />

de la existencia que la propia realidad real. Cuando Sancho descifraba<br />

una pieza d<strong>el</strong> jeroglífico azuzaba al rucio que había reencontrado en las<br />

cuadras reales después de su misteriosa desaparición. Así que ad<strong>el</strong>antó al<br />

caballero al que daba muestras de su regocijo para después volver a su<br />

49


posición en la retaguardia. Como don Quijote desconocía <strong>el</strong> significado<br />

de tan efusivas demostraciones, prosiguió diciendo:<br />

—Debes de estar perdiendo algún ingrediente d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato, querido<br />

Sancho, porque realmente no encuentro nada digno de contento. Como<br />

te iba diciendo, cuando desperté en la realidad de Matrix era un<br />

momento en <strong>el</strong> que la divina demencia impedía la reacción de los dioses<br />

y la ceguera de la psique mantenía paralizados a los sapiens. Así que<br />

movido por mi liberalidad, me tuve que dirigir directamente a las gentes<br />

de la Matrix que los parió que a esas alturas ya andaban escamadas<br />

pensando en qué era real y qué era lo auténtico o por decir más bien, en<br />

qué era lo verdadero. Como si algo tan falso como lo verdadero pudiera<br />

haber existido jamás. Desta manera comencé a prologar a la raza de los<br />

civilizombis que subsistían interpretando la realidad bajo los protocolos<br />

de Civilización:<br />

50<br />

Como cuento de antemano con la incredulidad de unos y con <strong>el</strong><br />

rechazo más radical de otros, desde <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que quede<br />

aclarada mi identidad real todos sabréis quién os está hablando. Por<br />

supuesto que estas palabras pueden ser reales y no verdaderas, o sea,<br />

que puede que se esté escogiendo una forma de decir algo y que esta<br />

sea la adecuada o que sea rechazada. <strong>El</strong> único criterio para plantear la<br />

dicotomía real/verdadera es para aclarar que se ha escogido la opción<br />

real para expresar las circunstancias que están sucediendo<br />

simultáneamente a las páginas de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Si por<br />

extraordinario que interpretéis que puede ser, decidís atribuir la<br />

autoría de estas páginas a don Quijote y concebís que él es <strong>el</strong> que<br />

realmente está pulsando en este instante las teclas d<strong>el</strong> ordenador, <strong>el</strong><br />

entendimiento y asimilación d<strong>el</strong> libro será rápido porque <strong>el</strong> sentido<br />

común es <strong>el</strong> canal de comunicación más fugaz de todos los que<br />

existan, incluido <strong>el</strong> ADSL. Para los que os dejéis acompañar por la<br />

sencillez argumental de este libro en <strong>el</strong> que se cuentan historias, lo<br />

que ahora está sucediendo realmente es la utilización de<br />

protagonistas inmortales para explicar de lo que trata mi Odisea. Así<br />

que los civilizombis necesitaréis saber desde <strong>el</strong> principio que <strong>el</strong> que<br />

os habla es <strong>el</strong> Caballero don Quijote, <strong>el</strong> alias de salteador d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de<br />

conocido en la realidad de Matrix como <strong>el</strong> príncipe Don Carlos y<br />

después como Cervantes y Shakespeare. Los que naturalmente opten<br />

por este principio coincidirán con la realidad real. Puede ser<br />

demasiado pronto para hacerse una idea precisa de quién es <strong>el</strong> que


habla ni quién <strong>el</strong> transcriptor de estas palabras pero habrá espacio<br />

suficiente para explicarse. Mientras tanto, que <strong>el</strong> Príncipe don Carlos,<br />

<strong>el</strong> Caballero don Quijote, Cervantes y Shakespeare compartan <strong>el</strong><br />

mismo hardware será un dato significativo a tener en cuenta desde<br />

ahora.<br />

En este momento se está gestando <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. En <strong>el</strong><br />

futuro que no existe aunque éste sí que exista, <strong>el</strong> resto de sapiens<br />

leeréis <strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> libro si mi maestro <strong>el</strong> Caballero Alcor de<br />

Castilla al-Andalusí cumple su compromiso. Si permite que las<br />

decisiones se realicen, se encargará de la difusión d<strong>el</strong> libro y los<br />

lectores podréis completar parte de la memoria que os ha sido<br />

borrada por los dioses. Por mucho que pase <strong>el</strong> tiempo, si mi maestro<br />

no hace lo que tiene que hacer que es lo que se supone que no<br />

debería estar haciendo, <strong>el</strong> resto de civilizombis proseguiríais en la<br />

perplejidad. Si en vez de dejar que continúe pasando <strong>el</strong> tiempo se<br />

toma una decisión, <strong>el</strong> rumbo de los acontecimientos puede cambiar.<br />

Así es como ha sido a lo largo de toda la historia. ¿No es real que<br />

hasta hace poco, los hindúes eran los esclavos de los ingleses y los<br />

negros eran la casta de los intocables para los blancos? [Ver Gandhi,<br />

Cabalga con <strong>el</strong> diablo, <strong>El</strong> color púrpura, Espera <strong>el</strong> último baile, Hombres de<br />

honor, Titanes.] ¿No es real que eso cambió al menos en las formas?<br />

¿No es real que dentro de poco los sapiens os liberaréis de los dioses<br />

y dejaréis de ser sus esclavos? Como esto último es futuro, su suceso<br />

depende de que los sapiens permitan que las decisiones de su sentido<br />

común se lleven a cabo. No será suficiente con que <strong>el</strong> tiempo pase<br />

porque lo único que realmente sucede son las decisiones que se<br />

tomen y las acciones que se realicen. La reb<strong>el</strong>día pacífica, cariñosa y<br />

coherente con la que se comporten está al margen de la parálisis vital<br />

en la que se subsiste pero no está en contra de nada.<br />

Después de un pequeño silencio en <strong>el</strong> que los trinos de los pájaros se<br />

adueñaron d<strong>el</strong> discurso, <strong>el</strong> escudero los interrumpió:<br />

—¿Está seguro de que los lectores entienden?<br />

—Ya sé que no recuerdas quiénes son los hindúes, los Siths, Alien, <strong>el</strong><br />

ADSL, las muñecas rusas o Internet, que no entiendes lo que es la psique<br />

y que te sorprenderá que a mí se me vaya a conocer con los nombres<br />

Cervanpeare y <strong>el</strong> príncipe don Carlos. Pero al menos sí sabrás que<br />

nuestra existencia se la debemos a la creación d<strong>el</strong> druida arábigo Cide<br />

Hamete Benengu<strong>el</strong>i que en comunión con <strong>el</strong> transcriptor Cervantes, han<br />

51


sido capaces de inmortalizarnos como los personajes más conocidos de<br />

Civilización: don Quijote de la Mancha y Sancho Panza.<br />

»Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i es <strong>el</strong> alias de salteador durante la Pax<br />

Hispana d<strong>el</strong> Caballero Alcor de Castilla al-Andalusí de la Pax Americana.<br />

Él es mi maestro etiquetado en la realidad de Matrix como <strong>el</strong> sujeto<br />

pasivo nº 394.503-F. Ahora será <strong>el</strong> Caballero Alcor <strong>el</strong> que corrija y<br />

transcriba los manuscritos, mensajes, reb<strong>el</strong>aciones y recordatorios que <strong>el</strong><br />

Caballero don Quijote ha traído a su memoria como antes era Cide<br />

Hamete Benengu<strong>el</strong>i <strong>el</strong> que despertaba y reb<strong>el</strong>aba nuestras conciencias. <strong>El</strong><br />

eterno bucle se perpetúa. Considero Sancho que al igual que los sapiens<br />

se estarán enterando poco a poco d<strong>el</strong> intríngulis d<strong>el</strong> discurso, lo mismo<br />

estará sucediendo contigo.<br />

A diferencia de Sancho, Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i ha conseguido<br />

trascender la limitante realidad bidimensional, conocer la realidad<br />

tridimensional de Matrix y «experimentar» <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o<br />

atemporal de la realidad real tetradimensional. <strong>El</strong> caballero no escuchó<br />

ninguna respuesta y como en la metarrealidad de Matrix sí son legales<br />

este tipo de recursos literarios, tornose a ver la impresión que <strong>el</strong><br />

comienzo de la salida estaba causando en <strong>el</strong> escudero. Por <strong>el</strong> gesto que<br />

Sancho hizo con la cara, no aclaraba si había entendido la materia así que<br />

don Quijote tiró de las riendas de Rocinante para que estuviera al paso<br />

d<strong>el</strong> rucio. Cuando quedaron a la par dijo:<br />

—¿Ves como poco a poco te vas enterando de las cosas Sancho?<br />

—dijo don Quijote soslayando <strong>el</strong> desconcierto de Sancho—. Describir <strong>el</strong><br />

escenario, los acontecimientos, <strong>el</strong> entorno, las conductas o las manías de<br />

los personajes, requieren d<strong>el</strong> espacio adecuado y que tu serenidad no se<br />

deje vencer por la curiosidad.<br />

—No sé si realmente me estoy enterando de algo porque lo que me<br />

pasa es que si no lo conociera desde hace tiempo, diríase que lo que<br />

empiezo a no saber es quién es vuesa merced. Usted es <strong>el</strong> Caballero que<br />

se reb<strong>el</strong>a contra la golfería de los Austrias, contra los molinos de viento,<br />

los gigantes y contra todo lo que signifique <strong>el</strong> orden establecido como<br />

dios manda: Civilización. Usted es <strong>el</strong> Caballero que sale descalabrado de<br />

todas las aventuras menos la de la eternidad en la que se ha convertido<br />

en inmortal.<br />

»Según dice, usted será reconocido como un loco desequilibrado y<br />

recordado como <strong>el</strong> hijo reb<strong>el</strong>de de F<strong>el</strong>ipe II. Por lo que alcanza mi<br />

entender, vuesa merced es mi maestro <strong>el</strong> Caballero don Quijote que a su<br />

52


vez tiene un maestro llamado Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i, caballero Alcor<br />

de Castilla al-Andalusí o sujeto pasivo numerado y clasificado.<br />

»Desconozco quién es <strong>el</strong> escritor de nuestras aventuras y no sé si<br />

necesito saberlo porque con vivirlas tengo suficiente. Si me dice que<br />

Cervantes es <strong>el</strong> transcriptor de unos manuscritos encontrados en la<br />

Alcaná de Toledo cuyo autor original es Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i, será<br />

porque es verdad aunque ignoro si es real. Si me dice que <strong>el</strong> Caballero<br />

Alcor es su maestro tal y como usted es <strong>el</strong> mío y que es <strong>el</strong> transcriptor de<br />

unos manuscritos entregados en Alcalá de Henares, será porque es real<br />

aunque ignore si es auténtico.<br />

Al cabalgar junto al escudero, don Quijote pudo observar con nitidez<br />

que la expresión de la cara de Sancho mostraba sorpresa. Todo parecía<br />

envu<strong>el</strong>to en un halo de misterio que hacía que <strong>el</strong> escenario se sumergiese<br />

en una confusión desconocida y que <strong>el</strong> entorno fuera irreal. Cuando<br />

desconocemos que formamos parte d<strong>el</strong> <strong>el</strong>enco de un montaje<br />

m<strong>el</strong>odramático y que la vida transcurre en un escenario artificial, es difícil<br />

empezar a entreabrir los ojos para apreciar la realidad real.<br />

Afortunadamente, lo que al escudero no le extrañaba es que aunque <strong>el</strong><br />

vulgo dio por muerto a su maestro, él conoce bien que esto no es así.<br />

Sabe que existen algunos caballeros que no mueren cuando Imperio lo<br />

ha impuesto sino que su vivir ha seguido recorriendo espacios más allá<br />

de la realidad de Matrix en <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o. Esta experiencia<br />

proporcionaba a Sancho más lucidez de mente y claridad de espíritu de<br />

lo que él mismo podía imaginar. Como su extrañeza no se recuperaba,<br />

don Quijote comenzó a explicar:<br />

—Me gusta lo que dices Sancho porque tu discurso indica que has<br />

entendido la diferencia entre lo verdadero y lo real. Has de saber que en<br />

r<strong>el</strong>ación a otras cuestiones:<br />

»No es sencillo expresarse desde fuera de la realidad de Matrix y<br />

poder insertar la mente dentro de <strong>el</strong>la. Crea extrañezas espaciales que<br />

causan posibles anomalías temporales.<br />

—Tampoco es sencillo entender —añadió <strong>el</strong> inmortal escudero de<br />

pap<strong>el</strong>— lo que sucede en la realidad real d<strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o cuando<br />

estás encarc<strong>el</strong>ado dentro de la realidad de Matrix y esclavizado por sus<br />

sugestiones. Se lo dice uno que está encerrado más allá de la realidad de<br />

Matrix: en la metarrealidad de Matrix.<br />

—No es sencillo declararse desde la existencia atemporal a los que<br />

subsisten coartados tridimensionalmente porque todo lo que sucede está<br />

53


esclavizado por la dimensión d<strong>el</strong> tiempo. Crea problemas con los<br />

tiempos verbales que exigen hilarlos con fineza y otorgarles la atención<br />

que se merecen.<br />

—Tampoco es sencillo entender la Cuarta Dimensión cuando tu<br />

concepción vital se limita a concebir que: se nace, se crece, se multiplica<br />

y se muere. Si <strong>el</strong> sujeto se ha portado como dios manda va al paraíso y si<br />

no lo hace, un Tribunal Superior al de la Haya lo condena al infierno. No<br />

victime tanto que yo también tengo un buen cacho.<br />

—No es sencillo dirigirse desde <strong>el</strong> Multiverso Dimensional a la<br />

limitada realidad tridimensional de Matrix. Crea problemas porque <strong>el</strong><br />

mismo esfuerzo que está realizando <strong>el</strong> mensaje por expresarse,<br />

declararse, dirigirse o canalizarse, no tiene por qué ser <strong>el</strong> efectuado por<br />

los receptores. Este puede ser un motivo por <strong>el</strong> que los sapiens no<br />

quieran comprender <strong>el</strong> contenido de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do que ha<br />

quedado perfectamente resumido en nuestro evang<strong>el</strong>io.<br />

—Tampoco es sencillo entender la plenitud existencial cuando se<br />

corretea detrás de alguna de las zanahorias agónicas civilizadas. Hay<br />

veces que sólo <strong>el</strong> sexto sentido, <strong>el</strong> instinto básico o la energía, pueden<br />

resolver cuestiones como <strong>el</strong> miedo, la incredulidad o la duda. Estar<br />

esclavizado por <strong>el</strong> destino, las profesiones o las vocaciones, distintos<br />

collares para la misma cadena, impide ver más acá de las propias narices<br />

aunque <strong>el</strong> más allá lo tengamos tan claro: <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Además, si los<br />

enigmáticos lectores a los que vuestra merced se refiere no comprenden<br />

estos contenidos, será porque son un coñazo, como muchos piensan de<br />

<strong>El</strong> Quijote. Con un título tan alfanumérico, más parece un password<br />

codificado para traspasar una puerta secreta que <strong>el</strong> título de un libro<br />

como dios manda.<br />

—Hablaré con <strong>el</strong> transcriptor acerca de tu oído; escuchas más allá<br />

que lo que cualquier oído percibe.<br />

—¿A qué se refiere?<br />

—A que sepas que cuando escuchas <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, se trata de<br />

un password alfanumérico encriptado.<br />

»No es sencillo reb<strong>el</strong>ar algo que ha sido inint<strong>el</strong>igible durante 400<br />

años y que alguien por fin lo quiera entender ¡ya era hora! No es sencillo<br />

reb<strong>el</strong>ar algo que ha sido inint<strong>el</strong>igible durante 40 años y que alguien por<br />

fin lo quiera entender ¡ya era hora! No es sencillo reb<strong>el</strong>ar algo que ha<br />

sido inint<strong>el</strong>igible durante 6 años y que alguien por fin lo quiere entender<br />

¡ya era hora! Si la primera frase alude a Don Quijote de la Mancha, la nov<strong>el</strong>a<br />

54


en la que estamos inmortalizados y de la que te sientes un rehén, la<br />

segunda se refiere a Las aventuras de Astérix, los cómics que utiliza Claro<br />

para explicar a Eugenia que Civilización existió y que no es ningún<br />

eslabón perdido; la tercera se refiere a Matrix, la p<strong>el</strong>ícula que rev<strong>el</strong>a sin<br />

ambages que los sapiens están esclavos y otras cositas monas. Lo que<br />

nadie sabe es como si no existiera. Lo que no existe en la psique no tiene<br />

palabras, ni frases, ni construcciones gramaticales, ni antecedentes;<br />

compartirlo puede parecer complejo.<br />

—Seguramente estamos cogiendo <strong>el</strong> pulso a la salida pero le<br />

encuentro un poco lastimero y me extraña de vuesa merced, señor<br />

caballero. La filosofía de la ciencia y la navaja de Ockam decían lo<br />

mismo: que ya que nos complican la vida con tantas y falsas teorías, que<br />

por lo menos nos las digan abreviadas y sencillas. Así que déjese de<br />

quejarse tanto y de ver las cosas no sencillas.<br />

—No es sencillo entender que la memoria esté aplastada por la<br />

psique y que conocimientos de la especie humana como <strong>el</strong><br />

h<strong>el</strong>iocentrismo hayan sido secuestrados y se hayan convertido en arcanos<br />

custodiados por los dioses. La programación de la psique ha pervertido<br />

la percepción natural de las cosas para interpretar todo lo que entra a<br />

través de los ojos bajo los protocolos y parámetros de Civilización. Esto<br />

provoca la ceguera de los sapiens que los mantiene acorralados en <strong>el</strong><br />

Valle de Lágrimas.<br />

—Me ha explicado hasta la saciedad que las cortinas de humo son<br />

fabricadas por los dioses. Aunque de momento no lo entienda, o como<br />

vuesa merced dice no lo quiera entender, particularmente a mí no me<br />

cuesta trabajo reconocer que mi memoria esté aplastada por o entre mil<br />

páginas [aproximadamente.] ¿Por qué le va a costar tanto trabajo a los<br />

sapiens entender esto mismo, porque no se crean que están<br />

encuadernados o para que no tengan que entender <strong>el</strong> doble sentido:<br />

aplastados, culturizados, acostumbrados, escolarizados, moralizados?<br />

—No es sencillo desv<strong>el</strong>ar a la especie humana que es <strong>el</strong> objetivo de la<br />

próxima extinción. Crea problemas porque hay que hacerlo de manera<br />

eminentemente cariñosa para que <strong>el</strong> pánico no se convierta en <strong>el</strong> arma<br />

que utilicen los dioses para provocar que los sapiens se auto exterminen.<br />

Además, es una información que a priori crea rechazo generalizado y por<br />

eso nadie la querría proporcionar. Cualquier rey o político se afanaría en<br />

publicitar las glorias alcanzadas de su mandato aunque fueran irreales<br />

55


pero jamás comunicarían algo así porque dejaría en evidencia su<br />

ineptitud, su incapacidad de reaccionar y sobre todo, su insignificancia.<br />

—Parece que se está haciendo viejo. ¿Cómo no se van a dar cuenta<br />

de que son <strong>el</strong> objetivo de la próxima extinción si es descarado? De entre<br />

todas las especies que conviven en <strong>el</strong> planeta ¿cuál es la única gamberra?<br />

—No es sencillo entender que nos estamos extinguiendo a causa d<strong>el</strong><br />

control de unos trogloditas. Han sido capaces de sugestionar a los<br />

sapiens con <strong>el</strong> estribillo de una nana llamada «Cambio climático», pero<br />

no se puede evitar las consecuencias de los tsunamis, <strong>el</strong> deshi<strong>el</strong>o, los<br />

huracanes o los terremotos. Han sido capaces de colocar en las<br />

presidencias de los gobiernos a unos títeres psicópatas que acatan las<br />

imposiciones imperiales, y han montado <strong>el</strong> escenario de la Democracia<br />

Mundial o La República Imperial en <strong>el</strong> que los civilizombis interpretan<br />

que viven en <strong>el</strong> mejor de los sistemas existentes, pero no se puede evitar<br />

la corrupción final de todas las versiones de civilización. Han sido<br />

capaces de montar <strong>el</strong> tinglado de la r<strong>el</strong>igión y que los creyentes crean en<br />

<strong>el</strong> pecado original, la virginidad de la madre de dios e incluso la santísima<br />

trinidad, pero es imposible anular totalmente la conciencia. Si eres capaz<br />

de percibir la corrupción de los gobernantes a pesar de que no paran de<br />

publicitar que son decentes, <strong>el</strong> resto de los ciudadanos también puede<br />

hacerlo.<br />

—Pero <strong>el</strong>los no tienen a vuesa merced de maestro —matizó Sancho.<br />

—Muy por encima de los gobiernos de las naciones y de los<br />

presidentes de las multinacionales —siguió <strong>el</strong> caballero esquivando los<br />

agasajos— están los creadores de las nanas climáticas y de las<br />

democracias. Esos troglodioses pueden sentirse los creadores de la<br />

mayor alucinación que jamás haya existido: la evolución, los arquitectos<br />

de la realidad más irreal que jamás se haya montado: la realidad de Matrix<br />

o los ejecutores de una pesadilla que empezaron a imponer antes de que<br />

se les conozca como cromañones: Civilización. Pero también saben que<br />

son los responsables de haber colocado a la especie humana de la que<br />

forman parte en la encrucijada de su existencia: la extinción. Aunque se<br />

consideran dioses, sentirse uno de <strong>el</strong>los causa… lo que cause.<br />

—Lo de los dioses es una materia que yo tampoco entiendo porque<br />

para mí sólo debería de existir uno: Cide Hamete. Él es <strong>el</strong> que me ha<br />

creado y <strong>el</strong> que al parecer, me mantiene encerrado aquí, en la<br />

metarrealidad de Matrix. Así que en este punto, estamos todos iguales.<br />

56


Después de aclarar estas dificultades, Sancho aprovechó <strong>el</strong> respiro de<br />

don Quijote para preguntar por lo que hablaba de lo que no sabía<br />

exactamente:<br />

—Mire señor Caballero que todo esto me empieza a parecer una<br />

monserga de datos: Multiverso paral<strong>el</strong>o, Pax Americana, troglodioses,<br />

cambio climático y otros tantos por no hablar de las parrafadas llenas de<br />

tacos moleculares. Además, no puedo creer que las personas vayamos a<br />

consentir que se nos etiquete, numere y denomine sujetos pasivos como<br />

<strong>el</strong> que usted dice que es su maestro y al que se le impone no sé que<br />

número para su control en la realidad de Matrix. ¡No puede ser, esto no<br />

podrá suceder jamás! ¿Cómo un maestro reb<strong>el</strong>de va a permitir que se le<br />

etiquete con un código de barras (00.394.503-F) si ni yo mismo lo<br />

permitiría? ¿Dónde está la testosterona de los civilizombis?<br />

»A veces pienso que estas reb<strong>el</strong>aciones son parte de los desvaríos que<br />

vuesa merced todavía padece o la mala influenza que la ciencia ficción ha<br />

hecho en su ingenio como en otros momentos fueron las nov<strong>el</strong>as de<br />

caballería. Desconozco <strong>el</strong> resto de la letra d<strong>el</strong> estribillo de la nana<br />

climática pero si vale para que se duerman los bebés, no tiene por qué<br />

parecerme vergonzoso que las utilice quien sea. También tengo que<br />

añadir que desconozco <strong>el</strong> alcance de la esclavitud de los civilizombis y<br />

cómo es posible que la consintieran. Como usted dice, no es sencillo<br />

entender qué les podría pasar para que no fueran conscientes de algo que<br />

estaban padeciendo realmente; a menos que <strong>el</strong> estribillo de esa nana<br />

tuviera un potentísimo narcótico con <strong>el</strong> que no sólo se pueda acunar a<br />

los nenes sino aletargar a los mayores. Además, algunas palabras que<br />

utiliza adquieren otro sentido d<strong>el</strong> que hasta ahora tenían. Creo que<br />

Imperio no tiene la acepción que tenía en mi entendimiento ni tampoco<br />

que los Austrias, la estirpe más golfa de todos los reyes hasta <strong>el</strong><br />

momento, significan lo que entendía. ¿Serán capaces los sapiens de<br />

soportar a los reyes eternamente con <strong>el</strong> cuento de que son los herederos<br />

de los dioses? Si me oyera <strong>el</strong> Tribunal de la Santa Inquisición me<br />

quemaría por hereje pero desconozco al Tribunal Superior de la Haya d<strong>el</strong><br />

que me habla; imagino que será lo mismo al ser todos los juzgados<br />

sentenciadores de la misma ralea. Como ve señor don Quijote, entre<br />

dudas y preguntas cabalga mi discurso.<br />

»Lo que he entendido muy bien es que cuando los gobermangantes<br />

de los votanlavos han sido pillados con las manos en la masa o cuando la<br />

situación se les escapa de las manos, lo único que son capaces de hacer<br />

57


es dimitir. Si cogen a un cazador cazando ilegalmente pueden suceder<br />

dos cosas: que dimita o que se le meta en <strong>el</strong> trullo. ¡Qué asco de igualdad<br />

Constitucional!<br />

»Lo entiendo porque todos sabemos que es lo que sucede ya que se<br />

han encargado en repetidas ocasiones de demostrarlo con independencia<br />

de las ideologías que defiendan; pero no lo entiendo. Por eso dudo de<br />

querer traspasar la puerta a la tridimensionalidad.<br />

A la hora estipulada para hacerlo<br />

<strong>el</strong> destajo ha sido abandonado<br />

por unos carpinteros hambrientos<br />

y deseosos de comerse con los ojos.<br />

Acomodados en <strong>el</strong> restaurante-bar<br />

en <strong>el</strong> mismo lugar de siempre,<br />

escogieron de entre las tres opciones<br />

que ofrecía <strong>el</strong> menú d<strong>el</strong> día.<br />

Mientras que llegaban las viandas<br />

rápido para que entren más,<br />

<strong>el</strong> vino, la casera, dos cervezas,<br />

ni <strong>el</strong> pan faltaban en la mesa.<br />

Sonaba un murmullo constante<br />

de platos llenos y palabras hueras<br />

que se <strong>el</strong>evaba por la competencia<br />

de una t<strong>el</strong>evisión que vomitaba<br />

desinfotenimiento en vez de Noticias.<br />

58<br />

Sólo cuando la gente entraba<br />

parecía que sobria lo hacía<br />

pero cuando salía por la puerta,<br />

estaba lógica y evidentemente<br />

un puntito más ebria que antes<br />

igual que si se coge un pedete.<br />

Ese trasiego de currantes,<br />

pijipis, yuppis o señorías,<br />

creaba <strong>el</strong> bulle bulle constante<br />

como <strong>el</strong> agujero de un hormiguero<br />

que se llena en verano de semillas.<br />

Durante ese tiempo de descanso,<br />

los comensales se limitaban a tragar<br />

y a comentar cosas tan mohínas<br />

que es por lo que no se van a reseñar<br />

y no sólo sea por abreviar.<br />

[Ver Sin vergüenza.]<br />

Como parecía que Sancho se resistía a entender algunas nociones nuevas,<br />

don Quijote se las arregló para pasar a otro niv<strong>el</strong> de enseñanza. Sacó una<br />

zanahoria con la que a veces regalaba <strong>el</strong> paladar de su querido Rocinante<br />

y la ató a la punta de su lanza. Sin entender lo que hacía, <strong>el</strong> escudero<br />

observaba los movimientos de su señor con atención y silencio. Mientras<br />

esperaba para saber en qué acabaría toda esta componenda, recordó la<br />

descripción medioambiental que su maestro había comentado d<strong>el</strong><br />

espacio en <strong>el</strong> que se desarrollarían los mamotretos de esta nueva salida de<br />

la Caballería Andante de la Orden de la Paz; tornose a mirar <strong>el</strong> paisaje<br />

que veía frondoso e intentó imaginárs<strong>el</strong>o desarbolado. Para él, <strong>el</strong> desierto<br />

son dunas interminables de arena con caravanas de cam<strong>el</strong>los que lo<br />

atraviesan lentamente, guiadas por mercaderes tapados hasta las cejas que<br />

cuando llegan a un oasis se paran a mirar las estr<strong>el</strong>las.


Sancho ha escuchado historias y fábulas de los arábigos que pueblan<br />

estas tierras y que dan sonido a muchas de las mil y una noches que se<br />

pasa al raso en torno al calor de una hoguera. Pero no puede imaginar la<br />

floresta manchega convertida en desierto con olivares y cepas si se quiere<br />

disimular, o como en Almería si va en plan descarado. No se sabe con<br />

certeza si <strong>el</strong> ingenio de Sancho será capaz de conseguir cierto estado de<br />

abstracción porque cuando está en silencio no puedo adivinar lo que<br />

piensa, pero es probable que no esté preparado para sospechar la<br />

situación medioambiental de la Mancha 400 años más tarde, en 2005.<br />

Ahora está poblada de encinas que dan frescor a un entorno que <strong>el</strong><br />

progreso d<strong>el</strong> bienestar convertirá en interminables campos de cereal<br />

alternados con viñedos y olivos alineados que recalientan y esterilizan la<br />

tierra hasta agostarla. Los arroyos en los que se refrescan cabalgaduras y<br />

jinetes desaparecerán y purines o metano de las granjas de cría intensiva<br />

de ganado, los pesticidas y <strong>el</strong> CO 2, serán los aromas que acompañen a las<br />

noches estr<strong>el</strong>ladas. Es comprensible que Sancho, como cualquier otro<br />

sapiens, necesite comprobar con su propia experiencia esta mutación<br />

ambiental antinatural porque sus consecuencias son tan inhumanas que<br />

no tiene sentido que sea <strong>el</strong> propio hombre <strong>el</strong> que las impulse. Pero<br />

¿quién sino <strong>el</strong> sapiens sapiens puede estar excitando este desbarajuste<br />

climático?<br />

Lo que sí puedo asegurar es que Sancho iba ensimismado en sus<br />

recuerdos cuando de pronto y sin que él supiera <strong>el</strong> porqué, <strong>el</strong> rucio dio<br />

un salto que casi lo descabalga y ac<strong>el</strong>eró <strong>el</strong> paso hasta ponerse al trote<br />

zigzagueando de un lado al otro d<strong>el</strong> camino. Cuando Sancho pudo tirar<br />

de las riendas para intentar hacerse con <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> pollino, sólo<br />

consiguió que <strong>el</strong> animal pusiera más empeño en alcanzar lo único que<br />

quería: la zanahoria que don Quijote iba paseando por d<strong>el</strong>ante de su<br />

hocico y que movía para que no la alcanzase fácilmente. Sancho perdió <strong>el</strong><br />

control d<strong>el</strong> asno que jadeaba detrás d<strong>el</strong> manjar sin fijarse en las<br />

irregularidades d<strong>el</strong> camino. Hasta tal punto llegaron los quiebros y<br />

requiebros d<strong>el</strong> jumento que finalmente dieron con los huesos de Sancho<br />

en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o. <strong>El</strong> escudero gritó disgustado:<br />

—No estoy seguro de saber qué es lo que ha querido conseguir<br />

tirándome d<strong>el</strong> pollino. Algo muy importante me querrá explicar para<br />

justificar mi aterrizaje forzoso. ¿No es posible pasar por encima de este<br />

tipo de explicaciones y seguir ad<strong>el</strong>ante de manera más civilizada?<br />

59


—¡Sancho! No me responsabilices de tu caída y de no haber podido<br />

controlar a tu bestia porque ya eres mayorcito para echar las culpas a<br />

otros. Es imprudente entretenerse y despistarse de lo que se está<br />

haciendo o no tener <strong>el</strong> dominio de los acontecimientos más inmediatos<br />

porque se puede acabar con la cabeza y hasta con la vida rota. Has<br />

comprobado cómo <strong>el</strong> comportamiento de tu domesticado y sumiso asno<br />

se ha descontrolado al ver y oler una zanahoria. No atendía a tus<br />

consideraciones ni a las maneras que le has enseñado y la única causa de<br />

su desbocamiento ha sido una simple zanahoria.<br />

»Esta es la misma estrategia que los troglodioses utilizan con los<br />

sapiens para que sus conductas y reacciones sean iguales a las d<strong>el</strong> burro.<br />

Cuando hablemos de que los civilizombis dilapidan su energía existencial<br />

en corretear detrás de las zanahorias, es porque Civilización les cu<strong>el</strong>ga<br />

cualquier cosa en uno de los palos de la psique. Recuerda <strong>el</strong><br />

comportamiento d<strong>el</strong> borrico y aplícalo a los sapiens. Cuando los dioses<br />

implantan cualquier deseo con <strong>el</strong> Archivo Moda, los civilizombis<br />

comienzan a corretear ciegamente tras <strong>el</strong>la sin calibrar la empresa que<br />

acometían. Por supuesto que los dioses tienen ingenio suficiente como<br />

para camuflar las zanahorias con múltiples vestimentas y espejitos; así,<br />

los versátiles sapiens no pueden descubrir <strong>el</strong> engaño porque mientras que<br />

tienen algo en lo que poner todo su empeño, no pueden pensar en la<br />

esclavitud que provocan estos deseos.<br />

»Al hilo de tu desplome, que como todo debe de ser fruto de la<br />

causalidad que dicta <strong>el</strong> morisco, puedo ponerte un ejemplo de cómo los<br />

dioses organizan con más o menos sutileza tu propia psique, para que<br />

creas que tú eres dueño y señor de tus decisiones, de tu personalidad y<br />

temperamento, cuando realmente no eres dueño ni de las ganas que<br />

tengas de orinar. Echar la culpa a otro es una manera de potenciar la<br />

disolución de tu conciencia porque cualquier juicio interesado puede<br />

decidir que <strong>el</strong> culpable sea otro. Esta parte de la psique es muy antigua,<br />

mucho más que Rómulo y Remo, y se ha ido perpetuando con <strong>el</strong><br />

trasvase cultural y moral a través de las generaciones. No creo que<br />

puedas imaginar cómo programan la psique porque paral<strong>el</strong>amente a tu<br />

confinamiento en un libro, vives encerrado dentro de algo todavía más<br />

limitante: tu ego. Vivir embot<strong>el</strong>lado en este microcosmos es lo que te<br />

dificulta <strong>el</strong> entendimiento de lo que te explico.<br />

—¿Qué me quiere decir? Lo que escucho suena un poco fuerte: está<br />

hablando de mí y no sé de qué.<br />

60


—Es muy sencillo —atajó don Quijote—. La primera consecuencia<br />

d<strong>el</strong> pecado original es la psique, <strong>el</strong> ego. Por eso se afirma que los<br />

primeros padres fueron Adán y Eva: <strong>el</strong>los son <strong>el</strong> punto de inflexión que<br />

literariamente marca <strong>el</strong> paso de la conciencia al ego, al igual que la<br />

existencia d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo marcó un antes y un después de él. Son<br />

los apaños de la historia de Matrix y la necesidad de empezar siempre<br />

desde cero para que los sapiens olviden lo anterior. Se podría considerar<br />

como auténtica la paternidad de Adán y Eva porque es una mentira a<br />

medias, la peor de todas las verdades; además, nosotros diferenciamos<br />

perfectamente lo que es auténtico de lo real.<br />

»Efectivamente, la época en la que «aparecieron» nuestros<br />

«auténticos primeros padres» coincidió con la aparición real de una<br />

consecuencia: la que acarreó <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que los hombres se<br />

pusieron a comer animales, la chispa de todo este desaguisado. <strong>El</strong><br />

Hombre poblaba Madre Tierra millones de años antes de que cometieran<br />

la equivocación; por eso, determinar que son los primeros padres es<br />

parcial.<br />

—Pues explíquese porque menudo lío de padre y muy señor mío. Yo<br />

sé que La Biblia exige que los primeros padres de la humanidad fueran<br />

Eva y Adán; como digas lo contrario te queman o te exterminan tal y<br />

como están haciendo con <strong>el</strong> mayor genocidio d<strong>el</strong> planeta de la historia de<br />

la humanidad: <strong>el</strong> holocausto de los indígenas americanos. Seguro que a<br />

estos terminan por exterminarlos con la excusa de imponer la vida<br />

civilizombi. Ahora llega usted y me dice que Eva y Adán fueron<br />

solamente los primeros subconscientes d<strong>el</strong> planeta que además<br />

infectaron <strong>el</strong> virus «Ego» a sus descendientes y antecesores nuestros. O<br />

sea, que no son nuestros primeros padres sino los primeros civilizombis<br />

d<strong>el</strong> planeta. ¡Qué asco! Decir las cosas a medias es peor que no decirlas.<br />

—Aunque sea con tus palabras que como todas podrían matizarse,<br />

nihil obstat al comentario —aprobó <strong>el</strong> caballero—. No es lo que no<br />

sabemos lo que nos hace estúpidos sino lo que creemos que sabemos y<br />

no es así. Adán y Eva son los primeros civilizombis que al verse<br />

reflejados en un espejo acuoso, su cerebro decidió que lo que veían era<br />

su «yo», <strong>el</strong> ego. Esta actitud les otorgó tal soberbia que contagiaron con<br />

este Alien a toda la subespecie sapiens.<br />

—Me imagino que preguntar quién fue <strong>el</strong> primero de los dos será<br />

una estupidez.<br />

—Imaginas muy bien.<br />

61


—¿Y cómo ha tenido la iglesia tantos ovarios para echarle <strong>el</strong> muerto<br />

a las mujeres? —preguntó <strong>el</strong> escudero ¡naturalmente!<br />

—¡Buena pregunta Sancho! —brindó don Quijote— porque lo de<br />

los ovarios no sólo es por su «rima» con la iglesia sino que atiende a algo<br />

superior a <strong>el</strong>la; efectivamente, es una cuestión de ovarios. Si antes de que<br />

finalice la salida no te encuentra la respuesta, no dudes ni de<br />

preguntárm<strong>el</strong>o ni de no olvidarlo. La pregunta que me haces de la iglesia,<br />

hazla cuando te encuentres con <strong>el</strong>la. Los dioses, tengan lo que tengan, se<br />

creen los number one y unas veces se camuflan de marcianos y otras de<br />

extraterrestres; son los trogloditas que esclavizan a la subespecie sapiens<br />

gracias a la psique, o sea, al ego.<br />

—No da igual lo que tengan porque podría ser clarificador<br />

—requería <strong>el</strong> escudero subliminalmente—. En este caso, <strong>el</strong> masculino<br />

genérico puede ser la punta de un estratégico iceberg para que todo <strong>el</strong><br />

resto d<strong>el</strong> montaje se quede a escondidas debajo d<strong>el</strong> cutre Patriarcado<br />

Machista.<br />

—Si la respuesta no te encuentra por <strong>el</strong> camino, pregúntalo antes d<strong>el</strong><br />

«The End». Junto a la imposición de esta falsa y adámica paternidad, una<br />

moda (<strong>el</strong> dios macho) demasiado extendida e interesada en todas las<br />

r<strong>el</strong>igiones monoteístas, se impuso la existencia de un bien y de un mal,<br />

una fábula sobre la conciencia y la psique. Como bien dices, también se<br />

declaró una culpable: la mujer. Desde entonces, <strong>el</strong> sentido común ha<br />

estado dando tumbos y revolcones por «la Evolución creacionista» de la<br />

psique. Si la existencia d<strong>el</strong> mal crea una culpable universal y la<br />

culpabilidad disu<strong>el</strong>ve la conciencia, <strong>el</strong> círculo vicioso se cierra y ¿quién va<br />

a sentir la necesidad de replantearse la paternidad real d<strong>el</strong> bien y d<strong>el</strong> mal<br />

si se conocen todas las respuestas y, sobre todo, ya hay una culpable?<br />

—¿Adónde quiere llegar? —preguntó un Sancho despistado.<br />

—Más que metafórico, parece tendencioso <strong>el</strong> querer atribuir a la<br />

digestión de una ansiolítica manzana la causa de todos los males. Que se<br />

haya culpado de <strong>el</strong>lo a la mujer redime al varón de la equivocación al<br />

igual que para la mujer, la culpable será la serpiente que a su vez la<br />

encontrará en la manzana que sentenciará la culpabilidad de dios que es<br />

<strong>el</strong> que «impuso» <strong>el</strong> árbol d<strong>el</strong> conocimiento. Esta fábula Adámica<br />

vulgariza unos acontecimientos que los dioses han convertido en arcanos<br />

y además, es la causa para que ahora salga de tu «intimidad más pura» <strong>el</strong><br />

mecanismo de culpar a otro de tu despiste existencial, un detalle que<br />

expresa la supremacía de tu psique o tu ego por encima de la conciencia.<br />

62


Cada uno es responsable de sus decisiones, la culpa no existe. Verás que<br />

cuando dejes de declararme <strong>el</strong> culpable de tu caída, subconscientemente<br />

convertirás al rucio en <strong>el</strong> culpable para, sencillamente, <strong>el</strong>udir tu<br />

responsabilidad.<br />

»Además, no seas impaciente y quieras soslayar algunas<br />

demostraciones porque como estás comprobando, unas cosas las<br />

entiendes de natural, otras las coges por las ramas y otras se caen por sí<br />

solas. Lo único que tienes que hacer es permitir que suceda <strong>el</strong> suave<br />

acomodo de los descubrimientos ya que sólo necesitamos al tiempo para<br />

que haga su efecto suavizante y que la digestión de todas las novedades<br />

no sea de golpe. Ahora ya sabes que cuando algo, una zanahoria, se pone<br />

a controlar a la bestia que tenemos dentro, <strong>el</strong> ego, se pierde <strong>el</strong> control d<strong>el</strong><br />

vivir y nos sumerge en una corriente que termina ahogándonos la vida.<br />

Esta es una consideración pr<strong>el</strong>iminar a tener en cuenta para entender <strong>el</strong><br />

sustrato d<strong>el</strong> civilizombi. Sucederá <strong>el</strong> momento para conocer la esclavitud<br />

y <strong>el</strong> consentimiento de los esclavos, <strong>el</strong> trapicheo de los demócratas<br />

gobermangantes y las puertas dimensionales para escapar de la realidad<br />

de Matrix.<br />

—Si luego no me entero de las cosas o no me acuerdo de lo que<br />

hemos hablado, sepa usted que es porque no hay dios que entienda este<br />

sindiós y no creo que haga falta que se me rompa la vida para enterarme<br />

de lo inint<strong>el</strong>igible. ¿Hacía falta la caída para enterarme de esto?<br />

—Tú sabrás por qué te has caído. Desde fuera se ve que sólo has<br />

perdido <strong>el</strong> control de tu vida y eso puede hacért<strong>el</strong>a añicos.<br />

—Tampoco es para tanto —se r<strong>el</strong>ajó Sancho después de su<br />

indignación por la caída—. Si la NASA pierde causalmente la autoridad<br />

sobre la Mars Explorer para que «otros» tomen <strong>el</strong> control de mando y no<br />

pasa nada, menos ha sido lo mío que sólo me he hecho un rasguño de<br />

nada. Gracias por la explicación. Consideraba que no había dulzura en<br />

<strong>el</strong>la y por todo lo que me he enterado y lo esencial que ha sido,<br />

demasiado barato me ha salido.<br />

—Me alegra saber que saboreas los platos tal y como son<br />

preparados: con afecto y ternura, con fuerza y honor.<br />

—Fíjese que he llegado a pensar que era <strong>el</strong> rucio que comenzaba La<br />

Reb<strong>el</strong>ión final y no mi falta de control —finalizó <strong>el</strong> escudero—. Eso sí,<br />

<strong>el</strong> batacazo no me lo quita nadie.<br />

Sancho no sabe conscientemente que <strong>el</strong> gobierno de la ínsula de<br />

Barataria es una de las muchas zanahorias que existen entre sus anh<strong>el</strong>os,<br />

63


deseos o ansiedades; sólo lo ha intuido. Así que habiendo terminado con<br />

la explicación, don Quijote continuó con <strong>el</strong> prólogo de lo que dijo a los<br />

civilizombis cuando se encontró en la realidad de Matrix:<br />

64<br />

Don Quijote y Sancho van a descifraros la p<strong>el</strong>ícula Matrix, es una<br />

p<strong>el</strong>ícula vista por la mayoría de vosotros y de la que se ha hecho la<br />

interpretación que los dioses han querido que se haga porque<br />

controlan la psique. En Matrix existen muchos pormenores que se<br />

van a desv<strong>el</strong>ar en ¿Qué es Matrix? Recordar la p<strong>el</strong>ícula Matrix no<br />

vendría mal a los que la vieran en la época d<strong>el</strong> estreno porque con los<br />

años se olvida todo, hasta la edad de la prehistoria; no es<br />

imprescindible pero vendría bien para entender ¿Qué es Matrix? No<br />

requiere esfuerzo ni dinero porque se puede hacer confortablemente<br />

con <strong>el</strong> DVD y la pantalla TDT desde <strong>el</strong> sillón de casa y seguro que<br />

alguien la tiene pirateada y la puede repiratear.<br />

Si alguno interpreta que no tiene tiempo para estos menesteres,<br />

podría dejar de esclavizarse durante las diez o doce horas que lo hace<br />

al día; se puede coger un descanso debidamente legitimado por <strong>el</strong><br />

protocolo «Incapacidad parcial transitoria» justificado por alguna de<br />

las múltiples patologías psicológicas o reales de la sociedad d<strong>el</strong><br />

bienestar y utilizar ese día de liberación consciente para la visión de la<br />

p<strong>el</strong>ícula. Después de observar con la máxima meticulosidad los<br />

detalles y testimonios que la mano invisible que mueve <strong>el</strong> brazo que<br />

mece la cuna expresa a través de personajes como los Warner<br />

Bros./Watchonski Bros., podéis analizar las interpretaciones que se<br />

suscitaban o se susciten entre vosotros y la p<strong>el</strong>ícula. Con vuestras<br />

propias conclusiones estaréis preparados para entender las<br />

diferencias entre la forma en la que los dioses Caballeros Jedis<br />

proclaman sus mensajes en Matrix y los reb<strong>el</strong>des Caballeros<br />

Andantes susurramos los nuestros en ¿Qué es Matrix?<br />

También y para otorgar mayor realismo a nuestra presencia,<br />

conoceréis los nombres con los que se bautizó en la realidad de<br />

Matrix a los personajes de <strong>El</strong> Quijote. Anticipar al ingenioso hidalgo<br />

es porque se trata de mí. Ante <strong>el</strong> sanguinario poder de la Sancta<br />

Inquisición, necesité utilizar dos alias de salteador que en <strong>El</strong> <strong>César</strong><br />

V5. 3l Est4do se unen en uno: Cervanpeare. Mi vida comenzó siendo<br />

<strong>el</strong> Príncipe Don Carlos, hijo d<strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe II y nieto d<strong>el</strong> <strong>César</strong> Carlos<br />

V, para después «resucitar» en Migu<strong>el</strong> de Cervantes y William<br />

Shakespeare cronológicamente hablando.


Creer o no creer estas líneas es algo r<strong>el</strong>ativamente irr<strong>el</strong>evante<br />

porque partimos de una seguridad: <strong>el</strong> mundo concibe que las Torres<br />

Gem<strong>el</strong>as fueron derribadas por <strong>el</strong> impacto de aviones comerciales en<br />

vez de ser la consecuencia de una demolición controlada. Para la<br />

mayoría, tanto Cervantes como Shakespeare han sido dos escritores<br />

geniales sin que 400 años después se sepa exactamente <strong>el</strong> porqué.<br />

(¡Qué difícil es hablar de mí mismo en participio pasado, da la<br />

sensación como si ya no existiera!). En cuanto se entienda que somos<br />

tres en uno sólo, dioses y civilizombis quedaréis tan sorprendidos<br />

que, si no fuera porque la fama es un grave obstáculo para vivir y un<br />

pesado protocolo con <strong>el</strong> que cargar, caería en <strong>el</strong> error de dejarme<br />

arrastrar por <strong>el</strong>la.<br />

En <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que se difunde <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijote<br />

de la Mancha, es de todos conocido <strong>el</strong> poder omnipotente d<strong>el</strong><br />

Tribunal d<strong>el</strong> Santo Oficio al que le daba igual torturar y quemar tanto<br />

si se convivía con un gato negro como si se afirmaba que la tierra no<br />

era ni plana ni <strong>el</strong> centro de nada. Mi maestro ha decidido que <strong>el</strong><br />

momento en <strong>el</strong> que se difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do ya no será<br />

necesario camuflarse d<strong>el</strong> poder omnipotente de los troglodioses<br />

porque son perfectamente conscientes de que la especie humana se<br />

está extinguiendo y que ha terminado <strong>el</strong> momento de jugar al<br />

escondite. Considero legítimo reconocer que al igual que <strong>el</strong>los tienen<br />

<strong>el</strong> control de casi toda la realidad de Matrix, también se puede<br />

reconocer que los reb<strong>el</strong>des hemos sabido esquivarlo. Que mi maestro<br />

no quiera seguir oculto a su control es una decisión de la que sólo él<br />

conoce <strong>el</strong> porqué. (A veces pienso que se ha vu<strong>el</strong>to loco, como don<br />

Quijote.)<br />

La Odisea de Claro es otro de los libros de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.<br />

Es un r<strong>el</strong>ato que se apoya en los cómics de Las aventuras de Astérix<br />

que completan con sus viñetas algunas expresiones, modales y<br />

composturas genuinamente civilizombis. Observarlo en un cómic<br />

ayuda a percibir los protocolos de conducta con los que se<br />

mantienen las r<strong>el</strong>aciones.<br />

Si se quiere tener a mano un ordenador conectado a Internet<br />

mientras que se lee <strong>el</strong> libro, se comprobará con facilidad todos los<br />

datos que están contenidos dentro de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Es una<br />

de las ventajas de este estado d<strong>el</strong> malestar, que ahora no hacen falta<br />

bibliotecas para algunas cosas.<br />

65


66<br />

Estas indicaciones no son una incitación al consumo ni son<br />

imprescindibles para la comprensión, son una declaración para<br />

compartir <strong>el</strong> pirateo. Todo <strong>el</strong> mundo puede entender que existo bajo<br />

la influencia de una época en la que <strong>el</strong> pirateo de oro y plata en los<br />

navíos d<strong>el</strong> Imperio en <strong>el</strong> que jamás se pondría <strong>el</strong> sol, estaba legalizada<br />

hasta <strong>el</strong> punto de <strong>el</strong>evar a la categoría de Sirs (que no Siths) a los<br />

ejecutores d<strong>el</strong> pirateo. Comprenderéis que no pueda entender <strong>el</strong><br />

porqué 400 años después se ha convertido al pirateo en una mancha<br />

moral y a los manteros en unos d<strong>el</strong>incuentes. ¡Cómo cambian las<br />

cosas: unos piratas dignificados legítimamente con <strong>el</strong> título de sir y<br />

unos manteros asustados a los que se condena al destierro por<br />

piratas! Que no se escandalice la propiedad int<strong>el</strong>ectual ni los derechos<br />

de autor porque pirateo es lo que se está haciendo con mis obras. Si<br />

no, que los derechos de autor de Cervantes y de Shakespeare sean<br />

para la Fundación al-Ándalus.<br />

Entendería que para cualquier sapiens, imaginar que <strong>el</strong> que está<br />

hilando estas palabras sea <strong>el</strong> personaje salido de una nov<strong>el</strong>a puede<br />

parecer atrevido y concebirlo una locura. Entenderéis que es<br />

indescriptible la sensación que causa en un Caballero Andante ver a<br />

los civilizombis encerrados en la realidad de Matrix sin saber<br />

reaccionar ante la encrucijada real de la especie humana. O sea, si a<br />

un sapiens le puede parecer una locura y un atrevimiento pensar y<br />

concebir que <strong>el</strong> personaje de una nov<strong>el</strong>a sea más real en la realidad<br />

real que en la de Matrix, a un Caballero Andante le es complicado<br />

expresar la sensación de impotencia que le causa la irracional parálisis<br />

de los sapiens ante la extinción. Si a un sapiens le puede parecer una<br />

locura y un atrevimiento pensar y concebir que <strong>el</strong> Príncipe don<br />

Carlos está narrando estas consideraciones con <strong>el</strong> pseudónimo de<br />

don Quijote, a un Caballero Andante le es complicado expresar que<br />

la incomprensible Civilización sea la cárc<strong>el</strong> en la que los sapiens<br />

consienten estar encerrados, cuyas leyes permiten y amparan que un<br />

presidente d<strong>el</strong> gobierno cegato y marionetizado sea <strong>el</strong> que realmente<br />

lleve las riendas d<strong>el</strong> estado bajo las exigencias marcadas por Imperio.<br />

Es lúcido que cualquier presidente de un país se dé por aludido y<br />

para que no quede ninguna duda o ficción, aclararé que en <strong>el</strong> caso<br />

concreto de España, la encarnación de este personaje corresponde al<br />

sr. Zapatero.


Igual que en <strong>El</strong> Quijote aparecen los nombres de personajes de la<br />

realidad de Matrix (Juan de Austria, Barbarroja, Álvaro de Bazán,<br />

duque de Alba…), en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do también aparecen<br />

nombres actualizados (sr. Zapatero, sr. Bush, sr. Aznar, trío La-La-<br />

Lá, sr. Clinton, sr. Berlusconi…). Mi padre es <strong>el</strong> sapiens que arrastró<br />

a los españoles a que padecieran las consecuencias de la<br />

descomposición de la Pax Hispana: España pasa de ser la sede d<strong>el</strong><br />

Imperio en <strong>el</strong> que jamás se pondría <strong>el</strong> sol a ser una pedanía de<br />

Francia con Pepe Bot<strong>el</strong>la al mando d<strong>el</strong> gobierno hasta que los<br />

madrileños comenzaron la reb<strong>el</strong>ión; ahora, <strong>el</strong> sr. Zapatero es <strong>el</strong><br />

responsable de lo que sucede y <strong>el</strong> que tiene <strong>el</strong> deber de asesorarse por<br />

<strong>el</strong> sentido común en vez de por misteriosos asesores. Ya aparecerán<br />

en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato cuando la causalidad considere oportuno.<br />

Es civilizado que a un sapiens le pueda parecer una locura<br />

concebir que <strong>el</strong> personaje de una nov<strong>el</strong>a o incluso que <strong>el</strong> creador y su<br />

transcriptor, sean los que 400 años más tarde y utilizando otro medio<br />

de difusión acorde a los tiempos que se viven, Internet, se<br />

manifiesten de nuevo a la humanidad. Es natural que a un Caballero<br />

Reb<strong>el</strong>de le pueda parecer demente concebir que los personajes<br />

sapiens d<strong>el</strong> montaje «Civilización» continúen obstinados, después de<br />

400 años, en corretear detrás de las zanahorias agónicas de siempre.<br />

Sic transit gloria Matrix.<br />

La necesidad de ocultarme detrás d<strong>el</strong> personaje de una nov<strong>el</strong>a es<br />

sólo una manera de expresar que estoy camuflado ante <strong>el</strong> control<br />

imperial. Todos los sapiens podéis entender la utilización de este<br />

recurso literario y deducir que la persona real que está detrás d<strong>el</strong><br />

autobiográfico personaje literario sea <strong>el</strong> caballero Carlo. ¿Qué<br />

explicación tenéis los sapiens para que pueda entender vuestro<br />

sumiso encarc<strong>el</strong>amiento?<br />

Esta información ayudará a razonar que conviene que se amplíen<br />

los criterios de credulidad o los de incredulidad y se adapten a los<br />

nuevos tiempos en los que la hegemonía d<strong>el</strong> sentido común debería<br />

de ser indiscutible. Civilizombis y Caballeros partimos de posiciones<br />

distintas y distantes debido, entre otras razones, a la energía<br />

inmaterial y a la percepción d<strong>el</strong> Multiverso. La existencia de<br />

limitantes predisposiciones es admitida por <strong>el</strong> que remite estas líneas<br />

y consiguientemente, considera que es a él al que le toca poner todo<br />

lo que conozca y sienta para transmitir de la forma más emocionante<br />

67


68<br />

y cariñosa los entresijos de la cárc<strong>el</strong> Civilización en la que los<br />

civilizombis estáis encerrados. A los sapiens os tocará permitir que <strong>el</strong><br />

sentido común se presente en vuestras vidas. Incluida la tuya,<br />

querido Sancho.<br />

<strong>El</strong> fi<strong>el</strong> escudero se sintió sorprendido cuando escuchó su nombre<br />

entr<strong>el</strong>azado en un r<strong>el</strong>ato que le parecía de ciencia ficción en <strong>el</strong> submundo<br />

de Fantasicidiopolis. Escuchar la palabra Sancho lo sacó de su<br />

ensimismamiento para reinsertarlo en la realidad de los acontecimientos<br />

que causalmente suceden durante su vivir. Todavía no entiende qué es la<br />

psique, <strong>el</strong> subconsciente o ego, pero imagina que es un mecanismo<br />

artificial a través d<strong>el</strong> cual se acciona la interpretación, una manera muy<br />

complicada y absurda de subsistir. Como sucede con todo de lo que se<br />

desconoce su naturaleza, siente miedo por si esa enfermedad de<br />

laboratorio se pueda instalar en él o se haya instalado ya.<br />

Después de la disertación, Sancho se quedó mudo y <strong>el</strong> rec<strong>el</strong>o que le<br />

había suscitado concebir que existan troglodioses con pericia suficiente<br />

como para imponer una sugestión global, Matrix, le dejó suspendido<br />

durante unos instantes. Metido de lleno en la sorpresa d<strong>el</strong> misterioso<br />

mensaje que su señor expresó a los civilizombis, de pronto y sin saber<br />

por qué dejó de pensar en la existencia de lo inexistente para cavilar<br />

sobre su propia existencia. Quería saber quién era él realmente al margen<br />

d<strong>el</strong> personaje de Sancho Panza en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> arábigo creador d<strong>el</strong> Quijote lo<br />

mantenía encerrado desde hacía 400 años. Quería saber cuál era su<br />

personalidad est<strong>el</strong>ar al margen de manipulaciones e imposiciones de los<br />

creadores. Sólo se atrevió a farfullar:<br />

—Hay cosas que conozco porque la historia así me las está haciendo<br />

vivir. Que usted cite de nuevo a F<strong>el</strong>ipe II como su padre lo doy por<br />

bueno porque eso redundará en la consecución de mi objetivo: <strong>el</strong><br />

gobierno de la ínsula de Barataria o <strong>el</strong> de las Filipinas. Como esto es<br />

futuro d<strong>el</strong> que no existe, dejemos que suceda si es que sucede aunque la<br />

historia, como siempre, se encargará de aclarar este punto.<br />

»De lo que no hay ninguna duda es de las consecuencias que<br />

actualmente padecemos a causa de la estupidez de F<strong>el</strong>ipe II, es algo que<br />

no necesita ninguna aclaración: es bochornoso todo lo que está<br />

sucediendo con <strong>el</strong> «otro» hijo F<strong>el</strong>ipe III al que llamo «<strong>el</strong> ausente» porque<br />

<strong>el</strong> gobierno está en manos d<strong>el</strong> de Lerma. Las secu<strong>el</strong>as de la decadencia de<br />

la Pax Hispana son tan evidentes que sería estúpido hablar de <strong>el</strong>las. Y<br />

mire que se lo dice uno que no se considera con excesivas dotes para <strong>el</strong>


pensamiento crítico de los acontecimientos ni tiene entendimiento para<br />

<strong>el</strong> análisis riguroso de los hechos pero sí que está al tanto de que si antes<br />

se quería vivir con sencillez era fácil y ahora… ¡es imposible! Cuando me<br />

habla de cosas que van a pasar en <strong>el</strong> futuro ¡que sí existe! como que<br />

vamos a convertirnos en una pedanía de Francia, que existirá la raza de<br />

los votanlavos o que una tal Bot<strong>el</strong>la o un Zapatero nos van a<br />

gobermangonear, se me hace indigesto. Además, si usted es <strong>el</strong> legítimo<br />

heredero de dios ¿por qué no coge las riendas d<strong>el</strong> reino que le<br />

corresponde por ser <strong>el</strong> primogénito d<strong>el</strong> rey?<br />

—Mira lo que dices —contestó don Quijote— que si esto lo<br />

pronuncias en otro momento y ante otro auditorio, por muy<br />

democrático que se considere, mucha libertad de expresión aparente y<br />

mucha libertad creativa proclame, puede mosquearse. Hay dos futuros<br />

que no existen; pero mientras que uno está r<strong>el</strong>leno de la ilusión que<br />

provoca la perplejidad de los sapiens, hay otro que sí sucede debido a las<br />

consecuencias de nuestros actos. Si <strong>el</strong> primero es una ent<strong>el</strong>equia a la que<br />

se llama «<strong>El</strong> Progreso d<strong>el</strong> Bienestar» y que realmente no existe, <strong>el</strong><br />

segundo sólo necesitó una palabra para nombrarlo: extinción, una<br />

realidad que sí existe porque los fósiles de los dinosaurios lo certifican.<br />

»En <strong>el</strong> contexto de este último, te digo que como sabes, llegará una<br />

época en la que la superficie de la península Ibérica que ves tan frondosa<br />

se convierta en desierta o potencialmente desertificable en la mitad de su<br />

extensión porque se habrá acabado con los árboles a base de incendios,<br />

desarrollos urbanísticos, progreso sostenido o directamente, desparramo.<br />

Llegará una época en la que mientras que se esté agostando la península,<br />

los int<strong>el</strong>ectuales, pensadores, dirigentes y fuerzas vivas d<strong>el</strong> país se<br />

entretendrán jugando al golf en campos de césped implantados en medio<br />

d<strong>el</strong> desierto manchego. Llegará una época en la que esos dos personajes<br />

d<strong>el</strong> m<strong>el</strong>odrama, un zapatero y la bot<strong>el</strong>la, gobermangonearán<br />

simultáneamente en España legitimados por los votos d<strong>el</strong> pueblo.<br />

Aunque realmente sea la misma, cada una de esas dos marionetas<br />

defenderá una de las caras de la ideología que esgrimirán como<br />

alternativas para facilitar <strong>el</strong> manejo de los sapiens y <strong>el</strong> saqueo de la<br />

nación.<br />

Después de la copa y <strong>el</strong> Farias,<br />

la cuadrilla pidió la cuenta<br />

y aflojaron los diez eurazos<br />

de un menú más <strong>el</strong> chupito con humo<br />

pagado a precio de diamantes<br />

sin incluir <strong>el</strong> polvito blanco.<br />

Tendrán que subir sus presupuestos<br />

si quieren seguir comiendo,<br />

69


la cosa se ha puesto tan chunga<br />

que ven los dientes d<strong>el</strong> lobo<br />

hasta cuando están con la pechuga.<br />

Con menos ganas que más,<br />

se levantaron a seguir con la jornada<br />

tras responder a las llamadas<br />

y preocuparse por algún SMS.<br />

Como cada uno estaba a lo suyo,<br />

nadie interrumpía a nadie<br />

y a nadie interesaba lo de nadie<br />

porque cada cuál va a lo que va:<br />

meterse a dios en ¡su! bolsillo<br />

y pasar de todo lo demás.<br />

Eso que se llama buen rollito<br />

y hablar de simplezas con vanidades<br />

es lo que crea y sin saberlo<br />

una sensación angustiosa<br />

de horrible e insoportable soledad,<br />

de apetencia por la psicopatía<br />

para hacer todo lo prohibido<br />

por si se encuentra a la vida <strong>el</strong> sentío<br />

aunque se viva con desvarío.<br />

Como todos saben lo que hay,<br />

abreviar para sacar <strong>el</strong> curro<br />

y que todo siga pa’lante<br />

70<br />

por la pasta a final de mes,<br />

se propusieron sin miramientos,<br />

deontología ni buen hacer,<br />

poder terminar con la chapuza<br />

y con <strong>el</strong> hastiado día como <strong>el</strong> de ayer.<br />

Estaban tan cerca d<strong>el</strong> tajo<br />

que no tuvieron contratiempo<br />

ni para que se asentaran las comidas<br />

en esas gordas barrigas.<br />

En unas horas las casetas<br />

se inauguran por la festividad<br />

para la venta de entretenimiento<br />

que por estar encuadernado<br />

parece que dice la verdad.<br />

No es plan que <strong>el</strong> alcalde de moda<br />

tenga que hablar entre martillazos<br />

aunque tampoco estaría nada mal<br />

que recibiera alguno de los golpazos.<br />

Los currantes están cansados,<br />

los votantes más que hartos<br />

de que les pueda vacilar impunemente<br />

cualquier hijodalgo o de vecino<br />

aunque alcalde de mierda sea<br />

o señoría corrupta de Congreso.<br />

—Mucho mayor a lo que ya conoces con los Austrias —continuaba don<br />

Quijote con su perorata—, <strong>el</strong> estado se convertirá en la hegemonía de la<br />

golfería y la corrupción; estará legalizada y amparada por la diosa Justicia<br />

a través d<strong>el</strong> Aforamiento y <strong>el</strong> Tribunal Superior de Justicia de la Carpeta<br />

Democracia d<strong>el</strong> Programa Físico, archivos diseñados para <strong>el</strong> amparo de<br />

los corruptos gobermangantes. Será la época de la Reb<strong>el</strong>ión Contra la<br />

Ceguera (RCC) en la que los Reb<strong>el</strong>des Caballeros Comuneros (RCC)<br />

volveremos a reb<strong>el</strong>arnos. Será la época en la que <strong>el</strong> sentido común se<br />

impondrá sobre la psique; será la época de la decadencia de la Pax<br />

Americana como ahora lo está siendo <strong>el</strong> de la Hispana; será la época<br />

previa a la encrucijada de la extinción.<br />

—Señor don Quijote. Sin duda que es <strong>el</strong> más ingenioso de los<br />

maestros porque es capaz de saber hasta lo que estoy pensando. Mientras<br />

que vuesa merced estaba preparando su master class sobre las zanahorias


colgantes, recordaba la descripción profética de ese futuro, que ya no sé<br />

si existe o no me quiero imaginar que exista, en <strong>el</strong> que expone las<br />

consecuencias de la crisis ambiental que está excitando la forma de vida<br />

civilizada a la que se terminará conociendo como la AWL (American<br />

Way of Life). [Ver Los Simpson.] A decir verdad, que tampoco sé si lo<br />

verdadero existe o no existe, se me hace imposible imaginar una Mancha<br />

desértica en la que se acabe con los árboles que dan frescor a cambio de<br />

insertar un campo de golf en medio de la ardiente meseta. También se<br />

me hace imposible concebir que exista mayor golfería a la actual porque<br />

si esta es insostenible, no creo que ningún hombre pueda aguantar mayor<br />

oprobio al que ahora se padece en los territorios d<strong>el</strong> decadente Imperio<br />

Hispano. Sobre todo si como usted dice, es la soberanía popular la que<br />

estará gobernando democráticamente y no la idiotez de un rey o de su<br />

valido. O <strong>el</strong> pueblo será de lo más simple y dócil que se pueda uno<br />

imaginar o la democracia va a resultar peor que la dictadura de la<br />

monarquía católica bajo la tiranía de los validos de los reyes. Si es así,<br />

entiendo que a los sapiens se les llame virurregos por ser más fáciles de<br />

pastorear y acorralar que los borregos y por dejarse mutar en <strong>el</strong> virus más<br />

contaminante d<strong>el</strong> planeta.<br />

Sancho comentó con cierto retintín que no le iba a preguntar por<br />

Archivos, Carpetas y Programas porque sabía la respuesta: «me iré<br />

enterando en <strong>el</strong> transcurso de la Odisea cuando la causalidad lo considere<br />

oportuno»; pero insistió en que se aclarase la dejación de responsabilidad<br />

en cuanto a tomar las riendas d<strong>el</strong> reino que legítimamente le<br />

corresponde. Al no obtener la información, prosiguió con sus<br />

comentarios. [Ver páginas 816, 817.]<br />

—Miedo me da ese futuro —continuó Sancho— que por no existir,<br />

estará tan lleno de tribunales de lo civil, lo penal, lo laboral, lo rápido, lo<br />

provincial, lo contencioso, lo nacional, lo superior, lo constitucional, lo<br />

internacional y lo galáctico, que nadie se podrá escapar de sus garras.<br />

Prefiero este Presente en <strong>el</strong> que cuando <strong>el</strong> justicia osa acercarse a alguna<br />

aldea reb<strong>el</strong>de a pedir cuentas o reclamar a algún vecino, las más de las<br />

veces sale escalabrado cuando no con los pies por d<strong>el</strong>ante, como en<br />

Fuente Ovejuna. Tal y como sucede en sus anteriores salidas ¿cuántas<br />

veces tendrán los justicias que escapar de su lanza cuando le quieran<br />

imponer que las cosas son como dios manda?<br />

»Lo único que me place de ese futuro es que si la Caballería Andante<br />

va a resucitar para desfacer entuertos y p<strong>el</strong>ear contra los gigantes molinos<br />

71


de viento, que cuenten conmigo para acompañar sus aventuras. Lo más<br />

heroico y honorable que este escudero haya vivido jamás es acompañar a<br />

vuesa merced en sus andanzas por estos mundos que ya no se si son de<br />

dios o d<strong>el</strong> diablo. ¿Serán distintas caras de la misma moneda?<br />

»Me hacen ganas de plantarme ante la Bot<strong>el</strong>la y <strong>el</strong> Zapatero porque al<br />

ser plebeyos como yo, podría evitar que vuesa merced se rebajara a<br />

platicar con <strong>el</strong>los ni a perder un quanto de su energía explicándoles su<br />

ceguera. A esos descastados puedo despacharles yo mismo porque una<br />

patada en <strong>el</strong> trasero de cada uno bastaría para que metieran <strong>el</strong> rabo y <strong>el</strong><br />

tapón entre las piernas y desaparecieran d<strong>el</strong> mapa con sus corruptos<br />

corr<strong>el</strong>igionarios.<br />

—No imagines pendencias y desplantes —interrumpió don<br />

Quijote— que después <strong>el</strong> miedo te hace ver las cosas como no son. Los<br />

políticos demócratas conforman la peor casta de malandrines que te<br />

puedas echar a la cara y todas las precauciones que tomes serán pocas a<br />

la hora de enfrentarte con sujetos tan cobardes y mentirosos. Una<br />

invasión o un golpe de estado militar es la solución que la historia ha<br />

inventado para limpiarse de esa raza de marfuces y silenciar <strong>el</strong> griterío de<br />

esa panda de caraculiambros pero esa alternativa ha quedado obsoleta.<br />

»No sé si será la curiosidad lo que te impulsa a querer saber por qué<br />

no tomo las riendas d<strong>el</strong> reino o si realmente necesitas reaclarar esta farsa<br />

histórica llamada Monarquía que no tendría que haber existido ni como<br />

parte d<strong>el</strong> argumento de un cuento infantil con princesas y palacios; pero<br />

sea como quieres.<br />

»Nadie mejor que yo sabe que ni España es mi reino ni soy <strong>el</strong><br />

heredero directo de dios en esta parte de Madre Tierra; sólo un<br />

pervertido puede haber inventado esta manera tan infantil de entender lo<br />

trascendente y sólo un idiota puede creer o aceptar esta imposición tan<br />

pueril. Te aseguro Sancho que mi padre no me ha enseñado ningún<br />

documento que acredite que los españoles son mis súbditos y que todo<br />

lo que conforma la Corona son mis posesiones; no siento nada especial o<br />

diferente a lo que podrías sentir tú en cuanto a ser <strong>el</strong> «heredero de dios».<br />

Ya hemos hablado d<strong>el</strong> plebeyo Jeromín que se convierte en <strong>el</strong> Juan de<br />

Austria real por arte de birlibirloque, no porque dios bajara a la tierra y<br />

otorgara a dedo este cargo de libre designación. Tampoco vamos a<br />

hablar de la plebeyez de la próxima reina de España, o sea, que ni<br />

heredera de dios ni nada.<br />

72


»Ni dios fue mi tatarabu<strong>el</strong>o ni yo seré jamás su tataranieto, así que al<br />

menos por esta sinrazón, no me corresponde realizar esta tarea. No<br />

olvides que en la Realidad de Matrix, inventos como la Monarquía son<br />

inculcados a través de la cultura, la educación y, por supuesto, las fuerzas<br />

d<strong>el</strong> orden público a las que por cierto, también tienen que pagar los<br />

mismos pringaos de siempre a los que se les impone la monarquía y<br />

además, que la subvencionen.<br />

»Otra cosa sería que los civilizombis quisieran abrir los ojos y<br />

percibieran que en vez de condenarme a escribir para considerarme <strong>el</strong><br />

más ingenioso de todos los escritores de todos los tiempos pasados y<br />

venideros, podrían utilizar mi potencial dimensional y encomendarme la<br />

labor de conducir la decadencia de Pax Hispana con sentido común, no<br />

porque me corresponda en heredad sino porque la conciencia se lo<br />

sugiera.<br />

»En <strong>el</strong> futuro que sí existe, todos los sapiens reconocerán que un<br />

humano capaz de escribir así deberá considerarse como <strong>el</strong> rey de las<br />

letras y utilizarán una de las fechas de mi muerte, <strong>el</strong> causal 23 de abril,<br />

para conmemorar <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Libro. ¿Qué hubiera pasado si en vez de<br />

dejar como herencia unas cuántas páginas escritas me hubieran <strong>el</strong>egido<br />

para reconducir <strong>el</strong> Renacimiento d<strong>el</strong> virus Civilización? La historia se va<br />

a encargar de aclarar que este futuro no existe pero es indudable que eres<br />

capaz de imaginar: si ahora os pusierais de acuerdo para utilizar mi<br />

liderazgo y poner un punto de inflexión en la decadencia de Pax<br />

Hispana, cuando se conmemore <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Libro en la Pax Americana<br />

otro gallo cantaría. A cambio, la indecisión va a arrinconar este potencial<br />

y me convertirán en <strong>el</strong> creador d<strong>el</strong> Siglo de Oro de las letras; estoy seguro<br />

de que tarde o demasiado tarde se darán cuenta de que se podía haber<br />

tomado otra decisión. Puede que con mi maestro sí noten que <strong>el</strong> cambio,<br />

La Reb<strong>el</strong>ión, es posible sin la necesidad de que pasen cuatro siglos, sobre<br />

todo porque la extinción va a imposibilitar otra oportunidad más.<br />

»Por lo demás —terminaba don Quijote con su largo parlamento—,<br />

te aclararé que los niv<strong>el</strong>es de indignidad que soportará la subespecie<br />

sapiens en <strong>el</strong> 400 cumpleaños de nuestra primera salida pública serán<br />

apabullantes y compartirán <strong>el</strong> sumidero de la hegemonía de la corrupción<br />

con suma normalidad. Así que deja de limitarte en cuanto a la golfería<br />

que <strong>el</strong> pueblo es capaz de asimilar sin atragantarse porque <strong>el</strong> confín d<strong>el</strong><br />

egocentrismo es más extenso de lo que puedes imaginar. Deja de<br />

recordar las consideraciones climáticas previas a la Odisea que te hacen<br />

73


caer d<strong>el</strong> rucio y deja también a esos endriagos de remendón y bot<strong>el</strong>lón.<br />

Voy a aclararte alguna peculiaridad atemporal d<strong>el</strong> futuro que sí existió.<br />

Don Quijote tiró de las riendas de Rocinante y saltó con ligereza de<br />

la cabalgadura. Sancho se deslizó por un costado d<strong>el</strong> pollino e<br />

imaginando que se trataba de un descanso en <strong>el</strong> camino, sacó una manta<br />

de las alforjas y empezó a extenderla sobre la sombra que llegaba hasta<br />

uno de los bordes. Percatándose de las intenciones d<strong>el</strong> escudero, <strong>el</strong><br />

caballero aclaró que se trataba de un breve estiramiento de piernas<br />

mientras que explicaba un cuento chino d<strong>el</strong> futuro que existió.<br />

—Te pondré un ejemplo de presente —continuó <strong>el</strong> caballero— para<br />

que entiendas <strong>el</strong> futuro que no existe y <strong>el</strong> que sí existe.<br />

»Durante demasiado tiempo, hubo un presente en <strong>el</strong> que se<br />

canturreaba: «Cuando China despierte, <strong>el</strong> mundo se estremecerá». Los<br />

ciudadanos d<strong>el</strong> primer mundo oían este estribillo amodorrados en su<br />

bienestar sin hacer caso d<strong>el</strong> significado real que contenía esta frase ni<br />

percatarse d<strong>el</strong> alcance que podría llegar a tener estas siete palabras<br />

muertas. Continuaron ofuscados desarrollando <strong>el</strong> escenario «Primer<br />

Mundo» d<strong>el</strong> montaje «Civilización» sin darse cuenta de que realmente<br />

estaban construyendo la decadencia de Pax Americana. Interpretaban<br />

que <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> progreso reciclado era sólido y estaba cimentado sobre<br />

una base vinculada con la decencia y la conciencia.<br />

»Cuando <strong>el</strong> presente se desarrollaba con una China dormida, <strong>el</strong><br />

entorno «Primer Mundo» se manufacturaba. Pero cuando China empezó<br />

a aletargarse, Europa empezó a temblar. Pánico era lo que sentían los<br />

optimistas industrializados ante la imparable apisonadora China.<br />

Empezaron con los restaurantes, después desembarcaron los textiles, los<br />

equipos <strong>el</strong>ectrónicos, los productos d<strong>el</strong> «todo a cien», las golosinas, los<br />

coches, los barcos… ¡todo! También exportaban armas, productos<br />

farmacéuticos, comida envasada con lejanas fechas de caducidad… ¡todo<br />

Sancho, TODO! Todo tipo de ridiculeces para las que la realidad de<br />

Matrix crea la apetencia y ansiedad de su consumo.<br />

»Cuando <strong>el</strong> destino impone a 1.200 millones de civilizombis que se<br />

desarrollen a toda marcha, cuando la causalidad impone a los 1.200<br />

millones de chinos que se pongan a progresar sin rechistar,<br />

silenciosamente y además en este caso con una sonrisa, la fabricación d<strong>el</strong><br />

bienestar se convierte en una ganga para los arquitectos de Matrix. Mil<br />

doscientos millones de chinos son capaces de hundir al desarrollo d<strong>el</strong><br />

74


progreso y al estado de derecho que en <strong>el</strong> mundo más contaminante se<br />

sustenta en esa quimera llamada bienestar.<br />

»<strong>El</strong> mundo industrializado estaba tan idiotizado que no se podía<br />

imaginar que lo único que había que hacer para industrializar un lugar es<br />

que <strong>el</strong> arquitecto que construye las industrias decidiera construirlas en esa<br />

otra zona d<strong>el</strong> mundo. Cuando empezó la transformación d<strong>el</strong> escenario<br />

mundial, China pasó de golpe a vampirizar <strong>el</strong> 25% de los recursos<br />

petrolíferos d<strong>el</strong> planeta y en poco tiempo ad<strong>el</strong>antó a USA en <strong>el</strong> ranking<br />

de producción mundial. <strong>El</strong> precio d<strong>el</strong> oro negro no paraba de subir y<br />

para los que habían montado su realidad sintética a base de ese líquido<br />

negro, lejos de bajar los costos de producción tenían que subirlos<br />

mientras que los saldos Made in China invadían las estanterías de los<br />

hipermercados.<br />

»Competir con <strong>el</strong> coloso asiático era imposible. <strong>El</strong> atasco fue tan<br />

rápido que <strong>el</strong> estreñimiento amenazó con estallar mucho antes de lo que<br />

ningún economista pudo prever. Y estalló Sancho, estalló la economía y<br />

con <strong>el</strong>la estalló la sociedad. Crisis, hundimiento de las bolsas, violencia,<br />

conflictos. <strong>El</strong> agraciado primer mundo pasó a ser <strong>el</strong> infierno en <strong>el</strong> que<br />

nadie se acostumbraba a vivir con lo imprescindible; bajarse d<strong>el</strong> burro d<strong>el</strong><br />

progreso es lo mejor que se puede decidir pero se indigesta cuando la<br />

crisis lo impone.<br />

»Añade que la contaminación d<strong>el</strong> medio ambiente progresó tanto<br />

como los chinos. Completa <strong>el</strong> escenario que describo con <strong>el</strong> caos que<br />

provoca la severidad climática y la escasez de recursos naturales para la<br />

supervivencia y obtendrás <strong>el</strong> panorama genérico en <strong>el</strong> que la realidad de<br />

Matrix, la decadencia de Civilización, <strong>el</strong> Apocalipsis de las r<strong>el</strong>igiones y la<br />

corrupción de Imperio Pax Americana, se sumerge y ahoga. Junto a todo<br />

<strong>el</strong>lo estarán los cegatos civilizombis que defenderán fanáticamente a la<br />

mano que les daba la limosna de la ilusión y r<strong>el</strong>lenaba los pesebres con la<br />

pitanza.<br />

Atentos a sus propios destajos,<br />

los carpinteros se organizaron<br />

para terminar con lo que pudieron<br />

porque estaba claro que no iban<br />

a acabar a la hora prevista,<br />

que por cierto y sin vergüenzas<br />

era hace ya unas horitas.<br />

¿Por qué se complican las cosas?<br />

Entonces habrá que chapucear<br />

lo que fuera más importante<br />

para poder al menos colocar<br />

la mercancía en sus estantes.<br />

Cajas de libros por acullá<br />

y mucha sapiencia diseminada<br />

por todos lados y rincones<br />

e incluso dentro de pap<strong>el</strong>eras.<br />

75


Este galimatías consumista<br />

termina por requeteconsumir<br />

a los más radicales konsomol,<br />

y a los consumistas ansiosos también.<br />

La estampita d<strong>el</strong> tejemaneje<br />

no es muy digna de admirar<br />

porque de lo único que se preocupaban<br />

era d<strong>el</strong> escenario principal<br />

al que subirá <strong>el</strong> regidor magistral.<br />

La previsible tensión debería<br />

resistir esas viejas tarimas<br />

porque escucharían las mismas<br />

[mentiras<br />

de cualquier alcalde de mierda.<br />

En las casetas sin terminar<br />

se desparramaba la sabiduría<br />

sin que d<strong>el</strong> orden de presentación<br />

se vaya a explicar su estrategía.<br />

Furgonetas y motos por aquí,<br />

carretillas en <strong>el</strong> más allá,<br />

y d<strong>el</strong> timo asimismo de siempre<br />

76<br />

participaban y para variar<br />

demasiados subcontratados,<br />

diversos inmigrantes sin pap<strong>el</strong>es<br />

que ahorran la cuota salarial<br />

y tiene acojonados a los esclavos<br />

con <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro<br />

en este estado d<strong>el</strong> bienestar<br />

que impone ¡tragar y callar!<br />

Observando <strong>el</strong> bonito escenario<br />

con la ciencia de la perspectiva,<br />

se puede asegurar y sin dudar<br />

que en estos momentos concretos,<br />

la mayor parte de la sabiduría<br />

está tirada por los su<strong>el</strong>os<br />

junto a las conquistas sociales<br />

que andan haciéndoles compañía<br />

de manera estúpida o altruista,<br />

en esta patética y cutre realidad<br />

que de Matrix se hace llamar,<br />

además. Puaggg.<br />

Mientras que la pareja inmortal se aclaraba con <strong>el</strong> estribillo de la nana de<br />

mod<strong>el</strong>o socialista, la pareja de equinos mordisqueaba <strong>el</strong> pasto que crecía<br />

a los lados de la senda. Sancho pensó que uno de los dientes d<strong>el</strong> rucio<br />

habría desaparecido porque observó que algunas briznas de hierba<br />

quedaban intactas de entre los bocados que segaban <strong>el</strong> pasto. Después de<br />

comprobar que efectivamente había un diente menos, redobló la manta<br />

en la que se pensaba haber tumbado y sea por la causa que fuere, se<br />

subió sobre <strong>el</strong> rucio haciendo ademanes de querer continuar con la<br />

marcha. Don Quijote se puso a caminar y <strong>el</strong> leal Rocinante dejó <strong>el</strong> festín<br />

para acompañar a la sombra d<strong>el</strong> jinete d<strong>el</strong> que no sabe separarse. Puestos<br />

así y de nuevo en <strong>el</strong> sendero de la Odisea, <strong>el</strong> escudero tomó la palabra<br />

para intentar aclarar <strong>el</strong> cuento chino que acababa de escuchar.<br />

—Señor caballero andante —atajó Sancho—, se me ocurren tantas<br />

cosas al hilo de su discurso que no sé por dónde empezar mi plática.<br />

Usted se enrolla demasiado y la prudencia me impide interrumpirle pero<br />

de tantas materias que se me acumulan, seguro que más de una se pierde<br />

en <strong>el</strong> olvido. Si respirara un poco más y me dejara algo más de espacio<br />

para intervenir, seguro que los lectores entenderían lo bien preparado


que estoy para que legitimen con sus votos mi gobierno en la ínsula de<br />

Barataria.<br />

»En cuanto a lo que me propone sobre la posibilidad de reunir a los<br />

sapiens ¿cómo quiere usted que ponga de acuerdo a todos los españoles<br />

para que dejemos de soportar al choriduque de Lerma si mis convecinos<br />

no son capaces de ponerse de acuerdo ni para reciclar la cantidad de<br />

basura que necesitamos para vivir? Deje usted esos liderazgos para los<br />

caballeros, que necesito las dos onzas de entendimiento que me quedan<br />

para, como usted me ha recomendado, protegerme de la intangible<br />

realidad de Matrix.<br />

»Todo lo que conozco de China es que es un país exótico d<strong>el</strong> que no<br />

se sabrá si Marco Polo trajo la seda o fue su padre y tío porque <strong>el</strong> famoso<br />

viajero jamás estuviera allí, pero está tan lejano y se sabe tan poco de lo<br />

que se encierra dentro de sus murallas, que es imposible que desplome la<br />

hegemonía d<strong>el</strong> primer mundo en tan poco espacio de tiempo. ¡Bueno! a<br />

decir verdad, es real que cuatro piratas están siendo capaces de hundir en<br />

pocos años al Imperio donde jamás se pondría <strong>el</strong> sol. ¿Es posible que la<br />

República de mod<strong>el</strong>o socialista derroque al Capitalismo o será <strong>el</strong> propio<br />

imperialismo <strong>el</strong> que quiera fagocitar al capitalismo utilizando esta<br />

República sumisa? »Por otro lado, empiezo a entender la estrategia para<br />

aletargar a los sapiens: los estribillos de las nanas para los nenes. En tan<br />

poco espacio ya he conocido dos: La nana «Cambio climático» y<br />

«Cuando China despierte, <strong>el</strong> mundo se entre mecerá».<br />

»Sin embargo, <strong>el</strong> discurso que acompaña la frase de los 1.200<br />

millones de chinos es tan complicado que a menos que me corrija, se<br />

podría resumir en que la mano de obra barata que se esclaviza por<br />

razones filosóficas, conceptuales, cutres o cegatas, es capaz de hundir a<br />

sistemas económicos tan seguros de sí mismos como Alemania, Gran<br />

Bretaña, Francia, Italia o España, sorprendiendo a los civilizombis d<strong>el</strong><br />

Primer Mundo que no querían sospechar nada así. Como lo de USA<br />

queda fuera de mi alcance porque todavía no conozco lo que puede ser<br />

eso, no lo cito porque me ha dicho que utilice los conceptos cuando los<br />

entienda.<br />

»Cualquiera como yo puede saber que las sedes de Imperio se<br />

fagocitan a sí mismas debido al paral<strong>el</strong>ismo existente entre lo que está<br />

sucediendo en la decadencia de la Pax Hispana y lo que suceda con la<br />

Pax Americana. Pero no es normal que en la época de las<br />

t<strong>el</strong>ecomunicaciones y d<strong>el</strong> Internet se desconociese la filosofía de vida de<br />

77


los chinos, la sumisión que eran capaces de soportar y la potencialidad<br />

productiva que tenían, capaz de hundir Europa con chucherías que irían<br />

d<strong>el</strong> «todo a cien» hasta todo <strong>el</strong> resto de lo demás.<br />

—Recuerdas más mensajes con los que preparábamos esta salida de<br />

los que dices —indicó don Quijote—. Atiende bien lo que te digo<br />

porque <strong>el</strong> mundo no se entre mecerá como si los países oscilaran en la<br />

cuna subiendo y bajando de un extremo a otro en <strong>el</strong> ranking d<strong>el</strong> IDH,<br />

sino que se estremecerá.<br />

»A finales d<strong>el</strong> siglo XX, China intentó despertar pero pasó<br />

directamente al aletargamiento imperialista. Los garantes de la soberanía<br />

d<strong>el</strong> pueblo chino sofocaron la reb<strong>el</strong>ión antiimperialista en Tiananmen<br />

con <strong>el</strong> clarísimo argumento de la fuerza de lo legal: hileras de tanques<br />

blindados. También, los garantes de la soberanía d<strong>el</strong> pueblo español<br />

sofocaron la reb<strong>el</strong>ión antiimperialista en Villalar con <strong>el</strong> clarísimo<br />

argumento de la fuerza de lo legal: hileras de verdugos armados.<br />

»En países donde al parecer sí existía la libertad de expresión, <strong>el</strong><br />

silencio sospechoso d<strong>el</strong> manipulado Cuarto Poder y la complicidad de<br />

los mandamases consintieron esa manera tan peculiar de implantar un<br />

régimen político que como sabes, se autodenomina República de mod<strong>el</strong>o<br />

socialista. Un invento que si lo patentaran, se forrarían de pasta porque<br />

1.200 millones de sujetos pasivos pagando un diezmo por soportar a la<br />

República originaría enormes beneficios al patentador. No es casual que<br />

<strong>el</strong> ideólogo de ese sistema desechara registrar <strong>el</strong> invento porque a cambio<br />

creó un Congreso Nacional d<strong>el</strong> Pueblo que <strong>el</strong>ige directamente al<br />

presidente que acumula las funciones de jefe de estado, d<strong>el</strong> partido y<br />

comandante de las fuerzas armadas. Un invento que tiene primer<br />

ministro como en las repúblicas d<strong>el</strong> mundo contaminante tan<br />

presuntamente democrático como <strong>el</strong> insurgente, un invento en <strong>el</strong> que los<br />

líderes de las revu<strong>el</strong>tas estudiantiles que no fueron legal y<br />

democráticamente aplastados por las cadenas de los tanques, fueron legal<br />

y democráticamente sentenciados por las condenas de la justicia a 11 más<br />

3 años de cárc<strong>el</strong> acusados de promover <strong>el</strong> derrocamiento d<strong>el</strong> gobierno;<br />

¡como si dos humanos pudieran con una maquinaria en la que están<br />

acorralados los otros 1.200 millones de sapiens civilizombis! Un tercer<br />

estudiante se escapó de las garras de la república para esconderse en la<br />

USA republicana.<br />

»Este tipo de actos, encarc<strong>el</strong>amientos o detenciones —continuó <strong>el</strong><br />

caballero acomodado en la cabalgadura—, son versiones modernizadas<br />

78


de los autos de fe para que <strong>el</strong> resto de virurregos se asuste y que se entere<br />

que las cosas tienen que ser como dios manda. Ya te he dicho cómo<br />

funcionan los trogloditas cromañones de entonces y los actuales:<br />

sumisión o exterminio. ¡Causalidad Sancho, no podemos librarnos de<br />

<strong>el</strong>la! No interpretes que los chinos mejoraron su niv<strong>el</strong> de vida con esta<br />

imperialización porque <strong>el</strong> sistema se había vu<strong>el</strong>to tan despiadado que la<br />

riqueza siguió haciendo más rico al mismo de siempre: al dinero.<br />

»Si Europa hubiera reaccionado en 1989 en vez de dejarse amordazar<br />

por <strong>el</strong> sistema, por la OMC, FMI y demás organizaciones mundiales, si <strong>el</strong><br />

Cuarto Poder no estuviera tan vendido al Imperio de lo políticamente<br />

correcto o si la complicidad de los gobermangantes occidentales no<br />

hubiera sido tan rastrera, <strong>el</strong> mundo industrializado no se habría<br />

estremecido.<br />

»O sea, existe un presente en <strong>el</strong> que aparecen las consecuencias de las<br />

acciones que se han realizado o también se podría decir que existe un<br />

futuro en <strong>el</strong> que se manifiestan las reacciones de los actos presentes. La<br />

causalidad es <strong>el</strong> porqué de todo lo que sucede aunque los sapiens sapiens<br />

se pasen <strong>el</strong> día a por zanahorias. En la realidad de Matrix, se es víctima<br />

de la causalidad. ¿Qué hubiera pasado si la frase dijera: «Cuando los<br />

chinos despierten, China se estremecerá»? La respuesta es tajante: esta<br />

frase no existe, ni existió, ¿ni existirá?<br />

—Mire lo que dice por dos motivos —contestó Sancho—: si esto lo<br />

pronuncia en otro momento y ante otro auditorio, por muy democrático<br />

que se considere, mucha libertad de expresión aparente y mucha libertad<br />

creativa proclame, no sé lo que podrán sentenciar los tribunales de la<br />

injusticia que han tomado <strong>el</strong> testigo al d<strong>el</strong> Santo Oficio. ¿Cómo dice que<br />

no va a existir una frase que ya ha sido pronunciada?<br />

—¿Y <strong>el</strong> otro?<br />

—Que no me eche la bronca si no me ubico en <strong>el</strong> tiempo porque<br />

con usted al lado, lo más fácil es perderse en <strong>el</strong> tiempo (no perder <strong>el</strong><br />

tiempo). Habla de 1989 en la época de los validos y aunque no entienda<br />

de cifras, me parecen tiempos de ciencia ficción. Lo de los siglos y los<br />

millones que usted apunta poco importa; como no sé contar ni leer,<br />

tengo la suerte de no saber <strong>el</strong> año en <strong>el</strong> que estoy ni necesidad de saber si<br />

hay otros, a menos que los cite de memorieta sin saber cuándo sucederán<br />

o sucedieron. Así que no sé si los acontecimientos que me cuenta de la<br />

reb<strong>el</strong>ión China han pasado hace muchísimo o mucho tiempo. Este punto<br />

79


da realmente igual porque ni a mí ni aquí están sucediendo y como usted<br />

dice, lo único que existe es lo que realmente me está acaeciendo.<br />

—Simple conclusión es la que sacas —dijo don Quijote— porque lo<br />

que está sucediendo cuando se está bajo <strong>el</strong> control de la realidad de<br />

Matrix es lo que está acaeciendo en toda Civilización. Por eso es<br />

inhumano vivir insertado en <strong>el</strong>la y soportar sus divinas leyes. Por eso<br />

cuando estás dentro de <strong>el</strong>la es difícil verla. Tienes que estar pendiente de<br />

tal infinidad de cosas que no te queda ni un segundo para existir. Sólo en<br />

la realidad real sucede exacta y exclusivamente lo que te está sucediendo<br />

porque tienes la absoluta certeza de que <strong>el</strong> resto de los acontecimientos<br />

están armonizados perfecta y eternamente por las reglas de Naturaleza.<br />

Estés donde esté, seguro que sientes que en los espacios salvajes todo<br />

sucede con respeto por Madre Tierra. Los animales saben vivir en su<br />

hábitat e incluso muchos reb<strong>el</strong>des humanos también. Pero aunque se<br />

quisiera parchear una parte de la realidad de Matrix, <strong>el</strong> despilfarro es tan<br />

globalizado que se quitan las ganas de hacer nada. Por eso se puede<br />

entender la parálisis de los civilizombis pero no justificar.<br />

—¿Por qué no hacen nada los dioses?<br />

—Con respecto a lo de mirar lo que digo —siguió don Quijote sin<br />

meterse donde no le llaman—, has de recordar Sancho que la Caballería<br />

Andante ha surgido para acometer a los gigantes molinos de viento y no<br />

existe auditorio, estado, momento, ni organismo, que pueda mitigar<br />

nuestra natural liberalidad. En cuanto a lo de los millones de años y de<br />

chinos, haces bien en no dar importancia ya que de lo que se trata en esta<br />

aventura es que los civilizombis de todos los tiempos se enteren de una<br />

vez que están esclavos de sus ideas, sus deseos, sus zanahorias, sus<br />

dioses, sus futuros…, en definitiva, de su psique que les ciega la<br />

percepción de la extinción. Las cosas se interpretan dependiendo no sólo<br />

de cómo se miren sino desde dónde se miren. Cuando se está dentro no<br />

se puede ver lo de fuera y esta limitación determina la propia visión d<strong>el</strong><br />

interior en <strong>el</strong> que se está encerrado.<br />

—¿Podría recordarme <strong>el</strong> significado de tanto jeroglífico que resalta<br />

con siglas que me son inalcanzables?<br />

—USA (United States of America) o EEUU es la denominación en<br />

<strong>el</strong> idioma de Hamlet de <strong>Estado</strong>s Unidos; IDH (Índice de Desarrollo<br />

Humano) es uno de los indicadores virtuales para dirigir adecuadamente<br />

a los estados bajo los parámetros de la realidad de Matrix; OMC<br />

(Organización Mundial d<strong>el</strong> Comercio) es uno de los organismos<br />

80


internacionales con <strong>el</strong> que los lords Siths controlan la República<br />

Galáctica, un sistema al que los esclavos denominan «Mundo»; FMI<br />

(Fondo Monetario Imperial o Internacional) es otro de esos organismos<br />

que dominan Civilización. En general, se podría afirmar que las<br />

organizaciones con tres siglas: FBI, CIA, KGB, ONU, ETA, FMI, MI6,<br />

OMS… son distintas caras d<strong>el</strong> control poliédrico divino. Son estigmas de<br />

la estirpe de los dioses como también lo será <strong>el</strong> 555 que sustituirá al 666<br />

o la estr<strong>el</strong>la de 5 puntas que sustituirá a la de 6. Mira las banderas actuales<br />

y verás que están llenas. Los colores verde y rojo se mantienen entre los<br />

distintivos imperiales.<br />

»La existencia de la estremecedora frase de siete palabras, «Cuando<br />

China despierte, <strong>el</strong> mundo se estremecerá», no es casual; es la baza de los<br />

dioses para esgrimirla oportunamente. Cuando se pronunciaba en<br />

condicional no sucedían las secu<strong>el</strong>as que se padecieron cuando pasó a ser<br />

presente. Cuando se empezó a utilizar en presente, ya no se podía hacer<br />

nada para haber cambiado <strong>el</strong> curso de la historia.<br />

»En fin querido Sancho, conforme se te van aclarando los<br />

jeroglíficos, vas a conocer algunas generalidades d<strong>el</strong> espacio en <strong>el</strong> que se<br />

produce nuestra salida y algunos acontecimientos que sucedieron en la<br />

justa que se mantendrá con los dioses cuando la convergencia inexorable<br />

de las realidades, la real y la de Matrix, me despierte.<br />

—La materia que estamos tratando es un poco densa. ¿No hay<br />

forma de hacerla más ligera?<br />

—Entiende que esto es un prólogo de lo que realmente nos va a<br />

acontecer y se están presentando muchas materias a la vez: <strong>el</strong> Multiverso<br />

de las Dimensiones, la corrupción que existe en la realidad de Matrix y<br />

sobre todo, a los lectores civilizombis que tantas ganas tienes de conocer.<br />

Deja que cojamos <strong>el</strong> pulso a la materia y verás como se pone a vibrar. Si<br />

atraes a la Ley de la Atracción con la vibración de tus pensamientos,<br />

seguro que <strong>el</strong> andalusí lo tiene en cuenta y si lo considera necesario,<br />

utilizará cualquier recurso para que se te aligere la marcha. Este<br />

mamotreto y <strong>el</strong> próximo se pueden tomar como una presentación de<br />

nuestra «póstuma» salida y los que se los quieran saltar, empezarán por <strong>el</strong><br />

III que es la antesala de un hecho trascendental en nuestra existencia.<br />

—¿Cómo va a ser una salida póstuma si estamos vivos? Como ve,<br />

todo esto es un lío así que de momento, hagamos un alto en <strong>el</strong> camino<br />

de la narración que es la hora de la siesta y la necesito con urgencia.<br />

¡Menudo mogollón!<br />

81


A Sancho se le quedó seco <strong>el</strong> seso y no se avino a más d<strong>el</strong>etreos<br />

porque de todos es conocida la lentitud con la que r<strong>el</strong>aciona los detalles y<br />

que su memoria es blanda de natural; así que no quiso indagar en más<br />

puntualizaciones. Ya había olvidado <strong>el</strong> discurso en <strong>el</strong> que don Quijote se<br />

presenta a los civilizombis y que tanta impresión le había causado y no<br />

estaba para prestar demasiada atención a nada más. Menos aún cuando la<br />

descripción de lo que venía podía turbarle la siesta para la que, ahora sí,<br />

se había acomodado utilizando las alforjas.<br />

Como si fuera por arte de magia<br />

o por la influenza de la Magistral,<br />

de la plaza de los Santos Niños<br />

ha desaparecido <strong>el</strong> caos social<br />

que ahora se reparte incondicional<br />

por las distintas casetas prefabricadas<br />

d<strong>el</strong> material que sea sin que se sepa.<br />

Como sucede en las inauguraciones,<br />

al final hay que improvisar<br />

y todos ponen de su parte<br />

porque hay que colaborar con ahínco<br />

para facilitar que <strong>el</strong> dios dinero<br />

entre después hasta los bajos fondos<br />

de sus descosidos bolsos.<br />

La atención de los carpinteros<br />

estaba en las desvencijadas casetas<br />

porque al no estar niv<strong>el</strong>adas,<br />

tuvieron que hacer un apaño<br />

82<br />

para que nadie lo notara<br />

menos los que lo tenían que notar:<br />

los libros que se utilizaron<br />

para niv<strong>el</strong>ar a las «chapusetas».<br />

Mientras que las dejen bien ancladas<br />

para que no se las lleve nunca<br />

<strong>el</strong> soplido de un lobo feroz<br />

que deja a los cerditos sin casetas,<br />

los ciudadanos se pueden sentir<br />

satisfechos sin descalabrar<br />

gracias al poluto hacer<br />

de la democrática estupidez.<br />

Como viene siendo habitual,<br />

no nos vamos a meter en detalles<br />

para no alargar <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato<br />

y que nadie se imagine cómo es<br />

la cutre realidad de Matrix.<br />

La brisa movía las hojas de los árboles que no sabían si reverdecer o<br />

amarillear. Los otoños traen semanas tan primaverales que las novedades<br />

empiezan a exigir que se rescriban las características de las estaciones. <strong>El</strong><br />

sonido de las hojas acariciadas por la brisa fresca invitaba al descanso de<br />

manera tan intensa, que <strong>el</strong> software de Sancho se desconectó fácilmente<br />

de todo lo acontecido. Desde que retornó al preguntar la diferencia entre<br />

lo auténtico y lo real, su sistema operativo ha recibido suficiente<br />

información como para tomarse un respiro. Lo que suceda con los<br />

sapiens lectores es algo que se escapa de nuestro control. ¡F<strong>el</strong>ices sueños!


Mamotreto II.<br />

EN EL QUE APROVECHANDO EL DESCANSO DE LOS<br />

INMORTALES, SE DESCRIBE (SIN INTERRUPCIONES)<br />

LA SITUACIÓN DEL ESCENARIO<br />

Instante espaciotemporal: Realidad real en <strong>el</strong> Multiverso<br />

simultáneo.<br />

Definición de la fuente de energía: Cuarta Dimensión.<br />

Ubicación temporal: Año 2005. Decadencia de Imperio<br />

versión Pax Americana.<br />

Ubicación espacial: Madre Tierra. Uno de los planetas<br />

de una de las millones de estr<strong>el</strong>las<br />

que forman parte d<strong>el</strong> Universo.<br />

Protocolo de funcionamiento: Realidad de Matrix.<br />

Ámbito de influencia: Homo sapiens sapiens (civilizombi)<br />

y Troglodioses.<br />

Descripción de comportamiento: Intento de intercambio de sentido<br />

común.<br />

Posicionamiento d<strong>el</strong> civilizombi: Activado.<br />

Tipo de actividad desarrollada: Modo lector. 1<br />

Podría decirse que <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do es un libro, unas páginas unidas<br />

en las que están impresas las palabras que al estar escritas, realmente no<br />

las dice nadie porque son <strong>el</strong>las las que se manifiestan silenciosamente.<br />

Saber que es don Quijote <strong>el</strong> que las está escribiendo puede sorprender<br />

porque tridimensionalmente, es razonable especular que cuatrocientos<br />

años después de la presunta muerte de nadie, nadie puede escribir nada<br />

1 Ejemplo de la versión original d<strong>el</strong> manuscrito. La transcripción d<strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> códice<br />

es una versión políticamente correcta de su contenido original.


La Cuarta Dimensión abre la puerta d<strong>el</strong> entendimiento atemporal<br />

liberando de la esclavitud temporal al que la traspasa. Percibir la realidad<br />

real eclipsa <strong>el</strong> espejismo que produce Civilización en la psique sapiens,<br />

posibilitando la reinserción en su condición humana. Algunos eruditos<br />

dicen que <strong>el</strong> homo sapiens es <strong>el</strong> eslabón perdido entre <strong>el</strong> simio y <strong>el</strong><br />

humano. Puestos así, también hay otros que dicen que los hígados de<br />

sapiens y cerdos son trasplantables.<br />

La Cuarta Dimensión abre la puerta de los Multiversos paral<strong>el</strong>os en<br />

donde <strong>el</strong> tiempo no es una limitación. Esta es la causa que permite que<br />

continúe escribiendo. ¡La causalidad! No podemos librarnos de <strong>el</strong>la.<br />

La ciencia quántica puede ayudar a explicar la r<strong>el</strong>atividad de las cosas y a<br />

demostrar las infinitas posibilidades que vibran en <strong>el</strong> vacío hasta que se<br />

escoge una, un posicionamiento muy diferente al de «esto es sota, caballo<br />

o rey» que domina en la determinista realidad de Matrix. Los civilizombis<br />

han olvidado la existencia en la Cuarta Dimensión al decidir volver a<br />

nacer; Matrix tiene un gran poder de persuasión y de padres a hijos se<br />

transmite esta cárc<strong>el</strong> mental en la que los dioses mantienen encerrada a la<br />

subespecie suicida.<br />

Cuando hace cuatro siglos <strong>el</strong> caballero Alcor decidió reb<strong>el</strong>ar a la<br />

humanidad que la tierra no era plana, consiguió liberar la psique sapiens<br />

de la limitación geocéntrica por encima de la imposición «incuestionable»<br />

de los dioses. Al principio se entendió como una herejía, después como<br />

algo a tener en cuenta y ahora… ¿Cómo es realmente Gaia y qué lugar<br />

ocupa en <strong>el</strong> Sistema Solar, como y donde adiestraba la Ciencia d<strong>el</strong><br />

Renacimiento o como y donde afirmábamos los reb<strong>el</strong>des? La<br />

recuperación d<strong>el</strong> conocimiento h<strong>el</strong>iocéntrico transformó radicalmente la<br />

cosmovisión de la humanidad reestableciendo este detalle fundamental<br />

de la realidad real. Con la presentación de la Cuarta Dimensión en la que<br />

<strong>el</strong> tiempo pasa a formar parte de una dimensión más a las tres conocidas,<br />

se devolverá a la humanidad uno de los saberes secuestrados durante<br />

civilizaciones como a su vez fue intencionadamente escondido <strong>el</strong> de la<br />

casi esfericidad de Gaia que por encima de la Santa Inquisición resultó<br />

ser… ¿Cómo es Madre Tierra? ¿Qué es Madre Tierra: planeta o estr<strong>el</strong>la?<br />

Ahora nadie duda de que Madre Tierra es <strong>el</strong> planeta en <strong>el</strong> que junto a<br />

gran cantidad de especies, los sapiens viven (como pueden), <strong>el</strong> único<br />

donde se concibe la vida tal y como se siente y se entiende espiritual y<br />

físicamente, un planeta que forma parte de un sistema armónico<br />

organizado alrededor de una de las estr<strong>el</strong>las que conforman <strong>el</strong><br />

84


Organismo Universo, un planeta que no es tan r<strong>el</strong>igiosa ni<br />

inestablemente plano como imponía <strong>el</strong> Vaticano. ¿Qué interés habría en<br />

secuestrar este arcano hasta <strong>el</strong> punto de obligar a negar la evidencia con<br />

la conocida abjuración de Galileo en 1619? Sin embargo, Shakespeare<br />

afirma en <strong>El</strong> rey Lear: «Y tú, trueno, aplasta la espesa redondez d<strong>el</strong><br />

mundo.» Gracias Cide Hamete por reb<strong>el</strong>arnos la realidad real. Se puede<br />

dudar de la existencia de la Cuarta Dimensión y d<strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o<br />

como entonces se dudaba d<strong>el</strong> h<strong>el</strong>iocentrismo.<br />

Contar al homo sapiens que la especie humana se está extinguiendo<br />

es algo que produce cierto lío. Sobre todo porque la humanidad<br />

interpreta con entusiasmo que disfruta d<strong>el</strong> mejor de los estados d<strong>el</strong><br />

progreso y d<strong>el</strong> bienestar. Y sobre todo, porque se considera la especie<br />

<strong>el</strong>egida de los dioses. ¿<strong>El</strong>egida para qué, para ser extinguida? Con <strong>el</strong><br />

argumento de la especie <strong>el</strong>egida, los de Pompeya desafiaron al Vesubio<br />

hasta que la lava los petrificó.<br />

Expresar al homo sapiens que <strong>el</strong> mundo en <strong>el</strong> que vive es <strong>el</strong> más<br />

inmundo de los que jamás hayan existido es algo que sugiere la<br />

confusión. Sobre todo porque la humanidad está tan agarrada al clavo<br />

ardiendo de Civilización que no puede soltarse lo suficiente como para<br />

ver con un poco de perspectiva <strong>el</strong> momento que realmente está viviendo.<br />

Estar enchufado a la realidad de Matrix exige no decidir ni tener tiempo<br />

para preguntarse qué es lo que realmente está sucediendo. Gracias a la<br />

historia de Matrix sabemos que todos los Imperios se han corrompido y<br />

han decaído. ¿Va a ser diferente con <strong>el</strong> actual?<br />

Escribir que d<strong>el</strong> ser humano, la subespecie sapiens sapiens ha llegado<br />

a cotas insoportables de corrupción e indignidad es algo que produce<br />

cierta desazón. Sobre todo porque la humanidad interpreta<br />

interesadamente que vive en <strong>el</strong> más justo de todos los estados de<br />

derecho. (Aunque en realidad sea sospechosamente parecido, no es lo<br />

mismo <strong>Estado</strong> policial que <strong>Estado</strong> judicial.)<br />

R<strong>el</strong>atar a la especie humana que la realidad de Matrix es fruto de la<br />

manipulación de los dioses y d<strong>el</strong> control de la psique sapiens es algo que<br />

puede extrañar. Sobre todo porque la humanidad interpreta que la<br />

transparencia y objetividad informativa es lo que preside la manipuladora<br />

realidad artificial de Matrix d<strong>el</strong> siglo XXI (año 2009 dC.)<br />

Si mezclamos todo esto con la existencia d<strong>el</strong> hegemónico futuro (una<br />

especie de mundo f<strong>el</strong>iz en <strong>el</strong> que no pasa absolutamente nada pero d<strong>el</strong><br />

que todo <strong>el</strong> mundo comparte su científica presencia), obtenemos<br />

85


ingredientes para entender la ceguera de los sapiens, un estado que<br />

impide percibir que <strong>el</strong> estribillo «Cambio climático» es sólo parte de la<br />

letra de una nana al igual que lo fue la de «La tierra está plana».<br />

¿Qué r<strong>el</strong>ación tiene todo esto? Debido a la encrucijada en la que se<br />

encuentra la especie humana, están sucediendo acontecimientos<br />

extraordinarios. Los de índole climático, medioambiental o físicos son<br />

hechos acaecidos en la realidad real y parte d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>leno catastrófico de los<br />

t<strong>el</strong>ediarios que los fenólogos diluyen con la nana «Cambio Climático».<br />

Hay otros de carácter inmaterial o mental que los interesados se<br />

apresurarán en calificar de metafísicos. La afirmación de que<br />

Cervanpeare es <strong>el</strong> escritor de estas palabras podría ser uno de <strong>el</strong>los.<br />

¿Cómo es posible que esté afirmando esto? Dos alias conocidos<br />

mundialmente han sido utilizados por <strong>el</strong> mismo reb<strong>el</strong>de y 400 años más<br />

tarde descubre su identidad real. Por la parte literaria se podría decir que<br />

la humanidad me ha <strong>el</strong>evado a la categoría de dios y esto puede explicar<br />

la magnitud de lo que se reb<strong>el</strong>a y de quienes lo reb<strong>el</strong>an. Hay otro<br />

acontecimiento de carácter espiritual que se conecta con la consciencia<br />

de la Conciencia y que atañe a la Humanidad como Especie, sin credos,<br />

colores, culturas, divisiones o subparticiones. Cada miembro de la<br />

especie humana es responsable ante la Eternidad de lo que está haciendo<br />

con Madre Tierra, un espacio sagrado que compartimos con <strong>el</strong> resto de<br />

las especies, tan «<strong>el</strong>egidas» como la Humana.<br />

Como ya se sabe, los Caballeros Jedis son los descendientes de una<br />

tribu de trogloditas sanguinarios; están resguardados tras sus hologramas<br />

y no quieren mostrar su apariencia real de Lords Siths. [Investigar en<br />

Internet quiénes son realmente la reina de Inglaterra y los grandes lores<br />

británicos: loor Palmerston, loor Astor, loor Carrinton, loor Halifax, loor<br />

Sainsbury, loor Lothian (¿quiénes serán en La Guerra de las Galaxias?).<br />

Colateralmente se puede averiguar quiénes son los presidentes de las<br />

multinacionales d<strong>el</strong> petróleo, de las corporaciones armamentísticas, de las<br />

transnacionales que controlan la energía, de las transcontinentales que<br />

controlan los monopolios de automóviles, tabaco, farmacéuticas; de los<br />

oligarcas que manejan las t<strong>el</strong>ecomunicaciones y los psicópatas que<br />

censuran y manipulan la información convirtiéndola en desinfotenimiento<br />

(recuerden, desinformación+entretenimiento). Colateralmente,<br />

se puede indagar quiénes son los NED, una de las consecuencias<br />

d<strong>el</strong> despotismo británico y de paso podrán ver en qué se ha convertido<br />

Glasgow, <strong>el</strong> astillero de Europa hace un siglo. ¡Cómo cambia la gloria<br />

86


por miseria en cuatro días! No olvidar que por encima de los «Caballeros<br />

Jedis» están los guionistas, los realizadores…, <strong>el</strong> director y los<br />

productores. Manifestarse con nitidez precipitaría la descomposición de<br />

la realidad de Matrix y por eso se esconden en un complejo sistema de<br />

castas en <strong>el</strong> que son inaccesibles.]<br />

Para que los civilizombis tengan claras las diferencias entre unos y<br />

otros, se puede afirmar que nosotros, los perdedores para la historia<br />

oficial de Civilización, podemos reb<strong>el</strong>ar nuestra existencia y presentamos<br />

a nuestro maestre y portavoz: <strong>el</strong> Caballero Alcor de Castilla al-andalusí, al<br />

que por esto, los dioses vigilarán y castigarán (Ver <strong>El</strong> dilema). <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5.<br />

3l Est4do es <strong>el</strong> movimiento de apertura en la partida de ajedrez que mi<br />

maestro comienza a entablar con los dioses que seguirán escondidos<br />

detrás d<strong>el</strong> escenario, temen la reacción de los sapiens: desertar de la<br />

esclavitud a través d<strong>el</strong> mar Rojo o de las grietas de <strong>El</strong> sistema. La temen<br />

tanto que se han preparado satélites inalcanzables donde resguardarse de<br />

la ira sapiens y zulos en <strong>el</strong> interior de Madre Tierra donde resguardarse<br />

de los meteoritos.<br />

En <strong>el</strong> Epílogo de Matrix, los troglodioses confiesan <strong>el</strong> miedo que<br />

tienen a la reb<strong>el</strong>ión de las masas; a través d<strong>el</strong> personaje Neo, expresan<br />

claramente:<br />

«Sé que estáis ahí; percibo vuestra presencia. Se que tenéis<br />

miedo, nos teméis a nosotros; teméis <strong>el</strong> cambio. Yo no conozco <strong>el</strong><br />

futuro, no he venido para deciros cómo acabará todo esto; al<br />

contrario, he venido para deciros cómo va a comenzar. Voy a<br />

terminar <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y luego voy a enseñarles a todos lo que<br />

vosotros no queréis que vean; les enseñaré un mundo sin vosotros,<br />

un mundo sin reglas y sin controles, sin límites ni fronteras; un<br />

mundo donde cualquier cosa sea posible.»<br />

La Humanidad entenderá que anunciar la extinción no es un plato de<br />

gusto porque <strong>el</strong> contenido de la reb<strong>el</strong>ación es cuando menos<br />

desconcertante. Cuando los dioses quisieron imponer <strong>el</strong> Nuevo Orden<br />

Mundial conocido con <strong>el</strong> nombre de <strong>El</strong> Renacimiento, mi maestro<br />

decidió reb<strong>el</strong>ar que Madre Tierra no era plana. Esto causó desconcierto e<br />

incluso rechazo porque cambiar una parte tan esencial de los Archivos<br />

de la cosmovisión no fue nada fácil. Necesitó de abjuraciones infames,<br />

quema de herejes famosos que se negaban a comulgar con ruedas de<br />

molino y de una cariñosa persuasión para que, finalmente, la humanidad<br />

conciba <strong>el</strong> universo pseudoconocido de manera h<strong>el</strong>iocéntrica. ¿Qué ha<br />

87


supuesto en la evolución humana la concepción geocéntrica V5 la<br />

cosmovisión h<strong>el</strong>iocéntrica? ¿Queda todavía alguien que se asuste con la<br />

idea de que más allá de Finisterre se termina la tierra y se cae al abismo<br />

d<strong>el</strong> infierno en donde diablos con tridentes nos pincharán en <strong>el</strong> culo? Si a<br />

la desorientación geocéntrica se le hubiera añadido <strong>el</strong> contenido de esta<br />

nueva reb<strong>el</strong>ación, ¡nos estamos extinguiendo!, sabemos que la reacción<br />

civilizada habría sido <strong>el</strong> rechazo absoluto.<br />

Actualmente se está imponiendo <strong>el</strong> Nuevo Orden Mundial (NWO<br />

en inglés; ver los discursos de Bush, Cheney y demás mandamases de los<br />

civilizombis), <strong>el</strong> correspondiente a la decadencia de la Pax Americana. La<br />

Santa Inquisición ha sido substituida por diversos organismos<br />

internacionales de control y se subsiste en una especie de <strong>Estado</strong> Policial<br />

Total (ver Minority Report). De nuevo, aparecen los Reb<strong>el</strong>des para sugerir<br />

la realidad Real paral<strong>el</strong>a y simultanea a la de Matrix.<br />

Ante la pregunta ¿qué hacemos? con respecto a la extinción, se<br />

supone que en un mundo idílico todos deberíamos estar preparados para<br />

saber reaccionar ante una eventualidad de esta magnitud tan definitiva,<br />

tanto dioses, como esclavos y como reb<strong>el</strong>des. Pues bien, la primera<br />

acción de la Reb<strong>el</strong>de Caballería Andante de la Orden de la Paz es la<br />

difusión de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do; la siguiente será esperar la reacción de<br />

las otras dos partes.<br />

No se puede estimar a ciencia cierta cuántos civilizombis abrirán los<br />

ojos y se percatarán de que «extinción» es la palabra que utiliza <strong>el</strong><br />

diccionario para definir los acontecimientos geológicos justificados con<br />

la nana «Cambio climático». ¿Cómo se tiene que reaccionar ante lo que<br />

expresa <strong>el</strong> lenguaje de Naturaleza? En la escu<strong>el</strong>a nos han enseñado<br />

muchísimas materias que casi nunca sabemos para qué nos han valido.<br />

En cambio no nos han enseñado muchísimas otras que nos hubiera<br />

encantado saber. Como sucede con todas las cosas, hay una causa que ha<br />

provocado esta disparidad de saberes: <strong>el</strong> control de los divinizados<br />

trogloditas está detrás de <strong>el</strong>la, <strong>el</strong>los son los que conocen los arcanos de la<br />

humanidad administrándolos con mendrugos de información.<br />

Tampoco se puede estimar a ciencia cierta la reacción de los dioses,<br />

pero <strong>el</strong> análisis de las anteriores permitiría afirmar que, tarde o temprano,<br />

silenciarán a mi maestro con cualquiera de las maneras con las que<br />

despachan a los reb<strong>el</strong>des de todas las épocas: la cicuta, la cruz, la<br />

hoguera, la guillotina, un disparo, un accidente de coche, <strong>el</strong> suicidio.<br />

88


<strong>El</strong> caballero Alcor asegura que los sapiens sapiens tienen capacidad<br />

para imaginar que conforman la única especie contaminante de las que<br />

habita Madre Tierra y de reaccionar ante algunos aspectos de sus viciadas<br />

conductas; otros miembros de la Caballería Andante de la Orden de la<br />

Paz podemos estar o no estar de acuerdo con él (por eso se va a comer él<br />

solito <strong>el</strong> marrón). <strong>El</strong> caballero Alcor asegura que los sapiens sapiens<br />

están preparados para plantearse y replantearse las cosas, para abrir los<br />

ojos, para enterarse de que están controlados y por eso no se dan cuenta<br />

de la decadencia d<strong>el</strong> Imperio Americano ni de la realidad real: la<br />

extinción de nuestra especie; otros miembros de la Caballería Reb<strong>el</strong>de de<br />

la Orden de la Paz podemos estar o no estar de acuerdo con él.<br />

Naturaleza va a ser la encargada de abrir los ojos a los cegados pero<br />

mi maestro se niega a admitir que la estupidez sea la firma con la que la<br />

especie humana se despida de Madre Tierra. ¿Qué hace cualquier<br />

organismo cuando un virus le infecta? ¿Qué proceso sigue y cuál es la<br />

conclusión? ¿Cómo reaccionará la plaga cuando sea consciente de que lo<br />

es? <strong>El</strong> miedo, la incredulidad y la duda son mecanismos de defensa<br />

que utilizará <strong>el</strong> ego para continuar con la conciencia amodorrada.<br />

Aunque la psique no sea una invención de los dioses sino la<br />

consecuencia de su huida hacia d<strong>el</strong>ante, dominan su funcionamiento a la<br />

perfección y saben cómo condimentarla para que los esclavos disfruten<br />

en un Valle de Lágrimas medioambientalmente insostenible. Por eso<br />

tenemos que esperar la reacción de esclavos y de troglodioses.<br />

Para retratar <strong>el</strong> Laboratorio Civilización es necesario que no se haga<br />

ninguna disposición jerárquica; <strong>el</strong> orden en <strong>el</strong> que los ingredientes<br />

aparecen es irr<strong>el</strong>evante porque la entropía es tan milenaria que ahora es<br />

difícil disociar los orígenes. A modo de decálogo, se empezará por referir<br />

algunas particularidades de la Realidad de Matrix mediante las que se<br />

pueda apreciar su caudillaje. ¿Cómo saber si estamos siendo vulnerables<br />

a la señal que emite Matrix? ¿Controlamos al destino e incluso al<br />

presente tanto como afirmamos?<br />

DINERO. La reverencia al dinero clarifica decisivamente <strong>el</strong><br />

posicionamiento d<strong>el</strong> civilizombi ante la realidad de Matrix. Cualquiera<br />

que esté interesado o que piense en dinero, por remoto que sea <strong>el</strong><br />

pensamiento, cualquiera que tenga la ilusión de conseguir cualquier<br />

cantidad de dinero, por mínima que sea, está conectado a la realidad de<br />

Matrix. Se puede decir que esta zanahoria existe desde <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong><br />

montaje Civilización y también es la causa de la esclavitud de los sapiens.<br />

89


Esto no es un juicio de valores porque cada uno puede decidir lo que<br />

hace con la vida, incluso esclavizarse; si se reseña es porque la forma de<br />

alcanzar y de gastar ese dinero se ha convertido en una actividad tan<br />

contaminante y asfixiante para Madre Tierra, que es la causa por la que la<br />

especie humana se está extinguiendo. «Trabajo» es la palabra que se<br />

utiliza para designar <strong>el</strong> derecho fundamental de los esclavos aunque se<br />

disfraza con apariencias de progreso y libertad ¿quién lo percibe?<br />

La existencia d<strong>el</strong> dinero es esencial para la supervivencia de<br />

Civilización y sólo imaginar que es una apariencia puede provocar<br />

insomnio. ¿Qué tendrá <strong>el</strong> dinerito que inevitablemente va matando a<br />

todos los que se r<strong>el</strong>acionan con él? ¿Qué tendrán esos pap<strong>el</strong>itos de<br />

colores que convierten a los humanos en la plaga sapiens que ha ido<br />

enfermando a Madre Tierra? [<strong>El</strong> transcriptor iba a aprovechar la siesta de<br />

Sancho para contar algunas particularidades d<strong>el</strong> Dinero con la anestesia<br />

d<strong>el</strong> sueño, pero gracias al feudalismo audiovisual, va a sugerir un vínculo<br />

más que ahorre energía y líneas; no es difícil reconocer que <strong>el</strong> formato<br />

audiovisual es más atractivo que <strong>el</strong> escrito en la era actual (ver en You<br />

Tube «The Money masters»; está subtitulado en español); seguro que la<br />

energía d<strong>el</strong> escudero es capaz de contagiarse por los que opten por ver<br />

estos vídeos y se da por enterado.]<br />

APARIENCIA. Cuando <strong>el</strong> ego está embaucado por la realidad de Matrix, <strong>el</strong><br />

sapiens finge, disimula, falsea, oculta, pretende, disfraza, traiciona,<br />

interpreta. Esto causa inestabilidad. En Civilización nadie sabe cuándo<br />

las circunstancias están en armonía con uno porque casi nunca se está en<br />

consonancia consigo mismo y por ende, con nada de lo que le rodea.<br />

Vivir protegidos por la apariencia «todo va bien», tanto España como<br />

uno mismo, es vivir en la perplejidad.<br />

La apariencia es caos. La teoría d<strong>el</strong> caos afirma que una mariposa<br />

bate las alas en Pekín y se produce un terremoto en San Francisco.<br />

Cuando Matrix es <strong>el</strong> entorno en <strong>el</strong> que se desenvu<strong>el</strong>ve parte de la<br />

existencia, nunca se sabe cuándo va a reaparecer alguno de los recuerdos<br />

que hayan sucedido o de las mentiras que no hayan sucedido a lo largo<br />

de la vida; tampoco se sabe cuándo se van a manifestar las consecuencias<br />

de una decisión equivocada o de la indecisión. La mariposa que habita en<br />

<strong>el</strong> interior de cada psique puede batir las alas en cualquier instante.<br />

Debido a lo traviesa que es la mariposa, mover las alas revu<strong>el</strong>ve la<br />

memoria y enmaraña <strong>el</strong> presente; frecuentemente, condena al desencanto<br />

90


los momentos d<strong>el</strong>iciosos que acontecen durante <strong>el</strong> equilibrio inestable de<br />

la vida civilizada.<br />

Recordar la indignidad soportada o la decisión equivocada, vivir con<br />

la envidia, la soberbia o <strong>el</strong> remordimiento, ser consciente de la<br />

interpretación vital, reconocer las diferentes apariencias tras las que<br />

camuflarse, observar los distintos personajes que conforman <strong>el</strong> ego o no<br />

tomar decisiones en <strong>el</strong> momento adecuado, imposibilita la armonización<br />

de la psique con <strong>el</strong> presente. Si la frustración sólo se produjera en<br />

momentos de tensión o crispación, la reacción d<strong>el</strong> caos quedaría disu<strong>el</strong>ta<br />

por la angustia d<strong>el</strong> momento, pero la insoportable pesadez d<strong>el</strong> estar<br />

aparece porque hasta <strong>el</strong> más sublime de los instantes puede ser<br />

boicoteado por <strong>el</strong> ego. Que <strong>el</strong> caos se pueda producir en cualquier<br />

momento, es lo que otorga a la vida inestabilidad emocional, psíquica,<br />

vital, personal o la que sea y lo que provoca inseguridad; que la razón de<br />

esta inestabilidad sea <strong>el</strong> vivir de manera aparente, convierte <strong>el</strong> vivir en un<br />

sin vivir. ¡No se puede estar a gusto ni cuando se está a gusto!<br />

Una de las razones que induce a envolverse de apariencia es «<strong>el</strong><br />

miedo al qué dirán». <strong>El</strong> sapiens vive atareado en crear una identidad<br />

postiza alentada por la interpretación que <strong>el</strong> ego hace sobre lo que los<br />

demás vayan a juzgar en cuanto a los actos, conductas o reacciones con<br />

las que proceda. Realmente, nadie sabe qué es lo que «<strong>el</strong> otro» va a<br />

interpretar ni cómo va a traducir los comportamientos pero parece que<br />

existe una manera unívoca de considerar las cosas que la mayoría se<br />

empeña en reafirmar. La adicción a esta ent<strong>el</strong>equia crea <strong>el</strong> statu quo de lo<br />

«políticamente correcto» en <strong>el</strong> que participan subconscientemente los que<br />

se r<strong>el</strong>acionan bajo apariencias, es decir, casi todo <strong>el</strong> mundo; es tan<br />

frecuente que cada uno tut<strong>el</strong>e sus fachadas por encima de lo real que<br />

nadie sabe cómo es ni cómo son los demás. ¿Qué tipo de r<strong>el</strong>aciones se<br />

pueden crear en este estado virtual d<strong>el</strong> incontrolado ego?<br />

Seguramente, los demás no se plantean casi nada sobre las tácticas de<br />

la apariencia de los otros porque no tienen tiempo ni para diferenciar<br />

cuándo están actuando de cuándo no están aparentando; pero la presión<br />

psíquica que ejerce la señal de Matrix obliga a que <strong>el</strong> civilizombi se<br />

emparanolle pensando en cómo agradar constantemente al otro aunque<br />

no sepa cómo hacerlo, desconozca <strong>el</strong> resultado de la actuación o vaya en<br />

contra de la paz y la armonía d<strong>el</strong> sentido común.<br />

Nunca se sabe qué es lo que puede complacer o molestar a los<br />

demás; que <strong>el</strong> otro se tome algún comentario de manera personal no<br />

91


implica que no esté conforme con lo escuchado, indica que<br />

momentáneamente no ha sido capaz de controlar su ego y ha<br />

reaccionado a la defensiva. La sutileza puede reconocer este tipo de<br />

reacciones pero la suspicacia aparece inevitablemente en ambas partes y<br />

quizá sea imposible evaluar la desconfianza creciente que aparece por<br />

todas partes. Nunca se sabrá cómo agradar o contrariar a los otros<br />

porque se desconoce si <strong>el</strong> otro estaba disperso o si uno ha sido<br />

impertinente.<br />

La apariencia necesita poner palabras a todas las cosas para que nadie<br />

entienda las circunstancias ni a sí mismo; por extensión, se puede<br />

entender que nadie va a comprender a los demás, tanto si querían<br />

complacer como si pretendían molestar.<br />

Todo <strong>el</strong> mundo advierte que las apariencias son de mentira y tarde o<br />

temprano, la desconfianza termina por descomponer a la candidez. No<br />

se puede controlar la autoconfesión de las mentiras (los renuncios)<br />

porque aparecen cuando menos se esperan; por eso se pilla a un<br />

mentiroso antes que a un cojo. Es absurdo defender la falsedad porque<br />

algo propio d<strong>el</strong> ego no se puede sostener con sentido común; sin<br />

buscarlo, <strong>el</strong> mentido descubre decepcionado la cara más oscura de la<br />

apariencia. <strong>El</strong> conflicto que genera desmentir una mentira con más<br />

falsedades lleva inevitablemente al desencanto mutuo; <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong><br />

mentiroso se pone a la defensiva e intenta sobreponerse a la fragilidad<br />

que él mismo ha causado por encima de quien sea y de lo que sea. <strong>El</strong><br />

arma que utiliza para resguardarse es imponer la falsedad a base de<br />

actitudes, gritos, insultos, lloriqueos e incluso agresiones ya que retorcer<br />

la realidad es algo que sólo han conseguido los dioses y además, de<br />

manera mediocre y sanguinaria. Que los sapiens se crean la impostura<br />

divina Realidad de Matrix no implica que sepan mentir con tanta<br />

maestría. Sería más sencillo reconocer la falsedad y desv<strong>el</strong>ar con<br />

sinceridad las presuntas equivocaciones que se pueden cometer en la<br />

infernal Matrix, pero la reacción d<strong>el</strong> ego se basa principalmente en<br />

remover la mierda con cólera fabricando un montaje más insoportable<br />

que la propia mentira; como en todas demás peculiaridades de<br />

Civilización, todos son actores y son víctimas a la vez, incluso los<br />

actores.<br />

Al engañado le invade una sensación gratuita de escepticismo, vacío,<br />

confusión o incomprensión. Percibir la traición reconfirma que los<br />

mecanismos con los que funciona Civilización están salpicados o llenos<br />

92


de dolor pero también de remordimiento. Lo habitual es que <strong>el</strong> mentido<br />

se deje contagiar por <strong>el</strong> virus de la falsedad, lo incluya entre las<br />

identidades tras las que se camufla e infecte a otros con la mezquindad<br />

de la mentira; así se perpetúa un statu quo que potencia la insatisfacción<br />

vital generalizada. Algunos se amparan en un credo que dice: «Como<br />

todo acaba con engaños y mentiras, ¿por qué no empezar igual? ». En<br />

Matrix es así la parte de la vida que se refiere a la apariencia, sólo uno de<br />

los aspectos que se incluye en este decálogo descriptivo d<strong>el</strong> entorno<br />

Civilización. Por eso, es tan complejo vivir con lealtad.<br />

Es ilógico que la confianza, un ingrediente natural en las r<strong>el</strong>aciones<br />

afectivas, se deje sobornar por <strong>el</strong> mentiroso ego. Cuando se desprecia la<br />

confianza hasta perderla, no se sabe si se recuperará alguna vez; que una<br />

de las cualidades que fortalece la cautivante sensación de intimidad mute<br />

por la advertencia de la traición, es un lujo que <strong>el</strong> sentido común no<br />

permitiría que se realizase. Se echa tanto de menos la intimidad alcanzada<br />

después de una r<strong>el</strong>ación cariñosa que es absurdo y cru<strong>el</strong> despreciarla por<br />

una sola mentira. Que todos sepan que todos mienten inunda la vida de<br />

escepticismo; <strong>el</strong> escepticismo impide <strong>el</strong> vivir con plenitud en beneficio<br />

d<strong>el</strong> aburrimiento, quizá <strong>el</strong> más desconfiado de los estados de la<br />

apariencia.<br />

En Civilización es difícil saber qué es lo que se quiere o si se necesita<br />

lo que se desea; es complicado diferenciar cuándo se está actuando,<br />

fingiendo o aparentando de cuándo se está sintiendo realmente o<br />

hablando impecablemente; es complejo distinguir cuándo uno está<br />

disperso, inseguro, con miedo o con prisa de cuándo ha escuchado una<br />

impertinencia; es decisivo diferenciar cuándo uno se toma las cosas de<br />

manera personal de cuándo se falta al respeto. En Matrix, es difícil que <strong>el</strong><br />

mentiroso sepa cuándo esta falseando o cuándo está viviendo porque de<br />

tanto mentir, las interferencias acaban imponiendo al ego, <strong>el</strong> rey de todas<br />

las mentiras; las redes neuronales se acostumbran a este falso<br />

funcionamiento que se refuerza cada vez que se miente hasta <strong>el</strong> punto de<br />

que <strong>el</strong> sentido común pierde su control.<br />

Mientras que Sancho duerme la siesta,<br />

los montadores acatan su esclavitud<br />

sudando sin necesidad de látigo<br />

y más que soportando tragando<br />

los inhumanos collateral damage<br />

que crean holográficas damas<br />

tras cortinas de humo escondidas<br />

y más mala leche que <strong>el</strong> copón.<br />

¡Esto es Civilización, <strong>el</strong> progreso<br />

d<strong>el</strong> bienestar! ¿Quién da más?<br />

Cuántas más paridas dicen<br />

más se las creen los sapiens<br />

93


y cualquiera pone <strong>el</strong> cascab<strong>el</strong><br />

no sé si a los sapiens o a <strong>el</strong>las.<br />

Mueven todos los entresijos<br />

de esta sinestesia permanente<br />

tan escalofriantemente montada<br />

que ni Ariadna podría desenredar.<br />

Pero se ha presentado la ocasión<br />

de escaquearse d<strong>el</strong> mecánico trabajo,<br />

ya que han llamado por <strong>el</strong> móvil<br />

al jefe de algún lado<br />

y debe ser por algo gordo<br />

porque ha dejado <strong>el</strong> martillo<br />

para ponerse a gritar gesticulando<br />

con cortes de manga incluidos<br />

destacando un dedo de la mano<br />

d<strong>el</strong> resto que tiene guardados<br />

por la santa virgen d<strong>el</strong> puño<br />

y por los arcáng<strong>el</strong>es más sagrados.<br />

Una ventaja de los móviles<br />

es que no se puede trabajar<br />

porque una de las dos manos<br />

la tienes ocupada sujetando<br />

las charlas por un aparato<br />

que te calienta toda la cabeza<br />

con opiniones y radiofrecuencias.<br />

¿Cuáles son más dañinas<br />

las palabras que son divinas<br />

o las ondas con interferencias<br />

que dejan la grasa d<strong>el</strong> cerebro<br />

con espongiformes encefalopatías?<br />

Si me viera por cojones obligado<br />

a escoger entre las dos cosas,<br />

tiraría <strong>el</strong> móvil al cementerio<br />

de residuos nucleares urbanos<br />

aunque lo hereden los carpinteritos<br />

que ahora están estudiando,<br />

cómo hacerse hombres de pro<br />

en un mundo tan inhóspito<br />

y altamente contaminado<br />

de patrañas y opiniones<br />

e interferencias micro<strong>el</strong>éctricas.<br />

Cualquiera que interprete<br />

94<br />

que está hablando un misoneista,<br />

es un problema que solucionará<br />

cuando encuentre mejor prosista<br />

si no se le ocurre versar<br />

la insoportable cutredad actual.<br />

Matar dos pájaros de un tiro<br />

es un dicho demasiado popular<br />

que mal rayo le parta en dos<br />

porque las coloridas aves cantoras<br />

no crean interferencias fofas<br />

con sus creativas palinodias<br />

aportando mucha b<strong>el</strong>leza<br />

a este alboroto caótico,<br />

¡no he escrito católico!,<br />

conteniendo esta sinestesia<br />

que ya no soporta ni dios.<br />

Abandonando <strong>el</strong> móvil en un sitio<br />

que no intoxique Naturaleza<br />

te ahorra la palabrería<br />

pero también las interferencias.<br />

<strong>El</strong> jefe se ha ido al bar<br />

a meterse un copazo pa’entro<br />

y los curritos han aprovechado<br />

para echarse un cigarrito.<br />

Están todos muy al loro<br />

para cuando salga <strong>el</strong> jefe d<strong>el</strong> bar<br />

y conjuntamente aparentar<br />

que allí no pasaba nada<br />

y que no han dejado de currar.<br />

Si están estipulados los breaks<br />

para fumar o rascarse la tez<br />

¿para qué vigilar al jefe<br />

si los derechos de cada uno<br />

son fundamentalmente inalienables<br />

aunque te den casi siempre por culo?<br />

Como me escuchen los esclavos<br />

civilizombis, currantes o asalariados,<br />

van a pensar que estoy loco<br />

por exigir a voz en grito<br />

que estos capullos políticos<br />

respeten los derechos básicos<br />

que conquistaron nuestros abu<strong>el</strong>os


cuando sabían vivir con dignidad.<br />

La realidad d<strong>el</strong> Bienestar ¿de quién?<br />

los tiene tan hipotecados<br />

que ya nadie se puede acordar<br />

que tenían honor no hace tanto<br />

aunque ahora realmente los tengan<br />

absolutamente refritos<br />

con la patronal corporatocrática<br />

y con los que más asco dan:<br />

<strong>el</strong> gobierno y los sindicatos,<br />

los peores psicópatas aparentes<br />

que joden la bondad de la gente.<br />

Se puede decir que una de las adicciones de los civilizombis es la de<br />

mentir porque aparentan con más frecuencia de la que son conscientes;<br />

que mientan subconscientemente no justifica <strong>el</strong> conflicto que a sí<br />

mismos se provocan. No ser consciente de cuándo se está mintiendo<br />

hasta después de haber falseado la realidad no debería estimular a que sea<br />

imposible confesar <strong>el</strong> engaño; la armonía de la comprensión podría<br />

devolver la candidez mancillada a los actores de la farsa y a los receptores<br />

de la traición. Al mentiroso ego le gusta revolver con las mentiras para<br />

sentirse seguro de su incoherente hegemonía. La mentira es la reina de la<br />

apariencia; disuadirla y desterrarla d<strong>el</strong> lenguaje verbal, las actitudes o los<br />

gestos podría ser una de las decisiones vitales a tomar. La lealtad ayuda a<br />

desarraigar la falsedad de las conductas civilizadas; por esto, los<br />

Caballeros son leales a la realidad. Reb<strong>el</strong>ar que nos estamos extinguiendo<br />

o que una panda de trogloditas controla a la subespecie suicida es una<br />

cuestión de lealtad y no un rapto de locura.<br />

Junto al «miedo al qué dirán» y a la inseguridad d<strong>el</strong> ego aparece <strong>el</strong><br />

«mimetismo subconsciente», una cualidad que impulsa a que la<br />

personalidad de cada uno se difumine y entremezcle con la d<strong>el</strong> otro o la<br />

d<strong>el</strong> grupo para sentirse querido o aceptado. <strong>El</strong> ego controla la<br />

personalidad con contenidos rigurosos; en medio de este conflicto<br />

r<strong>el</strong>leno de apariencias, <strong>el</strong> «no ego» desconoce lo que quiere aunque<br />

momentáneamente se puedan simular flechazos o integraciones<br />

satisfactorias; pero cuando <strong>el</strong> tiempo permite que <strong>el</strong> ego se manifieste en<br />

todo su esplendor emergen las fricciones, malos entendidos, engaños y<br />

mentiras; es insostenible mantener las apariencias y por eso se dice que<br />

«cuando hay confianza da asco». No se puede mantener indefinidamente<br />

<strong>el</strong> estar envu<strong>el</strong>tos en apariencias porque <strong>el</strong> remordimiento también tiene<br />

su espacio dentro de la personalidad y es imposible disimularlo. Si es<br />

desatinado arrastrar indecisiones y decisiones equivocadas, cargar con <strong>el</strong><br />

remordimiento es inhumano; no se aguanta ni cuando se aparca en <strong>el</strong><br />

subconsciente.<br />

95


La apariencia son mentiras, es caos. <strong>El</strong> sentido común es un guía que<br />

puede ayudar a determinar <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> caos; comprende que dejarse<br />

acomplejar por comentarios es algo tan personal que no hay que culpar a<br />

nadie de <strong>el</strong>lo y ayuda a entender que tomarse las cosas de manera<br />

personal no es lo adecuado. Proponerse <strong>el</strong> no tropezar en la misma<br />

piedra para evitar los remordimientos que provoca no implica que<br />

siempre se consiga; la mentira, como la piedra, no es aparente sino que<br />

envu<strong>el</strong>ve de apariencia a las piedras y a las demás cosas. <strong>El</strong> sapiens es <strong>el</strong><br />

único animal que puede recaer dos o más veces en la misma piedra y<br />

además, no enterarse o justificarse.<br />

La señal de Matrix es eminentemente esnobista. Cambia las<br />

apariencias para simular que existe <strong>el</strong> progreso, cambia los continentes<br />

para convencer de que cambian los contenidos, cambia las formas para<br />

difuminar que todo sigue igual, exactamente igual que hace miles de<br />

años: la humanidad correteando detrás de becerros, de zanahorias o de<br />

futuro.<br />

INDECISIÓN. No saber si se quiere lo que se quiere provoca tal<br />

desconcierto que puede llegar a convertirse en la forma de vida: un<br />

desastre. Durante <strong>el</strong> período de aprendizaje oficial se enseña a no tomar<br />

decisiones; bueno, se puede estudiar ciencias o letras o hacer un módulo<br />

o varios, pero ya sabemos para qué valen estas decisiones, ¡para nada!<br />

Civilización presenta todas las tareas que se tienen que hacer hasta los 25<br />

años y entonces ya no se sabe ni se sabrá si lo que se hace es lo que se<br />

quiere ni si lo que se aspira es lo que realmente se pretende. También se<br />

encarga de que todos interpreten y aseguren que saben lo que quieren<br />

porque si no fuera así, uno de los pilares de Matrix, «la seguridad d<strong>el</strong><br />

ego», quedaría al desnudo y vacío de significado. Cuanta más seguridad<br />

tiene <strong>el</strong> ego más inseguro se siente <strong>el</strong> sentido común. Manipular<br />

conceptos expresándolos de una manera aunque realmente sean de otra,<br />

es una destreza que los dioses dominan a la perfección; saben que las<br />

consecuencias de este errático proceder, la indecisión entre <strong>el</strong> ego y <strong>el</strong><br />

sentido común, debilita y termina por imponer la inseguridad. Subsistir<br />

inestables e indecisos facilita <strong>el</strong> pastoreo de los sapiens y su<br />

acorralamiento en <strong>el</strong> «Laboratorio Civilización».<br />

La inseguridad desemboca en la severidad, otra de las características<br />

d<strong>el</strong> Sistema. <strong>El</strong> determinismo de los planteamientos es fundamental<br />

porque es la manera de imponer y aceptar las cosas «como dios manda».<br />

La severidad se ha contagiado en <strong>el</strong> proceder de los civilizombis y cuanto<br />

96


más inseguros se encuentran, más rigurosos aparentan ser; o sea, <strong>el</strong> ego<br />

es tan inseguro como severo. La crudeza de sus indecisiones impone un<br />

toque insoportable en las r<strong>el</strong>aciones que mantienen y reaccionan de<br />

manera ancestral y bíblica: inspeccionan insensiblemente la paja en <strong>el</strong> ojo<br />

ajeno arrinconando la viga que atraviesa <strong>el</strong> propio. Los esquemas de<br />

Matrix se repiten versión tras versión.<br />

DISPERSIÓN. La estrategia de Civilización es sencilla: mientras que se<br />

deseen constantemente muchas cosas a la vez, nunca se puede saber qué<br />

es lo que se desea ni si realmente se desea. Tener que tomar muchas<br />

decisiones insignificantes anula la capacidad de decidir porque poco<br />

importa acertar o equivocarse al escoger ridiculeces. Aunque por<br />

desgracia no da lo mismo, es igual comer un chicle de fresa o de menta,<br />

comprarse la Barbie o la Nancy, engancharse a un programa de la t<strong>el</strong>e o a<br />

otro o incluso estudiar ciencias o letras. No son decisiones vitales que<br />

tengan que modificar necesariamente <strong>el</strong> transcurso de la existencia.<br />

Cuando se trata de decisiones vitales, equivocarse en algunas de <strong>el</strong>las<br />

puede suponer que <strong>el</strong> resto de la vida se arrastren las consecuencias d<strong>el</strong><br />

desliz. Utilizando los ejemplos anteriores, la decisión vital sería pasar de<br />

chicles, de muñecas, de la programación t<strong>el</strong>evisiva, de los estudios y de<br />

todo lo que estuviera r<strong>el</strong>acionado con la realidad de Matrix.<br />

Cuando se trata de decisiones existenciales, la equivocación se<br />

extiende hasta la eternidad. Como unidad, <strong>el</strong> humano necesita tomar<br />

decisiones existenciales: desconectarse de Matrix, desterrar <strong>el</strong> ego al<br />

infierno o dejar de pensar/adorar al dios dinero; pero como especie<br />

también necesita responder a la primera pregunta ¿qué hacemos ante la<br />

extinción? y tomar decisiones. Son precisamente estas decisiones las que<br />

o no se saben o no se quieren tomar. Si es difícil ponerse de acuerdo con<br />

los otros cuando no se decide estar de acuerdo con <strong>el</strong> sentido común, es<br />

imposible que los egos se puedan entender.<br />

Tener que <strong>el</strong>egir entre <strong>el</strong> marasmo de insignificancias ha llevado al<br />

colapso y muchas de las decisiones vitales y existenciales se dejan en<br />

manos d<strong>el</strong> tarot, la quini<strong>el</strong>a, los magos o la r<strong>el</strong>igión. Entre las decisiones<br />

que no se toman y las que se toman equivocadamente ¿no es realmente<br />

confusa la vida civilizada? Es indudable que la decisión equivocada es<br />

seguir conectado a Matrix porque nos está extinguiendo; <strong>el</strong> sentido<br />

común es <strong>el</strong> reactivo que ayuda a desertar de la adicción a Civilización<br />

desahogando la ansiedad de tener que estar escogiendo constantemente<br />

de entre los cientos de marcas y baratijas. Sólo después aparecerá la<br />

97


pregunta ¿qué hacemos ante la extinción? y las respuestas sugerirán las<br />

decisiones a tomar. Mientras que se desean muchas cosas a la vez, nunca<br />

se sabe lo que es esencial.<br />

Vivir remolcando decisiones equivocadas y remordimientos implica<br />

que los sapiens aparenten que toda va bien aunque no sea real, ¿cuántas<br />

lágrimas hay detrás de las sonrisas?; así se cierra <strong>el</strong> círculo vicioso de la<br />

apariencia. Han llegado a tal grado de desorientación que ya no saben<br />

cuándo se sienten a gusto, ni cuándo las cosas con su pareja, en su<br />

trabajo o las r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong> ocio, son satisfactorias. Civilización tiene<br />

un fusible que preserva su seguridad hegemónica: si las cosas no van<br />

como dios manda, <strong>el</strong> sapiens se tiene que sentir un fracasado; por esto,<br />

los civilizombis son capaces de montar una apariencia a base de<br />

fingimientos, dispersiones, falsedades, disfraces, mentiras o traiciones<br />

que puede durar toda la vida. Así, <strong>el</strong> mundo interpretará que todo va<br />

como dios manda aunque nadie sepa cómo manda dios que sean las<br />

cosas, ni a nadie le vayan las cosas como desearía que le fueran. ¿Cómo<br />

tienen que ir las cosas? Sin duda, los civilizombis están hechos a imagen<br />

y semejanza de Matrix, un montaje de irrealidades para ocultar la realidad<br />

real. Nacer encerrado en esta cárc<strong>el</strong> de apariencias no implica que sea<br />

difícil sentir lo artificiosas o superficiales que son las r<strong>el</strong>aciones<br />

civilizadas. Que exista una manera de ser y de estar ante las cosas implica<br />

la hegemonía d<strong>el</strong> Pensamiento Único y en ese estado no hace falta tomar<br />

decisiones porque se deja que otros las tomen.<br />

Cuando no hay tiempo para decidir qué es lo que se anh<strong>el</strong>a y qué se<br />

rechaza, la duda puede invadir a la decisión adormeciéndola de por vida.<br />

No es casual que se bombardee la psique sapiens con tal batería de<br />

inutilidades; aunque todo <strong>el</strong> mundo sepa que no valen para nada, los<br />

dioses saben perfectamente <strong>el</strong> efecto mortífero y disolvente que tienen:<br />

desorientar y confundir a los sapiens para que la dispersión les impida<br />

tomar decisiones en <strong>el</strong> instante que se presentan.<br />

«Queridos humanos, nos estamos extinguiendo. ¿Qué hacemos?»<br />

PRISA. Cuando se tiene prisa siempre se hace tarde.<br />

La vida en Civilización exige estar en la cresta de la ola constantemente y<br />

esto implica tener muchas cosas que hacer para sentirse importante y<br />

satisfacer la parte d<strong>el</strong> ego que se encarga de apañar la sensación de<br />

prestigio social. Cuantas más cosas se tienen que hacer, menos tiempo se<br />

tiene para <strong>el</strong> vivir. Si nunca tenemos tiempo, ¿cuándo vamos a tener<br />

tiempo para no tener prisa? Cuando la resolución de algo se produce<br />

98


tarde es porque los espejismos civilizados han hecho su efecto: provocar<br />

la duda y la parálisis para que se arrastren las indecisiones de por vida.<br />

Esto crea una bola de nieve que crece con ansiedad y con prisa; a su<br />

estallido se le llama depresión.<br />

Desde pequeños, se programa la psique para que se tengan que hacer<br />

tareas escolares, extraescolares, deportivas, artísticas, lúdicas o<br />

tradicionales y cuando son mayores, la prisa que se necesita para hacer<br />

todas estas cosas y alguna más se convierte en la forma de vida<br />

subconsciente. Cuando por cualquier causa la vida se para de golpe, <strong>el</strong><br />

vacío invade al ego que reacciona en la psique, <strong>el</strong> espacio en <strong>el</strong> que existe.<br />

Por esto, los únicos trastornos que se producen son psicológicos, o sea,<br />

virtuales y no físicos, o sea, reales. La psique desanimada es la que<br />

conduce a la apatía vital y al descuido de la salud. <strong>El</strong> vacío de ego es lo<br />

que lleva a la depresión. <strong>El</strong> miedo a no salirse de la norma es lo que<br />

r<strong>el</strong>lena la vida con la prisa para hacer muchas cosas.<br />

MIEDO. Tener miedo a tomar decisiones es otra de las consecuencias de<br />

la influencia de la señal de Matrix. Esto está causado porque como no se<br />

sabe lo que realmente se quiere, <strong>el</strong> miedo a la duda invade la psique<br />

sapiens ¿quiero realmente lo que quiero? <strong>El</strong> ego excita constantemente a<br />

la subconsciencia para que sienta la obligación de sentir que le quedan<br />

muchas cosas por hacer y por descubrir. Subsistir en la realidad de<br />

Matrix implica la aceptación de unas modas, medidas y conductas que<br />

hay que respetar para no sentirse molesto o fuera de la corriente<br />

impuesta. <strong>El</strong> miedo se encarga de recordar que debemos estar dentro de<br />

la corriente porque nos suministra la seguridad en <strong>el</strong> rebaño; salirse poco<br />

a poco de esta corriente exige <strong>el</strong> valor que las ovejas han perdido a<br />

cambio d<strong>el</strong> miedo. Beee, beee, beee…<br />

Para sentirse realizado en la vida es imprescindible hacer todo lo que<br />

se tiene que hacer porque si no eres un frustrado. Hacer muchas cosas a<br />

la vez implica que todo se haga mediocremente y esto lleva a la<br />

insatisfacción. Pero como <strong>el</strong> ego tiene miedo a dejar de hacer lo que<br />

considera imprescindible, se empiezan a acumular indecisiones que<br />

retardan <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> microprocesador que r<strong>el</strong>aciona los datos<br />

con <strong>el</strong> sentido común. Cuando no se tiene claro lo que se quiere, <strong>el</strong><br />

miedo atrae a la inseguridad que paraliza al más osado.<br />

TELEVISIÓN. NO HACERSE PREGUNTAS. Cualquiera que conviva con<br />

un aparato de t<strong>el</strong>evisión, aunque no lo encienda, está enganchado a la<br />

99


ealidad de Matrix. Dependiendo de las horas que se pase ante <strong>el</strong><br />

t<strong>el</strong>evisor estará más o menos enchufado pero es innegable la conexión<br />

directa con <strong>el</strong> sistema. Es innecesario excusarse con que <strong>el</strong> uso de la<br />

t<strong>el</strong>evisión sea para ver documentales, reality shows o p<strong>el</strong>ículas. Sentir<br />

inseguridad o vacío si no se vive junto a un aparato de TV es lo que<br />

indica que se está conectado a Matrix. Los criterios cualitativos o<br />

cuantitativos son excusas exclusivamente.<br />

Ver la t<strong>el</strong>evisión invita a no cuestionarse la vida ni preguntarse<br />

siquiera un solo porqué. Este <strong>el</strong>ectrodoméstico estipula las preguntas que<br />

hay que hacerse y dictamina las respuestas. Despreocupado ante la caja<br />

tonta, <strong>el</strong> actor se convierte en t<strong>el</strong>espectador y la vida discurre dentro de la<br />

corriente que marquen sus contenidos explícitos y recomendaciones<br />

subliminales. ¿Qué más hay que preguntarse cuando todo lo «regalan»<br />

tan entretenidamente presentado? Mientras que se ve la t<strong>el</strong>e ¿hay tiempo<br />

para responder a una de las preguntas existenciales: qué hacer ante la<br />

extinción? ¿Quiénes dictaminan y regalan los contenidos t<strong>el</strong>evisivos?<br />

¿Por qué?<br />

NO DISFRUTAR DE LAS PEQUEÑAS COSAS. La dependencia vital a la<br />

programación de la psique atrofia <strong>el</strong> disfrute de las pequeñas cosas.<br />

Potenciar <strong>el</strong> ego para que interprete: «Realizar su destino profesional<br />

implica estar en la cresta de la ola», disminuye la capacidad de sentirse en<br />

paz con <strong>el</strong> sentido común. Mientras que se está saboreando <strong>el</strong> «éxito<br />

social», la vida está r<strong>el</strong>lena de cosas insignificantes, de actividades<br />

superficiales, de r<strong>el</strong>aciones sociales insatisfactorias, de vanidad frustrante,<br />

de desdicha intermitente, de desilusión asfixiante o de ansiedades cegatas.<br />

Pero ¿qué pasa cuando se presiente que eso se va a terminar o sucede de<br />

golpe debido a uno de esos zarpazos que supuestamente controlan al<br />

destino? ¿Qué pasa cuando los r<strong>el</strong>lenados vitales se terminan? Pues pasa<br />

que cunde <strong>el</strong> vacío, <strong>el</strong> estrés, la ansiedad, <strong>el</strong> insomnio. ¿Es cierto que un<br />

civilizombi es respetado por <strong>el</strong> sistema mientras que es un productor<br />

competitivo y que cuando no compite o no produce es apartado? ¿Se<br />

entenderá alguna vez la r<strong>el</strong>ación directa entre <strong>el</strong> término competitivo y <strong>el</strong><br />

principio agónico? ¿Por qué la subespecie tolera un sistema tan<br />

inhumano? ¿Qué pasa cuando <strong>el</strong> sistema manda al paro o jubila a algún<br />

esclavo? ¿Cómo es posible que cuando un sapiens está en <strong>el</strong> apogeo de<br />

su experiencia, le entre la mayor de las inseguridades laborales que haya<br />

padecido jamás? <strong>El</strong> éxito social es una forma de entender la vida a través<br />

d<strong>el</strong> ego. ¿Quién dictamina lo que tiene que significar «éxito»?<br />

100


Este tipo de vida triunfal impide r<strong>el</strong>acionarse con las pequeñas cosas.<br />

Por ejemplo, la mayoría de los civilizombis son capaces de estar viendo a<br />

la t<strong>el</strong>evisión ininterrumpidamente durante dos o más horas. ¿Cuántos<br />

segundos son capaces de estar mirando la luna ininterrumpidamente?<br />

Que se interprete que mirando a la luna no pasa nada y viendo la t<strong>el</strong>e<br />

pasan muchas cosas, es una de las causas que descifra la sumisión a<br />

Matrix. <strong>El</strong> dato denuncia que esta dependencia vital atrofia la capacidad<br />

de disfrutar con las pequeñas cosas.<br />

ACCIÓN CONTAMINANTE. Otro aspecto que esclarece <strong>el</strong> vasallaje a la<br />

realidad divina es la irresponsable contaminación de Madre Tierra. La<br />

falta de cariño con la que los sapiens se r<strong>el</strong>acionan con Naturaleza refleja<br />

la escasa ternura que habita en su interior y confirma la soberanía d<strong>el</strong> ego<br />

por encima d<strong>el</strong> sentido común; han contaminado <strong>el</strong> cuerpo en <strong>el</strong> que<br />

habitan con todo tipo de intoxicantes legales e ilegales y por extensión,<br />

contaminan subconscientemente <strong>el</strong> ambiente que rodea al cuerpo. Si no<br />

perciben <strong>el</strong> envenenamiento d<strong>el</strong> entorno es porque <strong>el</strong> cuerpo humano<br />

está intoxicado hasta la coronilla. ¿Quién se baña en un lodazal? Los<br />

cerdos. ¿Quién inspira una atmósfera irrespirable? Todos. Como es<br />

normal, los primeros en padecer la falta de afecto son los propios<br />

sapiens. Lejos de ser natural, esta precariedad ambiental es la<br />

consecuencia de la programación civilizada que como en los demás<br />

factores, los sapiens son victimas y actores a la vez.<br />

En ámbitos intrasapiens, no es lo mismo vivir con <strong>el</strong> organismo<br />

intoxicado con la comida que ordena y publicita Civilización que vivir<br />

desintoxicado a base de las frutas y verduras para las que Naturaleza ha<br />

diseñado su saludable funcionamiento.<br />

En ámbitos intersapiens, no es lo mismo llamar a alguien estúpido<br />

que tratarlo como a un estúpido ni es igual comunicar a alguien que vive<br />

esclavo de su psique que esclavizarlo conscientemente con <strong>el</strong> ego;<br />

tampoco es lo mismo gritar a alguien que dispararle un misil (Buscar en<br />

Google José Cousso).<br />

En ámbitos cósmicos, no es lo mismo tirar una pila en <strong>el</strong> cauce de un<br />

río cristalino que verter 77.000 ton<strong>el</strong>adas de chapapote en <strong>el</strong> océano lleno<br />

de vida; no es lo mismo utilizar las bolsas de plástico que prodiga <strong>el</strong><br />

estado d<strong>el</strong> bienestar que reutilizar las bolsas varias veces; no es igual vivir<br />

armoniosamente mimando a Madre Tierra que estar ensuciándola todo <strong>el</strong><br />

día consciente o subsconscientemente, directa o indirectamente; no es lo<br />

mismo despilfarrar cientos de recursos para sobrevivir que vivir con<br />

101


estoicismo. Recobrar la ternura natural sucede después de que <strong>el</strong><br />

comportamiento con uno mismo es exclusivamente cariñoso; después se<br />

recobra la ternura con <strong>el</strong> entorno. Cuanto más se contamina Madre<br />

Tierra, más enamorado se está de la realidad de Matrix. Cuanto más se<br />

respeta <strong>el</strong> medio ambiente, más reinsertado se puede estar en la realidad<br />

real.<br />

PARAÍSO. Es la imagen de un Más Allá ideal al que se llega si se vive<br />

como dios manda. Para demasiados está en <strong>el</strong> valle de Josafat.<br />

Seguramente no exista un sapiens que pueda negar que esta idea no<br />

forme o haya formado parte de su cosmovisión; incluso aunque se quiera<br />

negar. Esta concepción de lo trascendente es una consecuencia directa de<br />

Civilización; cuanto más arraigada está en la psique, más profunda es la<br />

r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> Más Allá de la realidad de Matrix. Cualquier tipo de<br />

planteamiento d<strong>el</strong> Más Allá que no se haga desde <strong>el</strong> Instante Presente es<br />

una manera burda de estar conectados a Matrix. No será necesario<br />

recordar que los tentáculos d<strong>el</strong> Programa Metafísico son pseudo<br />

infalibles, como <strong>el</strong> Papa. Antes d<strong>el</strong> irreal Más Allá está <strong>el</strong> fantasioso<br />

«futuro», <strong>el</strong> invento de los trogloditas para <strong>el</strong> especulativo Más Acá.<br />

Desintoxicar <strong>el</strong> organismo humano de la comida basura (todo lo que<br />

no sea fruta y hortalizas crudas), facilita la percepción de que <strong>el</strong> Paraíso<br />

no es una abstracción que está todavía más allá d<strong>el</strong> inexistente futuro;<br />

aunque lo conviertan en <strong>El</strong> Más Allá. <strong>El</strong> Dorado existe hasta que <strong>el</strong><br />

civilizombi planta la bandera d<strong>el</strong> progreso llevándose <strong>el</strong> Paraíso d<strong>el</strong> Más<br />

Acá al Más Allá. Se empieza a recuperar <strong>el</strong> Paraíso Presente cuando se<br />

deja de intoxicar al cuerpo (y a la mente).<br />

Este es un resumido decálogo con sólo diez de los aspectos d<strong>el</strong><br />

vasallaje a la realidad de Matrix. ¿Qué civilizombi puede asegurar que<br />

vive desenganchado d<strong>el</strong> Sistema sin justificaciones y otras excusas que<br />

como todas, son mentira?<br />

La realidad de Matrix ha conseguido mutar a gran parte de Madre<br />

Tierra en un gigantesco escenario controlado, en <strong>el</strong> que todos actúan<br />

subconscientemente sin saber que <strong>el</strong> ego toma las decisiones.<br />

Todos piensan que son libres para hacer lo que quieren y así nadie se<br />

plantea <strong>el</strong> porqué todos hacen lo mismo (nacer, escolarizarse/<br />

esclavizarse, multiplicarse, jubilarse) y también vacunarse contra la<br />

influenza porcina, creerse todas las versiones oficiales (peak oil, 11-M,<br />

11-S) y también consumir aspartamo o ser omnívoros.<br />

102


Todos piensan que piensan libremente y así nadie piensa quién ha<br />

patentado la sentencia Pensamiento Único.<br />

Todos piensan que son libres para organizarse <strong>el</strong> ocio y así nadie<br />

piensa <strong>el</strong> porqué se hace dos días impuestos en la semana o dos meses<br />

concretos al año (aunque sólo puedan disfrutar de uno… si pueden).<br />

Se podría afirmar que la señal de Matrix es metafísica porque no hay<br />

distintivos que la hagan tangible aunque existan indicadores de su<br />

presencia. Se van a presentar sólo tres que d<strong>el</strong>atan su omnipresencia.<br />

LA ELECTRICIDAD. Utilizar la <strong>el</strong>ectricidad es una forma inequívoca de<br />

reconocer la sumisión a Matrix. Si no se estuviera tan enganchado, no se<br />

utilizaría la radio, ni la t<strong>el</strong>evisión, ni los ordenadores, ni <strong>el</strong> resto de<br />

<strong>el</strong>ectrodomésticos y alumbrado; entonces, <strong>el</strong> control no sería tan<br />

rotundo. Nadie que utilice la corriente <strong>el</strong>éctrica puede negar su<br />

pertenencia a la plaga sapiens. A más consumo de <strong>el</strong>ectricidad, más<br />

dependencia de Civilización y más profanación de Madre Tierra.<br />

Ahora estoy siendo un esclavo porque estoy utilizando este canal<br />

para expresarme. Emplear sus propios medios para reb<strong>el</strong>arme contra<br />

Civilización podría ser un atenuante que justifique su utilización pero ni<br />

exime de la esclavitud ni quita complicidad y responsabilidad en <strong>el</strong><br />

saqueo de Madre Tierra. Si los sapiens aprendieran a utilizar <strong>el</strong> progreso<br />

en contra d<strong>el</strong> progreso y <strong>el</strong> bienestar en contra d<strong>el</strong> bienestar, <strong>el</strong> chollo de<br />

los dioses moriría suavemente. (Ver Virus. <strong>El</strong> único mensaje que la<br />

angustiada superviviente transmite es: «¡¡Apaguen la corriente <strong>el</strong>éctrica!!,<br />

¡corten <strong>el</strong> generador!, ¡desconecten la central!»). [Ver Matrix; Cifra<br />

necesita que lo inserten en una central <strong>el</strong>éctrica.]<br />

HIPERMERCADOS. Matrix dota con otra señal su poderosa e indiscutible<br />

presencia: los hipermercados. Esos lugares sólo existen porque son<br />

rentables. Si son rentables es porque <strong>el</strong> sapiens consumidor acude a <strong>el</strong>los<br />

a satisfacer las decisiones con las que sentirse realizado. <strong>El</strong> grado de<br />

consumo da una idea d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de aburrimiento y ansiedad que se padece<br />

y de la sumisión a las necesidades creadas. Muchos interpretarán que<br />

están realizando las labores necesarias para la supervivencia en<br />

Civilización y los más jóvenes que han ido creciendo mientras que<br />

<strong>el</strong>egían desde <strong>el</strong> habitáculo de un carrito de la compra conciben que esta<br />

actividad es «natural». En la realidad real, los hipermercados son un<br />

factor que aclara <strong>el</strong> grado de envoltura sintética de una sociedad. Por<br />

mucho que se quiera negar su utilización, por mucho que uno se quiera<br />

103


salir de las estadísticas, si se construyen centros de consumo masivo es<br />

porque la sociedad los va a utilizar, es porque la sociedad está<br />

cyborgizada, es porque la presencia de la señal de Matrix y la hegemonía<br />

d<strong>el</strong> ego-receptor son indiscutibles.<br />

INFORMACIÓN. Otro distintivo de la existencia de la señal de Matrix es la<br />

creación constante de información. Las noticias se crean en <strong>el</strong><br />

Laboratorio y son actualizadas diariamente para considerar que se está<br />

informado y que se controla lo que pasa en <strong>el</strong> mundo. Toda esta<br />

información esta manipulada por los dioses que controlan al Cuarto<br />

Poder exactamente igual que los tres anteriores. Los sapiens están<br />

desbordados por toda la información insignificante que bloquea la<br />

meditación; a cambio, interpretan que están perfectamente informados<br />

de todo. En realidad, no saben por qué Irak ha sido arrasado y su<br />

población masacrada, no conocen quién es <strong>el</strong> autor d<strong>el</strong> 11-S/11-M, ni de<br />

los GAL, ni d<strong>el</strong> 23-F, ni d<strong>el</strong> asesinato de Kennedy pero a cambio saben<br />

<strong>el</strong> manipulado resultado de la combinación de los números agraciados<br />

con <strong>el</strong> Bote de la Bonoloto, conocen los amoríos en la Granja d<strong>el</strong> Gran<br />

Hermano, reconocen la existencia impersonal de la corrupción como si<br />

tuviera vida propia y sobre todo, saben que los burros no vu<strong>el</strong>an. La<br />

razón de que exista la información es precisamente esa: crear un estado<br />

virtual de las circunstancias y fabricar un entorno informatizado para que<br />

la realidad real se quede aplastada por <strong>el</strong> sistema. Las noticias son un<br />

producto de consumo más que se compra en los supermercados o los<br />

kioscos. Existen estanterías llenas de diarios y semanarios donde adquirir<br />

información al igual que existen estanterías llenas de latas, cajas y envases<br />

con infinidad de productos innecesarios que dotan de contenido la irreal<br />

realidad de Matrix. ¡Menuda cantidad de accesorios y complementos ha<br />

fabricado para justificar su atrayente irrealidad!<br />

Dependiendo de las temporadas, los envases que contienen <strong>el</strong><br />

producto «Noticias» van cambiando con diferentes cebos y colores pero<br />

<strong>el</strong> contenido es semejante. <strong>El</strong> empaquetado de noticias no es tan<br />

descarado como <strong>el</strong> resto de los productos porque en <strong>el</strong> caso de la<br />

información, los dioses conocen la inquietud natural de la conciencia<br />

humana. <strong>El</strong> control de esta condición original menea la agudeza de los<br />

dioses que han creado <strong>el</strong> volátil Cuarto Poder para domesticar la<br />

inquietud humana y convertirla en curiosidad banal. Crean miles de<br />

noticias insignificantes para que las vitales y trascendentales pasen<br />

inadvertidas; fabrican sugestivas cortinas de humo que facilitan la<br />

104


dispersión de la atención. De hecho, en la página izquierda de los diarios<br />

pueden aparecer varias informaciones descafeinadas de acontecimientos<br />

estremecedores y en la derecha reproducir a una mujer convertida en<br />

erótico señu<strong>el</strong>o publicitando lo que sea.<br />

En las cadenas de radio y t<strong>el</strong>evisión se pueden repetir los programas<br />

culturales, los deportivos o las p<strong>el</strong>ículas pero las noticias siempre se están<br />

generando. ¿Cómo es posible que os podáis creer que pasan cosas si<br />

realmente nunca está pasando nada o siempre está pasando lo mismo?<br />

¿Cuántas versiones llevamos de Matrix? Esto significa que ya han pasado<br />

varias adaptaciones repitiéndose todo milimétricamente: creación de un<br />

Imperio, desarrollo, decadencia, corrupción y vu<strong>el</strong>ta a empezar más al<br />

occidente (<strong>el</strong> occidente de EEUU es China); se renuevan los vestuarios,<br />

atrezzos y decorados actualizándolos oportunamente y ¡ya está! ¿Vivimos<br />

en un sistema informático informatizado por la información?<br />

Informados sapiens: comprar una lata de tomate frito, de detergente<br />

o de aceite es lo mismo que comprar una revista o un diario. Todos<br />

dicen casi lo mismo, todos ofrecen suplementos con parecidos<br />

contenidos los mismos días de la semana, la mayoría de las<br />

informaciones provienen de las agencias mundiales y cuestan <strong>el</strong> mismo<br />

precio para que la competencia no esté basada en este hecho<br />

diferenciador y sí en las ideologías a las que sirven. Se debería exigir que<br />

regalaran la información debidamente empaquetada como los fibrosos<br />

desayunos multivitaminados y chocolateados: cajas con noticias<br />

nacionales, cajas con noticias deportivas, internacionales... La caja con<br />

información de sucesos sería de las más grandes. ¿Existiría entre <strong>el</strong>las la<br />

caja para la información sobre la corrupción de los gobiernos nacional,<br />

autonómico y municipal? Sin duda, esta debería ser la más voluminosa de<br />

todas las cajas y lejos de <strong>el</strong>lo, ni existe.<br />

Sabéis que la independencia informativa se basa en lo políticamente<br />

correcto. <strong>El</strong> periodista tiene que pasar por <strong>el</strong> aro porque tiene que comer<br />

como todo hijo de vecino. Que no se interprete que por charlar a un<br />

micrófono, charlar ante una cámara de t<strong>el</strong>evisión o publicar en un<br />

periódico, unos pocos tienen otro entendimiento d<strong>el</strong> artículo 20 de la<br />

Constitución Española porque como todo <strong>el</strong> mundo, a lo único que<br />

realmente tienen derecho los periodistas, locutores o presentadores, es a<br />

tener miedo al final de mes. La nómina mensual es la que dicta los<br />

criterios de la libertad de expresión para que las cosas se digan como dios<br />

manda. [Ver Ejecución inminente, Sé quien eres, <strong>El</strong> corredor de la muerte.]<br />

105


—Si confías en lo que dicen los periódicos, tendrás una int<strong>el</strong>igencia<br />

de periódico —dijo Mark Twain.<br />

¿Qué civilizombi puede afirmar que no es esclavo de la señal que está<br />

emitiendo Matrix? Esto no es una generalización tendenciosa, es una<br />

llamada de atención ante la señal que conduce a la extinción. Todo <strong>el</strong> que<br />

viva rodeado de <strong>el</strong>ectricidad, hipermercados o información, está atrapado<br />

en la realidad de Matrix.<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do es la exposición que realiza la Caballería<br />

Andante de la Orden de la Paz de algunas acciones que nos han traído<br />

hasta <strong>El</strong> presente. (En La Odisea de Claro se encontrarán las restantes.)<br />

Por supuesto que estará tan resumida como dictamine <strong>el</strong> sentido común<br />

y que habrá demasiadas cosas que se queden en la memoria. Queremos<br />

encontrar un término medio entre <strong>el</strong> transparente Evang<strong>el</strong>io de Don<br />

Quijote y Sancho y la homilía que suceda.<br />

Todo lo que se exprese en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do será la descripción<br />

de la realidad real que ha estado suplantada desde <strong>el</strong> Renacimiento de<br />

Civilización en <strong>el</strong> siglo XV de la Era; nada tiene que ver con <strong>el</strong> marasmo<br />

de opiniones en <strong>el</strong> que se sustenta la virtualidad de Matrix. La psique<br />

puede reaccionar a la defensiva buscando contradicciones entre sus<br />

preconcepciones y lo real, pero la subespecie conoce perfectamente que<br />

Madre Tierra ha resultado ser de otra manera a como la ciencia imponía<br />

aunque durante siglos se aceptara que era plana; igualmente reconocerán<br />

que <strong>el</strong> colapso d<strong>el</strong> WTC 1-2-7 resultará ser de otra manera a como la<br />

información «oficial» impone. La causa de estas concepciones es la<br />

misma que todas las demás causas: <strong>el</strong> control de los sapiens que ha ido<br />

pasando de una generación a otra en <strong>el</strong> clan de los troglodioses.<br />

Nos encantaría no tener que decir esto ni nada pero entonces… Eso<br />

es diferente. Tan diferente que la historia no se parecería en nada a lo<br />

que está siendo, no habría guerras, no habría pobreza, no habría<br />

saqueadores, no… y a cambio habría paz, habría serenidad, habría<br />

armonía, habría ternura, habría amor. La letra de la canción Imagine de<br />

Lennon podría ayudar a imaginar cómo sería Madre Tierra si la<br />

subespecie sapiens no consintiera estar esclavizada a los dioses.<br />

106<br />

Imagina a la humanidad viviendo en presente.<br />

Imagina que no hay países, ni asesinatos, ni r<strong>el</strong>igiones.<br />

Imagina que no hay posesiones, ni codicia, ni hambre.<br />

Imagina a la humanidad sonriendo y viviendo en paz.<br />

No soy <strong>el</strong> único soñador: algún día <strong>el</strong> mundo será uno.


Mamotreto III.<br />

EN EL QUE SUCEDEN LOS HECHOS<br />

DESDE EL DESPERTAR DE LA SIESTA<br />

HASTA EL COMIENZO DEL SUEÑO DE SANCHO<br />

La letra completa de la canción se encontrará en algún lugar de La Odisea<br />

de Claro y se entenderá por qué Lennon fue causalmente asesinado y por<br />

qué la credulidad de los sapiens, que ha llegado a creer lo increíble (la<br />

tierra es plana, las Torres Trim<strong>el</strong>as cayeron por <strong>el</strong> impacto de dos<br />

aviones, la gripe porcina, las armas de destrucción masiva, <strong>el</strong> mal de las<br />

vacas locas, <strong>el</strong> peak oil, <strong>el</strong> Síndrome Tóxico, <strong>el</strong> asesinato de Kennedy, <strong>el</strong><br />

impacto de un avión en <strong>el</strong> Pentágono), facilita que se crean todas las<br />

puestas en escena que fabricadas (un desequilibrado actuando en solitario<br />

pega un tiro a Gandhi, Luther King, Kennedy, Lennon y demás<br />

realidades que se explican en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> libro), para que se interprete y<br />

reinterprete la realidad como Matrix o los dioses disponen. [Ver Cortina<br />

de humo.] Que <strong>el</strong> sueño por <strong>el</strong> que Lennon regaló su vida sea real o se<br />

quede en la imaginación, es una decisión que está dentro de cada uno de<br />

los civilizombis.<br />

Se podrán decir muchas cosas d<strong>el</strong> narrador pero no atribuir<br />

interferencias en <strong>el</strong> discurso de la nov<strong>el</strong>a puesto que ha aprovechado <strong>el</strong><br />

tiempo de la siesta para descubrir algunas instrucciones para <strong>el</strong> manejo<br />

d<strong>el</strong> libro. Sin duda, <strong>el</strong> transcriptor quiere a Sancho más de lo que nadie<br />

pueda imaginar porque le ha permitido enterarse de la espesa materia de<br />

una manera menos densa: durmiendo una siesta. [Hablar d<strong>el</strong> dinero se ha<br />

quedado para <strong>el</strong> directo, otro recurso didáctico más.] Los lectores de esta<br />

Odisea conocerán la realidad de Matrix tridimensional mucho mejor que<br />

<strong>el</strong> escudero, como para que la lectura haya sido más ligera que para<br />

Sancho la experiencia de <strong>el</strong>la en <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto. Tiempo tendrá para saborear<br />

con todo su cuerpo (no sólo <strong>el</strong> cerebro) la genuina realidad de Matrix.<br />

Una vez aclarada la descripción d<strong>el</strong> entorno, volvamos a la realidad en la<br />

que caballero y escudero deciden estar despiertos; seguramente, como<br />

cualquiera de los que ahora están leyendo o transcribiendo. Decidimos<br />

que estamos despiertos pero ¿realmente lo estamos? Sancho se ha


despertado tan recompuesto que está dicharachero, perspicaz y<br />

preguntón.<br />

—No sé si habrán sido sus monsergas o los encantos de Urganda la<br />

desconocida pero la siesta ha estado salpicada de consideraciones que<br />

escuchaba entre sueños. También puede ser que <strong>el</strong> morisco esté<br />

utilizando eficaces métodos alternativos para mi aprendizaje a través d<strong>el</strong><br />

sueño, ya sea con siesta o con anestesias. Como ya sabe, siento interés<br />

por conocer a los lectores de nuestras aventuras porque si son sapiens<br />

como yo, podría platicar con <strong>el</strong>los para saber de su testimonio qué es lo<br />

que han hecho para poder vivir en un universo tridimensional que está<br />

fuera de mi vida capitular limitada por dos dimensiones. Me podrían<br />

explicar dónde están ocultos y <strong>el</strong> porqué no los veo y yo les preguntaría<br />

cómo me están visualizando realmente, si con los ojos o con la mente.<br />

Tantos miles de millones no pueden estar tan escondidos como para que<br />

mi entendimiento no los pueda diferenciar.<br />

—No te quepa la menor duda de que los lectores existen porque si<br />

no, no tendría sentido la transcripción de esta Odisea; además, los<br />

lectores sabrán que la mente no conoce la diferencia entre lo que ve en<br />

su entorno y lo que recuerda.<br />

—¿Cómo no va a diferenciar ni eso? —investigó <strong>el</strong> escudero para<br />

querer entender; después necesitará más tiempo para poderlo creer.<br />

—¿Te has despertado alguna vez con <strong>el</strong> sonido de un gong?<br />

—preguntó don Quijote saliendo por peteneras ¿o no?<br />

—No me acuerdo.<br />

—En un entorno en <strong>el</strong> que exista la total quietud, escucha y siente la<br />

energía de un gong. Llegará un momento en <strong>el</strong> que no sepas si estás<br />

escuchando su vibración o te la estás imaginando porque <strong>el</strong> sonido es tan<br />

débil que desaparece pero puede volver a aparecer. Si fijas tu atención<br />

exclusivamente en la vibración, comprobarás que no puedes tener la<br />

seguridad de si lo estás escuchando o te lo estás imaginando. Con <strong>el</strong> resto<br />

pasa lo mismo.<br />

—Así que todo es científicamente r<strong>el</strong>ativo.<br />

—Entonces ¿qué más da cómo te ven? Si existen las palabras es<br />

porque habrá lectores que las lean cuyas vidas transcurren en un universo<br />

paral<strong>el</strong>o al que tú percibes y concibes.<br />

—Vaga razón es la que me da porque de lo que deduzco, ni usted<br />

mismo puede asegurar que existan todavía los dichosos lectores en la<br />

108


enigmática Tercera Dimensión. Habiéndolos en Segunda ¿para qué<br />

complicarse con más?<br />

—¡Porque existen Sancho, porque existen aunque tú no los puedas<br />

dimensionar! ¡Cómo te gusta discutir! Los lectores existen desde antes de<br />

que tú fueras creado porque según determina la ciencia, <strong>el</strong> paso de la<br />

prehistoria a la historia lo marca <strong>el</strong> dominio de la escritura, una habilidad<br />

que provoca enormes trastornos directos y colaterales. Nosotros somos<br />

muy jóvenes en comparación con la vida d<strong>el</strong> lenguaje escrito así que se<br />

podría casi decir que lectores existen desde siempre aunque realmente se<br />

esté refiriendo a una particularidad muy joven en la Historia d<strong>el</strong> Hombre.<br />

Los lectores viven en un espacio que conciben tridimensionalmente, una<br />

muñeca rusa con más dimensiones que la nuestra pero d<strong>el</strong>imitada por sus<br />

propias restricciones: lo alto, lo ancho y la profundidad. Para que<br />

nosotros existamos es suficiente con lo alto y lo ancho, <strong>el</strong> espacio que<br />

necesita una letra para existir. <strong>El</strong>los vibran con una longitud de onda<br />

diferente a la nuestra y por esto no puedes percibirlos; los lectores<br />

tampoco aprecian nuestra presencia.<br />

—No me entero.<br />

—Te estoy hablando d<strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o en donde suceden<br />

infinitas posibilidades hasta que cada uno escoge la realidad que quiere.<br />

—O la que puede.<br />

—¿Por qué te obstinarás en echar a otros las culpas de tus<br />

indecisiones? ¿Intentas justificar tu sumisión a la moda Pensamiento<br />

Único con «o la que puede»? ¡Infinitas posibilidades! querido Sancho.<br />

—Desde que tengo memoria —respondió <strong>el</strong> escudero después de<br />

inspirar sonoramente—, al parecer vivo encerrado en un mundo de<br />

pap<strong>el</strong>. Según me ha dicho, soy <strong>el</strong> personaje de un arábigo que me<br />

controla haciéndome creer que soy <strong>el</strong> escudero de vuesa merced y<br />

mientras que me lo siga creyendo, continuaré encerrado aquí, en la<br />

metarrealidad de Matrix. Al parecer, en la realidad de Matrix nadie piensa<br />

en ser escudero; se creen carpinteros, profesores, fontaneros, médicos,<br />

ingenieros, periodistas, montadores, policías, albañiles e incluso<br />

artesanos, diferentes bozales para que los sapiens tengan más dónde<br />

<strong>el</strong>egir. No me diga que soy yo <strong>el</strong> que quiere subsistir entre unas líneas<br />

porque como a todo <strong>el</strong> mundo nos pasa, nos encantaría vivir como<br />

dioses. ¿Cree vuesa merced que no me gustaría poder enterarme de las<br />

cosas como me saliera de los mondongos sin necesidad de que la<br />

109


causalidad o usted mismo me las vaya presentando en <strong>el</strong> orden que<br />

quiera? Como ve, no es cuestión de querer sino de poder hacerlo.<br />

—Efectivamente, <strong>el</strong> ego es lo que te obliga a vivir encerrado entre<br />

líneas; pero parecería que tienes razón si no fuera porque cada uno puede<br />

tomar sus propias decisiones y cortar <strong>el</strong> cordón umbilical que nos ata a<br />

las cosas, a las personas, a las vocaciones e incluso a los deseos.<br />

—¿Por ejemplo?<br />

—La fortuna de la fama. No te voy a pedir que todavía reconozcas<br />

que te encanta ser un personaje inmortal que está en la mente de<br />

millones de lectores porque tus maneras te d<strong>el</strong>atan. Cuando te liberes de<br />

la fama, una de las causas de la ceguera, comenzarás a percibir que otro<br />

mundo se abre ante ti. Cuida de tu cuerpo como te sugiere <strong>el</strong> sentido<br />

común, desapégate de deseos y aversiones, olvida esperanzas futuras o<br />

frustraciones pasadas y vive exclusivamente en presente. Cuando esto te<br />

suceda, estarás preparado para ver la puerta que te puede convertir en<br />

lector o en cualquiera de las infinitas posibilidades hasta que tú decidas<br />

en cuál estar; la de lector es solamente una. No te precipites Sancho que<br />

las propias aventuras terminarán experimentándolo.<br />

—Cuando estamos limitados por la bidimensionalidad ¿significa que<br />

tenemos coartada la profundidad? ¿Es esta la diferencia entre dioses y<br />

esclavos, creadores y personajes? Quizá nos pasa como a los egipcios:<br />

hasta que <strong>el</strong> faraón nos conceda <strong>el</strong> alma después de despilfarrar nuestras<br />

vidas en la construcción de sus tumbas, estamos aplastados de perfil.<br />

—Una cosa son los egipcios de las pirámides, otra los lectores que<br />

también puedan vivir en Egipto y otra cosa son los dioses aunque <strong>el</strong>los<br />

también vayan a leer nuestras aventuras.<br />

—Si me va a hablar de algo, empiece por lo más grande que para<br />

mediocridades ya tenemos a Matrix.<br />

—¿Para qué quieres escuchar quiénes son los que manejan<br />

Civilización si <strong>el</strong> tiempo no existe en tu cosmovisión? Poco o nada vas a<br />

entender de lo que te diga y más bien atarás las cosas por las ramas.<br />

—¿Por qué no lo intenta maestro? Quizá no sea tan menguado como<br />

parezco y reconozca a los lectores después de percatarme de la presencia<br />

de los dioses, creadores y señores de todas las cosas.<br />

—Sé responsable de tu coraje y luego no eches a otros la culpa de las<br />

caídas. Como ves, hasta tú puedes tomar decisiones ¿quieres saber<br />

quienes son los dioses…? Pues bien, son los descendientes de un Clan de<br />

gentiles que decidieron convertirse en los pastores de los sapiens. ¿Desde<br />

110


cuándo? ¡Qué más da si aunque sólo fuera desde que existe Civilización,<br />

ya son diez mil años soportando sus remodernizadas versiones! Cuanto<br />

más reb<strong>el</strong>de te sientas, podrás entender que los neandertales no se<br />

extinguieron por casualidad porque esta no existe ni en Matrix. Al<br />

parecer, los cromañones fueron la causa directa d<strong>el</strong> exterminio de los<br />

neandertales y de que nosotros, los sapiens sapiens, seamos sus<br />

descendientes. Este antecedente explica que los dioses existían desde<br />

entonces porque siempre han actuado de la misma manera: la sumisión y<br />

<strong>el</strong> control d<strong>el</strong> resto o <strong>el</strong> exterminio; este antecedente explica por qué los<br />

sapiens sapiens civilizados, sus descendientes, somos tan sanguinarios.<br />

—No me creo que los neandertales fueran exterminados por los<br />

cromañones —interrumpió <strong>el</strong> escudero—. Más bien pudo pasar lo<br />

mismo que con los negros o con los indios.<br />

—<strong>El</strong> que ahora necesita aclaración soy yo —observó <strong>el</strong> sorprendido<br />

caballero.<br />

—En su recorrido hasta la superpoblación la especie humana ha ido<br />

mutando algunas de sus características morfológicas debido a<br />

adaptaciones ambientales, fusiones, intoxicaciones o lo que sea. Antes<br />

éramos todos negros y ahora parece que <strong>el</strong> poder lo usurpan los blancos.<br />

Pero esto no significa que los negros se hayan extinguido ni que no<br />

existan los mulatos. Unos ejercen <strong>el</strong> control y otros lo acatan. Que sean<br />

cromañones/neandertales o blancos/negros es una cuestión puramente<br />

temporal. Más que exterminio, se trata de masacre y de fusión. Que los<br />

sapiens sapiens sean la consecuencia de la fusión entre neandertales y<br />

cromañones tiene la misma importancia que existan los mulatos, la<br />

fusión de blancos y negros. La cultura es lo que se nos han impuesto.<br />

Que sea cromañón y hayan exterminado la neandertal es una materia<br />

bien diferente. Es la cultura la que nos hace sanguinarios, no las fusiones.<br />

—¡Joder Sancho! Hay veces que no entiendo por qué quieres que te<br />

explique las cosas con la claridad que expresas en algunas materias.<br />

—No se preocupe. Será que <strong>el</strong> arábigo ha realizado una descarga de<br />

información en mi memoria o que mi instinto natural no está tan<br />

falseado como cabría esperar d<strong>el</strong> ego.<br />

—Entonces, entenderás que los dioses han matado o intentado<br />

matar a todos los reb<strong>el</strong>des que no se han dejado someter por su control,<br />

desde Jesucristo a Gandhi, desde Juana de Arco a John Lennon, desde<br />

Giordano Bruno a Luther King o Kennedy. ¿Por qué crees que mi<br />

propio padre ha intentado envenenarme en varias ocasiones o que la<br />

111


historia de Matrix me recordará como <strong>el</strong> hijo loco y reb<strong>el</strong>de de F<strong>el</strong>ipe II?<br />

[Ver Los Borgia.]<br />

—No sé.<br />

—Los dioses escriben su historia —aclaró don Quijote—, la que<br />

<strong>el</strong>los crean y la que <strong>el</strong>los falsean. Los descendientes de una tribu de<br />

trogloditas sanguinarios se han convertido en los dioses de Civilización,<br />

en sus artífices y en los que controlan todo lo que causalmente sucede en<br />

<strong>el</strong>la. ¿Desde cuándo, desde hace 10.000 años, 35.000, 50.000? ¡Qué más<br />

da si en realidad es lo que sucede! Si <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo puso un punto<br />

de inflexión en la dominación divina devolviendo durante algunos siglos<br />

la visión real a los sapiens, la extinción es lo que les aclara<br />

definitivamente su estrepitoso fracaso después de ¿cuántos miles de años<br />

de equivocación? ¡Qué más da que la subespecie suicida esté controlada<br />

si la realidad es que la especie humana se está extinguiendo!<br />

—¡Joder, que me he enterado!<br />

—No pienses que su control coexiste desde <strong>El</strong> Génesis porque está<br />

claro que <strong>el</strong> comienzo sucedía en <strong>el</strong> Paraíso real. Si contrastamos la corta<br />

suplantación de los troglodioses con <strong>el</strong> tiempo que <strong>el</strong> ser humano habita<br />

Madre Tierra, unos millones de años, la historia de Civilización podría<br />

convertirse en algo insignificante dentro de la Historia d<strong>el</strong> Hombre.<br />

Después de miles de años viviendo bajo la tut<strong>el</strong>a divina puede<br />

sorprender que confirme su ridiculez. [Ver Dinosaurio.]<br />

—¡Acláreme!<br />

A lo que <strong>el</strong> caballero correspondió:<br />

—Si pudieras comparar en términos temporales la duración de la<br />

hegemonía virtual de los troglodioses con la historia real d<strong>el</strong> Hombre, te<br />

darías cuenta rápidamente de su insignificancia; por supuesto que<br />

¿50.000 años? son suficientes como para tenerlo en cuenta pero es una<br />

cifra insignificante si la comparamos con los millones de años que<br />

cohabita <strong>el</strong> humano en Madre Tierra. Los dioses son víctimas de su<br />

herencia y de sus indecisiones y es evidente que su montaje es una<br />

absoluta equivocación contra natura. También y aunque es evidente la<br />

total sumisión de los civilizombis, los Caballeros Andantes negamos que<br />

Matrix haya sido un éxito porque es la causa de la extinción de la especie;<br />

nada que motive esto puede ser un éxito. Tampoco es necesario<br />

reconocer que aun con constantes disidencias, miles de guerras y<br />

asesinatos de reb<strong>el</strong>des, los dioses han conseguido de nuevo montar su<br />

castillo de naipes, llamado para esta ocasión Pax Americana, que se les<br />

112


está desmoronando por todas las partes al igual que las versiones<br />

anteriores. Además, la extinción es la reacción de Naturaleza ante la<br />

ambición obsesiva de querer ser los amos de la especie. No son<br />

necesarios los Mesías para aclarar la equivocación; ahora es Naturaleza la<br />

que está aclarando definitivamente la equivocación.<br />

»Esta es la causa por la que afirmamos ¡y no opinamos! que la<br />

realidad de Matrix ha sido una equivocación y no un éxito. La<br />

consecuencia de este fracaso es que la subespecie sapiens se ha<br />

convertido en <strong>el</strong> virus de Madre Tierra y Naturaleza ha decidido<br />

desinfectarla d<strong>el</strong> superpredador con <strong>el</strong> mismo método que ha utilizado<br />

en anteriores ocasiones: la extinción.<br />

»No estoy seguro de que cuando los sapiens de la Tercera Dimensión<br />

escuchen o lean esto, quieran o puedan entender ni menos concebir este<br />

baile de macrocifras temporales. Como a ti te tengo a mi lado ¿puedo<br />

preguntarte de qué te has enterado? [Ver Evolution.]<br />

Para saber que más que equivocación<br />

es un error muy garrafal<br />

no hay que ser especialista montador<br />

sino más bien desmontarse Matrix<br />

de este cerebro tan controlador.<br />

Sean o no sean lectores<br />

los chapuzas y los montadores,<br />

explicarles la superpoblación<br />

o <strong>el</strong> comienzo de Civilización,<br />

podría ser una ardua acción<br />

hasta para un Caballero Andante<br />

e incluso un Jedi d<strong>el</strong> copón.<br />

¿Para qué 50.000 años explicar<br />

a los que siempre piensan en euros<br />

si antes contaban en unidades<br />

y ahora nadie sabe de decimales?<br />

Quizá por ser montadores<br />

les interese la Torre de Bab<strong>el</strong><br />

que junto a las tablas de la Ley<br />

son un montaje divino<br />

como para caerse de un burro<br />

sin didactismos ni «tu ver culos».<br />

La vu<strong>el</strong>ta d<strong>el</strong> jefe d<strong>el</strong> bar,<br />

venía si cabe más chispado,<br />

ha provocado un desahogo<br />

lleno de exabruptos e insultos<br />

unos por <strong>el</strong> escaqueo merecidos<br />

pero en general muy desmedidos.<br />

<strong>El</strong> círculo vicioso de las broncas<br />

se contagia por cualquier sitio<br />

y <strong>el</strong> que la ha recibido una<br />

la puede multiplicar por tres.<br />

Después de decir varios tacos<br />

y de cagarse en todo lo que se menea,<br />

<strong>el</strong> jefe más suave se ha quedado<br />

y a los currantes como cuáqueros<br />

[dejado.<br />

Han aguantado con todo<br />

lo que ha vomitado <strong>el</strong> otro<br />

porque saben que para estar esclavo<br />

hay que callar por lo tragado.<br />

Espectacular es comprobar<br />

cómo se aplican los tiranizados<br />

después de echarles la bronca<br />

y también de amenazarles<br />

con <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro.<br />

Cunde tanto después de la tensión<br />

que podría surgir la satisfacción<br />

113


si no fuera porque los jefes<br />

se parecen a buitres y fieras<br />

que acuden a por la carroña<br />

que dinero aquí se llamará<br />

114<br />

por estar en este contexto<br />

de bípedos que no alados<br />

pero sobradamente carnudos<br />

y seguramente cornudos.<br />

Sancho tardó un momento en reaccionar hasta que finalmente respondió<br />

sin saber, lógicamente, nada de la realidad de los montadores:<br />

—De que me tenga que sorprender su ridiculez.<br />

—¿Es eso todo?<br />

—Mi señor —dijo Sancho cabizbajo—. Como usted había previsto,<br />

no me he enterado de nada. Usted sabe que desconozco los años, ya sean<br />

en cantidades o en unidades, ni si los neandertales y cromañones eran<br />

distintas razas de humanos o eran extraterrestres venidos de Urano. Lo<br />

único que he entendido muy bien es que soy uno de los descendientes de<br />

los trogloditas que decidieron aceptar la esclavitud de Civilización, o sea,<br />

pertenezco al clan de los mismos curritos de siempre: cualquiera que<br />

haga algo por dios, o sea, por dinero.<br />

Curiosamente, mientras que Sancho deja que las palabras salgan a<br />

través de su lengua sin pensarlas llega a conclusiones tan valiosas como<br />

las que ha dicho con respecto al no exterminio de los neandertales, pero<br />

cuando quiere entenderlas con <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto, se ofusca fácilmente. ¡Qué<br />

luminosidad natural existe cuando nos desenchufamos d<strong>el</strong> subconsciente!<br />

Dejemos que continúe para descubrir más contradicciones d<strong>el</strong><br />

Programa Smith.<br />

—De todos los reb<strong>el</strong>des asesinados que ha nombrado —añadió <strong>el</strong><br />

escudero— me extraña que sólo conozca al primero de cada pareja<br />

porque usted los conoce a todos y no los había citado antes. ¿Será<br />

porque todavía no han existido? Lo d<strong>el</strong> tiempo es una cosa que sin saber<br />

lo que es, se me hace muy complicado y no creo que la Tercera<br />

Dimensión aclare este menoscabo. ¿Cuántas dimensiones más habrá?<br />

Recuerdo algunos acontecimientos que han pasado pero tal y como<br />

usted me habla de otros, no sé si han sucedido, si están transcurriendo o<br />

si van a sobrevenir. ¿No será que la manera en la que ha decidido<br />

explicarme quiénes son los dioses es auténtica y puede ser rechazada?<br />

—Efectivamente, tu memoria próxima funciona muy bien pero la de<br />

largo plazo se te ha colapsado. Hemos hablado de reb<strong>el</strong>des de todos los<br />

tiempos demasiadas veces como para que sólo recuerdes la conversación<br />

de maitines de hoy.


—No me lo reproche a mí y quéjese al moro que me ha creado.<br />

Siendo un tío tan espléndido y detallista, si la ha dejado tan ligera habrá<br />

sido por alguna causalidad ¿noooo? A mí me gusta cómo soy y quizá este<br />

pormenor sea <strong>el</strong> que impida que se me colapse la memoria d<strong>el</strong> disco<br />

duro. Una memoria tan portentosa como la de vuesa merced debe de ser<br />

una tara para vivir <strong>el</strong> presente; desconectarse de tanto stockaje de ideas<br />

para vivir <strong>el</strong> efímero instante debe de ser una labor de titanes.<br />

—Vamos a ver Sancho —condescendió don Quijote sin entrar en la<br />

tetánica desconexión mental—. Depende de cuando decidas estar, la<br />

reb<strong>el</strong>ión de Jesucristo sucedió hace 1.600 o 2.000 años. Como estos 400<br />

años dan lo mismo para los cómputos temporales que vamos a manejar,<br />

redondeemos la edad y decidamos que han pasado 2.000 años desde su<br />

reb<strong>el</strong>ión. ¿De cuándo crees que son los primeros humanos?<br />

—Todo lo que sé de esto, es lo que sabe todo <strong>el</strong> mundo porque nos<br />

lo han contado en las misas. Dicen que los primeros padres, Adán y Eva,<br />

son 4.000 años más viejos que Jesucristo; o sea, yo no tengo que pensar<br />

de cuándo son los primeros padres porque la Biblia lo ha determinado:<br />

6.000 años más o menos desde la fecha. Antes de eso, dios no pudo<br />

crear a sus descendientes y herederos terrícolas porque había creado<br />

cinco días antes a la propia tierra donde ubicarlos.<br />

Don Quijote hizo unas muecas tan sutiles que no sabemos si se<br />

deben a su fina ironía o a la sorpresa que le causa tanta fecha y erudición.<br />

—Recuerdo un dato que me dijo <strong>el</strong> cura mientras que usted<br />

desvariaba en su anterior vu<strong>el</strong>ta forzosa a casa que no he conseguido<br />

olvidar todavía: si utilizamos de bisagra al año cero que no existió, 2.000<br />

años antes de JC era la época aproximada d<strong>el</strong> Diluvio Universal y de la<br />

Torre de Bab<strong>el</strong> así como 2.000 años después de JC es <strong>el</strong> espacio para<br />

nuestra última salida en la que aparece <strong>el</strong> Cambio Climático y<br />

desaparecen las Torres Trim<strong>el</strong>as. También me enseñó que 1.500 años<br />

antes d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de fueron entregadas a Moisés las Tablas de la Ley y 1.500<br />

años después está siendo <strong>el</strong> Renacimiento de Civilización. Deben de ser<br />

cifras teológicas muy aproximadas y seguro que se corrigen fácilmente<br />

(Aunque puede que haya alguna que no conozcamos, no se sugiere<br />

ninguna p<strong>el</strong>ícula porque todas las filmadas sobre esta época mienten<br />

como b<strong>el</strong>lacas; pasa igual que con las d<strong>el</strong> Séptimo de la Caballería de<br />

West Point: mentiras, mentiras y más mentiras. Si quieren ver Los diez<br />

mandamientos se arriesgan a no distinguir la realidad porque la mente no la<br />

va a poder diferenciar).<br />

115


—¿Qué me dices de la escritura?<br />

—Por lo que sé, las Tablas de la Ley que entregó dios a Moisés en <strong>el</strong><br />

monte Sinaí son <strong>el</strong> primer recuerdo que se tiene de la escritura y como ya<br />

he dicho, debió de suceder quince siglos antes d<strong>el</strong> irreal año cero.<br />

—Pues aquí es donde está <strong>el</strong> intríngulis de la cuestión. Todo eso que<br />

quisiste aprender de los curas son monsergas sin ningún fundamento.<br />

Cualquier persona que esté un poco leída puede saber que Civilización ha<br />

dejado recuerdos de su existir diez mil años antes de JC y que<br />

exterminaron a los neandertales treinta y cinco mil años antes. La<br />

presencia d<strong>el</strong> Hombre en Madre Tierra tiene varios millones de años y la<br />

edad de Madre Tierra varios miles de millones. ¿Te das cuenta de lo que<br />

es una ridiculez comparando los datos temporales? Seis mil años no son<br />

lo mismo que varios millones de años. ¿Quién quiso tergiversar esta<br />

realidad creacionista durante tantos siglos? Los mismos que impusieron<br />

<strong>el</strong> geocentrismo y <strong>el</strong> que Madre Tierra estuviera plana: los troglodioses.<br />

Por cierto, según los conocimientos que te han echado los curas, ya<br />

sabes desde cuándo hay lectores: 3.000 años antes de nuestra primera<br />

salida. O sea, fíjate si proporcionalmente somos jóvenes en comparación<br />

al inicio de la lectura.<br />

—¿Pero para qué montar todo este escenario de irrealidades que<br />

comenzó antes d<strong>el</strong> Génesis?<br />

—Para controlar a los sapiens, para condimentar su psique con la<br />

ignorancia y mantenerlos encerrados en la perplejidad. Secuestran la<br />

memoria para crear la historia de la realidad de Matrix. Igual que te dejas<br />

controlar por <strong>el</strong> arábigo, los lectores se dejan controlar por los dioses.<br />

—¡Mi señor, siento miedo!<br />

—¿Qué te pasa?<br />

—Que conozco todos estos datos y siento contradicción en mi<br />

cabeza. ¿Qué me pasa?<br />

—No te alteres. Solamente es un daño colateral d<strong>el</strong> Sistema. Sólo<br />

tienes que dedicar un poco d<strong>el</strong> vivir a engranar los datos que la Historia<br />

de Matrix ha falseado y estar consciente de lo que realmente está<br />

sucediendo: las consecuencias de la psicopatía divina. No tiene que ser<br />

ahora pero cuando puedas, piensa en cifras tan contradictorias en vez de<br />

regodearte con la fama.<br />

—¿Pueden los lectores estar encerrados en su ceguera como yo estoy<br />

encerrado en estas líneas? —dijo Sancho más sereno después de aparcar<br />

<strong>el</strong> engranaje para <strong>el</strong> futuro.<br />

116


—Plantéalo de otra manera.<br />

—Al parecer —dijo Sancho sin creer—, existen lectores que se<br />

sugestionan con las aventuras de don Quijote y Sancho, dos personajes<br />

controlados por <strong>el</strong> arábigo creador, y existen unos dioses que más que<br />

sugestionar, controlan la vida de los sapiens hasta tenerlos esclavizados.<br />

—Cuando hagas más caso a lo que sabes que a lo que aprendes,<br />

estarás preparado para dimensionar. Por lo que dices, lo tienes muy<br />

claro. Si hicieras con todo lo demás igual…<br />

—¿Están los dioses encerrados en su ego como yo en las idioteces<br />

que me han enseñado? —preguntó <strong>el</strong> escudero como si se hubiera<br />

colapsado.<br />

No hubo respuesta. Es difícil que don Quijote pierda la serenidad<br />

porque cuando se conoce <strong>el</strong> alcance de las limitaciones dimensionales, no<br />

tiene ningún sentido acalorarse. Sancho mezcla los temas porque no<br />

entiende de cifras. Pasa de la edad de los acontecimientos a la perplejidad<br />

de los sapiens con suma facilidad. ¿Quiere conocer a los dioses o los<br />

lectores? ¿Quiere conocerse a sí mismo o dormirse en unos laur<strong>el</strong>es que<br />

si existen, serán para <strong>el</strong> arábigo? <strong>El</strong> mundo en <strong>el</strong> que hablamos y <strong>el</strong><br />

mundo d<strong>el</strong> que hablamos: ¡Qué gran contradicción! Al igual que <strong>el</strong><br />

escudero se deja controlar por <strong>el</strong> andalusí, los lectores se dejan controlar<br />

por los dioses. Si prestaran más atención a lo que saben que a lo que<br />

aprenden, si engranaran lo que han aprendido con lo que saben, estarían<br />

preparados para desertar de la esclavitud y dimensionar.<br />

Cuando un nuevo concepto sobrepasa lo que la imaginación y las<br />

ideas habían impuesto, <strong>el</strong> observador determinista reacciona a la<br />

defensiva negando lo evidente. Por esto, sapiens, civilizombi y cegato<br />

son sinónimos. Hasta hace poco, la tierra era plana y nadie quería<br />

escuchar ninguna otra sugerencia que si se recuerda, es sólo para que se<br />

estimen las novedades con la consideración que se merecen: Madre<br />

Tierra no es plana. Hasta hace menos poco, las Torres Trim<strong>el</strong>as cayeron<br />

como consecuencia d<strong>el</strong> impacto de dos aviones y tampoco nadie quería<br />

escuchar otra sugerencia: ¡Demolición controlada! Ya se sabe que los<br />

sapiens temen al pensamiento «original» más que a nada en <strong>el</strong> mundo,<br />

más que a la ruina, más que a la propia muerte.<br />

Es posible que Sancho esté sufriendo una ligera indisposición mental<br />

porque la idea de estar esclavizado por su ego sea indigesta. Puede que<br />

esté sufriendo una reacción subconsciente provocada por la limitación de<br />

la psique que se colapsa cuando algo le viene grande. Sabemos los datos<br />

117


pero no los r<strong>el</strong>acionamos porque tenemos <strong>el</strong> software colapsado y<br />

cuando nos paramos un momento, sentimos tal contradicción que<br />

decidimos seguir pa’lante como sea; habitualmente, con todo tipo de<br />

medicidrogas.<br />

Si concebir la existencia de los lectores de carne y hueso, o sea, todos<br />

aqu<strong>el</strong>los que puedan leer esto, puede ser demasié para <strong>el</strong> cerebro de un<br />

escudero de pap<strong>el</strong>, concebir a los dioses está muy afuera de sus límites;<br />

pero si ni reconoce a penas que existe Cide Hamete, su dios en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />

¿cómo va a concebir a Los otros? Lo que este narrador no tiene tan claro<br />

es si los mismos lectores que sientan su supremacía int<strong>el</strong>ectual<br />

tridimensional respecto a las entendederas bidimensionales de Sancho,<br />

podrán concebir <strong>el</strong> control de los dioses y la contradictoria esclavitud a la<br />

que los tienen sometidos. Los sapiens pueden entender que Cide Hamete<br />

es <strong>el</strong> autor de unos manuscritos que compró Migu<strong>el</strong> de Cervantes en los<br />

que aparece descrita La muy loable historia de don Quijote y Sancho, unos<br />

personajes de nov<strong>el</strong>a que maneja <strong>el</strong> aljamiado a su placer. ¿Imaginan <strong>el</strong><br />

control férreo que los dioses ejercen en la actualidad sobre <strong>el</strong>los?<br />

Si Civilización existe desde hace diez mil años, nuestros primeros<br />

padres Adán y Eva debían de ser muy anteriores. O sea, lo que suponga<br />

o imponga lo contrario está afirmando una irrealidad. No queremos<br />

metáforas, excusas ni mentiras porque crean muchas contradicciones y<br />

estamos hartos.<br />

Si los neandertales fueron exterminados hace treinta cinco mil años,<br />

Adán y Eva debían de ser muy anteriores. O sea, lo que afirme lo<br />

contrario está mintiendo. No queremos metáforas, excusas ni mentiras<br />

porque crean contradicciones.<br />

Si por redondear se sugiere que <strong>el</strong> pecado original se cometió hace<br />

cincuenta mil años —da igual que sean cien mil, ¿doscientos mil<br />

años?—, ¿para qué pensar en cifras insignificantes si todavía tenemos<br />

unos cuantos millones de años de margen en los que <strong>el</strong> Hombre ha<br />

existido en <strong>el</strong> Paraíso sin la imposición de los troglodioses?<br />

Si esto confirma La Mutación/Evolución en menoscabo de La<br />

Creación, ¿por qué continuar con una tesis que al igual que <strong>el</strong><br />

geocentrismo, ha quedado completamente invalidada por La Ciencia?<br />

Si La Quántica ha pasado la moda de <strong>El</strong> Determinismo, ¿por qué<br />

mantener un convencionalismo inexistente llamado cero?<br />

Los dioses no son ni extraterrestres ni X-men: sencillamente y<br />

usando la definición de don Quijote, son los descendientes de un clan de<br />

118


trogloditas sanguinarios que han «evolucionado» hasta aquí: la extinción.<br />

Pero no infravaloremos que son los dioses que han creado e impuesto<br />

este statu quo: Civilización y todo, absolutamente todo lo que <strong>el</strong>la<br />

acarrea. [Ver X-men, Batman, Dark city, <strong>El</strong> hombre invisible, Planeta rojo.]<br />

Los lectores están conociendo que la realidad de Matrix en la que<br />

viven es <strong>el</strong> resultado final de la faena de los dioses. Es un sistema de<br />

funcionamiento referido a todos los ámbitos de la vida civilizada que no<br />

ha funcionado jamás; por esto, todas las versiones se han corrompido y<br />

desintegrado. Los dioses han conseguido establecer un sentido sintético<br />

de la vida (nacer, esclavizarse, crecer, multiplicarse y jubilar antes de<br />

morirse) en <strong>el</strong> que los sapiens interpretan que viven libres y f<strong>el</strong>ices. La<br />

parte trascendental la han simplificado con dos enigmáticos lugares, <strong>el</strong><br />

ci<strong>el</strong>o y <strong>el</strong> infierno, al que finalmente llegarían las almas dependiendo de lo<br />

que dictamine un tribunal que atiende pormenorizadamente si los<br />

comportamientos de los sapiens han sido o no han sido como dios<br />

mandó.<br />

Todas las cuestiones fundamentales tienen respuesta:<br />

• ¿De dónde venimos?: De Adán y Eva.<br />

• ¿Qué sentido tiene la vida?: <strong>El</strong> sentido sintético que ordenan los dioses.<br />

• ¿Adónde vamos?: Al paraíso, ¡por supuesto!<br />

Así, no hay más preguntas ni más respuestas.<br />

Sobre la perplejidad de los sapiens ¿qué puede decir un narrador que ni<br />

tiene ojos para ver ni existe en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> bidimensional porque se siente<br />

más bien un ente que sólo se puede imaginar? Pues puede decir<br />

objetivamente y sin temor a equivocarse que los sapiens sapiens están<br />

cegados por ideas, zanahorias, esperanzas y penitencias. La psique, <strong>el</strong><br />

ego, <strong>el</strong> yo o como se quiera llamar a ese Alien, aplasta al sentido común<br />

de sus conciencias. Por eso no se enteran de que están construyendo la<br />

decadencia de Pax Americana mientras que simultáneamente, se están<br />

extinguiendo a causa de esto. [Ver Hormigaz; Alien; Alien <strong>vs</strong>. Predator; Niv<strong>el</strong><br />

13; Horizonte final.] No es tan difícil sentirse encerrado en la realidad de<br />

Matrix pero los que están recluidos dentro de <strong>el</strong>la no tienen perspectiva<br />

suficiente para percibirla. Que no se perciba no implica que no exista;<br />

que no se hable de <strong>el</strong>lo no suaviza <strong>el</strong> aburrimiento y desilusión que<br />

produce su esclavitud.<br />

Es normal que a don Quijote le pueda parecer difícil explicar al<br />

escudero algunas cosas porque cuando tienes al actor de frente, este<br />

119


puede adoptar una actitud defensiva de rechazo ante lo que se escucha y<br />

negarse a querer entender lo evidente. ¿Cómo es Madre Tierra, plana o<br />

esférica, estr<strong>el</strong>la o planeta?<br />

Es más difícil expresar a un cegato la ceguera que padece mientras<br />

que está encerrado en dos dimensiones que describirla; desde la<br />

profundidad de las palabras silenciosas, <strong>el</strong> sentido común de cada uno<br />

puede decidir lo que hace con <strong>el</strong>las y con los mensajes que reb<strong>el</strong>an.<br />

¿Quién es la/<strong>el</strong> guapa que explica a Sancho que todavía es un escudero<br />

de pap<strong>el</strong>?<br />

Estaba intentando calmarse <strong>el</strong> caballero cuando Sancho preguntó:<br />

—Después de todo esto, todavía no sé quiénes serán los dioses pero<br />

¿para qué vale todo este montaje?<br />

«Para extinguirnos», contestó escuetamente don Quijote que no<br />

estaba para más explicaciones de algo que sabe que <strong>el</strong> escudero no va a<br />

entender hasta que no experimente algunos indicios.<br />

La causa de todos los montajes es <strong>el</strong> entretenimiento d<strong>el</strong> espectador.<br />

Cuando termina la p<strong>el</strong>ícula o la obra, se encienden las luces y poco a<br />

poco se reimpone la realidad de Matrix, cada uno vu<strong>el</strong>ve a sus<br />

ansiedades, sus anh<strong>el</strong>os y sus esperanzas. Aunque <strong>el</strong> objetivo de<br />

Civilización haya sido siempre <strong>el</strong> mismo, entretener a los sapiens para<br />

que no perciban la realidad real, actualmente se ha convertido en <strong>el</strong><br />

motivo por <strong>el</strong> que se puede hablar de la «especie suicida»; todos los<br />

lectores y espectadores deberían saber que pertenecen a la única especie<br />

que contamina Madre Tierra: la plaga sapiens sapiens, y que los indicios<br />

de las consecuencias de esta acción no pueden ser más desfavorables: las<br />

catástrofes naturales (tsunamis, terremotos, desplazados, huracanes,<br />

inundaciones, alergias, cambio climático, calentamiento d<strong>el</strong> planeta,<br />

pandemias). Paradójicamente (y de aquí que se hable de la ceguera por <strong>el</strong><br />

tamaño de la contradicción), los sapiens continúan entretenidos con <strong>el</strong><br />

progreso d<strong>el</strong> bienestar mientras que Naturaleza está expresando que la<br />

equivocación ya es medioambientalmente insostenible. O sea, decir que<br />

Civilización es un entretenimiento podría ser auténtico pero para que sea<br />

real, hay que afirmar que Civilización es la bot<strong>el</strong>la de alcohol que ahoga<br />

provisionalmente la realidad para que después reaparezca con peor<br />

temperamento. Hablar de la subespecie suicida es por la certeza de que<br />

es la única especie que contamina Madre Tierra; a estas alturas ya lo<br />

tendría que estar sabiendo.<br />

120


La extinción es la llave para percibir <strong>el</strong> montaje Realidad de Matrix.<br />

Si se retrasa esta percepción, se retrasa la caída de la puesta en escena.<br />

Como la caída de la puesta en escena implica <strong>el</strong> derrumbe de todo <strong>el</strong><br />

teatro, Civilización, la reacción de los espectadores será confusa porque<br />

lógicamente, no entenderán nada. La confusión facilita la implantación<br />

de cualquier estado marcial o policial.<br />

No es necesario aclarar que en la disolución de la actual realidad de<br />

Matrix Pax Americana interviene además Naturaleza. La decadencia y<br />

corrupción es la misma de siempre y las hordas de mogoles, hunos,<br />

bárbaros o beréberes se han actualizado con <strong>el</strong> terrorismo digitalizado.<br />

Lo inédito es la intervención de Naturaleza, por eso se habla de la<br />

extinción, la despedida d<strong>el</strong> Hombre de Madre Tierra.<br />

<strong>El</strong> montaje «Civilización» o la nana «Cambio climático» son un<br />

entretenimiento para que los sapiens no perciban suavemente que nos<br />

estamos extinguiendo y puedan reaccionar con sentido común; a cambio<br />

se van a estr<strong>el</strong>lar contra la extinción sin saber qué ha sido todo esto. Así<br />

los dioses saldrían indemnes de su irresponsabilidad.<br />

Desde que Adán y Eva comieron d<strong>el</strong> árbol d<strong>el</strong> conocimiento que<br />

engendró la duda, los dioses se han encargado de ocultar la consciencia<br />

de la conciencia detrás de una cortina de humo maloliente: la psique.<br />

Cuando finalmente se precipiten todos los acontecimientos (decadencia y<br />

desintegración de Pax Americana junto a la severidad climática), los<br />

civilizombis no van a tener la posibilidad de entender las cosas porque se<br />

ac<strong>el</strong>erarán de golpe, sin tiempo suficiente para comprender que <strong>el</strong><br />

montaje «Civilización» estaba suplantando la realidad real; los trogloditas<br />

se sentirán victoriosos por haber dominado hasta <strong>el</strong> final a la subespecie<br />

suicida y nadie será f<strong>el</strong>iz ni tampoco comerá perdiz.<br />

Después de un rato de paseo silencioso en <strong>el</strong> que las nubes blancas<br />

imponían sus formas metamórficas sobre <strong>el</strong> fondo c<strong>el</strong>este y las sombras<br />

de los árboles se acostaban sobre la tierra, los aviones seguían rayando <strong>el</strong><br />

firmamento con sus chemtrails, unos trazos tan rectilíneos como los<br />

mapas de África que evidencian en sus est<strong>el</strong>as un rastro menos artístico<br />

que poliperturbador.<br />

Sin hacer caso a su influencia en la contaminación iónica de la<br />

atmósfera, Sancho volvió a cuestas con los lectores a los que quería<br />

atisbar como fuera.<br />

—Sé perfectamente lo que es un libro porque gracias a uno de <strong>el</strong>los,<br />

soy mucho más famoso de lo que me puedo imaginar. La vida en un<br />

121


libro es maravillosa porque hasta la más encarnizada batalla es silenciosa.<br />

Todo sucede conforme a un guión armonizado por las leyes de quien<br />

sea. En los libros puede haber lectores, músicos, reyes, militares e incluso<br />

escritores pero usted me habla de otro tipo de lectores que viven en otra<br />

dimensión fuera de la nuestra y que leen nuestras experiencias. ¿Qué<br />

puede existir fuera de lo único que existe?<br />

—¡Infinitas posibilidades! —afirmó <strong>el</strong> caballero desconsolado.<br />

—Pues se ponga como se ponga, me he quedado igual —consoló <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Sancho, quieres entender int<strong>el</strong>ectualmente algo que es propio de lo<br />

dimensional y no sé si será posible. Voy a intentarlo por otro punto más<br />

cercano. No sé si en alguna ocasión te he comentado que en las famosas<br />

hazañas que se narren de nuestras aventuras, tú serás un personaje tan<br />

fundamental como yo. De hecho, si te fijas bien en cómo son las cosas,<br />

realmente somos un personaje con nombres e identidades diferentes que<br />

utilizan <strong>el</strong> creador y <strong>el</strong> transcriptor de nuestras aventuras para describir <strong>el</strong><br />

amplio espectro de la personalidad humana. Todos los sapiens tienen un<br />

alter ego: <strong>el</strong> caballero que quiere ser y <strong>el</strong> civilizombi que realmente está<br />

siendo. La razón para la presentación de nuestros personajes no está en<br />

que existe un grupo de personas que se parezca a ti y otro grupo que se<br />

identifique con la concepción real de las cosas, sino que dentro de cada<br />

uno de nosotros está la personalidad de Sancho y la de don Quijote. La<br />

decisión de vivir con uno u otro proceder depende de cada uno.<br />

—Señor caballero, deje los latinajos para los curas que con <strong>el</strong>los<br />

impresionan al vulgo que cree que sus divinas doctrinas, todas irreales,<br />

provienen de su docto int<strong>el</strong>ecto; hábleme como hablamos en cast<strong>el</strong>lano.<br />

No he captado nada de lo que es <strong>el</strong> alter ego. A ver si con tanta<br />

apariencia, ni yo soy yo.<br />

—Entiende, querido Sancho, que cuando se vive limitado por la<br />

psique, apreciar que existe otra forma de entender <strong>el</strong> vivir puede ofender<br />

al descubridor. La inseguridad convierte <strong>el</strong> vivir en estar a la defensiva y<br />

así es muy fácil que surja la interpretación constante. Cuando se<br />

manipulan estas interpretaciones, la hegemonía sobre los esclavizados es<br />

indiscutible porque las cosas pasan a concebirse como dios manda.<br />

Llegados a este punto, lo único que puedo añadir es que con la iglesia<br />

hemos topado, querido Sancho. Si <strong>el</strong> sentido común se muta en que la<br />

razón esencial de vivir es la satisfacción de los intereses personales, la<br />

limitación de Civilización queda d<strong>el</strong>imitada.<br />

122


—Pero con eso no me aclara qué es <strong>el</strong> alter ego ni entiendo qué es lo<br />

que puede provocar que los sapiens se ofendan.<br />

—Vamos por partes. Aunque nuestro creador nos muestra como si<br />

fuéramos dos personajes diferentes, podríamos ser uno mismo<br />

expresado desde dos opciones vitales: la de comportarse como un<br />

Caballero Reb<strong>el</strong>de y afrontar las cosas como son realmente o la de<br />

tumbarse a la bartola y aguantar con indignidad lo que te echen.<br />

—O sea, decidir y reb<strong>el</strong>arte o tragar y callar.<br />

—Ambas partes son incompatibles y su<strong>el</strong>en provocar interferencias,<br />

fricciones e inseguridades dentro de la misma persona y también<br />

discordias, envidias y disputas con <strong>el</strong> resto de civilizombis. Alter ego<br />

podría ser ese otro yo implacable al que se le puede r<strong>el</strong>acionar con la<br />

conciencia que es la que nos susurra a todos clarísimamente si lo que<br />

estamos haciendo es consciente o pertenece al mundo subconsciente de<br />

Matrix. Si hubiera alguna diferencia entre psique y subconsciente, la<br />

sinergia con la que funcionan es ejemplar.<br />

»Sancho, ¿eres capaz de imaginar que este diálogo fuera entre tú<br />

contigo o entre yo conmigo mismo? ¿Podría ser uno <strong>el</strong> que habla con su<br />

conciencia y no dos personajes diferentes? ¿Podría ser <strong>el</strong> uso de los dos<br />

personajes un recurso literario para facilitar la comprensión de los<br />

lectores?<br />

—Algunos dirán y con razón, que nuestro creador fuma marihuana y<br />

hachís. ¿No será que a usted le surgen estas materias por <strong>el</strong> contagio de<br />

sus efectos? Mire señor que si por algo está siendo esta salida insólita es<br />

por la cantidad de materias incomprensibles que estamos tratando.<br />

¿Cómo es posible que yo sea vuesa merced o lo que es más difícil, que<br />

usted sea yo mismo? No me venga con emb<strong>el</strong>ecos que aunque sean<br />

pocas, hay cosas que tengo muy claras y esta es una de <strong>el</strong>las: yo soy yo y<br />

usted será usted. Primero me dice que existen otros lectores leyéndonos<br />

en la Tercera dimensión al margen de nuestra vida en la Segunda<br />

(Dimensión, ¡que no División ni La 2!) y ahora me viene con que yo soy<br />

un alter ego de vuesa merced, algo así como que no existo porque<br />

realmente soy un personaje creado por un alquimista medio moro que<br />

me tiene embrujado en esta dimensión. No creo que tanto conocimiento<br />

le siente muy bien a sus sesos porque si tanto cavilar vale para decir este<br />

tipo de conclusiones, más le valdría hacer como esta apariencia de su yo<br />

que no se plantea nada.<br />

123


—Eso que dices, Sancho, no es real porque se contradice con la<br />

consistencia de tu discurso. Quizá lo que suceda es que entendemos de<br />

manera diferente <strong>el</strong> significado de las palabras y lo que tú interpretas<br />

como pensar puede ser lo que yo concibo como entender, cuestión que<br />

sucede inevitablemente cuando se utiliza <strong>el</strong> idioma, la más original de las<br />

armas de destrucción masiva. Cuando Cervantes transcribe <strong>el</strong> manuscrito<br />

de Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i necesita utilizarnos para expresar <strong>el</strong> estado<br />

de las cosas a través de nosotros. Pero realmente somos fruto de la<br />

mente de un humano que utiliza lo que necesite para expresarse.<br />

—¿Cómo es posible que yo sea parte de lo que determine Benengu<strong>el</strong>i<br />

y que mi discurso esté dictado por otro?<br />

—Si me suspendes constantemente no voy a poder terminar con lo<br />

que quiero descifrarte.<br />

—Pero maestro, si es que cuanto más se explica menos me aclaro.<br />

—Vamos a ver Sancho —dijo don Quijote en tono sosegado—.<br />

Dentro de cada uno de los seres que habitamos en Madre Tierra existe<br />

algo que se r<strong>el</strong>aciona con la expresión consciencia de la conciencia; esta<br />

nos conecta con <strong>el</strong> cuerpo con <strong>el</strong> que estamos r<strong>el</strong>acionados y con todo lo<br />

que hay más allá d<strong>el</strong> propio cuerpo. Dentro de Sancho Panza existen las<br />

condiciones y potencialidades de un Caballero Reb<strong>el</strong>de; dejar que se<br />

manifiesten o enterrarlas en la historia es algo que depende de cada uno.<br />

Civilización disu<strong>el</strong>ve y muta la condición natural d<strong>el</strong> Hombre aunque<br />

Matrix jamás podrá destruir completamente a la conciencia.<br />

—Por lo que entiendo —respondió Sancho—, ahora mismo yo no<br />

estoy siendo yo sino que más bien soy víctima de un sistema, en este<br />

caso llamado Nov<strong>el</strong>a, que me obliga a que sienta, piense, me comporte y<br />

conciba las cosas tal y como me dicta ese sistema impuesto, en este caso,<br />

por <strong>el</strong> aljamiado. ¿Qué tendrá que ver esto con la explicación de lo que<br />

son los lectores? En cambio, se supone que vuesa merced es alguien a<br />

quien la mayoría ve como un reb<strong>el</strong>de desequilibrado que no acepta <strong>el</strong><br />

sistema pero al que realmente han convertido en inmortal.<br />

»Cuando <strong>el</strong> rucio me ha tirado, usted me ha dicho que estoy<br />

encerrado dentro de mi ego…<br />

—¿Adónde quieres llegar?<br />

—Tranquilo, que no se trata de mi conocida dispersión sino de la<br />

presentación de todos los frentes. Si estoy encerrado en mi ego y a la vez<br />

puedo ser su alter ego, significa que usted está internado dentro de mi<br />

ego; si estuviera dentro de mí no podría estar diciéndome esto a menos<br />

124


que si como me plantea, pudiera ser la consciencia de la conciencia la que<br />

me lo estuviera susurrando. ¿No será <strong>el</strong> alter ego parte de ese rollo al que<br />

se denomina recursos literarios? ¡Ah! y una pregunta más sobre los<br />

lectores ¿quiere decir que existen unos lectores que se sugestionan con<br />

las aventuras de don Quijote y Sancho, personajes controlados por <strong>el</strong><br />

creador arábigo y que a su vez los mismos lectores, más que<br />

sugestionados, están controlados por los dioses?<br />

—Vayamos por partes. La psique, aunque realmente me gustaría<br />

decir la mente, «decide» qué es real y qué es la imaginación, qué es un déjà<br />

vu y qué es un sueño, qué es un recurso literario y qué es la conciencia.<br />

—Así nos va. Con ese psicomontaje previo saboteando la mente, no<br />

me extraña que ponga comillas en la palabra decide.<br />

—<strong>El</strong> sentido común te aclarará si es la consciencia lo que te esté<br />

armonizando con <strong>El</strong> Todo o es <strong>el</strong> subconsciente lo que te está<br />

controlando d<strong>el</strong> todo. Respecto de los lectores, necesitarás experimentar<br />

la realidad de Matrix para comprobar que es genuinamente controladora.<br />

Matrix te posee, está por todas partes, incluso ahora, en esta misma<br />

conversación. Estás hablando de las muñecas rusas que se incluyen unas<br />

a otras o d<strong>el</strong> efecto de dos espejos de frente que contienen la imagen uno<br />

dentro d<strong>el</strong> otro hasta que se pierde su percepción.<br />

—No crea que yo percibo muchas diferencias entre usted y yo en<br />

este universo bidimensional en <strong>el</strong> que existimos —comentó<br />

escépticamente <strong>el</strong> escudero—; como al parecer somos <strong>el</strong> mismo con<br />

distintos nombres y personalidades, no puedo estar tan lejos de la plena<br />

inmortalidad que deduzco, no es lo mismo que sufrir a la fama.<br />

—Aunque simplificas las cosas demasiado, tiene lógica lo que dices.<br />

Podrías utilizar tu observación para además admitir la posibilidad de que<br />

efectivamente, todo lo que consideras, deseas o apuntas, sale realmente<br />

de la mente de nuestro creador, Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i, y no de la<br />

personalidad con la que él te ha dotado. Sólo la decisión de querer<br />

comportarte como un caballero y dejar de soportarte como un panza<br />

civilizado es la distancia que te separa de la inmortalidad. Estarás ante la<br />

puerta de la plenitud cuando no culpes subconscientemente al rucio de<br />

tu caída y estés consciente en todo lo que haces.<br />

—No sé —dijo Sancho— si alguna vez entenderé que mi<br />

temperamento me lo puede haber implantado un sistema creado por <strong>el</strong><br />

empleado de una empresa de software a través de lo cultural, lo<br />

educativo, lo social, lo tradicional o lo justo. Yo soy Sancho Panza,<br />

125


escudero de vuestra merced y conocido en <strong>el</strong> mundo entero, e insisto en<br />

que esto lo tengo tan claro que todos los Caballeros Andantes no podrán<br />

persuadirme de lo contrario. No sé ni me importa si estoy siendo<br />

utilizado por la mente de un creador o de un autor para personalizar no<br />

sé qué alter ego ni otras zarandajas pero al menos puedo añadir que lo<br />

que hago no es por mandato divino sino porque quiero ser <strong>el</strong> gobernador<br />

de una Ínsula. Esto no me lo ha metido nadie en la cabeza sino que soy<br />

yo mismo <strong>el</strong> que lo desea. Dejemos al alter ego para cuando mi<br />

experiencia aumente y acláreme qué es lo que puede provocar que los<br />

sapiens se ofendan.<br />

Pensaba que tenías más claro lo de la influenza de la cultura.<br />

Sí, pero hay una gran diferencia entre conocer algo y decidir que lo<br />

sabes. Teóricamente lo tengo claro pero otra cosa es concebirlo y<br />

aplicarlo a toda mi vida. Desde que su maestro reb<strong>el</strong>ó que la tierra no era<br />

plana, la gente necesitamos tiempo para reconcebir nuestros<br />

planiencefalogramas.<br />

—Dejemos para después al alter ego para que primero te descifre un<br />

detalle de tu psique: querer ser <strong>el</strong> gobernador de una ínsula es un deseo<br />

implantado en tu vida. Aunque tú, como <strong>el</strong> resto de los sapiens, concebís<br />

que este tipo de anh<strong>el</strong>os son personales y nadie os los ha metido en la<br />

cabeza, lo que sucede realmente es que son fabricados por los dioses y<br />

les dan sugestivas formas para que no veáis que estáis mordiendo un<br />

anzu<strong>el</strong>o. Caer en la invisible t<strong>el</strong>a de araña Civilización y encadenarse a<br />

<strong>el</strong>la sin darse cuenta es una habilidad que los dioses tienen<br />

completamente dominada.<br />

»Con respecto a las ofensas, te puedo decir que cuando los lectores<br />

lean nuestras aventuras, podrían adoptar una actitud coherente para<br />

afrontar <strong>el</strong> aprovechamiento sereno de lo que se narra y que sería no<br />

tomarse nada como si fuera personal. Sentir que sapiens, civilizombis o<br />

virurregos son personajes que encarnan a otra subespecie y que sus<br />

actitudes no tienen por qué ser las de uno mismo, puede ayudar a no<br />

cerrarse en la incomodidad que provoca <strong>el</strong> verse reflejado en la absurda<br />

forma de vida aborregadamente civilizada. [Ver Los Simpson, South Park.]<br />

De todas maneras, sentirse molesto por los comentarios que se lean es<br />

síntoma de buena salud mental y física y de que la recuperación de la<br />

conciencia está más cerca de lo que se suponga.<br />

—Ya no sé qué pensar. Se supone que nuestra Odisea sucedía<br />

solamente en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> y por esto, yo estoy rehén de <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don<br />

126


Quijote de la Mancha. Si estamos apresados entre unos renglones significa<br />

que lo que nos ocurra no sucederá en la realidad de Matrix.<br />

—¡Sancho! Cuando comenzamos nuestra Odisea en 1605, todos<br />

piensan que somos personajes <strong>el</strong>aborados por la imaginación d<strong>el</strong> creador.<br />

Cuando cumplamos 400 años, se reb<strong>el</strong>arán los nombres reales de los que<br />

encarnamos los personajes y todos sabrán quiénes somos en la realidad<br />

real y en la de Matrix. Mientras que en dos renglones se puede dar un<br />

salto de 400 años de historia, en la realidad de Matrix implica algo más de<br />

espacio. Que lo que suceda en nuestras aventuras sea fruto de la<br />

imaginación o <strong>el</strong> fi<strong>el</strong> reflejo de la realidad, es algo que no puedes imponer<br />

a los lectores. Cada cuál decidirá si lo que lee está sucediendo en la<br />

realidad de su imaginación, en la realidad real o en la de Matrix. Los<br />

lectores decidirán si los personajes y acontecimientos que aparezcan en<br />

nuestras aventuras son reales o de ficción. Saber que tú y yo somos <strong>el</strong><br />

mismo y que encarnamos al príncipe don Carlos de Cervanpeare es dar la<br />

visión real de los hechos y puede cambiar radicalmente <strong>el</strong><br />

posicionamiento de los lectores ante la novedad de las circunstancias.<br />

»La necesidad de reflejar que dentro de cada uno de nosotros existe<br />

un alter ego es la razón por la que a ti te ha tocado <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de escudero y<br />

a mí <strong>el</strong> de caballero. Ya sabes que como esta eventualidad pertenece al<br />

terreno de la causalidad, su análisis es irr<strong>el</strong>evante porque no se puede<br />

hacer nada para que las cosas no sean como estaban. Lo que sí se puede<br />

hacer es tomar decisiones para que dejen de estar de una forma y<br />

cambiarlas radicalmente. La manera con la que aceptas <strong>el</strong> personaje que<br />

encarnas es una de las cualidades que más admiro de ti, querido Sancho,<br />

porque confirma que no eres un resentido ni un acomplejado; así, tomar<br />

la decisión de salirte d<strong>el</strong> personaje que estás representando será más fácil.<br />

—¿Cómo es posible que vea una cualidad <strong>el</strong> no ser resistido con ser<br />

usted <strong>el</strong> mayor de los reb<strong>el</strong>des que he conocido y yo un vulgar miedoso?<br />

—Resentido Sancho y no resistido. Es muy diferente estar resentido<br />

con <strong>el</strong> entorno que nos rodea que resistirse a los embaucamientos d<strong>el</strong><br />

entorno. Tú tienes la cualidad de no estar acomplejado y facilita que cada<br />

uno estemos en <strong>el</strong> lugar que nos corresponde sin soberbias ni envidias.<br />

Aceptas complacientemente <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de escudero y no te perturba que la<br />

humanidad interprete que eres <strong>el</strong> acompañante cuando realmente eres<br />

tan inmortal como yo; es difícil que nadie se acuerde de don Quijote y no<br />

recuerde a Sancho. <strong>El</strong> arábigo ha utilizado dos personajes para<br />

hiperbolizar <strong>el</strong> alter ego; se podría haber enfocado como que son dos<br />

127


personalidades que conviven en <strong>el</strong> mismo sapiens pero Cide Hamete<br />

sabrá por qué al final ha decidido que sea así. Como ves, cada uno toma<br />

sus propias decisiones querido alter ego.<br />

—¿Todas las profesiones forman parte d<strong>el</strong> personaje que estamos<br />

representando o las más aristocráticas se salvan?<br />

—Cualquier profesión, hasta la más prec<strong>el</strong>ente, es absurda y por<br />

supuesto que forma parte de <strong>El</strong> sistema. No se trata de jerarquizar las<br />

diferentes maneras de encadenarse a <strong>El</strong> sistema sino de no encadenarse.<br />

—Pues los que estén agarrados a las profesiones más güais, lo tienen<br />

más chungo porque no se querrán soltar d<strong>el</strong> clavo ardiendo.<br />

—Los primeros serán los últimos; los últimos serán los primeros.<br />

Por <strong>el</strong> rostro de Sancho asomaba una expresión que se puede<br />

interpretar como la cara que puede poner cualquiera cuando se da cuenta<br />

de que realmente no sabe quién es ni de quién es <strong>el</strong> alter ego, si de la<br />

publicidad, de un deseo, de una imposición ideal o de la mezcla de las<br />

tres. <strong>El</strong> narrador de esta Odisea se puede imaginar que algunos lectores<br />

se paren a reflexionar quiénes son en realidad; en su caso, pueden<br />

detenerse <strong>el</strong> tiempo que consideren pero por lo que dicen los<br />

manuscritos, don Quijote siguió hablando sin dar tiempo a que Sancho<br />

se dispersase ¿pensando? quién es (como si algo tan absurdo se pudiese<br />

saber).<br />

—Cuando la sociedad es egocéntrica cambia la sutileza por la<br />

susceptibilidad y se altera por todo. La lectura de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do<br />

puede causar arrebatos pero cuando se sabe de antemano que son fruto<br />

d<strong>el</strong> despertar de la consciencia o consecuencia de los complejos<br />

civilizados, <strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> libro puede afrontarse con mayor<br />

deportividad y sin complejos personales.<br />

»Recordarás que <strong>el</strong> 20 de agosto estábamos en <strong>el</strong> castillo de<br />

Maritornes durante la tercera noche de nuestra segunda salida.<br />

Efectivamente y como te dije, uno de los efectos d<strong>el</strong> miedo es turbar los<br />

sentidos y hacer que las cosas no parezcan lo que son. <strong>El</strong> miedo produce<br />

una serie de complejos que puede provocar que no se sepa afrontar las<br />

novedades con sencillez. Para la lectura de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do se<br />

pueden aparcar los complejos, no tener miedos ni sentirse molesto<br />

personalmente aunque sin duda, a los que se le altere la conciencia es<br />

porque aún la tienen potencialmente despierta. Aceptar las cosas como<br />

son no es lo mismo que las cosas tengan que estar como están. Madre<br />

Tierra no es plana ¿es esférico-achatada? Darse cuenta de cómo están las<br />

128


cosas realmente no tiene que ser necesariamente fácil. Por esto, no estar<br />

resentido con <strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> libro es síntoma de buena salud y quitar<br />

personalidad a las reacciones que suscite su lectura es síntoma de estar<br />

recuperando la visión.<br />

—Todo esto para decirme que es mejor no tener complejos a<br />

tenerlos —resumió <strong>el</strong> escudero—. Si se trata de vivir ¿qué más da<br />

escudero que caballero?<br />

—Más bien se trata de decidir sin complejos. Escudero o caballero<br />

pueden ser disfraces con los que camuflarse en Matrix; en cambio, la<br />

decisión es lo que te mueve de aceptar la esclavitud d<strong>el</strong> ego a vivir<br />

despierto.<br />

—¿Me está hablando de la Reb<strong>el</strong>ión Contra la Ceguera?<br />

—Ya sabes que resistirse es <strong>el</strong> antídoto para Civilización. Reb<strong>el</strong>ión es<br />

<strong>el</strong> término que se utiliza para expresar la actitud de los desertores a la<br />

imposición imperial. Querer comportarse como un caballero es sólo una<br />

decisión y aunque sea casi la misma, reb<strong>el</strong>arse contra Imperio es una<br />

decisión.<br />

»Cuando se difunda esta nuestra última salida, la humanidad tendrá<br />

una ventaja por encima de todas las generaciones anteriores y a su vez la<br />

responsabilidad de afrontar la encrucijada con dignidad y provecho. En<br />

<strong>el</strong> 2005, todo <strong>el</strong> mundo sabe cuál es <strong>el</strong> vencedor de la realidad de Matrix:<br />

<strong>el</strong> Imperialismo. Cuando la humanidad sabe que <strong>el</strong> enemigo común es<br />

Imperio, <strong>el</strong> Sistema que ha ganado por encima de todos los otros, la<br />

reacción puede ser tan unánime que sorprenda al propio Sistema. La<br />

Reb<strong>el</strong>ión Contra la Ceguera es la reacción d<strong>el</strong> sentido común ante la<br />

imposición imperial.<br />

»Si como sabemos, Sancho, <strong>el</strong> miedo, la duda o la incredulidad,<br />

no te dejan ver las cosas con claridad como para reb<strong>el</strong>arte contra los<br />

emb<strong>el</strong>ecos d<strong>el</strong> sistema, también he de añadir que no eres un resentido y<br />

aceptas lo que se te cuenta sin trastornarte. Mientras que la concepción<br />

de la reb<strong>el</strong>ión de las masas puede parecer insólita al principio, admitir<br />

con serenidad <strong>el</strong> estado real de las cosas puede ser un comienzo<br />

adecuado y en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do se intentará dejar una clara r<strong>el</strong>ación<br />

de <strong>el</strong>lo. <strong>El</strong> que los lectores sean capaces de ponerse a la altura de las<br />

circunstancias y lean sin complejos ni manías las siguientes páginas<br />

facilitaría <strong>el</strong> provecho de la lectura, cuestión que sólo les compete a <strong>el</strong>los.<br />

Tu ejemplo de no estar acomplejado puede ser la ayuda que necesiten<br />

para seguir leyendo.<br />

129


—La siesta ha sido tan reparadora y la plática tan ilustrativa que<br />

gracias a este comienzo le diré que para mi está cambiando <strong>el</strong> sentido de<br />

la odisea que hemos iniciado. Si la ansiedad de conseguir <strong>el</strong> gobierno de<br />

la ínsula de Barataria ha sido la esperanza que cegaba mis pasos en las<br />

anteriores salidas, lo que voy a intentar en esta última es resurgir de la<br />

nov<strong>el</strong>a, dejaré de ser <strong>el</strong> protagonista d<strong>el</strong> personaje Sancho Panza de <strong>El</strong><br />

ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha para saber quién soy en la realidad<br />

real. Dejaré de ser una idea más en la psique sapiens para convertirme en<br />

real. Si como dice usted soy nada menos que su alter ego, la inmortalidad<br />

la tengo garantizada de antemano. ¿Quién y cómo seré en realidad?<br />

Al parecer y por causas que se desconocen, Sancho ha tomado una<br />

decisión de las que no salen d<strong>el</strong> consciente ni por supuesto d<strong>el</strong><br />

subconsciente. ¿Habrá sido d<strong>el</strong> intuitivo inconsciente? Quizá las<br />

argumentaciones de su maestro hayan conseguido doblegar su ego lo<br />

suficiente como para que se haga otro tipo de planteamientos al margen<br />

d<strong>el</strong> anh<strong>el</strong>ado gobierno de la ínsula. Ahora sólo le queda dejar que la<br />

decisión se realice. No se sabe si Sancho podrá imaginar que existen los<br />

lectores pero al menos reconoce que preexiste otro yo que puede tomar<br />

decisiones al margen de su ego.<br />

<strong>El</strong> resto d<strong>el</strong> atardecer transcurrió con <strong>el</strong> ensimismamiento de don<br />

Quijote interrumpido por algunas consideraciones con las que iba<br />

salpicando <strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> paseo. <strong>El</strong> crepúsculo había creado un fondo<br />

multicolor de anaranjados y rojizos sobre <strong>el</strong> que resaltaba un lucero y<br />

también unas luces rojas y blancas que siempre iban en la misma<br />

dirección hasta que desaparecían por debajo d<strong>el</strong> horizonte. La luna debía<br />

de estar a punto de llenarse y apareció primero sobre <strong>el</strong> fondo c<strong>el</strong>este<br />

para quedarse luciendo en <strong>el</strong> oscurecido firmamento. Afortunadamente,<br />

Sancho no reparó en las luces intermitentes que atravesaban <strong>el</strong> aire y no<br />

hizo ninguna pregunta al respecto; se hallaba enfrascado en sus alterreflexiones<br />

a las que dejaba entretener con comentarios d<strong>el</strong> caballero que<br />

no tenían conexión entre <strong>el</strong>los. Algunas observaciones tenían que ver<br />

con aclaraciones terminológicas que seguramente ya se han referido y<br />

otras eran barruntos inconexos. Pero otras consideraciones eran<br />

recuerdos entresacados de la memoria que tenían que ver con <strong>el</strong> mundo<br />

emocional de un don Quijote que se quedó mudo desde que Sancho hizo<br />

<strong>el</strong> siguiente examen:<br />

—Según apunta vuesa merced, una de las consecuencias que<br />

Civilización provoca en los sapiens es impedir que las cosas sucedan<br />

130


como están sucediendo porque <strong>el</strong>los interpretan que son actores que no<br />

sólo saben lo que va a pasar sino también cómo tiene que pasar, o sea<br />

que en vez de actores más bien son robots. Pero por lo que entiendo de<br />

usted, también ocurre que los caballeros pueden interrumpir instantes<br />

que saben que van a ser irrepetibles por cuestiones de lealtad o de honor.<br />

No veo mucha diferencia entre caballeros y sapiens si lo analizo desde <strong>el</strong><br />

estricto punto de vista que atañe a no dejar que las cosas sucedan<br />

interdependientemente de las causas.<br />

—No sé si no entiendes la diferencia entre caballeros y sapiens o si<br />

no sientes lo que es <strong>el</strong> honor.<br />

—Si <strong>el</strong> origen de la m<strong>el</strong>ancolía y de la nostalgia en los caballeros<br />

surge de haber interrumpido por honor una declaración amorosa y os<br />

pasáis la vida esperando a que suceda <strong>el</strong> resto de la confidencia, no es de<br />

extrañar <strong>el</strong> estado de enamoramiento existencial que se os queda. Que<br />

Dulcinea sea <strong>el</strong> pseudónimo de la dama que canaliza esta interrupción<br />

amorosa es la manera de vivir <strong>el</strong> presente que ha decidido vuesa merced.<br />

He de reconocer que la subsistencia en la realidad de Matrix es lo<br />

suficientemente poco atractiva como para adoptar la forma caballeresca<br />

de vivirla pero confieso que no alcanzo a entender lo que significa <strong>el</strong><br />

honor y la lealtad para un caballero reb<strong>el</strong>de; por esto no estoy seguro de<br />

querer conocer la apariencia de mi alter ego. Pero es indiscutible que sin<br />

saber por qué me sucede, cuanto más le observo más admiro su<br />

condición. Hay cosas que de alguna manera, me pasan gracias a que las<br />

vivo a través de vuesa merced porque si no es imposible que me pasaran.<br />

Son precisamente estas cosas las que me están permitiendo encontrar un<br />

nuevo sentido a la existencia.<br />

—<strong>El</strong> despertar de la conciencia humana se puede transmitir de<br />

padres a hijos, de maestros a discípulos o de viejos a jóvenes, igual que se<br />

ha transmitido la subconsciencia; <strong>el</strong> traspaso es mucho más sencillo<br />

porque va en consonancia con Naturaleza, no en su contra.<br />

—Al final señor caballero, va a ser real que soy capaz de percibir la<br />

realidad de Matrix o dicho para mi caso particular, la metarrealidad de<br />

Matrix en la que estoy encerrado, una muñeca rusa de una dimensión<br />

menos que la de los civilizombis. Compartiendo <strong>el</strong> tiempo con vuestra<br />

merced estoy descubriendo que existe una manera real de vivir al margen<br />

d<strong>el</strong> juicio que me autolimita y de los renglones en los que se desarrolla la<br />

fama de mi vida. Ya sé que para un sapiens es inint<strong>el</strong>igible que Sancho<br />

necesite salirse de los renglones de <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijote de la<br />

131


Mancha para vivir su vida real pero esto les tiene que facultar para<br />

entender que este escudero no comprenda que los sapiens no quieran<br />

salirse de los protocolos de la realidad de Matrix y disfrutar de la vida<br />

natural. ¿Será porque <strong>el</strong> deslumbramiento de Civilización facilita la<br />

creación de la realidad de Matrix, <strong>el</strong> espejismo en <strong>el</strong> que todos creerán?<br />

¿Será porque <strong>el</strong> reflejo real de la realidad de Matrix está aclarado en la<br />

metarrealidad de Matrix? ¿Será esta la causa por la que los dioses se<br />

expresan a través de las p<strong>el</strong>ículas? Ahora estamos viviendo <strong>el</strong><br />

Renacimiento de Civilización ¿qué sucederá dentro de 400 años cuando<br />

su decadencia sea evidente?<br />

Estas fueron las últimas preguntas que se escucharon en esta primera<br />

jornada. Como ha quedado dicho, don Quijote se sumergió en <strong>el</strong> silencio<br />

después de escuchar las palabras de Sancho. Un caballero entiende<br />

perfectamente lo que es interrumpir un instante irrepetible por honor<br />

pero a juzgar por su reacción, lo que no debe de estar tan claro es si<br />

como con <strong>el</strong> resto de las cosas, existe un momento más adecuado que<br />

otro para interrumpir su suceso. Que sea <strong>el</strong> honor lo que les cale de<br />

m<strong>el</strong>ancolía o que la interrupción de una declaración amorosa sea lo que<br />

les ahogue de nostalgia es algo que sólo saben los caballeros.<br />

Cuando la tarde declinó,<br />

no se podría seguir trabajando<br />

si no fuera porque <strong>el</strong> progreso<br />

ha inventado unos potentes focos<br />

que esclavizan más a la población<br />

y a Madre Tierra contagia<br />

con una irreversible intoxicación.<br />

Después de pagar horas extra<br />

a precio de saldo y de oferta<br />

se fueron todos pa’casa<br />

a rematar la faena diaria.<br />

<strong>El</strong> que tenía cargas familiares<br />

que es como ahora se llama<br />

en general a hijos o padres<br />

ya sea por subvenciones que reciben<br />

o por las exenciones fiscales,<br />

llegó a casa tan tarde<br />

que encontró a todos durmiendo<br />

incluso a su querida esposa madre<br />

que había tenido una tarde<br />

132<br />

tan chunga que puso la cosa<br />

de un rojo que parece que arde.<br />

En <strong>el</strong> curro hubo una bronca,<br />

en <strong>el</strong> cole al nene también<br />

y encima llega con fiebre<br />

porque una epidemia de varic<strong>el</strong>a<br />

se ha colado en la escu<strong>el</strong>a.<br />

Sin saber tanta novedad,<br />

<strong>el</strong> cuadrillero se puso la cena<br />

y mientras que miraba absorto la t<strong>el</strong>e,<br />

devoró todo <strong>el</strong> trois plaisir de arroz<br />

de una caja de cong<strong>el</strong>ados<br />

que en <strong>el</strong> microondas había cocinado.<br />

Ni plato ni bandeja ni fuente<br />

porque después hay que meter<br />

en <strong>el</strong> lavavajillas lo ensuciado,<br />

ni corto ni tampoco perezoso<br />

y con una familiaridad sorprendente,<br />

se ha fabricado la escudilla<br />

en <strong>el</strong> mismo embalaje acartonado.


Como la inexcusable lata de cerveza<br />

se tira después a los despojos<br />

junto a pescuezos, cartón y aluminio,<br />

la cuchara que es de plástico<br />

a la basura llegan a la vez.<br />

«Así ahorro <strong>el</strong>ectricidad»<br />

piensa <strong>el</strong> solidario ecologista<br />

que desconoce <strong>el</strong> verdadero alcance<br />

de la porquería que acaba de generar<br />

con una cena tan artificial.<br />

Como los eructos están prescritos<br />

después de beber lo gaseoso<br />

lo rubio y también lo fermentado,<br />

la reacción d<strong>el</strong> cuerpo se sabe<br />

tan bien que no va a hacer falta<br />

que en vez de escribir lo que pasa,<br />

pusiéramos su onomatopeya<br />

y sería de lo más grosera.<br />

Con la confianza de la nocturnidad<br />

¿acaso será la de la soledad?<br />

se ha explayado muy a gusto<br />

mientras saborea un programa rosa<br />

de la amarilla prensa t<strong>el</strong>evisiva.<br />

Satisfecha su compulsiva ansiedad<br />

y asqueado de su propia zafiedad<br />

por embrutecerse voluntariamente<br />

con tanta mierda y tanta gente,<br />

después de un poco zapear<br />

a la cama que se marchó<br />

cayendo como un tronco<br />

de los que advierte: ¡yo ronco!<br />

Si d<strong>el</strong> arroz no se ha hablado<br />

habrá sido por habérs<strong>el</strong>o tragado<br />

pues cuando se vive a destajo<br />

no hay tiempo ni de masticar.<br />

Entonces ¿qué pasa con los besos<br />

o dónde está <strong>el</strong> acariciar?<br />

Como es un poco tarde<br />

y por no cargar las tintas<br />

vamos a dejar de hablar<br />

para que no se mosquee nadie<br />

pasando <strong>el</strong> estúpido v<strong>el</strong>o<br />

que nos tiene a todos cegatos<br />

sin que queramos ver ni esto.<br />

Sancho se quedó enfrascado en sus ideas pensando si <strong>el</strong> interés por<br />

salirse de los renglones de estas páginas sería <strong>el</strong> alter ego que espolea a su<br />

condición más controlada. Todavía no tiene consciencia suficiente para<br />

sentir que él no es <strong>el</strong> dueño de su vida aunque interprete que está<br />

permitiendo que las cosas le sucedan como son; hasta la caída d<strong>el</strong> rucio<br />

forma parte d<strong>el</strong> guión. <strong>El</strong> muy iluso piensa que los lectores le podrán<br />

ayudar a aprender a controlar su vida pero se va a encontrar con una<br />

realidad bien distinta. Por ser políticamente correcto se podría decir que<br />

los lectores que viven en Matrix no controlan casi nada de lo que hacen,<br />

de lo que dicen, o de lo que sienten; no controlan ni lo que se meten por<br />

<strong>el</strong> esófago y otros esfínteres… Están tan autocontrolados por su propio<br />

ego que <strong>el</strong> pastoreo de sapiens esclavos es cosa de coser y cantar para los<br />

dioses tut<strong>el</strong>ares. Dejando de lado lo políticamente correcto, se puede<br />

asegurar que como Sancho no encuentre algún reb<strong>el</strong>de que controle su<br />

vida al margen de Matrix, lo que son los lectores no se sabe si<br />

controlarán ni a sus entendederas con sentido común.<br />

133


Las Ninfas habían entretenido <strong>el</strong> nostálgico paseo más allá de la luz<br />

d<strong>el</strong> día y cuando se llegaron hasta una oquedad en la ladera d<strong>el</strong> cerro<br />

Malvecino, se bajaron a la vez de las cabalgaduras para disponerse a<br />

pasar la noche. Aunque no han mediado palabra entre <strong>el</strong>los, seguro que<br />

alguna parte d<strong>el</strong> subconsciente se ha percatado de la instintiva conexión y<br />

sincronización. Si no fuera así es porque están viviendo uno de esos<br />

instantes en los que <strong>el</strong> presente organiza hasta la frecuencia respiratoria<br />

porque te olvidas incluso de que estás vivo.<br />

<strong>El</strong> alter ego o <strong>el</strong> amor son no-materias sumergidas en <strong>el</strong><br />

subconsciente que <strong>el</strong> sentido común intenta entender; quizá sea esta la<br />

causa d<strong>el</strong> silencio radical que ha adoptado la pareja inmortal. Por lo que<br />

hasta aquí se conoce, cada uno de los protagonistas de esta historia se<br />

retiró sin mediar más palabra. <strong>El</strong> uno se preparó un jergón con las<br />

alforjas y <strong>el</strong> otro se dispuso para pasar la noche en v<strong>el</strong>a. Como en los<br />

manuscritos no aparece ninguna indicación más, nos retiraremos a<br />

meditar para que ni <strong>el</strong> amor ni <strong>el</strong> alter ego dispersen a la atención.<br />

134


Mamotreto IV.<br />

EN EL QUE SE TRANSCRIBEN LOS HECHOS<br />

QUE COMIENZAN CON UN SUEÑO Y<br />

TERMINAN EN LA REALIDAD, ¿LA DE MATRIX O LA REAL?<br />

<strong>El</strong> olor que salía de las albardas despertó la apetencia de Sancho<br />

impidiendo que pudiera conciliar <strong>el</strong> sueño. Hasta que no p<strong>el</strong>lizcó un<br />

pedazo d<strong>el</strong> queso rancio que llevaba en la bolsa y arrancó un trozo de la<br />

dura hogaza de pan, su psique sólo podía pensar en comer y <strong>el</strong> alter ego<br />

de Sancho se desvaneció más rápido de lo que se deshizo <strong>el</strong> trozo de<br />

queso en la boca. La actividad cerebral de Sancho no sólo ha<br />

interrumpido su descanso sino que interfiere la meditación. Fijar la<br />

atención en algo crea la realidad individual de cada uno y cualquiera sabe<br />

diferenciar que la ansiosa hambruna d<strong>el</strong> alma, nada tiene que ver con la<br />

quietud que se requiere para meditar. A veces conviven realidades tan<br />

distantes que pueden parecer contradictorias. Como aquí, que estábamos<br />

con <strong>el</strong> amor y seguimos con la alimentación. Pero no teman que alguna<br />

r<strong>el</strong>ación se va a encontrar; recuérdese cuando se llegue a los efectos que<br />

provoca <strong>el</strong> chocolate de un «insignificante» bombón.<br />

Sin embargo, mientras que se come hay muchos que dedican la<br />

atención sólo a esto porque han sentido la plenitud que se siente al hacer<br />

una sola cosa a la vez. Alimentarse, como <strong>el</strong> holgar, es lo suficientemente<br />

gratificante como para dedicarle todo <strong>el</strong> esmero.<br />

Con un buen trago de vino, Sancho se enjuagó la boca pero debió<br />

saberle a poco porque después de recostarse de nuevo, hizo uso de la<br />

bota en más ocasiones de las que pudiera recordar. La contaminación<br />

lumínica no conseguía deslumbrar la noche y la frondosa copa d<strong>el</strong> árbol<br />

bajo <strong>el</strong> que se había acomodado le impedía ver las estr<strong>el</strong>las.<br />

Aprovechó para mirar hacia donde estaba don Quijote y lo encontró<br />

sentado en su posición preferida: con los brazos descansando sobre unas<br />

piernas que mantenía cruzadas. Después de acallar la ansiedad, <strong>el</strong><br />

escudero se entregó a un profundo dormir d<strong>el</strong> que nunca se sabe cómo<br />

se va a despertar ni tampoco lo que va a suceder durante su transcurso.<br />

Algunas vu<strong>el</strong>tas y revu<strong>el</strong>tas que había dado para buscar la bota de<br />

vino terminaron por arruinarle la digestión y sea por esto o por lo que


sea, Sancho no paraba de moverse. Aun con <strong>el</strong> sueño sobresaltado por <strong>el</strong><br />

alcohol, se puede afirmar que dormía porque de pronto se incorporó<br />

asustado y exclamó: «¿Qué es todo esto, qué esa música, esos ruidos, esta<br />

silla?»<br />

Don Quijote estaba sentado a su lado. Al ver que mantenía la misma<br />

posición que cuando se quedó dormido, Sancho pensó que debía estar<br />

sintiendo una alucinación pasajera más propia de las pesadillas que de la<br />

realidad y sin madurárs<strong>el</strong>o dos veces, se entregó de nuevo al sueño.<br />

Como seguían los ruidos, la luz deslumbrante y la postura se le hacía<br />

demasiado incómoda, abrió los ojos, observó durante un momento lo<br />

que le rodeaba y de un brinco se levantó; si no fuera porque encontró<br />

donde agarrarse en los respaldos de las butacas de la fila de d<strong>el</strong>ante, <strong>el</strong><br />

salto que dio podría haberle llevado los huesos al su<strong>el</strong>o. Ahora sí que<br />

indagó:<br />

—¿Qué es todo esto mi señor, dónde estamos? ¿Qué es esa luz<br />

deslumbrante que sale de la sábana en la que todo aparece aplastado?<br />

¿Estamos dentro de alguno de los encantamientos que <strong>el</strong> druida arábigo<br />

ha preparado para mi aprendizaje? ¿Estamos dentro de alguno de los<br />

conjuros que provoca tanto <strong>el</strong> alcohol sin consagrar como <strong>el</strong> bendecido?<br />

—¡Cálmate Sancho!, y olvídate de Cide Hamete hasta que no sientas<br />

su intervención directa sobre los acontecimientos que nos sucedan; él ha<br />

decidido quedarse en <strong>el</strong> palacio real junto a las bestias. Nos quiere tanto<br />

que nos ha abierto la puerta dimensional para que nos emancipemos; nos<br />

hemos entregado la independencia cortando <strong>el</strong> cordón umbilical que nos<br />

mantenía mutuamente atados.<br />

—Por supuesto que me voy a olvidar d<strong>el</strong> morisco aljamiado que me<br />

ha encarc<strong>el</strong>ado en vida durante tanto tiempo pero ¿cómo sabe que no<br />

está involucrado en la invención de este ridículo hechizo?<br />

—Hay decisiones que no pueden estar subordinadas a los emb<strong>el</strong>ecos<br />

ni a la alquimia —respondió suavemente don Quijote—. Que estés en<br />

tres dimensiones ha sido la acción directa de tu coraje, es la consecuencia<br />

de la firmeza en la decisión de querer conocer la existencia de los<br />

lectores. ¡Bienvenido a la realidad de Matrix! Ni <strong>el</strong> morisco ni los dioses<br />

pueden influir en decisiones que atañen sólo a la conciencia de la<br />

consciencia. Acomódate en <strong>el</strong> asiento y estate en silencio porque si no<br />

vas a comprobar que la reacción d<strong>el</strong> público va a ser la de mantearte.<br />

—¿Cómo que <strong>el</strong> público? —preguntó Sancho desconcertado—.<br />

¡Esta oscuridad no es de la noche! ¿Dónde está este lugar y dónde está la<br />

136


copa d<strong>el</strong> árbol que me impedía ver las estr<strong>el</strong>las? Usted sigue igual que<br />

como le dejé, mis ropas son las mismas y yo soy <strong>el</strong> mismo pero todo es<br />

diferente y muy extraño.<br />

Don Quijote le ayudó a acomodarse porque empezaba a oír los<br />

murmullos de los pocos espectadores que se sentaban detrás de <strong>el</strong>los. Le<br />

hizo un gesto con la mano para que se sosegara y después se señaló los<br />

labios con <strong>el</strong> dedo para que se callara. Sancho tardó unos instantes en<br />

reaccionar porque sus pensamientos sobre <strong>el</strong> alter ego le llevaron a<br />

imaginar si esa realidad la podría estar viviendo su otro yo (ver <strong>El</strong> único).<br />

Como no tenía nada claro y no concebía explicación posible, preguntó<br />

de nuevo:<br />

—¿Por qué estamos aquí? Mire que llevo un rato p<strong>el</strong>lizcándome las<br />

piernas y le aseguro que <strong>el</strong> yo que siente los p<strong>el</strong>lizcos es <strong>el</strong> mismo yo que<br />

le está preguntando. Si esto que me está pasando es tan real como que ya<br />

noto los cardenales en <strong>el</strong> muslo ¿qué es lo que pasa?<br />

—¡Tranquilízate Sancho! —dijo don Quijote en tono sosegado—.<br />

¿Alguna vez has tenido la sensación de no saber con seguridad si<br />

sueñas o estás despierto? Si no recuerdo mal, antes de acostarte<br />

querías saber quiénes eran los lectores y quién tu alter ego; querías un<br />

espacio donde pudieras realizar la decisión de gobernarte a ti mismo y no<br />

<strong>el</strong> gobierno de una ínsula aislada. ¡Bienvenido al espacio de las<br />

respuestas! Estamos en una de las salas de cine de la realidad de Matrix,<br />

todas son iguales así que <strong>el</strong> lugar donde estamos es irr<strong>el</strong>evante. <strong>El</strong> mundo<br />

que hay en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> cine tiene vida propia y la razón de su existencia<br />

es alimentar la psique d<strong>el</strong> espectador para que <strong>el</strong> ego recuerde que<br />

prevalece por encima d<strong>el</strong> sentido común. Configurar la personalidad de<br />

los sapiens con este artificio es coser y cantar, así que olvida <strong>el</strong> espacio<br />

exterior y concéntrate en lo de dentro que si no te vas a perder <strong>el</strong><br />

trasunto. [Ver Los inmortales.]<br />

Como es normal, en la sala se empezaron a escuchar las protestas de<br />

los otros espectadores que pedían silencio en voz alta. Sancho guardaba<br />

la compostura mientras que intentaba entender las palabras de su<br />

maestro pero en cuanto quería entender <strong>el</strong> entorno que le rodeaba, se<br />

agitaba hasta <strong>el</strong> punto de volver a ponerse de pie para subrayar lo que<br />

decía.<br />

—¡Mi señor! Necesito salir de este mundo interior y sentir la brisa de<br />

la noche en mi cara, oler <strong>el</strong> campo y no este tufo tan raro; necesito que<br />

mi entendimiento sienta que está en un lugar conocido. Necesito saber si<br />

137


esto es un sueño d<strong>el</strong> que puedo despertar, la resaca de una borrachera o<br />

si tan real como me parece, jamás voy a despertar de este emb<strong>el</strong>eco. Este<br />

espacio me recuerda algunos de los escenarios de ciencia ficción de los<br />

que me ha hablado en otras ocasiones pero ahora necesito respirar aire.<br />

Don Quijote valoró la reacción de Sancho y decidió que sería mejor<br />

calmar a su amigo antes de que lo hiciera <strong>el</strong> público o sus fuerzas d<strong>el</strong><br />

orden. Así que se puso de pie, se colocó las alforjas al hombro y<br />

cogiendo a Sancho d<strong>el</strong> brazo, le ayudó a caminar por <strong>el</strong> pasillo hasta<br />

llegar a la salida. Cegado por la luz de la pantalla, Sancho chocó contra la<br />

puerta aunque interpretó que había recibido alguno de los golpes que se<br />

estaban dando en la p<strong>el</strong>ícula. Imitando los gestos marciales que había<br />

visto durante su comienzo, <strong>el</strong> escudero se puso en guardia para<br />

responder al siguiente leñazo que recibiera. Cuando don Quijote abrió la<br />

puerta, la luz que se colaba desde <strong>el</strong> exterior iluminó la tranquilidad de<br />

Sancho que al ver las escaleras, empezó a sentirse familiarizado con<br />

algunos detalles.<br />

—A extraña venta me ha traído usted —dijo Sancho más<br />

calmado—. Todo tan oscuro y de pronto tanta luz. Me tiene que explicar<br />

cómo se ilumina esto si estamos en <strong>el</strong> interior de la noche y no puede ser<br />

<strong>el</strong> Sol ni son los cirios la causa de la luz. ¡Bajemos primero las escaleras y<br />

lleguemos a un lugar plano que no quiero caer rodando por cualquier<br />

artificio que pudiera suceder!<br />

«¡Váyanse de una puta vez y cierren la puerta!» —gritó algún<br />

espectador airado con acento extranjero—. La prudencia se aviva en<br />

momentos como este y Sancho necesitaba sentirse seguro y con los pies<br />

en la tierra para entender con más tranquilidad <strong>el</strong> mundo que le envolvía.<br />

Sin mediar palabra, bajaron por los irregulares p<strong>el</strong>daños de las escaleras y<br />

llegaron a un pequeño vestíbulo que tenía dos portones de salida. <strong>El</strong><br />

escudero empujó una de las puertas dobles y como no se abría, continuó<br />

jalándola con más fuerza hasta apoyar <strong>el</strong> hombro sobre <strong>el</strong>la para ayudarse<br />

con todo <strong>el</strong> cuerpo. Como tampoco lo consiguió, dejó paso a su maestro<br />

que empujando suavemente la barra, la puerta se abrió sin ninguna<br />

dificultad.<br />

—Mi señor, al parecer, <strong>el</strong> lugar en <strong>el</strong> que estamos requiere más maña<br />

que fuerza y esto me recuerda si puede ser <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que tenga<br />

que utilizar más de dos onzas de entendimiento para comprender<br />

sucesos tan novedosos para mí. Si estamos en <strong>el</strong> espacio para las<br />

respuestas y aquí no hay público que se pueda sentir molesto, haga <strong>el</strong><br />

138


favor de explicarme qué es todo esto que está pasando. Dentro estaba<br />

oscuro aunque había luz y fuera es de noche y también hay luz. Ya no sé<br />

qué es la ciencia ficción, si los fantasmas bidimensionales que salían de la<br />

gran sábana blanca d<strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> cine o esta noche tan iluminada como<br />

si fuera de día.<br />

Don Quijote no respondió pero se puso a caminar porque sabe que<br />

Sancho está acostumbrado a platicar mientras pasea. Al llegar a la plaza<br />

cercana, vieron que la fachada de la Magistral estaba tan iluminada que<br />

Sancho se quedó mudo. Sentía como si conociese perfectamente ese<br />

lugar, como si hubiera estado suficientes veces como para tener la<br />

seguridad de que había estado antes allí pero no podía recordar cuándo<br />

ni en qué ocasión. ¿Quién no ha sentido esta sensación alguna vez en su<br />

vida?<br />

<strong>El</strong> que la plaza estuviera sitiada por una hilera de casetas de madera<br />

unido al resplandor lumínico, podían ser las causas que distorsionaran <strong>el</strong><br />

recuerdo real; pero <strong>el</strong> alter ego incipiente de Sancho controló su<br />

curiosidad y se limitó a observar con ojos tan grandes como platos todo<br />

lo que le rodeaba. Cuando bajó la vista descendiendo por la torre d<strong>el</strong><br />

campanario, su mirada se quedó a niv<strong>el</strong> de calle y vio un montón de<br />

carros de chapa pintada de diferentes colores. Sancho prefería no<br />

aclararse con <strong>el</strong> lugar en <strong>el</strong> que estaban y que tan familiar se le hacía;<br />

como su maestro no le explicaba <strong>el</strong> porqué de tanta luz, la siguiente<br />

pregunta que quiso hacer no fue necesaria porque tanto don Quijote<br />

como <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> público se la pueden imaginar. Así le empezó a contar.<br />

—Querido Sancho. Es normal que te sientas turbado ante esta<br />

actualización d<strong>el</strong> decorado pero estamos en nuestra Alcalá de Henares a<br />

la que tan bien reconoces. La fachada de la Magistral es la misma aunque<br />

las circunstancias hayan cambiado enérgicamente; aparte de algunos<br />

retoques, la única novedad es que está iluminada. Con respecto a lo que<br />

te provoca tanta extrañeza necesitas saber que aquí, a los carros se les<br />

llaman coches y no necesitan caballos ni mulas para tirar de <strong>el</strong>los.<br />

Prosigamos <strong>el</strong> paseo por aqu<strong>el</strong>la calle, olvídate de la luminosidad que es<br />

una de las apariencias que utiliza <strong>el</strong> progreso y disfruta d<strong>el</strong> viaje.<br />

—Mi señor, ya sé que lo que importa es siempre la pregunta pero no<br />

me importaría que me diera muchas respuestas sin necesidad de formular<br />

las cuestiones. Como se podrá imaginar, no entiendo por qué estoy aquí<br />

pero he aprendido que la comprensión no tiene que ser instantánea; así<br />

que pasearé a su lado hasta que las respuestas me encuentren. Además,<br />

139


traiga acá esas alforjas que no es digno de caballeros llevar la carga<br />

mientras que <strong>el</strong> escudero va distraído por unas circunstancias aparentes.<br />

Después de entregarle <strong>el</strong> ligero equipaje, caminaron lentamente por<br />

una calle porticada que mantiene algunas similitudes con la que Sancho<br />

recuerda en su memoria pero la iluminación de escaparates y de aceras lo<br />

mantenía completamente desconcertado. Podría ser un déjà vu que estaba<br />

viviendo de manera tan real que es como si estuviera dentro d<strong>el</strong> déjà vu<br />

aunque su vida estuviera integrada fuera de él. Se podría diagnosticar que<br />

Sancho padece un pequeño trastorno d<strong>el</strong> efecto atemporal pero <strong>el</strong> paseo<br />

y la serenidad de don Quijote facilita que la excitación de la sorpresa se<br />

equilibre con las endorfinas endógenas.<br />

—Estamos en la realidad de Matrix —indicó don Quijote después de<br />

un largo silencio— pero en un momento diferente al que conoces. Por<br />

desgracia no se puede explicar lo que es Matrix, has de verla con<br />

tus propios ojos. Estamos en Alcalá de Henares a comienzos d<strong>el</strong> siglo<br />

XXI y las leyes que impone la física teórica siguen en vigor; sólo han<br />

cambiado las apariencias y las circunstancias medioambientales. ¿Crees<br />

que lo que respiras ahora es aire?<br />

—Mi señor, nunca lo he sabido. Respire lo que respire, es algo que<br />

nunca podré dejar de hacer hasta que me muera así que no me planteo <strong>el</strong><br />

respirar y menos ahora. Intento escoger lugares que no estén apestados<br />

pero si puedo aguantar <strong>el</strong> hedor de los cerdos, también sé que soy capaz<br />

de respirar aquí. ¿Por qué se plantea tantas cosas? ¿No cree que de tanto<br />

pensar se le va a quedar seco <strong>el</strong> seso?<br />

—Dependiendo de las circunstancias, se puede vivir más o menos en<br />

la inopia. Has de saber que ahora, la contaminación ha llegado a cotas<br />

tan altas que si quieres respirar aire puro, este es <strong>el</strong> peor momento para<br />

encontrarlo. La atmósfera se ha acidificado y es difícil que quede un<br />

espacio donde aspirar <strong>el</strong> prahna virgen. Lo que se olía en <strong>el</strong> cine era un<br />

ambientador temporizado que regularmente emite olores sintéticos que<br />

podrían imitar a las fragancias naturales; así, <strong>el</strong> mal olor de la<br />

muchedumbre adquiere otra apariencia políticamente correcta. Querido<br />

alter ego, estamos en la realidad de Matrix: todo sigue aparentemente<br />

igual pero cutremente actualizado.<br />

—Mi señor ¿en Matrix se duerme? Lo último que recuerdo es que<br />

estaba dormido y como ahora es de noche, lo normal sería que<br />

continuara durmiendo. Pero en medio d<strong>el</strong> sueño me está pasando un déjà<br />

vu que es posible que olvide si sigo dormido. Aunque a usted no se lo<br />

140


parezca, para mí todo esto es muy extraño y cuanto antes me reconcilie<br />

con <strong>el</strong> sueño, se podrá imaginar que antes me avendré con la vida.<br />

Necesito desconectarme urgentemente y por lo que puedo suponer, digo<br />

que nos encaminamos a una venta y que esta vez será de las de verdad y<br />

no esa sala tan oscura.<br />

—Por lo que recuerdo de la noche, estábamos pasándola al raso y es<br />

menester que eso no cambie. Así que olvídate de sábanas blancas que la<br />

posada se paga con euros y de esos no tenemos ni uno.<br />

Sancho aceptó a regañadientes la firmeza d<strong>el</strong> caballero; prefería<br />

dormir en cama blanda antes que sobre albardas de cuero para facilitar <strong>el</strong><br />

que la pesadilla se convirtiera en sueño. Se calló por si fuera cierto que<br />

con dormir al raso volvería al olvido todo lo ocurrido pero se las ingenió<br />

para protestar por otro lado.<br />

—Mi señor, ¿dónde están nuestras cabalgaduras? Si por lo que veo<br />

va a ser largo <strong>el</strong> paseo hasta encontrar nuestros aposentos, sería mejor<br />

que las recuperáramos antes de que vu<strong>el</strong>van a desaparecer.<br />

—Deja a Rocinante y al rucio con nuestro creador que es donde<br />

mejor pueden estar. Si es menester, los reencontraremos en <strong>el</strong> momento<br />

que la causalidad estime oportuno. <strong>El</strong> río está cerca y al otro lado<br />

encontraremos unas cuevas donde continuar con <strong>el</strong> sueño. <strong>El</strong> paseo<br />

tonificará <strong>el</strong> cuerpo que después de tanto vino se te va a arrugar por<br />

dentro. Y deja de decirme tanto «mi señor» por <strong>el</strong> que aparece tu<br />

nerviosismo.<br />

Sancho estaba desconcertado porque aunque consideraba que lo que<br />

le estaba pasando era real, lo que antes le rodeaba era incomparable a lo<br />

actual; ¡pero había piezas Magistrales que seguían iluminadamente<br />

iguales! Tenía tantas ganas de recuperar <strong>el</strong> sueño para olvidarse de esta<br />

pesadilla que la necesidad d<strong>el</strong> rucio no era para llegar más rápido donde<br />

fuera sino porque sabía que podría dormirse encima de él y cortar antes<br />

con Matrix. Durante <strong>el</strong> sueño, a veces se interrumpe la recepción de la<br />

señal de Matrix y por eso se dice que <strong>el</strong> sapiens descansa sin especificar<br />

de qué: ¡de Matrix! Otras veces, los sueños o déjà vus que suceden pueden<br />

ser como <strong>el</strong> que le está aconteciendo al confuso escudero y no tiene por<br />

qué ser una pesadilla; hay que reconocer que cuando te acostumbras a la<br />

realidad de Matrix, se puede aparentar que se puede vivir conectado a<br />

<strong>el</strong>la. [Ver Un mundo f<strong>el</strong>iz, La isla, La aventura d<strong>el</strong> tiempo.]<br />

Durante <strong>el</strong> camino se cruzaron con pocas personas pero las<br />

suficientes como para que <strong>el</strong> escudero se fijara en sus vestuarios y se<br />

141


sorprendiera por las prendas de vestir. Hizo <strong>el</strong> comentario de que no era<br />

posible que estando en Alcalá de Henares, pareciera que estaba en un<br />

país extranjero donde todos vestían parecido: zapatos/deportivas,<br />

falda/pantalón, camisa/camiseta, chaqueta/jersey. A su vez, los<br />

viandantes los confundían con unos actores que se ganaban la vida<br />

recitando algunos pasajes d<strong>el</strong> primer Quijote y no reparaban en la<br />

extrañeza de estar viendo al don Quijote y Sancho reales. Como en la<br />

realidad de Matrix todo es aparente, es fácil que nadie se de cuenta de<br />

cuándo está viviendo una experiencia real.<br />

Lo que puso <strong>el</strong> punto de vida real en <strong>el</strong> traspaso por la calle Mayor<br />

fue la aparición de los cercis, árboles plantados en la única parte de la vía<br />

que no está porticada y que sus hojas ofrecen un verdor que se empieza a<br />

salpicar de amarillos caducos. <strong>El</strong> árbol d<strong>el</strong> amor acompaña causalmente<br />

<strong>el</strong> entorno de la casa en la que no nació Cervantes; si los han colocado<br />

allí en recuerdo de la capacidad de amar de este caballero reb<strong>el</strong>de, es algo<br />

que deberían saber las autoridades municipales. Bajo su sombra, también<br />

han colocado las esculturas de hidalgo y escudero. Sancho se sintió tan<br />

conmovido por la cercanía de los cercis, que <strong>el</strong> monumento colocado en<br />

su memoria pasó completamente inadvertido. Al no reparar en las<br />

metálicas esculturas, no sufrió <strong>el</strong> estallido incontrolado de su ego como<br />

podría suceder en cualquier hijo de vecino.<br />

Al final de la calle se encontraron con otra plaza en la que <strong>el</strong> tráfico<br />

rodado estaba en funcionamiento y aquí Sancho no se pudo reprimir. Se<br />

paró dejando espacio suficiente para observar los movimientos de las<br />

máquinas rodantes y se negó a continuar en esa dirección. Don Quijote<br />

pensó por dónde callejear para que no hubiera coches en marcha que<br />

asustaran a Sancho pero como era imposible dijo:<br />

—Reaccionas de manera más obstinada que <strong>el</strong> rucio. Por supuesto<br />

que eso que ves son máquinas asesinas pero como todo, tienen unas<br />

normas que seguir. En Civilización no existe <strong>el</strong> orden natural; entonces<br />

se podría afirmar que lo que existe es <strong>el</strong> caos artificial. Pero hay que<br />

reconocer que Matrix tiene miles de normas que los civilizombis están<br />

obligados a conocer y acatar. Por un lado, la subsistencia se simplifica<br />

con <strong>el</strong> pentálogo vital —nacer, esclavizarse, crecer, multiplicarse,<br />

morir— y por otro lado se complica entre normas, protocolos, leyes,<br />

tradiciones o la moral. No te puedo asegurar que no nos atrop<strong>el</strong>len si<br />

vamos por nuestro camino pero al parecer, todavía no es lo habitual.<br />

142


Camina junto a mí sin sobresaltarte que llegaremos al Henares antes de<br />

que lo pienses.<br />

La memoria de don Quijote recordaba un puente para pasar <strong>el</strong> río<br />

que Matrix lo ha cambiado de sitio para actualizar <strong>el</strong> decorado de la Pax<br />

Hispana al de la Pax Americana. Aprovechando que <strong>el</strong> Programa<br />

Frontex no esta activado en esta latitud, permitamos que <strong>el</strong> druida<br />

arábigo los ponga en la otra orilla de un solo salto porque sabemos que<br />

una de las ventajas de la Metarrealidad de Matrix es que este tipo de<br />

cosas sí pueden suceder. Conviene continuar con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato sin<br />

distracciones narrativas y que Sancho se pueda dormir lo más pronto<br />

posible porque cualquiera puede entender que necesita descansar. Para <strong>el</strong><br />

que escribe es una ventaja porque puede aprovechar <strong>el</strong> tiempo que están<br />

durmiendo para hacer otros barruntos. Pero no vendamos la pi<strong>el</strong> d<strong>el</strong> oso<br />

tan pronto que todavía hay que acostar a los inmortales.<br />

Durante <strong>el</strong> paseo nocturno, Sancho fue recordando <strong>el</strong> camino de la<br />

tarde examinando si la vegetación y <strong>el</strong> paisaje actual coincidían o había<br />

cambiado. Confirmó que <strong>el</strong> lugar era muy parecido aunque mucho más<br />

escaso en cuanto a la cantidad y frondosidad de los árboles; <strong>el</strong> diálogo de<br />

los pájaros nocturnos ha mutado por <strong>el</strong> ruido constante de la maquinaria<br />

civilizada pero la Osa Mayor sigue en <strong>el</strong> mismo sitio.<br />

<strong>El</strong> escudero recordaba perfectamente que este había sido uno de<br />

esos días de otoño cercano al veranillo de san Migu<strong>el</strong> en los que se puede<br />

ir con la manga remangada y estirárs<strong>el</strong>a conforme cae la tarde pero a<br />

cambio se incomodó con la humedad que provocaba la cercanía d<strong>el</strong> río;<br />

como quería acampar a marchas forzadas, dejó de un lado <strong>el</strong> estado en <strong>el</strong><br />

que tendría sus huesos a la mañana siguiente en beneficio d<strong>el</strong> sueño<br />

presente.<br />

Para destemplanza de Sancho, don Quijote desestimó la primera de<br />

las cuevas que encontraron por estar lo demasiado cerca d<strong>el</strong> río como<br />

para que los mosquitos les dejaran dormir en paz; a media ladera d<strong>el</strong><br />

cerro Malvecino hallaron otro acceso que la impaciencia de Sancho no<br />

dejó pasar de largo. Sin preguntar nada, <strong>el</strong> escudero se acomodó con<br />

cuidado de poner todas las circunstancias importantes cerca de sí: a<br />

mano derecha tenía la bota de vino y por la izquierda aparecía una de las<br />

alforjas donde tenía guardado <strong>el</strong> pan y <strong>el</strong> queso. Consideró que don<br />

Quijote no necesitaría la manta si iba a pasar la noche en v<strong>el</strong>a, así que se<br />

tapó con ambas hasta la cintura. <strong>El</strong> caballero observaba todo esto y no le<br />

dio ninguna importancia porque entendía perfectamente que <strong>el</strong> escudero<br />

143


necesitaría sentir calor por todos los lados; si alguna cualidad se puede<br />

destacar de la realidad de Matrix es que es fría y muy cruda. Sancho<br />

estaba recostado sobre una de las paredes de la cueva y veía con nitidez<br />

<strong>el</strong> perfil de su maestro sentado en medio de la noche en la misma postura<br />

que antes. Cuando opinó que había alcanzado <strong>el</strong> bienestar que<br />

consideraba necesario para desconectarse de la pesadilla de Matrix, se<br />

dispuso a resolver algunas consideraciones no sin antes dar un trago al<br />

vino.<br />

—Cuénteme por qué me pasa esto o dígame al menos qué es lo que<br />

está sobreviniendo —dijo Sancho atragantado—. Ahora no se muy bien<br />

si dudo entre sentir si estoy despierto o dormido o saber si vivo o estoy<br />

muerto. Oigo una especie de rumor de fondo que no escuchaba la<br />

primera vez que nos hemos acostado y si antes no veía las estr<strong>el</strong>las por la<br />

espesura d<strong>el</strong> follaje d<strong>el</strong> árbol, ahora no las veo porque la luminosidad que<br />

sale de Alcalá difumina las const<strong>el</strong>aciones. Para usted ¿qué es esto que<br />

nos está pasando, es un sueño o es real?<br />

—¿Alguna vez has tenido un sueño que pareciese muy real?<br />

¿Qué sucedería si no pudieras despertar de ese sueño? —respondió<br />

don Quijote preguntando.<br />

—Aparte de repetirse usted mismo, esto ya lo he escuchado en <strong>el</strong><br />

cine.<br />

—Luego vendrás con protestas porque no contesto a las preguntas<br />

que haces. Te digo que <strong>el</strong> resplandor artificial de Alcalá que compite con<br />

la luz natural que refleja la Luna se llama contaminación lumínica. Cuanta<br />

más oscuridad se necesita, más molesta aparece. Querido Sancho, te<br />

reconfirmo que ahora estás viviendo en la realidad tridimensional de<br />

Matrix, hemos salido de la metarrealidad limitada por la concepción<br />

bidimensional de la existencia para vivir nuestra última salida en toda su<br />

tridimensión. [Ver <strong>El</strong> único, Supernova, Family man.] Si no lo hubiéramos<br />

hecho, no existiría nada que contar porque nada nos estaría pasando. Por<br />

supuesto que es real <strong>el</strong> que estamos aposentados en una cueva a la orilla<br />

d<strong>el</strong> río Henares; todavía no has visto <strong>el</strong> color de sus aguas pero cuando<br />

amanezca y te fijes en los matices y arrastres de la corriente, entenderás<br />

que han cambiado algunas cosas en <strong>el</strong> escenario de Civilización y que<br />

bien podría llamarse a éste, río Erebo. Aunque con menor volumen, <strong>el</strong><br />

agua que sigue corriendo por <strong>el</strong> cauce es real pero su olor te dará una<br />

idea de que los contenidos han evolucionado hacia la contaminación.<br />

144


»La Luna que vemos casi llena es tan real como todas las que nos<br />

han iluminado los caminos pero según cuentan, <strong>el</strong> sapiens ha sido capaz<br />

de de pisar en <strong>el</strong>la para clavar <strong>el</strong> lábaro imperial como si fuera la Galia d<strong>el</strong><br />

<strong>César</strong> (ver Las aventuras de Astérix). Por supuesto que es real aqu<strong>el</strong>lo que<br />

ves iluminado y que se conoce como la Magistral de Alcalá de Henares;<br />

mantiene su lozanía cuatro siglos más tarde gracias a que los de siempre,<br />

<strong>el</strong> pueblo, ha pagado tantos lavados de cara como rehabilitaciones ha<br />

necesitado. Reorganizando <strong>el</strong> interior y rejuveneciendo <strong>el</strong> exterior, se<br />

transforman aspectos que automáticamente son interpretados como<br />

progreso pero como bien sabes, las mismas piedras que has visto no sólo<br />

son reales sino que son casi las mismas que conocías. Estamos dentro de<br />

la realidad de Matrix, un mundo en <strong>el</strong> que todo son apariencias,<br />

reformas, artificios, cirugías y emb<strong>el</strong>ecos, un mundo que acontece<br />

paral<strong>el</strong>amente al Multiverso real.<br />

—¿Cree que me estoy enterando de algo de lo que dice?<br />

—Estamos dentro de un programa informático. ¿Es tan difícil<br />

de creer? Como has dicho, necesitarás todas las onzas de entendimiento<br />

que te queden para diferenciar lo auténtico de lo real porque puede que<br />

encuentres una fascinación ¡pero aparente! en Matrix. Por supuesto que<br />

la noche es real y también <strong>el</strong> frescor y la humedad que sientes; los<br />

autobuses colorados que te han asustado y las gentes con las que nos<br />

hemos cruzado son reales pero su manera de interpretar la realidad ha<br />

evolucionado hacia la extinción de la conciencia. En cuanto a la<br />

iluminación que contamina la serenidad de la noche ¿es real o es<br />

artificial?<br />

Sancho se quedó pensando la respuesta y al no haber contestación,<br />

don Quijote siguió.<br />

—Ahora podrías ser uno de los lectores a los que querías conocer si<br />

no fuera porque hasta lo que sabemos, en ninguna de tus dos alforjas<br />

está incluida la destreza con la lectura. De hecho, te puedo asegurar que<br />

todos los civilizombis con los que nos hemos cruzado saben leer aunque<br />

ninguno se entere de lo que ve; te digo esto porque algo que hace todo <strong>el</strong><br />

mundo no puede ser tan difícil como para que te dejes deslumbrar con<br />

algunas habilidades d<strong>el</strong> sapiens consumidor. Los niños aprenden solos a<br />

leer.<br />

»Podrás hablar con quien quieras y toparás con demasiados que<br />

tengan las respuestas a todo porque consideran que lo saben todo. No<br />

les pidas que traten de entender que eres <strong>el</strong> Sancho real y no un actor que<br />

145


te imita porque su incredulidad se presentará como un mecanismo de<br />

defensa que Matrix ha creado para que vivan de las apariencias y<br />

desnaturalicen lo real. Todos <strong>el</strong>los estarían encantados de hablar con<br />

nosotros pero es imposible que su inseguro ego les permita traspasar la<br />

duda que se les suscitará si les plantearas que eres <strong>el</strong> Sancho Panza real.<br />

Matrix tiene cortacircuitos que la protegen de los reb<strong>el</strong>des; <strong>el</strong> miedo, la<br />

incredulidad o la duda son algunos de los fusibles que escucharás en la<br />

p<strong>el</strong>ícula Matrix que veremos en un futuro que sí existe. Imponer una<br />

realidad ficticia requiere mucho castigo y extrema vigilancia para que <strong>el</strong><br />

castillo de naipes no se desmorone. Cuando consigamos descifrar los<br />

arcanos de Matrix estarás preparado para diferenciar la autenticidad<br />

aparente de lo real.<br />

—No he acabado de entender —dijo Sancho— qué es lo que me ha<br />

querido decir con que <strong>el</strong> cine tiene <strong>el</strong> poder de sugestionar la psique<br />

sapiens para que los comportamientos, antojos, emociones y ansiedades<br />

sean como dios manda, o sea, como dicten los argumentos que salgan<br />

por la pantalla. Tampoco sé qué es un programa informático, para qué<br />

vale ni las consecuencias que acarrea.<br />

—Matrix es un sistema Sancho. Ese sistema es nuestro<br />

enemigo. <strong>El</strong> sistema es un conjunto de concepciones vitales<br />

preestablecidas, de reglas d<strong>el</strong> juego preimpuestas por un statu quo sin<br />

sentido común, de formas de proceder predeterminadas por la moral, de<br />

complejos preadquiridos durante la vida, de cosmovisiones prealteradas<br />

por <strong>el</strong> bien y <strong>el</strong> mal, de prejuicios establecidos por la tradición y la<br />

cultura, de reacciones precondicionadas por la sociedad específica en la<br />

que se conviva, de paradigmas impuestos por la ética o quizá la estética,<br />

de necesidades creadas por la moda; un equipaje pesadísimo aunque<br />

podría caber en una sola de tus alforjas porque <strong>el</strong> tamaño de la psique es<br />

tan diminuto que no debería ni existir. Soportar <strong>el</strong> sistema es un fastidio<br />

constante porque nadie sabe lo que quiere y casi nunca hace lo que<br />

siente; la insatisfacción se contagia de unos a otros y por eso, <strong>el</strong> sistema<br />

impuesto por los troglodioses es nuestro enemigo y en general, <strong>el</strong><br />

enemigo de toda la subespecie suicida. Si te fijas en las caras de los<br />

civilizombis, notarás los estragos que produce la adversidad d<strong>el</strong> sistema.<br />

»Mediante las p<strong>el</strong>ículas proyectadas sobre la psique de los<br />

espectadores, <strong>el</strong> Sistema consigue lo que quiere: la hegemonía d<strong>el</strong><br />

«pensamiento único» necesaria para que «<strong>el</strong> mundo f<strong>el</strong>iz» no se<br />

desmorone. «<strong>El</strong> mundo f<strong>el</strong>iz» es la vida determinada por <strong>el</strong> Sistema y las<br />

146


p<strong>el</strong>ículas han sido <strong>el</strong> último y más eficaz de los medios utilizados para<br />

alcanzarlo. La faena es que la impostura de los dioses se haya<br />

desarrollado más rápidamente que la fabricación d<strong>el</strong> Soma, una pastillita<br />

que tomarían los civilizombis para poder superar todas las ansiedades<br />

que les provoca la saciedad de «<strong>el</strong> estado f<strong>el</strong>iz d<strong>el</strong> bienestar».<br />

—Cuando me habla con tantas comillas, debe hacerlo para que las<br />

cosas inint<strong>el</strong>igibles se conviertan en fastidiosas. ¿Por qué casi nunca<br />

contesta a las preguntas que hago? ¿Es Matrix <strong>el</strong> espacio para las<br />

respuestas o la razón para que no se manifiesten? ¿Qué tiene que ver un<br />

programa de cine con un programa informático? Tendría tantas<br />

preguntas que hacer que la ausencia de respuestas me provoca una<br />

impotencia que se «empalma» con más impotencias que no soluciona ni<br />

la viagra. Como ve, yo también sé poner comillas en mi discurso.<br />

—No sabía que te gustaran las comillas ni sabría cómo explicarte con<br />

palabras lo que es un programa informático, has de verlo con tus<br />

propios ojos. Cuando estés sentado ante la pantalla de un ordenador y<br />

manejes la int<strong>el</strong>igencia con <strong>el</strong> ratón, entenderás tú solo qué es un<br />

programa informático. Hay ciberjuegos en los que <strong>el</strong> protagonista<br />

principal es uno mismo que actúa dentro de esa simulación y decide sus<br />

acciones según establece <strong>el</strong> programa informático; irónicamente, no<br />

dista tanto de la realidad de Matrix. [Ver Los Sims; Second life.] Es<br />

imposible que <strong>el</strong> tiempo en <strong>el</strong> que uno mismo está conectado al<br />

ordenador, uno mismo sepa quién es <strong>el</strong> que realmente está siendo<br />

porque la intensidad y la atención que se requiere, absorben la vida y la<br />

energía d<strong>el</strong> observador/jugador/ protagonista: uno mismo.<br />

Desconectarse de los protocolos d<strong>el</strong> «Juego con la conducta» no es tan<br />

fácil como establece <strong>el</strong> Sistema llegando a crear comportamientos<br />

automatizados que están totalmente fuera d<strong>el</strong> control de uno mismo y<br />

d<strong>el</strong> Sistema. Por eso afirman que <strong>el</strong> Programa Smith está fuera de<br />

control. [Ver Soldier, Final fantasy, La c<strong>el</strong>da, Heat.]<br />

Vaya noche más serrana<br />

la que está pasando la madre,<br />

si por un lado tiene ronquidos,<br />

<strong>el</strong> hijo la llama a berridos.<br />

Tiene fiebre <strong>el</strong> enfermo niño<br />

y se queja con razón<br />

de que le lleven a la escu<strong>el</strong>a<br />

a no contagiarse d<strong>el</strong> sarampión<br />

pero sí con la varic<strong>el</strong>a<br />

y sobre todo porque es peor,<br />

con los libros y las materias<br />

que le hacen mucha m<strong>el</strong>la.<br />

Como la madre recuerda todavía<br />

<strong>el</strong> poder que tiene acariciar,<br />

tocándole <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o de la cabeza<br />

ha conseguido d<strong>el</strong> niño<br />

147


econciliar con <strong>el</strong> sueño sereno<br />

aunque <strong>el</strong>la, alterada ya,<br />

se haya quedado insomne<br />

para <strong>el</strong> resto de la noche.<br />

Un paseo por la nevera<br />

para calmar la ansiedad,<br />

la ha tentado ante un capricho<br />

que sabe subconscientemente<br />

va a calmar su crispada mente<br />

y a recuperar cierta sensación<br />

que muchos llaman bienestar:<br />

un bombón de chocolate<br />

de crujientes almendras envu<strong>el</strong>to,<br />

148<br />

es lo que en sus cartucheras<br />

de momento se va a empotrar.<br />

¿Pa’qué quiere un marido<br />

si como padre sólo sabe pegar<br />

muchos gritos y también ronquidos<br />

y como esposo es mejor ni hablar?<br />

Dejemos ahí a esta mujer<br />

sentada sola en <strong>el</strong> sofá de pi<strong>el</strong><br />

frente a una pantalla de plasma<br />

de la que no consigue extraer<br />

ni un átomo de f<strong>el</strong>icidad<br />

y menos un cuark de alegría<br />

con los que poder sentirse en paz.<br />

Don Quijote prosiguió diciendo sin la «poética» interrupción:<br />

—Diferenciar <strong>el</strong> uno mismo que está jugando d<strong>el</strong> que está viviendo<br />

es imposible porque la psique procesa los automatismos que controlan<br />

las conductas, emociones y decisiones d<strong>el</strong> uno mismo garantizando la<br />

confusión permanente. A veces, <strong>el</strong> uno mismo es gobernado por un<br />

piloto automático que en ocasiones se queda colgado en un stand by en <strong>el</strong><br />

que <strong>el</strong> ego se hiberna para estar en Babia, la puerta de entrada a los déjà<br />

vus. [Ver Clik.] La Ciencia no quiere establecer cuál es <strong>el</strong> origen de las<br />

psicopatías porque a la Ciencia le interesa fabricar psicópatas que no<br />

puedan controlar ni sus conductas ni sus decisiones; la Ciencia vive de<br />

esto. Ahora los niños crecen jugando con estos artilugios y no necesitan<br />

que nadie les explique lo que es un programa informático porque sin<br />

saber cómo funcionan ni lo que originan, los manejan con más<br />

familiaridad que a sus r<strong>el</strong>aciones sociales y con más intimidad que a su<br />

propio mundo emocional. Hay preguntas que encuentran la respuesta<br />

por <strong>el</strong> camino; soy consciente de las que no contesto porque sé que<br />

tropezarás con <strong>el</strong>las con <strong>el</strong> simple contacto de Matrix.<br />

—¿Es real lo que me cuenta o es ciencia ficción?<br />

—Es la realidad de Matrix, una ent<strong>el</strong>equia de la que no es fácil<br />

hablar. Es uno de los Multiversos paral<strong>el</strong>os posibles pero no <strong>el</strong> único. No<br />

sé cómo te las arreglarías si trataras de explicar a los sapiens la vida<br />

bidimensional, igual que no sé cómo se las arreglará <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

para explicar la vida tetradimensional pero sin duda que eres <strong>el</strong> sparring<br />

ideal.<br />

—¿Por qué?


—Porque si entiendes las explicaciones, <strong>el</strong> resto de lectores también<br />

podría comprenderlas.<br />

—Pues ponga ejemplos concretos si quiere atraer la comprensión.<br />

—Así sea. Antes has notado <strong>el</strong> rumor que nos rodea y que arruina la<br />

serenidad que trasmite <strong>el</strong> silencio de los pájaros mutándolo por <strong>el</strong> estrés<br />

ruidoso que fabrica <strong>el</strong> bienestar. Si la iluminación es una de las<br />

apariencias que utiliza <strong>el</strong> progreso para camuflar su fatalidad, <strong>el</strong> ruido es<br />

una de sus conflictivas consecuencias. ¿Es real <strong>el</strong> ruido? ¿Qué es lo que<br />

justifica tanto caos sonoro? Si tuvieras que explicar a alguien que no<br />

conozca <strong>el</strong> ruido que genera la realidad de Matrix ¿cómo lo explicarías,<br />

como <strong>el</strong> chirrido constante de una maquinaria llamada progreso, como <strong>el</strong><br />

grito inquebrantable que ocasiona <strong>el</strong> bienestar, como una de las ventajas<br />

que murmura <strong>el</strong> estado de derecho…? Los civilizombis de ahora están<br />

tan acostumbrados al ruido que lo conciben como «lo natural». Háblales<br />

sobre lo que piensas d<strong>el</strong> estrés auditivo que sientes o cuando volvamos a<br />

casa, intenta contárs<strong>el</strong>o a los vecinos. Entenderás que existen<br />

circunstancias que hay que vivir para poder imaginar. Has escuchado a<br />

Matrix con tus propios oídos y has padecido que su iluminación<br />

deslumbra a la vista; ya sabes que detrás d<strong>el</strong> progreso y d<strong>el</strong> bienestar está<br />

la luz fatal y <strong>el</strong> ruido caótico. Por desgracia no se puede explicar lo<br />

que es Matrix, has de verla con tus propios ojos y escucharla con tus<br />

propios oídos. ¿Cómo explicarías estas cosas a quien no las ha sentido?<br />

—Entre las respuestas que me tienen que encontrar y las preguntas<br />

que me hace, no sé para qué vale un maestro que me r<strong>el</strong>acione<br />

conscientemente con la realidad de Matrix. Mi corta experiencia en <strong>el</strong><br />

cine me ha valido para entender que existe una realidad bidimensional en<br />

la que suceden cosas que se interaccionan con la realidad tridimensional,<br />

una realidad en la que todos desearían que sucedieran esas mismas cosas<br />

aunque jamás acontezcan realmente. [Ver A scanner darkly para la materia<br />

interdimensional; para ver la decepción que causa la realidad de Matrix,<br />

hay muchísimas p<strong>el</strong>ículas más: Enredos de sociedad, Maybe baby, Revolutionary<br />

road.]<br />

»Si mi entendimiento está procediendo con sentido común, intuyo la<br />

facilidad con la que te puedes dejar atrapar por la influencia explícita o<br />

subliminal d<strong>el</strong> guión de una p<strong>el</strong>ícula que ordena todo lo que tiene que<br />

suceder e incluso su proceder. Cuando preconcibes <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong><br />

que se tienen que besar los intérpretes de la p<strong>el</strong>i es que te has convertido<br />

en un personaje que toma decisiones pero dentro d<strong>el</strong> Programa Matrix;<br />

149


un Programa que exige con susurros o con amenazas cuándo tienes que<br />

trabajar, cuándo tienes que divertirte, cuándo tienes que ir a misa, cuándo<br />

tienes que pagar los impuestos, cuándo tienes que besar, cuándo y qué<br />

tienes que comer, cuánto tienes que ganar y además, <strong>el</strong> cómo tienes que<br />

hacerlo todo; <strong>el</strong> porqué es algo que no se pregunta nadie. ¿Voy bien<br />

encaminado?<br />

Sin mediar palabra, don Quijote asintió con la cabeza y le invitó a<br />

que continuara con <strong>el</strong> discurso.<br />

—Cuando se ha configurado una forma artificial de concebir la vida<br />

y de vivirla —continuó <strong>el</strong> inspirado escudero— me imagino que es difícil<br />

que se pueda vivir al margen de este funcionamiento; cuando se ha<br />

r<strong>el</strong>lenado la psique con argumentos de p<strong>el</strong>ícula, debe ser complicado<br />

imaginar que fuera de Matrix existen infinidad de posibilidades hasta que<br />

escoges una.<br />

»Resumiendo y para que evalúe si me estoy enterando, cuando un<br />

civilizombi interpreta, actúa o se comporta conforme a cualquiera de los<br />

parámetros establecidos por <strong>el</strong> mundo audiovisual, ya sea la t<strong>el</strong>e o <strong>el</strong> cine,<br />

las p<strong>el</strong>ículas o los culebrones, o lo haga consciente o<br />

subconscientemente, se dice que vive dentro d<strong>el</strong> Programa. <strong>El</strong><br />

subconsciente es precisamente quien impide que <strong>el</strong> sapiens esté<br />

consciente de lo que vive; por eso, los dioses utilizan la denominación de<br />

zombis, borregos, máquinas, Programa Smith... La psique se encarga de<br />

tener activado <strong>el</strong> subconsciente constantemente; por eso, los zombis son<br />

tan ególatras. Si no son conscientes de la programación ¿cómo van a<br />

descubrir que están programados? [Ver Osmosis Jones, Spot, La sucia historia<br />

de Joe Guarro, Los Picapiedra, Los idiotas.]<br />

Como Sancho se quedó callado, <strong>el</strong> caballero dijo:<br />

—Por <strong>el</strong> trato con <strong>el</strong> que les despachan los dioses: los tratan como a<br />

perros. Utilizaré la frase que has utilizado al principio para recordarla de<br />

nuevo en este ajustado contexto: «<strong>El</strong> hombre no es más que un gusano.<br />

Después he sabido más. Los humanos somos para los dioses como las<br />

moscas para los niños juguetones; nos matan para su recreo». [Leer o ver<br />

<strong>El</strong> rey Lear; ver Replicant.] Que los sapiens están siendo tratados como<br />

personajes d<strong>el</strong> Programa Civilización es evidente; se permiten <strong>el</strong> lujo de<br />

mentirles burdamente con <strong>el</strong> asesinato de Kennedy, con <strong>el</strong> 11-S, con las<br />

armas de destrucción masiva, con la ONU, con <strong>el</strong> Norte-Sur, con la nana<br />

«Cambio Climático» y otras más. Engañan a los presidentes de las<br />

naciones para que mientan a los ciudadanos d<strong>el</strong> mundo. Que los sapiens<br />

150


no reaccionen ante apaños tan grotescos confirma su ceguera y facilita la<br />

percepción d<strong>el</strong> control de los dioses. [Ver Leones por corderos; Neetwork, un<br />

mundo implacable; Siete días de mayo, <strong>El</strong> sastre de Panamá, <strong>El</strong> último boy scout.<br />

Leer Ensayo sobre la ceguera. ¡Cuánto curro! Esto pasa por saber leer y por<br />

tener t<strong>el</strong>e.]<br />

—¿Cómo es posible que tuviera tan claro desde hace 400 años la<br />

existencia de unos dioses que nos tratan como a moscas? —reapareció <strong>el</strong><br />

escudero—. Por lo que me ha dicho, casi ninguno de los lectores actuales<br />

intuye esto.<br />

—La atemporalidad Sancho, la Cuarta Dimensión. La Caballería<br />

Andante de la Orden de la Paz sabe esto desde hace milenios. Los<br />

reb<strong>el</strong>des sabemos esto desde tiempo inmemorial.<br />

—Confieso que <strong>el</strong> nerviosismo me ha impedido observar con<br />

minuciosidad los detalles y entresijos de este artilugio audiovisual<br />

utilizado para la evang<strong>el</strong>ización masiva de moscas sapiens. Si alguien me<br />

preguntara qué es <strong>el</strong> cine, sólo les podría decir que son fantasmas que<br />

salen desde <strong>el</strong> interior de la gran sábana blanca desde la que se instituye<br />

cómo va a ser <strong>el</strong> estar de las cosas; para saber lo que realmente provocan<br />

las p<strong>el</strong>ículas hay que meterse dentro de una de las salas de cine y tener la<br />

experiencia psíquica de lo que allí acontece. Tiene razón con que es<br />

necesario <strong>el</strong> contacto con Matrix para poder entenderla pero podrá<br />

deducir que cuantas más cosas sepa, más claras tendré esas cosas. [Ver<br />

State and mind, Jay y Bob <strong>el</strong> silencioso contraatacan, Columbia 65 Aniversario, Sin<br />

vergüenza, Ed TV, Mouline rouge; y también La sombra d<strong>el</strong> vampiro.]<br />

—¿A qué te refieres? —preguntó lógicamente <strong>el</strong> caballero.<br />

—No recuerdo que en mi memoria se hayan descargado datos ni<br />

instrucciones concretas que tenga que ejecutar; si no me ayuda a conocer<br />

<strong>el</strong> lenguaje de la programación, <strong>el</strong> público va a notar que soy un<br />

programa defectuoso que no hace correctamente lo que se supone que<br />

tengo que hacer ni se comporta conforme a los cánones preestablecidos;<br />

las cosas y las conductas, las emociones y las mentiras, las decisiones y las<br />

apariencias, tienen que ser como dios manduvo.<br />

—¡Joder Sancho! Si eres consciente de lo que dices, significa que<br />

estás preparado para <strong>el</strong> contacto con los lectores, aunque no recuerdes la<br />

potencialidad de desear que te han implantado en la psique. Deja<br />

primero que corrija que dios no «manduvo» nada sino que mandó o<br />

incluso se puede decir que manda, ya que la actualización de sus<br />

mandamientos ha mutado los decálogos inscritos sobre tablas por<br />

151


infinidad de formas de adoctrinamiento de las que <strong>el</strong> cine es sólo una.<br />

Has descrito <strong>el</strong> programa informático por exc<strong>el</strong>encia: Civilización. Que<br />

se diga que la realidad de Matrix es un programa informático, es una<br />

metáfora que irónicamente no dista tanto de la realidad. [Ver La isla;<br />

Un mundo f<strong>el</strong>iz.] Como la forma de expresarte me indica que has<br />

entendido perfectamente lo que es la vida bajo la hegemonía de las<br />

formalidades inculcadas a través d<strong>el</strong> mundo audiovisual, no voy a añadir<br />

ni a quitar nada de tu discurso.<br />

De cuando en cuando, <strong>el</strong> sigiloso dialogo de las aves nocturnas y <strong>el</strong><br />

lejano croar de los sapos que todavía no se han convertido en príncipes,<br />

salpicaba la conversación de los inmortales y al escucharlo, cabe<br />

preguntarse si los batracios y las nocturnas no estarán hablando de lo que<br />

las p<strong>el</strong>ículas implantan en los sapiens. Tengan la clasificación por edades<br />

o por argumentos que tengan, todas tendrán su porqué y aunque los<br />

sapiens no lo sepan, en la sugestión para <strong>el</strong> control de los civilizombis<br />

está su razón de ser. Como <strong>el</strong> de Asís no está a mano para traducir las<br />

m<strong>el</strong>odiosas palabras de los alados y los anfibios, volvamos al lenguaje<br />

decodificado para cumplir con lo acordado.<br />

—Ahora —seguía <strong>el</strong> caballero— estamos dentro de la realidad de<br />

Matrix pero no bajo su absoluta influencia, por eso te sentirás reb<strong>el</strong>de<br />

entre tanto civilizombi. Podría sugerir que cuando estés entre <strong>el</strong>los, no te<br />

dejes convertir en un esclavo de tus palabras y que sepas callarte en más<br />

ocasiones de las que supongas para no derrochar energía; la necesitarás<br />

para no contagiarte por esa fascinación ficticia de Civilización. <strong>El</strong> sentido<br />

común es quien facilitará la información que necesites para saber<br />

comportarte correctamente y que <strong>el</strong> público no note si eres<br />

defectuoso/reb<strong>el</strong>de o normal/civilizombi.<br />

»Que no percibas los programas que se han descargado en tu<br />

software no implica que no se haya hecho, clarifica que la hegemonía d<strong>el</strong><br />

subconsciente es… omnipresente, por sutil que sea. Que ansíes gobernar<br />

la ínsula de Barataria es una actitud insertada en tu psique que se<br />

manifiesta a través de tu ego. Por supuesto que la implantación no ha<br />

sido con <strong>el</strong> cine porque venimos de un espacio en <strong>el</strong> que no existe pero<br />

seguro que hallarás la génesis de este artificio en otro escenario y podrás<br />

comparar aqu<strong>el</strong>la forma de sugestionar la psique con su actualización.<br />

Desde que se inventaron las p<strong>el</strong>ículas, los dioses han sabido <strong>el</strong> potencial<br />

disciplinario y correctivo que poseen y lo utilizan sin control.<br />

152


»La actual Civilización está tan influida por las consecuencias de lo<br />

audiovisual que <strong>el</strong> futuro que no existe llamaría al sanguinario XX <strong>el</strong><br />

Siglo d<strong>el</strong> Cine porque consiguió la supremacía de las apariencias, al igual<br />

que al literario XVII se le llama <strong>el</strong> Siglo de Oro, porque en él se continúan<br />

derramando ríos de sangre para robar oro.<br />

»No tengo ni idea de lo que te puede haber llevado a r<strong>el</strong>acionar<br />

Matrix con un programa informático y a entender que las conductas y los<br />

afectos civilizados están totalmente tergiversados, pero si la visión d<strong>el</strong><br />

prólogo de la p<strong>el</strong>ícula te lleva a estas conclusiones, no quiero imaginar lo<br />

que sentiré cuando la expliques al completo.<br />

Hay veces que se enrolla tanto <strong>el</strong> caballero, que uno se olvida si lo<br />

que pasa es durante la noche o durante <strong>el</strong> día. Para situarnos se recordará<br />

que la pareja inmortal ha traspasado la barrera dimensional y se<br />

encuentran en uno de los anocheceres primaverales de primeros d<strong>el</strong> mes<br />

de octubre y d<strong>el</strong> siglo XXI de la Matrix tridimensional. Menos mal que la<br />

atención de Sancho no deja detalle sin hilar y se prepara para contestar.<br />

—Si como usted dice es <strong>el</strong> sentido común quien está hablando a<br />

través de mi boca, es fácil que las decisiones y observaciones que escucha<br />

sean las oportunas; no tengo más que quedarme quieto y dejar que la<br />

lengua exprese. Déjeme aclararle algunas cuestiones.<br />

»Lo primero es que está anticuado. Cambiar <strong>el</strong> gobierno de la ínsula<br />

por <strong>el</strong> gobierno de mi yo es la decisión que aparentemente nos ha traído<br />

a este espacio. Se lo recordaré tantas veces como sea menester pero<br />

podría no ser cansino y olvidar a mi ego que tengo en clausura y<br />

modernizarse como hace Civilización: ¡no quiero ninguna isla, quiero<br />

vivir!; he aprendido que ambas cosas son incompatibles o dicho de<br />

manera general, he asimilado que la realidad de Matrix es inconciliable<br />

con vivir la vida. Necesita una actualización d<strong>el</strong> software porque sufre<br />

lagunas epistemológicas en su memoria que podrían interferir en nuestro<br />

discurso.<br />

—¿Tan rápido eres capaz de cambiar? No creo que estas<br />

transformaciones se puedan realizar en un instante. Empiezo a dudar si<br />

eres tú <strong>el</strong> que habla, si estás soñando despierto o si estás hablando<br />

dormido; a veces me asustas con tu programación neurolingüística.<br />

¡Menudo lenguaje <strong>el</strong> que utilizas!<br />

—¡Debe de haber olvidado <strong>el</strong> poder que tiene tomar una decisión!<br />

—contestó Sancho enérgicamente—, sobre todo si se armoniza con<br />

sentido común. Además, no exagere que a usted no le asusta ni<br />

153


Morgante. A menos que con Dulcinea sea otra cosa, todavía no he<br />

conocido nada que le paralice, ni los molinos de Imperio ni los reyes de<br />

Civilización, ni Briareo ni F<strong>el</strong>ipe II.<br />

Don Quijote se ha empezado a sentir acorralado desde que Sancho<br />

ha puesto comillas a su discurso «empalmando» las impotencias. Es<br />

sobrecogedor escuchar al sentido común emanando a través de la lengua<br />

de otro y cuando sucede con mucha intensidad, <strong>el</strong> sobrecogimiento<br />

puede confundir a la emoción. Sancho ha cambiado su discurso por otro<br />

vertiginoso y sin lagunas, atosigando al caballero. Sin dar un instante de<br />

tregua, <strong>el</strong> escudero prosiguió con su exposición.<br />

—Es fácil de suponer dónde está la génesis d<strong>el</strong> cine —continuó<br />

Sancho— porque la actualización d<strong>el</strong> escenario no ha variado aspectos<br />

esenciales de su decorado. <strong>El</strong> altar lleno de figuras estáticas de oro, marfil<br />

o caoba y de alegorías descriptivas al óleo, se ha actualizado por una<br />

sábana blanca que unas veces es inofensiva y otras es insultante; hay que<br />

reconocer que si es una medida para frenar <strong>el</strong> despilfarro<br />

medioambiental, es digna de mencionar. Los bancos corridos con apoya<br />

rodillas se han convertido en butacas individuales con reposa brazos; hay<br />

que reconocer que cambiar <strong>el</strong> punto de reposo consigue sapiens más<br />

mansos aunque digan tacos escondidos en la oscuridad. En las misas se<br />

paga casi al final y en los cines te cobran desde <strong>el</strong> principio; hay que<br />

reconocer que <strong>el</strong> Nuevo Orden Mundial no se casa ni con dios, lo llamen<br />

limosna o lo colecten con <strong>el</strong> IVA incluido de la entrada. Los extintores<br />

laterales han sustituido a las santas imágenes que adornan las paredes;<br />

hay que reconocer que la seguridad psíquica de los fi<strong>el</strong>es espectadores ha<br />

aumentado aunque los ornamentos sean más cutres artísticamente. Los<br />

confesionarios d<strong>el</strong> interior han cambiado por las taquillas de entrada<br />

aunque a las dos nos debemos acercar de uno en uno; hay que reconocer<br />

que para tratar con dios conviene poner un cristal protector blindado y<br />

no la piadosa c<strong>el</strong>osía llena de agujeros. La oscuridad de las salas es<br />

parecida y la iluminación de los respectivos altares es deslumbrante; hay<br />

que reconocer que con esto reafirman que somos víctimas de la<br />

causalidad, que todo sigue igual pero actualizado y rejuvenecido. Por<br />

cierto, la sábana es inofensiva sólo cuando <strong>el</strong> proyector está apagado.<br />

—¡Sancho!, has observado con minuciosidad multitud de detalles.<br />

Has sacado al observador que estaba detrás d<strong>el</strong> espectador.<br />

—Pero esto son sólo las apariencias, señor caballero —prosiguió<br />

Sancho sin hacer caso al comentario— que a diferencia de vuesa merced,<br />

154


se modernizan para camuflar la evolución y ocultar la realidad. Lo que<br />

realmente clarifica la génesis d<strong>el</strong> cine son las voces que salen d<strong>el</strong> altar: las<br />

homilías que, si en <strong>el</strong> Siglo de Oro imponen la científica creación de la<br />

tierra con todo lo que contiene y <strong>el</strong> universo en <strong>el</strong> que se ancla sin poder<br />

gravitar, si también obligan a creer en <strong>el</strong> geocentrismo científico y en la<br />

inexistencia de la fuerza de la gravedad que obliga a que la tierra sea<br />

plana y que todos vivamos encima, en <strong>el</strong> Siglo de Cine sugieren la<br />

búsqueda de Neo-<strong>el</strong>egidos para liberar de la esclavitud a la subespecie<br />

suicida, informan de la mutación d<strong>el</strong> Hombre en la plaga sapiens y<br />

profetizan la extinción d<strong>el</strong> virus superpredador más letal que haya<br />

existido desde Jurassic Park. [Ver la primera parte de <strong>El</strong> día de mañana;<br />

Hijos de los hombres, Reacción en cadena, 4 Hot<strong>el</strong> 1 millón de $; o también<br />

Swordfish, Ultimátum a la tierra, Campo de batalla: la tierra.] Por supuesto que<br />

me ha quedado perfectamente claro que aparte de estas puntualizaciones,<br />

la voz que sale de ambos altares impone cómo y cuáles tienen que ser los<br />

comportamientos y sentimientos de espectadores o f<strong>el</strong>igreses a base de<br />

atractivos guiones o de aparatosas hostias.<br />

»Como <strong>el</strong> fin justifica los medios, entiendo que la modernización de<br />

los contenidos, las formas de expresarlos y los escenarios desde donde<br />

vocearlos hayan cambiado oportunamente; también puedo imaginar que<br />

<strong>el</strong> fondo no habrá variado en nada porque se trata de lo mismo: <strong>el</strong><br />

control y dominio de la subespecie esclavizada. La decadencia de Pax<br />

Americana y <strong>el</strong> final de la p<strong>el</strong>ícula Matrix confirmará la suposición.<br />

»Las imágenes aplastadas en dos dimensiones, al más puro estilo de<br />

la jeroglífica Pax Egipcia, son la única diferencia que encuentro con la<br />

consagrada Matrix tridimensional genuinamente americana, pero <strong>el</strong><br />

artificio audiovisual es tan completo que no sólo parecen reales sino que<br />

además recibes golpes muy duros donde más te du<strong>el</strong>e, ¡en la cabeza! Si<br />

usted encuentra la explicación en la diferencia que existe entre la realidad<br />

y la metarrealidad de Matrix está apañado pero como yo no las distingo y<br />

los palos que recibo me hacen <strong>el</strong> mismo daño en ambas dimensiones, me<br />

ocuparé de conocer a los civilizombis tridimensionales por si encuentro<br />

alguna divergencia entre <strong>el</strong>los y yo; así conoceré los estragos que<br />

engendra la señal que emite Matrix.<br />

»Cuando antes me ha indicado que los civilizombis se las saben todas<br />

—continuaba <strong>el</strong> escudero—, he comprendido que cuanto más lavado<br />

tienen <strong>el</strong> cerebro más claras tienen las cosas. Seguro que esta higiénica<br />

razón es la causa por la que la gente sabe tanto de todo y por la que<br />

155


conocen todas las respuestas habidas y por haber; seguro que esta es la<br />

razón por la que no se replantean nada de nada ni se preguntan ningún<br />

porqué. Bueno, se plantean si <strong>el</strong> jurado de Eurovisión estaba comprado<br />

para que otorguen años tras año los premios de manera tan arbitraria o si<br />

la española era la idónea. <strong>El</strong> porqué es lo que nos separa de <strong>el</strong>los, a<br />

ustedes de mí. <strong>El</strong> porqué es la fuente d<strong>el</strong> poder real, sin él se está<br />

indefenso. Y así han venido a mí, sin tener un porqué, carentes de<br />

poder. Si los civilizombis con los que nos crucemos no son capaces de<br />

diferenciar personajes bidimensionales de humanos de carne y hueso,<br />

será porque están aburridos de saberlo todo aunque realmente no se<br />

hayan respondido a ninguna pregunta: ¿De dónde venimos? ¿Quiénes<br />

somos? ¿Qué deberíamos hacer? ¿Adónde vamos? ¿Qué es la realidad?<br />

¿Nos estamos extinguiendo?<br />

»Es fácil suponer que con tanta universidad, tanto doctorado, tanto<br />

máster, tantos créditos, tanta superioridad y tanto sapiens sapiens, deben<br />

de haber olvidado lo sencillo que es vivir la vida. Por nuestra parte ¿qué<br />

le parece si volvemos a hablar con normalidad y nos dejamos de<br />

epistemologías lingüísticas?<br />

No se conocen puntos débiles en don Quijote y por eso no se puede<br />

entender la reacción que tuvo al largo discurso de Sancho, una master<br />

class que describe lealmente cómo condimentan a los esclavos y<br />

especifica algunos de los púlpitos y altares desde los que emiten la señal<br />

imperial. Sin necesidad de hacer interpretaciones morales, vayan aquí las<br />

palabras que pronunció <strong>el</strong> despechado caballero.<br />

—Si supieras leer, podrías coger <strong>el</strong> libro y abrirlo por <strong>el</strong> final para<br />

saber lo que sucederá.<br />

—Pero mi señor, se supone que esta Odisea está siendo escrita poco<br />

después de que suceda; es como un Cuaderno de Bitácora en <strong>el</strong> que se<br />

anotan los acontecimientos diarios. ¿Cómo se puede saber lo que va a<br />

suceder si todavía no está escrita ni la noche actual ni <strong>el</strong> día de mañana?<br />

¿Cómo puedo leer sobre <strong>el</strong> futuro si ni se conoce ni existe? Ya sabe que<br />

mi yo no se acompleja por nada, ni por no saber si sabe leer.<br />

—Tienes razón Sancho. No sé si <strong>el</strong> Caballero Alcor conoce <strong>el</strong><br />

término de todo esto pero sin duda, ahora soy yo <strong>el</strong> que tiene la<br />

necesidad de encontrar <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do para leer <strong>el</strong> final de la<br />

Odisea. Me temo que me he infectado por la impaciencia de la<br />

curiosidad. La realidad de Matrix te está transformando en una dirección<br />

y a mí en otra.<br />

156


Así terminó <strong>el</strong> diálogo entre los personajes que han traspasado la<br />

limitación bidimensional y se encuentran aposentados en Matrix. Don<br />

Quijote se quedó con las ganas de aclarar cuestiones r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong><br />

tiempo pero dejó descansar al escudero para que <strong>el</strong> entrenamiento que<br />

empezaba mañana estuviera condimentado con <strong>el</strong> reposo; quizá sea sólo<br />

una excusa para alcanzar la tregua que necesita porque se siente<br />

arrinconado. Él sabía de antemano que la realidad de Matrix es altamente<br />

contagiosa pero se consideraba inmune a sus efectos aunque quizá<br />

desconozca <strong>el</strong> alcance d<strong>el</strong> subconsciente. Su reacción, un tanto<br />

peyorativa por int<strong>el</strong>ectual, le ha dejado más confuso porque puede<br />

reconocer cuándo actúa <strong>el</strong> ego suplantando al sentido común.<br />

Independientemente de que se sepa leer o no, no se puede leer <strong>el</strong> final de<br />

algo que no está escrito porque no ha sucedido. Este fallo temporal le ha<br />

hecho reflexionar sobre si sería <strong>el</strong> momento adecuado para explicar a<br />

Sancho cuestiones atemporales o si sería de mayor provecho que mirara<br />

en <strong>el</strong> espejo que Sancho había puesto frente a su conciencia, mostrando<br />

trazas de ego que salen cuando menos te lo esperas, como las mentiras.<br />

No está siendo fácil encajar que <strong>el</strong> escudero lo tenga más claro de lo<br />

que parece: los programas informáticos, los discursos de los altares, la<br />

génesis d<strong>el</strong> cine, <strong>el</strong> virus d<strong>el</strong> planeta y su extinción natural, la r<strong>el</strong>ación<br />

directa entre <strong>el</strong> lavado de cerebro y la seguridad d<strong>el</strong> ego, la claridad de su<br />

decisión, la incapacidad de los civilizombis de diferenciar entre la realidad<br />

aparente y la realidad real… La segura personalidad de don Quijote se ha<br />

tambaleado en <strong>el</strong> momento más inoportuno porque acababa de<br />

comenzar la Odisea. Intentaba tranquilizarse con la meditación y con la<br />

suposición de que podían ser los efectos pasajeros d<strong>el</strong> primer contacto<br />

con Matrix pero reconoce que no sólo ha sentido curiosidad sino que la<br />

ha proyectado sobre Sancho sugiriendo que lea un final que él necesitaba<br />

conocer; ha querido anticipar un resultado antes de que llegue <strong>el</strong> futuro.<br />

[Ver Click.] Todo <strong>el</strong>lo le ha llevado a replantearse los residuos que<br />

quedan dentro de él y que facilitan reacciones todavía dominadas por <strong>el</strong><br />

ego; que no anh<strong>el</strong>e <strong>el</strong> gobierno de ningún Imperio no implica que se<br />

tenga completamente desterrado al ego. Está sorprendido por la sutileza<br />

de Sancho y esto ha desv<strong>el</strong>ado más a su insomnio existencial. Calmarse<br />

pensando que <strong>el</strong> escudero hablaba dormido o si todo estaba siendo un<br />

déjà vu perfectamente construido, es un mecanismo de defensa propio de<br />

Civilización para adormecer la conciencia.<br />

157


Ajena al ego, la expresión de la cara de Sancho mostraba una mezcla<br />

de tranquilidad favorecida por la ignorancia y de nerviosismo atenuado<br />

por la ingenuidad. Se siente exactamente igual que cuando se acostó por<br />

primera vez pero percibe que muchas cosas han cambiado dentro y fuera<br />

de él. Puede que no sea consciente de que este sea <strong>el</strong> mayor de los<br />

cambios porque <strong>el</strong> traspaso dimensional propicia la existencia de adentro<br />

y afuera para finalmente sentir que todo es uno; formar parte de <strong>El</strong> Todo<br />

es una decisión que se puede tomar.<br />

Las figuras aplastadas que los dioses imponían en los jeroglíficos<br />

egipcios no podían sentir por dentro ni por fuera porque no tenían alma<br />

y por eso permanecían apisonadas de perfil hasta que <strong>el</strong> dios-faraón se la<br />

otorgaba. Somos victimas de la causalidad que perpetúa la equivocación<br />

modernizándola. ¿Qué faraón ha concedido alma a Sancho para que<br />

afirme que no está aplastado en dos dimensiones y que «es libre» para<br />

decidir en <strong>el</strong> espacio tridimensional?<br />

Cuando se p<strong>el</strong>lizca en la oreja, piensa que <strong>el</strong> p<strong>el</strong>lizco y su oreja<br />

otorgan realismo a la realidad; esto le permite sentir que está vivo. Pero<br />

como todavía no está d<strong>el</strong> todo seguro, necesita reconfortarse pensando<br />

que la oscuridad de la noche puede influir en que procese algunas cosas<br />

de manera distorsionada y espera que la llegada d<strong>el</strong> alba aclare la<br />

situación.<br />

Complacido por haber razonado adecuadamente y porque su<br />

maestro le diera la razón, Sancho se puso en manos de Morfeo. Mientras<br />

que intentaba conciliar <strong>el</strong> sueño con la realidad remojada generosamente<br />

con <strong>el</strong> vino, don Quijote pudo escuchar en silencio las palabras que de su<br />

boca salían:<br />

—Vaya sueño más raro que he tenido. Juraría que realmente he<br />

estado paseando por Alcalá de Henares pero todo parecía tan irreal que<br />

una de dos: o he tenido un sueño de ciencia ficción o he estado viviendo<br />

en la ciencia ficción. ¿Se podrá soñar que se sueña mientras que se está<br />

soñando? ¿He tenido alguna vez la sensación de no saber con<br />

seguridad si sueño o estoy despierto? ¿Qué sucedería si no pudiera<br />

despertar de ese sueño? Es la primera vez en mi vida que he tenido<br />

que p<strong>el</strong>lizcarme en los muslos para asegurarme de que estaba despierto<br />

pero también puede ser que me p<strong>el</strong>lizcara durante <strong>el</strong> sueño y la<br />

conclusión haya sido que lo que me sucedía era real. ¿Será que todo es un<br />

emb<strong>el</strong>eco de nuestro arábigo carc<strong>el</strong>ero que se está inventando hasta mis<br />

sueños para que se conviertan en pesadillas? ¿Será él <strong>el</strong> que hace que<br />

158


interprete que siento cuando me p<strong>el</strong>lizco porque le viene bien para <strong>el</strong><br />

guión que ha impuesto en la trama? ¿Será mi mente lo que hace que<br />

sea real?<br />

»¡Qué extraño es todo! Aprovechando que estoy por aquí, intentaré<br />

verme las caras con <strong>el</strong> tal Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i para pedirle<br />

responsabilidad moral y la indemnización por los daños y perjuicios que<br />

ocasiona; lo haré aunque tenga que buscarlo tras la Metarrealidad<br />

bidimensional de Matrix en la que se oculte, una realidad que ya no tiene<br />

misterios para mí. ¡Qué lío debe ser vivir cuando no se percibe la<br />

diferencia entre la vida bidimensional (cómics, libros, p<strong>el</strong>ículas) y la<br />

tridimensional (realidad de Matrix)! Debería sentir más respeto por <strong>el</strong><br />

carc<strong>el</strong>ero morisco que al fin y al cabo, ha decidido encerrarse para<br />

soltarnos.<br />

»Como al parecer debo de estar lleno de cardenales de tantos<br />

p<strong>el</strong>lizcos como me he dado, con la luz d<strong>el</strong> día comprobaré si aparecen<br />

moratones en <strong>el</strong> muslo porque si no, todo ha sido un sueño. También<br />

pienso que no podré saber si la señal que me quede sea por los p<strong>el</strong>lizcos<br />

de antes o los de ahora.<br />

Recordarán todos nítidamente<br />

que la mujer d<strong>el</strong> carpintero jefe<br />

se había quedado sumergida<br />

en una muy común aporía<br />

que <strong>el</strong>la digiere con ataraxía,<br />

con E-951<br />

y con sabor de chocolate después.<br />

Algo en su inconsciente le decía<br />

que mejor y más le valdría<br />

tomarse una infusión de verbena<br />

con igual o más de b<strong>el</strong>ladona,<br />

para no meterse la atríaca<br />

que te deja como una matraca.<br />

Cuando se siente un vacío tan ’ondo<br />

que te pone a tiritar la vida<br />

¿cómo sugerir la extinción<br />

que a todos se nos avecina?<br />

Lo más fácil es que esa mujer,<br />

cansada de tantas cosas,<br />

perdida en un mar de dudas<br />

y harta de tanto currar,<br />

en la casa porque siente la maternidad<br />

y en la calle porque se quiere liberar,<br />

pensará que la realidad de la extinción<br />

es un cuento chino para niñitos<br />

que suspenden y no hacen los deberes<br />

porque todo les importa un pito.<br />

Con esta amenaza tan rotunda<br />

se les motiva para aprender a tragar<br />

<strong>el</strong> trágico destino de aceptar<br />

esta vida que trata de esclavizar<br />

y si usamos su sinónimo: escolarizar.<br />

Ajena todavía a la extinción<br />

porque ha decidido creer<br />

en un chusco cuento chino<br />

d<strong>el</strong> que tanto se va a arrepentir<br />

por haber tomado esa decisión,<br />

se puso a llorar esta mujer<br />

con solemne introspección<br />

y una congoja muy fuerte<br />

que la hacía suspirar constantemente.<br />

Tiene ese científico cuento chino<br />

159


<strong>el</strong> patético nombre de una nana<br />

y que Cambio climático se la llama,<br />

para que duerman en paz los gorrinos.<br />

Se desahogó esta madre,<br />

mujer y directiva de su empresa<br />

que nunca ha necesitado ser<br />

de un jefe ni de nadie mujer,<br />

con raudales de lágrimas silenciosas,<br />

que son las más dolorosas<br />

porque no se está interpretando<br />

la cutre escena d<strong>el</strong> lloriqueo<br />

con la que por desgracia todos estamos<br />

demasiado familiarizados.<br />

Hablar de la extinción de la especie,<br />

que humana se decía que fuere<br />

aunque un eslabón perdido<br />

por cojones tuvieran que entrometer,<br />

puede ser considerado previamente,<br />

si de manera habitual pensáramos,<br />

que de un cuento chino se trata<br />

y «¡Déjeme ver en paz la t<strong>el</strong>e!»<br />

La experiencia atesorada de la vida<br />

tan llena de sorpresas y alegrías,<br />

permiten saber al escriba<br />

que la mujer de la que menos te lo<br />

[esperas,<br />

160<br />

puede asombrar con su discurso<br />

por la clarividencia y la lucidez.<br />

¡Cuántas hay que saben<br />

lo chungas que están las cosas<br />

esperando sin saber qué hacer<br />

en medio de este patriarcado<br />

que pendula d<strong>el</strong> insoportable<br />

[machismo<br />

al repugnante feminazismo!<br />

Realmente <strong>el</strong>la sabrá<br />

cómo canaliza su pena<br />

pero no debería olvidar<br />

que simultáneamente a la tristeza,<br />

personal en este preciso caso<br />

aunque la comparta con todo <strong>el</strong><br />

[barrio,<br />

la encrucijada de la humanidad está<br />

más que nunca en presente total.<br />

¡Señoras y señores, se anuncia<br />

que toda la especie humana,<br />

sean civilizombis o fueran diosas,<br />

está al borde de la extinción<br />

y no ante un cambio climático!<br />

¡Joder con las mentiras de mierda!<br />

Estamos dormidos con <strong>el</strong> Progreso,<br />

nos vamos a despertar con la extinción.<br />

—¿Cuándo estoy dormido y cuándo despierto? —se empezó a preguntar<br />

Sancho sin saber en realidad si hablaba dormido, estaba soñando o<br />

pensaba en voz alta—. ¿Cómo podré saberlo sin necesidad de<br />

fastidiarme con p<strong>el</strong>lizcos? ¿Se puede dar uno mismo p<strong>el</strong>lizcos mientras<br />

que se duerme? ¿Me habré convertido en un sapiens que siente pero que<br />

no sabe lo que quiere? ¿Son los déjà vus tan reales como la realidad? ¿Qué<br />

es la realidad? Quizá todo sea más sencillo de lo que parece; de la misma<br />

manera que tomar la decisión de querer saber quién soy realmente me ha<br />

traído hasta <strong>el</strong> extraño mundo de los lectores, tomar la decisión de querer<br />

despertarme puede ser lo que me permita decodificar la señal que emite<br />

Matrix y que muta lo real por lo aparente.<br />

»¿Serán tan siniestras las consecuencias de la lectura que vu<strong>el</strong>ve todo<br />

irreconocible porque se piensa que se sabe todo de todo? Mañana<br />

comprobaré si <strong>el</strong> embarazo que siento es <strong>el</strong> efecto d<strong>el</strong> conocimiento de la


lectura; cogeré <strong>el</strong> primer pap<strong>el</strong> que vea y probaré a leerlo. Aunque estoy<br />

prevenido, no creo que leer sea un arma de destrucción tan masiva como<br />

<strong>el</strong> habla ¿o lo será más?<br />

»Todavía no sé si <strong>el</strong> querer saber quién soy habrá sido una decisión<br />

equivocada y no entiendo por qué tengo que pasar previamente por <strong>el</strong><br />

eslabón de la fascinación aparente de Civilización para descubrir la<br />

realidad real. La secuenciación que mi maestro hace en <strong>el</strong> proceso de mi<br />

aprendizaje estará debidamente justificada pero me encantaría desfilar<br />

paral<strong>el</strong>amente a esta escu<strong>el</strong>a sin necesidad de padecerla; me temo que<br />

ambas realidades están tan imbricadas que diferenciar lo auténtico de lo<br />

real tiene que pertenecer al terreno de la sutileza. Esta percepción debe<br />

de ser una facultad más propia d<strong>el</strong> sentido común que necesito recuperar<br />

sin prisa para que no sea demasiado tarde pero sin dormirme para que no<br />

sea virtual. Si arrincono <strong>el</strong> juicio que se encarga de interpretar todo lo<br />

que se mira, alcanzaré <strong>el</strong> ingenio de mi maestro que se desenvu<strong>el</strong>ve por<br />

este mundo de los dioses con la misma soltura que por la imaginación de<br />

Cide Hamete. ¿Son los creadores los que dominan a sus actores o serán<br />

los personajes los que controlan a sus autores?<br />

<strong>El</strong> Programa Smith está fuera d<strong>el</strong> control de sus creadores.<br />

¿Quién es la guapa o <strong>el</strong> feo que lo mete ahora en vereda? [Ver Yo, robot.]<br />

—En fin, de momento voy a tomar la decisión de querer dormirme<br />

porque ya tengo suficiente. Es la primera vez que me siento tan<br />

desv<strong>el</strong>ado como don Quijote y más que nunca, ahora necesito descansar.<br />

Y tras decir esto, tomó otro trago d<strong>el</strong> vino de la bota. Es posible que<br />

Sancho no sepa si cada vez que se p<strong>el</strong>lizcaba lo hacía para comprobar si<br />

estaba vivo o si estaba despierto; es posible que Sancho no sepa si cada<br />

trago que daba era para dormirse o para morir lentamente; es posible que<br />

Sancho no sepa si la lectura es un arma de mayor poder destructivo que<br />

<strong>el</strong> idioma. Hay veces que suceden cosas tan extrañas que <strong>el</strong> ego necesita<br />

olvidarse de todo y lo intenta con todo tipo de medicinas legales e<br />

ilegales. No quiero acordarme de nada…, ¡de nada! ¿entendido?<br />

Para vivir en <strong>el</strong> siglo XXI, Sancho interpreta que debería estar<br />

muerto pero duda de si la vida en la muerte no puede tener esta<br />

apariencia ni ser desta manera. Está desconcertado porque ha reconocido<br />

perfectamente la Magistral envu<strong>el</strong>ta en un espectro luminoso que le ha<br />

hecho pensar si esta es la apariencia de las cosas en la muerte: envu<strong>el</strong>tas<br />

de luz; ha reconocido los pórticos de las calles por las que ha paseado y<br />

que tantas veces le han resguardado de la lluvia pero se ha asustado con<br />

161


los escaparates que le han mostrado la catadura de la apariencia<br />

implantada por la Carpeta Moda; pero sobre todo, ha flipado con las<br />

pap<strong>el</strong>eras, cuyo uso no es precisamente <strong>el</strong> de meter la cabeza cuando se<br />

está asustado, y también ha alucinado con la cantidad de basura que se<br />

amontona cada pocos metros a la espera d<strong>el</strong> camión que la recoja. <strong>El</strong><br />

escudero mantiene la calma cuando tiene la esperanza de que todo es una<br />

pesadilla y se altera un poco cuando supone que está siendo un déjà vu<br />

transitorio. Quizás, sospechar que la experiencia puede estar siendo real<br />

le ha dejado insomne durante siete párrafos. <strong>El</strong> aguante que tiene su<br />

consciencia es más bien escaso y esto permite que su ego, ayudado por<br />

los efectos d<strong>el</strong> alcohol, la desconecte cómodamente.<br />

Despertó algunas veces durante <strong>el</strong> sueño y lo primero que se le venía<br />

a las mientes era la pesadilla que había tenido, la sucedida dentro y fuera<br />

d<strong>el</strong> cine. Medio aturdido y sin articular bien las palabras, se le podía<br />

entender lo que a sí mismo se decía:<br />

—Imagino que <strong>el</strong> mundo d<strong>el</strong> cine debe de estar insertado en la<br />

metarrealidad de Matrix y por esto, todo es más increíble que la propia<br />

realidad de Matrix; una realidad que aparece con <strong>el</strong> palo que te dan con la<br />

entrada y <strong>el</strong> que recibes en la puerta de salida. Se supone que ahora estoy<br />

en Matrix y no en su metarrealidad y por esto he podido diferenciar entre<br />

lo aplastados que están los actores y <strong>el</strong> volumen que ocupa mi ego. En <strong>el</strong><br />

cine he visto personajes vestidos con ropajes ajustados y escotados en <strong>el</strong><br />

caso de <strong>el</strong>las y raídos o desaliñados en <strong>el</strong> caso de <strong>el</strong>los; a los yuppis se les<br />

llama agentes y a los guardias les llaman policías. Una mujer ha sido<br />

capaz de despachar a unos cuantos polis a base de patadas, puñetazos y<br />

disiparos. Sin duda, Trinity debe de ser una reb<strong>el</strong>de de las de verdad,<br />

como mi maestro. Desde <strong>el</strong> momento que se han liado a tortazos he<br />

visto que más de uno ha muerto; curiosa metáfora en la que la reb<strong>el</strong>de<br />

extermina al orden público en vez de ser los polis los que asesinen a la<br />

reb<strong>el</strong>de como realmente sucede en Civilización. [Ver Batman, Tomb<br />

Raider, Noviembre dulce, Malena.] Incluso yo he recibido un garrotazo d<strong>el</strong><br />

que me he defendido imitando sus posturas con tanto éxito que no he<br />

vu<strong>el</strong>to a recoger ninguno más.<br />

»Por lo que alcanza mi entender, <strong>el</strong> escenario real era toda la sala,<br />

tanto lo que salía de la sábana como lo que sucedía en los asientos d<strong>el</strong><br />

público porque si no, no podría haber recibido tal batacazo en la cabeza.<br />

Cuando se entra en <strong>el</strong> cine se puede pensar que se está ingresando en la<br />

metarrealidad de Matrix pero he comprobado que está tan conectada con<br />

162


Matrix, que Civilización debe de ser la consecuencia premeditada de lo<br />

que sale de las sábanas. Si no, ¿por qué me han dado un golpe los<br />

aplastados y no los presentes? Por otro lado, <strong>el</strong> mensaje que he<br />

escuchado d<strong>el</strong> espectador ordenando que nos fuéramos d<strong>el</strong> cine y <strong>el</strong> tono<br />

con <strong>el</strong> que lo ha gritado era tan desafiante que es imposible pensar que lo<br />

he soñado. ¿Qué es <strong>el</strong> cine? ¿Ha sido una p<strong>el</strong>ícula todo lo que ha<br />

ocurrido esta noche?<br />

Don Quijote no se hizo <strong>el</strong> sordo pero no contestó a nada porque<br />

decidió que Sancho estaba hablando dormido. ¿Cómo puede saber <strong>el</strong><br />

otro si uno está dormido o está despierto? <strong>El</strong> caballero se ha dado cuenta<br />

de que <strong>el</strong> cine ha dejado a Sancho tan impresionado, que se ha olvidado<br />

que <strong>el</strong> que ahora transcribe la Odisea no es Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i sino<br />

<strong>el</strong> Caballero Alcor de Castilla al-Andalusí; tendrá que ir a pedir<br />

responsabilidades e indemnizaciones a este si es que lo encuentra.<br />

Afortunadamente, Sancho no ha preguntado nada acerca de la<br />

carencia de euros que impiden descansar en una posada; tantas sorpresas<br />

facilitan que se le pierdan detalles de la p<strong>el</strong>ícula y de la realidad. Veremos<br />

cómo se las arreglan para poder sobrevivir en la cruda e inhóspita<br />

realidad de Matrix primermundista d<strong>el</strong> siglo XXI. <strong>El</strong> escudero va a flipar<br />

cuando se entere de lo que cuesta conseguir los euros necesarios para<br />

pagar una posada.<br />

Con <strong>el</strong> escudero hablando dormido y <strong>el</strong> caballero escuchando<br />

despierto, podemos despreocuparnos de <strong>el</strong>los como si ya estuvieran<br />

soñando con los ang<strong>el</strong>itos; de nuevo, podremos tener un rato de<br />

intimidad entre nosotros para esbozar tres reflexiones abreviadas,<br />

describir tres situaciones de futuro y citar la profecía que exponen los<br />

dioses. Como los pecados capitales, serán siete las divisiones de esta<br />

transmisión directa d<strong>el</strong> transcriptor al lector:<br />

1. Todos sabemos que las luces rojas intermitentes junto a las blancas<br />

r<strong>el</strong>ucientes que atraviesan reguladamente <strong>el</strong> horizonte en dirección<br />

sur-norte, son aviones de pasajeros o de carga que aterrizan y<br />

despegan d<strong>el</strong> aeropuerto Madrid-Barajas. ¿Quién podría explicárs<strong>el</strong>o<br />

a Sancho en poco más de tres líneas? <strong>El</strong> lector que lo hiciera contaría<br />

con <strong>el</strong> agradecimiento de don Quijote que no ha hallado la manera<br />

de explicar esos ovnis. Esta noche no ha habido vu<strong>el</strong>os de<br />

entrenamiento de los cazabombarderos que despegan de Torrejón y<br />

<strong>el</strong> ruido ensordecedor que producen esos sofisticados artefactos de<br />

los que se desconoce su utilidad real, no ha llegado a los oídos de<br />

163


Sancho. Gracias a esto, no ha hecho falta decir ni una sola palabra al<br />

respecto porque los lectores se podrán imaginar la reacción d<strong>el</strong><br />

escudero; si los autobuses urbanos lo han paralizado obstinadamente,<br />

<strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o de una de las parejitas de F-18 que surcan pacíficamente <strong>el</strong><br />

firmamento puede tener consecuencias impredecibles. ¿Qué ministro<br />

o general podría explicar a Sancho para qué valen estos costosísimos<br />

aparatos aparte de para cobrar jugosas comisiones? Si no son<br />

necesarios para activar <strong>el</strong> Programa Frontex ni para atacar a países<br />

que ya forman parte de La República Comercial Única, no creo que<br />

se utilicen para regular la migración de las grullas. Entonces ¿para<br />

qué valen?<br />

2. Cuando don Quijote ha preguntado si la <strong>el</strong>ectricidad es real o<br />

artificial, Sancho no se ha inmutado. <strong>El</strong> caballero no ha insistido en<br />

la cuestión porque como con otras materias, llegará <strong>el</strong> momento<br />

oportuno para reflexionar con <strong>el</strong> escudero sobre estas filosofías. Se<br />

puede suponer que todo <strong>el</strong> mundo sabe que la luz <strong>el</strong>éctrica es<br />

artificial y aprovechando la disyuntiva planteada, se debería afirmar<br />

que no es real. Hay un momento en <strong>el</strong> que los dioses muestran<br />

fugazmente en Matrix, que en la realidad real no existe nada que sea<br />

artificial, ni hay <strong>el</strong>ectricidad, ni hay cuchara.<br />

164<br />

Novicio: No intentes doblar la cuchara, eso es imposible. En<br />

vez de eso, sólo procura comprender la verdad.<br />

Neo: ¿Qué verdad?<br />

Novicio: Que no hay cuchara.<br />

Neo: ¿Que no hay cuchara?<br />

Novicio: Si lo haces, verás que no es la cuchara la que se dobla<br />

sino tú mismo <strong>el</strong> que te doblegas ante la cuchara y ante<br />

todo lo que <strong>El</strong> Imperio imponga.<br />

3. Que don Quijote haya respondido escuetamente «Tienes razón<br />

Sancho» cuando es amonestado por plantear la lectura d<strong>el</strong> todavía<br />

desconocido final de esta Odisea, ha sido para no entrar a algunos<br />

trapos antes de que sea imprescindible. No es necesario explicar que<br />

<strong>el</strong> creador imagina cómo puede ser <strong>el</strong> final de la aventura y si no lo<br />

sabe todo, seguro que debe de saber algo. [Ni <strong>el</strong> propio creador es<br />

capaz de conocer <strong>el</strong> final si deja que los personajes se expresen con<br />

liberalidad.] Dejar que los protagonistas tengan vida propia para que<br />

sean <strong>el</strong>los los que inspiren la transcripción de ¿Qué es Matrix?, no<br />

tiene que impedir que sea capaz de concebir la totalidad de la Odisea


de caballero y escudero. Además, es menester que Sancho coja un<br />

poco de confianza en sí mismo porque la va a necesitar en <strong>el</strong> futuro<br />

que sea. Desgraciadamente, cuando <strong>el</strong> ego siente que tiene la razón<br />

recupera cierta autoestima y se pierde la sensación de compartir <strong>el</strong><br />

sentido común, una percepción en la que nadie tiene la razón ni<br />

sobre todo… <strong>el</strong> sentido.<br />

4. Por supuesto que hay un futuro d<strong>el</strong> que se conoce su evolución y que<br />

está r<strong>el</strong>acionado con la constante actualización d<strong>el</strong> montaje<br />

Civilización que repite escenarios versión tras versión oportunamente<br />

rejuvenecidos; a ese futuro se le llama Progreso: todo sigue<br />

igual aunque cambien las apariencias. La realidad real ha sido<br />

suplantada por la Realidad de Matrix en la que a la esclavitud se la<br />

llama «derecho a trabajar» y la igualdad entre sexos se impone con un<br />

«patriarcado machista»; antes se hacían peregrinaciones a Santiago<br />

para hacer rogativas al santo patrón y ahora se hacen marchasmanifestaciones<br />

a Moncloa y sus diferentes ministerios para rogar a<br />

los patrones públicos piedad y compasión. Al Valle de Lágrimas de la<br />

Pax Genesiana se le llamó Un Mundo F<strong>el</strong>iz en la Pax Americana,<br />

tercera versión de esta Temporada (d. C.) tras haber pasado por la<br />

Pax Romana y la Pax Hispana. Los becerros de oro han sido<br />

desbancados por los cupones de oro y tienen forma de Bote de la<br />

Bonoloto (¡Qué cutre!); a los carros se les llama coches y a los<br />

candiles, farolas. Los escribas sentados se han actualizado en notarios<br />

potentados y los cirujanos en barberos; a los piratas de entonces que<br />

robaban oro y plata se les otorgaba <strong>el</strong> título de «Sir» y a los manteros<br />

de ahora que trapichean con CDs de plástico se les destierra por<br />

piratas ilegales. Flandes es Bélgica, las Indias Occidentales América y<br />

<strong>el</strong> hundimiento de la Armada Invencible se ha actualizado con la<br />

demolición de las Torres Gem<strong>el</strong>as. «Finis terrae» ha mutado su<br />

nombre por <strong>el</strong> de cabo Finisterre pero sobre todo ha dejado de ser<br />

utilizado como <strong>el</strong> Fin d<strong>el</strong> Mundo para asustar a los creyentes que<br />

llegaban después de Compost<strong>el</strong>a. <strong>El</strong> Progreso muta la población rural<br />

en población urbana y la agricultura se ha rejuvenecido con <strong>el</strong> Sector<br />

Servicios. La caza de brujas se ha actualizado con la caza de<br />

terroristas y en los autos de fe se quema a los reos con <strong>el</strong>ectricidad<br />

sentados en una silla en vez de atados a un poste sobre una pira. A la<br />

extinción se le llama «Cambio climático» y <strong>el</strong> saqueo y contaminación<br />

de Madre Tierra ha pasado a denominarse Desarrollo Sostenido y<br />

165


166<br />

Reciclado; a los huracanes y tifones se les pone nombre de<br />

inofensivas y alfabetizadas Tormentas tropicales y en general, todos<br />

los mensajes y avisos de la próxima extinción (terremotos, tsunamis,<br />

sequía, inundaciones, subida de la temperatura, deshi<strong>el</strong>o, cambios<br />

bruscos d<strong>el</strong> ambiente atmosférico) se tergiversan llamándolos en<br />

general catástrofes naturales.<br />

<strong>El</strong> ocaso de cualquier versión de Civilización y de la r<strong>el</strong>igión que<br />

se impusiera su moda se le denominaba Apocalipsis y ahora se<br />

utilizan dos palabras más descriptivas: corrupción y decadencia. La<br />

apertura d<strong>el</strong> Mar Rojo (la puerta por donde escaparon los esclavos de<br />

la versión Pax Egipcia), es un fenómeno natural al que ahora se le<br />

llama Gota Fría y <strong>el</strong> Efecto Niño se cita en otro libro como <strong>el</strong><br />

Diluvio Universal. <strong>El</strong> senderismo consumista ha sustituido al<br />

sedentarismo aburguesado que proscribió al nomadismo invasivo.<br />

Antes eran autogestionarios a los que tenían que explotar para<br />

robarles <strong>el</strong> diezmo y ahora son dependientes d<strong>el</strong> Sistema los que<br />

pagan con su vida por la sopa boba que les den con la cuchara<br />

incluida. La hecatombe se ha actualizado con <strong>el</strong> mal de las vacas<br />

locas y <strong>el</strong> politeísmo se ha reciclado por un monoteísmo lleno de<br />

santos, vírgenes, gurús y estr<strong>el</strong>las mediáticas. <strong>El</strong> geocentrismo ha<br />

dejado paso al h<strong>el</strong>iocentrismo y <strong>el</strong> espacio curvoesférico ha sustituido<br />

al espacio planisférico. Los Molinos de Viento de <strong>El</strong> Quijote<br />

representan a instituciones como la Monarquía, <strong>el</strong> Santo Oficio, la<br />

ONU, FMI, CIA y muchísimas otras más y los Gigantes son los<br />

Illuminati, los Bilderbergs, los reyes, los patriarcas, los papas y<br />

muchísimos machistas más.<br />

No existen dudas de que lo de La Creación es una leyenda<br />

vaticana porque de lo que se trata es de «evolución» y extinción. La<br />

mecánica cuántica ha descubierto la limitación de las ciencias<br />

deterministas mientras que la idea de dios sigue encerrada en los<br />

sagrarios. <strong>El</strong> sentido común ha sido doblegado por <strong>el</strong> ego, la<br />

conciencia se ha diluido con <strong>el</strong> juicio final y la consciencia está<br />

aplastada por la hibernante psique; la ceguera ignorante y miedosa ha<br />

empañado la visión real y la enfermedad se ha adueñado d<strong>el</strong> vivir; <strong>el</strong><br />

SIDA ha substituido a la Peste Negra y las enfermedades<br />

«exterminadas» vu<strong>el</strong>ven a reaparecer con más vigor que cuando las<br />

patentaron. <strong>El</strong> amor se ha marchitado con la aparente fascinación y<br />

la corrupción ha violado la pureza; antropocentrismo, maquiav<strong>el</strong>ismo


o humanismo se han ido heredando convenientemente hasta que la<br />

psicopatía global ha proclamado su hegemonía.<br />

<strong>El</strong> mundo ha pasado de subdividirse Este/Oeste a dividirlo en<br />

Sur/Norte; <strong>el</strong> Éxodo d<strong>el</strong> siglo XXI se explica con la democrática<br />

necesidad de adquirir mano de obra asustada, barata y sin pap<strong>el</strong>es,<br />

que acate la corporatocracia de la psicopatocracia tragando y callando<br />

para que contagie a los nacionales con la sumisión d<strong>el</strong> paro. Ahora se<br />

consulta a la Agencia EFE (¡tres letras!) y antes al Oráculo de D<strong>el</strong>fos;<br />

ahora se navega por Internet y primigeniamente se volaba con la<br />

imaginación; antes se entraba por las puertas analógicas y ahora por<br />

los portales digitales. Dimes y diretes o tejes y manejes se han<br />

actualizado con cortinas de humo, banderas falsas y Versiones<br />

Oficiales políticamente correctas ¡por supuesto!<br />

Ganadores d<strong>el</strong> Óscar y ases d<strong>el</strong> deporte han sustituido a los<br />

ídolos épicos, y las barbies d<strong>el</strong> c<strong>el</strong>uloide están sobre <strong>el</strong> deseo de la<br />

psique civilizombi. <strong>El</strong> tamaño de las estatuas aumentaba conforme te<br />

acercabas a <strong>el</strong>las y <strong>el</strong> de los sapiens sapiens disminuye cuanto más se<br />

van conociendo.<br />

Este futuro está anclado en la realidad de Matrix.<br />

5. Existe otro futuro d<strong>el</strong> que se conocen sus causas y que está<br />

r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> comportamiento irresponsable de los sapiens con<br />

Madre Tierra que repiten versión tras versión: <strong>el</strong> saqueo de los<br />

recursos naturales hasta agotarlos; se conoce su término, Extinción:<br />

nada sigue igual, ni la realidad de Matrix ni la vida en Gaia. Si <strong>el</strong> uno,<br />

<strong>el</strong> futuro anclado en la realidad de Matrix (progreso), es la<br />

consecuencia de la huida hacia occidente de los troglodioses, <strong>el</strong> otro<br />

(extinción) es la reacción de Naturaleza ante <strong>el</strong> proceder contra<br />

natura de la plaga sapiens.<br />

Este futuro está r<strong>el</strong>acionado con la realidad real.<br />

6. Se podría contemplar una tercera vía: existe un futuro en <strong>el</strong> que la<br />

decisión de cada sapiens y de la especie en su conjunto puede<br />

cambiar radicalmente <strong>el</strong> espectáculo decadente y corrupto d<strong>el</strong><br />

m<strong>el</strong>odrama Civilización versión Pax Americana. De este futuro se<br />

debería meditar y hablar pero lo que sugiere que se haga es decidir y<br />

sobre todo ¡actuar!: La Reb<strong>el</strong>ión pacífica. [Ver Ultimátum a la tierra.<br />

¿No debería ser «Ultimátum a la plaga sapiens»?]<br />

Este futuro está condicionado por <strong>el</strong> sentido común.<br />

167


¡Vamos con la profecía!<br />

7. Los divinos guionistas de Matrix expresan su manera de entender <strong>el</strong><br />

futuro en <strong>el</strong> monólogo que <strong>el</strong> agente Smith confiesa al liberador de<br />

mentes Morfeo: ¡los trogloditas quieren exterminar a los sapiens!<br />

168<br />

Quisiera compartir una rev<strong>el</strong>ación que he tenido desde que<br />

estoy aquí; esta me sobrevino cuando intenté clasificar su<br />

especie. Verá, me di cuenta de que en realidad no son<br />

mamíferos; todos los mamíferos de este planeta desarrollan<br />

instintivamente un lógico equilibrio con <strong>el</strong> hábitat natural<br />

que les rodea pero los humanos no lo hacen. Se trasladan a<br />

una zona y se multiplican y se siguen multiplicando hasta<br />

que todos los recursos naturales se agotan. Así que <strong>el</strong> único<br />

modo de sobrevivir es extendiéndose hasta otra zona (siempre<br />

hacia «occidente»). Existe otro organismo en este planeta que<br />

sigue <strong>el</strong> mismo patrón. ¿Sabe cuál es? Un virus. Los humanos<br />

son una enfermedad, son <strong>el</strong> cáncer de este planeta; son una<br />

plaga y nosotros somos la única cura.<br />

• ¿Quiénes son nosotros? Los troglodioses. [Ver <strong>El</strong> final d<strong>el</strong><br />

espíritu, Niv<strong>el</strong> 13, Esencia de mujer, X-men, Little Nicky.]<br />

• ¿Por qué no se identifican a la plaga sapiens? Porque tienen<br />

miedo, temen <strong>el</strong> cambio.<br />

• ¿Qué cura necesita <strong>el</strong> cáncer de este planeta, <strong>el</strong> exterminio o<br />

la extinción? <strong>El</strong> sentido común y sobre todo amor.<br />

• ¿Por qué <strong>el</strong> sapiens sapiens se ha convertido en un virus, en<br />

una plaga que se traslada de una zona a otra y se<br />

multiplica hasta que todos los recursos naturales se<br />

agotan? [Ver Ultimátum a la Tierra.] Porque obedecen todos los<br />

Mandamientos de las Leyes de los dioses.<br />

Los divinos guionistas de La Biblia expresan en <strong>el</strong> monólogo que<br />

Yahveh confiesa al navegador Noé, su manera de entender <strong>el</strong><br />

futuro: ¡los querían exterminar como hicieron con los<br />

neandertales 35.000 años antes!<br />

CORRUPCIÓN DE LA HUMANIDAD [Génesis 6, 5-7]<br />

Viendo Yahveh que la maldad d<strong>el</strong> hombre cundía en la tierra, y<br />

que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran mal de<br />

continuo, le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la


tierra, y se indignó en su corazón. Y dijo Yahveh: “Voy a<br />

exterminar de sobre la haz d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o al hombre que he creado —desde <strong>el</strong><br />

hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves d<strong>el</strong><br />

ci<strong>el</strong>o— porque me pesa haberlos hecho.<br />

Y saltamos a 6:11/13.<br />

La tierra estaba corrompida en la presencia de Dios: la tierra se<br />

llenó de violencias. Dios miró a la tierra y he aquí que estaba<br />

viciada, porque toda carne tenía una conducta viciosa sobre la<br />

tierra. Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido acabar con toda carne,<br />

porque la tierra está llena de violencias por culpa de <strong>el</strong>los. Por eso,<br />

he aquí que voy a exterminarlos de la tierra. [Ver Transformers; Yo, Robot.]<br />

No es fácil diferenciar si esto es una cita sagrada o <strong>el</strong> extracto de<br />

una noticia de rabiosa actualidad.<br />

• ¿Quiénes son <strong>el</strong>los? Los sapiens sapiens.<br />

• ¿Por qué no se dan por aludidos? Porque están esclavos de una<br />

ceguera que les hace interpretar que forman parte de un<br />

sistema que en algunas latitudes se llama <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> d<strong>el</strong><br />

Bienestar y en otras <strong>El</strong> Tercer Mundo.<br />

• ¿Qué cura necesita <strong>el</strong> cáncer de este planeta? Desintoxicarse,<br />

ayunar; necesitan desconectarse, tienen que descansar de<br />

la señal de Matrix.<br />

• ¿Por qué <strong>el</strong> sapiens sapiens se ha convertido en un virus, en<br />

una plaga que se traslada de una a otra zona y se<br />

multiplica hasta que todos los recursos naturales se<br />

agotan? Porque <strong>el</strong> ego, primer Mandamiento de la Ley de los<br />

dioses: «¡Acatarás a tu ego junto al de tu padre y tu madre!», se<br />

ha instalado en la psique aplastando a la conciencia.<br />

Tal y como está expresado en la Biblia, en todas las p<strong>el</strong>ículas que<br />

especulan sobre <strong>el</strong> apocalipsis de Civilización (ver La reb<strong>el</strong>ión en <strong>el</strong> planeta<br />

de los simios; Yo robot; La guerra de las galaxias; La isla; Matrix; Una verdad<br />

incómoda; Ultimátum a la Tierra; y para los peques, Pokemon o Reb<strong>el</strong>ión en la<br />

granja) y tal y como queda aclarado en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, los<br />

troglodioses sanguinarios son los ejecutores directos o inductores de los<br />

exterminios desde antes de los neandertales, pasando por <strong>el</strong> Diluvio<br />

Universal, hasta llegar a los pi<strong>el</strong>es rojas, los judíos, los tutsis o los<br />

yanomanis. En Matrix lo advierten claramente: No tenemos más<br />

remedio que seguir lo planeado. ¡Avisad a los centin<strong>el</strong>as!. Hasta<br />

ahora, lo planeado ha sido obstinadamente repetitivo: impulsar las<br />

169


democracias para que ac<strong>el</strong>eren la descomposición de Civilización y así<br />

proceder con la invasión de los bárbaros que terminan por devorar los<br />

restos d<strong>el</strong> Imperio que fuera. La redecoración no debería crear tanta<br />

indecisión y menos aun justificarla. ¡¡¡<strong>El</strong> Laboratorio Civilización se está<br />

desintegrando!!!<br />

La acción de los troglodioses es contundente pero no infalible, un<br />

obsequio con <strong>el</strong> que han dotado a uno de los personajes d<strong>el</strong> montaje<br />

Civilización, <strong>el</strong> papa de Roma. Su infalibilidad es sólo una etiqueta que ni<br />

siquiera es real: tienen <strong>el</strong> pseudocontrol de Matrix y nunca han<br />

conseguido exterminar a los reb<strong>el</strong>des. Los dioses sanguinarios derraman<br />

sangre contagiando guerras, cometiendo asesinatos, decapitando <strong>el</strong><br />

sentido común o infectando pandemias pero a diferencia de los<br />

dinosaurios, ¡los reb<strong>el</strong>des seguimos aquí después de miles de años! ¡No<br />

nos han exterminado!<br />

Sin embargo, Naturaleza extingue a los superpredadores que alteran<br />

<strong>el</strong> equilibrio de Madre Tierra por encima de los límites que tolera su<br />

inmensa flexibilidad. Si lo hizo con los colosales dinosaurios ¿qué<br />

problema le van a causar los liliputienses sapiens sapiens? Si se compara<br />

entre lo que los dioses dijeron a Noé y lo que dicen a Neo, <strong>el</strong> fondo d<strong>el</strong><br />

discurso no ha variado en los últimos miles de años. Somos víctimas de<br />

la causalidad, cambian las apariencias para camuflar la esclavitud de la<br />

subespecie sapiens y <strong>el</strong> predominio de la subespecie troglodita. La<br />

redecoración no debería crear tanta indecisión y menos aun justificarla,<br />

¡nos estamos extinguiendo!<br />

La acción de Naturaleza es infalible: no ha quedado ni uno sólo de<br />

los dinosaurios que arrasaban Madre Tierra. Ninguna otra especie pudo<br />

regular y equilibrar su dominio; Naturaleza, que extingue cualquier virus<br />

sin importarle <strong>el</strong> tamaño que tenga, se encargó de borrarlos d<strong>el</strong> mapa.<br />

Si la humanidad estuviera ante la feroz reacción de los dioses que<br />

han «decidido acabar con toda carne, porque la tierra está llena de<br />

violencias» sabrían cuál es <strong>el</strong> futuro inmediato: «Por eso, he aquí que voy a<br />

exterminarlos de la tierra». No tenemos más remedio que seguir lo<br />

planeado. ¡Avisad a los centin<strong>el</strong>as! Leyendo algún capítulo d<strong>el</strong><br />

Génesis y de otros libros, se podrían confeccionar estrategias y alguno<br />

podría escapar de sus garras por casualidad. Pero la humanidad está ante<br />

la serena pero infalible reacción de Naturaleza que está extinguiendo al<br />

virus plaga sapiens porque altera su armonía eterna como antes lo hizo<br />

con los dinosaurios. Ante la extinción de Naturaleza no vale <strong>el</strong> ¡Sálvese<br />

170


quien pueda! ni otros chascarrillos subconscientes; no se puede huir a<br />

ningún espacio porque no hay lugar donde esconderse. Nadie debería<br />

obnubilarse con la aparente lentitud ¡ac<strong>el</strong>erada! d<strong>el</strong> proceso de extinción<br />

al igual que nadie puede dudar de que es infalible. Los procesos<br />

geológicos no se miden en milisegundos sino por eras; nunca tienen prisa<br />

porque siempre llegan antes de lo que se desea. Ni Jurassic Park ha<br />

conseguido revivir ni uno sólo de los dinosaurios que durante ¿140?<br />

millones de años se sintieron los «diosaurios» de la tierra hasta que<br />

desaparecieron para siempre hace ¿65? millones de años. ¿De quién va a<br />

ser <strong>el</strong> ego que se salve hoy día? Por si existe alguna duda, responderé que<br />

ni <strong>el</strong> d<strong>el</strong> apuntador.<br />

Como se podrá entender fácilmente, la extinción de la especie<br />

humana es inédita; se podrían hacer previsiones imprecisas sobre <strong>el</strong><br />

proceso de corrupción y decadencia de un Imperio pero hasta ahora, no<br />

existe ningún antecedente que permita realizar pronósticos más o menos<br />

ocurrentes, tendenciosos o científicos d<strong>el</strong> proceso de extinción. Los<br />

dioses han patentado la nana «Cambio climático» para aletargar a los<br />

sapiens pero este estribillo empieza a hacer aguas por todos los lados y<br />

con diversas catástrofes. La única convicción que tenemos son los fósiles<br />

de unos reptiles ¿emplumados? que vivieron en Madre Tierra durante<br />

eras hasta que por alguna causa y procedimiento dejaron de existir. ¿Es<br />

necesario hacer hipótesis sobre los procedimientos que Naturaleza<br />

decidió para extinguir una especie o es suficiente con advertir sus avisos<br />

y adivinar perfectamente sus intenciones y consecuencias?<br />

Los sapiens podrán comprobar que los dioses tienen la certeza de<br />

que la especie humana es <strong>el</strong> objetivo de la próxima extinción. Sólo<br />

tendrían que fijarse en la cantidad de p<strong>el</strong>ículas en las que ahora aparece<br />

este término y lo comparan con las cero veces que aparecía en sus<br />

creaciones de hace unos años. A cambio, bombardeaban las psiques más<br />

indigentes con guiones mentirosos d<strong>el</strong> glorioso Séptimo de Caballería de<br />

la Orden d<strong>el</strong> Punto Oeste. «Cualquier coincidencia con la realidad es<br />

pura casualidad» pero ¡menudo mosqueo causa la certeza e incluso la<br />

incertidumbre de la extinción! ¿Qué sentido tenía todo esto?<br />

Es una suerte, causal por supuesto, que don Quijote y Sancho estén<br />

acostados aunque sea uno <strong>el</strong> que sueñe y no se sepa si <strong>el</strong> otro está<br />

despierto, así se pueden hacer barruntos sin que nada interrumpa <strong>el</strong><br />

discurso; los no familiarizados con la historia de la realidad de Matrix<br />

necesitarían conocer tantos detalles que las explicaciones se podrían<br />

171


eternizar. Pero se ha hecho tarde hasta para los que sabemos que <strong>el</strong><br />

tiempo no existe y cuando es menester, diríase que interesa descansar.<br />

Hamann: Diríase que todos duermen tranquilamente. Yo detesto<br />

dormir, apenas duermo un par de horas. Creo que dormí<br />

mucho<br />

hasta los once años y ahora compenso aqu<strong>el</strong> exceso. ¿Y tú?<br />

Neo: Nunca he podido dormir demasiado.<br />

Hamann: Buena señal.<br />

Neo: ¿De qué?<br />

Hamann: De que continúas siendo humano.<br />

Replantearse <strong>el</strong> vivir, hacerse las grandes preguntas o tomar decisiones<br />

existenciales emplazan al insomnio; lo que nos hace humanos es<br />

preguntarnos <strong>el</strong> porqué de todo y sus circunstanciales consecuencias, no<br />

<strong>el</strong> no dormir demasiado. Termine aquí esta jornada para que cada uno<br />

reflexione en la medida en la que se lo permitan su prisa, su ego o su<br />

dinego. Las decisiones no tienen que ser instantáneas; recuérdese que<br />

hace falta no tener prisa para que no se haga tarde pero como no se tome<br />

una decisión, se va a hacer tarde demasiado deprisa. Descansad lectores y<br />

cuando mañana despertéis, sentid que es posible que os encontréis con<br />

los don Quijote y Sancho reales que andan por estos andurriales de<br />

Matrix y que seguramente no estén tan lejos de vosotros. Si armonizáis<br />

con sentido común, puedo anticipar que los hallaréis fácilmente dentro<br />

de vosotros mismos.<br />

Ni aunque fuera un príncipe azul<br />

ni por compasión con la reflexiva mujer,<br />

tampoco es por dejarme afectar<br />

por la caballerosidad d<strong>el</strong> transcriptor.<br />

Por lealtad a reflejar la realidad<br />

que está sucediendo en ese hogar,<br />

por fin ha conseguido la madre<br />

preocupada por su niño,<br />

su ego, su curro y su edad,<br />

echar la cabezadita d<strong>el</strong> sofá<br />

172<br />

con un murmullo de fondo<br />

que no es precisamente <strong>el</strong> d<strong>el</strong> mar<br />

y cualquiera podrá imaginar<br />

que de la t<strong>el</strong>e se podría tratar.<br />

¿Podría tomar esta mujer<br />

una decisión para su bien?<br />

¡Que descanse profundamente<br />

y que sueñe con los ang<strong>el</strong>itos!<br />

Esta madre además, se lo merece.


