Vida de Rimbaud
Vida de Rimbaud Vida de Rimbaud
JEAN-MARIE CARRÉ clase de gradas escalonadas, en la absoluta calma de una composición en versos latinos, de los bancos superiores se elevó una voz aguda: "¡Señor, Rimbaud trampea!... Le pasó un papel a su vecino". Me precipito, capturo el cuerpo del delito y lo extiendo hacia ellos, probándoles que nada tiene de sospechoso... Pero ya Rimbaud se había levantado a medias, con el gesto augusto del sembrador, y le tira su Thesaurus a la cabeza del energúmeno... "¡Oh!", dije con sofocada voz, lo que me dispersaba de otro argumento, ya que, siendo alumno, hubiese actuado como él. Mi Rimbaud volvió a sentarse, estoico y desdeñoso, como aquel que canta durante los suplicios. El incidente no tuvo consecuencias.” Qué era lo que no se le perdonaba, en efecto? Maravillaba a sus maestros y a sus condiscípulos con prodigiosas dotes. ¡Oh!, era rebelde con las matemáticas, o, mejor dicho, las desdeñaba, y Dios sabe que veinte años después se apasionará por ellas. ;Pero cuántas deslumbrantes proezas en las letras! Durante las clases de ciencias, por las que se desinteresaba, componía los versos latinos de sus compañeros. "Mientras uno de nosotros demostraba en el pizarrón un teorema de geometría -escribe uno de sus compañeros-, Rimbaud concluía, en un abrir y cerrar de ojos, cierta cantidad de ejercicios de versos latinos. Cada uno tenía el suyo. El título era siempre el mismo, pero la factura de los versos, las ideas, el desarrollo, eran suficientemente diferentes para que el profesor no pudiese reconocerlos como hechos por la mano del mismo obrero. Era una verdadera demostración de fuerza.” 26
VIDA DE RIMBAUD Muy a menudo fue relatado en qué circunstancias sabrosas, con qué asombrosa facilidad, obtuvo el primer premio do versos latinos en el Concurso Académico de 1869. El tema tenía desconcertados a los candidatos: Jugurtha. "¡Realmente es un lindo tema para un concurso! ¡Nadie lo imaginaba! En primer lugar, había que conocer historia. Se pensaba en un tema de actualidad: la Exposición Universal, por ejemplo, cte., cte.". Las lenguas se movían, pero las plumas de ninguna manera avanzaban. Imaginad a los bachilleres anclados a las mesas de roble lustrado, talladas por las sucesivas generaciones, limpiando sus plumas en las mangas de lustrina negra, bostezando desperezándose, comiéndose las uñas, comentando por lo bajo su sorpresa y su impotencia. Rimbaud ni respira. Silencioso, como de costumbre. El codo apoyado, el mentón en la mano, la mirada inexpresiva, con el aspecto desapacible que más tarde tendrá en la tela de Fantin-Latour, nada ha escrito y parece dormir. Llega el jefe de celadores. El buen hombre mira, apenado, el papel en blanco. "Cómo? También usted? Así que usted no es más hábil que los demás?" Después de todo, esto es posible. El concurso se abrió a las seis de la mañana, y ya son las nueve. ¡Que le traigan la merienda! Hay que cuidar a este potrillito, a este "pour sang", nacido para las carreras. Arrastrando el paso, con su grasienta y ajada gorra, tieso delantal azul, el conserje, el abuelo Chocol, vuelve con un canasto de tapa, de donde exhuma enormes rebanadas enmantecadas. Los demás lanzan carcajadas. Burlonamente, Rimbaud come, desafiante la mirada y, con el último bocado en la boca, se 27
- Page 1 and 2: V I D A D E R I M B A U D J E A N -
- Page 3 and 4: VIDA DE RIMBAUD 3 A GABRIEL MARCEL
- Page 5 and 6: VIDA DE RIMBAUD Muy poca cosa. Los
- Page 7 and 8: VIDA DE RIMBAUD inestabilidad funci
- Page 9 and 10: VIDA DE RIMBAUD ADVERTENCIA PARA LA
- Page 11 and 12: VIDA DE RIMBAUD superhombre que res
- Page 13 and 14: VIDA DE RIMBAUD joven rival, ya má
- Page 15 and 16: VIDA DE RIMBAUD Antes de alzarse co
- Page 17 and 18: VIDA DE RIMBAUD voluntad como vivie
- Page 19 and 20: VIDA DE RIMBAUD Todos los domingos,
- Page 21 and 22: VIDA DE RIMBAUD Sin embargo, en 186
