Vida de Rimbaud
Vida de Rimbaud Vida de Rimbaud
JEAN-MARIE CARRÉ tanos, los álburnos, los acacios adolescentes de los claros bosquecillos, grises y rosados, salpicados de oro y esmeralda", o aún en la profundidad de una antigua cantera de greda abierta en los flancos de la colina de Saint-Laurent. Pronto le llega la oportunidad de tentar, en la revuelta, la fortuna que no le sonriera en la literatura. El rojo resplandor de la Comuna palpita en la profundidad de sus sueños y lo llama. Y ahora por tercera vez en ocho meses vuelve a partir hacia París. Naturalmente, a pie y sin un centavo. Pero ya no es novicio en materia de vagancia. En cuanto pasa una carreta no duda en llamar al conductor, le solicita un lugar, y así va ganando unas cuantas leguas. Paga su viaje contando historias. Un día, un camero bebido, que lo transporta en medio de las bolsas de trigo y toneles, le exige "un dibujito para su muchacho". Idea fija de ebrio. Para deshacerse de él, arranca una hoja de su libreta y esboza para él una caricatura de Tiers. ¿Llegará realmente a París esta vez? ¿Se enganchará con las tropas insurrectas? ¿Fue incendiario y federado, tal como se vanaglorió? Esta aventura es actualmente aceptada por todos sus biógrafos y se le conocen las peripecias: se presenta en las fortificaciones como un recluta de provincia y solicita ser armado; seguramente que para los aguerridos comuneros sólo es un niño, pero su extraño rostro y sus apasionadas palabras ganan la confianza de aquéllos, que hacen una colecta para él, y él los regar. Intercambio de generosidades. Sin embargo, la situación de los insurrectos se agrava. Rimbaud se enrola con los "cazadores de la Revolución", pero el cuartel de Babylone, donde está alojado, no 66
VIDA DE RIMBAUD recibe ni armas ni equipo. Los versalleses se acercan, y él debe huir en medio del desconcierto y el desorden. Las famosas letrillas del Corazón defraudado estarían inspiradas en está repugnante experiencia de las cuadras revolucionarias. A esta versión generalmente admitida p ciertamente de color subido, ¿habrá que oponer, aun a riesgo de quitarle encanto, la aridez de una argumentación escéptica? En primer lugar, la poesía El corazón defraudado es una composición anterior a la partida de Rimbaud para la Comuna, y que éste envió a Izambard en una carta desde Charleville, fechada el 13 de mayo de 1871. "Seré, le escribía, un trabajador. Esta es la idea que me retiene cuando los locos arrebatos me impulsan a la batalla de París, donde pese a toda aun mueren tantos trabajadores mientras yo le escribo a usted." Así, pues, esta fecha está muy lejos del cuartel de Babylone, del que no puede hacer una descripción. Por otra parte, aun está en Charleville el 15 de mayo, y la prueba la tenemos en una carta dirigida este mismo día a su amigo de Douai, Paul Demeny. Así, pues, habría que situar su experiencia de la Comuna entre el 16 y el 20 de mayo, principio de la represión versallesca y de la "semana sangrienta"; pero si le otorgamos ocho días para ir a pie desde las Ardenas hasta la capital ( ¡240 kilómetros! ), estamos obligados a concluir que no tuvo el tiempo material de "incendiar" París, así como tampoco de enrolarse entre los incendiarios. Por otra parte, bien puede ser que se haya puesto en marcha y no hay razón alguna para que pongamos en duda el episodio tan frecuentemente relatado de la selva de Villers- 67
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recibe ni armas ni equipo. Los versalleses se acercan, y él<br />
<strong>de</strong>be huir en medio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sconcierto y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n. Las famosas<br />
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A esta versión generalmente admitida p ciertamente <strong>de</strong><br />
color subido, ¿habrá que oponer, aun a riesgo <strong>de</strong> quitarle<br />
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lugar, la poesía El corazón <strong>de</strong>fraudado es una composición<br />
anterior a la partida <strong>de</strong> <strong>Rimbaud</strong> para la Comuna, y que<br />
éste envió a Izambard en una carta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Charleville, fechada<br />
el 13 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 1871. "Seré, le escribía, un trabajador.<br />
Esta es la i<strong>de</strong>a que me retiene cuando los locos arrebatos me<br />
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tantos trabajadores mientras yo le escribo a usted." Así, pues,<br />
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Por otra parte, aun está en Charleville el 15 <strong>de</strong> mayo, y<br />
la prueba la tenemos en una carta dirigida este mismo día a<br />
su amigo <strong>de</strong> Douai, Paul Demeny. Así, pues, habría que situar<br />
su experiencia <strong>de</strong> la Comuna entre el 16 y el 20 <strong>de</strong> mayo,<br />
principio <strong>de</strong> la represión versallesca y <strong>de</strong> la "semana<br />
sangrienta"; pero si le otorgamos ocho días para ir a pie <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
las Ar<strong>de</strong>nas hasta la capital ( ¡240 kilómetros! ), estamos<br />
obligados a concluir que no tuvo el tiempo material <strong>de</strong> "incendiar"<br />
París, así como tampoco <strong>de</strong> enrolarse entre los incendiarios.<br />
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