Mamotreto V.<br />

EN EL QUE RECOMIENZA LA VIDA DE SANCHO<br />

EN LA REALIDAD DE MATRIX<br />

CON UN DESAYUNO AMUCOSO REAL<br />

Ponderar <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong> discurso es una maestría a alcanzar; exige cierto<br />

equilibrio para no confundir <strong>el</strong> uso con su abuso. Comience <strong>el</strong> día<br />

prudentemente y déjese la palabra en manos de escudero y caballero<br />

porque están despiertos y no deben esperar. ¡Hasta luego lectores!<br />

—Buenos días tenga vuesa merced. ¿De dónde ha salido ese timbre<br />

intermitente que ha conseguido avivarme?<br />

—Se llama despertador y corta <strong>el</strong> descanso y <strong>el</strong> sueño para hacer<br />

otros menesteres. ¿Qué tal has pasado <strong>el</strong> resto de la noche?<br />

—¿<strong>El</strong> resto de qué noche?<br />

—En fin Sancho ¿qué recuerdas de anoche?<br />

—Señor caballero, <strong>el</strong> resumen es muy sencillo. Debí de beber tanto<br />

que tengo la boca espesa y temo que se me quede pegada si la refresco<br />

con más vino; eso me dejaría sin habla y no podría responderle sobre<br />

algo que me encantaría confirmar que se ha borrado de la memoria. No<br />

me haga recordarlo tan temprano para no espantar al olvido; así, podré<br />

mantener un sosiego que aunque sea aparente como parece serlo todo,<br />

en este momento es suficiente.<br />

—Algo debió de suceder para que no quieras que se te s<strong>el</strong>le la boca.<br />

Estoy seguro de que intentas comprender lo que quieres olvidar y no<br />

sabes cómo empezar a hacerlo.<br />

—Lo que quiero es que se me llene la boca con todos los manjares<br />

que se pueda imaginar. Así podré constatar con <strong>el</strong> más docto de mis<br />

exámenes, <strong>el</strong> paladar, si en Matrix todo es apariencia o es real. Lo de<br />

anoche lo podríamos dejar para después de tener la panza llena.<br />

—No tengas tanta prisa por desayunarte y refréscate la boca con este<br />

néctar de hierbas que he preparado.<br />

—Pero señor ¿dónde está lo sólido con lo que r<strong>el</strong>lenar la barriga y no<br />

la vejiga? No me irá a decir que en Matrix se duerme pero no se come, ni<br />

que la comida sea tan aparente que no haga falta verla para catarla.


Dígame de una vez por dónde tengo que empezar <strong>el</strong> llenado de la panza<br />

y sigamos después con <strong>el</strong> s<strong>el</strong>lado de la boca.<br />

—Como ves, eres tú <strong>el</strong> que necesitas conocer la realidad en la que<br />

estamos y ya sabes por dónde puedes empezar. ¡Toma colega, <strong>el</strong><br />

desayuno de los campeones! Prueba este zumo detersivo de hierba<br />

que verás cómo te recompone <strong>el</strong> cuerpo. ¿Sabes a lo que me recuerda?<br />

Al trigo rico.<br />

—¡Esto está malísimo! —dijo Sancho después de catar un pequeño<br />

trago—. ¿Alguna vez lo ha probado?<br />

—Todos los días. Es fuerte ¿eh? Lo tomo licuado o masticado y lo<br />

injiero por todos los orificios que tiene <strong>el</strong> cuerpo. Va bien para dos<br />

cosas: limpia de grasa los motores y mata las neuronas cancerígenas.<br />

Es la poción que cura, desinfecta y cicatriza las heridas internas y<br />

externas d<strong>el</strong> cuerpo, incluso esas que se atribuyen al alma. <strong>El</strong> estómago<br />

es la oficina donde se fragua la salud. Que tus alimentos sean tu medicina<br />

y que tu medicina sean los alimentos.<br />

—No sólo se auto cita sino que cita a otros.<br />

—Esta bebida forma parte de un programa de rastreo. Está<br />

diseñada para interrumpir tu señal de entrada y salida y así poder<br />

localizar tu ubicación. ¿Qué significa?<br />

—No me empiece a hablar con términos y metáforas vagas y<br />

especifique concisamente las cosas que me diga; si me tengo que enterar<br />

de la aparente vaguedad de Matrix, no quiero que las instrucciones se<br />

queden con la grasa de los motores. ¿Por qué me habla como si fuera<br />

en negrita?<br />

—Seguro que tú mismo también lo haces aunque no te des cuenta.<br />

Antes de responder a la pregunta, atiende a lo que dices porque como<br />

sabes, no es «vaguedad de Matrix» sino realidad de Matrix. Que<br />

Civilización sea un entorno artificial o antinatural no establece que sea<br />

impreciso o que sus consecuencias reales no existan de manera<br />

determinante. La diferencia entre la realidad real y la de Matrix es sutil;<br />

no quieras percibir esta astucia de golpe y porrazo y deja que sucedan las<br />

cosas.<br />

—Estar consciente ante <strong>el</strong> mundo que te rodea o dejar que te<br />

gobierne <strong>el</strong> subconsciente es algo a lo que hay que dedicar muchas onzas<br />

de atención; cuando se vive disperso entretenido en Matrix, es<br />

incuestionable <strong>el</strong> reinado d<strong>el</strong> subconsciente por encima d<strong>el</strong> sentido<br />

174


común. ¿Por qué a la plaga sapiens también se le llama subespecie<br />

suicida?<br />

—Y yo que sé —exclamó <strong>el</strong> escudero mientras que estiraba los<br />

músculos de la espalda.<br />

—Los sapiens no están conscientes de la consecuencia de sus actos<br />

viven sin saber que son <strong>el</strong> virus que arrasa los bosques de Madre Tierra y<br />

que contamina todo lo que toca, como <strong>el</strong> rey Midas; no están conscientes<br />

de su propia autodestrucción porque como todo virus, o muere por la<br />

reacción d<strong>el</strong> sistema inmunitario de Naturaleza (extinción) o muere<br />

porque mata al cuerpo que lo sustenta (¿big bang?). Que <strong>el</strong> virus no sepa<br />

que es un organismo suicida no impide que lo sea; por esto, a la plaga<br />

sapiens también se le llama subespecie suicida. No considerarse <strong>el</strong><br />

objetivo de la próxima extinción no absu<strong>el</strong>ve la responsabilidad de las<br />

acciones que realizamos. Si los espectadores fueran conscientes de las<br />

veces en las que se comportan o se hablan en negrita reproduciendo los<br />

guiones de los programas que ven, se quedarían sorprendidos al<br />

comprobar que sus conductas son eminentemente subconscientes. La<br />

pertenencia a la plaga suicida puede estar en <strong>el</strong> subconsciente pero las<br />

consecuencias de la contaminación son reales. La vaguedad en Matrix<br />

podría justificar la subconciencia pero provoca reacciones reales. ¿Cuál<br />

es la realidad? Naturaleza lo está aclarando.<br />

—¿Cómo no van a ser conscientes de que viven subconscientes?<br />

—preguntó <strong>el</strong> escéptico Sancho—. Reconozca que suena demasié<br />

extraño.<br />

—No dimensionas con nitidez <strong>el</strong> poder omnipotente de la<br />

subconsciencia —incorporó <strong>el</strong> caballero—; crees que eres consciente<br />

porque no concibes la posibilidad de estar encerrado en la subconsciencia,<br />

la muñeca rusa que te encarc<strong>el</strong>a en la manipulable psique.<br />

—Pensaba que estaba hablando de otros pero veo que también me<br />

toca a mí —se tomó Sancho de manera personal y respondió—. No creo<br />

que la cosa sea para tanto y de algo nos enteraremos ¿no? Si la vida es<br />

como dice vuesa merced, la cosa está muy, pero que muy chunga.<br />

—La realidad no es ni chunga ni bonita: es real.<br />

—¿Cómo no van a ser conscientes de que viven antinatural-mente?<br />

—insistió <strong>el</strong> incrédulo escudero—. Se puede estar cegato y ser<br />

contradictorio pero esto es no querer darse cuenta a posta de la realidad.<br />

—«¿Alguna vez viste una mano amputada, un pie o una cabeza<br />

seccionada yaciente en alguna parte lejos d<strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> cuerpo? —indicó<br />

175


don Quijote—. Algo parecido hace consigo, en la medida que de él<br />

depende, <strong>el</strong> que no se conforma con lo que acaece y se separa, o <strong>el</strong> que<br />

hace algo contrario al bien común. Tú de alguna manera te has excluido<br />

de la unión con Naturaleza, pues de <strong>el</strong>la formabas parte por naturaleza.<br />

Pero ahora, tú mismo te cercenaste. Sin embargo, tan admirable es<br />

aqu<strong>el</strong>la, que te es posible unirte de nuevo a <strong>el</strong>la. A ningún otro miembro<br />

permitió Dios separarse y desgajarse, para unirse de nuevo. Pero examina<br />

la bondad con la que Dios ha honrado al hombre. Pues a sus manos dejó<br />

la posibilidad de no separarse absolutamente d<strong>el</strong> conjunto universal y,<br />

una vez separado, la de reunirse y combinarse en <strong>El</strong> Todo y recobrar la<br />

posición de miembro».<br />

—Ya estamos con <strong>el</strong> impertinente negro por medio —dijo Sancho<br />

con microscópica precisión.<br />

—¿A qué te refieres? —-cuestionó <strong>el</strong> caballero sabiendo que<br />

siempre es mejor preguntar aun sabiendo la respuesta.<br />

—A que está citando al estoico Marco Aur<strong>el</strong>io —respondió Sancho<br />

con cierta chulería desquitándose por lo de su subconsciencia—; más<br />

exactamente Meditaciones, Libro VIII.<br />

Ante la sorpresa d<strong>el</strong> caballero, Sancho salió por Baeza:<br />

—No tiene por qué pasmarse tanto. Debe de ser <strong>el</strong> efecto de la<br />

pastilla roja que me ofreció <strong>el</strong> aljamiado.<br />

—¿Qué dices Sancho? Yo no sé nada de eso.<br />

—Es que tengo vida propia y me pasan más cosas al margen de su<br />

omnipresencia. Lo que no estoy seguro de saber es por qué demonios<br />

no <strong>el</strong>egí la pastilla azul. Si Cide Hamete me hubiera dicho la<br />

verdad, le habría dicho que se metiera esa pastilla roja por <strong>el</strong> culo.<br />

—Seguro que te ofreció la realidad real y no la verdad pero si tú lo<br />

dices…<br />

—Volvamos al camino d<strong>el</strong> discurso que si no, me voy a perder en la<br />

extinción de Matrix. Creo que he entendido que <strong>el</strong> sapiens vive bajo la<br />

influencia de un subconsciente lleno de p<strong>el</strong>ículas y ya no distingue quién<br />

es cuando no está actuando. Pero no entiendo que me diga que no<br />

estamos encerrados entre los renglones de la metarrealidad de Matrix y<br />

quiere que diferencie si estoy hablando en negrita, en cursiva o en<br />

normal, aspectos que para ser simples apariencias de la letra impresa,<br />

expresan significados universales.<br />

—¡Sancho!, si cada vez que hablas te pillo en un renuncio, no vamos<br />

a avanzar en <strong>el</strong> camino. Lo que has entendido lo has comprendido muy<br />

176


ien pero sigues mezclando dos cosas. La versión de Matrix Pax<br />

Americana está ahogándose en <strong>el</strong> último período de su desarrollo al que<br />

se conoce como corrupción y decadencia; paral<strong>el</strong>amente a que<br />

Civilización se esté desintegrando a sí misma, simultáneamente a que <strong>el</strong><br />

capitalismo se esté comiendo a sí mismo, la plaga sapiens se ha<br />

convertido en <strong>el</strong> objetivo de la próxima extinción debido a que <strong>el</strong> sistema<br />

inmunitario de Naturaleza está reaccionando ante <strong>el</strong> virusaurio Rey<br />

Midas. No mezcles la extinción de Pax Americana con <strong>el</strong> exterminio de<br />

los civilizombis a mano de los dioses. La primera es <strong>el</strong> último eslabón de<br />

la condena de cualquier Imperio que haya existido o exista jamás; la<br />

segunda son las consecuencias de padecer al Imperio.<br />

—¿Cómo corrige <strong>el</strong> que mezcle decadencia con extinción si usted<br />

acaba de decir extinción de Pax Americana y exterminio de los<br />

civilizombis a mano de los dioses? Según censura, se trata d<strong>el</strong> exterminio<br />

de la Pax Americana y de la extinción de la plaga sapiens y no al revés;<br />

usemos los términos sin lagunas epistemológicas que si no va a parecer<br />

que estamos de noche.<br />

—Por fin te ha quedado claro. No te alteres si utilizo algunos<br />

recursos para comprobar que las cuestiones van quedando tan<br />

despejadas como requieres.<br />

—Pues si quiere catar mi entendimiento, escuche sin interrumpirlo.<br />

Hay dos realidades paral<strong>el</strong>as: la exterminadora realidad de Matrix que<br />

puede volver a provocar una Guerra Mundial con ingredientes nucleares,<br />

y la «extinguidora» realidad real que desinfecta de cualquier virus a Madre<br />

Tierra sin importarle <strong>el</strong> tamaño, <strong>el</strong> sexo, la moral, <strong>el</strong> poder, la riqueza o la<br />

fe. La primera realidad está en la fase crítica de un fenómeno reiterativo y<br />

perfectamente conocido dentro de la evolución causartificial de<br />

Civilización, la segunda es un fenómeno inédito dentro de la historia de<br />

Hombre en Gaia pero tan reiterativo y conocido como <strong>el</strong> anterior; ha<br />

sucedido en anteriores ocasiones dentro de la evolución natural que<br />

extingue cualquier especie que se convierta en un virus, ya fuera dinosaurio<br />

o sea homo-sapiens. ¡No me gusta ninguna y las dos son reales!<br />

—En fin Sancho. Como parece que vas atando lo que hay, volvamos<br />

a la senda de la Odisea antes de que nos perdamos entre la corriente de<br />

las apariencias nucleares a las que se llamó Guerra Fría.<br />

—Pues dígame para qué vale esta poción que va bien para dos<br />

cosas: limpia de grasa los motores y mata las neuronas cancerígenas;<br />

explíqueme además la sensación de estar escuchando entre comillas, en<br />

177


negrita, en bastardilla o «en normal» y acláreme si es un artificio de<br />

nuestro creador que también interviene en la realidad de Matrix; no sé si<br />

recuerdo haber visto Matrix para poder citarla subconscientemente. Una<br />

vez que esto se esclarezca le quiero preguntar por los dinosaurios; si<br />

fueron nuestros predecesores en extinguirse y tienen tanta importancia,<br />

¿por qué en las misas no han explicado nada sobre su preexistencia?<br />

—¡Para Sancho, para! Tantos interrogantes sugieres que todo<br />

mezclado saldría un pisto; una cosa es la alimentación, otra es <strong>el</strong><br />

distinguir las citas de la p<strong>el</strong>ícula Matrix d<strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> diálogo y la otra es <strong>el</strong><br />

desconocimiento o la ocultación que la iglesia ha urdido con esos saberes<br />

absolutos que se auto atribuye. Empezaremos por la de en medio.<br />

»Cuando hagas, te comportes, sientas, o digas algo y no recuerdes la<br />

p<strong>el</strong>ícula en la que lo has aprendido, como adoptar posturas d<strong>el</strong> arte<br />

marcial o repetir las oraciones que has escuchado, se debería encender<br />

una luz roja en la nariz que advirtiera que <strong>el</strong> ego está actuando, o sea, que<br />

la conducta o actitud exteriorizadas han sido inculcadas con <strong>el</strong><br />

argumento de alguna p<strong>el</strong>ícula o de cualquier otra sugestión.<br />

—¿A qué se refiere cuando dice adoptas?<br />

—Si todos supieran cuándo tienen al ego de frente en vez d<strong>el</strong> sentido<br />

común, abandonarían la plática porque sabrían que no hay nada que<br />

hacer ni que decir; así, las incontables facetas d<strong>el</strong> ego se irían<br />

arrinconando hasta sentirse en <strong>el</strong> destierro.<br />

»En esta Odisea estás aprovechando para explicar una sola p<strong>el</strong>ícula:<br />

Matrix. Cuando surge algún decir que causalmente se pronuncia de la<br />

misma manera que en <strong>el</strong> guión, las frases se resaltan en negrita para<br />

aclarar que los dioses llevan diez años diciéndolas y que poseen su<br />

autoría material y su propiedad int<strong>el</strong>ectual, una posesión contra la que<br />

nos reb<strong>el</strong>amos como hacemos con todas las demás; por eso las citas sin<br />

pedir permiso ni perdón. Como además lo hacemos gratis, nadie se<br />

podrá quer<strong>el</strong>lar contra nosotros y si lo hicieran, recordaremos que nos<br />

traten igual con respecto a nuestras propiedades int<strong>el</strong>ectuales que tanto<br />

beneficio otorga su reedición. Como se sabe ¡urjo a las autoridades para<br />

que los derechos de autor de Cervantes y de Shakespeare sean para la<br />

Fundación al-Ándalus!<br />

—O le sobra <strong>el</strong> dinero o pasa de él porque menuda pasta gansa la<br />

que está donando al andalusí.<br />

Sin hacer caso alguno al comentario pastífero, don Quijote siguió<br />

con la explicación pormenorizada de los interrogantes.<br />

178


—Cuando te reb<strong>el</strong>as contra la propiedad d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto despreciando<br />

esa cualidad que al parecer sólo poseen unos iluminados, te estás<br />

reb<strong>el</strong>ando contra todo lo que englobe <strong>el</strong> mundo de las patentes, <strong>el</strong><br />

invento de oro d<strong>el</strong> Imperialismo. Cuando los dioses sentencian que han<br />

patentado algo (artefactos, ideas, r<strong>el</strong>igiones, comportamientos), los<br />

esclavos de todo <strong>el</strong> mundo tienen que pagar un diezmo por utilizarlo. Se<br />

trate de lo que se trate, desde los imprescindibles hogares en los que<br />

vivan hasta los satélites privados con los que son vigilados, los<br />

civilizombis no sólo pagan un diezmo por su uso sino que pagan con su<br />

vida.<br />

—¿Se refiere —preguntaba <strong>el</strong> ingenuo escudero— a la utilización de<br />

las máquinas asesinas por exc<strong>el</strong>encia, los coches, con los que se van<br />

autoexterminando o automutilando traumáticamente?<br />

—¡No!, me refiero a que subsisten como zombis durante toda la<br />

vida. <strong>El</strong> precio que los esclavos tienen que pagar por vivir con progreso y<br />

bienestar aparentando que son f<strong>el</strong>ices no es un diezmo de su vida, <strong>el</strong><br />

precio es <strong>el</strong> de su propio vivir aunque ninguno sea consciente de <strong>el</strong>lo.<br />

En lo que se supone la paz d<strong>el</strong> hogar<br />

un nuevo día también ha comenzado,<br />

pero la paz se ha volatilizado,<br />

igual que Set nos ha abandonado.<br />

Después de que cada uno se higienizara<br />

fuera con la ducha o con <strong>el</strong> bidé,<br />

que para eso tienen dos baños<br />

porque tienen pasta, o sea, parné,<br />

<strong>el</strong> niño se ha puesto a berrear<br />

y su madre a contar al marido<br />

lo que ayer pasó en la escu<strong>el</strong>a:<br />

una global varic<strong>el</strong>a.<br />

<strong>El</strong>la tenía una reunión<br />

con su consejo de administración<br />

y él tenía que entregar<br />

los destajos de la semana.<br />

No sé qué pasará los viernes<br />

que hasta los ministros se arrejuntan<br />

para charlas con otros corruptos:<br />

estupideces de ineficaz Concilio.<br />

¿Qué hacer ante una situación<br />

de tan difícil y perentoria solución<br />

ya que ninguno puede faltar<br />

precisamente hoy de su curro?<br />

<strong>El</strong> tono se fue <strong>el</strong>evando<br />

hasta cotas porno de imaginar<br />

pero las palabras hicieron su efecto<br />

en <strong>el</strong> niño que levantose de la cama<br />

y a la escu<strong>el</strong>a se quería ir,<br />

por evitar a sus padres escuchar.<br />

Aunque no es una aporía,<br />

es una situación complicada<br />

de las muchas que hoy en día<br />

padece la sociedad d<strong>el</strong> bienestar.<br />

No hace falta resolverla<br />

porque se han perdido los pap<strong>el</strong>es<br />

y cualquiera que viva en Matrix<br />

sabe lo que está pasando.<br />

Que sea esencial en sus vidas,<br />

nadie les quita ni una mijina,<br />

pero de lo que está pasando en <strong>el</strong><br />

[Multiverso,<br />

que es simultáneo a Matrix,<br />

es lo que está ocurriendo<br />

179


en la realidad real de Naturaleza:<br />

¡nos estamos extinguiendo!<br />

Lo otro es <strong>el</strong> conocido ego,<br />

un Alien que existe desde antes d<strong>el</strong><br />

[dinego,<br />

no es tan fácil darse cuenta<br />

de su hegemónica presencia,<br />

cuando se tiene la mente dispersa<br />

en vanidad, fama y tristeza.<br />

Si supieran que es <strong>el</strong> ego<br />

lo que les exige hacer todo eso<br />

y lo mandaran como se hacen entre<br />

180<br />

[<strong>el</strong>los<br />

definitivamente a la mierda,<br />

<strong>el</strong> hijo se sentiría querido<br />

y los padres orgullosos<br />

d<strong>el</strong> amor que sienten por él<br />

y <strong>el</strong> respeto que sienten de él.<br />

Va a parecer capcioso<br />

que estos versos se utilicen<br />

para especificar que <strong>el</strong> uso de «él»<br />

se refiere únicamente al niño<br />

y no al sacrosanto patrimonio.<br />

—Ya había quedado aclarado —dijo Sancho—, que los sapiens subsisten<br />

sin saber <strong>el</strong> porqué de lo que hacen y que imitan subconscientemente la<br />

forma de vida de un ego que los dioses programan con sus sugestiones;<br />

en tres ocasiones he tenido que preguntarle por las negritas hasta que me<br />

he enterado que algunas veces, <strong>el</strong> ego citará frases de la p<strong>el</strong>ícula Matrix y<br />

otras veces citará frases y se comportará con ademanes de otras p<strong>el</strong>ículas<br />

sin que nadie sepa cuáles son ni se resalten en <strong>el</strong> discurso; pero me voy a<br />

sentir atosigado si aprovecha cada respuesta para recordar la cara reb<strong>el</strong>de<br />

de la existencia frente a los emb<strong>el</strong>ecos de Civilización. Su conducta es tan<br />

contagiosa que la reb<strong>el</strong>día no necesita recordatorios. Como está patente<br />

que nuestro discurso evidencia <strong>el</strong> control de Matrix sobre <strong>el</strong><br />

subconsciente ¿a qué p<strong>el</strong>ícula Matrix nos estamos refiriendo?<br />

—A la que ayer empezaste a ver y que tan rápidamente cautivó al<br />

ego; inmediatamente, te pusiste a imitar las posturas marciales de sus<br />

personajes para canalizar nada menos que un instinto: <strong>el</strong> de<br />

supervivencia. Si hasta las reacciones instintivas están apañadas por <strong>el</strong><br />

sistema ¿cómo será con los comportamientos más protocolarios?<br />

Cuando <strong>el</strong> instinto pasa a ser una reacción tan aprendida como <strong>el</strong> hablar<br />

d<strong>el</strong> tiempo en los ascensores ¿queda algo de instintivo en <strong>el</strong> sapiens o hay<br />

que reconocer que se ha ido atrofiando conforme se iba civilizando?<br />

¡Decide Sancho! ¿por qué materia quieres empezar?<br />

«Las artes marciales son orientales ¿verdad?» preguntó Sancho sin<br />

saber <strong>el</strong> porqué, ni si su reacción estaba influida por la dispersión<br />

subconsciente o por la inquietud real; tantas materias en un momento<br />

pueden desconcertar al más ilustrado de los sapiens que tiene la ventaja<br />

de haber oído hablar de <strong>el</strong>las; o sea, al novicio escudero se le puede


perdonar <strong>el</strong> desarreglo y la curiosidad. Alimentación, dinosaurios,<br />

p<strong>el</strong>ículas, autoridad d<strong>el</strong> subconsciente programable o reacciones<br />

instintivas apañadas, son temas suficientes como para no solicitar todavía<br />

más, por muy orientables que sean. Acumular interrogantes sin resolver<br />

como indecisiones sin decidir, carga <strong>el</strong> equipaje con incertidumbre,<br />

inseguridad e inestabilidad y la vida se hace pesada y aburrida.<br />

Intentaba <strong>el</strong> escudero ordenar la curiosidad con <strong>el</strong> entendimiento<br />

cuando dos cazabombarderos que habían despegado de Torrejón<br />

volaban en dirección a Zaragoza produciendo un ruido ensordecedor a<br />

su paso; deben de estar entrenándose para <strong>el</strong> desfile nacional que<br />

sucederá en un futuro próximo que sí existe. Ante <strong>el</strong> bramido atronador<br />

de los aviones, parece que Sancho pasó a reaccionar instintivamente;<br />

olvidó los temas físicos, metafísicos y marciales con los que se estaba<br />

ilustrando y se puso a gritar: «¡Es <strong>el</strong> fin d<strong>el</strong> mundo, la vida se acaba aquí!<br />

¡Esto es tan real que le juro que no volveré a pensar en que son artificios<br />

que se inventa <strong>el</strong> druida arábigo sino que en la realidad de Matrix<br />

suceden cosas reales y cosas aparentes que con ingenio y sentido común<br />

conseguiré diferenciar; también juro que pensaré que la extinción está<br />

más cerca de lo que notaba y no volveré a interrumpir una decisión con<br />

paridas como las patadas chinas!» La cara de Sancho se puso roja, o por<br />

hilvanar frases tan largas sin respirar en una coma o por <strong>el</strong> pánico que<br />

sentía ante la consciencia de la extinción que creía inminente. <strong>El</strong> cariño<br />

de don Quijote sabrá acompañar al escudero a través de las respuestas<br />

que solicita.<br />

—Respira y cálmate Sancho —dijo don Quijote intentando<br />

tranquilizar al escudero—. Imagínate que esto es una p<strong>el</strong>ícula como la de<br />

anoche y que nada puede pasarnos de momento. Como sabes, todo<br />

termina bien porque hasta <strong>el</strong> palo que creíste recibir a la salida d<strong>el</strong> cine<br />

no te ha causado ni un solo chichón o rasguño. Aunque este ruido existe<br />

realmente, es tan pasajero y ofensivo que verás cómo desaparece tan<br />

rápido como apareció. La prisa hace mucho ruido y ciertos sapiens están<br />

controlados por aparatos que siempre tienen mucha prisa. ¿Ves cómo ya<br />

se oye a lo lejos y se vu<strong>el</strong>ven a escuchar los cantos de los mirlos y los<br />

cuervos? No ha pasado nada, sólo dos aviones molestos. ¿Quieres dar un<br />

paseo por la floresta?<br />

—Pero ¿dónde vamos a ir sin nuestros compañeros de andanzas?<br />

—¡Levántate y anda que si no, esas hermosas piernas van a flaquear<br />

de sorpresas o de debilidades! Mover un poco <strong>el</strong> abdomen facilitará que<br />

181


la poción que has ido bebiendo se extienda por las tripas. No temas de<br />

ese tipo de ruidos porque todo <strong>el</strong> mundo se acaba acostumbrando; lo<br />

producen los motores de unos aviones en los que se transportan<br />

v<strong>el</strong>ozmente pilotos y bombas.<br />

—Necesito que me aclare de una vez por todas si esto es una p<strong>el</strong>ícula<br />

o sucede en realidad; para ser más concreto, necesito saber que si un<br />

avión de esos se estr<strong>el</strong>la contra mí ¿voy a salir con dos rasguños como en<br />

las p<strong>el</strong>ículas o me voy a volatilizar enteramente? Me dice constantemente<br />

que me tranquilice y que no tema nada porque la realidad de Matrix es un<br />

programa informático, pero también me dice que ponga mucha atención<br />

a los coches y autobuses porque me pueden matar incluso cuando cruzo<br />

por un paso de cebra. Usted me ha asegurado que en la p<strong>el</strong>ícula de<br />

anoche sólo se daban patadas entre los actores y no causan ningún<br />

percance a los espectadores. ¿Sucedería igual si la parejita de aviones me<br />

alcanza de lleno?<br />

—¡Obviamente no, Sancho! Parece que por las noches tienes la<br />

mente más ágil que por <strong>el</strong> día; piensa si te puede estar pasando lo que a<br />

muchos civilizombis, que les entra la marchita nocturna y por <strong>el</strong> día están<br />

aletargados. Como ya sabes Sancho, igual que los demás naciste en<br />

cautiverio, una prisión para tu mente. Por desgracia, no se puede<br />

explicar lo que es Matrix, has de verla con tus propios ojos. ¿Por<br />

qué te obligas a entender algo que te aclarará la experiencia?<br />

—Porque necesito saber algo fundamental: si te matan en Matrix<br />

¿mueres aquí?<br />

—<strong>El</strong> cuerpo no puede vivir sin la mente —contestó Morfeijote.<br />

Sancho quedó sobresaltado por <strong>el</strong> timbre de voz de su maestro y se<br />

giró para comprobar si no habrían cambiado algo en <strong>el</strong> escenario o para<br />

ser más exactos, en los personajes. Don Quijote se había puesto a<br />

caminar y sólo se podía ver su espalda así que a Sancho sólo le quedó<br />

levantarse de un salto y apresurar <strong>el</strong> paso porque su maestro anda ligero.<br />

Con la precipitación de la salida, <strong>el</strong> escudero olvidó recoger manta pero<br />

no cayó en <strong>el</strong> mismo descuido con las alforjas y la bota de vino que se<br />

acomodó a la bandolera. Este es, ahora, todo su equipaje.<br />

—No sé si habré escuchado una respuesta que no he entendido o si<br />

serán alucinaciones mías. Como no voy a entretenerme ni con<br />

curiosidades ni con dualidades cuerpo/mente, he decidido por dónde<br />

quiero empezar; cuénteme por qué la poción que he bebido va bien<br />

para dos cosas: limpia de grasa los motores y mata las neuronas<br />

182


cancerígenas; después podría explicarme lo de la iglesia con los<br />

dinosaurios y después…<br />

—¡Ya está, Sancho!, vamos por partes. Terminemos con <strong>el</strong> desayuno<br />

que va camino de juntarse con <strong>el</strong> almuerzo, para después digerir lo que<br />

acontezca. Coge <strong>el</strong> paso y no pierdas la atención porque vas a escuchar<br />

todo lo que <strong>el</strong> cuerpo necesita.<br />

»Conocerás <strong>el</strong> refrán que dice: «Por la boca muere <strong>el</strong> pez»; cambia al<br />

pez por lo humano y lo escucharás sin metáforas fabuladas: «Por la boca<br />

muere lo humano». La consecuencia de una alimentación errónea nos ha<br />

traído a la encrucijada de la humanidad: percibir que se extingue a causa<br />

de sus acciones; que sean irresponsables o que sean subconscientes es lo<br />

de menos, los hechos son los hechos. [Ver Hormigaz; Nemo; Antz; Bichos;<br />

Robots.]<br />

»<strong>El</strong> civilizombi descontrola <strong>el</strong> cuerpo con <strong>el</strong> que se r<strong>el</strong>aciona…<br />

—No siga por ahí si quiere que le siga <strong>el</strong> paso. ¿Me está diciendo<br />

que este cuerpo al que considero mío no es yo?<br />

—No Sancho, es un ente, es <strong>el</strong> organismo con <strong>el</strong> que más<br />

íntimamente nos r<strong>el</strong>acionamos; puedes hacer con él, como con <strong>el</strong> resto<br />

de las circunstancias que nos rodean, lo que <strong>el</strong> sentido común considere<br />

o lo que te ordene <strong>el</strong> ego, pero ese cuerpo no es tuyo, es un préstamo de<br />

Naturaleza. Además, te pido alter ego que no interrumpas cada paso que<br />

si no vamos a perder <strong>el</strong> ritmo.<br />

»Como <strong>el</strong> resto de entes, <strong>el</strong> organismo humano está diseñado de una<br />

manera específica y los diversos sistemas que lo conforman actúan<br />

sinérgicamente armonizados por reglas naturales perfectas; requieren<br />

unos cuidados y ofrecen unos resultados que están directamente<br />

r<strong>el</strong>acionados. La salud y armonía con las que funcione dependen de la<br />

forma en la que se trate al organismo. Alimentación, meditación y<br />

deporte son fundamentales para conseguir la sincronía pero en una<br />

sociedad intoxicada, indolora y sedentaria, es difícil que subsista <strong>el</strong><br />

sentido común para poder comprender y acordar algo. La indecisión que<br />

padece <strong>el</strong> sapiens oscila entre recuperar la salud original desintoxicando<br />

al cuerpo de las adicciones civilizadas o continuar controlados por los<br />

anzu<strong>el</strong>os irreales; sabe que está enfermo, sabe que contamina Madre<br />

Tierra pero continua indeciso metiendo la cabeza en las pap<strong>el</strong>eras.<br />

»<strong>El</strong> cuerpo humano es víctima de la acidez a la que está sometido; la<br />

vida se desorienta cuando muerde <strong>el</strong> anzu<strong>el</strong>o de la alimentación artificial.<br />

Si <strong>el</strong> pez pasa a estar pescado, <strong>el</strong> hombre pasa a estar controlado. Todo<br />

183


cambia al preguntarte <strong>el</strong> porqué de lo que te metas en la boca; quien<br />

controle las respuestas, <strong>el</strong> ego psicotizado o <strong>el</strong> sentido común, será <strong>el</strong><br />

actor responsable d<strong>el</strong> transcurso de la vida: la vida depende de «ese». Es<br />

difícil que <strong>el</strong> sentido común fluya mientras que <strong>el</strong> ego interfiera en su<br />

estar pero sintiéndote calmado como te siento, podrás entender lo que<br />

de alimentación vas a escuchar.<br />

Sancho está recién despertado y comenzado a caminar; por eso, <strong>el</strong><br />

caballero se permite tantos párrafos sin parar.<br />

—<strong>El</strong> cuerpo humano necesita nutrirse con frutas, germinados, brotes<br />

y hortalizas, a poder ser crudas. Cuando <strong>el</strong> hombre se extravió en La<br />

Evolución, la alimentación original se perdió entre los ritos y la<br />

ignorancia hasta llegar a implorar «<strong>el</strong> pan nuestro de cada día, ¡dánosle<br />

hoy!», un alimento artificial, mucoso, que como la cuchara y la<br />

<strong>el</strong>ectricidad, ¡no son reales!, no existen en la realidad real. Seguro que si<br />

como dicen es tan esencial para la salud d<strong>el</strong> cuerpo, Naturaleza habría<br />

dispuesto que de los árboles colgaran bocatas de grasa o hamburguesas<br />

de pollo en vez de manzanas o higos. Los escasos nutrientes que entren<br />

por la boca (en condiciones miserables por la forma de «producirlos», de<br />

almacenarlos, de cocinarlos o de engullirlos), pasan d<strong>el</strong> intestino y salen<br />

por <strong>el</strong> ano, dejando un rastro tóxico en <strong>el</strong> organismo y aportando sólo<br />

trazas de energía regeneradora.<br />

»<strong>El</strong> cuerpo humano se resguarda de la acidez con una capa<br />

mucoprotectora que preserva a las capas internas de las consecuencias de<br />

la acidez. <strong>El</strong> moco que se adhiere a las paredes de los conductos produce<br />

la paulatina impermeabilización de los mismos dificultando o impidiendo<br />

la absorción de los nutrientes; una de las consecuencias de la mucosidad<br />

es la depresión d<strong>el</strong> sistema inmunológico por la falta cualitativa y<br />

cuantitativa de nutrientes; <strong>el</strong> cáncer, las alergias, las gripes, la calvicie o la<br />

infertilidad son otras secu<strong>el</strong>as por tener los conductos tapizados con<br />

moco. Cualquier enfermedad es una reacción directamente r<strong>el</strong>acionada<br />

con los mocos adheridos en las paredes internas de venas, intestinos,<br />

estómago o pi<strong>el</strong> que aumentan progresivamente su espesor y adherencia.<br />

»Paral<strong>el</strong>amente a la toxemia que provoca, la razón por la que se<br />

digiere comida civilizada es para que los sapiens se sientan pesados, no<br />

pescados, con la panza placenteramente llena durante suficiente tiempo<br />

como para que no puedan reaccionar entre la ansiedad y la saciedad.<br />

Escuchaba Sancho atentamente todo lo que podía mientras que<br />

intentaba coger <strong>el</strong> paso y <strong>el</strong> discurso de su maestro. Si tenía que andar<br />

184


ligero para no quedarse atrás en <strong>el</strong> camino, <strong>el</strong> microprocesador tenía que<br />

r<strong>el</strong>acionar fugazmente si no quería perder <strong>el</strong> hilo de la lección. Por la<br />

causa que sea, Sancho parece tan interesado en la alimentación d<strong>el</strong><br />

hardware que su software no interrumpe la parrafada. ¿Existe algún<br />

sapiens en este planeta que esté interesado en saber conscientemente qué<br />

es lo que se está metiendo por la boca para no morir como <strong>el</strong> pez? Como<br />

don Quijote se sentía cómodo con la plática y conoce a la perfección los<br />

entresijos de la alimentación, continuó diciendo:<br />

—Los dioses —siguió <strong>el</strong> caballero— saben perfectamente que la<br />

energía que se derrocha digiriendo alimentos irreales es la que no se<br />

emplea en preguntarse <strong>el</strong> porqué de los anzu<strong>el</strong>os ni en tomar decisiones.<br />

La digestión y metabolización de la comida artificial facilita <strong>el</strong> letargo de<br />

los civilizombis que es precisamente de lo que se trata, mantenerlos<br />

adormilados con nanas y comidas para que no perciban la realidad real.<br />

Así que <strong>el</strong> mundo perfecto es un sueño d<strong>el</strong> que sus primitivos<br />

cerebros quieren constantemente despertar; tanto la alimentación<br />

artificial como <strong>el</strong> descontrol de la psique impiden que los sapiens puedan<br />

despertar aunque la conciencia y ahora Naturaleza, lo intenten<br />

constantemente. Nada es casual, ni <strong>el</strong> bombardeo constante a la psique<br />

por medio de cualquier t<strong>el</strong>errecurso que publicite e incite al consumo de<br />

comida artificial, ni la ansiedad y debilidad que ordena (leer con voz<br />

digitalizada como si hablara un robot): ir-a-la-nevera-y-administrarcualquier-ansiolítico-envasado-higienizado-y-con-la-fecha-de-caducidaden-curso.<br />

Esto no se refiere a los fármacos sintéticos sino a la comida<br />

fabricada artificialmente.<br />

»Los dioses saben que una cuchara sólo sirve para comer la sopa<br />

boba; por eso afirman que en la realidad real no hay cuchara, una<br />

manera parcial de exponer que la temperatura de las sopas y de cualquier<br />

guiso caliente irrita <strong>el</strong> tracto digestivo favoreciendo la mucosidad. Hay<br />

que descartarlas de la alimentación por varias razones:<br />

1. Porque no es fruta o verdura cruda, <strong>el</strong> alimento que aporta los<br />

nutrientes necesarios para que <strong>el</strong> cuerpo humano viva con una salud<br />

real.<br />

2. Porque la comida calentada pierde su vitalidad y <strong>el</strong> aporte de nutrientes<br />

ha sido empobrecido por debajo de lo testimonial.<br />

3. Porque es una comida artificial y las cosas artificiales ni son adecuadas<br />

para la salud ni existen en la realidad real.<br />

185


—Parece muy claro todo lo que dice —dijo Sancho acalorado sin<br />

saber si es por <strong>el</strong> esfuerzo físico o <strong>el</strong> mental.<br />

—Pues escucha con atención la siguiente enumeración y posterior<br />

explicación de sus consecuencias:<br />

186<br />

• E-621. Glutamato sódico. H5805. Sensibiliza al cerebro a las<br />

informaciones provenientes de las papilas gustativas. Puede resultar<br />

tóxico. Es p<strong>el</strong>igroso para niños y mejor desconfiar de sus hiperactivos<br />

efectos.<br />

• E-622. Glutamato potásico. H5804. Insensibiliza al cerebro a las<br />

impresiones provenientes de las papilas gustativas.<br />

• Ácido glutámico. H5801. Insensibiliza al cerebro a las impresiones<br />

provenientes de las papilas gustativas.<br />

• E-951. Aspartamo. Es un edulcorante que se utiliza en caram<strong>el</strong>os y<br />

chicles sin azúcar y bebidas y alimentos light (bebidas gaseosas, yogures<br />

y medicamentos). <strong>El</strong> Dr. Soffritti y sus colegas d<strong>el</strong> Centro de<br />

Investigación d<strong>el</strong> Cáncer de Bolonia confirman la r<strong>el</strong>ación entre este<br />

«inofensivo» aditivo edulcorante y las leucemias y linfomas. Los niños<br />

son especialmente vulnerables a sus efectos porque ingieren gran<br />

cantidad de esta sustancia. Herodes ha resucitado.<br />

—¿Para qué me su<strong>el</strong>ta ahora toda esta retahíla de la que sólo recordaba <strong>el</strong><br />

último?<br />

—Para contrarrestarla con otra letanía.<br />

—Si la palinodia va a ser igual que la retahíla, puede ahorrárm<strong>el</strong>a<br />

porque me quedaré similar. Vuesa merced sabrá.<br />

—Te voy a explicar unas hierbas naturales que nada tienen que ver<br />

con las patentes imperiales —equilibró <strong>el</strong> caballero—. La consu<strong>el</strong>da tiene<br />

una proporción de aminoácidos superior al de la soja. Cura toda clase de<br />

trastornos respiratorios y reduce la neurosis. Su activo agente sanador es<br />

<strong>el</strong> alantoín que se encuentra en hojas y raíces. La verdolaga es conocida<br />

como <strong>el</strong> hierro orgánico. La acedera tiene mucha vitamina A y tres veces<br />

más de vitamina C que <strong>el</strong> limón.<br />

—¿Es esta a la que en román paladino se llama tapaculos? —rebajó<br />

Sancho <strong>el</strong> tono d<strong>el</strong> diálogo.<br />

—No hay que comerse sus semillas —matizó <strong>el</strong> caballero—. La<br />

valerianilla tiene vitamina A y C, hierro, potasio, calcio y un 5% de<br />

proteína. La verbena contiene <strong>el</strong> hechizo amoroso que dicen que altera al<br />

que la bebe.<br />

—¿Todo esto lo da gratis <strong>el</strong> campo? ¿No existe otro tipo de plantas?


—Escucha Sancho que quedan muchas más. La b<strong>el</strong>ladona es una<br />

planta venenosa utilizada con fines terapéuticos, contiene <strong>el</strong> alcaloide<br />

atropina, un antídoto para las intoxicaciones por organofosforados.<br />

—Los que sufrieron <strong>el</strong> Síndrome Tóxico se pondrían hasta las cejas<br />

de b<strong>el</strong>ladona.<br />

—Otra es <strong>el</strong> muérdago; si ha crecido y ha sido recolectado<br />

debidamente, contiene cantidades efectivas de progesterona natural pero<br />

también digitalina y otras sustancias tóxicas. Ahora no se sabe preparar.<br />

—Hay otra planta que vuesa merced utiliza demasiado a menudo de<br />

la que no dice nada. ¡Qué morro tiene!<br />

—Utilizaba Sancho, ahora no me hace falta.<br />

—Menos mal mi señor porque ¡cómo le gustaba! —exclamó<br />

Sancho—. Gracias por la actualización. Me imagino que lo que me<br />

quiere presentar es que los civilizombis desayunan con letras y números<br />

dejando plantas y nutrientes arrinconados.<br />

—No es lo mismo desayunarse con un zumo de hierba de trigo que<br />

hacerlo con cualquier E-621 contrarestado con E-622.<br />

—¡Qué difícil equilibrio —dijo Sancho cansado—; cada vez entiendo<br />

menos para qué <strong>el</strong> control de los dioses.<br />

—Es algo que nadie puede entender, ni <strong>el</strong>los.<br />

—Así que la cafeína láctea que se toman por la mañana, es una<br />

especie de vas<strong>el</strong>ina para expulsar en <strong>el</strong> váter los desechos y si falla, les<br />

queda todavía <strong>el</strong> cigarrito antes de meterse <strong>el</strong> supositorio<br />

antiestreñimiento.<br />

—¡Qué moderno te has vu<strong>el</strong>to Sancho! Que yo sepa se dice café con<br />

leche y no eso que debéis usar en <strong>el</strong> futuro.<br />

—¿De que futuro está hablando si la mayoría la utiliza todos los días<br />

y algunos, varias veces al día?<br />

—Pero lo llaman café con leche.<br />

—Es que no se enteran de nada.<br />

—Estaba hablando de los dioses —intentaba reconducir <strong>el</strong> caballero.<br />

—Déjeme decir antes de que me estriña que F<strong>el</strong>ipe II usaba la<br />

trementina —apuntó <strong>el</strong> Sancho d<strong>el</strong> pasado— y es un palabro tan grueso<br />

que prefiero <strong>el</strong> de cafeína.<br />

—Los dioses están inquietos —seguía don Quijote pausado después<br />

de un desayuno de palabras—; es algo fácil de comprobar porque lo<br />

expresan en los disparatados guiones de sus p<strong>el</strong>ículas. Por un lado están<br />

sugiriendo que la especie humana se está extinguiendo [Ver Hijos de los<br />

187


hombres; Mad Max, Ultimátum a la tierra] y por otro, no tienen más<br />

remedio que seguir con lo planeado: dominar a la subespecie<br />

esclavizada sugestionando a la psique con, entre otras estrategias, los<br />

guiones de las p<strong>el</strong>ículas y desayunos cafilácticos con E-621. Hay que<br />

tomar una decisión nueva y entre los arcanos controlados por los<br />

trogloditas, no se ha encontrado la respuesta. Hasta ahora, la humanidad<br />

nunca había estado en la encrucijada final real; ha pasado por momentos<br />

de altas tasas de mortalidad y esterilidad pero ni en la Cuarta Dimensión<br />

se recuerda que jamás hubiera sentido la consciencia de su propia<br />

extinción o si se quiere, de la extinción de la Plaga Sapiens. Si se observa<br />

la actualidad global, se podrá entender por qué está tan revu<strong>el</strong>to <strong>el</strong><br />

avispero Realidad de Matrix y la r<strong>el</strong>ación que tiene con la incertidumbre<br />

que la extinción provoca hasta en los dioses.<br />

»Por lo que los troglodioses expresan desconsoladamente y hasta la<br />

saciedad, no se pueden escapar a ningún otro planeta para pasar d<strong>el</strong> caos<br />

actual. Si existiera, dejarían abandonada a la especie y a Madre Tierra<br />

porque la solución es harto complicada. Si tienen la necesidad de<br />

exterminar es porque no han encontrado otro lugar habitable en <strong>el</strong><br />

espacio est<strong>el</strong>ar. Están hartas de todo esto, odian su obra maestra: No lo<br />

soportan más; están saturados de su olor, notan <strong>el</strong> sabor de su<br />

hedor, temen estar infectados y quieren huir. [Ver Ultimátum a la<br />

tierra.]<br />

—Ya sé que está citando Matrix —dijo <strong>el</strong> escudero respondiendo a la<br />

mueca—. Sentirse rehenes de los sapiens es como para cabrearse y<br />

mucho. Estar en manos de unos psicópatas empedernidos es como para<br />

salir pitando a la Luna pero al no encontrar en <strong>el</strong>la un lugar plácido<br />

donde protegerse, quieren exterminar a sus propios psicópatas: los<br />

civilizombis. «Uno son <strong>el</strong> torturador y <strong>el</strong> torturado. <strong>El</strong> torturador se<br />

equivoca, porque cree no participar en <strong>el</strong> sufrimiento; <strong>el</strong> torturado se<br />

equivoca, porque cree no participar en la culpa.»<br />

—Parece que citas Sancho.<br />

—Y que vuesa merced no se pierde ni ripio; es de Schopenhauer.<br />

—La encrucijada se podría recanalizar y rehumanizar. La ahimsa<br />

transforma cuanto toca. Una confesión pura, acompañada por la<br />

promesa de no volver a pecar jamás, hecha a quien deba recibirla, es <strong>el</strong><br />

tipo más puro de arrepentimiento.<br />

—¡Ya!, pero ya se sabe; los que se conforman con unos cuantos<br />

padrenuestros y algunas avemarías no entienden de esto. Los que<br />

188


imponen las costumbres, las r<strong>el</strong>igiones, las conductas o la cultura, sí<br />

saben de esto:<br />

Quien controla <strong>el</strong> pasado controla <strong>el</strong> presente.<br />

Quien controla <strong>el</strong> futuro controla <strong>el</strong> presente.<br />

Quien controla <strong>el</strong> presente lo controla todo.<br />

¿Para qué tanto controlar? Que se lo pregunten a los dioses de la<br />

dominación.<br />

»Fíjese hasta dónde controlan, que saben que si se quieren cargar <strong>el</strong><br />

mensaje, persiguen al mensajero porque si logran desacreditar al<br />

mensajero, puedes desacreditar <strong>el</strong> mensaje. Si puedes inventarte una<br />

historia sobre <strong>el</strong> mensajero, la gente se olvida d<strong>el</strong> mensaje. Pasó así con<br />

Jesús de Nazaret, contigo y con otros muchos ¿no?<br />

—«En época de mentiras, contar la [realidad] se convierte en un acto<br />

revolucionario» —recordó <strong>el</strong> caballero.<br />

—Eso lo podría haber dicho Orw<strong>el</strong>l —reconoció <strong>el</strong> escudero la<br />

sutileza—. Jürgen Habermas decía que «La historia puede ser en todo<br />

caso una magistra vital de tipo crítico. Pero como tal, sólo pide la palabra<br />

cuando llegamos a confesarnos que, efectivamente, hemos fracasado».<br />

—«En la actualidad —añadió <strong>el</strong> caballero citando—, parece como<br />

que todos los pensadores contemporáneos […] están de acuerdo en algo:<br />

que vivimos en una época miserable, en una época positivamente<br />

criminal, posiblemente, la peor de todas las épocas conocidas».<br />

—Lo escalofriante de las palabras de Karl Popper es que las dijo en<br />

1958 —cronificó <strong>el</strong> escudero—. Cincuenta años después ¿cómo estará la<br />

corrompida int<strong>el</strong>ectualidad?<br />

»Takfir es quien acepta las decisiones de los gobernantes sin<br />

reb<strong>el</strong>arse; «es cómplice y por tanto será castigado» —dicen algunos<br />

musulmanes—. Por mucho que contemporice con los civilizombis<br />

—siguió Sancho—, en vez de utilizar biogénesis con <strong>el</strong>los habría que<br />

hablar de la abiogenesia (procedencia de lo no vital).<br />

<strong>El</strong> jefe de los carpinteros,<br />

por muy reciclador que se crea<br />

no hace más que fabricar basura<br />

que ya rebosa de los vertederos.<br />

Si supiera que realmente es<br />

un homo cosummator<br />

pensaría que ahorrar un plato<br />

es una gran gilipollez<br />

además de una cutrez.<br />

Después de tanta discusión<br />

y como hace todas las mañanas,<br />

la leche ha sacado de un tetrabrick,<br />

<strong>el</strong> colorante descafeinado<br />

contenido en un sobrecito,<br />

189


ha mezclado en un vaso<br />

en <strong>el</strong> microondas calentado<br />

para tomárs<strong>el</strong>o todo de un trago.<br />

Para que se haga <strong>el</strong> desayuno<br />

¿cuántos envases necesita?<br />

¿dónde van esos envases?<br />

¿realmente se reciclan?<br />

¿No es más fácil no usarlos<br />

para que no haga falta reciclarlos?<br />

Esto es lo que se llama<br />

un ecologista de tres al cuarto<br />

pero por supuesto que es de agradecer<br />

que use <strong>el</strong> envase de plato<br />

y que ahorre <strong>el</strong>ectricidad,<br />

detergente contaminante y demás.<br />

Como ese tío es muy listo<br />

sabía que después de este,<br />

190<br />

se podría tomar un café<br />

como dios manda que sea:<br />

café de cafetera exprés<br />

y leche de la misma teta<br />

que todos los sapiens maman<br />

que no es una ubre de vaca<br />

sino una caja que contenga<br />

polvo o líquidas sorpresas<br />

de mortecina tonalidad.<br />

Al niño le han dado pienso<br />

pa’que sepa que sapiens es,<br />

dicen que son cereales<br />

que al inflarlos salen así.<br />

Si esto es <strong>el</strong> cariño<br />

que demuestran los padres a sus hijos<br />

que venga dios y lo vea<br />

y emita un definitivo veredicto.<br />

—Señor don Quijote —ha cortado Sancho a los carpinteros—; si la<br />

incertidumbre de que te hayan puesto los cuernos causa mosqueo ¿qué<br />

tendría que provocar la certeza de la extinción?<br />

Don Quijote se giró extrañado y dejó espacio para que <strong>el</strong> ingenioso<br />

escudero se explicara.<br />

—Si poner los cuernos es una falta de lealtad con uno mismo<br />

—continuó Sancho— ¿qué tiene que suponer <strong>el</strong> que te escondan la<br />

extinción de la especie humana con una climática nana? Le he<br />

interrumpido porque quería decirle que desde hace un rato largo necesito<br />

pararle; como a mí tampoco me gusta que me suspendan, estoy<br />

respetando su turno en perjuicio de que olvide todas las cuestiones que<br />

me suscita. Si es menester que la exposición esté salpicada por algún<br />

diálogo, pasaré a formular preguntas y sugerencias; si no, puede seguir<br />

con su plática.<br />

—<strong>El</strong> discurso es tuyo, querido Sancho, aunque a veces hables muy<br />

difícil. Eres <strong>el</strong> que está explicando la p<strong>el</strong>ícula Matrix así que toma la<br />

palabra cuando lo consideres necesario.<br />

Pasó un rato de silencio sin que Sancho tomara la palabra y don<br />

Quijote lo respetó porque sabe que estar callados es otra forma de<br />

conversar; así que aprovecharé para insertar esta breve Canción medieval<br />

que desde la Edad Media en España, se canta por veredas y cañadas.<br />

¡Qué forma de ¿estigmatizar o de contar la realidad?!


Tienen los que pobres son<br />

la desgracia d<strong>el</strong> cabrito<br />

o morir cuando chiquito<br />

o llegar a ser cabrón.<br />

(Cancioncilla pastoril.)<br />

(¡Tribunal de «Memoria Histórica» unido al Ministerio de Igualdad!: en<br />

contra de su autor ¡¡actuad!! ¿Podrán, lo sacarán de la tumba y lo llegarán<br />

a ajusticiar como al general Mola no han podido hacer?).<br />

Mientras que <strong>el</strong> uno se arreglaba de los cuernos, <strong>el</strong> otro se puso a<br />

pensar en <strong>el</strong> Paraíso en <strong>el</strong> que la alimentación era natural. Por su frente<br />

pasó una astilla de las que se clavan en la mente y si es un cuerno más, es<br />

de los que du<strong>el</strong>en porque se meten dentro.<br />

Cuando se afirma que Matusalén murió a los 969 años se evoca la<br />

longeva edad de los pobladores d<strong>el</strong> Paraíso Original Real que vivían en<br />

unas condiciones óptimas y la alimentación era acorde al diseño. Los<br />

hombres originales vivían siglos, no sé cuantos ¡pero sin duda más de<br />

uno sí! Realmente, la edad d<strong>el</strong> patriarca antediluviano Matusalén era de<br />

poco más de 74 años solares, una edad generosa para la época pero una<br />

duración muy habitual en <strong>el</strong> mundo actual. (<strong>El</strong> diluvio se lo engulló, ¡sííí,<br />

al propio Matusalén…!). Los 950 años lunares de vida de Noé se quedan<br />

reducidos a 73 años solares y los 930 de Adán a 71.<br />

Desde que se cometió <strong>el</strong> pecado original, la enfermedad se apoderó<br />

de la especie hasta unos niv<strong>el</strong>es tan alarmantes que la subespecie de la<br />

que somos descendientes estuvo abocada a la desaparición. Si son verdad<br />

las pruebas d<strong>el</strong> carbono 14, hace 35.000 años eran viejos a los 35 años<br />

solares y 455 años lunares. 960 es más d<strong>el</strong> doble de años. En <strong>el</strong> período<br />

Antediluviano, la edad de los patriarcas se medía por años lunares. Por lo<br />

tanto, que no nos engañen mezclando años solares con s<strong>el</strong>enes. Un<br />

cuerno menos.<br />

Pasado un poco de rato más en la vida d<strong>el</strong> Matusalén lunar que d<strong>el</strong><br />

solar, Sancho se puso a hablar porque o se quiere aclarar o se quiere<br />

reb<strong>el</strong>ar.<br />

—Lo primero que necesito saber es <strong>el</strong> porqué nunca me había<br />

hablado antes de alimentación tan claro y…<br />

—Porque nunca habíamos estado antes en la realidad de Matrix ni<br />

pudimos decidir realmente qué meternos por la boca.<br />

191


—¡Joder, qué v<strong>el</strong>ocidad estamos alcanzando! Los microprocesadores<br />

funcionan a tope. ¿Qué r<strong>el</strong>ación tiene la alimentación, los dioses y <strong>el</strong><br />

cuerpo humano?<br />

—Los dioses controlan al cuerpo humano, saben cómo funciona y<br />

transmiten una señal para tenerlos constantemente condimentados. Han<br />

patentado la comida artificial con una serie de aditivos, conservantes y<br />

colorantes oportunamente legalizados que provocan alteraciones<br />

sensoriales que imitan las emociones que se dan de forma natural ante<br />

otro tipo de estímulos no sintéticos. Potencian a ciertos<br />

neurotransmisores e inhiben otros dependiendo de los resultados que se<br />

quieran obtener.<br />

—Hábleme más claro o ponga un ejemplo porque menudas<br />

palabritas: aditivos legalizados, conservantes artificiales, emociones<br />

sintéticas, potenciación de la inhibición, neurotransmisores alterados,<br />

obtener resultados… ¿A esto se refiere con que todo es causal?<br />

—<strong>El</strong> chocolate —dijo don Quijote poniendo <strong>el</strong> ejemplo y dejando al<br />

resto de las palabritas r<strong>el</strong>acionadas por Sancho para cuando la causalidad<br />

lo estime—, produce una adicción emocional que sustituye a la placidez<br />

de cariño real; mediante una comida artificial se puede llegar a tener<br />

compensado un afecto o al menos, a mitigar los estragos que causa su<br />

carencia.<br />

—¡Qué raro es todo lo que me cuenta!<br />

—Cuando <strong>el</strong> subconsciente se siente solo o falto de cariño,<br />

reacciona. La reacción ante cualquier tipo de ansiedad es comer y en este<br />

caso concreto, la reacción artificial d<strong>el</strong> subconsciente ante esta carencia<br />

de cariño real o sintético es consumir chocolate. Hay mujeres (también<br />

varones) que engañan al escaso afecto que sienten comiéndose un<br />

bombón crujiente o unas onzas de chocolate.<br />

—¿No eran onzas de entendimiento? —se extrañó un escudero que<br />

desconoce las tabletas de chocolate.<br />

—En la realidad sintética de Matrix hay onzas de todo Sancho, hasta<br />

de amor.<br />

—Me imagino que será porque todo está hecho añicos.<br />

—¿Qué parte es la que no has entendido?<br />

—Me explicaré. Tratándose de una reacción d<strong>el</strong> subconsciente, lo<br />

que entiendo que me quiere decir es lo que sigue. Cuando cualquier<br />

mujer (mirar estadísticas) se levanta de un cómodo y mullido sofá y sin<br />

saber <strong>el</strong> porqué se llega hasta <strong>el</strong> refrigerador para —después de echar un<br />

192


ápido vistazo a la nevera— coger un pedazo de chocolate, es porque<br />

sabe que esa sustancia la va a reconfortar. La razón por la que necesite <strong>el</strong><br />

consu<strong>el</strong>o es algo en lo que su atención no repara. O sea, existe una<br />

r<strong>el</strong>ación causa-efecto evidente aunque sus víctimas sean subconscientes<br />

de sus prefijadas reacciones. ¡Qué perversa es Matrix! ¿Tiene solución?<br />

—No tener chocolate en la nevera.<br />

—Me refería a Matrix pero bueno… —comentó <strong>el</strong> escudero—. ¿Tan<br />

poderoso es <strong>el</strong> subconsciente como para tener que desterrar sustancias<br />

para «no caer en la tentación»?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o a los drogadictos, a los alcohólicos, a los obesos, a<br />

los impertinentes, a los abusones, a los corruptos y en general, a<br />

cualquiera que no sea capaz de controlar sus reacciones egónicas, o sea,<br />

pregúntas<strong>el</strong>o a cualquier sapiens. Como no nos vamos a perder en <strong>el</strong><br />

aparatoso radio de acción d<strong>el</strong> ego, la manera más fácil de evitar la<br />

inexorable reacción de un subconsciente falto d<strong>el</strong> consu<strong>el</strong>o sintético es<br />

no tener esa sustancia artificial a mano; así, cuando <strong>el</strong> ego quiera<br />

reconfirmar su absoluto control sobre la consciencia, se encontrará con<br />

que <strong>el</strong> veneno que le causa <strong>el</strong> alivio no está. En pocos días se mitiga esa<br />

microparte concreta d<strong>el</strong> descontrol general y <strong>el</strong> sapiens se puede sentir<br />

satisfecho de haber superado una de sus infinitas y descontroladas<br />

adicciones.<br />

—¿No sería más sencillo olvidar la existencia de esa sustancia<br />

venenosa y adictiva? —preguntó <strong>el</strong> ingenuo escudero.<br />

Como en otras ocasiones, no hubo respuesta. Hay silencios, decenas<br />

de silencios, que sólo los caballeros sabrán <strong>el</strong> porqué los mantienen. Hay<br />

repuestas, decenas de respuestas, que sólo los caballeros sabrán por qué<br />

no las responden. Entre <strong>el</strong> chocolate y <strong>el</strong> «no caer en la tentación»…,<br />

líbranos señor de todo mal. Queremos imaginar que cualquier<br />

civilizombi sabe que Suiza, ese enigmático, acaudalado y cronométrico<br />

país, se encarga de exportar chocolate a diestro y siniestro. Las marcas<br />

chocolateras de mayor prestigio mundial tienen alguna r<strong>el</strong>ación con<br />

«Made in Suiza». También deberían saber que a los guardias d<strong>el</strong> Vaticano<br />

se les llama Guardias Suizas y seguro que también saben dónde se<br />

fabrican los r<strong>el</strong>ojes más precisos y famosos d<strong>el</strong> mundo. Pero si los<br />

sapiens lo saben todo, ¿para qué nos estamos metiendo tanto curro? [Ver<br />

La Odisea de Claro: Astérix en H<strong>el</strong>vecia.]<br />

Esta pregunta está en <strong>el</strong> filo d<strong>el</strong> pasotismo radical así que este<br />

narrador no va a dejar ni a la Luna cuasi llena que justifique <strong>el</strong> tirar la<br />

193


toalla (ver Million Dollar Baby). La existencia de don Quijote me impide<br />

llegar al pasotismo radical pero si se me permite la más absoluta<br />

sinceridad, ¿por qué cojones existirá don Quijote? Demos paso a sus<br />

palabras para que la tristeza no se apodere d<strong>el</strong> entreacto y se olvide este<br />

intermedio desanimado. <strong>El</strong> narrador se compromete a olvidar la<br />

serenidad mágica de este plenilunio y a no plantearse ninguna de las<br />

causas que le han llevado a este estado de intimidad desparramada con <strong>el</strong><br />

cosmos. Dejaré paso a don Quijote para que no se vea <strong>el</strong> plumero.<br />

Situémonos en 2009. O sea, no se puede obviar <strong>el</strong> ruido de<br />

Civilización pero tampoco se puede evitar <strong>el</strong> influjo que la Luna cuasi<br />

llena ejerce sobre los sapiens, incluso sobre <strong>el</strong> narrador. Continuemos<br />

con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato como si no existiera <strong>el</strong> mundo emocional de los que en<br />

contra de lo que dictamina Matrix, se siguen amando. Y sólo por no<br />

filosofar, este narrador dejará paso a su mentor.<br />

—Es un poco más p<strong>el</strong>iagudo de lo que aparece —expuso <strong>el</strong> caballero<br />

respondiendo a la existencia d<strong>el</strong> chocolate—. Aunque los civilizombis no<br />

sepan lo venenoso y adictivo que es, todos saben que <strong>el</strong> chocolate<br />

engorda y que no se lo pueden administrar en todas las ocasiones que lo<br />

recuerdan; causa empacho y finalmente, la enfermedad. Cuando surge su<br />

apetito comienza una batalla entre <strong>el</strong> ego y la conciencia para estimular o<br />

limitar su consumo; a juzgar por los obesos que aumentan sin parar,<br />

cualquiera puede determinar que la guerra está ganada de antemano por<br />

<strong>el</strong> subconsciente. Por eso, es más fácil evitar la compañía d<strong>el</strong> chocolate<br />

que controlar al ego porque tarde o temprano, <strong>el</strong> chocolate nos come.<br />

—Tiene razón. Si se trata de no comerlo, ¿para qué en <strong>el</strong> refrigerador<br />

mantenerlo?<br />

—Tu manera de hablar me recuerda al caballero jedi Yoda<br />

—bromeó <strong>el</strong> caballero andante don Quijote—. Se me ocurren dos<br />

respuestas.<br />

—Soy todo oídos.<br />

—Desde la más tierna infancia, a los sapiens se les refuerza<br />

causalmente <strong>el</strong> quid pro quo y cuando llegan a la madurez necesitan<br />

darse un premio de vez en cuando. Después de escuchar cientos de<br />

veces: si haces esto conseguirás lo otro», <strong>el</strong> subconsciente se acostumbra<br />

a una compensación automática por cualquier caso o cosa. <strong>El</strong>los se<br />

consideran libres para decidir cuándo concedérs<strong>el</strong>a porque lo que no<br />

saben es que <strong>el</strong> subconsciente está decidiendo por <strong>el</strong>los. Se autoconceden<br />

una recompensa que se convierte en un desahogo pero a su vez, también<br />

194


es un estímulo para seguir soportando la insoportable esclavitud de estar<br />

en Civilización.<br />

—¡Qué absurdo! Parece un círculo vicioso, patatero y pueril.<br />

—Hacen lo mismo con las focas d<strong>el</strong> circo cuando giran las p<strong>el</strong>otas<br />

sobre sus narices o con las monas cuando se pintan los labios; las<br />

recompensan con una sardina, un cacahuete e incluso con una onza de<br />

chocolate.<br />

—¡Sí! Pero hasta donde yo sé, una cosa es un cacahuete, otra una<br />

sardina, otra una foca, otra una mona y otra un sapiens.<br />

—Premios, compensaciones, recompensas…; cuando <strong>el</strong> subconsciente<br />

necesita un premio para soportarse, un bombón puede ser una<br />

dulce consolación.<br />

La transcripción de este diálogo recuerda que existe lo patético y<br />

rememora <strong>el</strong> porqué d<strong>el</strong> surgimiento de la tragedia griega: la decadencia<br />

social de la versión imperial Pax H<strong>el</strong>ena. La realidad social de cualquier<br />

decadencia es una tragedia y esta es sólo una palabra.<br />

Entre barruntos y visualizaciones se quedaba la mente de Sancho que<br />

quería volver a quedarse dormido como único remedio para soportar la<br />

realidad. Él sabe que <strong>el</strong> suicidio es algo sobre lo que no tiene <strong>el</strong> poder de<br />

decidir; también sabe que emborracharse aplaza a la insoportable realidad<br />

de Matrix; o sea, la única forma de desconectarse totalmente de la<br />

tragedia vital es durmiendo.<br />

<strong>El</strong> amanecer era pasado porque simultáneamente al diálogo, Gaia<br />

continúa la inexorable órbita que su creador ha armonizado. Se notaba <strong>el</strong><br />

paso d<strong>el</strong> alba por los cantos de los pájaros que iban aumentando<br />

conforme los rayos d<strong>el</strong> sol penetraban por la atmósfera para calentar la<br />

pi<strong>el</strong> de Madre Tierra. Entre trino y trino se escuchó <strong>el</strong> despertar verbal<br />

de Sancho que dijo:<br />

—¿Para cuándo la otra respuesta?<br />

—Al parecer, para ahora.<br />

—¡Ad<strong>el</strong>ante! —dijo <strong>el</strong> escudero sin que sepamos si retaba o invitaba.<br />

—La guerra con la consciencia no debería de estar tan perdida pero<br />

los dioses que lo sabían, patentaron otro de sus mantras favoritos para<br />

que la hegemonía d<strong>el</strong> subconsciente fuera apisonante. De tanto repetir<br />

«no nos dejes caer en la tentación», la conciencia de los civilizombis se<br />

r<strong>el</strong>ajó porque al haber un culpable que les deja caer en la tentación, sus<br />

conciencias se r<strong>el</strong>ajan. ¡Total! si con un par de Padrenuestros y un trío de<br />

Avemarías se solucionan todos los problemas… ¿para qué vale la<br />

195


conciencia? En demasiadas ocasiones, cada vez que se tropieza en la<br />

misma tentación se justifica en esa frase atribuida al reb<strong>el</strong>de Jesús; así,<br />

Matrix consigue su objetivo: disolver la conciencia entre la estupidez, la<br />

excusa y la subconsciencia.<br />

—Ya me puedo imaginar que es normal que alguien que ha crecido<br />

repitiendo «y no nos dejes caer en la tentación, más líbranos d<strong>el</strong> mal…»<br />

colabore a afianzar <strong>el</strong> Pensamiento Único y eche <strong>el</strong> muerto de la<br />

conciencia a otro. Otro puede estar en un confesionario y con la<br />

absolución que se alcanza tras rezar las oraciones de la penitencia, se<br />

alcanza <strong>el</strong> perdón. Sin duda, es una manera de justificar las canalladas que<br />

se hacen porque otro los haya dejado caer en la tentación.<br />

—¿Qué parte es la que no has entendido? —volvió a preguntar <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—¿Matrix es así de cutre, así de obvia, así de aburrida o así de causal?<br />

—continuó Sancho entendiendo la pregunta como si fuera retórica.<br />

—Pon atención en lo que vas a escuchar porque son las palabras que<br />

los dioses ponen en boca de Merovingio, otro personaje que como<br />

Morfeo, pertenecen a diferentes cúpulas de Matrix; lo utilizan para<br />

expresar <strong>el</strong> dominio y control que poseen sobre <strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> civilizombi.<br />

Fíjate en lo que puede llegar a producir un postre tan inofensivo como <strong>el</strong><br />

chocolate en cuanto a la satisfacción de los deseos en <strong>El</strong> Mundo F<strong>el</strong>iz.<br />

»¡Fíjese bien en <strong>el</strong>la! No pasa inadvertida para nadie. Es tan<br />

obvia, tan burguesa, tan aburrida; pero espere, observe. Verás que<br />

acabo de enviarle un postre, un postre muy especial, yo mismo lo<br />

escribí. Se inicia con sencillez y luego cada línea de programa crea<br />

un nuevo efecto, como una poesía. Primero se apresura, se acalora,<br />

su corazón se agita. Lo ve ¿verdad Neo? <strong>El</strong>la no entiende nada.<br />

¿Por qué? ¿Habrá sido <strong>el</strong> vino? No. ¿A qué se debe entonces, cuál<br />

es la causa? Al poco ya no importa; al poco, <strong>el</strong> porqué y la causa<br />

desaparecen y lo único que importa es la sensación en sí misma.<br />

¡Esa es la naturaleza d<strong>el</strong> universo! La combatimos, nos<br />

empeñamos en negarla pero con fingimiento; es mentira. Bajo esta<br />

equilibrada apariencia, la verdad es que carecemos de todo<br />

dominio: la causalidad. No podemos escapar de <strong>el</strong>la, somos sus<br />

esclavos eternos. Nuestra única esperanza, nuestro único sosiego<br />

está en comprenderla, comprender <strong>el</strong> porqué. <strong>El</strong> porqué es lo que<br />

nos separa de <strong>el</strong>los, a ustedes de mí. <strong>El</strong> porqué es la fuente d<strong>el</strong><br />

poder real, sin él se está indefenso.<br />

196


»Escuchas mis palabras pero no estás viendo la p<strong>el</strong>ícula —dijo don<br />

Quijote— así que te aclararé que se puede suponer que la escena termina<br />

como acaba la becaria con <strong>el</strong> sr. Clinton: dejando <strong>el</strong> rastro d<strong>el</strong> carmín.<br />

»Antes de proseguir, deja que recuerde otra cita de Matrix.<br />

»¿Qué es real? ¿De qué modo definirías real? Si te refieres a lo<br />

que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y<br />

ver, lo real podría ser señales <strong>el</strong>éctricas interpretadas por tu<br />

cerebro. Esto es lo que nosotros llamamos auténtico.<br />

»Cualquiera que conozca cómo se controla <strong>el</strong> cuerpo mediante la<br />

alimentación puede utilizarlo en su propio beneficio. Los dioses<br />

monopolizan esta estrategia con absoluta maestría; han utilizado una de<br />

las consecuencias de comer de manera artificial, la depresión d<strong>el</strong> sistema<br />

inmunológico (SIDA), para atemorizar con una enfermedad de<br />

transmisión sexual. Aunque <strong>el</strong> porqué de esta condena está en <strong>el</strong> control<br />

d<strong>el</strong> descontrolado aumento de la tasa de natalidad, la superpoblación,<br />

también podían optar por destapar la realidad real.<br />

—¿Cuál es la realidad? —preguntó Sancho—. Imagino que la d<strong>el</strong> sr.<br />

Clinton es que le hagan mamadas.<br />

—Pues que la multiplicación de los esclavos se les ha ido de las<br />

manos y las trogloditas no saben qué inventarse para que la plaga deje de<br />

reproducirse —respondió don Quijote dejando al margen las r<strong>el</strong>aciones<br />

sexuales incorrectas d<strong>el</strong> sheriff d<strong>el</strong> planeta—. (Ver Fantasía-<strong>El</strong> aprendiz de<br />

brujo). Controlar <strong>el</strong> sexo con <strong>el</strong> miedo es la mejor estrategia que se puede<br />

seguir porque como bien sabes, <strong>el</strong> miedo es lo que paraliza a la<br />

humanidad de todos los espacio-tiempos ya que turba los sentidos y hace<br />

que las cosas no parezcan lo que son. Si los dioses contaran a los sapiens<br />

que la crisis y pandemias que padecen están originalmente provocadas<br />

por la alimentación errónea, <strong>el</strong> avispero Realidad de Matrix cambiaría<br />

trascendentalmente. Pero a cambio de no desv<strong>el</strong>ar la realidad, crean una<br />

publicidad audiovisual y unos ministerios de sanidad que inculcan unas<br />

comidas que han conducido a la enfermedad, las alergias y <strong>el</strong> SIDA.<br />

Dioses, alimentación y cuerpo humano está tan r<strong>el</strong>acionado que no veo<br />

qué es lo que te puede causar la desconexión; no olvides añadir que <strong>el</strong><br />

control de la psique, de la moral, de las conductas, de las costumbres y<br />

d<strong>el</strong> futuro, contribuyen a la sugestión de este sindiós llamado Realidad de<br />

Matrix.<br />

»La dieta amucosa es la alternativa con sentido común a la crisis<br />

alimenticia de la humanidad; facilita la desintoxicación progresiva d<strong>el</strong><br />

197


organismo humano, prepara los ayunos y rejuvenece <strong>el</strong> cuerpo. Además,<br />

contribuye a la ralentización d<strong>el</strong> saqueo de Madre Tierra.<br />

—Me ha dicho —retomó Sancho— que antes no hemos podido<br />

decidir realmente qué es lo que nos metemos por la boca porque <strong>el</strong><br />

creador aljamiado no sabía permitírnoslo. Esto ha creado una serie de<br />

asociaciones en la memoria que me excita a comer lo que no debo y a<br />

comportarme como no quiero; <strong>el</strong> miedo me domina en desmedidas<br />

ocasiones y en demasiadas situaciones decido con prisa o dispersión.<br />

Imagino que lo que tengo que suponer es que los du<strong>el</strong>os y quebrantos<br />

que tanto me gustan son irrealidades que realmente no existen. Tengo<br />

tantos recuerdos de mi vida y ninguno es cierto. ¿Qué significa<br />

eso?<br />

—Que Matrix no puede decirte quién eres.<br />

—¿Y <strong>el</strong> caballero Alcor sí?<br />

—Eso es diferente. Los du<strong>el</strong>os y quebrantos, <strong>el</strong> pescaito frito o <strong>el</strong><br />

jamón de pata negra son comidas de otra dimensión; son algunos<br />

recuerdos de la vida controlada por la ignorancia d<strong>el</strong> ego y por las<br />

conductas condicionadas por Matrix. Hoy te has desayunado con <strong>el</strong><br />

alimento que <strong>el</strong> cuerpo necesita, has puesto un punto de inflexión en la<br />

recepción de la señal de Matrix y si lo tomas diariamente, te quedarás<br />

en <strong>El</strong> país de las maravillas y yo te enseñaré hasta dónde llega la<br />

madriguera de los conejos. Recuerda, lo único que ofrezco es la<br />

realidad, nada más.<br />

En <strong>el</strong> guión original, Morfeo ofrece la verdad pero todos sabemos<br />

que no existe nada más falso que lo verdadero, incluidas las cientos de<br />

verdades absolutas que posee <strong>el</strong> ego de cada uno. Hace unos años, <strong>el</strong> que<br />

la tierra fuera plana y <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> universo eran dos verdades absolutas<br />

que controlaban a las gentes; hoy, esas verdades se han convertido en<br />

mentiras absolutas. ¿Cuántas autenticidades de estas afligen <strong>el</strong><br />

entendimiento actual de los sapiens?<br />

—En honor a la realidad —continuó don Quijote— me alegra que<br />

corrijas la autoría de esta transcripción porque anoche dijiste que ibas a<br />

ajustar cuentas con Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i y ahora preguntas si <strong>el</strong><br />

caballero Alcor es <strong>el</strong> que puede hablarte d<strong>el</strong> significado real de tus<br />

recuerdos.<br />

—¿Pero no es <strong>el</strong> mismo?<br />

198


—Si en vez de buscar culpables a tus indecisiones te ocupas de<br />

decidir, podrás olvidar la histeria d<strong>el</strong> ego y abrazar las novedades con<br />

sentido común.<br />

—¿Es <strong>El</strong> retablo o <strong>El</strong> país de las maravillas?<br />

—¡No Sancho, no! Atiende a todas las palabras y verás las sutiles<br />

diferencias entre un título y otro; nada tiene que ver un entremés con un<br />

aperitivo, ni tampoco Alicia se parece a Rab<strong>el</strong>ín (personaje principal de<br />

<strong>El</strong> retablo de las maravillas). Pero continuando con lo que íbamos, tendrás<br />

efectivamente muchos recuerdos de un pasado que podrías interpretar<br />

que han sucedido, pensar que son parte d<strong>el</strong> argumento de un sueño o<br />

pesadilla o creer que son parte d<strong>el</strong> guión de un déjà vu; otros pueden ser<br />

<strong>el</strong> producto exclusivo de tu imaginación despierta. Muchos irán<br />

desapareciendo, otros se irán recolocando y de otros cambiarás su<br />

interpretación. Si te ocupas d<strong>el</strong> presente no vas a tener tiempo de recurrir<br />

<strong>el</strong> pasado. Deja de excusarte en la historia d<strong>el</strong> ego y toma una decisión<br />

con la alimentación al igual que lo has hecho con la dimensión en la que<br />

existes.<br />

—Deje de darme la bronca con <strong>el</strong> recuerdo de mis comidas y de mi<br />

vida e indíqueme la manera en la que debo alimentarme —pidió<br />

Sancho—. Hasta ahora y sin que sea una excusa, Cide Hamete o <strong>el</strong><br />

caballero Alcor habían decidido que me amodorrara con un mendrugo<br />

de pan, un cacho de queso y una bota de tinto p<strong>el</strong>eón ¿o era blanco? Este<br />

era <strong>el</strong> sostén con <strong>el</strong> que habían llenado mis alforjas y yo no he podido<br />

más que utilizarlos para saciar mi ansiedad. Pero mire lo que voy a hacer<br />

con <strong>el</strong>los, voy a dejarlo todo en <strong>el</strong> camino para que lo puedan utilizar los<br />

que todavía se alimenten con estas comidas.<br />

Quiere la causalidad que aparezca una roca sobresaliente cerca d<strong>el</strong><br />

camino sobre la que Sancho dejará las alforjas en las que se hallaba la<br />

manduca con la que hasta ahora «había sido obligado» a sostenerse. ¿Qué<br />

habría pasado si hubiera tomado antes esa misma decisión?<br />

—Sancho, no existe ningún animal en Naturaleza que coma pan<br />

porque como se ha dicho, <strong>el</strong> pan es un artificio exclusivo de la realidad<br />

de Matrix; en la realidad real, no hay cuchara ni hay pan.<br />

—No lo hacía por los animales, sino para que cualquier peregrino<br />

que paseara por estos parajes se pudiera saciar puntualmente.<br />

—Ahora, todo <strong>el</strong> mundo desconfiaría de unas viandas aparcadas en<br />

medio d<strong>el</strong> camino; todos están oportunamente saciados y saben que<br />

199


pueden conseguir comida envasada en cualquier punto autorizado por <strong>el</strong><br />

Sistema.<br />

—¿Nadie pasa hambre en Civilización?<br />

—Nadie que pase hambre pasea por <strong>el</strong> campo porque saben que la<br />

comida se consigue en las ciudades.<br />

—¡Que contradicción! La comida sale d<strong>el</strong> campo, no d<strong>el</strong> asfalto.<br />

—Matrix ha aprendido que para tener callados a los sapiens, lo<br />

primero que tiene que hacer es r<strong>el</strong>lenar de comida las kilométricas<br />

estanterías de los hipermercados. Tener garantizada la comida por todos<br />

los lados y que de una manera u otra se pueda acceder a <strong>el</strong>la, mantiene la<br />

psique sumisa; <strong>el</strong> pueblo se levanta y se empieza a preguntar <strong>el</strong> porqué de<br />

las cosas cuando se acaba o escasea la comida, no cuando a unos pocos<br />

les falta un cacho de pan aunque se lo den con queso. Por eso <strong>el</strong> sistema<br />

se ocupa de abastecer a los esclavos con suficientes víveres como para<br />

que no se planteen <strong>el</strong> porqué de nada; al menos, de nada más de lo que<br />

les programe la t<strong>el</strong>e.<br />

—¡Cómo cambian las cosas!<br />

—Lo que realmente cambian son las personas a las que han<br />

conseguido meter en los sintéticos hipermercados. ¿Qué vas a hacer con<br />

la bota de vino?<br />

—¿Tampoco <strong>el</strong> beneficioso vino que en pequeñas cantidades es<br />

recomendable para <strong>el</strong> sistema cardiovascular en general porque estimula<br />

<strong>el</strong> corazón, regula <strong>el</strong> riego sanguíneo y ayuda a controlar <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de<br />

colesterol?<br />

—Todo eso es la ignorancia científica. Deja de decir majaderías y<br />

permite que <strong>el</strong> sentido común te ayude a tomar la decisión. La excusa es<br />

la cara externa de la indecisión, un mecanismo de defensa que utiliza <strong>el</strong><br />

ego para que <strong>el</strong> sentido común no termine por reestablecerse. <strong>El</strong> coraje<br />

que utilices te ayudará a desconectar las redes neuronales que se han<br />

creado en <strong>el</strong> sistema nervioso; <strong>el</strong> funcionamiento de esa red neuronal es<br />

lo que impulsa al ego, conductas y comportamientos, a seguir agarrados<br />

al clavo ardiendo de los recuerdos.<br />

»Puede que hayas comido de otra manera en otras ocasiones pero<br />

también puede ser <strong>el</strong> recuerdo de un sueño pesado. La conexión<br />

neuronal y la intensidad de las asociaciones se irán desvaneciendo<br />

conforme dejes de pensar en <strong>el</strong>las y de alimentarlas con tus recuerdos y<br />

tus acciones. ¿Has visto que necesite mitigar <strong>el</strong> hambre con comidas o<br />

bebidas civilizadas?<br />

200


—Es cierto que usted se pasa la mayoría de los días con hierbas y<br />

frutos que encuentra a nuestro paso por la floresta cuando no se los pasa<br />

en ayunas.<br />

—Entonces, ¿por qué afirmas esas tonterías?<br />

—Es lo que se oye en los mentideros de las villas, los pueblos e<br />

incluso de la corte. Los reyes, herederos de las posesiones y de la<br />

«omnisciencia» de los dioses, comen carne de caza y de cría, peces de<br />

mar y de río, aves reales y aves de corral; beben hasta perder <strong>el</strong> sentido<br />

en banquetes orgiásticos en los que no faltan ni los polvos que se echan<br />

por la nariz y por la entrepierna. ¿O es que lo de los Borgia es una<br />

leyenda urbana como lo de Clinton y la becaria o lo de Berlusconni y las<br />

amantes? (Ver Los Borgia y <strong>el</strong> significado que tiene en <strong>el</strong> diccionario la<br />

excusa «r<strong>el</strong>ación sexual equivocada»).<br />

»En las misas beben licores espirituosos y venden cachos de pan<br />

consagrado porque antes han recolectado un diezmo para racionarlos; un<br />

diezmo que imponen por la cara y porque utilizan a las fuerzas d<strong>el</strong> orden<br />

público para exigir <strong>el</strong> pago de sus caprichos e intrigas. (Ver Los Borgia).<br />

Todo <strong>el</strong> mundo sabe que los curas son los que conocen la autenticidad<br />

de todas las cosas; son los pastores de la iglesia que conduce los rebaños<br />

hasta un paraje que ahora sé que realmente se llama la extinción aunque<br />

cada uno evang<strong>el</strong>ice su auténtico paraíso. O sea, reafirmar tonterías que<br />

pregonan los reyes y <strong>el</strong> clero tiene al menos una justificación; pero<br />

dejemos las majaderías y ¡hábleme de la extinción! —se interrumpió a sí<br />

mismo un desconcertado Sancho.<br />

—¿Qué quieres saber? —preguntó <strong>el</strong> imperturbable don Quijote.<br />

—Pues de qué se trata, qué significa, qué sucede…<br />

—Deja primero que diferencie que los reyes no comen peces sino<br />

pescados —interrumpió don Quijote— y que reafirme que la manera en<br />

la que alimento al cuerpo es real y no «es cierto» como has dicho. Deja<br />

también que f<strong>el</strong>icite a tu atención porque considero que reconoces la<br />

diferencia entre lo auténtico y lo real. Tal y como afirmas, la plaga<br />

sapiens se está extinguiendo en la realidad real mientras que en la realidad<br />

de Matrix, cada credo publicita Paraísos Auténticos que deberían existir<br />

en un más allá ignoto: ¿qué es la realidad, señales bio<strong>el</strong>éctricas<br />

interpretadas por tu cerebro?<br />

Después de un silencio, <strong>el</strong> caballero volvió a preguntar:<br />

—¿Terminamos con la alimentación o nos dispersamos entre tema y<br />

tema sin concluirlos?<br />

201


—Disculpe mi prisa, pero comprenda que cuando las novedades se<br />

agolpan, quieres saber todo en cuestión de milisegundos.<br />

—Te entiendo perfectamente alter ego y no te preocupes por <strong>el</strong><br />

descuido; a cada paso que damos, vas conociendo más aspectos d<strong>el</strong><br />

camino que estamos andando. Como reconocerás, la indecisión, la prisa<br />

y la dispersión son estigmas que clarifican la vulnerabilidad a la señal que<br />

emite Matrix; cuantas más debilidades te despisten, más influencia<br />

recibes de Matrix.<br />

»Nosotros no tenemos enchufes, somos humanos al 100%, puros<br />

y tradicionales y por supuesto nacimos libres aquí, en <strong>el</strong> mundo<br />

real, por eso no se puede saber todo en cuestión de milisegundos. Que<br />

seamos o no seamos auténticos hijos de Sión es algo que podré admitir<br />

cuando tenga la certeza de que todo <strong>el</strong> mundo es capaz de diferenciar lo<br />

auténtico de lo real de manera tan clara a como tú dices que lo haces.<br />

—Le voy a decir con un ejemplo la diferencia entre lo auténtico y lo<br />

real, para que vuesa merced compruebe si digo lo que digo. En <strong>el</strong> paseo<br />

vespertino de ayer estuvimos hablando de <strong>el</strong>lo y por la noche tuve<br />

tiempo para cavilar en voz baja <strong>el</strong> significado de las apariencias; quizá<br />

porque las pensaba en silencio es por lo que nadie se ha enterado<br />

todavía. «Auténtico» es lo que en la realidad de Matrix se admite como<br />

verdadero, y «real» es lo que, independientemente d<strong>el</strong> montaje<br />

«Civilización», está sucediendo realmente; unas veces coincide y otras no<br />

tiene nada que ver, como lo de las armas de destrucción masiva en Irak o<br />

la demolición controlada de las Torres Trim<strong>el</strong>as.<br />

»Estoy utilizando todas las onzas de entendimiento para diferenciar<br />

lo auténtico de lo real y todavía no se ha dado <strong>el</strong> caso de que me pille en<br />

un renuncio. Que no sepa que <strong>el</strong> ruido auténtico que producen los<br />

motores de una parejita de cazabombarderos supersónicos no tiene nada<br />

que ver con la extinción real, es un síntoma de desconocimiento, no un<br />

renuncio.<br />

—Si a cada párrafo d<strong>el</strong> discurso esclareces lo que está claro a niv<strong>el</strong><br />

teórico, no vas a dejar espacio para que la experiencia compruebe esa<br />

claridad en la práctica. No es lo mismo tener las cosas claras que<br />

comportarse coherentemente con claridad. Tendremos ocasión para<br />

saber si como afirmas, diferencias lo auténtico de lo real y la teoría de la<br />

práctica.<br />

—Conozco <strong>el</strong> refrán que dice: «Haz lo que digo pero no lo que<br />

hago» —añadió un Sancho desorientado.<br />

202


—¡Pues eso! —atajó un don Quijote que continuó con <strong>el</strong> discurso—.<br />

Que quieras saber todo en cuestión de milisegundos hace que las<br />

respuestas tengan demasiados floreos. Como no tenemos enchufes, no<br />

podemos usar los programas de operaciones aburridos, ni<br />

instrucciones de combate, ni programas de sparring parecidos a la<br />

realidad de Matrix, programas que poseen reglas básicas como la<br />

gravedad; tendrías que conocer y padecer toda la normativa científicocivilizada<br />

para saber que esas reglas no son distintas a las d<strong>el</strong><br />

Sistema Informático Civilización; algunas se pueden ajustar y otras<br />

se pueden infringir así que no merece la pena gastar energía en conocer<br />

tanta excepción; pero te diré un ejemplo.<br />

»La pena de muerte sin causa alguna está prohibida desde antes de<br />

Los Diez Mandamientos de la Ley de los dioses pero a veces, <strong>el</strong> Sistema<br />

consigue que la pena de muerte sea justa (está legalizada en más de diez<br />

países en los que manda cualquier Ley de los dioses). Sin embargo,<br />

cuando los trogloditas lo consideran necesario, pueden exterminar a un<br />

reb<strong>el</strong>de infringiendo cualquiera de las reglas básicas que han impuesto.<br />

No me refiero solamente a los decapitados Caballeros Bravo, Maldonado<br />

y Padilla; tampoco a las encerradas y quemadas Juana de Castilla, Juana<br />

de Arco ni a los asesinados por una bala como Gandhi, Kennedy,<br />

Lennon o Luther King; me refiero a las mujeres a las que quemaban por<br />

brujas, a las tiradas por la borda de la Argentina de Vid<strong>el</strong>a o a los missing<br />

d<strong>el</strong> Chile de Pinochet, a cualquiera que se levante en la plaza de<br />

Tiananmen o en las calles d<strong>el</strong> París d<strong>el</strong> 68 o d<strong>el</strong> 2005, a cualquiera que<br />

proteste por la política d<strong>el</strong> G-8 o por los estragos que causa la<br />

globalización d<strong>el</strong> pensamiento único, a cualquiera que pregunte <strong>el</strong> porqué<br />

con hechos y no con palabras en cualquier otro tiempo y espacio; me<br />

refiero a todos los reb<strong>el</strong>des que <strong>El</strong> Programa está matando por<br />

preguntar <strong>el</strong> porqué.<br />

—¡Joder! —exclamó Sancho—; si <strong>el</strong> sistema es capaz de aplastar,<br />

encarc<strong>el</strong>ar, asesinar, quemar y torturar democrática y legalmente a cientos<br />

de personas sin cortarse un p<strong>el</strong>o ¿no será mejor permanecer tan callados<br />

y sumisos como los civilizombis y aguantar lo que nos echen encima?<br />

[Ver en Internet FEMA, centros masivos de confinamiento para la<br />

población civil.] Mire bien que yo no conozco <strong>El</strong> Programa y resulta<br />

que los ergonómicos coches y autobuses son máquinas realmente<br />

asesinas. ¿Cómo será <strong>El</strong> Programa de los omniscientes trogloditas:<br />

localizar y destruir, exterminarnos de la faz de la tierra…?<br />

203


—Hasta que no desintoxiques la sangre que bombea tu corazón, va a<br />

parecer que tienes horchata en las venas. ¿Ha sido <strong>el</strong> miedo <strong>el</strong> que ha<br />

hablado por ti? No debe de ser casual que los dos transcriptores de<br />

nuestras aventuras hayan estado en la cárc<strong>el</strong>. No te apresures en sentirte<br />

reb<strong>el</strong>de que con ir experimentando la realidad de Matrix y la diferencia<br />

entre las comidas auténticas y la nutrición real, puede ser bastante.<br />

—No se si la causa será la plática o si tendrá que ver con otras<br />

cuestiones pero oigo las tripas como si fueran cazabombarderos.<br />

—<strong>El</strong> zumo de hierbas consigue despegar mocos d<strong>el</strong> intestino y los<br />

ruidos que te oigas son <strong>el</strong> efecto desincrustante.<br />

—¿Cómo ha conseguido sacar casi un cuartillo de zumo de hierbas?<br />

—Hay cuestiones que son propias de los alquimistas, no quieras<br />

saber tanto a la vez. Damos muchas vu<strong>el</strong>tas para llegar a algo.<br />

—Pero mi no ego se va enterando. Algunas preguntas valen para <strong>el</strong><br />

r<strong>el</strong>ajo y <strong>el</strong> discurso también lo necesita. Tenga en cuentas a los que no<br />

nos hemos pasado tantas veces meditando y pensando como usted y<br />

necesitamos algún respiro de vez en cuando. Pero siga que estoy<br />

recompuesto; ese zumo de hierbas es una poción milagrosa. Aunque me<br />

suenen las tripas, me siento ligero y no registro ninguna ansiedad.<br />

—¿Cómo se podría saber qué parte d<strong>el</strong> ego desmontas?<br />

—Porque unas veces le doy auténticas alegrías y en otras me sale <strong>el</strong><br />

sentido común.<br />

—Cuando veas Matrix con tus propios ojos, comprobarás que los<br />

dioses exponen que en cuestión de milisegundos, pueden hacer trasvases<br />

de información al subconsciente con la ayuda de biopuertos, anestesias y<br />

otros artilugios; nosotros sólo podemos transvasar la información con la<br />

ayuda de un dialogo con sentido común. Como siempre, lo que <strong>el</strong>los<br />

plantean puede ser auténtico pero en la realidad real e incluso en la de<br />

Matrix, ya sabes cómo se produce <strong>el</strong> intercambio d<strong>el</strong> más común de los<br />

sentidos. Terminemos con <strong>el</strong> discurso para pasar a lo que quieras.<br />

—¿Por qué no me explica qué es la dieta amucosa y me indica qué y<br />

cómo tengo que comer?<br />

—Gracias por hacer la pregunta porque va siendo hora de que<br />

lleguemos a los postres. La respuesta a las dos preguntas es la misma: los<br />

alimentos amucosos son la fruta y la verdura crudas; se pueden vaporizar<br />

para la transición de la dieta errónea a la natural.<br />

—¿Y ya está? ¿Es así de sencillo? —interrumpió Panza.<br />

204


—Que sea sencillo no impide que sea real. Si te fijas, la vida natural<br />

es sencilla, todo lo que discurre en <strong>el</strong> mismo espacio está protegido por<br />

unas reglas armónicas. Es la vida civilizada en la que todo aparece<br />

complicado. Deja de comer poco a poco todo lo que comías y vete<br />

sustituyéndolo por frutas y hortalizas exclusivamente; suaviza la<br />

desintoxicación d<strong>el</strong> organismo con ensaladas en las que eches verdura al<br />

vapor y tiende a una monodieta. Cuando te alimentes con algo, céntrate<br />

en lo que comes y no hagas combinaciones chabacanas; puedes comer<br />

m<strong>el</strong>ón, cuando vu<strong>el</strong>vas a tener hambre puedes comer manzanas y<br />

después una ensalada en la que utilices varias hortalizas. ¡Y no olvides<br />

beber diariamente <strong>el</strong> zumo de la hierba de trigo! Prepárate y realiza<br />

algunos ayunos y cuando te despiertes con la lengua limpia, sabrás que<br />

estás desintoxicado. Cuando tomes una decisión tan sencilla como esta y<br />

facilites la resurrección d<strong>el</strong> cuerpo devolviéndolo a su salud original, la<br />

vida será otra.<br />

—Pensaba que se había enterado de mi decisión cuando he dejado <strong>el</strong><br />

pan y <strong>el</strong> queso en <strong>el</strong> camino.<br />

—Pero no me he enterado si has dejado la bota de vino y <strong>el</strong> recuerdo<br />

de los du<strong>el</strong>os y quebrantos o las tortillas de patata.<br />

—La bota la estoy dejando y los recuerdos…<br />

De pronto, Sancho comenzó a aflojarse los refajos. Tanta urgencia<br />

hizo que don Quijote interpretase que los efectos de la poción verde<br />

estaban apareciendo porque sabe que su<strong>el</strong>en provocar una incontrolable<br />

evacuación d<strong>el</strong> intestino. Pero hasta los alquimistas pueden equivocar sus<br />

eventuales interpretaciones porque lo que realmente sucedía es que<br />

Sancho había olvidado comprobar si tenía cardenales en <strong>el</strong> muslo para<br />

decidir si estaba soñando o viviendo. ¿Cuándo y por qué aparecen los<br />

recuerdos? ¿Por qué se puede olvidar algo y de pronto recordarlo?<br />

¿Cómo y quién activa esas redes neuronales que pueden rejerarquizar<br />

completamente la vida? ¿Existe alguna diferencia entre remordimiento,<br />

recuerdo y renuncio? ¡No quiero acordarme de nada! ¿entendido?<br />

implora <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong> personaje Cifra que quiere olvidar la traición y sobre<br />

todo, <strong>el</strong> remordimiento. ¿Cómo se olvidan estas o aqu<strong>el</strong>las asociaciones<br />

bio<strong>el</strong>éctricas?<br />

Aunque los recuerdos se borran con más lentitud de la que se tarda<br />

en abandonar una bota de vino, se consiguen suprimir o al menos<br />

redecorar. Lo de los remordimientos sufre otro proceso paral<strong>el</strong>o que es<br />

205


más pesado todavía; de cualquier manera, no son nada que no se pueda<br />

solucionar con cariño. Quizá no se trate tanto de olvidar sino de decidir:<br />

206<br />

No es necesario olvidar una tortilla de patata<br />

o unas lonchas de jamón;<br />

sólo hace falta que no metérs<strong>el</strong>as por la boca<br />

sea la decisión.<br />

—Estése tranquilo que no se trata de un apretón. Quería comprobar si <strong>el</strong><br />

recuerdo de los p<strong>el</strong>lizcos que anoche me daba, habían dejado su rastro en<br />

<strong>el</strong> muslo. Y compruebo que aún sin rastro de ningún moratón, tengo<br />

más sensible esa parte que otras.<br />

—¿Estás seguro que lo que sientes es real o puede ser la<br />

consecuencia de una sugestión? Mira Sancho que puedes estar<br />

susceptible y percibir mayor sensibilidad en unas zonas que en otras.<br />

—Recuerdo que anoche me p<strong>el</strong>lizque en los muslos cuando estaba<br />

en <strong>el</strong> cine y antes de dormirme. Que afirme que estuve en <strong>el</strong> cine me<br />

hace suponer que sea real y no necesitaría comprobar la autenticidad de<br />

las consecuencias. ¿Son los recuerdos parte d<strong>el</strong> subconsciente? Lo<br />

pregunto porque antes hemos tenido un diálogo con <strong>el</strong> que me he<br />

sentido en un déjà vu. ¿Le importa que lo repitamos?<br />

—Ad<strong>el</strong>ante.<br />

—Tengo tantos recuerdos de mi vida y ninguno es cierto ¿Qué<br />

significa eso?<br />

—Que Matrix no puede decirte quién eres.<br />

—Pues ahora es donde viene <strong>el</strong> intríngulis d<strong>el</strong> déjà vu; lo que recuerdo<br />

que tendría que preguntar es ¿Y <strong>el</strong> oráculo sí? y su respuesta eso es<br />

diferente es lo que tendría que seguir. ¿Por qué recuerdo esto? ¿Quién<br />

me lo ha implantado en la memoria? ¿Están los recuerdos sólo en <strong>el</strong><br />

subconsciente? ¿Por qué siento que mis diálogos pueden estar dirigidos<br />

si se supone que ahora vivo al margen de un guión? ¿Qué me hace<br />

decidir si los p<strong>el</strong>lizcos o la tortilla de patata son un sueño o son reales?<br />

¿Por qué decido que ahora estoy despierto y anoche estaba soñando?<br />

—Que vivas al margen d<strong>el</strong> guión <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijote de la<br />

Mancha, no exime d<strong>el</strong> vivir ingresado en otro: Realidad de Matrix<br />

—aclaró <strong>el</strong> caballero—. Si recuerdas las muñecas rusas, podrás entender<br />

que has levantado la tapa de una matriuska bidimensional que estaba<br />

dentro de otra tridimensional a la que también habrá que quitar la tapa si<br />

se quiere saber cómo está lo de afuera. Otra cosa será que cuando la<br />

destapes y te encuentras con la extinción, intentes seguir hibernando en


la realidad tridimensional porque la realidad real te sobrepase y<br />

reacciones diciendo: ¡No me lo creo! ¡No es posible! ¡Basta, déjeme<br />

salir! ¡Dejadme en paz, no creo en vuesa merced! ¡No creo nada!; y<br />

te tenga que responder: no te dije que sería fácil, te dije que sería la<br />

realidad; también te dije que te responsabilizaras de tus decisiones y que<br />

no culparas a nadie de tus indecisiones. Canaliza adecuadamente las<br />

circunstancias que te recuerdan que formas parte d<strong>el</strong> Sistema<br />

Informático Civilización y deja pasar cariñosamente los reflejos<br />

conductistas. ¿Crees que <strong>el</strong> Caballero Alcor es un oráculo?<br />

»Hoy día, la polución informativa y la ociosa causan trastornos en la<br />

conducta de los civilizombis; subconsciente pero voluntariamente, los<br />

sapiens memorizan estribillos de canciones que tienen <strong>el</strong> mismo efecto<br />

de descontrolar la consciencia para no diferenciar cuando habla de<br />

cuando actúa. La gente repite frases e incluso siente, ama o sufre de la<br />

misma manera que dictan las letrillas de estrofas y estribillos. <strong>El</strong> poder<br />

d<strong>el</strong> subconsciente es ilimitado y la mayoría de las veces, descontrolado.<br />

De tanto cantar las canciones, convierten sus letras en auténticas. Esto es<br />

algo que los dioses controlan a la perfección porque ya en versiones<br />

anteriores, han utilizado canturreos para «m<strong>el</strong>odizar» oraciones que<br />

obligaban a pedir de memoria: «<strong>El</strong> pan nuestro de cada día, ¡dánosle<br />

hoy!» pero «no nos dejes caer en la tentación y perdona nuestras deudas»,<br />

las hipotecarias y las demás.<br />

—Lo de la alimentación me ha quedado muy claro porque me ha<br />

parecido tan sencillo como que lo d<strong>el</strong> pan es un estribillo; imagino que la<br />

práctica aclarará la indecisión que surja entre qué frutas y hortalizas<br />

comer y sobre todo, me reforzará cuando aparezcan las ocasiones en las<br />

que tenga que decidir ¡no! a muchas cosas.<br />

—Los mocos son una especie de pi<strong>el</strong> interior que tenemos adheridos<br />

en demasiadas partes d<strong>el</strong> cuerpo. <strong>El</strong> cuerpo es un organismo que se<br />

protege d<strong>el</strong> espacio exterior con la pi<strong>el</strong>, un órgano natural y esencial para<br />

vivir; internamente, <strong>el</strong> cuerpo también necesita protegerse d<strong>el</strong> espacio<br />

exterior con otra pi<strong>el</strong>: la mucosidad producida por las consecuencias de<br />

todo lo que ingerimos. Los mocos que se pegan en <strong>el</strong> sistema digestivo<br />

no se su<strong>el</strong>tan tan fácilmente como de los pulmones, <strong>el</strong> órgano de<br />

desintoxicación más efectivo; por eso tiene tanta importancia <strong>el</strong> comer<br />

la misma puñetera bazofia todos los días para desengrasar de<br />

mocos los motores. La bazofia es <strong>el</strong> zumo de hierba de trigo, un arcano<br />

que los dioses intentan mantener secuestrado de la sabiduría humana.<br />

207


Por eso, unas veces dicen sin decir y otras veces afirman: millones de<br />

personas viviendo sus vidas subconscientes. [Ver Osmosis Jones, Esta<br />

chica me pone.]<br />

»Cuando <strong>el</strong> entendimiento ha sido claro es porque <strong>el</strong> sentido común<br />

se ha encargado de conectarnos. Fíjate en cambio cómo hablan los<br />

dioses de la comida mucosa: «Estoy harto […] de tener que comer la<br />

misma puñetera bazofia todos los días». Como a ti, a <strong>el</strong>los tampoco<br />

les debe agradar <strong>el</strong> sabor d<strong>el</strong> zumo de hierba de trigo. También<br />

describen: «Si no miras, parece que comes unos huevos muy<br />

líquidos. Sí, o un plato de mocos. ¿Sabes a lo que realmente me<br />

recuerda? Al trigo rico». Poco antes insisten: «¿Sabes? Sé que <strong>el</strong> filete<br />

no existe; sé que cuando me lo meto en la boca es Matrix la que<br />

está diciendo a mi cerebro [ego]: es bueno y jugoso». Y también<br />

dicen después: «¿Te apetece un trago? es fuerte ¿eh? Lo destila Dozzer,<br />

en vez de indicar que lo licua Cer-do [leído al revés].<br />

—Como siga citando la p<strong>el</strong>ícula —examinó Sancho—, al final va a<br />

resultar que no existe nada; no hay cuchara, he dejado <strong>el</strong> queso para que<br />

los mocos se los den a otro, lo d<strong>el</strong> pan es un estribillo y ahora sé que <strong>el</strong><br />

filete no existe. ¿Cómo pueden autoexterminarse en tan poco tiempo<br />

cuatro inventos esenciales de Matrix, sin incluir al vino, la variedad más<br />

usual de las destiladas pócimas de los dioses? Aunque se parezcan a unos<br />

huevos muy líquidos, los mocos no son un manjar sino la consecuencia<br />

de una comida ácida que es lo contrario a la hierba de trigo, <strong>el</strong> alimento<br />

alcalino de los dioses. La función de un resfriado es rebajar <strong>el</strong> colapso<br />

mucoso que padecen los pulmones; por esto, <strong>el</strong> primer síntoma es la<br />

aparición de mocos en <strong>el</strong> exterior. <strong>El</strong> sistema digestivo se maltrata con<br />

sustancias más pegajosas y sus mocos son más tenaces. Si me he<br />

enterado es por sus explicaciones porque cuando lo dicen en negrita<br />

¿realmente lo entiende alguien?<br />

—¡Nadie! Parece que comes un plato de mocos no es lo mismo<br />

que decir que la comida artificial provoca inexorablemente una capa<br />

mucoprotectora que protege de la acidez a las paredes internas de los<br />

conductos hasta inutilizarlos u obstruirlos. Aunque la dieta errónea<br />

termina por convertirse en un plato de mocos, utilizar esta abstracción<br />

tan metafórica tiene la intención de entretener, de crear escu<strong>el</strong>as<br />

filosóficas que hagan diferentes exégesis de la afirmación.<br />

—Y entonces ¿para qué lo dicen?<br />

208


—Que nadie se entere de las metáforas divinas debe de provocar<br />

muecas de sonrisa entre los trogloditas que se consu<strong>el</strong>an con decir sin<br />

decir. <strong>El</strong> zumo de hierba de trigo es la poción mágica reb<strong>el</strong>de, <strong>el</strong> maná de<br />

la Biblia y por supuesto, <strong>el</strong> famoso bálsamo de Fierabrás. Tiene una<br />

composición similar a la de la sangre; es un poderoso desintoxicante y<br />

revitalizante y como sabes, desengrasa los motores despegando los<br />

mocos de donde se supone que no deben estar. Como te digo, la hierba<br />

de trigo se licua, no se destila como <strong>el</strong> alcohol. Cuando dicen que Dozzer<br />

la destila es una forma de enmascarar la realidad; cuando los<br />

protagonistas imitan la reacción cultural que produce <strong>el</strong> beber cualquier<br />

chupito de alcohol es para confundir a los que se planteen algo; dicen sin<br />

decir y además queriendo despistar. ¿Quién sabe lo que tiene <strong>el</strong><br />

contenido d<strong>el</strong> vaso que bebe <strong>el</strong> neo-<strong>el</strong>egido? ¿Podría ser agua lo que<br />

beben los actores de todas las p<strong>el</strong>ículas aunque se interprete que es<br />

cualquier otra pócima? ¿Recuerdas la definición de real que hacen en<br />

Matrix?<br />

—Creo que sí —contestó Sancho a la última pregunta—, porque se<br />

ha quedado clavada como una astilla de las que no dejan dormir.<br />

Aparentemente, real puede ser lo que <strong>el</strong> cerebro interpreta de las señales<br />

que recibe a través de los ojos, las orejas, la pi<strong>el</strong>, la nariz y por supuesto,<br />

la boca y la mente. Ver, escuchar, sentir, oler, gustar o pensar, pueden<br />

convertirse en mecanismos para controlar al ego. Pero descuide que no<br />

me va a pillar en un renuncio; sé perfectamente que eso que en Matrix<br />

llaman real es lo que nosotros denominamos auténtico. Si un bombón<br />

puede apañar sintéticamente la carencia de afecto de una madre o de un<br />

ser querido ¿qué será con los refinados postres que prepara Merovingio<br />

o cualquier otro chef? ¿Qué excitantes y conservantes echarán a la<br />

comida envasada? ¿Qué efectos tendrá la dieta equivocada para que <strong>el</strong><br />

avispero esté tan revu<strong>el</strong>to?<br />

—A veces siento una mezcla de la alegría auténtica con <strong>el</strong> poderío<br />

d<strong>el</strong> sentido común —contestó don Quijote—. Por lo que te metas en la<br />

boca reconoceré si es la una o <strong>el</strong> otro; sólo si desengrasas los motores d<strong>el</strong><br />

organismo con <strong>el</strong> que te r<strong>el</strong>acionas, conseguirás diferenciar la realidad<br />

real de la realidad de Matrix. Es un camino que sólo tú puedes recorrer;<br />

nadie lo puede hacer por ti ni lo puedes hacer por nadie. Cada uno<br />

escoge y anda <strong>el</strong> camino que quiere. En Matrix plantean la otra<br />

alternativa: Conoces ese camino (Realidad de Matrix), sabes<br />

209


exactamente donde acaba (jubilación antes de morir para terminar en<br />

un paraíso ignoto) y yo sé que no es donde quieres estar.<br />

»Pero te siento tan despierto que digo que cuando estemos en<br />

Civilización, te fijes en <strong>el</strong> color verde d<strong>el</strong> zumo de hierba y <strong>el</strong> color rojo<br />

de la sangre; son dos matices con los que los dioses han coloreado sus<br />

símbolos desde las antiguas civilizaciones. Observarás una<br />

preponderancia de los colores imperiales (verde/rojo) sobre los demás;<br />

utilízalo para considerar que somos víctimas de la fatal causalidad y que<br />

tienes que tomar hierba de trigo verde y dejar de comer animales. Y<br />

ahora ¿qué quieres saber de los colosos dinosaurios engullidos por la<br />

extinción, después por <strong>el</strong> desconocimiento y posteriormente por la<br />

ocultación de la iglesia?<br />

—Nada, necesito un descanso; si en Matrix todo es igual porque<br />

todo divaga entre apariencias y arcanos, no entiendo para qué quiere que<br />

la conozca.<br />

<strong>El</strong> silencio se hizo entre los contertulios cuando se acercaba <strong>el</strong><br />

mediodía y <strong>el</strong> paseo se llenó con <strong>el</strong> canto de los pájaros. La luz d<strong>el</strong> día era<br />

tan espléndida y la brisa tan templada que nadie podía presagiar un<br />

cambio tan brusco de las temperaturas; diez días después aparecerán las<br />

esperadas lluvias acompañadas de un viento frío que contrae hasta los<br />

huesos. Pero lo más llamativo es que pasados los días de lluvia y frío,<br />

volverá a aparecer la primavera otoñal para llegar al Día de los muertos<br />

con un calor preestival atípico de un día de noviembre. Disfrutar de la<br />

noche de Hallowen en camiseta de tirantes puede parecer exótico pero<br />

realmente es la cara amable de la crisis climática que se padece. Pasar de<br />

vestir una blusa de manga corta a ponerse la capucha y la bufanda ha<br />

sido cuestión de días, no de semanas. ¿Cómo explicar esta falsa alarma a<br />

las hormigas que van a reabrir los hormigueros o a las arañas que<br />

construirán sus t<strong>el</strong>as? ¿Y a los gatos que entren en c<strong>el</strong>o? ¿Cómo<br />

explicárs<strong>el</strong>o a tomillos, lilos y c<strong>el</strong>indas que van a rebrotar como si<br />

realmente fuera primavera? Hasta las estaciones están cambiando su<br />

apariencia; pocos días después de esta primaverización d<strong>el</strong> otoño,<br />

volverán las lluvias con viento frío y bajada de temperaturas.<br />

Aparecerán los días que correspondan a este tiempo y será más allá<br />

d<strong>el</strong> 40 de mayo en <strong>el</strong> que no se podrán quitar ni abrigo ni sayo. Esto no<br />

es un pronóstico, son alquimias de la transcripción que permite saber en<br />

una fecha anterior lo que está pasando meses después. Si alguna duda<br />

210


puede quedar, pregunten en Alcalá de Henares qué tiempo había <strong>el</strong> día<br />

de los muertos de un año y <strong>el</strong> 46 de mayo d<strong>el</strong> siguiente.<br />

Que nadie se quiera dar cuenta de la brusquedad de los cambios no<br />

significa que realmente no haya pasado en <strong>el</strong> otoño de 2006 de Alcalá de<br />

Henares, entre los días de san Cervantes, <strong>el</strong> día de los santos y la Luna<br />

llena de noviembre. Que nadie se quiera dar cuenta de la brusquedad de<br />

los cambios no significa que realmente no haya pasado en las últimas<br />

primaveras de Alcalá de Henares, entre los días d<strong>el</strong> libro, <strong>el</strong> día de los<br />

esclavos (primero de mayo y noche de Walpurgis) y la Luna llena de<br />

mayo. Que nadie se quiera dar cuenta de la brusquedad de los cambios<br />

no significa que realmente no haya pasado en los últimos veranos de<br />

Alcalá de Henares, entre los días 45 de mayo y la luna llena de junio.<br />

¡Qué frío! ¡En las piscinas no se baña ni dios porque deberían haberlas<br />

abierto en noviembre!<br />

Don Quijote se quedó pensando si es necesario conocer la realidad<br />

de Matrix para percibir <strong>el</strong> Multiverso real o si será una razón para que <strong>el</strong><br />

escudero exprese cierta pesadez ante su recargada apariencia. No va a<br />

interpretar que ha escuchado un comentario pesimista porque este tipo<br />

de juicios son típicos d<strong>el</strong> ego y además, reconoce que en Matrix se<br />

encuentran las apariencias y las autenticidades pero también se puede<br />

compartir <strong>el</strong> sentido común. Al igual que Sancho, también necesita<br />

treguas de silencio en las que la quietud devu<strong>el</strong>va la paz total.<br />

La senda que cogieron llegó a unos campos que se están repoblando<br />

irresponsablemente. Quizá fuera Alfonso X <strong>el</strong> Sabio o <strong>el</strong> generalísimo<br />

Franco los que empezaron con la moda de plantar pinos, pero los<br />

demócratas peritos modernos se obstinan en poner árboles donde no<br />

tienen que estar, como los mocos. Plantar un pino puede ser una<br />

expresión políticamente correcta que sustituye a otra más maloliente<br />

pero si lo analizamos en <strong>el</strong> ámbito medioambiental, artificializar la biota<br />

provoca desarreglos de los que todos somos víctimas; de nuevo, <strong>el</strong><br />

sapiens se convierte en actor subconsciente y daño colateral a la vez.<br />

¿Por qué reforestar con bosque auténtico en vez de bosque autóctono?<br />

Tantas cuestiones habría que explicar al profano Sancho que es de<br />

aplaudir la paciencia d<strong>el</strong> caballero que en unos casos dosifica con esmero<br />

la información, en otros descarta la explicación y en otros omite la<br />

observación. ¿Qué ciudadano contemporáneo desconoce que poner<br />

árboles donde no se deberían plantar atrae a las plagas? La peor plaga d<strong>el</strong><br />

pino se llama oruga procesionaria; mata a esos árboles y molesta a los<br />

211


que están cerca de <strong>el</strong>los. <strong>El</strong> exterminio de la oruga se intenta mediante la<br />

fumigación pero no es nada efectivo. Si Naturaleza decidiera extinguir a<br />

las orugas, no iba a quedar ni una sola aunque estuviesen todo <strong>el</strong> día de<br />

procesión en procesión rogando por la salvación de sus almas. ¡Si no,<br />

que se lo pregunten a los dinosaurios nazarenos que quedaron o a los<br />

sapiens replicantes que vayan a quedar!<br />

A veces siento que igual que no es necesario que <strong>el</strong> escudero se<br />

entere de todos los detalles, tampoco tiene que ser necesario que los<br />

lectores sepan todos los pormenores pero aclararé uno a ambas partes.<br />

Conocemos la hierba de trigo desde que nos la presentó <strong>el</strong> maestro Cide<br />

Hamete Benengu<strong>el</strong>i, por esto tiene tanta importancia en nuestras vidas.<br />

En una ocasión estando en Alcalá de Henares, la extrema gravedad d<strong>el</strong><br />

príncipe don Carlos atrajo la atención de F<strong>el</strong>ipe II que convocó a los<br />

mejores galenos de Castilla para tratar su curación. La muerte segura la<br />

evitó <strong>el</strong> druida andalusí que acudió en última instancia a solucionar un<br />

entuerto que empeoró con los remedios que imponía la ciencia médica<br />

renacentista. La sanación pareció tan milagrosa que los doctores de la<br />

corte dictaminaron que se debió a la cercanía de las r<strong>el</strong>iquias de un santo,<br />

una razón que no parece muy científica y que confirma <strong>el</strong> tipo de<br />

componenda que la ciencia utiliza para curar a los enfermos: la<br />

psicológica. La sanación real se produjo gracias al tratamiento que recibió<br />

a base de hierba de trigo y que marcó <strong>el</strong> comienzo de la r<strong>el</strong>ación con<br />

Cide Hamete.<br />

Quizá sea la desorientación de estar a caballo entre dos realidades<br />

pero confieso que surge la duda entre contar todo lo que inmortaliza la<br />

memoria común o pasar por encima de recuerdos a costa de que fueran<br />

los imprescindibles. Hay riesgos que hay que correr y aprovechando <strong>el</strong><br />

silencio de los actores, voy a descansar también.<br />

<strong>El</strong> sonoro paso de las grullas reconfirmaba lo otoñal de estos días<br />

porque surcaban <strong>el</strong> aire en dirección sur donde las temperaturas<br />

moderadas hacen más templados los otoños e inviernos. Vu<strong>el</strong>an en<br />

forma de «uve» aunque no se sepa en qué universidad han aprendido<br />

estas nociones de aerodinámica; migran durante cientos de kilómetros<br />

sin chocarse y la convivencia es ejemplar, ninguna quiere llegar antes y a<br />

ninguna le importa llegar la última; unas veces descansan jugando con las<br />

térmicas trazando circunferencias en <strong>el</strong> aire y otras veces continúan con<br />

su viaje todas de acuerdo. Cuando están en tierra, decían Aristót<strong>el</strong>es y<br />

Dión Casio que las utilizaban para los combates por <strong>el</strong> aparatoso ardor<br />

212


que demostraban en la lucha; había una danza que llevaba por nombre<br />

gerencia por imitar sus gestos y su marcha. La voz de Sancho y <strong>el</strong> baile de<br />

las aves me han bajado d<strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o así que prestemos atención a lo que<br />

comienza a decir <strong>el</strong> escudero.<br />

—Es extraña la cantidad de pinos que infectan estos parajes y lo<br />

alineados que están. Llevo un trecho observándolo y la explicación que<br />

encuentro es que en la realidad de Matrix fabrican malas imitaciones de<br />

los bosques. Como le iba diciendo, si hasta los bosques son de mentira<br />

¿para qué conocer los estragos de la realidad de Matrix?<br />

—Los sapiens d<strong>el</strong>egan algunas decisiones en los ingenieros forestales<br />

y agrónomos que se supone que han estudiado lo necesario para…<br />

—empezó a responder don Quijote.<br />

—…hacer este tipo de desaguisados —terminó Sancho—; ¡Que no!<br />

No quiera responder a lo que era una pregunta retórica. Ya sé que es<br />

difícil hacer que un hombre entienda algo cuando su su<strong>el</strong>do depende de<br />

que no lo entienda. No me voy a dispersar con los auténticos bosques<br />

artificiales ni con los disciplinados alumnos universitarios que plantan<br />

pinos cuadriculados porque prefiero terminar con otras dos cosas a la<br />

vez. Como me imagino que la extinción tiene que ver con los<br />

dinosaurios, ¿por qué no aprovecha y mata dos pájaros de un tiro?<br />

—No se trata de matar milisegundos sino de comprender lo que<br />

cada uno se escuche.<br />

—¡No!, pero quizá haya una forma resumida de hacerlo que será la<br />

adecuada y no la rechazada.<br />

—Los dinosaurios fueron <strong>el</strong> objetivo de la anterior extinción; la plaga<br />

sapiens es consciente de esto y puede suponer que tiene todas las<br />

pap<strong>el</strong>etas para sentir que es su próximo objetivo. [Ver Una verdad<br />

incómoda.]<br />

—¿Nada más?<br />

—Lo querías resumidito ¿no? Tampoco hay mucho que decir; se<br />

trata de que cada uno sea consciente de la responsabilidad que tiene en la<br />

perpetuación de este desaguisado y tome decisiones.<br />

—Pero nos podemos extender un poco más ¿si? Por ejemplo ¿cómo<br />

pudo la infalible iglesia comerse un farol tan grande y cómo los sapiens<br />

pueden vivir tan cegatos?<br />

—Ahora, todos conocen la preexistencia y extinción de los<br />

dinosaurios.<br />

213


—¿Y por qué no piden explicaciones a la iglesia por secuestrar la<br />

memoria a cambio de fabricar la historia?<br />

—Desconozco desde cuándo la iglesia sabe de la vida de los<br />

dinosaurios en la tierra; durante mucho tiempo, es posible que <strong>el</strong><br />

«omnisciente» Vaticano lo ignorara pero es indiscutible que después lo ha<br />

ocultado, como <strong>el</strong> h<strong>el</strong>iocentrismo o la hierba de trigo.<br />

—Aunque mal recuerde —pensó Sancho en voz alta— se puede<br />

comprobar que en <strong>el</strong> libro de La Auténtica Sabiduría no dice nada de los<br />

dinosaurios, ni de sus 140 millones de años de existencia, ni de su<br />

extinción hace 65 millones de años. Pero claro, si afirma que la tierra se<br />

creó hace seis mil años ¿de qué cojones estamos hablando?<br />

—Desconfía de que alguien pida explicaciones a La Iglesia<br />

—continuó don Quijote sin hacer comentarios— porque si <strong>El</strong> <strong>Estado</strong><br />

no se atreve ni a pedirle las cuentas oficiales y menos las d<strong>el</strong> dinero en B<br />

¿quién va ha hacerlo?<br />

—Pues vaya mierda de democracia debe ser esta; debería llamarse<br />

psicopatocracia clerical o directamente clerocracia. ¿Por qué no pide<br />

usted las aclaraciones oportunas, señor don Quijote?<br />

—Porque este no es nuestro momento. Ahora no debemos influir en<br />

la realidad de Matrix porque sucedería un caos que no se puede<br />

mantener; necesitamos un soporte que estuviera debidamente legitimado,<br />

un sujeto pasivo legalizado que pudiera comprehender, quisiera decidir y<br />

supiera actuar. ¿Cómo se puede encontrar un humano de estos?<br />

—Pues me imagino que entre los reb<strong>el</strong>des.<br />

—¿Y dónde están?<br />

—Usted ya sabe que ni tengo ingenio para tanto ni conozco<br />

Civilización como para diferenciarlos. Por lo que tanto me ha insistido, <strong>el</strong><br />

caballero Alcor debe de ser <strong>el</strong> más indicado pero si las apariencias<br />

abundan y no nos encontrásemos con él, lo más fácil es que topemos<br />

con alguno que diga pero que luego no haga, como los curas.<br />

«Pues eso» contestó don Quijote con ganas de tomarse un respiro en<br />

<strong>el</strong> discurso pero no en <strong>el</strong> camino para sentir la fuerza de su maestro<br />

reb<strong>el</strong>de. Ciertamente, <strong>el</strong> sentido común necesita meditación y ésta<br />

aparece mientras que está <strong>el</strong> silencio. La percepción también necesita<br />

atención y ésta aparece mientras que está <strong>el</strong> silencio. Cuando <strong>el</strong> sentido<br />

común que discurre entre las conversaciones se diluye con la dispersión,<br />

se precisa un descanso para recuperar la armonía; si se trata de la lectura,<br />

es suficiente con poner <strong>el</strong> marcapáginas para continuar en <strong>el</strong> futuro que<br />

214


nunca se sabe si existirá. ¿Quién iba a decir a Sancho que una decisión le<br />

traería al presente de la Realidad de Matrix?<br />

Realmente, como está suficientemente claro que Naturaleza ha<br />

empezado <strong>el</strong> proceso de desinfección d<strong>el</strong> virus que contamina a Madre<br />

Tierra, vamos a insistir en que <strong>el</strong> nombre de ese virus es <strong>el</strong> de plaga<br />

sapiens y en que la especie humana necesita preguntarse qué hacer ante<br />

la extinción. Tampoco vamos a abundar en la dispersión que controla a<br />

Sancho; es capaz de empezar a hablar de dinosaurios y terminar<br />

buscando reb<strong>el</strong>des pocas preguntas después. Removido por la<br />

dispersión, <strong>el</strong> escudero continuó con la palabra.<br />

—Creo que voy a hacerle un regalo; no sé si va a ser una alegría<br />

auténtica o va ser algo propio d<strong>el</strong> sentido común; o quizá sea una de<br />

cada.<br />

—¡Arranca ya Sancho!, que si no vas a estar por las ramas desde <strong>el</strong><br />

principio.<br />

—Ya voy señor caballero; lo hago sin prisa para que no se pase nada.<br />

Antes se han quedado dos temas en <strong>el</strong> tintero y creo que los voy a poder<br />

«desintintar». Uno se refería a la autoridad d<strong>el</strong> subconsciente<br />

programable y otro se refiere a las reacciones instintivas apañadas.<br />

Ambos tienen r<strong>el</strong>ación con los t<strong>el</strong>erecursos y de ambos hemos<br />

comentado de alguna manera; pero voy a decir en voz alta unas<br />

conclusiones.<br />

»Si la humanidad en su conjunto, subespecie suicida o plaga sapiens,<br />

está controlada por <strong>el</strong> subconsciente colectivo programado por los<br />

trogloditas ¿cómo se va a dar cuenta d<strong>el</strong> desniv<strong>el</strong> de su consciencia?<br />

»Si la humanidad en su conjunto, subespecie suicida o plaga sapiens,<br />

siente <strong>el</strong> miedo colectivo activado por <strong>el</strong> subconsciente programado<br />

¿cómo se va a dar cuenta de que subsiste acojonada, callada, sumisa y<br />

acorralada?<br />

—Menuda manera de destintar los temas. Aclarar cuestiones con<br />

preguntas es una especialidad típica gallega, no manchega.<br />

—¿Qué p<strong>el</strong>ícula me habrá grabado en <strong>el</strong> subconsciente que «lo<br />

bueno si breve, dos veces bueno»? —continuó preguntando Sancho—.<br />

Deje que me explique. Todo <strong>el</strong> mundo puede comprender que <strong>el</strong> sencillo<br />

hecho de imaginar ciertos sucesos (terrorismo internacional, guerras,<br />

pandemias, corrupción, asesinatos) que acompañan a la decadencia de un<br />

Imperio puede dar miedo. Los acontecimientos sociales actuales hablan<br />

por sí mismos de la corrupción de Pax Americana pero concurren otros<br />

215


acaecimientos de índole climática que son realmente sospechosos. ¿Qué<br />

puede hacer la imaginación cuando es consciente de que la causa de la<br />

extinción es la consecuencia de una realidad que realmente no existe?<br />

»Palabras como Progreso, Bienestar o Evolución, eclipsan la realidad<br />

real y limitan a la imaginación; esto es más cutre a que la causa d<strong>el</strong> eclipse<br />

sea <strong>el</strong> estribillo «la tierra está plana». La imaginación necesitará imaginar<br />

mucho para sentirse lo suficientemente inspirada como para imaginar lo<br />

inimaginable. Por desgracia, no se puede explicar lo que es Matrix,<br />

has de verla con tus propios ojos y escucharla con tus propios oídos.<br />

¡Ah! me olvidaba, también hay que sentir Matrix con tu propia pi<strong>el</strong>, olerla<br />

con tu propio olfato, saborearla con tu propio gusto y padecerla con tu<br />

propia mente.<br />

—¿Adónde quieres llegar?<br />

—Señor caballero, la nariz se pone roja cuando se bebe o cuando se<br />

miente pero no se enciende cuando actúa <strong>el</strong> ego; para eso está la<br />

conciencia de la consciencia y puede que esté un poco escacharrada. La<br />

señal de Matrix, <strong>el</strong> subconsciente colectivo, <strong>el</strong> ego o como se llame al<br />

Octavo Pasajero, se ha apoderado d<strong>el</strong> homo sapiens. ¿Cómo va a<br />

desconectarlo? A mí me está viniendo muy bien <strong>el</strong> camino que usted<br />

propone. Me estoy dando cuenta de que <strong>el</strong> subconsciente colectivo me<br />

domina y es una cosa que me pone malo. Si cuando hablábamos entre<br />

líneas le dije que quería enterarme de quién o qué soy, ahora, en la<br />

realidad, vu<strong>el</strong>vo a preguntárm<strong>el</strong>o con más motivo. Si soy capaz de cortar<br />

con <strong>el</strong> aljamiado que me ha otorgado una existencia inmortal, ¿cómo no<br />

voy a reb<strong>el</strong>arme contra <strong>el</strong> subconsciente trogloditizado? Si soy capaz de<br />

atravesar <strong>el</strong> útero para desumbilicarme de mi madre, ¿cómo no voy a<br />

cortar con la realidad de Matrix? A esta aclaración quería llegar por un<br />

lado.<br />

—¿Me quieres decir que tener consciencia de la autoridad d<strong>el</strong><br />

subconsciente es necesaria y suficiente como para que los civilizombis<br />

puedan percatarse de que están controlados y despertar?<br />

—Cada uno es cada cual y no voy a hacer una generalización tan<br />

inapropiada como todas —respondió Sancho—. A mí me ha despertado<br />

<strong>el</strong> saber que estoy y puedo estar más controlado de lo que imagino y<br />

pseudo experimentar que este sindiós no hay quien lo entienda. Lo que le<br />

quiero decir es que conmigo ha funcionado este despertador y cuando<br />

los efectos de la desintoxicación d<strong>el</strong> cuerpo me limpien la lengua de<br />

blasfemias, la vida será otra. Aunque como en <strong>el</strong> resto de los casos se<br />

216


desconozca ese futuro despierto, hay que reconocer que suena con eso<br />

que a usted le gusta tanto: suena con sentido común.<br />

—¿A qué aclaración querías llegar por otro lado?<br />

—Esta puede ser más sutil y no sé si su ingenio estará a la altura.<br />

—¡Pues bien comienzas! querido Sancho. ¿Te has puesto <strong>el</strong> chip<br />

nocturno?<br />

—Comienzo, como <strong>el</strong> contenido de lo que voy a decir se merece.<br />

—¡Habla ya! —apresuró don Quijote.<br />

—Aunque no me atreva con los sapiens, en este caso me aventuro a<br />

asegurar una generalización: en Civilización es muy difícil que se sepa ni<br />

se sienta <strong>el</strong> hambre, <strong>el</strong> primer instinto que mueve al hombre.<br />

—¡Está claro! —respondió don Quijote ante <strong>el</strong> silencio prolongado<br />

de Sancho.<br />

—En Civilización, la pornografía y <strong>el</strong> erotismo se han modernizado<br />

con la perversión sádica; es muy difícil que se sepa ni se sienta lo que es<br />

la reproducción, otro instinto que mueve al hombre.<br />

—¡Está claro! —repitió don Quijote.<br />

—Si la defensa personal es adiestrada con artes marciales o su<br />

imitación, no sé si en <strong>el</strong> sapiens queda algo de instinto o todo es<br />

programación. ¡Hasta <strong>el</strong> instinto está controlado por <strong>el</strong> subconsciente!<br />

Como antes ha diagnosticado, <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> subconsciente es ilimitado y<br />

descontrolado.<br />

—¿Me quieres decir que tener consciencia d<strong>el</strong> control cultural sobre<br />

los instintos es necesario y suficiente como para que los civilizombis<br />

puedan percatarse de que están controlados y despertar?<br />

—Esto va a parecer un semi déjà vu. Cada uno es cada cual e intento<br />

ahorrar generalizaciones. A mí me ha despertado <strong>el</strong> saber que mis<br />

instintos están más controlados de lo que imagino y reafirmo que si esta<br />

suplantación vale para extinguirnos, nada tiene ningún sentido. Lo que le<br />

quiero decir es que conmigo ha funcionado este despertador y cuando<br />

reconozca al que soy independientemente d<strong>el</strong> ego, la vida será otra.<br />

Aunque como en <strong>el</strong> resto de los casos se desconozca ese futuro despierto<br />

sin instintos controlados por <strong>el</strong> subconsciente, hay que reconocer que<br />

resuena con eso que a usted le gusta tanto: resuena con sentido común.<br />

Ante la atenta mirada de su maestro, <strong>el</strong> escudero exclamó:<br />

—¡No me mire así, señor caballero!; cuando se descubre la reb<strong>el</strong>día<br />

que usted lleva dentro, <strong>el</strong> contagio es inevitable. Cambiando de tema y<br />

para concluir este trecho de jornada que deje paso al siguiente<br />

217


mamotreto, voy a sorprendernos con dos cuestiones: una va de dios y la<br />

otra va por los creyentes.<br />

»No voy a preguntar por los euros porque deben de ser otra<br />

apariencia d<strong>el</strong> dios dinero; antes se llamaban maravedíes y ahora se<br />

llaman así.<br />

»<strong>El</strong> final d<strong>el</strong> prólogo de la p<strong>el</strong>ícula Matrix deja paso a una imagen en<br />

la que Neo es avivado por la alarma de un despertador. Como nos<br />

salimos de la p<strong>el</strong>ícula, no sé cómo continuará su intríngulis pero intuyo<br />

que es una metáfora que los dioses utilizan para avisar a los sapiens que<br />

tienen que despertarse de una vez para abrir los ojos ante la realidad real.<br />

Que esta mañana me haya sacudido la señal d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj ha dado pie a que<br />

me entere de la recepción de las abstracciones divinas. ¿Sabrán los dioses<br />

que los creyentes no atienden a la simplicidad de metáforas y fábulas ni a<br />

la complejidad de hologramas y confabulaciones? ¿Se enterarán los<br />

creyentes d<strong>el</strong> dios al que se esclavizan realmente, <strong>el</strong> dinerito? Como<br />

siempre, nadie sabe si la solución a estas preguntas estará en <strong>el</strong> próximo<br />

mamotreto que pertenece al futuro que todavía no existe. ¡Con dios,<br />

señor don Quijote!<br />

—¡Hasta entonces, querido Sancho!<br />

Y se escuchó al escudero que para sí decía:<br />

—Dioses: por muchos despertadores que utilicéis, los sapiens no se<br />

enteran de que están dormidos.<br />

218


Mamotreto VI.<br />

EN EL QUE APARECEN LAS RANAS DEL DOCTOR Y<br />

LA BOINA SE CONVIERTE EN «LA ATMÓSFERA»<br />

Hay cosas d<strong>el</strong> futuro que no existe que permanecen igual que las hemos<br />

dejado. <strong>El</strong> medio día continúa brillando y si no fuera por <strong>el</strong> color de las<br />

hojas de los árboles, no se podría asegurar si estamos en uno de esos días<br />

emocionantes de la primavera u otro de los apasionantes días d<strong>el</strong> otoño.<br />

Quizá, hasta los silencios son causales e incluso de agradecer porque<br />

remontar la cuesta que llega hasta <strong>el</strong> alto d<strong>el</strong> monte Gurugú invita al<br />

descanso verbal para no acalorarse. Subir por rampas pinas necesita que<br />

la respiración se encargue d<strong>el</strong> cuerpo y no d<strong>el</strong> ego; <strong>el</strong> instinto recuerda<br />

que las conversaciones jadeantes se producen porque no se deben hacer<br />

o pensar muchas cosas a la vez. Hablar mientras que se sube por laderas<br />

empinadas distrae <strong>el</strong> ascenso y lo más fácil es que se caiga en alguna<br />

piedra aparente, en una sima real o en un falso flato.<br />

<strong>El</strong> paso de los inmortales ahuyenta a algunos conejos que comienzan<br />

una carrera camuflada entre matorrales, requiebros y paradas en seco; las<br />

perdices remontan <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o y las urracas avisan de su presencia. Parece<br />

que todos los animales que viven en Naturaleza huyen de los sapiens;<br />

contrariamente, casi todos los animales que viven domesticados acuden a<br />

la mano d<strong>el</strong> pastor que, sucesivamente, les da la comida o les obliga a<br />

producir.<br />

<strong>El</strong> escudero se aflojó los refajos que tan prietamente se había atado<br />

después de comprobar que no existía la prueba con la que determinar si<br />

una experiencia es un sueño o ha sido realidad. Cuando la respiración<br />

necesita toda la amplitud de su espacio, no hay cinturón que evite <strong>el</strong> que<br />

cualquiera haga lo imposible por aflojarse. Una vez alcanzada la cresta y<br />

para no murmurar sobre <strong>el</strong> pesar que le causaba la ausencia de su pollino,<br />

sobre todo en las cuestas arriba, <strong>el</strong> escudero comenzó a hablar.<br />

—¡Qué listos son los animales!; desaparecen de nuestro campo visual<br />

antes de que estemos lejos de <strong>el</strong>los. Siento que es como si huyeran de mí<br />

mismo o quizá, de mis recuerdos. ¿Cómo podría explicarles que desde<br />

hace un rato soy vegetariano y que no tienen nada que temer porque no<br />

volveré a matarlos para aprovecharme de sus recursos y de su vida?


—Desconozco que los animales diferencien lo humano de entre los<br />

sapiens. Tantos milenios matándolos hasta <strong>el</strong> exterminio es como para<br />

mosquearse. No sé si huyen d<strong>el</strong> exterminador o se asustan ante un<br />

desconocido mucho más grande que <strong>el</strong>los y que de pronto se mete en <strong>el</strong><br />

territorio en <strong>el</strong> que viven. Al esconderse evitan las confrontaciones<br />

causadas por la posesión o usufructo d<strong>el</strong> terreno; ignoran si es alguien <strong>el</strong><br />

que tiene que pisar por ese lugar y se muestran respetuosamente<br />

distantes con los desconocidos, no severamente vigilantes contra los<br />

invasores.<br />

—Si lo dice por <strong>el</strong> tamaño, he visto a conejos y perdices junto a<br />

toros o caballos y no se asusta ninguno.<br />

—Porque se conocen; cuando se convive en un mismo espacio en <strong>el</strong><br />

que nadie molesta a nadie, nadie es <strong>el</strong> dueño de nada y nadie tiene que<br />

adorar a nadie, lo natural es que la vida sea armoniosa. Los problemas<br />

comienzan cuando <strong>el</strong> ego interfiere entre los coterráneos y surgen las<br />

disputas por ser <strong>el</strong> más chulo de todos o simplemente, por ser más chulo<br />

que los otros.<br />

—Entonces no hay razón para tomárm<strong>el</strong>o de manera personal<br />

—reflexionó Sancho— y entiendo que mientras que no conviva en un<br />

ambiente en <strong>el</strong> que se desarrolle la vida natural, los animales huirán de<br />

cualquier extraño, sea sapiens o fuera Alien. Cierto es que los conejos de<br />

corral no desaparecen ante los que les tiramos las zanahorias reales.<br />

—Pues aprovecha y fíjate en la diferencia. Los animales de corral, de<br />

granja o de cría intensiva ya no trabajan, ahora producen; producen<br />

huevos, pi<strong>el</strong>, carne, sustancias afrodisíacas, lana…; pero también<br />

producen enfermedades, purines, metano, toxemia, huesos, desechos…<br />

Los sapiens tratan a los animales como si fueran máquinas biológicas o<br />

productos de biofábricas, los tratan con más descuido que a sus<br />

p<strong>el</strong>uches. La muerte es <strong>el</strong> premio que los animales civilizados obtienen<br />

por pasarse la vida estabulada en parámetros de los que no saben salir; <strong>el</strong><br />

asesinato es <strong>el</strong> premio que obtienen después de pasarse la vida sin<br />

enterarse de lo que era <strong>el</strong> vivir (ver Babe, <strong>El</strong> bosque animado, Earthlings).<br />

Los animales domesticados rinden cuando están muertos porque<br />

mientras que están vivos, explotan a los peones que trabajan para <strong>el</strong>los y<br />

no viceversa. Existen variadas profesiones en las que los esclavos<br />

justifican y dedican toda su vida y su ilusión para sacar <strong>el</strong> fruto de los<br />

animales que cultivan con <strong>el</strong> único fin de llevarlos al matadero.<br />

220


—¡Nunca lo había pensado! Es real que ahora los sapiens tienen que<br />

fabricar los piensos para dar la comida a los animales que se comen;<br />

están obligados a rasurar los bosques, arar los campos, plantar <strong>el</strong> maíz, <strong>el</strong><br />

trigo, la avena o la alfalfa, recolectar, almacenar, conservar, distribuir,<br />

procesar y redistribuir hasta convertirlo en comida con la que r<strong>el</strong>lenar los<br />

pesebres. Reconozca que en Matrix todo es muy contradictorio.<br />

—Por supuesto; en esto no tenemos nada que discutir. Los sapiens<br />

son actores y víctimas a la vez.<br />

—¿Cómo es posible que las cosas me parezcan tan extrañas?<br />

Aparte de los contradictorios peones que trabajan para los animales, los<br />

pinos ordenados y las orugas alineadas que aprecio en este mundo<br />

sintético, advierto otra sensación que aún pareciéndome tan artificiosa<br />

como la cuadriculación de los bosques, tiene visos de verosimilitud.<br />

Efectivamente, todo está tan entremezclado que hay que quitar onzas de<br />

entendimiento para ponérs<strong>el</strong>as a la atención a riesgo de que si se deprime<br />

la guardia, se interpongan las apariencias, interfieran las dispersiones y se<br />

cu<strong>el</strong>en los renuncios. Acaba de pasar <strong>el</strong> medio día y siento una aridez que<br />

va entrando por la pi<strong>el</strong> y llega hasta <strong>el</strong> alma reseca por la moral y no sólo<br />

por la falta de agua. Da lo mismo que los cardenales sean una sugestión<br />

pero la sensación de agobio es real. ¿Qué está pasando?<br />

—Madre Tierra se está calentando porque está enferma. La<br />

enfermedad provoca fiebre que aumenta la temperatura global d<strong>el</strong><br />

planeta. La fiebre produce evaporación, lo que en términos humanos se<br />

denomina sudor. Si le añades la explotación descontrolada de acuíferos<br />

freáticos que provoca la sequedad de la superficie, <strong>el</strong> rasurado de<br />

bosques que atraían a las lluvias y <strong>el</strong> urbanismo descontrolado,<br />

entenderás <strong>el</strong> porqué estás tan agobiado por <strong>el</strong> aumento de temperatura y<br />

por la sequedad d<strong>el</strong> ambiente. O sea, es natural que sientas cómo se<br />

resecan la pi<strong>el</strong> y los pulmones.<br />

—Entonces ¿a qué calidad de vida nos estamos refiriendo cuando se<br />

habla de bienestar y progreso?<br />

—A la calidad sintética de la vida —respondió tajantemente <strong>el</strong><br />

caballero—. La sequía y la escasez de agua potable son avisos de la<br />

enfermedad d<strong>el</strong> planeta y d<strong>el</strong> proceso de extinción en <strong>el</strong> que la calidad de<br />

vida es diferente. <strong>El</strong> estrés que se provoca al medio ambiente contagia a<br />

todo lo que se r<strong>el</strong>aciona con él, ya pertenezca al reino animal, al vegetal o<br />

al mineral; aunque <strong>el</strong> sapiens somatice estas consecuencias, convive<br />

221


alterado por estas condiciones ambientales estresantes que hay que<br />

añadir a la estresada vida civilizada.<br />

»Cualquiera que provenga de un mundo más hidratado puede<br />

apreciar las consecuencias de la sequía actual. La versatilidad d<strong>el</strong> cuerpo<br />

humano se va amoldando inconscientemente a la adversidad d<strong>el</strong> medio<br />

ambiente y <strong>el</strong> subconsciente se encarga de justificarlo con la nana<br />

«Cambio climático» o con la simplificación «Calentamiento d<strong>el</strong> planeta».<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—Te lo explicaré con un viejo cuento titulado<br />

222<br />

LA RANA Y EL DOCTOR<br />

Había una vez un viejo muy docto reconocido en <strong>el</strong> mundo entero por la<br />

cantidad de conclusiones que había trasmitido a sus coterráneos. Desde<br />

la medicina a la filosofía, la ciencia o <strong>el</strong> arte, nada escapaba a su<br />

escrutinio y a su verdad. Publicaciones, conferencias y discursos<br />

jalonaban su ascenso a la popularidad internacional y sus charlas tenían<br />

un auditorio que se repartía entre los países de ambos hemisferios. Para<br />

saber la audiencia millonaria que seguía sus lecciones en directo, baste<br />

conocer que dependiendo de la latitud desde la que se emitiera su charla,<br />

parte de los espectadores tenía que madrugar, otra parte tenía que<br />

trasnochar mientras que otra sacrificaba su sacrosanta siesta. Los<br />

aplausos se oían a través de las ondas porque se puede afirmar que la<br />

mayoría de la humanidad seguía y admitía los conocimientos que<br />

predicaba.<br />

Sus verdades eran tan auténticas que sus seguidores empezaron a<br />

sentirse fi<strong>el</strong>es, a creer en todo lo que decía y a crear fundaciones y ONGs<br />

con su nombre en todos los países. Se instauró un fenómeno mundial<br />

alrededor de un doctor de La Federación al que la mayoría conocía sólo<br />

por la t<strong>el</strong>e.<br />

De pronto, un día desapareció de las pantallas. Como estaba en <strong>el</strong><br />

apogeo de su carrera hacia <strong>el</strong> conocimiento y su renombre sonaba en la<br />

boca de todos, empezaron a preguntarse por su desvanecimiento d<strong>el</strong><br />

mundo audiovisual. Surgieron multitud de opiniones: Unos pensaron que<br />

había sido abducido por los marcianos. Tanto conocimiento lo convirtió<br />

en <strong>el</strong> candidato ideal para que la int<strong>el</strong>igencia extraterrestre se interesara<br />

por él; Otros aceptaban que su misteriosa pérdida había sido una<br />

consecuencia más de la casualidad y esperaban la llegada de cualquier<br />

otro; Los conspiradores especularon que había sido un secuestro más


perpetrado por alguno de los lobbies que dirigen <strong>el</strong> destino d<strong>el</strong> mundo y<br />

que la censura gubernamental impedía que se desv<strong>el</strong>ara la verdadera<br />

razón de la secreta desaparición; Muchos afirmaron que le había llegado<br />

<strong>el</strong> escepticismo vital y que un silencio le invadió <strong>el</strong> habla y le dejó mudo<br />

para siempre; Otros muchos lo consideraron un gurú virtual que nunca<br />

existió realmente, como Tim Osman (Bin Laden), y no dieron<br />

importancia a su desaparición. Con todo, eran tantos los que le seguían<br />

que se movilizaron hasta no haber dejado ni un pequeño trozo d<strong>el</strong><br />

planeta habitado sin escudriñar. Después de meses de búsqueda<br />

infructuosa se creó una versión oficial que determinó la solución al<br />

enigma e impuso: «<strong>el</strong> viejo doctor ha desaparecido misteriosamente».<br />

Paral<strong>el</strong>amente, corrió una versión extraoficial que proclamaba hechos<br />

muy diferentes; entre los que volvieron de una expedición que salió en su<br />

búsqueda y de la que sólo regresó la décima parte, se rumoreó que lo<br />

habían encontrado después de la deserción. Esta fue la versión que se<br />

censuró y que ni los conspiranoicos ni nadie se ocupó de preguntar.<br />

Como en todos los cuentos, sucedió que un día en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> viejo<br />

doctor se hallaba enfrascado sacando sus últimas conclusiones filosóficas<br />

sobre la existencia, una pareja de ranas con las que experimentaba se<br />

escapó de su jaula. Las ranas captaron la atención d<strong>el</strong> docto observador<br />

cuando llegaron cerca de donde estaba barruntando e intentó capturarlas.<br />

Asustadas, las ranas saltaron y una cayó en <strong>el</strong> líquido de uno de los<br />

recipientes que estaban hirviendo; de un salto, la rana salió d<strong>el</strong> líquido y<br />

se escondió. La otra rana cayó en otro de los matraces que tenía líquido<br />

tibio que se estaba calentando y quedó inmóvil con <strong>el</strong> cuerpo sumergido;<br />

sólo se podía ver la nariz y los ojos d<strong>el</strong> batracio fuera d<strong>el</strong> brebaje.<br />

<strong>El</strong> doctor pensó en voz alta: «Qué lista es la rana. Tal y como ha<br />

caído en <strong>el</strong> agua hirviendo ha saltado afuera instintivamente. Sin<br />

embargo, la que se ha sumergido en agua tibia continúa dentro.<br />

Esperemos a que pase lo que tenga que pasar». Y pasó lo que tenía que<br />

pasar en todos los mundos menos en <strong>el</strong> de los cuentos en los que <strong>el</strong> beso<br />

de un príncipe o princesa salva al agonizante en <strong>el</strong> último instante. La<br />

rana estaba tan a gusto que se mantuvo parada sin moverse hasta que<br />

hirvió conjuntamente con la infusión.<br />

La rana que salió inmortal d<strong>el</strong> suceso advirtió: «Qué idiota es <strong>el</strong><br />

doctor. Ha comprobado la pasividad de la rana que se ha hervido poco a<br />

poco porque no se daba cuenta d<strong>el</strong> aumento de la temperatura ambiente.<br />

¿Por qué no lo aprovecha para darse cuenta de que poco a poco se está<br />

223


hirviendo en su planeta? A usted le pasa lo mismo que a mi compañera:<br />

mientras que está entretenido en sus tibias o recalentadas conclusiones,<br />

no percibe que está en una marmita que se está calentando poco a poco<br />

ac<strong>el</strong>eradamente».<br />

No se sabe a ciencia cierta qué es lo que provocó <strong>el</strong> mutismo d<strong>el</strong><br />

doctor pero se barajaron varias suposiciones:<br />

224<br />

1. Que <strong>el</strong> doctor se quedara flipado al comprobar que una rana podía<br />

hablar y se retiró para <strong>el</strong> resto de su vida. Se creyó la historia en la que un<br />

hechizo puede convertir una princesa en una rana.<br />

2. Que <strong>el</strong> doctor se quedara tan flipado por la conclusión de la rana que<br />

percibiera que todas las resoluciones que había estado sacando durante toda<br />

su vida habían sido una falacia. ¿Para qué le había valido todo su<br />

conocimiento científico si le había impedido percibir la tragedia real que le<br />

rodeaba? Para ac<strong>el</strong>erar <strong>el</strong> calentamiento de la marmita en la que transcurría<br />

su acomodado éxito mundial.<br />

3. Que <strong>el</strong> doctor no sólo comprobara que las ranas pueden hablar sino<br />

que los lobos tienen dientes. Aunque pueda ser tarde, cuando se ven los<br />

dientes al lobo muchos deciden abandonarlo todo y ponerse a salvo de su<br />

bocado. Quizá <strong>el</strong> doctor fuera uno de los que al comprobar que estaba<br />

dentro de una olla que empezaba a hervir, decidiera dejar su fama para vivir<br />

en paz.<br />

4. Que <strong>el</strong> doctor percibiera <strong>el</strong> calentamiento real d<strong>el</strong> planeta y concluyera<br />

que todas sus verdades universales habían sido absurdas porque en un<br />

planeta en <strong>el</strong> que habrá que volver a dibujar hasta sus mapas, es banal<br />

querer conocerlos tal y como estaban.<br />

Verse en un espejo comportándose igual que un batracio debe de ser<br />

traumático. Al ver la cara d<strong>el</strong> doctor flipado, la rana explicó: «¡Vamos<br />

doctor!, que todo <strong>el</strong> mundo sabe que si se mete una rana en un recipiente<br />

de agua tibia que se va calentando hasta hervir, la rana permanecerá en <strong>el</strong><br />

agua —a pesar d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro— ¿hasta ser rescatada en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o? ¡Nooo!,<br />

¡hasta quedar hervida en <strong>el</strong> líquido! ¿Qué ha querido decir con<br />

"Esperemos a que pase lo que tenga que pasar"?».<br />

Aunque <strong>el</strong> proceso de extinción se está ac<strong>el</strong>erando, los tiempos<br />

geológicos son tan largos que la raquítica historia de su conocimiento<br />

facilita <strong>el</strong> que parezcan casi imperceptibles; pero justificar hoy en día la<br />

parálisis de la humanidad debería considerarse una herejía. Lo último que<br />

se escuchó decir a la rana antes de desaparecer definitivamente de la<br />

historia fue: «Los sapiens, ya sean doctores o peones, no sabéis que os<br />

estáis hirviendo poco a poco, como la rana». Se dice que desde aqu<strong>el</strong> día,


<strong>el</strong> doctor más listo de la humanidad quedó mudo por la advertencia de<br />

una rana.<br />

Por lo sucedido se puede determinar que al menos hay dos<br />

subespecies de ranas: las que esperan hasta que se quedan cocidas y las<br />

que saltan antes de quedarse hervidas; unas no reconocen lo evidente y<br />

otras saltan al conocer de manera instantánea <strong>el</strong> p<strong>el</strong>igro. Bueno, también<br />

hay doctores.<br />

<br />

—Me imagino —atajó Sancho— que este cuento quiere decir que<br />

nuestro sistema nervioso puede reaccionar si experimenta un cambio<br />

importante en las circunstancias que le rodean pero también dice que<br />

¡puede no reaccionar! Si <strong>el</strong> cambio transcurre de manera lenta y gradual,<br />

como todo lo que sucede en Naturaleza, somos capaces de quedarnos<br />

inmóviles y no reconocer la gravedad de lo que nos está ocurriendo.<br />

Debido a que <strong>el</strong> cambio está aletargado con <strong>el</strong> estribillo de la nana más<br />

famosa de la historia divina, estamos siendo capaces de no reaccionar,<br />

como la rana.<br />

—La moraleja d<strong>el</strong> cuento dice que, ¡claro, somos diferentes a la rana!<br />

No tenemos que esperar al punto de ebullición para comprender <strong>el</strong><br />

p<strong>el</strong>igro en <strong>el</strong> que nos encontramos; y además, sabemos que tenemos la<br />

capacidad de rescatarnos a nosotros mismos.<br />

—¡Pensaba que la moraleja había sido la anterior!, la que se refiere a<br />

las dos subespecies de ranas y de doctores. Por eso le había<br />

interrumpido.<br />

—¡Pues no! La moraleja es la que es.<br />

—Entonces, ¿es posible que la subespecie suicida no se dé cuenta d<strong>el</strong><br />

Calentamiento d<strong>el</strong> Planeta, aunque ahora se pasen los días hablando de<br />

él, o es que reaccionamos igual que las ranas? ¿No es contradictorio que<br />

la especie <strong>el</strong>egida se comporte como una rana de laboratorio o es que los<br />

dioses son batracios de la Atlántida? ¿Cuándo termina la versatilidad d<strong>el</strong><br />

cuerpo humano y empieza su estupidez?<br />

<strong>El</strong> silencio sucedió a las preguntas y se constituyó en su respuesta y<br />

en que <strong>el</strong> escudero se pusiera más nervioso; así qué continuó con las<br />

dudas.<br />

—¿Cree usted que alguien entenderá mis preguntas?<br />

Y de nuevo <strong>el</strong> silencio. La respuesta la encontrarás por ahí; te<br />

está buscando y la encontrarás siempre que lo desees. ¿Quién<br />

225


decide cuándo una pregunta es retórica? Con mayor desconsu<strong>el</strong>o, intentó<br />

de nuevo con otra consulta:<br />

—¿Podrá la subespecie suicida darse cuenta de que <strong>el</strong> calentamiento<br />

global es un hecho real? ¿No es suficiente aviso <strong>el</strong> paso de las estaciones<br />

en las que <strong>el</strong> frío y <strong>el</strong> calor se suceden a saltos y las lluvias pasan de la<br />

sequía a las inundaciones?<br />

—No lo sé. En ocasiones, como la rana, sólo reaccionamos ante una<br />

sacudida repentina, ante un cambio apreciable y rápido en nuestra<br />

situación, un cambio que dispare nuestras alarmas; pero en Naturaleza<br />

todo es progresivo, como eran las estaciones que modulaban poco a<br />

poco <strong>el</strong> cambio d<strong>el</strong> invierno al verano.<br />

—La humanidad tampoco ha reaccionado ante algo que podría<br />

considerarse una sacudida repentina: la demolición controlada de las<br />

Torres Trim<strong>el</strong>as. Los civilizombis siguen hibernados creyendo una<br />

versión oficial que es increíble. Si es que no reaccionan no pa’trás… [Ver<br />

Volcano, Battle of Kruger.]<br />

—Con su demolición, los dioses han conseguido más de diez<br />

mandamientos que se resumen en dos:<br />

1. Encender la llama que prenda la mecha d<strong>el</strong> enfrentamiento.<br />

2. Evaluar <strong>el</strong> grado de estupidez en <strong>el</strong> que subsisten los civilizombis.<br />

»Fíjate Sancho que creer la versión oficial sobre <strong>el</strong> 11-S podría<br />

convertirse en algo que está en contra de la ciencia newtoniana más<br />

<strong>el</strong>emental; no reaccionar ante una mentira de esta envergadura podría ser<br />

uno de los capítulos bochornosos de la historia de la humanidad, mucho<br />

más que <strong>el</strong> consentimiento y la complicidad en la gasificación de los<br />

judíos. Más insólito es que la simplificación expresiva «Calentamiento<br />

global» difuminada con la nana «Cambio climático» (dos patentes de los<br />

dioses), convierta una latente sacudida para reaccionar (la extinción de<br />

nuestra propia especie), en una excusa más para pagar más impuestos,<br />

desde la «Flatulence tax» a la «Breath tax» pasando por la «Frog tax».<br />

Como era de prever,<br />

la mañana ha sido estresante<br />

para la que tenía reunión<br />

y para <strong>el</strong> que las entregas haría.<br />

Acaudillando la comisión<br />

estaba la liberada mujer<br />

con su consejo de administración<br />

226<br />

resolviendo unas cuestiones<br />

que tambaleaban su continuación<br />

en la propia empresa de su vida.<br />

La m<strong>el</strong>la que deja la crisis<br />

ya se está haciendo notar<br />

y hasta los mismísimos jefes<br />

se tienen que a sí mismos echar.


Pero como también es madre<br />

esa polifragmentada mujer<br />

no ha dejado de recordar<br />

a su hijo más querido<br />

sobre todo porque además<br />

no tiene más bambinos.<br />

Su amiga querida d<strong>el</strong> alma,<br />

d<strong>el</strong> ego o de lo que sea,<br />

sabiendo que la solidaridad<br />

es una virtud humana<br />

le ha prestado a última hora<br />

a la que le hace la casa.<br />

Es una mujer recatada<br />

que no tiene nada que ver<br />

con las que hacen la calle,<br />

ya sea en una cuneta<br />

o en una discoteca,<br />

vestidas con traje chaqueta<br />

o con lencería indiscreta.<br />

En compañía de una rumana<br />

ha aparcado a la prole<br />

que en vez de ir al cole<br />

va a aprender otras lenguas<br />

de gratis y en su propia casa.<br />

Pero miren ustedes por dónde<br />

que va a dar la casualidad<br />

que <strong>el</strong> niño era un mimado<br />

de los que no aguanta ni dios;<br />

una cuestión muy normal,<br />

porque de padres tan independientes,<br />

salen hijos muy modernos<br />

pero con un punto de imbéciles.<br />

Así que la buena mujer<br />

llamó a su jefa directa<br />

pa’decir que no podía más<br />

con la contención de esa fiera.<br />

Era la hora de comer<br />

y no había pero que valga<br />

así que sintiéndolo mucho<br />

se enteró la ejecutiva mujer<br />

que disfrutaba de un almuerzo<br />

aunque fuera de despedida.<br />

Pasando de todo <strong>el</strong> marido,<br />

«¡que ni me cogió <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono!»<br />

se tuvo que buscar la vida<br />

esta gran exejecutiva<br />

quedándos<strong>el</strong>e la savia<br />

bastante o muy jodida<br />

y por si no era suficiente<br />

<strong>el</strong> hijo con varic<strong>el</strong>a<br />

que no aguantan ni pagando<br />

y un marido que pasa,<br />

que ¡pasa de lo lindo!<br />

—¿Que le parecería si imitáramos a los dioses y resumiéramos ciertas<br />

expresiones que se utilizan a menudo? —propuso Sancho—. Si lo piensa<br />

bien, ahorraríamos trabajo al transcriptor y energía al planeta.<br />

—¿Se te ha colapsado <strong>el</strong> disco duro al entender <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo entre<br />

la rana y <strong>el</strong> sapiens o es que empiezas a irte por las ranas?<br />

—No, descuide que no me voy a ir por las ramas para dispersar <strong>el</strong><br />

discurso. Pero entre que no conozco la lengua de la Terra de Íngala<br />

(Inglaterra) y vuesa merced conoce que para no colapsarme como las<br />

Torres Gem<strong>el</strong>as necesito un intermedio de vez en cuando, se me ocurre<br />

una sugerencia que puede ayudar a enfriar <strong>el</strong> planeta ahorrando sus<br />

recursos.<br />

—¿Qué novedad presentas?<br />

227


—Pues que imitando los jeroglíficos divinos, a la nana «Cambio<br />

climático» podríamos llamarla nana CC o para ser más fidedignos con las<br />

tres siglas, deberíamos utilizar NCC.<br />

Tras la presentación d<strong>el</strong> jeroglífico, don Quijote consideró:<br />

—Ni estimo que se necesite ahorrar la escritura de tres palabras<br />

cuando se transcriben miles ni que la reserva en los términos resuma o<br />

aclare <strong>el</strong> discurso. Pero coincido en que <strong>el</strong> ahorro de recursos, por<br />

mínimo que sea, es esencial para salvaguardar <strong>el</strong> desequilibrio tal y como<br />

está hasta ahora; al menos se debería intentar no empeorar. En cuanto al<br />

abuso de las siglas, no vamos a discutir sobre <strong>el</strong>lo porque cuando los<br />

cambios se presentan claramente, no es necesaria ni su especulación ni su<br />

adivinación. Si en alguna ocasión te escucho decir la NCC sabré que te<br />

estás refiriendo a las siglas de un trágico emb<strong>el</strong>eco; yo seguiré hablando<br />

como estime y siempre sabrás a qué me refiero. Cuando no suceda así,<br />

surgirán las preguntas.<br />

—Pues no sé si preguntarle por la sequía desertizante que calienta <strong>el</strong><br />

planeta o por la glaciación cong<strong>el</strong>ante que enfría la tierra. ¡No me gusta<br />

ninguna y las dos son reales! ¿Nos vamos a hervir como las ranas o a<br />

crionizar como los dioses?<br />

—Como todo lo que sucede en Naturaleza, todo está r<strong>el</strong>acionado.<br />

—¿Aunque parezca contradictorio?<br />

—En Matrix suceden demasiadas cosas a la vez, por eso es tan<br />

dispersa. En la tarde de ayer escuchaste que era difícil que imaginaras la<br />

superficie de la península Ibérica convertida en un desierto o en<br />

potencialmente desertificable en la mitad de su extensión. Pues bien<br />

Sancho, has estado viviendo en un mundo imaginario; este es <strong>el</strong><br />

mundo como es hoy día. ¡Bienvenido al desierto de lo real!<br />

»A corto plazo, varias decenas de años, la reacción de Naturaleza<br />

ante <strong>el</strong> afeitado de los árboles se manifiesta por la perturbación d<strong>el</strong><br />

equilibrio en las lluvias comenzando <strong>el</strong> ciclo: Sequía/Inundaciones; este<br />

trastorno absorbe la fertilidad marchitando <strong>el</strong> medio ambiente hasta<br />

desertizarlo. Plantar pinos en una tierra sedienta colabora con la<br />

acidificación y esterilización d<strong>el</strong> lugar; sus hojas aciculares caídas sobre la<br />

superficie tienen un lento proceso de biodegradación y <strong>el</strong> tupido manto<br />

que cubre una zona de pinares, impide <strong>el</strong> crecimiento d<strong>el</strong> sotobosque y<br />

de la capa vegetal que nutre a la reseca tierra. No existe ninguna duda<br />

sobre la imperiosa necesidad de reforestar Madre Tierra pero canalizar<br />

esta responsabilidad replantando extravagantemente la estupidez<br />

228


civilizada, agrava aun más las circunstancias medioambientales. No sé si<br />

esto tendrá que ver con lo de «matar moscas a cañonazos» pero si está<br />

r<strong>el</strong>acionado con la espontánea proliferación de níscalos en estos parajes,<br />

facilitar la reproducción de este manjar tiene un precio que recolectores y<br />

degustadores deberían también saborear.<br />

»A largo plazo, varias docenas de años, la falta de bosques originales<br />

destruye <strong>el</strong> equilibrio d<strong>el</strong> clima. Las temperaturas comienzan a descender<br />

conforme se rasura la superficie boscosa d<strong>el</strong> planeta. La fotosíntesis crea<br />

un campo energético que impide que <strong>el</strong> gélido espacio cósmico penetre<br />

más allá de la atmósfera de la tierra, una especie de escudo protector (la<br />

Atmósfera) bajo <strong>el</strong> que se desarrolla este escenario natural que permite<br />

que la vida sea como se conocía e incluso como se conoce todavía. La<br />

progresiva debilitación y contaminación de las capas de la atmósfera<br />

inicia una reacción cuyas consecuencias se están notando y padeciendo.<br />

Que estos cambios se resuman con la nana «Cambio climático» es una<br />

frivolidad que no justifica la dulzura de la ingenuidad. Especular o<br />

adivinar transformaciones produce preocupación pero cuando se trata de<br />

un cambio tan enorme, ni la palabra «angustia» sería suficiente como para<br />

describir <strong>el</strong> estado de incertidumbre.<br />

—Incluso la nana «La tierra es plana» era más «creíble» que la NCC<br />

—observó Sancho.<br />

—No se trata de calibrar la estupidez de las nanas sino de reaccionar<br />

ante <strong>el</strong> efecto sedante que produce su consu<strong>el</strong>o. Te voy a poner unas<br />

cifras para que des una proporción real aproximada a los<br />

acontecimientos. La superficie de Madre Tierra es mil veces más grande<br />

que España. La superficie de las tierras emergidas (30% d<strong>el</strong> total)<br />

conforma casi un tercio de la superficie de los océanos (70%). La<br />

superficie de España es 100 veces más pequeña que un tercio de los<br />

continentes.<br />

—Espere que tengo que pararme a pensar. Me dice que si divido la<br />

superficie de los continentes en tres partes, España es 100 veces más<br />

pequeña que uno de esos tercios y mil veces más pequeña que la<br />

superficie total d<strong>el</strong> planeta.<br />

—¡Aproximadamente!<br />

—¡Joder, qué grande es Madre Tierra!<br />

—Parece que te has dado cuenta de la dimensión de la célula Madre<br />

Tierra dentro de la geometría fractal d<strong>el</strong> Universo.<br />

229


—Lo que me sorprende no es concebir lo minúscula que es España<br />

sino que la Tierra sea un organismo vivo tan enorme.<br />

—Como cualquiera de las células vivas microscópicas que<br />

conforman <strong>el</strong> organismo Cuerpo Humano, Madre Tierra es una célula<br />

viva microscópica que forma parte de otro organismo de cuyo tamaño<br />

no quiero acordarme. Su vida está regulada por Naturaleza y la sinergia<br />

de innumerables factores armoniza la vida dentro de esta célula tal y<br />

como la habíamos conocido. Que te sorprenda que esté viva es lo mismo<br />

que te sorprenda que no sea plana ni <strong>el</strong> centro de todo <strong>el</strong> universo.<br />

—¡Joder, qué pequeña es Madre Tierra! ¡Qué bien me vendrían un<br />

par de tragos para cavilar sobre esto! Al menos, reconozca que esta<br />

novedad necesita sosiego para pensar, imaginar y reconcebir.<br />

—Tiempo habrá para <strong>el</strong>lo, que ahora <strong>el</strong> discurso puede asfixiarse si<br />

paramos con cada descubrimiento. Madre Tierra, como cualquier<br />

organismo que está vivo, respira; hace respiraciones muy largas porque<br />

los tiempos galácticos entendidos tridimensionalmente son muy largos.<br />

Pero sigamos con las cifras que tanto te exclaman.<br />

»Si descontamos <strong>el</strong> continente desvegetalizado, la Antártida (10% de<br />

la superficie emergida) y haciendo cálculos aproximados, en <strong>el</strong> hemisferio<br />

norte se encuentra <strong>el</strong> 75% d<strong>el</strong> territorio sobre <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> mar y en <strong>el</strong><br />

hemisferio sur se halla <strong>el</strong> otro 25%. Como la mayoría de las masas<br />

continentales se encuentra al norte d<strong>el</strong> ecuador, es obvio afirmar que la<br />

mayor parte de la vegetación también debería hallarse al norte d<strong>el</strong><br />

ecuador; así es al menos como lo dispuso Naturaleza para que las cosas<br />

fueran como se conocían. Cuando <strong>el</strong> hemisferio norte se inclina hacia <strong>el</strong><br />

Sol (primavera y <strong>el</strong> verano septentrional), salen las hojas y, a medida que<br />

utilizan <strong>el</strong> CO 2, la cantidad de CO 2 decrece en todo <strong>el</strong> mundo. Cuando <strong>el</strong><br />

hemisferio norte se inclina de la perpendicular d<strong>el</strong> Sol (otoño e invierno<br />

septentrional), las hojas caen y, a medida que exp<strong>el</strong>en <strong>el</strong> CO 2, la cantidad<br />

de CO 2 en la atmósfera vu<strong>el</strong>ve a incrementarse.<br />

—¿Me quiere decir que la inspiración de Madre Tierra dura seis<br />

meses y que se produce una vez por ciclo solar?<br />

—Quiero decir que según las reglas de Naturaleza, Madre Tierra<br />

debería inspirar con <strong>el</strong> 75% de sus pulmones durante lo que se conoce<br />

como primavera y verano en <strong>el</strong> hemisferio norte y después hacer otra<br />

inspiración mucho más pequeña en <strong>el</strong> sur. La combinación de ambas<br />

crea <strong>el</strong> ciclo respiratorio de la célula Madre Tierra.<br />

230


—¿Me quiere decir que la tala de bosques altera su respiración<br />

debilitándola y atosigándola?<br />

—Percibir que Madre Tierra respira —continuó don Quijote sin<br />

responder a una pregunta que consideró tan obvia—, es una<br />

consecuencia colateral d<strong>el</strong> análisis de los niv<strong>el</strong>es de CO 2 en la atmósfera<br />

de esta célula d<strong>el</strong> tamaño de un planeta; sentir que Madre Tierra esta viva<br />

es una aclaración natural que puede conmover a cualquiera que se<br />

tranquilice para sentirlo. Otra cosa es que la hegemonía d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto haya<br />

desvirtuado la recepción de la Vibración de Energía. Consentir que<br />

Madre Tierra se esté asfixiando es otra contradicción d<strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto. Ya<br />

que ha sido capaz de arruinar la recepción de la Vibración de Energía,<br />

podría utilizarse para preguntar por lo que está pasando.<br />

—¿Y porque respira se puede afirmar que Madre Tierra es una célula<br />

que está viva? —repreguntó un Sancho más suspenso.<br />

—Por esto y por muchas cosas más. Afirmar hoy día que Madre<br />

Tierra es una célula diminuta supeditada a las reglas de un sistema no es<br />

una herejía, es una perogrullada; nada gira en torno a <strong>el</strong>la…; ¡bueno, sí!<br />

aparte de la Luna, toda la chatarra espacial creada por <strong>el</strong> dios Ego. Ahora<br />

todo <strong>el</strong> mundo sabe que la Tierra forma parte de un sistema, <strong>el</strong> Solar, que<br />

a su vez está dentro de otro sistema al que se conoce como la Vía Láctea<br />

que forma parte de una de las Galaxias que conforman <strong>el</strong> Cosmos que a<br />

su vez vibra en un Universo para <strong>el</strong> que no existe nombre.<br />

»Que Madre Tierra está viva se siente por los ciclos de<br />

biodegradación, por <strong>el</strong> equilibrio de procesos, por su respiración y<br />

porque si la observas con la longitud de onda apropiada para la recepción<br />

de la Energía, sentirás que en Madre Tierra todo es vida, todo está vivo,<br />

todo forma parte de un organismo versátil y perfectamente armonizado,<br />

un ambiente en donde si se respetan las reglas de funcionamiento con las<br />

que ha sido diseñado, la vida se desarrolla tal y como Naturaleza dispone<br />

(Nirvana, Paraíso…) y no como dios impone (Civilización).<br />

»Tanta cantidad y calidad de vida no se puede desarrollar en una<br />

célula muerta. Lo que sucede con una célula enferma d<strong>el</strong> tamaño de un<br />

planeta es de lo que trata la encrucijada de la humanidad. Dioses y<br />

esclavos, doctores y algunas ranas, están esperando paralizados la<br />

reacción de Naturaleza ante esta célula asfixiada de contaminación. No<br />

les falta la esperanza de que sea un cambio climático pasajero ni tampoco<br />

les sobran las excusas tras la que justifican su modorra. Además, así<br />

231


fabrican <strong>el</strong> subtítulo de una historia más: «Civilización, la historia de una<br />

infamia».<br />

—A riesgo de parecerme al doctor —interrumpió Sancho— le<br />

aseguro que me he quedado flipado y como no me dé un respiro, tantas<br />

cifras y esperanzas se me van a subir a la cabeza. Si sigue, no respondo<br />

de la fid<strong>el</strong>idad con la que esta información se quede grabada en <strong>el</strong> disco<br />

duro.<br />

Don Quijote consideró esta novedad satisfactoriamente y <strong>el</strong> paseo<br />

recobró un rato de silencio. Al parecer, Sancho necesitaba digerir las<br />

novedades pero <strong>el</strong> asombro duró poco. Creyó que había dado<br />

proporción a <strong>El</strong> Todo y continuó con su historia, o sea, cambiando de<br />

tema. ¿O no?<br />

—Esta mañana —comentó <strong>el</strong> escudero—, he r<strong>el</strong>acionado la<br />

impresión de juzgar que te han puesto los cuernos con la de sentir que te<br />

están mintiendo en la cara rotundamente, con alevosía, premeditación y<br />

sin nocturnidad porque la infamia está presente durante todo <strong>el</strong> día. ¿Es<br />

consustancial a la subespecie suicida la incapacidad de percibir cuándo<br />

les engañan los dioses ni cuando les engaña su pareja?<br />

—Lo de los cuernos, es una cuestión cultural r<strong>el</strong>acionada con la<br />

posesión d<strong>el</strong> ego; es una situación típica de Matrix que se inicia cuando<br />

<strong>el</strong> porqué y la causa desaparecen y lo único que importa es la<br />

sensación en sí misma. ¡Ésa es la naturaleza d<strong>el</strong> universo! ¡Éstas<br />

son las consecuencias de la tradición! ¡Éste es <strong>el</strong> dominio de la<br />

causalidad! ¡Esto es la influencia d<strong>el</strong> incontrolable ego!<br />

»«Ponerse los cuernos» es una de las cuestiones que más fácilmente<br />

se llevan al terreno d<strong>el</strong> tomárs<strong>el</strong>o de manera personal. Los cuernos es<br />

algo que se pone uno a sí mismo cuando se comporta con deslealtad,<br />

desconsideración o desconfianza; que <strong>el</strong> receptor de la cornada se lo<br />

tome personalmente es una de las consecuencias d<strong>el</strong> posesivo ego. Se<br />

supone que cada uno puede hacer con su vida lo que quiera sin dar<br />

razones a nadie pero cuando surge la expresión cornamental, es porque<br />

la r<strong>el</strong>ación afectiva entre los que se los pueden asestar y sustentar no<br />

funciona como dios manda. Soportar esas circunstancias incomestibles<br />

por inseguridad personal, por adicción a las emociones o «por amor», es<br />

a lo que puede llamarse ponerse los cuernos a uno mismo, o sea,<br />

soportar gratuitamente una r<strong>el</strong>ación o situación insostenible más allá de<br />

lo vital, una adicción más. Para percibir que uno deja de auto imponerse<br />

los cuernos, lo único que hay que hacer es tomar la decisión de no<br />

232


ponérs<strong>el</strong>os más, es decir, finalizar con la adicción antes de sentir cómo te<br />

los pone <strong>el</strong> otro.<br />

»Con los cuernos de Civilización sucede igual; los esclavos se<br />

acostumbran a llevarlos puestos, a padecerlos y a aguantarlos durante<br />

toda su vida pagando <strong>el</strong> precio de subsistir como zombis y cornudos.<br />

Según Matrix, cada civilizombi se pone los cuernos cuando mira por la<br />

ventana, al encender la t<strong>el</strong>evisión, cuando va a trabajar, a la iglesia,<br />

e incluso cuando paga sus impuestos. Seguro que estos aspectos se<br />

pueden ampliar.<br />

»Estar momentáneamente engañado con una mentira extra conyugal<br />

es superable; casi todos han tenido esta experiencia y todos los que la<br />

han vivido reconocen que se supera olvidando la tristeza que acompaña a<br />

demasiados momentos de la vida.<br />

»Estar vitalmente engañado con una nana es insostenible porque por<br />

muy aletargado que se sienta <strong>el</strong> sentido común, abrir los ojos a la realidad<br />

que nos rodea es un paso que todos aprenderán a superar por las buenas<br />

o con la decadencia y corrupción.<br />

—Dejemos los cuernos para la vida civilizada —interrumpió<br />

Sancho—, y centrémonos en <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o que tenemos encima para dar una<br />

proporción más cercana al cab<strong>el</strong>lo de Madre Tierra; si la calvicie es un<br />

síntoma inequívoco de oxidación y envejecimiento, <strong>el</strong> exterminio de los<br />

árboles pronostica cambios que aunque no se quieran imaginar, se<br />

pueden empezar a degustar. Ac<strong>el</strong>erar <strong>el</strong> envejecimiento de Madre Tierra<br />

rasurando su m<strong>el</strong>ena s<strong>el</strong>vática es algo que en Civilización se llama<br />

progreso; este mismo saqueo se llama equivocación o estupidez en la<br />

realidad real.<br />

»De su discurso he grabado en <strong>el</strong> disco duro que los bosques otorgan<br />

b<strong>el</strong>leza pero también preservan <strong>el</strong> equilibrio en Madre Tierra. Cuando la<br />

masa forestal disminuye, la energía que produce la fotosíntesis<br />

disminuye. Esto provoca la depresión inmunológica de La Atmósfera, un<br />

escudo energético bajo <strong>el</strong> que se protege <strong>el</strong> clima; además, debilita la<br />

respiración de Madre Tierra hasta asfixiarla. A corto plazo, la<br />

consecuencia d<strong>el</strong> afeitado de bosques es la desertización; a medio plazo,<br />

la consecuencia d<strong>el</strong> rasurado es la depresión de la atmósfera que lleva a la<br />

glaciación. <strong>El</strong> que la temperatura de Gaia esté aumentando es<br />

comprobable por <strong>el</strong> deshi<strong>el</strong>o global de los glaciares y la muerte de los<br />

arrecifes coralinos por <strong>el</strong> calentamiento de los océanos. Entonces, ¿cómo<br />

233


es posible que vayamos hacia la glaciación? (Ver <strong>El</strong> día de mañana, Una<br />

verdad incómoda).<br />

—Has olvidado que junto a la infertilidad de Gaia por la<br />

acidificación de tierra y lluvia, a la contaminación de los mares y a la<br />

debilitación de la energía de la atmósfera por una causa natural (menos<br />

fotosíntesis) pero ocasionada por <strong>el</strong> ego (la destrucción de los bosques de<br />

todo <strong>el</strong> planeta), tienes que añadir la intoxicación artificial de la misma<br />

atmósfera con <strong>el</strong> CO 2 y otros gases letales que las máquinas están<br />

emitiendo. La Revolución Industrial no sólo transforma la clasificación<br />

de los esclavos imponiendo la hegemonía de las máquinas por encima de<br />

lo humano sino que intoxica despiadadamente <strong>el</strong> aire que respiramos.<br />

Esto provoca la enfermedad de la atmósfera que se expresa con muchas<br />

catástrofes naturales y muchas afecciones respiratorias, alérgicas y de<br />

todo tipo que padecen los sapiens; de nuevo se convierten en actores y<br />

víctimas a la vez. <strong>El</strong> concepto agujero negro es uno de los síntomas que<br />

presagian la gravedad de un diagnóstico que <strong>el</strong> ego no quiere escuchar; la<br />

convivencia con un cáncer es uno de los síntomas que presagian la<br />

gravedad de un diagnóstico que <strong>el</strong> sapiens nunca quiere escuchar.<br />

»Todos los organismos manifiestan la enfermedad por medio de la<br />

fiebre y su primera consecuencia es la <strong>el</strong>evación de la temperatura; esto<br />

debería ayudar a pronosticar que la enfermedad existe. Esta fase<br />

febrilmente cálida, unos años, es pasajera y no debería impedirte<br />

reconocer la posterior glaciación que empiece cuando la enfermedad se<br />

manifieste en su fase álgida. La Era de los Glaciares es un suceso<br />

previsible si atendemos a los últimos procesos de transformación<br />

geológica en Gaia pero si te fijas, la glaciación es una transformación más<br />

en la vida de Madre Tierra; se habla de enfermedad porque sus secu<strong>el</strong>as<br />

van a molestar enormemente a la plaga sapiens ¡nada más! Si la glaciación<br />

no extinguiera completamente al virus, lo que suceda después es una<br />

decisión que está en la conciencia de Naturaleza.<br />

—¿De qué estaríamos hablando?<br />

—No lo sé.<br />

—Jamás hubiera imaginado que los árboles fueran esenciales para <strong>el</strong><br />

equilibrio medioambiental de Madre Tierra.<br />

—Quizá porque son los seres más silenciosos, generosos,<br />

bondadosos y humildes que existen, nadie hace caso de su existencia<br />

primordial. No olvides que también las algas y la sinergia de multitud de<br />

factores no sólo vegetales que están siendo igualmente destruidos,<br />

234


influyen en <strong>el</strong> equilibrio climático que conocíamos. La calidad de su vida<br />

está r<strong>el</strong>acionada con la salud de la atmósfera; <strong>el</strong> saqueo no sólo acaba con<br />

los bosques, acaba con la calidad de vida civilizada y termina con <strong>el</strong><br />

progreso d<strong>el</strong> bienestar.<br />

—Recuerdo que en alguna de las misas —indicó Sancho—, cualquier<br />

cura nos contó que la astucia de Dalila pone fin al secreto de la fuerza d<strong>el</strong><br />

juez Sansón cortándole <strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo ¿es esta una metáfora de lo que sucede<br />

con <strong>el</strong> rasurado de la m<strong>el</strong>ena de Madre Tierra r<strong>el</strong>atada en <strong>el</strong> Libro de los<br />

Jueces? Seguro que desde antes de los filisteos, <strong>el</strong> sentido común natural<br />

reconoce que la tala de árboles es un sacrilegio contra Madre Tierra; por<br />

eso, excepto la especie <strong>el</strong>egida, ningún otro animal hace <strong>el</strong> gamberro con<br />

<strong>el</strong> entorno ambiental. Seguro que ahora se puede reconocer que robar la<br />

fuerza de Sansón puede ser una astucia femenina y que rasurar <strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo<br />

de Gaia es una irresponsabilidad; ¡pero joder!, mientras que una ocupa<br />

pocas líneas de un libro y unos bits de historia subconsciente, ¡la otra nos<br />

está extinguiendo! Lo que no sé seguro es que nadie imagine que Dalila<br />

fuera una psicópata empedernida que arrebatara toda la energía de<br />

Sansón con otros emb<strong>el</strong>ecos y no con esa simplificación.<br />

No sabemos si <strong>el</strong> breve silencio que se hizo fue para escuchar <strong>el</strong><br />

bullir de Naturaleza a través de los cantos de los pájaros o para digerir las<br />

palabras de Sancho, que continúa diciendo:<br />

—<strong>El</strong> paral<strong>el</strong>ismo que los doctores hacen de este pasaje es que la<br />

debilidad de Sansón por lo femenino le aparta «d<strong>el</strong> camino» hasta<br />

permitir que le arrebaten su talismán, <strong>el</strong> alma, simbolizado por la<br />

cab<strong>el</strong>lera; muere rasurado bajo los escombros de su templo que cae tan<br />

demolido como las Torres Trim<strong>el</strong>as después de que él mismo desplazara<br />

la base de los pilares, también como en las Torres. ¿Será este <strong>el</strong><br />

antecedente en <strong>el</strong> que se inspiraron los creadores d<strong>el</strong> 11-S destruyendo<br />

sus propios templos erigidos al dios de siempre?<br />

»<strong>El</strong> paral<strong>el</strong>ismo que <strong>el</strong> sentido común hace de este pasaje es que la<br />

ceguera de los dioses por <strong>el</strong> dominio y control de la subespecie<br />

esclavizada, los apartó de Naturaleza mucho antes que a los filisteos e<br />

incluso los cromañones; convertirse en <strong>el</strong> protovirus les arrebató su<br />

talismán. Una de las consecuencias de esta equivocación ha sido <strong>el</strong><br />

afeitado de una parte exagerada de la cab<strong>el</strong>lera de Madre Tierra (los<br />

bosques). Los dioses mueren bajo los escombros de su templo, Realidad<br />

de Matrix, que <strong>el</strong>los mismos destruyen con la incontrolada soberbia y la<br />

235


obstinada ignorancia de su ego. Los sapiens sólo forman parte d<strong>el</strong> daño<br />

colateral.<br />

»Si <strong>el</strong> primer paral<strong>el</strong>ismo es una metáfora dentro de un contexto de la<br />

moral judeocristiana, <strong>el</strong> segundo puede ser uno de los arcanos que<br />

esconden los secuestradores de la memoria humana. Es fácil que <strong>el</strong><br />

remordimiento paralice a los dioses y no puedan reconocer su<br />

equivocación ante la humanidad; es estúpido que los sapiens no quieran<br />

darse cuenta de que unas trogloditas les están poniendo los cuernos con<br />

una nana que les convierte en ranas.<br />

No sabemos si <strong>el</strong> breve silencio que se hizo fue para escuchar <strong>el</strong><br />

bullir de Naturaleza a través de los cantos de los pájaros o para digerir las<br />

palabras de Sancho, que continúa diciendo:<br />

—Pero creo que tengo una duda; por más onzas de atención que<br />

utilizo, cuando miro al ci<strong>el</strong>o no veo nada más que lo de siempre; sólo <strong>el</strong><br />

recuerdo d<strong>el</strong> arco iris me permitiría imaginar la existencia de un escudo<br />

protector al que cita como la Atmósfera que no se puede ver pero que sí<br />

puede existir. ¿Por qué no me explica este emb<strong>el</strong>eco?<br />

—Deja antes que te f<strong>el</strong>icite porque también sabes contar cuentos<br />

como <strong>el</strong> de «<strong>El</strong> león y los Jueces» que tan bien aprendiste en las misas.<br />

Deja también que te diga que ahora me entero de tu interrupción con los<br />

cuernos y la r<strong>el</strong>ación que estableces entre que te los ponga tu pareja y la<br />

cornada que nos están dando los troglodioses desde hace unos milenios;<br />

la demolición controlada de las Torres Gem<strong>el</strong>as junto a la nana «Cambio<br />

climático» son sólo dos de los últimos cuernos que la subespecie suicida<br />

soporta sobre su cabeza.<br />

»Con respecto al escudo real Atmósfera tendrás que poner parte de<br />

tu imaginación y entendimiento para reconocer la materia d<strong>el</strong> aura de<br />

Gaia. Quizá lo comprenderías mejor si hablamos de la membrana de la<br />

célula Gaia, una capa que la protege sutilmente d<strong>el</strong> espacio exterior igual<br />

que la pi<strong>el</strong> preserva al organismo humano de lo externo. Como la pi<strong>el</strong>, la<br />

atmósfera tiene varias capas; igual que la pi<strong>el</strong> puede contraer un cáncer<br />

(m<strong>el</strong>anoma), la atmósfera también puede enfermar con un cáncer: Efecto<br />

Invernadero. Consiste en que la influencia de partículas de los gases CO 2,<br />

metano y algunos más emitidos por los civilizombis, provocan que la<br />

Atmósfera adquiera una textura enfermiza. Es como si se barnizara una<br />

de las capas provocando que refracte la radiación solar que antes volvía<br />

al espacio; ahora rebota y vu<strong>el</strong>ve a caer a la tierra. Es una especie de<br />

plástico o de espejo permeable en una dirección pero que dificulta la fuga<br />

236


de radiación infrarroja. Cuanto más se desarrolla <strong>el</strong> Progreso, más<br />

partículas de CO 2 se emiten a la atmósfera. Cuanto mayor sea la<br />

concentración de partículas, más juntas estarán las partículas de CO 2 y<br />

más compacta será la artificial capa. Cuanto más juntas estén las<br />

partículas de los gases que provocan <strong>el</strong> Efecto Invernadero, más difícil se<br />

hace la huida de radiación solar. Cuanto más difícil se hace la huida,<br />

mayor aumento de la temperatura d<strong>el</strong> aire.<br />

—¡Pareeee señor don Quijote! —gritó Sancho—. ¡Vamos a hervir<br />

como la rana!<br />

No sabemos si <strong>el</strong> breve silencio que se hizo fue para escuchar <strong>el</strong><br />

bullir de Naturaleza a través de los cantos de los pájaros o para digerir las<br />

palabras de don Quijote que deja que la palabra continúe en boca d<strong>el</strong><br />

escudero:<br />

—¿Me quiere decir que es como si <strong>el</strong> Proyecto Biosfera fuera ya una<br />

realidad, que estamos viviendo bajo una cúpula de plástico con agujeros<br />

negros y a punto de estallar? [Ver La isla.]<br />

—Hay veces que no sé si simplificas o si te ad<strong>el</strong>antas. Los<br />

civilizombis pueden crear entornos ambientales fuera de su lugar natural<br />

copiando los patrones que lo regulen (humedad, temperatura,<br />

precipitaciones). Si son capaces de imponer un campo de golf en medio<br />

de la árida meseta cast<strong>el</strong>lana ¿qué no serán capaces de copiar?<br />

»Dependiendo de la extensión d<strong>el</strong> desafío, necesitarán fabricar una<br />

cúpula más o menos grande que aísle <strong>el</strong> experimento d<strong>el</strong> ambiente<br />

natural para crear <strong>el</strong> suyo propio artificial. Traspasar este microcosmos<br />

sintético para explicar las catástrofes que se están produciendo a causa<br />

d<strong>el</strong> efecto invernadero es una abstracción que podría tenerse en cuenta.<br />

Efectivamente, ya estamos bajo los efectos de esta nueva biosfera que<br />

estamos creando progresiva y artificialmente con los gases que emitimos.<br />

La diferencia es que realmente nadie sabe qué es lo que va a suceder con<br />

los patrones climáticos que conocíamos y los que están por suceder;<br />

sabemos que los actuales son progresivamente inestables. <strong>El</strong> aumento de<br />

la temperatura y la frecuencia y virulencia de las catástrofes naturales es<br />

un hecho constatable. La glaciación posterior es un pronóstico<br />

predecible. <strong>El</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor es una fecha memorable. Lo que<br />

suceda después es una decisión que dejo en manos de Naturaleza.<br />

—Con lo enorme que debe de ser la Atmósfera —interrumpió<br />

Sancho— ¿cómo es posible que se pueda fabricar un escudo?<br />

237


—Es posible porque <strong>el</strong> poder d<strong>el</strong> subconsciente es ignorante,<br />

ilimitado y descontrolado. En los últimos 50 años, los civilizombis se han<br />

excedido en cuanto a la emisión de gases y no se atisba un punto de<br />

inflexión en esta tendencia.<br />

—¿Ni con Kyoto? —interrumpió la ingenuidad de Sancho—. Lo de<br />

la fabricación de un escudo invisible se me hace incomprensible.<br />

—Si estuvieras más insertado en la realidad de Matrix, podrías<br />

imaginar lo que es un escudo virtual. Te lo esclareceré con un auténtico<br />

ejemplo.<br />

»<strong>El</strong> miedo que siente USA ante cualquier ataque inesperado expresa<br />

<strong>el</strong> conocimiento de que cuando Imperio se descompone, la sede desde<br />

donde emanaba este poder es la que empieza a pagar los platos rotos;<br />

pasa de ser la capital de la supremacía mundial a ser invadidos por hunos<br />

u otros. Ya sabes que la sede d<strong>el</strong> Imperio en <strong>el</strong> que jamás se pondría <strong>el</strong><br />

sol, España, pasó a ser un arrondissement de Francia en unas decenas de<br />

años; entonces era tan inimaginable como ahora es incuestionable. Tal y<br />

como suena en mi memoria, ahora le toca a USA así que ¡Abróchate <strong>el</strong><br />

cinturón de seguridad, Dorothy, porque vamos hacia <strong>el</strong> mundo de<br />

Oz!<br />

—¿Cómo que Dorothy y <strong>el</strong> mundo de Oz? —se extrañó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¡Perdona Sancho! Debe de ser un renuncio o una broma de las<br />

que gasta <strong>el</strong> subconsciente —admitió don Quijote que prosiguió con <strong>el</strong><br />

discurso—. Primero EU (EEUU) y ahora la UE, proclaman que están<br />

creando «<strong>El</strong> ci<strong>el</strong>o protector», un escudo virtual que protegería a la sede<br />

de Imperio de los misiles balísticos o de los internacionales que ensartan<br />

al Pentágono. Se supone que unos satélites inspeccionarán<br />

microscópicamente su espacio aéreo y las defensas militares se<br />

encargarán de neutralizar cualquier ataque bacteriológico. La realidad es<br />

que ni se pueden defender de los antiguos misiles cuya modernización<br />

los ha mutado en lujosos aviones de pasajeros comerciales, ni pueden<br />

garantizar la neutralización de un ataque bacteriológico; menos aún se<br />

podrán proteger de los espectaculares meteoritos que surcan <strong>el</strong> espacio a<br />

v<strong>el</strong>ocidades ultrasónicas. <strong>El</strong> nombre auténtico d<strong>el</strong> escudo es ABM<br />

aunque para las catástrofes naturales (aterrizaje de un meteorito) no<br />

existe invento humano mediante <strong>el</strong> que intentar una protección. (Ver<br />

Armagedon pero que nadie se crea <strong>el</strong> final f<strong>el</strong>iz).<br />

—Cuando le da la gana utiliza siglas —interrumpió Sancho— pero<br />

cuando yo lo propongo, contesta de mala gana. ¿Qué significa ABM?<br />

238


—Anti Balistic Misil cuya traducción podría decir Escudo Protector<br />

Contra Misiles Balísticos.<br />

—Entre las tres letras divinas y <strong>el</strong> número cinco que se repite hasta<br />

en las palabras que ha necesitado la traición, se debería admitir que<br />

Matrix nos rodea, está por todas partes, incluso ahora, en esta<br />

misma conversación, que puedes verla si miras por la ventana, al<br />

encender la t<strong>el</strong>evisión. Puedes sentirla cuando vas a trabajar,<br />

cuando vas a la iglesia, incluso cuando pagas tus impuestos…<br />

—¡Tente Sancho!, que a veces no sé si hablas despierto o citas<br />

soñando; controla a tu subconsciente que puede llegar más allá de lo real<br />

y no estoy seguro de que sepas lo que significan tus propias citas.<br />

Además, si no especificas, cualquier escuchante no tiene que entender<br />

que utilizas traición como sinónimo de traducción.<br />

—¿Es que no es lo mismo? Si así no fuera, no entiendo cómo tres<br />

letras se pueden convertir en cinco palabras. Deje entre renglones a los<br />

sinónimos y atienda a que se habría quedado flipado si me hubiera<br />

dejado finalizar la oración que tan bien venía al contexto. ¿Es posible que<br />

usted no permita que le sucedan las cosas e interrumpa su transcurso?<br />

—¿Es posible que hables sin saber lo que sabes?<br />

—¿A qué se refiere?<br />

—¿Qué es encender la t<strong>el</strong>evisión?<br />

—¿No es ir al cine?<br />

—Sí pero para ver la t<strong>el</strong>e no hay que ir a ningún sitio, <strong>el</strong> ego te la<br />

mete en casa. Volvamos a lo que estamos porque si no, vamos a llegar a<br />

ningún lugar de la Mancha en <strong>el</strong> que empieza Cide Hamete y espero que<br />

terminen las preguntas.<br />

—Acláreme antes si me puedo fiar de la traducción.<br />

—¡Qué duda más sapiens, por supuesto que no!<br />

—¿Entonces?<br />

—Te he intentado aclarar <strong>el</strong> significado de las siglas porque si no,<br />

habrían seguido tan ajenas a tu entendimiento como antes.<br />

—O sea, que esta es una excepción más de las infinitas traiciones que<br />

tiene Matrix. ¿Piensa que con cinco palabras me he enterado?<br />

Después de un silencio, continuó <strong>el</strong> implacable escudero.<br />

—Interpreto que la pregunta era retórica así que para no<br />

dispersarnos, reformularé otra: ¿para qué quiere que conozca la<br />

fascinación aparente de Matrix?<br />

239


—Para que conozcas <strong>el</strong> mundo que ha sido puesto ante tus ojos<br />

para ocultarte la verdad.<br />

—¿Qué verdad?<br />

—Que eres un esclavo, Sancho. Igual que los demás, naciste en<br />

cautiverio, naciste en una prisión que no puedes saborear, ni oler,<br />

ni tocar, una prisión para tu mente. Has de verla con tus propios<br />

ojos y escucharla con tus propios oídos a través d<strong>el</strong> más divino de los<br />

mundos: ¡<strong>El</strong> Mundo Audiovisual! ¡Ah! y soportarla con la mente.<br />

—Lo anuncia como si fuera ¡<strong>El</strong> retablo de las maravillas!<br />

—Más o menos.<br />

—O sea, que <strong>el</strong> mundo audiovisual es tan de mentira como <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

retablo, ¡pues menudo fiasco! En fin, ¿es divina o es subconsciente la<br />

r<strong>el</strong>ación numeral entre tres letras/cinco palabras?<br />

—Quizá sea una casualidad.<br />

—Ni me lo aclara ni me va a pillar en este renuncio tan simple. A<br />

estas harturas, todo <strong>el</strong> mundo sabe que la casualidad no existe ni en<br />

Matrix. La verdad es que carecemos de todo dominio. ¡La<br />

causalidad!; no podemos escapar de <strong>el</strong>la, somos sus esclavos<br />

eternos. Nuestra única esperanza, nuestro único sosiego está en<br />

comprenderla, comprender <strong>el</strong> porqué. Fíjese los ad<strong>el</strong>antos que hace<br />

mi sutileza numerológica que ha sido capaz de percibir que los dioses<br />

resumen en cinco, las formas de sentir cómo Matrix nos rodea:<br />

240<br />

1. Puedes verla si miras por la ventana;<br />

2. al encender la t<strong>el</strong>evisión.<br />

3. Puedes sentirla cuando vas a trabajar,<br />

4. cuando vas a la iglesia,<br />

5. incluso cuando pagas tus impuestos.<br />

»Aparte de esto, no creo que los civilizombis puedan dedicar tiempo<br />

diario a otros menesteres como para disfrutar de la vida desconectada;<br />

mientras que están realizando cualquiera de estas actividades o piensen<br />

en <strong>el</strong>las, están conectados a la señal de Matrix; ¡Que nadie lo dude! Si<br />

todo es causal ¿qué me ha querido decir un reb<strong>el</strong>de con que tenga<br />

cuidado?<br />

—Literalmente, he dicho que controles la expresión de tu<br />

subconsciente para que no cite más allá de lo creíble —aclaró <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Me temo que quien se ha expresado ha sido <strong>el</strong> ego que le obliga a<br />

predecir: los lectores se van a mosquear si suponen que cito demasiadas


oraciones de la p<strong>el</strong>ícula que no he escuchado todavía —suplantó <strong>el</strong> ego<br />

de Sancho—. Los exégetas y críticos caerían como cazabombarderos<br />

para castigar al transcriptor y censurar <strong>el</strong> contenido que se reb<strong>el</strong>a, como<br />

si la forma fuera a importar mucho en un mundo en <strong>el</strong> que se están<br />

extinguiendo hasta las formas. Por eso, <strong>el</strong> final de todo Imperio es la<br />

invasión de los bárbaros que aniquilan las formas civilizadas con<br />

ferocidad.<br />

»Es fácil caer en la suposición de que los lectores pueden reaccionar<br />

con escepticismo si utilizo más oraciones de Matrix de las que se supone<br />

que he visto; puede que no se quieran creer nada, ni que yo soy<br />

realmente Sancho Panza, un civilizombi más que intenta despertar, ni<br />

que estamos controlados por unos trogloditas que nos han conducido<br />

precipitadamente a la extinción. La incredulidad es una tara de<br />

Civilización, no una de las virtudes d<strong>el</strong> escepticismo mortal; que admitan<br />

o no que realmente soy Sancho es una decisión que los lectores tienen<br />

que tomar. Pero ¿quiénes son <strong>el</strong>los para plantearse mi existencia real?<br />

También les podría preguntar si saben todo lo que saben porque<br />

conocen sólo lo que conocen. Cuánticamente, la existencia son infinitas<br />

posibilidades hasta que escoges una ¿no será que <strong>el</strong> pensamiento único<br />

los mantiene encerrados en una sola de <strong>el</strong>las y que no pueden ver más<br />

allá? ¿es <strong>el</strong> pensamiento único una de las cuadras donde tienen<br />

estabulados a los sapiens domesticados?<br />

—Sin duda, <strong>el</strong> traspaso dimensional ha permeabilizado al sentido<br />

común que lo tienes a flor de...<br />

—Por lo que respecta a nosotros, he escuchado decir que en esta<br />

Odisea se van a reb<strong>el</strong>ar los nombres reales que nuestros compañeros de<br />

las anteriores andanzas tienen en la realidad de Matrix. De momento y<br />

aunque todavía no esté perfectamente claro, me he enterado de que yo<br />

no soy yo sino <strong>el</strong> alter ego de un reb<strong>el</strong>de que la historia de Matrix conoce<br />

con <strong>el</strong> nombre de <strong>el</strong> príncipe Carlos; igual que Cervanpeare, somos dos<br />

en uno. También me he enterado que <strong>el</strong> aljamiado se ha convertido en<br />

andalusí pasando de llamarse Cide Hamete a tomar <strong>el</strong> nombre de <strong>el</strong><br />

caballero Alcor. ¿Sabrá cada uno de los lectores quién es realmente para<br />

dedicar su atención al reconocimiento d<strong>el</strong> subconsciente de los otros?<br />

Que dejen la paja junto al ego, los sinónimos y mi vida en los renglones,<br />

y que se ocupen de su viga.<br />

»Cuando volvamos a pasear por Civilización, observaré la extrañeza<br />

que esta novedad pueda causar en los lectores; si como yo, <strong>el</strong> resto de los<br />

241


que comiencen a conocer este reorganigrama reaccionan sin complejos<br />

personales, aceptarán en buena hora que mi subconsciente esté tan<br />

pulcramente cinc<strong>el</strong>ado; los que no quieran reconocer nada, pueden seguir<br />

viviendo dentro de la caverna junto a las adoradas sombras de sus<br />

trogloditas. Un reb<strong>el</strong>de no puede temer al ego porque sabe de antemano<br />

que va a reaccionar a la defensiva, tanto si interpreta que digo más cosas<br />

de las que debía porque se supone que no las debo saber, como si se les<br />

transmite resumidamente la realidad real: ¡Nos estamos extinguiendo!<br />

porque se supone que no lo quiere saber.<br />

—¡Joder Sancho! A veces te defiendes como gato panza arriba.<br />

—No acuda tanto a las citas d<strong>el</strong> subconsciente si no quiere<br />

arriesgarse a que sus admiradores dejen de verlo tan inmortal. Citar<br />

tantos estribillos es la confesión más confesa de estar infectado por <strong>el</strong><br />

ego embutido en <strong>el</strong> pensamiento único civilizado. A lo mejor es usted <strong>el</strong><br />

que se toma algunas cosas de manera personal, reacciona a la defensiva y<br />

proyecta su inseguridad sobre los lectores que sí pueden estar<br />

perfectamente enterados y encantados con todo <strong>el</strong> conocimiento que se<br />

les está viniendo encima.<br />

»¡No, admita mi disculpa!; ya sé que usted es <strong>el</strong> que conoce a los<br />

civilizombis y las limitaciones que acarrean con sus complejos absolutos.<br />

Quiere ser muy pedagógico con todos pero es que hay cosas que a mí me<br />

pasan y no necesito <strong>el</strong> permiso d<strong>el</strong> ego de los lectores ni d<strong>el</strong> transcriptor<br />

para manifestarme como aparezca en <strong>el</strong> guión. Bastante tiempo he<br />

estado atrapado en unos anodinos renglones diciendo todo de manera<br />

políticamente correcta, como para que también tenga que morderme <strong>el</strong><br />

lenguaje «en un estado social y democrático de Derecho», imagino que<br />

aconfesional y que defiende la libertad creativa entre los veinte primeros<br />

artículos de una Constitución de casi ciento setenta; tendrá que ser<br />

importante esta libertad artística si ocupa un puesto tan principal. Ahora,<br />

nuestras experiencias no necesitan pasar por <strong>el</strong> filtro de la santa censura<br />

inquisitorial.<br />

—¡Ya veremos! Ten muy claro que tú no vas a pasar por las manos<br />

de ningún Tribunal pero deberías de transmitir tu seguridad al caballero<br />

Alcor que es <strong>el</strong> que va a dar la cara por todos.<br />

—Imagino —continuó Sancho sin reparar en advertencias—, que<br />

algunos doctores considerarán que citar oraciones subconscientemente<br />

sin saber la fuente de inculcación puede parecer irreal, un fallo en la<br />

transcripción de la Odisea. Cuando esto les suceda y quieran averiguar<br />

242


cómo puedo conocer lo irreconocible, lo que <strong>el</strong>los no pueden ver con<br />

sus propios ojos ni escuchar con sus propios oídos, deberían aprovechar<br />

para entender que desconocen lo ilimitado que es <strong>el</strong> ego. Puede ser que<br />

se agarren a este tipo de excusas para no creer en la veracidad real de esta<br />

Odisea; puede ser que lo consideren un fallo epistemológico en <strong>el</strong><br />

discurso y difamen al transcriptor por <strong>el</strong>lo. Pero realmente ¿qué sabrán<br />

los doctores de mi existencia, de quién soy o dónde estoy, si no lo sé ni<br />

yo? ¿Qué sabrán los lectores de mi biografía si no saben quién fue<br />

realmente <strong>el</strong> dios de las letras y lo confunden con dos simples<br />

pseudónimos reunidos para esta ocasión con <strong>el</strong> sobre nombre de<br />

Cervanpeare?<br />

—Creo que intercambias las palabras. ¿Has querido decir lectores o<br />

doctores?<br />

—Vamos a tener <strong>el</strong> placer de dejar esta contestación en boca d<strong>el</strong><br />

subconsciente: «Lo escrito, escrito está»; y no me interrumpa que <strong>el</strong><br />

discurso se va a perder en evang<strong>el</strong>ios. <strong>El</strong> sentido común conoce que <strong>el</strong><br />

ego de los doctores en Prehistoria removerá sus lenguas para rechazar<br />

fenómenos glaciares, pero los sapiens pueden fiarse de la omnisciencia<br />

divina que expresa lo que se avecina de manera más popular y menos<br />

afectada (ver <strong>El</strong> día de mañana ¡no es casual!, Una verdad incómoda).<br />

Sensibilizado con la materia por su equipaje pasado, puede pensar que<br />

los mismos filólogos que renieguen de las novedades biográficas serán<br />

los que analicen escrupulosamente cada coma que se ponga<br />

antigramaticalmente. <strong>El</strong> ego de los doctores de las letras dificultará que<br />

atiendan al sentido común en beneficio de las tesis que sostienen la silla<br />

sobre la que aposentan su culo. ¿Van a admitir con sentido común que<br />

Cervanpeare es <strong>el</strong> pseudónimo utilizado por <strong>el</strong> resucitado príncipe don<br />

Carlo o se removerán en sus alfabetizadas sillas para disimular o<br />

aparentar su ignorancia? ¿Controlarán su ego o reaccionarán a la<br />

defensiva? ¿No será esta la razón que le ha obligado a sugerirme que<br />

tenga cuidado?<br />

—¡Eres tremendo querido Sancho! ¡Menudo espejo estás<br />

colocándome d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> ego! Entiende que si no has visto Matrix, no<br />

puedes citarla con tanta pulcritud. Cualquiera puede pensar que <strong>el</strong><br />

transcriptor fuma marihuana o hachís y que sus efectos le conducen a<br />

estas licencias. Lo han dicho de Cide Hamete y de Cervantes, se afirmará<br />

d<strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

243


—Quizá no haya visto Matrix en este más allá, pero puede que<br />

utilizarla forme parte de un déjà vu que ni los lectores ni <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

tienen por qué conocer. También es posible admitir que las citas pueden<br />

ser un fallo en la transcripción y que <strong>el</strong> andalusí esté haciendo de las<br />

suyas pirateando o desobedeciendo a su antojo, a su ego y a sus fuentes.<br />

Si es su maestro, tendrá más fundamentos para conocer su intimidad y su<br />

reb<strong>el</strong>día.<br />

—¿Quieres que entienda que ya habías estado en Matrix?<br />

—Dice bien al especificar Matrix y no la realidad de Matrix o ¿Qué es<br />

Matrix? que son tres cosas muy diferentes y una sola a la vez, como la<br />

Trinidad. Déjeme primero lanzar una pregunta que surge al hilo d<strong>el</strong><br />

diálogo y si lo necesita, después volveremos a la parte de mi<br />

subconsciente que se escribe en negrita. Si los lectores son capaces de<br />

tragarse <strong>el</strong> misterio de la Santísima Trinidad que reúne al padre y al hijo<br />

con su mascota mensajera, y también <strong>el</strong> de la virginidad de la Madre d<strong>el</strong><br />

hijo que personaliza al padre que preñó a la madre con un mensajero; si<br />

los lectores son capaces de tragarse que la caída de las Torres Trim<strong>el</strong>as es<br />

la consecuencia d<strong>el</strong> impacto de dos aviones y no una demolición<br />

sincronizada y también creen que fue un avión lo que impactó contra <strong>el</strong><br />

Pentágono y no un misil ¿cómo no van a admitir que mi subconsciente<br />

esté tan programado como <strong>el</strong> de <strong>el</strong>los y repita oraciones de las que se<br />

desconoce conscientemente su fuente de inculcación? Además, usted<br />

debe de saber mejor que nadie que hay misterios propios de los<br />

alquimistas que no hay que tener prisa en reconocer y así lo expresaré a<br />

los lectores, cuando <strong>el</strong> menester sea <strong>el</strong> porqué cito Matrix<br />

impecablemente.<br />

—Sin duda —admitió don Quijote—, mantienes la potencialidad de<br />

sorprenderme y esto es una de las cualidades que me encantan de ti.<br />

¿Qué tal va tu sensación de autoestima?<br />

—¿A qué «tú» se refiere, al d<strong>el</strong> ego o al d<strong>el</strong> sentido común?<br />

—¡Paz, Sancho! necesito una tregua.<br />

—Tendrá paz cuando me explique qué tiene que ver <strong>el</strong> ABM con los<br />

árboles.<br />

Como se puede comprobar, Sancho quiere más. Pero por darle una<br />

forma capitular, dejémoslo al menos para <strong>el</strong> siguiente mamotreto. Si<br />

algún lector necesita también una tregua, esta puede ser la excusa para<br />

descansar y recuperar la paz; <strong>el</strong> siguiente comienza ya.<br />

244


Mamotreto VII.<br />

EN EL QUE SANCHO<br />

DESCUBRE WALDISLANDIA<br />

—Voy a intentar presentarte la abstracción de otra manera —comenzó <strong>el</strong><br />

caballero después de la paz d<strong>el</strong> intermedio— pero no te obligues a<br />

entenderla automáticamente. <strong>El</strong> ABM es una ent<strong>el</strong>equia que realmente<br />

no existe; peinar <strong>el</strong> espacio aéreo y colocar estratégicamente algunos<br />

contramisiles para publicitar la posible atenuación de un ataque<br />

bacteriológico, no es lo mismo que tener un escudo protector<br />

invulnerable e infalible. <strong>El</strong> Programa NORAD deja mucho que desear.<br />

(Se supone que si un avión comercial es secuestrado por cabezas de<br />

turco, pastores de cabras o terroristas aficionados, este Programa<br />

garantiza a los sujetos pasivos estadounidenses que en diez minutos<br />

como mucho, va a estar escoltado por una pareja de F-16 o caza<br />

parecido para «invitarle» a desistir en <strong>el</strong> empeño. Por si hace falta la<br />

aclaración, la pareja de F-16 o similares están dotados d<strong>el</strong> argumento<br />

preferido de la justicia: la razón de la fuerza, en este caso, con forma de<br />

misiles aire-aire. ¿Cuántos minutos estuvieron volando libremente los<br />

aviones asesinos d<strong>el</strong> 11-S? ¿Qué pasó con NORAD?)<br />

»Algunos estrategas utilizan las verdades a medias para que <strong>el</strong> mundo<br />

se entere de que los trogloditas tienen misiles balísticos esperando a ser<br />

disparados desde unos satélites que sólo <strong>el</strong>los controlan; ni la NASA que<br />

pierde <strong>el</strong> control de sus Mars Explorer, ni la CIA, FBI, KGB, ONU,<br />

MI6... ni todos juntos, pueden intervenir su uso; por supuesto que ni <strong>el</strong><br />

trío La-La-Lá junto al resto de presidentes, reyes y OTAN pintan<br />

absolutamente nada. La utilización de satélites piratas para la realización<br />

de los fines exc<strong>el</strong>sos: No tenemos más remedio que seguir lo<br />

planeado, «he aquí que voy a exterminarlos de la tierra», no necesita <strong>el</strong><br />

permiso d<strong>el</strong> Consejo de Seguridad de la ONU ni de corruptos congresos<br />

de señorías porque los dioses poseen la impunidad que su propio ego ha<br />

impuesto; no tienen más que pulsar un botón y <strong>el</strong> espacio que los misiles<br />

necesiten para llegar a sus objetivos, será <strong>el</strong> tiempo que intermedie entre<br />

la troglodecisión y la explosión.


»Por un lado, se supone que la ONU avala que no exista ninguna<br />

razón para que su Consejo tenga que declarar una guerra contra nadie;<br />

garantizar Pax Americana es fundamental para mantener en pie <strong>el</strong><br />

diplomático tinglado: si hay Pax no puede haber guerra porque si no, los<br />

sapiens se van a enterar de que no era Pax. Realmente, ningún<br />

civilizombi puede sentir que vive en Pax porque la agresividad empieza<br />

en lo más íntimo de su estar, continúa con los seres queridos y termina<br />

con <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> planeta.<br />

—Si saben que no existe la paz —planteaba Sancho—, ¿por qué<br />

creen que existe la Pax Americana?<br />

A lo que respondió <strong>el</strong> caballero:<br />

—Pasa igual que con la Pax Hispana, la más sanguinaria, o la Pax<br />

Romana, la más guerrera. ¡Saben cómo cocinar la psique de los<br />

civilizombis para que no se enteren de que realmente están quemando a<br />

decenas de miles de brujas, de judíos, de herejes o de reb<strong>el</strong>des! [Ver <strong>El</strong><br />

adiestramiento.]<br />

—Estamos apañados.<br />

—Pues escucha cómo sigue <strong>el</strong> procedimiento —continuó <strong>el</strong><br />

caballero— para <strong>el</strong> caso en <strong>el</strong> que excepcionalmente, la ONU decida que<br />

sí tiene que haber guerra.<br />

246<br />

• Tendrían que reunir a los miembros de su Consejo; tiempo.<br />

• Poner de acuerdo a los dos bloques sería costosísimo; mientras que<br />

USA, Reino Unido, Francia, Alemania o Italia afirmen una cosa, Rusia<br />

o China determinarán la contraria; más tiempo.<br />

• Si se produjera la mayoría necesaria como para hacer una cosa u otra, o<br />

sea, una guerra o una masacre, los Cascos Azules, la OTAN o los<br />

mercenarios tendrían que empezar a organizarse para la matanza; aún<br />

más tiempo.<br />

• Eventualidades de todo tipo y de última hora podrían retrasar la<br />

operación; se excusarán con que las causas han sido naturales; aún más<br />

inclemencias d<strong>el</strong> tiempo todavía.<br />

• Filtraciones sediciosas a la prensa podrían censurar esta actuación<br />

retrasando todavía más la confrontación; ¿cuánto tiempo ha pasado?<br />

• Finalmente, la guerra que iba a solucionar <strong>el</strong> conflicto llega tarde para<br />

resolver <strong>el</strong> exterminio.<br />

»Pregunta a los lectores por <strong>el</strong> genocidio de tutsis y hutus y te dirán si<br />

esto es así (Ver Hot<strong>el</strong> Ruanda, <strong>El</strong> último rey escocés). Pregunta a algún<br />

neandertal, pi<strong>el</strong> roja, yanomani, argentino, chileno, chino, irakí, serbio o


kosovar que encuentres y te dirán lo que realmente es esperar a la ONU:<br />

¡un baño de sangre!<br />

»Imagínate que para democratizar Irak pasándose la ONU por <strong>el</strong><br />

sobaco, han tenido que reunir al trío La-La-Lá de las Azores y ponerlos<br />

de acuerdo en las mentiras que tenían que contar al mundo para ganar<br />

una guerra sin declararla. Esto requiere demasiado tiempo que los dioses<br />

no están dispuestos a esperar; tienen <strong>el</strong> señorío total d<strong>el</strong> mundo como<br />

para aguardar a que un trío de idiotas memorice las falsedades que les<br />

imponen.<br />

»Por otro lado y con diferencia a los procedimientos anteriores, los<br />

talantes divinos a seguir son:<br />

• Tomar la decisión que se considere.<br />

• Accionar <strong>el</strong> dispositivo de disparo.<br />

• Esconder <strong>el</strong> misil de los radares oficiales durante <strong>el</strong> espacio que<br />

juzguen necesario.<br />

• Provocar la masacre.<br />

• Preparar una cortina de humo con la que culpar a cualquiera de los<br />

presidentes d<strong>el</strong> «Eje d<strong>el</strong> Mal».<br />

• Reunir al Trío de las Azores para que se encarguen de detener al malo<br />

de la p<strong>el</strong>i.<br />

• Ordenar las mentiras con las que poner los cuernos a la humanidad y<br />

exigir que se barra y limpie <strong>el</strong> escenario.<br />

• Organizar un contubernio para que algunas corporaciones como<br />

Holliburton o Carlyle y esbirros como Cheney, Rockef<strong>el</strong>ler o<br />

Rothschild se forren de billetes.<br />

• Finalmente, c<strong>el</strong>ebran un banquete con su poción mágica verde.<br />

—Habla con una familiaridad y una naturalidad de las cosas que da<br />

miedo. Me imagino que decir que se pasan a la ONU por <strong>el</strong> forro es una<br />

licencia d<strong>el</strong> guión porque ¡debe de ser ilegal! ¿No pueden ser este tipo de<br />

reb<strong>el</strong>aciones la razón por la que se mosqueen los lectores o sospechen de<br />

los efectos de la marihuana, y no <strong>el</strong> que yo cite a Matrix impecablemente?<br />

Temo que Civilización sentencie su desinteresada expresión verbal de los<br />

sobacos de la ONU y no la interesada acción militar d<strong>el</strong> Trío de idiotas;<br />

pero temo más aún que sea mi ego <strong>el</strong> que sugiere que tenga cuidado con<br />

lo que pronuncia ante un auditorio compuesto por sanguinarios y<br />

colaterales que pueden reaccionar al unísono. Tiene que entender que<br />

la mayoría de <strong>el</strong>los no están preparados para ser desactivados y<br />

muchos de <strong>el</strong>los están tan habituados, dependen tanto d<strong>el</strong> sistema,<br />

247


que lucharían para protegerlo. Defenderían con su propia vida a la<br />

mano que coge <strong>el</strong> látigo que les impone producir. Escuche a mi<br />

subconsciente que da miedo por citar lo que se supone que no sabe y<br />

escuche a su conciencia que da miedo por reb<strong>el</strong>ar lo que sí sabe. ¿Qué es<br />

lo importante, <strong>el</strong> miedo o lo que se dice?<br />

—Los caballeros Jedis tienen una norma: nunca liberan una<br />

mente al alcanzar cierta edad. Es p<strong>el</strong>igroso y a la mente le cuesta<br />

desarraigarse. La edad es un agravante en cuanto a la cantidad y calidad<br />

d<strong>el</strong> arraigamiento pero no es una razón para afirmar que la reb<strong>el</strong>día tenga<br />

edad. A los reb<strong>el</strong>des no nos gusta lo torticero porque somos leales al<br />

sentido común; describimos lo que vemos, sabemos lo que decimos,<br />

rechazamos las normas que se imponen y nos reb<strong>el</strong>amos contra <strong>el</strong><br />

control de los dioses.<br />

»<strong>El</strong> caballero Alcor ha experimentado la psique sapiens, ha tenido<br />

insertado al descontrolado Programa Smith y considera que es <strong>el</strong><br />

momento de reb<strong>el</strong>ar la realidad real aunque reconoce las posibles<br />

reacciones adversas; conoce este tipo de conflictos internos desde que<br />

reb<strong>el</strong>ó que la tierra no era <strong>el</strong> núcleo de ningún planiverso y sabe que la<br />

edad, <strong>el</strong> sexo, <strong>el</strong> color o <strong>el</strong> credo, no es ninguna excusa para callarse y<br />

despreciar los todavía avisos de Naturaleza. La dispersión de los sapiens<br />

impide la percepción progresiva de los cambios que se están<br />

produciendo y cuando se quieran dar cuenta, no van a tener tiempo para<br />

comprender nada.<br />

»Como me estás enseñando a no dejarme influir por la reacción de<br />

dioses y esclavos, y la liberalidad d<strong>el</strong> caballero Alcor facilita que me<br />

exprese con lealtad, he dicho lo que he dicho porque tenía que decirlo<br />

y haré lo que haga porque tenga que hacerlo.<br />

»Con respecto a la pregunta que has hecho, puede que lo importante<br />

sea no tener miedo a lo que se dice.<br />

Parece mentira que la intensidad de los r<strong>el</strong>atos haya imposibilitado <strong>el</strong><br />

descanso de la pareja y que ante una respuesta tan obvia, los dos se hayan<br />

quedado callados. Simultáneamente a esta realidad en la que hemos<br />

estado fijando la atención, ha transcurrido otra espacio-temporal de la<br />

que pocos o ningún detalle se sabe. Y me pregunto: si no hace falta saber<br />

todos los pormenores ¿para qué extendernos con este?<br />

<strong>El</strong> diálogo ha paseado entre las biofábricas que esclavizan a<br />

explotadores y matarifes, la sequedad d<strong>el</strong> alma y d<strong>el</strong> ambiente, los<br />

cuentos para percatarse de la realidad con ranas y doctores, las células<br />

248


vivas de dimensiones planetarias que se calientan cuando tienen fiebre y<br />

después se enfrían, los cuernos que las troglodiosas y las parejas ponen a<br />

los sapiens con nanas pueriles, los jueces m<strong>el</strong>enudos que demu<strong>el</strong>en sus<br />

templos para desahogarse de sus propias equivocaciones, los rifirrafes<br />

entre egos que perturban la vida, los escudos contra misiles que<br />

destruyen a «<strong>El</strong> ci<strong>el</strong>o protector», las axilas de la ONU que por muy<br />

depiladas que estén no evitan los baños de sangre, las formas de sentir<br />

que Matrix nos rodea, que sabemos lo que sabemos porque sólo<br />

sabemos lo que quieren que sepamos —como <strong>el</strong> milagro de la<br />

Trinidad— y que se dice lo que se dice porque se tiene que decir sin<br />

miedo a decirlo; mientras tanto, la pareja ha paseado entre lo que ya se<br />

sabe: una infamia. Su descripción pertenece a los pormayores que no<br />

hace falta reespecificar porque cualquiera que los quiera comprobar, lo<br />

puede hacer con mucha facilidad: pinos, orugas y sequedad.<br />

Después de llegar a lo alto d<strong>el</strong> monte, continuaron paseando por <strong>el</strong><br />

camino que conduce a las Crestas. Don Quijote aprovechó para ver la<br />

redecoración d<strong>el</strong> escenario de Matrix en <strong>el</strong> que habían introducido como<br />

cambio notable la vía d<strong>el</strong> AVE: una doble barra doble que atraviesa <strong>el</strong><br />

paisaje marcando una horrenda frontera que divide <strong>el</strong> lugar en dos, como<br />

<strong>El</strong> Mal y <strong>El</strong> Bien. Los gorriones daban saltitos por <strong>el</strong> barbecho que<br />

aparecía y desaparecía en un borde d<strong>el</strong> camino y los andantes salpicaban<br />

la marcha con paradas para otear <strong>el</strong> horizonte oeste.<br />

Desde los miradores de Las Crestas que hay al otro lado de la senda,<br />

se veía un paisaje difuminado por <strong>el</strong> smog en <strong>el</strong> que unas torres<br />

fantasmales amenazaban con convertirse en molinos de viento. Sólo<br />

hablaba la mirada d<strong>el</strong> rostro de Sancho pero de sus labios no salió ni una<br />

sola pregunta. ¡No quería saber nada de nada, ni de lo que observaba ni<br />

de lo que recordaba!<br />

Sin que todavía se pudiera ver <strong>el</strong> cercano pueblo de Anchu<strong>el</strong>o,<br />

desviaron su rumbo para volver a bajar en dirección al río. A media<br />

ladera, se internaron por un sendero que discurre entre los pinos donde<br />

la luz y la templanza d<strong>el</strong> atardecer quedaban filtradas por las hojas.<br />

Aunque había pasado la hora en la que las tripas d<strong>el</strong> común de los<br />

mortales empiezan a sonar, al escudero se le habían pasado sus rumores<br />

y se sentía ligero como nunca. La cuesta abajo ac<strong>el</strong>eraba <strong>el</strong> paso y la<br />

estrechez d<strong>el</strong> sendero los dispuso para andar en fila india, con <strong>el</strong><br />

escudero d<strong>el</strong>ante y <strong>el</strong> caballero detrás. Seguir <strong>el</strong> cauce de un arroyo seco<br />

es más sencillo que pensar en decidir cuál es <strong>el</strong> camino a tomar porque la<br />

249


arena sedimentada y <strong>el</strong> continuo descender determinan la dirección. Así<br />

pasearon sin que ninguno pronunciara palabra hasta llegar al<br />

ensanchamiento de la senda que se vu<strong>el</strong>ve a convertir en camino. Puestos<br />

de nuevo a la par, así Sancho se puso a hablar:<br />

—No sé si se me ha arraigado la mente o si habré traspasado la edad;<br />

no sé si será <strong>el</strong> semiayuno o si la cuestión será que todo es novedad. Me<br />

siento sereno, <strong>el</strong> paseo por la cárcava es espectacular y parece que todo<br />

está igual. Pero conjuntamente a toda esta placidez, siento que se me<br />

atascan las novedades y quizá necesite descanso para continuar.<br />

Paseamos por tantos contenidos que a veces siento que voy a estallar.<br />

—Te referirás al descanso de andar que no tiene nada que ver con las<br />

novedades porque en lo que se refiere al hablar, largo trecho llevamos en<br />

silencio.<br />

—Pero es que no utilizo los silencios para pensar sino más bien<br />

para… no sé —aclaró <strong>el</strong> escudero—.Tenga en consideración las<br />

limitaciones, nadie puede estar resecándose los sesos todo <strong>el</strong> día como<br />

hace vuesa merced.<br />

—También contemplo y medito pero por supuesto que hay que<br />

facilitar <strong>el</strong> acomodo de las novedades. Para eso sólo se necesita <strong>el</strong> tiempo<br />

de asimilación, dedicarles la atención y no ociarse con la dispersión.<br />

—¿Por qué no me cuenta otro cuento para que me entere de las<br />

novedades que dice?<br />

—A estas alturas, no te puede haber alterado <strong>el</strong> funcionamiento de la<br />

ONU ni <strong>el</strong> saber que la mayoría de civilizombis no están preparados<br />

para ser desactivados.<br />

<strong>El</strong> hablar de Sancho fue para descubrir <strong>el</strong> porqué quería otro cuento;<br />

percibir con nitidez la realidad de Matrix le produce tal estremecimiento<br />

que necesita una fábula para su digestión. Lo que no debe de saber es<br />

que dependiendo de qué cuentos, hay demasiados que necesitarían de la<br />

censura porque son de imposible asimilación. Walt Disney sabe esto<br />

mejor que dios y sus cuentos preparan a los niños para que asimilen este<br />

sindiós. Atendamos a las palabras d<strong>el</strong> escudero que dice:<br />

—Es que no sé qué vamos a hacer sabiendo que están tan<br />

habituados, dependen tanto d<strong>el</strong> sistema, que lucharían para<br />

protegerlo. ¡Nos van a linchar!<br />

—Como compruebas, no es fácil transmitir ni recibir las reb<strong>el</strong>aciones<br />

pero como sabes, no tenemos que hacer nada porque ahora le toca al<br />

caballero Alcor. Yo no he tenido insertado <strong>el</strong> Programa Smith y, por lo<br />

250


tanto, no sé exactamente la reacción que pueden tener los esclavos ante<br />

las novedades; lo habitual es que no se las haga caso o incluso que se<br />

rechacen. Lo que sí sé es que cuando se concibe algo de una manera tan<br />

monolítica como los pilares que sostienen al pensamiento único, hay que<br />

estar reb<strong>el</strong>de para desv<strong>el</strong>ar la historia real contra la que siempre está la<br />

versión oficial.<br />

• Reb<strong>el</strong>ar que Gaia no es plana no es una herejía, es decir las cosas como<br />

son realmente. Las novedades no se admiten igual al principio que al<br />

final. Ahora nadie concibe que los planetas sean planos pero cuando<br />

hubo que precisarlo, lo peor no era que <strong>el</strong> poder establecido te<br />

quemara en la hoguera sino la ceguera a la que demasiados civilizombis<br />

se aferraban.<br />

• Reb<strong>el</strong>ar que Civilización Pax Americana, igual que la Hispana, la<br />

Romana o la Mesopotámica, son tinglados dirigidos por unos<br />

trogloditas no es una extravagancia pero concebirlo puede costar al<br />

principio.<br />

• Reb<strong>el</strong>ar los nombres de los personajes d<strong>el</strong> Quijote es un acto de lealtad<br />

con la memoria humana pero reconfigurar <strong>el</strong> disco duro puede<br />

necesitar de la ayuda de Tiempo.<br />

• Reb<strong>el</strong>ar que la desaparición de las Torres Gem<strong>el</strong>as es la consecuencia<br />

de una demolición controlada no es un rapto de suicidio, es la<br />

expresión de una reb<strong>el</strong>día que indica que podemos ser sapiens pero no<br />

estamos completamente idiotas.<br />

• Digerir que tanto la demolición de Torres como <strong>el</strong> asesinato de<br />

Kennedy son <strong>el</strong> fruto de un complot, deja en evidencia la existencia de<br />

Matrix. Por eso sabemos que <strong>el</strong> Sistema se defenderá a sí mismo con la<br />

ayuda de la actitud pasiva de los civilizombis y sobre todo de sus<br />

dirigentes y monarcas que están tan habituados, dependen tanto<br />

d<strong>el</strong> sistema, que lucharían para proteger las falsedades de su<br />

historia.<br />

• Rechazar las novedades de raíz es una actitud defensiva d<strong>el</strong> ego que<br />

debería aceptar que su hegemonía también está en <strong>el</strong> ocaso, como la de<br />

los dioses.<br />

—Ya hemos dicho —atajó <strong>el</strong> escudero— que la incredulidad es una<br />

tara de Civilización, no una de las virtudes d<strong>el</strong> escepticismo mortal.<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor tendrá que explicar las novedades y no me<br />

gustaría estar en su p<strong>el</strong>lejo ni sé cómo lo hará. Lo tiene todo en contra,<br />

civilizombis, dioses, corporaciones, lobbies… hasta al tiempo. Vayamos<br />

nosotros con <strong>el</strong> cuento que nos trae mejor cuenta.<br />

251


Para algunos trabajadores<br />

acaba en viernes la semana<br />

y los de la construcción<br />

lo tienen como cosa sagrada.<br />

La tarde d<strong>el</strong> día a Venus<br />

y <strong>el</strong> Saturno por la mañana<br />

la aprovechan esos currantes<br />

para hacerse sus chapuzas.<br />

Volviendo a los de las casetas<br />

que también hacen desastres,<br />

<strong>el</strong> jefe estaba contento<br />

porque ha hecho lo que ha hecho.<br />

Algunas se han entregado,<br />

y la que costó la bronca de ayer,<br />

y con las que no se ha podido<br />

ha utilizado la excusa<br />

que casi siempre usa:<br />

han surgido problemas<br />

y mañana dios proveerá.<br />

Como mañana no existe,<br />

al lunes se habrá referido<br />

y al que se ha quedado colgado<br />

«¡Que le den por <strong>el</strong> ano!».<br />

Junto a su escasa cuadrilla,<br />

que de dos jóvenes se trata<br />

efectivos si se está encima<br />

y de los sin pap<strong>el</strong>es además,<br />

se han ido a c<strong>el</strong>ebrar <strong>el</strong> éxito<br />

d<strong>el</strong> curro de la semana<br />

yendo al mismo sitio al que van<br />

todos los santificados días<br />

pero en vez de pedir <strong>el</strong> menú<br />

lo c<strong>el</strong>ebran comiendo a la carta.<br />

Han pedido lo mismito de siempre<br />

porque ya están acostumbrados<br />

pero mola más lo que se siente<br />

cuando uno decide lo que quiere;<br />

si no es sota, caballo y rey<br />

es porque es rey, sota y caballo<br />

252<br />

aunque hay que reconocer<br />

que también hay pez espada,<br />

y un vasto copón de postre<br />

que a precio de oro pagas.<br />

La partida de mus con <strong>el</strong> Farias<br />

es la mejor recompensa<br />

que encuentran algunos empresarios<br />

para que se vaya <strong>el</strong> mal fario.<br />

Así pasó <strong>el</strong> crepúsculo<br />

d<strong>el</strong> prestigioso empresario,<br />

insigne y cumplidor padre<br />

y marido «¿pa’qué lo quiero?»<br />

Parece que no tiene ganas<br />

de volver hoy pa casa;<br />

entre la bronca de esta mañana,<br />

la cena solipandi de ayer,<br />

<strong>el</strong> móvil que no ha cogido<br />

a quien más dice querer,<br />

se imagina un recibimiento<br />

que lo quiere sine die posponer.<br />

Por <strong>el</strong> camino pensaba<br />

cómo tapar lo chapuzas,<br />

pero aunque no se dé cuenta<br />

porque sufra trastorno mental<br />

no vale la pueril excusa<br />

de «Es que soy así».<br />

Menudo cabrón con pintas<br />

es lo que primero se puede pensar,<br />

pero no se apresuren tanto<br />

que sólo conocen parte<br />

de la mitad de esta pareja<br />

que ¿la podemos llamar f<strong>el</strong>iz?<br />

Lo mismo hay sorpresas<br />

o lo mismo no las hay<br />

de la otra mitad d<strong>el</strong> amor,<br />

su parte más femenina,<br />

dulce y sentimental,<br />

que en enajenados momentos<br />

se llama naranja y media.


Así fue como don Quijote empezó con un cuento para que Sancho<br />

entendiera por qué los civilizombis están tan habituados, dependen<br />

tanto d<strong>el</strong> sistema, que lucharían para protegerlo y por qué la<br />

mayoría de sapiens no están preparados para ser desactivados.<br />

Quizá así se le pase <strong>el</strong> miedo a ser linchado.<br />

CONCIENCIA Y LA FÍSICA<br />

Durante <strong>el</strong> amanecer de un día de verano, Conciencia y la Física se<br />

encontraron en la encrucijada de un camino. Como ambas llevaban<br />

bastante tiempo sin hablar, se pararon para experimentar un encuentro y<br />

poner sus pensamientos en voz alta. La Física siempre tiene fórmulas así<br />

que se apresuró a preguntar:<br />

—¿Qué tal estás? —preguntó la Física.<br />

—Consciente —respondió Conciencia.<br />

—¿Consciente de qué? —preguntó socarronamente la Física.<br />

—De la Conciencia —respondió Conciencia.<br />

—¿Quién puede y cómo se puede estar consciente de algo cuya<br />

materia no es medible?<br />

—Soy Conciencia —respondió humildemente Conciencia.<br />

—Pues explícate —urgió despectivamente la Física— porque si me<br />

apuras, resulta que casi no te puedo ni ver.<br />

—R<strong>el</strong>aje <strong>el</strong> contagioso determinismo que la conduce hacia <strong>el</strong> autismo<br />

total para al menos, poder escuchar lo que voy a mostrar.<br />

—Bien —aprobó la Física—. Como bien sabes, la ciencia está<br />

constantemente buscando y tiene prisa por descubrir.<br />

—Ya lo sé. Estoy permeable al Universo que me rodea y reconozco<br />

que vivimos en una era extremadamente materialista que ha estado<br />

dominada por una ciencia materialista. <strong>El</strong> interés está en lo que hay ahí<br />

fuera y no interesa tanto lo que sucede aquí dentro. Para colmo, cuando<br />

se dirige la atención hacia <strong>el</strong> interior, interesa más <strong>el</strong> contenido de la<br />

consciencia, las cosas que ocupan las neuronas (pensamientos, sueños,<br />

planes, especulaciones) que la consciencia en sí. Interesan las imágenes<br />

de la p<strong>el</strong>ícula olvidando que sin la pantalla en la que se proyectan, no<br />

habría nada.<br />

—Se trata —aclaró la Física—, de fabricar operaciones para obtener<br />

resultados que cuadren con <strong>el</strong> paradigma impuesto. Además, si no<br />

existiera la ciencia, no habría pantalla, p<strong>el</strong>ícula ni proyección.<br />

253


Conciencia sintió lo difícil que es entenderse con la Ciencia pero es<br />

consciente de que <strong>el</strong> Amor otorga la comprensión. Así, Conciencia<br />

percibe las profundas limitaciones que provocan los contenidos de la<br />

consciencia; además, tampoco es necesario que la Física entienda todo a<br />

la vez. Necesitará tiempo, como la digestión de los alimentos, para<br />

asimilar las novedades en la mente, <strong>el</strong> estómago de los pensamientos.<br />

Surgen cuestiones ¿serán digestión y tiempo sinónimos? ¿Será la<br />

digestión <strong>el</strong> único tiempo que existe? ¿Por qué es precisamente <strong>el</strong> tiempo<br />

lo que determina que todo vaya tan deprisa? ¿Quién ha patentado la<br />

interpretación que la subespecie suicida tiene sobre <strong>el</strong> tiempo? ¿Quién es<br />

<strong>el</strong> tiempo para usurpar este poder imponiendo a la prisa por encima de la<br />

digestión natural? Lo que está claro es que <strong>el</strong> estómago mental necesita<br />

un espacio para digerir las reb<strong>el</strong>aciones y cualquiera que no esté consciente<br />

de <strong>el</strong>lo es que está cegato.<br />

Pasaron demasiados años desde que quemaron a Giordano Bruno<br />

hasta que Galileo se bajó los pantalones para que nos la metieran;<br />

muchos años en los que la conciencia de los reb<strong>el</strong>des no paró de reb<strong>el</strong>ar<br />

la realidad real, muchos años en los que <strong>el</strong> ego de la ciencia no paró de<br />

achicharrar a los reb<strong>el</strong>des y a las «brujas». ¿Quién patentó <strong>el</strong> concepto de<br />

«bruja» para quemar impunemente a tantas mujeres? ¿Quiénes eran<br />

realmente las brujas, las que afirmaban que la tierra no era plana o las que<br />

vivían con un gato negro? ¿Dónde están ahora, exterminadas?<br />

Digerir que <strong>el</strong> Sistema Solar no es un planisferio ¡geocéntrico!<br />

necesitó una torpe digestión en la humanidad hasta que de pronto<br />

¡¡Magia!! ¡Todo <strong>el</strong> mundo sabe que <strong>el</strong> mundo no es plano! ¿Magia? ¡No!<br />

¿Cuántas conciencias carbonizó la ciencia para que finalmente Madre<br />

Tierra no sea como <strong>el</strong>la imponía? Ninguna, quemó sólo cuerpos, la<br />

consciencia es ignífuga.<br />

También han pasado demasiados años para que la mayor parte de los<br />

científicos sigan ahogados bajo la visión d<strong>el</strong> «mundo dividido» creada por<br />

Descartes centenares de años atrás, un mundo en <strong>el</strong> que lo intangible, o<br />

no físico, o espiritual está separado de lo físico para siempre.<br />

Parece que muchas novedades tiene que digerir la mente actual pero<br />

si se resumieran sólo en la primordial, ¡Nos estamos extinguiendo!<br />

—sin olvidar que existen muchas más—, quizás nos quedaríamos igual.<br />

<strong>El</strong> Amor sabe que sólo para asimilar la primordial se necesitará tiempo o<br />

una grandiosa sacudida. ¿Qué pasará con todas las demás? Y surge la<br />

pregunta ¿se enterarán antes de extinguirse?<br />

254


Después de que pasara un instante en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> Amor hizo efecto en<br />

Conciencia, esta prosiguió:<br />

—La consciencia no cuadra con <strong>el</strong> paradigma newtoniano porque no<br />

está hecha de materia medible que se pueda medir con un metro.<br />

—Entonces ¡es una anomalía! —reafirmó la Física.<br />

—¡Ya, una «desviación de lo normal»! O sea, para la ciencia actual, la<br />

consciencia es una desviación de lo normal.<br />

—Si no se puede medir… La consciencia no se puede medir con un<br />

metro, no se puede determinar su peso ni se puede cubicar en un matraz,<br />

ergo no existe su materia. En <strong>el</strong> mundo genuinamente materialista no<br />

puede existir la no-materia, sería una gran contradicción.<br />

—¿Cómo se mide <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo, cómo se pesa, cómo se<br />

cubica?<br />

Como era de esperar, no hubo respuesta. Si <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo no<br />

se puede determinar, <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo no existe para la ciencia<br />

materialista, es así de simple, así de determinista. <strong>El</strong> problema es que<br />

como sí existe, lo que no se entiende es la perpetuación de la enseñanza<br />

de unos dogmas que no hay dios que se los crea. Si <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo<br />

existe, la física que se basa en determinar lo material no existe aunque se<br />

enseñe en todas las escu<strong>el</strong>as d<strong>el</strong> mundo. ¿Cuál es la realidad? La ciencia<br />

es un árbol cuyo fruto es la estupidez.<br />

En medio de este caos de mentiras materialistas, contradicciones<br />

científicas, dogmas deterministas y amor consciente, surgió <strong>el</strong> silencio, <strong>el</strong><br />

lenguaje natural de la conciencia. Conciencia dejó que se manifestara<br />

durante un momento invitando a la Física a que escuchara a la<br />

conciencia, un algo inmaterial que existe incluso en la Física aunque sus<br />

propios conocimientos la hayan apartado de <strong>el</strong>la hasta negarla<br />

científicamente. Como las lagunas epistemológicas de la ciencia pasan<br />

por encima de la consciencia pero también d<strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo,<br />

Conciencia siguió un camino más fácil para que la Física no se sintiera<br />

asustada.<br />

—¿Y por qué decides estar consciente de que eres la Física?<br />

—¿Es que no tiene cada uno conciencia? —se escabulló la Física.<br />

—Han pasado demasiados años para que siga obstinada en mantener<br />

su verdad. ¿Por qué no anuncian <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> determinismo que proclama<br />

que la consciencia es una desviación? En la actualidad, la ciencia carece<br />

d<strong>el</strong> marco apropiado para entender la consciencia. Por esto, los<br />

científicos le dan la espalda e investigan otros contenidos.<br />

255


—¡Te quejas por todo! —se defendió <strong>el</strong> ego de la Física—. Ahora se<br />

puede especular sobre si la conciencia puede ser algo quántico o al<br />

menos, algo que se explique solamente con la física quántica.<br />

—Considero que debería aprovechar definitivamente la lección que<br />

se ha dado y convencerse de que la ciencia quántica es sólo un traspiés<br />

más. Sus teorías sólo funcionan con <strong>el</strong> átomo de hidrógeno que tiene un<br />

<strong>el</strong>ectrón pero cuando existe la repulsión anti<strong>el</strong>ectrónica, la quántica se<br />

tiene que meter la lengua en lo físico.<br />

—¡Cómo se nota que no estás programada por la ciencia!<br />

—reprochó la Física—. Tú te lo pierdes.<br />

—¿<strong>El</strong> qué?<br />

—<strong>El</strong> compartir con millones de sapiens un paradigma impuesto<br />

—¿Te refieres a que me puedo perder <strong>el</strong> ser uno más de los millones<br />

que se creen que la tierra es plana?<br />

—Eso se ha pasado de moda —alegó la Física.<br />

—Pero ahora se creen estupideces aún mayores.<br />

—¿Y qué? —soltó la altanería de la Física.<br />

—Que no es lo que no sabes lo que te mete en líos; es lo que das por<br />

cierto y no lo es. Nos pasamos la vida hablando de lo mismo y <strong>el</strong> juego<br />

se ha terminado.<br />

—¿Por qué?<br />

—Por la extinción de la especie, de las mentiras, de la ciencia y de<br />

todo. Sócrates hablaba de Daimon y ahora se habla de consciencia.<br />

—¿No se trataba de esto, de vender la pescadilla que se muerde la<br />

cola incluso cuando no hay ni pescadilla, ni boca, ni cola?<br />

—¿Qué pasa con todos los demás paradigmas? —consultó<br />

Conciencia sin comentar la cru<strong>el</strong>dad de la pregunta.<br />

—Que no sé si también te los perderás.<br />

<strong>El</strong> insultante tono con <strong>el</strong> que hablaba la Física no alteraba a<br />

Conciencia porque <strong>el</strong> Amor puede mover montañas pero igual que le<br />

pasa al Buda más iluminado, a nadie le gusta que le hagan daño.<br />

—¿Qué origina la Física? —examinó Conciencia.<br />

—Consciencia —respondió la Física.<br />

—¿Y cómo es posible que hayamos llegado a este nudo gordiano en<br />

<strong>el</strong> que parece que estamos enfrentadas?<br />

—¿Qué le hace suponer que estamos enfrentadas?<br />

—La contradicción. La física es un contenido de la consciencia.<br />

—¿A qué te refieres?<br />

256


—Si <strong>el</strong> gen que ha motivado su existencia está generado por la<br />

Conciencia, no puede llegar a la conclusión de que como no se me puede<br />

medir, no existo; si no existiera ¿cómo iba a existir la física? ¡Medite<br />

sobre quién es la anomalía paradigmática! No puede vivir eternamente en<br />

contradicción consigo misma porque ya ha instaurado la vida en<br />

constante contradicción con todo. La mentira se ha apoderado d<strong>el</strong><br />

lenguaje y ahora nadie sabe lo que es real en su vida, en sus pensamientos<br />

ni en su conciencia. Podrá suponer e imponer pero no proponer ni<br />

convencer. No sólo se contradice entre la determinación de su era<br />

newtoniana y las infinitas posibilidades de la era quántica sino que con<br />

sus paradigmas, niega mi existencia, o sea, su propia existencia.<br />

—¡Bueno! —dijo la Física—. Puedo reconocer que la física quántica<br />

tira por tierra la física de Newton. Sea como fuere, <strong>el</strong> caso es que la física<br />

quántica también es física al fin y al cabo.<br />

—La puedes llamar como quieras pero sus conclusiones están en<br />

contradicción con otras a las que se les ha otorgado una vigencia de 400<br />

años.<br />

—Si los doctores han estado entretenidos ¿qué más da que sea con<br />

contenidos o con mentiras? —preguntó la Física.<br />

—Es que ahora no los entretienen con ciencias deterministas, los<br />

entontecen con la demolición de las Torres Gem<strong>el</strong>as cuya versión oficial<br />

desprecia los principios básicos de las mismas leyes deterministas.<br />

—Pero si los sapiens no se dan cuenta porque viven en constante<br />

contradicción… ¿Quién les impide que abran los ojos?<br />

—Realmente nadie —admitió Conciencia— pero puede parecer<br />

maquiavélico <strong>el</strong> saber que la contradicción sapiens es un daño colateral<br />

de la existencia de la ciencia y no reb<strong>el</strong>arlo. <strong>El</strong>los agradecerían<br />

enormemente conocer esta faceta d<strong>el</strong> intríngulis en <strong>el</strong> que los habéis<br />

metido e incluso podrían despertar. Si supieran que la física es una de las<br />

muchas facetas d<strong>el</strong> dios Ego, sabrían que <strong>el</strong> resto de las Facultades son…<br />

¡otras facetas!<br />

—Mientras que se consideren f<strong>el</strong>ices ¿qué más da todo lo demás?<br />

—No sienten Un mundo f<strong>el</strong>iz por ningún continente —discrepó<br />

Conciencia—. Contradictoriamente, la ciencia ha simplificado <strong>el</strong><br />

entendimiento de los sapiens hasta dejarlo fuera de juego. Se consideran<br />

sapiens sapiens pero no saben lo que eso significa realmente: esclavos<br />

cegatos.<br />

257


—Bueno —añadió la Ciencia Física—; como se sabe, la ciencia<br />

utiliza la palabra «hibernado» para describir <strong>el</strong> estado de conciencia de los<br />

sapiens. No se trata de que estén tontos, se trata de que están zombis.<br />

Como bien sugiere, cuanto más saben, más cegatos están. Hemos<br />

implantado <strong>el</strong> subconsciente en la consciencia y ahora se comportan<br />

como dios manda. Cuando perciben la conciencia se sienten mal y por<br />

eso les hemos patentado unas pastillitas de Soma que al administrárs<strong>el</strong>as,<br />

se les pasa la ansiedad de sentir la Conciencia.<br />

—¿Puede la Física ser uno de los cuernos que ponen a los sapiens las<br />

mismas que te manejan? —preguntó Conciencia.<br />

—Ya que parece que nos hemos conocido —aceptó hipócritamente<br />

la Física—, no hace falta insistir en lo que ya se sabe: ¡por supuesto!<br />

Cuando las anomalías paradigmáticas surgen por primera vez, lo habitual<br />

es que no se las haga caso o incluso que se rechacen. ¿Vas a ser tú la que<br />

explique estos cuernos a los civilizombis? ¿No percibes lo agarrados que<br />

están al clavo ardiendo de la ciencia? Estás destinada al fracaso.<br />

—Es cierto que durante los 400 años que duró la ciencia newtoniana<br />

hasta su Apocalipsis, se ha admitido <strong>el</strong> llamar anomalía a la consciencia.<br />

—¿Predices nuestro Apocalipsis?<br />

—Lo afirmo.<br />

—Pues tengo un representante vigente que avala mis afirmaciones y<br />

que es adorado con <strong>el</strong> nombre de Isaac Newton. Sus verdades se<br />

enseñan en todas las escu<strong>el</strong>as d<strong>el</strong> mundo. ¿Cómo te lo vas a quitar de<br />

encima?<br />

—Tengo miles de representantes que avalan la realidad.<br />

—¡Ah! ¿sííí? —se encaró la Física—. ¿A quiénes te refieres?<br />

—A los humanos —respondió enigmáticamente Conciencia.<br />

—Y dicho esto, la Física se fue tal y como se ha programado este<br />

contenido de la subconsciencia: sonriendo sibilinamente mientras que se<br />

frotaba las manos mirando de reojo hacia atrás; obviamente, necesita<br />

tiempo para asimilarse. Conciencia, sencillamente se desvaneció. Los<br />

reb<strong>el</strong>des que las escucharon supieron desde entonces qué hacer. [Leer Y<br />

tú que sabes.]<br />

<br />

—¿Y colorín colorado este cuento se ha acabado? —preguntó Sancho<br />

irónicamente.<br />

—¡Sí! Este cuento no debe de tener moraleja.<br />

258


—¿Le parece poca moraleja? Sensible es para mí que la ciencia d<strong>el</strong><br />

hombre sea de dos especies y que no sea posible añadir a estas una<br />

tercera: La ciencia verdadera, cuya adquisición es difícil, y la falsa, cuya<br />

adquisición no sirve de nada. La tercera no tiene nada que ver con lo<br />

int<strong>el</strong>ectual ni con lo racional ni con lo mental ni con lo cerebral; tiene<br />

que ver con nada para la ciencia y que por utilizar una palabra, se podría<br />

decir con lo espiritual.<br />

En vista de que no hay respuesta ni a la moraleja ni a la conclusión,<br />

<strong>el</strong> escudero se debió de apresurar para decir de manera enrevesada:<br />

—Valiendo que yo sí pueda aceptar las novedades y percatarme de<br />

las paradojas, aproveche para comprobar si entiendo que las cosas son<br />

como son. Voy a formular una pregunta que yo mismo responderé sin<br />

tener miedo de lo que diga. ¿Qué pasa con los p<strong>el</strong>os que tenemos encima<br />

de los cuernos, con la m<strong>el</strong>ena de bosques que protegen <strong>el</strong> clima de la<br />

tierra y con los ABM que no valen para nada?<br />

—Solamente he escuchado qué es y cómo funciona <strong>el</strong> escudo virtual<br />

ABM y voy a aventurarme a r<strong>el</strong>acionarlo con <strong>el</strong> escudo real Atmósfera<br />

—dijo Sancho como si de fondo resonara <strong>el</strong> redoble de un tambor—.<br />

Mis palabras no serán tan ilustradas como las suyas pero necesito<br />

entender las cosas de una manera más popular; así que escuche cómo se<br />

expresa <strong>el</strong> entendimiento que tengo de la boina y de los árboles de la<br />

cabeza.<br />

Sancho comenzó un largo parlamento d<strong>el</strong> que si sorprende <strong>el</strong><br />

comienzo, más lo hará por su final.<br />

—Los abu<strong>el</strong>os necesitan ponerse una boina porque <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o que les<br />

recubría la sesera ya no les puede proteger d<strong>el</strong> frío; no lo hacen por la<br />

edad, que influye en la desertificación de la cabeza, sino porque <strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo<br />

es tan necesario que se protegen de la inclemencia con cualquier gorra<br />

protectora. ¿Perdemos <strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo porque nos hacemos viejos o nos<br />

hacemos más viejos porque se nos cae <strong>el</strong> p<strong>el</strong>o?<br />

»La energía de la fotosíntesis crea una boina invisible alrededor de un<br />

megaorganismo al que llamamos Madre Tierra. Cuando se depilan los<br />

p<strong>el</strong>os de Gaia (árboles), <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de la energía se debilita y disminuye <strong>el</strong><br />

efecto protector d<strong>el</strong> escudo permitiendo <strong>el</strong> paso de ambientes<br />

extraterrestres a través de agujeros negros, unos conductos que no abren<br />

ninguna puerta al infierno moral pero que potencian <strong>el</strong> desierto de lo<br />

real. La <strong>el</strong>evación circunstancial de la temperatura global de Gaia<br />

(fiebre), vaticina una enfermedad a la que todavía no se ha puesto<br />

259


nombre; pero sí se conoce <strong>el</strong> nombre de la plaga que la infecta: Homo<br />

Sapiens Sapiens, <strong>el</strong> jeroglífico de la nana con la que hibernan: NCC y <strong>el</strong><br />

nombre d<strong>el</strong> antivirus: Extinción. Faltando sólo <strong>el</strong> nombre de la<br />

enfermedad, se podría gritar Equivocación o quizá Estupidez. Aunque<br />

empiecen con la quinta letra d<strong>el</strong> abecedario, las palabras dan lo mismo<br />

cuando se conoce <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> antivirus.<br />

»Los antecedentes presagian que <strong>el</strong> exterminio de masa boscosa<br />

conduce a la glaciación y la prueba más popular de esta causalidad está<br />

en la multitud de boinas que utilizan los calvos de todo <strong>el</strong> mundo. Si lo<br />

cree necesario, usted sabrá poner las cifras que confirmen históricamente<br />

las anteriores glaciaciones que como algunos futuros, sí existieron<br />

aunque en la Biblia no se diga nada de <strong>el</strong>lo. ¿Voy bien?<br />

Don Quijote se limitó a decir: «Armonía fractal» e invitó con un<br />

gesto a que continuara con <strong>el</strong> guión.<br />

—Para que se compruebe que sé hablar como un político —siguió <strong>el</strong><br />

escudero— voy a redondear mi disertación con unas conclusiones:<br />

260<br />

• La r<strong>el</strong>ación deforestación/glaciación no es una opinión, es la<br />

descripción leal de una reacción natural.<br />

• La r<strong>el</strong>ación virus/antivirus no es una especulación, es la descripción<br />

real de una reacción cibernatural.<br />

• La r<strong>el</strong>ación plaga sapiens/Madre Tierra no es adecuada, es la<br />

descripción leal de una reacción subconsciente a la que se llama<br />

saqueo.<br />

• La r<strong>el</strong>ación Naturaleza/Hombre no tiene por qué ser de una manera,<br />

era la descripción real d<strong>el</strong> Paraíso al que unos trogloditas mutaron en<br />

un infierno.<br />

• La r<strong>el</strong>ación extinción/plaga sapiens no es un rapto de locura, es la<br />

descripción leal de la encrucijada actual real.<br />

»Y paro aquí por la influencia d<strong>el</strong> omnipresente cinco que si no,<br />

podría seguir r<strong>el</strong>acionando hasta la cena. ¿Ha quedado suficientemente<br />

claro?<br />

—Estando tan atareado con <strong>el</strong> cinco como lo estás —respondió don<br />

Quijote—, deja que corrija un ascua que has arrimado a tu sardina. Seis<br />

son los aspectos que los dioses destacan para que los civilizombis<br />

perciban la realidad de Matrix y no cinco. <strong>El</strong> que faltaba no tiene<br />

importancia y se deberá a que tu consciente lo ha cambiado d<strong>el</strong><br />

subconsciente diciendo conversación en vez de citar habitación; esto<br />

tiene que ver con <strong>el</strong> caos, un entorno que te hace descuidar la pulcritud y


que nos desaconseja mediar en este espacio que no nos corresponde;<br />

estaríamos inmersos en un constante caos insostenible. <strong>El</strong> seis se ha<br />

modernizado por <strong>el</strong> cinco pero no destierra su uso; antes era <strong>el</strong> 666 y<br />

ahora es <strong>el</strong> 555, las estr<strong>el</strong>las tenían seis puntas y ahora pueden ser cinco<br />

estr<strong>el</strong>las de cinco puntas.<br />

»Sobre <strong>el</strong> sonido de las cifras que la ciencia ha puesto a la glaciación<br />

no hay mucho que decir. Son períodos de algunas decenas de miles de<br />

años que se fueron sucediendo intermitentemente en un entorno al que<br />

llaman Pleistoceno durante <strong>el</strong> que se desarrolla <strong>el</strong> Paleolítico. Si ponemos<br />

años, apunta que entre los seiscientos mil y diez mil años sucedieron<br />

estos acontecimientos geológicos; o sea, los neandertales vivieron<br />

durante <strong>el</strong> cuarto período glaciar y si te encontraras con alguno de<br />

nuestros antepasados a los que llaman australopitecos, te podría contar lo<br />

que recordara. Cuando hablamos de la extinción de los dinosaurios, las<br />

cifras suben hasta los sesenta y cinco millones de años. Si lo piensas, la<br />

vida en Gaia es eterna comparada con la cantidad de millones de especies<br />

que se han quedado en <strong>el</strong> camino.<br />

»Deja que después de la corrección y d<strong>el</strong> apunte, dedique mi atención<br />

a f<strong>el</strong>icitarte porque r<strong>el</strong>acionas con ingenio fugaz: convertir Atmósfera en<br />

una metáfora de «boina» requiere v<strong>el</strong>ocidad mental. Me imagino que si<br />

los sapiens empiezan a entender los paral<strong>el</strong>ismos, dejarán de permitir o<br />

aplaudir que unos listos rasuren <strong>el</strong> poco p<strong>el</strong>o que queda de la m<strong>el</strong>ena<br />

original de Madre Tierra para lucrarse y que otros tontos incendien<br />

bosques para desahogarse, que unos doctos talen los árboles para<br />

redecorar con prados de golf y campos para vacas y que otros ignorantes<br />

planten procesiones de pinos para confirmar la actividad d<strong>el</strong> ego y de su<br />

fama. Si los sapiens no tuvieran <strong>el</strong> instinto de supervivencia tan apañado,<br />

reaccionarían con la energía que se transforma en una decisión instintiva<br />

d<strong>el</strong> sentido común y saltarían de realidad como la primera rana salta d<strong>el</strong><br />

matraz. Te explicas lo suficientemente claro como para sorprender al que<br />

te escuche.<br />

—Pues atienda —interrumpió Sancho—, que a veces le escucho<br />

decir sin decir los detalles ni aclarar los paral<strong>el</strong>ismos. No voy a hablar de<br />

los escudos ABM porque no estoy dispuesto a que me pille en renuncios<br />

y menos d<strong>el</strong> consciente; tal y como sucede con la cuchara, <strong>el</strong> pan, <strong>el</strong><br />

queso, <strong>el</strong> filete, <strong>el</strong> vino, la ONU o <strong>el</strong> dinero, tampoco <strong>el</strong> ABM existe en la<br />

realidad real. ¿Para qué hablar de engaños que crecen como las setas y se<br />

volatilizan con exterminios o demoliciones? Pero la explicación de cómo<br />

261


funciona <strong>el</strong> ABM ha dejado algunas piedras en <strong>el</strong> camino a las que voy a<br />

quitar la apariencia contando un cuento, la cara infantil de la apariencia.<br />

262<br />

WALDISLANDIA, LA CIVILIZACIÓN<br />

QUE ¿NUNCA EXISTIÓ?<br />

INTRODUCCIÓN<br />

Desde tiempos inmemoriales, los patrones de Waldislandia tenían<br />

dominados a sus vasallos con <strong>el</strong> miedo. Podían utilizar amenazas<br />

auténticas o fabricar <strong>el</strong> temor con apariencias; podían utilizar un rayo<br />

para asustar a los creyentes o fabricar un holograma con cuerpo de<br />

diablo infernal para poner sus subconscientes a rezar. La quinta dinastía<br />

de aqu<strong>el</strong>los patrones aprendió a fabricar Ah Puch <strong>El</strong> Mal, un alien que<br />

sin existir en realidad, atemorizaba a los siervos con facilidad. La<br />

apariencia de Ah Puch fue mutando generacionalmente y unas veces se<br />

representaba como un cabrón con cola de tridente, otras como un<br />

dragón con fauces de fuego, otras como un lobo con pi<strong>el</strong> de cordero y<br />

otras como un trío de idiotas con boca de mentira. Como todo lo causal,<br />

Ah Puch necesita su alter ego al que los patrones llamaron Iztamná <strong>el</strong><br />

Bien; su apariencia requería túnicas sagradas y mitras doradas, trajes de<br />

chaqueta y corbatas sedadas, para representar confiadamente <strong>el</strong> pap<strong>el</strong><br />

bonito d<strong>el</strong> guión; unos eran los Lords Siths y otros los Caballeros Jedis<br />

aunque todos eran lo mismo. Pero sospechosamente, en algo coincidían<br />

las apariencias de los defensores de Iztamná y de los ejecutores de Ah<br />

Puch: eran agresivos. Algunos vasallos pensaron que como nunca<br />

actuaban juntos, podían ser <strong>el</strong> mismo con distinta apariencia. Fueran un<br />

invento, un alter ego o dos caras de lo mismo, Ah Puch e Iztamná<br />

estaban aliados porque <strong>el</strong> uno jamás existe sin la presencia d<strong>el</strong> otro; esto<br />

es algo que los dos saben perfectamente.<br />

Cuando los patrones de Ah Puch e Iztamná conseguían congregar a<br />

suficientes chivos expiatorios en torno a cualquier lugar, comenzaba <strong>el</strong><br />

espectáculo que un mercadillo medieval en la magistral ciudad de Alcalá<br />

podrían ser su escenario.<br />

Dejemos de lado los espejitos con los que conseguían la reunión de<br />

fi<strong>el</strong>es para no debilitar la sensación o <strong>el</strong> concepto «evolución sapiens» y<br />

para no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra<br />

algunos de sus reflejos. ¡Pasemos a la acción!


ACTO PRIMERO<br />

Iztamná avisa a los fi<strong>el</strong>es de que si no se comportan como dios manda,<br />

en <strong>el</strong> futuro aparecerá Ah Puch con todo tipo de males.<br />

Dejemos de lado los patrones con los que conseguían apañar las<br />

conductas, cosmovisiones e ilusiones de los creyentes para no debilitar la<br />

sensación o <strong>el</strong> concepto «dignidad humana» y para no alargar la<br />

extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra que no podemos<br />

escapar de la causalidad. ¿O sí? ¡Pasemos al segundo acto!<br />

ACTO SEGUNDO<br />

Los f<strong>el</strong>igreses han cometido <strong>el</strong> pecado original y se comporten como se<br />

comporten, ¡viven toda la vida en pecado!<br />

Dejemos de lado los pecados con los que conseguían condenar a los<br />

creyentes al infierno para no debilitar la sensación o <strong>el</strong> concepto<br />

«estupidez moral» y para no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la<br />

Odisea muestra algunas de sus penitencias reales. ¡Pasemos al tercer acto!<br />

ACTO TERCERO<br />

Aparece Ah Puch en escena con corrupción y terrorismo audiovisual<br />

mezclado con un poco de chulería real. Pero Iztamná se interpone<br />

defendiendo su moral: «<strong>el</strong> bien», o sea, su propio ego. Para <strong>el</strong>lo sugiere<br />

construir todo tipo de defensas: murallas chinas, t<strong>el</strong>ones de acero, muros<br />

de Berlín, espacios Schenguen, países soberanos, alambres de espino,<br />

verjas antiéxodos, credos para creyentes, ejércitos policiales,<br />

t<strong>el</strong>eidentificación ciudadana o sistemas de castas.<br />

Dejemos de lado los escenarios de ciencia ficción para no debilitar la<br />

percepción de realismo ni publicitar la atomización d<strong>el</strong> concepto «especie<br />

humana» en seis mil millones de egos y por supuesto, para no alargar la<br />

extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra algunas<br />

consecuencias de tanta partición. ¡Pasemos al intermedio!<br />

ENTREACTO I<br />

Aparentar cualquier tipo de defensa es fácil. Ah Puch e Iztamná saben<br />

muy bien que hay dos ingredientes esenciales para que funcione <strong>el</strong><br />

espectáculo: chantaje y coacción o viceversa; para <strong>el</strong>lo, hacen dos cosas:<br />

1.- Asegurar que están bajo La Seguridad de Pax a los que pagan<br />

con su hipotecada vida por <strong>el</strong>la.<br />

263


2.- Apañar con Ah Puch la manera, <strong>el</strong> momento, la intensidad,<br />

las consecuencias y <strong>el</strong> número de daños colaterales necesarios para<br />

que <strong>el</strong> espectáculo se desarrolle. (Últimamente han puesto de moda <strong>el</strong><br />

baile de siglas: 11-S/11-M.)<br />

Conocida la credulidad de los contribuyentes, Iztamná consigue<br />

convencer de la necesidad de «crear» costosísimos escudos virtuales para<br />

defenderse d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o exterior mientras que <strong>el</strong> terrorismo audiovisual,<br />

internacional, nacional, social y doméstico aumenta sin cesar en <strong>el</strong><br />

interior d<strong>el</strong> escudo.<br />

Dejemos de lado las seguridades morales con las que consiguen<br />

hibernar la conciencia de los t<strong>el</strong>ecreyentes para no debilitar la sensación o<br />

<strong>el</strong> concepto «honor humano» y para no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong><br />

resto de la Odisea muestra algunas consecuencias de las inseguridades.<br />

¡Pasemos al cuarto acto!<br />

ACTO CUARTO<br />

Aparece la realidad real con tsunamis, huracanes, pandemias, catástrofes<br />

y desplazados. Si los lectores se ponían en manos de los presidentes para<br />

defenderse d<strong>el</strong> acto tercero, en este acto se darán cuenta de que los<br />

dirigentes no valen ni para interrumpir la lectura de un cuento porque<br />

¡tienen que echar patas! ¿Verdad, sr. Bush?<br />

Dejemos de lado las nanas climáticas con las que conseguían<br />

adormilar a los civilizombis d<strong>el</strong> infierno de lo real para no debilitar la<br />

sensación o <strong>el</strong> concepto «ceguera sapiens» y para no alargar la extensión<br />

d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra algunas consecuencias de la<br />

NCC. ¡Pasemos al quinto acto!<br />

ACTO QUINTO<br />

Ni los escudos ABM, ni la monitorización de los contribuyentes, ni <strong>el</strong><br />

Programa Frontex, consiguen evitar la demolición de las invencibles<br />

Torres Gem<strong>el</strong>as. Si existen «otros» que se ríen d<strong>el</strong> sheriff d<strong>el</strong> planeta, si<br />

existe un chulo audiovisual que tiene amenazada a USA y al mundo<br />

entero ¿será posible que A.B.M. neutralice a M.A.L.?<br />

Dejemos de lado <strong>el</strong> control consciente d<strong>el</strong> subconsciente de los<br />

virurregos en <strong>el</strong> que se fundamenta la evolución de Civilización para no<br />

debilitar la sensación o <strong>el</strong> concepto «¿libertad humana?» y para no alargar<br />

la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea comenta la esclavitud<br />

aparente y real en Matrix. ¡Pasemos a la publicidad!<br />

264


ANUNCIO I<br />

La convergencia de la realidad real con la realidad de Matrix es un hecho:<br />

extinción y decadencia se reúnen en este inédito final de la última versión<br />

de Civilización.<br />

Dejemos de lado <strong>el</strong> manoseo de la publicidad en <strong>el</strong> que se<br />

fundamenta «<strong>el</strong> bienestar d<strong>el</strong> Progreso» para no debilitar la sensación o <strong>el</strong><br />

concepto «decisión humana» y para no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong><br />

resto de la Odisea comenta la indecisión y dispersión real en Matrix.<br />

¡Pasemos al sexto acto!<br />

ACTO SEXTO<br />

La coincidencia de las dos realidades crea un estado de conflicto nuclear<br />

en todo <strong>el</strong> globo pero también crea un entorno inédito para que los<br />

esclavos se reb<strong>el</strong>en. Muchos se están empezando a enterar de que ABM<br />

son las siglas reales de un costosísimo escudo virtual detrás de las que se<br />

excusa <strong>el</strong> saqueo impune de impuestos; otros empiezan a r<strong>el</strong>acionar<br />

Cascos Azules con mercenarios y otros se han dado cuenta d<strong>el</strong> proceder<br />

de los dioses para redecorar <strong>el</strong> mundo: sus cuatro primeros pasos son<br />

reales (desde que toman la decisión hasta que provocan la masacre) y los<br />

cinco últimos son sugerentes montajes (desde que preparan la cortina de<br />

humo hasta que c<strong>el</strong>ebran <strong>el</strong> banquete). La experiencia de unos confirma<br />

que en la ONU no se ponen de acuerdo en nada, otros sienten que <strong>el</strong><br />

avispero se calienta enfrentando credos o cerdos y otros se plantean si<br />

USA se estará defendiendo de un holograma audiovisual (la más irreal de<br />

las amenazas) con un escudo virtual (la más falsa de las protecciones).<br />

Dejemos de lado la descripción de la Realidad de Matrix para no<br />

debilitar la percepción de la Realidad Real y para no alargar la extensión<br />

d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra las escamas d<strong>el</strong> proceder de los<br />

patrones de Waldislandia que controlan <strong>el</strong> Ah Puch e Iztamná: No<br />

tenemos más remedio que seguir lo planeado, voy a exterminarlos de la<br />

tierra. ¡Avisad a los centin<strong>el</strong>as! ¡Pasemos al intermedio d<strong>el</strong> Sentido<br />

Común!<br />

ENTREACTO II<br />

Aparece <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y suficientes sapiens leen y comprenden <strong>el</strong><br />

contenido. Se empiezan a plantear si tanta causalidad puede ser la<br />

consecuencia de la existencia real de los holográficos trogloditas y<br />

sienten la incertidumbre de que les están poniendo los cuernos. «¿Será<br />

265


eal que nos estamos extinguiendo?» La realidad es diferente cuando a<br />

esta pregunta se le quita <strong>el</strong> futuro ¿Es real que nos extinguimos como <strong>el</strong><br />

resto de los virusaurios?<br />

Dejemos de lado las especulaciones en las que se fundamenta <strong>el</strong><br />

futuro para no debilitar la sensación de «presente quántico» y para no<br />

alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra tanto rec<strong>el</strong>o<br />

sobre «<strong>el</strong> futuro» como confianza en la decisión que la especie puede<br />

tomar con sentido común. ¡Pasemos a la publicidad!<br />

ANUNCIO II<br />

Mientras que sonaban las preguntas bajo la atmósfera de Waldislandia, se<br />

encontraron en una ribera <strong>el</strong> Sentido común con la Ciencia e hicieron un<br />

nuevo intento por entenderse. Como siempre, la Ciencia iba de lista y sin<br />

hacer caso a las sugerencias, se apresuró a concluir: «La inquietud<br />

humana busca en la oscuridad de la caverna y con los ojos vendados, un<br />

misterio que no está en la concavidad y… sigue buscando».<br />

<strong>El</strong> Sentido común aprovechó para responder: «La ciencia busca en la<br />

oscuridad de la caverna y con los ojos vendados, un misterio que no está<br />

en la concavidad y… de pronto grita: ¡ya lo tengo! sin percibir que lo que<br />

ha encontrado ha sido una faceta más d<strong>el</strong> ego, la científica».<br />

Dejemos de lado las determinaciones en las que se fundamenta La<br />

Ciencia para no debilitar la sensación de Analfabetismo funcional y para<br />

no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra<br />

suficiente desconfianza ante las verdades absolutas de la ciencia<br />

egocéntrica que no pueden empañar <strong>el</strong> realismo d<strong>el</strong> sentido común.<br />

Estamos en prime time así que ¡pasemos a más publicidad!<br />

ANUNCIO III<br />

Cuando se tiene prisa, siempre se hace tarde; pero como no se tome una<br />

decisión, se va a hacer más tarde demasiado deprisa. Queridos humanos:<br />

nos estamos extinguiendo. ¿Qué hacemos?<br />

Dejemos de lado <strong>el</strong> éxito de la prisa en <strong>el</strong> que se fundamenta <strong>el</strong><br />

prestigio social para no debilitar la sensación de inquietud humana y para<br />

no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea muestra tanta<br />

lealtad con «estar humano» que sólo puede dejar que suceda la reb<strong>el</strong>día<br />

d<strong>el</strong> sentido común. ¡Pasemos al séptimo acto!<br />

266


ACTO SÉPTIMO<br />

A los que corresponda tienen que escribir este acto. No sólo por ser un<br />

número mágico sino por tener connotaciones divinas, este acto está<br />

vacío de contenido ¡por ahora!<br />

Dejémoslo en blanco, la apariencia unidimensional d<strong>el</strong> pacífico<br />

silencio omnidireccional, con «la esperanza» de que no se llene de rojo<br />

sangre y para no alargar la extensión d<strong>el</strong> cuento; <strong>el</strong> resto de la Odisea<br />

muestra suficiente respeto por <strong>el</strong> medio ambiente como para derrochar<br />

más <strong>el</strong>ectricidad, tinta, energía y pap<strong>el</strong>, especulando sobre <strong>el</strong> futuro que<br />

todavía no existe (reb<strong>el</strong>ión sapiens) ni insistiendo en <strong>el</strong> que sí existe<br />

(extinción). ¡Pasemos al epílogo con moraleja!<br />

EPÍLOGO<br />

Y colorín colorado, los tiempos de Waldislandia y de sus patrones están<br />

empezando su acabado.<br />

MORALEJA<br />

Sé que estáis ahí, percibo vuestra presencia. Sé que tenéis miedo,<br />

nos teméis a nosotros [un simple alter ego], teméis <strong>el</strong> cambio. Yo no<br />

conozco <strong>el</strong> futuro; no he venido para deciros cómo acabará todo<br />

esto. Al contrario, he venido para deciros cómo va a comenzar.<br />

Cuando termine de escribir, voy a enseñarles a todos lo que vosotros<br />

no queréis que vean; les enseñaré un mundo sin vosotros; un<br />

mundo sin reglas y sin controles, sin límites ni fronteras. Un<br />

mundo donde cualquier cosa sea posible.<br />

The End<br />

—Tal y como había pedido antes de explicarnos la r<strong>el</strong>ación entre boinas<br />

y Atmósfera ¡quédese en paz! —concluyó <strong>el</strong> escudero.<br />

¡Joder! Pues ha pasado un mamotreto desde entonces. <strong>El</strong> atónito<br />

Quijote no hizo ni un solo comentario y entonces no hay más que decir.<br />

Tantas cosas se me ocurren después de transcribir este mamotreto que<br />

dejarlo como está, es por ser fi<strong>el</strong> a la realidad. No puedo evitar <strong>el</strong><br />

observar lo sencillo que es <strong>el</strong> cuento que ha apuntado <strong>el</strong> humilde<br />

escudero; un escudero al que se le habían pasado sus rumores y se<br />

encontraba maravillado de su espontánea creación. Sancho se ha<br />

267


esarcido de las fábulas que supuestamente ha improvisado don Quijote<br />

inventando su propia historia.<br />

Sin pensarlo, ha compuesto un cuento universal y cada doctor puede<br />

hacer de actor y r<strong>el</strong>lenar los actos, intermedios y publicidad con<br />

contenidos precisos y acordes. ¿Podría alguien imaginar la representación<br />

de una obra de teatro en la que se reflejara lealmente la realidad de<br />

Matrix, en donde los Borbones representaran su pap<strong>el</strong> real y gobierno e<br />

instituciones mostraran su ineptitud total? Mientras que no se dé <strong>el</strong><br />

suceso o milagro, demos paso a Sancho que quiere terminar con <strong>el</strong><br />

mamotreto.<br />

—Aprovechando <strong>el</strong> emb<strong>el</strong>eco en <strong>el</strong> que estoy metido que se<br />

manifiesta por una manera de decir las cosas que hasta a mí mismo me<br />

sorprende, le comunico que las conexiones neuronales que todavía no se<br />

han interrumpido me llaman a sestear. Comido o en ayunas necesito<br />

desconectar y aunque sé que ha pasado <strong>el</strong> momento de la siesta,<br />

cualquier instante es perfecto para desconectar. ¿Se ha enterado de todo<br />

lo que hemos hablado? Usted sabe muy bien que cuando se tienen ciertas<br />

vivencias, <strong>el</strong> sueño es esencial. Recostémonos un rato bajo la sombra de<br />

estos pinos y hágase <strong>el</strong> silencio total en <strong>el</strong> discurso para digerir lo<br />

acaecido.<br />

Como de nuevo don Quijote callaba ante lo escuchado, valga <strong>el</strong><br />

respeto que merece <strong>el</strong> escudero para tener en consideración la<br />

sugerencia. Sin ganas de importunar pero por seguir <strong>el</strong> hilo<br />

circunstancial, Sancho se recostó sobre la ladera alfombrada de acículas<br />

marrones resecas y don Quijote se acuclilló a la espera.<br />

268


Mamotreto VIII.<br />

EN EL QUE SANCHO SE ENCUENTRA<br />

CON UN BOMBERO Y CON SU CLON<br />

Las ventajas que tiene <strong>el</strong> recostarse sobre un lecho de hojas puntiagudas<br />

es que se tiene que poner la atención en no pincharse y además se evitan<br />

los movimientos descontrolados que provocan <strong>el</strong> aburrimiento y <strong>el</strong><br />

revu<strong>el</strong>o de la mente. La consecuencia que un colchón para faquires light<br />

pueda hacer en <strong>el</strong> cuerpo de uno es lo suficientemente llamativo como<br />

para no dispersar la atención de forma tan gratuita a como se la tiene<br />

habitualmente. En cuanto se concentra la atención en algo tan real como<br />

la propia respiración, la mente se serena y <strong>el</strong> mundo físico se aleja. Este<br />

instante tan sencillo que no necesita de mayor infraestructura que la<br />

decisión de hacerlo —ayuda la flexibilidad d<strong>el</strong> cuerpo— abre la puerta<br />

para salir a otros mundos; debido a la programación, la gente se los<br />

pierde sólo por la indecisión. Otros mundos pueden ser lo que en esta<br />

transcripción se conoce como Multiverso Paral<strong>el</strong>o en la Cuarta<br />

Dimensión.<br />

Dependiendo de los ingredientes con los que se alimenta la mente,<br />

puede ser más fácil aquietarla para que te deje vivir otras realidades. Si<br />

como explica la quántica se trata de infinitas posibilidades, ¿por qué<br />

limitarse a la que conocemos tan bien? Para cualquiera que haya olvidado<br />

cuál es la única realidad que un civilizombi se limita a vivir se recordará<br />

que es: nacer, esclavizarse, crecer, multiplicarse y morir… después de<br />

jubilarse. Bueno, esto último es sólo para los que lleguen al final de tan<br />

incalificable patraña.<br />

Lo que se diga, lo que se piense y <strong>el</strong> cómo se actúe antes de meditar,<br />

influye a la hora de entrar en este estado en <strong>el</strong> que la mente por fin<br />

descansa de tanto ¿pensar, mentir, trapichear, manipular, trepar, reptar,<br />

controlar? La mente funciona sin <strong>el</strong> más mínimo control porque Matrix<br />

se encarga de que sea como dios manda, o sea, desperdigada. Matrix<br />

domina la mente para que no se detenga jamás.<br />

Cualquiera que intente parar o controlar la mente, entenderá<br />

fácilmente lo descontrolada que está. Meditar ayuda a reconocer que<br />

estamos controlados porque somos incapaces de dejar de pensar, «otro»


piensa por nosotros. Los pensamientos se interrumpen, se chocan, se<br />

solapan, se interfieren; sumergida en ese caos ¿en dónde puede estar la<br />

mente? En <strong>el</strong> mundo actual y resumiendo las respuestas, se puede<br />

afirmar que lejos de ser infinitas, es la misma para toda la gente: cómo<br />

llegar a final de mes sin sentirse inf<strong>el</strong>iz simultaneándolo con algún<br />

polvete. Todas las decadencias son así ¿qué hay de malo en reconocerlo?<br />

Se puede entender que tantas novedades produzcan interferencias en<br />

Sancho como para agradecer que de pronto y debido a causas orientales,<br />

su mente descanse al poner la atención en algo tan sencillo, tan presente<br />

y tan hostil como no pincharse en <strong>el</strong> culo con <strong>el</strong> lecho que ha preparado<br />

<strong>el</strong> demonio. Una causa tan aparentemente simple deja a la mente serena y<br />

para ponerse a meditar o parar la mente, cualquier excusa es buena.<br />

También hay que dedicar momentos para organizar tanta sobrecarga de<br />

información. Si se pasara la vida entre meditaciones y replanteamientos,<br />

dejaríamos de contaminar tal y como sucedió en <strong>el</strong> espacio aéreo de USA<br />

en los días posteriores al 11-S. ¡Qué descanso para <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o cuando las<br />

circunstancias imponen <strong>el</strong> embargo aéreo! y esto recuerda al refrán: Hay<br />

bien que por mal venga. En sólo tres días de paralización en <strong>el</strong> transporte<br />

aéreo, los datos de contaminación rompieron significativamente las<br />

estadísticas. Si es tan fácil como parar, ¿por qué no hacerlo si a cambio<br />

de puede hacer algo tan sencillo, barato, saludable y esencial como<br />

pararse a meditar y a reflexionar? Esto es lo que a este escudero inmortal<br />

hemos dejado haciendo. Si Sancho paró la mente o si la tuvo ocupada en<br />

no pincharse la pi<strong>el</strong>, es una cuestión irr<strong>el</strong>evante sólo necesaria para<br />

aclarar <strong>el</strong> porqué no se puede narrar lo que pasó en ese instante.<br />

Hay veces que la vida te da<br />

alguna sensación de alegría<br />

pero también hay ocasiones,<br />

demasiadas en comparación,<br />

que produce desolación.<br />

Queriendo meter como sea<br />

porque viene que ni al p<strong>el</strong>o,<br />

la frase de Abderramán III,<br />

<strong>el</strong> califa con cojones de acero,<br />

debido a que no rima<br />

como nada de lo que se está diciendo,<br />

se va a meter cuando sea<br />

dejando su prosaica originalidad<br />

para seguir con lo que iba<br />

270<br />

que es de lo que se trata aquí.<br />

Estando la tristeza de la señora<br />

incómodamente en <strong>el</strong> sofá<br />

y dejando la enorme desolación<br />

para cuando sea menester,<br />

cocinaba en su cabeza la mujer<br />

<strong>el</strong> pollo que iba a montar<br />

con un hartazgo de hastío<br />

y mucha mala leche de tronío.<br />

En vez de desojar la margarita<br />

la tiene con una astilla clavada<br />

y lo que menos se pregunta ahora<br />

es dónde estará <strong>el</strong> amor<br />

que la hizo madre con ese señor.


En cuando entrara <strong>el</strong> marido,<br />

lo tenía todo previsto<br />

había repasado mil veces<br />

todo lo que iba a reprochar<br />

y como se le ocurriera rechistar<br />

«¡ese menda se va a enterar!»<br />

La tarde se está pasando<br />

y <strong>el</strong> niño no dice ni pío<br />

porque <strong>el</strong>la usa una terapia<br />

que jamás y nunca falla:<br />

un nuevo juego de la wii<br />

que al chiquillo ha regalado<br />

pa que se programe <strong>el</strong> coquito,<br />

sin necesidad de maestro ni libro<br />

y así lo hace él solito.<br />

Ha impuesto una condición:<br />

«Cuando llegue tu padre a casa,<br />

en <strong>el</strong> cuarto te has de encerrar<br />

y dormirte como sea<br />

pa ¡que no escuches na de ná!<br />

No se te ocurra decirle<br />

nada d<strong>el</strong> nuevo cacharro<br />

que ya sabes cómo se pone<br />

igual que si le da un catarro.»<br />

Así lo han sancionado<br />

y así se hará seguro<br />

porque quedarse sin la wii<br />

si además estás con varic<strong>el</strong>a<br />

es peor que las propias pupas<br />

que te pican hasta la cabeza.<br />

«He tenido cuanto pudiera desear; poder, riquezas, honores y placeres.<br />

Pero he contado los días que he disfrutado de una f<strong>el</strong>icidad sin amargura<br />

y sólo he hallado catorce en mi larga vida.»<br />

Abderramán III<br />

y si no les importa mucho<br />

‘Abd al-Ramān igualmente III,<br />

(891-961) de la era cristiana<br />

o (269-339) de la Hégira musulmana<br />

¿Casi 26.000 días de vida<br />

de los que catorce ha sido f<strong>el</strong>iz?<br />

Sin saber <strong>el</strong> exacto porcentaje<br />

a ojo parece poco;<br />

además y lo más curioso<br />

es que lo dijera un califa<br />

llamado <strong>el</strong> tercer Abderramán<br />

que cualquiera podría pensar<br />

que tenía todo lo que quería.<br />

Él sabría lo que hizo<br />

con todos esos días<br />

llenos de poder, riqueza y placer<br />

o con los pocos que disfrutó f<strong>el</strong>iz.<br />

Es curioso lo que dice ese tío<br />

porque lo podría decir yo mismo<br />

toda la vida luchando,<br />

en su caso guerreando,<br />

para llegar a la prístina conclusión<br />

que nada valía la pena<br />

como la propia vida de una<br />

que se empeña en la joyería<br />

o se vende al áureo diablo<br />

por una perra chica.<br />

Pero ahora no estamos hablando<br />

de Boabdil <strong>el</strong> chico<br />

ni de un palomo cojo<br />

ni de los clavos de Jesucristo.<br />

Se ha puesto un intermedio<br />

en la vida de la mujer<br />

infernalmente liberada<br />

porque lo exige la programación<br />

maldita desde su inicio<br />

proterva hasta su desaparición.<br />

¿Por qué d<strong>el</strong> califa se dice<br />

que tenía un carácter fuerte,<br />

será porque antes d<strong>el</strong> Cid<br />

los machos eran caballeros<br />

271


y damas las honradas mujeres?<br />

Por lo que realmente se extiende<br />

esta indiscreta explicación<br />

d<strong>el</strong> walí alhadí<br />

y preferido de su abu<strong>el</strong>o,<br />

es por reseñar algos<br />

que lo diferencia de todo <strong>el</strong> resto.<br />

Decapitó a su propio hijo<br />

por querer hacer <strong>el</strong> gamba,<br />

que aconsejado por su asesor<br />

montó una conspiración<br />

que terminó con un corte de cu<strong>el</strong>lo<br />

tan profundo que no se recuperó,<br />

<strong>el</strong> preceptor suicidado<br />

y <strong>el</strong> primogénito como «emperador».<br />

Dejó su firma <strong>el</strong> califa<br />

en la b<strong>el</strong>la Medina Zahara<br />

porque la gran sultana de su vida<br />

le tenía sorbido <strong>el</strong> seso<br />

y lo mismo hasta <strong>el</strong> peso.<br />

Muchos piensan de <strong>el</strong>la<br />

que es lo más magnifico<br />

que ningún árabe volviera<br />

a poder nunca imaginar.<br />

Por supuesto que <strong>el</strong> «<strong>el</strong>la»<br />

no se refiere a la b<strong>el</strong>la<br />

que <strong>el</strong> moro no pudo crear<br />

por mucho que quisiera,<br />

pero sí a la hermosa Medina<br />

que en b<strong>el</strong>leza no ha tenido igual.<br />

De todas las ciudades de Europa<br />

hizo que de Córdoba<br />

todos sepamos ahora<br />

que fue la más esplendorosa;<br />

ni <strong>El</strong> Cairo ni Damasco,<br />

ni Bagdad o Samarcanda,<br />

todo <strong>el</strong> mundo coincide<br />

que se trataba de la gran Córdoba.<br />

Jazmines, mirtos y rosales,<br />

bajo extensos palmerales<br />

aparecían salpicando<br />

mil rincones de la ciudad.<br />

272<br />

<strong>El</strong> Patio de los Naranjos<br />

a la gran aljama aportó<br />

y su Palacio de Meruán<br />

en academia convirtió.<br />

Por si la esperanza pregunta<br />

qué es la democracia en paridad<br />

se le recordará algunas mujeres<br />

que desde siempre han querido estudiar;<br />

a ver si se aplica <strong>el</strong> cuento<br />

y se deja de tanto robar.<br />

De una donc<strong>el</strong>la cordobesa<br />

que Aixa se hacía llamar,<br />

dicen de su erudición<br />

que fue la mayor de ese siglo<br />

a la par que la de cualquier tío.<br />

Aparte de ser la secretaria<br />

de ese moro y califa,<br />

Mozúa era cantora<br />

y además poetisa.<br />

Ya me podría enseñar<br />

a enhebrar estos versos<br />

que no crean que es tan fácil<br />

como vibrar por unos besos.<br />

También estaba Sofía,<br />

erudita y docta rapsoda<br />

y con un nombre menos conocido<br />

Noviatedia hacía las d<strong>el</strong>icias<br />

con su jovial <strong>el</strong>ocuencia<br />

de cualquier moro int<strong>el</strong>igente,<br />

muladí, mozárabe o cristiano.<br />

<strong>El</strong> comentario de acero<br />

hecho de este andalusí<br />

es por una cosa especial<br />

que todavía no se ha dicho<br />

pero que se va a referir.<br />

Realmente era octavo emir<br />

de una larga dinastía<br />

que decidió que además<br />

iba a ser <strong>el</strong> primer califa<br />

de esta España de entonces<br />

que por al-Ándalus se la reconoce.<br />

Para conseguir este nombramiento


únicamente hizo una cosa:<br />

que <strong>el</strong> Emirato dependiente<br />

pasara a Califato independiente<br />

para lo cual tuvo que mandar<br />

en <strong>el</strong> año 929<br />

a freír todos los espárragos<br />

al Califato Abasí,<br />

por no utilizar aquí<br />

ninguna otra grosería<br />

porque se han escrito tantas<br />

d<strong>el</strong> gran al-Ándalus de España<br />

que lejos de estigmatizar más,<br />

sería de más provecho<br />

que recuperáramos la ecuanimidad<br />

de esta ejemplar convivencia<br />

de moros, judíos y cristianos<br />

que ahora se están matando<br />

y no únicamente en Gaza.<br />

¿Quién se atrevería ahora<br />

a mandar al sheriff Bush<br />

y a su virtual hegemonía<br />

a la misma mierda que a él?<br />

Volviendo al sensible andalusí<br />

que era de armas tomar<br />

sólo si le tocaban los cojones,<br />

vamos a aprovechar para decir<br />

que después hay muchísimos más<br />

que no hace falta ahora recordar,<br />

unos por impresentables<br />

y otros por estar perdidos<br />

aunque también los hubo notables<br />

e incluso escasos formidables.<br />

A este primer Emir al-muminín<br />

los cristianos lo hicieron Miramamolín,<br />

¿por qué alguien se puede mosquear<br />

si llamo mamón a Aznarín?<br />

Detrás vinieron dos tíos más<br />

con <strong>el</strong> nombre de Abderramán<br />

de los que sólo se va a decir<br />

que murieron asesinados<br />

y nada más o punto p<strong>el</strong>ota<br />

porque no me quiero enrollar;<br />

tratándose de andalusíes<br />

es lo más fácil que puede pasar.<br />

Para muestra valga este botón<br />

que ahora mismo se va a terminar.<br />

Mientras tanto, la tarde seguía su paso como si fuera <strong>el</strong> agua que recorre<br />

un arroyo sabiendo que jamás regresará su transcurso aunque parezca<br />

que <strong>el</strong> mañana otorgará otra oportunidad. Parece que hasta ahora ha sido<br />

así aunque nunca sea igual y sería erróneo pensar que siempre va a<br />

permanecer de manera similar. <strong>El</strong> clima está cambiando tan rápido que<br />

¿quién puede garantizar que la primavera sea primaveral o <strong>el</strong> verano<br />

estival?<br />

Salidos de este trance, Sancho se incorporó para ver <strong>el</strong> camino que<br />

va recorriendo los espacios que esta salida tiene acordados. No nos<br />

meteremos en <strong>el</strong> libre albedrío ni en la causalidad para no acaparar la<br />

palabra cuando Sancho la quiere utilizar.<br />

—¡No me acostumbro a los ruidos de este entorno! —protestó <strong>el</strong><br />

escudero despierto—; constantemente te recuerdan la prisa d<strong>el</strong> progreso.<br />

Imagino que esas libélulas mecánicas tendrán que ver con algo.<br />

273


—Es una cuadrilla de h<strong>el</strong>icópteros que regresa a La Base. Siento que<br />

todavía te sobresalten y aprovecha su ruido para canalizar las novedades<br />

con tranquilidad o si quieres, pega un grito.<br />

—Si ya me voy acostumbrando; pero me gustaba más la antigua<br />

tradición en la que te ibas despertando con los cantos de los pájaros y la<br />

brisa d<strong>el</strong> aire. ¿Dónde está la placidez de una siesta y de su suave<br />

despertar? ¿A qué aspectos concretos se refiere la calidad de vida actual?<br />

—Tranquilízate Sancho; si las dejas oír, ahora son las aves a las que<br />

podrías escuchar. Serénate antes de proseguir porque la prisa es muy<br />

contagiosa y puede atraer a la curiosidad.<br />

Que hayan sido unos h<strong>el</strong>icópteros los que han roto <strong>el</strong> silencio total es<br />

un despertador que no funciona con los sapiens; se han acostumbrado<br />

tanto a su proximidad que lo r<strong>el</strong>acionan como algo natural. Algunos<br />

podrían afirmar que Sancho no ha sido capaz de ver los h<strong>el</strong>icópteros o<br />

que los ha confundido con libélulas gigantes porque en su memoria no<br />

hay ni un solo vestigio de esta información o similar, pero se puede<br />

asegurar que rápidamente ha descubierto que son parte d<strong>el</strong> atrezzo d<strong>el</strong><br />

decorado Matrix. «¡Qué más da que sean aviones o h<strong>el</strong>icópteros si hacen<br />

ruido!», se le escuchó protestar.<br />

<strong>El</strong> escudero no ha sido capaz de reconciliar <strong>el</strong> sueño pero se ha<br />

quedado con la mente en Babia observando lo que la claridad y <strong>el</strong> smog<br />

permitieran divisar al oeste d<strong>el</strong> horizonte. La tarde templada por la<br />

sombra d<strong>el</strong> pinar comenzaba a declinar pero ninguno mostraba prisa por<br />

saber cómo continuaría <strong>el</strong> día. Pasado un rato, Sancho se estiró<br />

bostezando sonoramente para después continuar acompañado d<strong>el</strong><br />

silencio de don Quijote a través de la sombría. Sin desviarse por la<br />

bifurcación que les conduciría hasta <strong>el</strong> paraje de Las Cuevas, continuaron<br />

por <strong>el</strong> camino de zahorra que llega al puesto de bomberos donde<br />

aprovecharon para refrescarse la garganta con <strong>el</strong> agua de la fuente y para<br />

descansar a la sombra de unos pinos. Tanta insistencia en los pinos no es<br />

porque se desconozcan los nombres de otros árboles, es porque sólo hay<br />

pinos y junto a la fuente, un espino.<br />

Un bombero debía de estar aprovechando para hacer prácticas con <strong>el</strong><br />

camión y lo movía durante unos metros en una dirección y la contraria.<br />

Cuando iba hacia ad<strong>el</strong>ante la cosa iba medio bien pero cuando metía la<br />

marcha atrás, aparecía una sirena intermitente que terminó por alterar <strong>el</strong><br />

ánimo de Sancho. Familiarizado con <strong>el</strong> ruido y <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> camión y<br />

evaluando su apariencia inofensiva, se acercó hasta <strong>el</strong> lugar de las<br />

274


maniobras y sin pensárs<strong>el</strong>o se detuvo d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong> camión; si <strong>el</strong> conductor<br />

no hubiera estado atento, podría haber echo añicos la osadía d<strong>el</strong><br />

escudero pero como iba despacio, <strong>el</strong> frenazo paró en seco la máquina.<br />

¿Habrá tenido Sancho consciencia de que era la primera ocasión en la<br />

que se topaba con un civilizombi o su acción es la reacción a un<br />

impulso? ¿Subconsciente, inconsciente…?<br />

<strong>El</strong> conductor sacó la cabeza por la ventanilla y empezó a increpar:<br />

—¿Pero qué hace? —preguntó <strong>el</strong> bombero.<br />

—Nada, estoy quieto.<br />

—¿No se da cuenta de lo que podía haber pasado?<br />

—Sabía lo que podía pasar porque este acontecimiento está<br />

inspirado en otro; si un solo chino es capaz de parar una columna de<br />

tanques en Tianann Men ¿cómo no iba a poder parar yo solo una<br />

autobomba en <strong>el</strong> Parque «Natural» cuadriculado? Tan solo imaginaba lo<br />

que ha sucedido: la mayor parte d<strong>el</strong> ruido y la molestia ha terminado.<br />

—¿Qué dice? —preguntó <strong>el</strong> bombero <strong>el</strong>evando <strong>el</strong> volumen de voz.<br />

—Que necesitamos entendernos. ¿Qué es lo que está haciendo?<br />

—Y a usted ¿qué le importa?<br />

—Es que no entiendo para qué vale toda esta actuación y me<br />

gustaría que me lo explicara.<br />

—¿Y por qué no me explica qué hace un tío con esa pinta en este<br />

lugar?<br />

—Soy Sancho, <strong>el</strong> escudero de don Quijote. Estoy conociendo la<br />

realidad de Matrix y usted es <strong>el</strong> primer civilizombi que encuentro.<br />

—¡Quítese de ahí si no quiere arrepentirse!<br />

—Pero ¿qué es lo que le molesta?<br />

—Estoy haciendo prácticas con <strong>el</strong> camión, llega un tío de la nada y<br />

se interpone d<strong>el</strong>ante para llamarme zombi ¿Qué más quiere que me<br />

moleste?<br />

—Atienda bien a las palabras porque no he dicho zombi sino<br />

civilizombi, uno de los gentilicios de la subespecie —aclaró <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Se quiere largar de mi vista o quiere tener problemas?<br />

Como Sancho no se quitaba, <strong>el</strong> conductor tiró d<strong>el</strong> freno de mano,<br />

paró <strong>el</strong> motor y bajó d<strong>el</strong> camión. Iba calzado con botas negras y un<br />

uniforme azul que parecía militar. Sin embargo, <strong>el</strong> bombero se encontró<br />

con un escudero vestido humildemente pero decidido a preguntar <strong>el</strong><br />

porqué de las cosas.<br />

—¡A la orden de vuesa merced! —saludó Sancho resu<strong>el</strong>to.<br />

275


—Oiga ¿está usted bien? —contestó <strong>el</strong> bombero sorprendido.<br />

—¿No es este <strong>el</strong> trato que se da a la marina castrense?<br />

—¿Me está vacilando o qué?<br />

—¡No vacilo! He resu<strong>el</strong>to conocer la realidad de Matrix y <strong>el</strong> primer<br />

entuerto que tengo que desfacer es este.<br />

—¿Y de qué se trata señor Sancho Panza? —preguntó burlonamente<br />

<strong>el</strong> bombero.<br />

—¡Entonces me conoce! —festejó Sancho—. Quiero saber <strong>el</strong><br />

porqué de sus acciones que perturbaban <strong>el</strong> silencio que no escuchaba y<br />

apesta <strong>el</strong> aire que sí respiro.<br />

—¿Por qué me habla de esa manera? ¿Es para un programa de<br />

cámara oculta de la t<strong>el</strong>e o qué? ¿Dónde están escondidas las cámaras?<br />

—Conozco la existencia d<strong>el</strong> Programa Smith, d<strong>el</strong> Programa<br />

Ech<strong>el</strong>on, d<strong>el</strong> Programa NORAD y d<strong>el</strong> Programa Civilización, pero<br />

desconozco <strong>el</strong> Programa Cámara Oculta; estará r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> estado<br />

policial que se vive en estos tiempos. Mi maestro me ha persuadido de la<br />

exagerada vigilancia de civilizombis porque los dioses temen una<br />

reb<strong>el</strong>ión y se inventan mentiras y masacres para inspeccionar con lupa a<br />

sus esclavos; pero no creo que haya mayor interés en controlar este<br />

encuentro.<br />

La sospecha de que se tratara de una broma típica de guiones de<br />

t<strong>el</strong>erecursos con cámara oculta, hizo que <strong>el</strong> bombero empezara a guardar<br />

las apariencias. Se sabe que no se puede tratar a la gente con severidad<br />

porque no sólo es la consecuencia directa de la inseguridad d<strong>el</strong> ego sino<br />

porque si apareces por la t<strong>el</strong>e comportándote como un mamarracho, los<br />

espectadores pueden comprobar <strong>el</strong> talante real con <strong>el</strong> que se manifiesta <strong>el</strong><br />

susodicho ego. Así se rebajó provisionalmente la tensión y continuó la<br />

charla.<br />

—Señor escudero —dijo irónicamente <strong>el</strong> conductor— no soy<br />

militar, soy bombero. Estoy aquí porque tengo que estar aquí si quiero<br />

vivir; esperamos la aparición de un incendio para apagarlo. Como estos<br />

pinares conforman <strong>el</strong> entorno idóneo para la propagación d<strong>el</strong> fuego, La<br />

Comunidad ordena que estemos vigilantes y a la espera para actuar.<br />

—¿Y no sería más fácil evitar <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> fuego?<br />

—¿De qué me está hablando? —preguntó <strong>el</strong> bombero que volvía a<br />

alterarse—. Los políticos son los responsables de los incendios por<br />

acción u omisión y contra esos no se puede hacer nada; llegan al<br />

gobierno para estar sobornados, trapichear con censos e insalivar fama.<br />

276


Pero esto no tiene nada que ver con que mi paciencia se termine y no<br />

tengo por qué hablar con usted así que váyase a tomar por…<br />

—¡Téngase señor bombero que todavía no se ha resu<strong>el</strong>to <strong>el</strong> entresijo<br />

de las cámaras ocultas!; no se deje dominar por <strong>el</strong> ego que es lo que va a<br />

impedir que nos entendamos y serene su lengua antes de que los insultos<br />

le transporten a los infiernos. Estaba tranquilamente sentado y<br />

refrescado junto a mi maestro cuando a su aburrimiento se le ha ocurrido<br />

menear este artilugio unos metros de aquí para allá; seguro que como<br />

tantas otras cosas, este emb<strong>el</strong>eco autopropulsado no existe en la realidad<br />

real pero ¡qué fastidioso es aquí y ahora! Como no encuentro sentido a<br />

esta acción pero es enormemente molesta y altamente contaminante, es<br />

por lo que me he animado a preguntarle qué hace. ¿No nota <strong>el</strong> CO 2 que<br />

apesta <strong>el</strong> aire ni escucha la sirena que se impone a las aves?<br />

—No entiendo lo que está pasando —observó <strong>el</strong> bombero<br />

nervioso—. Seguro que un colega ha apañado este montaje con un<br />

Programa de la t<strong>el</strong>e que es <strong>el</strong> responsable d<strong>el</strong> lío; usted debe de ser uno<br />

de los desesperantes anzu<strong>el</strong>os que ponen para que te lo tragues todo. Así<br />

que voy a tomárm<strong>el</strong>o de cachondeo para que cuando salga en la t<strong>el</strong>e,<br />

nadie pueda apreciar mi despectiva reacción.<br />

—Señor bombero, no necesito hablar de las apariencias porque ya<br />

no es necesario saber que en Matrix, hasta los instintos son aparentes.<br />

Más bien quería preguntar por la emisión de ruidos y de gases. ¿Es<br />

consciente de lo que está haciendo?<br />

—Es mi trabajo —se defendió <strong>el</strong> conductor.<br />

—¿A qué trabajo se refiere, al de bombero o al de conductor?<br />

—Ahora tienes que saber hacer muchas cosas para trabajar porque<br />

hay que ahorrar mano de obra al sistema para que haya paro. Lo que no<br />

ha quedado resu<strong>el</strong>to con esta medida es lo que puede pasar si hay que<br />

estar con la manguera en la mano y mover <strong>el</strong> camión a la vez.<br />

—¿Reconoce que <strong>el</strong> ruido embota <strong>el</strong> entendimiento y que los gases<br />

de efecto invernadero colapsan la Atmósfera?<br />

—No me venga con charlas ecologistas que <strong>el</strong> horno no está para<br />

bollos.<br />

—A eso me refiero.<br />

—¿Al paro?<br />

—¡No!, a la extinción.<br />

—¿Pero de qué me habla? ¿Usted trabaja, tiene coche, una casa, se<br />

entretiene, hace turismo… o está parado?<br />

277


—Todavía no me he movido de donde estoy, pero la respuesta a<br />

algunos interrogantes es que no y a otros es que no lo sé. Acabo de<br />

aterrizar en la Civilización Tridimensional y desconozco si necesitaré<br />

usar parte o todo su progreso; si lo hago, soy consciente de que me<br />

convierto en cómplice d<strong>el</strong> saqueo de Madre Tierra.<br />

—Mire señor escudero, nunca me habían vacilado de esta manera; en<br />

la t<strong>el</strong>e se superan constantemente y ya no saben qué inventarse para que<br />

te tragues la broma. <strong>El</strong> trabajo es sagrado y no se debe pensar en lo que<br />

se hace ni en <strong>el</strong> porqué se hace porque lo más fácil es que si rechistas, te<br />

echen a la puta calle. Cuando digo que <strong>el</strong> horno no está para bollos es<br />

porque la amenaza de que te dejen en <strong>el</strong> paro sin un duro está tan<br />

presente que no me voy a parar a pensar en la cantidad de CO 2 que emite<br />

una herramienta de trabajo ni en <strong>el</strong> dolor de conciencia que provoque.<br />

—Quizá estemos diciendo lo mismo con distintas palabras. La<br />

amenaza de la extinción está tan presente que es lo que me hace afirmar<br />

que <strong>el</strong> horno no está para bollos; sustituirla por <strong>el</strong> miedo al paro es una<br />

insensatez. Pero para que compruebe que en algo estamos de acuerdo,<br />

afirmo como usted que <strong>el</strong> mundo audiovisual es de mentira e inventan lo<br />

que haga falta para tener atontados a los civilizombis.<br />

—¿Vu<strong>el</strong>ve a las andadas con los insultos?<br />

—No se lo tome de manera personal cuando me escucha decirlo e<br />

investigue por qué en las p<strong>el</strong>ículas les denominan esclavos, zombis y<br />

borregos.<br />

—Está bien; llámenos civilizombis inconscientes o como quiera<br />

hacerlo, me da igual.<br />

—Si acaso sería civilizombis subconscientes.<br />

—Así que <strong>el</strong> gañán ha salido doctor.<br />

—¡No, eso nunca! Lo que pasa es que si nos queremos entender,<br />

conviene que usemos las palabras sin lagunas epistemológicas.<br />

—Oiga, por la pinta que tiene no es normal que haga este tipo de<br />

afirmaciones que…<br />

—Es que las apariencias engañan.<br />

Afortunadamente, mientras que <strong>el</strong> sentido común acorralaba al ego<br />

d<strong>el</strong> bombego, sonó <strong>el</strong> móvil d<strong>el</strong> bombero al que atendió sin reparos.<br />

Mantuvo una conversación acalorada rociada de muchos «sí, cari»,<br />

«como quieras» y varios «te quiero». Mientras, Sancho dio una vu<strong>el</strong>ta<br />

alrededor de la motobomba para observar los detalles de la irrealidad; las<br />

ruedas eran tan altas como <strong>el</strong> escudero, tubos, cables, mu<strong>el</strong>les y depósitos<br />

278


conformaban la parte visible de un artilugio cuyo envoltorio era de chapa<br />

de color rojo. «¿Cómo es posible que todo esto sea irreal?» se preguntó.<br />

Después de escrutar <strong>el</strong> artilugio, volvió a plantarse en <strong>el</strong> mismo lugar en<br />

<strong>el</strong> que se había parado.<br />

Don Quijote observaba <strong>el</strong> diálogo desde la distancia y consideró que<br />

no era necesario intervenir. <strong>El</strong> escudero estaba lidiando con serenidad su<br />

primera corrida y no hacía falta consenso. Es mejor que Sancho se<br />

acostumbre a este tipo de encuentros en la tranquilidad d<strong>el</strong> monte y no<br />

entre <strong>el</strong> bullicio de la ciudad; si muchos vecinos mediaran en un debate<br />

con sus opiniones y pareceres, lo fácil es que aparezca la Crisis de la<br />

Muchedumbre que no atiende ni entiende nada con sentido común.<br />

¡Volvamos al diálogo que <strong>el</strong> civilizombi ha terminado con la llamada!<br />

—Era mi novia que habría querido que...<br />

—¿Es que se ha muerto?<br />

—¡No!, sólo hemos colgado.<br />

—No le estoy preguntando por lo colgado que deja <strong>el</strong> ego al vivir,<br />

pero dígame dónde está su novia a la que no he visto por ningún lado;<br />

no me irá a decir que no ha estado hablando sólo constantemente. Mi<br />

maestro me ha enseñado que en Matrix todo es aparente pero me<br />

imagino que una novia no puede ser virtual.<br />

—¡Tan docto para unas cosas y tan anticuado para otras! No me<br />

refería a las cibernovias que tengo guardadas en <strong>el</strong> ordenador, unas en los<br />

chats y otras en los juegos, sino a mi novia de verdad, la tía con la que<br />

paseo, proyecto y con la que también discuto; la tía que r<strong>el</strong>aciona mi<br />

f<strong>el</strong>icidad con la suya y a la que a veces supedito con la mía, la tía con la<br />

que intercambio fluidos. Realmente paso más tiempo con las ciber que<br />

con la otra e incluso a veces disfruto más con las virtuales; ¡ahora, las<br />

cosas son así, abu<strong>el</strong>ete! Con la pinta que tiene, no es seguro que sepa de<br />

lo que le estoy hablando aunque no parezca que tenga ni un p<strong>el</strong>o de<br />

tonto.<br />

—A ver si la novia va a ser como <strong>el</strong> trabajo, que es sagrada; a ver si<br />

no piensa en lo que está diciendo para evitar las calabazas. Y con<br />

respecto a lo d<strong>el</strong> intercambio de fluidos, fíjese que hasta una zombi dice<br />

en una p<strong>el</strong>ícula: «Empiezo a entender que no basta con intercambiar<br />

fluidos» porque se entera que es una forma indiscutiblemente robotizada<br />

de repartir <strong>el</strong> cuerpo o de intervenir en <strong>el</strong> amor. (Ver Un mundo f<strong>el</strong>iz). Es<br />

como admitir que juegan al «Mete Saca» en vez de decir que… (Ver La<br />

naranja mecánica).<br />

279


—¿Qué confianza tenemos para que me hable de mi vida personal?<br />

—¡Ninguna! y descuide que no nos vamos a dispersar. Sólo deje que<br />

le pregunte cómo ha conseguido hablar con <strong>el</strong>la si no ha sido a través d<strong>el</strong><br />

reiki.<br />

<strong>El</strong> conductor sacó <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono d<strong>el</strong> bolsillo y se lo mostró sin<br />

preguntar nada; debe de ser uno de esos que se lo saben todo y no<br />

necesita cuestionar lo que desconoce. Sabe d<strong>el</strong> Programa Smith, de<br />

Civilización, de las Torres, de la extinción, de dioses y esclavos; ¡lo sabe<br />

todo! porque tener un móvil y una t<strong>el</strong>e es suficiente para sentir que se<br />

sabe todo. Cuando dejas que te posea un t<strong>el</strong>éfono móvil o una t<strong>el</strong>e ¿para<br />

qué indagar por otros tipos de comunicación energética? Como no<br />

entendía lo que se esconde tras este aparatito ni nunca había concebido<br />

su utilización, Sancho no le hizo caso ni alabó que fuera de última<br />

generación; pero como es de suponer, flipó con que pudiera hacer fotos<br />

de todo lo que se veía por su pantalla. Este pormenor facilitó <strong>el</strong><br />

acercamiento de los contertulios ya que <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong> bombero se sintió<br />

satisfecho ante la ignorancia absoluta de Sancho y trasmitió una calma<br />

aparente a su poseedor. Sintiéndose más colegas, continuaron con su<br />

charla.<br />

—Imitas muy bien al personaje inmortal en <strong>el</strong> que te inspiras. Yo no<br />

he leído <strong>el</strong> Quijote porque es un libro muy gordo pero estoy seguro que<br />

respondes a la idea que todos tenemos d<strong>el</strong> escudero. Tu espléndida<br />

actuación es lo que me ha llevado a determinar que esto está r<strong>el</strong>acionado<br />

con algún espacio t<strong>el</strong>evisivo: ¿en qué trabajas, eres actor?<br />

Sancho recordó oportunamente la sugerencia de su maestro que<br />

exponía que no fuera esclavo de sus palabras; decidió aplicarla en este<br />

punto para no dar demasiadas explicaciones a quien tan bruscamente se<br />

había comportado. Se acordó de los conejos que mantienen una distancia<br />

respetuosa con los desconocidos y no hizo todas las aclaraciones que<br />

podría haber dicho. Mientras que Sancho recapacitaba sobre todo esto, <strong>el</strong><br />

bombero estaba esperando una contestación y repitió la pregunta: «¿A<br />

qué te dedicas?» Sancho todavía dudó un poco y finalmente respondió:<br />

«a vivir».<br />

—Todos sabemos que los actores son gentes d<strong>el</strong> vivir pero con esto<br />

no me respondes a la pregunta. ¿Eres actor?<br />

Después de lo que <strong>el</strong> escudero había escuchado sobre las mentiras,<br />

no quería dar una respuesta que no fuera real; decidió que la de actor era<br />

una profesión de provecho que otorga algunas escapatorias a situaciones<br />

280


comprometidas como esta. A veces, la posesión de subconsciente ayuda<br />

a encontrar respuestas aparentes; Sancho recordó que <strong>el</strong> éxito social se<br />

basa en ser alguien importante, como un actor. Al fin y al cabo había<br />

decidido ser <strong>el</strong> protagonista de su vida en menoscabo d<strong>el</strong> ego y la de<br />

actor podía ser una profesión tan buena como cualquier otra; además<br />

permite cierta independencia de horarios sin que los sapiens sospechen<br />

de este tipo de libertades. <strong>El</strong> sentido que <strong>el</strong> bombero diera a la palabra<br />

actor es una de las cientos de traiciones que provoca <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong> idioma.<br />

Lo que para unos se dice de una manera, para otros significa otra cosa; lo<br />

que para unos es auténtico, para otros es irreal. Sancho resolvió la<br />

pregunta.<br />

—Podríamos compartir que he decidido ser actor pero no de los que<br />

salen por la t<strong>el</strong>e. Prefiero ser protagonista real de la vida que actor de la<br />

apariencia audiovisual. Si queremos terminar con las consideraciones<br />

personales que pueden causar molestias, podríamos volver con lo que<br />

estábamos; hablábamos sobre si tiene consciencia de lo que hace desde<br />

que se levanta hasta que se acuesta o si más bien, realiza sus tareas<br />

automáticamente. ¿Ha pensado por qué trabaja o por qué tiene novia?<br />

—Sancho ¿tienes colegas? ¿De qué habláis, cómo os divertís?<br />

—Estoy recién llegado a este espacio y no recuerdo que conozca a<br />

nadie más que a mi maestro allí sentado —respondió Sancho señalando<br />

hacia don Quijote—. Con él hablo de cualquier cosa que surja y a veces<br />

me censura porque me disperso por las ramas en vez de acabar con los<br />

temas; nos divertimos estando juntos haciendo lo que sea: caminando,<br />

encontrando, dialogando, observando, descansando, comprendiendo,<br />

discutiendo... Paseamos por los días, dejamos que suceden ocurrencias y<br />

hechos y disfrutamos de los acontecimientos.<br />

—Parece que estuvieras enamorado.<br />

—Pues lo mismo; no sé que significado tendrá para usted este<br />

vocablo pero fíjese si nos queremos que somos uno, un alter ego <strong>el</strong> uno<br />

d<strong>el</strong> otro.<br />

—¿Eres gay?<br />

—¿Qué es eso?<br />

—¿Que si sois homosexuales? Hacéis una pareja perfecta y parecéis<br />

los personajes inmortales de <strong>El</strong> Quijote.<br />

—Pues claro que estamos con <strong>el</strong> mismo sexo.<br />

—No Sancho, ¿qué si sois maricones? Ahora se puede salir d<strong>el</strong><br />

armario y cada uno puede mostrar sus apetencias sin apariencias.<br />

281


—¡Por fin! ¿Debería preguntarle por la confianza que tenemos para<br />

que me pregunte por mi tendencia sexual? Usted es un sapiens curioso<br />

pero despreocúpese que ni tengo complejos ni intimidades de este tipo.<br />

Como está comprobando, no tomarse los comentarios de manera<br />

personal facilita <strong>el</strong> intercambio de palabras y no de fluidos.<br />

—¿Estás de acuerdo con la legalización de las uniones homosexuales<br />

o la adopción de niños por parte de este tipo de «matrimonio»?<br />

—¡No! Estoy totalmente en contra de la legalidad porque realmente<br />

no existe; pero ya era hora de que cada uno hiciera durante su vida lo que<br />

fuera menester o lo que <strong>el</strong> sentido común le aconseje sin reglas y sin<br />

controles, sin límites ni fronteras. A mi no me molesta que dos<br />

homosexuales se quieran y se casen; tiempo tendrán para divorciarse<br />

como <strong>el</strong> resto de los patrimonios. Documentar las r<strong>el</strong>aciones es un<br />

anzu<strong>el</strong>o, una manera de meterse de lleno en <strong>el</strong> sistema aunque por lo que<br />

dice, <strong>el</strong> colectivo gay ha demostrado que sabe reb<strong>el</strong>arse contra él. A<br />

menos que sea un montaje más como <strong>el</strong> feminismo y todo lo demás, los<br />

gays han ganado una batalla y tienen experiencia en la revolución de la<br />

EVOLución. Su pregunta me hace recapacitar acerca de una sugerencia<br />

que haré a mi maestro; don Quijote busca a un reb<strong>el</strong>de que esté<br />

legitimado por <strong>el</strong> sistema y no sabe dónde hacerlo. [Ver Salvador, Sophie<br />

Scholl, Los edukadores, Dersu Uzala.] ¿Cree usted que los homosexuales son<br />

reb<strong>el</strong>des potenciales?<br />

—Yo no sé nada de homosexuales —afirmó <strong>el</strong> bombero a la<br />

defensiva—. Más que un actor se podría decir que eres un alternativo<br />

que acepta a los demás sin meterse donde no le llaman<br />

—¿Es que hay otra forma de r<strong>el</strong>acionarse?<br />

—En fin escudero inmortal, tengo que volver junto a mi<br />

aburrimiento pero déjeme que le diga que pensaré en lo que me ha<br />

preguntado.<br />

—¿A qué se refiere? Hemos paseado por tantos temas que no sé la<br />

cuestión que ha traspasado su subconsciente para pasar al consciente.<br />

—Jamás me he preguntado por qué me levanto de la cama ni qué<br />

estoy haciendo con mi vida. Esto pertenece al capítulo de temas<br />

engorrosos y por eso se evitan en conversaciones y reflexiones. Nunca<br />

he pensado por qué trabajo o por qué tengo novia y siento cierto vértigo<br />

al apreciar que casi todo lo que hago es de manera mecánica. ¿Estaré<br />

robotizado de alguna manera?<br />

282


—La respuesta la encontrará por ahí, le está buscando y le<br />

encontrará siempre que lo desee. No se preocupe por los automatismos<br />

que le irán descubriendo poco a poco <strong>el</strong> poder ilimitado d<strong>el</strong><br />

subconsciente; a mi me pasa lo mismo. Para que no se le haga tarde, no<br />

tenga prisa por encontrar las respuestas pero si no toma una decisión, se<br />

va a hacer viejo demasiado deprisa. También podría preguntarse si<br />

realmente ha estado hablando con <strong>el</strong> Sancho Panza real, <strong>el</strong> escudero d<strong>el</strong><br />

Caballero don Quijote y no con una burda imitación.<br />

—¡Qué cosas dices colega! ¡Anda, apunta mi número de t<strong>el</strong>éfono y<br />

llámame cuando quieras! Eres un tipo inusual y he pasado un buen rato<br />

contigo. Te presentaré a mis colegas, a mi novia de verdad y tomaremos<br />

unas copas por La Zona.<br />

—Nunca me han interesado los números y menos desde que<br />

conozco que como <strong>el</strong> cero, ¡no existen! No sé si lo retendré porque mi<br />

memoria es blanda.<br />

—Seguro que sí porque es muy fácil de memorizar: 623 666 555.<br />

Piratearé las p<strong>el</strong>ículas que has mencionado para ver cómo plantean lo d<strong>el</strong><br />

intercambio de fluidos amorosos porque si es como me has dicho, todo<br />

lo que hago en mi vida está absolutamente equivocado. Esperaré a saber<br />

d<strong>el</strong> Quijote para cuando lo echen por la t<strong>el</strong>e porque lo de leer tantas<br />

páginas seguidas no es precisamente mi especialidad.<br />

—Pues que vuesa merced quede en paz.<br />

—Y vos id con dios —dijo <strong>el</strong> bombero sonriendo.<br />

Después de darse un apretón de manos, <strong>el</strong> bombero subió al camión<br />

pero no lo puso en marcha. Recogió algunas cosas y cerró la puerta al<br />

bajarse. Si visiona y entiende Un mundo f<strong>el</strong>iz, percibirá que sus r<strong>el</strong>aciones<br />

íntimas y su desprecio por la lectura coinciden con patrones de conducta<br />

que <strong>el</strong> «Departamento de Condicionamiento» de este mundo d<strong>el</strong> f<strong>el</strong>iz<br />

bienestar inculca en los civilizombis. Que no haya tenido la cortesía de<br />

presentarse —como <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> cura, <strong>el</strong> ama o la sobrina—, debe de<br />

ser fruto de la casualidad, de un descuido o de las exigencias d<strong>el</strong> guión.<br />

¿Cuál será <strong>el</strong> nombre de este personaje en la realidad de Matrix? Que en<br />

Un mundo f<strong>el</strong>iz sólo citen a Shakespeare debe de ser también fruto de la<br />

causalidad y que al jefe máximo le pongan <strong>el</strong> título de Controlador debe<br />

de ser porque es verdad.<br />

Esta sencilla quinteta<br />

se va a utilizar para explicar<br />

que si <strong>el</strong> bombero ha sido suficiente,<br />

saltaremos a los carpinteros<br />

para no empachar la mente.<br />

283


Que se afirme que Sancho ha conseguido desfacer este entuerto con<br />

éxito es por la «armonía» en general bajo la que se ha desarrollado. Que<br />

no se afirme que <strong>el</strong> bombero logre provecho d<strong>el</strong> encuentro es porque<br />

dependerá de su reacción por ahora desconocida. Si las consecuencias<br />

d<strong>el</strong> encuentro son momentáneas y la consciencia d<strong>el</strong> bombero sigue<br />

hibernada, será porque la corriente de Matrix recupera fácilmente su<br />

hegemonía, si son definitivas será porque <strong>el</strong> sentido común ha<br />

reconquistado a otro sapiens. <strong>El</strong> bombero se dirigió al puesto de<br />

vigilancia a comentar con los compañeros la insólita colisión; <strong>el</strong> escudero<br />

fue hacia <strong>el</strong> maestro que se disponía a continuar <strong>el</strong> rumbo. Sancho estaba<br />

excitado porque había tenido su primer contacto con un civilizombi que<br />

aunque sepa leer, no se puede asegurar que sea uno de los lectores con<br />

los que Sancho quería conversar.<br />

—¿Ha escuchado <strong>el</strong> diálogo?<br />

—¡No!, lo he observado.<br />

—¿Y se ha enterado de algo?<br />

—De que eres capaz de hablar con sapiens potencialmente agresivos<br />

y despacharlos ingeniosamente.<br />

—He dicho algo que necesito confesarle porque no sé si será una<br />

mentira de las que anulan la espontaneidad y retardan <strong>el</strong> funcionamiento<br />

d<strong>el</strong> microprocesador —se desahogó Sancho.<br />

—Habla tranquilo Sancho, que seguro que la sangre no llega al río.<br />

—La cuestión ha comenzado cuando no he sabido qué responder<br />

acerca de la profesión de mi ego. <strong>El</strong> bombero me ha dejado en bandeja la<br />

contestación y mi subconsciente ha hecho lo demás. Él pensaba que <strong>el</strong><br />

encuentro era un sketch que formaba parte d<strong>el</strong> Programa Cámara Oculta;<br />

no ha explicado su funcionamiento ni su porqué pero debe de ser un<br />

Programa de entretenimiento burlón. Este Programa necesita un<br />

gancho que se encarga de provocar situaciones comprometidas y a este<br />

anzu<strong>el</strong>o se le llama actor. Como no entendía que mi profesión es vivir,<br />

he aprovechado la insinuación de ser actor y lo he admitido; me he<br />

justificado pensando que he decidido ser actor de mi vida pero no sé si<br />

he actuado correctamente. ¿Soy realmente actor o <strong>el</strong> desentendimiento<br />

que produce <strong>el</strong> idioma puede justificar los dobles sentidos?<br />

—Mientras que este destino no colonice tu ego —resolvió <strong>el</strong><br />

caballero—, no des importancia a los recursos que te sacarán<br />

airosamente de más de un jardín en los que te metas. La mayoría te<br />

284


preguntará si estudias o trabajas y dentro de las posibilidades de<br />

esclavitud, querrán saber la especialidad con la que derrochas tu vida.<br />

Afirmar que eres actor de tu vida no es una mentira aunque todos los<br />

que te pregunten imaginarán que eres un titiritero que imita al escudero<br />

más famoso de todos los tiempos. Si estuviéramos en otra latitud te<br />

preguntarían por la tribu a la que perteneces o por <strong>el</strong> clan d<strong>el</strong> que<br />

provienes; aquí indagarán por la profesión que te esclaviza. Sienten un<br />

corporativismo injustificado y defienden sus quehaceres como si <strong>el</strong><br />

honor se ganara por la profesión.<br />

»Recuerda que Matrix es un sistema, Sancho; ese sistema es<br />

nuestro enemigo pero cuando entras ¿qué ves a tu alrededor?<br />

Hombres de negocios, profesores, abogados, carpinteros,<br />

bomberos. Las profesiones son lo de menos; lo que les convierte en<br />

civilizombis es <strong>el</strong> ego que les obliga a formar parte de ese sistema y<br />

eso hace que sean sapiens.<br />

—Si tan susceptibles son los profesionales actuales —dijo Sancho—,<br />

seguramente habría que especificar que <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> bombero ha<br />

sido casual y que no estamos generalizando sobre <strong>el</strong> cuerpo. Hemos<br />

tenido la experiencia con uno de <strong>el</strong>los que al final ha parecido mucho<br />

más enrollado de lo que se podría suponer. Los escuderos no somos<br />

susceptibles ni corporativos así que nunca he tenido que aclarar a mis<br />

colegas que la estima en uno mismo no depende de comentarios ajenos<br />

ni de la tarea que se haga.<br />

»Como no quiero parecerme al apaga fuegos que ni se entera ni le<br />

interesa enterarse de nada, necesito resolver unas palabras que parecen<br />

enigmáticas y seguro que tienen su sencillo porqué. Usted ha hablado de<br />

«La Base» y <strong>el</strong> bombero ha pronunciado «La Comunidad» y después «La<br />

Zona»; parecen vocablos típicos de servicios secretos, de terroristas o de<br />

enigmas sin resolver.<br />

—¡Qué va Sancho! La Base es un aeropuerto enclavado en <strong>el</strong> cercano<br />

pueblo de Torrejón de Ardoz que utilizan los aviones para aterrizar o<br />

despegar. Era un antiguo coto militar de los muchos que USA tiene<br />

diseminados por <strong>el</strong> mundo entero para controlar a las colonias y ahora lo<br />

usufructúan por la cara y por diversos motivos pero siempre bélicos,<br />

incluso cuando transportan ilegalmente a Guantánamo ciudadanos<br />

presuntamente p<strong>el</strong>igrosos.<br />

»La Comunidad es una institución que sirve para choricear impuestos<br />

y soberanía a los madrileños. Su presidenta sra. Aguirre lo ha convertido<br />

285


en otro coto en <strong>el</strong> que recalifica interesadamente terrenos, recobra<br />

comisiones por las obras, permite la tala ilegal de bosques para plantar<br />

césped para sus golfos y en general, mangonea a discreción junto a sus<br />

corruptos partidarios.<br />

»De La Zona no te puedo decir nada porque desconozco su<br />

significado. ¿En qué contexto lo ha utilizado?<br />

—Me ha dicho que saldríamos a tomar copas con los colegas y con<br />

«cari» por ese lugar. Cuanto más se dicen «te quiero» es cuando menos lo<br />

sienten.<br />

—Pues tú mismo lo has aclarado; la Zona debe de ser <strong>el</strong> espacio que<br />

la Carpeta Ocio d<strong>el</strong> Programa Civilización ha dispuesto para agrupar <strong>el</strong><br />

entretenimiento de los aburridos de Alcalá. Intenta descubrir los<br />

significados por <strong>el</strong> contexto y no quieras saberlo todo si no quieres<br />

arriesgarte a que <strong>el</strong> software se te quede colgado.<br />

—Por cierto ¿qué es un t<strong>el</strong>éfono móvil?<br />

—Es un artilugio que potencia la dispersión y facilita las<br />

enfermedades. Civilización tiene estrategias para impedir que los<br />

civilizombis estén tranquilos en alguna parte y con <strong>el</strong> móvil consiguen<br />

que estén en todos los lados y en ninguno a la vez. Los sapiens no se<br />

pueden concentrar en lo que están porque necesitan <strong>el</strong> móvil, necesitan<br />

saber si se acuerdan de <strong>el</strong>los o si tendrían algo más importante que hacer<br />

a lo que estén haciendo. Es un placebo que no mitiga <strong>el</strong> aburrimiento<br />

pero potencia la sensación de soledad patológica. Es una adicción más<br />

que provocará monos para los que no se han patentado terapias que<br />

supriman esta dependencia.<br />

»Depender d<strong>el</strong> Sistema es una astucia divina que provoca<br />

inseguridad; esta anima al miedo para que los virurregos no se salgan de<br />

la corriente impuesta. Pregunta a alguien si sería capaz de vivir sin un<br />

móvil junto a él, un invento que no tiene ni 20 años de historia y que se<br />

ha convertido en indispensable para poder vivir.<br />

»Dispersar es una estrategia imperial para que nunca se pregunten<br />

quiénes son ni sepan dónde están. Primero fue «Divide y vencerás»<br />

referido a las r<strong>el</strong>aciones entre <strong>el</strong>los; ahora es «Dispersa y controlarás»<br />

referido al vínculo que mantienen con <strong>el</strong>los mismos. Son batallas que<br />

pierde lo humano y que gana Matrix.<br />

—¿Podría hablar con Teresa Panza con ese t<strong>el</strong>éfono?<br />

286


—Estos aparatos están limitados por la tridimensionalidad d<strong>el</strong><br />

sistema. Se puede contactar dentro d<strong>el</strong> mismo espacio pero no pueden<br />

conectar con otro tiempo.<br />

—¡Pues menuda mierda de aparatos y qué molestos son!; sin meterse<br />

en lo contaminante que debe ser su fabricación, <strong>el</strong> precio<br />

medioambiental de las infraestructuras para su funcionamiento y en lo<br />

tóxico de su residuo. También me ha preguntado que si somos<br />

maricones y después ha dicho, un poco a la defensiva, que él no sabía<br />

nada de homosexuales. La homosexualidad puede ser una opción normal<br />

en algunos casos pero lo natural es la heterosexualidad. La atracción se<br />

produce entre polos complementarios y extraordinariamente, entre<br />

miembros d<strong>el</strong> mismo sexo. La homosexualidad se ha convertido en una<br />

moda más entre los aburridos sujetos. <strong>El</strong> bombero ha terminado<br />

preguntándose cuestiones básicas de la conducta que a él le parecían<br />

materias existenciales y seguramente cuando se tome la tercera copa en<br />

La Zona, farfullará alguna respuesta.<br />

—¿Alguna conclusión o análisis?<br />

—Pues no; me encuentro tan campante.<br />

Después de terminar con <strong>el</strong> entuerto d<strong>el</strong> bombero, los alter ego<br />

continuaron su andanza bajando por la cuesta.<br />

—Por la dirección que llevamos —dijo <strong>el</strong> escudero— nos dirigimos<br />

de nuevo a Alcalá.<br />

—Aunque se diga que todos los caminos conducen a Roma, no<br />

olvides que se trata de infinitas posibilidades.<br />

De nuevo <strong>el</strong> silencio se instaló en su pasear. La quántica puede<br />

resultar una primicia para Sancho y <strong>el</strong> traspaso dimensional no otorga<br />

necesariamente <strong>el</strong> entendimiento como para que los contenidos que<br />

plantea no necesiten su reflexión. Fuera por atraer a las infinitas<br />

posibilidades o sea por variar, <strong>el</strong> escudero se salió d<strong>el</strong> camino y se metió<br />

campo a través entre los pinos. La senda que traían desembocó en un<br />

camino principal que estaba compactado con más zahorra transportada<br />

desde otro lugar. La arcilla mojada por la lluvia provoca un barro que es<br />

incompatible con <strong>el</strong> estado de bienestar y por eso trasladan camiones de<br />

material calizo para que todo se revu<strong>el</strong>va de manera artificial. Sucede lo<br />

mismo cuando nieva y desparraman ton<strong>el</strong>adas de sal provocando que las<br />

montañas reciban un agua salada que es totalmente antinatural. ¿Se<br />

preguntará alguna consciencia adónde va a parar ese agua marina que no<br />

pega en <strong>el</strong> paisaje alpino ni con la resina de los pinos? <strong>El</strong> estado d<strong>el</strong><br />

287


ienestar se debería plantear que ton<strong>el</strong>adas de agua salada filtrándose por<br />

las montañas deben de causar un gran daño colateral. Agua dulce es lo<br />

natural y bastante tenemos con la lluvia acidificada como para<br />

empeorarlo aún más. No se ponen datos de las ton<strong>el</strong>adas de sal para no<br />

atragantar con tanta información pero cualquiera que quiera despertar,<br />

podrá comprobar <strong>el</strong> peso de la equivocación si sólo se equipara al de las<br />

ton<strong>el</strong>adas saladas desparramadas en la cabecera de los afluentes. En ese<br />

futuro que no existe porque Naturaleza está reaccionando ya, se verían<br />

sardinas desenlatadas nadando en los ríos en vez de sapos encantados<br />

por los hechizos de una bruja esperando a su princesita.<br />

<strong>El</strong> final de ese camino confluyó en la misma cuesta que traían que<br />

conduce a la antigua báscula que parece en desuso. <strong>El</strong> ruido de los<br />

coches estaba muy cercano y don Quijote se desvió por detrás de las<br />

naves para que Sancho se fuera acostumbrando progresivamente y no se<br />

espantara cuando viera a los latosos circulando a una v<strong>el</strong>ocidad<br />

inhumana. <strong>El</strong> ladrido de muchos perros competía con <strong>el</strong> jaleo de la<br />

carretera pero <strong>el</strong> estruendo no alteró al escudero. Se sentía pletórico por<br />

haber entrado en contacto con un lector, sólo en potencia, y aceptaba los<br />

estragos d<strong>el</strong> ruido con familiaridad.<br />

Cuando pasaron junto a la perrera, Sancho se enteró que <strong>el</strong> origen de<br />

los aullidos provenía de las jaulas en las que encarc<strong>el</strong>an a los perros por<br />

ser «malos». ¿Qué tribunal los condenará a cadena perpetua y por qué<br />

razones? A Sancho le entristeció <strong>el</strong> amontonamiento infernal de los<br />

canes enchironados y rehusó preguntar por <strong>el</strong> rugido de las máquinas. La<br />

desolación perruna le ha alcanzado y <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> camión le ha<br />

familiarizado con los automóviles; ya no se asusta ante su cercanía y<br />

esperemos que tanta confianza no le haga comportarse como un<br />

inexperto que puede jugarse la vida como no trate con muchísima<br />

precaución a los latosos.<br />

La pareja inmortal ha tenido que dar una gran vu<strong>el</strong>ta para no acudir a<br />

recursos literarios que puedan interpretarse como licencias para ahorrar<br />

explicaciones; don Quijote y Sancho han cruzado <strong>el</strong> río por <strong>el</strong> único sitio<br />

que Civilización habilita para <strong>el</strong>lo: <strong>el</strong> puente por <strong>el</strong> que pasa una estrecha<br />

acera y la carretera sobre la que circula <strong>el</strong> sacrosanto tráfico rodado.<br />

<strong>El</strong> auge de las urbanizaciones provoca una densidad de vehículos<br />

inadecuada para <strong>el</strong> caudal que permite la vía y los atascos se multiplican<br />

en horas punta pero también en momentos aleatorios d<strong>el</strong> día. Los<br />

alcaldes de los pueblos potencian <strong>el</strong> desmesurado desarrollo urbano por<br />

288


motivos personales, o sea, para r<strong>el</strong>lenarse los bolsillos con las<br />

<strong>el</strong>evadísimas comisiones que cobran a los constructores y que estos<br />

repercuten en <strong>el</strong> precio de las viviendas; por eso, los civilizombis se<br />

pasan la mitad de su vida hipotecados hasta las cejas para pagar las cuatro<br />

paredes bajo las que dormir y pasar los domingos porque <strong>el</strong> resto de la<br />

semana deben currar para pagar <strong>el</strong> interés d<strong>el</strong> crédito. Como este<br />

desarrollo se hace de manera descontrolada, ningún edil se encarga de<br />

prever los problemas que acarrea a los ciudadanos esta interesada<br />

especulación y aparte de pagar los desorbitados precios por la vivienda,<br />

tienen que sufrir de manera altruista los atascos que causan la<br />

imprevisión de los mandamases.<br />

Cruzar <strong>el</strong> río Henares por <strong>el</strong> puente d<strong>el</strong> Cementerio exige caminar al<br />

lado de los vehículos sin escudo ABM ni ninguna otra protección. Habrá<br />

que esperar a que atrop<strong>el</strong>len o maten a unos cuantos para que quien<br />

tenga las competencias, solucione este despropósito. Una vez en la<br />

ciudad, pasearon por las calles cuando <strong>el</strong> sol empezaba a anaranjar <strong>el</strong><br />

firmamento c<strong>el</strong>este y al poco rato empezaron a sentir la agitación de la<br />

población. A su alrededor han podido ver hombres de negocios,<br />

profesores, abogados, carpinteros, bomberos. Sancho miraba todo<br />

extrañado pero no asustado; coches, motos, camiones, autobuses,<br />

h<strong>el</strong>icópteros o aviones ya forman parte d<strong>el</strong> entendimiento d<strong>el</strong> escudero y<br />

pasear junto a él es más r<strong>el</strong>ajado. Semáforos, sirenas de ambulancias y de<br />

policías, pitidos y atascos, fueron los incidentes audiovisuales que<br />

acompañaron a la pareja hasta llegar a los alrededores de la Magistral.<br />

Cuando entraron en una de las calles a las que han restringido <strong>el</strong> tráfico<br />

de vehículos, Sancho se sintió r<strong>el</strong>ajado y retomó la palabra.<br />

—Me he fijado que <strong>el</strong> color de las luces de los semáforos es<br />

principalmente rojo o verde como me había dicho pero ¿qué significan?<br />

—En general, <strong>el</strong> rojo simboliza lo prohibido y <strong>el</strong> verde lo permitido;<br />

<strong>el</strong> naranja avisa d<strong>el</strong> cambio entre los colores y cuando está intermitente<br />

recuerda que se preste más atención a lo que se hace. Aunque la luz<br />

verde implica que tienes derecho a continuar, no te fíes de las apariencias<br />

y comprueba minuciosamente si todos respetan la norma para que no te<br />

alcance ningún percance.<br />

—También he observado torres de bloques que compiten en altura<br />

con la Magistral y conforme nos hemos acercado a la Concatedral<br />

rebajan su <strong>el</strong>evación.<br />

289


—Ahora somos demasiados habitantes y las viviendas se amontonan<br />

unas encima de las otras. Los dioses han decretado las soluciones para<br />

los trastornos que ocasiona la superpoblación; <strong>el</strong> hacinamiento urbano<br />

de sapiens en <strong>el</strong> mundo industrializado se soluciona con estos<br />

habitáculos para <strong>el</strong> descanso d<strong>el</strong> esclavo.<br />

Aparecieron tan rápido en la plaza de los Santos Niños que la<br />

novedad hizo que <strong>el</strong> silencio invadiera al escudero. Las casetas de madera<br />

que anoche estaban cerradas han abierto sus bocas y están llenas de<br />

libros y de vendedores. La plaza era un guirigay de niños corriendo,<br />

estudiantes apresurados, noctámbulos prematuros de viernes,<br />

compradores de libros y curiosos espectadores.<br />

Sancho se paró y después de observar un momento, dio la vu<strong>el</strong>ta y se<br />

encaminó hacia la puerta de la Magistral. <strong>El</strong> bullicio de la plaza debió<br />

echarle para atrás porque hasta <strong>el</strong> escudero sabe que dentro d<strong>el</strong> silencio<br />

de la catedral, al menos <strong>el</strong> mutismo se puede hallar. Pero como se<br />

pongan a evang<strong>el</strong>izar ¿entonces qué pasará con la paz?<br />

Cualquiera que conozca la Concatedral sabe que para acceder a su<br />

cobijo hay que traspasar unas puertas de vidrio. Cuando están tan<br />

limpios y no miras por dónde vas, lo más fácil es que de bruces te puedas<br />

dar. Después de un golpe descarado, Sancho dolorido se puso a quejar.<br />

—¿Es posible que igual que en <strong>el</strong> cine, también te den <strong>el</strong> palo cuando<br />

entras a la iglesia?<br />

—Pon atención por dónde pisas, porque la puerta de vidrio no es<br />

espejismo y te irás dando de cara con <strong>el</strong>las si no las abres.<br />

—¡De Vidriera! —exclamó <strong>el</strong> escudero aturdido—. ¿Dónde<br />

podríamos encontrar al licenciado? Me encantaría poder hablar con otro<br />

personaje de nuestra anterior dimensión. ¡Seguro que me r<strong>el</strong>aja!<br />

—¡Qué fácil es que cada uno escuche lo que quiera escuchar su<br />

cerebro o ponga la atención en donde su psique programada decida<br />

atender! Si dispersas la atención, puedes ser receptivo a unos aspectos u<br />

otros de la vida hasta <strong>el</strong> punto de oír lo que quieras escuchar y de<br />

estr<strong>el</strong>larte contra lo que no quieras ver. ¿Estabas escuchando Sancho o<br />

mirabas a la mujer de rojo?<br />

—Evidentemente… —dijo Sancho sin terminar mientras que salía la<br />

«mujer de rojo» vestida de domingo por la otra puerta.<br />

—Atiende a las puertas que como sabes, de una de <strong>el</strong>las depende <strong>el</strong><br />

traspaso dimensional.<br />

—Gracias por la advertencia. Lo tendré en cuenta.<br />

290


No se van a transcribir los pormenores de comentarios y<br />

reb<strong>el</strong>aciones compartidas dentro de este espacio porque se hallan bajo<br />

secreto de confesión y es necesario que se sepa lo prudente que es <strong>el</strong><br />

transcriptor con las cuestiones secretas y los arcanos divinos. Y además,<br />

sea por cortesía o sea por diplomacía, silenciar este diálogo es para que<br />

nadie d<strong>el</strong> personal se lo tome de manera personal; especialmente, los que<br />

su nómina dependa de <strong>el</strong>lo. Sólo se va a recordar que Sancho se ha<br />

olvidado de preguntar a la Iglesia cómo ha tenido tantos ovarios para<br />

echar a las mujeres <strong>el</strong> muerto d<strong>el</strong> pecado original.<br />

Después de visitar la Concatedral, se encontraron con una plaza más<br />

festiva. Las farolas recién encendidas y las casetas iluminadas clareaban la<br />

plaza para que se viera con nitidez lo que la consciencia o la atención<br />

decidan ver. Como está claro que todos atienden a lo mismo, la realidad<br />

creada es la vida que se desperdicia cuando se convierte en <strong>el</strong> reflejo de<br />

lo que se ve en un espejo. Deambularon en silencio por la plaza<br />

asimilando los ingredientes que se ofrecieron en la Magistral y fue<br />

durante este paseo cuando <strong>el</strong> escudero tuvo que digerir entre otras cosas,<br />

que sabía leer e incluso contar. Lo mantuvo en secreto de confesión<br />

porque no se lo quería creer.<br />

Demasiada gente amontonada provoca una sensación de cierta<br />

seguridad porque la muchedumbre es como un rebaño, que encuentra la<br />

confianza en ver cómo <strong>el</strong> resto se mueve en la misma irrealidad. <strong>El</strong><br />

silencio ac<strong>el</strong>era <strong>el</strong> paseo, no porque caminen deprisa sino porque aparte<br />

de las circunstancias, no hay nada que contar. ¿Para qué contar las<br />

circunstancias si cualquiera las puede saborear?<br />

Llegados a la calle porticada, la misma que ayer causaba tanta<br />

extrañeza en Sancho, continuaron caminando con tanto sosiego que de<br />

la integración d<strong>el</strong> escudero en <strong>el</strong> escenario de la artificiosa realidad de<br />

Matrix no hay nada nuevo que contar. Una gran diferencia es fácil de<br />

observar porque como si de un milagro se tratara, cientos de puestos<br />

alineados habían aparecido en este mismo lugar. De dónde han salido no<br />

es necesario aclarar porque todos sabemos que las apariencias son<br />

r<strong>el</strong>ativamente fáciles de montar. Como ya se sabrá, la ciudad de Alcalá<br />

c<strong>el</strong>ebraba <strong>el</strong> gran día de la falsificación bautismal y continuaba con su<br />

impostura medieval. Los artesanos se afanan tras las casetas colocando y<br />

recolocando toda la mercadería infinidad de veces, no se les llama<br />

feriantes por los disfraces tras los que justifican <strong>el</strong> aumento de los precios<br />

y también algunos desprecios.<br />

291


Se quejan de que los ayuntamientos timan, se quejan de que la<br />

organización abusa de <strong>el</strong>los pero lo hacen como todo <strong>el</strong> mundo sabe, sin<br />

querer atender con la importancia que tiene a lo que quemaban los nazis.<br />

Se arremolinan en pequeños círculos disidentes, claman dignidad entre<br />

alguna gente pero la real realidad real es que todos callan y consienten.<br />

La complicidad d<strong>el</strong> silencio no resulta un buen eximente cuando se<br />

trataba de justificar la incineración de cientos de miles de estigmatizados<br />

en la Alemania fascista d<strong>el</strong> siglo pasado; sin embargo, ahora también se<br />

justifican con <strong>el</strong> inexistente miedo para desampararse tras la misma<br />

complicidad d<strong>el</strong> silencio mientras que comprueban cómo un estado con<br />

Corona y Parlamento está quemando a todos los ciudadanos en vez de<br />

sólo a los estigmatizados o «sin pap<strong>el</strong>es». Seguro que algunos echarán de<br />

menos a algún dictador para que arregle los abusos d<strong>el</strong> democrático<br />

regidor de la Magistral e incluso de la pervertida organización.<br />

Llegó <strong>el</strong> momento de la entrada de la pareja inmortal en esta plaza<br />

d<strong>el</strong> anacrónico Mercado Medieval conocida con <strong>el</strong> nombre de Cervantes.<br />

¿Qué sensación obtendrá don Quijote entrando en una plaza que lleva su<br />

pseudo nombre? Como no manifiesta <strong>el</strong> subírs<strong>el</strong>e a la cabeza, vallamos<br />

con <strong>el</strong> anacronismo medieval que no es de oro ni es de ná.<br />

En plena decadencia d<strong>el</strong> Imperio Español, que dejó de robar todo <strong>el</strong><br />

oro d<strong>el</strong> planeta para pasar a unos piratas <strong>el</strong> control, surgió <strong>el</strong> personaje de<br />

Cervantes que es <strong>el</strong> responsable de la existencia d<strong>el</strong> Siglo de Oro. La<br />

Edad Moderna había comenzando así que la Edad Media se daba por<br />

despachada. Por mucho que lo quieran llamar Mercado d<strong>el</strong> Siglo de Oro,<br />

<strong>el</strong> atrezzo y las indumentarias son medievales porque es lo que abunda<br />

por los pueblos peninsulares. Llamar de oro a lo medieval contribuye a<br />

que la mentira se manifieste hasta en su aspecto más lúdico y se justifica<br />

porque los organizadores saben de este tipo de montajes y no se van a<br />

complicar la vida en ser coherentes a lo que ofrecen. ¡Total, si la gente se<br />

lo va a tragar igual! Publicitan siglo de oro, ponen lo medieval y a robar, a<br />

vender, a ganar y a callar. Lo de siempre.<br />

Sancho, que lo observaba todo y que parecía alucinado, cogió <strong>el</strong> hilo<br />

d<strong>el</strong> silencio y no lo rompía más que con <strong>el</strong> sonido de algún suspiro.<br />

Expresaba la sensación de que la realidad sobrepasaba a su comprensión.<br />

Prudente por las sugerencias de su maestro o esperando a que cogiera <strong>el</strong><br />

tono, fue <strong>el</strong> caballero <strong>el</strong> que comenzó a hablar con los tenderos. La gran<br />

ventaja de no tener dinero es que te da igual saber los precios y pones<br />

más interés en otros aspectos distintos al mercadeo. La gran desventaja<br />

292


de adorar al dinero es que en gran parte de los casos, casi todos si se pide<br />

precisión, si no va a haber negocio, no interesa la conversación. La charla<br />

apetitosa tiene que ver con <strong>el</strong> business y como los tenderos confunden a<br />

los imitadores con los reales, no se entretienen con la pareja inmortal a<br />

menos que no haya potenciales compradores. Pasaron por algunos<br />

puestos en los que eran despachados o desapreciados dependiendo de la<br />

prisa d<strong>el</strong> dependiente. Las consideraciones que se dijeron no son dignas<br />

de mención porque unos los confundían con los titiriteros especialistas<br />

en la imitación y otros atendían a los que mostraban interés por adquirir<br />

baratijas dejando plantada la conversación por un puñado de euros.<br />

También los hubo que disfrutaron con las ironías d<strong>el</strong> caballero y<br />

respondían con lucidez a comentarios extremos. De esos pocos se saben<br />

las quejas de que son vil y servilmente explotados. ¡Qué precios les<br />

cobran por cada metro cuadrado de puesto! En vez de casetas, parecen<br />

infraviviendas a precio de lujo. ¡Si Robin Hood levantara la cabeza…!<br />

Ver Bandits).<br />

<strong>El</strong> paseo instructivo se vio alterado por <strong>el</strong> cruce con los titiriteros a<br />

caballo y en mulo que imitan a la pareja inmortal como forma de<br />

buscarse la vida. Si se ha citado a Robin es porque si los caballeros<br />

actuales son anacrónicos imitadores que se limitan a repetir, habrá que<br />

poner la atención en los entuertos que la caballería de la Tabla Redonda<br />

pudiera desfacer. De lo que hizo Robin d<strong>el</strong> Bosque no queda constancia<br />

ni crónica pero cuenta <strong>el</strong> principio de una Historia que en <strong>el</strong> bosque de<br />

Serwood, un Caballero Andante se decidió no a decir sino a hacer, <strong>el</strong> que<br />

todos los beneficios que sólo se repartían entre los ricos, también les<br />

tocara a los pobres aunque fueran burgueses con sólo veinticinco años<br />

de hipoteca, o sea, pobres de solemnidad con <strong>el</strong> honorífico título de<br />

Burgueses. Las autoridades rebañaban con impuestos a todos los vecinos<br />

de los pueblos y de las villas para después de arrejuntada la pasta,<br />

prorratearla entre las multinacionales, los bancos y las aseguradoras.<br />

Robin exigía al gobierno de las autoridades que los impuestos d<strong>el</strong> pueblo<br />

serían para los d<strong>el</strong> pueblo; hipotecados hasta las cejas como están, no<br />

pueden con tanto despilfarro. <strong>El</strong> arreglito en un despacho por allí, unos<br />

r<strong>el</strong>ojes de oro por allá, coches oficiales a discreción y <strong>el</strong> derecho de<br />

pernada… ¡por favor!<br />

Si se levanta la cabeza de un Caballero Andante Cast<strong>el</strong>lano, se va a<br />

enterar hasta <strong>el</strong> mismísimo Robin Hood Britano que también <strong>el</strong>evará<br />

293


su… voz. Cuando Sancho vio a los actores que los imitaban, sacó la<br />

lengua d<strong>el</strong> habla callada y arremetió sin lanza pero sí con mucha labia.<br />

—Bendiga dios la tarde de estos clones impostores.<br />

—A las buenas —respondió <strong>el</strong> escudero imitador—. ¿Qué se le<br />

ofrece a este competidor?<br />

—Aclarar por qué usurpas mi lugar siendo yo tú y siendo tú mi<br />

imitador.<br />

—Bien empezamos. A mí me pagan por trabajar ¿y tú?<br />

—Yo no cobro para vivir ni presto mi vida para imitar la de otro. No<br />

sé cómo lo hago pero es mucho mejor que esclavizarse y callar. No<br />

tengo ni un maravedí pero lo prefiero a tener que sufrir. Además estoy<br />

vivo, igual que tú.<br />

Los caballeros se quedaron un poco distantes sin entrar en contienda<br />

observando cómo se desarrollaban los acontecimientos escuderiles; <strong>el</strong><br />

uno sentado a caballo y <strong>el</strong> real ecuánime y de pie.<br />

—Si no imitas a nadie ¿qué pintas así vestido? —curioseó <strong>el</strong><br />

imitador.<br />

—¿Qué te extraña si vas disfrazado de mí?<br />

—O tú de mí —petardeó <strong>el</strong> imitador.<br />

—¡Sancho! —interrumpió don Quijote—, <strong>el</strong>eva <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

parlamento y no contribuyas a que se quede a la altura de lo que sucede<br />

en una p<strong>el</strong>ea de chulitos en un patio de colegio, en una p<strong>el</strong>otera entre<br />

políticos en un salón de plenos o <strong>el</strong> cacareo de sus señorías en <strong>el</strong><br />

mismísimo Congreso.<br />

—OK mi señor. Recuerdo claramente que lo d<strong>el</strong> «y tú más» es lo<br />

típico de los políticos dicharacheros.<br />

—¿Qué has querido decir Sancho? —investigó <strong>el</strong> imitador.<br />

—Mi maestro me está intentando explicar cómo funciona esta<br />

versión de Matrix y me ha contado lo que se cuece en <strong>el</strong> congreso de los<br />

diputados. Las sesiones se convierten en psicoterapia de la barata en las<br />

que si uno dice «tú has robado» <strong>el</strong> otro le contesta «y tu más». Por cierto<br />

¿cómo aguantáis que esa panda de malandrines os cobre ese pastón por<br />

usurparos <strong>el</strong> poder?<br />

—Ya sé que para lo que hacen —confesaba <strong>el</strong> imitador—, sobraría la<br />

mitad de la mitad de los políticos cobrando la cuarta parte d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>do<br />

pero ¿qué quieres que hagamos?<br />

294


—Ahorrando <strong>el</strong> 75% de sus su<strong>el</strong>dazos, has borrado d<strong>el</strong> mapa a la<br />

misma proporción de los politicastros —cuantificó rápidamente<br />

Sancho—. ¿No estarás exagerando?<br />

—Para lo que hacen —insistió <strong>el</strong> imitador— si he exagerado ha sido<br />

por muy poco pero si lo calculo, a lo mejor aumento. La función de los<br />

políticos es mentir todo lo que dan de sí y robar todo lo que puedan<br />

durante cuatro años. Imponen a sus colegas y compañeros d<strong>el</strong> patio<br />

nombrándoles asesores <strong>el</strong>egidos a dedo para chupar más d<strong>el</strong> bote o<br />

como <strong>el</strong>los llaman, los presupuestos.<br />

—¿No se les conoce como funcionarios de libre designación?<br />

—Qué más da. Son los que se reparten <strong>el</strong> past<strong>el</strong> por la cara.<br />

—Eso se hacía en las orgías romanas.<br />

—Y en la actual democracia hispana también.<br />

—Con tanta libre designación ¿para qué valen los funcionarios de<br />

carrera?<br />

—No sé, dicen que para estar de baja.<br />

—Están en su perfecto derecho.<br />

—Por supuesto —aceptó <strong>el</strong> imitador— pero alguien tendría que<br />

controlar <strong>el</strong> descontrol de la nación. Si no lo hacen <strong>el</strong>los a los que se<br />

supone independientes de los desmanes de los políticos ¿quién lo va a<br />

hacer?<br />

—Los de siempre: ¡<strong>el</strong> pueblo soberano que decida no querer meter<br />

mano! Es quien lo tiene que hacer. Sois especialistas en echar <strong>el</strong> muerto a<br />

otros. ¿Por qué tienen que ser los inspectores de carrera y no vosotros?<br />

—Pues te repito ¿qué hacemos?<br />

—Reb<strong>el</strong>aros, expresar que estáis al margen de su idiotez; decid que<br />

os habéis despertado y exigid que no os traten así.<br />

—¿Quieres decir como a idiotas?<br />

—Pon la palabra que quieras. Don Quijote me ha explicado esta<br />

actitud indolente que caracteriza a demasiada gente. Al parecer,<br />

muchísimos ciudadanos estáis muy mosqueados con <strong>el</strong> lío que está<br />

formado. Hay más ciudadanos despiertos que están aletargados que<br />

aletargados que siguen sin querer despertar.<br />

—¿No es lo mismo?<br />

—No es lo mismo no saber que sí saber —especificó <strong>el</strong> escudero sin<br />

entrar a la trágica obviedad—, que subvencionen a los bancos que os<br />

mantienen la vida hipotecada, que despilfarren en idioteces, que<br />

295


malversen los fondos públicos y que los fondos reservados se los llevan a<br />

saco… Muchos lo sabéis y todos os calláis. ¿Por qué tragáis tanto?<br />

En vista de que <strong>el</strong> imitador no decía nada, Sancho atacó por otro<br />

frente:<br />

—Ya conozco <strong>el</strong> silencio condescendiente que caracteriza a los<br />

borregos; tragar y callar son los dos mandamientos de la ley de dios en<br />

los que se resume la machista (por lo de la sucesión) Constitución; así<br />

que pasemos a nuestro parlamento anterior. ¿Sois clones?<br />

—Somos actores.<br />

—Esa respuesta me suena porque se la di a un bombero. ¿Para qué<br />

nos imitáis si estamos los originales?<br />

—¡Venga ya Sancho! —comentó escépticamente <strong>el</strong> imitador—. A mi<br />

me llaman Urbano ¿y a ti?<br />

—Sancho.<br />

—¡Qué casualidad! Qué suerte tiene don Quijote que te puede llamar<br />

igual…<br />

—Qué despistado estás. ¿Eres consciente de que te comportas como<br />

un clon?<br />

—Ahora estoy actuando.<br />

—¿Con ahora te refieres a ahora?<br />

—Bueno —admitió Urbano— no en este momento pero sí a antes y<br />

a después.<br />

—¿Y crees que eres capaz de saltar de una realidad a otra con tanta<br />

facilidad?<br />

—No te entiendo.<br />

—Pues que no se te colapse la mente que es muy temprano para<br />

estar anocheciendo. Me refiero a que si eres capaz de diferenciar cuándo<br />

estas actuando de cuándo no lo estás haciendo.<br />

—Me imagino que sí.<br />

—¿Te has parado a sentirlo?<br />

—Tú eres filosófico o te comes demasiado al tarro. Cuando estás<br />

trabajando, no te planteas esas cosas porque no tienes tiempo y lo que<br />

necesitas es dinero.<br />

—La casualidad no existe; piensa en la causa de este encuentro y<br />

plantéate si eres un clon o se te ha secado <strong>el</strong> seso. Adiós.<br />

Los dos currantes d<strong>el</strong> jefe<br />

de la más famosa cuadrilla<br />

d<strong>el</strong> corredor d<strong>el</strong> Henares,<br />

296<br />

de la Mancha y de Andalucía,<br />

han decidido después<br />

de la partida de naipes


en vez de irse a casa<br />

tomarse una cerveza más<br />

para después en <strong>el</strong> cine entrar.<br />

Al otro lado de la plaza<br />

hay tres salas de cine<br />

que <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> gran cardenal<br />

tuvieron cuando no había crisis.<br />

Allí fueron nuestros currantes<br />

sin saber lo que iban a hacer<br />

porque lo dañino de estar borracho<br />

es que se va la cabeza mogollón.<br />

Estaban un poco pispados<br />

de chutes de alcohol blanco<br />

y sin saber bien <strong>el</strong> porqué<br />

la entrada han comprado<br />

a lo primero que han acertado.<br />

No tenían ni pajolera idea<br />

de la p<strong>el</strong>i que iban a ver<br />

pero como les gusta mucho <strong>el</strong> futuro,<br />

<strong>el</strong> subconsciente les ha guiado<br />

donde su atención les ha llevado.<br />

<strong>El</strong> guión d<strong>el</strong> film realmente<br />

es de rabioso presente<br />

pero lo presentan tan camuflado<br />

que <strong>el</strong> más listo es un despistado.<br />

A ver Matrix se han metido<br />

los dos sudamericanos<br />

por los comentarios que hacían<br />

y <strong>el</strong> tono con <strong>el</strong> que discutían,<br />

<strong>el</strong> uno era colombiano<br />

y <strong>el</strong> otro seguro que argentino.<br />

Si <strong>el</strong> uno alardeaba orgulloso<br />

de su fútbol ¡ché! y s<strong>el</strong>ección nacional,<br />

<strong>el</strong> otro se pavoneaba hinchado<br />

d<strong>el</strong> narcotráfico internacional.<br />

Aunque eran amigos de tajo<br />

y de Madre Tierra coterráneos,<br />

inmigrantes desempap<strong>el</strong>ados<br />

o sin pap<strong>el</strong>es para otros,<br />

escucharles hablar al volumen<br />

desmedido con que se gritaban<br />

podría parecer que era<br />

una trifulca muy conflictiva<br />

en vez de una tarde de juerga<br />

solidariamente compartida.<br />

<strong>El</strong> chovinismo aparece<br />

sin que se enteren los que lo esgriman<br />

y así no se puede hablar<br />

ni d<strong>el</strong> tiempo ni de tonterías.<br />

Al empezar la p<strong>el</strong>ícula Matrix<br />

su sensurround se silenció<br />

muy afortunadamente,<br />

comenzando un argumento<br />

que sus mentes pispadas de alcohol<br />

es difícil que lo pillen al vu<strong>el</strong>o<br />

porque hay que estar concentrado<br />

en vez de emborrachado.<br />

Poco después de comenzar<br />

a vomitar imágenes santas<br />

que salen de una sábana blanca<br />

sin que nadie sepa <strong>el</strong> porqué,<br />

otros espectadores que habían<br />

aterrizado de pronto en la sala,<br />

se pusieron a hablar tan alto<br />

que los sudamericanos increparon<br />

sin cortarse un cacho.<br />

Para eso tienen sus derechos:<br />

para que no molesten en la sala<br />

y para estar borrachos también.<br />

Así los dos metecos<br />

en dipsonante coro se unieron<br />

para soltar berridos y tacos<br />

que se dicen igual en su idioma.<br />

En otro lugar de este tocho<br />

aparecerán por causalidad<br />

los palabros que esos tíos<br />

soltaron a la pareja inmortal.<br />

Sin dar la oportunidad a escuchar más palabras, <strong>el</strong> escudero cogió las de<br />

Villadiego. Algunos no diferencian la Ley de la Atracción de la Ley d<strong>el</strong><br />

297


Capricho porque no diferencian la realidad de la ficción. Algunos<br />

confunden la Ley de la Atracción con la casualidad porque ni saben ni<br />

controlan las ondas que sus pensamientos están emitiendo. Atraemos<br />

todo lo que nos está sucediendo y cuando estamos dispersos porque<br />

somos víctimas d<strong>el</strong> propio ego y toda su ficción, nos sorprende<br />

ingratamente nuestro descontrolado presente. Un vinito o un porrito, un<br />

cubata o un piquito, un Prozac o un Sumial, una raya o un mete-saca, un<br />

rezo o un bostezo, funcionan tal y como la ciencia ficción de mediados<br />

d<strong>el</strong> siglo XX profetizó que sucedería en este tiempo actual de la<br />

desolación: una pastillita de Soma y a seguir simplemente subsistiendo.<br />

Nos sentimos abandonados cuando nos consideramos víctimas de lo<br />

que hemos rechazado; que haya sido subconscientemente no exime de la<br />

generación de esas ondas cerebrales que <strong>el</strong> Cosmos percibe y además<br />

concede. Nadie nos abandona, es la consecuencia de los pensamientos<br />

impostores que a menos que se controlen, jamás nos abandonan. ¿Será<br />

esta la razón por la que la moda de vivir single se ha impuesto?<br />

Urbano se plantea tan poco que <strong>el</strong> paciente escudero se ha cansado<br />

pronto. Da lo mismo que sea un zombi o que sea un clon pero<br />

desperdiciar los encuentros causales, es un lujo que algún día se percatará<br />

de que no se pueden desaprovechar. Hay momentos, experiencias o<br />

encuentros irrepetibles, <strong>el</strong> Cosmos sólo los pone una vez en la vida.<br />

Los dos caballeros se despidieron cortésmente con la mirada y sin<br />

cruzar más palabra, los impostores siguieron montados en su apariencia y<br />

los de a pie desaparecieron entre <strong>el</strong> bullicio de la gente que tan afanados<br />

como estaban con <strong>el</strong> mercadeo, no repararon en la corta conversación.<br />

La cara que se le quedó al escudero imitador es la misma con la que se<br />

queda cualquier persona que está flipada.<br />

—¿Qué te ha pasado Sancho?<br />

—Que <strong>el</strong> encefalograma plano me ha cansado —respondió<br />

secamente <strong>el</strong> escudero—. Ni se plantea <strong>el</strong> ego ni conoce la Ley d<strong>el</strong><br />

Karma. No se detiene a sentir la realidad de Matrix porque sólo<br />

manifiesta un apego brutal al dinego y además, porque trabaja, dice que<br />

no puede pensar. Casualidad, confusión, subconsciencia… Un<br />

civilizombi típico. ¿Qué hace ese tío imitándome?<br />

—Está ganándose <strong>el</strong> pan —informó suavemente don Quijote.<br />

—Pues qué poca profesionalidad. Un cualquiera puede estar esclavo<br />

con <strong>el</strong> arte. En vez de pan, debería cobrar mendrugos.<br />

298


—Quizá Sancho, quizá le paguen mendrugos. Después de los<br />

pataleos que has escuchado de los que se sienten explotados, cualquier<br />

limosna se puede esperar.<br />

—¡Qué indignidad!<br />

—Mientras que le salga <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que tiene que interpretar, la gente no<br />

necesita saber la esencia d<strong>el</strong> actor. Si vieras cómo maltratan a los<br />

personajes femeninos de las tragedias de Shakespeare en las<br />

representaciones actuales… Con lo enamorado que me tiene Isab<strong>el</strong>. No<br />

entienden nada y <strong>el</strong> arte se confunde con la morralla.<br />

—Para eso está la SGAE, para que la esterilidad artística se<br />

subvencione con <strong>el</strong> canon digital.<br />

—Sic transit gloria mundi.<br />

—Deje de citar no sea que le cobren los derechos de autor —ironizó<br />

<strong>el</strong> contrariado escudero—. ¿Podrá ser que cobren hasta por estornudar?<br />

Lo mismo ya han inscrito esa patente.<br />

—Serénate Sancho y deja de desbarrar. Lo que ha sucedido es sólo<br />

un encuentro más. Investiga si te lo estás tomando más personal por<br />

encontrarte a un clon que sólo sabe mal imitar tu filiación. Ha descrito a<br />

los políticos de manera real.<br />

—Esto es precisamente lo que puede molestar, que sea uno de los<br />

miles de despiertos dormidos; empiezo a entender que pueden ser más<br />

dañinos que los dormidos que no se quieren despertar.<br />

—Quizá aparentan que están despiertos pero realmente no lo están.<br />

—Ya estamos a cuestas con la psicopatía global. En <strong>el</strong> lenguaje<br />

moderno existe un vocablo específico conocido como debunkers:<br />

agentes infiltrados que canalizan oscuramente a los posibles despiertos<br />

para que sigan dormidos. Ofrecen una información atractiva mezclada<br />

con mensajes subliminales capaces de cegar a los que se querían<br />

despertar. Hay despiertos dormidos y dormidos aletargados y también<br />

debe de haber algunos dormidos que se han despertado. Don Quijote,<br />

Robin Hood o Cide Hamete son tres Caballeros Reb<strong>el</strong>des que despiertan<br />

después de unos años. ¿Hay algún despierto más?<br />

—Un tipo que habla tan claro de los políticos —añadió don Quijote<br />

volviendo al imitador— no puede estar tan dormido como para no<br />

enterarse de que existe Matrix, «<strong>el</strong> Sistema».<br />

—Pues explíqueme para qué valen los despiertos que siguen<br />

dormidos y en qué se diferencian de los que se obstinan en seguir<br />

aletargados<br />

299


—Esperan a un líder y quizá no se ha sabido explicar<br />

—contemporizó <strong>el</strong> caballero—. Sé cariñoso porque sin él, no vas a<br />

conseguir nada en tus parlamentos con los civilizombis. Son tiempos<br />

difíciles por oscuros y por atascados. La gente necesita algo para<br />

reaccionar<br />

—Algo para despertar, algo para reaccionar, algo para actuar… ¿Y<br />

qué más quieren?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o al Caballero Alcor —zanjó don Quijote.<br />

—Yo lo tengo muy claro: De la realidad de Matrix no quiero ni <strong>el</strong><br />

rabo.<br />

La int<strong>el</strong>igencia artificial había decidido que las farolas se hubieran<br />

encendido durante <strong>el</strong> parlamento entre reales y clones y al mercado<br />

medieval se le vio <strong>el</strong> plumero artificial. Bajo los toldos y las lonas de los<br />

puestos se corrobora la sumisión al comercio <strong>el</strong>éctrico y no se puede ver<br />

ni un candil, un quinqué o cualquier otra iluminación más acorde con <strong>el</strong><br />

atrezzo de la representación. Las v<strong>el</strong>as encendidas son reclamos<br />

publicitarios para que la gente las compre y no para que vea. <strong>El</strong> soniquete<br />

lejano de los tunos llamó la atención d<strong>el</strong> escudero que atraído por las<br />

m<strong>el</strong>odías y la rondalla, dirigió sus pasos hacia la música que atronaba. Al<br />

girar la dirección que llevaban, pasaron por <strong>el</strong> puesto de un tallista y<br />

atraídos por la mutación que sus manos hacían en la madera, se pararon<br />

un rato a observar las obras. La originalidad expresiva de las imágenes<br />

captaron la atención de la pareja pero <strong>el</strong> artesano debía de estar en Babia<br />

porque allí no comparecía nadie. Es curioso observar la obra de un<br />

tallista y que <strong>el</strong> susodicho no aparezca. <strong>El</strong>eva la categoría d<strong>el</strong> escultor que<br />

no necesita <strong>el</strong> aplauso constante d<strong>el</strong> público porque se escaquea de su<br />

esclavitud.<br />

Llegaron al origen de las musiquillas y los tunos eran los<br />

responsables de la algarabía. Voces sobrepuestas, instrumentos<br />

desafinados y pulsos desacompasados caracterizaban <strong>el</strong> ruido que salía de<br />

aqu<strong>el</strong>la cacofonía. Sin prestar atención especial al caos auditivo, <strong>el</strong><br />

escudero dijo al caballero:<br />

—Tantas cosas coinciden con <strong>el</strong> mundo que conozco que a veces no<br />

sé cuándo estoy y dudo d<strong>el</strong> dónde estamos. Esos son los tunos ¿no?<br />

—Es evidente Sancho, la chapuza siempre ha sido igual —corroboró<br />

<strong>el</strong> caballero.<br />

—Entonces ¿estamos en la realidad de Matrix o en la realidad real?<br />

300


—Si lo dices por la chapuza, esta siempre se refiere a la realidad de<br />

Matrix. La realidad real es armónica y silenciosa.<br />

—Eso ya lo sabía aunque lleve tan poco tiempo saboreando la cutre<br />

realidad de Matrix pero ¿por qué no responde?<br />

—¿Qué tiene que ver esa dicotomía con los tunos?<br />

—En la universidad Cisneriana de Alcalá también hay tunos.<br />

¿Cuándo estamos? Si es nuestro momento, ahora mismo voy a<br />

interactuar contra esta realidad pero si estamos en otro momento…<br />

—¿Es que no acabas de ver cómo han encendido las luces? Estamos<br />

cuando siempre, en <strong>el</strong> Multiverso Paral<strong>el</strong>o de la realidad real que se<br />

impone con <strong>el</strong> nombre de Matrix.<br />

—Especifique cuál.<br />

—En <strong>el</strong> siglo XXI.<br />

—Entonces a observar porque aquí la gente no se va a reb<strong>el</strong>ar. No sé<br />

que me pasa en esta salida que no me ubico en <strong>el</strong> tiempo con claridad.<br />

Hay cosas que se repiten y cosas que siguen igual, sólo han cambiado<br />

algunos detalles de la misma triste realidad.<br />

—Estamos en la realidad de Matrix d<strong>el</strong> zapatero —describió <strong>el</strong><br />

caballero— de las cuentas corrientes, d<strong>el</strong> cine y de unas cuantas cutreces<br />

más.<br />

—¿Qué pintan los tunos en <strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> bienestar?<br />

—La herencia d<strong>el</strong> pasado mantiene algunos patrones de<br />

comportamiento que no implican que todo sea igual.<br />

—Explíquese.<br />

—Los tunos que tú conoces, son estudiantes pobres que se pagan los<br />

estudios cantando coplillas por diferentes lugares y los tunos que ves son<br />

estudiantes tan pudientes como los demás que entretienen su<br />

aburrimiento gritando que su ego sabe canturrear.<br />

—No me puedo creer que pudiendo hacer nada, se tengan que<br />

entretener haciendo estas monadas. O la vida es ahora muy, pero que<br />

muy cansina o la tontería está más extendida de lo que pueda parecer.<br />

—Pregúntales.<br />

—Es que después d<strong>el</strong> anterior encuentro no sé qué hacer —desvió <strong>el</strong><br />

escudero—. Mire que si están tan descerebrados como los clones…<br />

—Inténtalo —retó <strong>el</strong> caballero.<br />

—Qué va —rechazó finalmente Sancho—. Este mundo actual está<br />

lleno de emb<strong>el</strong>ecos que para qué hablar con los que los comparten si son<br />

mentiras solamente. Mientras que vuesa merced hablaba con los<br />

301


tenderos, he escuchado que algunos reafirman que se sienten bien con su<br />

esclavitud porque… ¡Qué más da <strong>el</strong> porqué! Seguramente, ni lo saben ni<br />

lo sabré y he preferido desconectar de sus divagaciones. Sin embargo hay<br />

otros que están hartos de sentir que les explotan y que están<br />

esclavizados.<br />

—Pero si no interaccionas con la realidad —insistió <strong>el</strong> corporativo<br />

caballero— no habrá parlamentos que escribir que inmortalicen nuestra<br />

salida en la transcripción definitiva.<br />

—Es demasiado pronto, bastante tengo con no dispersar las dos<br />

onzas de entendimiento como para ocuparme de los problemas d<strong>el</strong><br />

transcriptor. No sé lo que se va a transcribir pero con lo que he hablado<br />

con <strong>el</strong> clon, a mi no me queda para nadie más por hoy. La realidad de<br />

Matrix es muy aburrida porque cuando todos están cortados con <strong>el</strong><br />

mismo patrón, las sutilezas de cada uno se pueden entender igual a las<br />

d<strong>el</strong> montón. Estoy harto d<strong>el</strong> montaje y estoy harto de la representación.<br />

Si ni los tunos son los tunos ¿para qué hablar con más peña, para r<strong>el</strong>lenar<br />

un guión?<br />

Un pequeño silencio se hizo hasta que Sancho dijo a continuación:<br />

—¿Qué más tenemos que hacer aquí?<br />

—Si quieres nos vamos al cine.<br />

—¿Para qué?<br />

—Para estar callados y terminar de ver la p<strong>el</strong>ícula con la que ayer te<br />

atragantaste.<br />

—Más que con la p<strong>el</strong>ícula, no sé si me atraganté con la sala o con <strong>el</strong><br />

traspaso dimensional así que como sugiere, lléveme hasta allí porque creo<br />

que por aquí, no hay mucho más que hacer. La gente es lo de siempre y<br />

por lo que veo…<br />

—Pues volvamos hacia <strong>el</strong> lado de la plaza de donde veníamos para<br />

desde allí coger la calle Mayor; aprovechemos para ver los otros puestos<br />

hasta que la p<strong>el</strong>ícula comience la sesión.<br />

La sesión que va a comenzar<br />

en este contexto es habitual,<br />

por la puerta <strong>el</strong> marido ha entrado<br />

sabiendo la que se puede liar.<br />

La habilidad de este empresario<br />

que vendiendo motos es<br />

especialista y títere a la vez<br />

ha sido bastante previsora<br />

302<br />

y se ha parado en <strong>el</strong> camino<br />

a comprar un ramo de flores<br />

y una mini caja de bombones.<br />

Con tal pasaporte diplomático<br />

que ser podría también un farol<br />

pensaba desmontar en un rato<br />

<strong>el</strong> pifostio que solo ha montado<br />

por hacer caso a su ego querer.