- Page 23 and 24: VIDA DE RIMBAUD lo citara can justo
- Page 25: VIDA DE RIMBAUD estropear sus recit
- Page 29 and 30: VIDA DE RIMBAUD Sourit avec des ple
- Page 31 and 32: VIDA DE RIMBAUD CAPÍTULO II ALMA E
- Page 33 and 34: VIDA DE RIMBAUD que sólo contenía
- Page 35 and 36: VIDA DE RIMBAUD Rimaba apasionadame
- Page 37 and 38: VIDA DE RIMBAUD Picoté par les bi
- Page 39 and 40: VIDA DE RIMBAUD Square oú tout est
- Page 41 and 42: VIDA DE RIMBAUD pinteros y de todos
- Page 43 and 44: VIDA DE RIMBAUD Con la noche, la in
- Page 45 and 46: VIDA DE RIMBAUD ha perdido la cabez
- Page 47 and 48: VIDA DE RIMBAUD un pretexto para ab
- Page 49 and 50: VIDA DE RIMBAUD o de pollos asados
- Page 51 and 52: VIDA DE RIMBAUD mente obstinado en
- Page 53 and 54: VIDA DE RIMBAUD Adjuntaba a ellos,
- Page 55 and 56: VIDA DE RIMBAUD Le boulanger au gro
- Page 57 and 58: VIDA DE RIMBAUD método, la discipl
- Page 59 and 60: VIDA DE RIMBAUD oídos del bibliote
- Page 61 and 62: VIDA DE RIMBAUD para vivir en esta
- Page 63 and 64: VIDA DE RIMBAUD ye ha relatado la a
- Page 65 and 66: VIDA DE RIMBAUD go en mi casa!" Y d
- Page 67 and 68: VIDA DE RIMBAUD recibe ni armas ni
- Page 69 and 70: VIDA DE RIMBAUD muniones. Con Parí
- Page 71 and 72: VIDA DE RIMBAUD sencia. Inefable to
- Page 73 and 74: VIDA DE RIMBAUD chado al Barco ebri
- Page 75 and 76: VIDA DE RIMBAUD cesar enriquecido y
JEAN-MARIE CARRÉ<br />
clase <strong>de</strong> gradas escalonadas, en la absoluta calma <strong>de</strong> una<br />
composición en versos latinos, <strong>de</strong> los bancos superiores se<br />
elevó una voz aguda: "¡Señor, <strong>Rimbaud</strong> trampea!... Le pasó<br />
un papel a su vecino". Me precipito, capturo el cuerpo <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>lito y lo extiendo hacia ellos, probándoles que nada tiene<br />
<strong>de</strong> sospechoso... Pero ya <strong>Rimbaud</strong> se había levantado a medias,<br />
con el gesto augusto <strong>de</strong>l sembrador, y le tira su Thesaurus<br />
a la cabeza <strong>de</strong>l energúmeno... "¡Oh!", dije con sofocada<br />
voz, lo que me dispersaba <strong>de</strong> otro argumento, ya que, siendo<br />
alumno, hubiese actuado como él. Mi <strong>Rimbaud</strong> volvió a<br />
sentarse, estoico y <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñoso, como aquel que canta durante<br />
los suplicios. El inci<strong>de</strong>nte no tuvo consecuencias.”<br />
Qué era lo que no se le perdonaba, en efecto? Maravillaba<br />
a sus maestros y a sus condiscípulos con prodigiosas<br />
dotes. ¡Oh!, era rebel<strong>de</strong> con las matemáticas, o, mejor dicho,<br />
las <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñaba, y Dios sabe que veinte años <strong>de</strong>spués se apasionará<br />
por ellas. ;Pero cuántas <strong>de</strong>slumbrantes proezas en las<br />
letras! Durante las clases <strong>de</strong> ciencias, por las que se <strong>de</strong>sinteresaba,<br />
componía los versos latinos <strong>de</strong> sus compañeros.<br />
"Mientras uno <strong>de</strong> nosotros <strong>de</strong>mostraba en el pizarrón un<br />
teorema <strong>de</strong> geometría -escribe uno <strong>de</strong> sus compañeros-,<br />
<strong>Rimbaud</strong> concluía, en un abrir y cerrar <strong>de</strong> ojos, cierta cantidad<br />
<strong>de</strong> ejercicios <strong>de</strong> versos latinos. Cada uno tenía el suyo. El<br />
título era siempre el mismo, pero la factura <strong>de</strong> los versos, las<br />
i<strong>de</strong>as, el <strong>de</strong>sarrollo, eran suficientemente diferentes para que<br />
el profesor no pudiese reconocerlos como hechos por la<br />
mano <strong>de</strong>l mismo obrero. Era una verda<strong>de</strong>ra <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong><br />
fuerza.”<br />
26