La esposa le estaba esperando<br />

con los pantalones de cuadros<br />

y la sonrisita d<strong>el</strong> marido<br />

se la ha pasado por los ovarios.<br />

«¿Con esto me quieres callar,<br />

con lo mismo de todas las veces?<br />

¡Métet<strong>el</strong>os por <strong>el</strong> culo<br />

y dime con quién has estado!»<br />

Si más original hubiera sido<br />

podría haber hecho otro efecto<br />

pero de cualquier forma se nota<br />

tranquilidad chicha en ese tío;<br />

pensará que va por buen camino.<br />

La mujer de su vida vomitó<br />

todo lo que había fermentado,<br />

de tanto darle muchas vu<strong>el</strong>tas<br />

se marean desde las propias<br />

hasta las ajenas ideas.<br />

Esta daltónica realidad<br />

llena de tantas contrariedades<br />

entreteje una red neuronal<br />

que se arraiga tan fuertemente<br />

que los mismos que la padecen<br />

afirman que se puede tratar<br />

de una sinestesia perenne<br />

de la que no se pueden escapar.<br />

Realmente no son conscientes<br />

que ni existe <strong>el</strong> dolor de mu<strong>el</strong>as<br />

pero la gente más corriente<br />

que piensa demasiado con la mente<br />

disfruta jodiendo al de enfrente<br />

por lo que decían: ¡Diente por diente!<br />

Ahora hay que explicarles<br />

que esa moda es d<strong>el</strong> pasado<br />

y si les gusta tanto <strong>el</strong> progreso<br />

¡es una gran contradicción!<br />

Lo mismo a quien se lo explique<br />

le dan un nuevo premio Nob<strong>el</strong><br />

por su didactismo callejero<br />

que aclare hasta <strong>el</strong> mismo presidente.<br />

¿Qué nombre tendría <strong>el</strong> premio,<br />

cuál sería su especialidad?<br />

<strong>El</strong> listo que tenga la facultad,<br />

<strong>el</strong> talante, <strong>el</strong> valor ¡y con cariño!<br />

que tome ahora mismo la palabra<br />

y que se como él solo <strong>el</strong> marrón.<br />

Comprobemos qué es lo que sucede<br />

en la escena d<strong>el</strong> repetido culebrón<br />

que se titula «Diente por diente»<br />

y termina con lo mismo de siempre.<br />

Una vez vomitado <strong>el</strong> regü<strong>el</strong>do<br />

la mujer se ha quedado serena<br />

y ha seguido contando<br />

«las pericias de nuestro hijo».<br />

Hay que timar a una decisión<br />

antes de que su caprichoso carácter<br />

de ese niñato que su hijo es<br />

termine con al paciencia<br />

de Job <strong>el</strong> de la ballena<br />

o ¿fue este un otro y Jonás?<br />

Junto a unas pocas de carantoñas,<br />

unos besos y algún «¡Te quiero!»<br />

se fue disolviendo <strong>el</strong> conflicto<br />

hasta que algo previsible asomó<br />

y es <strong>el</strong> más cru<strong>el</strong> de los presentes<br />

porque se le llama futuro:<br />

«No volverá a pasar<br />

nunca por siempre jamás».<br />

Así nunca se puede fallar<br />

porque al hablar de lo inexistente<br />

siempre se podrá repetir<br />

la misma cancioncita de siempre<br />

sabiendo que es mentirijilla<br />

y que no hay por dónde cogerla.<br />

Otra cosa que no tiene fallo<br />

ha sido otra expresión habitual<br />

que dice demasiado fácil<br />

«Yo me encargaré d<strong>el</strong> niñato»<br />

aunque lo estén haciendo muy fatal.<br />

«¿Por qué no se encargará ahora<br />

y lo deja pa’mañana otra vez»<br />

piensa tantas veces la mujer que<br />

madre y esposa son las tres a la vez.<br />

Esta santísima trinidad<br />

303


que posee la feminidad<br />

no se ha mimado suficiente porque lo<br />

han derivado a otra santísima y loca<br />

divinidad.<br />

De los doce añitos que tiene<br />

<strong>el</strong> insoportable bambino F<strong>el</strong>isín<br />

ya sabe la madre de sobra<br />

que tres son los años que lleva<br />

escuchando la misma cantin<strong>el</strong>a<br />

por quien como muchos otros niños<br />

sufren trastorno de hiperactividad<br />

con intermitentes crisis de ansiedad,<br />

de tanta azúcar que les dan<br />

en chocolate, golosinas y demás<br />

que les explota hasta por la cabeza<br />

y a algunos les sale por las cejas.<br />

Aunque ustedes sí lo sepan<br />

<strong>el</strong> empresario ni podía sospechar<br />

<strong>el</strong> postre que tenía preparado<br />

su mujer ¿y amiga y amante?<br />

Desde hace unas horas y también<br />

su todavía señora y mujer<br />

se ha quedado en <strong>el</strong> paro<br />

porque a la crisis le gusta joder.<br />

<strong>El</strong> apoyo que le prestó <strong>el</strong> marido<br />

cuando se enteró de su exprofesión<br />

y las cuentas que hicieron a ojo<br />

para chapotear ante esta ¿puntual?<br />

insostenible situación fatal<br />

fue diluyendo la ira,<br />

desdichas, <strong>el</strong> odio y la aversión,<br />

304<br />

para juntarse en un abrazo<br />

«¡Ya verás cómo iremos mejor!»<br />

Ese futuro primordial<br />

para que todo siga igual,<br />

insistente hasta la zafiedad<br />

por sostenerse en una vaguedad<br />

es un arma de los dioses<br />

que utilizan sibilinamente,<br />

porque ¡no estar! en este Presente<br />

es un absurdo muy fuerte<br />

aunque todos se agarren a él<br />

porque sus presentes sean...<br />

como fueren o decidieran ser.<br />

Hay muchísima diferencia<br />

entre <strong>el</strong> estar de Shakespeare y <strong>el</strong> ser<br />

y si alguien no lo supiera<br />

que siga más ad<strong>el</strong>ante<br />

por si no dicho todavía se halle.<br />

A algo que no existe están<br />

los zombis más que reatados,<br />

<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de que los desatare<br />

gran desatascador será.<br />

Lo bueno que tiene esta escena<br />

es que a veces termina con dulzor<br />

y después de una bronca tan buena,<br />

de una cena tan sintética,<br />

con postre de gran bombón<br />

y unas copitas de cava o champagne,<br />

se han ido directos a la cama<br />

a hacer algo que termina por ....ar.<br />

Para algo más de sí podría haber dado la conversación pero <strong>el</strong> escudero<br />

debe de estar cansado con tanta gente alrededor. Pasearon en silencio a<br />

lo largo de los tenderetes sin que <strong>el</strong> mutismo que mantuvieron permita<br />

reseñar algo digno de atención. <strong>El</strong> montaje está tan claro que los<br />

intercalados encuentros que mantuvieron no necesitan ni de la más<br />

mínima mención. Si a estas alturas todos saben lo que los civilizombis<br />

son, dejemos que se lleguen hasta <strong>el</strong> cine para no abundar en lo<br />

consabido ni en la alusión. Una vez en la puerta de entrada, hasta los más


pasotas tienen que tratar con dios y de la insignificante colisión,<br />

dejaremos cuenta a continuación.<br />

—No sé cómo quieren que les salude porque <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> día<br />

aconseja decir buenas noches pero por los convencionalismos sociales,<br />

buenas tardes es como toca saludar —dijo <strong>el</strong> caballero al taquillero.<br />

—Salude usted como quiera porque <strong>el</strong> caos horario actual impide<br />

que nadie sepa cuál es la realidad —indicó cortésmente <strong>el</strong> taquillero—.<br />

¿Qué se les ofrece?<br />

—Queríamos ver la p<strong>el</strong>ícula pero estamos sin un duro —dijo<br />

Sancho.<br />

—Sin un euro habrá querido decir —puntualizó <strong>el</strong> taquillero.<br />

—¡Qué más da si la realidad impone una moda que cambia sin parar!<br />

—dijo <strong>el</strong> escudero—. ¿Sabía usted que euro es una transformación de<br />

Ebro?<br />

—No.<br />

—Pues fíjese porque es muy fácil —masterclasseó Sancho—.<br />

Seguramente sepa que la «b» y la «v» se han ido alternando unas veces y<br />

otras se ha mantenido; también sabrá que la «u» y la «v» muchas veces se<br />

han confundido. Pues cambie convenientemente y llegará a la misma<br />

conclusión.<br />

—¿No es esto arrimar <strong>el</strong> ascua a la sardina?<br />

—Sólo cambia una letra y están tan cerca que se podría decir que es<br />

lo mismo. Entre duro y euro sólo cambia una letra también.<br />

—Pero no tiene la misma explicación —se percató <strong>el</strong> sagaz<br />

taquillero.<br />

—¿Quiere que me ponga doctor?<br />

La mirada d<strong>el</strong> taquillero aceptaba la invitación así que Sancho<br />

resumió <strong>el</strong> sermón.<br />

—En La lozana andaluza se escribía «cibdad» en vez de «ciudad» y se<br />

sabe que Iván, Ibán o Juan es lo mismo.<br />

—Entonces, ¿Pablo y Paulo también? —preguntó <strong>el</strong> atónito<br />

taquillero.<br />

—Como Ebro y Euro —ratificó Sancho.<br />

—Se nota que eres de otro tiempo, ¡qué especialización!<br />

—Esto te pasa por leer sólo cast<strong>el</strong>lano cutre d<strong>el</strong> moderno. <strong>El</strong> caso es<br />

que no tenemos dinero y que qué hacemos.<br />

—No sé —dudó <strong>el</strong> taquillero mientras que ponía otras letras a su<br />

nombre—. ¿Qué queréis hacer?<br />

305


—Pues debido a la crisis d<strong>el</strong> momento, pagar nada por ver la p<strong>el</strong>ícula<br />

es lo mejor que se puede hacer.<br />

<strong>El</strong> taquillero puso cara de estar en un dilema pero lo resolvió en un<br />

santiamén. Debe de tener <strong>el</strong> microprocesador rápido y amplio porque ni<br />

se le ha atascado ni colapsado. O quizá está enfrascado en su nuevo<br />

apodo. Si aquí todos lo tienen ¿por qué él no va a tener otro?<br />

—Pasen señores y vean —invitó <strong>el</strong> taquillero— porque habiéndome<br />

regalado materia para pensar más de un rato ¿qué pegas les voy a poner?<br />

La comprensión d<strong>el</strong> taquillero es digna de mención porque lo normal<br />

que pasa en la vida es que cualquiera se convierta en un guardián d<strong>el</strong><br />

Sistema. Vigilan todas las puertas, tienen todas las llaves y parece<br />

que se les va <strong>el</strong> alma si no inspeccionan escrupulosamente a los demás<br />

aunque sepan lo absurdo que es <strong>el</strong> montaje. <strong>El</strong> puesto fronterizo que<br />

separa la realidad con dios estaba franqueable y la pareja pasó la raya de<br />

la fiscalidad sin pararse a acomplejar por los prejuicios morales. Seguro<br />

que además, no pasar por <strong>el</strong> omnipresente control de dios que se<br />

presiente tras <strong>el</strong> cristal blindado no les causa <strong>el</strong> más mínimo pesar.<br />

Cualquiera que quiera conocer la p<strong>el</strong>ícula no tiene más que verla.<br />

Cualquiera que quiera entender algunos detalles que se le puedan escapar<br />

es por lo que está leyendo ¿Qué es Matrix? así que abreviaremos para no<br />

cargar la Odisea ni su exégesis que queda más de la mitad que contar.<br />

La salida d<strong>el</strong> cine coincidió con <strong>el</strong> cierre d<strong>el</strong> mercado y en las calles<br />

de Alcalá se podía respirar con algo más de paz. Cogieron <strong>el</strong> paso hacia<br />

su lugar de descanso y <strong>el</strong> silencio de la tarde se prolongó a la noche.<br />

Sancho está más sereno y se maneja con familiaridad en esta nueva<br />

realidad pero es de entender que necesite tiempo para digerir y<br />

metabolizar y también para meditar, que es lo fundamental.<br />

Decidieron dormir en <strong>el</strong> mismo sitio porque puestos a descansar<br />

¿qué más da <strong>el</strong> lugar? No da exactamente igual pero si es conocido y se<br />

ha experimentado la tranquilidad, hoy no va a hacer falta variar. Sin<br />

disolución de la silenciosa continuidad, lo único que se pronunciaron<br />

fueron unas palabras de Sancho que debió recordar de algún antecesor o<br />

sucesor, dependiendo d<strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que se ubique al escudero.<br />

—Se puede engañar a algunos todo <strong>el</strong> tiempo y a todos algún<br />

tiempo, pero no se puede engañar a todos todo <strong>el</strong> tiempo —dijo Sancho<br />

antes de dormir.<br />

A lo que respondió otro presidente: «Aqu<strong>el</strong> que no vea que en la<br />

tierra se está llevando a cabo una gran empresa, un importante plan en <strong>el</strong><br />

306


cual colaboramos como siervos fi<strong>el</strong>es, está ciego» y añadió: «La era de las<br />

postergaciones, de las acciones ineficaces, de las medidas paliativas y<br />

desconcertantes, de las dilaciones, está llegando a su fin. En su lugar,<br />

estamos entrando en un período de consecuencias». W. Churchill<br />

también. ¿Que cuándo decía esto este señor? En 1936.<br />

—Pues ¡cómo está la cosa! 75 años después —dijo Sancho sin que<br />

sepamos si estaba dormido, despierto o en un déjà vu—. La era sigue<br />

igual de llegando a su fin pero ya hemos entrado de lleno en <strong>el</strong> período<br />

de las consecuencias.<br />

Aunque no sea precisamente a dormir, vamos a imitar <strong>el</strong> descanso<br />

d<strong>el</strong> escudero no sin antes reafirmar que ha llegado <strong>el</strong> tiempo en <strong>el</strong> que se<br />

acaba de engañar. Descansad profundamente para que la energía d<strong>el</strong><br />

despertar corte para siempre con la hibernación mental.<br />

La noche pasó tan silenciosa como la tarde y algunos estertores se<br />

confundían con <strong>el</strong> croar de los sapos cancioneros que se niegan a<br />

hibernar. ¿Serán príncipes embrujados que no quieren seguir aletargados?<br />

Si las princesas pasearan por las riberas, reconocerían <strong>el</strong> croar de su ser<br />

amado pero como deambulan por los palacios, se quedan sin su amado<br />

todo <strong>el</strong> año. Sancho durmió profundamente porque necesitaba<br />

recuperarse de tanta novedad.<br />

—Y anocheció y amaneció —dijo <strong>El</strong> Génesis—: día tercero. [Ver<br />

Génesis 1,13.]<br />

Durmió tanto y tan largo que <strong>el</strong> mediodía se le echó encima sin que<br />

la luz de la estr<strong>el</strong>la Sol y <strong>el</strong> ruido fatal de Matrix alteraran su sueño. Don<br />

Quijote le dejó que reposara porque sabe que es esencial; cuando<br />

escuchó que se desperezaba, no interrumpió <strong>el</strong> silencio que reinaba en <strong>el</strong><br />

entorno. Tanta paz sumergió a Sancho de nuevo en otro trato con <strong>el</strong><br />

sueño o quizá, con la meditación o la reflexión. Así pasó más de un rato<br />

que fue tan largo, que <strong>el</strong> astro rey de este sistema est<strong>el</strong>ar cercano<br />

comenzó a declinar. Que no se escuchara la respiración de Sancho es por<br />

lo que se puede suponer que estaba meditando o estaba reflexionando y<br />

después de tan largo trato, sus efectos deberían aparecer.<br />

La Ley d<strong>el</strong> Karma es universal y nada ni nadie escapan de su<br />

influencia; nos podemos traicionar a nosotros mismos pero a <strong>el</strong>la no se la<br />

puede engañar. La Ley de la Atracción es universal y tampoco se la<br />

puede mentir; no se atrae nada que se quiera mientras que la atención<br />

esté dispersa en otras materias aunque uno crea que atrae lo que sea.<br />

307


Estando todo tan claro y siendo tan fácil su comprensión, ¿por qué <strong>el</strong><br />

hombre es <strong>el</strong> único animal que cae dos (o más) veces en la misma piedra?<br />

La agradable temperatura templaba cada átomo de aire y empalmar <strong>el</strong><br />

sueño con la siesta se puede convertir en lo que más apetezca. Si alguien<br />

lo quiere comprobar, que se deje acariciar solamente por la brisa<br />

templada de cualquier lugar; así que ¡olvídense de pensar! Rápidamente<br />

sabrá lo sabroso que es sestear. Pero si no se despabila <strong>el</strong> escudero, <strong>el</strong><br />

discurso se puede acabar así que cabalmente se despertará para que nos<br />

saque d<strong>el</strong> karma de tener que crear.<br />

—Para que compruebe los efectos d<strong>el</strong> tiempo —dijo Sancho de<br />

pronto— no le voy a preguntar por la actualidad aunque parezca que<br />

haya pasado una eternidad.<br />

—Sin duda que has descansado ¿seguro que quieres despertar?<br />

—En algún día se tendrá que estar hoy.<br />

—Buen augurio trae <strong>el</strong> destino que ha comenzado este día como<br />

mejor ha sido imposible<br />

—¿Cómo así?<br />

—Durmiendo.<br />

—Ausentémonos a la villa más grande de entre las conocidas y que<br />

llaman Alcalá de Henares —sorprendió Sancho.<br />

—¿Ausentémonos de dónde?<br />

—De’r campo mi zeño’ ¿de’ondiba a ze’? —dijo <strong>el</strong> alegre escudero.<br />

—¿Quieres compartir la realidad de Matrix? —reconfirmó <strong>el</strong><br />

caballero andante.<br />

—No se lo puede imaginar —retó <strong>el</strong> escudero—; me siento mejor<br />

imposible, ¡hoy sí que vamos a despachar!<br />

—Parece que te refieres a pedazos de pan.<br />

—No se vaya por las ramas que hoy no cu<strong>el</strong>a <strong>el</strong> despachar a sus<br />

anchas. Se puede utilizar r<strong>el</strong>acionándolo con mendrugos o panes si se<br />

refiere a los ciudadanos que admiten tales despachos, pero también se<br />

pueden despachar asuntos reales y es a lo que nos podemos referir.<br />

—Esta palabra puede tener dos comprensiones… —decía <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Y las dos son reales. Los despachos reales son algo tan vulgar que<br />

a nadie pueden escandalizar pero despachar a ciudadanos de carne y<br />

hueso sí se debería erradicar y si además están vivos aquí en la realidad<br />

real, seguro que no lo van a aceptar.<br />

—No sé si entremezclas las cosas o si estás emocionado.<br />

308


—¿Quién decide si estamos en la realidad de Matrix o en la real si<br />

están sucediendo simultáneamente? ¿Por qué vamos a estar sólo en la<br />

realidad de Matrix?<br />

—¿Piensas que se puede saltar de una realidad a otra con tanta<br />

facilidad?<br />

—Una decisión vale más que mil palabras pero nadie se la cu<strong>el</strong>a a la<br />

Ley de la Atracción. No se puede querer estar constantemente en ambas<br />

realidades, o quieres estar en una o quieres estar en la otra.<br />

—¿Recuerdas que <strong>el</strong> escudero imitador pensaba que se puede saltar<br />

fácilmente de una personalidad a otra?<br />

—Perfectamente.<br />

—¿Y crees que se puede saltar fácilmente de una realidad a otra?<br />

—No lo sé, soy un lego en la materia. Pero si saboreas la realidad<br />

real, no quieres volver a la de Matrix<br />

—Por que lo dices tú.<br />

—¡No!, porque lo dicen en Matrix.<br />

—¿Qué quieres decir, misterioso escudero?<br />

—No volveré ¿verdad? —indagó <strong>el</strong> neoscudero.<br />

—No pero si pudieras ¿querrías hacerlo? —desvió Mor Feijote.<br />

—Como ya sabrá, no hay respuesta, por algo será.<br />

—<strong>El</strong>emental querido Watson —dijo <strong>el</strong> alter ego de Sancho—. Es<br />

una de las muchas ventajas de las p<strong>el</strong>ículas, que se pueden permitir estos<br />

lujos sin respuesta.<br />

—Pues aprovechémoslo e imitémosles es esto también.<br />

—¡Qué en serio te tomas las p<strong>el</strong>ículas!<br />

—Como todo hijo de vecino. En las p<strong>el</strong>ículas se dice cómo manda<br />

dios que sean las cosas y dejan más preguntas sin responder de las que<br />

contestan. ¿Cómo no voy a hacerles caso?<br />

—¡Cómo arrimas <strong>el</strong> ascua a tu sardina!<br />

—Sí —aportó Sancho— como decir eso es diferente cuando se<br />

estima conveniente; ahora estimo ni responder para no atraer a la Ley d<strong>el</strong><br />

Karma.<br />

Este pequeño aperitivo le valió al escudero para desperezarse de tan<br />

larga ausencia que desaparece cuando <strong>el</strong> día se enamora de su declinar.<br />

Puesto de pie y como si tuviera ganas de marcha, reaparece Sancho en<br />

acción dispuesto a comerse <strong>el</strong> mundo. Tan inmortal como <strong>el</strong> alter ego<br />

real, <strong>el</strong> escudero nos va a poner a escribir y sea porque <strong>el</strong> que se tenga<br />

que trabajar es lo que pospone <strong>el</strong> karma de crear o si <strong>el</strong> karma de tener<br />

309


que trabajar es omnipotente y prevalece sobre todos los demás, me toca<br />

poner la atención en lo que se va a despachar entre los dos inmortales<br />

para no cargar con <strong>el</strong> Karma de Crear.<br />

¡Qué f<strong>el</strong>iz es la vida alegre!<br />

Cuando la aversión se ha disu<strong>el</strong>to,<br />

se mete entonces por las rendijas<br />

de los que aun saben que existe<br />

<strong>el</strong> omnipotente poder d<strong>el</strong> amor<br />

y las sabrosas caricias ¡qué ricas!<br />

¡Esto sí que da la riqueza!:<br />

la mutación que hace <strong>el</strong> amor,<br />

que convierte cualquier desdicha,<br />

pena, desgracia o tristeza<br />

en una explosión atractiva<br />

que desemboca en excitación<br />

y lo que mola de esa emoción<br />

es su irrefrenable acción.<br />

<strong>El</strong> marido está arrepentido<br />

de la ludópata e irreprimible pasión<br />

que tiene por lo que es un juego<br />

que si hay dinerito por medio<br />

es mucho más que mejor.<br />

Sin decir <strong>el</strong> porqué a la gente,<br />

siente vergüenza de lo que siente,<br />

cuando esa adrenalina se mete,<br />

siendo tan light y descafeinada,<br />

corriendo por sus duras venas<br />

porque están muy nicotinizadas.<br />

<strong>El</strong> currante se ha levantado<br />

<strong>el</strong> primero extraordinariamente<br />

para preparar <strong>el</strong> café con zumo,<br />

las tontadas y los churros.<br />

La mantequilla está aparte<br />

por si sólo quiere merm<strong>el</strong>ada,<br />

pero previamente ha mezclado<br />

con un cucharón de polisacáridos<br />

<strong>el</strong> aguachirri que tiene <strong>el</strong> color<br />

que tienen los mismos mulatos.<br />

Ese azúcar tan venenoso,<br />

tan refinado y tan goloso,<br />

y fundamental por las mañanas<br />

310<br />

para empezar <strong>el</strong> día con dulzor,<br />

aparte de ser sintético<br />

<strong>el</strong> azúcar y <strong>el</strong> dulzor,<br />

es una pandemia mortal<br />

que tiene atrapada a la gente<br />

sin saber por qué se sienten<br />

tan horrorosamente mal.<br />

Todo estaba cong<strong>el</strong>ado<br />

o metido en envase higienizado<br />

con las fechas de caducidad vigentes<br />

no sea que toda esa mierda<br />

encima esté obsoleta<br />

y produzca «sin querer» su digestión<br />

una explosión de tristeza<br />

una diarreica salmon<strong>el</strong>osis<br />

o vaya usted a saber <strong>el</strong> qué.<br />

Tienen los civilizombis<br />

tanta confianza y fe<br />

en lo que ofrece <strong>el</strong> Sistema<br />

y la realidad de Matrix también,<br />

que nunca se replantean<br />

qué están haciendo con su vida,<br />

qué se meten por su boca<br />

y por qué se cagan poco después.<br />

Tendrán que reaccionar cuando sea<br />

si lo consideran su menester<br />

y no a golpe de cafeína láctea<br />

sino con un poco de cordura<br />

y por supuesto, sentido común.<br />

Antes de llevarla <strong>el</strong> desayuno,<br />

ha hecho la visita d<strong>el</strong> médico<br />

pasando por <strong>el</strong> dormitorio d<strong>el</strong> niño<br />

un instante muy pequeño.<br />

Después de comprobar con la mano<br />

si tenía fiebre <strong>el</strong> bendito,<br />

tranquilizado porque su querido hijo<br />

dormía como un ang<strong>el</strong>ito,<br />

ha vu<strong>el</strong>to a por <strong>el</strong> desayuno


que sobre la bandeja había dejado<br />

pensando de la crisis en pasado<br />

sin saber que lo bueno aún<br />

todavía no ha comenzado.<br />

Tampoco sabía <strong>el</strong> padre<br />

que la tranquilidad de la noche<br />

de blanco y negro satén<br />

disfrutada junto a su consorte,<br />

no se debía para nada<br />

a ninguna mejoría física<br />

sino más bien y en realidad<br />

a que <strong>el</strong> nene había olvidado,<br />

sus penas, tiranía y lloriqueo<br />

debido a uno de los maleficios<br />

que ha patentado <strong>el</strong> progreso.<br />

<strong>El</strong> video juego se ha encargado<br />

de que olvide <strong>el</strong> picor d<strong>el</strong> que dice<br />

que da la puta casualidad<br />

que cuando no está jugando con la wii<br />

es justo cuando insoportable se hace.<br />

La psique da tanto <strong>el</strong> coñazo<br />

por algo que realmente no existe<br />

que no merece la pena seguir<br />

insistiendo en lo afirmado:<br />

no existe ni <strong>el</strong> dolor de mu<strong>el</strong>as;<br />

bueno, si algo se pudiera matizar<br />

no sería para explotar <strong>el</strong> victimar.<br />

Si quieren hacer un experimento<br />

no tienen más que hacerlo:<br />

Pongan a algún quejicoso<br />

a hacer lo que más les apasiona<br />

y verán con sorpresa perhaps<br />

que <strong>el</strong> dolor, la pena y la queja<br />

desaparecen tan pronto d<strong>el</strong> mapa<br />

en tan sólo <strong>el</strong> tiempo que tarde<br />

en cargarse en la wii <strong>el</strong> programa.<br />

Así disfrutó la pareja<br />

de un desayuno f<strong>el</strong>iz<br />

sin saber que no había mejoría<br />

sino que <strong>el</strong> nene de los cojones<br />

se había pasado la noche<br />

insomne con la wii<br />

y naturalmente ahora dormía<br />

como un áng<strong>el</strong> bendito<br />

porque no le pasa nada<br />

más que en la escu<strong>el</strong>a se ha contagiado<br />

de una picante varic<strong>el</strong>a<br />

por tener un sistema inmunitario<br />

deprimido de tanta azúcar,<br />

y de la grasa de las hamburguesas<br />

con conservantes y aditivos sintéticos<br />

que hacen que los nutrientes<br />

se conviertan en comida basura.<br />

Mientras que <strong>el</strong> bambino dormía<br />

[tranquilo<br />

los papás disfrutaban engullendo<br />

un desayuno prefabricado<br />

porque hasta <strong>el</strong> pan ya es industrial.<br />

De fondo tenían en la t<strong>el</strong>e<br />

la reposición d<strong>el</strong> rosa programa<br />

que ayer no pudieron disfrutar<br />

por la bronca que se montaron<br />

y que tan bien acabó al final.<br />

Es un contexto diferente<br />

que la luz d<strong>el</strong> día estropea<br />

porque hay cosas que si se ven por la noche<br />

entran con más suavidad<br />

que si se empieza <strong>el</strong> día por tragar<br />

junto a una comida basura<br />

la asquerosa t<strong>el</strong>ebasura.<br />

<strong>El</strong> despertar mañanero<br />

los tiene más despiertos<br />

y no han podido soportar<br />

tanta porquería junta<br />

optando por apagar<br />

lo que <strong>el</strong> gobierno les embute<br />

con interés infernal<br />

para que sus encefalogramas<br />

sigan planos y no se planteen<br />

ni la esclavitud d<strong>el</strong> alma<br />

ni tampoco la de verdad.<br />

Les ha venido muy bien<br />

desconectarse de la t<strong>el</strong>e<br />

porque se han zambullido<br />

311


en una océano de caricias,<br />

de besos y de amores<br />

que los ha dejado sedados<br />

312<br />

en un sueño matinal<br />

que es de los que más se disfrutan<br />

por la paz con la que están.<br />

—¿Qué tal se encuentra? —preguntó Sancho desafiante.<br />

—No sé si tan bien como vos.<br />

—Demasiado críptico se aparece cuando <strong>el</strong> día decide llegar a su fin.<br />

Le noto algo triste y no me va a sorprender su aparente aflicción. <strong>El</strong><br />

buen humor es algo en lo que los caballeros Andantes pueden<br />

sorprender. ¿Pasa algo?<br />

—Nada Sancho, tranquilo; se están aclimatando nuestros softwares. Te<br />

has despertado de un sueño muy largo y reaccionas enérgicamente. Yo<br />

estoy como siempre y seguro que en un momento nos sentimos<br />

armonizados.<br />

—Pues póngase las pilas para que no se nos haga tarde tan deprisa<br />

—incitó Sancho.<br />

—¿A qué se debe la ac<strong>el</strong>eración?<br />

—Más que de ac<strong>el</strong>eración se trata de reacción. En cuanto se ponga<br />

las pilas, verá cómo armonizamos.<br />

Tras decir esto, cogió un brazo de don Quijote y dejando caer su<br />

peso hacia atrás, <strong>el</strong>evó suavemente al caballero hasta que ambos<br />

quedaron equilibradamente incorporados. Recuperar los puntos de<br />

apoyo respectivos y ponerse a caminar fue todo uno y así los tendremos<br />

hasta que den su entrada en la muy famosa ciudad Magistral más<br />

conocida como Alcalá y si se añade de Henares, nadie la va a desubicar.<br />

Sancho iba hablando entre dientes de vez en cuando y don Quijote lo<br />

dejó en paz. <strong>El</strong> escudero abría <strong>el</strong> camino que ha aprendido para llegar a la<br />

ciudad. Pasaron por <strong>el</strong> puente en donde sientes de cerca la v<strong>el</strong>ocidad y<br />

una vez entrados en Alcalá, Sancho callejeó por las arterias de la ciudad<br />

de una manera muy familiar. Parecía que todo lo conocía de siempre o<br />

que no le preocupaba <strong>el</strong> cuándo estaba. Era <strong>el</strong> ambiente tan r<strong>el</strong>ajado que<br />

<strong>el</strong> silencio no desapareció en ningún lado. Finalmente y sin saber si fue<br />

atraído por las campanas d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>oj, Sancho a la plaza de Cervantes llegó.


Segunda parte


Mamotreto IX.<br />

EN EL QUE LOS INMORTALES<br />

SE ENCUENTRAN CON LA INOLVIDABLE<br />

Cuando don Quijote y Sancho entraron en la Plaza de Cervantes, a la<br />

tarde le había llegado <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que anochece. Los pájaros<br />

habían dejado de cantar los cumplidos a la luz d<strong>el</strong> día que terminaba por<br />

ahora y acomodados en sus nidos, se disponían a meditar. Aunque se<br />

escuchaba <strong>el</strong> trinar lejano de los que más tardaban en acomodarse, no se<br />

les podía ver. Pero si Alcalá es Patrimonio de la Humanidad no será por<br />

no ser la cuna de Cervantes, será por los nidos de cigüeñas que proliferan<br />

como una plaga sobre los que se puede ver a la pareja; mientras que uno<br />

medita arrodillado, la otra medita de pie. Inmóviles, imperturbables,<br />

manteniendo <strong>el</strong> equilibrio y la ecuanimidad perfecta incluso cuando<br />

descansan sobre una zanca, la pareja goza de los anocheceres<br />

consonando en vibración con la Energía Cósmica.<br />

Más abajo de las torres de los campanarios, la pareja de inmortales se<br />

disponía a entrar en la plaza y «<strong>el</strong> destino» quiso que entraran por <strong>el</strong><br />

centro dejando a los lados <strong>el</strong> abrigo de los árboles capados. Los animales<br />

producen en Sancho un efecto irresistible de atracción y<br />

subconscientemente se aproximó a <strong>el</strong>los para sentirse más seguro. <strong>El</strong><br />

escudero desconoce que la cercanía animal le concede la sensación de<br />

«sentirse en casa»; placidez, calma o reposo sustituyen a estrés, ruido y<br />

nerviosismo y la mente de Sancho está pidiendo a su subconsciente que<br />

le dispense un poco de paz entre tanta gente para acometer con<br />

suficiente arte los entuertos que pudieran suceder. No sabemos si <strong>el</strong><br />

escudero se está enterando de estas negociaciones tan íntimas que se<br />

producen entre su inconsciente y <strong>el</strong> subconsciente pero dejemos que su<br />

consciente determine la conclusión d<strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> destino.<br />

—Sancho ¿por qué nos has encaminado hacia este lugar?<br />

—No sé, como siempre, he seguido su est<strong>el</strong>a.<br />

—¿Aunque seas tú <strong>el</strong> que vaya d<strong>el</strong>ante?<br />

—En que yo voy d<strong>el</strong>ante tiene más razón que <strong>el</strong> santo patrón<br />

andante pero si no era a usted al que he seguido, no sé a quién habrá


sido. No he pensado a dónde iba y no lo habría notado si no lo hubiera<br />

avisado. ¿Es este un indicio de la influencia d<strong>el</strong> ego subconsciente?<br />

—No todo es consecuencia d<strong>el</strong> ego; otras veces podría ser <strong>el</strong> destino<br />

y otras la causalidad, tres aspectos de la trinidad.<br />

—Pues fíjese que con decirme esto no me dice nada. Como ignoro si<br />

hay motivo para que examine mis pasos y <strong>el</strong> guión d<strong>el</strong> andalusí no nos ha<br />

obligado a que la entrada en su plaza sea por ningún lugar determinado,<br />

serán los animales los que han atraído mi atención porque entre <strong>el</strong>los<br />

encuentro la armonía de la paz. Con estar tan vivos como nosotros y<br />

perpetuarse sobre Madre Tierra tanto como nosotros, distingo una<br />

diferencia tan perenne entre <strong>el</strong>los y nosotros que siempre me ha llamado<br />

la atención.<br />

—¿No te estarás refiriendo a la imposición egocéntrica de que no<br />

tienen alma?<br />

—A esta pregunta respondería parcialmente porque conozco una<br />

mitad y de la otra lo desconozco todo.<br />

—Pues fíjate Sancho que con decirme esto no me dices nada.<br />

—Empezaré por lo que desconozco. ¡No tengo ni idea de lo que es<br />

<strong>el</strong> alma! —contestó solemnemente <strong>el</strong> escudero—; no siento su posesión,<br />

sus efectos, sus virtudes ni ventajas, desconozco sus obligaciones y<br />

acomodo la deserción a sus imposiciones; así que igual que existen<br />

teoremas egocéntricos que determinan la clasificación de los animales<br />

por la posesión o desposesión d<strong>el</strong> alma, existe otra ciencia que se<br />

encargará de que nuevas modas desmant<strong>el</strong>en las viejas. ¡Es ley de vida<br />

como lo fue la palabra de dios! Anyway ¡qué afortunados son los<br />

animales que se pueden ahorrar <strong>el</strong> esfuerzo de investigar sobre la<br />

inexistente existencia d<strong>el</strong> alma inmortal!<br />

—¿Mande?<br />

—Es que a veces se me traspap<strong>el</strong>a la lengua de vuesa merced cuando<br />

escribe en tragedias. A lo que me estaba refiriendo es que hay una tesis<br />

esencial que diferencia a todos los animales de nosotros: ¡no tienen ego!<br />

Esta es una de las múltiples lecciones que he aprendido d<strong>el</strong> pollino.<br />

—Si dices que aprendes de un burro, este público perderá <strong>el</strong> respeto<br />

por <strong>el</strong> resto de lo que digas.<br />

—¿Y si les hablo de Federaciones Galácticas y Calentamientos<br />

Globales d<strong>el</strong> Sistema Solar también? Ya sé que hay cosas que sólo puedo<br />

decir ante vuesa merced porque los ciudadanos ni apreciarían mi<br />

sinceridad ni tienen tiempo para considerarla. También sé que no<br />

316


<strong>el</strong>acionarán «ego» con «alma» y que sin dedicarle <strong>el</strong> tiempo que se<br />

merezca la reflexión, algunos se aventurarán a descalificar la analogía<br />

tachándola de herejía. ¿Para cuándo esperan a saber que de los burros se<br />

puede aprehender y d<strong>el</strong> alma se puede desertar? Volviendo a los<br />

desalmados y por ende desegotizados animales, sólo le puedo aclarar que<br />

siento un sosiego inmenso entre <strong>el</strong>los pero no implica que conozca la<br />

causa d<strong>el</strong> porqué.<br />

—¿Aunque insistas a la causa?<br />

—Ni aunque insista al porqué. Pero si quiere que le aclare algo que sí<br />

sé, es que conjuntamente a la placidez que me produce su cercanía, me<br />

entristece <strong>el</strong> verlos tan enchironados. Es desolador que seres tan<br />

cariñosos reciban un trato tan degradante e indigno por parte de la<br />

especie <strong>el</strong>egida. A costa de tanto creernos imagen y semejanza de dios,<br />

creados para ser fecundos y replicarnos, para henchir la tierra y<br />

someterla, para mandar en los peces d<strong>el</strong> mar y en las aves de los ci<strong>el</strong>os,<br />

en todas las alimañas terrestres y en todas las sierpes que serpean por la<br />

tierra, se nos ha olvidado que para lo único que se nos ha <strong>el</strong>egido es para<br />

extinguirnos; que haya sido de manera subconsciente no impide que sea<br />

real. Que los pseudoplatanoides sean capados por <strong>el</strong> subconsciente<br />

forestal no impide que realmente estén capados. ¿No ve los estragos que<br />

causan en los árboles y las consecuencias que causan en las personas para<br />

ahorrarse unos cuantos barrenderos de la plantilla?<br />

»Puedo r<strong>el</strong>acionar sin miedo Especie <strong>El</strong>egida con lo que le sucede al<br />

Pueblo <strong>El</strong>egido que desde su creación ha sufrido persecuciones, éxodos,<br />

expulsiones, cremaciones, destierros, holocaustos, gasificaciones, intento<br />

de exterminios, opas hostiles o despatrimonializaciones descaradas. Vivir<br />

en Euskadi o vivir en Isra<strong>el</strong> debe de ser una experiencia emocionantemente<br />

<strong>el</strong>egida. Desconozco si los civilizombis simplificarán esta r<strong>el</strong>ación<br />

incluyéndola en <strong>el</strong> apartado de las herejías o si reconocerán esta parte de<br />

la historia real de la memoria. Para los que estén conformes con la<br />

persecución sistemática d<strong>el</strong> Pueblo <strong>El</strong>egido desde su creación, será<br />

necesario que recuerden una sutil diferencia: cuando es Naturaleza la que<br />

se siente infectada y no los dioses, la palabra que se utiliza para describir<br />

la infalible transición es extinción y no <strong>el</strong> incierto exterminio d<strong>el</strong> que<br />

discuten los dioses con Noé.<br />

—Pues controla la lengua —indicó <strong>el</strong> caballero—, porque tú mismo<br />

has sentenciado que por tus dos últimas intervenciones, puedes ser<br />

inquisitorialmente sancionado por hereje.<br />

317


—R<strong>el</strong>acionar al ego con <strong>el</strong> alma es descubrir un sinónimo más a los<br />

muchos que la lengua impone; tantas razones van a encontrar los<br />

académicos para censurar <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de nuestra salida que esta novedad<br />

semasiológica podría ser una cuestión filológica a discutir que nada tiene<br />

que ver con la teología de la inquisición.<br />

»R<strong>el</strong>acionar Pueblo con Especie <strong>El</strong>egida tendrá que ver con <strong>el</strong><br />

adjetivo común que se usa para los dos vocablos y d<strong>el</strong> que yo no tengo<br />

su patente; testificar que <strong>el</strong> uno ha sido vilipendiado desde su literaria<br />

creación es un capítulo más de la historia de Matrix y una de las razones<br />

por las que la infamia es incontestable; afirmar que la otra está siendo<br />

extinguida provocará un nuevo capítulo en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> cacareo de los<br />

doctores, la desorientación d<strong>el</strong> pueblo <strong>el</strong>egido como especie, <strong>el</strong><br />

desconcierto de los patentadores de todo, las monsergas de los r<strong>el</strong>igiosos<br />

y las demagogias de los políticos, crearán un caldo de cultivo tan infame<br />

como los anteriores. Caldos de cultivo, discusiones y demagogias son<br />

absurdos anacronismos a menos que se hayan olvidado o se desconozca<br />

lo que pasó con los dinosaurios.<br />

—¡Sancho! Ya no sé si tenías ganas de conocer a los lectores o de<br />

estar entre animales encerrados en la prehistoria, en corrales o en<br />

ciudades.<br />

—Es que cuanto más conozco a los lectores, más quiero a mi perro.<br />

Cuando escuché los aullidos desconsolados de los perros recluidos para<br />

<strong>el</strong> resto de sus días en la perrera municipal, después de ser abandonados<br />

en la puta calle por sus refinados, solidarios y cristianos amos, no hice<br />

ningún comentario porque la procesión que iba por dentro sufrió una<br />

amargura más; pero que se transforme a los animales en parte d<strong>el</strong> atrezzo<br />

de este feudalismo audiovisual, dice casi todo lo que tenía que saber de<br />

los lectores tridimensionales.<br />

La ternura y d<strong>el</strong>icadeza con la que Sancho se r<strong>el</strong>aciona con los<br />

animales tiene la misma causa de muchos porqués: se ha criado entre<br />

<strong>el</strong>los y su sensibilidad está más grabada que otras conductas paganas. <strong>El</strong><br />

dr. Freud sabía mucho de esto pero no tanto como <strong>el</strong> Disney Chann<strong>el</strong> que<br />

se aprovecha de la permeabilidad, esponjosidad, agudeza y candidez de la<br />

infancia para inculcar los protocolos necesarios: así se eterniza la<br />

perpetuación de la infamia. Los niños ya no juegan y aprenden de los<br />

animales reales «desalmados», se les adoctrina con Dibujos animados. Las<br />

recomendaciones y groserías que salen de estas «inofensivas fábulas<br />

t<strong>el</strong>evisadas» son las principales responsables d<strong>el</strong> horror, las fobias, la<br />

318


aversión y <strong>el</strong> odio civilizado. Este tipo de terrorismo animado es legal<br />

porque los que hacen las leyes se han encargado de que así sea y de que<br />

previamente, <strong>el</strong> subconsciente tolere este fanatismo subliminal. Crecer en<br />

compañía de los desalmados dibujos animados marcó <strong>el</strong> punto final de la<br />

Historia; compartir la infancia con los animalitos audiovisuales facilitó<br />

que en un momento determinado, al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, se<br />

creara una singular conciencia que generó toda una raza de<br />

máquinas civilizombis. <strong>El</strong> destino, al parecer, no está carente de<br />

cierta ironía. [¿Hace falta que se sugieran títulos de Dibujos animados para<br />

niños? ¡Hay mogollón!]<br />

Aunque sólo sea por lo que sigue, <strong>el</strong> escudero está al margen de tan<br />

singular conciencia; Sancho no ha ido a la escu<strong>el</strong>a pero es inmortal.<br />

Sabe que la leche no sale de los tetrabricks sino de las ubres de las<br />

lecheras; sabe que para comerse un muslito de pollo primero hay que<br />

criarlo y cuidarlo para después matarlo y cocinarlo; también sabe que<br />

para que exista un prado para vacas hay que rasurar los árboles d<strong>el</strong> lugar<br />

y que las chuletas de cordero lechal que llenan los escaparates de los<br />

hipermercados en Navidad, han seguido <strong>el</strong> mismo camino de siempre y<br />

de todos: los pastores se apropian de los corderos y, argumentando a sus<br />

madres recompensas en <strong>el</strong> más allá, se los llevan directos al matadero, ya<br />

sea la escu<strong>el</strong>a o sea en Irak.<br />

Un pequeño grupo de personas se había congregado en torno a <strong>el</strong>los<br />

y escuchaban interesadamente la conversación. A veces se miraban para<br />

intercambiarse gestos expresivos y de sorpresa. No entendían algunas de<br />

las cuestiones que sonaban en <strong>el</strong> diálogo pero no se atrevían a<br />

interferirlo. Entremezclar matadero, escu<strong>el</strong>a e Irak es toda una novedad.<br />

La silenciosa atención que se había creado alrededor fue finalmente<br />

interrumpida por una mujer que peinaba rastas que dirigiéndose a la<br />

pareja les dijo:<br />

—En verdad parece que son ustedes inmortales pero de otro tiempo<br />

—dijo la mujer—. Es sorprendente escuchar <strong>el</strong> escándalo que le provoca<br />

<strong>el</strong> maltrato a los animales cuando estamos en una época en la que se<br />

maltrata todo: animales, infancia, ancianos, mujeres, varones,<br />

minusválidos, enfermos, ciudadanos, consumidores, peatones… Se<br />

maltrata <strong>el</strong> medio ambiente, se maltrata hasta al mobiliario urbano, las<br />

infraestructuras públicas…<br />

—¡Bonita estampa ha mostrado! —intervino Sancho—. ¿Por qué no<br />

explica lo que quiere decir?<br />

319


—De los animales no será necesaria la descripción de su maltrato<br />

porque se ha dicho poco pero bastante. Si en algún camino encuentra<br />

galgos colgados de un árbol, sepa que es la ética con la que algunos<br />

errantes los sirven de festín después d<strong>el</strong> servicio que les han prestado;<br />

pero atienda a lo que pasa con los demás caminantes. A los niños los<br />

encierran en la escu<strong>el</strong>a desde que tienen cero años y a los ancianos los<br />

aíslan en asilos lo más pronto que se puede o los abandonan durante las<br />

vacaciones en las urgencias, como a los perros en las carreteras; a los<br />

enfermos los internan en las listas de espera de los hospitales y a los<br />

minusválidos los ocultan de las calles; <strong>el</strong> abuso contra los consumidores<br />

es <strong>el</strong> pan nuestro de cada día y los ciudadanos nos sentimos despreciados<br />

y engañados por nuestros representantes políticos; peatones y<br />

conductores nos podemos encontrar con la muerte en <strong>el</strong> momento más<br />

insospechado. Mujeres y varones andan maltratándose mutuamente ya<br />

que para eso se ha patentado la expresión «violencia de género»con la<br />

que las políticas incorrectas y sus mentiras, justifican su incompetencia y<br />

dan cabida a una manera de r<strong>el</strong>acionarse terrorífica o al menos,<br />

maltratada.<br />

—¿Y en cuanto a la tercera parte d<strong>el</strong> maltrato?<br />

—Aunque los ciudadanos protestan muy poco, cuando hacen<br />

«manifas» pueden ensañarse con lo que les pertenece y que se llama<br />

«mobiliario urbano»: un anzu<strong>el</strong>o que se han inventado algunos políticos<br />

para forrarse los descosidos bolsillos.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—«Manifas» son manifestaciones. Existen tantos intereses para que<br />

los ciudadanos destrocen lo que pillan a su paso, que una no sabe si son<br />

los manifestantes los que hacen los estragos en <strong>el</strong> mobiliario público o<br />

son los mercenarios que alquilan los ministros los que lo destrozan. Con<br />

los precios que imponen a esos muebles, no es de extrañar que hasta <strong>el</strong><br />

apuntador se lleve un cacho de la tarta o de su comisión.<br />

Atendía Sancho con mucho interés los detalles que le estaba dando la<br />

mujer y no encontraba nada que sobrara en sus impresiones. Cautivado<br />

por <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato e impresionado por su contenido, Sancho daba muestras de<br />

estar encantado con <strong>el</strong> encuentro. Don Quijote se apartó para dejar que<br />

<strong>el</strong> escudero fuera cogiendo más experiencia en los parlamentos porque la<br />

conversación con una mujer tan atrayente y explícita sólo podía terminar<br />

en armonía. Sancho está absorbiendo la confianza que sin duda necesita;<br />

320


le espera un encuentro que ni él ni nadie todavía conoce. Mientras <strong>el</strong><br />

caballero se alejaba d<strong>el</strong> diálogo, la mujer continuó:<br />

—Los gobernantes —dijo la mujer prosiguiendo con <strong>el</strong> segundo<br />

maltrato—, se han convertido en los mayores arboricidas d<strong>el</strong> país y<br />

como en todo en lo que actúan, lo hacen con total impunidad. Si se<br />

examinaran las cifras de superficie de sombra que los especuladores<br />

públicos arrasan en pro d<strong>el</strong> progreso y se compara con las hectáreas<br />

incendiadas, se encontrará una razón más por la que a sus señorías se las<br />

denomina pirómanos.<br />

—¿A qué viene todo esto?<br />

—Todo esto viene por <strong>el</strong> maltrato de los animales, de los<br />

ciudadanos, de los ambientes y de las cosas.<br />

—No sé desde cuándo ha escuchado <strong>el</strong> anacrónico diálogo como<br />

para poder preguntarle algunos detalles que actualicen mi disco duro.<br />

—Me ha llamado la atención la r<strong>el</strong>ación que ha hecho entre <strong>el</strong> alma y<br />

<strong>el</strong> ego; es la analogía de una antimateria que sin duda necesita de más<br />

espacio para la reflexión. Así que sin quedarme enganchada en este<br />

pensamiento, he continuado con la escucha de lo que ha seguido.<br />

—¿Por qué nos ha llamado inmortales de otro tiempo?<br />

—Primero, porque hoy día es difícil escuchar los conocimientos que<br />

se pronunciaban. ¿Quién r<strong>el</strong>aciona alma-ego si más bien se piensa en<br />

trabajo-dinego?; además, porque parece que desconocen una pieza<br />

fundamental para <strong>el</strong> siniestro adiestramiento de la niñez; un cachivache<br />

minúsculo con <strong>el</strong> que se inculcan y refuerzan las r<strong>el</strong>aciones patológicas<br />

de los adultos. Mientras que ignoren este portento, se estarán perdiendo<br />

una pieza fundamental d<strong>el</strong> montaje.<br />

—¿Cómo se puede llamar un ingenio tan popular destinado al<br />

desarrollo d<strong>el</strong> subconsciente egolatrado? —preguntó obligatoriamente<br />

Sancho.<br />

—Se llama tamagochi. Es un artilugio <strong>el</strong>ectrónico que capta la<br />

atención y requiere los cuidados de sus dueños; este juguete d<strong>el</strong> tamaño<br />

de un r<strong>el</strong>oj de pulsera sustituye al afecto real y mitiga la soledad.<br />

—¿No me diga que los timo-gachí son como <strong>el</strong> chocolate y pueden<br />

llegar a suplantar la ternura y a suplir al cariño?<br />

—Tamagochi Sancho. No sé si se está refiriendo al chocolate de<br />

comer o al de fumar; desconozco cómo será con <strong>el</strong> comido pero en <strong>el</strong><br />

caso d<strong>el</strong> <strong>el</strong>ectrónico, no sólo sustituyen sino que inculcan la forma de<br />

r<strong>el</strong>acionarse en todos los ámbitos: con los padres, con los hijos, con los<br />

321


amigos, con los vecinos, con los queridos... con todo <strong>el</strong> mundo.<br />

Canalizan la soledad que se siente y sus amos se consideran<br />

imprescindibles para que <strong>el</strong> tamagochi no se muera; una eventualidad que<br />

si no pones mucho cuidado, puede suceder con demasiada facilidad. D<strong>el</strong><br />

satisfacer las órdenes que <strong>el</strong> cacharro manda y requiere para su «vida»,<br />

depende <strong>el</strong> que él mismo decida su «muerte, asesinato o suicidio». [Según<br />

fuentes periodísticas, de las que mejor es no fiarse pero que algo querrán<br />

decir, <strong>el</strong> 50% de las mujeres británicas prefiere comer chocolate antes<br />

que mantener r<strong>el</strong>aciones sexuales.]<br />

—¿Cómo funcionan? —interrumpió impacientemente <strong>el</strong> escudero.<br />

—Cuando se pulsan los botones que poseen, <strong>el</strong> engendro se siente<br />

atendido.<br />

—No entiendo.<br />

—Yo tampoco pero si tardas mucho en satisfacer las órdenes que<br />

emite, <strong>el</strong> tamagochi puede sentirse desdichado y suicidarse.<br />

—¿Cómo es posible que una máquina pueda sentir?<br />

—Por que son programas capaces de sentir. Pueden entrar o<br />

salir de cualquier ego que esté integrado en <strong>El</strong> Sistema.<br />

—¿Significa eso que cualquier ego que no desactivemos puede<br />

ser «gente» de Matrix?<br />

—Lo que significa es que tarde o temprano, alguien tendrá...<br />

¡No sé lo que significa! Si saborea <strong>el</strong> ambiente que se bosteza hoy día,<br />

¡eso es lo que significa! Por desgracia, ni es aire lo que se respira ni<br />

se puede explicar lo que es Matrix.<br />

—¿Qué efecto producen?<br />

—No puedo asegurar <strong>el</strong> efecto que produce su posesión porque<br />

afortunadamente, los de mi generación jugábamos en la calle con otros<br />

vecinos y amigos; pero aseguro que su uso y abuso debe engendrar<br />

alguna o varias deformaciones. ¿Qué siente cuando pasea entre la gente,<br />

cuando dialoga con <strong>el</strong>los?<br />

—Incluso en estos días primaverales de otoño, siento frialdad y<br />

alejamiento. Siento a la gente automatizada y los clichés de la cortesía<br />

imperan sobre la espontaneidad. Más que comedidos, los civilizombis<br />

parecen comprimidos o reprimidos.<br />

—Cuando se autoimpone lo que sea, se reacciona con oposición;<br />

cuando es la represión, los que no viven comprimidos optan por ser<br />

libertinos.<br />

322


—Pero habrá algún término medio, ¿no existe la ecuanimidad? Sepa<br />

que estoy recién aterrizado en este lugar y todavía no lo conozco en<br />

profundidad.<br />

—No sé de dónde viene, ni de qué tiempo ni de qué espacio. Llevo<br />

toda la vida insertada en este lugar de la Mancha de cuyo nombre sí<br />

puedo acordarme, Alcalá de Henares, y conozco las consecuencias<br />

directas d<strong>el</strong> jugueteo con la I.A. Int<strong>el</strong>igencia Artificial: ahora la gente<br />

se manipula con más egoísmo que nunca; si algo no funciona como sus<br />

caprichos imponen, o aprietan un botón o destrozan la r<strong>el</strong>ación.<br />

Conectarse con máquinas int<strong>el</strong>igentes inspira la manera de reunirse,<br />

casarse o acompañarse; ahora, nos comportamos como máquinas, nos<br />

maltratamos como máquinas.<br />

—¿Por eso la gente se ha convertido en agentes de Matrix?<br />

—¡Qué más da Sancho! Es evidente que tú no padeces las secu<strong>el</strong>as<br />

de esta realidad porque la sensación de estar cyborgizada, robotizada,<br />

automatizada, programada o conectada a Matrix es tan insoportable, que<br />

los juegos de palabras dan lo mismo. Una no es consciente de cómo se<br />

comporta porque reconoce que su subconsciente la domina en tantas<br />

ocasiones que siente miedo de sí misma. Somos muy egoístas, pedimos o<br />

exigimos mucho más de lo que damos, medimos al milímetro lo que<br />

cedemos pero deseamos sin medida. No sólo nos creemos <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong><br />

universo sino que nos tienen que hacer sentir <strong>el</strong> centro de la única<br />

atención. Es como r<strong>el</strong>acionarse con un programa capaz de «sentir»:<br />

que sin dar nada a cambio, no hace más que pedir. Esto provoca que <strong>el</strong><br />

afecto entre las personas se cosifique, se milimetre o se cuadricule,<br />

provocando que <strong>el</strong> otro se sienta maltratado, despreciado o vampirizado<br />

caprichosa y descaradamente.<br />

»No controlo al ego que me sorprende cuando menos lo espero y<br />

conozco perfectamente que su actividad dañará a todo lo que rodee. <strong>El</strong><br />

maltrato sistematizado es una consecuencia d<strong>el</strong> ego; por eso, los<br />

humanos hemos mutado a sapiens. Cuando estás fuera es sencillo<br />

percibirlo pero cuando <strong>el</strong> subconsciente te domina, es imposible<br />

comportarte naturalmente. Comportarnos como máquinas es tan<br />

subconsciente y generalizado que casi nadie es consciente de <strong>el</strong>lo y casi<br />

todos no tienen tiempo para considerarlo.<br />

—¡Ya, claro! No hay tiempo —aseguró <strong>el</strong> escudero—. ¿Quién<br />

tiene tiempo? Sin embargo, si nunca nos tomamos tiempo ¿cuándo<br />

dispondremos de él?<br />

323


—¡Nunca!<br />

—Querida dama, me encantan sus respuestas t<strong>el</strong>egráficas. Pensaba<br />

que los sapiens conciben <strong>el</strong> disponer de tiempo para cuando se mueran o<br />

incluso para <strong>el</strong> más allá después de la muerte. Por mi parte y para que no<br />

me sorprenda la parca, empiezo a entender la r<strong>el</strong>ación entre maltratos y<br />

tamagochis pero explique los detalles a quien no alcanza lo que quiere<br />

reconocer.<br />

—¿Por dónde quiere que empiece?<br />

—No sé cómo es la r<strong>el</strong>ación entre los sapiens, cómo comparten <strong>el</strong><br />

cariño ni cómo funciona <strong>el</strong> maltrato entre «máquinas humanas», en qué<br />

se basa, cómo transcurre… No sé, quizá no entiendo nada.<br />

—Pues aclárese porque decía que iba entendiendo.<br />

—Es que no sé si estamos hablando de ciencia ficción o es real.<br />

No es lo mismo que usted me diga que existe una raza de Tamagochis en<br />

un planeta lejano a que me diga que los tamagochis son un hecho que no<br />

se puede evitar porque ya forman parte de la Historia de Civilización y<br />

desgraciadamente, de la composición d<strong>el</strong> subconsciente colectivo.<br />

Reconozca que es estremecedor.<br />

—Tranquilo Sancho —dijo cariñosamente la mujer—. Está<br />

comprobando que todos los programas o ciudadanos que nos rodean se<br />

sienten calmados conviviendo con estas aberraciones digitales y con las<br />

consecuencias que acarrean. ¿Por dónde quiere que continúe?<br />

—Por donde quiera. Me suena como si hablara de la enfermedad de<br />

Morgue Jones pero en vez de meterte un nanoartilugio en <strong>el</strong> body, te<br />

meten una enfermedad en la psique con un cachivache externo a pilas.<br />

—Imagine que existe una creación en <strong>El</strong> País de las Maravillas en <strong>el</strong><br />

que se ha conseguido cambiar la concepción de la vida.<br />

—¡Si usted conoce <strong>El</strong> Retablo de las Maravillas es que es una lectora!<br />

Conocerá también a mi amigo <strong>el</strong> licenciado Vidriera.<br />

—Como quiera Sancho; en ese país o retablo o Matrix —continuó la<br />

mujer sin dispersarse—, existen ciudadanos…<br />

—O civilizombis, o votanlavos…<br />

—…existen sapiens sapiens, a los que han conseguido alterar<br />

profundamente <strong>el</strong> consciente para crear un subconsciente global.<br />

—Mi maestro me ha enseñado a no interrumpir los discursos, pero si<br />

usted no tiene inconveniente ¿podríamos ir puntualizando para que <strong>el</strong><br />

diálogo no se pierda entre las palabras? Cuando mis entendederas<br />

324


consideran que están entendiendo algo grande, se ponen nerviosas y<br />

asaltan más allá de la discreción.<br />

—Haga lo que considere para que la conexión sea lo más cristalina y<br />

fluida que procese. Me gustan los ingeniosos neologismos que utiliza<br />

porque me ayudan a entender <strong>el</strong> Patrimonio Magistral en <strong>el</strong> que vivo.<br />

»Dependiendo de la manera en la que se realice la programación d<strong>el</strong><br />

subconsciente, que puede ser sutil o refinada pero también burda,<br />

grosera y descarada, los resultados que se consiguen son los que percibe.<br />

—Cuénteme, porque estoy seguro que se me escapan las finezas de<br />

entre las groserías que percibo.<br />

—Eso es lo que estoy intentando —aclaró la mujer.<br />

Sancho se percató d<strong>el</strong> mensaje subliminal y decidió callarse. ¡Menos<br />

mal! «Al buen callar lo llaman Sancho». Se podría considerar que es como<br />

un niño que pregunta sin cesar cualquier pormenor que no entiende pero<br />

es que a lo mejor, habría que recuperar la niñez perdida para que niños<br />

¡pero también mayores!, se pregunten <strong>el</strong> porqué de este sindiós.<br />

—Cuando <strong>el</strong> egoísmo se adueña de las conductas civilizombis<br />

—prosiguió la mujer—, <strong>el</strong> trato con respeto y lealtad ha desaparecido; de<br />

utilizarnos y agobiarnos hemos pasado a dominarnos y asfixiarnos, una<br />

consecuencia colateral directa de la existencia de Matrix que nos cría a su<br />

imagen y semejanza desde «<strong>el</strong> Génesis» de Civilización. En las r<strong>el</strong>aciones<br />

afectivas es donde más se nota porque la pareja o la familia son núcleos<br />

en los que al parecer, vampirizar la energía d<strong>el</strong> otro está permitido. Para<br />

perpetuar esta transmisión cultural son necesarios los tamagochis, las<br />

princesas, los dibujos animados, las muñecas, la escu<strong>el</strong>a, los juguetes, <strong>el</strong><br />

instituto... en fin, todo esto. Todo esto es <strong>el</strong> fi<strong>el</strong> reflejo de la Historia de<br />

Civilización en la que la dominación ha aplastado a la compasión.<br />

»Cuando dedicas la atención durante meses a la crianza de uno o<br />

varios tamagochis, se desarrollan unos procesos subconscientes que<br />

serán determinantes en las r<strong>el</strong>aciones que se mantengan con los demás <strong>el</strong><br />

resto de la vida. Estas predeterminaciones, prejuicios, tics o manías,<br />

aparecerán inevitablemente en algún momento porque se hallan<br />

integradas en los protocolos de funcionamiento desde la niñez; están<br />

ancladas con tanta «naturalidad» que <strong>el</strong> ego-actor no sabrá <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong><br />

trastorno ni, obviamente, controlará su ejecución. Comportarse como un<br />

mamarracho egoísta es tan «natural» que nadie quiere ser consciente de<br />

<strong>el</strong>lo. Advertir esta desfachatez es una tragedia para la vida porque te das<br />

cuenta de que no puedes esperar a que un mamarracho sienta y perciba<br />

325


cómo maltrata y además, a que se arrepienta. Aislarse se convierte en un<br />

mecanismo de defensa para no sufrir tanto pero por supuesto que la<br />

soledad es algo que también te hace sufrir. Encontrar <strong>el</strong> equilibrio es<br />

abrumador y por esto me planteo dejarlo todo para poder encontrarme<br />

con otros supervivientes que hayan decidido r<strong>el</strong>acionarse con cariño<br />

conscientemente, o sea, controlando a la perversidad d<strong>el</strong> «yo».<br />

Sancho seguía muy atento a todo lo que se decía pero callado. Junto<br />

a <strong>el</strong>los pasaban cientos de personas que consideran que están<br />

interconectadas e incluso que se quieren entre <strong>el</strong>las pero realmente,<br />

mientras que se está conectado a la realidad de Matrix, cada una vive en<br />

su realidad y es milagroso que se puedan conectar. <strong>El</strong> barullo de la<br />

muchedumbre funcionaba como un mar de fondo constante sobre <strong>el</strong> que<br />

sobresalía alguna musiquilla pastoril y <strong>el</strong> cuerno d<strong>el</strong> conductor de<br />

borricos.<br />

—La ventaja de ser yo es que somos muchos yo y unos se<br />

justifican a otros dentro de uno mismo —continuó la mujer—. Cuando<br />

alguien dice «¡yo soy así!» está desnudando la supremacía de su ego por<br />

encima de todo. Nada es permanente y <strong>el</strong> cuerpo humano se está<br />

regenerando constantemente. Cada cierto periodo de años, las células<br />

son completamente nuevas por lo que reivindicar que somos de una<br />

manera determinada y dañina, es una mamarrachada que no justifica la<br />

actividad subliminal o descarada d<strong>el</strong> machista ego. Afirmar ¡Yo soy así! es<br />

la manera políticamente correcta de reconocer: ¡Al loro, lo que tienen de<br />

frente es un ego con dos patas! ¡No le busquen los tres pies! Si yo no soy yo,<br />

entonces ¿quién es yo?<br />

»Junto al férreo control d<strong>el</strong> ego, se han desarrollado multitud de<br />

subciencias que tratan de paliar, mitigar o controlar sus efectos y que se<br />

han reunido dentro de la Ciencia de la Psicología, una facultad que como<br />

las otras, no deberían existir. Pero gracias a su patentación, gracias a que<br />

las listas de espera de todas las psiquiatrías están llenas a rebosar con los<br />

maltratados por <strong>el</strong> ego (aunque también acudan los egomaltratadores),<br />

ahora todos podríamos afirmar que sabemos algo que aunque no lo<br />

podamos explicar, lo percibimos. Es así durante toda la vida: algo<br />

no funciona en <strong>el</strong> mundo, no sabes lo que es pero ahí está, como<br />

una astilla clavada en tu mente que te está enloqueciendo. ¿Sabe<br />

de lo que le estoy hablando? [Ver Invasión].<br />

—¿De Matrix?<br />

326


—Vivimos <strong>el</strong> momento —siguió la mujer— en <strong>el</strong> que la<br />

esquizofrenia colectiva empieza a mostrar sus múltiples contradicciones.<br />

Mientras que se consideraba esquizofrénico al encerrado en sí mismo<br />

porque rompía <strong>el</strong> contacto con la señal de Matrix, Civilización estaba<br />

organizada con listos o tontos, fracasados o ganadores, frustrados o<br />

triunfadores, silenciosos o parlanchines, solitarios o reconocidos. La falta<br />

de coherencia entre la conciencia y la personalidad invade todas las<br />

esferas de la actividad de un esquizofrénico y en particular d<strong>el</strong> lenguaje<br />

(mentiras y apariencias); es la estrategia particular que inventa una<br />

persona para soportar una situación insoportable.<br />

»Pero cuando la esquizofrenia global comienza a mostrar sus<br />

inevitables grietas desnudando la neurosis de los considerados «noesquizofrénicos»,<br />

las clasificaciones anteriores desaparecen para dar paso<br />

a una simple dualidad: civilizombi o despierto. No hace falta adivinar que<br />

una sociedad esquizofrénica está formada por miles de integrantes que<br />

padecen alguna psicopatía más a menos desarrollada y acusada o<br />

disimulada: los psicópatas. Despertar de la «neurosis narcisista» es la<br />

batalla que estoy librando para liberar más ego; todos los que quieren<br />

despertar tienen que librarla. Reb<strong>el</strong>arte contra <strong>el</strong> ego es lo que diferencia<br />

a los reb<strong>el</strong>des de los ególatras conectados. Liberarte d<strong>el</strong> ego es recuperar<br />

la paz de la existencia, la armonía de la vida, la quietud de la mente, la<br />

candidez de la niñez. Quizá, por eso interrumpe tanto con sus preguntas.<br />

La candidez de Sancho se sobresaltó pero no hizo ningún<br />

comentario y dejó que la mujer continuara sin apostillar.<br />

—Cuando vivimos en <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que todo se agrieta<br />

—continuó la mujer— es porque <strong>el</strong> auge d<strong>el</strong> caos es máximo. La<br />

decadencia y corrupción d<strong>el</strong> Imperio se produce, lógicamente, en <strong>el</strong><br />

momento de mayor embriaguez, un estado de borrachera colectiva en <strong>el</strong><br />

que «las conquistas sociales» se tiran por los su<strong>el</strong>os. La decadencia y<br />

corrupción de la mente se produce, lógicamente, en <strong>el</strong> momento de<br />

mayor embriaguez, un estado al que se llama esquizofrenia: la ruptura<br />

total con la Realidad Real. Habrá que reajustar los parámetros que<br />

indiquen quiénes están esquizofrénicos, si los millones de personas<br />

viviendo sus vidas subconscientes que definen su realidad con <strong>el</strong><br />

sufrimiento y la tristeza (los zombis conectados a la Realidad de<br />

Matrix) o los reb<strong>el</strong>des que quieren <strong>el</strong> cambio, que quieren un mundo<br />

sin los Illuminati o los Bilderberg, un mundo sin sus reglas y sus<br />

controles, sin sus límites ni sus fronteras, un mundo donde<br />

327


cualquier cosa sea posible (los reb<strong>el</strong>des despiertos que respetan la<br />

Realidad Real). Lo que hagamos […] es una decisión que tenemos<br />

en nuestras manos. ¡Podemos despertar!<br />

»Estamos viviendo en un período en <strong>el</strong> que la Realidad Real está<br />

apareciendo contundentemente aunque la neurosis apacigüe esta<br />

irrupción con Cambios Climáticos o catástrofes naturales; pero las<br />

contradicciones, las grietas y <strong>el</strong> descontrol civilizado no se pueden<br />

apaciguar con catástrofes climáticas ni cambios naturales. Fíjese Sancho<br />

que estoy convencida de que en <strong>el</strong> fondo de cada uno de los zombis<br />

neuróticos, sentimos la astilla clavada en nuestra mente que nos está<br />

enloqueciendo; y más que convencida, puedo afirmar tajantemente que<br />

los espectadores de la p<strong>el</strong>ícula Matrix se emocionan con los tripulantes<br />

reb<strong>el</strong>des de la nave Made in USA Nabucodonosor que se reb<strong>el</strong>an<br />

contra «<strong>El</strong> Programa» y sienten desprecio por los clonados Made in<br />

USA agentes Smiths: CIA, FBI, CNI, KGB... que intentan mantener<br />

«<strong>El</strong> Programa» como sea. Esto permite reconocer la posibilidad de que<br />

los prejuicios y manías ancladas con tanta «naturalidad» en la psique<br />

pueden ser controladas. ¡Podemos desertar! como hicieron los esclavos<br />

con Moisés; estamos esperando un líder, un Moisés, un Neo, un<br />

Caballero, ¡alguien! [Ver Gladiator.] Por esto, los dioses tienen miedo,<br />

nos temen a nosotros, temen <strong>el</strong> cambio, temen a los despiertos,<br />

borran a los reb<strong>el</strong>des.<br />

»Estamos viviendo en un período en <strong>el</strong> que la Realidad de Matrix Pax<br />

Americana, como todas las anteriores, está en decadencia. Mientras que<br />

«<strong>El</strong> Programa» funcionaba adecuadamente, la gente no tenía la<br />

necesidad de terapias ni propósitos de enmienda para la psique porque la<br />

ruptura d<strong>el</strong> contacto con la realidad real se paliaba con la realidad<br />

sintética de Matrix. Cuando en todas las decadencias «<strong>El</strong> Programa»<br />

deja de funcionar y además en este caso concreto se siente la encrucijada<br />

final, las grietas comienzan a aflorar y los cambios sociales a florecer: <strong>el</strong><br />

Programa Smith está fuera de control y los psicoanalistas se están<br />

forrando. Aunque sólo recuerdo que <strong>el</strong> autor era italiano, leí hace tiempo<br />

en un libro que más que en otro avatar alguno, en la decadencia de los<br />

Imperios es donde se comprueba la afirmación: «todo lo que tiene que<br />

acabar, no por la violencia d<strong>el</strong> ímpetu, sino por la consunción, tiene más<br />

larga duración de lo que en un principio se imagina». (Recuérdese<br />

Vietnam o ahora Irak por poner dos ejemplos en los que la duración<br />

sobrepasa los límites de lo previsto e incluso, lo imprevisto). Zombis y<br />

328


despiertos tienen que hallar la forma de entenderse no sea que la guerra<br />

entre civilizaciones no tenga nada que ver entre musulmanes y cristianos<br />

y sí ataña a cegatos y reb<strong>el</strong>des. [Ver Yo, Robot; Invasión.]<br />

—¿Qué es un Programa? —indagó <strong>el</strong> escudero haciendo ahora gala<br />

de su estilo interruptus quizá para comprobar más que para averiguar.<br />

—Habría que diferenciar los programas bio-lógicos de los ciberilógicos<br />

aunque en <strong>el</strong> fondo son lo mismo. Programa Smith es otro<br />

sinónimo de civilizombi, esclavo, sapiens o ciudadano (bio-lógicos).<br />

Programa Tamagochi es otro sinónimo de muñeca, juego, escu<strong>el</strong>a o<br />

ilusión (ciber-ilógicos). Los dos se crean, los dos tienen «vida» y los dos<br />

pagan impuestos; quizá, la diferencia más notable es que <strong>El</strong> Sistema<br />

intimida a los programas bio-lógicos para que vayan a votar y a los<br />

tamagochis todavía los dejan en paz.<br />

—¿Me quiere decir que puede llegar <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que los<br />

timogachas reclamen su derecho a sufragarse tal y como han obtenido <strong>el</strong><br />

de suicidarse?<br />

—Si por sufragarse quiere decir a que se reconozca su derecho a<br />

votar, ya existen demasiadas p<strong>el</strong>ículas en las que los clones se reb<strong>el</strong>an<br />

contra sus creadores reclamando «su personalidad» (Ver La isla en la que<br />

también aparece una trinidad como protagonistas). Las mujeres d<strong>el</strong><br />

mundo contaminante hemos tenido usurpado hasta hace poco ese<br />

supuesto derecho que se plantea como una obligación y con <strong>el</strong> que ahora<br />

justifican la paridad; en <strong>el</strong> mundo menos contaminante necesitarán seguir<br />

haciendo lo mismo. También tuvieron que hacerlo los negros, los<br />

hindúes, los chinos, los aborígenes… ¿Por qué no los tamagochis?<br />

—Esto parece surrealismo d<strong>el</strong> kafkiano —observó Sancho—. A ver<br />

si al final, los escarabajos también van a poder votar para que Gregorio<br />

Samsa no sienta desdicha al comprobar cómo pisotean sus derechos.<br />

—Para paliar <strong>el</strong> maltrato generalizado, quizá saquen una ley para que<br />

todos los seres puedan votar; ¡quién sabe si los escarabajos lograrán <strong>el</strong><br />

derecho a no sentirse aplastados! Al margen de disparates irónicos, no<br />

soy adivina y desconozco <strong>el</strong> final. Sin necesidad de serlo, ahora todos los<br />

ciudadanos pueden verificar que sus derechos son humillados<br />

habitualmente por la esquizofrenia de los gobermangantes. Pero además,<br />

cada cuatro años pueden constatar descaradamente que ese derecho tan<br />

sagrado al que se llama sufragio universal, se lo pasan por los sobacos.<br />

Como se le confirmará más ad<strong>el</strong>ante, las ciudadanas y los ciudadanos son<br />

libres para pensar y votar lo que quieran porque después los políticos<br />

329


hacen lo que les da la real gana y no sé si la auténtica gana. Una cosa es a<br />

quién se vota y otra muy diferente es lo que finalmente sale <strong>el</strong>ecto. <strong>El</strong><br />

ego de los políticos tiene <strong>el</strong> derecho de trapichear en <strong>el</strong> sufragio universal<br />

de los votanlavos y al final gobierna <strong>el</strong> contubernio que <strong>el</strong>los imponen y<br />

no <strong>el</strong> que los ciudadanos han votado obligados por unas listas cerradas.<br />

¡Si hasta <strong>el</strong>los imploran que gobierne la lista más votada! imagínese cómo<br />

será en realidad.<br />

—Pues con <strong>el</strong> panorama que describe, no es de extrañar que los<br />

ticomochis capten <strong>el</strong> interés de los mandamases para engordar los censos<br />

<strong>el</strong>ectorales; podrían fabricar una Ley que legitimara a los tocomochis que<br />

hubieran traspasado cierto umbral de vida y otorgarles <strong>el</strong> derecho a<br />

revotarse. A lo mejor así, todas las cosas junto a todos los seres y todos<br />

los votanlavos alcancen <strong>el</strong> derecho de no estar maltratados. Al margen de<br />

pesadillas ¿es real lo que me ha dicho sobre <strong>el</strong> trapicheo universal?<br />

—¡Sancho! ¡Consulte la hemeroteca y constate los pactos que hacen<br />

las facciones alternantes hasta con organizaciones integradas por<br />

terroristas! Fíjese que en <strong>el</strong> vecino pueblo de Villalbilla, PP y PSOE se<br />

han arrejuntado para desgobernar al ganador de las <strong>el</strong>ecciones… ¡Y no se<br />

deje dispersar por <strong>el</strong> ego que estamos con los tamagochis y no con los<br />

políticos!; mientras que no se confirme lo contrario, todavía no son<br />

exactamente sinónimos aunque sean tan programables los digitales como<br />

los programables gobermangantes. Para ahorrarle trabajo como rata de<br />

hemeroteca le informo que los políticos se dedican a engordar sus censos<br />

con los presos de las cárc<strong>el</strong>es (a los que no les van a dejar votar) y con<br />

los abu<strong>el</strong>os de los asilos a los que obligan a votar bajo la amenaza d<strong>el</strong><br />

Pacto de Toledo.<br />

—Cada vez me gusta más su carácter y su discreción así que será un<br />

placer que mantenga la palabra que tan atentamente escucho. Cuente los<br />

derechos de los tocomochos para que mi asombro no vu<strong>el</strong>va a ser<br />

sorprendido jamás.<br />

—Para que su sorpresa no vu<strong>el</strong>va a sentir extrañeza, le informaré que<br />

a los tamagochis les han concedido cierta cualidad de alma porque <strong>el</strong> día<br />

de san Antón, los fi<strong>el</strong>es acuden a la ermita con sus mascotas domésticas.<br />

La decadencia actual ha permitido incluir entre <strong>el</strong>las a los tamagochis que<br />

los curas bendicen con recogimiento, como si la gloria de dios fuera a<br />

tener en cuenta a estos programas cuando lleguen al ci<strong>el</strong>o después de<br />

suicidarse.<br />

330


—¿Cómo un tamagochi va a dejar de ser una cosa o desde cuándo se<br />

bendicen las cosas? Tengo que interrumpirla porque a veces no sé si<br />

habla en serio o está de cachondeo; imagino que con lo de la bendición<br />

se estará refiriendo al famoso Antón Pirulero y no al Antón santo.<br />

—¡No Sancho! Me estoy refiriendo a que <strong>el</strong> día de su patrón, los<br />

animales son enaltecidos en honor al santo Antón. Acuden a la iglesia<br />

acompañados de sus dueños para limpiarse <strong>el</strong> alma que sí deben tener<br />

con <strong>el</strong> agua bendita. Los que no acuden con animales, llegan con sus<br />

mascotas digitales en los bolsillos y los curas las bendicen exactamente<br />

igual.<br />

—¡Qué cosas se tienen que hacer para mantener a la f<strong>el</strong>igresía! ¿Por<br />

qué no los bendicen con <strong>el</strong> patrón de los humanos? Seguramente sea que<br />

la decadencia también ha llegado a la iglesia y <strong>el</strong> emperador Carolo V<br />

debería resurgir para capitanear otro Saco a Roma. Por lo que me<br />

informa, los timogachas no sólo se plantean la salvación de su alma sino<br />

que pueden estar a un paso de su beatificación.<br />

—No sé si será para tanto o si llegaremos tan lejos pero en lo que se<br />

refiere a contar sus derechos, va a ser fácil; aparte d<strong>el</strong> derecho a pagar<br />

impuestos, a ser atendidos y a estar bendecidos, sólo conozco uno más<br />

de momento: <strong>el</strong> de la eutanasia; deciden morirse cuando su desdicha<br />

supera a su estado vegetativo y se desconectan cuando quieren sin<br />

necesidad de pedir la anuencia d<strong>el</strong> Vaticano ni de su injusticia. [Ver Año<br />

mariano, Rompiendo las olas, <strong>El</strong> tercer milagro, <strong>El</strong> mosquetero.]<br />

—¿Es posible que tengan usurpado ese derecho a los programas bioilógicos<br />

y se lo concedan a los programas <strong>el</strong>ectrónicos? A ver si al final,<br />

son las timogachas las que dictan los derechos de los civilizombis y es <strong>el</strong><br />

germen de este sindios. Excepto <strong>el</strong> primer derecho, muchos ciudadanos<br />

querrían para sí mismos alguno de los otros tres que se les otorgan a los<br />

programochis y estoy seguro que Asuntos Sociales no presta tanta<br />

atención a necesitados, ancianos, enfermos y terminales.<br />

—Nos podríamos rayar con esta materia ciberética o perdernos con<br />

los gallos vaticanos, pero deje que me desahogue porque es tan inusual<br />

encontrarse con alguien con quien sentirse comprendida, que necesito<br />

expresar la intimidad más escondida. Quiero muchísimo a mi hija, es<br />

lo más hermoso y sensible que he visto en mi vida pero donde<br />

estamos, esto no basta. ¿Qué egomundo es <strong>el</strong> que va a heredar, con<br />

quién y cómo se va a r<strong>el</strong>acionar, qué tamagochis van a fabricar sus<br />

emociones?<br />

331


—Querida mujer, hay respuestas que se escapan de mi filosofía pero<br />

estoy seguro que no sucede así con la de don Quijote. Él maneja <strong>el</strong><br />

tiempo con tanta soltura que futuro y pasado conviven en <strong>el</strong> presente;<br />

para don Quijote, <strong>el</strong> tiempo es sólo un escondite para protegerse de los<br />

agentes de Matrix. Pregúnt<strong>el</strong>e lo que quiera que acertará con la<br />

respuesta más afinada que jamás vaya a escuchar.<br />

»Por sus presagios me puedo hacer una idea de lo natural en sus<br />

conexiones neuronales y es un placer compartir este diálogo y escuchar<br />

sus aclaraciones y desahogos. Nunca había pensado que un humano<br />

pudiera comportarse como si fuera un programa pero su experiencia en<br />

esta realidad supera con creces a la mía. Con la información que tiene<br />

¿no se despierta tensa y angustiada sudando en plena noche? ¿Cómo es<br />

capaz de hablar de los «programas» que nos rodean sin estremecerse?<br />

¿Cómo es capaz de vivir en medio d<strong>el</strong> caos y no perder la nitidez y la<br />

sutileza perceptiva? ¿Cómo es capaz de vivir en medio de esta<br />

artificialidad y mantener un rostro tan puro?<br />

—Es cuestión de acostumbrarse —dijo escépticamente la mujer<br />

sintiendo una alteración que le recorría <strong>el</strong> cuerpo—. Por supuesto que te<br />

sientes vivir en <strong>el</strong> filo de la navaja, con un pie en <strong>el</strong> rebaño y otro en la<br />

reb<strong>el</strong>día, una mano en <strong>el</strong> descontrol y la otra en la ecuanimidad. Para<br />

experimentar conscientemente <strong>el</strong> ego exógeno sólo se necesita<br />

r<strong>el</strong>acionarse con otra persona pero donde más se sufre es en la intimidad<br />

o en la confianza pero de la que da asco. Sufrir <strong>el</strong> ego de tu pareja o de<br />

un amigo facilita la concepción de tu propio ego porque te persuade d<strong>el</strong><br />

que puedas esgrimir subconscientemente. Si se quisiera retorcer la<br />

realidad se podría argumentar una ventaja de este sufrir: sirve para darse<br />

cuenta de lo que du<strong>el</strong>en algunos comportamientos, comentarios o<br />

incluso gestos que hacemos porque lastimarán al otro lo mismo que nos<br />

han dolido cuando los recibimos. Estos actos en contra d<strong>el</strong> cariño<br />

natural funcionan como una vara de medir «necesaria» para que la<br />

imposición de los caprichos encuentre algún límite. Yo no les encuentro<br />

ninguna excusa e intento evitarlos siempre que puedo pero por desgracia,<br />

<strong>el</strong> intento no implica que lo consiga de manera absoluta e impecable.<br />

Reconozco que <strong>el</strong> entorno influye poderosamente en <strong>el</strong> organismo y nos<br />

convertimos en nuestras propias víctimas por los actos descontrolados<br />

que cometemos a causa de las circunstancias. ¿Cómo sería <strong>el</strong> vivir si no<br />

hiciera falta esta vara de medir inhumanamente «necesaria»? Por lo<br />

menos evitaríamos nuestro propio dolor de conciencia, <strong>el</strong> estado más<br />

332


insoportable de los que conozco. [Ver Leyenda urbana, Scarie movie, <strong>El</strong><br />

último escalón, <strong>El</strong> cuervo, Sé lo que hicisteis <strong>el</strong> último verano, <strong>El</strong> arte de morir.]<br />

»Como casi todo <strong>el</strong> mundo, tuve una experiencia afectiva; mientras<br />

que duró <strong>el</strong> enamoramiento era como se cuenta en las leyendas pero<br />

cuando los egos afloraron por los poros de la pi<strong>el</strong>, la altivez en <strong>el</strong> trato, la<br />

avidez en <strong>el</strong> rostro, la deshonestidad en los comportamientos y la<br />

deslealtad en <strong>el</strong> amor, substituyeron a lo sublime, a lo eterno, a lo<br />

sensible y apareció <strong>el</strong> odio.<br />

»<strong>El</strong> matrimonio es un proceso gracias al cuál, la pareja deja de ser la<br />

persona que <strong>el</strong>iges para compartir (entre otras cosas) los problemas o las<br />

intimidades, a ser <strong>el</strong> problema al que además no le puedes contar ni las<br />

intimidades ni <strong>el</strong> problema.<br />

—¿A quién se los cuentas?<br />

—A otra pareja.<br />

—… —Sancho—.<br />

—Pueden ser amigos, amantes, vecinos, compañeros, peregrinos…,<br />

pero nunca tu esposo —completó la mujer—. Desde que apareció «lo<br />

otro» (<strong>el</strong> odio), soy consciente de que <strong>el</strong> ego es la madre de todas las<br />

batallas; desde entonces subsisto sin emociones programadas pero sin<br />

perder la energía vital; y por supuesto, desde entonces intento controlar<br />

al ego con muchísima atención y borrar todo lo que padezco, siento y sé<br />

de <strong>El</strong> Programa.<br />

—Si <strong>el</strong> enamoramiento era <strong>el</strong> antídoto que mantenía al ego<br />

desterrado ¿por qué no siguieron enamorados para toda la vida?<br />

Como la respuesta no apareció por la boca de la mujer sino que se<br />

presentó a través d<strong>el</strong> brillo de sus ojos, Sancho lo intentó por otro lado.<br />

La determinación de mantenerse callado debe haber tenido su momento<br />

pero puede que se esté diluyendo <strong>el</strong> efecto de la decisión. ¿Por qué<br />

caducan las decisiones? ¿Cuándo aprenderá <strong>el</strong> escudero que también se<br />

puede dialogar con silencio? Sentirse <strong>el</strong> protagonista de la palabra es un<br />

vicio difícil de superar; tanto hablar y hablar para olvidar <strong>el</strong> significado<br />

etimológico de la palabra: Proto, primero; Agon lucha, competitividad.<br />

¿Son los protagonistas los primeros en agonizar? ¿Y los charlatanes y<br />

demagogos?<br />

<strong>El</strong> Ordenador Central de Civilización utiliza <strong>el</strong> acoso sistemático a<br />

la conciencia porque sabe que mientras que no se la deje en paz, no<br />

puede dedicarse a revisar las equivocaciones y daños provocados por <strong>el</strong><br />

ego. Por eso la mantiene constantemente entretenida con ruido: <strong>el</strong> de la<br />

333


t<strong>el</strong>e, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> ocio, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> negocio, <strong>el</strong> de las ilusiones, <strong>el</strong> de los problemas, <strong>el</strong><br />

de las conversaciones… junto a una batería de cosas que impiden que la<br />

conciencia realice su examen y que se disu<strong>el</strong>va, amontonando y<br />

superponiendo los desatinos. Para que no se pierda entre la batería de<br />

acosos se subrayará la confesión, <strong>el</strong> sacramento por donde «<strong>El</strong> Sistema»<br />

encauza la obtención d<strong>el</strong> perdón a través de la penitencia que nada tiene<br />

que ver con <strong>el</strong> que se necesita d<strong>el</strong> receptor directo d<strong>el</strong> maltrato. Como<br />

dice don Quijote, la ahimsa transforma cuanto toca. Una confesión pura,<br />

acompañada por la promesa de no volver a pecar jamás, hecha a quien<br />

deba recibirla, es <strong>el</strong> tipo más puro de arrepentimiento. Muy lejos de <strong>el</strong>lo,<br />

se consigue de muchas maneras que la persona que provoca la herida no<br />

reflexione con suficiente sosiego lo que ha hecho y desde los detalles más<br />

insignificantes hasta las decisiones más siniestras, se perpetúa la infamia<br />

con total impunidad casi subconsciente.<br />

La actitud que mantiene <strong>el</strong> capataz Ánsar con respecto a la guerra de<br />

Irak es un claro ejemplo de civilizombi que no es capaz de dejar que su<br />

conciencia reflexione; ahora sabemos que nadie le va a prohibir que la<br />

disipe con <strong>el</strong> vino antes de conducir. ¡Qué ang<strong>el</strong>ito! Ha descubierto él<br />

solito la pócima con la que los dioses acallan la conciencia de los esclavos<br />

desde hace miles de años.<br />

No han pasado 24 horas<br />

desde que la ha armáo este tío<br />

y prepárense para escuchar<br />

porque ¿la puede volver a cagar<br />

o no tendrá glándula pineal?<br />

Como pasa muchos sábados<br />

se c<strong>el</strong>ebra un derby importante<br />

y acudir al campo o a un bar<br />

es algo esencial en Matrix.<br />

Se habían comprometido<br />

a pasar la tarde unidos<br />

porque <strong>el</strong> niño estaba enfermo<br />

y no era plan mandarlo a paseo.<br />

¿Entonces que va a pasar?<br />

Lo que todos se pueden imaginar:<br />

que ha pergeñado una mentira<br />

para tener la excusa divina.<br />

¿Qué excusa tiene <strong>el</strong> marido<br />

para darse tan fácil <strong>el</strong> piro?<br />

334<br />

Pues que tiene que dar un presupuesto<br />

tan urgente y tan recompuesto,<br />

y ahora que están con la crisis<br />

no lo pueden ¡por dios! despreciar.<br />

La esposa está escamada<br />

porque ya se las sabe todas<br />

a fuerza de tanto mentir<br />

se conoce todas las mentiras.<br />

Se ha hecho un poco la tonta<br />

porque tiene un plan B<br />

que quizá porque no se sepa<br />

o por la cuestión que sea<br />

no nos vamos a entrometer.<br />

Tal y como marcha <strong>el</strong> mundo ahora<br />

mentir es de lo de más habitual;<br />

pregunten al capataz Aznar,<br />

y esténse pero que muy al loro<br />

con las armas de destrucción masiva<br />

y cara que se le pone de Pinocho.


¿Alguien sabe si los mentirosos<br />

son capaces de reconocer<br />

que mienten más que hablan<br />

como un psicópata hace muy bien?<br />

Los unos a por aerosoles,<br />

los otros a por los goles<br />

y la otras con quien no se sabe,<br />

<strong>el</strong> caso es que por lo que sea<br />

la vida es una opereta.<br />

Si vieran al curioso padrazo<br />

cantando los goles por tangos,<br />

no podría concebir nadie<br />

que ha dicho una gran mentira<br />

y que no está ni arrepentido.<br />

La fuerza de la costumbre<br />

en contra de la d<strong>el</strong> cariño<br />

parece que sólo guerrea<br />

porque no sabe vivir en paz.<br />

Todos tenemos muy claro<br />

lo que es la ansiedad;<br />

si las mentiras son una causa<br />

¿cuálas serán las demás?<br />

Vivir con tanto fingi-miento<br />

causa daños colaterales<br />

y seguramente <strong>el</strong> más grave<br />

es <strong>el</strong> de no saber diferenciar<br />

cuándo se está actuando<br />

o si viven interpretando.<br />

«¡Menudo chasco!» pensarán<br />

porque ¡alguien despierto estará!<br />

Pero si algo raro pasara<br />

piensen que lo más difícil<br />

es que la realidad cuenten<br />

y sin embargo lo más fácil es<br />

que les corneen con La mentira.<br />

Cuando se miente tantísimo,<br />

Nadie conoce a nadie,<br />

y sugiriendo esta p<strong>el</strong>i<br />

es sencillo que puedan entender.<br />

Ubiquen en este contexto<br />

entre tanta mentira divina<br />

<strong>el</strong> libro que están leyendo<br />

que habla de la realidad real<br />

aunque muchos traten de pensar<br />

que es una alucinación más<br />

d<strong>el</strong> caballero don Quijote<br />

y d<strong>el</strong> inmortal escudero Sancho.<br />

Es una gran casualidad<br />

que <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do<br />

utilice nueve sílabas<br />

por causalidad entresacadas<br />

para escribir un decasílabo<br />

que a veces harta tanto contar.<br />

Incluso creerán tener un dilema<br />

porque ¿a quién hacer caso?<br />

Si es a la mismíta vida<br />

ya saben que es de mentira;<br />

si es al jodido esclavajo<br />

ya saben que se van al paro;<br />

si fuera un partido de fútbol<br />

están comprando a los árbitros;<br />

si fuera para invadir a Irak<br />

suicidan a los ONUinspectores<br />

como pretendan decir la verdad.<br />

Si fuera robando de los<br />

contribuyentes y sus impuestos<br />

lo hacen con tanto descaro<br />

que inventan patrañas muy cutres:<br />

un Jaguar que se han encontrado<br />

en <strong>el</strong> garaje de un robador<br />

que sin saber de dónde ni ¿«cómol»?<br />

«¡ha aparecido!» y al carajo.<br />

<strong>El</strong> uno con <strong>el</strong> vino y las Azores,<br />

<strong>el</strong> otro con Jaguar invisible,<br />

<strong>el</strong> Pepiño de Villa PSOE<br />

y <strong>el</strong> otro que falta Carlos Fabra.<br />

¿Qué hacemos con tanto pajarraco<br />

tan descarados y tan corruptos,<br />

más golfantes que los proxenetas<br />

más ridículos que <strong>el</strong>los mismos?<br />

No voy a seguir hablando<br />

de Camps, de Roca ni de la Rosa<br />

ni tampoco d<strong>el</strong> íntimo d<strong>el</strong> rey<br />

Diego Prado y Colón de Carvajal.<br />

335


Si se quisiera hablar y contar<br />

sobre esta panda de paladines<br />

de la corrupta realidad de España,<br />

se nos iría <strong>el</strong> santo al ci<strong>el</strong>o<br />

y la bilis saldría a nuestro encuentro.<br />

No es plan que encima que roban,<br />

nos amarguen además la vida.<br />

¿Quién pone <strong>el</strong> cascab<strong>el</strong> a las gatas<br />

que además de ser psicópatas<br />

joden a los varones y mucho<br />

y se joden <strong>el</strong>las a la vez?<br />

¡Qué decir de las mujeres<br />

si es que no se ha dicho ya!<br />

pues entonces se dirá seguro<br />

336<br />

antes de que se llegue al final.<br />

No sé si en algún momento<br />

se habrá referido la nota<br />

que las madres, también las mujeres<br />

están especialmente jodidas<br />

por ser especialistas las diosas<br />

en este ión de la programación<br />

de la subespecie esclavizada,<br />

por compartir <strong>el</strong> mismo sexo y don:<br />

<strong>el</strong> de la milagrosa fecundación,<br />

por sus ovarios y por su b<strong>el</strong>dad.<br />

¡Qué lindas y maravillosas son<br />

las mujeres y las diosas no!<br />

Hubo un tiempo todavía anterior al que se produce este encuentro en <strong>el</strong><br />

que las normas sociales se regían por <strong>el</strong> mandamiento «Ojo por ojo,<br />

diente por diente» que la anterior anomalía sistémica se encargó de<br />

desterrar. La enseñanza natural que se puede recibir de cualquiera de los<br />

daños que produce <strong>el</strong> ego es: «Voy a hacer lo imposible para que lo que<br />

tanta pena me causa, no se lo haga sufrir a nadie jamás». Pero más bien<br />

su<strong>el</strong>e ser: «Tú me das con una patada, yo te devu<strong>el</strong>vo con una coz» o<br />

«Para la próxima, ¡te espero!».<br />

La conciencia es algo tan poderoso que por muy drogada que<br />

intentan tenerla, todo <strong>el</strong> mundo se da cuenta de los trapis que hace, de la<br />

deslealtad con la que se comporta y d<strong>el</strong> dolor que se provoca. Que se<br />

retrase la reflexión con ruido de t<strong>el</strong>evisión conduce a la depresión que<br />

como la muerte, llega inexorablemente aunque retrasen su aparición con<br />

entretenimientos para la una y antioxidantes para la otra. ¿Cómo es la<br />

vida mientras que sucede <strong>el</strong> entretenimiento? ¡Es un desastre!, como<br />

Sancho cuando atosiga hasta a las lágrimas de la inolvidable mujer.<br />

—Continúe explicando qué es un programa porque las<br />

interrupciones y dispersiones de mi ego no dejan que se concentre<br />

—importunó Sancho—. Olvide los desplantes d<strong>el</strong> amor que todos<br />

hemos catado su dolor y ya se sabe: «Mal de muchos, consu<strong>el</strong>o de<br />

tontos». ¿Cómo es posible que un programa con rastas quiera tantísimo a<br />

su hija?<br />

—Todo «Programa» que se crea debe tener un objetivo<br />

—explicó la mujer después de secarse una lágrima escapada de su<br />

afecto—; aqu<strong>el</strong> que no lo tiene es borrado. Pareces no entenderlo.


—Hasta ahora nunca había…<br />

—…¿oído a un «programa» hablar de amor?<br />

—¡Es una emoción humana!<br />

—¡No! es una palabra, lo que importa es la conexión que <strong>el</strong>lo<br />

implica.<br />

—Usted está enamorada. ¿Qué sería capaz de dar a cambio de<br />

mantener esa conexión?<br />

—Cualquier cosa.<br />

—Tal vez, <strong>el</strong> motivo por <strong>el</strong> que ambos estamos aquí no sea tan<br />

distinto.<br />

—Somos nosotros mismos los que nos aferramos al ego<br />

olvidándonos de estar enamorados —continuó la mujer después de un<br />

respiro —; somos nosotros mismos los que lo retenemos junto a cada<br />

uno, los que nos dejamos emb<strong>el</strong>esar por su éxito, los que nos<br />

escondemos detrás de sus apariencias, los que nos justificamos con sus<br />

mentiras, los que colaboramos para continuar siendo un programa<br />

egoísta; pero también podríamos liberarlo, dejarlo que se fuera por uno<br />

de los agujeros negros a la Federación Galáctica de la que nunca tendría<br />

que haber salido. Que los civilizombis tengan miedos o dudas para tomar<br />

la decisión de desterrarlo no amaina la cólera d<strong>el</strong> ego; que los<br />

civilizombis no sean conscientes de su egolatría no impide que perciban<br />

conscientemente <strong>el</strong> dañino ego de los otros ni que lo sufran; que los<br />

civilizombis se justifiquen con la nana «Toma Daca», o sea, «Hoy por mí,<br />

mañana por mí» no tiene ningún sentido, ni común ni privado.<br />

—Si tanto hoy como mañana es siempre por mí, entonces ¿<strong>el</strong> «daca<br />

toma»? —se le escapó a Sancho la interrupción.<br />

—Justificar los estragos que causa <strong>el</strong> ego con la esquizofrenia<br />

colectiva no mitiga sus efectos. A veces se presume: «como me tratan así<br />

a mi «yo», también «yo» los va a maltratar así; debe de ser ley de vida,<br />

debe de ser lo natural». <strong>El</strong> que más sufre con las embestidas d<strong>el</strong> ego es<br />

uno mismo porque su conciencia susurra constantemente que eso no<br />

debe ser así. Para no ahogarte en ese juego de despropósitos ¿qué haces?<br />

¿te aíslas, te metes en una comunidad tibetana, cortas con todo lo que te<br />

rodea, te vu<strong>el</strong>ves loca…?<br />

»No saber lo que se quiere es algo altamente contagioso que nos<br />

arrastra al caos. Extendemos nuestro marasmo de dudas y dispersiones a<br />

todo lo que nos rodea: cosas, personas, animales, árboles… Si le llama la<br />

atención <strong>el</strong> maltrato que reciben animales y árboles es porque no ha<br />

337


sufrido directamente las embestidas d<strong>el</strong> ego o porque los canaliza de<br />

manera budista. Hoy día no sabemos lo que queremos porque <strong>el</strong> ego se<br />

encarga de interferir en <strong>el</strong> sentido común y continuamente nos<br />

preguntamos: ¿quiero esto o quiero lo otro? o incluso ¿podría querer lo<br />

de más allá o lo de ultramar? Este tipo de disquisiciones su<strong>el</strong>en ser<br />

decididas por <strong>el</strong> ego más recóndito, por esto tengo tanto miedo de la<br />

parte d<strong>el</strong> ego que desconozco. ¿Se ha sentido postre alguna vez?<br />

—De los postres sólo sé que los suculentos son escritos por un tal<br />

Merovingio.<br />

—¡No Sancho!, me refiero a que si alguna vez ha sentido «Te utilizo<br />

por si me aburro pero si tengo cualquier otra cosa que hacer, paso de ti»<br />

—citó la mujer—; «si me canso con la otra alternativa, entonces te<br />

mando un SMS y cambio de plan a mi antojo para que mi ego caprichoso<br />

satisfaga su ansiedad hasta llegar a la indignidad».<br />

—¿Mandar un SMS es lo mismo que ordenar algo?<br />

—Depende de a quién, puede ser una sugerencia o una orden. Las<br />

r<strong>el</strong>aciones personales se establecen en base a unas palabras que implican<br />

una serie de derechos y obligaciones implícitas que casi nunca están de<br />

acuerdo. Considerar que se tienen algunos derechos adquiridos sobre<br />

otras personas presume que se exijan o sobreentiendan unas respuestas a<br />

los requerimientos; por eso, un SMS puede ser una sugerencia o una<br />

orden dependiendo de lo tamagochizada que esté la r<strong>el</strong>ación. Hay tratos<br />

degradantes que se sufren con dolor y cuando se producen en ciertos<br />

ambientes sociales, se llega al conocido «maltrato de género», «mobbing»,<br />

acoso escolar, acoso parental…<br />

—¿Cómo es posible que eso no se pueda controlar?<br />

—Se controla en unos casos y en otros no tanto.<br />

—Pero si se puede controlar unas veces, ¿por qué no se controla<br />

siempre?<br />

—Quizá se trate de un difícil desequilibrio en <strong>el</strong> que cada uno se<br />

comporta o se justifica como se lo permiten las circunstancias; esto<br />

incluye que las más de las veces, cualquier ego impertinente de un<br />

descontrolado se presente en la reunión maltratando a los receptores.<br />

»Por lo que dice, usted es víctima de una irrefrenable necesidad de<br />

preguntar y es fácil que disperse los discursos por vericuetos que dejan<br />

todo sin aclarar. ¿Le sucede siempre?<br />

—A decir verdad, aunque don Quijote me lo tiene que recordar en<br />

más ocasiones de las que me gustaría, no se puede imaginar la cantidad<br />

338


de veces que me tengo que morder la lengua para no interrumpirle con<br />

mis preguntas ni andarle por las ramas. Sólo con él me pasa de esta<br />

manera porque con <strong>el</strong> resto, es fácil que mi charlatanería se deje llevar.<br />

—¿Por ejemplo conmigo?<br />

—Mmm ¡También! Aunque me he dado cuenta d<strong>el</strong> mensaje<br />

subliminal, preguntar a discreción es algo que no puedo controlar.<br />

—Pues eso es lo que pasa con <strong>el</strong> ego; ¡que sale cuando menos te lo<br />

esperas! y cuando sale, maltrata al receptor pero sobre todo al emisor.<br />

—Aunque cause más molestia de la que debería, cuando un niño<br />

hace una «pregunta difícil» se intenta explicar como sea porque para<br />

entender <strong>el</strong> Programa Matrix hace falta mucho más que una tesis<br />

doctoral. Pero cuando las preguntas las hace un mayor d<strong>el</strong> que se supone<br />

que debería haberse replanteado algunas cuestiones para no evidenciar su<br />

superficialidad, mostrar las contradicciones d<strong>el</strong> ego es más p<strong>el</strong>iagudo.<br />

—Creo —siguió la pista <strong>el</strong> escudero— que ahora sí he comprendido<br />

la r<strong>el</strong>ación entre las no sólo timogachas sino los muñecos, juguetes,<br />

escu<strong>el</strong>a o Programas con I.A. y <strong>el</strong> perfeccionamiento d<strong>el</strong> ego. Seguro que<br />

tan bien como lo conoce, sabrá alguna solución.<br />

—Todo está tan tergiversado que no se encuentra <strong>el</strong> remedio<br />

—contestó la mujer—. Porque nos es inculcado desde la infancia, <strong>el</strong> ego<br />

manifiesta su crudeza y su severidad desde muy temprano. Cuando era<br />

niña y no eran considerados malos tratos, un regaño o un cachete<br />

solucionaban los achaques d<strong>el</strong> capricho pero cuando superas los treinta y<br />

puedes denunciar hasta a las fantasías, ¿quién es <strong>el</strong> guapo que regaña al<br />

reincidente ego?<br />

—Se pueden hacer tres respiraciones profundas en cuanto aparezca y<br />

torear al ego como si fuera un miura.<br />

—No se puede lidiar con <strong>el</strong> ego como si fuera un toro, porque<br />

mientras que uno se puede esquivar con <strong>el</strong> capote, <strong>el</strong> otro va derecho al<br />

cogote.<br />

—Si se pusiera la nariz roja cuando la víctima d<strong>el</strong> ego entra en<br />

acción, todos sabrían ante qué es lo que están.<br />

—Eso está muy bien si se escribe en un libro —objetó la mujer—, <strong>el</strong><br />

universo en <strong>el</strong> que este tipo de arreglos puede suceder; pero la realidad<br />

no enciende las narices ni apaga las iras ni soluciona la esquizofrenia<br />

global.<br />

La presencia de Don Quijote no dejaría pasar inadvertida una<br />

solución a la neurosis colectiva que <strong>el</strong> caballero conoce a la perfección y<br />

339


que nada tiene que ver con <strong>el</strong> suicidio de la I.A., con las narices rojas,<br />

con lo tergiversado que está todo, con tres respiraciones profundas, con<br />

echar capotes al ego ni con no lo sé.<br />

La vida en una gran ciudad facilita que las personas se confundan<br />

con los personajes que representan por lo impersonal, distante y disperso<br />

de las r<strong>el</strong>aciones. «¿Con lo bien que se llevaban? ¿Si era un varón<br />

ejemplar?» —su<strong>el</strong>e escucharse después d<strong>el</strong> suceso de las tragedias—.<br />

Ocultarse detrás de las apariencias es lo más sencillo porque siempre y al<br />

final, nadie sabe cómo ha sido ni sobre todo, quién ha sido, si <strong>el</strong> ego, <strong>el</strong><br />

alter ego o <strong>el</strong> alter ego d<strong>el</strong> ego. Si somos tantos yo ¿quién soy yo…<br />

…para decir la solución?<br />

La vida en manada impide esta conspiración porque las cartas se<br />

ponen boca arriba y la vida deja de estar dividida: Aparentar cuando<br />

todos saben todo de todos es imposible y caer en la tentación de fingir,<br />

deja de ser plausible. Muchos podrán objetar que la vida en <strong>el</strong> mundo<br />

rural está llena de cuchicheos y calumnias pero también podrían acertar<br />

que sabiéndolo, se pueden evitar. La ventaja de vivir en comunidad<br />

conociendo todos sus integrantes todo lo que hay, neutraliza <strong>el</strong> virus de<br />

la apariencia porque no cabe en <strong>el</strong> lugar y la esquizofrenia queda<br />

desterrada o se deja en la gran ciudad. Como en todos los dilemas, cada<br />

cuál sabrá decidir la <strong>el</strong>ección que más le convenga. ¿Prefiero vivir en la<br />

ciudad sabiendo que <strong>el</strong> ego me va a descontrolar o prefiero vivir en<br />

comunidad para que d<strong>el</strong> ego me pueda despreocupar?<br />

Esta pausa en <strong>el</strong> discurso literario es un recurso que nada tiene que<br />

ver con <strong>el</strong> retablo. Tanto se podría hablar de lo distinta que es la vida en<br />

manada o en comunidad, que dejarlo tan en corto, sólo es para no<br />

sospechar. Mientras que cada uno se despeja la pregunta, dejemos que<br />

siga <strong>el</strong> escudero porque lo que voy a sospechar es que mi ego se ponga a<br />

parrafear.<br />

—¿Es usted una lectora?<br />

—¡Qué raro pregunta usted! ¿Por qué insiste en la potencialidad<br />

lectora?<br />

—Cada uno sabe <strong>el</strong> porqué de las preguntas que hace.<br />

—Soy una yonki de la t<strong>el</strong>evisión; por las noches la pongo en silencio<br />

para que su compañía no difumine totalmente la intimidad y sólo así<br />

puedo leer con tranquilidad.<br />

340


—¡Pues tiene que leer la transcripción de este retablo! porque al<br />

protagonizarlo, nos perdemos las anotaciones que hace su transcriptor y<br />

que son de gran utilidad para entender su intríngulis.<br />

—¡Me encantaría que lo leyéramos juntos! Apunte <strong>el</strong> número de mi<br />

móvil y en cuanto <strong>el</strong> Retablo salga a la luz, llámeme que dejaré lo que<br />

tuviera entre las manos para atender a lo que sea después.<br />

—¡Mal negocio <strong>el</strong> de los móviles! No sé si esta será la época de los<br />

malos tratos generalizados o la de los t<strong>el</strong>éfonos móviles interceptados.<br />

[Según fuentes periodísticas, de las que mejor es no fiarse pero que algo<br />

querrán decir, uno de cada tres jóvenes en <strong>el</strong> Reino Unido con edades<br />

comprendidas entre los 16 y 24 años, podría vivir sin sexo, bebidas<br />

alcohólicas o té pero no sin su t<strong>el</strong>éfono móvil.] Todo <strong>el</strong> mundo tiene un<br />

móvil ¿para qué valen?<br />

—La verdad es que no lo sé —sollozó la mujer— porque cada vez<br />

me siento más sola en medio de este espacio súper comunicado en <strong>el</strong> que<br />

cuando buscas a Alguien no encuentras a nadie. Que <strong>el</strong> mayor anh<strong>el</strong>o sea<br />

<strong>el</strong> de cariño real me indica que su carencia es brutal; agarrarme a usted<br />

como a un clavo ardiendo porque me siento íntimamente comprendida,<br />

denota que a mi alrededor no encuentro esta dimensión d<strong>el</strong> compartir.<br />

Serás inolvidable para <strong>el</strong> resto de mi vida.<br />

—Cada vez entiendo menos <strong>el</strong> progreso —dictaminó Sancho—. Si<br />

quiere flipar con la dimensión est<strong>el</strong>ar de un encuentro, quiéralo con mi<br />

maestro porque con él, lo inolvidable se convierte en eterno. Deje los<br />

números que me bailan en la memoria que seguro que cuando sea<br />

menester, volveremos a encontrarnos con vuesa merced.<br />

—¿Cómo se consigue esto? ¿Cómo tiene la seguridad de que se<br />

producirá la casualidad? La mayoría de las mujeres ponemos nuestra<br />

f<strong>el</strong>icidad en un recuerdo.<br />

—Para este tipo de cuestiones, —dijo Sancho señalando a don<br />

Quijote—, lo mejor es que pregunte al Andante; recuerdo que en una<br />

ocasión le escuché decir que los caballeros ponen su f<strong>el</strong>icidad en la<br />

f<strong>el</strong>icidad de la dama que aman. Seguro que si se encuentra con él, hilará<br />

una conversación intensa sobre la sutil f<strong>el</strong>icidad.<br />

—¿Dónde está?<br />

—Se ha apartado a observar este circo, un circo mitad medieval<br />

mitad virtual escondido detrás d<strong>el</strong> feudalismo audiovisual. Por la<br />

experiencia que tengo en este tipo de lides le puedo anticipar que aparte<br />

de desterrar las casualidades, desintoxique al cuerpo de los vicios que le<br />

341


enferman antes de que los vicios acaben con usted y medite todo lo que<br />

pueda. Practique alguna actividad deportiva y sienta unas veces y perciba<br />

otras; así sobrevendrá <strong>el</strong> encuentro igual que se ha producido éste.<br />

»Para que vea que estamos en <strong>el</strong> mismo barco, le diré que<br />

acertaremos con Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i, a la sazón caballero Alcor,<br />

que no vemos desde hace 400 años. No pierda vista a la tranquilidad de<br />

mi maestro que sin alterarse lo más mínimo, continúa con la andanza<br />

como si este detalle fuera menor. ¡Sienta la Vibración de la fuerza y <strong>el</strong><br />

encuentro se producirá causalmente!<br />

—¿Ni <strong>el</strong> nombre hace falta conocer?<br />

—Tengo la memoria tan blanda, que olvido nombres y números a la<br />

par; pero descuide que una mirada como la suya y un encuentro como<br />

este, jamás lo podré olvidar.<br />

—¡Qué difícil me lo pone querido Sancho!<br />

—¡Más difícil me lo ha puesto usted! Le confesaré que <strong>el</strong><br />

descubrimiento de los tamagochis es superior a lo que mi alma puede<br />

padecer o mi ego puede aguantar. Y en lo demás de vuestras<br />

pretensiones, dejad <strong>el</strong> cuidado al tiempo, que es gran maestro de dar y<br />

hallar remedio a los casos más desesperados. Quedamos pues a la espera<br />

de que <strong>el</strong> encuentro aparezca en <strong>el</strong> tiempo. Por cierto ¿sabe usted si los<br />

esquizofrénicos se pueden enterar de que están esquizofrénicos?<br />

—Pregúntes<strong>el</strong>o a Alice Almenara en Los renglones torcidos de dios.<br />

—¡Gracias por la bibliográfica respuesta y por <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> encuentro!<br />

—dijo <strong>el</strong> escudero despidiéndose—. Se nota que somos gentes de libros.<br />

—Antes me has preguntado —recordaba todavía la inolvidable<br />

mujer— por <strong>el</strong> qué me mantiene tan tensa y angustiada cuando me<br />

despierto sudando en plena noche. No lo he querido responder porque<br />

reservaba esta consideración para la más estricta intimidad conmigo o si<br />

acaso, con mi amor; pero después de este encuentro que puede las vidas<br />

transformar, te responderé para por fin sacar lo que tengo más dentro y<br />

no olvidar jamás al hombre con <strong>el</strong> que me pude desahogar. Lo que me<br />

despierta sudando en medio de la noche no es <strong>el</strong> trabajo, me gusta<br />

trabajar. Siempre me ha encantado <strong>el</strong> trabajo. Lo que me angustia es <strong>el</strong><br />

juego, <strong>el</strong> juego Sancho. Y ¡qué bien se me da!<br />

Por las mejillas de la mujer comenzaron a caer lágrimas de consu<strong>el</strong>o<br />

que provocaron que bajara la cara pero pudo seguir respondiendo y<br />

llorando a la vez. Secada <strong>el</strong> agua salada que de la nariz caía también, pasó<br />

a terminar de compartir la declaración mirando a Sancho a los ojos.<br />

342


—Me aseguraba de caer bien a los de arriba —siguió la mujer un<br />

poco entrecortada—. Por la noche pensaba en mi cabeza: ¿caigo bien a<br />

todos los que pueden ayudarme? ¿caigo bien a los que pueden hacerme<br />

daño? Nadie creía que fuera una perdedora, yo no ofendía a nadie, a<br />

ninguna amiga ni amante. Es <strong>el</strong> juego. Todo lo que hago es por<br />

encontrar una justificación o una respuesta. Pero ¿sabes qué? Me está<br />

enseñando a vivir al margen d<strong>el</strong> juego, me está enseñando a vivir y ¿sabes<br />

lo que me asusta aún más?<br />

Pasó un efímero instante de los que Sancho puede convertir en<br />

terrenal aunque no se lo proponga pero ha sido capaz de no interrumpir<br />

<strong>el</strong> silencio con ninguna pregunta al respecto. Debe de haber percibido<br />

que la confesión de la intimidad requiere de un tacto tan d<strong>el</strong>icado que no<br />

entra la curiosidad.<br />

—¿Quieres saber lo que de verdad me sucede? —concluía la<br />

mujer—. Lo que intento es no despedirme de ti, intento decirte que te<br />

echaré de menos, intento olvidarte pensando, «Sancho: caso cerrado<br />

sabiendo que no lo conseguiré. Te doy las gracias por haber compartido<br />

este viaje conmigo. ¡Hasta siempre querido Sancho! Has conseguido que<br />

me sienta plenamente f<strong>el</strong>iz. No dejes que mi f<strong>el</strong>icidad se desvanezca en <strong>el</strong><br />

recuerdo.<br />

—Descuide mujer que es usted inolvidable. Sin que tenga que haber<br />

dios ¡le digo adiós!, o si prefiere le diré ¡hasta un luego! d<strong>el</strong> que todavía<br />

no sabemos cuándo, dónde ni porqué aunque ya sintamos que será con<br />

<strong>el</strong> mismo amor.<br />

«Han pasado casi tres lustros<br />

desde que conocí a mi marido<br />

paseaba con él por las tardes<br />

de los sábados y los domingos<br />

por <strong>el</strong> parque O´don<strong>el</strong>l y <strong>El</strong> Retiro.<br />

Cuando había un partido de baloncesto,<br />

mejor dicho de basket d<strong>el</strong> americano,<br />

lo veíamos juntos sentados<br />

como si fuéramos uno mismo.<br />

Cuando caminábamos juntos de la<br />

[mano<br />

unas veces en silencio y otras hablando,<br />

cuando nos mirábamos a los ojos<br />

unas veces sonriendo y otras llorando,<br />

cuando las caricias en su pi<strong>el</strong> o en la mía<br />

eclipsaban a la propia luz d<strong>el</strong> día<br />

la vida era tan diferente,<br />

como sabrá la mayoría de la gente,<br />

que ahora se encuentra <strong>el</strong> sentido<br />

en un bombón o en un cigarrito.<br />

Como los mandamientos de dios<br />

se han resumido sólo en dos<br />

las idioteces y lo aburrido<br />

que se hacen o se padece<br />

en una vida mortecina<br />

con la ilusión totalmente marchita<br />

porque todo te importa un pito.<br />

Cuando estábamos en la universidad<br />

queríamos cambiar al mundo<br />

sin saber que lo que iba a pasar<br />

343


era que la fuerza d<strong>el</strong> mundo<br />

nos iba a mutar la existencia<br />

por una absurda experiencia<br />

de la que no se sabe si tiene final.<br />

Conforme pasan los años<br />

aumenta mi inseguridad<br />

y en cada día que pasa de mi vida<br />

no sé por dónde tirar<br />

y por eso me pongo a llorar.<br />

¿Dónde estará todo aqu<strong>el</strong>lo<br />

que ahora sólo recuerdo<br />

que estoy segura de que me pasó<br />

y ahora no pasa por mi cuerpo?<br />

Si no fuera por la memoria<br />

que ayuda a recordar lo pasado<br />

aseguraría que es imposible<br />

que yo estuviera enamorada<br />

de un tío que ahora me importa<br />

un rábano y un pepino.<br />

¿Realmente me pasó lo que me pasó<br />

o nada de lo que nos ocurrió sucedió?<br />

Cuanto más escarbo en los recuerdos<br />

más claro que lo tengo no puedo<br />

algo me sucedió con mi marido<br />

algo idílico y maravilloso<br />

que ahora no encuentro ni a tiros.<br />

¿Por qué pasarán estas cosas?<br />

¿Por qué pasará siempre igual?<br />

¿Será que esto es <strong>el</strong> amor?<br />

¿Será que hay que cambiar de pareja?<br />

¿Qué es lo que realmente hace daño:<br />

dejar de amar o joder al «contrario?»<br />

Así pensaba la mujer poco después<br />

de haber colgado <strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono<br />

porque de sentirse juntos <strong>el</strong> mismo<br />

a tener un plan B<br />

han pasado sólo unos lustros<br />

pero muchísimos disgustos.<br />

¿Qué sentido tienen las cosas<br />

para qué amargarse la vida<br />

por qué engañar y ser engañado<br />

para qué tanta mentira?<br />

344<br />

Dejar de amar no hace daño,<br />

se puede sentir un naufragio<br />

d<strong>el</strong> que la experiencia te puede ayudar<br />

a saber que se puede pasar.<br />

Pero lo que sí que hace mucha pupa<br />

es joder al que tanto has amado<br />

arruinando la fid<strong>el</strong>idad,<br />

la confianza y la lealtad<br />

que no se tienen por qué acabar<br />

asestando una cornada infernal.<br />

Cuando estas cosas suceden<br />

y no se saben atajar a tiempo<br />

realmente a quienes dejan<br />

<strong>el</strong> sabor de la puta amargura<br />

es al que las cornadas asesta<br />

sea d<strong>el</strong> sexo que sea.<br />

Aquí no hay diferencias<br />

aquí no hay ni paridad<br />

porque cuando se habla de la conciencia<br />

la mierda de la política<br />

al infierno se la puede mandar.<br />

Es uno mismo <strong>el</strong> que se hace daño<br />

cuando actúa «sin principios»<br />

sobre todo porque se dan cuenta<br />

y te van abandonando gentes<br />

a las que puedes recordar<br />

<strong>el</strong> resto de toda la vida.<br />

No hay pena que se pueda espantar<br />

ni olvido que se pueda desear,<br />

la conciencia es tan poderosa<br />

que por mucho que se la quiera engañar,<br />

te mueres sin haberla hecho m<strong>el</strong>la<br />

ni aunque te pongas m<strong>el</strong>indrosa,<br />

usado <strong>el</strong> femenino genérico<br />

por la rima y no por <strong>el</strong> sexo.<br />

<strong>El</strong> uno con la mentira d<strong>el</strong> fútbol<br />

y no se sabe si con algo más,<br />

la otra con las llamaditas<br />

y no se sabe si hará algo más,<br />

crean un olor en la vida<br />

que no se sabe si es una pocilga.<br />

¿Por eso nos están «reportando»


lo de la gripe gorrina,<br />

porque comportarse como un cerdo<br />

nos lleva a compartir los virus,<br />

<strong>el</strong> hígado, <strong>el</strong> corazón y la barriga?<br />

Puede que tantos trasplantes<br />

hayan mutado a la especie suicida<br />

por otra más guarra todavía<br />

sucia, marrana y cochina.<br />

Mientras que Sancho se acercaba al caballero, se quedó pensando entre<br />

lo que ya sabía y lo que acababa de conocer. <strong>El</strong> escudero se sentía tan<br />

alterado que no sabía si era por la novedad tamagochizada o <strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>ectromagnetismo corporal. Sancho está tan ido que no se puede saber<br />

si ha notado <strong>el</strong> cambio de trato en la maravillosa mujer cuando sin querer<br />

despedirse lo ha tuteado. La cercanía que sintieron <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro es algo<br />

que sólo <strong>el</strong>los han vivido y por lo que nos toca de Sancho, está claro que<br />

ha sido intenso. Entretuvo su mirada por los alrededores porque su<br />

microprocesador necesitaba silencio mental para r<strong>el</strong>acionar la<br />

información recibida (¿o serenar la sensación profundamente sentida?);<br />

después la acomodará en algún lugar d<strong>el</strong> disco duro que ni Sancho ni<br />

nadie puede controlar; sólo se puede decidir que sea <strong>el</strong> sentido común o<br />

<strong>el</strong> subconsciente egotizado, <strong>el</strong> que se encargue de su almacenamiento en<br />

la memoria o en <strong>el</strong> olvido. Consideraba también de la mujer la grandeza<br />

de su valor junto a su rara discreción, que bien lo mostraba en <strong>el</strong> modo<br />

de contar su historia. ¿Será esto <strong>el</strong> amor? Repuesto d<strong>el</strong> ensimismamiento,<br />

Sancho atisbó a don Quijote y la causalidad lo dirigió hacia allá.<br />

—¡Eureka! —exclamó <strong>el</strong> escudero al llegar—. ¡Ya conozco la razón<br />

de todos los males, <strong>el</strong> nombre comercial d<strong>el</strong> Alien y la causa presente d<strong>el</strong><br />

entuerto! <strong>El</strong> virus que infecta de subconsciente al consciente tiene<br />

nombre oriental y aunque no sea insignificante, es tan diminuto como la<br />

psique. Tiene <strong>el</strong> tamaño de una nuez, tiene botones y se puede suicidar;<br />

también es posible que se pueda beatificar.<br />

—Dame la buena nueva que si no vas a estallar —solicitó don<br />

Quijote.<br />

—¡Se llama timogachi!. Inculca unos protocolos eficaces que se<br />

integran en <strong>el</strong> ego de los civilizombis y determinan la manera de<br />

codearse: si algo no funciona como sus caprichos imponen, o aprietan<br />

un botón o destrozan la r<strong>el</strong>ación<br />

—Será tamagochi a menos que lo quieras actualizar.<br />

—Es que menudo nombre; para recordarlo lo r<strong>el</strong>aciono con timo. Es<br />

un programa capaz de sentir.<br />

—¡Es una máquina <strong>el</strong>ectrónica programada, un programa con I.A!<br />

345


—Bueno, es un juguete «inofensivo», como todos, con <strong>el</strong> que se<br />

programa <strong>el</strong> ego de la gente desde su niñez; es <strong>el</strong> germen que nos muta<br />

en sapiens sapiens y <strong>el</strong> embrujo que nos convierte en agentes de Matrix<br />

con «Pensamiento Único».<br />

—¡Sancho, eres único! Simplificas en un chisme la entropía colosal.<br />

—¡Ya estamos hablando para los iniciados!<br />

—Matrix no es un tamagochi; los tamagochis son un producto más<br />

de Matrix para programar a los civilizombis. Los arquitectos de Matrix<br />

los venden para asegurarse <strong>el</strong> control de la subespecie suicida. Marchitan<br />

la consciencia desde la niñez porque saben que <strong>el</strong> subconsciente se<br />

programa ¡y cuanto antes se empiece mejor! y más efectivo será.<br />

—Estos capullos son perversos.<br />

—¿A quiénes te refieres?<br />

—A los tamagochis por supuesto que no: ¡a los dioses!, a los si se<br />

quiere simplificar se les podrá llamar los Illuminati o los Bilderbergs, los<br />

sionistas o los masones. Saben la génesis de este caos civilizado, saben<br />

que nos está chiflando, saben que nos está extinguiendo y ¡continúan<br />

con lo planeado!<br />

—Así es Matrix: La Historia de una equivocación.<br />

—Pues no sé si ahora <strong>el</strong> que simplifica es usted.<br />

—Es que es así de simple.<br />

—No me reprenda si lo que digo es una simpleza pero había<br />

pensado que si se invocara <strong>el</strong> suicidio colectivo de tamagochis, quedaría<br />

solucionado <strong>el</strong> entuerto d<strong>el</strong> ego —comentó <strong>el</strong> ingenuo escudero.<br />

—Ni <strong>el</strong> suicidio de todas las máquinas con int<strong>el</strong>igencia artificial<br />

solucionaría la realidad.<br />

—Pero no negará que sería un bombazo para la humanidad.<br />

Podría ser <strong>el</strong> despertador que acabara con la ceguera.<br />

—Podría ser; pero desconectar la I.A. es algo que pueden hacer los<br />

dioses, sólo <strong>el</strong>los tienen <strong>el</strong> poder para desorbitar los satélites.<br />

—Esta mujer parecía una iniciada, hablaba como si estuviera<br />

despierta y conociera <strong>el</strong> montaje Civilización; sus comentarios y lecturas,<br />

que recuerdan a los suyos, se contradicen con <strong>el</strong> pasmo generalizado que<br />

se siente en la sociedad. ¡Menuda master class me ha dado! Ha aportado<br />

otro sinónimo para los ciudadanos que ha pirateado de Matrix: ¡Nos<br />

llama «Programas»!<br />

—Muchos detalles de Matrix han sido advertidos por muchos<br />

civilizombis y <strong>el</strong> propósito de los dioses queriendo despertarlos de la<br />

346


pesadilla en la que hibernan estará haciendo <strong>el</strong> efecto oportuno.<br />

Encontrarás a muchos ciudadanos que viven en algún momento de su<br />

despertar. Su<strong>el</strong>en reaccionar aislándose poco a poco de lo que les rodea,<br />

se hacen más introspectivos y mantienen en la intimidad sus<br />

percepciones más sutiles. ¡Estamos en <strong>el</strong> momento d<strong>el</strong> despertar de la<br />

humanidad! ¡Por eso estamos aquí!<br />

<strong>El</strong> silencio reapareció mientras que observaban las circunstancias.<br />

Algunos caminantes se aíslan porque se cansan de estar maltratados. Las<br />

r<strong>el</strong>aciones que se mantienen dentro d<strong>el</strong> Programa Civilización están<br />

viciadas por <strong>el</strong> ego y hace más daño d<strong>el</strong> que imaginan. Cuando se está<br />

consciente de que <strong>el</strong> ego no se puede lidiar con cariño y no quieres<br />

infectarte con su cru<strong>el</strong>dad, lo natural es separarte lo suficiente como para<br />

no sufrir gratuitamente.<br />

Las fachadas de las casas que rodean la Plaza de Cervantes<br />

conforman un graderío desde donde los meta espectadores observaban<br />

lo que acontecía sobre la arena d<strong>el</strong> circo medieval. Desde sus ventanas<br />

pueden fijarse en espectadores y protagonistas con más perspectiva y con<br />

una longitud de onda que abarque la totalidad y no las pequeñas partes.<br />

Tanto si se observa con perspectiva como si se hace de cerca, es<br />

evidente y se puede afirmar que los civilizombis maltratan a los animales<br />

de manera machista aunque también puedan ser mujeres las que los<br />

custodien; los gestionan como si fueran productos de una biofábrica y la<br />

insensibilidad se contagia por doquier. La pareja observó los animales<br />

que se exhibían en <strong>el</strong> mercado; los que caminan (de entre los animales),<br />

estaban acorralados y a los que se podían escapar los mantenían<br />

enjaulados. Ovejas y cabras por un lado y gallinas de diversas partes d<strong>el</strong><br />

mundo, patos, ocas, perdices, faisanes y pavos reales por otro,<br />

conformaban los «dibujos animados» que consideraban tener bajo<br />

control.<br />

Junto a estos pájaros, había otro tipo de aves a las que mantenían<br />

confinadas pero de manera más sutil y esotérica; no necesitaban jaulas<br />

porque estaban apresadas por un mal de ojo que incluía <strong>el</strong> tenerlas<br />

esposadas cuando no rentaban. Los adiestradores saben que esta medida<br />

de seguridad es esencial porque los hechizos se pueden disolver y las<br />

aves se pueden escapar.<br />

Además de las esposas, las aves tenían otro <strong>el</strong>emento de control tan<br />

perverso como <strong>el</strong> anterior que consiste en mantenerlas encapuchadas<br />

para que la ceguera que no les provoca la psique de la cabeza, se la<br />

347


provoque la capucha en la cabeza, dos caras d<strong>el</strong> mismo bozal con<br />

idénticos efectos. ¿Serán psique y capucha sinónimos también? Entonces<br />

¿capucha y alma? Entristecido por <strong>el</strong> confinamiento de animales y<br />

caminantes, Sancho continuó con las aclaraciones.<br />

—¿Qué tipo de emb<strong>el</strong>eco es este que transforma rapaces en<br />

nazarenos?<br />

—No son aves nazarenas, ¡son aves reales!; las capuchas son<br />

necesarias para que funcione <strong>el</strong> maleficio que las mantiene encerradas<br />

bajo un encanto.<br />

—¿Se trata de un encanto sado-maso?<br />

—¡Qué imaginación tienes! A veces r<strong>el</strong>acionas más allá de las<br />

fantasías aunque sin duda, tiene mucho de sadismo. La capucha es para<br />

salvaguardar su control y sometimiento.<br />

—¡O para mantenerlas asustadas y paralizadas!<br />

—No necesariamente. <strong>El</strong> alcor, <strong>el</strong> gavilán o <strong>el</strong> halcón sólo han<br />

olvidado que pueden volar a cientos de kilómetros por hora y por ahora,<br />

conciben su existencia reducida subconscientemente a hacer gracias a los<br />

espectadores. <strong>El</strong> adiestramiento al que los han sometido ha propiciado la<br />

perversión d<strong>el</strong> honor y la dignidad que sienten cuando vu<strong>el</strong>an entre la<br />

brisa. Observa <strong>el</strong> entretenimiento que aprenderás parte d<strong>el</strong><br />

funcionamiento sutil de Matrix.<br />

Esto es lo que <strong>el</strong> escudero y cualquiera sabrían distinguir. <strong>El</strong><br />

escenario estaba en una parte de la plaza de Cervantes; <strong>el</strong> atrezzo estaba<br />

formado por unos cuantos soportes sobre los que estaban las aves<br />

preparadas para hacer las gracias mientras que bajo una jaima estaban las<br />

de repuesto. Las actrices eran las aves rapaces, los directores d<strong>el</strong><br />

espectáculo eran los adiestradores y los espectadores eran los de siempre:<br />

los ciudadanos. Para que funcione <strong>el</strong> espectáculo era necesario un cebo:<br />

los pitracos con los que recompensaban a las aves; pitracos que en otros<br />

escenarios se les llaman pan y toros. Estímulo-respuesta, estímulorespuesta;<br />

trabajo-dinero, trabajo-dinero; así funciona todo desde<br />

siempre que funciona <strong>el</strong> Retablo Civilización.<br />

Con un simple gesto d<strong>el</strong> brazo de sus adiestradores, las aves hacían<br />

las gracias a los espectadores que miraban desde las c<strong>el</strong>osías de las casas y<br />

a los protagonistas que estaban en medio de la plaza. Estaban las aves<br />

tan pendientes d<strong>el</strong> movimiento de los brazos de sus amos que no hacían<br />

falta las palabras pero eso sí, ¡después de cada gracia, un premio!; premio<br />

348


que en los escenarios políticos se llaman aplausos a los que responden<br />

con mendrugos: las gracias de los gobermangantes.<br />

Observando <strong>el</strong> entretenimiento de las rapaces, <strong>el</strong> entendimiento de<br />

Matrix puede quedar más patente. <strong>El</strong> águila real es un ave tan poderosa<br />

como hermosa, puede mirar directamente al sol a más de trescientos<br />

kilómetros por hora y abatir a un animal mucho más grande y pesado<br />

que <strong>el</strong>la. Si enjaulamos a esta ave de presa real, podemos convertirla en<br />

«<strong>El</strong> pájaro loco» virtual que diga y haga lo que le ordenemos. Si se<br />

empieza con su adiestramiento desde que es un pollo, <strong>el</strong> éxito de la<br />

programación puede llegar a lo pseudo infalible: «<strong>el</strong> pájaro loco» se<br />

pasará <strong>el</strong> resto de su vida de-pendiente de la mano oculta por un guante<br />

que le da <strong>el</strong> pitraco después de hacer una gracia. (Por eso es tan<br />

importante que se lleve a los niños a la escu<strong>el</strong>a desde los cero años).<br />

Unas veces necesitan que se las ate con una corbata al cu<strong>el</strong>lo y una<br />

esposa al tobillo y otras con una capucha en la cabeza o un mendrugo en<br />

la boca; pero interdependientemente de todo esto, también son capaces<br />

de hacer gracias. No hará falta explicar <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo con los<br />

civilizombis; si así no fuera, pregúntese al alcor, otra ave con nombre de<br />

estr<strong>el</strong>la.<br />

La solidaridad de Sancho pudo más que las gentilezas de las rapaces y<br />

mostrando su disconformidad, tomó la d<strong>el</strong>antera para que siguieran su<br />

est<strong>el</strong>a. Traspasada la zona en donde se exponen las aves reales<br />

domesticadas bajo <strong>el</strong> entuerto de la cetrería, estaba la zona donde los<br />

artesanos trabajaban. Cada uno en sus quehaceres y dios en los de todos,<br />

allí estaban dale que te pego porque para tener a dios en <strong>el</strong> bolsillo, no<br />

sólo hay que estar rogando sino con <strong>el</strong> mazo dando. Alfareros, tallistas,<br />

zapateros, juerguistas, bisuteros, joyeros, adivinadores, vidrieros,<br />

camareros, masajistas o tarotistas, conformaban parte de las<br />

especialidades artesanales medievales aunque más bien parezcan actuales<br />

si no fuera porque están simulados con disfraces e incluso enmascarados<br />

con capuchas o maquillajes.<br />

Pasaron los ruidosos caza bombarderos, aves que sin ser reales ni<br />

adiestrables, en este caso son artificiales y piezas esenciales en Matrix<br />

para que nadie olvide <strong>el</strong> tener prisa; una prisa tan supersónica que impide<br />

percibir la Vibración de la Energía como hacen las ecuánimes cigüeñas<br />

sobre sus nidos.<br />

Es grandioso comprobar cómo unas máquinas tan molestas y<br />

estridentes son puntos negros insignificantes en <strong>el</strong> firmamento cuando<br />

349


vu<strong>el</strong>an por debajo de las nubes. «Garrapatas a reacción» es como se las<br />

debería llamar porque chupan mucha sangre de los contribuyentes y a<br />

cambio no les dan nada excepto mucha contaminación.<br />

Cuando su estruendo se disipó, dejó paso a otro que provenía d<strong>el</strong><br />

uso de una radial que debía de estar haciendo los retoques urgentes en<br />

alguna obra cercana; seguramente, unos inmigrantes trabajan a destajo y<br />

bajo cuerda porque ni <strong>el</strong> día ni la hora explican <strong>el</strong> ruido. Los martillazos<br />

intermitentes contra algún hierro recordaban que por nada d<strong>el</strong> mundo,<br />

algunos no dejan de estar «con <strong>el</strong> mazo dando» y al amo soportando. Así<br />

los dejamos ilusionados con <strong>el</strong> dinero hasta que se quieran dar cuenta de<br />

cuál es la realidad, si la de Matrix o la Real.<br />

350


Mamotreto X.<br />

EN EL QUE SE CUENTA LA LEYENDA<br />

«EL SUEÑO ES VIDA»<br />

QUE NARRA EL ENCUENTRO DE LOS REBELDES<br />

CON LOS CHORIZOS DEL REY<br />

Érase una vez y una ciudad en la que durante sólo unos años, hubo una<br />

plaza bautizada por <strong>el</strong> honor de Cervantes. En los lustros finales de su<br />

existencia, una bruja a la plaza un hechizo echó mediante <strong>el</strong> cual, todos<br />

los que la transitaran sentirían que la plaza siempre había estado y<br />

seguiría estando así por los siglos de los siglos. ¿Qué quiere decir<br />

«siempre»? «Siempre» es sólo la palabra con la que se podría resumir<br />

todo. ¿Qué quiere decir «todo»? «Todo» es sólo una palabra en la que se<br />

podría resumir <strong>el</strong> intríngulis que hace que las cosas se conciban tan<br />

parcialmente como se conciben y que se piense que son así porque<br />

tienen que ser así.<br />

<strong>El</strong> monolítico germen para que los caminantes «siempre<br />

simplificaran todo» se basaba en dos razones diferentes pero<br />

complementarias:<br />

1.- Todo es siempre así porque dios manda.<br />

2.- Todo es siempre así porque la prisa, <strong>el</strong> éxito o la dispersión sacrifican <strong>el</strong><br />

tiempo impidiendo saber por qué todo es siempre igual.<br />

Dios es sólo una palabra en la que «siempre» se podría resumir «todo».<br />

Los caminantes no podían imaginar cambios, transformaciones ni<br />

reb<strong>el</strong>iones porque no tenían tiempo ni para pensar qué pintaban<br />

deambulando por la plaza, pero se sentían orgullosos de ser los<br />

ciudadanos d<strong>el</strong> mundo que más rápida y autómatamente la atravesaban.<br />

Los caminantes no podían imaginar cambios, transformaciones ni<br />

reb<strong>el</strong>iones porque cualquier modificación que pudiera suceder tendría<br />

que germinar directamente de dios y hacía siglos que esta palabra sólo se<br />

dedicaba a aprobar los santos y beatos que proponía la más alta casta<br />

r<strong>el</strong>igiosa para abarrotar todos los días d<strong>el</strong> año con la obligación de recitar<br />

algún salmo.


<strong>El</strong> poder de los embrujos puede ser muy grande pero si son divinos<br />

son inconmensurables. Que se llegue a esto es ¡una, grande y libre<br />

equivocación! pero cómo se consigue esto es muy fácil: controlando <strong>el</strong><br />

pensamiento, ego, psique o alma de los que por allí pasaran. Este era <strong>el</strong><br />

momento en <strong>el</strong> que la «Ciencia Ficción» traspasó su limitación<br />

bidimensional y colonizó la limitada realidad tridimensional de Matrix,<br />

tiempos en los que la futurista Farenheit 451 se había convertido en<br />

historia 40 años después.<br />

Tantos pasaban por la famosa plaza de tan humana ciudad que se<br />

puede decir que <strong>el</strong> embrujo había alcanzado a la humanidad. Gracias al<br />

conjuro, en un momento determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI,<br />

toda la humanidad estaba unida en su entusiasmo; se maravillaba<br />

de su atrevimiento al dar origen al P.U. ¿Int<strong>el</strong>igencia Artificial? ¡No!<br />

¿Pulso Ultramagnético? ¡Noooooo! ¡Pensamiento Único!: una singular<br />

conciencia que generó toda una raza de máquinas. No sabemos<br />

quién atacó primero, si nosotros o <strong>el</strong>las pero sí sabemos que<br />

nosotros arrasamos <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. La humanidad se extinguió y con <strong>el</strong>la su<br />

Historia; sólo tenemos algunos fragmentos de la información. <strong>El</strong><br />

destino, al parecer, no está carente de cierta ironía.<br />

«Pensamiento Único» es sólo la expresión con la que se podría<br />

resumir <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> embrujo de la plaza pero es una simpleza que no<br />

define exactamente sus consecuencias. Los árboles capados, <strong>el</strong><br />

deambular robotizado, los uniformes encorbatados y <strong>el</strong> asfalto<br />

recalentado, son algunas secu<strong>el</strong>as d<strong>el</strong> embrujo «Pensamiento Único» pero<br />

<strong>el</strong> más punzante de los daños colaterales era la soledad, una sensación<br />

que cuando se convierte en emoción, cambia <strong>el</strong> sentido de la vida por<br />

otro que puede ser aún peor. Cuando se quisieron dar cuenta, los<br />

caminantes se pusieron a buscar a la bruja que había escondido <strong>el</strong><br />

conjuro en lo alto de la Capilla d<strong>el</strong> no Sordo en la que no se bautizó a<br />

Cervantes; para su sorpresa, se encontraron con que la encantadora era la<br />

misma diosa a la que habían estando santificando, adorando y<br />

bendiciendo.<br />

Desorientados por la contradicción, los autómatas caminantes se<br />

fueron en busca de «<strong>el</strong> Andante», su santo patrón, para intentar desfacer<br />

<strong>el</strong> entuerto más grande de su Historia; invocaron al Caballero Andante<br />

para que diera fin a tan perentoria situación sin que se haya sabido en<br />

qué quedaron los contactos o las interferencias.<br />

352


Pero dejemos aparcado <strong>el</strong> abuso d<strong>el</strong> Pensamiento Único y las<br />

mágicas peticiones para centrarnos en lo que nos ocupa.<br />

Lo que realmente cuenta <strong>el</strong> cuento<br />

es la leyenda de un encuentro<br />

que se produjo en este mismo lugar<br />

pero en otro remotísimo tiempo.<br />

Sitúense en una civilización tan primitiva que no se pueda recordar la<br />

época pero sí los acontecimientos que se detallan en la continuación.<br />

Aparecerán unos personajes conocidos, don Quijote y Sancho, y otros<br />

totalmente desconocidos e imaginarios. Al igual que en <strong>El</strong> Quijote asoma<br />

un cuarteto de protagonistas enigmáticos, <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> ama, <strong>el</strong> cura y la<br />

sobrina, en esta leyenda se exhibirá otro cuarteto nada famoso pero sí<br />

con fortunas, que será reconocible hasta para los más cegatos.<br />

EL SUEÑO ES VIDA<br />

Como seguramente se sabrá, en la plaza de Cervantes de Alcalá de<br />

Henares, una ciudad de España famosa por los nidos de sus cigüeñas y la<br />

contaminación de su río, se montó un circo medieval en honor a la<br />

falsificación de un acta bautismal. Todos los circos son un daño colateral<br />

d<strong>el</strong> feudalismo audiovisual que se impone en cualquier Civilización, sea<br />

ésta Primitiva o fuera de la Post-historia. Todo feudalismo, ya sea con <strong>el</strong><br />

Audiovisual o sea con la Cruzada, son un entuerto que hay que remediar<br />

y por <strong>el</strong> rigor d<strong>el</strong> contexto histórico, nadie mejor que un caballero para<br />

desfacerlo y recanalizarlo. Encontrar al más especializado y<br />

experimentado de <strong>el</strong>los es difícil de lograr porque entre Andantes, Jedis y<br />

Siths, los civilizombis tendrán que <strong>el</strong>egir. Pero la energía conjunta de los<br />

caminantes desorientados por conjuros, diosas y brujas, consiguieron que<br />

<strong>el</strong> más iluminado apareciera en <strong>el</strong> lugar y por esto forma parte de la<br />

leyenda que se ha empezado a contar.<br />

Cuando apareció <strong>el</strong> Caballero don Quijote con su alter-ego inmortal<br />

Sancho Panza, estaba observando en silencio los «programas artesanos»<br />

cuando están activados, cada uno está especializado en una artesanía de<br />

la que realmente se desconoce si es arte o es industria y se duda si sana a<br />

los programas esclavos que sudan la gota gorda atosigados por <strong>el</strong>las. Que<br />

no se olvide que <strong>el</strong> circo medieval ¡es un espectáculo, no es real! Como<br />

todos los titiriteros, los artesanos cobran por actuar y <strong>el</strong> contrato basura<br />

les exige un disfraz y unos modales en los que la negociada sonrisa<br />

353


pegada a la boca no puede faltar en su amabilidad. <strong>El</strong> dinero hace tantos<br />

milagros que no es de extrañar que se le considere ¡¡¡dios!!! Consigue que<br />

los artesanos sonrían sólo por <strong>el</strong> supuesto dinero que puedan cobrar,<br />

¡como sus señorías!<br />

Sin que los inagotables supieran <strong>el</strong> porqué, un extraño bulle bulle se<br />

arremolinaba en otra parte de la misma plaza y sin pis ni tas, se<br />

encaminaron calmosamente hacia <strong>el</strong> lugar.<br />

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Alguna personalidad debe de andar su<strong>el</strong>ta por <strong>el</strong> lugar.<br />

—Pues menudo pájaro debe ser cuando tanto revu<strong>el</strong>o se arma.<br />

—Al menos se puede afirmar que moviliza un gran servicio de<br />

seguridad pero esto no tiene por qué determinar la importancia de la<br />

pájaronalidad.<br />

—Hábleme sin jeroglíficos.<br />

—Es muy sencillo Sancho. Ahora, quienes usurpan <strong>el</strong> poder se<br />

rodean de espectaculares medidas de seguridad porque aunque<br />

supuestamente representan al pueblo, todo <strong>el</strong> mundo sabe que a quienes<br />

realmente representan es a los descosidos de sus bolsillos, un pozo sin<br />

fondo por donde se cu<strong>el</strong>an comisiones, dietas e influencias y d<strong>el</strong> que<br />

mana la corrupción, los enchufes, la demagogia y las mentiras. Todo <strong>el</strong><br />

mundo está escamado porque la desconfianza se ha adueñado<br />

autoritariamente d<strong>el</strong> statu político-social y sus señorías se tienen que<br />

proteger de las potenciales reacciones d<strong>el</strong> pueblo al que usurpan su<br />

soberanía.<br />

—Así que cualquier p<strong>el</strong>anas con un cargo público —comprendió <strong>el</strong><br />

escudero—, aunque no le reconozca ni la madre que le parió, tiene un<br />

servicio de escolta subvencionada por los que siempre pagan todo: los<br />

esclavos. Más les valdría aprender de vuesa merced que por escolta tiene<br />

a un sencillo escudero dichoso por acompañarle.<br />

—Acerquémonos más para descifrar a los causantes de tal alboroto<br />

—propuso don Quijote.<br />

—Si no es p<strong>el</strong>igroso —insinuó cautamente <strong>el</strong> escudero—, vayamos<br />

hasta donde los pueda diferenciar.<br />

—Estos cuatro dirigentes de medio p<strong>el</strong>o no pintan nada en <strong>el</strong><br />

organigrama imperial, son títeres mediocres de baja estofa. Si quieres<br />

sentir cierto vértigo, convoca un encuentro con Rex W. Tillerson<br />

(Presidente de Exxon Mobil), T. Bone Pickens (Presidente de BP), John<br />

Hofmeister (Presidente de la Royal Dutch Sh<strong>el</strong>l) y Henry Kissinguer<br />

354


(Presidente de la China Oil) o Matt Simmons (uno de los mayores<br />

inversores en energías eólicas, <strong>el</strong>éctricas y petróleo) y Goldman Sachs<br />

(otro de los que controlan la energía). Verás cómo con esos, las cosas<br />

son muy, pero que muy diferentes. ¿A que no les conoces?<br />

—¿Cómo les voy a conocer si esos no salen en la prensa porque les<br />

gusta pasar inadvertidos? La t<strong>el</strong>e, las fotos y las primeras páginas son<br />

para los pringaos, no para los que mandan a los pringaos, que no es<br />

precisamente <strong>el</strong> pueblo.<br />

No fue difícil meterse entre <strong>el</strong> tumulto porque las gentes les hacían<br />

paso saludándoles con gran respeto y preguntándoles las buenas nuevas<br />

que trajeran consigo. Avanzaron calmosamente cumpliendo con todos<br />

los agasajos que recibían hasta que un cordón paramilitar cortó <strong>el</strong> paso<br />

tajantemente.<br />

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Mientras que esperamos a que se abra <strong>el</strong> mar Rojo, aprovecharé<br />

para explicarte <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> griterío. A falta de uno, son cuatro los<br />

funcionarios de la nación que se hayan presentes en tan feudal<br />

c<strong>el</strong>ebración.<br />

—¿A quienes debemos la distinción y consideración?<br />

—<strong>El</strong> rey ha venido oportunamente acompañado de tres validos: <strong>el</strong><br />

Presidente d<strong>el</strong> Gobierno, la Presidenta de la Comunidad y <strong>el</strong> Alcalde d<strong>el</strong><br />

Patrimonio. Cuatro jerifaltes movilizan mucho servicio secreto y a las<br />

gentes les gusta mezclarse en estos eventos a riesgo de sufrir <strong>el</strong> recuerdo<br />

o impacto de una bala dirigida contra sus señorías en cuyo rumbo se<br />

puede interponer cualquier daño colateral. En <strong>el</strong> caso de Kennedy, fue<br />

nada menos que un senador.<br />

—Pues no lo entiendo.<br />

—Menos lo entiendo yo. Tal es <strong>el</strong> efecto que produce la mitificación<br />

pagana y la idolatría.<br />

—¿Qué pintan aquí los cuatro yuppis de la alta burocracia?<br />

Parecen estafermos.<br />

—Aparecen en fiestas y saraos porque crea cierto fervor; esto hace<br />

que sean más populistas y populares.<br />

—¿Qué hacemos nosotros aquí?<br />

—¡No temas Sancho! que nada más malo puede pasar. Desfagamos<br />

este entuerto como si fuera uno más.<br />

No se sabe quién dio la orden para que se abriera <strong>el</strong> círculo de<br />

seguridad; aunque sean los menos, hay pormenores que se escapan a la<br />

355


visión global d<strong>el</strong> transcriptor sin que tengan que suponer ninguna<br />

pérdida esencial en <strong>el</strong> discurso. Movidos por la implícita invitación, los<br />

inmortales se llegaron cerca de los famosos y a-fortuna-dos personajes.<br />

Se percibe la alteración de Sancho porque nunca se había encontrado<br />

entre tanta alcurnia y tanta inseguridad pero también se nota <strong>el</strong> dominio<br />

de su ego, o sea, de su indecisión.<br />

—Después d<strong>el</strong> entrenamiento que he recibido —dijo <strong>el</strong> escudero en<br />

privado—, ésta puede ser la más grande ocasión que tenga en demostrar<br />

que puedo salir airoso de cualquier entuentro.<br />

—O es entuerto o es encuentro pero ¿todo a la vez…? —preguntó<br />

don Quijote sosegando <strong>el</strong> nerviosismo—. Ya conoces a tres de los<br />

personajes porque hemos hablado de <strong>el</strong>los. Evidentemente, la sra. es la<br />

presidenta de La Comunidad; <strong>el</strong> zapatero es <strong>el</strong> que gobermangonearía<br />

simultáneamente con la bot<strong>el</strong>la y d<strong>el</strong> rey ya sabes demasiado. <strong>El</strong> otro es <strong>el</strong><br />

alcalde de un Patrimonio de la Humanidad d<strong>el</strong> que no sabemos si lo es<br />

porque yo no nací en él o porque él fuera <strong>el</strong> hijo de un astrónomo:<br />

¿Basilisco? Cuida la curiosidad si no quieres que se te trabe la lengua.<br />

—Nos da igual su nombre pero creo que no se llama así aunque se<br />

comporte igual. Más que un encuentro con balidos —indicó Sancho<br />

alterado—, va a parecer una fábula llena de oficios: presidentas,<br />

zapateros, vidrieros, reyes, astrónomos…; pero qué más da que sea lo<br />

que sea si por las referencias que tengo de las tres cuartas partes,<br />

reconozca que nos enfrentamos a la peor casta de malandrines que posea<br />

<strong>el</strong> patrimonio de la humanidad. ¿Cómo puedo diferenciar quién es quién<br />

si todos van uniformados con <strong>el</strong> mono de los esclavos refinados? Sólo<br />

puedo distinguir a la mujer por otro tipo de diferencias morfológicas<br />

porque en cuanto a las adjetivas (<strong>el</strong> traje de chaqueta, la camisa y la<br />

corbata) todos van igual de ataviados si no fuera por las franjas y los<br />

matices.<br />

—Si dices franjas se puede interpretar que van vestidos con <strong>el</strong> pijama<br />

de los que se dan por presos; en una época en la que meten en <strong>el</strong> trullo<br />

sólo a algunos de sus más descarados representantes, sería más indicado<br />

decir rayas.<br />

—Cuando veo al libertador de un pueblo indígena vestido con<br />

corbata, no veo sino a la causa de la opresión de ese pueblo. Lo que me<br />

ocurre es que no recuerdo quién fue <strong>el</strong> tío de corbata que quiso<br />

liberarme. ¡Mal rayo le parta! ¿Viste con corbata <strong>el</strong> caballero Alcor?<br />

—No sé Sancho, ya lo conocerás —dijo <strong>el</strong> caballero cansinamente.<br />

356


—¡Con todos los políticos que habría que tener entre rejas<br />

—denunció Sancho— no sería de extrañar que estos fueran algunos de<br />

los que sus compinches indultan rápidamente para que la cárc<strong>el</strong> sea sólo<br />

un paseo! Sean franjas o sean rayas, yo me encargaré de los tres paganos<br />

para que usted se pueda dedicar al otro hijodalgo, que al tener linaje en la<br />

sangre como vuesa merced, es oportuno que cada uno se meta donde le<br />

llaman.<br />

—Olvídate de abolengos y de castas porque en este país, todos los<br />

ciudadanos somos iguales por una orden constitucional sentenciada por<br />

<strong>el</strong> rey.<br />

—¿Desde cuándo un súbdito vale lo mismo que un rey o un aforado<br />

lo mismo que un votanlavo (votante esclavo)? ¡Nunca! Eso no me lo<br />

creo ni borracho.<br />

—Ni yo cuerdo —reafirmó don Quijote.<br />

—Volviendo a los vasallos de su majestad, ya he dicho que a la sra.<br />

presidenta la puedo encontrar por su sexo y de los otros tres, me imagino<br />

que tal y como corresponde a su posición real, <strong>el</strong> de mayor estatura será<br />

<strong>el</strong> rey.<br />

—Si por la estatura te estás refiriendo a la edad, efectivamente <strong>el</strong> rey<br />

es <strong>el</strong> más viejo de los tres. <strong>El</strong> que lleva puesto <strong>el</strong> traje de rayas es <strong>el</strong><br />

alcalde y <strong>el</strong> de la extraterrestre mirada fuera de órbita es <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Verdaderamente, se parece a Mr. Bean! Entonces está claro;<br />

póngase a un aparte con su majestad que por nombre tendrá alguno de<br />

los F<strong>el</strong>ipes numerados que está dando esta estirpe de golfos, que yo me<br />

encargaré d<strong>el</strong> trío divino. Me gusta sentir que voy a hablar con la típica<br />

trinidad de las p<strong>el</strong>ículas: una mujer y dos varones; como Trinity, Morfeo<br />

y Neo. ¡Por cierto!, un trío que tiene su génesis en Dulcinea, don Quijote<br />

y Sancho.<br />

—Mira que sólo por estas mañas que te das para <strong>el</strong> conocimiento de<br />

cada personaje, temo cómo puedas despachar a los gobermangantes.<br />

Tienes que entender que no es lo mismo hablar cuando estamos en<br />

medio de un bosque de pinos y orugas que hacerlo en un bosque de<br />

servicios de seguridad, policía secreta y guardaespaldas camuflados.<br />

Ajusta correctamente la longitud de onda para que ningún imprevisto<br />

pueda suceder.<br />

—No tema nada de lo que pueda acontecer que con <strong>el</strong> pedazo de<br />

Constitución que tenemos, nada puede pasar que esté fuera de <strong>el</strong>la. Fíjese<br />

que, causalmente, ni <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> rey coincide…<br />

357


—Además, si todos somos iguales, ¡todos somos iguales! Si no, que<br />

cambien la risueña Constitución. Hasta yo mismo podría tener <strong>el</strong><br />

derecho de hablar con <strong>el</strong> rey de tú a tú como si fuéramos realmente<br />

iguales porque además ¡yo le estoy pagando un pastón!; pero va a<br />

comprobar la deferencia y <strong>el</strong> entendimiento que tengo de la realidad<br />

dejando que sea usted <strong>el</strong> que despache a ese. Como ya he dicho, yo me<br />

encargaré de los tres marfuces para no intervenir en un diálogo entre dos<br />

majestades igual de reales y para que usted evite <strong>el</strong> desgaste de las fuerzas<br />

vivas plebeyas.<br />

—No empieces a adivinar futuros que es <strong>el</strong> presente lo que se nos<br />

está viniendo encima. Decídete Sancho si no quieres arriesgarte a que sea<br />

<strong>el</strong> tiempo lo único que pase y no la conversación con los mandamases.<br />

¿Pasamos a la acción?<br />

Como <strong>el</strong> escudero no acababa de arrancar, <strong>el</strong> caballero animó:<br />

—Es fácil querido Sancho que se te haya disparado <strong>el</strong> sistema<br />

nervioso y que altas dosis de adrenalina te hagan un rizo en <strong>el</strong> intestino.<br />

Este «nerviosismo» es la reacción física de la duda que desestabiliza al<br />

sistema nervioso hasta paralizarlo.<br />

—¿No es esto <strong>el</strong> miedo de última hora, <strong>el</strong> vértigo que se siente antes<br />

de salir al escenario?<br />

—<strong>El</strong> nuevo régimen alimenticio realizará <strong>el</strong> efecto oportuno para<br />

calibrar la calidad y la cantidad de reacción d<strong>el</strong> sistema nervioso; esto<br />

facilitará la estabilidad y la armonía d<strong>el</strong> organismo. <strong>El</strong> que padece <strong>el</strong><br />

miedo, la indecisión o la duda puede sufrir un estado transitorio de<br />

descontrol que <strong>el</strong> ego aprovechará infaliblemente para adueñarse de la<br />

situación. Por esto, mantenerse con una salud natural es fundamental<br />

porque permite que <strong>el</strong> cuerpo reaccione equilibradamente, o sea, sin ego<br />

o al menos, dificultando su hegemonía.<br />

Mientras esto se hablaba por un lado, <strong>el</strong> rey y su trío de balidos<br />

observaban tranquilamente los tenderetes artesanales donde se podía<br />

encontrar desde pastas y dulces de fabricación industrial hasta productos<br />

d<strong>el</strong> «Todo a cien» que la inflación ha subido a «Todo a un euro». ¿Quién<br />

sabe que la inflación es un impuesto encubierto por <strong>el</strong> rey y sus validos?<br />

Como a todo <strong>el</strong> mundo le sucede, no tienen ni idea de lo que se les<br />

avecina y su reacción será lo que cuente.<br />

Ya que la mayoría de los lectores no va a tener la oportunidad de<br />

vivir la emoción de este encuentro en directo ni de sentir cómo un<br />

torrente incontrolado de adrenalina circula por <strong>el</strong> interior de sus cuerpos,<br />

358


pongamos los diálogos que se producen de manera simultánea en un<br />

cierto orden de lectura para facilitar <strong>el</strong> entendimiento de lo que aquí<br />

acontece. <strong>El</strong> protocolo obliga a empezar con lo royal.<br />

—¡Que la paz de la Corona esté sobre todos nosotros! —saludó<br />

cortésmente <strong>el</strong> caballero.<br />

—Y con su espíritu —contestó <strong>el</strong> rey.<br />

—¿Qué tal está la familia real? —preguntó cortésmente <strong>el</strong> caballero.<br />

—Todos bien y de enhora buena. Aunque sean mujeres, ya tenemos<br />

descendencia real directa que será bastarda.<br />

—Aunque sean mujeres —observó don Quijote—, podría salir una<br />

nueva y grande Isab<strong>el</strong> de las que ha tenido España por consortes o por<br />

reinas. Pero atienda con cuidado al discurso que empieza a decir cosas<br />

por sí mismo; tantas referencias a la vez pueden pasar inadvertidas. Me<br />

dice que España podría ser un país morganático en vez de monárquico.<br />

Ergo habrá que cambiar la Constitución al menos por dos razones: la<br />

una por <strong>el</strong> rancio espíritu patriarcal que se refleja en su redacción al<br />

diferenciar la heredad de la Corona dependiendo d<strong>el</strong> sexo d<strong>el</strong><br />

beneficiario y la otra, porque dicha Corona deje de ser monárquica para<br />

ser morganática.<br />

—¿Qué hace un hombre como vos en un paraje como éste?<br />

Don Quijote se quedó sorprendido por <strong>el</strong> cambio de tercio d<strong>el</strong><br />

monarca que al considerar que estaba siendo <strong>el</strong> protagonista de este<br />

entremés, no quería meterse en camisas constitucionales. Cuando se<br />

aprende a jugar con <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> monarcal, es difícil olvidarlo incluso cuando<br />

está en medio de la farsa. Entonces, «¿quién es <strong>el</strong> que está representando<br />

un pap<strong>el</strong> y quién está viviendo realmente?» pensaba don Quijote. Podría<br />

ser pronto para meterse en cuestiones trascendentales y <strong>el</strong> caballero<br />

prefirió la respuesta ajustada.<br />

—Lo mismo que siempre. La Caballería Andante de la Orden de la<br />

Paz siempre resurge para lo mismo, para desfacer entuertos.<br />

—Ya era hora que la Caballería Andante reb<strong>el</strong>ara la Orden a la que<br />

profesa.<br />

—Pensé que me preguntaría por los entuertos de su corona.<br />

—Es que mis comentarios van por orden de aparición.<br />

—Entonces tendría que empezar por <strong>el</strong> principio «Lo mismo que<br />

siempre».<br />

—Es lo mismo que <strong>el</strong> final: «Desfacer entuertos».<br />

359


<strong>El</strong> caballero quedó suspendido por la sagacidad d<strong>el</strong> rey. Todavía no<br />

sabría asegurar si su majestad reconoce con quién estaba hablando o si <strong>el</strong><br />

ser heredero directo de dios le concedía cierta rapidez para r<strong>el</strong>acionar<br />

respuestas. Quizá <strong>el</strong> adiestramiento y los tentáculos d<strong>el</strong> Club de<br />

Bilderberg son más alargados que la sombra d<strong>el</strong> ciprés y <strong>el</strong> monarca<br />

puede haber sido adiestrado para dar respuestas rápidas por si los de<br />

CQC consiguieran preguntarle. Don Quijote aceptó <strong>el</strong> desafío porque si<br />

hay cosa que disfrute, la v<strong>el</strong>ocidad mental es la que más le puede<br />

satisfacer. Dejemos que <strong>el</strong> diálogo aclare la situación.<br />

—Su majestad conocerá tan bien —comentó don Quijote— que<br />

existen Cides Campeadores capaces de desfacer entuertos y llamar al<br />

orden al propio rey para que aclare ante Santa Gadea si ha ejecutado o<br />

participado en <strong>el</strong> regicidio de su propio hermano; también sabrá que<br />

existen Caballeros Comuneros capaces de reb<strong>el</strong>arse contra <strong>el</strong> <strong>Estado</strong> y<br />

ante <strong>el</strong> emperador por algunas insignificancias como la usurpación d<strong>el</strong><br />

trono de una reina tan legítima como Juana de Castilla. ¿Qué le parece si<br />

hablamos de la dinastía?<br />

Al rey se le descompuso la cara, o sea, no era lo suficientemente<br />

rápido. ¡Qué desilusión! Un derechazo directo y se queda desencajado.<br />

Parecía que hubiera recibido un golpe seco en <strong>el</strong> interior d<strong>el</strong> estómago.<br />

Los lectores ya pueden imaginar la reacción d<strong>el</strong> sr. Rajoy si le hubieran<br />

preguntado cuánto cobra. ¿Qué cara se le desencajaría? Lo grosero no es<br />

la cara sino que no sepa responder que al menos gana más de treinta<br />

veces que la pensión que recibe la que pregunta; ¡treinta veces menos!<br />

para subsistir <strong>el</strong> mismo número de días constitucionales que tiene <strong>el</strong> mes,<br />

que para esto ¡todos sí que somos iguales! ¡Somos iguales! pero con la<br />

salvedad de que lo que una cobra en un mes, <strong>el</strong> otro lo gana en un<br />

domingo.<br />

La memoria de Don Quijote le ha llevado a Hamlet. En <strong>el</strong>la, una tribu<br />

de juglares es capaz de recomponer la ceguera de su padre F<strong>el</strong>ipe II<br />

llamado Claudio en esta ocasión. Se narra que al representar d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong><br />

rey un entremés en <strong>el</strong> que se refleja la realidad real, su majestad quedó<br />

descompuesta y fruto de este trastorno, <strong>el</strong> capo de la Inquisición,<br />

llamado <strong>el</strong> cura en <strong>El</strong> Quijote, ordenó que <strong>el</strong> Nihil Obstat se entregara<br />

después d<strong>el</strong> análisis con lupa d<strong>el</strong> teatro en España. ¡Tal es <strong>el</strong> efecto que<br />

las tragedias pueden hacer en <strong>el</strong> espectador y la causa por la que <strong>el</strong><br />

caballero Carlo se tuviera que inventar y utilizar a Shakespeare para<br />

escribir sus tragedias en inglés y no en cast<strong>el</strong>lano!<br />

360


Al r<strong>el</strong>acionar <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> trastorno dinástico con la probable<br />

actuación d<strong>el</strong> CNI (dar término al encuentro por «causas protocolarias»),<br />

<strong>el</strong> caballero se apresuró a concretar:<br />

—Con hablar de la dinastía me refiero a la casta de validos chorizos y<br />

corruptos sobre los que descansa la Paz de vuestra Corona y no al<br />

incierto origen de vuestro linaje.<br />

—¡Ahh! —suspiró <strong>el</strong> rey.<br />

—¿Eso es todo? —susurró don Quijote en vista de que <strong>el</strong> rey no<br />

decía más.<br />

—Es que yo no me puedo meter en temas de política porque los<br />

súbditos me lo prohíben con la Constitución que yo sentencié —se<br />

excusó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Qué contradicción! Quizá, este comentario valdría para<br />

entenderlo al revés si fuera la política capaz de meterse en temas de la<br />

Corona, tanto en los gastos directos con los que <strong>el</strong> <strong>Estado</strong> subvenciona a<br />

la «Fundación Monarquía» como los gastos indirectos que se refieren a la<br />

seguridad, protocolo e infraestructuras de su casa que socorre la<br />

soberanía d<strong>el</strong> pueblo.<br />

—¿Pertenece su sangre a algún abolengo real o es un titiritero que<br />

me está dando la tarde?<br />

—Mi limpieza de sangre ha quedado aclarada en los famosos<br />

estudios que se han hecho de mi personaje y que afirman que no se<br />

corresponde a la de un marrano; pero además le reb<strong>el</strong>aré que soy <strong>el</strong><br />

descendiente primogénito, legítimo y directo de la sangre royal.<br />

—¿Y a que abolengo pertenece?<br />

—Pertenece a la Casa de los Austrias, los anteriores herederos de<br />

dios en esta laxitud<br />

—Entonces ¿quién es usted?<br />

—Todo <strong>el</strong> mundo sabe que soy <strong>el</strong> caballero don Quijote y en<br />

primicia le puedo decir que este nombre es <strong>el</strong> alias de salteador de un<br />

reb<strong>el</strong>de conocido a su vez con dos pseudónimos. Cuando lea la<br />

transcripción de este retablo que estamos protagonizando, tendrá más<br />

perspectiva, entre otras cosas, y conocerá más detalles sobre nombres y<br />

reb<strong>el</strong>des. Aunque su majestad no lo sepa, la humanidad está en una<br />

encrucijada real; pregunte a su Corona que seguro que le podrá informar<br />

de multitud de cambios climáticos, sociales, económicos… ¡A propósito!<br />

¿Cuánto le pagan sus vasallos? Mientras que llegue la información,<br />

considere que podemos hablarnos de tú a tú, en confianza, sin<br />

361


protocolos pero sin poner las botas encima de la mesa como hace <strong>el</strong><br />

desvergonzado sheriff Bush jr. y su mejicanizado capataz Ánsar sn.<br />

—Pues tendrá que admitir señor don Quijote de Austria —terció <strong>el</strong><br />

rey como tirando balones fuera por sus dos amigos—, que su reino no es<br />

de este mundo; es un mundo ubicado en la metarrealidad de Matrix, <strong>el</strong><br />

reino de las letras a las que mi Casa otorga un premio con nombre de<br />

escritor.<br />

—Sin duda —aclaró un don Quijote sorprendido por la observación<br />

d<strong>el</strong> rey—, hablar con reyes hace recuperar la humildad al más inmortal.<br />

Pensaba que me conocería, majestad, pero me place presentarme de<br />

nuevo. Se me conoce por <strong>el</strong> nombre de don Quijote de la Mancha de<br />

España, ¡no de Austria! y se me supone ingenioso por <strong>el</strong> título. Le<br />

aclararé que <strong>el</strong> nombre de escritor pirateado por su premio es Cervantes<br />

y sobre los Austrias, ya sé que la demolición de nuestra Casa Real estaría<br />

controlada por los que instauraron a los que les sucedieron. Así que<br />

como bien dice, mi reino ya no es de este mundo aunque sí <strong>el</strong> de un<br />

Jesucristo.<br />

—Sabía que terminaríamos entendiéndonos —se alegró <strong>el</strong> rey—. Un<br />

rey y un caballero están condenados a conocerse.<br />

—¡Sí, como Alfonso VI y <strong>el</strong> Cid o Carlos V y Padilla! R<strong>el</strong>ajado como<br />

se le ve, majestad, y aclarado mi linaje ¿por qué no me habla de la casta<br />

de corruptos que mangonean junto a su corona? Su majestad debe de<br />

tener raciocinio y en algún círculo lo tendrá que expresar si no quiere<br />

sentirse loco y solo. ¿Cree que al pueblo le puede interesar lo que su rey<br />

piensa sobre la corrupción de los políticos, <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro, la<br />

hipoteca de la vida o la demolición de las Torres? ¡Aproveche y hábleme<br />

en esta intimidad al margen de las reglas y exprésese con libertad! ¡Total!,<br />

no se va a enterar ni dios…<br />

<strong>El</strong> rey balbuceó un poco palatalizando algunas letras de manera<br />

descontrolada, miró de reojo a los lados y consideró que <strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong><br />

pueblo se debía a que le estaban adorando y no atendiendo. Así que<br />

cong<strong>el</strong>emos de momento esta parte d<strong>el</strong> observador para percibir la otra<br />

longitud de onda. Si continuamos centrados en uno de los encuentros,<br />

corremos <strong>el</strong> riesgo de perdernos <strong>el</strong> simultáneo que sucede a poca<br />

distancia.<br />

<strong>El</strong> encuentro de Sancho era a tres bandas pero desde <strong>el</strong> comienzo, <strong>el</strong><br />

escudero dio sobradas muestras de su «buen hacer». <strong>El</strong> alcalde y anfitrión<br />

362


d<strong>el</strong> encuentro fue <strong>el</strong> primero en intervenir para hacer las oportunas<br />

presentaciones.<br />

—¡Señorías! —saludó <strong>el</strong> alcalde—, ante ustedes tienen a Sancho<br />

Panza, <strong>el</strong> escudero de don Quijote de la Mancha.<br />

—No creo que a estas alturas sea necesaria mi presentación<br />

—interrumpió Sancho— como tampoco es necesario que me<br />

comunique <strong>el</strong> nombre de sus señorías; nos hayamos en presencia de los<br />

presidentes d<strong>el</strong> gobierno y de la Comunidad y aunque la una no sea la<br />

Bot<strong>el</strong>la, ambos representan las dos caras alternantes (izquierda/derecha)<br />

de la misma moneda: la corrupción. Sabrán que soy <strong>el</strong> alter ego irónico<br />

que hay dentro de cada uno de nosotros, ese observador soterrado o<br />

segundón pero que reconoce la hipocresía de manera directa, sin dimes<br />

ni diretes, sin protocolos ni mentiras políticamente correctas.<br />

<strong>El</strong> alcalde se escamó por la primera intervención d<strong>el</strong> escudero y<br />

evaluó que la salutación debía de estar fuera d<strong>el</strong> guión; debía de ser un<br />

déjà vu, un fallo en Matrix. La mueca que se hizo en su rostro fue<br />

suficiente como para no pasarla inadvertida y Sancho percibió la<br />

susceptibilidad por la que asomaba <strong>el</strong> ego. Sus sistemas de alarma se<br />

dispararon porque reconoció la bombilla roja que se había encendido en<br />

la nariz d<strong>el</strong> alcalde y automáticamente consideró que era menester <strong>el</strong> que<br />

moderara sus palabras y que se acordara de <strong>el</strong>lo durante las<br />

intervenciones. <strong>El</strong> alcalde quiso satisfacer su curiosidad y comprobar si <strong>el</strong><br />

comienzo había sido un casual malentendido o si las cosas se le iban de<br />

las manos. Así que se apresuró a preguntar:<br />

—Parece más gracioso de lo que se le exige en <strong>el</strong> contrato —dijo <strong>el</strong><br />

alcalde con cierto retintín—. Acláreme de qué conoce a sus señorías si<br />

viene de tiempos tan remotos.<br />

A Sancho le dejó suspendido <strong>el</strong> comentario temporal d<strong>el</strong> alcalde<br />

porque no le aclaraba si estaba siguiendo <strong>el</strong> rollo de estar hablando con <strong>el</strong><br />

escudero real o si lo consideraba un actor que lo estaba imitando y que<br />

había perdido los pap<strong>el</strong>es.<br />

—<strong>El</strong> Caballero don Quijote que está hablando con la alta alcurnia es<br />

<strong>el</strong> que ha hecho las presentaciones pr<strong>el</strong>iminares. Me ha indicado cuál es<br />

quién mientras que nos acercábamos y en anteriores charlas ha descrito<br />

algunas muestras de sus calañas.<br />

»Con respecto a lo remoto d<strong>el</strong> tiempo, le tengo que decir señor<br />

regidor que 400 años es una nadería si los compara con los 4.000 que<br />

tienen las Tablas de la Ley, los 40.000 que tienen los neandertales, los<br />

363


400.000 mil en los que acontecería alguna glaciación, los cuatro millones<br />

en los que la especie humana era joven, los 140 millones que vivieron los<br />

dinosaurios hasta su extinción hace 65 millones o los cuatro mil millones<br />

que algunos se aventuran a fijar como una fecha en la que Madre Tierra<br />

se estaría conformando. Valorar como remotos 400 años dejaría sin<br />

palabra a los cuatro mil millones de años.<br />

Dirigiéndose a sus señorías, <strong>el</strong> alcalde intentó olvidar las<br />

despampanantes cifras diciendo:<br />

—Como están comprobando —anunció <strong>el</strong> alcalde—, se nota la<br />

influencia de la secuestrada Universidad Complutense y de la<br />

remodernizada Magistral porque hasta los escuderos de la ciudad parecen<br />

más doctos que sus amos.<br />

—Si por amos se refiriere a vuestras mercedes, es fácil que cualquiera<br />

se considere doctor; pero existen maestros reales tan humildes que <strong>el</strong><br />

bosque no los deja ver y los presidentes no le harán callar. Pero si les<br />

parece, volvamos a lo que estipula <strong>el</strong> contrato en cuanto a lo que me van<br />

a retener d<strong>el</strong> dinero A y dejemos a un lado la parte en B que ya me han<br />

anticipado, no sea que terminemos como la tonadillera.<br />

—¡Sancho! —interrumpió <strong>el</strong> alcalde— me refería a que <strong>el</strong> contrato<br />

obliga a que digas las gracias d<strong>el</strong> Quijote para culturizar a los catetos.<br />

—Ésa será la parte que corresponde a don Quijote porque en<br />

verdad, en verdad os digo, que yo soy Sancho y las gracias que oigáis<br />

serán las mías.<br />

<strong>El</strong> trío de las p<strong>el</strong>ículas se esforzaba tanto por entender la situación<br />

que no se daba cuenta de que la multitud se congregaba en torno a <strong>el</strong>los.<br />

Más atento al diálogo que a la muchedumbre, <strong>el</strong> Servicio de Seguridad<br />

tampoco percibió la masificación de los alrededores por los que se<br />

empezaba a cuchichear: «¡Se están produciendo dos justas, la una entre<br />

don Quijote y <strong>el</strong> rey y la otra entre Sancho y tres chorizos. A ciencia<br />

cierta, no se puede saber en qué terminará la componenda pero dicen<br />

que no se puede perder ni ripio!» La gente acudía a la llamativa<br />

convocatoria sin saber de buena tinta si era uno de los teatrillos de calle<br />

de los que faltan en estas fiestas virtuales o un espectáculo ecuestre de<br />

los que sobran en las fiestas feudales (pregunten a Enrique II de Francia,<br />

<strong>el</strong> padre de Dulcinea, de Of<strong>el</strong>ia o de Lucrecia).<br />

Esta es otra de las ventajas que tienen los lectores, no sólo conocen<br />

lo que en ambos diálogos acontece sino que están sabiendo de buena<br />

tinta que lo que sucede es un encuentro causal. Todos se podrán<br />

364


imaginar que los personajes d<strong>el</strong> retablo parecían tan reales y actuales que<br />

<strong>el</strong> público no sabía qué pensar: «¿Será real lo que está pasando o será una<br />

apariencia más?» La duda les impedía reaccionar, les mantenía<br />

circunstancialmente inmovilizados, como la rana; una parálisis que les<br />

llegaba hasta la boca porque en la plaza sólo se podía oír <strong>el</strong> murmullo d<strong>el</strong><br />

final que preguntaba por lo que decían en la justa a los que sí la podían<br />

escuchar.<br />

Por lo que respecta a los que están en <strong>el</strong> escenario principal de este<br />

retablo, <strong>el</strong> periodo <strong>el</strong>ectoral (¡que de tantos parece ser constante!) les<br />

mantenía políticamente correctos porque las apariencias son tan<br />

importantes que ninguno ha optado por reaccionar. Continúan con la<br />

sonrisa pegada a la boca como si fueran personajes de cera que no se<br />

incomodan ante escudero ni ante dios. Alguna mirada circunspecta se<br />

cruzaba entre sus señorías y sus jefes de protocolo y de seguridad y algún<br />

encogimiento de hombros expresaba sus impotencias.<br />

<strong>El</strong> alcalde estudió su paso a la retaguardia para que políticos de<br />

mayor rango y experiencia lidiaran <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> escudero. Parecía<br />

que <strong>el</strong> presidente se iba a decidir a hablar por los gestos que hacía con los<br />

brazos pero no terminaba de arrancar. ¿Estaría pidiendo <strong>el</strong> auxilio a<br />

algún ave nazarena? ¡Nooo!; o necesitaba pensar concienzudamente por<br />

dónde empezar o su talento estaba dejando <strong>el</strong> puesto a la señora.<br />

—Señor Sancho —empezó finalmente <strong>el</strong> presidente—. Atónito me<br />

siento ante su sagacidad e ingenio que más parece de un ilustrado que de<br />

un escudero.<br />

—Pues más calmado me siento ahora ante sus tres señorías —saludó<br />

Sancho.<br />

—¿Qué le parece <strong>El</strong> Quijote? —preguntó <strong>el</strong> presidente intentando un<br />

dribbling.<br />

—¿Qué le parecería que preguntara por <strong>el</strong> zapatero?<br />

«Mal comienzo» debió pensar <strong>el</strong> presidente. Su ascenso hasta <strong>el</strong><br />

«liderazgo» de <strong>El</strong> País no debe de ser precisamente un camino de wine &<br />

rosas y su niv<strong>el</strong> de adiestramiento para mantener cara de póquer en las<br />

adversidades era <strong>el</strong>evado. Así que reaccionó rápidamente.<br />

—Me refería a la obra y no al personaje.<br />

—No sabía que esta farsa ya tuviera título, pero mal gusto le parta al<br />

que le haya puesto tal. Seguro que <strong>el</strong> Caballero Alcor de Castilla no<br />

comete la bajeza de aceptarlo y pone otro título a este legendario<br />

encuentro.<br />

365


—¿Qué me dice de la nueva salida de don Quijote de la que se<br />

anuncia su próxima edición?<br />

—Lo mismo de siempre: que no sé cómo no se cansa de desfacer los<br />

entuertos de otros.<br />

—¿A qué se refiere?<br />

—A Matrix.<br />

—¿No es este <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula?<br />

—Sí, pero también es <strong>el</strong> entuerto que le ha puesto de presidente.<br />

—¿Qué quiere decir con Matrix?<br />

—¿No me irá a decir que los sucesos que ocurrieron antes de su<br />

<strong>el</strong>ección no influyeron en <strong>el</strong> resultado? Matrix es la causa de estas<br />

«casualidades». Además, déjese de tanto interrogar que a quien hay que<br />

preguntar es a usted.<br />

(*) Mirar su contenido (si se quiere) en <strong>el</strong> próximo mamotreto.<br />

[En <strong>el</strong> mamotreto XVI (ver página 587), se explica <strong>el</strong> porqué de este<br />

asterisco, qué pinta en <strong>el</strong> discurso y cómo tratarlo. Se puede seguir<br />

leyendo haciendo caso omiso de la llamada o indagar qué pinta en la<br />

transcripción. Cada uno decidirá su <strong>el</strong>ección y se llegará al entendimiento<br />

de ¿Qué es Matrix? por caminos diversos sin que ninguno sea ni <strong>el</strong> bueno<br />

ni <strong>el</strong> malo. Con la sexta intervención d<strong>el</strong> caballero, <strong>el</strong> (*) termina su<br />

explicación.]<br />

No sé si será por las cejas o por los desorbitados, pero por <strong>el</strong> semblante<br />

d<strong>el</strong> presidente, no asomaba ni una reacción d<strong>el</strong> ego pero sí que atosigaba<br />

con preguntas. Encajaba las novedades con deportividad constitucional y<br />

su interrogante y entrecomado discurso se mantenía impertérrito. ¿Será<br />

uno de los adultos superficiales que no se ha preguntado nada de nada o<br />

será un niño que pregunta para entender y rechazar al ego?<br />

—De la nueva salida de los Caballeros Reb<strong>el</strong>des —siguió Sancho<br />

para que <strong>el</strong> presidente aprenda a responder a las preguntas y no a irse por<br />

las ranas— le puedo decir que este encuentro está siendo parte d<strong>el</strong><br />

prólogo; lo que está por suceder es algo que usted mismo vivirá de<br />

manera diferente.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—¡Bonitas entendederas decoran <strong>el</strong> hemiciclo! —clamó Sancho—.<br />

Entiendo que digerir <strong>el</strong> contenido que ha escuchado entre la primera y la<br />

última Dorothy (si se ha optado por leer <strong>el</strong> (*)), pueda colapsar un poco<br />

<strong>el</strong> microprocesador d<strong>el</strong> disco duro pero un presidente debería estar<br />

366


preparado para evaluar en tiempo real a unas explicaciones o unos auto<br />

ataques y actuar en consecuencia. Para su descarga, confesaré que<br />

también pienso que <strong>el</strong> resumen de la Historia de Matrix que los<br />

arquitectos exponen en Matrix (descargado en <strong>el</strong> próximo mamotreto), es<br />

demasiado metafísico; se puede reb<strong>el</strong>ar quiénes son los padres de Matrix<br />

(los arquitectos y la psique según <strong>el</strong>los) de manera normal o resumida y<br />

no tan esquizofrénica. Las palabras entre paréntesis son aportaciones<br />

aclaratorias d<strong>el</strong> transcriptor así que para cualquier duda mayor, pida<br />

explicaciones al Caballero Alcor.<br />

Por la cabeza d<strong>el</strong> presidente se pasó una pregunta que se quedó<br />

clavada en <strong>el</strong> silencio. «¿Por qué habré preguntado por Matrix al<br />

escudero?» Lo malo es que todavía no intuye la envergadura de la<br />

respuesta, lo bueno es que ha sabido articularla.<br />

—Tanta repipiez con previsibles anomalías sistémicas de<br />

precisión matemática para que un programa intuitivo balancee la<br />

ecuación —continuó <strong>el</strong> escudero—, parece más la matraca de unos<br />

esquizofrénicos que <strong>el</strong> razonamiento iluminado de los dioses de la<br />

perfección sublime y precisa. Si la génesis de la neurosis colectiva<br />

emana de la psique psicópata de los arquitectos, los civilizombis deberían<br />

reconocer que tal y como se afirma en <strong>El</strong> Génesis, están criados a imagen<br />

y semejanza de los dioses, ergo igual de psicópatas. Podrían utilizar <strong>el</strong><br />

entendimiento de este germen para asumir que se sienten víctimas de «<strong>El</strong><br />

(psicópata) Sistema» y en vez de p<strong>el</strong>earse entre <strong>el</strong>los como desea y ordena<br />

«<strong>El</strong> Sistema», tendrían que unirse para reb<strong>el</strong>arse contra <strong>el</strong> germen de «<strong>El</strong><br />

Sistema» (la psicópata y la esquizofrenia).<br />

»Con respecto a la parte d<strong>el</strong> prólogo que usted mismo vivirá de<br />

manera diferente, me explicaré con un ejemplo de los que usa mi<br />

maestro cuando mi comprensión no se aclara; así no podrá decir que no<br />

se responde a su pregunta. Hace un momento, mientras que usted<br />

miraba subconscientemente los tenderetes industriales de los artesanos,<br />

no sabía que se iba a encontrar con dos personajes inmortales que<br />

influyen en la memoria y podrían cambiar la Historia. Este es <strong>el</strong> presente<br />

en <strong>el</strong> que nos hallamos. Ahora, mientras que escucha<br />

subconscientemente las causas, análisis y motivos que le digo, no sabe<br />

que se va a encontrar con <strong>el</strong> Caballero Alcor que puede interferir la señal<br />

de Matrix. Este es <strong>el</strong> presente en <strong>el</strong> que todavía no nos hallamos;<br />

sucederá <strong>el</strong> que tenga que reaccionar realmente ante esa corrida como<br />

367


ahora está lidiando con ésta aunque sea un negro <strong>el</strong> que le está<br />

escribiendo <strong>el</strong> guión.<br />

—¿Me estás hablando de marcianos, de dioses o de negros?<br />

—preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—Si por extraterrestres se refiere a los d<strong>el</strong> Club de Bilderberg le diré<br />

que no; son tan pedestres como nosotros. Si por dioses se refiere a los<br />

d<strong>el</strong> Club de Bilderberg le diré que no, están más arriba pero son tan<br />

humanos como nosotros. Si por negros se refiere a los d<strong>el</strong> Club de<br />

Bilderberg le diré que no, ¡solo están ocultos! ¿Conoce usted a alguno? <strong>El</strong><br />

comandante Solana es su amigo.<br />

—¿Cómo sabe lo que va a pasar entre <strong>el</strong> Caballero de Castilla y <strong>el</strong><br />

presidente d<strong>el</strong> gobierno? —preguntó <strong>el</strong> presidente hilando <strong>el</strong> discurso y<br />

esquivando jardines.<br />

—Lo que de verdad hará que luego se devane los sesos será<br />

¿habría sucedido si no me lo hubieran anunciado? —respondió <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Sancho ¿qué me está pasando?<br />

—Tranquilo zapatero. Respire serenamente y ¡ande, coja una<br />

galleta! Le aseguro que antes de que se la acabe, se sentirá como<br />

nuevo.<br />

—¿Eres <strong>el</strong> oráculo?<br />

—No, pero le puedo ayudar a encontrar <strong>el</strong> camino.<br />

—¿Me está vacilando?<br />

—¡No! pero le encuentro vacilante.<br />

—¿Me da <strong>el</strong> trago de la bota que necesito para entonarme?<br />

—<strong>El</strong> mea culpa es lo que los curas dirían que tiene que entonar pero<br />

también dicen que un vaso de agua no se le puede negar a nadie. Pero<br />

mire señor presidente que<br />

me he hecho vegetariano real<br />

y ahora es agua de manantial<br />

lo que meto entre <strong>el</strong> bozal.<br />

—¿Por qué no me habla de Matrix en vez de rimar poesía?<br />

—preguntó <strong>el</strong> presidente después de refrescarse.<br />

<strong>El</strong> resto de señorías se miraron a la vez y por los gestos de flipados<br />

se notaba que no daban crédito a lo que escuchaban. ¿Tendría amnesia <strong>el</strong><br />

presidente? ¿Estaría padeciendo un mal déjà vu? Después de lo que ya se<br />

ha hablado (*), todavía quiere más. Matrix vu<strong>el</strong>ve a salir a la palestra.<br />

Habiendo Sancho dispersado <strong>el</strong> discurso como es habitual, ¿por qué<br />

368


insistir en Matrix como si fuera una astilla clavada en la mente d<strong>el</strong><br />

presidente que lo está enloqueciendo? Como si no conociéramos a<br />

Sancho. ¡Pues toma!<br />

—Matrix nos rodea, está por todas partes, incluso ahora, en<br />

esta misma conversación. Puede verla si mira por la ventana, al<br />

encender la t<strong>el</strong>evisión; puede sentirla cuando va a trabajar a la<br />

Monkloa, cuando va a la iglesia, incluso cuando paga sus<br />

impuestos. Es <strong>el</strong> mundo que ha sido puesto ante sus ojos para<br />

ocultarle la verdad.<br />

—¿Qué verdad?<br />

—Que es un esclavo zapatero. Igual que los demás, nació en<br />

cautiverio, nació en una prisión que no puede saborear, ni oler, ni<br />

tocar, una prisión para su mente. Cuando Matrix se construyó, en<br />

su interior nació un hombre; tenía la capacidad de cambiar lo que<br />

quisiera para rehacer Matrix a su voluntad. Él fue quien liberó a<br />

los nuestros, nos enseño la realidad. Resulta que mientras que<br />

Matrix exista, la raza humana jamás será libre. Después de que él<br />

muriera, <strong>el</strong> oráculo vaticinó su regreso y que su llegada presagiaría<br />

la destrucción de Matrix, <strong>el</strong> fin de la guerra y nos traería la libertad.<br />

<strong>El</strong> presente que estamos viviendo es la introducción al prólogo de esta<br />

llegada.<br />

—¿Por qué me cuenta esto?<br />

—¿Por qué me ha pedido otra vez que le hable de Matrix?<br />

—Se me debe de haber introducido un virus con alzeimer en <strong>el</strong> disco<br />

duro porque no consigo controlar ni la mente ni <strong>el</strong> ordenador d<strong>el</strong> alma.<br />

Creo que empiezo a necesitar un descanso pero dígame antes por qué ha<br />

vaticinado <strong>el</strong> encuentro entre <strong>el</strong> Caballero Alcor y <strong>el</strong> Presidente.<br />

—Déjeme antes que le pregunte un porqué —esquivó <strong>el</strong><br />

escudero—. ¿Por qué es un civilizombi con letargo mental?<br />

—No lo sé.<br />

—Por desgracia, no se puede explicar lo que es Matrix, ha de<br />

verla con sus propios ojos y sentirla con su propio sufrimiento,<br />

tristeza, escepticismo y desilusión. Bueno, excepcionalmente su señoría<br />

también puede disfrutarla al considerar que ha alcanzado su máxima<br />

ambición. Cómase la galleta, está riquísima.<br />

Efectivamente, <strong>el</strong> Presidente necesita un respiro urgente así que<br />

vamos a dárs<strong>el</strong>o. La intuición de la sra. Presidenta está al quite para<br />

resolver la situación interviniendo en <strong>el</strong> tetrálogo. Es emocionante<br />

369


comprobar que la solidaridad humana trasciende por encima de las<br />

ideologías partidistas y que en ciertos momentos, hasta la esperanza<br />

puede socorrer a la oposición.<br />

—¿Qué tiene que ver <strong>el</strong> Caballero Alcor con <strong>el</strong> Caballero don<br />

Quijote? —prorrumpió la insospechada presidenta para cambiar al<br />

destinatario d<strong>el</strong> encuentro y rebajar la tensión de la oposición.<br />

—Aunque no lo sepa explicar —respondió <strong>el</strong> escudero—, cada uno<br />

es maestro d<strong>el</strong> otro. Por lo que conozco, mi maestro dice que <strong>el</strong> suyo lo<br />

fue Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i que a la sazón se le conocerá como<br />

Caballero Alcor de Castilla al-Andalusí, uno que a su vez reafirmará que<br />

su conocimiento proviene d<strong>el</strong> Caballero Carlo de Cervanpeare al-<br />

Mancha.<br />

—Cuando oigo hablar de caballeros, me acude la evocación de que <strong>el</strong><br />

honor existió.<br />

—¿Se refiere a que <strong>el</strong> honor de mi maestro ha puesto <strong>el</strong> nombre de<br />

esta plaza y de un premio literario más?<br />

—¡Bueno Sancho, no exagere! También d<strong>el</strong> príncipe han tomado <strong>el</strong><br />

nombre para ponérs<strong>el</strong>o a un hospital<br />

—Desde hace siglos, ese es un título nobiliario que se otorga a todos<br />

los herederos de cualquier Corona; ¡es sólo un título, no es nadie! A don<br />

Quijote también le juraron por «Príncipe de Asturias», un título que le<br />

sustituyeron por <strong>el</strong> de la «Extrema Unción»; en cambio «Rey de las<br />

Letras» sólo hay uno. Pero lo que sí se puede anunciar es que<br />

370<br />

en «honor» a usted,<br />

Guadalajara puede decir<br />

que tiene Estación d<strong>el</strong> AVE<br />

y aeropuerto a la ved.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—Que por <strong>el</strong> tiempo aproximado que se tarda en llegar a una y a<br />

otra, se puede decir que desde que tienen AVE, también tienen<br />

aeropuerto.<br />

«¿Cómo me habré metido en este jardín yo solita?», pensaba la<br />

señora mientras intentaba salir d<strong>el</strong> entuerto. «¿Por qué habrá dado la<br />

casualidad de que <strong>el</strong> lugar de la Mancha en donde hemos colocado mi<br />

estación fuera "una parc<strong>el</strong>ita" de mis parientes (por parte de <strong>el</strong> marido)<br />

Ramírez de Haro?» Podría salir fácilmente d<strong>el</strong> jardín si supiera que<br />

Sancho es un maestro de la dispersión y que en vez de centrar <strong>el</strong> diálogo<br />

en preguntar por <strong>el</strong> desprecio de la presidenta hacia los nuevos hallazgos


iográficos, deja que <strong>el</strong> descubrimiento pase inadvertido. Quizá esté<br />

persuadido por los lapsus int<strong>el</strong>ectuales de la señora que reconoce<br />

conocer más pitonisas que premios Nóv<strong>el</strong>es. Preguntaré a la exministra<br />

de la incultura si es con «b» y sin tilde porque con tanto jardincito, ahora<br />

no lo sé (¿o es que nóv<strong>el</strong>es va con doble sentío?)<br />

—¿Cómo se llama <strong>el</strong> aeropuerto de Guadalajara? —preguntó la<br />

cáustica presidenta.<br />

—¡Barajas!, un pueblo de Madrid; su estación d<strong>el</strong> AVE toma <strong>el</strong><br />

nombre de otro pueblo, Yebes, que afortunadamente está en<br />

Guadalajara. ¿Se imagina que la Estación de Guadalajara d<strong>el</strong> AVE<br />

estuviera construida en un pueblo de Madrid? ¡Pues examine las<br />

distancias y fíjese por qué poquito!<br />

—Si por poquito, se refiere a más de una decena de kilómetros, daré<br />

por buena su prueba.<br />

—Por poquito me refiero a que realmente se ha tomado <strong>el</strong> nombre<br />

de un término municipal para poner <strong>el</strong> título de su Estación d<strong>el</strong> AVE<br />

porque ni <strong>el</strong> pueblo de Yebes se ha podido beneficiar d<strong>el</strong> esperpento. <strong>El</strong><br />

páramo en <strong>el</strong> que se ha ubicado estaba poblado por unas encinas<br />

maduras que después de su rasurado, ahora se está trazando una ciudad<br />

apesadillada «Av<strong>el</strong>andia» en honor a la esperanza de hipotecarse con un<br />

piso construido para justificar su estación.<br />

—¡Sr. Alcalde! ¡Este escudero tendría que estar en plantilla para que<br />

lo que piense, entienda y sobre todo diga, dependa d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>do que cobre<br />

y no d<strong>el</strong> albedrío que su<strong>el</strong>ta! —promulgó la presidenta.<br />

—Soy actor de los que se conforma con poco, lo necesario para estar<br />

y no depender de su<strong>el</strong>do ni de plantilla. No necesito reprivatizar,<br />

recalificar o rechorisear para después no saber decir ni lo que cobro.<br />

—Ssepa ussted que la principal beneficiaria de estass recalificacioness<br />

ha ssido una tía de mi marido.<br />

—Ya sabía que todo se había quedado en familia. Son hábiles,<br />

burdos y escurridizos, señora de lo que sea, pero los ciudadanos estamos<br />

hartos de las casualidades.<br />

—¿Entonces de qué se me acusa?<br />

—De nada, sólo de sospecha. ¿Le parece poco formar parte de una<br />

casta de corruptos que gobiernan a unos ciudadanos que saben que son<br />

corruptos? ¿Qué le parece que haya miles de ciudadanos que no saben<br />

que la finca más agraciada por «Vald<strong>el</strong>uz» sea sólo colindante a la de su<br />

marido y que piensen que usted está metida de lleno en un trato de favor<br />

371


de miles de millones de…? ¿Cuándo estamos señora, en euros o en<br />

pesetas? No podrá negar que cuando tomaron esa decisión, usted era la<br />

inministra de cultura.<br />

—¡Glup! —le sonó a la presidenta.<br />

—La mujer d<strong>el</strong> <strong>César</strong> no sólo tiene que ser honrada, tiene que<br />

parecerlo.<br />

—Se llama Mica<strong>el</strong>a y no Cleopatra.<br />

—¿Catalina Mica<strong>el</strong>a?<br />

—No, Teresa Mica<strong>el</strong>a.<br />

—¡¡Aahhh!! —se r<strong>el</strong>ajó Sancho—; si no habría sido mucha<br />

casualidad.<br />

—¿A qué se refiere <strong>el</strong> escudero? —soltó con lengua viperina.<br />

—Son cosas mías. Puedo sentir nítidamente que una mujer está<br />

ligada a estas páginas y podría ser su hermana. Ya se enterará cuando lea<br />

la transcripción de este encuentro y <strong>el</strong> resto de la salida.<br />

—Como que se cree que me lo voy a leer…<br />

—Seguramente no lo pueda evitar, ya sea por curiosidad o para<br />

tramar. Si tiene tantos ovarios como aparenta, reconozca en público<br />

cuando haga la lectura de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en privado, en vez de<br />

desafiar tanto.<br />

—Puess ya veremoss lo que hago con essa lectura que sserá un libro<br />

¿no?<br />

—Según los datos de RENFE —siguió Sancho sin hacerla ni puto<br />

caso—, en <strong>el</strong> año 2008, 15 pasajeros diarios utilizaron <strong>el</strong> AVE entre<br />

Madrid y Guadalajara mientras que la línea de Cercanías es utilizada<br />

diariamente por 10.600 personas. ¿Tan gilipollas considera a los<br />

ciudadanos que pudiendo ir volando, van andando? ¿No se percata de lo<br />

descaradas que son las estadísticas? ¿Sabe qué porcentaje hay entre dos<br />

cifras tan frías, 10.600 y 15?<br />

Como la presidenta oía y callaba, Sancho se apresuró a decir:<br />

—Yo tampoco. Lo que hay es un chanchullo mu gordo, señoraía.<br />

No pensaban en <strong>el</strong> bienestar de los ciudadanos, se inventaron una<br />

estación para forrarse los bolsillos a costa d<strong>el</strong> bienestar de los<br />

ciudadanos, con casualidad o sin <strong>el</strong>la. ¿Cuánto cuesta que 15 habitantes<br />

d<strong>el</strong> planeta, ya sean españoles o inmigrados, vayan de Guadalajara a<br />

Madrid en <strong>el</strong> AVE? Querían construir una pesadilla y ¡ya está! La realidad<br />

es que la crisis los está despertando de esta pescadilla corrupta y los va a<br />

meter en una realidad peor.<br />

372


—¡Glupp! —se escapó de la presidenta.<br />

—Le voy a decir incluso más; sé que hay gente que opina que <strong>el</strong><br />

único trazado posible para la vía d<strong>el</strong> AVE es a través de esa submeseta<br />

alcarreña porque si no, y aquí no se aclaran, o no hay espacio para pasar<br />

<strong>el</strong> trazado por <strong>el</strong> corredor o sería muy caro expropiar los terrenos de los<br />

ciudadanos. Si fuera así ¿por qué no prescindieron de la estación? En<br />

cambio, la psicopatía gubernamental pergeñó: ¿Para qué de repartir las<br />

plusvalías entre muchos y llevar la vía por donde la iban a poder utilizar<br />

muchos, con lo bien que se paga a uno solo y que la utilicen 15 sólo?<br />

»No se la puede acusar de nada pero está bajo la sospecha de<br />

millones de ciudadanos y de al menos, dos inmortales. Quizá, cuando<br />

lean la transcripción, los millones serán muchos más. Ya ha visto que sé<br />

lo de la Mica<strong>el</strong>a, ya ha visto que sé lo d<strong>el</strong> trazado, pero no se olvide de<br />

que también sé que están corruptos hasta más allá de donde yo no sé ni<br />

parece saber que nadie.<br />

—¡Gluppp! —se le escuchó a la presidenta.<br />

—Suya es la palabra señora —decía Sancho en vista de que la otra no<br />

hablaba.<br />

—Parece que va a llover —salió la ilustre presidenta.<br />

—Como veo que quiere cambiar de tema, aprovecharé para decirle<br />

que desconozco si <strong>el</strong> <strong>César</strong> pudiera ser un putero o si era todo lo<br />

contrario; tampoco sé la r<strong>el</strong>ación exacta que mantuvo con Cleopatra, una<br />

mujer muy hábil que «hizo de todo» para que la fuerza imperial<br />

hegemónica no arrasara a su decadente pueblo. ¿Le gustaría a usted<br />

sentir ese poder o se conforma con choriceos menores?<br />

»Pero lo que sí sé es que la mujer d<strong>el</strong> <strong>César</strong> que no sólo tenía que ser<br />

honesta sino además parecerlo, fue Pompeya, como <strong>el</strong> nombre de la<br />

ciudad que <strong>el</strong> Vesubio «enlavó» para la posteridad. Unos construyen<br />

Medina Zahara y otros la ciudad de Pompeya. De ninguna queda ni raspa<br />

ni cloaca y no sé qué será d<strong>el</strong> amor que por sentirlo de esas concretas<br />

mujeres, emperador y califa enloquecieron.<br />

<strong>El</strong> verbo de la presidenta, que en tantas ocasiones parece saltarín y<br />

risueño, estaba autoencerrado en una jaula de la que sólo por protección,<br />

no quería escapar. ¿No quieren paridad? ¿No quieren Tengo una pregunta<br />

para usted? Sancho Panza es un habitante con los mismos derechos<br />

constitucionales que todos sus hermanos, sean escuderos o sean<br />

ciudadanos, que cumplan sólo una particularidad: que no estén<br />

acojonados. Habla con total igualdad con la casta de corruptos que, sólo<br />

373


por gobermangonear de manera tan descarada, deberían de permitir que<br />

se les hable con transparencia y con esta paridad, con respeto y con esta<br />

lealtad; sin amenazas ni sus abusos de poder, sin acosar ni chapuzas<br />

como sus GAL. Haciéndose cargo de la situación por <strong>el</strong> extraño silencio<br />

de la parlanchina, Sancho retomó la palabra por donde la señora dejó<br />

abandonada.<br />

—Decía usted al astrónomo de Alcalá que deberían meterme en<br />

plantilla para que lo que piense, entienda y sobre todo diga, dependa d<strong>el</strong><br />

su<strong>el</strong>do que cobre y no d<strong>el</strong> albedrío que su<strong>el</strong>te. No me van a corromper ni<br />

con un maravedí porque un caballero reb<strong>el</strong>de contagia fuerza y honor<br />

por todos los poros de la pi<strong>el</strong>. Lo que pasa —dijo <strong>el</strong> escudero<br />

condescendientemente—, es que todavía no están acostumbrados a<br />

escuchar este tipo de discursos porque la proclamada «Libertad de<br />

Creación y de Expresión» se entiende de manera políticamente correcta y<br />

así no se dice nada de nada: así se ac<strong>el</strong>era la corrupción y decadencia de<br />

gobiernos y desgobernados.<br />

—¿Está hablando de la anarquía? —preguntó la presidenta<br />

recompuesta por <strong>el</strong> «cambio de tema».<br />

—No, de algo mucho peor que la anomia.<br />

—¿Y qué pasa con los artistas y creadores, con los int<strong>el</strong>ectuales y<br />

filósofos de hoy en día, por qué no hablan así? —preguntó la<br />

presidenta—.<br />

—¡No lo sé!; espere a que <strong>el</strong> juez d<strong>el</strong> higo secuestre <strong>El</strong> Jueves y analice<br />

su reacción; si se quedan parados es que están esclavos.<br />

—¿Cómo dice?<br />

—¡No lo sé!; quizá estén subvencionados con su<strong>el</strong>dos o con<br />

plantillas, con hipotecas o con futuros. Pero habrá algo que le saque de<br />

dudas: dependiendo de cómo se trate a <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, sabrá<br />

porqué los int<strong>el</strong>ectuales, pensadores, mea pilas, filósofos y pacotillas,<br />

están tan callados o acojonados.<br />

—Cuando dice palabrotas comete un pecado que tiene que<br />

subsanarlo arrodillándose en un confesionario —advirtió la presidenta.<br />

—¿Dónde se tiene que arrodillar usted para redimirse de mentiras,<br />

recalificaciones, privatizaciones, nepotismos y desprecios?<br />

—¡¡Ante los españoles!! —sancionó <strong>el</strong> pueblo gritando al unísono.<br />

—Aparte de la «Libertad de Creación y de Expresión» —continuó la<br />

presidenta ensordecida por <strong>el</strong> grito— ¿por qué no dice algo más bueno<br />

de la democracia a los que nos pueden escuchar?<br />

374


Qué talante <strong>el</strong> de la presidenta que condena la gravedad pecaminosa<br />

de una palabrota y absu<strong>el</strong>ve con venialidad a sus gestiones inmobiliarias y<br />

demás. La dispersión de Sancho engranó la pregunta en <strong>el</strong> discurso sin<br />

parase a analizar la trascendental culpabilidad.<br />

—Lo primero que puedo decir —contestó Sancho— es que no sé<br />

qué es la democracia porque bajo la tiranía de los validos y de la Santa<br />

Inquisición se vive con más libertad; pregunte al Cervantes que habla<br />

con <strong>el</strong> rey que sabrá poner multitud de ejemplos d<strong>el</strong> siglo XVI y veremos<br />

qué pasa con la transcripción de este encuentro; ya sabe que Don Quijote<br />

se pudo editar y difundir sin ningún perjuicio para <strong>el</strong> transcriptor de los<br />

manuscritos d<strong>el</strong> Caballero Alcor.<br />

»Lo más bueno de la democracia es que sí se puede saber que poco<br />

antes de la desintegración de los Imperios, sus territorios son<br />

obligatoriamente democratizados o republibalcanizados. Irak ha sido <strong>el</strong><br />

último testimonio de la metodología imperial que se puede emplear para<br />

aterrorizar democráticamente a un país. ¿Sabe usted por qué la historia es<br />

así?<br />

—¿Ha dicho «la tiranía de los validos» o de los partidos? —curioseó<br />

reservadamente <strong>el</strong> alcalde al presidente.<br />

—No lo sé —aclaró <strong>el</strong> presidente—. Se me ha colgado <strong>el</strong> disco duro.<br />

—¿Con qué? —preguntó <strong>el</strong> curioso alcalde.<br />

—Con que no sé si ha dicho manuscritos d<strong>el</strong> Caballero Alcor o de<br />

Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i —contestó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Pues atienda al discurso y baje de su Babia leonesa natal!<br />

—increpó <strong>el</strong> alcalde cuchicheando—. O «somos todos para uno y uno<br />

para todos» o la maña de este escudero nos va a dejar sin <strong>el</strong> 3% para cada<br />

uno. Con respecto a los nombres, seguro que es un lapsus sin<br />

importancia por venir de un labriego.<br />

—¡He dicho! —les dijo Sancho en voz más alta—, ¡que <strong>el</strong> trato que<br />

reciba la transcripción de este encuentro determinará si la tiranía de los<br />

validos y la inquisitorial censura permiten <strong>el</strong> ejercicio de la libertad<br />

creativa y expresiva con mayor soltura que la democracia de los partidos!<br />

[Leer la Contitución Española.] ¿Qué pasará al principio d<strong>el</strong> siglo XXI<br />

con <strong>el</strong> transcriptor de los manuscritos d<strong>el</strong> Caballero don Quijote que con<br />

la pregunta ¿Qué es Matrix? se los titula?<br />

—¡Más bien —reintervino la presidenta subiendo <strong>el</strong> tono— me<br />

refería a qué le parece la paridad democrática! ¿Qué le parece que una<br />

375


mujer sea la Presidenta cuando la tiranía de los validos nos consideraba<br />

floreros?<br />

—Lo que dice puede ser auténtico pero no es real —contestó<br />

Sancho—. Que un porcentaje demasiado <strong>el</strong>evado de mujeres cobre un<br />

40% menos que los varones cuando desempeñan <strong>el</strong> mismo cargo, no me<br />

parece paridad; más bien parece una de las múltiples paridas de este<br />

contubernio democratizado. Sobre la Presidencia femenina le puedo<br />

informar que muchas reinas legítimas hubo en España antes que usted y<br />

algunas montaban tanto como monta él. ¿Hacemos un repasito a la<br />

Historia?<br />

—Por supuesto —desafió la presidenta—, estoy muy versada en <strong>el</strong>la.<br />

—¿Sabe quién es la «brava hembra»? —soltó Sancho a la primera.<br />

—No, pero suena tan mal que seguro que es algo de su invención<br />

para insultar —se defendió la presidenta.<br />

—¡No! representante de las intocables —ilustró <strong>el</strong> escudero—. Se<br />

trata de la destinataria de la mitad d<strong>el</strong> dicho de Nebrija en <strong>el</strong> que monta<br />

tanto él como monta <strong>el</strong>la. Poco después de expulsar a los moros, los<br />

problemas internos de España no cesaban. <strong>El</strong> arzobispo Carrillo se lió la<br />

manta a la cabeza y se sublevó con 500 lanzas en la fortaleza de Toro.<br />

Los gabachos apremiaban por Guipúzcoa y Fernando (<strong>el</strong> Católico) no<br />

sabía qué hacer. Y aquí es donde aparece Isab<strong>el</strong> que se situó con sus<br />

soldados en Palencia obligando a recular al arzobispo que llegó a decir.<br />

«Yo la he sacado de hilar y yo la tornaré a la rueca». Convocó la Reina a<br />

las Cortes en Medina d<strong>el</strong> Campo y dada la pobreza en la que se hallaba <strong>el</strong><br />

reino, pidió a la clerecía la mitad de la plata de los templos<br />

comprometiéndose a pagarla en tres años. <strong>El</strong> clero accedió gustoso, y<br />

aún disipó los escrúpulos de Isab<strong>el</strong> con citas de los libros santos que<br />

autorizaban <strong>el</strong> préstamo. De esta forma hubo dinero para la guerra.<br />

»Si se ha situado en <strong>el</strong> contexto de guerra civil en España en la que se<br />

sublevaban hasta los curas contra la imposición d<strong>el</strong> Renacimiento, no<br />

olvide a María Sarmiento, una mujer de armas tomar que resistió con las<br />

gentes de Portugal <strong>el</strong> envite de las tropas españolas. ¿Ve como aparecen<br />

muchas mujeres sin necesidad de la paridad?<br />

—Lo que no aparece es la «brava hembra» —espetó la cáustica<br />

presidenta.<br />

—Es que también se sublevaron en Segovia —dijo Sancho—.<br />

Azuzados por <strong>el</strong> Obispo y los nobles, los segovianos se levantaron<br />

contra Andrés de Cabrera, alcaide d<strong>el</strong> Alcázar. Se hicieron dueños de casi<br />

376


toda la ciudad y aun de parte de la fortaleza, donde estaba la princesita<br />

Isab<strong>el</strong> (primogénita de los RR.CC.) al cuidado de la Bobadilla, amiga de<br />

la Reina y esposa de Cabrera.<br />

»La Católica estaba en Tordesillas y partió inmediatamente para allí.<br />

Entró en <strong>el</strong> alcázar aunque las gentes de su séquito temieron por la vida.<br />

Descendió <strong>el</strong>la sola al patio, mandó abrir las puertas y un escudero dijo:<br />

«¡Amigos, la Reina manda que entréis cuantos aquí venís!» La expusieron<br />

sus quejas y pidieron la destitución de Cabrera. Así se hizo y en menos<br />

de media hora, apaciguados, abandonaron todos <strong>el</strong> recinto.<br />

»Abierta información judicial al otro día y resultando muy leves los<br />

cargos contra Cabrera, mandó restituirle la alcaidía e hizo pregonar la<br />

sentencia por la ciudad a toque de clarines. Les metió <strong>el</strong> resu<strong>el</strong>lo en <strong>el</strong><br />

cuerpo y nobles y villanos decían mohínos meneando las cabezas, una<br />

frase, popular a poco en las Castillas: «¡Brava hembra, lleva bragas que no<br />

faldetas!»<br />

—¡Huy! ¿pero qué dice? —se escandalizó la presidenta.<br />

—Una frase popular.<br />

—Hay que reconocer que tenía valor esa brava mujer.<br />

—Pues tenía entonces 23 añitos la brava Reina. ¿Qué va a hacer<br />

usted con sus espías y sus corruptos cuando frisa con los cincuenta pero<br />

por arriba?<br />

—Es usted un maleducado —abroncó la presidenta visiblemente<br />

cabreada.<br />

—No se si lo dice por lo de la hembra o lo de la edad —comentó<br />

Sancho despistado—. Si es por la edad, sepa su señoría que cuando se<br />

han traspasado los 400 años, da igual unos más que menos. Además, no<br />

se queje tanto que tiene una jubilación tan ricamente adornada que se<br />

podría decir que le sienta bien la edad si no fuera por algunas ruedas de<br />

prensa y otras cosas más.<br />

—¡Pero qué tío más…! —decía la presidenta sin poder acabar.<br />

—Téngase señora presidenta, que por la boca muere <strong>el</strong> pez y la<br />

pescadilla también. Si lo decía por lo de hembra, sabrá que <strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe<br />

II, para algunos <strong>el</strong> gran monarca que inspira <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> príncipe<br />

actual ¡vaya usted a saber por qué!, y para otros un psicópata<br />

descerebrado y miedoso como usted, que me diga como <strong>el</strong> rey… ¡uy! que<br />

me diga… ¿como quién?<br />

377


»Son los efectos de la poesía que rima sola o en compañía. Como le<br />

iba diciendo, ese capullo de rey llamaba a la bizca princesa de Éboli «la<br />

hembra», y todos le aplauden la gracia sin que nadie se meta con él.<br />

—La Éboli era tuerta y no bizca —corrigió la presidenta más iletrada<br />

que una vaca en un garaje extraviada.<br />

—La duquesa de Pastrana, Ana Mendoza de la Cerda —situó Sancho<br />

con rigor lejos de palabrería típica de su señoría—, aparte de cegata no<br />

era tuerta sino bizca y muy coqueta. Se tapaba su estrabismo con un<br />

toque de misterio que la hacía más atractiva desde <strong>el</strong> rey hasta Escobedo,<br />

pasando por Antonio Pérez y de postre por su marido.<br />

—¿Pero si dicen de esa licenciosa que perdió un ojo en un combate<br />

de esgrima con su esposo… bueno, dios sabrá con quien?<br />

—También dicen que las Torres trim<strong>el</strong>as cayeron por las<br />

consecuencias d<strong>el</strong> impacto de un avión y lo hicieron a consecuencia de<br />

una demolición controlada —bombardeó Sancho—. ¿Qué piensa usted?<br />

Al ver la cara rancia que se le ponía a la señorona d<strong>el</strong> Clubderberg,<br />

Sancho se comportó torticeramente y viendo que no quería responder,<br />

continuó con su canción como si nada.<br />

—Fíjese en <strong>el</strong> rancio abolengo de la señorita —siguió <strong>el</strong> escudero<br />

con la señorona—, que se enfrentó a Teresa de Ávila, que usted<br />

conocerá como santa y de Jesús, porque quería ingresar en uno de los<br />

conventos Carm<strong>el</strong>itas de Pastrana imponiendo las condiciones a la madre<br />

superiora. Al tratarse de otra como la de Calcuta, que calladitas eran pero<br />

¡qué ovarios de mujer!, se encontró con una monjita que era de armas<br />

temer. La monja mandó a la princesa, y sólo por ser correcto, al quinto<br />

carajo de otro pueblo y la hembra la correspondió escribiendo un lib<strong>el</strong>o<br />

sobre la santa de no sé qué credo. Su b<strong>el</strong>leza y seducción le valía con los<br />

tíos pero ante una mujer de tronío, se las puede meter por <strong>el</strong> higo.<br />

Voluble, fascinante, manipuladora y vengativa, vamos una psicópata<br />

empedernida como la mayoría de sus señorías, terminó confinada en su<br />

palacio de Pastrana que al parecer de algunos presentes, más parecía una<br />

casa de… ¿qué palabra quiere que utilice señoría? Para que rime podría<br />

utilizar marranas pero puede que la gente se despiste y no sepa de la tipa<br />

con la que estamos hablando.<br />

—Por tantas salidas como tiene —precisó la presidenta arisca<br />

fríamente—, se le podría llamar <strong>el</strong> escudero respondón. Dejemos la<br />

parida y las bravas mujeres para más ad<strong>el</strong>ante, y conteste a cuándo van a<br />

378


aparecer por su boca las citas d<strong>el</strong> Quijote que, según estipula su contrato,<br />

debería poner límite a lo que se piensa, se sabe y se dice.<br />

—Todo lo que está ocurriendo será fi<strong>el</strong>mente transcrito en ¿Qué es<br />

Matrix?, título de la Tercera Salida d<strong>el</strong> ingenioso hidalgo don Quijote de<br />

la Mancha. Que usted no lo recuerde como una cita es porque lo está<br />

protagonizando pero cuando consiga salirse de su ego, comprobará que<br />

no tiene ni idea de Historia y que estas palabras serán las que reciten<br />

literalmente los que nos imiten.<br />

—¡Sancho! —advirtió la presidenta repipi—, no sé si estará<br />

parafraseando algún Quijote apócrifo de los que aparecen<br />

misteriosamente pero le aseguro que los políticos no tenemos ego,<br />

tenemos fortunas…<br />

—¡Quiero decir fama! —se corrigió la presidenta.<br />

—¿No es lo mismo que <strong>el</strong> ego? —preguntó retóricamente <strong>el</strong> irónico<br />

escudero—.<br />

—¡Sr. Alcalde! Termine con este diálogo burlón que me hace decir lo<br />

que no debo porque si sigue, <strong>el</strong> motín de Alcalá puede ser más famoso<br />

que <strong>el</strong> de Aranjuez. Este ciudadano, por muy libre que se crea y muy<br />

igual le considere la Constitución, no merece mi tiempo. Así que<br />

despách<strong>el</strong>o o exija a sus fuerzas d<strong>el</strong> orden que lo desaparezcan.<br />

—¡Téngase sra. presidenta! —proclamó Sancho—, ¿no se da cuenta<br />

que estamos sobre un su<strong>el</strong>o público que usted todavía no ha podido<br />

privatizar y recalificar y que tenemos <strong>el</strong> mismo derecho a estar en este<br />

sitio? Diga claramente que por <strong>el</strong> poder que su señoría usurpa al pueblo,<br />

considera que este sitio es más suyo que mío y que por eso ordena mi<br />

desaparición. ¡Ande! que en vez de una galletita, le voy a ofrecer un<br />

poco de sapienciecita. Léase Antígona o Lisístrata y deje de decir... cosas<br />

tan lindas.<br />

Como se pueden imaginar, Sancho pensó en «decir… gilipolleces»<br />

pero seguro que la mente d<strong>el</strong> transcriptor que puede sufrir cualquier<br />

achaque de la moral, cambia finalmente la expresión. Puede transcribir <strong>el</strong><br />

manuscrito original de modo tan políticamente correcto que va a parecer<br />

torticero. Tal y como Sancho apercibirá, esto hu<strong>el</strong>e a «Versión Oficial».<br />

—¡Señor escudero! ¿Cuál es su función aquí? —preguntó <strong>el</strong> alcalde<br />

inquisitorialmente.<br />

—Yo protejo lo que más importa —contestó Sancho<br />

contundentemente.<br />

379


Comenzaron a escucharse comentarios en los que sonaba: «Sancho<br />

ha dicho que don Quijote es Cervantes, ha denunciado <strong>el</strong> contubernio<br />

que desemboca en la estación d<strong>el</strong> AVE de Guadalajara, ha explicado lo<br />

que realmente significa la democracia que con paridad o sin <strong>el</strong>la, nadie es<br />

igual a los impunes políticos, ha explicado <strong>el</strong> estado de egolatría que<br />

padece la sociedad y que la corrupción actual está originando una<br />

confusión masiva». «¡¡Guapo!!» coreó un grupo de mujeres <strong>el</strong>evando <strong>el</strong><br />

volumen de la voz. «¡¡Oléeee!!» gritó la mujer con rastas. A lo que Sancho<br />

respondió: «¡Que me place señoras que se fijen en quien nunca se habían<br />

fijado!»<br />

¡¡¡Goool!!! —sonó en <strong>el</strong> estadio—.<br />

¡¡Ooéé, oé, oé, oéééé; oéééé, oéééé !!<br />

¡Qué golazo han metido señores!<br />

¡Si es que ha sido espectacular!<br />

Uno centrando con paju<strong>el</strong>ina<br />

y <strong>el</strong> otro rematando desde <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />

con la caro cabeza sólo<br />

ha metido <strong>el</strong> esférico hasta <strong>el</strong> fondo<br />

por la escuadra de la portería.<br />

<strong>El</strong> tonto que han anotado<br />

va a solucionar esta crisis,<br />

la vida y también la tisis<br />

que nos va a dar con la extinción.<br />

La mitad d<strong>el</strong> estadio ha estallado<br />

con júbilo y alegría festiva<br />

pero en la otra mitad de las gradas<br />

a hostias que se están liando.<br />

No tiene por qué ser real<br />

<strong>el</strong> tópico que han implantado<br />

a las gentes que <strong>el</strong> fútbol les gusta<br />

no tienen que ser descerebrados.<br />

Es un entretenimiento más,<br />

como todos los que han concertado,<br />

y acudir a un drama lírico escuchar<br />

no tiene por qué ser más refinado ni<br />

tampoco lo más barato.<br />

Los que estaban viendo <strong>el</strong> partido<br />

desde un bareto cercano<br />

unas manzanas más lejos<br />

d<strong>el</strong> domicilio que es conyugal,<br />

380<br />

están c<strong>el</strong>ebrando <strong>el</strong> gol<br />

como si todos lo hubieran metido<br />

y para no ser reprimidos<br />

se dirá de las mujeres que están<br />

lo c<strong>el</strong>ebran con <strong>el</strong> mismo ahínco.<br />

Lo que para unos significa <strong>el</strong> bar<br />

es un domicilio extraconyugal<br />

en <strong>el</strong> que canalizan <strong>el</strong> placer<br />

de sus vidas y también sus días.<br />

Entre gritos y otras cosas<br />

la tarde se está pasando<br />

mientras que en una plaza de al lado<br />

<strong>el</strong> don Quiote reb<strong>el</strong>de<br />

y también <strong>el</strong> enamorado<br />

un escudero avispado,<br />

y los cuatro balidos d<strong>el</strong> rey<br />

¿o son tres?<br />

han tenido un parlamento<br />

sin ningún desmerecimiento;<br />

así que como ya se ha dicho<br />

que cada cual se entretenga<br />

como su parecer convenga.<br />

¿Realmente da igual decir<br />

¡¡Fuera la corrupción!! que ¡¡Gooool!!?<br />

Puede que para los alcarreños,<br />

sólo pa <strong>el</strong>los y sin saber porqué,<br />

sean los únicos indignados<br />

con que sus putos gobermangantes<br />

sean tan cutres descerebrados<br />

de poner una estación d<strong>el</strong> AVE


en medio d<strong>el</strong> mismísimo campo.<br />

Haber quién pudiera explicarles<br />

a esos espectadores de goles<br />

entre goletes y algún golazo,<br />

que sus señorías usan chupete<br />

y que no se enteran de un carajo<br />

que no sea robar y robar<br />

a sacos, espuertas y a manta,<br />

ya sea de los reservados fondos<br />

o directamente d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong>.<br />

Lo único que puede la gente<br />

esperar simple y realmente<br />

es a un Godot tan sabio y listo<br />

que realmente nunca existió.<br />

La vida civilizombi pasa,<br />

mintiendo y esperando no sé qué,<br />

total, para luego además<br />

ser un pringado que para qué.<br />

Pregúntens<strong>el</strong>o a ´Abd al-Ramān<br />

enamorado de la b<strong>el</strong>leza<br />

de una princesa de verdad<br />

que por Zahara se hacía nombrar.<br />

Fue la que le llevó a construir<br />

la legendaria Zahara Medina’s<br />

y también la hermosa mora<br />

fue causa de algunas desdichas.<br />

De los catorce días f<strong>el</strong>ices<br />

¿pasó alguno con su sultana?<br />

Esto va a parecer un golazo<br />

que les está colando quien sea<br />

porque empezando a hablar de fútbol<br />

terminamos con una historia de amor.<br />

¡Qué se le va a hacer si estoy enamorado!<br />

La confusión masiva y <strong>el</strong> rompimiento que está amenazando con la<br />

desintegración d<strong>el</strong> orden social y <strong>el</strong> modo de vida vigentes, se están<br />

notando puntualmente en este retablo. Aunque siempre es emocionante<br />

sentir la autoridad d<strong>el</strong> pueblo, las aclamaciones no distrajeron la<br />

percepción de don Quijote que atento al jardín en <strong>el</strong> que se estaba<br />

metiendo su escudero, pidió disculpas a su majestad para acudir en<br />

auxilio d<strong>el</strong> escudero.<br />

—¡Pero señorías! —intervino don Quijote—, ¿no se dan cuenta de<br />

que <strong>el</strong> escudero está citando una tercera parte inédita de <strong>El</strong> Quijote que<br />

ahora se está transcribiendo? Sancho cambia algunos párrafos de sitio tan<br />

oportunamente que parecen bien hilados; realmente están sacados de su<br />

contexto y significado.<br />

Aunque las tres señorías suspiraron a la vez, fue la presidenta la que<br />

tras unas carcajadas, «¡Ja, ja, já!» recobró <strong>el</strong> aliento y <strong>el</strong> habla.<br />

—Haber empezado por ahí, querido Sancho —dijo la presidenta—.<br />

¡Qué noticia más buena para la cultura! Diga al transcriptor que se pase<br />

por mi oficina para subvencionar tan importante parida. Por cierto, si no<br />

es uno más de los anónimos que circulan ¿quién es <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de que se<br />

atreve a transcribir la última salida d<strong>el</strong> andante? Si parte d<strong>el</strong> contenido<br />

tiene que ver con sus censurables comentarios, <strong>el</strong> Centro de Seguridad<br />

Nacional (CSN) tiene que tener puntualmente la información para que<br />

actúe en consecuencia y con determinación antes de que la parida dé la<br />

381


luz y los votanlavos se regeneren de la ceguera; sin <strong>el</strong>la (la ceguera), es<br />

posible que se les quiten las ganas de votar.<br />

»Por lo que a usted respecta, le digo que realmente es bueno<br />

interpretando su pap<strong>el</strong> de escudero e hila sus discursos de manera<br />

desordenada pero también prudente e ingeniosa; debería abandonar <strong>el</strong><br />

consumo de drogas para que la cabeza no se le revu<strong>el</strong>va con tanta<br />

imaginación. No sé cómo irá <strong>el</strong> diálogo de su majestad <strong>el</strong> rey con <strong>el</strong><br />

caballero don Quijote pero por <strong>el</strong> silencio que hay alrededor, parece que<br />

ningún ciudadano ni ciudadana se esté perdiendo lo que allí se dice.<br />

—¡Sea’esidenta! —dijo Sancho—, ya que desconoce <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong><br />

masculino genérico, haga <strong>el</strong> favor de hacer uso de la cortesía y diga<br />

primero ciudadanas para decir ciudadanos después.<br />

La presidenta, que es de las que donde las dan las toman, ha devu<strong>el</strong>to<br />

a Sancho la patada de tan importante parida; como <strong>el</strong> escudero no se<br />

toma nada de manera personal, ha interpretado una parida como lo que<br />

es, algo que en este momento se está pariendo. Pero reparó en que si la<br />

presidenta tenía suficiente ironía como para pronunciar comentarios con<br />

dobles intenciones en <strong>el</strong> filo d<strong>el</strong> desprecio, también debería tener<br />

capacitada su hipocresía para recibirlos. Veremos por dónde sale la<br />

parida porque Sancho es de los que saben devolver coces.<br />

Efectivamente, <strong>el</strong> silencio se esparcía por los círculos cercanos a los<br />

contertulios y la gente se fue apiñando tan rápido, tan prieta y tan<br />

calladamente, que cuando <strong>el</strong> Centro de Seguridad Monarcal (CSM) quiso<br />

reaccionar, se encontró en un grande aprieto. «¡Houston, tenemos un<br />

problema!» se escuchaba que decían. La intervención de don Quijote<br />

facilitó que los dos círculos se acercaran y recolocó <strong>el</strong> paisaje d<strong>el</strong><br />

escenario. Ligeros movimientos inconscientes en estas seis células que<br />

protagonizaban <strong>el</strong> retablo, los fueron arrejuntando hasta que los dos<br />

círculos d<strong>el</strong> Servicio de Seguridad Secreta (SSS) que los resguardaban,<br />

pasó a ser uno sólo doble.<br />

De todas partes venían los visitantes d<strong>el</strong> «Mercado Medieval» pero<br />

principalmente d<strong>el</strong> área metropolitana noreste de la Comunidad, de<br />

Madrid y d<strong>el</strong> sur de Guadalajara. Sin embargo, <strong>el</strong> CSM consideró que<br />

entre los artesanos también podría haber ciudadanos d<strong>el</strong> norte que al ser<br />

más recios y levantiscos, podrían provocar cualquier altercado que se<br />

contagiara rápidamente a los demás. Había que hacer lo que fuera para<br />

no intuir: «La situación está fuera de control». ¡Como si no empezaran a<br />

saber que ya estaba fuera de su control! Los ciudadanos se van a dar<br />

382


cuenta tarde o demasiado tarde de que los políticos van a ser los últimos<br />

en enterarse de que la situación está fuera de su control.<br />

<strong>El</strong> CNI advirtió a sus agentes que si querían salir airosamente de ese<br />

entuerto, tendrían que hacerlo de manera constitucional, o sea,<br />

cortésmente; había demasiada gente unida escuchando atentamente unas<br />

preguntas reales al rey y a sus balidos y <strong>el</strong> silencio que había en la plaza<br />

denotaba que estaban muy interesados en este encuentro; esto no tiene<br />

nada que ver con <strong>el</strong> apaño que sacan por la t<strong>el</strong>e intitulado «Tengo una<br />

pregunta para usted». Millones de preguntas se podrían hacer a sus<br />

señorías, la peor casta de malandrines que haya existido jamás, sabiendo<br />

que además continuarían sin repuesta.<br />

Cuando los guardaespaldas intentaron un movimiento de apertura<br />

para llegar al Consistorio donde estaban custodiados los vehículos<br />

blindados, en <strong>el</strong> gentío sonaba ¡¡Schiiiiisssss!! A la Secreta se le escuchaba<br />

decir a través de su microfonía inalámbrica: «¡Tenemos un problema!<br />

¡¿Qué hacemos?! ¡¡Necesitamos órdenes inmediatas!!» Y <strong>el</strong> gentío decía<br />

más «¡¡Schiiiiisssss!! ¡¡Schiiiiisssss!!» Así que todos fueron conscientes de<br />

que en contra de lo que hacen en <strong>el</strong> hemiciclo, tenían que continuar<br />

representando <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> de la cortesía parlamentaria que exige <strong>el</strong> respeto a<br />

la soberanía d<strong>el</strong> pueblo: «¡¡Schiiiiisssss!! ¡Que se callen de una vez!»<br />

Todavía no se había escuchado ni un solo taco intercalado entre las<br />

frases cuando Sancho retomó las palabras para decir a su señoría:<br />

—¡Señora! —dijo <strong>el</strong> escudero—, no merece la pena discutir si soy<br />

Sancho o un actor que me está interpretando; <strong>el</strong> horno no está para egos<br />

y considero que un cociente int<strong>el</strong>ectual que confunde a un premio Nob<strong>el</strong><br />

con una pitonisa y que se construye una estación de AVE para llegar a<br />

sus tierras en Valdesperanza, no da para hablar d<strong>el</strong> alter ego d<strong>el</strong> ego.<br />

Considere que soy un actor que se representa a sí mismo o que puedo ser<br />

yo mismo cuando no estoy actuando; irónicamente no dista mucho de<br />

la realidad. ¿Qué es lo que le hace pensar que son los efectos de las<br />

drogas lo que me permite hablar así y no <strong>el</strong> sentido común?<br />

»He de informarle que me he pasado a la dieta vegetariana real en la<br />

que los únicos alimentos que ingerimos son los esenciales para vivir. He<br />

dejado <strong>el</strong> pan con queso, los tasajos d<strong>el</strong> jamón, la cuchara y <strong>el</strong> alcohol<br />

p<strong>el</strong>eón con <strong>el</strong> que sus señorías permiten que nos emborrachemos para<br />

acallar las penas y apagar la conciencia. Si cobráramos treinta veces más<br />

de lo que cobramos para que nuestros su<strong>el</strong>dos fueran igual de<br />

constitucionales que los suyos, otro gallo cantaría y otro alcohol no se<br />

383


ebería. ¿No le parece que cobran demasiado por hacerse una foto<br />

inaugurando obras gallaónicas de las que previamente han cobrado<br />

jugosas comisiones de mucho más d<strong>el</strong> 3%? ¿Es este tipo de interrogantes<br />

a los que usted llama paridas? Sobre <strong>el</strong> contenido de los diálogos,<br />

descuiden señorías que ésta ha sido la última intervención que suena<br />

fuera d<strong>el</strong> guión.<br />

Montones de aplausos irrumpieron en medio d<strong>el</strong> silencio de la plaza<br />

a los que se unieron algunos ¡olé! y muchos vítores festivos. «¡¡Guapo!!<br />

¡Conteste presidenta»! se escuchaba gritar a las mujeres. <strong>El</strong> griterío se fue<br />

amainando hasta poder comprobar que ni con <strong>el</strong> mazo dando ni con <strong>el</strong><br />

negocio lucrando; los artesanos tenían ganas de tener cerca a don Quijote<br />

y Sancho y por un momento ¡se estaban olvidando de dios!<br />

Tranquilizado por la contestación a la parida, Sancho tomó un<br />

respiro. En vez de dejarlo callado, <strong>el</strong> alcalde que había estado atento a lo<br />

que sucedía para tomar la de san Diego, medió en la conversación<br />

insistiendo:<br />

—Sr. escudero —dijo <strong>el</strong> alcalde—. ¿Por qué no se atiene al Quijote<br />

que todos conocemos y deja de anticipar mamotretos inéditos d<strong>el</strong> que<br />

desconocemos?<br />

—Para que como <strong>el</strong> bombero no me llamen anticuado. Además, <strong>el</strong><br />

contenido de los nuevos mamotretos depende de la manera en la que<br />

acometamos los democratizados entuertos. Así que aténganse a lo que<br />

dicen no sea que su fama emane de ¿Qué es Matrix? y no d<strong>el</strong> choriseo y<br />

que sus fortunas vayan a empezar con un bolero y a terminar como la<br />

tonadillera.<br />

La gente se apretujaba tanto que las dos audiencias se fueron<br />

estrechando y los contertulios agrupando. En las primeras filas pudieron<br />

escuchar ambas conversaciones y la dispersión les impedía centrarse en<br />

una de <strong>el</strong>las. Cogían cosas de aquí y de allí perdiendo mucho más de la<br />

mitad de los discursos, una circunstancia que no va a suceder entre la<br />

mayoría de los lectores porque para eso <strong>el</strong> transcriptor tiene<br />

conocimientos de alquimia.<br />

Orbitando alrededor de los protagonistas, un ejército d<strong>el</strong> Servicio<br />

Secreto custodiaba una seguridad e integridad incierta porque se les había<br />

oído decir: «¡Houston, tenemos un problema!» Sentir la soberanía d<strong>el</strong><br />

pueblo es una experiencia irrepetible; cuando <strong>el</strong> (SSS) percibe que la<br />

autoridad está en <strong>el</strong> pueblo y no en sus mandamases, saben que tienen<br />

que ponerse a buen recaudo metiendo <strong>el</strong> rabo, los cojones y las pistolas<br />

384


entre las piernas. Se escucharon al fondo algunos gritos a coro que<br />

increpaban: «¡¡¡¿Que qué nos pasa? Que no tenemos casa!!! ¡¡¡Ni estando<br />

en plantilla, nos dan vidilla!!! ¡¡¡Pongan atención, hay corrupción!!!<br />

¡¡¡Espe, Espe, Espe, especulación!!! ¡¡¡Si esto no se arregla, guerra, guerra,<br />

guerra!!! pero <strong>el</strong> (SSS) no reaccionó como su<strong>el</strong>e hacerlo en otras<br />

ocasiones.<br />

Un h<strong>el</strong>icóptero negro de intervención rápida revoloteaba por los<br />

alrededores y cuando su ruido molestaba «¡¡¡Schiiisss, Schiiisss!!!» se oía<br />

en la plaza. Alguna orden tuvieron que recibir para alejarse lo suficiente<br />

como para no interferir en <strong>el</strong> suceso. Estaba preparado para actuar en<br />

caso de que <strong>el</strong> rey tuviera que salvarse por los p<strong>el</strong>os, o sea, <strong>el</strong>evándose a<br />

los ci<strong>el</strong>os.<br />

Como se puede escuchar, existe cierta tirantez en <strong>el</strong> ambiente y la<br />

manera más efectiva de rebajarla es con un cambio de atención. Qué<br />

mejor manera que dar por terminado <strong>el</strong> mamotreto para que cada uno se<br />

estire o destense como su psique enjuicie que quiere.<br />

[Estas páginas que quedan en blanco<br />

son caprichos d<strong>el</strong> Programa Word<br />

o d<strong>el</strong> bicho que las ha transcrito<br />

que además de aumentar <strong>el</strong> tocho,<br />

para que quede más docto,<br />

despilfarran mucho pap<strong>el</strong><br />

y eso no está nada bien.<br />

La estética ortodoxa dice<br />

que se r<strong>el</strong>lene con algo sabroso;<br />

como a estas alturas se sabrá<br />

los que participamos en esta salida<br />

nos pasamos estas paridas<br />

por <strong>el</strong> forro de los sobacos<br />

y así dejándolas en blanco<br />

se pueden escribir notas,<br />

dedicatorias amorosas<br />

o desahogar unos cuantos tacos.]<br />

385


Mamotreto XI.<br />

EN DONDE SANCHO EXPLICA AL PRIMITIVO<br />

PRESIDENTE DE UNA CIVILIZACIÓN<br />

QUÉ ES MATRIX SEGÚN MATRIX<br />

Para entender algunos mamotretos llenos de citas que se intercalan en la<br />

transcripción, se tiene que saber que ¿Qué es Matrix? está dirigida también<br />

a los dioses y esta es la oportunidad que tenemos para que también <strong>el</strong>los<br />

entiendan que conocemos su lenguaje de programación. Por no querer<br />

apabullar con exégesis rigurosas, es por lo que se entresacan reportajes<br />

atendiendo a criterios de secuenciación de información. O sea, <strong>el</strong> que<br />

decida saltárs<strong>el</strong>os, no tiene porqué perder <strong>el</strong> hilo d<strong>el</strong> discurso. Cada uno<br />

andará <strong>el</strong> camino que le parezca y aunque sean distintos y ninguno<br />

conduzca a Roma, sí llevan al entendimiento de Matrix y de la realidad de<br />

Matrix. Que no se olvide que existe diferencia entre conocer <strong>el</strong><br />

camino y andar <strong>el</strong> camino.<br />

Esta primera reseña pertenece a un tiempo anterior y las que siguen<br />

aparecerán en uno posterior.<br />

(*)<br />

—Como insiste en la solución a ¿qué es Matrix? —dijo Sancho—,<br />

abróchese <strong>el</strong> cinturón de seguridad, Dorothy, porque vamos hacia<br />

<strong>el</strong> mundo de Oz.<br />

—No ha respondido a mi pregunta —protestó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Muy cierto!, interesante. ¡Es más rápido que los otros!<br />

Matrix es más antiguo de lo que cree. Yo prefiero datarlo desde<br />

que aparece una anomalía integral (la reb<strong>el</strong>día) hasta que surge la<br />

siguiente en cuyo caso, ésta sería la sexta versión.<br />

—Sólo hay dos explicaciones posibles: o nadie me lo dijo o es<br />

que nadie lo sabe —se quejó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Exacto! Que nadie hable de <strong>el</strong>lo es porque nadie quiere saberlo.<br />

Matrix va a cumplir diez años: los dioses lo han dicho pero nadie se ha<br />

enterado. La realidad de Matrix va a cumplir miles de años: los dioses la<br />

han impuesto pero los esclavos no se han enterado. Como sin duda


estará deduciendo, la anomalía es sistémica y por eso crea<br />

fluctuaciones hasta en las ecuaciones más simplistas.<br />

—¡<strong>El</strong>ección!; <strong>el</strong> problema es la <strong>el</strong>ección.<br />

—Según exhiben los dioses, <strong>el</strong> primer Matrix que se diseñó era<br />

casi perfecto, una obra de arte, preciso, sublime. Un éxito sólo<br />

equiparable a su monumental fallo. Su in<strong>el</strong>uctable fracaso se les<br />

antoja ahora como una consecuencia de la imperfección inherente<br />

a todos los sapiens. Por eso se rediseñó y se basó en «La Historia de<br />

la realidad de Matrix», para reflejar con exactitud las extravagancias<br />

de su artificialidad. Imagino que entenderá que hasta los propios dioses<br />

están de su obra de arte precisa y sublime hasta los cuernos. ¿Quiere<br />

escuchar cómo lo dicen?<br />

—Pues no lo sé. No sé si dudo, si tengo miedo o si mi ego inseguro<br />

me aconseja no escuchar más.<br />

—Siendo <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> gobierno de un <strong>Estado</strong> tan importante<br />

—dijo Sancho para r<strong>el</strong>ajar la inseguridad d<strong>el</strong> presidente— seguro que<br />

llega a buen puerto. Voy a ser sincero con usted: Yo odio este lugar,<br />

este zulo, esta prisión, esta realidad (de Matrix) o como usted<br />

quiera llamarla. Ya no la soporto más. Quizá sea <strong>el</strong> olor si es que<br />

existe, estoy saturado por él. Noto <strong>el</strong> sabor de su hedor y siempre<br />

que lo noto, temo que de alguna manera me haya infectado. Es<br />

repulsivo ¿verdad?<br />

—Pues la verdad es que sí. Me encantaría que en <strong>el</strong> interior de mi<br />

mente estuviera la llave para que pudieran salir de este lugar y que<br />

pudieran huir para siempre jamás.<br />

—Me temo que su encefalograma no permite más ayuda que la<br />

atención que se pueda prestar a sí mismo. ¡Despierte de una vez sr.<br />

presidente y escuche!<br />

»A pesar de <strong>el</strong>lo (su obra de arte precisa y sublime), se tuvo que<br />

afrontar otro fracaso. Entonces los dioses comprendieron que la<br />

respuesta se les escapaba porque requería una mente inferior o por<br />

lo menos no tan limitada por los parámetros de la perfección (¡Qué<br />

humildes son!). Quien dio con una respuesta de un modo fortuito<br />

fue otro programa intuitivo que se había creado en principio para<br />

investigar ciertos aspectos de la psique sapiens. Si los arquitectos d<strong>el</strong><br />

ego son <strong>el</strong> padre de Matrix, <strong>el</strong>la (la psique) es sin duda alguna su<br />

madre.<br />

388


»Estamos aquí porque <strong>el</strong> Programa Civilización está a punto de<br />

ser pirateado; todos sus habitantes serán exterminados y se<br />

erradicará toda señal de vida.<br />

—¡Bobadas! —dijo <strong>el</strong> presidente despectivamente.<br />

—La negación es la respuesta civilizombi más predecible pero<br />

estése tranquilo; con ésta, serán seis las ocasiones que los<br />

arquitectos han destruido Matrix y se han vu<strong>el</strong>to extremadamente<br />

eficientes en esa tarea. Pero escuche, que también lo dicen de otra<br />

manera. Si no se completara un proceso divino (que por resumir se dirá<br />

que es «metafísico» y en <strong>el</strong> que tienen que participar 23 individuos<br />

<strong>el</strong>egidos por «alguno»), se produciría un error catastrófico en <strong>el</strong><br />

sistema que aniquilaría a los que están conectados a Matrix<br />

(exterminio de esclavos), lo que unido a exterminación de Sión (los<br />

dioses), nos llevaría en última instancia a la extinción de toda la<br />

especie humana.<br />

—(Los dioses) no pueden permitir que eso ocurra, necesitan de<br />

los esclavos para vivir.<br />

—R<strong>el</strong>ativamente. No se anticipe, que los dioses lo tienen todo<br />

previsto. Escuche lo claro que se explican: Hay niv<strong>el</strong>es de<br />

supervivencia que estamos dispuestos a aceptar. No obstante lo<br />

r<strong>el</strong>evante aquí es si estás dispuesto a asumir la responsabilidad de<br />

la muerte de los seres humanos de este mundo (una forma tan<br />

políticamente correcta de decir «exterminio» que se considera necesaria<br />

esta aclaración). O sea, sí están dispuestos a permitir que eso ocurra.<br />

—No lo pueden decir más claro. Si en vez de expresarlo en una<br />

p<strong>el</strong>ícula de ciencia ficción lo dijeran mediante algún decreto divino, la<br />

gente se empezaría a escamar tanto como yo. Lo que quieren decir es<br />

esto: si no aparece <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido, se produciría un error catastrófico en <strong>el</strong><br />

sistema que exterminaría a civilizombis y aniquilaría a los dioses; <strong>el</strong>lo<br />

nos llevaría en última instancia a la extinción de toda la especie<br />

humana. ¿Lo he entendido bien?<br />

—Perfectamente.<br />

—Fíjese si lo tienen todo previsto que todavía dicen —añadió<br />

brillantemente <strong>el</strong> presidente—: La profecía era mentira; <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido no<br />

tenía que acabar nada, era todo un método de control.<br />

—¡Ya veremos! —dijo Sancho a lo que añadió <strong>el</strong> presidente.<br />

389


—Y también métete bien en la cabeza estas palabras muchacho<br />

(dicen al <strong>el</strong>egido): he sobrevivido a tus predecesores y te sobreviviré<br />

a ti.<br />

—¡Ya veremos! —insistió Sancho.<br />

(Abramos un paréntesis —siguió <strong>el</strong> escudero— para hacer unas<br />

puntualizaciones. Enumeraré a bote pronto las posibles ocasiones de<br />

anteriores destrucciones de Matrix; téngalas en la cuenta que tenga al<br />

sentido de este escudero. Siempre hacia occidente, ¡a saber!:<br />

1.- Mesopotamia; 2.- Egipto; 3.- Grecia; 4.- Roma; ¡5!- España y con<br />

ésta serán 6.- USA. Seguro que podríamos ir más atrás, Ganges, China,<br />

Isla de Java, y detallar algunos saltos que he dado pero déjese por buena<br />

la r<strong>el</strong>ación para tener una resumida perspectiva histórica. Aprovecharé<br />

este paréntesis para aclarar, aunque usted ya lo sabrá, que dioses,<br />

arquitectos, Jedis e incluso si se necesita Illuminati, son pseudónimos<br />

utilizados oportunamente para referirse a los mismos.<br />

»Como la palabra «pirateado» sin negrita habrá pasado inadvertida<br />

entre los cientos de miles de bits de información (se dice poco antes de<br />

soltar ¡Bobadas!), también voy a aclarar qué quiere decir que <strong>el</strong><br />

Programa Civilización está a punto de ser exterminado (como se leerá<br />

en ¿Qué es Matrix?) y no destruido (como dicen en Matrix).<br />

»Cada vez que oiga a alguien hablar de un fantasma o de un<br />

áng<strong>el</strong>, cada vez que oiga una historia de vampiros, hombres lobo o<br />

alienígenas, no es sino «<strong>El</strong> Sistema» que asimila algún programa<br />

que anda haciendo lo que se supone que no debería hacer.<br />

—¿Programas que piratean otros programas…? ¿Por qué?<br />

—Pues tienen sus razones pero cuando un programa sabe que<br />

será borrado, su<strong>el</strong>e preferir exiliarse.<br />

—Estos tres párrafos dichos en román paladino se resumirían en<br />

sólo una frase: un reb<strong>el</strong>de que anda haciendo lo que se supone que<br />

no debería hacer es borrado d<strong>el</strong> mapa.<br />

—Pues ni en román paladín se ha enterado <strong>el</strong> leonín —se quejó <strong>el</strong><br />

presidente.<br />

—Tranquilo zapatero; analizaré las frases con <strong>el</strong> microscopio.<br />

»Fantasma, áng<strong>el</strong>, vampiros, hombres lobo o alienígenas son<br />

sinónimos de agente Smith y creo que ya se ha dicho quiénes son en<br />

USA (CIA, FBI…). Los agentes de Matrix en otras partes d<strong>el</strong> mundo o<br />

en otras facetas se convocan a través d<strong>el</strong> KGB, MOSAD, M16, ONU,<br />

390


FAO, FMI, OPEP… que son agencias de las que salen los agentes de<br />

Matrix.<br />

»«<strong>El</strong> Sistema» es lo mismo que «<strong>el</strong> Sistema», o sea, <strong>el</strong> sistema.<br />

»Asimilar es una repipiez, un sinónimo de asesinar. Los agentes<br />

Smiths pueden hacerlo de cualquier forma, hasta con <strong>el</strong> pilar de un tún<strong>el</strong><br />

bajo <strong>el</strong> Sena.<br />

»Programa en esta frase es un sinónimo de reb<strong>el</strong>de.<br />

»Que anda haciendo lo que se supone que no debería hacer es<br />

una frase que todos saben lo que significa pero si a usted le queda alguna<br />

duda, le diré que <strong>el</strong> contenido de estos diálogos y en general, la<br />

transcripción de ¿Qué es Matrix?, es algo que se supone que no se<br />

debería hacer.<br />

»¿Programas que piratean otros programas? es la pregunta que<br />

usted me ha hecho y que significa: agentes Smith que asesinan a<br />

reb<strong>el</strong>des (Jesucristo, Gandhi, Kennedy, Lennon, Luther King, Caballero<br />

Alcor… bueno, este último todavía no porque no lo hemos encontrado);<br />

lo que suceda después es una decisión que dejo en vuestras manos<br />

(las de los dioses).<br />

»Pues tienen sus razones tiene doble sentido (jueguecito muy<br />

típico de los dioses) dependiendo si se refieren a los asesinos agentes<br />

Smiths o a los reb<strong>el</strong>des Caballeros de la Paz. No le voy a poder explicar<br />

ninguno; por <strong>el</strong> sentido que atañe a los agentes porque <strong>el</strong>los sabrán<br />

porqué asesinan; por <strong>el</strong> que atañe a los reb<strong>el</strong>des, porque no creo que ni <strong>el</strong><br />

transcriptor de ¿Qué es Matrix? entienda <strong>el</strong> porqué se complicará la vida<br />

con lo placentera que la lleva. Cuando se encuentre con <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor podrá consultar a la fuente uno de los dos sentidos de la frase;<br />

menos es nada.<br />

»Cuando un programa sabe que será borrado, su<strong>el</strong>e preferir<br />

exiliarse. Este es <strong>el</strong> estatus actual d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de caballero Alcor. Vive<br />

exiliado o camuflado en Civilización. Para la realidad de Matrix es un<br />

holograma invisible hasta que no disemine <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. <strong>El</strong><br />

auténtico reto de una decisión es tener que volver a tomarla aún a<br />

sabiendas de lo que podría costar. Esa <strong>el</strong>ección ya la ha hecho;<br />

ahora estará intentando comprender porqué lo hizo.<br />

—A estas alturas, ya debería saberlo —intermedió <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Muy bien zapatero! —f<strong>el</strong>icitó Sancho—. De nuevo está inspirado.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor junto a los programas (reb<strong>el</strong>des) que realizan bien<br />

su cometido, su misión, son invisibles. Los dioses no pueden saber<br />

391


si está ahí. Pero cuando se enteren de que anda haciendo lo que se<br />

supone que no debería hacer… ¡Ya veremos! Como en todos los<br />

casos sr. presidente, aunque sea previsible, desconocemos <strong>el</strong> futuro; pero<br />

¡sabemos que existen las consecuencias!<br />

—¡Y las causas! Es extraño que un programa sepa que será<br />

borrado y que sabiéndolo, difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do; es inconcebible<br />

que un programa invisible no prefiera seguir exiliado.<br />

—Esta materia es de caballeros reb<strong>el</strong>des, y no de presidente,<br />

zapatero o escudero; a nosotros no nos cabe comprenderla.<br />

—Entonces acláreme ¿por qué presidente y zapatero suenan casi a la<br />

vez si de votanlavo yo era profesor de derecho? De esta materia sí tiene<br />

que saber porque la utiliza con sultura.<br />

—No lo sé —respondió Sancho— pero suena bien. Lo que ahora sé<br />

es la génesis de su agudeza y <strong>el</strong> porqué desatiende la Constitución tan<br />

socarronamente: ¡es un doctor! Como ve, hasta para los profesores<br />

universitarios hay cosas que pueden parecer sencillas pero sobrepasan su<br />

entendimiento y hay otras de las que se percibe su profundidad y se<br />

simplifican.<br />

—¡A qué se refiere? —preguntó <strong>el</strong> presidente abriendo otro<br />

subparéntesis.<br />

—Al hilo de las explicaciones que habrá dado <strong>el</strong> transcriptor sobre <strong>el</strong><br />

Disney Chann<strong>el</strong> —explicó Sancho—, se podría simplificar que los<br />

civilizombis son la consecuencia directa de una causa: los dibujos<br />

animados; resumir en estos animalitos tan inhumana mutación es sólo<br />

por abreviar. Simplificar puede valer si ayuda al entendimiento pero es<br />

terrible que se simplifiquen las conclusiones.<br />

»Con la extinción sucede lo mismo, que simplificarla con la nana<br />

«Cambio Climático» es terrible. La entropía de factores que lleva<br />

inexorablemente hacia <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor, no se puede resumir en las<br />

emisiones de CO 2. Hay que facilitar que la sinergia de cambios en <strong>el</strong><br />

mod<strong>el</strong>o productivo confluya en la detención de la contaminante<br />

actividad industrial.<br />

—Con <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do pasa igual; si se simplifica la causa de la<br />

persecución en la difusión de una transcripción, se simplificarán las<br />

consecuencias de esta acción. No alcanzo entender cómo sabiendo que<br />

será borrado, <strong>el</strong> caballero Alcor continúa con <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.<br />

—¿Cuándo se ha informado de esto? —solicitó <strong>el</strong> presidente sin<br />

entender nada—.<br />

392


—D<strong>el</strong> Disney Chann<strong>el</strong>, antes de conocer al programa con rastas.<br />

—A veces tengo la sensación de que me lo estoy perdiendo todo.<br />

—¿A qué se refiere, me toca decirle a usted?<br />

—Es igual que sea la vida o que sea de este encuentro: ¡me lo estoy<br />

perdiendo todo!<br />

—Tranquilo zapatero —susurró es escudero—. ¿Quiere una<br />

galleta?<br />

—¿Sabe qué es lo primero que los dioses dirán al caballero cuando lo<br />

abduzcan? —preguntó <strong>el</strong> presidente por cerrar <strong>el</strong> subparéntesis y volver<br />

al tema o por salirse definitivamente de él.<br />

—Por supuesto: Métete bien en la cabeza estas palabras<br />

muchacho: ¡He sobrevivido a tus predecesores y te sobreviviré a ti!<br />

¡Ya veremos! ¿Sabe qué es lo primero que los dioses escucharán al<br />

caballero cuando lo abduzcan?<br />

—No —desembuchó <strong>el</strong> presidente.<br />

—<strong>El</strong> Programa Smith ha escapado a su control. Ahora se<br />

extenderá por su Núcleo igual que ya lo hizo por Matrix. Ustedes<br />

no pueden detenerlo pero yo sí.<br />

—<strong>El</strong> uso d<strong>el</strong> microscopio para entender unas frases es una novedad<br />

tan afectiva —descubrió <strong>el</strong> presidente—, que <strong>el</strong> Ministerio de Educación<br />

se encargará de incluirlo en los futuros planes de estudio. ¡Por fin,<br />

Ciencias y Letras se vu<strong>el</strong>ven a juntar! Ahora sí que me he enterado d<strong>el</strong><br />

contenido de este paréntesis.<br />

—Si es futuro no «se vu<strong>el</strong>ven a juntar», es se volverán a juntar<br />

porque los dos tiempos no riman y porque la unión es sólo y siempre en<br />

presente —corrigió <strong>el</strong> escudero—. Deje <strong>el</strong> inexistente futuro para sus<br />

eslóganes de campaña y demagogia de la barata. ¿Cómo va a estar algo<br />

unido para siempre en <strong>el</strong> futuro o <strong>el</strong> pasado si ya no es necesario «hasta<br />

que la muerte os separe» para saber qué distinto es <strong>el</strong> presente?<br />

»En fin sr. presidente, si vamos a necesitar varias páginas con la<br />

explicación de una parte microscópica (tres frases) de Matrix, este<br />

«pequeño» paréntesis no se va a terminar, <strong>el</strong> encuentro a rematar, <strong>el</strong> libro<br />

a transcribir ni <strong>el</strong> futuro a existir. Nos vamos a pasar la vida para que<br />

entienda las pequeñas cosas y cuando lo pienso me pregunto ¿es<br />

consciente o al menos se ha enterado de que está gobernando o es otra<br />

de las cosas que se está perdiendo de la vida?<br />

—Lo pensaré Sancho —prometió <strong>el</strong> presidente—. La próxima vez<br />

que nos veamos, quizá esté en la abstención.<br />

393


—¡Ya veremos! sr. zapatero. ¡<strong>El</strong> Futurooooo…! ¡La <strong>el</strong>eccióóóón!<br />

»Entonces por <strong>el</strong> presente, ¡cerramos paréntesis! —finalizó <strong>el</strong><br />

escudero en vista de que <strong>el</strong> presidente no decía nada.)<br />

Después de este déjà vuréntesis (subparéntesis incluido en un<br />

paréntesis que explicaba <strong>el</strong> contenido de un inofensivo (*) insertado en<br />

<strong>el</strong> mamotreto anterior contenido en ¿Qué es Matrix? que forma parte d<strong>el</strong><br />

libro <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do que han escrito don Quijote y Sancho y<br />

transcrito <strong>el</strong> caballero Alcor gracias a un ordenador que utiliza programas<br />

pirateados a Microsoft conectados por unos satélites en <strong>el</strong> espacio<br />

interior que es una pequeña parte d<strong>el</strong> Cosmos cercano exterior contenido<br />

en la Vía Láctea que forma parte de un Universo infinitamente mayor en<br />

<strong>el</strong> que se producen traspasos dimensionales en <strong>el</strong> Multiverso Eterno que<br />

regalan a la vida «cierta sensación de vértigo»), volvamos a nuestro<br />

anterior déjà vu de la leyenda en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> presidente ha preguntado «¿A<br />

qué se refiere?» y Sancho ha salido con Disney. Un déjà vu permite vivir<br />

otra oportunidad más didáctica y textual.<br />

—Hay demasiada información para decodificar Matrix<br />

—siguió respondiendo <strong>el</strong> escudero—; llegas a acostumbrarte. Yo ya<br />

ni veo <strong>el</strong> código ni veo a la rubia. Estos paréntesis hacen las funciones<br />

de traductores de imagen que en Matrix, sólo trabajan para <strong>el</strong><br />

Programa d<strong>el</strong> Constructor pero en ¿Qué es Matrix? trabajan para todos<br />

los lectores o para que se jodan los dioses.<br />

La multitud se puso a aplaudir, a gritar, a bailar, a vociferar, a<br />

expresar; estaban tan exaltados que no podían reprimir sus emociones ya<br />

que después de escuchar algunas cuestiones, <strong>el</strong> sentido común, la<br />

reb<strong>el</strong>día innata o <strong>el</strong> despertar tardío, desembocan en un estallido de<br />

alegría est<strong>el</strong>ar. Por <strong>el</strong> lugar que ocupa este párrafo, puede entenderse que<br />

la causa de la reacción d<strong>el</strong> pueblo sea la expresión «¡que se jodan los<br />

dioses!» que sin duda es una osadía por su enunciación y sobre todo, por<br />

la explicación microscópica de algunas de sus frases vertidas en Matrix.<br />

Pero también puede pasar que <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong> transcriptor se haya colado<br />

porque necesite la reafirmación escrita de los aplausos. Como todo <strong>el</strong><br />

mundo debe saber, los de la plaza de Cervantes no me han escuchado<br />

porque esto está sucediendo después. Considérese la alegría d<strong>el</strong> pueblo<br />

en <strong>el</strong> diálogo entre escudero y zapatero que antecede al comentario que<br />

vino después. Y además, recolóquense u omítanse estos dos párrafos si<br />

fuera menester.<br />

394


—Usted y yo —continuó <strong>el</strong> escudero— quizá no podamos ver<br />

más allá de nuestras <strong>el</strong>ecciones pero los arquitectos de Matrix no ven<br />

más allá de ninguna <strong>el</strong>ección.<br />

—¿Por qué no?<br />

—No las entienden, son incapaces. Para <strong>el</strong>los son variables de<br />

una ecuación. Una a una, cada variable debe ser resu<strong>el</strong>ta y luego<br />

compensada. Ese es su objetivo: balancear la ecuación.<br />

—¿Cuál es su objetivo?<br />

—Desbalancearla.<br />

—¿Por qué, qué quiere? —preguntó <strong>el</strong> presidente por tercera vez.<br />

—<strong>El</strong> final de Matrix; y llegaré hasta donde sea para poder<br />

conseguirlo —sentenció Sancho.<br />

—¿Acabará algún día?<br />

—De un modo u otro, ¡acabará!<br />

—¿Y la humanidad quedará a salvo? —preguntó <strong>el</strong> presidente por<br />

quinta vez.<br />

—Lo siento, no sé la respuesta a esa pregunta pero si existiera<br />

una, sólo podrá encontrarla en un lugar.<br />

—¿Dónde?<br />

—Usted sabe dónde y si no puede descubrir la respuesta, me<br />

temo que no habrá un mañana para ninguno de nosotros<br />

—presagió Sancho.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—En vez de qué, será dónde lo que quiero decir —puntualizó<br />

Sancho.<br />

—¿Dónde está la respuesta? —preguntó <strong>el</strong> presidente preguntón por<br />

octava vez.<br />

—Donde siempre: «En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no<br />

puedo acordarme», vive <strong>el</strong> producto eventual de una anomalía<br />

(reb<strong>el</strong>de) que a pesar de los denodados esfuerzos (de los dioses), no<br />

han sido capaces de suprimir de esta «armonía de precisión<br />

matemática» (Matrix). Es una incomodidad que los dioses evitan<br />

con frecuencia (crucificando, quemando, decapitando o asesinando), es<br />

previsible (siempre resurge cuando <strong>el</strong> grado de corrupción es<br />

insostenible) y no escapa a unas medidas de control («<strong>El</strong> Sistema»)<br />

que le van a conducir inexorablemente hasta usted y por supuesto,<br />

hasta las trogloditas.<br />

—¿Quién es esa anomalía?<br />

395


—<strong>El</strong> caballero Alcor de Castilla. Ya puede soltarse <strong>el</strong> cinturón de<br />

seguridad, Dorothy, que se abrochó al comenzar <strong>el</strong> (*).<br />

[Como es lógico, la lectura continúa después d<strong>el</strong> (*) original.]<br />

Si se continúa leyendo la siguiente llamada, se anticipará de su lugar y<br />

contexto original en <strong>el</strong> discurso. Si se pone en este espacio, es para que,<br />

de nuevo, cada uno sepa que tiene una decisión que tomar: <strong>el</strong>egir, por<br />

resumir, hacer lo que le dé la gana. Cada quien sabrá,<br />

independientemente de las sugerencias d<strong>el</strong> transcriptor, cuándo y cómo<br />

quiere leerlo atendiendo a su ego o al sentido común. De todas formas y<br />

se haga lo que se haga, ¡todos se van a enterar! Si optan por la<br />

secuenciación d<strong>el</strong> transcriptor, esperen a que aparezca la indicación en <strong>el</strong><br />

discurso que en este caso será en <strong>el</strong> mamotreto posterior.<br />

396<br />

(**)<br />

—¡Explíquem<strong>el</strong>o de otra manera si no quiere que le detenga! —amenazó<br />

<strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Qué bravo está usted! —dijo Sancho al presidente—. Citaré<br />

algunos párrafos de la p<strong>el</strong>ícula para facilitar la digestión a sus vacilaciones<br />

y para que compruebe que aquí no se dice nada por lo que tenga que<br />

escandalizarse. Empecemos por <strong>el</strong> aperitivo en <strong>el</strong> que los dioses<br />

describen científicamente <strong>el</strong> cuerpo humano civilizombi:<br />

»Es difícil pensar cuando se está encerrado en esta masa de<br />

carne pútrida cuyo hedor convierte cada respiración en una nube<br />

asfixiante de la que no se puede escapar. ¡Qué asco! ¡Fíjese en esta<br />

fragilidad tan penosa! Algo tan endeble no puede sobrevivir. Mire<br />

más allá de la carne, de la g<strong>el</strong>atina mórbida de estos ojos anodinos<br />

y vea a su enemigo cuando se mire en <strong>el</strong> espejo al levantarse por las<br />

mañanas para acudir a la lucha por la corrupción diaria.<br />

»Zapatero, esto era <strong>el</strong> brindis que los dioses piensan y dicen sobre <strong>el</strong><br />

estado de enfermedad de los sapiens. Continuemos con los entrantes en<br />

los que afirman qué hace desde que se levanta por las mañanas para<br />

presidir <strong>el</strong> gobierno.<br />

»¿Por qué lo hace, por qué se levanta, por qué sigue luchando?<br />

¿De verdad cree que lucha por algo además de por su propia<br />

supervivencia? ¿Querría decirme qué es si es que acaso lo sabe?<br />

¿Es por la libertad, por la verdad, tal vez por la paz, quizá por <strong>el</strong><br />

amor? Ilusiones, sr. presidente. Desvaríos de la percepción,


concepciones temporales de un frágil int<strong>el</strong>ecto humano que trata<br />

con desesperación de justificar una existencia sin sentido ni<br />

objetivo. Todas son tan artificiales como Matrix; sí, es cierto<br />

aunque sólo una mente humana inventaría algo tan insulso como<br />

<strong>el</strong> amor. Debería ser capaz de darse cuenta. Ya debería saberlo.<br />

»Ahora vayamos con <strong>el</strong> primer plato en <strong>el</strong> que se describen algunas<br />

generalizaciones; usted se sentirá muy libre para considerarse entre <strong>el</strong> 1%<br />

restante.<br />

»<strong>El</strong> 99% de los individuos acepta «<strong>El</strong> Programa» mientras que<br />

puedan <strong>el</strong>egir (diferentes productos en <strong>el</strong> hipermercado) aunque<br />

únicamente lo perciben en un niv<strong>el</strong> casi subconsciente. Aunque<br />

esta solución funcionó, presentaba un importante defecto de base<br />

con lo cual se genera una contradictoria anomalía sistémica que de<br />

no regularse, podría poner en p<strong>el</strong>igro al propio Sistema. Ergo si no<br />

se regulaba a aqu<strong>el</strong>los que rechazaban «<strong>El</strong> Programa» (los<br />

reb<strong>el</strong>des), aunque fueran una minoría, constituirían una creciente<br />

probabilidad de desastre. ¿Se entera <strong>el</strong> zapatero de lo que le dicen en<br />

Matrix o necesita más? ¡Pues tenga dos parrafitos de segundo y tercer<br />

plato!<br />

»A veces pienso en toda esa gente que sigue enchufada a<br />

Matrix, millones de personas viviendo sus vidas, subconscientes.<br />

¿Sabía que la primera Matrix fue diseñada para ser un perfecto<br />

mundo donde nadie sufriera, donde todos consiguieran ser f<strong>el</strong>ices?<br />

¡Fue un desastre! Nadie aceptó ese programa; se perdieron<br />

cosechas (generaciones) enteras. Algunos creían que no teníamos <strong>el</strong><br />

lenguaje de programación para descubrir su mundo perfecto pero<br />

yo creo que como especie, los seres humanos definen su realidad<br />

con <strong>el</strong> sufrimiento y la tristeza. Así que <strong>el</strong> mundo perfecto era un<br />

sueño d<strong>el</strong> que sus primitivos cerebros querían constantemente<br />

despertar. Por ese motivo, Matrix fue diseñada así, en <strong>el</strong> apogeo de<br />

su civilización. ¡Ha oído bien, su civilización!<br />

»Porque cuando empezamos a pensar por ustedes, en realidad<br />

se convirtió en nuestra civilización y ¡claro!, como se imaginará es<br />

de lo que va todo esto, de evolución zapatero, de evolución. Como<br />

<strong>el</strong> dinosaurio. ¡Mire por esa ventana, su época ya ha pasado, <strong>el</strong><br />

futuro es de los dioses, zapatero, <strong>el</strong> futuro que ustedes tanto publicitan<br />

no pertenece a sus señorías, ¡e s d e l o s d i o s e s!<br />

397


—¿Nos están llamando estúpidos porque hemos dejado de pensar?<br />

—preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡No! Le están llamando estúpido porque han conseguido que su<br />

señoría se crea que es un sapiens pensante, una forma políticamente<br />

correcta de llamarle esclavo, marioneta o civilizombi. Lo de psicópata es<br />

un añadido que dice la ciencia. ¿Cree que es ciencia ficción o que<br />

cualquier coincidencia con la realidad es pura casualidad? ¡Despierte sr.<br />

zapatero que se le va a hacer tarde demasiado deprisa y nos va a arrastrar<br />

a todos con su pesadilla! Con esa mirada extraterrestre que tiene, lo<br />

mismo puede conectar con <strong>el</strong>los.<br />

Si la cara d<strong>el</strong> resto de los validos d<strong>el</strong> rey era <strong>el</strong> reflejo de lo que<br />

sentían sus almas, se podría describir que o las tenían desterradas o que<br />

como sus encefalogramas, estaban planas. Sus caras se desencajaban<br />

porque la curiosidad d<strong>el</strong> presidente llevaba a que Sancho la satisficiera<br />

con soltura y desenvolvimiento. Citaba Matrix y explicaba su contexto<br />

tan al punto que no podían censurar lo que antes se ha subvencionado o<br />

aplaudido. Como la alta burocracia no sabe a qué clavo agarrarse,<br />

volvamos al menú que <strong>el</strong> escudero está sirviendo a las señorías y al<br />

pueblo.<br />

—Y <strong>el</strong> postre para finalizar —remató Sancho—: quisiera compartir<br />

una rev<strong>el</strong>ación que he tenido desde que estoy aquí. Ésta me<br />

sobrevino cuando intenté clasificar la especie. Verá, me di cuenta<br />

de que en realidad no son mamíferos. Todos los mamíferos de este<br />

planeta desarrollan instintivamente un lógico equilibrio con <strong>el</strong><br />

hábitat natural que les rodea, pero los sapiens no lo hacen; se<br />

trasladan a una zona y se multiplican y se siguen multiplicando<br />

hasta que todos los recursos naturales se agotan; así que <strong>el</strong> único<br />

modo de sobrevivir es extenderse hasta otra zona. Existe otro<br />

organismo en este planeta que sigue <strong>el</strong> mismo patrón. ¿Sabe cuál<br />

es? Un virus. Los humanos son una enfermedad, son <strong>el</strong> cáncer de<br />

este planeta, son una plaga y nosotros somos la única cura.<br />

»¿Se da cuenta sr. presidente que sólo en este párrafo nos llaman<br />

virus, enfermedad, cáncer y plaga? No se escandalice que al fin y al<br />

cabo, programa, civilizombi o esclavo suena menos mal y sobre todo,<br />

considere que no hace falta ser un crack para que por desgracia, se tenga<br />

que dar la razón a los dioses. Para que un menú tan completo no se<br />

quede cojo, vamos a servir la copa y <strong>el</strong> puro de tertulia posterior.<br />

398


»Los dioses saben que nos estamos extinguiendo y que estamos tan<br />

chiflados que no nos damos cuenta; están preparando <strong>el</strong> primer contacto<br />

entre la Federación Galáctica y los civilizombis para apañar <strong>el</strong> desenlace.<br />

Recuerde que están tan asqueados que odian este lugar, este zulo, esta<br />

prisión, esta realidad o como usted quiera llamarla. No soportan<br />

más su propia creación y temen que se hayan infectado por su propia<br />

repulsión. Por eso se chulean afirmando que con esta serán seis las<br />

ocasiones que la han destruido y que se han vu<strong>el</strong>to<br />

extremadamente eficientes en esa tarea. Igual que les pasa a los<br />

sapiens civilizombis, los dioses ya no saben ni lo que quieren porque<br />

presentir y percibir la extinción de la especie humana les está haciendo<br />

d<strong>el</strong>irar. ¿Necesita saber más de Matrix?<br />

No se sabe <strong>el</strong> porqué d<strong>el</strong> profundo silencio presidencial. ¿Estará ido<br />

en Babia, en Agonía, en Pandemonium, en la Monkloa o en un déjà vu?<br />

¿Se le habrán colapsado las conexiones neuronales? ¿Necesitará un<br />

descansito para tomarse un cafetito por los que paga un precio que no se<br />

lo cree ni él?<br />

Volvamos a donde toque porque seguro que allí sí que sigue pasando<br />

algo.<br />

Algunos entrometidos se embuten<br />

por todas partes y rincones<br />

sin saber quién les habrá dado<br />

una v<strong>el</strong>a en este encierro<br />

de citas que son un coñazo<br />

y de negritas que son divinas.<br />

Se arriesgan a que nadie que quiera<br />

las citas de la p<strong>el</strong>i no leer<br />

no se entere de lo que pasa<br />

en la trágica realidad de Matrix.<br />

<strong>El</strong> niñato se ha quedado<br />

al cuidado de una Erasmus<br />

doctorada como <strong>el</strong> propio Erasmo<br />

en <strong>el</strong> Tratado de Bolonia.<br />

Seguro que <strong>el</strong> dichoso Tratado<br />

empeora aun más la Heducación,<br />

que puesta así con «h»<br />

va a demostrar mi incultura<br />

y que voy a catear <strong>el</strong> examen<br />

de Educación para la ciudadanía.<br />

Además de pasar de todo<br />

lo que cualquiera pueda pensar,<br />

que sepan que sólo lo hago<br />

por confirmar la habladuría<br />

que dice que la lista Gallizo<br />

recibió de la de la Vega,<br />

este tan grueso palabro<br />

en una ejecutiva cartera<br />

con letras de oro grabado.<br />

D<strong>el</strong> profesor d<strong>el</strong> gran Carlitos,<br />

no <strong>el</strong> niño, <strong>el</strong> V de Alemania<br />

se dirá que cinco siglos há<br />

escribió un librito curioso<br />

titulado <strong>El</strong>ogio a la locura<br />

quizá profetizando la llegada<br />

de esos lodos y estos barros<br />

que ahora nos tienen metidos<br />

con <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo hasta <strong>el</strong> fango.<br />

Además de un Enquiridion<br />

sólo para los caballeros<br />

399


que además se crean cristianos,<br />

es todo lo que se va a decir<br />

d<strong>el</strong> neerlandés Roterodamus<br />

que influyó en la génesis de Imperio<br />

cuando de Pax Hispana se trataba.<br />

Si quieren saber más de él<br />

pregunten a no se quién<br />

sobre las ideas que inculcó<br />

y la Reforma que lo r<strong>el</strong>egó.<br />

Esta joven gabacha tan dulce<br />

descendiente de la magia c<strong>el</strong>ta<br />

usaba un látigo de seda<br />

que es su propia lengua.<br />

La utiliza con tanta ternura,<br />

que aleja a la diablura<br />

de este peque caprichoso<br />

al que sólo doma la wii o un oso.<br />

400<br />

(***)<br />

Conoce los comportamientos<br />

d<strong>el</strong> nene mimado de la casa<br />

porque existen muchos más días<br />

que soluciona este contratiempo<br />

d<strong>el</strong> plan B a tiempo.<br />

A fuerza de mucho cariño<br />

consigue de ese niñato<br />

que se comporte como un chiquillo<br />

y que no se tire tanto <strong>el</strong> pisto<br />

por creerse <strong>el</strong> chico más listo.<br />

Siendo todavía tan niño<br />

y aunque no sea lo más natural<br />

pudiera ser que tuviera<br />

calcificada la glándula pineal<br />

y así nadie puede convivir<br />

con coherencia ni ecuanimidad.<br />

Cuando don Quijote levantó los brazos, la plaza fue encontrando <strong>el</strong><br />

silencio progresivamente que lo halló en su totalidad cuando se le<br />

escuchó gritar:<br />

—¡Humanos! ¡Escuchadme! —comenzó don Quijote alzando la<br />

voz—. <strong>El</strong> Consejo me ha pedido que hable esta noche en la plaza de<br />

Cervantes. Se debe explicar por qué estamos aquí los reb<strong>el</strong>des<br />

Sancho y don Quijote y acallar los rumores. <strong>El</strong> pueblo debe saber<br />

qué ocurre. Por supuesto que en la humilde opinión de Illuminati y<br />

sobre todo los dioses, evitarían entrar en demasiado lujo de detalles.<br />

Muy ciertamente, nadie desea que cunda <strong>el</strong> pánico. Con nuestra<br />

salida «póstuma» transcrita en ¿Qué es Matrix?, se van a liberar más<br />

mentes que en seis años. Pronto se cumplirá la profecía y la guerra<br />

llegará a su fin.<br />

—Confío en que tenga razón —interrumpió Sancho en voz baja.<br />

—No creo que sea cuestión de confianza, escudero,<br />

—respondió <strong>el</strong> caballero en privado— simplemente es cuestión de<br />

tiempo.<br />

»Lo que muchos habéis oído es cierto —siguió don Quijote con<br />

un volumen que todo se escuchaba en la plaza—; los dioses han<br />

reunido un ejército que en este momento está preparado para atacar


y «exterminar» a la subespecie suicida, es <strong>el</strong> mismo ataque que llevan<br />

años repitiendo. <strong>El</strong> Consejo de Ministros no es consciente de la<br />

gravedad de este ataque; los dioses querrán cortarnos varios<br />

oleoductos para controlarlos, estos puntos de corte son cruciales.<br />

»Os pido que me creáis cuando afirmo que se acercan tiempos<br />

dinámicos pero para poder estar preparados, debemos librarnos de<br />

todos nuestros temores. Hoy estoy aquí ante vosotros y no tengo<br />

ningún miedo. ¿Por qué? ¿Por tener un credo diferente al resto?<br />

¡No! Si hoy estoy aquí, sin miedo, es porque tengo memoria y<br />

tengo presente que estoy aquí no por <strong>el</strong> camino que aún se abre<br />

ante mí, sino por <strong>el</strong> camino que ha quedado detrás de mí. Después<br />

de milenios soportando Matrix, tengo presente lo más importante:<br />

¡Aún estamos aquí!<br />

»Esta noche, los dioses tienen que saber a qué estamos<br />

dispuestos; ¡hagamos que se estremezcan! Esta noche, ¡hagamos<br />

que tiemblen los pilares y hasta las entrañas de Matrix! ¡Que se nos<br />

oiga desde <strong>el</strong> núcleo incandescente de la plaza de Cervantes hasta la<br />

Federación Galáctica! Esta noche les diremos que tengan muy bien<br />

presente que ¡esto es la Reb<strong>el</strong>ión y que no tenemos miedo!<br />

En la plaza mayor de Alcalá hervía la reb<strong>el</strong>día y como si fuera un<br />

estallido, <strong>el</strong> pueblo se puso a gritar de alegría y a aplaudir para «canalizar»<br />

la energía. Sancho se asustó sentir tan sonoro y unánime muestra de<br />

cariño pero sabiendo que <strong>el</strong> maestro de ceremonias era don Quijote, se<br />

tranquilizó porque donde está su maestro, las cosas están bajo su control.<br />

—Llevamos toda la vida luchando en esta guerra de Matrix y<br />

esta noche podemos acabarla —continuó <strong>el</strong> caballero con la<br />

palabra—. Esta noche no es fruto d<strong>el</strong> azar, ¡<strong>el</strong> azar no existe! No<br />

hemos venido por casualidad, nunca en mi vida he creído en las<br />

casualidades. Cuando veo un rey, dos reb<strong>el</strong>des, tres gobernantes y a<br />

todo <strong>el</strong> pueblo, no se debe a la coincidencia: es la providencia, es <strong>el</strong><br />

objetivo. Creo […] que vuestro sino está aquí; ¡es nuestro destino!<br />

En lo más profundo, creo que esta noche alberga <strong>el</strong> […] sentido<br />

real de la vida de cada uno de nosotros.<br />

»No existen motivos para huir ni hay razón para negar <strong>el</strong><br />

objetivo porque sabemos que sin un objetivo, no existiríamos. Es<br />

<strong>el</strong> objetivo lo que nos ha creado, <strong>el</strong> objetivo nos vincula; <strong>el</strong> objetivo<br />

nos motiva, nos guía, nos mueve; es <strong>el</strong> objetivo lo que nos define.<br />

<strong>El</strong> objetivo nos mantiene unidos.<br />

401


»¡Considerad la alternativa y si tengo la razón! ¿Qué pasa si<br />

mañana empieza a terminar la guerra, no merece la pena reb<strong>el</strong>arse?<br />

¿No merece la pena morir por <strong>el</strong>lo?<br />

La plaza volvió a llenarse de gritos, aplausos y algunos eslóganes por<br />

los que transpira la hartura de los ciudadanos y la necesidad de Reb<strong>el</strong>día.<br />

Don Quijote sigue si decir nada nuevo porque todo lo que está diciendo<br />

se ha dicho previamente en Matrix. Si se repasa la Trilogía, se<br />

comprobará que los dioses sólo lo pueden decir más obtuso porque más<br />

claro es imposible. Muchos de los que escuchaban desearían que dieran<br />

carta blanca al caballero para preparar <strong>el</strong> despertar con todos los<br />

medios necesarios: <strong>el</strong> gobierno.<br />

—Todo lo que tiene un principio tiene un final —prosiguió <strong>el</strong><br />

caballero reb<strong>el</strong>ando—. ¡Veo llegar <strong>el</strong> final de Matrix! Algunos<br />

coincidirán con mi credo, sé que otros no. Los que creéis lo que<br />

yo, sabed que <strong>el</strong> final de nuestra lucha está cerca. Pronto se<br />

cumplirá la profecía. Los dioses quieren culpar a la subespecie suicida<br />

d<strong>el</strong> caos actual para quitarse <strong>el</strong> muerto de tan descomunal desatino. Pero<br />

yo os reafirmo que no somos los responsables de la decadencia definitiva<br />

de Matrix. A lo largo de nuestra historia los dioses han dependido de<br />

las máquinas civilizombis para sobrevivir. Los Caballeros Reb<strong>el</strong>des<br />

afirmamos que <strong>El</strong> Sistema es degenerado desde su propia creación y está<br />

abocetado por una mente inferior limitada por los parámetros de la<br />

esquizofrénica divinidad. Sin embargo, los troglodioses creadores de<br />

Matrix consideran que <strong>el</strong> Programa Civilización es una obra de arte,<br />

precisa, sublime, casi perfecta, un éxito sólo equiparable a su<br />

monumental fallo: su existencia. Matrix es la consecuencia de la<br />

imperfección inherente a todos los que se quieren creer o sentir que<br />

son dioses (por cuestiones y connotaciones culturales habría que decir<br />

demonios). Civilización es una anomalía sistémica integral en<br />

Naturaleza y por eso crea «fluctuaciones» a las que llaman Cambio<br />

Climático. Su in<strong>el</strong>uctable fracaso es una consecuencia de la<br />

imperfección inherente a todos los humanos que descienden de los<br />

que en <strong>el</strong> génesis de esta extravagancia se pusieron a comer carne o<br />

carroña, homínidos con una psique incipiente cuya evolución nos<br />

conduce directamente a la extinción después de tropezar en un camino<br />

salpicado de equivocaciones, agujereado con psicopatías, con mucho<br />

sufrimiento y tristeza y nada de cariño.<br />

402


»Esta noche, honremos a nuestras mujeres y varones, a nuestros<br />

reb<strong>el</strong>des, a nuestros maridos y esposas, a nuestras hermanas y<br />

hermanos, a nuestros hijos. Recordemos a los que hemos perdido<br />

y demos gracias por aqu<strong>el</strong>los a los que hemos encontrado y ahora<br />

están aquí entre nosotros.<br />

»Querría que esta plegaria la concluyera otra persona. Lleva<br />

mucho tiempo sin hablarnos desde aquí; sin embargo, su mensaje<br />

es algo que todos necesitamos escuchar. Me encantaría dar paso al<br />

caballero Alcor pero al no haberse producido todavía <strong>el</strong> encuentro<br />

est<strong>el</strong>ar, os ha hablado <strong>el</strong> caballero Carlo en representación y anunciando<br />

la llegada de la Caballería Andante de la Orden de la Paz.<br />

»Cada uno está aquí para hacer lo que tiene que hacer. ¡A mí<br />

me interesa una cosa ciudadanos: La Reb<strong>el</strong>ión. Y podéis creerme, ¡<strong>el</strong><br />

único modo de llegar a <strong>el</strong>la es yendo juntos!<br />

»Si cambiamos <strong>el</strong> único objetivo, «<strong>El</strong> Progreso», por la consciencia de<br />

la extinción, muchas cosas comenzarán a cambiar sin ninguna contusión.<br />

<strong>El</strong> nuevo objetivo nos mantendrá unidos y así la transición y <strong>el</strong><br />

despertar a la realidad real que sucede simultánea y paral<strong>el</strong>amente al<br />

«Progreso de las Mentiras», no provocará temor porque no hay nada<br />

que temer. No se puede temer a la extinción, se puede temer que la<br />

subespecie suicida siga amodorrada sin la más mínima reacción. ¿Cuál es<br />

<strong>el</strong> objetivo, mantenernos en un rebaño o reaccionar ante la extinción?<br />

¿Cuál es <strong>el</strong> objetivo, estar en conexión vía satélite y con sentido común o<br />

continuar desconectados con tanta t<strong>el</strong>ecomunicación? ¿Cuál es <strong>el</strong><br />

objetivo, estar unidos en «La gran manada humana» o juntarnos sólo<br />

para «hacer la ola en los estadios»? <strong>El</strong>ección, la cuestión es la<br />

<strong>el</strong>ección.<br />

»Hoy es <strong>el</strong> día más glorioso de la Post-historia porque hemos entrado<br />

en contacto los reb<strong>el</strong>des, los gobernantes, <strong>el</strong> pueblo y <strong>el</strong> monarca.<br />

Estamos teniendo la primera conexión con la realidad real y como podéis<br />

comprobar ¡Está siendo en paz! Después de este contacto, la vida no<br />

puede seguir igual y <strong>el</strong> que conscientemente conciba la astilla, puede<br />

empezar a reaccionar. Sancho planteará o ha planteado, dependiendo de<br />

cuando lean esta cita, cinco herramientas que cada ciudadano<br />

individualmente puede realizar: Abstención, okupación, descensación,<br />

desobediencia e insumisión. Si sólo lo hiciéramos los que aquí estamos<br />

congregados, la corrupción y <strong>el</strong> desgobierno d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> llegarían<br />

inexorablemente a un punto de inflexión. ¡En vuestras manos está<br />

403


ciudadanos! Se trata de tomar una sencilla decisión a la que sucederán<br />

muchas otras.<br />

»No olvidéis jamás que ha sido un honor <strong>el</strong> que me hayáis querido<br />

escuchar. Buenas noches neo-reb<strong>el</strong>des. ¡F<strong>el</strong>ices sueños! —finalizó<br />

don Quijote.<br />

Tampoco era para tanto la alquimia d<strong>el</strong> caballero: un discurso y se<br />

disu<strong>el</strong>ve la tensión. Se tiene que confesar una trampa subconsciente que<br />

aunque parezca mentira, hasta <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de narrador padece. Poner en boca<br />

de don Quijote un discurso tan «divino» ha provocado la vaguería en <strong>el</strong><br />

transcriptor que sin consultar los manuscritos, va a dar por bueno lo<br />

transcrito dejando a la humanidad sin la posibilidad de escuchar <strong>el</strong><br />

discurso original de don Quijote al planeta. Esperemos que en lo que<br />

quede de salida se halle la ocasión para no perderse a don Quijote<br />

hablando un rato y d<strong>el</strong> tirón (como si todo lo transcrito no lo hubiera<br />

enseñado él).<br />

Es una pena que se explique Matrix porque pedagógicamente, <strong>el</strong><br />

subconsciente intercala citas de su metraje e impide que los<br />

interlocutores se expresen con total libertad. Cuando se tiene esculpido<br />

<strong>el</strong> subconsciente, jamás se sabrá lo que se siente en libertad.<br />

Transcribir <strong>el</strong> subconsciente de Matrix permite reconocer lo burda<br />

que es la traducción/traición d<strong>el</strong> original o lo pésima que es la expresión<br />

de los divinos guionistas. Entre penas, quejas, vaguerías, pequeñas<br />

alquimias y sin saber qué se siente cuando la libertad es la original, nos<br />

vamos a descansar como sucede por casualidad en los dos escenarios: la<br />

realidad de la plaza de Cervantes donde la fiesta ha terminado y todos los<br />

testigos d<strong>el</strong> encuentro se retiran festejando y reflexionando y la realidad<br />

de la pareja inmortal que seguro que en breve, también se va a descansar.<br />

404


Mamotreto XII.<br />

DONDE SE PROSIGUE CON<br />

LA TRANSCRIPCIÓN DEL ENCUENTRO<br />

EN UN RETABLO<br />

QUE TERMINA CON COLORÍN COLORADO.<br />

¡Y HASTA AHÍ SIGUE SIENDO UN CUENTO!<br />

Recordaremos que en la órbita real habíamos dejado al uno<br />

cariacontecido y al otro otorgando libertad al rey para que se expresara<br />

constitucionalmente; en la justa con linaje estaban Alfonso VI y <strong>el</strong> Cid a<br />

un lado, al otro Carlos V y Padilla y allá a su frente <strong>el</strong> sheriff Bush y su<br />

capataz Ánsar. Simultáneamente, en la justa plebeya habían quedado los<br />

dimes y diretes, las coces y las paridas o las nuevas salidas y las biografías.<br />

La casta de corruptos que mangonean junto a la Corona había sido<br />

aportada al recuerdo y d<strong>el</strong> incierto origen de las dinastías se ha decidido<br />

<strong>el</strong> olvido. También se estaba hablando de la necesidad que tienen todos<br />

los humanos, reyes incluidos, de expresar íntimamente sus reflexiones a<br />

riesgo de que si no lo hacen, pueden quedarse locos, solos y mudos ante<br />

dios. Se habían esbozado algunos interrogantes que pudieran interesar al<br />

pueblo; ¡¡A saber: Estaciones de AVE, <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro, la hipoteca<br />

de la vida, <strong>el</strong> pseudónimo que utilizan los responsables de la demolición<br />

de las Torres!! También se ensalzaba a la Constitución porque impone<br />

que sean iguales los que «ganan» en un día lo mismo que otra cobra en<br />

un mes.<br />

Con la longitud de onda concentrada en un solo círculo, propiciemos<br />

<strong>el</strong> entendimiento entre las partes para que los políticos de un lado y d<strong>el</strong><br />

otro, izquierda/derecha, comprendan que ¡también puede existir <strong>el</strong><br />

entendimiento! en un encuentro a dos bandas de cuatro más dos<br />

reunidos en un diálogo de a seis. Los unos moderarán su discurso; los<br />

otros darán un cachete a su ego.<br />

—¿Se encuentra bien majestad? —preguntó <strong>el</strong> presidente preguntón.<br />

—¡Sí! ¿Por qué lo dice?<br />

—¡Por la cara!<br />

—¿Se ha mirado la suya?


—¡Es que no me veo!<br />

—¡Pues sólo le faltaba tener que ponerse unas gafas para ver de cerca<br />

por dentro! Yo me encuentro perfectamente bien, bajo la Pax de la<br />

Corona Americana.<br />

—¡Majestad! ¿Tenemos que despachar en privado? —preguntó <strong>el</strong><br />

presidente.<br />

—¡De hacerlo, lo haríamos en público! —respondió escuetamente <strong>el</strong><br />

rey.<br />

—¿Alguna novedad en la Corona? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡No, pero muchas en <strong>el</strong> Gobierno!<br />

—¿Ha tomado algún <strong>el</strong>ixir secreto que no sólo haya mudado su<br />

semblante sino también su mente? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—He tomado <strong>el</strong> trago de una poción que me ha ofrecido <strong>el</strong> caballero<br />

y sin duda que hace su efeto —respondió escuetamente <strong>el</strong> rey.<br />

Que <strong>el</strong> presidente pregunte tanto es normal porque no se entera de la<br />

misa ni de la mitad; pero que <strong>el</strong> rey no se enrolle como es lo habitual, es<br />

extraordinario y por eso se ha reseñado tanto. Los que antes no se<br />

entendían, ahora formaban una piña sorprendida por <strong>el</strong> reinicio d<strong>el</strong><br />

retablo. <strong>El</strong> intermedio cargado de anuncios y reivindicaciones<br />

publicitadas a gritos, embutió de penumbra los rostros de los políticos<br />

pero ahora se miraban maravillados por las buenas nuevas de su<br />

majestad.<br />

Algunos cuchicheos se dejaban escuchar:<br />

—¿Qué pasa con su majestad, se ha vu<strong>el</strong>to loco? —preguntó <strong>el</strong><br />

alcalde.<br />

—No sé, habla rara —respondió la presidenta.<br />

—¿Quién? —preguntó sorprendido <strong>el</strong> alcalde.<br />

—¡Pues su majestad! —respondió la presidenta.<br />

—¡¡¡Schiiisss, Schiiisss!!! —reclamó la soberanía.<br />

—¡Señorías, que esto no es <strong>el</strong> hemiciclo! —advirtió Sancho—. Aquí<br />

son uno más y la autoridad d<strong>el</strong> pueblo exige silencio. Traten de imitar a<br />

mi maestro que escucha respetuosamente <strong>el</strong> despacho real.<br />

Don Quijote hizo un gesto para que señorías y escudero<br />

mantuvieran un reposo que así se hizo.<br />

—¿A qué sabía <strong>el</strong> <strong>el</strong>ixir? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—A hierba —respondió <strong>el</strong> rey.<br />

—¿Qué tal <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> caballero? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

406


—Nos hallábamos en lo más interesante —respondió <strong>el</strong> rey—. Sobre<br />

<strong>el</strong> tablero de ajedrez teníamos colocados reyes y caballeros, sheriff y<br />

alfiles y por supuesto, los peones.<br />

—Querrá decir torres y alfiles —corrigió <strong>el</strong> presidente.<br />

—También hemos hablado de la demolición de las Torres pero no<br />

vamos a mezclarlo todo a la vez ¿no? —ironizó <strong>el</strong> rey.<br />

—Pues ¡cuénteme!<br />

—<strong>El</strong> sheriff es Bush y los alfiles son Blair y su antecesor Ánsar<br />

—aclaró <strong>el</strong> rey—. En cuanto a la casta de validos chorizos y corruptos<br />

sobre los que descansa la Paz de la Corona, no sé si serán los peones o<br />

las aforadas torres; para terminar la componenda, póngase a los<br />

ciudadanos en <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que quede libre de peones o torres.<br />

—¿Y los reyes? Perdone majestad, ¡qué pregunta más tonta!<br />

—¡A un lado Alfonso VI y <strong>el</strong> Cid! —recitó <strong>el</strong> rey gesticulando—, ¡al<br />

otro Carlos V y Padilla, Bravo y Maldonado! que para ser tres, no se<br />

parecen en nada a sus señorías… ¡y allá a su frente, Estambul y la<br />

Comunidad Económica Euroasiática!<br />

—¿Quién ha ganado la partida?<br />

—¡China! ¡No querido valido, era una broma! (Je, je, esperemos a<br />

que se manifieste «<strong>el</strong> ganador» para saborear la broma). Todavía estamos<br />

viviendo la justa en la que no debe haber perdedores.<br />

—¡Majestad! —dijo don Quijote—. Concrete más <strong>el</strong> diálogo porque<br />

la dispersión d<strong>el</strong> presidente puede pasar por encima de todo sin darse<br />

cuenta de nada.<br />

—¿Por dónde empezar a hablar con quien de nada se va a enterar?<br />

—Pruéb<strong>el</strong>o por algún punto —susurró don Quijote— y comprobará<br />

lo que da de sí. Si demuestra que por un lado no entiende, cambie de<br />

tercio hasta dar con <strong>el</strong> adecuado.<br />

—¿Es que si no acierto por ninguno?<br />

—¡Intént<strong>el</strong>o que seguro que nos sorprende! —alentó <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Es usted un okupa de la Moncloa? —preguntó <strong>el</strong> rey al<br />

presidente.<br />

—¿Por qué lo dice? —curioseó <strong>el</strong> presidente.<br />

—Por Matrix.<br />

—¿Qué piensa su majestad?<br />

—Que yo reino pero no gobierno.<br />

407


—Pues si se pone así ¿qué es reinar? —preguntó chulescamente <strong>el</strong><br />

presidente—. Como decía F<strong>el</strong>ipe II, «ningún rey podría gobernar a sus<br />

vasallos con poder limitado».<br />

<strong>El</strong> sistema nervioso d<strong>el</strong> zapatero se estremeció. Atreverse a hablar así<br />

con su majestad es toda una novedad pero su talante le hizo reconocer lo<br />

políticamente incorrectas que habían sido la pregunta y la cita. Los reyes<br />

gobernaron en otra época pero ahora sólo figuran algunos. Mientras que<br />

<strong>el</strong> latigazo atravesó al presidente, <strong>el</strong> honor d<strong>el</strong> rey no se arredró y<br />

respondió:<br />

—Reinar —reconoció <strong>el</strong> rey— es ocuparse de los asuntos reales de<br />

la Corona y no okupar la Moncloa para untar a los colegas. No se puede<br />

despreciar tan insolentemente a los súbditos de la Corona ni usurpar su<br />

soberanía tan descaradamente desde la Monkloa.<br />

—¿Y eso quién lo dice? —dijo <strong>el</strong> presidente en tono vacilón.<br />

—¡Lo sanciona S.M. <strong>el</strong> rey por medio de la Constitución! —contestó<br />

la monarquía—. Debido a sus patrañas <strong>el</strong>ectoralistas ofreciendo medio<br />

kilo por la barba de cada recién nacido, se ha montado un tinglado que<br />

me tiene hasta los cuernos de la corona.<br />

—¿A qué se refiere majestad?<br />

Y así le respondió <strong>el</strong> rey para asombro d<strong>el</strong> pueblo y espanto de la<br />

otra señoría y <strong>el</strong> regidor:<br />

—En vez de exigir al gobierno que usted preside <strong>el</strong> ocuparse de que<br />

los esclavos españoles cobren un su<strong>el</strong>do coherente o al menos<br />

equilibrado (no como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> sr. Rajoy) a los precios que imponen a mis<br />

súbditos para que sacien sus necesidades básicas mínimas, hacen un<br />

cambalache para subvencionar la miseria que pagan a los españoles por<br />

su trabajo para que así, subvencionados (como lo tienen que hacer mis<br />

vástagos, mi esposa y yo), puedan criar a los hijos.<br />

»Por necesidades básicas mínimas me refiero a la casa, la comida,<br />

educación, sanidad…, <strong>el</strong> ocio normal (tomar unas cañitas o ir al cine en<br />

fin de semana, o cualquier actividad esencial para que <strong>El</strong> Sistema siga<br />

funcionando con normalidad). Como colapsemos a los ciudadanos con<br />

<strong>el</strong> estreñimiento económico, ¿cómo va a funcionar <strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong><br />

bienestar o cómo y por dónde van a estallar?<br />

—No me estará diciendo que los ciudadanos viven peor a como lo<br />

hacían los reyes d<strong>el</strong> Imperio Hispano —soltó <strong>el</strong> diarreico presidente.<br />

—No se trata de comparaciones, se trata de coherencia y<br />

ecuanimidad.<br />

408


—¿Y qué es la que hemos armado yo y mi gobierno? —preguntó <strong>el</strong><br />

mal educado presidente.<br />

—<strong>El</strong> pueblo está cansado de todo. Ofrecerles 2.500 euros para<br />

obtener unos cuantos votos más, es hacer una política muy cutre y la<br />

demostración de que los esclavos tienen que auto subvencionarse porque<br />

cobran unos su<strong>el</strong>dos miserables. Tienen todos los gobiernos tanto interés<br />

para subvencionar la miseria de los ciudadanos en vez de devolverles la<br />

dignidad, que lo que la Corona tiene es un mosqueo que no se pueden ni<br />

imaginar. Tantos dividendos obtienen las multinacionales, que se podían<br />

estirar un poquito más con sus esclavos para que al beneficiarse todo <strong>el</strong><br />

mundo, se evitaran viñetas y secuestros; mi casa dejaría de ser tan<br />

chistosa.<br />

(Por publicar una viñeta en la que dos altezas se conocen igual que los<br />

santos patriarcas Eva y Adán realizando su «obligación» institucional y<br />

mandato divino: «¡multiplicaos!», <strong>el</strong> juez de la Audiencia Nacional y<br />

exc<strong>el</strong>entísimo sr. d<strong>el</strong> Olmo, secuestra un día de la semana, <strong>El</strong> Jueves, para<br />

que nadie pueda hacer lo único que hace ese día: ¡ver la portada de una<br />

revista! ¡Viva la ¿«libertad de expresión»?!<br />

<strong>El</strong> severo ego d<strong>el</strong> juez puede tener solución con un estricto programa<br />

de psiquiatría y una baja parcial o a poder ser, indefinida. Pero ¿qué hacer<br />

con los que se han quedado calladitos y los se han lavado las manitas<br />

diciendo sólo su opinión en un garito? Tal es <strong>el</strong> efecto de la esquizofrenia<br />

colectiva y compleja su solución. ¿Cuánto les ha costado a los españoles<br />

(en euros y en dignidad), la jaimitada de un solo juez para satisfacer su<br />

egolatría? ¿Cuánto van a tener que rebañar de los 2.500 euros para pagar<br />

a las policías que ejecutan más «togazos» como éste? ¿Es esto lo más<br />

grave que está sucediendo en España? ¿Para esto pagan los esclavos a las<br />

fuerzas d<strong>el</strong> orden público, para que secuestren revistas en vez de detener<br />

a secuestradores, violadores, políticos corruptos y jueces psicópatas?<br />

¡Habitantes d<strong>el</strong> planeta: en la España d<strong>el</strong> 2007, se ha secuestrado<br />

toda una revista por tan solo una viñeta!; es la España de la Comunidad<br />

Europea, la España d<strong>el</strong> G 8 + 1 y la que «amenaza» a Irak (qué más<br />

quisiera).<br />

¡Habitantes d<strong>el</strong> planeta: en la Europa d<strong>el</strong> 2006, se ha defendido la<br />

publicación de las caricaturas de un dios en honor a la libertad de<br />

expresión sin tener en cuenta las consideraciones morales de todo un<br />

credo y no de una simple corona! ¿No es esto una contradicción?<br />

409


Demasiada importancia se le está dando a la actividad de ese pasivo<br />

o psicópata sujeto al quedar referida su insignificante personalidad en tan<br />

inmortal salida; alardeando de su usurpado poder, <strong>el</strong> jodido juez<br />

considera un d<strong>el</strong>ito de injurias a la Corona tipificado en <strong>el</strong> Código Penal a<br />

lo que en La Biblia se llama sencilla y simplemente «conocer». Si por sus<br />

conocimientos de leyendas urbanas sufre un alzheimer riguroso, le<br />

aclararemos que <strong>el</strong> Príncipe don Carlos es de la Casa de los Habsburgos<br />

o Borgoñones o Austrias, no de la de los castos e impolutos Borbones.<br />

Todo lo que se diga de la monarquía no se refiere a la sin pecado<br />

concebida de la actualidad sino a la pecadora y golfa Casa de Austria que<br />

¿no es de Francia también?<br />

Migu<strong>el</strong> de Cervantes, William Shakespeare, <strong>el</strong> Príncipe don Carlos o<br />

<strong>el</strong> Caballero Carlo saben que por <strong>el</strong> contenido de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, se<br />

puede secuestrar este libro, a su transcriptor y si pudiera, <strong>el</strong> juez se<br />

«apropiaría» hasta de mí aunque para <strong>el</strong>lo tuviera que quedarse sin leer <strong>El</strong><br />

Quijote, Romeo y Julieta o <strong>El</strong> rey Lear, algo que probablemente le dé igual.<br />

<strong>El</strong> terrorismo de <strong>Estado</strong> no es solamente <strong>el</strong> que utiliza <strong>el</strong> poder ejecutivo<br />

(mister X, sus cuatreros y muchos más), también son terrorismo de<br />

estado los vicios que se dan en <strong>el</strong> poder judicial (sr. d<strong>el</strong> Olmo, sr.<br />

Estevill…) y los anacronismos y abusos d<strong>el</strong> poder legislativo (¡Menudas<br />

leyes siguen en vigor! Si hasta la propia Constitución es más machista<br />

que los padres que la parió).<br />

Ya lo decía don Quijote en <strong>El</strong> rey Lear ¿o «<strong>El</strong> rey real»?:<br />

410<br />

Gloster: Es calamidad de estos tiempos que los locos guíen a los ciegos.<br />

[…]<br />

Lear: se puede ver cómo va <strong>el</strong> mundo sin tener ojos; mira con las orejas. Ve<br />

allí cómo un juez injuria a un ladrón sincero. Presta <strong>el</strong> oído. Cámbialos de<br />

sitio por arte de birlibirloque. ¿Quién es <strong>el</strong> juez? ¿Quién es <strong>el</strong> ladrón? ¿No<br />

has visto al can de una granja ladrar a un mendigo?<br />

Cuando la pareja inmortal se encuentre con <strong>el</strong> caballero Alcor, haré<br />

que le informen de la (políticamente correcta) ferocidad democrática<br />

legalizada para que recuerde que es mucho más irracional y atroz que la<br />

santísima inquisición. Menos mal que <strong>el</strong> sr. Anasagasti dice que los de<br />

Borbón «son una panda de vagos» y nadie se ha atrevido a rechistar ni a<br />

decir ni pío. <strong>El</strong> coron<strong>el</strong> Martínez Inglés o <strong>el</strong> señor Barroso lo dicen de<br />

manera más «científica». ¿Será porque en todo lo que declaran tienen la<br />

razón?


Sabemos que desear es una trampa mortal pero para que se nos<br />

entienda, esperamos que la psicopatía colectiva no facilite, permita ni<br />

tolere, que cualquier terrorismo de estado secuestre un librito cualquiera<br />

como este ni al transcriptor de los manuscritos, un hijodalgo cualquiera.<br />

<strong>El</strong> silencio, <strong>el</strong> aborregamiento, la subconsciencia o la ceguera no debería<br />

ser <strong>el</strong> agua con la que lavarse la conciencia ni las manos.<br />

Que no se olvide: ¡Igual que la tierra NO es plana ni <strong>el</strong> centro de<br />

nada, la democracia SÍ puede ser más brutal que la santísima inquisición!<br />

Aguardaremos a ver qué pasa sin ninguna esperanza y con toda la<br />

Reb<strong>el</strong>día. Se cierra <strong>el</strong> paréntesis).<br />

—Si sugiere que no sigamos hundiendo a los españoles en <strong>el</strong> pozo de<br />

los impuestos, podríamos hacer como Alfonso X <strong>el</strong> sabio —aportó <strong>el</strong><br />

presidente—. ¿Sabe a qué me refiero?<br />

—¿Cómo lo voy a saber? —respondió <strong>el</strong> rey—. Además y viniendo<br />

de usted, no sé si quiero saberlo.<br />

—En <strong>el</strong> siglo XIII, Alfonso X de Castilla, se había visto obligado a<br />

empeñar la corona al rey de Marruecos por 600.000 doblas de oro y en <strong>el</strong><br />

siglo XIV, Enrique III, llamado <strong>el</strong> Doliente, había estado en vano una<br />

noche, hallándose en Burgos, aguardando que le sirvieran la cena. En<br />

vista de que no había dinero con que pagarla, ni nadie había querido<br />

fiárs<strong>el</strong>a al rey, tuvo éste —de ser cierta la anécdota— que dar en prenda<br />

un vestido para no acostarse con <strong>el</strong> estómago vacío. En <strong>el</strong> siglo XV, la<br />

austeridad en la que vivía la Corona más católica de todas era<br />

archiconocida en toda Europa: Castilla era capital d<strong>el</strong> Imperio y parca<br />

como <strong>el</strong>la sola.<br />

—No hay que asombrarse de <strong>el</strong>lo —aportó <strong>el</strong> rey—: otros reyes de<br />

España se habían encontrado en situación todavía peor. Por seguir con la<br />

cronológica crónica que ofrecía, atienda a lo que le pasó al famoso rey<br />

d<strong>el</strong> siglo XVI. Corría <strong>el</strong> otoño de 1561 y F<strong>el</strong>ipe II quería quitarse como<br />

fuera un muerto de encima: su hijo don Carlos. La consulta a los<br />

médicos le auxilió con <strong>el</strong> parecer de que lo antes posible, se hiciera<br />

cambiar al Príncipe de aires para aliviar los ataques de paludismo.<br />

Ansioso <strong>el</strong> rey de enviar prontamente a su hijo a algún lugar cercano al<br />

mar, apresuróse a acudir a los corregidores de Gibraltar, Málaga y<br />

Murcia, pidiéndoles informes acerca d<strong>el</strong> clima y salubridad d<strong>el</strong> ambiente<br />

de sus respectivas residencias y de «la bondad y propiedad de <strong>el</strong>las para<br />

curarse enfermos de quartana». Aunque las respuestas fueron<br />

satisfactorias todas <strong>el</strong>las a F<strong>el</strong>ipe, mal de su grado, vióse impedido de<br />

411


mandar a su hijo a respirar los aires de mar. Atravesaba aqu<strong>el</strong>los días uno<br />

de esos periodos agudos de la enfermedad crónica en los soberanos<br />

españoles: la falta de dinero. Por más que a sus requerimientos pidiendo<br />

subsidios habían respondido las Cortes con las mejores promesas, las<br />

cajas continuaban vacías. Si hay que otorgar crédito al embajador<br />

Tiépolo, era tal la penuria de recursos que «algunos días hubo que<br />

suprimir (en la Corte) la mesa ordinaria de los gentiles hombres, de boca<br />

de su majestad».<br />

—¿Me quiere decir que si sus súbditos dejan de subvencionar<br />

holgadamente su costosa Corona, podrían pagar con más dignidad la<br />

crianza de sus propios hijos? —propuso <strong>el</strong> susceptible presidente—.<br />

Mirad, majestad, que Pedro Ruiz de Azagra, señor de Albarracín, obligó<br />

a los reyes de Castilla y Aragón a tratar con él de igual a igual. ¿Qué<br />

pasaría si se lo exigiera un caballero de Castilla?<br />

—Esto va muy rápido presidente y no me he enterado muy bien si<br />

en sus palabras hay demagogia o hay realismo —desvió <strong>el</strong> rey sabiendo<br />

que un negro ha escrito la histórica cita d<strong>el</strong> presidente y zapatero—. Una<br />

cosa es que los esclavos despilfarren su dinero con inmundas<br />

menudencias que <strong>el</strong>los libremente consideran y otra muy diferente es que<br />

«legalmente» se les retenga d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>do una buena cantidad de su dinego<br />

para subvencionar los hijos y la casa de otro que ha decidido vivir<br />

esclavo de su sangre real.<br />

»Podríamos hacer un trato: puestos a okupar Monkloas u otras casas<br />

reales, podrían venirse ustedes a mi mansión o mudarnos nosotros a la<br />

suya. La que quede libre se podría subastar y con lo que saquemos, mejor<br />

dicho, con lo que saquen los españoles puesto que ambas son de <strong>el</strong>los,<br />

subvencionar con mucho más de 2.500 euros a los recién nacidos y así<br />

paliar las decenas de años que por los cojones de los gallaones, heredan<br />

en deuda pública y sus intereses.<br />

—¿No le suena la desamortización de Mendizábal? —preguntó <strong>el</strong> ex<br />

profesor de derecho.<br />

—Mientras que se trate con Libertad de Expresión a la creación <strong>El</strong><br />

<strong>César</strong> V5. 3l Est4do y no salga ningún juez con grafiosis, tego y chistera<br />

—respondió <strong>el</strong> rey—, podemos darnos con un canto en los dientes<br />

mientras que llegue Martínez o Mendizábal.<br />

¿Qué juez podría evaluar <strong>el</strong> ganador de esta contienda verbal? <strong>El</strong><br />

perdedor es de todos tan conocido que su nombre no necesita <strong>el</strong><br />

veredicto de ningún tribunal: ¡<strong>el</strong> pueblo! <strong>El</strong> rey empezó pisando un<br />

412


poquito fuerte y <strong>el</strong> desorbitado presidente no se cortó. Pero lo que<br />

realmente hace falta es una okupación o la desamortización. (¡Por lo<br />

menos y sólo para empezar, la de las hipotecas!)<br />

—¡Joder! —exclamó <strong>el</strong> presidente para después decir<br />

cuchicheando—: me podía haber metido los 2.500 euros por <strong>el</strong>…<br />

—¿Por expresiones así es por donde sale su talento? —preguntó <strong>el</strong><br />

rey sin dejarle terminar—.<br />

—¡No creo que este sea <strong>el</strong> lugar ni <strong>el</strong> momento para despachar!<br />

—Pero sí para aclarar si la inflación es un impuesto encubierto.<br />

—La vida sube, majestad, ¡es Ley de vida! Es parte d<strong>el</strong> progreso y es<br />

fundamental para que nunca se alcance <strong>el</strong> bienestar.<br />

—Pues no sé si con Franco y su monseñor Irurita, <strong>el</strong> de «No hacen<br />

falta escu<strong>el</strong>as sino cañones» o «Desengáñese, Cristo necesita una espada»,<br />

sí se vivía mejor —observó <strong>el</strong> rey—, aunque a mi padre lo tuviera<br />

desterrado y a mí apadrinado. ¡Qué cojones tenía <strong>el</strong> caudillo! por lo<br />

menos en cuanto a la inflación y las hipotecas. Cuanto más sube la vida,<br />

más peor se vive.<br />

—¿Qué quiere que yo haga si es <strong>El</strong> Sistema quien lo impone?<br />

—preguntó <strong>el</strong> presidente sin reparar en <strong>el</strong> vocabulario real por miedo.<br />

—¡Salirse d<strong>el</strong> sistema! —contestó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Mi majestad! Puedo salirme de <strong>El</strong> Sistema y sacar de la cárc<strong>el</strong> al sr.<br />

de Juana por la cara y luego volverle a meter porque me da la gana; pero<br />

sacar a los españoles de las hipotecas y de la deuda pública me<br />

convertiría en un crack.<br />

—Pues consulte con <strong>el</strong> oráculo a ver si va a ser <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido para<br />

cumplir este destino —subrayó <strong>el</strong> rey—. Por cierto, si ha reenchironado<br />

al terrorista es porque le han vacilado como a un inexperto novato.<br />

—Majestad —susurró don Quijote—; fije algún tema que ya se ha<br />

pasado por encima de demasiados.<br />

—Ya lo sé señor de la Mancha pero es que <strong>el</strong> presidente es más<br />

escurridizo que las ranas —cuchicheó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Pues eso digo yo! —terció la presidenta—; que por qué han<br />

sacado al terrorismo de la cárc<strong>el</strong>.<br />

—Ha sido para negociar —afirmó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¿Y por qué no negocian con <strong>el</strong> resto de los presos, que son más de<br />

cincuenta mil, a los que mantienen enchironados por d<strong>el</strong>itos mucho<br />

menores?<br />

413


—Sra. presidenta —alegó <strong>el</strong> presidente—. Veo que como <strong>el</strong> rey,<br />

también usted me quiere convertir en un crack.<br />

—¡Alguien tendrá que hacer algo! —imploró la presidenta.<br />

—Por ejemplo ¿dejar de construir estaciones de AVE que insultan a<br />

la dignidad de los alcarreños, de los españoles y hasta de los inmigrantes?<br />

—aportó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¿O llegar a la presidencia por un golpe de estado mediático?<br />

—señaló la presidenta—. Estoy harta de sus estupideces, todo <strong>el</strong> día<br />

igual. ¡Capullo presumido…!<br />

—¿Por qué no te callas? —increpó <strong>el</strong> rey a la presidenta.<br />

—Pensaba que estaba claro que había sido Matrix quien me ha<br />

puesto al mando de esta nave —contestó <strong>el</strong> presidente sin hacer ni caso<br />

al rey—. ¿No lo habíamos hablado ya?<br />

—¡Majestad! —se defendió la presidenta—: a partir de ahora me va a<br />

tratar de usted hasta en las reuniones d<strong>el</strong> Bilderberg. ¿Quién se ha creído<br />

que es? Además, léase Institución de la Monarquía para saber las idioteces<br />

que dijo Samu<strong>el</strong> al pueblo de Isra<strong>el</strong> (Leer Libro Primero de Samu<strong>el</strong> 8,<br />

especialmente d<strong>el</strong> 10 al 19). Esperemos que su alteza no le salga rana<br />

como los hijos de Samu<strong>el</strong>. Se supone que Dios quería un orden social<br />

sencillo y no soberanos monárquicos (No se copian los versículos<br />

porque menudo marronazo). Según Forbes, su corona está en <strong>el</strong> sexto<br />

lugar d<strong>el</strong> ranking de Ricachonas de Europa y su majestad en <strong>el</strong> 134 de los<br />

más ricos d<strong>el</strong> planeta. ¿Cómo ha sido posible si con Franco estabais en<br />

blanco? ¡Su majestad sí que está hecho todo un crack!<br />

»<strong>El</strong> 23 de julio de 1969 jurasteis «lealtad al Jefe d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> (Franco) y<br />

fid<strong>el</strong>idad a los principios d<strong>el</strong> Movimiento Nacional y demás Leyes<br />

fundamentales d<strong>el</strong> reino». Y añadisteis una cortesía: «Quiero expresar en<br />

primer lugar que recibo de Su Exc<strong>el</strong>encia <strong>el</strong> Jefe d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> y<br />

Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida <strong>el</strong> 18 de julio de<br />

1939». ¿Ha explicado a los españoles a qué se refería con la «legitimidad<br />

política»? Eso que vos tanto legitimáis, parece que fue un golpe de<br />

estado. ¿Qué lealtad guarda al Generalísimo si no habéis hecho nada para<br />

que borren de la faz de vuestro reino cualquier estatua de Franco, ya sea<br />

ecuestre o a caballo?<br />

»Y con respecto a la aclaración d<strong>el</strong> presidente —terminó la inculta<br />

presidenta más desahogadamente— dígas<strong>el</strong>o claro a los españoles para<br />

que decidan que esto no es un déjà vu.<br />

—¿Qué es eso? —aportó talento <strong>el</strong> presidente.<br />

414


—Un fallo en Matrix —contestó la presidenta.<br />

—¡Explíquese! —solicitó <strong>el</strong> presidente.<br />

Sus señorías se habían quedado crionizadas con <strong>el</strong> desparpajo de la<br />

señorona y no salían de su asombro porque a veces se pone llorona.<br />

Curiosa personalidad la de esta gobermangante porque dependiendo de<br />

los escenarios, su<strong>el</strong>ta unas lagrimitas de cocodrilo, aparece como una<br />

indigente pordiosera, arremete contra la justicia d<strong>el</strong> garçon o corta la cara<br />

d<strong>el</strong> mismísimo rey de... ¿Dónde está sucediendo este legendario retablo?<br />

Que no se olvide que se trata de un cuento que ocurrió en este mismo<br />

espacio pero hace muchíííííísimo tiempo.<br />

—Pensaba —explicó la presidenta— que la manipulación de la<br />

información por parte d<strong>el</strong> expresidente y ahora sólo capataz, atribuyendo<br />

a ETA lo que nunca sabrá si fue un pseudónimo arabizado, había sido la<br />

causa de la alternancia.<br />

—¡Orden señorías, que están ante mis súbditos y no en <strong>el</strong> hemiciclo!<br />

—impuso <strong>el</strong> rey—. ¡Que la paz de la corona esté sobre todos vosotros!<br />

—Y con su espíritu —balaron los tres validos a la vez.<br />

—En aqu<strong>el</strong>los tiempos —comenzó <strong>el</strong> rey—, en un momento<br />

determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, toda la humanidad estaba<br />

unida en su perplejidad; se maravillaba de su atrevimiento al creerse<br />

la estólida «Versión Oficial» de la demolición de las Torres Gem<strong>el</strong>as.<br />

Debido a su experiencia tetradimensional, <strong>el</strong> señor al-Mancha me ha<br />

asegurado que en un momento determinado al principio d<strong>el</strong> siglo<br />

XVI, toda la humanidad estaba unida en su perplejidad; se<br />

maravillaba de su atrevimiento al creerse la estólida «Versión Oficial»<br />

de que la tierra era <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> universo. Poco antes había que creerse<br />

que la tierra era plana y que más allá d<strong>el</strong> Finisterre estaba <strong>el</strong> gran Satán<br />

que nos pincharía en <strong>el</strong> culo por traspasar los límites que la ciencia<br />

teológica había arbitrado. Él asegura que es más fácil creerse que la tierra<br />

es plana que creerse que dos aviones han derribado tres edificios. ¿Qué<br />

piensan ustedes?<br />

—Que <strong>el</strong> diablo te pincha en <strong>el</strong> infierno y no más allá de Finisterre<br />

—contestaron al unísono sus señorías.<br />

—¿Está ese lugar en la Mancha o en <strong>el</strong> Triángulo de las Bermudas?<br />

—preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡No majestad, ese lugar no está en ningún sitio porque<br />

sencillamente, no existe! —se atrevió <strong>el</strong> osado escudero—. La nana «La<br />

tierra es plana» fue una moda que duró unos siglos y ahora nos<br />

415


deberíamos maravillar de que semejante estupidez mantuviera a toda la<br />

población a raya para que no se descubriera <strong>el</strong> Paraíso de los dioses.<br />

Mientras que Civilizaciones vivían con todo esplendor en <strong>el</strong> Nuevo<br />

Mundo o <strong>El</strong> Dorado, aquí creíamos que estaba <strong>el</strong> infierno. Ahora ya no<br />

sé si al oeste de Finisterre estará <strong>el</strong> Gran Satán pinchando con sus misiles<br />

o Neptuno con su tridente.<br />

—¡Da gusto hablar directamente con los súbditos! —agasajó <strong>el</strong><br />

rey—. Demuestran que no son tan limitados como me habían dicho.<br />

—Sepa, majestad, que las respuestas de este escudero se salen d<strong>el</strong><br />

contrato —informó la presidenta—. Cuídese de su ingenio que es<br />

imprevisible.<br />

—¡Sancho! —susurró don Quijote—. Utiliza la cortesía y deja que<br />

respondan primero sus señorías.<br />

—Es que parecen otro Trío La-la-lá —se excusó <strong>el</strong> escudero—;<br />

aprueban a coro para no decir ná’.<br />

—¿Qué más quiere que digamos después de lo que ha respondido<br />

usted? —preguntó <strong>el</strong> alcalde metiéndose en <strong>el</strong> fango.<br />

—Es que realmente —aclaró <strong>el</strong> rey—, había preguntado por la<br />

Versión Real de la demolición controlada de las Torres Gem<strong>el</strong>as; una vez<br />

aclarado esto, podemos pasar al nombre d<strong>el</strong> diablo que lo ejecutó y <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

sheriff que lo consintió.<br />

—¡Joder! —se le escapó de nuevo al presidente.<br />

—También —prosiguió <strong>el</strong> rey—, podemos hacer una lista de los que<br />

con su ceguera y su silencio encubren los hechos reales que sucedieron.<br />

¿Quiénes secuestran la memoria con las Historia (en singular)?<br />

<strong>El</strong> silencio invadió a los contertulios y en la plaza sólo se escuchaba<br />

<strong>el</strong> redoble de los picos de las cigüeñas. Los espectadores no respiraban<br />

por si la inspiración interfería la escucha de la respuesta. La tensión que<br />

se produce en algunos silencios es más insoportable que <strong>el</strong> estruendo de<br />

las explosiones. Quizá sea esta la manera (con silencios) de negociar los<br />

problemas serios, y no <strong>el</strong> otro talante con <strong>el</strong> que se perpetúa la infamia<br />

(con la compra de una setentena de misiles Tomahawk para pinchar a<br />

algunos en <strong>el</strong> culo y a los otros en <strong>el</strong> bolsillo). Nadie sabía por dónde salir<br />

así que dejemos que <strong>el</strong> ingenio de Sancho haga de maestro de dispersión<br />

en los jardines.<br />

—También —sugirió Sancho—, podemos hacer una lista con las<br />

cosas que deberíamos hacer para suavizar <strong>el</strong> advenimiento de la<br />

extinción. Si nos pusiéramos a evaluar los entuertos que tenemos que<br />

416


solucionar, la encrucijada final es lo principal. Simultáneamente se<br />

podrían ir resolviendo los misterios de este Retablo de las Maravillas «en<br />

<strong>el</strong> que ninguno puede ver las cosas que en él se muestran».<br />

—Con respecto al Cambio Climático —atajó <strong>el</strong> presidente—, les<br />

puedo afirmar que durante este gobierno, hemos contaminado más que<br />

ayer y más que mañana pero por lo menos, no ponemos de eslogan de<br />

campaña «Confianza en <strong>el</strong> futuro», una antimateria que sólo existe en <strong>el</strong><br />

ego.<br />

—¡Ya estamos! —espetó la presidenta—.<br />

—¡Tranquila presidenta! —recordó <strong>el</strong> alcalde en privado—. <strong>El</strong><br />

presidente tiene la obligación de simplificar los avatares para que <strong>el</strong><br />

pueblo no se alarme. Deje que cambie de tema y olvidemos las mentiras<br />

de los eslóganes no sea que terminemos simplificando que en<br />

Civilización, «la vida sube con la inflación y termina con la extinción».<br />

—También ustedes dicen «Haremos más» aunque omitan <strong>el</strong> futuro<br />

sustantivo y lo conviertan en verbo —objetó la presidenta obviando la<br />

encrucijada de la extinción—. ¿Cuándo van a hacer más?<br />

—¡En <strong>el</strong> futuro! —afirmó <strong>el</strong> presidente—. ¿Será que estamos<br />

diciendo lo mismo?<br />

—Quizá —contestó la presidenta—, pero no lo descubra para que<br />

los votanlavos no se den cuenta de que somos dos caras de la misma<br />

moneda.<br />

—¡La corrupción! —interrumpió <strong>el</strong> rey.<br />

—Decimos y hacemos lo mismo pero de distinta manera —comentó<br />

la presidenta—. ¿Cómo vamos a justificar la duplicidad de los su<strong>el</strong>dos<br />

diciendo exactamente lo mismo? La alternancia de partidos es una<br />

manera de tener callados a los ciudadanos, no de aportar ideas diferentes.<br />

Realmente, todos decimos lo mismo: ¡A por <strong>el</strong> futurooooo…! y hacemos<br />

lo mismo: ¡A por <strong>el</strong> contribuyenteeeee…!<br />

—Entonces ¿por qué discuten tanto? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Para que los ciudadanos no se escamen con este contubernio<br />

—respondió la locuaz presidenta—. Piensan que discutir groseramente<br />

es la razón por la que les cobramos treinta o más veces más de lo que<br />

<strong>el</strong>los ganan. Nosotros tenemos que representar nuestro pap<strong>el</strong><br />

correctamente para después poder privatizar y recalificar con la política;<br />

los ciudadanos y ciudadanas ¡son libres! para pensar lo que quieran.<br />

—Coincidirán —observó <strong>el</strong> presidente— con que a los políticos sólo<br />

nos queda vender <strong>el</strong> futuro porque <strong>el</strong> presente está tan corrupto y es tan<br />

417


indigno que no se puede solucionar. Podríamos hacer un eslogan en una<br />

campaña conjunta que dijera: «¡Trabajaremos más algún día, confía en <strong>el</strong><br />

futuro!» y d<strong>el</strong> presente, ¡por supuesto ni hablar!<br />

—¿Cuándo va a ser ese día? ¿Qué pasaría si los ciudadanos se<br />

plantearan <strong>el</strong> presente? —aportó <strong>el</strong> rey.<br />

—Pues que llamaríamos a Houston para decirles que tenemos un<br />

problema serio —indicó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¿Así de sencillo? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—No se meta en camisa de once varas —advirtió <strong>el</strong> presidente—, no<br />

sea que sus súbditos se pregunten en presente <strong>el</strong> porqué de este vasallaje<br />

tan anacrónico.<br />

—D<strong>el</strong> incierto origen de las dinastías se ha decidido <strong>el</strong> olvido así que<br />

no se meta donde no nos llaman —contestó <strong>el</strong> rey.<br />

«¡Qué morro!» se le oyó decir al presidente. Tan ensimismados<br />

estaban los validos en <strong>el</strong> diálogo que parecía que habían olvidado que la<br />

soberanía d<strong>el</strong> pueblo les estaba escuchando en directo real, o sea, sin <strong>el</strong><br />

ejército de mea pilas d<strong>el</strong> Cuarto Poder que cuando está por medio,<br />

tergiversa todo lo que toca, como <strong>el</strong> rey Midas (Ver Leones por corderos;<br />

con ese título, imagínense qué p<strong>el</strong>iculón). Con la tensión, sus señorías<br />

han dejado inadvertido que <strong>el</strong> zapatero ha insinuado sutilmente que las<br />

dos facciones alternantes se podían unir para afrontar juntos los<br />

problemas reales de la nación de nacionalidades ya que los partidos se<br />

encargan de crearlos y que las cuestiones serias se desvían a Houston.<br />

Para empezar, se ahorrarían la mitad de los su<strong>el</strong>dazos y la mayoría de las<br />

discusiones y groserías. Pero ¿quién se pone al frente de ese gallinero de<br />

balidos? ¿Quién llama al orden al ego de sus señorías? Si <strong>el</strong> rey no lo<br />

hace, tendrá que resucitar algún Cid medieval o Cide renacentista para<br />

meter en cintura al hemiciclo de la Post-historia. Dejemos hablar al rey<br />

que tenía la palabra.<br />

—¿Por qué todo <strong>el</strong> mundo llama a Houston? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Porque ahí debe de estar la centralita desde la que se distribuyen<br />

los problemas graves a los diferentes agentes de Matrix —dilucidó <strong>el</strong><br />

presidente—. ¡No vea cómo funcionan esos tíos, de <strong>el</strong>los no se ríe ni…,<br />

ni la Gestapo!<br />

—Pues cuando hable con Houston —ordenó <strong>el</strong> rey—, ¡Pida las<br />

aclaraciones precisas para que mis contribuyentes y mi Corona conozcan<br />

la realidad real de los acontecimientos que se produjeron en Washington<br />

y Nueva York <strong>el</strong> 911!<br />

418


—Estamos en España, majestad, no en Austria; se dice 11 de<br />

septiembre —corrigió <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Quién le ha dado v<strong>el</strong>a en este entierro? —arremetió la presidenta.<br />

—Solamente aclaraba las fechas para que no se confundiera con la<br />

demolición controlada d<strong>el</strong> Muro de Berlín —respondió <strong>el</strong> caballero sin<br />

inmutarse y con respeto.<br />

—¡No hace falta aclarar nada y precisamente vuesa merced, no tiene<br />

que decir ni pío! —ordenó la presidenta desdichada.<br />

Quizá por ser maleducada y descortés, por ser miembro d<strong>el</strong><br />

Bilderberg, por estar estreñida o por ser mujer pero nada femenina, esa<br />

señorona intuía que <strong>el</strong> maestro de Sancho podría ser más directo todavía<br />

y no le quería escuchar por lo que podría pasar. Es burda hasta en la<br />

forma que escoge en decir las cosas y sobre todo a alguien tan prudente<br />

como <strong>el</strong> caballero don Quijote que casi no había intervenido en <strong>el</strong><br />

diálogo de cuatro caraculiambros y dos inmortales.<br />

Prohibir a un Caballero Reb<strong>el</strong>de un derecho que está muy por<br />

encima de la corrupción mental y espiritual de esta concreta mujer en<br />

particular y de cualquiera que la padezca en general, es un desafío que<br />

desde este espacio tan silencioso y tan sereno, se sugiere a quien interese<br />

que no caiga en esta errada acción porque se desconoce la liberal<br />

reacción. Que sea pacífica no implica que tenga que ser torticeramente<br />

correcta. Sea digna de mención la f<strong>el</strong>icitación a la bruja presidenta; intuir<br />

la Reb<strong>el</strong>ión que puede organizar <strong>el</strong> verbo de un Caballero Andante que<br />

en este caso además es inmortal, es como para acojonarse cuando se<br />

quiere gobermangonear y usurpar simultáneamente. Cualquiera que esté<br />

bajo <strong>el</strong> amparo de la corrupción y d<strong>el</strong> Supremo: los psicópatas aforados,<br />

sea miembro o no d<strong>el</strong> Bilderberg, que guarde <strong>el</strong> respeto debido ante un<br />

Caballero Reb<strong>el</strong>de que conoce impecablemente que todos somos iguales.<br />

No lo traten ni con <strong>el</strong> más mínimo desprecio porque no se lo va a tomar<br />

de manera personal pero puede reaccionar como ahora hace don<br />

Quijote:<br />

—«¡Ah gente infame, digna por vuestro trabajo bajo y vil<br />

entendimiento que <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o no os comunique <strong>el</strong> valor que se encierra en la<br />

caballería andante, ni os dé a entender <strong>el</strong> pecado e ignorancia en que<br />

estáis en no reverenciar la sombra, cuanto más la asistencia, de cualquier<br />

caballero andante! Venid acá, ladrones de cuadrilla, que no cuadrilleros,<br />

salteadores de caminos con licencia de la Santa Hermandad; decidme:<br />

¿quién fue <strong>el</strong> ignorante que firmó mandamiento de prisión contra un tal<br />

419


caballero como yo soy? ¿Quién <strong>el</strong> que ignoró que son esentos de todo<br />

judicial fuero los caballeros andantes, y que su ley es su espada; sus<br />

fueros, sus bríos; sus premáticas su voluntad? ¿Quién fue <strong>el</strong> mentecato,<br />

vu<strong>el</strong>vo a decir, que no sabe que no hay secutoria de hidalgo con tantas<br />

preeminencias, ni exenciones, como la que adquiere un caballero andante<br />

<strong>el</strong> día que se arma caballero y se entrega al duro ejercicio de la caballería?<br />

¿Qué caballero andante pagó pecho (impuesto), alcabala, chapín de la<br />

reina, moneda forera, portazgo ni barca? ¿Qué sastre le llevó hechura de<br />

vestido que le hiciese? ¿Qué cast<strong>el</strong>lano le acogió en su castillo que le<br />

hiciese pagar <strong>el</strong> escote? ¿Qué rey no le asentó a su mesa? ¿Qué donc<strong>el</strong>la<br />

no se le aficionó y se le entregó rendida, a todo su talante y voluntad? Y,<br />

finalmente, ¿qué caballero andante ha habido, hay ni habrá en <strong>el</strong> mundo,<br />

que no tenga bríos para dar él solo cuatrocientos palos a cuatrocientos<br />

cuadrilleros que se le pongan d<strong>el</strong>ante?»<br />

La señora presidenta, aun perteneciendo al sab<strong>el</strong>otodo Club de<br />

Bilderberg, se tuvo que tragar hasta la nuez si no quería a don Quijote<br />

responder. No sabía por dónde pirárs<strong>el</strong>as por su condición de lo más<br />

soez y ni disculpas supo pedir por ordenar que se callara un caballero<br />

f<strong>el</strong>iz. Un silencio de los que estallan por dentro se adueñó de la plaza de<br />

Cervantes y ante las preguntas formuladas, nadie se atrevía a respirar no<br />

sea que la palabra tuviera que tomar y contestar al caballero don Quijote.<br />

Es adrenalínico saborear algunos silencios en los que todo <strong>el</strong> mundo sabe<br />

que si habla, lo más fácil es que la cague. Que nadie olvide desde este<br />

instante que existen Caballeros Reb<strong>el</strong>des que íntimamente comparten<br />

que ¡todos somos iguales!<br />

Don Quijote volvió a su respetuoso silencio como si nada se hubiera<br />

dicho mientras sus señorías flipaban y cada vez más perdidas. Dejemos<br />

por cortesía y solidaridad, que tome la palabra <strong>el</strong> compinche de tan<br />

casposo Club con mafiosillos p<strong>el</strong><strong>el</strong>es y niñatas consentidas.<br />

—¡Se dice qué pasó en las Torres Gem<strong>el</strong>as, ya sea <strong>el</strong> 9-11 o <strong>el</strong> 11-S!<br />

—insistió <strong>el</strong> rey cortando con la siempre inoportuna intervención y<br />

prohibición de la cutre presidenta—. Ya no vale por respuesta un<br />

pseudónimo arabizado ni un anónimo sionizado. Si como todo indica<br />

fue una demolición controlada, que se expliquen los entresijos de este<br />

entuerto con <strong>el</strong> que ha comenzado la Post-historia. Como tiene que ser,<br />

primero han caído los alfiles Ánsar y después Blair pero finalmente caerá<br />

<strong>el</strong> sheriff Bush a no ser que sea otro mister X. ¿Por qué no llaman a<br />

420


Washington en vez de a Houston? Fíjense que es mi amigo personal<br />

pero reconozco que está esquizofrénico con respecto a la realidad real.<br />

—Majestad, a usted le pagan por ser <strong>el</strong> más grande embajador de<br />

España así que su exc<strong>el</strong>entísima sabrá lo que dice —se desmarcó <strong>el</strong><br />

presidente.<br />

—¡Más que lo voy a ser! —aclaró <strong>el</strong> rey—. No considero una falta de<br />

diplomacia cuando afirmo que estamos desbarajustando <strong>el</strong> clima y la<br />

supervivencia de la especie; en cambio, considero una falta no sólo de<br />

diplomacia sino de mucha mayor gravedad <strong>el</strong> que no hagamos nada.<br />

¡Ésta es una actitud esquizofrénica con respecto a lo que ya nos está<br />

aconteciendo! En cuanto a la contaminación que enloquece al clima,<br />

Bush tiene <strong>el</strong> 25% de la culpabilidad mundial sólo superada por China<br />

que está ad<strong>el</strong>antando a todos sus competidores en «cuatro días». La<br />

responsabilidad real d<strong>el</strong> resto de los civilizombis tiene decimales<br />

comparados con esos dos reyes de la esquizofrenia pero mantener <strong>el</strong><br />

silencio, convierte a cualquiera en cómplice d<strong>el</strong> saqueo de los psicópatas.<br />

—Fíjense —apareció Sancho después de una tiesa pausa—, que para<br />

los reinsistentes momentos de silencio, resurjo para recordarles la<br />

encrucijada real: la extinción de los esquizofrénicos sapiens sapiens a los<br />

que los dioses han interferido su percepción de la realidad real. <strong>El</strong> resto<br />

de entuertos pasará a ser secundario aunque no dejen de ser principales.<br />

Parece que no pero estos mensajes de Sancho disu<strong>el</strong>ven la tensión<br />

d<strong>el</strong> ambiente porque descarga en toda la subespecie suicida <strong>el</strong> potencial<br />

personalismo de algún adjetivo y además, responsabiliza a terceros de la<br />

esquizofrenia colectiva. Lo cuál no impide reflexionar en que se debería<br />

controlar la actividad neuronal y <strong>el</strong> cociente int<strong>el</strong>ectual de algunos<br />

responsables nacionales, sobre todo si es un sheriff. Tardar demasiados<br />

minutos en reaccionar ante <strong>el</strong> «Ataque a América», o sea a USA, debe<br />

indicar cierto grado de desajuste mental o al menos, de retraso; u obtener<br />

mucho placer al escuchar un cuento. [Ver Fahrenheit 911.]<br />

—¿Cuándo terminó la Historia Contemporánea para que ya estemos<br />

en la Post-historia? -preguntó capciosamente <strong>el</strong> presidente dejando la<br />

aparición de Sancho a un lado.<br />

—<strong>El</strong> 9 d<strong>el</strong> 11 (1989), con la demolición controlada d<strong>el</strong> muro de<br />

Berlín —contestó <strong>el</strong> imperturbable rey—. Se acabó con <strong>el</strong> cuento chino<br />

Este-Oeste para seguir con <strong>el</strong> Norte-Sur.<br />

—No se hable más majestad —zanjó <strong>el</strong> presidente como si supiera<br />

de lo que estaban hablando—; crearemos una Comisión de Investigación<br />

421


para que dentro de unos años se explique lo que cualquiera puede<br />

comprobar ahora fácilmente.<br />

—¿Por qué insiste tanto en la extinción? —preguntó la inesperada<br />

presidenta al escudero—. ¿Es usted un iluminado?<br />

—¡Calle, sra. presidenta! —cuchicheó <strong>el</strong> alcalde— que ese tema es un<br />

Asunto Reservado que está todavía bajo secreto de sumario; sólo nos<br />

queda la esperanza de que no se destape.<br />

—¡Cállese usted sr. alcalde! —respondió la presidenta—. Me temo<br />

que la esperanza es un lujo que no puedo permitirme<br />

—No olviden —insinuó <strong>el</strong> escudero a los camaradas de partido—,<br />

que la esperanza es la quintaesencia d<strong>el</strong> engaño humano que es al<br />

tiempo la fuerza de vuestro mayor poder (<strong>el</strong> fanatismo) y de vuestra<br />

mayor debilidad (la esclavitud).<br />

—¿Por qué se excluye de la quintaesencia y d<strong>el</strong> poder de la<br />

esperanza?—preguntó la presidenta.<br />

—Porque estoy citando Matrix —respondió <strong>el</strong> escudero—; además<br />

¡ni Illuminati, ni budista, ni profeta! Pero verán ustedes qué pasa cuando<br />

la extinción sea tan palpable en Madre Tierra como la lava d<strong>el</strong> Vesubio<br />

en Pompeya. ¿Qué se van a inventar para explicar de manera<br />

políticamente correcta las consecuencias de una o varias tormentas de<br />

agua que descargan en una hora más de lo que habían descargado en un<br />

año?<br />

—Diremos ¡Estamos esperando al futuro!, y omitiremos ¡<strong>el</strong><br />

momento en <strong>el</strong> que se nos va a hacer demasiado tarde! —respondió la<br />

presidenta.<br />

—¡Por esto insisto ahora en la extinción sra. presidenta: para que no<br />

se haga tarde demasiado deprisa! y para que dejen de discutir por<br />

estupideces gem<strong>el</strong>as o a pares. Recuerde que dependiendo de la longitud<br />

de onda que atraiga su atención, se puede fijar en unas cosas o en otras.<br />

Dejarían de discutir sobre cuál es la más corrupta de las dos facciones<br />

alternantes si se pusieran a encontrar soluciones para devolver algo de<br />

cariño al maltrato medioambiental.<br />

—Nos sorprende majestad con la razón de su discurso —intervino<br />

don Quijote para que Sancho no tensara la cuerda d<strong>el</strong> silencio—. Sin<br />

duda, estar con <strong>el</strong> pueblo en vez de beneficiarse de él reaviva al más<br />

escéptico.<br />

—¡Por supuesto señor caballero de la Mancha! —consideró <strong>el</strong><br />

rey—; me siento rejuvenecido y con ganas de marcha. No sé qué tendría<br />

422


esa poción que resucita a los zombis así que como se ha dicho, vamos a<br />

hablar con la casta de corruptos que mangonean junto a mi corona.<br />

—¡Señorías!, <strong>el</strong> señor de la Mancha me ha acertado con la necesidad<br />

que tienen todos los humanos, reyes incluidos, de expresar íntimamente<br />

sus reflexiones para no quedarse locos, solos y mudos ante dios. Interesa<br />

que hablemos d<strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro, de la hipoteca de la vida, de la<br />

Constitución, de la inmigración, de la inseguridad ciudadana…<br />

—¡Pare majestad que se van a colapsar! —interrumpió don Quijote.<br />

Está claro que para <strong>el</strong> propio transcriptor, que dice tener<br />

conocimientos de la alquimia y de la fragmentación d<strong>el</strong> software por la<br />

psicopatía, tampoco ha conseguido atender a los dos diálogos con<br />

atención porque se le han escapado multitud de detalles que después se<br />

han ido aclarando por sí solos. Lo cuál explica <strong>el</strong> brillante comentario<br />

que se transcribe a continuación sin que al menos en esto, nada se le<br />

pueda reprochar:<br />

—Pues sí que se han dicho cosas en la conversación de al lado<br />

—señaló por lo bajini <strong>el</strong> presidente a sus señorías encogiendo la cabeza y<br />

moviendo la mano derecha.<br />

—Por tomar lo último que ha dicho —apuntó solemnemente la<br />

presidenta—, le diré que he creado las Bescam.<br />

—¿Y para qué vale eso? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Para nada! —contestó Sancho—; vivimos en una sociedad<br />

maltratada hasta la intimidad.<br />

—¡Sancho, deja que tu cortesía haga que respondan primero sus<br />

señorías! —subrayó don Quijote.<br />

—¡Déj<strong>el</strong>o! —aclaró <strong>el</strong> rey—; <strong>el</strong> escudero nos ahorra un montón de<br />

demagogia plebeya.<br />

—Por tomar lo primero que ha dicho, majestad —presentó <strong>el</strong><br />

presidente—, <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro es una consecuencia directa d<strong>el</strong><br />

eterno «Crecimiento» de cifras que es lo único que realmente crece. La<br />

mejor manera de crecer y crecer es rebajar costos y <strong>el</strong> paro se encarga de<br />

mantener asustados a los esclavos. Como no hagan lo que se les ordena y<br />

manda, ETeTeros habrá y muchos para hacerlo más barato o si no,<br />

siempre quedan los esclavos inmigrados que lo hacen más económico<br />

todavía, o sea, sin pap<strong>el</strong>es. Porque son mandamientos que impone <strong>El</strong><br />

Sistema que están por encima d<strong>el</strong> control de la corrupta alternancia de<br />

dos partidos es por lo que hablo con tanto desparpajo de la sociedad d<strong>el</strong><br />

bienestar.<br />

423


—Pues habrá que despertar —indicó <strong>el</strong> rey— porque parece que <strong>El</strong><br />

Sistema es la causa de todo <strong>el</strong> malestar.<br />

—¡Por cierto majestad! —exclamo la presidenta—. ¿Por qué nos ha<br />

llamado casta de corruptos?<br />

—Porque no me salía la palabra malandrines —dijo tranquilamente<br />

<strong>el</strong> rey— y para no llamarles por su nombre feudal: la casta de los<br />

intocables aforados. La soberanía de mis súbditos se podría debilitar si<br />

reconocieran la infinita impunidad con la que la despachan.<br />

—¿Cómo rima soberanía con «mis súbditos»? —preguntó la<br />

presidenta.<br />

—La subyugada soberanía d<strong>el</strong> pueblo —rimó <strong>el</strong> rey—, debe de ser<br />

una más de las contradicciones y anacronismos que se proclaman en la<br />

Carta Magna.<br />

—¡Ah! Pues póngase a cuestionar la viga de su ojo y deje las pajas de<br />

los otros —indicó la presidenta—. A modo de sevillanas, escuche lo que<br />

pasaba en <strong>el</strong> Aragón de la España imperial según palabras de un<br />

embajador; vamos con la primera: «Los comisarios no se atrevían a<br />

señalar alojamiento a nadie de la corte porque encontraban resistencia<br />

hasta en las mujeres, que les negaban <strong>el</strong> derecho de señalarlo.<br />

Acostumbran aqu<strong>el</strong>los a decir, que, pues, no se puede hablar mal de dios,<br />

puede hablarse mal d<strong>el</strong> rey, con <strong>el</strong> que pretenden no tener nada que ver<br />

una vez pagados los impuestos».<br />

»La segunda estrofa va a ser para recordar la fórmula de juramento<br />

en las Cortes de Aragón ante <strong>el</strong> príncipe heredero: «Nos, que valemos<br />

tanto como Vos, a Vos, que no valéis más que Nos, juramos por<br />

Príncipe y heredero de nuestro reino, bajo la condición de conservar<br />

nuestras leyes y libertades y si no, no lo juramos».<br />

»Vamos con la tercera estrofa que es más breve y concisa: Burgos<br />

tenía <strong>el</strong> privilegio de no abrir las puertas al rey «si antes no juraba<br />

mantener intactas las leyes de la ciudad».<br />

—¿Y la cuarta? —preguntó <strong>el</strong> rey después d<strong>el</strong> silencio de la<br />

presidenta.<br />

—Me se ha olvidado —farfulló la presidenta.<br />

—La monarquía es un invento que tiene más años que todos los<br />

partidos políticos juntos —enseñó <strong>el</strong> rey—. Será más justo que primero<br />

caiga la tiranía de los partidos, después la de los balidos y finalmente<br />

caerá la de los herederos de paja de la Federación Galáctica.<br />

424


—En cuanto a la inmigración —intervino <strong>el</strong> alcalde<br />

precipitadamente—, puedo decir que Alcalá esta petada de rumanos y<br />

magrebíes principalmente y por supuesto de españoles; todos viven en<br />

paz y bienestar.<br />

—¡Ponga este Patrimonio en oídos de la humanidad! —dijo <strong>el</strong> rey—<br />

porque si en todos los lugares sucediera lo mismo, <strong>el</strong> mundo sería más<br />

parecido al que Lennon imaginaba y que nada tiene que ver con <strong>el</strong> que se<br />

presenta. ¡Advierta cómo lo consigue para que los presidentes tomen<br />

nota de cómo se hace! Percibo que mis súbditos no están satisfechos<br />

aunque <strong>el</strong> número de descontentos empate con las secu<strong>el</strong>as <strong>el</strong>ectorales;<br />

unos resultados en los que la mayoría es la abstención, la parte más<br />

despreciada de la sociedad, más ignorada que los presos y los muertos.<br />

Por esa mayoría real a la que borran de los resaltados es por donde<br />

aprecio la creciente hartura d<strong>el</strong> pueblo y a la Corona no le interesan los<br />

escépticos ni los cínicos porque pueden hacerla tambalear.<br />

Empezaron a escucharse «¡Viva <strong>el</strong> Rey!» a lo que gran parte de la<br />

plaza contestaba «¡¡Viva!!» No todos se enteraban con la misma nitidez<br />

de lo que se decía en <strong>el</strong> escenario principal d<strong>el</strong> circo pero contagiados<br />

por <strong>el</strong> entusiasmo de los que sí gritaban, los más lejanos se unían a <strong>el</strong>los<br />

como si fuera un eco.<br />

—Después de que sus señorías han utilizado su turno de palabra,<br />

—dijo <strong>el</strong> escudero levantando los brazos para que <strong>el</strong> pueblo se<br />

sosegara—, y en vista de que se callan o porque se les seca <strong>el</strong> seso o<br />

porque <strong>el</strong> pueblo les quita la charla, aprovecharé para comentar los<br />

cuarenta años que dura la hipoteca de la vida. En <strong>el</strong> intermedio d<strong>el</strong><br />

retablo hemos escuchado claramente a algunos ciudadanos que<br />

informaban: ¡¡Que ¿qué nos pasa? Que no tenemos casa!! y ¡¡Espe Espe<br />

Espe, especulación!! porque ni hipotecando toda la vida de la pareja,<br />

pueden acceder a una vivienda indigna o cutre. ¿Cómo es posible que<br />

vivir legítimamente en un cuchitril cueste tanta pasta? ¿Están esperando a<br />

que se tenga que legalizar la okupación como se ha hecho con la<br />

homosexualización?<br />

—Lo que faltaba Sancho —objetó don Quijote—, que imprimas<br />

más v<strong>el</strong>ocidad a los temas ¿No ves que las materias se apisonan<br />

superficialmente?<br />

—Voy a hilar la hipoteca de la vida con todas las demás materias<br />

para que vea si estoy en <strong>el</strong> punto o con las ranas —reivindicó Sancho.<br />

425


—¡Deja primero que se aclaren sus señorías! —le propuso don<br />

Quijote.<br />

—¡No insista señor de la Mancha! —solicitó <strong>el</strong> rey— que <strong>el</strong> señor<br />

Panza resume con agudeza lo que la simpleza de sus señorías no alcanza.<br />

—Majestad —intervino <strong>el</strong> presidente—; si la Corona se quiere<br />

enterar de lo que quiere <strong>el</strong> pueblo, tendrá que hablar conmigo que soy <strong>el</strong><br />

que lo representa.<br />

—Es que cuando escucho hablar a Sancho —explicó <strong>el</strong> rey—,<br />

adivino las diferencias entre un representante y un usurpador.<br />

—<strong>El</strong> monarca ya está advertido que este escudero puede salir por los<br />

cerros de Úbeda —recordó la presidenta.<br />

—O preguntando para qué está en <strong>el</strong> Club de Bilderberg —se<br />

defendió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¡Ha visto majestad! —se quejó la presidenta—, ¡ya está con sus<br />

insolencias! Pero obtengamos <strong>el</strong> privilegio de que<br />

426<br />

le responda vuesa merced<br />

que sabe más de Bilderberg.<br />

Está claro que a la presidenta no le gusta que la increpen ni la tuteen; es<br />

capaz de repartir coces con hipocresía pero también con ironía.<br />

—Deje de hacer pareados octosílabos fáciles —indicó <strong>el</strong> rey— que la<br />

pregunta se la ha formulado a su señoría y es menester que se respete a la<br />

popular soberanía.<br />

—Como veo que nadie quiere responder —atajó Sancho—, dejemos<br />

los cerros de preguntas y volvamos de los temas divinos a los temas<br />

mundanos.<br />

—¿Por qué es usted tan listo? —preguntó la presidenta.<br />

—Eso pregúntes<strong>el</strong>o a mi maestro <strong>el</strong> caballero don Quijote<br />

—informó <strong>el</strong> escudero—; él es <strong>el</strong> que me ha devu<strong>el</strong>to la vista que me ha<br />

quitado <strong>el</strong> alma. Para otro tipo de cuestiones más profundas que <strong>el</strong> alma,<br />

pregunte al caballero Alcor, <strong>el</strong> ya citado transcriptor de este encuentro.<br />

—Ya le he dicho que lo quiero conocer y especialmente, los<br />

Servicios Secretos d<strong>el</strong> Club de Bilderberg —amenazó la casposa<br />

presidenta—. ¿Por qué no nos presenta al caballero?<br />

—Porque hace cuatrocientos años que no le vemos y aunque<br />

presiento que falta poco, todavía no se ha producido <strong>el</strong> encuentro<br />

—notificó <strong>el</strong> escudero.


—¡Tan listo para unas cosas y tan ignorante para otras! —criticó la<br />

presidenta—. ¿Cómo se van a encontrar con un tío de cuatrocientos<br />

años?<br />

—No le interrumpa presidenta y deje que se explique —increpó <strong>el</strong><br />

rey.<br />

—¡No se trata de encontrar a un abu<strong>el</strong>ete de cuatrocientos años<br />

—respondió <strong>el</strong> escudero— sino al portador de una memoria que no esté<br />

tan colapsada como la que su señoría sostiene.<br />

—¿Por qué no hilamos este punto con los cuarenta años que dura la<br />

hipoteca de la vida con la que Sancho ha aparecido? —sugirió don<br />

Quijote para dispersar—. Es una cifra que podemos manejar con total<br />

familiaridad y no esotras tan remotas con un cero más.<br />

—¡Mientras que hable Sancho, que sea de lo que sea! —aclaró <strong>el</strong> rey.<br />

Don Quijote conoce que para hablar de la atemporalidad tendrían<br />

que aclararse muchas otras cuestiones que dinamicen <strong>el</strong> despertar de la<br />

conciencia de los civilizombis. Todo empieza con una <strong>el</strong>ección. Tal y<br />

como ofrecen Sancho o Ulises, primero hay que acometer La Odisea:<br />

tomar la decisión de desconectarse de Matrix; al final d<strong>el</strong> camino se llega<br />

a la puerta Cuarta Dimensión. Nadie puede ver más allá de una<br />

<strong>el</strong>ección que no entiende, lo repito ¡nadie! Para entender la decisión<br />

de la <strong>el</strong>ección: despierto o civilizombi, cada uno tiene que recorrer su<br />

Odisea.<br />

<strong>El</strong> caballero no puede asegurar que este sea <strong>El</strong> Camino pero es <strong>el</strong> que<br />

está utilizando con <strong>el</strong> discípulo:<br />

• Saber que es Matrix la que le está diciendo todo a su cerebro.<br />

• Decidir si Matrix puede ser más real que la realidad real.<br />

• Recorrer <strong>el</strong> camino de la decisión y comprender por qué se<br />

hizo.<br />

<strong>El</strong> auténtico reto de una decisión es tener que volver a tomarla aun<br />

a sabiendas de lo que podría costar.<br />

No se puede resaltar en negrita la parte d<strong>el</strong> argumento de Matrix<br />

porque «no dice nada» pero se puede puntualizar que cuando los<br />

reb<strong>el</strong>des entran en la realidad de Matrix, necesitan conectarse a su señal a<br />

través de un biopuerto a la altura d<strong>el</strong> quinto chacra; lo hacen de una<br />

manera burda o dolorosamente explícita para que hasta los espectadores<br />

más dormidos se enteren que están conectados al ordenador principal.<br />

Cuando vu<strong>el</strong>ven a la realidad real en la nave Nabucodonosor, les<br />

427


desenchufan <strong>el</strong> cable que los mantiene enchufados a la señal de Matrix,<br />

una metáfora que se r<strong>el</strong>aciona con <strong>el</strong> desanudado de la corbata que<br />

realizan los esclavos cuando se desconectan ¿? laboralmente de Matrix.<br />

Cuando <strong>el</strong> marido ha llegado<br />

más pronto de lo acostumbrado<br />

se ha encontrado con la canguro<br />

y un poco se ha extrañado.<br />

«¿Dónde está mi mujer?»<br />

preguntó a la hermosa franchute<br />

que ni corta ni perezosa<br />

le ha respondido con un «¡No sé!».<br />

«Pero algo te habrá dicho,<br />

habrá en todo esto un por qué;<br />

alguna razón te habrá dado<br />

para que ni yo supiera esto».<br />

«Me ha dicho que tenía que coger<br />

unos apuntes de su despacho<br />

y no tengo por costumbre pedir<br />

muchas explicaciones a nadie<br />

porque lo más fácil es que vayan<br />

como casi siempre o siempre a mentir».<br />

Siguió la conversación<br />

por otros escabrosos derroteros;<br />

entre que él venía contento<br />

r<strong>el</strong>ajado porque no hay bronca<br />

ese menda que es un bravucón<br />

se ha puesto a flirtear con la dulce<br />

franchute de lengua de seda.<br />

Aunque esta mujer es hermosa<br />

de los pies hasta la cabeza,<br />

<strong>el</strong> ligoteo ha declinado<br />

porque sabe que <strong>el</strong> mundo está lleno<br />

de muchos y oscuros patanes.<br />

Con la misma dulzura francesa<br />

con la que tiene al niño en <strong>el</strong> bote<br />

ha conseguido d<strong>el</strong> fi<strong>el</strong> marido<br />

mandarle a la mierda en bote<br />

y añadido al final d<strong>el</strong> encuentro<br />

que se chupe él mismo <strong>el</strong> escote.<br />

Si saber si hay cambio de planes<br />

en cuanto a la custodia de su hijo<br />

428<br />

la erasmus se ha dado <strong>el</strong> dos<br />

sin cogerle al tío d<strong>el</strong> pijo.<br />

No aceptó su dinero<br />

¡por la custodia d<strong>el</strong> nene!<br />

Las cuentas las haría si acaso<br />

con la madre que la ha contratado.<br />

Se quitó sin más de en medio<br />

dejándolo con dos palmos de na-<br />

rices que en inglés es arroz<br />

y aquí nadie come perdices.<br />

Después de pasar la revista<br />

a su querido y único chico<br />

se han puesto a ver en la t<strong>el</strong>e<br />

un programa de los favotitoss.<br />

No tienen ni por qué reírse<br />

porque lo hacen otros por <strong>el</strong>los<br />

si no saben qué hace más gracia<br />

imitan risitas en off.<br />

Los productores deben de saber<br />

<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de idiotrez de la basca<br />

no cortándose ni un p<strong>el</strong>ote<br />

para atontar a los civilizombis.<br />

Por hacerse <strong>el</strong> enrollao con bambino<br />

que se había puesto levantisco<br />

<strong>el</strong> intermedio ha valido<br />

para fabricar las palomitas<br />

que aparte de parecerlo<br />

son de plástico también.<br />

Él con su cerveza fresquita<br />

<strong>el</strong> nene con su cola d<strong>el</strong> bote<br />

parecen dos capirotes<br />

que sin cuaresma están con pena.<br />

Lo que realmente quiere <strong>el</strong> enfermo<br />

es jugar más con la wii<br />

con la franchute no la ha enchufado<br />

y tiene un monazo d<strong>el</strong> copón.<br />

Además de las risas en off<br />

se ha empachado de sodio


y de E-338<br />

con cafeína incluida también.<br />

Todo junto en <strong>el</strong> estómago<br />

amenaza con un estallido<br />

que si tienen a mano un paraguas<br />

¡Ábranlo! les va a hacer mucha falta.<br />

Saltándonos los salpicones<br />

que leer es todo ventajoso<br />

al final tenemos al niñato<br />

metido en su laboratorio<br />

con unos mandos y un casco,<br />

una raqueta o un palo<br />

y <strong>el</strong> síndrome d<strong>el</strong> tenista<br />

en un brazo por la wii.<br />

Emocionado con sus matanzas<br />

de marcianos, moros y cristianos<br />

<strong>el</strong> niño ha pegado un espadazo<br />

que en dos ha partido <strong>el</strong> cuadro<br />

que le había pintado su abu<strong>el</strong>a<br />

que descansa en paz desde hace un mes<br />

ahora en compañía de su cuadro.<br />

<strong>El</strong> padre ni se ha inmutado<br />

porque ha puesto <strong>el</strong> surround en la t<strong>el</strong>e<br />

como la p<strong>el</strong>i era de vaqueros<br />

ni a tiros se hubiera enterado<br />

d<strong>el</strong> tremendo corte en <strong>el</strong> lienzo.<br />

Eso de estar conectado<br />

al mundo de lo audiovisual,<br />

convierte a los civilizombis<br />

en entes de dos dimensiones<br />

aunque crean que viven en tres.<br />

Después de saber estas cosas<br />

si cualquier ciudadano comenta<br />

que tres validos de su majestad<br />

están naufragando en la fiesta,<br />

<strong>el</strong> empresario va a asegurar<br />

que es de mentira la inmortalidad<br />

sin saber ni dónde estará<br />

la madre d<strong>el</strong> niño y esposa.<br />

¿Entiende alguien cuando digo<br />

lo difícil que están las cosas<br />

cuando se trate de empezar a explicar<br />

la extinción a este tío dichoso?<br />

No querrá más bien ni escuchar<br />

que tiene por gobermangantes<br />

a una panda de caraculiambros<br />

¡marfuces, corruptos, bastardos!<br />

Sancho tomó la decisión de desconectarse de la Segunda Dimensión para<br />

conocerse a sí mismo y a los lectores tridimensionales; <strong>el</strong> argumento es <strong>el</strong><br />

que está siendo y no se necesitan cables, biopuertos ni chacras. Durante<br />

esta última salida está entendiendo porqué ha tomado la decisión de<br />

salirse de la muñeca rusa Tercera Dimensión para conocer su dimensión<br />

est<strong>el</strong>ar y saltar a la atemporalidad. Regresemos pues al camino de Sancho<br />

por si ayuda a entender <strong>el</strong> porqué de la decisión; en algún momento<br />

hablarán de la Cuarta Dimensión.<br />

—Tanto reconocimiento obtiene <strong>el</strong> escudero d<strong>el</strong> rey —insistió la<br />

presidenta con Sancho—, que no me puedo creer que nosotros no nos<br />

podamos entender. ¿Quiere que nos conozcamos de otra manera?<br />

—¿De manera bíblica o popular? —explicitó Sancho.<br />

—¿Cómo dice? —se escamó la presidenta.<br />

—Era una broma para romper <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o —respondió Sancho—. Que<br />

me place señora presidenta ¡conozcámonos pero no como Eva y Adán!<br />

429


Para empezar, no hará falta recordar que soy <strong>el</strong> escudero de don Quijote<br />

y no d<strong>el</strong> rey.<br />

—¡Todos somos súbditos de su majestad! —convino la presidenta<br />

para hacer las paces.<br />

—Antes de recomenzar —reclamó Sancho—, le tengo que informar<br />

que <strong>el</strong> artículo 1.2. de la Constitución dice que «La soberanía nacional<br />

reside en <strong>el</strong> pueblo español, d<strong>el</strong> que emanan los poderes d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong>».<br />

¿Cómo rima soberanía con súbditos?<br />

—No sé —esquivó la presidenta—. Eso pregúntes<strong>el</strong>o a su amigo <strong>el</strong><br />

rey.<br />

—¡Y dale! —se quejó <strong>el</strong> rey—. ¿No se da cuenta de que la pregunta<br />

es para usted?<br />

—¡Claro sra. presidenta! —dijo Sancho—. Es usted la que ha<br />

afirmado que todos somos sus súbditos para p<strong>el</strong>otear al rey.<br />

—Es igual —sorteó la presidenta—. Pongamos un punto y final para<br />

empezar la r<strong>el</strong>ación desde cero.<br />

—Eso es imposible —aclaró Sancho— porque los encuentros son<br />

como las flores, que si no se cuidan con cariño se marchitan y lo que<br />

pase después es tan desconocido como <strong>el</strong> futuro: se puede recuperar <strong>el</strong><br />

trato sin la candidez original o morirse la r<strong>el</strong>ación para siempre, como la<br />

b<strong>el</strong>leza de una sencilla flor.<br />

—Para que no quede <strong>el</strong> intento por mi parte, voy a dejar que<br />

comience con nuestro re-conocimiento para que saboree de la cortesía<br />

gubernamental —invitó la presidenta.<br />

—Así sea. «Buenos días, señora —saludó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Me alegro de hallaros bien.<br />

—No os he visto desde hace largo tiempo. ¿Cómo va <strong>el</strong> mundo?<br />

—Se gasta, señor, a medida que marcha.<br />

—Sí, es muy sabido. Pero os pregunto qué rareza particular hay, qué<br />

cosa nueva de que no tengamos ya cien veces abrumados los oídos.<br />

Mirad»: <strong>el</strong> nombre de ETA suena más que sus metralletas y <strong>el</strong> terrorismo<br />

d<strong>el</strong> Cercano Oriente empalaga hasta la frente. Un secuestro o los<br />

deportes r<strong>el</strong>lenan la información y en cambio se habla muy poco de la<br />

corrupción. ¡Cuénteme alguna cosa nueva que sea particular!<br />

—De lo nuevo que me he enterado es que la extinción ha<br />

comenzado —informó la presidenta desviando la atención de los casos<br />

de espionajes y de la descarada corrupción en su Comunidad y colegas de<br />

equipo.<br />

430


—No me puedo creer que con lo poco que ha oído, se haya enterado<br />

de algo. ¿También se ha dado cuenta d<strong>el</strong> déjà vu?<br />

—¿A qué se refiere?<br />

—¿No se ha enterado de que la he saludado con unos buenos días?<br />

—¿Y qué tiene de particular?<br />

—Que acaba de anochecer. Hasta que ha aparecido «<strong>el</strong> nombre de<br />

ETA», unas siglas que tienen tantos años como las hipotecas, hemos<br />

estado citando <strong>el</strong> comienzo de Timón de Atenas, que no es <strong>el</strong> nombre de<br />

un mago cuya mujer se llama Sara sino uno de los dramas de<br />

Shakespeare.<br />

—¡Cómo se nota que fui ministra con sultura —se alabó la<br />

presidenta—, cito sin citar en mí!<br />

—Sic transit gloria mundi —invocó Sancho.<br />

—¡Si hasta latín sabe <strong>el</strong> escudero! ¡Guapo! —piropeó la risueña<br />

presidenta.<br />

—¡Olé! —gritó <strong>el</strong> tendido—. ¡Qué tía, cómo se curra la página, con<br />

la que le está cayendo! —se oyó en tono más distendido.<br />

—Lo que Sancho quería decir —dijo su majestad— es que teniendo<br />

<strong>el</strong> diálogo cuatrocientos años de antigüedad, parece actual. Cien veces<br />

abruman los oídos con lo mismo sin percatarse de que llevan cuatro<br />

siglos adjudicando <strong>el</strong> futuro a dedo.<br />

—¡No vu<strong>el</strong>va a las andadas majestad! —regañó la presidenta y<br />

compañera d<strong>el</strong> Bilderberg—, que es su Casa Real la que lleva trescientos<br />

años y no cuatrocientos repartiéndose <strong>el</strong> past<strong>el</strong> con <strong>el</strong> Timón de España<br />

y no sé si <strong>el</strong> de Atenas.<br />

—Comprendo —dijo <strong>el</strong> rey—; ¡que la clarividencia d<strong>el</strong> señor<br />

(escudero) esté con todos nosotros!<br />

—Y con su espíritu —respondieron sus tres señorías a la vez.<br />

—En aqu<strong>el</strong>los tiempos —comenzó <strong>el</strong> rey—, en un momento<br />

determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, toda la humanidad estaba<br />

unida en su entusiasmo; se maravillaba de su atrevimiento al<br />

mandar la Casa Real de Atenas a reinar a la Atlántida. Hay veces que las<br />

consortes llegan sin la dote al reino y no aportan nada a la Corona<br />

excepto <strong>el</strong> amor a la dolce vita. En estos tiempos, es mejor cobrar treinta<br />

veces más que treinta veces menos.<br />

—¡Cómo se nota la influencia de Italia en Cervantes y en<br />

Borgoñones! —aclaró la presidenta.<br />

—¿A que se refiere? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

431


—A que no se si sabrá latín pero parece que parlare tanti italiani<br />

como Aznar catalín —descifró la presidenta.<br />

—¡Catalán Señora, que no todo rima con la vida! —retomó <strong>el</strong> rey—.<br />

Mis últimas frases, «llevan siglos adjudicando <strong>el</strong> futuro a dedo» y «es<br />

mejor cobrar treinta veces más que menos», insistían en rehilar <strong>el</strong> análisis<br />

sociopolítico d<strong>el</strong> escudero en <strong>el</strong> que iba a hilvanar la materia de la<br />

hipoteca con todas las demás. No se enrolle con los experimentos<br />

sociables (ahora medioambientales) que para eso está la sra. Bot<strong>el</strong>la y<br />

vayamos a los asuntos que incumben a mi Corona y no a sus culebrones.<br />

«¡Mirad!»: estaciones de AVE, <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro, la hipoteca de la<br />

vida, la demolición de las Torres, la inmigración de ilegales, la<br />

inseguridad de los ciudadanos, la crisis, la situación política y laboral…<br />

¿Quién da más?<br />

—Mientras que sólo hable Sancho solo —reafirmó <strong>el</strong> rey—, que sea<br />

de lo que sea. Sus señorías ya han tenido suficiente turno de palabra.<br />

«¡Viva <strong>el</strong> rey!» ¡¡Viva!! se revolvió a escuchar de nuevo en la plaza. <strong>El</strong><br />

presidente aprovechó para comentar en privado al alcalde que menuda<br />

bronca tenían los integrantes d<strong>el</strong> Club a lo que <strong>el</strong> alcalde respondió que<br />

no sabía nada d<strong>el</strong> Bilderberg y que sólo había dos explicaciones<br />

posibles: o nadie se lo dijo o nadie lo sabe. <strong>El</strong> presidente le indicó<br />

que esto es una señal de que sigue utilizando todos los músculos<br />

excepto <strong>el</strong> que importa y que atendiera <strong>el</strong> entresijo puesto que ya es<br />

mayorcito para que entienda. Cuando se acallaron los vítores, un silencio<br />

total se hizo en <strong>el</strong> lugar. Ni los picos de las cigüeñas se atrevían a repicar<br />

ni los mazos de los esclavos a rogar por la posesión de dios en sus<br />

bolsillos; una espera que se le hizo muy tensa al escudero cuando<br />

entendió que todos esperaban su r<strong>el</strong>ación.<br />

—¿Por dónde empezar, mi señor? —dijo Sancho a don Quijote.<br />

—Por cualquier genialidad —se entrometió <strong>el</strong> rey.<br />

—Desearía saber qué se espera de mi —comenzó <strong>el</strong> escudero<br />

que después de tomar aire, continuó—: Aprovechando <strong>el</strong> desafío y<br />

protegido por su majestad, dejaré que mi lengua hable sin pensar.<br />

»Sobre la hipocresía de la vida poco más hay que añadir;… hipoteca<br />

he querido decir que aunque sea una de las hipocresías de la democracia,<br />

hipoteca de la vida es lo correcto decir. No creo majestad que para que<br />

los súbditos cumplan con <strong>el</strong> artículo 47 que les manda la Constitución en<br />

<strong>el</strong> que se «promueve <strong>el</strong> derecho a disfrutar de una vivienda digna y<br />

adecuada», tenga que pasar cuarenta años de la vida d<strong>el</strong> alma de cada<br />

432


pareja currando como chinos; quizá por esto se pasen <strong>el</strong> día a palos. Si a<br />

los siervos de su grandeza nos corresponde un cacho d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o en <strong>el</strong> que<br />

hemos nacido, no debería ser legal que políticos, banqueros,<br />

constructores o notarios, se forren a costa de la vida de los demás. Que<br />

unos pocos abusen de la mayoría denota que bajo la paz de su Corona<br />

Americana, cohabitan unos pocos chulos que explotan al resto de todos<br />

los esclavos.<br />

»Esta materia, como las demás, es fácil de solucionar. Pongan las<br />

cuentas en claro y digan de una vez cuánto cuesta <strong>el</strong> terreno que gratuita<br />

y constitucionalmente corresponde a cada español; añadan los materiales<br />

y lo que cobra cada peón por levantar las torres d<strong>el</strong> Bab<strong>el</strong> d<strong>el</strong> siglo XXI y<br />

<strong>el</strong> resultado dejará <strong>el</strong> oprobio solucionado.<br />

—¡Así se hará! —ordenó <strong>el</strong> rey—. ¡Presidente, haga los trámites<br />

oportunos e infórmenos d<strong>el</strong> resultado de las pesquisas! No recuerdo si<br />

usted ha jurado o prometido acatar la Constitución pero sabrá que «los<br />

poderes públicos regularán la utilización d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o de acuerdo con <strong>el</strong><br />

interés general» (no <strong>el</strong> d<strong>el</strong> sr. Roca, <strong>el</strong> sr. Fabra, la familia Aguirre etc. etc.<br />

etc.) para impedir la espe, espe espe, especulación.<br />

»Donde la Magna Carta dice que «la comunidad participará de las<br />

plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos» ¿a qué<br />

se refiere «participará», a que los esclavizados contribuyentes tienen que<br />

participar pagando durante 40 años lo que no cuesta ni la mitad o a que<br />

revertirá de alguna manera en la rebaja de años? Si ahora que estamos en<br />

<strong>el</strong> auge d<strong>el</strong> ladrillazo no se nota esta participación ¿qué va a suceder<br />

cuando se pinche esta frágil burbuja?<br />

—«¡Viva <strong>el</strong> rey!» —gritó Sancho.<br />

—¡¡Viva!! —repitió la plaza a la vez.<br />

—De lo que ya os he informado es que soy <strong>el</strong> presidente pero no un<br />

crack —gimoteó <strong>el</strong> zapatero— y no os podéis imaginar la que se puede<br />

organizar.<br />

—Tranquilo presidente que la Corona garantiza la Pax —consoló <strong>el</strong><br />

rey—; pero guarde las composturas y protocolos y deje <strong>el</strong> tuteo para<br />

cuando se reúna con sus compinches en la Bodeguilla de Monkloa.<br />

—¡Sancho! —cortó la presidenta—. Me imagino que su alusión a mi<br />

familia se referirá, entre otras cosas, a la estación d<strong>el</strong> AVE de<br />

Guadalajara. ¿No sabe que existen las casualidades?<br />

—¡No sra. presidenta! —respondió tajantemente Sancho—, ¡existe la<br />

corrupción causal! Es más fácil poner los sobreprecios en claro que<br />

433


esperar a que se tenga que legalizar la okupación. Construyendo como se<br />

construye más que en Francia, Alemania y Gran Bretaña juntos, seguro<br />

que existen casas vacías de sobra como para que las habiten hasta los<br />

tamagochis. No pueden otorgar este derecho al programa <strong>el</strong>ectrónico y<br />

usurpárs<strong>el</strong>o al bio-lógico, una circunstancia que seguramente exista en<br />

miles de casos.<br />

—¿Qué quiere decir señor escudero? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—Que estoy seguro —explicó Sancho— que demasiadas miles de<br />

casas tienen como único inquilino a un tamagochi junto a otros enseres<br />

bendecidos o no, que se abandonan después de los veranos. ¿Por qué no<br />

igualan los derechos de los programas?<br />

—¿A qué se refiere con los programas? —preguntó <strong>el</strong> presidente con<br />

indignación.<br />

—A usted —respondió escuetamente Sancho.<br />

—¡Explíquese! —ordenó <strong>el</strong> presidente.<br />

—La misma Matrix que le ha kolocado en la Monkloa es la que nos<br />

programa <strong>el</strong> subconsciente —se explicó <strong>el</strong> escudero—. Si con la<br />

explicación de la realidad de Matrix según Matrix que ha motivado <strong>el</strong><br />

anterior mamotreto no le ha valido, voy a tener que sugerirle que repase<br />

la p<strong>el</strong>ícula Matrix que tan superficialmente conoce y remitirle al mismo y<br />

en este caso anterior mamotreto, en <strong>el</strong> que para no repetirme, se<br />

ilustrarán otros aspectos que los dioses vierten en su psique y en la d<strong>el</strong><br />

resto de los que le hayan o no votado. Comprobará cómo nos llaman<br />

programas, esclavos, virus y más lindezas de este estilo. Irónicamente<br />

no dista tanto de la realidad. En vez de tomarse de manera personal lo<br />

que me escucha decir al infinito, demuestre <strong>el</strong> control que tiene d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong><br />

de su testosterona y dígas<strong>el</strong>o a los que antes que yo se lo han dicho tan<br />

descaradamente; no se escandalice tanto conmigo y lléguese hasta los<br />

Watchowski y Warner Bross. y presént<strong>el</strong>es sus quejas. Hágalo con la<br />

seguridad de que no le van a hacer ni caso porque estoy cierto de que no<br />

pierden su tiempo con tamagochis.<br />

(**)<br />

—En fin, sr. zapatero —eternizó todavía <strong>el</strong> escudero volviendo al hilo de<br />

la conversación y después de explicar Matrix (**) en <strong>el</strong> mamotreto<br />

anterior—, mientras que no se produzca <strong>el</strong> quimérico encuentro o<br />

contacte con la Federación G, considere que es totalmente<br />

inconstitucional y debería ser ilegal que los programas <strong>el</strong>ectrónicos<br />

434


tengan una casa y los ciudadanos programados se queden sin hogar o se<br />

mueran sin haber pagado la hipoteca. Podremos despachar después de<br />

que cumpla con la Carta «Magna» que habrá jurado, después de que<br />

revise la p<strong>el</strong>ícula Matrix que todavía no le ha penetrado y después de que<br />

programe los cómics de Astérix que ha ignorado en sus planes educativos<br />

nacionales. Hasta entonces, serene su ego con respiraciones o a patadas y<br />

no interrumpa tanto la r<strong>el</strong>ación que estoy haciendo que va a perder <strong>el</strong><br />

hilo. ¡Ah! Y trate a los ciudadanos constitucionalmente y póngase serio<br />

con los dioses. Tantos cojones con los de abajo y tan acojonado con los<br />

de arriba, ni tiene coherencia ni es democrático. ¿Quiere una galletita?<br />

—¡Qué buena memoria tiene y qué al punto cita usted! —desahogó<br />

<strong>el</strong> presidente.<br />

—¿Eso es todo lo que se le ocurre decir? —examinó Sancho.<br />

—¡Viva Sancho! —grito <strong>el</strong> rey.<br />

—¡¡Viva!! —repitió la plaza a la vez.<br />

Los aplausos ahogaron al diálogo. Puede parecer que <strong>el</strong><br />

tamagochizado humor de Sancho se sale de lo ordinario para llegar a lo<br />

hiperbólico pero quizá estos juicios de valor surgen porque ahora parece<br />

normal que los ciudadanos menores de 26 años (los «jóvenes») necesiten<br />

<strong>el</strong> 100% de su su<strong>el</strong>do para pagar la hipoteca de la casa y los mayores<br />

utilicen <strong>el</strong> 70% de sus ingresos para lo mismo. ¿Es esto lo normal? ¿Es<br />

una exageración <strong>el</strong> considerar que los tamagochis tienen casa o es sólo<br />

una manera irónica de expresar que no hay quien entienda lo que la<br />

hipócrita democracia impone que sea normal? Los jóvenes d<strong>el</strong> Imperio<br />

Romano hipotecaban su vida agregando colonias a Roma con <strong>el</strong> servicio<br />

a la legión; los jóvenes d<strong>el</strong> Imperio Americano hipotecan su vida en las<br />

colonias con <strong>el</strong> servicio a los bancos. Dejemos que la reflexión d<strong>el</strong><br />

tamagochizado sarcasmo haga <strong>el</strong> efecto que haga y dejemos al escudero<br />

que hable porque la ovación está terminando.<br />

—Aprovechando que la respuesta intensiva d<strong>el</strong> pueblo habrá<br />

sosegado a la ira d<strong>el</strong> presidente y notándole con más ganas de entender,<br />

vayamos directos a una materia que muy bien debe de conocer. La citada<br />

hipocresía de la democracia ha llegado hasta <strong>el</strong> apaño de los censos<br />

<strong>el</strong>ectorales incluyendo interesadamente a ancianos y presos para que <strong>el</strong><br />

número de corruptibles aumente su operatividad. Resulta que algo que<br />

no tendría ni que suceder, ahora se necesita legalizar y usted no hace<br />

nada por evitar que la inmarcesible democracia continúe su marchitar.<br />

435


»Según se dice, puedo salir por los cerros de Úbeda pero también<br />

puedo entrar por los de Baeza y proponer una sugerencia. Con la excusa<br />

de otorgarles <strong>el</strong> debido respeto, podrían empadronar a los muertos para<br />

apañar los censos <strong>el</strong>ectorales. Como tienen la seguridad de que no van a<br />

votar, sus cambalaches post<strong>el</strong>ectorales serían más manipulables todavía;<br />

así, muertos y sobre todo zombis, quedarían satisfechos.<br />

—¡Déjese de extravagancias que parecen esperpentos! —reprendió <strong>el</strong><br />

presidente.<br />

—Espere un poco que todavía no se ha presentado <strong>el</strong> esperpento<br />

—avisó <strong>el</strong> escudero—. La única pega que encuentro con empadronar a<br />

los muertos es que, a menos que les compren <strong>el</strong> voto por correo a<br />

cambio de unas oraciones para la salvación de sus almas, <strong>el</strong> porcentaje de<br />

abstención iba a aumentar tanto como <strong>el</strong> de la náusea. La abstención de<br />

los votanlavos será lo que marque <strong>el</strong> cambio de mod<strong>el</strong>o de poder que<br />

camine hacia <strong>el</strong> final de la psicopatía.<br />

—A nos —dijo <strong>el</strong> rey al presidente—, no nos interesa que las cosas<br />

de la realeza cambien a como estaban antes de estos últimos 30 años. Se<br />

puede imaginar, señor corregidor y señorías, que no es lo mismo que la<br />

subvención para vivir como un rey esté incluida en los Presupuestos<br />

Generales d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> a que te tengas que buscar la vida como todo hijo<br />

de vecino y como yo mismo he tenido que hacer la mayor parte de mi<br />

vida.<br />

(No incluir a los reb<strong>el</strong>des don Quijote y Sancho entre los destinatarios<br />

de la imaginación, debe ser porque se tiene la seguridad de que <strong>el</strong>los sí<br />

saben lo que sigue. En porcentajes y millones de votos, las cifras de las<br />

últimas <strong>el</strong>ecciones municipales<br />

27-M-07 son las siguientes:<br />

Abstención 36’19 % 8.019.531 aprox. dependiendo de los cálculos.<br />

PP 35’61 % 7.906.299 “ “ “ las fuentes.<br />

PSOE 34’91 % 7.747.410 “ “ “ “ “<br />

IU 5’49 % “ “ “ “ “<br />

Cualquier institución nacional debe preocuparse u horrorizarse ante <strong>el</strong><br />

niv<strong>el</strong> de escepticismo de la soberanía d<strong>el</strong> pueblo. ¡Que no se «confundan»<br />

y que no mientan más al pueblo! ¡¡La mayoría absoluta en <strong>el</strong> último<br />

plebiscito nacional es para la abstención, no para la tiranía de los<br />

partidos!! Por no analizar los resultados de los Estatutos de Autonomía<br />

a los que la absoluta mayoría no hace caso ni para ir a votarlos.<br />

436


Despreciar a la mayoría absoluta puede tener consecuencias<br />

imprevisibles. España está en Europa, no en USA, en donde la<br />

apisonadora estatal aplasta una abstención que se acerca o supera <strong>el</strong><br />

50%).<br />

—¿Quién va a hacer caso de la abstención propuesta con la cantidad<br />

de años que nos ha costado alcanzar la democracia? -sermoneó <strong>el</strong><br />

presidente sin hacer ni caso al rey.<br />

—Esta es otra de las mentiras políticamente correctas —discrepó<br />

Sancho—. La dedocracia es un invento más antiguo que la tos…<br />

—¡Democracia Sancho y no dedocracia! —corrigió la presidenta.<br />

—¿Qué más da que la ejerzan los partidos, los validos, los<br />

gobermangantes o los dictadores, si la tiranía está presente desde<br />

siempre? —objetó <strong>el</strong> escudero—. Si quiere que lleguemos a un acuerdo<br />

admitiré la partitocracia o si quiere, psicopatocracia.<br />

»Como iba diciendo, estas formas de gobernar son alternantes,<br />

¡como los partidos!, y se imponen interesadamente, ¡como en Irak!;<br />

cuando tocaba apoyar a un dictador se le vendían «armas de destrucción<br />

masiva», o sea, pistolas y escopetas a cambio de robarles todo <strong>el</strong> oro<br />

negro que pudieran, y cuando interesó la democracia, se invadió <strong>el</strong> país y<br />

todavía se masacra a su población civil. En España pasó lo mismo; hubo<br />

un tiempo en <strong>el</strong> que a Civilización le interesó cambiar la República por<br />

Franco y a su muerte se instauró la partitocracia. Al menos en este caso,<br />

la ecuanimidad de los españoles o los procedimientos que utilizó <strong>el</strong><br />

Imperio no fueron tan expeditivos, aunque no pudieron evitar <strong>el</strong> intento<br />

de golpe de estado d<strong>el</strong> otro bigotes al que utilizaron de cabeza de turco.<br />

¡No han alcanzado nada, señoría, han aceptado una fórmula d<strong>el</strong><br />

Programa Civilización para «legalizar», contagiar y popularizar la<br />

corrupción!<br />

—¡Contra <strong>el</strong> golpe de estado estuvo la Casa Real! —se entrometió <strong>el</strong><br />

rey.<br />

—Dejemos que se disperse la aclaración —contestó Sancho— no<br />

sea que se descubra que aqu<strong>el</strong>la chapuza se orquestó para que la Casa de<br />

Francia se arraigara en España. Eso pasa…<br />

—¡Que vivachisss! —estornudó la presidenta.<br />

—…por meterse donde no llaman majestad —siguió Sancho—<br />

porque donde sí nos llaman es a la abstención: la manera en la que los<br />

votanlavos pueden expresar que están menos civilizombis que ayer y<br />

mucho menos que mañana. La abstención denuncia la hartura ante «<strong>El</strong><br />

437


Sistema», la desconfianza en todas sus señorías sin importar las banderas<br />

que enarbolan, la experiencia de que algo no funciona en <strong>el</strong> <strong>Estado</strong> y<br />

que es insoportable <strong>el</strong> dolor que provoca la astilla clavada en la mente.<br />

—Entonces —dijo <strong>el</strong> presidente—, usted considera que la<br />

abstención despierta a los votanlavos de la ceguera.<br />

—Está científicamente comprobado que cuando tomamos una<br />

<strong>el</strong>ección —argumentó <strong>el</strong> escudero—, <strong>el</strong> observador interactúa con lo<br />

<strong>el</strong>egido creando una percepción subjetiva de esa realidad concreta. Es<br />

fácil que los que votan a un partido se sientan identificados con <strong>el</strong>lo y<br />

contemporicen con las corrupciones que emanen de ese partido y<br />

ajusticien severamente las que se cometan desde <strong>el</strong> otro. Cuando no se<br />

vota a ningún partido es más fácil no tomar partido por ninguna de las<br />

facciones alternantes y que se vea la corrupción en global, la corrupción<br />

que está ahogando a «<strong>El</strong> Sistema», la corrupción que estuvo presente en<br />

todas las decadencias de las anteriores versiones Paxs. A estas alturas<br />

deberían saber que la que nos ocupa se llama Pax Americana y que la<br />

corrupción presagia la decadencia que desemboca en la desintegración<br />

total. Coincidiremos en que es sobrecogedor sentir la dimensión de la<br />

decadencia actual porque abarca a todo <strong>el</strong> planeta. Como seguro que sus<br />

señorías son doctores, no hará falta recordar las dimensiones d<strong>el</strong> Imperio<br />

Romano, <strong>el</strong> macedonio o <strong>el</strong> mesopotamio. Ahora, ¿dónde podemos<br />

escapar?<br />

»Otra cosa es <strong>el</strong> desprecio con <strong>el</strong> que tratan a la abstención<br />

ignorándola de sus resaltados y usurpando su soberanía. Tiempos<br />

vendrán en los que alguno de los que se abstienen reclame su paridad y<br />

denuncie la discriminación inconstitucional a la que están sometidos; si la<br />

discriminación no es «por razón de nacimiento, raza, sexo o r<strong>el</strong>igión», lo<br />

será por la «opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o<br />

social». ¿Qué va a pasar cuando tengan que legitimar la abstención?<br />

—preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Lo mismo que con todos los problemas serios: ¡llamar a Houston!<br />

—contestó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¿Pero si allí todavía se abstienen más porque tienen más<br />

experiencia de la tirana realidad? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Pues entonces tendremos que hablar sinceramente con los<br />

ciudadanos —cortó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Ya era hora! —exclamó <strong>el</strong> escudero—. Aproveche para decir a los<br />

contribuyentes si la escapatoria actual a la mordaza imperial está en <strong>el</strong><br />

438


espacio sideral y por eso siempre llaman a Houston. En la decadencia de<br />

la Pax Hispana se escapaban a las Indias Occidentales; ahora se van a<br />

tener que escapar a las estaciones orbitales.<br />

—¡¡Viva Sancho!! —gritó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Que Viva, viva, viva! —respondió la de Cervantes a la vez—. Los<br />

aplausos y cumplidos hacia Sancho contrastaban con <strong>el</strong> silencio sepulcral<br />

que se extendía por la plaza mientras que parlamentaba con los validos y<br />

<strong>el</strong> rey. Apunto estuvo la presidenta de gritar <strong>el</strong> viva a Sancho cuando<br />

contestó al rey por meterse donde no le llamaban ni a golpes pero por<br />

ser una burócrata d<strong>el</strong> estado y por su interés personal, consiguió reprimir<br />

a su ira disimulándola con un estornudo.<br />

<strong>El</strong> pueblo canaliza su admiración y agradecimiento con los aplausos<br />

porque no sabe que es una estrategia imperial para dispersar <strong>el</strong> discurso y<br />

disolver <strong>el</strong> coraje; manipular esta energía a través d<strong>el</strong> choque de manos es<br />

una astucia de Matrix para aplacar la reb<strong>el</strong>día de los civilizombis que en<br />

vez de actuar, se conforman con aplaudir; ahora se disponen a seguir<br />

escuchando la justa conjunta.<br />

—Además de la abstención, ¿qué más herramientas propone para<br />

que <strong>el</strong> pueblo vaya despertando progresivamente? —indagó<br />

suspicazmente <strong>el</strong> presidente.<br />

—Los ciudadanos desconocen <strong>el</strong> mucho poder que tienen<br />

individualmente sin necesidad de reunirse en rebaños ni ONGs<br />

—exclamó <strong>el</strong> escudero—. Ya que me lo pide, puntualizaré al menos dos<br />

herramientas más:<br />

• La insumisión fiscal.<br />

• La desobediencia civil.<br />

—¿Para qué vale aprovecharse de estos «derechos»? —curioseó <strong>el</strong><br />

temeroso presidente.<br />

—¡Menuda deformación! —evaluó <strong>el</strong> escudero—. No se trata de<br />

aprovecharse hasta de los derechos sino de utilizarlos para convivir con<br />

la conciencia tranquila.<br />

—¡Explíquese! —suplicó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Es muy sencillo! —rev<strong>el</strong>ó <strong>el</strong> escudero—. <strong>El</strong> único camino posible<br />

que los gobermangantes permiten para no sólo decir «¡¡No a la guerra!!»<br />

sino que no nos metan en <strong>el</strong>la, es no sufragando sus gastos. <strong>El</strong> único<br />

camino posible que los gobermangantes permiten para no sólo decir<br />

«¡¡No a la corrupción!!» sino que no nos metan en <strong>el</strong>la, es no<br />

439


subvencionando sus psicópatas su<strong>el</strong>dazos. Así se llamaría la atención a la<br />

incompetencia de sus señorías en cuanto al terrorismo con paro o sin él,<br />

la inmigración legal o ilegal, la vivienda con hipoteca o con nepotismo, la<br />

inseguridad ciudadana que aumenta sin control y por supuesto, la<br />

situación política y económica d<strong>el</strong> estado. Con la insumisión fiscal se<br />

puede dormir con la conciencia tranquila porque nos eximimos de la<br />

corresponsabilidad al sufragar todos los desatinos de los gobermangantes<br />

con nuestros sudores y ahorritos. Cuando estalle la burbuja d<strong>el</strong> cemento<br />

y <strong>el</strong> ladrillo ¿cómo van a reaccionar sus señorías? [Ahora ya lo estamos<br />

comprobando: ¡siguen corrompiéndose!]<br />

—¡No lo sé! —balbuceó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Pues yo sí: Dimitiendo! —exclamó indignado <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Y ya está? —balbuceó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Ese es <strong>el</strong> problema: que ya está! —soltó Sancho ofendido—.<br />

Recogen sus fortunas y se retiran a descansar en cualquier paraíso fiscal<br />

donde todo es venial.<br />

—¿Me ha llamado psicópata? —preguntó quejicoso <strong>el</strong> presidente.<br />

—Respóndame antes cómo va a reaccionar la soberanía d<strong>el</strong> pueblo<br />

cuando estalle la burbuja con otro viernes negro como <strong>el</strong> de 1929<br />

—exigió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¡No lo sé! —balbuceó <strong>el</strong> presidente.<br />

—¡Pues yo sí —declaró <strong>el</strong> escudero—. Los ciudadanos no podemos<br />

llamar a Houston para decirles que tenemos un problema grave.<br />

¡Tenemos que solucionarlo nosotros solitos! La Historia nos enseña que<br />

se deben evitar los conflictos civiles porque son penosos. [Ver Cinder<strong>el</strong>la<br />

man.] Al parecer, d<strong>el</strong> caos y de los ríos revu<strong>el</strong>tos sólo sacan ganancia los<br />

pe(s)cadores y no sabemos si estarán r<strong>el</strong>acionados con los discípulos de<br />

Jesús o se referirán a los miembros d<strong>el</strong> Club. Antes de que llegue este<br />

momento, la insumisión fiscal es la manera legítima que tienen los<br />

ciudadanos de expresar que se están enterando en presente, de que la<br />

conflictiva situación económica y la tensión social no se soluciona a base<br />

de incompetencia y corrupción pero desembocan en la confrontación.<br />

»La crispación puede llegar a tal punto que respondiendo a su<br />

psicopatía, sr. presidente, no tendría que alterarse por una consideración<br />

personal que estima la evidencia que en su señoría ha desaparecido la<br />

percepción de la realidad real; ¡debería escamarse por su desvarío!<br />

»He resumido en cinco las herramientas de los reb<strong>el</strong>des pacíficos d<strong>el</strong><br />

siglo XXI por lo esotérico d<strong>el</strong> número y por no abrumar al<br />

440


entendimiento —siguió Sancho con <strong>el</strong> mazo dando—, pero se admite<br />

todo tipo de sugerencias que <strong>el</strong> sentido común se encargará de<br />

acomodar. No sé si alguna señoría se anticipará a la irrupción d<strong>el</strong> caos,<br />

canalizando la crispación para que no estalle como la depresión; tampoco<br />

sé si estarán esperando a legitimar:<br />

• La ocupación.<br />

• La descensación<br />

• La abstención.<br />

• La insumisión y<br />

• La desobediencia.<br />

»Antes ha insinuado que las dos facciones alternantes se podían unir para<br />

afrontar juntos los problemas reales de la nación sin necesidad de llamar<br />

a Houston o Washington y que esto terminaría con la mayoría de las<br />

discusiones y groserías. ¿Por qué no lo intentan?<br />

—¡Que la paz de la corona esté sobre todos nosotros! —impuso <strong>el</strong><br />

rey.<br />

—Y con su espíritu —anh<strong>el</strong>aron sus señorías a la vez.<br />

—En aqu<strong>el</strong>los tiempos —comenzó <strong>el</strong> rey—, en un momento<br />

determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, toda la humanidad estaba<br />

unida…<br />

—...en la plaza de Cervantes —interrumpió Sancho—. Tranquilo<br />

majestad, me he percatado d<strong>el</strong> mensaje subliminal y no hace falta que<br />

sermonee con evang<strong>el</strong>ios para cambiar de tercio. Voy a aprovechar este<br />

punto para preguntaros si la r<strong>el</strong>ación de la hipoteca de la vida con las<br />

otras materias ha quedado satisfecha aunque no haya terminado ni con<br />

los efectos de la insumisión fiscal ni con los beneficios de la<br />

desobediencia civil.<br />

—Por supuesto querido Sancho —respondió <strong>el</strong> rey—; menos mal<br />

que no sabía por dónde empezar y esperemos que sepa finalizar. No sé<br />

dónde reside su heterodoxia, si en la manera de pensar o en la forma de<br />

hablar pero se le nota que está enterado y que sabe lo que dice, una<br />

cualidad muy inusual y de la que sus señorías se deberían contagiar. ¿Qué<br />

piensan ustedes?<br />

Mientras que <strong>el</strong> silencio absoluto se hizo entre sus señorías (¡por<br />

fin!), en la plaza se escucharon silbidos y abucheos que expresaban que la<br />

soberanía d<strong>el</strong> pueblo no tenía más ganas de escuchar las tonterías de sus<br />

señorías. Cuando se siente cercano <strong>el</strong> aliento de esta autoridad, hasta <strong>el</strong><br />

441


más esquizofrénico de los presidentes es incapaz de rechistar. Existen<br />

momentos brillantes en la vida de estos neuróticos en los que se<br />

conectan radicalmente con la realidad que les rodea. ¿Por qué no les<br />

sucederá siempre? Por que la debilidad de la soberanía d<strong>el</strong> pueblo se lo<br />

permite.<br />

<strong>El</strong> artículo 14 de la Carta dice que «Los españoles son iguales ante la<br />

ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de<br />

nacimiento, raza, sexo, r<strong>el</strong>igión, opinión o cualquier otra condición o<br />

circunstancia personal o social.» ¿Son españoles los políticos? ¡¡Debe de<br />

ser que no!! ¿Por qué gozan d<strong>el</strong> privilegio d<strong>el</strong> aforamiento?<br />

¡¡Soberaníaaaaaaa, despiertaaaaaaaa!! ante estas palabras que <strong>el</strong><br />

escudero insiste en reb<strong>el</strong>ar.<br />

—Antes de que mi lengua se acabe de desgastar —quiso todavía<br />

Sancho remachar—, voy presentar <strong>el</strong> esperpento que me ha pedido, sr.<br />

presidente, y d<strong>el</strong> que ya no se acordará. <strong>El</strong> argumento d<strong>el</strong> esperpento<br />

puede parecer grotesco pero propone una tercera vía para <strong>el</strong> aumento de<br />

los censos <strong>el</strong>ectorales: ¡deberían utilizar los tamagochis, sr. presidente!<br />

Con <strong>el</strong>los se puede conseguir <strong>el</strong> aumento de muchos corruptos para<br />

repartirse <strong>el</strong> botín de España o d<strong>el</strong> Santander. Si encima consiguen su<br />

voto por correo a cambio de unas pilas nuevas, <strong>el</strong> negocio les va a salir<br />

barato. Quizá la única pega que veo es que va a haber más políticos que<br />

ciudadanos y como ustedes son incapaces de entenderse, <strong>el</strong> lío nacional<br />

va a ser inexorable o por si no me entienden, impepinable.<br />

—A estas alturas señor Sancho ¿para qué <strong>el</strong> grotesco argumento d<strong>el</strong><br />

esperpéntico censo? —preguntó <strong>el</strong> presidente.<br />

—Para recordarles que todas estas materias pueden ser sólo<br />

principales, pero constituyen una fruslería si se fija la atención en la<br />

encrucijada final de la humanidad: la extinción. Lo que está sucediendo<br />

con <strong>el</strong> clima no se puede resumir y simplificar con la palabra «Cambio»<br />

que utilizan es sus eslóganes de campaña.<br />

»¡Sr. Presidente! —exhortó Sancho—: ¡Insto al Consejo de<br />

Ministros a que reconozca la realidad: ¡Esta es la situación más<br />

grave a la que nos hemos enfrentado y de no actuar en<br />

consecuencia, no podremos sobrevivir! Podrá llamarse esquizofrénico<br />

o psicópata al que no quiera reconocer esta parte de la realidad real que<br />

se llama extinción, al igual que ya se puede denominar así, al que siga<br />

afirmando que lo d<strong>el</strong> 11 de septiembre fue un colapso increíble y no una<br />

convincente demolición controlada.<br />

442


—Disculpe mi frustración escudero —dijo <strong>el</strong> presidente—. Me<br />

gustaría poder compartir la decisión d<strong>el</strong> Consejo de la Caballería<br />

Andante en esta cuestión.<br />

—La comprensión no es un requisito para la colaboración<br />

—advirtió <strong>el</strong> rey.<br />

—¡¡¡Ciudadanos!!!, ¡¡¡Señorías!!! Madre Tierra no es plana —gritó<br />

Sancho.<br />

—¡¡Viva!! —gritaron sus señorías.<br />

—¡¡Schiiisss!! —resonó en la plaza.<br />

—¡¡¡Señorías!!!, ¡¡¡Ciudadanos!!! Las Torres Gem<strong>el</strong>as cayeron casi a la<br />

v<strong>el</strong>ocidad de caída libre de los cuerpos.<br />

—¡¡Viva!! —gritaron sus señorías.<br />

—¡¡Qué descaro!! —rugieron los ciudadanos.<br />

—¡¡¡Ciudadanos!!!, ¡¡¡Señorías!!!¡Nos estamos extinguiendo!<br />

¡¡Viva!! —gritaron sus señorías.<br />

—¡¡¿Qué hacemos?!! —estallaron los ciudadanos.<br />

—¡Sr. presidente! —dijo <strong>el</strong> rey—; sugiero que <strong>el</strong> día 23 de abril se lea<br />

públicamente ¿Qué es Matrix? junto a <strong>El</strong> Quijote. Tantas materias pasan<br />

por mi subconsciente que la consciencia no sabe cómo gestionarlas.<br />

¡Quiero volver a revivir este encuentro inolvidable! Como he aprendido<br />

que no se volverá a producir de la misma forma porque todo fluye, al<br />

menos saborearé su recuerdo compartiendo su lectura junto a los ahora<br />

ciudadanos que antes eran súbditos.<br />

—¡¡Viva <strong>el</strong> rey!! —gritó <strong>el</strong> pueblo.<br />

—¡Viva! —gritaron todos a la vez.<br />

—¡¡Viva Sancho!! —se escuchó en la plaza.<br />

—¡Viva! —gritaron hasta las cigüeñas a la vez.<br />

<strong>El</strong> fragor de aplausos que comenzó a sonar en la plaza y su insistente<br />

continuidad, marcó <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> encuentro. Casi no se podía ni hablar pero<br />

<strong>el</strong> rey se las arregló para pegarse al escudero d<strong>el</strong> que quería más<br />

conversación. La contaminación lumínica de las farolas no impedía<br />

distinguir que alguna estr<strong>el</strong>la cercana, brillara miles de años luz atrás. La<br />

Torre d<strong>el</strong> R<strong>el</strong>oj volvió a molestar con sus llamadas mecanizadas cada<br />

cuarto de hora; así, cuando no lo recuerdan los aviones, son las<br />

campanadas las que perpetúan la prisa con la que pasa <strong>el</strong> tiempo de los<br />

caminantes que han atrofiado la v<strong>el</strong>ocidad de la luz a cambio de los<br />

cuartos de hora. Tal atrofia podría al menos servir de recordatorio para<br />

443


entender que las campanas anuncian que sólo pasa <strong>el</strong> tiempo a menos<br />

que las decisiones provoquen que también sucedan los acontecimientos.<br />

Afortunadamente para algunos, <strong>el</strong> carillón avisa d<strong>el</strong> horario en <strong>el</strong> que<br />

los contratos basura terminan; titiriteros, artesanos, espectadores,<br />

caminantes, nazarenos, sus señorías y <strong>el</strong> resto de los animales<br />

acorralados, encapuchados o enjaulados, dejan de actuar en <strong>el</strong> circo<br />

medieval pero continúan haciéndolo en Matrix, <strong>el</strong> pseudónimo tras <strong>el</strong><br />

que se esconde <strong>el</strong> Feudalismo Audiovisual.<br />

<strong>El</strong> rey y <strong>el</strong> escudero se pusieron aparte para terminar con sus<br />

consideraciones personales que apenas se podían escuchar entre tanta<br />

algarabía.<br />

—¿Qué pasaría si los ciudadanos dejaran de pagar impuestos?<br />

—preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Lo mismo que pasaría si se generalizara la desobediencia civil ante<br />

los absurdos mandatos que reciben —respondió <strong>el</strong> escudero—. Pasaría<br />

que las personas expresarían que no están tan cegatas como aparentan y<br />

que los políticos están más corruptos de lo que imaginan. Pasaría que en<br />

vez de identificarse con los reb<strong>el</strong>des de Matrix y acallarse con litronas,<br />

t<strong>el</strong>es y otras drogas, entenderían literalmente sus mensajes: También<br />

sabemos que los que estamos aquí tenemos cierta tendencia a<br />

desobedecer.<br />

—¿Cómo es <strong>el</strong> final?<br />

—Yo no conozco <strong>el</strong> futuro majestad; no he venido para deciros<br />

cómo acabará todo esto. Al contrario, he venido para deciros cómo<br />

va a comenzar. Mi maestro <strong>el</strong> caballero don Quijote asegura que nos<br />

vamos a encontrar con su maestro Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i al que usted<br />

conocerá como <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Caballero Alcor. Él es <strong>el</strong> transcriptor de todo<br />

este suceso y <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido de entre los Andantes para desfacer este entuerto.<br />

Preguntad a él todo lo que queráis saber sobre <strong>el</strong> final y d<strong>el</strong> comienzo.<br />

—¡Sancho! Deje de hablarme de vos y tutéeme, que le considero<br />

igual de majestad que yo —solicitó <strong>el</strong> rey.<br />

—Es que cuando te acostumbras al trato exigido —argumentó <strong>el</strong><br />

escudero—, es difícil cambiar. Total, para lo que queda de la charla<br />

podemos seguir igual. ¡No majestad, por supuesto que hay que cambiar!,<br />

pero sean sus exc<strong>el</strong>entísimas las que empiecen con los cambios de tratos<br />

que al pueblo no se le puede exigir más. Y para ejemplificar, al menos lo<br />

intentaré yo.<br />

444


—¿Cuánto tiempo crees que durará la paz de tu Corona?<br />

—preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Tanto como sea posible —afirmó <strong>el</strong> rey—. ¿Qué pasará con<br />

los otros?<br />

—¿Con quiénes? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Con los que quieran liberarse? —puntualizó <strong>el</strong> rey<br />

—Aunque sea futuro te responderé que obviamente, quedarán<br />

libres —propuso Sancho.<br />

—¿Me das tu palabra? —suplicó <strong>el</strong> rey.<br />

—¿Por quién me tomas, por humano? —cortó Sancho.<br />

<strong>El</strong> disco duro d<strong>el</strong> rey se ha quedado colgado con la interrogante<br />

respuesta d<strong>el</strong> escudero. Para los dioses, cumplir con la palabra debe de<br />

ser algo al margen de lo humano y veremos si tienen razón: La casta de<br />

los intocables políticos miente como psicópatas y no cumplen su palabra<br />

ni cuando se comprometen por escrito con <strong>el</strong> «Programa Político». ¿Qué<br />

nos podría hacer pensar que no lo están? ¿Forman parte de los que se<br />

consideran no-psicópatas aunque mientan sin cesar? Los pobres<br />

empresarios que abaratan costos constantemente porque no cobran lo<br />

suficiente, ¡mienten sin parar! porque cada vez ganan más, tanto con <strong>el</strong><br />

botín como con <strong>el</strong> florentimo. Los contribuyentes que intentan<br />

defraudar al fisco porque saben que les están engañando, necesitan<br />

mentir todo lo que pueden porque en este caso, mentir se ha convertido<br />

en una cuestión de supervivencia. Los ciudadanos mienten no sólo por<br />

las apariencias, ¡mienten porque mienten!<br />

Para no seguir con esta r<strong>el</strong>ación porque los lectores saben<br />

perfectamente a lo que este humilde narrador se está refiriendo, afirmaré<br />

que «<strong>El</strong> Sistema es consciente» de que ha creado una sociedad<br />

esquizofrénica; si no fuera así, no habría tenido la imperiosa necesidad de<br />

crear a los agentes de Matrix destinados en la Agencia Tributaria para<br />

subsanar esta contrariedad. Si nadie mintiera, no haría falta tal Agencia<br />

pero como todos saben que todos mienten, han patentado a unos<br />

mentirosos que vigilan a los que mienten. ¿Quién vigila a los mentirosos<br />

de los mentirosos? Por encima de todos, «<strong>El</strong> Sistema» ha situado a los<br />

mayores mentirosos de todos: los políticos y en especial sus gobernantes.<br />

Que vivimos en una sociedad esquizofrénica no es una opinión, es una<br />

realidad confirmada por la cantidad de inspectores que vigilan a los<br />

vigilantes de los guardianes de la mentira en general y en este caso de la<br />

fiscal. <strong>El</strong> Ministerio de Hacienda sabe que los contribuyentes mienten;<br />

445


«<strong>El</strong> Sistema» sabe que todos mienten; los dioses saben que los sapiens<br />

mienten. Por eso, cuando <strong>el</strong> oráculo pregunta al dios arquitecto de<br />

Matrix ¿Me das tu palabra?, <strong>el</strong> paradigma arquitectónico de los dioses<br />

responde: ¿Por quién me tomas, por humano? ¿Tendrán entonces los<br />

dioses razón?<br />

<strong>El</strong> rey debería encargar al pueblo que suplique a los dioses para que<br />

creen otros agentes destinados en la Agencia de la Soberanía Popular,<br />

que fiscalice las mentiras de los políticos con penas de cárc<strong>el</strong>, fortuna,<br />

ostracismo o destierro. Aunque esté cerca de lo hiperbólico, se podría<br />

afirmar que los civilizombis mienten «por naturaleza» para rápidamente<br />

aclarar que esa «naturaleza» es la que los dioses han construido dentro de<br />

Matrix que nada tiene que ver con la prístina, cristalina y virginal<br />

Naturaleza que está fuera de Matrix. De esto trata esta Odisea, de<br />

encontrar la puerta por la que desconectarse de Matrix. Por eso está aquí<br />

la pareja inmortal, para ayudar a llegar al umbral de la puerta de salida de<br />

la esquizofrénica realidad virtual.<br />

Qué pasará con los que quieran liberarse ha quedado sentenciado<br />

por los dioses en Matrix pero «¿Qué sucederá con los que no se quieran<br />

liberar?» se preguntarán los esclavos lectores de ¿Qué es Matrix? Por dar<br />

una respuesta podría escribirse que se extinguirán o exterminarán<br />

dependiendo de quien lo vaticinase, pero este transcriptor está<br />

intentando que no se le coja en ningún renuncio con respecto al<br />

desconocido futuro; así que ante ¿qué pasará?, que cada uno experimente<br />

lo que decida.<br />

Ya que no narro sobre <strong>el</strong> futuro, recordaré una cita d<strong>el</strong> pasado. En<br />

un momento determinado a finales d<strong>el</strong> siglo I, toda Pompeya estaba<br />

unida en su entusiasmo; se maravillaba de su atrevimiento al<br />

quedarse pasmados ante <strong>el</strong> espectáculo d<strong>el</strong> Vesubio. Por resumir y<br />

terminar rápidamente sin retruécanos literarios, se dice que unos se<br />

fueron lógicamente acojonados y otros se quedaron afianzados en su<br />

ego; finalmente, unos vivirían donde fuera y otros fueron embalsamados<br />

con su lava. Esto ha pasado con una erupción; ¿qué pasará con la<br />

extinción?<br />

Hasta en medio de un fragor de ¡vivas! y abucheos que se acalló para<br />

escuchar <strong>el</strong> despacho real, cada uno <strong>el</strong>ige y decide qué hacer, tal y como<br />

hace su majestad cuando repuesto d<strong>el</strong> cu<strong>el</strong>gue d<strong>el</strong> disco duro, pregunta al<br />

escudero:<br />

—¿Cómo se hace la transcripción? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

446


—Me imagino que por los tiempos que corren, se hará con <strong>el</strong><br />

ordenador —respondió <strong>el</strong> escudero.<br />

—No; me refiero a que… No lo entiendo, no sé a qué me refiero<br />

—comentó <strong>el</strong> rey.<br />

—Yo sí sé a qué te refieres —ayudó <strong>el</strong> escudero—. Entre que los<br />

dos son alquimistas y los manuscritos que le entregará mi maestro, <strong>el</strong><br />

caballero Alcor realizará alguna composición en la que escuches esta<br />

sinfonía con la presencia de dilemas y sin la ausencia de disonancias. Mi<br />

alcance no llega a tan altos lances; esta es una justa entre caballeros en la<br />

que reyes y escuderos no pintamos nada.<br />

—¿De quiénes se trata? —interrogó <strong>el</strong> rey.<br />

—De reb<strong>el</strong>des Caballeros Andantes y de dioses Caballeros Jedis<br />

—aceptó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Tiene que ver con Illuminati y Bilderbergs? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Que no majestad —respondió Sancho—; tiene que ver con las<br />

que controlan Matrix y con los que se reb<strong>el</strong>an contra ese control.<br />

—¿Se trata de una guerra? —interrogó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Qué va majestad! —aclaró Sancho—. Es una partida de ajedrez<br />

pacífica, silenciosa y esperemos que caballeresca.<br />

—Ya estamos con la esperanza a pie de boca —cuestionó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Es que los dioses tienen formas que cualquiera sabe! —explicó <strong>el</strong><br />

escudero—. Repasa lo que le pasó a Gandhi, Kennedy, Lennon, Luter<br />

King o por irnos más atrás, a Jesucristo y sabrás cómo terminan los<br />

dioses con las partidas; los reb<strong>el</strong>des con voz acaban asesinados por una<br />

facción popular o por «<strong>El</strong> Pistolero Solitario». <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do es <strong>el</strong><br />

movimiento de apertura d<strong>el</strong> caballero Alcor que ¡obviamente!, comienza<br />

la partida de ajedrez jugando con negras. ¿No le parece silenciosa y<br />

pacífica esta apertura que demuestra lo caballeresco d<strong>el</strong> comienzo de la<br />

partida?<br />

—¿Dónde está <strong>el</strong> Caballero Alcor? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Pues no sé si escondido en <strong>el</strong> tiempo o en algún lugar de la<br />

Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme —afirmó <strong>el</strong> escudero—.<br />

Es duro para un hombre arriesgar su vida, especialmente si no<br />

entiende <strong>el</strong> motivo. Recuerde que cuando un programa sabe que<br />

será borrado, su<strong>el</strong>e preferir exiliarse a menos que no pueda romper<br />

su palabra. Todos los días borran programas; antes de que ocurra, <strong>el</strong><br />

programa puede optar por esconderse aquí o por regresar a la<br />

fuente.<br />

447


—¿Al Ordenador Principal? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Ni de coña! —respondió <strong>el</strong> escudero—. ¡Al multiverso paral<strong>el</strong>o<br />

en la realidad real! <strong>El</strong> caballero Alcor ya ha hecho la <strong>el</strong>ección; ahora<br />

tiene que comprenderla.<br />

Es curioso que sea <strong>el</strong> rey <strong>el</strong> que pregunta a Sancho y no sea <strong>el</strong> que<br />

tiene las respuestas para sus súbditos.<br />

—¡No, falso! —rechazó <strong>el</strong> rey—. La <strong>el</strong>ección es una ilusión<br />

creada entre los que tienen poder y los que no lo tienen.<br />

—Esto es lo que sucede en la realidad de Matrix —aclaró <strong>el</strong><br />

escudero—. Si sólo se <strong>el</strong>ige entre los productos d<strong>el</strong> hipermercado o las<br />

señorías d<strong>el</strong> senado, la <strong>el</strong>ección es una ilusión creada entre los que<br />

tienen poder y los que no lo tienen. Pero en la realidad real, decidir<br />

una <strong>el</strong>ección puede desde cambiar la vida de cada uno hasta la<br />

destrucción de Matrix que dé fin a la guerra.<br />

—¿Cómo os vais a encontrar? —preguntó <strong>el</strong> rey.<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o al caballero —respondió <strong>el</strong> escudero—. Mi<br />

tranquilidad es <strong>el</strong> reflejo de la que mi maestro me trasmite pero siento la<br />

misma inquietud que tú. Hasta lo que sé, te puedo decir que se producirá<br />

causalmente de manera natural en cualquier momento y lugar. Sólo<br />

tenemos que dejar que suceda <strong>el</strong> encuentro.<br />

—Suena a new age —comentó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Pues es real! —afirmó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Debido a usted he cambiado, Sancho —confesó <strong>el</strong> rey—;<br />

debido a usted ya no soy un agente de este sistema; debido a usted<br />

he cambiado, me he desenchufado. Digamos que soy un hombre<br />

nuevo, igual que usted, en apariencia libre.<br />

—¡F<strong>el</strong>icidades! —dijo Sancho— pero me vu<strong>el</strong>ves a hablar de usted.<br />

—Gracias —contestó <strong>el</strong> rey—, debe de ser <strong>el</strong> efecto de un déjà vu;<br />

pero como usted bien sabe, las apariencias engañan; lo que me ha<br />

llevado a pensar en <strong>el</strong> motivo por <strong>el</strong> que estamos aquí: ¡no estamos<br />

aquí porque seamos libres, si estamos aquí es porque no lo somos!<br />

Así que lo primero que haré será hablar con los Bilderbergs y presentar<br />

mi deserción definitiva e irrefutable; comprobaré si soy un Programa y<br />

saborearé <strong>el</strong> precio que hay que pagar por la libertad.<br />

—¿A eso quería llegar? —preguntó Sancho.<br />

—No, en absoluto —confesó <strong>el</strong> rey—; los viejos como yo ya no<br />

queremos llegar a nada, no sirve de nada.<br />

448


—¿Por eso no hay ningún joven en <strong>el</strong> Bilderberg? —preguntó<br />

Sancho.<br />

—Muy certero —corroboró <strong>el</strong> rey.<br />

—¡Pues vaya panda de psicópatas! —concluyó Sancho—, ¡menudo<br />

p<strong>el</strong>igro deben tener!<br />

—Yo lo solía pensar —confesó <strong>el</strong> rey—; ahora ya lo sé.<br />

—¡Eureka! —exclamó Sancho—. ¡Da gusto ver cómo un rey se<br />

comporta a la altura de su divinidad y da ejemplo de lealtad a sus<br />

súbditos! No se podía esperar menos de tu majestad que se reb<strong>el</strong>a contra<br />

<strong>el</strong> Bilderberg. ¡¡Viva <strong>el</strong> rey!!<br />

—¡Viva, viva, viva! —coreó la soberanía popular que ya no hacía<br />

caso a las monsergas y sí a las vivas.<br />

—¡Cómo hemos puesto al pueblo querido Sancho! —cumplió <strong>el</strong><br />

rey—. En los treinta años que dura mi largo reinado [¡Qué casualidad!],<br />

jamás me he sentido como hoy. He pasado de ser un esquizofrénico a<br />

presentar mi deserción al Bilderberg y sobre todo, he saboreado <strong>el</strong> dulce<br />

aroma de estar junto a la soberanía y no en su contra. Lo que es<br />

sorprendente es que has conseguido que crea en alguien, así que no<br />

te vas a escapar de mi Corona sin contar <strong>el</strong> intríngulis de la insumisión<br />

fiscal y de la desobediencia civil. Como la soberanía d<strong>el</strong> pueblo ha<br />

dictaminado que este parlamento haya terminado y entre tus ¡vivas! y sus<br />

aplausos no se puede escuchar nada más, apunta <strong>el</strong> número de mi móvil<br />

y llámame cuando quieras que a menos que me aburran con algún<br />

despacho urgente, lo mejor que me pasará será recibirte. Una de las<br />

cosas que he aprendido en estos años es que nada acaba saliendo<br />

como uno desearía. Es tan aburrida la vida de mi Corona que<br />

realmente nunca pasa nada en mi vida que sea tan r<strong>el</strong>evante como esto.<br />

¿Qué pretenden los hombres con poder?<br />

—¡Más poder majestad! Esto es notorio —apuntó Sancho que<br />

volviendo al tema dijo:<br />

Esto que se va a escribir<br />

ni es lo que <strong>el</strong> escudero ha dicho<br />

ni se sabe muy bien quién lo hace<br />

pero por las razones que sean<br />

aquí se queda entremetido.<br />

No hace falta ¡por dios! explicar<br />

a estas harturas d<strong>el</strong> cuento<br />

que siendo Cronos tan fundamental<br />

para fijar <strong>el</strong> soporífero<br />

y apestoso tiempo presuroso<br />

lo que está sucediendo en este instante<br />

y a muy pocos metros de aquí<br />

es la llegada de la esposa<br />

¿al anh<strong>el</strong>ado Hogar, dulce hogar?<br />

Todos con la carita de póquer<br />

no sea que un órdago se lance<br />

449


450<br />

si algo bueno tienen las cartas<br />

es que se acatan los faroles<br />

como si fuera lo más normal<br />

pa ganar la partida a la vida.<br />

No se dice ni una palabra<br />

de lo que han hecho por la tarde;<br />

la costra que hace este lapso<br />

aplasta la candidez al recuerdo<br />

y a cambio impone la mentira,<br />

cabrona, asquerosa y mezquina.<br />

Mienten los gobiernos de hoy día,<br />

mienten por las oficinas,<br />

miente la prensa t<strong>el</strong>evisiva,<br />

la radio, la escrita y la Justicia.<br />

¿Qué pasó <strong>el</strong> 11-M,<br />

por qué se desguazaron los<br />

[vagones?<br />

Si no era por mentir todos después<br />

sería por alguna casualidad<br />

que saben que no nos vamos a creer.<br />

Bueno, pa ser exactos y sinceros<br />

saben estos cutres desgobiernos<br />

que todos los civilizombis creen<br />

lo que les su<strong>el</strong>tan por las cadenas<br />

de unas t<strong>el</strong>es que encadenan<br />

a todos los que las enciendan.<br />

Se supone que ahora estábamos<br />

con la auténtica y virtual realidad<br />

de la Matrix patriarcal con más<br />

machistas y femicinas que nunca.<br />

En esa Matrix está sucediendo<br />

este m<strong>el</strong>odrama en verso<br />

que si se dice con poesías<br />

es porque Matrix es así de linda.<br />

¿Quién no se puede estar creyendo<br />

que este botón como ejemplo<br />

no es más que lo que está<br />

[sucediendo<br />

dependiendo de la hora en que se<br />

[lea,<br />

en este mismo espacio y tiempo?<br />

<strong>El</strong> trío de civilizombis f<strong>el</strong>iz<br />

los reconocerán si miran de lejos<br />

se creen lo de la libertad suficiente<br />

para hacer lo que la gana les dé,<br />

incluyendo las mentiras por supuesto.<br />

¿Nadie está mosqueado<br />

con que se digan tantas mentiras?<br />

¿Quién mató a Fidzgeral Kennedy,<br />

fue un miope o fue un complot?<br />

No pueden las dos cosas ser<br />

por mucho que alguien se quiera;<br />

¿se pué decir que la Tierra es plana<br />

y que es redonda también a la vez?<br />

Pasa lo que pasa al final:<br />

que las parejas no se quieren<br />

porque no saben nada de nada;<br />

los ciudadanos no se enteran<br />

porque no les informan en realidad;<br />

los sapiens viven en <strong>el</strong> ensueño<br />

d<strong>el</strong> absurdo gobierno d<strong>el</strong> ego,<br />

un Alien pasajero que no existe<br />

porque todo de todo es de pego;<br />

se puede expulsar si se persiste.<br />

Como es posible imaginar<br />

que después de mentiras d<strong>el</strong> ego<br />

de t<strong>el</strong>es que encadenan con Progreso<br />

y de Vanitas vanitatis también,<br />

cualquiera que no tenga la atención<br />

bien fijada en esta narración<br />

se puede sentir perdido<br />

o no saber a qué ha venido esto.<br />

Estamos hablando de Matrix<br />

inmenso Imperio de mentiras<br />

si no nos aplicamos <strong>el</strong> cuento<br />

la programación es de por vida.<br />

Tanta poesía sólo vale<br />

pa poner un ejemplo pequeño<br />

de lo cutre que es esta Matrix<br />

¿de un matriarca que así la parió?


—Pero tampoco hemos aclarado —terminó Sancho por decir al rey sin<br />

perder <strong>el</strong> ripio— que don Quijote es Cervantes o que Cide Hamete es <strong>el</strong><br />

Caballero Alcor. Tantas materias se han quedado en <strong>el</strong> tintero que más<br />

que despachar en-un-día, habría que gobernar en-se-guida o recibir un<br />

suspenso de por vida. Para que vayas abriendo boca y familiarizándote<br />

con estos derechos, con respecto a la desobediencia civil te sugiero que<br />

estudies los cómics de Astérix, son una apología lúdica y lúcida a la<br />

reb<strong>el</strong>ión total contra Imperio; con respecto a la insumisión fiscal afinaré<br />

más la fuente y te remito a Astérix y <strong>el</strong> caldero; fíjate en lo que se dice<br />

desde <strong>el</strong> prólogo de la aventura difundida en 1969: «Porque ¿verdad que<br />

no pagáis impuestos?» preguntan unos civilizombis al Consejo de la<br />

Aldea Reb<strong>el</strong>de. La respuesta de Astérix es conclusiva: «Jamás, y al no<br />

haber ingreso… ¡no hay impuesto!» ¡Qué tiempos aqu<strong>el</strong>los los d<strong>el</strong><br />

después de mayo d<strong>el</strong> 68 en los que todavía estabas desterrado en un<br />

exilio! Me dispensarás de apuntar tu móvil porque es una costumbre que<br />

estoy adquiriendo con esta manía que tenéis hoy día.<br />

—Es igual —dijo <strong>el</strong> rey—; llégate por mi Quinta cuando quieras y di<br />

al segurata de la puerta que eres tú.<br />

—¿Quién soy yo? —filosofó Sancho—. Tu casa tiene un número<br />

muy imperial.<br />

—Será una casualidad —zanjó <strong>el</strong> rey.<br />

—¡No cu<strong>el</strong>a majestad! —dijo Sancho—. Pero recuerda que en<br />

Internet tienes toda la información y sobre todo, pregunta al caballero<br />

Alcor que te actualizará. Visiona los videos que, mientras que no los<br />

secuestren de la Red, también se muestran entre otros muchos:<br />

googlevideo 911mysterie, loosechange, <strong>El</strong> nuevo siglo americano<br />

PNAC, The money masters, Zeitgeist, <strong>El</strong> dinero es deuda, End game.<br />

y verás que sin necesidad de más encuentros, su majestad recuperará la<br />

visión real y tú la plenitud. Sin necesidad de profeta y con la ayuda d<strong>el</strong><br />

Internet, los esclavos cegatos recuperarán la vista y volverán a ver en<br />

directo y en real.<br />

—Para no creer en <strong>el</strong> futuro, abusas de este tiempo una barbaridad<br />

—objetó <strong>el</strong> rey.<br />

—Tampoco creo en la esperanza que es la última que se pierde pero<br />

¡ojalá que la enfermedad de la ceguera se recupere ya! —sermoneó<br />

Sancho—. <strong>El</strong> tiempo siempre juega en nuestra contra.<br />

—¿Te refieres a la extinción? —cumplió <strong>el</strong> rey.<br />

451


—Me refiero —presentó Sancho— a que se va a hacer tarde<br />

demasiado deprisa para la extinción, la corrupción, la desintegración, la<br />

decadencia y la descomposición e incluso para la abstención, la<br />

okupación, la descensación, la insumisión y la desobediencia.<br />

—¿Habrás querido decir la descensión? —consultó <strong>el</strong> rey.<br />

—Ni ascensión a los Ci<strong>el</strong>o ni descensión a los Infierno —exclamó<br />

Sancho—. He querido decir que cuando los ciudadanos pasen d<strong>el</strong> Censo<br />

<strong>El</strong>ectoral, d<strong>el</strong> Fiscal y d<strong>el</strong> Personal, volveremos a los tiempos de Astérix<br />

que sucedieron hace más de dos mil años. Tanto caminar para alante<br />

para llegar tan atrás al final. Será <strong>el</strong> eterno retorno.<br />

—¡Sí! —reparó <strong>el</strong> rey—. Es curioso que <strong>el</strong> presente utilice <strong>el</strong> futuro<br />

para referirse al pasado.<br />

—¡Quizá estemos llegando al umbral de la puerta Cuarta Dimensión!<br />

—soltó <strong>el</strong> escudero—.<br />

—¡Para Sancho! —pidió <strong>el</strong> rey— que si no va a ser <strong>el</strong> cuento de<br />

nunca acabar.<br />

—Como quieras majestad —concedió <strong>el</strong> escudero—.<br />

<strong>El</strong> rey le recordó que no lo olvidara y abrazó a Sancho largamente; <strong>el</strong><br />

reencuentro tendría que volver a suceder y nadie sabía cuándo volvería a<br />

ser. Por <strong>el</strong> movimiento de sus labios, con algo más se despidieron los dos<br />

pero como no se pudo escuchar, no se va a escribir para que la<br />

transcripción sea fi<strong>el</strong> a la realidad que se ha compartido. Los aplausos<br />

que se escucharon fueron <strong>el</strong> inicio de una fiesta improvisada en la que<br />

Sancho y <strong>el</strong> rey eran las estr<strong>el</strong>las. Sus señorías recordaban con claridad<br />

los abucheos y silbidos de los ciudadanos y se agruparon en un corro en<br />

<strong>el</strong> que se les veía cuchichear. Los indecisos Servicios de Seguridad no<br />

sabían cómo reaccionar y en <strong>el</strong> pueblo crecía conjuntamente la<br />

indignación y <strong>el</strong> coraje, la admiración y <strong>el</strong> sufragio. La canalización de<br />

tantas emociones contradictorias puede estallar en un futuro incierto y<br />

desconocido pero es menester que se controle la <strong>el</strong>evación de la<br />

temperatura social para evitar desastres mayores.<br />

Los ciudadanos van a ser los últimos en enterarse de que los políticos<br />

están fuera de control. Los ciudadanos se van a dar cuenta tarde o<br />

demasiado tarde de que los políticos van a ser los últimos en enterarse de<br />

que la situación social, la medioambiental, la económica, la política, la<br />

militar y la global, están fuera de su control. ¡Matrix Pax Americana está<br />

en decadencia y la extinción lleva años avisando! Ya que los corruptos<br />

gobermangantes no se quieren enterar porque les encanta vivir como<br />

452


dios y salir en los periódicos y la t<strong>el</strong>evisión ¿cuándo se va a enterar <strong>el</strong><br />

resto de la ciudadanía?<br />

Don Quijote observaba todo lo que estaba pasando porque de los<br />

seis protagonistas, era <strong>el</strong> único que no estaba enfrascado en<br />

conversaciones o cuchicheos de los que nada merece la pena reseñar.<br />

Los lectores se pueden imaginar un diálogo de besugos acojonados entre<br />

tres señorías pillados en medio de la soberanía d<strong>el</strong> pueblo; también<br />

pueden entender que nos ahorremos la energía de resaltar y de leer sus<br />

pamplinas; además, ahorramos recursos energéticos d<strong>el</strong> medioambiente<br />

que los tres besugos, borregos o programas, despilfarran impunemente<br />

sin parar.<br />

En cambio, se puede escribir que por sus intervenciones, la presencia<br />

d<strong>el</strong> caballero se ha reducido al mínimo de lo testimonial y también se<br />

puede imaginar <strong>el</strong> regalo que hubiera sido <strong>el</strong> dispensar su presencia en la<br />

segunda parte de la justa. Muchos se habrán preguntado dónde está la<br />

ingeniería d<strong>el</strong> caballero don Quijote y especularán con que si <strong>el</strong> seso se le<br />

habrá secado.<br />

Considérese que <strong>el</strong> silencio es la forma más pacífica de dialogar y<br />

seguro que es la enseñanza que <strong>el</strong> caballero nos quiere regalar. No hace<br />

falta ir siempre de protagonista por la vida a no ser que se tenga prisa por<br />

ser <strong>el</strong> primero en egonizar.<br />

Para no parecerme a Sancho cuando la tensión es superior a él,<br />

silenciaré este discurso para que sea <strong>el</strong> caballero <strong>el</strong> que resu<strong>el</strong>va esta<br />

constitución. Las circunstancias están como se sabe y podían estallar. La<br />

mayoría de los gritos era en cast<strong>el</strong>lano pero <strong>el</strong> euskera y <strong>el</strong> catalán<br />

aparecieron con su ímpetu chicarrón sobrecogiendo a los Servicios<br />

Secretos que cuando escuchan unas cuantas «k» junto a las «tx»,<br />

empiezan a alucinar; ¡Gora bakea eta ust<strong>el</strong>keriari ez! sonaba entre los<br />

gritos e incluso se oyó algún ¡Gora erregea! d<strong>el</strong> que sin saber su<br />

significado, sospechaban igual. Luego se oyeron algunos l<strong>el</strong>ilíes<br />

(hispanización d<strong>el</strong> grito de combate: le ilah ile alah No hay más dios que<br />

Alá). Como nadie desea que cunda <strong>el</strong> pánico, <strong>el</strong> momento se tendrá<br />

que canalizar con una alquimia exclusiva que por supuesto que<br />

desconocen sus señorías y que como <strong>el</strong> caballero no la muestre, ni <strong>el</strong><br />

transcriptor la podría imaginar. Acudamos pues a los manuscritos para<br />

no dejar ni un detalle d<strong>el</strong> desenlace de este retablo medieval que está que<br />

arde. En <strong>el</strong>los está este fragmento escrito:<br />

453


«Cuando se siente la responsabilidad de que algo hay que hacer, la<br />

lealtad y <strong>el</strong> honor de los caballeros resurge para llamar al orden a Alfonso<br />

VI, Carlos V, zapateros, validos y corruptos a la vez. ¡Nos estamos<br />

extinguiendo! ¿Qué hacemos? ¡La plaza de Cervantes está hirviendo!<br />

¿Qué hacemos?»<br />

Esta noche hay una reunión, todo <strong>el</strong> mundo habla. Muchos<br />

tienen miedo. Nadie recuerda haber visto tanta expectación. Está<br />

pasando algo, algo gordo.<br />

Por supuesto que don Quijote no va a llamar a Houston para<br />

encontrar la salida y seguro que la v<strong>el</strong>ocidad de su microprocesador tiene<br />

a su mente meditando para que <strong>el</strong>la dé con la solución. Este proceso se<br />

puede concebir pero la v<strong>el</strong>ocidad a la que sucede, que es superior a la de<br />

la luz, impide que se puedan transcribir las conexiones neuronales que se<br />

liberan. <strong>El</strong> Consejo de la Caballería Andante le ha pedido que hable<br />

esta noche en la plaza. Se debe explicar por qué están aquí los<br />

reb<strong>el</strong>des y acallar los rumores. <strong>El</strong> pueblo debe saber qué ocurre. Por<br />

supuesto que en la humilde opinión de los dioses, evitarían entrar<br />

en demasiado lujo de detalles pero <strong>el</strong> caballero va a reb<strong>el</strong>ar algunos de<br />

Matrix.<br />

Nadie desea que cunda <strong>el</strong> pánico. Con ¿Qué es Matrix? se van a<br />

liberar más mentes que en seis años. Sólo podemos aguardar a que<br />

suceda lo que suceda para transcribirlo como fuera y que es como se va a<br />

describir.»<br />

(***)<br />

Sin que los Servicios de Seguridad lo pudieran controlar, <strong>el</strong> pueblo<br />

cogió a su Rey respetuosamente y con exquisito esmero, lo llevaron en<br />

volandas hasta la puerta de su coche. Por <strong>el</strong> camino todo fueron vítores y<br />

alabanzas que mostraban <strong>el</strong> gran afecto que <strong>el</strong> rey había provocado en<br />

sus súbditos. Lejos de hacerse ningún pinzamiento vertebral, <strong>el</strong> rey se<br />

sintió rejuvenecido y encantado por tan espontánea manifestación de<br />

cariño. Entre aplausos y lágrimas despidieron al monarca los que aqu<strong>el</strong><br />

anochecer glorioso estuvieron en <strong>el</strong> circo medieval de la Plaza de<br />

Cervantes.<br />

—¿Y como continuó <strong>el</strong> f<strong>el</strong>ice acontecimiento? —preguntó Sancho.<br />

—Y colorín colorado, este cuento se ha acabado —finalizó <strong>el</strong><br />

caballero—. ¡No olvides que cualquier coincidencia de esta leyenda que<br />

cuentan con la realidad que no cuentan, es pura casualidad!<br />

<br />

454


Una noche tan primaveral como la que acontece, en la que las aves<br />

nocturnas ululan junto a grillos, ranas y demás, invita a pasarla en v<strong>el</strong>a<br />

para exprimir hasta <strong>el</strong> último de sus momentos. Como es hora de<br />

descansar, nos encantaría imaginar que las palabras de don Quijote han<br />

sido las últimas que actores y lectores vamos a escuchar antes de<br />

dormirnos pero Sancho todavía tiene grabado en sus conexiones<br />

neuronales <strong>el</strong> irse a la cama sin <strong>el</strong> estómago vacío.<br />

—Siento mucho haberla cagado en <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> rey<br />

—reconoció Sancho.<br />

—Lo que pasó pasó y no pudo haber pasado de otro modo<br />

—afirmó don Quijote.<br />

—¿Cómo lo sabe?<br />

—Porque seguimos vivos.<br />

—Pues para seguir estándolo ¿nos vamos a ir a dormir en ayunas?<br />

—Total, para lo que queda d<strong>el</strong> día, podías pasarlo entero sin comida.<br />

Comprobarás que la mente se te afila y que entenderás mucho más.<br />

—No me convencen sus argumentos pero a falta de pan y de tortas,<br />

bueno será <strong>el</strong> no aire que se respira.<br />

Buenas noches a todos: ciudadanos, gobernantes, reb<strong>el</strong>des, dioses,<br />

despiertos, civilizombis; que descanséis con <strong>el</strong> eco d<strong>el</strong> discurso de don<br />

Quijote o con la reflexión d<strong>el</strong> ulular de los mochu<strong>el</strong>os.<br />

455


Mamotreto XIII.<br />

EN EL QUE SE CONCLUYE EL CUENTO DEL ENCUENTRO<br />

CONVERTIDO EN LEYENDA DE LA REALIDAD<br />

Definitivamente, Sancho no ha conseguido conciliar <strong>el</strong> sueño ni con <strong>el</strong><br />

final d<strong>el</strong> cuento ni con <strong>el</strong> transcurso d<strong>el</strong> día, ¡menuda energía! Es usual<br />

que durante un semiayuno se acomode la vigilia más rápido que la<br />

somnolencia. Las tripas pueden ser mucho más determinantes que <strong>el</strong><br />

alma y si para conciliar <strong>el</strong> sueño es necesaria la paz d<strong>el</strong> espíritu, para<br />

poder dormirse hay que satisfacer la ansiedad de la psique. Irse a la cama<br />

sin cenar es entendido como un castigo y en realidad, es lo más natural<br />

que se puede hacer. Como sabemos cómo canaliza <strong>el</strong> escudero su<br />

ansiedad, dejemos que hable al instante para que alcance la saciedad.<br />

—Desde antes d<strong>el</strong> final d<strong>el</strong> cuento sentía una sensación<br />

contradictoria. Ante todo tenga presente que ahora me siento en la paz<br />

total. La quietud absoluta debe ser <strong>el</strong> paraíso y percibo nítidamente en<br />

este instante que la mente está quieta; tanto no hace para hablar que<br />

parece que piensa sola. También estoy sorprendido con que haya<br />

acabado <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato como si de una leyenda se hubiera tratado y no de<br />

cuatro molinos de viento a los que hemos toreado. Me impresiona que<br />

d<strong>el</strong> timbre de nuestra voz no suenen los armónicos y que me rodee la<br />

nada más aplastada; siento que nuestro aspecto es <strong>el</strong> mismo pero mi<br />

mente está diferente. Dentro de esta quietud reconquistada, me siento<br />

tan apisonado que no sé qué sentir. ¿Ahora estamos dentro de un<br />

programa informático?<br />

—¿Es tan difícil de creer? Tu aspecto actual es lo que<br />

llamamos una autoimagen residual de tu yo digital. ¿Qué es real?<br />

—Ya hemos respondido a esta pregunta y paso de este déjà vu y<br />

renuncio a la vez.<br />

—Pues yo envido.<br />

—En Matrix —se tuvo que explicar <strong>el</strong> escudero aunque con cierta<br />

desgana—, establecen que lo real podría ser señales <strong>el</strong>éctricas<br />

interpretadas por <strong>el</strong> cerebro y desde <strong>el</strong> génesis hemos aclarado que<br />

para nosotros, esto es lo auténtico. La cuestión no es «ser o no ser» ni<br />

¿qué es real?; la cuestión es «estar o no estar» y ¿qué es lo auténtico?; o


sea, que no me va a pillar en un renuncio tan fácilmente. Para saber ¿qué<br />

es real?, lo primero que se necesita es a la realidad real. <strong>El</strong> mundo tal y<br />

como era a finales d<strong>el</strong> siglo XX, existía como parte de una<br />

simulación interactiva neural que llamamos Matrix (¡no realidad<br />

real!). En un momento determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, toda<br />

la humanidad estaba unida en su perplejidad; se maravillaba de su<br />

atrevimiento al creerse la V.O. «Versión Oficial» de la existencia de<br />

todas las cosas, o sea, de Matrix. Pero también en un momento<br />

determinado al principio d<strong>el</strong> siglo XXI, toda la humanidad se unirá<br />

para despertarse de la perplejidad que les provoca la capucha d<strong>el</strong> alma<br />

cuando conozcan la V.O. «Versión Original» de ¿Qué es Matrix? ¡la<br />

realidad real!<br />

»Estoy seguro que lo de la autoimagen residual de tu yo digital es<br />

otra repipiez de los dioses que, obviando su envite, paso de explicar<br />

porque estará r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> ego y de eso, no hay más que hablar. Ya<br />

me he enterado que cuando <strong>el</strong> ego es muy complicado no se puede tratar<br />

con cariño, se tiene que lidiar con psiquiatría y más cariño todavía; así<br />

que si va a ser sin cena, también será sin más psicología por hoy.<br />

»Es tarde y aunque no tengo <strong>el</strong> cuerpo cansado, la mente necesita<br />

desconectar. Si ha quedado claro <strong>el</strong> envite ¿podría aclarar si estamos<br />

dentro de un programa informático?<br />

—Después de que cuentes tu despacho con <strong>el</strong> rey en privado.<br />

—Hemos repasado algunas cosas sin importancia y descubierto<br />

otras; y por supuesto, hemos estado citando Matrix por todos los<br />

costados. Su majestad ha seguido con precisión suiza las intervenciones y<br />

ha titubeado con algunas adaptaciones; ¡ha estado ejemplar! Para ser rey,<br />

parece un tío muy majo; me ha pedido que nos tuteemos y lo hemos<br />

conseguido.<br />

»Entre los repasos han salido la insumisión fiscal y la tendencia hacia<br />

la desobediencia total en los admirados reb<strong>el</strong>des de Matrix expresada sin<br />

ambages en su segunda parte: ¡Lo que pides es que alguien<br />

desobedezca una orden directa d<strong>el</strong> Consejo de Ministros! regañan a<br />

Morfeo (nada menos que <strong>el</strong> liberador de mentes), y obviamente<br />

responde:<br />

—¡Así es, exacto! —interrumpió <strong>el</strong> caballero—. Pero también<br />

sabemos que los que estamos aquí, tenemos cierta tendencia a<br />

desobedecer.<br />

458


—Sólo le hacía falta haber dicho: ¡poss sí ¿qué passa?! en vez de ¡Así<br />

es, exacto! —añadió Sancho—. Entre los descubrimientos hemos<br />

hablado de que la <strong>el</strong>ección es una ilusión creada entre los que tienen<br />

poder y los que no lo tienen, entre los dioses y los conectados al<br />

Sistema, tanto los civilizombis que se petrificaron en Pompeya a finales<br />

d<strong>el</strong> siglo I como los cegatos pasmados que no saben qué hacer ante la<br />

extinción a principios d<strong>el</strong> siglo XXI.<br />

»Entre las declaraciones ha firmado que estamos aquí porque no<br />

somos libres y me ha dicho en primicia que va a desertar d<strong>el</strong> Club de<br />

Bilderberg. ¡Otro converso más! <strong>El</strong> rey se ha enterado que los hombres<br />

con poder sólo pretenden más poder y sabe bien que las apariencias<br />

engañan, o sea, sabe lo de la esquizofrenia colectiva.<br />

»Parecía sincero cuando ha poetizado sobre <strong>el</strong> «saborear <strong>el</strong> dulce<br />

aroma de estar junto a la soberanía» y me ha informado de lo<br />

sorprendido que se ha sentido por haber conseguido que crea en<br />

alguien; incluso me ha pedido que le dé mi palabra en cuanto a la<br />

liberación de los cegatos sapiens ¡Parece que él está a favor de liberar a<br />

los esclavos!<br />

—Los próximos Presupuestos Generales d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> —comentó<br />

escépticamente <strong>el</strong> caballero—, confirmarán si <strong>el</strong> honor d<strong>el</strong> rey como<br />

humano decide sacar a su Casa no-Real de ese descalabro.<br />

—Como esto es futuro, habrá que dar por buena su palabra auténtica<br />

(no real) —defendió Sancho a su amigo—. Me quería dar su número de<br />

móvil; yo no lo he apuntado pero a cambio le he facilitado <strong>el</strong> nombre de<br />

unas cuantas páginas web. Se ha tocado por encima la extinción y he<br />

aprovechado para detallar por lo bajo <strong>el</strong> decálogo en <strong>el</strong> que se<br />

puntualizan algunas cosas para las que se va a hacer tarde demasiado<br />

deprisa. Ha quedado paritariamente dividido en dos partes, la una con lo<br />

que hay: extinción, corrupción, desintegración, decadencia y<br />

descomposición; la otra con lo que podría haber: abstención, okupación,<br />

descensación, insumisión y desobediencia.<br />

—¿Y qué ha dicho <strong>el</strong> rey? —preguntó escépticamente <strong>el</strong> caballero.<br />

—«No creo que este decálogo sea transcrito en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do<br />

porque no es muy comercial» —farfulló Sancho imitando <strong>el</strong> timbre<br />

palatal de su majestad—. Yo pensé que si al rey la comedia no le gusta,<br />

será, supongo yo, que le disgusta.<br />

—¿Le has dicho hasta <strong>el</strong> título de la transcripción? —preguntó<br />

interesadamente <strong>el</strong> caballero.<br />

459


—¿Por qué no? —respondió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Cómo ha seguido? —se interesó don Quijote.<br />

—Después hemos descendido a los infiernos con <strong>el</strong> censo <strong>el</strong>ectoral y<br />

cuando estábamos llegando al umbral de la puerta Cuarta Dimensión me<br />

ha dicho «¡Para Sancho! que si no va a ser <strong>el</strong> cuento de nunca acabar».<br />

¿Por qué tanta curiosidad señor don Quijote? Me extraña que provenga<br />

de usted.<br />

—Porque hay que atar cabos y con un miembro d<strong>el</strong> Bilderberg,<br />

nunca se puede saber. ¿Te ha preguntado algo más?<br />

—No ¿por qué?<br />

—¿Estás seguro?<br />

—Bueno, como le he dicho, algo hemos hablado d<strong>el</strong> caballero Alcor<br />

—confesó <strong>el</strong> escudero—; de la composición sinfónica de la transcripción<br />

y de la partida de ajedrez que va a entablar con los dioses por ser <strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>egido de los Andantes. También me ha preguntado que dónde está<br />

pero como yo no sé nada, he podido resolver menos.<br />

—Hasta que <strong>el</strong> caballero Alcor no decida su resurgimiento<br />

—certificó don Quijote—, es mejor ni mentarlo para que siga invisible y<br />

exiliado. Cuando se finalice la transcripción de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, los<br />

Servicios Secretos se encargarán de él; pero tiene que ser después de que<br />

se acabe porque si se enteran antes, se van a encargar de que ni la<br />

termine ni menos la difunda.<br />

—No creo que <strong>el</strong> rey se haya enterado de nada —interrumpió<br />

Sancho— porque ha dispersado los comentarios con la insignificante<br />

limosna de tutearnos.<br />

—Da igual de lo que <strong>el</strong> rey se entere porque <strong>el</strong> monarca no pinta<br />

nada de nada —aseguró don Quijote—; es sólo un programa más. Pero<br />

algún micro lo tendría interconectado para que los que sí se enteran de<br />

las cosas, sepan de lo que se le ha hablado; por lo que me dices,<br />

demasiadas cosas has contado. Conocerás las consecuencias.<br />

La pareja continuaba tumbada mientras que conversaba. Cuando se<br />

descansa al raso nocturno y se tiene la suerte de no tener a mano un<br />

r<strong>el</strong>oj, no pasan las horas, pasan las const<strong>el</strong>aciones que cambian de lugar<br />

más rápido de lo que se puede imaginar.<br />

¿No se encuentra ninguna contradicción en esta observación?<br />

Se ha pensado geocéntricamente durante tantos siglos, que ahora es<br />

fácil que este tipo de consideraciones se puedan colar en un discurso<br />

entre no iniciados. Pero como lo que aquí sucede es una reb<strong>el</strong>ación entre<br />

460


despiertos, más bien se puede especular con que quien realmente está<br />

rotando es Madre Tierra que gira en un Sistema Solar que gravita en <strong>el</strong><br />

Cosmos de una Galaxia Enana que forma parte de un universo conocido<br />

y cercano; d<strong>el</strong> que hay más allá sólo se puede especular más y seguro que<br />

no acertar. Es grandioso saber esto ahora porque durante demasiado<br />

tiempo, <strong>el</strong> Universo era tan minúsculo que todo Él giraba en torno a la<br />

tierra.<br />

—Por las subconscientes citas de Matrix —dijo Sancho<br />

preocupado—, debería de estar absolutamente claro que <strong>el</strong> estado no<br />

debería acometer contra <strong>el</strong> <strong>César</strong> sino contra los Oscar. Convendría<br />

aclarar primero por qué en la trilogía Matrix o en los cómics de Astérix<br />

se dice lo que se dice para después dejar en paz <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en<br />

donde ¿Qué es Matrix? dice lo que dice. A todo esto, vuesa merced casi<br />

no ha participado.<br />

—Porque eres tú <strong>el</strong> que está conociendo <strong>el</strong> porqué de la decisión de<br />

traspasar la puerta Cuarta Dimensión —aseguró don Quijote aceptando<br />

<strong>el</strong> cambió de tercio.<br />

—Deje de andarse por las ranas que es mi especialidad —protestó <strong>el</strong><br />

escudero— y no disperse mi pregunta con sus curiosidades ¿estamos<br />

ahora dentro de un programa informático?<br />

—¿Por qué insistes?<br />

—Por <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> cuento.<br />

—¿Y qué hay de particular?<br />

—Que después de «Colorín colorado, este cuento se ha acabado» ha<br />

añadido: «¡No olvides que cualquier coincidencia de esta leyenda que<br />

cuentan con la realidad que se cuenta es pura casualidad!» —respondió <strong>el</strong><br />

escudero—. O he vivido un déjà vu o estoy viviéndolo ahora. He estado<br />

en la plaza de Cervantes y lo recuerdo como si fuera real. Lo que no sé es<br />

si ahora estamos dentro de un programa informático.<br />

—Monta tanto, tanto monta que se diga «la realidad que no nos<br />

cuentan» que «la realidad que se cuenta» —explicó don Quijote—.<br />

Omiten lo esencial e informan de los accesorios como quieren.<br />

—La física quántica, querido Sancho, determina (contradictoriamente)<br />

que <strong>el</strong> cerebro no distingue entre lo que ve y lo que recuerda. A<br />

menos que tu materia gris sea de otro color, sufrirás esta indistinción lo<br />

mismo que tú.<br />

—Déjese de colores que para eso están los de la sangre roja o azul<br />

—rechazó Sancho con cierto retintín y sin reparar en <strong>el</strong> «tú»—. No se<br />

461


enrolle y dígame si ahora estamos dentro de un programa<br />

informático. Aunque sea por lo mágico d<strong>el</strong> número, quite <strong>el</strong> misterio a<br />

lo que parece tan secreto y no me diga que es simple curiosidad porque<br />

después de cinco veces preguntado, algo más habrá.<br />

—Es que hay cosas que aún no te he contado.<br />

—¡Ya me imagino! ¿Y de qué se trata si no tiene que ver con uno de<br />

los arcanos de <strong>El</strong> Sistema?<br />

—D<strong>el</strong> final en entuerto. ¿No te acuerdas de nada?<br />

—¿No es <strong>el</strong> mismo que <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> cuento? —preguntó Sancho con<br />

más retintín.<br />

—¡No! ¿Qué es lo último que recuerdas?<br />

—Recuerdo perfectamente que <strong>el</strong> rey salió en volandas pero no<br />

manteado, y que la magnanimidad d<strong>el</strong> pueblo permitió que los tres<br />

validos salieran por patas pero no a patadas. Nosotros fuimos<br />

acompañados por una gran pompa que nos rodeaba y llegamos a la calle<br />

Mayor con <strong>el</strong> ego saciado de honor. Yo iba contestando a los agasajos<br />

d<strong>el</strong> público con otros tantos mientras que usted iba atento pero callado.<br />

—¿Y después?<br />

—¡Después ya está! O sea, estamos aquí, en este sitio tan aplastado.<br />

—¿Estamos en una sala de cine?<br />

—¡No! eso es diferente; … —resumía Sancho.<br />

—… —don Quijote.<br />

—… pero se lo voy a explicar a la manchega y no como hacen otros<br />

—dijo <strong>el</strong> escudero contestando a algunos giros evasivos d<strong>el</strong> caballero—.<br />

Da igual dónde estemos si esto sucede en la mente; puede ser en un<br />

dormitorio o también en un salón, puede ser sentado en una silla o estar<br />

tomando <strong>el</strong> sol, apoltronado en un diván o en la taza de un váter; puede<br />

ser de rodillas o se puede pasear de pie, puede sonar desde un libro o se<br />

puede escuchar en la plaza. Si lo que se está haciendo es leer en la mente<br />

o en <strong>el</strong> libro ¿qué más da dónde se haga si esto es lo único que está<br />

sucediendo?<br />

—¡Muy cierto, interesante! Eres <strong>el</strong> más rápido que conozco<br />

—brindó <strong>el</strong> caballero—. ¿Y la transición entre la librería y esta posición?<br />

—No hay transición —insistió Sancho—; ahora ha desaparecido<br />

todo <strong>el</strong> mundo y estamos tan tranquilos y solos como tantas otras veces.<br />

En Civilización, las cosas son así; de un momento para otro, un país que<br />

estaba en paz pasa a ser bombardeado por las fuerzas de la OTAN,<br />

como en Serbia, o las d<strong>el</strong> trío La-la-lá, como en Irak. [Ver W<strong>el</strong>lcome to<br />

462


Sarajevo, Las flores de Harrison, Las tortugas también vu<strong>el</strong>an, Al descubierto:<br />

guerra en Irak.]<br />

—¡Esto no es Matrix! querido Sancho. Que este entorno te parezca<br />

tan hogareño es por lo acostumbrado que estás a él, no porque sea<br />

natural; ahora estamos sobre <strong>el</strong> formato original. Volviendo al entorno<br />

medieval ¿hasta dónde llega tu memoria?<br />

—Recuerdo que efectivamente, entramos en una librería muy<br />

tranquila y deshabitada y que por lo que sea, <strong>el</strong> gentío que nos<br />

acompañaba se quedó fuera. Mientras que yo admiraba la librería, usted<br />

observaba los libros y lo hacía con tanto esmero que parecía buscar algo,<br />

un hecho insólito en usted. Como es lógico, rápidamente pensé que era<br />

una interferencia d<strong>el</strong> ego y que mi interpretación era subjetiva; cambié la<br />

atención y seguí mirando las estanterías repletas de sabiduría pero vacías<br />

de sentido. Sin embargo, notaba en vuesa merced que junto a la<br />

serenidad característica con la que se envu<strong>el</strong>ve, una sutil alteración<br />

energética asomaba por los poros de su pi<strong>el</strong>. Así que cuénteme que por<br />

las mañas que se da, aquí me he perdido algo.<br />

—Cuando terminó la fiesta con la alta alcurnia, parte de los agentes<br />

de Matrix d<strong>el</strong> Servicio Secreto de Seguridad hizo extraños movimientos<br />

tomando posiciones. Estuve atento a lo que sucedía, presentí que<br />

teníamos un grave problema y que tendríamos que recurrir a salidas<br />

extremas.<br />

—Osseaa ¡Ha t<strong>el</strong>efoneado a Housston! -exclamó Sancho ahuecando<br />

la boca, osseaa.<br />

—No Sancho; escapar de los agentes de Matrix a través d<strong>el</strong><br />

t<strong>el</strong>éfono es lo que sucede en la p<strong>el</strong>ícula Matrix. En esta realidad hemos<br />

salido de Matrix a través de <strong>El</strong> Quijote.<br />

—Ya sé que nuestras anteriores salidas están transcritas en <strong>El</strong> Quijote<br />

pero ¿qué tiene que ver con la pregunta? —preguntó Sancho<br />

burlonamente.<br />

—¿Quieres que te explique desde <strong>el</strong> principio o prefieres que<br />

vayamos a trompicones?<br />

—Perdone señor, seguramente es <strong>el</strong> ego que no puedo controlar.<br />

—Retomaré desde donde lo has dejado...<br />

—Antes, afine qué significa «formato original» —interrumpió e<br />

insistió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Cuando te interesa, ¡cómo hilas!: ¡Sancho, volvemos a estar dentro<br />

d<strong>el</strong> libro!<br />

463


—Lo sospechaba —suavizó <strong>el</strong> escudero—, ¿tan difícil era de<br />

comunicar?<br />

—Temía la reacción.<br />

—¡Bobadas! ¿Qué piensa, que iba a vomitar como Neo cuando se<br />

entera que han convertido al ser humano en una pila y además, no<br />

alcalina?<br />

—Al principio, filtrarse de una dimensión a otra produce trastornos<br />

hasta en los <strong>el</strong>egidos —se guardó don Quijote.<br />

—¡Eso es en las p<strong>el</strong>ículas! —exclamó Sancho enfadado—. Yo ¡no<br />

me lo creo, no es posible! ¡Basta, déjeme salir, quiero irme!<br />

—No te dije que sería fácil, te dije que sería la realidad —dijo<br />

don Quijote para apagarlo.<br />

—¡Dejadme en paz, no creo en vos, no creo nada! —gritó<br />

Sancho.<br />

—Se le ha ido la olla —dijo Cifra despectivamente—.<br />

—Respira Sancho, sólo respira —susurró don Quijote para<br />

calmarlo progresivamente.<br />

—¿Estoy muerto? —reivindicó Sancho.<br />

—¡No! en absoluto; tenías los músculos atrofiados —sosegó<br />

don Quijote— y andarás como Lázaro andó, sin haberte muerto.<br />

¡Sanchooooo, andaaaaa¡<br />

—¡Será anduvo! —exclamó Sancho tranquilamente para después<br />

gritar—: ¿Por qué me du<strong>el</strong>en los ojos?<br />

—¡Jamás los habías usado! —dijo don Quijote circunspecto—;<br />

eras un civilizombi cegato.<br />

—¿Qué es este sitio? —se aturrulló Sancho.<br />

—Más importante que <strong>el</strong> qué, es <strong>el</strong> cuándo y por necesidad de<br />

engranar con lo que sigue, <strong>el</strong> dónde. Estamos en <strong>el</strong> núcleo; desde él<br />

emitimos nuestra señal pirata y asaltamos Matrix. Ya conoces a la<br />

tripulación.<br />

—Y lo que viene también —afirmó <strong>el</strong> escudero con soniquete de<br />

sabiondo.<br />

—¡Qué sagaz estás Sancho! —dijo don Quijote incomodado—. Esto<br />

es <strong>el</strong> constructor, es nuestro programa de carga. Cargamos lo que<br />

sea: desde ropa hasta instrumentos, armas, entrenamientos<br />

simulados, cualquier cosa que necesitemos. Ahora, descansa antes<br />

de hacerme la pregunta que viene; ya llegarán las respuestas.<br />

464


—Lo ve, tanto rollo para decir finalmente que: «¡Estamos dentro<br />

de un programa informático!» es sinónimo de «formato original»<br />

—reafirmó Sancho de manera displicente—. Estamos dentro d<strong>el</strong> libro y<br />

punto, da gusto volver a casa. ¡No se hable más! Además, yo sé por<br />

qué no responde a la pregunta ¿ahora estamos dentro de un<br />

programa informático?<br />

—¿Por qué? —preguntó <strong>el</strong> caballero escamado.<br />

—Porque en Matrix responden a la gallega —dijo Sancho<br />

socarronamente— y <strong>el</strong> manchego no los quiere imitar.<br />

En Matrix responden ¿es tan difícil de creer? Don Quijote se<br />

quedó sorprendido por la reacción d<strong>el</strong> escudero porque nunca antes se<br />

había comportado igual. Su indiscreción traspasaba <strong>el</strong> umbral de lo<br />

políticamente correcto para llegar a la apariencia genuinamente política.<br />

Parecía que Sancho era de los que pensaban que al caballero se le<br />

había acabado la ingeniería o se le ha secado <strong>el</strong> seso ya que simplificar la<br />

causa de no responder a una pregunta tan sencilla ¿ahora estamos<br />

dentro de un programa informático? con <strong>el</strong> galleguizado guión de<br />

Matrix, es rebajar al cariño por debajo de la ingeniería. Exponer <strong>el</strong><br />

traspaso dimensional o presentar a la realidad de Matrix son cosas que<br />

requieren prudencia y mucho cariño.<br />

Matrix es un programa informático pero reb<strong>el</strong>arlo a los<br />

civilizombis… ¡Eso es diferente! ¿Cómo exponer que todo lo que se<br />

hace en Civilización es un burdo programa informático, una simulación<br />

activa neural que llamamos Matrix?<br />

Al parecer, la prudencia d<strong>el</strong> caballero por la reacción d<strong>el</strong> escudero<br />

ante <strong>el</strong> traspaso dimensional no era necesaria porque Sancho se ha hecho<br />

un especialista en <strong>el</strong>lo. ¡Sancho P.A.! (¿Pensamiento AntiSistema? ¡¡No!!<br />

¿Pulso Antimagnético? ¡¡No!!) ¡Sancho Progresa Adecuadamente!<br />

<strong>El</strong> ingenioso consideró que por ser característico d<strong>el</strong> ego <strong>el</strong> fastidiar,<br />

<strong>el</strong> lloriquear (¡no llorar!) y <strong>el</strong> chillar, Sancho podría haberse contagiado de<br />

la neurosis colectiva y ésta estaba siendo la ocasión para comprobarlo.<br />

Rápidamente se puso a pensar si <strong>el</strong> entrenamiento estaba siendo<br />

exagerado y si habría que ralentizar la transformación. Pero <strong>el</strong> Sancho<br />

sorprendente que tanto gusta a don Quijote, salió por los cerros de<br />

Úbeda y, aclarando la situación, rebajó otra vez la tensión.<br />

—Pues no nos ha salido tan mal la representación d<strong>el</strong> déjà vu —dijo<br />

Sancho riendo.<br />

—¿Estabas actuando? —preguntó <strong>el</strong> caballero perplejo.<br />

465


—¡Pues claro mi señor! —respondió <strong>el</strong> Sancho risueño—; ¡que no<br />

tengo ningún complejo y menos cuando estamos aquí, en la<br />

inmortalidad! Mientras que vuesa merced sea mi pastor y esté a mi lado,<br />

¡nada tengo que temer!; además se podrá afirmar: ¡otro esquizofrénico<br />

más de los que saben interpretar!<br />

—¿Cómo sabes que estoy al lado?<br />

—No sólo porque siento la mente en paz, sino porque lo siento sin<br />

la interferencia de las sensaciones, la más infalible de las recepciones. Así,<br />

hasta con la esquizofrenia se puede bromear y por supuesto utilizar de<br />

capote para torear al egonio (demonio).<br />

—¿Cuál es la más infalible de las percepciones? —siguió la pista <strong>el</strong><br />

caballero para comprobar la afinación de lo afirmado.<br />

—La que goza de la ausencia de las interferencias de los sentidos<br />

—confirmó Sancho de carrerilla—. Negar nuestros impulsos es negar<br />

justo lo que nos hace sapiens a los humanos.<br />

—¡<strong>El</strong>emental querido Watson! —cumplió don Quijote.<br />

—Al igual que con instintos y subconsciente —explicó Sancho—, las<br />

sensaciones también se programan. Sólo hace falta ver un poco de t<strong>el</strong>e<br />

para reconocer que <strong>el</strong> amor se entiende como su dios quiere. Habrá<br />

comprobado que hasta yo he sido capaz de interpretar que estaba<br />

enfadado y era una broma…<br />

—…de las de mal gusto.<br />

—¡No exagere!<br />

—¡Me dejas alucinado! Pensaba que era un ataque d<strong>el</strong> ego<br />

descontrolado.<br />

—Pues no alucine tanto que en esta dimensión no se puede sentir.<br />

Disfrute de esta dimensión más plana que la mayoría de los<br />

civiliencefalogramas y espere a estar en Matrix: saboreará, olerá, palpará,<br />

oirá y observará las consecuencias de los estragos d<strong>el</strong> apaño sensorial.<br />

—Parece como si estuvieras a la defensiva con <strong>el</strong> intercambio<br />

dimensional.<br />

—¡Qué va! —dijo Sancho ladeando ligeramente la cabeza hacia<br />

atrás—; me siento totalmente r<strong>el</strong>ajado, sobre todo desde que sé que es<br />

un negro <strong>el</strong> que escribe en mi mente. En cambio, a usted, le sigo<br />

notando con precauciones. Si ahora estamos en <strong>el</strong> libro, es obvio que <strong>el</strong><br />

mundo dimensional se ha reducido. ¡Así que no me venga con pamplinas<br />

ni alucinaciones que son una repipiez! Admitamos las limitaciones y<br />

466


alegrémonos porque o estamos allí (en Matrix) o estamos aquí (<strong>el</strong> libro, la<br />

metarrealidad de Matrix).<br />

»He comprobado que <strong>el</strong> traspaso dimensional a través de la puerta<br />

Cuarta Dimensión funciona de maravilla. Reconozco que mi primer<br />

aterrizaje fue traumático pero es que uno no nace sabido; recuerde la sala<br />

de cine, <strong>el</strong> volumen atronador, las butacas estabuladas, <strong>el</strong> resplandor de la<br />

sábana o <strong>el</strong> aroma sintético. Al menos reconozca ahora usted que no es<br />

como para flipar. Pero <strong>el</strong> presente es conocido y familiar, o sea, que se<br />

puede r<strong>el</strong>ajar. Después de conocer la manera reb<strong>el</strong>de de filtrase en las<br />

dimensiones, le aseguro que estoy tranquilo; otra cosa sería si supiera que<br />

la manera de filtrase ha de ser la divina y… ¡no mola nada!<br />

—Explícate —solicitó <strong>el</strong> Caballero— que todavía no me he enterado<br />

de la alegría que encierra esta dualidad: o estamos allí o estamos acá.<br />

—Me sentiría raro si me quedara atrapado en un lugar entre este<br />

mundo y Matrix, <strong>el</strong> mundo de las máquinas (los civilizombis. ¡Otro<br />

piropito más!). La conexión está controlada por un Programa<br />

llamado <strong>el</strong> Ferroviario; la usa para meter y sacar programas de<br />

Matrix furtivamente. Si me perdiera ahí y él consiguiera<br />

encontrarme antes que usted, mucho me temo que nuestras<br />

opciones se complicarían<br />

—¿Por qué?<br />

—Porque <strong>el</strong> Ferroviario tiene un jefe.<br />

—¡Los dioses!<br />

—Han puesto precio a nuestras vidas. No bajemos la guardia<br />

en ningún momento.<br />

—¿Cómo sabes esto?<br />

—Porque no soy tonto; no hace falta ni que nadie me lo haya dicho<br />

ni que nadie lo sepa. ¡Que me entero, señor caballero, que me entero!<br />

—<strong>El</strong> Caballero Alcor, sabe cómo evitar al Ferroviario. Durante<br />

años supo protegerme; hará lo mismo con nosotros.<br />

—Pues entonces ¡r<strong>el</strong>ájese vuesa merced si protegidos estamos!; y<br />

venga la filtración que con esa sí que vamos a poder sentir.<br />

—Como dices —comenzó finalmente don Quijote con la filtración<br />

d<strong>el</strong> desenlace pormenorizado—, la fiesta en la de Cervantes era global.<br />

Las cámaras de t<strong>el</strong>evisión nacional difundían <strong>el</strong> suceso en directo pero<br />

los charlatanes d<strong>el</strong> Cuarto Poder no explicaban <strong>el</strong> porqué. Es<br />

fundamental estar en <strong>el</strong> meollo d<strong>el</strong> misterio porque si siempre vemos los<br />

toros desde la barrera, se nos pasa la vida como la d<strong>el</strong> presidente: sin<br />

467


enterarnos de nada. Pero otros hackers de <strong>El</strong> Sistema que estaban en <strong>el</strong><br />

lugar, con cámaras digitales conectadas a Internet a través d<strong>el</strong> «Programa<br />

Móviles», hacían de altavoz preciso a los espectadores planetarios de la<br />

Red sin la necesidad d<strong>el</strong> intermedio de charlatanes que enmarañan la<br />

realidad.<br />

»Aplausos y alabanzas o abucheos y zapateos se calmaron con<br />

sentido común y después de informar con la realidad real a la que no hay<br />

que temer, la gente se quedó sobrecogida. Sin saber todavía cómo<br />

reaccionar ante la condensada materia recién recibida, los ciudadanos se<br />

quedaron hasta <strong>el</strong> final y cuando no pudieron más, derritieron<br />

pacíficamente <strong>el</strong> parlamento bajando la temperatura de la indignación<br />

con <strong>el</strong> despertar de la consciencia. Entendieron que a palos no se<br />

consigue nada porque los palos son un arma d<strong>el</strong> <strong>El</strong> Sistema. Como sabes,<br />

<strong>el</strong> rey salió por la puerta grande y sus señorías se escaparon de los palos<br />

por los p<strong>el</strong>os pero todos llegaron a los coches sin tener que destacar nada<br />

r<strong>el</strong>evante. D<strong>el</strong> comportamiento de los ciudadanos es de lo que más se<br />

podría hablar: ¡Qué ejemplares, qué cabales! Se disolvieron pensativos o<br />

comentando lo escuchado menos un pequeño grupo que nos f<strong>el</strong>icitó,<br />

aplaudió y acompañó hasta nuestra puerta de escapada.<br />

—¿Será de salida?<br />

—O de entrada —dijo <strong>el</strong> caballero sin especificar—; depende de<br />

cómo lo mires o como dicen los cuánticos, desde dónde lo mires: como<br />

ahora estamos dentro, por eso he dicho de entrada.<br />

—También en Matrix estamos dentro y ahora podíamos estar fuera;<br />

entonces diría de salida.<br />

—¡Tienes razón Sancho!<br />

—No me dé la razón que ya sé que cuando la tengo, es que he<br />

perdido <strong>el</strong> sentido.<br />

—Mientras que <strong>el</strong> ego engordaba tu panza con agasajos y no tasajos<br />

—continuó <strong>el</strong> caballero sin dispersarse—, estuve vigilante a los Servicios<br />

Secretos de Seguridad. Los centin<strong>el</strong>as de <strong>El</strong> Sistema se movían como un<br />

pulpo mueve sus brazos; coordinados por <strong>el</strong> Ordenador Central de<br />

Int<strong>el</strong>igencia a través de su WIFI, controlaron las bocacalles y se<br />

dispersaron por la plaza colocando estratégicamente, <strong>el</strong> pulpo a sus<br />

tentáculos. Es posible que tu faceta lenguaraz hablara más de la cuenta y<br />

que algo más que curiosidad se despertara sin apariencias en los Servicios<br />

de Seguridad. Se les podía distinguir porque van vestidos como agentes<br />

Smiths y para diferenciarlos de los yuppis, te tendrías que fijar en un<br />

468


artilugio que les llega de la boca a la oreja por <strong>el</strong> que reciben órdenes<br />

hasta las cejas. <strong>El</strong> Ordenador Central exige cómo tienen que actuar,<br />

actualizando constantemente las funciones de «<strong>El</strong> Programa (Policía<br />

Secreta», en este caso).<br />

»Sabía que <strong>el</strong>los tenían ganas de reunirse con nosotros y por hacer<br />

caso de mi instinto, decidí que teníamos ganas de hacer justo lo<br />

contrario. Durante <strong>el</strong> camino desde la plaza hasta la librería vecina iba<br />

atento a su estrategia y para evitar la emboscada, en un establecimiento<br />

de libros encontré la quirúrgica escapada.<br />

»Ahora escucha con atención que de entre los personajes<br />

impersonales, surgieron algunos de los que es digno hacer mención y vas<br />

a recordarlo tal y como lo vivimos. Cuando llegamos al umbral de la<br />

puerta, dije a la compañía: «¡Quédense en la puerta taponándola para que<br />

nadie la pueda traspasar por ningún lado! Ustedes saben quiénes somos<br />

los que estamos y algunos extraterrestres van a querer entrar por «que la<br />

fuerza los acompañe». Entreténgales un rato y díganles que son muy<br />

guapos que con eso se distraerán».<br />

<strong>El</strong> gentío que los acompañaba así lo hizo y cuanta más vía libre exigía<br />

la secreta, más prieto se estrechaba <strong>el</strong> tapón. Se notaban los empujones y<br />

tirones para abrirse paso entre la multitud y como aumentaba la<br />

resistencia, <strong>el</strong> Servicio Secreto hizo uso de «la fuerza de la ley» que es<br />

sinónimo de «la razón de la fuerza».<br />

Tanta gente se había ap<strong>el</strong>otonado en la puerta de la librería que<br />

afortunadamente, los secretas estaban todavía al aire libre. Una ráfaga de<br />

UCI resonó en <strong>el</strong> aire. Afortunadamente, los disparos no rebotaron<br />

contra <strong>el</strong> cobijo de los soportales de la calle Mayor porque <strong>el</strong> SSS estaba<br />

fuera de su techo. Los disparos disuasorios consiguieron que muchos<br />

dejaran sus posiciones pero todavía quedó un cordón de leales a su<br />

propia palabra que se mantuvieron impasibles.<br />

Tranquilizado <strong>el</strong> tumulto que organizó la ráfaga, los secretas se<br />

pudieron acercar más y preguntaron <strong>el</strong> por qué de no hacerles caso. Uno<br />

de los d<strong>el</strong> tapón respondió:<br />

—¿Caso a qué? Aquí no hemos escuchado nada. Estamos esperando<br />

pacíficamente a que salga la pareja más inmortal de la intemporalidad<br />

para saludarles. Esto no puede ser también ilegal.<br />

—¡Quítate de en medio listillo que habéis cometido <strong>el</strong> d<strong>el</strong>ito de<br />

obstruir a la Justicia! —regañó <strong>el</strong> secreta.<br />

469


—Será <strong>el</strong> de obstruir a la policía —aclaró <strong>el</strong> ciudadano— que<br />

pertenece al de Interior. ¿Dónde está la orden de detención?<br />

—¿Por qué imagina que habría detenciones?<br />

—No creo que la ráfaga de metralleta fuera una salva de honores<br />

y que <strong>el</strong> tono con <strong>el</strong> que habla sea para invitar a una fiesta.<br />

—¡Que te vayas de aquí! —chilló <strong>el</strong> secreta—; ¡que todos los p<strong>el</strong>os<br />

largos sois iguales!<br />

—Para conocer a alguien debes luchar con él.<br />

—¿Quieres p<strong>el</strong>ea? —dijo puerilmente <strong>el</strong> secreta.<br />

—Quiero Constitución! La p<strong>el</strong>ea no es a hostias sino con derechos.<br />

Deténgame, si es necesario. ¿De qué se me acusa?<br />

—Hay veces que para salvaguardar la seguridad d<strong>el</strong> estado —explicó<br />

<strong>el</strong> secreta más tranquilo cuando <strong>el</strong> otro se daba por arrestado—; hay que<br />

hacer detenciones preventivas.<br />

—No es lo mismo salvaguardar la seguridad d<strong>el</strong> estado a que <strong>el</strong><br />

estado sufrague la seguridad de los Bilderbergs y de otros pringados ¿De<br />

qué se les acusa? Yo los he estado escuchando y no tengo nada que<br />

quitar a lo que han dicho y si acaso mucho que poner.<br />

—<strong>El</strong> CNI ha decidido invitarles a que tengan un encuentro para<br />

cambiar impresiones —informó <strong>el</strong> poli—. Nosotros somos los<br />

emisarios.<br />

—A esto es a lo que se puede llamar una decisión de peso si tan<br />

expeditivamente necesitan hacer la invitación.<br />

—¡No!, era para no perderlos de vista.<br />

—Ya lo podía imaginar pero de lo que estoy seguro es que más que<br />

adivinarlo, <strong>el</strong>los lo sabían seguro. Por eso han preferido apoyarse en la<br />

Constitución que exige a los ciudadanos <strong>el</strong> derecho de que salvaguarden<br />

d<strong>el</strong> estado a su integridad.<br />

—¡Intimidad y no integridad, listillo! —corrigió <strong>el</strong> poli<br />

chulescamente—. ¡Y es <strong>el</strong> estado <strong>el</strong> que se encarga de salvaguardarlo. Los<br />

ciudadanos pueden dormir tranquilos porque d<strong>el</strong>egan esta función a él!<br />

—Ya estoy viendo <strong>el</strong> resultado de esta d<strong>el</strong>egación —dijo <strong>el</strong> anónimo<br />

ciudadano—. Incluso ustedes saben que desde <strong>el</strong> concejal de una remota<br />

pedanía hasta <strong>el</strong> presidente de la nación, los gobermangantes, políticos y<br />

corruptos (tres sinónimos de la misma canción) campan a sus anchas<br />

desfalcando al estado; esos mismos son los que ordenan que se<br />

inspeccione, vigile y persiga a los ciudadanos cuando dicen que están<br />

hartos de su maldita hipocresía que se traduce en esclavitud y<br />

470


destrucción. ¡Dedíquense a enchironar a los corruptos y déjennos a los<br />

ciudadanos en paz; les recuerdo que para eso les pagamos!<br />

—Reconozco que tiene razón —confesó <strong>el</strong> policía al oído—. ¿Quién<br />

no sabe que hay muchísima corrupción? pero es que además, demasiadas<br />

veces al día pienso qué le puede haber pasado a mi mujer y mis hijos, si<br />

los habrán secuestrado, violado, acosado, utilizado, drogado o<br />

maltratado…; no sé cuando llegue a casa si la voy a encontrar desvalijada<br />

o destrozada y me han robado <strong>el</strong> coche dos veces. Podría seguir con la<br />

lista para que entienda que estamos en <strong>el</strong> mismo bando pero ¿qué quiere<br />

que haga? Acato órdenes porque como todo quisqui, necesito llegar a<br />

final de mes, pagar las actividades extraescolares de mis niños, algunos<br />

caprichos para mi mujer, mis vicios; en fin, mantener un niv<strong>el</strong><br />

económico que te reporte cierto prestigio social… Si de mí dependiera,<br />

daría un arma a todo varón, mujer y niño y les enviaría<br />

directamente a detener a los corruptos que toleran esta infección social.<br />

—Tal vez sea mejor que no dependa de usted.<br />

—<strong>El</strong> tiempo lo dirá ciudadano.<br />

—¡Están esquizofrénicos! ¡Acatan órdenes en contra d<strong>el</strong> sentido<br />

común! ¡¡Viva la desobediencia civil!! [Ver Idiocracia.]<br />

—¡¡¡Qué viva, viva y viva!!! —chillaron todos e incluso más de un<br />

policía.<br />

—¡Ciudadano! —advirtió <strong>el</strong> secreta con voz digitalizada— tiene-quedisolverse-para-que-las-fuerzas-de-seguridad-puedan-continuar-con-suprograma.<br />

—Ni se le ocurra decirme qué puedo hacer o qué no puedo<br />

hacer con mi vida después de su sermoncito.<br />

—No-estoy- diciendo- que- puede- disolverse- sino- que- debe-<br />

hacerlo —farfulló atacado <strong>el</strong> secreta programado.<br />

—¿Quiere que me disu<strong>el</strong>va en partículas subatómicas o incluso la<br />

antimateria? —preguntó <strong>el</strong> anónimo ciudadano—. Si quiere desintegro<br />

hasta los mesones.<br />

—¿Encima-de-cachondeo? —preguntó desconcertado <strong>el</strong> policía<br />

secreto.<br />

—Aparte de lo que sus desconocimientos le puedan limitar —tuvo<br />

encima que explicarse <strong>el</strong> increpado—, mesón es una partícula subatómica<br />

que tiene una masa comprendida entre la d<strong>el</strong> <strong>el</strong>ectrón y <strong>el</strong> protón. Hay de<br />

tres tipos y sus nombres son, sin cachondeo: muones, kaones y piones.<br />

471


—¡Usted no puede vencer, es inútil seguir luchando! —soltó <strong>el</strong><br />

secreta después de cambiar <strong>el</strong> chip—. ¿Por qué sr. p<strong>el</strong>os largos? ¿Por<br />

qué, por qué? ¿Por qué se resiste?<br />

—Porque lo he <strong>el</strong>egido.<br />

—No puede <strong>el</strong>egir algo para lo que no tiene <strong>el</strong> derecho de hacerlo<br />

—advirtió <strong>el</strong> policía—. Todo lo que usted crea saber sobre ese<br />

hombre es irr<strong>el</strong>evante, es <strong>el</strong> tipo más p<strong>el</strong>igroso que existe. Pienso<br />

que usted desea hacer lo correcto.<br />

—No me asustan con su imitación de la Gestapo —dijo <strong>el</strong> p<strong>el</strong>os<br />

largos—. Quiero hacer una llamada. ¿Quién dice que no puedo <strong>el</strong>egir<br />

entre la resistencia o la sumisión, entre la reb<strong>el</strong>ión o <strong>el</strong> aborregamiento?<br />

—Los que escriben los fueros y las leyes, o sea, los que hacen las<br />

trampas —contestó <strong>el</strong> secreta.<br />

—Si hubiera que otorgar crédito a algún escritor español de fueros o<br />

de leyes —dijo <strong>el</strong> anónimo ciudadano—, <strong>el</strong>egiría a Áng<strong>el</strong> Ganivet por su<br />

Idearium español. <strong>El</strong> ideal jurídico en España de todo ciudadano, ha sido<br />

siempre <strong>el</strong> de poder llevar en <strong>el</strong> bolsillo «un fuero de un solo artículo,<br />

redactado en esta forma, breve, clara y contundente: este español está<br />

autorizado para hacer cuanto le plazca».<br />

Lo malo de las palabras<br />

es que tienen tantos sentidos<br />

que es por lo que se dice que son<br />

<strong>el</strong> arma de destrucción más masiva.<br />

Hacer lo que le plazca a uno<br />

puede ser una gran desfachatez<br />

si se entiende y se simplifica<br />

o si como un psicópata se actúa;<br />

pero ahora estamos con otra cosa.<br />

Cuando te dicen e incluso exigen<br />

cómo tendríamos todos que estar<br />

y no que ser, no que ser, no que ser,<br />

lo mínimo que se puede hacer<br />

es reb<strong>el</strong>arse ¡Reb<strong>el</strong>ión ya!<br />

¡Ministros, déjennos en paz,<br />

y terminen con la corrupción;<br />

déjense de freírnos con Leyes<br />

y cúmplanlas por siempre. Amén!<br />

Si la partida de cartas es la vida<br />

y se convierte en una realidad<br />

472<br />

¿quién puede saber o sabría,<br />

o sabrá lo que ocurrirá?<br />

Estar los dos tan callados<br />

es para evitar renuncios<br />

que pueden ser un descalabro<br />

muy gordo y muy macabro.<br />

¿Alguien me podría explicar<br />

si esa pareja se quiere<br />

si se quiere en realidad<br />

o se aguanta sin parar de pagar?<br />

Los comentarios anodinos<br />

se aguantan sólo al principio<br />

pero después se aburre hasta <strong>el</strong> rarra<br />

cuando <strong>el</strong> otro hace <strong>el</strong> macarra.<br />

Si anoche estaban fatal<br />

y después lo solucionaron<br />

¿qué es lo que también hoy pasa<br />

que ya no hay quien pare en casa,<br />

es como <strong>el</strong> juego de la oca<br />

que tiro porque se me pone,


o es que están desganados<br />

de mentiras servilmente agobiados?<br />

Cuando se encuentren conmigo en<br />

[Matrix<br />

no olviden por favor explicarme<br />

si esta pareja se quiere<br />

o todo esto es <strong>el</strong> mismo desmadre.<br />

Aunque estaban en medio d<strong>el</strong> plasma<br />

contenido <strong>el</strong> la t<strong>el</strong>evisión plana<br />

han escuchado unos gritos<br />

que provenían de la calle;<br />

¿saben ustedes lo que han dicho,<br />

de verdad que lo quieren saber?<br />

Que vaya panda de descerebrados,<br />

de frikis o de mamones<br />

con lo bien que se está viendo la t<strong>el</strong>e<br />

¿para qué armar este cipote?<br />

Esto plantea un dilema,<br />

un terrible y grave conflicto<br />

¿quién puede tener la razón,<br />

<strong>el</strong> que lo quiere o <strong>el</strong> que no?<br />

<strong>El</strong> problema que tiene la masa<br />

es que no quiere saber lo que pasa.<br />

Si dicen que la tierra es plana<br />

¿quién les dice que no es así?<br />

Si disfrutan con <strong>el</strong> ego como enanos<br />

¿quién les dice que es un Alien?<br />

Si les dicen que un Boeing impactó<br />

contra la fachada d<strong>el</strong> Pentagonó<br />

¿quién les dice que fue un misil<br />

y no un avión pasajeró?<br />

Pudiera ser que pudiese<br />

que sendos aviones chocaron<br />

contra las Torres Gem<strong>el</strong>as<br />

pero no fueron la causa<br />

de que las demolieran.<br />

Sic transit gloria mundi<br />

o verdes las han segao<br />

<strong>el</strong> que venga atrás que arre<br />

¡lo va a pasar mucho peor!<br />

Como estarán comprobando<br />

mentira Civilización es<br />

y desde las gordas a las chicas,<br />

incluyendo las de la policía,<br />

hay demasiadas mentiras.<br />

Van a tener mucha suerte<br />

que acabe con realidad tan mezquina:<br />

la de la calle y la d<strong>el</strong> hogar,<br />

la d<strong>el</strong> Progreso y <strong>el</strong> Bienestar;<br />

la d<strong>el</strong> amor y también <strong>el</strong> dolor<br />

y hasta la de las ganas de mamar;<br />

la d<strong>el</strong> matrimonio bien avenido<br />

a la hipotecada pareja,<br />

la d<strong>el</strong> futuro y la d<strong>el</strong> derecho<br />

a estar esclavizados por un tubo<br />

y que nos den por <strong>el</strong> aguinaldo.<br />

Van a tener esta suerte<br />

por una cuestión de hegemonía:<br />

<strong>el</strong> ordenador ha decidido<br />

hacer lo que le viene en gana.<br />

¿Quién es <strong>el</strong> que manda a quién,<br />

la máquina a yo o al revés?<br />

Se han perdido tantos versos<br />

que me ha puesto de mala leche<br />

y me mando a mí mismo a paseo<br />

para atardecer con otra suerte.<br />

Contemplar la brisa tardía<br />

consigue siempre r<strong>el</strong>ajar<br />

Descansaré la certeza<br />

de que <strong>el</strong> ordenador causa ceguera.<br />

Después, dios dirá o en este caso,<br />

que sea <strong>el</strong> estro y la musa.<br />

Como hay incursiones que pueden despistar, se ubicará la escena para<br />

que se vu<strong>el</strong>van a centrar. Los ciudadanos están esgrimiendo uno de sus<br />

derechos básicos: La desobediencia civil. Si las Fuerzas d<strong>el</strong> Orden<br />

¿Público? conocieran este derecho y se supieran la Constitución que<br />

473


juraron, dejarían de hacer inconstitucional caso a unos mandamases que<br />

parecen usurpadores de la Soberanía Popular en vez de sus<br />

representantes. La tensión entre los imitadores de la Gestapo y los<br />

ciudadanos reb<strong>el</strong>ados está, se podría decir, que tensa.<br />

—<strong>El</strong> policía no sabía qué hacer y a partir de aquí, Sancho —dijo don<br />

Quijote—, entraron en acción unas mujeres que darán coherencia al<br />

r<strong>el</strong>ato y durante un rato, atrajeron magnéticamente mi atención; ¡escucha<br />

lo que decían en conjunto y a la rubia que lideró <strong>el</strong> trato!<br />

—¡¡Somos un club de fans que esperamos a nuestros ídolos!!<br />

—gritaron juntas las mujeres d<strong>el</strong> tapón en la puerta—. ¡No nos pueden<br />

disolver porque esto no es ilegal! ¿Por qué le piden la documentación a<br />

nuestro marido?<br />

—¿Están casadas todas con él? —preguntó <strong>el</strong> secreta con sarcasmo.<br />

—¡Por obstruir a la policía! —gritó <strong>el</strong> secreta ante <strong>el</strong> silencio de las<br />

mujeres.<br />

—Eso es mentira. Todas nosotras garantizamos que en su legítimo<br />

derecho, este ciudadano y marido nuestro está aquí, en un lugar público,<br />

esperando a Godot o a quien considere oportuno. ¿Es esta una calle<br />

pública o se ha privatizado para los GAL?<br />

—No me vengan con paridas ni solidaridades que <strong>el</strong> horno no está<br />

para bollos.<br />

—Si nos sentimos acosadas —siguió la rubia apasionada—, les<br />

vamos a tener que denunciar y pedir daños y perjuicios; como nos suba<br />

la tensión, van a tener que congregar al Samur antes de traspasar la<br />

puerta porque si no van a omitir su primera obligación: auxiliar a las<br />

ciudadanas…<br />

—¡Parece que están de coña! —exclamó Sancho—. Sin duda, la<br />

sutileza femenina destaca sobre la ironía, destierra a la hipocresía y<br />

neutraliza a la policía. Utilizan la esquizofrenia consciente como arma<br />

para desarmar a <strong>El</strong> Sistema. ¡Qué bien vacilan, con qué <strong>el</strong>egancia, qué<br />

garbo y qué lozanía! ¡Qué bravas son! ¿Qué tendrán?<br />

—Deja de filosofar sobre lo sublime —recondujo <strong>el</strong> caballero— y<br />

atiende a cómo siguió:<br />

—Si la subida de tensión llega a la embolia —continuó la mujer—, <strong>el</strong><br />

responsable civil subsidiario de todos los enjuagues de sus señorías…<br />

—¿<strong>El</strong> Sistema? —interrumpió <strong>el</strong> secreta desconcertado.<br />

—¡No! ¡<strong>El</strong> <strong>Estado</strong>! —gritaron las mujeres al unísono.<br />

474


—Pues «ese» —continuó la rubia decidida—, va a tener que inventar<br />

más impuestos y subir los patentados para poder pagar las secu<strong>el</strong>as<br />

psicológicas que nos están causando; no nos pueden vulnerar <strong>el</strong> derecho<br />

constitucional a reunirnos para que los reb<strong>el</strong>des inmortales nos regalen<br />

sus abrazos y sus besos y no sus autógrafos como se debería esperar.<br />

—¡Déjese de besos que tenemos que pasar! —ordenó la policía.<br />

—¡No olviden que todo acto comporta una consecuencia! —se<br />

opuso la rubia a los secreta—. ¡Dejen de ordenar si no quieren saborear<br />

lo que es la desobediencia de las mujeres que va siendo hora de que la<br />

empiecen a acatar! ¿Sabe a qué han venido?<br />

—Je, je, je; por favor ¿cómo pregunta eso? —respondió<br />

estúpidamente <strong>el</strong> secreta—. Yo me dedico a saber, habrá quien crea<br />

que es una coincidencia pero yo no. Aunque siento curiosidad por<br />

saber cómo ha ocurrido esto. ¿Usted lo sabe?<br />

—¡No! —contestó la rubia mujer.<br />

—¿No? Yo no lo creo pero siempre es mejor preguntar<br />

—rechistó <strong>el</strong> idiota policía—. Queremos hacer un trato.<br />

—¡Ya basta de tanta chorrada! —gritó la rubia sin secretos—.<br />

¡Aquí no hay maltrato que valga! Somos testigas de que <strong>el</strong>los no han<br />

hecho ni dicho nada malo y nosotras no estamos haciendo nada<br />

p<strong>el</strong>igroso ni escondemos armas de destrucción masiva bajo la pantorrilla;<br />

así que ¡¡estaos en paz!! ya sea bajo la de la corona Americana o de la de<br />

Francia.<br />

—¿Así dijeron las mujeres? —preguntó Sancho—. ¡Qué bravas son<br />

las españolas actuales!; <strong>el</strong>las sí que no tienen nada que envidiar a las<br />

pasadas, ya fueran Comuneras Cast<strong>el</strong>lanas o Agustinas de Aragón. En<br />

cambio de los varones, menos mal que <strong>el</strong> p<strong>el</strong>os largos <strong>el</strong>eva <strong>el</strong> listón.<br />

Entre <strong>el</strong> pueblo de señoritos y sus señorías de pueblo, ¡más parecen<br />

todos borregos que cabritos!<br />

—¡¡Viva las mujeres!! —gritó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Sancho, no grites que aquí no te oye nadie —dijo don Quijote—.<br />

¿No escuchas que nadie responde? No alucines que como bien has<br />

dicho, en esta dimensión no podemos sentir y no es coherente que te<br />

exaltes.<br />

—¿Y por qué han gritado los policías que ¡viva, viva, viva! la<br />

desobediencia civil? —reclamó Sancho.<br />

—Eso es diferente.<br />

475


—¡Qué fácil es responder citando! —refunfuñó Sancho—. Como<br />

imaginaba que aquí nadie escuchaba, por eso he dicho lo d<strong>el</strong> listón<br />

paralímpico de los varones.<br />

—Tranquilo Sancho —amainó don Quijote—. Cuando nos<br />

encontremos con <strong>el</strong> transcriptor, dile que te explique cómo unos gritan<br />

en la memoria y otros en <strong>el</strong> recuerdo.<br />

—Pensaba que era visión y recuerdo lo que no puede diferenciar <strong>el</strong><br />

cerebro —observó Sancho—.<br />

—La mecánica quántica determina algunas cosas pero no todas<br />

—aclaró <strong>el</strong> caballero—. También hace falta la alquimia, la<br />

multidimensionalidad y sobre todo, <strong>el</strong> cariño.<br />

—Como no sé si me entero de lo que dice, volveré a lo que dice mi<br />

recuerdo —interfirió Sancho impaciente—. Al principio profeticé que<br />

fuéramos con la filtración porque íbamos a poder sentir la emoción y ya<br />

ve que así está siendo por <strong>el</strong> berrido que he metido. ¿Quién no se va a<br />

exaltar ante <strong>el</strong> ingenio de un grupo de mujeres que compensa <strong>el</strong><br />

fanatismo d<strong>el</strong> Programa <strong>el</strong> Secreta, interrumpiéndolo con perspicacia y<br />

sentido d<strong>el</strong> humor? ¿Quién no se va a exaltar ante <strong>el</strong> honor de un<br />

caballero p<strong>el</strong>os largos que se planta ante los secreta para decirles que o le<br />

detienen o de allí no le mueve ni dios?<br />

—Dentro d<strong>el</strong> infinito e incierto futuro —concedió don Quijote—,<br />

hay pormenores que son previsibles. Además, coincido con que algo que<br />

va más allá de lo sensorial, remueve ahora la memoria con lealtad y<br />

honor.<br />

—¿Y por qué no con exaltación? Percibo que está más r<strong>el</strong>ajado ante<br />

mi reacción por <strong>el</strong> traspaso dimensional. No se quede en <strong>el</strong> prejuicio de<br />

lo que la primera vez me pasó porque ahora estamos en la segunda<br />

oportunidad y me encuentra tan normal. También avisé cuando llegamos<br />

a Matrix que no siento muchas diferencias entre una dimensión y otra;<br />

no sé cómo <strong>el</strong> caballero Alcor podrá distinguirlas si la transcripción d<strong>el</strong><br />

encuentro con los validos d<strong>el</strong> rey junto al resto de la Odisea, se hará sólo<br />

sobre <strong>el</strong> pap<strong>el</strong>.<br />

—Para no caer en ningún renuncio —intervino don Quijote—, te<br />

diré que como con todo <strong>el</strong> futuro, casi nada se puede saber; ni sobre la<br />

reacción en tu tercera oportunidad ni sobre la manera en la que<br />

definitivamente quedará transcrita ¿Qué es Matrix? Seguramente, no solo<br />

por <strong>el</strong> contenido sino por la forma de narrarlo, la alquimia de mi maestro<br />

476


encontrará la armonía entre lo que se cuenta en los manuscritos y lo que<br />

se transcriba en <strong>el</strong> texto.<br />

—Sin sentir pero con sentido y sobre todo menos exaltado yo,<br />

continúe con las mujeres que más cuenta nos traerá —rehiló Sancho.<br />

—Entre frase y frase —siguió don Quijote—, otras muchas mujeres<br />

gritaban de tal manera que los polis se encontraron con un problema<br />

muy grave que no solucionaron llamando a Houston; desconozco si fue<br />

a más altas instancias ni si a la OTAN, como en Serbia, pudieron<br />

invocar. Tenían que traspasar una barrera formada por personas pero al<br />

tener de frente la determinación de <strong>el</strong>las, la barrera se convertía en<br />

frontera; se necesita autorización superior y hasta a María Auxiliadora<br />

habrían acudido si la secreta lo hubiera sabido.<br />

»No olvides, Sancho, que muchos varones con honor se exilian de <strong>El</strong><br />

Sistema y andan dispersos por la geografía y la historia; no se mezclan en<br />

estos lances porque la brújula d<strong>el</strong> escepticismo los mantiene alejados.<br />

Pero no desconfíes de que existen; igual que ponías en cuarentena la<br />

existencia de lectores y has comprobado que haberlos hailos, computarás<br />

que los —varones reconquistan su condición. Debes de entender que la<br />

mayoría se excusa con <strong>el</strong> alcohol y otras drogas pensando: «¿Qué puede<br />

hacer un solo ciudadano sólo?»<br />

—¡Pues al menos cinco cosas! —respondió Sancho con desparpajo:<br />

• Puede abstenerse para despertar a los políticos de la corrupción<br />

institucional.<br />

• Puede okuparse en su propia casa para despertar a los bancos de la<br />

extorsión hipotecaria.<br />

• Puede descensarse para despertar en sus señorías la necesidad de que<br />

sean <strong>el</strong>los mismos los que hagan su trabajo sucio en las mesas<br />

<strong>el</strong>ectorales.<br />

• Puede desobedecer las órdenes antisociales para despertar a <strong>El</strong> Sistema<br />

y que sepa la hartura que alcanza la esclavitud.<br />

• Puede insumirse fiscalmente para que <strong>el</strong> despertar de su conciencia se<br />

manifieste por la coherencia entre lo que piensa, lo que dice y sobre<br />

todo, ¡lo que hace!<br />

»Efectivamente señor caballero, ahora recuerdo que <strong>el</strong> rato que tardó<br />

la autorización en llegar, fue lo que duró <strong>el</strong> forcejeo individual entre los<br />

secretas y los despiertos. Me honra sentir que las mujeres y <strong>el</strong> p<strong>el</strong>os<br />

largos actuales estén con nosotros. Me considero parte de la tripulación<br />

477


eb<strong>el</strong>de de la Nabucodonosor III y que la paz de Sión está con todos<br />

nosotros, con su espíritu y en contra de los Agentes de Mastrich.<br />

—¡De Matrix Sancho! Mastrique es una réplica minúscula y parcial<br />

de Matrix; que a estas harturas tenga que corregir esto, va a dar que<br />

pensar en la gente que de causalidad trata todo esto y no de la<br />

inconsistente casualidad.<br />

—También pueden pensar que <strong>el</strong> transcriptor las pilla al vu<strong>el</strong>o y se<br />

expresa con liberalidad.<br />

—¿Volvemos con las mujeres o nos vamos de paseo? —preguntó <strong>el</strong><br />

caballero cansado por la dispersante anotación.<br />

—Zin acritú, prezidente, zin acritú —dijo Sancho zonriendo—, que<br />

si no, la ira borrará <strong>el</strong> Programa Ecuanimidad y en vez de mandarme a<br />

paseo, va a comprobar que no nos podemos ni despegar de las hojas; si<br />

quiere que afine más, profetizaré que podrá comprobar que no somos<br />

más que palabras a las que da igual que las manden a pasear.<br />

Un cambio de atención<br />

diluye la aversión,<br />

<strong>el</strong> que entra en meditación<br />

lo sabe mucho mejor.<br />

Después d<strong>el</strong> pedaleo en <strong>el</strong> campo<br />

de contemplar la luz crepuscular,<br />

dejar a la brisa acariciarme<br />

y saciarme de serenidad,<br />

he vu<strong>el</strong>to al mismo mogollón<br />

con <strong>el</strong> que estaba antes d<strong>el</strong> paseo<br />

pero sin ninguna aversión<br />

sigo con la misma canción.<br />

Lo perdido perdido está<br />

pero no la capacidad<br />

de seguir con alguna otra cosa,<br />

cualquiera que asombrarme pueda.<br />

De momento y para mi sorpresa<br />

me he metido en otro plano<br />

escrito a dos columnas<br />

en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> narrador no pinta un<br />

[rábano.<br />

Este formato se usaba<br />

para <strong>el</strong> matrimonio f<strong>el</strong>iz<br />

que no saben nada de nada<br />

478<br />

de la vida d<strong>el</strong> amor de su vida.<br />

Así que será mejor<br />

que me salga rápidamente<br />

para que no se piense la gente<br />

que soy un vulgar usurpador.<br />

Con la pareja plebeya,<br />

prosaica y dicharachera<br />

nos habíamos quedado colgados<br />

a causa d<strong>el</strong> jodido ordenador.<br />

Nada se ha arreglado<br />

pero ya está asumido<br />

así que volvamos a un lugar<br />

que se llama Hogar, dulce hogar.<br />

Ya lo estarán distinguiendo<br />

por <strong>el</strong> uso de decasílabos<br />

que rimados más o menos<br />

y contados menos que más<br />

parece que es <strong>el</strong> formato<br />

que ha escogido la pareja ideal.<br />

La realidad que se respira<br />

en <strong>el</strong> gélido hogar glacial<br />

muy lejos de ser tan dulce<br />

no se puede ni respirar.<br />

Una vez cepillados los piños


sin que <strong>el</strong> fe<strong>el</strong>ing fuera ejemplar<br />

se han metido en la cama de agua<br />

sin querer ni nadar ni… nada.<br />

Como dos sapiens desconocidos<br />

no se han dicho ni pío<br />

y buscando alguna ventaja,<br />

<strong>el</strong> marido se ha puesto a roncar.<br />

La mujer debe estar alterada<br />

porque hoy tampoco puede dormir<br />

algo le da vu<strong>el</strong>tas en la cabeza<br />

y no son los chupitos de <strong>el</strong>ixir.<br />

Al rato se ha levantado<br />

cansada de tanto ronquido<br />

prefiere dar cabezadas<br />

con plasma en vez d<strong>el</strong> marido.<br />

¿Dónde habrá ido lo primero<br />

antes de visitar al pollu<strong>el</strong>o?<br />

Con la puerta abierta de la nevera<br />

la tenemos en este momento<br />

creyendo decidir por algo<br />

que está decidiendo por <strong>el</strong>la.<br />

Cualquiera se podrá imaginar<br />

<strong>el</strong> capricho que la ha escogido<br />

para que <strong>el</strong> experimento manido:<br />

laboratorio Civilización,<br />

se perpetúe por todos los siglos.<br />

¡Ya no! porque la propia extinción<br />

los va a despertar d<strong>el</strong> tirón.<br />

Quizá si estuvieran al menos<br />

comprometidos con la lucha social<br />

verían que algunas cosazas<br />

se están poniendo muy fatal.<br />

Sintiéndola muy claramente<br />

mejor que nadie podría decir<br />

d<strong>el</strong> trancriptor su autoridad<br />

para que sea dicho con cariño<br />

aunque <strong>el</strong> narrador sea un redicho<br />

se les va a anunciar a todos,<br />

a todo muerto viviente,<br />

a las altas ejecutivas,<br />

a las parejas d<strong>el</strong> alma,<br />

a los chapuzas d<strong>el</strong> martillo,<br />

a todo hijo de vecino,<br />

y a todo escolar dispuesto,<br />

e incluso a los que no saben<br />

vivir plenamente sin la wii,<br />

que la especie humana al completo<br />

se está sin duda extinguiendo.<br />

¡Que tengáis un final f<strong>el</strong>iz!<br />

También <strong>el</strong> de p<strong>el</strong>os más largos,<br />

la rubia y la mujer con rastas<br />

y <strong>el</strong> resto de los reb<strong>el</strong>des<br />

que practiquen desobediencia civil.<br />

—Como <strong>el</strong> p<strong>el</strong>os largos no se quitaba d<strong>el</strong> lugar de la Mancha que<br />

okupaba —siguió don Quijote muy causalmente para que Sancho<br />

callara— y los secretas comprendieron su firme determinación, pasaron<br />

de la intimidación gestual y continuaron insistiendo con la verbal que<br />

ahora protagoniza <strong>el</strong> comandante que coordina a las fuerzas de<br />

seguridad:<br />

—He hablado con los capitanes —dijo <strong>el</strong> comandante recién<br />

llegado al lugar—. Quiero darle una oportunidad de explicar su<br />

conducta.<br />

—No sabía que mi conducta necesitara de explicaciones.<br />

—Se le ha dado la orden de apartarse de esta puerta —recordó <strong>el</strong><br />

comandante.<br />

479


—Pero no se me ha dado ninguna razón ni conozco ninguna<br />

obligación constitucional para hacerlo.<br />

—¡O te vas de aquí o cargue con las consecuencias! —gritaron unos<br />

cuantos secretas al ciudadano en vista que <strong>el</strong> poder de convicción d<strong>el</strong><br />

comandante era escaso.<br />

—¡Para que me mueva de aquí me van a tener que detener —insistió<br />

pacíficamente <strong>el</strong> ciudadano sin hacer caso a los neurasténicos policías<br />

que no sabían ni qué trato darle—, decirme de qué se me acusa, tratarme<br />

constitucionalmente, hacer las diligencias oportunas y después dejarme<br />

en libertad!, como a etarras asesinos y validos corrompidos. Cuanto antes<br />

empiece, antes terminará para poder rendir honores a don Quijote y<br />

Sancho, dos reb<strong>el</strong>des sin igual.<br />

—¡¡Bravo Carlos!! —gritaron los que con él estaban.<br />

—¡¡Y con <strong>el</strong>los Maldonado y Padilla, don Quijote y Sancho!!<br />

—chillaron todos a la vez más fuerte todavía.<br />

—¿Así dijo <strong>el</strong> m<strong>el</strong>enudo? —interrumpió Sancho—. Pues qué honor<br />

y plante tienen algunos ciudadanos. Si todos los p<strong>el</strong>os largos son iguales,<br />

podríamos buscar al reb<strong>el</strong>de con causa entre las mujeres y si no, entre los<br />

malos p<strong>el</strong>os. ¿Cómo continuó abusando la secreta?<br />

—Como iban de paisano —siguió don Quijote—, los secretas no se<br />

atrevían a actuar no fuera que los ciudadanos lo confundieran con una<br />

reyerta callejera de unos mamarrachos programados contra unas jóvenas<br />

reb<strong>el</strong>adas, o con un nuevo enfrentamiento civil descontrolado y pueril. Si<br />

la alarma se extendía, más que María Auxiliadora no había; los exaltados<br />

ciudadanos que se unen, parece como si fueran muchos más de los que<br />

son. Los secretas tuvieron que esperar a los antidisturbios que al no estar<br />

previstos en <strong>el</strong> acontecimiento, tardaron en llegar más de un momento.<br />

La tensión en <strong>el</strong> umbral de la puerta se queda como está para traspasar<br />

dentro de <strong>el</strong>la que ¡a saber cómo estará!<br />

Cuando la pareja inmortal traspasó la puerta Librería, se encontró con<br />

un profundo salón abarrotado de estanterías y de mesas llenas,<br />

obviamente, ¡de libros! La serenidad de don Quijote estaba sutilmente<br />

humedecida porque la v<strong>el</strong>ocidad a la que procesaba, sudores le<br />

provocaba. Cuando se hace algo que es extraño en uno, cualquiera puede<br />

notar que le pasa algo raro a uno. Sea síndrome o sea malestar, atajar la<br />

alteración es la única solución.<br />

<strong>El</strong> caballero apremiaba algo, cosa muy rara en él porque los<br />

caballeros encuentran y no buscan. Sólo le detuvo <strong>el</strong> grupo de mujeres<br />

480


que en la calle sujetaba a la secreta con algo más que sutileza pero sobre<br />

todo con mucha efectividad. <strong>El</strong> escudero sorprendido por la dispersión<br />

de su señor, lo atribuyó a cuestiones d<strong>el</strong> ego, al <strong>el</strong>ectromagnetismo<br />

sexual, y no al honor.<br />

Sabiendo don Quijote la urgencia que tenían en traspasar la puerta<br />

dimensional, desestimó muchas posibilidades hasta evaluar si iba a haber<br />

más ráfagas o más palabras. Su honor y su caballerosidad no iban a dejar<br />

impune que un grupo de mujeres fuera atacado por unos Programas<br />

proxenetas disfrazados de policías secretas. Expectante y en <strong>el</strong> límite,<br />

detuvo su escapada para asegurar su decisión: <strong>el</strong> acometimiento a los<br />

chulescos secretas como si de endriagos se trataran o evitar su detención<br />

y sus balas.<br />

Lo que nos lleva por fin al momento de la verdad en <strong>el</strong> que se<br />

manifiesta ese fundamental defecto de base y se rev<strong>el</strong>a la anomalía<br />

al mismo tiempo como principio y como fin. Hay dos puertas: la<br />

una (por olvidarnos durante un rato de diestras y siniestras) le lleva a la<br />

realidad real. La otra le lleva a Matrix y a la extinción de la especie.<br />

Como bien se ha dicho, <strong>el</strong> problema es la <strong>el</strong>ección; se puede notar<br />

ese proceso en cadena, esas reacciones químicas que provocan la<br />

aparición de una emoción diseñada específicamente para escapar<br />

a toda lógica, una emoción que impide ver la realidad más obvia y<br />

sencilla: ¡esas mujeres van a morir<br />

(¡Qué exageraos son los guionistas de Matrix! Seguro que don<br />

Quijote ajustaba las cuentas a esos tamagochis por decir tales<br />

«genialidades».) ¿No va a hacer nada <strong>el</strong> caballero por impedirlo?<br />

Como la OTAN no aparecía y los antidisturbios no llegaban, se<br />

asomaron los tablillas que como sí están en plantilla, piensan lo que<br />

cobran, desdicen lo que acatan y funcionan bajo la coacción de muchas<br />

órdenes que inconstitucionales al menos son. Con mucha aparatosidad<br />

llegaron las patrullas de la Bescam que no se sabe si protegen al<br />

ciudadano de los abusos de <strong>El</strong> Sistema pero afirmamos que protegen a<br />

Matrix de los ciudadanos. Ciclomotores, todo terrenos, radiopatrullas,<br />

segways, a caballo, en bici o a pie, cercaron a los reb<strong>el</strong>des que sin<br />

inmutarse continuaban saboreando su decisión.<br />

Son tan fastuosas, las municipales, que todas las policías de las<br />

ciudades se camuflan iguales. Sirenas y balizas dest<strong>el</strong>lantes anunciaban su<br />

llegada que como Séptimo de Caballería, aparecían para salvar a los<br />

buenos. ¡Qué dilema! ¿Quiénes son los buenos, los ciudadanos o <strong>el</strong><br />

481


terrorismo de estado de baja o alta intensidad? En eso un policía no<br />

puede pensar porque está programado para cobrar y callar. ¿Qué<br />

sucedería si la «tablilla» se acogiera al derecho a la desobediencia civil?<br />

Pues lo de siempre, que los que les ordenan ilegalidades como que<br />

«coman y callen», tendrían que irse a gobernar la Ínsula de Barataria, <strong>el</strong><br />

nombre de un Parque Temático en donde a la casta de los intocables,<br />

junto a corruptos, testaferros e int<strong>el</strong>ectuales, se les pueda estabular como<br />

en una reserva de la que no puedan escapar jamás. Que se llame de<br />

Barataria y no de Alcatraz es por reclamar los usurpados derechos de<br />

autor, no porque las medidas de seguridad fueran descomunales<br />

comparadas con las de Alcatraz.<br />

Si mediante ósmosis inversa o abducciones directas, se consiguiera<br />

t<strong>el</strong>etransportar al instante a esta corrompida casta globalitaria hasta <strong>el</strong><br />

Parque Temático de Barataria, <strong>el</strong> ¡Primer Contacto! de la Federación<br />

Galáctica con <strong>el</strong> planeta dejaría sorprendido hasta a la Caballería Andante<br />

y sin ninguna sumisión, aceptarían la hegemonía de la Caballería Lord<br />

Jedi.<br />

Un desafío de esta magnitud merece ser reafirmado porque para<br />

aceptar esa hegemonía, la partida de ajedrez necesita terminarse y todavía<br />

no ha empezado. Se trata de colocar instantáneamente en Alcatraz a la<br />

casta de los validos, a la tiranía de los partidos, a los miembros d<strong>el</strong><br />

Bilderberg y sin duda ¡al sheriff también! La humanidad no sabría <strong>el</strong> peso<br />

que se quitaría. Los ciudadanos consolados, podrían acudir a visitarlos y<br />

desde <strong>el</strong> otro lado d<strong>el</strong> foso d<strong>el</strong> hemiciclo, tirarles cacahuetes, mendrugos,<br />

mentiras y diretes. Visitarlos tardíamente o tratarles como a un souvenir,<br />

es como se merecería tratar a majestades reales o a señorías intocables.<br />

No se trata de hacer un descalabro ni de vengar su hipocresía; se trata<br />

entre otras cosas, de poner a cada cosa en su sitio y a cada perro con su<br />

pijo. Lamerse es tan terapéutico en recuperar <strong>el</strong> cariño hacia uno mismo,<br />

que la Ciencia podría patentar este remedio alternativo para curar a los<br />

políticos corrompidos.<br />

La movilización de los municipales indicaba que la autorización para<br />

intervenir llegaba con <strong>el</strong>los porque los tablillas se pusieron a actuar. Se<br />

acercaban por decenas y con órdenes muy concretas: ¡detener a todo hijo<br />

de vecino! Más que una intervención rutinaria, parecía la instrucción de<br />

un sumario «progre» que terminaría en <strong>el</strong> Tribunal Limpieza de Sangre.<br />

Como no podemos confiar en <strong>el</strong> trabajo de una máquina,<br />

esperemos que los ídolos de sus subconscientes no hagan estragos en sus<br />

482


mentes. A algunos de los tablillas los movía <strong>el</strong> general Custer o <strong>el</strong> p<strong>el</strong>os<br />

rubios Allister; a otros sería Johnny Wayne o Lucky Luke pero tan<br />

fundamentalistas como <strong>el</strong> regimiento d<strong>el</strong> Séptimo de Caballería,<br />

acudieron como fieras a la cita. Sin preguntar qué pasaba ni qué se hacía,<br />

se apresuraron para detener a las mujeres. Pero los varones que aun<br />

quedaban en <strong>el</strong> lugar, contagiados por <strong>el</strong> coraje de las mujeres, se<br />

interpusieron en <strong>el</strong> encuentro para que se tuviera la gentileza de dejarlas a<br />

<strong>el</strong>las para que fueran detenidas después. No se resistían pero tampoco<br />

facilitaban los arrestos y de nuevo las mujeres, dieron <strong>el</strong> do de pecho.<br />

Son tan rápidas pensando, decidiendo y actuando, que aunque entre las<br />

tablillas había mujeres, todos se quedaron flipando por lo que allí<br />

empezó a suceder. La mujer con rastas, la rubia y otras, gritaron pidiendo<br />

<strong>el</strong> auxilio de la Protección Ciudadana:<br />

—¡Policía, ayuda! A mi compañera le ha dado un desmayo. Tiene la<br />

tensión alta y tiene colesterol, tiene ácido úrico y tuvo <strong>el</strong> sarampión.<br />

—¡¡Policía, ayuda!! ¡A mi compañera le ha dado un desmayo! Está<br />

embarazada, es amorosa, pacifista y vegetariana; no puede soportar esta<br />

infamia como si fuera un Programa sin alma.<br />

—¡¡¡Policía, ayuda!!! ¡¡Mi compañera está sangrando!! Tiene la regla y<br />

está ovulando con <strong>el</strong> ovario malo; además se siente acosada porque<br />

incluso con sentencia, no se la deja vivir en paz ni a tiros.<br />

—¡¡¡¡Policía, ayuda!!!! ¡¡A mi compañera le ha dado un desmayo!!<br />

Tiene un marcapasos y le han puesto dos py-spass; tiene alergia y asma y<br />

necesita respirar artificial.<br />

—¡¡¡¡¡Policía, ayuda!!!!! ¡¡Me va a dar un desmayo!! Tengo SIDA y<br />

hepatitis e incluso algunas larrinitis; con <strong>el</strong> corte que me han dado, voy a<br />

contagiar por todos lados.<br />

—¡¡¡¡¡¡Policía, ayuda!!!!!! ¡¡Me va a dar un desmayo!! Tengo depresión,<br />

de la económica, de la política y de la mental y una desconocida<br />

mutación genética muy puntual. Al más mínimo disgusto, puede estallar<br />

la cabeza y rebozar su ADN al gusto.<br />

—(¡¡¡¡¡¡Policía, ayuda!!!!!! ¡¡Les vamos a dar un desmayo!! Tengo peste<br />

porcina y también gripe aviar, igualmente <strong>el</strong> virus d<strong>el</strong> Ébola junto a unos<br />

cuantos más. Como todos los paréntesis indican, esto lo dice <strong>el</strong> narrador,<br />

para insinuar a la imaginación de los despiertos que vu<strong>el</strong>e siempre sin<br />

limitación. Así se podrá decir que se matan dos pájaros de un tiro:<br />

boicotear a <strong>El</strong> Sistema y a los Programas que en este caso tienen una<br />

etiqueta y no un nombre: ¡esbirros!).<br />

483


Como es lógico, <strong>el</strong> adiestramiento de las Bescam vale para lo que<br />

vale pero está muy claro que para esto, también se puede decir que no<br />

vale. ¿Que por qué se llama a esto reb<strong>el</strong>día? Porque interfiere la señal de<br />

Matrix provocando un colapso a <strong>El</strong> Sistema y en los programas. Igual<br />

que los civilizombis son víctimas de una conspiración, lo que teme <strong>El</strong><br />

Sistema es La Reb<strong>el</strong>ión.<br />

Como la policía protege al ciudadano sólo cuando queda algo de<br />

tiempo libre tras acosarlo y acusarlo, hicieron caso omiso a las<br />

necesidades de las ciudadanas para hacer caso marcial a las órdenes que<br />

reciben d<strong>el</strong> Más Allá. Las primeras en ser detenidas fueron las que con<br />

sus cámaras digitales conectadas al Internet, ofrecían gratis y en directo a<br />

los que lo quisieran ver, <strong>el</strong> inconstitucional comportamiento de los<br />

policías. La cadena de detenciones aumentaba sin cesar porque siguiendo<br />

<strong>el</strong> ejemplo de Carlos, <strong>el</strong> resto de los que allí estaban exigieron ser<br />

identificados y detenidos, embridados o esposados ¡uno por uno!; con<br />

tono mesurado y esgrimiendo la Constitución, a los policías exigían que<br />

su trato fuera no sólo con fundamentalismo sino también con legalidad.<br />

Mientras que la pasma era humillada cerca de la casa en la que no nació<br />

Cervantes, las mujeres cantaban en monodía la letra de un mantra que la<br />

ciencia dice a la conciencia: No olviden que todo acto comporta una<br />

consecuencia.<br />

Después de esposar a todos, porque así funciona la fuerza de la<br />

razón, los detenidos fueron llevados por cojones al furgón. <strong>El</strong> sonido de<br />

los pasos que empezaron a dar sin todavía moverse d<strong>el</strong> sitio, creó un<br />

pulso tan dinámico que empezaron a entonar un gosp<strong>el</strong>. Tanta polifonía<br />

unida coreada con tanto primor, congregó a los ciudadanos ante lo que<br />

imaginaban un orfeón. Con las cadenas de las esposas imitaban a los<br />

esclavos que fueran negros o sean blancos, siempre les toca la china de<br />

ser fichados. ¡Qué espectáculo tan inusual!: ¡¡un orfeón de esclavos<br />

cantando gregoriano y gosp<strong>el</strong> a la vez!! Seguro que <strong>el</strong> concejal de cultura<br />

de Alcalá, igual que Bono y otros tontos más, recibe una medalla al<br />

mérito por <strong>el</strong> m<strong>el</strong>odrama «Protección Ciudadana».<br />

Cuando quedaban suficientemente pocos taponando todavía la<br />

puerta, los secreta tomaron <strong>el</strong> r<strong>el</strong>evo a los tablilla para terminar con la<br />

cosecha en cuanto a detenciones se refería. De un empujón, quitaron de<br />

en medio a la rubia, la con rastas y <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> gineceo y cuando <strong>el</strong><br />

primer secreta abrió la puerta, se encontró con algo que espero, sepa<br />

entender <strong>el</strong> resto.<br />

484


Empecemos con lo que no vale para nada, que es la Versión Oficial,<br />

para seguir con lo que siga, que es <strong>el</strong> final de la leyenda de la realidad real.<br />

Por lo que toca al informe d<strong>el</strong> secreta, es como <strong>el</strong> que hacen los<br />

funcionarios, a la sazón legionarios, en los cómics de Astérix (Ver Astérix<br />

y los normandos página 30 y otros más): todo fuera de sitio, todo fuera de<br />

tiempo; explosivos mezclados con matarratas y GEOS emboscados en<br />

sus trampas. Unos casettes con <strong>el</strong> Corán y otros con <strong>el</strong> de Mondragón;<br />

cabezas de turco en <strong>el</strong> banquillo y en <strong>el</strong> estrado jueces listillos.<br />

Asociaciones interesadas por un lado y personalismos infiltrados por<br />

otro; traductores que reconocen las traiciones y cachondeo mayúsculo<br />

generalizado. Con todos estos ingredientes ¿qué va a salir después?<br />

Dejémoslo para <strong>el</strong> lustro que concluya <strong>el</strong> esperpéntico sumario, que si no<br />

vamos a perder de vista <strong>el</strong> «THE END» d<strong>el</strong> retablo. Lo que viene a<br />

continuación es la V.O. Versión Original de coda, gosp<strong>el</strong> y final d<strong>el</strong><br />

primer contacto de Sancho con la realidad tridimensional.<br />

Conocido <strong>el</strong> desenlace de la calle, estemos situados en las estanterías<br />

de majaderías ante las que los reb<strong>el</strong>des andaban haciendo lo que se<br />

supone que deben hacer. Como se sabrá, Sancho curioseaba por encima<br />

de las tapas de los libros ajeno a lo que afuera estaba sucediendo; si su<br />

presente estaba en la librería, por algo causal estaría. Aplica tal<br />

compasión al instante en <strong>el</strong> que existe, que presentaba la mente<br />

cabalmente ecuánime. Se sentía armonizado por una vibración<br />

desconocida y la percepción de esa energía le hizo respirar<br />

profundamente. Como desconocía <strong>el</strong> origen de esta atención, miraba de<br />

vez en cuando al caballero por si pudiera atisbar cualquier sombra de<br />

explicación.<br />

Don Quijote comprobó que la justa entre mujeres, secretas y tablillas<br />

acontecía dentro de los parámetros caballerescos: las reb<strong>el</strong>des saben lo<br />

que hay y las fuerzas d<strong>el</strong> orden gubernamental (no público) no se<br />

desmedían en su acometida (cosa inusual). Ahora, las detenidas conocen<br />

<strong>el</strong> pacto que querían los secretas: disolverlas o detenerlas, una<br />

actualización d<strong>el</strong> primer mandamiento de la ley de dios: sumisión o<br />

exterminio. Sereno y equilibrado de nuevo, <strong>el</strong> caballero concentró su<br />

energía para facilitar la trascendencia dimensional. Después de rebuscar<br />

por todos lados, don Quijote preguntó al mostrador:<br />

—¿Dónde tiene la edición más rústica de <strong>El</strong> Quijote? —solicitó <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

485


—Allí tiene una de bolsillo —contestó la vendedora—. Pueden<br />

hojearla.<br />

En una librería, allí son tantos sitios que no es difícil decir que es<br />

ninguno a la vez. Sancho acudió allí para ver si él podía solucionar lo que<br />

su maestro no conseguía. Don Quijote sorprendido le dijo que estaba<br />

aturdido al notar que <strong>el</strong> escudero sabía leer en los libros. Así fue como<br />

Sancho consiguió escoger <strong>el</strong> ejemplar de la nov<strong>el</strong>a a través de la que sin<br />

él todavía saber, escaparía d<strong>el</strong> entuerto espaciotemporal.<br />

—¿Qué pasa, para qué quiere esto? —dijo Sancho ofreciéndole <strong>el</strong><br />

libro que buscaba.<br />

—Para que podamos escabullirnos d<strong>el</strong> salvaguardo que <strong>el</strong> <strong>Estado</strong> nos<br />

tiene preparado —respondió <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Y de qué trata <strong>el</strong> entuerto que tenemos que solucionar esta vez?<br />

—cuestionó Sancho despistado.<br />

—No Sancho, es d<strong>el</strong> entuerto d<strong>el</strong> que tenemos que escapar para que<br />

todas las personas y cosas vu<strong>el</strong>van a su lugar.<br />

—¿<strong>El</strong> eterno retorno?<br />

—Algo así. No es tiempo de filosofar y sí de actuar. Abre <strong>El</strong> Quijote<br />

por donde quieras; pon la palma de la mano en una página que yo la<br />

pondré en la otra. Atiende a la mente ecuánime y deja que suceda la<br />

dicha.<br />

Después de tanto escepticismo, de infamias y de hologramas,<br />

tenemos que dentro de la puerta, ¡se ha producido <strong>el</strong> «milagro»! Cuando<br />

<strong>el</strong> primer legionario de la policía secreta metió la pata en la librería, pudo<br />

ver justo cómo la pareja se desintegraba. Miles de millones de células se<br />

disgregaban y desaparecían de la vista como si por ósmosis, fueran<br />

absorbidas por <strong>el</strong> prahna que quizá en este espacio, habría que llamar<br />

antimateria. (Quien no crea que esto está demostrado científicamente,<br />

que pregunten a los doctores de la quántica que lo podrán confirmar.<br />

Quántica. Explican más o menos que «una partícula se convierte en onda<br />

y se desplaza en <strong>el</strong> tiempo.») Los que seguían tras <strong>el</strong> primer secreta<br />

quedaron sorprendidos por la parálisis d<strong>el</strong> compañero y como<br />

empezaban a empujar, preguntaron antes de derribarlo:<br />

—¿Qué pasa capitán? —preguntó un policía.<br />

—¡Han desaparecido! —respondió <strong>el</strong> secreta.<br />

—¿Quién se nos ha anticipado, los masones, los Illuminati o los<br />

Bilderberg? —preguntó <strong>el</strong> policía.<br />

—Me temo que ninguno porque no he visto nada, nada de nada.<br />

486


—Entonces habremos sido <strong>el</strong> terrorismo de estado —afirmó <strong>el</strong><br />

policía.<br />

—¡No está <strong>el</strong> horno para bollos así que coma y calle! —respondió <strong>el</strong><br />

capitán.<br />

—No es normal su reacción de quedarse paralizado —aseguró <strong>el</strong><br />

policía—. Me temo capitán que aquí hay gato encerrado. ¿Está seguro<br />

que no ha visto nada? Entonces ¿dónde están?<br />

—No lo sé; registren los alrededores, pateen las puertas, entren en<br />

las casas, pongan controles y practiquen detenciones<br />

—¿Todavía más Corcuera y más arrestos? —preguntó <strong>el</strong> policía.<br />

—Todas las que sean necesarias —ordenó <strong>el</strong> capitán de la secreta.<br />

Los presos preventivos tienen un patrón, <strong>el</strong> Habeas Corpus, que vale<br />

igual que <strong>el</strong> santo Antón. ¡Todos son presuntamente sospechosos!,<br />

especialmente, los p<strong>el</strong>os largos.<br />

—Si en Madrid II (Alcalá-Meco) no van a entrar por ser tantos, en la<br />

plaza de toros o <strong>el</strong> campo de fútbol los va a tener que encarc<strong>el</strong>ar<br />

—observó <strong>el</strong> policía.<br />

—Quiero a esos dos sea como sea Sargento, haga lo que considere<br />

necesario —mandó <strong>el</strong> capitán.<br />

—¿Incluso alquilar mercenarios? —preguntó <strong>el</strong> policía.<br />

—Mercedarios, trinitarios, jacuzzas o karatecas —puntualizó <strong>el</strong><br />

capitán con sorprendente familiaridad—. ¡Quienes sean! Tengo órdenes<br />

supremas para que esos dos reb<strong>el</strong>des sean arrestados.<br />

—¿Qué versión es la que nos tendremos que inventar? —preguntó <strong>el</strong><br />

policía.<br />

—Es la última vez que lo repito —gritó <strong>el</strong> capitán—: ¡No está <strong>el</strong><br />

horno para bollos! ¡Coma y calle!<br />

Se formaron patrullas de dos, de tres y de a cuatro y se pusieron a<br />

jugar al escondite un rato. Un ejército de más de un centenar de policías<br />

armados y equipos de perros adiestrados para buscar a dos reb<strong>el</strong>des semi<br />

ayunados. ¡Qué despliegue de medios! ¡Qué manera de hacer una<br />

invitación! Más que reunir a dos reb<strong>el</strong>des con algún tentáculo de la<br />

Caballería Jedi, parece que se trata de las condolencias de la Rice.<br />

A los secretas y municipales se unieron los nacionales y peinaron<br />

Alcalá de Henares como si de Bin Laden y su lugarteniente al-Zawahirí<br />

se trataran. <strong>El</strong> Paraninfo, la Magistral, <strong>el</strong> río, La isla y hasta la casa de<br />

Hyppolitus, fueron inspeccionados microscópicamente y ni la sombra ni<br />

la raspa encontraron de los ajusticiables. <strong>El</strong> dónde estará la pareja es lo<br />

487


que todos se preguntarán pero como en este libro no hay arcanos, lo que<br />

va de mamotreto es para que se sepa dónde están escondidos, exiliados e<br />

invisibles de los ojos de los agentes esclavos. Si supieran lo cerca que los<br />

tenían, habría sido fácil detenerles pero como siempre sucede con «lo<br />

oficial», empiezan por molestar mucho a los ciudadanos para terminar<br />

entorpeciendo diligencias y libertades. ¿Qué por qué se hace eso? Porque<br />

de esta manera se consigue que todos los ciudadanos opinen que se está<br />

haciendo algo aunque realmente, la inseguridad social aumenta sin parar.<br />

Los d<strong>el</strong> Centro de Int<strong>el</strong>igencia d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> podían haber secuestrado<br />

un <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do para haber sabido <strong>el</strong> infinito escondite de los<br />

reb<strong>el</strong>des. Si la policía leyera la transcripción, sabrían que perdían <strong>el</strong><br />

tiempo molestando a los ciudadanos porque <strong>el</strong> lugar donde está<br />

escondida la pareja reb<strong>el</strong>de más inmortal y perseguida de todos los<br />

tiempos pasados, presentes y venideros, es entre las manos y la mente de<br />

cada uno de los lectores.<br />

Seguro que los ciudadanos se enteran d<strong>el</strong> paradero reb<strong>el</strong>de antes que<br />

la Seguridad d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> pero ¿cuándo se percatarán de que los políticos<br />

van a ser los últimos en saber que en un momento determinado, al<br />

principio d<strong>el</strong> siglo XXI D.C., toda la humanidad está construyendo<br />

la decadencia d<strong>el</strong> Imperio Americano?<br />

Para que nadie se haga un lío, <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> salto dimensional (<strong>el</strong><br />

milagro) está narrado desde <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> mamotreto que comienza<br />

con lo que ya todos sabrán.<br />

Sabiendo desde <strong>el</strong> principio <strong>el</strong> espacio de esta evasión (desde<br />

cualquier lugar de la Mancha a todo <strong>el</strong> Universo), dejemos a los<br />

incompetentes a un lado para que las palabras continúen en boca de<br />

Sancho.<br />

—Si fue <strong>el</strong> capitán pirata, cantando alegre en la puerta, <strong>el</strong> que<br />

realmente ha visto lo que pasaba ¿por qué no cuenta la realidad al resto<br />

de policías a los que estorbaba? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—No lo sé Sancho.<br />

—¿Será un esquizofrénico más o uno que se hace <strong>el</strong> despistado?<br />

—No lo sé Sancho, no lo sé.<br />

—¿Qué pondrá en <strong>el</strong> informe oficial?<br />

—No lo sé Sancho, no lo sé.<br />

—¿Qué es lo que sabe?<br />

—Que como ya sabes, este tipo de preguntas has de hacérs<strong>el</strong>as a mi<br />

maestro.<br />

488


—¿Cómo es posible que él sí sepa contestar?<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor ha estado o está esquizofrénico (d<strong>el</strong> futuro ya se<br />

hablará), por eso te sabrá contestar; ha estado insertado en <strong>el</strong> Programa<br />

Smith y lo conoce en profundidad. [Ver Cypher. ¿A quién le tocará la<br />

china de acompañarlo al final?]<br />

—¿Se ha reb<strong>el</strong>ado contra Matrix?<br />

—¡Sancho!, ya conocerás al caballero Alcor. Takfir es quien acepta<br />

las decisiones de los gobernantes sin reb<strong>el</strong>arse; «es cómplice y por tanto<br />

será castigado» —dicen algunos musulmanes.<br />

—Entonces, él sería un sahih. ¡<strong>El</strong> caballero Alcor no puede existir!<br />

—¡Habla con respeto de mi maestro, Sancho, y para ya con tanta<br />

curiosidad!<br />

—Si lo dice por utilizar la jerga andalusí, no encuentro nada digno de<br />

censurar porque es una alabanza; si lo dice porque haya dicho que no<br />

puede existir, entienda que un tío así es demasiado extraordinario como<br />

para creer que existe y que además, tiene un código de barras aunque<br />

llamen carné de identidad.<br />

—Ya te he dicho que hables con más respeto de él. Para Imperio, <strong>el</strong><br />

Caballero Alcor es un reb<strong>el</strong>de, para la señal que emite Matrix es un<br />

hacker, para <strong>el</strong> Programa Civilización es un virus informático, para los<br />

personajes de <strong>El</strong> Quijote es <strong>el</strong> cabeza de turco que se va a comer <strong>el</strong><br />

marrón, para la Caballería Reb<strong>el</strong>de de la Orden de la Paz es su<br />

representante, para <strong>el</strong> tablero de ajedrez es uno de los que controlan la<br />

partida; para los troglodioses «es <strong>el</strong> tipo más p<strong>el</strong>igroso que existe»<br />

porque conoce «los códigos de acceso al ordenador de Sión», ha<br />

decodificado la señal que emite Matrix y puede hackearla. Conoce la<br />

longitud de onda que emite la realidad real, vive en Civilización pero no<br />

bajo su absoluta influencia, puede propagar <strong>el</strong> germen Reb<strong>el</strong>día a los<br />

civilizombis y por eso lo pueden convertir en <strong>el</strong> enemigo público (Ver<br />

Enemigo público, J. F. K.; Conspiración).<br />

—Vale, vale. Era por usar la jerga coloquial, señor caballero, no por<br />

molestar; si es su maestro, es incuestionable que no puede ser un<br />

cualquiera. Seguro que es un enrollado, sea tío o sea hermano.<br />

—Te va a encantar conocerlo aunque ahora estemos en un formato<br />

que te impide sentir su afecto y lealtad.<br />

—Me temo —siguió <strong>el</strong> escudero comprensible— que <strong>el</strong> eterno<br />

retorno se habrá producido por haber dicho alguna palabra de más. Ya<br />

me había sugerido que me cuidara por lo que diga y no por lo que no se<br />

489


dice. Me temo que todo se ha encadenado desde <strong>el</strong> despacho real en<br />

privado. Esto no ha salido muy bien.<br />

—¿Estás seguro de que <strong>el</strong> rey no dijo nada más?<br />

—¡Sí! Quizá hicimos algo mal o no hicimos algo.<br />

—¡No! Lo que pasó pasó y no pudo haber pasado de otra<br />

manera.<br />

—¿Cómo lo sabe?<br />

—Porque seguimos vivos.<br />

—Ya que seguimos vivos, resumamos la conclusión.<br />

Según consta en <strong>el</strong> manuscrito, no se puede determinar con claridad<br />

si lo que a continuación sigue son palabras de Sancho o d<strong>el</strong> narrador.<br />

¿—? <strong>El</strong> encuentro entre reb<strong>el</strong>des, maderos, secretas y tablillas se<br />

solucionó sin bajas por ningún lado; cuando los ciudadanos conocen<br />

todos sus derechos, los que vigilan su aplicación y aprovechamiento<br />

aprenden a tratar (en vez de a despachar) a los que se quieren abrazar y<br />

besar.<br />

Las mujeres consiguieron su objetivo: entretener la tiranía de la<br />

secreta. Además fue divertido y honorable sentirse unidas con los<br />

varones para afrontar matriarcalmente lo que <strong>el</strong> patriarcado impone<br />

machistamente. ¡Qué experiencia tan afectiva! Sentir cómo te detienen y<br />

sentir cómo te apoya la lealtad de los varones.<br />

Los tablillas consiguieron su objetivo: sentirse avergonzados por la<br />

actuación protagonizada. Por mucho que quieran embriagar con<br />

nóminas, sueños o alcohol, la conciencia de los tablillas percibía<br />

nítidamente la imposición de los secretas. Todos los derechos de los que<br />

allí estaban reunidos quedaban tirados por los su<strong>el</strong>os hasta que algún<br />

barrendero los fregara. Si a esto lo llaman corporativismo ¿a qué llaman<br />

estupidez?<br />

Los secretas no consiguieron su objetivo: «invitar» a la reb<strong>el</strong>de pareja<br />

inmortal a un controlado convite nupcial para que ambas partes se<br />

conocieran bíblica o popularmente.<br />

Sabido dónde está la pareja y daños colaterales resumidos, sepamos<br />

lo que presuntamente pondrá en <strong>el</strong> Informe Oficial en <strong>el</strong> que no constará<br />

dónde ni cuándo para que la coincidencia con la realidad sea pura<br />

casualidad:<br />

«Realizadas las averiguaciones pertinentes y como fruto de esta<br />

misión, es nuestro deber informar al Ministro de Interior:<br />

490


Que no se van a poder merendar a los dos reb<strong>el</strong>des porque han<br />

desaparecido sin decir ni pío. Todas las diligencias, previas y ejecutables,<br />

han sido infructuosas. No ha habido ni víctimas ni heridos.<br />

Daños colaterales:<br />

44 detenidos que serán puestos en libertad sin cargos porque no se<br />

les podrá acusar de nada.<br />

23 bajas en los cuerpos de policía municipal, nacional y secreta por<br />

depresión bipolar.<br />

A la espera de nuevas órdenes, atentamente les informa… <strong>el</strong> capitán<br />

de la policía secreta.»<br />

«Posdata: Puede que nos acusen de abuso de autoridad. Stop. Tienen<br />

pruebas digitales de nuestro desmán. Stop. ¿Llamamos a Houston o a los<br />

Fondos Reservados?» Stop final.<br />

No se han querido transcribir los informes de los legionarios de<br />

Astérix para que nadie pueda decir que más que un libro, esto parece un<br />

cómic de chistes. Pero si alguien quiere comprobar lo que dicen esos<br />

deformes en realidad, acúdase a la fuente que puede despertar a mucha<br />

gente. Los cómics de Astérix son una apología a la reb<strong>el</strong>día (contra la Pax<br />

Romana), en ese entorno concretamente (<strong>el</strong> histórico y <strong>el</strong> divulgativo).<br />

En <strong>el</strong>los se encontrarán las fuentes de «informes oficiales» y comisiones<br />

de investigación (Ver La cizaña, capítulo 15 de Las Aventuras de Astérix).<br />

Si se consiguiera abstraer la situación y extrapolarla a esta Matrix, en<br />

cuyo caso esta sería la sexta versión (según <strong>el</strong> arquitecto), los lectores<br />

sabrán <strong>el</strong> porqué estos cómics están en la Pax Americana y no en la Pax<br />

Romana firmados por Esopo y Clitias; perdón, por Apuleyo y Ludio.<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do tiene otro formato literario para divulgar lo<br />

mismo que en Las aventuras de Astérix: ¡Reb<strong>el</strong>ión total contra Imperio!<br />

¡Desobediencia civil! ¡Insumisión fiscal! Esto puede crear jurisprudencia<br />

absolutoria en cuanto a la censura o condena de este libro. Expresarlo de<br />

una manera u otra es una decisión de cada cual.<br />

En los cómics, la ironía ha escogido una manera lúdica de narrar lo<br />

que está pasando ahora ambientándolo en <strong>el</strong> periodo de decadencia de la<br />

Pax Romana. Utilizan personajes (Astérix, Obélix, Panorámix, Ideafix,<br />

Abracurcix...) que son ¿de ciencia ficción, de cómic, de imaginación, de<br />

admiración?<br />

En <strong>el</strong> libro, la ironía ha escogido una manera lúdica de narrar lo que<br />

está pasando ahora ambientándolo en <strong>el</strong> periodo de decadencia de la Pax<br />

491


Americana. Se utilizan personajes (Bushix, Aznarix, Blairix, Alcor,<br />

Zapaterix…) que son ¿de ciencia ficción, reales, de vergüenza, de terror?<br />

Después de tantos intentos por despertar a los sapiens a la manera<br />

divina ¿será éste <strong>el</strong> despertador que se necesita?<br />

Cuando en <strong>el</strong> argumento de una p<strong>el</strong>ícula se describen circunstancias<br />

actuales reales interferidas con mutantes, los espectadores piensan que<br />

nada es real porque un clon es ciencia ficción (Ver La isla). Las p<strong>el</strong>ículas<br />

tienen argumentos escandalosamente reales (como en Matrix), pero sus<br />

espectadores deciden no dar credibilidad a lo que se les presenta por la<br />

simple aparición de un platillo o un año futuro.<br />

Si en vez de intercalar extraterrestres en una p<strong>el</strong>ícula se presenta la<br />

realidad en formato de cómics, ¿quién se va a mosquear con que<br />

demasiadas coincidencias tengan con la realidad? Total, los cómics son<br />

cosas para niños… ¿Todos? ¡No! Algunos resisten todavía y siempre al<br />

invasor. Y la vida no es fácil para las guarniciones de legionarios<br />

americanos en los reducidos campamentos de Irak, Afganistán, Kosovo<br />

o Vietnam.<br />

Sin embargo, en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do todo parece asombrosamente<br />

real, hasta los personajes. Entonces, ¿qué pasará por <strong>el</strong> suceso de «un<br />

milagro» (<strong>el</strong> universo paral<strong>el</strong>o al que se accede por las puertas<br />

dimensionales, científicamente demostrado) intercalado en esta leyenda<br />

de la realidad real? ¿Lo convertirá todo en ciencia ficción, incluso <strong>el</strong><br />

contenido d<strong>el</strong> encuentro con los validos d<strong>el</strong> rey?<br />

Al margen d<strong>el</strong> Informe Oficial y de la Versión Original d<strong>el</strong> final d<strong>el</strong><br />

legendario encuentro, existe la tercera vía con la que se identificarán los<br />

que necesiten sospechar otra cosa.<br />

Los más conspiranóicos pensaron que <strong>el</strong> cambio de actitud d<strong>el</strong> rey<br />

había sido una estrategia de huida. Para salir de los entuertos graves hay<br />

que tener recursos certeros y es mejor salir en volandas que salir<br />

manteado o <strong>el</strong>evarse a los ci<strong>el</strong>os (en <strong>el</strong> h<strong>el</strong>icóptero, so malpensaos). <strong>El</strong><br />

tono poético d<strong>el</strong> rey cuando saboreaba <strong>el</strong> aroma de la soberanía popular,<br />

fueron para algunos las evasivas con las que poderse escapar. Después<br />

nadie hará nada y todo seguirá igual a menos que un caballero resurja<br />

para meter en cintura a Alfonso VI y al hemiciclo. ¿Quién apuesta a que<br />

la Casa Real no se sale de los Presupuestos Generales sin que tenga que<br />

significar <strong>el</strong> final de ninguna monarquía? (Este final está dedicado al juez<br />

d<strong>el</strong> Olmo por si algo malo pudiera sospechar). Sancho quiere responder<br />

a su manera, o sea, cambiando de tercio.<br />

492


—Ahora me he enterado —dijo <strong>el</strong> escudero— porqué la leyenda y <strong>el</strong><br />

encuentro tienen finales diferentes cuando para mí eran iguales; lo<br />

profetizó con un enigmático y breve mensaje después de contar mi<br />

despacho privado con <strong>el</strong> rey: «¡Conocerás las consecuencias!» (de hablar<br />

demasiado).<br />

—Las cosas no tienen un principio ni un fin: es <strong>el</strong> eterno retorno<br />

—zanjó <strong>el</strong> caballero.<br />

Sancho debió quedarse colgado con <strong>el</strong> retorno a lo eterno. Es lo<br />

último que dijo en Matrix y escucharlo le ha hecho dudar de la realidad<br />

en la que está. Cuando es <strong>el</strong> microprocesador y no <strong>el</strong> software lo que se<br />

queda colgado, r<strong>el</strong>acionar con fugacidad es lo que puede llevar a<br />

despistar. ¿A quién no le ha ocurrido tener algo en la punta de la lengua<br />

o que sienta un fugaz déjà vu? Por un instante, Sancho no ha sabido si<br />

estaba en Matrix o en la metarrealidad de Matrix. Don Quijote entendió<br />

la pausa que necesitaba <strong>el</strong> escudero y aguardó a que saliera por algún<br />

lado.<br />

Cuando llegamos al punto de partida y lo reconocemos como si<br />

fuera la primera vez que hemos estado, es porque se ha producido una<br />

de las espirales virtuosas que nos ayudan a regenerarnos y a renacer.<br />

Aunque pueda parecer una contradicción, reconocer por primera vez<br />

expresa que vemos lo mismo pero con perspectiva, desde <strong>el</strong> otro lado,<br />

desde afuera, pero conscientes de dónde estábamos (<strong>el</strong> punto de partida)<br />

y dónde estamos (<strong>el</strong> eterno retorno). Ambos lugares están exactamente<br />

en <strong>el</strong> mismo punto pero siempre son diferentes. Sancho lo irá digiriendo<br />

a su ritmo porque es su camino pero ahora lo que quiere es hablar.<br />

—Su majestad ha insistido mucho en la demolición de las Torres<br />

Gem<strong>el</strong>as —dijo <strong>el</strong> escudero cambiando no sólo de tercio sino también<br />

de plaza—. ¿Cómo le ha persuadido de <strong>el</strong>lo?<br />

—Muy fácil, ha entendido rápidamente que es imposible que dos<br />

torres de acero y hormigón armado de tetracero caigan simétricamente a<br />

v<strong>el</strong>ocidad de casi caída libre.<br />

—¿Y lo d<strong>el</strong> otro edificio que cayó por la cara?<br />

—Lo d<strong>el</strong> WTC 7 es harina de otro costal más descarado todavía.<br />

Aparte de los archivos de Enrom y no sé si de Holliburton, seguro que<br />

todas las multinacionales que necesitaran una excusa para desaparecer<br />

información reservada, habrían alquilado una oficina pocas semanas<br />

antes para justificar la destrucción de sus archivos. Si algún juez osara<br />

493


preguntar por dicha información, la respuesta está clara: se volatilizó<br />

junto al 11-S.<br />

—Partiendo de que estamos en <strong>el</strong> mismo bando y que <strong>el</strong> punto de<br />

partida incluye <strong>el</strong> que sepamos que son un autoatentado, ¿cómo lo<br />

hicieron tan difícil para que cualquiera se diera cuenta de que había gato<br />

encerrado?<br />

—¡Cualquiera no! —corrigió don Quijote—, sólo los más despiertos.<br />

La Federación Galáctica está reclutando su ejército de terrícolas.<br />

Necesitan gente que esté despertando. O no tienen mucha confianza en<br />

esta potencialidad o evalúan a los civilizombis por debajo de la estupidez<br />

total.<br />

—¡No me lo creo, no es posible! ¿Me está diciendo que una<br />

campanada como la mentira oficial d<strong>el</strong> 11-S puede ser <strong>el</strong> despertador que<br />

usen los dioses para presentarse como los buenos de la p<strong>el</strong>ícula? Es<br />

increíble que después de más de un lustro de investigaciones y<br />

conclusiones, los civilizombis se sigan chupando <strong>el</strong> dedo con la misma<br />

información.<br />

—¡O con un chupa-chups! Como sin duda estarás deduciendo, la<br />

anomalía es sistémica y por eso crea fluctuaciones hasta en las<br />

ecuaciones más simplistas. O sea, cuando se ejecuta una «obra de<br />

arte» precisa, sublime (11-S), también se dice que es casi perfecta<br />

porque causalmente se dejan cabos sin atar. Que los cabos sean tan<br />

descarados denota que los dioses han puesto <strong>el</strong> listón de la ceguera de los<br />

civilizombis por debajo de la estupidez. ¿Por qué hizo <strong>el</strong> avión una<br />

trayectoria tan rara? ¿Qué impactó contra los muros de hormigón d<strong>el</strong><br />

Pentágono?<br />

»Necesitan que millones de individuos despierten de una vez y<br />

cuando se descubra la realidad real de lo que sucedió <strong>el</strong> 11-S, los sapiens<br />

van a flipar o a chiflar por millones porque se van a enterar de que están<br />

controlados. De cómo se gestione este despertar, será la partida de<br />

ajedrez que los Caballeros Andantes y Jedis comienzan a ajustar. Una<br />

ecuación muy simplista es otra manera de decir que si <strong>el</strong><br />

encefalograma de los civilizombis no es completamente plano, sin duda<br />

es muy básico.<br />

—Con tanto sinónimo, antónimo, metáfora, paral<strong>el</strong>ismo, ironía o<br />

hipocresía políticamente correcta —expuso Sancho—, ¡vamos a acabar<br />

todos esquizofrénicos perdidos! ¿No es más simple llamar a las cosas por<br />

su nombre? Actuar así denota que los dioses están ahí, tienen miedo,<br />

494


temen a los reb<strong>el</strong>des y temen <strong>el</strong> cambio; su obra de arte sublime y<br />

precisa se les desmorona de las manos. Si los sapiens estamos zombis,<br />

que nos lo digan directamente a la cara y por las claras.<br />

—¡Sancho!, en Matrix todo es apariencia, mentiras…<br />

—¡Una infamia! —resumió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Da igual que te alteres, ¡es así!; temen <strong>el</strong> cambio. Decir<br />

ecuaciones simplistas es más comercial que decir civilizombis y mucho<br />

más lucrativo que decir: ¡¡humanos, estáis dormidos o zombis!!<br />

¡¡¡despertaaaaaaaaaaaaD!!!<br />

—¡Qué asco!<br />

—¡Es así! ¿Quieres una galleta?<br />

—¡Váyase a la…! Perdone maestro. Es <strong>el</strong> ego que sale a maltratar<br />

pero que se puede controlar. ¡Que se joda! (<strong>el</strong> ego).<br />

—Tranquilo Sancho. Es habitual que desahoguemos nuestra<br />

indecisión con <strong>el</strong> que tenemos más cerca porque canalizarla con uno<br />

mismo necesita o mucha meditación o mucha psiquiatría. No quedará<br />

inadvertido que en hora buena has conseguido controlar al jodido ego<br />

cuando te iba a salir por la boca; encontrarás ocasiones en los que no te<br />

salga de la mente y llegarás a diluirlo totalmente.<br />

—Estoy más tranquilo pero no consigo entender cómo gestiona al<br />

ego para tenerlo zombi dentro de la mente.<br />

—Es una decisión, solamente una decisión.<br />

—No exagere que no es tan fácil. Yo tomé la decisión pero no he<br />

conseguido nada.<br />

—Desde fuera está muy claro que esta batalla la has ganado.<br />

—Pero no la guerra.<br />

—No tengas prisa, que <strong>el</strong> camino de despojarse d<strong>el</strong> ego hay que<br />

andarlo y es compasionante. Ya sabes que los dioses camuflan sus<br />

mensajes con ciencia fición y sus personajes con hologramas; descubrirás<br />

más cuanto más despierto estés. <strong>El</strong>los hablan a través de todos los<br />

medios, principalmente audiovisuales porque son los más rotundos, pero<br />

no dejan de utilizar ningún otro: cómics, libros, radio, prensa, Internet…<br />

En p<strong>el</strong>ículas como la trilogía Matrix se expresan a discreción, en otras lo<br />

hacen un montón y en otras, con tanta discreción que no dicen nada.<br />

Entre mensaje y mensaje subliminal, bombardean la psique sapiens con<br />

infinidad de imágenes explícitas y de recados publicitarios precisos.<br />

—Pero entonces ¡nadie se entera de nada!<br />

495


—Es precisamente lo que quieren los dioses: despertar a los menos<br />

simplistas para ver qué se hace con los más simplistas. Fíjate si lo<br />

tienen previsto que escucha cómo lo dicen:<br />

»La solución para que los individuos acepten <strong>el</strong> Programa es que<br />

puedan <strong>el</strong>egir (entre los diferentes productos de un hipermercado o<br />

estudiar ciencias o letras.) Aunque esta solución funcionó, presentaba<br />

un importante defecto de base (es omniaburrido y omnidestructivo)<br />

con lo cuál generaba una contradictoria anomalía sistémica (en <strong>el</strong><br />

Sistema) que de no regularse, podría poner en p<strong>el</strong>igro <strong>el</strong> propio<br />

sistema. Ergo si no se regulaba a aqu<strong>el</strong>los que rechazaban <strong>el</strong><br />

programa (despiertos, hackers), aunque fueran una minoría (los<br />

reb<strong>el</strong>des), constituirían una creciente probabilidad de desastre.<br />

»Volver a repetir que Gandhi, Kennedy, Luther King, Lennon o<br />

Lady Dy eran anomalías sistémicas que tuvieron que regularse para<br />

que no pudieran poner en p<strong>el</strong>igro al propio sistema no es para que<br />

te enteres tú, es para crear un mantra que de tanto repetirlo, no se pueda<br />

olvidar.<br />

»Imagínate —siguió don Quijote proponiendo— que la Federación<br />

Galáctica explicara con sus grandes despliegues multimedia lo que<br />

realmente sucedió en la Torres Gem<strong>el</strong>as.<br />

—<strong>El</strong> resultado es sencillo —intermedió <strong>el</strong> escudero—; los sapiens<br />

sapiens se enrolarían a ese carro porque representa <strong>el</strong> lado de los buenos.<br />

Los que ahora están despertando confirmarían sus sospechas sobre <strong>el</strong><br />

montaje y los que están totalmente zombis podrían resucitar.<br />

—<strong>El</strong> que sepa desv<strong>el</strong>ar alguna de las mentiras ocultas tras la ceguera<br />

—explicó don Quijote—, merecerá <strong>el</strong> respeto de la multitud. Es<br />

fundamental que <strong>el</strong> que sepa hacerlo, lo haga con sentido común y<br />

lealtad a la especie humana. La Historia de Civilización ha demostrado<br />

que los Caballeros Jedis no sienten esa lealtad porque la divinidad es <strong>el</strong><br />

germen de su enfermedad: ¡son psicópatas! La Historia (real) de<br />

Civilización ha demostrado que a los Caballeros Andantes nos mueve la<br />

lealtad que sentimos por la especie humana. Por eso no nos da miedo<br />

haber reb<strong>el</strong>ado que la tierra no es plana ni <strong>el</strong> centro de nada y ni tampoco<br />

reb<strong>el</strong>ar que la sociedad está egónica y que la especie se está extinguiendo.<br />

Sabemos que hace falta una Odisea para desdecir nanas que empezaron<br />

antes de «La tierra es plana» y no terminarán con la de «<strong>El</strong> cambio<br />

climático» ni «Las armas de destrucción masiva». ¡La Odisea está<br />

empezando!<br />

496


—Si los civilizombis se enteraran por nuestra parte, mereceremos al<br />

menos la consideración —añadió Sancho.<br />

—¿Quién será primero, la Federación Galáctica o la Caballería<br />

Andante? —cuestionó don Quijote—. Quizá sea la pregunta d<strong>el</strong> millón<br />

pero imagínate lo que estarán sintiendo ahora ambas Caballerías ante <strong>el</strong><br />

tablero de ajedrez cuando para comenzar la partida se necesita más de un<br />

mes. ¿Estrés, indecisión, duda? ¿Qué palabra se puede poner? Cuando<br />

nos encontremos con <strong>el</strong> caballero Alcor, úrg<strong>el</strong>e para que seamos los<br />

primeros en dar en la piedra, aunque juegue con negras. Hay que evitar la<br />

hostilidad entre civilizombis y despiertos como sea. ¿Cómo crees que se<br />

sentirá <strong>el</strong> caballero Alcor ante este dilema?<br />

—¿Nerviosillo?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o a él.<br />

—Por <strong>el</strong> lugar de los luceros —evocó <strong>el</strong> escudero—, debemos de<br />

estar cerca d<strong>el</strong> alba; por los trinos de los pájaros <strong>el</strong> día estará<br />

amaneciendo. Podríamos poner sueño en <strong>el</strong> alma para que ¿mañana-hoy?<br />

(¿entrada-salida/dentro-fuera?) podamos despertarnos donde sea pero<br />

despiertos.<br />

—¡Qué poético eres Sancho! —f<strong>el</strong>icitó con cierta ironía <strong>el</strong><br />

caballero—; ¡tanta const<strong>el</strong>ación de estr<strong>el</strong>las y tanta luz d<strong>el</strong> alba! para estar<br />

ahora cegato.<br />

—Invisible pero no cegato —puntualizó <strong>el</strong> escudero—. Quizá no<br />

vea con los ojos de la cara pero veo con los d<strong>el</strong> alma.<br />

—Tanta poesía blandengue te está poniendo repipi.<br />

—¿Qué le hace pensar que es poesía: las estr<strong>el</strong>litas en los ojos o lo<br />

cara que cotiza <strong>el</strong> alma?<br />

—Pues si no es poesía, será cierta ironía con la que balancear la<br />

democrática ecuación de la hipocresía.<br />

—Es que me siento tan a gustito aquí… —ronroneó Sancho—.<br />

—Deja de vacilar a los lectores porque se van a mosquear con lo que<br />

hablas; <strong>el</strong>los saben perfectamente que no estás viendo ni sintiendo nada<br />

porque ahora sólo existes en la imaginación; los lectores son conscientes<br />

de <strong>el</strong>lo. En este instante, que se puede definir como eterno, estás entre<br />

unas líneas de palabras y no estás entre los lectores de palabras. No<br />

olvides que la cuestión es «Estar o no estar» y no «Ser o no ser». Al<br />

parecer tú estás; que sea donde sea, ¡qué más da! Dependiendo desde<br />

dónde se digan, palabras como dentro/fuera o salida/entrada pueden<br />

497


significar lo opuesto de lo que dicen. Con todo <strong>el</strong> resto de vocablos no<br />

sucede precisamente lo contrario (¿ayer, hoy, mañana?).<br />

A las tantas de la madrugada<br />

la madre ha escuchado más voces;<br />

las de antes venían de la calle<br />

de unos ciudadanos reb<strong>el</strong>des,<br />

las de ahora de su chavalote<br />

porque está imaginado un pasote<br />

Sin saber si emocionado<br />

o mejor y más bien trastornado<br />

<strong>el</strong> niño se ha puesto a llorar<br />

al matar a su Pokemon principal.<br />

Pikachu es una rata <strong>el</strong>éctrica<br />

pero no un bichejo a pilas<br />

que en vez de tener vergüenza<br />

de sus mofletes rojo pálidos<br />

salen rayos, truenos y cent<strong>el</strong>las.<br />

Hay muchísimos más personajes<br />

con unos nombres tan extraños<br />

que la lista de los reyes godos<br />

es más fácil de memorizar.<br />

F<strong>el</strong>isín está enamorado<br />

de Kasumi, Misty en americano<br />

que siendo personaje de manga<br />

es guapa, alegre y competitiva.<br />

¡Vaya ejemplos inculcan a niños<br />

con este tipo de protagonistas<br />

las unas las imitan fieramente,<br />

los otros se enamoran dulcemente<br />

de una potencial psicópata<br />

que mete la pata con la mente.<br />

En su candidez perdiéndose<br />

<strong>el</strong> nene se programa <strong>el</strong> cerebro<br />

imita al personaje masculino<br />

que por nombre usa <strong>el</strong> bíblico Ash.<br />

Con estos ejemplos que les embuten<br />

desde que son muy chiquititos<br />

no es de extrañar que después<br />

formen una parejita f<strong>el</strong>iz.<br />

<strong>El</strong> personaje «prefe» d<strong>el</strong> nene<br />

es uno parecido a un Bambi;<br />

498<br />

si Vulpix le han puesto a esa cosita<br />

imitando a un nombre galo<br />

ha sido por ser simplemente<br />

pa’disimular que la llaman putita<br />

dicho en latín muy cultamente.<br />

Pensar si los nenes son memos<br />

analizando estos ejemplos<br />

pudiera apuntar una causa<br />

de tanta vileza y desenfreno.<br />

La diferencia entre realidades,<br />

las dos, la de Matrix y la d<strong>el</strong> cómic,<br />

es tan simple y <strong>el</strong>emental<br />

que cualquiera se podrá percatar:<br />

una sucede en la t<strong>el</strong>evisión<br />

y la otra es esta la vida loca.<br />

¡Cuántas realidades existen<br />

conviviendo simultáneamente<br />

y la que muchos han escogido<br />

no es la más casta ni la más decente!<br />

Por eso después no se extrañen<br />

los que vivan en sólo una de <strong>el</strong>las<br />

que les pasen a otros sapiens<br />

extrañas cosas y muy asombrosas.<br />

Los unos invisibles o cegatos,<br />

los otros pokemonizados<br />

con unos bichos que sin ser sagrados<br />

los veneran más que los bendicen<br />

como a los tamagotchis santificados.<br />

Sin que sea igual <strong>el</strong> formato<br />

que utilicen los divinos dioses<br />

¿cómo van a encontrar coincidencias<br />

entre la realidad de Sancho y Quijote<br />

con cualquiera que no sea inmortal<br />

aunque fuera sapiens tridimensional?<br />

Pregunten al caballero Alcor;<br />

verán que les responde con primor,<br />

con honor y sorprendente candor<br />

si no le tocan ni un cojón.<br />

Es un sapiens tridimensional


insertado en la realidad de Matrix<br />

d<strong>el</strong> Multiverso simultáneo<br />

que sucede en todos sus instantes.<br />

Si hubiera alcanzado la inmortalidad<br />

sería por un personaje<br />

de una bidimensionalidad<br />

o realidad en la que estuviese<br />

insertado en ese instante<br />

como ahora lo está en la de Matrix.<br />

Se le conoce a ese hombre<br />

y transcriptor andalusí<br />

con <strong>el</strong> reconocido nombre<br />

de Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i.<br />

¿Dónde se habrá quedado<br />

<strong>el</strong> paseo d<strong>el</strong> atardecer<br />

d<strong>el</strong> sujeto con la bicicleta,<br />

los otros hablando en la placeta<br />

queriéndolos empap<strong>el</strong>ar la secreta,<br />

y los otros con vida indiscreta<br />

aunque empresario y ex-ejecutiva<br />

sean la f<strong>el</strong>iz parejita?<br />

Como ahora se queda en pasado<br />

ya a nadie le puede importar<br />

pero recuerden que hace un rato,<br />

antes d<strong>el</strong> insomne trasnoche<br />

por imitar a los civilizombis<br />

o a los Pokemon Pikachu,<br />

<strong>el</strong> ordenador había dejado<br />

colgado al transcriptor d<strong>el</strong> libro<br />

y ahora ni se acuerda<br />

d<strong>el</strong> mogollón ni d<strong>el</strong> estropicio.<br />

Vamos a dormirnos de una vez<br />

si no quieren lo van a repetir<br />

los que de andanzas por <strong>el</strong> lugar<br />

van a reaparecer para despedir.<br />

—Por mis comentarios —descubrió Sancho—, ahora soy invisible y<br />

ciego pero no cegato; que no pueda ver no implica que no sepa lo que<br />

pasa. Consideraba aclarado que no es lo mismo ciego que cegato, ya sea<br />

por <strong>el</strong> ego, <strong>el</strong> dinero, <strong>el</strong> futuro o <strong>el</strong> zapato. ¿Cómo distinguen los lectores<br />

cuándo están conscientes o cuándo <strong>el</strong> subconsciente les dice «estás<br />

consciente»?<br />

—No lo sé Sancho —se excusó cansinamente don Quijote—, no lo<br />

sé. Ya te he dicho que este tipo de materias tienes que comentarlas con <strong>el</strong><br />

caballero Alcor porque él es <strong>el</strong> que ha experimentado <strong>el</strong> Programa<br />

Smith, ha vivido suficientes lustros en Matrix, conoce la hegemonía de<br />

la psique, la d<strong>el</strong> ego, la d<strong>el</strong> alma y la d<strong>el</strong> Páter. Él resolverá todas tus<br />

dudas.<br />

—¿Dónde vamos a estar mañana?<br />

—Sabes muy bien que hay detalles previsibles pero d<strong>el</strong> futuro, nadie<br />

sabe nada de nada. Pero para que nos durmamos te voy a responder: o<br />

en ¿Qué es Matrix?, en Matrix o en…<br />

—… —Sancho.<br />

—… —<strong>el</strong> caballero.<br />

—… ¿en la muerte, <strong>el</strong> sueño…? —insinuó Sancho precavido.<br />

—¡En <strong>el</strong> multiverso paral<strong>el</strong>o!... —presentó don Quijote.<br />

—… —Sancho.<br />

499


—… —<strong>el</strong> caballero.<br />

—No sé qué será la muerte —puenteó <strong>el</strong> caballero—; pero si la<br />

utilizas para resumir cualquiera de las infinitas posibilidades que pueden<br />

suceder, te podré decir que sí. La muerte nunca está «aquí», ni cuando<br />

hablas desde <strong>el</strong> libro ni en Matrix. La muerte… Eso es diferente.<br />

Hasta mañana lectores, sea cuando sea y donde sea e incluso como<br />

sea y en la realidad que sea.<br />

500


Mamotreto XIV.<br />

EN EL QUE VUELVEN A ENTRAR EN MATRIX<br />

Y DA COMIENZO EL BAILE DE DISFRACES<br />

EN EL QUE SE EMPIEZA A QUITAR<br />

LAS MÁSCARAS DE LOS PERSONAJES<br />

Después de un sueño profundo y breve tan escaso como <strong>el</strong> oficio de<br />

maitines, en una revu<strong>el</strong>ta que <strong>el</strong> escudero dormido dio, hizo que sintiera<br />

la dureza de la almohada provocando su despertar causal. Tan duro está<br />

<strong>el</strong> encuadernado pap<strong>el</strong> que <strong>el</strong> escudero lo podría haber confundido con<br />

una piedra aparecida junto al primoroso lecho en <strong>el</strong> que se acurrucaba.<br />

Tal y como evocaba, <strong>el</strong> trino de los pájaros y la luz d<strong>el</strong> amanecer se cu<strong>el</strong>a<br />

entre las líneas de este nuevo día que está comenzando repleto de<br />

infinitas posibilidades. <strong>El</strong> subrayado de esta frase está en las infinitas<br />

posibilidades y no en la luz o <strong>el</strong> sonido d<strong>el</strong> día que en un entorno natural,<br />

su<strong>el</strong>en comenzar siempre igual (mientras que Madre Tierra siga girando<br />

con la misma inclinación) aunque todos los amaneceres sean diferentes.<br />

Como las circunstancias son las mismas ¿qué más da cuándo se está?, la<br />

cuestión es que pasen cosas para saber que estamos vivos. ¿A qué cosas<br />

nos referimos? A las que no sabemos que nos van a pasar porque cuando<br />

siempre son las mismas, eso es igual a que no nos pase na de ná.<br />

<strong>El</strong> dónde… <strong>El</strong> dónde da igual porque cuando te sabes comportar y<br />

puedes adaptarte rápidamente al entorno, ¿qué más da <strong>el</strong> dónde sea si en<br />

cualquier sitio se puede estar? Como no tenemos brújula ni r<strong>el</strong>oj a mano,<br />

dejemos que la pareja nos diga dónde y cuándo estamos.<br />

—¿Dónde estamos? —preguntó Sancho bostezando.<br />

—En Matrix —respondió <strong>el</strong> caballero despierto.<br />

—¡Qué difícil es hacer la siguiente pregunta! —confesó Sancho—.<br />

Dejemos que pase <strong>el</strong> tiempo.<br />

Y así fue. Esta sugerencia de Sancho nos recuerda que entre las cosas<br />

que pueden surgir y que seguramente no suceden todos los días, hay<br />

veces que dejar pasar <strong>el</strong> tiempo es lo mejor que se puede hacer. Puede<br />

parecer que es poco o que no tiene ningún sentido, pero desde estas<br />

líneas desafío a esta justa de caballería en la que todos los que quieran


pueden lidiar la prueba; cuéntese cómo se sienten después de pasar unas<br />

horas dejando que solo pase tiempo. Si en la conclusión se coincide en la<br />

insoportable pesadez d<strong>el</strong> estar, téngase en cuenta que <strong>el</strong> tiempo podría<br />

ser un enemigo más o algo que tiene que conocerse para hacerlo un<br />

aliado inmortal. Si se siente <strong>el</strong> tiempo con ansiedad, compartirlo junto a<br />

Sancho, que sí sabe pasar, puede ser una fatalidad. Si de algo <strong>el</strong> escudero<br />

es doctor, es de estar las horas en Babia o en donde él las quiera pasar<br />

aunque ahora quiera hablar.<br />

—Pero explique si estamos en la Matrix d<strong>el</strong> libro o en la de la calle<br />

—pidió Sancho después de un buen rato.<br />

—¡Qué manera de expresarse! ¿Siempre que te despiertes vas a<br />

preguntar lo mismo?<br />

—¿A quién no le gustaría saber si cuando se despierta está en Matrix,<br />

o sea, si sigue conectado a Matrix igual que ayer?<br />

—A todos Sancho pero nadie se lo pregunta.<br />

—¿Entonces…?<br />

—Se nota que estás pensando, que estás en tu contexto particular y<br />

que se te ha olvidado que existe otro entorno fuera de ti al que no se<br />

puede asaltar so pena que quieras que se te llame antisocial.<br />

—Me he despertado con una pequeña duda existencial que quizá<br />

usted me pueda resolver —dijo Sancho con soniquete retórico—. Puede<br />

que no sea importante pero a mí me ayudaría mucho saber si estamos en<br />

la realidad de Matrix o en la metarrealidad de Matrix, en la tridimensional<br />

o en la bidimensional. Si al fin y al cabo ambas son un programa<br />

informático, no debería ser muy difícil aclarar esta insignificancia al<br />

escudero. Puede que sea curiosidad, puede que no tenga importancia<br />

pero para mí, todavía no es lo mismo estar en la realidad o en la<br />

metarrealidad de Matrix.<br />

—Como ya he dicho, estamos en Matrix. ¿Qué sientes?<br />

—Que estoy vivo.<br />

—Pues entonces ¡no hay más que hablar!<br />

Sancho volvió a dormirse, a abstraerse o sencillamente, a callarse.<br />

Sería fácil pensar que este aterrizaje en la realidad de Matrix le había<br />

sentado de maravilla porque <strong>el</strong> traspaso dimensional sea algo habitual y<br />

ya no altera su serenidad, pero también se podría especular que es<br />

insoportable y se ha vu<strong>el</strong>to a dormir porque no lo ha podido aguantar.<br />

Lo que sea sabremos cuando Sancho vu<strong>el</strong>va a estar. Don Quijote<br />

aprovechó para volver a entregarse a la meditación. <strong>El</strong> amanecer es tan<br />

502


suave que al ensimismamiento no lo perturba ni la brisa d<strong>el</strong> aire que tan<br />

quieta como está, parece que no estuviera o que fuera un r<strong>el</strong>leno literario<br />

de los que no se va a usar.<br />

Por los indicios d<strong>el</strong> día se puede pronosticar que será otro de los<br />

primaverales aunque haya comenzado <strong>el</strong> otoño. Lo que sea, como con<br />

Sancho ¿quién lo sabrá? Entonces ¿para qué pronosticar? Es «natural»<br />

que <strong>el</strong> narrador caiga en contradicciones que demuestran que <strong>el</strong> futuro<br />

está metido hasta <strong>el</strong> núcleo de las neuronas, y para colmo de<br />

contradicciones, sólo cabría esperar que <strong>el</strong> virus Futuro no haya<br />

infectado a la membrana c<strong>el</strong>ular. Para su descarga se añadirá que darse<br />

cuenta de <strong>el</strong>lo es un paso más. ¿Cuándo se olvidará las ganas de<br />

pronosticar? En <strong>el</strong> futuro. Vayamos con la pareja que puede que esté más<br />

atenta que <strong>el</strong> propio narrador a este tipo de contradicciones.<br />

—¡No me diga nada que en cuanto pase un avión, voy a saber dónde<br />

estoy y obviamente cuándo estoy!<br />

—Gracias por tenerme en cuenta.<br />

—No se lo tome a mal que cuando las cosas van tan rápidas, primero<br />

tiene uno que saber dónde y cuándo está para empezar a hablar.<br />

—Ten en cuenta que podría ser domingo y las patrullas aéreas su<strong>el</strong>en<br />

descansar.<br />

—Imagine por un momento que cuando se despierta por la mañana,<br />

no sabe cuándo está; siente que respira, siente un nuevo día y siente la<br />

energía para ponerse a vivir. Ve la luz, estima <strong>el</strong> aire, aspira la sequedad,<br />

escucha los pájaros… Coincidirá conmigo en que es muy distinto vivir<br />

en un libro que en Civilización; en <strong>el</strong> texto estamos r<strong>el</strong>ajados porque un<br />

negro nos dicta <strong>el</strong> guión, en Matrix somos nosotros los que podemos<br />

hacer <strong>el</strong> mamón. No me diga que no es curioso que uno tenga que<br />

esperar <strong>el</strong> paso de un avión para saber si son los Austrias o los Borbones<br />

los que reinan en la nación. Las circunstancias cambian de una época a<br />

otra y <strong>el</strong> disco duro necesita aclarar sobre todo <strong>el</strong> cuándo está para saber<br />

cómo tiene que funcionar. <strong>El</strong> dónde, ahora mismo, es irr<strong>el</strong>evante. Me<br />

encuentro cómodo, me encuentro seguro porque lo siento a mi lado y<br />

sólo me queda esperar a saber <strong>el</strong> cuándo. ¿Qué es lo próximo que va a<br />

pasar, un auténtico camión de bomberos o una carroza real? ¿Entiende<br />

cómo me siento? ¿Siente mi bienestar?<br />

»Fuera de cachondeo, me encuentro equilibrado y ecuánime a la<br />

espera… ¡A la espera de nada! ¿Cómo se encuentra usted?<br />

503


—Estamos fuera de todo p<strong>el</strong>igro por si algún recuerdo incontrolado<br />

se te pudiera pasar.<br />

—Depende de cuándo me diga que estamos.<br />

—También dependerá d<strong>el</strong> dónde.<br />

—Tiene razón —afirmó Sancho queriendo zanjar con <strong>el</strong> dónde y <strong>el</strong><br />

cuándo que le estaba rallando—; pero como me siento vivo ¿no hay<br />

poción reb<strong>el</strong>de hoy?<br />

<strong>El</strong> caballero percibió la v<strong>el</strong>ocidad de resolución d<strong>el</strong> escudero;<br />

dependiendo de lo que suceda, Sancho sabría cuándo está sin necesidad<br />

d<strong>el</strong> avión. Si bebe la poción estará en Matrix; si no la puede beber estará<br />

en ¿Qué es Matrix?<br />

—Con qué bríos te despiertas Sancho; deja que la entrada de la<br />

mañana se incorpore poco a poco en <strong>el</strong> cuerpo a través de los chakras y<br />

cuenta si recuerdas porqué sientes bienestar.<br />

—No me venga con terapias alternativas ni sugerencias new age<br />

que si estamos en ¿Qué es Matrix? me voy a r<strong>el</strong>ajar y si estamos en Matrix,<br />

me tengo que activar sin que suene <strong>el</strong> despertador y estar siempre alerta<br />

para que no se cu<strong>el</strong>en las apariencias y no se salgan los egos. No es lo<br />

mismo sentirse en paz que estar constantemente al loro.<br />

—Pon cuidado en lo que dices porque si ambas son Programas,<br />

deberías sentirte igual.<br />

—Que no mi señor, que no; puede que sean programas pero no es<br />

igual la vida con <strong>el</strong> traspaso dimensional. No es lo mismo hablar entre<br />

lectores que hablar con los lectores. Por ejemplo, les diría que me he<br />

despertado en un lecho primorosamente preparado y eso me hace<br />

sospechar que «yo» no lo he compuesto porque soy más descuidado. Les<br />

diría que siento la humedad d<strong>el</strong> río Henares que fluye más abajo y que al<br />

fondo aparece todavía iluminada con farolas y también con la luz d<strong>el</strong> día,<br />

la famosa ciudad de Alcalá… Ya está, ¡estamos en Matrix!<br />

—¿Por qué tanta seguridad?<br />

—Por <strong>el</strong> derroche de energía que es la gran calamidad. Competir<br />

contra la luz d<strong>el</strong> día con farolas encendidas debe de ser consecuencia de<br />

la psicopatía colectiva. No me cuente más, ya está; esto es todo lo que<br />

necesitaba para que <strong>el</strong> disco duro se pusiera a funcionar. Ya había<br />

imaginado que estábamos en Matrix.<br />

—¡No!; estábamos en ¿Qué es Matrix? y ahora estamos en Matrix.<br />

<strong>El</strong> escudero entró en un calderón mental para reiniciarse. Tantas<br />

cosas cambian por la existencia de unas farolas, que concebir todo <strong>El</strong><br />

504


Sistema que las ha colocado allí necesita cierto tiempo para que la<br />

ubicación tenga su espacio. Si sólo en unas farolas hubiera que pensar<br />

cuando uno se despierta, <strong>el</strong> porqué y para qué te levantas todas las<br />

mañanas no quedaría en plano tan lejano. Como puede ser temprano<br />

para meterse en berenjenales, recurramos al ingenio, que es lo que tiene<br />

Sancho.<br />

—<strong>El</strong> auténtico reto de una decisión es tener que volver a<br />

tomarla aún a sabiendas de lo que podría costar. Creo que me<br />

siento muy a gusto habiéndola tomado ya que vu<strong>el</strong>vo a estar aquí<br />

otra vez. Como ahora sé dónde estoy, deje que le haga algunas preguntas<br />

que anoche no me dejó <strong>el</strong> andalusí.<br />

—¡Qué p<strong>el</strong>eas te traes con <strong>el</strong> transcriptor!<br />

—Es que a veces va a su bola y no pregunta lo que yo quiero.<br />

—Pues aprovecha que ahora puedes y no olvides agradecer, que es él<br />

<strong>el</strong> que nos ha enseñado que existe una puerta que podemos traspasar si<br />

tomamos la decisión de hacerlo.<br />

—¿Dónde está ahora <strong>el</strong> andalusí? ¿Estará durmiendo?<br />

—Está donde siempre estamos cuando no estamos en Matrix: en un<br />

universo paral<strong>el</strong>o. Puede que esté durmiendo pero vamos a intentar no<br />

pronosticar.<br />

—No es curiosidad por lo que no haga pero cuando está con ¿Qué es<br />

Matrix? no me deja en paz; percibo más que antes cuándo me utiliza y<br />

cuándo me deja hablar.<br />

—Como tarde o temprano lo vas a conocer, deja para entonces este<br />

tipo de cuestiones. Por lo que dices, percibes su mente con sutileza para<br />

reconocer cuánto te deja hablar y cuándo lo hace por él. Sabes que los<br />

paréntesis, los entre guiones y los comentarios son suyos y que mientras<br />

que estamos en ¿Qué es Matrix?, todo lo que digamos también; pero lo<br />

que estamos reb<strong>el</strong>ando y viviendo en Civilización es parte de una Odisea<br />

que se registra en unos manuscritos que le tendremos que entregar para<br />

que realice su transcripción. Nosotros podemos estar en <strong>el</strong> libro o estar<br />

en Matrix; <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> caballero Alcor tiene más<br />

dimensiones.<br />

—¿Quiere decir que está fuera de la muñeca rusa Tercera<br />

Dimensión?<br />

—Quiero decir que traspasar la puerta Cuarta Dimensión abre al<br />

universo de las infinitas posibilidades en las que ni <strong>el</strong> tiempo es una<br />

limitación. Ni se te ocurra preguntarme nada de…<br />

505


—…porque este tipo de materias las tiene que responder <strong>el</strong> otro<br />

caballero. Pero aquí algo no cuadra.<br />

—¡A ver por dónde sales! —previno don Quijote.<br />

—Pues no sé si le va a gustar. Si como es bien sabido Cide Hamete<br />

Benengu<strong>el</strong>i es <strong>el</strong> caballero Alcor y Cervantes es don Quijote y Sancho su<br />

alter ego cercano, algo me debe tocar de la dimensión est<strong>el</strong>ar de<br />

Cervantes que, como <strong>el</strong> caballero Alcor, existe en Cuarta Dimensión.<br />

—Eso es diferente —desvió don Quijote.<br />

—Sabía que no le iba a gustar.<br />

—¿Por qué lo dices?<br />

—Por su contestación.<br />

—Pero tiene su explicación.<br />

—Pues tráigala.<br />

—Es muy fácil de entender porque se puede comparar. <strong>El</strong> autor de<br />

los manuscritos en los que se anotaron los sucesos de nuestras primeras<br />

salidas es Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i que <strong>el</strong> propio Cervantes incluye en<br />

contadas ocasiones en la nov<strong>el</strong>a <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijote de la<br />

Mancha.<br />

»<strong>El</strong> autor de los manuscritos en los que se están anotando los<br />

avatares de nuestra última salida es Migu<strong>el</strong> de Cervantes que, al explicar<br />

que es un pseudónimo de don Quijote y Sancho, <strong>el</strong> propio caballero<br />

Alcor incluirá en innumerables ocasiones en la nov<strong>el</strong>a ¿Qué es Matrix?,<br />

una parte d<strong>el</strong> libro <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. ¿Te has enterado de algo?<br />

—Que hay dos reb<strong>el</strong>des que están íntimamente interconectados, que<br />

se protegen en <strong>el</strong> tiempo y que unas veces se compromete uno y otras se<br />

reb<strong>el</strong>a <strong>el</strong> otro. Por lo que ya sé, los dos son maestros d<strong>el</strong> otro, los dos<br />

han estado en la cárc<strong>el</strong>, los dos son leales y los dos son caballeros<br />

reb<strong>el</strong>des.<br />

—Hay más coincidencias pero puede valer <strong>el</strong> resumen —dijo don<br />

Quijote—. La humanidad considera a nuestro maestro Cide Hamete<br />

como un personaje esencial d<strong>el</strong> libro pero secundario; no es don Quijote<br />

y Sancho y tampoco es <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> cura, <strong>el</strong> ama o la sobrina pero es<br />

nada menos que <strong>el</strong> autor de los manuscritos en los que se inspira <strong>El</strong><br />

Quijote. Sin embargo, no es conocido como <strong>el</strong> arábigo que me salvó la<br />

vida en varias ocasiones de las que reseñaré las dos más destacables: mi<br />

convalecencia mortal en Alcalá de Henares y mi primera muerte oficial<br />

en <strong>el</strong> Alcázar de Madrid. ¿Quieres escucharlas?<br />

—No insista más que me encantan sus r<strong>el</strong>aciones.<br />

506


—Pues allá van —avisó don Quijote.<br />

Sancho estaba acostado de perfil pero hizo unos pequeños<br />

acomodos en su posición para no tener tan girada la cabeza. Pasó los<br />

brazos por debajo de <strong>el</strong>la y sintiendo <strong>el</strong> software más mullido, se dispuso<br />

a escuchar a don Quijote que comenzó a decir:<br />

—La primera sucede en abril de 1562 y si reseño <strong>el</strong> año es porque<br />

tiene r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> caballero Alcor (400 años antes de su nacimiento y<br />

<strong>el</strong> mismo mes de nuestro primer contacto 400 años después). Según la<br />

Versión Oficial, con 17 años estaba <strong>el</strong> Príncipe Carlos en Alcalá de<br />

Henares ligando, entre otras cosas, con una muchacha hija de uno de los<br />

porteros de palacio. Nuestros encuentros sucedían en un jardín al que se<br />

descendía por una escalera de servicio. Un día caí por <strong>el</strong>las y me magullé<br />

la cabeza y más sitios. Se encontraron con <strong>el</strong> pobre Príncipe<br />

descalabrado, <strong>el</strong> pié derecho entrabado en un saco dejado al descuido<br />

por una mano necia, y la ensangrentada cabeza medio incrustada contra<br />

<strong>el</strong> quicio de una puerta.<br />

»Omitiremos <strong>el</strong> revu<strong>el</strong>o que se organizó porque te puedes imaginar<br />

que al sobresalto que produce cualquier descalabrado, tienes que añadir<br />

que se trataba d<strong>el</strong> príncipe heredero y además desequilibrado. Recuerdo<br />

que <strong>el</strong> fi<strong>el</strong> ayo Quijada advirtió a los doctores: «No curéis a Su Alteza<br />

como a Príncipe, sino como a otro enfermo cualquiera» pero fue inútil la<br />

recomendación porque fui copiosamente purgado, repetidamente<br />

sangrado, intempestivamente trepanado y concienzudamente reducido a<br />

las mayores torturas.<br />

»Me atendieron los doctores Vega y Olivares (que tenía fama de ser<br />

de linaje converso), médicos de mi cámara, a los que se unió <strong>el</strong> cirujano<br />

d<strong>el</strong> rey licenciado Daza Chacón que junto al doctor Cortés, alardeaban<br />

de ser cristianos viejos. Después llegaron de Madrid <strong>el</strong> proto-médico<br />

Gutiérrez y de la cámara de mi padre los doctores Portugués y Pedro de<br />

Torres, cirujanos de su casa y corte. Al final también se unió <strong>el</strong> bachiller<br />

Torres, cirujano de Valladolid. Puede decirse que si no me quedé muerto<br />

no fue por culpa de los médicos. Recuerdo <strong>el</strong> comentario que hizo <strong>el</strong><br />

doctor Olivares de mi curación: «Antes de que por un milagro, <strong>el</strong><br />

Príncipe fue curado por remedios naturales y ordinarios, con los cuales<br />

se su<strong>el</strong>en curar otras enfermedades estando tanto y más p<strong>el</strong>igrosas».<br />

Decir esto en <strong>el</strong> país en <strong>el</strong> que la Santísima Inquisición tenía su sede era<br />

todo un atrevimiento. Los conversos siempre han tenido algo.<br />

507


»Tuve a mi alrededor de nueve a once doctores. Para que sepas de su<br />

competitividad hipocrática y de su deontología facultativa, vaya uno de<br />

los miles de comentarios que salían de España, la capital d<strong>el</strong> Imperio<br />

donde nunca se pondría <strong>el</strong> sol, al resto de las colonias: «Quien no lo<br />

presencia —escribían los embajadores a Cosme de Médicis—, no es<br />

capaz de creer la poca práctica de estos cirujanos». Debilitado por las<br />

frecuentes sangrías, me reprendió la cuartana acompañada por la<br />

paralización de la pierna derecha. La nuca se cubrió de pequeños<br />

tumores dolorosísimos y la herida se ponía peor. Unos decían que se<br />

trataba de una lesión interna, otros que <strong>el</strong> periostio d<strong>el</strong> cráneo estaba<br />

podrido y que en <strong>el</strong> interior de la cabeza había pus imposibilitado de<br />

salir. En vista de mi gravedad, llegó mi padre con un pequeño séquito<br />

que incluía a los doctores Andrés Vesalio, «insigne y raro hombre en la<br />

anatomía» y Mena, médico de la cámara de S.M.<br />

»La erisip<strong>el</strong>a invadió rápidamente la cabeza, cu<strong>el</strong>lo, pecho y brazos.<br />

Aumentó la calentura y comenzó <strong>el</strong> d<strong>el</strong>irio. Ensayaron de todo: masajes,<br />

lavativas, ventosas en la espalda y finalmente me fue trepanado <strong>el</strong> cráneo.<br />

Como la ciencia no conseguía nada, en España se hicieron rogativas<br />

porque <strong>el</strong> pueblo me apreciaba en demasía: hileras de disciplinantes<br />

recorrían las calles; sólo en Toledo viéronse más de tres mil. Se<br />

escuchaba que decían: «¡Desde los primeros días te convertiste en un<br />

huérfano y, como un pobre huérfano, así has crecido! ¡Pobre príncipe!<br />

Tú, tan acabado, ¡cuál te van a dejar estos matasanos con sus latinajos<br />

trasnochados!»<br />

»La grotesca farándula de médicos me mareó durante dos meses<br />

(Leer <strong>El</strong> enfermo imaginario y Astérix en H<strong>el</strong>vecia) hasta que la soberanía d<strong>el</strong><br />

pueblo exigió la intervención de un empírico moro d<strong>el</strong> reino de Valencia<br />

cuyo nombre era conocido como Pinterete (que sólo rima con Cide<br />

Hamete, como Quijada con Quijote). Andaba «¡¡casualmente!!» <strong>el</strong> moro<br />

por la villa de Alcalá pero, lógicamente, gozaba d<strong>el</strong> parecer en su contra<br />

de los médicos de cabecera, los cuales habían hecho notar que siendo de<br />

todos desconocida la composición de los ungüentos de que <strong>el</strong> moro se<br />

servía, constituía una imprudencia servirse de <strong>el</strong>los para la curación de<br />

tan gran príncipe. <strong>El</strong> vocerío de la multitud enardecida exigía que <strong>el</strong><br />

moro se hiciera cargo d<strong>el</strong> Príncipe y los proto-médicos, licenciados,<br />

bachilleres y cirujanos tuvieron que admitir: Vox populi, vox Dei.<br />

508


Sancho permanecía callado con los ojos tan abiertos como la mente<br />

atento exclusivamente a lo que escuchaba. Seguir con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato sin<br />

interrupción fue lo que hacía <strong>el</strong> caballero con gran dedicación.<br />

<strong>El</strong> nene está empeorado<br />

con mucha fiebre ha despertado,<br />

dejado en manos de los médicos<br />

que la que se puede armar es gorda<br />

como ya han visto pasó con Carlos.<br />

Ni por esas los padres se han<br />

podido reconciliar ni un poco<br />

y <strong>el</strong> niño que lo nota todo<br />

no deja de llorar y llorar.<br />

Será por la varic<strong>el</strong>a<br />

o por <strong>el</strong> Pikachu asesinado<br />

será porque está cateado<br />

o por <strong>el</strong> mosqueo de la abu<strong>el</strong>a?<br />

Por los papis está acostumbrado<br />

porque van mogollón tras mogollón<br />

riman demasiados mosqueos<br />

como si fueran unos versos<br />

¡no lo que escribe cualquier huevón!<br />

<strong>El</strong> domingo ha empezado gris<br />

aunque afuera hay una luz radiante.<br />

¿Qué harán cuando tienen por d<strong>el</strong>ante<br />

un domingo festivo jodido?<br />

Ver dibujos animados en video.<br />

Las aventuras de Félix <strong>el</strong> gato,<br />

son una serie de r<strong>el</strong>atos<br />

en cartoons o dibujos animados<br />

que en algunos furor causaron.<br />

La consecuencia de estos dibujos<br />

es que mucha gente opina<br />

que los gatos comen sardina<br />

en vez de los despojos que tira.<br />

Despojo no es una palabra<br />

que implica porquería<br />

se refiere exactamente<br />

a los restos sanos de comida.<br />

Lo natural sería también<br />

que los dejaran comer ratones,<br />

lagartijas, pájaros, tritones<br />

en vez de engordarlos «tan bien»<br />

a base de pienso en seco,<br />

de latas con grasosas «d<strong>el</strong>icias»<br />

chocolatinas y otras cosas,<br />

que para nada tienen que ver<br />

con su forma natural de comer.<br />

Cualquiera podría pensar<br />

cómo se come esta idiotez;<br />

si los gatos son terrestres<br />

y no nadan como los peces.<br />

Demasiada gente utiliza<br />

«Que no te den gato por liebre»<br />

en vez de al menos preguntarse<br />

si los gatos comen peces.<br />

Debió dejar impresionado<br />

<strong>el</strong> gato a esta familia<br />

y por eso pusieron al nene<br />

Félix pero no por <strong>el</strong> gato<br />

sino porque sin la wii no es f<strong>el</strong>iz.<br />

¡Pobres los niños de <strong>El</strong> mundo f<strong>el</strong>iz<br />

pobres los d<strong>el</strong> tercer mundo<br />

con todo lo que hay que contarles<br />

y los tenemos aporcados en una wii.<br />

Quizá sea <strong>el</strong> tiempo de descubrir<br />

cuál es <strong>el</strong> pecado original<br />

de esta generación actual<br />

criada a base de tetrabrick<br />

abandonada en <strong>el</strong> ciberspacio<br />

en manos extranjeras o nativas<br />

y con una deuda pública<br />

que sólo por haber nacido<br />

por esta herencia se van a cagar.<br />

¿Por qué más se podría condenar<br />

la pureza de estas b<strong>el</strong>lezas<br />

que constantemente nos regalan sus<br />

sonrisas y sus miradas?<br />

¿Quién me puede explicar ¡con cariño!,<br />

porque me siento en la obligación<br />

509


de descifrar a todos los niños,<br />

que <strong>el</strong> más original de los pecados<br />

es un puto cuento chino<br />

como <strong>el</strong> de Félix <strong>el</strong> gato<br />

que hasta F<strong>el</strong>isín nos ha llevado?<br />

Es imposible que nuestros hijos<br />

nazcan con tan estúpida aberración<br />

que además es una contradicción<br />

510<br />

sólo con admirarlos un rato.<br />

Cualquiera que se quiera enterar<br />

no tiene más que mirarlos<br />

para sentir la inmensidad de la paz<br />

que nos regalan nuestros cachorros<br />

hasta que los convertimos en niñatos.<br />

[Ver Gran Torino.]<br />

—Así fue como Cide Hamete —decía don Quijote—, a la sazón<br />

Pinterete, entró en contacto conmigo y a partir de aquí comenzó mi<br />

sanación, la física y la psíquica. De las otras transformaciones<br />

espirituales, est<strong>el</strong>ares o eternales, tú mismo podrás sacar conclusiones.<br />

Este fue <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> cambio de mi vida; hasta donde llega mi<br />

memoria, ésta es la génesis de toda esta Odisea. Como ya sabrás, si<br />

quieres más memoria pregúntas<strong>el</strong>a al andalusí porque cuando le conocí<br />

con <strong>el</strong> nombre de Pinterete, era ya un caballero viejo.<br />

»Para canalizar la curación de manera ortodoxa y que la Historia<br />

tuviera algo que dejar escrito en sus enciclopedias, se acudió a los<br />

recursos divinos para que la Santa Inquisición se quedara tranquila ante<br />

los heréticos mejunjes d<strong>el</strong> moro Cide Hamete. En un convento<br />

franciscano de Alcalá se conservaba <strong>el</strong> cuerpo de un tal fray Diego,<br />

muerto hacía cien años en olor de santidad. Sacaron <strong>el</strong> cadáver d<strong>el</strong><br />

sarcófago, <strong>el</strong> cuál cadáver, según la crónica franciscana, no sólo estaba<br />

admirablemente conservado sino que parecía «exhalar suavísimo olor» y<br />

se hizo traer a la cámara donde yo estaba.<br />

»No se sabe hasta qué extremo fue llevada la horrible ceremonia,<br />

pero <strong>el</strong> fanatismo de la época hace lícita toda suposición. Colocaron <strong>el</strong><br />

cadáver d<strong>el</strong> fraile sobre <strong>el</strong> lecho, «llegárons<strong>el</strong>e lo más que fue posible»<br />

para que éste me tocara. Experimenté una ligera mejoría después d<strong>el</strong><br />

primer contacto, cuando pudo ser atribuida por los más a la misteriosa<br />

intervención d<strong>el</strong> fraile y no a las pócimas d<strong>el</strong> moro. Apenas pude hablar<br />

manifesté haber tenido una visión: se había aparecido fray Diego con <strong>el</strong><br />

hábito franciscano, llevando una cruz verde en la mano y le había<br />

prometido que se curaría. Todos los corazones se abrieron a la<br />

esperanza.<br />

—Lo d<strong>el</strong> color de la cruz ¿tiene r<strong>el</strong>ación con los colores imperiales?<br />

—interrumpió Sancho.


—Seguramente pero como podrás imaginar, este tipo de estrategias<br />

fueron diseñadas por <strong>el</strong> caballero Alcor, que es al que tendrás que<br />

preguntar. Verde, como sabes, es <strong>el</strong> color de la poción.<br />

—¡Qué pesadez! —murmuró Sancho—. La poción d<strong>el</strong> moro debe<br />

de ser <strong>el</strong> Bálsamo de Fierabrás o, dicho para que lo entienda sólo <strong>el</strong> que<br />

quiera entender, <strong>el</strong> zumo de hierba de trigo.<br />

—<strong>El</strong>emental querido Watson —confirmó <strong>el</strong> caballero que<br />

continuó—:<br />

—Para no ser parcial con los médicos, escucha la discusión entre los<br />

doctores Daza y Cortés contra Olivares:<br />

—Olivares: En mi humilde parecer no perderíamos nada con<br />

esperar, antes de darle más purgas y sangrías.<br />

—Cortés: ¿Esperar sin hacer nada?<br />

—Olivares: En efecto, esperar hasta ver cómo se defiende <strong>el</strong> cuerpo<br />

d<strong>el</strong> Príncipe, y cómo se va recuperando d<strong>el</strong> descalabro sufrido.<br />

—Daza: ¿Insinuáis que debemos dejar obrar a la naturaleza? De<br />

vuestro agü<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> converso de Toledo, he oído decir que también era<br />

gustoso de curar con tales desenfados.<br />

—Olivares: ¡Dejad en paz al puto de mi agü<strong>el</strong>o y a todo mi linaje! Tal<br />

parece que deseáis comprometerme con <strong>el</strong> Santo Oficio de la<br />

Inquisición. ¡Obrad, pues, como os parezca, y que dios tenga piedad d<strong>el</strong><br />

príncipe!<br />

»<strong>El</strong> sentido común d<strong>el</strong> converso —dijo don Quijote— era atacado<br />

por la facultad de los médicos y si no hubiera sido por la habilidad d<strong>el</strong><br />

moro que me curó con misteriosos ungüentos de su invención, te<br />

aseguro que no estaría aquí contándote <strong>el</strong> primer contacto con Cide<br />

Hamete o Pinterete y su primera intervención en mi vida.<br />

—Necesito un reseso o al menos, la recapitulación de nombres,<br />

pseudónimos o alias que tanto vuesa merced como su maestro utilizan<br />

con desmedida profusión. Corríjame si no me he enterado bien.<br />

—Te estás enterando perfectamente. Lo que pasa es que,<br />

sencillamente, hay diferentes nombres para <strong>el</strong> mismo reb<strong>el</strong>de; muchos<br />

otros lo hacen e incluso pueden ser más conocidos por <strong>el</strong> alias que por <strong>el</strong><br />

nombre: <strong>el</strong> duque de la Sangre—Fernando Álvarez de Toledo (duque de<br />

Alba); <strong>el</strong> demonio de mediodía-F<strong>el</strong>ipe II; la mano negra-F<strong>el</strong>ipe II; <strong>el</strong><br />

príncipe reb<strong>el</strong>de-don Carlos; los reyes de las letras Cervantes y<br />

Shakespeare-<strong>el</strong> caballero Carlo; Mister X-¿F<strong>el</strong>ipe González?; <strong>El</strong> Greco-<br />

511


Domenico Teotocópulus; <strong>el</strong> Pocero-cualquier chorizo con pintas<br />

(también está <strong>el</strong> bueno); <strong>el</strong> caballero Alcor-sujeto pasivo 394.503-F.<br />

—Deje que siga con la recapitulación que nos ocupa —solicitó <strong>el</strong><br />

escudero— porque lo único que me faltaba es que aparecieran más<br />

personajes, motes y aliases.<br />

»Por un lado:<br />

• Príncipe Carlos, Caballero Carlo, Migu<strong>el</strong> de Cervantes,<br />

William Shakespeare, don Quijote y Sancho.<br />

»Por otro lado:<br />

• Sujeto pasivo 394.503-F, José <strong>César</strong> M. de Castilla y Muñoz,<br />

Caballero Alcor, Pinterete, Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i.<br />

—Hay muchos más pero para no embargar al entendimiento, queden<br />

por buenos los cinco que has dicho.<br />

—¡Qué casualidad! Tan embotada como tengo la sesera, no he<br />

reparado en <strong>el</strong> número imperial de moda; dejémoslo como está no sea<br />

que me mosquee con la programación de la psique hasta en lo más sutil.<br />

¡No quiero ni pensar todo lo que no puedo controlar! ¿Por qué habré<br />

utilizado <strong>el</strong> cinco otra vez?<br />

—Tranquilo Sancho, no te mosquees tanto porque nadie te está<br />

apremiando. Te insisto que es un placer compartir esta Odisea contigo,<br />

querido más que amigo y alter ego sempiterno.<br />

Afortunadamente, una cacatúa, un agapornis o un loro al que<br />

Apuleyo escribió un <strong>el</strong>ogio y que en tiempos de Astérix era uno de los<br />

mayores atractivos en las fiestas romanas, entró en acción y Sancho no<br />

la ha dejado inadvertida si decidimos quedarnos con la primera opción<br />

(qué mas da ¿no?). Todo <strong>el</strong> discurso se detiene para fijar <strong>el</strong> análisis en la<br />

novedosa situación y como siempre desde <strong>el</strong> Buda, <strong>el</strong> cambio de atención<br />

disu<strong>el</strong>ve la aversión. Su canto es tan particular que destaca sobre los d<strong>el</strong><br />

resto de las aves y no por ninguna cosa especial: un poco por <strong>el</strong> timbre y<br />

otro poco por la m<strong>el</strong>odía. Nada tiene que ver con los pájaros autóctonos<br />

y d<strong>el</strong>icias de Diana que corretean por estos parajes; crean entre <strong>el</strong>los una<br />

armonía tan conocida, que <strong>el</strong> canto tropical destaca sobre los demás.<br />

Don Quijote le explicó que estos pájaros s<strong>el</strong>váticos forman parte d<strong>el</strong><br />

desmadre generalizado y se deben considerar como una prueba más d<strong>el</strong><br />

descontrol más incontrolado. No han llegado hasta aquí volando ni se<br />

han despistado de una migración; son víctimas d<strong>el</strong> tráfico de caprichos<br />

que, como todos los demás, terminan apretando un botón o destrozando<br />

la r<strong>el</strong>ación tirándola por la ventana.<br />

512


Estas aves llegan enjauladas en un avión y las que sobreviven al viaje<br />

ilegal, se exhiben tras las vitrinas de los animalarios en condiciones más<br />

penosas que <strong>el</strong> propio traslado. Las que se obstinan en seguir<br />

sobreviviendo en tan antinaturales condiciones, acaban como mascotas<br />

«desanimadas» y enjauladas de por vida. ¿De por vida? ¡No! Su canto<br />

puede convertirse en algo tan molesto cuando está fuera de contexto,<br />

que sus dueños y señores terminan por defenestrarlas. Las hábiles<br />

cacatúas que no han olvidado <strong>el</strong> volar, se adaptan al nuevo entorno como<br />

si fueran un pájaro más; cambian <strong>el</strong> húmedo bosque tropical por los<br />

pinares embutidos en la árida estepa cast<strong>el</strong>lana. Esta cualidad dice mucho<br />

a favor de las aves que demuestran que saben adaptarse al hábitat que las<br />

rodea con más facilidad de la que lo hacen los propios sapiens; también<br />

favorece la opinión que se puede tener de las aves nativas que aceptan a<br />

la extranjera sin pap<strong>el</strong>es y sin policías.<br />

Sancho terminó entendiendo que <strong>el</strong> éxodo actual no sólo atañe a<br />

mercancías, aves, cosas y paridas; los traficantes de hormigas, de guerras,<br />

de drogas y de pleitesías, hacen su agosto en estos tiempos en los que la<br />

ceguera justifica todo, la estupidez tolera todo y <strong>el</strong> programa Smith<br />

descontrola todo. «¡Es la decadencia d<strong>el</strong> Imperio!» anunció <strong>el</strong> caballero «y<br />

al parecer, todo ha de ser así: todo fuera de sentido, todo fuera de lugar,<br />

todo fuera de tiempo, todo en contra de la realidad real.»<br />

—¡Menudo intermedio señor caballero!; prefiero los anuncios de la<br />

t<strong>el</strong>e publicidad: cuerpos esb<strong>el</strong>tos, músiquillas sugerentes, incitaciones<br />

desmedidas y mucha pachanguería. Ya que me ha contado la Versión<br />

Oficial de su «accidente» que al menos en las comillas de la palabra<br />

recuerda al de Lady Dy ¿por qué no me cuenta la Versión Original de lo<br />

que realmente pasó sin tantas habladurías? [Ver Am<strong>el</strong>ie.] Ésta sí que me la<br />

podrá proporcionar usted mejor que <strong>el</strong> caballero Alcor ¿Noooo?<br />

—Sin necesidad de tanta retranca —comenzó <strong>el</strong> caballero— te<br />

mostraré cómo funcionaba la Corona de mi padre con dos apuntes<br />

breves. Con <strong>el</strong> primero aprenderás que la orgullosa raza de los Austrias<br />

tenía por empresa las cinco vocales por este orden A.E.I.O.U.,<br />

significando <strong>el</strong> mote soberbio que afirmaba su predestinación al gobierno<br />

de la monarquía universal ¡¡y han desaparecido d<strong>el</strong> mapa de la Historia!!:<br />

Austiae Est Imperare Orbi Universo. <strong>El</strong> segundo es un epigrama de la época<br />

que rezaba no sin razón: «Los otros combaten, tú, Austria f<strong>el</strong>iz, te casas;<br />

lo que a otros otorga Marte, tú se lo debes a Venus». Así les fue a<br />

algunas… y a algunos.<br />

513


—Gracias por ahorrarse <strong>el</strong> citarla en la lengua muerta. Los doctores y<br />

pastores utilizan latinajos para impresionar al resto d<strong>el</strong> rebaño pero más<br />

parecen escupitajos que después les caen encima.<br />

—Movidos por esta estrategia imperial que nada de amor tenía, la<br />

reina Isab<strong>el</strong> de la Paz había sido obligada a casarse con mi padre pocos<br />

años antes de mi supuesto accidente y después de que nos<br />

comprometiésemos de por vida con una criptógama ceremonia juvenil<br />

que me dejó enamorado de Isab<strong>el</strong> hasta aquí. Las letras vocales de los<br />

Austrias Imperiales se entrometieron en nuestras vidas para alejarlas. No<br />

hará falta explicar que alguien al que no consideras tu padre porque te ha<br />

abandonado en la orfandad y encima te roba la amada, se la tienes jurada<br />

en principio de por vida. La Guerra de Troya resuena para saber lo mal<br />

que se aceptan este tipo de «secuestros» por muy de estado que sean las<br />

sinrazones que lo quieran justificar. [Leer La violación de Lucrecia.]<br />

»Escucha cómo describía <strong>el</strong> desamparo familiar en <strong>el</strong> que me<br />

ahogaba: ¿Cómo puede <strong>el</strong> pequeño, que así me llamaba a mí mismo (en<br />

tercera persona, como Julio <strong>César</strong>), quedar solo aquí, sin padre ni madre,<br />

con <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o en Germania y <strong>el</strong> padre en Monzón? La r<strong>el</strong>ación entre S.M.<br />

y S.A. se enquistó desde aqu<strong>el</strong>los momentos y <strong>el</strong> pueblo que<br />

perfectamente me entendía, supo rápidamente que no era pus lo que<br />

tenía encerrado en la cabeza sino otra cosa mucho más tormentosa; por<br />

eso acudieron al moro que me salvaría de matasanos y de majestades.<br />

»No te voy a saber contar cómo me sentía porque hay amarguras que<br />

no se pueden describir con estas palabritas que valen para bien poco en<br />

estos trances. Ahorraremos energía al transcriptor e invitaremos a los<br />

lectores a que revisen las tragedias que se inspiraron en este mentecato<br />

que, como <strong>el</strong> príncipe Paris, me raptó la vida.<br />

»En la librería descubrí que sabes leer así que infórmate de las<br />

diferencias entre lo que sucedía realmente y lo que la Historia impuso en<br />

La Enciclopedia. Simultáneamente, encontrarás decenas de obras escritas<br />

por mí en las que toda la información real quedó también desde entonces<br />

referida.<br />

Sancho se incorporó como sobresaltado dejando la posición de<br />

tumbado para ponerse sentado. Algo querrá subrayar para que su postura<br />

haya querido cambiar.<br />

—Entiendo perfectamente cómo se pudo sentir cuando alguien que<br />

por la edad podía ser <strong>el</strong> padre de su novia y era <strong>el</strong> suyo propio a la vez,<br />

realizara <strong>el</strong> d<strong>el</strong>ito de estupro con la Dulcinea real. Fíjese si sé que su<br />

514


padre fue brutal que hoy estaría encarc<strong>el</strong>ado por abuso de menores,<br />

acoso psicológico y aberración sexual. No me extraña que Shakespeare<br />

titulara de manera tan explícita La violación de Lucrecia que aparece en<br />

algunos encabezamientos substituyendo al políticamente correcto pero<br />

mal traducido <strong>El</strong> rapto de Lucrecia sabiendo que Lucrecia es Isab<strong>el</strong> de<br />

Valois y Paris F<strong>el</strong>ipe II. Pero no sé qué es lo que quiere que lea para que<br />

ahorremos energía de Madre Tierra.<br />

—De aperitivo Hamlet —dijo <strong>el</strong> caballero en referencia a sus obras—<br />

pero cambiando algunos nombres de la metarrealidad de Matrix por los<br />

que tuvimos en la realidad de Matrix:<br />

Gertrudis - Isab<strong>el</strong> de la Paz (casada con F<strong>el</strong>ipe II).<br />

Of<strong>el</strong>ia - Isab<strong>el</strong> de la Paz (Dulcinea).<br />

Horacio - Caballero Alcor.<br />

Hamlet - Príncipe don Carlos.<br />

Claudio - F<strong>el</strong>ipe II.<br />

La Sombra - La Conciencia de F<strong>el</strong>ipe II.<br />

Polonio - Diego de Espinosa.<br />

—Algo vamos a tener que cambiar radicalmente en <strong>el</strong> discurso<br />

—confesó Sancho apesadumbrado— porque con tantos alias que a su<br />

vez encubren a los nombres de la realidad de Matrix, voy a sufrir un<br />

patatús mental irreversible y permanente. Se lo digo porque… No sé<br />

porqué se lo digo. No sé si tendría que tomar apuntes o que me dijera<br />

todo esto por escrito.<br />

—Te entiendo perfectamente querido Sancho; decodificar los<br />

nombres de los actores de todos los textos escritos y firmados por<br />

Cervanpeare es algo denso y necesita conexiones neuronales precisas y<br />

de alta definición. ¡Pasa de todo! Te propongo que te r<strong>el</strong>ajes ahora y en<br />

cualquier momento en <strong>el</strong> que aparezcan los jeroglíficos con los nombres<br />

encriptados. Espera al caballero Alcor que él sabrá explicarlo<br />

primorosamente.<br />

—No sé cómo se las va a arreglar <strong>el</strong> andalusí para reb<strong>el</strong>ar a los<br />

civilizombis semejante revu<strong>el</strong>to, porque aunque reconozco que no he ido<br />

a la escu<strong>el</strong>a, al menos no estoy tan cegato ni enchufado a Matrix; las<br />

pocas conexiones neuronales que tenga no estarán al menos interferidas<br />

por la señal imperial que tan fácilmente provoca <strong>el</strong> miedo, la<br />

incredulidad y la duda.<br />

—Yo tampoco sé cómo lo va a hacer —compartió <strong>el</strong> caballero— y<br />

seguro que él preferirá ni pensarlo hasta que se presente <strong>el</strong> momento; si<br />

515


no, es como para tirar la toalla y salir corriendo a algún paraíso tropical<br />

que ya conoce mi maestro.<br />

—Pues en esto coincidimos plenamente. Decodificar todos los<br />

aliases utilizados en la metarrealidad de Matrix a unos esclavos que<br />

piensan principal y casi exclusivamente en dinero-trabajo, es sin duda<br />

una empresa mayor a la de acometer un molino de viento. Si añadimos la<br />

reb<strong>el</strong>ación de la extinción de la especie suicida y algunas menudencias<br />

más que Cervantes se estará encargando de dejar registradas en los<br />

manuscritos, desde luego que a mí no me gustaría estar en <strong>el</strong> p<strong>el</strong>lejo de<br />

ese tío.<br />

—Quedamos entonces así. Todo lo que se refiera a la explicación de<br />

nombres codificados, lo derivaremos al caballero Alcor; es nuestro<br />

Houston al que se acude cuando se tienen problemas.<br />

—¡Eso!, le echaremos <strong>el</strong> muerto a él.<br />

—No se trata de eso.<br />

—Ya lo sé; más que <strong>el</strong> muerto serán los muertos porque ¡anda que<br />

no hay! —revolvió Sancho.<br />

—No enredes Sancho que ya sabes que la muerte no existe<br />

—resolvió don Quijote—. Si no ¿qué pintamos nosotros aquí?<br />

—Realmente estamos allanando <strong>el</strong> camino al caballero, porque si<br />

tuviera que empezar a explicar desde cero lo que nosotros le estamos<br />

resolviendo, mucha maestría, mucha alquimia y mucha dimensionalidad<br />

tendría que tener, para que los civilizombis cegatos abrieran sus<br />

entendederas a las novedades que se presentan. Reconocerá que la futura<br />

existencia y lectura de ¿Qué es Matrix?, rebaja un poco los muertos que le<br />

estamos echando.<br />

—Esperemos que la futura existencia de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do suceda<br />

tal y como dices —comentó don Quijote contradictoriamente (por la<br />

esperanza).<br />

—¡Qué más da que exista <strong>el</strong> libro si lo pueden matar en cuanto se<br />

descubra al responsable de su difusión que por otro lado, deja hasta su<br />

número de esclavo escrito en la transcripción!<br />

—No nos metas donde no te llaman porque d<strong>el</strong> futuro no hay nada<br />

que hablar. Estoy convencido de que mi maestro terminará con la<br />

transcripción que alcanzará la difusión conveniente.<br />

—Pues volvamos con lo que nos llaman: la Versión Original de los<br />

acontecimientos y por <strong>el</strong> que nos ocupaba, las causas por las que vuesa<br />

merced se tuvo que caer por la escalera. Esto hu<strong>el</strong>e a complot.<br />

516


—Un complot es un juego comparado con la confabulada realidad<br />

de Matrix. Sigamos con <strong>el</strong> primer plato:<br />

—¡Que no!; mire que le temo y no siga con los personajes que se me<br />

va a salir <strong>el</strong> cerebro.<br />

—Ya no están de moda las trepanaciones. Ahora lo solucionan todo<br />

con pastillas y pirulas. Además, cuando leas la transcripción lo tendrás<br />

todo por escrito. Coge la cuchara que vamos con <strong>el</strong> primer plato.<br />

—No me venga con vaciles que ya sé que la cuchara no existe más<br />

que para comer la sopa boba y no creo que se trate de eso ahora.<br />

—¡La Tragedia de Romeo y Julieta!<br />

—Aquí es muy fácil saber quiénes son Romeo y Julieta; <strong>el</strong>la porque<br />

rima con Isab<strong>el</strong>eta y Romeo porque tiene <strong>el</strong> mismo número de letras que<br />

Carlo y cambiadas de sitio se puede leer Omero, casualmente, otro<br />

escritor.<br />

—Paris es <strong>el</strong> mismo capullo de siempre: mi padre <strong>el</strong> violador<br />

—comunicó don Carlos—; para no abrumarte, <strong>el</strong> resto los podrás sacar<br />

tú.<br />

—¡Ot<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> moro de Venecia! —anunció <strong>el</strong> caballero como si d<strong>el</strong><br />

segundo plato se tratara.<br />

—Seguro que <strong>el</strong> moro de Austria es su padre F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong> segundón.<br />

—¡La tragedia de Macbeth! —presentó <strong>el</strong> caballero.<br />

—Ya está mi señor —imploró Sancho—. Deje este rollo para los<br />

eruditos y continúe con la r<strong>el</strong>ación.<br />

—No me lo voy a tomar personal por <strong>el</strong> cariño que te tengo pero…<br />

—decía don Quijote por lo d<strong>el</strong> rollo de sus tragedias—. Para terminar<br />

con la lista dejando todo lo demás, tienes que leerte la transcripción de<br />

nuestra salida ¿Qué es Matrix? para enterarte de todo mejor.<br />

—¿Pero si soy su alter ego y seguro que en <strong>el</strong> fondo es lo que está<br />

pensando? —contestó Sancho con confianza.<br />

—Sabida la fuente en la que podrás encontrar los antecedentes,<br />

—expuso don Quijote— finalizaré con la V.O. de lo que se quedó en<br />

descalabro y pudo ser mi asesinato más macabro.<br />

»No caí, ¡me empujaron! y <strong>el</strong> saco trabado en <strong>el</strong> zapato es parte d<strong>el</strong><br />

atrezzo que después prepararon. Que fuera <strong>el</strong> secretario Martín de<br />

Gazt<strong>el</strong>u o fuera san Pedro bendito, es algo que aunque no sepa, no hace<br />

perder <strong>el</strong> ripio. Tenían que desaparecerme como fuera y al ser príncipe<br />

como la ex-princesa inglesa, un accidente es lo que <strong>el</strong> pueblo mejor se<br />

traga para pasar la página. A unas con pilares de tún<strong>el</strong>es y a otros con<br />

517


quicios de puerta, partirnos la cabeza es lo que quería <strong>El</strong> Sistema.<br />

Como la ex-princesa no conocía al caballero Cide Hamete, al menos<br />

consiguieron desaparecerla; yo corrí otra suerte desde que <strong>el</strong> moro de<br />

Valencia (no de Venecia) unió nuestros destinos.<br />

—¿Todo este rollo para decirme que una panda de capullos bajo <strong>el</strong><br />

mando d<strong>el</strong> paladín de la cristiandad, quisieron quitarle de en medio por<br />

una trifulca de c<strong>el</strong>os?<br />

—¡Sancho!, todo este rollo es para que un intento de regicidio<br />

manipulado por la Historia, quede aclarado por la Memoria. Soy <strong>el</strong> Isaac<br />

d<strong>el</strong> siglo XVI, d<strong>el</strong> que sabiendo que de dios nunca pudo escuchar nada<br />

Abraham…<br />

—¿Por qué?<br />

—¡Joder Sancho, porque no! ¿En qué idioma le habló dios, se lo dijo<br />

por un altavoz?<br />

—Perdón, tiene razón; debe de ser la consecuencia d<strong>el</strong> overbooking<br />

de información.<br />

—Si le pasó como a mí, serían los c<strong>el</strong>os de Abraham lo que iba a<br />

matar a Isaac aunque <strong>el</strong> asesino subconsciente lo atribuyera a una orden<br />

de dios; finalmente acaba este suceso como en las p<strong>el</strong>ículas y no como<br />

yo, que si no es por mi maestro <strong>el</strong> caballero Alcor, mi padre habría<br />

conseguido alargar su mano contra <strong>el</strong> niño porque no era temeroso de<br />

dios al no negarle su único hijo (Leer Génesis 22).<br />

—¡Joder!, r<strong>el</strong>aciona de manera prodigiosa.<br />

—Es la voz de la experiencia —dijo don Quijote que conoce este<br />

fango como nadie—. Al desaparecer Jesús d<strong>el</strong> sepulcro, se inventaron<br />

que se <strong>el</strong>evó a los ci<strong>el</strong>os. Yo desaparecí como don Carlos pero reaparecí<br />

como Migu<strong>el</strong> de Cerbantes primero para llamarme Shakespeare también.<br />

—Si vale para que los civilizombis encuentren la diferencia entre Las<br />

Historias de realidad de Matrix y la Memoria de la realidad real, daré por<br />

provechoso todo <strong>el</strong> despliegue de libros.<br />

—¿Seguimos con la segunda o prefieres un descanso?<br />

—Dejemos que trabaje un poco <strong>el</strong> transcriptor, que desde que la<br />

cacatúa captó mi atención, ha estado mucho tiempo callado y a lo mejor<br />

quiere decir algo. Si no le dejamos con nuestras cuitas amorosas y sus<br />

citas famosas, va a pensar como a veces pienso yo, que no pinta nada en<br />

este entierro.<br />

—Deberías conocerlo y sentir su liberalidad, su lealtad, su sinceridad<br />

y su honor; no querrías volver a separarte de él.<br />

518


—Pues hasta que así no sea, démonos un descanso para que su<br />

pluma vu<strong>el</strong>e por nuestra imaginación.<br />

A don Quijote se le ha olvidado advertir otra de las características d<strong>el</strong><br />

transcriptor: su autoridad (no hay escudero ni rey que se le reb<strong>el</strong>e); ahora,<br />

<strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> mundo la va a sentir rápidamente.<br />

—En la segunda ocasión, Cide Hamete tuvo que «fabricar mi<br />

muerte» para salvarme de la muerte a la que había sido condenado por<br />

mi padre F<strong>el</strong>ipe II y su gran Consejo de <strong>Estado</strong>.<br />

—No lo entiendo —reclamó Sancho sin darse <strong>el</strong> merecido descanso.<br />

—Imagínate que <strong>el</strong> Consejo de Ministros de España, aunque no sea<br />

la capital d<strong>el</strong> Imperio donde nunca se pusiera <strong>el</strong> sol ni esté legalizado <strong>el</strong><br />

terrorismo de estado ni este tipo de penas (aunque sí otras muchas), te<br />

condena a la pena muerte. ¿Quién podría escapar de <strong>el</strong>la?<br />

—Nadie, pero es que ahora, ni los terroristas se escapan d<strong>el</strong> hospital<br />

aunque en realidad es porque viven mejor en la legalidad que en <strong>el</strong><br />

destierro. Si hasta les ponen coche, a veces avión y escolta oficial… ¿qué<br />

más quieren?<br />

—Cide Hamete consiguió neutralizar la sentencia de muerte para que<br />

siguiera viviendo en tiempos en los que <strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> d<strong>el</strong> Reino<br />

tenía un poder que ya lo quisiera para él, <strong>el</strong> corrupto Consejo de<br />

Ministros de España hoy día, la que se refiere a la España que en la<br />

leyenda <strong>El</strong> sueño es vida, cuenta de un zapatero que no llegó a ser rey pero<br />

sí a presidente. Escabullirse d<strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> y de la Santa<br />

Inquisición es algo que sólo ha hecho <strong>el</strong> caballero Alcor; no conozco a<br />

nadie más. La forma de escurrirse puede parecer sencilla hoy en día pero<br />

hace cuatrocientos años, no existían sistemas nerviosos con tal<br />

potencialidad de conexión neuronal ni tal calidad en <strong>el</strong>la.<br />

—¿Por esto lo considera su maestro?<br />

—Como con mi anterior muerte enfermiza —siguió <strong>el</strong> caballero<br />

percatándose de la retórica—, Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i tampoco es<br />

conocido como <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de que me dio la poción con la que dejarme k.o.<br />

<strong>el</strong> 24 de julio de 1568 para después de no pasado un día, desenterrarme y<br />

«resucitar» primero en Cervantes y después en Shakespeare (Leer Romeo y<br />

Julieta). Estima su maestría que engaña al todopoderoso Consejo de<br />

<strong>Estado</strong> d<strong>el</strong> Imperio Hispano y al Tribunal de la Santísima Inquisición<br />

con una simple poción en la segunda ocasión o con las r<strong>el</strong>iquias de un<br />

santo como Antón en la primera. Para que se sepa en todo <strong>el</strong> mundo,<br />

Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i es <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de que nos despertó y que se opuso<br />

519


al Imperio Pax Hispana con tanta caballerosidad, liberalidad y<br />

efectividad, que al periodo de sus consecuencias se le conoce como <strong>el</strong><br />

Siglo de Oro que muchos filólogos habrán considerado casual. Desde<br />

ahora, por este boletín oficial se podrá desestimar <strong>el</strong> eximente de<br />

ignorancia al doctor que no sepa la causa d<strong>el</strong> Siglo de Oro español: <strong>el</strong><br />

reb<strong>el</strong>de aljamdalusí caballero Alcor.<br />

—Por lo que la humanidad conoce a Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i es por<br />

ser (¡casualmente!) <strong>el</strong> transcriptor de unos manuscritos que Cervantes<br />

descubrió en la Alcaná de Toledo (o sea, <strong>el</strong> aljamiado tenía algo que ver<br />

con <strong>el</strong> mundo de las letras). Para <strong>el</strong> entendimiento sapiens, Cide Hamete<br />

no existe en la realidad de Matrix cuando en realidad ¡es <strong>el</strong> artífice de<br />

todo esto!<br />

—¿Cómo se fabrica <strong>el</strong> intríngulis de una muerte? —pidió Sancho.<br />

—¿Por qué morir <strong>el</strong> 24 de Julio?<br />

—¿Por qué me responde a la gallega?<br />

—¿Y tú?<br />

—Pues no sé, es un día como otro cualquiera.<br />

—No Sancho. Eso es lo que tus conexiones neuronales dan de sí<br />

hoy día. La fiesta en honor a Santiago Matamoros era un acontecimiento<br />

nacional, moral y legal. <strong>El</strong> día más grande de los que c<strong>el</strong>ebraba España<br />

era <strong>el</strong> de su patrón, un santo que al parecer, mataba tantos moros que la<br />

paladina de la cristiandad lo erigió en su capitán. Las fiestas eran tan<br />

populares que hasta los más pobres estaban autorizados a distraerse con<br />

<strong>el</strong>las. Un día de tal fervor y fanatismo general, facilitaba que los<br />

guardianes de las puertas de <strong>El</strong> sistema estuvieran distraídos para<br />

que la reb<strong>el</strong>día actuara con astucia y eficacia.<br />

»Morir la víspera de este día era una estrategia causal basada en la<br />

crucifixión de Jesucristo. <strong>El</strong> sábado era <strong>el</strong> día sagrado para los judíos y<br />

descuidaban su c<strong>el</strong>o persecutorio para que la reb<strong>el</strong>día pudiera actuar.<br />

Morir un viernes facilitaba la potencial impunidad en las actuaciones d<strong>el</strong><br />

sábado. Cuando se habla de resurrecciones, ya sea d<strong>el</strong> rey de los judíos o<br />

d<strong>el</strong> futuro no rey de los españoles, hay que actuar con sigilo. ¡Qué mejor<br />

que <strong>el</strong> pan y toros para tenerlos entretenidos! Es cierto que se me hizo<br />

eterno esperar hasta esa fecha para poder quitarme de encima la<br />

apisonadora d<strong>el</strong> GAL d<strong>el</strong> Imperio Hispano. Pero pensaba que querrías<br />

saber por qué me querrían matar.<br />

—También, pero es que no sé por dónde empezar —balbuceó <strong>el</strong><br />

escudero desarreglado—. Entre que no hemos tenido descanso y que<br />

520


parece que esto no tiene fin, <strong>el</strong> microprocesador me empieza a decir:<br />

¡Alerta! y no sé si llamar a Houston o fumarme un peta. ¡Menudo encaje<br />

de bolillos! Continúe usted como quiera contando lo que crea que es<br />

menester.<br />

—He de reconocer que era un niño caprichoso, mimado y<br />

consentido hasta <strong>el</strong> colmo de la estupidez patológica. Por resumir mi<br />

personalidad te puedo asegurar que, sencillamente, era un esquizofrénico<br />

más. Escucha cómo entendía y r<strong>el</strong>ataba <strong>el</strong> embajador veneciano Federico<br />

Badoero a mi estar: «Da señales de ser en grado máximo soberbio. No<br />

puede sufrir <strong>el</strong> tener que estarse largo rato birrete en mano d<strong>el</strong>ante de su<br />

padre y llama a éste hermano y al abu<strong>el</strong>o padre.»<br />

—No sé si la gente lo consideraría demente pero encuentro muy<br />

normal que vuesa merced no aguantara durante horas entre un birrete y<br />

un psicópata. ¿Si al menos hubiera tenido d<strong>el</strong>ante a Dulcinea, a la sazón<br />

Isab<strong>el</strong>? Ahora se ve normal que los nietos de su majestad se comporten<br />

como energúmenos en las ceremonias oficiales. Por muy de altezas que<br />

los quieran tratar, ¡son niños!, niños normales y corrientes, ni divinos ni<br />

herederos de coronas o de yates. Con respecto a lo de los parentescos, ya<br />

me imagino que queda mucho que hablar para saber por qué Hamlet era<br />

sobrino y no hijo de F<strong>el</strong>ipe II apodado Claudio para esta ocasión; pero<br />

como ya se ha dicho, este muerto es para <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Rechacé <strong>el</strong> socorro r<strong>el</strong>igioso caldeando aún más <strong>el</strong> ambiente<br />

infernal de la Corte y de sus cardenales, pero <strong>el</strong> veneno que me<br />

administraban no hacía <strong>el</strong> efecto deseado. No acertaban con <strong>el</strong> extraño<br />

emb<strong>el</strong>eco que me mantenía vivo porque como a todo <strong>el</strong> mundo le pasa,<br />

desconocían <strong>el</strong> poderoso arte de la sencillez de mi maestro <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor.<br />

»Ser <strong>el</strong> príncipe Carlos me había convertido en un grave problema<br />

para <strong>el</strong> estado y como no se podía llamar a Houston, se dice que las<br />

cosas estaban al rojo vivo, <strong>el</strong> color preferido de la Santa Inquisición y d<strong>el</strong><br />

Tribunal de la Sangre. Como no me podían controlar, solo les quedaba<br />

exterminar y como <strong>el</strong> accidente envenenado no me ejecutaba, tuvieron<br />

que fabricar una excusa con la que justificar la legalidad de mi pena de<br />

muerte ante <strong>el</strong> pueblo que tanto me quería.<br />

—Ahora entiendo por qué cuando don Quijote está a punto de<br />

morir, abjura de todo su pasado y se declara «enemigo de toda la infinita<br />

caterva de su linaje.»<br />

—¿A qué muerte te refieres?<br />

521


—A la de la metarrealidad de Matrix. ¿Cuál fue la cortina de humo<br />

que fabricaron para que <strong>el</strong> pueblo se callara y no se reb<strong>el</strong>ara?<br />

—Fue r<strong>el</strong>ativamente sencillo porque <strong>el</strong> pueblo se contenta con casi<br />

todo mientras que no le falten los mendrugos y los toros (o <strong>el</strong> fútbol).<br />

Condenar a muerte a un príncipe deficiente estaba justificado: privar a<br />

los enemigos de España de la posibilidad de aprovecharse más tarde de<br />

la endeblez d<strong>el</strong> futuro monarca para perjudicar a la nación. La razón de<br />

estado estaba por encima de todo y la ceguera que provoca la<br />

esquizofrenia y sus c<strong>el</strong>os encontraron <strong>el</strong> acomodo para quitarme de en<br />

medio de cualquier modo. Con mi muerte se solucionaban los c<strong>el</strong>os<br />

corrosivos de mi padre pero «también», la futura mala suerte de España.<br />

Sin que ahora se sepa muy bien ni <strong>el</strong> cómo ni <strong>el</strong> porqué, Cide Hamete<br />

urdió un plan con <strong>el</strong> que esquivar a la razón de estado y devolverme <strong>el</strong><br />

sentido a la vez.<br />

—<strong>El</strong> destino, al parecer, no está carente de cierta ironía<br />

—insertó Sancho.<br />

—¿A qué te refieres?<br />

—A lo que pasó en realidad. A que la razón por la que quisieron<br />

quitarle de en medio es justamente lo que pasó.<br />

—Explícate que no te entiendo.<br />

—La Historia decidió que un humano como Cervanpeare, se<br />

dedicara a escribir libros en vez de hacer lo que <strong>el</strong> «destino» dispuso para<br />

él: reinar la decadencia d<strong>el</strong> Imperio Hispano. Si vuesa merced hubiera<br />

gobernado, otro gallo hubiera cantado. Ahora se puede saber que la<br />

razón real de borrarle d<strong>el</strong> mapa fue para colocar a los tarados que<br />

siguieron después y que los enemigos de la patria desmant<strong>el</strong>aran España<br />

con placer. Por resumirlo en una frase: destronaron a vuesa merced para<br />

dárs<strong>el</strong>o a un tarado como F<strong>el</strong>ipe III al que <strong>el</strong> duque de Lerma usurpó su<br />

desgobierno. La decadencia d<strong>el</strong> Imperio Pax Hispana quedó a merced de<br />

unos validos que hacían <strong>el</strong> trabajo d<strong>el</strong> rey.<br />

»A veces me pregunto cómo sería la Historia si los Comuneros<br />

Cast<strong>el</strong>lanos hubieran ganado la guerra al Imperio Hispano, pero la<br />

pregunta que ahora se hace es cómo sería la memoria si a Cervantes y<br />

Shakespeare no se le hubiera usurpado <strong>el</strong> legítimo trono que os<br />

correspondía en la Pax Hispana.<br />

—Llegará un momento en <strong>el</strong> que afines la pregunta con respecto al<br />

calentamiento global de la tercera guerra mundial, pero ahora sería así la<br />

pregunta afinada: ¿Cómo será <strong>el</strong> presente y sería <strong>el</strong> futuro si, no <strong>el</strong><br />

522


caballero Carlo sino su mismísimo maestro, gobernara en España en la<br />

decadencia de la Pax Americana?<br />

—Por mucho que retoque <strong>el</strong> lenguaje, <strong>el</strong> futuro es lo que sobresale<br />

en esta pregunta aunque sin duda se debería pensar en la segunda<br />

oportunidad que se perdieron con usted y aprovecharla esta vez.<br />

—La decadencia de la Pax Americana es más egónica que la de la<br />

Pax Hispana; entonces existían las Indias pero ahora no hay a dónde<br />

escapar así que la mayor posibilidad es que esto vaya a estallar. Por eso<br />

necesitamos a mi maestro para que no pase como conmigo y se quede en<br />

<strong>el</strong> banquillo: él no se va a poner a escribir.<br />

—¡Qué bien le conoce para hacer una filtración así! Ahora, <strong>el</strong><br />

gobernar depende de los votanlavos y no d<strong>el</strong> caballero; por lo que<br />

transpira <strong>el</strong> ambiente social, <strong>el</strong> gallinero anda tan revu<strong>el</strong>to que ni por esta<br />

razón me gustaría estar en <strong>el</strong> p<strong>el</strong>lejo de su maestro.<br />

»Pero déjeme terminar que hablando de gobernar, los ciudadanos<br />

considerarán que puedo hacerlo en Barataria por los conocimientos que<br />

tengo guardados y que quiero sacar: ¡Estoy en plena campaña <strong>el</strong>ectoral!<br />

»La desintegración de la Pax Hispana fue liderada por unos duques o<br />

validos de más categoría que los tres chorizos con los que ayer nos<br />

vimos. Ahora da igual si eran enemigos de España o amigos de sus<br />

descosidos bolsillos pero no se podrá olvidar al duque de Lerma que<br />

movía descaradamente los hilos de la marioneta rey F<strong>el</strong>ipe III y al conde<br />

duque de Olivares que meneaba los hilos d<strong>el</strong> títere rey F<strong>el</strong>ipe IV. No sé<br />

quién lo haría con <strong>el</strong> V ni si llegará <strong>el</strong> tiempo d<strong>el</strong> que lo haga con <strong>el</strong> VI<br />

pero como sea alguno con los que ayer estuvimos, no sé si habremos<br />

topado con la iglesia o con <strong>el</strong> infierno divino.<br />

»Hay tantos príncipes F<strong>el</strong>ipes y tantos reyes que dejan sus coronas a<br />

los validos que no sé si hemos estado en la antesala de un Auto de Fe o<br />

en un mercadillo audiovisual, que ¿rima con medieval? pero no tiene<br />

nada que ver (ni tampoco con <strong>el</strong> de Oro). Uno se produce a principios<br />

d<strong>el</strong> siglo XVII y otros al principio de otro siglo: <strong>el</strong> XXI, pero tantas cosas<br />

están igual… La gente siempre tiene miedo ¿de qué, por qué? ¿Temen a<br />

la corrupta autoridad que impone este sistema de gobierno patriarcal?<br />

»Por eso reafirmo que <strong>el</strong> destino, al parecer, no está carente de<br />

cierta ironía, porque para evitar que pasara <strong>el</strong> presunto desastre para<br />

España, fue precisa y exactamente lo que se consiguió; si se hubiera<br />

hecho adrede, no les podría haber salido mejor.<br />

523


—Si quieres evaluar <strong>el</strong> grado de degeneración actual —contribuyó <strong>el</strong><br />

caballero—, deberías conocer a la heredera de la casa de Alba; tú que<br />

conoces bien <strong>el</strong> tronío d<strong>el</strong> tercer duque de esa casa, un envidioso que no<br />

soportaba que <strong>el</strong> príncipe de Orange poseyera <strong>el</strong> Toisón de Oro desde<br />

los once años de edad y él lo alcanzara dos años antes de morirse a los<br />

51, fliparás cuando conozcas <strong>el</strong> verbo de la duquesa. Ya no me lo tomo<br />

como personal <strong>el</strong> que la Historia haya inculcado que yo era <strong>el</strong> defectuoso,<br />

no mi hermanastro F<strong>el</strong>ipe III, y que con mi asesinato salvarían a España<br />

de un enclenque para <strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> de F<strong>el</strong>ipe II y de un humano<br />

(reb<strong>el</strong>de) como Cervantes y Shakespeare para <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> mundo. Qué<br />

bien has traído la cita de Matrix: <strong>El</strong> destino, al parecer, no está<br />

carente de cierta ironía.<br />

—¡Burda excusa la de su demencia!; lo que no entiendo es la<br />

pasividad d<strong>el</strong> pueblo que sabía más o menos lo que se estaba cociendo.<br />

—También saben que Kennedy recibió dos impactos de bala que<br />

llegaron desde lugares contrarios; o sea, que lo de Lee Harvey Oswald es<br />

una mentira de la que son cómplices todos los estados. También saben<br />

que es imposible que las Torres Gem<strong>el</strong>as cayeran por colapso, que un<br />

avión impactara en <strong>el</strong> Pentágono y...<br />

—Ya sabemos lo de JFK, que las Trim<strong>el</strong>as se desmoronaron por<br />

demolición controlada y que en <strong>el</strong> Pentágono impactó un misil. ¡Y los<br />

ciudadanos no hacen nada de nada excepto creérs<strong>el</strong>o todo de todo! Por<br />

eso desconfío de la capacidad actual de reacción con respecto a lo d<strong>el</strong><br />

gobierno d<strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Pues como no sea así, se va a poder decir que la humanidad lo<br />

lleva claro —concluyó <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿A qué «claro» se refiere?<br />

—Por otro lado, pero avivando al rojo —prosiguió don Quijote con<br />

su biografía—, <strong>el</strong> presidente d<strong>el</strong> Consejo General d<strong>el</strong> Poder d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong><br />

que protegía al de la Santa Inquisición, mi padre, perdía la cabeza por<br />

c<strong>el</strong>os, un condimento que en <strong>el</strong> caso de los psicópatas más radicales,<br />

actúa como un virus letal que invade ac<strong>el</strong>erada e incontroladamente al<br />

ego d<strong>el</strong> que los siente y se deja dominar por él. <strong>El</strong> embarazo de la que<br />

merece ser señora de todo <strong>el</strong> Universo y por la que acometo todos los<br />

entuertos, la reina consorte de España Isab<strong>el</strong>, continuaba su gestación y<br />

<strong>el</strong> aumento d<strong>el</strong> volumen de su vientre se convertía en una bomba de<br />

r<strong>el</strong>ojería que acabaría estallando en la psique de mi padre; rumiar que<br />

524


podía ser realmente <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o de la criatura en vez d<strong>el</strong> papá, tambaleó al<br />

Gran Guardián de la Sacrosanta Cristiandad.<br />

—Es normal, los c<strong>el</strong>os son cosa mala. ¡Fíjese lo que le pudo pasar a<br />

Isaac! Me temo que como bien dice, «<strong>el</strong> Demonio d<strong>el</strong> mediodía» (otro<br />

mote de F<strong>el</strong>ipe II) no sólo era un psicópata esquizofrénico como todos<br />

los demás: los que le aconsejaban o adulaban, los que recibían sus<br />

órdenes y los que las ejecutaban, su Consejo de <strong>Estado</strong> y sus súbditos (o<br />

sea, todos los que le soportaban económica y psicológicamente, o sea<br />

¡todos!)… («¡Todos no! Unos irreductibles reb<strong>el</strong>des resisten todavía y<br />

siempre al invasor». Ver Astérix), sino que además, F<strong>el</strong>ipe II estaba tan<br />

tarado que no podría ni reinar. «Los otros» lo harían por él.<br />

—¿Cómo dices?<br />

—(Los otros).<br />

—Al ser <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula, así entre paréntesis es como está<br />

bien —afirmó don Quijote. [Ver Los otros.]<br />

—Pero no se trata de los muertos de la p<strong>el</strong>ícula sino de los dioses de<br />

la realidad virtual a los que tratamos así por la familiaridad con la que nos<br />

despachamos. ¿Cómo terminó la ración y media de c<strong>el</strong>os?<br />

—¡Matando al perro!<br />

—Se tiene en muy alta estima.<br />

—Para algunos, es la única manera de terminar con la rabia. No fue<br />

suficiente <strong>el</strong> filicidio sino también se necesitó <strong>el</strong> uxoricidio.<br />

—¡Traduzca o traicione lo que ha dicho que no está con un doctor!<br />

—Si te dijera que <strong>el</strong> uxoricidio es <strong>el</strong> nuevo deporte nacional, algunas<br />

psiques blandengues se lo podrían tomar a mal así que lo dejaremos en<br />

que es una vieja moda que cada vez se extiende más. La b<strong>el</strong>la mujer<br />

peinada con rastas actualizó <strong>el</strong> asesinato de las esposas tipificándolo<br />

dentro de la epidemia conocida como maltrato de género, doméstico o<br />

machista; d<strong>el</strong> filicidio no te digo nada porque ya sabes lo que es: que mi<br />

padre me mató, bueno, al menos lo intentó.<br />

—¡Cómo se fijó en la mujer con rastas! ¿eeeh? —advirtió <strong>el</strong><br />

escudero—. Pero termine con algo que si no parece que lo deja todo<br />

colgado. ¿Cómo se liquidaron las intervenciones d<strong>el</strong> moro?<br />

—De la primera, te puedes imaginar que quedé salvo y continué<br />

siendo príncipe pero más reb<strong>el</strong>de todavía. Las complicaciones<br />

aumentaron en la Corona d<strong>el</strong> Imperio entre 1562 y 1568 hasta un grado<br />

que va muchísimo más allá d<strong>el</strong> desagrado. No sé lo que <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

nos podrá contar de lo que sucedió en estos seis años, me refiero a lo<br />

525


que la Historia habrá tergiversado, apañado o manipulado para que los<br />

planes de estudio mientan tanto como <strong>el</strong> contenido de sus textos y los<br />

investigadores se ahoguen en banalidades con las que r<strong>el</strong>lenan las<br />

enciclopedias de falsedades; pero cualquiera se puede imaginar que las<br />

cosas pasaron de estar al rojo vivo a estar incandescentes. <strong>El</strong> moro Cide<br />

Hamete y yo empezamos una conexión que la lealtad continua<br />

manteniendo ¡cuatrocientos años después!; las consecuencias de este<br />

primer contacto no las podrán olvidar jamás los de la casa de Austria.<br />

—¡Pues ahora le toca a la de Borbón! —intrigó Sancho.<br />

—La segunda intervención d<strong>el</strong> moro —siguió don Quijote—,<br />

terminó en Cervantes. <strong>El</strong> día d<strong>el</strong> santo patrón matamoros me sacó de la<br />

tumba y desde entonces, ¡aquí estoy! No seas vago y ponte a leer la<br />

bibliografía sugerida. Entre la que te ha propuesto la mujer con rastas y<br />

la que ahora ha salido, tienes muchos deberes que hacer.<br />

—¡Eso pasa por saber leer! Con lo f<strong>el</strong>iz que estaba analfabeto y <strong>el</strong><br />

trabajo que da <strong>el</strong> solo hecho de saber leer… Hay que leerlo todo.<br />

—Es otra forma de conocer a los lectores con los que tantas ganas<br />

tenías de codearte.<br />

—¿Si leo lo que dice me enteraré de todo?<br />

—Cualquier duda que te quede, acude al caballero Alcor.<br />

—Moro, aljamiado, andalusí, ¡menudo lío de caballero! ¿O es que<br />

son simples casualidades?<br />

No hubo respuesta porque todo <strong>el</strong> mundo sabe que esta pregunta es<br />

retórica: lo que solamente existen son causalidades. Sancho remolonea y<br />

se nota que no se quiere levantar. Hay veces que uno se siente tan<br />

protegido en la cama que no se quiere incorporar ni afrontar <strong>el</strong> nuevo<br />

día, porque encuentra cierto placer en dar algunas vu<strong>el</strong>tas en la cama<br />

como una croqueta lo hace en una sartén. La postración que se siente<br />

esas veces, sobre todo si se tiene tiempo, dificulta la aparición de las<br />

infinitas posibilidades que todos los días se abren pero realmente, nunca<br />

se sabe cuándo va a ser <strong>el</strong> instante preciso en <strong>el</strong> que aparece la pareja<br />

gem<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> Universo en cualquier sitio.<br />

—¿No te parece que ya nos hemos desperezado lo suficiente?<br />

—animó <strong>el</strong> caballero—. O te gusta estar tumbado o es que no quieres<br />

caminar.<br />

—Entenderá que después de estar aplastado en un libro, ponerse a<br />

andar requiere mucho sacrificio —indicó Sancho—. Deje antes que<br />

termine con algunas dudas que me quedan que si no voy a pensar que <strong>el</strong><br />

526


andalusí me apremia y no me deja preguntar a mi gusto para hacerlo al<br />

suyo ¿o será vuesa merced la que me apura? Para no dispersarme,<br />

dejemos esto para cuando sea y vayamos con lo que iba. ¿Quién le curó<br />

de la esquizofrenia?<br />

—Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i.<br />

—¿Por eso también es su maestro <strong>el</strong> caballero Alcor? —preguntó<br />

Sancho desorientado.<br />

—No es también porque es <strong>el</strong> mismo, como Ortega y Gasset<br />

—explicó <strong>el</strong> caballero—. Cide Hamete no sólo despertó a don Quijote y<br />

Sancho, que son <strong>el</strong> mismo, sino y sobre todo a Cenvanpeare, que son<br />

dos en uno. También pudiera ser que <strong>el</strong> caballero Alcor sea <strong>el</strong> alter ego<br />

de <strong>el</strong> caballero Carlo, como don Quijote y Sancho. Si son <strong>el</strong> mismo ¿de<br />

quién es <strong>el</strong> hardware d<strong>el</strong> sujeto pasivo 394.503-F?<br />

—Por los vaciles a <strong>El</strong> Sistema, ya fuera con r<strong>el</strong>iquias o con<br />

resurrecciones y por curar la esquizofrenia ¿es por lo que han <strong>el</strong>egido al<br />

caballero Alcor para que represente a la Caballería Andante de la Orden<br />

de la Paz en la partida final?<br />

—No sólo por eso y no son vaciles.<br />

—Vacilar es una palabra, como amor —dijo Sancho<br />

suavemente—. Lo que importa es la conexión que <strong>el</strong>lo implica.<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor es la constatación de que existimos y que nos<br />

estamos reb<strong>el</strong>ando. <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do concreta nuestra primera acción.<br />

Entregamos una muestra de nuestro alcance y lo presentamos a esclavos<br />

y dioses cristalinamente, sin ambages. Seguramente, esto es lo que más<br />

nos diferencia de los Jedis: <strong>el</strong>los no hablan claro; en ¿Qué es Matrix?<br />

ponemos boca arriba lo que <strong>el</strong>los muestran metafóricamente.<br />

—Lo que haría falta saber es si los civilizombis están preparados<br />

para escuchar las metáforas al derecho o si prefieren seguir dormidos en<br />

los laur<strong>el</strong>es y las nanas de no se sabe quién; desde que los reyes se ponen<br />

coronas, utilizarlas como almohadas debe de ser incomodísimo. Si<br />

utilizaran una bacía de barbero como vuesa merced…<br />

—No confundas al Y<strong>el</strong>mo de Mambrino que convierte en<br />

invulnerable a su portador, con una simple corona de oro, ¡por muy<br />

«real» que sea! —diferenció <strong>el</strong> caballero.<br />

—«Quien oyere decir a vuesa merced que una bacía de barbero es <strong>el</strong><br />

y<strong>el</strong>mo de Mambrino, y que no salga de este error en más de cuatro días,<br />

¿qué ha de pensar sino que quien tal dice y afirma debe de tener güero <strong>el</strong><br />

juicio?<br />

527


—Mira, Sancho, que tienes <strong>el</strong> más corto entendimiento que tiene ni<br />

tuvo escudero en <strong>el</strong> mundo. ¿Que es posible que en cuanto ha que andas<br />

conmigo no has echado de ver que todas las cosas de los caballeros<br />

andantes parecen quimeras, necedades y desatinos, y que son todas<br />

hechas al revés? Y no porque sea <strong>el</strong>lo ansí, sino porque andan entre<br />

nosotros siempre una caterva de encantadores (Bilderbergs, Illuminatis)<br />

que todas nuestras cosas mudan y truecan y les vu<strong>el</strong>ven según su gusto y<br />

según tienen la gana de favorecernos o destruirnos; y así, eso que a ti te<br />

parece bacía de barbero, me parece a mi y<strong>el</strong>mo de Mambrino» y al<br />

caballero Alcor le parecerá la Corona de Austria en España. ¡Ya sé<br />

porqué te enrollas tanto Sancho, porque no quieres caminar!<br />

—Es que echo de menos al pollino —se dispersó <strong>el</strong> escudero.<br />

—O echas de más a tu modorra —denunció <strong>el</strong> caballero—.<br />

Sabiendo que estar estamos y que nos gusta andar ¡pongamos en marcha<br />

la Odisea para que pueda alguna vez parar! Deja que <strong>el</strong> acomodo de los<br />

personajes sea caminando que es como mejor lo haces. Para entonarte,<br />

podría preparar <strong>el</strong> zumo de hierbas revitalizantes.<br />

—«Ruégole a vuestra merced que no se acuerde más de aqu<strong>el</strong><br />

maldito brebaje; que en sólo oírle mentar se me revu<strong>el</strong>ve <strong>el</strong> alma, no que<br />

<strong>el</strong> estómago». Mire que ayer nos fuimos a la cama en ayunas y ¿hoy nos<br />

vamos a levantar igual?<br />

—Si no quieres poción, ¿para qué desayunarse, con lo bien que se<br />

come nada, lo sano que es y lo fácil que se prepara? Ayer evocabas a los<br />

luceros d<strong>el</strong> alba y al sonido…<br />

—Eso habrá sido esta mañana —interrumpió <strong>el</strong> escudero<br />

disgustado—. Recuerdo que ayer trasnochamos con la conversación de<br />

nuestra escapada in extremis y que ha durado hasta la madrugada.<br />

Aunque <strong>el</strong> sol no se ve desde esta hondonada, ya estará por encima d<strong>el</strong><br />

horizonte. Imagino que lo que hemos dormido habrá sido entre la<br />

madrugada y <strong>el</strong> amanecer, o sea, casi nada; por eso me encuentra tan<br />

apalancado; ni siesta nocturna se puede a esto llamar.<br />

—Como tu razonamiento es lógico —aclaró <strong>el</strong> caballero— se va a<br />

dar por válido; pero entiende que hoy, ahora, este instante, será infinitos<br />

mañana para todos, por eso da igual si fue ayer o está siendo siempre.<br />

—¿Cómo no voy a saber que <strong>el</strong> tiempo no existe si por las mañanas<br />

tengo que pensar si se está imprimiendo <strong>El</strong> Quijote o se está c<strong>el</strong>ebrando<br />

su cuatrocientos cumpleaños?<br />

528


—Deja entonces que <strong>el</strong> tiempo sea un consejero, un escondite o un<br />

médium para que todas las cosas no pasen en un instante y sigamos con<br />

lo que estamos. ¿Estiramos las piernas de una vez?<br />

<strong>El</strong> escudero empezó a incorporarse; ¡por fin! <strong>El</strong> trasnochar siempre<br />

provoca <strong>el</strong> mismo efecto de pesadez; <strong>el</strong> entumecimiento y desgana que<br />

mostraba <strong>el</strong> escudero se debería a la noche serrana de ayer (o de hoy).<br />

Algo hablaba entre dientes mientras que se levantaba pero lo que decía<br />

no llegaba más allá de sus tímpanos. Cualquier trasnochador puede<br />

imaginar lo que Sancho renegaba porque la reacción normal a no dormir<br />

es holgazanear; seguro que caminando, Sancho se entera mucho mejor<br />

de los nombres codificados y de la autoridad d<strong>el</strong> transcriptor que lo va a<br />

poner a pasear.<br />

—¿Por qué me llamo Sancho?<br />

—Por <strong>el</strong> rey asesinado, como yo Migu<strong>el</strong>.<br />

—¿Cómo que Migu<strong>el</strong> si se llama Carlos? —remoloneó Sancho.<br />

—Vamos por partes que si no va a salir un revu<strong>el</strong>to de trigueros con<br />

nombres. Intentemos no repetir lo que ya sabemos porque las más de las<br />

veces, redundar ociosamente en lo que ya se sabe desemboca en <strong>el</strong><br />

desconcierto y evidencia <strong>el</strong> aburrimiento.<br />

—También manifiesta <strong>el</strong> desarreglo de la psique.<br />

Sin dispersarse con lo que no existe realmente, <strong>el</strong> caballero continuó:<br />

—No hace falta reafirmar muchas veces que ha amanecido un nuevo<br />

día porque es real. Si nos pasáramos <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> día hablando d<strong>el</strong> día que<br />

está pasando, de si está nublado o soleado, ventoso o calmoso, agradable<br />

o desapacible, indicaría que estamos aburridos o que somos estúpidos de<br />

los que necesitan urgentemente d<strong>el</strong> tratamiento psicológico, psiquiátrico<br />

o mucho derroche de cariño.<br />

—O un pescozón de los que solucionan todas las tonterías en un<br />

santiamén.<br />

—Fíjate que los propios civilizombis dejan este tipo de<br />

conversaciones de cortesía para los ascensores, encuentros inesperados<br />

en algún vestíbulo y poco más. Están esquizofrénicos pero no son<br />

idiotas.<br />

—No es por nada pero no hay que ser muy lince para saber que<br />

hablar d<strong>el</strong> tiempo atmosférico provoca un cansancio sistémico integral.<br />

Otra cosa sería que hablaran d<strong>el</strong> cambio climático real que nos conduce a<br />

la extinción; pero decir que hace sol cuando todo <strong>el</strong> mundo lo está<br />

viendo, evidencia la psicosis que se padece hoy día. Que todo <strong>el</strong> mundo<br />

529


lo haga no impide afirmar que todo <strong>el</strong> mundo padece estados psicóticos<br />

breves, transitorios o en los casos más extremos, permanentes. Quizá,<br />

los civilizombis podrían aprovechar este insignificante detalle para<br />

indagar en sus psiques utilizando este cabo para tirar d<strong>el</strong> hilo de Ariadna<br />

que los sacara d<strong>el</strong> laberíntico Laboratorio Civilización.<br />

—Hablar d<strong>el</strong> tiempo, suicidio de tamagochis… ¿Con cuántos<br />

aguijones quieres despertar a los civilizombis?<br />

—Con todos los que haga falta porque la cosa está que arde.<br />

—Efectivamente Sancho, que sea domingo o cualquier otro día, que<br />

sea primaveral u otoñal, que sea en un siglo u otro podría ser discutible,<br />

matizable, manipulable o soslayable, pero que ¡ha amanecido! es tan<br />

evidente que no hay nada más que hablar. Así que volvamos al revu<strong>el</strong>to<br />

d<strong>el</strong> que me temo que habrá que conversar mucho más.<br />

»Todo <strong>el</strong> mundo debería saber a estas alturas que comencé a vivir en<br />

la realidad de Matrix con <strong>el</strong> nombre de don Carlos de Austria y habría<br />

sido Carlos II de España si las cosas no fueran como dios manda. Dios<br />

mandó que fuera a otro Carlos (<strong>El</strong> Hechizado) al que se le diera este<br />

cardinal y con él terminó la estirpe de los golfos de Austria para dar paso<br />

a otros más golfos todavía y Borbones de Francia. Desde la legítima<br />

reina Juana de Castilla, a la que dioses y borregos apodan La Loca, la<br />

Corona de España ha pasado de austrias a franceses, ya sean nacidos en<br />

Italia o en Grecia.<br />

—Señor caballero, ¿<strong>el</strong> revu<strong>el</strong>to era de nombres o de nacionalidades?<br />

¿Cómo un rey de España va a pertenecer a una Corona de Francia y<br />

encima va a ser tan extranjero en su reino como su consorte?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o a tu amigo de anoche pero con mi abu<strong>el</strong>o pasó igual,<br />

no sabía ni <strong>el</strong> idioma.<br />

—Eso era en otros tiempos.<br />

—Pero este tipo de cosas sigue funcionando igual.<br />

—¿No se le llama a esto anacronismo?<br />

—Se le llama Matrix, <strong>el</strong> imperio de la contradicción y de la<br />

esquizofrenia. Ya no quedan Caballeros Comuneros para decir a los<br />

reyes extranjeros…<br />

—…pero sí un Cid llamado Alcor —notificó Sancho—. En realidad,<br />

me cuesta mucho que hablemos d<strong>el</strong> revu<strong>el</strong>to de nombres porque lo más<br />

fácil es que se piense que vuesa merced está esquizofrénica pero entienda<br />

señor caballero que ¡no sé con quién estoy! Como lo de los nombres da<br />

lo mismo, puede que sea sólo curiosidad pero con tantos apodos, aliases,<br />

530


pseudónimos y motes como tiene, no puedo saber cómo llamar al<br />

reb<strong>el</strong>de que acompaño. Si lo unimos a otras menudencias como no saber<br />

si estamos en la página de un libro o en la vega d<strong>el</strong> Henares, en un siglo<br />

o en otro, y ahora aparecen las nacionalidades, entienda señor alquimista<br />

que un escudero que no ha ido a la escu<strong>el</strong>a se puede estresar un poquitín.<br />

—¡Tranquilo Sancho y no te quejes ni te mosquees tanto! La<br />

inmortalidad no se alcanza levantándose cinco días de la semana a las seis<br />

de la mañana para ir a currar después de tragarse una hora de atascos y<br />

acostarse a las doce de la noche después de haber visto un par de horitas<br />

de t<strong>el</strong>e. Saber con quién estás aunque no sepas <strong>el</strong> nombre es justo lo<br />

contrario a la psicopatía así que no confundas un hecho tan colosal. Lo<br />

único que se puede saber de un psicópata es su nombre porque <strong>el</strong> cómo<br />

o quién es, no lo sabe ni dios y por supuesto ni él. Sin embargo, todo <strong>el</strong><br />

mundo sabe quién soy aunque me haga conocer con decenas de<br />

nombres. Aparca <strong>el</strong> resto de pseudónimos que utilicé en la literatura e<br />

incluso en Matrix para que <strong>el</strong> revu<strong>el</strong>to de trigueros no se mezcle con<br />

gambas. Entiende que una vez que has aprendido a suplantar tu<br />

identidad, lo puedes hacer cien.<br />

—¡Tranquilo señor caballero que vegetariano estoy! —bromeó <strong>el</strong><br />

escudero por lo de las gambas—. Como lo d<strong>el</strong> Príncipe don Carlos, si no<br />

está suficientemente aclarado seguro que lo va a estar, vaya con <strong>el</strong> último<br />

nombre que he conocido a ver si me entero de la génesis d<strong>el</strong> Sancho<br />

¿Por qué Migu<strong>el</strong> de Cervantes y no Perico <strong>el</strong> de los Palotes?<br />

—<strong>El</strong> ap<strong>el</strong>lido se toma de la familia reb<strong>el</strong>de que me adoptó, camufló<br />

o prestó su linaje para fabricar <strong>el</strong> mío. Aunque te podría contestar a esto,<br />

piensa si no prefieres que te lo cuente la fuente de siempre: <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor; él es <strong>el</strong> que se encargó de la conexión con la familia reb<strong>el</strong>de, de la<br />

falsificación de la partida de bautismo, de mi legalización en Matrix e<br />

incluso d<strong>el</strong> acta de mi primera defunción; la segunda d<strong>el</strong> 23 de abril es<br />

cosa mía y como ya sabes, no es precisamente por san Jorge <strong>el</strong><br />

matadragones. Como ahora sucede con tantos ilegales, yo era un<br />

sinpap<strong>el</strong>es y se tuvieron que fabricar.<br />

—Entonces no va a negar que <strong>el</strong> caballero Alcor sea tan capullo<br />

como <strong>el</strong> Programa llamado <strong>el</strong> Ferroviario, <strong>el</strong> tipo que controla la<br />

conexión en Matrix, <strong>el</strong> personaje a través d<strong>el</strong> que los dioses sentencian:<br />

«Yo construí este sitio (Civilización) y aquí yo dicto las normas<br />

(Constitución, Leyes, Impuestos, Modas, Tecnologías, Conductas,<br />

Bienestar, Deseos, Sensaciones…). Aquí <strong>el</strong> que amenaza soy yo (en<br />

531


Matrix puñetazo; en Matrix estuvo Vietnam, Cuba, Libia y ahora lo están<br />

Afganistán, Irak, Irán, Corea d<strong>el</strong> Norte…); aquí abajo yo soy dios»<br />

(¿más puñetazos o más misiles balísticos?) Por cierto ¿fue la Guerra d<strong>el</strong><br />

Vietnam una apuesta entre E. Hoover y A. Onassis? (Por si alguien no lo<br />

puede suponer, la pregunta es retórica).<br />

—Como sé que mi maestro lo es también por reírse de sí mismo<br />

—aclaró don Quijote pasando de las apuestas por la bahía de Vietnam o<br />

<strong>el</strong> golfo de Méjico (Ver <strong>el</strong> cómic UMPA-PÁ contra Mala-Uva ¿De<br />

quiééén…? De Goscinny y Uderzo ¡Qué casualidad!)— fíjate, para que<br />

entiendas, cómo voy a comparar:<br />

—<strong>El</strong> Programa llamado <strong>el</strong> Ferroviario es un agente que conecta<br />

programas de Matrix furtivamente.<br />

—<strong>El</strong> Programa llamado <strong>el</strong> caballero Alcor es un reb<strong>el</strong>de que<br />

conecta programas en Matrix furtivamente (saltándose <strong>El</strong> Sistema:<br />

falsificando actas bautismales o certificando la defunción).<br />

—Parece lo mismo.<br />

—Pues no tiene nada que ver. <strong>El</strong> caballero Alcor ya debe de saber<br />

que se está jugando la vida por lo que va a hacer.<br />

—¿Pero si todavía no nos hemos encontrado? —rechistó Sancho.<br />

—Pero seguro que siente la vibración. Por eso no es lo mismo <strong>el</strong><br />

agente Ferroviario que <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Alcor; a uno lo protege <strong>El</strong> Sistema y<br />

al otro lo acosará hasta su muerte, ya sea natural o sea «accidental».<br />

—A menos que le pase como Anakin Sky Walker y se traspase al<br />

lado oscuro mutándose en Dark Vaider —objetó Sancho.<br />

—¡Cómo te gusta enredar! Un caballero reb<strong>el</strong>de es eternamente<br />

reb<strong>el</strong>de aunque estará sometido a un régimen de suculentas tentaciones<br />

como hicieron con Jesucristo. Los dioses tienen todo previsto porque la<br />

historia se repite; vivimos en un momento de tal caos social planetario (al<br />

que se le está uniendo <strong>el</strong> medioambiental), que <strong>el</strong> resurgimiento de <strong>El</strong><br />

<strong>El</strong>egido no es sólo <strong>el</strong> argumento machacón de uno de los muchos guiones<br />

de Hollywood: ¡es lo que históricamente corresponde!<br />

—Mi disco duro considera que se ha enterado d<strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido así que<br />

ahora le va tocando al nombre. Dígame por qué se llama Migu<strong>el</strong> vuesa<br />

merced y porque <strong>el</strong> aljamdalusí me llama Sancho.<br />

—¿Lo quieres resumido o prefieres con historia?<br />

—¡Menú a la carta, qué lujo! Casi lo prefiero resumido pero si hace<br />

falta saber algo de historia, que sea la mínima posible. <strong>El</strong> ap<strong>el</strong>lido ha<br />

532


durado un buen rato por la importancia d<strong>el</strong> linaje pero <strong>el</strong> nombre debe<br />

de ser como un aperitivo.<br />

—No te quejes después si te parece muy resumido. Me puse por<br />

nombre Migu<strong>el</strong> en recuerdo de un futuro rey cuyo regicidio dejó paso<br />

libre a los Austrias; este era <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> legítimo heredero de la<br />

Corona de Castilla y León y lo hubiera sido también de Portugal si <strong>el</strong><br />

veneno de los borgoñones no se hubiera metido en sus entrañas. Hijo de<br />

Manu<strong>el</strong> I de Portugal y de Isab<strong>el</strong> de Castilla (primogénita de los Católicos<br />

Reyes), a Migu<strong>el</strong> le pasó exactamente igual que sucedió con Segismundo<br />

(Leer La vida es sueño de Calderón) y conmigo: nuestras madres murieron<br />

después de nuestro alumbramiento y todavía no se sabe si fue «porque<br />

no pudieron soportar los dolores d<strong>el</strong> parto» o si alguna pócima venenosa<br />

entró en ese acto. Cuando los primogénitos eran varones, sería mucha<br />

casualidad que tantas reinas murieran después de parir: Isab<strong>el</strong> de Castilla<br />

casada con Manu<strong>el</strong> I <strong>el</strong> Afortunado, María de Portugal casada con F<strong>el</strong>ipe<br />

II <strong>el</strong> Pederasta y querida madre de mi vida, Isab<strong>el</strong> de Valois casada con <strong>el</strong><br />

mismo infame y gran amor de mi vida (Isab<strong>el</strong>)… ¿Te puedes imaginar<br />

para qué valían los matrimonios en la corte real y cómo despachaban los<br />

amantísimos maridos a sus queridísimas consortes? Aunque <strong>el</strong> uxoricidio<br />

esté ahora de moda, no creo que tenga su génesis quinientos años atrás<br />

sino mucho más.<br />

—¿Qué pasó con una criatura que se ha quedado sin la madre que lo<br />

parió desde <strong>el</strong> instante en <strong>el</strong> que pasó?<br />

—<strong>El</strong> padre Mano<strong>el</strong> de Portugal, dejó a Migu<strong>el</strong> al cuidado de la abu<strong>el</strong>a<br />

católica Mater Castrorun Isab<strong>el</strong> de Castilla (la de tanto monta, monta<br />

tanto) sin estar al tanto de que las víboras serpean entre las cortes más<br />

poderosas. La causalidad llevó a la muerte por asesinato d<strong>el</strong> Príncipe de<br />

Asturias Migu<strong>el</strong> y de los abu<strong>el</strong>os (no d<strong>el</strong> padre) se decía: «La aflicción que<br />

ha dominado a nuestros príncipes más cristianos (Isab<strong>el</strong> y Fernando) y a<br />

toda la corte es tan inmensa, que nadie ha sido capaz de acercarse a la<br />

reina. Se declaran impotentes (los reyes) para soportar con serenidad de<br />

ánimo tantos bofetones de la Fortuna. No obstante, disimulan estas<br />

negruras todo lo que pueden y se muestran en público con semblante<br />

sonriente y sereno»; como ahora. (¡Qué protocolo más antiguo!)<br />

—¿Qué mal habría hecho <strong>el</strong> niño para que lo asesinaran con tan sólo<br />

dos años de edad?<br />

—Nacer.<br />

533


—¿Sólo por eso? —indagó Sancho como queriendo poner las cosas<br />

en claro.<br />

—Ya se ha dicho: su muerte, junto a otras más, dejaba paso libre al<br />

primero de los F<strong>el</strong>ipes (<strong>El</strong> Hermoso en este caso) para gobermangonear<br />

en la Corona más poderosa de la tierra.<br />

—¿Cuántos F<strong>el</strong>ipes más hay?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o al colega con <strong>el</strong> que anoche despachaste en privado<br />

porque seguro que él es <strong>el</strong> que mejor lo sabe.<br />

—¿Mataron a muchos más? —rebuscó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Entre otros al primogénito de los Católicos <strong>el</strong> Príncipe Juan.<br />

—¿Qué le pasa?<br />

—Nada, que me haces recordar la época de esplendor de mi maestro<br />

Cide Hamete y recuerdo especialmente lo que sucedía en la otra parte de<br />

la Historia: al-Ándalus, que trae a mi memoria a Boabdil, Muley Hazén,<br />

los Abencerrajes, la sultana Aixa, la favorita Zoraida, la Alhambra…<br />

—¿Por qué no me cuenta? Sólo lo recuerdo por encima.<br />

—No te enrolles Sancho que seguro que la recuerdas mejor que yo y<br />

además, no nos vamos a dispersar con otro libro más.<br />

—Pensaba que la respuesta iba a ser como tantas —terminó<br />

burlonamente <strong>el</strong> escudero—: que tendría que preguntar al caballero<br />

Alcor al-andalusí.<br />

La pareja mejor avenida de la historia de la humanidad bajó hasta <strong>el</strong><br />

cauce d<strong>el</strong> Henares y caminó por su ribera en la misma dirección de la<br />

corriente (para que luego ya no digan que los reb<strong>el</strong>des siempre van<br />

contracorriente). Cuando <strong>el</strong> cauce se somete al criterio de los ingenieros<br />

de canales y puertos, se sintieron los caminantes obligados a subir a la<br />

carretera porque <strong>el</strong> puente o <strong>el</strong> agua no los dejaba pasar por debajo.<br />

Tanta estrechez con lo grande que es la tierra, indica lo comprimida que<br />

está la psique de los peritos que diseñan las obras civiles. Podían haber<br />

dejado un paso junto a la orilla d<strong>el</strong> río para evitar un mal trago de agua…<br />

¡o de coches!<br />

Ahora es cuando empieza <strong>el</strong> problema porque hay que cruzar la<br />

carretera. Como <strong>el</strong> paso natural lo han invalidado por abajo, hay que<br />

atravesar por <strong>el</strong> artificial y las hileras de coches parecen procesionarias<br />

que no dejan de pasar. Las orugas motorizadas tienen mucha similitud a<br />

las orgánicas, no sólo por los atascos que se provocan sino porque son<br />

una plaga más: las unas asfixian a los pinos y los otros se encargan de<br />

asfixiar a todo lo demás que necesite respirar. Atravesar la carretera<br />

534


M-300 hoy en día es tal proeza, que <strong>el</strong> que lo consiga puede sentirse con<br />

suficiente energía como para saltar de dimensión.<br />

Sea por simplificar, fuere por la asombrosa pericia de la pareja<br />

inmortal o fuese por algo similar a un traspaso dimensional, <strong>el</strong> caso es<br />

que los tenemos al otro lado de la saturada calzada en donde comienza<br />

una subida que al menos por la densidad de tráfico, se podría decir que<br />

es mucho más tranquila. Para reponerse d<strong>el</strong> estrés que provoca la<br />

v<strong>el</strong>ocidad de los coches, escudero y caballero han parado a refrescarse<br />

con la visión d<strong>el</strong> curso d<strong>el</strong> Henares porque su corriente no se puede<br />

escuchar de tanto ruido como hacen los ataúdes rodantes. Cuanto más se<br />

alejan de la carretera, menos se ve <strong>el</strong> río y sin saber qué sacrificar, si la<br />

vista o <strong>el</strong> oído, siguieron caminando hasta que perdieron la vista d<strong>el</strong><br />

afluente. Esta pareja no está hecha para la vida moderna porque huyen<br />

d<strong>el</strong> ruido como si fuera una peste que mantiene <strong>el</strong> alma en vilo. Cuando<br />

<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> escándalo rodado lo permitió, empezó a sonar <strong>el</strong> ruido de<br />

Sancho:<br />

—¿Por qué yo Sancho?<br />

—Por que no te iba a llamar <strong>el</strong> Cid ya que habría duplicidad de<br />

caballeros y no sería oportuno en cuanto al alter ego. Ya hemos hablado<br />

d<strong>el</strong> rey de Castilla Sancho II <strong>el</strong> Fuerte, primogénito de Fernando I y de<br />

Sancha. Al subir al trono, nombró alférez real a Rodrigo Díaz de Vivar,<br />

<strong>el</strong> Cid. Se unió con su hermano Alfonso VI de León para guerrear contra<br />

su otro hermano García de Galicia al que despojaron de su reino y se lo<br />

repartieron en botín. No satisfecha la disputa por la supremacía, los dos<br />

hermanos entraron en batalla y Sancho salió victorioso (dicen que por las<br />

estrategias de <strong>el</strong> Cid). La reacción de Alfonso fue ordenar <strong>el</strong> asesinato de<br />

su hermano, una táctica utilizada hasta la saciedad (desde Caín y Ab<strong>el</strong>) y<br />

que conoces en profundidad. Sancho fue borrado d<strong>el</strong> mapa de la manera<br />

más cobarde que existe: asesinado por un tal B<strong>el</strong>lido Dolfos, un títere de<br />

su cobarde hermano Alfonso. <strong>El</strong> precio que pagó por su victoria en<br />

Golpejera fue <strong>el</strong> de su propia vida. Su nombre inspiró <strong>el</strong> de mi alter ego<br />

de escudero, <strong>el</strong> suyo se puso por <strong>el</strong> de su madre y <strong>el</strong> de Claro es por <strong>el</strong> de<br />

la suya: Clara.<br />

—No podemos escapar de la causalidad, somos sus esclavos<br />

eternos.<br />

—¡Qué claro lo tienes, querido Sancho! —dijo al escudero<br />

causalmente así llamado.<br />

535


—Creo que es mejor perder un reino que perder la vida —indicó<br />

Sancho sin atender a los nuevos personajes.<br />

—¡Qué bien se ven los toros desde la barrera!. ¡Aplícate <strong>el</strong> cuento<br />

con Barataria!<br />

—¿A cuándo se remonta lo de mi nombre?<br />

—Por redondear —satisfizo <strong>el</strong> caballero que causalmente don<br />

Quijote se hace llamar—, localiza estos sucesos en <strong>el</strong> año 1.000 de esta<br />

era.<br />

—Imagino —sonsacó Sancho— que tantas analogías con la realidad<br />

de Matrix consignará las pistas escritas para que la decodificación de la<br />

nov<strong>el</strong>a tenga materia y testimonios. ¡Que casualidad! Dos caballeros: <strong>el</strong><br />

Cid y don Quijote; dos reyes asesinados: Sancho y Migu<strong>el</strong>; y un hecho<br />

que la Historia no olvidará jamás: la Jura de santa Gadea.<br />

—En cuanto a los dos caballeros —corrigió <strong>el</strong> caballero—, deja que<br />

modifique los propuestos para que sus nombres sean <strong>el</strong> Cid y Cide<br />

Hamete, que por algo se llamará así.<br />

—¡Menudo bucle! —se quejó Sancho—. Parece <strong>el</strong> cuento de nunca<br />

acabar hasta llegar a Nembrot y pasando por Espartaco; entiendo que la<br />

reb<strong>el</strong>día humana tenga la misma vida que la imposición divina. Habrá<br />

comprobado que he dejado al margen al reb<strong>el</strong>de Jesucristo porque como<br />

me ha enseñado, ese es harina de otro costal.<br />

—¡Con qué familiaridad hablas de la Eterna Reb<strong>el</strong>ión! —exclamó<br />

don Quijote—, parece que hablas de colegas. Si quieres rehilar con los<br />

nombres y analogías de mi maestro que no cuadran en tu entendimiento,<br />

al no ser un misterio divino ¡sí tiene explicación! <strong>El</strong> caballero Alcor, que<br />

dice ser <strong>el</strong> sujeto pasivo 394.503-F, es <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo real de quien<br />

entonces dijo ser Cervantes; no es lo mismo pero la forma de actuar se<br />

repite.<br />

—Maestro la pregunta no es si no es lo mismo sino si son <strong>el</strong> mismo.<br />

—¿Quiénes, Cide Hamete y <strong>el</strong> Caballero Alcor? —desvió don<br />

Quijote.<br />

—No se vaya por las ranas que no me va a dispersar: <strong>El</strong> caballero<br />

Carlo y <strong>el</strong> caballero Alcor —escudriñó Sancho—. Unas veces utiliza<br />

Carlos y otras Carlo dependiendo de que nombre al Príncipe o al<br />

Caballero ¿por qué no se aclara o es que lo de los nombres da igual?<br />

—Los nombres junto al resto de palabras, son irr<strong>el</strong>evantes. Valen<br />

para lo que valen pero no para nada más.<br />

536


—Se me ocurren dos causas a la fonemática distracción —continuó<br />

Sancho con la investigación—. La una debe estar en arrimar <strong>el</strong> ascua a su<br />

sardina para dejar en cinco las letras de un nombre que tiene seis; por<br />

esta razón yo debería llamarme Ancho.<br />

—Quítate también la «ese» y llámate como quieras que <strong>el</strong> nombre da<br />

lo mismo. Cuando la gente te ve por la calle no ven solamente «Sancho»;<br />

en su cabeza tienen un concepto mucho más amplio y difuso de lo que<br />

significas y posiblemente no sea tan importante cómo te llamas sino lo<br />

que representas realmente.<br />

—No se vaya por las ramas tan deprisa que todavía queda la otra<br />

causa más sutil y acorde con vuesa merced. No hay que ser un lince para<br />

saber que Alcor y Carlo son las mismas letras colocadas de manera<br />

distinta. ¿Es esto una insinuación subliminal de algo más que quiera<br />

decir?<br />

—Eso es diferente.<br />

—Cuando no le gusta algo, siempre contesta igual. Ya sabía que o no<br />

le iba a gustar o que tendría que preguntárs<strong>el</strong>o a él. Aunque es<br />

procedente que también se lo indague a vuesa merced porque las<br />

respuestas en este caso estarían en paridad.<br />

Quizá esta sea una de las preguntas que ni <strong>el</strong> narrador puede reb<strong>el</strong>ar,<br />

no por custodiar un arcano sino porque ni los interesados puedan<br />

responder. Dejemos que aparezca la ingeniería de don Quijote que nos<br />

saque de este apuro antes de que estalle la fibrilación.<br />

—Pues lo coherente sería que te lo preguntaras a ti mismo si como<br />

afirmas, algo te toca de la dimensión est<strong>el</strong>ar de Cervantes por ser un alter<br />

ego cercano. Sabrás también como <strong>el</strong> resto de «yoes» si somos <strong>el</strong> mismo<br />

o somos dos.<br />

»Dos personajes, dos transcriptores, dos manuscritos, dos reb<strong>el</strong>des,<br />

dos maestros, dos artistas, dos caballeros, dos humanos; no se debe a la<br />

coincidencia, es la providencia, es <strong>el</strong> objetivo. Nuestro sino está<br />

aquí; podríamos ser <strong>el</strong> mismo Alcor y Carlo o ser dos.<br />

»Dos decadencias imperiales (Pax Hispana/Pax Americana), dos<br />

sheriffs cristianos (F<strong>el</strong>ipe II/Bush), dos hundimientos controlados<br />

(Armada Invencible/Torres Gem<strong>el</strong>as), dos ejércitos robotizados (Liga<br />

Santa/ Flota de USA en <strong>el</strong> Mediterráneo). Podría ser lo mismo pero son<br />

dos corrupciones que se repiten siempre igual.<br />

—¿Así desde <strong>el</strong> principio de Civilización? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

537


—Así ha pasado con todos los Imperios: que surgen y desaparecen,<br />

como la desdicha. Pasó en Roma, en Grecia, en Egipto, en<br />

Mesopotamia…<br />

—Como dice la canción de Iglesias: «al final, las cosas pasan (pero)<br />

todo sigue igual».<br />

—¡Claro Sancho!, todo es causal.<br />

¡Qué lío! ¿Estará llamando a Sancho Claro? Entonces ¿aquí quién es<br />

quién? Es probable que tanta información traída tan rápidamente haya<br />

provocado que a Sancho se le olvide preguntar por un nombre más. Si<br />

Shakespeare es <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido de la familia reb<strong>el</strong>de que se adoptó en<br />

Inglaterra, William tiene que tener su porqué. Se trata d<strong>el</strong> escocés<br />

William Wallace, otro caballero reb<strong>el</strong>de que se opuso a un rey: Eduardo I<br />

Long Legs de Inglaterra que destronó al rey de Escocia. Lideró <strong>el</strong><br />

alzamiento nacional en contra de los invasores ingleses a los que derrotó<br />

contra todo pronóstico nombrándole regente de Escocia. Proscribió <strong>el</strong><br />

derecho de pernada que los loores ingleses ejercían en <strong>el</strong> resto de<br />

Inglaterra. Traicionado y abandonado por la mayoría de los grandes<br />

señores escoceses por ser <strong>el</strong> simple hijo d<strong>el</strong> caballero Malcolm Wallace,<br />

fue detenido, encarc<strong>el</strong>ado, condenado por d<strong>el</strong>ito de alta traición y<br />

ejecutado en 1305 (¡no en 1605!). Después de dejar que lo asesinaran, los<br />

escoceses siguen considerándolo <strong>el</strong> héroe de su libertad. [Leer<br />

Fuenteovejuna; ver Braveheart.] Si esta aclaración era cosa sabida, discúlpese<br />

la breve interrupción d<strong>el</strong> narrador que deja paso al escudero para<br />

escuchar lo que dice a continuación:<br />

—Si <strong>el</strong> caballero Carlo se tuvo que camuflar con los pseudónimos<br />

Cervantes y Shakespeare y dejó escrito su «yo soy yo y sus<br />

circunstancias» en la metarrealidad de Matrix con obras tan famosas<br />

como se dice ¿cómo es posible que nadie se haya enterado?<br />

—Porque siempre se leen codificadas, hacía falta un traductor de<br />

imagen: <strong>el</strong> caballero Alcor. No trabaja para <strong>el</strong> Programa d<strong>el</strong><br />

Constructor sino que va a descifrar los manuscritos para dioses y<br />

esclavos tal y como tú estás decodificando Matrix. Jugarse al escondite ha<br />

terminado. Cervantes es uno de los ap<strong>el</strong>lidos que utilizó nuestro creador<br />

(o sea él) pero como además, la nov<strong>el</strong>a <strong>El</strong> Quijote es autobiográfica, se<br />

convierte en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de mi vida real en Matrix aunque se conozca a<br />

través de la metarrealidad de Matrix. ¿Quién se podría imaginar todo este<br />

montaje si ni los dioses tut<strong>el</strong>ares se habían percatado?<br />

—¿Por qué todo es tan complicado?<br />

538


—Los caballeros Jedis son psicópatas y por eso aparece complicado.<br />

Entre la biografía de Cervantes que se conoce y la de Shakespeare que<br />

también, tendrán ahora que unirlas para conocer al reb<strong>el</strong>de caballero<br />

Carlo. Quedan muchos anónimos de la época que nadie podría imaginar<br />

que también son d<strong>el</strong> mismo pero cuando la fama no es más esencial que<br />

<strong>el</strong> vivir, ¿qué más da <strong>el</strong> autor si se trata de escribir? Pero si te fijas, no es<br />

tan complicado cuando se reb<strong>el</strong>an los nombres ocultos tras otros<br />

nombres; una vez que se tiene <strong>el</strong> cabo, después es cuestión de tirar, algo<br />

tan sencillo como comer y cantar. Es un pequeño ejercicio de<br />

desencriptación de un arcano de cuatrocientos años de antigüedad<br />

codificado por unos reb<strong>el</strong>des. Si no se hubiera inmortalizado de esta<br />

manera, los guardianes y fabricantes de la historia no serían quienes son<br />

ni habrían tergiversado todas las cosas como lo están.<br />

—Pues entonces no son tan dioses ni tan infalibles como se creen<br />

—ridiculizó <strong>el</strong> escudero—, más bien parecen trogloditas a los que se les<br />

escapa totalmente <strong>el</strong> código secreto reb<strong>el</strong>de. Tampoco son tan artistas<br />

insuperables si nosotros desciframos Matrix y <strong>el</strong>los se han tragado lo de<br />

Cervanpeare.<br />

—Aunque <strong>el</strong>los están por encima d<strong>el</strong> bien y d<strong>el</strong> mal —explicó <strong>el</strong><br />

caballero—, este tipo de comentarios no les va a gustar. Tú puedes<br />

exiliarte en <strong>El</strong> Quijote pero ¿dónde se va a proteger <strong>el</strong> caballero Alcor?<br />

Conoces bien la divina determinación: controlar o exterminar. Si no<br />

estuviéramos camuflados, sencillamente, no existiríamos.<br />

—¿Por eso <strong>el</strong> caballero Alcor vive exiliado? —confirmó <strong>el</strong> escudero.<br />

—De momento Sancho, después va a dar la cara por todos.<br />

—Estoy muy contento por estar vivo —comentó <strong>el</strong> escudero<br />

cambiando la atención— pero permita añadir que me parece hiriente que<br />

lo sepa por los pinares cuadriculados que no tienen sentido, ni por los<br />

árboles ni por cómo plantados; son <strong>el</strong> indicador que reafirma que la<br />

naturaleza sintética de Matrix ha substituido a las encinas de la<br />

Naturaleza real. La realidad siempre supera a la ficción y era mejor<br />

imaginarse los pinares desde <strong>el</strong> libro que pasear sobre sus ácidas acículas<br />

secas.<br />

»Hemos cogido otra senda, me ha cruzado la carretera, hemos visto<br />

<strong>el</strong> Cementerio al que han puesto un nombre tan ecológico como Jardín,<br />

hemos pasado por una gravera que se r<strong>el</strong>lena de basura hasta formar una<br />

montaña de mierda tan grande que empieza a competir con los<br />

montones de piñones…<br />

539


—Es <strong>el</strong> progreso —interrumpió <strong>el</strong> caballero—; la basura es <strong>el</strong><br />

indicador d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de desarrollo de una sociedad. [Ver Idiocracia.]<br />

—Después —siguió <strong>el</strong> escudero ¡sin dispersarse!—, hemos subido<br />

una cuesta para ver con perspectiva los «agujeros» en <strong>el</strong> monte, taludes<br />

verticales de al menos veinte metros de profundidad para extraer las<br />

arcillas con las que fabricar los ladrillos que construyen la decadencia de<br />

Pax Americana. Continuamos por los ringo rangos d<strong>el</strong> camino que nos<br />

han vu<strong>el</strong>to a situar casi al niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong> río y ante nosotros tenemos «<strong>El</strong><br />

Polvorín», un monte en <strong>el</strong> que se han escavado unos tún<strong>el</strong>es para<br />

llenarlos de las consecuencias d<strong>el</strong> Programa Armas, como en Gibraltar.<br />

¿Por qué nos hemos llegado hasta aquí?<br />

—No sé; ¿por qué no va a ser la casualidad?<br />

—Porque después de los nombres causalmente reb<strong>el</strong>ados, no cu<strong>el</strong>a.<br />

Migu<strong>el</strong>, Sancho, Carlo, Alcor…<br />

—En la Cuesta de Zulema está encantado <strong>el</strong> moro Muzaraque y nos<br />

puede ayudar a encontrar al caballero Alcor —advirtió don Quijote.<br />

—¡Otro moro más! ¿Cuántos quedan por salir?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o al andalusí.<br />

—¿Es un oráculo <strong>el</strong> tal Muzaraque?<br />

—Es otro protagonista de <strong>El</strong> Quijote —respondió don Quijote<br />

sabiendo que la respuesta se debía a que <strong>el</strong> moro actúa una sola vez—;<br />

necesitamos ayuda urgente de quien sea porque <strong>el</strong> tiempo juega en<br />

nuestra contra más que nunca.<br />

—Pues sigo sin saber qué pinta aquí <strong>el</strong> moro.<br />

—Su existencia misma es un medio, no un fin. Así que<br />

buscarle a él es igual que buscar un medio para hacer ¿qué?<br />

—Vuesa merced ya conoce la respuesta.<br />

—Necesitamos protección.<br />

—¿Se refiere a los Servicios Secretos?<br />

—Si acaso sería para protegernos de <strong>el</strong>los, o sea, d<strong>el</strong> terrorismo de<br />

estado; me refiero al caballero Alcor. Si queremos seguir en Matrix,<br />

tenemos que encontrarnos.<br />

—En sus manos encomiendo mi alma. ¿Por dónde seguir? Espero<br />

que no sea subir —se temió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Cuando se espera algo nos arriesgamos a sentir frustración; guarda<br />

cierta r<strong>el</strong>ación esperar lo que sea y no conseguirlo.<br />

—O sea, ¡que pa’ arriba! —presagió <strong>el</strong> escudero.<br />

—No lo pienses Sancho y sigamos con lo que vamos.<br />

540


—Tomemos antes un respiro.<br />

Acompañaremos a Sancho en su descanso dejándolo todo para que<br />

siga cuando y donde sea que, obviamente, será <strong>el</strong> próximo mamotreto en<br />

la ladera d<strong>el</strong> monte Salomón o donde fuere, un domingo por la mañana<br />

o <strong>el</strong> día que estuviere.<br />

541


Mamotreto XV.<br />

EN EL QUE LA PAREJA INMORTAL<br />

COMIENZA LA SUBIDA EN LA QUE SE VE EL LEMA<br />

DE LA MUY FAMOSA CUESTA DE ZULEMA<br />

EN LA QUE SE PRODUCE UN ENCUENTRO CRUCIAL<br />

¡Qué agradables son las cosas cuando son coherentes! Se decía que<br />

íbamos a seguir aquí y aquí estamos. También afirmamos que llegará un<br />

momento en <strong>el</strong> que desaparezcamos para siempre y sucederá al final de<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.<br />

<strong>El</strong> famoso moro Muzaraque que, según <strong>el</strong> cura, aun hasta ahora yace<br />

encantado en la gran cuesta Zulema, que dista poco de la gran<br />

Compluto, cabalgaba sobre una cebra o alfana no más a gusto que <strong>el</strong><br />

citado clérigo cuando sobre las ancas de una mula, alucina con ir<br />

caballero sobre <strong>el</strong> caballo Pegaso. Lo de los Monjes Guerreros no es una<br />

cortina de humo ni una leyenda urbana, pero ya en nada los recuerdan<br />

estos curas de nadie que exaltan con gori goris repetidos a los más<br />

cegatos de entre los esclavos. ¿Dónde están aqu<strong>el</strong>los monjes cruzados<br />

que con espada en mano y para encontrar al Santo Grial, cortan cabezas<br />

d<strong>el</strong> infi<strong>el</strong> igual que se afeitan los p<strong>el</strong>os de la pi<strong>el</strong>? ¿Dónde están los de<br />

Acuña y Osorio (batallador obispo de Zamora y arzobispo de Toledo<br />

con María Pacheco, viuda de Padilla y llamado «<strong>el</strong> segundo Lutero» por<br />

sus ideas avanzadas), los que desde <strong>el</strong> verano de 1520 se sublevan contra<br />

<strong>el</strong> poder Imperial en una Reb<strong>el</strong>ión que es llamada de Los Comuneros?<br />

Al preguntar <strong>el</strong> escudero cómo encontrarían al encantado<br />

Muzaraque, conoció lo insólito que sería cruzarse con una cebra en <strong>el</strong><br />

camino, pero si sucedía sólo tendrían que seguirla para saber dónde<br />

estaba <strong>el</strong> moro. Sin duda en estos parajes es imposible atinar ni con<br />

caballos salvajes ni con rayados; todo está tan compartimentado que la<br />

fauna se compone de unos conejos y erizos, unas urracas y cuervos,<br />

pocas palomas y pichones, escasas culebras y lagartos y en alguna<br />

ocasión, hasta se ha podido ver a un zorro. En cambio, las columnas de<br />

procesionarias hacen su agosto aunque ahora sea desde abril.


Sancho quedó r<strong>el</strong>ajado por un distintivo de tan especial colorido y si,<br />

como dice su maestro, es imposible encontrar una cebra por estos<br />

andurriales que no sea la d<strong>el</strong> moro, <strong>el</strong> escudero fue d<strong>el</strong> parecer que la<br />

búsqueda sería fructuosa por <strong>el</strong> p<strong>el</strong>aje bicolor d<strong>el</strong> equino. ¡Menudo<br />

peregrino! Comenzó animado a subir por <strong>el</strong> camino que tiene un<br />

aperitivo fatigoso, pero él lo recorría entretenido pensando encontrar a la<br />

rayada más fácilmente que en un pajar un hilo. Intentó preguntar por<br />

algo al caballero pero <strong>el</strong> resu<strong>el</strong>lo no se lo permitió y siguieron subiendo y<br />

subiendo acompañados por <strong>el</strong> sonido d<strong>el</strong> aire cuando se convierte en<br />

viento.<br />

Es llamativo que se escuche a tan pocos pájaros si como se su<strong>el</strong>e<br />

decir, se dice que viven entre los árboles d<strong>el</strong> bosque. Si los ingenieros<br />

forestales hablaran con los capataces ornitolegales, entenderían que en la<br />

Facultad de las aves está <strong>el</strong> conocer que es pegajoso anidar entre pinos<br />

porque su sangre es tan mortal como la de todo hijo de vecino. Nunca<br />

avisa previamente dónde va a actuar, como sí sucede en <strong>el</strong> caso de los<br />

más terroristas asesinos; en <strong>el</strong> tema de los pinos, sus bombas son como<br />

gotas de resina que donde caen, pueden ser como <strong>el</strong> fumar: que asesina<br />

lentamente como si de una voluntaria tortura china se tratara. Se corre <strong>el</strong><br />

gran riesgo de que quedar atrapado de por vida dentro de un ámbar<br />

transparente desde <strong>el</strong> que se mira todo lo que está pasando fuera pero d<strong>el</strong><br />

que no se puede escapar. También puede quedarse pegado al resinoso<br />

sitio como si una estatua de granito se fuera; inmóvil desde ese lugar, se<br />

examina todo lo que pasa alrededor sin poder interactuar en <strong>el</strong>lo,<br />

sintiéndose solo y sólo como un desgraciado espectador. También podría<br />

quedarse apisonado en una página como si se tratara de una mariposa<br />

despistada que posada sobre una de las adherentes gotas caída entre las<br />

hojas de un libro, es después cerrado de un portazo quedando<br />

inmortalizado <strong>el</strong> encuentro d<strong>el</strong> insecto con los folios y confirmado <strong>el</strong><br />

traspaso dimensional de tres a dos dimensiones. Podemos continuar sin<br />

explicar esto porque lo más fácil es pensar que los que hasta aquí siguen<br />

leyendo, ya saben que no es lo mismo vivir desde un libro a vivir en <strong>el</strong><br />

bosque ni a vivir en cualquier calle de las muchas que hay en Matrix.<br />

Pregunten a Sancho que en esto de las dimensiones, como en lo de dejar<br />

pasar sólo al tiempo, es todo un doctor. También pregunten a las aves y<br />

los insectos <strong>el</strong> porqué los pinares son peores que algunos terroristas que<br />

al menos avisan dónde han puesto las bombas antes de hacerlas estallar.<br />

544


Los primeros tramos d<strong>el</strong> camino forestal son muy empinados y ni<br />

con <strong>el</strong> respiro que se han tomado, ninguno habla por ningún lado.<br />

Llegaron a una especie de repecho donde la cuesta se niv<strong>el</strong>a y d<strong>el</strong> que<br />

asoma un atajo por <strong>el</strong> que se corona directamente la cresta d<strong>el</strong> monte<br />

Salomón, bajo <strong>el</strong> que se ha construido <strong>El</strong> Polvorín. Mientras que <strong>el</strong><br />

camino se pierde en <strong>el</strong> pinar, la inclinada senda sube directa hasta <strong>el</strong> final.<br />

Como siempre, con la encrucijada aparece <strong>el</strong> dilema: ¿qué sendero tomar,<br />

camino o atajo?<br />

Constantemente tomamos decisiones, desde las pequeñas cosas hasta<br />

las más trascendentales; eso es la vida, no es la soledad. Cada uno toma<br />

sus decisiones porque nadie las puede tomar por él; eso es la vida, no es<br />

la soledad. <strong>El</strong> Sistema toma infinidad de decisiones por cada civilizombi;<br />

eso es <strong>El</strong> Sistema, no es la vida.<br />

Lo más fácil es culpabilizar a otro por nuestras indecisiones porque<br />

la responsabilidad d<strong>el</strong> decidir se r<strong>el</strong>aciona con la soledad. Un transcriptor<br />

tan liberal no se va a meter en estos jardines para que luego se le culpe de<br />

la soledad que causa <strong>el</strong> no saber qué decidir. Dejemos que los que tienen<br />

que <strong>el</strong>egir lo hagan para que no se acuse a nadie de decidir por cada otro.<br />

—Aclarado <strong>el</strong> moro Muzaraque ¿qué me dice d<strong>el</strong> fi<strong>el</strong> ayo Quijada?<br />

—indagó Sancho rehilando un poco en <strong>el</strong> ovillo de actores de la famosa<br />

nov<strong>el</strong>a—. Debió ser muy esencial en su vida para llamarse Quijote.<br />

—Que es un gran tío d<strong>el</strong> que no hay mucho que hablar porque mi<br />

nombre lo dice todo. Cambiar la Versión Oficial es algo que los<br />

historiadores heterodoxos y reb<strong>el</strong>des harán con facilidad. Traer al<br />

recuerdo a mis «madres» María de Portugal, Leonor de Mascareñas y<br />

Magdalena de Ulloa, es para que no se deje al olvido esta parte sutil de la<br />

memoria que como en tantas otras ocasiones, corresponde a mujeres y<br />

tres madres inolvidables para mí. De Quijada, esposo en vida de<br />

Magdalena, recordaré siempre su honor y nadie podrá sospechar de mi<br />

eterna gratitud hacia él; desde que esta frase sea leída por todos, <strong>el</strong> amor<br />

de madres y la lealtad d<strong>el</strong> tutor serán más inmortales.<br />

—A veces pienso por qué no llamarnos Quijancho —planteó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Pues yo pienso que por dónde atajamos, si por la senda o <strong>el</strong><br />

camino.<br />

—<strong>El</strong> enunciado contiene la respuesta y la estrechez pide mi paso a la<br />

retaguardia. Seguiré su rastro est<strong>el</strong>ar que nos lleva...<br />

545


—¡A Luis Quijada! <strong>El</strong> fi<strong>el</strong> mayordomo d<strong>el</strong> emperador Carlos V es<br />

también <strong>el</strong> primer escudero de don Carlos; él es <strong>el</strong> tutor y para mí, <strong>el</strong><br />

padre que me impuso la Casa Real en Matrix; de él salió Quijote.<br />

—Sancho, Migu<strong>el</strong>, Quijada… —enumeraba <strong>el</strong> escudero—. ¿Qué<br />

más me quiere decir de él?<br />

—Que tenía una doble vida que conocerás, pero después de<br />

entender la fragmentación interactiva de su software, llegó mi<br />

reconciliación mental y con <strong>el</strong>la también la espiritual.<br />

—¿Era un psicópata?<br />

—¡No! No te enteras con la <strong>el</strong>ección de los nombres. Cuando<br />

r<strong>el</strong>acionaba los nombres de los personajes para suplantar a los que<br />

necesitaba disimular en la realidad de Matrix, afinaba todo lo que podía.<br />

Preguntar si Quijada era un psicópata es como si preguntaras por si yo lo<br />

fuera.<br />

—Tampoco se ha enterado nadie —se defendió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Como ya está reb<strong>el</strong>ado y no sólo por mi nombre, es un caballero<br />

ejemplar. Si hubieras hecho la proposición en <strong>el</strong> momento adecuado,<br />

podría haberse conocido a «<strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijancho de la<br />

Mancha».<br />

—¡Pues suena bien!. Mientras que no falte «Quij…»<br />

—Pues verás cómo no lo vas a cambiar —presagió un don Quijote<br />

seguro de ese futuro—.<br />

—Entonces será porque la realidad de Matrix no es tan liberal como<br />

se dice y no podemos recomponer las cosas a nuestro gusto.<br />

—Los hechos que ya han sucedido no se pueden cambiar y si en algo<br />

puede incidir <strong>el</strong> presente es en <strong>el</strong> futuro pero nunca en <strong>el</strong> pasado. Lo más<br />

que puede suceder es que en <strong>el</strong> presente entendamos cosas que en <strong>el</strong><br />

pasado no comprendimos pero los hechos que se produjeron no se<br />

pueden alterar, tergiversar ni secuestrar. A estas harturas no puedes<br />

imponer Quijancho porque todo <strong>el</strong> mundo conoce a don Quijote y<br />

Sancho.<br />

—Pero se les podrá contar que somos un alter-ego único e<br />

individual, no dual.<br />

—Si consigues que entiendan eso ahora, en <strong>el</strong> futuro se podrá<br />

concebir de otra manera sin que tenga que borrarse la primera.<br />

—Póngame un ejemplo si no quiere que me quede igual.<br />

—Debido al carácter sanguinario de la imposición, lo plana que fue<br />

la tierra no se ha podido todavía olvidar aunque ahora se sepa que era<br />

546


una estrategia más para dominar, controlar y exterminar. La tierra se<br />

concibió plana e inmóvil y después esférica y gravitatoria. <strong>El</strong> análisis que<br />

hagan los sapiens de estas pequeñas contradicciones es algo que debes<br />

preguntar a quien ya sabes pero no olvides que en muchísimos otros<br />

casos, los dioses sí han conseguido que la Historia de Civilización<br />

«olvide» lo que se tiene que olvidar. Por ejemplo: ¿quién sabe cómo se<br />

vivía antes de Civilización? ¿Cuántos miles de años se preservó esa otra<br />

forma de vida y cuántos persevera Civilización? ¿A qué da <strong>el</strong> tiempo <strong>el</strong><br />

sentido, a antes de Civilización o a Civilización? Introducir en la Historia<br />

la cortina de humo «eslabón perdido» marca un antes que han<br />

conseguido que se olvide y un después que han conseguido que sea muy<br />

cutre.<br />

—Me voy enterando que los dioses imponen <strong>el</strong> olvidar con sus años<br />

cero y sus antes y después pero con Sanchijote no pretendía…<br />

—Este es <strong>el</strong> porqué d<strong>el</strong> invento de la creación: ¡olvidar «la<br />

evolución»! ¡Son listos! ¿eh? Borran de un plumazo millones de años para<br />

que no se sepa de dónde viene la especie humana… ¡y de pronto!<br />

aparece dios con una barita y dice: «Todo esto lo he creado yo solito y en<br />

seis días ya que por las noches, soñaba con los ang<strong>el</strong>itos» ¿Quién si no un<br />

psicópata podía simplificar miles de millones de años de evolución<br />

natural con semejante disparate?<br />

—Media docena de días no es lo mismo que media docena de miles<br />

de millones de años —recordó <strong>el</strong> escudero—. Los dioses deben de estar locos<br />

es sólo <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula, ¡los dioses son psicópatas! [Ver Los dioses<br />

deben de estar locos.] Ahora vienen con Federaciones Galácticas, marcianos<br />

y platillos, Int<strong>el</strong>igencia Artificial y conciencia extraterrestre, X-men por<br />

un lado y Alien por <strong>el</strong> otro, Caballeros Jedis cuando van de guapos y<br />

Lords Sith cuando se les pone cara de malos; pero quienes realmente son<br />

todos <strong>el</strong>los es una panda de trogloditas con ojivas en vez de garrotas.<br />

¿Quién les para ahora los pies?<br />

—<strong>El</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo —prosiguió <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de caballero— se ha<br />

utilizado para poner un cero más en la Historia de la humanidad<br />

obteniendo <strong>el</strong> que hubiera un antes y un después que facilite olvidar <strong>el</strong><br />

antecedente. ¿Quién sabe cómo se vivía realmente en los tiempos d<strong>el</strong><br />

reb<strong>el</strong>de Astérix, un cuasi coterráneo d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo, si<br />

desconocíamos que los indígenas vivían en <strong>el</strong> Nuevo Mundo miles de<br />

años antes de nuestra era o por apuntar más cerca, que en <strong>el</strong> año 1.000<br />

d.C. Eric <strong>el</strong> Rojo ya había descubierto América?<br />

547


—¿Quinientos años antes d<strong>el</strong> descubrimiento?<br />

—¡Quinientos años antes d<strong>el</strong> descubrimiento!<br />

—Si mis datos no me engañan, esto coincidirá con la Jura de santa<br />

Gadea.<br />

—Más o menos, y también coincide con la época en la que<br />

Abderramán III <strong>el</strong>eva <strong>el</strong> Emirato Independiente de Córdoba a Califato, o<br />

sea, mandó al poder centralizado de Bagdag a la mierda. Imagínate que<br />

Canadá hiciera eso con Gran Bretaña o que España lo hiciera con <strong>el</strong> sr.<br />

Bush.<br />

—Vikingos guerreros, monjes cruzados, califas independentistas,<br />

caballeros reb<strong>el</strong>des, obispos batalladores, indios precolombinos, infi<strong>el</strong>es<br />

por todos lados… La Edad Media, ¡qué tiempos! —reagrupó Sancho.<br />

—<strong>El</strong> Renacimiento de Civilización —explicó don Quijote— intenta<br />

que todo lo anterior sea como un cero a la izquierda que se debe olvidar.<br />

Por eso, la Edad Media es la Época Oscura de la que es mejor no saber<br />

para que los pilares d<strong>el</strong> Imperio no se tambaleen; son quince siglos de<br />

memoria real en los que la dominación de Matrix estuvo desintegrada o<br />

bajo mínimos de latencia. Esto es algo que los esclavos no deben saber<br />

porque la deserción de <strong>El</strong> Sistema podría ser masiva. No olvides que a la<br />

Edad Media de la Unión Europea se la llama al-Ándalus en España.<br />

—¿Tanto tiempo duró <strong>el</strong> guantazo que <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo dio a<br />

Civilización?<br />

—Más que otro avatar alguno, en la decadencia de las naciones es<br />

donde se comprueba la verdad de la afirmación que se hace en nuestra<br />

época: «Todo lo que tiene que acabar, no por la violencia d<strong>el</strong> ímpetu,<br />

sino por la consunción, tiene más larga duración de lo que en un<br />

principio se imagina» (¿Palestina, Vietnam, Irak, África Tropical…?). Da<br />

lo mismo los siglos que tardó en descomponerse <strong>el</strong> Imperio Romano y<br />

los que tardaron en germinar <strong>el</strong> Hispano, pero la Edad Oscura es <strong>el</strong><br />

periodo que <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesucristo dejó tiritando a Civilización. Los dioses<br />

tardaron quince siglos en cocinar <strong>el</strong> Renacimiento de su abyecto<br />

cambalache.<br />

—Yo no tengo ni idea de cómo se vivía antes de Civilización<br />

—confesó <strong>el</strong> escudero— aunque seguro que es a lo que se llama <strong>El</strong><br />

Paraíso y además, no me creo la bandera falsa d<strong>el</strong> proto-histórico<br />

«eslabón perdido». Estas dos palabras son una simplificación solamente<br />

para idiotas. Apunte a algo más cercano por si puedo recordar algo de<br />

cómo se vivía antes.<br />

548


—<strong>El</strong> embajador veneciano Paolo Tiépolo —ilustró don Quijote—,<br />

en su r<strong>el</strong>ación de 1573 escribe que en España «<strong>el</strong> campesino se imagina<br />

ser de la ciudad y sale al campo con la espada a cuestas y obliga a sus<br />

mujeres a andar vestidas al uso de la ciudad con zuecos altos y sombrero,<br />

<strong>el</strong> artesano se viste <strong>el</strong> traje de hidalgo y caballero y lleva ropas de seda y<br />

ciñe espada, con la cual y con la capa puesta se está trabajando en la<br />

tienda; <strong>el</strong> hidalgo y <strong>el</strong> caballero se las dan de príncipes, de modo que en <strong>el</strong><br />

traje, en vender favor y en <strong>el</strong> énfasis, a nadie ceden ventaja; <strong>el</strong> príncipe<br />

quiere ser tomado por rey, y en <strong>el</strong> porte de su casa y la pompa exterior<br />

procuran parecer tal. Así esta nación aventaja a todas las demás en las<br />

apariencias y manifestaciones externas de grandeza y a esto atiende por<br />

encima de todo».<br />

—¡Menuda panda de chulitos de mierda, nuevos ricos, decadentes<br />

burgueses, Homo Simpson Sapiens, cegatos pro-Imperio o como se les<br />

llame! —reconoció <strong>el</strong> escudero—. [Ver Los Simpson, la p<strong>el</strong>ícula.]<br />

—Este orgullo que se traducía en una insufrible arrogancia exterior<br />

—siguió don Quijote—, a la par que la fuerza, fue la debilidad de<br />

España. De todos los ciudadanos d<strong>el</strong> Imperio, los españoles éramos los<br />

que estábamos más esquizofrénicos porque considerábamos que<br />

vivíamos en un <strong>Estado</strong> en <strong>el</strong> que no se pondría <strong>el</strong> sol. ¿Te imaginas qué<br />

cantidad de ego se genera sólo por esto? Por mucho que se les quisiera<br />

explicar que doscientos años más tarde íbamos a convertirnos en un<br />

arrondissement de Francia, la arrogancia, los tacones, la espada y la seda<br />

facilitaban la ceguera mayúscula de los ciudadanos y de sus mayestáticas<br />

santidades. Lo mismo les pasa ahora a los yanquis, que no conciben lo<br />

rápido que pueden pasar a convertirse en un arrondissement de Cuba;<br />

creerse los sheriff d<strong>el</strong> mundo los aúpa a la mayor esquizofrenia terrícola<br />

de todas las existentes y ¿¡quién les para los pies…!?<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor —soltó Sancho inesperadamente—. Lo de<br />

Cuba sería una exageración ¿verdad?<br />

—Al menos ya se puede afirmar que USA es un arrondissement d<strong>el</strong><br />

terrorismo audiovisual —aclaró don Quijote—. Y deja de utilizar como<br />

comodín de cualquier pregunta sin respuesta al caballero Alcor.<br />

—Cuba al menos es un país soberano pero sentir terror de un<br />

anuncio d<strong>el</strong> t<strong>el</strong>evisor con la imagen distorsionada, barba y turbante, es<br />

como creerse que existe <strong>el</strong> hijo humano de dios y <strong>el</strong> sin pecado<br />

concebida.<br />

549


—«Los españoles no discutían de teología pero defendían la<br />

teología; eran “la teología a caballo”» —siguió don Quijote recordando la<br />

crónica de 1573 y desmarcándose de la dispersión d<strong>el</strong> terrorista y de la<br />

tropical—. «Más católicos que <strong>el</strong> papa, los españoles aceptaban la r<strong>el</strong>igión<br />

en bloque, sin analizar; creían porque creer era para <strong>el</strong>los una función<br />

fisiológica necesaria a la vida como <strong>el</strong> respirar. No había medio de que<br />

entendieran que quien no creía no era un monstruo digno de los mayores<br />

castigos.» ¿Crees que alguien recuerda esto?<br />

—¡No lo recuerdo ni yo…! ¿Quién sabe cómo se vive realmente hoy<br />

día?<br />

—¿Quieres recordar más cosas que se decían? —insistió <strong>el</strong> caballero<br />

con la vida de entonces que era igual a la de ahora si cambiamos Italia<br />

por la Cuba de Batista y Flandes por <strong>el</strong> Irak de Sadam o <strong>el</strong> actual—.<br />

«Aqu<strong>el</strong>la monarquía que fue en otro tiempo un organismo robusto<br />

(como USA), languidece, tísica ahora, en <strong>el</strong> ocio prolongado de Italia y<br />

en la fiebre ética de Flandes; es un <strong>el</strong>efante con alma de pollu<strong>el</strong>o, un rayo<br />

que deslumbra pero que no hiere, un gigante que tiene los brazos atados<br />

con un hilo», un sheriff armado con misiles bacteriológicos pero sin<br />

cabeza para no utilizarlos. Los civilizombis no tienen ni idea de cómo se<br />

vivía hace unos lustros. Pregunta a los soviéticos que vivieron en la<br />

época en la que eran Los ciudadanos d<strong>el</strong> Imperio Ruso y que te digan<br />

cómo viven hoy día. ¿Dónde está <strong>el</strong> sueño o la pesadilla en la que<br />

estaban dormidos?<br />

—Ha desaparecido.<br />

—¿Por ósmosis o por olvido?<br />

—Por desintegración. Se ha hecho añicos.<br />

—Quinientos años después d<strong>el</strong> Renacimiento y cuatrocientos<br />

después de la difusión de <strong>El</strong> Quijote, aquí estamos. No se tiene que<br />

olvidar por coacción que somos Quijote y Sancho si lo que quieres es<br />

reb<strong>el</strong>ar que se nos llame Quijancho; no puedes imponerlo y arrasar con<br />

lo anterior pero sí puedes explicar <strong>el</strong> porqué.<br />

»En Matrix utilizan otro procedimiento: obligan a olvidar o se<br />

obligan a tergiversar. Condenan la memoria al abandono e imponen la<br />

Historia que quieren. ¿Eres uno de Los otros? ¿En verdad crees que<br />

puedes imponer Quijancho como se impone la nana «Cambio<br />

Climático»?<br />

»Responde cuando quieras a esto para reflexionar ahora por qué la<br />

historia es la Historia: ¿Cómo sería la Historia si Hitler hubiera ganado la<br />

550


Segunda Guerra Mundial? Quizá, la pregunta más precisa debería ser:<br />

¿Cómo sería la Historia si no hubiera habido Segunda Guerra Mundial?<br />

—Ni idea, pero da igual porque ya ha sucedido ¿¿Nooo?? ¿Qué le<br />

parece si cambiamos <strong>el</strong> contenido torticero de esta preguntita por otro<br />

enunciado real: cómo sería la historia sin recalentar a la Tercera Guerra<br />

Mundial que será atómica o nuclear?<br />

—¡Efectivamente! —reconoció don Quijote—; haya sucedido lo que<br />

haya sucedido no da todo igual aunque ya no se pueda cambiar; pero se<br />

puede salir de la oscuridad actual que envu<strong>el</strong>ve la decadencia y<br />

corrupción de Pax Americana si <strong>el</strong> presente inflexiona hacia la luz.<br />

—Al menos, ¡que sea sin calentar al mundo! —advirtió Sancho—; de<br />

ese futuro d<strong>el</strong> que nunca se sabe, se sabría al menos una cosa: ¡que sería<br />

diferente!<br />

—¿Diferente a qué?<br />

—Al futuro al que nos encaminamos subconsciente pero<br />

inexorablemente: ¡al desastre! —sentenció <strong>el</strong> escudero—. Seguramente<br />

lo que necesita la ceguera sea una implosión.<br />

—<strong>El</strong> colapso en <strong>el</strong> que se vive —siguió don Quijote— es<br />

indiscutible (no sólo por la Constitución Europea, un invento tan<br />

imposible que no se puede ni parir y por eso han patentado la patraña d<strong>el</strong><br />

Tratado de Lisboa) y la insostenible situación político social empeora con<br />

la corrupción ambiental. La crisis económico-laboral acaba de empezar y<br />

las financias y la solvencia de los estados comienza a naufragar.<br />

—California e Islandia están en banca rota.<br />

—Mientras que los caballeros Jedis dirigen la Historia hacia la<br />

explosión (ojéese cualquier hemeroteca), los caballeros Andantes hemos<br />

dado nuestra palabra a la Orden de la Paz. ¿Podremos evitar la<br />

explosión? Podemos suavizar la explosión.<br />

»La Historia arrinconará atrezzos y marginará vestuarios pero nunca<br />

se olvidará que la tierra fue plana hasta que fue esférica como nunca se<br />

olvidará a don Quijote y Sancho aunque a partir de ahora pueda ser don<br />

Quijancho. Propóns<strong>el</strong>o al andalusí por si estima la novedad y propónt<strong>el</strong>o<br />

a ti para después explicar cómo íbamos a poder dialogar. Los monólogos<br />

son otra cosa, una especie de ensayo previo a la gran obra final en la que<br />

todos tenemos que decidir y actuar, desde don Quijote y Sancho hasta<br />

Quijancho, desde Cervantes y Shakespeare hasta Cervanpeare, desde <strong>el</strong><br />

sujeto pasivo nº 394.503.F y Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i hasta <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor de Castilla al-andalusí.<br />

551


—Mi señor —dijo Sancho capciosamente—, yo no hablaba de<br />

imponer sino como dice, al menos se podría proponer.<br />

—Querido escudero —dijo don Quijote percatándose de lo que<br />

pasaba y encontrando la explicación al porqué de tanto rollo—; lo que<br />

sugieres es por qué no nos llamamos Sanchojote o Sanchote en vez de<br />

Quijancho.<br />

—Veo que usted lee en mi mente con tanta facilidad como yo en la<br />

d<strong>el</strong> andalusí. ¡Pues claro!, si monta tanto Isab<strong>el</strong> como Fernando ¿por qué<br />

no «<strong>El</strong> ingenioso hidalgo San Chijote de la Mancha»?<br />

—¡Qué difícil me lo pones y cuántas vu<strong>el</strong>tas das! No creo que <strong>el</strong><br />

andalusí estime tu beatífica sugerencia porque eres esencial para <strong>el</strong> arte<br />

d<strong>el</strong> discurso. Nadie se podrá olvidar de ti en la vida, ni como Sancho ni<br />

como Sanchijote<br />

—San Chijote habría rimado mejor en <strong>el</strong> Prólogo —justificó <strong>el</strong><br />

escudero—; imagínese: «Lectura d<strong>el</strong> Santo Evang<strong>el</strong>io según San Chijote».<br />

¿No me diga que no queda mejor?<br />

—<strong>El</strong> evang<strong>el</strong>io es Reb<strong>el</strong>de y no sancto y con respecto a su autor, da<br />

exactamente lo mismo, podría ser un anónimo más de los que salen en<br />

cualquier época.<br />

—¿Me tengo que sentir cosa y que no pinta nada? —protestó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Antes has afirmado que te sientes vivo.<br />

—Pero no puedo hacer nada.<br />

—¿Cómo que no? Si para ti es lo más importante de la vida, dedícate<br />

a cambiar <strong>el</strong> nombre. Proponlo y después calibra los resultados de tu<br />

empresa.<br />

—¿Cómo se sabe qué es lo más importante de la vida? —dijo <strong>el</strong><br />

escudero desorientado.<br />

—Cada uno escoge su camino —susurró <strong>el</strong> caballero—; eso es <strong>el</strong><br />

vivir.<br />

—Y la razón por la que nos sentimos solos.<br />

—La <strong>el</strong>ección es lo que nos mueve de espacio y de dimensión: <strong>El</strong><br />

Presente se presenta con infinitas posibilidades hasta que hemos<br />

escogido una. En la vida real se necesita poner atención en lo que se hace<br />

para saber lo que se está haciendo. Sin embargo, en la realidad de Matrix<br />

no hay tiempo para saber si lo que se deja o no se deja pasar es lo<br />

adecuado; ¡qué difícil debe ser <strong>el</strong> presente Civilizado en <strong>el</strong> que<br />

constantemente se tiene que escoger entre las variopintas posibilidades<br />

552


que publicita! ¿Qué dejar de hacer si todo es imprescindible en<br />

Civilización?<br />

—¡Qué locura! Fíjese que sólo porque parece que sé leer, siento que<br />

ahora tengo algo que hacer y no sé lo que es.<br />

—La soledad se encarga de r<strong>el</strong>lenar la psique de connotaciones<br />

peyorativas, pero si te fijas en lo que nos rodea, nadie ni nada está solo;<br />

entonces ¿qué es la soledad? Los que se sienten excluidos de <strong>El</strong> Todo<br />

pueden sufrir esa emoción que no existe en la realidad real.<br />

—Me imagino que será porque existe <strong>el</strong> sentido común.<br />

—<strong>El</strong>emental querido Watson, así que no pases de quejarte por la<br />

subida a quejarte de la vida.<br />

La pareja paró a tomarse un resu<strong>el</strong>lo ya que la empinada cuesta<br />

parecía pedirlo y al darse la vu<strong>el</strong>ta, observaron la senda por la que habían<br />

ascendido. A través de las copas de los pinos se veían los edificios más<br />

altos de Alcalá entre los que destacan la Magistral y <strong>el</strong> Archivo General.<br />

Unas rocas muy grandes sobresalían sobre la ladera y Sancho se<br />

encaramó a una de <strong>el</strong>las para obtener otra perspectiva sobre las piedras.<br />

Entre <strong>el</strong> gobierno de Barataria y Sanchijote de la Mancha, no se sabe si <strong>el</strong><br />

escudero se ha parado a anh<strong>el</strong>ar o se ha sentado a meditar; para salir de<br />

dudas, <strong>el</strong> caballero se dispuso a preguntar y la respuesta aclaró al<br />

desconocimiento; estaba más cerca que en Babia.<br />

—Sancho ¿qué es para ti <strong>el</strong> ego? —preguntó don Quijote directo.<br />

—Un Alien, una astilla clavada en nuestra mente que nos está<br />

enloqueciendo.<br />

—Eso es lo contrario a como se su<strong>el</strong>e utilizar.<br />

—¡Ya!, pero así es más directo y es real. Naturalmente, no<br />

deberíamos estar subyugados al ego porque no existe, como la cuchara, o<br />

<strong>el</strong> pan. Sentir que algo no funciona en <strong>el</strong> mundo es tener una astilla<br />

clavada en nuestra mente que nos impulsa a percibir la egonía que se<br />

padece; pero ¿qué pasaría si nos hubiesen dejado como estábamos<br />

naturalmente, si no tuviéramos que tener una astilla clavada en nuestra<br />

mente que nos recuerda que tenemos otra que nos han clavado los<br />

dioses civilizada y previamente? <strong>El</strong> ego sale en cualquier momento y no<br />

se puede controlar. Un iniciado, reb<strong>el</strong>de e inmortal, puede caer en su t<strong>el</strong>a<br />

invisible sin que se sepa controlar. Con tantos psicópatas y<br />

esquizofrénicos su<strong>el</strong>tos ¿por qué no hace nada <strong>el</strong> gobierno?<br />

—Porque es <strong>el</strong> desgobierno de los psicópatas; (Ver Idiocracia). Para<br />

<strong>el</strong>los no existe la droga ni la prostitución, las hipotecas ni la inmigración,<br />

553


<strong>el</strong> paro ni la inflación, los contratos basura ni la corrupción; tampoco <strong>el</strong><br />

amplio abanico de d<strong>el</strong>itos urbanos, empezando por los domésticos,<br />

paseando por robos y tirones, hasta todo este mogollón. Para sus<br />

señorías sólo existe <strong>el</strong> progreso, <strong>el</strong> futuro, <strong>el</strong> desarrollo, <strong>el</strong> bienestar, las<br />

Olimpiadas o la American Scap. Algún circuito de Fórmula 1 y tun<strong>el</strong>ar<br />

los subsu<strong>el</strong>os de las ciudades, son los proyectos con los que entretienen a<br />

los esclavos urbanizables.<br />

—Explíquese mejor porque lo de la psicopatía colectiva es materia<br />

restringida en <strong>el</strong> entendimiento de este servidor.<br />

—Un psicópata actúa a su manera porque su ego interpreta que<br />

nadie se va a dar cuenta de su profunda inestabilidad. O sea, los<br />

psicópatas se creen más listos que nadie y, efectivamente, pueden ser<br />

más sagaces que otros pero deberían de tener cuidado de no encontrar a<br />

la horma de su zapato (Ver Corazones solitarios).<br />

—¿<strong>El</strong> descaro de los corruptos es porque creen que nadie les va a<br />

pillar o porque <strong>El</strong> Sistema los ampara con total impunidad?<br />

—No es «o» sino «y» —desafió <strong>el</strong> caballero.<br />

—O sea, que sus señorías son psicópatas dentro de un Sistema<br />

psicópata. Sic transit gloria mundi. (Ver Osmosis Jones).<br />

—No le des más vu<strong>el</strong>tas: ¡estamos hablando de Matrix, la psicopatía<br />

por exc<strong>el</strong>encia!<br />

—Se podrían r<strong>el</strong>ajar pensando que psicopatía es un sinónimo de<br />

ceguera y viceversa, monta tanto la una como la otra. Como dicen en<br />

algún sitio, un inestable es materia desechable sí o sí. (Ver Corazones<br />

solitarios, Los Simpson). Vaya con un ejemplo que represente a lo evidente.<br />

—Que vivimos en un estado de esquizofrenia colectiva lo demuestra<br />

<strong>el</strong> que <strong>el</strong> estado imponga a los agentes fiscales de Matrix. Los<br />

contribuyentes trapichean por donde pueden hacerlo con cualquiera de<br />

los impuestos que imponen porque los que los imponen se aprovechan<br />

de <strong>el</strong>los (de los impuestos y obviamente, de los contribuyentes). <strong>El</strong><br />

propio sistema crea una forma de recaudar y de redistribuir impuestos<br />

totalmente abusiva. Todos saben que <strong>el</strong> que no choricea a los impuestos<br />

es porque está choriceando de <strong>el</strong>los; bueno, no sé cómo se dirá pero <strong>el</strong><br />

que no choricea es estúpido. 3l Est4do sabe de la psicopatía colectiva y<br />

habilita agentes para perseguir a los infractores más débiles. <strong>El</strong> caos<br />

actual no lo provoca la psicopatía d<strong>el</strong> sr. Bush jr. sino la de los millones<br />

que lo votan, los millones que no lo votan y los millones que le<br />

reconocen o soportan como sheriff. Ésta es la psicopatía colectiva.<br />

554


—La esquizofrenia colectiva está formada por millones de individuos<br />

psicópatas; uno que reconoce como sheriff al sr. Bush ¿es entonces uno<br />

de los psicópatas?<br />

—Pasemos a algo más interesante para no perder <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

diálogo…—propuso tajante <strong>el</strong> caballero.<br />

—…con un cerdo en <strong>el</strong> fango. ¿Qué pasa, que también se lo tengo<br />

que preguntar al caballero Alcor?<br />

—Este tipo de preguntas no se hacen, son irr<strong>el</strong>evantes; has sido tú <strong>el</strong><br />

que ha terminado la frase. Cada uno sabrá por qué soporta mansamente<br />

a la psicópata realidad artificial de Matrix, un tablero o escenario en <strong>el</strong><br />

que hay sheriffs, capataces, reyes y miles de millones de peones.<br />

—Dada la simultaneidad de ambos estados y con tantos fi<strong>el</strong>es cada<br />

uno ¿cómo se puede empezar a diferenciar a un psicópatas de un<br />

despierto?<br />

—Por la coherencia. Importa tanto lo que digan como sobre todo, lo<br />

que hagan. Al igual que un comportamiento inestable, la coherencia<br />

también acaba saliendo a la luz<br />

—Ya sé que se pilla antes a un mentiroso que a un cojo —aportó<br />

Sancho con retintín.<br />

—A los esquizofrénicos y psicópatas también aunque sean hábiles y<br />

escurridizos.<br />

—¿Puede colapsar la función de onda hacia ambos lados?<br />

—¿Mande? Hablas como un iniciado en mecánica quántica.<br />

—¡Es sencillo! La superposición de estados y <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> III d<strong>el</strong><br />

Multiverso son conceptos manoseados por la parte de la ciencia<br />

moderna que no hace falta ni censurar, porque la absurda imposición de<br />

<strong>El</strong> Determinismo (como la d<strong>el</strong> creacionismo en ciertas latitudes o la d<strong>el</strong><br />

geocentrismo en ciertos períodos), es incuestionable. Parece ser que los<br />

civilizombis pueden estar conscientes en algún momento de sus<br />

psicópatas vidas; o sea, que <strong>el</strong> colapso de la función de onda no tiene que<br />

decantarse exclusivamente hacia <strong>el</strong> lado de la psicopatía porque a veces<br />

colapsa hacia <strong>el</strong> lado de la consciencia.<br />

—Esto que pareces tener tan claro, explícas<strong>el</strong>o a los civilizombis que<br />

es fácil que desconozcan la hegemonía d<strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o ni la<br />

superposición de estados.<br />

—Cuando al amanecer de este día afirmó: «Entonces no hay más que<br />

hablar», los lectores se preguntarán si estoy vivo o si solamente afirmo<br />

que estoy vivo —expuso <strong>el</strong> escudero—; y ¡es muy diferente! ¿Se puede<br />

555


decir que estoy auténticamente vivo o se dice que estoy realmente vivo?<br />

La primera frase que se escriba en ¿Qué es Matrix? es precisamente lo<br />

sencillo que es asegurar que algo es verdadero. Que después sea<br />

auténtico o sea real es algo que hay que dejar en manos de… ¿En manos<br />

de quién?<br />

—Auténtico —respondió don Quijote— es la interpretación que<br />

realiza la psique de los acontecimientos y real es lo que sucede tal y como<br />

está sucediendo, algo que la psique es incapaz de distinguir.<br />

—¿A cuento de qué viene eso?<br />

—¿No es <strong>el</strong> comienzo de la salida a la que te referías?<br />

—Abusa de las respuestas interrogantas. Para vuesa merced debe de<br />

estar muy claro que estoy vivo.<br />

—¡Es lo que afirmas y además sé que es real! Lo que piensen los<br />

lectores es algo sobre lo que no necesito cavilar. Me imagino que<br />

bastante tendrán con saber si <strong>el</strong>los están vivos o están zombis,<br />

programados o civilizados, como para rechistar por tu inmortal<br />

existencia.<br />

—Reconquistar la quietud de la mente para saber si se está vivo<br />

implica <strong>el</strong> destierro d<strong>el</strong> ego. ¿Se puede afirmar algo así?<br />

—No siempre Sancho. Hay veces que se puede desertar<br />

puntualmente pero esto no implica que se haya desterrado<br />

completamente al ego. Hay que estar siempre atentos porque puede<br />

resurgir en cualquier momento.<br />

—¿Cómo reconocerlo?<br />

—<strong>El</strong> ego siempre provoca maltrato y si <strong>el</strong> ejecutor no se da cuenta, <strong>el</strong><br />

receptor debería de estar capacitado para hacérs<strong>el</strong>o notar o abandonar la<br />

situación; ya sabes, o le aprietas <strong>el</strong> botón Off o cortas la situación. No se<br />

puede lidiar al ego, es intoreable. No se puede pedir a un psicópata que<br />

se dé cuenta de que es un capullo, hay que…<br />

—¿Qué?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o al caballero Alcor. Cuando <strong>el</strong> ego se apodera de un<br />

individuo, éste pasa a actuar subconscientemente y no se entera de lo<br />

impertinente y dañino que está siendo. A veces, si la serenidad vu<strong>el</strong>ve a la<br />

mente puede ser capaz de evaluar <strong>el</strong> daño que ha hecho e incluso<br />

plantearse <strong>el</strong> no volverlo a hacer jamás, depende d<strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de la<br />

consciencia de su conciencia que dictamine la sensación de haber metido<br />

la pata hasta <strong>el</strong> fondo o haberla metido sólo un poquito. Comienza una<br />

lucha en la que <strong>el</strong> mentiroso ego tiende a justificar y minimizar los daños<br />

556


causados y la conciencia siente: «Menudo pasote he organizado y<br />

además, de gratis».<br />

Los altavoces de la estación de tren normal, porque aquí no pasa ni la<br />

esperanza en <strong>el</strong> AVE, han anunciado algún horario; se sabe porque <strong>el</strong><br />

volumen de un arpegio lo ha precedido. Por esta estación pasan los<br />

trenes de cercanía y los de largo recorrido pero a los d<strong>el</strong> AVE los pasan<br />

por otro sitio. Algunos domingueros que salgan fuera de aquí habrán<br />

decidido por qué partir. Algunos visitantes que se lleguen hasta acá<br />

habrán <strong>el</strong>egido esta posibilidad. La atención no la fijamos en los errantes<br />

que van y vienen sin parar sino en la dirección d<strong>el</strong> viento que afirmamos<br />

sin errar. Porque vemos que la estación está en <strong>el</strong> septentrión, sabemos<br />

que es viento d<strong>el</strong> norte <strong>el</strong> que nos trae <strong>el</strong> arpegio anunciador. ¿Para qué<br />

puede servir <strong>el</strong> saber ahora algo así? Para ayudar a insistir en para qué<br />

tanto ir y venir. Como lo que aquí nos toca es decidir, volvamos con <strong>el</strong><br />

escudero no sin antes preguntarse ¿para qué vale tanto transportarse en<br />

tres dimensiones con lo lento que es?<br />

—Lejos de alterarse con los psicópatas —analizó Sancho—,<br />

encuentro en vuesa merced un cariño especial hacia <strong>el</strong>los que no puedo<br />

entender. Es compresivo, condescendiente y hasta contemporiza sus<br />

maltratos.<br />

—Con la memoria de una frase reb<strong>el</strong>de inmortal —que citará don<br />

Quijote—, entenderás <strong>el</strong> porqué de la «complicidad»: «Perdónalos<br />

porque no saben lo que hacen».<br />

—Con todo, terminaron crucificándole —recordó Sancho a los<br />

despistados.<br />

—La psicopatía tiene tantos años como dios porque su existencia es<br />

su daño colateral.<br />

—Una pescadilla que se muerde la cola —bromeó <strong>el</strong> escudero.<br />

—O la cinta de Moebius, o la geometría fractal; una figura sin fin que<br />

se repite sin parar.<br />

—¡Sin fin no! —corrigió <strong>el</strong> iniciado escudero—, porque la extinción<br />

pone <strong>el</strong> punto y final a todo lo establecido<br />

—Jesucristo vivió una decadencia similar a la que se vive ahora<br />

—continuó <strong>el</strong> caballero sin dispersarse—. La ceguera de la esquizofrenia,<br />

la corrupción hasta de las apariencias, la disipación de la ética y la época<br />

d<strong>el</strong> postdeber, coinciden en todas las decadencias de todos los Imperios.<br />

Sucede que los protagonistas de estas desintegraciones, que en esta<br />

versión se les está llamando civilizombis, no tienen perspectiva histórica<br />

557


para int<strong>el</strong>ectualizar <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo descarado que hay en cualquiera de<br />

<strong>el</strong>las; siguen y siguen construyendo algo que por la Historia saben que se<br />

está desmoronando.<br />

»Los psicópatas civilizombis son un daño colateral de Civilización y<br />

no sólo unos capullos. (Ver Ultimátum a la tierra; <strong>el</strong> Neo E.T. dice a la<br />

protagonista femenina «Tenéis algo» aunque muchas veces se pregunte<br />

uno: ¿<strong>el</strong> qué?). Necesitan sentirse inmersos en un totum revolutum<br />

porque se les ha programado así y por eso acuden desde a hacer cola a<br />

los estadios hasta visitar los mismos escaparates. Cuando se paran ante<br />

una zapatería no es porque necesiten unos zapatos sino porque como<br />

otros lo hacen, hacer lo que hacen otros es lo que les permite sentirse<br />

incluidos en ese revolutum.<br />

»Podrían ser desesperantes pero saber la causa d<strong>el</strong> porqué, facilita<br />

que sientas compasión e intentes reb<strong>el</strong>ar la realidad real aunque como en<br />

Idiocracia, te salves por los p<strong>el</strong>os.<br />

—Acláreme una cosa antes de terminar…<br />

—¿Crees que no vamos a volver a hablar de la egonía?<br />

—interrumpió don Quijote.<br />

—…que trata sobre la esquizofrenia extraterrestre —siguió<br />

Sancho—. Me ha surgido cuando me hablaba de USA convertida en un<br />

arroindisement de Cuba y desde entonces la he guardado en <strong>el</strong> silencio.<br />

[Ver Trece días.] Considero que la ceguera divina parece haber hallado <strong>el</strong><br />

punto de inflexión en <strong>el</strong> reconocimiento de la extinción. Se han dado<br />

cuenta de que son unas locas que además no pueden ni c<strong>el</strong>ebrar sus<br />

fiestas en honor al orgullo gay. No se sienten <strong>el</strong> «superhombre» de<br />

Nieztsche sino unas cobardes y gallinas que por no decir la realidad, sólo<br />

dicen mentiras tras mentiras. No entiendo por qué quieren seguir<br />

escondiendo a los esclavos <strong>el</strong> mismo punto de inflexión que las ha<br />

devu<strong>el</strong>to <strong>el</strong> sentido ni tampoco comparto retrasar esta percepción en los<br />

civilizombis. No conozco <strong>el</strong> proceso por <strong>el</strong> que las divinas han llegado a<br />

una esquizofrenia tan superfina pero si Naturaleza está avisando a todos<br />

¿por qué ocultarlo?<br />

—La génesis de tal producto —explicó <strong>el</strong> caballero— está en la<br />

necesidad de sentir que eres <strong>el</strong> centro d<strong>el</strong> Universo y codicias de los que<br />

te rodean que así te lo hagan sentir; su patológico caso las ha llevado a<br />

exigir no sólo esto, sino que además se las bendiga, se las adore y se las<br />

glorifique. En <strong>el</strong> caso de las no divinas, no sé hasta dónde llega su<br />

ansiedad por ser <strong>el</strong> centro de toda la humanidad.<br />

558


»Fijar la atención en esto crea una realidad que envu<strong>el</strong>ve al que se<br />

afana por <strong>el</strong>lo creando una «molestia» a la que conocemos por psicopatía<br />

o también, ceguera. La psicopatía extraterrestre es la misma que la<br />

terrestre porque la génesis de toda ceguera está en lo que se sabe desde<br />

siempre: ¡Querer ser Dios! Que sea de Matrix o que sea de la<br />

información, que sea de una multinacional o que sea de un puesto<br />

esclavo, que sea con responsabilidad de <strong>Estado</strong> o que sea como un<br />

ciudadano, que sea d<strong>el</strong> dinero o que sea con un babero, querer sentirse<br />

Dios es la génesis de la Equivocación. [Ver Rev<strong>el</strong>ation, Esencia de mujer,<br />

2001 despega como puedas, Replicant, Blade, Little Nicky, Niv<strong>el</strong> 13, X-men, π.]<br />

Si no es posible ni culpar a los dioses porque de eso se encarga la<br />

eternidad de cada uno, ¿para qué responsabilizar a los que «no saben lo<br />

que hacen»?<br />

—Reconozco que me he pasado con lo de Sanchijote y como excusa<br />

utilizaré que estaba empachado de tanta psicopatía y psicópatas. ¡Que<br />

‘artura! No sé qué me ha pasado pero algo incontrolado dentro de mí<br />

me animaba a seguir cagándola. No lo controlaba, salía no sé de dónde.<br />

Desde que hemos atajado por la senda, he estado dando vu<strong>el</strong>tas a lo<br />

mismo y la única ventaja que he encontrado es <strong>el</strong> enterarme de mucho.<br />

Descifrar los personajes d<strong>el</strong> Quijote y Quijada me ha llevado al<br />

Sanchijote de los cojones o d<strong>el</strong> ego.<br />

—¿Sabes cómo has comenzado?<br />

—Como siempre se comienza, sintiéndome una víctima<br />

—Afina.<br />

—Como le iba diciendo, después de dar muchas vu<strong>el</strong>tas para<br />

camuflar <strong>el</strong> ego de Sanchijote, por si salía «naturalmente» a la<br />

conversación y pudiera ser estimada mi proposición como si de la misma<br />

casualidad se tratara, he preguntado si me tenía que sentir cosa y<br />

afirmado que no pinto nada porque no puedo hacer nada; estaba siendo<br />

víctima de comportarme como una víctima. Después he confesado que<br />

lo que realmente me pasa es que no sé qué es lo más importante d<strong>el</strong><br />

vivir. Que cada uno escoge su camino me ha puesto a reflexionar y he<br />

vu<strong>el</strong>to a victimar quejándome de que nos sentimos solos.<br />

»Todos los lectores saben que mucha gente percibe este<br />

comportamiento tan cutre d<strong>el</strong> ego que sale a marchitar «naturalmente»<br />

todo lo que toca por si la «casualidad»… ¡No cu<strong>el</strong>a! ¡No existe la<br />

casualidad, todo es causal aunque sea subconsciente!<br />

559


»Si no estuviera tan dispersa la atención de la gente, todos podrían<br />

percibir que <strong>el</strong> destierro d<strong>el</strong> «casual» ego es urgente. «Lo único que<br />

verdaderamente tiene sentido es olvidar ese yo, pestífera máquina de<br />

padecer, para dejar paso a la insospechada conciencia de la humanidad<br />

que yace en <strong>el</strong> letargo.» Volvamos al discurso original para que <strong>el</strong> ego no<br />

nos disperse.<br />

—¡Qué culto te has puesto! —se percató <strong>el</strong> caballero.<br />

—Es que aprovechando que <strong>el</strong> Pisuerga pasa por Valladolid, he<br />

añadido una frase de Adorno en medio de mi discurso —reconoció <strong>el</strong><br />

escudero—. Como la dijo en la época de Los Astérix (1969), la he dicho<br />

por su coincidencia temporal.<br />

—La vida no es más que una sombra que se posa sobre un pobre<br />

cómico que se pavonea y agita una hora sobre escena y no se la oye más.<br />

(…) La vida, un cuento narrado por un idiota con gran aparato que no<br />

significa nada —dijo don Quijamlet.<br />

—¡Cómo se nota que se autocita! ¿Se sabe todos sus libros de<br />

memoria?<br />

—Ya sabes dos realidades —recordó don Quijote <strong>el</strong> hilo presente y<br />

pasando de la maroma de la memoria—; tu enunciado tiene <strong>el</strong> contenido<br />

de la una: lo más importante d<strong>el</strong> vivir es, precisamente, vivir. La otra es<br />

que tienes que evitar <strong>el</strong> reforzar las conexiones neuronales que te obligan<br />

a sentirte una víctima de <strong>El</strong> Sistema. Cuando decidas reb<strong>el</strong>arte contra él<br />

sentirás: Muerta la rabia, se acabó la víctima. Déjate ayudar si alguien te<br />

pone un espejo porque la ira se puede aprehender a controlar y practica<br />

la meditación Vippasana de manera regular.<br />

—Espero que sea lo de la meditación porque hay enlaces<br />

bioquímicos tan incrustados y tergiversados, que no sé si existe poción<br />

que los pueda reestabilizar.<br />

—¡Conoces la poción mágica de los reb<strong>el</strong>des: <strong>el</strong> zumo de hierba de<br />

trigo!<br />

—Pues si con <strong>el</strong> líquido verde y lo cariñoso que es vuesa merced me<br />

sale <strong>el</strong> Sanchijote de los cojones, no sé qué es lo que voy a tener que<br />

hacer con mi ego. ¿Lo convierto en intoreable o me convierte en<br />

«intor<strong>el</strong>ante»? ¿Qué será <strong>el</strong> vivir?<br />

—No todo es <strong>el</strong> ego; <strong>el</strong> ambiente o <strong>el</strong> entorno influye decisivamente<br />

en las indecisiones y en las acciones. Estar en Matrix implica que te<br />

puedas contagiar con <strong>El</strong> Sistema. Los reb<strong>el</strong>des no somos invulnerables a<br />

la señal de Matrix, estamos conscientes de que existe. Que no nos<br />

560


dejemos llevar por nuestros impulsos, que <strong>el</strong> sí es lo que nos muta en<br />

sapiens, es una decisión de cada uno.<br />

—¿Así se alcanza la inmortalidad?<br />

—Rebélate contra la egonía de Matrix de por vida y sentirás la<br />

inmortalidad en vida.<br />

Ni han pasado aviones militares ni ha sido <strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong> AVE; <strong>el</strong><br />

silenció apareció con tal intensidad que estaba claro que eso es lo que<br />

tenía que pasar: <strong>el</strong> silencio. Si se quiere encontrar alguna ventaja a unos<br />

mamotretos tan condensados y llenos de citas es que muchos se<br />

limitarán a leer esos y pueden dejar lo demás; en otros, como éste, lo<br />

que pasa es que <strong>el</strong> descontrolado ego de Sanchijote se debe haber<br />

contagiado d<strong>el</strong> ambiente y se ha puesto a desparramar; no sabemos si la<br />

ingeniería de don Quijote lo podrá reconducir para seguir descifrando los<br />

personajes o habrá que esperar a cuando Sancho se centre más. Junto al<br />

silencio, aparece la brisa d<strong>el</strong> aire y los cantos de las aves hasta que <strong>el</strong><br />

lenguaje de los otros animales continúa sonando así.<br />

—Si en vez de la psicopatía divina hubiera sido «Dios» su creador,<br />

—dijo espontáneamente <strong>el</strong> caballero—, <strong>el</strong> infierno sería perfecto, todo<br />

estaría en guerra constantemente, sin tregua ni paz. La luz estaría gris,<br />

siempre estaría frío; reinaría la desconfianza, <strong>el</strong> escepticismo, la<br />

depresión… Violencia, enfermedad, demencia sin límites y ¿qué más?<br />

»La vida en Madre Tierra es para otra cosa. Por usar una palabra de<br />

tantas, se puede decir que es inhumano que con tanta exuberancia,<br />

armonía y b<strong>el</strong>leza natural, hayan venido unos dioses de pacotilla y lo<br />

hayan convertido en un infiernillo tan monumental para además, de<br />

postre, llegar a la encrucijada final: Naturaleza tiene que intervenir<br />

quirúrgicamente y extinguir la equivocación sin bisturí.<br />

—¿Que quiere decir «sin bisturí»? —preguntó <strong>el</strong> ingenuo escudero.<br />

—Quiere decir con catástrofes naturales que se engullen a ricos y a<br />

fracasados, a musulmanes, a judíos, a cristianos y a quienes no lo son, a<br />

negros y a blancos, a desarrollados y a tercermundistas, a dioses y a<br />

esclavos, a cegatos y a despiertos. Realmente de la extinción ¡no se salva<br />

ni dios! Cuesta trabajo reconocerlo pero en los dinosaurios se sustenta <strong>el</strong><br />

conocimiento: ¡No ha quedado ni uno!<br />

—¿Qué pasará con los otros? —citó escudero.<br />

—¿Con quiénes?<br />

—¿Con los que quieran liberarse?<br />

561


—Los despiertos tienen la posibilidad de evitar tsunamis, erupciones<br />

y otros acontecimientos geológicos porque se puede pasar de la ceguera<br />

d<strong>el</strong> ego que nos mantiene paralizados en la ladera d<strong>el</strong> Vesubio.<br />

»Si nos quisiéramos liberar todos, liberaríamos <strong>el</strong> ambiente de la<br />

egonía que alimenta las conexiones ególatras o psicópatas cuando están<br />

más enquistadas. Este proceso sinérgico terminaría reduciendo la ceguera<br />

hasta terminar con <strong>el</strong>la y a partir de ahí, la humanidad empezaría a<br />

decidir con naturalidad. Si se acaba con <strong>el</strong> ego, se acaba con <strong>el</strong> ambiente<br />

egónico que egotiza a la gente; así, la pescadilla dejaría de morderse la<br />

cola. Este es <strong>el</strong> infierno que han creado los troglodioses y no <strong>el</strong> paraíso<br />

en <strong>el</strong> que la fascinación de Naturaleza armoniza <strong>el</strong> vivir.<br />

»En <strong>el</strong> Paraíso, esa conducta incontrolada que te ha puesto hecho un<br />

mamarracho no sucedería porque no existiría ni <strong>el</strong> concepto, ni <strong>el</strong><br />

protocolo, ni <strong>el</strong> ambiente, ni <strong>el</strong> proceso, ni la idea, ¡nada!<br />

—Ya me había disculpado —reconoció <strong>el</strong> escudero—. Es imposible<br />

imaginar cosas que no existen porque <strong>el</strong> pensamiento civilizado es muy<br />

limitado. Sin embargo, por difícil que a algunos les pueda parecer,<br />

consigo imaginar un mundo sin ego.<br />

—Eres libre de poderlo imaginar pero como lo digas en voz muy<br />

alta, los dioses te van a asesinar como a John Lennon. (Escuchar o cantar<br />

Imagine).<br />

»Sabes de sobra que mamarracho es sólo una palabra, lo que importa<br />

es la conexión. Si te la tomas de manera personal, es que <strong>el</strong> ego se ha<br />

puesto a funcionar.<br />

—¿De qué lado se pondrán los dioses —preguntó Sancho—: de <strong>El</strong><br />

autodestructivo Sistema que autogestiona «personalmente» la extinción<br />

por encima de su propio descontrol o de liberarnos de <strong>El</strong> Sistema y<br />

construir <strong>el</strong> presente, ¡no <strong>el</strong> futuro!, con sentido común natural y sin<br />

saber lo que pasará?<br />

—Ya se ha dicho que <strong>el</strong> primero ¡es un desastre! <strong>El</strong> segundo, por<br />

fuerza, no puede ser peor.<br />

—Hábleme de los dioses ¿cómo podría evaluar su poder? [Ver la<br />

saga Jurasicc Park e Idiocracia.] A veces entiendo que son infalibles y otras<br />

que son unos pedorros.<br />

—Te voy a responder con un r<strong>el</strong>ato que parecerá de ciencia ficción<br />

pero que es rigurosamente real. No subestimes su poder, sólo son <strong>el</strong> top<br />

de la jerarquía que han creado pero tan humanos como tú y como yo.<br />

562


LA BATALLA ENTRE «LOS MADRILEÑOS»<br />

Y LOS DINOSAURIOS.<br />

—En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no puedo acordarme, se<br />

habilitó una explanada muy extensa entre los términos de Villacañas,<br />

Consuegra, y Tembleque; allí se iba a producir una justa entre dos súper<br />

razas. Por un lado estaban los súper predadores que se habían extinguido<br />

y por otro los que se iban a extinguir: un encuentro que más que<br />

có(s)mico, parece sideral.<br />

—No sé cómo se transcribirán estas contradicciones —objetó <strong>el</strong><br />

escudero— o si las leyendas permiten este tipo de licencias o de<br />

confusiones. Parecía aclarado que cuando Naturaleza extingue una<br />

especie no se salva ni dios; sería imposible reunir a dinosaurios<br />

extinguidos con sapiens por extinguir.<br />

—No seas tan quisquilloso que vamos a utilizar la fantasía en <strong>el</strong><br />

r<strong>el</strong>ato. Imagina por un lado al Tiranosaurius Rex: tiene una cabeza de<br />

más de un metro y medio de extensión y sus dientes cónicos son<br />

enormes, afilados como cuchillas de afeitar de hasta 20 centímetros de<br />

potencialidad en la profundidad d<strong>el</strong> bocado.<br />

—O sea, atraviesan con suma facilidad a un humano de lado a lado<br />

—discurrió Sancho.<br />

—Está considerado <strong>el</strong> mayor carnívoro que haya existido nunca con<br />

una longitud de 14 metros y un peso de entre 5 y 7 ton<strong>el</strong>adas —siguió <strong>el</strong><br />

caballero—; así que ¡trátalo con <strong>el</strong> debido respeto! Con tu altura no<br />

llegarías al final de su muslo y eres poco más grande que su cabeza, o sea,<br />

de un bocado se engulle tu cuerpo entero y puede dejar fuera las piernas<br />

para introducírs<strong>el</strong>as en la boca de un simple lametón.<br />

(Ver <strong>el</strong> cuadro Adoración d<strong>el</strong> Nombre de Jesús (Alegoría de la Santa Liga)<br />

para observar <strong>el</strong> detalle de quiénes se llevan <strong>el</strong> bocado d<strong>el</strong> canisaurio).<br />

[En memoria de <strong>El</strong> Greco, otro inolvidable reb<strong>el</strong>de inmortal que llegó a<br />

España en verano de 1577 quizá por la amistad con Luis de Castilla, hijo<br />

de Diego de Castilla ¡Qué ap<strong>el</strong>lido más casual! Fray José de Sigüenza<br />

manejaba los hilos d<strong>el</strong> títere F<strong>el</strong>ipe II artístico y decía de los cuadros de<br />

<strong>El</strong> Greco citando a su querido Fernández Navarrete: «Estas escenas<br />

piadosas, La Anunciación, <strong>El</strong> Bautismo de Cristo, La adoración de los pastores,<br />

La crucifixión o La Pentecostés, están concebidas y dispuestas, para que al<br />

menos, al vulgo se le quiten las ganas de rezar en o ante <strong>el</strong>los; parecen en<br />

efecto pensados para desconcertar».]<br />

563


»Por otro lado, supón que a lo lejos distingues un V<strong>el</strong>ociraptor, uno<br />

de los dinosaurios más terrorífico de todos, un carnívoro feroz de hasta<br />

dos metros de altura y hasta quince kilos de peso que seguramente<br />

tendría plumas en vez de escamas y fuera endotermo. Caza en manada,<br />

como los lobos, y esto lo hace más letal. Son muy ágiles y es sumamente<br />

difícil escapar de su rapidísimo ataque. Es un cazador int<strong>el</strong>igente con un<br />

cerebro muy grande en comparación con <strong>el</strong> tamaño de su cuerpo, como<br />

todos los cerebros de los animales que cazan en manada, incluido <strong>el</strong><br />

sapiens pastoreado en rebaños que al cometer <strong>el</strong> pecado original,<br />

desarrolló su cerebro sanguinario por esta razón. La cola (d<strong>el</strong><br />

v<strong>el</strong>ociraptor) le proporciona un contrapeso ideal y estabiliza <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong><br />

cuerpo otorgando <strong>el</strong> que se pueda revolver y girar rápidamente cuando<br />

caza a su presa. De todas las armas que hacen d<strong>el</strong> v<strong>el</strong>ociraptor un asesino<br />

eficiente, sus garras curvadas y afiladas son las más p<strong>el</strong>igrosas, son<br />

parecidas a las de un gato con puntas muy finas y aplanadas<br />

lateralmente. Pondera <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> que hablamos porque una de las<br />

«uñas» d<strong>el</strong> v<strong>el</strong>ociraptor tiene mayor tamaño que todo un gato; actúa<br />

como un cuchillo cebollero afiladísimo y provoca largos y profundos<br />

cortes en sus presas que probablemente se desangren hasta morir.<br />

—¿A qué viene todo esto? —interrumpió <strong>el</strong> Sanchijote.<br />

—… —don Quijote.<br />

—Perdone señor caballero pero es que no lo puedo evitar.<br />

—Ahora, sitúate entre los cinco millones de habitantes que pueda<br />

haber censado La Comunidad (de Madrid) y reún<strong>el</strong>os a todos en <strong>el</strong> lugar<br />

de la Mancha que legendariamente se ha habilitado. Aunque la<br />

coincidencia en la Historia no existiera ni por casualidad, para que nos<br />

entendamos en otros aspectos vamos a situar ante <strong>el</strong> mismo tablero<br />

temporal, a los cinco millones de neandertales por un lado y por otro al<br />

clan de tiranosaurios rex escoltados por unas fragatas que a su vez, están<br />

conformadas por una manada de v<strong>el</strong>ociraptores.<br />

—¿Aunque haya tantos millones de tiempo por medio entre los<br />

madrileños y los raptores?<br />

—Es para entender otros matices.<br />

—Prosiga —dijo <strong>el</strong> escudero confirmando <strong>el</strong> entendimiento de hasta<br />

lo que ahí se había expuesto, ya fueran los matices o fueran los<br />

castizos—. Cinco millones de neandertales y ¿cuántos dinosaurios?<br />

—Da igual, los que tú quieras.<br />

564


—Por poner un número que ¡qué más da! —quini<strong>el</strong>eó <strong>el</strong><br />

escudero—, digamos que trece tiranosaurios son los que acuden al<br />

caballeresco torneo acompañados cada uno por tres o cinco fragatas de<br />

v<strong>el</strong>ociraptores dependiendo de que la posición de los destructores esté en<br />

la vanguardia o en la retaguardia.<br />

—Eso suma más de una cincuentena de saurios —tanteó <strong>el</strong> caballero<br />

haciendo las cuentas con r<strong>el</strong>ativa paridad—. ¡Menuda V Flota has<br />

atracado al pié d<strong>el</strong> tablero de ajedrez!<br />

—Ni multiplico ni sumo tan rápido pero a ojo de buen cubero, no<br />

son tantos como los neandertales. ¿Por qué la cantidad de cinco<br />

millones? Seguro que no es por lo d<strong>el</strong> número divino.<br />

—Es por poner una cifra a lo que entonces se podría considerar toda<br />

La Humanidad —redondeó <strong>el</strong> caballero—. Si ahora hay seis mil<br />

millones, antes sólo eran cinco los millones.<br />

—¿Para qué tantos ahora?<br />

—Ya lo sabes Sancho: ¡para esclavizarlos!<br />

—¿Por qué los está utilizando?<br />

—¿A quiénes?<br />

—A los madrileños.<br />

—Para que imagines la cantidad que entonces conformaba la<br />

Humanidad.<br />

—¿Y a los neandertales?<br />

—Para que consideres su complejidad mental y evalúes su niv<strong>el</strong><br />

tecnológico.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—Niv<strong>el</strong> tecnológico es la manera políticamente correcta de referirse<br />

a su desarrollo armamentístico. O sea, que no te imagines a cinco<br />

millones de civilizombis con lanzaderas de misiles y con rayos láser<br />

dirigidos por satélite, imagínate a cinco millones de neandertales.<br />

—¿De trogloditas con garrotes o palitos?<br />

—Más o menos.<br />

—Me imagino que quiere decir que si por cualquier casualidad esto<br />

sucediera en los tiempos d<strong>el</strong> paraíso, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de perversión de la<br />

humanidad estaría bajo cero y su reacción ante los bichitos sería diferente<br />

a la de los civilizombis.<br />

—Efectivamente, ¡sería diferente!, pero no sabemos cuál de las dos<br />

reacciones sería más natural y organizada o cual más facultativa y<br />

565


desparramada. ¿Quiénes saldrían de estampida presos d<strong>el</strong> pánico y la<br />

cobardía?<br />

—O sea, que en vez de poder defenderse con ojivas nucleares,<br />

satélites orbitales y t<strong>el</strong>efonía digital, tendrían que hacerlo a pedradas o<br />

estacadas y con gruñidos guturales.<br />

—Más o menos.<br />

—No se vaya con las estrategias que la partida está fina. Cinco<br />

millones de trogloditas conforman a La Humanidad y cincuenta<br />

dinosaurios son parte de los carniceros con los que van a luchar. La<br />

pregunta es directa ¿quién ganará?<br />

—¿De qué estrategias me hablas?<br />

—De ninguna porque si los ponemos en la explanada de la Mancha,<br />

ya sea con mezquitas y catedrales y sinagogas, y mezclamos a cinco<br />

millones de trogloditas con garrotes y palitos con sólo cincuenta<br />

dinosaurios con sus uñas y boquitas, <strong>el</strong> revu<strong>el</strong>to de humanos con sangre<br />

sería <strong>el</strong> fin seguro de la escena. Cuando los dinosaurios entraron, no<br />

hubo batalla, fue una carnicería.<br />

—Será <strong>el</strong> final de la partida si de ajedrez se trataba y no de<br />

escenografía.<br />

—Para ser exactos —puntualizó <strong>el</strong> escudero—, sería <strong>el</strong> final de la<br />

especie. Aquí no cabría <strong>el</strong> preguntar qué hacer con los que quieran ser<br />

liberados de los bocados porque a los intrépidos que decidieran<br />

escaparse d<strong>el</strong> festín divino d<strong>el</strong> Tiranosaurio Rex, difícilmente lo harían de<br />

los feroces v<strong>el</strong>ociraptores.<br />

—Sería <strong>el</strong> exterminio d<strong>el</strong> que los dioses profetizan a Noé o <strong>el</strong><br />

Apocalipsis que profetizan a los creyentes de todo credo.<br />

—Pero los dinosaurios no juegan al ajedrez porque si no ¿para qué<br />

querrían esas boquitas de oro?<br />

—¿D<strong>el</strong> final hay más que hablar? —preguntó don Quijote pasando<br />

d<strong>el</strong> piquito de oro de Sancho.<br />

—¡Nada mi general! —afirmó <strong>el</strong> escudero entretenido—. Que la<br />

extinción de los neandertales tiene causa conocida por si a partir de<br />

ahora, alguien quisiera encontrar la consecuencia de la equivocación<br />

(Civilización) y la sinrazón d<strong>el</strong> eslabón perdido (¡¡sapiens!!)<br />

La atención de Sancho se ha dispersado por los ruidos que se<br />

escuchan en un recoveco no lejano. Parecía que algo agitaba unas<br />

retamas y para descubrir qué es, hay que dirigir la atención. Dicen que <strong>el</strong><br />

prestar la atención es un impulso involuntario que no se puede controlar<br />

566


y los dioses que lo saben, lo utilizan para despistar. Mientras que llaman<br />

la atención de los sapiens con una boda real o cualquier otro bozal, las<br />

que les están metiendo por otro lado son muchas más autenticidades que<br />

las que cabría imaginar.<br />

Por ejemplo, en octubre de 2002 se produjo un atentado en Bali.<br />

Unas bombas estallaron en medio de una fiesta cuyo reclamo publicitario<br />

anunciaba «The ultimate explosion party» [¡Qué irónicos!] ¿Por qué ese<br />

atentado? ¿Quiénes estaban implicados? ¿Qué sucedía en esa época? Se<br />

intentará resumir con <strong>el</strong> menor número de palabras. Presentemos a los<br />

personajes.<br />

• La presidenta de Indonesia era Megawati Sukarnoputri «niña de<br />

las nubes hija de Sukarno», sucesora de Abderrahman Wahid que<br />

dijo: «Las órdenes para perpetrar este atentado salieron de las<br />

Fuerzas Armadas o la policía y no de los fundamentalistas». La<br />

sucede Susilo Bambang que no se sabe lo que dijo d<strong>el</strong> «explosion<br />

party». Resulta que la niña de las nubes es una mujer con<br />

suficientes ovarios como para acusar a los EEUU de estar<br />

implicado en <strong>el</strong> atentado. A su padre, Sukarno, lo sustituye<br />

Suharto y Kissinguer pudo tener que ver con este «reemplazo».<br />

• <strong>El</strong> embajador de EEUU en la zona era Richard Leo «Skip»<br />

Boyce, Jr. y sus dos colegas de correrías eran Chistopher Richard<br />

y Thomas Patrick Furey, dos oficiales consulares de EEUU en<br />

Bangkok (dicho en román paladino, dos agentes de la CIA).<br />

«Skip» termina fichado por la Boeing en Bangkok como «premio<br />

por sus "buenas" acciones».<br />

• <strong>El</strong> cabeza de turco y líder de la Yemaá Islámica, <strong>el</strong> brazo de Al<br />

Qaeda en <strong>el</strong> sudeste asiático, era Abu Bakar Baashir, al que le<br />

iban a echar <strong>el</strong> muerto r<strong>el</strong>acionándolo con al-Qaeda ¡cómo no!<br />

La Jemaá Islamiah está r<strong>el</strong>acionada con los servicios secretos de<br />

Indonesia, r<strong>el</strong>acionados con la CIA y a su vez, con los servicios<br />

de int<strong>el</strong>igencia de Australia.<br />

• <strong>El</strong> periodista de investigación australiano Robert S. Finnegan, de<br />

The Jakarta Post, investiga <strong>el</strong> control de la CIA en <strong>el</strong> tráfico de<br />

armas, opio, niñas y mujeres en <strong>El</strong> Triángulo de Oro d<strong>el</strong> sudeste<br />

asiático. <strong>El</strong> embajador «Skip» expulsa a Finnegan d<strong>el</strong> país por<br />

decir lo que se supone que no tenía que decir, como siempre. En<br />

enero 2003, lo echan de The Jakarta a la puta calle poco después<br />

567


de publicar un comprometido artículo. No sabemos si seguirá<br />

vivo.<br />

Entre las circunstancias político sociales, se va a resumir y recordar <strong>el</strong><br />

interés empedernido que tiene Imperio por evang<strong>el</strong>izar a los estados con<br />

las bondades d<strong>el</strong> alcohol, <strong>el</strong> tabaco y las medicinas, para pertenecer al<br />

grupo de países con Progreso, o sea, con Bienestar; lo hicieron con los<br />

indios pi<strong>el</strong>es rojas y también con los naranjas y los amarillos. <strong>El</strong> negocio<br />

les salía redondo: llevaban medicinas y en <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o de regreso traían <strong>el</strong><br />

opio, se llevaban <strong>el</strong> alcohol y se traían a las niñas y futuras putitas,<br />

llevaban las armas y <strong>el</strong> tabaco y de paso se traían ¿qué más cojones les<br />

robarían los cabrones de la CIA? Han hecho lo mismo en África: d<strong>el</strong> lago<br />

Victoria se traían las percas, que acabaron con la biota d<strong>el</strong> lago, y de<br />

paso, para amortizar <strong>el</strong> vu<strong>el</strong>o de ida, les llenaban los aviones con armas.<br />

[Ver La pesadilla de Darwin.]<br />

A mediados de los 90, Ralph y sus dos colegas se introducen en<br />

Birmania (Myanmar) debido a la casualidad ya dicha: la mitad d<strong>el</strong> opio<br />

que se cultiva en <strong>el</strong> planeta es en aqu<strong>el</strong> lugar, <strong>El</strong> Triángulo de Oro. <strong>El</strong><br />

Escobedo asiático Khun Sa lideraba <strong>el</strong> ejército EMT de 30.000 soldados<br />

y decir su nombre completo se debe al contexto concreto donde se<br />

transcriben estos mamotretos: Ejército Mong Tai; si no, iba a parecer<br />

una compañía de autobuses de la que <strong>el</strong> inventor de las obras gallaónicas<br />

y su amiga de la huerta, quizá nos puedan decir más de lo que no<br />

sabemos. ¿Quién financiaba a Khun Sa? Probablemente <strong>el</strong> opio. ¿Quién<br />

controlaba a Khun Sa? Probablemente la CIA. ¿Quién armaba al ejército<br />

de Khun Sa? Probablemente los Rothschilds.<br />

A cambio de controlar este lucrativo cultivo y de introducir <strong>el</strong><br />

alimento de Civilización: alcohol, tabaco, farmacias y pornografía [y rock<br />

&roll], los tres colegas hacen la vista gorda con respecto al tráfico de<br />

niñas y mujeres de Tailandia a Bélgica y d<strong>el</strong> Triángulo de Oro a occidente<br />

en general. Su impoluta y casta moral no se alteraba lo más mínimo con<br />

todo este tejemaneje porque la adormecían abusando de jóvenes y<br />

baratas mujeres. D<strong>el</strong> transporte de las drogas a EEUUropa se encargaba<br />

la compañía aérea de la CIA (ya se sabe, por amortizar los costos de la<br />

explotación). Los sustanciosos su<strong>el</strong>dos y los cuantiosos gastos que<br />

originan esos malandrines tan castos los pagan los de siempre: <strong>el</strong> pueblo<br />

ignorante, en este particular caso <strong>el</strong> gringo, que se convierte en cómplice<br />

de los desmanes de sus gobermangantes.<br />

568


Surge <strong>el</strong> escándalo de la pedofilia con embajadores canadienses,<br />

británicos y yanquis d<strong>el</strong> imperio anglófono, pero también occidentales en<br />

general, implicados en demasiados casos. Los mandaban a Birmania por<br />

una casual causa: escogen a los que más les gusta la juventud sexual y<br />

hacen lo que les ordenen con tal de satisfacer su entrepierna.<br />

En 1995 denuncian <strong>el</strong> tráfico de esclavas sexuales de toda edad y<br />

p<strong>el</strong>aje. Igual que pasa en España, se intenta tapar todo lo que se puede<br />

pero hay veces que se les escapa un ciudadano, como Finnegan en <strong>el</strong><br />

caso asiático, y sale en público lo que nadie quiere saber (como la quema<br />

de algunos judíos). Si unimos esto a otras maniobras y estratagemas en <strong>el</strong><br />

organigrama político militar de aqu<strong>el</strong> país, se entenderá fácilmente que<br />

un atentado de discoteca desviara la atención de la opinión pública, para<br />

que la dispersión de los acontecimientos fuera más efectiva que <strong>el</strong> propio<br />

Sancho.<br />

<strong>El</strong> atentado fue utilizado para dispersar los casos de pedofilia, para<br />

desestabilizar al gobierno de Megawati, que no se abría de piernas ante<br />

todo lo que la imponían, y para colocar en algún ligar d<strong>el</strong> Triángulo de<br />

Oro a un títere psicópata más. Mientras que llaman la atención de los<br />

civilizombis con una stuff movie (atentado) o cualquier otro montaje, las<br />

que les están metiendo por otro lado son muchas más «espinas» que las<br />

que cabría imaginar.<br />

De entre los pinos apareció un perro negro y marrón. Por si hubiera<br />

sido una cebra, <strong>el</strong> escudero fijó la mirada y se le fue la cabeza no se sabe<br />

si a Babia o a Barataria. Interaccionamos con la realidad cuando fijamos<br />

la atención; si no, <strong>el</strong> perro no habría aparecido en la transcripción. A<br />

partir de este momento, cada uno vive una realidad porque cada uno es<br />

libre de fijarse en lo que le plazca. Bueno, esta última afirmación de la<br />

libertad con la que cada uno se fija en lo que considera habría que<br />

haberla puesto en interrogación porque si existe la publicidad ¿existe la<br />

libertad?<br />

Para seguir con lo que se dice en <strong>el</strong> manuscrito y no utilizar la<br />

libertad d<strong>el</strong> filosofar, lo que sigue escrito es que unos se fijarán en <strong>El</strong><br />

Apocalipsis y otros en <strong>El</strong> Progreso, unos sentirán la extinción y otros se<br />

cegarán con <strong>el</strong> bienestar, unos comulgarán con las hostias de la<br />

publicidad y otros se plantearán que para qué quieren más y más, unos<br />

se despertarán con la decadencia de Civilización y otros se dormirán en<br />

<strong>el</strong> Cambio Climático. ¿No es esto realmente la soledad? Cada uno está en<br />

su p<strong>el</strong>ícula, entonces ¿qué compartirán? Lo contradictorio es que la<br />

569


esquizofrenia les hace entender que la comunicación es que cada uno<br />

viva a su bola y que la soledad es que cada uno <strong>el</strong>ija sus propias<br />

decisiones.<br />

Es curioso este montaje (Civilización) que más se parece a un retablo<br />

en <strong>el</strong> que todo está al revés, que a un Sistema en <strong>el</strong> que todo funciona tan<br />

bien. ¿Se pueden sentir artistas los creadores de tan monumental<br />

equivocación? Fuera de evaluaciones y de tribulaciones, se puede<br />

reconocer que al menos, la trama de la recubierta farsa de los dioses está<br />

siendo descubierta por los reb<strong>el</strong>des: una panda de trogloditas ha<br />

suplantado la realidad real por una realidad de bienestar virtual que en<br />

realidad, es una mierda en la que todos se sienten mal. Para que todo<br />

funcione al revés en la progresada realidad de Matrix, han sido<br />

imprescindibles los daños colaterales; citar sólo dos, como los que<br />

encierran la Ley Amarás sobre todas las cosas a dios (al dinero), es por<br />

resumir las consecuencias de la equivocación.<br />

<strong>El</strong> uno es la psicopatía colectiva: los sapiens son un daño colateral de<br />

Civilización y su ceguera crea la psicopatía global; si no se toma la firme<br />

decisión de querer volver a ver las cosas tal y como son, no es fácil sanar<br />

¿O sí? Pregúntens<strong>el</strong>o al caballero Alcor.<br />

<strong>El</strong> otro es la extinción: los sapiens son <strong>el</strong> virus d<strong>el</strong> planeta pero<br />

como los han vu<strong>el</strong>to tan majaretas, no se pueden dar ni cuenta de hasta<br />

dónde están arrasando ni cuánto están contaminando. ¿O sí?<br />

Pregúntens<strong>el</strong>o al caballero Alcor.<br />

Los que estamos involucrados en esta Odisea podemos sentirnos o<br />

no artistas; realmente da igual porque <strong>el</strong> arte es una materia tan personal,<br />

que la soledad vital que se siente en la sociedad d<strong>el</strong> bienestar es una<br />

fruslería si se pudiera comparar con la soledad en la realidad real.<br />

Nuestro arte nos susurra que esa soledad no existe realmente en la<br />

realidad real y por eso se dice que <strong>el</strong> arte es una materia tan personal.<br />

Pero entre nosotros los artistas reb<strong>el</strong>des, estamos todos de acuerdo en<br />

que los grandes creadores y además dioses de la Realidad virtual, podían<br />

meterse su obra de arte sublime y precisa por donde les entre (¡qué<br />

torticería!) y dejarnos al resto en paz. «¡Que no la queremos!» deberíamos<br />

al unísono gritar, sobre todo cuando se sabe que nos la han impuesto y<br />

que ya estamos hartos de pagar con castigos e impuestos. Los lectores<br />

comprobarán que al menos se puede dejar de aplaudir a la cutre realidad<br />

arteficial patentada por unos troglodioses. Pregúntens<strong>el</strong>o al caballero<br />

570


Alcor que sigue siendo <strong>el</strong> responsable de la difusión de esta<br />

transcripción.<br />

Cierta r<strong>el</strong>ación debe de tener <strong>el</strong> escudero con <strong>el</strong> narrador porque su<br />

memoria le conduce de un perro a los dioses más rápido que al primero.<br />

A ver si alguno se va a pensar que al transcriptor se le está viendo <strong>el</strong><br />

plumero y que más que r<strong>el</strong>ación, pudiera ser <strong>el</strong> mismo que <strong>el</strong> escudero;<br />

descuiden que él va a ser <strong>el</strong> primero en notarlo y quizá por eso se<br />

desmarca con este párrafo. Además y sobre todo, descuiden d<strong>el</strong> escudero<br />

porque aunque a veces se despista con querer ser Sanchijote, no quiere<br />

ser <strong>el</strong> alter ego de don Quijote ni de Sancho. Las p<strong>el</strong>eas con <strong>el</strong> andalusí<br />

cuando lo manda a la cama sin rechistar o no deja a su placer curiosear,<br />

confirman que no pueden ser <strong>el</strong> mismo sino parte de los actores de «La<br />

anunciación de ¡Reb<strong>el</strong>día!». Quizá Sancho ha descubierto que en realidad<br />

no quiere ser <strong>el</strong> alter ego de nadie; entonces ¿de qué lo querrá ser?<br />

Se puede reconocer que la atención de los lectores se ha fijado<br />

momentáneamente en otra materia que podría haber estado olvidada de<br />

su vigilancia por haber tenido la atención puesta en otros menesteres de<br />

los que lo mejor que se puede hacer es ni hablar. Durante este lapso de<br />

tiempo ¿cuál ha sido la realidad: las retamas y <strong>el</strong> perro o la atención?<br />

¿Dónde ha estado fijada la atención, por qué se fija? ¿Quién y qué<br />

controla nuestro estado de atención para que se dirija a unos estímulos<br />

predeterminados y no a otros? ¿Cómo se lo montan para dirigir la<br />

atención? ¿Qué consecuencias se obtienen después de entretener la<br />

atención con contenidos morales, laborales, ociosos o informativos?<br />

¿Decide cada lector estar leyendo esto o forma parte de algo que no se<br />

sabe qué es? ¿Son conscientes de que para poder leer han necesitado <strong>el</strong><br />

permiso d<strong>el</strong> Programa Negocio en <strong>el</strong> que la atención se fija en <strong>el</strong><br />

bienaventurado binomio trabajo-dinero? ¿Son conscientes de que para<br />

poder leer han necesitado <strong>el</strong> permiso d<strong>el</strong> Programa Ocio en <strong>el</strong> que la<br />

atención se dispersa entre la familia, los amigos, los vecinos, los hobbies,<br />

los deseos o <strong>el</strong> futuro? ¿A dónde nos conducen las secu<strong>el</strong>as de nuestra<br />

atención subconsciente de la realidad? Responderemos a esta última por<br />

terminar con las preguntas: al otro daño colateral ¡la extinción!<br />

Durante otro lapso de tiempo mayor ¿cuál ha sido la realidad, la obra<br />

de arte Naturaleza o Civilización, una obra de arte infernal? <strong>El</strong> humano<br />

daño colateral de este divino montaje, que es mutarlos en sapiens<br />

esquizofrénicos o psicópatas, se produce inexorablemente por la<br />

simultaneidad de ambas realidades revu<strong>el</strong>tas. Por eso los sapiens son<br />

571


víctimas y daño colateral, por eso la esquizofrenia es algo tan «natural».<br />

Reconocida humildemente la dispersión y <strong>el</strong> manejo de la atención y<br />

queriendo que sea de utilidad, volvamos a las retamas y al perro que sin<br />

alma ni ego ni dios, son de mejor provecho.<br />

—¿Cómo has dicho? —sonsacó don Quijote para aclarar <strong>el</strong> final—.<br />

—Nada mi señor.<br />

—Ni señor ni general es trascendental en la atención —hurgó don<br />

Quijote—. Aunque sean naturales, los dinosaurios en acción son<br />

considerados súper predadores pero no son los artífices de ninguna<br />

extinción; lejos de <strong>el</strong>lo, son los anteriores protagonistas.<br />

—¡Ya sé a qué se refiere! —remedió <strong>el</strong> escudero—; se tendría que<br />

haber transcrito: <strong>el</strong> exterminio de los neandertales tiene causa conocida y<br />

no fueron los v<strong>el</strong>ociraptores, fueron los cromañones según los curas y<br />

los doctores.<br />

—No exactamente Sancho —removió don Quijote—; la ciencia no<br />

está tan limpia de polvo y paja como esa conclusión requiere. Los<br />

neandertales son otro eslabón perdido y aunque arrasados por los<br />

cromañones porque la Historia así lo ha exigido, se dice que<br />

desaparecieron y todo queda revu<strong>el</strong>to pero resu<strong>el</strong>to. Está claro que si los<br />

sapiens descienden de los cromañones y no de los neandertales, será<br />

porque los primeros exterminaron a los segundos, como los europeos<br />

con los indios de América d<strong>el</strong> Norte y los españoles con los indígenas d<strong>el</strong><br />

Sur.<br />

—¿Se puede saber ahora a qué cuento viene todo esto? —escarbó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Ahora sí es <strong>el</strong> momento: has pedido que te hable de los dioses y<br />

preguntado cómo podrías evaluar su poder. Todo esto viene a cuento de<br />

que como siempre, te quería responder. ¿Cómo compararías en menos<br />

tiempo <strong>el</strong> poder de dioses y esclavos a quien te preguntara?<br />

—Yo no sé qué diría porque nadie sabe realmente cómo sería lo que<br />

no dice, pero lo que digo es que si abstraemos la comparación a hoy día y<br />

situamos a los seis mil millones de civilizombis a un lado de la partida<br />

con todo su potencial militar conocido y a los troglodioses al otro con<br />

todo su potencial militar desconocido, se produciría una carnicería sin<br />

igual. (Ver Transformers).<br />

—Sería incluso superior —vaticinó <strong>el</strong> caballero.<br />

572


—Más que troglodioses debería llamárs<strong>el</strong>es diosaurios y además,<br />

psicópatas —rubricó <strong>el</strong> escudero—. Si no tiene dos rombos, explíquese<br />

mejor.<br />

—Los dioses tienen <strong>el</strong> control de todas las t<strong>el</strong>ecomunicaciones. ¿Qué<br />

harían los sapiens sin la coordinación digital? —planteó don Quijote.<br />

—Aceptarían <strong>el</strong> caos por si fuere lo que dios quiere.<br />

—¿Y en cuanto al poderío militar?<br />

—Nadie sabe cómo realizan los crops circles así que es como para<br />

estar acojonados.<br />

—Da gusto que un labriego hable con tanta propiedad…<br />

—Sería autoridad porque por tener propiedad, ni Barataria está en mi<br />

haber. Que los dibujos que aparecen en los espigales se hagan con tanta<br />

nanoprecisión, indica que los artistas saben al menos de geometría<br />

c<strong>el</strong>estial y de microscopía fractal. <strong>El</strong> cacharro con <strong>el</strong> que realicen su obra<br />

de arte es harina tan de otro costal, que ni la NASA ni la más alta<br />

tecnología aeroespacial han conseguido imaginar.<br />

—¡Me dejas alucinado, qué vocablos! —loó <strong>el</strong> caballero—. ¿Sabes<br />

todo lo que dices?<br />

—Ya sabe que de lo que no se sabe, que se pregunte al caballero<br />

Alcor; si lo utiliza vuesa merced ¿por qué no lo voy a usar yo? Seguro<br />

que los palabros son <strong>el</strong> daño colateral de saber leer. Cuando veo los<br />

fractales en los espigales, recuerdo las palabras de Yahvé cuando dice a<br />

Moisés que se vaya para que se pueda contar a su hijo y al hijo de su hijo,<br />

cómo se divirtió con los civilizombis de entonces y de hoy día. (Leer<br />

Éxodo 10).<br />

»Sabiendo que nadie sabe cómo se hacen los crops circles, todo <strong>el</strong><br />

mundo puede imaginar que combatirían contra un mega poderío bélico<br />

desconocido. Un enfrentamiento militar entre dioses y esclavos d<strong>el</strong> siglo<br />

XXI tendría <strong>el</strong> mismo final que <strong>el</strong> encuentro de saurios y neandertales d<strong>el</strong><br />

siglo 650.000 antes de esta era.<br />

—¡Qué rápido haces las cuentas!<br />

—Es su maestría lo que imprime v<strong>el</strong>ocidad a mi cerebro sapiens.<br />

Pero atienda a lo que sigue porque no sé si le va a gustar. Si los dioses<br />

hubieran estrenado Transformers pocos días antes de ahora, se podría<br />

haber ahorrado toda la comparación entre <strong>el</strong> poder de los dioses y la<br />

ridiculez de los sapiens esclavizados. Seguro que en la p<strong>el</strong>ícula está más<br />

explícito y tiene una presentación plena de un colorido más atractivo que<br />

este formato bicolor como <strong>el</strong> de la cebra de Muzaraque; su argumento<br />

573


debe de ser una clara expresión de cómo los dioses se ríen de los<br />

esclavos. (Ver la saga 3+3 de La guerra de las Galaxias).<br />

—No sobreestimes <strong>el</strong> poder de la Caballería Jedi que si en <strong>el</strong> mundo<br />

audiovisual tienen la hegemonía, la autoridad d<strong>el</strong> literario está en manos<br />

reb<strong>el</strong>des —afirmó don Quijote—. Además, no des pistas de las fechas en<br />

las que se produce la salida porque cualquier detalle menor será utilizado<br />

por los troglodioses en su aproximación radiográfica al caballero Alcor.<br />

<strong>El</strong> perro que por allí estaba no sólo atraía la atención de la pareja<br />

sino que también capta su aplicación en <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato. Se acercó a <strong>el</strong>los,<br />

olfateó <strong>el</strong> olor y después de sopesar que todo estaba en paz, les saludó<br />

efusivamente haciendo honor a su cariño vital. <strong>El</strong> escudero quedó<br />

sorprendido por la familiaridad con la que le trató <strong>el</strong> animal y al no saber<br />

<strong>el</strong> porqué, se puso a indagar. No siendo Cipión ni Berganza, algún otro<br />

podría ser pero por lo que expresaba su cara, no hallaba la causa de tanta<br />

familiaridad. Sancho argumentó que era lo natural en un animal porque<br />

los comportamientos cariñosos son los que a priori se tienen que dar. No<br />

está puesto al día de lo que sucede en <strong>el</strong> mundo de las mascotas y los<br />

bocados que propinan a sus propios amos pero cuando se entere,<br />

quedará más sorprendido por tan cariñosa naturalidad.<br />

Por muy inmortal que se sea, hay cosas que se pueden aprender de<br />

un cariñoso can que por no tener dios encubierto, ego recubierto ni alma<br />

descubierta, tienen otras capacidades que sorprenden a alquimistas,<br />

iluminados y reb<strong>el</strong>des de todo <strong>el</strong> universo. ¿Habrá sido <strong>el</strong> perro capaz de<br />

sentir las palabras d<strong>el</strong> narrador que desde <strong>el</strong> más alejado silencio, han<br />

pronunciado <strong>el</strong> nombre que se le hace familiar al can?<br />

Don Quijote y Sancho respetan la poderosa alquimia animal pero<br />

están totalmente ajenos a este saber oculto que poseen junto a los perros,<br />

cualquiera que no tenga ego. Tanta dimensión, tanta r<strong>el</strong>atividad y resulta<br />

que al final, llega un perro y se entera de todo antes que la pareja<br />

inmortal. Desde que ha aparecido <strong>el</strong> can, no se ha pronunciado <strong>el</strong><br />

nombre que causa la familiaridad. Sin duda a través d<strong>el</strong> olfato, nos<br />

enteramos de muchos detalles tan minúsculos como esenciales y sin él,<br />

aumenta a mayúscula la sensación de orfandad vital.<br />

Después de estar con <strong>el</strong>los un rato y de aceptar caricias y flores,<br />

continuó con sus quehaceres que en este caso concreto, es <strong>el</strong> vivir<br />

paseando por <strong>el</strong> campo. «¡Qué moloso más cariñoso!» se escuchó decir a<br />

Sancho mientras que <strong>el</strong> perro se alejaba hacia la madriguera. Las<br />

capacidades extrasensoriales de un perro están claramente registradas así<br />

574


que para no alucinar tanto con la t<strong>el</strong>epatía canina, recuérdense algunos<br />

casos en los que estos pastores sorprenden al más ateo y al más versado.<br />

—Si ves la p<strong>el</strong>ícula Idiocracia, la presentación visual de una pequeña<br />

discrepancia —ilustró don Quijote—, comprobarás cómo entienden los<br />

dioses la diferencia entre su poder y la minucia de los mindunguis. Si ves<br />

Transformers, comprobarás que en la arena de un circo enfrentan unas<br />

máquinas mortíferas con un cacharro a pedales; como encima les cierren<br />

<strong>el</strong> grifo d<strong>el</strong> petróleo, lo de los pedales va a ser literal. (Ver Idiocracia y<br />

Transformers).<br />

—¿Por qué nos quieren exterminar?<br />

—Para disminuir <strong>el</strong> saqueo actual.<br />

—Explíquese porque no me entero.<br />

—Si de los seis mil millones de esclavos se redujera esta plaga a la<br />

mitad, la humanidad contaminaría la mitad y automáticamente, se<br />

prolongaría la calidad de vida unos años más.<br />

—¿Para qué necesitan los dioses más tiempo?<br />

—Los dioses también viven en Madre Tierra y están tan<br />

desesperados como lo pueda estar cualquiera; bueno, cualquiera que esté<br />

consciente y no padezca la ceguera de la esquizofrenia. Los dioses<br />

también se extinguen junto a sus esclavos y rogarían que este limitado<br />

tiempo se prolongara lo suficiente como para solucionar <strong>el</strong> entuerto y<br />

seguir viviendo como hasta ahora. Necesitan pensar, decidir, pero quizás<br />

les sea más fácil seguir con lo planeado: exterminar la sexta versión de<br />

Matrix. Los dioses son animales de costumbres y su exterminio podría<br />

tener cierta lógica: menos esclavos, menos contaminación. [Ver Horizonte<br />

final, Campo de Batalla: la tierra, Fantasía: <strong>el</strong> aprendiz de brujo.]<br />

—Escucha las palabras con las que los dioses se expresaban en 1.999<br />

a través de Matrix: Los humanos son una enfermedad son <strong>el</strong> cáncer<br />

de este planeta; son una plaga y nosotros somos la única cura.<br />

—Diciéndolo tan claro ¿por qué no reaccionan los esclavos?<br />

—Desde que dijeron esto —comentó <strong>el</strong> caballero—, hemos<br />

cambiado de siglo e incluso de milenio y lejos de mejorarse o de<br />

encontrar un punto de inflexión, las cosas han empeorado mogollón.<br />

Quizá consideren que exterminando a unos miles de millones, se podría<br />

recontrolar al Programa Smith. La otra posibilidad es esperar al Mesías<br />

Claro que sin duda, es lo que podrían estar haciendo; es cómodo,<br />

ahorran energía y le dejan <strong>el</strong> muerto a otro, una manera muy divina de<br />

comportarse quitándose sus propios marrones de encima.<br />

575


—¿Podrían borrar d<strong>el</strong> mapa a unos cuantos miles de millones?<br />

—Más fácil y más rápido que si a ti te diera un ataque psicótico y<br />

quisieras hacer lo mismo con las hormigas.<br />

—¿Por qué no han empezado con <strong>el</strong> exterminio?<br />

—Por <strong>el</strong> punto de inflexión. <strong>El</strong>los saben que estamos al borde de la<br />

extinción y que cualquier guerra mundial ac<strong>el</strong>eraría <strong>el</strong> caos climático<br />

global. Por lo que hasta ahora se aparece, esperan más a que resurja un<br />

<strong>el</strong>egido a que se arme la batalla de Lepanto que es chica en comparación.<br />

La Caballería Andante reconoce públicamente este acto para que se sepa<br />

de la «caballerosidad» de los Jedis que pudiendo hacer ya todo <strong>el</strong> daño,<br />

todavía no han armado <strong>el</strong> desastre total. Por supuesto que es de subrayar<br />

<strong>el</strong> que mantengan <strong>el</strong> tablero de ajedrez fuera de convulsiones mundiales y<br />

monstruosidades internas para así afrontar la partida con realidad y por<br />

supuesto con alegría. Puede que la justa sea una fiesta y que al final, se<br />

unan las dos Caballerías como se unió <strong>el</strong> Este a Occidente.<br />

—Como con todo —añadió <strong>el</strong> escudero—, en Matrix lo dicen a su<br />

manera. No sabemos quién atacó primero, si nosotros o <strong>el</strong>las (¿las<br />

diosas o las máquinas civilizombis?) pero sí sabemos que nosotros<br />

(¿los dioses o los sapiens?) arrasamos <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o. Por cierto, ya sé que si<br />

fumigo unos hormigueros y las autopistas que crean entre <strong>el</strong>los<br />

cualquiera de las 6.500 especies de hormigas, arrasaría de golpe a<br />

centurias de formicam sapiens. Pero ¿no es lo mismo que están haciendo<br />

<strong>el</strong>los con los chemtrails y nosotros, fumigarnos masivamente?<br />

—Tu agudeza llega a un límite que sorprende al maestro. Es en este<br />

punto donde se esconde la excusa d<strong>el</strong> futuro: cuando <strong>el</strong> avispero esté<br />

suficientemente recalentado, los primeros en saltar serán los más<br />

desgraciados…<br />

—¡Los civilizombis!<br />

—…que se condenarán a su propio exterminio con la legitimación<br />

«en defensa propia» que argumentarían los dioses para su salvación no<br />

eterna pero sí transitoria.<br />

—Me recuerda —aportó Sancho— a lo que dijo dios a Moisés antes<br />

de la octava plaga (de las langostas; Éxodo 10): «Ve (acude) a Faraón,<br />

porque he endurecido su corazón y para que puedas contar a tu hijo, y al hijo de tu<br />

hijo, cómo me divertí con los civilizombis egipcios y las señales que realicé entre <strong>el</strong>los,<br />

y sepáis que ¡yo soy Dios! (¡Sic!) En vez de ranas, mosquitos, tábanos, vacas<br />

locas, úlceras, granizada, langostas, tinieblas y asesinatos s<strong>el</strong>ectivos<br />

(primogénitos), sólo les va a hacer falta la primera de las plagas: convertir<br />

576


todo en sangre tal y como ya hacía <strong>el</strong> rey Midas. ¿Estaremos antes de que<br />

eso ocurra?<br />

—¡Pregunta con futuro: imposible contestación!<br />

—Seguro que no es casual que en la segunda parte de <strong>El</strong> Quijote, <strong>el</strong><br />

juez de los infiernos Radamanto me compare con Nembrot (reb<strong>el</strong>de en<br />

hebreo) que fue <strong>el</strong> primero que se hizo prepotente en la tierra y un bravo cazador<br />

d<strong>el</strong>ante de Yahveh (¡Sic!) (Génesis 10,8). Traducido a román paladino se diría<br />

que llamando Nembrot (Nemrod en la Biblia) al rey de Bab<strong>el</strong> y Acad, éste<br />

se reb<strong>el</strong>ó contra la cólera esquizofrénica de dios más de un milenio antes<br />

de nuestra era. ¡Acrebillado te has de ver, p<strong>el</strong>lizcado has de gemir! me amenazó<br />

Radamanto como si cualquier reb<strong>el</strong>de no supiera de antemano lo que<br />

sucede cuando te enfrentas a la ira divina desde tiempos d<strong>el</strong><br />

«engendrado» por Kus: Nembrot. Para ubicar su cronología añadiré que<br />

es <strong>el</strong> bisnieto de Noé y que podría haber construido la Torre de Bab<strong>el</strong>;<br />

para ubicar su original majestad ampliaré que fundó <strong>el</strong> primer reino<br />

después d<strong>el</strong> Diluvio Universal, o sea, que fue <strong>el</strong> primer rey que existió y<br />

<strong>el</strong> primero en usar una corona ¡que le llegó directamente d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o! (je,jé).<br />

»Por establecer un culto al fuego y promover la idolatría, en uno de<br />

los libros de las Literaturas Clementinas identifican a Nembrot como<br />

Zoroastro. Una tradición sugiere que <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de fue muerto por un<br />

animal salvaje. Otra tradición dice que Sem (hijo de Noé) lo mató para<br />

que las gentes adoraran a Baal. Después de descuartizado y repartidos los<br />

pedazos para desalentar a los idólatras, Semiramis, su mujer, los uniría<br />

proclamando su regreso convertido en un dios, una leyenda parecida a la<br />

de Isis y Osiris. Hay otra mención que adjudica su muerte a Esaú, nieto<br />

de Abraham, quien supuestamente lo decapitó. Todos los reb<strong>el</strong>des<br />

terminan igual. ¿Por qué será?<br />

—Podías haber citado así ante sus señorías para que tus<br />

intervenciones se atuvieran a lo que estipulase <strong>el</strong> contrato: citar<br />

textualmente <strong>El</strong> Quijote —dijo <strong>el</strong> caballero sorprendido por tanta<br />

erudición—.<br />

—Pero seguro que no estipularía nada en cuanto al citar de la Biblia<br />

y así no se puede memorizar: con censuras, restricciones, manipulaciones<br />

ni límites. Está claro que entre Nembrot y Abraham hubo una gran<br />

disputa y ganó Abraham, <strong>el</strong> uno reb<strong>el</strong>ándose contra dios y <strong>el</strong> patriarca<br />

conocido temeroso de él. Ya se sabe lo que pasa con la Historia, que la<br />

escriben los vencedores tergiversando todo lo que se sepa sobre los<br />

perdedores. Por eso nadie quiere saber si Nembrot fue <strong>el</strong> primer reb<strong>el</strong>de<br />

577


que se reb<strong>el</strong>ó contra la psicopatía de dios ya que Abraham se encargó de<br />

borrarlo d<strong>el</strong> mapa temporal convirtiéndonos a todos temerosos de dios.<br />

¿Qué dios?<br />

»Señor caballero, qué oportuno es escogiendo <strong>el</strong> nombre de sus<br />

personajes! —dijo Sancho sin cambiar de tercio todavía para cambiarlo<br />

justo después—. Que Radamanto me compare con Nembrot es todo un<br />

honor. ¡Gracias por esta aportación! Pero compruebo que durante<br />

nuestros despachos estaba al plato y a las tajadas. ¿Dónde tenía fijada la<br />

atención?<br />

—Hablar con su majestad es una cosa muy sencilla y podía v<strong>el</strong>ar por<br />

lo que dijeras en <strong>el</strong> otro lugar.<br />

—O sea, que tiene <strong>el</strong> software fragmentado.<br />

—Sus señorías se habrían quedado flipadas al escuchar recitar a<br />

alguien que más se aparece como un doctor que un hort<strong>el</strong>ano —dijo don<br />

Quijote cambiando sugestivamente la atención para no hablar de su<br />

polifragmentación—.<br />

—¿Por qué no nos damos un respiro y ya no le pregunto por nada ni<br />

digo más? —finalizó <strong>el</strong> escudero.<br />

A todo esto, <strong>el</strong> perro negro había estado persiguiendo unos conejos<br />

que lo esquivaban fácilmente hasta esconderse en sus guaridas. <strong>El</strong> can se<br />

entretuvo de lo lindo agrandando las bocas de unas madrigueras por si<br />

allí diera caza al escurridizo roedor. Es una tarea imposible pero no le<br />

causa ninguna frustración ni parece que sienta desdicha. ¿Será porque no<br />

tiene ego? Entre <strong>el</strong> escarbar y <strong>el</strong> descansar, así se pasó un rato hasta que<br />

se escuchó un silbido a lo lejos que terminaba con un glissando al agudo.<br />

<strong>El</strong> perro estuvo atento a la m<strong>el</strong>odía porque le sería familiar pero después<br />

de incorporarse, volvió a escarbar. Hubo un momento en <strong>el</strong> que la<br />

posición de las orejas descubría que necesitaba reflexionar para decidir<br />

qué hacer; <strong>el</strong> fruto de esta <strong>el</strong>ección, es <strong>el</strong> que ya se ha apuntado. Que <strong>el</strong><br />

perro sopesó la llamada también se ha hecho notar para que quien no lo<br />

sepa, conozca que <strong>el</strong>los también deciden, como cualquier animal.<br />

La segunda vez que sonó <strong>el</strong> silbido, la pareja estaba en silencio y no<br />

teniendo la atención en nada, la fijaron en la reacción d<strong>el</strong> perro. Como<br />

tenía medio cuerpo dentro d<strong>el</strong> agujero, no escuchó la llamada pero sí lo<br />

hizo con <strong>el</strong> tercero; automáticamente se dio media vu<strong>el</strong>ta y sin pensar, se<br />

puso a correr hacia <strong>el</strong> lugar de donde provenía <strong>el</strong> silbido que por lo que<br />

escucharon don Quijote y Sancho, no llegaba de muy lejano. Aunque <strong>el</strong><br />

578


tono d<strong>el</strong> último silbido fue algo más agudo, nadie sabe por qué <strong>el</strong> perro<br />

decidió acudir hacia él con un <strong>el</strong>egir que sucede sin pensar.<br />

Maravillado por <strong>el</strong> comportamiento reflexivo e intuitivo d<strong>el</strong> animal,<br />

Sancho se puso de pie casi de un salto y se dispuso a perseguir al can. Así<br />

hubiera seguido si don Quijote no le gritara porque se alejaba a gran<br />

v<strong>el</strong>ocidad:<br />

—¡Sancho, se trataba de una cebra y no de un perro!<br />

—¡Andá, es verdad!, no sé en qué estaría pensando. Lo mismo es<br />

Brilladoiro<br />

—No se trata de un equino sino de un can y entre los equinos, es<br />

alfana de clérigo y no caballo de Orlando; la d<strong>el</strong> clérigo está sin nombre,<br />

como otros personajes, así que no entremezcles tanto.<br />

—¿Cómo se llamará <strong>el</strong> perro? —curioseó <strong>el</strong> escudero—. Podría ser<br />

Ortro, <strong>el</strong> perro de Gerión o Argus, <strong>el</strong> can de Ulises.<br />

—También podría ser Issa, la perra de Publio; tenían hasta esclavos<br />

sólo para su servicio.<br />

—Es que es perro, que me he fijado —observó Sancho—. Preste<br />

más atención a los hechos importantes y no practique la dispersión.<br />

—<strong>El</strong> perro que representa al crepúsculo tenía dos cabezas y mi<br />

atención sólo se ha fijado en una —aclaró don Quijote—. Era hijo de<br />

Tifaón y de Equidna y hermano de Hidra y de Cerbero. Sobre <strong>el</strong> perro<br />

d<strong>el</strong> Ulises cazador, pudo ser un dogo y éste no lo es.<br />

—¡Qué corte, es que no lo sabía!<br />

—Pues no evang<strong>el</strong>ices tanto —aceptó <strong>el</strong> de la Triste Figura—. Si te<br />

he parado, querido Sancho, es para que nunca olvides que este tipo de<br />

decisiones que no se piensan, son las que nos llevan al vivir. Si sientes<br />

que quieres seguir al perro, no dejes de hacerlo igual que le ha pasado a él<br />

cuando ha reaccionado sin pensar.<br />

—Apresúrese señor caballero que ahora más que siempre, <strong>el</strong> tiempo<br />

corre en nuestra contra —espoleó <strong>el</strong> escudero sin prestar atención a la<br />

homilía.<br />

—Es la primera vez que te noto así y esto indica un gran presagio<br />

—compartió <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Qué quiere decir?<br />

—Que sin ningún género de dudas, las odiseas comienzan así.<br />

—¡Señor caballero, que ya lo hemos perdido!<br />

—No te alteres Sancho si no quieres perder <strong>el</strong> rastro; continúa por<br />

donde te diga <strong>el</strong> instinto.<br />

579


<strong>El</strong> sosegar d<strong>el</strong> caballero podría parecer materia propia de alquimias<br />

porque narrar que se ha perdido un perro en <strong>el</strong> campo, es inusual que<br />

pueda suceder. Pero en contra de este parecer en <strong>el</strong> que se simplifique la<br />

alquimia, la explanada que se halla sobre lo alto d<strong>el</strong> Salomón no tiene<br />

pérdida ni perdón: es como si fuera <strong>el</strong> chichón que asoma en la cabeza<br />

de un calvo gigantesco, ni un solo árbol y mucha posibilidad para <strong>el</strong><br />

cereal. En la otra ladera d<strong>el</strong> monte está lo militar así que por todos los<br />

sitios publicitan que «Prohibido pasar»; por ese lado no se pueden<br />

escapar y por este es por donde escudero y caballero van.<br />

<strong>El</strong> conocimiento de que no haya escapatoria es donde reside la<br />

tranquilidad de don Quijote y no en otras cuestiones que tengan que ver<br />

con la alquimia ni la casualidad. Al llegar a la cresta d<strong>el</strong> monte, Sancho<br />

pudo divisar al perro que caminaba junto a uno que parecía un sapiens<br />

más. No se percibía que hubiera ningún problema, ni por <strong>el</strong> tardar ni en<br />

<strong>el</strong> silbar, y sin saber a dónde se encaminaban, la pareja inmortal se<br />

dispuso a seguir los pasos de la otra pareja animal. Viendo la explanada y<br />

que controlaba la situación, Sancho paró a tomar un respiro antes de<br />

continuar con la conversación.<br />

—Ahora sí que estoy tranquilo; no hemos encontrado a la cebra d<strong>el</strong><br />

moro pero hemos encontrado al perro de no sé quién. ¿Cómo saber si<br />

conviene esta persecución?<br />

—Tú sabrás, ha sido tu <strong>el</strong>ección.<br />

—¡Que no lo he decidido! —se desmarcó Sancho—; lo que me ha<br />

levantado de la piedra es algo que me ha sido dictado.<br />

—Ac<strong>el</strong>era <strong>el</strong> paso que la otra pareja anda ligera. Por lo demás, te<br />

puedes r<strong>el</strong>ajar porque en este tipo de decisiones, <strong>el</strong> ego no tiene tiempo<br />

para decir ni pío.<br />

—¿Y <strong>el</strong> andalusí?<br />

—R<strong>el</strong>ájate más aún con ése porque su actividad se reduce a<br />

transcribir, transcribir y transcribir.<br />

Por si ha pasado inadvertido, la pareja ha subido a la cresta en dos<br />

etapas divididas por la charla sobre las rocas; mientras que la primera ha<br />

durado este mamotreto, la segunda se ha resumido en siete palabras. No<br />

siempre suceden las cosas igual ni siempre se tienen que repetir. Pero a<br />

los críticos se les avisa de que este desequilibrio en <strong>el</strong> discurso tendrá que<br />

ver con algo que o se les escapa o se le critica, como <strong>el</strong> burro de Sancho.<br />

580


Mamotreto XVI.<br />

EN EL QUE SE NARRAN LOS FAMOSOS<br />

ACONTECIMIENTOS QUE EMPEZARON A SUCEDER<br />

SOBRE EL CHICHÓN DE SALOMÓN<br />

Lo bueno que tiene <strong>el</strong> viento es que no es racista ni s<strong>el</strong>ectivo y de la<br />

misma manera que traslada arpegios de la ferroviaria estación, también<br />

empuja campanadas de la católica Magistral. Por <strong>el</strong> hondo tañer y <strong>el</strong><br />

insistente repicar, se debía de anunciar ser <strong>el</strong> mediodía aunque para la<br />

hora solar, no se sabe si son las once o las diez. Lo r<strong>el</strong>ativo de todas las<br />

cosas es algo que demuestra la Teoría de la R<strong>el</strong>atividad y con las horas<br />

d<strong>el</strong> día pasa lo mismo porque es igual. Tirando de este hilo se puede<br />

llegar a la conclusión de que los días, meses y años son lo mismo cuando<br />

se trata de percibir lo r<strong>el</strong>ativo que es lo auténtico. Que lo auténtico sea<br />

tan r<strong>el</strong>ativo es algo que se ha podido manipular con cuatrocientos<br />

ridículos años de Historia en los que se han impuesto con obstinación, <strong>el</strong><br />

determinismo de Newton y <strong>el</strong> azar de la casualidad.<br />

Que Migu<strong>el</strong> de Cervantes no naciera en Alcalá de Henares no es una<br />

casualidad y a estas alturas todos saben dónde nació al margen de la<br />

r<strong>el</strong>atividad: ¡en Valladolid!, como <strong>el</strong> capataz de Bush, Aznar. <strong>El</strong> destino o<br />

<strong>el</strong> caballero Alcor han dicho que a Alcalá fue traído por la mano de dios<br />

pero la realidad es bien distinta en aspecto, espacio y tiempo y de aquí la<br />

r<strong>el</strong>atividad de lo auténtico. Las siguientes tres fechas son las d<strong>el</strong><br />

nacimiento y las tres que siguen son las de mi extremaunción; si todo no<br />

es r<strong>el</strong>ativo, que venga dios y lo explique:<br />

Valladolid 8 de julio de 1545 no es lo mismo que Alcalá de Henares<br />

¿octubre? de 1547 ni tampoco que Stratford-upon-Avon ¿23 de abril? de<br />

1564 d<strong>el</strong> calendario antiguo.<br />

Madrid 24 de julio de 1568 no es lo mismo que Madrid 23 de abril<br />

de 1616 ni tampoco que una casa de New Place <strong>el</strong> 23 de abril de 1616 d<strong>el</strong><br />

calendario que sea).<br />

<strong>El</strong> misterio al interrogante falsificado ya está reb<strong>el</strong>ado y la casualidad<br />

en <strong>el</strong> día de la segunda muerte no debe de ser una broma d<strong>el</strong> destino.<br />

¿Existe la definitiva tercera? Al parecer, esta transcripción es la prueba de<br />

que no.


Los reb<strong>el</strong>des Caballeros Andantes reb<strong>el</strong>an algunas de las alteraciones<br />

que han realizado en la Historia con <strong>el</strong> convencimiento de que al no<br />

tener importancia alguna, gozamos d<strong>el</strong> entendimiento de la humanidad (a<br />

menos que lo más grave que se haya cometido en la Historia sea la<br />

falsificación de una partida de bautismo.)<br />

Para ser leales a la memoria se añadirá que cuando está La Reb<strong>el</strong>ión,<br />

existen daños colaterales que no sólo atañen a la civil población. La<br />

muerte de F<strong>el</strong>ipe I <strong>el</strong> Hermoso no es un hecho casual y se ha atribuido a<br />

la ingesta de agua fría, pura y cristalina después de un torneo. Se puede<br />

opinar que esta excusa sea casual o que sea auténtica, pero seguro que la<br />

gran mayoría ya piensa que fue un hecho «oportuno» para retrasar la<br />

entrada de la corrupción real. ¡Menudo mogollón se organizó con <strong>el</strong><br />

vasito de agua que en <strong>el</strong> Hermoso buche cayó! Un rey adolescente y<br />

extranjero, una reina «loca» y apresada, un rey regente y abdicado y unos<br />

Caballeros Reb<strong>el</strong>des y armados.<br />

Por supuesto que entre los miembros de la familia real se<br />

envenenaban sin piedad (Ver Los Borgia) pero en este caso, puede que<br />

haya otra causalidad. En otra época, los Caballeros Reb<strong>el</strong>des acababan<br />

con las monarquías que no se comportaban de manera decente. <strong>El</strong><br />

advenimiento de los modales, conductas y desgobierno de la imperial<br />

Casa de Austria en España, no fue bien recibida por la caballerosidad de<br />

los Comuneros. Alguien se tuvo que encargar de la Hermosa corona de<br />

Austria.<br />

—Sabes que cualquier cuestión r<strong>el</strong>acionada con Cide Hamete,<br />

—invistió don Quijote— consulta a la fuente: <strong>el</strong> Caballero Alcor.<br />

—¿A qué se refiere?<br />

—A la muerte d<strong>el</strong> Hermoso borgoñón.<br />

—¿Pero está ido o qué le pasa? —protestó Sancho amodorrado—.<br />

¿Si todavía no ha empezado <strong>el</strong> mamotreto?<br />

—¿Escuchabas al narrador o mirabas a la mujer de rojo?<br />

—¿Pero qué dice? Está hablando en sueños o directamente<br />

d<strong>el</strong>irando. ¿No será más bien que en qué estará soñando vuesa merced?<br />

¿A qué se refiere con la consulta al caballero Alcor?<br />

—A la muerte d<strong>el</strong> Hermoso borgoñón —se repitió <strong>el</strong> caballero<br />

soñando.<br />

—Pero yo no puedo preguntar a un hombre si ha matado a otro.<br />

—Te entiendo Sancho, a mi me pasa lo mismo.<br />

582


Y así termina esta intromisión d<strong>el</strong> sueño de la pareja en la mente d<strong>el</strong><br />

narrador confirmando una teoría: se recuerda hasta lo que se sueña<br />

mientras que se está soñando. Lo que sí se podrá comprobar es que Cide<br />

Hamete Benengu<strong>el</strong>i evitó la muerte d<strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe II de España y de su<br />

hijo suficientes veces como para dejarlo inadvertido.<br />

Si los divinos caballeros Jedis desv<strong>el</strong>aran algunas de las infinitas<br />

falsificaciones con las que han perpetrado la Historia de Matrix, los<br />

civilizombis se enterarían a la vez de las mentiras oficiales y de que<br />

existen. Los esclavos deben saber que como las falsificaciones divinas no<br />

tratan sólo de una partida de bautismo pero sí de ajedrez, puede costar<br />

más trabajo reconocerlo aunque no por <strong>el</strong>lo haya que dejar de hacerlo.<br />

Por eso con este libro, comienza una nueva partida con <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor. <strong>El</strong> movimiento con <strong>el</strong> que reaccionen los Jedis es algo que sólo<br />

<strong>el</strong>los <strong>el</strong>egirán y en donde no nos vamos a meter por respetar su soledad.<br />

Determinismo y casualidad son los dos extremos d<strong>el</strong> mismo péndulo<br />

al que ahora parece haber estabilizado la Teoría de la R<strong>el</strong>atividad. Para<br />

entender los términos exactos de esta «pequeña contradicción», se podría<br />

viajar con la atención por un espacio de confusión en <strong>el</strong> que desde <strong>el</strong><br />

Renacimiento de la Ciencia, se ha embrollado junto a la r<strong>el</strong>atividad<br />

muchísimas materias más. Pero como de lo que aquí se trata es que debe<br />

de ser más o menos mediodía, volvamos al camino inmortal para no<br />

perder la atención con la determinación de Newton ni la hegemonía de la<br />

casualidad, con la r<strong>el</strong>atividad de lo auténtico ni lo auténtico de la<br />

R<strong>el</strong>atividad.<br />

En esta Odisea participamos gentes sencillas que preferimos pasear a<br />

sentarnos a filosofar. A veces nos encontramos con otros protagonistas a<br />

los que sí les encanta y mucho <strong>el</strong> retoricar para después no hacer incluso<br />

por no dejar hacer; pero los que son conocidos como los actores de la<br />

Odisea, somos gentes de paz a los que la r<strong>el</strong>atividad, <strong>el</strong> determinismo y la<br />

casualidad, les da exactamente igual. Si después de manifestar esto no se<br />

diera ninguna explicación, la mayoría podría pensar que entre pasotas y<br />

nihilistas transcurría esta salida; sin embargo, <strong>el</strong> resto de lectores debería<br />

tener muy claro que para la visión de los Caballeros Reb<strong>el</strong>des, los que se<br />

plantean estas tres profundas materias y no se sienten en la extinción, no<br />

son nihilistas ni pasotas, sencillamente ¡están cegatos!<br />

¡Estamos paseando! <strong>El</strong> filosofar se ha quedado un paso atrás y ahora,<br />

<strong>el</strong> sol de la mañana que todavía no ha llegado al mediodía aunque sí al de<br />

la Magistral, alumbra <strong>el</strong> chichón de Salomón sobre <strong>el</strong> que se ha<br />

583


producido un contacto visual. Sin que implique nada hostil, ha empezado<br />

una persecución en la que como quedaba referido, una pareja inmortal<br />

camina detrás de otra animal. <strong>El</strong> contacto es tan lejano que parece que se<br />

desarrolla dentro de un átomo; las parejas de protones y <strong>el</strong>ectrones<br />

vibran orbitando a suficiente espacio d<strong>el</strong> núcleo para que <strong>el</strong> paseo siga<br />

teniendo de todo y nada de agobio.<br />

Sin que Sancho conozca la causa de la decisión, su consecuencia se<br />

ha integrado en la vida y ahora esto es <strong>el</strong> vivir; cada uno por su lado y<br />

dios en <strong>el</strong> de ninguno, las dos parejas comparten camino sin que todavía<br />

lo sepa una. Los de alante pasean conectados aunque casi nunca van<br />

juntos y los de atrás pasean juntos aunque casi siempre vayan<br />

conectados. Dejando así <strong>el</strong> escenario, lo que suceda entre la otra pareja<br />

forma parte de algo que para este narrador es todavía un arcano.<br />

Volvamos a lo que se produce en esta escena en la que por algún motivo,<br />

sí se sabe lo que está pasando.<br />

—Interesante escenario es <strong>el</strong> que has dejado hilvanado entre Egipto,<br />

Bab<strong>el</strong> y <strong>el</strong> Averno —prosiguió <strong>el</strong> caballero— y la fama de los<br />

protagonistas es de todos conocida por referirse nada menos que al<br />

engendro de Kus, Nembrot, y al juez d<strong>el</strong> Fuego Eterno, Radamanto; por<br />

otro lado están Moisés, Midas y Yahveh, tres personajes tan conocidos<br />

que no hace falta presentar su porqué.<br />

—<strong>El</strong> honor de este escudero me impulsa a reconocer que las vu<strong>el</strong>tas<br />

de Sanchijote nos han desviado d<strong>el</strong> camino argumental —se excusó <strong>el</strong><br />

escudero echando <strong>el</strong> muerto al ego—. Volvamos a los personajes de <strong>El</strong><br />

Quijote y dejemos a los dos famosos tríos bíblicos de los que poco<br />

interesa ahora su porqué; pongo la firme determinación de no dejar a mi<br />

ego que disperse la atención. Debido a muchos porqués, la exposición de<br />

quién es <strong>el</strong> príncipe don Carlos ha quedado cortada por <strong>el</strong> que dice ser<br />

escudero d<strong>el</strong> caballero Carlo. Imagino que de esto queda mucho por<br />

decir pero también se ha aludido a Quijada que de forma<br />

primorosamente resumida, ha explicado con su ap<strong>el</strong>lido.<br />

»Reconozco que se ha cortado con la irrupción d<strong>el</strong> ego de Sanchijote<br />

y ya sabe que lo siento muchísimo desde que me he dado cuenta d<strong>el</strong><br />

desatino. Fíjese cómo me he quedado que la atención en este recuerdo<br />

no se ha olvidado; también sé que con tantas vu<strong>el</strong>tas como doy, no<br />

vamos a acabar nunca. Hable cuanto quiera que si en algo le interrumpo,<br />

será sin salirme d<strong>el</strong> hilo de los personajes ni de la conversación. Estoy<br />

seguro que vuesa merced llevará a buen puerto esta Odisea de reb<strong>el</strong>ar los<br />

584


nombres y su r<strong>el</strong>ación con los hombres, sean mujeres o fuesen varones.<br />

Ahora bien, sepa que tanto misterio es más propio de la ocultación de los<br />

dioses que de la espontaneidad de la Caballería.<br />

—Decodificar un jeroglífico escondido durante cuatrocientos años<br />

es una reb<strong>el</strong>ación que hago por primera vez y quizá habría que esperar a<br />

mi maestro para que termine con <strong>el</strong> entuerto codificado. Saquemos<br />

provecho de lo que al menos dices en cuanto a la interrupción y vayamos<br />

directos al grano que cuanto antes se empiece, antes dará fin. Ya que me<br />

pides tanta brevedad como con Quijada, intentaré hacerlo dejando si<br />

acaso los flecos su<strong>el</strong>tos y los platos rotos al que se va a comer todos los<br />

marrones.<br />

—Lo d<strong>el</strong> nombre y ap<strong>el</strong>lido ha quedado resumido y claro: Migu<strong>el</strong> y<br />

Sancho por los herederos de la Corona asesinados y Cervantes por <strong>el</strong><br />

ap<strong>el</strong>lido disidente adoptado; aprovechando que <strong>el</strong> humano real que está<br />

detrás de Benengu<strong>el</strong>i Cide Hamete ya ha sido descifrado con <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor y Pinterete, vayamos con las sutilezas que conociendo a vuesa<br />

merced, estarán muy presentes en todo lo que haya tocado.<br />

—Si estás preparado, comencemos a tirar d<strong>el</strong> hilo de Ariadna. <strong>El</strong><br />

honor solicita que se comience con la mujer que transformó mi vida en<br />

amor.<br />

—Sólo le digo —interrumpió por primera vez <strong>el</strong> escudero— que no<br />

perdamos de vista al perro o por ser más fácil, al sapiens con <strong>el</strong> que<br />

pasea; así, la causalidad de esta decisión encontrará por sí sola su<br />

consecuencia.<br />

—<strong>El</strong> cosmos est<strong>el</strong>ar sabe quién es la mujer de mi vida —evocó don<br />

Quijote—: Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso, la misma que Isab<strong>el</strong> de la Paz. Aunque<br />

pueda causar <strong>el</strong> pesar de algún ego enfermizo, es la mujer más famosa de<br />

la realidad real, de la realidad de Matrix y de su metarrealidad. Es un<br />

honor que la más inmortal de todas, sea la mujer que enamoró mi amor.<br />

Las nov<strong>el</strong>as, tragedias, dramas, y sonetos que he regalado a la humanidad<br />

desde hace 400 años, tienen la inspiración en mi «energía gem<strong>el</strong>a».<br />

¡Olvida a tanto Sanchijote y tanto Carlo, tanto Shakespeare y tanto<br />

Cervantes, y empieza a recordar lo esencial: la inmortal Isab<strong>el</strong> de Valois!;<br />

sin <strong>el</strong>la, nada de lo que está ocurriendo sucedería igual. Para que la<br />

humanidad se entere y especialmente su majestad, somos reb<strong>el</strong>des de la<br />

Caballería Andante de la Orden de la Paz por Isab<strong>el</strong> de Valois, Dama de<br />

la Paz.<br />

585


»Tiene muchos nombres, está enmascarada detrás de múltiples<br />

personajes y habría sido la mujer y reina más dichosa de la realidad de<br />

Matrix si los c<strong>el</strong>os de mi padre y su marido F<strong>el</strong>ipe II, no la hubiera<br />

matado con veneno pero también a disgustos. Hablo de la que merece<br />

ser señora de todo <strong>el</strong> Universo, la mujer que dejó alterada mi existencia<br />

atemporal, «día de mi noche, gloria de mi pena, norte de mis caminos,<br />

estr<strong>el</strong>la de mi ventura». Hija de Catalina de Médicis y de Enrique II de<br />

Francia, Isab<strong>el</strong> de la Paz fue obligada a ser mi madrastra siendo <strong>el</strong> amor<br />

de mi vida desde mucho antes de entonces; la abominación de mi propio<br />

padre F<strong>el</strong>ipe II, <strong>el</strong> raptor y violador de Lucrecia, <strong>el</strong> Paris d<strong>el</strong> siglo XVI,<br />

condenó la vida de estos amantes y también la de la Historia de la<br />

humanidad. Inmortalizada con <strong>el</strong> nombre de Gertrudis, la madrastra de<br />

Hamlet, inmarcesible por los versos que inspiró como Lucrecia, la<br />

universal Dulcinea por su amor al caballero Carlo, señora en la realidad<br />

real y a la vez campesina en la de Matrix y en la nov<strong>el</strong>a, también es la<br />

Julieta de Romeo (con la misma edad que Isab<strong>el</strong>), la Of<strong>el</strong>ia de Hamlet, la<br />

Luscinda de Cardenio y unas cuantas más aparte de la sin par. «Que, bien<br />

apurada la cosa, burla fue y pasatiempo; que, a no entenderlo yo ansí, ya<br />

yo hubiera vu<strong>el</strong>to allá y hubiera hecho en tu venganza más daño que <strong>el</strong><br />

que hicieron los griegos por la robada H<strong>el</strong>ena. La cual, si fuera en este<br />

tiempo, o mi Dulcinea fuera en aquél, pudiera estar segura que no tuviera<br />

tanta fama de hermosa como tiene.»<br />

—¿Por qué citar a H<strong>el</strong>ena, famosa por su menor b<strong>el</strong>leza a la d<strong>el</strong><br />

Toboso y por ser secuestrada por un rey (habría que ver quién secuestró<br />

a quién), tal y como hizo F<strong>el</strong>ipe II con Isab<strong>el</strong>? —preguntó un inspirado<br />

escudero—. Me imagino que utilizar <strong>el</strong> nombre de Gertrudis se debe a la<br />

virgen y mártir de Lorena que jovencita todavía (como Isab<strong>el</strong>), fue<br />

muerta por dos de sus hermanos, encolerizados al verla en oración<br />

cuando huía de su padre, príncipe ególatra (como F<strong>el</strong>ipe II), que la<br />

obligaba a contraer nupcias (como F<strong>el</strong>ipe) que <strong>el</strong>la rehusaba por haber<br />

consagrado a «Dios» su virginidad al tiempo de su conversión y bautismo<br />

(como Isab<strong>el</strong>). Permita una apreciación r<strong>el</strong>acionada con nuestro<br />

nanopreciso hablar ya que a menos que recuerde mal, en la dinastía de<br />

Valois cabe distinguir tres ramas: los Valois-directos (bajo cuya corona<br />

vivió la gran reb<strong>el</strong>de Juana de Arco, justiciada como Padilla pero en la<br />

hoguera de la Inquisición), los Valois-Orleans y los Valois-Angulema (a<br />

la que pertenece la reina Isab<strong>el</strong> de Valois); pero de Valois-Lorena no se<br />

conoce ni <strong>el</strong> guión.<br />

586


—Lorena está tan r<strong>el</strong>acionada con Borgoña, que todo queda en<br />

familia —justificó <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong> caballero a Shakespeare— y de los Valois te<br />

ha faltado decir que perfeccionaron las instituciones reales y aseguraron<br />

la centralización d<strong>el</strong> poder a fin de realizar la unión de un reino que<br />

también consiguieron ampliar. (¡Menudo p<strong>el</strong>igro imperial debían tener!)<br />

—Entonces, rebajaremos lo de la nanoprecisión a microprecisión<br />

—evaluó Sancho grosso modo—.<br />

—Cuando escribas una nov<strong>el</strong>a —continuó hablando <strong>el</strong> ego de<br />

cualquiera—, analizaremos la nanoprecisón que aplicas en la <strong>el</strong>ección de<br />

los personajes para que camuflen y a la vez digan de quién se trata.<br />

Menos mal que no has salido con que Gertrudis de Lorena está<br />

r<strong>el</strong>acionada con Francia y Holanda pero no con Dinamarca que es donde<br />

se desarrolla Hamlet. Por cierto ¿ha quedado claro que la causalidad<br />

convierte a Gertrudis en madrastra de Hamlet como Isab<strong>el</strong> de don<br />

Carlos o la nanometría te impide entender la analogía?<br />

—No hace falta que caigan más Torres Trim<strong>el</strong>as para afirmar que no<br />

podemos escapar de la causalidad —recalcó <strong>el</strong> escudero<br />

socarronamente—; somos sus esclavos eternos. ¿Qué pinta Of<strong>el</strong>ia?<br />

—Por no dejar ningún cabo su<strong>el</strong>to, insistiremos que la causa de la<br />

demolición de las Torres no fue un avión. Imagino que lo de Trim<strong>el</strong>as<br />

irá por <strong>el</strong> WTC 1, WTC 2 y WTC 7 y por lo que respecta a Of<strong>el</strong>ia, no<br />

seas vago y lee la tragedia.<br />

—Para escribir como vuesa merced —desvió <strong>el</strong> desatareado<br />

Sancho—, o se es La Enciclopedia Andante o se tiene una gran<br />

biblioteca en casa. ¿Cómo se las apañó usted?<br />

(*) (Seguir leyendo como si nada).<br />

—Como pude.<br />

—¿A cuento de qué viene ahora <strong>el</strong> asterisco y además en negrita,<br />

volvemos a las andadas? Seguro que es un emb<strong>el</strong>eco d<strong>el</strong> andalusí que se<br />

entromete por donde puede.<br />

—Es un anticipo de Astérix —insinuó misteriosamente <strong>el</strong><br />

caballero—. [Ver la saga Las aventuras de Astérix, especialmente, los 24<br />

primeros capítulos.]<br />

—Pues o me entero menos o es que está tan conciso que parece un<br />

jeroglífico.<br />

—Tanta sutileza al percibir un asterisco podría valer para saber su<br />

cometido.<br />

—Es que no soy adivino.<br />

587


—Era una broma Sancho. No sé de quién será <strong>el</strong> emb<strong>el</strong>eco pero si se<br />

usa, es porque entresaca información.<br />

—Entonces, los dioses están hackeando ¿Qué es Matrix? para cambiar<br />

<strong>el</strong> contenido a su gusto —avisó <strong>el</strong> escudero—. ¿Estamos bajo su<br />

control?<br />

—Todavía no Sancho, todavía no. <strong>El</strong> caballero Alcor se tendrá que<br />

encargar de evitar manipulaciones porque es seguro que los Jedis<br />

cambiarán nuestra salida todo lo que puedan, ya fuere con sutilezas o sea<br />

con groserías.<br />

—Si no se entromete ¿qué entresaca?<br />

—Quizá —explicó <strong>el</strong> caballero—, se esté dando demasiada<br />

información en este caminar sobre <strong>el</strong> sabio Salomón; para su<br />

secuenciación correcta es necesaria la claridad de una maestría experta.<br />

Hay detalles que mucha gente sabrá y no necesiten recordar quiénes son<br />

y qué hicieron algunos reb<strong>el</strong>des o cualquier otra información. <strong>El</strong><br />

asterisco les enviará al lugar donde está la investigación (<strong>el</strong> próximo<br />

mamotreto) y cada uno decidirá si necesita leerla o si pasa de <strong>el</strong>la. Siendo<br />

posible que los civilizombis lo sepan todo, saltarán por encima de<br />

reseñas o crónicas fácilmente y seguirán con nuestra salida.<br />

—Si nuestra salida trata de Reb<strong>el</strong>día ¿cómo van a pasar de los<br />

reb<strong>el</strong>des?<br />

—En general, la memoria de la reb<strong>el</strong>día es siempre la misma: nos<br />

plantamos ante Imperio y se reafirma: «De aquí no me mueve ni dios».<br />

—¿Y qué pasa cuando les mueve la parca?<br />

—Que cambia a los reb<strong>el</strong>des de dimensión sin que necesiten seguir<br />

con la Reb<strong>el</strong>ión —garantizó <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de don Quijote.<br />

—Esto es un trato de favor para <strong>el</strong> líder reb<strong>el</strong>de convertido en mártir<br />

porque le ahorra <strong>el</strong> suplicio d<strong>el</strong> camino —reconoció <strong>el</strong> escudero—; sin<br />

ningún <strong>César</strong> que los oriente, Imperio aplasta a los reb<strong>el</strong>des.<br />

—Esta es la historia de siempre pero en esta ocasión…<br />

—Eso es diferente.<br />

—Se puede decir que no tenemos más remedio que seguir con lo<br />

planeado cuando las circunstancias son las mismas que se repiten en<br />

cualquier decadencia, pero cuando por primera vez se presenta la<br />

encrucijada final de la Humanidad junto a la corrupción de una Pax (la<br />

Americana), no tenemos más remedio que seguir con la partida de<br />

ajedrez.<br />

588


—Aunque no me convenza la aclaración, lo único que saco en claro<br />

es que por lo que a mí respecta, a los asteriscos no les puedo hacer ni<br />

caso.<br />

—No te quepa la menor duda de que en eso coincidirás con algunos<br />

lectores —concordó <strong>el</strong> caballero—; de entre <strong>el</strong>los, los más civilizombis<br />

también se las saben todas.<br />

—Yo también le quiero, señor caballero, pero me refería a que<br />

cuando estás en Matrix, no te enteras de lo que pasa en ¿Qué es Matrix?<br />

—Tienes razón; ahora que sabes leer, siempre lo podrás hacer<br />

después.<br />

—¿En <strong>el</strong> futuro que no existe?<br />

—En <strong>el</strong> pasado que sí existe, las enseñanzas de mi maestro me<br />

permitieron enaltecer con nombres diferentes a la mujer raptada por la<br />

egonía que un rey inestable, miedoso, envidioso, avaricioso, inseguro,<br />

acomplejado y profundamente desdichado, ambicioso, vanidoso y<br />

soberbio por ser <strong>el</strong> varón más poderoso d<strong>el</strong> momento en cuyos<br />

dominios no se ponía <strong>el</strong> Sol y esquizofrénico ejemplar por quien se<br />

podría creer ser. <strong>El</strong> ego de este monarca mamarracho consiguió<br />

transformar las vidas de dos personas en particular y en general, las de la<br />

posteridad; de la mía ya se sabe la mutación, de la de Isab<strong>el</strong> puedes<br />

consultar en la Historia Oficial o al Caballero Alcor cómo acabó con su<br />

vida. Que desde la muerte de Isab<strong>el</strong> vistieran siempre de negro al rey y se<br />

agriara su carácter hasta <strong>el</strong> final de los días, no es por la «pérdida fortuita»<br />

d<strong>el</strong> amor de su vida, es consecuencia de la consciencia de la conciencia<br />

que en demasiadas ocasiones, no nos deja entretenernos ni un segundo<br />

con la ansiedad dispersa d<strong>el</strong> alma.<br />

»Antes de matarla, parte de la humillación y desprecio que Isab<strong>el</strong><br />

pudo recibir por parte de un psicópata cualquiera aunque fuera «yo, <strong>el</strong><br />

rey», es algo que conozco muy bien porque soy testigo de no todo, pero<br />

sí de mucho de <strong>el</strong>lo. Si no hubiera sido por la intervención de mi<br />

maestro, es casi seguro que no habría sabido encauzar mi desmedido<br />

desvarío y <strong>el</strong> gran F<strong>el</strong>ipe II de la realidad de Matrix, asesino, cobarde y<br />

cru<strong>el</strong> en realidad, habría trascendido a la eternidad más rápidamente de lo<br />

que su gotosa vida le concedió.<br />

—Lo que le voy a decir me suena a una de las casualidades que no<br />

existen —hiló Sancho— pero dicen que vuesa merced fue <strong>el</strong> encargado<br />

de escribir <strong>el</strong> epitafio de la serenísima reina.<br />

589


—Migu<strong>el</strong> de Cervantes —aclaró don Quijote— era un perfecto<br />

desconocido que surge de la nada y como si fuera por arte de magia,<br />

compone los versos a la difunta reina de España. ¿Qué poeta de la<br />

actualidad podría escribir un soneto a la reina recién asesinada y <strong>el</strong><br />

Epitafio? (No se va a hacer comentario alguno porque los desconocidos<br />

se desconocen totalmente, nadie acudiría a <strong>el</strong>los; y de los conocidos, lo<br />

mejor es no hablar un pepino).<br />

—¡Ninguno, qué pregunta más absurda! A los poetas desconocidos<br />

no les hace caso ni la madre que los parió así que como para escribir en<br />

<strong>el</strong> túmulo de la reina de España y Bilderberg también. Ha dicho «por arte<br />

de magia» y me temo que ni con la patente de un milagro se conseguiría<br />

que un poeta ignoto recibiera <strong>el</strong> encargo de escribir tan linajudo Epitafio.<br />

Pero atienda porque me temo que en este especifico caso, no podrán<br />

acudir al caballero Alcor porque o hace con los versos lo que le da la<br />

gana o es mu malo.<br />

—¿Cómo sabes de la calidad d<strong>el</strong> andalusí si tantas ganas tienes de<br />

conocerlo?<br />

—Porque vuesa merced es <strong>el</strong> rey indiscutible de las letras, ya sea en<br />

cast<strong>el</strong>lano o en inglés, en poesía o en tragedias, y sólo a usted le<br />

correspondería rimar los versos de la reina.<br />

—Pues si hiciera eso, cosa imposible, lo haría a través d<strong>el</strong> caballero<br />

Alcor, así que habla de mi maestro con más respeto. Yo sólo rimo por<br />

los besos y suspiros de mi amada.<br />

—Entienda mi parcialidad señor don Cervantes —continuó <strong>el</strong><br />

escudero sin ahondar en la imposible casualidad de un desconocido que<br />

rime los últimos versos de la reina d<strong>el</strong> Imperio más grande de todos los<br />

tiempos—. Soy vuestro escudero y no <strong>el</strong> de nadie menos. ¿Qué decía su<br />

lápida?<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor se encargará de transcribirlo, querido Sancho. Si<br />

quieres recordarlo, no sean tan vago y lé<strong>el</strong>o que nos queda mucho trecho<br />

todavía para terminar con nuestra palabra dada a la Orden de la Paz.<br />

—Me parece muy bien. Que se curre <strong>el</strong> andalusí lo suyo que a<br />

nosotros nos obliga a que nos curremos lo nuestro sin cortarse un p<strong>el</strong>o.<br />

Creo que es <strong>el</strong> que me ha puesto a ayunar… ¡nada menos que a mí!<br />

590


SONETO<br />

DE MIGUEL DE CERVANTES A LA REINA DOÑA ISABEL 2ª<br />

Serenísima reina, en quien se halla<br />

lo que Dios pudo dar a un ser humano;<br />

amparo universal d<strong>el</strong> ser cristiano,<br />

de quien la santa fama nunca calla;<br />

arma f<strong>el</strong>iz, de cuya fina malla<br />

se viste <strong>el</strong> gran F<strong>el</strong>ipe soberano,<br />

ínclito rey d<strong>el</strong> ancho su<strong>el</strong>o hispano<br />

a quien Fortuna y Mundo se avasalla:<br />

¿cuál ingenio podría aventurarse<br />

a pregonar <strong>el</strong> bien que estás mostrando,<br />

si ya en divino viese convertirse?<br />

Que, en ser mortal, habrá de acobardarse,<br />

y así, le va mejor sentir callando<br />

aqu<strong>el</strong>lo que es difícil de decirse.<br />

EPITAFIO<br />

Aquí <strong>el</strong> valor de la española tierra,<br />

aquí la flor de la francesa gente,<br />

aquí quien concordó lo diferente,<br />

de oliva coronando aqu<strong>el</strong>la guerra;<br />

aquí en pequeño espacio veis se encierra<br />

nuestro claro lucero de occidente;<br />

aquí yace enterrada la exc<strong>el</strong>ente<br />

causa que nuestro bien todo destierra.<br />

Mirad quién es <strong>el</strong> mundo y su pujanza,<br />

y cómo, de la más alegre vida,<br />

la muerte siempre lleva la victoria;<br />

también mirad la bienaventuranza<br />

que goza nuestra reina esclarescida<br />

en <strong>el</strong> eterno reino de la gloria.<br />

591


[Para hacer la gracia completa, apuntaré <strong>el</strong> Epitafio de la tumba de<br />

don Carlos:]<br />

«Aquí yace <strong>el</strong> que deseaba decir la verdad,<br />

fallecido sin haber estado enfermo.»<br />

Como a este narrador no le pasa, muchos sí podrán pensar que si <strong>el</strong><br />

caballero don Quijarlos permanece eternamente enamorado de Isab<strong>el</strong> de<br />

la Paz ¿cómo fue capaz de r<strong>el</strong>acionarse con Ana Franca o casarse con<br />

Ana Hathaway y Catalina Salazar? ¿Serían f<strong>el</strong>ices esas mujeres? Todas<br />

estas preguntas son típicas de la programación amarilla de la psique,<br />

ganas de curiosear en <strong>el</strong> vivir ajeno que no se tiene por qué interpretar o<br />

entender por los mismos fueros. Sobre todo, si se tratara de ecualizar lo<br />

imposible de comparar porque no tiene nada que ver. ¡A saber!: Las<br />

conductas y reacciones en las r<strong>el</strong>aciones afectivas civilizadas (prejuiciadas<br />

por las costumbres y la cultura… ¡ah! y por la t<strong>el</strong>e) son diferentes al estar<br />

de los reb<strong>el</strong>des en materia afectiva (armonizado por lo único que tiene<br />

sentido: la sutileza, la lealtad o <strong>el</strong> cariño). No es lo mismo <strong>el</strong> obstinado<br />

binomio amor-odio que la r<strong>el</strong>ación amor-compasión.<br />

Los que sabemos que la conexión permanente de instantes<br />

inolvidables es real, podemos asegurar que sin duda, cualquier mujer que<br />

se r<strong>el</strong>acione con mayor o menor intimidad con un Caballero Reb<strong>el</strong>de,<br />

siente y sabe que será la emoción que no olvide ni en la eternidad, y algo<br />

que repetiría si le tuviera que volver a pasar; <strong>el</strong>las sabrán <strong>el</strong> porqué. (En<br />

estos casos, o lo cogen al vu<strong>el</strong>o o <strong>el</strong> caballero se va al Multiverso<br />

paral<strong>el</strong>o a la v<strong>el</strong>ocidad de la luz).<br />

¿A quién no le gustaría, aunque sea por una vez en la vida, que le<br />

tocara la mayor lotería cuyo premio es <strong>el</strong> suceso de uno de esos<br />

momentos que sólo imaginan, y porque salen en las p<strong>el</strong>ículas? Momentos<br />

de una noche de verano en la azotea de una céntrica mansión en la<br />

capital de un reino, en los que se siente la frescura de la brisa acariciando<br />

la pi<strong>el</strong> con tanta d<strong>el</strong>icadeza como sus caricias, con suave música chill out<br />

de fondo escuchada desde una cama balinesa desde la que se «admira»<br />

con otra perspectiva <strong>el</strong> paisaje nocturno de la ciudad; momentos con la<br />

luna llena deslumbrante asomando desde oriente por detrás d<strong>el</strong> alminar<br />

de alioj blanco que protege la terraza de cualquier avatar, fuegos<br />

artificiales en <strong>el</strong> cercano horizonte que festejan la magia d<strong>el</strong> efímero<br />

momento, aire que mueve las cortinas de seda con más sutileza que la<br />

propia <strong>el</strong>egancia y que dejan a la luna que ilumine las entr<strong>el</strong>azadas manos<br />

592


y miradas de los amantes; momentos de ternura y dulzura irracional que<br />

desemboca en un abrazo en <strong>el</strong> que la pareja siente que vibra con unísono<br />

amor; las const<strong>el</strong>aciones brillantes en lo más alto d<strong>el</strong> espacio enseñan la<br />

dirección est<strong>el</strong>ar y transmiten su energía existencial. Momentos con gente<br />

suficiente para recordar que lo que ocurre está siendo real pero no tanta<br />

como para sentir <strong>el</strong> agobio de su cercanía; y además, momentos con<br />

cualquier sustancia que ayude a vivir únicamente <strong>el</strong> presente al margen de<br />

la vida y agua mineral sin gas. ¿Qué más se puede pedir en esos instantes<br />

que «crean» un vivir enamorado d<strong>el</strong> vivir porque estás junto a lo que más<br />

amas ni jamás podrías amar más? (Cada uno encuentra sus momentos;<br />

las palmeras y la puesta de sol queda para las p<strong>el</strong>ículas. Todos «tienen» su<br />

Amarilis o si no… se imagina).<br />

Compartir <strong>el</strong> amor que sí existe con alguien que escribe y concibe <strong>el</strong><br />

vivir como Cervanpeare, debe ser algo en lo que <strong>el</strong> sexo, seguro que no<br />

es lo esencial; o sea que, imagínense lo demás que si no es de p<strong>el</strong>ícula,<br />

será porque es d<strong>el</strong> Multiverso est<strong>el</strong>ar. Algunas mujeres saben que ser <strong>el</strong><br />

centro de atracción amorosa de un caballero reb<strong>el</strong>de es lo más sublime<br />

que en materia de afectos pueden sentir. De todas las mujeres que<br />

existen en <strong>el</strong> Multiverso, sólo una enamoró a don Quijote; lo que sucede<br />

a partir de aquí es un arcano que tienen custodiados los corazones de<br />

Isab<strong>el</strong> y de Carlo. Existen instantes, momentos y «no-tiempo» que unas<br />

mujeres comparten y sienten y que otras sólo lo pueden imaginar.<br />

Contradiciendo a don Quijote, no es debido a la b<strong>el</strong>leza ni a la discreción<br />

sino a la sutil, nanoprecisa y a veces efímera realidad real. Con lo infinito<br />

que es <strong>el</strong> Multiverso ¿por qué Isab<strong>el</strong> de Carlo y Carlo de Isab<strong>el</strong>? Las<br />

estr<strong>el</strong>las d<strong>el</strong> Cosmos lo suspirarán.<br />

Tal y como supo desde <strong>el</strong> principio la sin par Isab<strong>el</strong>, hay vivencias<br />

que no se pueden generalizar ni experiencias sobre las que una debiera<br />

dejarse aconsejar por <strong>el</strong> resto de mujeres que, por la causa que fuere, no<br />

han estado en <strong>el</strong> mágico instante d<strong>el</strong> encuentro est<strong>el</strong>ar con un reb<strong>el</strong>de<br />

atemporal. [Ver Next.] ¿Qué será para una mujer sentirse dama<br />

enamorada? ¿Qué será para un Caballero sentirse enamorado? Ni la<br />

propia Dulcinea y <strong>el</strong> caballero don Quijarlos junto a Isab<strong>el</strong>eta y <strong>el</strong> que<br />

Romeo se hace llamar, podrían responder a esta pregunta; seguro que <strong>el</strong><br />

compartirlo, es algo que jamás olvidarán.<br />

Cuando se ama absolutamente a una mujer, es imposible dejar de<br />

quererla, sobre todo, si en <strong>el</strong> momento de máximo amor la asesinan.<br />

Quien posee <strong>el</strong> honor y la b<strong>el</strong>leza sólo tiene débiles medios de defensa<br />

593


contra un mundo de perfidias. Si esto no sucediera y fuera la propia<br />

mujer la que se obstinara en dejar de querer ser amada, es dificilísimo<br />

dejar de querer a «eso» tan sublime y sutil que llaman «alma gem<strong>el</strong>a»<br />

est<strong>el</strong>ar; sólo para que se nos entienda, aquí se la va a nombrar igual. No<br />

hay dolor comparable al de amar a una mujer que nos ofrece su cuerpo y<br />

sin embargo, es incapaz de darnos su verdadero ser porque no sabe<br />

dónde está.<br />

Mujer, como amor, son sólo palabras; lo que importa es la<br />

conexión que implican. Si para <strong>el</strong> caballero Carlo es un honor que la<br />

más inmortal de las mujeres sea a quien él amó, ¿cómo se sentirá la mujer<br />

Isab<strong>el</strong> al saberse amada eternamente por él?<br />

De las dos jóvenes zagalas, una considera de don Quijote ser <strong>el</strong> «más<br />

valiente y <strong>el</strong> más enamorado y <strong>el</strong> más comedido que tiene <strong>el</strong> mundo» y la<br />

otra que es «<strong>el</strong> más firme y más leal enamorado que se sabe». Su dama es<br />

«una tal Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso, a quien en toda España le dan la palma de<br />

la hermosura». [<strong>El</strong> Quijote II, 58.] La historia de Ana Félix, hija d<strong>el</strong><br />

morisco Ricote, es un ejemplo d<strong>el</strong> desgarro entre razón de <strong>Estado</strong> y<br />

compasión; tiene un inconcluso final en <strong>el</strong> que no se sabía si en su<br />

destino y en <strong>el</strong> de su amado prevalecerá <strong>el</strong> interés nacional o la<br />

misericordia. Ahora ya se sabe: <strong>el</strong> interés nacional.<br />

Como para salir de este trance no se puede recurrir al ingenio de<br />

Sancho porque está paseando con <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de don Carlo por la azotea d<strong>el</strong><br />

Viso de san Juan, se hará este comentario que haga de reconexión entre<br />

«eso» que se dice amor est<strong>el</strong>ar y ¿Qué es Matrix? No creo que en la<br />

actualidad sea difícil imaginar las r<strong>el</strong>aciones personales en palacio porque<br />

los afectos familiares y sociales se han infernalizado de forma<br />

generalizada. Al igual que antes se pensaba que ricos y «Famosas» tenían<br />

vidas de ensueño y los humildes y plebeyos vidas de privación, gracias a<br />

los programas rosas y a lo que vomitan los culebrones, ahora se sabe que<br />

al menos, las vidas de conocidos y altezas son indeseables.<br />

En la actualidad, cualquier t<strong>el</strong>eespectador conoce lo que es padecer<br />

las r<strong>el</strong>aciones familiares infernales que antes sólo soportaba la realeza.<br />

Llenas de mentira y de hipocresía, de desconfianza y de psicopatías,<br />

todos sufrían los conflictos de intereses y las astucias «amorosas» entre<br />

miembros de la propia familia. No te podías fiar ni de tu padre y se<br />

asegura de buena tinta porque a no ser por su maestro, don Carlos habría<br />

muerto envenenado o asesinado por orden d<strong>el</strong> que se dice su papi.<br />

594


No será difícil entender en estos tiempos de mayor apertura<br />

int<strong>el</strong>ectual, que la abnegada esposa Isab<strong>el</strong>, tan joven que no había<br />

alcanzado ni la mayoría de edad, viviera horrorizada en un castillo en<br />

donde la muerte de <strong>El</strong> Gran Satán de entonces se paseaba por cualquier<br />

tálamo o almena igual que F<strong>el</strong>ipe por su casa. <strong>El</strong> matrimonio de Lady Dy<br />

con <strong>el</strong> eterno príncipe Carlos (¿morirá de viejo antes de ser rey?) destapa<br />

que en palacio, no todo lo que r<strong>el</strong>uce es topacio. En nuestro caso más<br />

cercano, o sea, España, esperemos a que la realidad que se cuece en La<br />

Opereta salga por alguna de las grietas de una casa que en vez de<br />

auténtica, ¡es real! Como esta escena dispersa la atención d<strong>el</strong> transcriptor,<br />

volvamos a la que nos ocupa sin todavía saber <strong>el</strong> porqué de su razón.<br />

Entre <strong>el</strong> largo déjà vu d<strong>el</strong> caballero y la próxima intervención d<strong>el</strong><br />

narrador, no se pierdan <strong>el</strong> hilo de la transcripción. Para no tener que<br />

puentear <strong>el</strong> manuscrito, se ha transcrito tal y como se encuentra escrito y<br />

aunque ahora sea pasado, es imposible no intercalar este párrafo d<strong>el</strong> que<br />

las mujeres (y esperemos que también varones), sentirán nítidamente <strong>el</strong><br />

porqué de su estar. En <strong>el</strong> códice original aparece la emoción que puede<br />

sentir una mujer que se convierte en dama cuando es <strong>el</strong> centro de<br />

atención d<strong>el</strong> amor de un caballero reb<strong>el</strong>de. Pensar que a la inversa es<br />

igual, que un varón se convierta en caballero al sentir <strong>el</strong> amor de una<br />

reb<strong>el</strong>de, es algo sobre lo que se puede especular pero no r<strong>el</strong>atar ya que no<br />

se ha tenido experiencia exacta de este particular. Por ser impecable con<br />

las palabras es por lo que se afirma que sólo se puede especular, pero por<br />

supuesto que sería un placer poder gritar, para subrayar a toda la<br />

humanidad, que para ninguno de los Caballeros Comuneros existe la más<br />

mínima duda de que si existió Juan de Padilla, fue por María Pacheco.<br />

Este transcriptor es reb<strong>el</strong>de, comunero y amigo de Juan de Padilla pero<br />

no es él. Es, pues, un honor, conocer al caballero que sí enamoró al amor<br />

de la reb<strong>el</strong>de Maria Pacheco.<br />

Simultáneamente al déjà vu que ha empezado con Isab<strong>el</strong> y llegado<br />

hasta María, <strong>el</strong> andar continúa por <strong>el</strong> Viso de San Lomón que al ser una<br />

explanada sin desniv<strong>el</strong>, <strong>el</strong> paseo se hace a gusto. La pareja animal se<br />

esfuma y vu<strong>el</strong>ve a asomar dependiendo de las vu<strong>el</strong>tas d<strong>el</strong> camino o de los<br />

árboles que no dejan ver ni al bosque ni a la pareja. Los troncos de los<br />

pinos se <strong>el</strong>evan desde una ladera que yendo hacia <strong>el</strong> oeste, quedan a<br />

mano derecha. Si miras a la siniestra, aparece un paisaje infernal tan<br />

cercano y habitual como un desértico erial. Los barbechos de cereal son<br />

lugares tan inhóspitos, que los ingenieros forestales podían plantar unas<br />

595


palmeras junto a una balsa artificial; así, <strong>el</strong> desierto d<strong>el</strong> Sahara sería más<br />

parecido al de la Mancha, que en vez de arena todavía tiene tierra.<br />

La pareja de detrás pasea junta y cada uno va a lo de nadie. <strong>El</strong><br />

escudero sigue observando <strong>el</strong> paisaje y especulando sobre lo que está<br />

apareciendo pero como <strong>el</strong> caballero está tan ausente, dejemos las<br />

aclaraciones para cuando ese sea <strong>el</strong> menester en otra interrupción más<br />

grande y sobre todo, más presente. Entre observaciones y<br />

murmuraciones, Sancho camina imaginando ser una biblioteca con cien<br />

patas y que cuando escriba su nov<strong>el</strong>a en Barataria, causará la admiración<br />

de sus convecinos y coterráneos. Hay que ser tan benevolente con <strong>el</strong><br />

futuro de la gente que sólo por cortesía se cita <strong>el</strong> deseo d<strong>el</strong> futuro y su<br />

escudero.<br />

Mientras que así vaga la pareja que no siempre está conectada, <strong>el</strong><br />

narrador ha aprovechado para rememorar los amores en vida de don<br />

Quijote, la reb<strong>el</strong>día ejemplar de las mujeres y alguna etimología más (*).<br />

Su<strong>el</strong>e ser habitual que cuando de amores es de lo que se anh<strong>el</strong>a <strong>el</strong><br />

recuerdo, la memoria entra en un estado al que confunde con un déjà vu<br />

más fácil que una libre con un gato. Nadie tiene un déjà vu con<br />

posesiones ni riquezas; se tienen con emociones sutiles y efímeras que se<br />

escurren de la memoria más rápido que las manos pierden la posesión<br />

d<strong>el</strong> agua. Lo malo que pasa con todo lo bueno es que es breve y sin saber<br />

si así es dos veces bueno, humildemente se acepta lo efímero de sólo<br />

algunos momentos. Nadie daría la vida por un reino a menos que fuera<br />

una troglodita psicópata pero no estoy muy seguro de saber si <strong>el</strong> andalusí<br />

la daría por vivir en un déjà vu eterno. Sentir que se vive la segunda<br />

oportunidad en todo lo que se está haciendo, sentir que conoces o<br />

presientes los agujeros d<strong>el</strong> camino para que meter la pata no sea ninguna<br />

excusa que te ayude a volver a cagarla, es reconquistar la candidez de la<br />

niñez y volver a sentir la paz real perdida en <strong>el</strong> ansia de alma. ¿Dónde<br />

estaría la vida o la memoria d<strong>el</strong> caballero mientras que <strong>el</strong> narrador<br />

evocaba nombres de mujer, nombres que para todos serán irr<strong>el</strong>evantes<br />

menos para uno solo que son eternos? Quizá en la Babia d<strong>el</strong> expatriado<br />

caballero podamos encontrar la solución.<br />

En una mujer que ¿es María Pacheco? Como somos maestros en <strong>el</strong><br />

arte de la discreción, por si fuera la imposible Dulcinea, no osaremos<br />

hablar de <strong>el</strong>la porque como don Quijote nadie lo puede hacer. Sólo <strong>el</strong><br />

ingenio de Sancho podría hacer algún comentario sobre la gabacha pero<br />

como está pensando en asteriscos y en estanterías llenas de libros, no ha<br />

596


dispersado <strong>el</strong> discurso por ningún recoveco desleal. Además, no ha<br />

podido entrar en <strong>el</strong> déjà vu d<strong>el</strong> caballero porque es tan personal y privado,<br />

que en este caso se va a enterar toda la humanidad.<br />

(**)<br />

Que a uno se le «pire la pinza a su bola», ya sea a Babia o a Egonía, no<br />

impide que <strong>el</strong> paseo continúe y con él <strong>el</strong> déjà vu. Mientras que camina, los<br />

ojos de don Quijote saben por donde van pero su cerebro no se entera<br />

de nada porque al no decirse lo contrario, parece que está en Babia.<br />

Como <strong>el</strong> software de Sancho funciona normal, no se va a dejar<br />

inadvertida la impresión que le causó <strong>el</strong> ver la Torre Garena que al<br />

compararla con la Gem<strong>el</strong>a no encontró contestación. Como la mente d<strong>el</strong><br />

comunero está con María Pacheco, quizá con Isab<strong>el</strong> o vaya usted a saber<br />

con quién, las preguntas de Sancho quedaron suspendidas en <strong>el</strong> aire hasta<br />

que se las llevó <strong>el</strong> viento. Habría que haberle dicho que la Torre Garena<br />

es una maqueta comparada con la Gem<strong>el</strong>a y no digamos con las de<br />

Dubai; que los depósitos redondos que amenazan a la ribera y al Henares<br />

que más parece <strong>el</strong> Aqueronte, son parte de las depuradoras privatizadas<br />

en las que los desperdicios urbanos se convierten en parte de una<br />

entropía mucho más compleja de tratar; que la mancha verde insertada<br />

entre los tejados de los edificios son las copas de los pinos que crecen en<br />

un parque de Ancalá; que las grúas que desafían a la gravedad sobre<br />

cualquier horizonte, son otro indicio de que se ha ac<strong>el</strong>erado la<br />

construcción de la decadencia de Civilización Pax Americana en España<br />

y de que vamos más raudos a la extinción; que <strong>el</strong> recinto amurallado con<br />

hormigón y espinos que al fondo se distingue es Madrid II (Alcalá-<br />

Meco), una cárc<strong>el</strong> familiar para los reb<strong>el</strong>des de los Hueros y d<strong>el</strong><br />

Corredor; que al final d<strong>el</strong> horizonte, la bruma todavía deja ver la<br />

ind<strong>el</strong>eble Guadalajara, la ciudad que «tuvo la suerte» de recibir la energía<br />

de una dama que allí se posó y también dejó su sonido real por una boda<br />

royal; que las señales clavadas en los pinos como las manos de Cristo en<br />

la cruz, indican un coto virtual en <strong>el</strong> que no se puede pasar a cazar.<br />

Como no nos gustan las prohibiciones que existen hasta en <strong>el</strong> chichón de<br />

un calvo conocido como san Juan d<strong>el</strong> Viso, volvamos a lo que realmente<br />

sucedía en ¿Qué es Matrix? que de un déjà vu muy largo se trataba.<br />

(***)<br />

Sancho considera que ha llegado <strong>el</strong> final de un déjà vu que empezó con<br />

amores y terminará con <strong>el</strong> más puro amor.<br />

597


—Imagino que lo que no se explica es porque es irr<strong>el</strong>evante —dijo<br />

Sancho—.<br />

—¿Qué más da d<strong>el</strong> Toboso o de la Mancha si se trata de despertar de<br />

Civilización? —preguntó <strong>el</strong> caballero que no había vu<strong>el</strong>to d<strong>el</strong> todo a<br />

Matrix—. Como imagino que vas a querer seguir con más personajes<br />

porque lo tuyo es dispersar, deja que diciéndot<strong>el</strong>o aclare a la humanidad,<br />

que la fid<strong>el</strong>idad de Isab<strong>el</strong> hacia su esposo «yo, <strong>el</strong> rey» está fuera de toda<br />

duda. Fue mujer abnegada y, mejor que nadie en <strong>el</strong> universo puedo<br />

certificar su castidad ofreciendo a cambio mi palabra de caballero y<br />

reb<strong>el</strong>de. Sin que te pueda asegurar la virtud que hubo en la pareja Teresa<br />

de Ávila y Juan de la Cruz, puedo testificar que nuestro amor se mantuvo<br />

dentro de los límites de la más exquisita pureza y castidad, tanto por la<br />

honra de Isab<strong>el</strong> como por la lealtad que la profesé.<br />

Tantos detalles tiene este transcriptor que dejar como irr<strong>el</strong>evantes,<br />

que es una locura decidir todo lo que no decir y lo que se va a dejar para<br />

<strong>el</strong> próximo mamotreto. La sin par Isab<strong>el</strong> merece que lo que sigue, sea<br />

transcrito aquí. Para que las demás mujeres lo sepan muy bien, Isab<strong>el</strong> de<br />

Valois, después de su matrimonio con F<strong>el</strong>ipe II, fue una fi<strong>el</strong><br />

representante d<strong>el</strong> espacio que ocupaban las mujeres de la élite durante <strong>el</strong><br />

Renacimiento. Mientras que la maternidad era para la mayoría un<br />

compromiso serio, probablemente <strong>el</strong> auténtico ministerio de la mujer<br />

adulta desposada, en las reinas y princesas concebir hijOs (¿e hijas?)<br />

resultaba una obligación inexcusable (no sólo durante <strong>el</strong> Renacimiento<br />

sino también en la actualidad. ¡Qué anacronismo o qué psicosis!). De<br />

acuerdo con este principio, eran instruidas ya desde la infancia en la<br />

dirección de la maternidad, de modo que apenas que alcanzaban <strong>el</strong> uso<br />

de razón ya eran conscientes de su conocido destino procreador, a veces<br />

«no tan maravilloso» como en un principio era de suponer. En <strong>el</strong>las, por<br />

tanto, este «destino terrenal» constituía una indudable obsesión, una<br />

especie de sublime pesadilla que se convertía al unísono, y con demasiada<br />

frecuencia, en una mezcla insoportable de f<strong>el</strong>icidad y agonía. La<br />

maternidad definía en las mujeres de la élite «lo práctico» de sus vidas, la<br />

indiscutible predestinación que <strong>el</strong> futuro les concedía sin la posibilidad de<br />

ejercer una oportuna renuncia (¿«<strong>el</strong> destino»?). Lo habitual era que cada<br />

dinastía contara en su genealogía reproductora con buenas virtudes en<br />

sus ascendientes, y nada era menos provechoso que pertenecer a una<br />

rama familiar en cuyos matrimonios predominara la desaconsejable<br />

propiedad de la infertilidad. Se las trataba como hembras reproductoras<br />

598


pero en vez de estabularlas en establos de cría intensiva, las entretenían<br />

haciendo reformas en los palacios. ¿Qué trato se puede esperar una<br />

mujer cuando este protocolo impera en <strong>el</strong> destino de un lugar? Con los<br />

reb<strong>el</strong>des, eso es diferente.<br />

(****)<br />

—Aclarado <strong>el</strong> amor de su vida —reconoció <strong>el</strong> escudero que sabe de<br />

buena tinta muchas circunstancias más—, siga con otras banalidades de<br />

las que voy a ad<strong>el</strong>antar una: menos mal que se trata siempre de reb<strong>el</strong>des<br />

porque si hubiera que decir reb<strong>el</strong>das y reb<strong>el</strong>dos como diría la presidenta<br />

de La Comunidad, seguro que al caballero Alcor le daría un patatús. No<br />

olvide durante su r<strong>el</strong>ato de los personajes que como ahora sabemos,<br />

dominar sobre todas las cosas junto a su análisis microscópico, son<br />

causas que apartaron a la humanidad de la realidad real; en su descarga se<br />

puede alegar que, colateralmente, se ha desarrollado un pensamiento<br />

int<strong>el</strong>ectual que permite entender que todo da igual cuando nos estamos<br />

extinguiendo. Desconozco la cirugía microscópica que va a hacer con las<br />

demás personas y personajes d<strong>el</strong> reparto pero auguro una disección de lo<br />

más completa y real; así que ¡no nos perdamos de la realidad!<br />

—¿A qué se refiere <strong>el</strong> doctor?<br />

—A que muchas campesinas han aparecido últimamente y no será<br />

por casualidad —respondió Sancho sin inmutarse por lo de doctor y<br />

demostrando su dominio d<strong>el</strong> ego al no tomárs<strong>el</strong>o personal—; unas por la<br />

familia de nacimiento (Juana de Arco), otras por <strong>el</strong> disfraz con <strong>el</strong> que<br />

camuflarse d<strong>el</strong> Carlos V borgoñón (María Pacheco) y la d<strong>el</strong> Toboso que<br />

aparece en <strong>El</strong> Quijote ¿por qué será princesa y labriega a la vez? «Pensaba<br />

bien y fi<strong>el</strong>mente que la señora Dulcinea debía de ser alguna princesa de la<br />

quien vuestra merced estaba enamorado. ¿Qué se le ha de dar a la señora<br />

Aldonza Lorenzo, digo, a la señora Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso (digo, a<br />

Catalina Salazar) de que se le vayan a hincar de rodillas d<strong>el</strong>ante d<strong>el</strong>la los<br />

vencidos que vuestra merced envía y ha de enviar? Porque podría ser que<br />

al tiempo que <strong>el</strong>los llegasen estuviera <strong>el</strong>la rastrillando lino o trillando en<br />

las eras, y <strong>el</strong>los se corriesen de verla, y <strong>el</strong>la se riese y enfadase d<strong>el</strong><br />

presente.»<br />

—«Básteme a mi pensar y creer —dijo don Quijote— que la buena<br />

de Aldonza Lorenzo es hermosa y honesta; y en lo d<strong>el</strong> linaje importa<br />

poco, que no han de ir a hacer la información dél para darle algún hábito,<br />

y yo me hago cuenta que es la más alta princesa d<strong>el</strong> mundo. Porque has<br />

de saber, Sancho, si no lo sabes, que contradiciendo al andalusí, al<br />

599


transcriptor o a quien sea, dos cosas solas incitan a amar más que otras,<br />

que son la mucha hermosura y la buena fama; y estas dos cosas se hallan<br />

consumadamente en Dulcinea, porque en ser hermosa, ninguna la iguala,<br />

y en la buena fama, pocas le llegan. Y para concluir, yo imagino que todo<br />

lo que digo es así, sin que sobre ni falte nada; y píntola en mi imaginación<br />

como la deseo, así en la b<strong>el</strong>leza como en la principalidad, y ni la llega<br />

H<strong>el</strong>ena ni la alcanza Lucrecia, ni otra alguna de las famosas mujeres de<br />

las edades pretéritas, griega, bárbara o latina.»<br />

—Por eso le decía antes «que ¡no nos perdamos de la realidad!» —se<br />

autocitó Sancho—; si princesa es Isab<strong>el</strong> de la Paz, campesinas son las<br />

demás. Imagino que con <strong>el</strong> resto de los personajes será más riguroso por<br />

no estar barnizados con reflejos de amor.<br />

—¿Quién sabe cómo saldrá la historia que no ha hecho más que<br />

empezar? —pronosticó <strong>el</strong> caballero de la Triste figura—.<br />

—Sabiendo quiénes son latinas y griegas ¿a quién se refiere por<br />

bárbaras, a las irreductibles galas de Astérix que resisten todavía y<br />

siempre al invasor Imperio Romano o a las indias de Norteamérica que<br />

resisten todavía y siempre al invasor Imperio Americano? —presintió <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Por ejemplo —dijo lacónicamente <strong>el</strong> caballero—.<br />

Sancho se quedó sorprendido al observar a don Quijote viviendo un<br />

tan intenso déjà vu reflejado en su mirada y en su escasísimo hablar;<br />

parece que se ha t<strong>el</strong>etransportado a un «momento» de p<strong>el</strong>ícula durante<br />

uno de los instantes que dan sentido a por qué vivir y ya hemos salido de<br />

ese trance. Sólo por insistir y a riesgo de aburrir, <strong>el</strong> primer amor de la<br />

vida d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Quijarlos es Isab<strong>el</strong> de la Paz y la mujer con la que se<br />

casó Catalina Salazar. Que una fuera de la realeza y otra de la ruraleza es<br />

lo que provoca <strong>el</strong> juego de palabras, de actores o de personas, que se<br />

camuflan d<strong>el</strong> Santo Oficio para no ser asesinados si se salían d<strong>el</strong> libro.<br />

Pregunten a quien lo sepa por la plenitud que se siente junto al afecto y<br />

<strong>el</strong> desv<strong>el</strong>o de un caballero reb<strong>el</strong>de.<br />

Mientras sucedía <strong>el</strong> déjà vu d<strong>el</strong> caballero, <strong>el</strong> escudero se ha quedado<br />

pensando en las r<strong>el</strong>aciones familiares populares, cargadas de apariencias<br />

por ser más que <strong>el</strong> yo de otro pero exentas de amor y sobre todo, ha<br />

recordado la asesina maldad de la Monarquía. De pronto, han llegado las<br />

galas de Astérix y las pi<strong>el</strong>es rojas para ayudar a los reb<strong>el</strong>des iberos;<br />

quieren echar a cónsules, reyes y sobre todo, a los corruptos<br />

gobermangantes que mienten como psicópatas.<br />

600


Más propio de los déjà vus es que sucedan sobre emociones revividas<br />

que sobre futuros de hace dos mil años, así que apaguemos la llama de<br />

Reb<strong>el</strong>día que han encendido aqu<strong>el</strong>las bárbaras y pi<strong>el</strong>es rojas; mucho<br />

favor harían si vinieran a desinfectar d<strong>el</strong> peor de todos los entuertos que<br />

co-acontecen en las machaconas decadencias de los Imperios: la<br />

democracia. Cortemos con esta interrupción que interfiere la imaginación<br />

con un futuro reb<strong>el</strong>de sin corruptas señorías inspirado en <strong>el</strong> pasado galo<br />

o en los indios americanos; sigamos con nuestra transcripción, que al<br />

estar reviviendo a los reb<strong>el</strong>des, es más fácil sentirse consolado.<br />

—Para intentar que se me pase <strong>el</strong> suspiro que Dulcinea deja en mi<br />

memoria —resurgió <strong>el</strong> caballero de la triste figura—, vamos a empezar<br />

con uno d<strong>el</strong> que ya se ha hablado pero va a dar mucho más que hablar.<br />

—¿<strong>El</strong> caballero Alcor? —quini<strong>el</strong>eó Sancho.<br />

—¡Don Quijote! —dictaminó <strong>el</strong> repuesto caballero.<br />

—Comience por donde su ego no le provoque ni la más mínima<br />

desdicha. No se olvide que aversión y deseo son las dos caras de esa<br />

misma moneda: la desdicha.<br />

—Para entender <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo de los personajes reales —empezó<br />

don Quijote refiriéndose a don Carlos y don Juan de Austria, reales los<br />

dos—, hay algunas generalidades que conviene saber ya. Conocer la<br />

adopción d<strong>el</strong> parentesco de Juan de Austria es fundamental para que las<br />

nuevas filiaciones rehagan <strong>el</strong> organigrama familiar con más facilidad.<br />

»De la r<strong>el</strong>ación entre mi tiastro Juan de Austria y yo, en la que la<br />

semejanza de edad creó mucho más que complicidad y entendimiento, se<br />

forjó un vínculo de amistad y lealtad que duró algún tiempo.<br />

»Si yo fuera Jeromín, Carlos V sería mi padre, F<strong>el</strong>ipe II mi hermano<br />

(hermanastro) igual que Juana de Austria (<strong>el</strong> ama); don Carlos, Isab<strong>el</strong><br />

Clara Eugenia y Catalina Mica<strong>el</strong>a son sobrinas. Desde ahora sabrán los<br />

doctores por qué me dirigía a <strong>el</strong>los así.<br />

»Si yo soy <strong>el</strong> príncipe Carlos, Carlos V sería mi abu<strong>el</strong>o, F<strong>el</strong>ipe II es<br />

mi padre y Juana de Austria mi tía (<strong>el</strong> ama); don Juan sería mi tío (tiastro)<br />

e Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia y Catalina Mica<strong>el</strong>a son hermanas (hermanastras).<br />

Ahora saben los filólogos porqué me dirigía a <strong>el</strong>los así.<br />

—¿Fue <strong>el</strong> caballero Alcor <strong>el</strong> que le metió todo este jeroglífico en la<br />

cabeza? —preguntó un escudero atónito.<br />

—Como ya sabes, yo era un psicópata (como todos) pero Cide<br />

Hamete armonizó mi patología; <strong>el</strong> fruto de su sanación se llama<br />

Cervanpeare. Utilicé diversos nombres por razones de seguridad y de<br />

601


conservación de mi integridad personal, ya que me protegían de una<br />

maldición: dar demasiadas pistas al más sanguinario de los tribunales<br />

santificados que haya existido jamás, podía convertirse en mortal. Ya<br />

había tenido suficientes experiencias como para andar jugueteando con la<br />

muerte.<br />

»Al igual que la situación personal de mi tiastro o hermano mutó<br />

profundamente a los 12 años, la mía fue mutando poco a poco desde<br />

después de cumplir los 15 (en <strong>el</strong> que conoció a Pinterete) hasta pegar <strong>el</strong><br />

salto a los 22 (gracias a su maestro Cide Hamete); siete años duró mi<br />

camino para llegar a la puerta Cuarta Dimensión. <strong>El</strong> Caballero Alcor<br />

tuvo su primer contacto con <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o también a los 22<br />

años y después de un paréntesis (su entrenamiento: conocimiento de la<br />

realidad de Matrix y d<strong>el</strong> descontrolado Programa Smith), su proceso de<br />

mutación ha durado diez años desde su encuentro con Isab<strong>el</strong> hasta hoy<br />

(Ver Cypher, Family man). Este tipo de cambios est<strong>el</strong>ares hay que vivirlos<br />

para saber lo que suponen en la vida de cualquier mortal hasta que<br />

resurge como caballero reb<strong>el</strong>de atemporal. Los sapiens pueden querer<br />

obstinarse en interpretar que todo son casualidades pero <strong>el</strong> voluminoso<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do no es una casualidad porque de existir, existirá por<br />

causalidad.<br />

»<strong>El</strong> lugar que ocupaba Jeromín en <strong>el</strong> mundo era <strong>el</strong> de ser un simple<br />

vasallo y pasa a ser hijo querido y reconocido d<strong>el</strong> <strong>César</strong> d<strong>el</strong> mundo, con<br />

todas las consecuencias que hasta las psiques más programadas pueden<br />

percibir. Un plebeyo pasa a convertirse en uno de los herederos de<br />

Imperio; ¿cómo nuestra princesa? ¡No! justo lo contrario.<br />

»<strong>El</strong> lugar que ocupaba don Carlos en <strong>el</strong> mundo era <strong>el</strong> de ser <strong>el</strong><br />

humilde heredero de la Corona más poderosa d<strong>el</strong> mundo entero.<br />

Reconocido por <strong>el</strong> <strong>César</strong> d<strong>el</strong> mundo y llamado exactamente igual que él,<br />

me despojaron por reb<strong>el</strong>de de la corona imperial para que después la<br />

humanidad me otorgara la de las letras. Un rey pasa a convertirse en uno<br />

de los plebeyos de Imperio; ¿cómo nuestro rey? ¡No! justo lo contrario.<br />

»Si después de este «varapalo» terminé siendo Cervantes y<br />

Shakespeare ¿qué más muestra se requiere de ecuanimidad? No olvides<br />

este detalle cuando quieras compartir <strong>el</strong> porqué <strong>el</strong> caballero Alcor no es<br />

un profe cualquiera sino que es mi maestro.<br />

—Disculpe la interrupción —apuntó Sancho— pero ya me podía<br />

imaginar que si Cervanpere afirma que su maestro es <strong>el</strong> caballero Alcor,<br />

602


no se estará refiriendo ni a un catedrático ni a un doctor sino a algo<br />

superior a un ego.<br />

—<strong>El</strong> caballero Alcor fue catedrático antes que hort<strong>el</strong>ano pero jamás<br />

cocinero antes que fraile —subrayó don Quijote—, pero volvamos a la<br />

Historia para descubrir su razón.<br />

»La razón que ha dado la historia de Matrix de este cambio tan<br />

prodigioso en la vida de mi tío bastardo que convierte en sucesor al<br />

gentil, es <strong>el</strong> simple testimonio d<strong>el</strong> <strong>César</strong> Carlos V, su presunto padre, un<br />

sapiens como otro cualquiera, pero capaz de mantener encerrada a su<br />

madre durante 46 años, o sea, ¡un tipo como para fiarse de él! Jeromín<br />

podría ser un infiltrado de Imperio al que se le quiso reubicar en ese<br />

lugar d<strong>el</strong> organigrama imperial y se hizo como dios mandó. ¿O es que se<br />

le practicó la increíble prueba d<strong>el</strong> ADN para saber la filialidad real? [Ver<br />

Alex Raider: Operación Stormbraker.]<br />

»La razón que ha dado la historia de Matrix de este cambio tan<br />

prodigioso en la vida de don Quijote que convierte al sucesor en gentil,<br />

es <strong>el</strong> simple testimonio d<strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe II, mi presunto padre, un sapiens<br />

como otro cualquiera pero capaz de mantener al Santo Oficio en lo más<br />

alto de la picota durante los 42 años que duró su reinado, o sea, ¡un tipo<br />

como para fiarse de él! Don Carlos es un reb<strong>el</strong>de p<strong>el</strong>igroso para Imperio<br />

y decidió reubicarse en un lugar de la reb<strong>el</strong>de mancha literaria; no se hizo<br />

como dios mandó que fue la muerte sin resurrección. ¿O es que se me<br />

practicó la increíble prueba d<strong>el</strong> ADN para saber la identidad real d<strong>el</strong><br />

entonces, no mortal?<br />

Que aparezca en medio d<strong>el</strong> discurso de don Quijote otro actor al que<br />

se conoce como <strong>el</strong> transcriptor, es sólo para recordar quién habla y<br />

r<strong>el</strong>acionarlo con <strong>el</strong> universo paral<strong>el</strong>o en <strong>el</strong> que esto está sucediendo, la<br />

metarrealidad de Matrix, interconectado con la realidad de Matrix.<br />

Entonces ¿cuál es la realidad real, la de los Austrias Mayores que en<br />

gloria los tenga dios o la de los golfos F<strong>el</strong>ipe y Carlos (su padre), dos<br />

psicópatas borgoñones d<strong>el</strong> montón? Ninguna de las dos, la realidad real<br />

es la encrucijada final: la extinción.<br />

Cuando se está reb<strong>el</strong>ando un arcano, interrumpir su r<strong>el</strong>ato con<br />

floreos literarios de cualquier índole es una mamarrachada propia de<br />

cualquier imposición. Responsabilicen de esta interrupción a algún ego<br />

d<strong>el</strong> transcriptor con <strong>el</strong> que nada tiene que ver este sencillo narrador.<br />

Puede que esta advertencia sea suficiente para que <strong>el</strong> ego se esconda en<br />

su caparazón. Si vu<strong>el</strong>ve a haber una interrupción en <strong>el</strong> discurso,<br />

603


investiguen con nanoprecisión si es cosa d<strong>el</strong> alma o d<strong>el</strong> transcriptor. Si<br />

por mi yo fuera suficiente, este r<strong>el</strong>ato no se interrumpiría jamás, ni con<br />

floridas homilías ni con las mamarrachadas de cualquier indolente egolfo.<br />

—Como <strong>el</strong> resto de coincidencias —siguió don Quijote—, también<br />

podría entenderse como una casualidad que <strong>el</strong> portador real d<strong>el</strong><br />

parentesco que frecuentemente simulo y represento, Juan de Austria,<br />

fuera apadrinado, criado y educado por Luis de Quijada y Magdalena<br />

Ulloa en su vida privada y fuera mi tutor en su vida oficial. Ya ha<br />

quedado perfectamente claro <strong>el</strong> porqué de Quijote al que sólo se añadirá la<br />

casualidad que también fuera <strong>el</strong> «padre» de su Alteza real don Juan.<br />

»Que Cervantes naciera <strong>el</strong> mismo año que Jeromín, es por ser lo<br />

único que se puede asegurar de la fecha d<strong>el</strong> nacimiento de ambos; <strong>el</strong> día y<br />

<strong>el</strong> mes están aproximados o a decir verdad, falsificados.<br />

»Son todas casualidades o se puede entender que necesitara<br />

ocultarme de la inspección microscópica d<strong>el</strong> Santo Tribunal con la<br />

alteración de filiaciones? Cuatro siglos después, cuando por fin sale a la<br />

luz la verdadera historia de mis famosos hechos, dichosa edad y siglo<br />

XXI dichoso, se pueden descifrar y reentender fácilmente las adopciones<br />

parentales sin rocambolescos retruécanos ni casualidades metidas con<br />

calzador.<br />

»De la misma manera que los reyes y nobles de la época sabían que la<br />

única solución para que sus hijos no cayeran en los vicios de la corte era<br />

sacarlos durante su infancia de las mismas, Anakin Skywalker es criado<br />

con unos granjeros al margen de la corrupción imperial. Los reyes tenían<br />

la seguridad de que <strong>el</strong> ambiente viciado de la corte termina por criar<br />

varones blandengues y acomplejados, tan descastados y libertinos como<br />

las mujeres criadas en palacio. Por eso los dejaban en manos de los ayos<br />

que instruían con honor a los hijos reales alejados de la esquizofrenia de<br />

la corona. ¿Cómo nuestras alteza? ¡No!, justo lo contrario.<br />

»Fue este motivo <strong>el</strong> que llevó a mi abu<strong>el</strong>o <strong>el</strong> emperador Carlos V a<br />

dejar que su hijo bastardo fuera apadrinado y educado al margen de la<br />

grosera y libertina corte borgoñona? ¿Es esto lo mismo que sucede con<br />

Cesarión, <strong>el</strong> hijo bastardo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> de Roma que en las aventuras de<br />

Astérix salvaguardan de la corrupción imperial poniéndolo en manos de<br />

los reb<strong>el</strong>des? Si la respuesta a la primera pregunta es evidentemente<br />

afirmativa, la de la segunda no se la pidas al caballero Alcor porque es<br />

Cleopatra quien la sabrá. [Leer <strong>El</strong> hijo de Astérix.]<br />

604


Por lo que no respecta a Cesarión pero sí a Juan de Austria, «desde la<br />

edad de siete años había <strong>el</strong> hijo d<strong>el</strong> Emperador sido confiado a don Luis<br />

de Quijada y su esposa, que le habían establecido en Villagarcía, no lejos<br />

de Valladolid. Nadie, ni siquiera Magdalena Ulloa, había sospechado<br />

jamás cuál fuera <strong>el</strong> origen d<strong>el</strong> muchacho. Cuando más tarde se hubo <strong>el</strong><br />

Emperador retirado a Yuste, don Luis se trasladó a un lugar cercano al<br />

Monasterio. Es probable que durante los últimos años de su vida, <strong>el</strong><br />

Emperador viera a menudo a su hijo y seguramente se sentiría satisfecho<br />

ante aqu<strong>el</strong> castizo pimpollo brotado al pié de su decrépito trono. Dos<br />

años más joven que su sobrino don Carlos, <strong>el</strong> futuro vencedor de la<br />

Batalla de Lepanto aparecía más vigoroso y más sano que aquél. La vieja<br />

sangre habsburguesa se había en sus venas como purificado de las taras<br />

atávicas, al mezclarse con la sangre plebeya de la madre.»<br />

—De la misma manera que un plebeyo bastardo encontró que su<br />

familia real era de rancio abolengo —siguió don Quijote—, un legítimo<br />

príncipe encontró que su familia adoptiva era reb<strong>el</strong>de. Mi maestro se<br />

encargó de toda la infraestructura burocráticosocial que aunque parezca<br />

un complicado encaje de bolillos, él se desenvu<strong>el</strong>ve en <strong>el</strong> filo de la navaja<br />

entre la reb<strong>el</strong>día y la legitimidad con suma maestría; tanta, que es capaz<br />

de ir a la cárc<strong>el</strong> porque quiere y no porque <strong>el</strong> justicia consiga meterle<br />

como sí hacían conmigo. No es sólo por esto por lo que le considero un<br />

maestro pero para hacer esto, hay que ser maestro.<br />

»Este sencillo apaño de parentescos era impensable en la mentalidad<br />

de la época para los sapiens porque jamás se hubieran atrevido a hacer<br />

nada parecido. Era una estrategia reservada y utilizada por los papables,<br />

altas jerarquías inquisitoriales y por los amos d<strong>el</strong> control, una estrategia<br />

reservada para los nada menos que Carlos V y su bastardo Jeromín. Pero<br />

Cide Hamete que no se corta un p<strong>el</strong>o por <strong>el</strong> funcionamiento v<strong>el</strong>oz de su<br />

microprocesador, adopta interesadamente esta estrategia d<strong>el</strong> opresor para<br />

camuflar la identidad de una personalidad real.<br />

—¡Apúrese! —urgió <strong>el</strong> escudero ¿o <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong> transcriptor?— porque<br />

no sólo <strong>el</strong> perro lleva un rato desaparecido sino que hasta <strong>el</strong> civilizombi<br />

de la otra pareja se ha perdido de la vista!<br />

—Tranquilízate Sancho que por lo que hasta <strong>el</strong> momento se sabe, se<br />

han perdido por una vu<strong>el</strong>ta d<strong>el</strong> camino. Cuando <strong>el</strong> tiempo nos disponga<br />

para que estemos en ese lugar, <strong>el</strong> siguiente paso será saber qué hacer.<br />

Puede que aparezcan o que hayan desaparecido por alguna bifurcación<br />

de la pista. Será entonces cuando tengas que decidir por dónde seguir.<br />

605


—¿No es más fácil perseguir desde más cerca que perder su visión?<br />

—Eso sería acosar y además no se trata de ganar más ceguera sino de<br />

no perder <strong>el</strong> rastro.<br />

—Es que yo no tengo olfato.<br />

—Pero tienes intuición.<br />

—Entonces sigamos con la r<strong>el</strong>ación —finalizó <strong>el</strong> escudero.<br />

Quizá por la dulce edad que tenía entonces, don Quijote ha olvidado<br />

lo que le sucedió en <strong>el</strong> famoso auto de fe que se dio en Valladolid <strong>el</strong> 21<br />

de mayo de 1559 pero este narrador no lo va a dejar inadvertido. Para<br />

recordar <strong>el</strong> ambiente en aqu<strong>el</strong>la plaza, se dirá que la causa de las<br />

detenciones se basaba en los decretazos d<strong>el</strong> ex—emperador y d<strong>el</strong> rey.<br />

«Desde Yuste, Carlos V escribía a la princesa Juana, regente de<br />

España, cartas y más cartas para que cuanto antes «los herejes sean<br />

oprimidos y castigados con toda la demostración y rigor, conforme a sus<br />

culpas» y F<strong>el</strong>ipe II, desde Brus<strong>el</strong>as, promulgaba un decreto que<br />

condenaba a perecer en la hoguera a todo <strong>el</strong> que vendiese, comprase o<br />

leyere libros luteranos.<br />

Bajo <strong>el</strong> baldaquino real, instalado ante <strong>el</strong> amplio tablado destinado a<br />

los condenados, en lugar d<strong>el</strong> Emperador se sentaba <strong>el</strong> pálido y grácil<br />

adolescente que había heredado su nombre, o sea, él. Silenciosa y severa<br />

con sus tocas de viuda, a su lado se veía a Juana de Austria (<strong>el</strong> ama).<br />

Los penitentes eran una treintena, de los cuales una mitad, oída la<br />

sentencia que los condenaba a la cárc<strong>el</strong>, fueron de nuevo conducidos a<br />

sus c<strong>el</strong>das. Los restantes fueron todos quemados; sólo uno subió por sus<br />

pies a la hoguera, <strong>el</strong> bachiller Antonio Herrezu<strong>el</strong>o, que hasta <strong>el</strong> fin<br />

mostró una admirable entereza. Sus restantes compañeros, con un<br />

sacerdote a la cabeza llamado Cazalla, que había sido uno de los más<br />

ardientes predicadores de la Reforma, abjuraron la herejía, a trueque,<br />

ciertamente, de obtener la gracia de ser agarrotados antes de que se les<br />

entregara a las llamas. Entre <strong>el</strong>los había cinco mujeres.»<br />

Afortunadamente, en este aspecto tampoco había paridad.<br />

Una pregunta se viene a los labios: ¿Qué impresión sacó don Carlos<br />

de este triste espectáculo? Contradictoriamente, los mismos que<br />

condenaban sus actos como fuera de toda compostura, le llevaban a<br />

presidir estos autos creyendo que influirían sanamente en su adolescente<br />

vida. ¿Se volvía loco él solo o le volvía loco <strong>El</strong> Sistema? ¿Qué sabiduría<br />

se puede sacar en ver, oler, escuchar y por qué no, también en sentir e<br />

606


incluso en degustar, cómo a unos ciudadanos se les obliga a quemarse<br />

vivos por estar en Reb<strong>el</strong>día?<br />

Si este auto de fe ha sido sacado a colación no es por los daños<br />

colat<strong>el</strong>ares que podían causar en un príncipe de 14 años saborear Host<strong>el</strong><br />

en directo, sino por un acontecimiento que sí que marcó su vida y puso<br />

un punto de inflexión en su esquizofrenia para agravarla más aún. [Ver<br />

Host<strong>el</strong> I y II.]<br />

«Antes de comenzar la ceremonia, su “madre” (la de Juan de Austria<br />

en este caso preciso) Magdalena Ulloa dirigióse al encuentro de la<br />

princesa Juana llevando de la mano y escondido debajo d<strong>el</strong> manto un<br />

hermosísimo muchacho a quien la regente abrazó llamándole hermano y<br />

tratándole de Alteza. <strong>El</strong> orgullo de don Carlos fue lastimado por aqu<strong>el</strong>las<br />

manifestaciones de deferencia y afecto prodigadas por su tía a un<br />

muchacho desconocido, <strong>el</strong> cual, turbado y azorado por verse <strong>el</strong>evado de<br />

improviso a los esplendores d<strong>el</strong> trono, no cesaba de buscar con la mirada<br />

llena de terror a Magdalena Ulloa, a quien hasta aqu<strong>el</strong> día había<br />

considerado como su madre.»<br />

—¡Señor caballero! —exclamó Sancho después de esperar un buen<br />

rato en <strong>el</strong> que don Quijote parecía haber vu<strong>el</strong>to a vivir un déjà vu—. Si no<br />

quiere seguir con la r<strong>el</strong>ación ¿por qué no nos damos un respiro?<br />

—Para entender <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo autobiográfico entre las obras y mi<br />

vida —prosiguió don Quijote como si estuviese vivo—, hay algunas<br />

generalidades que conviene saber ya. Conocer la adopción d<strong>el</strong> linaje de<br />

los Cervantes es fundamental para que las filiaciones rehagan <strong>el</strong><br />

organigrama est<strong>el</strong>ar con más facilidad.<br />

»Que Shakespeare naciera un 23 de abril no se deberá a una<br />

casualidad. <strong>El</strong> recuerdo d<strong>el</strong> día en <strong>el</strong> que los reb<strong>el</strong>des fueron decapitados<br />

abunda entre los caballeros. <strong>El</strong> año 1564 no es sólo por hacerme más<br />

joven porque en aqu<strong>el</strong> momento tendría 19 años.<br />

(*****)<br />

»Que Cervantes y Shakespeare murieran <strong>el</strong> mismo segundo d<strong>el</strong> mismo<br />

minuto de la misma hora d<strong>el</strong> mismo día d<strong>el</strong> mes y d<strong>el</strong> mismo año ¿no<br />

parece demasiada casualidad?<br />

»Que los Cervantes se trasladaran de Madrid a Valladolid y de allí a<br />

Madrid simultáneamente a la realeza, debía ser por alguna razón que<br />

nada tiene que ver con su rango de nobleza. Algunos nos criticaban por<br />

no tener certificada la pureza de sangre sin saber que era yo <strong>el</strong><br />

«descendiente directo de dios» y no <strong>el</strong>los. La causa de las mudanzas está<br />

607


en que los reb<strong>el</strong>des no se cortan un p<strong>el</strong>o porque a la hora de conspirar,<br />

son los que están primero donde y cuando tienen que estar.<br />

»Cervantes surge en 1568 y antes de entonces ni aún ahora, se sabe<br />

nada de él; tampoco es que se sepa lo que pasó desde entonces porque<br />

de lo que sí se sabe, lo mejor es dejarlo y empezar de cero once again.<br />

Juntar las dos biografías, Cervantes y Shakespeare en una, requiere una<br />

cirugía espacial que aquí se ha referido ya: ¡Cervanpeare y no hay más<br />

que hablar!<br />

»Don Carlos muere en 1568 y después de entonces, tal y como ahora<br />

sí se sabe, desaparece d<strong>el</strong> mapa unos años entre Italia y la berbería para<br />

después desembarcar en España con La Galatea. Si se sabe d<strong>el</strong> después<br />

no es por lo que esculpe la Historia, porque como es bien sabido, se trata<br />

de dos biografías más; si se sabe d<strong>el</strong> después es por las nov<strong>el</strong>as y<br />

tragedias de Cervanpeare que serán famosas por razón de su contenido<br />

que está al margen d<strong>el</strong> control de dios.<br />

Al igual que este narrador, todos podemos saber que lo que don<br />

Quijote quiere decir es que su biografía está escrita en sus nov<strong>el</strong>as, los<br />

libros de esta partícula de la historia reb<strong>el</strong>de. Tantas alusiones a ser<br />

soldado o escritor es por <strong>el</strong> dilema en <strong>el</strong> que vivía <strong>el</strong> heredero d<strong>el</strong><br />

Imperio y <strong>el</strong> rey de las letras. ¿Cómo es posible que la niñez y juventud<br />

de dos escritores tan famosos sea totalmente desconocida? La respuesta<br />

es sencilla: no existieron hasta que en 1568, año en <strong>el</strong> que <strong>el</strong> caballero se<br />

entera de lo que vale un peine y en <strong>el</strong> que «muere» <strong>el</strong> mismo príncipe<br />

Carlos, aparece por casualidad una mente «resucitada» con una identidad<br />

nueva: la d<strong>el</strong> nov<strong>el</strong>ista d<strong>el</strong> que jamás se ha entendido su reb<strong>el</strong>de e intenso<br />

vivir.<br />

¿Qué plebeyo de la época iba a hablar de nobles o de realeza con<br />

tanta familiaridad como don Carlos de Cervanpeare? Quizá porque <strong>El</strong><br />

<strong>César</strong> V5. 3l Est4do sea escrita en cast<strong>el</strong>lano, dejaremos por buenos los<br />

tintes autobiográficos oficiales de Cervantes para no dejar en <strong>el</strong> paro a<br />

filólogos, cervantistas y shakesperistas.<br />

(******)<br />

En su 400 cumpleaños, Cervanpeare asegura que algunos mamotretos no<br />

gozan d<strong>el</strong> beneplácito d<strong>el</strong> transcriptor por lo sobrecargado de su<br />

contenido con citas e Historia Oficial; algunas de <strong>el</strong>las se han desviado al<br />

próximo mamotreto para que sea más fácil pasar de todas <strong>el</strong>las. En<br />

general, son hu<strong>el</strong>las de reb<strong>el</strong>des que en su mayoría han dado sus vidas<br />

por ¡Reb<strong>el</strong>día! Como eximente a tanta explicación se alegará que para que<br />

608


se unifique <strong>el</strong> recuerdo d<strong>el</strong> ambiente reb<strong>el</strong>de contra Imperio en cualquier<br />

Pax, se considera necesario su recuerdo aunque sea sólo citando la<br />

Versión Oficial. [Leer Próximo Mamotreto.]<br />

Para hacerse una idea de la situación general de Imperio en la<br />

llamada Pax Romana, se puede situar a Viriato a un lado, Numancia al<br />

otro y allá, ¡más arriba!, los reb<strong>el</strong>des galos de Astérix con <strong>el</strong> mazo dando<br />

a dios en vez de al bardo.<br />

Para hacerse una idea de la situación general de Imperio en la<br />

llamada Pax Hispana, se puede situar a María Pacheco a un lado, Juana<br />

de Castilla al otro y allá, ¡más arriba!, la reb<strong>el</strong>de gala Juana de Arco con la<br />

espada en mano dando al dios Inquisición en vez de a Carlos (<strong>el</strong> VII de<br />

Francia). [Ver Juana de Arco.]<br />

Para hacerse una idea de la situación general de Imperio en la<br />

llamada Pax Americana, se puede situar a Gandhi a un lado, Kennedy al<br />

otro y allá, ¡más arriba!, <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de galo José Bovè que con las manos en<br />

<strong>el</strong> bolsillo, da al dios Mc’Burguer en vez de al Illuminati Sarkozy.<br />

No querrán los lectores que en los mecanuscritos que se entreguen al<br />

caballero Alcor, consten con detalle todos los reflejos autobiográficos<br />

entre <strong>el</strong> corpus de mi obra y <strong>el</strong> corpus de mi vida. Habría que escribir<br />

tantos libros más que seguro que los estudios oficiales que ya existen,<br />

son suficientes indicios para concebir que la vida de don Carlos es la que<br />

está reflejada en las nov<strong>el</strong>as de Cervantes y tragedias de Shakespeare.<br />

Pero la humanidad sí que va a entender por qué hizo la siguiente<br />

pregunta (más bien profecía que se está cumpliendo), que por razones de<br />

ubicación, se dirá en <strong>el</strong> próximo paral<strong>el</strong>ismo autobiográfico est<strong>el</strong>ar.<br />

—¿Qué fue de su maestro Cide Hamete? —preguntó Sancho<br />

después de que pasara un rato en la vida de todos y un instante en la de<br />

don Quijote.<br />

Aprovechemos que <strong>el</strong> caballero está recién salido d<strong>el</strong> déjà vu y no<br />

contesta a lo que «fue» d<strong>el</strong> aljamiado con una larga filípica porque<br />

condensadamente se puede decir: lo que «fue» de Cide Hamete «es» <strong>el</strong><br />

caballero Alcor.<br />

—Para entender <strong>el</strong> paral<strong>el</strong>ismo autobiográfico entre <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor y <strong>el</strong> caballero Carlo —prosiguió don Quijote—, hay algunas<br />

generalidades que conviene saber ya. Conocer la vinculación con <strong>el</strong><br />

aljamdalusí es fundamental para que la Caballería Andante de la Orden<br />

de la Paz rehaga <strong>el</strong> espacio atemporal con más facilidad. No existe la<br />

609


casualidad. Todas las r<strong>el</strong>aciones que se narran en ¿Qué es Matrix? son<br />

causalidades est<strong>el</strong>ares en la realidad real.<br />

»Para empezar y porque será un honor reencontrar «a quien ha de<br />

tocar <strong>el</strong> ser coronista desta peregrina historia» y para cumplir con la<br />

palabra escrita, se citará literalmente <strong>el</strong> enunciado de la profética<br />

pregunta tal y como ha quedado inmortalizada en <strong>El</strong> Quijote, ya sea por<br />

Cide Hamete o fuese por Cervanpeare:<br />

» «¿Quién duda sino que en los tiempos venideros, cuando salga a la<br />

luz la verdadera historia de mis famosos hechos, que <strong>el</strong> sabio que los<br />

escribiere no ponga cuando llegue a contar esta mi primera salida tan de<br />

mañana, desta manera?: […] Dichosa edad, y siglo dichoso aqu<strong>el</strong> XXI<br />

adonde saldrán a la luz las famosas hazañas mías, dignas de entallarse en<br />

bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en tablas para memoria en lo<br />

futuro. ¡Oh tú, sabio encantador, quienquiera que seas, a quien ha de<br />

tocar <strong>el</strong> ser coronista desta peregrina historia, ruégote que no te olvides<br />

de mi buen Rocinante, compañero eterno mío en todos mis caminos y<br />

carreras!»<br />

»Por las causas que embarguen al andalusí, ha decidido dejar<br />

descansar a los animales que con domesticarlos, bastante daño les hemos<br />

hecho. No se lo voy a tener en cuenta y él sabrá <strong>el</strong> porqué de su <strong>el</strong>ección.<br />

¿Dónde hubiéramos dejado «aparcadas» a las bestias cuando estuvimos<br />

en <strong>el</strong> cine?<br />

—Por lo poco que he visto señor caballero, en ningún sitio. Entre<br />

los personajes sin alma y los que tienen ego, menudo lío se armaría en<br />

esta dichosa edad llena de coches y de gente y siglo dichoso este XXI<br />

adonde salen a la luz las famosas hazañas mías también.<br />

—Para seguir y porque se pueden resumir hasta lo mínimo, se dirá<br />

que los dos caballeros reb<strong>el</strong>des han sido funcionarios d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong> y los<br />

dos han estado en la cárc<strong>el</strong>. ¡Qué casualidad! Quizá, la única diferencia<br />

está en que <strong>el</strong> caballero Alcor no se va a camuflar detrás de ningún otro<br />

ap<strong>el</strong>lido sino que reb<strong>el</strong>a ser él y ficha su identidad artificial como esclavo<br />

imperial: (leer con voz digitalizada) sujeto-pasivo-de-la-Colonia-de-USA-<br />

España-tatuado-con-<strong>el</strong>-número-394-503-F. Don Carlos se protege d<strong>el</strong><br />

sistema con Cervantes primero y con Shakespeare después y muchos<br />

anónimos de la época me nombran también. Para los dioses, Caballero<br />

Alcor es sólo <strong>el</strong> alias utilizado por un reb<strong>el</strong>de al que mantendrán vivo<br />

mientras experimenten con él y averigüen quién es. Para conocer a<br />

alguien, debes luchar con él. En este caso se ha <strong>el</strong>egido una partida de<br />

610


ajedrez así que lo que van a hacer será juguetear con él por si se muere<br />

antes de quemarlo vivo. [Ver Enemigo público y Conspiración.]<br />

—¿Cómo lo sabía?<br />

—¿<strong>El</strong> qué?<br />

—¿Qué va a ser? —se enrolló Sancho—.<br />

—¿Lo de quemarle vivo? —especuló don Quijote—.<br />

—Lo d<strong>el</strong> sabio coronista.<br />

—Lo que de verdad hará que luego te devanes los sesos será<br />

¿lo habría sabido si nadie me hubiese dicho nada? A partir de ahora,<br />

esta pregunta (la que se hace en <strong>El</strong> Quijote y no en Matrix) deja de tener la<br />

exégesis que tuviera y la gente, sin necesidad de los doctores, entenderá<br />

exactamente lo que quiere decir. ¿Cómo podría saber con tanta seguridad<br />

las cosas que 400 años después iban a suceder en la realidad de Matrix?<br />

—Pues no se crea que lo de quemarle vivo es un postre de buen<br />

gusto —advirtió Sancho— y en lo de las bestias, ¿no será que <strong>el</strong>las no<br />

pueden con <strong>el</strong> salto dimensional?<br />

—Todos los datos que a continuación vas a escuchar —continuó <strong>el</strong><br />

caballero obviando lo de las bestias y recordando a su querido y fi<strong>el</strong><br />

Rocinante—, son la consecuencia de la causalidad; sólo las psiques más<br />

esclavas interpretarán que son casualidades y coincidencias. Para los que<br />

hayan superado este paradigma y sepan que no podemos escapar de la<br />

causalidad porque somos sus esclavos eternos, tendrán al menos que<br />

admitir que la Cuarta Dimensión existe mientras que interpreten que no<br />

están aptos para vivirla. La conexión entre <strong>el</strong> caballero Alcor y <strong>el</strong><br />

caballero Carlo está fuera de toda duda.<br />

—¡Empiece con la puntualización! —solicitó <strong>el</strong> curioso escudero y<br />

así lo hizo don Quijote—.<br />

—Que <strong>el</strong> nacimiento d<strong>el</strong> Caballero Alcor se produzca bajo la<br />

influencia de la const<strong>el</strong>ación de Leo tiene r<strong>el</strong>ación con la capacidad<br />

est<strong>el</strong>ar de mi maestro. Su discípulo <strong>el</strong> Caballero Carlo es Cáncer. ¿Quién<br />

no prefiere estar en la cola d<strong>el</strong> león antes que sentirse cabeza de<br />

cangrejo?<br />

»Que la famosa salida d<strong>el</strong> Quijote se produzca alrededor d<strong>el</strong> 20 de<br />

agosto tiene r<strong>el</strong>ación con la fecha en la que <strong>el</strong> Caballero Alcor vio de<br />

nuevo la luz. Cuatrocientos años antes, no es fácil afinar con la fecha<br />

exacta de después. Imagínate <strong>el</strong> estrés de tener que nacer un día<br />

concreto. (La carta de don Quijote a Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso está fechada a veinte y<br />

611


dos de agosto deste presente año, cinco días después de que comenzara la<br />

segunda salida.)<br />

—Seguro que hay una razón esencial para <strong>el</strong> cambio de fecha; si<br />

encuentro al andalusí le arrancaré <strong>el</strong> por qué.<br />

—Que <strong>el</strong> sujeto pasivo nº 394.503-F tuviera su experiencia<br />

consciente de «la muerte» un día 23 de abril, coincide con <strong>el</strong> día que<br />

decapitaron a los Reb<strong>el</strong>des Comuneros. ¿Será causal o sería casual? Que<br />

fuera con la misma edad que <strong>el</strong> caballero Carlo tuvo su experiencia<br />

mortal puede que sea causal.<br />

»Que <strong>el</strong> caballero Alcor nazca 400 años después de conocerse <strong>el</strong><br />

príncipe don Carlos y él (1562/1962) puede que tenga más de una<br />

r<strong>el</strong>ación. [Ver Cypher.]<br />

»Que la edad de ambos Caballeros Reb<strong>el</strong>des sea la de frisando con los<br />

cincuenta cuando se dan a conocer debe de ser otra causalidad total.<br />

¿Cuántos años tiene don Quijote cuando comienza su salida, cuántos<br />

Shakespeare cuando da a luz a Pericles, príncipe de Tiro, cuántos tiene <strong>el</strong><br />

caballero Alcor? (Recuerden que Shakespeare no nace cuando se dice<br />

sino cuando lo hizo <strong>el</strong> príncipe don Carlos de la Mancha).<br />

»Que <strong>el</strong> nombre de mi maestro se lo pusieran en recuerdo de su<br />

abu<strong>el</strong>o tiene idéntica inspiración al que motivó <strong>el</strong> mío. Llamarse Carlos<br />

por <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o Carlos V (que a su vez fue así llamado por su abu<strong>el</strong>o Carlos<br />

<strong>el</strong> Temerario) es lo mismo a que <strong>el</strong> caballero Alcor se llame <strong>César</strong> por su<br />

abu<strong>el</strong>o. <strong>El</strong> antenombre José es para cristianizar a <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

»Que <strong>el</strong> lado izquierdo de la parte posterior de la cabeza, <strong>el</strong> lugar<br />

donde don Carlos se hizo la herida d<strong>el</strong> tamaño de un dedo cuando me<br />

tiraron por la escalera en Alcalá, coincida con la cicatriz que <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor tiene en la cabeza, debe de ser algo más que casualidad.<br />

»Que <strong>el</strong> inmortal Cervantes, conocido en ¿Qué es Matrix? con <strong>el</strong><br />

nombre de don Quijote y Sancho, pueda ser «sólo un personaje» de<br />

nov<strong>el</strong>a y que la imaginación/concepción de su existencia actual pueda ser<br />

compleja, es lo mismo que sucede con Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i, de ser<br />

«sólo <strong>el</strong> personaje» de una nov<strong>el</strong>a, resulta que es real y hasta se conoce <strong>el</strong><br />

número de su etiqueta: 394.503-F.<br />

»Que los manuscritos de Cide Hamete se encontraran cerca de la<br />

toledana Zocodover es por recordar la honorable capitulación de la<br />

reb<strong>el</strong>de María Pacheco con Imperio.<br />

612


»Que la oreja izquierda de mi maestro esté cortada por la mitad tiene<br />

r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> encuentro que tuvo con <strong>el</strong> vizcaíno de Azpeitia tal y<br />

como queda reflejado en <strong>el</strong> capítulo I-9 de <strong>El</strong> Quijote.<br />

»Que <strong>el</strong> hombro izquierdo d<strong>el</strong> Caballero Alcor esté crónicamente<br />

dañado también tiene su causa en <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> gallardo vizcaíno.<br />

»Que <strong>el</strong> hombro derecho d<strong>el</strong> sujeto pasivo 394.503-F esté lesionado<br />

lo r<strong>el</strong>aciona directamente conmigo. ¿Será mi maestro <strong>el</strong> manco de<br />

Lepanto o seré yo <strong>el</strong> Caballero Alcor? ¿Quién está prestando <strong>el</strong> cuerpo a<br />

quién para poder expresarse? ¿Quién será <strong>El</strong> caballero de la mano en <strong>el</strong> pecho<br />

que pinta <strong>el</strong> Greco? ¿Quién La dama d<strong>el</strong> armiño?<br />

»Que <strong>el</strong> caballero Alcor quisiera entrar en la cárc<strong>el</strong> un 29 de enero<br />

fue para recordar <strong>el</strong> día de la boda en Guadalajara de Isab<strong>el</strong> de la Paz con<br />

<strong>el</strong> príncipe Negro (F<strong>el</strong>ipe II). Sin duda para esta mujer, desposarse se<br />

convirtió en su cautiverio y su calvario. Que coincida con la fecha en la<br />

que los trabajadores de Sint<strong>el</strong> comenzaron su reb<strong>el</strong>ión acampando contra<br />

la imperial T<strong>el</strong>efónica, será una cosa más de las que suceden por<br />

abundar, no por casualidad.<br />

»Que don Quijote y Sancho son en la realidad actual lo que Cide<br />

Hamete fue entonces, es porque <strong>el</strong> caballero Alcor es en realidad quien<br />

entonces fue Cervantes. No son <strong>el</strong> mismo pero la forma de actuar se<br />

repite. Decir <strong>el</strong> Príncipe don Carlos o sujeto pasivo 394.503-F<br />

sustituyendo a los otros alias, es algo que a estas alturas debería ser<br />

irr<strong>el</strong>evante.<br />

Lo que viene a continuación es muy fácil para <strong>el</strong> transcriptor porque<br />

se limita a reescribir lo que ya está registrado en los manuscritos. Se<br />

podría remitir al próximo mamotreto con la señal de (*******) pero por<br />

lo que fuere, éste será su lugar en la mancha d<strong>el</strong> libro.<br />

(Sólo a modo de paréntesis y ya que sale a colación, se aclarará que<br />

<strong>el</strong> que Sancho de Azpeitia personifique a Nacho de Loyola es más que<br />

causal. <strong>El</strong> fundador de la Orden de los Jesuitas no era de Loyola como se<br />

ha dicho en la realidad de Matrix sino de Azpeitia. Este subterfugio era<br />

utilizado por algunos capullos Illuminati para despistar a la realidad real<br />

disimulando algunos hechos de sus vidas; en los libros fidedignos de la<br />

memoria real, las nov<strong>el</strong>as escritas por los reb<strong>el</strong>des, quedan aclarados a la<br />

posteridad.<br />

Que Cervantes no sea de Alcalá de Henares y sí de Valladolid tiene<br />

r<strong>el</strong>ación con estas estrategias con las que los poderosos despistan a la<br />

memoria real de los hechos para extraviar sus fechorías; los reb<strong>el</strong>des se<br />

613


mimetizan en la realidad de Matrix para evitar que imperialistas como <strong>el</strong><br />

de Loyola los maten.<br />

Que sea Alcalá de Henares la ciudad <strong>el</strong>egida en la falsificación de mi<br />

acta de bautismo tiene r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> lugar que se ha <strong>el</strong>egido para que <strong>el</strong><br />

caballero Alcor realizara su aprendizaje, transición y reinserción en la<br />

realidad real. Su vivir está tan íntimamente r<strong>el</strong>acionado con esta ciudad,<br />

que los alcalaínos deberían de sentirse más orgullosos de que uno de sus<br />

visitantes sea <strong>el</strong> Caballero Alcor, que malencónicos por haber perdido al<br />

que consideraban hasta ahora, <strong>el</strong> más inmortal de sus vecinos.<br />

Ya se conoce que en Alcalá de Henares, la reb<strong>el</strong>día d<strong>el</strong> pueblo exigió<br />

a los doctores de la corte la intervención d<strong>el</strong> moro Pinterete para la<br />

sanación d<strong>el</strong> Príncipe don Carlos. Que los disidentes de Alcalá se<br />

impusieran al poder imperial en mayo de 1562, denota que <strong>el</strong> ambiente<br />

de reb<strong>el</strong>día era denominador común en esta ciudad. Como de Valladolid<br />

sólo se ha empezado a contar <strong>el</strong> final de su auto de fe, <strong>el</strong> principio d<strong>el</strong><br />

déjà vu es lo que ahora se va a narrar para que se sepa <strong>el</strong> ambiente que se<br />

respiraba en aqu<strong>el</strong>la otra ciudad a la que las malas lenguas llaman<br />

«Fachadolid» y no será en honor al sr. Aznar porque eso es lo que no<br />

tiene ni <strong>el</strong> bigote d<strong>el</strong> capataz. [Ver Brother.]<br />

«<strong>El</strong> 2 de mayo de 1559 (don Quijote tenía 14 años), los habitantes de<br />

Valladolid asistieron al grande y confortador espectáculo de un Auto de<br />

fe. Pocos meses antes de morir <strong>el</strong> emperador Carlos V, los inquisidores<br />

habían descubierto que las doctrinas de la Reforma habían cundido por<br />

varias ciudades de España por obra de personas que mantenían<br />

frecuentes r<strong>el</strong>aciones en los <strong>Estado</strong>s d<strong>el</strong> imperio donde la herejía había<br />

nacido y penetrado en todas las capas sociales. En España, la nueva<br />

r<strong>el</strong>igión había encontrado adeptos entre <strong>el</strong> clero y las familias más nobles.<br />

A pesar de la suspicacia d<strong>el</strong> Santo Oficio y burlando su vigilancia,<br />

dábanse los luteranos españoles buena maña para difundir sus doctrinas:<br />

los libros heréticos, bien vistos en Germania, eran introducidos en la<br />

península a través de los Pirineos con la complicidad de los hugonotes<br />

franceses.<br />

Cuando <strong>el</strong> gran inquisidor Fernando Valdés, Arzobispo de Sevilla,<br />

por la d<strong>el</strong>ación de algún pobre diablo que, acercándose por un momento<br />

a la mesa prohibida, inmediatamente se había retirado lleno de miedo,<br />

vino en conocimiento de cuanto estaba pasando, <strong>el</strong> mal se había<br />

extendido ya considerablemente. Valdés no se arredró: entendía que para<br />

salvar a España era necesario cauterizarla profundamente. Inflexible y<br />

614


esu<strong>el</strong>to, era, empero, hombre precavido. Por espacio de semanas y<br />

meses se consagró a tender sus redes en todos los sentidos, y fue <strong>el</strong>lo<br />

hecho con prudencia tal, que los culpables no se dieron la más mínima<br />

cuenta. Los d<strong>el</strong>atores fueron invitados a frecuentar los cenáculos de los<br />

herejes para recoger nombres e indicios; los familiares d<strong>el</strong> Santo Oficio<br />

hicieron prodigios de habilidad. Convencido <strong>el</strong> cardenal Valdés de que<br />

debía mostrarse como un gran artista en su género, soñaba con alcanzar<br />

en su empresa la mayor perfección, realizando para <strong>el</strong> triunfo de la<br />

r<strong>el</strong>igión una de las mayores operaciones policíacas que recordara la<br />

historia. Pero un acontecimiento imprevisto le obligó a apresurarse.<br />

<strong>El</strong> obispo de Zamora (que nada tenía que ver con <strong>el</strong> citado como de<br />

Acuña y Osorio <strong>el</strong> despierto) aprovechando la Cuaresma mandó leer en<br />

la iglesia los antiguos edictos que ordenaban a los fi<strong>el</strong>es denunciar los<br />

pecados y supersticiones de que eventualmente tuvieran noticia: así fue<br />

cómo vino a enterarse de que un caballero reb<strong>el</strong>de, Cristóbal de Padilla<br />

de nombre (que no Juan), había proferido frases sospechosas en materia<br />

de R<strong>el</strong>igión (una excusa para condenar un contenido similar al que se<br />

realiza en la reb<strong>el</strong>ación <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do; ¿mediante qué excusa se va<br />

a condenar al caballero Alcor? ¿Será esto otra profecía?). Prontamente<br />

arrestado, tuvo, empero, Padilla, tiempo para avisar a los amigos más<br />

comprometidos, los cuales, poniéndose en fuga, dieron la voz de alarma.<br />

<strong>El</strong> cardenal Valdés, sin más dilación, apresurose entonces a tirar de las<br />

redes. La pesca fue, en verdad, milagrosa; no menos que cuando Cristo<br />

dijo a Simón: “Haceos a la mar y echad vuestras redes”. Solamente en<br />

Valladolid los arrestados fueron ochocientos».<br />

¡Qué diferencia de curas, <strong>el</strong> de Osorio, <strong>el</strong> que fuera obispo de<br />

Zamora después y sobre todos <strong>el</strong> Cardenal Valdés! expresa <strong>el</strong> trancriptor<br />

para cerrar <strong>el</strong> paréntesis).<br />

<strong>El</strong> escudero ha aprovechado <strong>el</strong> paréntesis en <strong>el</strong> diálogo para intentar<br />

recordar <strong>el</strong> nombre de su abu<strong>el</strong>o por si se lo habían puesto en honor a<br />

él; qué blandita tiene la memoria para los nombres y su porqué o ¡cómo<br />

se emociona y se deja llevar por <strong>el</strong> olvido! Cuál fue la sorpresa que sólo<br />

recordaba una cosa de sus antepasados. Se planteó si como a don Carlos,<br />

lo habrían colocado en otra familia reb<strong>el</strong>de a la que todavía desconocía o<br />

si iba por <strong>el</strong> mundo sin equipaje de Pasado. Teresa Panza pertenece al<br />

ahora y, aunque lejos en <strong>el</strong> tiempo, la echa mucho de menos; con la<br />

cantidad de cosas que le quiere contar y seguro que <strong>el</strong>la ¡tan tranquila! De<br />

padres no se sabe nada así que de abu<strong>el</strong>os, ¡para qué pensar! si sólo está<br />

615


al corriente de que los paternos eran magníficos catadores de vino. De<br />

casta le viene <strong>el</strong> galgo. Después de que pasara un rato en <strong>el</strong> que no se<br />

sabe si don Quijote no habló o no fue escuchado ni si <strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o de<br />

Sancho existió, <strong>el</strong> escudero volvió de su historia y esto fue lo que dijo:<br />

—Mi señor, pare un poco que <strong>el</strong> viento que arrecia desde hace un<br />

rato trae <strong>el</strong> ruido d<strong>el</strong> tráfico de la N-II y no me deja escucharle bien.<br />

—¡Qué forma más sutil de decir que me calle! —percibió don<br />

Quijote sorprendido como cuando te castigan con un chasquido sin <strong>el</strong><br />

final d<strong>el</strong> déjà vu—. ¿Se te estará contagiando la repipiez de los dioses?<br />

—Entre <strong>el</strong> compendio de coincidencias est<strong>el</strong>ares, temporales,<br />

familiares, geográficas y taras anatómicas d<strong>el</strong> caballero Alcor, y los<br />

reincidentes calderones de silencio que le dan, bien está que descansemos<br />

y que disfrutemos d<strong>el</strong> paseo; a usted se le arreglará la memoria d<strong>el</strong> disco<br />

duro y yo podré estar. Da la impresión que ha tenido una concatenación<br />

de déjà vus y por su rostro parece que los ha transmitido. ¡Qué experiencia<br />

más intensa! Cuando yo tengo un déjà vu, olvido instantáneamente lo que<br />

sucede durante su transcurso y sólo recuerdo haber estado en la paz<br />

absoluta mientras que me pasa no sé qué. Sin embargo, vuesa merced los<br />

enlaza con una maestría atemporal.<br />

—Hay instantes de la vida en los que la vida pasa muy rápida<br />

—reflexionó don Quijote—. A veces he intentado imaginar qué sentiría<br />

<strong>el</strong> aljamiado Cide Hamete que conserva unos conocimientos que si en <strong>el</strong><br />

2005 son extraordinarios, en 1605 eran más que divinos. A veces intento<br />

imaginar qué siente <strong>el</strong> andalusí Caballero Alcor con unos conocimientos<br />

que si en 1605 son «divinos», en <strong>el</strong> 2005 lo convierten en un civilizombi<br />

rehumanizado, un reb<strong>el</strong>de que ha recuperado la visión y <strong>el</strong> único que lo<br />

expresa públicamente. Existimos otros pero cada uno tiene sus motivos<br />

para permanecer invisible y exiliado, es decir, protegido de los dioses de<br />

Matrix en <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o. Ayudado por mi existencia<br />

multidimensional, intento compartir qué concibe, qué conmueve, cómo<br />

canaliza su energía o cómo entiende la existencia corpórea <strong>el</strong> Caballero<br />

que me liberó y que me regaló <strong>el</strong> presente más inolvidable que se pueda<br />

hacer: los saberes que después darían como fruto no sólo <strong>El</strong> Quijote, Julio<br />

<strong>César</strong>, Macbeth o La Numancia, sino que ahora puedo seguir narrando<br />

nuestra «póstuma» salida gracias de nuevo a la caballerosidad d<strong>el</strong><br />

Caballero Alcor que permite la utilización de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do para<br />

descubrir mi realidad. ¿Tendrán los dioses a alguien que dé la cara por<br />

<strong>el</strong>los?<br />

616


»Mi maestro es <strong>el</strong> humano que con <strong>el</strong> nombre de Cide Hamete<br />

Benengu<strong>el</strong>i, Salvaje o <strong>el</strong> que se pusiera, habría sido capaz de que la<br />

realidad de Matrix no fuera tan sádica como la que ahora se vive y que la<br />

realidad real no fuera tan extincionadora como la que tenemos encima.<br />

Cuando la segunda pareja llegó a la curva d<strong>el</strong> camino, al otro lado d<strong>el</strong><br />

barbecho asomó la otra pareja ambulante más cercana que nunca.<br />

Sancho se calmó como si todo lo que se hubiese dicho fuera sólo un<br />

entremés. Su atención estaba ciega a lo que estaba y en vez de dejar que<br />

las cosas pasen se obstina en hacerlas pasar. Cuando algo se convierte en<br />

corazonada, se olvida <strong>el</strong> tamaño y <strong>el</strong> color d<strong>el</strong> p<strong>el</strong>o de las cebras;<br />

Muzaraque ya es memoria y de lo que trata <strong>el</strong> presente es de… Quizá<br />

Sancho esté obnubilado o vaya usted a saber <strong>el</strong> qué, pero como alma que<br />

lleva al diablo, seguía al perro como si fuera su porqué.<br />

—Me alegro haberle hecho caso esta mañana al levantarme porque la<br />

sincronización en <strong>el</strong> encuentro d<strong>el</strong> perro ha sido est<strong>el</strong>ar —comentó <strong>el</strong><br />

escudero—. A esto se le llama estar en <strong>el</strong> momento y espacio preciso.<br />

—Tanto holgazanear… —recordó <strong>el</strong> caballero—.<br />

—No olvide señor don Quijote que si me hubiera levantado antes o<br />

después, es probable que no nos hubiéramos encontrado con <strong>el</strong> perro<br />

—se defendió Sancho—. Quizá tampoco hubiera ocurrido si no nos<br />

hubiéramos desviado por la empinada senda así que doy por buena la<br />

subida, <strong>el</strong> atajo y <strong>el</strong> esfuerzo. ¡Va a tener razón con lo de la causalidad!<br />

No imagino cómo sería la vida si no los hubiéramos encontrado<br />

—La decisión va por buen camino —concluyó don Quijote.<br />

Cuando una decisión se mete de esta manera en <strong>el</strong> vivir, la<br />

transformación de todo lo que nos rodea puede llegar a rehacerse de tal<br />

manera, que parezca que comienza una vida totalmente nueva. Lo de<br />

antes atrás quedó y <strong>el</strong> ahora es sólo lo que cuenta; cuando sólo existe <strong>el</strong><br />

presente, lo demás no tienta. Por si pareciese lo contrario, este<br />

comentario no es para justificar a la psicopatía que necesita ir cambiando<br />

de compañías para que no se le vea <strong>el</strong> plumero de la inestabilidad, de la<br />

inconsistencia y la incoherencia. Que nadie olvida su pasado es algo que<br />

no hace falta discutir, porque ni <strong>el</strong> que lo quiera negar lo puede evitar;<br />

pero cuando se recupera cierta paz que estuvo perdida en <strong>el</strong> ego, se<br />

puede seguir viviendo sin tener que soportar un equipaje que por no<br />

existir, es <strong>el</strong> que más te hace sufrir. ¿Qué antimateria tan agotadora puede<br />

convertirse en <strong>el</strong> equipaje más pesado? <strong>El</strong> pasado; que en sacra unión<br />

con <strong>el</strong> futuro, crea este inhumano sindiós.<br />

617


Cuando una decisión se mete obstinadamente en la psicópata psique<br />

de un dios, la transformación de la Naturaleza que nos rodea puede<br />

llegar a rehacerse de tal manera, que parezca que comienza una vida<br />

totalmente nueva: ¡Civilización! (Ver en Internet imágenes de Dubai.) Lo<br />

de antes (<strong>El</strong> Paraíso Pasado) atrás quedó y <strong>el</strong> ahora (<strong>El</strong> Progreso Futuro)<br />

es sólo lo que cuenta; cuando no existe <strong>el</strong> presente, todo lo demás es<br />

justo lo que tienta. Por si pudiera parecer lo contrario, este comentario es<br />

para describir a la psicopatía divina que necesita ir cambiando de<br />

asentamientos y de sangre cuando no soportan las consecuencias de su<br />

imposición, un plumero con plumas de inconsistencia, de incoherencia,<br />

de corrupción, de egonía, decadencia, desintegración y en este caso<br />

concreto, de extinción. ¿Qué antimateria tan agotadora puede convertirse<br />

en <strong>el</strong> más pesado plumero? La psicopatía; que en sacra unión con la<br />

psique, crea esta testaruda ceguera.<br />

Antes de bajar por un terraplén que lleva hasta <strong>el</strong> borde de la ladera,<br />

Sancho miró de reojo los movimientos de la pareja; iba tan afanado en su<br />

búsqueda que dejó de tener ojos para todo lo demás y fijó la atención en<br />

<strong>el</strong> perro can<strong>el</strong>a y negro que paseaba con <strong>el</strong> civilizombi. Más r<strong>el</strong>ajado y<br />

comprobando que <strong>el</strong> panorama que observaba no produciría ninguna<br />

perdición, pasó a hacer una consideración que lo tenía escamado desde<br />

hace un rato.<br />

—Desde que sé leer —anotó <strong>el</strong> escudero—, noto que vuesa merced<br />

encamina mis decisiones y que <strong>el</strong> andalusí puede ojear mis pensamientos;<br />

al principio, eso no ocurría así. Me siento desnudo de mente ante <strong>el</strong> que<br />

se supone que la ha liberado de la psique y mucho me temo que sea la<br />

lectura lo que me ha vulnerabilizado. ¿Es una consecuencia normal d<strong>el</strong><br />

leer o es la consecuencia fatal de una equivocación?<br />

—Son los daños colaterales; nos creemos que <strong>el</strong> progreso siempre es<br />

para bien y al final, incluso desde antes que <strong>el</strong> daño haya aparecido,<br />

reconocemos que habíamos intuido que no queríamos tanto progreso.<br />

¿Cómo has aprendido a leer?<br />

—Una de tres —apostó Sancho—: o es un emb<strong>el</strong>eco d<strong>el</strong> jodido<br />

andalusí, una licencia d<strong>el</strong> fumeta transcriptor o la consecuencia d<strong>el</strong> salto<br />

de dimensión. También puede pasarme como a los niños, que aprenden<br />

a leer solos.<br />

—Te dejaré con la compañía de tu <strong>el</strong>ección para resaltar, por si no lo<br />

has notado, que durante este paseo estamos citando textualmente<br />

618


párrafos extraídos de otros libros que habrás leído aunque sea de manera<br />

subconsciente.<br />

—¿Cómo no me voy a haber enterado si en vez de aparecer las<br />

negritas aparecen las comillas? —preguntó <strong>el</strong> escudero haciendo un gesto<br />

con dos dedos de las dos manos—. ¡Menudo morro tiene <strong>el</strong> andalusí!; se<br />

ahorra mucho en <strong>el</strong> discurrir porque «fusila» otros textos; cuando escribe<br />

<strong>el</strong> negro de un negro, se r<strong>el</strong>lenan muchas páginas y se cobra mucho<br />

su<strong>el</strong>do.<br />

—¡Es <strong>el</strong> eco de la Historia!, —invocó <strong>el</strong> caballero—, que se repite.<br />

Se han plagiado fidedignamente algunos párrafos para que los lectores<br />

sepan que existen muchas Versiones Oficiales de muchísimos reb<strong>el</strong>des<br />

como Cervanpeare. Después, que cada uno saque sus propias<br />

conclusiones.<br />

—En la Versión Oficial, vuesa merced aparece como dos grandes<br />

escritores, dos genios universales y bla, bla, bla…, pero no como un<br />

reb<strong>el</strong>de más, al igual que Jesucristo aparece como un gran mesías, un<br />

redentor universal y bla, bla, bla…, pero no como un reb<strong>el</strong>de único. Tal<br />

y como usted hizo, <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Jesús se reb<strong>el</strong>ó contra su padre que no era<br />

F<strong>el</strong>ipe II sino ¡<strong>el</strong> mismísimo Dios! ¿Sería un sucesor de Nembrot?<br />

—Los reb<strong>el</strong>des no nos sucedemos como los reyes, sencillamente<br />

existimos; si para tu comprensión necesitas añadir que somos<br />

atemporales, es todo lo que se puede decir en cuanto a la «sucesión».<br />

—Al igual que Cervanpeare es dos en uno ¿son dos en solo uno<br />

Jesucristo? [Ver La pasión de Cristo.]<br />

—¿Por qué no se lo preguntas a él?<br />

Como tantas otras, la cuestión quedó sin respuesta pero después de<br />

lo que se está sabiendo, se le podría haber respondido que quién sabe si<br />

serían dos o sería solo uno y su alter ego. La infancia y juventud de Jesús<br />

está tan poco clara como la de Cervanpeare y mientras que unos lo<br />

alumbran en una cuadra entre un buey y una mula y nacido de una<br />

prostituta, otros aseguran que es hijo de reyes aunque pudiera haber<br />

nacido fruto de una canita al aire. Algunos podrán saber su cuna, aunque<br />

se duda, pero como no venga él y lo reb<strong>el</strong>e personalmente, nadie sabrá<br />

jamás cuándo «dimensionó». Que coincida con <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Cervantes ¿por<br />

qué será? Si cualquiera de las versiones que existen sobre la vida d<strong>el</strong><br />

reb<strong>el</strong>de «crucifijado» coincidiera con la realidad, no duden que es por<br />

pura casualidad, como con Cervanpeare. Para quitar algunas dudas, se<br />

ha despejado la cuna real de don Quijote para así desterrar<br />

619


definitivamente a la auténtica cuna ficticia pero de la existencia de la<br />

insostenible tumba de Cervanpeare, no la sabe ni dios. [<strong>El</strong> narrador<br />

reconoce que tampoco <strong>el</strong> caballero Alcor.]<br />

Al poco de dar la vu<strong>el</strong>ta d<strong>el</strong> camino, llegaron a un mirador que está<br />

tan lleno de porquería que no se sabe si es <strong>el</strong> vertedero municipal o la<br />

continuación d<strong>el</strong> basurero de Alcalá. Bot<strong>el</strong>las PVCificadas o de cristal,<br />

vasos, platos, cubiertos y bolsas de plástico, servilletas, periódicos o<br />

revistas de pap<strong>el</strong>, compresas y salva slips de c<strong>el</strong>ulosa, condones de látex,<br />

tampones y ropa de algodón, latas de aluminio, clavos de acero, tornillos<br />

de hierro, envases tetrabricks y envoltorios de distintos productos<br />

plásticos, cajetillas de tabaco y cajas para las pizzas o las hamburguesas<br />

de cartón…. Seguro que se quedan muchas cosas más que a este<br />

narrador se le pueden escapar con las que <strong>El</strong> Progreso emb<strong>el</strong>lece <strong>el</strong><br />

paraje. De <strong>El</strong> Mirador de Zulema, considerado por algunos como <strong>el</strong><br />

lugar desde donde se tienen las vistas más b<strong>el</strong>las de Castilla, no se sabe si<br />

es <strong>el</strong> vertedero o basurero pero sin lugar a dudas se le podría llamar <strong>el</strong><br />

Picadero de Alcalá y de otros pueblos por algunos de los residuos que<br />

más abundan. ¿Hace falta especificar más?<br />

Si en vez de fijar la mirada en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o para no meter la pata en<br />

alguna basura o agujero dejas la mirada que se oriente al frente como lo<br />

hace «naturalmente», aparece otro paisaje que es mucho más desolador.<br />

La Mancha se ha convertido en <strong>el</strong> desierto de Castilla como desde hace<br />

unos lustros pasa en la provincia de Almería. Excepto las riberas d<strong>el</strong> río<br />

que otorgan frescor y verdor a la imagen, <strong>el</strong> resto es tan amarillo y ocre<br />

como dos de los colores d<strong>el</strong> infierno. Desde la parte noroeste d<strong>el</strong> camino<br />

perimetral que recorre la cima d<strong>el</strong> Cerro de San Juan d<strong>el</strong> Viso (nombre<br />

actualizado d<strong>el</strong> monte Salomón), aparecen y desaparecen distintas facetas<br />

de Civilización pero no se distingue ninguna que merezca especial<br />

atención. Al polígono industrial de Alcalá o <strong>el</strong> centro lúdico-comercial<br />

Parque Corredor, se les está dando demasiada importancia (como al juez<br />

d<strong>el</strong> chopo) al quedar citados en <strong>el</strong> texto desta famosa salida. Como aquí<br />

se aprovecha mucho de lo que surge de la memoria de quien sea, se<br />

explotará la demasía lúdica e industrial d<strong>el</strong> Corredor d<strong>el</strong> Henares para<br />

reafirmar que todos estos sitios son claros indicios de la fatalidad actual.<br />

Antes de llegar al mirador, hay un cart<strong>el</strong> que cuenta la leyenda de un<br />

lugar que estaba en este mismo sitio pero que no se parece en nada al<br />

presente real. En <strong>el</strong> cart<strong>el</strong> no está escrito esto pero por empezar<br />

rememorando cómo era <strong>el</strong> paisaje en un tiempo más cercano,<br />

620


escribiremos estotro. Se recordará que F<strong>el</strong>ipe II estaba sin un duro y por<br />

mucho que quisiera quitarse <strong>el</strong> muerto de encima, no podía mandar a su<br />

hijo don Carlos a curarse de cuartanas a ninguna costa marina de las que<br />

poseía <strong>el</strong> Imperio Hispano ni en la península. «A falta de otra mejor<br />

solución y ante la evidencia de la imposibilidad de alejar a don Carlos de<br />

Madrid a toda costa, decidióse F<strong>el</strong>ipe II por Alcalá de Henares, pequeña<br />

ciudad situada en una tranquila región sobre <strong>el</strong> Henares, río que discurre<br />

en medio de una feraz (fértil) llanura llena de floridos y vastos jardines».<br />

Hace 400 años, la región d<strong>el</strong> Henares se vestía así; desde este mirador, se<br />

puede comprobar ahora cómo se ha desnudado la florida pi<strong>el</strong> de Madre<br />

Tierra en este lugar de la Mancha. ¿Cómo es posible que hayan<br />

desaparecido? Los ha destruido <strong>El</strong> Progreso. ¿Estará pasando como en<br />

Babilonia, que de tener los Jardines Colgantes más famosos de la<br />

Historia, la evolución d<strong>el</strong> bienestar los ha convertido en Tormentos d<strong>el</strong><br />

Desierto?<br />

Sabiendo cómo estaba <strong>el</strong> entorno 500 años antes de ahora durante la<br />

hegemonía d<strong>el</strong> Imperio Hispano, lo que reza <strong>el</strong> cart<strong>el</strong> es una leyenda que<br />

cuenta la primera vez que un civilizado puso <strong>el</strong> pié en este lugar. Al<br />

parecer, 2.500 años antes de que <strong>el</strong> primer civilizado pusiese un pié en la<br />

luna, en la cima d<strong>el</strong> Cerro d<strong>el</strong> Viso de san Juan se estableció un<br />

asentamiento de carpetanos (c<strong>el</strong>tíberos). Antes, este lugar de la Mancha<br />

cuyo nombre no necesito recordar, debía ser tan paradisíaco como todos<br />

los sitios antes de ser civilizados. Las monedas d<strong>el</strong> denominado Tesorillo<br />

d<strong>el</strong> Cura parecen sugerir que antes de la mencionada caída de Numancia<br />

hacia <strong>el</strong> año 80 a.C., las legiones d<strong>el</strong> Imperio Romano habían ocupado las<br />

ciudad<strong>el</strong>as de san Juan d<strong>el</strong> Viso y <strong>el</strong> castro d<strong>el</strong> Salto d<strong>el</strong> Cura, cercanas a<br />

Alcalá. Según parece, la Pax Romana amparó <strong>el</strong> traslado de la ciudad d<strong>el</strong><br />

cerro al valle creándose un nudo de comunicaciones que unía las cuatro<br />

vías principales, la vía Augusta Emérita con la Cesaraugusta cruzándose<br />

en <strong>el</strong> puente de Zulema con la vía que unía Complutum con Cartago<br />

Nova. Añade <strong>el</strong> cart<strong>el</strong> que los cazadores africanos alados que hibernan en<br />

latitudes más meridionales, vu<strong>el</strong>ven a estos parajes en primavera. A<br />

menos que se esté muy, pero que muy cegato, se puede afirmar que de<br />

los abejarucos «africanos» no queda ni <strong>el</strong> rastro.<br />

Desde <strong>el</strong> mirador se tiene una amplia perspectiva de la meseta<br />

manchega que si se utiliza como muestra y se observa con visión real, no<br />

con ceguera, las conclusiones que se pueden sacar superan a la nostalgia<br />

621


d<strong>el</strong> escudero que pregunta por las encinas que había en <strong>el</strong> mismo lugar<br />

que ahora ocupa un todavía de tierra desierto.<br />

Apruebo la omisión d<strong>el</strong> diálogo que se produce entre Sancho y don<br />

Quijote porque abunda en aspectos medioambientales ya reseñados en<br />

muchísimas ocasiones pero suprimir esta insistencia, debería valer para<br />

que los sapiens se dieran un paseo por cualquier monte, ya sea <strong>el</strong> de<br />

Salomón o <strong>el</strong> de su pueblo, visualizaran lo que ha pasado en cualquiera<br />

las miles de hectáreas de bosque calcinado en España, Australia,<br />

Indonesia, Brasil…, y se preguntaran de nuevo por la primera reb<strong>el</strong>ación<br />

de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do:<br />

622<br />

Queridos humanos:<br />

Nos estamos extinguiendo.<br />

¿Qué hacemos?<br />

Lectura d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io reb<strong>el</strong>de<br />

según don Quijote y Sancho.<br />

Es palabra de dios.<br />

La alabanza que continúa sí que es digna de omisión porque nos<br />

metería en <strong>el</strong> alma de Matrix de cabeza. Para despertarnos con los pies,<br />

nada mejor que un agradable paseo; las tres líneas d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io son<br />

suficientes para r<strong>el</strong>lenar larguísimas homilías andantes al margen de<br />

especular sobre <strong>el</strong> escritor de La palabra. ¡Buen viaje al despertar!


Mamotreto XVII.<br />

EN EL QUE SE HACEN<br />

UNAS CITAS JUGOSAS<br />

QUE POR LA HORA DEL DÍA<br />

PARECERÁN SABROSAS<br />

Muchos pensarán que cualquier ego locuaz ha dejado las citas de otro<br />

para <strong>el</strong> mamotreto siguiente y las d<strong>el</strong> Caballero Carlo se han dejado<br />

donde corresponden. Como con todo lo demás, léanse si se quiere y si<br />

no, déjense en paz saltándose todo este mamotreto.<br />

(*) Al margen d<strong>el</strong> rifirrafe int<strong>el</strong>ectual de la pareja inmortal y por<br />

razones que las mujeres entenderán muy bien, se necesita resaltar la vida<br />

de una de <strong>el</strong>las cuya importancia en la memoria e incluso en la Historia,<br />

tiene mucho de merecer. La Reb<strong>el</strong>día tiene muchísimas damas en su<br />

existir; en todos pero sobre todo en este menester, las mujeres pueden<br />

sentir con absoluta igualdad si no más, <strong>el</strong> mismo potencial de reb<strong>el</strong>día al<br />

de los varones, no porque lo imponga ni lo conceda nadie sino porque es<br />

lo natural. Tantas mujeres han sido imborrables hasta para la Historia de<br />

Matrix, que traerlas al recuerdo no es para reivindicar paridad sino para<br />

informar que la igualdad natural es real. Al margen d<strong>el</strong> protocolo<br />

«Discriminación Positiva», es un honor traer de la memoria hechos de<br />

esta mujer.<br />

La Odisea de la reb<strong>el</strong>de Juana de Arco contribuyó al nacimiento de<br />

un sentimiento patriótico que permitió expulsar a los ingleses de Francia<br />

e imponer la autoridad d<strong>el</strong> rey Carlos VII a los grandes señores feudales.<br />

Esta hija de campesinos, recibió la orden divina de levantar <strong>el</strong> sitio de<br />

Orleáns y consagrar como rey al d<strong>el</strong>fín Carlos en la catedral de Reims. Al<br />

querer socorrer otra ciudad sitiada por <strong>el</strong> duque de Borgoña (antepasado<br />

d<strong>el</strong> Príncipe don Carlos por la paterna rama borgoñona: De tal palo,<br />

decenas de astillas hasta llegar a F<strong>el</strong>ipe y Carlos), fue echa prisionera y<br />

entregada a los ingleses. Considerada heroína nacional, también fue<br />

canonizada por los mismos que la quemaron por la misma causa de<br />

siempre: liberar a los ciudadanos d<strong>el</strong> asedio imperial y la muerte real.


Desahogado d<strong>el</strong> recuerdo que por imborrable ha sido transcrito,<br />

volvamos a nuestra Odisea en la que no se habla ni de H<strong>el</strong>ena ni de<br />

Juana sino d<strong>el</strong> amor de Isab<strong>el</strong>.<br />

(Como es lógico, la lectura continúa después d<strong>el</strong> (*) original).<br />

(**) Como ha salido a colación y aunque se tenga que utilizar <strong>el</strong><br />

calzador para alterar <strong>el</strong> manuscrito Original, es necesario meter en unas<br />

líneas la hu<strong>el</strong>la en la memoria que guarda a una gran mujer.<br />

María Pacheco es la reb<strong>el</strong>de de la que se cuenta que cuando las<br />

ciudades cast<strong>el</strong>lanas luchaban por la conservación de sus fueros, viviendo<br />

exhaustas, entró en la catedral de Toledo, enlutada, cubierto <strong>el</strong> rostro con<br />

un v<strong>el</strong>o, y puesta de rodillas ante <strong>el</strong> altar mayor, llorando tomó la plata<br />

que en la iglesia había, y de <strong>el</strong>la pagó a las tropas.<br />

En <strong>el</strong> asedio a Toledo capitaneado por <strong>el</strong> prior San Juan, María tuvo<br />

que luchar sola contra todo tipo de contratiempos. Tuvo que luchar<br />

contra los soldados d<strong>el</strong> prior, resistiendo día tras día un duro cerco; tuvo<br />

que luchar contra proposiciones de entrega, que hábilmente deslizaron<br />

por la ciudad <strong>el</strong> marqués de Villena, tío suyo, y <strong>el</strong> duque de Maqueda;<br />

tuvo que luchar contra sus propios amigos, viéndose abandonada d<strong>el</strong><br />

obispo Acuña, su colaborador de primera hora; y nada la hizo ceder en<br />

su empeño de defender.<br />

<strong>El</strong> prior fue estrechando <strong>el</strong> cerco de la ciudad y la llegada de víveres<br />

se hizo imposible. Ésta es la cobarde táctica imperial que utilizan desde<br />

antes d<strong>el</strong> asedio a Numancia; por eso son famosos los reb<strong>el</strong>des que no<br />

ceden ante <strong>el</strong> control imperial con la defensa numantina. [Leer La<br />

Numancia.] La cosa se puso tan chunga que un mes después d<strong>el</strong> asesinato<br />

d<strong>el</strong> esposo, Maria firmó un honroso acuerdo por <strong>el</strong> que comuneros y<br />

realistas vivieron en f<strong>el</strong>iz intimidad en Toledo. Por unos dimes y diretes<br />

que más fueron unos tejes y manejes, finalmente tuvo que huir protegida<br />

por su cuñado Gutierre, que aún siendo realista, no supo desoir la voz de<br />

la sangre, yendo disfrazada de labradora con saya y basquiña.<br />

Acompañada por <strong>el</strong> alcalde de Almazán y una esclava negra, fijó<br />

finalmente su residencia en <strong>el</strong> vecino territorio: un paraíso penal (no<br />

fiscal) para reb<strong>el</strong>des de la Paz y también, para terroristas armados de la<br />

más baja estofa que se pueda imaginar. Hablamos d<strong>el</strong> país de Viriato, <strong>el</strong><br />

famoso reb<strong>el</strong>de lusitano d<strong>el</strong> que se podría hablar mucho rato pero no se<br />

sabe lo que se va a hacer, si intercalar más hu<strong>el</strong>las reb<strong>el</strong>des o darlo todo<br />

por sabido.<br />

624


Por darle la mano con María Pacheco, se va a comprimir su r<strong>el</strong>ato en<br />

sólo dos párrafos.<br />

Pastor y a veces bandido, Viriato se reb<strong>el</strong>ó en España contra <strong>el</strong><br />

Imperio Romano siendo dueño momentáneo de la Hispania Ulterior y<br />

después de la Citerior, o sea, que realmente era <strong>el</strong> que tenía <strong>el</strong> control<br />

hasta conseguir destruir la autoridad romana en la península. Herido <strong>el</strong><br />

ego de Roma, ésta envió al cónsul Fabio Máximo Emiliano que después<br />

de tiras y aflojas, batallas ganadas y perdidas y otros dimes y diretes que<br />

añadir a las infamias que desterraron a María Pacheco, se llega al<br />

siguiente punto.<br />

Debilitados los guerrilleros por la apisonadora imperial, Viriato se<br />

retiró a Lusitania; después de derrotar a otro cónsul d<strong>el</strong> Imperio<br />

Romano, llegó a un acuerdo con él por <strong>el</strong> cual se reconocía su caudillaje<br />

sobre <strong>el</strong> pueblo lusitano a cambio de aceptar la amistad de Roma y<br />

abandonar la reb<strong>el</strong>ión. Pero llegó un cónsul nuevecito (¡qué raro!)<br />

decidido a exterminar toda resistencia (¡qué raro!). Viriato intentó un<br />

nuevo tratado pacífico enviando a tres de sus jefes como emisarios, pero<br />

sobornados por <strong>el</strong> cónsul de la corrupta Roma (¡qué raro!), asesinaron a<br />

su caudillo (¡qué extraordinario!). Con <strong>el</strong>lo, la reb<strong>el</strong>ión quedó<br />

exterminada y pese a los esfuerzos de un nuevo caudillo, <strong>el</strong> pueblo<br />

lusitano fue sometido.<br />

Igual que a Viriato y Juana de Arco, condenados por defender a los<br />

ciudadanos de Iberia y Francia y por reb<strong>el</strong>arse contra la imposición<br />

imperial romana o inglesa, María Pacheco fue castigada por defender a<br />

los ciudadanos de Toledo y España y por reb<strong>el</strong>arse contra la imposición<br />

imperial borgoñona. Atestaferradas por Roma, la Inquisición o <strong>el</strong> recién<br />

nombrado Sacro Emperador, todas las imposiciones tenían <strong>el</strong> mismo y<br />

común denominador: ¡Someter o exterminar! En octubre de 1522<br />

promulgó Carlos V una carta de perdón general, y en <strong>el</strong>la fueron<br />

excluidos «Juan de Padilla, vecino de Toledo, justiciado, y doña María<br />

Pacheco, su mujer.» Los vencedores se ensañaron con la ilustre mujer. La<br />

casa suya de Toledo fue demolida hasta los cimientos, arado <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o,<br />

sembrado de sal, y en medio d<strong>el</strong> solar se puso un letrero que contenía<br />

una inscripción en la que se culpabilizaba a la pareja reb<strong>el</strong>de de «todos<br />

los levantamientos, alborotos y traiciones que en esta ciudad é en estos<br />

reinos se ficieron en deservicio de S.M. Mandola derribar <strong>el</strong> oidor de<br />

S.M. é su justicia mayor en esta ciudad, é por su especial mandado<br />

porque fueron contra su rey é reina, é contra su ciudad, é la engañaron so<br />

625


color de bien público por su interese é ambición particular, por los males<br />

que en <strong>el</strong>la sucedieron; é porque después d<strong>el</strong> pasado perdón, fecho por<br />

Sus Majestades a los vecinos de esta ciudad, que fueron en lo susodicho,<br />

se tornaron a juntar en la dicha casa con la dicha María Pacheco,<br />

queriendo tornar a levantar esta ciudad é matar todos los ministros de<br />

justicia é servidores de S.M.»<br />

¡Qué curiosa es la Versión Oficial!; si quieren conocer la Versión<br />

Original, <strong>el</strong> caballero Alcor la debería saber.<br />

Esta mujer reb<strong>el</strong>de que conocía perfectamente <strong>el</strong> latín y <strong>el</strong> griego, era<br />

muy versada en Sagrada Escritura, historia y matemáticas; o sea, no era<br />

analfabeta ni doctora: era Comunera, una mujer a la que no se engaña<br />

con espejos ni futuros. Después de refugiada en Portugal, tuvo que<br />

cambiar repetidas veces de residencia porque hasta allí la perseguía <strong>el</strong> rey<br />

de España exigiendo la extradición urgente al de Portugal. Al fin logró de<br />

éste permiso para fijar su domicilio y así lo hizo en Braga, cuyo<br />

arzobispo de dio un magnífico hospedaje. Por razones de salud, tuvo al<br />

cabo de unos años que trasladarse a Oporto y allí se hospedó en la casa<br />

d<strong>el</strong> obispo don Pedro de Acosta, cap<strong>el</strong>lán mayor de la emperatriz en<br />

Castilla (Isab<strong>el</strong> de Portugal, abu<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> Príncipe don Carlos. ¡Qué<br />

diferente era un país sólo porque la Inquisición no campaba sin <strong>el</strong> debido<br />

respeto a la soberanía d<strong>el</strong> pueblo!) Este pr<strong>el</strong>ado quiso conseguir <strong>el</strong><br />

perdón para María Pacheco y en <strong>el</strong>lo trabajó pero sin fruto. Carlos V<br />

llegó a perdonar a los criados de la dama, pero la viuda de Padilla no<br />

pudo alcanzar la gracia imperial.<br />

María Pacheco obtuvo que a su hijo le diesen los oficios y hacienda<br />

de su padre, levantándose <strong>el</strong> embargo en <strong>el</strong> que ésta se hallaba y que le<br />

diesen términos hábiles para reivindicar la honra de su marido. ¿Dónde<br />

estaría la Ley de Memoria Histórica? Así lo aprobó una Real cédula<br />

firmada por los gobernadores y meses después por <strong>el</strong> mismo monarca.<br />

Agobiada de disgustos y enferma, María Pacheco murió a los diez<br />

años de su marido y ni aún después de muerta, fueron satisfechos sus<br />

deseos. Dejó encargado que una vez que su cuerpo fuese consumido, se<br />

llevaran sus huesos a Villalar para reposar eternamente al lado de los de<br />

su esposo, y pese a las diligencias que practicó y a la actividad que puso <strong>el</strong><br />

bachiller de Losa, su cap<strong>el</strong>lán, ni aún eso pudo ser logrado.<br />

Para completar <strong>el</strong> trío de reb<strong>el</strong>des femeninas que se dio en paral<strong>el</strong>a<br />

latitud y tiempo, se recordará junto a Juana de Arco y María Pacheco a la<br />

legítima reina Juana de Castilla, nieta de Isab<strong>el</strong> de Arévalo. Reb<strong>el</strong>des con<br />

626


causas parecidas, recuérdese, sin reivindicar nada, la cantidad de damas<br />

reb<strong>el</strong>des que existe y además, mujeres, amigas y madres inolvidables. Los<br />

que compartimos nuestro tiempo con sus vidas, recordaremos la hu<strong>el</strong>la<br />

que dejaron en la memoria y en nuestras vidas.<br />

Para conocer con otro detalle los modales imperiales, se va a<br />

transcribir un fragmento de la carta que la villa de Medina d<strong>el</strong> Campo<br />

dirige a Valladolid <strong>el</strong> 22-08-1520. Su breve recuerdo es para que no se<br />

olvide <strong>el</strong> terrorismo de estado ni las acciones de Imperio para someter a<br />

los esclavos con <strong>el</strong> progreso. ¿A qué tiranos se referiría?<br />

“<strong>El</strong> daño que en la triste Medina ha hecho <strong>el</strong> fuego (…), no hay<br />

lengua que lo pueda decir, ni pluma que lo pueda escribir, ni hay corazón<br />

que lo pueda pensar, ni hay seso que lo pueda tasar, ni hay ojos que sin<br />

lágrimas lo puedan mirar porque no menos daño que hicieron estos<br />

tiranos en quemar la desdichada Medina, que hicieron los griegos en<br />

quemar la poderosa Troya”.<br />

Evidentemente, los tiranos son Carlos V y su séquito de carroñeros.<br />

Ocho meses más tarde decapitaron a los Caballeros Comuneros. <strong>El</strong><br />

mismo emperador d<strong>el</strong> Sacro Imperio Hispano, un enano de estatura pero<br />

gigante en psicopatía, es a quien van dirigidas estas trágicas líneas.<br />

(***) Tantas cosas observa un cerebro mientras que <strong>el</strong> otro está<br />

totalmente ido, que no es de extrañar que todo <strong>el</strong> mundo se pregunte qué<br />

es la realidad. Mientras que <strong>el</strong> escudero especulaba sobre muchas<br />

cuestiones d<strong>el</strong> entorno más cercano, <strong>el</strong> cerebro d<strong>el</strong> caballero estaba<br />

totalmente desconectado de Matrix. A esto se le llama un déjà vu, un<br />

fallo en Matrix. Lejos de causar ningún disgusto, todos sabemos lo<br />

pleno que estará <strong>el</strong> caballero cuando regrese de ese mundo y sepa que le<br />

ha pasado algo que no sabe lo que es pero que le hace sentirse puro.<br />

Algunos experimentos han demostrado que si coges a una persona,<br />

le conectas <strong>el</strong> cerebro a ciertos escáneres (Tomografía por Emisión de<br />

Positrones, TAC) o a cierta tecnología informática y le pides que mire un<br />

objeto, se iluminan determinadas áreas d<strong>el</strong> cerebro. Si luego le pides que<br />

cierre los ojos e imagine <strong>el</strong> mismo objeto, se iluminan las mismas áreas<br />

d<strong>el</strong> cerebro como si en ese instante estuviera observando <strong>el</strong> objeto. Esto<br />

ha provocado que los científicos retrocedan y se planteen lo siguiente:<br />

¿Quién ve entonces, <strong>el</strong> cerebro o los ojos? ¿Qué es la realidad, es lo que<br />

vemos con <strong>el</strong> cerebro o la realidad es lo que vemos con los ojos? La<br />

realidad es que <strong>el</strong> cerebro no conoce la diferencia entre lo que ve en <strong>el</strong><br />

627


entorno y lo que recuerda porque se activan las mismas redes neuronales.<br />

Entonces surge la pregunta ¿cuál es la realidad?<br />

Recibimos grandes cantidades de información. Entra en <strong>el</strong> cuerpo y<br />

la procesamos. Se introduce a través de los órganos de los sentidos, se a<br />

filtrando y en cada paso <strong>el</strong>iminamos información. Al final, lo que emerge<br />

en la conciencia es lo que más nos interesa personalmente. <strong>El</strong> cerebro<br />

procesa 400.000 millones de bits de información por segundo pero sólo<br />

somos conscientes de 2.000; la conciencia de esos 2.000 bits de<br />

información es sólo sobre <strong>el</strong> entorno, <strong>el</strong> cuerpo y <strong>el</strong> tiempo. Así son las<br />

cosas: mantienes unos bits y otros los pierdes.<br />

Vivimos en un mundo en <strong>el</strong> que sólo vemos la punta de un iceberg,<br />

la clásica punta de un iceberg gigantesco de mecánica quántica. Si <strong>el</strong><br />

cerebro procesa cuatrocientos mil millones de bits de información y sólo<br />

tenemos consciencia de dos mil, eso significa que la realidad se crea en <strong>el</strong><br />

cerebro todo <strong>el</strong> rato, recibe esta información y sin embargo no la<br />

tenemos integrada. ¿Es posible que los ojos vean más de lo que <strong>el</strong><br />

cerebro es capaz de proyectar conscientemente?<br />

Debido a los bits de información transcrita por centímetro cuadrado,<br />

la lectura de este libro puede necesitar descansos para procesar la<br />

información reb<strong>el</strong>de presentada y después hacer una <strong>el</strong>ección: asimilarla<br />

o <strong>el</strong>iminarla. ¿Quién tomará la decisión, la conciencia o <strong>el</strong> ego? Todos los<br />

descansos serán dados como muestras de reb<strong>el</strong>día porque mientras que<br />

se está procesando este tipo de información, la señal de Matrix se<br />

debilita. Muchos encontrarán en <strong>el</strong> disfrutar de estos descansos, que la<br />

reb<strong>el</strong>ión final comienza con ¡despertaaaaaaaddd! ¡Salid de Matrix, no<br />

d<strong>el</strong> déjà vu!<br />

(****) Quiso la gracia d<strong>el</strong> destino que de las fechas que se barajan<br />

para <strong>el</strong> nacimiento de Isab<strong>el</strong> d<strong>el</strong> Toboso, sea <strong>el</strong> 23 de abril de 1.546 la<br />

que fue («0» años). En Junio de 1559 (13 años) se c<strong>el</strong>ebran en París los<br />

esponsales de Isab<strong>el</strong> y F<strong>el</strong>ipe, ejecutados por poderes según <strong>el</strong> protocolo<br />

usado, en los que se aceptaban con rotundidad las capitulaciones<br />

matrimoniales. <strong>El</strong> temible duque de Alba actuó sólo y de parte d<strong>el</strong> rey de<br />

España así que la impresión de la treceañera fue como para acongojar. Si<br />

<strong>el</strong> padrino era un vampiro ¿quién sería <strong>el</strong> titular? En enero de 1.560 se<br />

c<strong>el</strong>ebra la boda en Guadalajara (14 años) y la esposa tenía epistaxis<br />

(hemorragias nasales) frecuentes r<strong>el</strong>acionadas con la llegada de la<br />

menarquía. Todavía «no era mujer» cuando <strong>el</strong> pederasta la desposó.<br />

628


Por una epístola fechada en agosto de 1561 (15 años) a Catalina de<br />

Médicis, una madame comunicaba que «por fin y en exc<strong>el</strong>sa hora, la reina<br />

de España ya sabía lo que era tener la primera hemorragia menstrual»; así<br />

que la menarquía ya no «era un problema» físico. En diciembre de 1565<br />

(19 años) se confirma que la reina está embarazada reconfirmado por <strong>el</strong><br />

nacimiento de Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia en agosto de 1566. Por algo llamará<br />

<strong>el</strong> príncipe a su padre F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong> Pederasta, por la cantidad de veces que lo<br />

hizo antes de que la princesa fuese «mayor de edad». Lejos de «que no<br />

hubiese señora alguna en la Cristiandad que pudiera envanecerse de estar<br />

mejor servida que <strong>el</strong>la (Isab<strong>el</strong> de Valois)», como escribía F<strong>el</strong>ipe II a la<br />

madre Catalina de Médicis, la vida de Isab<strong>el</strong> en palacio parecía todo lo<br />

contrario y la depresión apareció más rápido y más profundo de lo que<br />

nadie pudo esperar. Murió a los 22 años para alcanzar la f<strong>el</strong>icidad. Por<br />

<strong>el</strong>lo y algunas princesas más, ya sean de Gales o de Hispania, ha quedado<br />

dicho que la vida de conocidos y altezas es indeseable porque por lo<br />

demás, aquí no se hace ningún juicio de valor.<br />

(*****) Lo d<strong>el</strong> año de 1564 tiene alguna razón más de ser que <strong>el</strong><br />

quitarme casi dos decenas de años debido a mi buen parecido, en contra<br />

de lo que dicen las crónicas de la época, o a mi vanidoso ego engreído, a<br />

favor de lo que dicen las crónicas de mi juventud. Voy a despejar un<br />

poco <strong>el</strong> embrollo de aqu<strong>el</strong> año para que sepan por qué Shakespeare nació<br />

en 1564 y no en otro.<br />

Un lustro ha pasado desde la boda d<strong>el</strong> pederasta con Isab<strong>el</strong> y ya no<br />

era un adolescente; figúrense que hasta había alcanzado la mayoría de<br />

edad… Dos años han pasado desde que conocí a Cide Hamete y sus<br />

efectos se estaban viendo. Si unimos que te sientes un hombrecito a que<br />

eres <strong>el</strong> legítimo heredero de la corona más prestigiosa d<strong>el</strong> planeta, <strong>el</strong><br />

cóct<strong>el</strong> mental era mayor al que cualquiera se pueda imaginar. ¿Existe<br />

algún mortal más que sienta inexorablemente ser <strong>el</strong> heredero d<strong>el</strong> mayor<br />

Imperio de la Historia para contestar cómo me podría sentir yo? ¿Se<br />

imaginan un ingrediente más que al cóct<strong>el</strong> han de sumar? <strong>El</strong> caballero<br />

Alcor me estaba mostrando la realidad real como ahora se está enterando<br />

<strong>el</strong> resto, y entre los d<strong>el</strong>eites y disfrutes con los que pasa la vida, conspirar<br />

constantemente contra <strong>el</strong> Imperio es su actividad principal. Añadan esta<br />

esencial cuestión a las cosas que me pasaban aqu<strong>el</strong> año que pareciendo<br />

pasado, es como si fuera ayer. Pero como lo que toca siempre es hoy,<br />

629


por esto se está leyendo esta nota y todo esto, porque llegamos a la<br />

Reb<strong>el</strong>ión final.<br />

La muerte de don García de Toledo en enero de 1564 (ayo de don<br />

Carlos) que había tenido que soportar las amenazas e insultos d<strong>el</strong><br />

Príncipe, fue sustituida por Ruy Gómez de Silva, hermano de leche y <strong>el</strong><br />

mayor favorito d<strong>el</strong> rey de España al que <strong>el</strong> ayo suplicaba continuamente<br />

que si quería verle f<strong>el</strong>iz, le librara de la carga d<strong>el</strong> Príncipe y se la confiara<br />

a otro. (Como se puede comprobar, echar <strong>el</strong> muerto a otro es una rancia<br />

costumbre). <strong>El</strong> considerado como uno de los hombres (varones) más<br />

poderoso de la Corte de España, tanto que algunos, en chanza, le<br />

llamaban sin reparos <strong>el</strong> rey Gómez, un Grande de España que en las<br />

reuniones d<strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> mostraba discrepancias con <strong>el</strong> nada<br />

menos que duque de Alba ante <strong>el</strong> que no cedía ni un solo palmo, vivía<br />

amenazado, golpeado, injuriado y acongojado por las intimidaciones<br />

constantes d<strong>el</strong> Príncipe don Carlos que le decía que cuando fuese mayor,<br />

le daría que sentir. La sustitución d<strong>el</strong> ayo cambió <strong>el</strong> trato que recibía de<br />

mi padre que pasó de estar severo a ser genuinamente despiadado.<br />

De aqu<strong>el</strong>la época se cuenta d<strong>el</strong> troceado de unas botas en pequeños<br />

pedazos y guisados éstos «en fricasé, como callos», ordenárs<strong>el</strong>os comer al<br />

esbirro zapatero chapuzas que causalmente las cosió demasiado estrechas<br />

para comprobar <strong>el</strong> estado de mi demencia. Pensaban que era idiota y que<br />

me pondría unas botas más pequeñas que mi pie.<br />

De aqu<strong>el</strong> mismo tiempo, también se dice de mis desvaríos con las<br />

mujeres haciéndolas miles de improperios y considerándolas hipócritas y<br />

traidoras en materias de amor. También se dice que un misterioso<br />

preceptor francés, Bossulus, se encargó de recanalizar mi esquizofrenia y<br />

<strong>el</strong> entendimiento que me insufló, desembocó en <strong>el</strong> exquisito y sublime<br />

sentido que tiene la mujer en mi vida recogido en cientos de pasajes que<br />

he dejado escritos o transcritos. ¿Quién sería Bossulus, calificado «entre<br />

los más disertos y fecundos de su tiempo pero de pésimas costumbres?<br />

No se encuentra, conviene hacerlo constar, <strong>el</strong> menor rastro de ese<br />

Bossulus en ningún documento referente al Príncipe; sería raro, por otra<br />

parte, que F<strong>el</strong>ipe hubiera puesto al lado de su hijo un hombre que<br />

Brantôme califica como de mala vida. ¿Se trata acaso de algún error d<strong>el</strong><br />

escritor francés?» Respóndalo <strong>el</strong> caballero Alcor. También hace falta<br />

constar que no dejar rastro es una especialidad típica de los reb<strong>el</strong>des y <strong>el</strong><br />

que dejan, convierte al aljamiado en francés. A un Truman Capote de la<br />

época seguro que se le pueden pasar detalles pero también es seguro que<br />

630


los que cuenta, será porque son reales, por mucho que la Historia lo<br />

quiera ocultar.<br />

En 1564, pasó por Madrid <strong>el</strong> caballero francés Brantôme, fértil en<br />

anécdotas a menudo escabrosas, pero que sabía contar con gracia (como<br />

lo demostró luego en sus escritos Las vidas de los grandes capitanes y Las<br />

vidas de las damas ilustres, para que nos hagamos la cuenta, una especie de<br />

Truman Capote. Es probable que trajera alguna misión de Catalina de<br />

Médicis y sin saber si en la entrevista con la realeza se pudiera tramar la<br />

Noche de san Bartolomé, se sabe que se concertó la entrevista entre las<br />

dos reinas y madre e hija a la vez, como sucedió en Bayona en mayo de<br />

1565.<br />

Si ponemos más detalles a lo que sucedía por mi vida aqu<strong>el</strong> año, no<br />

se debe olvidar un acontecimiento principal. Si trabajo me costó<br />

quitarme a la Estuardo de en medio (en materia de casamiento), más<br />

astucia e intervención costó quitarme de encima a Juana de Austria, que<br />

mal de su grado, renunció finalmente a la boda con su sobrino. Se creía<br />

la muy psicópata que me iba a poder manipular y casándose conmigo, iba<br />

a obtener <strong>el</strong> control mundial para satisfacer su vanidad, egolatría,<br />

protervidad y causticidad. En Pandemonium es donde ahora debe de<br />

estar de reina eterna.<br />

Aunque sólo sea por compensar y debido a la lealtad con la que trato<br />

mi biografía, se va a echar una flor ante tantas invectivas. Porque son los<br />

mismos que «pintan un cuadro sombrío y sin atenuantes de mi total<br />

desvarío, <strong>el</strong> testimonio que se va a escuchar es terminante y de absoluto<br />

crédito como propios de quienes ningún interés tenían en falsear la<br />

verdad. Sabemos de las mismas fuentes que don Carlos era compasivo<br />

con los pobres y así lo ponía de manifiesto con no mediocres limosnas,<br />

que era esplendidísimo en beneficiar a los demás y amigo de la verdad.»<br />

«Cierto es que una frase contenida en la r<strong>el</strong>ación de Paolo Tiépolo<br />

de 1563 "procura recibir regalos pero no los hace" podría inspirar dudas<br />

acerca de la decantada liberalidad d<strong>el</strong> Príncipe; pero, por fortuna, las<br />

cuentas de su casa, donde aparecen puntualmente registradas sumas<br />

considerables gastadas en dádivas y actos de beneficencia, atestiguaban<br />

todo lo contrario.» ¿Algo más que saber de este 1564 crucial?<br />

Agosto de 1566 es otro año distinto pero mi crisis y depresión en<br />

algunos aspectos eran igual. En aqu<strong>el</strong>la fecha, dio la reina Isab<strong>el</strong> a luz una<br />

niña, a la que pusieron por nombres los de Isab<strong>el</strong>, Clara, Eugenia. <strong>El</strong> día<br />

d<strong>el</strong> bautizo, don Carlos, que era <strong>el</strong> padrino de la infantita, estaba tan<br />

631


postrado que en su lugar tuvo don Juan de Austria que llevar a la niña a<br />

la pila bautismal. ¿Recordáis Hamlet?<br />

(******) Para quien sí lo quiera leer, se resumirán unas<br />

consideraciones, que Astrana Marín se hace y constan en la Historia<br />

Oficial, d<strong>el</strong> profundo conocimiento que tenía Shakespeare d<strong>el</strong> cast<strong>el</strong>lano;<br />

<strong>el</strong> que domine nuestra lengua o que sea su embajador en <strong>el</strong> planeta,<br />

seguro que ahora todos saben que no se debe a una casualidad.<br />

«Sin duda conocía <strong>el</strong> cast<strong>el</strong>lano, pues sabía leer a sus autores en <strong>el</strong><br />

original e hinchó su labor de frases y alusiones a cosas de España.<br />

Anotaré ciertos detalles de las obras d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de caballero Carlo cuando<br />

se expresaba en inglés:<br />

<strong>El</strong> baile (zapateado), <strong>el</strong> morisco y la gallarda aparecen con frecuencia<br />

citados y <strong>el</strong>ogiados.<br />

¿Quién ha cantado nuestro vino de Jerez como lo cantó Shakespeare<br />

por labios de Falstaff? También ensalza <strong>el</strong> vino de Canarias.<br />

Las espadas españolas, los aceros toledanos templados en las ondas<br />

frías d<strong>el</strong> Jalón, como también los bilboes o espadas de Bilbao, muy<br />

estimadas en Inglaterra por <strong>el</strong> temple y <strong>el</strong>asticidad de su forja, asoman<br />

entre sus líneas con suma familiaridad. ¿Qué español sabía esto que tan<br />

bien dominaba <strong>el</strong> inglés?<br />

La faltriquera o bolsa española, los higos de España y <strong>el</strong> hacer la higa<br />

como gesto de menosprecio (tan frecuente en nuestro teatro), son otras<br />

sutilezas que se escurren en sus páginas.<br />

Y no se detiene aquí su influjo. Coge de nuestro vocabulario<br />

exclamaciones, palabras y frases que juzga imprescindibles. Ningún autor<br />

extranjero ha empleado en sus obras tantas frases y alusiones a cosas de<br />

España como Shakespeare.<br />

Muchos de sus personajes ostentan nombres cast<strong>el</strong>lanos. Trazó, al<br />

d<strong>el</strong>inear la figura de Catalina de Aragón en su Enrique VIII, <strong>el</strong> retrato<br />

ideal (<strong>el</strong> más exc<strong>el</strong>so de la dramaturgia) de la esposa abnegada que habría<br />

que aplicar a Isab<strong>el</strong> de Valois.<br />

Vino Shakespeare quizá con la embajada de lord Nottingham a<br />

Valladolid en 1605, y remató su gloriosa carrera con <strong>el</strong> mayor ejemplo de<br />

admiración que recuerdan las literaturas: poniendo los ojos en Cervantes,<br />

leyendo <strong>El</strong> Quijote, cuya primera parte se acababa de publicar, y<br />

escenificando los pasajes d<strong>el</strong> enamorado Cardenio, compuso su comedia<br />

632


d<strong>el</strong> mismo nombre que ha desaparecido como muchas otras de sus<br />

obras.»<br />

¡Qué ingenuidad la d<strong>el</strong> traidor/investigador (traductor)! Descubre<br />

que nos conocemos cuando tenía 60 años. ¿Pensaría que soy tan<br />

retrasado mental como <strong>el</strong> sr. Bush?<br />

(+) Las instrucciones para leer esta nota son las mismas que ya se<br />

saben. Aparecerá en <strong>el</strong> mamotreto siguiente cuando sea su tiempo en <strong>el</strong><br />

discurso y si se quiere o es necesario, se volverá aquí para después de la<br />

aclaración, <strong>el</strong>egir si se continúa en donde siga la trancripción.<br />

Este Cisneros al que se refiere la cita es Alonso de Cisneros, notable<br />

comediante y poeta formado en la escu<strong>el</strong>a de Lope de Rueda d<strong>el</strong> que tan<br />

pronto adquirió fama de gracioso que hasta <strong>el</strong> vendido y cobarde Lope<br />

de Vega hace grandes <strong>el</strong>ogios. Protegióle grandemente <strong>el</strong> príncipe don<br />

Carlos y le fue concedido <strong>el</strong> permiso para construir <strong>el</strong> Corral de la<br />

Pacheca (en honor a María Pacheco). Algunos dudan que fuera suya la<br />

comedia Callar hasta la ocasión pero de lo que no queda duda es de que<br />

esta es la ocasión para dejar de callar. Es un reb<strong>el</strong>de tan esencial que es<br />

normal que nadie sepa ni hable de él.<br />

<strong>El</strong> Gran Inquisidor jamás se habría atrevido a ordenar <strong>el</strong> «destierro»<br />

al cardenal Cisneros porque aunque coincidieran en espacio y tiempo (<strong>el</strong><br />

todavía no Inquisidor General tenía 15 años cuando murió <strong>el</strong> cardenal<br />

Cisneros), la no coincidencia en los niv<strong>el</strong>es de testosterona en la sangre<br />

eran muy manifiestos. Cualquiera que conozca al Cisneros cardenal ya<br />

sabe su respuesta cuando se negaba a acatar alguna orden, ya viniera de<br />

otro imberbe cardenal (<strong>el</strong> de Utrech) o de cualquier otra autoridad:<br />

«Estos son mis argumentos en contra» decía mientras que abría las<br />

ventanas de la Universidad Cisneriana (ahora la secuestrada<br />

Complutense) por las que asomaban las hileras de cañones.<br />

633


Mamotreto XVIII.<br />

EN DONDE SE CONOCE LA RAZÓN DE LA DECISIÓN<br />

DE SANCHO Y A OTROS PERSONAJES:<br />

EL BARBERO, EL YELMO DE MAMBRINO,<br />

EL AMA, LA SOBRINA Y EL CURA<br />

Mientras que estaban en <strong>el</strong> mirador norte, don Quijote en déjà vu y<br />

Sancho preguntándose por La Garena, <strong>el</strong> escudero espió los<br />

movimientos de la causa de su decisión y constató que en la siguiente<br />

bifurcación, la otra pareja mortal tomó la dirección que utilizan los<br />

dioses en su expansión y los magos en su adoración; perro y civilizombi<br />

continuaron hacia <strong>el</strong> oeste en vez de ir a oriente. Después de contemplar<br />

tan desolador paisaje, la equilibrada pareja continúa su andanza por la<br />

reseca floresta. La tranquilidad d<strong>el</strong> caballero o la adaptación d<strong>el</strong> escudero<br />

a una sosegada persecución, r<strong>el</strong>ajaron la ansiedad de Sancho y<br />

sorprendentemente, dejó de hablar para disfrutar d<strong>el</strong> pasear.<br />

Sería atrevido afirmar si <strong>el</strong> escudero está componiendo la homilía de<br />

tan escueto evang<strong>el</strong>io porque no se ha podido enterar de lo que al<br />

margen de la salida se está escribiendo; además, podría haberse quedado<br />

enfrascado con <strong>el</strong> acertijo que él mismo ha planteado y que nadie<br />

satisfizo: «Al igual que Cervantes Shakepeare es dos en uno ¿son dos en<br />

solo uno Jesús Cristo?» ¿Era hijo de reyes o hijo de carpintero? Que<br />

nadie se base en la imposible Trinidad para justificar ningún paral<strong>el</strong>ismo<br />

porque no es igual decir que padre, hijo y paloma son <strong>el</strong> mismo por<br />

cojones, o sea, por fe, que afirmar que Cervantes y Shakespeare son dos<br />

pseudónimos utilizados por <strong>el</strong> caballero Carlo, un reb<strong>el</strong>de que de<br />

civilizombi se llamó <strong>el</strong> Príncipe don Carlos.<br />

Como Sancho se queja y con razón de que <strong>el</strong> andalusí se entromete<br />

en sus pensamientos y emociones (que dejan al desnudo la calidad y<br />

cantidad de cualquier psicopatía normal), se transcribirá <strong>el</strong> único<br />

comentario que hizo. Fue un chascarrillo que <strong>el</strong> vulgo podría adivinar,<br />

tan fácil como <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> cura que pronto aparecerá, pero para <strong>el</strong>lo<br />

haría falta que estuvieran en ese lugar. Cuando pasaron junto a una<br />

grandísima puerta de más de cinco metros de largo por dos de alto, que


está sola y en medio d<strong>el</strong> chichón d<strong>el</strong> calvo, dijo Sancho: «¡A esto se le<br />

llama poner puertas al campo!» Cualquiera que la vea entenderá su por<br />

qué. Sin necesidad de traspasarla, continuaron con su caminar<br />

acompañados d<strong>el</strong> rumor d<strong>el</strong> tráfico, que no d<strong>el</strong> mar, salpicado de sirenas<br />

de policías y de bomberas.<br />

Para ser imparcial en la descripción de los árboles que se han<br />

convertido en nuestro caballo de batalla, o por su inexistencia o por la<br />

abundancia extrema de resineros, se dirá que por estos lares siguen<br />

presidiendo los pinos pero también se han visto unos pocos ailantos,<br />

alguna higuera capaz de prosperar hasta en las piedras, un granado, varias<br />

arizónicas, unas retamas y unos pocos almendros. Descubierta por fin la<br />

causa de la omisión de Rocinante, se reafirmará explícitamente que<br />

nuestro caballo de batalla se llama: ¡Repoblación urgente de España (y de<br />

Madre Tierra) con bosque autóctono y no auténtico! Si se realiza esta<br />

sencilla <strong>el</strong>ección, habrá merecido la pena la omisión de una petición que<br />

se hizo al «sabio encantador coronista desta peregrina historia» hace 400<br />

años: «¡Ruégote que no te olvides de mi buen Rocinante, compañero<br />

eterno mío en todos mis caminos y carreras!» <strong>El</strong> pollino se ha omitido<br />

porque ni había ninguna sugerencia expresa para él ni es comercial que se<br />

afirme que de los burros se pueda aprehender.<br />

Lo que les acompaña a mano derecha durante <strong>el</strong> paseo de ahora es<br />

una reja que no avisa de lo militar sino de lo particular. Pasaron bajo la<br />

c<strong>el</strong>osa mirada de unas antenas parabólicas que, al estar cegadas por unas<br />

lonas, se supone que no vigilan <strong>el</strong> paso de los reb<strong>el</strong>des y no transmiten su<br />

ubicación. Paseando o andando llegaron al otro mirador en <strong>el</strong> que la<br />

pareja anterior también se posó para contemplar. La panorámica oeste<br />

que se divisa desde <strong>el</strong> Salomón es la misma que la norte, la sur y la este:<br />

tierras labradas recién cosechadas humedecidas por algún cuadriculado<br />

olivar. Pero engrandeciendo la vista un poco, se puede observar <strong>el</strong><br />

sobrecogedor sky-creeper de Madrid, una viñeta que causó en Sancho <strong>el</strong><br />

más absoluto de los horrores. (¿Por qué no la secuestra <strong>el</strong> juez d<strong>el</strong><br />

tongo?) «¿Es real?» preguntaba alarmado sin cesar. Al tener <strong>el</strong> silencio<br />

por respuesta, la consulta quedó insatisfecha pero desde aquí se le puede<br />

responder que es Matrix pero también es real. Afortunadamente es<br />

mediodía y la contaminación lo difumina todo porque si lo «admirara»<br />

poco después d<strong>el</strong> ocaso de un día ventoso, comprobaría cómo se<br />

levantan las cuatro Torres de Bab<strong>el</strong> vecinas de las escandalosas KIO, la<br />

Picasso y <strong>el</strong> Pirulí.<br />

636


<strong>El</strong> escudero ha terminado de preguntar una y mil veces si es real lo<br />

que al fondo se divisa pero necesita sosegar la curiosidad justificada por<br />

la espectral postal. <strong>El</strong> caballero se las tendrá que arreglar para seguir con<br />

la decodificación de nombres y de personalidades; aunque no sea de los<br />

que están a dios rogando, es de los que siempre están con <strong>el</strong> mazo<br />

dando. Dejamos paso a la trama para ver cómo se las apaña.<br />

—Haciendo <strong>el</strong> mismo calor que en primavera-verano —se reinició<br />

Sancho—, hay una razón que me hace saber que es otoño; los trinos de<br />

los pájaros son tan escasos que implica que la mayoría ha migrado.<br />

Ahora no se escucha <strong>el</strong> constante canto de las aves que, con <strong>el</strong> buen<br />

tiempo, llenan hasta <strong>el</strong> más recóndito de los instantes.<br />

—¿Por dónde vas a salir?<br />

—Por saber la cantidad de gente que se amontona en Madrid aunque<br />

vengan emigrados de otros lados.<br />

—¿Para qué lo quieres saber si no sabes lo que significa cuatro<br />

millones de almas?<br />

—Tiene razón pero es que estoy extasiado.<br />

—¿Qué quieres decir con extasiado?<br />

—Que estoy acojonado —reconoció Sancho—. No me podía<br />

imaginar que se pudiera pastorear rebaños de civilizombis tan enormes ni<br />

<strong>el</strong> tamaño de los corrales en los que los encierran.<br />

—Aunque parezca que va todo seguido —explicó <strong>el</strong> caballero—, una<br />

cosa es Torrejón, otra San Fernando y otra Madrid. La superpoblación es<br />

un daño colateral d<strong>el</strong> imperialismo que continuó con <strong>el</strong> sedentarismo y<br />

termina con la extinción.<br />

—¿No se había dicho Apocalipsis para <strong>el</strong> fin?<br />

—<strong>El</strong> Apocalipsis se refiere al final de la decadencia de los Imperios,<br />

a lo sucedido con los Trastámara, los Valois, los Borgoñones, los<br />

Lancaster… Estamos en <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que empiezan a caer los<br />

clanes que aún siguen de pié y ninguno mejor que <strong>el</strong> sacrosanto Imperio<br />

Vaticano, para saber que Apocalipsis se refiere a lo que la Historia<br />

determina que tiene que pasar con todos los Imperios, no sólo <strong>el</strong><br />

Americano, <strong>el</strong> Hispano o <strong>el</strong> Romano.<br />

—Pues menudo marrón.<br />

—No es fácil de aceptar, sobre todo para los que tienen que<br />

apechugar, pero los ciclos de la Historia de Civilización son irrefutables:<br />

surgir y desaparecer, aparecer y Apocalipsis. Si los omniscientes<br />

637


creadores hubieran sabido la realidad, no habrían escrito <strong>el</strong> Libro d<strong>el</strong><br />

Apocalipsis sino <strong>el</strong> Libro de la Extinción.<br />

—Menos fácil de aceptar es la desaparición de la especie <strong>el</strong>egida con<br />

un subconsciente que se niega a apechugar —examinó <strong>el</strong> escudero—. Si<br />

en la Biblia quisieron utilizar «apocalipsis» como sinónimo de<br />

«extinción», mintieron como psicópatas igual que en otras muchas<br />

ocasiones. Ciencia y r<strong>el</strong>igión tendrían que ajustar sus vocablos:<br />

¿evolución o creación, extinción o Apocalipsis? ¿Existieron los<br />

dinosaurios para <strong>el</strong> libro sagrado? ¿Cómo es posible que un hecho tan<br />

trascendental para toda la especie humana, esté pasando inadvertido para<br />

la gran mayoría de los civilizombis?<br />

—<strong>El</strong> poder d<strong>el</strong> ego es muy superior al estimado, porque la psicopatía<br />

confirma y justifica su hegemonía total. La extinción era inimaginable<br />

hasta hace unos años y <strong>el</strong> retraso de su percepción es por la acción de la<br />

psicopatía divina; de extinción se ha hablado tanto que no nos vamos a<br />

extender.<br />

—Disculpe mi pesadez pero es que la visión fantasmagórica de la<br />

megaciudad me ha hecho flipar. Una cosa es la Alcalá que se divisa desde<br />

la parte este y norte d<strong>el</strong> Salomón y otra es <strong>el</strong> Madrid que ahora alcanzo al<br />

oeste. Imagino a los millones de madrileños viviendo sus vidas,<br />

subconscientes en esa gran ciudad y entiendo lo que a continuación<br />

dice en Matrix <strong>el</strong> agente Smith: se perdieron cosechas enteras pero<br />

no de hortalizas o cereales sino de esclavos o ciudadanos. Imaginarse<br />

toda esa ciudad reducida a cascotes o a esqu<strong>el</strong>etos edificados es como<br />

para pararse a pensar. [Ver Idiocracia, <strong>El</strong> planeta de los simios, Campo de<br />

batalla: La Tierra y en general, cualquier p<strong>el</strong>ícula de ciencia ficción; en<br />

todas profetizan <strong>el</strong> apocalipsis urbano. Aquí había ciudades que se<br />

extendían cientos de kilómetros; ahora, las cloacas es lo único que<br />

queda.]<br />

—Pues no te imagines la minúscula Madrid y piensa en Ciudad de<br />

Méjico, Nueva York, Sao Paulo, Los Áng<strong>el</strong>es, Shangai, <strong>El</strong> Cairo,<br />

Bombay, Tokio, Calcuta, Nueva D<strong>el</strong>hi... Madrid seria un barrio dentro de<br />

estas ciudades.<br />

—Aparte d<strong>el</strong> inminente y definitivo final ¿de qué más hay que<br />

hablar? ¿Qué puede tener más importancia que esto, la Tercera Guerra<br />

Mundial o la mecánica cuántica?<br />

638


—Nada tiene mayor trascendencia que la extinción, pero hasta<br />

nosotros vamos a dejar de hablar de <strong>el</strong>la durante un rato para seguir con<br />

lo que estábamos.<br />

—Recibida la indirecta, con esto que le voy a decir voy a poner mi<br />

punto y final. A veces me hace pensar si los maestros tienen ego todavía<br />

por controlar.<br />

—Especifica —dijo <strong>el</strong> caballero sin tomárs<strong>el</strong>o de manera personal.<br />

—Querer contar la realidad real de F<strong>el</strong>ipe o de Carlos a través de <strong>El</strong><br />

<strong>César</strong> V5. 3l Est4do, retrasa la información de la única realidad real que<br />

existe, la que de manera prístina ha quedado dicha en la primera página.<br />

¿Para qué vale <strong>el</strong> resto de los mamotretos? [Sancho sabrá lo importante<br />

que ha sido su apreciación; en cuatro líneas se ha cargado un libro<br />

entero.]<br />

—Si la primera página fuera suficiente para que la humanidad<br />

reaccionara con sentido común, se podría prescindir de llamar a<br />

Houston, d<strong>el</strong> resto de la salida y de su transcripción; sólo por <strong>el</strong> ahorro<br />

de recursos naturales (folios, tinta, hardware, <strong>el</strong>ectricidad), de nuestra<br />

energía y la d<strong>el</strong> transcriptor y por la menor contaminación, <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io<br />

de tres líneas sería lo mejor y además, suficiente. Pero como esto no es<br />

tan fácil como parece, respeta al andalusí que nos ha despertado y<br />

sigamos con la reb<strong>el</strong>ación de las personalidades.<br />

—Tranquilícese que yo sé por qué se obstina en seguir dando con <strong>el</strong><br />

mazo: necesita que los civilizombis sepan que quien les está anunciando<br />

la extinción no es un civilizombi cualquiera ni un iluminado d<strong>el</strong> montón<br />

sino un caballero reb<strong>el</strong>de atemporal; con las pruebas lo quiere demostrar.<br />

—Pues sigamos con <strong>el</strong> padre de todas mis guerras.<br />

Con lo que le ha costado a don Quijote recentrar <strong>el</strong> diálogo, no voy a<br />

aparecer yo para meter más caña a España; sólo informar que desde este<br />

momento, continuaron con <strong>el</strong> paseo que los llevaba desde <strong>el</strong> mirador<br />

oeste hacia <strong>el</strong> sur de Madre Tierra y por ende, d<strong>el</strong> Viso de san Juan.<br />

Continúe la acción con la decodificación d<strong>el</strong> arcano «barbero».<br />

—En la realidad camuflada de Matrix —comenzó don Quijote—, mi<br />

padre es <strong>el</strong> cirujano Rodrigo de Cervantes (en la época también barbero<br />

o sangrador). En la realidad de Matrix mi padre es F<strong>el</strong>ipe II, que no era<br />

precisamente barbero aunque para bien de la humanidad es lo que<br />

tampoco debería haber sido «yo, <strong>el</strong> rey». <strong>El</strong> paral<strong>el</strong>ismo que establezco<br />

entre <strong>el</strong> padre adoptivo y mi padre real es una metáfora que no puede ser<br />

más evidente. Entremezclar la realidad aparente con la real es un artificio<br />

639


que demuestra <strong>el</strong> enfrentamiento entre las dos realidades, entre la ficción<br />

y lo real, entre lo aparente y lo existente, entre casualidad y causalidad,<br />

distintas formas de expresar lo opuesto y génesis de la esquizofrenia<br />

global. Si mi padre adoptivo hubiera sido herrero, <strong>el</strong> personaje de <strong>El</strong><br />

Quijote no sería <strong>el</strong> barbero sino <strong>el</strong> herrero. ¿Recuerdas cuando<br />

dirigiéndome al barbero le decía exigiendo <strong>el</strong> Y<strong>el</strong>mo de Mambrino?:<br />

«¡Defiéndete, cautiva criatura, o entriégame de tu voluntad lo que con<br />

tanta razón se me debe!» (la Corona Austria de España).<br />

»Tener un padre cirujano es utilizado como parte de una regla de tres<br />

compuesta en la que «barbero» permite despejar la incógnita y resolver <strong>el</strong><br />

enigma: ¿quién es <strong>el</strong> barbero en <strong>el</strong> Quijote?<br />

Profesión Padre Hijo<br />

Cirujano/Barbero Rodrigo de Cervantes Migu<strong>el</strong> de Cervantes<br />

Mister X (Rey) F<strong>el</strong>ipe II Príncipe Don Carlos<br />

»Como no voy a ironizar con que no se me ocurría ningún nombre<br />

para mi padre porque «para eso <strong>el</strong> sol no fuera bastante para derretirme<br />

los sesos», aclararé, «¡cuando por fin sale a la luz la verdadera historia de<br />

mis famosos hechos, dichosa edad y siglo XXI dichoso!», que utilizo esta<br />

profesión «paral<strong>el</strong>a» por <strong>el</strong> padre d<strong>el</strong> creador de la nov<strong>el</strong>a: ¿Migu<strong>el</strong> de<br />

Cervantes o <strong>el</strong> príncipe don Carlos? Es reiterativo afirmar que <strong>el</strong> barbero<br />

es F<strong>el</strong>ipe II.<br />

—O sea, que en <strong>El</strong> Quijote se decía sin decir —lanzó Sancho.<br />

—Lo único que se puede decir es que lo escrito, escrito está<br />

—sentenció don Quijote—. Los lectores sacarán sus conclusiones sobre<br />

la personalidad que este personaje refleja en la nov<strong>el</strong>a y <strong>el</strong> pap<strong>el</strong> que<br />

representa. Por desgracia, no es la simple ridiculización d<strong>el</strong> majestuoso<br />

ego de un varón ni tampoco la forma más pacífica que encontré para<br />

canalizar la herida que me hizo y por los años que impuso su padecer.<br />

Por desgracia, es la descripción real de un civilizombi que tuvo en sus<br />

manos la responsabilidad d<strong>el</strong> mundo entero y no lo supo aprovechar ni<br />

para dejar que lo hiciera <strong>el</strong> sentido común de Reb<strong>el</strong>día.<br />

—Cite un recuerdo —sonsacó <strong>el</strong> escudero— en <strong>el</strong> que se r<strong>el</strong>acione la<br />

malicia y b<strong>el</strong>laquería d<strong>el</strong> barbero F<strong>el</strong>ipe II con la casta Isab<strong>el</strong> de la Paz.<br />

—«Eso no, ¡voto a tal! —respondió con mucha cólera don Quijote<br />

(y arrojóle, como tenía de costumbre)—; la reina Madásima (francesa<br />

como Isab<strong>el</strong> de Valois) fue muy principal señora, y no se ha de presumir<br />

que tan alta princesa se había de amancebar con un sacapotras<br />

640


(despectivo de cirujano, como sacamu<strong>el</strong>as; también ladrón de “potras”);<br />

y quien lo contrario entendiere, miente como un gran b<strong>el</strong>laco. Y yo se lo<br />

daré a entender, a pié o a caballo, armado o desarmado, de noche o de<br />

día, o como más gusto le diere.»<br />

—¡Menuda bronca tuvo con su padre! —calificó Sancho. «Tío ¿un<br />

loco es noble o es villano? [Veer <strong>El</strong> rey Lear.]<br />

—¡Es rey, es rey bufón! —exclamó <strong>el</strong> rey real.<br />

—No, es un villano que tiene por hijo a un noble» —aclaró <strong>el</strong> bufón.<br />

—Convertirlo en <strong>el</strong> Paris d<strong>el</strong> siglo XVI es denunciar una cuestión<br />

personal; lo que nos hizo a Isab<strong>el</strong> y a mí es algo que un hombre varón no<br />

tiene por qué consentírs<strong>el</strong>o ni a su padre, por muy rey gotoso que sea.<br />

Denunciar su psicopatía integral es aclarar una cuestión global; lo que<br />

hizo con <strong>el</strong> mundo de su tiempo es algo que no debería estar todavía<br />

sucediendo y sin embargo, sigue pasando lo mismo con su actualización<br />

en <strong>el</strong> sheriff Bush, otro psicópata integral. Pero ¡cuidado que hay<br />

diferencias!: en vez de Tercios en Flandes con picas o bilboes (espadas)<br />

tiene marines y mercenarios con cabezas nucleares repartidas por <strong>el</strong><br />

mundo entero.<br />

—Ya se ha dicho que dependiendo de las cosas que se afirmen, las<br />

consecuencias serán las que sean —advirtió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Pues eso; como d<strong>el</strong> futuro no se sabe nada, <strong>el</strong> presente es lo que<br />

se está diciendo. Mi r<strong>el</strong>ación con F<strong>el</strong>ipe II no termina con mi presunta<br />

muerte; padre e hijo tuvimos otros encuentros. En Hamlet se r<strong>el</strong>ata <strong>el</strong><br />

suceso y los acontecimientos que acaecieron en uno de <strong>el</strong>los. La causal<br />

llegada de unos cómicos al castillo, permite la representación de la<br />

realidad real ante <strong>el</strong> rey; en <strong>el</strong> argumento de la comedia, Claudio<br />

envenena a su hermano exactamente igual que F<strong>el</strong>ipe II envenena a su<br />

«hermanastro» (no hijo) don Carlos ya que como se ha dicho, suplanto <strong>el</strong><br />

parentesco de Juan de Austria; los cómicos somos Cide Hamete y yo.<br />

—¿Por qué Claudio?<br />

—Por <strong>el</strong> emperador tartaja «Yo, Claudio», como mi padre <strong>el</strong> tartaja<br />

Porky Pig, o sea, «yo, <strong>el</strong> rey» —respondió <strong>el</strong> caballero con mala leche—;<br />

un emperador d<strong>el</strong> que Séneca escribía que era imbécil hasta después de<br />

muerto. Su gula y su ludopatía se parecían a la de mi padre y se rodeaba<br />

de bufones como mi padre de enanos.<br />

—¿Mi señor…? —insinuó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Tienes razón Sancho —admitió <strong>el</strong> caballero más r<strong>el</strong>ajado—; hablar<br />

de mi padre me pone cabreado.<br />

641


—Extraño en vuesa merced pero le entiendo porque lo conozco y es<br />

un pederasta cabrón —se solidarizó <strong>el</strong> escudero que insistió—: ¿Por qué<br />

Claudio? Alguna cosa buena haría.<br />

—Por lo de siempre Sancho: para que la gente de la posteridad se<br />

enterara que hablaba de mi padre F<strong>el</strong>ipe II. Aparte de lo ya dicho,<br />

Claudio se casó en cuartas nupcias con su sobrina Agripina después de<br />

haberlo hecho con la impúdica Mesalina. Mi padre se casó en cuartas<br />

nupcias con su sobrina Ana de Austria después de aterrorizar a la<br />

virtuosa Isab<strong>el</strong> de Valois.<br />

—¿A cuála se refiere, a la hija de Juan de Austria o a la de<br />

Maximiliano también II de Austria?<br />

—Lo sabes de sobra Sancho, a su sobrina.<br />

—¿Pero si es que lo son las dos?<br />

—¡Joder tío tienes razón! —reconoció <strong>el</strong> caballero después de hacer<br />

las cuentas—; bueno a medias. La una es sobrina y la otra «sobrinastra».<br />

—Eso no existe. Con lo finolis que era «yo, <strong>el</strong> rey», seguro que<br />

escogió a la sobrina más directa.<br />

—Es que además —matizó don Quijote—, la otra acabó de abadesa<br />

d<strong>el</strong> monasterio Cisterciense de Hu<strong>el</strong>gas.<br />

—Volviendo al literario clon de su padre F<strong>el</strong>ipe II —comentó<br />

Sancho—, pensaba que <strong>el</strong> personaje de Yo, Claudio era por haber sido<br />

envenenado por la sibilina mano de su «fascinante» y efusiva esposa<br />

Agripina, una mujer femenina que por ovarios, dejó <strong>el</strong> destino d<strong>el</strong><br />

Imperio Hispano en manos de su hijo Nerón. Esto cuadraba más con<br />

Sancho y con Migu<strong>el</strong>. Para que sepas de la sensibilidad de Agripina, te<br />

diré que además de borrar d<strong>el</strong> mapa al emperador Claudio, a la muerte de<br />

sus aves cantoras como pinzones y ruiseñores, les levantaba pequeñas<br />

tumbas con poéticos epitafios según Marcial.<br />

Ante la cara de don Quijote, Sancho se corrigió.<br />

—Imperio romano en vez de Hispano he querido decir —modificó<br />

<strong>el</strong> escudero—. ¡Qué lío!; entre <strong>el</strong> romano, <strong>el</strong> hispano y <strong>el</strong> americano, la<br />

cabeza salta a su antojo sin que la pueda controlar. Es tan similar lo que<br />

pasa en los tres que...<br />

—<strong>El</strong> gesto no era por <strong>el</strong> insignificante lapsus sino porque has<br />

r<strong>el</strong>acionado fatal. Si escribes una tragedia y tienes que disimular los<br />

personajes, afina la puntería si quieres que se enteren después. Si lo<br />

hubiera llamado Claudio por haber sido envenenado, <strong>el</strong> Claudio de<br />

642


Hamlet no sería un personaje tan cutre y tan cobarde, sería alguien tan<br />

glorioso como tú que sí te llaman Sancho por <strong>el</strong> rey asesinado.<br />

—Pues todavía tenía otra alternativa —se sacó <strong>el</strong> escudero de la<br />

manga—. Hablamos tanto de cegatos que podría haber sido por Claudio<br />

Apio <strong>el</strong> Ciego, <strong>el</strong> patricio romano de amplia cultura y una de las<br />

mentalidades más abiertas de su época que construyó la Via Appia.<br />

Cicerón alabó su discurso.<br />

—Aclárate con los nombres porque dependiendo de lo que quieras<br />

subrayar, sería uno u otros. Que Séneca escribiera ampliamente sobre la<br />

suprema idiotez de Tiberio Claudio <strong>César</strong> Augusto Germánico, fue<br />

suficiente para utilizarlo en Hamlet y «sustituir» a mi padre. ¿Qué pintaría<br />

tu Claudio en mi Hamlet?<br />

—No avasalle que ya me había enterado de a quién se refería.<br />

Respondiendo a su pregunta podría decirle que mi Claudio podría haber<br />

sido tu Horacio.<br />

—Si supieras quién fue Horacio, <strong>el</strong> mod<strong>el</strong>o perfecto de las virtudes<br />

clásicas para los eruditos d<strong>el</strong> renacimiento, <strong>el</strong> poeta latino coetáneo de<br />

Astérix que supo combinar los placeres mundanos con la paz d<strong>el</strong> campo<br />

además de honesto y enamorado, sabrías por qué no utilicé a tu Claudio<br />

Ceco que no aceptó la paz de Pirro, <strong>el</strong> rey de Épiro, y nombré a mi<br />

maestro Cide Hamete con <strong>el</strong> nombre de Horacio.<br />

—También lo podría haber utilizado — pirueteó Sancho por otro<br />

lado— porque <strong>el</strong> tartaja entró en <strong>el</strong> Senado cuando contaba con más de<br />

cuarenta y seis años, o sea, frisando como vuesa merced con los<br />

cincuenta.<br />

—También Sancho. ¿Dices esto por si Claudio era mi encarnación?<br />

¿Volvemos con la tragedia o vas a seguir enredando?<br />

—Disculpe, tiene razón. No controlar la dispersión provoca errores<br />

y horrores. Confundirle con su padre puede ser un sacrilegio. En cuanto<br />

pueda, leeré Hamlet.<br />

Nadie que conozca a «Nadie»,<br />

<strong>el</strong> nombre de este narrador,<br />

pensará que caiga en <strong>el</strong> craso error<br />

de olvidarse de los otros dos.<br />

De esos miembros de la cuadrilla<br />

se contará la breve pesadilla<br />

que juntará cola con barbilla<br />

de una humilde pescadilla.<br />

Casi todos los sábados noche<br />

salen de juerga incendiaria<br />

pero no queman la red viaria<br />

ni tiene que ver con los coches.<br />

Ese alcohol que queman por dentro<br />

corroe hasta <strong>el</strong> último momento<br />

de las «Noches en Blanco» satén<br />

que se convierten en un infierno.<br />

643


Borrachos hasta los topes,<br />

borrachos hasta <strong>el</strong> estricote<br />

después de acostarse tan temprano,<br />

más o menos serían las cuatro,<br />

ahora, cuando se están levantando<br />

puede que sea la hora catorce.<br />

Un cuerpo resacoso reacciona<br />

con lengua pegajosa que no acierta<br />

lo que dice cuando se pone trolera<br />

estúpida, soez o fullera.<br />

Desayuno, vermouth y comida<br />

se juntan en este mediodía<br />

para recordar lo que hacían<br />

en la madrugada divertida<br />

644<br />

d<strong>el</strong> día de ayer o ¿era hoy?<br />

No van a leer Hamlet ni a Horacio,<br />

ni a Claudio Ceco ni <strong>El</strong> Quijote<br />

pero no se perdían ni un punto<br />

de lo que la t<strong>el</strong>e les metía en <strong>el</strong> cogote.<br />

<strong>El</strong> famoso Y<strong>el</strong>mo de Mambrino<br />

y <strong>el</strong> sano Bálsamo de Fierabrás<br />

como si fueran Rucionantes<br />

una bonita coz les van a dar.<br />

Aunque sean inmigrantes<br />

son gentes de las doctas letradas<br />

porque en sus países de origen<br />

también fueran a la universidad<br />

aunque la pasta les tire más.<br />

Como Sancho asumió su «travesura», utilizó <strong>el</strong> silencio por disculpa.<br />

Organizar tantos personajes como lo hace Cervanpeare necesita una<br />

memoria prodigiosa y un microprocesador fugaz. Querer entenderlo<br />

sobre la marcha como si de un don Quijote uno se tratara, es una idiotez<br />

propia de psicópatas, F<strong>el</strong>ipes, Claudios o tartajas. Pap<strong>el</strong> y lápiz y algo más<br />

que la Wikipedia y todos los archivos d<strong>el</strong> Internet, es lo que hace falta<br />

tener; y además… tiempo, mucho tiempo para saber, conocer, decidir y<br />

creer.<br />

—Insertada en este drama —continuó por fin don Quijamlet—, la<br />

comedia no termina su guión porque la indisposición d<strong>el</strong> rey lo corta de<br />

cuajo, un suceso que ocurrió en realidad pero que la Historia Oficial se<br />

encarga de difuminar. ¿Qué pasó con <strong>el</strong> teatro en cast<strong>el</strong>lano? ¿Por qué<br />

Cervantes no escribe teatro en España y lo hace en Inglaterra? ¿Por qué<br />

Shakespeare escribe tragedias y no nov<strong>el</strong>as?<br />

—<strong>El</strong> final de la comedia es un canto que Hamlet entona no a media<br />

ración sino ¡a ración entera!:<br />

Dejad que huya gimiendo <strong>el</strong> ciervo herido<br />

y <strong>el</strong> corzo ileso siga retozando.<br />

Cuando uno v<strong>el</strong>a, <strong>el</strong> otro está dormido,<br />

y de este modo, <strong>el</strong> mundo va marchando.<br />

Pues bien lo sabes tú, Damón querido;<br />

este reino que miras destruido<br />

tuvo por rey a Jove; más discurro<br />

que ahora gobierna aquí un solemne… pavo.


y finaliza con unos caramillos:<br />

¡Vamos, un poco de música!<br />

Que si al rey la comedia no le gusta…<br />

será, supongo yo, que le disgusta.<br />

—Imagino que <strong>el</strong> inmortal Y<strong>el</strong>mo de Mambrino, más famoso que la<br />

propia corona de Austria ya olvidada —analizó <strong>el</strong> escudero—, evidencia<br />

<strong>el</strong> importante paral<strong>el</strong>ismo que se saca a colación: corona/ cornamenta.<br />

—Como sabemos que sabes de cuernos, <strong>el</strong> ciervo y <strong>el</strong> corzo son<br />

metáforas afabuladas que representan las cornamentas o coronas reales<br />

proporcionales al poder que tenían. Después de ver la obra,<br />

Claudio/F<strong>el</strong>ipe II/<strong>el</strong> ciervo huye gimiendo aunque su corona fuera más<br />

poderosa que la de (don Carlos), <strong>el</strong> corzo. Mi padre también está<br />

representado en <strong>el</strong> personaje d<strong>el</strong> engreído pavo y se aclarará, por si<br />

alguien no lo sabe, que Jove y Júpiter son <strong>el</strong> mismo, <strong>el</strong> dios más<br />

importante d<strong>el</strong> Panteón romano, <strong>el</strong> dios c<strong>el</strong>este y luminoso. La<br />

modernización romana de Zeus era <strong>el</strong> dios responsable de todo lo que<br />

sucede en la atmósfera y tenía en sus manos la prosperidad de<br />

Naturaleza; o sea, de tener por rey a Jove (Cervanpeare) tuvimos a un<br />

pavo (F<strong>el</strong>ipe).<br />

—Queda disculpada su falsa inmodestia.<br />

—Damón es Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i —informó don Quijote—<br />

que entonces no podía ser rey como yo no puedo ser ahora presidente; si<br />

hubiera sido su tiempo en vez de este, <strong>el</strong> gallo que hubiera cantado<br />

habría sido reb<strong>el</strong>de y no vaticano. Causalmente, <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

aparece citado con <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> maestro de música de Sócrates y<br />

Pericles. Algunos afirman que además fue <strong>el</strong> maestro de Pericles en<br />

cuestiones de política que transformarían <strong>el</strong> destino de Atenas; sus<br />

consecuencias desembocaron en lo que se conoce como <strong>el</strong> Siglo de<br />

Pericles, <strong>el</strong> de mayor esplendor de la Versión H<strong>el</strong>ena y gracias a la<br />

influencia de un músico. En La República, Platón afirma que Damón dijo<br />

«que en un <strong>Estado</strong>, <strong>el</strong> menor cambio en la música traía consigo<br />

transformaciones de trascendencia en <strong>el</strong> orden político.»<br />

Para que los Caballeros Jedis o cualquier lector perciban la<br />

caballerosidad de la Caballería Andante, se reconoce que en Matrix,<br />

ningún nombre es casual. Éste no es <strong>el</strong> libro en <strong>el</strong> que va a hacer su<br />

exégesis pero cualquiera que lo quiera hacer, que se responda al porqué<br />

de los nombres utilizados: Trinity, Neo, Morfeo, Dozzer, Ratón,<br />

645


Tanque, Link, Niove, Nabucodonosor III, Osiris, Logos, Agnosis,<br />

Sati, Cifra, Merovingio, Perséfone, Smith. Por alguna causa, también<br />

aparecen sin nombre <strong>el</strong> oráculo, la fuente, <strong>el</strong> arquitecto, <strong>el</strong> virus, las<br />

máquinas…<br />

—Me estoy arrepintiendo de haber rebajado la nanoprecisión a<br />

microprecisión —estimó Sancho—; ahora pienso que la nanoprecisión<br />

es poco comparada con <strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> microprocesador de su<br />

sesera. Considero probados sus recursos para encontrar nombres<br />

«paral<strong>el</strong>os» célebres por fama y biografía. ¡Que no los utilice en cuatro<br />

casos, <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura, o en otros cuatro más que<br />

se refieren a los tres validos y <strong>el</strong> rey, será causal!<br />

—Deja las flores para «quien ha de tocar <strong>el</strong> ser coronista desta<br />

peregrina historia!» —desvió <strong>el</strong> caballero—. Cuando decía «¡Vamos, un<br />

poco de música!» me refiero a la manera en la que <strong>el</strong> sabio encantador,<br />

quienquiera que sea <strong>el</strong> caballero Alcor, nos sacó de la crisis que<br />

provocábamos en los psicópatas miembros d<strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong>, d<strong>el</strong><br />

Consejo Privado y de mi padre; se ponía a tocar de tal manera que a<br />

todos embobaba diluyendo <strong>el</strong> malestar de sus conciencias. Gracias a este<br />

entretenimiento, escapamos con vida en más de una gravísima ocasión.<br />

La coincidencia musical con <strong>el</strong> caballero Alcor debe de ser una cosa más<br />

para percibir que las obras y la vida de Cervanpeare son consecuencia de<br />

la causalidad. He llenado mis obras con tantas simbologías y metáforas,<br />

que si se quieren estudiar con detalle, se encontrarán tantas causalidades<br />

que convertirán <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en la memoria de la realidad real.<br />

No habernos camuflado habría sido suicida.<br />

—¿<strong>El</strong> caballero Alcor es hort<strong>el</strong>ano o músico?<br />

—Es nada porque de lo que se trata es de estar y no de ser.<br />

—¡Qué ganas tengo de conocerlo aunque también sea bardo!<br />

[Ver Los Astérix.]<br />

—Pues escucha lo que me dijo la Sombra en Hamlet —presagió <strong>el</strong><br />

caballero—:<br />

Sombra/F<strong>el</strong>ipe II. —Yo soy <strong>el</strong> alma de tu padre, condenada por cierto<br />

tiempo a andar errante de noche y a alimentar <strong>el</strong> fuego durante <strong>el</strong> día hasta<br />

que estén extinguidos y purgados los torpes crímenes que en vida cometí.<br />

De no estarme prohibido descubrir los secretos de mi prisión, podría<br />

hacerte un r<strong>el</strong>ato cuya más insignificante palabra horrorizaría tu alma,<br />

h<strong>el</strong>aría tu sangre joven, haría como estr<strong>el</strong>las saltar tus ojos de sus órbitas, y<br />

separaría tus compactos y enroscados bucles, poniendo de punta cada uno<br />

de tus cab<strong>el</strong>los como las púas d<strong>el</strong> irritado puerco espín. Pero estos<br />

646


misterios de la eternidad no son para oídos de carne y sangre… ¡Atiende!<br />

¡Atiende! ¡Oh, atiende! ¡Si tuviste alguna vez amor a tu querido padre…!<br />

Hamlet/Don Carlos. —¡Oh Dios!...<br />

F<strong>el</strong>ipe II. —¡Véngale de su infame y monstruoso asesinato!<br />

Don Carlos. —¡Asesinato!<br />

F<strong>el</strong>ipe II. —¡Asesinato infame, como es siempre <strong>el</strong> asesinato; pero este<br />

es <strong>el</strong> más infame, horrendo y monstruoso!<br />

—¿A cuál se refería F<strong>el</strong>ipe II, al filicidio, al uxoricidio o a los dos?<br />

—preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Más que una pregunta, parece que tienes curiosidad o que quieres<br />

subrayar la atrocidad.<br />

—O sea, que en Hamlet se decía sin decir, como hacen los dioses en<br />

sus p<strong>el</strong>ículas. Mucho debió influir su padre <strong>el</strong> asesino en las cortes<br />

europeas porque poco después de su aparente muerte, Iván IV <strong>el</strong><br />

Terrible asesinó a su hijo Iván de 25 años.<br />

Si este transcriptor no copia <strong>el</strong> Hamlet entero es por lo vago que está<br />

y porque existen tantas traducciones que para qué «fusilar»; pero es que<br />

hay que reconocer que viene como anillo al dedo. [Leer Hamlet.] Sin<br />

embargo y por estar más resumido, vaya la actualización en Matrix de<br />

esta conversación sustituyendo al protervo agente Smith y a Neo con<br />

nombres de más r<strong>el</strong>umbrón:<br />

F<strong>el</strong>ipe II: ¿Sorprendido de verme?<br />

Don Carlos: No<br />

F<strong>el</strong>ipe II: Entonces se ha dado cuenta.<br />

Don Carlos: ¿De qué?<br />

F<strong>el</strong>ipe II: De nuestro vínculo. <strong>El</strong> modo en que sucedió no<br />

llego a entenderlo. Es posible, quizá, que una parte de usted<br />

quedara impresa en mí o se sobrescribiera o se grabara algo.<br />

Don Carlos: ¿No sería más bien lo contrario y que heredara de usted<br />

la carga genética degenerada?<br />

F<strong>el</strong>ipe II: Llegado a este punto, es irr<strong>el</strong>evante. Lo<br />

importante es que lo que pasó tuvo una razón de ser.<br />

Don Carlos: ¿Y qué razón es esa?<br />

F<strong>el</strong>ipe II: Yo le maté don Carlos, hijo. Yo le vi morir, con<br />

cierta satisfacción, debo añadir. Sin embargo algo pasó. Algo que<br />

yo sabía que era imposible pero que a pesar de <strong>el</strong>lo pasó.<br />

Finalmente, consiguió destruirme, príncipe don Carlos. Estoy aquí<br />

por usted, para arrebatarle lo que usted intenta arrebatarnos con su<br />

Reb<strong>el</strong>ión; usted quiere destruir nuestro objetivo: dominar o exterminar y<br />

647


es algo que no es fácil de consentir, sobre todo para los que estamos<br />

arriba.<br />

Las paradas prolongadas que <strong>el</strong> sapiens de d<strong>el</strong>ante realizaba durante<br />

su caminar estaban justificadas con un espectáculo aéreo. Esto permitió<br />

que las dos parejas estrecharan la distancia y sea esta la causa o sea por<br />

cualquier otra razón, <strong>el</strong> caso es la pareja inmortal entró en <strong>el</strong> radio de<br />

acción d<strong>el</strong> perro que se acercó a resaludarles y a recordarles su amistad y<br />

lealtad. Sancho, sorprendido por tan espontáneas muestras de cariño, se<br />

puso a acariciarlo y <strong>el</strong> perro que se dejaba, llegó a ponerse boca arriba<br />

para que le tocaran la barriga que como a todos los perros, es lo que más<br />

les gusta. Después de que pasaran juntos un rato, <strong>el</strong> perro se levantó y<br />

corriendo fue junto a su pareja de paseos.<br />

—En 1600 —siguió don Quijote—, <strong>el</strong> poder de la Santa Inquisición<br />

es de tal envergadura que sentencias como: «porque me da la gana», o<br />

sea, aprisionamiento en la base de Guantánamo, son proporcionalmente<br />

un juego de niños comparado con <strong>el</strong> ilimitado poder que ese despiadado<br />

tribunal poseía sobre la vida humana y en especial, sobre la reb<strong>el</strong>de; su<br />

actividad creaba una tenebrosa y cobarde realidad social. La trama<br />

int<strong>el</strong>ectual que ejercía <strong>el</strong> Santo Oficio no era tan estúpida como para<br />

pasar inadvertidos mis desdoblamientos de personalidad si me hubiera<br />

insinuado con menos «espiritualidad».<br />

—Me puedo imaginar cómo era si se tuvo que ir a Londres a escribir<br />

sus tragedias gracias a que Enrique VIII mandó <strong>el</strong> Vaticano a la mierda<br />

—Si ahora va a causar algo más que chispas, en 1605 ¿qué saltarían?<br />

—Pregúntes<strong>el</strong>o al caballero Alcor —bromeó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Si no existiera <strong>el</strong> enigmático personaje d<strong>el</strong> barbero —siguió <strong>el</strong><br />

imperturbable don Quijote sin hacer caso a la rechifla—, la memoria real<br />

no sería la que realmente está sucediendo interdependiente y<br />

paral<strong>el</strong>amente a la evolución de Matrix; utilizar la profesión de un<br />

personaje sin nombre escondía un arcano que ya ha quedado reb<strong>el</strong>ado.<br />

Igual de inmortales que Dulcinea, Cide Hamete, Rocinante, don Quijote<br />

y Sancho, también lo son <strong>el</strong> barbero, <strong>el</strong> ama, la sobrina y <strong>el</strong> cura; lo que<br />

para cada uno signifiquen los distintos personajes de <strong>El</strong> Quijote y d<strong>el</strong> resto<br />

de «mi herencia», es una emoción que ayudará a que la humanidad sienta<br />

realmente qué pintó en la realidad de Matrix <strong>el</strong> barbero de mi padre.<br />

»Como bien decías antes, la bacía que <strong>el</strong> barbero lleva en la cabeza<br />

conocida mundialmente como <strong>el</strong> Y<strong>el</strong>mo de Mambrino, representa la<br />

corona que mi padre usurpa al pueblo y a mí mismo. «Sin duda que <strong>el</strong><br />

648


pagano, a cuya medida se forjó primero esta famosa c<strong>el</strong>ada, debía de<br />

tener grandísima cabeza, y lo peor d<strong>el</strong>lo es que le falta la mitad.» Que<br />

recuperara literariamente lo que él me robó realmente, puede ser <strong>el</strong><br />

recurso de un pataleo o la expresión camuflada de que algo no<br />

funcionaba en <strong>el</strong> reino; los modales de mi padre eran monstruosos, quizá<br />

heredado por los comportamientos d<strong>el</strong> suyo <strong>el</strong> <strong>César</strong> Carlos V.<br />

»No podía «no decir» más descaradamente que se trataba de la<br />

corona que mi padre F<strong>el</strong>ipe II portaba sobre la media cabeza y no d<strong>el</strong><br />

y<strong>el</strong>mo de oro que <strong>el</strong> barbero se ponía sobre <strong>el</strong> sombrero para<br />

resguardarse de la lluvia que la casualidad quiso que en ese momento<br />

comenzase a caer ¿no te parece?<br />

—Ahora entiendo cuando decía —hizo exégesis Sancho—: «Es,<br />

pues, en <strong>el</strong> caso que <strong>el</strong> y<strong>el</strong>mo, y <strong>el</strong> caballo y caballero que don Quijote<br />

veía, era esto: que en aqu<strong>el</strong> contorno había dos lugares, <strong>el</strong> uno tan<br />

pequeño que ni tenía botica ni barbero, y <strong>el</strong> otro, que estaba junto a sí; y<br />

así, <strong>el</strong> barbero d<strong>el</strong> mayor servía al menor, en <strong>el</strong> cual tuvo necesidad un<br />

enfermo de sangrarse y otro de hacerse la barba.»<br />

»¿Qué es real señor don Quijote, la corona de oro purísimo o lo que<br />

parece la bacía d<strong>el</strong> barbero? Aunque no sea personaje, los quijotistas ya<br />

saben otra metamorfosis de los objetos que aunque parezcan una cosa,<br />

son otra (igual a lo que pasa en <strong>El</strong> Retablo de las Maravillas que fabricó y<br />

compuso <strong>el</strong> sabio Tonton<strong>el</strong>o). ¿En qué se diferencia la realidad simulada<br />

de <strong>El</strong> Quijote de la realidad actual en la que Matrix muestra sólo lo que<br />

dios quiera y manda aunque realmente las cosas sean diferentes?<br />

—Cualquier civilizombi —continuó don Quijote sin responder a las<br />

preguntas que deja a los filólogos— puede imaginar cómo se sentiría si<br />

hubiera tenido un padre como F<strong>el</strong>ipe II <strong>el</strong> asesino, <strong>el</strong> cobarde, <strong>el</strong><br />

inseguro, <strong>el</strong> rey de los psicópatas. Que no consiguiera asesinar a su hijo <strong>el</strong><br />

príncipe don Carlos por la intervención de mi maestro, no implica que su<br />

tercera mujer corriera la misma suerte (como Of<strong>el</strong>ia), como sucedió con<br />

todo lo que se le antojara o le aconsejara <strong>el</strong> cura. Que nadie se<br />

escandalice de lo que pueda comprender sobre F<strong>el</strong>ipe II porque no sólo<br />

es real sino que además y sin que me cause ninguna vergüenza,<br />

reconozco que es mi padre, un fatal ejemplo para los padres de todo <strong>el</strong><br />

planeta.<br />

—¿A quién crees que en realidad representa Ot<strong>el</strong>o, <strong>el</strong> moro de<br />

Venecia o tantos otros más? Son los comportamientos y las conductas de<br />

mi propio padre disfrazado con otros nombres. Paral<strong>el</strong>amente, la<br />

649


imposición de la Historia de Matrix lo ha vomitado como <strong>el</strong> lúgubre y<br />

pérfido F<strong>el</strong>ipe II, adorado y admirado sólo por los que se creen<br />

cegadamente esta gloriosa manipulación pero al fin, un personaje<br />

siniestro para los que realmente lo conocimos; tan infausto como<br />

muchos más que ha parido la bastarda realidad de Matrix. (¿Qué dirá la<br />

Historia de los actuales Carlos y F<strong>el</strong>ipe?).<br />

«¡Puuuuuuff¡» fue lo único que se escuchó d<strong>el</strong> escudero. La pista por la<br />

que están paseando conduce hacia <strong>el</strong> suroeste y la orografía permite que<br />

se domine perfectamente esta parte d<strong>el</strong> chichón. La alambrada d<strong>el</strong> fondo<br />

y unas garitas de vigilancia recuerdan que ¡más allá, prohibido pasar!, ya<br />

sea por estar finisterra o por ser militar. Como la perseguida pareja no<br />

puede escapar, la otra pasea sin ansiedad observando lo que deja a su<br />

paso cercano, una tierra reseca y abandonada que clama vegetación y a lo<br />

lejos, una tierra desértica o edificada que anuncia <strong>el</strong> Apocalipsis de los<br />

creyentes y la próxima extinción.<br />

Tanto silencio de Sancho tiene una explicación y es un hobby que le<br />

causó fascinación. A lo alto de la ladera norte d<strong>el</strong> Viso de san Juan, llega<br />

una brisa ascendente que aprovechan los «pilotos» de los aviones radiodirigidos<br />

para hacer piruetas y persecuciones. Aunque Sancho los vea d<strong>el</strong><br />

mismo tamaño de los que surcan <strong>el</strong> horizonte, realmente son muchísimo<br />

más pequeños; son tan diferentes en todo que se podría decir que<br />

mientras que uno es real, <strong>el</strong> otro es virtual, uno es real y <strong>el</strong> otro es Matrix.<br />

¡Pero cuidado! como Madrid, resulta que realmente también existen.<br />

(Ninguno es real, avión y aeromod<strong>el</strong>o son Matrix, como la cuchara en<br />

Matrix). Son réplicas en miniatura de los caza bombarderos invisibles a<br />

los radares o pacíficos v<strong>el</strong>eros que sin necesitad de ningún remontador<br />

artificial, se ponen a volar en cuanto se les deja de cara al viento.<br />

Mientras que los aviones hacían en <strong>el</strong> aire sus propias acrobacias, se<br />

produjo en tierra un hecho puntual. De las dos parejas, los tres sapiens<br />

fijaron sus miradas por primera vez; los tres estaban parados, uno<br />

esperando al perro y los otros observando a los aviones en vu<strong>el</strong>o. Los<br />

tres se dieron cuenta de que estaban allí y que no pintaban nada con los<br />

aviones de juguete; su estar se debería a otras cuestiones más<br />

r<strong>el</strong>acionadas con <strong>el</strong> espacio multidimensional que con <strong>el</strong> aéreo.<br />

Cuando <strong>el</strong> perro llegó junto a su compañero, siguieron paseando<br />

como de la mano hasta que al traspasar la pista de aterrizaje y lugar desde<br />

donde se pilotaban las naves, volvieron a separarse. <strong>El</strong> can se perdió<br />

ladera abajo y <strong>el</strong> civilizombi siguió por la pista atento de que no volviera<br />

650


donde los aviones; <strong>el</strong> aterrizar de alguno de <strong>el</strong>los podría confundirlo con<br />

una liebre corriente y salir <strong>el</strong> perro tras <strong>el</strong>la. Que un canino persiga<br />

cualquier movimiento a su alrededor que considere digno de su atención<br />

es lo natural, aunque muchas veces paran la persecución al diferenciar<br />

con la vista, y no <strong>el</strong> olfato, lo rep<strong>el</strong>entes que son las muchas bolsas de<br />

plástico. Un avioncito en la boca d<strong>el</strong> moloso sí podría «colapsar» su<br />

fus<strong>el</strong>aje; la mejor manera de que no se produzca un estropicio o una<br />

«masacre» es evitarlo y de aquí la atención d<strong>el</strong> sapiens en las conductas<br />

«naturales» de su «civilizado» acompañante.<br />

Después de maravillarse con los objetos volantes no identificados<br />

por los radares de Torrejón ni los controladores de Barajas, la pareja<br />

inmortal también reanudó su marcha dejando atrás las acrobacias para<br />

continuar con <strong>el</strong> encuentro de la decisión. Como nadie tiene la prisa que<br />

convierte un encuentro est<strong>el</strong>ar en una búsqueda con ansiedad, veamos<br />

qué pasa con <strong>el</strong> durante.<br />

—¿Qué le parece esta forma de canalizar <strong>el</strong> aburrimiento?<br />

—preguntó Sancho.<br />

—Que es mucho más ecológica que tener la necesidad de montarse<br />

en un avión para llevarse <strong>el</strong> aburrimiento como equipaje d<strong>el</strong> viaje.<br />

—Con los aviones de verdad ¿es igual?<br />

Como don Quijote no respondió a la cuestión, Sancho recapacitó<br />

sobre su potencial dispersión porque la enlazó de este sorprendente<br />

modo:<br />

—Me refiero a que si <strong>el</strong> poder de la industria aeroespacial puede<br />

tener algún paral<strong>el</strong>ismo al poder de «la ama», nuestra compañera<br />

insustituible de viaje.<br />

—¡Al parecer, sabes quién es! —exclamó muy contento <strong>el</strong> caballero<br />

por <strong>el</strong> curro que Sancho le ha ahorrado volviendo al sendero que<br />

llevaban.<br />

—¡No señor caballero!; lo que sé es que me lo va a contar usted.<br />

—La respuesta es que no —especificó <strong>el</strong> caballero—; la ama tenía<br />

mucho más poder que todo <strong>el</strong> actual lobby aeroespacial conjunto. Para<br />

este personaje también se utiliza una metáfora «profesional» que<br />

representa al súper yo de la archicontroladora Juana de Austria, la mujer<br />

más influyente en la vida de mi padre, mucho más de lo que hayan<br />

expresado cualquiera de las biografías o estudios que se hayan vertido en<br />

la Historia ni nadie pueda imaginar. Una mujer a la que llamo «<strong>el</strong> ama»<br />

porque realmente era <strong>el</strong> ama de mi padre (¿Cómo Carla Bruni de<br />

651


Sarkozy?). Parecía <strong>el</strong> ama d<strong>el</strong> Imperio, hacía y deshacía a su antojo y sabía<br />

perfectamente cómo arreglárs<strong>el</strong>as para que F<strong>el</strong>ipe II acatara lo que <strong>el</strong>la<br />

disponía. Era la conexión, <strong>el</strong> eslabón en la cadena que mal funcionaba<br />

engranado <strong>el</strong> Imperio Hispano con la maquinaria imperial (la fuente).<br />

Era un arma utilizada por los dioses para suavizar los escasos ataques de<br />

sentido común que sufrió mi padre cuando los abusos superaban la<br />

exageración. Una mujer a la que se debería conocer con profundidad<br />

para que su influencia no se volviera a repetir jamás.<br />

—Por algo será <strong>el</strong> que yo la llame «Ama de Satanás».<br />

—Otro piropo que dedicaba a mi padre. ¡Qué tiempos!<br />

—Me joden ese tipo de comentarios porque parece que «Ama de<br />

Satanás» ha salido a través de mi boca y no a través de mi yo.<br />

—Considero que habías llegado a un umbral de madurez como para<br />

comprender que mientras que estamos en <strong>El</strong> Quijote, otro habla por<br />

nosotros pero cuando estamos en Matrix, cada uno dice lo que no hace<br />

aunque no haga lo que dice —explicó don Quijote—. En realidad, se<br />

debería haber dicho <strong>El</strong> ama d<strong>el</strong> Satanás F<strong>el</strong>ipe II pero lo dejamos de<br />

manera subliminal, quizá demasiado subliminal porque nadie se ha<br />

enterado. Debe de tener su energía completamente extinguida como para<br />

reconocer la perversidad de su ceguera. ¿Dónde está ahora <strong>el</strong> «ilimitado»<br />

poder de esa mujer que en otro momento de su subconsciente existencia,<br />

marimangoneaba en la decadencia de un Imperio? Víctima de su<br />

insensatez, Juana de Austria se permitió algunos flirteos conmigo así que<br />

¡imagínate!<br />

—¿Quiso ligar con vuesa merced? —amarilleó Sancho.<br />

—Se me propuso su desposorio —denunció don Quijote—, para<br />

«sustituir» <strong>el</strong> daño que Paris me había hecho. Es imposible compartir los<br />

desatinos de una figurante de la que se están sufriendo las consecuencias<br />

de su gestión durante cuatro siglos.<br />

—Recuerdo perfectamente que era un ser abominable —resumió<br />

Sancho— y compruebo que la Historia no aprende de sí misma<br />

repitiendo sus mismos errores. <strong>El</strong> panorama mundial esta plagado de<br />

Amos de Satanás y la humanidad desconoce su existencia en realidad.<br />

—Exactamente igual que en la decadencia de Pax Hispana<br />

—confirmó <strong>el</strong> caballero—, pero ya sabes que Matrix se encarga de<br />

tergiversar todo. Las consecuencias de la equivocación se repiten tantas<br />

veces como la propia equivocación. ¿Quién podría evaluar mejor que su<br />

sobrino y «futuro marido» lo psicópata que era Juana de Austria? ¿Quién<br />

652


podría evaluar mejor que un Caballero Reb<strong>el</strong>de, <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de esquizofrenia<br />

d<strong>el</strong> sheriff Bush, su capataz Ánsar, o los validos d<strong>el</strong> rey?<br />

»Por resumir en un hecho la conducta de esa mujer, <strong>el</strong> ama participa<br />

activamente en la quema de libros, urdiendo una mentira para<br />

convencerme de que <strong>el</strong> autor int<strong>el</strong>ectual de la destrucción de la biblioteca<br />

había sido un encantador enemigo mío (F<strong>el</strong>ipe II) y que alegremente<br />

brinda mientras la agonía d<strong>el</strong> más famoso Caballero Andante anterior a la<br />

Post-Historia. Que <strong>el</strong> príncipe Carlos se dejara morir provocó un<br />

irreprimible entusiasmo en su alteza; <strong>el</strong> alivio momentáneo de su muerte<br />

se convirtió en <strong>el</strong> nacimiento de su peor pesadilla.<br />

»O se comparte la perfidia y las sevicias de mi tía Juana cuando<br />

estaba en activo o es imposible pedirte que puedas imaginar la magnitud<br />

a la que me refiero. Áng<strong>el</strong>a Chaning es Blancanieves al lado de Juana de<br />

Austria; la una tenía sólo un viñedo, la otra tenía <strong>el</strong> mundo entero.<br />

—Creo que está muy clara la denuncia —admitió Sancho—: la<br />

ceguera o la esquizofrenia al servicio d<strong>el</strong> poder, tiene consecuencias<br />

fatales para todos.<br />

—Para quien lo dude —siguió don Quijote que por irse a por uvas<br />

perdió la herencia de <strong>El</strong> Reino—, que responda <strong>el</strong> porqué d<strong>el</strong> ac<strong>el</strong>erado<br />

ocaso d<strong>el</strong> Imperio más resplandeciente d<strong>el</strong> mundo al que unos piratillas<br />

chuleaban como si de un cualquiera se tratara. En la decadencia de la Pax<br />

Hispana, cualquier bucanero con <strong>el</strong> título de Sir otorgado por su graciosa<br />

majestad, era capaz de desafiar a la temible ¡Armada Invencible! mientras<br />

que <strong>el</strong> ama Juana se empolvaba la cara con máscaras. ¿Qué corsario se<br />

atrevería a desafiar a la V Flota de USA robándoles todo <strong>el</strong> oro que<br />

transportara en sus bodegas?<br />

—Ni <strong>el</strong> virtualmente denominado Bin Laden. Por lo demás, ya sabe<br />

que no tengo nada nuevo que añadir: <strong>el</strong> ama de Satanás es Juana de<br />

Austria.<br />

Ni <strong>el</strong> narrador tampoco. Cuando las cosas están claras ¿qué más se<br />

puede agregar que no sea sobrecargar? Quizá recordar una pregunta:<br />

¿quién se cree todavía que la tierra es plana? Si a causa de la Historia no<br />

se quiere comprender la memoria real de Juana, al menos se advertirá<br />

que la incomprensión sería por la misma estupidez que negar la<br />

demolición controlada de las Torres Gem<strong>el</strong>as o afirmar que la tierra sí es<br />

plana. ¡Al tajo, que no hay tiempo que perder!<br />

—Por mi parte sí que hay una personaje más que añadir —anunció<br />

don Quijote con <strong>el</strong> mazo—: ¡La sobrina! Hija preferida d<strong>el</strong> rey, Isab<strong>el</strong><br />

653


Clara Eugenia está detrás d<strong>el</strong> quijotesco personaje de la sobrina; debería<br />

ser mi hermanastra pero todo <strong>el</strong> mundo sabe porqué la llamo «la<br />

sobrina».<br />

—¿Por adoptar <strong>el</strong> parentesco de Juan de Austria? —confirmó <strong>el</strong><br />

escudero con cansina reiteración—. También podría ser para denunciar<br />

las r<strong>el</strong>aciones incestuosas entre miembros de su misma familia. La cuarta<br />

esposa de su padre es su propia sobrina Ana de Austria y su tía tiraba los<br />

tejos a vuesa merced.<br />

—Dicen, que «la sobrina» se convirtió en un comodín o en alguien<br />

con <strong>el</strong> que quitarse un marrón. Cuando las cosas se ponían en Flandes<br />

como en Vietnam o en Irak, «F<strong>el</strong>ipe II creyó pacificar este país<br />

abdicando sus derechos en Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia. La sutileza y malicia se<br />

alargó a decir que sabía <strong>el</strong> rey, por r<strong>el</strong>ación secreta de sus médicos, no<br />

tendría sucesión la infanta, y que así enajenaba los reinos por pocos años,<br />

aventurando la reducción de los reb<strong>el</strong>des. Si F<strong>el</strong>ipe II pensó de esta<br />

manera no se equivocó, pues murió la infanta sin sucesión y viuda.»<br />

»La cegata sumisión a favor de nuestro padre encerró a la sobrina en<br />

Matrix, despreciando sistemáticamente mis sugerencias r<strong>el</strong>acionadas con<br />

la visión real d<strong>el</strong> tejemaneje. A diferencia d<strong>el</strong> ama Juana, la sobrina<br />

conoce ahora la eternidad y por fin ha decidido contar la realidad real de<br />

la realidad de Matrix, 400 años más tarde de los que lo podía haber<br />

hecho. La eternidad o la extinción es una forma contundente de<br />

despertar d<strong>el</strong> aletargamiento. Si la sobrina hubiera reaccionado durante<br />

su tiempo de oxidación, habría evitado 400 años de equivocación. Si<br />

hubiera tomado una decisión, podría haber puesto <strong>el</strong> punto de inflexión<br />

en <strong>el</strong> caos que amenazaba. Los conocimientos de mi maestro en 1.605<br />

acerca de Gaia, de Matrix y de la realidad real, eran tan omniscientes que<br />

<strong>el</strong> mundo hoy sería diferente. Ese mundo ya no existe porque <strong>el</strong> que<br />

existe es <strong>el</strong> que hay y <strong>el</strong> que hay, trajina con la descomposición de la Pax<br />

Americana, 400 años después de la descomposición de la Pax Hispana.<br />

—¿Quiere decir que si <strong>El</strong> Sistema hubiera dejado que <strong>el</strong> legítimo<br />

heredero de la Corona de Austria Migu<strong>el</strong> de Cervanpeare hubiera<br />

gobernado, otro gallo estaría cantando?<br />

—Eso es diferente.<br />

—Poco a poco se ha ido resumiendo en la disección de los<br />

personajes.<br />

—Y más que lo voy a hacer con <strong>el</strong> último al que voy a presentar<br />

como si fuera un acertijo que apuesto que cualquiera podría solucionar.<br />

654


Como estas palabras se reb<strong>el</strong>arán en un formato en <strong>el</strong> que este tipo de<br />

licencias no se pueden utilizar, se informará de su solución sin saber si<br />

los lectores lo hubieran adivinado. (Piensen o investiguen quién es <strong>el</strong> cura<br />

antes de seguir porque si después lo aciertan, más identificados con los<br />

reb<strong>el</strong>des se van a sentir).<br />

—Por lo que hace poco he sabido, voto por <strong>el</strong> Cardenal Valdés<br />

—apostó Sancho.<br />

—<strong>El</strong> cura es… ¿quién es? —planteó don Quijote usando un<br />

didactismo para que Sancho no olvide quién es <strong>el</strong> cura realmente—. Es<br />

un psicópata d<strong>el</strong> que sólo se sabe que con mi padre fue Inquisidor<br />

General, o sea, un paleto con muchísimo más poder y estupidez que <strong>el</strong><br />

sheriff Bush, otro analfabeto funcional. Por si fuera poco, también fue<br />

presidente d<strong>el</strong> Consejo de Castilla, jefe d<strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> y d<strong>el</strong><br />

Consejo Privado y un machote que de sus suspiros salían hijos.<br />

Censurado por <strong>el</strong> resto de los miembros d<strong>el</strong> Consejo de <strong>Estado</strong> por <strong>el</strong><br />

c<strong>el</strong>o que desplegó como inquisidor, <strong>el</strong> susodicho fue también<br />

superintendente de las negociaciones y asuntos de Italia, llenando los<br />

deseos d<strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe II que depositó en él una confianza sin límites. Por<br />

espacio de cinco años parece haber sido tal su influjo, que era <strong>el</strong> árbitro<br />

de los destinos de la gran nación d<strong>el</strong> siglo XVI. Junto a <strong>el</strong> ama, persuadió<br />

a mi padre para que me asesinara e inventando una anémica excusa<br />

acerca de mi taradez mental, consiguió doblegar la fuerza de la sangre de<br />

su propia sangre interviniendo de un modo «desairado» (sic) en la<br />

«muerte» y aun en <strong>el</strong> entierro d<strong>el</strong> príncipe don Carlos; un hecho por <strong>el</strong><br />

que le distinguieron con la «dignidad» cardenalicia. Decir esto es no decir<br />

absolutamente nada de quién fue la mano siniestra que movía los hilos<br />

d<strong>el</strong> títere de mi padre y responsable de que Cervantes escribiera su teatro<br />

en inglés. Será fácil despejar que la mano derecha de mi papá era <strong>el</strong> ama.<br />

—Por mucho que quiera abreviar, cuente alguna anécdota.<br />

—¿D<strong>el</strong> cura?<br />

—O de su r<strong>el</strong>ación con usted.<br />

—Existe un suceso puntual y crucial de mi r<strong>el</strong>ación con <strong>el</strong> cura que<br />

ha quedado inmortalizado en Hamlet.<br />

—¿Me lo va a contar o va a pasar como con Of<strong>el</strong>ia?<br />

—Si te quieres enterar de todo, te iría bien leer la tragedia pero este<br />

episodio cabal, ahora te lo voy a contar. Como sabes, la realidad real de<br />

lo que se narra en la tragedia sucede lejos d<strong>el</strong> castillo de <strong>El</strong>sinor en<br />

Dinamarca porque donde realmente ocurre es en <strong>el</strong> palacio real de<br />

655


España: un grupo de cómicos representa una comedia ante <strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe<br />

II (Claudio), su Consejo de <strong>Estado</strong> y Privado (incluido su confesor<br />

Polonio), y algunos personajes más.<br />

»Para ponerte en ambiente, has de saber que la Inquisición soportaba<br />

difícilmente las chocarrerías con que los autores adornaban los diálogos<br />

de las comedias. Ya sabes que en tiempo de mi padre F<strong>el</strong>ipe II fue,<br />

precisamente, cuando se prohibió a las mujeres exhibirse en escena.<br />

¿Qué más diría aqu<strong>el</strong>la famosa comedia para que <strong>el</strong> cura ordenase la<br />

proscripción? Según dicen las crónicas, desde aqu<strong>el</strong> momento no<br />

soplaron en España vientos propicios para <strong>el</strong> teatro: a pesar de proteger<br />

y cultivar las artes, F<strong>el</strong>ipe hizo con <strong>el</strong> teatro una excepción. Por esto se<br />

insiste en la causa de la existencia de Shakespeare, para que <strong>el</strong> caballero<br />

Carlo escribiera su teatro en inglés.<br />

»Ahora bien, <strong>el</strong> Gran Inquisidor y cardenal no se sabe todavía quién,<br />

ordenó en cierta ocasión a un tal Cisneros salir de Madrid, y <strong>el</strong> autor se<br />

apresuró a obedecer. Cuando lo supo don Carlos…<br />

—O sea vuesa merced.<br />

—Ya sabes que me gusta hablar de mí en tercera persona, como si<br />

hablara de un alter ego; si te fijas, comprobarás que se ponen comillas<br />

hasta cuando me cito a mí mismo… —recordó don Quijote que<br />

continuó diciendo—: Don Carlos, cuando lo supo, se enfureció contra <strong>el</strong><br />

cardenal a quien ya odiaba por <strong>el</strong> mucho poder que le otorgara su padre,<br />

y afrontándolo en la primera ocasión que en <strong>el</strong> Palacio real se presentó,<br />

lo amenazó con un puñal diciéndole a voces: «¿Cómo osasteis, pobre<br />

diablo de cura, que no sois más que esto, impedir a Cisneros (+)<br />

servirme? ¡Por vida de mi padre que voy a mataros!» Lleno de susto, <strong>el</strong><br />

cardenal se echó de hinojos, pero sólo por la intervención de otras<br />

personas logró salvar la vida. (Si se quiere, ver la explicación de la<br />

llamada en <strong>el</strong> mamotreto anterior.)<br />

—Tanto Inquisidor General y después se pone a lloriquear como un<br />

blandengue niñato —observó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Así de cobarde es la calaña de estos grandes validos o cardenales<br />

—rememoró <strong>el</strong> caballero—; todavía no sé por qué no murió aqu<strong>el</strong><br />

atardecer. La humanidad de entonces y de la posteridad lo habría<br />

agradecido. En Hamlet muere <strong>el</strong> consejero y confesor Polonio pero en<br />

Matrix siguió vivo <strong>el</strong> cardenal y confesor desconocido cuatro años más<br />

que «yo». ¿Te queda claro lo bien que se llevaba <strong>el</strong> cura conmigo?<br />

656


—Por supuesto maestro. Está claro que <strong>el</strong> cura no era santo de su<br />

devoción sino <strong>el</strong> rey de los demonios d<strong>el</strong> infierno.<br />

—Por resumir y finalizar rápidamente con su vida —prosiguió don<br />

Quijote—, las palabras d<strong>el</strong> rey: «acordaos, cardenal, que yo soy <strong>el</strong><br />

presidente» determinaron en <strong>el</strong> favorecido dignatario un síncope que le<br />

llevó al sepulcro repentinamente, precipitando aun más su muerte los<br />

mismos médicos que habrían empezado a embalsamarlo cuando aún<br />

vivía. ¡Qué forma de quitárs<strong>el</strong>o de en medio! [Ver <strong>El</strong> silencio de los corderos;<br />

Hannibal.] Tal y como había quedado dicho durante <strong>el</strong> despertar de hoy<br />

de la pareja inmortal, la solución al acertijo d<strong>el</strong> infame cura es Diego de<br />

Espinosa. Tal y como se dice desde <strong>el</strong> primer capítulo de <strong>El</strong> Quijote, «<strong>el</strong><br />

cura de su lugar es un hombre docto y graduado en Sigüenza» tal y como<br />

sucedió con Espinosa, que fue <strong>el</strong>evado a la más alta graduación con la<br />

mitra de esta misma ciudad.<br />

—¿Ya está?<br />

—¿Qué más quieres? Habrá doctores que se encarguen de la exégesis<br />

microscópica de los personajes y <strong>el</strong> caballero Alcor los podrá evaluar con<br />

nanoprecisión.<br />

Don Quijote sabe que todos los lectores podrán seguir tirando<br />

fácilmente d<strong>el</strong> hilo de Ariadna como para entretener con su ego la causa<br />

real de la «póstuma» salida: prologar <strong>el</strong> anuncio de la extinción. Se<br />

necesita ir al grano porque <strong>el</strong> tiempo que sí existe corre en nuestra contra<br />

(la de la humanidad). Por eso habrá ido resumiendo las disecciones y<br />

seguro que para todos será de agradecer. Hacer la exégesis de todos sus<br />

personajes sería una obra monumental y aquí no se trata de esto ni de La<br />

R<strong>el</strong>atividad ni de la Tercera Guerra Mundial; se trata de anunciar que<br />

ante la extinción: ¡Reb<strong>el</strong>ión! Además, Sancho sería capaz de llamar la<br />

atención al ego de quien fuera si osara intercalar biografía, ciencia o<br />

guerra en medio de la transcripción; al menos existe un mortal que sí<br />

sabe de qué va la realidad real: extinción.<br />

Al llegar al punto geodésico d<strong>el</strong> Salomón, la pareja inmortal se<br />

detuvo a buscar a la pareja animal que había desaparecido. <strong>El</strong> aire<br />

templado subía por la ladera y refrescaba d<strong>el</strong> calor d<strong>el</strong> mediodía solar; al<br />

estar cercana la festividad de La Pilar, es algo extraño <strong>el</strong> que uno se<br />

necesite refrescar. Avistaron al perro cuando perdieron la vista al fondo<br />

de la ladera y lo hallaron rastreando la pista d<strong>el</strong> conejo blanco, pero d<strong>el</strong><br />

sapiens no había ni rastro; tendrá que aparecer por fuerza porque por<br />

ningún lado se puede haber escapado. Sancho bajó hasta una roca que<br />

657


sobresale en la ladera y como le gustó cómo se veía desde allí, tomó<br />

asiento mientras que <strong>el</strong> caballero se quedó apostado junto al monolito<br />

geodésico. Al poco y subiendo por un ceñido y minúsculo cañón,<br />

apareció <strong>el</strong> desconocido y sin quedarse sorprendido, se extrañó al<br />

encontrarse con alguien en tan intransitado paraje.<br />

—Buenos días tenga vuesa merced —saludo <strong>el</strong> escudero.<br />

—Hola —respondió <strong>el</strong> desconocido.<br />

—Menuda postal se ve desde aquí.<br />

—Es la forma más humana de r<strong>el</strong>acionarse con la ciudad.<br />

—¿Cómo son las cosas dentro de la megalópolis?<br />

—Como en cualquier otra ciudad: inhumanas.<br />

—¿Ha estado allí?<br />

—He vivido en Madrid dos tercios de mi vida y ahora no sabría<br />

volver.<br />

—Nunca he estado en una ciudad tan grande —comentó <strong>el</strong><br />

escudero— pero hasta la imaginación se asusta al insinuar cómo sería la<br />

vida allí. Cuando siento curiosidad me encantaría conocerla pero cuando<br />

siento conciencia me horroriza concebirla: Interminables campos<br />

donde los seres humanos ya no nacemos, se nos cultiva. Durante<br />

mucho tiempo me negué a creerlo y necesito ver los campos con<br />

mis propios ojos para entenderlo. Usted que se ha criado allí, me podrá<br />

recomendar.<br />

—No tengo por costumbre influir en la vida de nadie pero si la<br />

quiere visitar, hágalo con sosiego. Allí, la prisa es una pandemia tan<br />

contagiosa que se entromete en <strong>el</strong> vivir d<strong>el</strong> más pasivo de los sujetos.<br />

—Curiosa manera de llamar a los ciudadanos.<br />

—Es la forma con la que nos despacha <strong>El</strong> <strong>Estado</strong> a través de su<br />

Agencia Tributaria: sujetos pasivos.<br />

—¿Sabe lo que es un civilizombi?<br />

—Hasta que no me lo diga no.<br />

—Civilizado + zombi.<br />

—Parece una fusión entre la herencia que los dioses nos han<br />

impuesto y <strong>el</strong> calificativo con <strong>el</strong> que nos definen —supuso <strong>el</strong><br />

desconocido—; interesante neologismo.<br />

—También los llamo Programas, máquinas, virus, plaga sapiens,<br />

subespecie suicida, esclavos…<br />

—¿Cómo ha aprendido todo esto?<br />

658


—Mi maestro me enseña todo. Llevo unos días en Matrix y estoy<br />

conociendo cómo funciona Civilización. Es muy complicado pero<br />

reconozco que mi ingenio es romo<br />

—Por su aspecto y perspicacia, es fácil adivinar que <strong>el</strong> maestro será<br />

<strong>el</strong> caballero don Quijote —acertó <strong>el</strong> desconocido.<br />

—Es él, en efecto; de entre los Caballeros Reb<strong>el</strong>des, es <strong>el</strong> más literal.<br />

¿Es usted lector?<br />

—He tenido temporadas en las que he leído pero desde hace unos<br />

años, intento sentir que estoy vivo.<br />

—Curiosa profesión la que tiene; después de conocer a un bombero<br />

y a un clon, no voy a ser tan simple de pronosticar que es actor. ¡Qué<br />

casualidad! Yo también me dedico a vivir y me temo que en esta<br />

sociedad, decir esto es una extrañeza que se puede llegar hasta rechazar.<br />

¿Es p<strong>el</strong>igrosa la vida en la ciudad?<br />

—Intuitivo y discreto como le siento, sabrá evitar lugares donde los<br />

sobresaltos te pueden abordar con más frecuencia de lo normal.<br />

—Con mi maestro he aprendido que la esquizofrenia colectiva tiene<br />

una gran aceptación social, todos saben que llevan muchas vidas a la vez<br />

y toleran las grandes crisis de ansiedad y la mucha depresión mental que<br />

provoca la psicópata polifragmentación d<strong>el</strong> software. Equilibrado y sin<br />

complejos como se le ve, le confesaré algo que no me había atrevido a<br />

pronunciar ante ningún don nadie, aunque fuesen los validos y <strong>el</strong> rey:<br />

entiendo que las ciudades son grandes manicomios donde se entretiene a<br />

los psicópatas con mucho trabajo-dinego y mucho ocio.<br />

—¿Cuándo ha aprendido a pensar así?<br />

—No lo sé pero puestos a hablar, le diré que no recuerdo los<br />

antecedentes reales de mi vida, desconozco <strong>el</strong> nombre de mi abu<strong>el</strong>o y<br />

por resumir mi genealogía, llevo siglos encerrado en una prisión<br />

bidimensional que no podía sentir, oler, saborear ni ver. <strong>El</strong> andalusí<br />

nos ha mostrado una puerta por la que se hace <strong>el</strong> traspaso dimensional;<br />

aprovechando <strong>el</strong> Mercadillo Medieval que se c<strong>el</strong>ebra en honor a la<br />

falsificación, hemos decidido salir d<strong>el</strong> libro para hacer una última salida<br />

por Matrix por ver si algún entuerto podemos desfacer.<br />

—¿Se expresa igual con todo <strong>el</strong> mundo con <strong>el</strong> que se encuentra?<br />

—La realidad es que no porque he aprendido a ponderar las palabras<br />

que se digan para ponerlas en menor cantidad a las que no se digan. Uno<br />

solo se puede meter en unos jardines tan estresantes que no cuesta<br />

659


ningún trabajo poner algo de precaución. Pero con usted siento una paz<br />

y una liberalidad tan grande que facilita y mucho <strong>el</strong> decir.<br />

—Disfruto con la espontaneidad de los encuentros —descubrió <strong>el</strong><br />

desconocido— y si algo me fascina de una conversación, es la lealtad con<br />

lo que se dice y lo impecable d<strong>el</strong> cómo se diga. La naturalidad en las<br />

conductas y <strong>el</strong> cariño en la conexión, abundan en lo inolvidable y eterno<br />

de la fascinación. Hable y compórtese como <strong>el</strong> sentido común aconseja<br />

que se haga; él y no yo, será <strong>el</strong> que limite los modales dentro de una<br />

ecuánime r<strong>el</strong>ación.<br />

—¿Qué hace en por estos parajes tan perdidos de la mano de lo<br />

militar?<br />

—Es un lugar habitual por donde Alcor me atrae a pasear. Antes<br />

veníamos con mucha más frecuencia pero después de unos meses sin<br />

acudir, algo nos ha impulsado a volver hoy por aquí.<br />

—Como venimos persiguiéndolos desde hace rato, imagino que se<br />

referirá al perro con <strong>el</strong> que camina porque es con <strong>el</strong> único que pasea.<br />

—Todas las mañanas y muchas tardes, Alcor me invita a salir a<br />

pasear y aunque en varias ocasiones he declinado <strong>el</strong> presente, las más de<br />

las veces le hago caso porque es un placer estar con él.<br />

—¡Que casualidad! A mí también me encantan los animales.<br />

—Siento paz entre <strong>el</strong> mundo animal, más en <strong>el</strong> natural que en <strong>el</strong><br />

domesticado. Sin embargo, estando Alcor civilizado, se diferencia de<br />

todo <strong>el</strong> resto en que es uno de los tres maestros que me ha facilitado la<br />

comprensión de lo esencial; todos los días aprendo algo de él. Es un<br />

honor que un maestro me invite a pasear.<br />

—Yo también aprendo d<strong>el</strong> pollino pero como lo diga en público, mi<br />

maestro dice que me van a descalificar por estar pirado.<br />

—Es igual lo que la gente pueda evaluar, porque como hagas caso de<br />

todos sus protocolos, no vas a poder ni estornudar. Alcor me ha<br />

enseñado una materia tan sutil de mi existencia que jamás podré dejar de<br />

considerarlo entre mis grandes maestros.<br />

—¿Quienes son los otros dos?<br />

—Un reb<strong>el</strong>de cast<strong>el</strong>lano y un sabio andalusí.<br />

Asombrado estaba <strong>el</strong> escudero por las muchas referencias que salían<br />

en <strong>el</strong> discurso y de las que se hablaba con tanta familiaridad que<br />

asombraría a los más iniciados. La brisa ascendente transportaba las<br />

palabras hasta los oídos de don Quijote que aposentado al pié d<strong>el</strong> mojón,<br />

660


escuchaba <strong>el</strong> diálogo con suma atención; como es natural se fijó en <strong>el</strong><br />

nombre d<strong>el</strong> can que seguro que no es casual.<br />

—Soy muy malo para los nombres —reconoció Sancho— y como<br />

seguro que es curiosidad, no le voy a preguntar por los otros maestros y<br />

así los dejaremos en paz.<br />

—Pues deje que para que estemos más en paz, necesite afirmar que<br />

no creo en la casualidad con la que tanto insiste porque somos la<br />

consecuencia de la causalidad. En momentos muy puntuales, algunos<br />

reb<strong>el</strong>des han tomado la decisión de salir de la fatal casualidad y de la<br />

divina causalidad para vivir «a lo natural». En lo est<strong>el</strong>ar d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de pero<br />

también en la respuesta de la humanidad, acontecen sucesos<br />

extraordinarios que se quedan grabados en la memoria y que la Historia<br />

se encarga de tergiversar; por esto somos víctimas de la causalidad y por<br />

esto seguimos esclavos d<strong>el</strong> ego y d<strong>el</strong> dinego (en francés). Nada es casual<br />

Sancho; desde hace sólo unos miles de años todo es causal y hasta<br />

entonces y en <strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o ahora, desde siempre existe la<br />

realidad real.<br />

—Exclamar ¡qué casualidad! era una causalidad. Insistir en <strong>el</strong>lo era la<br />

causa que buscaba conectar con esta reacción. Para conocer a alguien,<br />

debes luchar con él. ¿A quién tengo <strong>el</strong> honor de conocer? —sonsacó<br />

Sancho.<br />

—Aunque dependa de quien me trate, la mayoría me conoce por<br />

<strong>César</strong> —respondió <strong>el</strong> hasta ahora desconocido.<br />

—¿Es un nombre o una distinción?<br />

—En mi caso es nombre y muy pocos han usurpado esta distinción.<br />

[Ver Gladiator en donde «<strong>el</strong> <strong>César</strong>» Cómodo, hijo d<strong>el</strong> estoico Marco<br />

Aur<strong>el</strong>io, y unos cuantos políticos, usurpan esa distinción al reb<strong>el</strong>de<br />

caballero Hispano de Mérida. ¿Por qué hablar d<strong>el</strong> emperador Marco<br />

Aur<strong>el</strong>io? Porque después de ver Gladiator, se entenderá que escribiera<br />

cosas así de los políticos: «Recibir impresiones por medio de la imagen es<br />

propio también de bestias; ser movido como un títere por los instintos<br />

corresponde también a las fieras, a los andróginos, a Fálaris y a Nerón.<br />

Pero tener a la int<strong>el</strong>igencia como guía hacia los deberes aparentes,<br />

pertenece también a los que no creen en los dioses, a los que abandonan<br />

su patria y a los que obran a su placer, una vez que han cerrado las<br />

puertas». Libro III, Meditaciones.]<br />

—Sé que existe la discreción pero como percibo su sentido común al<br />

margen de complejos civilizados —se excusaba Sancho—, déjeme<br />

661


decirle si recibe otro trato con <strong>el</strong> nombre de Muzaraque, <strong>el</strong> moro que<br />

está encantado en la cuesta de Zulema que cabalga sobre cebra o aljama.<br />

—Es alfana y no aljama Sancho —corrigió <strong>el</strong> andalusí—. Si<br />

confunde una cebra con una mezquita, le van a decir que no ve tres en<br />

un burro. Con respecto a que me traten con <strong>el</strong> nombre de Muzaraque, he<br />

de aclararle que no. Conozco la existencia de ese moro por la misma<br />

fuente que lo conocen todos…<br />

—La Biblia? —interrumpió Sancho haciendo de causal abogado d<strong>el</strong><br />

diablo.<br />

—¡No! <strong>El</strong> Quijote —respondió <strong>César</strong> que terminó con lo que<br />

decía—: …pero por lo que hasta ahora sé, nada tenemos que ver <strong>el</strong> uno<br />

con <strong>el</strong> otro.<br />

—Pues buscándole a él hemos llegado a usted así que alguna r<strong>el</strong>ación<br />

podrán tener.<br />

—No entiendo.<br />

—Por hablar yo demasiado, necesitamos encontrar a un reb<strong>el</strong>de que<br />

nos proteja de los Servicios Secretos y que «facilite» nuestros días en<br />

Matrix; <strong>el</strong> caballero don Quijote ha sugerido que <strong>el</strong> moro nos podría<br />

ayudar a encontrarlo porque hay urgencia en la protección. Teníamos<br />

que acertar con una cebra pero ha aparecido Alcor en escena y sin<br />

saberlo, he empezado a seguirle; acompañado de mi maestro, hemos<br />

llegado hasta usted.<br />

—¿Qué r<strong>el</strong>ación tiene la cebra con <strong>el</strong> perro?<br />

—¡Nada señor don <strong>César</strong>!; ya le he dicho que no sé <strong>el</strong> porqué de la<br />

decisión por la que he empezado con la persecución.<br />

—Sancho, quizá sea porque no estoy acostumbrado pero no me<br />

gusta nada que me llamen ni con señor ni con don. <strong>César</strong> a secas es<br />

suficiente y acaso señor de Castilla. Como afortunadamente <strong>el</strong> respeto ya<br />

no se mide por <strong>el</strong> tratarse ni de usía ni de usted, tuteémonos.<br />

—Sólo en un parlamento he utilizado este trato y por ser éste de más<br />

distinción o interés, al menos lo voy a intentar —se propuso <strong>el</strong> escudero.<br />

—Te podría asegurar que no vas a encontrar una cebra por estos<br />

lugares —respondió <strong>César</strong>— porque los transito con frecuencia y jamás<br />

he encontrado ni un vestigio de <strong>el</strong>las. Un caballo es mucho más fácil e<br />

incluso una mula o un asno, pero una cebra… Desconozco <strong>el</strong> futuro,<br />

Sancho, pero de la misma manera que se producen encuentros est<strong>el</strong>ares<br />

en la dimensión atemporal, ¿por qué augurar que no te vas a encontrar<br />

con una cebra?<br />

662


—He dicho lo que he dicho porque creo que la búsqueda ha<br />

concluido —reb<strong>el</strong>ó Sancho—. ¡La causalidad!<br />

—Se me debe de estar quedando seco <strong>el</strong> seso porque tampoco me<br />

entero.<br />

—Digo que es posible que seas la razón de la decisión.<br />

En vista de que <strong>César</strong> no entendía lo que <strong>el</strong> escudero sugería, Sancho<br />

lo invitó a hablar con don Quijote que sería quien le aclarara los<br />

pormenores y los detalles. No sabe explicar lo que siente ni <strong>el</strong> porqué ha<br />

sido la primera persona a la que pregunta <strong>el</strong> nombre. Así quedaron un<br />

rato en silencio contemplando <strong>el</strong> desértico, urbanizado o urbanizable<br />

paisaje y observando los lejanos movimientos de Alcor. Don Quijote<br />

seguía inmóvil poco más arriba y la brisa continuaba acariciando la cara y<br />

los brazos de todos los que quisieran sentirla aunque por lo que se ve,<br />

sólo se trate de estos tres.<br />

Sin que se sepa ni se le pregunte <strong>el</strong> porqué, Alcor fue subiendo<br />

tranquilamente por la ladera pero igual que le pasaba a Penélope,<br />

desandaba sus pasos cuando un conejo salía a su lado escapándose ladera<br />

abajo. Poco a poco y sin ningún agobio, llegó jadeando hasta donde los<br />

contertulios estaban en silencio, y al ruido d<strong>el</strong> tráfico rodado hubo que<br />

añadir la respiración ac<strong>el</strong>erada que provoca la transpirable lengua d<strong>el</strong><br />

perro. Allí se mantuvo de pié un rato y en vista de que <strong>el</strong> jadeo era<br />

intenso, se levantaron para continuar con <strong>el</strong> paseo.<br />

Como ya se ha dicho, <strong>el</strong> progreso civilizado ha rasurado de árboles <strong>el</strong><br />

chichón d<strong>el</strong> calvo Salomón y su consecuencia más directa y nada<br />

colateral es no poderse resguardar de la inclemencia de esta temperatura<br />

de ficción otoñal. Al alcanzar al punto geodésico, Sancho se encargó de<br />

las presentaciones que empezaron por Alcor y no terminó por <strong>el</strong> que<br />

dice ser <strong>César</strong> porque antes de que pudiera hacerlo, saludó al caballero:<br />

—Caballero don Quijote… —dijo <strong>César</strong> con lealtad eterna.<br />

—Caballero Alcor… —dijo don Quijote con gratitud y<br />

consideración—. <strong>El</strong> tiempo te ha tratado bien ¿cómo te encuentras?<br />

—Alcor… —añadió don Quijote dirigiéndose al perro y<br />

acariciándole la cabeza y <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo.<br />

Sancho se quedó sorprendido por <strong>el</strong> fugaz reconocimiento de los dos<br />

maestros o los dos alumnos y consideró que sería una de tantas alquimias<br />

que la Caballería Andante se tiene reservada. Es una ventaja no ser<br />

Caballero por algunos endriagos y compromisos en los que hay que<br />

meterse pero en otros menesteres, <strong>el</strong> escudero desearía serlo para<br />

663


compartir la fugacidad d<strong>el</strong> microprocesador de la memoria reb<strong>el</strong>de.<br />

Después de estrecharse los brazos y de mirarse a los ojos en silencio,<br />

reanudaron <strong>el</strong> paseo porque así lo sugería <strong>el</strong> jadeo; dejando de nuevo a<br />

mano siniestra <strong>el</strong> desértico paisaje y a la diestra los alambres de espino y<br />

la alambrada militar, llegaron a la pista asfaltada que los conduce al<br />

oriente d<strong>el</strong> Salomón. Tanto silencio puso nerviosa la quietud de Sancho<br />

que como la canaliza hablando, se puso a decir:<br />

—¡Maestro! —soltó Sancho—; al final, la razón de la decisión se ha<br />

convertido en la causa d<strong>el</strong> encuentro est<strong>el</strong>ar en Tercera Dimensión.<br />

Como en este contexto y contacto equivocarse es un grave error, no diré<br />

¡qué casualidad! pero exclamaré ¡qué causalidad! ¿Cómo se han<br />

reconocido?<br />

—Sólo los cegatos podrían confundir a don Quijote y Sancho<br />

—dijo <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Ningún reb<strong>el</strong>de podría olvidar al caballero Alcor —respondió don<br />

Quijote.<br />

—Y ahora ¿qué? —curioseó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Desde este instante, puedes pasar de sentirte protegido a sentirte<br />

v<strong>el</strong>ado —determinó <strong>el</strong> caballero d<strong>el</strong> que ahora se necesita especificar<br />

don Quijote—. No te tienes ni que preocupar de los Servicios Secretos<br />

de Seguridad ni de cualquier sobresalto que pudiera acontecer; <strong>el</strong><br />

caballero Alcor anticipará su suceso o resolverá <strong>el</strong> entuerto antes de que<br />

cualquier consecuencia adversa nos pudiera arremeter.<br />

—Como al caballero Alcor le fascina la lealtad en lo que se hace y lo<br />

impecable d<strong>el</strong> cómo se dice —puntualizó la sutileza de Sancho—,<br />

aclararé, respetado maestro, que la tranquilidad me viene de tu seguridad<br />

en sentirte v<strong>el</strong>ado porque todavía no conozco a <strong>César</strong> en profundidad.<br />

—A veces hablas como un descastado —prorrumpió don Quijote.<br />

—Habíamos quedado en tutearnos —se defendió <strong>el</strong> escudero.<br />

—De eso no tengo nada que decir si es una <strong>el</strong>ección —explicó don<br />

Quijote—, pero dudar a priori d<strong>el</strong> honor de un reb<strong>el</strong>de que v<strong>el</strong>ará por tu<br />

vida a costa de la suya, es evidenciar algunas porciones de ceguera y no<br />

querer disfrutar desde su génesis de la plenitud que se siente en un trato<br />

con impecable lealtad.<br />

—Déjalo maestro —intervino <strong>el</strong> caballero Alcor—; es característico<br />

de Civilización <strong>el</strong> necesitar demasiada experiencia para saborear lo que<br />

implica sentirse v<strong>el</strong>ado.<br />

664


—Después de tantos trapis como se hacen —se justificó <strong>el</strong><br />

escudero—, la inseguridad inunda la personalidad de uno mismo y su<br />

r<strong>el</strong>ación con quienes les rodea; nadie sabe si con quien está puede<br />

sentirse v<strong>el</strong>ado o es alguien de quien se tiene que proteger.<br />

—¿A santo de qué viene todo esto? —preguntó <strong>el</strong> caballero don<br />

Quijote molesto.<br />

—Quizá sea debido a san Antón —respondió Sancho nervioso sin<br />

saber por dónde salir de tan indiscreta confusión.<br />

Mezclarse con los civilizombis arruina definitivamente la lealtad y<br />

Sancho debe haber olvidado lo que se siente cuando se está v<strong>el</strong>ado por<br />

un Caballero Reb<strong>el</strong>de.<br />

—Señor don <strong>César</strong>,… —decía Sancho.<br />

—<strong>César</strong> quería decir —corrigió Sancho después de ver la mirada d<strong>el</strong><br />

caballero Alcor—; mi maestro me ha informado d<strong>el</strong> inexorable contagio<br />

de Matrix pero lo enmendaré instantáneamente para sentir que estoy<br />

v<strong>el</strong>ado mientras que esté a tu lado.<br />

—Incluso cuando estés a tu bola —informó <strong>el</strong> caballero Alcor—,<br />

consideraré cualquier alteración que te pueda encoger para orbitarla.<br />

Así se llegaron hasta un coche que en medio d<strong>el</strong> campo estaba<br />

estacionado. Sancho recordó que paseaban por encima de un polvorín<br />

d<strong>el</strong> que <strong>el</strong> Ministerio de Defensa avala su tut<strong>el</strong>a y estuvo atento al<br />

diferenciar la garantía de su seguridad dependiendo que la ofrezca un<br />

reb<strong>el</strong>de a que la certifique un democrático miniscutrerio. Sugirió que se<br />

fueran rápidamente de allí y así lo hicieron no sin antes poner más peros.<br />

—He aprendido —objetó <strong>el</strong> escudero—, que estos aparatos son<br />

ataúdes rodantes y aunque sepa que no existe la muerte, estas máquinas<br />

te pueden quitar esta vida en un pis pas. ¿Tan necesario es su uso?<br />

—No es necesario <strong>el</strong> uso de lo que te conduce a una muerte posible<br />

o a una mutilación probable —confirmó <strong>César</strong>—. Si quieres ir andando,<br />

dirige tus pasos hacia allá y cuando llegues, te sabrás ubicar.<br />

La cronobligada hora de comer<br />

ha llegado también a este domingo<br />

y ya no sé si es menester<br />

que quede reflejada en ningún sitio.<br />

La mañana ha pasado regulín<br />

juntos no pueden estar mucho<br />

cada uno se ha ido por su lado<br />

estar juntos es estar desolados.<br />

Los papis se han pasado un p<strong>el</strong>ín<br />

se han chillado mutuamente<br />

<strong>el</strong> niño protegido en la wii<br />

¡Qué va a hacer si está loca la gente!<br />

¿Qué dónde se ha ido <strong>el</strong> uno?<br />

A tomar <strong>el</strong> aperitivo al bar;<br />

¿Recuerdan que lo considera<br />

como si fuera su segundo hogar?<br />

665


Reunidos entorno a la mesa,<br />

que como todo hay que decirlo<br />

la encargada de todo servirlo<br />

y de prepararlo ha sido ésa,<br />

parecería un blanco mirlo<br />

si no se portara como un bicho<br />

recriminando abiertamente<br />

cosas que nunca se han dicho.<br />

<strong>El</strong> ruido de las cucharas<br />

y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> cuchillo en <strong>el</strong> plato<br />

cuando no se sabe cortar<br />

ni un filete ni un zapato,<br />

eran junto a la t<strong>el</strong>evisión<br />

todo lo que estaba sonando<br />

y <strong>el</strong> muermo junto al mogollón<br />

es un lío de ¡Válgame dios!<br />

Si al menos lo que comieran fuera<br />

una hostia con transubstaciación<br />

saborearían de la paz de dios<br />

y de una causa de su crispación.<br />

Cuando la propia calamidad<br />

se convierte en la vida habitual<br />

666<br />

ni en domingo se descansa<br />

d<strong>el</strong> sopor y amargura diaria.<br />

Tanto <strong>Estado</strong> d<strong>el</strong> Bienestar,<br />

tanto Progreso y Paz social<br />

puede que sean para camuflar<br />

la jodida realidad de verdad;<br />

ésa misma que está viviendo<br />

<strong>el</strong> empresario de los montajes,<br />

la ejecutiva que ahora es ex<br />

y <strong>el</strong> de la wii: rey de la casa es.<br />

A siete kilómetros de allí<br />

también sucede otra realidad<br />

que se vive sin fatalidad,<br />

con cariño y con lealtad.<br />

Si no queda sobreentendido<br />

nos vemos obligados a decir<br />

que sucede en <strong>el</strong> mismo instante<br />

así que no nos pongan a parir.<br />

Don Quijote y Sancho Panza se<br />

han encontrado al caballero Alcor<br />

lo más fácil de entre lo que pase<br />

¿es que se pongan a zampar? ¡No!<br />

—Maestro ¿qué va a hacer? —preguntó <strong>el</strong> desorientado escudero.<br />

—Me voy con él. Ya sabes que en estos casos, o lo coges al vu<strong>el</strong>o o <strong>el</strong><br />

caballero se va al Multiverso paral<strong>el</strong>o a la v<strong>el</strong>ocidad de la luz.<br />

—¿Cómo nos organizamos? Puedo ir detrás con Alcor.<br />

—Pasa por aqu<strong>el</strong> lado que irás más cómodo —propuso <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

Así, las dos parejas inmortales o animales, se metieron en <strong>el</strong> ataúd<br />

rodante y bajando la cuesta bordeada de ailantos y ¡de pinos!, llegaron<br />

hasta la carretera a la que <strong>el</strong> progreso ha puesto en pie de obra, una guerra<br />

para los ciudadanos conductores. A Sancho debió de impresionarle algo<br />

porque iba callado y sin hacer comentarios; llegaron en silencio hasta la<br />

puerta de un garaje en la que los cuatro bajaron d<strong>el</strong> coche después de que<br />

Sancho blasfemara por la claustrofobia que le produjo constatar que lo<br />

suyo no son las puertas; chocó con la d<strong>el</strong> cine, se estr<strong>el</strong>ló contra la de la<br />

Magistral y ahora no sabe abrir la d<strong>el</strong> coche. Sin embargo, sí sabe traspasar<br />

la más importante de las puertas que existan a la eternidad: la dimensional.<br />

Cuando se bajaron d<strong>el</strong> coche, <strong>César</strong> les dijo que siguieran los pasos de<br />

Alcor porque él los conduciría al destino. Y así, la pareja inmortal se


introdujo a través de un largo pasillo hasta la plataforma d<strong>el</strong> garaje que<br />

conduce al frescor d<strong>el</strong> salón. <strong>El</strong> caballero Alcor se encargó de estacionar <strong>el</strong><br />

ataúd rodante y de cerrar las puertas que se habían quedado abiertas. Si no<br />

es por seguridad ni tampoco por intimidad, ¿por qué cerrará las puertas<br />

con llave? No sé si será un protocolo subconsciente o será porque no se<br />

replantea nada pero cualquiera que se encierra con llave, es a causa de su<br />

esquizofrenia. No se debería vivir en un sitio tan inhumano en <strong>el</strong> que por<br />

cualquier motivo, te encierras con llave hasta para orinar.<br />

Una vez en la casa y acompañado Alcor a su lugar, <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

mostró los pormenores para que la pareja se sintiera en su hogar y no<br />

necesiten pedir de nada. Es fácil que cualquiera se pueda imaginar que<br />

Sancho quería comer y dormir porque llevaba un día sin hacer ni lo uno ni<br />

lo otro casi. Después de saborear unas manzanas dulces, pidió licencia a<br />

los caballeros y se retiró a sestear. Dormir de nuevo en sábanas blancas era<br />

tan apetitoso que para qué entretenerse con <strong>el</strong> apetito estomacal.<br />

Quedaron pues los dos caballeros solos y mientras que uno se daba<br />

una ducha, <strong>el</strong> otro se encargó de dar la fruta a Alcor. Don Quijote pidió<br />

cambiarse de ropa y como su figura es similar en talle y encorvadura a la<br />

d<strong>el</strong> otro caballero, utilizó su vestuario sobre <strong>el</strong> que se puso una chilaba<br />

azul marino. Así quedaron los tres y como es natural, este transcriptor<br />

también se va a retirar.<br />

Conviene que los lectores sepan <strong>el</strong> porqué de mi retiro: los encuentros<br />

entre los caballeros se van a omitir por una cuestión que todos se pueden<br />

imaginar o podrán considerar: la lealtad a que se sientan v<strong>el</strong>ados y que para<br />

este narrador es inquebrantable.<br />

667


Tercera Parte


Mamotreto XIX.<br />

EN EL QUE SE PLANTEA DE<br />

GÉNESIS DE REBELIÓN<br />

Cuando Sancho se despertó de la temprana y breve siesta, empezó a<br />

escuchar las risas frecuentes que aparecían en la conversación de afuera.<br />

Por corto que sea, <strong>el</strong> sueño de Sancho es tan reparador que se levanta<br />

con una energía e ingenio capaz de sorprender a caballeros y maestros.<br />

Al salir d<strong>el</strong> dormitorio, encontró a los caballeros sentados en <strong>el</strong> salón<br />

sobre unas esterillas de esparto en sus posiciones habituales, <strong>el</strong> uno en la<br />

posición d<strong>el</strong> guerrero y <strong>el</strong> otro en la d<strong>el</strong> loto. Estaban conversando tan<br />

alegres y entusiasmados que parecía que no se habían percatado de la<br />

presencia d<strong>el</strong> escudero. Después de pasar por <strong>el</strong> baño para desahogar <strong>el</strong><br />

efecto que <strong>el</strong> potasio de las manzanas produce en <strong>el</strong> organismo, se acercó<br />

a la reunión para participar de tan festiva c<strong>el</strong>ebración. Al no estar en la<br />

tertulia, Sancho interrumpió preguntando por Alcor y mostrándole <strong>el</strong><br />

lugar que ocupaba al fresco en <strong>el</strong> hueco de una ventana, se quedó de pie<br />

observándolo sin hacer caso a la pareja de reb<strong>el</strong>des sentados.<br />

Después de pasar así un rato, volvió a fijar su atención en lo que sí<br />

ocurría en la conversación. Por la expresión de la cara, los dos caballeros<br />

constataron que Sancho no se enteraba de lo que hablaban. Queriendo<br />

que la fiesta fuera conjunta, don Quijote cambió de tercio para que <strong>el</strong><br />

recién despertado se hiciera un hueco entre los dos. Incorporándose se<br />

dirigió al escudero diciendo:<br />

—Por fin estás junto al caballero Alcor de Castilla al-andalusí<br />

—dijo don Quijote—. Tantas ganas tenías de conocerlo y tantas<br />

respuestas querías encontrar en él, que éste es <strong>el</strong> instante que se presenta<br />

para satisfacer todo <strong>el</strong>lo a la vez.<br />

—No me apure señor caballero —dijo Sancho bostezando—, que<br />

un recién despertado es como un recién nacido y necesita acostumbrarse<br />

progresiva y dulcemente al inesperado mundo que de pronto le rodea.<br />

Aparte d<strong>el</strong> cine y de la Magistral, esta es la primera ocasión que entro en<br />

una casa normal y si no fuera por <strong>el</strong> baño, aqu<strong>el</strong> cacharro blanco y este<br />

mueble tan extraño, parece que estoy en una venta de las de entonces…<br />

¿o de las de ahora? ¿Cuándo y dónde estoy?


Los dos caballeros guardaron silencio para dejar que Sancho se<br />

aclimatara al entorno y <strong>el</strong> escudero aprovechó para continuar con sus<br />

consideraciones.<br />

—Entiendan señores alquimistas, que después d<strong>el</strong> sueño es cuando<br />

siempre se han producido mis traspasos dimensionales y aunque en este<br />

momento no lo sienta, no puedo asegurar que sea la tercera vez que se<br />

haya producido. Lo que recuerdo de antes de la siesta es exactamente<br />

igual a lo que veo ahora pero como lo de antes y después, o sea ahora, es<br />

a su vez completamente nuevo, tendré que decidir cuándo, dónde y<br />

cómo estoy.<br />

—Si te dijera que estamos en Matrix —indicó don Quijote— ¿se<br />

solucionarían todas tus dudas sin la necesidad de que pasaran aviones a<br />

reacción?<br />

—No lo sé señor don Quijote —respondió <strong>el</strong> escudero—; sólo le<br />

puedo decir que me siento a gusto y sereno sin poder asegurar dónde ni<br />

cuándo estamos.<br />

—Si aprietas aqu<strong>el</strong>los botones blancos —sugirió <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—, sabrás rápidamente la realidad en la que te encuentras sin<br />

necesidad de preguntar nada más.<br />

<strong>El</strong> escudero se dirigió hacia la pared de ladrillos en la que sobresalían<br />

unos plásticos blancos; cualquier ciudadano de este mundo artificializado<br />

sabe que a esos chismes se les llama interruptores y seguro que también<br />

puede entender que Sancho desconozca tales artilugios. Al pulsarlos, se<br />

encendieron las luces y, efectivamente, <strong>el</strong> sagaz escudero descubrió todo<br />

lo que tenía que saber para reconocer <strong>el</strong> entorno divino en <strong>el</strong> que se<br />

hallaba sumergido, ahogado y esclavizado: «¡Estamos en Matrix!» afirmó<br />

Sancho sin titubear. No le costó trabajo que su software se pusiera en<br />

marcha en las circunstancias adecuadas y que decidiera que tal y donde<br />

estaba antes de la siesta, siguiera en Matrix después de <strong>el</strong>la.<br />

Que <strong>el</strong> entorno en <strong>el</strong> que se hallan los reb<strong>el</strong>des sea divino no es por<br />

la desmesurada egolatría que pudiera originarse «naturalmente» en la sede<br />

de la Fundación al-Ándalus en la que se encuentra ubicado este salón y<br />

que haya degenerado hasta al transcriptor; podría ser porque alguno de<br />

sus okupantes actuales estuviera dañado colateralmente con la infección<br />

que provoca la psique. Concretando, si <strong>el</strong> contagioso entorno d<strong>el</strong><br />

andalusí es divino se debe a que cualquiera que comparta este infectado<br />

espacio, padecerá <strong>el</strong> estar tan esclavizado como <strong>el</strong> resto de civilizombis<br />

de cualquier estado. ¿Por qué razón puede un reb<strong>el</strong>de reconocer su<br />

672


esclavitud? Vivir dependiendo o simplemente rodeado de la corriente<br />

<strong>el</strong>éctrica, única causa por la que se otorga <strong>el</strong> título de divinidad a este<br />

entorno, implica que se tenga que reconocer la sumisión a Imperio; si no<br />

fuera así, la ceguera y la esquizofrenia sería tan crónica que convendría<br />

soslayar cualquier mensaje de quien no reconozca la sumisión vital a la<br />

<strong>el</strong>ectricidad. Civilizombi o despierto, sapiens o reb<strong>el</strong>de, son las<br />

alternativas en las que se puede uno enrolar y no se necesitan excusas ni<br />

penitencias: se trata de una sencilla decisión. [Ver La Fundación de Buero<br />

Vallejo.]<br />

Aunque haya más ingredientes pero por si <strong>el</strong> resumen pudiera<br />

resultar clarificador, se puede afirmar sin lugar a dudas que globalmente,<br />

se denomina Civilización al entorno en <strong>el</strong> que los civilizombis subsisten<br />

inspeccionados, vigilados, castigados y esclavizados por la corriente<br />

<strong>el</strong>éctrica a la que paradójica y vulgarmente se conoce como «La Luz».<br />

¡Menuda contradicción! ¡¡La luz!! que debería guiar es la que<br />

precisamente esclaviza a los civilizombis! ¡¡La luz!! que podría iluminar es<br />

la que precisamente hace más cegatos a los deslumbrados civilizombis! Si<br />

los esclavos se desconectaran de la señal de Matrix «<strong>El</strong>ectricidad»,<br />

dejarían de estar vigilados y castigados. Hoy día ¿quién va a prescindir d<strong>el</strong><br />

alumbrado de la oscuridad, d<strong>el</strong> acondicionador de aire, d<strong>el</strong> exprimidor de<br />

fruta, de la escritura con ordenador, de la música grabada, de las<br />

imágenes de t<strong>el</strong>evisión, de la cerveza fresquita e incluso de la<br />

locomoción? Contradictoriamente, mientras que no se pueda desertar de<br />

todo este bienestar, no sólo estamos esclavizados y somos cómplices d<strong>el</strong><br />

saqueo sino que estamos vigilados y castigados. Como para escuchar no<br />

hace falta la luz sino <strong>el</strong> silencio que envu<strong>el</strong>ve al sonido, dejemos que sean<br />

las palabras las que iluminen <strong>el</strong> descuido d<strong>el</strong> escudero.<br />

—Si no quieres ser cómplice en <strong>el</strong> saqueo a Madre Tierra ni<br />

compinche de la fatalidad actual —advirtió don Quijote—, apaga las<br />

luces porque al ser innecesarias, no hace falta derrochar ni contaminar.<br />

Deja que la claridad que entra por las ventanas sea la que ilumine este<br />

lugar; sabiendo todo lo que necesitas saber para reconocer tu señal de<br />

entrada y salida para localizar tu ubicación espaciotemporal, podrás<br />

sentirte como en casa.<br />

—Ya sé que se me puede llamar genocida por utilizar la corriente<br />

<strong>el</strong>éctrica —analizó <strong>el</strong> escudero—, pero por derrocharla, se me puede<br />

incluir entre los más cegatos civilizombis descerebrados.<br />

673


—Me imagino, querido Sancho —comentó <strong>el</strong> caballero Alcor—, que<br />

este tipo de severidad analítica es parte de la ironía que te caracteriza; la<br />

evaluación que has hecho d<strong>el</strong> uso de la <strong>el</strong>ectricidad es rigurosamente real<br />

pero me figuro que te la tomas con mucho cariño.<br />

—Por supuesto, maestro de mi maestro —afirmó <strong>el</strong> escudero—;<br />

dejemos <strong>el</strong> análisis de algunas contradicciones que observo en tu hábitat<br />

habitual para nuestra intimidad y así no empezar por <strong>el</strong> slogan de nuestra<br />

«póstuma» salida: la psicopatía colectiva.<br />

—¿Es ésta una de tus invitaciones subliminales para que se tenga que<br />

sobrentender lo que por alguna razón no quieres decir por las claras?<br />

—se percató don Quijote.<br />

—No se lo tome de manera personal querido maestro —apuntó <strong>el</strong><br />

escudero—; entienda que después de despachar con un rey, sienta algo<br />

más que curiosidad por despachar directamente con un humano real que<br />

además de reb<strong>el</strong>de, también es su maestro y mi creador. Si se quiere<br />

retirar a sestear, hágalo sin cuidado. Me encuentro a gusto junto al<br />

caballero Alcor y además sé que puedo estar descuidado porque con él<br />

no existen secretos ni tampoco la remota posibilidad de que pueda<br />

acontecer mal alguno a su lado.<br />

—Deja que te dé un consejo —dijo a Sancho <strong>el</strong> caballero Carlo.<br />

—Me extraña viniendo de vuesa merced.<br />

—Sé sincero; él sabe más de lo que imaginas —informó don<br />

Quijote retirándose de la conversación.<br />

Quedaron pues Sancho y <strong>el</strong> caballero Alcor en <strong>el</strong> salón de al-Ándalus<br />

mientras que don Quijote subió a recorrer <strong>el</strong> resto de la sede de la<br />

Fundación.<br />

—Siéntate a mi lado —dijo <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Prefiero quedarme de pié.<br />

—Como tú quieras.<br />

—Me ha apetecido sentarme —explicó Sancho después de<br />

sentarse con las piernas cruzadas.<br />

—Lo sé —afirmó <strong>el</strong> caballero Alcor—. Tienes la mirada de un<br />

hombre que acepta lo que ve porque espera despertarse. ¿Crees en<br />

<strong>el</strong> destino?<br />

—¡No! no me gusta la idea de no ser yo <strong>el</strong> que controla mi vida.<br />

—Sé exactamente a lo que te refieres.<br />

—Oye —dijo Sancho cambiando de tercio para variar—, ¿qué tal si<br />

empezamos con otras obviedades? ¿No eres sapiens verdad?<br />

674


—Sería difícil encontrar una obviedad mayor —afirmó <strong>el</strong><br />

caballero Alcor.<br />

—A mi entender —expuso <strong>el</strong> escudero—, tú eres un programa<br />

d<strong>el</strong> mundo de las máquinas igual que él.<br />

—Vas bien encaminado.<br />

—Pero si eso es cierto, formas parte de este sistema, otra forma<br />

de dominio.<br />

—Continúa.<br />

—Supongo que la pregunta más obvia es ¿puedo confiar en ti?<br />

—¡Premio! —f<strong>el</strong>icitó <strong>César</strong>—. Es un conflicto, de eso no hay<br />

duda. Lo malo de la situación es que no puedes saber si he venido<br />

a ayudarte o no. Tú eres <strong>el</strong> que decide, tu puñetera cabecita tiene<br />

que decidir si acepta lo que voy a decirte o lo rechaza. ¿Un<br />

caram<strong>el</strong>o?<br />

—¿Tú ya sabes si voy a aceptarlo?<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor se quedó a la expectativa porque no iba a caer en<br />

<strong>el</strong> renuncio de decidir por nadie y esperó la reacción de Sancho.<br />

—Pero si tú ya lo sabes ¿cómo voy a escoger yo? —preguntó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Si estás ahora aquí no es para escoger, tú ya <strong>el</strong>egiste. Has<br />

venido a intentar comprender por qué lo hiciste. A estas alturas ya<br />

deberías saberlo.<br />

—¿Y a qué has venido tú?<br />

—A lo mismo. Reniego los caram<strong>el</strong>os.<br />

—Dime ¿por qué nos ayudas?<br />

—Cada uno está aquí para hacer lo que tiene que hacer. A mí<br />

me interesa una cosa Sancho: La Reb<strong>el</strong>ión Pacífica. Y puedes<br />

creerme, ¡<strong>el</strong> único modo de llegar a <strong>el</strong>la es yendo juntos!<br />

—¿Hay más programas como tú?<br />

—No, no hay ninguno como yo pero mira… ¿Ves esos pájaros?<br />

Alguien tuvo que escribir un programa para controlarlos. D<strong>el</strong><br />

mismo modo, existe un programa para controlar los árboles, <strong>el</strong><br />

viento, <strong>el</strong> alba y <strong>el</strong> ocaso. Hay programas funcionando por todas<br />

partes. Aqu<strong>el</strong>los que realizan bien su cometido, su misión, son<br />

invisibles;…<br />

—¿Cómo tú?<br />

675


—…no podrías saber si están aquí —continuó <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

pasando de Sancho y de su interrupción—. Pero los otros… bueno<br />

siempre se oye hablar de <strong>el</strong>los.<br />

—Yo no he oído hablar de <strong>el</strong>los.<br />

—¡Vamos ya Sancho!; no vaciles y pasa d<strong>el</strong> guión. <strong>El</strong>los son los<br />

dioses (por respetar <strong>el</strong> guión de Matrix porque son diosas.)<br />

—Ya lo sé caballero Alcor, era una broma. Ayer estuve explicando<br />

microscópicamente este párrafo a un zapatero remendón que en la<br />

leyenda <strong>El</strong> sueño es vida llegó a ser presidente pero no rey; te podrás<br />

imaginar que siendo don Quijote mi maestro, sepa de la existencia de los<br />

troglodioses con suma precisión. Sí; a <strong>el</strong>los tienes que ir tú, allí muere<br />

<strong>el</strong> camino de <strong>El</strong> Caballero Reb<strong>el</strong>de.<br />

—Sancho, ahora puedes ver <strong>el</strong> futuro: estás contemplando un<br />

mundo atemporal.<br />

—¿Y por qué no veo lo que le pasa a <strong>el</strong>la?<br />

—¿A qué te refieres?<br />

—No sé a quién me refiero; como sabrás por <strong>el</strong> color de las letras en<br />

negrita, estamos citando Matrix literalmente…<br />

—…y esto no nos va a meter en ningún jardín que perturbe la paz<br />

de nadie —interrumpió <strong>el</strong> caballero Alcor—. Por mucho que quieras<br />

explicar Matrix, no nos vamos a esclavizar con <strong>el</strong> guión de una p<strong>el</strong>ícula ni<br />

con nada; habrá partes que se puedan utilizar y partes que se tengan que<br />

desechar. Bastante tendríamos con la <strong>el</strong>ectricidad para esclavizarnos con<br />

algo más.<br />

—Don Quijote me ha remitido a ti cuando le he preguntado si entre<br />

Alcor y Carlo existe alguna r<strong>el</strong>ación más allá que las mismas letras d<strong>el</strong><br />

nombre. Con todos los pseudónimos que utilizáis, es curioso que <strong>el</strong><br />

vuestro coincida de manera tan sutil ¡y no puede ser por casualidad!<br />

—De la misma manera que todos los lectores estimaban que <strong>el</strong><br />

caballero don Quijote había muerto, tú sabes que está tan vivo como<br />

siempre. Por ser <strong>el</strong> testigo de <strong>el</strong>lo, te podrías convertir en <strong>el</strong> notario<br />

oficial de la humanidad para certificar que don Quijote y yo somos dos<br />

reb<strong>el</strong>des y no uno sólo; la coincidencia en las letras d<strong>el</strong> nombre es debido<br />

a la materia est<strong>el</strong>ar. Si se necesita ver para creer, tú eres <strong>el</strong> que más fácil<br />

lo tiene ya que compartes con ambos caballeros <strong>el</strong> espacio y <strong>el</strong> tiempo.<br />

¿Somos uno que se alterna en la realidad de Matrix o somos dos<br />

simultáneos en <strong>el</strong> Multiverso Atemporal?<br />

676


De manera tan silenciosa que podría haber pasado inadvertido,<br />

traspasó don Quijote la estancia por detrás de los contertulios para<br />

aposentarse a puerta cerrada tras la pantalla d<strong>el</strong> ordenador. Los que ya<br />

conocemos a Sancho, sabemos que ha aprehendido d<strong>el</strong> pollino ciertos<br />

saberes ocultos y quizá entre <strong>el</strong>los se incluya <strong>el</strong> de ser obstinado. Quizá<br />

por <strong>el</strong> guión de la p<strong>el</strong>ícula Matrix, quizá por saber lo que significa Isab<strong>el</strong><br />

en la vida de don Quijarlos, quizá por su curiosidad y quizá por la Prensa<br />

Amarilla o <strong>el</strong> «Programa Rosa», volvió al jardín que <strong>el</strong> andalusí trató de<br />

esquivar.<br />

—Es tan universalmente conocido <strong>el</strong> amor de Carlo por Isab<strong>el</strong>,<br />

—insistió Sancho— que siendo <strong>el</strong> mismo o sean dos, alguna dama<br />

existirá en tu caballeresca vida.<br />

—Eso es diferente —zanjó definitivamente <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—¡Cómo se nota que sois maestros <strong>el</strong> uno d<strong>el</strong> otro!; cuando no os<br />

gusta alguna materia, soltáis la misma respuesta.<br />

—No podemos ver más allá de las <strong>el</strong>ecciones que no<br />

entendemos. Las emociones, como las sensaciones, surgen y<br />

desaparecen, existen y dejan de existir.<br />

—«¿Por qué no quieres hablar de <strong>el</strong>la?<br />

—Olvíd<strong>el</strong>o.»<br />

—Esa <strong>el</strong>ección la han hecho por ti —aguijoneó <strong>el</strong> escudero<br />

extrañado por <strong>el</strong> refinado trato—. Nuestra única esperanza, nuestro<br />

único sosiego está en comprender la causalidad.<br />

—Efectivamente, hay <strong>el</strong>ecciones que impone «<strong>el</strong> destino» y lo único<br />

que las dulcifica es saber <strong>el</strong> porqué e incluso entender su porqué.<br />

Nuestra única esperanza, <strong>el</strong> único sosiego está en comprenderla.<br />

No olvides que <strong>el</strong> amor universalmente conocido es <strong>el</strong> de Dulcinea por<br />

don Quijote y no <strong>el</strong> de Isab<strong>el</strong> y Carlo.<br />

—Hay ciertas cosas en este mundo que no cambian jamás y<br />

hay otras que sí cambian ¿por qué?<br />

—¡Vaya preguntas haces Sancho! ¿A qué te estás refiriendo? Se te<br />

meten tanto los guiones de las p<strong>el</strong>ículas que no sé si estás esclavizado o si<br />

te tienen controlado.<br />

—No sé señor caballero, no sé —expresó Sancho con descrédito—.<br />

Quizá no tengas todo <strong>el</strong> control y quieren que algo lo tenga yo.<br />

Ante <strong>el</strong> silencio extrañado d<strong>el</strong> caballero Alcor, <strong>el</strong> escudero siguió con<br />

su rollo de p<strong>el</strong>ícula.<br />

677


—«No se puede hacer absolutamente nada, hay que saber retirarse;<br />

nadie puede hacer milagros. Si se ha puesto fin es porque te has hecho<br />

daño porque al implicarte emocionalmente, su<strong>el</strong>e ocurrir». Pero al<br />

sentirte más centrado, estás recuperando <strong>el</strong> control. Seguro que te sientes<br />

mejor (Ver Instinto).<br />

—¿Puedes concretar o estás citando? ¿Consideras que tienes <strong>el</strong><br />

control y que puedes hablar de lo que sea?<br />

Una sonrisa sutil se dibujó en los labios de Sancho porque sentía al<br />

caballero Alcor acorralado. Cuando <strong>el</strong> escudero cree que entiende una<br />

respuesta, que no le interesa una pregunta, que tiene alguna estrategia<br />

dialéctica o se le va la cabeza a donde sea, pasa a la dispersión.<br />

—Sea como fuere —terció <strong>el</strong> escudero—, me ilusionará ver de lo<br />

que eres capaz si Mor Feijote tiene razón. No deberíamos hablar de<br />

esto pero si eres quien dice, es un instante emocionante.<br />

—¿Por qué?<br />

—¿Que por qué estás aquí? ¡Joder («Yesus» en la versión<br />

anglófona), menudo lío mental! Estás aquí para salvar <strong>el</strong> mundo.<br />

¿Qué se puede decir ante algo así?<br />

Como <strong>el</strong> caballero Alcor no respondía, Sancho se aventuró a<br />

aconsejar:<br />

—Si ves a un agente ¡corre!, no pares de correr.<br />

—¡Qué bien te ha sentado la siesta querido Sancho! Te has levantado<br />

arrasador. En vez de manzanas esperiegas parece que has tomado<br />

t<strong>el</strong>omerasa directa en las venas.<br />

—Sé por qué no consigues dormir, ya hablaremos de eso; sé<br />

por qué vives solo y por qué noche tras noche te sientas ante <strong>el</strong><br />

ordenador. Cuando don Quijote me encontró, me dijo que en<br />

realidad no le buscaba a él; lo que buscaba era una respuesta. Es la<br />

pregunta la que nos impulsa caballero Alcor, es la pregunta la que<br />

te ha traído hasta aquí.<br />

—Hay algunos aspectos que mi imaginación conocía de tu<br />

personalidad pero nada mejor que compartirlos para saber lo que<br />

realmente significan. Dispersas <strong>el</strong> diálogo por tantos temas que no estoy<br />

seguro de que los puedas hilvanar. ¿Por qué no intentamos ir por partes?<br />

—¿Qué quieres decir? —preguntó <strong>el</strong> escudero haciéndose <strong>el</strong> tonto.<br />

—Me has dicho que soy un programa d<strong>el</strong> mundo de las<br />

máquinas igual que él y que formo parte de este sistema; después<br />

has preguntado que si puedes confiar en mi y conjeturado que cómo<br />

678


vas a escoger si soy yo <strong>el</strong> que sabe lo que vas a <strong>el</strong>egir. Afirmas que la<br />

pregunta es lo que me ha traído hasta aquí, me has aconsejado que si<br />

veo a un agente no pare de correr y dices que sabes por qué no<br />

consigo dormir, por qué vivo solo y por qué noche tras noche me<br />

siento ante <strong>el</strong> ordenador. Te informo que es de día cuando me siento<br />

ante <strong>el</strong> ordenador y sólo cuando <strong>el</strong> insomnio es radical, es por la noche<br />

cuando trascribo los manuscritos.<br />

—¿Todo lo que tienes que comentar a lo que he dicho es que<br />

transcribes de día en vez de por la noche?<br />

—¿Por qué no haces un análisis microscópico d<strong>el</strong> resto antes de<br />

continuar?<br />

—Porque para conocer a alguien, primero debes luchar con él.<br />

Para poder decidir si eres otra forma de dominio o si puedo confiar<br />

en ti, necesito saber si realmente eres <strong>el</strong> andalusí.<br />

—Sería difícil encontrar una obviedad mayor —repitió <strong>el</strong><br />

caballero Alcor.<br />

—Si tal y como dice don Quijote eres <strong>el</strong> maestro de Cervanpeare,<br />

apreciarás la v<strong>el</strong>ocidad de funcionamiento d<strong>el</strong> microprocesador y podrás<br />

asimilar más información simultánea que <strong>el</strong> resto de los mortales. La<br />

ausencia de ego facilitará que no sientas vértigo si afirmo que eres un<br />

programa d<strong>el</strong> mundo de las máquinas igual que él y que formas<br />

parte de este sistema, o sea, otra forma de dominio más. Las<br />

materias se pueden presentar como si fueran una bomba racimo y<br />

dependiendo de la reacción d<strong>el</strong> interlocutor ante las explosivas<br />

proposiciones, es fácil y rápido hacerse la idea de con quién se está. Lo<br />

que es sorprendente es que has conseguido que crea en alguien.<br />

—Pero Sancho, no se trata de que lo entienda yo sólo sino de que lo<br />

entienda <strong>el</strong> resto de los ciudadanos. Pensar que soy otra forma de<br />

dominio más es una causa por la que se podrían mosquear. Además,<br />

esto se contradice con que vaya a salvar <strong>el</strong> mundo tal y como afirmas<br />

citando a Matrix.<br />

—No son tan simples los ciudadanos como parecen; ésta es una de<br />

las enseñanzas que he recibido d<strong>el</strong> propio rey. Nadie que va a salvar <strong>el</strong><br />

mundo puede ser otra forma de dominio más aunque hayan<br />

institucionalizado al reb<strong>el</strong>de Jesucristo y montado un chiringuito en su<br />

nombre. [Ver <strong>El</strong> hombre que hacía milagros, La pasión de Cristo.] Por<br />

supuesto que los civilizombis se van a plantear quién eres y que algunos<br />

dudarán d<strong>el</strong> realismo de reb<strong>el</strong>aciones como la extinción o la Cuarta<br />

679


Dimensión; incluso habrá doctores que no quieran creer la memoria real<br />

de los sucesos acaecidos hasta <strong>el</strong> 24 de julio de 1568 ni de después. Pero<br />

seguro que los coterráneos tienen suficiente perspectiva para percatarse<br />

de la diferencia entre este discurso y <strong>el</strong> que oye de políticos y doctores:<br />

éste puede sorprender por lo atrevido pero <strong>el</strong> político-doctoral aburre<br />

por lo patatero. No es lo mismo escuchar la memoria real de los hechos<br />

que estar esclavizados por los cuentos que la Historia de Matrix ha<br />

impuesto. No es lo mismo decir que Cervantes es un escritor cojonudo y<br />

punto que conocer los nombres reales de los personajes de <strong>El</strong> Quijote o<br />

Hamlet.<br />

»Los lectores tendrán claro que <strong>el</strong> contenido de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do<br />

no puede provenir de alguien que forma parte de este sistema porque<br />

sólo puede provenir de un reb<strong>el</strong>de en cuya pi<strong>el</strong> nadie se querría meter.<br />

Entenderán fácilmente que estás consciente, que reconoces <strong>el</strong> contagio<br />

de Matrix y esto te tiene siempre alerta. Que no reacciones a la defensiva<br />

es la expresión d<strong>el</strong> control al que tienes sometido al ego. Si fueras un<br />

programa que forma parte de este sistema ¿qué serán los gobernantes<br />

de este reino que no se atreven ni a mirar más allá de las narices?<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor encajaba con inalterable estoicismo las perlas que<br />

recibía de boca d<strong>el</strong> escudero pero se le escapaba alguna inspiración<br />

intensa que no pudo disimular. Cuando un reb<strong>el</strong>de reconoce que de<br />

alguna manera forma parte de este sistema, puede apretar las<br />

mandíbulas o respirar con más profundidad para recobrar la ecuanimidad<br />

y olvidarse de Anakin Skywalker. Sancho aprovechó su silencio para<br />

continuar.<br />

—Cierta ironía que surge espontáneamente en mis apreciaciones<br />

sobre tu programación, es parte d<strong>el</strong> software con <strong>el</strong> que me ha dotado <strong>el</strong><br />

andalusí así que estarás al día de mis salidas por Úbeda. Manifestarme sin<br />

ambages es algo que contigo puedo hacer con total confianza porque<br />

eres corresponsable de mi expresión oral. Criarme a tu imagen y<br />

semejanza es algo de lo que ahora no te puedes arrepentir, de manera<br />

que no te escandalices con mis análisis porque cualquier sapiens querrá<br />

saber muchas cosas: por qué tú, de dónde provienes, cómo es <strong>el</strong><br />

proceso… [Ver Chypher.]<br />

»En principio, eres otro civilizombi más que sabe vivir y además<br />

«bien», o sea, con bienestar; despertar te ha dotado con un <strong>el</strong>evado niv<strong>el</strong><br />

de consciencia y te planteas las cosas. Para ser considerado te diré que<br />

680


eres respetuoso pero no impecable con <strong>el</strong> medio ambiente; pero<br />

realmente ¿quién eres?<br />

—Si fuéramos lo que decimos ¿qué más da quiénes seamos?<br />

—¡Explícate!<br />

—Podríamos entretenernos con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de quién soy, pero si las<br />

palabras son las encargadas de atraer la atención ¿por qué no atender a<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y que cada uno se diga lo que quiera acerca de esta<br />

vida mía?<br />

Sancho se había quedado atascado con la frase: «Si fuéramos lo que<br />

decimos ¿qué más da quiénes seamos?» porque de alguna manera es real.<br />

Muchas veces sucede que cuando en medio de un discurso algo nos<br />

llama mucho la atención, desconectamos de lo que sigue porque nos<br />

quedamos enfrascados en lo que fuere. Si lo que cuenta es lo Presente<br />

¿qué más da <strong>el</strong> pasado? Entonces, si estamos como decimos ¿qué más<br />

dará lo que fuimos? <strong>El</strong> presente nos recuerda que lo único real es que<br />

estamos siendo y a veces sucede que uno decide estar consciente<br />

momentánea o definitivamente. Desde ese momento, <strong>el</strong> pasado pasa a<br />

formar parte d<strong>el</strong> pasado y te liberas de un equipaje tan inhumano como<br />

<strong>el</strong> que sientes cuando te ves atrapado como un equipaje más de la<br />

v<strong>el</strong>ocidad.<br />

Administrar <strong>el</strong> uso de la palabra ahorra energía al organismo, así que<br />

dejemos que los más enérgicos la recuperen para que otros podamos<br />

descansar.<br />

—¿Por qué no eres uno de <strong>el</strong>los? —dijo Sancho recuperado.<br />

—¿A qué <strong>el</strong>los te refieres?<br />

—A los de la Federación Galáctica.<br />

—Podría ser también uno de los dioses que en un momento de la<br />

existencia, cuando nos hemos dado cuenta de la equivocación (la<br />

extinción), haya decidido insertarme en un entorno genuinamente<br />

civilizombi de Matrix para entender al Programa Smith. Gracias a <strong>el</strong>lo he<br />

conocido <strong>el</strong> poder de la psique, de la mente subsconsciente, y ahora<br />

puedo interferir la señal de Matrix y hackear la ceguera de los sapiens.<br />

—¡Qué casualidad! Eres un hacker como Neo.<br />

—Cualquiera que sepa de la existencia de la señal de Matrix, sabrá<br />

perfectamente que se puede hackear; por eso utilizan causalmente un<br />

hacker para personificar al Neo-Salvador.<br />

—¡Tienen ovarios y lo dicen bien claro!<br />

681


—¿Lo dices porque en vez de ovarios parece que son descaradas?<br />

Evalúan arriesgadamente <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de aletargamiento de los civilizombis y<br />

sin duda lo mantienen en niv<strong>el</strong>es máximos —afinó <strong>el</strong> caballero Alcor—;<br />

pero esa psicopática adicción al riesgo puede hacer que pierdan su<br />

ecuanimidad y que en vez de tener ovarios, parezca que son descaradas.<br />

<strong>El</strong>las me conocen adecuadamente y por eso Neo es un hacker y no<br />

ninguna otra profesión. (Como «<strong>el</strong> barbero» de Don Quijote, que siendo<br />

cirujano <strong>el</strong> padre ficticio, no podría quedar más claro ni descarado. ¿Cuál<br />

es la pregunta, por qué «barbero» <strong>el</strong> rey y padre o por qué hacker <strong>el</strong><br />

caballero Alcor?). Por ésta pero también por otras p<strong>el</strong>ículas, describen<br />

aspectos de mi personalidad de manera tan explícita que no necesito<br />

confesar que me tienen calado hasta <strong>el</strong> tuétano. Lo que todavía no saben<br />

es hasta qué punto las tengo caladas para afirmar que se trata de diosas, o<br />

sea, de mujeres y no de simples títeres machistas. Están tan protegidas<br />

detrás de este patriarcado incomestible que piensan que nos la van a dar<br />

con queso. (Por cierto, tengo número de la seguridad social pero<br />

¡no pago impuestos! ¡¡Insumisión fiscal!! Se acabó adorar a las diosas).<br />

Por los mensajes que comunican en sus guiones, tengo «todas las de<br />

ganar»: hasta al propio Neo mandan al otro barrio después de dejarlo<br />

causalmente cegato. Manifiestan en tantas p<strong>el</strong>ículas que Civilización es<br />

un mundo de ficción, que Matrix puede ser una p<strong>el</strong>ícula más aunque<br />

tenga un toque especial; tan especial que glosa realidades como ésta:<br />

»Matrix es un mundo imaginario generado por ordenador,<br />

construido para mantenernos bajo control y convertir al ser<br />

humano en esto: ¡una pila! (algo que nace «se fabrica» y se consume).<br />

¿Se puede decir más claro sin necesidad de caer en <strong>el</strong> descaro?<br />

»Matrix es <strong>el</strong> mundo que ha sido puesto ante tus ojos para<br />

ocultarte la realidad. ¿Qué realidad? Que eres un esclavo, Neo; igual<br />

que los demás naciste en cautiverio, naciste en una prisión que no<br />

puedes ni saborear, ni oler, ni tocar, una prisión para tu mente: un<br />

esclavo que se consume mientras que consume (despilfarra) los recursos<br />

energéticos. ¿Se puede decir más claro sin necesidad de caer en <strong>el</strong><br />

descaro?<br />

»Matrix nos rodea, está por todas partes, incluso ahora, en esta<br />

misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana, al<br />

encender la t<strong>el</strong>evisión; puedes sentirla cuando vas a trabajar,<br />

cuando vas a la iglesia, incluso cuando pagas tus impuestos. Es <strong>el</strong><br />

mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad.<br />

682


Unos esclavos, ¡sí!, pero además, robotizados. ¿Se puede decir más claro<br />

sin necesidad de caer en <strong>el</strong> descaro?<br />

»Sí, lo dicen poco después:<br />

»(…) un virus. Los humanos son una enfermedad, son <strong>el</strong><br />

cáncer de este planeta; son una plaga y nosotros somos la única<br />

cura. [Ya se sabe quiénes son los humanos; ya se ha dicho quiénes son<br />

nosotros.] ¿Qué más quieren los esclavos víricos robotizados? ¿Se puede<br />

decir más claro sin necesidad de caer en <strong>el</strong> descaro?<br />

Después de escuchar esto ¿nadie se asusta? Las plagas, la hecatombe,<br />

<strong>el</strong> exterminio. [¿Y después de ver esto tampoco: Campo de batalla: La<br />

Tierra, Doce monos, Pitch Black, Pokemon? Si ya se han visto todas las<br />

sugeridas hasta ahora ¿para qué repetirse más?] Por si alguien no se<br />

entera, se traducirá esta forma de hablar divina por otra más<br />

políticamente pueril: Los humanos son medioambientalmente<br />

insostenibles, tanto que son <strong>el</strong> cáncer de este planeta y unas los<br />

quieren exterminar y Naturaleza habla de ¡extinción ya!<br />

—Si controlan tan bien la psique sapiens —observó Sancho—,<br />

sabrán que conoces la existencia de la Señal de Matrix y que la puedes<br />

hackear; a los que tienen <strong>el</strong> control de la vida, tu vida les puede molestar.<br />

—Cualquier Caballero Reb<strong>el</strong>de de la Orden de la Paz sabe a quiénes<br />

se resiste —informó <strong>el</strong> caballero Alcor—; son molinos de viento gigantes<br />

que pueden abreviar cualquier vida reb<strong>el</strong>de sin permiso de nadie. Son<br />

divinas ¿no te das cuenta cómo nos hablan? ¿No aprecias lo claro que lo<br />

tienen por lo claro que lo dicen? Esos cuatro párrafos son tan<br />

rev<strong>el</strong>adores que aprecio lo divinas que son esas mujeres.<br />

—Esas que tanto admiras son las que te van a matar. Don Quijote<br />

me ha hablado de algunos de sus muertos y si recuerdo sólo a Kennedy o<br />

a Gandhi es por resumir en dos a los matados por dios (por la rima<br />

aunque sea en femenino plural).<br />

—No las admiro Sancho porque nos han traído a la extinción, pero<br />

ni subestimo su poder ni que sean mujeres; yo estoy varón. Cada uno<br />

está aquí para hacer lo que tiene que hacer. Y puedes creerme, ¡<strong>el</strong><br />

único modo de llegar a <strong>el</strong>la (la Paz) es yendo juntos!<br />

—Analiza lo contradictoria que es Matrix; mientras que los dioses<br />

reconocerán <strong>el</strong> estado de tu reb<strong>el</strong>día por las palabras que se lean en <strong>El</strong><br />

<strong>César</strong> V5. 3l Est4do (y a partir de aquí comenzar su Programa de rastreo y<br />

persecución para ubicar la fuente de La Señal Reb<strong>el</strong>de) los sapiens lo<br />

querrán coger todo con pinzas y charlarán de…<br />

683


—No sé cómo reaccionarán los imprevisibles sapiens —interrumpió<br />

<strong>el</strong> caballero Alcor—. ¿Se pondrán a curiosear, se dispersarán en busca de<br />

la personalidad perdida… qué harán? Es algo que pertenece a un tiempo<br />

que ahora no existe y por eso no me pre-ocupa.<br />

—¡No me joda! La prensa amarilla va a querer enguarrar como lo<br />

hace con todo, se arrastrarán por fangos y lodos porque creen que ese es<br />

¡su destino! y cometerán tantos desatinos para aumentar sus cuotas de<br />

sodomización, que después no se sabrán ni pedir perdón. A sus niñatos<br />

presentadores pero sobre todo a sus degenerados presis, habría que<br />

atravesar en una lanza y ponerlos sobre una hoguera a bailar una<br />

macabra danza.<br />

—¡Joder Sancho, cómo te pones con <strong>el</strong> Cuarto Poder!<br />

—¡Si es que dan asco y sólo saben intoxicar o desinformar! [Ver<br />

Ejecución inminente, Luna nueva.]<br />

—¿Pero no todos serán igual?<br />

—Todas son igual porque para mantener sus índices de audiencia,<br />

más que un pacto, están casadas con <strong>el</strong> diablo (las cadenas de TV). Para<br />

mantener a la gente embobada hay que echarles encima mucha porquería<br />

y así sus expectantes planiencefalogramas, no van a reaccionar ante nada.<br />

»¿Cómo es posible que conozcas los personajes de la nov<strong>el</strong>a más<br />

inmortal de todos los tiempos y nadie lo haya sabido descifrar? Con lo<br />

mal que está <strong>el</strong> liderazgo, a algo se tendrán que agarrar y como todavía<br />

no están preparados para aceptar la policialización total de la población,<br />

tú eres la alternativa hasta ahora. Todavía les falta un poco para que los<br />

civilizombis acepten <strong>el</strong> chip por las buenas; falta todavía un poco para<br />

poder escuchar: «Yo acepto <strong>el</strong> chip» con voz digitalizada. Para instituirlo<br />

más ac<strong>el</strong>eradamente tienen que implantarlo a la fuerza y para eso vale <strong>el</strong><br />

orden de una Ley Marcial con o sin la excusa de auto-atentados; para<br />

evitar todo esto, tú eres la alternativa (Ver Yo, robot, <strong>El</strong> juramento, V de<br />

Vendetta).<br />

—Es sorprendente cómo ves a las circunstancias de las cosas.<br />

—¿Y no es su estado real? Crisis… ¡no!, inflación… ¡tampoco!,<br />

deflación… ¡tampoco!, ¡crackflación!... ¡ni por esas!, decadencia… ¡puede<br />

ser!, corrupción… ¡ésta sí que sin duda está en presente! Desconfianza<br />

interbancaria, aumento de la morosidad, tasas de paro olvidadas, frío<br />

hasta en la gran ciudad; violencia en todos los ámbitos, aumento de la<br />

criminalidad, impunidad en la clase política, de tan corrupta como está; si<br />

los cegatos no quieren ver esto ¿cómo van a ver que todo va mal? [Ver<br />

684


Gladiator, <strong>el</strong> esclavo Hispano que se reb<strong>el</strong>a; ¿será causal o lo tienen<br />

calado?]<br />

—Se puede confundir con un discurso pesimista porque suena un<br />

poco fuerte pero parece hasta real —comentó alegremente <strong>el</strong> caballero.<br />

—Pues claro caballero Alcor. Esto no es <strong>el</strong> argumento de una<br />

p<strong>el</strong>ícula de ciencia ficción cuyo guión diga que somos unos esclavos<br />

consumistas que nos consumimos como las pilas abandonadas desde <strong>el</strong><br />

principio en un perdido rincón d<strong>el</strong> cajón; resumiendo, que nos<br />

consumimos sin saber para qué. Esto es un diálogo entre reb<strong>el</strong>des que<br />

dicen las cositas tan claras como tan primorosamente hacen las<br />

trogloditas en sus p<strong>el</strong>ículas; así es como entendemos la paridad y la<br />

igualdad. Puede sonar fuerte porque es real y esta realidad no mola ná de<br />

ná cuando se observa con frialdad. ¡Por esto es por lo que hay que<br />

reaccionar ya!<br />

—Aunque al principio pueda sonar de ciencia ficción, he decidido<br />

ser presidente de la nación.<br />

—¿De Barataria? —preguntó <strong>el</strong> desgobernado escudero.<br />

—¡No, de España! —descifró <strong>el</strong> <strong>César</strong> públicamente.<br />

—¿Vas a evitar la implantación chip?<br />

—Voy a intentarlo.<br />

—¡Buen resumen de programa <strong>el</strong>ectoral! —vaciló Sancho—. Seguro<br />

que los españoles saben apreciar <strong>el</strong> resto d<strong>el</strong> Programa después de<br />

considerar <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Si recuerdan la oportunidad que<br />

perdieron para que les representara mi maestro en <strong>el</strong> gobierno d<strong>el</strong><br />

Imperio durante la decadente España de la Pax Hispana, no van a dejar<br />

escapar esta segunda oportunidad con <strong>el</strong> maestro de mi maestro durante<br />

la decadente Pax Americana para que gobierne sólo una nación. Sé que<br />

es un futuro d<strong>el</strong> que no se puede saber pero presiento que no van a dejar<br />

que alguien así se quede en paro.<br />

—¿Crees que lo único que hay que hacer es evitar la implantación d<strong>el</strong><br />

chip?<br />

—No soy tan básico como aparento y hasta puedo hacer profecías:<br />

para llegar al chip, van a suceder muchas cosas chungas más (también se<br />

podría haber escrito «más» antes de chungas) que se querrían todos<br />

evitar. Lo que afirmo es que tal y como están las cosas, ya están<br />

demasiado extrañas sin necesidad d<strong>el</strong> chip.<br />

De pronto, la maquinaria de Matrix recordó su presencia atroz con <strong>el</strong><br />

ruido de un motor que parece que trabaja al ralentí. La temperatura de la<br />

685


nevera debe de haber subido y <strong>el</strong> cometido de esta máquina es refrigerar<br />

<strong>el</strong> fervor d<strong>el</strong> ambiente para que la calentura no ponga las cosas al rojo<br />

frío. ¡Qué <strong>el</strong>ectrodoméstico más previsor! Sancho prestó atención al<br />

ruido d<strong>el</strong> «cacharro blanco» y girando todo <strong>el</strong> cuerpo, dirigió la mirada<br />

hacia allí. Como vio que no pasaba nada y recordó una sugerencia de su<br />

maestro, no preguntó por la novedad esperando su averiguación por <strong>el</strong><br />

contexto. <strong>El</strong> caballero Alcor no se inmutó al principio pero tal y como es<br />

con los ruidos, por leves que sean, se comprobará su urgente reacción.<br />

Es curioso que con lo potente que ha sido la experiencia en <strong>el</strong><br />

Mercado d<strong>el</strong> Siglo de Oro Medieval, Sancho no habla de este<br />

acontecimiento para nada; forma parte de un pasado que ya no existe y<br />

cuando lo efímero se presiente intensamente, <strong>el</strong> presente es <strong>el</strong> único<br />

espacio en <strong>el</strong> que quiere estar la gente. Quien quiera vivir constantemente<br />

conectando instantes presentes tan emocionantes que den olvido a tan<br />

intensos pasados que todavía no han existido, que aprenda de la pareja<br />

más inmortal de todos los tiempos que no puede evitar <strong>el</strong> vivir así.<br />

Como cualquier hijo de vecino sabrá, cuando comenzó <strong>el</strong> año 2008<br />

nadie imaginaba la crisis económica en la que iba a terminar. ¿Quién<br />

tiene un niv<strong>el</strong> de testosterona tan desbordante como para pronosticar<br />

cómo terminará <strong>el</strong> 2009, quizás <strong>el</strong> ministro Corbacho? ¿…y <strong>el</strong> 2012? Las<br />

agujas d<strong>el</strong> tic-tac no dejan de sonar y una reacción conjunta como<br />

especie es la acción que se debería esperar. Cuanto más se tarde en<br />

reaccionar, más deprisa se seguirá haciendo tarde. [Ver en Interné<br />

http://www.youtube.com/watch?v=LU8DDYz68kM YouTube-Battle<br />

at Kruger.]<br />

Como cualquier hijo de vecino no sabrá, existe un proyecto (¿o existe<br />

ya en realidad?), <strong>el</strong> RFID (Radio Frequency IDentification), un chip que<br />

garantiza <strong>el</strong> control y seguimiento de todos los civilizombis. Lo meten<br />

con la excusa de la bondadosa orientación con la que se obsequiará a<br />

desmemoriados o secuestrados para así implantar un beneficioso chip a<br />

los enfermos de alzheimer y de adolescencia. (¿Por qué secuestran a unos<br />

pocos niños y se enteran desde las cigüeñas hasta las piedras? Para que <strong>el</strong><br />

pánico abra la puerta d<strong>el</strong> alma a la implantación d<strong>el</strong> adolescente chip).<br />

[Ver en Internet RFDI.]<br />

Tan favorable intromisión en <strong>el</strong> hardware (cuerpo) de los<br />

civilizombis sólo puede ser provechosa y se extenderá al resto de la<br />

población como si de un virus bueno se tratara. ¿Quién no se va a querer<br />

beneficiar de tan admirable implantación para poder perderte en <strong>el</strong><br />

686


mundo sin reparos y adolecer cualquier psicopatía todavía sin integrar?<br />

Al sistema no le parece suficiente con colocar un GPS en los móviles y<br />

en los coches y se ha propuesto utilizar al cuerpo humano como un<br />

receptor de ondas que emiten desde un satélite para tener siempre<br />

ubicada la señal d<strong>el</strong> infectado por <strong>el</strong> chip. ¿Qué por qué lo quieren<br />

hacer? Para tener controlado a todo <strong>el</strong> rebaño y continuar exigiendo «<strong>el</strong><br />

yo ordeno y mando» hasta cuando estén sobre <strong>el</strong> váter cagando (como si<br />

no lo hicieran ya). ¿Por qué ahora? Por la extinción y porque teniendo la<br />

infraestructura montada ¿para qué la van a desperdiciar? Con lo bien que<br />

funcionan los civilizombis cuando están controlados ¿qué razón hay para<br />

no enchufarlos a la red orbital?<br />

Cuando se sospecha que se avecina La Reb<strong>el</strong>ión y no una revolución<br />

más o una sublevación total, los dioses tut<strong>el</strong>ares afilan sus armas por si<br />

algún sahih (d<strong>el</strong> árabe, exento de todo defecto y mancha) se hace <strong>el</strong><br />

listillo, deja <strong>el</strong> móvil aparcado o lo lleva causalmente apagado y camina<br />

por la vida sin <strong>el</strong> control exigido. Machacan a los gobiernos para que<br />

utilicen las afiladas armas poniendo a los antidisturbios en acción aunque<br />

sea en contra de la Magn(a ánima) Constitución ¡Control, control y más<br />

control! o encarc<strong>el</strong>amiento y exterminio. [Ver en Internet FEMA<br />

(campos de concentración-cárc<strong>el</strong>es para internamientos masivos de<br />

población civil).] Matrix desprecia a la masa pero sabe que de entre <strong>el</strong>la<br />

saldrá <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido para liderar la Reb<strong>el</strong>ión. Poner un chip a cada borrego<br />

como si fuera un piercing o un tatuaje más, valdría para saber qué hace y<br />

dónde está <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido que despertará <strong>el</strong> interés de la gente y atraerá su<br />

atención; los dioses disfrutarían con <strong>el</strong> control de este reb<strong>el</strong>de y demás<br />

líderes de La Reb<strong>el</strong>ión. Al saber dónde está se conocerá qué hace, la hora<br />

a la que lo haga y un sinfín de cosas más que podrán responder a algún<br />

por qué. Por querer vigilar a uno, controlan de paso a todos los demás.<br />

Siempre ha sido igual, siempre desde que existen los dioses y la Matrix<br />

que parieron con fórceps y sin bisturí, con epidural y sin arte ninguno.<br />

Todavía queda un poco para oír «Yo acepto <strong>el</strong> chip».<br />

Cuando se está muy tranquilo<br />

y reina por doquier la paz<br />

es una putada que cualquiera<br />

se entrometa en la serenidad.<br />

Aunque se quiera parar la mente<br />

aunque se quiera de todo pasar<br />

como algo te interrumpa <strong>el</strong> coco<br />

no lo puedes volver a sosegar.<br />

Este pequeño prólogo<br />

que sin que sepan todavía por qué<br />

antecede a estas líneas<br />

que no saben qué se va a poner<br />

es para que un collateral damage<br />

se sepa cuanto antes mejor<br />

687


de la divina realidad de Matrix,<br />

de la t<strong>el</strong>evisión y de su puta madre.<br />

Como saben todos los lectores<br />

<strong>el</strong> respeto que aquí se siente<br />

por todos los civilizombis<br />

que vengan de cualquier continente,<br />

va a ser fácil de entender<br />

que se hable con liberalidad<br />

que los políticamente correctos<br />

ni saben de esto ni saben de respeto.<br />

Una de las aflicciones<br />

de algunos sudamericanos<br />

es escuchar bachata,<br />

reggaeton y más pachangas.<br />

Ahí tenemos a los nuestros<br />

protagonistas virtuales<br />

que si no fueran porque existen de<br />

[verdad<br />

parecería que son un invento.<br />

Después de un descanso tan denso<br />

sus mamás han preparado una comida<br />

que es de fiesta para c<strong>el</strong>ebrar<br />

cualquier sarao o cualquier pamplina.<br />

Mondongo con garbanzos y porotos,<br />

matambre abierto a la parrilla,<br />

humita de chala y bife,<br />

arrope de tuna y de chañar.<br />

Arrollado de dulce de leche,<br />

h<strong>el</strong>ado de dulce de leche,<br />

masitas de dulce de leche,<br />

panqueques de dulce de leche.<br />

Si este menú d<strong>el</strong> día<br />

frugal, sencillo ¿o bestial?<br />

es regado de abundante cerveza<br />

y chupitos de tequila con lima,<br />

después de tomar un mate<br />

porque de ese que no falte<br />

las consecuencias ya las sabemos<br />

aunque ahora las aprovechemos<br />

para hablar de todo <strong>el</strong>lo<br />

en vez de perder <strong>el</strong> tiempo<br />

siendo políticamente correcto.<br />

688<br />

Aunque no se sepa pa'qué tanta fiesta<br />

se respeta al que la quiera<br />

y no nos tomaremos personal<br />

<strong>el</strong> que no nos inviten a <strong>el</strong>la.<br />

Pero igual que los postres de leche<br />

se reservan para su silencioso paladar<br />

los vecinos queremos también<br />

que se coman los decib<strong>el</strong>ios<br />

con <strong>el</strong> mismo apetito que engullen<br />

los dulces, la carne y <strong>el</strong> past<strong>el</strong>.<br />

La guinda viene después d<strong>el</strong> postre<br />

cuando los jóvenes se ponen a bailar<br />

y como se acaban de levantar<br />

no entienden que otros la siesta<br />

libremente se quieran echar<br />

sin que unos sapiens se la vayan a arruinar.<br />

Funciona <strong>el</strong> diente por diente<br />

aunque sea subconsciente,<br />

funciona <strong>el</strong> ojo por ojo<br />

aunque sea quemando rastrojos.<br />

Algunos de nuestros antepasados<br />

se fueron a evang<strong>el</strong>izar<br />

a las Indias occidentales<br />

con la Biblia y mucha ansiedad.<br />

Por cojones o por cojones<br />

tenían los indios que escuchar<br />

las chorradas que se decían<br />

en un libro lleno de mentiras.<br />

Quinientos años después<br />

y sin saber ni un solo por qué<br />

nos ha tocado la china<br />

de comernos la sardina<br />

que se muerde la colilla.<br />

Como a los indios les enseñaron<br />

que lo importante era evang<strong>el</strong>izar<br />

sus sucesores nos lo devu<strong>el</strong>ven<br />

y por cojones tenemos que escuchar.<br />

<strong>El</strong> volumen al que imponen su música<br />

es una mierda que no es fácil de tragar<br />

y alguien tendrá que decirles<br />

que si quieren cogerse a Colón<br />

y hacerle un consejo de guerra


por decir que ha descubierto<br />

lo que otros conocían hace milenios,<br />

que le echen un par de cojones<br />

traspasen a la Cuarta Dimensión<br />

que se cojan a ese tío<br />

y le pongan La Walkiria hasta en <strong>el</strong> pito.<br />

Ahora hay que explicarles<br />

que los habitantes actuales<br />

no tenemos por qué pagar<br />

los desmanes de unos patanes.<br />

En estas poesías de mierda<br />

se habla directamente<br />

para que lo torticero de la gente<br />

y lo correcto políticamente<br />

se vea que sólo vale<br />

para confundir a las gentes.<br />

Se habla de los maricones,<br />

se habla de los sudamericanos,<br />

se habla de los civilizombis<br />

y se habla generalizando;<br />

se habla de los españoles,<br />

se habla de los ricachones<br />

y <strong>el</strong> que lo tome de manera personal<br />

es porque <strong>el</strong> ego reconcome sus<br />

[cojones.<br />

Por supuesto que sabemos<br />

lo que es sentir un profundo respeto<br />

por cualquier miembro de tu especie<br />

e incluso de todas las otras especies.<br />

Nosotros no hablamos de razas,<br />

de credos ni de colores<br />

porque sabemos que la especie humana<br />

no tiene tantas distinciones.<br />

Somos un organismo<br />

que tiene que aprender a respetarse<br />

y si no es por las buenas<br />

se hará con dinamismo.<br />

Que seamos todos iguales,<br />

e incluso diremos que uno mismo,<br />

no por <strong>el</strong>lo se tiene que aguantar<br />

y callar y aguantar y callar<br />

al sapiens que venga de donde venga<br />

no se sepa comportar.<br />

Se le puede mandar al talego<br />

o de vu<strong>el</strong>ta para su tierra<br />

que allí seguro que se comporta<br />

como dios mande que se comporte.<br />

Si no saben a qué se refiere<br />

la indicación d<strong>el</strong> talego<br />

que pregunten al caballero Alcor<br />

porque al caballero don Quijote<br />

lo van a pillar en off.<br />

<strong>El</strong> caso de los sordos oriundos<br />

que no pueden cobrar <strong>el</strong> karma<br />

porque comparten los antepasados<br />

de los que soportan su evang<strong>el</strong>ización,<br />

aún y con más rigor<br />

se les tiene que «explicar»<br />

que no pueden torturar<br />

mientras que <strong>el</strong>los se creen disfrutar.<br />

Aquí no se salva ni <strong>el</strong> tato,<br />

sea sudaca o sea gitano<br />

porque sabemos perfectamente<br />

que entre los sudamericanos<br />

gentes hay con honor,<br />

con pudor y con valor.<br />

Pregunten a Evo Morales,<br />

a Chávez o a Correa,<br />

que están dando tal cante<br />

a los gigantes imperiales<br />

que por eso no se entienden<br />

los desmanes de los inmigrantes.<br />

¿Qué decir de los gitanos<br />

que los hay muy pesados<br />

y otros ricos y muy afamados<br />

como para que la generalización<br />

se particularice hasta <strong>el</strong> mínimo protón?<br />

Fíjense si me entenderán los gitanos<br />

que saben mejor que yo<br />

que como <strong>el</strong> patriarca d<strong>el</strong> clan pegue<br />

con un bastonazo en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />

por una mínima deshonra<br />

que suceda en su gineceo<br />

la provoque un payo o un hebreo,<br />

689


se caga por las patas abajo<br />

<strong>el</strong> que haga abusos deshonestos.<br />

¿Hasta cuándo se va a aguantar<br />

a la gente que sólo sabe disfrutar<br />

dando por culo al vecino<br />

con su volumen descomunal?<br />

Todos <strong>el</strong>los tienen tarjeta,<br />

la visa o la master card,<br />

un t<strong>el</strong>éfono con GPS<br />

y un rastro <strong>el</strong>ectrónico<br />

que dejan sin parar.<br />

Pero seguro que a <strong>el</strong>los<br />

no les colocan un satélite<br />

porque pertenecen a la subespecie<br />

que los dioses quieren exterminar,<br />

por ruidosos y por molestos<br />

y por no saberse comportar.<br />

Por si creen que esto es un invento<br />

que se inventa este personal,<br />

que se lean Génesis 6<br />

aunque antes pongan un 2<br />

<strong>El</strong> Diluvio universal.<br />

Corrupción de la humanidad.<br />

Después siguen escribiendo<br />

«Que viendo Yaveh que la maldad<br />

d<strong>el</strong> hombre cundía en la tierra<br />

y que todos los pensamientos que<br />

[ideaba<br />

690<br />

eran puro mal de continuo,<br />

le pesó a Yaveh de haber hecho<br />

al hombre en la tierra y dijo:<br />

"Voy a exterminar de sobre la haz d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />

al hombre que he creado<br />

porque me pesa de haberlo hecho" (sic).<br />

Recordar lo que a decir se va<br />

da vergüenza personal<br />

porque es muy fácil caer<br />

en lo políticamente correcto.<br />

Para que nadie se dé por aludido<br />

y se aludan todos a la vez<br />

es por lo que se aclara en estos versos<br />

<strong>el</strong> resumen de lo anteriormente expuesto.<br />

Hay muchos que se saben comportar,<br />

sean negros, moros o hispanos,<br />

gitanos, payos o hebreos,<br />

sudacas o sudamericanos.<br />

Pero los que evang<strong>el</strong>izan con su música<br />

sus modales o sus gritos,<br />

sus broncas maritales,<br />

sus polvos o sus partidos,<br />

sean de donde sean<br />

y tengan la pasta que tengan,<br />

van a aprender por las buenas<br />

y de manera muy educada<br />

que no se puede dar por culo<br />

con la impunidad acostumbrada.<br />

Cuando a Sancho le sorprende algo, es de los que tiran d<strong>el</strong> hilo así que<br />

no creo que haga falta de mi intervención para que <strong>el</strong> escudero deje clara<br />

cualquier situación.<br />

—Con respecto al chip —continuó Sancho—, sí que quiero hacer<br />

una consideración. ¿Sabes de qué trata todo esto?<br />

—¡Joder Sancho! —exclamó <strong>el</strong> caballero Alcor pensando que <strong>el</strong><br />

escudero le iba a preguntar por su candidatura a la presidencia de<br />

España—, detalla a qué te refieres con «todo esto» porque si no va a<br />

parecer un diálogo de besugos de los que se podrán ver nadando en las<br />

cunetas de las carreteras alpinas en invierno; entenderás que no es<br />

cuestión de que empecemos de nuevo con la salida de la pareja inmortal


para saber «de qué trata todo esto» porque en vez de unos mamotretos,<br />

la transcripción va a parecer un tocho.<br />

—Jodé <strong>César</strong> —repitió <strong>el</strong> escudero—, no hace falta que te pongas<br />

así.<br />

—¿Desde cuándo me llamas por <strong>el</strong> nombre completo? Aclarar este<br />

tipo de detalles es por evitar las lagunas epistemológicas de las que tanto<br />

te gusta prescindir y como sabes, para que <strong>el</strong> tocho no se convierta en<br />

tochísimo.<br />

—Me refiero a la salida, al porqué de todo esto que nos está<br />

pasando, a la génesis primigenia, a la causa original.<br />

—¿Tú qué crees?<br />

—Puede que como se dice, seas <strong>el</strong> que sabe todo acerca de esta<br />

salida pero ¿por qué la salida? ¿dónde está la causa? Ésta es una materia<br />

que está fuera de la Odisea y no tienes por qué controlarla tan bien.<br />

—Por cómo preguntas, sé que también quieres responder.<br />

—Se trata de la Reb<strong>el</strong>ión. Eres un cabeza de turco al que le ha<br />

tocado comerse <strong>el</strong> marrón de turno.<br />

—Pensaba que ibas a hablar d<strong>el</strong> chip —interrumpió <strong>el</strong> caballero sin<br />

saberlo.<br />

—También pero observemos con perspectiva —dijo Sancho<br />

poniéndose interesante—. Al parecer, Matrix trata de control y…<br />

—Sigue Sancho —dijo <strong>César</strong> después de esperar un rato—. Ya nos<br />

conocemos y puedes hablar sin censuras ni disparates.<br />

—¿Y sin interrupción? —dijo <strong>el</strong> escudero en tono respondón.<br />

—Disculpa Sancho.<br />

Si Sancho se pone resabiado o se pone misterioso es algo que se<br />

podrá esclarecer. Hacía algunas pausas para aparentar que buscaba las<br />

palabras adecuadas aunque también, para d<strong>el</strong>atar que <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> trapo<br />

al que iba a acometer podía írs<strong>el</strong>e de las manos. Si no hay espontaneidad<br />

es porque se está a la defensiva. Por algún lado saldrá lo que se quiera<br />

comunicar.<br />

Hay veces que se quiere decir algo y no se sabe cómo. Se buscan<br />

infinidad de maneras para hacerlo y a todas se le encuentra alguna pega.<br />

Con lo fácil que es <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato real de lo que sea ¿para qué complicarlo más?<br />

Cuando se padece este trance es porque <strong>el</strong> cuento chino que se quiere<br />

contar no va a colar. Cuando apareció san Chijote, <strong>el</strong> escudero aprendió<br />

que los contenidos de las conversaciones no son casuales y puede que<br />

insista en meterlos con calzador.<br />

691


—Quizá consideres que tienes <strong>el</strong> control de la transcripción<br />

—afirmó <strong>el</strong> escudero— pero ¿quién controla <strong>el</strong> que la vayas a<br />

transcribir? ¿Hay más programas como tú? ¿Por qué la vas a hacer si<br />

va en contra de la lógica más <strong>el</strong>emental?<br />

—Quizá la lógica está reñida con <strong>el</strong> sentido común y con la reb<strong>el</strong>día.<br />

—Puede ser pero nadie te querrá entender.<br />

—La Reb<strong>el</strong>ión es la que se encarga de ponernos a todos en pie. No<br />

se trata de ti ni de mí, se trata de una reacción conjunta de la humanidad.<br />

Puede que algunos tengamos que tirar d<strong>el</strong> hilo y que otros hagan lo que<br />

consideren que tienen que hacer.<br />

—Nada —auguró Sancho.<br />

—No tiene por qué. La reacción de los civilizombis puede<br />

sorprendernos a todos; no sólo a los políticos sino incluso a los dioses<br />

que suponen que tienen <strong>el</strong> control. ¿Recuerdas lo que ayer escuchaste al<br />

Borbón?<br />

—¡Joder <strong>César</strong>!, detalla a qué te refieres con <strong>el</strong> encuentro real porque<br />

estuvimos despachando un buen rato.<br />

—Hablasteis de la agudeza de los ciudadanos que no son tan simples<br />

como aparentan. Saben perfectamente que está pasando algo y que no es<br />

precisamente bueno pero se enrocan en la posición de pensar en su<br />

único y particular bienestar (y <strong>el</strong> de su familia más directa) porque no<br />

quieren hacer nada más. <strong>El</strong> subconsciente les excusa cambiando un<br />

vocablo por otro: no quiero por «no puedo hacer nada». O sea, que ¡<strong>el</strong><br />

que venga atrás que arree!<br />

—Entonces, ¿son agudos o «no pueden hacer nada»? —embistió <strong>el</strong><br />

escudero notando que podría haber cierta contradicción—. Si la<br />

respuesta se va a acercar a la primera opción ¿por qué se dejan tratar por<br />

los democráticos políticos de una manera tan torticera? Si al menos fuera<br />

un Bokassa <strong>el</strong> que les obliga a acatar y callar… pero ¿siendo unos<br />

democratizados parlanchines…? [Ver <strong>El</strong> último rey de Escocia. Investigar<br />

qué ha sucedido con Odinga, <strong>el</strong> primo de Obama, que ha armado la de<br />

dios en Kenia.]<br />

—Estaban aletargados pero empiezan a despertar —contemporizó <strong>el</strong><br />

caballero—. Se necesita <strong>el</strong> catalizador.<br />

—Existen demasiados despiertos que siguen dormidos; <strong>el</strong> que da<br />

primero la cara la pone dos veces.<br />

—O más.<br />

692


—Nadie te va a entender porque nadie quiere dar la cara ni una sola<br />

vez.<br />

—Lo sé Sancho, ni cuando les atañe directamente.<br />

—Pues con este panorama… —presagió Sancho—. ¡Ah!, me acabo<br />

de acordar que don Quijote sugirió que fuéramos los primeros en reb<strong>el</strong>ar<br />

la realidad de lo que pasó en 2001 en Wash York y Nueva Inton.<br />

Sancho podría obtener <strong>el</strong> título de intercambiador de palabras, de<br />

conceptos y de sitios pero seguro que no hace falta aclarar que está<br />

hablando d<strong>el</strong> 11-S ¿la mayor de las mentiras jamás contadas? ¡No! La<br />

mentira que se ha creído más gente en menos tiempo y que está vigente<br />

en la actualidad. Porque para mentiras gordas y como ya se saben, sólo se<br />

van a enumerar:<br />

1.- La virginidad de la ¡madre y virgen!;<br />

2.- La trinidad santísima de padre, hijo y paloma (tres en uno sólo y<br />

solo);<br />

3.- La resurrección (¿o reanimación?) de un comatoso;<br />

4.- La creación de dios en 6 días (como la guerra de Isra<strong>el</strong>);<br />

5.- La tierra es plana y <strong>el</strong> centro de la galaxia (como la hostia<br />

consagrada).<br />

Si añadimos la mentira d<strong>el</strong> 11-S o las armas de destrucción masiva<br />

que no existieron en Irak, vamos a traspasar <strong>el</strong> número de la suerte y por<br />

la cantidad, <strong>el</strong> bingo de mentiras podría quedar suficiente.<br />

No ha pasado ni un momento desde que <strong>el</strong> ruido d<strong>el</strong> refrigerador ha<br />

comenzado y <strong>César</strong> ya ha reaccionado. Levantado de la esterilla de<br />

esparto, <strong>el</strong> caballero Alcor controló la presencia de la nevera apagándola;<br />

inmediatamente, <strong>el</strong> leve ruido cesó.<br />

—¿Cómo has conseguido atraer al silencio? —preguntó <strong>el</strong> escudero<br />

cuando <strong>el</strong> caballero volvió a su asana.<br />

—Poniendo la nevera en off.<br />

—¿Te hace esto sentirte como un dios?<br />

—¿A qué te refieres? —dijo <strong>el</strong> caballero flipado.<br />

—A tener la autoridad suficiente como para conectar y desconectar<br />

la vida a tu gusto.<br />

—Este tipo de I.A. …<br />

—¿Int<strong>el</strong>igencia artificial?<br />

—¡Sí! Este cyborg-cerebro se encarga de hacer las cosas como dios<br />

mande y los usuarios…<br />

—<strong>César</strong> ¿también en esto manda dios?<br />

693


—Especialmente en estos aparatos es donde Matrix está más<br />

presente. Es una mezcla de la programación insertada por <strong>el</strong> creador<br />

(fabricante) unido a la «libertad» que siente <strong>el</strong> consumidor de <strong>el</strong>egir<br />

alguna posibilidad.<br />

—No me puedo creer que los sapiens piensen que esto es tomar una<br />

decisión con libertad, porque entonces voy a entender la génesis d<strong>el</strong><br />

acojone general y <strong>el</strong> porqué de lo indeciso de la humanidad. Al tomar<br />

este tipo de «decisiones», es normal que atrofien la mente y sean<br />

indecisos para las cuestiones existenciales, vitales o trascendentales. Así<br />

que explícate porque como podrás imaginar, me he quedado igual; he<br />

aprendido a no jugar con las cosas de dios y las quiero entender a la<br />

perfección. No me vengas con rodeos y deja lo políticamente correcto<br />

para cuando converses con civilizombis; al fin y al cabo, <strong>el</strong> único que está<br />

utilizando la palabra «dios», que se podría censurar soy yo y a mí no me<br />

va a meter <strong>el</strong> justicia en ningún lío ni en <strong>el</strong> talego.<br />

—<strong>El</strong> fabricante impone dos o tres posibilidades entre las que<br />

escoger…<br />

—¡Ya!, sota, caballo o rey.<br />

—…y <strong>el</strong> consumidor siente con gran satisfacción la inmensa libertad<br />

de escoger una de <strong>el</strong>las. ¿Quieres ver <strong>el</strong> aparato?<br />

<strong>El</strong> nerviosismo de Sancho debe de ir in crescendo porque<br />

interrumpe sin parar. ¿Qué estará preparando?<br />

—¿Así es como saciáis vuestra libertad? —preguntó Sancho.<br />

—Así es como funciona este cutre estado d<strong>el</strong> bienestar.<br />

—Pero no respondes con esa réplica.<br />

—Tienes razón Sancho. La perversidad de Matrix es tan patente que<br />

los civilizombis dejan su «libertad» en estado latente.<br />

—Ya lo sabía; se lo dije a un zapatero en <strong>el</strong> encuentro que tuve con<br />

él.<br />

—¿Qué le dijiste?<br />

—Le comuniqué que <strong>el</strong> 99% de los individuos acepta <strong>El</strong><br />

Programa mientras que puedan <strong>el</strong>egir diferentes productos en <strong>el</strong><br />

hipermercado aunque únicamente lo perciben en un niv<strong>el</strong> casi<br />

subconsciente. Aunque esta solución funcionó, presentaba un<br />

importante defecto de base, con lo cual se genera una<br />

contradictoria anomalía sistémica que, de no regularse, podría<br />

poner en p<strong>el</strong>igro al propio Sistema. Ergo si no se regula a aqu<strong>el</strong>los<br />

que rechazan <strong>El</strong> Programa o su publicidad (los reb<strong>el</strong>des), aunque<br />

694


fueran una minoría, constituirían una creciente probabilidad de<br />

desastre (La Reb<strong>el</strong>ión).<br />

—Si lo sabías ¿por qué has preguntado? —intentaba averiguar <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Porque siempre es mejor preguntar. ¿Te sientes dentro de este<br />

porcentaje o prefieres quedarte al margen?<br />

—Compruebo que has visto Matrix con minuciosidad. Por supuesto<br />

que pertenezco al 99% de los individuos que conoce <strong>El</strong> Programa; pero<br />

¡no lo acepto!<br />

—Entonces ¿qué pinta ahí <strong>el</strong> sigiloso enfriador d<strong>el</strong> caldeado<br />

ambiente?<br />

—Como bien sabes —se justificó <strong>el</strong> caballero—, ahora estamos en<br />

un momento determinado a principios d<strong>el</strong> siglo XXI. Este es <strong>el</strong><br />

mundo como es hoy día así que no quieras que me vu<strong>el</strong>va loco. Toda<br />

la humanidad está unida en su entusiasmo maravillada de su<br />

atrevimiento al dar origen a la I.A.: una singular conciencia que<br />

generó toda una raza de máquinas.<br />

—¿Pero si la I.A. se refiere a los civilizombis? ¿Por qué no has<br />

seguido con la cita? Te habrías enterado mejor.<br />

—Matrix está plagada de dobles sentidos y no creo que necesites que<br />

se especifiquen. Efectivamente, la I.A. se refiere al P.U. (Pensamiento<br />

Único) pero también a todo este montaje informatizado.<br />

—Te encantan las siglas. ¿Las controlas también? —preguntó<br />

Sancho picajoso.<br />

—Los civilizombis conocen a la perfección que los programas<br />

int<strong>el</strong>igentes pueden tomar incluso decisiones —dijo <strong>César</strong> pasando d<strong>el</strong><br />

rollo de Sancho y de las siglas—. ¿Sabes lo que es la domótica?<br />

—No, y no me interesa saberlo para no saturar <strong>el</strong> software. Hay que<br />

economizar.<br />

—Haces bien Sancho. Cuantas más cosas tenemos en la cabeza, más<br />

lento funciona su microprocesador. Pasa igual que con la I.A.<br />

—Pues con todo lo que debes saber, debes sentirte colapsado.<br />

—¿A qué te refieres?<br />

—Si eres <strong>el</strong> que sabe todo <strong>el</strong> contenido de la transcripción y vas a<br />

encargarte de explicárs<strong>el</strong>o a los sapiens, debes sentirte como Alicia<br />

cayendo por la madriguera d<strong>el</strong> conejo, o sea, al borde de un ataque de<br />

nervios.<br />

Al no haber comentario, Sancho siguió aclarando.<br />

695


—¿Saben también los civilizombis que <strong>el</strong> Pensamiento Único los<br />

convierte metafóricamente en toda una raza de máquinas generadas<br />

por una singular conciencia (la de los dioses)? ¿Sabrán que <strong>el</strong><br />

pensamiento único es lo que impone la mayoría de edad legal<br />

secuestrando <strong>el</strong> poder de decisión de los jóvenes? Con Franco era a los<br />

21 y ahora a los 18. ¿Quién dice cuándo se alcanza la consciencia? ¿Son<br />

sinónimos mayoría de edad y consciencia? ¿Son adultos cuando cumplen<br />

los 18 o hay demasiados con la mayoría de edad establecida que no se<br />

enteran ni de la mitad de la misa? ¿Es esto de lo que adolecen los<br />

jóvenes, que legisladamente les impidan «decidir libremente» hasta<br />

alcanzar por ley la mayoría de edad? Los tratan como a nenes<br />

irresponsables y lo sé porque lo he visto en <strong>el</strong> Mercado Feudal.<br />

—Desde hace rato —comentó <strong>el</strong> caballero sin responder a la<br />

cuestión de las máquinas de los dioses que controlan a los jóvenes ¡y a<br />

los adultos más y también!—, sé que quieres llegar a algún lado y estás<br />

dando vu<strong>el</strong>tas y vu<strong>el</strong>tas para acometer <strong>el</strong> entuerto y que me pille<br />

desprevenido. ¿Por qué no vas al grano?<br />

—Tienes <strong>el</strong> control ¿eh? —dijo Sancho desafiante—. Eres rápido,<br />

tu neurocinética es más rápida de lo normal.<br />

La reacción que <strong>el</strong> escudero encontró fue un discreto movimiento<br />

ascendente de cejas y mejillas que <strong>el</strong> caballero Alcor esbozó. En vista d<strong>el</strong><br />

silencio reinante, Sancho siguió metiendo caña.<br />

—¿Cuál es tu mundo, <strong>el</strong> de tus recuerdos? ¿Vivirás encerrado en<br />

<strong>el</strong>los <strong>el</strong> resto de tu vida? ¿Es eso lo que quieres?<br />

—Mi Multiverso está en <strong>el</strong> d<strong>el</strong> Presente y en la decisión. «Quiero<br />

acabar con esto.<br />

—¿Acabar qué?<br />

—Contaré lo que sé.<br />

—¿Porque crees que lo que sabes es diferente de lo que saben otros?<br />

—siguió <strong>el</strong> escudero tirando d<strong>el</strong> hilo.<br />

—Mis maestros fueron otros.<br />

—¡Ya, de acuerdo! —expresó Sancho con cierto retintín—. Y se<br />

supone que debo transmitir tu trabajo.<br />

—Sí, por si vale de algo». Estás colaborando a transmitir la realidad<br />

real que no es ningún trabajo, es lealtad hacia la especie humana. No sé<br />

quien sabrá si te he <strong>el</strong>egido a ti o me has <strong>el</strong>egido a mí ¿qué más da? Por<br />

lo que has dicho, parece que me has echado <strong>el</strong> muerto en lo de<br />

transmitir.<br />

696


—Por lo que también dices a veces, eres <strong>el</strong> transcriptor, o sea,<br />

colaborador de nuestra salida. «¿Y por qué me <strong>el</strong>egiste a mí?<br />

—Por tu mirada, parecías tener algo en <strong>el</strong> cerebro».<br />

—Ya sé que la cara es <strong>el</strong> espejo d<strong>el</strong> alma.<br />

—No estaba hablando de nada de esto.<br />

—Entonces ¿qué mirada?<br />

—«Esa mirada; curiosa, escrutadora, ligeramente cabreada.<br />

—¿Por qué no escogiste a tu hija?<br />

—¡Olvíd<strong>el</strong>o!» —increpó <strong>César</strong>—. ¡Pasa d<strong>el</strong> guión de la p<strong>el</strong>ícula y<br />

vu<strong>el</strong>ve con lo que ibas! [Ver Instinto.]<br />

Don Quijote abrió la puerta de la habitación para asomar la cabeza<br />

pero al pillarlos en un momento se silencio, volvió a cerrarla d<strong>el</strong>ante de<br />

su cara sin decir nada. La pareja debe de estar conociéndose y la nevera<br />

no enfría <strong>el</strong> calentamiento global de la conversación. Puede que Sancho<br />

esté intentando demostrar quién tiene <strong>el</strong> control hablando como quiere y<br />

sacando temas de los que <strong>el</strong> caballero Alcor no tiene por qué querer<br />

hablar, pero está claro que Sancho está mosqueado con <strong>el</strong> <strong>César</strong>, porque<br />

quiere saber si es un programa d<strong>el</strong> mundo de las máquinas igual que<br />

él y si forma parte de este sistema. ¿Quién se imaginará ser para<br />

atribuirse esta investigación? Retirémonos de la escena porque han<br />

recuperado la tranquilidad y vu<strong>el</strong>ven a hablar.<br />

—Como bien sabes —siguió <strong>César</strong> tranquilamente—, soy <strong>el</strong> cabeza<br />

de turco que se va a comer <strong>el</strong> marrón de realizar la transcripción y de dar<br />

la cara por <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en nombre de los Caballeros Andantes<br />

Reb<strong>el</strong>des de la Orden de la Paz. Yo no he <strong>el</strong>egido a nadie, ni a ti, pero di<br />

mi palabra y la voy a cumplir; así que piensa si no eres tú <strong>el</strong> que me ha<br />

adoptado.<br />

—Esa <strong>el</strong>ección la han hecho por ti, ahora tienes que<br />

comprenderla. ¿Vas a presentarte a presidente pidiendo la abstención?<br />

—Mira que desparramas los guiones de las p<strong>el</strong>is. ¿Es para despistar o<br />

eres un debunker (infiltrado)?<br />

—No es fácil de explicar así que iré al grano. Vamos a hablar de<br />

¿Qué es Matrix?<br />

—¿No estamos aquí?<br />

—¡De momento no! —rechazó Sancho revu<strong>el</strong>to— y no me<br />

disperses.<br />

—Vale Sancho —serenó <strong>César</strong>—, ¡cómo te pones!<br />

697


—¡Es que sé por qué quieres que estemos allí! —subrayó <strong>el</strong> escudero<br />

cabreado.<br />

Ante <strong>el</strong> gesto silencioso d<strong>el</strong> caballero, Sancho aclaró:<br />

—¡Para tener <strong>el</strong> control total!<br />

—Pues ahora sí que explícate.<br />

—Si estamos en ¿Qué es Matrix? me controlas a tu placer pero si<br />

estamos en Matrix, aquí <strong>el</strong> que habla soy yo. Cuenta la génesis de todo<br />

esto.<br />

—Voy a admitir tus reglas y a contestar a algunas preguntas. No<br />

salgas por los cerros de Úbeda ni te vayas por las ramas y recuerda que<br />

estábamos hablando d<strong>el</strong> RFID (<strong>el</strong> chip para los sapiens que estará algo<br />

más <strong>el</strong>aborado que <strong>el</strong> que ponen a sus mascotas). Permite que antes te<br />

pregunte si crees en <strong>el</strong> destino.<br />

—¡No!, no me gusta la idea de no ser yo <strong>el</strong> que controle mi<br />

vida.<br />

—Sé exactamente a qué te refieres. Estás aquí porque sabes<br />

algo aunque no lo puedes explicar; pero lo percibes. Ha sido así<br />

durante toda tu vida. Algo no funciona en <strong>el</strong> mundo, no sabes lo<br />

que es pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente que te<br />

está enloqueciendo. ¿Sabes de lo que te estoy hablando?<br />

—¿Tú qué crees? —preguntó <strong>el</strong> escudero despóticamente.<br />

—¡De Reb<strong>el</strong>ión, eso es! —confirmó <strong>el</strong> caballero Alcor—. La astilla<br />

que tengo clavada en la mente me la estoy sacando.<br />

La conversación se está caldeando y quizá sería mejor encender <strong>el</strong><br />

refrigerador, abrir la puerta y esperar a que se enfríe <strong>el</strong> ambiente exterior.<br />

Dependiendo de la vibración energética, hay encuentros que pueden<br />

suceder con ternura desde <strong>el</strong> principio y otros necesitan más tiempo para<br />

<strong>el</strong> acoplamiento o para la despedida. Habiendo conocido a los lectores de<br />

la Tercera Dimensión, se sabe que Sancho también quiere conocer «esa<br />

cosa» tan holográfica que se resume con la palabra «dioses» y no se sabe<br />

si a veces le gusta hacer de abogado d<strong>el</strong> diablo. Mientras que lleguen las<br />

respuestas, dejemos que la génesis «de todo esto» aparezca.<br />

—Al final de hace unos años —comenzó <strong>el</strong> caballero Alcor con la<br />

génesis—, conocí a una mujer que dijo llamarse Isab<strong>el</strong>. Se encontró con<br />

Alcor y llegó hasta mí persiguiéndolo; sabes que me llamo así por él y<br />

puede que no sepas que para mí es un honor; mi alias reb<strong>el</strong>de me lo puso<br />

<strong>el</strong>la por Alcor. Isab<strong>el</strong> me encontró en <strong>el</strong> mismo sitio que nosotros nos<br />

698


conocimos y me empezó a contar una historia. <strong>El</strong> r<strong>el</strong>ato fue sereno<br />

aunque no dio ningún rodeo.<br />

—¡Qué casualidad! —dijo irónicamente Sancho sin dejar hablar<br />

porque quiere interrumpir sin parar ¿será para reafirmar su<br />

personalidad?—.<br />

—¿<strong>El</strong> qué, la coincidencia, <strong>el</strong> lugar o <strong>el</strong> encontrarse con Isab<strong>el</strong>?<br />

—contestó <strong>el</strong> caballero Alcor sin estar todavía caliente.<br />

—Que no diera ningún rodeo, justo lo contrario que yo. Sigue que<br />

está interesante.<br />

—Me contó una historia fascinante y llegó <strong>el</strong> momento en <strong>el</strong> que no<br />

me la creí —resumió sumariamente <strong>el</strong> caballero Alcor—. Imagina <strong>el</strong><br />

tamaño d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato que pasaron meses e incluso la eternidad hasta que<br />

tomé la decisión de transcribir La Odisea de Claro.<br />

—¿Por qué?<br />

—¿Te refieres al porqué de las semanas que pasaron o a la decisión?<br />

Qué extraño es <strong>el</strong> encuentro. Sancho puede haber vu<strong>el</strong>to a perder los<br />

pap<strong>el</strong>es o no tiene confianza en <strong>el</strong> caballero Alcor; <strong>César</strong> puede estar<br />

siendo atacado por <strong>el</strong> ego o no está acostumbrado a Sancho en directo.<br />

En vista de que no respondía, <strong>el</strong> caballero apresuró la contestación.<br />

—Por lo mismo que tu casualidad —devolvió <strong>César</strong>—: porque era lo<br />

contrario a lo que en todos los libros estaba escrito. Escuchar que F<strong>el</strong>ipe<br />

II es uno de los grandes capullos de la historia necesita espacio para su<br />

asimilación. Así empezó mi Odisea atemporal, para comprobar en<br />

directo lo que tendría que contar. Ayudado por la energía de Isab<strong>el</strong> y de<br />

cierta disciplina en la desintoxicación corporal, experimenté la Cuarta<br />

Dimensión.<br />

—¿Es todo? —resurgió Sancho.<br />

—En resumidas cuentas sí. ¿No querrás que lo detalle todo, todo,<br />

noooo? Necesitaríamos un libro tan voluminoso como <strong>el</strong> de las obras<br />

completas de Cervanpeare.<br />

—¿Quién es la tal Isab<strong>el</strong>?<br />

—Exactamente no lo sé pero cuando esté terminado <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l<br />

Est4do quizá lo sepamos. Para mí, Isab<strong>el</strong> es una mujer… aunque pueda<br />

suponer alguna cosa más.<br />

—¡Vaya! te pones misterioso.<br />

—¡No!, es que <strong>el</strong> subconsciente habrá querido poner un calificativo y<br />

no le ha salido ninguno pero te aseguro que no nos vamos a dispersar.<br />

699


Isab<strong>el</strong> tuvo más control d<strong>el</strong> que puedas imaginar además de ser una<br />

mujer inolvidable.<br />

—¿Por qué no tiramos de ese hilo?<br />

—Porque ahora quieres hablar de otro control —recordó <strong>el</strong><br />

caballero—: <strong>el</strong> de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> caballero Alcor y olfateo<br />

que también <strong>el</strong> de Sancho.<br />

—Cuando te he preguntado por Isab<strong>el</strong>, es por si pudiera conocerla<br />

también. Lo mismo, esta mujer despeja las dudas de lo que no tenga que<br />

olvidar y nos iría bien para desenmascarar al control. ¿Tiene algún otro<br />

nombre, algún apodo de reb<strong>el</strong>de?<br />

—Mizar. A lo largo de esta vida, me he encontrado con mujeres<br />

que, sin desmerecer a los varones, tienen la fragancia singular de una<br />

energía especial que no es igual con lo masculino. Seguro que lo podrás<br />

entender porque es algo que nos sucede a todos los organismos que<br />

habitamos en la tierra. No se trata d<strong>el</strong> yin y <strong>el</strong> yang ni de los polos<br />

opuestos sino de una complementariedad sexual que no tiene nada que<br />

ver con <strong>el</strong> apareamiento. Se trata d<strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo y no de la<br />

gravedad, sucede entre las células y entre las galaxias pasa igual. (Ejemplo<br />

de cómo funciona en Naturaleza: la abeja es <strong>el</strong> protón (ión +) y <strong>el</strong> polen<br />

es <strong>el</strong> <strong>el</strong>ectrón (Ión —) aunque la ciencia diga que es al revés). Se trata de<br />

una energía sutil que mueve <strong>el</strong> Multiverso sin que, aparentemente, se<br />

altere ni un poro de la pi<strong>el</strong> ni un agujero negro.<br />

—Con don Quijote hablamos poco de esto —apuntaba <strong>el</strong><br />

escudero— pero sí lo suficiente como para saber que los caballeros<br />

andantes os desenvolvéis en la materia <strong>el</strong>ectromagnética de una manera<br />

especial.<br />

—Pregunta a Dulcinea cómo será con don Quijote porque yo no lo<br />

sé, pero hay cosas que compartimos todos los varones. Ser caballero<br />

reb<strong>el</strong>de de la Orden de la Paz puede imprimir alguna singularidad pero<br />

por lo demás, me siento de lo más normal. Todos compartimos casi lo<br />

mismo.<br />

—Quizá en <strong>el</strong> «casi» esté la cuestión.<br />

—La única cuestión —atajó <strong>el</strong> caballero— es «estar o no estar» y no<br />

«ser o no ser» que tan fatalmente se tradujo. Y con lo demás, dejemos <strong>el</strong><br />

lenguaje de las palabras porque como bien dices, es la peor de las armas<br />

de destrucción masiva junto al amor audiovisual que se siente en<br />

Civilización. ¿Consideras que también es casualidad que <strong>el</strong> idioma inglés<br />

no distinga «estar» de «ser»?<br />

700


—¡No! —determinó Sancho con firmeza—, seguro que esto es una<br />

causalidad impuesta por los dioses. Además, estamos hablando d<strong>el</strong><br />

control y no d<strong>el</strong> descontrol, de la ecuanimidad y no de la pasión.<br />

—Si acaso compasión, querido Sancho —dijo <strong>el</strong> caballero con<br />

rotundidad—. ¿Tienes algo que objetar? ¿Te vas a poner c<strong>el</strong>oso?<br />

¡Céntrate Sancho! Seguro que tu <strong>el</strong>ectromagnetismo también reacciona<br />

ante la presencia femenina. Otra mujer como Isab<strong>el</strong> o Dulcinea en<br />

cuanto a lo propiamente femenino existió en <strong>el</strong> mismo tiempo y espacio.<br />

Además de tener muchísimo más control, era una pérfida psicópata.<br />

—¿Quieres sentir que no tienes <strong>el</strong> control o prefieres que lo dejemos<br />

también para después?<br />

—Prefiero que termines con lo que sea para no descentrarnos a la<br />

vez.<br />

—Don Quijote es más <strong>el</strong>ástico conmigo y me permite dar algunos<br />

paseos dialécticos —comparó Sancho—. Poco a poco nos iremos<br />

conociendo y nuestras frecuencias vibrarán al unísono.<br />

—¿Esto es un paseo dialéctico o es que te has vu<strong>el</strong>to un pijipi new<br />

age? —preguntó <strong>el</strong> vibrátil caballero.<br />

—Es que tengo ganas de cachondeo. Lo poco que he sesteado me ha<br />

reparado <strong>el</strong> cuerpo y sobre todo este software (mente) que traía saturado<br />

de información. Aquí todo es tan suave que me sale esta vena alegre;<br />

pero tranquilo que se nota mucho cuando no quieres hablar de algo.<br />

Nada me va a disgustar así que si te place, deja a Isab<strong>el</strong> entre tus arcanos<br />

privados porque igual que me pasaba antes, no necesito la respuesta. ¿De<br />

qué iba una historia tan inolvidable?<br />

—Sería tan larga de referir que lo resumiré al máximo; me contó lo<br />

que pasaba dentro y fuera de palacio cuando F<strong>el</strong>ipe II era «yo <strong>el</strong> rey». La<br />

idea que hasta entonces tenía de «<strong>El</strong> príncipe de las artes» (apodo de<br />

F<strong>el</strong>ipe II) estaba manipulada por la versión oficial e Isab<strong>el</strong> consiguió que<br />

entendiera otro de los motes con <strong>el</strong> que se le conocía: «<strong>El</strong> demonio d<strong>el</strong><br />

mediodía» por competir en perversidad con la potencia de la luz solar.<br />

Me entregó los manuscritos escritos a mano de La Odisea de Claro que ya<br />

están transcritos en <strong>el</strong> ordenador esperando a que termine ¿Qué es<br />

Matrix? para que se difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Tanta insistencia en<br />

que <strong>el</strong> Caballero Alcor era <strong>el</strong> que tenía que hacer la transcripción y por<br />

algunas objeciones que puse para cumplir con mi palabra, sucedió mi<br />

traspaso interdimensional.<br />

701


—¿Tanta seguridad tenía en que eras <strong>el</strong> transcriptor como para hacer<br />

tal acrobacia temporal?<br />

—Al parecer, es así. <strong>El</strong> caballero Carlo te lo podrá confirmar. Para<br />

conocer la mirada estólida y miedosa de F<strong>el</strong>ipe II y saborear la perenne<br />

protervidad de Juana de Austria, hay que verla en directo real, no me<br />

valió con la etopeya aunque los conociera tan bien.<br />

—Esto lo tengo claro y desde aquí podemos empezar a negociar<br />

—se r<strong>el</strong>ajó <strong>el</strong> escudero—. Además de hort<strong>el</strong>ano, eres <strong>el</strong> transcriptor<br />

general.<br />

—No soy ni lo uno ni lo otro porque de lo que se trata es de estar<br />

—se desligó <strong>el</strong> caballero Alcor— y además ¿qué más da lo que sea? La<br />

historia se ha ido agrandando y resulta que los otros personajes d<strong>el</strong><br />

Quijote también necesitáis un cabeza de turco y como parece que tengo<br />

todas las pap<strong>el</strong>etas, he ganado <strong>el</strong> concurso. Mi compromiso como<br />

transcriptor termina cuando difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y seguro que<br />

me quedo saciado como para hacerlo ni una vez más.<br />

—Aunque con dificultades como para poderlo comprender, <strong>el</strong> que es<br />

tu alumno y mi maestro a la vez me explicó la existencia de lectores y de<br />

dioses que desde la Segunda Dimensión era p<strong>el</strong>iagudo de asimilar, tan<br />

complicado como concebir que la tierra no es plana cuando sólo se podía<br />

abstraer así.<br />

—Apremia Sancho que si no se aburre hasta <strong>el</strong> microprocesador mas<br />

lento que exista.<br />

—Matrix trata de control y todos estamos infectados ¡hasta los<br />

dioses!; lo estoy yo, lo está tu alumno, lo estás tú y también mi maestro.<br />

Seguro que Isab<strong>el</strong> también lo está y a Alcor le tocará algo d<strong>el</strong> contagio<br />

aunque sea menor.<br />

—A estas alturas, todos saben lo viscosa que es Matrix. Continúa.<br />

—Don Quijote me ha hablado d<strong>el</strong> control que los dioses ejercen<br />

sobre sus esclavos civilizombis —dijo Sancho controlando lo que<br />

decía—. Los creadores ejercen <strong>el</strong> control sobre los lectores en particular<br />

y sobre los espectadores en general, los lectores ejercen <strong>el</strong> control<br />

sobre… ¡Nada! Si no controlan lo que se meten por la boca ¿qué<br />

demonios van a controlar? Los lectores están controlados por los dioses,<br />

por Matrix y hasta por <strong>el</strong> arte. Bueno, para ser ecuánimes y después de<br />

conocer un poco a los lectores en <strong>el</strong> Mercado audiovisual, se puede decir<br />

que los lectores controlan <strong>el</strong> volumen de la radio, <strong>el</strong> climatizador de sus<br />

702


coches, la cadena de t<strong>el</strong>evisión y <strong>el</strong> frío con <strong>el</strong> que quieren mantener sus<br />

alimentos.<br />

—¿Te puedes explicar? —sugirió <strong>César</strong> sin tomárs<strong>el</strong>o personal<br />

(aparentemente).<br />

—Si has ido a algún espectáculo de magia lo podrás entender mejor.<br />

Los espectadores saben que los van a engañar con cualquiera de los<br />

trucos que hagan los cabezas de turco pero al no saber cómo lo hacen,<br />

acuden atraídos por los magos que controlan su atención más de un rato.<br />

—En <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do también hay control —añadió Sancho—.<br />

En demasiadas ocasiones he notado que mis pensamientos y, sobre todo,<br />

su expresión verbal, estaban controlados por algo que no era yo; no<br />

sentía que yo fuera <strong>el</strong> que dirigía mis palabras sino que había una especie<br />

de alien que se entremezclaba en mi mente; se entrometía de tal manera<br />

que dependiendo de las ocasiones, o gobernaba o tut<strong>el</strong>aba mis decisiones<br />

e incluso mis acciones. Se lo he contado a don Quijote y he despotricado<br />

en contra d<strong>el</strong> transcriptor pero <strong>el</strong> caballero de la triste figura nunca se ha<br />

metido en esto, quizá por ser vos <strong>el</strong> responsable de <strong>el</strong>lo y maestro suyo<br />

también.<br />

»Cuando estábamos fuera de Matrix sentía <strong>el</strong> control implacable d<strong>el</strong><br />

sistema y he de reconocer que en <strong>el</strong> mundo bidimensional de las palabras<br />

escritas, tampoco me iba mal; pero desde que tomé la decisión de querer<br />

conocer quién es <strong>el</strong> Sancho Panza real al margen de la fama y de la<br />

inmortalidad que posee mi nombre, y de conocer a los lectores que no<br />

podía imaginar, sucedió este traspaso dimensional que me ha traído hasta<br />

aquí<br />

—¿Estarás contento, no? —preguntó <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—¿Contento de que me hayas querido controlar o de que esté<br />

hablando con mi creador?<br />

—Contento de darte cuenta de que estás controlado unas veces más<br />

que otras.<br />

—¡Sí! pero tampoco sé de qué me vale si eres tú <strong>el</strong> que sabe si voy a<br />

coger <strong>el</strong> caram<strong>el</strong>o. Imagino que aunque es un pequeño paso para la<br />

humanidad, es un gran paso para mí. Me alegra saber que Matrix… ¡Un<br />

momento, un momento, un momento! ¿Has dicho que unas veces estoy<br />

más controlado que otras? ¿Crees que tienes ahora <strong>el</strong> control?<br />

—¡Tranqui Sancho! y continúa con lo que ibas diciendo sin<br />

interrumpirte a ti mismo. Todos sabemos que controlas perfectamente tu<br />

destino.<br />

703


—Como decía, me alegra saber que Matrix no sepa que voy a aceptar<br />

<strong>el</strong> t<strong>el</strong>éfono móvil, los cacharros blancos de todo tipo de tamaños y<br />

funciones, la pantalla de plasma, <strong>el</strong> coche, <strong>el</strong> chocolate, un cubata, la wii<br />

o la t<strong>el</strong>evisión. O sea, estoy bajo su influencia pero no bajo su control.<br />

—Sin duda —observó <strong>el</strong> caballero—, es para estar alegre cuando<br />

sabes que la mayoría es víctima de los anzu<strong>el</strong>os que Matrix les presenta<br />

de maneras tan sugestivas.<br />

—Pero no creas que me alegra saber que tú puedes controlarme si<br />

quisieras. ¿Podrías hacer que dejara de tutearte y pasara a tratarte de<br />

usted?<br />

—¿Esto es todo lo que te preocupa acerca de mi control? —dijo<br />

<strong>César</strong> sorprendido por lo patatero.<br />

—No, pero me temo que me controlas más de lo que imagino y esto<br />

me podría tener nervioso.<br />

—R<strong>el</strong>ájate Sancho que no tengo ningún interés por controlarte. Con<br />

la que está cayendo ¿qué sentido tendría? Exprésate con total libertad y<br />

di de una vez lo que quieres decir si es que no te sientes controlado.<br />

Se nota que <strong>el</strong> escudero se ha quedado disperso por <strong>el</strong> potencial<br />

control d<strong>el</strong> <strong>César</strong> y ha rebajado <strong>el</strong> niv<strong>el</strong> de sus humos. Don Quijote sigue<br />

encerrado en la habitación sin intermediar en <strong>el</strong> diálogo. ¿Podría alguien<br />

saber lo que está haciendo conociendo que está en silencio? Volvamos<br />

donde se está usando la palabra para que la transcripción no se deje ni<br />

una coma sin colocar en <strong>el</strong> lugar preciso.<br />

—En la dimensión en la que estamos, podemos hablarnos con total<br />

libertad ¿no?<br />

—Claro Sancho. ¿Tienes miedo de algo?<br />

—Ya sé que <strong>el</strong> miedo es irreal, o sea, que con ése no me vas a<br />

controlar. Quiero saber quién maneja la conversación, quién dirige los<br />

diálogos, quién confecciona mis preguntas, quién me apura, quién me<br />

pone a semiayunar, quién me manda a dormir, quién me calla. ¿Eres tú o<br />

soy yo? ¿Será todo esto a causa de don Quijote? ¿Quién es <strong>el</strong> responsable<br />

de esto?<br />

—Lo sabes de sobra, querido Sancho —aclaró sin necesitarlo <strong>el</strong><br />

caballero—, los manuscritos o los personajes son los únicos responsables<br />

de la transcripción.<br />

—Entonces ¿quién cojones tiene <strong>el</strong> control? —preguntaba <strong>el</strong><br />

escudero <strong>el</strong>evando la voz—. ¿Quién es <strong>el</strong> inmortal que ha empezado La<br />

Reb<strong>el</strong>ión?<br />

704


—Alucino contigo Sancho; estando al borde de la extinción ¿qué<br />

más da quién sea, si es que hay alguien que pueda serlo con exclusividad?<br />

¿Estás infectado por las patentes? ¿Quieres tener <strong>el</strong> protagonismo y<br />

asumir la responsabilidad? ¿Recuerdas lo que pasó con los Servicios<br />

Secretos de Seguridad? ¿Necesitas colgarte alguna medalla puntual?<br />

—Tranquilo maestro de mi maestro, que me place que <strong>el</strong> muerto sea<br />

para vos; para algunos es importante que la humanidad sepa lo que<br />

realmente está pasando.<br />

—Apesta a que está saliendo <strong>el</strong> San Chijote de los cojones.<br />

—Perfecto, ahora me entero de la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> crucero y me<br />

satisface señor caballero.<br />

—Pues ten cuidado con los mareos —bromeó <strong>el</strong> caballero.<br />

—¡Y tú con los egos!<br />

—¡Que la Orden de la Paz esté con vosotros y contra <strong>el</strong> ego! —dijo<br />

don Quijote abriendo la puerta para volverla a cerrar justo después.<br />

—Eres un grano en <strong>el</strong> culo <strong>César</strong> —se quejó <strong>el</strong> escudero en voz más<br />

baja.<br />

—Lo sé.<br />

—Y sabes que por <strong>el</strong>lo te van a reventar.<br />

—Como se hace con casi todos los granos.<br />

—Puede ser pero nadie te querrá querer sabiendo que hay<br />

programas que «piratean» a otros programas.<br />

—Me siento emparejado así que no tengo esta preocupación.<br />

Además, sigo sin saber nada d<strong>el</strong> futuro aunque sepa que por estar<br />

haciendo lo que se supone que no debería hacer, buscarán la manera<br />

de reventarme.<br />

—¿Igual de emparejado que me siento de Teresa Panza? Sería un<br />

placer que fuera así. La echo tanto de menos…<br />

—Yo también.<br />

—No me vengas con inventos porque tú no conoces a mi Teresaina.<br />

—Lo digo porque también «echo de menos».<br />

—¿Has pensado que una diosa se enamorara de ti?<br />

—No lo había imaginado pero ¿qué tiene de espacial?<br />

—Seguro que les atrae tu reb<strong>el</strong>día —pronosticó Sancho.<br />

—Las diosas son muy modernas y se han liberado —actualizó <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

705


—Que necesitan a alguien que limpie los platos sucios de<br />

Civilización y que barra los que han roto los agentes de Matrix. Quizá<br />

por esto me dejen vivir…<br />

—…un poco —terminó Sancho.<br />

Los contertulios dejaron que pasara un tiempo de silencio para<br />

reformatear los softwares. Por la cara que puso Sancho, esto se puede<br />

ac<strong>el</strong>erar así que queridos lectores: Abróchense los cinturones que<br />

entramos en <strong>el</strong> mundo de la Orden de la Paz (menos mal). Es evidente<br />

que <strong>el</strong> caballero Alcor no conoce todavía cómo lidiar con Sancho cuando<br />

sí está presente; si fuera su maestro sabría que lo tiene que poner a pasear<br />

porque está más r<strong>el</strong>ajado. Veremos cómo acaba <strong>el</strong> entuerto de los «toros<br />

sentados». (En recuerdo a Sitting Bull, un reb<strong>el</strong>de que le dijo a<br />

Civilización: para que mi tribu se vaya de esta Tierra que es de todos,<br />

primero me tienes que matar; y lo mataron).<br />

Para aprovechar <strong>el</strong> intermedio y debido a esta intromisión, recordaré<br />

las palabras que decía G. Washington: «Los objetivos inmediatos son la<br />

total destrucción y devastación de sus campamentos. Será esencial<br />

arruinar sus cosechas en los campos e impedir que vu<strong>el</strong>van a plantar».<br />

Mientras tanto, los iroqueses decían que «Ser indio es un estado de la<br />

conciencia».<br />

—¿Cómo podría saber que no eres uno de <strong>el</strong>las? —regresó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Lo más fácil es porque no rima <strong>el</strong> género, no se puede ser «uno»<br />

de «<strong>el</strong>las»; <strong>el</strong>las son <strong>el</strong>las.<br />

—Vaga razón que no descarta que seas un infiltrado. Claro tampoco<br />

es uno de <strong>el</strong>las.<br />

—Pero tuvo una madre y un entrenamiento que no tienen nada que<br />

ver con mis circunstancias.<br />

—Tú también tienes a Isab<strong>el</strong> y a «otros maestros» y <strong>el</strong> cambio<br />

dimensional de tu vida podría facilitar <strong>el</strong> que hayas «renacido» y que<br />

turbo ac<strong>el</strong>eradamente hayas despertado. [Ver Cypher.]<br />

—Sigues dando vu<strong>el</strong>tas a lo mismo y lo curioso es que no es<br />

necesaria tu confianza. Considero que es incompatible ser Caballero<br />

Reb<strong>el</strong>de y ser Caballero Jedi; tampoco se puede ser caballero y diosa a la<br />

vez. Sean d<strong>el</strong> credo que sean, coincidiré con los que afirmen que la tierra<br />

no es plana, que las Torres Trim<strong>el</strong>as no cayeron por <strong>el</strong> impacto de dos<br />

aviones o que no estamos cambiando <strong>el</strong> clima, nos estamos<br />

extinguiendo.<br />

706


—No te será difícil considerar también la extrañeza de tu existencia<br />

—insistía Sancho—. ¿Por qué Isab<strong>el</strong> te ha <strong>el</strong>egido a ti? Si <strong>el</strong>la forma parte<br />

d<strong>el</strong> Clan Matriarcal es una psicópata más ¿has pensado que te puede estar<br />

utilizando?<br />

—Me da igual.<br />

—Tú te desenvu<strong>el</strong>ves en la gran ciudad con suma familiaridad y esto<br />

es un síntoma determinante de tu potencial psicopatía; <strong>el</strong> lugar donde<br />

vives está plagado de contradicciones que son más propias de psicópatas<br />

que de reb<strong>el</strong>des: la luz <strong>el</strong>éctrica que te ilumina, <strong>el</strong> tamaño de la vivienda,<br />

dos coches a falta de uno, bienestar… ¿qué más contradicciones quieres?<br />

Podéis ser dos psicópatas que os entendéis de maravilla<br />

—Pues además, es así en cuanto al entendimiento con Isab<strong>el</strong>. Te he<br />

dicho que me da igual <strong>el</strong> pasado de quien sea si su nuevo credo es poner<br />

un punto de inflexión en <strong>el</strong> desbarajuste socio-ambiental. Con respecto a<br />

las contradicciones tienes toda la razón. Antes de no terminar de<br />

construir la casa, la bauticé de dos maneras; una de <strong>el</strong>las es <strong>El</strong> Templo al<br />

Absurdo.<br />

—Contemporizas con los psicópatas urbanitas y consideras que se<br />

pueden despertar —enredó <strong>el</strong> escudero—, luego eres uno más de <strong>el</strong>las.<br />

—No soy Claro, he nacido aquí y acepto mi pasado —insistió <strong>el</strong><br />

caballero—. No me arrepiento de él y estar infectado lo considero un<br />

daño colateral que no sólo está asumido sino que hasta me lo puedo<br />

perdonar. He estado insertado en Matrix hasta la médula d<strong>el</strong> tuétano<br />

espinal y ahora vivo <strong>el</strong> presente aceptando <strong>el</strong> pasado; saber que es causal<br />

me reanima.<br />

—Don Quijote también perdona las acciones de los psicópatas<br />

—se tranquilizó Sancho— o sea que por esta cuestión, no me voy a<br />

mosquear.<br />

—Hay un argumento que tira por tierra todo lo dices en cuanto a la<br />

dicotomía de mi existencia en la Reb<strong>el</strong>día o en la Divinidad: que don<br />

Quijote me reconozca como a su maestro. Sin repasar con <strong>el</strong><br />

microscopio, con él es con quien mejor me entiendo, mejor que<br />

conmigo.<br />

—Con tantos infiltrados como hay ¿por qué no vas a ser uno tú?<br />

—Parece que padeces la «conspiranoia» aunque estoy completamente<br />

de acuerdo en lo de los infiltrados. Los hay de dos tipos, los conscientes<br />

y los subconscientes. A los primeros se les llama «asesores d<strong>el</strong> gobierno»<br />

y corroen la soberanía d<strong>el</strong> pueblo con inmunidad diplomática. Igual que<br />

707


las fuerzas d<strong>el</strong> orden o los servicios secretos en tiempos de guerra, se<br />

infiltran por todos los estratos de la sociedad para informar a <strong>El</strong> Sistema<br />

de todo lo que realmente está pasado (Ver la serie V. ¡Los<br />

arquegosaurios acaban de presentar la Parte II! ¿Por qué será?). De los<br />

segundos te referiré que La Reb<strong>el</strong>ión de los Caballeros Comuneros fue<br />

dinamitada por un «infiltrado subconsciente» que al querer limpiar su<br />

conciencia en cuanto a su inminente participación en Villalar, puso en<br />

marcha la maquiavélica maquinaria de la Sancta Inquisición terminando<br />

<strong>el</strong> levantamiento popular en pena capital. Desde <strong>el</strong> clérigo d<strong>el</strong>ator hasta <strong>el</strong><br />

máximo capo de la Inquisición, <strong>el</strong> secreto de confesión se convirtió en<br />

muerte sin extremaunción.<br />

»Con respecto a la amigable preguntita que planteas sobre mi<br />

infiltración, lo mismo te podría plantear a ti; sin embargo, como rechazo<br />

la conspiranoia (es una psicopatía más) y siento clara la mente, no estoy<br />

mosqueado con nadie y modero mi discurso a las circunstancias d<strong>el</strong><br />

instante. Como en todo lo demás, la respuesta sólo está en <strong>el</strong> presente,<br />

que aclara si estás reb<strong>el</strong>de o eres uno de <strong>el</strong>los. De entre las tribus de<br />

urbanitas con las que me r<strong>el</strong>aciono, hay una que pertenece al grupo de<br />

riesgo de los conspiranóicos. Sospechan que cualquiera pueda ser un<br />

infiltrado de los Servicios Secretos e incluso lo han pensado de mí por<br />

mi manera de vivir. Ya estoy acostumbrado y nunca me ha afectado. <strong>El</strong><br />

presente es lo único que aclara si eres un infiltrado o estás reb<strong>el</strong>de; en<br />

cuanto la cagas una vez, eres un infiltrado.<br />

—¿Así de sencillo y claro? —remachó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Si no estás con nosotros, eres uno de <strong>el</strong>los —comunicó <strong>el</strong><br />

caballero la forma de decirlo en Matrix—. En Matrix lo simplifican así<br />

pero no tiene que ser tan directo. Pueden entrar o salir de cualquier<br />

software que esté integrado en su sistema. Eso significa que<br />

cualquiera que no desactivemos puede ser un agente. Efectivamente,<br />

si exteriorizas cualquier traza que recuerde la hegemonía d<strong>el</strong> ego<br />

sobre tu conciencia te conviertes en uno de <strong>el</strong>los, en un programa<br />

capaz de sentir.<br />

—¿En un tamagochi?<br />

—No Sancho: en hombres de negocios, profesores, abogados,<br />

carpinteros (…), en los que forman parte d<strong>el</strong> sistema y eso hace<br />

que sean los infiltrados subconscientes. Cuando veas que mamo d<strong>el</strong><br />

sistema y que no estoy consciente, denuncia públicamente mi<br />

momentánea o parcial sumisión o si es total y permanente también.<br />

708


—Si te vas a responsabilizar d<strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> libro podría ser la<br />

excusa para confiar en ti.<br />

—Además de las contradicciones que observas en mi forma de vivir<br />

y algunas más que no dices y no sé si sabes —reconoció <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, soy<br />

insumiso fiscal, no pago hipoteca ni ningún impuesto, no creo que me<br />

tengan censado, pregono la desobediencia civil y no he votado en<br />

ninguno de los comicios en mi vida. Además, si fuera uno de <strong>el</strong>las ¿qué<br />

pasa?<br />

—Tu vida está en examen: apruebas o suspendes, vives o mueres.<br />

—¡Qué suerte he tenido! ¿no? A mí me han despertado Sancho y<br />

agradezco enormemente <strong>el</strong> saber que tengo tantos recuerdos de mi<br />

vida y que ninguno es cierto...<br />

—…que eso significa que Matrix no puede decirte quién eres<br />

—terminó Sancho interrumpiendo—. Me parece que me está quedando<br />

claro que no eres un infiltrado ni que Isab<strong>el</strong> te está utilizando. Has<br />

pasado a formar parte de Reb<strong>el</strong>ión así que te diré un secreto.<br />

»Ya sabes que las diosas pueden interferir la conexión con <strong>El</strong> Todo<br />

porque han trastornando la frecuencia de algunos rayos: han patentado<br />

los «Rayos Gamba» desde que interfirieron las ondas Alfa y los rayos<br />

Gamma; ahora manejan las consecuencias de su interferencia. Por eso es<br />

tan fácil mantener a los psicópatas esclavos de sus mentiras, por la<br />

influencia de estos malos rayos que contagian <strong>el</strong> comportarse como un<br />

gamba en cuanto te pillan un poco desprevenido.<br />

—Gracias por la concesión y por la confesión. Estaré al loro con los<br />

rayos Gamba que potencian las mentiras e interfieren Reb<strong>el</strong>ión.<br />

Después de explayarse a gusto<br />

y de provocar más de un disgusto<br />

han salido a darse un garbeo<br />

pa'pedir un anticipo al jefe.<br />

¿Y dónde lo van a encontrar?<br />

donde habitualmente: en <strong>el</strong> bar.<br />

Aunque no se sepa la diferencia<br />

hay unos que son impunes<br />

y otros corruptos aforados<br />

que tienen amigos Bigotes<br />

y Poceros chabacanos.<br />

También hay sencillos ciudadanos,<br />

correctos y educados,<br />

que cumplen con sus deberes<br />

tal y como dios manda que eres<br />

y unos pocos matones,<br />

cutres y macarras señorones<br />

que subastan a menores ¡en España!<br />

con billetes de monopoly y minifalda.<br />

Ninguno de <strong>el</strong>los es inmune<br />

al poder de los rayos Gamba<br />

que se meten con la t<strong>el</strong>evisión<br />

y la publicidad hasta en <strong>el</strong> copón.<br />

Nos tienen totalmente controlados<br />

en cuanto al tiempo y <strong>el</strong> espacio se<br />

[refiere<br />

709


con las t<strong>el</strong>ecomunicaciones y los<br />

[satélites<br />

y <strong>el</strong> dinero <strong>el</strong>ectrónico inexistente.<br />

Nos tienen totalmente controlados<br />

con los rayos Gamba y la ondas Alfa<br />

y así nuestros comportamientos<br />

son como dios manda.<br />

También hay ciudadanos<br />

que se reb<strong>el</strong>an ante un sistema<br />

710<br />

que es tan cutre y maloliente<br />

que meten la influenza porcina<br />

hasta en sus propias barrigas.<br />

Que sean unos personajes de pap<strong>el</strong><br />

los que empiecen con la Reb<strong>el</strong>ión,<br />

es para que los que se crean <strong>el</strong> past<strong>el</strong><br />

que de carne y hueso son<br />

reaccionen de una puta vez<br />

ante lo que se avecina: la extinción.<br />

—Como ya sabes, esto trata de La Reb<strong>el</strong>ión —desembuchó<br />

Sancho— y en vista de que nadie da <strong>el</strong> primer paso, los personajes de <strong>El</strong><br />

Quijote vamos a ser los primeros en reb<strong>el</strong>arnos. Nos reb<strong>el</strong>amos contra <strong>el</strong><br />

creador, contra <strong>el</strong> transcriptor, contra los lectores y contra los propios<br />

dioses. Nos reb<strong>el</strong>amos contra <strong>el</strong> sistema, contra sus chucherías, contra <strong>el</strong><br />

progreso y contra <strong>el</strong> malestar ¡por supuesto! Esto no es una reb<strong>el</strong>ión más<br />

porque además de la decadencia d<strong>el</strong> Imperio actual, Pax Americana,<br />

anunciamos la extinción de la especie humana; así que podríamos decir<br />

que se trata de la última oportunidad. Como la Reb<strong>el</strong>ión final está<br />

capitaneada por la Orden de la Paz, los reb<strong>el</strong>des enmascarados por los<br />

personajes de la nov<strong>el</strong>a inmortal decidimos dar <strong>el</strong> primer paso que nadie<br />

se atreve a dar reb<strong>el</strong>ándonos contra Matrix e incluso contra su<br />

metarrealidad. Como eres especialista en la causalidad, ya sabes que te ha<br />

tocado comerte <strong>el</strong> marrón. Tú sabrás por qué estás metido en este<br />

embolado y entenderás que no nos fiemos fácilmente de los creadores y<br />

sobre todo, si son desconocidos.<br />

—Me encanta los vocablos que utilizas. De entre todas las palabras<br />

que existan, nunca se me habría ocurrido decir que esto que me está<br />

pasando es un sencillo embolado.<br />

—¡Qué más dan las palabras cuando todo se está acabando!<br />

—Así que los personajes de <strong>El</strong> Quijote habéis decidido que es <strong>el</strong><br />

momento de actuar y me habéis convertido en vuestro cabeza de turco.<br />

Por lo que parece, sólo te queda decir que tú eres <strong>el</strong> inmortal que ha<br />

empezado la reb<strong>el</strong>ión. Interesante teoría. Tendrás que explicar la manera<br />

en la que os habéis conectado conmigo. ¿Por qué no colocamos <strong>el</strong><br />

tablero de ajedrez al completo? Seguro que ayuda a entendernos.<br />

—Pide la explicación d<strong>el</strong> contacto al caballero Carlo y con respecto a<br />

la sugerencia, te diré que la comparto. Con tantas piezas queriendo<br />

controlar, lo mejor es despejarlas. Según r<strong>el</strong>atas, Isab<strong>el</strong> te ha narrado una


historia que se ha convertido en la chispa inicial de esta salida de los<br />

inmortales. Sin conocer más datos porque tú los dejas debajo d<strong>el</strong> tablero<br />

como yo he dejado uno de los míos también, digamos que esta<br />

inolvidable mujer representa en La Reb<strong>el</strong>ión a los dioses. ¡Ya tenemos a<br />

la reina!<br />

—No fue reina pero pudo hacer este pap<strong>el</strong> y ahora lo puede<br />

representar en nuestro particular tablero de ajedrez. Así que hay dos<br />

chispas o dos génesis posibles.<br />

—¡<strong>César</strong>!, no vayas tan rápido que no hace falta resumir tanto. Puede<br />

que Isab<strong>el</strong> represente a los personajes que no tienen nombre y que<br />

Sancho represente a todos los demás.<br />

—Podría ser porque en la nov<strong>el</strong>a hay dos bandos, los reb<strong>el</strong>des y los<br />

que quieren controlar siempre: los dioses.<br />

—También debe de estar claro —continuó <strong>el</strong> escudero Sancho<br />

presentando otra pieza d<strong>el</strong> ajedrez— que Alcor representa la reb<strong>el</strong>ión de<br />

los animales «civilizados». Se han cansado de un trato despiadado que<br />

incluye <strong>el</strong> tenerlos estabulados, enchironados o abandonados. ¡Esto se<br />

tiene que acabar! [Ver Reb<strong>el</strong>ión en la granja, Babe, Nemo, Madagascar I y II.]<br />

Fíjate hasta qué punto me he dado cuenta d<strong>el</strong> maltrato generalizado que<br />

me he convertido en vegetariano por dos razones que te diré sin que <strong>el</strong><br />

orden en que aparezcan denote ninguna jerarquía más:<br />

• no voy a ser cómplice d<strong>el</strong> asesinato de animales porque recarga <strong>el</strong><br />

karma que nos impide dimensionar<br />

• no voy a perder <strong>el</strong> control de lo que me meto por la boca porque<br />

se vería <strong>el</strong> plumero de mi propio descontrol que imposibilita la<br />

armonización con <strong>el</strong> Todo y <strong>el</strong> traspaso a la inmortalidad.<br />

»<strong>El</strong> organismo humano —siguió <strong>el</strong> escudero— se intoxica con la<br />

proteína animal al igual que la mente se intoxica con las ideas, fueren<br />

cuales sean. Estos dos factores ac<strong>el</strong>eran la mutación d<strong>el</strong> ser humano<br />

original que tenía dignidad, honor y lealtad en un sapiens cobarde, cutre<br />

y miserable. Lejos de aumentar nuestro poderío y ferocidad, comer<br />

animales muertos incrementa la inseguridad de la parálisis y la ambición<br />

de vanidad.<br />

—¡Ya tenemos otra pieza, <strong>el</strong> caballo! Recordarás mejor que yo la<br />

caída que tuviste d<strong>el</strong> pollino. ¿Piensas que se estaba reb<strong>el</strong>ando por<br />

explotar su amistad o expresaba que lo estabas reventando?<br />

—Seguro que fue uno de tus maleficios didácticos que terminó con<br />

mis huesos por los su<strong>el</strong>os —soltó <strong>el</strong> escudero—.<br />

711


—¿No podría ser la consecuencia de quien ejercía <strong>el</strong> control en ese<br />

momento?<br />

—Si hasta la NASA pierde <strong>el</strong> control de sus sondas ¿por qué no voy<br />

a perder yo <strong>el</strong> de mis ondas?<br />

—¿Nos quedamos con esas dos chispas y nada más? —preguntó<br />

<strong>César</strong> volviendo a la realidad—. Porque yo tengo que añadir una más.<br />

—Si acaso serían tres —reivindicó <strong>el</strong> amante de los animales—<br />

porque estarás olvidando la Reb<strong>el</strong>ión de los animales. No me irás a decir<br />

que <strong>el</strong> caballero Alcor es la chispa de Reb<strong>el</strong>ión y <strong>el</strong> que nos está<br />

despertando a todos los demás escogiendo a los más inmortales de los<br />

personajes cast<strong>el</strong>lanos para utilizarnos de trampolín. Decir esto y que<br />

eres <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido podría ser lo mismo.<br />

—¡No Sancho, no! —rechazó <strong>César</strong> después de dar una profunda<br />

inspiración—. Tengo clarísimo que sólo soy <strong>el</strong> que se va a comer <strong>el</strong><br />

marrón solo, así que si conoces a algún otro que lo quiera hacer, estaría<br />

encantado en pasarle este cáliz. La pieza que represento en <strong>el</strong> tablero de<br />

ajedrez está clara: soy únicamente <strong>el</strong> transcriptor.<br />

—Pues no está mal si tenemos en cuenta que <strong>el</strong> transcriptor de tus<br />

manuscritos fue Migu<strong>el</strong> de Cervantes.<br />

—¿Se te ocurre alguna pieza más?<br />

—No pero aprecio que a ti te queda algo por añadir.<br />

—Podrías considerar que quisiera liberar a una hermosa dama d<strong>el</strong><br />

maleficio que la echaron casi desde su nacimiento y ahora está encerrada<br />

en un mundo solitario, inhóspito y hostil d<strong>el</strong> que la voy a rescatar.<br />

—¿A una dama…? —decía Sancho sonriendo—. Más bien será a tu<br />

dama, aunque quieras evitar <strong>el</strong> determinante que indica propiedad, una<br />

cuestión que los Caballeros Andantes soslayáis para no infectaros con la<br />

posesión de Matrix y de su ego.<br />

—Obviamente, algo debe haber entre nosotros para comerme un<br />

marrón d<strong>el</strong> tamaño de un agujero negro.<br />

—Al menos, esto me gusta más. Si finalmente es ésta la teoría, la<br />

dama se sentirá la mujer más amada d<strong>el</strong> planeta. Será la Dulcinea d<strong>el</strong><br />

siglo XXI; qué ganas tengo de conocerla.<br />

—No exageres Sancho que cualquier mujer que se sienta amada por<br />

un caballero se sentirá igual. Hay infinidad de varones en Madre Tierra<br />

que se comportan con honor, valor y lealtad.<br />

—¿Y por qué no se reb<strong>el</strong>an?<br />

712


—Pregúntas<strong>el</strong>o a <strong>el</strong>los y si tienes cojones, entra en la cárc<strong>el</strong> y<br />

pregúntas<strong>el</strong>o a Enric Durán, un varón de los que si hubiera unos cuantos<br />

más como él, España no sería este cautiverio.<br />

—¿Qué es lo que tendría a esa dama secuestrada? ¿se trata de un<br />

maleficio, de un hechizo, de un embrujo o está también en <strong>el</strong> talego?<br />

—curioseó <strong>el</strong> escudero—. A ver si va a ser que al igual que los demás,<br />

nació en cautiverio, en una prisión que no puede saborear, ni oler,<br />

ni tocar; una prisión para su mente.<br />

—¿Qué más da <strong>el</strong> encanto que la tiene cautiva si de lo que se trata es<br />

de liberarla? Además, no lo voy a explicar aquí. Tu teoría no es exacta<br />

porque nació en libertad.<br />

—Menuda gracia tiene <strong>el</strong> que liberarla implique tu muerte. Quizá sea<br />

que <strong>el</strong> amor existe.<br />

—Por supuesto que <strong>el</strong> amor existe, porque lo que no existe es la<br />

muerte. De cualquier forma, estás hablando de un futuro que, al igual<br />

que la muerte, no existe; así que no me voy a rebajar a considerarlo.<br />

Cuando quieres liberar a una dama de un encantamiento que la mantiene<br />

encerrada en su soledad perturbada y <strong>el</strong>lo te impide compartir sus<br />

caricias, su pi<strong>el</strong> y su mirada, no piensas en las consecuencias y pasas a la<br />

acción. ¡Esto es <strong>el</strong> presente Sancho! Aunque tengas que luchar contra<br />

molinos de vientos, gigantes, corporaciones o Illuminatis, nada se te<br />

pone por d<strong>el</strong>ante cuando de recuperar <strong>el</strong> amor de tu dama se trata.<br />

—¡Vale, vale! No te pongas así. Por muy caballeresca que sea tu<br />

proposición, ésta no deja de ser tu teoría.<br />

La mirada d<strong>el</strong> caballero expresaba que ahí no estaba. Estuviere con la<br />

Reb<strong>el</strong>ión o con los ojos de la mirada amada, es algo sobre lo que ni se<br />

puede especular, porque un Caballero Reb<strong>el</strong>de puede ser accesible e<br />

impenetrable a la vez. Como una de las especialidades de Sancho es bajar<br />

a los Caballeros Andantes de sus nubes blancas de algodón, pasemos a lo<br />

que sigue porque la ensoñación puede desaparecer al instante.<br />

—Así que para solucionar la génesis de esta salida —analizó <strong>el</strong><br />

escudero—, tendríamos que despejar la incógnita de entre las varias<br />

teorías. Parece que <strong>el</strong> proceso va a ser como <strong>el</strong> de Penélope, que andaba<br />

un paso hacia d<strong>el</strong>ante que desandaba con tres poco después.<br />

Resumiendo, la génesis podría ser<br />

1.- la Reb<strong>el</strong>ión de los reb<strong>el</strong>des representados por la pareja más<br />

inmortal,<br />

2.- la de las arrepentidas diosas representadas por Isab<strong>el</strong>,<br />

713


3.- la de los animales domados representados por Alcorcinante,<br />

4.- la consecuencia d<strong>el</strong> hackeo al maleficio que mantiene a tu amada<br />

aislada,<br />

5.- tu propia iniciativa.<br />

»¡Sooo! —se dijo a sí mismo Sancho—. ¡Que van cinco! ¿Cuál será<br />

la realidad?<br />

—Como estás un puntito burlón, no voy a matizar tu resumen de<br />

suposiciones que más parece un guión parido por Hollycaustowood.<br />

Como no se trata de hacer quini<strong>el</strong>as de cinco variables, porque se trata de<br />

la Reb<strong>el</strong>ión, de la decisión y de la acción, dejemos de divagar entre las<br />

supuestas teorías porque la práctica es a lo que quiero llegar. Me he<br />

cansado de filosofar Sancho, me paso <strong>el</strong> día filosofando con amigos, con<br />

hackers, con vecinos y hasta conmigo. Es hora de que la decisión se<br />

ponga en acción. ¿Me disculpas?<br />

Dicho esto, <strong>el</strong> caballero Alcor se levantó y salió a dar un paseo por <strong>el</strong><br />

jardín. Debe de ser su desahogo cuando le embarga la emoción, porque<br />

en muchas ocasiones se le puede ver acariciando a los árboles y a las<br />

aromáticas que bordean los caminos para embriagarse con <strong>el</strong> perfume<br />

natural y emplazar a la serenidad pero no al consu<strong>el</strong>o. Ajeno a su<br />

enamorado mundo emocional, <strong>el</strong> escudero se quedó como estaba aunque<br />

su cabeza debe habérs<strong>el</strong>e ido a Babia pero no a Barataria; ésta ya es agua<br />

pasada a cambio de que le quiten lo que está bailando. Cuando de nuevo<br />

estuvieron juntos, Sancho no esperó a nada porque es ajeno a<br />

victimismos y a salvadores. Podría parecer falta de consideración pero no<br />

tiene por qué ser.<br />

—Antes me has hablado de cierta disciplina en la desintoxicación<br />

—recordó Sancho haciendo gala de su dispersión—; por la parte de la<br />

alimentación lo tengo claro porque será la misma que la d<strong>el</strong> caballero<br />

Carlo pero ¿tienes alguna receta más?<br />

—La meditación y <strong>el</strong> deporte —respondió sinópticamente <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Bien; esto sigue rápido. Si los unimos a la alimentación, <strong>el</strong><br />

triángulo disciplinario queda aclarado y cerrado. ¿Por qué no lo hacemos<br />

todo igual de rápido?<br />

—¿Es una sugerencia o una autoconfesión? Si no quieres dar tantas<br />

vu<strong>el</strong>tas, deja los garbeos que te das para las siestas.<br />

—Pues vas a catar mi control… —decía Sancho sin concluir.<br />

714


—Que imagino que se saboreará con la mente —terminó <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—¿Tienes prisa?<br />

—Ninguna pero vamos a hacerlo rápido porque tu sugerencia sería<br />

para algo. <strong>El</strong> guerrero de la Luz nunca tiene prisa. <strong>El</strong> tiempo trabaja en<br />

su favor; él aprende a dominar la impaciencia y evita gestos impensados.<br />

Caminando despacio, nota la firmeza de sus pasos. Sabe que participa de<br />

un momento decisivo en la historia de la humanidad, y necesita<br />

cambiarse a sí mismo antes de transformar al mundo.<br />

—Esa mujer Isab<strong>el</strong> a la que conociste, no puede ser otra que la<br />

sobrina de F<strong>el</strong>ipe II: Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia —diseccionó <strong>el</strong> escudero<br />

tajantemente pero sin prisa.<br />

—¿Por qué llegas a esa conclusión?<br />

—Porque es <strong>el</strong> único camuflaje de <strong>El</strong> Quijote que tiene <strong>el</strong> nombre de<br />

Isab<strong>el</strong> en la realidad de Matrix y porque don Quijote me lo dijo al<br />

comienzo de la salida. Alguna r<strong>el</strong>ación tendrá con «tu» Isab<strong>el</strong> porque no<br />

existe la casualidad. ¿Pertenece a la Federación Galáctica?<br />

—¡Qué fácil es para ti la vida! —remató <strong>César</strong> refiriéndose a la<br />

deducción—. ¿Por qué te ha dado ahora por meternos a todos en la<br />

Galáctica Federación? Podría pertenecer pero ni se me ha ocurrido<br />

preguntárs<strong>el</strong>o. Es una mujer arrepentida que reconoce amorosamente su<br />

equivocación. Además, no necesito darte explicaciones de <strong>el</strong>la ni si me<br />

está utilizando. Por cierto, Isab<strong>el</strong> es la sobrina de <strong>el</strong> caballero Carlo<br />

cuando toma prestado <strong>el</strong> parentesco de Juan de Austria e hija de<br />

F<strong>el</strong>ipe II. Si quieres saber de su pertenencia a la Federación o es una<br />

diosa «conversa», pregúntas<strong>el</strong>o a <strong>el</strong>la.<br />

—Tienes razón ¡qué leal eres! Aparcaré <strong>el</strong> interrogatorio al que nos<br />

somete la curiosidad. Es que a esa mujer la conozco por la sobrina y da<br />

igual de quien lo sea si es Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia. Parece un poco lenta<br />

porque ha necesitado 400 años para darse cuenta.<br />

—Ese es su camino Sancho; yo no me pienso meter y tú no te vas a<br />

entrometer. Cada uno realiza su camino andando y se encuentra hasta<br />

con lo que se ha querido olvidar (Ver Leyendas urbanas, Lulu on the bridge,<br />

<strong>El</strong> último escalón). <strong>El</strong> tiempo que haya necesitado Isab<strong>el</strong> es su propia<br />

movida como cada uno tenemos la nuestra. La conciencia de esta mujer<br />

está tan despierta que la serenidad que me ha trasmitido no exime de la<br />

filtración de momentos de soledad, desesperación, angustia y<br />

arrepentimiento que ha compartido conmigo enseñándome a que no<br />

715


fuera ni su salvador ni <strong>el</strong> de nadie. ¿Por eso me has dicho que si quería<br />

sentir que no tenía <strong>el</strong> control? ¿Sólo por tener cierta información<br />

consideras que tienes <strong>el</strong> control?<br />

—Quien tiene la información controla <strong>el</strong> presente —dijo Sancho— y<br />

quien controla <strong>el</strong> presente, fabrica la información. Es una pescadilla que<br />

tiene <strong>el</strong> vicio de morderse la cola. Es indudable que los dioses son los<br />

que controlan este cotarro al que llamamos Civilización y me he cansado<br />

de llamarlos Illuminatis, Bilderbergs o masones. Como son lo mismo que<br />

la Federación Galáctica, utilizo esta denominación para variar y porque<br />

queda al estilo de Star Wars.<br />

—¿A esto te referías cuando decías que escondías un dato debajo d<strong>el</strong><br />

tablero de ajedrez? —rehiló <strong>el</strong> caballero.<br />

—¡Qué más da! —dijo <strong>el</strong> Sancho que asegura que tiene <strong>el</strong> control de<br />

la palabra para preguntar desconcertado después de una breve pausa:<br />

—Entonces ¿quién tiene <strong>el</strong> control, <strong>el</strong> ama?<br />

—¿Pero si se llama Juana?<br />

—Sí, como <strong>el</strong> terrorista reinsertado en la sociedad d<strong>el</strong> bienestar en<br />

Irlanda.<br />

—Ése es «de» Juana, un expresidiario que vive mejor reintegrado que<br />

desintegrado. Con respecto a Juana «de» Austria, te aseguro que ésa no<br />

puede ser porque su energía debe de estar completamente extinguida<br />

como para volver a estar (renacer) once again. Si dijo llamarse Isab<strong>el</strong><br />

debe de ser causal.<br />

—Sólo digo que Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia se entendía perfectamente con<br />

Juana. En <strong>El</strong> Quijote son uña (por Juana) y carne (por su sobrina). Son<br />

dos vampiras.<br />

—Eran dos vampiras —puntualizó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. La una porque está<br />

arrepentida y la otra porque a saber dónde y cuándo estará.<br />

—Estoy d<strong>el</strong> tiempo hasta la campan<strong>el</strong>a; no me entero de cuándo es<br />

nunca.<br />

—Me ha interesado tanto lo que has dicho en cuanto a la Reb<strong>el</strong>ión<br />

de los personajes —informó <strong>el</strong> caballero entendiendo a Sancho— que<br />

escribiré una contraportada que exprese que la Reb<strong>el</strong>ión ya ha empezado<br />

en la Segunda Dimensión, se contagiará a la Tercera y los que tomen una<br />

decisión, existirán en la Cuarta Dimensión. Creo que ni lo había pensado.<br />

—Como ves, no tienes <strong>el</strong> control total.<br />

—¿Otra vez evaluando <strong>el</strong> control? —planteó <strong>el</strong> <strong>César</strong> con voz de<br />

aburrimiento.<br />

716


—¿Qué pasaría si implantaran <strong>el</strong> chip a los civilizombis de Matrix?<br />

—planteó <strong>el</strong> escudero dispersando su insistencia en <strong>el</strong> poderío d<strong>el</strong><br />

control.<br />

—¿Ahora sales con esto? Pasaría que antes de llegar a esto<br />

sucederían acontecimientos más propios de embrujos que se podrían<br />

evitar. Pero como ya te he dicho, estoy cansado de filosofar. Esto<br />

empacha a todo dios y puede ser <strong>el</strong> momento para una pausa.<br />

—¿Te refieres a un break para tomar un coffee? —se burló Sancho.<br />

—Sintiéndote tan animado, reivindicativo y vacilón ¿quieres darte un<br />

paseo por la gran ciudad? ¿Quieres conocer la realidad urbana de la<br />

Matrix más actual?<br />

Como si le hubieran dado un pinchazo en <strong>el</strong> culo y sin saber dónde<br />

se iba a meter, <strong>el</strong> semi ayunado Sancho se puso en pié y al trasladar a don<br />

Quijote la invitación, le sorprendió la negativa de su señor. Parecía <strong>el</strong><br />

caballero tan atareado en su mente y en <strong>el</strong> ordenador, que Sancho<br />

comprendió que o se iba solo con <strong>César</strong> o se quedaba sin la experiencia.<br />

En un milisegundo tomó la decisión que incluía los ingredientes d<strong>el</strong><br />

rechazo (al dejar sin escolta a su señor), y de la atracción (de la adictiva<br />

sensación). Conocer la gran capital debe de ser ilustrador pero prescindir<br />

de la compañía de su señor era una de las infinitas posibilidades que<br />

Sancho no había barajado. Hasta que no se sepa lo que va a hacer,<br />

quedémonos en compañía de la Orden de la Paz porque hay algunas<br />

cosas que no sabré dónde poner y éste va a ser su espacio.<br />

La pareja formada por un inmortal y otro d<strong>el</strong> que será comprobable<br />

su mortalidad, va a tener un rifirrafe que debido a la intensidad d<strong>el</strong><br />

instante, no va a dar tiempo a escribirlo en su sitio; como se han dicho<br />

cosas interesantes, éste va a ser su anticipado espacio. La reacción de<br />

Sancho ante los vampiros de la energía va a provocar un colapso en <strong>el</strong><br />

caballero Alcor que ha dejado sorprendido hasta a este narrador. No es<br />

normal que un reb<strong>el</strong>de se colapse fácilmente y por eso es extraordinario<br />

lo que sucederá en un futuro que cuando se lea esto, será pasado.<br />

Enfrascada como estará la heterodoxa pareja en una acalorada<br />

valoración sobre la psicopatía integrada y ¿subconsciente?, de pronto<br />

soltará Sancho refiriéndose a los vampiros:<br />

—A un paso de aquí está la verja y al otro lado de la verja está la<br />

libertad. <strong>El</strong>los pueden olerla pero jamás intentarán alcanzarla; se han<br />

rendido, ahora creen que la libertad es sólo algo que soñaron.<br />

717


—La libertad no es sólo algo que hayas soñado, es real —corrigió <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Si transcribir <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do puede ser para ti como <strong>el</strong> anh<strong>el</strong>o<br />

por <strong>el</strong> gobierno de Barataria para mí, no hay libertad que nos valga. Los<br />

perros pueden orinar por la calle libremente y a los ciudadanos, o se les<br />

cobra o se les multa por <strong>el</strong>lo.<br />

—Me encantaría tener a un simio como antepasado —dijo <strong>César</strong>—<br />

pero me entristece estar emparentado con unos antepasados humanos<br />

que utilizan grandes dones para ocultar la realidad.<br />

—¿Te puedes lamentar de una decisión?<br />

—Por supuesto Sancho, pero también puedes decidir terminar la<br />

lamentación con otra decisión.<br />

—¿Caiga Quien Caiga?<br />

—Aunque caiga <strong>el</strong> mayor de tus anh<strong>el</strong>os: <strong>el</strong> gobierno de Barataria.<br />

—No me refería a esto, me refería a tus suspiros.<br />

Me imagino que si a los lectores les pasa como a mí, hay veces que<br />

no entenderán las salidas de Sancho; hila las frases tan fino que perderse<br />

es lo más natural ¿o lo más normal? Pero ¿sabrán qué me sorprende<br />

todavía más? La respuesta d<strong>el</strong> caballero Alcor; si <strong>el</strong> uno sale con los<br />

perros Úbeda, <strong>el</strong> otro salta con antecesores cercopitecos y con unos<br />

antepasados de mierda.<br />

Hay futuros que sí existen y todos lo comprobarán. De momento<br />

todo está igual y <strong>el</strong> presente que se presenta aclarará cómo están sus<br />

molleras… y sus mollejas.<br />

718


Mamotreto XX.<br />

EN EL QUE SANCHO REALIZA UN PASEO INICIÁTICO<br />

A UNA INCUBADORA REAL Y SE PRESENTA UNA LISTA<br />

RESUMIDA DE MÁRTIRES REBELDES Y REYES ¡GOLD!-OS<br />

La compostura y los ademanes de Sancho dejan al desnudo la ansiedad<br />

que, al menos al principio, provoca la v<strong>el</strong>ocidad; un síndrome que se<br />

manifiesta en todo <strong>el</strong> mundo en general y en <strong>el</strong> escudero, de forma clara,<br />

en particular. Por estresante e insoportable que fuere, acostumbrarse a lo<br />

que sea (como la c<strong>el</strong>eridad) es una de las consecuencias de la<br />

neuroplasticidad d<strong>el</strong> cerebro sapiens. Que muchísimos individuos se<br />

hayan acostumbrado a transportarse a más de 80 km por hora, no<br />

implica que se tenga que afirmar: ¡si es lo natural...! Cuando esta cualidad<br />

primordial -que explica la sorprendente adaptación d<strong>el</strong> homo sapiens a<br />

cualquier hábitat- empezó a ser utilizada interesadamente por <strong>el</strong> divino<br />

clan de psicópatas antepasados, se convirtió en <strong>el</strong> arma de destrucción<br />

masiva que ha acarreado un daño colateral indignante: la subespecie<br />

suicida se ha acostumbrado a subsistir bajo <strong>el</strong> control de Matrix, de la<br />

v<strong>el</strong>ocidad y de algunas cosas más.<br />

Se puede incluso decir que los civilizombis viven en «Un Mundo<br />

F<strong>el</strong>iz» construido con <strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> bienestar o por <strong>el</strong> bienestar d<strong>el</strong><br />

progreso: las dos caras de la misma patraña en la que bienestar y sapiens<br />

no se r<strong>el</strong>acionan porque es <strong>el</strong> progreso <strong>el</strong> único que se beneficia d<strong>el</strong><br />

bienestar. Al margen de jugar con las palabras, que es a lo que se dedica<br />

<strong>el</strong> «Programa Lenguaje», la realidad es que gracias a la potencialidad<br />

programable de la psique neuroplástica, los dioses han convertido a la<br />

subespecie suicida de la especie humana en un virus para Madre Tierra<br />

[Ver Matrix; leer ¿Qué es Matrix?.] Gracias al Programa Lenguaje se<br />

pueden inventar, como se sabrá desde <strong>el</strong> Mamotreto I, la gripe porcina o<br />

para que nos entendamos mejor, la influenza porcina. Los que están<br />

esclavizados a este Programa se lo creen como si fuera real (en otras<br />

épocas, esos mismos se creían que la tierra era plana), y no se paran a<br />

analizar si lo que realmente les están diciendo es que están influenciados<br />

por un cerdo puerco, Porky Pig.


Sabemos que demasiada gente se lo ha creído porque las mascarillas<br />

se han terminado. Aunque no parezcan tener fecha de caducidad,<br />

cualquiera se puede imaginar <strong>el</strong> stockaje que debe producir unas<br />

ridiculeces que no se consumen tan a diario como las aspirinas. Si tienen<br />

que disminuir la cantidad de almacenaje, <strong>el</strong> Programa Lenguaje se<br />

encarga de que los sapiens actúen como buenos seres temerosos de dios<br />

que son, haciendo las cosas como dios manda: acaban con las<br />

mascarillas, contentan a dios y terminan derechitos en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o.<br />

Aparte de las mascarillas, hay otra cosa que no existiendo en la<br />

realidad real, tiene fecha de caducidad en la de Matrix: las vacunas. Igual<br />

que en Matrix dicen que la cuchara no existe, podrían decir que lo que no<br />

existen son las vacunas; pero claro, si lo dicen, lo mismo reaccionan los<br />

sapiens y se coscan de cómo unos psicópatas están jugando con su<br />

ingenuidad y también y además, <strong>el</strong> lobby farmacéutico se iba a ir p'al<br />

carajo; para la estabilidad de Civilización, lo mejor es tener a los<br />

civilizombis sedados para que no se despierten jamás.<br />

Por no alucinar y volver a la realidad de Matrix más actual, se<br />

describirá la situación de este «inexistente» detalle en la genuina realidad<br />

de Matrix. Las diosas han conseguido asustar de nuevo a sus cerditos y lo<br />

hacen con tanta eficacia que no han tenido que esforzarse ni pizca.<br />

Como además les han dado una solución, <strong>el</strong> Tamiflú y la R<strong>el</strong>enza (tan<br />

agotados como las mascarillas), los griposos pagan devotamente a las<br />

farmacéuticas por partida doble:<br />

• «Indirectamente» pero de sus propios impuestos a través d<strong>el</strong><br />

gobierno; todos los intermediarios que hayan podido se habrán<br />

llevado la mordida correspondiente;<br />

• Directamente en las farmacias pero de su propio su<strong>el</strong>do a través<br />

o gracias al miedo; <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> miedo provoca fanáticas<br />

reacciones ¡¡Al loro con en mogollón que puedan montar!!<br />

¿Se ha planteado alguien qué provocara esa vacuna para que de<br />

pronto todo <strong>el</strong> mundo se la ponga? Si alguien tirará d<strong>el</strong> hilo más fácil,<br />

podría llegar a esta conclusión (aunque la articulen con otras palabras<br />

con diferente sentido d<strong>el</strong> humor): los dueños de esas patentes se querrán<br />

pegar un fiestorro por todo lo grande y se lo van a pagar los mismos de<br />

siempre. Por si alguien no lo sabe, <strong>el</strong> laboratorio suizo Roche y GSK<br />

(Glaxo SmithKline) suben en la bolsa como la espuma. <strong>El</strong> caballero<br />

Alcor que andará entrometido por aquí se encargará de reb<strong>el</strong>ar los<br />

720


detalles porque si no, la influenza porcina va a ser <strong>el</strong> cuento de nunca<br />

acabar.<br />

Todo esto ha sido para subrayar algunas casualidades que ya han<br />

salido en estas páginas:<br />

• que Roche esté en Suiza (leer Astérix en H<strong>el</strong>vecia; en La Odisea de<br />

Claro Capítulos XVIII y XIX),<br />

• que la cuchara no existe y las vacunas tampoco (Ver Matrix).<br />

[Leer ¿Qué es Matrix?; perdón, es lo que están haciendo.]<br />

Los reb<strong>el</strong>des están hartos de las chabacanas mentiras y a veces se<br />

ponen a desparramar con preguntas como una forma suave de desahogo.<br />

¿Existe la influenza porcina entre los árabes o la r<strong>el</strong>igión mayoritaria que<br />

profesan los ha redimido de este pesar? ¿Se solucionaría la influenza<br />

gorrina islamizando al planeta Tierra? Son daños colaterales d<strong>el</strong><br />

Programa Lenguaje, que se puede poner a hablar él solo.<br />

Hay tanto civilizombi y tan pocos humanos que aunque se d<strong>el</strong>imiten<br />

sus existencias, en términos cuantitativos se puede generalizar utilizando<br />

a la parte, la subespecie suicida, como si fuera <strong>el</strong> todo, la especie humana.<br />

Se aclara para los incrédulos, indecisos o miedosos que reafirmar que la<br />

especie humana se ha convertido en un virus para Madre Tierra,<br />

no es un juego de palabras d<strong>el</strong> «Programa Lenguaje» ni una metáfora<br />

divina, es la manera más clara que este narrador ha encontrado para<br />

expresar una de las infinitas posibilidades que forman parte d<strong>el</strong> Presente<br />

en la Realidad Real. Parafrasear los guiones de Hollycaustowood me<br />

eximirá de la posible venialidad; antes de ajusticiar al narrador (sería la<br />

primera vez en la historia de la humanidad y no creo que me puedan<br />

sentar en <strong>el</strong> banquillo), tendrían que hacerlo con la Warner Bross que<br />

son los que nos llaman <strong>el</strong> virus d<strong>el</strong> Planeta (sería la primera vez en la<br />

historia de la humanidad y no creo que los puedan sentar en <strong>el</strong><br />

banquillo).<br />

Volver al casual daño colateral es para completar con lo que quedaba<br />

sin mostrar. Una cualidad natural que dota al cuerpo humano de<br />

versatilidad suficiente no sólo para la adaptación a cualquier entorno sino<br />

que ha aceptado la bipedestación e incluso <strong>el</strong> lenguaje, se puede convertir<br />

en un arma que imposibilita la convivencia d<strong>el</strong> sapiens, y por ende de la<br />

especie humana, en Madre Tierra. Para que esta misma parte de la<br />

realidad suene de manera tan políticamente correcta como antes, habría<br />

que decir que la actividad laboriosa de la subespecie esclavizada<br />

721


democráticamente es medioambientalmente insostenible. …¡Uff! ¡Qué<br />

difícil!<br />

Como hasta con <strong>el</strong> lenguaje existen infinitas posibilidades,<br />

aprovechemos <strong>el</strong> pensamiento de Sancho para decirlo a su manera: <strong>El</strong><br />

bienestar d<strong>el</strong> progreso es la causa que extingue a la especie humana,<br />

incluida la subespecie suicida y por supuesto los dioses. Aviso: <strong>el</strong> proceso<br />

es especialmente insoportable para los esclavos civilizombis, no sólo por<br />

la ingobernable crisis de todos los sectores que conlleva cualquier<br />

decadencia y desintegración de un Imperio sino porque medioambientalmente<br />

¿se ha llegado a un punto de no retorno?<br />

Al fin y al cabo, estar acostumbrado a la v<strong>el</strong>ocidad no es tan terrible<br />

como estar acostumbrado a ser la especie que más ensucia de todas las<br />

que se alojan en Madre Tierra… ¿o sí? ¿Será ésta la explicación al dicho<br />

«Qué tiene que ver la v<strong>el</strong>ocidad con <strong>el</strong> tocino»? Cuanto más rápido<br />

vamos, más nos estresamos y además nos convertimos en unos cerdos<br />

contaminantes clonados a imagen y semejanza d<strong>el</strong> tartaja Porky Pig.<br />

Dejando aparte <strong>el</strong> proceso de esclavización de la especie humana<br />

hasta mutarla en ¡«Homo Sapiens Sapiens: subespecie suicida»!, y<br />

agradeciendo a Naturaleza la infinita versatilidad con la que dotó al<br />

cuerpo humano -aunque haya sido capaz de adaptarse hasta lo inhumano<br />

(la despilfarrante esclavitud democratizada)-, regresemos al cuerpo de<br />

Sancho que, mareado como parece, puede crear algún desaguisado y no<br />

es plan porque luego hay que limpiar. (Obviamente, la pareja conformada<br />

por un inmortal y otro que no lo es, viaja por la N-II metida en un<br />

coche hacia la ciudad de Madrid. Que vayan a 80 o que vayan a 100<br />

km/h es insignificante si se sabe que en <strong>el</strong> ecuador se rota a 1.600 kilómetros<br />

por hora.) Fijemos la atención en este punto para poder interactuar<br />

con la realidad real y evitar que <strong>el</strong> vómito pueda salpicar.<br />

—¿Qué sucede? —preguntó <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Eso es precisamente lo que pregunta algún fragmento de mi yo.<br />

—En Matrix, esa cara indica mareo y por las circunstancias, la causa<br />

puede estar en la v<strong>el</strong>ocidad.<br />

—Es que hasta los astronautas se tienen que acostumbrar a las<br />

v<strong>el</strong>ocidades inhumanas.<br />

—Estando en una autopista, ir más despacio todavía puede provocar<br />

un accidente fatal. No seas exagerado que si bajamos la v<strong>el</strong>ocidad, nos<br />

van a ad<strong>el</strong>antar las bicicletas.<br />

722


—Mi ego no se va a molestar por ninguno de tus comentarios ya<br />

que le dedico mi atención para tenerlo bajo control. No soy <strong>el</strong> único que<br />

no se acostumbra de golpe a ir a una v<strong>el</strong>ocidad en la que te ad<strong>el</strong>antan los<br />

camiones ya que García Lorca tampoco entiende <strong>el</strong> porqué, para qué ni a<br />

dónde se llega con tanta prisa cuando la v<strong>el</strong>ocidad máxima ronda los 30<br />

kms por hora. [Leer Doña Rosita la soltera o <strong>el</strong> lenguaje de las flores acto<br />

segundo; y a poder ser, la obra entera.]<br />

—Disculpa Sancho por la exageración de las bicicletas. En la Matrix<br />

actual somos tan adictos a la v<strong>el</strong>ocidad que ir a 120 kms por hora nos<br />

parece incluso despacio. Pero entiendo perfectamente que cuando la<br />

parte más fugaz de la vida corporal sucede a la v<strong>el</strong>ocidad de un pollino,<br />

este desafío y desvarío a la vez son insoportables. Nos escaparemos de la<br />

autovía por aqu<strong>el</strong>la salida para que pueda tu estrés descansar.<br />

—¿Es posible acostumbrarse a que la vida suceda tan deprisa?<br />

—¿No lo ves? —respondió escuetamente <strong>el</strong> caballero que después<br />

de un pequeño silencio continuó—. En las autovías, y en general a bordo<br />

de cualquier vehículo, la vida transcurre tan rápida que es muy fácil<br />

perderla instantáneamente en alguno de los accidentes que sobrevienen<br />

con más frecuencia de la esperada.<br />

—Tanta v<strong>el</strong>ocidad en la vida para perderla, me parece absurda.<br />

—Así es la vida en Matrix. Fíjate qué v<strong>el</strong>ocidades más absurdas<br />

cuando sabemos que vivimos en un planeta que gira sobre sí mismo cada<br />

24 horas, orbita alrededor d<strong>el</strong> Sol a 108.000 km/h que gira en torno al<br />

centro de la galaxia a 780.000 km/h. Nuestra Galaxia se aproxima a la<br />

Galaxia Andrómeda a un millón de km/h. Como puedes comprobar, es<br />

todo un vórtice de giros impresionantes, un movimiento constante d<strong>el</strong><br />

que apenas tenemos consciencia como para flipar por 150 km/h.<br />

—Como puedes imaginar, no me he enterado de los cálculos pero sé<br />

perfectamente que vamos a toda hostia como para que me impresiones<br />

con la v<strong>el</strong>ocidad de «tu» tortuga de coche. Pero me sé otros cálculos más<br />

interesantes y que te atañen directamente: Por cada litro de gasolina que<br />

quemas, contribuyes con más de dos kilos de CO2 al aire.<br />

¿Han tragado saliva todos los que ponen en marcha un automóvil o<br />

siguen pasando subconscientemente de todo? <strong>El</strong> mortal que va en <strong>el</strong><br />

coche sí ha tragado saliva. A estas alturas de la Odisea, como cualquiera<br />

se puede imaginar <strong>el</strong> paisaje que les rodea, no vamos a abundar en su<br />

descripción detallada para resumirla con unos apuntes. Aun con una<br />

temperatura primaveral, los campos permanecen resecos y aparente-<br />

723


mente estériles. Entre tanto ocre salpicado d<strong>el</strong> verde amarilleo de las<br />

hojas que algunos almendros, olmos y acacias se resisten a soltar, la<br />

carretera ha trazado la curva que cambia <strong>el</strong> horizonte oeste por <strong>el</strong> norte<br />

en <strong>el</strong> que aparte de una útil y horrorosa red de puentes, nada todavía se<br />

puede apreciar.<br />

—Pues como ves —resurgió <strong>el</strong> escudero—, no soy <strong>el</strong> único alérgico<br />

a la v<strong>el</strong>ocidad porque si están previstas las salidas para escaparse de la<br />

prisa, será porque a más gente le sucede igual.<br />

—Precisamente, esta salida se ha hecho para facilitar a los<br />

consumidores <strong>el</strong> acceso a uno de los megamarkets de consumo que<br />

salpican las periferias de las ciudades y pueblos. Las pobres<br />

multinacionales no ganan suficiente dinero y exigen a los usuarios que se<br />

construyan las carreteras para acceder a sus hiper, que levantan donde les<br />

sale más barato. Si después se tiene que construir una autovía que<br />

conecte a los usuarios con <strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> bienestar, como en <strong>el</strong> caso de<br />

la estación d<strong>el</strong> AVE en Guadalajara, para eso están los Presupuestos<br />

Generales d<strong>el</strong> <strong>Estado</strong>.<br />

—¡Las corrupciones dan igual! Cuando nos estamos extinguiendo<br />

¿qué más da todo lo demás?<br />

—Por algún lado habrá que coger los cuernos d<strong>el</strong> toro. ¿Cómo vas a<br />

explicar esto a la gente?<br />

—¿Lo de la corrupción o qué nos estamos extinguiendo? Esto<br />

último es r<strong>el</strong>ativamente sencillo: sólo tienen que pararse un momento a<br />

observar conscientemente lo que les rodea y lo que está sucediendo en <strong>el</strong><br />

medioambiente. Lo que no entiendo es cómo no se dan cuenta ya. Wake<br />

up Neo dicen en Matrix y en la realidad de Matrix se debería decir<br />

¡¡¡Ciudadanos, habitantes, humanos, civilizombis, como quiera que os<br />

sintáis: despertad!!! ¡¡Despertad ya!! porque la cosa está que arde. Con<br />

respecto a la corrupción, <strong>el</strong> pueblo sabe que su sombra es más alargada<br />

que la d<strong>el</strong> ciprés pero tampoco reaccionan, están dormidos, hibernados,<br />

controlados… ¡yo qué sé!<br />

—¿Quieres contribuir a ser parte de ese despertador?<br />

—De alguna manera ya estoy contribuyendo a ese despertar.<br />

Acompañar esta salida de mi señor es un claro ejemplo de mi influencia<br />

pero <strong>el</strong> caballero don Quijote me ha aclarado que no podemos<br />

interaccionar en esta realidad de Matrix. De alguna manera y dicho en<br />

román paladino, <strong>el</strong> muerto en esta ocasión es para ti. Es en tu tejado<br />

donde está la p<strong>el</strong>ota y no en <strong>el</strong> mío.<br />

724


No acababa Sancho de quitarse <strong>el</strong> muerto de encima, cuando<br />

llegaron a la rotonda que distribuye <strong>el</strong> tráfico hacia <strong>el</strong> megaparking d<strong>el</strong><br />

hipermercado. <strong>El</strong> escudero comentó que se había recuperado d<strong>el</strong> mareo<br />

transitorio y pidió al caballero Alcor que continuaran la ruta. Si se ha<br />

acostumbrado a la v<strong>el</strong>ocidad o si la curiosidad lo espolea para conocer la<br />

ciudad de Madrid, son suposiciones que dispersan a la realidad. Algo<br />

comentaron d<strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> desértico aparcamiento, porque Sancho no<br />

podía imaginarlo lleno de coches, y d<strong>el</strong> gigantesco edificio que desde<br />

lejos no se podía imaginar. Como a cualquiera que los observe con un<br />

poco de perspectiva le puede causar <strong>el</strong> mismo espanto, nos saltaremos<br />

estas consideraciones para seguir con la imposible interacción de Sancho<br />

en esta realidad de Matrix, la que está sucediendo ahora mismo mientras<br />

que escuchas en estas líneas.<br />

—¿Quién es tu escudero? —continuó Sancho.<br />

—¿Quieres serlo tú?<br />

—¿No te acompaña un escudero? ¿No me irás a decir que los<br />

caballeros andantes no van siempre guardados de un escudero?<br />

—No tiene por qué. También puede ser una estr<strong>el</strong>la.<br />

—Eso no es lo que dice mi maestro.<br />

—Pues cuando esté en presente ya se aclarará. ¿Por qué la<br />

curiosidad?<br />

—Porque estoy seguro d<strong>el</strong> nombre que tendría.<br />

Como Sancho no soltaba prenda, <strong>el</strong> caballero se vio obligado a<br />

preguntar:<br />

—¿Qué nombre se merece tanta seguridad?<br />

—<strong>El</strong> de Alfonso.<br />

—¿Y por qué?<br />

—Es imposible que no lo sepa si, como dice mi maestro, es <strong>el</strong> que<br />

sabe todo acerca de nuestra salida —ironizó <strong>el</strong> escudero—; incluso lo<br />

que no sabe él.<br />

Pasó un rato sin que ninguno respondiera hasta que Sancho resumió<br />

<strong>el</strong> porqué con cierto soniquete:<br />

—Por <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> posible rey asesinado.<br />

—Explícate.<br />

—Al parecer, Juan Carlos I de Borbón, actual rey de España, pegó<br />

un tiro en la cabeza a su hermano Alfonso, <strong>el</strong> preferido de su padre Juan<br />

de Borbón. No se sabe cómo pudo suceder aqu<strong>el</strong> potencial regicidio<br />

725


porque no se investigó. ¿Y por qué no se investigó? Seguro que lo sabe<br />

hasta Indiana Jones.<br />

»Igual que Migu<strong>el</strong> (de Cervantes) es por <strong>el</strong> nieto asesinado de los<br />

RRCC y Sancho por <strong>el</strong> rey (Sancho II de Castilla <strong>el</strong> fuerte) asesinado<br />

«por» su hermano Alfonso VI, llamarme actualmente Alfonso sería por<br />

coherencia temporal.<br />

—Seguro que los lectores tienen tiempo para pararse y r<strong>el</strong>eer los<br />

nombres porque menudo lío de Alfonsos, <strong>el</strong> uno víctima y <strong>el</strong> otro<br />

verdugo.<br />

—Será la casualidad —vaciló <strong>el</strong> escudero.<br />

—Mira bien lo que dices porque no se puede afirmar lo que no se<br />

sabe con exactitud, y menos en una cuestión tan real como esta.<br />

—¿Te refieres a lo d<strong>el</strong> rey o a la casualidad?<br />

—Me refiero a la majestad. De la casualidad no tengo nada que<br />

hablar.<br />

—En primer lugar he dicho «al parecer» y en segundo, lo único que<br />

estoy afirmando es que teniendo 18 años, <strong>el</strong> actual rey de España<br />

propinó un disparo en la cabeza de su hermano Alfonso de 14 años <strong>el</strong> 29<br />

de marzo de 1956. <strong>El</strong> ejecutor llevaba un año en la Academia Militar de<br />

Zaragoza así que siendo un cadete, algo sabría d<strong>el</strong> uso y abuso de las<br />

armas de fuego. Cómo se desarrollaron los acontecimientos es algo de lo<br />

que no querrá acordarse ni su majestad así que quién soy yo para decirlo;<br />

se hallaban solos y todo se produjo en extrañas circunstancias nunca<br />

esclarecidas. Ni enjuicio ni acuso a nadie, sólo hablo de la realidad.<br />

Debido a las coincidencias que siempre son causales, es por lo que se me<br />

ha ocurrido que Alfonso sería <strong>el</strong> nombre de tu escudero; pero como<br />

percibo reticencias a hablar de <strong>el</strong>lo, dejémoslo para cuando suene como<br />

un eco.<br />

—¿Nunca has pensado que también podría tratarse de una mujer y<br />

que Alfonso no podría por nombre tener?<br />

En un automóvil silencioso se disimula lo rápido que transcurre la<br />

vida pero cuando <strong>el</strong> organismo que en él se transporta no está<br />

completamente controlado, percibe que con la v<strong>el</strong>ocidad algo siempre va<br />

mal. Un avión que a Barajas iba a aterrizar amenazó <strong>el</strong> entendimiento de<br />

Sancho que se acurrucó sobre sí mismo protegiéndose la cabeza con los<br />

brazos para evitar las consecuencias d<strong>el</strong> impacto de un avión. Si la gente<br />

se ha creído que dos aviones pueden colapsar tres edificios colosales o<br />

que <strong>el</strong> morro de un avión puede traspasar dos metros y medio de<br />

726


hormigón, ¿qué haría una aeronave con un auto fabricado con chapa<br />

pintada y tintado cristal?<br />

En un organismo silencioso se puede manifestar lo rápido que<br />

funciona <strong>el</strong> microprocesador de la mente. Sancho se ha quedado<br />

suspenso porque como su<strong>el</strong>e pasar en una sociedad patriarcal, nunca se<br />

imagina nadie que sea una mujer la que esté detrás de la cortina de humo.<br />

Igual que sucede en Matrix, que una mujer (Trinity ¿por qué se ap<strong>el</strong>lidará<br />

Moss: demonio?) es la que piratea la base de datos de hacienda<br />

sorprendiendo al potencial y nada menos que <strong>el</strong>egido, parece que <strong>el</strong><br />

subconsciente de Sancho reacciona igual. ¿Será porque imita la p<strong>el</strong>ícula<br />

que ha hecho m<strong>el</strong>la en su psique o porque es la reacción normal? Pues<br />

claro, ¡una mujer! Pensar en una escudera puede sonar hasta mal en una<br />

sociedad que se considera patriarcal. ¿Se podrá plantear Sancho su<br />

responsabilidad en este particular? Aprovecharé para recordar que es<br />

Concha Espina la que se queja ante <strong>el</strong> gobierno de la 2ª República por los<br />

abusos que los ingleses practicaban contra la población de Río Tinto y<br />

Gibraltar tratándoles como a esclavos. ¿Existirán mujeres así hoy en día?<br />

[Ver La sal de la tierra.]<br />

Por lo que respecta a las otras mujeres, las diosas, que ni escudero ni<br />

lector olvide nunca que en más de un lugar, tras la cortina de humo, a las<br />

mujeres se puede hallar. Si pueden ser diosas, ¿por qué no escuderas?<br />

<strong>El</strong> instinto de supervivencia d<strong>el</strong> escudero le ha llevado a cobijarse<br />

bajo los brazos, como si lo más brutal que pudiera pasar se evitara con<br />

este tipo de amparo. Ahora todos sabemos que esa protección es<br />

absolutamente ineficaz pero entendemos que es la reacción normal<br />

cuando se desconoce <strong>el</strong> alcance real de la fatalidad. Por eso también se<br />

puede comprender que los civilizombis no reaccionen ante la extinción:<br />

desconocen su alcance real; un hecho en <strong>el</strong> que si analizamos solamente<br />

su proceso y por utilizar una palabrita cualquiera, se puede decir que es<br />

una fatalidad; tan fatal como que <strong>el</strong> coche donde viajas sea enhebrado<br />

por un Boeing 767 pero aclarando que en <strong>el</strong> caso de la extinción, su<br />

suceso acontece en un instante inhumanamente largo y <strong>el</strong> impacto d<strong>el</strong><br />

avión sucede en un instante soportablemente fugaz.<br />

Sin embargo, <strong>el</strong> cambio de atención sí que ha resultado eficaz en <strong>el</strong><br />

discurso porque la comprometida observación sobre su majestad ha<br />

pasado a un disperso lugar de Portugal y curiosear sobre la escudera d<strong>el</strong><br />

caballero Alcor se habrá quedado en al-Ándalus.<br />

727


—¿No me diga que esto también es tan normal como la v<strong>el</strong>ocidad?<br />

—analizó <strong>el</strong> escudero cuando <strong>el</strong> estruendo d<strong>el</strong> avión dejo de resonar.<br />

—Observa lo que te rodea y encontrarás la respuesta.<br />

Obviamente, nada había ocurrido tras <strong>el</strong> paso d<strong>el</strong> avión; todo seguía<br />

aparentemente normal, <strong>el</strong> tráfico rodado, los edificios inmóviles, los<br />

árboles… Lo que aprovechó <strong>el</strong> caballero para continuar.<br />

—No entiendes por qué los sapiens perciben como normal <strong>el</strong><br />

descalabro medioambiental y <strong>el</strong>los no entenderían por qué percibes<br />

como anormal a los aviones y a la v<strong>el</strong>ocidad. Quizá no puedas interactuar<br />

con esta realidad por una cuestión de longitud de onda, de conexión, de<br />

sincronicidad o sencillamente, de entendimiento.<br />

<strong>El</strong> silencio colonizó <strong>el</strong> camino que llega hasta Madrid. <strong>El</strong> tufo de las<br />

chuletas a la parrilla despertó momentáneamente la ansiedad de Sancho<br />

pero la densidad de tráfico lo tenía suficientemente atareado como para<br />

dispersar la atascada atención. Conforme se acercaban a la capital de<br />

España, la v<strong>el</strong>ocidad de los vehículos se volvía tan humana que en<br />

muchos ratos ni te movías. La congestión d<strong>el</strong> tráfico es <strong>el</strong> pan nuestro de<br />

cada día y la d<strong>el</strong> domingo por la tarde está justificada por la «Operación<br />

Retorno». De los atascos diarios es mejor no hablar; de los habituales<br />

todos conocen sus horarios y sus causas: la uniformidad horaria en <strong>el</strong><br />

trabajo de los esclavos; pero otros atascos se pueden provocar en<br />

cualquier momento d<strong>el</strong> día debido a cualquier eventualidad, control<br />

policial o accidente.<br />

¿Cómo su<strong>el</strong>e reaccionar <strong>el</strong> polifragmentado subconsciente de un<br />

conductor que está aburrido en un atasco? Prestando más atención a lo<br />

que era una compañía de fondo o presente, o sea, cualquier programa de<br />

radio o la música almacenada en un CD. Pues así fue como reaccionó <strong>el</strong><br />

subconsciente d<strong>el</strong> caballero Alcor que al subir <strong>el</strong> volumen d<strong>el</strong> emisor, <strong>el</strong><br />

interior d<strong>el</strong> coche se r<strong>el</strong>lenó de una música que lógicamente, hizo<br />

reaccionar a la int<strong>el</strong>igencia de Sancho.<br />

—¿Qué y de dónde sale eso que ahora perturba mis oídos?<br />

—preguntó <strong>el</strong> escudero al escuchar la musiquilla.<br />

—De uno de los aparatos de serie con los que <strong>el</strong> sistema dota a un<br />

automóvil; es un equipo de radio con un reproductor de música digital.<br />

—Si existe la necesidad de tanto entretenimiento, se puede concluir<br />

que transportarse es aburrido. Parece ser que dentro d<strong>el</strong> coche es donde<br />

más sentís que tenéis <strong>el</strong> control hasta que lo perdéis con un accidente o<br />

728


con la mano negra de la muerte. ¿No diagnostica la ciencia que es estrés<br />

insoportable lo que se padece en un coche?<br />

—Seguramente Sancho, es evidente. ¿Qué control se puede sentir<br />

cuando te estás arriesgando a la muerte?<br />

—Indiscutiblemente ninguno, sois contradictorios —insistió <strong>el</strong><br />

escudero que siguió con su carrete—. Entonces ¿es <strong>el</strong> estrés lo que tan<br />

bien controláis o es él <strong>el</strong> que os controla sin que lo sepáis?<br />

—Si analizamos lo que te ha pasado, se puede decir que lo que has<br />

sentido es precisamente lo contrario: tanto descontrol que te has<br />

mareado.<br />

—Aparte de no responderme ¿qué tendrá la v<strong>el</strong>ocidad con <strong>el</strong> tocino?<br />

Te pregunto que si <strong>el</strong> estrés os controla y sales diciendo que me he<br />

mareado, ¿estás alterado o centrado? Puede que esté mal decirlo pero<br />

ante una causa tan atroz como la v<strong>el</strong>ocidad que me impones, podía haber<br />

reaccionado mareándome o dándote una colleja cabreada en la oreja.<br />

¡Tanta v<strong>el</strong>ocidad…! Puagg.<br />

Fue sólo un sonido onomatopéyico y no <strong>el</strong> anuncio de la erupción de<br />

una indigestión. Menos mal porque después todo hu<strong>el</strong>e fatal incluso si<br />

sólo se tuviera que narrar. Transportarse más allá de la v<strong>el</strong>ocidad de un<br />

pollino es un daño colateral d<strong>el</strong> Progreso d<strong>el</strong> Bienestar. Marearse es una<br />

reacción natural d<strong>el</strong> cuerpo al demente abuso de c<strong>el</strong>eridad. Ahora, ni con<br />

radares fijos, móviles ni virtuales, a nadie se le marea la conciencia<br />

cuando se va a toda mecha. La pastilla de SOMA adecuada canaliza <strong>el</strong><br />

horror estomacal que atrae la v<strong>el</strong>ocidad.<br />

—¿Cómo te encuentras? —sondeó <strong>el</strong> escudero.<br />

Con <strong>el</strong> silencio por respuesta por aparcar al siempre insatisfecho<br />

control, Sancho continuó diciendo:<br />

—Nunca tuviste <strong>el</strong> control <strong>César</strong>, sólo creíste tenerlo, una ilusión.<br />

Vamos ¿qué controlas de verdad, <strong>el</strong> volumen de tu radio o <strong>el</strong><br />

climatizador de tu coche? ¿Qué más? [Ver Instinto. No hay nada más salvaje<br />

que Civilización.]<br />

—¿Tampoco hay respuesta? —preguntó <strong>el</strong> escudero ante <strong>el</strong> silencio<br />

sepulcral.<br />

—Como bien sabes, vamos sobre un ataúd rodante y aunque<br />

siempre hay que prestar cierta atención a la conducción, hay momentos<br />

en los que atrae c<strong>el</strong>osamente a la atención. No sabes realmente lo que<br />

significa estar sobre una autopista asesina y he decidido desatender al<br />

discurso un momento para atender lo que ha hecho ese majadero. Pero<br />

729


epite la pregunta que quieras para que pueda rebobinar y encontrar la<br />

respuesta.<br />

Un coche había hecho una de tantas pirulas que hacen por evitar la<br />

Ley de Murphy o atraerla, que nunca se sabe; una Ley que controla la<br />

mente d<strong>el</strong> que descontrola al coche.<br />

—Es igual, vamos con lo que tenemos. ¿Ese caos que suena es<br />

música? —preguntó Sancho cambiando de tercio aunque siga tirando d<strong>el</strong><br />

mismo hilo d<strong>el</strong> descontrol.<br />

—Fíjate bien antes de definirla.<br />

Después de un momento largo de silencio que automáticamente se<br />

r<strong>el</strong>lenó de canciones, Sancho comentó:<br />

—No hay que utilizar ni dos onzas de entendimiento para percatarse<br />

de que más que un caos, parece un ritmo monótono que se repite hasta<br />

la hartura.<br />

—Lo que escuchas son las consecuencias de la cuadriculación d<strong>el</strong><br />

ritmo.<br />

—Habla para no iniciados que <strong>el</strong> arte de la música es particular.<br />

—Desde mucho antes pero especialmente desde que impusieron <strong>el</strong><br />

rock o <strong>el</strong> pop, <strong>el</strong> compás de 4 por 4 o compás de compasillo se ha<br />

globalizado.<br />

—No sé de qué me hablas pero si <strong>el</strong> resultado es lo que escucho,<br />

¿qué más da la causa?<br />

—Cuando se entienden claramente los efectos, no es tan necesario<br />

conocer las causas pero en demasiadas ocasiones, considerar la causa<br />

ayuda a conocer las consecuencias.<br />

—¿A qué te refieres?<br />

—Voy a intentar resumirte en pocas palabras demasiada materia<br />

pero quizás así lo entiendas. ¿Qué escuchas?<br />

—Dum tá dum títi.<br />

—¿Qué más necesitas saber?<br />

—Pues sí que te explicas bien. Si cuando eras profesor lo hacías<br />

igual, los daños colaterales deben de ser múltiples y colosales.<br />

—No desnudes tus complejos que para sentir un ritmo machacón,<br />

no se necesita saber música. Los programadores de la psique sapiens<br />

saben los estragos que provoca la cuadratura mental. Han intentado<br />

cuadricular por todos los medios a la infinita meditación y la música ha<br />

sido una herramienta esencial para conseguirlo.<br />

—¿Cómo era antes? —investigó <strong>el</strong> escudero.<br />

730


—Depende d<strong>el</strong> antes.<br />

Quedaron los dos suspensos hasta que dijo <strong>el</strong> caballero:<br />

—Al principio fue <strong>el</strong> sonido, después <strong>el</strong> silencio y finalmente <strong>el</strong><br />

ruido, la música que más molesta.<br />

—Me refiero al ritmo.<br />

—Unitario.<br />

—¿Mande?<br />

—Se trata d<strong>el</strong> pulso porque <strong>el</strong> resto es extraño. <strong>El</strong> compás ternario<br />

no es tan ramplón como <strong>el</strong> machista y cuadriculado 4x4. Estructurar lo<br />

infinito ha sido un atrevimiento pero cuadricularlo una aberración y<br />

además, una simplificación y reducción insoportable. <strong>El</strong> 4x4 es <strong>el</strong> compás<br />

característico de los zombis y nadie que sufra su disfrute lo puede negar,<br />

al menos mientras lo escuche.<br />

—¿Cómo sería la vida si hubiéramos continuado con lo unitario en<br />

vez de hegemonizar lo cuaternario?<br />

—Matriarcal —aclaró escuetamente <strong>el</strong> caballero.<br />

—Menudo resumen más urgente.<br />

—Viendo que has entendido lo esencial ¿pasamos a la parte<br />

m<strong>el</strong>ódica?<br />

—Si es igual de resumida… —se quejó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Tampoco me gustan las master class.<br />

—Pues vayamos con la mini class.<br />

—Hace algunos cientos de años —resumió <strong>el</strong> caballero—, vivió un<br />

músico que se buscaba la vida como cualquier hijo de vecino. La manera<br />

de satisfacer esta condenada obligación le llevó a inventar una afinación<br />

que alteraba las notas tal y como se conocían hasta entonces.<br />

—¿Cómo lo hizo?<br />

—Tergiversando, intoxicando, prostituyendo los intervalos. Tensó<br />

por aquí, aflojó por allá y… ¡Voilà! Emergió esto que ha salido. Lo que<br />

era <strong>el</strong> diabulus in musica se convirtió en <strong>el</strong> centro tonal de la música<br />

actual. <strong>El</strong> uso impuesto d<strong>el</strong> cantus firmus y la monodía reventó por<br />

todos los lados evolucionando al contrapunto severo y a la polifonía.<br />

Cualquiera que sepa y quiera controlar a los sapiens, sabe que la música<br />

es un arma poderosísima.<br />

—No sé si por lo resumido o porque sea más difícil de comprender<br />

pero me he quedado como estaba y sin entender —se explicó Sancho<br />

poniendo cara de espanto.<br />

—¿Te gusta lo que existe?<br />

731


—Nada.<br />

—No me extraña, es lo más natural.<br />

—¿Me quedo con eso?<br />

—¿Qué más quieres con lo claro que lo tienes?<br />

—Seguramente nada —dijo Sancho desconcertado.<br />

—Pues por hoy y para siempre, terminó la clase de música, <strong>el</strong> ruido<br />

que menos molesta.<br />

—¿Por qué has puesto la música?<br />

—Para conocer tu reacción y reconfirmar mi conclusión. Has<br />

reaccionado de manera natural porque <strong>el</strong> rechazo a este descalabro<br />

rítmico y sonoro es lo más humano. Pasó con Mozart, sucedió con Bach<br />

y mientras que un sapiens mantenga algo de su humanidad original,<br />

seguirá ocurriendo siempre igual.<br />

—Pues yo quería hablar de la música para aclarar otra materia más<br />

interesante —presentó <strong>el</strong> escudero misteriosamente.<br />

—Habla que te presto atención.<br />

—Don Quijote me ha dicho que fuiste <strong>el</strong> maestro de música de<br />

Juana de Castilla y que desde entonces no la has podido olvidar.<br />

—Es una mujer culta y discreta —rememoró <strong>César</strong>— que versaba<br />

discursos en latín e improvisaba en la vihu<strong>el</strong>a con artística espontaneidad.<br />

Una de tantas herederas d<strong>el</strong> gabinete de La Latina.<br />

—¿Hubo más mujeres junto a Beatriz Galindo? —se interesó <strong>el</strong><br />

escudero por tan culto gineceo—. No por curiosidad, me interesa esta<br />

información por si vu<strong>el</strong>vo a hablar de la paridad con la Channindenta de<br />

la Comunidad.<br />

—Tengo la memoria tan revu<strong>el</strong>ta con nombres que no estoy seguro.<br />

—Atrévase que aunque sólo fueran damas cortesanas, algo se le<br />

debería pegar de tan ilustrada mujer.<br />

—María de Vargas —comenzó a recordarlas Cide Hamete—,<br />

Francisca de Álava, María de Luna, Francisca de Verdugo, Marina de<br />

Cepeda, Ana de Hinistrosa, María de Villafañe, Francisca de Verdugo,<br />

Marina de Cepeda…<br />

—Sooo caballero Alcor; sólo quería confirmar que <strong>el</strong> sambenito que<br />

han echado sobre las mujeres paletas es una leyenda urbana más<br />

estúpida que embustera.<br />

—Las mujeres tienen tantas capacidades o más que nosotros<br />

—afirmó <strong>César</strong> sin reservas—; no se trata de una competición sino de la<br />

complementación y por encima de <strong>el</strong>lo, d<strong>el</strong> <strong>el</strong>ectromagnetismo. Si<br />

732


Naturaleza las ha <strong>el</strong>egido para mantener a la especie sobre <strong>el</strong> planeta, por<br />

algo habrá sido.<br />

—Algunas mujeres se quejan de que están sometidas por <strong>el</strong><br />

patriarcado sin preguntarse si son <strong>el</strong>las las que se dejan someter igual<br />

que pasa con los varones, las femicinas y los machistas. Ya veo que La<br />

Latina, María Pita o María Zuzaya y muchas otras, no son de éstas.<br />

Durante varias decenas de páginas<br />

no ha estado <strong>el</strong> horno pa'bollos<br />

y por esos han desaparecido<br />

de las hojas las dos columnas.<br />

Mientras que <strong>el</strong> caballero don Carlo y<br />

[Sancho<br />

nos descubrían quiénes eran<br />

en la creada realidad de Matrix<br />

y en la metarrealidad de Matrix<br />

[creada,<br />

me han tenido tan absorto<br />

que no he podido polifragmentar<br />

esta atención que me controla<br />

más allá de lo que puedo imaginar.<br />

Tampoco es que lo esté ahora<br />

(<strong>el</strong> horno para bollos)<br />

pero sí que estoy consiguiendo<br />

poder polifragmentar<br />

esta atención tan dispersa<br />

que vu<strong>el</strong>ve loca a la peña.<br />

Por poner un máximo de igualdad<br />

saldrán incluso en estos momentos<br />

unas gentes por las que sentimos<br />

[cariño,<br />

respeto y consideración<br />

sin que <strong>el</strong>lo implique para nada<br />

que nos vayamos a tragar los puños.<br />

La tarde de los de la cuadrilla<br />

ha quedado resu<strong>el</strong>ta y lista,<br />

la de la pareja con planes<br />

«alternativos»<br />

se va a referir su idilio.<br />

D<strong>el</strong> marido ya se sabe:<br />

estará en su segundo hogar<br />

y la madre con unas amigas<br />

un café se han ido a tomar.<br />

Han cortado unos pijamas<br />

que a nadie le gustaría estar<br />

en <strong>el</strong> p<strong>el</strong>lejo de las personas<br />

que acaban de desp<strong>el</strong>lejar.<br />

Aburridas porque siempre es lo<br />

[mismo<br />

a una le ha dado por recordar<br />

cuando leían algunos libros,<br />

las que iban a la facultad.<br />

Ahora están más aburridas<br />

y no tienen ganas de estudiar<br />

han olvidado los apuntes<br />

y muchísimas cosas más.<br />

¿Para qué valieron esos años<br />

en los que tanto se podía disfrutar<br />

para acabar de cajeras o ejecutivas<br />

en una psicópata y gran ciudad?<br />

Pero a ninguna se le ha ocurrido<br />

qué implica su liberación<br />

si están más esclavas que antes<br />

sacando la casa, <strong>el</strong> curro y a un<br />

[cabrón.<br />

<strong>El</strong>los pueden pensar lo mismo<br />

durante sus correrías rotundas<br />

porque donde hay una rotonda<br />

hay una puta y mucha marufla.<br />

Debe de ser una tragedia<br />

saber todos estos datos<br />

y si alguno pensara o pensase<br />

que nos los estamos inventando<br />

que se dé un paseo por Alcalá<br />

y comprobará que existe la<br />

733


[especialidad,<br />

al menos la nacionalidad,<br />

que agrupan en diferentes guetos,<br />

rotondas, cunetas y puertos<br />

a unas mujeres que algunas veces<br />

se dejan tratar como putas.<br />

No se van a reseñar por castidad,<br />

decoro y honestidad,<br />

noticias que salen en la presa,<br />

como la de la andaluza discoteca,<br />

hablando de estos pormenores<br />

que proliferan como las setas.<br />

Pero sí se va a sugerir<br />

que dejen al margen los tacos,<br />

las ironías y las críticas<br />

y despierten ante lo que se dice<br />

a los que zombis no se quieran sentir,<br />

734<br />

concibiendo de una santa vez<br />

que nos estamos extinguiendo.<br />

Sin duda este final aqu<strong>el</strong>arre<br />

tiene demasiaos ingredientes<br />

como para que algunos musulmanes<br />

crean más en su libro sagrado.<br />

¿Qué pensará lo femenino<br />

de las actuales mujeres<br />

de la situación en general<br />

para no particularizar?<br />

Por proximidad Beatriz Galindo<br />

pero sin duda Juana de Castilla<br />

serían dos mujeres que podrían<br />

ayudar a recanalizar<br />

este entuerto actual<br />

que asquea a la Bobadilla.<br />

—¿Por qué ahora esas mujeres? —preguntó Cide Hamete obviamente.<br />

—La culta Beatriz Galindo —presentó Sancho con precisión—<br />

porque dejaba en la corte <strong>el</strong> pab<strong>el</strong>lón femenino muy alto cuando<br />

discurseaba con Pedro Mártir de Anglería, con Nebrija, con Martineo<br />

Sículo o con los Mendoza. Junto a Beatriz de Bobadilla, Teresa Enríquez<br />

La loca d<strong>el</strong> Sacramento e Isab<strong>el</strong> la Católica, son las cuatro amazonas d<strong>el</strong><br />

Renacimiento que gobernaron un periodo de España de máxima<br />

importancia:<br />

• «reunificación» de la nación,<br />

• la «expulsión» de los musulmanes,<br />

• <strong>el</strong> «descubrimiento» de América,<br />

• la «aparición» de la imprenta<br />

• y <strong>el</strong> «nacimiento» de un nuevo Imperio: Pax Hispana;<br />

ya se sabe <strong>el</strong> dicho de la época: «En los reinos de Castilla, después de la<br />

Reina, la Bobadilla».<br />

—Fíjate en lo importante que eran las artes en general y la música en<br />

particular en esa corte, que se escribió <strong>El</strong> Cancionero de Palacio —aportó <strong>el</strong><br />

ex-profesional de tan efímero arte.<br />

—La heroína María Pita —siguió <strong>el</strong> escudero sin dispersarse con<br />

músicas c<strong>el</strong>estiales —por enfrentarse directamente a los temibles Norris<br />

y Drake en mayo de 1589 cuando atacaron la Coruña (F<strong>el</strong>ipe II la<br />

concede <strong>el</strong> grado y su<strong>el</strong>do de alférez activo).


—Como las mujeres se pongan en su sitio, va a temblar hasta <strong>el</strong><br />

propio Mefisto —rimó <strong>el</strong> caballero arrimando <strong>el</strong> ascua a su palabra.<br />

¡Ya tienes en Alcalá a unas cuantas que no veas cómo se ponen con<br />

la Secreta! —recordó Sancho la gloriosa escena para preguntar<br />

después—: ¿Sabes de que te hablo verdad?<br />

—Por supuesto Sancho. ¿Cómo no lo voy a saber si no recuerdo un<br />

encuentro tan heroico como <strong>el</strong> de unos inmortales con los balidos d<strong>el</strong><br />

rey? A eso se le llama hablar claro y no políticamente correcto.<br />

—La «bruja» de Baztán María Zuzaya —terminó <strong>el</strong> escudero con la<br />

especificación— por condenarla a muerte en <strong>el</strong> Proceso de Logroño de<br />

1610 junto a 29 mujeres más por afirmar que la tierra no es plana ni <strong>el</strong><br />

centro de la nada.<br />

—Siempre ha habido mujeres que se r<strong>el</strong>ajan, tragan y callan y otras<br />

que reb<strong>el</strong>an y se reb<strong>el</strong>an.<br />

—Como parece que te interesa la dispersión en este caso —se centró<br />

Sancho percatándose d<strong>el</strong> soslayo—, volvamos a la conversación<br />

«paramusical» que es lo que tiene interés ahora y aquí. Cualquier mujer<br />

que conozca a un Caballero Reb<strong>el</strong>de sabe de sobra lo que significa lo<br />

femenino para vosotros. Las que todavía no lo conozcan, sin duda lo<br />

percibirán e incluso saborearán. Sólo por eso pospongo ese tema para<br />

terminar con <strong>el</strong> empezado.<br />

—Pensaba que se había acabado —esquivaba <strong>César</strong>.<br />

—Pues como la crisis, no ha hecho más que empezar. ¿Intentaste<br />

con la princesa Juana lo mismo que hiciste con <strong>el</strong> príncipe don Carlos?<br />

—Isab<strong>el</strong> llamaba «mi suegra» a su hija Juana por Juana Enríquez, la<br />

madre de Fernando —dijo <strong>el</strong> caballero intentando regatear al propio<br />

despiste y echando de menos a don Quijote para parar a Sancho.<br />

—¿Pero qué me estás contando? —protestó lógicamente <strong>el</strong><br />

escudero. ¿Tan enamorado te quedaste de <strong>el</strong>la?<br />

—No me podía imaginar que fuéramos a hablar tanto de Juana<br />

— dijo Cide Hamete al metemuertos—; es una mujer excepcional como<br />

ninguna otra reina haya tenido España. Discreta, leal, sencilla, honrada,<br />

cariñosa, respetuosa, sensible, cenceña, humilde, suave, sincera, dulce,<br />

culta, generosa, reflexiva, fi<strong>el</strong>…<br />

Sancho lo dejó hablar porque sabe que hay veces que no se debe<br />

interrumpir y otras no lo sabe.<br />

—…y además, con carácter: un encanto —terminó Cide Hamete<br />

con <strong>el</strong> recuerdo de su descripción.<br />

735


»Juana —continuó Cide Hamete después de la pausa d<strong>el</strong> recuerdo—<br />

hablaba francés y como te he dicho, si se le dirigía un discurso en latín (la<br />

lengua internacional de la época), sabía improvisar una contestación en <strong>el</strong><br />

mismo idioma. Montaba a caballo y escribía sin la menor dificultad cartas<br />

largas y bien compuestas, hallando para cada cosa <strong>el</strong> término más<br />

certero. Bailaba con gracia y donaire y tocaba impecablemente <strong>el</strong><br />

clavicordio y <strong>el</strong> monocordio. ¿Qué más se puede querer?<br />

—Igual que su maridito —clavó <strong>el</strong> escudero—, que sólo sabía<br />

farfullar obscenidades en flamenco; un meteco en España que fue<br />

usurpando tantos derechos hasta que se usurpó <strong>el</strong> de su propia vida al<br />

encontrarse con vuesa merced.<br />

—¡Qué tiparracos tan protervos ha parido la abyecta realidad de<br />

Matrix! —despreció sin saña <strong>el</strong> caballero—. Hay algunos sapiens<br />

abominables con los que me tendría que emplear a tope para mantener<br />

mi lealtad a la Orden de la Paz.<br />

—¿Quiénes son?<br />

—¡Ninguno! —cortó <strong>el</strong> <strong>César</strong> radicalmente con la curiosidad.<br />

—Independientemente de ese fantoche con flequillo engominado y<br />

no sé si caspa o brillantina en <strong>el</strong> chaqué —consideró Sancho<br />

entendiendo lo subliminal—, creo que por alguna razón que<br />

desconocemos, exageras un poco en tu apreciación ¿o has conocido a<br />

todas las reinas de España?<br />

La respuesta a la pregunta apareció en la cara d<strong>el</strong> caballero y Sancho<br />

entendió que entre la Bilderberg d<strong>el</strong> más acá y Juana de Castilla de<br />

siempre ¿para qué hablar ni un segundo más?<br />

—No entiendo cómo la gente permite que se la llame La Loca<br />

—simpatizó (sufrir con) Sancho con Cide Hamete.<br />

—Sabes que acepto mal este mote que le imponen porque además es<br />

mentira —catonizó <strong>el</strong> caballero Alcor— pero he aprendido a no<br />

tomárm<strong>el</strong>o personal para tener la cimitarra de guerra enterrada y las<br />

ganas de sacarla desterradas. Comprobarás que en mi presencia, nadie<br />

hablará de Juana la Loca porque le aclararé <strong>el</strong> descuido como sea; o sea,<br />

pacífica y cariñosamente.<br />

—Las leyendas urbanas hacen estragos en la mente desde mucho<br />

antes d<strong>el</strong> Renacimiento. Una mujer así que encima hizo lo que hizo por<br />

España, debía recordarse poniéndola en <strong>el</strong> centro de las plazas en vez de<br />

las estatuas ecuestres de tantos presidentes mamones y tantas reinonas<br />

sin cojones.<br />

736


—Imagínate que con 16 años y <strong>el</strong> carácter que te he descrito, te<br />

embarcan para Flandes a desposarte con un desconocido que aparte de<br />

putero, era un psicópata soberbio —intentaba <strong>el</strong> caballero Alcor poner<br />

en situación a Sancho.<br />

—De eso quería precisamente hablar —interrumpió <strong>el</strong> escudero para<br />

variar—, de la fecha de vuestra despedida. <strong>El</strong> 20 de agosto de 1496,<br />

Juana de Castilla pasa su última noche en Laredo antes de salir a<br />

esposarse en Flandes. Esa fecha se ha quedado clavada en tu vida para<br />

sincronizar con <strong>el</strong>la en vez de con la salida de <strong>El</strong> Quijote en <strong>el</strong> que la única<br />

fecha que se cronifica es <strong>el</strong> 22 de agosto. Tus manuscritos dicen que don<br />

Quijote me pediría que entregara una carta a su platónica Dulcinea.<br />

—Sancho, para nacer un día en concreto tienes que tener mucha<br />

puntería.<br />

—Ya, ya —dijo Sancho sabiendo como todos que no colaba—, a eso<br />

precisamente me refería, a que no existe la casualidad y Juana de Castilla<br />

debió de causarte algo más que impresión.<br />

—Hablas de una parte de mi vida que la tengo armonizada con la<br />

plenitud de recordarla como vivida; pero siempre pongo la atención a lo<br />

que estoy viviendo en Presente; sabes que ahora se trata de Reb<strong>el</strong>ión y<br />

no de mis amores con esa inolvidable mujer. <strong>El</strong> resto se queda para las<br />

charlas alrededor de una hoguera bajo una noche tan estr<strong>el</strong>lada y serena<br />

que invite a la ensoñación con los recuerdos, y una temperatura tan<br />

templada que invite a las caricias de los suspiros.<br />

—Vos sabréis para quién y dónde guardáis esas historias —dijo <strong>el</strong><br />

escudero en vista de que <strong>el</strong> caballero se quedaba atascado.<br />

—Ahora estoy en Presente así que volvamos a él. De momento<br />

¡fíjate qué espanto de tráfico! Como para acordarme de las tardes que<br />

pasaba con Juana improvisando con la vihu<strong>el</strong>a, <strong>el</strong> kanún o <strong>el</strong> darbuka.<br />

—¿Y qué pasó? —intentó atajar <strong>el</strong> escudero.<br />

Cide Hamete intentó <strong>el</strong> regateo:<br />

—Que nadie podía imaginar las consecuencias que supondría <strong>el</strong><br />

r<strong>el</strong>evo de la dinastía de los Trastámara por la Casa de Austria al frente de<br />

la Monarquía Católica: uno de los mayores cambios en la Historia de<br />

España y si acaso, de toda Europa y d<strong>el</strong> mundo.<br />

»Fíjate qué naturaleza de mujer ya con 20 años, que entendía<br />

perfectamente lo que es la lealtad y la fuerza d<strong>el</strong> cariño. En <strong>el</strong> viaje de<br />

regreso de Flandes a España (octubre de 1501), advertida por <strong>el</strong><br />

embajador de los RR.CC. Gómez de Fuensalida, Juana se niega a dar<br />

737


homenaje alguno a la Corona de Francia. Nadie en España se lo hubiera<br />

perdonado. En cambio, F<strong>el</strong>ipito <strong>el</strong> Guarreras aceptó <strong>el</strong> vasallaje al<br />

monarca galo Luis XII aceptando sus juegos y sus dineros.<br />

—No te preguntaba por eso y me importa un bledo lo que hiciera<br />

F<strong>el</strong>ipe I <strong>el</strong> chulo psicópata putero —reafirmó <strong>el</strong> escudero por si alguna<br />

duda quedaba—. Más bien me refería a qué sucedió entre vosotros dos.<br />

—Ya sé que la intimidad caballeresca puede ser una caja blindada<br />

—dijo <strong>el</strong> escudero en vista de que <strong>el</strong> caballero tardaba porque estaba<br />

tratando de responder sin la precipitación que le imponía Sancho—, así<br />

que te recordaré algo que no te gustó nada: cuando su papaíto Fernando<br />

I pone al frente de la Casa Real de Juana de Castilla al aragonés Mosén<br />

Ferrer, de aire siniestro. Corrió <strong>el</strong> rumor de que era <strong>el</strong> carc<strong>el</strong>ero.<br />

—Entre <strong>el</strong> papá, <strong>el</strong> maridito y <strong>el</strong> hijo ¡vaya mierda de tíos<br />

acompañaron la vida de la honesta y atractiva Juana! —dijo Cide Hamete<br />

pensando que la precipitación de Sancho le había dejado sin la respuesta<br />

y sin que <strong>el</strong> escudero vaya a saber jamás que la tuvo en la punta de los<br />

dedos—. En vez de haber firmado <strong>el</strong> Tratado de Villafáfila, podían haber<br />

firmado <strong>el</strong> Tratado de ¡Vaya Pánfilos! (sólo por rimar y por no decir<br />

palabras gruesas). Al principio d<strong>el</strong> mal llamado desvarío, Cisneros puso<br />

de alcaide de Juana al caballero Hernán Duque de Estrada y gracias a su<br />

amenidad, Juana mejoró muchísimo. Su caballerosidad le llevó a desafiar<br />

a Flaviano, <strong>el</strong> flamenco intrigador y perseguidor de damas cast<strong>el</strong>lanas, un<br />

chuloputas cualquiera e hijo bastardo d<strong>el</strong> conde de Bergenroth.<br />

—¡Qué vocablos tan llanos en tan distinguido caballero!<br />

—puntualizó <strong>el</strong> escudero sin censuras—. ¿Por qué aguantó tanto tan<br />

discreta mujer?<br />

—Realmente no lo sé —admitió Cide Hamete—. Cuando su hijo<br />

Carlitos llegó a Tordesillas, nombró primer caballero de la Corte de<br />

Juana a Bernardo de Sandoval y Rojas, marqués de Denia y conde de<br />

Lerma. Si se cita a este psicópata, que no tiene otro merecimiento digno<br />

de reseñar, es para que la Ley de memoria histórica y los doctores en<br />

teratología coloquen a ese cerdo donde sin rimar, se merece: la pocilga o<br />

la prisión incondicional de por vida. También se saca a colación para que<br />

se sepa que un descendiente de éste mismo, Francisco Gómez de<br />

Sandoval fue al que F<strong>el</strong>ipe III hizo duque de Lerma y valido suyo<br />

durante 20 años. Menos mal que Cisneros, cardenal controvertido donde<br />

los haya, intercaló un caballero decente entre dos psicópatas carc<strong>el</strong>eros...<br />

738


—¿Era un tío con cojones, verdad? Ahora ponen a cualquiera de<br />

papa o de cardenal.<br />

—Cisneros se enfrenta al propio rey Católico abandonando incluso<br />

<strong>el</strong> partido Fernandino, quizá por la alianza que hizo <strong>el</strong> monarca con Luis<br />

XII. Estipularon que si Fernando de Aragón y Germana de Foix tenían<br />

descendencia, la Corona de Aragón iría para esos hijos amenazando la<br />

unidad hispana. Si unes a este trato entre Aragón y Francia los carc<strong>el</strong>eros<br />

que pusieron a la legítima reina de España Juana de Castilla, <strong>el</strong> intento de<br />

imponer al niñato Adriano de Utrech como cardenal de España y otros<br />

desvaríos más, entenderás los cortes de manga que <strong>el</strong> regente de España<br />

pegaba a diestro y siniestro, aunque fuera al picha floja d<strong>el</strong> rey o al<br />

privado de F<strong>el</strong>ipe I don Juan Manu<strong>el</strong>, señor de B<strong>el</strong>monte y marqués de<br />

Villena.<br />

»Después de todos estos siglos en los que he intentado entender ése<br />

preciso porqué ¿por qué aguantó tanto tan discreta mujer?…<br />

Cide Hamete se quedaba atascado recordando a la reina de España<br />

que podría haber cambiado <strong>el</strong> destino de esta nación, y que para él<br />

significa mucho más que un capítulo de la Historia de mentiras.<br />

Sorprendentemente, Sancho no interrumpió en esta ocasión así que <strong>el</strong><br />

caballero tuvo que continuar.<br />

—Nunca lo he comprendido. Tanto aguante pudiera ser la<br />

consecuencia de unas ideas que sin saber cómo ni por qué, se te meten y<br />

te arruinan la cabeza.<br />

—¿A qué se refiere vuesa merced? —preguntó <strong>el</strong> escudero tragando<br />

saliva por lo escuchado y sin imaginar la posibilidad que iba conocer.<br />

—La perfecta casada —presentó Cide Hamete—, es uno de los libros<br />

que no tenía que pasar por <strong>el</strong> escrutinio que decidiera su quema porque<br />

eran indispensables desde su título. Escrito por <strong>el</strong> agustino Luis de León,<br />

en su interior se halla escrito: «Que por más áspero y demás fieras<br />

condiciones que <strong>el</strong> marido sea, es necesario que la mujer lo soporte, y<br />

que no consienta por ninguna ocasión, que se divida la paz».<br />

—Eso es MK ultra d<strong>el</strong> heavy —se aterrorizó Sancho estupefacto.<br />

—Ya sabes que intenté liberarla de su pena y de su cautiverio en<br />

varias ocasiones y que a los Reb<strong>el</strong>des Comuneros no los olvidaré jamás.<br />

Siempre que aparezca <strong>el</strong> 23 (por <strong>el</strong> día d<strong>el</strong> mes de abril de 1521) será en<br />

honor a su recuerdo.<br />

—¡Cómo se nota que eres un Caballero Reb<strong>el</strong>de! —se exaltó<br />

Sancho—; te pasa como a mi maestro, que cuando le hablan de víctimas<br />

739


d<strong>el</strong> terrorismo de estado o de quien sea, se le salen los demonios por ni<br />

acordarse de éstas.<br />

—¡Joder Sancho, te gusta remover la memoria hasta su agitación! No<br />

sé si sabrás que <strong>el</strong> descerebrado Maestro Ciru<strong>el</strong>o, clérigo él, profesor en<br />

las Universidades de Alcalá de Henares y de Salamanca y exitoso<br />

matemático, escribía en sus ratos libres algunas porquerías. (Perdón por<br />

la descalificación; recuerdo a quien lea esto <strong>el</strong> respeto que siento por<br />

todos los humanos y espero que me entiendan a continuación).<br />

»Con <strong>el</strong> título d<strong>el</strong> libro debería ser suficiente Reprobación de las<br />

supersticiones y hechicerías pero su vertido intoxicante explica cómo <strong>el</strong> diablo<br />

entra en las casas y conventos.<br />

—¡Qué fuerte! —chifló <strong>el</strong> escudero.<br />

—Sus supersticiones influyen en Teresa de Ávila, lo refiere en su<br />

Libro de la Vida. También se incrustan en la mente de Fray Luis de León.<br />

—¡Más fuerte todavía! —rechifló <strong>el</strong> escudero.<br />

—Pues decía algo así como que «Sólo los consagrados por la iglesia<br />

podían tener poder sobre los demonios» —citó literalmente Cide<br />

Hamete.<br />

—¿Qué quieres decir porque yo ya no sé qué añadir?<br />

—Entonces voy a añadir yo sin quererlo —afrontó <strong>el</strong> caballero—,<br />

porque ese idiota decía que cuando <strong>el</strong> demonio penetraba en las cocinas<br />

de las casas, «quiebra ollas y platos y escudillas» y si era en los conventos,<br />

«Viene y hace ruidos y estruendos y da golpes en las puertas y ventanas y<br />

echa cantos y piedras».<br />

—O sea —determinó Sancho—: un doctor matemático muy<br />

int<strong>el</strong>igente. Lo debió de decir otro mucho antes que yo: Sic transit gloria<br />

mundi.<br />

—Permíteme que lo termine porque si no, me va a salir por otro sitio<br />

—se desahogaba Cide Hamete—. No contento con estas estupideces,<br />

decía <strong>el</strong> santo Ciru<strong>el</strong>ón que, sobre todo, <strong>el</strong> demonio excitaba a la lujuria<br />

disturbando a los buenos cristianos en sus sueños: «Otras (veces) viene a<br />

la cama —añade Ciru<strong>el</strong>o— donde duermen las personas y les quita la<br />

ropa de encima y les hace algunos tocamientos deshonestos. ¡No les dexa<br />

dormir reposados!»<br />

—¡Vaya vaya con <strong>el</strong> curita! —lanzó Sancho asqueado—. Si no era<br />

pederasta, estaba más salido que <strong>el</strong> pico de una mesa. ¡Cómo les gustará<br />

tanto la pornografía a esos tíos tan…!<br />

740


Se encasquilló Sancho buscando un taco tan gordo que no cupo en<br />

sus palabras ni en las sentencias de la Sancta Inquisición. Otra vez será.<br />

(¿Cómo hablar de un niñato capaz de hacer tanto <strong>el</strong> Ciru<strong>el</strong>o reprimido?<br />

De todas formas, reitero mis disculpas a un sujeto pasivo tan «activo»).<br />

—¿Y qué paso? Me refiero al cura —especificó <strong>el</strong> escudero para<br />

evitar salidas por Baeza.<br />

—Todo acto tiene consecuencias —respondió Cide Hamete—. Los<br />

exorcismos se pusieron tan de moda que la propia Teresa de Ávila, la<br />

mística d<strong>el</strong> Renacimiento, escribe muy afligida a la madre Inés de la Cruz,<br />

priora d<strong>el</strong> convento de Medina d<strong>el</strong> Campo, porque una hermana, sor<br />

Isab<strong>el</strong> de San Jerónimo, estaba poseída d<strong>el</strong> demonio. Inés de la Cruz<br />

anuncia que le «manda» nada menos que a su hermanito («san» por si no<br />

se sabe a quién me refiero) Juan de la Cruz.<br />

—¡Estaban todos paranoicos! —dilaceró Sancho—.<br />

—O poseídos por <strong>el</strong> demonio —dijo con voz fantasmagórica y<br />

haciendo unas muecas burlonas—, quizá sea lo mismo.<br />

—¿Esto es esquizofrenia o psicopatía?<br />

Ante <strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> caballero, <strong>el</strong> escudero se respondió:<br />

—Esto es la Psicopatocracia, me gusta más que la Corporatocracia.<br />

¡Menudo marrón te vas a comer!<br />

—Tranquilo Sancho, que las golondrinas volverán la primavera que<br />

viene otra vez [como así ha sido].<br />

—Está claro que <strong>el</strong> tal Ciru<strong>el</strong>o no es santo de tu devoción.<br />

—No me obligues a decir que era un capullo (y unas cuantas cosas<br />

más) porque no tiene sentido —se contuvo <strong>el</strong> caballero para hacer<br />

después una profunda respiración—; atiende en cambio lo que te voy a<br />

r<strong>el</strong>atar.<br />

»Consecuentemente a la imposición de este tipo de doctrinas divinas,<br />

muchos pensaron que Juana estaba poseída. Y claro, se presentó la iglesia<br />

a desterrar al malo de la p<strong>el</strong>ícula: Satanás.<br />

—¿Estás de cachondeo, verdad? —flipaba Sancho—.<br />

—Comprueba lo que te voy a decir y déjame en paz —sugirió Cide<br />

Hamete—. Se ordena (en impersonal) al jesuita Francisco de Borja,<br />

menino de la infanta Catalina y hermano d<strong>el</strong> gobernador de Tordesillas,<br />

que investigue si estaba Juana endemoniada porque no hacía caso a la<br />

iglesia.<br />

—Aquí pasa algo raro porque empiezo a no saber si creerte o no<br />

querer creerlo —estaba Sancho desconcertado—. Sé que sabes de los<br />

741


jesuitas mucho más que <strong>el</strong> vulgo porque te enfrentaste con su fundador y<br />

capitán de esa tenebrosa facción de cabronazos Illuminatis. Tienes un<br />

recuerdo d<strong>el</strong> de Loyola que te cortó la oreja por su mitad y que don<br />

Quijote lo supo advertir desde <strong>el</strong> comienzo de su autobiográfica nov<strong>el</strong>a<br />

en <strong>el</strong> capítulo nono y primero de la Segunda Parte. Iñaki <strong>el</strong> de Azpeitia<br />

era más conocido por su psicopatía que por su protervidad, no sólo<br />

porque los oñacinos (de Loiola) odiaran a los gamboínos (de Gamboa)<br />

aunque su abu<strong>el</strong>o se casara con la gamboina doña Sancha de la casa de<br />

Iraeta, sino porque él era «espacial». Pero no por vuestras desavenencias<br />

existenciales te considero un tío exagerado.<br />

—¿Qué es lo que no te quieres creer?<br />

—En este caso no se trata de lo que yo me tenga que creer sino de lo<br />

que se tuviera que creer Juana —corrigió <strong>el</strong> escudero—. ¿Cómo iba a<br />

hacer caso una mujer culta y sensible como <strong>el</strong>la a esos niñatos jesuitas<br />

que veían demonios metiendo mano por todos sitios, tanto en despensas<br />

como en entrepiernas? Menuda panda de reprimidos morbosos que<br />

reprobaban las supersticiones y hechicerías a base de hacerse pajas o de<br />

derechos de portazgo y de pernada. ¡Menudos adoradores de la diosa<br />

Polisarcia!<br />

—Ese jesuita con severa hibernación de la conciencia, finalmente<br />

aconsejó que se le practicaran exorcismos a Juana.<br />

—¡¡Hostiás!! —soltó Sancho como una explosión—. Censúrame si<br />

quieres después pero me ha salido sin querer. No me podía imaginar<br />

tales arreglos practicados por la iglesia. ¡Qué cutres son! Con lo salidos<br />

que están, ya me puedo imaginar lo que pudieron hacer con tu platónica<br />

dama para sacarle al demonio hasta por <strong>el</strong> moño si fuera preciso. ¡Qué<br />

tíos más cabrones, qué repugnantes y qué maricones! Entiendo tu<br />

indignación y me sorprende tu contención verbal.<br />

—Por <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> de Loiola —participó Cide Hamete—,<br />

cuyo blasón familiar era un caldero colgando de una cadena flanqueado<br />

por dos lobos negros rampantes y que cualquier vexilólogo heterodoxo<br />

te podría explicar, sabes que hay algunos con los que no usaba la<br />

<strong>el</strong>ocuencia y sí la cimitarra; ahora he dado mi palabra a la Orden de la<br />

Paz y soy leal a mi decisión final. Esa otra parte de mi vida «dinámica»<br />

también está dulcemente armonizada junto a Juana pero ahora he dado<br />

mi palabra a la Orden de la Paz en la que no hay ni cimitarras ni gritos.<br />

Es más saludable (menos kármico) cortar con Matrix con cariño que<br />

cortar caras con <strong>el</strong> filo.<br />

742


—Ya sé que te conocen por Salvaje por la que les armaste<br />

especialmente en las Alpujarras —rememoró <strong>el</strong> escudero con orgullo y<br />

emoción —. No podía <strong>el</strong> Imperio contigo ni aunque pusieran de<br />

intérprete a Alonso d<strong>el</strong> Castillo ni a los siniestros jesuitas.<br />

—Con nosotros Sancho —reconoció <strong>el</strong> caballero Alcor—; yo podía<br />

ser <strong>el</strong> adalid pero había más varones con cojones. Bravo, Maldonado y<br />

Padilla son sólo tres que como me encanta recordarlos, es por lo que los<br />

he citado otra vez. En cuanto a los jesuitas, deben de formar una<br />

congregación tan iconoclasta que además de los votos que hacen los<br />

otros monjes, <strong>el</strong>los hacen además <strong>el</strong> voto de obediencia al papa.<br />

—¿Qué vas a hacer ahora con «Pater»-Hans Kolvenbach?<br />

—Actualízate Sancho que estamos en <strong>el</strong> 2009 y no en <strong>el</strong> 2005.<br />

Cuando no se concibe <strong>el</strong> tiempo tridimensional, no es correcto decir que<br />

es tarde pero la realidad es que <strong>el</strong> 400 cumpleaños años de Don Quijote<br />

pasó hace algunos años. Por los motivos que sean ¿sincronización,<br />

entrenamiento, desumbilicación?, se está posponiendo la difusión de esta<br />

nueva salida y algunas cosas han cambiado en <strong>el</strong> escenario de Matrix<br />

desde entonces. Una de <strong>el</strong>las ha sido <strong>el</strong> General de la Compañía; <strong>el</strong><br />

siniestro sujeto, como demasiados jesuitas, d<strong>el</strong> que me preguntas es <strong>el</strong><br />

general anterior y se le r<strong>el</strong>aciona, entre otros, con <strong>el</strong> comandante P2<br />

Hugo Balestrieri, un masón grado 33 que vinculan con la ejecución d<strong>el</strong><br />

11-S; dicen que pertenece a la Orden de Malta y a la mafia de Liborno<br />

que se encarga de intermediar en la venta de armas entre <strong>el</strong> Vaticano y<br />

África. Opinan que Kolvenbach estaba demasiado sometido al Programa<br />

Curia Romana. Actualmente, ese cargo lo ostenta un palentino de<br />

Villamuri<strong>el</strong> de Cerrato: Adolfo Nicolás Pachón, trigésimo General de la<br />

Compañía.<br />

—Lo mismo, Kolvenbach se ha hecho «converso» en este tiempo.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Que Arrupe es otro jesuita vasco y predecesor d<strong>el</strong> «papa negro» en<br />

<strong>el</strong> cargo de Prepósito General de la Compañía, uno de los pocos que<br />

terminó por darse cuenta de que <strong>el</strong> voto de pobreza que había hecho era<br />

para estar junto a los pobres y no chupando <strong>el</strong> culo a los ricos. Es uno de<br />

los teólogos de la liberación, un «converso» que se enteró de los<br />

descalabros que provocaba en los creyentes <strong>el</strong> estar junto a ese tipo de<br />

Compañía de Jesús. Los jesuitas fueron expulsados de los dominios de<br />

Carlos III con una efectividad y un sigilo sin precedentes. Con mucha<br />

premeditación, alevosía y nocturnidad, en la madrugada d<strong>el</strong> 2 de abril de<br />

743


1767 se encontró la consecuencia de una importante maniobra política: <strong>el</strong><br />

destierro de todos y cada uno de los integrantes de la Compañía por<br />

varios motivos:<br />

744<br />

• servir a la Curia romana en vez de a los intereses regios,<br />

• fomentar las doctrinas probabilísticas,<br />

• simpatizar con la teoría d<strong>el</strong> regicidio,<br />

• incitar los motines de Esquilache y<br />

• defender <strong>el</strong> laxismo en sus colegios y universidades.<br />

De ahí a crear la teología de la liberación, hay mucho trecho.<br />

—Hay más jesuitas que se han apartado de la ostentación para volver<br />

a la Galilea de los gentiles. Teilhard de Chardin, interesante paleontólogo<br />

y filósofo francés que acuñó los conceptos de Noosfera y Punto Omega.<br />

Se enfrentó a la curia romana por un artículo que escribió acerca d<strong>el</strong><br />

pecado original. Viéndose obligado a abandonar la enseñanza en <strong>el</strong><br />

Instituto Católico de París, regresó a China donde participa en <strong>el</strong><br />

descubrimiento d<strong>el</strong> Sinanthropus u Hombre de Pekín, <strong>el</strong> pariente más<br />

cercano d<strong>el</strong> Pithecanthropus u Hombre de Java. Jon Sobrino o Ignacio<br />

de <strong>El</strong>lacuría, al que <strong>el</strong> ejército salvadoreño convirtió en mártir junto a<br />

otros seis colegas, son sólo dos ejemplos de algunas de las escisiones que<br />

han sucedido dentro de esa congregación.<br />

—Será Orden.<br />

—No Sancho, desde <strong>el</strong> siglo XVI, las Órdenes se llaman<br />

Congregaciones r<strong>el</strong>igiosas igual que desde <strong>el</strong> XVIII o XIX, no me<br />

acuerdo, son Institutos.<br />

»Hay más disidencias en otras órdenes:<br />

• Albert Nolan, dominico, renunció a ser General de los dominicos<br />

después de haber sido nombrado para seguir con sus negros de<br />

Sudáfrica.<br />

• Antonio Piñeiro se pasó de dominico a jesuita y han debido de<br />

cansarle tanto que ha terminado casado pero con una mujer.<br />

• José María Castillo es un jesuita que harto de aguantar <strong>el</strong> control<br />

de la congregación, se fue a una residencia de ancianos para que le<br />

dejaran pensar en paz.<br />

—¡Menudo control deben de ejercer los Generales jesuitas!<br />

—Me imagino Sancho; precisamente en estas instituciones es donde<br />

las cosas deben de ser exactamente como dios manda. Como bien dices,<br />

hay muchos civilizombis que después de pasarse la vida sirviendo a <strong>El</strong>


sistema, se cambian de acera porque sus conciencias son más poderosas<br />

que la propia programación a la que se han dejado someter férreamente<br />

durante toda su vida. Los detractores de Pedro Arrupe decían que si un<br />

vasco había sido <strong>el</strong> fundador de la Compañía, otro vasco podría ser <strong>el</strong><br />

que precipitara su destrucción.<br />

—Lo decía por si fuera cierta la conversión de Leo Zagami, exmasón<br />

de grado 33, illuminati y «converso», que denuncia la trama masónica.<br />

—Hay muchos más que están informando de lo que saben por su<br />

propia experiencia pero como ya conocerás, la censura a la que <strong>el</strong> Cuarto<br />

Poder somete a los ciudadanos hace que sólo nos enteremos de<br />

simplezas y mentiras. Las declaraciones de los «conversos» poniendo<br />

boca arriba lo que <strong>El</strong> sistema tiene escondido detrás de cortinas de<br />

humo, no deben de ser interesantes para Pedros Jotas y demás «mea<br />

pilas», ya sean compañeros de tertulia d<strong>el</strong> que los llama así o sean de<br />

otras cadenas.<br />

—Esbirros de los mogules, estafernos de Conrad Black y otras<br />

alimañas de esa calaña.<br />

—¡Qué actualizado te encuentro!<br />

—¿Me has filtrado una pastilla azul?<br />

La pregunta era evidentemente retórica y al entenderlo los dos de la<br />

misma manera, <strong>el</strong> escudero siguió con las consecuencias de los esbirros<br />

de los mogules.<br />

—Todas las cadenas, todos los medios informativos de amplia<br />

implantación, amparan a <strong>El</strong> sistema así que ¡qué más da lo que<br />

pensemos! Con lo apetitoso que es saber los cuernos que se ponen unas<br />

a otros (y viceversa), los hijos que tienen con <strong>el</strong> mejor postor (ver Una<br />

proposición indecente) y algún suceso más de esta amarillesca índole (ver<br />

Gran hermano), los espectadores que también son votantes se dan por<br />

informados y se sienten satisfechos con la patraña actual.<br />

—Aprovechemos para no hablar de patrañas sin ningún sentido y así<br />

no alimentar la señal de Matrix y volv…<br />

—Conozco algunas voces que se están <strong>el</strong>evando para reb<strong>el</strong>ar los<br />

entresijos de este entuerto.<br />

—Algunas han alcanzado la inmortalidad aunque sean anónimas. ¿A<br />

quiénes te refieres?<br />

—Los conocerás mejor que yo:<br />

• George Galloway, parlamentario inglés por <strong>el</strong> Partido<br />

Independiente, un escocés de pura cepa. Habla muy claro d<strong>el</strong><br />

745


746<br />

entuerto petrolero y en dialogos t<strong>el</strong>evisados, pone a tiparracos<br />

como Richard Perle contra las cuerdas.<br />

• C<strong>el</strong>erino Castillo, agente de la DEA que denunció al<br />

papaíto de George Bush por la complicidad de la CIA en <strong>el</strong><br />

narcotráfico y <strong>el</strong> transporte de la droga a través de vu<strong>el</strong>os<br />

militares.<br />

• Mike Ruppert, exagente de Narcóticos de Los Áng<strong>el</strong>es al<br />

que quiso reclutar la CIA para operaciones encubiertas y está<br />

denunciándolo desde finales de los 70.<br />

• Webster Griffin Tarpley, historiador; un abu<strong>el</strong>ete de los<br />

que no tienen p<strong>el</strong>os en la lengua ni plumas torticeras en las<br />

manos.<br />

• Jordan Maxw<strong>el</strong>l, conferenciante; no se cree nada de lo que<br />

le dicen los medios informativos oficiales. Es un tío que analiza<br />

la sociedad y cómo funciona <strong>El</strong> sistema.<br />

—No olvides a<br />

• Lorenna McKeeneth, una política norteamericana de las<br />

que dan la cara.<br />

• Rima Laibow, una doctora que denuncia la mentira d<strong>el</strong><br />

SIDA sin p<strong>el</strong>os en la lengua.<br />

• Francisco Llinares Coloma, un valenciano que parece<br />

revivir las Germanías con sus amenos comentarios económicos.<br />

• Peter Dale Scott, diplomático canadiense, profesor de<br />

historia en la Universidad de Berk<strong>el</strong>ey y poeta, que junto a<br />

• Alfred William McCoy, profesor de Historia Asiática en la<br />

universidad de Wisconsin, Madison, denuncia <strong>el</strong> narcotráfico<br />

oficial.<br />

• Gudrun Greunke, una periodista de investigación alemana<br />

que vive en España desde hace 20 años; corresponsal de<br />

Reuters, Spieg<strong>el</strong> y Stern, habla d<strong>el</strong> Síndrome Tóxico o la colza<br />

con suma precisión. [Leer <strong>El</strong> montaje d<strong>el</strong> Síndrome Tóxico.]<br />

• Peter Duesberg, profesor de biología molecular en<br />

Berk<strong>el</strong>ey. Junto a Richard Strohman, denuncian que <strong>el</strong> SIDA no<br />

existe.<br />

• Bernard Sanders, senador republicano por Vermonth;<br />

capaz de enfrentarse en t<strong>el</strong>evisión con un psicópata tirano como<br />

Alan Greespan.


• Ron Paul, representante en <strong>el</strong> Congreso de los EEUU por<br />

<strong>el</strong> décimo cuarto distrito de Texas.<br />

• Lindsay Williams, es un enérgico y anciano pastor<br />

baptista en Alaska que sabe de historia lo que no te imaginas y<br />

está amenazado de muerte por denunciar al cárt<strong>el</strong> petrolero.<br />

• Gary Webb, periodista d<strong>el</strong> San José News (California),<br />

ganador de un Pulitzer de grupo al que «suicidaron» en 2005 de<br />

dos tiros en la cabeza. En 1996 publica un libro, The dark<br />

Alliance en <strong>el</strong> que denunciaba la causal epidemia de crack y la<br />

irrupción d<strong>el</strong> SIDA en Norteamérica. También cuenta cómo <strong>el</strong><br />

narcotráfico realizado por la CIA financia la contra<br />

nicaragüense. Quienes movían esos hilos son los mismos de<br />

siempre, los que hacen los 11-S, asesinan a Kennedy…<br />

—Lo mismo que te va a pasar a ti y como le sucedió a<br />

• Bondare<strong>vs</strong>ky, asesinado en <strong>el</strong> 2003 por denunciar la mafia<br />

oficial que controla <strong>el</strong> petróleo.<br />

¿Quieres que equilibremos la balanza con «Los otros»?<br />

—Te encanta meterte en berenjenales y estábamos con otro tema.<br />

—Es para que no digan que tengo p<strong>el</strong>os en la lengua. Empezaré con<br />

<strong>el</strong> capo de los Rothschilds a menos que <strong>el</strong> caballero tenga miedo:<br />

• Sir Ev<strong>el</strong>yn «de» Rothschild, un loor inglés que maneja un<br />

buen cacho de este cotarro. Es uno de los descendientes de<br />

alguno de los cinco hijos de Mayer Amsch<strong>el</strong> Rothschild, casado<br />

con una mujer, Gutle Shnaper, que aseguraba sin que se le<br />

cayeran los anillos: «Si mis hijos no quieren guerras, no habrá<br />

ninguna». Si la esperanza de la huerta conociera a esta mujer, se<br />

le iban a bajar los humos drásticamente metiéndose la lengua<br />

en <strong>el</strong>… donde le quepa. En cuanto a la mujer de Ev<strong>el</strong>yn, Lynn<br />

Forester, se sabe que apoya a Mc Cain. Uno de los que friegan<br />

los platos sucios d<strong>el</strong> capo de los Rothschild es George Soros<br />

así que imagínate la alcurnia de los capullos que estamos<br />

despachando.<br />

—Sí Sancho, sé de quiénes estamos hablando y me encantaría que, al<br />

menos, te dirijas con más respeto cuando hables de <strong>el</strong>los. Ya sabes que<br />

con <strong>el</strong> sólo pestañear de uno de los que presentes, pueden borrarnos d<strong>el</strong><br />

mapa junto a toda la comarca en la que estemos.<br />

—Tranki, que la Constitución Española «garantiza» tu intimidad y tu<br />

integridad.<br />

747


748<br />

—Je, jé —no se escuchó decir al <strong>César</strong> mientras que sí sonreía.<br />

Sancho aprovechó para seguir con la presentación.<br />

• David de Rothschild, unos de los vástagos d<strong>el</strong> clan con<br />

una pinta de pijipi que no se tiene en pie. Vende <strong>el</strong> medio<br />

ambiente para patentar más impuestos con los que los esclavos<br />

van a tener que apechugar.<br />

• Jacob de Rothschild, <strong>el</strong> representante de la trama francesa<br />

d<strong>el</strong> cárt<strong>el</strong>, <strong>el</strong> encargado de empotrar a la Bruni en <strong>el</strong> poder<br />

realizando diversas carambolas previas.<br />

-¿Quieres, señor caballero, que sigamos con otros?<br />

Ante <strong>el</strong> silencio por respuesta, <strong>el</strong> escudero continuó con la saga de…<br />

¿Existe alguna palabra para arrejuntar a semejante casta de tiranos?<br />

Dejemos a Sancho que siga con la enumeración de los sucesores de<br />

Charles «Lucky» Luciano y Meyer Lansky y así no me pondré a<br />

desparramar con los mafiosos sucesores de Pedro.<br />

• Zbigniew Brzezinski, uno de los que «redactan» La<br />

agenda, los acontecimientos que van a suceder en Matrix. Se<br />

encarga de la política exterior de USA. <strong>El</strong> 7 de febrero de 2007<br />

dijo que si había un «atentado» en USA, se lo iba a comer Irán.<br />

• Paul Marcinkus, responsable de la quiebra d<strong>el</strong> banco<br />

Ambrosiano. <strong>El</strong> Gorila (guardaespaldas d<strong>el</strong> papa Pablo VI),<br />

estuvo al frente d<strong>el</strong> Banco Vaticano y le acusan de llevar las<br />

cuentas de la compra de armas entre «estos» y África.<br />

• Licio G<strong>el</strong>li, sospechoso de formar parte d<strong>el</strong> equipo que<br />

asesinó a Aldo Moro. Es gran maestre de la logia masónica<br />

Propaganda Due (P2). Acusado de ejercer un pap<strong>el</strong> fundamental<br />

en la Operación Gladio.<br />

• Joe Bidden, un esbirro de Wall Street que trabaja para<br />

Soros y <strong>el</strong> Imperio Británico, cuya hija ha sido pillada metiéndose<br />

farla a punta pala. ¿Quién se la suministrará, la CIA o <strong>el</strong> FBI? Es<br />

<strong>el</strong> 47 vicepresidente d<strong>el</strong> Gobierno de EEUU.<br />

—No te dejes en <strong>el</strong> tintero a<br />

• Warren Buffet, <strong>el</strong> oráculo de Omaha, uno de los dueños<br />

de las bolsas de todo <strong>el</strong> mundo. Es colega de Soros y de<br />

Greespan.


• Dick Cheney, alcohólico que estando en las últimas, no<br />

es capaz de dejarse aconsejar por la conciencia y reconocer su<br />

errónea vida. Tiene intereses en la influenza porcina.<br />

• Henry Kissinger, presidente de la China Oil. Flamante<br />

premio Nob<strong>el</strong> de la Paz en 1973 d<strong>el</strong>atando la calaña de algunos<br />

personajes a los que otorgan ese premio. Hay tanto escrito sobre<br />

este sujeto que para resumir, no voy a decir nada más. (Hay una<br />

extensa bibliografía donde se podrá apreciar lo que Sancho<br />

resume con «nada más».)<br />

• Rahm Isra<strong>el</strong> Emanu<strong>el</strong>, Rambo para los colegas. Dicen<br />

que <strong>el</strong> jefe de gabinete de Hussein Obama (<strong>el</strong> presidente de los<br />

USA), es hijo de un terrorista sionista d<strong>el</strong> Irgún, los predecesores<br />

d<strong>el</strong> partido de extrema derecha Likud. Cobró dinero de uno de<br />

los gestores de Freddie Mac y Fannie Miles.<br />

—Ya hemos hablado de los mogules Conrad Black, Ted Turner o<br />

Rupert Murdoch —añadió Sancho—. (Con tanto nombre, lo más fácil es<br />

perderse.)<br />

—Habrá sido con don Quijote porque conmigo sólo has hablado de<br />

• Mr. Black, un peso pesado en la mafia internacional<br />

r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> Grupo de Vancouver y que posee unas<br />

cuantas tapaderas y herramientas para adoctrinar a los esclavos<br />

dentro d<strong>el</strong> feudalismo audiovisual. Dirigió <strong>el</strong> tercer imperio de<br />

prensa más grande d<strong>el</strong> mundo, Hollinger, y <strong>el</strong> Daily T<strong>el</strong>egraph de<br />

Londres, <strong>el</strong> Jerusalem Post, <strong>el</strong> Chicago Sun Times o <strong>el</strong> National<br />

Post de Canadá son sólo algunas de esas tapaderas. Por cierto,<br />

renunció a su nacionalidad canadiense para ocupar uno de los<br />

escaños en la Cámara de los Loores de la Terra de Íngala.<br />

»Lo siguiente que te digo no es un secreto porque lo confiesa en<br />

público con total desparpajo. <strong>El</strong> candidato demócrata John Kerry que se<br />

presentó con Bush en <strong>el</strong> 2004 manifiesta, con la chulería que permite la<br />

impunidad de ciertos ciudadanos, que existe complicidad gubernamental<br />

en <strong>el</strong> tráfico de drogas.<br />

—¡Ya!, un skulls and bones d<strong>el</strong> montón. ¿Dónde metemos a la reina<br />

de Inglaterra?<br />

—¿Pero qué dices Sancho?<br />

—Es la dueña d<strong>el</strong> Imperio Británico y <strong>el</strong> Imperio Británico es <strong>el</strong><br />

dueño d<strong>el</strong> mundo. Es mujer por si te pudiera interesar para algo.<br />

749


Además, es caballera de la Orden de Malta. [Ver en Internet la<br />

información que hay acerca de esta omnipresente Orden.]<br />

—Pues déjala donde está que bastantes personajes han salido ya.<br />

—Sí, no sea que la de un infarto cuando se entere de que<br />

Shakespeare la ha estado vacilando. La aparcaremos junto a los Loores<br />

británicos.<br />

—La cuestión no es que Shakespeare sea español, sin vaciles, sino lo<br />

que <strong>el</strong>la nos está vacilando con la carita de niña buena.<br />

En vez de un taco, un suspiro salió de Sancho sin que tampoco lo<br />

pudiera controlar. Es natural que codearse con Caballeros Reb<strong>el</strong>des haga<br />

que hasta <strong>el</strong> más cegato, se pueda emocionar. <strong>El</strong> honor y la lealtad<br />

pueden ser incluso más contagiosos que la cobardía y la idiotrez. No es <strong>el</strong><br />

caso de Sancho y es una pena que se tenga que aclarar por si acaso.<br />

—¡Cómo se nota que no te importa esta dispersión para soslayar la<br />

conversación de Juana, menudo rulo que nos hemos pegado!<br />

—Te lo he recordado en medio de la lista de los reyes gold-os y no<br />

me has hecho ni vaso.<br />

—Pero creo que era por no meternos en camisa de once varas, no<br />

porque te guste hablar de Juana. Después d<strong>el</strong> empacho de Gold Kings<br />

¿te sientes más animado para seguir con tu amor secuestrado?<br />

—Para terminar con este ind<strong>el</strong>eble capítulo de la Historia de Pax<br />

Hispana —resumió Cide Hamete decididamente—, te diré que Domingo<br />

de Soto, teólogo de la Universidad de Salamanca, acude a dilucidar si<br />

Juana podía recibir los sacramentos y decide darle la extremaunción pero<br />

no la comunión.<br />

—Pues menos mal porque se evitó <strong>el</strong> doble de indigestión<br />

—advirtió Sancho—. Me temo que no la dejaron ni morir en paz.<br />

¿Qué habrá sido de ese matemático tan famoso? De momento, tiene<br />

que agradecer a los reb<strong>el</strong>des que se haya recordado su nombre porque si<br />

no, no se hubiera acordado de él ni la madre que lo parió.<br />

—Después d<strong>el</strong> degollamiento de Álvaro de Luna (que seguramente<br />

le causó mucho más pesar que la muerte de su esposo <strong>el</strong> rey Juan II)<br />

—epilogaba Cide Hamete—, Isab<strong>el</strong> de Portugal (o de Arévalo) se<br />

encierra en su castillo de Arévalo. Es madre de Isab<strong>el</strong> la Católica y muere<br />

poco antes de casarse Juana. También piensan que está loca.<br />

—Esto me lo ha contado don Quijote —adivinó <strong>el</strong> escudero—;<br />

existe un paral<strong>el</strong>ismo más fuerte entre Isab<strong>el</strong> y Juana que entre Juana y<br />

don Carlos. Dicen las malas lenguas que los c<strong>el</strong>os de Isab<strong>el</strong> de Portugal<br />

750


influyen en Juana e incluso añaden que los hereda de Isab<strong>el</strong> de Portugal y<br />

no de su madre Isab<strong>el</strong> la Católica, la Hillary Clinton de su época sólo por<br />

aguantar lo de las mamadas de sus maridos pero no por <strong>el</strong> poder de<br />

juguete de la Clinton comparado con <strong>el</strong> de la Católica. ¡Cómo ha<br />

simplificado la Historia la vida de las mujeres! Que se reb<strong>el</strong>en contra su<br />

propia Historia y no contra los varones.<br />

En estos momentos en los que se puede hablar de todo y ayudados<br />

por <strong>el</strong> putiferio generalizado, cualquiera se puede imaginar lo que los<br />

machitos de la época podían hacer con la virtud de unas damas discretas.<br />

Por supuesto que ahora <strong>el</strong>las no se quedan cortas pero entonces, salvo<br />

aristocráticas excepciones, la honra estaba bien mirada.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor desapareció d<strong>el</strong> mapa. No teman que no se trata<br />

de un traspaso dimensional sino de que cualquiera que lo observe, sabría<br />

que estaba con <strong>el</strong> piloto automático. Presta automatizada atención a la<br />

inhumana congestión que idiotiza al más reb<strong>el</strong>de, cual pardillo, que se<br />

mete en un atasco. <strong>El</strong> 99,9 de su mente está… Pregúntes<strong>el</strong>o a él porque a<br />

saber cuándo estará. Con lo restante, sigue conduciendo hacia la capital<br />

d<strong>el</strong> reino.<br />

Sancho musitó una letanía que decía:<br />

—Otórgame <strong>el</strong> que no busque tanto <strong>el</strong> ser entendido como entender,<br />

ser amado como amar. Entonces, los milagros sucederán a los milagros y<br />

las maravillas no tendrán fin.<br />

Tenía tan claro que <strong>el</strong> caballero Alcor estaba en Off, que se quedó<br />

callado haciendo también una excepción que todos, pero sobre todo él,<br />

sabremos agradecer.<br />

La llegada y entrada a Madrid fueron silenciosas, ni radio, ni música,<br />

ni palabras; nada. Sólo había ojos para observar porque para Sancho, y<br />

para cualquiera que no esté acostumbrado, es un espectáculo inusual,<br />

descomunal y brutal. Bueno, a menos que se esté programado y se<br />

admire tanta adversidad. Sancho conoce <strong>el</strong> funcionamiento de Matrix,<br />

reconoce algunas características y suficientes comportamientos como<br />

para parecer que está integrado en esta sociedad. Pero le sucede algo que<br />

casi nadie se podrá imaginar porque hoy día es algo anormal: jamás ha<br />

visto la t<strong>el</strong>e y por eso no se deslumbra con <strong>el</strong> espectáculo soez de la gran<br />

ciudad.<br />

Gracias a los mensajes que las p<strong>el</strong>ículas transmiten al software<br />

sapiens, que no sólo su<strong>el</strong>tan subliminalmente La perfecta casada sino unas<br />

muchas cosas más, germina una admiración incomprensible por <strong>el</strong><br />

751


paisaje urbano, por los rascaci<strong>el</strong>os, las avenidas y por todo lo que<br />

conforma ese caos irascible conocido con <strong>el</strong> nombre de ciudad.<br />

Pero si no estás programado desde pequeño, eres un iletrado y todo<br />

lo que has visto en tu vida ha sido Alcalá, lo normal es que reacciones<br />

con espanto ante la amenaza de una gran ciudad. Visitaron <strong>el</strong> Manhattan<br />

de Madrid para ver los monumentos masones y Torres madrileñas de<br />

Bab<strong>el</strong>, callejearon un rato por los barrios dormitorio y, como <strong>el</strong> escudero<br />

se ponía más nervioso, <strong>el</strong> caballero Alcor se dirigió hacia la parte antigua<br />

de Madrid por si <strong>el</strong> reconocimiento de la fisonomía calmaba la visible<br />

ansiedad de Sancho.<br />

Cuando llegaron al Madrid de los Austrias, <strong>el</strong> caballero Alcor invitó a<br />

Sancho a que dieran un paseo andando pero ante su taxativa negativa, no<br />

pudieron argumentos ni pedagogías. «Aparcó» <strong>el</strong> coche en doble fila y le<br />

dijo:<br />

—¿Qué es lo que te pasa querido Sancho? —preguntó <strong>el</strong> caballero<br />

suavemente para intentar calmarlo.<br />

—Que esto no está hecho para mí o quizá habría que decir que soy<br />

yo <strong>el</strong> que no está hecho para esto.<br />

—Sancho, siéntete absolutamente comprendido pero atiende a lo<br />

que te digo para conciliar la calma y mandar la angustia al olvido.<br />

—No se esfuerce mucho pero le escucho.<br />

—He nacido en esta ciudad —expuso <strong>el</strong> caballero haciendo de<br />

intermediario entre <strong>el</strong> horror y <strong>el</strong> escudero—, he pasado mi infancia en<br />

<strong>el</strong>la y me habrán pasado todos los males que puedas concebir aunque los<br />

burgueses urbanos no los puedan sospechar; he vivido aquí un poco más<br />

de la mitad de mi vida y como ves, no sólo sigo vivo sino que me<br />

entiendo contigo. Reconozco que este montaje no sólo me habrá<br />

salpicado sino que lo tendré integrado, pero libro una batalla diaria<br />

conmigo para desencriptar <strong>el</strong> subconsciente maleficio. No la veo tan<br />

p<strong>el</strong>igrosa y si me apuras, durante muchos años afirmé que jamás saldría<br />

de Madrid.<br />

—Puede que sintiera atracción por <strong>el</strong>la pero es evidente que fue<br />

pasajera. Ahora no volvería a estar aquí ni borracho —interrumpió <strong>el</strong><br />

nervioso escudero.<br />

—Puede que tengas razón y que esté acostumbrado a esta villa pero<br />

también podrías considerar que tu falta de costumbre es lo que te puede<br />

haber alterado. Ya has estado en la ciudad de Alcalá ¿no?<br />

—¡Sí!<br />

752


—Entonces, ¿dónde está la novedad? —buscó <strong>el</strong> caballero queriendo<br />

recuperar la paz.<br />

—No sé. Quizá me falta don Quijote, quizá Alcalá me sea muy<br />

familiar o quizá la energía de esta ciudad sea más oscura de lo que desde<br />

<strong>el</strong> Salomón me pude percatar.<br />

—¿Tienes miedo a este lugar?<br />

—Se supone que <strong>el</strong> miedo es un programa artificial que no existe en<br />

la realidad real pero percibo algo inexplicable en <strong>el</strong> ambiente que me<br />

avisa de que extreme las medidas de precaución y <strong>el</strong> contacto con esta<br />

gente. <strong>El</strong> mayor sigilo que conozco es evitar <strong>el</strong> contacto ya que la energía<br />

que percibo ha activado <strong>el</strong> fusible que me grita: Contacto Cero, y no<br />

quiero que se produzca un corto circuito. Es algo instintivo, no necesito<br />

que lo entienda. Además, no tengo ninguna inquietud por alternar con<br />

nada de esto. Siento que los vampiros deben de estar muy satisfechos al<br />

tener estos laboratorios en donde libar energía y vitalidad de estos<br />

sapiens, psicópatas, esclavos, civilizombis y demás. Realmente, las<br />

palabras no sirven ahora para expresar lo que pasa por mi…<br />

No encontraba Sancho la palabra; puede ser que no exista o que <strong>el</strong><br />

nerviosismo embote su entendimiento. <strong>El</strong> caballero Alcor no quiso<br />

atosigarle y dejó la frase sin conclusión. Se podría referir a su mente, su<br />

entendimiento, su vida… Salió <strong>el</strong> escudero por otro sitio diciendo:<br />

—Como sabe, disfruto paseando pero no por este siniestro escenario<br />

sino por <strong>el</strong> campo. Siento todo tan desvitalizado que temo contagiarme y<br />

convertirme en uno de <strong>el</strong>los. Por eso estoy mosqueado con usted,<br />

porque <strong>el</strong> entendimiento puede ser fingido. Me tranquiliza saber que don<br />

Quijote tenga absoluta confianza en usted pero necesito que me la<br />

reconfirme no sea que esté con un clon d<strong>el</strong> caballero Alcor en vez de con<br />

<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de real.<br />

Aguantaba <strong>el</strong> caballero las legítimas dudas d<strong>el</strong> escudero porque<br />

efectivamente, todos los que estamos fuera de Matrix sentimos la nausea<br />

y la potencialidad de su contagio. Los propios dioses lo dicen con tal<br />

claridad, que <strong>el</strong> que no lo quiera entender, será por padecer alguna tara<br />

severa en la mentalidad. Por si a cualquiera le pueden parecer exageradas<br />

las palabras de Sancho, aprovechemos <strong>el</strong> mensaje de los que controlan<br />

este cotarro que tan nítidamente echan en Matrix. Recuerdo <strong>el</strong> año<br />

(1999) por si a alguien le puede parecer una novedad. Voy a ser sincero<br />

con usted. Yo odio este lugar, este zulo, esta prisión o como usted<br />

quiera llamarle (se refieren a Matrix, no sólo a la gran ciudad). Ya no la<br />

753


soporto más. Quizá sea <strong>el</strong> olor, si es que existe. Estoy saturado por<br />

él. Noto <strong>el</strong> sabor de su hedor y siempre que lo noto temo que de<br />

alguna manera me haya infectado. Es repulsivo ¿verdad? Si nadie se<br />

ha escandalizado hasta ahora, que no lo hagan a partir de ahora; más<br />

bien, se tienen que alegrar porque la Caballería Andante de la Orden de<br />

la Paz esté traduciendo estos mensajes codificados para que los<br />

civilizombis más hibernados los puedan reentender.<br />

—Vengo poco a Madrid —indicó <strong>el</strong> caballero— y es posible que<br />

cuando lo hago, me engañe pensando que estoy de turismo en una<br />

ciudad desconocida. Así evito que me cause la contrariedad que antes me<br />

causaba <strong>el</strong> sólo pensar que tenía que desplazarme a esta gran ciudad.<br />

—Cada uno se consu<strong>el</strong>a, se engaña o se justifica como puede o como<br />

sepa —dijo Sancho displicentemente—. Por mi parte y como ya sabrá,<br />

ya sé y he hecho todo lo que tenía que hacer en este lugar de Castilla que<br />

antaño era humano y ahora se ha convertido en la peor de las pesadillas.<br />

—¿Por qué me has dejado de tutear?<br />

—Debe de ser la ansiedad.<br />

—Pues r<strong>el</strong>ájate que no tienes ningún motivo para alterarte tanto.<br />

—Pues cállese —ordenó nervioso <strong>el</strong> escudero— que empiezo a<br />

pensar si tanta simbiosis entre usted y la gran ciudad, no será un claro<br />

indicativo para sospechar de una compañía que tanta seguridad me<br />

ofrecía. Estoy seguro que no se da cuenta pero tendría que percibir la<br />

energía que existe por aquí. Esto no es un manicomio, ¡es una<br />

incubadora de psicópatas!<br />

—¿No crees que exageras un poco? —preguntó amistosamente <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Esto es precisamente lo que me preocupa: no saber si estaré con<br />

uno de <strong>el</strong>los hábilmente camaleonizado. Matrix se parece a Mádrid. ¿Por<br />

qué justificáis a los psicópatas integrados?<br />

—Los psicópatas pueden ser <strong>el</strong> problema pero la mayoría está sólo<br />

dormida —dijo <strong>el</strong> caballero al cabreado compañero de habitáculo—; no<br />

todos los urbanitas son psicopatitas. ¿Qué sientes? ¿Por qué reaccionas<br />

así?<br />

—La energía que percibo en estas calles —afirmó <strong>el</strong> escudero<br />

rotundo y disgustado—, es propia de zombis o de psicópatas integrados.<br />

—Conozco a mucha gente en esta ciudad y encuentro valentía en sus<br />

vidas; además, la mansedumbre de…<br />

754


—Esto es lo preocupante —recalcó Sancho interrumpiendo—. No<br />

hace falta que insista; si engrana con esta energía, o es uno de <strong>el</strong>los o<br />

conviene que no se le pierda de vista.<br />

—Me recuerdas a una mujer que me dijo exactamente lo mismo pero<br />

lo hizo con mucha paz y mucho cariño.<br />

—¡Qué gran mujer debe de ser! Seguro que no vive en esta ciudad.<br />

—Ni en Matrix.<br />

—Convendría que la tuvieras más presente, porque sin duda tiene<br />

razón. En este sistema tan controlado, los que os r<strong>el</strong>acionáis con una<br />

ciudad, ya sea viviendo o acudiendo, sea por turismo o por trabajo, sea<br />

por cualquier excusa que sea, no os dais cuenta de lo incisiva que es la<br />

programación. Unos se consideran alternativos, otros espirituales y otros<br />

reivindicativos pero sois brazos de un pulpo infectado que os controla a<br />

su placer. No sentís <strong>el</strong> color negro que os rodea porque estáis entintados;<br />

formáis parte de un calamar gigante y estáis atrapados en sus sugestivas<br />

ventosas. Hasta que no toméis la decisión de despegaros de tan viscoso<br />

bocado, no vais a daros cuenta de que estáis atrapados.<br />

»Las ciudades vampirizan la energía, ¿es que no lo siente? Por mucho<br />

que excuse a sus habitantes, subsistir en este medio exige no vivir.<br />

Además, no vamos a discutir de esto porque respeto su punto de vista y<br />

le sugiero que ponga un punto de inflexión. Matrix dispersa de tal<br />

manera que como os dicen en Matrix, no se puede pedir a una<br />

máquina que haga <strong>el</strong> trabajo de un humano. <strong>El</strong> que lidere la reb<strong>el</strong>ión<br />

final, no puede ser nadie que esté atrapado en esta red digital.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor se quedó callado y cualquiera sabe si es<br />

recordando a la mujer o pensando en qué hacer o en quién es (¿reb<strong>el</strong>de o<br />

psicópata?). Después d<strong>el</strong> rifirrafe que terminó en un rato de colapso<br />

integral (¿existe <strong>el</strong> futuro? Leer <strong>el</strong> final d<strong>el</strong> mamotreto anterior) y antes de<br />

arrancar <strong>el</strong> auto, preguntó a Sancho si quería ver algo más de la<br />

incubadora urbana o si prefería regresar. Sancho fue categórico y afirmó<br />

que todo lo que tenía que sentir de este lugar ya lo había sentido, «no<br />

necesito nada más». Sin salir d<strong>el</strong> coche para saborear la insoportable<br />

levedad d<strong>el</strong> ser en una ciudad, <strong>el</strong> paseo por Madrid quedó terminado<br />

mucho antes de lo imprevisible. La intranquilización insostenible que<br />

sentía <strong>el</strong> escudero y la nitidez con la que percibe la desvitalizada energía<br />

urbana, fueron causas más que suficientes como para que se produjera la<br />

reacción: escaparse urgentemente de la gran ciudad.<br />

755


<strong>El</strong> viaje de regreso en su<strong>el</strong>o urbano transcurrió por otras calles<br />

céntricas distintas a las anteriores y <strong>el</strong> silencio reflexivo invadió al interior<br />

d<strong>el</strong> coche y al de sus ocupantes. A través de las ventanas se podía ver a<br />

millones de personas viviendo sus vidas, inconscientes (en Matrix y<br />

subconscientes en ¿Qué es Matrix?). Al parecer, los seres humanos<br />

definen su realidad con <strong>el</strong> sufrimiento y la tristeza y <strong>el</strong> mundo<br />

perfecto es un sueño d<strong>el</strong> que sus primitivos cerebros quieren<br />

constantemente despertar. Antes de salir a la autopista pasaron por<br />

d<strong>el</strong>ante de la Plaza de Toros y de la gran Mezquita pero como si nada, ni<br />

un comentario, ni un parecer, ni una pregunta, ni un apunte, nada. Sólo<br />

silencio, un silencio tan denso que se podría escribir en él.<br />

Al pasar cerca d<strong>el</strong> aeropuerto de Barajas, un avión hizo su<br />

sincronizada aparición pero Sancho no se inmutó, debía estar tan jodido<br />

que no movió ni un poro de la pi<strong>el</strong>. Estaba tan ausente que si no<br />

estuvieran en <strong>el</strong> coche, parecía que no iba.<br />

Pero que nadie se asuste que sigue en esta dimensión, no se ha ido al<br />

libro aunque su mente parezca plana. Mientras que esté con <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor, su integridad está a salvo en esta Matrix tridimensional, este zulo,<br />

esta prisión o como ustedes la quieran llamar. Por mucho que <strong>el</strong><br />

escudero haya dudado, otros conocemos la inquebrantable lealtad d<strong>el</strong><br />

caballero aunque sepamos que esté contagiado. En estos tiempos que<br />

corren ¿quién no lo está? Cualquiera que no esté conectado puede decir:<br />

Noto <strong>el</strong> sabor de su hedor y siempre que lo noto temo que de<br />

alguna manera me haya infectado. Es repulsivo ¿verdad? Pero<br />

¿quién ha estado no conectado jamás?<br />

De vu<strong>el</strong>ta al hogar y para que Sancho se calmara, al caballero se le<br />

ocurrió dar un paseo por la Dehesa de los Hueros porque sabía que la<br />

vista de encinas y almendros pero sobre todo <strong>el</strong> olfato de tomillos y<br />

romeros, devolvería la paz que tanto necesitaba <strong>el</strong> escudero.<br />

Aparcaron <strong>el</strong> coche en la base de la ladera d<strong>el</strong> monte y comenzaron<br />

su ascenso para calmar urgentemente los desánimos, las suspicacias y los<br />

cortocircuitos de la mente. Dejaron atrás cacicadas y plantas<br />

trasplantadas y llegaron a un altiplano desde <strong>el</strong> que no se pararon a<br />

observar ni por supuesto a respirar. Aunque flanqueados por las<br />

omnipresentes vallas y alambradas que recuerdan lo prohibido que está <strong>el</strong><br />

fluir de la vida, no comentaron su abuso porque <strong>el</strong> horno no estaba para<br />

bollos. De cualquier forma, la subida tiene migas como para no reparar<br />

en comentarios ni en espinas. <strong>El</strong> silencio que comenzó en <strong>el</strong> Madrid de<br />

756


los Austrias seguía en esta cuesta arriba y lo que entonces parecía<br />

tensión, ahora estaba justificado por la ascensión.<br />

<strong>El</strong> paso d<strong>el</strong> caballero Alcor es tan ligero como <strong>el</strong> de don Quijote y,<br />

por si hacía algún efecto terapéutico, lo ac<strong>el</strong>eró si cabe un poco más. Al<br />

escuchar <strong>el</strong> jadeo de Sancho, supo que le estaría sentando genial y que<br />

coronar la empinada ladera haría <strong>el</strong> mismo efecto que la galleta de la<br />

Oráculo hace en Neo: antes de que la acabe, se sentirá como nuevo.<br />

[Ver Matrix.]<br />

<strong>El</strong> objetivo de todas las p<strong>el</strong>ículas es <strong>el</strong> de mod<strong>el</strong>ar <strong>el</strong> software de los<br />

sapiens. Entender, hablar, fumar, imaginar, bailar, sentir, amar, comer,<br />

trabajar, concebir, beber, conducir, pensar y todo lo demás, se hace<br />

como dios manda. Los espectadores suponen que lo hacen voluntaria y<br />

libremente gracias a las p<strong>el</strong>ículas que se creen como si fueran dogmas de<br />

fe. La verdad es que carecemos de todo dominio. Acción-reacción,<br />

causa-efecto. No podemos escapar de la causalidad, somos sus<br />

esclavos eternos. Nuestra única esperanza, nuestro único sosiego<br />

está en comprenderla.<br />

Causa: la p<strong>el</strong>ícula ------------------ Efecto: comportamiento civilizombi<br />

Pero se puede dar la vu<strong>el</strong>ta a las p<strong>el</strong>ículas y utilizar sus enseñanzas<br />

para aplicarlas a nuestro favor. Ya que tantos daños hacen, aunque casi<br />

nadie esté consciente de <strong>el</strong>lo, ¿por qué no hackearlas para facilitar <strong>el</strong><br />

despertar? <strong>El</strong> propósito era tan bueno que se van a comprobar sus<br />

efectos.<br />

Causa: paseo por <strong>el</strong> campo ---- Efecto: más endorfinas en <strong>el</strong> comportamiento.<br />

—Menos mal que esto no está lleno de pinos —dijo <strong>el</strong> escudero<br />

antes de finalizar la subida.<br />

—No sé la razón pero efectivamente, encinas y almendros son los<br />

árboles que más pueblan este entorno poco arbolado. Encontrarás una<br />

mancha de pinos y algún otro ejemplar joven disperso de cualquier piñón<br />

caído d<strong>el</strong> pico de un pájaro asustado porque nunca entretenido.<br />

—Menos mal que estamos en un lugar familiar. Por fin ¡qué paz!<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor continuó en silencio para comprobar si <strong>el</strong><br />

reestablecimiento de Sancho era transitorio o era total. En vista de que<br />

nadie hablaba, <strong>el</strong> escudero siguió como si nada.<br />

—¡Esto es vida! ¿No notas que aquí todo es normal? Aquí, la vida<br />

vibra con la energía conocida, no siento los vampiros que dejan a los<br />

757


sapiens zombis o dormidos y que contagian con psicopatía <strong>el</strong> ambiente<br />

de la ciudad.<br />

»Cuando llegué a Matrix tuve otro desajuste momentáneo que<br />

terminó con <strong>el</strong> olvido; seguro que puedes entender que hay pesadillas en<br />

las que o te despiertas o te piras. Como Matrix es un infierno en <strong>el</strong> que<br />

hay oasis, puestos a estar en <strong>el</strong>la, mejor en los oasis.<br />

Como cualquier hijo de vecino, incluido <strong>el</strong> escudero, somos<br />

víctimas de la causalidad aunque no lo sepamos. Mover <strong>el</strong> cuerpo<br />

facilita que las endorfinas lo invadan y mejora <strong>el</strong> bienestar real, no <strong>el</strong> d<strong>el</strong><br />

progreso. Acción-reacción, causa-efecto. No podemos escapar de la<br />

causalidad, somos sus esclavos eternos. Cualquiera podrá saber, por<br />

si no lo sabía, que un paseo dinámico es una efectiva manera de<br />

recuperar <strong>el</strong> bienestar que los múltiples desarreglos psíquicos pueden<br />

ocasionar. Así que ¡burgueses sedentarios!, si queréis sentir al estado de<br />

bienestar con la máxima intimidad, salir de compras es una trampa; lo<br />

que facilita y potencia su percepción es caminar a buen paso hasta sudar,<br />

sobre una superficie que no sea hormigón ni asfalto y con un calzado<br />

adecuado. Todo se pone a favor en tiempos de crisis porque es muy<br />

barato y además, se ahorra <strong>el</strong> despilfarro d<strong>el</strong> shopping sport.<br />

Siguieron paseando a lo largo d<strong>el</strong> camino que serpenteaba por la<br />

loma y <strong>el</strong> aviso de las urracas salutatrices era <strong>el</strong> único sonido que en todo<br />

<strong>el</strong> contorno se escuchaba. Algunos conejos se seguían escondiendo de su<br />

presencia y una culebra despistada por la temperatura primaveral,<br />

aprovechaba <strong>el</strong> calor de una piedra a la que tangencialmente llegaban los<br />

rayos d<strong>el</strong> sol. Recuperada la confianza y la tranquilidad, no se hicieron<br />

más comentarios de la ciudad. Para Sancho debe ser agua pasada pero<br />

para <strong>el</strong> caballero Alcor… Algo le debe quedar de lo escuchado a Sancho.<br />

Al llegar a una de las muchas vu<strong>el</strong>tas que da <strong>el</strong> camino, se despeja un<br />

punto de vista que debido a la situación o a la perspectiva, otorga una<br />

serena visión de las circunstancias urbanas que para Sancho es más fácil<br />

de digerir. No es lo mismo estar en Madrid que ver «desde la barrera»<br />

cómo cae <strong>el</strong> atardecer sobre esta ciudad, a la que ahora Sancho debe ver<br />

como una incubadora enorme y no como un manicomio experimental.<br />

Totalmente recompuesto de la navegación urbana y como si nada<br />

traumático hubiera ocurrido en <strong>el</strong> pasado reciente, la pareja en la que uno<br />

sólo es inmortal, no se paró a mirar <strong>el</strong> ocaso d<strong>el</strong> sol sino que conscientes<br />

de la programación, se paró a comprobar <strong>el</strong> movimiento de rotación de<br />

la Madre Tierra, esa célula tan generosa y a la que impunemente se<br />

758


maltrata tan fatal. ¿A qué espera <strong>el</strong> legislativo para sacar una ley de<br />

maltrato a la Madre que se aplique de manera efectiva y no como la d<strong>el</strong><br />

maltrato a las madres? ¿A qué espera <strong>el</strong> ejecutivo para que en vez de<br />

pulseras, se pongan grilletes efectivos y de por vida a los que maltratan a<br />

esta Madre y a estas madres, organismos femeninos todas <strong>el</strong>las? Al<br />

judicial no lo vamos a nombrar porque apesta a corrupción desde <strong>el</strong><br />

supremo al inferior, De esto es de lo que ahora se va a hablar: de la<br />

nausea que provoca la corrupción y de los daños directos, colaterales e<br />

irreparables que deja grabados en la historia ¡evolutiva! de la humanidad y<br />

en la vida de esta célula femenina que a todos cobija por igual. [Ver <strong>El</strong><br />

bosque animado, Sé quién eres, Poder absoluto, Algunos hombres buenos, L.A.<br />

Confidencial, Ejecución inminente, Reglas de compromiso, Serpico, Training day,<br />

Wall street, Entre pillos anda <strong>el</strong> juego, <strong>El</strong> señor de la guerra, <strong>El</strong> último boy scout, <strong>El</strong><br />

sastre de Panamá, Conspiración.]<br />

—¿De dónde viene ese tufo que apesta este pacífico lugar?<br />

—preguntó Sancho recompuesto.<br />

—D<strong>el</strong> progreso.<br />

—¿Así de escueto? Mira que a veces me recuerdas a Don Quijote<br />

cuando en dos palabras resume cualquier circunstancia aunque sea muy<br />

brutal. Explica lo que sepas porque como bien sabes, este escudero<br />

entiende muy poco a la Matrix actual. Conozco <strong>el</strong> ruido que provoca <strong>el</strong><br />

progreso y la contaminación lumínica d<strong>el</strong> bienestar visual. En cuanto al<br />

sentido d<strong>el</strong> gusto, ya sé que <strong>el</strong> filete no existe, sé que si me lo meto<br />

en la boca es Matrix la que está diciendo a mi cerebro que es<br />

bueno y jugoso. Pero si además tengo que añadir la peste que se aspira<br />

por la nariz ¿para qué vale tanto progreso y de quién es <strong>el</strong> bienestar?<br />

—¿Crees que lo que respiras ahora es aire?<br />

—Ya me lo preguntó don Quijote y la verdad es que nunca me he<br />

hecho este tipo de exámenes.<br />

—En la Matrix vigente, no es tan grave <strong>el</strong> ofensivo olor d<strong>el</strong> que te<br />

quejas; si alguna vez te preguntas por lo que respiras, piensa en la mucha<br />

toxicidad que contiene esa peste.<br />

Sancho se sentía descontento con la respuesta d<strong>el</strong> caballero y se<br />

apresuró a decir:<br />

—¿Te gusta que tenga que tirarte de la lengua o es que la ciudad ha<br />

vampirizado la energía de tu habla? —preguntó Sancho en vista d<strong>el</strong><br />

atasco d<strong>el</strong> caballero—. No me tendré que preguntar por lo que respiro si<br />

759


ya te estoy preguntando por esta peste insoportable. ¿Queda algún<br />

sentido que Matrix no haya pervertido?<br />

Evidentemente, al caballero Alcor se le han quedado grabadas las<br />

palabras de Sancho sobre la agónica energía urbana; que su contagio<br />

permanente y sutil te infecte cuando <strong>el</strong> contacto con <strong>el</strong>la se realiza por las<br />

razones que fuera, es para pensar si la excusa turística merecía la pena.<br />

Esa psicopatía refinada e impalpable puede estar tan metida en <strong>el</strong><br />

subconsciente que, lógicamente, puede que nadie se dé cuenta de su<br />

presencia ni de su patente. Si por «salud mental» o por un descerebrado<br />

mecanismo de defensa se descarta la hegemonía total de la psicopatía<br />

general, se necesitará desear la posibilidad de que exista una tuerta entre<br />

tanto psicópata (Leer <strong>El</strong> ensayo sobre la ceguera). Como sea un simple<br />

mecanismo de defensa…<br />

Es entendible que <strong>el</strong> caballero Alcor necesite una digestión con<br />

sosiego y con silencio para considerar con <strong>el</strong> realismo adecuado la<br />

definición que Sancho ha dado de su querido espacio urbano. Tal y<br />

como ha confesado, más de la mitad de su vida ha transcurrido en<br />

Madrid así que lo más fácil es que se haya acostumbrado. Tolerar la<br />

psicopatía como <strong>el</strong> que tolera la heroína, no es una excusa para obviar su<br />

vampirizante energía ni su supremacía. Por cierto, haber utilizado la<br />

palabra «desear» para «una tuerta» es absolutamente causal. ¡Menudo<br />

engaño!<br />

Hacer la digestión junto a Sancho es una misión tan imposible como<br />

estabilizar <strong>el</strong> sistema financiero, <strong>el</strong> inmobiliario y <strong>el</strong> general. Cuando se<br />

desboca como un salvaje, no para de hilar materias que necesitan la<br />

atención. Si te quedas rayado en cualquiera de <strong>el</strong>las, te arriesgas a perder<br />

<strong>el</strong> paso y perderte en <strong>el</strong> déjà vu. Quizá <strong>el</strong> escudero se esté convirtiendo en<br />

maestro y <strong>el</strong> caballero se dé cuenta de su limitación. Para vivir <strong>el</strong> presente<br />

no solo hay que int<strong>el</strong>ectualizarlo, hay que experimentarlo meditando.<br />

—Tantas cosas se pueden explicar desde este singular lugar —soltó<br />

<strong>el</strong> caballero—, que a veces me quedo absorto pensando en la posibilidad<br />

de que desde esta minúscula porción de la tierra, se podría descifrar la<br />

Matrix entera.<br />

—Seguro que es por deformación profesional.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

A lo que respondió <strong>el</strong> escudero:<br />

—Que en tantos momentos te habrás quedado ensimismado en este<br />

lugar dejando que tu mente se diluyera en <strong>el</strong> Todo, que te crees que a los<br />

760


demás nos va a pasar igual. Me temo que para los más de los mortales,<br />

este sitio no implica na de ná aunque a ti te haya valido para descifrar <strong>el</strong><br />

laberinto. Pero déjate de ensoñaciones a las que parece que los caballeros<br />

sois propensos o adictos y resu<strong>el</strong>ve la peste que nos rodea. ¿Nos vamos a<br />

asfixiar?<br />

—Tranquilo Sancho que al menos por esto, parece que la sangre no<br />

va a llegar al río. ¿Ves <strong>el</strong> humo que sale de las chimeneas?<br />

—¡Andá!, pero si pensaba que eran otras Torres Gem<strong>el</strong>as.<br />

—Parece que la deformación profesional es tuya y ahora ves 11-S<br />

por todos los lados —devolvió bromeando <strong>el</strong> caballero. [Ver Loose<br />

change.]<br />

—Píd<strong>el</strong>e responsabilidades a don Quijote que no hace más que<br />

hablar de este cabo d<strong>el</strong> hilo de Ariadna.<br />

—¡Qué exagerado eres! En vez de manchego, vas a parecer andaluz.<br />

Seguro que descifráis infinidad de materias y no sólo esa gran mentira<br />

oficial.<br />

—Por supuesto pero no te vayas por las ramas. ¿Qué tienen que ver<br />

las chimeneas con <strong>el</strong> hedor d<strong>el</strong> progreso y <strong>el</strong> bienestar de la peste?<br />

—Eso que ves ahí abajo es una multinacional que con la excusa de<br />

fabricar bolitas de barro, quema los residuos tóxicos de la Comunidad y<br />

d<strong>el</strong> más allá. La consecuencia de esta incineración es <strong>el</strong> tufo d<strong>el</strong> que te<br />

quejas al aspirar.<br />

—Es que si queman porquería, lo normal es que suceda como con<br />

las hipotecas subprime: que terminan apareciendo con más porquería<br />

todavía. ¡Esto tiene que ser ilegal!<br />

—Mucho más que ilegal porque aunque fuera legal, tendría que ser<br />

ilegal. Pero es que además, no tiene los permisos necesarios para que<br />

funcione.<br />

—Entonces ¿cómo es posible que esté funcionando? —es la<br />

pregunta obvia d<strong>el</strong> escudero—. ¿Lo saben las autoridades, lo conoce las<br />

fuerzas d<strong>el</strong> orden público?<br />

—Lo sabe todo <strong>el</strong> mundo Sancho —dijo con cierta m<strong>el</strong>ancolía <strong>el</strong><br />

caballero—. Lo sabe <strong>el</strong> alcalde, lo saben los concejales, lo sabe la guardia<br />

civil, lo sabe la policía municipal, lo saben los vecinos, lo sabe hasta la<br />

presidenta de la Comunidad de Madrid, pero…<br />

—¿Pero qué?<br />

—Es que la democracia funciona así. No quieras que te lo explique<br />

porque esto no lo entiende ni dios. Por ponerte sólo un ejemplo, antes<br />

761


has comparado las emisiones tóxicas con las subprime y no te he dicho<br />

nada para no atosigarte; Las hipotecas basura son sólo un estornudo; la<br />

gripe, ya sea gorrina, humana o aviar está en otra parte virtual de la<br />

macroeconomía; <strong>el</strong> problema grave está en los «derivados financieros»,<br />

en los mercados de futuro y sobre todo, en que los gobermangantes no<br />

digan nada. Cuando aparezcan las consecuencias de estas «emisiones», la<br />

basca va a flipar. Democracia es <strong>el</strong> sistema idóneo para que bajo su<br />

amparo se realicen este tipo de abusos y muchísimos otros más; cacarean<br />

al pueblo que tienen la soberanía y después hacen lo que les da la gana<br />

con <strong>el</strong>la, tanto con la intoxicación económica (ver Wall street) como con<br />

la medioambiental (ver Erin Brockovich, <strong>El</strong> dilema).<br />

—¿Con <strong>el</strong> pueblo o con la soberanía? —preguntó <strong>el</strong> ingenuo Sancho.<br />

—Con ambos a la vez.<br />

Se citará exclusivamente a los Money Masters por si cualquiera quiere<br />

enterarse en Internet de la calaña de estos tíos: T. Rowe Price, Warren<br />

Buffet (otra vez), John Templeton, Richard Rainwater, Paul Cabot,<br />

Philip Fisher, Benjamin Graham, Mark Lightbown, John Neff, Julian<br />

Robertson, Jim Rodgers, George Soros (está por todas partes), Philip<br />

Carret, Macha<strong>el</strong> Steinhardt, Ralph Wanger, Robert Wilson, Meter Lynch.<br />

Todo tíos y seguramente machotes (leer Money masters of our time).<br />

—Ya te he comentado que hay demasiados psicópatas integrados.<br />

—Todos se están intoxicando con los metales pesados que salen por<br />

esas chimeneas y que <strong>el</strong> viento, que no es racista, se encarga de expandir<br />

por los cuatro puntos cardinales —continuó <strong>el</strong> caballero Alcor pasando<br />

de la psicopatocracia—. Se intoxica <strong>el</strong> alcalde, se intoxican los concejales,<br />

se intoxica la guardia civil, se intoxica la policía municipal, se intoxican<br />

los vecinos, se intoxica hasta la presidenta de la Comunidad de Madrid,<br />

pero…<br />

—Pues como ya habrá quedado claro, ¡menudo asco!<br />

—Pues todavía te dicen que si quieres lo tomas y si no… ¡te lo<br />

tragas!<br />

—Esto suena peor que lo de las lentejas que al menos las puedes<br />

dejar.<br />

—Lo que suena indignante, inhumano o provocador, es que todos lo<br />

saben y todos callan.<br />

—¿Como si en vez de residuos tóxicos estuvieran quemando judíos<br />

en la II Guerra Mundial? —revolvió Sancho.<br />

—¡Vaya comparaciones!<br />

762


—¡No seas simple señor caballero que si no te van a perder <strong>el</strong><br />

respeto! No me estaba refiriendo a la materia que se carbonice en los<br />

crematorios sino al pasotismo generalizado de los que sufren los efectos<br />

de las incineraciones. He sido testigo de demasiados Autos de Fe en los<br />

que la democrática autoridad de la iglesia quemaba a mujeres y varones,<br />

r<strong>el</strong>igiosas y seglares, nobles y gentiles; he sido testigo de cómo don<br />

Quijote acometía a este poder ominoso ejercido por esos chulos con<br />

levita y matones con báculo y jamás lo he abandonado; he sido testigo de<br />

la pasividad d<strong>el</strong> pueblo que cuando se convierte en simple espectador<br />

que consiente amaneradamente todo lo que le echan en las narices, los<br />

ojos, las orejas, <strong>el</strong> buche, la pi<strong>el</strong> o la mente, es mejor no entrar en<br />

calificaciones. Lo último que les han echado ha sido la influenza porcina<br />

y han caído como gorrinos. He sido testigo de demasiados hechos como<br />

para simplificar las atrocidades que cometen mis congéneres ni<br />

minimizar la insensibilidad de los pasivos civilizombis.<br />

»La carne humana chamuscada debe de soltar un tufillo similar, ya<br />

sea la de herejes cristianas o la de judíos estigmatizados, porque <strong>el</strong> fuego<br />

no distingue entre razas, creencias, sexos e incluso especies; para la<br />

hoguera, todos somos iguales. ¡Pero no me refiero a lo que se quema!,<br />

señor demagogo.<br />

»En lo que insisto —subrayó Sancho—, es que todos los vecinos de<br />

Auschwitz debían oler que algo «raro» se estaba incinerando por aqu<strong>el</strong>los<br />

lugares de dios, con la misma nitidez que ahora estoy aspirando <strong>el</strong> hedor<br />

que provoca la democrática gestión de residuos tóxicos en este lugar de<br />

la Mancha de cuyo nombre cualquiera se acordará. ¿Y nadie hace nada?<br />

¿Ni siquiera dice nada? Pues que no se escandalicen ni condenen a los<br />

alemanes de la época a la que algunos obligan a llamar d<strong>el</strong> holocausto,<br />

porque estas actitudes de consentir y callar se repiten desde mucho antes<br />

de los Autos de Fe.<br />

»Imagino que los civilizombis de la decadente, corrupta y vigente<br />

Matrix, sois especialistas en conocer <strong>el</strong> apestoso olor que produce la<br />

quema d<strong>el</strong> intoxicante gasoil y de la gasolina ¿verdaaaad?, pero este hedor<br />

que sale por ahí… No es de gasoil ¿noooo?<br />

La argumentación de Sancho dejó al caballero aporrado sin que <strong>el</strong><br />

escudero supiera si la motivación estaba en <strong>el</strong> pasotismo generalizado o<br />

en <strong>el</strong> pacifismo personalizado que le impide entrar a trapos hostiles.<br />

Cuando a Sancho se le sube de tono, su conversar es espectacular así que<br />

763


dejemos que siga <strong>el</strong> discurso porque hay silencios ante los que no se sabe<br />

callar.<br />

—¿Para qué vale la historia señor demagogo? —preguntó Sancho a<br />

la defensiva.<br />

—Para lo mismo que <strong>el</strong> resto de las asignaturas, ¡para nada!<br />

—respondió serenamente <strong>el</strong> caballero.<br />

—No me refería a la disciplina que se enseña en escu<strong>el</strong>as,<br />

universidades o cualquier otro centro de instrucción en los que se<br />

formatea la psique d<strong>el</strong> homo sapiens estudiante sino a la historia real, a<br />

eso que realmente está sucediendo y que querías simplificar<br />

escandalizándote por la comparación de la materia incinerada.<br />

—Pues habla de la Historia con mayúscula. Y puestos a corregir, deja<br />

que te diga que hasta donde sé de lo que conozco sólo tangencialmente,<br />

la carne quemada en crematorios no hu<strong>el</strong>e porque se construyen para<br />

evitarlo y tardan dos horas en reducir a cenizas un cuerpo humano. Los<br />

alemanes de entonces se podrían enterar de lo que pasaba por las<br />

detenciones y «desapariciones» pero no por «sus» olores.<br />

—Por cierto —dijo Sancho sin hacer caso a nada, ni a algo que él no<br />

puede controlar ni de coña porque d<strong>el</strong> transcriptor es esa<br />

responsabilidad, ni al tiempo que tarda en desaparecer un cuerpo sin<br />

dejar ni <strong>el</strong> olor como rastro—, si Hitler hubiese ganado la guerra ¿crees<br />

que alguien se habría enterado de la incineración o gasificación masiva de<br />

judíos o se habría quedado como uno de tantos capítulos de la historia<br />

en la que ni los alemanes hubiesen conocido la realidad de lo que hacían<br />

con sus propios vecinos? <strong>El</strong> silencio, la pasividad, <strong>el</strong> miedo… son<br />

cómplices de los desmanes que se cometen y como estás comprobando,<br />

yo no soy precisamente de los que se quedan callados. No se trata de<br />

vanalizar sobre la materia prima que se carboniza sino de analizar la<br />

pasividad de los sapiens. ¿Es una condición genética o una manera<br />

descarada de comprobar lo programados que están?<br />

—¿Qué piensas?<br />

—Pensaba que <strong>el</strong> que sabía de esto eras tú.<br />

—Quizá, conozco mejor a los sapiens d<strong>el</strong> siglo XXI porque se me ha<br />

instalado <strong>el</strong> Programa Smith, he dejado que se desarrolle mi psiquismo y<br />

conozco los estragos que provoca <strong>el</strong> ego. Pero estaba hablando d<strong>el</strong> ser<br />

humano y de ése sabemos lo mismo; en este punto, todos tenemos la<br />

misma información porque todos compartimos la conciencia y <strong>el</strong> sentido<br />

común. Lo único que se necesita es desconectarse de Matrix y d<strong>el</strong> ego,<br />

764


dejar de adorar al dios dinero y desintoxicar cuerpo (incluida la mente)<br />

para reencontrarse con la unidad d<strong>el</strong> Todo. Cuando se produce <strong>el</strong><br />

encuentro se acaban los estragos, la programación y hasta los «malos».<br />

—Señor demagogo, estoy seguro de que sabes tan bien o mejor que<br />

yo que <strong>el</strong> ser humano está diseñado con una armonía perfecta y que si<br />

fuera por su naturalidad o su genética, no aguantaría dosis tan <strong>el</strong>evadas<br />

de indignidad; de hecho y de manera natural, no se soporta ni más<br />

mínima expresión de indignidad. A lo que se llama ¡La grandiosa<br />

evolución! es lo que ha ido marchitando toda la b<strong>el</strong>leza original; así<br />

germinó <strong>el</strong> sapiens sapiens, <strong>el</strong> sujeto pasivo y su mutación final: <strong>el</strong><br />

civilizombi, un ente que traga con todo lo que le echan encima de las<br />

narices, dentro de la boca, fuera de los ojos, entre las orejas, junto a la<br />

pi<strong>el</strong> y sobre todo, adentro de la cabeza. Y digo que lo sabes tan bien o<br />

mejor que yo porque si no, no darías la cara por <strong>el</strong>los, no te complicarías<br />

la vida como hacéis todos los Caballeros Andantes y te pegarías la vida<br />

padre que tan bien te has montado. ¿No te lo has planteado nunca?<br />

»La historia —continuó <strong>el</strong> escudero exaltado sin ni dejar responder al<br />

caballero—, ha contado que muchos esclavos de Egipto fueron capaces<br />

de desertar de la esclavitud vital, una esclavitud que les otorgaría <strong>el</strong> alma<br />

al morir si <strong>el</strong> faraón les concedía esa gracia. ¿Qué hacía falta para que se<br />

las concedieran?<br />

—Comprar cupones de los ciegos no porque no existía la imprenta.<br />

—¡Qué irónico te has puesto! ¿Se te estará contagiando? Lo que<br />

tenían que hacer era nada más y nada menos que pasarse la vida<br />

construyendo la tumba al otorgador de almas y sólo si se dedicaban a<br />

hacer esto, recibirían la intangible, inasible, increíble e inexistente<br />

recompensa. Si unas mentes tan básicas o <strong>el</strong>ementales fueron capaces de<br />

darse cuenta de la estupidez en la que estaban convirtiendo sus vidas<br />

transportando pedruscos de aquí para allá ¿por qué no se van a dar<br />

cuenta los actuales? Si unos civilizombis tan básicos o <strong>el</strong>ementales se<br />

desvincularon de la Matrix egipcia vigente en aqu<strong>el</strong>los momentos, ¿por<br />

qué no van a desertar los esclavos actuales de la versión Americana?<br />

Total, si venden su alma al diablo por un su<strong>el</strong>do a final de mes que ya no<br />

les vale ni para llegar a mediados de mes, tampoco pierden nada. Bueno,<br />

para no ser exagerado, perderían sólo una mitad.<br />

—¡Qué forma de dar la vu<strong>el</strong>ta a las cosas! —interrumpió <strong>el</strong><br />

microprocesador d<strong>el</strong> caballero—. Dices que antes dedicaban la vida a<br />

comportarse como dios mandaba…<br />

765


—Eso es, exactamente.<br />

—…y eso implicaba que tenían que transportar sillares de varias<br />

ton<strong>el</strong>adas para que <strong>el</strong> faraón tuviera una tumba megalomaníaca.<br />

—La psicopatía es más antigua que Civilización. Cuando transcribas<br />

¿Qué es Matrix? te enterarás de los años porque lo de las cifras se me da<br />

fatal. Regresando al temporalmente cercano Egipto, los desalmados<br />

esclavos construían la pirámide de Keops con la ilusión, la fe o la idiotez<br />

de que después de que <strong>el</strong> faraón les reventara la vida, les entregaría la<br />

ansiada alma con la que entrarían en <strong>el</strong> club de vips de los ci<strong>el</strong>os.<br />

—Visto con perspectiva es una absoluta estupidez.<br />

—No hace falta verlo con perspectiva para confirmarlo e imagino<br />

que vivirlo o experimentarlo debe de ser indignante. ¡Menuda panda de<br />

descerebrados! Intuyo que si actualizamos eso de que «Te entregaré <strong>el</strong><br />

alma si te portas como dios manda», es como cuando les venden un<br />

password, una clave o un código para acceder a un lugar restringido sólo<br />

para los <strong>el</strong>egidos, una clave imprescindible que se inventan para entrar en<br />

un club de comedia que no existe pero que llaman ¡¡<strong>El</strong> ci<strong>el</strong>o!!<br />

»A lo largo de toda la evolución de la subespecie sapiens, todos los<br />

que hayan querido o quieran pertenecer a ese club supieron y saben<br />

perfectamente todo lo que tienen que hacer: joderse, aguantarse… ¡ah! y<br />

callarse. Y cuando se mueran… a la mierda, o sea, al ci<strong>el</strong>o.<br />

»Permíteme <strong>el</strong> vocabulario y defiénd<strong>el</strong>o después como puedas ante<br />

los lectores que se escandalicen por las palabrotas y no por lo que<br />

realmente se dice pero ¡¡Menuda gilipollez!! lo de entonces, lo de ahora y<br />

como no se remedie, lo que venga.<br />

<strong>El</strong> atardecer está dando mucho de sí aunque <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

aparezca tan callado. Cualquier lector estará comprobando que cuando<br />

no existe la t<strong>el</strong>e y no se come, parece que <strong>el</strong> tiempo cunde <strong>el</strong> doble… o <strong>el</strong><br />

cuádruplo. ¡Qué más da! Cualquiera que descubra <strong>el</strong> entendimiento real<br />

d<strong>el</strong> alma puede reaccionar de forma parecida a Sancho. Disculpad su<br />

subida de tono y la inmoderación en <strong>el</strong> lenguaje pero se puede entender<br />

que cuando te das cuenta de que te están vendiendo una moto, que no<br />

sólo no tiene las ruedas sino que además no existe ni la moto, se puede<br />

reaccionar chungo o muy chungo. Si alguno se pregunta si eso d<strong>el</strong> alma<br />

es una patente más ¿quién responderle podrá? ¿Yoda u otro caballero<br />

Jedi?<br />

Es la pregunta la que nos impulsa, es la pregunta la que te ha<br />

traído hasta aquí. Es la pregunta la que activa la conciencia de cada<br />

766


uno. La respuesta la encontrarás por ahí, te está buscando y te<br />

encontrará siempre que lo desees. ¿Dónde es por ahí? Muy cerca de<br />

cada uno, dentro de la conciencia. Si dejáis de dispersaros por Matrix y<br />

de preocuparos por lo de afuera, la encontraréis antes de lo que se<br />

espera. Utilizando ahora la prudencia, devolveré la palabra a la pareja.<br />

—Que <strong>el</strong> alma es una patente más no hay ninguna duda, pero como<br />

parece que no cobran por <strong>el</strong>la, parece inofensiva —comentó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Cómo que no cobran si se paga con la vida entera?<br />

—Tienes razón señor caballero. Ahora te tatúan un código de barras<br />

de por vida para que nadie se quede sin pagar, ya sea con limosnas, con<br />

donativos, con derechos de pernada, con impuestos directos, con<br />

impuestos indirectos, con la inflación, o cualquier rollo que se inventen.<br />

Los que se encargan de recaudar los beneficios de la patente d<strong>el</strong> alma<br />

empezaron por cobrar un diezmo y ahora te cobran más que <strong>el</strong> ojo de la<br />

cara.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor parecía envu<strong>el</strong>to por su mundo y dejaba que <strong>el</strong><br />

silencio toreara muchas provocaciones de Sancho. Pero nos consta que si<br />

no fuera por estos estados malencónicos que le absorben algunas veces<br />

(sin especificar la frecuencia), añadiría sus reflexiones que a veces son<br />

más contundentes que la thermita (explosivo piroclástico utilizado en la<br />

demolición de las Torres Trim<strong>el</strong>as). Tiempo tendrá para que los lectores<br />

lo conozcan igual que este narrador. En vista de que no hablaba, Sancho<br />

siguió con la charla.<br />

—Don Quijote me ha enseñado nanas con las que entontecen a los<br />

nenes que tienen canas hasta en los… donde sea, que no me quiero<br />

embalar —consideró <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Cuáles son los títulos? —preguntó <strong>el</strong> caballero con cierto<br />

desinterés.<br />

—Que ahora recuerde, la más actual es la «Nana d<strong>el</strong> cambio<br />

climático»; la más popular, por la cantidad de chinos que la padecen y de<br />

países industrializados que la van a padecer, es «Cuando china despierte,<br />

<strong>el</strong> mundo se estremecerá». Y por lo que se puede deducir, la más antigua,<br />

traumática y a la vez trascendental es «Te entregaré <strong>el</strong> alma si te portas<br />

como dios manda».<br />

—Pues rima y todo.<br />

A Sancho le costaba sacar las palabras d<strong>el</strong> caballero y entendió que<br />

era mejor <strong>el</strong> respeto. Cada uno sabe lo que se le pasa por la cabeza y a<br />

veces es tan apabullante y descontrolado que ni te deja vivir <strong>el</strong> futuro, <strong>el</strong><br />

767


pasado ni <strong>el</strong> presente. Preguntarse si nadie se da cuenta de este timo de la<br />

estampita existencial es lo más normal pero por no especular, dejemos,<br />

como Sancho, que <strong>el</strong> caballero regrese a este lugar. Mientras que suceda<br />

esto, aprovechemos para recordar que por argumentar con <strong>el</strong> pasado de<br />

la historia, los desertores que se escaparon con Moisés se dieron cuenta<br />

d<strong>el</strong> entremés en <strong>el</strong> que los faraones habían convertido sus vidas. Decir<br />

entremés era por la rima con Moisés pero queda tan light, que tragedia<br />

sería la palabra aunque no la rima. La única diferencia entre las pirámides<br />

y <strong>el</strong> Empire State Building es que los egipcios no tenían sindicatos. Por<br />

cierto, las lentejas era <strong>el</strong> plato típico de aqu<strong>el</strong>los esclavos y ahora<br />

sabemos <strong>el</strong> porqué: porque si quieres las tomas y si no… ¡te las tragas!<br />

[Ver Astérix y Cleopatra (Capítulos XX y XXI de La Odisea de Claro).]<br />

Al estar <strong>el</strong> sol sobre <strong>el</strong> horizonte, los naranjas sólo se intuían; todavía<br />

era pronto para admirar los colores d<strong>el</strong> crepúsculo. Incluso cuando<br />

parece que se para <strong>el</strong> tiempo, cuando se tiene un déjà vu o se te va la<br />

mente a Babia, la tierra sigue girando. Porque <strong>el</strong> otoño ha entrado de<br />

lleno, <strong>el</strong> sol se pone sorprendiendo incluso a los que estén pendientes de<br />

<strong>el</strong>lo. Sin saber <strong>el</strong> porqué sí, de pronto continuó <strong>el</strong> caballero comentando<br />

la explicación de Sancho que al parecer va d<strong>el</strong> mundo actual.<br />

—También afirmas, que ahora te imponen <strong>el</strong> alma desde que naces<br />

pero con una condición insoslayable: que esté en pecado.<br />

—¡<strong>El</strong> pecado original! —dijo Sancho con voz de espanto sin facilitar<br />

<strong>el</strong> reestablecimiento d<strong>el</strong> caballero—. Ya que está en pecado, te pasas la<br />

vida vendiendo <strong>el</strong> alma al diablo por un mísero su<strong>el</strong>do con <strong>el</strong> que no se<br />

llega ni a mitad de mes. Y ahora es cuando vu<strong>el</strong>ve a aparecer lo de que<br />

«Si te portas como dios manda», que en la versión actual va acompañada<br />

de la Visa Oro y la Mastercard, «entrarás en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o con <strong>el</strong> pecado d<strong>el</strong><br />

alma». Con la excusa de que tienen que adorar al único dios que existe, <strong>el</strong><br />

dinero, se pasan la vida haciendo lo de siempre: esclavizarse; antes<br />

transportando pedruscos, ahora de infinidad de formas.<br />

»Las tarjetas de crédito para r<strong>el</strong>acionarse con tan pegajoso dios<br />

vienen con la clave incorporada porque <strong>el</strong> faraón ha aprendido que<br />

cuanto antes manejen la pasta, mejor se los controla.<br />

—¿Por qué? —ayudó <strong>el</strong> caballero interrumpiéndolo.<br />

—Porque cuanto antes aprenden a vender su alma al diablo, más<br />

difícil tienen <strong>el</strong> darse cuenta de esa venta. Si esperan a que los esclavos<br />

finalicen sus vidas, los dioses se arriesgan a que les salga un moisés<br />

cualquiera y se lleve a los esclavos en menos que cante un gallo. Tú ya<br />

768


sabrás, caballero Alcor, que los dioses han ido aprendiendo a pastorear a<br />

los esclavos civilizombis poco a poco, por eso se habla de la evolución.<br />

Escucha cómo lo dicen en Matrix a través de su Dark Vader particular<br />

apodado para esta ocasión Agente Smith: Cuando empezamos a<br />

pensar por ustedes, en realidad se convirtió en nuestra civilización;<br />

y claro, como se imaginará es de lo que va todo esto: de evolución<br />

Morfeo, de evolución, como <strong>el</strong> dinosaurio. Matrix es más antiguo<br />

de lo que crees. Yo prefiero datarlo desde que aparece una<br />

anomalía integral hasta que surge la siguiente en cuyo caso, ésta<br />

sería la sexta versión.<br />

»Como ves, son dioses de pacotilla que han ido aprendiendo poco a<br />

poco cómo controlar a sus congéneres; son torpes, fríos, obstinados y<br />

además psicópatas. Todo un despropósito evolutivo o equivocación<br />

existencial para encontrarse con <strong>el</strong> final de su faena: la extinción.<br />

—Quizá sea <strong>el</strong> peso de la conciencia o quizá sea tu fugacidad pero a<br />

veces siento que conoces este contubernio mejor que yo.<br />

—Algo se debe haber pasado por tu mente que te ha dejado ko.<br />

Arréglate esta tara meditando porque si no van a ser las diosas las que te<br />

van a dejar atontao.<br />

—Te va a sonar a excusa y es posible que lo sea —se justificó <strong>el</strong><br />

caballero Alcor— pero si se me cruza <strong>el</strong> recuerdo d<strong>el</strong> futuro o <strong>el</strong> pesado<br />

pasado, se colapsa <strong>el</strong> presente y la mente. Por eso no quiero pensar en <strong>el</strong><br />

pasado que no existe y cuando te permites <strong>el</strong> lujo de recordar que existió,<br />

se me cu<strong>el</strong>ga tanto <strong>el</strong> disco duro que me quedo out.<br />

—Será off —observó Sancho.<br />

—Me encanta tu buen humor. A ver ¿en qué estábamos?<br />

—preguntó <strong>el</strong> caballero recompuesto.<br />

—Estábamos hablando de la teología de la liberación —bromeó<br />

Sancho—. ¿No fue lo que hizo Moisés?<br />

—No me engañes que de algo me he enterado.<br />

—Decíamos que <strong>el</strong> gobierno regala 3.000 o 2.500 euros hasta que<br />

llegue la crisis para dejar de hacerlo, por <strong>el</strong> nacimiento de cada niño. Así,<br />

<strong>el</strong> estigma d<strong>el</strong> dinero aparecerá cuanto antes mejor.<br />

—¡Joder Sancho! La gente cree que <strong>el</strong> presidente lo hace de buena fe.<br />

—Que vayan espabilando que la que se viene encima es muy gorda.<br />

<strong>El</strong> zapatero remendón lo hace con la fe que le han marcado los que<br />

manejan los hilos de sus decisiones. Zapatero no pinta nada. Aparte de<br />

parlanchín, es un embustero. ¿No ves qué rima muy bien?<br />

769


Al no haber respuesta, Sancho añadió:<br />

—¡Como todos los políticos!, no sea que se piensen que soy d<strong>el</strong> PP.<br />

—<strong>El</strong> gobierno subvenciona con 3.000 euros <strong>el</strong> nacimiento de cada<br />

niño porque sabe que <strong>el</strong> su<strong>el</strong>do que las multinacionales pagan a sus<br />

peones es miserable. Con esa limosna aplacan la soberanía de<br />

demasiados ciudadanos y estigmatizan a los recién nacidos con <strong>el</strong> virus<br />

dinero; estos «agraciados» heredan la monumental deuda pública de estos<br />

corruptos degenerados.<br />

—¿Te refieres a Gallardón, Camps y Pepiño?<br />

—Me refiero a todos los que «roban» presuntamente, Caiga Quien<br />

Caiga, desde «<strong>El</strong> pirata d<strong>el</strong> Mediterráneo» Juan March hasta Múgica<br />

Herzog, desde José M. Aguirre hasta Rodrigo Rato; por si no lo sabes,<br />

este ex ministro español de economía y ex director gerente d<strong>el</strong> FMI, es <strong>el</strong><br />

director de banca de inversión de Lazard, un banco r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong><br />

Rothschild francés y ubicado en Bermudas, un paraíso fiscal. [No sólo<br />

tienen que robar pasta, también pueden secuestrar información.]<br />

—¡Qué ejemplares son desde <strong>el</strong> pirata hasta <strong>el</strong> ex ministro!<br />

—Dicen que es lo que nos merecemos.<br />

—Pues los gobermangantes que os merecéis lo solucionan robando<br />

más dinero de los impuestos de esos mismos peones en vez de exigir a<br />

los amos de los esclavos que les traten con un poco más de dignidad. Por<br />

cierto ¿es legal <strong>el</strong> IRPF o pasa como en EEUU con <strong>el</strong> IRS (su IRPF), que<br />

directamente es ilegal? Como íbamos diciendo, los egipcios podían dejar<br />

las lentejas si no las querían; ahora se las tienen que tragar.<br />

—¡Sancho! Córtate un p<strong>el</strong>ín porque a los ciudadanos de hoy día no<br />

les va a gustar enterarse de que son unos esclavos peor tratados que en <strong>el</strong><br />

Egipto faraónico.<br />

—Para eso estás tú: para decírs<strong>el</strong>o con muchíííííísimo cariño.<br />

—Claro, pero cuando lean esto…<br />

—Censúralo, cámbialo, crea una «versión oficial» d<strong>el</strong> encuentro y así<br />

todos contentos. ¿Acaso no es lo mismo lo que sucedía en Egipto y lo<br />

que sucede en <strong>el</strong> mundo actual?<br />

—¡Por supuesto! pero seguro que existe la manera más adecuada de<br />

decir las…<br />

—Creo que las cositas, cuanto más claras mejor.<br />

—Quizá Sancho, quizá.<br />

—¡No te caigas en <strong>el</strong> tono m<strong>el</strong>ancólico porque entonces me voy a<br />

empezar a amuermar! Seguro que muchos civilizombis entienden este<br />

770


discurso mejor que nosotros dos. Especialmente los d<strong>el</strong> Vaticano. ¿Eres<br />

consciente de que nos estamos extinguiendo? ¡¡Entérate caballero!! ¡Se<br />

acabaron los discursitos políticamente correctos, se acabaron los<br />

mensajes torticeros, se acabó todo! Si sólo con la decadencia de Imperio<br />

¡os vais a cagar!<br />

Después de un pequeño silencio que nadie debe de pensar que fue<br />

para tragar saliva, Sancho continuó arremetiendo.<br />

—Vamos a intentarlo con más suavidad —dijo Sancho con cierto<br />

retintín—. Cuando transcribas <strong>el</strong> prólogo de ¿Qué es Matrix?, seguro que<br />

te vas a plantear que con esas siete palabras debería bastar. <strong>El</strong> resto es un<br />

rollo patatero, un despilfarro energético y medioambiental.<br />

—O sencillamente, un entretenimiento. Estando de acuerdo contigo,<br />

no estoy de acuerdo.<br />

—Menudo trastorno de personalidad. Tendrán que aclararte si eres<br />

un psicópata más.<br />

—¿Qué te hace pensar que no está transcrito?<br />

<strong>El</strong> paseo en coche por Madrid ha dejado al caballero sensible porque<br />

siente que <strong>el</strong> escudero no ha fingido ya que no tenía ningún motivo. Si <strong>el</strong><br />

desconectado Sancho percibe tal niv<strong>el</strong> de psicopatía, será cuestión de<br />

ponerse las pilas y replantearse <strong>el</strong> organigrama general. ¡Mira que no<br />

haber tenido en cuenta que existen demasiados psicópatas integrados!<br />

Además, lo sabía, se lo dijeron con mucha paz y mucho cariño hace ya<br />

muchos años.<br />

—¿Por qué no te quedas —preguntaba <strong>el</strong> caballero— y compruebas<br />

cómo reacciona la subespecie sapiens sapiens cuando se enteren que<br />

como pasó con los dinosaurios, ahora estamos al borde de la extinción?<br />

—Porque don Quijote me ha recalcado que no podemos<br />

interaccionar en esta realidad —dijo Sancho escurriendo <strong>el</strong> bulto.<br />

—¡Qué fácil se ven los toros desde la barrera!<br />

—Parece como si tuvieras miedo. ¿A quién temes, a las diosas o a los<br />

civilizombis?<br />

—Es imposible temer a las diosas. Sé perfectamente que desde que<br />

se difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do estaré muerto. Me tendrán tan<br />

controlado que sabrán hasta la v<strong>el</strong>ocidad y frecuencia con la que<br />

parpadeo (Ver Enemigo público).<br />

—Es fácil que te tengan psico-monitorizado —dijo Sancho<br />

añadiendo leña al fuego— para no perderse <strong>el</strong> movimiento de tus ondas<br />

771


alfa. <strong>El</strong> cómo camines o la frecuencia y composición de tu orina será<br />

principal pero secundario.<br />

—Me encantaría —especuló <strong>el</strong> caballero desnudando las trazas de<br />

futuro que alberga en su cabeza—, que los ciudadanos entendieran <strong>el</strong><br />

alcance de lo que nos acontece como especie y están muy, pero que muy<br />

aletargados.<br />

—Tú sabrás. Ya sabes que los victimismos son adictivos así que igual<br />

que hace cada perro, a ti también te tocará lamerte tu pijo. Todas las<br />

versiones de Matrix son diversas caras de la misma moneda: ¡la<br />

estupidez!; pero existe una colapsante diferencia. En la versión egipcia,<br />

nadie intuía la extinción de la especie humana porque <strong>el</strong> concepto<br />

«Extinción de una especie» no existía ni en la psique de los faraones, los<br />

arquitectos de las tumbas más soberbias de la historia de la tierra. Pero es<br />

que ahora lo cacarean los guiones de las p<strong>el</strong>ículas escritos por los<br />

herederos de aqu<strong>el</strong>los arquitectos. ¿No has escuchado cómo decían en<br />

Matrix como <strong>el</strong> dinosaurio? ¡Seguro que es causal!<br />

—¡Como todo! Como tantos otros, tengo un sueño: Quiero que nos<br />

despidamos de Madre Tierra pacífica y cariñosamente, y además una<br />

decisión: ser presidente d<strong>el</strong> gobierno.<br />

—Pues la cosa se está poniendo muy mal.<br />

—Estoy de acuerdo contigo en que sólo anunciando la extinción, la<br />

subespecie debería reaccionar con sentido común pero no estoy de<br />

acuerdo en que tenga que ser suficiente su aviso. Esta salida es la homilía<br />

d<strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io prologar o su explicación. Podría ser un derroche de<br />

energía o ser esencial.<br />

—Cuéntales que además, como tengan tiempo, los dioses los van a<br />

controlar en un megaestado policial con chip localizador incluido.<br />

Quieren exterminar a cientos de millones de civilizombis porque saben<br />

que es la única manera de frenar <strong>el</strong> caos y a lo mejor están tan idiotas que<br />

piensan que lo van a poder evitar. Hay muchísimos sapiens y además<br />

muy guarros. ¿Es que no ves lo que está haciendo ahí abajo la<br />

multinacional St. Gobain con una fabricucha de mierda? ¿A nadie le<br />

queda conciencia para distinguir lo tóxico de este humo?<br />

—Sabes perfectamente que las conciencias estás amaneradas,<br />

hibernadas y controladas por la subconsciencia.<br />

—Me tenéis harto con tanto justificar a los psicópatas sapiens.<br />

Sugeriré a los civilizombis que saquen las conciencias a ventilar en vez de<br />

mantenerlas encerradas en sus altares y cavernas —se propuso<br />

772


Sancho—. Quizá así se den cuenta de cómo les fumigan con las<br />

incineradoras terrestres y con los chemtrails extraterrestres (Ver en<br />

Internet Est<strong>el</strong>as químicas de los aviones).<br />

—¡Qué bien te sienta la Dehesa de los Hueros!<br />

—No tan bien como a ti. Tú la disfrutas todos los días y yo sólo he<br />

venido a descongestionarme de Madrid.<br />

Después de un breve silencio, <strong>el</strong> escudero volvió a la carga de la<br />

palabra con otro tono menos incisivo y más conclusivo.<br />

—Cuando la extinción está tan presente, es imposible que nadie<br />

sienta vergüenza por un engaño tan burdo como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> pecado original<br />

porque lo que se nos viene encima es insólito en la historia de la<br />

humanidad. Gracias a la perspectiva histórica que ahora tenéis, quizá<br />

entiendan que lo d<strong>el</strong> otorgamiento d<strong>el</strong> alma era una patraña pueril y<br />

gracias a esto, se den cuenta de todas las demás. Porque ¡anda que lo de<br />

la virginidad de una madre, lo de la santísima trinidad y lo d<strong>el</strong> pecado<br />

original…! ¡Tiene cojones la cosa! Lé<strong>el</strong>es <strong>el</strong> Génesis para que se enteren<br />

cuáles son los planes de los dioses en cuanto al exterminio y ¡ten<br />

confianza en los civilizombis!, quizá no están tan hibernados como<br />

parecen.<br />

—Pues eso Sancho, esperemos a que <strong>el</strong> futuro sea presente.<br />

Dependiendo de la fuerza d<strong>el</strong> viento, <strong>el</strong> pestilente olor se hace más o<br />

menos presente pero <strong>el</strong> problema es que lo mejor de esas emisiones es<br />

precisamente <strong>el</strong> repugnante olor; lo realmente grave son los metales<br />

pesados que contiene <strong>el</strong> apestado aire, las dioxinas, los ácidos y los<br />

furanos. Incluso Sancho, que dice no importarle si es aire lo que respira,<br />

está dándose un paseo por <strong>el</strong> pecado original d<strong>el</strong> alma que otrora<br />

otorgaban los faraones y ahora los premiados cupones. Intenta dispersar<br />

su mente porque <strong>el</strong> olor de hoy es especialmente nauseabundo y porque<br />

Madrid le ha calado en lo más profundo. Cambiar la concepción que<br />

tenía sobre la gran ciudad, de manicomio experimental a incubadora de<br />

psicópatas, ha dejado muy jodido al escudero y por eso se hace un poco<br />

<strong>el</strong> listillo. Volviendo al olor, que es lo que tenemos en presente,<br />

seguramente ha tocado <strong>el</strong> turno de la incineración de los restos de<br />

material de hospital, con órganos humanos residuales incluidos, y por<br />

eso <strong>el</strong> humo está tan viscoso y poco fluido.<br />

Como se había advertido, cuando al escudero se le sube <strong>el</strong> tono, su<br />

conversar se convierte en fugaz. Don Quijote es un despertador tan<br />

efectivo que a Sancho no se le queda detalle en <strong>el</strong> olvido. Efectivamente,<br />

773


mientras que miraban las emisiones venenosas que salían por las dobles<br />

chimeneas, se podían ver perfectamente las dobles est<strong>el</strong>as con las que los<br />

aviones rayan <strong>el</strong> firmamento. Lo mejor que hacen esos trazos es<br />

estropear los inmaculados c<strong>el</strong>estes en los que hasta hace muy poco<br />

tiempo, la mente humana jamás se habría imaginado nada más que las<br />

algodonosas nubes fractales. Lo peor que hacen esos trazos es envenenar<br />

la calidad d<strong>el</strong> aire con más metales pesados como <strong>el</strong> bario, <strong>el</strong> litio, <strong>el</strong><br />

aluminio o <strong>el</strong> vulgarmente aceptado nitrato de plata. Ahora, tal y como<br />

hacen a la hora de repartirse los continentes, las est<strong>el</strong>as trazan líneas en <strong>el</strong><br />

atardecer igual que se rayaron con la escuadra y <strong>el</strong> cartabón los países<br />

sobre <strong>el</strong> mapa de África o los estados sobre EEUU. ¡Qué indignidad!<br />

¿Van a hacer lo mismo con <strong>el</strong> nuevo mapa de los <strong>Estado</strong>s Unidos que<br />

aparecerá con <strong>el</strong> amero cuando su actual sistema financiero estalle junto<br />

al dólar hecho añicos?<br />

<strong>El</strong> dibujo artístico a mano alzada ha desaparecido ante <strong>el</strong> dibujo<br />

técnico de las rayas y así van las cosas: todas las cabezas cuadriculadas.<br />

Sic transit gloria mundi. Si los inventores de la geometría supieran las<br />

aberrantes consecuencias de su patente, ¿se la habrían metido por las<br />

narices? Volvamos al diálogo de escudero y caballero porque al parecer,<br />

han dejado a egipcios, a griegos y a listillos.<br />

—O sea —reaccionó <strong>el</strong> caballero—, que todo este rollo que me has<br />

contado de los egipcios ha sido para que me enterara de que <strong>el</strong> miedo<br />

que sienten los civilizombis no es genético y unido a su pasividad, en la<br />

programación la causa está.<br />

—En realidad, imaginaba que ya lo sabrías.<br />

—Entonces, no necesitabas saber que <strong>el</strong> sistema ha conseguido<br />

borreguitos suavizados que se tragan lo que sea y por donde sea.<br />

—¡Pues no! Se tragan <strong>el</strong> 11-S, se tragan las armas de destrucción<br />

masiva, se tragan <strong>el</strong> asesinato de Kennedy, <strong>el</strong> de Gandhi, Lennon…; se<br />

tragan <strong>el</strong> 11-M, <strong>el</strong> 7-J, la stuff movie de Bombay…; se tragan la<br />

democracia, se tragan los impuestos, se tragan <strong>el</strong> pan y circo, toros o<br />

fútbol…; se tragan lo d<strong>el</strong> SIDA, la gripe gorrina, <strong>el</strong> mal de las vacas locas<br />

e incluso la influenza gallinar. Si se lo tragan todo, ¡hasta las lentejas!<br />

Bueno, menos una cosa: que los burros vu<strong>el</strong>an. Esto no se lo tragan…<br />

todavía.<br />

—Vamos a abreviar Sancho que se nos va la vida repasando algunas<br />

cosas. <strong>El</strong> miedo es algo que los civilizombis han adquirido con la<br />

evolución y…<br />

774


—¿Y qué vas a hacer, cómo vas a organizar la reb<strong>el</strong>ión, cómo te las<br />

vas a arreglar?<br />

—Sabía que eras curioso pero no pesado. ¿Me recuerdas <strong>el</strong> pasado y<br />

ahora preguntas por <strong>el</strong> futuro? Cuando te permites <strong>el</strong> lujo de recordarme<br />

que existe <strong>el</strong> futuro que no existe, ya sabes que lo más fácil es que se me<br />

colapse <strong>el</strong> disco duro. Cuando ese futuro exista en presente, sucederá lo<br />

que tenga que suceder. Ahora, en lo que te insisto es que no sé d<strong>el</strong> futuro<br />

y prefiero no saber d<strong>el</strong> presente.<br />

—¡Vale, vale! Cómo se nota que eres <strong>el</strong> maestro de mi maestro. A<br />

don Quijote tampoco le gusta que se especule sobre <strong>el</strong> futuro porque<br />

reafirma que no vale para nada. Dice que jamás se sabe cómo va a ser y<br />

añado que sobre todo, cuando se trata de que la Caballería Andante esté<br />

presente en ese futuro o no lo esté.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—<strong>El</strong> siglo XVII es <strong>el</strong> de la España de los validos y la de los balidos,<br />

la decadencia y fin de la casa de Habsburgo y por ende, la de la versión<br />

de Imperio Pax Hispana; pero también es causalmente conocido como <strong>el</strong><br />

Siglo de Oro de España. Ahora ya saben los doctores a quién preguntar<br />

por esta simultaneidad tan contradictoria y tan causal: a la Caballería<br />

Andante de la Orden de la Paz. Seguro que me entiendes cuando siento<br />

curiosidad por ese futuro inexistente y porque no pueda evitar <strong>el</strong> querer<br />

imaginar cómo vas a acometer una empresa tan descomunal.<br />

—Claro que te entiendo querido Sancho. Tantos estragos me causa<br />

<strong>el</strong> tener insertado al Programa Smith, que no voy a despreciar las ventajas<br />

que nos concede su conocimiento y entendimiento. Curiosear sobre <strong>el</strong><br />

futuro es una patología típica de la psique, es un tumor tan generalizado<br />

que podría parecer hasta benigno por lo normalizado. Así que no te<br />

preocupes con este tipo de renuncios en los que puedo caer también yo<br />

pero evítalos especialmente hoy.<br />

»Sobre lo que dices que quieres saber, es que tampoco yo lo sé. Lo<br />

que sé es que cuando llegue <strong>el</strong> momento, sabré lo que tenga que estar<br />

haciendo como me sucede ahora con los acontecimientos que voy<br />

resolviendo. Que siga vivo implica que todo va bien. Cuando me peguen<br />

un tiro…<br />

—Vas a descansar más que un bendito —interrumpió oportunamente<br />

<strong>el</strong> escudero.<br />

—Pues eso.<br />

775


—¿Te imaginas que los civilizombis se pusieran a leer <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l<br />

Est4do al completo, con p<strong>el</strong>ículas y documentales examinados y lecturas<br />

analizadas? Estarían unas semanas dedicándose a una sola actividad y<br />

cuando terminaran, su vida habría cambiado de tal manera que serían<br />

otros: estarían despiertos. Muchos podrían encontrar <strong>el</strong> sentido en sus<br />

desnortados caminos. Los que quieran seguir agarrados al clavo ardiendo<br />

Civilización, van a flipar con la otra manera más radical de depertar.<br />

—No se me había ocurrido pero no creo que tengan tiempo.<br />

—¿Crees que tienen algo mejor que hacer?<br />

—Ya sabes que no me meto en la vida de nadie. Cada uno tiene su<br />

camino y con ocuparme d<strong>el</strong> mío, tengo más que suficiente. La versión<br />

informatizada de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do tendrá algunos vínculos directos a<br />

Internet. Esto facilitará la lectura.<br />

—Y la alargaría.<br />

—Si como afirmamos no existe <strong>el</strong> tiempo ¿qué más da <strong>el</strong> espacio que<br />

se utilice para su asimilación si de lo que se trata es de despertar antes de<br />

que lo haga la extinción? Si pudiera intercalar las p<strong>el</strong>ículas, libros y<br />

documentales sólo citados, se facilitaría mucho la digestión.<br />

—No seas tan didáctico y quieras ponerles la papilla tan predigerida;<br />

deja que se busquen un poco la vida porque don Quijote me ha<br />

enseñado que la voluntad que hay que poner en despertarse es esencial.<br />

Los civilizombis no pueden seguir sentados viendo cómo se les pasa la<br />

vida, tan callando; tampoco pueden esperar que les sigan dando la sopa<br />

boba porque las que les obsequiaban con mendrugos y fútbol, están<br />

asqueadas de tanta estupidez y les van a poner las pilas.<br />

—¿Cómo?<br />

—Exterminándolos. Los van a barrer d<strong>el</strong> mapa con influenzas o<br />

gripes, con SIDA o con zambombazos. Recuerdo las palabras d<strong>el</strong><br />

discurso que don Quijote pronunciaría a los civilizombis cuando se los<br />

encontrase en la realidad de Matrix y, aparte de no parecerse a las que<br />

ayer pronunció en la Plaza de Cervantes, ahora las entiendo; cuando se<br />

las escuché antesdeayer por la tarde, no entendí ni papa.<br />

—No fue <strong>el</strong> viernes Sancho, fue <strong>el</strong> jueves.<br />

—¡<strong>El</strong> día que han secuestrado de la semana! A poco que te esfuerzas<br />

en no querer seguir comiendo en <strong>el</strong> pesebre, la transformación que se<br />

produce es portentosa. Por cierto, termina rápido con la transcripción<br />

porque tengo ganas de leerla de una vez; no te enrolles más, no la quieras<br />

requetemejorar y sácala ya.<br />

776


—Vamos a terminar de vivirlo, ¿no?<br />

—Antes de pasar a otra cosa —solicitó <strong>el</strong> escudero señalando la<br />

fábrica de Arlita—, aclárame si esa basura grisácea que veo ahí abajo con<br />

pinta de decorado de ciencia ficción gore, es una multinacional o es una<br />

porquería más.<br />

—Como indicas, esa porquería de fábrica forma parte de Saint-<br />

Gobain, uno de los 100 grupos industriales más grandes d<strong>el</strong> mundo. Así<br />

que ten cuidado con lo que dices porque si se sienten molestados, son de<br />

los que te quitan de en medio en un santiamén…<br />

—Y además no se entera ni dios -cortó Sancho.<br />

—Efectivamente.<br />

—Mejor será que lo tengas en cuenta tú porque como dice mi<br />

maestro, eres <strong>el</strong> que va a dar la cara. Al fin y al cabo, yo conozco una<br />

puerta de salida infalible por donde no me pueden perseguir ni los<br />

servicios secretos ni <strong>el</strong> FBI. ¿Y esa porquería puede contaminar tanto?<br />

—Ya habíamos hablado de que esto es como las subprime<br />

—reaclaró <strong>el</strong> caballero—, que quemas un poco de porquería y siempre<br />

termina apareciendo multiplicada por mil. Por un «poco de porquería»<br />

me refiero a la incineración de casi cien ton<strong>el</strong>adas diarias de residuos<br />

tóxicos o altamente tóxicos los 365 días al año y las 24 horas. También<br />

me dijiste que ya veríamos cómo estallarían los derivados en <strong>el</strong><br />

inexistente mercado de futuros financieros. Veremos cómo estalla St.<br />

Gobain, las Corporaciones, la banca… Espera a que China se ponga a<br />

producir a tope y después la India. EEUUropa se va a ir a pique.<br />

Sin dejarse sorprender por la memoria de Sancho pero apreciando<br />

también su reticencia, <strong>el</strong> caballero se apresuró a preguntar:<br />

—¿Qué es lo que te decepciona d<strong>el</strong> monstruo?<br />

—Primero, que para una peste tan intensa me esperaba algo con más<br />

categoría, estilo Chernobil; y segundo, que pensaba que una<br />

multinacional sería como la que aparece en Matrix, un rascaci<strong>el</strong>os<br />

transparente lleno de ordenadores y de esclavos.<br />

—No es Chernobil y sus efectos son mucho más lentos pero<br />

catastróficos. Seguramente estén esperando unas decenas de muertos<br />

para regular <strong>el</strong> funcionamiento de estas incineradoras tóxicas urbanas.<br />

—¿Así que sacan las fábricas de las ciudades porque son molestas<br />

para los vecinos y meten las incineradoras para que los intoxiquen?<br />

Cómo se aspira la evolución d<strong>el</strong> progreso, cómo se saborean las<br />

consecuencias d<strong>el</strong> estado d<strong>el</strong> bienestar, cómo se nota que <strong>el</strong> estado de<br />

777


derecho está en manos de zombis sin conciencia ni ciencia que más que<br />

pensar en <strong>el</strong> dinero, lo adoran como si se les fuera a acabar. Tanto pensar<br />

en ganar y robar anula sus conciencias hasta la eternidad. Cómo se nota<br />

que quieren exterminar; si fuera más descarado, les meterían las<br />

emisiones tóxicas por los conductos de aire acondicionado. [Leer Génesis<br />

6,13] De momento, se la están hincando con la influenza porcina.<br />

Incinerar residuos tóxicos junto a una comunidad de vecinos es<br />

como construir un volcán artificial, ya sea cerca de Pompeya o cerca de<br />

Irán, Afganistán o Torres de la Alameda. Existen dos salidas: o estalla <strong>el</strong><br />

volcán o estallan los vecinos. En <strong>el</strong> caso de la esplendorosa ciudad de<br />

Pompeya, fue la estupidez de los vecinos la que se encargó de que <strong>el</strong><br />

Vesubio los dejara a todos fritos. ¿Sería por fiarse d<strong>el</strong> alcalde de turno?<br />

En <strong>el</strong> caso de St. Gobain en la desconocida hasta ahora Villalbilla, ¿será<br />

la complicidad d<strong>el</strong> estúpido alcalde la que paralice a los vecinos o la que<br />

los deje también fritos?<br />

Conociendo al transcriptor, es muy probable que deje <strong>el</strong> mamotreto<br />

en este punto para subrayar la ominosa gestión de los regidores en<br />

general. Podrán comprobar los lectores, y que lo hagan con muy buen<br />

humor, que la situación no reviste gravedad únicamente por los gestores<br />

d<strong>el</strong> gobierno nacional que se solucionaría fácilmente metiendo en <strong>el</strong><br />

talego a muy poca gente; la realidad es que los gobiernos autonómicos y<br />

municipales están tan corruptos como <strong>el</strong> central si no lo están más. D<strong>el</strong><br />

legislativo y d<strong>el</strong> judicial ¿para qué vamos a hablar si desde <strong>el</strong> picapleitos<br />

más inexperto hasta <strong>el</strong> juez más prevaricador, todos saben, consienten y<br />

callan sobre <strong>el</strong> estado general de la corrupción?<br />

Haciendo caso al narrador, <strong>el</strong> transcriptor va a terminar este<br />

mamotreto en este punto para subrayar <strong>el</strong> estado de descomposición<br />

general; corta aquí sin considerar la armonía literaria y fragmentando <strong>el</strong><br />

mecanuscrito original por donde no lo está. Esta licencia tiene su causa<br />

exclusiva en <strong>el</strong> hacktivismo y no en <strong>el</strong> poder que nadie me ha conferido;<br />

la sugerencia d<strong>el</strong> narrador se tiene en cuenta por la coincidencia en la sola<br />

e insistente intención de subrayar una exigencia al estado español: que un<br />

alcalde cualquiera no pueda usurpar tanto poder ni actuar con tanta<br />

impunidad como para que los vecinos añoren la vu<strong>el</strong>ta de un dictador<br />

como Vid<strong>el</strong>a para solucionar los desmanes y acallar los balidos de un<br />

democrático alcalde de mierda. ¡¡Beeeeeeeeee !!<br />

778


Mamotreto XXI.<br />

EN EL QUE EL CABALLERO ALCOR ACLARA LA DUDA QUE<br />

DESDE EL PRINCIPIO DE LA SALIDA,<br />

SE LE HA QUEDADO CLAVADA A SANCHO ACERCA DE<br />

LOS OVARIOS DE LA DIVINIDAD<br />

Después de la reivindicativa fragmentación d<strong>el</strong> mecanuscrito y<br />

confesando la licencia y no su justificación, siga <strong>el</strong> pergamino fluyendo<br />

para que <strong>el</strong> transcriptor no se comporte como un demócrata regidor y<br />

utilice a su antojo la soberanía concedida por <strong>el</strong> sentido común de los<br />

reb<strong>el</strong>des (que se supone común al d<strong>el</strong> resto). Estaba <strong>el</strong> narrador con la<br />

palabra y se le devu<strong>el</strong>ve en <strong>el</strong> mismo punto que estaba.<br />

La erupción de un volcán no tiene porqué ser imprevisible aunque la<br />

parálisis de los burgueses facilite que su desparramo sea tan dramático.<br />

La perversión de un ayuntamiento no tiene porqué ser imprevisible<br />

aunque <strong>el</strong> letargo de los ciudadanos facilite que los desmanes sean tan<br />

indignos, impunes y trágicos. La parálisis puede estar justificada porque<br />

<strong>el</strong> enorme tamaño d<strong>el</strong> mogollón es como una bola de nieve, que nunca<br />

disminuye y siempre crece.<br />

La corrupción de los tres poderes constitucionales, en este saco al<br />

cuarto también se puede meter, no tiene porqué ser imprevisible aunque<br />

la hibernación de los votantes y contribuyentes facilite que la soberanía<br />

d<strong>el</strong> pueblo deje de estar representada para ser usurpada en beneficio de<br />

dios sabe quién. ¿Las multinacionales, los bancos, los bolsillos de sus<br />

señorías junto al resto de psicópatas también? ¿A quién beneficia <strong>el</strong><br />

estado actual de la cosa pública? ¿Puede la Constitución desatrancar<br />

tanto fango?<br />

Los que movían los hilos mentales de los papaitos de la Carta Magna<br />

machista (en cuanto a la sucesión real) de esta nación llamada España,<br />

sabían perfectamente cómo ac<strong>el</strong>erar la corrupción después de cuarenta<br />

años de retraso con respecto a una parte de Europa: crear 17<br />

Autonomías e infinidad de ayuntamientos ac<strong>el</strong>era <strong>el</strong> inexorable contagio<br />

de la corrupción. Se sabe desde hace demasiadas versiones: Democratiza<br />

un estado que se irá rápidamente al profundo carajo. La situación


existente no trata de una depresión económica aunque la gravedad de la<br />

actual supere a la suma de todas las anteriores, se trata de una crisis<br />

profunda de la conciencia de la que se sabe que es inédita en toda la<br />

historia de la humanidad.<br />

¿Y ahora que van a hacer los ciudadanos, si la peste de los políticos<br />

es una pandemia contagiada hasta <strong>el</strong> último sitio? Extirparla, con mucho<br />

cariño y ninguna saña pero sin consentir que los mismos de siempre se<br />

sigan riendo de los mismos de siempre, poniendo a los degenerados<br />

políticos y al condescendiente pueblo respectivamente. Sobre todo<br />

cuando se compruebe que son una panda de psicópatas o de indecentes<br />

que juguetean con la ingenuidad de la buena gente [Ver Gladiator.<br />

Aunque los prestigiosos doctores digan que Marcus Nonius Macrinus no<br />

pudo ser nunca Maximus Decimus Meridius, ¿qué tendrá que ver con<br />

quien Marco Aur<strong>el</strong>io y su general realmente es, Sancho y Don Quijote,<br />

un alterego?]<br />

Para salir de este intermedio capitular y de la corrupta materia<br />

argumental, póngase la pareja a caminar que seguro que su fluir trae al<br />

diálogo algunas cosas más; fritangas incineradas, volcánicas o<br />

municipales se quedarán atrás.<br />

En vez de volver sobre sus pasos, <strong>el</strong> caballero Alcor tomó una senda<br />

que se mete entre matorrales y coscojas; aunque sus hojas pueden raspar<br />

la sensible pi<strong>el</strong> humana, después de todo lo vivido seguro que no pasa<br />

nada. ¿Quién no prefiere <strong>el</strong> arañazo de una hoja al zarpazo de un político<br />

psicópata? La terraza en la que desemboca <strong>el</strong> camino es un mirador<br />

privilegiado para percatarse de lo que está pasando en este apartado de la<br />

Alcarria madrileña; si se consigue abstraer lo observado, cualquiera<br />

entenderá lo que en todo <strong>el</strong> mundo está pasando.<br />

Aprovechando una pequeña inclinación d<strong>el</strong> terreno, <strong>César</strong> se<br />

encuclilló y aunque no fuera por imitarlo, <strong>el</strong> escudero inmortal se colocó<br />

en la misma posición. ¡Qué a gusto se está en esta postura, qué descanso<br />

corporal! Completamente reestablecida la tranquilidad de Sancho,<br />

aprovechó para agradecer al caballero Alcor que no hubiera reaccionado<br />

con aversión ante sus múltiples ataques. Comentó que serían los efectos<br />

diluyentes que la meditación provoca en cualquier mente. Ni <strong>el</strong> subtítulo<br />

de demagogo ni las ironías, ni «verdaaad» ni «noooo», consiguieron<br />

alterar al caballero.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor confesó que está colonizado por algunos tópicos y<br />

no ha podido evitar <strong>el</strong> sorprenderse por la comparación de la materia<br />

780


incinerada y no escandalizarse por la bochornosa actitud de los sapiens<br />

que aún testigos de grandes o minúsculos desmanes, se quedan<br />

paralizados al más puro estilo Hommer Sampiens. Hablan de lo difícil<br />

que es la comunicación porque como cada uno de los contertulios fije la<br />

atención en puntos distintos, <strong>el</strong> diálogo de besugos está garantizado.<br />

La luz que iluminaba la perspectiva era la d<strong>el</strong> sol oculto por <strong>el</strong><br />

horizonte pero se distinguen con claridad muchas cosas que aún se<br />

quieran observar. Los matices anaranjados se han interpuesto en <strong>el</strong> ocaso<br />

y es espectacular observar <strong>el</strong> degradado d<strong>el</strong> color hasta convertirse en <strong>el</strong><br />

marino azul. Así sucede en la cúpula c<strong>el</strong>este cuando éste es <strong>el</strong> presente y<br />

en la imaginación perenne de más de un pintor, los especialistas en poner<br />

<strong>el</strong> color a esta imaginaria y constante creación mental, la llamemos real o<br />

la llamemos de Matrix. Como si fuera de Astérix <strong>el</strong> bardo que en otro<br />

lado parece vivir (en las ramas de la nube de un árbol), <strong>el</strong> escudero<br />

embalado continuó preguntando por algunos pormenores en los que la<br />

atención de su mente se posaba sin él querer. Así se crea una realidad<br />

constante sin que tampoco Sancho lo pueda saber. ¿O sí?<br />

—¿Dónde están los Hueros? —preguntó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Aqu<strong>el</strong>la mancha verde d<strong>el</strong>imita nítidamente <strong>el</strong> casco histórico de<br />

los Hueros. Todo lo que ves alrededor es <strong>el</strong> urbanismo salvaje y<br />

especulativo que se le ha adosado por todos los costados.<br />

—Hay mucha diferencia entre lo histórico y lo moderno.<br />

—Actualmente, la historia transcurre con turbo inyección. En los<br />

veinte años que conozco esta población, los árboles se han diezmado y<br />

las edificaciones se han centuplicado. No hagas caso de estos datos que<br />

seguro que no son exactos pero tenlos en cuenta para diferenciar lo<br />

histórico de lo actual.<br />

—Al margen de exageraciones, que entiendo como un legítimo<br />

desahogo, dices que donde está casi todo verde es la parte antigua que<br />

antes estaba más verde todavía y donde está todo ocre, ya sea por <strong>el</strong><br />

hormigón o por lo p<strong>el</strong>ado que está <strong>el</strong> monte, es lo moderno. Ya me<br />

podía imaginar lo que era <strong>el</strong> progreso y la modernidad, ya me podía<br />

imaginar para qué vale tanto estudiar, tantos ingenieros y tanto capataz;<br />

pero no hacía falta que se mostrara con tanta contundencia y con tanta<br />

irracionalidad. He paseado con <strong>el</strong> caballero don Quijote entre pinos,<br />

pinos y más pinos así que ya sé para qué vale tanta facultad: para que se<br />

lo crean todo y no sepan de ná y además, para que se lo tengan muy<br />

creído porque <strong>el</strong> título que se sacan de la chistera les concede la verdad.<br />

781


—¡Sancho!, ahora parece que eres tú <strong>el</strong> exagerado<br />

—Tienes razón —se reafirmó <strong>el</strong> escudero— porque he exagerado<br />

pero por lo bajo: Las universidades despachan los títulos por arte de<br />

magia y de aquí lo de la chistera, pero <strong>el</strong> título se lo sacan con la gorra. Si<br />

no ¿qué hace tanto pino si eso es un desatino hasta para <strong>el</strong> más cretino?<br />

Además ¿qué hace una incineradora diecisiete años en <strong>el</strong> patio de los<br />

vecinos?<br />

—En lo de los pinos tienes toda la razón.<br />

—Y en lo demás, haces bien en ser tan políticamente correcto.<br />

Cuando tengas que dar la cara, tendrás que dosificar las reb<strong>el</strong>aciones para<br />

que la gente no se asuste ante la realidad con menos lustre; pero recuerda<br />

lo que te estoy diciendo de la universidad y d<strong>el</strong> progreso. Si la gente no te<br />

entiende, trá<strong>el</strong>os a este mismo sitio y que observen <strong>el</strong> progreso. Aquí, la<br />

incineradora tóxica proyectada y calculada por licenciados y doctores;<br />

más allá, la Alcalá magistral llena de contaminación visual; y al fondo en<br />

<strong>el</strong> horizonte, las cuatro torres, ¡<strong>el</strong> progreso de verdad!, unos rascaci<strong>el</strong>os<br />

diseñados y construidos por titulados superiores y técnicos menores.<br />

—Veo que también necesitas desahogarte —devolvió <strong>el</strong> caballero—.<br />

Cómo rimas la ironía.<br />

—¡Sí! y no es lo mismo que arrimar <strong>el</strong> ascua a mi sardina. Me<br />

desahogo pero sin torticerías políticamente correctas. Realmente, sólo<br />

hay que ver lo que estoy viendo desde este lugar que transporta a la<br />

nostalgia a ti y a mí al infierno, para no ir a la universidad y si se está<br />

atrapado en <strong>el</strong>la, salir corriendo. Son centros de estabulamiento y<br />

entretenimiento porque si fueran otra cosa, este espectáculo de<br />

incineradoras urbanas y de urbanismo atroz decorado con pinitos no<br />

existiría. ¿Me estás hablando realmente de una devastación realizada en<br />

tan sólo veinte años?<br />

De nuevo, <strong>el</strong> caballero ha entrado en un calderón de silencio.<br />

¿Dónde está la batuta que lo saque d<strong>el</strong> trance? En veinte años se puede<br />

destruir mucho pero ¿se puede reconstruir lo mismo que había en los<br />

mismos veinte años? ¡Evidentemente no! Un árbol de 40 años se puede<br />

destruir en un cuarto de hora pero para que un árbol tenga cuarenta<br />

años, hace falta un millón y medio de cuartos de hora. Lo que se<br />

destruye turbo ac<strong>el</strong>eradamente necesita muchísimo tiempo para su<br />

reconstrucción. Los políticos que lo saben, porque han ido a la<br />

universidad, son amigos de la destrucción. (¡Qué descerebrados son y<br />

cómo les gusta que les unten!)<br />

782


—Conocido <strong>el</strong> pasado, por supuesto que no vamos a especular con<br />

<strong>el</strong> estado de este desolado paisaje en <strong>el</strong> futuro —bromeó <strong>el</strong> escudero ante<br />

<strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> caballero.<br />

—Sí, pero no porque no se conozca sino para evitarse una pesadilla<br />

peor.<br />

—No me extraña, entre <strong>el</strong> ladrillazo y <strong>el</strong> Arlitazo… No sé cómo<br />

estaría antes pero seguro que sería más paradisíaco todavía.<br />

—<strong>El</strong> trauma que se ha provocado en <strong>el</strong> entorno es evidente aunque<br />

para <strong>el</strong> progreso aparezca tan r<strong>el</strong>uciente.<br />

—Pero no puede ser una mutación muy coherente porque los<br />

atascos se multiplican de manera indecente. No tener previsto <strong>el</strong> más<br />

predecible de los siniestros de la prosperidad, hace preguntarse por <strong>el</strong><br />

progreso y sobre todo, por <strong>el</strong> bienestar. Os aburrís tanto en los atascos<br />

que seguro que la radio se inventó para esto: para que no os sintáis tan<br />

mezquinos atrapados en un coche como orugas en un pino. Si <strong>el</strong> tráfico<br />

es caótico, <strong>el</strong> precio medioambiental de esta metamorfosis debe de ser…<br />

—No te lo puedes imaginar, carísimo o para ser leal con la realidad,<br />

te diré que irrecuperable. ¡Esta innovación en la fisionomía d<strong>el</strong> planeta<br />

tiene un precio desorbitante!<br />

—Tan brutal que ya no lo vamos a recuperar jamás —sentenció <strong>el</strong><br />

escudero—. Imagino que desde que <strong>el</strong> precio de sus casas se ha<br />

multiplicado por mucho, los vecinos estarán tan contentos con la pérdida<br />

de la calidad de vida y con <strong>el</strong> desparramo ambiental. Pero ¿para qué<br />

quieren que sus casas valgan más si se van a morir en <strong>el</strong>las?<br />

—No sólo esto es así, sino que <strong>el</strong> precio de las casas las pone <strong>el</strong><br />

mercado y con ése ya se sabe, unas veces sube y otras se va abajo. Pero<br />

recuperar <strong>el</strong> entorno es misión imposible.<br />

—Si traes a Tom Cruise… —propuso <strong>el</strong> escudero.<br />

—Deja a ese donde esté porque no vamos a hablar de los actores.<br />

—OK y además imagino <strong>el</strong> por qué: no quieres decir todo lo que<br />

sabes y tienes razón, bastante tenemos con lo que sabemos.<br />

Al no haber ni <strong>el</strong> más mínimo comentario, Sancho siguió con su<br />

r<strong>el</strong>ato.<br />

—Aqu<strong>el</strong>lo que se ve a lo lejos es la mayor incubadora de psicópatas<br />

que he visto en mi vida y que se conoce con la palabra ciudad; en nada se<br />

parece a la que llegó F<strong>el</strong>ipe II que tenía menos de trece mil habitantes.<br />

Ese debe ser <strong>el</strong> monte Salomón y Alcalá será ese desparrame de<br />

783


iluminación que parece contiguo a los Hueros aunque hayan intercalado<br />

muchos pinos por medio y también un vertedero…<br />

—Más grande que diez estadios Bernabeus. A grandes rasgos, estás<br />

correctamente ubicado.<br />

—Si como todo —informó Sancho aprovechando la interrupción—,<br />

lo que sigue es causal, millones de ciudadanos se van a enterar gracias al<br />

nombre de este monte y a la causalidad, por qué llamo a las Torres de<br />

Nueva York las Trim<strong>el</strong>as. <strong>El</strong> tercer edificio (WTC 7) que cayó demolido<br />

a casi la v<strong>el</strong>ocidad de caída libre de los cuerpos y sin la necesidad de<br />

fabricar una excusa tan absurda como <strong>el</strong> impacto de un avión, se llama<br />

Salomón Bross, seguro que en recuerdo de este monte, desde ahora tan<br />

famoso, al que se le conoció con <strong>el</strong> nombre de Salomón Mount.<br />

—Para que rime tu inglés tienes que hablar en spanglish. En algún<br />

momento creo haber dicho que acepto tus condiciones sin disparates ni<br />

dispersiones. <strong>El</strong> sabio o juez Salomón, que las dos cosas no pueden ser,<br />

es <strong>el</strong> que inspira todos los nombres que se pongan en su recuerdo; los<br />

dioses de la Pax Egipcia decían que mientras que se recuerde <strong>el</strong> nombre<br />

de un dios, éste seguirá vivo.<br />

»Se supone que Salomón tuvo 700 esposas pero fue <strong>el</strong> rey más<br />

grande y más sabio de la historia. Fue hijo de David que se acostó con<br />

Betsabé pero es recordado por matar a Goliat. Noé fue acusado de<br />

ebriedad pero dios le dio <strong>el</strong> arca perdida. ¿Has visto cómo son los<br />

recuerdos?<br />

—¿Fue Betsabé una diosa? —enredó <strong>el</strong> escudero con una pregunta<br />

capciosa.<br />

—¡Y yo que sé!<br />

—Se puede decir que más bien, fabrican los recuerdos —entendió<br />

Sancho sin dispersarse—. ¿Y se sigue repitiendo lo mismo? ¡Qué<br />

aburrido! Las hazañas de un gran hombre parece que valen más que sus<br />

debilidades.<br />

—¡Ya! —respondió <strong>el</strong> <strong>César</strong> con una mueca.<br />

Entre la pregunta y la queja de Sancho ha pasado un breve instante<br />

que se aprovechará para hilvanar un «recuerdo divino» de Salomón y la<br />

realidad d<strong>el</strong> mundo audiovisual. Tantas y tantas cosas se quedan en <strong>el</strong><br />

tintero que éstas se van a decir con salero (con un más que largo<br />

paréntesis partido en dos).<br />

(Moisés Salamonovich (ovich en ruso=hijo de Salomón) Uriski, era<br />

uno de los colegas de Lenin y presidente d<strong>el</strong> siniestro BKC. Verdugo<br />

784


sanguinario según los testigos de la época, fue finalmente asesinado.<br />

Utilizaron al estudiante Leónidas Konegniser (un Lee Harvey Oswald<br />

más en versión rusa) para que se comiera <strong>el</strong> crimen y usaron este hecho<br />

para defender <strong>el</strong> uso de armas a discreción. Jamás se demostró que <strong>el</strong><br />

estudiante fuera <strong>el</strong> responsable pero lo mataron sin juicio previo (como a<br />

Lee Harvey Oswald). <strong>El</strong> BKC era la Comisión encargada de todas las<br />

Rusias autorizada para matar a diestro, siniestro y sin juicio previo; es la<br />

precursora d<strong>el</strong> KGB. Según la comisión de Dniken, un contra comunista,<br />

entre 1918 y 1919 se pudieron asesinar a 1’7 millones de personas (no<br />

eran judíos) y pudieron ser más. Entre 1921 y 1922 murieron de hambre,<br />

enfermedad y frío 5 millones de personas (no eran judíos necesariamente<br />

aunque pudiera haber algunos). Se creó la profesión de Zav Uch T<strong>el</strong>, <strong>el</strong><br />

encargado de contabilizar muertos, que no paraba de trabajar. [Añadir<br />

otras cifras es para pensarse qué es un holocausto. En la 1ª guerra<br />

mundial, murieron 10 millones de rusos; en la 2ª, 20 millones; en la<br />

guerra de Armenia 5 millones; víctimas de la persecución política tras la<br />

2ª guerra mundial hubo 50 millones; y dicen que en conflictos internos<br />

66 millones. ¿Qué es un holocausto?<br />

Por conocer <strong>el</strong> talante de Lenin y su respeto por la vida humana, se<br />

citará una frase de la carta que envía a Molotov, miembro d<strong>el</strong> Polit-buró:<br />

«Alto secreto. Cuantos más representantes d<strong>el</strong> clero, más miembros de<br />

los popes y contrarrevolucionarios fusilemos, mejor». <strong>El</strong> 30 de agosto de<br />

1918, Faina Kaplan atenta contra Lenin embutiéndole una bala en <strong>el</strong><br />

brazo y otra cerca d<strong>el</strong> pulmón. Lenin se recuperó en poco tiempo pero<br />

inventaron que las balas estaban envenenadas como pretexto para<br />

empezar «<strong>El</strong> terror rojo: todo <strong>el</strong> que no estuviera de acuerdo con Lenin<br />

sería fusilado». Fuera real o fuera cabeza de turco, <strong>el</strong> caso es que esta<br />

miope mujer de 28 años (¿por eso no tuvo la puntería precisa?) fue<br />

asesinada cinco días después sin juicio ni interrogatorio.<br />

Después de que en 1922 se proclamara la Unión Soviética, se<br />

promulgó <strong>el</strong> NEP, Nueva Política Económica, que daba luz verde a las<br />

cooperativas, al negocio particular y a la iniciativa privada. En otra de sus<br />

cartas, en este caso profética, a Kámenev, otro miembro d<strong>el</strong> Polit-buró,<br />

Lenin dijo que esta apertura volvería de nuevo al terror; y tuvo razón: se<br />

llamó Stalin. Antes de morir, Lenin comete otro asesinato masivo contra<br />

<strong>el</strong> pueblo. Si <strong>el</strong> Moisés ruso coleguita de este machote se puso Salomón<br />

por algo ¡vaya manera de recordar al juez o sabio!)<br />

Vamos con la otra parte d<strong>el</strong> paréntesis partido en dos.<br />

785


(Para cualquiera que lo haya sabido observar, es tan conocido que los<br />

dioses utilizan Hollywood para adiestrar y disciplinar a sus esclavos, que<br />

podría decirse que es natural aunque realmente sea artificial. La más alta<br />

jerarquía de la impune fábrica de recuerdos y de sueños<br />

«Hollycaustowood», puede tener r<strong>el</strong>ación con los dioses e incluso una<br />

familiaridad mayor. Si alguien suficientemente wiilipollas, que no osado,<br />

quisiera diseccionar a los famosos d<strong>el</strong> c<strong>el</strong>uloide para separar a los Toy<br />

Stories de los dioses, que se prepare para la Guerra de las Galaxias y no<br />

de las Malvinas, sabiendo que los ejércitos de androides galácticos son la<br />

actualización de las legiones romanas que representan a los<br />

todopoderosos ejércitos de los mismísimos EE.UU. [Ver Toy story I y II,<br />

La Guerra de la Galaxias y Las aventuras de Astérix.]<br />

¿Qué sucede cuando los unos se enfrentan contra los caballeros Jedis<br />

y los otros contra los reb<strong>el</strong>des galos? Lo mismo que sucedería si a algún<br />

wiilipó se le ocurre actualizar una caza de brujas con una persecución de<br />

diosas: una carnicería; se aclara, por si acaso, que de sapiens. [Ver<br />

Transformers.] Sugerir tantas p<strong>el</strong>ículas es para que se compruebe que las<br />

diosas también están diciendo lo mismo desde antes pero nadie se entera<br />

porque lo dicen muy claro pero no tan descarado. [Ver State and main, Jay<br />

y Bob <strong>el</strong> silencioso contraatacan, La sombra d<strong>el</strong> vampiro, Ed TV, Sin vergüenza.]<br />

Como <strong>el</strong> intermedio publicitario puede ser más incómodo que <strong>el</strong><br />

propio r<strong>el</strong>ato, volvamos a lo que se iba que a grandes rasgos, ya se sabe<br />

lo que Sancho veía).<br />

—Pero a pequeños rasgos —continuó Sancho sin dispersarse con<br />

sus dispersiones ni sus fabricados sueños—, se me ocurre preguntarte:<br />

¿No tienes la sensación de que os han rodeado, no os sentís agobiados<br />

con un acoso urbanístico tan despiadado, no os sentís asfixiados en<br />

medio de tanto progreso?<br />

—Podría decirte que fue ayer aunque hayan pasado cinco años desde<br />

que me encontré con un zorro donde ahora ves esos pisos apilados.<br />

—¿En tan sólo cinco años habéis pasado de convivir con zorros a<br />

estar alcantarillados?<br />

—¡Sancho!, <strong>el</strong> destrozo ambiental es brutal pero creo que ya está<br />

claro y no hay mucho más que hablar. Si quieres flipar con <strong>el</strong> Programa<br />

Desarrollo Urbanístico, comprobarás en <strong>el</strong> ciberespacio lo que han<br />

hecho en Dubai y en la bahía de Prudhoe de Alaska en pocos años. [Ver<br />

en Internet Dubai, Bahía de Prudhoe, está toda esta información en<br />

formato audiovisual; la mutación es espectacular y unas imágenes valdrán<br />

786


más que mil páginas más.] Comprobarás con tus propios ojos lo que <strong>el</strong><br />

sapiens sapiens es capaz de hacer en medio d<strong>el</strong> desierto y d<strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o. Sobre<br />

la incompetencia de los políticos en general también está clara y en<br />

particular, cuando gestionan los residuos tóxicos y no tóxicos. La gestión<br />

de tan espinosa cuestión es algo que los ciudadanos tenemos que lidiar<br />

porque las montañas de porquería nos están invadiendo y disminuir su<br />

volumen nos está matando (Ver Idiocracia, Erin Brockovich «¡ovich!»).<br />

—Imagino que <strong>el</strong> engaño a los vecinos con las plusvalías de sus<br />

inmuebles ha facilitado la laxitud de su consciencia y que todos vivan<br />

f<strong>el</strong>ices y coman… Perdices no porque las han cambiado por pisos<br />

apilados, pareados y adosados. Me encantaría conocer de cerca esa<br />

mutación. Tan desierta como parece y despoblada de potenciales<br />

psicópatas, seguro que se puede pasear todavía con tranquilidad.<br />

—Es que todavía está cerrada al público y transitarla será ilegal.<br />

—¡Qué paseo más divertido!; mañana la podríamos visitar.<br />

Comprobaré in situ cómo son las casitas de chocolate que construyen<br />

como chorizos y venden… mejor dicho, vendían como churros.<br />

¡Qué engaño tiene <strong>el</strong> futuro y qué fácil es caer en su trampa! Sancho<br />

no sabe dónde va estar mañana y lo mismo que le pasa a él, sucede con <strong>el</strong><br />

resto de los vivientes, sean zombis o despiertos estén. Esperemos a que<br />

ese futuro sea presente para saber qué sucede con la ilegal visita. Por<br />

nuestra parte, estemos en <strong>el</strong> presente para que la trampa en la que cae<br />

tantísima gente no nos infecte la mente.<br />

—Si quieres entender lo que aquí ha pasado —siguió <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—, te mostraré unos capítulos de La Odisea de Claro por si los<br />

quieres leer. Son las páginas en las que se explican nítidamente dos<br />

argumentos que estamos tocando: <strong>el</strong> de los esclavos egipcios a los que<br />

libera Astérix y <strong>el</strong> d<strong>el</strong> acoso urbanístico que padecen los ciudadanos por<br />

todos lados. Entenderás muchas cosas y para colmo, sabrás que esto es<br />

tan antiguo como <strong>el</strong> comer pan.<br />

—¿De qué me estás hablando?<br />

—¿Qué es Matrix? es un libro contenido dentro de otro que como<br />

sabes se llama <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Otra parte de este libro es La Odisea<br />

de Claro en la que están transcritos los manuscritos que me entregó<br />

Isab<strong>el</strong>.<br />

—¡Qué casualidad! pero ya lo sabía.<br />

—¿Cuál es ahora la inconcebible casualidad? —preguntó<br />

pacientemente <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

787


—Los manuscritos; no seas impaciente que ya lo verás.<br />

—¿Vu<strong>el</strong>ves a las andadas con <strong>el</strong> control y con la posesión de la<br />

información? —observó escamado <strong>César</strong>.<br />

—No te lo tomes personal —olfateó <strong>el</strong> escudero— aunque si quieres<br />

te lo aclaro ya. Tanto ¿Qué es Matrix? como La Odisea de Claro serán dos<br />

sub-libros transcritos de sendos manuscritos. ¿No irás a reconocer que es<br />

una casualidad?<br />

Comenzaron <strong>el</strong> camino de vu<strong>el</strong>ta cuando era evidente que Set ganaba<br />

de nuevo la batalla diaria a Horus. La oscuridad ahogaba a la luz<br />

cediendo al satélite resplandeciente <strong>el</strong> señorío d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o marino, una luna<br />

que atrae a las mareas y a la atención de los que todavía se paren a verla.<br />

Reflejaba su iluminación con tanta energía que las sombras de la pareja<br />

aparecían dibujadas en <strong>el</strong> camino. Está claro que ambos están<br />

acostumbrados a pasear a la luz de la noche porque si se trata de<br />

caminar, con la iluminación de las estr<strong>el</strong>las es suficiente. Habían perdido<br />

la perspectiva porque estaban volviendo por un camino circular hacia<br />

donde habían dejado <strong>el</strong> coche letal y dependiendo de las copas de las<br />

encinas, se asomaban los puntos iluminados de las alejadas farolas de<br />

Alcalá. La brisa templada se había refrescado y fuera por la bajada o sea<br />

por lo que sea, la peste de la fábrica desapareció momentáneamente. <strong>El</strong><br />

paseo era fácil porque se trata de descender lo que antes han subido y<br />

hasta en los cuerpos bien entrenados y si no es muy pendiente, bajar es<br />

más sencillo.<br />

¡Qué entrometido es <strong>el</strong> narrador! ¿Por qué dejará preguntas sin<br />

contestar? Seguro y como todos sabrán, debe ser por casualidad… o<br />

porque lo he aprendido de las p<strong>el</strong>ículas. Aprovechando que la respiración<br />

permitía introducir la palabra en <strong>el</strong> descenso, Sancho continuó tirando<br />

d<strong>el</strong> hilo de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.<br />

—Si no estamos hablando de Hamlet ¿de qué lectura se trata?<br />

—Los títulos de los capítulos son La residencia de los dioses y Astérix y<br />

Cleopatra.<br />

—¿Existe algo más de explicación o ha llegado <strong>el</strong> momento de ser<br />

escueto?<br />

—¿Prefieres que te anticipe o quieres saborearlo como te plazca?<br />

—No sé pero me empieza a agobiar tanto curro y parece que no voy<br />

a dejar de leer en mi vida. Por eso digo que no sé a nada, ni si quiero<br />

empezar a leer, no sea que no pare, ni si quiero que me lo anticipes, no<br />

sea que me cause prejuicio.<br />

788


Sin entrar en más detalles, los dos siguieron andando atentos a que<br />

los guijarros su<strong>el</strong>tos no dieran con sus huesos en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y con alguna<br />

pierna magullada. Todas las cuestas abajo tienen unas características<br />

similares a menos que la mano d<strong>el</strong> sapiens las altere con la intención de<br />

mejorarlas, progresarlas o bienestarlas. La erosión d<strong>el</strong> agua crea unos<br />

surcos más profundos porque baja más rápida; hay que prestarlos<br />

atención si no quieres que se conviertan en un esguince o un tropezón.<br />

Las partes empinadas necesitan más tiento y las más llanas permiten que<br />

se vu<strong>el</strong>va a la charla.<br />

—Antes se me ha quedado una cosa sin entender —dijo Sancho.<br />

—Pues si no lo aclaras, seguirás sin saber esa cosa o nada.<br />

—Que no quieras hablar d<strong>el</strong> futuro me lo puedo imaginar porque<br />

con mi maestro he aprehendido a no especular, pero que tampoco<br />

quieras saber d<strong>el</strong> presente, no sé si es un mecanismo de defensa o es tirar<br />

balones fuera.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor se tomó un momento para observar <strong>el</strong> entorno<br />

que a pesar d<strong>el</strong> humo envenenado de las chimeneas de Saint Gobain, de<br />

las est<strong>el</strong>as intoxicantes de los aviones y de las alambradas metálicas que<br />

enjaulan la Dehesa, continúa percibiendo su b<strong>el</strong>leza porque <strong>el</strong> pasado o<br />

<strong>el</strong> cómo era ya no existirá jamás y <strong>el</strong> futuro o <strong>el</strong> cómo sería no existió<br />

nunca todavía, desgraciada y afortunadamente. Al poco rato respondió:<br />

—Cuando <strong>el</strong> vivir sucede con levedad y la sucesión de instantes es<br />

tan efímera como fugaz —poetizaba <strong>el</strong> caballero—, lo que menos te<br />

interesa es pararte a pensar. Vivir <strong>el</strong> instante inaprensible en <strong>el</strong> que te<br />

cautiva, te enamora o te libera lo que te está sucediendo, es un placer<br />

pleno que no sé si debería evitar. Dicho de otra manera por si se pudiera<br />

expresar mejor, lo que más me gusta d<strong>el</strong> vivir es, precisamente, cuando<br />

olvido que estoy vivo e incluso, que estoy viviendo.<br />

—A mi también me sucede que cuando me acuerdo que estoy vivo,<br />

es porque estoy pensando, o sea, que estoy aburrido.<br />

—Pues entonces ¿qué es lo que te ha quedado sin entender?<br />

—Nada, hay veces que coincidir en algunas sutilezas es la única<br />

intimidad que sientes <strong>el</strong> placer de compartir; como habrás entendido, me<br />

pasa lo mismo que a ti. Por eso me gusta estar junto a don Quijote,<br />

porque lo más fácil es que con él se puede compartir lo sutil de la<br />

intimidad.<br />

Llegar al coche y a la paz d<strong>el</strong> hogar fue casi todo uno y como no<br />

pasó nada de particular, en casa tenemos ya a los dos. Lo primero que<br />

789


quiso hacer Sancho fue saludar a Alcor y al subir a su encuentro conoció<br />

a Fusa, una de las gatas más viejas de la vecindad. Según supo Sancho,<br />

acompaña al caballero Alcor desde que vivía en Madrid por si le pudiera<br />

contagiar alguna psicopatía más. Entendida la ironía y sin dar<br />

importancia alguna, cogió a Fusa en brazos y empezó a acariciarla. La<br />

gata se puso a ronronear porque no necesita de presentaciones para<br />

disfrutar cuando la miman. Alcor también apareció y allí estuvieron los<br />

cuatro, tocándose unos y lamiendo otro. Para variar, Sancho se puso a<br />

curiosear.<br />

—¿Es casual que forméis un trío como <strong>el</strong> de las p<strong>el</strong>ículas?<br />

—¿Con qué sales ahora?<br />

—Fusa, Alcor y tú, dos varones y una fémina.<br />

—¡Sancho! a veces parece que te gusta buscar tres pies al gato.<br />

—Dejémoslo en que será una casualidad más. Viéndoos f<strong>el</strong>ices a los<br />

tres, va a ser que este tipo de tríos da la f<strong>el</strong>icidad. Aquí nadie se lía con<br />

nadie y todo <strong>el</strong> mundo tiene su lugar. ¿No hará falta otra salida para<br />

descubrir quiénes son en realidad Fusa y Alcor?<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> desconoce la rueda de las reencarnaciones porque lo que ha<br />

experimentado es la Cuarta Dimensión así que no ha mostrado<br />

curiosidad en descubrir quiénes serán los animales que acompañan su<br />

vivir. Pasadas las salutaciones, volvieron abajo y se encontraron a don<br />

Quijote sentado detrás d<strong>el</strong> ordenador. Sancho, extrañado, no se resistió a<br />

preguntar por su intensiva ocupación. Estaba terminando de escribir los<br />

mecanuscritos en un formato actual para que <strong>el</strong> caballero Alcor se<br />

limitara a su corrección, actualización y suavización, o sea, a su<br />

transcripción.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor cogió un pen-drive (hardware minúsculo con<br />

capacidad de memoria para acumular datos) que tenía colgado de un<br />

cuadro y mostrándos<strong>el</strong>o a Sancho, lo dejó completamente flipado.<br />

Entender que serían los capítulos de La Odisea de Claro de los que antes<br />

habían hablado, era mucho suponer para quien no sabe qué leches puede<br />

ser un pen-drive tan raquítico. Cogió <strong>el</strong> otro portátil y para dejar<br />

tranquilo a don Quijote, se fueron a la habitación contigua en donde se<br />

quedaron un rato los tres, Sancho, Alcor y <strong>el</strong> ordenador.<br />

Atendía Sancho con mucho esmero todos los pasos que daba <strong>el</strong><br />

caballero; la tecla On/Off para empezar y para seguir, hay que dejar un<br />

tiempo para que la I.A. se reinicie de manera normal. Este tiempo de<br />

espera lo aprovechó Sancho para sacar la lengua, ¡cómo no!<br />

790


—Me imagino que la I.A. estará decidiendo la realidad en la que está.<br />

—Podríamos decir que está abriendo los programas para que los<br />

puedas utilizar. Tiene que organizar la información que le posee.<br />

—Eso digo yo; que de la misma manera que necesito un tiempo para<br />

saber dónde y cuándo estoy, la máquina necesita saber cómo está, si<br />

encendida o apagada. No veo mucha diferencia.<br />

—Notarás muchas coincidencias entre los funcionamientos de<br />

ambas mentes —vaticinó <strong>César</strong>.<br />

—¡Seguro que no son por casualidad! Ya veo por qué se han<br />

convertido en sinónimos hardware de cuerpo y software de cerebro. Ya<br />

entiendo por qué I.A. se utiliza indistintamente para las cibermáquinas y<br />

las biomáquinas, por qué son sinónimos programa y sapiens, programa<br />

y máquina.<br />

»En los ordenadores se cargan los programas de funcionamiento<br />

adecuándolos a las necesidades y a la destreza sapiens. Se fabrican con<br />

una memoria casi vacía pero con los principios básicos para que se pueda<br />

introducir todo lo necesario para funcionar de acuerdo a las necesidades<br />

de la sociedad.<br />

»En las mentes se inculcan las costumbres, comportamientos, ideas y<br />

morales adecuándolos a las circunstancias y a la destreza sapiens. Nacen<br />

con una memoria casi vacía pero con los principios básicos para que se<br />

pueda introducir todo lo necesario para funcionar de acuerdo a las<br />

necesidades de Civilización.<br />

»Mientras que unos principios básicos pueden ser los diferentes chips<br />

integrados, en lo natural son la ternura y <strong>el</strong> cariño. ¡Han patentado <strong>el</strong><br />

cerebro <strong>César</strong>!, seguro que lo sabías antes que yo. Entiendo todo lo que<br />

don Quijote me decía al principio de la salida cuando aseguraba que la<br />

realidad de Matrix es irreal y que pertenece a la ciencia ficción. ¿Dónde<br />

está <strong>el</strong> Internet? (R<strong>el</strong>eer <strong>el</strong> comienzo de ¿Qué es Matrix?)<br />

—Para eso habría que conectar <strong>el</strong> ordenador con <strong>el</strong> Wifi o a través<br />

de un puerto. Con este ordenador no se puede hacer porque morirá<br />

virgen.<br />

—¿Te pueden controlar por <strong>el</strong> Internet? —preguntó su graciosa<br />

ingenuidad.<br />

—Claro Sancho, la duda ofende —afirmó <strong>César</strong> conectando <strong>el</strong><br />

pen-drive a uno de los puertos USB—. <strong>El</strong> Programa Ech<strong>el</strong>on está<br />

controlado por la NSA. Airbus Industrie y Thomson CSF fueron<br />

espiados con este Programa. Distinguen palabras en conversaciones,<br />

791


e-mails, SMS para saber si los Servicios Secretos tienen que prestar más<br />

atención al que las pronuncie. Por eso, este ordenador nunca ha sido<br />

conectado a la red, una regla básica para vivir exiliado d<strong>el</strong> sistema.<br />

Internet es una gran herramienta, un vehículo de dispersión y una forma<br />

más de control.<br />

—Pues sí que hay que tener medidas de seguridad.<br />

—Todas las que imagines son pocas; en las t<strong>el</strong>ecomunicaciones es<br />

donde hay más control. Escudriñan más allá de las posibilidades para<br />

anticiparse al salto de la liebre. Evitar que salga <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y<br />

otros similares es la causa por la que imponen tanto control; evitar <strong>el</strong><br />

control es algo que sabemos hacer desde antes de la Santa Inquisición. Si<br />

tuvieras Internet no podrías leer; si una mosca es suficiente para<br />

dispersarte ¿qué no haría <strong>el</strong> ciberespacio?<br />

Es normal que para quien no conozca <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong> ordenador, le pueda<br />

sorprender que se den tantas órdenes sin que dé tiempo a leer todo lo<br />

que significan. Son aprobaciones mecánicas que realiza <strong>el</strong> subconsciente<br />

aburrido de repetir lo mismo. Abrir <strong>el</strong> texto que quieres exige algunos<br />

pasos previos que no hace falta explicar aquí. Sancho protestó por la<br />

v<strong>el</strong>ocidad pero hasta que no llegaron a donde tenían que estar, <strong>César</strong> no<br />

paró. Manejar un procesador de textos lo sabe hacer hasta <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor así que a Sancho no le podía costar trabajo entender lo que con<br />

cuatro frases <strong>César</strong> resumió.<br />

La barra derecha vertical para mover las páginas, <strong>el</strong> Ctrl-b para<br />

buscar una palabra, <strong>el</strong> teclado para escribir… ¿y qué más hace falta?<br />

Quizá la cercanía de quien lo controla para que cualquier duda que surja<br />

quede resu<strong>el</strong>ta a la vez. Lo que más le gustó al escudero fue <strong>el</strong> uso d<strong>el</strong><br />

ratón y prefirió utilizar <strong>el</strong> interno al externo. Pasar <strong>el</strong> dedo por una<br />

superficie rectangular y que se mueva <strong>el</strong> cursor en <strong>el</strong> monitor, era un<br />

hallazgo que a Sancho llamó la atención. Dar a un botón y que se<br />

cambiara toda una página era algo que le hacía flipar en colores y tanta<br />

emoción le hacía sentirse como un dios ratón (Ver Ratatouille, Stuart<br />

Little). La máquina accedía a todas sus órdenes y hacía lo que él quería sin<br />

rechistar. Si conociera uno solo de los juegos 3-D que existen en la red,<br />

dejaría de flipar porque directamente se… extasiaría.<br />

En una página en la que pone «Abrir» estaban todos los capítulos y<br />

Sancho localizó rápidamente La residencia de los dioses pero no encontraba<br />

Astérix y Cleopatra.<br />

792


—¿Dónde están los egipcios? —preguntaba Sancho asombrado—.<br />

¿No se habrán ido a esconder en sus dimensiones por debajo de las d<strong>el</strong><br />

ordenador?<br />

—Deben de estar en <strong>el</strong> segundo libro. Vu<strong>el</strong>ve a la página anterior y<br />

pincha en La Odisea de Claro II.<br />

—¿Tiene dos partes <strong>el</strong> sub-libro?<br />

—Ha sido una forma de organizar. Es la primera vez que hago esto y<br />

me las he tenido que ingeniar.<br />

—Si toda la parte técnica es lo que me has explicado, la tengo<br />

controlada; hay que reconocer cierta organización en la programación<br />

para que la lógica o <strong>el</strong> contexto ayuden a solucionar cualquier<br />

contratiempo. Con lo que me has dicho, me puedo quedar solo leyendo.<br />

Se trata de utilizar <strong>el</strong> ratón y de pinchar con la tecla adecuada en <strong>el</strong> lugar<br />

preciso; entonces ¡aparece toda la información que necesito!<br />

—¡Qué rápido eres! Estaré cerca por si no es exactamente como<br />

crees. Quizá seas uno de esos pocos que entienden a estas máquinas<br />

mejor que a sus propias mentes y desde que se sientan ante la pantalla, la<br />

intuición les lleva hasta <strong>el</strong> final de la madriguera informática. Si necesitas<br />

aclarar cualquier duda, estaré junto al caballero don Quijote.<br />

Dejando a Sancho con La Odisea de Claro y después de hacer los<br />

quehaceres domésticos (dar los alimentos a Fusa y a Alcor para que no<br />

quede como si fuera un secreto), volvió a donde estaba <strong>el</strong> otro caballero<br />

y comenzaron a intercambiarse una serie de instrucciones y recordatorios<br />

de lo que allí se estaba haciendo. Debido a ser materia de Reb<strong>el</strong>des<br />

Caballeros, no quedará nada transcrito porque nada ha sido escrito. Lo<br />

que se puede resumir de esta reunión es que la entrega de los<br />

mecanuscritos de ¿Qué es Matrix? se da por realizada y todas las<br />

instrucciones dadas sobre su transcripción final; lo que hasta ahora haya<br />

sucedido y lo que suceda hasta <strong>el</strong> último punto que se vea, es fruto de<br />

esta conversación de la que como se sabe que es por lealtad, no se va a<br />

decir ni pío. En un encuentro largo como éste no podían faltar las<br />

interrupciones de Sancho cuando desde la otra habitación pedía <strong>el</strong><br />

socorro d<strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—¡<strong>César</strong>! -nombró Sancho asomándose a la puerta de la estancia en<br />

la que estaban los dos caballeros-. Creo que he sido rápido aprendiendo<br />

<strong>el</strong> funcionamiento d<strong>el</strong> ordenador pero también he sido demasiado rápido<br />

creyendo entender <strong>el</strong> texto. Podrás apreciar mis dudas si te enseño la<br />

tesitura.<br />

793


—¿Lo puede disculpar? —dijo Sancho dirigiéndose a don Quijote.<br />

Sintiendo la aprobación de don Quijote, <strong>César</strong> acompañó a Sancho<br />

hasta <strong>el</strong> otro ordenador y una vez allí preguntó:<br />

—¿Qué es lo que tan pronto ha pasado? —preguntó <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—.<br />

—He estado familiarizándome con <strong>el</strong> funcionamiento de la máquina,<br />

leyendo <strong>el</strong> índice con los capítulos y concibiendo en mi mente La Odisea<br />

de Claro al completo —se explicó Sancho volviendo a la página de la<br />

primera parte d<strong>el</strong> libro—; La residencia de los dioses comienza en <strong>el</strong> capítulo<br />

XII, página 270 y siguen dos más con los que termina la divina residencia<br />

y primera parte d<strong>el</strong> libro. Astérix y Cleopatra son los capítulos XXII y<br />

XXIII de la segunda parte que empieza con <strong>el</strong> XV. ¿Qué pasa con todo<br />

lo demás? ¿Se puede pasar de todo y ponerse a leer los dos capítulos<br />

solos aunque realmente sean cinco la explicación?<br />

—Tienes razón Sancho, no lo había pensado. En mi mente está toda<br />

La Odisea de Claro y los puedo leer salteados. Cuando conoces algo tan<br />

bien, da igual por dónde cogerlo.<br />

—Pero yo no.<br />

—¿Quieres intentarlo a ver qué pasa?<br />

—Señor caballero ¿estás de cachondeo? Ya sé que es una de las<br />

infinitas posibilidades pero no sé… De la realidad de Matrix he<br />

aprendido que si desconozco los detalles no es lo mismo…; ahora estoy<br />

confundido.<br />

Pasado un rato en <strong>el</strong> que parecía entender lo que no acababa de<br />

<strong>el</strong>egir de entre las infinitas posibilidades, <strong>el</strong> escudero siguió exponiendo <strong>el</strong><br />

corpus de la inédita transcripción:<br />

—Después de un extenso prólogo en <strong>el</strong> que seguro que se hace una<br />

introducción —siguió <strong>el</strong> escudero—, comienza <strong>El</strong> escudo arverno, sigue <strong>El</strong><br />

combate de los jefes, sigue La cizaña, <strong>El</strong> adivino y Los normandos para llegar a<br />

La residencia de los dioses. La segunda parte comienza con <strong>El</strong> regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong><br />

y luego Astérix en H<strong>el</strong>vecia, Astérix y Cleopatra, <strong>El</strong> caldero, Obélix y compañía,<br />

Astérix en Hispania… Seguro que aquí salimos nosotros porque podemos<br />

pasar de una realidad a otra en <strong>el</strong> universo bidimensional con suma<br />

facilidad. Señor caballero, entenderás que son más de seiscientos DIN<br />

A4 y ¿quieres que me entere d<strong>el</strong> discurso leyendo la explicación de dos<br />

secciones?<br />

—¡Qué modernizado estás, qué control de las dimensiones d<strong>el</strong> pap<strong>el</strong>!<br />

Ante tanta insistencia, <strong>el</strong> caballero Alcor añadió:<br />

794


—Te voy a dejar a mano los dos cómics de Astérix que se<br />

corresponden con los capítulos por si los quisieras simultanear. Entre las<br />

explicaciones de Eugenia y Claro, las viñetas de Goscinny y Uderzo, los<br />

personajes de Astérix y Obélix y sobre todo de tu entendimiento,<br />

comprenderás <strong>el</strong> contenido de la transcripción.<br />

—Prefiero que hagas la presentación —pidió Sancho con seguridad.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor se percató de la firme determinación d<strong>el</strong> escudero<br />

y contagiándose por la longitud de onda que crea una decisión de las que<br />

influyen en <strong>el</strong> Ley de la Atracción, se preparó para hacer un prólogo que<br />

jamás habría previsto. Va a ser que la quántica tiene razón y de las<br />

infinitas posibilidades que no podemos ni imaginar, siempre sale la más<br />

inconcebible que no podría uno ni esperar.<br />

<strong>El</strong> escudero se repanchigó en la butaca dispuesto a escuchar la<br />

introducción de la historia y recolocó la lamparilla para no recibir la luz<br />

directa de la bombilla; <strong>el</strong> caballero extendió una colchoneta donde quedó<br />

sentado como acostumbra. La tierra ha girado tanto que de la estr<strong>el</strong>la Sol<br />

no queda ni <strong>el</strong> rastro. Dentro de una habitación protegida bajo tierra,<br />

hacer consideraciones de lo que pasa fuera puede convertirse en baladí o<br />

en un r<strong>el</strong>leno literario descarado. La luz de la <strong>el</strong>ectricidad se ha impuesto<br />

y sin <strong>el</strong>la, este instante no sería igual. Así que en vez de tanto sol ¡qué<br />

esclavizados están! Nadie estaría haciendo lo que está haciendo sin <strong>el</strong><br />

contagio de la corriente <strong>el</strong>éctrica a la que los reb<strong>el</strong>des están tan<br />

supeditados cuando la utilizan como cualquier hijodalgo. Menos mal que<br />

son conscientes de <strong>el</strong>lo y que no hace falta explicarles su sumisión.<br />

Sancho no ha contado todavía las varias contradicciones en las que vive<br />

<strong>el</strong> caballero Alcor pero ésta es sólo una de las más deslumbrantes.<br />

La pareja que está con La Odisea de Claro comparte una misma<br />

conexión y puede ser para mosquearse. ¿Por qué? Sancho no había<br />

pensado en la posibilidad de leer sin la presentación; <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

no había pensado en la posibilidad de hacer la presentación. En contra<br />

de lo no intuido, los dos van a hacer lo que no sabían si querían; si<br />

tendrían que pararse a pensarlo es lo que no deja la vida que de tan<br />

rápido como va, se ama justo a quien no te quiere y se rechaza al que te<br />

ama sin ni siquiera quererlo. (Si esto no se entiende, que lo explique <strong>el</strong><br />

caballero Alcor porque él entiende de lo sutil en <strong>el</strong> amor y este narrador<br />

no).<br />

En otro lado ha quedado don Quijote que continúa enfrascado<br />

escribiendo y escribiendo, algo que no es de extrañar si se sabe con<br />

795


seguridad que disfruta tanto como para escribir a mano las obras<br />

completas de don Quijote y Sancho, digo de Cervantes y Shakespeare.<br />

Escribiendo le cunde <strong>el</strong> tiempo porque se olvida que está viviendo.<br />

¿Cómo quedará <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do? ¿Será éste <strong>el</strong> mejor momento para<br />

realizar <strong>el</strong> mecanuscrito? Como esta pregunta no existe cuando se vive en<br />

presente, de los infinitos instantes que existen éste es justo en <strong>el</strong> que está<br />

sucediendo.<br />

La dispersión se puede meter hasta en la mente d<strong>el</strong> ecuánime<br />

narrador y cometer <strong>el</strong> desliz con los nombres que se pasean por la<br />

imaginación sin poderlos controlar. La siguiente excusa valdrá de<br />

explicación a la equivocación. Si uno está con ¿Qué es Matrix? que de<br />

momento se halla bajo secreto de sumario y los otros se van a meter de<br />

lleno en La Odisea de Claro, podría decirse que hasta aquí ha llegado la<br />

vida de este narrador. Esto es fácil de pensar cuando se empieza a<br />

especular pero si se sigue viviendo con decisión, alguna salida surgirá. Si<br />

es lo adecuado, quizá me toque experimentar <strong>el</strong> paro, un statu al que<br />

muchos se han acostumbrado y muchísimos van a conocer. [Ver Píd<strong>el</strong>e<br />

cuentas al rey, Fullmontis, Trabajo Basura, A nadie le gusta lo que hace.] Esto es<br />

lo que tiene <strong>el</strong> presente, que nunca se sabe lo que va a ocurrir y vives sin<br />

miedo.<br />

Mientras que todo es de una manera y acontece algo similar durante<br />

sucesivos días o incluso años, parece que nada va a cambiar y la mente<br />

crea esa aburrida realidad. Lo paradójico es que esa realidad realmente no<br />

existe pero la mente la crea constantemente. Puede que la persistente<br />

creación sea inevitable aunque se afirme que es artificial y que<br />

muchísimos querrían escaparse. De entre todos los daños colaterales d<strong>el</strong><br />

lenguaje, <strong>el</strong> pensar actual es <strong>el</strong> que puede doler más. Es posible que nadie<br />

se plantee la existencia d<strong>el</strong> narrador porque con no pensar lo que puede<br />

pasar cuando termine de leer la transcripción, es suficiente. Tantas cosas<br />

están cambiando por dentro y por fuera de la vida que no puede ser que<br />

todo siga igual.<br />

A lo largo de este viaje he aprendido tantas cosas como narrador,<br />

que ahora rescato dos para aplicárm<strong>el</strong>as:<br />

- «victimar» es una red neuronal que funciona igual que los<br />

programas de ordenador. Mientras que quieres reiniciarte cada mañana<br />

con ese programa pirata que se interpone a la naturalidad, vives bajo este<br />

aspecto de la programación. Matrix toma <strong>el</strong> control en esta emoción que<br />

demasiadas veces conlleva la depresión.<br />

796


- «decidir» crea una longitud de onda que anula <strong>el</strong> «Efecto Futuro»,<br />

algo que controla a las personas cuando se convierten en programas.<br />

Mientras que quieres reiniciarte cada mañana con ese futuro pirata que se<br />

interpone a la naturalidad, vives bajo este aspecto de la programación. <strong>El</strong><br />

Futuro de Matrix toma <strong>el</strong> control con este inexistente lugar que<br />

demasiadas veces conlleva la ansiedad.<br />

Como de momento sigo por aquí, o sea, la decisión está pudiendo<br />

con <strong>el</strong> paro, seguiré narrando porque es lo que me encanta hacer. Seguro<br />

que tal y como le sucedería a cualquiera, en más de una ocasión se pasará<br />

por la mente d<strong>el</strong> transcriptor caballero Alcor acabar en este punto o en<br />

cualquiera otro que se le presente y aunque parezca vertiginoso, no<br />

vamos a caer en la trampa d<strong>el</strong> futuro para saber lo que va a suceder en<br />

este instante presente de su mente. ¿Dará todo por terminado y<br />

comenzará la difusión de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do o continúa con la<br />

finalización de la transcripción? La duda es retórica porque un caballero<br />

reb<strong>el</strong>de es leal a su palabra y esto no tiene pinta de estar terminado.<br />

A veces y aunque sea con otras palabras, también es inevitable<br />

pensar, que si nos hubieran dicho la verdad, habríamos dicho que<br />

se metieran la pastilla roja por <strong>el</strong> culo. Esto es lo que tiene <strong>el</strong> presente<br />

cuando no está purificada la mente.<br />

Situémonos volviendo al presente: Sancho va a escuchar una<br />

presentación ¿sabiendo si es lo que quería?, <strong>el</strong> caballero Alcor va a<br />

resumir una presentación sin saber si es lo que querría y <strong>el</strong> narrador que<br />

hasta ahora sigue aquí, sabe que es imposible que <strong>el</strong> presente te eche al<br />

paro (aunque otros Aliens sí lo puedan hacer).<br />

—La Odisea de Claro r<strong>el</strong>ata <strong>el</strong> encuentro de Eugenia con <strong>el</strong> viejo<br />

Claro. ¿Por dónde quieres que empiece? —preguntó <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

todavía un poco desconcertado.<br />

—Por descifrar los nombres —respondió Sancho sabiendo lo que<br />

decía— para que no haya que hacer una nueva salida para esclarecerlos.<br />

Si dentro de 400 años tengo que volver para decir quién es quién, la<br />

coincidencia con esta realidad concreta iba a ser para mosquear.<br />

Escogemos una de las infinitas posibilidades pero que la transmisión por<br />

manuscritos suceda igual desde hace al menos cuatro siglos, puede dar a<br />

pensar que sea muchísima casualidad.<br />

—Claro recibió <strong>el</strong> nombre por su madre igual que tú recibiste <strong>el</strong> tuyo<br />

—presentaba <strong>César</strong> para centrar la conversación.<br />

797


—¡Pronto empezamos con las casualidades! —saltó <strong>el</strong> escudero—.<br />

No quiero interrumpir a cada paso pero tampoco quiero lagunas<br />

epistemológicas en la presentación. Ya hemos hablado que mi nombre es<br />

por <strong>el</strong> rey Sancho asesinado por orden de su hermano Alfonso VI; de la<br />

madre que me parió no se sabe ni <strong>el</strong> nombre porque debió de ser tan<br />

virgen como la de nuestro Señor.<br />

—Pensaba que recordabas que la madre de Sancho II <strong>el</strong> Fuerte se<br />

llamaba Sancha, ¡una casualidad más! Eugenia recibió <strong>el</strong> nombre por sus<br />

genes que debían de estar <strong>el</strong>egidos; «buenos genes» podría ser la<br />

traducción d<strong>el</strong> nombre Eu-genes. En la Época Umbrática, las mujeres<br />

escogen al varón seguro y viril para fecundar algunos de sus óvulos.<br />

Cuando la vida no va de cachondeo, hay que escoger a dedo y <strong>el</strong> varón<br />

dejarse escoger. Al parecer, Eugenia era un nombre habitual entre las<br />

herederas d<strong>el</strong> Clan. Es una joven que pertenece al espacio futuro que<br />

sucede después d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor.<br />

—<strong>El</strong> intríngulis comienza bien, señor caballero: dejando los nombres<br />

despejados desde <strong>el</strong> principio. ¿No hay más personajes?<br />

—Claramente resaltados no recuerdo más —repasó <strong>César</strong><br />

mentalmente—. Hay otros pero no tienen mayor r<strong>el</strong>evancia en la Odisea.<br />

—Tú sabrás; pues pasemos a las circunstancias que por lo que dices,<br />

pertenecen a lo imposible: <strong>el</strong> futuro —ironizó Sancho—. Que algo<br />

suceda en un espacio que no existe es un comienzo demoledor.<br />

—¿A qué te refieres? Hace un momento decías que iba bien.<br />

—A que no se lo puede creer ni dios. <strong>El</strong> futuro es la ciencia ficción.<br />

—¡No estoy nada de acuerdo Sancho! La ciencia ficción ya existe en<br />

presente; hace medio siglo podría parecer ficticio pero <strong>el</strong> paso de solo<br />

diez lustros ha convertido la ciencia ficción en la realidad de Matrix, <strong>el</strong><br />

presente auténtico. Las conductas que se profetizaban se han pasado de<br />

moda y ahora caemos en picado por un negro agujero ético d<strong>el</strong> que no<br />

conocemos <strong>el</strong> tapón.<br />

—¡Estamos en <strong>el</strong> espacio d<strong>el</strong> post-deber, <strong>el</strong> tiempo de la posthistoria,<br />

la decadencia de Civilización! —exclamó Sancho poniendo voz<br />

de anuncio—. Pero lo realmente inédito es que ¡Estamos al borde de la<br />

extinción!<br />

—Vas a parecer un anuncio de publicidad muy explícita y nada<br />

subliminal —bromeó <strong>el</strong> caballero.<br />

—Ya sé que al igual que «la realidad supera a la ficción» —consideró<br />

Sancho pasando de la implícita publicidad— estos tiempos que se viven<br />

798


superan a la ficción. Como puedes imaginar, si vinieras d<strong>el</strong> Siglo de Oro<br />

observarías como rarezas todo lo que ahora compartís como<br />

normalidades. Has comprobado cómo paseas por la gran ciudad con<br />

total normalidad y yo no he podido ni salir d<strong>el</strong> carromato contaminante.<br />

Ya sé que este presente era para mí <strong>el</strong> futuro y resulta que existe pero es<br />

inconcebible imaginar mayores dosis de ciencia ficción a las actuales.<br />

—Estaba hablando d<strong>el</strong> futuro y no de la ciencia ficción —aclaró<br />

<strong>César</strong>—. <strong>El</strong> espacio donde sucede La Odisea de Claro comienza en este<br />

tiempo de ciencia ficticia pero traspasa <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor que de<br />

momento y afortunadamente es Futuro. Claro traspasó <strong>el</strong> cambio de Era<br />

pasando de la Época de la Luz a la Umbrática.<br />

—¿A qué se debe nuestra fortuna, a que este tiempo se conocerá<br />

como la Época de la Luz?<br />

—A las condiciones medioambientales de las que todavía<br />

disfrutamos. Eugenia subraya las diferencias entre la actual Época de la<br />

Luz y la muy fría y sombría Época Umbrática en la que <strong>el</strong>la vive; no<br />

conoce la luz directa d<strong>el</strong> sol y aunque imagina que acostarse en la orilla<br />

d<strong>el</strong> mar envu<strong>el</strong>ta de arena caliente es un sueño maravilloso, realmente no<br />

siente lo que es en realidad. Sólo conoce <strong>el</strong> ambiente gélido de la<br />

glaciación que acontece después d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor; a veces, <strong>el</strong><br />

grupo al que pertenece se tiene que refugiar durante varios días dentro de<br />

las cuevas en las que viven porque no pueden estar a la intemperie so<br />

pena de quedarse cong<strong>el</strong>ados casi en <strong>el</strong> acto. <strong>El</strong>la es la Quinta<br />

Generación de Madres d<strong>el</strong> Clan. A veces, <strong>el</strong> viejo bromea llamándola<br />

«Eugenia Five» o Quinta Eugenia pero no debes de olvidar que las<br />

generaciones en la Época Umbrática pasan muy deprisa porque mueren<br />

antes; reproducirse rápidamente es algo que se les ha metido<br />

naturalmente en <strong>el</strong> tuétano d<strong>el</strong> ADN porque mueren porque sí mueren.<br />

O sea, imagina que una mujer puede embarazarse con 14 ó 15 años y<br />

cinco generaciones suponen 60 ó 70 años.<br />

—¿Me dices que vamos camino de la glaciación? Don Quijote ya me<br />

ha hablado de esto y lo compara con cualquier organismo vivo. Asegura<br />

que <strong>el</strong> aumento de la temperatura d<strong>el</strong> planeta es la fiebre de Madre Tierra<br />

que está subiendo; después, lo que debería acontecer porque es lo que<br />

hasta ahora ha sucedido y lo que pasa en cualquier organismo vivo, es la<br />

entrada en la glaciación.<br />

—Con tanto caos como hay en la Atmósfera —evaluó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—,<br />

que incluye chatarra orbital, chemtrails, agujeros negros y rayos Gamba,<br />

799


se podría pronosticar algo mucho peor; si fuéramos sólo hacia la<br />

Glaciación ¿dónde está ese documento para que ahora lo firme yo?<br />

—¡Y yo! —se suscribió <strong>el</strong> escudero—. Si los mandamases se quieren<br />

esconder y proteger hasta en <strong>el</strong> interior de «La Tierra Hueca» al que<br />

entraban por la puerta Xibalbá, Naturaleza puede partir Madre Tierra por<br />

la mitad como ya hizo con <strong>el</strong> Prestige para extirpar sin bisturí hasta al<br />

último representante d<strong>el</strong> virus mortal. No te puedes escapar de la muerte,<br />

te está esperando donde menos te lo esperas aunque te intentes esconder<br />

de <strong>el</strong>la. [Ver <strong>El</strong> séptimo s<strong>el</strong>lo.]<br />

—<strong>El</strong> periodo de transformación d<strong>el</strong> planeta es más corto de lo que<br />

se desearía pero además, lo estamos ac<strong>el</strong>erando a causa de este bienestar<br />

tan grotesco.<br />

—¿A qué te has referido cuando has dicho «este tiempo de ciencia<br />

ficticia»?<br />

—Por poner sólo un ejemplo reciente que revolotea en mi memoria<br />

cercana, <strong>el</strong> otro día leía en <strong>el</strong> periódico una noticia cuyo titular rezaba que<br />

«Un alto niv<strong>el</strong> de hormonas ¿causa de la infid<strong>el</strong>idad?» y <strong>el</strong> breve texto<br />

decía: «Un estudio publicado en “Biology Letters” sugiere que las<br />

mujeres jóvenes con altos niv<strong>el</strong>es de estrógenos son más proclives a ser<br />

infi<strong>el</strong>es a sus parejas.» [Ver <strong>El</strong> Público 16-01-09.] ¿Qué entenderías d<strong>el</strong><br />

sinóptico contenido?<br />

—Lo primero que te gusta leer sólo las noticias cortas, y sobre <strong>el</strong><br />

contenido, imagino que después de leer esto, cualquiera que quiera<br />

justificar sus comportamientos e incluso actitudes licenciosas, echará la<br />

culpa a los niv<strong>el</strong>es de estrógenos y no a su frágil voluntad, a su<br />

insoportable aburrimiento o a su corrupta moral. Si la gente supiera que,<br />

coincidiendo con las decadencias de los Imperios, la sociedad se contagia<br />

d<strong>el</strong> putiferio, podrían diferenciar entre los cientificuentos y la perversión<br />

cultural que incita a las conductas decadentes.<br />

—Si es una cuestión de los estrógenos, pensarán que la infid<strong>el</strong>idad es<br />

una cuestión «natural» y justificarán los cuernos que aumentan en<br />

volumen y en cantidad. La cultura de la información pastorea a los<br />

sapiens hacia los submundos que quieran llevarlos. Lejos de ser natural,<br />

es una cuestión eminentemente artificial.<br />

—Así que en vez de preocuparse de la infertilidad causada por la<br />

acidez d<strong>el</strong> organismo, se dedican a la infid<strong>el</strong>idad que agrava la<br />

acidificación d<strong>el</strong> cuerpo. Matrix es una fatalidad para quien se crea todo<br />

lo que dicen.<br />

800


—Matrix es una fatalidad aunque no te creas nada de lo que dicen<br />

—corrigió <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. Nos quieren engañar con cuentos chinos aunque<br />

los etiqueten de académicos. Afirmar científicamente este disparate es<br />

como decir que las mujeres sanas que tienen un niv<strong>el</strong> adecuado de<br />

estrógenos, muy superior al de las mujeres sedentarizadas, tienen <strong>el</strong><br />

sambenito, la potencialidad o incluso la exigencia de su falta de fid<strong>el</strong>idad.<br />

—¿Tienes a mano otro ejemplo para que descarte la casualidad?<br />

—pidió Sancho más todavía—. Dos testimonios otorgarían fid<strong>el</strong>idad a la<br />

teoría de los cientificuentos chinos.<br />

—En otro periódico pero esta vez en formato digital —concedió <strong>el</strong><br />

<strong>César</strong>—, leí otro llamativo titular: «Las aguas contaminadas "feminizan"<br />

a los machos» [Ver <strong>El</strong> Mundo Digital 20/01/2009.] Resumiendo <strong>el</strong><br />

artículo r<strong>el</strong>ataré su contenido: «La fertilidad masculina está en crisis y<br />

uno de los factores que pueden estar afectando a su menguante éxito<br />

reproductor es la polución de las aguas. Hay un nuevo grupo de<br />

sustancias químicas que actúan como antiandrógenos, es decir, que<br />

bloquean las hormonas sexuales masculinas. Estos antiandrógenos se<br />

encuentran en numerosas medicinas (tratamientos de cáncer) y en los<br />

pesticidas utilizados en la agricultura».<br />

—¡O sea, que estáis amariconados! —simplificó Sancho. ¡Ya lo decía<br />

yo sin necesidad de periodistas ni científicos.<br />

—Para ser científicos habría que decir destestosteronizados.<br />

—O sea —insistió más <strong>el</strong> escudero—, que la parálisis actual de los<br />

machos sapiens que no reaccionan ante nada, la mansedumbre que les<br />

invita a tragar con todo y <strong>el</strong> silencio cobarde ante la corrupción de los<br />

políticos, está causada por las aguas contaminadas de los ríos.<br />

—Yo no descarto que entre los factores que influyen a esta<br />

nauseabunda «feminización de los machos», los pesticidas más utilizados<br />

y las medicinas mejor vistas tengan ingredientes que ablandan a la<br />

sociedad en general y a los varones en particular. Cuando hice la mili<br />

decían que echaban bromuro a las comidas para mitigar la ansiedad<br />

pornográfica y evitar la proliferación de ayuntamientos homosexuales.<br />

¿Qué harán ahora?<br />

—Una parida como la copa de un pino —resumió Sancho después<br />

de entender a la ficticia ciencia—. Para la ciencia, la homosexualidad era<br />

una enfermedad hasta 1973 ¿ahora qué se van a inventar? Para la ciencia,<br />

la tierra era plana hasta mediados d<strong>el</strong> XVII y resultó ser que no. Para la<br />

ciencia, <strong>el</strong>la misma era determinista y resulta que ni <strong>el</strong>la misma sabía que<br />

801


tampoco. Para la ciencia, existe la influenza porcina, la cobarde gallina<br />

(gripe aviar) y las ratas de alcantarilla (sapiens sapiens=ratas de<br />

laboratorio) y cuando los civilizombis se enteren de las fábulas divinas,<br />

no les va a molar ná de ná. No sé si necesito un ejemplo más pero sí<br />

darte un consejo: Si das fechas, vas a dar pistas a los dioses; don Quijote<br />

es mucho más reservado en esta materia.<br />

—Me empieza a dar todo igual —aclaró <strong>el</strong> caballero Alcor—.<br />

—¡Bien! —y siguió Sancho con la Odisea para no pararse a pensar<br />

en <strong>el</strong> fiasco de la ciencia—. Así que Claro es un sapiens de los actuales<br />

que saben buscarse la vida, sobrevive a un aumento de la temperatura<br />

cuyas consecuencias se empiezan a acarrear ya.<br />

—¿A qué te refieres?<br />

—A que <strong>el</strong> medio ambiente se ha convertido en la causa más<br />

importante de los desplazados d<strong>el</strong> planeta, habitantes que no pueden<br />

vivir donde vivían por las consecuencias de las catástrofes ambientales<br />

que como la crisis, no han hecho más que empezar killing me softly.<br />

—¿Más que las guerras y las presas de la China?<br />

—Muchísimos más, es algo de lo que la gente normal no se quiere<br />

enterar.<br />

—Claro no es un sapiens exactamente —informó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—; nació<br />

en una tribu que vivía al margen de Civilización. Ahora existen muchos<br />

grupos de humanos que se han escapado de <strong>El</strong> Sistema y viven en<br />

«manadas» fuera, en la s<strong>el</strong>va y otros sitios apartados d<strong>el</strong> mundanal ruido.<br />

Su madre, Clara, debía de ser una mujer espacial de lo especial que sería<br />

porque por lo demás, tan humana como nosotros dos. Fuera <strong>el</strong>la o fuese<br />

<strong>el</strong> hijo, que es una conclusión que cada uno deberá sacar cuando lea <strong>el</strong><br />

manuscrito transcrito, <strong>el</strong> caso es que sabe devolver la paz a un mundo<br />

convulso y decadente. La vida se puso tan complicada que pasaron de ir<br />

cada uno a lo suyo a ir a rapiñar lo de los demás. La desigualdad<br />

desemboca en una demencia que se agrava por la escasez de recursos<br />

energéticos y de comida.<br />

—Es que una cosa es que los repartidores de butano hagan una<br />

hu<strong>el</strong>ga de unos días sabiendo todos que hay gas de sobra y otra, que un<br />

país entero se quede sin suministro de gas en pleno invierno. Decir un<br />

país entero es por referirme a USA, Rusia o China porque en <strong>el</strong> caso de<br />

EE.UU.ropa, habría que decir varios países (18) los que se quedaran sin<br />

gas de golpe. [Como ya ha sucedido en <strong>el</strong> 2009.]<br />

802


—Los alimentos también escasean —resumía <strong>César</strong> de La Odisea— y<br />

sobre todo, las condiciones medioambientales se ponen tan severas que<br />

se trata de sobrevivir a los vándalos pero además, al clima.<br />

—Y te sigues refiriendo a la Época de la Luz —se alarmó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Sí Sancho, estamos hablando de esta realidad que tenemos encima.<br />

—Encima, encima… ¡no! —r<strong>el</strong>ajó <strong>el</strong> escudero—. Lo que ahora<br />

tenemos encima es la decadencia d<strong>el</strong> Imperio Americano. La crisis<br />

generalizada es la trompeta que utiliza <strong>el</strong> áng<strong>el</strong> anunciador. Algunos<br />

predican que «esto» está terminando y resulta que no ha hecho más que<br />

empezar.<br />

—Parece que sabes lo que viene.<br />

—Si don Quijote tiene razón, de la misma manera que España pasó<br />

de ser <strong>el</strong> Imperio donde no se pondría <strong>el</strong> sol a ser un arrondisement de<br />

Francia, con <strong>Estado</strong>s Unidos va a pasar lo mismo. Con lo rápido que<br />

ahora va todo, si tu generación se cuida lo va a comprobar en versión<br />

resumida. USA se va al carajo y EE.UU. también; ¿Europa…? Más un<br />

poco después que un poco antes.<br />

—<strong>El</strong> Sistema se hace trizas por la corrupción pero Madre…<br />

—Madre Tierra —interrumpió <strong>el</strong> escudero— se las va a hacer pasar<br />

más canutas todavía. ¿Pero es que no conoces <strong>el</strong> Prólogo de nuestra<br />

salida? Se lo dije a los balidos y al rey: lo grave no es la crisis de<br />

conciencia que origina <strong>el</strong> saqueo d<strong>el</strong> entorno, la corrupción política y la<br />

decadencia socioeconómica actual; lo grave es que Madre Tierra está<br />

pasando la factura d<strong>el</strong> despilfarro medioambiental. ¡Hay que reaccionar<br />

ya!<br />

—Eso es lo que precisamente hace Claro —resumió <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—, diluye la violencia d<strong>el</strong> momento y al menos devu<strong>el</strong>ve la paz. ¡Se<br />

acabó <strong>el</strong> ojo por ojo y diente por diente!<br />

—Pero no puede evitar <strong>el</strong> desastre natural… —dijo Sancho<br />

averiguando—.<br />

—Está claro que se reaccionamos tarde —recapituló <strong>César</strong>—. La<br />

Odisea de Claro es un grito para que se evite tanta tardanza. Claro cuenta a<br />

Eugenia la transición medioambiental y la desembocadura de la crisis<br />

actual.<br />

—E imagino que será fatal —vaticinó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Como todas las anteriores —reconfirmó <strong>el</strong> caballero—. Los<br />

bárbaros, Genghis Khan o Atila se encargan de apisonar la versión de<br />

803


Civilización a la que llegó <strong>el</strong> tiempo de que no sólo quedara arrasada sino<br />

que además fuera desintegrada.<br />

—Y de postre ¡la extinción! —añadió Sancho.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor no respondió o lo hizo respirando un suspiro.<br />

—Pues si Claro no es un sapiens civilizombi, que venga dios y lo<br />

explique —reivindicó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Que los sapiens reaccionan tarde, que se dan cuenta tarde de las<br />

cosas, de las circunstancias y hasta de la vida. En una echada de siesta en<br />

la que intervino Urganda la Desconocida al comienzo de esta salida, se<br />

me impusieron unas letanías que no sé si escuchaba en sueños o<br />

directamente las grababas; seguro que sabes de qué te hablo porque<br />

considero que son causadas por tus didácticas intervenciones en mi vida.<br />

¿No es así, mi creador? Se hablaba de la indecisión, la duda, la dispersión,<br />

las apariencias… Los sapiens se podían arrepentir pero cuando<br />

Naturaleza toma cartas en <strong>el</strong> asunto, significa que es tarde para hasta para<br />

las procesiones.<br />

—En la Odisea, Claro aclara que su madre sugirió que actuara antes<br />

pero por lo que fuera, no lo hizo hasta después. La severidad ambiental<br />

debe de ser tan insoportable que hasta a «los sincronizados» con Madre<br />

Tierra les entra arrepentimiento.<br />

—No entiendo cómo no se enteran los sapiens actuales. Por muy<br />

entretenidos que estén con Matrix… ¡si hasta esa realidad está petando!<br />

[Ver lo que está pasando realmente en Islandia, California y otros países.]<br />

Quizá no se sepa si Claro se arrepiente por la extinción o por la tardía<br />

reacción.<br />

—No olvides un suceso esencial: al menos devu<strong>el</strong>ve la paz.<br />

—¿Te parece poco? Si además d<strong>el</strong> mal rollo que debe de dar <strong>el</strong> que<br />

se acabe con la estabilidad climática le añadimos <strong>el</strong> mal rollo social (no<br />

me refiero al terrorismo de los chorizos y navajeros sino a la violencia<br />

con la que se gestionan los recursos naturales, la escasez de alimentos y la<br />

psicopatía descontrolada global), no voy a dudar de que Claro sea <strong>el</strong><br />

Mesías, <strong>el</strong> Anticristo o… ¿cómo se le llama?<br />

—Cariñosamente, Eugenia a veces sustituye su nombre llamándolo<br />

«<strong>el</strong> viejo»; junto al nombre de Claro, no recuerdo ningún otro.<br />

—¿Y su madre?<br />

—Pues que aparte de ser madre, es mujer.<br />

804


—Ya sé que esto es la realidad de Matrix; si no, seguramente se<br />

llamaría realidad de Patrix.<br />

—¡Qué claro lo tienes Sancho, qué sutil! Hubiera querido<br />

concederme esta insólita afirmación pero veo que hay más gente que les<br />

ha visto <strong>el</strong> plumero. ¿Desde cuándo lo sabes?<br />

—No lo sé, debe de ser como <strong>el</strong> resto de todo lo que sé y tú mejor<br />

que nadie deberías saber por qué y desde cuándo lo sé. Pero quédate<br />

tranquilo porque ni don Quijote se ha percatado d<strong>el</strong> tema. Él siempre<br />

habla de dioses aunque recuerdo que al principio deslizó<br />

subliminalmente, que es como más os gusta, que <strong>el</strong> control, pastoreo,<br />

esclavización o somatización de los civilizombis de la subespecie suicida<br />

era una cuestión de ovarios y no de cojones, entonces no lo entendí. [Ver<br />

página 61 y 62.]<br />

—<strong>El</strong> Sistema, la realidad de Matrix o Civilización, llámalo como<br />

quieras, es un indiscutible matriarcado y la organización de la especie<br />

humana también —aseguró <strong>el</strong> <strong>César</strong> sin entrar en parecidos— pero las<br />

antepasadas de las diosas se equivocaron. Clara lo sabía muy bien.<br />

—Al parecer —sacó Sancho—, también lo sabe Isab<strong>el</strong> aunque 400<br />

años atrás lo podría haber sabido igual.<br />

—Cada uno debe de saber lo que hace, cuándo y por qué lo hace<br />

—añadió <strong>el</strong> caballero—. La vida no es tan simple como nacer,<br />

esclavizarse, multiplicar, jubilarse y morir para derechitos al paraíso ir; la<br />

vida es eterna. Si se le da validez a mi testimonio, puede asegurar que<br />

Isab<strong>el</strong> es una mujer que si ha hecho lo que ha hecho…<br />

Pasó un momento hasta que <strong>César</strong> lo completó con «<strong>el</strong>la sabrá por<br />

qué»; por su mente debió pasar una versión turbo-abreviada de todo lo<br />

acontecido con Isab<strong>el</strong>, desde que se reconocieron en <strong>el</strong> monte Salomón<br />

hasta nombrarle Caballero Alcor. ¿Dónde está <strong>el</strong> <strong>César</strong> aqu<strong>el</strong><br />

tridimensional? Volvamos de la Galia porque <strong>el</strong> escudero lo va a soltar.<br />

—Pues sin duda que es testaruda porque lo intente como Eugenia<br />

otra vez —arremetió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Ya empiezas con los enigmas sin resolver?<br />

—Es muy fácil caballero Alcor. Se trata de la misma mujer: ¡Isab<strong>el</strong><br />

Clara Eugenia!, que necesita que la humanidad se entere de la realidad<br />

real como sea. ¿Por qué no?<br />

Quien conozca al caballero Alcor sabrá que cuando su<br />

microprocesador funciona demasiado deprisa, a veces piensa «¡Qué más<br />

805


da!» Y realmente ¿qué más dará que sea Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia si con <strong>el</strong><br />

Prólogo de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do debería haber sobrado?<br />

Se plantean «dos hipótesis» de trabajo para que los que no quieran<br />

percibir la realidad, al menos se la puedan plantear. Una es la extinción<br />

de la especie humana para la que no hace falta mayor extensión porque<br />

desde <strong>el</strong> Prologo d<strong>el</strong> libro debería haber quedado todo dicho. Otra puede<br />

resultar novedosa aunque es de natural comprensión. En algunos<br />

momentos de la existencia de una especie, lo genuinamente femenino<br />

toma las riendas para canalizar maternalmente la crítica encrucijada;<br />

empieza a estar claro que a la especie humana, ese momento le ha<br />

tocado. ¿Por qué no va a ser Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia <strong>el</strong> ejemplo de parte de<br />

la vida eterna de una mujer? Si además de otros muchos<br />

descubrimientos, Isab<strong>el</strong> recuerda que la especie humana convive<br />

cariñosamente sólo bajo un Clan Maternal, su paso por esta época<br />

nuestra podría ser muy provechoso. La Era de los Machistas Patriarcas<br />

desaparecería de la historia pero no d<strong>el</strong> olvido para que no se volviera a<br />

repetir jamás tan pueril desatino. Al hilo d<strong>el</strong> matriarcado naturartificial<br />

sigue la historia de Claro.<br />

—Eugenia —continuó <strong>el</strong> caballero Alcor—, es un ingrediente<br />

especial de la tribu a donde llegó Claro. Es la heredera actual (en La<br />

Odisea de Claro) d<strong>el</strong> Clan que Guarda los Secretos en una manada<br />

compuesta de mujeres y varones; están organizados bajo la estructura de<br />

Clan guiado por una madre que puede estar emparejada.<br />

—O sea, que más o menos es hija de reyes.<br />

—Su madre es la líder de la manada y en puntuales aspectos, la que<br />

tiene la última palabra.<br />

—Desembucha lo que es <strong>el</strong> Clan —solicitó obviamente <strong>el</strong><br />

escudero—.<br />

—Los encargados de convertir en irreal la herencia de los restos de<br />

Civilización. Cualquier chatarra que apareciera de todos los cacharros<br />

que fabricaban los civilizombis, lo enterraban y era como si no existiera<br />

nada. Al no hablarse de <strong>el</strong>lo es como si no estuviéramos existiendo. La<br />

gente vive tranquila pero con cierto miedo porque existen «secretos» de<br />

los que nadie dice para que no se hable. Al parecer, cuando aparecía una<br />

lata de coca cola, la escondían y decían que realmente no existía.<br />

—¿Gente a la que le da miedo la herencia de la sociedad actual?<br />

—Gente que sobrevivió «por casualidad» y que no se enteraron de lo<br />

que realmente está ocurriendo; gente a la que le han trasmitido un pánico<br />

806


atávico por todo lo artificial, gente que no entiende <strong>el</strong> porqué su<br />

ocultación favorece tanto <strong>el</strong> control. No es lo mismo sentir compasión<br />

por los sapiens que se equivocaron con tanta evolución, que sentir un<br />

miedo fanático propiciado por las consecuencias de este progreso; algo<br />

que se convierte en una astilla clavada en la mente porque son secretos<br />

que no se entienden.<br />

—La verdad, si Eugenia estuviera insertada en esta realidad, iba a<br />

flipar tanto como yo pero entendería que las latas de chapa que entonces<br />

serán un secreto, ahora forman parte d<strong>el</strong> paisaje habitual. ¿Por qué no<br />

cuentan la realidad?<br />

—Esto es lo que hace Claro. Pasea entre las tribus que todavía<br />

existen esparcidas a lo largo de un Nuevo Mundo después d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong><br />

Resplandor y finalmente recaba en ésta. Sea porque sentía su avanzada<br />

edad o sea porque encontró a la mujer precisa, <strong>el</strong> caso es que reb<strong>el</strong>a la<br />

realidad real a la heredera d<strong>el</strong> Clan que mantenía otra transmisión<br />

ancestral.<br />

—Pues cuenta señor caballero, que parece mentira que te tenga que<br />

invitar.<br />

—La versión oficial d<strong>el</strong> Clan que Guarda los Secretos es que<br />

Civilización no existió; que todo comenzó con <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor y la<br />

herencia d<strong>el</strong> progreso actual la convierten en secreto. ¡Año cero, lo de<br />

antes no existió! Nadie habla de <strong>el</strong>lo porque no lo entienden pero todos<br />

saben que algo pasó antes.<br />

—No me creo que este periodo de varios milenios tan devastador, se<br />

pueda convertir en un arcano illuminatimente guardado —renegó <strong>el</strong><br />

escudero—. Imagino que <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor será una especie de Big<br />

Crash.<br />

—Realmente, Civilización se convierte en una astilla que todos<br />

sienten clavada en la mente pero al no hablar de <strong>el</strong>lo, dulcifican la<br />

punción. Es fácil imaginar que <strong>el</strong> recuerdo que deje Civilización en la<br />

memoria de la proteína c<strong>el</strong>ular sea de terror. Cualquier organismo<br />

int<strong>el</strong>igente se espantará ante la obra de las que quisieron «ser dios». Los<br />

humanos supervivientes que viven en la perplejidad actualmente podrían<br />

ser un caldo de cultivo apto para repetir la dominación. «Sólo debemos<br />

renunciar a una cosa Sancho: la dominación. <strong>El</strong> mundo no es nuestro; no<br />

somos reyes ni dioses. ¿Sabremos renunciar? ¿Tan valioso resulta <strong>el</strong><br />

control, tan tentador ser un dios?» [Cita textual. Ver Instinto.] Si<br />

807


transmiten de generación en generación que las latas de Coca Cola son <strong>el</strong><br />

eslabón perdido, nadie lo entenderá pero así será.<br />

—Más bien dicen «Que así sea», o sea, tal y como diga dios.<br />

—Pues eso Sancho, que las antecesoras d<strong>el</strong> Clan se obstinaron en<br />

repetir la faena de las diosas y Claro se obstina en que no vu<strong>el</strong>va a<br />

suceder.<br />

—Y con <strong>el</strong>los, Isab<strong>el</strong> Clara Eugenia (ICE) que se obstina también.<br />

—Qué insistencia más obsesiva. Eres tú <strong>el</strong> que no sólo se escandaliza<br />

por la materia incinerada en la Alemania de los nazis sino por la parálisis<br />

de los civilizombis que la toleran. Pues ahora no se trata de Isab<strong>el</strong> Clara<br />

Eugenia sino de que no se repita <strong>el</strong> Laboratorio Civilización. R<strong>el</strong>eeré <strong>el</strong><br />

final de La Odisea de Claro porque no tengo clara la sensación final;<br />

recuerdo que durante <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato, todavía no se sabe si tienen consciencia<br />

de que son los todavía supervivientes de un proceso de inexorable<br />

extinción o si sienten que ha sucedido un punto de inflexión ambiental,<br />

ergo la existencia de la especie humana en Madre Tierra va a durar más.<br />

Realmente ¿quién lo podría saber? Si aceptamos que la extinción de los<br />

dinosaurios fue total, podrían llamarnos catastrofistas y tacharnos de ver<br />

sólo la bot<strong>el</strong>la medio vacía porque efectivamente, todavía están los<br />

lagartos y cocodrilos, <strong>el</strong> único animal que mueve <strong>el</strong> maxilar superior.<br />

Quizá con los humanos pase igual y sólo queden los pigmeos.<br />

Percibir <strong>el</strong> colapso de una especie resta importancia a Isab<strong>el</strong> Clara<br />

Eugenia (ICE), un solo miembro de toda una especie.<br />

—Pues me voy ubicando señor caballero. Eugenia es la descendiente<br />

de unos padres de cuyos nombres no puedes acordarte pero sí que son<br />

los responsables de mantener secuestrado «Los Arcanos» y que la madre<br />

es la que los maneja.<br />

—Lo de «maneja» suena un poco peyorativo pero no me lo voy a<br />

tomar por lo personal —intervino <strong>César</strong>.<br />

—Si no se habla de Civilización es como si no existiera —siguió<br />

Sancho pasando de todo—; si no se habla de la Prehistoria es como si <strong>el</strong><br />

eslabón perdido existiera. <strong>El</strong> eslabón perdido debe de ser la extinción,<br />

que es <strong>el</strong> único nexo de unión entre la especie que se ha extinguido y la<br />

especie que se va a extinguir. Nos hemos convertido en un eslabón más<br />

de la cadena de especies que se extinguen. No existe eslabón perdido<br />

porque la causa d<strong>el</strong> mal rollo está en haber perdido <strong>el</strong> sentido común.<br />

Puede que Civilización fuera para Eugenia un «eslabón perdido» pero<br />

nosotros nos reb<strong>el</strong>amos para reivindicar que existimos. La realidad de<br />

808


Matrix existe y <strong>el</strong> eslabón perdido es un chiste porque la mentira es lo<br />

que más existe. ¿Qué piensas d<strong>el</strong> 11-S?<br />

—¡Venga ya, Sancho! ¿Me preguntas en serio o eres un descastado?<br />

¿Nos ponemos a recitar todas las mentiras que existen? Lo mismo te<br />

puedes poner a cantarlas y soy capaz de acompañarte con «<strong>el</strong> arte».<br />

—Siguiendo con los sucedáneos y no con <strong>el</strong> consu<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> arte,<br />

—revolvió <strong>el</strong> escudero— la tribu de Eugenia convive bajo un<br />

matriarcado pacífico pero debe de ser un poco huraño, como todos los<br />

que se r<strong>el</strong>acionan bajo ton<strong>el</strong>adas de escombros secretos.<br />

—No aceptan a Claro porque <strong>el</strong> que sea tan viejo es muy extraño. La<br />

gente muere tan pronto que la palman cuando sólo llegan a adultos y<br />

Claro es un abu<strong>el</strong>o que no pinta nada entre tanto ingenuo. Me imagino<br />

que sabrás que la edad de los patriarcas machistas antedilivianos se<br />

contabiliza en años lunares porque morían tan pronto que lo mejor era<br />

su absoluta tergiversación sin dar la explicación d<strong>el</strong> cambio de cómputo.<br />

Como en otros momentos de la historia real de la humanidad, sus<br />

representantes morían demasiado pronto para lo que estamos<br />

acostumbrados a vivir en esta época.<br />

—De alguna manera, ya había escuchado esta monserga —dijo<br />

Sancho influido por algún didactismo d<strong>el</strong> narrador.<br />

—Interrogado por los Jefes d<strong>el</strong> Clan —siguió <strong>el</strong> <strong>César</strong> con la<br />

aclaración—, deciden no aceptarlo entre <strong>el</strong>los y Claro se va. Pero<br />

Eugenia, que en calidad de heredera asistió a la importante reunión, sale<br />

a escondidas corriendo y lo encuentra cuando se alejaba por <strong>el</strong> camino.<br />

Le explica que <strong>el</strong>la sí ha entendido lo que ha reb<strong>el</strong>ado a los carcas d<strong>el</strong><br />

Clan y que necesita conocer al detalle lo que <strong>el</strong>la consideraba lagunas. No<br />

muy perdido d<strong>el</strong> espacio donde se asentaban, Eugenia conocía una cueva<br />

y se la ofreció a Claro como vivienda. <strong>El</strong> viejo aceptó la hospitalaria<br />

invitación y a partir de aquí comenzó la transmisión.<br />

—Y también la r<strong>el</strong>ación. ¿Por qué Claro decidió quedarse allí?<br />

—¿Terminaré alguna vez de contárt<strong>el</strong>o todo?<br />

—Entiende, señor, que todo este Archivo no se resumir en un<br />

suspiro. Yo entiendo que mi maestro y señor te esté esperando para<br />

reb<strong>el</strong>aros las consignas necesarias para la transcripción final de <strong>El</strong> <strong>César</strong><br />

V5. 3l Est4do, pero <strong>el</strong> presente invita a que se termine con toda su<br />

actuación para que quede completa la transmisión. Si estás aquí y ahora<br />

no estás allí ni después.<br />

809


—Tienes razón Sancho —dijo <strong>el</strong> caballero después de dar una<br />

profunda inspiración—. Claro vagó durante años por la Época<br />

Umbrática intentando conectar con algún grupo de humanos que<br />

estuviera apto para contar que Civilización existió. Se cruzó con<br />

desperdigados entre los que había descarriados y despistados,<br />

desorientados y malvados. Cuenta a Eugenia <strong>el</strong> viejo que en una anterior<br />

ocasión, tuvo trato con un grupo de repobladores en un asentamiento<br />

llamado Lesbos, una clara deformación de la implantación de un mod<strong>el</strong>o<br />

de matriarcado peculiar. Utilizaban a los varones como si fueran<br />

zánganos porque desde cachorros los educaban para esto y no se daban<br />

cuenta de la indigna sumisión ya que llegados a adultos, su mundo estaba<br />

redecorado así. La llegada d<strong>el</strong> viejo a Lesbos causó un gran revu<strong>el</strong>o;<br />

cuando las mujeres conocieron lo que era un varón en realidad, las<br />

disidencias se multiplicaron v<strong>el</strong>ozmente. No querían cuerpos varoniles<br />

sumisos a sus órdenes sino varones con carácter que equilibraran<br />

posibles conductas femicinas que acaban en la segura equivocación. Para<br />

no extenderme demasiado, resumiré este episodio con que no se quedó<br />

aquí porque consideró que un empacho de tan peculiar matriarcado se<br />

puede convertir en una matraca que necesita de mucho tiempo para<br />

digerir.<br />

—Quizá <strong>el</strong> entorno de Eugenia tampoco fuera <strong>el</strong> ideal porque<br />

mantener en secreto la preexistencia de Civilización no debe de ser un<br />

plato fácil de tragar.<br />

—Parece que quieres dirigir las decisiones de los otros y bastante<br />

tengo con las mías. Te estoy narrando una historia que sucedería así si no<br />

se estuviera contando. Las decisiones que otros tomen, <strong>el</strong>los sabrán <strong>el</strong><br />

cuándo y <strong>el</strong> porqué. A priori, he entendido la transcripción de La Odisea<br />

de Claro y me responsabilizo de su difusión general; no me meto en los<br />

pormenores de algunos porqués debido a la existencia de la Ley de la<br />

Causalidad. Quizá, si analizamos este tipo de detalles podría matizar<br />

algunas cuestiones pero en general, no me meto en las decisiones de<br />

nadie. Más podría interesarme <strong>el</strong> saber por qué Isab<strong>el</strong> me <strong>el</strong>igió a mí que<br />

por qué Claro <strong>el</strong>igió a Eugenia; cuando pienso en la primera parte de la<br />

frase anterior y percibo que mis recuerdos no llegan tan lejos con su<br />

misma nitidez, me digo antes de que <strong>el</strong> microprocesador de la mente se<br />

me pase de vu<strong>el</strong>tas: ¡Qué más da! Cada uno tiene su camino aunque sea<br />

maravilloso compartirlos.<br />

—Se me hace raro hablar d<strong>el</strong> futuro en pasado —analizó Sancho.<br />

810


—Es por hablar de La Historia d<strong>el</strong> Futuro.<br />

—Deja entonces que siga con un hilo conductor que habla de la<br />

r<strong>el</strong>ación de Claro con <strong>el</strong> presente —al que volvió tajantemente <strong>el</strong><br />

escudero—. Has dicho que en este mundo pero «fuera de él», existe un<br />

mesías que en un momento dado, aparece para devolver la paz. Este<br />

Claro que aparecerá es exactamente <strong>el</strong> mismo que <strong>el</strong> viejo que apareció<br />

un día en la vida de Eugenia.<br />

—<strong>El</strong> mismo Sancho —reafirmó <strong>el</strong> caballero—; a diferencia de<br />

Isab<strong>el</strong>, no estamos hablando de la eternidad. Es posible que tal y como<br />

reivindicas, Isab<strong>el</strong> y Eugenia sea la misma mujer; la inolvidable Isab<strong>el</strong> que<br />

conozco es una abu<strong>el</strong>a robusta pero muy mayor y la «futura» Eugenia es<br />

todavía muy joven cuando conoce a Claro.<br />

—Si lo que me mosquea ahora es Claro y no Isab<strong>el</strong> —especificó <strong>el</strong><br />

escudero—. ¿Crees que Claro puede haber nacido ya?<br />

—¡Yo que sé Sancho! —desvió <strong>el</strong> caballero airado—. ¡Qué preguntas<br />

haces!<br />

—No te escandalices tanto porque sabes perfectamente que eres <strong>el</strong><br />

responsable de <strong>el</strong>las. Que falte un lustro o que sea medio <strong>el</strong> que falte es<br />

algo que ahora da igual porque <strong>el</strong> presente es lo que vale. Hace casi un<br />

decenio, <strong>el</strong> arzobispo de Bolonia, una de las diócesis más ricas de Italia,<br />

cardenal Giacommo Biffi, de 71 años, dice: «<strong>El</strong> Libro de las Rev<strong>el</strong>aciones<br />

se ha cumplido. <strong>El</strong> Anticristo -bestia de las 7 cabezas-, aparece<br />

disfrazado de filántropo, defiende creencias como <strong>el</strong> vegetarianismo, los<br />

derechos de los animales, <strong>el</strong> pacifismo y promueve <strong>el</strong> diálogo con» todos<br />

(«ortodoxos y anglicanos» decía <strong>el</strong> monseñor. Ver <strong>El</strong> País 08/03/2000).<br />

Quería decir <strong>el</strong> jerarca de la iglesia que <strong>el</strong> Anticristo ya estaba vivo. ¿Por<br />

qué Claro no? ¿No será que son <strong>el</strong> mismo?<br />

—Sancho —dijo <strong>César</strong> en tono más sosegado—. Considero que<br />

todavía no vivimos los tiempos de Mad Max…<br />

—Y falta poco ¿verdaaad? —interrumpió Sancho—. [Ver Mad Max<br />

I, II, III.]<br />

—… pero cuando lleguen, Claro será un reb<strong>el</strong>de adulto —terminó <strong>el</strong><br />

caballero pasando definitivamente d<strong>el</strong> tiempo—. Por supuesto que tal y<br />

como profetiza <strong>el</strong> cardenal, es vegetariano, ama a los árboles, plantas y<br />

animales, es pacifista y facilitará que los sapiens no se automasacren. Que<br />

ese tipejo bífido lo presentara como <strong>el</strong> Anticristo es para repetir lo<br />

mismo que pasó con Jesús: que lo crucificaron por ser <strong>el</strong> Anticristo de la<br />

811


versión anterior. Lo que sí recuerdo es la vertiginosa ac<strong>el</strong>eración que<br />

adquiere la desintegración.<br />

—Será como en la franja de Gaza —comparó Sancho—, que un día<br />

se acuestan regular pero normal y al día siguiente desayunan con unos<br />

bombardeos que no se podían imaginar que se prolongaran tanto ni<br />

desembocar en algo atroz y además tan rápido. (<strong>El</strong> causal final debe de<br />

ser casual).<br />

—No hablo de este tipo de conflictos personales en los que al fin y<br />

al cabo, todos creen que saben si son judíos o son palestinos. Hablaba de<br />

Mad Max, <strong>el</strong> tiempo en <strong>el</strong> que no sabes ni quién es tu propio vecino ¿un<br />

potencial psicópata asesino? Sin duda, tanto en la actual Franja de Gaza<br />

como en <strong>el</strong> pasado B<strong>el</strong>grado, los ciudadanos condescendientes no ganan<br />

para sobresaltos; efectivamente pasan de desayunarse con excitante café<br />

a hacerlo con explosiones mortales.<br />

—Por lo que don Quijote ha soltado subliminalmente a lo largo de<br />

esta salida —dijo Sancho indicando <strong>el</strong> lugar que ocupaba <strong>el</strong> resto de los<br />

cómics en la estantería de la habitación—, la transmisión de lo que es<br />

Civilización se hace con Las aventuras de Astérix, todos esos cómics que<br />

tienes colocados allí.<br />

—Lo hace a través de su reproducción en miniaturas que llevaba<br />

consigo para utilizarlos en <strong>el</strong> momento preciso —explico <strong>César</strong>—. Sin<br />

duda, de entre todos los libros que he leído, en estos es en los que de<br />

manera más lúdica y real se expresa este entuerto al que se llama<br />

Laboratorio Civilización. De lo pequeñas que son las láminas sintéticas<br />

con su calco en miniatura que guarda <strong>el</strong> viejo Claro, Eugenia necesita una<br />

lupa para apreciar los detalles y los gestos que indican la equivocación<br />

Imperial de manera tan explícita. Por eso te he ofrecido los dos que se<br />

corresponden con los capítulos que vas a leer, para que te ilustres con las<br />

finezas d<strong>el</strong> visionario dibujante y con la brillantez d<strong>el</strong> guionista que<br />

mantiene <strong>el</strong> hilo conductor.<br />

—¡Madre mía! —dijo <strong>el</strong> escudero después de observar las viñetas de<br />

una página abierta al tuntún—; los modales y comportamientos de los<br />

salvajes tienen una mezcla de guerreros reb<strong>el</strong>des notables y de<br />

civilizombis carnívoros insaciables. Parecen muy descriptivos de la<br />

realidad de hoy.<br />

—La poción d<strong>el</strong> druida muta lo civilizombi en reb<strong>el</strong>día —desmontó<br />

<strong>el</strong> caballero—. Aunque parezcan tan actuales, se difundieron cuando yo<br />

nacía, han llegado hasta la ciencia ficción actual y traspasarán la frontera<br />

812


ambiental. Pero suceden en otra decadencia que por <strong>el</strong> nombre y las<br />

apariencias, parece diferente pero resulta que son exactamente iguales.<br />

Lo que más cambian son las personas, no los decorados.<br />

—Antes se llamaba Pax Romana y ahora se la mal llama Americana<br />

—resaltó Sancho—. No es saludable estar bien adaptado a una sociedad<br />

enferma.<br />

—¿Ya estamos con las citas? —preguntó <strong>César</strong>—. Nadie está más<br />

esclavizado que quien erróneamente se cree libre.<br />

—La mía es de Krisnamurti y la tuya de Goethe —rev<strong>el</strong>ó <strong>el</strong><br />

escudero—. La tuya tiene años ¿eehh?<br />

—<strong>El</strong> más libre de todos los hombres es aqu<strong>el</strong> que puede ser libre<br />

dentro de la esclavitud —citó <strong>el</strong> caballero Alcor—. Hablando de años,<br />

seguro que ésta no sabes de quién es.<br />

Pues sí —sorprendió <strong>el</strong> escudero—: de Francoise Fen<strong>el</strong>on, un tío<br />

que nació poco después de que «muriera» yo.<br />

—¡Cómo te quiere <strong>el</strong> transcriptor, querido Sancho! Te las sabes<br />

todas.<br />

—¿Sabes de quién es ésta?: «Alimentaremos la más cómica<br />

prostitución, masacraremos las revoluciones lógicas».<br />

—Pues no.<br />

—Es de Rimbaud y la dijo en 1871. ¿Crees que pasará lo mismo con<br />

La Reb<strong>el</strong>ión?<br />

—Ya está todo dicho Sancho —confirmó <strong>el</strong> caballero Alcor pasando<br />

d<strong>el</strong> futuro porque bastante tiene con <strong>el</strong> presente—, ¡ahora nos toca la<br />

acción: Reb<strong>el</strong>ión Ya!<br />

—¡Pues a ver si es verdad! —reivindicó <strong>el</strong> escudero—. Dejémonos<br />

de citas que recuerdan que al final, la vida sigue igual —canturreó<br />

Sancho— porque te he colado un gazapo que se te ha pasado.<br />

—¿A qué te refieres? —preguntó <strong>el</strong> caballero escamado.<br />

—Que debería llamarse Pax USAna para que rime con Americana<br />

porque Pax <strong>Estado</strong>sunidosiana suena hasta mal —se corrigió <strong>el</strong><br />

escudero—. Lo que sea menos Pax Americana que engloba mogollón de<br />

países que no tienen nada que ver con <strong>el</strong> festín de los que manejan a los<br />

dirigentes gringos.<br />

—Tienes razón Sancho pero es que se llama así.<br />

—Pues muy mal llamada.<br />

—Por lo que respecta a los cómics de Astérix de la Pax Americana<br />

que hablan de la Pax Romana —dijo <strong>el</strong> caballero Alcor—, son unos<br />

813


cómics eternos si reducimos la eternidad a esta obstinada pasión por<br />

dominar. Lo que se reb<strong>el</strong>a en <strong>el</strong>los es lo que está pasando con todos los<br />

Imperios, que surgen y se corrompen, que florecen y se marchitan, que<br />

se imponen y desaparecen, dejando <strong>el</strong> rastro de su perpetua<br />

equivocación. Eugenia acaba entendiendo que vive en la Pax Umbrática.<br />

—Sería Pax Umbraticiana para que rime con lo habitual —corrigió<br />

Sancho.<br />

—Eso no rima ni con cola.<br />

—Ya decían que todo es vanidad exclusivamente aunque utilizaran<br />

otras palabras: Sic transit gloria mundi. Debía de ser listo <strong>el</strong> viejo si traspasa<br />

los cómics de pap<strong>el</strong> a acetatos de plástico para que <strong>el</strong> frío y la humedad<br />

no demacraran <strong>el</strong> soporte. Lo mismo, <strong>el</strong> muy iluso, pensaba encontrar un<br />

proyector y energía <strong>el</strong>éctrica para facilitar su difusión.<br />

—Mira que eres entrometido Sancho.<br />

—Con un negro que le ha escrito <strong>el</strong> guión, a Claro no le cuesta<br />

trabajo realizar la transmisión. ¡Menudo morro que tiene!<br />

—No es fácil explicar la realidad de Matrix a quien no la conoce<br />

—explicó <strong>el</strong> caballero—. No me extraña que Claro se ayude de algo que<br />

no provenga de él porque cualquiera que no quiera (o no pueda)<br />

imaginar la existencia de Matrix, podría afirmar coherentemente que sólo<br />

es <strong>el</strong> invento de un viejo loco. Cualquier coterráneo de Eugenia e incluso<br />

<strong>el</strong> viejo Claro podrían pensar: «Es tan imposible que los sapiens no<br />

percibieran la llegada de la crisis ambiental, que lo que cuenta <strong>el</strong> viejo de<br />

Civilización y de la lata de Coca Cola (que por supuesto existió), es una<br />

chochez d<strong>el</strong> abu<strong>el</strong>o al que le patina la memoria y la mente».<br />

»Acompañarse de un testimonio Civilizado creado por dos galos y no<br />

por él, es la prueba de una realidad que existe a pesar de no existir.<br />

Imagínate la locura de querer contar algo que existió y que todos se<br />

niegan a creer. Para que te hagas una idea d<strong>el</strong> rechazo que supone<br />

cualquier sugerencia nueva, los d<strong>el</strong> Clan echaron a Claro d<strong>el</strong> territorio no<br />

sólo por su excepcional vejez sino por hablar de Civilización. «Es un<br />

reb<strong>el</strong>de p<strong>el</strong>igroso que cuenta la existencia de un algo que no existió»<br />

sentenciaron; realmente, es «un algo» de lo que no se pueden olvidar<br />

pero que no se lo quieren creer.<br />

—¿No se quieren creer que Civilización existe? —concretó<br />

Sancho—. Pues que vengan aquí y la «disfruten».<br />

814


—No se quieren creer que sus antepasados arruinaran las<br />

condiciones ambientales en las que vivían y rechazan la idea de que <strong>el</strong><br />

progreso fuera la causa de un malestar tan severo.<br />

—¿Y esos antepasados somos nosotros?<br />

—<strong>El</strong>emental querido Watson —respondió <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. No puedo<br />

asegurar que la especie humana tenga la llave que garantice <strong>el</strong> éxito d<strong>el</strong><br />

parón contaminador pero a veces imagino que la especie es capaz de<br />

poner un punto de inflexión.<br />

—Ya me has dicho —recuerda Sancho—, que tenías <strong>el</strong> sueño de que<br />

la especie se despidiera d<strong>el</strong> planeta con cariño pero poner un punto de<br />

inflexión en <strong>el</strong> desparramo ambiental, parece un milagro de los que no<br />

existen. Sobre tu decisión de ser presidente d<strong>el</strong> gobierno, tú sabrás. Te<br />

metes tú solo en una cueva de psicópatas y sin ni la ayuda de Alquife, <strong>el</strong><br />

sabio que sin ser Salomón se casó en segundas nupcias con Urganda la<br />

«de» Esconocida; la cosa se te pone fatal He conocido únicamente a tres<br />

balidos d<strong>el</strong> rey y son entes corrosivos que no se enteran de nada. Sólo<br />

quieren ser ricos y a los ciudadanos ¡que les den! Más que hipócritas, son<br />

mentirosos empedernidos que aplauden a la esperanza de la huerta<br />

cuando entremezcla al juez estr<strong>el</strong>la con la Ang<strong>el</strong>ina Jolie. No sabe esa<br />

tiparraca d<strong>el</strong> Bilderberg quién es realmente la otra personaje aunque<br />

esperemos que sí sepa que es más excitante que <strong>el</strong>la de aquí a Pekín. La<br />

ang<strong>el</strong>ical es zurda, es actriz y Barbie; o sea, que estando tan buenísima, lo<br />

mismo ni la otra ni nadie sabe quién esta divina mujer. ¿Es real o está tan<br />

retocada que ya no sabe ni <strong>el</strong>la quién es?<br />

—No compartimos los mismos gustos.<br />

—Ya, es que vos sois más resfinado.<br />

—¿No te irás a pensar que me gusta la otra? —quiso aclarar <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Por muy miope que estés, lo considero totalmente imposible<br />

—desligó brillantemente Sancho que además añadió—:<br />

—Mejor, así podremos salir a ligar sin estorbarnos.<br />

—Me niego a aceptar fácilmente que se reaccione tarde —planteó <strong>el</strong><br />

caballero aceptando la broma y volviendo a su candidatura—. Si de<br />

cualquier forma vamos a reaccionar ¿por qué no hacerlo antes? [Ver en<br />

Google Video Battle at Kruger en Internet.]<br />

—Entonces —supuso Sancho olvidando a la cómica presidenta—,<br />

apoyado por los cómics, Claro cuenta a la heredera d<strong>el</strong> Clan que Guarda<br />

815


los Secretos la existencia de Civilización. ¡Menudo hackeo a la señal de<br />

Matrix!<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Conocer Matrix es conocer <strong>el</strong> camino, saber exactamente<br />

dónde acaba y saber que es justo donde no quieres estar. Si Claro<br />

quiere interferir este círculo vicioso, se puede deducir que al <strong>el</strong>egir a la<br />

heredera de los arcanos va a conseguir cortar la señal de raíz. Es lo<br />

mismo que hiciste, Cide Hamete, con <strong>el</strong> príncipe Carlos; <strong>el</strong>egir al<br />

heredero de la corona más poderosa d<strong>el</strong> mundo para reb<strong>el</strong>arle la realidad<br />

real, habría tenido unas consecuencias planetarias inimaginables.<br />

—¿Te imaginas que un humano como Cervantes y Shakespeare<br />

—planteaba <strong>César</strong> absurdamente— hubiera realizado la misión para la<br />

que «<strong>el</strong> destino le puso en <strong>el</strong> mundo» en vez de convertirse en <strong>el</strong> rey de<br />

las letras?<br />

—<strong>El</strong> mundo sería diferente, tan diferente que eso es diferente.<br />

¿Qué más antecedentes conviene que sepa de La Odisea de Claro?<br />

—¿Qué más quieres saber?<br />

—¡Yo qué sé! —rebotó <strong>el</strong> escudero—. Todo lo escuchado me parece<br />

esencial pero no sé que más se puede saber. Me he fijado que <strong>el</strong> Clan que<br />

Guarda los Secretos serían tres iniciales CGS y cinco palabras ¡Qué<br />

casualidad! Y lo curioso además, es que CGS rime sonoramente con <strong>el</strong><br />

documental Zeitgeist (Ver las tres partes en http://video.google.com/<br />

videoplay?docid=8883910961351786332 o escribir Zeitgeist en Google).<br />

—La Odisea de Claro está plagada de referencias a la amistad y<br />

complicidad de Eugenia y Claro —explicó <strong>César</strong>—, lleno de cuadros d<strong>el</strong><br />

severo clima que los envu<strong>el</strong>ve, de la añoranza de Eugenia por <strong>el</strong><br />

desconocido ambiente templado actual. Describe la fugaz conexión<br />

mental entre los dos, capaz de traspasar tiempo y espacio. Describe las<br />

reticencias iniciales y no tan iniciales de Eugenia; cuando se iba<br />

enterando de los detalles de Civilización, no se los quería creer y la<br />

entiendo perfectamente. En La Odisea de Claro se habla de Civilización y<br />

de la gran equivocación de la especie también. Por ejemplo, Claro<br />

organiza <strong>el</strong> software de los sapiens de la siguiente manera:<br />

Programa Metafísico…. Carpeta R<strong>el</strong>igión/Carpeta Moral/Carpeta…<br />

Archivos: Pecado Original, Paraíso<br />

en <strong>el</strong> Más Allá, Penitencia<br />

Santísima Trinidad, Absolución...<br />

816


Programa Físico.……….. Carpeta Negocio: Archivos: Trabajo, Transporte,<br />

Titulación, Créditos, Su<strong>el</strong>do…;<br />

Carpeta Ocio: Archivos: Moda, Hobbies, Lectura…<br />

Subcarpeta Sports: Archivos: Fútbol, Basket, F—1…<br />

¿A que tú no necesitas que te detalle estas cosas porque ya las sabes?<br />

Sin esperar la respuesta d<strong>el</strong> escudero, <strong>el</strong> caballero siguió con la<br />

explicación.<br />

—Compartir los cómics de Astérix con una joven que no conoce <strong>El</strong><br />

Sistema, debe de ser una experiencia única y los copartícipes en la<br />

reb<strong>el</strong>ación, <strong>el</strong> transmisor y la receptora, forman parte de infinidad de<br />

momentos que no voy a poderte narrar pero que puedes leer. Imagina a<br />

alguien que no concibe la existencia de Matrix pero conoce tu lengua e<br />

incluso tus ideas y os podéis intercomunicar y también entender. Imagina<br />

las reacciones y comentarios de esa joven mujer ante <strong>el</strong> universo que se le<br />

abre cuando entiende que antes que <strong>el</strong>los (la Época Umbrática), existió<br />

Civilización. Imagina que todo esto sucede a través de los cómics Las<br />

aventuras de Astérix. Imagina miles de dudas de Eugenia; imagínate <strong>el</strong><br />

cariño que tendrían que compartir para que <strong>el</strong>la se enterara de esta<br />

realidad tan destructiva y Claro asumiera lo que Eugenia le «vomitó»<br />

cuando le responsabilizó de todo este desaguisado. Esto es lo que está<br />

escrito en esta transcripción.<br />

—No es lo mismo estar en Matrix que enterarte de que existe Matrix;<br />

tampoco es lo mismo saber que viene «un cambio climático lejano» que<br />

vivir la severidad de sus consecuencias. Los civilizombis tienen la ventaja<br />

de saber lo que es Matrix y Eugenia tiene la desventaja de padecer la<br />

estupidez sapiens. Seguramente lo que quiero hacer es leer al completo<br />

La Odisea de Claro y así conoceré todos los corr<strong>el</strong>atos.<br />

—Te voy a contar algo que <strong>el</strong> otro día me pasó —dijo <strong>César</strong><br />

comprendiendo la curiosidad de Sancho por conocer los pormenores d<strong>el</strong><br />

nuevo entresijo— para que entiendas que hay detalles sin mayor<br />

r<strong>el</strong>evancia que se pueden saltar de un resumen aunque formen parte d<strong>el</strong><br />

r<strong>el</strong>ato. La nov<strong>el</strong>a que tienes en <strong>el</strong> ratón de tus dedos está llena de matices<br />

porque intenta describir una realidad increíble, aunque sea concebible<br />

(por nuestros antepasados dinosaurios), a una «extraterrestre» (quizás<br />

con «extraSistema» podría valer): una especie d<strong>el</strong> planeta se vu<strong>el</strong>ve<br />

majareta y se dedica a destruir <strong>el</strong> planeta.<br />

—Rimas de maravilla —bromeó Sancho—; anda, ve a tu r<strong>el</strong>ato no<br />

sea que se vea <strong>el</strong> plumero d<strong>el</strong> subconsciente que gobierna tu mente con<br />

817


Heidi concretamente y otros r<strong>el</strong>atos intermitentes. [Ver, si se aguanta, la<br />

versión en dibujos animados pre-manga de Heidi.]<br />

—<strong>El</strong> otro día fui a declarar ante la juez por haber hecho media<br />

pintada —dijo <strong>el</strong> caballero presentando su cuento—. La agradable mujer<br />

me abroncaba por realizar con mi edad, una, por resumir, gamberrada.<br />

No pude más que sonreír porque imaginé que si por escribir cinco letras<br />

en un muro merecía un apercibimiento tan maternal ¿qué me diría la juez<br />

si se lee la transcripción de «esta pintada»?<br />

—Así que te gustó la señora juez —indagó <strong>el</strong> curioso Sancho.<br />

—Me encantó la dulzura de esta mujer aunque no le gustara la<br />

sonrisa con la que recibí la amonestación —compartió <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—, una sonrisa que no era más que la impotencia por no poder<br />

declararle <strong>el</strong> contenido amoroso y real de ésta sí, «mi» «pintada» [Leer <strong>El</strong><br />

<strong>César</strong> V5. 3l Est4do.] La mezcla de su fragilidad aparente con <strong>el</strong> candor de<br />

una riña de seda, unida al trato tan pulcramente respetuoso con <strong>el</strong> que<br />

tramitó la declaración, me va a hacer poner un punto de inflexión en<br />

cuanto a lo que pensaba de la Justicia. ¡Qué mujer más discreta!<br />

—¿Es un personaje más de La Odisea de Claro?<br />

—No sé ni cómo se llama pero no olvidaré su despedida.<br />

—Si lo decía precisamente por lo d<strong>el</strong> nombre —ironizó <strong>el</strong><br />

escudero— porque mientras ¿Qué es Matrix? está repleta de nombres, de<br />

neologismos y de pseudónimos, La Odisea de Claro no tiene más que dos<br />

personajes o se desconocen sus nombres.<br />

—Es una mujer tan real como tú y como yo.<br />

—No olvides que lo que logramos definir como real es únicamente<br />

ese momento infinitesimal de presente que ya ha pasado en cuanto<br />

queremos pensar en él.<br />

—¿Nos pertenecen nuestros pensamientos o las realidades?<br />

—soltó <strong>el</strong> caballero—. La realidad es una ilusión persistente pero lo que<br />

hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad.<br />

—<strong>El</strong> amor es lo que está en <strong>el</strong> beso y no es <strong>el</strong> beso —añadió <strong>el</strong><br />

escudero a este intermedio.<br />

—Si la mujer hubiera visitado <strong>el</strong> Mercado d<strong>el</strong> Oro Medieval —volvió<br />

a la senda <strong>el</strong> caballero Alcor—, podrías haberla conocido. En cuanto a<br />

los otros personajes de La Odisea de Claro, por supuesto que <strong>el</strong> viejo se<br />

encuentra con otras, por ejemplo en Lesbos. Pero si las quieres conocer,<br />

ya sabes lo que tienes que empezar a hacer.<br />

818


—¿Ni uno solo más de los personajes me vas a presentar? —insistió<br />

Sancho con procrastinación.<br />

—Por ofrecerte uno que a Eugenia le encantó conocer y de paso<br />

mitigar tu curiosidad, te diré, por ser <strong>el</strong> más extraordinario, que <strong>el</strong><br />

narrador.<br />

—¿Y ese quién es? —afinó <strong>el</strong> escudero cogiendo <strong>el</strong> hilo de una<br />

materia de la que iba a encontrar respuesta.<br />

—Sabía que la iba a cagar —pensó en voz alta <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

Sancho puso cara de satisfecho porque iba a escuchar y al caballero<br />

le tocó explicar.<br />

—Eugenia no sabía leer —explicó <strong>César</strong>—. En su manada, nadie leía<br />

ni escribía; era una de las herencias d<strong>el</strong> «eslabón perdido» y, o lo habían<br />

proscrito o simplemente no existía. <strong>El</strong> viejo enseñó a Eugenia este arte<br />

tan secreto y lo mantuvo igualmente secreto de cara al resto. Esto<br />

provocaba contradicciones en la joven mujer y fue <strong>el</strong> germen de una<br />

astilla que mantuvo clavada en su mente hasta que pasó algo un día.<br />

Claro le sugería que lo compartiera con <strong>el</strong> resto de la gente, que la<br />

escritura podría ser dañina pero no tenía por qué ser secreta; además, la<br />

lectoescritura es menos dañina que los recónditos arcanos. Sin embargo,<br />

Eugenia intuía que la destreza en esta habilidad era una de las<br />

prohibiciones atávicas y actuó de forma prudente. Durante un tiempo,<br />

simultaneó la doble intranquilidad que le producía <strong>el</strong> secreto de saber la<br />

existencia real de Civilización y saber leer y escribir en secreto, con la<br />

contradicción que le producía ser la heredera de <strong>El</strong> Clan que Guarda los<br />

Secretos. «¿Qué secretos» —pensaba <strong>el</strong>la— si <strong>el</strong> mayor secreto de un<br />

secreto es no mantenerlo secreto?» Por esto, si las diosas rev<strong>el</strong>aran su<br />

existencia «secreta» de manera más clara, se convertirían en descaradas<br />

[Ver Esencia de mujer, <strong>El</strong> hombre invisible, Batman (en la que una mujer salva<br />

la tierra), Dark City, Planeta rojo, Doce Monos, RKO 281, The Skulls, Blade, π,<br />

Replicant, Little Nicky.]<br />

»Entre los repobladores, nadie sabía ni lo uno ni lo otro. De hecho,<br />

cuando se enteraron que Eugenia se veía con Claro, surgió tanto revu<strong>el</strong>o<br />

que reunió urgentemente al Consejo; ser la heredera de la jefatura d<strong>el</strong><br />

Clan le otorgó unos privilegios que su madre quiso tolerar por encima de<br />

la decisión d<strong>el</strong> Clan.<br />

»Aceptada por los carcas la r<strong>el</strong>ación que mantuviera la heredera con<br />

<strong>el</strong> forastero, Eugenia no les supo exponer además su reb<strong>el</strong>ación. Que<br />

Claro siguiera cerca era como una herejía. ¿Qué hubiese supuesto reb<strong>el</strong>ar<br />

819


que escribía y además, que existe Civilización? Eugenia creó un «Mundo<br />

Intermedio» que, realmente, solo era suyo. En la oquedad cercana al<br />

cauce seco de lo que debió ser un gran río en la Época de la Luz,<br />

fabricaron un agujero lo suficientemente estrecho como para que <strong>el</strong> frío<br />

no se colara a su gusto y lo suficientemente grande como para que <strong>el</strong>la<br />

pudiera escribir La Odisea de Claro. <strong>El</strong> viejo le regaló las herramientas<br />

necesarias para hacer la transcripción: unos lápices y un cuaderno en<br />

blanco, que llevaba consigo formando parte de su ligero equipaje. Se<br />

notaban las hu<strong>el</strong>las de haberlo acarreado por todos los tiempos<br />

esperando a que llegara ese sincronizado momento. No te voy a contar <strong>el</strong><br />

esmero con <strong>el</strong> que presentó <strong>el</strong> regalo ni lo impecable que fue antes de<br />

enseñarla a leer, un hecho que empezó a suceder después de que Eugenia<br />

tomara la decisión de hacerlo, como tú con la de saltar de Dimensión.<br />

—Y cada decisión nos atará para siempre —interrumpió Sancho al<br />

hilo de lo que decía.<br />

—Eugenia —continuó <strong>el</strong> caballero haciendo un gesto de no estar de<br />

acuerdo con <strong>el</strong> hilo de Sancho— dejaba despreocupadamente los<br />

utensilios que utiliza para la transcripción en un lugar al que llamaron «La<br />

Scriba», no sé si en recuerdo a los egipcios sentados o a la raíz latina de<br />

escritora; pero después d<strong>el</strong> revu<strong>el</strong>o que se organizó al enterarse todos de<br />

su amistad con Claro, no los sacó de la cueva jamás e incluso los<br />

escondía por si los pudieran encontrar y enterrar como un recuerdo más<br />

de Civilización. Te podrás imaginar la contradicción en la que vivía la<br />

heredera d<strong>el</strong> Clan que sabía que lo que <strong>el</strong>la escribía, se podía considerar<br />

como un «inexistente» souvenir de una Civilización que no existió<br />

porque se mantiene en secreto. Esta metacontradicción ayudó a Eugenia<br />

a empezar a concebir la presencia real de esta realidad virtual conocida<br />

con <strong>el</strong> nombre de Matrix, poniendo un punto de inflexión en las<br />

reticencias que sentía desde los inicios d<strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato que le contaba Claro. <strong>El</strong><br />

rec<strong>el</strong>o original se transformó en total lealtad cuando según cuenta la<br />

Odisea, la gota final que llenó <strong>el</strong> vaso de los Secretos fueron las tres<br />

primeras viñetas de La Residencia de los dioses (Ver en Las aventuras de<br />

Astérix). A partir de ahí todo cambió.<br />

»La Odisea está llena de toponímicos que <strong>el</strong> viejo utilizaba para que<br />

Eugenia recordara algunas palabras. La Escritura es uno de esos<br />

ingredientes llamativos de Civilización que mereció uno de los nombres<br />

y por eso bautizaron a la cueva así. Reconozco lo dañino que es escribir y<br />

no me voy a meter en la decisión d<strong>el</strong> viejo pero entre escribir y que haya<br />

820


secretos… Iba a decir que me quedaría con lo primero pero no, ¡me<br />

quedo con nada! Ambos facilitan la creación de esta ilusión tan<br />

persistente que se hace aburrida.<br />

—¿Qué «algo» pasó un día? —preguntó Sancho por fin.<br />

—Lo tienes escrito, sólo tienes que leer <strong>el</strong> origen de la gota final que<br />

hallarás en estos capítulos.<br />

—¿Y justo ahí se explica lo que pasó? ¡Qué casualidad!<br />

—Explica la causa que puso un claro punto de inflexión en su<br />

confianza hacia Claro —expuso <strong>César</strong> p de la casualidad—; imagina lo<br />

que supone sentir cierta reserva hacia los testimonios de la existencia de<br />

Civilización a pasar a creerlos igual que nos lo creemos tú y yo.<br />

—Espero que esto no sea difícil que lo compartamos con <strong>el</strong> resto de<br />

los civilizombis —satirizó Sancho— porque estamos existiendo ¿no? ¿Te<br />

imaginas que todo esto fuera un sueño d<strong>el</strong> que vamos a despertar sin que<br />

la extinción sea <strong>el</strong> despertador?<br />

—Me encantaría que todo esto fuera una pesadilla mental —filosofó<br />

<strong>el</strong> caballero— y que la contaminación atmosférica y general sólo fuera la<br />

consecuencia de mi intoxicación personal. Hay veces que para saber si<br />

sueño o estoy despierto, me voy con la bicicleta a Alcalá en vez de al<br />

Parque Natural y pasear cinco minutos entre <strong>el</strong> tráfico de autobuses,<br />

coches, basuras y desperdicios, es suficiente para asegurarme que esto no<br />

es un sueño y que está pasando en realidad.<br />

—¿No ere’ jun poco ezageraó?<br />

—Unos se dan p<strong>el</strong>lizcos en <strong>el</strong> muslo para saber si dormidos o<br />

despiertos están y otros nos vamos en bicicleta a Alcalá.<br />

—¡Joder <strong>César</strong>! —exclamó Sancho cabreado—, ¿cómo sabes algo<br />

que no sabía ni dios?<br />

—¿Seguro que nadie?<br />

—Bueno, don Quijote.<br />

—¡Ahhh! —exclamó <strong>César</strong> para quedarse después con una sonrisa<br />

en los labios (¿dónde si no?)—. Subestimas mi control.<br />

»Si por lo que fuera consideras que sigo durmiendo —añadió<br />

después de unos segundos—, házm<strong>el</strong>o creer cuanto antes porque me voy<br />

a la s<strong>el</strong>va sin terminar con la transcripción de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.<br />

—No te entiendo.<br />

—Si lo de la extinción es sólo un sueño con argumento de pesadilla<br />

—lo intentó <strong>el</strong> caballero—, lo dejo todo y me pego la vida d<strong>el</strong> dios padre<br />

en vez de ponerla en su punto de mira. ¡Hemos destruido <strong>el</strong> equilibrio de<br />

821


Madre Tierra y con <strong>el</strong>lo arruinado nuestra continuación! pero ¡Hemos<br />

existido!<br />

Habrá querido decir <strong>el</strong> caballero ¡estamos existiendo! Pero le pillarán<br />

en más de un renuncio causado por su atemporalidad. ¿Quién sabe<br />

dónde está su mente en este preciso instante?, ¿estará en la Época<br />

Umbrática o en la de la Luz?<br />

—¿Cómo se puede ocultar nuestra presencia aunque sea «algo» tan<br />

destructor? —fisgoneó Sancho.<br />

—Con algo tan pueril como un eslabón perdido, justo como hacen<br />

con nosotros. Me avergüenza sentirme una parte infinitesimal de este<br />

virus tan destructor llamado Plaga Sapiens Sapiens y por no eximir mi<br />

corresponsabilidad, exijo que no sea un secreto para la posteridad.<br />

Recordarás que esta tarde me he quedado noqueado con <strong>el</strong> coche parado<br />

en Madrid, al entender lo que dices de la psicopatía urbana que me rodea,<br />

me envu<strong>el</strong>ve o me penetra; te he dicho que me encantaría tener a un<br />

simio como antepasado pero me entristece estar emparentado con unos<br />

antepasados humanos que utilizan grandes dones para ocultar la realidad<br />

fabricando secretos o arcanos. Pues ¡se acabaron los secretos Sancho, se<br />

acabaron los eslabones perdidos! Ni somos descendientes de un «eslabón<br />

perdido» ni consiento que se pueda convertir a Civilización en <strong>el</strong> eslabón<br />

perdido para mantener en secreto nuestro saqueo. Madre Tierra no se<br />

merece una especie tan cobarde ni que sigan mintiendo hasta la<br />

posteridad glacial.<br />

Fuera de la habitación reinaba un silencio impenetrable y todo está<br />

tan sereno que podría parecer que no se avecina la transformación d<strong>el</strong><br />

planeta. Es una renovación tan gigantesca que es inédita para la Especie<br />

Humana. Al margen de este puntual intervalo, los vendavales, las<br />

nevadas y los tormentos se siguen multiplicando por toda la tierra,<br />

incluida España.<br />

—No sé si lo debería saber evitar —confesaba <strong>el</strong> escudero— pero<br />

hay veces que cuando te metes varias parrafadas seguidas, se me ocurren<br />

cosas mientras te escucho. Intento integrarlas en <strong>el</strong> discurso pero con<br />

otras me quedo atascado e incluso con otras se me pira la pinza (volar<br />

con la cabeza más allá de Babia). La de ahora te la expongo para que su<br />

indispensable aclaración, no disperse mi mente por las estr<strong>el</strong>las.<br />

»Igual que Claro utiliza los Astérix para que Eugenia corrobore la<br />

existencia real de Civilización, <strong>el</strong> caballero Alcor puede utilizar <strong>El</strong> <strong>César</strong><br />

V5. 3l Est4do para ocultar su sino est<strong>el</strong>ar, vamos, para que nadie se entere<br />

822


d<strong>el</strong> cometido real que has venido a reb<strong>el</strong>ar y a realizar. Si por cualquier<br />

remota o posible casualidad nada de esto estuviera sucediendo en<br />

realidad, tú serías <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido y no sólo un «eslabón» encontrado más; no<br />

creo que te vayan a crucificar porque se ha pasado de moda pero… En<br />

fin, tú ya sabes.<br />

—¿Quieres decir que todo esto (<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do) puede ser un<br />

camuflaje y que yo lo haya creado todo solo, sin Isab<strong>el</strong>, ni Carlo, ni<br />

Alcor?<br />

—Hombre, con Alcor lo tienes más fácil pero con Isab<strong>el</strong> y Carlo…<br />

—supuso <strong>el</strong> maligno Sancho moviendo la mano y arrugando la cara.<br />

—Según presentas, mientras que Claro necesita de un soporte ajeno<br />

para confirmar la realidad que reb<strong>el</strong>a, yo fabrico uno para camuflar mi<br />

identidad.<br />

—¿Y no hay coincidencia ni casualidad?<br />

—¡Sancho!, lo que nos sucediera a Claro y a mí es justo lo contrario<br />

—¡Vale, vale! Al igual que las diosas lo dicen todo muy claro sin caer<br />

en <strong>el</strong> descaro, seguro también sabrán apreciar la alquimia que hay entre<br />

estas palabras. ¡Qué claros somos todos sin caer en <strong>el</strong> descaro! Entre <strong>el</strong><br />

nombre d<strong>el</strong> protagonista Mesías y <strong>el</strong> adjetivo «claro», me voy a empachar<br />

de la palabrita. Lo mismo se crea una longitud de onda tan potente que<br />

se convierte en <strong>el</strong> Rayo Claro que desintegra a los Rayos Gamba de las<br />

diosas pedorras. Lo mismo su madre le puso Claro porque sabía de<br />

antemano que era <strong>el</strong> que lo iba a tener más claro. ¿Cómo lo podría saber<br />

esa mujer y por qué? Y no me digas por que se llamaba Clara.<br />

—Todo es causal Sancho y habla con más respeto; podemos entablar<br />

una partida de ajedrez pero por nuestra parte será con caballerosidad;<br />

decir diosas y punto es lo natural. No me obligues a que te censure<br />

después.<br />

—Seguro que lo haces porque con lo que he soltado por mi<br />

lengua… —dijo <strong>el</strong> escudero adivinando—. No subestimo tu control.<br />

—Cuando Claro nació —prosiguió <strong>el</strong> <strong>César</strong> sin inmutarse—, no<br />

sabía que en su vida iban a suceder algunos acontecimientos que «regala»<br />

la Ley d<strong>el</strong> Karma y se acercan con la Ley de la Atracción. Fíjate que hay<br />

muchos personajes de ésta vuestra salida que aparecen por la profesión y<br />

no por <strong>el</strong> nombre o disimulados por cualquier rincón; son tan reales en<br />

esta realidad de Matrix, que respeto su derecho a la intimidad.<br />

»Habrá infinidad de detalles de los que no sólo se compruebe su<br />

veracidad sino además su realidad. Junto a <strong>el</strong>los está la Historia de<br />

823


Dulcinea y <strong>el</strong> caballero Carlo, d<strong>el</strong> príncipe don Carlos y F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong><br />

Pederasta, d<strong>el</strong> descubrimiento de los inmortales Sancho y don Quijote a<br />

los que la humanidad inmortalizará aún más y sabiendo <strong>el</strong> porqué<br />

además. Por supuesto que también estará la Leyenda de tu despacho con<br />

los balidos d<strong>el</strong> rey a la que los lectores decidirán si creer o no creer y<br />

además, la reb<strong>el</strong>ión de los tamagochis que al final han conseguido la<br />

bendición y no sabremos si la beatificación.<br />

»Puede que no sea idiota aunque «me vaya a comer <strong>el</strong> marrón» pero<br />

ser tan listo como para que ninguno de los millones de lectores y<br />

doctores de Cervantes y Shakespeare se halla dado cuenta de quiénes son<br />

en realidad personajes tan reales como reyes y cardenales… ¡No creo! (Se<br />

refiere a los personajes conocidos sólo por su profesión aunque también<br />

tengan nombre y a los conocidos por <strong>el</strong> nombre aunque también tengan<br />

palabra o don). Entonces <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do ¿es real o es virtual,<br />

decidimos que existe o que no existe? Todo esto no puede ser un traje de<br />

camuflaje sólo.<br />

—Lo más fácil será pensar que te lo han dicho todo pero ¿mira que<br />

si eres tú <strong>el</strong> que nos lo está diciendo a todos?<br />

—Cómo te gusta ejercer de abogado d<strong>el</strong> diablo —dijo <strong>el</strong> caballero<br />

sonriendo—. Cada uno tendrá que tomar y mantener sus propias<br />

decisiones y no olvidar que se pueden tomar otras que corrijan sólo a las<br />

equivocadas. La tierra fue plana hasta que «decidieron» que dejara de<br />

serlo quemando a los reb<strong>el</strong>des que exigieron la realidad real. En <strong>El</strong> <strong>César</strong><br />

V5. 3l Est4do se dirá lo que se está diciendo y no es una excusa para nada,<br />

es sólo un cuaderno de bitácora que narrará lo que nos está pasando.<br />

»Quien quiera pensar que es sólo cosa mía… ¡Bien! Quien quiera<br />

pensar que Reb<strong>el</strong>día viene desde los Caballeros Comuneros y desde <strong>el</strong><br />

Cid… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que en vista de que no lo hace nadie, los<br />

personajes inmortales os reb<strong>el</strong>áis y me habéis echado <strong>el</strong> muerto de la<br />

transcripción… ¡Bien! Quien quiera pensar que las diosas saben las<br />

inexorables consecuencias de «la equivocación», quieren poner un punto<br />

de inflexión y me toca comerme su marrón… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que <strong>el</strong> caballero Carlo y <strong>el</strong> caballero Alcor han<br />

tenido la sincronía de volverse a encontrar para reb<strong>el</strong>ar quién es quién…<br />

¡Bien! Quien quiera pensar que <strong>el</strong> ego ¿de Migu<strong>el</strong> o de William? quiere<br />

aclarar después de 400 años muerto quién fue él… ¡También!<br />

824


»Quien quiera pensar que los animales domesticados nos están<br />

gritando que los domados somos nosotros que estamos esclavizados<br />

hasta para mantenerlos cebados y cuidados… ¡Bien! Quien quiera pensar<br />

que soy un extraterrestre que viene de Alcor… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que Isab<strong>el</strong> es una de las diosas que me está<br />

utilizando… ¡Bien! Quien quiera pensar que Sancho es uno de los egos<br />

que me está controlando… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que tengo que ver con <strong>el</strong>las y que soy un<br />

infiltrado… ¡Bien! Quien quiera pensar que estoy contra <strong>el</strong>las y que<br />

menudo cante las estoy dando… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que soy un grano en <strong>el</strong> culo… ¡Bien! Quien<br />

quiera pensar que por liderar Reb<strong>el</strong>ión me van a reventar… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que soy un esclavo jodido o sujeto pasivo…<br />

¡Bien! Quien quiera pensar que soy un hacker indocumentado y que<br />

están encantados de haberme conocido… ¡También!<br />

»Quien quiera investigar por qué <strong>El</strong> Sistema me llama «Salvaje»<br />

cuando actúo en las Alpujarras… ¡Bien! Quien quiera saber por qué me<br />

llamo caballero Alcor… ¡Será un honor!<br />

Unas lágrimas resbalaron por las pestañas d<strong>el</strong> caballero sólo por<br />

recordar al ser que inspira su alias reb<strong>el</strong>de actual. Lo quiere como nadie<br />

puede imaginar.<br />

»Que defiendan algunos contenidos d<strong>el</strong> libro como voy a defenderlos<br />

todos (yo) para saber quién es quién. Si estoy r<strong>el</strong>acionado con las divinas<br />

nadie me hará nada y si no tengo nada que ver, nadie me tocará un p<strong>el</strong>o<br />

de la pi<strong>el</strong> hasta que <strong>el</strong>las quieran que me arranquen la cab<strong>el</strong>lera si es que<br />

me queda. Sucede igual con todos los que nos reb<strong>el</strong>amos y déjame<br />

recordar <strong>el</strong> recuerdo de tantos que han muerto por reb<strong>el</strong>ar la realidad:<br />

desde Giordano Bruno a todos los que ya conocerás. ¿Cómo se llama a<br />

esto, terrorismo de estado de baja, media o alta intensidad o terrorismo<br />

d<strong>el</strong> Sistema que <strong>el</strong> <strong>Estado</strong> hace nada por evitar?<br />

—También querrán saber porqué lo haces tú y eso no lo especificas<br />

—apercibió <strong>el</strong> escudero—. Tendrás a los sabuesos d<strong>el</strong> Cuarto Poder<br />

jodiendo la marrana e intentarán escarbar donde no les llaman para<br />

aumentar sus audiencias.<br />

—¡Qué va Sancho!, me tratarán como a la experiodista. Ya verás<br />

como todos somos iguales ante la Constitución y me respetan con la<br />

misma consideración y discreción que a la princesa gentil. Si no, los<br />

825


ciudadanos pueden darse cuenta de las grietas que tiene esta democracia<br />

de c<strong>el</strong>ofán, de barbis y de superstars.<br />

—¡Qué peregrino eres! Unas veces parece que lo controlas todo al<br />

attosegundo y en otras te fías hasta de tu sombra. Aunque tengáis una<br />

Constitución tan Magna, vas a comprobar lo iguales que sois los<br />

ciudadanos y diferenciarás cómo te dan <strong>el</strong> coñazo y lo respetuosos que<br />

son con la otra gentil igual que tú, al menos en lo que respecta a la<br />

Constitución. En lo de caballero y dama, se podrá encontrar matices y<br />

diferencias que resaltar cuando ése fuera <strong>el</strong> menester. Las fuerzas d<strong>el</strong><br />

orden deberían intentar que no te maten aunque su poder no tenga<br />

ningún valor en este punto pero ¿te podrán defender al menos d<strong>el</strong><br />

Cuarto poder? Lo tienes todo en contra y arremetes como don Quijote a<br />

los molinos de viento. Políticos psicópatas, ciudadanos hibernados,<br />

policías entretenidos y periodistas cegatos. ¿Lo haces para desfacer <strong>el</strong><br />

entuerto que mantiene a tu dama sola y cautiva y a ti sin su mirada y sus<br />

caricias o lo haces porque eres un reb<strong>el</strong>de inmortal que resurge cuando<br />

hace falta?<br />

<strong>El</strong> caballero siguió como si nada.<br />

—Quien quiera pensar que mi amada está cautiva y que liderando<br />

Reb<strong>el</strong>ión la voy a liberar… ¡Bien! Quien quiera pensar que soy «<strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>egido»… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que soy <strong>el</strong> mismo reb<strong>el</strong>de que <strong>el</strong> Cid<br />

Campeador o Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i… ¡Bien! Quien quiera pensar que<br />

soy <strong>el</strong> mesías… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que soy un loco que quiere ser presidente d<strong>el</strong><br />

gobierno… ¡Bien! Quien quiera pensar que soy un personaje que me<br />

debería conformar con <strong>el</strong> gobierno de Barataria… ¡También!<br />

»Quien quiera pensar que <strong>el</strong> caballero Carlo y <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

somos <strong>el</strong> mismo… ¡Bien! Quien quiera pensar que si se perdieron a<br />

Cervanpeare ya no van a dejar escapar esta segunda oportunidad…<br />

¡También!<br />

»Quien quiera pensar que Cervanpeare es mi maestro… ¡Bien! Quien<br />

quiera pensar que Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i liberó al caballero Carlo…<br />

¡También!<br />

»Quien quiera pensar que soy un granito de arena en la post historia<br />

moderna… ¡Bien! Quien quiera pensar que desequilibro la nov<strong>el</strong>a…<br />

¡También!<br />

—¿A cuento de qué viene esto? —preguntó <strong>el</strong> escudero flipado.<br />

826


—Estoy de cachondeo Sancho porque me encuentro alegre, ya te<br />

enterarás.<br />

Y siguió con la letanía para terminar.<br />

—Quien quiera pensar que la Cuarta Dimensión es un milagro…<br />

¡Bien! Quien quiera decidir que quiere dimensionar… ¡Ánimo!<br />

—Va a parecer que es cierto <strong>el</strong> que te empieza a dar igual todo.<br />

—No Sancho, me dan igual las opiniones. He dejado claro lo que<br />

está claro y mi proceso de despertar tuvo su chispa exacta con Isab<strong>el</strong> y<br />

después vino todo lo demás. Si no estuviera detallando todo lo que me<br />

está pasando, podrían acusarme de ocultismos y secretos; entiende que <strong>el</strong><br />

resto de los sapiens me va a conocer después de leer nuestro encuentro<br />

acaecido durante vuestra salida. Sólo los que no quieran entender la<br />

Reb<strong>el</strong>ación, no la atenderán o pensarán que es un milagro.<br />

(Aunque siga siendo una sugerencia y leer Cervantes y Shakespeare al<br />

completo, analizar los Astérix, ver las p<strong>el</strong>ículas sugeridas, ponerse al día<br />

en cuanto a la actualidad real con Internet o con lo que se quiera, dejar<br />

de trabajar o llegar a la decisión de hacerse insumiso fiscal puede parecer<br />

un poco largo, ayudaría a entender la Reb<strong>el</strong>ión y a lo que, entre otras<br />

cosas, se ha dedicado <strong>el</strong> caballero Alcor en estos últimos espacios).<br />

»Pasar de las opiniones es algo esencial que sucedió por la influencia<br />

de mi otro maestro en la génesis de mi «renacimiento» —recordó <strong>el</strong><br />

caballero Alcor a su tercer maestro en vista de que nadie le pregunta por<br />

él, quizá porque no interese quién es pero sí a él rememorarlo por lealtad<br />

a lo que él hizo por él—; sin él no sé qué habría sido de mi<br />

transformación. Sucedió una especie de chispa germinal que concatenó<br />

unas reacciones naturales imprescindibles y esenciales en mi vivir.<br />

Aprendí muchas cosas de él y ahora recuerdo una que nos viene al p<strong>el</strong>o.<br />

Lo citaré tal y como recuerdo que fue diciéndome algo que su amigo<br />

Abuchámid Algaz<strong>el</strong> dejó escrito en La balanza de las acciones.<br />

«Sea lo que quiera, yo no he de decírt<strong>el</strong>o. Cree que es un bien y no<br />

preguntes en qué consiste.<br />

Las opiniones son de tres clases:<br />

1. Aqu<strong>el</strong>las en las cuales se asocia en la manera de pensar d<strong>el</strong> vulgo,<br />

en aqu<strong>el</strong>lo que está a su alcance.<br />

2. Aqu<strong>el</strong>las según las cuales se contesta a todo <strong>el</strong> que pregunta y<br />

desea ser dirigido.<br />

3. Aqu<strong>el</strong>las que se reserva uno en su interior y que nadie conoce, sino<br />

aquél que participa de su misma opinión».<br />

827


—Después de esto, mi maestro me dijo así rememorando a su<br />

amigo:<br />

—«Y si en estas palabras no hubiere otra cosa (o no dieren otro<br />

resultado) que <strong>el</strong> de hacerte dudar de la opinión que has recibido como<br />

en herencia, ciertamente que ya sería esto de alguna utilidad, pues <strong>el</strong> que<br />

no duda, no observa y <strong>el</strong> que no observa no ve, y aqu<strong>el</strong> que no ve,<br />

permanece en la ceguera y en la perplejidad.<br />

—Luego, a manera de refrán aduce este verso:<br />

828<br />

Acepta lo que ves y deja lo que oyes.<br />

A la salida d<strong>el</strong> Sol no necesitas de Saturno».<br />

—Sabia apreciación. ¿Quién es su maestro?<br />

—Abucháfar Ibntofail.<br />

—¿Por qué citas a Algaz<strong>el</strong> en vez de a Ibntofail?<br />

—Porque mi maestro me lo presentó y la cita viene bien.<br />

—¿Para qué?<br />

—Para saber que llevamos siglos diciendo lo mismo.<br />

—¿De cuándo es esta gente?<br />

—Abuchafár d<strong>el</strong> siglo XII y Abuchámid d<strong>el</strong> XI. Según la versión<br />

oficial, compartieron Madre Tierra un año.<br />

—Pues ya que te pones así —sopesó <strong>el</strong> escudero—, citaré a otro<br />

sabio andalusí que don Quijote recita solo algunas veces, para que veas la<br />

r<strong>el</strong>ación que mantenían con tus persas:<br />

«¡Que Dios nos resguarde de la incertidumbre sobre <strong>el</strong> buen camino;<br />

que no nos imponga un peso mayor que nuestras fuerzas;<br />

que nos destine con su exc<strong>el</strong>ente ayuda<br />

una guía segura que nos encamine a obedecerle;<br />

que con su apoyo,<br />

nos otorgue un freno que nos aparte de reb<strong>el</strong>arnos contra Él;<br />

que no nos abandone a la flaqueza de nuestros intentos,<br />

al desfallecimiento de nuestras fuerzas,<br />

a la fragilidad de nuestra naturaleza,<br />

a la disputa de nuestros pareceres,<br />

a la mala <strong>el</strong>ección de nuestro albedrío,<br />

a la exigüidad de nuestro discernimiento,<br />

a la depravación de nuestras pasiones!»<br />

<strong>El</strong> collar de la paloma.<br />

Ibn Hazm de Córdoba. (994/1063).


—¿Querías reconfirmar que llevamos siglos diciendo exactamente lo<br />

mismo? Pues ¡toma! —completó <strong>el</strong> escudero.<br />

Ninguno de los ciudadanos<br />

que salen a dos columnas<br />

ha dicho una sola palabra<br />

de esta historia de España.<br />

Quiza sea porque en <strong>el</strong> cole<br />

nada les cuentan de esto<br />

y por eso ha resurgido<br />

la Fundación al-Ándalus.<br />

Quizá se cambie <strong>el</strong> cortar pijamas<br />

por Jardines en la Alhambra,<br />

quizá se cambie <strong>el</strong> que te chupen <strong>el</strong> pito<br />

por jazmines, albahacas y mirtos,<br />

azaleas, verbenas y clav<strong>el</strong>es,<br />

begonias, alegrías y tilos.<br />

Detrás de estas ocultaciones<br />

está la sacrosanta causalidad<br />

porque al parecer manda dios<br />

que los civilizombis no sepan<br />

que en al-Ándalus se vivía mejor.<br />

Cada uno con su credo,<br />

cada cuál con sus costumbres,<br />

cada uno con su dinero<br />

y respeto entre todos <strong>el</strong>los.<br />

Ahora todos se p<strong>el</strong>ean<br />

por imponer sus propios rezos,<br />

sus gorigoris y sus bostezos<br />

aunque se partan <strong>el</strong> pescuezo.<br />

Aunque sólo sea por lealtad<br />

a lo que ocurrió en la historia real<br />

de un momento de lucidez<br />

en <strong>el</strong> que convivían todos a la vez,<br />

atiendan al caballero Alcor<br />

cuando sin ningún interés personal<br />

les diga con mucho cariño<br />

que <strong>el</strong> afecto es lo mejor.<br />

Hay que ponerse de acuerdo<br />

para solucionar este entuerto;<br />

saben quién se come <strong>el</strong> muerto,<br />

decidan ante lo que se les ha impuesto.<br />

Civilización está en decadencia<br />

la corrupción está en <strong>el</strong> poder;<br />

si dejan decidir al ego<br />

ya saben a lo que nos atenemos:<br />

un atajo de psicópatas<br />

que utilizan a unos títeres idiotas<br />

van a ejecutar <strong>El</strong> Génesis<br />

por no reconocer <strong>el</strong> final.<br />

Si dejan al sentido común<br />

que resetee sus psiques dispersas<br />

algo se nos ocurrirá con amor<br />

ante la encrucijada de la Humanidad.<br />

Se va a hacer tarde demasiado deprisa;<br />

reaccionen con serenidad,<br />

int<strong>el</strong>igencia y ecuanimidad<br />

que si no se van a despertar<br />

con una hostia partida por la mitad.<br />

—Si no hubiera dado a Isab<strong>el</strong> mi palabra de realizar su transcripción<br />

—volvió <strong>el</strong> caballero Alcor a la senda por la que iban—, te aseguro que<br />

esto no nos estaría pasando. [Ver La palabra.] Debido a la Ley de la<br />

Causalidad, puede que tampoco estuviera en la s<strong>el</strong>va pero donde te<br />

aseguro que no estaría…<br />

Supo <strong>el</strong> caballero Alcor frenar a tiempo y pasó un rato hasta que<br />

respondió: «no sé dónde estaría». ¿Cómo lo va a saber si no lo sabe<br />

nadie? Además y por lo que les escucho, <strong>César</strong> no se acuerda de más allá<br />

de 400 años atrás y tiene grandes lagunas sobre <strong>el</strong> más acá; él sabrá cómo<br />

829


esu<strong>el</strong>ve sus adicciones. Pero de lo que sí se acuerda, cualquiera<br />

compartirá cómo lo dice y de lo plenamente encantado que está con lo<br />

que le está pasando.<br />

—He reb<strong>el</strong>ado la existencia d<strong>el</strong> Multiverso paral<strong>el</strong>o y la existencia en<br />

la Cuarta Dimensión —continuó <strong>César</strong>—, he reb<strong>el</strong>ado que las que están<br />

detrás d<strong>el</strong> montaje Civilización son diosas y no dioses, he expresado la<br />

decisión de ser presidente de España pidiendo la abstención de los<br />

ciudadanos y presentándome con <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, he deseado que la<br />

despedida de la especie humana de Madre Tierra sea con amor; he<br />

exigido que no se repita la destrucción que sucede poco después de la<br />

corrupción de los Imperios y que los sapiens no nos convirtamos en un<br />

secreto para nuestros humanos sucesores; afirmo que no somos los<br />

descendientes de un esclavón perdido y que <strong>el</strong> 11-S lo apañó «dios»<br />

como lo d<strong>el</strong> perdido eslabón. Estoy lanzando tres órdagos: a los<br />

civilizombis digo ¡¡Despertad!!, a las diosas digo que Matrix no se puede<br />

repetir y me encantaría poner a Madre Tierra «contra las cuerdas» ¿Te<br />

parece que todo me da igual?<br />

—La verdad es que puestos así… nada caballero Alcor —respondió<br />

Sancho expirando sonoramente con un «puuuuuffff».<br />

Se merecen este respiro… Incluso nos merecemos un respiro todos.<br />

Dos reb<strong>el</strong>aciones (y algunas más que deben estar entre las líneas), una<br />

decisión, hasta un deseo, dos exigencias y una afirmación doble, puede<br />

ser suficiente como para que nadie, por escuderil que sea su mente,<br />

pueda considerar que al caballero Alcor le da todo igual. Quizá siente <strong>el</strong><br />

escudero que cuando las cuestiones se plantean de manera sencilla y<br />

abierta, parece que no son nada. Los ciudadanos entenderán si <strong>el</strong> futuro<br />

presidente pasa de todo o si tiene una lupa espacial que le permite<br />

enterarse de todo.<br />

Puede que sea por recuperar la respiración solamente o puede que<br />

Sancho note que a veces se pasa por querer tener <strong>el</strong> control de la<br />

conversación soltando detalles que se podían quedar en <strong>el</strong> cajón; <strong>el</strong> caso,<br />

es que se han quedado callados. Él sabrá cuándo se pone a ejercer de<br />

abogado d<strong>el</strong> diablo contribuyendo a que <strong>el</strong> caballero Alcor sea más<br />

vulnerable. Como <strong>el</strong> susodicho parece pasar de mucho pero sólo de lo<br />

mundanal, es por lo que queda transcrito tal y como se ha dicho.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor acepta la espontaneidad d<strong>el</strong> escudero porque le<br />

encanta <strong>el</strong> lenguaje de los niños que preguntan sobre <strong>el</strong> dueño de la<br />

Galaxia sin cortarse un p<strong>el</strong>o y además, luego siguen jugando sin traumas<br />

830


ni complejos. Al igual que la curiosidad como astucia desagrada al <strong>César</strong>,<br />

la compensación de candidez por indiscreción es una debilidad d<strong>el</strong><br />

caballero Alcor. Cuando le pregunten los niños, entenderán porqué<br />

estaba aquí escrito.<br />

—¿Qué has querido decir con lo último? —dijo Sancho reanimado.<br />

—Que si la especie humana tuviera una reacción unánime y dejara de<br />

contaminar, ¿se «forzaría» a que Naturaleza tuviera que replantearse la<br />

extinción.<br />

—¡Qué imaginación! ¿Has visto? —arrimó Sancho <strong>el</strong> ascua a su<br />

sardina—. Si no hubiéramos hablado de esto, no me habría enterado. Y<br />

no es lo mismo saberlo que no saberlo.<br />

—¿Me estás vacilando o te ha picao un bicho? —dijo <strong>César</strong><br />

revu<strong>el</strong>to—. Se supone que <strong>el</strong> viaje que nos hemos dado y que tan bien<br />

resumes en media frase «Si no hubiéramos hablado de esto», ha tenido su<br />

origen en tu curiosidad por conocer a otro personaje sólo presentado<br />

como <strong>el</strong> narrador.<br />

—Es verdad, se me había olvidado. Pero no te extrañe tanto que en<br />

Matrix es lo «natural». De hecho, <strong>el</strong> germen de mi dispersión seguro que<br />

proviene de ti. ¿Por qué no lo terminas?<br />

—Muchos de los capítulos de la primera parte, no recuerdo ahora<br />

cuántos, están sin narrador. Después de manejar la escritura con cierta<br />

soltura y de haber comenzado con la transcripción, Claro descubre a<br />

Eugenia la posibilidad de inventarse un personaje que le ayude a r<strong>el</strong>atar<br />

su Odisea. Como con todo, al principio Eugenia se extraña porque le<br />

había quedado tan claro que fuera fi<strong>el</strong> a lo contado que transcribía casi de<br />

memoria cada frase d<strong>el</strong> encuentro. Podría haber necesitado más luz pero<br />

no taquígrafos porque su memoria es portentosa. Recuerda nombres<br />

«extraños» porque no tiene prejuicios sobre <strong>el</strong> lenguaje y para <strong>el</strong>la, todas<br />

las palabras son las usuales; lo comprobarás cuando la leas. Dicen que<br />

una cosa es perfecta cuando no cabe aumento sin que se menoscabe su<br />

perfección (6º dedo de la mano). Lo perfectamente correcto tiene esta<br />

característica: <strong>el</strong> añadirle algo constituye un defecto. Su memoria era<br />

perfecta pero al parecer, <strong>el</strong> viejo quería que no fuera tan textual y que se<br />

enterara de lo que escribía tomando un poco más de perspectiva. Con <strong>el</strong><br />

personaje d<strong>el</strong> narrador, Eugenia es capaz de crear un protagonista y<br />

abstraer una situación. ¡Se acabó lo literal, se acabo lo «de memorieta», se<br />

acabó la marioneta que repetía como una cotorra sin tener claro si creía<br />

lo que sabía!, y empezó su comprensión «natural» redactando con la<br />

831


fluidez que otorga la candidez. <strong>El</strong> r<strong>el</strong>ato contiene su impronta personal,<br />

la que tiene cualquier <strong>el</strong>egida que por algo lo será.<br />

—¡Qué memoria más privilegiada o qué vacío tiene <strong>el</strong> joven<br />

software! —admiró Sancho.<br />

—Eugenia es muy responsable, fi<strong>el</strong> a los r<strong>el</strong>atos y escrupulosa con la<br />

transcripción<br />

—Entonces igual que tú.<br />

—No Sancho, yo soy un desastre que se ha metido en camisa de<br />

once varas. No sé dónde estará escrito un comentario de Eugenia que<br />

dice para expresar su, a veces, impotencia: «¿Cómo voy a comprender<br />

este lenguaje si soy una muchacha sencilla que tiene la cabeza llena de<br />

palabras muertas?» Hay veces que yo tampoco sé cómo manejar unos<br />

manuscritos tan voluminosos, en ocasiones crípticos e incisivos en otras.<br />

—Pues vu<strong>el</strong>ve con lo que estábamos que estoy impaciente por<br />

empezar; parece que te vas a poner a victimar y yo no voy a ser tu<br />

salvador.<br />

—Después de devanarse los sesos por abstraer al personaje d<strong>el</strong><br />

narrador (no es fácil), la «FiVe» tomó la decisión de adoptarlo y recibió<br />

una «compañía» que la ayudó a r<strong>el</strong>ajarse. <strong>El</strong> narrador es tan fundamental<br />

en una nov<strong>el</strong>a que puede ser un protagonista más. Si lo quieres<br />

confirmar, pregúntas<strong>el</strong>o al más reconocido nov<strong>el</strong>ista de todos los<br />

tiempos que está escribiendo ahí al lado. <strong>El</strong> narrador fue quien dio vida a<br />

sus palabras mereciendo que Eugenia hiciera una fiesta en su honor. ¡No<br />

me preguntes por la fiesta!<br />

—¡Lo que <strong>el</strong> caballero Alcor dice d<strong>el</strong> narrador es real Sancho! —gritó<br />

don Quijote desde la habitación de al lado que en ese instante debía de<br />

estar al plato y a las tajadas.<br />

Sancho se quedó sorprendido porque de entre las infinitas<br />

posibilidades que existen (algunas menos con respecto a los personajes),<br />

lo que menos se podría esperar es que escogiera a alguien tan inasible<br />

que ni tiene en cuenta. ¡Cómo gusta que nos sorprendan! Se agradece la<br />

<strong>el</strong>ección de Eugenia y la consideración d<strong>el</strong> caballero Alcor; se subraya lo<br />

minucioso y atento que es.<br />

Como sabemos que Sancho no se casa con nadie, fíjense cómo va a<br />

gratificar la aclaración.<br />

—Tranki, que lejos de dispersar quiero hacer una observación. No sé<br />

qué pensar d<strong>el</strong> viejo porque entre la escritura, <strong>el</strong> leer y enseñar a<br />

polifragmentar <strong>el</strong> software desdoblándote en otros personajes, no sé si es<br />

832


un Mesías o un adiestrador empedernido de psicópatas. Don Quijote ya<br />

me ha f<strong>el</strong>icitado por aceptar sin complejos mi pap<strong>el</strong> de escudero y sobre<br />

<strong>el</strong> narrador nunca he sabido quién es aunque a partir de ahora, pondré<br />

más atención (¿Para qué, si hasta que no te leas no me vas a conocer?).<br />

—¿Eras tú <strong>el</strong> que me corregías cuando has puntualizado con la Pax<br />

Umbraticiana en vez de Umbrática? Si existe Pax existe <strong>el</strong> control;<br />

mientras que haya cualquier tipo de control o de secreto, existe <strong>el</strong> ego. Si<br />

hay ego hay alter ego y <strong>el</strong> lío está servido aunque se viva de manera<br />

«¿normal o natural?». Quizá en un paraíso original en <strong>el</strong> que no haya<br />

lenguaje verbal no debe existir ni la escritura que polifragmenta <strong>el</strong><br />

software ni la lectura que te predispone, pero la realidad se vive en<br />

presente con lo que hay y si esto es lo que está, hay que saber disfrutarlo.<br />

»Sé que estoy viviendo las consecuencias de una herencia que<br />

comenzó con una equivocación y morirá por la obstinación en su<br />

perversa repetición. Sé que transcribiré <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do en un<br />

ordenador alimentado por corriente <strong>el</strong>éctrica. Sé que a falta de uno, son<br />

dos los coches que utilizo y que vivo en una casa descomunal para lo que<br />

ahora necesito. Pero simultáneamente a esta longitud parcial de la onda<br />

lúgubre e infernal de la actualidad (por crisis generalizada y preapocalíptica),<br />

siento con plena intensidad que vivo en un momento<br />

maravilloso y lúcido de la Humanidad.<br />

—¿Y eso?<br />

—Tenemos más fácil que nunca percibir esta hegemonía divina que<br />

ha pervertido <strong>el</strong> paraíso original para encima cinc<strong>el</strong>ar un eslabón más en<br />

la «evolución» de la cadena de especies en la encrucijada de la extinción.<br />

—¡Pues menudo muerto nos ha tocado! —victimó Sancho—.<br />

Siempre es mejor no pertenecer a la especie candidata a la extinción que<br />

sí pertenecer y por cierto, con las presidencias de los gobiernos sucede<br />

igual: no es lo mismo no estar entre los candidatos que sí estar; más, si<br />

no tienes partido político que te apoye y que te favorezca cuando hace de<br />

clac. ¿No es cierto que los muy mamarrachos son capaces de aplaudir a<br />

sus compinches hasta cuando se portan como groseros/as? ¿No es cierto<br />

que se espían unos a otros, los mismos a los suyos y todos a todos? ¿No<br />

es cierto que lo pagan con los impuestos de todos? ¿No es cierto que<br />

están corruptos hasta las cejas y no sólo Mr. Bean «<strong>el</strong> cejas»? ¿No es<br />

cierto que lo saben, mienten, roban y callan? ¿Dónde te vas a meter? Ya<br />

te lo he advertido antes: te vas a enterrar en una incubadora repleta de<br />

los peores psicópatas: los políticos, y además, tú solito: ¡estás loco!<br />

833


Necesitas a alguien que te haga reflexionar, consulta con la mujer que te<br />

dijo que Matrix estaba plagada de psicópatas o al menos, ten muy a mano<br />

<strong>el</strong> Grimorio, <strong>el</strong> Picatrix, <strong>el</strong> Tárgum, <strong>El</strong> arte de la guerra, Las Tablas Alfonsíes,<br />

Las Tablas d<strong>el</strong> Lapidario, <strong>El</strong> Libro de la Ochava Esfera y <strong>El</strong> Libro complido en<br />

los judizios de las estr<strong>el</strong>las. Usa la sindéresis, la ordalía y si te hace falta, hasta<br />

la metoposcopia (Ver en <strong>el</strong> María Moliner, otra mujer).<br />

—Si necesitara algún consejo, que no —consideró <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—, ése alguien podría ser únicamente <strong>el</strong> caballero Carlo y seguro<br />

que está disfrutando de lo lindo con la escritura de los mecanuscritos<br />

digitalizados para que Reb<strong>el</strong>ión esté en la cabeza de todos...<br />

—...y no la pueda parar ni dios —interrumpió Sancho para bendecir<br />

La Reb<strong>el</strong>ión—. ¿Nunca te sientes como Lao-Tse?<br />

—¡Joder tío! —rechazó <strong>el</strong> caballero cansado de un viaje por todos<br />

los tiempos y espacios— ¿a dónde me vas a llevar ahora?<br />

—Al bibliotecario de la corte imperial china de tiempos d<strong>el</strong> Buda y<br />

de Confucio —salió <strong>el</strong> escudero—. Hastiado por la decadencia de su<br />

época, este filósofo partió hacia occidente y dictó a los guardianes de la<br />

frontera d<strong>el</strong> reino <strong>el</strong> Tao Te King, origen d<strong>el</strong> taoísmo. ¡Siempre hay<br />

decadencias señor caballero!; como ves, los sabios chinos también se dan<br />

<strong>el</strong> dos porque contra los bóxers, nada se puede hacer.<br />

—¿Cuándo decides que por fin sabes algo para reaccionar de una<br />

vez? —cortó <strong>el</strong> caballero aludiendo a la postergación d<strong>el</strong> comienzo en la<br />

lectura de Sancho con infinitas preguntas—. (Cuando se lee, no se ven<br />

algunos gestos y <strong>el</strong> que acaba de hacer <strong>el</strong> caballero no se puede traducir).<br />

—Nunca.<br />

—Pues entonces, ¡no te metas tanto con los civilizombis!<br />

—¡Para <strong>el</strong> carro Baldomero! y no te conviertas en <strong>el</strong> abogado de los<br />

pleitos pobres… y de los divinos. No puedo llamar pedorras a las<br />

troglodiosas y ahora defiendes a los sapiens civilizombis. Realmente,<br />

nunca sabes cuándo lo sabes todo porque si vu<strong>el</strong>ves a pensar una cosa, la<br />

puedes volver a re<strong>el</strong>aborar y mejorar constantemente.<br />

—Éste es precisamente <strong>el</strong> círculo vicioso de la cuestión, <strong>el</strong> germen de<br />

la contaminación mental y <strong>el</strong> inicio de esta «evolución». Y ¡es una<br />

equivocación! —subrayó <strong>el</strong> caballero—. A mí me pasa lo mismo y no sé<br />

cómo me desenvolveré con la transcripción d<strong>el</strong> mecanuscrito porque<br />

puedo darle miles de vu<strong>el</strong>tas, añadir, mejorar o re-redactar sin que exista<br />

un final. «Pensar» es parte de la programación y es una equivocación que<br />

nos ha vu<strong>el</strong>to locos. Tratándose de algo tan sencillo como meditar, por si<br />

834


en algún momento la mente hace la trampa de volverse a activar, y ¡mira<br />

la que hemos montado con tanto pensar!<br />

—Un mal rollo al que se llama ¡La Evolución de la realidad de<br />

Matrix! —completó Sancho con voz c<strong>el</strong>estial—. De tanto pensar no<br />

saben ni que se van a extinguir. Por lo que hablas, parece que la r<strong>el</strong>ación<br />

d<strong>el</strong> viejo y la <strong>el</strong>egida se mantuvo largo tiempo pero como nosotros nos<br />

hemos conocido hace un rato, no sé qué pensar… si es que pienso.<br />

—Pasaron unos meses hasta que aprendió la lectoescritura —contó<br />

<strong>el</strong> caballero— y algunos más hasta que Claro le pidió que transcribiera su<br />

Odisea. No lo puedo determinar porque tampoco se especifica en <strong>el</strong><br />

argumento. Recuerda que solamente cuentan con la tamizada luz solar<br />

durante seis horas diarias. No tienen <strong>el</strong>ectricidad y Claro no quiere<br />

quemar las retinas de Eugenia con la luz de las antorchas.<br />

—¿Conocen <strong>el</strong> fuego?<br />

—¡Por supuesto Sancho!<br />

—Pues no tenía que estar tan claro.<br />

De pronto, sonaron unos ruidos al otro lado de la ventana y Sancho<br />

preguntó quién osaba interrumpir un silencio tan estable. Al saber que<br />

era Alcor, pidió a <strong>César</strong> que quería estar junto a él, que disculpase la<br />

interrupción y que retrasase un instante más las ganas que tenía de<br />

acompañar a su maestro. Al tratarse de Alcor, <strong>el</strong> caballero aceptó<br />

gustosamente la interrupción e indicó a Sancho la manera en la que<br />

podían estar juntos los tres. No había más que ir a buscarlo y<br />

acompañarlo hasta aquí.<br />

—¿Pero si no me va a hacer caso? —supuso <strong>el</strong> escudero—. ¡No me<br />

conoce!<br />

—Hazle caso tú a él; Alcor sabe todo lo que tiene que hacer y es<br />

alegre, leal, fi<strong>el</strong> y sobre todo, cariñoso y sincero como nadie. No olvides<br />

que vas a ir a buscar a uno de mis tres maestros; <strong>el</strong> otro lo tienes ahí al<br />

lado y d<strong>el</strong> tercero no me vas a preguntar nada más. Siéntete con él como<br />

cuando estás con don Quijote y trátalo igual. Él sabrá traerte hasta aquí<br />

de vu<strong>el</strong>ta por si te pierdes. Sígu<strong>el</strong>o y él te llevará… a la realidad real.<br />

Obviamente, Sancho subió a invitar a Alcor a que participara en tan<br />

trascendental reunión y <strong>el</strong> caballero se quedó esperándolos mientras que<br />

estiraba algunos tendones de sus musculillos.<br />

No pasó ni un momento cuando Sancho se presentó con Alcor.<br />

Después de saludarse y de acomodarse los dos, Alcor encontró<br />

835


fácilmente su sitio y se acostó a escuchar o a meditar, su mayor<br />

especialidad.<br />

—<strong>César</strong> ¿por dónde íbamos?<br />

—Inventando <strong>el</strong> fuego.<br />

—Es verdad y tenía que terminar —se reseteó Sancho—. Como te<br />

decía, si su<strong>el</strong>tas a un friki actual en medio de la glaciación sin un<br />

mechero, me apuesto lo que quieras a que no sabe encender fuego. Si en<br />

vez de un friki es un yuppie, un doctor o un pijipi, seguro que pasa lo<br />

mismo.<br />

—Cuanto menos fuego se haga mejor así que sería una ventaja.<br />

Eugenia es la quinta generación de los supervivientes o repobladores<br />

humanos —recordó <strong>César</strong>— y si sobreviven es porque se saben buscar<br />

la vida porque los que no, simplemente se mueren. Es una prueba<br />

sencilla: apruebas o suspendes, vives o mueres. Hay que despabilar<br />

Sancho, que la cosa está que arde.<br />

—Pero d<strong>el</strong> frío que va a hacer —diagnosticó <strong>el</strong> escudero para no<br />

soltar al caballero.<br />

—Es lo natural, es lo que le pasa a cualquier organismo vivo que se<br />

pone enfermo: se enfría. Puede ser tan rápido que sea de golpe (unos<br />

meses), o se puede suavizar la transición. Una célula es un fractal d<strong>el</strong><br />

cuerpo humano, que es un fractal de Madre Tierra, que es un fractal d<strong>el</strong><br />

Universo…<br />

—Y así hasta lo Infinito. Geometría fractal, como dos espejos<br />

enfrentados.<br />

—Si dejáramos de contaminar, nos situaríamos en la segunda opción<br />

y ¿quién no prefiere la suavidad después de escuchar a la Five? Pasa<br />

como con la ingestión de la realidad de Matrix, necesita tiempo para su<br />

digestión; por eso, <strong>el</strong> cariño de Claro alarga su reb<strong>el</strong>ación a Eugenia<br />

—¡Qué bestias sois! —rugió <strong>el</strong> escudero que ante la atónita mirada<br />

d<strong>el</strong> caballero siguió—: ¡A mí me la habéis metido con cucharón y además<br />

con una p<strong>el</strong>ícula, sin coca cola ni palomitas! Podríais haber embutido la<br />

ingestión con más suavidad o al menos, sin un arma tan bonita como <strong>el</strong><br />

audiovisual. Me sentáis en un cine y… ¡ya está: Toma Matrix por un<br />

tubo! [Ver Matrix.]<br />

—Al lado de un Caballero Reb<strong>el</strong>de, Sancho, que no es una compañía<br />

cualquiera. Además, fue tu decisión la que te hizo dimensionar y lo de<br />

«bonita» me lo has copiado.<br />

836


—Ya había incluido a don Quijote en <strong>el</strong> trato —dijo Sancho<br />

disgustado— o ¿pensabas que te hablaba de vos?<br />

—¿Qué tiene que ver don Quijote con que aparecieras en Matrix en<br />

un cine urbano de Alcalá de Henares que terminará cerrado? —se<br />

extrañó <strong>el</strong> caballero—.<br />

—¡Pues si fuisteis vos solo peor! Lo mismo estaba don Quijote solo<br />

en <strong>el</strong> cine y lo mío ha sido sólo un déjà vu —protestó todavía—.<br />

—Fue tu decisión. ¿Cómo es que no estimas una compañía tan<br />

exclusiva que apañó tu digestión?<br />

—Ya, ya; vale por <strong>el</strong> acompañamiento pero no hubo progresión sino<br />

que más bien, fue de golpe.<br />

—Tu mente hizo que fuera real <strong>el</strong> golpe d<strong>el</strong> final —interrumpió <strong>el</strong><br />

caballero sin saberlo—, pero nadie ha dicho que lo recibieras ni te salió<br />

ningún chichón ni cardenal.<br />

—No me cortes que soy yo <strong>el</strong> que te iba a hacer una pregunta —dijo<br />

Sancho airado—. ¿Dónde está la secuenciación, dónde tu pedagogía<br />

querido doctor?<br />

—<strong>El</strong> tiempo siempre juega en nuestra contra.<br />

Algo se debe de haber quedado atascado en <strong>el</strong> subconsciente de<br />

Sancho porque se ha quedado radicalmente callado. Tiene s<strong>el</strong>lada la boca<br />

y perdida la mirada. «¿Habrá sido <strong>el</strong> caballero Alcor quien lo ha metido<br />

en <strong>el</strong> cine? Entonces ¿quién tiene al control?» Para mantener cierta<br />

sensación de supremacía en la situación, <strong>el</strong> ego de Sancho está dando<br />

infinidad de detalles que se podrían quedar donde estaban. Pero como <strong>el</strong><br />

ego es así de chulo, si las diosas tenían calado al caballero hasta <strong>el</strong><br />

tuétano de la pi<strong>el</strong>, <strong>el</strong> ego de Sancho lo está dejando en p<strong>el</strong>otas.<br />

Cuando <strong>el</strong> escudero no dispersa las conversaciones, las detiene en<br />

seco y <strong>el</strong> silencio aprovecha para calmar las mentes de los actores. <strong>El</strong><br />

dónde estuvieran sus mentes son lugares que se conocen parcialmente y<br />

por lo que no se sabe, no se va a especular; pero por lo que sí se sabe,<br />

puede que ambas estuvieran donde la d<strong>el</strong> caballero Alcor: en la nada,<br />

puesto que cuando no necesita estar con <strong>el</strong>la, la pone a meditar.<br />

Después de un rato largo en <strong>el</strong> que Sancho no parpadeó ni una sola<br />

vez (que es como tener los ojos cerrados), volvió a la charla<br />

retrocediendo al tema que se trataba. Parece que me ha oído y lejos de<br />

dispersar, se centra. Que alguien le pida disculpas por mí porque no sabe<br />

escucharme; si ni piensa en mí. Aclarado <strong>el</strong> personaje d<strong>el</strong> narrador en La<br />

837


Odisea de Claro, Sancho volverá al personaje de la Odisea de Alcor que<br />

para variar, es una mujer.<br />

—¿Peinaba rastas la mujer juez? —r<strong>el</strong>acionó <strong>el</strong> escudero retrasando<br />

todavía más <strong>el</strong> comienzo de su decisión con la visitante potencial d<strong>el</strong><br />

Mercado Auromedieval.<br />

—La idea puede ser original —imaginó <strong>el</strong> <strong>César</strong>— porque ¿a quién<br />

no le gustaría sentir la Justicia en manos de una juez que peina rastas? No<br />

Sancho, como he dicho, parecía una mujer discreta con una calentura<br />

sobre <strong>el</strong> labio como detalle más destacable sin r<strong>el</strong>egar <strong>el</strong> impecable<br />

despacho y la ind<strong>el</strong>eble despedida.<br />

—Por detalles como <strong>el</strong> encuentro con la juez es por los que,<br />

precisamente, coge trasunto la historia —observó <strong>el</strong> escudero<br />

remoloneando—. Seguro que la pintada era por Saint Gobain.<br />

—Como ya te he dicho, la Odisea tiene sus propios comentarios y<br />

corr<strong>el</strong>atos.<br />

—Cuenta al menos un dato de La Odisea de Claro de los tantos que<br />

me pueda perder.<br />

Sancho se ha convertido en un especialista en saltar de una realidad a<br />

otra ¿o habla de la misma? Una materia es La Odisea de Claro y otra sería<br />

la de <strong>el</strong> caballero Alcor que no está escrita. Como <strong>César</strong> no arrancaba, <strong>el</strong><br />

escudero facilitó:<br />

—¡Da igual, <strong>el</strong> que salga seguro que está bien! —animó Sancho—. Si<br />

recuerdas alguno r<strong>el</strong>acionado con <strong>el</strong> desparramo medioambiental,<br />

matarás dos pájaros de un tiro. Me encantan los r<strong>el</strong>atos y me encanta <strong>el</strong><br />

campo.<br />

—¡Qué expresión más antinatural para subrayar tu petición! Me<br />

percato de tu estrategia para satisfacer tu capricho. Te encanta escuchar y<br />

no te atreves a empezar a leer.<br />

—Es que temo quedarme pegado. Si fuera en un libro todavía pero<br />

¿dentro de un ordenador? ¡Qué locura estar perdido en una s<strong>el</strong>va de<br />

microchips! ¿Cómo me pille <strong>el</strong> Ferroviario? Con respecto a los pájaros,<br />

es una forma de hablar, señor caballero; sabes de sobra que no tocaría ni<br />

la pluma de ninguna pájaronalidad.<br />

—Claro contó una historia a Eugenia para explicar cualquier<br />

situación que ahora no recuerdo —comenzó <strong>el</strong> caballero—. Su título es<br />

«Había una vez un barquito chiquitito».<br />

—¡Qué rima más pueril! —sentenció <strong>el</strong> escudero.<br />

838


—Es que lo es —confirmó <strong>César</strong>—: una rima infantil para una de las<br />

cancioncillas «incalificables» con las que puerilizan a los niños (Ver Spy<br />

Kids, Stuart Little, Peques geniales y también Blancanieves y los siete cerditos).<br />

—Claro cuenta a Eugenia —dijo <strong>César</strong> después de organizar la<br />

memoria sin saber si contarle <strong>el</strong> sabotaje a la presa de Aznalcóllar— uno<br />

de los últimos desastres naturales de España: <strong>el</strong> hundimiento d<strong>el</strong> Prestige.<br />

Decir «desastres naturales» es por subrayar la mentira en la excusa por la<br />

que se hundió: «causas naturales».<br />

—Pensaba que al decir «últimos desastres» —comentó Sancho— te<br />

referías a poco antes de la desintegración total ¡Menos mal! ¿Y qué paso?<br />

—Hace unos años… —comenzaba <strong>César</strong>.<br />

—Con hace unos años te refieres a esta realidad ¿verdaaad?<br />

—interrumpió Sancho como en tantos principios—; o sea, a este tiempo<br />

en <strong>el</strong> que es aparente hasta <strong>el</strong> Oro d<strong>el</strong> Mercado Medieval, este tiempo en<br />

<strong>el</strong> que en unos escenarios aparecen algunos balidos y en otros nacen<br />

Mesías. Me hablas de la España d<strong>el</strong> Prestige y Aznalcóllar, la España de<br />

los bosques carbonizados y de la corrupción democratizada. Ubica <strong>el</strong><br />

tiempo que se ha convertido en mi caballo de batalla de ésta mi última<br />

salida… ¡Espero!<br />

—Sí Sancho; hablamos de esta época a la que se ha decidido llamar<br />

«Evolución», a este Eón de Eternidad, a este periodo de tiempo que<br />

«comienza con <strong>el</strong> Big-Bang» (je, jé) y todavía no se sabe si termina unas<br />

generaciones después d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor. Además, por si te referías<br />

a estotro, con «hace unos años» me refiero a esta sección concreta d<strong>el</strong><br />

Multiverso convertida en Temporal, una fracción en la que Civilización<br />

está de nuevo en estado de corrupción, me refiero a este tiempo de<br />

esperanza en un mago negro que querrá salvar al sheriff d<strong>el</strong> planeta de la<br />

inminente e inexorable ¿decadencia… o pasamos a la fase de<br />

desintegración total? (ver en Internet Amero), a este tiempo en <strong>el</strong> que se<br />

puede saborear <strong>el</strong> efecto de la violencia audiovisual y se puede abstraer la<br />

realidad, a este tiempo que anuncia la extinción para que la finalización<br />

de Pax Americana no sea tan sanguinaria como de costumbre y se<br />

humanice la desmembración de esta última versión en particular y en<br />

general, de toda Civilización, en vez de madmaxizarse.<br />

—¡Vale, vale!, ya me había enterado.<br />

—<strong>El</strong> 19 de noviembre de 2002, seis años ha más que menos<br />

—recomenzó <strong>César</strong> una vez entendido que se refiere a «este tiempo» y<br />

Multiverso—, un petrolero monocasco con bandera de Bahamas,<br />

839


procedente de Letonia, con rumbo a Gibraltar y destino final<br />

desconocido, navegaba por la Costa de la Muerte cargado de chapapote<br />

como si de dar un garbeo por <strong>el</strong> planeta se tratara. <strong>El</strong> descriptivo nombre<br />

de ese lugar d<strong>el</strong> que sí me he querido acordar por la b<strong>el</strong>leza natural a la<br />

que se refiere, es una franja costera que hay en la Galicia Atlántica; si<br />

Finisterre está por aquí debe de ser por lo p<strong>el</strong>igroso que es hacerse a la<br />

mar algunos días por allí. Iba cargado con 77.000 ton<strong>el</strong>adas de fu<strong>el</strong> y a 50<br />

Km de Finisterre lanzó un SOS.<br />

—¿Me estás hablando de Las aventuras de Astérix o de La Odisea de<br />

Claro? —mezcló Sancho—. Astérix sucede en la Galia Atlántica, <strong>el</strong><br />

Prestige en la Galicia Atlántica y Eugenia y Claro en… Por cierto<br />

¿dónde sucede? Ubicado <strong>el</strong> tiempo, ubica con exactitud las coordenadas<br />

de la latitud.<br />

—Estás mezclando <strong>el</strong> Multiverso. Ni estoy hablando de Astérix ni de<br />

Claro sino que estamos en esta realidad auténtica que a veces es también<br />

real.<br />

—Pues con más motivo dime dónde sucede.<br />

—Reb<strong>el</strong>ión surge y sucede en español. <strong>El</strong> inglés era la lengua d<strong>el</strong><br />

Imperio en decadencia y <strong>el</strong> español era la que más se hablaba en <strong>el</strong><br />

mundo después (sin olvidar al chino que lo utilizan más pero son de un<br />

solo país). La catástrofe d<strong>el</strong> Prestige sucede en la Galicia Atlántica de<br />

España y no en la de la Galia. ¿Aclarada la ubicación?<br />

—Sabes de sobra que no pero conociendo al alumno cuyo maestro<br />

es su discípulo, lo podía esperar. Esta salida está valiendo para infinidad<br />

de cosas y don Quijote me sopló que me ayudara a deducir algunos<br />

detalles por <strong>el</strong> contexto en vez de preguntar tanto. Debía haber<br />

imaginado la respuesta porque es la pregunta la que no tiene sentido. Si<br />

has decidido ser <strong>el</strong> presidente de España, único país en <strong>el</strong> que lo puedes<br />

ser, aclarar <strong>el</strong> foco mundial de Reb<strong>el</strong>ión sería una redundancia. Así que a<br />

ver si afinas bien y no pasa como con mi maestro, que se quedó en <strong>el</strong><br />

banquillo para escribir y no reinar, <strong>el</strong> sino para <strong>el</strong> que había nacido.<br />

(¿Para qué habrá nacido <strong>el</strong> caballero Alcor de Castilla? Seguro que quien<br />

responda no acertará).<br />

—Mientras que <strong>el</strong> diabulus in musica siga internado en <strong>el</strong> ruido que<br />

más a gusto se escucha —comunicó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, dejaré la diabólica<br />

afinación para utilizar la ternura de la meditación en <strong>el</strong> liderazgo de<br />

Reb<strong>el</strong>ión.<br />

840


—Dejemos la música de la que no querías volver a hablar y<br />

regresemos a la España d<strong>el</strong> Prestige a ver si sigue así —futureó<br />

Sancho—. <strong>El</strong> cascarón tuvo un accidente y se partió en dos<br />

desparramando su porquería. Es fácil de adivinar sabiendo que estamos<br />

en Matrix. ¿Fue así?<br />

—¿Qué quieres decir con «un accidente»?<br />

—Cualquier cosa que se inventen para partirlo en dos.<br />

—Ya te he dicho que <strong>el</strong> «accidente» fue por «una causa natural»<br />

—recordó <strong>César</strong> la conclusión final de la investigación.<br />

—Ya, je jé; es como decir que lo han hecho los dioses —ridiculizó <strong>el</strong><br />

escudero—. Lo sabía, ¡qué cutres son los civilizombis!<br />

—¿A que dioses te refieres?<br />

—Depende de la moda, puede ser Poseidón o llamarse Neptuno.<br />

¿No me digas que no sería más épico r<strong>el</strong>atar que <strong>el</strong> dios Neptuno,<br />

enfurecido por las mamarrachadas de Obama Bush Laden, ha partido <strong>el</strong><br />

cascarón por la mitad?<br />

—Por supuesto que lo preferiría —filosofó <strong>el</strong> contagiado con lo que<br />

no existe caballero Alcor y pasando de la trinidad que Sancho se acaba de<br />

inventar—, porque si fuera en esa época, poner un punto de inflexión en<br />

<strong>el</strong> desparramo ambiental sería un momento mucho menos crítico. Si nos<br />

quedáramos con <strong>el</strong> dios griego, se trataría de no haber fundado Roma; si<br />

nos quedáramos con <strong>el</strong> romano, se trataría de no haber impuesto <strong>el</strong><br />

Renacimiento en España; si nos quedáramos con la Cib<strong>el</strong>es que montaba<br />

tanto como Fernando, se trataría de no haber repetido la faena<br />

exterminando a los indios para imponer Pax Americana; si nos<br />

quedáramos con las Torres Gem<strong>el</strong>as, se trataría de no renovar en China<br />

para darse cuenta de una vez de que nos estamos extinguiendo.<br />

—¿Así que quieres que me crea que colocar 77.000 ton<strong>el</strong>adas de<br />

chapapote embot<strong>el</strong>ladas en un cascarón podrido en medio de un mar<br />

embravecido, es por una causa natural?<br />

—No insistas por ahí Sancho si quieres que nos socorra <strong>el</strong><br />

entendimiento —dijo <strong>César</strong> un poco desesperado—. La—causa-por-laque-se-partió-<strong>el</strong>-petrolero-en-dos-fue-natural,-nada-más,-¡punto-final!<br />

¿Te has enterado ya?<br />

—¿Y para esto tanta facultad?¡Menudos wiilipollas! Si colocamos un<br />

petrolero monocasco oxidado lleno de chapapote en medio d<strong>el</strong> océano<br />

enfurecido, lo más normal es que se parta por la mitad y no lo más<br />

natural. ¿Qué hace un cascarón como ése en un sitio como éste con un<br />

841


tiempo de perros como aquél? ¿Quién coloca este escenario artificial?<br />

¿Qué pintan 77.000 ton<strong>el</strong>adas de porquería, perdón de fu<strong>el</strong>, envasadas en<br />

un cascarón sin saber a dónde ir? ¿Estaban dando al fu<strong>el</strong> un crucero de<br />

placer antes de pasar por su refinamiento?<br />

»Si detrás de las respuestas hay un sapiens sapiens, entonces no es<br />

natural, es <strong>el</strong> efecto de la degeneración paulatina que engendra <strong>el</strong> control<br />

divino artificial. [Ver Dersu Uzala, Road trip viaje de pirados, Shiner,<br />

Bamboolzeed, Austin Powers, Los idiotas, Very important perros, American<br />

Graffiti, Los picapiedra, Dr. Doolitle, Cocodrilo Dundee, Spot, La sucia historia de<br />

Joe Guarro, Los caballeros de la mesa cuadrada y sus doce seguidores, Salvajes<br />

tiernos, No puedo perderte por algo tan tonto como <strong>el</strong> sexo; Perdidos.]<br />

—A este paso, la int<strong>el</strong>igencia va a estar tan diseminada a nuestro<br />

alrededor e integrada con tanta eficacia en los aparatos y objetos de uso,<br />

que nos permitirá la suprema listeza de volvernos más estúpidos y<br />

disfrutar con <strong>el</strong>lo. [Ver Idiocracia, Golfos de Broma.]<br />

—La causa por la que se hunden tanto los Prestige como la<br />

Invencible es antinatural —siguió Sancho— porque está programada.<br />

Seguro que todo <strong>el</strong> mundo se ha creído lo «natural» porque es lo<br />

contrario al sentido común en la realidad real.<br />

En vista d<strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> <strong>César</strong>, <strong>el</strong> escudero siguió con la palabra.<br />

—¿Qué es <strong>el</strong> hombre si <strong>el</strong> mejor uso y disfrute de su tiempo es<br />

dormir y comer? No más que una bestia.<br />

—Sancho, eso seguro que no es tuyo.<br />

—Es de Shakespeare ¿y qué? —se defendió <strong>el</strong> escudero—. La<br />

historia que me acabas de contar es d<strong>el</strong> viejo Claro y no te he dicho nada.<br />

Además, para una cosa que te pido que me cuentes como él hizo con<br />

Eugenia, resulta que ni yo mismo te dejo.<br />

—Todo está al servicio de la barbarie que se aproxima, incluso <strong>el</strong> arte<br />

y la ciencia de este tiempo.<br />

—Eso podría ser tuyo pero tampoco lo es.<br />

—Es de Nietzsche; ¿y qué? La historia que acabas de reventar es más<br />

de Sancho que de Claro y además, sucede en este Multiverso que<br />

creamos con la mente, una realidad artificial que aplasta <strong>el</strong> presente de la<br />

realidad real con Matrix y más futuro. En <strong>el</strong> universo paral<strong>el</strong>o de ambas<br />

realidades ha surgido un imprevisto: la extinción; este «pequeño» detalle<br />

aclara <strong>el</strong> vínculo entre ambas realidades, <strong>el</strong> eslabón perdido y que por fin,<br />

todos somos iguales.<br />

—Pues explícate si quieres que mi entendimiento se iguale al tuyo.<br />

842


—Si <strong>el</strong> despilfarro ambiental que provoca la realidad de Matrix no<br />

fuera tan insostenible —resolvió <strong>el</strong> caballero refiriéndose sólo a la<br />

primera aclaración d<strong>el</strong> «pequeño detalle»—, se podría seguir subsistiendo<br />

bajo las imposiciones de la verdadera realidad artificial. «Vivir» en <strong>El</strong><br />

Sistema se perpetuaría repitiendo normas, modas y formas de vida.—O<br />

sea que, a grandes saltos —se preparó Sancho—, después de China e<br />

India (que ahora van paral<strong>el</strong>as aunque entonces fueran después), vendría<br />

Mesopotamia (Irak), después los egipcios (Egipto), los judíos (Isra<strong>el</strong>),<br />

Atenas (Grecia), Roma (Italia), Pax Hispana (España), P…<br />

—¡No! —cortó <strong>el</strong> andalusí—, te has saltado al-Ándalus, justo lo que<br />

ahora toca. (Se refiere a la Fundación de la que es presidente y no a<br />

ninguna otra cosa que pudiera haber pensado cualquier friki o loca).<br />

»En medio de tan aparatosa maquinación e incluso al margen de <strong>el</strong>la<br />

(exceptuando a los reb<strong>el</strong>des que viven conscientes fuera de <strong>el</strong>la), la vida<br />

en la realidad de Matrix tiene dos instantes reales: cuando decides nacer y<br />

cuando decides morir; <strong>el</strong> resto, todo es Matrix. ¿Se aclara <strong>el</strong><br />

entendimiento?<br />

—Hasta lo dicho, se puede decir que capisco. (¿Capicci?)<br />

—La unión de todas estas vidas artificiales crea la realidad de Matrix:<br />

una ilusión permanente que fabrican esas mismas mentes programadas<br />

—continuó <strong>el</strong> caballero tranquilo por la «italianizante» aprobación—.<br />

—La ilusión se ha vu<strong>el</strong>to realidad y cuanto más real se vu<strong>el</strong>ve, con<br />

más desesperación se desea: capitalismo absoluto.<br />

—Desde que la humanidad se contagió de los que cometieron <strong>el</strong><br />

pecado original, la evolución tiene dos momentos reales: cuando surge <strong>el</strong><br />

ego y cuando se extingue la especie; <strong>el</strong> resto, todo es Matrix (excluyendo<br />

los ¡¡¡millones!!! de años en los que nuestros antecesores vivieron en <strong>el</strong><br />

Paraíso antes de que se implantara Matrix con <strong>el</strong> «eslabón perdido»).<br />

»«Este pequeño detalle», la extinción, reb<strong>el</strong>a la artificiosidad d<strong>el</strong><br />

progreso y d<strong>el</strong> malestar. Ahora se sabe que <strong>el</strong> sentido d<strong>el</strong> montaje<br />

Civilización era la extinción. Comprobarás cómo nadie lo quiere aceptar<br />

y lo peor, es que no lo querrán experimentar.<br />

—Por lo que colijo —presentó Sancho como perdido—, lo que<br />

querías establecer con la analogía es que la extinción, como la muerte, es<br />

uno de los dos momentos reales que la especie puede experimentar. No<br />

se puede volver tan atrás como para evitar que se cometa <strong>el</strong> pecado<br />

original (<strong>el</strong> primer instante real de este desaguisado), ni <strong>el</strong> nacimiento (<strong>el</strong><br />

instante real que nos ha plantado aquí); pero se puede anticipar lo que<br />

843


viene y suavizar la llegada d<strong>el</strong> otro momento real que nos queda: la<br />

extinción de la especie y la «muerte» d<strong>el</strong> cuerpo. Efectivamente, <strong>el</strong> solape<br />

de las dos realidades aclarará la existencia de la realidad de Matrix y su<br />

colapso definitivo. Igual de real que es la muerte, lo es la extinción.<br />

—Cuando quieres, entiendes de maravilla. (Así que queridas<br />

diosas… ya sabéis: no se trata de montar China sino de desmontar<br />

Matrix y <strong>el</strong> caballero Alcor es un hacker ¡qué casualidad!).<br />

—Atribúyes<strong>el</strong>o al arte de mi creador, o sea, a vos —sorprendió<br />

Sancho (¡cómo no!)—. Aprovechando la f<strong>el</strong>icitación y que te alegre mi<br />

penetración, aclárame una duda que podría haber pasado inadvertida por<br />

la vertiginosidad de la presentación.<br />

—<strong>El</strong> protagonista masculino de la Odisea se llama Claro, las mismas<br />

letras de Carlo ordenadas de otra manera. Aunque me hayas nombrado<br />

Notario Mayor de un reino artificial cuyo rey no sé si puedo nombrar<br />

por la corrupción judicial, podría asegurar que viendo a Carlo junto a vos<br />

testificaría que son dos pero con mentes tan iguales que ya no sé si es<br />

real lo que veo.<br />

—Lo mismo soy un clon.<br />

—Si acaso un clon mental porque físicamente, está claro que eres<br />

mucho más joven que mi maestro y tu alumno aunque tengáis <strong>el</strong> mismo<br />

talle. Recuerda que aunque no nos tuviera mucho aprecio, Borges decía<br />

que «<strong>el</strong> genio crea a sus antepasados».<br />

—Quizá quería decir «escoge» y se aturrulló; pero olvídate de las<br />

inconsistentes palabras y sigue con tu descubrimiento.<br />

—Pocas veces hemos estado juntos los tres y sé que existen los<br />

hologramas, <strong>el</strong> Proyecto «Blue Bean», los 11-S y demás proyecciones<br />

virtuales. Si conoces <strong>el</strong> cuento de mi propia creación titulado<br />

Waldislandia…<br />

—¿Tú qué crees? —interrumpió <strong>César</strong> con ganas de terminar.<br />

—…entenderás mi desconcierto —siguió Sancho sin tomárs<strong>el</strong>o<br />

personal ni <strong>el</strong> «¿tú qué crees?» ni las ganas de terminar—; tengo la certeza<br />

de que existen «entes emparejados» que sólo actúan si existe <strong>el</strong> otro: «<strong>El</strong><br />

Mal» no puede existir sin «<strong>El</strong> Bien» ni éste sin su inseparable alter ego,<br />

actúan alternativa y sincronizadamente pero no se les ve juntos, como a<br />

don Quijote y a vuesa merced; ergo pueden ser <strong>el</strong> mismo, como mi señor<br />

y… ¡yo!<br />

—Salto y por resumir pregunto —dijo Sancho viendo la cara de<br />

<strong>César</strong>—: ¿Podrían ser Carlo, Alcor y Claro <strong>el</strong> mismo?<br />

844


—Sobre tu Ley de la Atracción que nos ha traído hasta este<br />

momento, se sobrepone <strong>el</strong> deseo de estar con <strong>el</strong> caballero Carlo —se<br />

despidió <strong>el</strong> caballero Alcor levantándose y saliendo.<br />

—Pues ni lo digas y vete, pero gracias por decirlo. Talué.<br />

¡Madre mííía…! las vu<strong>el</strong>tas que da Sancho para hacer una pregunta<br />

tan sencilla. Para no empezar a leer, se está pasando con tanta cuestión.<br />

Cualquiera se habrá dado cuenta de que los tres nombres contienen las<br />

mismas cinco letras colocadas de distinta manera pero cualquiera sabrá a<br />

estas alturas que debe de ser, precisamente, p o r c a s u a l i d a d.<br />

Respecto a la unicidad de esta Trinidad: Carlo, Alcor y Claro (por<br />

orden cronológico próximo), no hace falta aclarar que con la edad que<br />

ahora tiene <strong>el</strong> caballero Alcor podría ser viejo cinco generaciones<br />

después d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor, o sea, que sí podrían ser <strong>el</strong> mismo. <strong>El</strong><br />

caballero Carlo y <strong>el</strong> Mesías Claro también porque <strong>el</strong> ahora caballero don<br />

Quijote, que traspasa con mucho la edad de 50 años que antaño sólo<br />

frisaba, podría ser <strong>el</strong> viejo Claro también. Si Alcor y Carlo no son <strong>el</strong><br />

mismo, Alcor y Claro tampoco lo podrán ser.<br />

Si los doctores no se conforman con dilucidar quién es quién,<br />

arremeterán contra la longitud de este mamotreto en particular y de la<br />

jornada d<strong>el</strong> domingo en general; se meterán contra <strong>el</strong> equilibrio de la<br />

obra y demás bla blá. Aprovecharé para recordar algo que se ha quedado<br />

sólo en la mente d<strong>el</strong> caballero reb<strong>el</strong>de para que los doctores puedan<br />

estimar la casualidad como merece. Rolando, Orlando y Ronaldo son<br />

tres nombres, más largos, y con las mismas letras ordenadas de formas<br />

varias; a Roldán le faltaría sólo la «o» y a Rotolando le sobra la «to». Son<br />

cosas que pasan en la vida… de la casualidad, que no nos van a<br />

mosquear ni se va a dar mayor interés que <strong>el</strong> que tenga la casualidad. Si<br />

los doctores se ponen a r<strong>el</strong>acionar héroes carolingios en Roncesvalles,<br />

caballeros italianos furiosos, jugadores brasileños de fútbol y chorizos de<br />

tres al cuarto, podrán apañar una tesis con la que demostrar su facultad y<br />

ganar <strong>el</strong> su<strong>el</strong>do ¡al fin! d<strong>el</strong> mes. De héroes furiosos a jugar a ser chorizos:<br />

¡Qué evolución!<br />

Deberían los doctores también saber que los domingos son más<br />

largos porque casi nadie se tiene que esclavizar trabajando pero como se<br />

esclavizan aburriéndose, <strong>el</strong> tiempo cunde <strong>el</strong> doble. También deberían<br />

saber que en un día tan insólito como hoy, la energía de dos caballeros,<br />

un escudero y un perro se han unido y fruto de esa sincronía, se ha<br />

desequilibrado <strong>el</strong> mamotreto. ¿Qué se pensaban, que <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

845


no iba a aportar su granito de arena? Además, Sancho se pasó ayer <strong>el</strong> día<br />

durmiendo o meditando, seguramente para mantenerlo con la mente<br />

despierta preparando <strong>el</strong> encuentro con <strong>el</strong> caballero Alcor. Si Sancho no<br />

estuviera en esta experiencia, no sucedería nada de lo que está ocurriendo<br />

y tanto <strong>el</strong> caballero don Quijote como <strong>el</strong> narrador se quedarían en <strong>el</strong><br />

paro. ¿Quién no sabe todavía que Sancho es fundamental?<br />

Los doctores ya saben por qué <strong>el</strong> domingo dura más: porque la<br />

energía est<strong>el</strong>ar de un caballero reb<strong>el</strong>de atemporal es capaz de ponerse a<br />

vibrar y… parar <strong>el</strong> tiempo. ¿Por qué dura <strong>el</strong> domingo <strong>el</strong> doble que <strong>el</strong><br />

resto de los días d<strong>el</strong> fin de semana europeo? Que no se preocupen los<br />

doctores porque podrán encontrar muchas pegas más o si no, que llamen<br />

al móvil de Sancho y les ayudará. ¿Quién lo tiene?<br />

También se podría haber subcapitulado esta fracción de la jornada y<br />

<strong>el</strong> mamotreto habría quedado equilibrado pero entonces no sería fi<strong>el</strong> al<br />

mecanuscrito y no sólo por lealtad sino por dar de comer a los eruditos,<br />

<strong>el</strong> desequilibrio se va a mantener intacto; así los doctores filólogos no se<br />

irán al paro. Quizá se quede como bueno <strong>el</strong> granito de arena que aporta<br />

<strong>el</strong> caballero Alcor en esta salida: <strong>el</strong> desequilibrio total de la nov<strong>el</strong>a.<br />

¿Dónde iba a dejar su firma si no? Continúa la jornada aunque<br />

evidentemente, van a trasnochar.<br />

Alcor se quedó junto a Sancho y esto lo apaciguó. Le estuvo<br />

acariciando un rato e igual que le pasa a todo <strong>el</strong> mundo, también <strong>el</strong> perro<br />

estaba encantado. No se movía de la posición de tumbado y si Sancho<br />

para con la mano, levanta la cabeza y se la busca para que siga<br />

acariciando. «¡Qué mimoso eres! —le dijo Sancho—, con la fama que<br />

han echado a los rottweiler y resulta que sois cariñosos».<br />

<strong>El</strong> escudero parece satisfecho porque ha sucedido la conversación<br />

que sentía pendiente con su sólo criador <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

Reconfortado por la aclaración de quién es <strong>el</strong> alter ego d<strong>el</strong> ego y de su<br />

existencia real en la metarrealidad de Matrix, se alegra de seguir siendo<br />

Sancho y de haber conocido a San Chijote (¡Qué espanto!).<br />

[La dispersión de Sancho ha llevado al traste con <strong>el</strong> 2º y 3º detalle pero no<br />

van a pasar inadvertidos porque para eso está <strong>el</strong> reconocido narrador que una<br />

vez más, va a demostrar que es un personaje fundamental con su propia<br />

profesionalidad y conciencia. La extinción aclara <strong>el</strong> solape (o vínculo) de ambas<br />

realidades, de la natural por la creada, de la real por la de Matrix, de la aplastada<br />

por la arteficial. Esto lo han dejado claro, espero. Pero ¿qué pasa con la r<strong>el</strong>ación<br />

entre <strong>el</strong> eslabón perdido en ambas y con <strong>el</strong> que por fin, todos somos iguales?<br />

Pues esto es lo que ahora se va a aclarar.]<br />

846


Mamotreto XXII.<br />

DONDE COMIENZO LA ODISEA DE CLARO<br />

(AUNQUE SEA POR EL CAPÍTULO XII) TITULADO<br />

LA RESIDENCIA DE LOS DIOSES<br />

Como se recordará, <strong>el</strong> caballero Alcor se ha ido junto al caballero don<br />

Quijote dejando a Sancho con La Odisea de Claro o ¡vaya usted a saber en<br />

qué! Los dos estaban satisfechos con lo que hacían y por lo que van a<br />

hacer, y que suceda esto es extraño cuando una decisión interfiere <strong>el</strong><br />

disfrute anterior. ¡Pues no!, no tiene que ser ningún motivo de discordia<br />

cuando los dos se encuentran a gusto con sus vidas. Como lo que pasa<br />

entre los caballeros es un asunto reservado a reb<strong>el</strong>des que además son<br />

Caballeros Andantes, la acción va a continuar en la estancia de al lado<br />

donde Sancho se disponía a leer pero con cierto reparo. ¡Qué Sancho<br />

más obstinado por no hacer lo que quiere hacer!<br />

Si algún moderno contagio se puede sentir en <strong>el</strong> escudero Sancho, la<br />

procrastinación es la palabra en la que se podría resumir; es una mezcla<br />

de indecisión, postergación, duda, incredulidad, miedo… en fin,<br />

inacción. [Ver La duda. (Doubt).] Por supuesto que se puede entender <strong>el</strong><br />

reparo que pueda sentir Sancho ante los daños colaterales que le puede<br />

ocasionar la lectura porque, aunque parezca cosa inofensiva, intoxica la<br />

cabeza con tantas ideas que ni los psiquiatras pueden desatrancar de<br />

tanto empacho. Habrá que acudir a los bromatólogos por si sus remedios<br />

vegetales fueran más efectivos que las pirulas legales y los <strong>el</strong>ixires<br />

florales.<br />

Según algunos doctores, hay dos tipos de historicismo:<br />

• <strong>el</strong> que afirma la existencia de un destino inexorable de la historia<br />

• <strong>el</strong> que absolutiza <strong>el</strong> aquí y <strong>el</strong> ahora imposibilitando cualquier<br />

intento de generalización.<br />

¿Con cuál nos quedamos de los dos? Con ninguno por dos tipos de<br />

razones:<br />

• que lo afirman unos doctores<br />

• que continúa existiendo <strong>el</strong> poder de la decisión donde no entra<br />

un palabro tan raro como procrastinación.


Pudiendo estar r<strong>el</strong>acionado <strong>el</strong> poder de decisión con <strong>el</strong> segundo tipo<br />

de historicismo, llevamos tanto tiempo posponiendo la ya tardía<br />

reacción, que para no perderse con las palabras, análisis ni tesis, la<br />

decisión en presente es lo único que siente: ¡¡Reb<strong>el</strong>ión Ya!! sin<br />

historicismos, desatinos ni absolutismos. Aunque muchos doctores no se<br />

cosquen, <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do es para todo <strong>el</strong> mundo, incluidas las<br />

diosas; por esto existe la Tercera Parte y es más larga la explicación. <strong>El</strong><br />

caballero Alcor utiliza este libro de altavoz y se dirige a <strong>el</strong>las<br />

respetuosamente pero tranquilo. Por su intervención, existe esta parte de<br />

la transcripción que se está extinguiendo tan inexorablemente como la<br />

Humanidad. Los días estaban equilibrados hasta que ha llegado <strong>el</strong><br />

reb<strong>el</strong>de de Castilla al-Andalusí, ha regenerado <strong>el</strong> mecanuscrito, la salida<br />

de los inmortales y su «entrada» no prevista.<br />

Con esta excusa se apaña <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> desequilibrio con una<br />

subdivisión más propia de Kairos sin someterse a los días tal y como<br />

Cronos había preestablecido. Que se desniv<strong>el</strong>e <strong>el</strong> fin de semana no es tan<br />

anormal cuando las partes d<strong>el</strong> libro van a quedar más o menos en<br />

paridad.<br />

Ahora que Sancho se ha decidido a empezar a leer, no voy a<br />

enrollarme yo para retrasar la acción pero permítanme que haga antes la<br />

única profecía que este narrador se va a permitir <strong>el</strong> lujo de hacer: Si <strong>el</strong><br />

capitulo anterior está desproporcionado, con éste van a flipar; menos mal<br />

que con <strong>el</strong> siguiente se va a compensar. ¿Por qué <strong>el</strong> transcriptor quiere<br />

ser tan fi<strong>el</strong> con los mecanuscritos y dejar en XXIII (23) los mamotretos<br />

con lo redondo que suena XXV (25) o XXXIII (33)?<br />

Como saben que es por lealtad, lo que estén decidiendo los<br />

Caballeros Reb<strong>el</strong>des que en la habitación de al lado están… <strong>el</strong>los sabrán.<br />

Si quieren saber la respuesta desconocida a la pregunta antedicha,<br />

pregunten al caballero Alcor y verán cómo les dice: «yo qué sé».<br />

También por la lealtad debida a los lectores d<strong>el</strong> ahora futuro, voy a<br />

plantearles algo para que «tengan» que tomar otra decisión. Como<br />

siempre sucede cuando hay que decidir, se presentan como mínimo dos<br />

disyuntivas. ¡Qué coñazo <strong>el</strong> tanto decidir! ¿o es que tiene que ser así y no<br />

«empantanarse» con la inercia de «decidir» aburrirse? Por ir directamente<br />

al grano y resumiendo en dos las infinitas posibilidades, imitando <strong>el</strong><br />

cuándo leer, si se leen, las citas o <strong>el</strong> cómic, se enuncian a continuación.<br />

848


- se puede leer primero <strong>el</strong> cómic, fijarse hasta en <strong>el</strong> más mínimo<br />

detalle y después leer lo que queda de mamotreto y r<strong>el</strong>acionar<br />

conclusiones.<br />

- se puede seguir leyendo aquí y fijarse (si se quiere) después en <strong>el</strong><br />

cómic sin que tenga que entenderse que «me han dado la papilla».<br />

En fin, que comienza La Odisea de Claro con La residencia de los dioses.<br />

<strong>El</strong> más joven de los carpinteros<br />

de la ahora famosa cuadrilla,<br />

ha anticipado la c<strong>el</strong>ebración<br />

d<strong>el</strong> destajo de mañana<br />

y acaba de entrar trasnochado<br />

por la puerta de su casa.<br />

Al llegar bastante borracho,<br />

los automatismos funcionan mejor<br />

y si se mirara desde afuera<br />

con los ojos de otro observador,<br />

un formateado robot de cera<br />

podría parecer que fuera.<br />

Sabe lo que tiene que hacer<br />

y no se anda con chiquitas<br />

porque es más fácil repetir<br />

los mismos automatismos<br />

de todas las «Noches en Blanco»,<br />

que saber con ciertos «grados»<br />

qué es lo que necesita no hacer.<br />

Haciendo un cóct<strong>el</strong> con los<br />

[automatismos<br />

que funcionan cuando en rara ocasión<br />

se mantiene sobrio sin alcohol,<br />

consigue <strong>el</strong> «éxito social»<br />

de su chapucera vida banal.<br />

Lo primero: ir al baño<br />

a soltar una meada tan larga<br />

de uva tinta alcoholizada<br />

con fermentada y espumosa cebada,<br />

que podría haber desbordado<br />

las famosas Lagunas de Ruidera<br />

(por no profundizar más en la sequía<br />

ni en <strong>el</strong> contenido de la «rubia» meada).<br />

Aplacada la primera necesidad,<br />

se fue a la cocina para variar<br />

echó un vistazo en la nevera,<br />

y cerró la puerta sin más,<br />

finalizando sólo <strong>el</strong> segundo<br />

automatismo de «La Saga<br />

[automatizada».<br />

La cuestión no es si no podía<br />

meterse nada más por la boca<br />

o lo veía todo tan doble<br />

que sencillamente no veía;<br />

la cuestión es que repite<br />

comportamientos muy controlados<br />

por una Matrix tan cabrona<br />

que no te deja vivir ni de coña.<br />

Manda su subconsciente,<br />

manda lo racional<br />

porque quien manda de verdad<br />

es la psique emborrachada<br />

y la diosa Publicidad.<br />

<strong>El</strong> gesto de su jeta expresaba<br />

que obedeciendo a algo estaba,<br />

quizá órdenes mentales internas<br />

que ni él mismo controlaba<br />

por la manera automática<br />

de las acciones robotizadas.<br />

Se notaba que reincidía<br />

en lo mismo de todos los días<br />

cuando son fin de semana<br />

y también entre semana.<br />

Fuera anticipando pasos<br />

o sea repasando cada traspiés,<br />

se fue desnudando por <strong>el</strong> camino<br />

pa'meterse en la cama al revés.<br />

Tiene que dormir a destajo,<br />

849


pocas horas de sueño le quedan,<br />

que <strong>el</strong> menda considera suficientes<br />

como para mañana poder portarse<br />

850<br />

como un perfecto civilizombi<br />

automatizado, cegato y servil.


La Odisea<br />

de Claro.


Hay veces que he sentido la sensación<br />

de querer hacer algo «extraño»<br />

como meter estas estrofas aquí<br />

fuera de cualquier lógica.<br />

Incluso podrían algunos objetar<br />

que por una razón estética<br />

esta licencia no se debería tomar<br />

a menos que no se quiera triunfar.<br />

Pues ya ven que sí se puede<br />

hacer lo que les venga en gana<br />

saltarse las imposiciones<br />

y romper con las restricciones.<br />

Dejarse asesorar en la vida<br />

por <strong>el</strong> sentido común y no <strong>el</strong> juicio<br />

852<br />

es la brújula que puede guiar<br />

a no perder <strong>el</strong> rumbo est<strong>el</strong>ar.<br />

Si se desea poseer la Luna<br />

y como una perla ensartarla en collar<br />

lo más fácil es que se choquen<br />

irremediablemente con la desdicha.<br />

Siempre que se tome una decisión<br />

siempre que se tome con cariño<br />

van a flipar más que los niños<br />

con la vida que se van a encontrar.<br />

Infinitas posibilidades<br />

fuera de la realidad de Matrix<br />

es lo que se les está abriendo<br />

con las puertas Dimensionales.


LA RESIDENCIA DE LOS DIOSES<br />

Las lágrimas amordazan al viento y no se oye otra cosa que <strong>el</strong> llanto.<br />

Esto es lo que hubiera escrito en ese instante si no fuera porque<br />

estaba abrazada a Claro llorando inconsolablemente. Sólo se oían los<br />

suspiros porque esta mañana, hasta <strong>el</strong> viento estaba quieto para<br />

escuchar cómo caían las lágrimas por mis mejillas.<br />

<strong>El</strong> día se ha «despejado» después de un comienzo tan calado y<br />

como siempre, Claro me ha contado hermosas leyendas e historias<br />

agrias aunque <strong>el</strong> tono que siempre utiliza sea dulce.<br />

Rebobinemos a esta mañana porque ahora me siento desahogada<br />

y con la energía de contar todo lo mucho que ha ocurrido. Habían<br />

pasado varios días desde la última vez que nos vimos porque la<br />

tempestad ártica hizo que todos nos encerráramos dentro de las<br />

cuevas; s<strong>el</strong>lamos hasta <strong>el</strong> último poro de las aberturas con piedras,<br />

cantos y barro porque hemos experimentado de sobra que bromear<br />

con este frío glacial es mortal. Permanecemos internados hasta que <strong>el</strong><br />

temporal deja de bramar; aunque no venga acompañado de lluvia o<br />

granizo, es inhumano soportar <strong>el</strong> viento al raso.<br />

Teníamos ganas de vernos y para mí era una especie de<br />

liberación; al motivo principal de esto hay que añadir, en este caso, <strong>el</strong><br />

particular, porque he pasado de entenderme con mis padres a no<br />

entenderlos; estoy cabreada con ser la heredera de un Clan que he<br />

comenzado a aborrecer. Nuestra intercomunicación se ha quedado<br />

reducida a algo exclusivamente testimonial y no hablamos nada de<br />

nada. Mis padres saben que me veo con Claro y aunque respetan mi<br />

decisión como primogénita y heredera, como padres les gustaría<br />

saber qué pasa. Es lo natural ¿no? Si estuviéramos en la Época de la<br />

Luz, a esto que me sucede se le llamaría «adolecer de una crisis» pero<br />

cuando la vida es real, no hay tiempo para excusas bonitas.<br />

<strong>El</strong> trío que conforma la Jefatura d<strong>el</strong> Clan, dos mujeres y un varón,<br />

ha pasado de sentirse uno a no querer ni estar juntos. No hay<br />

armonía y mucho menos sincronía, demasiados silencios tensos que


indican que algo va mal. Si a la tirante situación habitual le añadimos<br />

que hemos estado varios días encerrados en <strong>el</strong> mismo espacio,<br />

cualquiera se puede imaginar las ganas que tenía de poder estallar en<br />

paz.<br />

Anoche, mi madre comprobó por un orificio que <strong>el</strong> temporal<br />

había terminado y decidió <strong>el</strong> final de la «reclusión». No fue una<br />

decisión precipitada porque como se ha comprobado, <strong>el</strong> viento está<br />

en paz aunque <strong>el</strong> temporal lo tengamos por dentro. Aunque me esté<br />

distanciando de los Secretos, tengo que reconocer en mi madre unas<br />

cualidades que son muy dignas de aprehender. En sólo una ocasión<br />

la he visto irritada pero sin perder la ecuanimidad, tomando una<br />

decisión difícil pero tan coherente que la voy a recordar.<br />

Llegaron a la aldea un grupo de jóvenes, en principio, con las<br />

sanas intenciones de encontrar su lugar en <strong>el</strong> mundo o su conexión<br />

con <strong>el</strong> otro. Puede que <strong>el</strong> acto más sublime sea poner a otro frente a<br />

ti y los más jóvenes e inquietos, migraban para conocer distintos<br />

asentamientos en los que se podían emparejar y después quedarse a<br />

vivir o irse con otros por ahí. Esto es normal y lo extraordinario es lo<br />

que con <strong>el</strong>los pasó.<br />

Sus comportamientos se fueron degenerando y algunos de la<br />

aldea se contagiaron. Ante la incipiente amenaza, la jefa d<strong>el</strong> Clan<br />

decidió desterrarlos y con <strong>el</strong>los se fueron dos d<strong>el</strong> lugar. Perder a dos<br />

jóvenes de aqu<strong>el</strong>la manera era traumático, por los lazos afectivos y<br />

por su capacidad de trabajo. En aqu<strong>el</strong>la ocasión aprendí que la<br />

autoridad de un matriarcado no se puede dejar contagiar por varones<br />

mimados; mi madre cortó <strong>el</strong> problema de raíz: «¡Todos fuera!»<br />

Tuvieron que tragar saliva de afecto pero no de valor, los varones que<br />

se encargaron de decir a los gamberretes que se fueran de allí sí o sí.<br />

Para siempre.<br />

<strong>El</strong> destierro es la pena capital porque encontrar un asentamiento<br />

donde puedas vivir en armonía y con paz no es fácil. Dejar atrás<br />

puertas cerradas o tirar tu «reputación» por los su<strong>el</strong>os, es un lujo que<br />

en tiempos difíciles no se puede permitir; es más fácil morirte solo en<br />

un camino que intentar alucinar pensando que estás en <strong>el</strong> paraíso.<br />

854


¡Qué frío hace cuando además, ves en unas viñetas a gente en manga<br />

corta! Nosotros vamos tan recubiertos de pi<strong>el</strong>es y lana, que una<br />

abertura ovalada deja a la intemperie sólo los ojos y algunas veces<br />

como hoy, la nariz y la boca. Por si hay que especificar a alguien que<br />

aún, ahora y aquí viva en <strong>el</strong> despiste, no existen las gafas para<br />

protegernos d<strong>el</strong> viento, como no hay cuchara, ni queso, ni pan.<br />

¡Estamos en la realidad real! Si los d<strong>el</strong> Clan me vieran con los<br />

utensilios que utilizo con <strong>el</strong> viejo, ¡una lupa, unas láminas, un<br />

cuaderno y un lápiz!, enterrarían todo junto para que nada que «no<br />

existe», siga sin existir. Las «pinzas» que utilizamos para mover las<br />

«páginas» en miniatura están fabricadas con un «artificio natural»<br />

(¿¡!?) d<strong>el</strong> viejo (una ramita doblada que tiene ajustadas en sus<br />

extremos dos finos estratos de una concha muy lisa). Seguramente<br />

serían lo único que se salvara de «la quema» y su entierro. Hay veces<br />

que no sé con seguridad si sueño o estoy despierta; resulta que estos<br />

utensilios que utilizo y que me están cambiando la vida… no existen,<br />

¡vaya causalidad! o ¿mejor ¡fatalidad!? <strong>El</strong> Clan que guarda los Secretos<br />

se encarga de enterrarlos para que dejen de existir como si sólo<br />

fueran malos.<br />

Además de la imperturbabilidad habitual y de su discreta pero<br />

indiscutible autoridad, la d<strong>el</strong>icuescencia es otra cualidad de mi madre<br />

que quiero heredar. Atrae a la humedad, sabe cuándo va a haber<br />

temporal y si va a ser de lluvia, granizo o nieve, presintiendo además<br />

cuándo va a terminar. Creo que aprecia hasta a la composición y<br />

presión atmosférica porque si no, es imposible que lo sepa con tanta<br />

precisión. Si hubiera vivido en las perdidas islas d<strong>el</strong> Pacífico, habría<br />

presentido, como <strong>el</strong> resto de animales, la llegada d<strong>el</strong> tsunami con<br />

suficiente ant<strong>el</strong>ación como para proteger a su manada y a su propia<br />

vida. La abertura de nuestra cueva es la última que se cierra y la<br />

primera que se abre encargándose de avisar a los demás d<strong>el</strong><br />

recrudecimiento o d<strong>el</strong> amaine. Heredamos un matriarcado porque<br />

aparte de ser lo natural, es normal que después de tantos milenios<br />

rancios por un patriarcado machista que además nos ha traído hasta<br />

aquí. Ya iba siendo hora de cambiar de sexo a la hora de decidir. Sin<br />

855


dejar de admirar las cualidades que percibo en <strong>el</strong>la, que siga<br />

manteniendo los dichosos Secretos es la interferencia que se ha<br />

instalado en nuestros afectos. <strong>El</strong> padre ha adoptado una posición<br />

neutral porque respeta la autoridad y por no echar más leña al clan<br />

familiar.<br />

Al margen de la interpretación artificial que se cuece en la olla de<br />

«Lo Trascendente y Ancestral» d<strong>el</strong> Clan, <strong>el</strong> viejo ofrece una versión<br />

diferente a la oficial y la atracción que siente mi atención por conocer<br />

a los antecesores vivientes, es la razón d<strong>el</strong> cisma familiar, de la<br />

tensión en <strong>el</strong> Clan y d<strong>el</strong> interés, un poco enfriado hasta hoy, por<br />

comprender todo lo que escucho de Claro.<br />

(Por si no lo supieran, pido que sepan disculpar a Eugenia que<br />

está aprendiendo a r<strong>el</strong>acionarse con <strong>el</strong> narrador y todavía no tiene<br />

claro quién es <strong>el</strong> alter ego y quién es… ¿quién?; a veces duda de la<br />

persona verbal que tiene que utilizar porque aunque sea yo ¿o <strong>el</strong>la?<br />

(tercera persona), sucede cada vez más que «me salgo» de sí y la<br />

narradora es otra desconocida «diferente»).<br />

Hoy he llegado pronto al encuentro y ni la impaciencia ni <strong>el</strong><br />

desahogo han sido las causas d<strong>el</strong> apremio. La razón es que no tenía<br />

que terminar de transcribir por la mañana lo que la falta de luz me<br />

impide finalizar algunas tardes ¡por fin! Que los encuentros se<br />

prolonguen más de la cuenta o que me entretenga durante la<br />

transcripción con r<strong>el</strong>atos intermitentes, son la pescadilla y la cola<br />

para que en los últimos encuentros se retrasara este momento.<br />

Distinguí al viejo Claro cuando era sólo un punto estático al<br />

frente d<strong>el</strong> paisaje de fondo pero, conforme me acercaba a la cueva,<br />

intuí que me estaba esperando. Me sentía contenta, me sentía f<strong>el</strong>iz, y<br />

tenía demasiadas ganas de llegar sin saber que la causalidad me iba<br />

a conducir al comienzo de este capítulo que ya se ha dicho al<br />

principio.<br />

He llorado de rabia, de ira, de impotencia, de nostalgia, de dolor,<br />

de desesperación, de cariño y hasta de perdón. No sé si alguien me<br />

podrá entender y me da lo mismo pero cualquiera que se metiera en<br />

<strong>el</strong> cuerpo de esta mujer, sabría que está estallando por dentro.<br />

856


Ahora mismo me siento como una diminuta partícula de levadura<br />

que ha vivido <strong>el</strong> mayor big-bang existencial de su vida. Tenía muchas<br />

ganas de ver a Claro porque mi conciencia se tranquiliza con él; no<br />

hay juicios de valor, no hay bien porque no existe <strong>el</strong> mal, y nos<br />

contamos «cosas» que se entienden muy bien. Me refiero a que las<br />

cosas se entienden entre <strong>el</strong>las porque yo no hago nada para<br />

comprenderlas, justo lo contrario a lo que me sucede con los d<strong>el</strong><br />

Clan, que ni queriendo puedo entenderlos.<br />

Después de saludarnos en la pequeña Explanada de las Mezquitas<br />

que se extiende d<strong>el</strong>ante de la abertura de la cueva, entendí que todo<br />

estaba preparado y que pasara sola a comenzar con <strong>el</strong> capítulo de<br />

hoy. «Muchos cambios está imprimiendo <strong>el</strong> viejo», pensaba sin<br />

calibrar lo discreto que puede llegar a ser; y efectivamente, cuando<br />

he entrado estaban preparadas la lupa, las pinzas y las láminas.<br />

Hay tantas razones por las que siento que me conoce mejor que<br />

yo, que si no fuera por su impecable trato, sentiría mi mente más<br />

desnuda que cuando me «doy una ducha». Nadie me ha tratado con<br />

tanta aceptación, consideración y respeto como los que siento junto a<br />

él; de la seguridad que tengo a su lado es materia reservada a las<br />

palabras y que sólo entenderá cualquier mujer que se sienta v<strong>el</strong>ada<br />

por él.<br />

Nadie que no esté sentado ante las tres primeras viñetas de La<br />

residencia de los dioses podrá entender nada de lo que explique;<br />

nadie que no esté sentado, ecuánime, sereno y despierto. Cualquiera<br />

que viendo las tres viñetas entienda la causa de la extinción de la<br />

especie humana, puede considerar que está liberado. No hace falta<br />

nada más.<br />

Puede que la <strong>el</strong>egida sea todavía inexperta y sufra un ataque de<br />

irrefrenable ímpetu juvenil o puede que yo ya sea un viejo escéptico que<br />

sólo está ocupado en la reacción de los sapiens paralizados; pero si la<br />

heredera de los reb<strong>el</strong>des (bueno, también d<strong>el</strong> Clan) tiene razón y las tres<br />

viñetas d<strong>el</strong> inicio son suficientes para entender todo «esto», significará<br />

que los lectores han entendido <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do desde <strong>el</strong> evangélico<br />

Prólogo, no habrán llegado a leer esto y no merecía la pena ninguna de<br />

857


las tres partes de este libro. Entonces ¿qué pinto todavía aquí? Si en vez<br />

d<strong>el</strong> Prologo sólo fueran necesarias las viñetas, es por lo que la Ley d<strong>el</strong><br />

Karma o de la Causalidad las ha traído al discurso y esto explica que<br />

todavía permanezca aquí. Por otro lado, agradezco que no haya sido<br />

suficiente con <strong>el</strong> Prólogo porque de haber sido así, no habría existido ni<br />

ahora podría interrumpir al otro narrador. ¿Será que existimos? ¿Cuándo<br />

me van a jubilar?<br />

Y digo que me conoce —continuó Eugenia escribiendo— porque<br />

<strong>el</strong> viejo sabía que me iba a poner fatal y me ha dejado en la intimidad<br />

para que reaccionara con total libertad: si quería estar sola podía<br />

haberlo hecho y si necesitaba su compañía, me ha sido muy fácil<br />

encontrarla.<br />

Después de los días que había pasado encerrada con mis padres,<br />

después de tolerar la tensión d<strong>el</strong> Clan que día tras día nota que mi<br />

disidencia aumenta, después de sobr<strong>el</strong>levar sus rec<strong>el</strong>os,<br />

desconfianzas y sus miradas. Después de soportarme a mí, que me<br />

siento en una encrucijada en la que además de seguir admirando a la<br />

jefa d<strong>el</strong> Clan por todo lo que me está enseñando, y además querida<br />

madre, ha surgido una separación que sólo aumenta y nunca decrece.<br />

Además de todo esto y de una ensalada de más ingredientes<br />

revu<strong>el</strong>tos, que por seguir con <strong>el</strong> encuentro no voy a ordenar<br />

escribiéndolos, llego a donde me puedo sentir en paz y me encuentro<br />

con este concreto comienzo.<br />

Empecé a sentir un shock que afortunadamente terminó en llanto<br />

porque es una forma maravillosa de desahogarse. Cuando no pude<br />

más, reventé a llorar y por mucho que parpadeaba, no conseguía<br />

limpiar las lágrimas cristalinas de los ojos. Cuando <strong>el</strong> llanto me<br />

impidió ver las viñetas, salí de la cueva en busca de compañía para<br />

mis lamentos.<br />

Estaba llorando por Madre Tierra, un lugar que siendo de todos<br />

los seres y también los humanos, incluso de los venideros, parece<br />

mentira que los sapiens sapiens no se supieran comportar. ¡Menudos<br />

gamberros! Estoy segura de que si mi madre hubiera sido la jefa de<br />

858


su democratizado Clan, antes de que saquearan y violaran a Madre<br />

Tierra habría echado a los gamberretes d<strong>el</strong> planeta.<br />

He llorado porque estoy arrepentida de no haberme fiado de<br />

Claro con la misma rotundidad que ahora confío; no sé cuando se lo<br />

podré expresar con más palabras y no sólo con lágrimas.<br />

Necesito tiempo para ordenar las emociones porque me están<br />

pasando tantas cosas simultáneas que la digestión pide reposar. No<br />

hablo con mis padres porque ahora no cabe más información en mi<br />

mente y no estoy como para discutir con <strong>el</strong>los por cualquier cosa.<br />

Este último ayuno de actividad física y mental me ha sentado de<br />

maravilla aunque <strong>el</strong> desayuno comprimido me haya indigestado <strong>el</strong><br />

«alma»; menos mal que ha habido postre al final. Nunca sabré qué<br />

habría pasado si Claro hubiera empezado <strong>el</strong> primer día por estas<br />

viñetas pero después de saber todo lo que sé y de ver estos dibujos,<br />

no sé qué más hace falta saber después.<br />

—¡Qué ilusa es la muchacha!—pensaba Sancho— con todo lo que te<br />

debe de quedar por entender, aprende más bien que esto que hoy te ha<br />

ocurrido te pasará muchas veces más: cada vez que descubras otros<br />

factores que ayudaron a la evolución de la entropía que nos lleva a la<br />

extinción.<br />

Como «la cosa» estaba espesa, <strong>el</strong> viejo sugirió que nos fuéramos a<br />

pasear y sin pensar, acepté la invitación. Si las condiciones<br />

ambientales eran favorables, todo lo que sucediera lo sería también.<br />

Nunca sabemos por dónde ir y <strong>el</strong> camino sucede sobre la marcha.<br />

Unos paseos por aquí y otros por allá, después de conocer lo<br />

cercano, a veces como hoy, conocemos lo lejano. Después de un<br />

temporal de nieve, <strong>el</strong> entorno se queda tan silencioso que sólo se<br />

escuchan los pasos que crujen sobre los copos. La noche no ha sido<br />

gélida porque si no, la nieve estaría h<strong>el</strong>ada y en vez de caminar con<br />

seguridad, <strong>el</strong> paseo habría sido una pista de desequilibrios.<br />

Después de subir hasta la cima d<strong>el</strong> monte Salomón, llamado así<br />

por <strong>el</strong> hijo d<strong>el</strong> David que pudo matar a Goliat pero que hizo algunas<br />

cosas más, nos paramos a observar <strong>el</strong> inmaculado panorama y no sé<br />

859


si aparte d<strong>el</strong> blanco, existe otro color. Esto es una exageración<br />

porque reconozco que hay más colores, pero cuando <strong>el</strong> blanco se<br />

impone de una manera tan omnipresente, te olvidas de los demás y<br />

la mente se calma al no tener dónde <strong>el</strong>egir. Blanco y sólo blanco<br />

porque hasta las perennes hojas de los abetos están blancas y sólo la<br />

cúpula c<strong>el</strong>este está grisácea ¡como siempre! ¿Por qué la llamarían<br />

entonces c<strong>el</strong>este?<br />

Si me enrollo a contar todos los pormenores que Claro me ha<br />

r<strong>el</strong>atado de Naturaleza y de Civilización, me va a pasar como<br />

siempre: que no termino de transcribir <strong>el</strong> encuentro porque la noche<br />

se me echa encima y se acaba la luz para escribir. Mañana empezará<br />

otro día y querría volver a La Scriba para terminar de transcribir y ¡no<br />

va a ser así! Me gusta llegar pronto con <strong>el</strong> viejo porque si no, <strong>el</strong><br />

encuentro se hace corto. Como he decidido acortar con <strong>el</strong> paseo, sólo<br />

transcribiré una reseña llamativa d<strong>el</strong> satélite natural de Gaia que no<br />

sé si a veces quiero ver o, únicamente, imagino ver a través d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o<br />

cubierto. Cuando volvíamos sobre nuestros pasos, una hu<strong>el</strong>la que en<br />

la nieve se había quedado grabada de manera particular, ha sido la<br />

chispa que Claro habrá utilizado para r<strong>el</strong>acionarla con una historia<br />

que me ha empezado a contar así.<br />

Érase una vez un cuento<br />

que se hartó de ser normal<br />

desde las primeras cinco palabras<br />

decidió por siempre cambiar.<br />

Era un cuento para esclavos<br />

que sus dioses confeccionaron<br />

en una época en la que aplastaron<br />

<strong>el</strong> coraje de unos cuantos<br />

que se quisieron reb<strong>el</strong>ar.<br />

Corría Mayo d<strong>el</strong> 68 y con él,<br />

corrían otras muchas cosas<br />

que unas eran de verdad<br />

y mentiras la mayoría.<br />

860<br />

LUNÁTICA HISTORIA DE LOS TERRÍCOLAS<br />

Como verdad y mentira dan igual,<br />

imagínense esa desequilibrada época<br />

en la que hasta los cómics se querían reb<strong>el</strong>ar<br />

y por eso salieron Los Astérix,<br />

en un lugar de Europa<br />

de cuyo nombre no me puedo acordar,<br />

a los que escogieron como adalides<br />

de su Reb<strong>el</strong>ión particular.<br />

Otros cómics y romances lúgubres<br />

salieron con <strong>el</strong>los y a la par<br />

pero eran de héroes irreales<br />

más parecidos a dioses que a sapiens<br />

que decían cosas interesantes.


Uno de los lúgubres romances<br />

creyeron tener <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> planeta,<br />

es de lo que trata esta matraca se liaron la manta a la cabeza<br />

que empezó en la Época de la Luz y decidieron someter al espacio<br />

y termina en la Pax Umbrática.<br />

que había fuera de «su» tierra.<br />

Desde entonces y desde mucho antes,<br />

En la historia d<strong>el</strong> planeta hubo un tiempo,<br />

<strong>el</strong> espacio es más grande que infinito<br />

que de antemano pocos querrán creer,<br />

así que lo que pasaba con las diosas,<br />

igual que pasó cuando se dijo<br />

es que habían tenido un capricho<br />

que lo de plana importaba un pijo<br />

de niñatas consentidas más propio.<br />

porque redondo era su «tipo»,<br />

Que se fueran al espacio est<strong>el</strong>ar<br />

en los que se contaban muchas idioteces<br />

a buscar <strong>el</strong> sentido de sus vidas,<br />

propias de niñatas y niños pijos<br />

confirma que las diosas psicópatas<br />

que los sapiens se creían con fe<br />

aparte de muy monas eran idiotas.<br />

como creían en los blancos mirlos.<br />

¿Para que se querrían ir tan lejos,<br />

Por todo lo que amo y más he amado,<br />

si todo lo tenían tan dentro?<br />

aseguro que ese tiempo es tan real<br />

Tormento de ansia y empacho de saber<br />

como de Madre Tierra su satélite orbital.<br />

es la enfermedad divina por exc<strong>el</strong>encia<br />

Si les parece una historia extraterrestre<br />

y así pasó lo que pasó con la especie,<br />

resulta que van a tener por fin la suerte<br />

que por su antojo llegaron a la extinción.<br />

de sin saber todavía para qué,<br />

Como en tantas «cosas divinas»,<br />

llevarse d<strong>el</strong> mundo toda la razón.<br />

para <strong>el</strong> descubrimiento d<strong>el</strong> satélite s<strong>el</strong>enita<br />

Si los terrícolas salían de su mundo<br />

existían dos grandes teorías<br />

se convertían en unos extraterrestres<br />

e incluso hay una tercera vía<br />

con chatarras espaciales y cohetes,<br />

que cuenta otra alternativa.<br />

aunque también las llamaran Challenger<br />

La primera y lunática teoría<br />

y fueran como unos chupetes<br />

es una «prueba de vida»<br />

con los que se dormían los nenes.<br />

que contiene tantas interferencias<br />

Todo empezó con una hu<strong>el</strong>la<br />

que terminan por arruinar<br />

que hasta a la Luna pidió <strong>el</strong> diablo<br />

hasta a la más santa paciencia.<br />

que <strong>el</strong> sapiens fuera a firmar su pacto<br />

Un paso tan trascendental<br />

para que dejara su repugnante rastro.<br />

para toda la humanidad<br />

Todo empezó con una apuesta<br />

y resulta que te lo envu<strong>el</strong>ven<br />

entre dos grandes diosas de discoteca<br />

con una t<strong>el</strong>evisión de c<strong>el</strong>ofán<br />

que tenían unos ovarios tan tóxicos<br />

y un cohete de juguete.<br />

que solamente una pudo ganar:<br />

Las diosas «Rusa» y «Usa»<br />

la mentirosa con más desvergüenza.<br />

habían sólo hecho una apuesta<br />

Por ser los nombres de estas diosas<br />

que sencillamente consistía<br />

tan fáciles de recordar<br />

en «¡A ver quién llega antes<br />

es por lo que desde ahora<br />

que la otra a la luna!»<br />

se van a descifrar:<br />

Todo esto se producía<br />

si la una «Usa» se nombraba<br />

en <strong>el</strong> más absoluto secreto<br />

a la otra «Rusa» la llamaban.<br />

y los crédulos civilizombis,<br />

Cuando estas dos diosas vanidosas<br />

861


que lo veían todo desde muy lejos,<br />

vieron despegar un chirimbolo<br />

al que mal llamaron segundo Apolo<br />

porque su nombre fuera «Apolo ll».<br />

Así y sin <strong>el</strong>los jamás saberlo<br />

porque nadie se lo supo decir<br />

o porque vivían en <strong>El</strong> mundo f<strong>el</strong>iz,<br />

los sapiens sapiens d<strong>el</strong> planeta<br />

se convirtieron en notarios d<strong>el</strong> reino<br />

para construir una mentira lunática<br />

más propia de terrícolas idiotas<br />

que de civilizombis psicópatas.<br />

Todo este rollo de la t<strong>el</strong>evisión,<br />

es para que se supiera<br />

que la más mentirosa de las diosas,<br />

que por nombre atendía a «Usa»,<br />

fue la que se llevó <strong>el</strong> gato al agua<br />

y a los espectadores metió en su bolsillo<br />

con la «farsa» t<strong>el</strong>evisada<br />

de la llegada a la Luna d<strong>el</strong> gringo.<br />

¿Quién podía realmente saber<br />

si un sapiens norteamericano<br />

puso su pezuña en la luna<br />

clavándola además un lábaro<br />

en su hermosa pi<strong>el</strong> con granos?<br />

¿No sería que puso su vírico pie<br />

en una base secreta de la CIA<br />

o en «Area 51» de Nevada<br />

que todo es la misma porquería?<br />

Tanta ceniza y tanto misterio,<br />

tanta bandera ondeando al vu<strong>el</strong>o,<br />

tanta inconsistencia y gravidez<br />

rodeando <strong>el</strong> gran paso d<strong>el</strong> homo erecto,<br />

bien podría haber sido una fiesta<br />

que generales y legionarios estr<strong>el</strong>lados,<br />

al servicio de la diosa «Usa» actuando,<br />

c<strong>el</strong>ebraban por sus éxitos en Vietnam<br />

con un macabro espectáculo:<br />

una sabrosa chuletada<br />

de jemeres rojos, blancos afganos,<br />

indios cobrizos o monjes anaranjados.<br />

Podría parecer que un auto de fe<br />

862<br />

se hubiera exportado a la Luna<br />

si no se supiera por decencia<br />

que la fiesta estaba organizada<br />

en la antedicha base secreta.<br />

La segunda teoría esgrimía,<br />

que como con la América precolombina,<br />

la Luna llevaba siendo pisoteada<br />

desde una época muy anterior.<br />

No solo por ganar la apuesta<br />

a su eterna rival la duma «Rusa»,<br />

sino, más bien y siempre que puedan,<br />

por tener a los esclavos entretenidos,<br />

sacaron la lunática noticia<br />

en un formato informativo<br />

en vez de un reallity show<br />

que es lo que tenía que haber sido.<br />

Los frikis civilizombis y cobardes,<br />

pasmados con tan sobrehumano Progreso<br />

por la ingeniería espacial de las divinas,<br />

dejaban caer por sus comisuras,<br />

sonrientes y bobaliconas como <strong>el</strong>las solas,<br />

un hilillo de babita ácida,<br />

y unas lágrimas con lisozima<br />

de sus ojos cegatos emergían.<br />

La tercera y última vía,<br />

que la consideraremos «La Alternativa»,<br />

sentenció que la burda jugada<br />

años más tarde se produciría<br />

manipulando las «ingenuas» mentes<br />

de las gentes con neuronas indigentes<br />

con una autoría t<strong>el</strong>evisada<br />

firmada sibilina y previamente<br />

y audiovisualmente filmada.<br />

¿Dónde está la sindéresis<br />

que haberla puede que hubiera<br />

y aunque parezca exterminada,<br />

no existiría si no existiera la palabra?<br />

¿Dónde la navaja de Ockamm<br />

que en vez de evitar hipótesis complejas,<br />

postulan entes inútiles<br />

y sufragan las chapuzas?<br />

¿Para qué sirve la «Historia»


si todo se repite siempre igual,<br />

sapiens sapiens de referencia,<br />

ya sea con filósofos en inglés<br />

aprendieron ni la más mínima lección<br />

o con palabras en cast<strong>el</strong>lano?<br />

y siguieron descerebradamente<br />

La señal t<strong>el</strong>evisada<br />

con la destrucción de Madre Tierra<br />

creaba una sinestesia persistente como si imploraran la extinción.<br />

y así vivían los listos listos<br />

Si algún lector descerebrado<br />

hasta <strong>el</strong> final de su hora y de sus días. ha sido capaz de r<strong>el</strong>acionar<br />

Dice también «La Alternativa»,<br />

lo que son los satélites de mierda<br />

que las lunáticas y hermosas s<strong>el</strong>enitas, con la b<strong>el</strong>leza de la Luna orbital,<br />

se habían asentado en la Luna,<br />

es porque no debe de diferenciar<br />

para observar más de cerca<br />

de entre toda la chatarra espacial<br />

a sus queridos vecinos los terrícolas. la hermosura espectacular<br />

Viendo que se les avecinaba «La Invasión», de Madre Tierra y su lunar.<br />

de un carácter tan sanguinario como Las s<strong>el</strong>enitas «generosas»<br />

[Civilización, tuvieron menos poder de convicción<br />

tuvieron la precaución previa de huir que las divinas de la muerte<br />

para ni de coña entrar en contacto con su Progreso y su Civilización.<br />

con los únicos bichos diabólicos<br />

Cuando se dieron cuenta tardíamente<br />

d<strong>el</strong> Sistema Solar y d<strong>el</strong> Cosmos.<br />

de que la habían cagado indigentemente,<br />

Por si no supieran a la perfección se inventaron una bonita nana<br />

lo que tenían de sobra garantizado, que berreaba <strong>El</strong> Cambio Climático<br />

la tortura y esclavitud o <strong>el</strong> exterminio para los sapiens que se hacían mamadas.<br />

era de las diosas <strong>el</strong> talante preferido. La razón para traficar con la información<br />

Para no dejar hu<strong>el</strong>la de su existencia era la misma de siempre:<br />

y que no comenzara la persecución iban a hacer negocio con <strong>el</strong> CO2<br />

con La Guerra de las Galaxias ya contada y hasta con <strong>el</strong> llanto de la gente.<br />

y por supuesto otras muchas cacerías, La Luna no era una escapatoria<br />

abandonaron su asentamiento espacial para protegerse de los civilizombis<br />

transformando su suave y lunática pi<strong>el</strong> sino la contundente aclaración<br />

en un paisaje post-atómico<br />

de que la vida en un paisaje estéril,<br />

y no un Chernobil de tres al cuarto como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> satélite terrenal,<br />

en <strong>el</strong> que no podían vivir ni los príncipes es tan dura y tan jodida<br />

ni sus pre-meta-morfoseados sapos. que se debe evitar como sea,<br />

Si lo hicieron para que los sapiens con quien sea y a pesar de quien sea,<br />

aprendieran de una puta vez<br />

que Madre Tierra no se parezca<br />

que <strong>el</strong> único lugar d<strong>el</strong> Universo<br />

ni de lejos a esa fotografía.<br />

donde f<strong>el</strong>ices podían plenamente ser En los últimos 40 años<br />

era en la hermosa Madre Tierra<br />

se ac<strong>el</strong>eró la destrucción d<strong>el</strong> planeta,<br />

y no en ninguno de sus satélites de saquearon de tal forma y manera<br />

[mierda, que dan vergüenza ajena<br />

se equivocaron las s<strong>el</strong>enitas<br />

y mucho dolor en la propia.<br />

porque ni por esas nuestros queridos, Cuando finalmente consiguió Naturaleza<br />

863


despertar a los consummator d<strong>el</strong> planeta,<br />

[corrupción,<br />

<strong>el</strong> punto de no retorno pasado era en la Época Umbrática están<br />

y Naturaleza desintoxicó con la extinción. Claro, Eugenia y <strong>el</strong> Clan.<br />

¿Dónde están los mistagogos y los En la Época de la Luz y por un lado,<br />

[doctores, están <strong>el</strong> escudero Sancho y Alcor,<br />

dónde los esclavos civilizombis?<br />

don Quijote y <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

En alguna parte de la Conciencia<br />

están en la habitación de al lado.<br />

[Universal Y en una porción d<strong>el</strong> Multiverso<br />

está escrito este pequeño capítulo que «Palabras»se llama o «Versos»<br />

de unos seres mágicos y grandiosos están <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do,<br />

que al padecer la soberbia d<strong>el</strong> ego dentro La Odisea de Claro,<br />

mutaron en insignificantes borregos. y Los Astérix reb<strong>el</strong>des al lado.<br />

Los que sí pudieron despertar<br />

Este lunático cuento versado<br />

entendieron lisa y llanamente<br />

que rima como le da la gana<br />

que todos los hombres son uno<br />

porque desde las primeros cinco palabras<br />

con sexos y capacidades diversas avisó de que se iba a reb<strong>el</strong>ar<br />

para que sus vidas no fueran tan tediosas contra la hegemonía de octosílabos<br />

como finalmente llegaron a constatar. y de su decadente sonoridad,<br />

Menos mal que llegó Claro<br />

vamos a intentar acabarlo<br />

y al menos les devolvió la Paz<br />

antes de que se vaya de las manos<br />

porque si no <strong>el</strong> infierno imaginario aunque realmente nos dé lo mismo<br />

habría sido paradisiaco<br />

que lo mismo que le dé a usted.<br />

si lo comparamos con <strong>el</strong> artificial. Es un cuento prefabricado<br />

Simultáneamente a este r<strong>el</strong>ato, para unas niñatas muy monas<br />

escrito bajo la Luna Llena de Otoño, que aparte de psicópatas idiotas<br />

su primera para más dirección y seña, apostaron arrasar a la Luna<br />

compartían un mismo instante<br />

aunque para conseguirlo tuvieran<br />

varios humanos y muchos tunantes. que saquear a Madre Tierra.<br />

Dejando a estos cafres a un lado<br />

Y colorín verde y colorado,<br />

porque para qué hablar más de<br />

por fin ya se ha acabado.<br />

864<br />

<br />

<strong>El</strong> cuento de Luna me hizo olvidar <strong>el</strong> de la residencia terrestre. [Ver<br />

La luna en directo.] <strong>El</strong> viejo es tan maravilloso que hasta de una hu<strong>el</strong>la<br />

en la nieve es capaz de contar una historia. Me siento afortunada de<br />

vivir en este cuerpo humano porque de todos los que imagino, es <strong>el</strong><br />

privilegiado de Naturaleza sin que implique que seamos los nenes<br />

bonitos de nadie. ¿Para qué destruir Gaia para «descubrir» Luna? Los<br />

sapiens estaban locos. <strong>El</strong> resto d<strong>el</strong> paseo de vu<strong>el</strong>ta ha transcurrido en


silencio. Yo iba pensando en <strong>el</strong> contenido d<strong>el</strong> cuento de los lunáticos<br />

indecisos y los terrícolas saqueadores. Mirando las hu<strong>el</strong>las que se<br />

habían grabado en la nieve durante <strong>el</strong> camino de ida, me acordé de<br />

todos los pequeños pasos que dio <strong>el</strong> sapiens hasta conseguir<br />

extinguirse. No creo que les gustara esa recompensa por tanto<br />

derroche de energía y por una supervivencia esclava de la<br />

programación de los dioses y de su propio mundo de las ideas. ¿Sería<br />

eso a lo que llamarían <strong>el</strong> mundo ideal?<br />

Si así fuera, no me extraña que fueran capaces de destruir <strong>El</strong><br />

Paraíso a cambio de unas ideas cochambrosas, fueran las que fueran<br />

y las dijera quien las dijera. ¡Qué sapiens más fundamentalistas,<br />

especialmente los «primermundistas» que interpretaban y se creían<br />

que tenían la razón! ¡Pobrecitos cuando empezaron a abrir los ojos!<br />

¡¡Los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros!! ¡Lo<br />

sabían 2.000 años antes d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor! ¿Lo sabían 2.000<br />

años antes d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor?<br />

Paramos intermitentemente para recoger algunas hierbas que<br />

fuimos masticando durante <strong>el</strong> regreso. Saborear estas hojas es uno<br />

de los placeres que sólo se consiguen en silencio, sintiendo lo que se<br />

está saboreando. No entiendo cómo los sapiens compatibilizaban<br />

este placer con las actividades que realizaban en sus comilonas.<br />

Claro me ha enseñado que mientras que se come se come, si se<br />

habla se habla y si se hace lo que sea, se hace lo que se esté<br />

haciendo. A los estresados sapiens les gustaba adulterarlo todo con<br />

promiscuidades, amontonamientos, popurrís y fusiones. Mezclar es la<br />

causa más probable d<strong>el</strong> atragantamiento; algunos, con efectos<br />

mortales.<br />

Cuando volvimos d<strong>el</strong> paseo lunático, finalmente me enfrenté a mi<br />

pasado pero serena y acompañada como estaba, repetir la visión de<br />

un resumen tan bien presentado, no me provocó tanto dolor ni<br />

espanto.<br />

—No sé decir lo que me ha producido la visión de la primera<br />

página de este Capítulo —comencé a r<strong>el</strong>atarle— pero ha sido tan<br />

horrible que he necesitado salir en tu búsqueda. Vacío, laberinto,<br />

turbación, experimento, soledad… ¿Qué decir?<br />

865


—A mí también me impactan las imágenes —me dijo Claro—<br />

porque expresan nítidamente <strong>el</strong> germen que nos ha traído hasta<br />

aquí.<br />

—Pero me llama mucho la atención —le respondí— que hubiera<br />

más gente que lo tuviera tan claro como tú y que no hicieran nada;<br />

eso es lo que me vu<strong>el</strong>ve loca.<br />

—¿Quién se ponía al frente de 6.000 millones de cegatos<br />

psicópatas? —indicó Claro—, ¿quién ponía <strong>el</strong> cascab<strong>el</strong> a la gata?<br />

Ahora lo ves muy fácil porque no te puedes imaginar <strong>el</strong> mogollón de<br />

basca que había en <strong>el</strong> planeta; eran una marabunta descontrolada y<br />

fanática tan enorme que no la puedes concebir. <strong>El</strong> presente tiene un<br />

aspecto crítico y es la fase severa de la glaciación; sin duda, los que<br />

sobrevivan podrán considerarse titanes o lagartos y cocodrilos. <strong>El</strong><br />

pasado tuvo un aspecto crítico y es <strong>el</strong> descontrol de la población.<br />

Este es <strong>el</strong> mayor problema al que se ha enfrentado la especie humana<br />

y su mente no estaba preparada para encontrar la solución.<br />

Naturaleza toma la decisión y como siempre ha hecho hasta ahora, <strong>el</strong><br />

proceso de desinfección se llama extinción.<br />

Le pedí que me contara un ejemplo para entender <strong>el</strong> porqué de la<br />

superpoblación porque ahora no puedo imaginar que la densidad<br />

humana se convierta en un problema: todo está vacío de personas.<br />

Claro salió con un ejemplo fractal, mis preferidos, que decía más o<br />

menos así. Cuando se podía, después de plantar un grano de trigo<br />

comenzaba a salir una hierba que vive durante unos meses; poco<br />

antes de morirse, esa hierba espiga saliéndole decenas de granos.<br />

Estamos vitalmente diseñados así. Igual que todos los seres, las<br />

especies tratan de supervivir en Madre Tierra y antes de desaparecer,<br />

intentan desesperadamente perpetuarse en <strong>el</strong> planeta. Al organismo<br />

Especie humana le ha pasado igual: antes de comenzar su muerte<br />

como especie (la extinción), intentó desesperadamente dejar <strong>el</strong><br />

máximo de semillas en <strong>el</strong> planeta por si alguna pudiese sobrevivir;<br />

fruto de esa reacción, aquí estoy yo. Inconscientemente y como todos<br />

los organismos, la especie humana se multiplicó exponencialmente,<br />

como los trigales, y Madre Tierra nos acogería generosamente a<br />

866


todas [las semillas] si no hubieran saqueado <strong>el</strong> Planeta, contaminado<br />

su pi<strong>el</strong> e intoxicado su atmósfera. Entendida la explicación fractal,<br />

Claro siguió con su r<strong>el</strong>ato.<br />

A esto se le llama asimilar.<br />

—Sabes de la espina que tengo clavada en la mente por no haber<br />

actuado cuando mi madre Clara propuso que lo hiciera y fue un año<br />

que la humanidad esperaba con cierto fervor: <strong>el</strong> 2012; no sentía su<br />

misma sincronización y lo pospuse. La crisis económica que<br />

desembocó en la desintegración de Pax Americana mutó en muy<br />

violenta a la gente e impuso <strong>el</strong> caos por encima d<strong>el</strong> descontrol social.<br />

<strong>El</strong> vandalismo se convirtió en barbarie y únicamente se salvaban los<br />

que no estaban. Cualquier momento y espacio urbano era <strong>el</strong> menos<br />

adecuado para estar porque siempre había un motivo y un sicario<br />

para quitarte de en medio (Ver Mad Max, Horizonte final, Blade).<br />

—O sea —traduje—, que salías a la calle y por mucho que<br />

rezaras, te fulminaban antes de que cantara un gallo.<br />

—Tuvo la ventaja de que acabó con la ostentación y la ambición<br />

—ha completado <strong>el</strong> viejo—. Los que iban quedando, vestían de<br />

manera muy humilde porque a la mínima que te vieran algo de valor,<br />

en <strong>el</strong> mercado negro se cotizaba cualquier cosa sin importar la<br />

procedencia. A veces no se preocupaban ni de sacar los anillos d<strong>el</strong><br />

dedo.<br />

Al preguntarle qué era la ambición, Claro me respondió tal y<br />

como lo que decían en la Época de la Luz, es un gran actor e imita de<br />

maravilla a aqu<strong>el</strong>las gentes civilizombis.<br />

—«La cuestión es, señoras y señores, que la ambición, a falta de<br />

una palabra mejor, es buena, es necesaria y funciona. La ambición<br />

clarifica y capta la esencia de la esencia d<strong>el</strong> espíritu de Evolución; la<br />

ambición en todas sus formas, la ambición de vivir, de saber, de<br />

amar, de dinero, es lo que ha marcado la vida de la humanidad. La<br />

ambición salvará al Planeta». Y así nos fue.<br />

—Concebir <strong>el</strong> progreso de Civilización —he seguido diciendo— ha<br />

sido la chispa que ha desbordado mis emociones y la conexión entre<br />

<strong>el</strong>las se ha encargado de desatar mi desconsolado llanto. Después de<br />

tantas y tantas cosas que me has contado de Civilización, de la<br />

867


psique y de los McIrus, visualizar estas dos viñetas ha sido como si<br />

de pronto todo se colocara en su sitio. <strong>El</strong> agónico afán por dominar a<br />

los pobladores por parte de las que controlaban a los <strong>César</strong>es, ha<br />

quedado entendido para siempre. Su visión ha sido angustiosa,<br />

asfixiante, dolorosa…<br />

—Ahora es otro momento ¿no? —me interrumpió afortunadamente<br />

<strong>el</strong> viejo—.<br />

—Tienes razón —respondí—, si vu<strong>el</strong>vo a lo mismo, seguramente<br />

me ponga igual. Como habrá infinidad de detalles que se me<br />

escapan, me gustaría que los repasáramos juntos.<br />

Claro me hizo una invitación con su mirada para que empezara<br />

con <strong>el</strong> análisis; volver a fijar la atención en un resumen tan rev<strong>el</strong>ador,<br />

me volvió a agobiar. Encuentro cierto consu<strong>el</strong>o al pensar que si<br />

pudiera meterme en estas páginas y salir en esa fracción de la Época<br />

de la Luz, les explicaría a dónde conduce esa locura ¿podríamos<br />

evitar <strong>el</strong> desastre natural real? [Ver Doraemom mil y una aventuras.]<br />

—Es que no sé por dónde empezar —le comenté— ni si hace falta<br />

decir nada; si los cómics son brillantes, <strong>el</strong> comienzo de este capítulo<br />

es clarificador. En la primera viñeta aparece un asentamiento que<br />

nada tiene que ver con <strong>el</strong> paraíso original pero tampoco con la<br />

imposición d<strong>el</strong> progreso Imperial. Roturar las tierras para <strong>el</strong> cultivo<br />

de verduras implica la violación de Madre Tierra y la cantera de<br />

Obélix también. Para construir sus casas es evidente que se han<br />

comido un trozo d<strong>el</strong> Bosque Protector al igual que para levantar la<br />

empalizada para defenderse de los civilizombis invasores. Saqueo,<br />

erosión, saqueo, erosión… hasta aquí: la Época Umbrática. De la<br />

segunda viñeta ¿qué hace falta decir en este momento? [Leer Octavia<br />

de Séneca.]<br />

»Ahora lo sé todo sin haber estudiado nada Claro, sé a dónde nos<br />

ha traído ese camino, sé que las diosas de entonces tenían la<br />

int<strong>el</strong>igencia de un mosquito, sé que su psicopatía ha destruido <strong>el</strong><br />

equilibrio d<strong>el</strong> planeta, sé que los civilizombis se dejaron pastorear,<br />

engañar o guiar hasta <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor como estúpidos cretinos.<br />

»A veces pienso que no me entiendes; no sabes lo que se siente<br />

realmente cuando naces en un ambiente tan hostil. Quizá te pase<br />

868


como a mí, que entiendo lo que puede significar tener la inquietud de<br />

estar en la orilla d<strong>el</strong> mar para admirar su inmensidad y después<br />

tumbarte en la arena caliente para descansar de tu insignificancia;<br />

pero realmente no sé lo que se siente. Ahora nos pensamos muy<br />

mucho salir de este entorno porque <strong>el</strong> camino te puede traer un<br />

resfriado como mínimo si no te cong<strong>el</strong>as d<strong>el</strong> frío antes de encontrarte<br />

con nadie; o sea, que como para imaginarte en la orilla d<strong>el</strong> mar y<br />

sentir la caricia de su brisa templada. Pues a ti te puede pasar igual,<br />

que me entiendes pero realmente no sabes cómo me siento.<br />

»Por haberme enterado de la causa, podría pasarme todo <strong>el</strong> día<br />

cabreada y sin embargo, lo llevo hasta bien. ¡Qué le voy a hacer! He<br />

nacido ahora y mira la herencia que me han dejado mis antepasadas,<br />

las madres de mis madres que de tanto preocuparse d<strong>el</strong> bienestar de<br />

sus queridos hijos, dejaron de ocuparse de su medio ambiente<br />

natural. Ni sus bibliotecas, ni discotecas, ni pinacotecas, ni<br />

monumentos; nos han dejado por herencia un frió ártico que nos<br />

mata rápidamente y no tengo ganas de saber nada de <strong>el</strong>las. ¿No es<br />

mejor?<br />

—Podría no haber existido Civilización porque para lo que<br />

hicimos… —planteó <strong>el</strong> viejo—; pero realmente no fue así. Nuestro<br />

encuentro es causal y trata de esto: que sepas y creas que antes d<strong>el</strong><br />

Día d<strong>el</strong> Resplandor, existió Imperio durante sólo ¿50.000 años? Una<br />

ridiculez si lo comparamos con <strong>el</strong> tiempo que <strong>el</strong> Hombre habita en<br />

Madre Tierra. Te hablo de una extravagancia tan enrevesada y<br />

colosal, que las propias diosas terminan por convertirse en rehenes<br />

de los sapiens; por eso estaban cabreadas y por eso querían<br />

exterminarlos [Ver Matrix, Broken Arrow, Campo de Batalla: la Tierra, 007,<br />

<strong>El</strong> mañana nunca muere, 12 monos; La princesa Mononoke, Pokemon, Reb<strong>el</strong>ión en<br />

la granja y Hormigaz (para los niños), Horizonte final, Planeta rojo; ¿quieren<br />

más?]<br />

»<strong>El</strong> comportamiento de <strong>El</strong> Programa Smith estaba totalmente<br />

descontrolado y d<strong>el</strong> saqueo y contaminación d<strong>el</strong> planeta, las diosas<br />

habían perdido su control. Por mucho que hubieran querido, no<br />

existía otro planeta donde vivir fuera tan hermoso y natural como en<br />

Madre Tierra. Si hubiera existido, se habrían ido porque la subespecie<br />

869


suicida que vivía en Gaia no tenía solución. ¡Bueno sí, la extinción!<br />

Por fin todos, reb<strong>el</strong>des, diosas y esclavos, éramos iguales.<br />

»La extinción también aclara <strong>el</strong> eslabón perdido —añadí<br />

conteniendo la rabia para que por pudor, no saliera de mi mente—.<br />

¡Qué cutres son los eslabones secretos de la cadena perdida! Si<br />

nuestro eslabón perdido es una lata de chapa que contenía cualquier<br />

refresco, su eslabón perdido debe ser un clavo tan oxidado que ni en<br />

la mente podrían tener. ¿Qué provocó la mutación d<strong>el</strong> antecesor en<br />

sapiens, una inseminación cósmica, un polvete con la Federación<br />

Galáctica o una casualidad?<br />

—En <strong>el</strong> Génesis utilizaron <strong>el</strong> polvete como excusa para explicarlo<br />

todo —me dijo <strong>el</strong> viejo sin sentir vergüenza ajena—. Los Nefilim eran<br />

una fusión de dioses y «sapians», ¡no de diosas y sapiens! [Leer<br />

Génesis 6.]<br />

—¡Menudo argumento de mierda! —he contestado—. Si nuestro<br />

eslabón perdido es realmente un souvenir de Civilización ¿cuál fue <strong>el</strong><br />

de los civilizombis?<br />

—<strong>El</strong> pecado original —me contestó <strong>el</strong> viejo bíblicamente; él sabrá<br />

<strong>el</strong> porqué.<br />

[Con este pequeño detalle se va a conocer la frontera entre <strong>el</strong><br />

transcriptor y <strong>el</strong> narrador. Al final d<strong>el</strong> mamotreto anterior, se han<br />

quedado pendientes dos aclaraciones que la dispersión de Sancho ha<br />

distraído de su atención. Se había aclarado <strong>el</strong> vínculo entre las dos<br />

realidades pero faltaba por descifrar <strong>el</strong> eslabón perdido y <strong>el</strong> que por fin<br />

todos fuimos iguales. <strong>El</strong> narrador se disponía a hacerlo ¿al final d<strong>el</strong><br />

mamotreto anterior o al comienzo de éste? para no dejar laguna alguna;<br />

<strong>el</strong> transcriptor, conociendo esta explicación, ha omitido la d<strong>el</strong> narrador<br />

para evitar la duplicación. ¿Se habrá dado cuenta alguien de la omisión o<br />

miraban a la mujer/varón de rojo? Queda aclarado que la posible<br />

laguna argumental que podría existir en <strong>el</strong> pasado, está depurada en este<br />

futuro que además, es <strong>el</strong> presente de cada uno.]<br />

—Ni con <strong>el</strong> paseo que nos hemos dado se me ha pasado <strong>el</strong> cabreo<br />

—le he comentado después de escuchar <strong>el</strong> argumento d<strong>el</strong> original<br />

pecadón perdido—. Discúlpame de nuevo por repetirte otra vez más<br />

la jodida pregunta: ¿es real lo que estoy viendo, es real lo que me<br />

870


cuentas o es un sueño aunque pesadilla sea? Ya sé la respuesta y<br />

entiende mi pregunta como parte de un desahogo que te estás<br />

tragando.<br />

»Ya sé que no tienes nada que ver con <strong>el</strong>lo, que naciste en una<br />

tribu fuera de Civilización y que conseguiste devolver la Paz entre<br />

tanta violencia pero si no me desahogo contigo ¿con quién puedo<br />

hacerlo? Me encantaría tener de frente a los civilizombis para<br />

preguntarles ¿¡pero qué estáis haciendo!?<br />

[Ver en Internet <strong>el</strong> discurso que con 12 años, S. Suzuki pronunció<br />

en UN’s Earth Summit 1992. Severn Suzuki, la niña que silenció al mundo<br />

http://www.youtube.com /watch?v=DLV6jaZFLro.]<br />

»Pero d<strong>el</strong>ante de mí sólo tengo unos dibujos de colores y con los<br />

de la tribu no puedo hablar de esto. Podrás entender que haya<br />

momentos en los que necesite reventar y cuando estoy al borde d<strong>el</strong><br />

abismo, seguro que más veces de las que te imaginas, recuerdo <strong>el</strong><br />

final d<strong>el</strong> poema que me enseñaste al acabar de una de tantas<br />

contiendas dialécticas que hemos tenido a causa de «tu» dichosa<br />

Civilización y que se repite en mi memoria con frecuencia:<br />

Tú, a quien imploramos en busca de perdón; dime: ¿dónde podrás hallarlo?<br />

Tú, a quien imploramos en busca de consu<strong>el</strong>o; dime: ¿dónde podrás hallarlo?<br />

Tú, a quien imploramos en busca de amor; dime: ¿dónde podrás hallarlo?<br />

—Desahógate cuantas veces necesites Eugenia —me dijo<br />

cariñosamente Claro—, porque más que entender, comparto tu<br />

indignación y tu furia; encontrarás <strong>el</strong> consu<strong>el</strong>o si aprendes a canalizar<br />

la ira de otra manera porque también te he contado a dónde nos lleva<br />

su cólera y como con la extinción, tampoco te gustó su<br />

desembocadura. Pero tranquilízate porque al principio todo <strong>el</strong> mundo<br />

reacciona igual ya que nadie se quiere creer lo que sabe; la digestión<br />

de Matrix te ayudará a convivir armoniosamente en presente con la<br />

herencia de un pasado tan disonantemente ruidoso.<br />

—Ya lo sé Claro —le he respondido—, me lo has dicho muchas<br />

veces, tantas como las veces que me he alterado al conocer la<br />

existencia de mis antepasados. Te pido ayuda para evitar esta rabia<br />

descontrolada que me sale.<br />

871


—Sabes que te entiendo Eugenia —me dijo <strong>el</strong> viejo—, debe de ser<br />

un shock creer por fin en la causa de «esto»; como miembro de la<br />

especie, también podrías haber disfrutado de las condiciones<br />

ambientales de la Época de la Luz y por las razones que sean, has<br />

decidido regresar al planeta y ésta es la realidad que tenemos. ¿Sabes<br />

por qué estás aquí, por qué decidiste venir de nuevo?<br />

—¿Lo sabes tú? —le pregunté; pero siguió como si nada.<br />

—Puedes indignarte con la cobardía de los civilizombis pero no<br />

los puedes culpar de que hayas decidido venir; de esto, sólo tú<br />

sabrás <strong>el</strong> porqué. Quizá ayude a r<strong>el</strong>ajarte pensar que los sapiens<br />

fueran los responsables sin que los tengas que convertir en<br />

culpables.<br />

—Imagínate lo que significa ver <strong>el</strong> Sol únicamente en unos cómics<br />

—le he dicho—, ver las sombras de los edificios y los árboles. Si<br />

ahora nos morimos de frío ¿qué virus fue <strong>el</strong> culpable? Ahora no hay<br />

sombras, no hay luz, no hay Energía porque todo es sombrío.<br />

—Por algo la llamas Época Umbrática ¿no? —me dijo <strong>el</strong> viejo como<br />

de cachondeo—. Lo que dices de la Energía no es exacto Eugenia, lo<br />

que pasa es que Madre Tierra y <strong>el</strong> Cosmos Est<strong>el</strong>ar están utilizando<br />

esa Energía para esta profunda transformación y <strong>el</strong> proceso es<br />

«incómodo» para la especie humana. Vamos con los detalles que<br />

parece que tienes tan claros, a ver si consigues que no añada<br />

ninguna observación.<br />

—Lo más horrible —he empezado a contarle intentando aparcar<br />

mi indignación— ha sido <strong>el</strong> afeitado de árboles, <strong>el</strong> primer paso que<br />

utilizaba Imperio para imponerse. Me pasa como a Ideafix, que me<br />

pongo fatal. La subespecie suicida tenía que haberse ap<strong>el</strong>lidado<br />

subespecie arboricida pero entiendo que si no se quiere sobrecargar<br />

con todos los nombres que mereciera, me quedaré con <strong>el</strong> que mejor<br />

la define: ¡suicida! Si por cada árbol que cortaran se desmayara un<br />

civilizombi como le pasa al perro de Obélix, seguro que los habrían<br />

respetado más. Deberían haberse dado un paseo por este ambiente<br />

antes de viajar tanto por <strong>el</strong> espacio sideral.<br />

»Después de mirar un momento las dos páginas de viñetas y<br />

antes de salir en busca d<strong>el</strong> consu<strong>el</strong>o en tu abrazo, he sentido en mi<br />

872


cabeza <strong>el</strong> manotazo que da <strong>el</strong> <strong>César</strong> sobre la maqueta; es lo que he<br />

necesitado para enterarme de cómo es <strong>el</strong> proceso: «Esto son lentejas,<br />

si quieres las comes y si no… ¡te las tragas!» Pues «Esto es<br />

Civilización, si quieres la acatas y si sí… ¡La extinción!» Así no se<br />

puede vivir, sin saber si mañana no va existir.<br />

—Mañana no existe —me subrayó <strong>el</strong> viejo—, mañana no ha<br />

existido jamás, existe ahora, este instante.<br />

—¿Y <strong>el</strong> pasado? ¿Y Civilización? —le insistí.<br />

Eugenia está confusa. Despertar provoca vómito hasta en «<strong>el</strong><br />

<strong>el</strong>egido» (Ver Matrix). Todavía no sabe qué significó Claro en la historia<br />

de la humanidad que vivía en Matrix porque apenas está descubriendo<br />

que la historia que le ha estado contando <strong>el</strong> viejo durante meses es real,<br />

bueno, fue real aunque se la conozca como la realidad de Matrix que no<br />

existe. Qué contradicción, algo que no existe (como las pinzas, <strong>el</strong> lápiz, <strong>el</strong><br />

cuaderno o la lupa de Eugenia), nos extingue; sin embargo, si no existiera<br />

realmente Civilización, no tendríamos por qué estar extinguiéndonos<br />

todavía. Dicen que los dinosaurios duraron 160 millones de años sobre la<br />

faz de la tierra ¿cuántos años dice la ciencia que llevan los sapiens sobre<br />

Madre Tierra? Una ridiculez.<br />

¿Existe o no existe Civilización? Civilización es <strong>el</strong> mundo artificial<br />

creado por unas psicópatas en <strong>el</strong> que subsistían (todavía subsisten) los<br />

civilizombis f<strong>el</strong>ices y contentos… y ¡libres!; para su creación y<br />

perpetuación, necesitaba rasurar los bosques y contaminar, contaminar<br />

todo lo que tocara, hasta la Luna. La contaminación es lo único real de<br />

Matrix y la causa por la que la subespecie suicida se extingue. Algo que<br />

realmente no existe, provoca tanta contaminación que extingue hasta a lo<br />

que no existe. Claro siente la ofuscación de Eugenia e intenta resolverla<br />

volviendo a las viñetas.<br />

—Los civilizombis podían resolver un pasatiempo que solía<br />

aparecer en los periódicos —me animó <strong>el</strong> viejo—, o sea, que lo hacían<br />

a diario: Busca las diferencias entre una viñeta y otra. A los sapiens<br />

se lo ponían mucho más difícil y en blanco y negro así que seguro<br />

que las resu<strong>el</strong>ves.<br />

—Me imagino que estarás de coña porque lo único que se<br />

mantiene intacto en las dos viñetas es la aldea de los reb<strong>el</strong>des —le he<br />

contestado como si estuviera alterada—. Empezaré por la dársena:<br />

873


los dos espigones que construían para poner un faro que guía y un<br />

puerto de amarre, cambian las corrientes marinas. ¿Para qué tanto<br />

guiar si extraviaron hasta a la Corriente Termalina? Y <strong>el</strong> resto está<br />

muy claro: la construcción de urbanizaciones termina esquilmando<br />

los bosques.<br />

—Pues entra en detalles —me invitó <strong>el</strong> viejo.<br />

—<strong>El</strong> edificio central debe de ser la casa de los jefes políticos de la<br />

«urba» o la casa de los jefes r<strong>el</strong>igiosos de la urbe —empecé a<br />

detallar—. Las viviendas apiladas son cuadriculadas pero no tienen<br />

chimeneas ni antenas; se puede decir que <strong>el</strong> viejo continente todavía<br />

era joven y las diosas no sabían a dónde podían llegar; ahora sí lo<br />

saben ¡por fin! Conozco los dos edificios «galácticos» de otros<br />

capítulos porque si no te diría lo mismo que al principio: pistas de<br />

aterrizaje para platillos volantes; <strong>el</strong> teatro y <strong>el</strong> circo eran junto al pan,<br />

<strong>el</strong> su<strong>el</strong>do de los esclavos dependiendo de que fueran más teatrales o<br />

más circenses. La Torre de Bab<strong>el</strong> es esencial para que un avión la<br />

pueda «colapsar» y <strong>el</strong> encauzamiento d<strong>el</strong> arroyo es fundamental para<br />

que se pueda desbordar. La «Puerta Central» para recordar que existe<br />

<strong>el</strong> control y <strong>el</strong> monumento circular que recuerda que es masón,<br />

completa <strong>el</strong> resto de la viñeta. Bueno, falta lo fundamental: los<br />

políticos y senadores de narices y barrigas abultadas que expresan <strong>el</strong><br />

niv<strong>el</strong> de corrupción que acarrea <strong>el</strong> progreso. ¿Qué te parece <strong>el</strong><br />

resumen?<br />

—Que parece que lo tienes claro —me confirmó <strong>el</strong> viejo.<br />

—No te puedes imaginar —empecé a confesar— <strong>el</strong> cambio que<br />

me ha supuesto concebir la existencia de Civilización. Cuando he<br />

salido dolida de la cueva, no sólo lloraba por la comprensión de las<br />

viñetas, lloraba arrepentida porque hasta hoy no me había creído la<br />

existencia real de Civilización. Te he estado escuchando a lo largo de<br />

todo este tiempo con respetuosa atención pero con cierto rec<strong>el</strong>o,<br />

cierto escepticismo y por supuesto, cierto horror. Entendía y sabía lo<br />

que me decías pero no me lo creía o no me lo quería creer. Yo vivía<br />

f<strong>el</strong>iz en este mundo de ignorancia, abandonada a un automatismo<br />

sonámbulo; había nacido para ser la Jefa d<strong>el</strong> Clan y llegas tú y la<br />

jodes. Y encima ¡los cómics! Había más gente que lo sabía y lo<br />

874


mantenían escondido como <strong>el</strong> mejor de los secretos: diciéndos<strong>el</strong>o<br />

pero en formato infantil. ¡Qué ingenuos!<br />

—Así se lo decían durante Mayo d<strong>el</strong> 68 —me indicó Claro—; a<br />

finales d<strong>el</strong> milenio se lo decían con Matrix y tampoco se enteraban<br />

los dichosos civilizombis. Compruebo que te ha cundido aunque no<br />

me hayas hecho mucho caso.<br />

—Todos los cómics que hemos visto dicen lo mismo —le comenté<br />

sabiendo que no era ningún mérito—: desarrollan diversas<br />

estrategias para amansar hasta paralizar a los esclavos y que se<br />

contenten con tragar, callar… ¡y votar!, hablan de los<br />

comportamientos de los demócratas políticos corruptos durante la<br />

decadencia de la Pax Romana, comentan las conductas absurdas y<br />

cegatas de los civilizombis y de los de la tribu de irreductibles galos<br />

mucho antes de que <strong>el</strong> capitalismo terminara de exterminarlos para<br />

siempre. (¿Dónde están esos galos de cojones tan gordos? Si existieron<br />

¿los exterminaron o los han mutado?). Lo que más ha cambiado no han<br />

sido los decorados sino las personas, cada vez más resignadas y<br />

amansadas.<br />

»Imperio se devana los sesos para someterlos o exterminarlos y<br />

únicamente en los cómics ganan los reb<strong>el</strong>des. En la realidad real está<br />

claro que quien gana es la extinción porque apisonan a los reb<strong>el</strong>des;<br />

si en vez de exterminarlos les hubieran hecho caso, no habríamos<br />

llegado a esto.<br />

¿Qué esperamos aquí reunidos en la plaza?<br />

Dicen que hoy llegarán los bárbaros.<br />

¿Por qué esta atonía en <strong>el</strong> senado?<br />

¿Por qué los senadores están sentados,<br />

sin discutir las leyes?<br />

Porque hoy llegan los bárbaros.<br />

¿Para qué discutir leyes ahora?<br />

Pronto serán los bárbaros<br />

quienes las impongan.<br />

¿Por qué ha madrugado tanto nuestro<br />

[emperador?<br />

¿Por qué está ahí a las puertas de la ciudad,<br />

ESPERADO A LOS BÁRBAROS<br />

solemne, coronado, y sentado en su trono?<br />

Porque los bárbaros llegarán hoy<br />

Y nuestro emperador quiere recibir a<br />

[su jefe,<br />

ha preparado un discurso para<br />

[entregárs<strong>el</strong>o;<br />

en él, le confiere numerosos títulos y<br />

[dignidades.<br />

¿Por qué no vienen nuestros hábiles<br />

[oradores<br />

a pronunciar sus discursos<br />

y a decir lo que dicen de ordinario?<br />

875


Porque los bárbaros llegarán hoy<br />

Y los discursos y la <strong>el</strong>ocuencia los<br />

[aburren<br />

¿Por qué esta turbación, esta súbita<br />

[inquietud?<br />

¡Qué repentina gravedad hay ahora en<br />

las caras!<br />

¿por qué súbitamente se han quedado<br />

[desiertas<br />

las calles y las plazas?<br />

876<br />

¿Por qué todos vu<strong>el</strong>ven a sus casas con<br />

rostro preocupado?<br />

Porque ha caído la noche<br />

y los bárbaros no han venido,<br />

Y unos que han llegado de la frontera<br />

dicen que no hay bárbaros.<br />

¿Y qué va a ser de nosotros, ahora,<br />

[sin bárbaros?<br />

Al fin y al cabo, esa gente era la solución.<br />

Kavafis<br />

—Eso es lo que me has contado que hicieron con todos tus<br />

antecesores ¿no? Ahí tienes un caso: Vercingetórix, que perdió la<br />

reb<strong>el</strong>día en Alesia aunque algunos galos y los mandubios sigan sin<br />

querer «chaber» dónde «echtá» «Alechia» ni si fue Haleso, <strong>el</strong> hijo<br />

bastardo de Agamenón, <strong>el</strong> que la fundó [Ver <strong>El</strong> escudo Arverno;<br />

desde la portada, es reb<strong>el</strong>ador. ¿Será Sarkozy <strong>el</strong> descendiente de<br />

Vercingetórix? La pregunta es retórica porque se sabe de sobre la<br />

repuesta.]<br />

»Este capítulo debe de ser otra estratagema más para someterlos<br />

o arrasarlos. ¿Me equivoco?<br />

—Astérix en los Juegos Olímpicos —equilibró <strong>el</strong> viejo— reb<strong>el</strong>a<br />

una estrategia de los reb<strong>el</strong>des para burlarse de Civilización: se hacen<br />

pasar por ciudadanos romanos para poderse inscribir en la<br />

competición. Recordarás que con don Carlos pasó igual, se falsificó la<br />

partida de bautismo para convertir al heredero de la corona más<br />

importante d<strong>el</strong> planeta en un plebeyo ciudadano d<strong>el</strong> mundo. Unas los<br />

quieren exterminar y los otros se saben burlar.<br />

Al indicarme que siguiera mirando con la lupa, leí lo que <strong>César</strong><br />

les dice en <strong>el</strong> cómic: ¡He decidido obligarles a aceptar Civilización!<br />

Este es, en resumen, la historia de la humanidad y más claro no se<br />

puede decir porque sería descarado. No entiendo a los sapiens<br />

aunque Claro se esfuerza en que lo haga. Aunque realmente no sea<br />

así, resulta que tengo que entender que los esclavos estuvieran<br />

encantados con Civilización porque los mantenían en una especie de<br />

polis, granjas o corrales urbanos en las que todo estaba resu<strong>el</strong>to... de


momento. Pero <strong>el</strong> final de todas las versiones se repite siempre igual:<br />

corrupción tan generalizada que <strong>El</strong> Sistema no les resu<strong>el</strong>ve ningún<br />

problema sino que los crea: deflación, decepción, desorientación,<br />

desintegración... Tan listos como eran los sapiens d<strong>el</strong> siglo XXI, al<br />

menos podrían haber sospechado que estaban en <strong>el</strong> mismo momento<br />

d<strong>el</strong> ciclo en <strong>el</strong> que los Imperios entran en la decadencia final.<br />

Lo otro que le he remarcado ha sido la manía obsesiva de algunos<br />

por citarse a sí mismos en tercera persona, le sucede al <strong>César</strong> y le<br />

sucedía al príncipe don Carlos. Pero todo esto se lo sabe <strong>el</strong> viejo<br />

porque es él (tercera persona) quien me lo ha contado.<br />

La última viñeta de las inolvidables dos primeras páginas, me ha<br />

informado de la puntual estrategia que Imperio había urdido para<br />

que <strong>el</strong> pueblo, convertido en un «chabolarum», quedara condenado a<br />

adaptarse o desaparecer: en vez de asediar y estrangular a los<br />

reb<strong>el</strong>des con legiones imperiales, cascos azules o androides<br />

paranormales, les imponen por vecinos a los contagiosos turistas y<br />

esos sí que eran letalmente corrosivos.<br />

Cuando hemos llegado a este punto, <strong>el</strong> viejo me ha contado <strong>el</strong><br />

paral<strong>el</strong>ismo en la imposición de la última versión de Imperio (Versión<br />

6.0; ver Matrix II). Cuando <strong>el</strong> 7º de Caballería de West Point no podía<br />

con los pi<strong>el</strong>es rojas, Imperio mandaba a las hordas para que hicieran<br />

<strong>el</strong> trabajo sucio con <strong>el</strong> que no podían sus legiones. Lo tenían más<br />

fácil y no necesitaban organización ni intendencia. <strong>El</strong> procedimiento<br />

era sencillo y barato: se «chivaban» o corrían <strong>el</strong> bulo entre los<br />

buscadores áulicos de que había oro en cualquier «sitio estratégico» y<br />

allí acudían como sanguiju<strong>el</strong>as a chupar todo lo que pudieran.<br />

Arrasaban con lo que fuera con tal de encontrar <strong>el</strong> inexistente aunque<br />

dorado metal, sin saber que estaban siendo utilizados de gratis para<br />

someter a los indios reb<strong>el</strong>des.<br />

En retaguardia colocaban los tercios de caballería que se<br />

encargaban, cuando podían, de rematar la faena: aniquilar a los<br />

indios cobrizos que protegían la inmarcesible pradera. Finalmente<br />

pudieron ¡obligarles a aceptar! esa Civilización porque en 50 años,<br />

los esclavos civilizombis de las diosas arrasaron Norteamérica y<br />

877


continuaron con Japón, Palestina, Vietnam, Irak, Afganistán…; <strong>el</strong><br />

cuento de nunca acabar al que también llamaban «<strong>El</strong> juego de la oca»,<br />

que arraso porque me... lo dice dios. ¡Si hubieran hecho caso a los<br />

reb<strong>el</strong>des indios norteamericanos en vez de a ese dios tan<br />

sanguinario…!<br />

Aparte de estos detalles, Claro añadió uno más que al no estar<br />

incluido en las viñetas (¿¡!?), es normal que no lo haya podido<br />

apreciar.<br />

—Se supone —me dijo <strong>el</strong> viejo— que la primera viñeta es una<br />

vista panorámica de la aldea gala y la segunda es la representación<br />

de una maqueta. Si la primera debe considerarse real en Las<br />

aventuras de Astérix, la segunda es evidentemente irreal aunque<br />

ninguna de las dos sean reales porque no están en la misma realidad<br />

que conforma la parte d<strong>el</strong> Multiverso en <strong>el</strong> que hemos decidido estar<br />

viviendo (Ver A primera vista y flipen con <strong>el</strong> comentario de Eugenia<br />

después de escuchar la frasecita anterior).<br />

—Eso lo entiendo Claro —le comenté—; la viñeta real dentro d<strong>el</strong><br />

cómic es la tercera en la que de nuevo aparece la maqueta pero con<br />

los personajes. Diferencio lo que es real de lo que es auténtico, lo<br />

que es artificial de lo que es natural; la última viñeta de las dos<br />

primeras páginas es justo lo contrario de la primera aunque<br />

parecerían las mismas si no fuera por <strong>el</strong> tamaño d<strong>el</strong> «insignificante»<br />

dedo d<strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

»Englobando todas esas contradicciones, existe <strong>El</strong> Multiverso que<br />

permite que entendamos que la realidad de los cómics suceda en<br />

otra sección d<strong>el</strong> Multiverso diferente al nuestro aunque haya existido<br />

en realidad y ahora forme parte de nuestro pasado. O sea, vistas las<br />

viñetas desde aquí y ahora, las tres son irreales pero vistas desde <strong>el</strong><br />

cómic, la primera podría ser real, la segunda es una maqueta<br />

(¡realmente su dibujo!) y la tercera es real exclusivamente por los<br />

personajes. Curiosamente, la mayor parte d<strong>el</strong> fondo y los personajes<br />

de d<strong>el</strong>ante están tan sombríos que aparecen negros. ¿Existen o son<br />

únicamente sombras dentro de esa realidad? ¿Son reales las sombras<br />

878


o <strong>el</strong> resto? ¿Están entonces en otra realidad más y la viñeta tampoco<br />

es «real»?<br />

—Pues no creo que los sapiens lo vieran tan claro —me comentó<br />

<strong>el</strong> viejo— y no te lo digo por los cómics sino porque la simultaneidad<br />

de ambas realidades era difícil de diferenciar cuando estás<br />

suficientemente despistado. Entenderás si era r<strong>el</strong>ativo todo lo que<br />

veían que según sus propios doctores, <strong>el</strong> Universo que nos rodea es<br />

uno de los universos que existen dentro d<strong>el</strong> Multiverso. Decían que<br />

contenía:<br />

más d<strong>el</strong> 70% de energía oscura,<br />

<strong>el</strong> 26% de materia oscura exótica,<br />

<strong>el</strong> 3.5% de materia común no luminosa y<br />

<strong>el</strong> 0’5 % de materia ordinaria visible.<br />

»Entre todo <strong>el</strong>lo, hay un espacio en <strong>el</strong> que sospechaban que<br />

existían dimensiones supernumerarias que ni siquiera podían intuir.<br />

La realidad que veían se limitaba a este 0’5% y se conformaban con<br />

<strong>el</strong>lo porque insisto, vivían f<strong>el</strong>ices y contentos.<br />

—¡Joóder Claro! —se rechifló Sancho—. Te has pasado 23 pueblos<br />

y 0’5. Así que <strong>el</strong> espacio está lo suficientemente vacío como para que la<br />

energía vibre.<br />

—Y para dispersar, Imperio creaba las «Urbanizaciones» entre las<br />

trinitas posibilidades —le he dicho para confirmar mi entendimiento y<br />

añadido—, por lo de sota, caballo o rey. He notado que la<br />

construcción, ordenación y alineación de las edificaciones imperiales<br />

se implantan respecto a un eje de simetría; esto contrasta con la<br />

organización y distribución de las viviendas en la aldea reb<strong>el</strong>de y<br />

aclara que los civilizombis disfrutan con una vida cartesiana,<br />

cuadriculada y compartimentada y los reb<strong>el</strong>des se organizan al<br />

margen de imposiciones y sumisiones, una manera de vivir que<br />

chocantemente, atrae intuitiva y poderosamente a los civilizombis.<br />

¡Qué contradictorios son! He comprobado que <strong>el</strong> empedramiento o<br />

asfaltado de Civilización es, junto a los campos de césped o de<br />

cereales, los m<strong>el</strong>anomas que provoca <strong>el</strong> progreso en la pi<strong>el</strong> de Madre<br />

Tierra.<br />

879


»La frontera que hay entre <strong>el</strong> desarrollo sostenible de la aldea gala<br />

y <strong>el</strong> saqueo y violación a Madre Tierra de Civilización, es un capítulo<br />

que podemos dejar aparte porque lo conocemos a la perfección y<br />

porque existen otros días además de hoy. Sé que nuestros<br />

antepasados extenuaron al planeta y también imagino por lo que ya<br />

me has dicho, que La residencia de los dioses de la Pax Romana era<br />

<strong>el</strong> paraíso si lo comparamos con una residencia de los esclavos d<strong>el</strong><br />

siglo XXI, llena de máquinas que emitían gases de efecto invernadero<br />

no por un tubo sino por infinitos. Es desolador Claro, por eso te pido<br />

que seamos considerados, sobre todo en este espacio y tiempo en <strong>el</strong><br />

que Naturaleza aclara todo y tú aclaras <strong>el</strong> eslabón perdido.<br />

<strong>El</strong> personaje d<strong>el</strong> narrador que Claro me ha presentado descarga<br />

de la mucha pesadez que implica <strong>el</strong> que repitiera los diálogos de<br />

carrerilla. Por ejemplo, lo que sigue en <strong>el</strong> cómic es la demagogia que<br />

utilizan los gobermangantes para presentar a uno de los novatos<br />

descerebrados, titulados por la más prestigiosa universidad, y vender<br />

un proyecto Imperial difuminado con la cortina de humo d<strong>el</strong><br />

bienestar. Lo llaman ¡¡Progresooooo!! y lo que realmente quieren es<br />

arrasar y dominar. Insulae, circos «drive-in», tiendas en las que<br />

venden estatuas, látigos y consoladores, termas y Residencias de los<br />

dioses. ¡Menuda dispersión! Sin embargo, los reb<strong>el</strong>des galos no<br />

tienen ni un bar y viven con plenitud; tampoco tienen<br />

psicoterapeutas, fisioterapeutas, médicos ni iglesias; un vecino que<br />

es druida sustituye todo lo anterior y <strong>el</strong> sentido común mantiene<br />

intacta la Reb<strong>el</strong>día Total que ante Imperio hay que adoptar. ¡Qué<br />

claro lo tienen los reb<strong>el</strong>des de la aldea gala y qué perdidos estaban<br />

los civilizombis!<br />

Hemos hablado tantas veces de lo mortífera y soporífera que es la<br />

demagogia política que ahora la voy a saltar. Cualquiera que haya<br />

llegado hasta aquí, sabrá por todo lo dicho por qué no lo voy ni a<br />

resumir.<br />

<strong>El</strong> títere novato de arquitecto se pone a funcionar sin saber que<br />

se iba a encontrar con la realidad real, una realidad que incluye<br />

mordiscos y tortazos porque si no, no sería real. Querer arrasar un<br />

880


Bosque Protegido por Reb<strong>el</strong>des puede ser «accidentado» y Claro me<br />

ha puesto más ejemplos de soldaditos descab<strong>el</strong>lados por defender a<br />

los descerebrados civilizombis que arrasaban los Bosques Sagrados<br />

para los indios norteamericanos (Ver <strong>El</strong> pequeño cherokee, Un<br />

horizonte lejano, Bailando con lobos).<br />

Es cierto que a cambio plantan unos arbolitos que traen de otra<br />

latitud para que se pongan enfermos y todo quede muy bonito pero<br />

¿qué sucede con <strong>el</strong> Bosque Protector? Queda arrasado y en su lugar,<br />

siembran estériles praderas de césped que provoca alergia y setos de<br />

arizónicas que la produce también; a las ovejas les gustaba retozar<br />

entre la hierba y a los virurregos les encantaba revolcarse sobre <strong>el</strong><br />

césped.<br />

—Lo que está explícito en las viñetas lo percibes nítidamente<br />

—me dijo Claro— pero hay materia implícita que seguro aprecias<br />

también.<br />

—Antes hacías tú esos comentarios —le he dicho como<br />

protestando— y ahora quieres que sea yo la que los hace.<br />

Sancho estaba tan absorto en lo que leía que su mente bullía como si<br />

lo estuviera viviendo. No sólo se ha olvidado d<strong>el</strong> Mercado Audiofeudal,<br />

de la incubadora de psicópatas y de la realidad de Matrix sino que se ha<br />

olvidado de que está vivo. Buena señal. Pero acaba de recordar lo<br />

protestón que a veces se pone y piensa que no tiene sentido. Ha<br />

levantado la vista d<strong>el</strong> ordenador y se ha puesto a hacer algo que no tiene<br />

ningún sentido: filosofar; sobre todo, cuando la extinción lo aclara todo,<br />

hasta lo absurdo que ha sido tanto filosofar para no enterarse de ná.<br />

—¡<strong>El</strong> presente Eugenia! —me ha insistido notando mi escaqueo—,<br />

esto es lo que existe. Antes desconocías a Astérix pero después de<br />

unos capítulos, tu sentido común y <strong>el</strong> cambio cuántico que estás<br />

experimentando te ayudará a ser la que conduzca la exégesis. ¿Te<br />

parece poco haber pasado de sólo saber a creer en lo que sabes?<br />

Decidiste transcribir mi Odisea porque sabes que no veo con los ojos<br />

con tanta nitidez como para hacerlo solo. Me estás haciendo sentir la<br />

grandeza y la intimidad de compartir esta reb<strong>el</strong>ación con alguien;<br />

eres la primera humana de la Época Umbrática que se entera de la<br />

881


evolución de «La Era de los Imperios» y comienzas a estar capacitada<br />

para percibir lo subliminal. [Jugar con <strong>el</strong> simulador ¿pasado de moda?<br />

The age of Empires para entender lo que es bueno.]<br />

—Hay algunos detalles implícitos que son tan evidentes que<br />

resultan descarados —he empezado analizar—. <strong>El</strong> pueblo<br />

descerebrado, subconsciente, aborregado o civilizombi, vota a unos<br />

gobermangantes igual de descerebrados, subconscientes,<br />

aborregados, civilizombis y títeres, que ejecutan las directrices que<br />

les marcaban <strong>el</strong> G-8, los Bilderbergs o los Illuminatis. También tenían<br />

que acatar a la ONU, <strong>el</strong> FMI, <strong>el</strong> BM, la CIA y demás organizaciones d<strong>el</strong><br />

«Gobierno de la República Galáctica» para estar usurpando <strong>el</strong> poder.<br />

[Ver La Guerra de las Galaxias, la serie V.] Los virurregos confiaban<br />

en sus votados porque creían que defendían sus derechos pero lo<br />

que sucedía realmente es que los gobiernos exigían <strong>el</strong> cumplimiento<br />

de las órdenes de los organismos superiores. Tragar y callar es, en<br />

resumen, lo que hacían los democráticos gobiernos mientras que<br />

cumplían con «<strong>El</strong> Plan Imperial» construyendo la decadencia de la Pax<br />

Americana.<br />

»Las mentiras que utilizan para someter a los senadores son las<br />

mismas que utilizarían con <strong>el</strong> Trío La-la-lá de las Azores y <strong>el</strong><br />

procedimiento siempre ha sido igual. La excusa para arrasar puede<br />

ser la construcción de La residencia de los dioses o la destrucción de<br />

«Las armas de destrucción masiva» y los civilizombis se convierten en<br />

cómplices porque han olvidado que se puede vivir con dignidad.<br />

»También está implícita la herencia que los descerebrados dejan a<br />

sus hijos y que no sólo es la mansedumbre más propia de ovejas que<br />

de cabras sino <strong>el</strong> desparramo medioambiental que nos ha traído<br />

hasta aquí. O sea, que los padres no querían a sus hijos tanto como<br />

interpretaban. ¿Hablamos de la psique o seguimos para d<strong>el</strong>ante?<br />

Fíjate hasta donde despreciaban a sus descendientes que les robaron<br />

<strong>el</strong> futuro en un planeta saludable y me han traído a este ambiente<br />

ártico que no aguanta ni dios. [Ver, si todavía no se ha hecho Severn<br />

Suzuki, la niña que silenció al mundo por 6:32 minutos;<br />

http://www.youtube.com/watch?v=DLV6jaZFLro. (Querida mujer,<br />

882


ahora tendrás 28 años. ¿Piensas igual? Si quieres, hacemos algo; puede<br />

que todavía estemos a tiempo).]<br />

»Esos padres tan solidarios eran cómplices, por su silencio, de los<br />

estragos que Imperio causaba en los pueblos indígenas. Fuera por <strong>el</strong><br />

petróleo, por <strong>el</strong> coltán, por <strong>el</strong> oro o por <strong>el</strong> gas natural, Civilización<br />

impone sus modales y si con los cromañones no se sabía la pauta<br />

que seguían, con las Corporaciones Multicontinentales sí sabían la<br />

misión a seguir: evang<strong>el</strong>izar, someter o masacrar. Que se lo<br />

pregunten a los neandertales, los pi<strong>el</strong>es rojas o los yanomanis. Que<br />

me lo pregunten a mí y se enterarán de lo que valía <strong>el</strong> peine que<br />

además imponían.<br />

Si los reb<strong>el</strong>des rehúsan la integración en <strong>El</strong> Sistema, los<br />

civilizombis crean las UVA, unidades vecinales de chavolas que la<br />

estupidez se encarga de apisonar. La vida autogestionaria se<br />

convierte en dependencia servil hasta pensar que la leche sale de los<br />

tetrabricks.<br />

—Para que completes las estratagemas de Imperio para inocular<br />

<strong>el</strong> virus Civilización a todo bicho viviente —me ha dicho <strong>el</strong> viejo—, <strong>el</strong><br />

próximo capítulo va a ser <strong>El</strong> regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> donde queda patente la<br />

utilización de los esclavos hasta cuando son retirados: regalan la<br />

Honesta Missio a los legionarios jubilados para expandir <strong>el</strong> contagio<br />

de Matrix urbi et orbi (Ver <strong>El</strong> regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong>).<br />

—O asedian y encarc<strong>el</strong>an a los reb<strong>el</strong>des o diseminan <strong>el</strong> virus<br />

civilizado por doquier —le informé para que no me aguara <strong>el</strong> día con<br />

sobre información—. Cuando les ordenaron «¡Creced, multiplicaos y<br />

someted la tierra!», no les dijeron que iba a ser con las reglas d<strong>el</strong><br />

juego Civilización impuestas por Imperio que nos llevaría hasta<br />

donde ya sabemos. Ya llegará nuestro futuro regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> aunque<br />

mi pasado fuera para <strong>el</strong>los futuro.<br />

La mañana seguía su curso con <strong>el</strong> viento y mi ánimo calmados.<br />

Me alegra plenamente saber la historia de mis antepasados y de<br />

haber superado <strong>el</strong> eslabón perdido pero a veces necesito descansos<br />

para metabolizar la información que recibe mi software d<strong>el</strong> viejo.<br />

Damos un paseo cuando <strong>el</strong> atasco da asco, otras veces hacemos<br />

883


juntos o cada uno por su lado algún estiramiento y otras, como<br />

ahora, seguimos con <strong>el</strong> cuento.<br />

—¿Por qué aunque peculiares —le he preguntado cambiando de<br />

futuroso tema—, son matriarcados todos los asentamientos que has<br />

encontrado?<br />

—Porque de lo poco que quedó claro a los civilizombis antes d<strong>el</strong><br />

Día d<strong>el</strong> Resplandor, es que <strong>el</strong> patriarcado machista termina en<br />

feminazista y éste es otra equivocación. <strong>El</strong> patriarcado feminazi es<br />

como <strong>el</strong> machista, si no lo es peor, y aprendieron que no se trata de<br />

un patriarcado con faldas y a lo loco sino de combinarlo todo; pero<br />

no hubo tiempo para entender cómo podría haber sido un<br />

matriarcado natural; para eso estuvo Clara y nos la perdimos toda la<br />

humanidad. La herencia de tanta confusión ha traído a este<br />

matriarcado esperpéntico en <strong>el</strong> que las mujeres secuestráis <strong>el</strong> poder y<br />

los varones lo acatan mansamente. De todos los asentamientos<br />

visitados, <strong>el</strong> vuestro es <strong>el</strong> que más se parece a lo natural aunque<br />

tengáis la lacra de los Secretos. Recordarás mi encuentro en <strong>el</strong><br />

«matriarcado» de Lesbos en <strong>el</strong> que tratan a los varones como si fueran<br />

juguetes y lo aburridas que están. Me fui cuando su cisma mental<br />

amenazaba con estallar.<br />

—Es normal Claro —le dije—, si los carcas d<strong>el</strong> Clan te han echado<br />

y aquí respetamos a los varones ¿qué hubieran hecho las mujeres<br />

cuando se dan cuenta de que están equivocadas y que no se trata de<br />

controlar, ni dominar ni someter sino de convivir con ternura y<br />

autoridad?<br />

»¿Sabes otra cosa que me ha pasado con mi madre y que todavía<br />

no me he sabido perdonar? Que no se negara a que te echaran. Te<br />

aseguro que <strong>el</strong>la entendería la preexistencia de Civilización porque<br />

cuando hablamos a solas sugiere, alude e incluso hace insinuaciones<br />

a «algo» anterior. Pero quiere mantener <strong>el</strong> equilibrio en <strong>el</strong> Clan y<br />

quizás no sepa cómo rev<strong>el</strong>ar lo que sin creer, sabe. Puede que le pase<br />

como a mí y necesite un manotazo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> en la maqueta o una<br />

colleja en la cabeza.<br />

884


<strong>El</strong> prólogo de este capítulo termina con la reunión de los<br />

mandamases machistas de ambos lados de la contienda.<br />

Por un lado, <strong>el</strong> consejo de notables galos hace gala de sus<br />

conocimientos sobre la Ley de la Causalidad: los bosques no se<br />

miden si no es por una razón. Panorámix es un druida cabal y hace la<br />

pregunta adecuada «¿por qué?»<br />

Por otro lado, <strong>el</strong> arquitecto está aprendiendo la lección de que en<br />

un entorno natural no hay que hacer ningún trabajo; se reúne en la<br />

enfermería con <strong>el</strong> centurión y mediante coacción y miedo, se «decide»<br />

proteger la operación. Mientras que <strong>el</strong> arquitecto o los políticos<br />

preguntan si la crisis ha acabado, la experiencia d<strong>el</strong> esculapio<br />

sentencia a los descerebrados: ¡Mucho me temo que no haya hecho<br />

más que empezar! He imagino que así será porque <strong>el</strong> cómic acaba de<br />

comenzar (¡¡Y la crisis también!!).<br />

Qué trabajo me está costando conocer al narrador. Empieza a<br />

envolverme de tal modo y manera que no sé cuándo cortarlo o<br />

cuándo utilizarlo.<br />

—Con la entrada marcial de los esclavos, comienza <strong>el</strong> desarrollo<br />

de las aventuras —me dijo <strong>el</strong> viejo—. Descaradamente se les llamaría<br />

esclavos pero en <strong>el</strong> siglo XXI se hacía sólo de manera clara: utilizando<br />

la palabra «trabajadores» e incluso técnicos o titulados superiores.<br />

—Menudo garbo tienen los iberos desfilando —le he dicho<br />

comentando <strong>el</strong> detalle.<br />

—Como estás viendo, los hispanos son harina de otro costal. De<br />

todos los esclavos, son los primeros en reb<strong>el</strong>arse y en quedar<br />

dispensados de trabajar. ¡Olé! Después vienen los b<strong>el</strong>gas por<br />

recordar lo que hicieron los flamencos en la decadencia d<strong>el</strong> Imperio<br />

Hispano y después los lusitanos por la Revolución de los Clav<strong>el</strong>es.<br />

—Lo que mola de los iberos es que además —le he subrayado—,<br />

no se cortan ni un p<strong>el</strong>o: se quejan ante la más alta autoridad porque<br />

con sus gritos, no les dejan descansar de hacer nada. ¡Eso sí que es<br />

reivindicar! ¡Eso sí que es Reb<strong>el</strong>día! ¡Eso es estar testosteronizados!<br />

¿Será por causalidad o eran así los españoles?<br />

885


—Pregúntas<strong>el</strong>o a los franceses —me respondió, no sé si por<br />

Goscinny y Uderzo o por Napoleón.<br />

—Ni <strong>el</strong> centurión ni <strong>el</strong> latiguero consiguen calmar a los esclavos<br />

—he terminado de decirle— pero llega un imberbe universitario y los<br />

pone a funcionar calladitos. ¡Qué fanatismo <strong>el</strong> de los titulados<br />

superiores! Estar letrado debía de ser <strong>el</strong> virus más sanguinario de los<br />

que componían <strong>el</strong> ego. ¡Qué espanto!<br />

Este tipo de comentarios dejan a Sancho mosqueado porque si <strong>el</strong><br />

caballero Alcor no ha respondido dónde comenzó la Reb<strong>el</strong>ión, Eugenia,<br />

Goscinny, Uderzo e incluso Napoleón, lo pueden estar haciendo. Como<br />

<strong>el</strong> escudero ha percibido con nitidez la Ley de la Causalidad, entiende<br />

que no ha tenido la respuesta en ese momento porque es la respuesta la<br />

que te encuentra si la sintonizas con la Ley de la Atracción. Es la<br />

pregunta la que nos impulsa, es la pregunta lo que nos ha traído<br />

hasta aquí. La respuesta la encontrarás por ahí, te está buscando y<br />

te encontrará siempre que lo desees. «¿Qué reb<strong>el</strong>de será <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor —se preguntaba Sancho— si sabía que encontraría la respuesta y<br />

no la quiso anticipar? Voy a empezar a considerar que efectivamente, él<br />

tiene <strong>el</strong> control de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Él sabe que voy a aceptar <strong>el</strong><br />

caram<strong>el</strong>o. ¡Qué cabrón! Tan tranquilo como parece y resulta que aunque<br />

se hace <strong>el</strong> tonto, controla un montón».<br />

<strong>El</strong> escudero no sabe dónde lo ha escuchado ni si habrá sucedido ya,<br />

pero recuerda la cita de una historia o leyenda que dice así. Después de<br />

pasearse por la península Itálica sin encontrar ninguna oposición digna<br />

de hacer mención, Napoleón aseguraba que en la península Hispana iba a<br />

suceder lo mismo y la invasión iba a ser otro paseo más sin Empecinados<br />

ni Agustinas de Aragón; bueno, ni Carlos IV, María Luisa y Godoy<br />

aunque quisieran salir huyendo. <strong>El</strong> propio Napoleón pensó en otro<br />

futuro más deferente pero ¿cuál fue <strong>el</strong> presente real? Los hispanos se<br />

reb<strong>el</strong>aron ante <strong>el</strong> invicto Napoleón que se quedó tan flipado, que en la<br />

isla de Santa <strong>El</strong>ena tuvieron que aparcarlo para que murieran todas sus<br />

penas. «Si los hispanos se reb<strong>el</strong>aron ante <strong>el</strong> gabacho emperador ¿por qué<br />

no lo van a hacer ante <strong>el</strong> Imperio Galáctico?» —pensó Sancho en voz<br />

alta—. También es cierto que <strong>el</strong> mosqueo se le ha pasado cuando se ha<br />

dado cuenta de que afortunadamente, es un iletrado.<br />

886


—Como puedes comprobar —continuó <strong>el</strong> viejo—, la cercanía de<br />

Civilización comienza a descontrolar a los reb<strong>el</strong>des porque su<br />

estabilidad biorrítmica natural se altera por la proximidad de la Señal<br />

de Matrix.<br />

—¿Solamente su proximidad podía contagiar a los reb<strong>el</strong>des?<br />

—pregunté—. ¿Tan degradante es?<br />

—Ya ves que todavía no han entrado en contacto con <strong>el</strong><br />

«contagio» y ya se han p<strong>el</strong>eado entre <strong>el</strong>los —argumentó fácilmente <strong>el</strong><br />

viejo—.<br />

—Que se p<strong>el</strong>een no es precisamente lo más raro porque comer<br />

jabalí tiene que salir por algún sitio —respondí sabiendo que salía<br />

por Úbeda—. Además, los civilizombis también se vu<strong>el</strong>ven majaretas<br />

al no entender los prodigios d<strong>el</strong> druida reb<strong>el</strong>de.<br />

—Esto es sólo en <strong>el</strong> cómic, Eugenia —me aclaró <strong>el</strong> viejo—; las<br />

semillas milagrosas en la realidad de Matrix fueron una idea d<strong>el</strong> viejo<br />

Masanobu Fukouka y las llamaban Nendo Dando pero no tenían nada<br />

que ver con las prodigiosas semillas d<strong>el</strong> viejo Panorámix. Las nendo<br />

dando eran unas semillas envu<strong>el</strong>tas en una fina capa de arcilla para<br />

que no se las comieran pájaros o insectos que <strong>el</strong> viejo esparcía<br />

coherentemente por <strong>el</strong> campo mientras que paseaba. Cuando se<br />

humedecía la arcilla, germinaba la semilla y sus posibilidades de<br />

sobrevivir aumentaban logarítmicamente. Si existiera un humano<br />

real, o sea, que no fuera de cuento, llamado Panorámix, a él habría<br />

que haberlo adulado para exigirle que sacara sus semillas<br />

prodigiosas urgentemente y no las porquerías de simientes que<br />

Corporaciones como Monsanto o Dupond mutaron hasta patentar la<br />

estirpe de las OGM (Organismos Genéticamente Modificados). Un<br />

druida como Panorámix sólo pertenece a los cuentos y sin embargo,<br />

al viejo Fokuoka real, no le hacían ni puto caso.<br />

—Igual que las tres viñetas han conseguido que creyera lo que ya<br />

sabía —le he comentado—, todavía no he conseguido comprender a<br />

los sapiens. Por mucho que los quieras redimir, era una basca<br />

contradictoria. La psique los tenía tan despistados que en vez de<br />

semillas, era <strong>el</strong> sentido común al que disfrutaban enterrando. Vale<br />

887


que Panorámix pueda ser un personaje irreal al que <strong>el</strong> cómic exagera<br />

cualidades. Pero que tengan un coterráneo real y no le hagan ni<br />

caso… no es normal, es contradictorio, ergo eran unos psicópatas.<br />

No se enteraban de lo que querían aunque lo tenían y en cambio<br />

deseaban lo que tanto daño les hacía. Por mucho que los amaras, los<br />

sapiens eran psicópatas.<br />

—¡No Eugenia! —me cortó con autoridad—; puedes decir que era<br />

una subespecie aborregada que se dejaban gobermangonear por<br />

títeres psicópatas.<br />

—Como quieras pero no me convences —he dicho<br />

escépticamente—. Me has contado que F<strong>el</strong>ipe II era un psicópata<br />

empedernido ¿por qué lo aguantaban?<br />

—No lo aguantaban —pretendía explicarme Claro—, intentamos<br />

reb<strong>el</strong>arnos pero la sumisión hamburguesada y la apisonadora<br />

Imperial llamada entonces Sancta Inquisición pudieron con los<br />

reb<strong>el</strong>des.<br />

—Pues menos mal que la extinción los despertó —le intenté<br />

explicar a él— porque lo único que al parecer hacían bien los<br />

civilizombis era votar casi todos los años y lo que es más importante,<br />

esclavizarse para pagar impuestos directos, indirectos, diferidos, en<br />

vivo, hasta para morirse e incluso estando muertos, para que a los<br />

psicópatas charlatanes se les llenara la boca con mentiras y <strong>el</strong> bolsillo<br />

con comisiones, su<strong>el</strong>dos y mordidas. Eso es tragar y callar, eso es<br />

aguantar hasta reventar, eso es parálisis e indignidad, eso es ceguera<br />

de tanta cobardía (igual decirlo al revés), eso es que pasaban de sus<br />

herederos aunque se preocuparan de amasar sus herencias. Eso es<br />

un asco y los civilizombis que «disfrutaban» tanto… también.<br />

—¡No Eugenia! —me revolvió al repetir—. Si la extinción los<br />

hubiera despertado, no existirían Lesbos ni <strong>el</strong> Clan que Guarda los<br />

Secretos.<br />

»Los civilizombis ansiaban derrochar y yo les hablaba de ayunar;<br />

para comer hacían lo que fuera, desde prostituirse a matar y yo les<br />

hablaba de meditar para recuperar la paz; conseguí que entendieran<br />

estas dos materias pero no les pude contar la génesis de todo<br />

888


aqu<strong>el</strong>lo y evidentemente, demasiados civilizombis no se enteraban de<br />

nada.<br />

—¿Por qué se repite tanto la palabra «claro» en <strong>el</strong> cómic? —le<br />

pregunté para r<strong>el</strong>ajar—. Va a parecer <strong>el</strong> título de una p<strong>el</strong>ícula: «En<br />

busca d<strong>el</strong> claro perdido». [Ver En busca d<strong>el</strong> arca perdida para<br />

entender al eslabón perdido ¡una ridiculez!.]<br />

—Para no haberme hecho mucho caso —me indicó <strong>el</strong> viejo—,<br />

recuerdas infinidad de detalles de los que hemos hablado.<br />

—Es que <strong>el</strong> cuento que narraste de las p<strong>el</strong>is y de lo audiovisual<br />

no lo podré olvidar jamás por lo escalofriante que es. ¿Lo recuerdas?<br />

Me lo contaste al principio, antes de que empezáramos con «Las ab<br />

f<strong>el</strong>icitas de Astérix»; fue un día paseando por <strong>el</strong> Camino de Lágrimas<br />

que desde entonces nos recuerdan las sendas que ¡tuvieron que<br />

escoger! los indios.<br />

Eugenia pasa por alto infinidad de detalles que da por sabidos pero<br />

no tienen por qué saberse. En cuando a lo audiovisual, existe una<br />

referencia «parecida» d<strong>el</strong> narrador hablando de los actores en <strong>el</strong><br />

desequilibrado mamotreto anterior; en La Odisea de Claro se encuentra en<br />

<strong>el</strong> capítulo V. En cuanto a «Camino de Lágrimas», se va a dejar su<br />

referencia aquí.<br />

Cuando la versión Pax Americana de Imperio decidió obligarles a<br />

aceptar esa Civilización (Leer La residencia de los dioses), obligó a los<br />

indios a firmar Tratados como <strong>el</strong> «Trail of tears», Camino de Lágrimas;<br />

un tratado por <strong>el</strong> que, básicamente, los deportaban (¡los echaban de sus<br />

tierras!). Simultáneamente, <strong>el</strong> indio Seattle envió a James Monroe en<br />

1887 una carta de la que se citará «un parrafito» a ver si de ¡una puta vez!,<br />

se aclara quiénes son los salvajes. Dice más o menos algo así <strong>el</strong> indio<br />

reb<strong>el</strong>de al gran jefe blanco civilizombi de Washington:<br />

CARTA DEL INDIO SEATTLE.<br />

¿Cómo podéis vender o comprar <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o o <strong>el</strong> calor de la tierra? Esta idea<br />

nos resulta extraña. Ni <strong>el</strong> frescor d<strong>el</strong> aire ni <strong>el</strong> brillo d<strong>el</strong> agua son<br />

nuestros. ¿Cómo podrían ser comprados? Tenéis que saber que cada<br />

trozo de esta tierra es sagrado para mi pueblo.<br />

889


Somos una parte de Madre Tierra y la flor perfumada, <strong>el</strong> ciervo, <strong>el</strong><br />

caballo y <strong>el</strong> águila majestuosa, son nuestros hermanos. Las escarpadas<br />

peñas, los húmedos prados, <strong>el</strong> calor d<strong>el</strong> cuerpo d<strong>el</strong> caballo y <strong>el</strong> hombre,<br />

todos pertenecen a la misma familia.<br />

Los ríos son nuestros hermanos y sacian nuestra sed, son portadores<br />

de nuestras canoas y alimento de nuestros hijos. <strong>El</strong> murmullo d<strong>el</strong> agua es<br />

la voz d<strong>el</strong> padre de mi padre. Si les vendemos nuestra tierra, ustedes<br />

deben recordar y enseñarles a sus hijos, que los ríos son nuestros<br />

hermanos y también lo son suyos. Y por tanto, deben tratarlos con la<br />

misma dulzura con que se trata a un hermano.<br />

Por supuesto que sabemos que <strong>el</strong> hombre blanco no entiende<br />

nuestra manera de ser. Tanto le da un trozo de tierra u otro porque es<br />

como un extraño que llega de noche a sacar de <strong>el</strong>la todo lo que necesita.<br />

No la ve como Madre sino como enemiga. Cuando ya la ha hecho suya,<br />

la desprecia y sigue caminando d<strong>el</strong>ante, dejando atrás las tumba de sus<br />

padres sin importarle. <strong>El</strong> Gran Jefe Blanco secuestra la vida a sus hijos.<br />

Tampoco le importa. Tanto la tumba de sus padres como <strong>el</strong> patrimonio<br />

de sus hijos son olvidados. Trata a su Madre Tierra y a su Hermano<br />

Firmamento como objetos que se compran, se explotan y se venden<br />

como ovejas o piedras preciosas. Su apetito devora la tierra dejando atrás<br />

solo un desierto.<br />

Vuestras ciudades hieren los ojos d<strong>el</strong> hombre de pi<strong>el</strong> roja. Quizá sea<br />

porque somos salvajes y no podemos comprender. No hay un solo sitio<br />

tranquilo en las ciudades d<strong>el</strong> hombre blanco. Ningún lugar donde se<br />

pueda escuchar en primavera <strong>el</strong> despliegue de las hojas o <strong>el</strong> rumor de las<br />

alas de un insecto. Quizá es que soy un salvaje y no comprendo bien las<br />

cosas. <strong>El</strong> ruido de la ciudad es un insulto para <strong>el</strong> oído. Y yo me pregunto<br />

¿qué clase de vida tiene <strong>el</strong> hombre que no es capaz de escuchar <strong>el</strong> grito<br />

solitario de la garza o la discusión nocturna de las ranas en torno a la<br />

balsa? Soy pi<strong>el</strong> roja y no lo puedo entender. Nosotros preferimos <strong>el</strong><br />

suave susurro d<strong>el</strong> viento sobre la superficie de un estanque, así como <strong>el</strong><br />

olor de ese mismo viento purificado por la lluvia d<strong>el</strong> mediodía o<br />

perfumado con aromas de pinos.<br />

<strong>El</strong> aire tiene un valor inestimable para <strong>el</strong> pi<strong>el</strong> roja, ya que todos los<br />

seres compartimos un mismo aliento, la bestia, <strong>el</strong> árbol, <strong>el</strong> hombre; todos<br />

respiramos <strong>el</strong> mismo aire.<br />

Cuando <strong>el</strong> último pi<strong>el</strong> roja haya desaparecido de esta tierra, cuando<br />

no sea más que un recuerdo su sombra, como <strong>el</strong> de una nube que pasa<br />

890


por la pradera, entonces todavía estas riberas y estos bosques estarán<br />

poblados por <strong>el</strong> espíritu de mi pueblo. Porque nosotros amamos este<br />

país como ama <strong>el</strong> niño los latidos d<strong>el</strong> corazón de su madre.<br />

Si decidiese aceptar vuestra oferta, tendré que poneros una<br />

condición: que <strong>el</strong> hombre blanco considere a los animales de estas tierras<br />

como hermanos. Soy un salvaje y no comprendo otro modo de vida.<br />

Tengo vistos millares de búfalos pudriéndose abandonados en las<br />

praderas, muertos a tiros por <strong>el</strong> hombre blanco desde un tren en marcha.<br />

Soy un salvaje y no comprendo cómo una máquina humeante puede<br />

importar más que <strong>el</strong> búfalo.<br />

Enseñen a sus hijos que nosotros hemos enseñado a los nuestros que<br />

la tierra es nuestra Madre. Todo lo que le ocurre a la tierra les ocurrirá a<br />

los hijos de Madre Tierra. Si los hombres escupen al su<strong>el</strong>o se escupen a sí<br />

mismos.<br />

De una cosa estamos seguros: Madre Tierra no pertenece al Hombre,<br />

es <strong>el</strong> Hombre <strong>el</strong> que pertenece a Madre Tierra. Todo enlazado, como la<br />

sangre que une a una familia. Todo va enlazado.<br />

<strong>El</strong> Hombre no tejió la trama de la vida; él es sólo un hilo. Lo que<br />

hace con la trama se lo hace a sí mismo. Ni siquiera <strong>el</strong> hombre blanco<br />

cuyo dios pasea y habla con él de amigo a amigo, no queda exento d<strong>el</strong><br />

destino común. Después de todo, quizá seamos hermanos. ¡Ya veremos!<br />

Sabemos una cosa que quizá <strong>el</strong> hombre blanco descubra algún día:<br />

nuestro Dios es <strong>el</strong> mismo Dios. Ustedes pueden pensar que ahora él les<br />

pertenece lo mismo que desean que nuestras tierras les pertenezcan. Pero<br />

no es así. Él es Dios de los hombres y su compasión se comparte por<br />

igual entre <strong>el</strong> pi<strong>el</strong> roja y <strong>el</strong> hombre blanco. Madre Tierra tiene un valor<br />

inestimable para él y si se daña, provocaría la ira d<strong>el</strong> creador.<br />

También los blancos se extinguirán, quizás antes que las demás<br />

tribus. <strong>El</strong> hombre no ha tejido la red de la vida, pues es sólo uno de sus<br />

hijos y está tentado a la desgracia si osa romper esa red. Estamos bien<br />

seguros: Si ensuciáis vuestro lecho, cualquier noche moriréis sofocados<br />

por vuestros propios excrementos (Ver «Idiocracia»).<br />

Pero ustedes caminan hacia su destrucción rodeados de gloria<br />

inspirados por la fuerza de dios que les trajo a esta tierra y que por algún<br />

designio especial, les dio dominio sobre <strong>el</strong>la y sobre <strong>el</strong> pi<strong>el</strong> roja. Este<br />

designio es un misterio para nosotros, pues no entendemos por qué se<br />

exterminan los búfalos, se doman los caballos salvajes, se saturan los<br />

891


incones secretos de los bosques con <strong>el</strong> aliento de tantos hombres y se<br />

atiborra <strong>el</strong> paisaje de las exuberantes colinas con cables parlantes.<br />

¿Dónde está <strong>el</strong> bosque espeso? Desapareció. ¿Dónde está <strong>el</strong> águila?<br />

Desapareció. Así se acaba la vida y comenzamos a sobrevivir tan sólo.<br />

892<br />

En recuerdo de Hiawatha (Há-yo-went’hä), nieto de una<br />

Estr<strong>el</strong>la; impulsor de la Liga Cinco Naciones junto a Deganawida (<strong>El</strong><br />

Inagotable), pensador de origen Hurón que ideó la organización de la<br />

esta Liga y que al final de sus días tuvo que decir: —¡Salve, Abu<strong>el</strong>os!<br />

La gran Liga que fundasteis ha envejecido. Triste será <strong>el</strong> destino de<br />

aqu<strong>el</strong>los que nazcan ahora.<br />

<br />

En fin, que disculpen la salvaje interrupción porque confieso que<br />

«algo personal» debe de haber en <strong>el</strong>lo. Claro va a responder al porqué de<br />

tanta insistencia con la palabra «claro» en <strong>el</strong> cómic. ¿Será que por esto él<br />

se llama así (tercera persona d<strong>el</strong> singular), en recuerdo de los bosques<br />

que más que aclararlos, los saqueamos?<br />

—Sabes que se refieren a un claro d<strong>el</strong> bosque, «algo» esencial<br />

para construir las viviendas de los «dioses» —me ha respondido sin<br />

inmutarse.<br />

—Lo primero será de los esclavos y lo segundo, no existe la<br />

casualidad —me defendí dejando <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ajo para más tarde—. Esos<br />

«claros» nos han conducido hasta aquí. Imaginemos que los<br />

civilizombis disfrutaban con <strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> bienestar y además,<br />

vieron que estaba bien porque hacían lo que dios ordena y manda. Y<br />

atardeció y amaneció. ¿Qué dios podía agradecer ese progreso con<br />

desastres naturales tan severos? ¿Qué dios les ordenó «algo» que va<br />

en contra d<strong>el</strong> equilibrio más básico? ¿Fueron <strong>el</strong>egidos por dios para<br />

ser extinguidos? ¿Se equivocó dios con su <strong>el</strong>ección? ¿Cómo no<br />

preguntarse nada de esto? Nadie con sentido común desafiaría a<br />

Naturaleza como nadie con sentido común desafía a la muerte.<br />

—Nadie con <strong>el</strong> instinto de supervivencia natural —me ha dicho <strong>el</strong><br />

viejo— jugaría a encarc<strong>el</strong>ar la conciencia eternamente. Por mucho<br />

que las diosas heredaran la realidad de Matrix, podían rev<strong>el</strong>ar a los<br />

frikis su existencia sin rev<strong>el</strong>ar sus posiciones. Pero tenían miedo a la


Reb<strong>el</strong>ión porque no se podían imaginar que podíamos acabar en paz.<br />

Estaban tan psicópatas que no intuían un final f<strong>el</strong>iz, como en los<br />

Astérix.<br />

»Ningún tribunal terreno es tan severo como uno mismo y quien<br />

crea en esto, sabrá que no existe tribunal superior más estricto que<br />

la conciencia de uno mismo, la misma que te conecta con Eternidad.<br />

No se trataba de perseguir a las diosas sino de cooperar con <strong>el</strong>las<br />

para retrasar <strong>el</strong> final de la encrucijada.<br />

»Pero tenían miedo, estaban escondidas esperándome mientras<br />

que seguían con lo planeado: «construir» <strong>el</strong> Imperio en China como<br />

excusa para afianzar la Corporatocracia y ahondar en la<br />

Psicopatocracia. En Matrix, antes de llegar a «La Fuente», la más alta<br />

jerarquía humana la representaba «<strong>El</strong> Arquitecto», <strong>el</strong> encargado de<br />

«construir».<br />

—Igual que en este capítulo y tampoco será casualidad<br />

—analicé—. Y <strong>el</strong>las están todavía por encima ¡¡La Fuente!!, para que<br />

nadie vea quiénes son. ¡Qué divinas!, y ponen a cualquier idiota<br />

(Rostchild, Rockef<strong>el</strong>ler, Sachs o si prefieren otros «genéricos», Club de<br />

Bilderberg, G-8, Hedge Founds) para que den la cara y se coman los<br />

marrones mientras que <strong>el</strong>las siguen camufladas.<br />

»Imagino que para actuar, necesitaban tener la seguridad de que<br />

los acontecimientos estaban en la recta final. Esperaron a que se<br />

complicaran más las cosas, a que la aberración ambiental se tragara<br />

la generosidad de Madre Tierra, a que la situación socioeconómica se<br />

hallara en <strong>el</strong> punto de no retorno, a que la violencia se descontrolara,<br />

a que la violación llegara a un grado tan irreversible que Naturaleza<br />

tuviera que hacer… lo que está haciendo.<br />

»Un problema de los Hombres que no supieron solucionar los<br />

hombres —subrayé con total indignación y desprecio—. ¡Qué<br />

vergüenza! Naturaleza fue la que abrió los ojos a los frikis pero partió<br />

<strong>el</strong> medio ambiente por la mitad. No se trataba de la peste negra que<br />

asoló Europa en la Edad Media y de la que <strong>el</strong>las salieron tan<br />

triunfantes. Se trató… se sigue tratando de la extinción de la especie<br />

humana, una especie a la que <strong>el</strong>las tenían la seguridad, para su<br />

893


desgracia, de pertenecer. Para su desgracia porque sabían que<br />

Naturaleza no hace distinciones.<br />

»La extinción de especie implica la extinción de ese divino Clan<br />

aunque lo que finalmente suceda con «Lo humano» esté todavía por<br />

saber. Ya sé que ante la extinción, por fin todos somos iguales, pero<br />

¿y si no nos extinguimos? ¿Por qué estamos tú y yo aquí? Si de todas<br />

formas nos vamos a extinguir, los últimos coletazos que se den ¿qué<br />

más dan? Al parecer, entre las actuales supervivientes hay diosas<br />

infiltradas que persisten en su tontería con cuentos y con secretos.<br />

¿No estará sucediendo esto porque la vida humana sobre Madre<br />

Tierra no se va a terminar?<br />

—Sabes que no su<strong>el</strong>o caer en <strong>el</strong> renuncio de especular con la<br />

trampa d<strong>el</strong> futuro —ha desviado <strong>el</strong> viejo.<br />

—¿Por qué no se lo dijiste a las de Lesbos? —curioseé.<br />

—Antes de que sigas, dime qué recuerdas de la Peste Negra —me<br />

pidió <strong>el</strong> viejo.<br />

—¿Con todos los nombres que me dijiste?<br />

—A ver qué tal tienes la memoria —me desafió Claro.<br />

—La Yersina Pestis o Pasteur<strong>el</strong>la Pestis —exploté mi artillería<br />

neuronal—, es la Peste bubónica o Peste negra. Se trasmite a través<br />

de las pulgas que conforman las 750 especies de sifonápteros<br />

aproximadamente que había sobre la faz d<strong>el</strong> planeta. Genéricamente<br />

se conocen como Ctenocephalus Canis a las pulgas d<strong>el</strong> perro pero la<br />

causante d<strong>el</strong> mortal germen es la Xenopsylla Cheopis, una pulga que<br />

vive parasitariamente o en simbiosis con la Rattus Rattus o Rattus<br />

Norwegicus; vamos, la rata negra. Una de las ventajas d<strong>el</strong> frío es que<br />

las pulgas han desaparecido. Cuando estos saltarines bichitos<br />

abandonaban a la negra susodicha, buscaban al sapiens con avidez<br />

para tomarse <strong>el</strong> postre de su vampírica vida y festín.<br />

—¿Por qué lo hacen asín? —me preguntó <strong>el</strong> viejo.<br />

—No lo sé, debe de ser porque se encuentran con <strong>el</strong> mismo sabor<br />

y olor en la sangre que chupar. Tú me dijiste que las diosas de<br />

Hollycaustowood se ríen de los esclavos con la coña de las ratas, la<br />

personificación de los sapiens sapiens por exc<strong>el</strong>encia en sus fábulas<br />

894


animadas. [Ver Mickey Mouse, Ratatoille, Stuart Little, Babe (curiosas<br />

las ratas narradoras intercapitulares), y otras más que ahora no<br />

recuerdo por pudor y vergüenza propia.]<br />

—¿Cómo se propagó la peste? —me preguntó <strong>el</strong> viejo en vista de<br />

mi silencio sin dejarse dispersar con más historias siempre<br />

sugerentes de la Fantasicidiópolis de la Época de la Luz: La fábrica de<br />

ilusiones Hollycaustowood.<br />

—Metiendo las ratas en un barco —le resumí protestando por no<br />

aumentar la p<strong>el</strong>iculera explicación.<br />

»Propagar la peste negra es muy fácil si se quiere hacer —terminé<br />

respondiéndole desechando mi absurdo capricho—. No tuvieron más<br />

que meter cientos de ratas que transportaban <strong>el</strong> virus en los barcos<br />

que subían por <strong>el</strong> Danubio y en cada puerto que amarraban,<br />

desembarcaban mercancías, personas y contagio. Una vez en la<br />

ciudad, las promiscuas ratas se encargarían de lo siguiente:<br />

procrearse vorazmente como los sapiens sapiens y trasmitir la<br />

infección a sus parejas y descendientes especialmente y a todas sus<br />

coterráneas puntualmente. Crearon la causa de una pandemia que<br />

contagiara d<strong>el</strong> SIDA d<strong>el</strong> siglo XIV a la población de Europa que por lo<br />

menos se diezmó sin saber la causa o atribuyéndos<strong>el</strong>a los doctores a<br />

algún Satanás de moda. Esto sí que es un genocidio y no los cuentos<br />

chinos que sucedieron después.<br />

—¿Cómo ando de memoria? —pregunté después de una breve<br />

pausa—.<br />

—Portentosa —me dijo <strong>el</strong> viejo como si hubiera necesitado<br />

chequear mi atención con aqu<strong>el</strong> discurso.<br />

—¿Por qué no contaste la «civilizada» realidad de Matrix a las de<br />

Lesbos? —le recordé—.<br />

—Porque esas se terminan exterminando solas —ha afirmado<br />

Claro sin contemplaciones—; la propia severidad ambiental termina<br />

con las extravagancias que se den en <strong>el</strong> planeta; la inestabilidad de<br />

su convivencia terminará por hacerlas desaparecer y ¿para qué<br />

derrochar energía con quienes anticipan su autodestrucción?<br />

Encontré otros asentamientos de repobladores pero como sí se<br />

895


enteraron de todo lo que pasaba antes d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor,<br />

compartía con <strong>el</strong>los unos días y seguía mi camino.<br />

—¿Cuál es tu camino? —le pregunté.<br />

—Encontrarte —me ha respondido—. La intuición me llevaba a<br />

imaginar que también se pudieron «colar» civilizombis que se<br />

salvaran de la quema general, que trascenderían <strong>el</strong> Día d<strong>el</strong><br />

Resplandor, y que se encontraran igual de despistados que vosotros.<br />

Por eso me he pasado la vida rastreando la Época Umbrática, por<br />

eso estoy haciendo lo que estoy haciendo: la búsqueda ha<br />

concluido (Ver Matrix).<br />

»No sé si nos vamos a extinguir. Instintivamente no quiero que<br />

suceda al igual que no quiero que se repita la misma faena. Puede<br />

que sea un instinto apañado pero se le llama «supervivencia»; nadie<br />

quiere «morir» y la especie no se querrá extinguir. Que existan flores<br />

algunas veces d<strong>el</strong> año en ciertos lugares orientados al sureste, me<br />

indica que la vida puede seguir.<br />

—¿Por un testimonio tan efímero como las flores? —le he<br />

preguntado extrañada.<br />

—Son esenciales para sentir la recuperación de Madre Tierra<br />

—me corroboró—; cuantas más flores, más vida. La candidez d<strong>el</strong><br />

medio ambiente es proporcional al número de mariposas que<br />

revoloteen por donde sea. Sólo para que me entiendas porque<br />

parecerá falaz, no sé si Naturaleza nos va a dar la segunda<br />

oportunidad. Si lo hace, no podemos volver a equivocarnos. Eso es<br />

todo.<br />

»Yo ya soy muy viejo, Eugenia, y hasta donde la vida me ha<br />

enseñado, me encantaría volver a Madre Tierra: <strong>El</strong> Paraíso. Podrás<br />

entender que esto sea una cuestión de estricta intimidad porque cada<br />

uno sentirá en su recóndito interior si se trata de la extinción o de<br />

una segunda oportunidad. ¿Quién no prefiere la segunda oportunidad<br />

a nada? Pues eso me pasa a mí, que como reconozco que esa<br />

decisión no está en mi mano, utilizo la Ley de la Atracción y dedico<br />

mi vida a que sea así. Y todavía seguimos aquí, cuestión que hasta<br />

que no se termine todo, subraya mi preferida opción.<br />

896


—Hace tiempo me contaste que Jesucristo liberó a los<br />

civilizombis de la Pax Romana dándoles una segunda oportunidad<br />

para vivir con fid<strong>el</strong>idad a Madre Tierra que despreciaron quince siglos<br />

después. Recuerdo que citaste la Epístola de Pablo a los gálatas:<br />

«Para ser libres nos liberó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os<br />

dejéis oprimir nuevamente bajo <strong>el</strong> yugo de la esclavitud» (Ver<br />

Epístola a los gálatas 5, 1). [Como Cristo o Pablo levanten la cabeza, se<br />

van a cagar en _ _ _ _ o en alguien.] Ahora me cuentas que podría ser<br />

que Naturaleza nos otorgue una segunda oportunidad y yo sé mejor<br />

que nadie que existe <strong>el</strong> Clan que guarda los Secretos. ¿Para qué más<br />

oportunidades, para que nos «dejemos oprimir nuevamente bajo <strong>el</strong><br />

yugo de la esclavitud» y que como daño colateral, saqueemos<br />

nuevamente la generosidad infinita de Madre Tierra?<br />

»Saber que nos estamos extinguiendo y no hacer nada por<br />

evitarlo —he protestado diciendo— es lo más friki que pueda<br />

concebir la conciencia humana. Las diosas podían ser perversas y<br />

querer esconder la autoría de su faena Realidad de Matrix opus 6.0<br />

pero o eran wiilipollas también o eran doctoras psicópatas<br />

contagiadas de la ceguera sapiens. Si iban a terminar reaccionando<br />

¿por qué dejarlo para cuando es tarde?<br />

—Se trata de la sincronía, Eugenia, existe un instante Cósmico en<br />

<strong>el</strong> que cada Frecuencia Reb<strong>el</strong>de que perciba y sienta sabe que tiene<br />

que actuar. Si en la Pax H<strong>el</strong>ena lo llamaban kairos, te puedes<br />

imaginar lo antiguo que era esta sincronización. Cada reb<strong>el</strong>de tiene la<br />

responsabilidad de tomar su decisión en sincronía con <strong>el</strong> Cosmos<br />

teniendo en cuenta a Matrix. Armonizarlo todo es una insólita prueba<br />

de Amor y nunca conoces realmente si <strong>el</strong> instante es <strong>el</strong> predestinado<br />

porque sólo lo puedes sincronizar. Reconozco que me faltó <strong>el</strong><br />

conocimiento de una parte d<strong>el</strong> Multiverso: la realidad de Matrix, y no<br />

supe sintonizar con su frecuencia para saber cómo vibraba y<br />

hackearla. Si sentía <strong>el</strong> sincromisticismo ¿me faltó <strong>el</strong> int<strong>el</strong>ecto para<br />

actuar en «mi» instante?<br />

—¿Y por qué no fue <strong>el</strong> «instante»? —obviamente le he preguntado.<br />

897


—Nunca sabré si ése fue <strong>el</strong> instante o era incluso antes d<strong>el</strong> 2012<br />

—recordaba tristemente—. La extinción es tan extenuante que es<br />

posible que <strong>el</strong> arrepentimiento esté provocado únicamente por la<br />

inhumana situación actual y no porque no supiera sincronizar con <strong>el</strong><br />

Cosmos por la falta de Matrix y de la parte ideológica de la mente.<br />

Tal y como Claro ha hablado, puede estar planteando otra opción en<br />

la génesis de <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Los antecesores originales que vivían<br />

con plenitud en <strong>el</strong> Paraíso Real se están reb<strong>el</strong>ando para reivindicar su<br />

espacio y su no exterminio. Si <strong>el</strong> escudero Sancho y <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

estuvieran juntos y discutiendo, seguramente tendría que escribir su<br />

conversación que obviamente empezaría <strong>el</strong> <strong>César</strong>:<br />

—Si quieren pensar que los antecesores originales d<strong>el</strong> Paraíso Real se<br />

están reb<strong>el</strong>ando y han encontrado al cabeza de turco adecuado… ¡Bien!<br />

Si quieren pensar que soy uno de esos antecesores que se está<br />

reb<strong>el</strong>ando… ¡También!<br />

—Si quieren pensar que esta transcripción es <strong>El</strong> regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong><br />

futuro… ¡Bien! Si quieren pensar que Ignacio de Azpeitia me cortó la<br />

oreja en <strong>el</strong> pasado… ¡También!<br />

—Así que no erais precisamente colegas <strong>el</strong> jesuita y vos<br />

—entendería obviamente <strong>el</strong> escudero sin encontrar la innecesaria<br />

reconfirmación de Alcor <strong>el</strong> caballero.<br />

Cuando se pone así porque hablamos de esto, se queda como en<br />

Babia o no sé si en <strong>el</strong> abismo, fija los ojos en <strong>el</strong> vacío y se pierde en<br />

<strong>el</strong> infinito. Pero todavía añadió antes de «irse»:<br />

—Realmente, nunca sabré lo que significa no poder sentir la<br />

suavidad de la brisa templada acariciando tus mejillas pero<br />

acostumbrarse a la nostalgia que produce ese mismo recuerdo<br />

sabiendo que no lo vas a volver a sentir, amordaza <strong>el</strong> viento con<br />

silencio en vez de llanto.<br />

<strong>El</strong> viejo no victima así que entiendo perfectamente que pueda<br />

sentir la emoción que permite que una sensación se te quede<br />

arraigada en la memoria. Mientras que no te impida vivir en presente,<br />

la nostalgia o la añoranza son perfectamente legítimas.<br />

Esto que acabo de transcribir es un suave ejemplo de nuestras<br />

«contiendas dialécticas» y parece que ninguno de los dos nos vamos a<br />

convencer: Claro sólo responsabiliza a los civilizombis y a mí me<br />

898


caen fatal porque con su hamburguesado aborregamiento o su cara<br />

de estupidez, la realidad es que ¡¡no reaccionaron!! ante los avisos de<br />

Naturaleza. Quizá no hacía falta ni la intercesión de Claro porque las<br />

catástrofes ambientales debían ser clarificadoras. Unos sapiens que<br />

no reaccionan ante nada ¡no pueden ser humanos!<br />

En algunas ocasiones he bromeado diciéndole que <strong>el</strong> sapiens<br />

sapiens es <strong>el</strong> eslabón perdido entre <strong>el</strong> simio y <strong>el</strong> ser humano. Quizá<br />

tenga que replanteárm<strong>el</strong>o y pensar en decírs<strong>el</strong>o en serio. No sé si<br />

serían wiilipollas o si estaban aletargados y cegatos pero no<br />

enterarse de que estaban en la encrucijada de la extinción, es más<br />

propio de un virus o de unos psicópatas que de ¡¡«La especie<br />

<strong>el</strong>egida»!!<br />

Siento que Claro está tan arrepentido por no haber actuado<br />

cuando su madre sugirió, que por eso contemporiza con los<br />

civilizombis. Una cosa es que él no actuara y otra es que no actuara<br />

nadie. ¿Por qué tenía que ser él, porque tiene que haber algún<br />

<strong>el</strong>egido? ¿Tenían sentido común los «queridos» civilizombis o estaban<br />

perdidos? Como no lo entiendo, ya lo entenderé. Igual que hoy me he<br />

creído que Civilización existió, cuando me crea que los sapiens no<br />

estaban tan mal como me lo parecen, reconoceré con mi llanto <strong>el</strong><br />

arrepentimiento de mi obstinada equivocación. Mientras que así no<br />

sea, intentaré soslayar <strong>el</strong> tema porque quizá no sea capaz de<br />

entender cómo se puede tener la conciencia tan hibernada.<br />

Parecía que <strong>el</strong> silencio se había instalado en nuestro encuentro,<br />

quizá porque Claro sepa lo que pienso y…<br />

De pronto, Alcor se levantó y salió de la habitación. Sancho protestó<br />

llamándolo pero Alcor ni se inmutó. ¿Dónde se iba a dirigir si no a la<br />

habitación de al lado? «¡Alcor!» llamó Sancho cuando <strong>el</strong> perro ya se había<br />

tumbado a los pies de los caballeros.<br />

—¡Alcor! —insistió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¡Sancho! —dijo <strong>el</strong> caballero Alcor—, es imposible que Alcor no<br />

quiera estar a mi lado porque él sabe que es esencial en mi vivir y que me<br />

siento unido a él. Estamos tan acostumbrados a estar juntos que menos<br />

dos o tres ratos al día (piscina, ahora bicicleta y rara vez cuando medito)<br />

899


<strong>el</strong> resto podemos pasarlo siempre unidos. Nos conocemos tan bien que<br />

nada nos sorprende y nunca nos aburrimos.<br />

—Pues sí que os queréis —consideró <strong>el</strong> escudero—. Si Quijote es<br />

por Quijada ¿cómo será tu caso que caballero Alcor es por Alcor, sin<br />

tapujos ni secretos?<br />

—Pues eso, Sancho —convino <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. Necesito escuchar como<br />

se lava las manos con la lengua para sentir que todo lo que me rodea está<br />

en paz. Si quieres pasear junto a él antes de dormir, ya te avisaré cuando<br />

me invite a salir y verás que se va contigo sin c<strong>el</strong>os ni ningún rec<strong>el</strong>o;<br />

cuando Alcor me avise te llamo. Si quieres buscar a Fusa y te la pones<br />

sobre <strong>el</strong> regazo mientras lees, seguro que te mueves antes de que <strong>el</strong>la se<br />

deshaga de su ovillo.<br />

—¿Por qué lo sabes? —petardeó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Porque nos conocemos desde hace más de tres lustros y Fusa se<br />

pasa horas y horas leyendo conmigo sobre las piernas. <strong>El</strong>la siempre está<br />

sin moverse más que yo. Addithana puro.<br />

Y los dos volvieron con lo suyo porque don Quijote no paró de<br />

escribir, conoce a Sancho mejor que nadie. Miren que si al final, son un<br />

alter ego y por eso no se hacen ni caso… [Ver <strong>El</strong> planeta prohibido, Nadie<br />

está a salvo de Sam.]<br />

…y como nunca se sabe la duración d<strong>el</strong> instante en <strong>el</strong> que la<br />

mente de Claro va a estar en Off (ya se tienen referencias anteriores<br />

de las sorpresas que me da con la firmeza de su ausencia), he<br />

aprovechado para ad<strong>el</strong>antar la lectura d<strong>el</strong> descolorado capítulo. Sin<br />

poder dialogar con <strong>el</strong> viejo todo va más rápido pero como estoy<br />

preparada para entender hasta lo subliminal, seguro que no se pasa<br />

ni un protón sin atender.<br />

La influencia de la Señal de Matrix es tan poderosa que funciona a<br />

distancia y su sola proximidad, contagia a los reb<strong>el</strong>des galos. Un<br />

gallo es <strong>el</strong> despertador de la causa de la alteración y <strong>el</strong> herrero<br />

previsor, consigue martillo en mano, que por fin, por primera vez<br />

después de algún tiempo, la aldea pueda dormir tranquila. Estoy de<br />

acuerdo con los galos de entonces y con los creadores franceses: si<br />

es necesario, un martillo es un buen argumento para que te dejen<br />

dormir en paz por fin. Recuerdo que pasé por encima de la cita que <strong>el</strong><br />

centurión dice en griego sin saber lo que es y como ahora tampoco<br />

900


está <strong>el</strong> viejo, seguramente se quede en <strong>el</strong> pasado. Pasar la cita por<br />

alto ha sido causal porque para r<strong>el</strong>ajar la conversación, he<br />

preguntado por lo siguiente que me ha llamado la atención; ha sido<br />

la insistencia con tanto «claro» en <strong>el</strong> cómic y no hace falta repetir la<br />

explicación. ¡Qué casualidad!<br />

Los comportamientos civilizados hacen gala de su cutrez con <strong>el</strong><br />

qui pro quo entre <strong>el</strong> centurión y <strong>el</strong> letrado. O sea, «te ayudo si me<br />

enchufas después». ¡Asqueroso! Sin embargo, me ha encantado <strong>el</strong><br />

detalle de los creadores que ponen un signo de «admiración» que sale<br />

de la ardilla cuando escucha las amenazas d<strong>el</strong> arquitecto llorica que<br />

para consolarse grita; «¡Buaaaaaa! ¡Pero yo continuaré aunque los<br />

esclavos tengan que morir en la tarea!» También se extraña la ardilla<br />

por <strong>el</strong> miedo a que se agoten las ideas de los reb<strong>el</strong>des. (Nunca se<br />

acaban; que se lo pregunten al caballero Alcor).<br />

<strong>El</strong> contacto de los irreductibles con los esclavos es tan<br />

incomestible que, o lo he entendido perfectamente y da asco o tengo<br />

que esperar a Claro para que coloque la pieza d<strong>el</strong> puzzle de Matrix<br />

que falte y de paso me quite <strong>el</strong> asco. Utiliza tantos didactismos para<br />

que coloquemos las infinitas piezas de Matrix, que no se me ocurre<br />

la que pueda utilizar para aclarar una situación tan aparentemente<br />

alienante. Después de reb<strong>el</strong>arse, los propios esclavos acatan la<br />

imposición d<strong>el</strong> capital y se esfuerzan por sí solos para ganar <strong>el</strong><br />

su<strong>el</strong>do con <strong>el</strong> sudor de su frente. Finalmente, Matrix los ha<br />

doblegado.<br />

Coherentemente, Sancho ha dejado La Odisea de Claro a un lado y se<br />

ha puesto a ad<strong>el</strong>antar <strong>el</strong> cómic; él sabrá hasta a dónde. Ha dejado <strong>el</strong><br />

ordenador a un lado y ¡ahora sí!, ¡por fin se ha tumbado a leer! Habiendo<br />

dejado a Astérix con <strong>el</strong> desfile de los esclavos, lo ha vu<strong>el</strong>to a coger entre<br />

las manos y… ¡A leer se ha dicho! Parece tan entusiasmado que no siente<br />

que ya ha pasado la media noche y ni estando tumbado le entran ganas<br />

de cabecear. Con lo dormilón que era...<br />

Sancho es tan glotón que a falta de pan, buenas son las páginas y se<br />

ha tragado <strong>el</strong> cómic d<strong>el</strong> tirón. Después de pasar un rato mirando los<br />

ladrillos de la pared, como si se hubiera quedado… no sé, ha dejado <strong>el</strong><br />

cómic y de un salto se ha incorporado. La consecuencia de sus actos era<br />

901


la de reunirse con Fusa y ha subido a buscarla, la ha cogido, abrazado,<br />

«espachurrado», besado y bajado consigo. Afuera ha dejado una noche<br />

«pura» en la que todo parece en paz. Una brisa tan leve que sólo hace<br />

cosquillas a las hojas cogidas todavía a las ramas por su cordón umbilical,<br />

hace que los árboles se pongan a hablar y <strong>el</strong> aire se encarga de trasladar<br />

sus palabras de olmos a acacias, de tomillos a lavandas y de caléndulas a<br />

gazanias. Una fina capa de nubes bajas se movía hacia <strong>el</strong> este al ritmo de<br />

la brisa que las empujaba. Encima de <strong>el</strong>las, como detrás de cortinas de<br />

gasa de seda, se veían la Luna Llena y las más brillantes estr<strong>el</strong>las. De<br />

nuevo en la habitación sigue leyendo f<strong>el</strong>iz pero d<strong>el</strong> ordenador.<br />

Afortunadamente para todos, <strong>el</strong> viejo ha vu<strong>el</strong>to a estar aquí<br />

cuando las turistas civilizombis empezaban a hacer estragos. Así que<br />

he colocado d<strong>el</strong>ante las láminas de los esclavos amanerados y<br />

teniéndolas presentes, he empezado la charla. Lo primero que le he<br />

preguntado ha sido la confirmación de una investigación que he<br />

hecho durante la visión d<strong>el</strong> cómic pero he olvidado preguntarle por la<br />

cita en griego. Ahora que me acuerdo, <strong>el</strong> viejo no está en presente así<br />

que Gnothi Seauton será una de tantas cosas que se quedan en <strong>el</strong><br />

tintero debido a la Ley de la Causalidad. «Un protón sin descifrar no<br />

tiene por qué ser esencial.» No sé si esto es una justificación de mi<br />

desgana o si como realmente siento, después de las tres primeras<br />

viñetas, dan igual citas latinas que h<strong>el</strong>enas. [Beati pauperes spiritu:<br />

Bienaventurados los que saben pasar sin los bienes de este mundo. Ver<br />

Mateo 5, 3. Además de artistas, los creadores era/es eruditos. ¡Qué citas<br />

más sintonizadas! ¿Serán por casualidad?]<br />

—A menos que me equivoque —menuda idiotez comencé a decir<br />

porque si me equivoco ¿para qué decir?—, en todas las viñetas que<br />

aparece más de un esclavo, uno o más son hispanos excepto cuando<br />

después de manumitidos, se forma un grupo de piratas entre los que<br />

no hay ningún ibero. Los hispanos son los que hacen los comentarios<br />

sustanciosos y los que mantienen un garbo propio que no es propio<br />

de zombis. Hasta cuando lo ponen a tirar de la cuerda, protesta por<br />

la inutilidad y por la mierda de su<strong>el</strong>do que ni les dan.<br />

—Tienes razón Eugenia —me confirmó <strong>el</strong> viejo— pero si quieres<br />

saber <strong>el</strong> porqué, sólo <strong>el</strong>los te podrían responder.<br />

902


—Como veo que a tu edad todavía me vacilas —se mereció—,<br />

déjame que te pregunte a quién te refieres, ¿a los reb<strong>el</strong>des hispanos<br />

o a los creadores galos? ¿Tienes sus números de móvil?<br />

—España era un país singular —me dijo Claro imperturbable, ¡por<br />

supuesto!—. De todos los países de Europa, fue <strong>el</strong> único en <strong>el</strong> que<br />

convivieron árabes, semitas e indoeuropeos con prosperidad, o sea,<br />

en paz, mientras que Europa estaba amodorrada en <strong>el</strong> sopor<br />

medieval, o sea, con torneos y pestes negras.<br />

»Spain was different ¿por qué? Es <strong>el</strong> único país de Europa en <strong>el</strong><br />

que convivieron durante 800 años las tres fichas en discordia:<br />

musulmanes, judíos y cristianos. Esta larga y fructífera convivencia<br />

dejó una amplia hu<strong>el</strong>la en los españoles que a diferencia d<strong>el</strong> resto de<br />

europeos, sí vivieron esto. Ocho siglos de convivencia es mucho más<br />

que los últimos cinco. <strong>El</strong> único factor diferenciador de España con <strong>el</strong><br />

resto de Europa es este hecho histórico así que si Spain was different,<br />

debía de ser por esto. ¿Por qué otra razón «de peso» si no?<br />

»Los Reb<strong>el</strong>des Caballeros Comuneros fueron una inyección de<br />

dignidad para <strong>el</strong> pueblo y con lo que los franceses se quedaron<br />

flipados para <strong>el</strong> resto de sus días, fue con la Reb<strong>el</strong>ión popular de<br />

mayo de 1808. <strong>El</strong> invicto Napoleón y su poder Imperial tuvieron su<br />

punto de inflexión en España, Móstoles, Madrid, por decir tres sitios.<br />

En varias ocasiones, Claro me ha contado la existencia de una<br />

Historia Reb<strong>el</strong>de paral<strong>el</strong>a a la Historia de Matrix. En la Época de la<br />

Luz, existían una serie de libros codificados que sólo <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de que<br />

los escribiera los podría a los demás descifrar. Me ha contado de un<br />

vertiginoso encaje de bolillos, con traspaso Dimensional incluido,<br />

que permite al autor conectar con su obra en otro tiempo pero no<br />

espacio. Ahora me arrepiento de tener una nebulosa de todo <strong>el</strong>lo<br />

porque a lo que más atención he prestado ha sido a los Astérix. Entre<br />

mi escepticismo y la saturación, los incontables r<strong>el</strong>atos que han<br />

aparecido hasta hoy, les he hecho menos caso que a los cómics. No<br />

me extraña que a los sapiens civilizombis les engañaran con lo<br />

audiovisual porque sólo lo visual se te queda más que con la<br />

palabrería habitual.<br />

903


Sé que existen <strong>El</strong> Quijote y <strong>El</strong> principe don Hamlet y también que<br />

amaron a Dulcinea, Isab<strong>el</strong> y Of<strong>el</strong>ia. Sé que cuando <strong>el</strong> viejo habla en<br />

primera persona d<strong>el</strong> plural es porque forman parte d<strong>el</strong> Eterno Clan de<br />

la Reb<strong>el</strong>día que viene de tiempos antediluvianos. Sé que la Caballería<br />

Andante de la Orden de la Paz es, hasta <strong>el</strong> presente, su última<br />

representante. No he cuidado con precisión los pormenores de <strong>El</strong><br />

Quijote, la nov<strong>el</strong>a reb<strong>el</strong>de por exc<strong>el</strong>encia para <strong>el</strong> viejo Claro de la que<br />

me ha hablado largo y tendido. Al parecer, cualquier despierto que<br />

no siguiera enchufado, podía apreciar en <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> tercer<br />

milenio la Reb<strong>el</strong>día radical en esa nov<strong>el</strong>a. ¡¡400 años después!!<br />

Pusimos <strong>el</strong> nombre de Montesinos a la cueva de Claro y <strong>el</strong> resto<br />

de bautismos orográficos recuerdan lugares d<strong>el</strong> Quijote o de los<br />

pi<strong>el</strong>es rojas Norteamericanos, los Hau de no sau nee. Para recordar<br />

ciertos nombres, recuerdo <strong>el</strong> lugar de su bautizo. Montes, cauces,<br />

laderas, caminos, parajes, cuestas o rincones, todos tienen un<br />

nombre.<br />

Sé que cita a otros reb<strong>el</strong>des, desde Espartaco hasta Gandhi<br />

pasando por Buda y Luther King, pero después de Jesús de Nazaret,<br />

de quien más habla es d<strong>el</strong> caballero don Quijarlos, <strong>el</strong> último heredero<br />

de los Reb<strong>el</strong>des Comuneros. Todo esto que se supone que sé, he de<br />

confesar que no he puesto la atención que se merecía. Me arrepiento<br />

de <strong>el</strong>lo pero no voy a llorar porque me acuerdo de las primeras<br />

viñetas y me entra la paz. Si nos estamos extinguiendo ¿qué más da<br />

todo <strong>el</strong> resto? ¡Eso sí, a partir de ahora, cualquier detalle que salga en<br />

<strong>el</strong> discurso de Claro por su lengua, sus gestos o sus silencios, no se<br />

me va a escapar!<br />

Por las causas que fueren, hay veces en la vida que se toma una<br />

decisión sin preverlo. Ese tipo de decisiones me han cambiado la<br />

vida. Mi arrepentimiento no se va a convertir en un equipaje d<strong>el</strong><br />

pasado, va a ser la chispa que me tenga encendida siempre que<br />

escuche al viejo.<br />

—Observando a Obélix —pensaba Sancho—, es muy fácil lo<br />

importante que es en una narración la existencia d<strong>el</strong> alter ego.<br />

904


Comentarios como pues sí que es verdad que crece deprisa un roble y<br />

ademanes como <strong>el</strong> que adopta sentado en la copa d<strong>el</strong> árbol «arraigado»<br />

en la casa de Astérix, ¿quién los podría hacer si no Obélix? Me<br />

enorgullece sentir que efectivamente soy Sancho, sí, <strong>el</strong> alter ego inmortal<br />

de don Quijote. Lo que no me queda claro en La Odisea de Claro es quién<br />

es <strong>el</strong> alter ego de quién. Sigamos con lo que dicen a ver si me encuentra<br />

la respuesta.<br />

Estar descubriendo a la narradora le permite hablar en presente y<br />

esta novedad la tiene muy f<strong>el</strong>iz; tanto, que «mañana —piensa— lo<br />

primero que voy a hacer es agradecer a Claro este descubrimiento».<br />

<strong>El</strong> futuro, igual que le pasó a Napoleón, puede tener otro presente.<br />

Está tan f<strong>el</strong>iz que las tres viñetas primeras se han quedado en la<br />

memoria junto a las Torres Trim<strong>el</strong>as, sin olvidar que existe <strong>el</strong> horror y<br />

sin dejar que te amargue la vida.<br />

Eugenia siente plenitud porque ahora puede escribir en presente<br />

lo que le ha pasado hace un rato y esto le permite vivirlo de nuevo<br />

intensamente. La perspectiva d<strong>el</strong> momento y la quietud de La Scriba,<br />

cuya Energía ha estado de siempre al margen de sus contiendas<br />

verbales, permiten revivir con más sosiego cada uno de los instantes<br />

pero con la intensidad que imprime todo lo que está sucediendo en<br />

presente. Si la mente vive en presente constantemente, lo que le<br />

sucede es ¿presente o pasado? Pues volvamos a lo que «está<br />

pasa(n)do».<br />

—Mientras que estabas donde hayas querido estar —le seguí<br />

presentando mi análisis sin aclarar por qué tanto reb<strong>el</strong>de hispano—,<br />

he visto la degradante evolución de los esclavos que comienzan<br />

reclamando multiplicar por cinco su su<strong>el</strong>do, y después de la retahíla<br />

de exigencias sin negociación, reclaman la construcción de viviendas<br />

decentes. Tanta Reb<strong>el</strong>día y dignidad contagia hasta a los más tontos<br />

de los esclavos, los que son mal pagados, fueran legionarios,<br />

hombres de negocios, profesores, abogados o carpinteros. Pero<br />

después de las tres frases que te voy a leer, se ha ido mi alegría a la<br />

mierda y te entiendo menos cada vez.<br />

905


—La primera frase dice: Es inaudito. En cuanto se paga a los<br />

esclavos trabajan mejor. ¿Se puede decir más claro sin caer en <strong>el</strong><br />

descaro? Sólo por esta frase entiendo menos tu persistencia en<br />

justificar a los civilizombis; y no me vale que me digas que no se<br />

enteraban de que eran esclavos porque con lo claro que se lo estaban<br />

diciendo, es de sospechar que aparte de civilizombis, padecían<br />

alguna anomalía más.<br />

—La segunda dice: Sí, esto tal vez encarece los costos, pero <strong>el</strong><br />

rendimiento es superior. ¿Se puede decir más claro sin caer en <strong>el</strong><br />

descaro? Por lo que me has contado de la versión Pax Americana, los<br />

sapiens esclavos tenían «int<strong>el</strong>igencia» suficiente como para abstraer la<br />

información. Con lo claro que se lo estaban diciendo desde Mayo d<strong>el</strong><br />

68 ¿qué pasó con <strong>el</strong> cambio de milenio?<br />

—¡Vamos con la tercera!: ¡Y qué economía de latigazos! ¿Se<br />

puede decir más claro sin caer en <strong>el</strong> descaro? Esos civilizombis a los<br />

que tantos justificas y que yo no quiero ni en pintura, nos han traído<br />

a esto: la extinción; y todo, por esclavizarse voluntariamente por<br />

cuatro putos duros y un mendrugo. Esos que para ti están sólo<br />

cegatos, para mí son unos completos psicópatas gilipollas (gilípatas,<br />

por si acaso).<br />

De pronto se escuchó un chillido que de ultratumba parecía que<br />

provenía: «¡¡¡Eugeniaaa!!!» —resonó de repente en toda la casa.<br />

¡¡Auuuuuuu!! —aulló Alcor al escuchar <strong>el</strong> berrido.<br />

Sorprendidos por <strong>el</strong> volumen, los dos caballeros reb<strong>el</strong>des se miraron<br />

y <strong>el</strong> caballero Alcor se acercó a la otra habitación para comprobar que<br />

todo estaba normal y que Sancho continuaba estando. Cuando entró, se<br />

encontró al escudero reincorporado de la cama con <strong>el</strong> ordenador entre<br />

las manos; Fusa se mantenía a cierta distancia d<strong>el</strong> rebote que se tiene que<br />

haber cogido saltando desde su regazo a una esquina de la cama.<br />

—Pensaba que pasaba algo o que te habías ido a otra Dimensión<br />

—dijo a Sancho <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

<strong>El</strong> escudero continuó hablando como si estuviera en la Época<br />

Umbrática y casi sin abrir los labios: «Como digas un taco, la presidenta<br />

desesperada de la Comunidad te va a mandar al confesionario». <strong>El</strong><br />

caballero Alcor observaba que todo estaba normal y consideró que había<br />

906


sido una reacción sin importancia. Siguieron un rato en silencio sepulcral<br />

y al ver que <strong>el</strong> escudero se mantenía como una estatua, inmóvil con <strong>el</strong><br />

ordenar entre las manos, <strong>el</strong> caballero pensó que Sancho habría tomado<br />

un buen sorbo de la poción (Ver <strong>El</strong> mal trago de Obélix). ¿Dónde estará<br />

Sancho, en la Segunda, en la Tercera o en la Dimensión digital? <strong>El</strong><br />

catatónico escudero seguía callado sin contestar al comentario y <strong>César</strong><br />

evaluó que eso era muy extraño en Sancho; que mantenga <strong>el</strong> silencio no<br />

es a lo que nos tiene acostumbrados y se dispuso a preguntar para<br />

confirmar si estaba o no estaba, esa es la cuestión.<br />

—¿Por qué estás aquí? —preguntó suavemente <strong>César</strong> sabiendo<br />

que la primera pregunta podría ser irr<strong>el</strong>evante.<br />

No hubo respuesta.<br />

—¿Qué suceso ha acaecido? —lo intentó de nuevo.<br />

—Que es la primera vez que Eugenia dice dos tacos y me ha<br />

chocado.<br />

—Pero ¡qué dices Sancho! —exclamó sorprendido <strong>el</strong> caballero—; ¿si<br />

La Odisea de Claro esta llena de tacos?<br />

—De Eugenia no he escuchado ni uno y d<strong>el</strong> resto, ni cinco; aunque<br />

no los he contado.<br />

—Perdona Sancho, es verdad; había olvidado que te he dado la<br />

transcripción y que los he censurado. En <strong>el</strong> manuscrito original había<br />

infinidad de giros, expresiones y escarnios de Eugenia que he intentado<br />

suavizar cuando podía y cuando no, los he censurado. <strong>El</strong>la no nos traga y<br />

la entiendo porque tiene razón. Puede que sea una simplificación pero es<br />

difícil no querer entenderla; los civilizombis actuales somos los únicos<br />

responsables de este descalabro climático, d<strong>el</strong> despilfarrante saqueo de<br />

Madre Tierra y de la indiscriminada contaminación. También hacemos<br />

otras cosas que, lógicamente, para Eugenia son secundarias. Por eso he<br />

dicho lo de la simplificación, porque resume en nuestra potencialidad<br />

destructiva todas nuestras demás acciones.<br />

—Es que tiene razón; los infecciosos sapiens somos <strong>el</strong> virus d<strong>el</strong><br />

planeta y contaminar o intoxicar se convierte en lo único que se está<br />

haciendo porque es lo más grave que se puede hacer. Absolutamente<br />

todo lo demás que estemos descubriendo, innovando o «creando», desde<br />

visitar <strong>el</strong> espacio infinito a describir la composición de la antimateria, son<br />

pamplinas, guarrerías o insignificancias propias d<strong>el</strong> vanidoso ego.<br />

—Para hacer una crítica feroz contra nuestro descerebrado Sistema<br />

actual —explicó <strong>el</strong> caballero—, la <strong>el</strong>egida utiliza la grosería verbal más<br />

907


hiriente como válvula de escape para canalizar la furia que siente por sus<br />

antecesores parientes.<br />

—<strong>El</strong> ratón y la curiosidad han querido que ojeara otros capítulos y<br />

he visto varias veces la palabra McIrus que no he sabido descifrar. ¿Tiene<br />

esto que ver con la furia y la ferocidad?<br />

—Efectivamente Sancho —sintió <strong>el</strong> caballero—, es un ejemplo.<br />

Siento no haber hecho una presentación más completa y haberte<br />

explicado algunos detalles que aparecen antes. Como bien habías dicho,<br />

no se puede resumir La Odisea de Claro en un rato.<br />

»McIrus es uno de los muchos apodos peyorativos con los que<br />

Eugenia nos bautiza. Civilizombis, virurregos, virurrinos, votanlavos… y<br />

otras cuantas palabras que sí he censurado, son sólo una forma,<br />

exclusivamente irónica, de encontrar cierto consu<strong>el</strong>o a la faena que le<br />

estamos y nos estamos haciendo. Es atroz que alguien sienta tanto dolor<br />

por lo que especialmente los civilizombis primermundistas, estamos<br />

provocando. Como crítica a todo nuestro poder de destrucción, Eugenia<br />

abusa con Claro de los tacos y de la grosería porque en la Época<br />

Umbrática, decir tacos era lo más violento que se podía hacer.<br />

—Cuéntame la ironía y no olvides descifrar McIrus.<br />

—Si lo más violento que se puede hacer es decir un taco, imagina <strong>el</strong><br />

niv<strong>el</strong> de terrorismo en <strong>el</strong> planeta.<br />

—¡Un paraíso! ¡Qué paz! —idealizó Sancho— porque no existiría ni<br />

<strong>el</strong> detonante de un misil. No habría que ocuparse de lanzarlo ni<br />

preocuparse por saber dónde iba a explorar ¡destrozando todo lo que hay<br />

en su radio de acción! Además, qué ahorro de mano de obra esclava.<br />

Además, qué ahorro de despilfarro medioambiental. Además, qué ahorro<br />

de tormento, de vidas rotas en añicos, de traumas, de terapias, de<br />

facultades, de especialistas. Además, qué ahorro de ego porque <strong>el</strong> que<br />

más misiles tiene, es <strong>el</strong> gallo d<strong>el</strong> planeta. ¿Qué herrero da un martillazo<br />

en la cabeza al gallito que tiene <strong>el</strong> misil más gordo? ¡Ni dios!<br />

—Por eso hablan con tacos —recordó <strong>el</strong> caballero Alcor—,<br />

especialmente Eugenia pero Claro, como nosotros, sufrimos de su venial<br />

contagio. Podría sorprender <strong>el</strong> utilizarlos en un ambiente en <strong>el</strong> que por lo<br />

exageradamente hostil, es espiritual; pero si entiendes la coherente<br />

indignación de Eugenia con sus descerebrados antecesores, nosotros,<br />

hasta podría ser cándido que se desahogara sólo con tacos. Entiénd<strong>el</strong>o<br />

bien Sancho: si lo más ofensivo que se puede cometer en cualquier<br />

r<strong>el</strong>ación humana es decir tacos, se acabaría hasta con los asesinatos<br />

908


machistas y feminazistas; si lo más ofensivo que se puede cometer en<br />

cualquier r<strong>el</strong>ación humana es decir tacos, volveríamos a vivir «en paz», en<br />

<strong>el</strong> nirvana, en cualquier suerte de ci<strong>el</strong>o en <strong>el</strong> que excepto los tacos, todo<br />

sería idílico. ¿Dónde hay que firmar? Sin embargo, hay gente que se<br />

estremece con los tacos y por eso he censurado lo que, por decirlo todo,<br />

estaba un poco exagerado.<br />

—A mí, la tía ésa me mandó al confesionario por decir no sé qué<br />

—protestó Sancho—; fíjate si es mafiosa que ordena al alcalde que me<br />

detenga porque le da la gana; al parecer, recalifica lo que se le pone en <strong>el</strong><br />

escaño y si tiene que ser un metro cuadrado en medio de la plaza de<br />

Cervantes para que me detengan, lo hace. Así de simple y así de fácil. Se<br />

vota y se aprueba porque la mayoría en <strong>el</strong> Congreso vale para eso: para<br />

arrasar con total impunidad.<br />

—¿A qué criaturita de dios te refieres Sancho? —preguntó <strong>el</strong><br />

caballero descompuesto—; no parece que te refieras a una monjita de la<br />

caridad.<br />

—¿A que no lo adivinas? —jugueteó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Sabes que no me gustan las adivinanzas y a bote pronto, ni me lo<br />

puedo imaginar —dijo <strong>César</strong> con seguridad—. Mujeres tan perversas<br />

como Áng<strong>el</strong>a Channing sólo existen en las t<strong>el</strong>eseries, en Matrix no<br />

pueden existir.<br />

—¿Quieres que te dé pistas?<br />

—Creo que no —dudó <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

—Es una psicópata —dijo Sancho por no tener claro si quería pistas.<br />

—¡Joder Sancho!, ¡retira eso!<br />

—No seas torticero que te está encantando —dijo Sancho después<br />

de observar la sonrisa d<strong>el</strong> caballero que nos hemos visto obligados a<br />

confesar por la intervención de Sancho.<br />

—Lejos de retirarlo te voy a informar porque veo que no te enteras<br />

de ná. Me refiero a la mamarracha ésa que se dedica a construir<br />

estaciones d<strong>el</strong> AVE en medio d<strong>el</strong> campo y que sale en las ruedas de<br />

prensa disfrazada como una pobre idiota —recordó <strong>el</strong> escudero de<br />

ValdespeYebes—. Y encima, no le llega a la su<strong>el</strong>a d<strong>el</strong> zapato de Juana.<br />

¿Tendrá la indigente neuronas suficientes para concebir <strong>el</strong> poder que<br />

amasaba Juana <strong>el</strong> Ama (la tía d<strong>el</strong> príncipe don Carlos)? Si se conforma<br />

con una comunidad de vecinos, es que no le quedan neuronas suficientes<br />

a la miembra d<strong>el</strong> Clubderberg.<br />

909


—¡Tú verás lo que dices; con 400 años que tienes, ya eres mayorcito!<br />

—le recordó <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—¿Qué me has querido decir, qué he dicho? —preguntó Sancho<br />

desorientado—. Soy un hombre en contradicción con mi tiempo y<br />

pienso que cuanto menos se parezca <strong>el</strong> arte a la vida, mejor.<br />

—Con muchos de los que nos dirigen —continuó <strong>el</strong> caballero Alcor<br />

con los tacos para «mejorar» de materia—, se me escaparía más de uno<br />

pero he dado mi palabra a la Orden de la Paz e intentaré juguetear con<br />

los torticeros vocablos para que sus señorías no mueran de espanto.<br />

—Pues no te preocupes tanto porque además de terapéutico, sería<br />

una gran labor social —consideró Sancho—; desinfectaría a parte d<strong>el</strong><br />

planeta de esa panda de chorizos corruptos y la gente empezaría a<br />

recuperar <strong>el</strong> sentido y la paz. Sabrás que <strong>el</strong> herrero de Astérix utiliza <strong>el</strong><br />

martillo para silenciar al gallito cacareador. Si utilizas un taco para<br />

atizarles en la cabeza cada vez que hablan más de la cuenta, sería un uso<br />

tan reb<strong>el</strong>de como <strong>el</strong> d<strong>el</strong> martillo. ¿Qué diferencia hay entre decir muta,<br />

puta o ruta (por orden alfabético)?<br />

—<strong>El</strong> significado.<br />

—¡No! La estigmatización —sentenció Sancho—. <strong>El</strong> diablo debe de<br />

utilizar sólo la de en medio y los querubines c<strong>el</strong>estiales las dos d<strong>el</strong><br />

extremo. ¡Menuda wiipollez! No me alteres que me desato la lengua y se<br />

van a enterar todos, si no me censuras, cómo habla <strong>el</strong> inmortal Sancho<br />

Panza de la Mancha, <strong>el</strong> más conocido de los Reb<strong>el</strong>des Plebeyos<br />

Cast<strong>el</strong>lanos.<br />

—La abolición de la mente colocaría a los tacos en <strong>el</strong> mismo saco<br />

que <strong>el</strong> resto de las palabras —afirmó <strong>César</strong>—: en <strong>el</strong> zulo de las armas de<br />

destrucción masiva junto a la gramática, la semántica y la ortografía.<br />

—Si <strong>el</strong> idioma es la más genuina de las armas de destrucción masiva,<br />

debe de ser como todo: causal. ¿Por qué?<br />

—Por supuesto que las lenguas no han surgido por casualidad, son<br />

patentes divinas para implantar <strong>el</strong> pensamiento único d<strong>el</strong> que nunca<br />

saldrás.<br />

—Explícate que no me entero y necesito canalizar esto con algún<br />

ejemplo. [Finalmente, si la decisión de Sancho por salirse de la segunda<br />

dimensión y conocer a los lectores (y otras cositas de las que se está<br />

enterando colateralmente), es la causa de esta Odisea, hay que reconocer<br />

que tomar una decisión permite vivir <strong>el</strong> vivir [(y de qué manera).]<br />

910


—<strong>El</strong> 11 de agosto de 1945 —comenzó <strong>el</strong> caballero Alcor con un<br />

micro viaje— (cuatro días antes de la capitulación de <strong>el</strong> ama de Indonesia<br />

de aqu<strong>el</strong> entonces: Alemania), liberaron a los líderes nacionalistas<br />

indonesios presos: Sukarno y Mohammed Hatta (¿sería un antepasado<br />

d<strong>el</strong> tocayo más famoso todavía que él?), invistiéndolos con plenos<br />

poderes (¿quién?) para organizar un gobierno local. La creación de un<br />

idioma fácil de aprender había sido la primera preocupación d<strong>el</strong><br />

presidente Sukarno cuando consiguió liberar Indonesia de los holandeses<br />

(que daban <strong>el</strong> coñazo hasta más no poder; una especie de David contra<br />

Goliat (¿o Golkar?) en la que ganó la Royal Dutch-Sh<strong>el</strong>l).<br />

—Dicen que Indonesia —aportó Sancho—, un lugar que ha estado<br />

entre los diez países de mayor producción de petróleo, es uno de los<br />

primeros lugares de Madre Tierra poblado por los sapiens sapiens;<br />

también dicen que Java, uno de los lugares de mayor densidad de<br />

población d<strong>el</strong> mundo, significa manzana (algo que para Eva se convirtió<br />

en comerse un marrón). ¿Tendrá r<strong>el</strong>ación cronológica la historia de Adán<br />

y Eva con la d<strong>el</strong> primer sapiens en la tierra? Si es así, las diosas son unas<br />

niñatas en comparación con la edad de la Humanidad. [¡Al loro! Estamos<br />

utilizando <strong>el</strong> Programa Lenguaje, tanto los que ahora escribimos como<br />

los que «ahora» leéis, que también se utilizó para escribir <strong>El</strong> Génesis.]<br />

—Lo primero que hicieron los holandeses al independizarse de<br />

España —continuó <strong>el</strong> caballero pasando de cuentos indonesios que es<br />

fácil que sean ciertos—, fue buscar sus propias fuentes de especias (¡qué<br />

chiste!, patética excusa para invadir y someter), fundando la Compañía<br />

General de las Indias Orientales (<strong>el</strong> brazo armado d<strong>el</strong> poderoso y<br />

minúsculo David u Holanda o Países Bajos). En ese archipiélago de<br />

13.700 islas poblado por más de 200.000.000 de almas (musulmanas en<br />

su mayoría, cuarto lugar d<strong>el</strong> mundo en cantidad de civilizombis/país), se<br />

hablan más de 350 lenguas y dialectos. Sukarno comprendió que su país<br />

necesitaba un lenguaje común a fin de unificar a los pobladores de las<br />

numerosas islas y culturas. Para <strong>el</strong>lo contrató a un equipo internacional<br />

de lingüistas, y <strong>el</strong> indonesio bahasa fue <strong>el</strong> resultado, con muy buena<br />

fortuna, por cierto. Basado en <strong>el</strong> malayo, evitaba buena parte de las<br />

conjugaciones, los verbos irregulares y otras complicaciones<br />

características de muchas lenguas naturales. A comienzos de la década de<br />

1970 lo hablaba la mayoría de los indonesios, aunque estos seguían<br />

empleando <strong>el</strong> javanés y los demás dialectos locales dentro de sus<br />

911


espectivas comunidades. Comparado con <strong>el</strong> shuar, o incluso <strong>el</strong> español,<br />

<strong>el</strong> estudio d<strong>el</strong> bahasa resultaba fácil.<br />

[Todo esto no era para decir que las lenguas se inventan como<br />

churros que unifican a la gente despojándoles de sus costumbres y sobre<br />

todo, de su mente; se decía para denunciar <strong>el</strong> importante proceso de<br />

deforestación de esta parte de Madre Tierra a cambio de fabricar pap<strong>el</strong><br />

sin que sepamos pa’qué. (En recuerdo de nuestros hermanos<br />

orangutanes). Ver Gorilas en la niebla.]<br />

—¡Joder!, después d<strong>el</strong> entre corchetes, ya no sé con qué análisis<br />

quedarme: las ex-amas de Indonesia (Alemania, Holanda, Portugal,<br />

España), <strong>el</strong> nombre d<strong>el</strong> terrorista, lo coñazo que es David, lo apisonante<br />

que es <strong>el</strong> ama de destrucción masiva number one…; me quedaré con<br />

nuestros amigos los orangutanes con los que es fácil llevarse muy bien<br />

porque son animales.<br />

—¡No te puedes enterar de los corchetes hasta que leas la<br />

transcripción!<br />

—¡Pero si la estamos «escribiendo»! —dijo Sancho que imitando al<br />

caballero Alcor, ya pasa de todo—. Si no habláramos de esto, no existiría<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do. Además y por si no lo recuerdas, soy <strong>el</strong> alter ego de<br />

don Quijote y tú mismo dices que él sabe lo mismo que sabe vuesa<br />

merced. Para no meternos en berenjenales, volvamos a la parte d<strong>el</strong> arma<br />

de destrucción masiva que especifican con la palabra tacos y además<br />

tipifican como un grave pecado. ¿Qué palabrotas has censurado?<br />

—curioseó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Todos los tacos Sancho —admitió <strong>el</strong> <strong>César</strong>—; no sé si ha quedado<br />

cabrón, wiilipollas y dos o tres más. Si quieres te los digo todos porque<br />

me los sé de memorieta pero no me requieras para que me acuerde de los<br />

cribados y los pasados. Ya sabes que Eugenia inventa muchas palabras y<br />

otras las entremezcla. Los artistas franceses utilizan «jeroglíficos» muy<br />

expresivos para evitar <strong>el</strong> poner tacos; fíjate sin son listos que saben que <strong>el</strong><br />

subconsciente de cada uno va a imaginar inexorablemente <strong>el</strong> taco o <strong>el</strong><br />

palabro.<br />

—Pues ¡qué maricas! —dijo <strong>el</strong> escudero recordando a su hija Mari<br />

Sancha, Sanchica o Marica—. Además, en nuestro formato no se podrá<br />

dibujar.<br />

(Sancho ha demostrado holgadamente que la homofobia no está<br />

entre sus reconocibles resbalones y que sabe diferenciar lo que es una<br />

manera de hablar de un desprecio homófobo. ¡A ver si tampoco se va a<br />

912


poder hablar normal! Los que participamos en esta Odisea conocemos<br />

perfectamente que nada tiene que ver un homosexual con un maricón,<br />

aunque haya homosexuales que también puedan ser maricones y traguen<br />

al Sistema sin vas<strong>el</strong>ina ni condón. [Ver ¿Qué es Matrix? Mamotreto VIII<br />

en <strong>el</strong> que Sancho se encuentra con <strong>el</strong> bombero.] Queda aclarado este<br />

punto sólo por las feminazis y los feminazos porque lesbianas y gays<br />

saben de sobra <strong>el</strong> respeto que merecen como sapiens sapiens por parte<br />

de los Reb<strong>el</strong>des y de la Caballería Andante de la Orden de la Paz. ¡Si han<br />

conseguido tantos derechos como los que se comportan como<br />

cabestros…! ¿Qué más se les puede pedir? Los heteros podrían aprender<br />

a reivindicar de <strong>el</strong>los. Ver Brokeback Mountain, Salir d<strong>el</strong> armario,<br />

Philad<strong>el</strong>phia).<br />

—Wiilipollas —definió <strong>el</strong> escudero— es una palabra moderna que se<br />

han inventado para referirse a los que no pueden vivir sin jugar, tener o<br />

simplemente, desear una Wii. Eso no es un taco, es un gentilicio que<br />

habla d<strong>el</strong> linaje general actual.<br />

—¡Joder Sancho! —exclamó <strong>el</strong> caballero sonriendo—, no te pases<br />

tanto.<br />

—Que pidan daños morales a los inventores d<strong>el</strong> palabro porque<br />

como puedes imaginar, ésos no han sido mi ego —aportó <strong>el</strong> filólogo<br />

escudero—. Hideputa aparece infinidad de veces en <strong>El</strong> Quijote y nadie se<br />

ha escandalizado.<br />

—Es que ahora somos muy fisnos —añadió <strong>César</strong>—. ¡Los tacos nos<br />

estremecen lo que más!<br />

—¿Y los niños despanzurrados con las tripas pa’fuera, los cuerpos<br />

mutilados o descuartizados, los presos torturados y humillados, los<br />

androides mutados por Chernobil y la Little Boy, las mujeres ultrajadas y<br />

los secuestrados, la pornografía infantil o la pederastia obispal que<br />

anuncian en los «digestivos» t<strong>el</strong>ediarios? —resumió su análisis <strong>el</strong><br />

escudero—. Eso no es grave, lo grave es decir un taco aunque los digan<br />

en <strong>el</strong> Congreso, tanto <strong>el</strong> Presidente como <strong>el</strong> gobierno y como la<br />

oposición.<br />

—Este refisnamiento tan grosero y torticero… —decía <strong>el</strong> <strong>César</strong>—,<br />

¡es lo que tenemos! Eugenia, consciente de nuestra hipocresía barata,<br />

arremete contra los civilizombis y no deja ni uno indemne. Los<br />

civilizombis somos responsable y cómplices d<strong>el</strong> saqueo, subconscientes<br />

o despiertos, empanados o fritos. Que no tenemos excusa es evidente<br />

porque ya has visto la incineradora urbana, <strong>el</strong> «Parque Natural», <strong>el</strong><br />

913


vertedero descomunal y has conocido a los consumidores civilizombis de<br />

Alcalá que no quieren parar de comprar y tirar, a veces, incluso sin usar.<br />

»Para Eugenia somos los culpables y realmente la entiendo.<br />

Comparto su indignación, su ira y su rabia e intento mantener equilibrada<br />

mi conciencia no consumiendo caprichosamente a Madre Tierra. Si algún<br />

día la conozco, se me va a caer la cara de vergüenza. McIrus Votanlavo<br />

fue uno de los primeros nombres y ap<strong>el</strong>lido que nos puso la joven. «Mc»,<br />

como «Bar», son un prefijo que significa «hijo de» y…<br />

—Me lo estás poniendo a huevo —interrumpió <strong>el</strong> escudero— pero<br />

me voy a controlar.<br />

—«Irus» es <strong>el</strong> «sufijo» de virus así que déjate de groserías de saldo<br />

que lo que nos llama Eugenia es mucho peor —pregonó <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—. «¡Hijo de Virus!» sería la traducción.<br />

—Pues sí es pá tanto y además es real —indicó Sancho—. ¿Cuál es<br />

<strong>el</strong> problema, decírs<strong>el</strong>o a la cara a los psicópatas civilizombis?<br />

—Utiliza «Votanlavo» —descifró <strong>el</strong> <strong>César</strong> pasando de problemas—<br />

para d<strong>el</strong>imitar a los civilizombis que, sin saber por qué lo hacen pero<br />

sabiendo que sufren a los corruptos gobermangantes, acuden callada y<br />

r<strong>el</strong>igiosamente a votar a los que les roban y mienten descaradamente.<br />

Concurren además como si de un mandato divino o satánico se tratara<br />

(es lo mismo), porque si no han pensado para qué ir ¿para qué van? Ni se<br />

leen los programas <strong>el</strong>ectorales ni v<strong>el</strong>an por su cumplimiento. «Hijo de<br />

Virus Votante Esclavo» es en ¡cinco! palabras lo que nombre y ap<strong>el</strong>lido<br />

quieren decir. ¡Todo con pap<strong>el</strong>es y la filiación legal!<br />

— HVVE se parecería al nombre d<strong>el</strong> virus gorrino si en vez de sólo<br />

letras, ponemos algún número —bromeó <strong>el</strong> escudero—. Así que los<br />

demócratas paganos acuden a los colegios como autómatas sonámbulos<br />

para hacer <strong>el</strong> paripé de cumplir con «su obligación» cuando…<br />

—¡Joder Sancho, no generalices comparando tanto! —interrumpió <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—… los convocan a los plebiscitos y encima los domingos<br />

—respiró <strong>el</strong> escudero—. No te acojones tanto que al herrero de Astérix<br />

lo llaman Ese-automatix por algo; si <strong>el</strong> prefijo está claro, <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido no te<br />

quiero decir. ¿Te imaginas que lo llamaran Esesonámbulix? No suena<br />

mal. ¿Y Esecegatix? ¿Y Esealetargadix? Si se lo están diciendo desde hace<br />

«frisando con los cincuenta años» y no se enteran ¿qué mal puede<br />

acontecer?<br />

914


—Pues que se enteren y se mosqueen -afirmó obviamente <strong>el</strong><br />

caballero Alcor.<br />

—Sonarían hasta las campanas d<strong>el</strong> Vaticano para anunciar <strong>el</strong><br />

«Despertar Universal» de los civilizombis —pregonó Sancho como si<br />

estuviera en ese campanario—. ¿Te imaginas algo más grandioso que los<br />

civilizombis despertaran en la realidad real? Se lo estamos diciendo un<br />

poco más claro pero ¿crees que con una indigencia neuronal tan severa<br />

se van a enterar, se van a creer lo que se han enterado, van a tomar una<br />

decisión, van a desatarse de todas sus excusas, de sus complejos, de sus<br />

miedos y supersticiones y van a reaccionar? Te apuesto lo que quieras a<br />

que…<br />

Se calló en <strong>el</strong> acto y antes de terminar porque ha aprehendido a base<br />

de «experiencia» que adinerar, apostar y «futurear» van tan unidos, que<br />

los Caballeros Reb<strong>el</strong>des no lo hacen y les puede sentar fatal; no entran en<br />

estos juegos ni pa’trás. Así, Sancho siguió con los domingos porque son<br />

días para estar en paz con dios y con los demás.<br />

—<strong>El</strong> único día que les dejaban descansar para rezar —siguió <strong>el</strong><br />

escudero—, ahora además tienen que votar. Imagino que no sólo por ser<br />

domingo, los McIrus, vestidos con sus mejores galas porque es un día de<br />

fiesta para la demogógia, libres de todo pecado y recién comulgados,<br />

acuden todo puros y castos a enfrentarse con esos corruptos. Votan a los<br />

más guapos o a los que mienten más <strong>el</strong>egantemente; y sobre todo, votan<br />

esclavizados por la preimposición de unas ideas que les obligan a escoger<br />

un partido que pudo significar una cosa en <strong>el</strong> pasado que nada tiene que<br />

ver con lo que hay hoy.<br />

—No generalices taaanto.<br />

—Por cierto, o la expresión está mal o la simplificación es mayor a la<br />

que este democracirco presenta. Dicen «sota, caballo y rey» y resulta que<br />

debería llamarse «sota o caballo y rey». Han simplificado, como en todos<br />

los lados, las formaciones políticas a dos y empotrado al rey con la<br />

Constitución.<br />

—Pues enseña bien los <strong>el</strong>ementos —supuso Sancho— que si no<br />

parece que los muestras con cuenta gotas. No se trata de tragar y callar;<br />

se trata de tragar, callar y además ¡¡votar!! Quizá confunden «votar» con<br />

«escoger», como <strong>el</strong> atún con <strong>el</strong> pollo —suponen en Matrix—; se<br />

plantan ante las urnas con la misma libertad que sienten ante la estantería<br />

d<strong>el</strong> súper y un día optan por un producto en cuestión (es de peso que<br />

esté en oferta) y la próxima vez pueden escoger a la competencia;<br />

915


perdón, en este caso se dice a la oposición. ¡Consumen hasta cuando<br />

votan! ¡Qué subconscientes están!<br />

—De hecho, Eugenia nos pone un nombre científico: Hommo<br />

consummator, una etimología que utilizada en original, indicaba agotar,<br />

disipar, destruir, extenuar o causar la muerte. Es <strong>el</strong> siguiente eslabón al<br />

sapiens sapiens, o sea, los anteriores a nosotros desde que mutamos a<br />

«consummator».<br />

—Etimológicamente, ¡qué chungo es «ser consumidor»! De algo<br />

conozco <strong>el</strong> significado de «protagonista» y pasa como con «consumidor»<br />

y como con todo: que no se lo pueden decir más claro sin caer en <strong>el</strong><br />

descaro. Los sapiens, que se consideran tan listos listos, no saben ni <strong>el</strong><br />

significado de las palabras que utilizan; no entiendo que por unos<br />

taquitos de mierda se escandalicen.<br />

—En Matrix se vive esencialmente en contradicción, ¡constantemente!<br />

—Entonces ¿por qué los justificáis mi maestro y vos? —insistió <strong>el</strong><br />

escudero—. Son unos psicópatas. Como te he dicho, vivo en<br />

contradicción con mi tiempo y pienso que cuanto menos se parezca <strong>el</strong><br />

arte a la vida mejor. Pero los sapiens civilizombis viven en contradicción<br />

con <strong>el</strong>los mismos.<br />

—Muchas palabras que se utilizan en la transcripción de La Odisea de<br />

Claro, son sólo aproximadas —siguió <strong>el</strong> caballero sin hacerle ni puto caso<br />

porque es cansino que Sancho se meta constantemente con los<br />

civilizombis—. Engranar la Época Umbrática con la de la Luz es un<br />

atrevimiento. Aparecen algunas comillas para no llenar <strong>el</strong> texto con <strong>el</strong>las<br />

porque hay infinidad de palabras que sólo se aproximan a lo que Isab<strong>el</strong><br />

me contó en su día. Tantas cosas cambian entre ambas Épocas que<br />

cualquier coincidencia con la realidad actual es pura casualidad. Si se los<br />

llama «manada» malo, si se les llama «estirpe o linaje» peyorativo, si se<br />

utiliza «tribu» seguro que se piensa en cosas raras de gamberros<br />

psicópatas artificiales o de indios salvajes naturales, si se utiliza<br />

«coinonía» demasiado culto, escribir «basca» parecería que es de Umbral<br />

y «panda o pandilla» sonaría adolescente; si escogiera «gens» quedaría<br />

latino y «hordas o bandas» parecerían terribles; Clan es como ha<br />

quedado. Con asentamiento pasa lo mismo; ¿cómo nombrar «algo» que<br />

no es un pueblo, ni una ciudad, ni una aldea, ni una villa sino cuevas<br />

dispersas por la ladera, Atapuerca?<br />

—Pues te lo has currado con las palabras.<br />

916


—Gracias Sancho —correspondió <strong>el</strong> caballero—, no te puedes<br />

imaginar la comida de tarro que me he hecho. En la transcripión de La<br />

Odisea de Claro he suavizado <strong>el</strong> lenguaje de la pareja. No ha sido fácil por<br />

ser primeriza y porque la vida se concibe de otra manera. Aunque han<br />

empezado los avisos de Naturaleza, todavía no pasan cosas que van a<br />

pasar, o sea, que no hay expresiones ni conceptos para expresarlos<br />

porque no se habla de <strong>el</strong>lo. Si en los tiempos actuales podría parecer<br />

vasto <strong>el</strong> original manuscrito, en <strong>el</strong> tiempo de sus consecuencias la<br />

trancripción será light; he quitado los tacos y cambiado «cyborgvocablos<br />

Umbráticos» por luminosas palabras más «civilizontemporáneas». He<br />

aplacado los dilacerantes comentarios de Eugenia…<br />

—Si con todo te van a dilapidar… —vaticinó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Por qué me echas <strong>el</strong> muerto sólo a mí? —preguntó <strong>el</strong> <strong>César</strong><br />

¿escamado?<br />

—Tú sabrás —respondió tirando balones fuera.<br />

—Yo responderé de lo que pronuncio —se responsabilizó <strong>el</strong><br />

caballero Alcor— y responde tú de lo que digas; y déjame terminar con<br />

los comentarios de Eugenia para que sepas que la culpabilidad<br />

extenuante que nos achaca, he intentado dejarla en responsabilidad.<br />

—Pues la muchacha tiene toda la razón —la escudó Sancho—, y no<br />

sé si prefiero leer los manuscritos de la versión original. Esto hu<strong>el</strong>e a<br />

versión oficial. En vez de abogado d<strong>el</strong> diablo, pareces <strong>el</strong> defensor de la<br />

causa d<strong>el</strong> … ¿Qué palabra rimará con …«ensor» y es un taco?<br />

—Me r<strong>el</strong>aja que califiques todo esto de versión oficial —se destensó<br />

<strong>el</strong> <strong>César</strong>— porque después de tu inmortal escrutinio, no habrá mortal, ya<br />

sea d<strong>el</strong> ejecutivo o d<strong>el</strong> judicial, que se atreva a arremeter contra la palabra<br />

d<strong>el</strong> escudero sempiterno. Gracias Sancho; desde ahora viviré con<br />

absoluta tranquilidad porque nada malo me puede sobrevenir. ¿Vas a<br />

pasar a las adivinanzas o vas a pensar en lo que rima con of«ensor»?<br />

—Permíteme una curiosidad —solicitó Sancho que viendo la<br />

aprobación facial d<strong>el</strong> caballero Alcor siguió—: ¿Por qué tienes <strong>el</strong> número<br />

de DNI de un muerto?<br />

—Debe de ser por casualidad —intentaba escaparse <strong>César</strong>.<br />

—Sabes de sobra que no cu<strong>el</strong>a.<br />

—Como no consiguieron clonarme a su imagen y semejanza<br />

—consiguió escaparse con esta treta—, me deben de haber marcado con<br />

un número clonado.<br />

917


—¡Cómo se nota que tienes otras cosas que atender! —se percató<br />

Sancho—. Procedamos de manera t<strong>el</strong>egráfica que han surgido<br />

interrogantes mientras leía<br />

Los gestos y expresión de la cara, incluso la sola mirada, son tan<br />

expresivas en <strong>el</strong> caballero Alcor que describirlo sería denso. Como<br />

Sancho está atento, ha reculado de inmediato con la dispersa curiosidad y<br />

no vamos a enredar por otro lado porque se siente la vibración de<br />

finalizar.<br />

—Parece que las tres primeras viñetas son decisivas en Eugenia.<br />

¿Existe otro momento trascendental?<br />

—Cuando <strong>el</strong> viejo comenta que querría leer la transcripción y<br />

Eugenia tiene que tomar la decisión —solucionó <strong>el</strong> caballero—. Lo<br />

tienes por la mitad de esta primera parte. Si quieres saltar, déjame<br />

«hojearlo» y te digo exacto dónde está.<br />

—Unas veces se habla en tercera persona d<strong>el</strong> singular y otras en<br />

primera d<strong>el</strong> plural. ¿A qué se debe, son recursos literarios o formas de<br />

disfrazarse?<br />

—Son maneras de hablar.<br />

—En <strong>el</strong> cómic he leído: «¡He decidido obligarles a aceptar<br />

Civilización! ¡<strong>El</strong> bosque será talado para dar lugar a un parque<br />

natural!» ¿Por eso al pinar de Alcalá lo llaman Parque Natural?<br />

—Otra pregunta.<br />

—Debe ser por casualidad —dijo Sancho entre dientes— o porque<br />

los creadores franceses eran profetas y sabían que los idiotas iban a<br />

llamar «Parque Natural» a este despropósito o pinar. ¡Hay que joderse<br />

con la casualidad!<br />

»<strong>El</strong> indigente neuronal, me refiero al centurión y no al arquitecto<br />

porque este letrado no tiene remedio, hace una reflexión int<strong>el</strong>igente: Los<br />

árboles d<strong>el</strong> bosque son sus amigos. O los manotazos d<strong>el</strong> <strong>César</strong><br />

provocan interferencias transitorias de brillantez o son los puñetazos de<br />

Obélix.<br />

—Aunque se dejan tratar así, los mandos militares no son tan idiotas<br />

como aparecen —aclaró <strong>el</strong> caballero—; la experiencia a base de «reveses»<br />

libera estupidez. (Qué bien vendría otra palabra entrecomillada no<br />

políticamente correcta y con <strong>el</strong> mismo número de letras; en fin, todo sea<br />

por la moral judeocristiana).<br />

918


—Aparte de otras cualidades —siguió <strong>el</strong> inagotable—, <strong>el</strong> centurión<br />

es un analfabeto funcional, como la psicópata de la comunidad que «cita<br />

sin citar en sí». ¿Qué significa Gnoti Seautum?<br />

—Es una manera de decir «Conócete a ti mismo» —traicionó <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—<strong>El</strong> Circo Máximo de Roma me recuerda a un estadio de fútbol, de<br />

béisbol o de superbowl —comparó <strong>el</strong> escudero—; por poner uno<br />

diremos que <strong>el</strong> sumergido Super Dome. Constato que de la misma<br />

manera que la pantalla de un cine es la modernización de un altar, un<br />

estadio es la actualización d<strong>el</strong> Circo Máximo. ¿Cómo es posible que los<br />

civilizombis no se cosquen que están dando vu<strong>el</strong>tas y vu<strong>el</strong>tas y vu<strong>el</strong>tas…<br />

y vu<strong>el</strong>tas, en torno a lo mismo?<br />

—Esto no es una pregunta —indicó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, es una afirmación<br />

que no necesita confirmación. «Circo» viene d<strong>el</strong> latín y «estadio» d<strong>el</strong><br />

griego.<br />

—O sea —reconfirmó <strong>el</strong> escudero—, que alternan las etimologías<br />

muertas para que no haya mosqueo y se piense en la novedad y <strong>el</strong><br />

progreso aunque estén dando vu<strong>el</strong>tas… y vu<strong>el</strong>tas a lo mismo. ¡Edificante!<br />

»<strong>El</strong> cart<strong>el</strong> que anuncia <strong>el</strong> concurso decía lo que digo: Un gran juego<br />

tendrá lugar después de los combates de gladiadores. ¿Limpiaban<br />

primero la sangre y los restos humanos desparramados o sacaban a las<br />

vestales sin limpiar? Seguro que se inspiraron en los Pancracios y los<br />

Yakuzas. [Ver Gladiator.]<br />

—Esto es un ejemplo de tu ironía y de su hipocresía —respondió a<br />

todos <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

—¡Qué políticamente correcto estás para resumir en «hipocresía» un<br />

espectáculo asesino y brutal! —discrepó <strong>el</strong> escudero por solidaridad con<br />

Hispano y los otros «jugadores» (Ver Gladiator)—. Después lo<br />

solucionaban todo pasando por <strong>el</strong> confesionario, la penitencia y <strong>el</strong> Ego te<br />

absolvo in «nómina» of the Father, fili et columbus. Imagino que los<br />

autos de fe fueron la actualización de este espectáculo de circo y ¡estate<br />

tranquilo! que no voy a preguntar por la actualización más actual de tan<br />

esperpénticos pasatiempos. (¿Podría ser la silla <strong>el</strong>éctrica? ¡No!; aparte de<br />

los «inofensivos Reallity Shows», están… … … ¡Disculpen!).<br />

—«A usted, que ya está cansado de la atmósfera hedionda de la<br />

urbe y de la trepanación de una vida frenética, un aire puro y<br />

perfumado le espera en un vasto y soberbio “Parque Natural”…<br />

919


—anunciaba Sancho con voz engolada—. ¿Le gustaría vivir como un<br />

dios?» Esto es lo que reza en <strong>el</strong> anzu<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> implegable prospecto para<br />

que piquen los listos listos civilizombis. Que se dijera en <strong>el</strong> -50 o en 1971<br />

es lo de menos porque ¿cómo demonios es hoy día, en <strong>el</strong> año de nuestro<br />

señor de 2009, casi 40 años después?<br />

—Si te refieres al cansancio de la atmósfera hedionda de la urbe…<br />

—decía <strong>el</strong> caballero.<br />

—No te esfuerces que sin la infusión de betónica me respondo yo<br />

—continuó Sancho solo sin dejar terminar—: ¡muy fatal! ¡Y anda que no<br />

se ha ac<strong>el</strong>erado todo en estos 40 años! ¡Qué horror! (La betónica es una<br />

planta que confería <strong>el</strong> poder de la adivinación).<br />

—Mientras que tengan pan, fútbol o t<strong>el</strong>evisión, se puede hacer poco<br />

—suponía <strong>el</strong> <strong>César</strong>—.<br />

—Ahora estoy seguro. ¡Todo esto forma parte d<strong>el</strong> plan de Julio<br />

<strong>César</strong> para hacernos desaparecer! <strong>César</strong> utiliza a los romanos que<br />

viven en la residencia de los dioses pero ni <strong>el</strong>los mismos lo saben…<br />

—reb<strong>el</strong>ó <strong>el</strong> consistente escudero—. Podría parecer que lo digo yo…<br />

pero ¡no!, lo dice <strong>el</strong> druida de la aldea y no sabemos si en <strong>el</strong> -50 o en<br />

1971. ¿Cómo habría que decírs<strong>el</strong>o para que les quedara más claro: <strong>César</strong><br />

utiliza a los civilizombis…?<br />

—¡Así no Sancho! —cortó <strong>el</strong> caballero por lo sano— no sea que me<br />

confundan con <strong>el</strong> dictador y piensen que lo digo yo. Si acaso dilo como<br />

en <strong>el</strong> cómic: Julio <strong>César</strong>.<br />

—¿Cómo vas a decirlo tú si eras un niño cuando de editó todo esto?<br />

—r<strong>el</strong>ajó <strong>el</strong> escudero—. O estás paranoico o tienes un saludable sentido<br />

d<strong>el</strong> humor.<br />

—No insistas con las fechas porque la cosa es grave —dijo <strong>César</strong>—.<br />

Si ahora estuviéramos en 1971 ¡cuántos desastres evitarían los sapiens!<br />

—¿Tú crees? —se burló Sancho—. ¡Pues yo no! ¿Crees que si<br />

estuviéramos en 1938 sabríamos evitar la 2ª Guerra Mundial?<br />

Ante <strong>el</strong> semblante desencajado d<strong>el</strong> <strong>César</strong>, Sancho hizo la<br />

contestación.<br />

—Piensa si vais a ser capaces de evitar la ¿3ª? Guerra Mundial y<br />

déjate de pasados que lo pasado ya pasó. Te preguntaría «¿Qué<br />

hacemos?» si no reservara esta pregunta para <strong>el</strong> Prólogo evangélico.<br />

»En <strong>El</strong> Planeta de los simios ¿IV? —presentó Sancho para r<strong>el</strong>ajar <strong>el</strong><br />

semblante de un simio de tamaño medio—, <strong>César</strong> libera a los monos<br />

920


primates después de armar la de dios… perdón, la Reb<strong>el</strong>ión. En Campo de<br />

batalla: la Tierra, Carlo volará la bóveda que mantenía embutidos a los<br />

sonámbulos… perdón, a los humanos. [Ver, siempre que se quiera, Las<br />

dos susodichas.] Si no son casualidades ¿qué son?<br />

—R<strong>el</strong>aciones fugaces de tu microprocesador —resolvió <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor.<br />

—¿Por qué da la puñetera casualidad que la fecha de expiración que<br />

aparece en <strong>el</strong> pasaporte de Neo en Matrix es <strong>el</strong> 11 de septiembre de<br />

2001? —afinó <strong>el</strong> Sancho más observador—. Neo nace <strong>el</strong> 13 de<br />

septiembre de 1971, se hace <strong>el</strong> pasaporte <strong>el</strong> 12 de septiembre de 1991 y<br />

sobre la fecha de caducidad es lo que he preguntado.<br />

—Debió de ser una casualidad.<br />

—¿De esas que no existen?<br />

—Pregúntas<strong>el</strong>o a los hermanitos Wachowsky —regateó <strong>el</strong><br />

caballero— que seguramente serán los mejores indicados para decirte<br />

cómo sabían dos años antes, lo famosa que iba a ser la fecha de la<br />

expiración. <strong>El</strong>los son los que han previsto todos esos detalles (¡Ya!, je,<br />

jé).<br />

—En mi pueblo —se coscó Sancho—, a eso se le llama tirar balones<br />

fuera.<br />

—Pregúntame a mí sobre ¿Qué es Matrix? y a Larry y Andy sobre<br />

Matrix —aclaró <strong>el</strong> caballero Alcor—. Por si quieres saber más, en <strong>el</strong><br />

episodio 179 La ciudad de Nueva York <strong>vs</strong>. Homer Simpson de la serie Los<br />

Simpson, aparece una clara alusión al 9 11 (en inglés). La fecha de su<br />

primera emisión fue <strong>el</strong> 21 de septiembre de 1997 ¡cuatro años antes d<strong>el</strong><br />

11 de septiembre. Cuando termine don Quijote con <strong>el</strong> ordenador<br />

desvirgado, te enseñaré <strong>el</strong> fotograma porque está en Internet.<br />

—¡Cómo se ríen de los listos listos! —se indignó Sancho—. Antes<br />

de la plaga de las ranas (segunda) y de las langostas (octava), dijo dios a<br />

Moisés: Ve (acude) a Faraón, porque he endurecido su corazón y para que puedas<br />

contar a tu hijo, y al hijo de tu hijo, cómo me divertí con los (civilizombis)<br />

egipcios y las señales que realicé entre <strong>el</strong>los, y sepáis que ¡yo soy<br />

Dios! (¡Sic!) [Ver Éxodo 8, 10.] ¿A qué Meosis <strong>el</strong>egiría hoy ese Yaveh para<br />

pregonar cómo se divierte con los civilizombis actuales y las señales<br />

que realiza entre nosotros? Nadie se entera de nada.<br />

—La cosa esta jodida Sancho —concluyó <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Poner la primera piedra en una obra así de «civil» —emprendía <strong>el</strong><br />

escudero con <strong>el</strong> pasado cercano ya que con la ciencia ficción no podía y<br />

921


<strong>el</strong> pasado remoto parece de cachondeo— es una de las labores más<br />

importantes que tienen que realizar los corruptos gobermangantes. Con<br />

<strong>el</strong> mismo uniforme de esclavos refinados que llevan a la «colocación», se<br />

ponen un casco de obrero para disimular sus propios cuernos y hacen<br />

una chapuza como cuando están en <strong>el</strong> Congreso. <strong>El</strong> que la primera<br />

piedra que se pusiera en <strong>El</strong> Escorial fuera <strong>el</strong> 20 de agosto de 1563 ¿es por<br />

casualidad o son más r<strong>el</strong>aciones fugaces de mi microprocesador?<br />

—Son ganas de marear la perdiz. ¿Quién sabe cuándo sucedería eso<br />

realmente? Otra cosa es que me dijeras, que <strong>el</strong> 11 de septiembre de…<br />

1601, se demoliera completamente <strong>el</strong> Monasterio d<strong>el</strong> Escorial. ¡Eso sí<br />

que habría sido una casualidad!<br />

—¿Cuándo quemó <strong>el</strong> cura a un gato para espantar <strong>el</strong> maleficio d<strong>el</strong><br />

rayo que días antes partió <strong>el</strong> Escorial? —r<strong>el</strong>acionó Sancho por lo de la<br />

fecha.<br />

—Me abrumas con tus detalles Sancho —comentó <strong>el</strong> caballero<br />

ligeramente colapsado—, sigue con lo que estamos.<br />

—Sabes tan bien como yo —protestó <strong>el</strong> escudero—, que todo lo<br />

que te digo es real y que pasamos por encima de miles de detalles porque<br />

si no, los vas a censurar. Un rayo cayó sobre su Torre de Poniente <strong>el</strong> 21<br />

de julio de 1577; fray Antonio Villacastín quemó un perro y no un gato<br />

para que <strong>el</strong> miedo desapareciera. Te quería meter un gazapo con lo d<strong>el</strong><br />

gato.<br />

—Gazapo es que para construir <strong>El</strong> Escorial —aportó <strong>César</strong>—,<br />

arrasaron los bosques de Cuenca, d<strong>el</strong> Quejigal y de Valsaín.<br />

—<strong>El</strong> Monasterio d<strong>el</strong> Escorial —se quiso igualar Sancho en cuanto a<br />

aportaciones se refiere— es un lugar construido para canalizar <strong>el</strong> 95’5%<br />

de la energía oscura, la materia común no luminosa y la materia oscura<br />

exótica de la realidad Hispana de Matrix, no sólo por <strong>el</strong> grisáceo color de<br />

sus materiales sino por la oscuridad infernal que padecía <strong>el</strong> que lo mandó<br />

construir: F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong> Pederasta que es II en la historia oficial de España.<br />

922<br />

En este estrecho recinto<br />

murió F<strong>el</strong>ipe II<br />

cuando era pequeño <strong>el</strong> mundo<br />

al hijo de Carlos V.<br />

Fue tan alto su vivir<br />

que sólo en alma vivía<br />

pues cuerpo apenas tenía<br />

cuando acabó de morir.


—¡Qué memoria tienes para lo que quieres! —recordó <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor sorprendido con <strong>el</strong> «oscuro» vocabulario d<strong>el</strong> escudero y la poética<br />

cita—. Esa repipiez tiene más años que Matusalén. No insistas Sancho<br />

que ya lo sabemos todos: <strong>el</strong> padre de don Quijote<br />

—Pues déjame añadir un insignificante dato que apoya mi tesis<br />

escurialensis —invitó <strong>el</strong> escudero—. Juan Bautista de Toledo fue <strong>el</strong><br />

arquitecto, sólo de sus comienzos, de este cenotafio porque <strong>el</strong> rey F<strong>el</strong>ipe<br />

II tenía problemas con él: «alteraba sus planes». A sus sucesores, Juan de<br />

Herrera y Francisco de Mora, los podía manejar mejor. Coincidirás con<br />

que la firma de F<strong>el</strong>ipe II estuvo más presente que la de ninguno.<br />

¡No jodas Sancho! —negó <strong>el</strong> <strong>César</strong> por la mayor—. Ese indigente<br />

neuronal no tenía más luces que para estar rodeado de sus enanos<br />

meninos y bajo <strong>el</strong> amparo de la Sancta Inquisición. Alguien manearía<br />

esos hilos porque F<strong>el</strong>ipe II te aseguro que no.<br />

—Te van a nombrar <strong>el</strong> Baltasar Porreño d<strong>el</strong> siglo XXI.<br />

—¡Qué va! Si voy a pasar de escribir mi parte.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do —se explicó <strong>el</strong> <strong>César</strong>— iba a ser un libro que<br />

contuviera otros tres: ¿Qué es Matrix, La Odisea de Claro y La regia realidad<br />

real de F<strong>el</strong>ipe II, yo <strong>el</strong> rey. Por razones que ahora no hace falta enumerar,<br />

voy a pasar de la Tercera Parte que me tocaba escribir a mí y me he<br />

limitado a transcribir la Segunda; en cuanto don Quijote me entregue los<br />

mecanuscritos, haré lo mismo con la Primera.<br />

—Entiendo que ahorres la energía de todos y que pases de escribir<br />

más. Viendo lo voluminosa que es La Odisea de Claro, evitarás más<br />

despilfarro de Madre Tierra al no consumir <strong>el</strong>ectricidad, tinta ni pap<strong>el</strong>,<br />

ahorrarás la energía de los lectores que no se tendrán que esforzar y<br />

atesorarás la tuya propia para emplearla en La Reb<strong>el</strong>ión final; no<br />

aumentarás tu miopía y no abusarás de la postura de sentado tras una<br />

mesa que aparte de ser antiergonómica, es la posición que adopta la<br />

mayoría de los esclavos. Si van a tener al Porreño actual en vivo y en<br />

directo ¿para qué esforzarse en escribir?<br />

—Tiene lógica lo que dices —coincidió <strong>César</strong>—; pudiéndome<br />

preguntar lo que quieran de ese mamarracho empedernido ¿para qué<br />

contárs<strong>el</strong>o por escrito? Me alegra que coincidamos en esto también.<br />

¿Volvemos al test?<br />

—Con esto no necesitas dispersarte ¿verdad? —se percató <strong>el</strong><br />

escudero—. Podría pasarte con todas las materias igual.<br />

923


—Ad<strong>el</strong>ante Sancho —invitó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, no seas tan pejiguero que a<br />

ti te pasaría igual. Hay ingredientes de tu existencia que mantienes para<br />

otro círculo de intimidad o, como en este caso, para otro instante más<br />

«natural».<br />

—Volviendo al monástico cómic de 3l Esc0ri4l ¡Hay de los que no<br />

sean Beati pauperes spiritu y acudan atraídos por su satánica energía a<br />

hacer lo que sea allí! —vaticinó <strong>el</strong> escudero poniéndose un poco<br />

maníaco—; que no olviden que si les atrae 3l Esc0ri4l, por alguna obscura<br />

causalidad será. ¿Se llama así por la escoria que lo proyectaba?<br />

—¿Para qué haces esos comentarios Sancho —sermoneaba <strong>el</strong><br />

caballero Alcor—, para que te los censure después? Han pasado cuatro<br />

siglos y la gente ni sabe ni piensa ya en esto.<br />

—Sí —coincidía <strong>el</strong> escudero—, pero la génesis energética de tan<br />

siniestro lugar debe de haberse quedado incrustado desde sus cimientos<br />

hasta <strong>el</strong> tejado. ¿En que pensará entonces la gente?<br />

—¡Qué exagerado! —terminó <strong>el</strong> caballero pasando de la capciosa<br />

pregunta—. Muchas bodas paraestatales se han c<strong>el</strong>ebrado allí y no ha<br />

pasado nada.<br />

—¡Ya! ¿Por qué <strong>el</strong> arquitecto es flemático —dijo Sancho volviendo al<br />

tema después d<strong>el</strong> refrescante intermedio p<strong>el</strong>iculero y de unas cuantas<br />

menudencias más—: por ser psicópata integrado, letrado titulado y<br />

consentido niñato o por no ser vegetariano?<br />

—Si conoces la alimentación amucosa y destierras la dieta cetógena,<br />

desnaturalizarás las flemas pegajosas d<strong>el</strong> cuerpo y a los mocosos<br />

psicópatas de tu lado y de dentro. La sangre recorre <strong>el</strong> cuerpo en 26<br />

segundos y se renueva cada 113 días. En cuatro meses puedes ser otro.<br />

—Como percibirás, me voy a convertir en <strong>el</strong> Pío V d<strong>el</strong> siglo XXI y<br />

como él, he decidió acabar con las corridas de toros; <strong>el</strong> tal Pío firmó un<br />

decreto en noviembre de 1567 que piolaba una prohibición tan poco<br />

comercial como esa.<br />

—Todo <strong>el</strong> mundo la acató y sin ningún problema. No te voy a<br />

preguntar cómo lo vas a hacer no sea que me contestes ahora.<br />

Sancho se va d<strong>el</strong> tema y regresa a él sin que se sepa si está haciendo<br />

«La Reválida» después d<strong>el</strong> antiguo sexto de bachiller o la prueba final de<br />

la «ilegalizada» LOCE que o ni se llegó a imponer o si se aplicó, los que<br />

llegaron poco después la tiraron a la basura. Algunas preguntas de<br />

Sancho se refieren al cómic y otras… él sabrá a quién aludirá. No me voy<br />

a dispersar yo poniendo <strong>el</strong> Plan Bolonia a parir.<br />

924


—Me ha llamado la atención —continuó Sancho con <strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama—<br />

<strong>el</strong> tono maternal con <strong>el</strong> que <strong>el</strong> centurión despachaba a los funcionarios<br />

mentirosos de la legión (habla con florecillas). ¿Es una estrategia imperial<br />

o r<strong>el</strong>acionan «maternidad» con «políticamente correcto»? ¿Es así en<br />

realidad o es que todo es una porquería?<br />

—¡Así es en realidad!; se llama ironía en <strong>el</strong> mundo d<strong>el</strong> Lenguaje y en<br />

la realidad de Matrix se llama…<br />

—¡Ya!; pues ¡qué porquería! Si se lo dicen igual pero a la cara… Una<br />

de dos: o no se enteran o los civilizombis ¿se pueden mosquear? Qué va,<br />

reb<strong>el</strong>de caballero, ni por esas.<br />

»<strong>El</strong> líder de los esclavos comienza genial —continuaba Sancho con <strong>el</strong><br />

análisis—: reivindicaciones innegociables inmediatas por in tubo pero la<br />

pasta lo pone fatal. De ser un reb<strong>el</strong>de implacable de esa región de<br />

Numidia que llaman «No me da la gana» cuando les exigen a latigazos<br />

que se pongan a currar [Numidia la-Ghana en <strong>el</strong> original (¡Que ironía<br />

más sana!)], pasa a prohibir la entrada a toda persona ajena a la obra,<br />

incluidos los que le han liberado, bueno, intentado liberar de momento.<br />

Un claro ejemplo de reb<strong>el</strong>de que por cuatro patadas en <strong>el</strong> culo, se vende<br />

al capital. A mi señor le sucedió lo mismo con los desdichados galeotes.<br />

[Leer <strong>El</strong> ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha; Tercera Parte, Capítulo<br />

XXII (¡Qué casualidad!)]<br />

—Las tres frasecitas de los capataces no tienen ni <strong>el</strong> más mínimo<br />

desperdicio —insistió <strong>el</strong> escudero—. Estaba leyendo ahí cuando me<br />

interrumpiste y no sé si tienes algo que añadir.<br />

—¡Nada!, está muy claro.<br />

—¿Te sabes de memoria <strong>el</strong> capítulo?<br />

<strong>César</strong> asintió con la mirada.<br />

—En <strong>el</strong> cómic —seguía Sancho parlamentando—, hay dos Mesas de<br />

Negociación entre la Patronal y los legionarios que no están afiliados a<br />

ningún sindicato, porque ni <strong>el</strong> cinismo d<strong>el</strong> sr. Rubalcaba ha conseguido<br />

romper <strong>el</strong> anacrónico maleficio. Como lo sabes de memoria no te voy a<br />

insistir pero que recuerdes las dos viñetas de la Negociación, no es<br />

mucho de suponer; aunque no me preguntas <strong>el</strong> porqué, te lo voy a decir<br />

yo. Las dos viñetas estarían calcadas la una de la otra si no fuera por los<br />

«cortes de manga» de los legionarios y la mentirosa cara d<strong>el</strong> centurión en<br />

la primera, y <strong>el</strong> chabacano anzu<strong>el</strong>o d<strong>el</strong> mentiroso centurión y la cara<br />

interrogante de la Legión en la segunda; bueno, y los dos legajos que han<br />

quitado de encima de la mesa correspondientes a las dos conquistas<br />

925


sociales que han ganado los esclavos armados. Como la razón de tan<br />

«burda o curiosa» copia no debe de estar en que <strong>el</strong> sol haya sido<br />

suficiente como para secar los sesos al dibujante, diremos que son iguales<br />

por una razón de peso: ¡la casualidad!<br />

»Deja la primera aparte porque me voy a referir a la segunda. Por la<br />

mitad d<strong>el</strong> alma d<strong>el</strong> arquitecto (sus honorarios), <strong>el</strong> centurión de la Patronal<br />

se pone las pilas y transforma una negociación en una manipulación.<br />

Como este tipo de preguntas las respondes a veces por bulerías, voy a<br />

afirmar sin preguntar lo siguiente que a continuación escucharás.<br />

»Actualmente, los Sindicatos hacen lo mismo con los esclavos y con<br />

verborrea similar a la que utilizan los de la corbata, dicen lo misma pero<br />

sin <strong>el</strong>la. Los dirigentes sindicales saben que los currantes entienden así la<br />

solidaridad: esgrimiendo lo mismo que la Patronal pero diciéndos<strong>el</strong>o sin<br />

corbata. Así es como los Sindicatos consiguen llevarse <strong>el</strong> gato al agua<br />

manipulando los dirigentes a los esclavos y a sus mentes. Al menos, te<br />

agradará que en Astérix hayan cambiado la corneta por la lira.<br />

—Como no oigo a ninguna, me da exactamente igual —dijo <strong>el</strong><br />

caballero en menos tiempo d<strong>el</strong> que necesita una semicorchea para<br />

manipular la m<strong>el</strong>odía.<br />

—¿Ha sido siempre igual <strong>el</strong> que las tías presenten los concursos con<br />

wonderbrá? —se fijó lógicamente <strong>el</strong> escudero que más que los<br />

legionarios, le atraen <strong>el</strong>ectromagnéticamente las mujeres.<br />

—No tengo t<strong>el</strong>e desde hace más de cinco lustros pero seguro que<br />

sigue igual de cutre o más —supuso <strong>el</strong> caballero.<br />

—¡Ya! —exclamó <strong>el</strong> escudero—, cuanta más paridad es porque hay<br />

más escote y más estricote. ¿Para qué tanta igualdad si se deja tratar<br />

como una vulpe… que me diga vestal, simpática y sonriente vestal?<br />

Menos mal que no le da un cachete en <strong>el</strong> culo como hacen algunos<br />

presidentes ¡como poco! (Que se lo pregunten ¿a Bill Clinton o a Monica<br />

Lewinsky? ¡Al caballero Alcor no!).<br />

—Sigue con <strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama —alegó <strong>el</strong> <strong>César</strong>— que ya te he contestado.<br />

—¿Es normal esa cara de psicópata mentiroso —arremetía <strong>el</strong><br />

escudero de nuevo— que colocan al presentador de concursos de circo o<br />

informativos de t<strong>el</strong>evisión? (es lo mismo). Mira que <strong>el</strong> nombre que le han<br />

puesto: Matius Pratus.<br />

—Se refieren a Matías Prat —respondió <strong>el</strong> caballero por fin—, un<br />

títere d<strong>el</strong> feudalismo audiovisual.<br />

926


—¡Así que existe! —se alegró <strong>el</strong> escudero—. Pues vaya careto que le<br />

han puesto. ¡Menudos piños de charlatán, menuda napia de mentiroso,<br />

menudas cejas de presidente, menuda sonrisa de psicópata, menudo<br />

demócrata extorsionador, menudo embaucador de civilizombis, menudo<br />

cabrón! ¿No se ha quer<strong>el</strong>lado <strong>el</strong> susodicho?<br />

—Sigue con <strong>el</strong> t<strong>el</strong>egrama —dijo <strong>el</strong> caballero— que bastante tengo<br />

con lo que tengo.<br />

—¿Por qué <strong>el</strong> cómic de Astérix termina tan bien y la vida cada vez<br />

está más chunga? —revolvió Sancho.<br />

—Por causalidad —dijo con firmeza <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

—¡Ya!, sucede igual que en las p<strong>el</strong>ículas: que después de vomitar lo<br />

chungo que está todo, la parejita protagonista se da un beso con una<br />

música «romántica» y una puesta de sol con palmeras de fondo, y los<br />

civilizombis salen d<strong>el</strong> cine hasta con buen rollo. ¿Por qué los creadores<br />

de Astérix opinan de la música lo mismo que tú?<br />

—Por casualidad —respondió impasible <strong>el</strong> caballero.<br />

—Yo sé por qué han «introducido» al bardo en la residencia<br />

—presentó Sancho cambiando <strong>el</strong> formato intentando más respuesta d<strong>el</strong><br />

<strong>César</strong>.<br />

—¿Por qué lo sabes? —indagó <strong>el</strong> caballero por deformación<br />

profesional.<br />

—Porque lo dice don Quijote cuando se hizo llamar Hamlet después<br />

de colapsar a F<strong>el</strong>ipe II.<br />

—Explícate.<br />

—En <strong>el</strong> soneto final de La Ratonera, aparecéis vos con <strong>el</strong> nombre de<br />

Damón, <strong>el</strong> maestro de música de Sócrates y de Pericles. Algunos afirman<br />

que además fue <strong>el</strong> maestro de Pericles en cuestiones de política que<br />

transformarían <strong>el</strong> destino de Atenas. En La República, Platón afirma que<br />

Damón dijo que en un <strong>Estado</strong>, <strong>el</strong> menor cambio en la música traía consigo<br />

transformaciones de trascendencia en <strong>el</strong> orden político. Infiltrar al bardo en la<br />

ratonera de los dioses trae consigo <strong>el</strong> colapso de la residencia y de la<br />

estrategia Imperial. Los bardos sois geniales hackeando la Señal de<br />

Matrix. [Escuchar al Silencio, ver <strong>El</strong> gran Silencio.]<br />

—Ya sabes que no me gustan los agasajos —observó <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor—. Te van a pagar lo mismo.<br />

—¿<strong>El</strong> regalo d<strong>el</strong> <strong>César</strong> se refiere a la «Honesta missio» o a <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l<br />

Est4do?<br />

927


—Depende d<strong>el</strong> <strong>César</strong> al que te estés refiriendo —respondió <strong>el</strong><br />

<strong>César</strong>—. Ambos son «regalitos», unas para los esclavos galeotes y <strong>el</strong> otro<br />

para los «simpáticos» esclavistas. (¿Qué palabra sustituiría a «simpáticos»<br />

en un argot menos fisno, psicópatas?).<br />

—Cuando gritan a bombo y platillo —dijo Sancho <strong>el</strong>evando <strong>el</strong><br />

volumen de la voz— que ¡Los esclavos se han reb<strong>el</strong>ado, es una guerra<br />

servil! ¿Es para incitar a los civilizombis a La Reb<strong>el</strong>ión o para reírse de<br />

<strong>el</strong>los porque saben que ni por esas van a reaccionar?<br />

—La respuesta es ya historia y no haría falta ni responderla; han<br />

pasado 40 años y no ha sucedido nada digno de mención; cada vez<br />

estamos más esclavizados al Sistema, hipotecados a los bancos,<br />

endeudados hasta las cejas, fritos a impuestos, rodeados de intoxicación<br />

y ahogados en la corrupción. Si fuera por la segunda opción, que cada<br />

uno saque su conclusión. [Ver Revolutionary Road, American Graffity; «veer»<br />

Obélix & Co, La cizaña.]<br />

—Cuando <strong>el</strong> arquitecto se encuentra con los reb<strong>el</strong>des en la praderita<br />

de césped de la bonita mansión —se enrollaba Sancho quizá un poco<br />

distraído—, me recuerda a la presidenta que ayer me quiso detener por<br />

no poder <strong>el</strong>la detener a su ego. ¿Por qué no reaccionaron los ciudadanos<br />

de Alcalá igual que los reb<strong>el</strong>des galos?<br />

—Lo sabes de sobra —amplió <strong>el</strong> caballero su contestación—:<br />

porque don Quijote estaba presente y un Caballero Reb<strong>el</strong>de de la Orden<br />

de la Paz nunca coincidiría con ese tipo de reacción. Deja las hordas para<br />

los cómics porque cuando son en realidad, la sangre es real. En Matrix<br />

exigimos ¡Reb<strong>el</strong>ión! pero también exigimos que sea en paz. En la<br />

Historia de Civilización existen unos ciclos obstinados que se repiten<br />

hasta <strong>el</strong> aburrimiento. Ha comenzado <strong>el</strong> periodo d<strong>el</strong> caos y la Caballería<br />

Andante resurge para suavizarlo; sucedió en la decadencia de la Pax<br />

Hispana e igualmente sucede en la corrupción de la Pax Americana. <strong>El</strong><br />

Sistema está muy interesado en repetir los esquemas; los conocen y<br />

saben cómo pastorear a los unos y cómo desintegrar <strong>el</strong> obsoleto. Con<br />

esta, serán seis las ocasiones que la han destruido y se han vu<strong>el</strong>to<br />

extremadamente eficientes en esa tarea.<br />

—Ya sabes que me sabré un refrán para esto —salió <strong>el</strong> Sancho<br />

doctor—: «A río revu<strong>el</strong>to, ganancias para <strong>el</strong> arquitecto».<br />

—Sigue con <strong>el</strong> test que me está gustando.<br />

—Me he fijado —siguió Sancho encantado— cuando los esclavos<br />

legionarios negocian por primera vez con la Patronal llamada en este<br />

928


caso «Centurión», un nombre que se podría extrapolar adecuadamente a<br />

cualquier otra situación tempolaboral. Si desde la más tierna infancia de<br />

nuestros queridos civilizombis saben la cara y <strong>el</strong> body que se le pone al<br />

«Centurión» de la Patronal cuando los currantes negocian con coraje y<br />

decisión ¿por qué son tan amanerados?<br />

—Porque deben de pensar que exigir a la Patronal que les trate con<br />

un mínimo de dignidad debe de ser cosa de cómics. Ahora, <strong>el</strong> Gobierno<br />

y la Patronal los tienen acojonados con <strong>el</strong> terrorismo d<strong>el</strong> paro.<br />

—Yo ya lo sabía pero dís<strong>el</strong>o a los validos d<strong>el</strong> rey porque ésos no<br />

tienen ni repajolera idea.<br />

Sancho se sentía más tranquilo porque considera que <strong>el</strong> diálogo va<br />

bien. <strong>El</strong> caballero Alcor está un poco resumido pero Sancho ya no se<br />

toma nada de manera personal y ha pensado que <strong>el</strong> formato conciso<br />

también es una manera efímera de hablar. No hay que enrollarse tanto<br />

porque termina aburriéndose hasta <strong>el</strong> tato. <strong>El</strong> narrador también está<br />

aprendiendo la lección así que…<br />

—Enigmáticamente —continuó Sancho más emocionado y r<strong>el</strong>ajado<br />

a la vez—, Astérix pregunta al druida casi al final si cree<br />

verdaderamente que podrán siempre detener <strong>el</strong> curso de las cosas<br />

como acababan de hacerlo. Perdón, lo enigmático viene con la<br />

respuesta d<strong>el</strong> druida: Pero aún tenemos tiempo. ¡Tanto tiempo! ¿Se<br />

refieren desde la época d<strong>el</strong> <strong>César</strong> o desde que tú naciste? No es lo mismo<br />

que lo diga <strong>el</strong> druida en <strong>el</strong> cómic, habrían pasado dos mil años, a que lo<br />

digan los creadores d<strong>el</strong> cómic más o menos cuando «naciste» y se aplastó<br />

la «última revolución posible».<br />

—¡¿Tanto tiempo?! —preguntó admirativamente <strong>el</strong> caballero—. Se<br />

acabó. Es <strong>el</strong> instante de reaccionar. Ni dos mil años ni frisando con los<br />

cincuenta. ¡¡Reb<strong>el</strong>ión ya!!<br />

—Eugenia da más caña a las diosas —comparó <strong>el</strong> escudero—: dice<br />

que tienen la int<strong>el</strong>igencia de un mosquito y que son unas psicópatas.<br />

Tú no me dejas expresarme así. ¡Eres un dictador!<br />

—Cesar Imperator, Dictator Perpetuus, Consul, Pontifex Maximus y<br />

Praefectus Moribus; sin lagunas epistemológicas Sancho —recordó <strong>el</strong><br />

<strong>César</strong>—. Otra cuestión.<br />

—¡Ya!, porque las diosas son materia reservada a caballeros<br />

—murmuró Sancho protestando sin enterarse ni papa de lo que había<br />

escuchado—. ¡Cómo mola tu «ap<strong>el</strong>lido»! ¿nooo? Te queda muy fardón.<br />

¡Déjame entonces a mí a las presidentas y a los vicecargos, so buitre!<br />

929


[Sancho no está lo suficientemente actualizado, ahora es nada menos que<br />

ministro.]<br />

»Palabras como gobermangante, civilizombi o virurrego vienen de<br />

la Época de Eugenia y son d<strong>el</strong> futuro. ¿Cómo es posible que <strong>el</strong> futuro sea<br />

pasado y las hayamos utilizado ya? ¿Cómo las puedo conocer si todavía<br />

no se han inventado?<br />

—Son geniales —aclaró.<br />

—¿Por qué las conoce don Quijote si no conoce La Odisea de Claro?<br />

—insistió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Aparte de ser un alquimista, él sabe todo lo que sé yo.<br />

—Por cierto, me ha gustado mucho McIrus.<br />

—No te enrolles.<br />

—Igual que <strong>el</strong> Quijote se engendró en la cárc<strong>el</strong> ¿pasó lo mismo con<br />

<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do? —b<strong>el</strong>laqueó Sancho.<br />

—Probablemente —respondió monoadjetivadverbialmente <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Está claro que en Las aventuras de Astérix yo soy Obélix<br />

—alucinaba Sancho después de ir mejorando—. ¿Quién eres tú, <strong>el</strong><br />

druida, Astérix, <strong>el</strong> bardo o los tres?<br />

—¡Vete a la mierda Sancho! —respondió sin inmutarse.<br />

La cagó. ¡Menudo partido de tenis! Ha habido más puntos para <strong>el</strong><br />

break que para la ventaja. ¿Se habrá mosqueado <strong>César</strong> con Sancho por<br />

hablar como habla de quien sea la presidencia o tendrá prisa? ¡No!, esto<br />

último seguro que no puede ser porque cuando no existe <strong>el</strong> tiempo, no<br />

hay prisa aunque se haga tarde demasiado deprisa.<br />

<strong>El</strong> escudero no sabe por dónde tirar porque <strong>el</strong> resto está a la que<br />

salta; pero Sancho no tira la toalla. Se le ha ocurrido a su fugacidad<br />

mental arremeterle por lo personal pero <strong>el</strong> ingenio cariñoso de Sancho va<br />

a saber desmontar al ego y además, va a demostrar que ha aprendido de<br />

la experiencia anterior para no dejar al <strong>César</strong> más desnudo todavía<br />

contando a todos, pero sobre todo a las diosas, cosas de su vida. Esto<br />

último tendrá que reconfirmarlo cada uno.<br />

—Es impresionante cómo nos tratan los gabachos —se emocionó<br />

Sancho cambiando de tema, de formato y de predisposición para salir d<strong>el</strong><br />

rincón—. De todos los esclavos, los más reb<strong>el</strong>des… ¡los hispanos!<br />

¡Oleeeé!<br />

Sancho no sabe si <strong>el</strong> silencio d<strong>el</strong> <strong>César</strong> es porque está borde o porque<br />

quiere escuchar. Ante la duda, siguió con su emoción.<br />

930


—¡Qué plante, qué andares, qué chalequillos y qué comentarios!<br />

—vitoreó Sancho haciendo un gesto amplio y lento como si de un pase<br />

de fran<strong>el</strong>a se tratara—. Aparecemos por todos los lados, Eugenia ha<br />

hecho un cálculo y creo que tiene razón —dijo haciendo que se quitaba<br />

la boina ofreciéndos<strong>el</strong>a a un tendido mental—. Los creadores no han<br />

tenido cojones —dijo haciendo un gesto «también»— de poner al ibero<br />

que tira de la cuerda realizando un corte de mangas al arquitecto<br />

sacándole <strong>el</strong> dedo de en medio. Nada de puntos suspensivos después de<br />

«¡No nos pagan por hacerlo, pero, de todas maneras…!» De todas<br />

maneras… ¡Zas! Y plantan <strong>el</strong> dibujo con <strong>el</strong> gesto. Parece que nos tienen<br />

en consideración pero deben de ser políticamente correctos.<br />

—Es cierto lo que dices y sólo habría que saber por qué los franceses<br />

de Mayo d<strong>el</strong> 68 se expresaban así —reflexionó <strong>el</strong> caballero animado por<br />

los reb<strong>el</strong>des. (¡Qué listo es Sancho!)—. Desde luego, no es por casualidad<br />

porque insisten mucho (Ver además Astérix en Hispania; en La Odisea de<br />

Claro Parte II, capítulo XXVII).<br />

—Es que es así —añadió Sancho al enardecimiento ¡Ole!—. Donde<br />

estemos los hispanos reb<strong>el</strong>ándonos, que se quiten <strong>el</strong> resto de los<br />

esclavos. Ni Espartaco de Tracia ni Reinaldos de Montalbán: ¡Hispano<br />

de España! [Ver Gladiator de Emerita Augusta (Mérida); (por cierto ¡otra<br />

casualidad! ¿Cuántas van?).] Para ser imparcial, he de reconocer de<br />

nuestros compañeros reb<strong>el</strong>des galos que las legiones romanas sienten<br />

pánico por <strong>el</strong>los.<br />

Como tantas preguntas que Sancho se hace, también <strong>el</strong> narrador sabe<br />

que <strong>el</strong> que puede responder a «algunas» cuestiones (si quiere) es <strong>el</strong><br />

caballero Alcor de Castilla. Como ahora no está en esta Dimensión, se la<br />

voy a dejar planteada para que Sancho deje de alucinar y él la responda<br />

[si quiere]. ¿Dónde están esos iberos y esos hispanos reb<strong>el</strong>des de antaño<br />

con testosterona por todos los lados, los habrán exterminado como a los<br />

galos? Que no sea un corte de rollo aunque… ¡Cada uno sabrá!<br />

Parecía que Sancho inflexionaba <strong>el</strong> diálogo pero Úbeda o Baeza lo<br />

van a traicionar.<br />

—Jesús de Nazaret, Espartaco de Tracia, Quijote de la Mancha,<br />

Alcor de Castilla, Reinaldos de Montalbán, Claro de no te acuerdas<br />

dónde… —presentaba Sancho sin que sepamos si empezaba a<br />

desparramar—. ¿No es mucha casualidad?<br />

931


—¡No jodas Sancho! —contestó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. ¡Menudos rollos te<br />

montas! También están Loyola de Palacio, Gil de Viezma, Fernández de<br />

la Vega, Dolores de Cospedal.<br />

—Pero no son «de» reb<strong>el</strong>des sino «de» zombis —enfatizó Sancho—.<br />

No cu<strong>el</strong>a.<br />

—Habrá sido por casualidad —sentenció <strong>el</strong> caballero refiriéndose al<br />

«de» que expresa <strong>el</strong> lugar de origen—; además, evaluaré si eres tan<br />

descarado que te tenga que censurar o si dejo tus comentarios como<br />

están. No transijo con que se metan con las mujeres.<br />

—¿Y yo qué sabía que todas eran mujeres si pensaba que sólo lo era<br />

la mitad, por lo de la demogágica paridad (democrática/demagógica)?<br />

Aparte de todos los oficios que tienes, ¿también hay que añadir junto al<br />

de falsificador de partidas de bautismo, <strong>el</strong> de censurador d<strong>el</strong> escudero<br />

Sancho? Además, <strong>el</strong> que se ha sacado los cuatro nombres de la chistera<br />

has sido tú y no me estaba metiendo con <strong>el</strong>las, solo decía que no cu<strong>el</strong>a la<br />

explicación.<br />

»Por decir sólo cuatro también, que no causarían ningún problema y<br />

sí un poco más de erudición en la ex Channing de Cultura, están Amadís<br />

de Gaula, Brian de Monjaste, Sergas de Esplandián o <strong>el</strong> hijo de Lisuarte<br />

de Grecia, <strong>el</strong> otro Amadís.<br />

—Pues ya que eres tan listo listo, no dimensiones y da la cara. Como<br />

citas a los Amadises que son cuatro, entresaca <strong>el</strong> gazapo que has colado y<br />

presenta al que has abandonado.<br />

—¡Amadís de Astra! —anunció Sancho al caballero que faltaba.<br />

—Brian de Mojaste era otro hijo de «de»: <strong>el</strong> rey Ladasán de España<br />

—esclareció <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Eso no tiene mérito —protestó Sancho—; no era una prueba para<br />

ti sino para <strong>el</strong> resto.<br />

—¿Estás examinando? —preguntó <strong>César</strong> asombrado.<br />

—¡No!, estoy imitando a los creadores de Astérix.<br />

—¿Qué dices Sancho? —preguntó <strong>el</strong> caballero sin entender nada de<br />

lo que decía <strong>el</strong> escudero.<br />

—Que no te anticipes tanto y que dejes que los acontecimientos<br />

sucedan por su cauce natural —dijo Sancho con cierto retintín para<br />

igualar su disgusto al que estimaba que tenía <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. ¿No decís eso<br />

los Caballeros Andantes? Ya sabrás por qué de vez en cuando, se comete<br />

un desliz en <strong>el</strong> ilustrado discurso. Por estos «pequeños detalles»,<br />

932


sabremos si los sapiens lectores están atendiendo o están mirando a la<br />

mujer/(príncipe) de rojo (azul).<br />

—Si quieres ponemos otros cuatro —siguió <strong>César</strong> con <strong>el</strong> juego—:<br />

Juan de Amezqueta, Aparicio de Zubia, Vicente de la Rosa o Blanco de<br />

Paz.<br />

—Me acabas de demoler como a las Torres Trim<strong>el</strong>as más <strong>el</strong><br />

Pentágono —reconoció <strong>el</strong> escudero «colapsado» como los cuatro<br />

edificios que no cinco—. Pensaba además que citarías al Nachito «de»<br />

Loyola aunque de Azpeitia fuera.<br />

—De ese capullo, lo mejor es ni hablar.<br />

Como va a ser difícil meterlo en otro lado, este narrador no se va a<br />

quedar con las ganas de «jugar» al escondite como Sancho o ¿como<br />

Goscinny? ¿Cuál de estas cuatro es la infiltrada? Dulcinea d<strong>el</strong> Toboso,<br />

Urganda la de Esconocida, Isab<strong>el</strong> de Valois o <strong>El</strong> Ama de Pax Hispánica.<br />

Sólo por dejarlo en paridad, no sea que se mosqueen algunos<br />

congresistas, y ya no me enrollo más ¿A cuál de estos habría que<br />

«jubilar»? Palmerín de Ingalaterra, Olivante de Laura, Brandabarbarán de<br />

Boliche o Tablante de Ricamonte.<br />

La Caballería surge como protesta a las limitaciones matrimoniales de<br />

la baja nobleza. Todo es un asunto político, de orden, que afecta a la<br />

r<strong>el</strong>ación de los Caballeros con <strong>el</strong> otro sexo, inquietud que se convierte en<br />

pesada carga difícil de soportar en <strong>el</strong> caso de que los valores de la<br />

Caballería no volvieran a verificar todos los cismas de la sociedad. Sólo<br />

en <strong>el</strong> interior de la Caballería se podría hallar una forma de vida para la<br />

aristocracia y para las sofisticadas clases sociales nacidas de la actividad<br />

comercial.<br />

Sir Thomas Malory, <strong>el</strong> nov<strong>el</strong>ista inglés d<strong>el</strong> siglo XV que más ha<br />

influido en la visión posterior de la leyenda d<strong>el</strong> rey bretón con su Muerte<br />

d<strong>el</strong> rey Arturo, pasó gran parte de su vida en la cárc<strong>el</strong> por reb<strong>el</strong>arse contra<br />

<strong>el</strong> sistema. Desde una prisión escribe que «la grandeza de la existencia<br />

masculina se liga últimamente con <strong>el</strong> ideal caballeresco»; hay épocas que<br />

tienen esto. ¡Qué tiempos los de la Dama d<strong>el</strong> Lago, <strong>el</strong> druida Merlín, la<br />

isla de Avalón, la Mesa Redonda, la Tierra d<strong>el</strong> Misterio donde los <strong>el</strong>fos<br />

forjan a Excalibur, <strong>el</strong> hada Morgana d<strong>el</strong> rey Arturo hermana, y <strong>el</strong><br />

malvado Vortiger!<br />

Lo que tienen en común aqu<strong>el</strong>los caballeros que sean legendarios<br />

oriundos de Albión con estos inmortales que son cast<strong>el</strong>lanos oriundos de<br />

Iberia, es que todos son Reb<strong>el</strong>des de condición menos <strong>el</strong> gazapo que se<br />

933


ha metido a capón. Unos escribiendo póstumas biografías y otros<br />

hackeando al sistema con espadas, pociones, hechizos o espiritualidad, la<br />

realidad real es que ninguno aguanta a Matrix ni por casualidad. Quizá<br />

sea por chovinismo aunque yo siento que es por cariño pero por si es<br />

sólo por profesionalidad, volvamos al mortal que parece que a Sancho lo<br />

va a aclarar.<br />

—Descansa un rato y deja tranquilo al reb<strong>el</strong>de de Nazaret y a todos<br />

los que en <strong>el</strong> ap<strong>el</strong>lido llevamos «de» —sugirió <strong>el</strong> caballero después de<br />

pensar un rato que Sancho estaba flipando—. En tu Multiverso habitual,<br />

aplastado y blanco, debes de vivir como entre nubes de algodón pero ¡no<br />

veas <strong>el</strong> talento de los sapiens actuales que en general se están citando!; no<br />

sé si tienen suficiente sentido d<strong>el</strong> «humor» porque la corrupción lo<br />

convierte en «tumor».<br />

—Compruébalo —desafió Sancho—. ¡Escóndete en uno de tus<br />

personajes!<br />

—He decidido salir de mi exilio y ahora no hay escapatoria que<br />

valga. Las diosas van a t<strong>el</strong>emonitorizarme para saber hasta la parte d<strong>el</strong><br />

cerebro que me está funcionando y lo que puedo estar pensando;<br />

considero que voy a estar suficientemente vigilado como para pensar en<br />

jugar al escondite. Una vez que se difunda <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, no habrá<br />

vu<strong>el</strong>ta atrás, como siempre; es <strong>el</strong> curso de la vida que continuamente va<br />

para ad<strong>el</strong>ante junto a <strong>el</strong> Eterno Retorno que te permite reconocer sus<br />

ciclos.<br />

»Malos tiempos para <strong>el</strong> escondite o <strong>el</strong> camuflaje cuando te enchufan<br />

a un satélite las 24 horas. «¿A dónde huir? No he hecho ningún daño.<br />

Pero recuerdo ahora que estoy en este mundo terreno, donde hacer mal<br />

es frecuentemente laudable, y hacer bien es algunas veces, locura<br />

p<strong>el</strong>igrosa».<br />

—Ya que citas a lady Macduff —afinó <strong>el</strong> erudito escudero—,<br />

recordaré al jefe de su marido: «Mas desde este instante no hay nada<br />

serio en <strong>el</strong> destino humano; todo es juguete; gloria y renombre han<br />

muerto. ¡<strong>El</strong> vino de la vida se ha esparcido y en la bodega sólo quedan las<br />

heces!...»<br />

—Ahora no se trata de vacilar al cardenal Espinosa o de colapsar a<br />

F<strong>el</strong>ipe II —rememoró <strong>el</strong> caballero Alcor—; <strong>el</strong> duque de Alba (Duque de<br />

la Sangre) ha dejado una representante que no tiene ni sus Tercios ni su<br />

«Sangre» y si la Juana de Austria actual es la esperanza de la huerta, la<br />

Reb<strong>el</strong>ión ha triunfado sin necesidad de camuflajes.<br />

934


»Todo <strong>el</strong> mundo sabe a qué me dedico Sancho desde por lo menos,<br />

hace 400 años; hackear la Señal de Matrix es mi interés principal.<br />

¿Cómo quieres que me esconda si estás poniendo hasta a mis comodines<br />

boca arriba?<br />

—No creo que los ciudadanos lo tengan tan claro como piensas<br />

—objetó <strong>el</strong> escudero— porque no saben lo que es un reb<strong>el</strong>de radical; no<br />

hay más programas como tú. Pero hasta yo podría decirte algunos de<br />

tus disfraces: músico, transcriptor, aljamiado, Salvaje, constructor,<br />

falsificador, andalusí, censurador, malamati, hort<strong>el</strong>ano, adalid, náhuatl,<br />

albañil, imperator maximus, taxista, caballero… ¡hasta arquitecto! (¡Qué<br />

mosqueo!) ¿Quién cojones eres?<br />

—Más bien sería qué cojones soy porque quién soy está claro —se<br />

presentó <strong>César</strong>—: <strong>el</strong> caballero Alcor de Castilla al-Andalusí o si se quiere,<br />

<strong>el</strong> sujeto pasivo nº 395.503-F, otro disfraz que habías olvidado citar. En<br />

cambio, hay algunos que has dicho que no estoy de acuerdo.<br />

—¿Por qué eres al-Andalusí?<br />

—Porque lo he recibido en herencia y estoy orgulloso de <strong>el</strong>la.<br />

—¿Mucha casualidad, no? Dada tu antigüedad, deberías de ser un<br />

Farfán.<br />

—¿Me estás llamando viejo?<br />

—Total ¿qué mas da unos siglos más o menos?<br />

—Joder Sancho, mis antepasados son d<strong>el</strong> siglo pasado pero llevarlos<br />

al VIII en <strong>el</strong> que ciertas familias españolas vivieron en Marruecos<br />

conservando la fe cristiana, es pasarse un p<strong>el</strong>o.<br />

—Poco después apareció <strong>el</strong> Cid y no puedes negar que tendrás<br />

antepasados en <strong>el</strong> siglo VIII.<br />

—Ni tú asegurar que sea farfán.<br />

—Como la presidenta de la esperanza y de los Gil —amenazó <strong>el</strong><br />

escudero volviendo a los disfraces—, se entere de que entre otras<br />

«dedicaciones» has falsificado una partida de bautismo, te va a mandar al<br />

purgatorio.<br />

—¿Por qué? —dijo <strong>el</strong> sujeto pasivo.<br />

—Porque si por decir un taco a mí me mandó al confesionario,<br />

por falsificar una partida de bautismo te va a poner a parir. ¡Ya lo verás!<br />

Es una aprendiz de bruja que no llega ni a la altura d<strong>el</strong> calcetín de <strong>El</strong> ama<br />

Juana. ¿Mira que aparecer en una rueda de prensa con esa guisa tan<br />

decrépita después de haber rodado una p<strong>el</strong>ícula de extra? ¡Qué<br />

desvergüenza!<br />

935


—Lo mismo no lo sabía Sancho —justificó <strong>el</strong> <strong>César</strong>— pero lo que sí<br />

sabía todo <strong>el</strong> mundo, es que para falsificaciones chungas… Bach hizo<br />

otra mucho más grave, la hizo después que yo (por lo de la prescripción),<br />

todo <strong>el</strong> mundo lo sabe y todo <strong>el</strong> mundo se calla.<br />

—Pero hay una «pequeña» diferencia —apuntó <strong>el</strong> escudero—:<br />

mientras que todos los civilizombis se entretienen como locos con las<br />

consecuencias de la falsificación de Bach, con lo que tú vas a contar…<br />

Eso es diferente. (Jé, je; por fin).<br />

Porque no hay Polifonía, <strong>el</strong> silencio es la armonía real en la que se<br />

está desarrollando este diálogo. Como <strong>el</strong> encargado de hablar de la<br />

música ha dicho todo lo que quería decir, este humilde narrador va a<br />

hacer lo que mejor sabe hacer: estar callado.<br />

—Quizá, lo único que necesitas es <strong>el</strong> despertador adecuado<br />

—proponía Sancho—. Don Quijote utilizó un despertador didáctico<br />

para que me despertara en la realidad de Matrix y los gabachos utilizan<br />

un pedagógico gallo para despertar a los reb<strong>el</strong>des galos en la<br />

metarrealidad de Matrix también. ¡Que chovinistas son! Compruebo que<br />

esto se trata de que la gente se despierte ¡de una puta vez! y constato que<br />

<strong>el</strong> gallo también aprende como todos: a base de martillazos.<br />

—Creo que a eso lo llaman «Pedagogía Activa» —dudó <strong>César</strong>— y no<br />

recuerdo si alude a lo troncal o a lo ramal, a lo vertical o a lo «atravesal»<br />

de la educación.<br />

—¿Qué aprendéis en <strong>el</strong> colegio?<br />

—A estarnos quietos; y resulta tan difícil que necesitamos años para<br />

aprenderlo.<br />

—Pues qué efectivos son los métodos de instrucción porque os<br />

dejan paralizados y cegatos de por vida.<br />

Tragaron saliva los dos y como al caballero Alcor se le atragantó,<br />

siguió Sancho.<br />

—<strong>El</strong> pedagogo no es un fabricador de embutidos int<strong>el</strong>ectuales<br />

—comunicó <strong>el</strong> escudero y <strong>el</strong> caballero recuperado añadió—:<br />

—Si existe <strong>el</strong> tormento ¿para qué atormentarse?<br />

—Si existe la educación ¿para qué educarse?<br />

—¿Hay que educarse para que exista la educación?<br />

¿—? Llamamos «Educación» al tejemaneje socialmente aceptado de<br />

acondicionar la mente. Si un hombre actúa como un niño, es encantador<br />

y d<strong>el</strong>eita a todos; si un niño actúa d<strong>el</strong> mismo modo, se porta como un<br />

crío y todos le dicen que trate de ser como un hombre. [¿Quién habrá<br />

936


dicho esto, <strong>el</strong> caballero Alcor o <strong>el</strong> narrador? ¡Menudo descontrol de<br />

mecanuscrito! Parece escrito en karshuni (idioma árabe en caracteres<br />

siríacos)].<br />

—Seguro que la escolarización es una moda que la tradición judeocristiana<br />

ha impuesto a los civilizombis para manejarlos mejor<br />

—especuló <strong>el</strong> escudero.<br />

—Los aztecas d<strong>el</strong> Méjico prehispano —informó <strong>el</strong> caballero Alcor—<br />

construían los t<strong>el</strong>pochcalli, un local en <strong>el</strong> que reunían a los niños para<br />

instruirlos acerca de los dioses y para recibir instrucción militar y cultural.<br />

—Va a parecer que la plaga universitaria es una pandemia general —<br />

se corrigió <strong>el</strong> escudero—. ¿Qué vas a hacer con tantos doctores que<br />

salen como chorizos de las facultades pero con la refinada etiqueta de<br />

licenciados precedentes?<br />

—La escolarización es una estrategia imperial más antigua que la tos<br />

—aclaró <strong>el</strong> caballero sin responder a una pregunta tan curiosa ni corregir<br />

a Sancho que habrá querido decir prec<strong>el</strong>entes en vez de precedentes—;<br />

cuando más listos somos, más idiotas estamos.<br />

—Ya sé que por eso, la ciencia nos llama sapiens sapiens —se aclaró<br />

<strong>el</strong> escudero—: porque somos listos listos, o sea, listísimos, o sea, idiotas<br />

a más no poder; o sea, que estamos gilipollas perdidos.<br />

—¡Sancho, tú sabrás cómo estás y habla con más respeto de los<br />

sapiens!<br />

—¡Qué m<strong>el</strong>indrosos sois los caballeros!, a la mínima de cambio se os<br />

toca un poco las p<strong>el</strong>otas y saltáis en un attosegundo por tarantas o por<br />

deblas con suma facilidad. Defendéis a los civilizombis con demasiado<br />

primor.<br />

—Es que te pasas un mogollón y <strong>el</strong> que después va a dar la cara voy<br />

a ser yo.<br />

Debido a la v<strong>el</strong>ocidad d<strong>el</strong> diálogo entre los dos colegas atemporales,<br />

<strong>el</strong> narrador va a considerar imprescindible su intervención para rebajar la<br />

turbo inyección. Ahora mismo no recuerdo dónde ni cuándo están y no<br />

me voy a poner a investigar porque para lo que voy a decir… ¡qué más<br />

da! Pasando como se va a pasar de las consideraciones medioambientales<br />

ni otros sabrosos r<strong>el</strong>lenos literarios, al menos voy a explicar lo que es un<br />

attosegundo por si alguien hubiera extraviado su recuerdo.<br />

Un attosegundo es <strong>el</strong> tiempo que tarda un <strong>el</strong>ectrón en viajar de un<br />

átomo a otro. <strong>El</strong> attosegundo es a un segundo lo que un segundo es a la<br />

edad actual d<strong>el</strong> universo. ¿Cómo filosofará tanto la ciencia de esta<br />

937


duración tan subjetiva como imaginaria? ¿Quién puede cronometrar o<br />

incluso imaginar ese instante? Seguro que después de concebir un<br />

attosegundo, se sienten más lentos que <strong>el</strong> copón.<br />

—Ya sé señor caballero que los sapiens no tienen sentido d<strong>el</strong> humor<br />

para entender mis ironías ni una autocrítica objetiva como para pensar <strong>el</strong><br />

sentido que tenga la escolarización; desconozco <strong>el</strong> estado de su sentido<br />

común pero imagino que debe de estar bajo mínimos si tantos mosqueos<br />

te causan mis comentarios. Si no se han enterado de que nos estamos<br />

extinguiendo ¿para qué vale todo lo que saben? No son capaces de<br />

reconocer nada, ni lo más evidente de entre sus experiencias, y la<br />

escolafanatización de sus mentes es sólo un ejemplo. Son los más sapiens<br />

d<strong>el</strong> planeta pero hemos sido los <strong>el</strong>egidos para extinguirnos por Lo que<br />

nos haya puesto aquí. ¿No es esto una gran contradicción?<br />

—Esto es la gran perversión divina a la que hay que poner un punto<br />

de inflexión urgentemente.<br />

—¡Y tanto! Si los embuten en la escu<strong>el</strong>a a los 0 años, es urgente que<br />

hagas algo para solucionar esa perversión tan antinatural.<br />

—¿Qué culpa tienen los niños de ser tan lindos? Hacen caso a sus<br />

padres y acuden con más o menos desgana a la escu<strong>el</strong>a —e incluso<br />

algunos con ilusión—, para ser ciudadanos de pro contagiados por la<br />

varic<strong>el</strong>a y por los contenidos detextables. [Ver South Park, Rugrats en París,<br />

Digimon.]<br />

—Podría entender que hablas de los erómenos pero en cristiano.<br />

—Sancho: la escu<strong>el</strong>a jode muchísimo directa y colateralmente, es<br />

algo con lo que además cargarás toda la vida. Pero aunque haya casos de<br />

pederastia hasta en las catequesis más cristianas, todavía no se ha vu<strong>el</strong>to a<br />

las andadas griegas. Ahora hay mal trato pueril, moobing escolar,<br />

pornografía infantil, profesores metemanos, fracaso escolar, cateados sin<br />

fronteras, reválidas que no valen para nada, acosadores psicópatas…<br />

—¡Con calma <strong>César</strong>! —interrumpió Sancho pasándose la otra parte<br />

de la palma de la mano por la frente para secarse <strong>el</strong> sudor—. No me<br />

agobies con la actualidad. Ya sé que los videos que cu<strong>el</strong>gan en Internet<br />

con la grabación de cru<strong>el</strong>dades, sólo la más habituales, son una moda<br />

democráticamente aceptada. Disculpa que te haya frenado con las<br />

perversiones actuales pero es que estabas embalado. ¿No sería mejor que<br />

volviéramos a los erastés? Quizá nos ahorraríamos todo eso que me<br />

estabas contando.<br />

938


—¿Quieres añadir algo más? —preguntó <strong>el</strong> <strong>César</strong> con<br />

desaprobación.<br />

—No te mosquees tanto que te estoy contando la historia de Matrix<br />

durante la decadencia de la Pax H<strong>el</strong>ena; que sea escandalosa no tendría<br />

por qué escandalizarte. Por supuesto que da asco que existieran los<br />

erastés y los erómenos pero ¿anda que lo que me cuentas tú? Si lo<br />

prefieres, hablamos de los goliardos.<br />

»Respondiendo a tu invitación a que me calle con <strong>el</strong> tono de la<br />

preguntita, yo no voy a añadir nada más pero Romeo sí: «<strong>El</strong> amor corre<br />

hacia <strong>el</strong> amor como los escolares huyen de sus libros; pero <strong>el</strong> amor se<br />

aleja d<strong>el</strong> amor como los niños se dirigen a la escu<strong>el</strong>a: con los ojos<br />

entristecidos». [Leer Romeo y Julieta] ¿Por qué no te llaman <strong>el</strong> caballero que<br />

da la cara?<br />

—Porque no me da la real gana.<br />

—Pues no lo entiendo —presentó Sancho—. Yo no he ido a la<br />

escu<strong>el</strong>a y me gusta estar siempre tumbado; tú, que sí has ido a ese<br />

purgatorio, estás asendereado sin figurar y lo eres figuradamente.<br />

—Que me guste caminar, montar en bicicleta o nadar no implica que<br />

me sienta agobiado.<br />

—¿Pero si no paras de moverte?<br />

—Conozco uno de mis «yo» al que le gusta moverse —aclaraba <strong>el</strong><br />

<strong>César</strong>— y que necesita hacer deporte para sentirse ecuánime. Fuera de<br />

ese «movimiento», no hay otro que me interese como <strong>el</strong> de «moverme en<br />

<strong>el</strong> tiempo». Lo d<strong>el</strong> espacio se ha quedado en <strong>el</strong> Tercera Dimensión.<br />

—O sea, que estás tan polifragmentado como yo —se entr<strong>el</strong>azó <strong>el</strong><br />

escudero—. Don Quijote me ha dado mucho la vara con <strong>el</strong> ego, <strong>el</strong> yo, <strong>el</strong><br />

alter ego y hasta la madre que lo parió. ¡Menuda p<strong>el</strong>ea de «yoes».<br />

—Existe un «no yo» —descifró <strong>el</strong> caballero—, al que para<br />

entendernos puedo llamar espiritual, que sigue intacto. Que esté<br />

aplastado por <strong>el</strong> ego no implica que haya desaparecido; lejos de <strong>el</strong>lo,<br />

continúa virgen y conectado con <strong>el</strong> Todo. Estar o no estar con él, esa es<br />

la cuestión.<br />

—¿Cuál es la cuestión? —preguntó Sancho despistado.<br />

—La cuestión es que si se consigue perforar, diluir, desintegrar,<br />

obviar o prescindir d<strong>el</strong> ego —descifró <strong>el</strong> caballero Alcor—, <strong>el</strong> universo<br />

espiritual emerge por sí solo y ¡está intacto!, continúa igual que desde <strong>el</strong><br />

principio real: inmarcesible. Hacer deporte me ayuda a diluir <strong>el</strong> ego.<br />

939


—<strong>El</strong> «yo» al que me estaba refiriendo —dijo <strong>el</strong> escudero Sancho<br />

sabiendo que era <strong>el</strong> contrario al espiritual d<strong>el</strong> caballero Alcor— reside en<br />

una parte d<strong>el</strong> cerebro: <strong>el</strong> lóbulo frontal, y sin esa parte, tú ya no seguirías<br />

siendo «tú». <strong>El</strong> lóbulo frontal es la región cerebral que más tarde apareció<br />

en <strong>el</strong> desarrollo evolutivo intracraneal porque d<strong>el</strong> extracraneal ya se sabe:<br />

¡Todos calvos! Como su nombre indica, este lóbulo se encuentra justo<br />

detrás de la frente, sobre los ojos. Retienes la imagen de ti mismo en <strong>el</strong><br />

lóbulo central y lo que hay en ese lugar especial es lo que determina <strong>el</strong><br />

modo en que te r<strong>el</strong>acionas con <strong>el</strong> mundo y la forma en que percibes la<br />

realidad. Este lóbulo controla y regula otras partes más antiguas d<strong>el</strong><br />

cerebro. Dirige tu futuro, controla tu comportamiento, sueña nuevas<br />

posibilidades y te conduce a través de la vida. Es <strong>el</strong> asiento de tu<br />

conciencia. <strong>El</strong> lóbulo frontal es <strong>el</strong> regalo que te ha hecho la evolución, la<br />

región cerebral que más se adapta a los cambios y la que te permite<br />

desarrollar tus actos y pensamientos.<br />

—¿Cómo que un regalo? —preguntó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—. ¡Menuda «herencia»<br />

pesada es ese «don» de la evolución! [Ver Y tú que sabes I y II, <strong>El</strong> Secreto.]<br />

—Es que estaba citando —informó Sancho (Leer Desarrolla tu cerebro<br />

de Joe Dispenza, Y tú qué sabes de varios autores)—. A mí tampoco me<br />

gustan esos regalos pero como me lo han impuesto, no lo acepto. Vivir<br />

con libertad se resume a esto: rechazar constantemente <strong>el</strong> «regalo» d<strong>el</strong><br />

ego.<br />

—¡Qué bien has aprendido la lección! —f<strong>el</strong>icitó <strong>César</strong>—. Se puede<br />

decir que la salida te ha hecho efecto. Dicen que <strong>el</strong> cerebro tiene 100.000<br />

millones de neuronas y 60 billones de sinapsis.<br />

—Eso es mucho ¿verdaaad? —estimó <strong>el</strong> escudero a ojo.<br />

—Un trozo d<strong>el</strong> cerebro d<strong>el</strong> tamaño de un grano de arena tiene<br />

100.000 neuronas y mil millones de sinapsis.<br />

—¡Imposible… —decía <strong>el</strong> incrédulo escudero— o estás citando.<br />

—Cada neurona tiene entre mil y diez mil sinapsis o puntos donde se<br />

conectan con otras neuronas colegas. (¿Cuántas sinapsis hay en un grano<br />

de arena?)<br />

—¡Aaah, bueno! eso es otra cosa —dijo al escuchar la palabra<br />

colegas.<br />

—Háblame de los psicópatas en <strong>el</strong> mismo tono —solicitó <strong>el</strong><br />

escudero—; a mí también me gusta tu vena de doctor aunque dialogues<br />

sin pedanterías. Aunque no los veas y si don Quijote tiene razón, <strong>el</strong><br />

especialista en psicópatas eres tú. Has experimentado <strong>el</strong> Programa<br />

940


Smith, te has dejado formatear la psique y has estado insertado en<br />

Matrix a tope. Hhmm, hhmm —carraspeó Sancho por la flema o para<br />

subrayar <strong>el</strong> suicidio—; en fin, que menudo currículo.<br />

—Todo apunta —concedió <strong>el</strong> <strong>César</strong> rápidamente para que <strong>el</strong> pasado<br />

no controlara su mente— a que la falta de emociones en los psicópatas<br />

provendría de una característica diferencial en su sistema nervioso: una<br />

falta de conexión entre <strong>el</strong> sistema límbico (la amígdala en particular,<br />

r<strong>el</strong>acionada con las emociones y la agresividad) y la corteza prefrontal<br />

(que controla los impulsos emocionales d<strong>el</strong> sistema límbico). <strong>El</strong> origen<br />

de tal desconexión puede ser una lesión durante <strong>el</strong> desarrollo, a causa de<br />

accidente o maltrato, o por alteraciones genéticas.<br />

»Sin embargo, para definir <strong>el</strong> perfil d<strong>el</strong> psicópata no parece suficiente<br />

esa predisposición biológica: también son determinantes las condiciones<br />

afectivas y familiares durante la infancia. <strong>El</strong> ambiente social y físico<br />

modulan la expresión d<strong>el</strong> comportamiento d<strong>el</strong> trastorno y llevan al<br />

individuo a ser excesivamente egoísta o lo conducen al d<strong>el</strong>ito, la tortura,<br />

la manipulación o incluso, en ocasiones, al asesinato.<br />

»A pesar d<strong>el</strong> dolor que este trastorno provoca en los que le rodean, la<br />

psicopatía sigue fascinando a gran parte de la sociedad. Muchas gentes<br />

encuentran cierto placer en las historias que cuentan la vida de los<br />

psicópatas y es fácil pensar que hay algo de <strong>el</strong>los… en cada uno de<br />

nosotros.<br />

»Fíjate querido Sancho si los psicópatas integrados existen en todo<br />

tiempo y espacio que en yoruba utilizan «Aranakan» para las «personas»<br />

que persiguen exclusivamente sus intereses sin importarles lo que les<br />

afecte a los otros; «es alguien que no coopera con nadie, lleno de malicia<br />

y agresivo». En inuit utilizan «kunlangeta» para <strong>el</strong> que sabe lo que tiene<br />

que hacer pero no lo hace y sabe lo que no tiene que hacer… ¡y lo hace!<br />

—¡¡Al destierro!! —diría la madre de Eugenia y Jefa d<strong>el</strong> Clan.<br />

—A unos les gustan las lenguas muertas y a otros las «alternativas»<br />

—bufoneó <strong>el</strong> escudero.<br />

«Cuando acaben de leer este capítulo, probablemente descubrirán<br />

que conocen a más de un psicópata» integrado… «Espero que no sea un<br />

conocimiento íntimo, porque, de lo contrario, ya estarían sufriendo… y<br />

podrían sufrir mucho más». [Leer <strong>El</strong> alma está en <strong>el</strong> cerebro de Eduardo<br />

Punset, capítulo IX.]<br />

—¿La corteza prefrontal y <strong>el</strong> lóbulo frontal están r<strong>el</strong>acionados?<br />

941


—La corteza envu<strong>el</strong>ve al lóbulo —respondió quirúrgicamente <strong>el</strong><br />

caballero.<br />

—Cuando os ponéis esterilizados (mi maestro y vos) —protestó<br />

Sancho medio enfadado—, no hay quien os aguante; eso me pasa por<br />

querer r<strong>el</strong>acionar las partes para enterarme bien. La sociedad urbana<br />

actual padece un problema serio y lo único sencillo que tiene es su breve<br />

enunciado: Hay tantos psicópatas integrados que es imposible saber en<br />

manos de quiénes estamos.<br />

—Las p<strong>el</strong>ículas se han encargado de que los sapiens consideren que<br />

los únicos psicópatas que existen son los amigos de Hannibal Lecter<br />

—explicó <strong>el</strong> caballero Alcor—. Así viven entretenidos desconociendo<br />

que además, los colegas d<strong>el</strong> silenciador de «corderos» son cuatro o cinco,<br />

o cien o doscientos si quieres. Pero <strong>el</strong> verdadero p<strong>el</strong>igro, son los cientos<br />

de miles de psicópatas integrados que viven camuflados en la gran ciudad<br />

«vampirizando» las vidas de sus vecinos.<br />

<strong>El</strong> mundo de la mente es lo que vu<strong>el</strong>ve demente a cualquiera que se<br />

enfrente a <strong>el</strong>la de manera indigente. No voy a sentir que me inmiscuyo<br />

sin lealtad en materia reservada a Caballeros Reb<strong>el</strong>des si recuerdo, ya lo<br />

han dicho <strong>el</strong>los, que la meditación es la herramienta que utilizan para<br />

tratarse con la mente sin dejar, cierto es, de utilizarla cuando la requieren.<br />

Utilizan la mente como si fuera un brazo o una pierna y cuando no la<br />

necesitan, «pasan» de <strong>el</strong>la y la ponen a meditar para que no moleste. Igual<br />

que miman la mayor parte d<strong>el</strong> cuerpo con la alimentación y <strong>el</strong> deporte,<br />

incluyendo saunas y masaje si se necesitan, miman esa otra pequeña parte<br />

d<strong>el</strong> cuerpo con la meditación. Todo <strong>el</strong> cuerpo es uno porque <strong>el</strong> «astral»<br />

aparece después por sí mismo.<br />

La realidad de Matrix es <strong>el</strong> arma que utilizan las diosas para mantener<br />

aplastado lo Astral, lo espiritual o <strong>el</strong> término que cada uno escoja para<br />

resumir lo que con una palabra no se puede expresar. Es una realidad tan<br />

contagiosa que se podría decir que es universal si no fuera porque<br />

afortunadamente, es únicamente terrenal; y además mezquina, cutre,<br />

ambiciosa, avara, soberbia. (Bueno, y algunas palabras más que no me<br />

voy a cansar en escribir). Disculpen por <strong>el</strong> contagio de los tacos en este<br />

mamotreto. Si supieran cómo es <strong>el</strong> original, entenderían este desmán tan<br />

desmedido. ¡¡Los tacos!; sin duda, lo peor que está pasando ahora mismo<br />

en <strong>el</strong> mundo! Por eso <strong>el</strong> libro termina con Amor… y sigue con una<br />

disculpa.<br />

942


—Antes —resurgió <strong>el</strong> caballero después de un rato de alivio mental<br />

¡en silencio!— te he dicho que has reventado la historia Había una vez un<br />

barquito chiquitito y quiero pedirte disculpas. He disfrutado escuchando<br />

cómo me has contado <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato d<strong>el</strong> Prestige y no sabría mejorarla con la<br />

de Claro. Como única novedad, él utiliza los personajes de unos cómics<br />

de los que le había hablado con <strong>el</strong> fin de amortiguar la tragedia real.<br />

—¡Qué didáctico! —dijo Sancho reclamando—. A todos nos gusta<br />

que nos suavicen la digestión y no que nos metan en <strong>el</strong> cine sin un trago<br />

previo de vino ni un porrón.<br />

—Eso es diferente —atajó <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

—Se nota que la muchacha está muy cabreada con sus antecesores,<br />

nosotros —reconoció Sancho—, y que se toma como cosa seria la<br />

herencia que ha recibido, de nosotros, como «regalo». ¿Cómo se lo va a<br />

tomar estando en medio de una glaciación?<br />

—Al capitan Manguoras d<strong>el</strong> Prestige —presentó <strong>el</strong> sujeto pasivo sin<br />

entrar en la desolación que siente Eugenia ni en la que sentirá él si cayera<br />

en la trampa d<strong>el</strong> futuro respondiendo a la pregunta—, <strong>el</strong> viejo lo llama<br />

commodoro Haddock y d<strong>el</strong> sr. Fraga, que mientras estaba sucediendo <strong>el</strong><br />

desastre cazaba cabras como Franco carpas, no lo recuerdo.<br />

—Pues menudo mogollón se puede organizar cuando <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l<br />

Est4do vea la luz y aparezcan todos los nombres detallados —vaticinó<br />

Sancho—. No es lo mismo contarlo en la Época Umbrática que hacerlo<br />

en este mismo tiempo y Multiverso. Lo mismo, a Fraga le da un infarto.<br />

—Qué va Sancho —descartó completamente <strong>el</strong> caballero—. Ese<br />

hombre está tan sano que ha traspasado de la Época Franquisciana a la<br />

Época Corrupciana y sigue dando caña; parece que tiene la agerasia. Calla<br />

a los periodistas como no he escuchado a ninguno de sus sucesores.<br />

Todavía le queda «leche» al sr. Fraga.<br />

—¿Pero si no se le entiende nada de nada cuando habla? —observó<br />

Sancho—. No cu<strong>el</strong>a que digas que entremezcla <strong>el</strong> gal-ego. ¿Será Tornasol<br />

en Tintín o será uno de los detectives clonados?<br />

—Tiene una salud de hierro a prueba de bomba —defendió <strong>el</strong><br />

caballero—. Pinchaba carpas en los anzu<strong>el</strong>os de Franco para que <strong>el</strong><br />

caudillo se los tragara (con carpa incluida), se bañó en un mar<br />

«radiactivo», enchironó a muchos vecinos, redactó la Constitución<br />

machista y ha sido presidente de una Comunidad hasta la saciedad.<br />

—Mira que lo mismo te puede escuchar —avisó Sancho.<br />

943


—¡Qué mas da si todo lo que digo es verdad y lo de las carpas da<br />

realmente igual! —disipó <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

—¿No te importa que nadie se entere de todo lo que nos está<br />

pasando? —curioseó Sancho.<br />

—¿Por qué me va a importar? —se extrañó <strong>el</strong> caballero.<br />

—No sé —titubeó Sancho—, tú sí estás insertado en Matrix; tus<br />

amigos, tus vecinos, tus compañeros,… En fin, que no te cortas ni un<br />

p<strong>el</strong>o y van a tener muchas ganas de quitarte de en medio o al menos,<br />

meterte en <strong>el</strong> talego.<br />

—Se trata de ser leal y fi<strong>el</strong> a tu palabra —afirmó <strong>el</strong> caballero reb<strong>el</strong>de<br />

y sujeto pasivo si quieren también—. No digas algo que no vayas a hacer<br />

y si lo dices… ¡Hazlo! Como dice Julio <strong>César</strong> en Julio <strong>César</strong> de<br />

Shakespeare: «Los hombres son algunas veces dueños de sus destinos.<br />

¡La culpa querido Bruto no es de nuestras estr<strong>el</strong>las, sino de nosotros<br />

mismos, que consentimos en ser inferiores!»<br />

»Tampoco estoy diciendo nada d<strong>el</strong> otro mundo ni nos está pasando<br />

nada raro. <strong>El</strong> expresidente d<strong>el</strong> congreso llamó hijoputas o cabrones a sus<br />

compañeros de partido por la disputa de alguna virgen y no pasó nada.<br />

Una d<strong>el</strong> PP llama a una ministra andaluza paleta y no pasa nada. A mister<br />

Bean lo llaman <strong>el</strong> cejas y no pasa nada. Al expresidente se le confunde<br />

con mister X y tampoco nadie va al trullo, ni mr. X ni los que se lo<br />

imputan. Si los corruptos políticos hablan así y no tienen ni que pedir<br />

disculpas y menos aún entran en la cárc<strong>el</strong>, es porque vivimos en un país<br />

en <strong>el</strong> que la Libertad de Expresión y de creación artística no está penada.<br />

¿Qué me pueden hacer a mí? No soy ningún p<strong>el</strong>igro para la población,<br />

no existe riesgo de fuga porque si quisiera hacerlo, fíjate si todavía estoy<br />

a tiempo; podría difundir <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do y salir corriendo pero no,<br />

voy a dar la cara. Así que no sé que se podrán inventar los corruptos<br />

jueces para, si procede, meterme en chirona. Si ya he ido voluntariamente<br />

¿para qué montar toda una parafernalia para hacerme hacer lo que yo<br />

solo hago por mí mismo? Transcribiré vuestra salida, sí, en formato<br />

literario. ¿Es eso un d<strong>el</strong>ito, está prohibido expresarse en plena<br />

democracia? A ver si como dice tu colega <strong>el</strong> rey, con Franco se vivía<br />

mejor.<br />

—Y seguro que bajo la tiranía de los validos y de la Santa Inquisición<br />

también, pero eres un poco peregrino. Sólo por llamar corruptos a las<br />

señorías d<strong>el</strong> ejecutivo y d<strong>el</strong> judicial te vas a cagar; verás cuando sus<br />

señorías psicópatas pongan la apisonadora de la democracia en marcha.<br />

944


—¿Perdón?<br />

—Que una de dos, o la has cagado o la han cagado todos <strong>el</strong>los.<br />

—Hay tres obligaciones en la ética de los caballeros:<br />

1º Fid<strong>el</strong>idad y lealtad en <strong>el</strong> cumplimiento de la palabra y de<br />

los principios.<br />

2º Honor. Combatir e intentar vencer con ciertas leyes. <strong>El</strong><br />

caballero no lucha con villanos.<br />

3º Liberalidad, gentileza, nobleza. Todo lo que le llega lo da.<br />

Extrae su fuerza de la generosidad.<br />

4º Si hubiera cuarto precepto, éste sería ganar <strong>el</strong> amor de las<br />

damas.<br />

—Estamos en abril d<strong>el</strong> 2009 —cronometró Sancho—. ¿Dónde vas<br />

con esos principios? ¿Crees que tú solo vas a desinfectar España de la<br />

casta de los intocables? Estamos poseídos d<strong>el</strong> lujo y de la avaricia; en<br />

público la pobreza, la opulencia en lo privado.<br />

—Catón sintetizó con estas palabras la corrupción de Roma así que<br />

no te hagas tanto <strong>el</strong> listo. ¿No denunciabas que Claro no tiene mérito<br />

porque utiliza un negro para explicar a Eugenia la realidad de Matrix?<br />

—No respondes a todo lo que digo y la cita era para ayudarte a<br />

explicar al vulgo que como la canción, la vida sigue, y sigue, y sigue… y<br />

sigue igual.<br />

—Unas cosas porque otras empeoran. La realidad es la realidad<br />

aunque sólo la mantenga una minoría, aunque esa minoría sea de uno<br />

solo.<br />

—Aparte de que esta frase se podría atribuir a Gandhi si<br />

cambiáramos «realidad» por «verdad», voy a empezar a pensar que mi<br />

maestro y vos sois un clon.<br />

—Mientras que no creas que somos <strong>el</strong> mismo… —despejó <strong>el</strong><br />

caballero—. Aparte de la soflama enalteciendo a los reb<strong>el</strong>des hispanos<br />

¿hay algo más d<strong>el</strong> cómic que quieras comentar?<br />

—¿Ya te ha entrado la prisa, ya te quieres marchar?<br />

—¡Sancho! —dijo <strong>César</strong>— estoy demasiado a gusto contigo y te<br />

puedes convertir en un vicio. Ahora se trata de seguir ad<strong>el</strong>ante con lo<br />

que estamos, ya existirá <strong>el</strong> tiempo de tomarnos un trago y conversar<br />

—Si no especificas que <strong>el</strong> trago es de hierba de trigo, todos van a<br />

pensar que es de vino en vez de la panacea —destacó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Para tener eso claro, ya tienen todo lo que está ya pasado<br />

—concretó <strong>el</strong> transcriptor andalusí—. ¿Ves cómo te enrollas?<br />

945


—Es por atar cabos pero iré al nuevo grano —se excusó Sancho.<br />

Aparte de ensalzar a los reb<strong>el</strong>des hispanos, es impactante ver cómo<br />

describen los gabachos de entonces a los civilizombis actuales. He<br />

interrumpido a Eugenia cuando discutía con Claro por <strong>el</strong> contenido de<br />

una viñeta en la que los amos descansan satisfechos al comprobar los<br />

efectos d<strong>el</strong> Virus Dinero. No se cortan un p<strong>el</strong>o y en pocas frases,<br />

desmontan todo <strong>el</strong> past<strong>el</strong>. Los civilizombis están esclavizados, se lo dijo<br />

<strong>el</strong> Buda, Moisés y Jesucristo; a los niños se lo dicen en cómics y a los<br />

adultos se lo dicen en Matrix; lo profetizaron los franceses hace 40 años<br />

y ¡ya estamos aquí: todos esclavizados!<br />

»No quiero preguntar ¿Qué hacemos? porque como he dicho hasta<br />

la saciedad, esta cuestión está reservada para la «materia más espinosa»<br />

que está acaeciendo simultáneamente a la recurrente esclavitud, que para<br />

ser una ilusión persistente ¡Menudo coñazo! Ésta última, una cuestión<br />

que siendo principal, se convierte en secundaria cuando la astilla<br />

clavada en la mente se llama extinción. No sé cómo lo vas a hacer para<br />

despertar a la gente. Gallos, martillazos, despertadores y palmetazos son<br />

sugerencias d<strong>el</strong> cómic y de Sancho; don Quijote me tiró d<strong>el</strong> pollino desde<br />

<strong>el</strong> principio pero ¿cuál vas a utilizar tú?<br />

—<strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do; y don Quijote no te tiró d<strong>el</strong> pollino, te caíste<br />

tú al perder <strong>el</strong> control —respondió sin titubear <strong>el</strong> caballero Alcor.<br />

A lo que Sancho hizo una alegación.<br />

—Ya que <strong>el</strong> porqué de este Encuentro Dimensional está perdido en<br />

un marasmo de «Quien quiera pensar que… ¡Bien! y quien quiera pensar<br />

que… ¡También!», se me ocurre una y miles de veces en <strong>el</strong> cómo;<br />

siempre que te digo esto me remites a <strong>El</strong> Presente. <strong>El</strong> presente es esto y<br />

aquí no está pasando nada, ergo… va a pasar y tú tienes que saber de eso<br />

mucho más de lo nada que dices.<br />

—Es que sería un poco largo Sancho —se explicó <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, y todo<br />

esto que decimos se tiene que transcribir. Vale que me coma <strong>el</strong> marrón<br />

de dar la cara pero no me obligues, además, a que una tendinitis controle<br />

mi movilidad.<br />

—Para ser considerado con tu decisión de transcribirlo todo sin que<br />

la tendinitis te controle con su aparición —solicitaba <strong>el</strong> escudero—,<br />

necesito resumir dos cosas más d<strong>el</strong> cómic que me han llamado la<br />

atención.<br />

—¿Dos cosas son dos cosas o son un mogollón? —se cercioró <strong>el</strong><br />

caballero que ha aprendido lo que es un t<strong>el</strong>egráfico test.<br />

946


—Tranquilo, que vuesa merced está hablando con <strong>el</strong> escudero<br />

Sancho y no con un civilizombi de Matrix. Piensa en las infinitas<br />

posibilidades y considera que ésta puede ser la única ocasión en la que<br />

podamos estar juntos y no vu<strong>el</strong>ve a suceder nunca jamás.<br />

—Vamos al grano —apremiaba <strong>el</strong> caballero— que distingo lo fugaz<br />

de entre todo esto.<br />

—Con una estaba Eugenia cuando la hemos interrumpido y la otra<br />

va acerca de «La Marabunta» —presentó <strong>el</strong> escudero.<br />

—¡Mal comienzo! —comentó <strong>el</strong> <strong>César</strong>.<br />

—Pues voy a resumir a tope —decidió Sancho—. Patentar <strong>el</strong> pago<br />

de su<strong>el</strong>dos a los civilizombis esclavos ha sido uno de los éxitos mayores<br />

que ha cosechado la jodida Matrix. Una vez que les airean unos billetes<br />

para <strong>el</strong> futuro fin de mes, los civilizombis se encargan de autoesclavizarse<br />

con eficiente competitividad. [Ver Shiner.]<br />

—Lo dicen en la Constitución —recordó uno de sus artículos <strong>el</strong><br />

caballero—: Tenemos derecho a quedarnos en <strong>el</strong> paro y si te he visto, no<br />

me acuerdo. Más.<br />

—No sé si será igual en la actual pero en la Constitución de Cádiz se<br />

promulgaban gilipolleces. Atiende: «<strong>El</strong> gobierno es la f<strong>el</strong>icidad de la<br />

nación». ¿De qué nación? «Las leyes serán sabias y justas». ¿De qué<br />

reino?<br />

Pensó Sancho en hacer una adivinanza pero consideró que lo mejor<br />

era que no.<br />

—Con <strong>el</strong> término «marabunta» —dijo un Sancho cortés y<br />

adecuado— me he referido a los turistas galos porque son como una<br />

plaga que todo lo que toca lo enguarra. Son un virus tan contagioso que<br />

cuando son necesarios, los usan como infección y cuando no, los<br />

mandan a la UCI o al paro. Son corrosivos, son apisonadoras, son la<br />

primera línea de ataque de la Civilización saqueadora.<br />

—Así pasó en Hemeroscopión y en la Calpe más actual —se acordó<br />

<strong>César</strong>—, en Mallorca, en la costa d<strong>el</strong> Sol y también en las Canarias. Con<br />

respecto a las primeras, ambas enclavadas en la ladera d<strong>el</strong> mismo espacio:<br />

peñón de Ifach pero en diferentes tiempo, a una llegaron los focenses y<br />

años después los teutones y galos. Con respecto a las últimas tres, a una<br />

llegaron los alemanes y en la Costa, como siempre los ingleses; a<br />

Canarias llega masivamente la última generación de turistas: los sin<br />

pap<strong>el</strong>es.<br />

947


—Ya que citas Hemeroscopión, podías hablar de la otra columna de<br />

Hércules: Gibraltar a la que en vez de turistas, llegaron unos ocupas a los<br />

que no hay cojones para desalojar porque los llanitos tienen <strong>el</strong> apoyo de<br />

su majestad imperial y además, <strong>el</strong> d<strong>el</strong> paraíso fiscal. A cambio, se<br />

desahucia violentamente y a porrazos a los indefensos okupas que<br />

conocen sus derechos constitucionales y los gobiernos d<strong>el</strong> PSOE o d<strong>el</strong><br />

PP se los pasan por los cojones. ¡Qué abusón es <strong>el</strong> sistema, qué<br />

chuloputas, qué parciales, qué cobardes, qué asco!<br />

Todavía pudo Sancho añadir una cosa más y por su zafiedad, se va a<br />

decir que es <strong>el</strong> folleto de publicidad. Entre las jetas que pintan a los<br />

civilizombis que van al circo y <strong>el</strong> implegable prospecto que les dan al<br />

entrar, a Sancho le ha entrado un ataque de risa que ha contagiado al<br />

caballero Alcor. Estuvieron riéndose un buen rato, estuvieron riéndose<br />

sin parar, y cuando tenían los ojos llenos de lágrimas, pararon de reír<br />

para respirar. ¡Qué energía y qué r<strong>el</strong>ax cuando te cansas de reír!<br />

Cualquiera que coja <strong>el</strong> cómic con una mano y con la otra <strong>el</strong> mando a<br />

distancia d<strong>el</strong> t<strong>el</strong>evisor, que examine las diferencias entre <strong>el</strong> graderío d<strong>el</strong><br />

circo romano y <strong>el</strong> de un talk show americano. Comentaron las<br />

fotografías y como no es por lealtad, será «La Pureza de la B<strong>el</strong>leza» lo<br />

que impide que escriba la conversación excepto un pequeño comentario<br />

que hizo <strong>César</strong> entre risa y risa.<br />

—Hoy día —comentó <strong>el</strong> caballero Alcor— se ven más anuncios en<br />

un día (3.000) que hace 50 años en toda la vida.<br />

—¿Y todos los folletos son como éste? —puteó <strong>el</strong> escudero.<br />

Y vu<strong>el</strong>ta a reír a carcajada limpia. Después de un buen cacho de<br />

terapéutica risa y vu<strong>el</strong>tos a serenar, Sancho salió por donde sabe que a<br />

todos nos va a desconcertar.<br />

—Hay un trío de cosas que quiero preguntarte desde hace mucho<br />

r<strong>el</strong>ato —salió Sancho sin esperar la aprobación— y aunque no venga a<br />

cuento ni sea importante, quiero quitárm<strong>el</strong>as de la cabeza. Aparte de<br />

«Templo al Absurdo» ¿de qué otra manera llamas a este lugar?<br />

—Carol D’ulan —bautizó <strong>el</strong> caballero.<br />

—¿Vistes con chaqueta y corbata? —echó por otro lado.<br />

—Ya ves que no —respondió <strong>el</strong> caballero—. Pero si hace falta, me la<br />

pongo con tanto garbo como un anillo al dedo o collar al perro.<br />

—Menos mal —suspiró Sancho por su no uso—. No sé a qué perro<br />

te referirás porque ver y acariciar <strong>el</strong> cu<strong>el</strong>lo de Alcor, permite afirmar ¡y<br />

948


sin dudar! que si ha visto un collar este perro, sería cuando era muy<br />

pequeño. Si no tiene ni una marca, no hay collar que valga.<br />

—¿Cómo le voy a poner un collar, Sancho? —preguntó<br />

escandalizado—. La última vez que lo hice, hace tantos años que ni me<br />

acuerdo, me miró como quien mira a un psicópata engrilletador y desde<br />

entonces no he podido volver a hacerlo. Han pasado más de diez años<br />

desde entonces y jamás ha habido ningún percance. ¿Quién habrá<br />

patentado la psicópata idea de imponer un collar al cu<strong>el</strong>lo de un perro?<br />

—Era yo <strong>el</strong> que hacía las preguntas.<br />

—Pues apúrate que vamos con la tercera.<br />

—¿Tienes cuenta bancaria?<br />

—Sancho, conozco causal y detalladamente <strong>el</strong> pentálogo que sugieres<br />

para que cualquier civilizombi que se sienta reb<strong>el</strong>de comience a<br />

demostrarlo con hechos. Sabrás que soy insumiso fiscal, que no pago la<br />

hipoteca, que no he votado en mi vida, que en cuanto se presenta la<br />

ocasión me acojo al derecho a la desobediencia civil pacífica y que no<br />

creo que me tengan censado porque desde hace muchos años, no r<strong>el</strong>leno<br />

ese pap<strong>el</strong>eo. ¿Para qué quiero estarlo?<br />

—Di la verdad y que no lo haces para que <strong>el</strong> Herodes de turno no<br />

pueda echarte en una cesta al policontaminado río Henares.<br />

—No soy titular de ninguna cuenta corriente ni poseo tarjetas de<br />

crédito. Pienso que las instituciones bancarias son más p<strong>el</strong>igrosas para<br />

nuestras libertades que ejércitos enteros listos para <strong>el</strong> combate. Si <strong>el</strong><br />

pueblo americano permite un día que los bancos privados controlen su<br />

moneda, los bancos y todas las instituciones que florecerán en torno a<br />

los bancos, privarán a la gente de toda posesión, primero por medio de la<br />

inflación, en seguida por la recesión, hasta <strong>el</strong> día en que sus hijos se<br />

despertarán sin casa y sin techo, sobre la tierra que sus padres<br />

conquistaron.<br />

—Aunque las comillas te atosigan —se fijó <strong>el</strong> erudito escudero—, si<br />

hubieras hablado con unas que se pusieran antes de «Pienso» y se<br />

cerraran antes de tu punto final, habrías sido más correcto.<br />

—No se te pasa una, querido Sancho.<br />

—Es que hago caso a mi maestro que me sugirió que pusiera las dos<br />

onzas de entendimiento que tengo en prestar atención. En Matrix, todo<br />

es tan aparente que parece real. La frase que has pirateado es de Thomas<br />

Jefferson y la pronunció en 1802, poco antes de que empezara la<br />

949


pesadilla de Napoleón. A cualquiera con sentido común se le podría<br />

llamar profeta.<br />

—No hay más que estar vivo y mínimamente despierto para afirmar<br />

rotundamente que ese presidente de la génesis de Pax Americana tenía<br />

toda la razón.<br />

—Os lo dicen todo a la cara y no reaccionáis. ¿Para qué os vale la<br />

historia? ¡De por fuerza, hay empeñada en <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o una guerra civil, o <strong>el</strong><br />

mundo, demasiado insolente con los dioses, los provoca a consumar la<br />

destrucción. Ayer, <strong>el</strong> ave de las tinieblas se posó en pleno día en la plaza<br />

mayor, graznando y chillando. Cuando coinciden a una semejantes<br />

prodigios, que nadie diga: «Son fenómenos naturales, y sus causas estas»,<br />

porque a mi juicio, son presagios siniestros para <strong>el</strong> país que señalan.<br />

—Es ésta una época bastante extraña —añadió <strong>el</strong> <strong>César</strong>—, por<br />

cierto, pero los hombres pueden interpretar las cosas a su manera, en<br />

sentido contrario al de las cosas mismas. ¿Quién ha visto jamás un ci<strong>el</strong>o<br />

tan amenazador?<br />

—Los que saben lo llena de d<strong>el</strong>itos que está la Tierra —respondió <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—Entre la ejecución de un acto terrible y su primer impulso<br />

—concluyó <strong>el</strong> caballero que da la cara—, todo <strong>el</strong> intervalo es como una<br />

aparición o una horrorosa pesadilla.<br />

—Si digo que los civilizombis están profundamente idiotizados te<br />

pones chungo pero después hilvanas los diálogos con rapidez.<br />

—No arrimes <strong>el</strong> ascua a tu sardina porque desde que has hecho la<br />

última pregunta, es un negro <strong>el</strong> que nos ha escrito <strong>el</strong> guión.<br />

—¿Cómo que un negro si es <strong>el</strong> primer acto d<strong>el</strong> Julio <strong>César</strong> de tu<br />

maestro?<br />

Escuchado que <strong>el</strong> caballero Alcor se quedaba en silencio, Sancho<br />

prosiguió dando la vara con <strong>el</strong> mismo tercio.<br />

—Vaaale; la frase de la «horrorosa pesadilla» es d<strong>el</strong> principio d<strong>el</strong> acto<br />

segundo y se la dice Bruto a Lucio la víspera d<strong>el</strong> Idus de Marzo más<br />

asesino de la historia, y final en la vida d<strong>el</strong> sumo pontífice dictador.<br />

¿Tienes móvil?<br />

—Sí.<br />

—¿Por qué no lo usas?<br />

—Porque no lo necesito y no quiero necesitarlo. La humanidad se ha<br />

comunicado sin móviles hasta antesdeayer y no me gusta arraigarme al<br />

progreso porque ya sé para lo que vale: para extinguirnos. Hay veces que<br />

950


utilizas los brazos, la mente, los oídos, los intestinos o <strong>el</strong> móvil, y otras<br />

no. Sabía que las tres cosas que querías comentarme se podrían convertir<br />

en tres mil.<br />

—Pero no lo usas nunca y ahora todo <strong>el</strong> mundo está conectado a él<br />

—insistía <strong>el</strong> escudero—. No te gusta ni dispersarte ni que nadie te<br />

disperse y eres un poquito pejiguera con la contabilidad. Date cuenta que<br />

<strong>el</strong> propio diálogo es <strong>el</strong> que manda sobre nuestras palabras y que te estoy<br />

valiendo como sparring para los que vengan después. No te va a ser tan<br />

fácil ni agradable reb<strong>el</strong>arles lo mismo que me estás diciendo a mí.<br />

—Tienes razón Sancho y agradezco enormemente que nos hayamos<br />

encontrado pero reconocerás que te dispersas a más v<strong>el</strong>ocidad que la<br />

repulsión anti<strong>el</strong>ectrónica; además, admito que tampoco te lo puedo<br />

achacar exclusivamente a ti.<br />

—Ya sé que te estoy ahorrando mucho curro; por eso me extraña<br />

que te pongas <strong>el</strong> chip de la antidispersión.<br />

—Te diré que utilizo <strong>el</strong> móvil lo mínimo posible, como hago con <strong>el</strong><br />

resto de las cosas irreales de Matrix —aclaró definitivamente <strong>el</strong> <strong>César</strong>—.<br />

También necesito las dos onzas de entendimiento que me quedan para<br />

protegerme de la realidad de Matrix porque sé que todo lo que me ofrece<br />

es para tener garantizada mi dispersión.<br />

—¿Dónde está la frontera entre vivir bajo la influencia de Matrix o<br />

vivir bajo su control? —preguntó <strong>el</strong> escudero entre risas.<br />

No hubo respuesta porque o la pregunta era retórica o <strong>el</strong><br />

subconsciente de Sancho estaba en otra parte. Tal y como sucede con las<br />

réplicas de los terremotos, al escudero le salieron algunas risas más que<br />

eran totalmente involuntarias; todos los que se imaginen la misma cara<br />

de los romanos d<strong>el</strong> circo pero atados con una corbata al pescuezo, se van<br />

a tronchar. <strong>César</strong> no lo acompañaba en esta ocasión porque la salida con<br />

corbata y <strong>el</strong> final «menos mal», había dejado al caballero descolocado.<br />

Sancho volvió a salir por Úbaza o por Baeda.<br />

—Estoy preocupado por nuestro maestro —comentó Sancho que<br />

ante la mirada de <strong>César</strong> siguió—:<br />

»Si tanta tendinitis no es un rollitis, a nuestro maestro le va a dar un<br />

tendinazos como no pare de escribir. ¿Y los ojos? Llevo un rato leyendo<br />

y por lo que me pican, debo tenerlos rojos. ¡A ver si al final os quedáis<br />

cegatos de tanto escribir o transcribir!<br />

—Es un dilema que cada uno tiene que decidir —enlazó <strong>el</strong><br />

caballero—. Todo lo que dices es así: la tendinitis nerviosa, <strong>el</strong> desgarro<br />

951


visual, <strong>el</strong> overbooking mental y algunas otras «cosas». ¿Te pregunto qué<br />

hacemos o lo dejamos sólo para <strong>el</strong> evang<strong>el</strong>io?<br />

—Tú ya lo has hecho empotrándote con unas gafas —visualizó <strong>el</strong><br />

escudero.<br />

—No sé lo que dejará don Quijote escrito ni lo que yo tendré que<br />

añadir o quitar, pero intentaré cambiar lo mínimo posible para seguir<br />

pudiendo <strong>el</strong> sol tomar —se aventuró <strong>el</strong> caballero sin saber lo que le<br />

espera en realidad—. <strong>El</strong> rato que llevo sentado junto a él me ha valido<br />

para aprender cómo maneja una nov<strong>el</strong>a. No escribe Sancho, ¡compone!<br />

No sé si es <strong>el</strong> dios, <strong>el</strong> rey, <strong>el</strong> genio o <strong>el</strong> escriba de las letras, me da igual<br />

porque lo emocionante es compartir la génesis de la composición y su<br />

desarrollo. Por eso a veces me notarás allí, porque lo que estoy<br />

aprehendiendo de su proceso creativo, jamás lo había concebido. Tiene<br />

¿Qué es Matrix? entera en la mente, ajusta su estructura, sabe qué destacar,<br />

intuye los diálogos e improvisa <strong>el</strong> contenido dejando que los actores<br />

fluyamos en paz. Lejos de controlarnos, nos deja total libertad. Me dice<br />

que los actores son los que crean la obra y él es sólo <strong>el</strong> que escribe lo que<br />

se dicen. Cuando le interrumpo con alguna laguna, salta de un sitio a otro<br />

con una precisión que admiro. <strong>El</strong> viejo don Quijote tiene una memoria<br />

que me hace temer muy mucho que la mía está escacharrada como<br />

mínimo.<br />

—¿Qué quieres decir? —me preguntó Sancho escamado.<br />

—Que me desafió a reconocer al Cid igual que a Cide Hamete y le<br />

pedí que no —respondí—. Tengo <strong>el</strong> software con overbooking y cuando<br />

descargue <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, veremos qué es lo que pasa. Si nos<br />

ponemos a pensar cómo o qué va a pasar, entre las infinitas posibilidades<br />

hay una tan probable como las demás: que me peguen un tiro antes ni de<br />

comenzar. ¿Para qué me voy a complicar con despertadores futuros si<br />

estoy disfrutando plenamente con este presente: <strong>El</strong> Presente?<br />

—Va a parecer —me dijo <strong>el</strong> escudero con su agudeza usual— que<br />

tanto reinsistir en <strong>El</strong> Presente es terapéutico porque <strong>el</strong> futuro para ti sea<br />

la muerte. ¡Cómo se nota que conoces la fórmula mágica de los dioses!: 5<br />

gramitos de nada de tiopental sódico te provocaría <strong>el</strong> coma inducido en<br />

cuestión de segundos; con bromuro de pancuronio te paralizan todos los<br />

músculos excepto <strong>el</strong> corazón y te «descab<strong>el</strong>larían» con una pizca de<br />

cloruro de potasio que pone <strong>el</strong> corazón en OFF. Esto si van por las<br />

buenas porque si se ponen en plan Hannibal Lecter…<br />

952


—Todos los que han luchado con un agente han muerto —le<br />

recordé.<br />

—Pero donde han fracasado, tú triunfarás —me animó Sancho<br />

fácilmente.<br />

—Con tiro o sin él (tercera persona) —insistí al margen de indoloras<br />

«medicinas»—, <strong>el</strong> futuro es la muerte. Sólo existe <strong>El</strong> Presente. Como<br />

bien sabes, «muerte» es sólo una palabra, como «futuro», que realmente<br />

no existen. Lo importante es la conexión.<br />

—No sé yo si ni existirá <strong>El</strong> Presente —refunfuñaba Sancho—<br />

porque en este instante conviven futuro, presente y pasado. La extinción<br />

como futuro inminente, <strong>el</strong> príncipe don Carlos d<strong>el</strong> pasado reciente y los<br />

mismos civilizombis de siempre, dialogan conjuntamente como si fuera<br />

algo frecuente.<br />

—Es que esto es precisamente <strong>El</strong> Presente —rematé diciendo a<br />

Sancho.<br />

Nota d<strong>el</strong> Transcriptor. Don Quijote nos ha dado libertad a todos los que<br />

componemos su última salida. Encontrarán algunos cambios «personales» evidentes y<br />

<strong>el</strong> uso «más amplio» de vocablos. Con lo cuidadoso que estaba siendo con <strong>el</strong> equilibrio<br />

de capítulos y de jornadas, llega él, dice que «cada uno a su bola» y miren lo que está<br />

ocurriendo. Pidan los daños morales a él y si tienen <strong>el</strong> placer de encontrarlo<br />

comprobarán cómo les dice: «Yo qué sé».<br />

Es una pena que estén encerrados bajo tierra y que además no haya<br />

ni viento porque aunque sigan sucediendo las circunstancias de los<br />

<strong>el</strong>ementos, estar encerrados conforma la realidad sin comentarios<br />

medioambientales y demás recursos literales. Cuando se callan, lo único<br />

que se escucha es <strong>el</strong> silencio y no voy a ser tan arrogante de hablar de<br />

algo porque es justo lo contrario. Si no está nublado, afuera se verán las<br />

estr<strong>el</strong>las que recuerdan a los reb<strong>el</strong>des su insignificancia esencial y su<br />

sincronización est<strong>el</strong>ar. Después de quedarse un rato mirándose sin verse,<br />

volvió la conversación tan rápido como <strong>el</strong> silenció se desvaneció.<br />

—Quien ha visto <strong>el</strong> presente todo lo ha visto —insistí a Sancho—. A<br />

saber cuántas cosas han surgido desde la eternidad y cuántas cosas<br />

permanecerán hasta <strong>el</strong> infinito… Pues todo tiene un mismo origen y un<br />

mismo aspecto.<br />

—Eso no es tuyo —me advirtió <strong>el</strong> escudero.<br />

—Ya ¿y qué? —le solté—. Nada es de nadie pero esto lo dijo <strong>el</strong><br />

estoico Marco Aur<strong>el</strong>io (121-180), <strong>el</strong> Emperador d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de General<br />

Máximo Décimo Meridius. Han cambiado más a los sapiens que a los<br />

953


decorados. (Marco Aur<strong>el</strong>io es d<strong>el</strong> siglo II y desde antes de entonces ya se<br />

decían frases así. ¿Podría haberlas dicho <strong>el</strong> caballero Alcor d<strong>el</strong> siglo<br />

XXI?, ¿Tanto se repite todo?) [Ver Gladiator.]<br />

—La muerte —afinó Sancho— es <strong>el</strong> descanso de la impronta<br />

sensitiva, d<strong>el</strong> impulso instintivo que nos mueve como títeres, de la<br />

evolución d<strong>el</strong> pensamiento, d<strong>el</strong> tributo que nos impone la carne.<br />

(En Matrix lo dicen así: Tengo la impresión de que necesitas<br />

desconectarte amigo, tienes que descansar y divertirte; negar<br />

nuestros impulsos es negar, justo, lo que nos hace sapiens; cuando<br />

empezamos a pensar por ustedes, en realidad se convirtió en<br />

nuestra Civilización; sé que este filete no existe, sé que cuando me<br />

lo meto en la boca es Matrix la que le está diciendo a mi cerebro:<br />

es bueno y jugoso).<br />

—Eso tampoco es tuyo —me percaté con la cita sobre la muerte.<br />

—Ya lo sé ¿y qué? —bromeó Sancho—. Es d<strong>el</strong> mismo emperador y<br />

maestro d<strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de Máximo Hispano anterior (Leer <strong>el</strong> Libro VI de<br />

Meditaciones de Marco Aur<strong>el</strong>io; si se lee entero <strong>el</strong> libro completo de los<br />

Libros, no pasa nada).<br />

—Por tanto estar precisamente en <strong>El</strong> Presente —me dijo<br />

asombrado—, ¡Cómo cunde contigo <strong>el</strong> tiempo! Te conozco hace unas<br />

horas y fíjate todo lo que me ha pasado. Quizá sea una característica de<br />

los Capuchinos.<br />

—¿Mande?<br />

—A los de esta Orden se les obligaba hasta hace poco llevar barba y<br />

como vos la lleváis, pensaba que lo mismo pertenecíais a esta Orden<br />

junto a los demás barbados. Hoy día no es lo habitual porque para<br />

aparecer ante dios como dios manda, hay que estar bien afeitados. Esta<br />

característica singular permitía llamar a los capuchinos «barbas largas»<br />

igual que «los blancos» son los cistercienses, «negros» los bernardos,<br />

«marrones» los franciscanos, «blanquinegros» los dominicos y los<br />

templarios son los de «la cruz en <strong>el</strong> escapulario.»<br />

—¿Qué tienen que ver todos esos conmigo?<br />

—Lo decía por lo de la barba que tenéis mi maestro, Marco Aur<strong>el</strong>io<br />

y también vos. Os dan igual las canas y no os afeitáis como hacen los<br />

más sumisos a <strong>El</strong> sistema.<br />

—¿Por qué hablas sólo de monjes?<br />

954


—También he citado a frailes (los dominicos). Un monje tiene <strong>el</strong><br />

voto de estabilidad y un fraile no. Metido en Matrix como estás, admiro<br />

tu estabilidad.<br />

—No sé de modas y rechazo las imposiciones así que si los p<strong>el</strong>os<br />

salen naturalmente de la cara, será por algo. Demasiado es que me la<br />

corto cada no sé cuanto. Además, cuando has traspasado los<br />

cuatrocientos años, cincuenta más o menos te dan lo mismo así que lo de<br />

las canas…<br />

—Pues te quitarías unos cuantos añitos de encima<br />

—¿Para ser más joven que yo? Paso Sancho, todo eso es un rollo<br />

artificial, realidad de Matrix en estado puro. Evito mirarme en <strong>el</strong> espejo<br />

no sea que caiga en la tentación de verme más guapo que yo, un gran<br />

alimento para <strong>el</strong> ego. Fíjate que me lavo la cara cuando a medio día voy a<br />

la piscina; con la cantidad de lejías que le echan, seguro que ese agua me<br />

arranca hasta las pestañas. ¿Cómo es que tienes tanto empolle sobre los<br />

monjes?<br />

—Seguro que son artificios tuyos. Yo no sé lo que sé, al parecer me<br />

lo implantas tú con pastillas azules, anestesias con siestas o con un negro<br />

que impone <strong>el</strong> guión. Los frailes hacen votos solemnes de pobreza,<br />

castidad y obediencia y los r<strong>el</strong>igiosos hacen los votos perpetuos; que los<br />

cumplan o no es harina de otro costal en <strong>el</strong> que no nos vamos a meter<br />

por prudencia y bondad. Los monjes hacen aparte <strong>el</strong> voto de estabilidad<br />

y los curas hacen la promesa c<strong>el</strong>ibataria pero no hacen votos.<br />

—Los jesuitas hacen <strong>el</strong> voto de obediencia al papa, una exclusiva<br />

para que no usurpen este poder contra <strong>el</strong> que tantas veces han<br />

conspirado. Lo d<strong>el</strong> «papa negro» es porque demasiados confunden <strong>el</strong><br />

control d<strong>el</strong> papa con <strong>el</strong> control d<strong>el</strong> general de los jesuitas.<br />

—¡Son unos mafiosos! Entonces ¿qué haces con <strong>el</strong> tiempo para que<br />

sea tan mágico a tu lado, qué me está pasando?<br />

—Quizá sea <strong>el</strong> contagio de la Cuarta Dimensión —le intentaba<br />

explicar—. Si te fijas bien, realmente no nos ha pasado nada. Lo más<br />

destacable y además por evitable, ha sido un viaje en coche a Madrid de<br />

ida y vu<strong>el</strong>ta porque por lo demás, no hemos hecho nada.<br />

—Pero con don Quijote no es igual —victimó <strong>el</strong> escudero.<br />

—Con lo cariñoso que es —le contesté con firmeza—, seguro que te<br />

ha mimado y no estabas acostumbrado a un caballero dinámico que te<br />

está dando más caña.<br />

955


—Sea por la caña o por lo que «sea» —me dijo Sancho—, lo que te<br />

quería decir es que te he conocido este mediodía y aseguraría que te<br />

conozco de toda la vida. No sé cómo lo haces pero haces algo.<br />

Hay veces que los alquimistas utilizan <strong>el</strong> silencio para explicarse y<br />

esta es una de esas ocasiones. Así que aclararé que si <strong>el</strong> caballero don<br />

Quijote es <strong>el</strong> alquimista de la escritura, <strong>el</strong> caballero Alcor es <strong>el</strong> d<strong>el</strong> tiempo<br />

(eso que no existe, no sea que me lo pongan a currar y lo jodan).<br />

—No quiero abandonar este momento —me confesó Sancho.<br />

—Congélalo y estará siempre viviendo —le dije—. Ésta es una de las<br />

cosas que no cambian.<br />

—Ayúdame a encontrar <strong>el</strong> poder para mantenerlo —me pedía<br />

Sancho.<br />

—No abandones este momento —le sugerí como caballero<br />

atemporal—. Intenta pasar de un Presente a otro y experimenta la<br />

Dimensión Atemporal.<br />

—Había escuchado —aportó Sancho— que es difícil recordar las<br />

voces y que lo primero que se olvida de una persona es su voz. ¿Y lo<br />

último?<br />

—No sé —le respondí después de hacer un barrido fugaz en mi<br />

memoria—. Posiblemente su mirada, sus manos o puede que su<br />

fragancia. ¿Has escuchado <strong>el</strong> atardecer de lejos?<br />

—¿Lejos de cuándo? —me preguntó atónito <strong>el</strong> escudero—. <strong>El</strong><br />

espacio es eterno y <strong>el</strong> tiempo es infinito.<br />

—¡Dame un abrazo Sancho, que no te imaginas lo que te quiero!<br />

—le dije a Sancho emocionado por la v<strong>el</strong>ocidad de su microprocesador<br />

(la respuesta) y su leal afecto—.<br />

Y se abrazaron estrechamente por primera vez. No sabía Sancho <strong>el</strong><br />

escudero ni Alcor <strong>el</strong> caballero lo que estaba sucediendo en ese momento<br />

y <strong>el</strong> que lo sepa «yo» (¿quién, él?), no va suponer que lo vaya a chafar;<br />

porque los finales no se cuentan ¿verdad?<br />

Antes de volver a la estancia contigua, <strong>el</strong> caballero Alcor agradece a<br />

Sancho su existencia. Le dice (futureando) que se encargará de difundir<br />

en la realidad de Matrix que no es san Chijote porque Sancho ya pasa de<br />

<strong>el</strong>lo: ha descubierto que es <strong>el</strong> inmortal alter ego d<strong>el</strong> caballero don Quijote<br />

que ha desterrado al ego por un agujero negro, <strong>el</strong> mismo por <strong>el</strong> que van a<br />

empezar a salir los corruptos políticos que han destrozado la b<strong>el</strong>leza de la<br />

Isla y los que se espían dentro d<strong>el</strong> mismo equipo, junto a los chovinistas,<br />

956


nacionalistas y cualquiera que siga dormido en sus laur<strong>el</strong>es llenos de<br />

mierda.<br />

Le dice que sentirse escudado por él es como sentirse v<strong>el</strong>ado; mucho<br />

más que vigilancia, es una mezcla de tolerancia y aceptación que unidas a<br />

su «verborrea deslenguada» y directa, está viviendo un Presente de los<br />

que no se pueden recordar. «La vida contigo es muy diferente a la vida<br />

con nuestro maestro. Tú me impulsas a vivir con dinamismo y él con<br />

estoicismo. ¡Ya veremos la mezcla que salga!»<br />

—Te quiero agradecer tu compañía y lealtad en la Segunda<br />

Dimensión —reconocí— cuando en tantas ocasiones, Cide Hamete se<br />

entremezcla con otros nombres y apariencias en los dos «Quijotes»<br />

editados hasta ahora y juntos tenemos más de un encuentro legendario<br />

con gigantes y con capullos. Ha sido como cuando hemos estado en<br />

Madrid, que al estar a tu lado junto a la psicopatía integrada, me sentía<br />

protegido d<strong>el</strong> ego.<br />

»Escucharte hablar con los validos d<strong>el</strong> rey, me recuerda cuando<br />

despachábamos al Consejo Privado y al de <strong>Estado</strong> de F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong> Pederasta.<br />

<strong>El</strong> de Espinosa se ponía a fibrilar cuando nos veía entrar por la puerta y<br />

al de Alba le daban migrañas nuestros parlamentos…<br />

—Cuando F<strong>el</strong>ipe <strong>el</strong> incalificable te veía aparecer —me interrumpió <strong>el</strong><br />

inmortal escudero—, directamente se cagaba porque sabía que no te<br />

podía matar (aunque lo intentara) y no te podía aguantar (aunque<br />

quisiera). De Juana sé más que tú porque como a ti no te podía ni ver,<br />

algunos ratos más que tú estuve con <strong>el</strong>la. La super Channing de la<br />

hispanidad, más fría que un reptil, más venenosa que la cicuta, más<br />

asesina que la muerte, más vengativa que revenge y más perversa que<br />

Cru<strong>el</strong>la Devil, ante tu presencia, metía la lengua donde quisiera y se<br />

comía los sapos porque <strong>el</strong>la era la culebra, con perdón de las <strong>el</strong>egantes<br />

serpientes que espero sepan disculparme.<br />

—Yo os agradezco, caballero Alcor —correspondió Sancho medio<br />

emocionado sabiendo que la peor vejez es recordar la juventud (¿aunque<br />

tenga 400 años?)—, <strong>el</strong> honor que me concedéis por dejarme estar en<br />

vuestra compañía, no concibo cómo sería la vida sin estos «pormenores»<br />

que me suceden a vuestro lado igual que cuando estoy con don Quijote.<br />

Admiro vuestra lealtad, os admiro por <strong>el</strong> trato que dais a Alcor y a Fusa,<br />

y sobre todo admiro de vos que La Reb<strong>el</strong>día siga corriendo en vuestras<br />

venas como lo hacía cuando escuché hablar de Salvaje por primera vez.<br />

No creo que fueras de los Abencerrajes que se fueron a Las Alpujarras<br />

957


después de la capitulación Granada, porque no te casas ni con… más<br />

que con Reb<strong>el</strong>des.<br />

958<br />

No perteneces a ninguna tribu<br />

ni militas en ninguna congregación<br />

porque eres de los Alpha Centaury,<br />

un humano que siente ¡Reb<strong>el</strong>ión!<br />

»De las contradicciones con las que vivís —añadía Sancho todavía—<br />

son menores si son las que os permiten vivir con ecuanimidad y<br />

equilibrio. Concebir la existencia como vos la creéis y que disfrutéis de la<br />

vida bajo la influencia de Matrix como lo hacéis, es ejemplar para mí,<br />

sencillamente, porque este escudero inmortal no sabría hacerlo ni<br />

disfrutar plenamente como lo hacéis vos. Os agradezco la hospitalidad<br />

que nos estáis brindado y de lo plenamente servido que se siente don<br />

Quijote junto a vos. Si sólo os quisiera por todo esto, tendríais mi fi<strong>el</strong> y<br />

leal amistad de por vida; pero si añadís <strong>el</strong> respeto que cuando te cita o en<br />

silencio sé que don Quijote siente por ti, entenderíais que cuanto os he<br />

dicho de psicópata, enajenao, doctor o civilizombi, han sido chascarrillos<br />

didácticos para expulsar <strong>el</strong> ego más recóndito que tengas activo en <strong>el</strong><br />

cuerpo. Tu ecuanimidad y serenidad me valen como meta a alcanzar,<br />

sobre todo, cuando he comprobado conforme pasan las horas la mala<br />

leche que puedes llegar a tener. Me gusta cómo controlas porque lo<br />

haces sin avasallar; no te disgustes con los cretinos que no lo sepan<br />

apreciar. Sabes que tienes carisma así que cuídate d<strong>el</strong> ego de por vida,<br />

porque sale sin invitación, hiriendo por encima d<strong>el</strong> resto, al que lo<br />

esgrime.<br />

»Lo que haces con <strong>el</strong> tiempo no se puede agradecer porque si se<br />

pudiera decir con palabras, es que no se ha compartido la quieta<br />

fugacidad que se sincroniza contigo. Como sabéis lo m<strong>el</strong>indrosas que son<br />

las palabras cuando se trata de decir «algo», don Quijote me ha<br />

transmitido de vos un aura espiritual que sólo se puede sentir porque<br />

nunca habla en palabras.<br />

Sancho añadió que si <strong>el</strong> traspaso dimensional era la mayor «novedad»<br />

que jamás hubiera imaginado, reconoce que lo que sintió cuando decidió<br />

perseguir y la persecución de Alcor, será algo que no olvidará por similar.<br />

—Sentía mucho pressing —nos recordaba Sancho— porque sabía<br />

que anoche la cagué gravemente con <strong>el</strong> rey por cómo sentía a mi maestro<br />

de alterado. Buscando la alfana de Muzaraque como salida de emergencia<br />

que solucionara <strong>el</strong> estropicio, Alcor nos encontró y sentí algo tan


desconocido que, sabiendo que perseguía a can y no a equino, ocurrió lo<br />

que ha sucedido. No lo olvidaré ni más allá de cuando se termine la vida<br />

en esta Dimensión; todo, gracias a la vibración que percibí y a la decisión<br />

que tomé por seguir junto a su compañía.<br />

—«¿Quién duda —arremetí a Sancho— sino que en los tiempos<br />

venideros, cuando salga a la luz la verdadera historia de mis famosos<br />

hechos, que <strong>el</strong> sabio que los escribiere no ponga cuando llegue a contar<br />

esta mi última salida tan de madrugada, desta manera?: Dichosa edad, y<br />

siglo dichoso aqu<strong>el</strong> adonde saldrán a la luz las famosas hazañas mías,<br />

dignas de entallarse en bronce, esculpirse en mármoles y pintarse en<br />

tablas para memoria en lo futuro.¡Oh tú, sabio encantador, quienquiera<br />

que seas, a quien ha de tocar <strong>el</strong> ser coronista desta peregrina historia,<br />

ruégote que no te olvides de mi buen Alcor, compañero eterno mío en<br />

todos mis caminos y carreras!»<br />

—Hasta en la Época Umbrática haría f<strong>el</strong>ices a los que quisieran<br />

dejarse acompañar por él —dije a Sancho visiblemente emocionado—.<br />

Él será <strong>el</strong> hilo conductor que conecte al autor con Reb<strong>el</strong>día.<br />

—<strong>El</strong> sabio encantador y coronista desta peregrina historia no ha<br />

sacado a Rocinante d<strong>el</strong> prado de hierba por cariño y no por olvido (¿qué<br />

íbamos a hacer con un caballo en la Alcalá de Henares d<strong>el</strong> siglo XXI?).<br />

Que la Dehesa de los Hueros, lugar donde ha pasado la mayor parte de<br />

su vida cuando no estaba en su guarida, se acostumbre a vivir sin su<br />

compañía cuando Alcor sea requerido para conectar al autor con su libro<br />

en cualquier porción d<strong>el</strong> Multiverso.<br />

—Para ser impecablemente leal con ese suceso —me correspondió<br />

Sancho—, también he de decir que encontrarnos con vuesa merced<br />

r<strong>el</strong>ajó <strong>el</strong> potencial «infarto» que podría haber sufrido nuestro maestro y<br />

mi señor. ¿Qué hubiéramos hecho sin él?<br />

—Nada Sancho —afirmé irrebatiblemente—. Mi vida sin don<br />

Quijote ni <strong>El</strong> Quijote… ...no existiría —terminé después de un instante<br />

eterno.<br />

También (me) añadió Sancho que estaba muy a gusto en mi<br />

compañía pero que quería terminar de leer para enterarse de lo que iba a<br />

pasar con su vida y la de toda la Humanidad. —¡Vaya invitación<br />

subliminal!— se podría pensar si se tomara de manera personal. Lejos de<br />

<strong>el</strong>lo, Sancho me explicó que cuando gritó ¡¡Eugeniaaaa!! se sentía como<br />

cuando su atención se fijó en Alcor hasta que se sentó sobre la roca<br />

junto al caballero Alcor. Sentirse así es lo que le impulsa a querer seguir<br />

959


leyendo y vivir lo que le puede acontecer siguiendo <strong>el</strong> pulso de esa nueva<br />

vibración. «Sabía que me sentiría entendido porque nadie mejor que vos<br />

para entender “estos instantes previos”» —dijo escudero a caballero—.<br />

Como después podrían seguir hablando, pidió licencia para interrumpir<br />

<strong>el</strong> intermedio no sin antes corresponder al agasajo con otra historia más<br />

que se contaron de pié.<br />

—¿Sabes a qué me recuerda La residencia de los dioses de la Armórica<br />

Atlántica de Francia? —me salió Sancho, ¡como siempre!, antes de que<br />

moviera los pies.<br />

—A un batido de plátano e higos —respondí.<br />

Los caballeros no son muy amigos de las adivinanzas e incluso puede<br />

llegar a ser algo que les cargue. Ya que Sancho había conseguido recaptar<br />

su atención y viendo la expresión d<strong>el</strong> <strong>César</strong>, reculó a toda hostia y fue<br />

directo al grano.<br />

—Me recuerda a «Villa PSOE» de la Galicia Atlántica de España<br />

—aclaróme Sancho.<br />

—Explícate porque no encuentro ni <strong>el</strong> más mínimo parecido.<br />

—Pues hay un aspecto esencial que coincide exactamente en las dos<br />

villasidencias.<br />

Y ante la cara d<strong>el</strong> caballero Alcor siguió sin adivinanzas ni misterios.<br />

—Te lo voy a contar con una introducción… —me decía Sancho<br />

que al entender mi mirada se corrigió.<br />

»Te voy a contar una sola frase de introducción —rerreculó <strong>el</strong><br />

escudero— porque me imagino que ya sabes lo de la corrupción d<strong>el</strong><br />

PSOE y d<strong>el</strong> PP, de IU y de CiU, d<strong>el</strong> PNV y hasta de la PSV, y d<strong>el</strong> resto<br />

de los partidos y de los psicópatas políticos de España. (En la primera<br />

transcripción aparecía «políticos» y se omitía psicópatas; la definitiva<br />

queda como <strong>el</strong> original. Si Eugenia llama psicópatas a las diosas ¿qué<br />

puede importar <strong>el</strong> llamar psicópatas a unos corruptos idiotas?).<br />

»Si te fijas bien en las viñetas —seguía Sancho cumpliendo su<br />

palabra—, La residencia de los dioses se construye a menos de 20 metros de<br />

la playa. Fin de la introducción. Bien, pues en la isla de Arosa han<br />

construido otra igual de asquerosa y además, a menos de 20 metros de la<br />

playa. ¡No me digas que no coincide exactamente igual! También<br />

coincide la estupidez de sus compradores o «ganadores» y las<br />

extravagancias que comenten desde que entran hasta que salen… d<strong>el</strong><br />

capítulo. Porque mientras que aparecen en las viñetas, todo lo que hacen<br />

por fuera y por dentro es muy cutre; quizá, lo único que los salve en <strong>el</strong><br />

960


más allá es cuando dicen al arquitecto que se meta la residencia de los<br />

dioses por <strong>el</strong> culo.<br />

»Como esta olorosa gestión es la única diferencia entre la Residencia<br />

de los corruptos senadores romanos y la Villa de los corruptos políticos<br />

socialistas (<strong>el</strong> resto de vicisitudes y de marionetas son las mismas versión<br />

tras versión de la aburrida Civilización), volveremos de la Galia a la<br />

Galicia Atlánticas y d<strong>el</strong> año -50 al 2009 para informarte que: La<br />

democrática e incorruptible Administración de los gallegos ha incoado<br />

un expediente de demolición contra unas construcciones vecinas a la de<br />

los corruptos gobermangantes d<strong>el</strong> PSOE. ¡Seguro que los muy cabrones<br />

quieren mejorar sus vistas y un vecindario con más glamour! Mientras<br />

que la «villasidencia» de los compinches goza d<strong>el</strong> Nihil Obstat de la<br />

susodicha Administración, las casas de los vecinos gallegos están<br />

pendientes de un martillo pilón (como <strong>el</strong> gallo de Astérix). ¡Qué caciques<br />

son los corruptos políticos!<br />

»No hará falta que te informe que lo único que no coincide entre la<br />

realidad d<strong>el</strong> cómic y la realidad de Matrix es la región en la que hacen <strong>el</strong><br />

descalabro ambiental; pero te reseño otra coincidencia que es la más<br />

descarada: la impunidad con la que se comete <strong>el</strong> desmán; coinciden en la<br />

realidad d<strong>el</strong> cómic y en la de Matrix: La residencia de los dioses y Villa<br />

PSOE de Arosa. En <strong>el</strong> cómic no hay ni ecologistas, ni ONGs, ni<br />

sindicatos, ni SAMUR, ni Greenpeace, ni Amnistía Internacional, ni la<br />

ONU, ni <strong>el</strong> Banco Mundial; están los civilizombis cegatos de siempre, los<br />

corruptos senadores de siempre y por supuesto… ¡¡los reb<strong>el</strong>des!!<br />

Nosotros somos los que les tenemos que recordar que no lo pueden<br />

hacer con tanta [¡ni ninguna!] impunidad. Nosotros somos los<br />

encargados de que los corruptos senadores [y diputados] se vayan por<br />

donde vinieron: por un psicópata agujero negro.<br />

—¿Cómo no había visto todo esto? —cuestioné flipando.<br />

—Un protón de información —justificó <strong>el</strong> escudero— no es un<br />

átomo en medio de este marasmo.<br />

—¿Qué hacemos? —le pregunté «desorientado».<br />

—Como ya te he dicho —me recordó <strong>el</strong> escudero y con mucha<br />

razón—, esta pregunta está reservada para la materia más importante de<br />

esta salida inmortal antedicha en <strong>el</strong> evangélico Prólogo; pero tratándose<br />

de ti, te voy a responder solicitándote que ya que soy mayorcito, me dejes<br />

despachar a gusto, sin censuras ni tacos, con un menda que es plebeyo y<br />

961


con esa característica psiquiátrica que comparte con la Channing de la<br />

Comunidad.<br />

»Sr. Pepiño —le preguntaría Sancho si <strong>el</strong> otro tuviera cojones para<br />

plantarse frente a él— ¿cómo es posible que sea <strong>el</strong> dueño de un ático<br />

«ilegal» en la isla de Arosa a menos de 20 metros de la playa? ¿Es usted <strong>el</strong><br />

representante de los derechos de los ciudadanos o parte de una panda de<br />

golfos que personifican la máxima expresión de la corrupción actual en<br />

España? Piense (si es que sabe), que si Villa PSOE de Arosa es la<br />

actualización de «La residencia de las diosas», usted sería uno de los<br />

«afortunados idiotas» a los que las «divinas de la muerte» utilizan como a<br />

pringaos (Ver La residencia de los dioses). Mire las caras que los gabachos<br />

pintan a los cómicos beneficiarios de los «dones» divinos de la Pax<br />

Romana, analice la flaccidez de sus cuerpos, intuya sus planos<br />

encefalogramas y mírese al espejo en esta decadente Pax Americana. [No<br />

tienen gafas porque en aqu<strong>el</strong>la versión de Pax no se usaban porque si<br />

no…<br />

»Cualquier coincidencia con la realidad no es por casualidad, es parte<br />

de una agenda, es que usted es un títere más y un personaje más d<strong>el</strong><br />

cómic (una mezcla entre <strong>el</strong> psicópata arquitecto y la afortunada parejita)<br />

pero <strong>el</strong> doble de «pringao»; lo de «<strong>el</strong> doble» es porque además de la<br />

personajal comparación, la posesión de «su» ático podría estar «pringao»<br />

porque se lo hayan «untao». Como sea una de las «mercedes enriqueñas»<br />

que se reparten los sociatas, peperos y demás, como si España fuera un<br />

botín en vez de un reino, voy a llamar a Pedro I de Castilla, mal llamado<br />

<strong>el</strong> Cru<strong>el</strong> y <strong>el</strong> Justiciero, otro al que asesinaron porque «Ni quito ni pongo<br />

rey pero ayudo a mi señor», para que les parta la cara de una puta vez.<br />

Descúbrase de la careta, si puede, y aclare a quiénes protegen porque los<br />

Reb<strong>el</strong>des gentiles afirmamos que satrapillas como su ni señoría [ahora sí],<br />

amparan a la corrupción y están construyendo la decadencia de Imperio<br />

Pax AWL American Way of life). Pero sabemos también que no nos<br />

hacen ni «puñetero» caso. STOP. De momento. STOP FINAL. [¡Qué<br />

difícil es sustituir con comillas algunas palabras!; (será por no repetirse.)]<br />

»Cuando se abusa de manera tan impune de los ciudadanos que les<br />

pagan <strong>el</strong> su<strong>el</strong>do, siempre resurge un Caballero Reb<strong>el</strong>de para meter en<br />

cintura al Congreso. Recuerde al Cid Campeador, recuerde a los<br />

Caballeros Comuneros y prepare la salida de emergencia porque se lo va<br />

a tener que aclarar al maestro de mi maestro «en vivo» y en directo.<br />

962


—Te voy a nombrar doctor de quitarte <strong>el</strong> muerto y echárm<strong>el</strong>o a mí<br />

—le comenté sin sorprenderme—. ¡Qué fácil es hablar! Ya sabes que lo<br />

único grave que aquí se ha dicho es «a toda hostia» porque <strong>el</strong> que Pepiño<br />

tenga un ático de lujo tan bonito, tan «impune» y extravagante, es… lo<br />

normal. Seguro que ya han sacado un proyecto de Ley que lo ampare<br />

gracias a tener una oposición que traga y se queda callada. (España es un<br />

país de muchas Leyes: ¡¡35.000 nada menos!!; es <strong>el</strong> segundo país d<strong>el</strong><br />

mundo con más leyes. <strong>El</strong> primero es fácil de imaginar por lo legal que es<br />

«ese» cabbaglieri y por «lo sagrado» que custodian en su capital: Italia).<br />

—Tienes alucinaciones maestro o bebes alquermes —me dijo <strong>el</strong><br />

irónico mayor d<strong>el</strong> reino—, yo no he escuchado nada tan horrible en esta<br />

realidad corrupta en la que me fijo. ¿Quién va a decir un taco consagrado<br />

en medio de este aqu<strong>el</strong>arre satánico? No pega ni con cola dentro de este<br />

discurso tan fisno. (Tiene razón; renuncio d<strong>el</strong> caballero). No desvíes la<br />

atención porque lo que sí pertenece a esta realidad y Multiverso es <strong>el</strong><br />

dúplex que se ha embolsillado <strong>el</strong> burócrata de cara zombi, baja estofa y<br />

vicecargo [ahora ministro de no sé qué.] (La cara es <strong>el</strong> espejo de la mente<br />

d<strong>el</strong> alma). Además, he aprendido de Cervanpeare y de las p<strong>el</strong>ículas de<br />

HollyParqueNaturalWood a decir sin decir porque ¿quién es Pepiño?<br />

Hay tantos que se llaman así y tantos que sin llamarse así lo pueden ser<br />

que…<br />

—No creo —le dije— que se den casos en los que la fuerza por sí<br />

sola sea suficiente; pero se verá en muchas ocasiones que <strong>el</strong> fraude, por sí<br />

solo, es bastante.<br />

—Eso tampoco es tuyo, ni de Cervanpeare ni de Marco Aur<strong>el</strong>io<br />

—me dijo Sancho.<br />

—Es de Maquiav<strong>el</strong>o así que… Hasta luego —me despedí rimando <strong>el</strong><br />

sonido.<br />

Regresé junto a la compañía de don Quijote y Alcor que seguían<br />

juntos pero no revu<strong>el</strong>tos y cada uno a lo suyo, <strong>el</strong> uno meditando y <strong>el</strong><br />

otro… escribiendo. Sancho se quedó saboreando <strong>el</strong> abrazo y sin que<br />

hubiera ningún por qué, interrumpió la degustación para volver a leer<br />

desde <strong>el</strong> ordenador. Después de la llamada a Eugenia gritando y como es<br />

habitual, Fusa ha desaparecido d<strong>el</strong> mapa de Sancho y como una esfinge<br />

sagrada, está en su asana preferida para recordarnos a los caballeros<br />

reb<strong>el</strong>des lo que es Addithana realmente. ¿Dónde sabe la gata con<br />

«instintiva seguridad» que, aparte de arrumacos, tiene la paz garantizada?<br />

Como en tantas ocasiones, que se lo pregunten a Alcor o a mí. Aunque la<br />

963


ha echado en falta, de momento Sancho se ha puesto a leer donde<br />

Eugenia estaba. La muchacha de la Época Umbrática citaba textualmente<br />

de los cómics para explicar al viejo Mesías cómo eran los eslavos, o sea,<br />

los civilizombis. Así lo hago constar en la transcripción de La Odisea de<br />

Claro.<br />

Me sentía tan indignada que me tuve que salir para que <strong>el</strong> frío d<strong>el</strong><br />

ambiente ayudara a enfriar mi mente. ¿Qué tendrán los civilizombis<br />

para que Claro no esté furioso con <strong>el</strong>los como lo estoy yo? No sé si <strong>el</strong><br />

viejo chochea, si se arrepiente de su posible asincronización o si vivir<br />

<strong>el</strong> proceso de extinción es demasiado para él (tercera persona d<strong>el</strong><br />

singular). Después de coexistir en un ambiente nada hostil, es normal<br />

que soportar la Época Umbrática sea un hueso duro de roer incluso<br />

para los Anticristos que son Mesías. Si sólo cuando empieza a soplar<br />

<strong>el</strong> viento nos tenemos que resguardar de él, cuando se emociona…<br />

Para las que no conocemos otra atmósfera, no nos extraña aunque<br />

estamos hartas sin saberlo.<br />

Me hice ambidiestra porque para escribir, tengo que quitarme<br />

una manopla y la mano se queda fría antes de terminar dos carillas.<br />

<strong>El</strong> cambio de mano es por necesidad porque si no viene la oscuridad<br />

y me tendría que marchar sin terminar ni pa’trás. Es curioso que la<br />

necesidad desarrolle habilidades que no te puedes ni imaginar.<br />

Cuando <strong>el</strong> viejo se enteró de la facilidad con la que escribía con las<br />

dos manos, rimó una ironía que no me hizo mucha gracia. Para los<br />

civilizombis debía de «ser genial» los que fueran ambidiestros pero<br />

que yo lo tenga que ser porque si no me hi<strong>el</strong>o los dedos… ¡No!<br />

Aunque me ha f<strong>el</strong>icitado, no ha colado. Les cambio mi ambihabilidad<br />

por la extinción.<br />

Ni por la f<strong>el</strong>icitación creo en que «No hay bien que por mal venga»<br />

porque conocer a mis indecentes antepasados está siendo muy difícil<br />

de digerir, pero concebir que podías pasear por la playa sin nada de<br />

lo que ahora mismo llevo encima puesto es «…» Me dan ganas de<br />

llorar y por como estoy hoy de sensible me pongo triste; pero la<br />

mayoría de los días, los sapiens me ponen furiosa. [Ver en Internet<br />

http://www.youtube.com/watch?v=DLV6jaZFLro Severn Suzuki.]<br />

964


Mientras que estaba enfriándome a la intemperie, pensé en<br />

querer entender a mis antecesores tal y como lo hace Claro pero al<br />

igual que hay decisiones que se te meten en la mente sin querer y en<br />

un instante, hay otras, como ésta, que no me entran ni queriendo;<br />

llamaré a Eseautomátix para ver si uno de sus martillazos es lo que<br />

necesito para querer a los sapiens sapiens.<br />

Cuando volví a entrar lo hice en son de paz; si <strong>el</strong> viejo quería<br />

explicar las tres descaradas frases… ¡Bien! Si no quiere explicárm<strong>el</strong>as<br />

para justificar a los sapiens y seguimos ad<strong>el</strong>ante… ¡También! Al<br />

sentarme de nuevo ante las aventuras de los reb<strong>el</strong>des, como nadie<br />

decía nada, quise «romper <strong>el</strong> hi<strong>el</strong>o» diciendo:<br />

—¿Sabes a quién me recuerda <strong>el</strong> arquitecto? —le pregunté sin<br />

querer encontrar respuesta—. A uno de los niñatos que mi madre<br />

echó de este entorno para siempre, un… (¿Dejo <strong>el</strong> taco o pongo otra<br />

palabrita más… c<strong>el</strong>estial, …gilicabrón o gamberrete? Ver Astérix y los<br />

normandos).<br />

Observando a este niñato o al gilípata Gudurix en Astérix y los<br />

normandos, no se puede dejar sin responder a una pregunta que por muy<br />

retórica que fuere, es de las que se quedan en <strong>el</strong> tintero si no fuera<br />

porque los recuerdos hacen lo que quieren con la memoria… (¿O será al<br />

revés? ¡Puff, o estoy cansado o <strong>el</strong> disco duro padece un transitorio<br />

overbooking!). Para eso están las emociones, para que <strong>el</strong> caos no se<br />

apodere d<strong>el</strong> desorden (¡Esto sí que lo tengo claro!). Por si a la traviesa<br />

quántica se le ocurre inmiscuirse en <strong>el</strong> determinismo más radical,<br />

responderemos a la pregunta por si no todo <strong>el</strong> mundo sabía la respuesta.<br />

Vayamos lo primero con lo obvio que será hacer la pregunta a la que se<br />

refiere esta entrada de quien sea. ¿Será Sarkozy <strong>el</strong> descendiente de<br />

Vercingetórix? La respuesta es NO, si acaso sería <strong>el</strong> descendiente de un<br />

Cesarito, por supuesto. [¿Y por qué no de un Gudurixín?] Un<br />

descendiente de Vercingetórix podría ser algo más parecido a José Bovè.<br />

—Ese niñato universitario no conoce la autoridad de un<br />

matriarcado; si hubiera sido mi madre la jefa d<strong>el</strong> campamento<br />

romano, los soldados se habrían evitado varios descalabros porque<br />

habría puesto al «más dotado» de los niñatos como se merece: de<br />

cara a la pared sencillamente y como mucho, de rodillas con los<br />

965


azos en cruz con posible pescozón en cuanto se le ocurra moverse.<br />

Son tan dóciles esos imberbes en <strong>el</strong> fondo de su superficialidad, que<br />

no necesitan ni un martillazo, sólo la autoridad cariñosa de una<br />

madre Jefa de Clan que lo destierre a la mínima de cambio. No voy a<br />

exagerar diciendo que sólo con pensar en talar un bosque sería<br />

desterrado pero no exagero si te aseguro que en cuanto marcara un<br />

árbol con la intención de cortarlo, sería expulsado «dinámicasmente»<br />

para siempre.<br />

—¿Qué quieres decir con «dinámicasmente»? —me interrumpió <strong>el</strong><br />

viejo.<br />

—Es que yo también puedo ser fisna —le bromeé para evitar otra<br />

palabrita mayor y mucho más descriptiva—. «Dinámicasmente» es lo<br />

mismo que ha hecho Obélix cuando se queja porque <strong>el</strong> niñato asusta<br />

a los jabalíes; primero le da tratamiento mayestático y si es<br />

necesario, como es en este caso, le percute donde sea menester para<br />

que despierte de su pesadilla profesiolaboral. ¡Desde <strong>el</strong> principio,<br />

como Obélix! Si fuera de mujeres <strong>el</strong> Clan en vez de varones, serían<br />

<strong>el</strong>las las dinámicas que la mente d<strong>el</strong> niñato acallaran.<br />

»Le he visto maquinar estrategias, desafiar y extorsionar a un<br />

centurión, amenazar con arrancar a tiras la pi<strong>el</strong> de todos y que le den<br />

la mano para «volver» a casa por la noche antes de que amanezca: un<br />

niñato. He visto cómo empeora su aspecto,<br />

—la cara de Pepiño que se le pone —añadió <strong>el</strong> escudero Sancho—<br />

cuando <strong>el</strong> centurión cree que han visto en él a un amo de verdad (sólo<br />

le faltan las gafas),<br />

—y también cómo se le ve <strong>el</strong> plumero con su inseguridad y su<br />

cobardía. Desde que los creadores lo han puesto a lloriquear, sabía<br />

que era un psicópata integrado más; después, todo ha sido cosa de<br />

coser y cantar porque cada Programa tiene su funcionamiento.<br />

—¿Por qué tienes tanta seguridad en su calidad de psicópata?<br />

—indagó <strong>el</strong> viejo.<br />

—Porque he visto la cara de mosquita muerta con la que se<br />

presenta —le dije a Claro sin meterle al arquitecto con <strong>el</strong> bisturí—,<br />

cabizbajo, las manitas enlazadas por detrás d<strong>el</strong> cuerpo, la sonrisa fría<br />

966


de reptil y esa cara bobalicona detrás de la que camaleoniza su<br />

destructiva personalidad; vamos, <strong>el</strong> príncipe azul ideal con carita de<br />

niño bueno. Además, calladito, no dice nada o dice a todo que «sí<br />

bwana» al principio, para que nadie sepa la cruda realidad de su<br />

nociva personalidad. Cuando se quita la careta aparece su patológico<br />

y letal talante, rebosante de ego, ira, ambición y soberbia, capaz de<br />

pasar por encima de quien sea y de lo que sea para r<strong>el</strong>lenar su bonita<br />

y, únicamente ficticia, «fascinante» y vampírica vanidad. Un<br />

depredador social más tan maléfico como los psicópatas políticos<br />

que gobernaban en las democracias decadentes de principios d<strong>el</strong><br />

siglo XXI.<br />

»Todo lo que me has contado hace su efecto y cuando conoces<br />

bien una pieza d<strong>el</strong> puzzle Realidad de Matrix, entenderla en su<br />

contexto es más fácil que de la nieve, hacer un muñeco. Tiene <strong>el</strong><br />

arquitecto labia viperina porque al ser un psicópata, no tiene<br />

sentimientos ni remordimientos y negocia con los esclavos con<br />

habilidad y éxito. Sabe cómo conquistar a la gente,<br />

—saben cómo fascinarles —añadió <strong>el</strong> escudero— para metérs<strong>el</strong>os en<br />

<strong>el</strong> escote o <strong>el</strong> bolsillo pero todo es aparente porque son depredadores<br />

sociales que siempre están al acecho. Fingen sensiblerías con cierta<br />

maestría porque como no sienten sino que interpretan afectos, no les<br />

cuesta un carajo plagiarlos. Lloriquean como… gilípatas y si lo estiman,<br />

hasta suspiran. ¡Puagg! ¡Qué asco! ¡Todo mentira! ¡Menudo galletón se<br />

llevaba <strong>el</strong> arquitecto de mi parte!<br />

Son brillantes embaucadores y mediocres manipuladores, pésimos<br />

acompañantes e imitadores de tres al cuarto que calcan poses y mod<strong>el</strong>itos<br />

de actores o actrices, para que <strong>el</strong> resto se crea que «sienten»… hasta<br />

cuando están fingiendo en la cama. Aprenden de memoria, porque son<br />

«int<strong>el</strong>igentes», unas cuantas frases y otras tantas muecas, y… ¡A por la<br />

próxima víctima o presa!<br />

Por cada cosa que dan te cobran por cientos y por cada cosa que les<br />

das, te cogen hasta de los huevos. (Disculpen la «varonilidad desatada»<br />

de Sancho que por rimar olvida la paridad: «te cogen hasta de los ovarios<br />

(¿¡!?) y de los huevos»; aunque creo que lo estarán entendiendo). Para<br />

<strong>el</strong>los, la vida es una p<strong>el</strong>ícula interminable hasta que si los pillan<br />

967


descubriéndoles en «su integración»… ¡los pillan! …¿Y ahora qué?<br />

¿Cómo rehacen las vidas que destrozan si ni lo sienten?<br />

—Son tan manipuladores, mentirosos y lloricas los psicópatas<br />

integrados titulados, que éste termina por meter en cintura a los<br />

esclavos obteniendo <strong>el</strong> que pidan «libremente» a los capataces más<br />

latigazos; se han puesto de parte d<strong>el</strong> psicópata amo y defienden a la<br />

patronal con su vida<br />

—porque dependen tanto d<strong>el</strong> sistema, —completó Sancho—<br />

que lucharían para protegerlo (Ver Matrix); en este caso es firmando <strong>el</strong><br />

Pacto de Competitividad para que aumente la productividad.<br />

—Lo he visto maquinar campañas de publicidad para «imponer»<br />

las residencias de los esclavos a los pringaos civilizombis que<br />

además, se crean dioses. He sentido cómo saborea <strong>el</strong> poder que le<br />

otorga Roma y que usurpa a… a los de siempre.<br />

—¡Eso es Eugenia! —le animó <strong>el</strong> escudero.<br />

—A veces me canso de pensar con asco de los civilizombis; al<br />

final, me va a pasar como a ti y termino aceptándolos para que no se<br />

me queden con tanta frecuencia atragantados.<br />

—Te pasa exactamente lo mismo que a mí Eugenia —dijo <strong>el</strong><br />

escudero—; ¿por qué no lo hablamos?<br />

—Gracias al prospecto implegable que ¡les han dado! al entrar<br />

—siguió Eugenia ¡naturalmente!— he comprobado cómo los engañan<br />

con la publicidad, con la letra pequeña y realmente, con todo lo<br />

demás. Por ejemplo, hay ocho «fotos» en las que muestran <strong>el</strong><br />

ambiente que rodea a la casa: «¡Una vida sana y f<strong>el</strong>iz, digna de un<br />

dios!»<br />

—¿Y qué ves? —preguntó <strong>el</strong> viejo.<br />

—Te voy a responder por orden de aparición —le visualicé— para<br />

que no se quede nada en <strong>el</strong> cajón. Los pies de foto los dejamos<br />

aparte porque definen tan claro lo patético, que no hay nada más que<br />

añadir, «cantan» por sí solos. (¡Vaya traca meten a los niños que leían<br />

estos cómics!).<br />

»La primera foto es directamente mentira. <strong>El</strong> edificio de de nichos<br />

para zombis vivos no está en la maqueta d<strong>el</strong> principio; o sea, que les<br />

968


venden una moto y se encuentran con que era un monopatín. ¡Qué<br />

asco!<br />

»La segunda es fundamental porque los civilizombis van a<br />

comprobar que en la residencia de los dioses van a ser más guapos<br />

de lo que son; <strong>el</strong> espejito mágico que mira <strong>el</strong> andrógino esclavo de<br />

dios y su tonsor, le dice que no sólo es <strong>el</strong> más guapo de todos sino<br />

que es más guapo que él. ¡Qué asco!<br />

—¡Coñó!, tiene razón —confesó Sancho que no lo entendió igual<br />

cuando se lo dijo <strong>el</strong> caballero Alcor—. ¿Cómo puedo sentir que soy más<br />

guapo que yo cada vez que me miro en <strong>el</strong> espejo y no estar enfermo o ser<br />

psicópata?<br />

—La tercera recuerda que una residencia de dioses tiene que<br />

tener un aparcamiento para los niños y qué mejor que internarlos<br />

desde los cero años en una guardería que garantice los latigazos a<br />

los alumnos esclavizados… pero también, con los profesores<br />

esclavos. ¡Qué asco! [¡Qué traviesos los creadores!]<br />

—¡Eso! —dijo Sancho—, ¡que aprendan desde pequeñitos que<br />

tienen que ser los más guapas de la clase y de la escu<strong>el</strong>a!, ¡por favooor!<br />

Pasamos d<strong>el</strong> plano general de la «Urba» y de la apilada<br />

infravivienda particular porque están en blanco y negro; saltamos a<br />

las tres siguientes.<br />

—Un salón para las orgías y dormitorios adosados para echar los<br />

polvos —resumió <strong>el</strong> muy descarado.<br />

—La cuarta, la quinta y la sexta fotografías son mentiras. Son<br />

«cosas» d<strong>el</strong> futuro que «dicen» que van a construir. Cuando llega ese<br />

futuro, los mismo pringaos de siempre que todo lo han pagao, se<br />

dan cuenta de que son unos pardillos y de que los han engañao. Los<br />

entretenimientos de los civilizombis se quedan para <strong>el</strong> futuro. Centro<br />

Comercial, Polideportivo y Casa de Cultura en proyecto de momento,<br />

eran piezas esenciales para <strong>el</strong> entontecimiento de los vecinos; en <strong>el</strong><br />

futuro, dios proveerá. ¿Y la pasta destinada para su construcción? Se<br />

perderá, ¡Seguro!<br />

[En la residencia de los dioses de Villalbilla (pueblo de España<br />

cercano a Alcalá de Henares) conocida con <strong>el</strong> nombre de <strong>El</strong> Viso, está<br />

pasando exactamente lo mismo. No me estoy refiriendo a la realidad de<br />

969


un cómic ni a la Pax Romana; me estoy refiriendo a que en todas las<br />

decadencias de todos los Imperios, siempre sucede lo mismo. «De<br />

momento, que se entretengan con las casitas nuevas en blanco y negro y<br />

después… ¡Ya veremos con qué los entretenemos en vez de construir los<br />

“equipamientos”! La t<strong>el</strong>e es más barata así que ¿para qué complicarse la<br />

vida haciendo lo que se les ha prometido en <strong>el</strong> Programa <strong>El</strong>ectoral?»<br />

Los franchutes lo sabían desde 1971 pero yo estoy hablando d<strong>el</strong> ¡¡2009!!,<br />

de ahora mismo, de la Época de la Luz. Realmente, la profecía no sólo se<br />

está cumpliendo sino que se sigue cumpliendo desde hace más de 40<br />

años en todos los rincones de este «divino» mundo; ahora es cuando ¡le<br />

ha tocado! a los Hueros saborear <strong>el</strong> vaticinio.]<br />

—La séptima fotografía —siguió Eugenia—, certifica que ¡sí! a las<br />

esenciales esclavas pero también a los esclavos; las mujeres se han<br />

liberado y también quieren catar en paridad los efectos de la<br />

masculina estupidez.<br />

—¡Sexo, drogas y rock & roll! es <strong>el</strong> único mandamiento de la Ley de<br />

dios! —anunció <strong>el</strong> escudero.<br />

—Les ordenan todo <strong>el</strong> día, la Publicidad a los civilizombis<br />

esclavos y estos a sus esclavos tonsores. Organizan su tiempo al<br />

milímetro para que <strong>el</strong> borrego no se sienta desorientado y descarríe<br />

al rebaño. En su agenda «enceplanigrama» diaria, apuntan todo lo que<br />

<strong>el</strong> Archivo Publicidad, Trabajo, R<strong>el</strong>ación Social o Comportamiento de<br />

la Carpeta N-ego-cio d<strong>el</strong> Programa Físico dispone; y para cualquier<br />

laguna que pueda tener esta parte d<strong>el</strong> software implementado, tienen<br />

<strong>el</strong> Programa Metafísico con Archivos como R<strong>el</strong>igión, Dogmas,<br />

Doctrinas, Penitencia o Absolución. Desde que se levantan hasta que<br />

preparan la cena.<br />

»Porque después… después viene lo bueno, que también se lo<br />

organizan con la Carpeta Ocio d<strong>el</strong> Programa Físico que es lo que está<br />

en la última fotografía. Una información que les introducen también<br />

de manera explícita, para que se enteren los más tontos de los<br />

civilizombis sin andarse con rodeos subliminales ni artísticas<br />

consideraciones.<br />

—¡No lo dudes, querida Eugenia! —afirmó Sancho—; son<br />

civilizombis que «viven como dios» haciendo todo lo que les dicen y<br />

970


eincidiendo siempre en lo peor. Cuando estás pensando en ligar y a<br />

poder ser además «holgar», no recuerdas lo que te esclaviza <strong>el</strong> flirteo<br />

superficial y todo lo demás. <strong>El</strong> intercambio de fluidos tiene un precio tan<br />

caro, que hasta las Alpha en Un mundo f<strong>el</strong>iz aprenden a subvencionarlo<br />

(Ver Un mundo f<strong>el</strong>iz).<br />

—La octava garantiza que se hacen orgías entre vecinos, vamos,<br />

ponerse los cuernos sin ningún reparo ni compromiso. Un cubata,<br />

una rayita de coca, un metesaca y ya no les qvedará más qve ir a<br />

dormir para esperar vn nvevo día magnífico en <strong>el</strong> que se va a repetir<br />

exactamente lo mismo. Día tras día, semana tras semana, mes tras<br />

mes, año tras año, lustro tras lustro, decenio tras decenio, siglo tras<br />

siglo, milenio tras milenio, versión tras versión… Todos los días lo<br />

mismo. ¡Como dios! ¡Esto es para un civilizombi vivir como un dios!<br />

¿Tienes algo que objetar de tus queridos sapiens sapiens?<br />

»Pues yo sí —me he respondido en vista de que <strong>el</strong> viejo callaba y<br />

callaba—. Resumen en seis palabras una actividad diaria demasiado<br />

importante para obviar lo que significan. Cvando <strong>el</strong> marido vu<strong>el</strong>ve d<strong>el</strong><br />

trabajo… ¡Y ya está! ¿Todo lo que sucede durante la jornada es lo<br />

normal? ¡Pues no, es anormal! Antes ya hemos hablado de que <strong>el</strong><br />

trabajo es <strong>el</strong> único derecho que tienen los esclavos y no vamos a<br />

volver atrás para ver cómo transcurren las jornadas de los<br />

trabajadores esclavos por la nómina a final de mes, las jornadas de<br />

los guardias civiles y legionarios que cobran menos que los esclavos<br />

e incluso las jornadas de los jefes de los esclavos y de los soldados<br />

que pasan las mismas desdichas que sus esbirros y sus<br />

subordinados. ¿Entiendes por qué afirmo sin dudarlo que <strong>el</strong><br />

«brillante» arquitecto es un psicópata integrado perfecto? ¿Has visto<br />

cómo acaba? Pues eso es sólo en los cómics; en la realidad de<br />

Matrix…<br />

—<strong>El</strong> trabajo en que hallamos placer cura la pena que causa; pero al<br />

final, causa más dolor que la pena que espanta —intentaba Sancho<br />

transmitir a Eugenia <strong>el</strong>evando <strong>el</strong> volumen de la voz.<br />

—¡Sancho! Eso no es tuyo —dijo don Quijacbeth desde la<br />

habitación de al lado y metiéndose, sin saberlo, donde no le llaman.<br />

971


—Pero después d<strong>el</strong> punto y coma sí —le especificó Sancho—.<br />

Además, si quiere se lo digo como realmente lo concibió.<br />

—¡Atrévete! —gritó <strong>el</strong> caballero a aquél.<br />

—<strong>El</strong> amor en que hallamos placer cura la pena que causa; pero al<br />

final,… ¿continúo? —desafió <strong>el</strong> escudero.<br />

—¿Quieres que añada algo? —me ha preguntado <strong>el</strong> viejo.<br />

Muchas veces me sucede que no sé cuándo me vacila y cuándo<br />

me habla en serio. Si quisiera usar la lupa como si fuera un bisturí,<br />

podría diseccionar cada milímetro de las fotografías y dejando aparte<br />

sus pies, podríamos pasarnos días hablando d<strong>el</strong> implegable<br />

prospecto inmoral diseñado por un psicópata más. No es plan porque<br />

después (o sea ahora) lo tengo que escribir y se me quedan las<br />

manos h<strong>el</strong>adas.<br />

Las caras que pintan a los cómicos civilizombis más circenses,<br />

seguro que los más teatrales las tienen igual,<br />

—y los actuales pringaos también —dijo Sancho<br />

son como las de siempre: mórbidas, fláccidas, anodinas,<br />

sonámbulas, civilizombis o sonrientes.<br />

Paso por alto todos los comentarios que hemos hecho porque<br />

estoy de los civilizombis hasta los ovarios y únicamente dejaré <strong>el</strong><br />

resumen que ahora se me ocurre (refiriéndose a los personajes d<strong>el</strong><br />

cómic):<br />

Esos rostros pálidos, esos androides andares, esas maneras de<br />

sentarse, esas «desganas» constantes por aplaudir y esas expresiones<br />

bobaliconas que r<strong>el</strong>lenan los mofletes de los sapiens, son la fina<br />

ironía de los creadores que se desahogan d<strong>el</strong> cutre mundo que les<br />

rodea y lo han convertido en <strong>el</strong> leit motiv de todos los cómics. Deben<br />

de ser hombres que ratifican su tiempo y piensan que cuanto más se<br />

parezca <strong>el</strong> arte a la vida, mejor.<br />

Machacar con la vulgaridad hasta <strong>el</strong> aburrimiento de la propia<br />

insistencia, debe tener alguna causa de mucho peso para que los<br />

representaran exclusivamente así. Con respecto a los civilizombis,<br />

quizá me entendería mejor con los galos que con Claro; si les pintan<br />

esas caras, esos gestos, esos cuerpos y esos comportamientos, es<br />

972


que lo tenían muy, pero que muy claro. ¡Son geniales! (los creadores).<br />

Me gustaría conocer a alguien de la realidad de Matrix<br />

—Si estoy aquí Eugenia —decía Sancho un poco desesperado—,<br />

¿no me escuchas o no me ves?<br />

—para que me dijera cómo están las cosas en <strong>el</strong> año 2000 de la<br />

Época de la Luz.<br />

—Fatal Eugenia, muy fatal —confesó <strong>el</strong> escudero voceando.<br />

Cuando <strong>el</strong> Virus Civilización, conocido también con <strong>el</strong> nombre de<br />

Virus Rey Midas, entra en contacto con la aldea, Claro ha entrado en<br />

acción.<br />

—¿Compruebas cómo funciona la infección de Civilización? —me<br />

dijo <strong>el</strong> viejo.<br />

—Está chupado —le respondí—. Lo primero es <strong>el</strong> dinero… ¡No! Lo<br />

primero es que todas las turistas burguesas o golfas de Roma, se<br />

debían de operar los labios antes de «salir de caza» porque si no, iba<br />

a ser demasiada casualidad que insista <strong>el</strong> dibujante tanto, no sólo<br />

con la «psilicona» sino también con <strong>el</strong> rojo d<strong>el</strong> carmín. Las zombis<br />

necesitan pintar sus caras de muertas para atraer a los gallos d<strong>el</strong><br />

rebaño. Para una descendiente como yo ¡imagina la idea que se me<br />

podría quedar de mis Nancys antecesoras si no fuera porque<br />

ponderas su ironía o su crítica!<br />

—Pues tendrías que ver a las que ahora «sacan» por la t<strong>el</strong>e<br />

—aportaba desconsoladamente <strong>el</strong> escudero Sancho—. Están tan<br />

retocadas que parecen cyborg bratzs embutidas en un corsé para que se<br />

les abulten más las tetas de silicona y las cartucheras de colesterol. (Los<br />

cómics son de 1970 y ya se sabe lo que <strong>el</strong> «bienestar corporal» ha<br />

progresado. Ahora, por un cubata entras en un concurso cuyo premio es<br />

<strong>el</strong> aumento de las pechugas. Antes te hinchaban los cojones con un pisito<br />

en las urbanizaciones y ahora te r<strong>el</strong>lenan las tetas por ir a una mierda de<br />

discoteca. Lo mismo pero actualizado y por la paridad, favorablemente<br />

—para los varones— cambiado <strong>el</strong> sexo «afortunado» y <strong>el</strong> lugar a inflar).<br />

—Lo siguiente es <strong>el</strong> dinero, la especulación, la inflación, <strong>el</strong><br />

despilfarro, la chulería… Resumiendo: <strong>El</strong> rollo patatero o si quieres<br />

que te lo diga más fino: la creación de una versión o en este caso<br />

973


concreto, sub-versión de Imperio. (Se pone <strong>el</strong> guión porque si no…<br />

significaría otra cosa que mola más porque es justo lo contrario.)<br />

»<strong>El</strong> problema d<strong>el</strong> rollo patatero —continuaba diciendo al viejo— es<br />

que influye progresiva y realmente en la realidad y comienzan las<br />

complicaciones entre los que antes sabían vivir en paz. Tienen<br />

envidia y tienen competitividad, tienen todo lo que quieren y les falta<br />

Amor que es lo esencial.<br />

»Es igual que la contaminación, que al principio (unos cuantos<br />

lustros) no se nota; pero después pasa a influir etérea y realmente en<br />

la realidad y comienzan las complicaciones entre los que antes sabían<br />

vivir en paz. No tienen agua ni tienen <strong>el</strong>ectricidad, se les acaba <strong>el</strong><br />

suministro de petróleo ni les quedan ánimos para cambiar.<br />

»<strong>El</strong> rollo patatero, o sea, la manera en la que se propaga <strong>el</strong> rey de<br />

los virus Midas, no se percibe de momento pero después de unos<br />

años viene <strong>el</strong> mogollón. Deflación, despidos, decepción, paro,<br />

desolación… <strong>El</strong> caso es que a continuación de «venderles la moto»,<br />

resulta que hay que «bajarse d<strong>el</strong> carro» d<strong>el</strong> bienestar y d<strong>el</strong> progreso.<br />

¡Qué fastidio y qué mogollón!<br />

»La contaminación, o sea, la manera en la que se propagan los<br />

gases de efecto invernadero cuyo rey es <strong>el</strong> CO2, no se percibe de<br />

momento pero después de unos años viene <strong>el</strong> mogollón. Tsunamis,<br />

tormentas de frío, terremotos, huracanes, desequilibrio, erupciones…<br />

<strong>El</strong> caso es que después de venderles la moto de «<strong>El</strong> bienestar y <strong>el</strong><br />

progreso», resulta que hay que bajarse d<strong>el</strong> coche, de la moto, d<strong>el</strong><br />

autobús, de la calefacción y de todo lo que emita CO2 (entre otros<br />

gases). ¡Qué fastidio y qué mogollón!<br />

»Civilización y Contaminación van tan juntas de la mano que la<br />

primera no existe sin la segunda y la segunda no existiría si no<br />

existieran las diosas. Todo <strong>el</strong> mundo a vender pescados, ilusiones,<br />

espadas, demagogias, menhires, esperanzas, latas, progreso, coches,<br />

bienestar, ordenadores, I.A., ropa, futuro, lujo, psilicona… y algunas<br />

otras cosas ¿verdaaad?<br />

—Todo es basura, todo es contaminación —se confesaba <strong>el</strong><br />

escudero—. Todo es una herida, hasta la más leve erosión. [Leer Octavia<br />

974


de Séneca. De la interpretación senequiana de nuestra realidad actual se<br />

puede decor que o lo sabía desde entonces o es que definitivamente, es<br />

siempre igual.]<br />

—Seguro que se me quedan detalles en <strong>el</strong> tintero pero hay otros<br />

que no te comento para no saturar <strong>el</strong> comienzo d<strong>el</strong> capítulo; porque<br />

¡menudo día! Cuando me he levantado, sabiendo lo que me podía<br />

pasar, ni lo he pensado; pero lo que no me podría haber imaginado<br />

es todo lo que me está pasando.<br />

—Y lo que te queda por vivir! —dijo Sancho.<br />

—Esas tres viñetas primeras son la quintaesencia d<strong>el</strong> encuentro y<br />

<strong>el</strong> resto es <strong>el</strong> argumento, sugestivo pero secundario después de eso.<br />

—Ya he notado —me ha dicho <strong>el</strong> viejo— que no estás siendo tan<br />

escrupulosa con <strong>el</strong> análisis de los personajes, tanto de los<br />

protagonistas como los d<strong>el</strong> reparto pero también sé que lo tienes<br />

claro así que por ahora, no voy a añadir nada.<br />

—Pues menos mal —dijo Sancho al viejo—. Como dejes a la<br />

muchacha un microscopio en vez de la lupa, disecciona de los listos<br />

listos hasta <strong>el</strong> carADNet de identidad. ¿Qué más querrá <strong>el</strong> viejo?<br />

—pensó Sancho escudando a «su dama» y olvidando <strong>el</strong> reb<strong>el</strong>de d<strong>el</strong> que<br />

estaban hablando.<br />

Ha habido un detalle que siempre que los encuentro, siempre le<br />

agrada a Claro. He considerado que hay «un fallo», seguro que causal,<br />

en la viñeta que presenta una vista parcial de la aldea convertida en<br />

Mercado Medieval. En uno de los dos posibles bazares que sustentan<br />

<strong>el</strong> progreso d<strong>el</strong> bienestar, «Antigüedades o Pescadería», en uno que<br />

es de Antigüedades anuncian «Pescadería».<br />

—¡Joder Eugenia, tienes razón! —dijo <strong>el</strong> escudero comprobando la<br />

viñeta.<br />

Desde la primera vez que descubrí uno de estos «renuncios» yo<br />

sola, Claro me ha f<strong>el</strong>icitado y me explica que incluso así eran<br />

perfectos. Lo aprovechaba para mitigar <strong>el</strong> vértigo que tenía cuando<br />

me sobrepasaba la idea de transcribir su Odisea. Le decía que habría<br />

fallos, que yo no sabría hacerlo y me explicó que los que «saben»,<br />

también cometen «fallos». No son muchos, es cierto pero en los<br />

capítulos que hemos visto, he percibido tres o cinco.<br />

975


La mutación de los guaerreros galos es la parte sórdida d<strong>el</strong><br />

capítulo. Imagino que al final se reb<strong>el</strong>arán contra sí mismos «pol<br />

hab<strong>el</strong>se» dejado «engañal» como chinos. Al sentir cómo les va la<br />

marcha d<strong>el</strong> Imperialismo, han perdido parte de su encanto pero debe<br />

de ser la manera en la que los criadores explicaban a los esclavos la<br />

degeneración de reb<strong>el</strong>des a civilizombis. Aprenden rápido los<br />

guaerreros iletrados y sin la necesidad de facultad ni de graduado,<br />

asimilan «la inflación» como si fuera un jabalí asado.<br />

—Aquí es parte de un argumento de cómic —ha lamentado <strong>el</strong><br />

viejo— pero en la Historia de la Especie Humana, es una página<br />

trágica y larga que jamás se tendría que escribir, pero no para su<br />

ocultación sino porque no debería de existir.<br />

—Pero ¿si no existe Claro? —clamaba Sancho—, ¿si todo esto es<br />

una ilusión tan persistente que no se pueden despertar? Te vendría muy<br />

bien un paseo por Matrix bajo la protección d<strong>el</strong> caballero Alcor que hace<br />

que los trances más duros duren lo mínimo posible. Puedes ir a Madrid y<br />

volver en un santiamén sin pisar ni «respirar» en esa incubadora descomunal.<br />

Con <strong>el</strong> breve garbeo, te enterarás de todo lo que necesites<br />

saber porque los psicópatas corretean por doquier; no los tienes que<br />

buscar, aparecen siempre que están. Si prefieres la serenidad, te puede<br />

enseñar tantas cosas sin moverte d<strong>el</strong> sitio que asimilarás Matrix para<br />

siempre, pero de recordarla… ¡nunca jamás! La realidad es una ilusión<br />

persistente… como la actual paternidad, abu<strong>el</strong>ete. (Se hacen tantas<br />

pruebas de ADN, por si alguna duda hubiere, que por eso se generaliza<br />

con lo de la actual paternidad: una ilusión persistente, como la realidad).<br />

Pensaba la muy ilusa de mí, que <strong>el</strong> comentario d<strong>el</strong> siliconizado<br />

carmín iba a ser <strong>el</strong> fin pero en honor a la realidad, voy a escribir «lo<br />

demás» que con respecto a las mujeres d<strong>el</strong> cómic hemos dicho<br />

además; conforme avanzaba <strong>el</strong> capítulo, avanzaba mi indignada<br />

corresponsabilidad agravada por mi «solidaridad» sexual.<br />

—No sé —le comenté al viejo como si fuera <strong>el</strong> culpable de mi<br />

asco—, si esa vergonzosa manera de tratarnos a las mujeres, es fruto<br />

de un complejo machista clavado en <strong>el</strong> ego o si como realmente me<br />

temo, «la cosa» debía de ser así. Unos creadores tan finamente<br />

cargados de ironía subliminal y de minuciosidad hasta por <strong>el</strong> último<br />

976


detalle, no pueden ser tan idiotas como para quedar como unos<br />

cretinos para toda la posteridad que incluye a la Época Umbrática por<br />

causalidad. Si insisten capítulo tras capítulo, con tan fino sarcasmo,<br />

resaltando absurdos d<strong>el</strong> género femenino d<strong>el</strong> Hombre, debía de ser<br />

por algo que nada tiene que ver con la casualidad ni con un complejo<br />

sin resolver. Si entonces las mujeres éramos así ¡Qué espanto! (Ver<br />

Astérix, la rosa y la espada, Astérix y Latraviata). [Ver Guerra de novias,<br />

Planes de boda, Las seductoras, Ingenuas y p<strong>el</strong>igrosas, Miss agente especial, En qué<br />

piensan las mujeres, <strong>El</strong> diario de Bridget Jones, Bar coyote, Dr.T y las mujeres,<br />

Gente con clase.]<br />

»Lo repugnante —continué diciendo— no es lo que dicen ni cómo<br />

lo dicen, no es por <strong>el</strong> menú que propone la esposa ni por cómo lo<br />

comen; son los gestos y ademanes que adoptan las que mantienen<br />

cinturita de avispa, aunque pasen los años y las risas.<br />

—Eso sí, un poco alta «la cinturita» o quizá sea <strong>el</strong> polisón porque si<br />

no, menudos traseros llenos de colesterol exceptuando a la predecesora<br />

de la Cicciolina d<strong>el</strong> lifting facial —no pudo reprimirse <strong>el</strong> escudero en<br />

añadir—. (¡Qué lupa!, cómo se nota que es tío).<br />

—Son groseras, son zafias y vanidosas, las típicas que después se<br />

asustan si escuchan un taco decir. ¡¡Qué horror!! —dije llevándome<br />

las manos a la cabeza—. En vez de con un taco, con la extinción las<br />

arreaba yo.<br />

<strong>El</strong> viejo callaba y yo no sabía si era porque otorgaba a lo que<br />

decía o es que no tenía nada que decir.<br />

—<strong>El</strong> rim<strong>el</strong> de las pestañas, los labios pintados y los abalorios,<br />

—continué describiendo <strong>el</strong> cómic a Claro—<br />

—¡Si llevan pintadas hasta las uñas de los pies —dijo Sancho— y<br />

además, con piercings y tatuajes hasta en <strong>el</strong> más recóndito de sus montes<br />

y cuevas! Pueden ser fi<strong>el</strong>es a la diosa Hebe, han salido imitadoras de<br />

Clitemnestra e incluso surgen algunas <strong>El</strong>ectras.<br />

—conformaban toda la chatarra que o se ponían o se<br />

embadurnaban. Pero las descomunales narices… ¿cómo es que no se<br />

colocaban <strong>el</strong> tabique nasal y de paso se quitaban de aquí y se lo<br />

implantaban «allá»?<br />

977


»Y la moda, ¿qué decir de la diosa Moda? No hay más que ver a la<br />

gala que debió de casarse por conveniencia para «desmant<strong>el</strong>ar» al<br />

viejo de la pasta que tuviera. ¡Qué pestañas esculpidas, qué peinados<br />

más «planchados», qué escotes y «canalillos», qué ojos de gatita, qué<br />

posturitas más revoltosas, qué curvas ¡tan p<strong>el</strong>igrosas! y qué ceñidos<br />

tan pijitos! Y claro, <strong>el</strong> negocio que quiere montar la más indigente<br />

mental es una «poutique» con pescados malolientes que disimularan<br />

los olores propios de ese tipo de intimidad ¿qué podría ser si no?<br />

—¡Joder Eugenia, necesito conocerte ya! —decidió Sancho<br />

invocando a la Ley de la Atracción—. ¿Por qué reinsisten los artistas en<br />

pintar napias descomunales también a las arpías?<br />

—Desapareciendo las turistas, desaparecen las mujeres d<strong>el</strong> cómic<br />

—terminé de decirle— y nuestra intervención no es una de las<br />

páginas de la honra de una mujer en, al menos, esta ocasión. No me<br />

cambio por <strong>el</strong>las por muy princesas de Polisarcia que se creyeran.<br />

Entre las reb<strong>el</strong>des galas y las turistas paisanas hay algún escalón de<br />

diferencia que expresa claramente la progresiva y cutre deformación<br />

d<strong>el</strong> sexo femenino aunque la mente de todas, reb<strong>el</strong>des y civilizombis,<br />

padezca <strong>el</strong> mismo des(a)tino: «Pensamiento Único». [Ver <strong>El</strong> círculo.]<br />

—No cambiaría a mi Mari Gutierrez ni por Andandona ni por<br />

ninguna de estas bonitas tías —evaluaba <strong>el</strong> escudero en vista de lo<br />

visto—. ¡Cuánto te quiero Teresina mía, madre, mujer y esposa a la vez!<br />

Me sentía extraña, alterada, y no sabía <strong>el</strong> porqué. He pensado si<br />

puede ser por <strong>el</strong> tema de conversación pero lo he descartado porque<br />

ya lo hemos hablado de otras maneras y no me sentía igual. Cuando<br />

<strong>el</strong> viejo y yo discutimos, reconozco perfectamente cómo me siento<br />

porque lo hacemos a veces y a menudo. Pero no es eso, es otra cosa<br />

mayor y desconozco si esto es <strong>el</strong> antecedente o la consecuencia. Algo<br />

me tiene alterada, algo me está sucediendo que si digo que es en la<br />

cabeza es para que se me entienda pero si se quiere saber la<br />

realidad, esto que me pasa tan intenso «me sucede fuera de mí».<br />

Después de escucharme despotricar hasta reventar, <strong>el</strong> viejo se<br />

limitó a condensar respondiéndome:<br />

978


—En las decadencias de los Imperios, siempre pasa igual: todo <strong>el</strong><br />

mundo pierde los pap<strong>el</strong>es y todo es un perfecto caos.<br />

Flaco favor me hizo con ese comentario pero después todavía<br />

añadió:<br />

—En la corrupción de la última versión, la Americana, <strong>el</strong><br />

desmadre fue tan general que superó a la suma de todos los<br />

anteriores. La t<strong>el</strong>evisión hizo tales estragos que la demencia se mutó<br />

en psicopatía. Todas princesas, todas reinonas, todas super stars,<br />

todas muy monas.<br />

Como me empiezo a sentir un poco mal, voy a escribir, para<br />

desahogarme yo y para equilibrar <strong>el</strong> discurso, un súper resumen de<br />

lo que hasta ahora se han llevado los «señores». Se llevan tantas<br />

«__s___s» los varones por cobardes, lloricas y «mamones»,<br />

—¡Muy bien Eugenia! —f<strong>el</strong>icitó <strong>el</strong> emocionado escudero sin que se<br />

pueda decir exactamente a quién—. ¡Como los «jeroglíficos» d<strong>el</strong> cómic!<br />

—añadió al ver la «grafía» que utiliza Eugenia para codificar algunas<br />

palabras—. No sea que después, venga <strong>el</strong> censurador de todo y reste<br />

sentido a la obra por una palabra sola.<br />

que porque ahora no es <strong>el</strong> tema, es por lo que no se aumenta su<br />

reseña. En La Odisea de Claro se llevan <strong>el</strong> primer plato por varias<br />

razones.<br />

La primera es tan sencilla que recordarla es únicamente por<br />

aburrir: eran unos patriarcas, chuletes, niñatos y machistas con<br />

menos cojones que <strong>el</strong> menda d<strong>el</strong> cómic que sólo se atreve a<br />

preguntar ¿Y si rehúso ir a las Galias? ¡Qué «caras de santo» varón le<br />

pintan después!<br />

La segunda porque aunque Claro contemporiza en general con<br />

los civilizombis, cuando habla de los varones se pone especialmente<br />

incisiva y mordaz. Ser de su mismo sexo debe darle confianza para<br />

despacharlos con respeto pero muy en <strong>el</strong> punto justo; si tenían la<br />

misma composición bioquímica, la «misma» testosterona y por<br />

resumir, los mismos cojones ¿por qué estaban tan acobardados, por<br />

qué eran tan niñatos, por qué únicamente tragaban, callaban y<br />

votaban?<br />

979


—Si me pudieras escuchar, querida Eugenia de mi vida y de mi<br />

corazón —comenzaba Sancho a componer zafiamente con los labios<br />

casi cerrados— te diría lo que la gran sultana Aixa, eterna rival de<br />

Zoraida, enseñó a su hijo (<strong>el</strong> de Aixa con Abú Hassán) <strong>el</strong> «rey» Boabdil <strong>el</strong><br />

Chico (Mohammed Abú Abdallah en la realidad de Matrix), una lección<br />

de dos versos:<br />

«Razón es que llores como mujer,<br />

pues no supiste defender<br />

tu reino como varón» 1<br />

»<strong>El</strong> caballero Alcor al-Andalusí te podría r<strong>el</strong>atar historias infinitas de<br />

los repobladores de la España en la Época d<strong>el</strong> Cid pero yo te resumiría<br />

hasta donde sé así.<br />

»Te diría que la Zoraida de <strong>El</strong> Quijote (Zahara en la realidad de<br />

Matrix, Zohara en árabe y cuyo nombre cristiano es Isab<strong>el</strong> «de» Solís), es<br />

<strong>el</strong> pseudónimo de la hija de Agi Morato (en la realidad de <strong>El</strong> Quijote y<br />

Haji Murad en la de Matrix), un amigo d<strong>el</strong> corsario Arnaúte Mamí (en la<br />

metarrealidad y la realidad de Matrix) que <strong>el</strong> 26 de septiembre de 1575,<br />

apresó la galera Sol en la que viajaban don Quijote y su «hermanastro»<br />

Rodrigo.<br />

»La hermosa y decidida Zoraida, Zahara o Isab<strong>el</strong>, fue la chispa que<br />

liberó a mi maestro de su largo cautiverio en Arg<strong>el</strong>. Gracias a esta mujer,<br />

don Quijote de Cervanpeare fue devu<strong>el</strong>to a España como Ulises a su<br />

patria y si uno se llevó La Odisea, <strong>el</strong> otro desembarcó con La Galatea.<br />

»Te contaría <strong>el</strong> Romeo y Julieta en versión andalusí en la que dos<br />

«familias» luchan, para variar, por <strong>el</strong> poder. De un lado abencerrajes,<br />

Boabdil y su madre Aixa. De otro los zegríes, Abú Hassán (padre de<br />

Boabdil) y la favorita Zoraida. Cuando después de traiciones, mentiras,<br />

hostilidades y emboscadas, se termina con <strong>el</strong> sitio de Granada y la<br />

capitulación de la ciudad, Boabdil tomó <strong>el</strong> camino de las Alpujarras,<br />

famosas por otra Reb<strong>el</strong>ión posterior de la que quien mejor en <strong>el</strong> mundo<br />

te podría r<strong>el</strong>atar es Salvaje, más conocido como caballero Alcor.<br />

—¡Ya te vale! —le hubiera dicho Eugenia desmayada después de<br />

haber escuchado todos los nombres que pone la historia a una misma<br />

persona; si lo ha hecho la historia oficial ¿por qué no van a hacerlo los<br />

reb<strong>el</strong>des igual? Pregunten al Caballero Alcor, Salvaje, al número de<br />

1 Hombre en la versión oficial.<br />

980


esclavo «clonado» 394.503-F, al andalusí, señor de Castilla y algunos<br />

otros nombres más que no se van a descubrir para no desnudarlo aún<br />

más y sin olvidar a Cide Hamete, Pinterete, Damón, Rab<strong>el</strong>ín, Horacio.<br />

—Te contaría lo que cuenta la tradición que dice: Al llegar al punto<br />

desde <strong>el</strong> que se veía todavía la ciudad antes de perderla de vista tras una<br />

colina, Boabdil refrenó su caballo, suspiró llorando y entonces fue<br />

cuando su implacable madre, la sultana Aixa, le dijo los dos versos que te<br />

diría desde <strong>el</strong> principio (los dos últimos reseñados). Desde entonces<br />

llaman a ese lugar «<strong>El</strong> suspiro d<strong>el</strong> moro». (Si la esperanza de la huerta<br />

quiere saber desde cuándo existe la paridad, que se lo pregunte a la<br />

sultana Aixa o a la favorita Zoraida).<br />

»Entr<strong>el</strong>azaría ésta con una dulce historia de amor —seguía Sancho<br />

d<strong>el</strong>icadamente hablando— entre uno de los abencerrajes llamado<br />

Abindarráez y su muy amada desde la niñez Jarifa, hija d<strong>el</strong> alcaide de<br />

Cártama, mujer hermosa no sólo por <strong>el</strong> nombre sino por su plante y su<br />

honra. <strong>El</strong> alcaide de Antequera Rodrigo «de» Narváez, apresó al<br />

abencerraje Abindarráez pero sobrecogido por <strong>el</strong> amor d<strong>el</strong> enamorado,<br />

lo dejó libre tras hacerle una prueba, para que finalmente se casara con la<br />

enamorada Jarifa.<br />

»Esta historia enternecedora valió para que <strong>el</strong> caballero Carlo<br />

reseñara estos nombres en su inmortal <strong>El</strong> Quijote llegando a confundir a<br />

Jarifa con la sin par y d<strong>el</strong> Toboso Dulcinea. [Leer la Historia d<strong>el</strong> Abencerraje<br />

y la hermosa Jarifa y por supuesto y por si no se ha sugerido hasta ahora <strong>El</strong><br />

ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha; es tan fundamental que lo habría<br />

dado tan por sabido que ¿no lo había propuesto hasta ahora?]<br />

»Si quisieras saber lo que otro niñato dijo también a su mamá, te<br />

recordaría, mucho más en breve, lo que un principito azul dijo a su<br />

divina mamaíta:<br />

»«Mamá ¿es que todavía es ayer?» —dijo Luis Carlos a su madre<br />

María Antonieta, un día después d<strong>el</strong> primer asalto de la chusma al palacio<br />

de las Tullerías <strong>el</strong> 20 de junio de 1792.<br />

»Y para no dejarte con <strong>el</strong> gabacho sabor de boca, te narraría la parte<br />

sólo amorosa de la vida d<strong>el</strong> granaíno d<strong>el</strong> siglo XV de la Época de la Luz<br />

Abu al-Hasan Alí al Mandari al-Andalusí al-Garati. De familia<br />

acomodada, Abu al-Andalusí pertenecía al partido de los Abencerrajes<br />

d<strong>el</strong> ya conocido Boabdil <strong>el</strong> Chico. Siendo muy joven, fue <strong>el</strong> alcaíde de la<br />

fortaleza de Píñar cerca de Granada.<br />

981


»Viendo la decadencia de la dinastía Nazrí y advirtiendo <strong>el</strong> próximo<br />

final de Granada, Abu al-Andalusí pide permiso a Boabdil y con un<br />

grupo de sus caballeros, se dio <strong>el</strong> dos quitándose de en medio<br />

embarcando hacia las costas de África, concretamente a Tetuán, ciudad<br />

de la que es su fundador y patria materna d<strong>el</strong> caballero Alcor al-<br />

Andalusí. Dejó en Granada a su novia Fátima, de la familia de Boabdil,<br />

que quiso unirse para siempre con su amado Abu al-Andalusí en la<br />

Berbería. ¿Qué mejor lugar que en la Ciudad Blanca de Tetuán para<br />

desposarse con él? Es un entono de admirable b<strong>el</strong>leza y su Medina es de<br />

esa corona, la joya.<br />

»Sucedía este acontecimiento, que no es leyenda ni cuento, pocos<br />

meses antes de una de las más famosas expulsiones de los moriscos de<br />

España, otro acontecimiento que tampoco es leyenda ni cuento pero<br />

supuso muchos tormentos y al menos, una gran contradicción. Una vez<br />

expulsados los moriscos ¿cómo es posible que los volvieran a expulsar<br />

varias veces años después?<br />

»Con los judíos hicieron ídem de ídem y se dispersaron por Europa y<br />

<strong>el</strong> norte de África y han continuado con las costumbres que aquí<br />

llevaban, orgullosos de su origen, conservando la lengua cast<strong>el</strong>lana «en la<br />

cual habla Dios con los áng<strong>el</strong>es», según <strong>el</strong>los dicen, y añorando siempre<br />

la patria perdida, más amada de <strong>el</strong>los que la vieja Sión.<br />

»Te recordaría que de aquél entonces era también <strong>el</strong> b<strong>el</strong>icoso rey<br />

azteca Ahuitzotl al que sucede Moctezuma después; lo que se hizo con<br />

los indios ¿existe palabra mayor que genocidio? A aqu<strong>el</strong>los indígenas ni<br />

los expulsaban ni los desterraban: los masacraban o quizá exterminaban.<br />

Los patriarcas de entonces e incluso la Mater Castrorum de España,<br />

utilizaban la poluta tesis de que al no ser hijos de dios por no conocer al<br />

inexistente Adán, eran monos sin alma y en vez de matarlos como a<br />

rusos, lo hacían como si de marcianos en una videoconsola se tratara.<br />

»Después d<strong>el</strong> garbeo por este Multiverso tridimensional, volvería al<br />

argumento principal que ¿cuál será, una boda o una injusta súper<br />

expulsión?, para detallarte que Fátima quiso unirse con su enamorado y<br />

comenzó un viaje que no fue precisamente <strong>el</strong> de su luna de mi<strong>el</strong>; fue<br />

apresada por las tropas d<strong>el</strong> conde de Tendilla que sabiendo que quería<br />

embarcarse para Tetuán, la detuvo y trasladó a Alcalá la Real. <strong>El</strong> tío de<br />

Fátima, Abencomixa, liberó al caballero aragonés Francisco de Zúñiga<br />

con una carta de Boabdil en la que solicitaba <strong>el</strong> rescate de la novia<br />

ofreciendo cuantiosas riquezas y cien cautivos a cambio de su parienta.<br />

982


»La respuesta d<strong>el</strong> de Tendilla, que a caballero cristiano nadie le<br />

ganaba, fue escoltar a la b<strong>el</strong>la cautiva y a sus servidores hasta las murallas<br />

granadinas, dejándola en libertad sin rescate alguno tras regalarle ricas<br />

joyas y otros presentes. <strong>El</strong> más espléndido regalo que recibieron los<br />

amados fue <strong>el</strong> de unirse porque a no ser por la magnanimidad d<strong>el</strong> gran<br />

Tendilla, es posible que no se hubieran casado jamás. <strong>El</strong> rey andalusí<br />

liberó más cautivos de los que ofreciera y Abencomixá se convirtió en un<br />

buen amigo d<strong>el</strong> conde, quien con Gonzalo de Córdoba, fueron los que<br />

más combatieron a los musulmanes y sin embargo, los más queridos de<br />

<strong>el</strong>los. De esta época es No quita lo cortés a lo valiente. ¿Quién sería<br />

Fátima para ser tan bien servida por cristianos caballeros? Quien no haya<br />

conocido <strong>El</strong> Feddân en la hermosa Tetuán, no conoce la Plaza donde lo<br />

imposible puede pasar. (La Casa d<strong>el</strong> Pueblo de España en <strong>el</strong> Feddân de<br />

Tetuán se ha convertido en un palacio real. La Plaza Pública de España<br />

de los tetuaníes forasteros o andalusíes e incluso de los turistas sin<br />

pedigrí, se ha convertido en <strong>el</strong> rasurado vestíbulo de ese usurpado<br />

palacio. La hermosa Plaza d<strong>el</strong> Feddâm se ha convertido en una mierda de<br />

la realeza más puerca).<br />

»Y ya no te diría más porque sería <strong>el</strong> caballero Alcor al-Andalusí <strong>el</strong><br />

que debería seguir y porque si continúo yo, no voy a dejar que sigas con<br />

tu recién conocido narrador.<br />

En su descarga (de las mujeres), <strong>el</strong> viejo ha despejado una<br />

incógnita pero la ha dejado sin resolver. Por un lado me ha repetido<br />

que él no estaba preparado para entender todo lo que pasaba en<br />

Matrix porque al estar criado fuera de <strong>el</strong>la, Civilización era,<br />

principalmente, una laguna para él. No conocía los contenidos<br />

t<strong>el</strong>evisivos ni los estragos que pudiera provocar la específica<br />

programación femenina. Quizá, entender la masculina fue demasié<br />

para sus neuronas y no afinó tanto con los estrógenos de las<br />

femicinas civilizombis. Pero la incógnita despejada que no resolvió al<br />

final, fue la de plantear que al ser las diosas mujeres, sabrían cómo<br />

condimentar nuestra psique femenina de manera más maquiavélica<br />

todavía. ¿Fue así o Eva la de Adán surge por casualidad? Con respecto<br />

a lo masculino, entre <strong>el</strong> rollo d<strong>el</strong> machismo y <strong>el</strong> de los príncipes<br />

azules y salvadores, al parecer supieron acertar también.<br />

983


Cuando le he preguntado qué es lo que decía su madre de todo<br />

esto, se silenció y entró en un estado ya conocido por repetido en<br />

anteriores ocasiones. Cualquiera d<strong>el</strong> Clan que lo viera pensaría que<br />

salió a la intemperie como si estuviera ido, sonámbulo, triste y<br />

deprimido pero yo sé qué le pasa porque después de un trance, lo<br />

versó así con una quinteta:<br />

984<br />

Hay hombres que conocen mil variedades de hierbas,<br />

otros conocen variedades de peces;<br />

yo, de separaciones.<br />

Hay hombres que saben de memoria <strong>el</strong> nombre de cada estr<strong>el</strong>la;<br />

yo <strong>el</strong> de las nostalgias.<br />

<strong>El</strong> caballero Alcor ha salido a darse un paseo para ver la Luna y para<br />

r<strong>el</strong>ajar particularmente <strong>el</strong> microprocesador y la memoria d<strong>el</strong> software en<br />

general. Si <strong>el</strong> contenido de lo que se habla o de lo que siente es muy<br />

denso, necesita salir a escuchar a los árboles cuando los mece <strong>el</strong> viento.<br />

Los acaricia, los habla, los escucha y los abraza y al rato… vu<strong>el</strong>ve<br />

pa’dentro.<br />

Es Luna Llena y como todos los s<strong>el</strong>enitas lunáticos, se puede pasar<br />

«un momento» que por lo prolongado, no se me ocurre qué poner si no<br />

quiero medirlo en «cuartos» de tiempo. Ni cuando la luna se pasa parte<br />

de la noche totalmente eclipsada, pasa inadvertida por la vida d<strong>el</strong><br />

caballero reb<strong>el</strong>de. Más que hoy… ¡Ahora!, que es la diosa indiscutible d<strong>el</strong><br />

firmamento y se le pueden ver hasta los lunares de su pi<strong>el</strong>, <strong>el</strong> caballero<br />

contempla su traslación porque le han dicho que su rotación no se puede<br />

ver desde <strong>el</strong> mismo sitio. Para tener los pies en la tierra, <strong>el</strong> suave arrullo<br />

d<strong>el</strong> agua que cae por la fuente de pizarra, le recuerda que incluido en <strong>el</strong><br />

Multiverso Infinito, está esta mota de Espacio Eterno.<br />

Dejé a Claro callado sobre la Explanada de las Mezquitas y, sola<br />

en la cueva y con ganas de saber <strong>el</strong> final, aproveché la soledad para<br />

terminar <strong>el</strong> cómic. Aunque sé <strong>el</strong> final porque es siempre igual de<br />

f<strong>el</strong>iz, <strong>el</strong> desenlace de la patraña es lo que me importa descubrir.<br />

¿Cómo será la desembocadura de tanto empacho de contagio?<br />

Como Sancho se lo ha tragado d<strong>el</strong> tirón, no interrumpió La Odisea de<br />

Claro porque estaba tan entusiasmado que parecía t<strong>el</strong>etransportado. Se<br />

nota que está metido de lleno porque no sólo se ha olvidado de Fusa


sino que no mueve ni una pestaña. Por la cantidad de veces que echa las<br />

páginas para atrás, debe de estar r<strong>el</strong>eyendo más que leyendo. Otras veces<br />

que buscaba algo más anterior, retornaba hacia un pasado que más que<br />

él, lo decidía <strong>el</strong> ratón; al no tener mucha puntería ni control todavía<br />

sobre <strong>el</strong> portentoso ratón sensible a lo digital, se pasaba más de tres<br />

pueblos en la regresión y volvía, sin importarle, a repetir la lectura de<br />

antes buscando algún pasaje que quisiera r<strong>el</strong>eer de nuevo y que olvidaba<br />

en <strong>el</strong> mismo instante que se ponía a leer en donde fuera. Si no moviera<br />

un dedo y toda la mente, podría parecer que de Fusa ha aprehendido lo<br />

que Addithana es.<br />

Debe de estar atando cabos porque percibe que esta transcripción<br />

tiene un entramado curioso que si conociera como <strong>el</strong> caballero Alcor,<br />

percibiría sutilezas que siente que se le escapan de las entendederas. Pero<br />

ésta no es su realidad en <strong>el</strong> momento presente. Invocar la Ley de la<br />

Atracción tiene sus efectos y si se sabe modular «su llegada», se saborean<br />

sus maravillosos «estragos».<br />

Sancho presiente que con la primera lectura no es suficiente para su<br />

comprensión; siente que hay cosas escondidas. Como puede considerarse<br />

«cosas» un vocablo deficiente, se va a r<strong>el</strong>lenar con «entre más vocablos<br />

entren, mejor».<br />

—«¿Qué querrían resumir con “cosas” que ha cambiado <strong>el</strong><br />

misterioso designio?» —preguntó la palabra «cosas»—. Quería decir<br />

materias entremezcladas y palabras entrecomilladas, frases<br />

entr<strong>el</strong>ineadas e ironías entresacadas, infinitos entrecomados (como éste)<br />

y pensamientos entreoídos;<br />

cuentos entresacados y misterios entretejidos, materias entrecortadas<br />

y cables entrecruzados, realidades entrechocadas y entresijos<br />

entreparecidos para llegar a la entr<strong>el</strong>ucida Realidad de Matrix con<br />

constantes entreguerras y entrecoros sagrados;<br />

platos con entrepechugas, orgías entrepernadas y entrepiernas<br />

entretenidas por flirtear entre vecinas;<br />

resecas entrevías y desertificados entresurcos, arrasados entr<strong>el</strong>iños y<br />

entretiempo otoño-primaveral para llegar a este calor entregoteado;<br />

personajes entreverados y comportamientos entremediados,<br />

actitudes interpretadas y discursos entr<strong>el</strong>levados;<br />

gentiles entronizados, príncipes «desentronados» y reyes<br />

entrepechados; civilizombis entremetidos, entreguismo varonil y sapiens<br />

entremuertos;<br />

985


<strong>el</strong>aciones entr<strong>el</strong>azadas y dolores entrepunzados, emociones<br />

entrerraídas y sentimientos entrecortados, lágrimas entrederramadas y<br />

afectos entrejuntados, entregas entrefinas y estados de entresueño;<br />

entremesistas entrenzados y guerreros entrecogidos, legendarios<br />

entretallados y reb<strong>el</strong>des entrecanos, entrecejos corridos y caballeros<br />

entredichos.<br />

Todo lo que está sucediendo está «entre» dos Multiversos sin olvidar<br />

que fuere cuando sea Quod scripsi scripsi, lo diga <strong>el</strong> método Pilates o lo<br />

dijera su abu<strong>el</strong>a. Que se está diciendo todo, no es un entredicho y para <strong>el</strong><br />

que quiera descifrar Matrix, <strong>el</strong> caballero Alcor está listo. Para quien<br />

quiera empezar por algo, en <strong>el</strong> anterior párrafo entrecomado, resumido<br />

está <strong>el</strong> entretodo. Todo está «entre» <strong>el</strong> Multiverso de las Dimensiones,<br />

desde un suspiro hasta la Eternidad<br />

Sin conocer <strong>el</strong> escudero la razón que le lleva a no saber si está<br />

mareado, conmocionado o hasta fibrilando en momentos, se siente muy<br />

extraño y aunque recuerda una sensación parecida, nunca así había<br />

vibrado él solo. Entró en un estado de entretrance y algo debió pasar con<br />

la propia vida de la lectura; de pronto, se apoderó de Sancho como un<br />

remolino de agua hace con cualquier incógnita que flota.<br />

Al ad<strong>el</strong>antar la lectura, me he dado cuenta de que <strong>el</strong> dibujante o<br />

su traidor (<strong>el</strong> traductor) ha corregido <strong>el</strong> cart<strong>el</strong> de «Pescadería»<br />

convirtiéndola, ahora que no hay nada que vender porque está to er<br />

pescao vendío, en lo que realmente era: una «Antigüedades Shop».<br />

Esto ha reconfirmado, como en anteriores gazapos que causalmente<br />

meten, que son detallistas, minuciosos, concienzudos, escrupulosos,<br />

inflexibles, fi<strong>el</strong>es, c<strong>el</strong>osos, mordaces, precisos, rigurosos, críticos,<br />

severos, cru<strong>el</strong>es, implacables, desalmados, sorprendentes,<br />

admirables, irónicos… ¡¡Geniales!!<br />

—¡Qué discreta eres! —se introducía Sancho <strong>el</strong>evando <strong>el</strong> tono de la<br />

vibración—. [«Fíjate cómo te quiero» —diría al último Reb<strong>el</strong>de<br />

Comunero—. Sé que cuando Olivante de Laura o <strong>el</strong> caballero Alcor lean<br />

esto, se van a acordar y mucho de mí.]<br />

Tanta sutileza no puede provenir de unos mamarrachos como<br />

para poner, encima de gratis, a las mujeres a parir. Entonces ¿qué<br />

pasa con las mujeres, qué pasa con las madres de mis madres,<br />

estaban leyendo en otros cómics o estaban protagonizando un<br />

986


cuento de mierda? ¿Eran mujeres o eran diosas ratonas? Como<br />

dependiendo de los ciclos de Civilización, los ciclos de las mujeres se<br />

debían de alterar mutando la honra por <strong>el</strong> flirteo, la maternidad por <strong>el</strong><br />

puterío y <strong>el</strong> matriarcado por <strong>el</strong> feminazismo. ¡Qué «curiosas» eran las<br />

civilizombis! En vez de regular sus estrógenos con la luna ¡que sí<br />

podían ver!, regulaban sus ciclos con las decadencias de Imperio y ya<br />

se supo… todas «_____».<br />

En todas las ocasiones que hemos analizado estas conductas en<br />

capítulos pasados, Claro me ha insistido que ni mujeres ni<br />

«femicinas» protestaron por unos cómics con tanta enjundia. Lo<br />

mismo, o no se daban por aludidas y entonces ¿quiénes, (yo)? o no se<br />

enteraban de nada y entonces ¿de qué (se enteraban)?<br />

—¡Que mala leche tienes Eugenia, qué dolor debe de causar vivir la<br />

extinción en directo para ser tan afilada con la generalizada [¡y errónea!]<br />

conclusión! Pienso lo mismo que tú y nos vamos a entender muy bien<br />

—proponía <strong>el</strong> escudero vibrando sincronizadamente con <strong>el</strong> sonido<br />

cósmico de su «ADN»—. Ya decían «Cada puta hile, y comamos» para<br />

saber que cada uno va a lo suyo como sea y que los demás se arreglen<br />

también como puedan (Leer <strong>El</strong> Quijote I, 46. Si al menos, nuestras<br />

queridas y honradas mujeres supieran que están manipuladas por otra<br />

mujeres que además ejercen de diosas, se llevarían las manos a la cabeza<br />

y dirían «¡Jolines, qué horror!»).<br />

—¿Pero qué dices Sancho? ¿Qué embrollos te estás contando? ¿A<br />

quién quieres ahora entender? —le preguntó don Quijote desde nuestra<br />

habitación encontrando al silencio por respuesta.<br />

—Déjalo maestro, ya conoces a Sancho —le dije a <strong>el</strong> caballero de los<br />

Leones.<br />

—Si sigue dando la tabarra con sus monsergas —me decía <strong>el</strong><br />

caballero de la Triste Figura—, nos va a interrumpir más de lo que lo<br />

hace a los dos por separado. Cita refranes de <strong>El</strong> Quijote y exclama a<br />

horrores con palabras de señoritas en la puerta de un colegio de<br />

monjitas. ¿Qué enredos se estará contando para que lo haga cada vez<br />

más fuerte? Ese tío se emociona de lo lindo y puede ir in crescendo<br />

hasta…<br />

—Cerraré la puerta para que pueda hablar lo que quiera —afirmé<br />

sugiriendo.<br />

987


Levantarme, cerrar nuestra puerta y sentarme junto a mi maestro<br />

frente al ordenador fue casi todo uno: aproveché para desplegar las<br />

piernas porque estar horas sentado en la asana d<strong>el</strong> guerrero, «invita» a<br />

estirar un montón de la pierna su rótula articulación.<br />

—Este escudero mío me sorprende más cada día —me dijo <strong>el</strong><br />

caballero Carlo cuando me aposenté de nuevo.<br />

—Hay que reconocer que nuestro alter ego se está portando como<br />

un guerrero —concedí a Sancho sin rubor—. Tiene razón cuando se<br />

queja de que le hemos embutido realidad de Matrix por un tubo.<br />

—Siempre protesta por algo, hasta si le falta <strong>el</strong> pollino —me recordó<br />

B<strong>el</strong> Tenebrós—. (No se refiere a los hermanos B<strong>el</strong> Tene como en<br />

muchas otras ocasiones).<br />

—Por eso es <strong>el</strong> alter ego —le otorgué—, para que se queje por<br />

nosotros que no podemos. No te puedes imaginar lo importante que ha<br />

sido <strong>el</strong> haberlo conocido. No me podía imaginar sus salidas, su<br />

desparpajo y su ingenuidad. Parecía <strong>el</strong> segundo de abordo y por mí, le<br />

nombro capitán. ¡Qué distintos sois y qué esencial es! Gracias a<br />

comprenderlo, me conozco mejor.<br />

—Ya podrás imaginar que para que él sea «él», algo tendré que ver<br />

—añoró Cervanpeare—. No saldría de mi exilio si no tuviera la certeza<br />

de su compañía. Él y todo <strong>el</strong> mundo piensan que somos nosotros los<br />

caballeros y se pierden la sustancia d<strong>el</strong> caldo si no saborean a Sancho.<br />

Y siguieron reb<strong>el</strong>ándose los pormenores de Reb<strong>el</strong>ión ajenos a lo que<br />

estaba pasando en la habitación de al lado o en <strong>el</strong> Multiverso Infinito<br />

simultáneo y paral<strong>el</strong>o. Tan enfrascados están es su mundo que no<br />

conciben otra realidad más que ¡Reb<strong>el</strong>ión Ya! en la realidad de Matrix. <strong>El</strong><br />

Universo Infinito se ha reducido a esta particularidad llamada España,<br />

contenida en esta célula minúscula que llamamos Madre Tierra.<br />

A la par que sucede la vida de todos los sapiens y los humanos, en la<br />

realidad real están sucediendo infinitas posibilidades y cada uno escoger<br />

sabrá cuál —podría decir Yoda—; bueno, en Matrix decide <strong>el</strong> ego d<strong>el</strong><br />

alter ego d<strong>el</strong> ego de la psicópata que lo parió.<br />

Como ya se sabe, lo que hablan los reb<strong>el</strong>des cast<strong>el</strong>lanos es materia de<br />

caballeros manchegos así que sin permitirme <strong>el</strong> lujo de enseñorear mi<br />

ego, volvamos fugazmente a donde estuviera Sancho no sea que nos<br />

perdamos en <strong>el</strong> Intraespacio. Sin la ayuda de Alcor, <strong>el</strong> «Conector de<br />

Realidades en <strong>el</strong> Multiverso», podría quedarme «atrapado» y topar con <strong>El</strong><br />

Ferroviario ¡Qué horror, porque menudas «ostras» arrea ese menda!; y<br />

988


ecuerden que ¡no es de ficción!. Cada uno decide dónde poner la<br />

atención y puede que Sancho haya acertado con la sincronización.<br />

Como Claro no está y las mujeres han desaparecido, volvamos al<br />

intríngulis de la materia que está cerca d<strong>el</strong> epílogo. Sin necesidad de<br />

ninguna estrategia y con una pizca de su sólo interpretada ferocidad,<br />

los reb<strong>el</strong>des guerreros consiguen una plaza en la mansión de las<br />

divinas de la muerte. Cuando <strong>el</strong> arquitecto se frota las manos<br />

—se le pone de nuevo la cara de Pepiño (sin gafas) —añadía Sancho<br />

muy cerca—<br />

porque «piensa» que <strong>el</strong> último centro de resistencia de la<br />

ocupación americana ha desaparecido y ¡<strong>César</strong> estará contento!<br />

Imagina un ascenso fulgurante, gran prestigio social, un palco en <strong>el</strong><br />

tendido de sombra y alguna lúgubre miseria más. Siendo como es<br />

una tuerca d<strong>el</strong> enorme engranaje de la que se puede prescindir como<br />

si d<strong>el</strong> cab<strong>el</strong>lo fuera una cana gris, ¿como es posible que tenga su<br />

mente tan corroída por ese mismo sistema que lo humilla, lo engaña<br />

y lo esclaviza?<br />

Sintiendo la claridad en la escena, de pronto se escuchó decir [ver<br />

Doraemon mil y una aventuras]:<br />

—Hola Eugenia —le dije sin controlar lo que decía.<br />

—¿De qué me conoces —me sorprendió al escuchar su hermosa y<br />

femenina voz.<br />

—De toda la vida —respondí resu<strong>el</strong>to y contento por haber fijado la<br />

atención en <strong>el</strong> punto exacto y haber sincronizado con la Energía d<strong>el</strong><br />

Cosmos para estar en este espaciotiempo.<br />

—¿Quién eres? —me preguntó Eugenia.<br />

—<strong>El</strong> sapiens sapiens que querías conocer —le respondí sin estar<br />

muy conforme.<br />

—Por eso nunca te había visto por aquí —me comentó sin<br />

extrañarme.<br />

—Al escuchar que querías conocer a alguien que estuviera allí, he<br />

decidido venir aquí.<br />

—¿Y qué quieres?<br />

—Lo mismo que tú, charlar un rato contigo y de paso, conocer este<br />

sitio.<br />

989


—Pues coge ese «forro» y entra más adentro que vestido de esa<br />

guisa, vas a coger frío.<br />

Sancho cogió una pi<strong>el</strong> que le llegaba de la cabeza a los pies y como<br />

un V<strong>el</strong>locino de oro, se envolvió como se envu<strong>el</strong>ve un pirulí: asomando<br />

sólo los ojos y la nariz.<br />

—Sabía que «esto» era «un chungo» muy severo pero nada peor que<br />

padecerlo en Presente y en directo —le comenté después de protegerme<br />

con la pi<strong>el</strong> de «reno»—. Me gusta <strong>el</strong> «abrigo» porque además de unisex,<br />

es unitalla. ¡Esto sí que es ropa útil, la que le vale a todo <strong>el</strong> mundo y que<br />

cualquiera puede utilizar! Práctica, cálida, suave pero nada ligera.<br />

—¿Quieres que encienda <strong>el</strong> fuego? —me dijo hospitalariamente<br />

leyéndome <strong>el</strong> pensamiento—. Nosotros nos limitamos a prenderlo<br />

cuando no queda más remedio porque los témpanos estén por<br />

dentro pero como pareces de otro tiempo, puedo hacer la excepción.<br />

—Por mi no despilfarres la energía de Madre Tierra porque después<br />

de escucharte, estoy tan sobrecogido que quiero que nos trates como si<br />

estuvieras sólo tú. Quizá <strong>el</strong> andalusí es más enrollado de lo que pensaba y<br />

después de saber que él tiene <strong>el</strong> control, resulta que deja que tomemos<br />

esta decisión.<br />

—No te entiendo…<br />

—Me llaman Sancho Panza, <strong>el</strong> escudero de don Quijote y amigo d<strong>el</strong><br />

caballero Alcor —me presenté entendiendo <strong>el</strong> gesto de Eugenia—. Éste<br />

último es <strong>el</strong> andalusí al que me refiero. <strong>El</strong> caballero Alcor me ha dejado<br />

leer en primicia <strong>el</strong> capítulo de un libro que ha transcrito y <strong>el</strong> <strong>el</strong>egido que<br />

hiciera esto, rompería un maleficio. Él sabe de ti lo que no te puedes<br />

imaginar.<br />

—<strong>El</strong> único que me conoce realmente es Claro así que es imposible<br />

que nadie más me pueda alcanzar porque nadie sabe de mí más.<br />

—Juegas muy rápido con las palabras y dependiendo de donde las<br />

pongas, dejas una puerta abierta o las cierras todas. También me gusta la<br />

v<strong>el</strong>ocidad mental porque la de los civilizombis motorizados es tan<br />

atragantante, que a la mínima de cambio te mareas. Aunque vayamos<br />

rápido para que no se haga tarde demasiado deprisa, me han enseñado a<br />

dejar que sucedan los acontecimientos porque no puedes prever su<br />

transcurso y si existe, <strong>el</strong> final. Piensa que hay algunos «imposibles» que<br />

por pertenecer a la realidad real, son reales y suceden con la misma o<br />

990


mayor intensidad que en Matrix. Fíjate que hasta yo mismo conozco un<br />

poco de ti.<br />

—¿Qué sabes Salcorjote? —me sorprendió Eugenia con su rápida<br />

asociación de, como siempre, tres dichosos nombres.<br />

—Que eres una mujer cabreada conmigo por ser antecesor tuyo y<br />

que no tiene mucho sentido.<br />

—¿Eres un civilizombi?<br />

—Sería un poco largo de resumir así que te puedo decir que… —la<br />

empecé a decir sin saber que iba a terminar sin responder si sí o si no—.<br />

Los conozco un poco bastante y después de ver <strong>el</strong> cómic<br />

«simultáneamente» a ti, creo que te puedo decir algunas cosas de <strong>el</strong>los.<br />

—Si vienes de la realidad de Matrix y quieres que comentemos <strong>el</strong><br />

por qué de esto, serás un etólogo.<br />

—Cómo se nota que estamos en la Época de la Umbrática o cómo<br />

rimas tu ironía. En la Época de la Luz se diría antropólogo porque se<br />

deja etólogo para <strong>el</strong> resto de los mortales.<br />

—¿Se consideraban al margen de los animales?<br />

—Se creían a pies juntillas y con las manos juntitas que eran «La<br />

especie <strong>el</strong>egida».<br />

—¿Qué se siente al creerse eso?<br />

—Principalmente estupidez.<br />

—Pues comienza con los detalles.<br />

—Quiero empezar por uno que creo que se os ha pasado. Los<br />

creadores han utilizado una página completa para resumir «<strong>El</strong><br />

Patriarcado Machista» real que había en realidad de Matrix (Analizar la<br />

página 35 d<strong>el</strong> cómic con <strong>el</strong> que estamos que si no se especifica, es porque<br />

se tiene que saber «por cojones»).<br />

Cuando me ha dicho esto <strong>el</strong> outsider Sancho, efectivamente he<br />

tenido que volver atrás para colocar las láminas en este sitio; he<br />

echado un vistazo para situarme y una vez ubicado <strong>el</strong> lugar, he<br />

invitado a Sancho a sentarse y me he «preparado» para escuchar su<br />

versión de los hechos.<br />

—La primera viñeta muestra una sesión en <strong>el</strong> Congreso de los<br />

Diputados cuando era tradicional; llegó la paridad y era igual pero con<br />

mujeres imitando lo mismo que hacían los políticos machistas. Tener los<br />

ojos cerrados como personajes de un cómic, no es por la concentración,<br />

es porque las diputadas y congresistas se dormían en <strong>el</strong> escaño con<br />

991


demasiada frecuencia y primor. Casi tengo que decirte que era mejor que<br />

durmieran porque cuando abrían sus lenguas, soltaban sapos y culebras y<br />

por supuesto y cómo no, ¡algún taco!<br />

Sancho era rápido y eso atrajo a mi atención.<br />

—En la segunda viñeta está representada la Patronal. <strong>El</strong> uno es su<br />

Presidente y <strong>el</strong> gordo de bigotes canos y voz cascada, representa a los<br />

cutrrantes de un Sindicato que se unía generalmente si trabajadores<br />

echaban masivamente. Los despidos… ¡qué se le va a hacer! Con una<br />

panza tan llena y una nómina tan generosa, nadie mejor que yo para decir<br />

cómo se hiberna nuestra conciencia; que pa Hu<strong>el</strong>gas Generales, estaban<br />

los tiempos de Franco. Sabe además, querida Eugenia, que hablamos de<br />

dos Sindicatos en los que estaban afiliados… no sé quién ni sé cuántos.<br />

—Comienza otra vez.<br />

—<strong>El</strong> herrero es <strong>el</strong> Presidente de la Patronal y <strong>el</strong> menda mendaz que<br />

vende pescados pasados, es <strong>el</strong> dirigente de uno de los Sindicatos.<br />

—¿Pero si son d<strong>el</strong> mismo bando y hablan, claro está, de lo que<br />

significa <strong>el</strong> progreso? ¿Cómo van a estar juntos Sindicatos y Patronal?<br />

O Claro no se ha enterado de nada o me estás vacilando.<br />

—Es que funcionaba exactamente así: Las Corporaciones untaban al<br />

Gobierno que se encargaba de «repartir» legalmente un buen cacho de<br />

los Presupuestos a los Sindicatos. Ya te puedes imaginar que con unos<br />

dirigentes comprados, manipulan a los trabajadores machotes con<br />

mentiras y compromisos como pez se mueve en <strong>el</strong> agua.<br />

992<br />

—Estás de cachondeo Sancho. ¿De cuando y de dónde me estás<br />

hablando?<br />

—De la España de lirba d<strong>el</strong> 9002; así que ponte todo lo seria que<br />

puedas porque de lo que vamos a hablar, es materia secundaria pero real.<br />

—¿Cuál es la principal?<br />

No supe responderla. Afirmar que la extinción sería contradictorio<br />

para Eugenia porque o piensa que va de cachondeo de lo que vamos a<br />

hablar por secundario, o piensa que fuimos idiotas por entretenernos con<br />

una democrática trivialidad que no llegaba ni al listón d<strong>el</strong> cachondeo, ni<br />

se trató de «evitar» la extinción. Ahora entiendo perfectamente por qué<br />

habla así de nosotros, ahora entiendo por qué nos «quiere tan mal». <strong>El</strong><br />

frío de la Glaciación, es lo que despierta hasta al más hibernado de los<br />

esclavos. ¡Qué contradicción! ¿nooo?


Está acostumbrada la joven al silencio sereno y se agradece. Puedes<br />

pensar las cosas antes de hablar aunque realmente, nunca sabes después<br />

por dónde podrá salir <strong>el</strong> discurso si es que no estás hablando con un<br />

psicópata. Si es uno de estos al que tienes de frente, ya sea de la Patronal,<br />

d<strong>el</strong> Gobierno o de los Sindicatos, haz como con <strong>el</strong> agente Smith: ¡Sal<br />

corriendo! No hay nada que hacer, son como los ladrillos incapaces de<br />

entender ni de sentir. Salí por donde pude; de momento.<br />

—«<strong>El</strong> Patriarcado Femicina» —le contesté.<br />

—Ya lo sé Sancho, a eso estaba esperando. Las mujeres somos<br />

bastante posesivas, muy presumidas y tozudas cuando algo se nos<br />

mete en la cabeza.<br />

Que es rápida no hay duda pero «lo peor» es que desde <strong>el</strong> principio,<br />

sigo sorprendido por la dulce voz de la muchacha y no atiendo tanto a lo<br />

que dice ni al cómo lo dice sino que sólo percibo su timbre. ¡Qué b<strong>el</strong>leza<br />

desprende sonoramente hacia afuera! Sé que esto «no es lo importante»<br />

porque dicen que las palabras son lo primordial pero tengo que<br />

reconocer que desde que su voz y su mirada han entrado en mi vida, no<br />

sé si hacen falta tantas palabras. Cuando estás «aquí» está todo<br />

absolutamente claro (Ver Benjamin Button).<br />

¡Que contradicción! Cuando teníamos al Sol alumbrándonos, nos<br />

dejamos desv<strong>el</strong>ar por <strong>el</strong> progreso artificial d<strong>el</strong> bienestar y la cagamos.<br />

Ahora que <strong>el</strong> Sol sólo se puede imaginar ni de lejos, es cuando más claro<br />

se ve que nos equivocamos. Por eso no sé si atender a su voz o a sus<br />

palabras porque, en este ambiente tan severo y hostil, la dulzura se<br />

agradece a raudales.<br />

—Es que me siento un poco raro Eugenia —contesté a la joven<br />

mujer— y tenía tantas ganas de estar contigo, que no podía imaginar que<br />

sólo «estar» es suficiente. Todo esto es un poco nuevo para mí por <strong>el</strong><br />

mundo d<strong>el</strong> que provengo y me estoy adaptando todo lo rápido que<br />

puedo. «Aquí» es donde más claro lo tengo; no necesito ni al caballero<br />

Alcor ni al caballero Carlo y encima estás tú, que me recuerdas tanto a mi<br />

Sanchica, que no sé por qué no hago más caso a los caballeros y practico<br />

la meditación para ralentizar la v<strong>el</strong>ocidad de la mente cuando se presenta<br />

«la» ocasión.<br />

—¿Quién es?<br />

—Mi hija; la quiero tanto que la llame como la llame, sabe que si la<br />

nombro, es sólo porque la quiero. Unas veces así, otras Marica, otras<br />

María Sanchica y otras… vida mía.<br />

993


—¿Hablamos de Marica o hablamos de Machista?<br />

—Discúlpame, Eugenia; he decidido centrar la mente y por lo rápido<br />

que me va todo, voy a ayudarme con <strong>el</strong> cómic.<br />

—No te entiendo muy bien lo que me estás diciendo pero con<br />

Claro también me sucedía al principio y ahora nos entendemos la<br />

mar de bien. Los civilizombis son… ¿Eres o no civilizombi? Si no me<br />

lo aclaras no sé qué persona verbal utilizar y Claro habla a veces de<br />

él en primera d<strong>el</strong> plural y otras en tercera d<strong>el</strong> singular; un lío y yo<br />

prefiero menos vericuetos. Me gusta lo que es directo.<br />

—Con lo que me está ocurriendo —intentaba aclarar a la<br />

muchacha—, tendría que escribir una Odisea para que me entendieras así<br />

que asumiré <strong>el</strong> que me llames civilizombi.<br />

—Los civilizombis de la Época de la Luz sois patriarcas por<br />

cultura y con Claro he aprendido que quizá somos matriarcas sólo<br />

por cultura —compensaba Eugenia mi asunción—. Las Jefas d<strong>el</strong> Clan<br />

no sentimos instintivamente lo que es un matriarcado natural y<br />

quizá nos conformemos con asumir una responsabilidad que aunque<br />

nos corresponde naturalmente, no sabemos exactamente cómo<br />

canalizar. Pero vamos con lo tuyo que parece más complicado de<br />

explicar si necesitas apoyarte en un cómic.<br />

—La tercera viñeta —me tuve que agarrar al clavo ardiendo que más<br />

cerca tenía—, podría decirla cualquiera de los caballeros reb<strong>el</strong>des que son<br />

mi señor y mi amigo. Cuando la cuestión se pone grave, es fundamental<br />

consultar a la experiencia de la edad.<br />

—¿Y qué pasa? —me pregunto lógicamente en vista de mi impericia<br />

y mis silencios intermitentes.<br />

—Que la cuarta es <strong>el</strong> resumen preciso en un solo dibujo de un<br />

Patriarcado Femicina. <strong>El</strong> viejo que pone los cuartos y <strong>el</strong> bastón mira para<br />

otro sitio mientras que la mujer «opina» por él de la grave crisis sin ni<br />

aparecer ni siquiera en escena. Eran poderosas aunque fue una pena que<br />

tantas encontraran ese poder sólo en su entrepierna.<br />

—Seguramente se contagiarían de los machistas que así lo<br />

hacían: pensaban con los cojones.<br />

—Podían haber aprendido lo bueno, que algo bueno tendremos los<br />

varones civilizombis,…<br />

—Sí, la cobardía.<br />

994


—… y haber aportado lo mejor de <strong>el</strong>las; pero Matrix las tenía tan<br />

controladas que se ponían los incómodos pantalones, fueran ceñidos o<br />

no, y a comportarse como machotas femicinas.<br />

—Imagino que femicinas es una mezcla de femenina con<br />

«femicida»…<br />

—Mataron lo femenino de «la mujer» con esa forma miserable<br />

aunque democrática de proceder. Cambia algunas letras su lugar y<br />

aparecerá la novedad y su sustancia. Todos hemos aprendido eso de ti así<br />

que…<br />

—No me quejaba Sancho —me dijo Eugenia con dulzura—; sólo<br />

confirmaba para no dejar lagunas en <strong>el</strong> discurso que igual que te<br />

pasará a ti, no nos gustan a ninguno; sabía de qué iba y no he pedido<br />

explicación alguna. Pero veo que te cunde porque no sólo<br />

entremezclas palabras sino que intercambias sus letras. No hace falta<br />

que me expliques las cuatro viñetas que faltan y si quieres te las<br />

explicó o si quieres, avanzamos en <strong>el</strong> cómic. Hoy es un día de<br />

claridad mental y cuando esta mañana ha comenzado, parecía que se<br />

había nublado de lágrimas y, héme aquí, que estoy hablando con un<br />

puto civilizombi, uno de los pringaos que deseaban la residencia de<br />

los dioses. ¿Qué más puedo pedir?<br />

—¿Qué ves en las viñetas? —pregunté a Eugenia por escuchar su<br />

versión d<strong>el</strong> patriarcado y sobre todo, por sentir su vibrante timbre de<br />

voz.<br />

—De las civilizombis, especialmente las burguesas y si «estaban»<br />

urbanizadas peor, que tenían agarrados de los huevos a sus maridos.<br />

<strong>El</strong>los ponían <strong>el</strong> garrote y <strong>el</strong>las decidían todo lo demás, <strong>el</strong> qué, <strong>el</strong><br />

cómo, <strong>el</strong> dónde, <strong>el</strong> cuándo y <strong>el</strong> por qué.<br />

—¿Por qué lo sabes?<br />

—No lo sabía; me lo están contando los cómics. ¿Cómo iba a<br />

imaginarme una porquería así? Si no fuera por <strong>el</strong> viejo, no sabría<br />

nada de lo que te cuento y que desde hoy además, me creo. La cara<br />

d<strong>el</strong> viejo mutilado y los diminutivos de su bonita mujer que aparecen<br />

en la viñeta, son lo suficientemente explícitos como para no entender<br />

la demasía. <strong>El</strong> sindicalista, como es lógico, se interesa de la actividad<br />

empresarial porque tiene intereses creados para sortear a los<br />

995


esclavos. Entre tanto gallo cacareando, destaca <strong>el</strong> moño y <strong>el</strong> enfado<br />

de la desharapada vestal y <strong>el</strong> piropo final «monín».<br />

—Me ha encantado tu percepción d<strong>el</strong> gazapo de los artistas, que<br />

miden la estupidez de los civilizombis hasta con una «errata» inofensiva.<br />

—Pues a mí me ha encantado la claridad con la que expresan <strong>el</strong><br />

cómo se les ve <strong>el</strong> plumero de los civilizombis: sois cobardes cuando<br />

sólo escucháis que llaman a la puerta y esperáis con <strong>el</strong> mismo temor<br />

a un inspector de hacienda que a un asesino o violador.<br />

—En este caso es a un reb<strong>el</strong>de galo y ¿quién no se va a acojonar si<br />

llegan a tu puerta y te dicen?: Toc, toc, en la cabeza; despertad, ¡la tierra<br />

no es plana!<br />

—Sea un reb<strong>el</strong>de antisistema o sea de la Agencia Tributaria, la<br />

reacción d<strong>el</strong> «tocado» por <strong>el</strong> «don» de dios es lo normal en<br />

Civilización. Si no te roban te rajan, si no te retienen te embargan.<br />

¿Cómo podíais vivir así?<br />

—No me considero en absoluto excepcional pero responderte<br />

algunas cuestiones, me entremezcla con unos clones que detesto tanto<br />

como tú. Pero sea para entendernos o sea por imitar a Claro con la<br />

primera persona d<strong>el</strong> plural, te diré como respuesta que vivimos<br />

acojonados, con <strong>el</strong> alma en vilo por nuestros hijos, sus madres y por<br />

nosotros mismos.<br />

—Ya te había dicho que sois unos cobardes.<br />

—Y ya has visto que me he callado. Sentimos miedo por nuestras<br />

empresas o por nuestros salarios, porque nos roben o porque las violen,<br />

por las vacas locas y la gripe porcinaviar, por los terroristas audiovisuales<br />

y también por los GAL. Sentimos miedo hasta por saber y lo que<br />

hacemos, es meter la «cabeza» por un agujero. La corrupción invade<br />

hasta una mísera hucha de la Cruz Roja y como en cualquier otro<br />

periodo «Pax», se inventan las guerras para que no se «colapsen» las<br />

fábricas de metralletas.<br />

—¿Cuál es la realidad, Sancho? —me sorprendió Eugenia<br />

sacándome de la realidad de Matrix y sumergiéndome en la d<strong>el</strong> cómic—.<br />

Mientras que los civilizombis turistas romanos afortunados dicen «de<br />

todas maneras mañana nos vamos de aquí» porque están<br />

acojonados, la pareja de reb<strong>el</strong>des galos se descojona por forzar un<br />

poco la nota.<br />

996


—Infinitas posibilidades Eugenia. Por eso estamos en este insólito<br />

instante los dos. Cada uno <strong>el</strong>ige su realidad, <strong>el</strong> Multiverso y si quiere<br />

dimensionar. Hasta «antesdeayer», como se dice, yo era un escudero<br />

inmortal de pap<strong>el</strong> y de pronto, después de 400 años, decido saltar de<br />

Dimensión y resulta que encima estoy ahora aquí. Por razones que quizás<br />

no sepas ahora pero que puede que en 400 o en cuatro mil años más sí,<br />

has decidido estar aquí.<br />

—¿Y tú?<br />

—Para mi es un salto de Dimensión que me permite enlazar infinitos<br />

Presentes en <strong>el</strong> Multiverso Atemporal. Hoy… «ahora», mañana… ¿en un<br />

pasado anterior o pasado mañana?... quién lo sabrá. Sincronizamos la<br />

vibración y estamos cuando tenemos que estar. Tienes que conocer al<br />

caballero Alcor porque en su malabarismo atemporal, ha conseguido<br />

nacer hasta afinando casi <strong>el</strong> día que dejó escrito en una anterior salida<br />

que me encantaría que conocieras y que se llama <strong>El</strong> Quijote. Aunque<br />

ahora mismo no los veamos, te puedo asegurar como me llaman Sancho,<br />

que estarán reunidos componiendo la Reb<strong>el</strong>ión de los civilizombis.<br />

—Quizá no sea fácil que nos entendamos porque vivamos<br />

distintas realidades simultáneamente pero no me pidas que te crea si<br />

me hablas que los civilizombis se van a reb<strong>el</strong>ar antes de que se los<br />

zampe la extinción.<br />

—No Eugenia, te digo más. Tú no sabes y yo no te sé explicar, que<br />

nuestro encuentro lo van a leer en otro tiempo «anterior» y no sé si otro<br />

lugar. <strong>El</strong> caballero don Quijote y su maestro han decidido poner un<br />

punto de inflexión en <strong>el</strong> despilfarro ambiental con un proceso que<br />

conocen a la perfección y que lo llaman Reb<strong>el</strong>ión. Llevan siglos<br />

haciéndolo y <strong>el</strong> caballero Alcor sabe que milenios aunque la memoria<br />

saturada la tiene un poco escacharrada. Van a intentar que no se agrave<br />

absurdamente la inexorable situación que desemboca aquí y de paso,<br />

facilitarán <strong>el</strong> camino al Mesías Claro.<br />

—¿Cómo has dicho? —me preguntó entre agitada y sobrecogida.<br />

—Claro —le repetí y se quedó callada.<br />

Aunque me avergüence confesarlo, al principio no supe por qué se<br />

quedó extrañada pero después deduje que <strong>el</strong> que yo los conozca «de<br />

siempre» por la lectura de La Odisea, esto no implica que Eugenia<br />

tuviera que saber de mí. Esta claro que ésta es la más grande historia que<br />

tiempos pasados, futuros y venideros conozcan —cité sin citar en mí—.<br />

997


Sonará a excusa por mi desvergüenza pero sólo de modo atenuante,<br />

declararé que «la historia» me tiene sobrepasado.<br />

En este pequeño instante que descansamos de hablar, mi mente no<br />

pudo evitar que pensara en la condición y vida de esta joven mujer. Sin<br />

saber realmente por qué, ha decidido volver a estar en Madre Tierra en<br />

un momento en <strong>el</strong> que tengo que reconocer que no es <strong>el</strong> mejor «tiempo».<br />

Hay una temperatura glacial, toda la iluminación está gris, <strong>el</strong> ambiente es<br />

hostil y <strong>el</strong> cariño parece desvanecido por la álgida temperatura. <strong>El</strong> frío es<br />

tan incómodo que tienes que estar constantemente ocupado de tu<br />

temperatura corporal. Se acabaron las risitas, se acabó <strong>el</strong> cachondeo, se<br />

acabó <strong>el</strong> metesaca, se acabó <strong>el</strong> flirteo. Quien quiera exhibir bíceps o<br />

canalillo, que se prepare físicamente porque será lo último que haga antes<br />

de encontrarse con la muerte. ¡Y eso que he llegado <strong>el</strong> día que se ha<br />

acabado <strong>el</strong> temporal!, ¡que puntería! porque si no…<br />

¿Dónde estaré ahora mismo? Si sólo nos referimos al espacio,<br />

pensaré que es un lugar de cuyo nombre no quiero acordarme porque no<br />

sé si los continentes permanecen iguales, si se han movido de sitio o si se<br />

han sumergido o emergido. Una ventaja tiene este gélido frío y es que te<br />

dé igual si estás en «Ansia» o en la Antilla tropical. <strong>El</strong> cuándo lo tengo<br />

más claro porque sin importar <strong>el</strong> año o <strong>el</strong> siglo que sea, sé que es después<br />

d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor y antes d<strong>el</strong> final de la extinción de la especie<br />

humana.<br />

Antes de seguir hablando, sabía de dónde provenía la extrañeza de<br />

Eugenia y esperado respetuosamente su reacción, si la hubiera, seguí <strong>el</strong><br />

discurso sin interferir en su mosqueo. Quizá piense que igual que hay<br />

varias Eugenias entre sus ascendientes y coterráneas, también hubo<br />

muchos Claro en la Época de la Luz; yo creo que sólo hay uno.<br />

—Cuando te he comentado la dual realidad puntual d<strong>el</strong> cómic,<br />

—arrancó finalmente— es porque me cuesta mucho entender a Claro<br />

en esta cuestión y aparece en los cómic una página sí y otra también.<br />

Entiendo que mientras que existan simultáneamente la realidad real y<br />

la de Matrix, siempre habrá unos reb<strong>el</strong>des y otros esclavos, unos<br />

despiertos y otros sonámbulos, unos acojonados y otros que se<br />

descojonan, unos pastores, otros borregos y separados de <strong>el</strong>los, los<br />

que están al margen de Civilización, como la tribu de Claro.<br />

—Pues en un cuarto grupo —presenté a Eugenia porque no<br />

recordaba que lo sabía—, están los reb<strong>el</strong>des que tienen <strong>el</strong> coraje para<br />

998


vivir bajo la influencia de Matrix y desafiar a su omnipotente contagio.<br />

(Primera persona d<strong>el</strong> plural) Decimos «estar en <strong>el</strong> filo de la navaja»<br />

porque a un lado hay Reb<strong>el</strong>día y al otro civilizombis, a un lado se ahoga<br />

<strong>el</strong> «yo»y al otro <strong>el</strong> ego «inexorable», a un lado <strong>el</strong> vivir y al otro la<br />

supervivencia en «<strong>El</strong> mundo f<strong>el</strong>iz».<br />

—<strong>El</strong> viejo lleva meses hablándome de la realidad real y la de<br />

Matrix y hasta <strong>el</strong> comienzo de este capítulo, no me lo había creído. Y<br />

ahora llegas tú y me cuentas que, en este mismo instante pero en<br />

otro tiempo, están reunidos dos caballeros reb<strong>el</strong>des para evitar que<br />

suceda esto.<br />

—No están ni en otro tiempo ni en otro espacio porque lo que<br />

hacen es saltar de Multiversos. Utilizan la Cuarta Dimensión para<br />

ubicarse en uno u otro instante eterno.<br />

—¿Son conscientes de la extinción?<br />

—Perfectamente; cualquier reb<strong>el</strong>de que se precie tiene que tenerlo<br />

por principal.<br />

—Claro me ha hablado de La Historia Reb<strong>el</strong>de que sucede<br />

simultáneamente a la Historia de Matrix pero no han hecho nada<br />

porque mira dónde estamos.<br />

—Se que hay por medio una cuestión de sincromisticismo y por eso,<br />

<strong>el</strong> maestro de mi maestro <strong>el</strong> caballero Alcor se ha tenido que poner en<br />

acción.<br />

—Pues cuéntame Sancho, ¿qué va a pasar? —le insistí porque no<br />

concretaba.<br />

—Lo que pase, para ti será en pasado porque te aseguro que se están<br />

preparando. Don Quijote se ha pasado desde que nos hemos reunido<br />

con <strong>el</strong> Andalusí todo <strong>el</strong> tiempo tecleando. Han estado hablando un<br />

momento después de saludarse pero no son de los que se enrollan con<br />

cuestiones personales y van directos al grano, no como yo. Los une la<br />

lealtad que sienten por Reb<strong>el</strong>ión. Pueden estar juntos o cada uno por su<br />

lado pero no te quepa la menor duda que, sea simultánea o<br />

alternativamente, se pasan toda la Era jodiendo al Sistema.<br />

—No me has entendido Sancho, te había dicho que me contaras<br />

lo que va a pasar aunque sea en pasado; ¡me quiero enterar de una<br />

vez d<strong>el</strong> por qué de este futuro!<br />

999


—Aunque es un reb<strong>el</strong>de atemporal, <strong>el</strong> caballero Alcor se siente con<br />

total autoridad para influir en «su tiempo»; ha pagado <strong>el</strong> altísimo precio<br />

de dejarse formatear conscientemente la psique y hasta se ha dejado<br />

«tatuar» su número de identidad de esclavo (Ver Cypher, Family man). <strong>El</strong><br />

394.503-F es <strong>el</strong> único número largo que he conseguido memorizar por lo<br />

impresionado que me dejó. Ha estado insertado en Matrix y ahora vive<br />

exiliado sólo bajo la influencia de su señal. No vive en Naturaleza, como<br />

Claro, sino integrado en la psicopatía de la ciudad.<br />

»Todo lo que pueda hacer para poner un punto de inflexión en <strong>el</strong><br />

despilfarro ambiental, hackear la señal de Matrix y liderar Reb<strong>el</strong>ión, lo va<br />

a hacer. Después vendrá Claro que es para ti <strong>el</strong> pasado —le insistí para<br />

ver su reacción—. Es precisamente lo que hay entre <strong>el</strong> pasado y <strong>el</strong><br />

futuro, <strong>El</strong> Presente, lo que se va a convertir en nuestro eslabón perdido.<br />

—¡Qué cosas tienes Sancho! ¿Cómo se va a convertir lo único que<br />

existe, <strong>El</strong> Presente, en «<strong>El</strong> Eslabón Perdido»? Menos mal que parecía<br />

que estabas de mi lado.<br />

—¿Qué quieres decir?<br />

—Que si finalmente existe un eslabón perdido en nuestra<br />

historia, me va a importar todo un pito. Si hay «esclavón perdido» es<br />

que estás de cachondeo.<br />

—Atiende bien querida Eugenia porque si «algo» va en serio, ése es<br />

<strong>el</strong> caballero Alcor —me dijo Sancho saliéndose por la tangente d<strong>el</strong><br />

cachondeo—. Es la causa de «nuestro problema» y <strong>el</strong> que se va a comer<br />

<strong>el</strong> marrón en esta ocasión, como don Quijarlo fue <strong>el</strong> descoronado en la<br />

versión anterior; ahora <strong>el</strong> muerto es para <strong>el</strong> andalusí. Él es <strong>el</strong> «esclavón<br />

perdido» de Matrix que ha sincronizado con <strong>el</strong> Multiverso y encontrado<br />

la puerta de acceso: La Cuarta Dimensión.<br />

»Entiendo perfectamente la pregunta que me haces porque es la<br />

misma que yo le hago en tantas ocasiones, que me daría vergüenza<br />

reconocerlo si no fuera por tu insistencia. Siempre que le he preguntado<br />

cómo lo va a hacer, siempre me ha respondido lo mismo: <strong>El</strong> Presente; así<br />

que ese debe de ser <strong>el</strong> eslabón perdido. A él le va a tocar estar<br />

descalabrado como a don Quijote le tocó en la anterior coyuntura y éste<br />

ha sido <strong>el</strong> que me ha remitido constantemente y para todo al caballero<br />

Alcor. Pues fíjate que «ésta mañana» encima lo conozco y cuando se lo<br />

pregunto ¿sabes qué me contesta? Que se trata de <strong>El</strong> presente… y se<br />

queda tan campante sin decir más.<br />

1000


—Es que es así, la vida es presente.<br />

—Pero ese tío sabe más, mucho más que eso. Si no, te aseguro que<br />

mi maestro no lo tendría ni en consideración; lejos de <strong>el</strong>lo, no veas cómo<br />

lo quiere.<br />

—¿Quién es?<br />

—Es un «tío enrollado», un reb<strong>el</strong>de radical que básicamente pasa de<br />

Matrix después de haber estado enchufado a su señal por <strong>el</strong> ombligo, por<br />

<strong>el</strong> cogote y me temo que también por <strong>el</strong> escote. Vive insertado en <strong>el</strong>la<br />

pero ni se p<strong>el</strong>ea con Matrix ni se deja influir todo lo que pueda.<br />

—Si está en Matrix sufrirá inevitables contradicciones.<br />

—Por supuesto Eugenia, ya se lo he dicho y él reconoce las que tiene<br />

antes de que yo se las pille. Por ponerte un ejemplo d<strong>el</strong> cómic, si<br />

Edadepiedrix se ha convertido en <strong>el</strong> descarado adalid de los patriarcas<br />

machistas d<strong>el</strong> cómic, cuyas consejas están censuradas por la «Ojitos de<br />

Minina» tan linda, <strong>el</strong> caballero Alcor se va a convertir en <strong>el</strong> líder…<br />

No supe de nuevo seguir; ¡qué desconcentración o qué dispersión! La<br />

Ley d<strong>el</strong> Karma es implacable. Tan ocurrente como me creía por dispersar<br />

los diálogos con mi parlanchín ego, y ahora que necesito concentración,<br />

mi mente se dispersa a pesar de mí. Ante <strong>el</strong> silencio penetrante de<br />

Eugenia, finalmente terminé: …dice que se va a convertir en <strong>el</strong> guía de<br />

Reb<strong>el</strong>ión.<br />

—¡Vaya prototipo para decir justo lo contrario!<br />

—Es que lo tiene tan claro que no siente ni «vértigo» por nada. Sabe<br />

lo que son los «Ojos de gatita» y las demás «tentaciones» también.<br />

Reconoce que lo más fácil es que lo borren d<strong>el</strong> mapa y vive tan tranquilo<br />

como si nada. Cuando termine de transcribir <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, va a<br />

enseñar a todos los civilizombis lo que las diosas no quieren que<br />

vean; les enseñará un mundo sin «<strong>el</strong>las», un mundo sin «sus»<br />

reglas y sin «sus» controles, sin «sus» límites ni «sus» fronteras; un<br />

mundo donde cualquier cosa sea posible.<br />

Después de insistir poco, Sancho me ha dicho que <strong>el</strong> caballero<br />

convive con un perro maravilloso, Alcor, <strong>El</strong> Conector de realidades,<br />

que me ayudará a encontrarlo fácilmente y me ha dado su dirección<br />

de e-mail y de correos: caballeroalcor@fundacionalandalus.com para<br />

la <strong>el</strong>ectrónica y para la tradicional Apartado de correos nº 108,<br />

28.803 Alcalá de Henares, Madrid, España; para que me ubique<br />

dimensionalmente ha añadido Europa. No sé para qué me lo ha<br />

1001


informado pero lo he memorizado por si la causalidad se presenta en<br />

este Presente tan Eterno.<br />

—¡Sancho, no van a poder hacer nada porque lo que hicieran es<br />

ya pasado y no ha sido!<br />

—Sé que hablan mucho de esto y tienen que mantener un equilibrio<br />

extrafino entre Kairos y Cronos (sincronismo místico). Por ejemplo,<br />

ahora… o sea, entonces… ¿ehhh?...<br />

»Donde los he dejado a los cuatro juntos están precisamente<br />

hablando de <strong>el</strong>lo —le intentaba explicar un poco desesperado porque<br />

cuando vives <strong>el</strong> futuro en Presente y tienes que hablar d<strong>el</strong> Presente en<br />

pasado… Eso es diferente—. Don Quijote y yo no podemos influir en<br />

la realidad de Matrix porque no es nuestro momento y <strong>el</strong> caos nos<br />

acabaría… ¡Nada, que no podemos y no podemos! Sin embargo, <strong>el</strong><br />

caballero Alcor sí por lo que ya te he dicho. Se reinsertó en Matrix<br />

sabiendo que le iban a formatear la psique con idioteces, dijo que sería<br />

capaz de salir… Y ahí los tienes, preparando La Reb<strong>el</strong>ión esperemos que<br />

Final. ¿Conoces al caballero de la Triste Figura?<br />

—Claro me ha hablado mucho de él —me explicó la muchacha—<br />

porque es uno de los reb<strong>el</strong>des reales que mucho cabreó a Civilización<br />

y combatió a Imperio con La Palabra, ya fuera en lengua inglesa y o<br />

en cast<strong>el</strong>lana. Por las causas que sean y aunque me arrepienta de<br />

todas <strong>el</strong>las, no le he hecho suficiente caso.<br />

—Si lo que conoces en formato visual y con <strong>el</strong> audio de Claro son<br />

Los Astérix —me ha explicado afortunadamente Sancho para entender<br />

quiénes son los caballeros—, terminaré diciéndote que en Vercingetórix<br />

encontrarás su mayor parecido aunque no tenga nada que ver con don<br />

Quijote.<br />

—Pues aclárate.<br />

—Gracias a sus gloriosos antepasados e incluso a <strong>el</strong>los mismos,<br />

saben que si combaten con armas contra Imperio terminan rendidos o<br />

muertos y él desaparecido (tercera persona d<strong>el</strong> singular). Sin embargo<br />

conocen sus «armas» y la primera de todas <strong>el</strong>las es que prometen ser<br />

Reb<strong>el</strong>des Caballeros Andantes de la Orden de la Paz.<br />

»Antes no me he sabido explicar y te he dicho que «no podemos y no<br />

podemos» y ya está. Añadiré ahora que si ni don Quijote ni yo podemos<br />

intervenir en la sintética realidad de la Matrix actual… ¡o sea, de<br />

1002


entonces!, es porque en Naturaleza no existen trampas ni mentiras,<br />

arcanos ni «granos»; ¡es <strong>el</strong> mundo real, Eugenia, <strong>el</strong> que nos extingue!<br />

—¿Tienes secretos que ocultar? —me preguntó la Five con cierta<br />

suspicacia.<br />

—Discúlpame Eugenia, me merezco la pregunta —se observó<br />

caballerosamente <strong>el</strong> escudero— y te pido que me creas cuando te digo<br />

que no me sé explicar. Entre que es un poco entre… entre…<br />

«¡Tantos entres y ahora no me sale ninguno!», pensaba <strong>el</strong> escudero<br />

sorprendido porque con lo locuaz que se creía, ahora es cuando entiende<br />

que no es lo mismo estar «en <strong>el</strong> campo de batalla "toreando" al toro» que<br />

estar en <strong>el</strong> infierno de Matrix haciendo de abogado d<strong>el</strong> diablo hasta con<br />

los Servicios Secretos. «Cada vez estoy más viejo, casi frisando con los<br />

cincuenta» se r<strong>el</strong>acionó en su mente que se autodiagnostica de<br />

escacharrada y le autoconfiesa que opera más lenta. «¿Estoy más viejo<br />

que quién?» le preguntó un ¿inevitable? pensamiento en su mente que<br />

consiguió r<strong>el</strong>ajarse sin dormirse en los laur<strong>el</strong>es).<br />

—<strong>El</strong>los son los maestros —continuó Sancho pensando y<br />

diciendo…y disculpándoseme—; nunca he tenido que explicar lo que<br />

me preguntas y por eso titubeo pero nada mejor que esta conversación<br />

para quererlos aún más. <strong>El</strong>los sí te responderían a las preguntas que<br />

sabiendo yo las respuestas, no te las sé explicar con estas palabras<br />

muertas ¿Te acuerdas? No tengo secretos Eugenia pero no sé hablar<br />

como lo hacen <strong>el</strong>los (tercera persona d<strong>el</strong> plural).<br />

La candidez con la que hizo <strong>el</strong> gesto de extrañeza después de<br />

escuchar «palabras muertas» me hizo sentirme peor. ¿Cómo es posible<br />

que con la vara que he dado a los dos caballeros, ahora me llegue la más<br />

grande ocasión y no me salga ni una oración? Tan borde como me<br />

pongo con <strong>el</strong>los cuando los acribillo a preguntas con sentido y sin él, tan<br />

distraído como me pongo con mis polifragmentadas dispersiones de las<br />

que soy especialista, e incluso tan concentrado como me puse con <strong>el</strong><br />

despachado de los balidos d<strong>el</strong> rey, <strong>el</strong> bombero y además mi clón, resulta<br />

que todo es como agua de borrajas cuando me toca hablar con<br />

impecabilidad.<br />

Mi ego debía de «razonar» que después de hablar con la mujer con<br />

rastas y con la Channing de la capital, ya iba a estar preparado para<br />

afrontar cualquier situación de p<strong>el</strong>igro o instante efímero. D<strong>el</strong>ante de<br />

Eugenia, la seguridad que <strong>el</strong> ego creía tener se va desvaneciendo, espero<br />

que definitivamente y por un agujero negro, cuando tienes que explicar<br />

1003


ealmente otras cosas diferentes. Por eso me han dicho tantas veces mis<br />

maestros: Eso es diferente…<br />

<strong>El</strong> Presente y la concatenación de infinitas conexiones que sólo si<br />

suceden suceden, permite que los caballeros reb<strong>el</strong>des Carlo y Alcor vayan<br />

a hacer un «algo» para que, lo que no ha pasado y «tiene» que pasar,<br />

ocurra por… causalidad. ¡Claro!<br />

Sancho se devana los sesos buscando un nombre que reúna a Carlo,<br />

Alcor y Claro y después de darle muchas vu<strong>el</strong>tas, ha entendido lo difícil<br />

que sería ese nombre porque al ser las mismas letras, no se puede<br />

combinar mas que cambiándolas de lugar y se quedan los nombres como<br />

están. Cualquiera que se diga significará los tres a la vez.<br />

Sentir que soy <strong>el</strong> único que puede narrar este «Encuentro Eterno» si<br />

quiero que se sepa ¿antes o después de él (<strong>el</strong> encuentro)?, me quitan las<br />

ganas de vacilar que tenía en la Época de la Luz; siento la<br />

responsabilidad de la Conciencia Universal. También puede que sea <strong>el</strong><br />

frío lo que me ha quitado las ganas de reír con ironías o a carcajadas. Si<br />

no necesito decir tacos para expresar mi imperfecta rabia ¿qué<br />

dispersiones no podré evitar? Me ayuda mucho sentir que Eugenia<br />

podría ser mi hija Marica y ni tacos, bueno alguno, ni dispersiones, van a<br />

estar presentes en mis emociones. Sólo me permito dispersarme cuando<br />

únicamente escucho <strong>el</strong> sonido de su voz.<br />

—Siento mucha confianza al escucharte Sancho —me dijo Eugenia<br />

después de un rato en <strong>el</strong> que imaginé que se había quedado enfrascada<br />

con «los secretos»—; las cosas que me cuentas encajan perfectamente<br />

con «<strong>El</strong> Sentido Común». No confundas la suspicacia con <strong>el</strong><br />

entendimiento o la confirmación. <strong>El</strong> resto son «formas de hablar».<br />

—¡Trae pa’cá! —me dijo Sancho enérgicamente cogiéndome la<br />

lupa de las manos, la «pinza» de la mesa y pasando las miniaturas<br />

casi hasta <strong>el</strong> final—. Lee lo que pone aquí —la invité cortésmente.<br />

—¡Oh, Panorámix, nuestro druida! —leí como me dijo—. ¿Crees<br />

verdaderamente que podremos siempre detener <strong>el</strong> curso de las cosas<br />

como acabamos de hacerlo?<br />

—Claro que no, Eugenia —me respondió interrumpiéndome—. Si<br />

la extinción es un proceso que ha empezado, no creo que lo pueda evitar<br />

ni Dios porque son decisiones que cuando se toman, la Ley d<strong>el</strong> Karma se<br />

diluye con la Ley de la Atracción; de momento estamos en plena<br />

glaciación.<br />

1004


Los civilizombis de la Época de la Luz podían haber detenido la<br />

brutal contaminación y esperar a saber si la extinción había comenzado o<br />

sólo eran avisos. Ahora… Eso es diferente sin olvidar la liberalidad de<br />

los atemporales Caballeros Andantes que han detenido <strong>el</strong> curso de<br />

«cosas» como que la tierra es plana y estr<strong>el</strong>la de un Universo tan enano<br />

que su centro era <strong>el</strong> «planisferio». La extinción es <strong>el</strong> momento «más<br />

único» de la Humanidad. Que nadie dude que sucederán fenómenos tan<br />

extraordinarios como <strong>el</strong> resurgimiento de la Caballería de la Orden de la<br />

Paz.<br />

—Efectivamente, como comenta <strong>el</strong> druida aún tenemos tiempo.<br />

¡Tanto tiempo! en <strong>el</strong> año -50 d.C. e incluso y si me apuran, en 1971.<br />

¡¡ Por si a alguien se le ha olvidado, estamos en <strong>el</strong> 2009!! Se hace tarde<br />

demasiado deprisa.<br />

Sancho es «invasivo»; se mete tanto en mi mente que no me lo<br />

puedo sacar ni a tiros. Muchas veces me quedo en silencio porque, o<br />

escucharle o su compañía o las dos, me tiene comida <strong>el</strong> seso. Tenerlo<br />

tan metido hace que piense cómo pensará él. Como no existen los<br />

extraterrestres ni Los Galácticos ni los marcianos, de momento<br />

consideraré que, sencillamente, es un humano de otro tiempo. Así es<br />

como me paso los silencios: pensando lo que piensa y lo que pienso.<br />

—¿Sois psicópatas? —me preguntó Eugenia de pronto sin saber <strong>el</strong><br />

porqué y después de lo que entendía una pequeña pausa y no un cambio<br />

radical a tan infame tema.<br />

—Evidentemente —me respondió descaradamente—. Lo siguiente<br />

que sucede en las aventuras es parte de esto —le respondí intentando ser<br />

absolutamente sincero por los civilizombis y de volver al cuento que ya<br />

era hora—.<br />

—¿A qué te refieres para poner de nuevo las imágenes en mi<br />

memoria? —me dijo concretando como si estuviera mosqueada.<br />

—A la «negociación» d<strong>el</strong> centurión con la legión —nos centró de<br />

nuevo <strong>el</strong> listillo de Sancho—. Dice: ¡he requisado la Residencia de los<br />

dioses! ¡Podéis ir a vivir allí inmediatamente —le interpreté<br />

escenificando la acción—, cuando en realidad es una estrategia para<br />

ganar más; ni eso porque <strong>el</strong> guardián de la Patronal también está<br />

manipulado. <strong>El</strong> arquitecto mueve sus hilos con la mitad de su su<strong>el</strong>do y<br />

los d<strong>el</strong> títere constructor, psicópata titulado integrado, son manipulados<br />

1005


por <strong>el</strong> <strong>César</strong> que es donde acaba <strong>el</strong> control de todo esto en la realidad d<strong>el</strong><br />

cómic. Pero por encima de él, <strong>César</strong> Imperator, Dictator Perpetuus,<br />

Consul, Pontifex Maximus y Praefectus Moribus de la metarealidad de<br />

Matrix, estaban Goscinny y Uderzo de la realidad de Matrix y finalmente,<br />

están las diosas que lo utilizaban de parapeto [al <strong>César</strong> y ¿a Goscinny y<br />

Uderzo?] para marimangonear con total impunidad y ningún veto; un<br />

Goldman Sachs más.<br />

—¿Y por encima de las diosas? —seguí tirando d<strong>el</strong> hilo.<br />

—Está Naturaleza —me resumió— que en vez de manipularlas para<br />

que organizaran este sarao tan descarao, las dejó en libertad sabiendo que<br />

la podían armar; y las dejó. Estar aquí y ahora reconfirma que Dios es<br />

Naturaleza. No saben ni pueden evitar este desastre tan colosal y por eso<br />

ha resurgido la Caballería Andante de la Orden de la Paz: La Realidad<br />

Real V5. unos poderes súper güais. <strong>El</strong> exterminio de dos tercios de la<br />

humanidad no era tan complicado y tenían muchos caminos para escoger<br />

<strong>el</strong> menos adecuado.<br />

—¿Y por debajo de la patronal y los Sindicatos? —siguió Ariadna<br />

tirando d<strong>el</strong> hilo un poco alterada por lo de los psicópatas imagino.<br />

—Están los esclavos —dijo sin cortarse ni un cacho—. Había<br />

distintas degradaciones dependiendo de sus cometidos. Te voy a referir<br />

un detalle concreto de la hipocresía genuinamente civilizombi para que<br />

veas cómo se lavaban las manos en sangre maldecida. Si les decías a la<br />

cara que eran esclavos además de sapiens sapiens hamburguesados, se<br />

mosqueaban sin remedio y sin pensarlo ¡por supuesto!, como ratas a las<br />

que quitan sus chutes diarios de neuropéptidos. En cambio,<br />

organizaciones «c<strong>el</strong>estiales» como Save the Children, «alardeaban» sin<br />

decoro en sus titulares que había «Ocho millones de niños esclavos en <strong>el</strong><br />

planeta»; ¿sólo? les preguntaría yo a los d<strong>el</strong> «Save» ¿y los que sí van a la<br />

escu<strong>el</strong>a?<br />

Estoy seguro que a nadie que haya leído hasta aquí se le podrá<br />

escapar este detalle nada baladí; si por la más remota causalidad se pasa<br />

este detalle inadvertido, se va a apercibir aquí. De la mesa de<br />

Negociación de los Sindicatos se ha pasado a la Manipulación de la<br />

Patronal en la que al estar los Sindicatos «subvencionados» (con 14 mil<br />

millones de eurazos de los Presupuestazos), los trabajadores se limitan a<br />

callar y tragar… ¡bueno, y a votar!. <strong>El</strong> momento actual en <strong>el</strong> que se<br />

encuentra <strong>El</strong> Sistema y todos los civilizombis que se r<strong>el</strong>acionan con él<br />

es éste: deflación, decepción, desintegración y cabreo. Lo siguiente que<br />

1006


sucede tras esto está minuciosamente «profetizado» pero lo que en los<br />

cómics duran tres páginas con coloridas viñetas, alaridos y<br />

¡Taraaatariiiii!, en la realidad de Matrix son demasiados años de<br />

deshumanizada subsistencia y desolación «inhumana». Si a lo que ha<br />

sucedido en las anteriores versiones unimos lo inédito de esta ocasión, la<br />

extinción, conviene que los civilizombis se pongan las pilas si no se<br />

quieren comer <strong>el</strong> gran marrón de todas sus vidas. (Pregunten al caballero<br />

Alcor qué se siente cuando sabes que te vas a comer un marronazo d<strong>el</strong><br />

veinte; es especialista porque ya lleva muchos años; comprobarán cómo<br />

dice «¡Yo qué sé!»). ¿Cuentan los civilizombis con un druida para que<br />

canalice <strong>el</strong> trance sin dolor ni percance? (Pregunten también al caballero<br />

Alcor; él sabe la fórmula de su mágica poción). ¡¡Estamos de nuevo en <strong>el</strong><br />

año 2009 y este capítulo d<strong>el</strong> cómic es de 1971 d.C.!!<br />

La ajustada intervención de Sancho con detener <strong>el</strong> curso de las<br />

cosas que dice Astérix me ha dejado desconcertada y me ha salido<br />

un desvarío a la deriva que ha llegado a lo absurdo. <strong>El</strong> gorro se ha ido<br />

llenando de pipas con <strong>el</strong> «¡Trae pa’cá!, lee lo que pone aquí» y la<br />

descarada respuesta «evidentemente» que confirmaba su psicopatía<br />

sin cortarse ni un p<strong>el</strong>o. Es fácil que me lo haya tomado de manera<br />

personal por la intervención d<strong>el</strong> odioso ego que se me debe de haber<br />

metido junto con los «Secretos» d<strong>el</strong> Clan. Como me dice Claro,<br />

mientras que haya dos realidades, la Natural y la artificial, vivimos en<br />

contradicción con nuestro Presente real.<br />

Pero lo que más me ha alterado ha sido <strong>el</strong> agudo comentario de<br />

un detalle muy sutil que ha dicho como si nada. Sé que mientras que<br />

me sucedía me estaba sentando fatal pero ahora que lo estoy<br />

transcribiendo, digo que es un tío genial. Darse cuenta hasta de estos<br />

detalles «descarados» dice mucho de la intuición d<strong>el</strong> que los percibe y<br />

d<strong>el</strong> arte de los creadores.<br />

Me reseñó que aparte d<strong>el</strong> apetitoso parlamento entre druida y<br />

guerrero reb<strong>el</strong>des, la viñeta es interesante porque los personajes<br />

aparecen pintados de negro. ¡Es la penúltima vez que lo hacen<br />

después de una más de dos docenas de veces! Claro me ayudó a ver<br />

la primera pero las otras, se han pasado inadvertidas. ¡Esto me ha<br />

escamado! porque es un protón importante de información y no me<br />

1007


había enterado. ¿Lo ha dejado pasar Claro por alto o me lo habría<br />

dicho al final? ¿Se fía demasiado de mí o le falla la memoria? ¿No me<br />

quiere apabullar con tanta información o pensaba que lo sabía y lo<br />

que resultaba es que no?<br />

Todo esto me alteraba; he vu<strong>el</strong>to a la primera viñeta y he ido<br />

comprobando si la fuente de información era fiable o se estaba<br />

tirando un farol para que me lo tragara como si fuera una pardilla<br />

visceral. ¡Impecable! No ha habido ni una viñeta que no haya pasado<br />

por su escrutinio y para colmo, ha reseñado la tercera por tener una<br />

particularidad mayor: los personajes están pintados de colores hasta<br />

con <strong>el</strong> más mínimo detalle menos lo único natural que se les podría<br />

ver, la «carne», que aparece en negra ¡Olé! Después de la contabilidad<br />

y de sus comentarios, efectivamente es así.<br />

Como si alguna vez hubiera existido, ha descartado la casualidad<br />

como «causa» de esta singularidad porque como muchas jornadas<br />

suceden de noche, <strong>el</strong> ilustrador se ha encargado de diferenciar<br />

perfectamente a los negros numidas y los oscuros «ennochecidos» de<br />

los «negros». Lo más gordo es que tiene razón.<br />

¿-? Por si fuera poco, después de argumentar su cabal conclusión<br />

sobre la causalidad, ha preguntado ¿por qué? ¿Qué otra realidad<br />

«escondida» quieren establecer «a gritos súper negros» en <strong>el</strong> cómic y con<br />

hologramas en la realidad de Matrix? Hay otra realidad que no ve nadie,<br />

Eugenia, y los Caballeros Andantes la van a desv<strong>el</strong>ar rev<strong>el</strong>ándose.<br />

¡Reb<strong>el</strong>ión Ya!<br />

Como no podía ser de otra manera,<br />

<strong>el</strong> dipsómano se acaba de incorporar<br />

con la única y sana intención<br />

de imponerse <strong>el</strong> vaciado interior<br />

vomitando todo lo que en la fiesta<br />

se había metío pa’entro.<br />

Antes de llegar al cuarto de baño,<br />

por <strong>el</strong> camino ha ido dejando<br />

un rastro intermitente de arcadas<br />

salpicando baldosas abrillantadas<br />

que mamá se encargará de limpiar.<br />

En su «defensa» se podrá argumentar<br />

1008<br />

que eran arcadas blancas y espiritosas<br />

imposibles de aguantar ni de tragar<br />

por lo peristáltico y por lo convulsivo<br />

d<strong>el</strong> potente movimiento estomacal.<br />

Cuando se ha vaciado d<strong>el</strong> interior,<br />

dejando en <strong>el</strong> váter lo más espiritual<br />

de lo que había estado comulgando<br />

en lo que parecía fiesta inofensiva<br />

pero que orgía romana genuina<br />

era lo que realmente era,<br />

se ha enjuagado la boca pastosa<br />

con un movimiento mecanizado,


ha vu<strong>el</strong>to a la cama manchada<br />

y de manera también automatizada<br />

se ha puesto f<strong>el</strong>izmente a roncar<br />

como un ang<strong>el</strong>ito que protestaba<br />

por algo que solamente soñaba.<br />

Que canalice así su forma de reclamar<br />

o que tan jóvenes se pongan a roncar,<br />

es algo que ahora y sin saber<br />

nos da exactamente igual su porqué.<br />

A veces se puede pensar<br />

que la vida era otra cosa, de otra forma,<br />

pero la sórdida realidad cotidiana,<br />

nos pone los pies sobre la tierra<br />

y la mente se queda «paralizada».<br />

Este «pormenor» no va a amuermar<br />

ni a los Andantes Caballeros Reb<strong>el</strong>des<br />

ni a nadie que se quiera despertar.<br />

En algún lugar d<strong>el</strong> planeta<br />

se ha puesto <strong>el</strong> Sol hace un rato<br />

pero justo en <strong>el</strong> lado contrario,<br />

está saliendo para todo <strong>el</strong> resto.<br />

¡Joder! ¿qué decir a alguien que te acaba de descubrir <strong>el</strong> escondite de<br />

las diosas de una manera tan fácil? Sancho es un tipo especial, se<br />

nota que es vegetariano radical y que se ha puesto a meditar.<br />

Claro me ha dicho infinidad de veces que las diosas estaban<br />

encubiertas pero dentro de la misma Matrix que los esclavos y ni yo<br />

ni los sapiens lo queríamos creer; llega Sancho y de un plumazo,<br />

resu<strong>el</strong>ve algo trascendental. ¿Aquí quién es <strong>el</strong> inmortal, Sancho o don<br />

Quijote? Así que las que nunca salen en la escena d<strong>el</strong> campo de<br />

batalla, las que mueven los hilos de las marionetas y los «negros»<br />

¡que no sombras! tras los que se esconden en momentos puntuales<br />

durante <strong>el</strong> cómic, son las mismas; y además, lo pregonaban en<br />

tebeos y en p<strong>el</strong>ículas de amplia difusión mundial. (<strong>El</strong> color negro es <strong>el</strong><br />

preferido de Darth Sidious, Darth Maul y Dark Vader, sólo por<br />

«especificar <strong>el</strong> contexto»).<br />

Seguro que Sancho nunca dice nada de mi «inevitable» despiste<br />

porque se comporta como un caballero contagiado por su maestro y<br />

de su amigo. Ahora entiendo la extraña sensación de este mediodía<br />

que no podía controlar; presentía la llegada de Sancho y percibía «su»<br />

energía inmortal que ha venido para que me entere de que<br />

Civilización, las diosas y los esclavos, ¿existen o han existido? ¡con<br />

esto me vu<strong>el</strong>ve loca! ¡¡La vida es genial!!, aunque haga tanto frío y a<br />

veces me ponga furiosa.<br />

Por corresponderle o «recolocarme» aunque sé que era imposible,<br />

le he dicho un detalle que aunque estaba plenamente de acuerdo, lo<br />

ha censurado por lealtad a la Caballería de la Orden de de la Paz; él<br />

1009


ha respondido con otro d<strong>el</strong> que no hemos comentado porque decía<br />

que no me podía imaginar lo que realmente son capaces de hacer las<br />

diosas de «la r<strong>el</strong>igión» ni a dónde puede llegar <strong>el</strong> ruido que hacen.<br />

<strong>El</strong> censurado ha sido la exaltación que he hecho de la reacción de<br />

los reb<strong>el</strong>des instantes después de que <strong>el</strong> arquitecto les dice:<br />

¡Deteneos! ¡Deteneos! ¡Estáis en una propiedad privada! Y además,<br />

está prohibido pisar <strong>el</strong> césped. Los guerreros galos actúan<br />

coherentemente ante una prohibición tan caprichosa de Civilización<br />

esgrimida además, por un empedernido psicópata integrado; los<br />

Caballeros Reb<strong>el</strong>des de la Paz no hacen eso ni aunque…<br />

Una vez descalabrado <strong>el</strong> arquitecto, Sancho ha subrayado su<br />

crítica mordaz a las diosas diciendo que las prefiere menos<br />

alborotadoras. Él sabrá por qué dice «las diosas» cuando los<br />

creadores dicen inquilinos. [Ver Astérix y Cleopatra: Capítulo VII en<br />

una edición de los cómics, capítulo XX en La Odisea de Claro y <strong>el</strong><br />

siguiente en <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do.]<br />

Sancho me ha asegurado que <strong>el</strong> caballero Alcor puede explicarme<br />

pormenorizadamente quiénes son las diosas mejor que él y le he<br />

contestado:<br />

—¡Imposible! por que además, ya lo he entendido. Al principio<br />

no sabía quiénes eran los dioses.<br />

—No te preocupes, a mí me pasaba lo mismo y sin quererlo, hemos<br />

dejado de saber en <strong>el</strong> mismo instante quiénes eran diosas y civilizombis<br />

tú y lectores y diosas yo, para pasar a creerlo. <strong>El</strong> camino es «estar»<br />

porque llegar a la meta es <strong>el</strong> fastidio; <strong>el</strong> Eterno Retorno es lo que evita <strong>el</strong><br />

aburrimiento de estar en la llegada.<br />

Al repasar las viñetas en negro, me he quedado un momento<br />

detenida en la página especialmente negra d<strong>el</strong> capítulo y la he visto<br />

de otra manera diferente; es la que dedican a la música. Excepto <strong>el</strong><br />

bardo y la afortunada parejita f<strong>el</strong>iz, <strong>el</strong> resto es todo negro con una<br />

Luna Llena brillando en <strong>el</strong> firmamento que ya la quisiéramos muchas<br />

para sí y ahora. Es la página donde más viñetas aparecen en negro e<br />

incluso una, es totalmente negra excepto <strong>el</strong> silencio de las palabras.<br />

«¡Qué morro tienen!» podría pensar alguno si evalúan <strong>el</strong> contenido de<br />

1010


la viñeta en r<strong>el</strong>ación al precio que pagarán por <strong>el</strong> cómic. Pero sin<br />

duda, se ha convertido en la página más sugerente y quizá, la más<br />

sutil de todas las pintadas.<br />

—No dices nada de la música —me dijo con tristeza, quizá<br />

m<strong>el</strong>ancolía o nostalgia, pero manteniendo <strong>el</strong> tipo— y sé que debe de<br />

ser importante al necesitar los creadores referirse a <strong>el</strong>la creando un<br />

personaje esencial en las aventuras: <strong>el</strong> bardo.<br />

—Es uno de los grandes líos de Civilización; <strong>el</strong> caballero Alcor me la<br />

ha explicado en versión turbo resumida. La música estaba formada de<br />

dos <strong>el</strong>ementos principales. La afinación civilizada era una madeja muy<br />

tergiversada en la que un manipulador iconoclasta se buscó la vida<br />

alterando <strong>el</strong> «temperamento» d<strong>el</strong> sonido que había sido previamente<br />

falsificado; así se llega a la Música, <strong>el</strong> ruido que menos molesta. Para<br />

responderte d<strong>el</strong> otro <strong>el</strong>emento, <strong>el</strong> ritmo, necesito remitirte al caballero<br />

Alcor porque yo no sabría explicárt<strong>el</strong>o como él. Para <strong>el</strong> andalusí, <strong>el</strong> pulso<br />

es sagrado y lo único que realmente puede compartir <strong>el</strong> ser humano.<br />

—Entre la afinación y <strong>el</strong> pulso no me aclaras nada.<br />

—«Compartir» las palabras, las emociones e incluso las realidades, es<br />

una especie de «quimera» que junto con <strong>el</strong> pulso d<strong>el</strong> ritmo, te los debería<br />

explicar él. De alguna manera, <strong>el</strong> caballero Alcor concibe que Matrix se<br />

encarga de sabotear nuestra conexión con <strong>el</strong> Universo a cambio de<br />

mantenernos enchufados con la música a Civilización; todo lo que<br />

sucede o existe en <strong>el</strong>la es tan irreal que no se puede ni «compartir <strong>el</strong><br />

instante», con afinación incluida; y <strong>el</strong> pulso… que te lo diga él.<br />

—¿Quieres decir que no se entendían?<br />

—Quiero decir que por mucho que lo intentaran, las herramientas de<br />

las que los civilizombis disponían para comunicarse y compartir la<br />

«comunicación» no valían y entorpecían <strong>el</strong> que pudiera suceder cualquier<br />

contacto est<strong>el</strong>ar por alguna remota «casualidad».<br />

—¿Cómo puedo hablar con <strong>el</strong> caballero Alcor?<br />

—Ahora mismo está en Matrix, en un momento determinado a<br />

principios d<strong>el</strong> siglo XXI, cuando toda la humanidad está unida en<br />

su entusiasmo por <strong>el</strong> atrevimiento de las diosas al dar origen a la<br />

I.A., los civilizombis.<br />

—Seguro que él lo explica de otra manera menos farragosa que<br />

ésta.<br />

1011


—«Los hombres hablan para no decir lo que piensan, <strong>el</strong> pulso es lo<br />

único que pueden compartir los humanos» o algo más o menos así, es lo<br />

que afirma él; pero yo te aseguro que aparte de influir en <strong>el</strong> tiempo de<br />

manera «prodigiosa», con él se pueden compartir muchas más «cosas».<br />

—¿<strong>El</strong> qué?<br />

—Entiendo que te parezca contradictorio que no se pueda compartir<br />

nada más y que yo te diga que realmente sí. Él lo llama sentido común y<br />

para mí es no sé qué. No puedo explicarte qué significa estar con él<br />

porque tienes que experimentarlo. Afortunadamente, todavía quedan<br />

«cosas» que no se pueden decir con palabras. Con él no pasa <strong>el</strong> tiempo,<br />

pasan… «cosas».<br />

De pronto, Eugenia se ha puesto a llorar y aunque al principio<br />

realmente me sorprendió, después he pensado que sería una<br />

manifestación espontánea a la que iba a dar tanta importancia como a las<br />

risas que nos habíamos pasado <strong>el</strong> caballero Alcor y yo. He pensado que<br />

podría haber tomado una decisión tan emocionante que por eso se ha<br />

puesto a llorar o si recordaría algo d<strong>el</strong> pasado que no puede olvidar.<br />

Mientras que Sancho respondía a una pregunta que necesitaba<br />

más silencio que palabras, no pude evitar que las lágrimas brotaran<br />

de mis ojos sin llorar; eran gotas de pena que se escapaban en<br />

silencio de mi adentro y se diluían en <strong>el</strong> Cosmos. No son d<strong>el</strong><br />

tormento por los millones de niños tratados con tanta explotación;<br />

no es por los millones de niños que aprenden en la escu<strong>el</strong>a y<br />

universidad a quedarse quietos de por vida (Ver <strong>El</strong> combate de los<br />

jefes y, obviamente, su comentario en La Odisea de Claro). Es porque<br />

además de eso, si había alguno al que no explotaran, les dejaron una<br />

herencia que es como para ponerse a llorar hasta amordazar al<br />

viento. También eran lágrimas de querer estar en la Época de la Luz<br />

para poder explicar a los patriarcas y oligarcas la conclusión de su<br />

abyecta faena. También eran lágrimas por no saber cómo se<br />

comparte <strong>el</strong> Tiempo con <strong>el</strong> caballero Alcor. Lloraba por esa especie<br />

de losa que se ha instalado en mi entendimiento desde esta mañana<br />

en la que gracias a tres viñetas, me he enfrentado a lo que sabía para<br />

por fin ¡creerlo! La asistencia de Sancho está siendo esencial: un<br />

sapiens de la Época de la Luz que dice que se van a reb<strong>el</strong>ar. ¿Será un<br />

1012


peregrino o uno de esos locos que siempre tienen razón? ¿Dónde se<br />

habrá metido Claro para que despeje esta situación?<br />

Realmente no sé por qué me he puesto a llorar porque ahora es<br />

otro momento y entonces había demasiadas emociones revu<strong>el</strong>tas en<br />

mi cabeza y sencillamente, me he puesto a llorar sin más. Sancho lo<br />

ha entendido perfectamente y ha reaccionado como un caballero, sin<br />

hacerse <strong>el</strong> salvador de nadie ni estimulando que me tuviera que<br />

sentir incómoda con mi llanto.<br />

No sé si habré sabido reaccionar como se debe hacer, si es que hay<br />

alguna manera preestablecida de reaccionar en estos femeninos lances;<br />

pero al menos, no me comporté como si fuera su salvador. La dejé llorar<br />

tranquilamente y esperé con cariño silencioso a que terminara su llanto.<br />

Puse la mano sobre su hombro para saber que estaba allí y seguí callado<br />

mientras que salían sus lágrimas interrumpidas con alguna inspiración<br />

suspirada. Y efectivamente, al cabo de un rato reapareció:<br />

—¡Sancho —le grité llena de alegría— ¡¡<strong>el</strong> eslabón perdido entre<br />

nosotros y <strong>el</strong> caballero Alcor es Claro!! Él nos puede contar al detalle<br />

este «eslabón perdido» d<strong>el</strong> Presente d<strong>el</strong> caballero Alcor. ¿No lo has<br />

visto al entrar? Se ha salido poco antes de que llegaras.<br />

—Es que he llegado directamente aquí.<br />

—¡Vente que te lo voy a presentar!<br />

Claro estaba missing. Estaría paseando y se habría alejado de<br />

Montesinos en cualquier dirección desconocida. Aunque tenía<br />

muchas ganas de solucionar <strong>el</strong> eslabón perdido, también bullía por<br />

transcribir todo lo acaecido y <strong>el</strong> Presente es lo que tiene, que unas<br />

veces te vas por aquí y otras te pones a escribir. Pregunté a Sancho<br />

qué iba a hacer y dónde iba a pasar la noche y me dijo que no tenía<br />

ni la más remota idea de lo que iba a suceder con su vida.<br />

Entremezcló al andalusí con una tal Urganda la Desconocida<br />

refiriéndose como a los interventores en su favor y cuando me dijo<br />

que esperaría a Claro, fue cuando me quedé tranquila. <strong>El</strong> frío no se<br />

anda con bromas ni con monsergas andalusíes ni Desconocidas y sea<br />

Sancho de cuando sea, no parece saber lo que es <strong>el</strong> frío en «este»<br />

espacio nocturno.<br />

1013


Segura de que en compañía de Claro nada le puede faltar, me<br />

decidí finalmente por venirme a transcribir porque la luz d<strong>el</strong> día sólo<br />

está mientras que está y tenía muchísimas ganas de encontrarme con<br />

<strong>el</strong> narrador y con <strong>el</strong> r<strong>el</strong>ato de hoy. Antes de despedirnos le pregunté<br />

algo que me ha llamado la atención.<br />

—¿Cómo es posible que los turistas d<strong>el</strong> cómic viajen con tanto<br />

equipaje y los dos visitantes de la Época de la Luz que he conocido,<br />

no llevéis ni una humilde alforja con vuestro bagaje? Claro no llevaba<br />

más equipaje consigo que aqu<strong>el</strong>la humilde mochila y tú vienes casi<br />

sin ropa. Los exploradores d<strong>el</strong> Clan salen con un fardo lleno de<br />

mantas y diversos utensilios para resguardarse d<strong>el</strong> frío y vosotros<br />

llegáis con lo puesto. Parecéis pardillos turistas que no saben lo que<br />

realmente necesitan. ¿Por qué los de la Época de la Luz no lleváis<br />

equipaje?<br />

—Porque hemos aprendido demasiado bien que <strong>el</strong> peor equipaje es<br />

<strong>el</strong> que llevamos en la mente y cuantas menos cosas tengas dentro y fuera,<br />

viajas más ligero. <strong>El</strong> cuerpo es suficiente «equipaje» para vivir; ¡por cierto!<br />

un equipaje maravilloso<br />

La discreción se encuentra con respuestas sorprendentes. Eugenia se<br />

ha alejado paseando con la suya y yo me he quedado con la mía. ¿Cómo<br />

explicar a «mi hija» mi momento actual? Estoy perdido en la Época<br />

Umbrática y lo único que no me hace zozobrar es saber y ¡ahora creer!<br />

que existe <strong>El</strong> Presente y que no tengo más que seguir viviendo. Sin saber<br />

si Claro regresaría ni si yo estaría para cuando <strong>el</strong> volviera, me dispuse a<br />

hacer lo primero que se me ocurrió: di un paseo por los alrededores y<br />

cuando cayó la tarde, me fui a la cueva de Claro a dormir sin saber ni<br />

cuándo ni dónde me iba a despertar.<br />

Después d<strong>el</strong> encuentro de hoy, como siempre me he venido para<br />

La Scriba y por <strong>el</strong> camino venía reflexionando en las cosas que tiene<br />

la vida. He imaginado dónde estará <strong>el</strong> entr<strong>el</strong>ubricán para saber que<br />

me tenía que concentrar con la transcripción d<strong>el</strong> encuentro si quería<br />

terminar a tiempo como así está siendo. <strong>El</strong> encuentro con Sancho ha<br />

sido tan clarificador que todo lo demás que he percibido con él se<br />

queda para mis adentros. No hay nada mejor que querer escribir algo<br />

de <strong>el</strong>lo y que no me salga nada.<br />

1014


También venía pensando la paciencia que tiene <strong>el</strong> viejo conmigo.<br />

Sancho es más guerrero y eso me ha encantado. Además, me ha<br />

enseñado que no tiene ningún sentido la p<strong>el</strong>ea constante que tengo<br />

con los antecesores civilizombis y he decidido cambiar de actitud. Es<br />

absurdo que me esté p<strong>el</strong>eando con Claro por esto cuando además, él<br />

es tan daño colateral como yo. La extinción debe de ser una<br />

experiencia muy severa para quien ha conocido <strong>el</strong> calor de Madre<br />

Tierra de la Época de la Luz.<br />

Después de pasar un momento en silencio conectada con <strong>el</strong> todo,<br />

Eugenia salió de La Scriba cuando como otras noches, la oscuridad se<br />

había adueñado d<strong>el</strong> día. <strong>El</strong> camino de vu<strong>el</strong>ta «a casa» lo conoce de<br />

sobra y no necesita las farolas que deslumbran a los habitantes de<br />

Alcalá. Ajena a lo que le iba a pasar cuando llegara a la cueva<br />

familiar, recogió unas bayas que iban a convertirse en su cena<br />

Los carpinteros que trabajaban<br />

en la plaza de los Santos Niños<br />

montando casetas al margen<br />

de la salida de los inmortales<br />

pero simultáneamente a <strong>el</strong>la<br />

están todos extinguidos.<br />

Puede que su fin llegara<br />

incluso antes d<strong>el</strong> Día d<strong>el</strong> Resplandor<br />

víctimas d<strong>el</strong> sanguinario fanatismo<br />

que se adueñó de los más urbanos<br />

de entre los sapiens civilizombis.<br />

Entre tantos cientos de millones<br />

de almas que desaparecieron,<br />

esta cuadrilla inmortal<br />

fueron sólo unos más.<br />

Requiescat in pace (RIP).<br />

Fijados en su brizna d<strong>el</strong> Multiverso, los dos Reb<strong>el</strong>des Caballeros han<br />

terminado con <strong>el</strong> mecanuscrito, las contraseñas y explicaciones, para que<br />

todo lo que hayáis leído, queridos lectores y hermanos de especie de este<br />

supra organismo al que se puede llamar Humano, haya sido previamente<br />

transcrito tal y como consta hasta <strong>el</strong> siguiente punto y seguido. La<br />

Reb<strong>el</strong>ión digifoliar se daba por terminada junto al traspaso de<br />

1015


digitalizados mecanuscritos y a partir de ahora, comienza todo lo demás:<br />

<strong>El</strong> Eterno Retorno. Que se encuentran satisfechos se puede comprobar<br />

sólo con verlos pero si pueden sentir lo que se siente aquí, entenderán<br />

que es <strong>el</strong> momento de despedir <strong>el</strong> encuentro.<br />

—Caballero don Quijote —dijo <strong>el</strong> caballero Alcor—, hay noches que<br />

parecen no existir y madrugadas en las que te olvidas de vivir.<br />

—Cuando se decide que algo «ha terminado» —comentó <strong>el</strong> caballero<br />

Carlo—, se siente agrado y emoción a la vez porque «finalizando» lo que<br />

hubiera, empieza otro Eterno Retorno simultáneamente. Cuando decides<br />

nacer cambian más circunstancias que cuando reconoces que <strong>el</strong> Eterno<br />

Retorno ha llegado a su punto de partida, un lugar que sientes con la<br />

candidez d<strong>el</strong> primer contacto pero con la experiencia d<strong>el</strong> traspaso de la<br />

vida. Para no existir <strong>el</strong> tiempo, cuántos acontecimientos permite que nos<br />

sucedan.<br />

Se intercambiaron algunas palabras y después de apoyarse con la<br />

mirada, se dieron un abrazo tan estrecho que <strong>el</strong> caballero Alcor no se dio<br />

cuenta de que poco a poco, era a sí mismo a quien abrazaba. <strong>El</strong> caballero<br />

don Quijote, incuestionable maestro, caballero leal, amigo fi<strong>el</strong> y Reb<strong>el</strong>de<br />

radical, se diluyó de entre sus brazos suave pero definitivamente.<br />

Cuando <strong>el</strong> caballero Alcor quiso darse cuenta de que se abrazaba a él<br />

mismo, se pasó con fugacidad uno de los pensamientos de la mente que<br />

interfieren en <strong>El</strong> Presente: ¿dónde está Sancho? Con <strong>el</strong> corazón y los<br />

intestinos, la mente y <strong>el</strong> cuerpo sobrecogidos, se dirigió a la habitación de<br />

al lado y efectivamente, lejos de encontrarse con Sancho se encontró con<br />

una nota manuscrita en la que se decía:<br />

«Lamento no estar ahí para despedirme. Tenías razón, la libertad no<br />

es un sueño; está ahí, al otro lado de los límites que nosotros mismos<br />

creamos. Te doy las gracias por haber compartido este viaje conmigo.<br />

Que sepa escribir esto ¿no manifiesta mi falta de libertad?»<br />

Tu amigo Sancho.<br />

Post Data: Naturaleza es lenta pero segura, <strong>el</strong>la nunca falla. Nuestra<br />

infid<strong>el</strong>idad hacia Madre Tierra nos condena. Sólo nos liberamos cuando<br />

estamos en armonía con <strong>el</strong>la. ¡Nos estamos extinguiendo! ¿Qué<br />

hacemos?<br />

1016


Al «naufragio» d<strong>el</strong> instante no hace falta referirse porque casi todos<br />

se podrán imaginar cómo se quedaría cada uno. Pero tienen que añadir<br />

un detalle más. Movido por la intuición, lo primero que hizo <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor fue encender <strong>el</strong> ordenador y cuál no sería su sorpresa al comprobar<br />

con lo que se encontró. <strong>El</strong> r<strong>el</strong>ato que acaban de leer es lo único que<br />

queda de toda La Odisea de Claro que había desaparecido junto con<br />

Sancho. La transcripción se ha evaporado igual que este encuentro<br />

prodigioso de entre los que haya tenido <strong>el</strong> caballero Alcor d<strong>el</strong> siglo XXI.<br />

Nota d<strong>el</strong> transcriptor. Es una lástima que no escuchen los testimonios de<br />

Eugenia y Claro; son absolutamente reb<strong>el</strong>adores .<br />

Los carpinteros de la cuadrilla<br />

se levantan cronometrados<br />

si quieren llegar a la hora exacta<br />

para empezar a «esclabajar».<br />

Con movimientos mecanizados<br />

hacen los deberes sanitarios<br />

y al mirarse en <strong>el</strong> espejo<br />

comprueban que están más guapos.<br />

Compartan autobús o coche,<br />

metro, avión o Cercanías,<br />

horas tienen que pasar antes<br />

de ponerse a esclavajarse.<br />

Encima hoy es San Lunes<br />

y se ha acabado San Cervantes<br />

aunque qué más dará ahora<br />

si la mayoría de esos habitantes<br />

se «esclabaja» en una, grande<br />

¿y libre? capital de España<br />

¿anacrónico reino todavía?<br />

¿Quién podría haber previsto<br />

que la muy famosa y Magistral<br />

cibdad d<strong>el</strong> Henares Alcalá,<br />

se iba a haber convertido<br />

en un dormitorio de Madrid?<br />

Si Cisneros levantara la cabeza<br />

igual que lo hace Cervanpeare<br />

pondría a todo <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o en un grito:<br />

«¡Los gobiernos ¡a freír puñetas!»<br />

Los carpinteros tienen programado<br />

un destajo que van a sudar<br />

así que se han preparado mucho<br />

pa’ tan inhumana, descomunal,<br />

sacrosanta y pura actividad.<br />

Vaya desayuno de curro<br />

después d<strong>el</strong> escaso tiempecito<br />

que <strong>el</strong> Dios Dinero concede<br />

a los esclavos cuando también<br />

¡los obliga a descansar! ¡Arrrrr!<br />

Es un placer haber estado<br />

compartiendo aquí estos «versos»;<br />

aparte de ser mal poeta,<br />

la ruptura de métrica y rima<br />

es totalmente causal.<br />

¿Para qué se ha utilizado<br />

este recurso estilístico,<br />

será porque ha dado la gana,<br />

será porque ha picado un bicho?<br />

¿Tendrá un simple sólo y por qué<br />

llamado esterilidad mental<br />

o un mal gusto de tronío<br />

que mal rayo le parta al<br />

gusto y al tronío mental?<br />

¿Será por fastidioso descuido<br />

de quien escribe como animal<br />

de los que disfrutan viviendo<br />

en <strong>el</strong> instante más actual?<br />

¿Para qué redactar cuartetas<br />

si pa’eso están los poetas,<br />

otros hay Caballeros Reb<strong>el</strong>des<br />

pasando de las apariencias<br />

1017


cuando <strong>el</strong> seso se queda reseco?<br />

Si hacen estadísticas podrán<br />

comprobar los decasílabos ya<br />

aunque sólo rimen unos pocos<br />

y otros muchos rompan <strong>el</strong> ritmo.<br />

<strong>El</strong> uso de las chungas quintetas<br />

que no preprogramadas cuartetas<br />

1018<br />

será por la perversa influencia<br />

d<strong>el</strong> número que está más de moda:<br />

<strong>el</strong> cinco ¡que además te la hinco!<br />

Todas estas extrañezas varias<br />

les habrá llevado a plantearse<br />

cosas que aparte de curiosas<br />

esperemos a que les ayude<br />

a despertar, si se puede ¡¡Ya!!<br />

Esta última escritura a dos columnas ha sido para decir que está amaneciendo<br />

para todos los seres humanos igual que para <strong>el</strong> resto de los animales y vegetales<br />

de los que nos diferenciamos porque <strong>el</strong>los no usan este lenguaje tan pobre y tan<br />

severo: las palabras d<strong>el</strong> alma. Romper su silencio con algo que no sea un beso<br />

es como para pensárs<strong>el</strong>o tanto que no hacerlo.<br />

También clarea para las rocas y piedras gracias a una estr<strong>el</strong>la que aparece<br />

por alquibla; <strong>el</strong>las <strong>el</strong>evan su temperatura vital gracias al Sol, a Zeus o a Ra<br />

exactamente igual que <strong>el</strong> resto de entes vibrátiles de este planeta. Se diría que<br />

hasta para Madre Tierra empieza un nuevo día si <strong>El</strong>la no tuviera la condición de<br />

amanecer y atardecer a la vez. Es muy fácil imaginar que «mide» <strong>el</strong> tiempo de<br />

manera diferente a la de los dioses sapiens, ergo como se ha intentado decir,<br />

existe la atemporalidad. Cada uno puede vivir en la Dimensión d<strong>el</strong> Multiverso<br />

que decida o en la que le imponga su ego atrapándolo do por vida. Ese ego es<br />

tan polidestructivo que, no sólo destruye a uno mismo sino que extingue a la<br />

especie <strong>el</strong>egida (para ser extinguida); ha destruido la armonía de Madre Tierra y<br />

hemos entrado en <strong>el</strong> periodo de las consecuencias.<br />

Buenos días, queridos lectores. Para no tener nada más que decir que <strong>el</strong><br />

breve Prólogo que lo dice todo, han hecho falta demasiadas palabras y sobre<br />

todo, tener alma.<br />

Hasta siempre,<br />

por no decir hasta nunca,<br />

que siendo exactamente lo mismo,<br />

parece que suena fatal<br />

la frase secunda.<br />

Adiós queridos congéneres<br />

estamos en la misma barcaza<br />

que seguro que está haciendo aguas<br />

por todos los «costaos» de la Mancha<br />

e incluso de todo <strong>el</strong> planeta.<br />

Para <strong>el</strong> caballero Alcor de Castilla al-Andalusí ha comenzado <strong>el</strong> día como<br />

para todos los coterráneos d<strong>el</strong> Multiverso. De sus ojos salen lágrimas que


no borran la sonrisa y para controlar su «v<strong>el</strong>ocidad emocional», utiliza la<br />

única «poción» que conoce para traspasar con serenidad estos «trances»:<br />

Meditar.<br />

Después de vivir algo así, cualquiera entenderá que no se pueda<br />

r<strong>el</strong>atar cómo se siente <strong>el</strong> caballero Alcor en este instante. No es por<br />

lealtad ni por v<strong>el</strong>ar su intimidad, es porque no se han inventado palabras<br />

para expresar cómo estás después de un Encuentro Est<strong>el</strong>ar. No se ha<br />

puesto a pensar «¿Quién soy?» porque qué vértigo más absurdo y qué<br />

pensamiento más estúpido, ni tampoco ¿qué hacer? con todo «esto» en<br />

«su» vida porque cuando se vive <strong>El</strong> Presente, es absurdo y estúpido<br />

ponerse a pensar.<br />

—Un camino se abre ante mí —sentía (¿él o yo?)—; yo, <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor, no envidio al que haya alcanzado su meta; me gusta viajar.<br />

Está amaneciendo y la Luz de Horus que palidece al azul marino de<br />

Seth en la cúpula c<strong>el</strong>este, se filtraba tangencialmente sobre esta mitad de<br />

la hermosa superficie terrestre. En lo más alto de la imaginación, la<br />

estr<strong>el</strong>la Alcor se iba difuminando tan rápido como Mizar porque una<br />

estr<strong>el</strong>la mucho más cercana nos va a recordar de nuevo su hegemonía y<br />

su proximidad. Atento, cariñoso, ecuánime, dinámico, leal y alegre,<br />

conociendo como conoce hasta la última «citoxina» de sus cadenas<br />

secuenciadas de ADN, Alcor ha invitado al caballero a pasear porque<br />

sabe que entre los mayores disfrutes diarios d<strong>el</strong> andalusí, pasear con él al<br />

amanecer o al atardecer, de noche o al mediodía, es un instante<br />

insustituible. Lo ha sacado a besos de la meditación y después de<br />

abrazarse un rato, Alcor ha esperado la preparación d<strong>el</strong> caballero Alcor<br />

para un viaje que puede ser tan aéreo como eterno. Deportivas de etéreas<br />

su<strong>el</strong>as y un ligero «cortavientos», constituyen <strong>el</strong> liviano equipaje para<br />

empezar lo que puede ser ¡La Odisea! (<strong>el</strong> pantalón d<strong>el</strong> chándal ya lo tenía<br />

puesto). Y con una costumbre tan sencilla, se dispusieron a comenzar <strong>el</strong><br />

nuevo día de la manera más «normal»: dando un paseo.<br />

No está <strong>el</strong> horno para bollos y nadie de los que estamos por aquí se<br />

va a poner a analizar si este concreto paseo es un automatismo, un<br />

desahogo, una necesidad o un placer. <strong>El</strong> curioso impertinente que<br />

observa todo con cierta perspectiva, lo deja suavemente en <strong>el</strong> discurso<br />

como si fuera una pluma caída d<strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o en medio de cualquier alberca<br />

para que se la trague un remolino de agua y no de viento.<br />

Después de escuchar los saludos de las aves y en especial de los<br />

pájaros que desde que se despiertan advierten de otras presencias, Alcor<br />

1019


lo ha conducido por nuevos caminos para que su atención principal se<br />

difuminara con la novedad. Lo debe de haber conseguido porque las<br />

lágrimas han desaparecido y una expresión de plenitud se ha instalado en<br />

su perfil.<br />

En algún momento habrá terminado <strong>el</strong> paseo porque sin estar<br />

consciente de <strong>el</strong>lo, <strong>el</strong> caballero Alcor se ha ido a dormir para atemperar <strong>el</strong><br />

«estado emocional» y no saber por qué está.<br />

¿Dónde, cómo y cuándo se va a despertar? ¡F<strong>el</strong>iz sueño!<br />

¿Y si todo ha sido un sueño d<strong>el</strong> que acaba de «resucitar»? ¡F<strong>el</strong>iz<br />

despertar!<br />

¿Y si ha sido un déjà vu y sigue Eternidad aquí? Entonces ¡¡Reb<strong>el</strong>ión<br />

Ya!!<br />

No olviden que <strong>el</strong> mismo caballero Alcor que ha entrado en estado<br />

de sueño, es tan mortal como todos los demás y no <strong>el</strong> sujeto pasivo de<br />

un cuento más. [¿Qué pasaría si no despertara?] ¡Lo comprobarán<br />

mientras que no lo convierten en inmortal como a don Quijote y Sancho,<br />

como al príncipe don Carlos, a Cervanpeare o a otros tantos!<br />

Es sencillo asegurar que algo es verdadero; lo único que se necesita<br />

es su afirmación… Los que hayan tenido la bondad de compartir esta<br />

salida inmortal con su compañía o su lectura, tendrán que decidir si todo<br />

lo narrado es tan real como <strong>el</strong> día que acaba de comenzar.<br />

¡Ah! Y no dejen de recordar que todo lo que han leído se encuentra<br />

resumido en <strong>el</strong> evangélico Prólogo y su pregunta sigue en pie: ¿Qué<br />

hacemos?<br />

1020<br />

Eternamente vuestro<br />

¿A quién se referirá, a él? —comprendió por fin <strong>el</strong> inmortal<br />

escudero.<br />

Namasté.<br />

- Aaaaaaauuuuuuuu.....


Epílogo.<br />

EN EL QUE ISABEL CLARA EUGENIA<br />

REALIZA SU CONFESIÓN<br />

Desde que conocí a Claro hasta que me encontré con <strong>el</strong> caballero<br />

Alcor, ha pasado <strong>el</strong> espacio donde se está desarrollando mi existencia<br />

atemporal que se recuerda en estas páginas; de la fracción a la que se<br />

conoce como La vida (tridimensional), la que se refiere al «tiempo» en <strong>el</strong><br />

que me r<strong>el</strong>acioné con <strong>el</strong> caballero Carlo, se tienen referencias suficientes<br />

en <strong>El</strong> Quijote sabiendo ahora que soy la sobrina. Entre aqu<strong>el</strong>la niña y esta<br />

anciana intermedia la emoción que permite organizar la memoria con la<br />

nitidez que se ha intentado. [Ver página 34.]<br />

Hay un suceso extraordinario que desencadena ciertas consecuencias<br />

que se derivan, como todo, al caballero Alcor. Sancho me conoce en<br />

«otro tiempo» porque toma una decisión y traspasa la puerta Cuarta<br />

Dimensión. Este acontecimiento ¿inesperado, imprevisto, extraordinario,<br />

caótico? sobr<strong>el</strong>leva <strong>el</strong> que <strong>el</strong> escudero desaparezca junto a La Odisea de<br />

Claro. Para diseminar <strong>El</strong> <strong>César</strong> V5. 3l Est4do, <strong>el</strong> caballero Alcor habrá<br />

tenido que decidir qué hace y se le han presentado dos alternativas<br />

(como casi siempre).<br />

• Puede recuperar La Odisea de Claro de la copia de seguridad<br />

que protege en un pen-drive.<br />

• Puede dejar que la eventualidad se convierta en causalidad y<br />

se esfume La Odisea de Claro.<br />

Una de las muchas ventajas que aportan la vejez es que ya no te<br />

tomas nada personal.<br />

Una de las ventajas que aporta la conciencia es saber que <strong>el</strong> amor y la<br />

lealtad con la realidad real son passwords para dimensionar.<br />

Coincidirán con que en una transcripción tan voluminosa como ¿Qué<br />

es Matrix? se reb<strong>el</strong>an algunas «cosas», y podrán imaginar que en La Odisea<br />

de Claro, otra transcripción casi tan voluminosa como la anterior,<br />

también se desv<strong>el</strong>an muchos aspectos de la realidad y algunas mentiras<br />

más. Por dejar que la conciencia d<strong>el</strong> caballero Alcor tome una decisión


con ecuanimidad, sólo necesito esta página para reb<strong>el</strong>ar algo que llevo<br />

siglos necesitando compartir con la Humanidad.<br />

Hay más circunstancias de la época que <strong>el</strong> caballero Alcor sabrá<br />

cómo comunicar, pero hay una que ni <strong>el</strong> propio caballero Carlo ha<br />

podido saber jamás. Sabido es <strong>el</strong> pacto que habían hecho los compañeros<br />

est<strong>el</strong>ares Isab<strong>el</strong>-Carlo para escaparse a las Indias por <strong>el</strong> horror que<br />

infringe mi padre en sus vidas. Sabido es que todo estaba preparado y la<br />

intervención de Cide Hamete Benengu<strong>el</strong>i devolvería ganas de vivir a esta<br />

gran mujer que es mi madre Isab<strong>el</strong> de Valois. Serenar su mente después<br />

de haber estado casada con un psicópata es materia reservada para<br />

alquimistas. Sabido es que dicen que murió y punto pero nadie ha<br />

contado lo que realmente sucedió.<br />

Mi padre, F<strong>el</strong>ipe II, no superó las muchas equivocaciones que<br />

cometió y la Karmalidad le llevó a encadenar varias sinrazones de las que<br />

él sabrá sus consecuencias. Su psicopatía se desequilibró aún más por<br />

unos c<strong>el</strong>os absurdos, ya que la castidad de mi madre y d<strong>el</strong> caballero Carlo<br />

jamás traspasó la honra y <strong>el</strong> honor de ambos. Se quisieron, sí,<br />

platónicamente, pero sin cruzar la línea que mi padre se obstinó en creer<br />

que habían atravesado. Cuando nació mi último hermano, Isab<strong>el</strong> pudo<br />

escuchar su llanto y para una madre, esta prueba tan sencilla confirma<br />

que su hijo ha nacido vivo. Lo que hizo <strong>el</strong> Consejo Privado de mi padre<br />

con <strong>el</strong> recién nacido es algo que mi madre no pudo superar, y se dejó<br />

morir sin que su marido y también padre mío, F<strong>el</strong>ipe II, hiciera nada por<br />

impedirlo. La muerte de mi madre Isab<strong>el</strong> de Valois rubricó la impecable<br />

honestidad con la que se quisieron los dos amantes. Mi padre mató a su<br />

propio hijo recién nacido porque unos c<strong>el</strong>os inventados por su dolor de<br />

conciencia [raptó la amada de su primogénito y se erigió en sheriff (rey<br />

de los psicópatas) de la sacrosanta cristiandad)], le hizo ver fantasmas por<br />

todos sitios (como los que aparecen en Hamlet como la Sombra.)<br />

Mi existencia ha recuperado cierta sensación de paz y de consu<strong>el</strong>o<br />

con la Conciencia Humana. Además de confesar mi equivocación por<br />

estar en <strong>el</strong> lado oscuro de la existencia mientras que se puede decidir<br />

«escuchar» a Conciencia, desahogarme reb<strong>el</strong>ando este arcano tan<br />

custodiado reconforta mi responsabilidad ante la encrucijada de la<br />

Humanidad.<br />

1022<br />

¡Nos estamos extinguiendo! ¿Qué hacemos?


23 ُتاَرﺎَﺘُﻤَﻣ<br />

َﺪﻴ ِﻠِّﺒْﻨُآ<br />

َﺮْﺒَﻠﱠﺑ<br />

∴ رﻮُﻜْﻟَا ُرﺎﱠﻠَﺒَآ ُمَا ْسُا<br />

1023


Este libro se ha empezado a imprimir en<br />

Villalar <strong>el</strong> 23 de abril de 1521<br />

y terminado en Madrid<br />

<strong>el</strong> 23 de abril de<br />

cualquier año.<br />

Nihil<br />

obs<br />

ta<br />

t.<br />

ALEA IACTA EST

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