Vida de Rimbaud
Vida de Rimbaud Vida de Rimbaud
JEAN-MARIE CARRÉ obrado de tal manera que comprendiera de inmediato la manera de actuar con los lugareños. En el Choa, Rimbaud seguía siendo un negociante, pero simultáneamente había sabido, con la rectitud de su carácter, imponer respeto a los jefes abisinios.” Sin embargo, la factoría prospera rápidamente. Azúcar, arroz, sandalias, calcetines, algodones, sederías, medallas, rosarios, armas, ¿qué es lo que él no cambia por café, goma, almizcle, marfil y oro traídos del Sur? Trabaja mucho y se extiende por todo el país. Nada es comprar y cambiar. Hay que pensar, embalar, clavar cajones, expedir hacia la costa. No se limita en el trabajo y lo realiza con sus propias manos. Y cuando la caravana, penosamente equipada, se levanta y desciende hacia el mar, comienzan las preocupaciones, las inquietudes. Los camellos y las mulas transportan una fortuna, a veces son escoltados por esclavos. ¿No corren, acaso, peligro de ser asaltados por las panteras y los leones del camino? ¿No estará el árabe que los conduce en connivencia con los asaltantes somalíes? Rimbaud espera con impaciencia las noticias que no llegan. ¿Cómo hemos de extrañarnos si es irritable y desconfiado? No lo convirtamos, como lo hace Paterne Berrichon, en un ángel de caridad y de dulzura, en un santo. Sin duda, no es ya el amoral de antaño y, cosa curiosa, liberado de la sociedad y de sus leyes, se impone a sí mismo una ética elemental que transparenta en toda su correspondencia: "Creedlo: mi conducta es irreprochable... En todo cuanto he realizado, han sido preferentemente los demás (sic) quienes me explotaron... Trabajo, quisiera hacer algo bueno, útil." 214
VIDA DE RIMBAUD (10 de noviembre de 1888.) "Gozo de una .cierta consideración debida a mi proceder humano. Nunca le hago mal a nadie. Muy al contrario, hago un poco de bien cuando se me presenta la ocasión y éste es mi único placer." (25 de febrero de 1890.) Lo comprendemos. Ha renovado el gesto de San Martín y ha regalado su albornoz a "un negro. estúpido" que temblaba bajo una lluvia torrencial. Es caritativo y afectuoso servidor. Pero, ¿llegaremos al extremo de pretender, como su piadoso biógrafo, que expandía por todo su alrededor "el tesoro de su bondad" y que "los indígenas lo adoraban como a un ser divino?" Su antiguo patrón, Bardey, da más justamente en la nota cuando escribe: "Su espíritu cáustico y mordaz le creó muchos enemigos. Nunca supo desembarazares de esa pobre y mala máscara satírica que, sin embargo, ocultaba reales cualidades de su corazón.” Ya no tiene más aquel genio suyo, pero aún conserva al demonio. Imprevistamente, como un animal feroz, la cólera estalla en él. La testarudez lo encierra como en un espinoso caparazón. Más de una vez se enoja con Borelli, con Bardey. Rápidamente sus discusiones de negocios toman un cariz agrio y desagradable. A uno de sus vendedores le reprocha, por carta, sus "inmundos cafés"... sus "porquerías". Así, pues, lo toman por un "cretino", por un "idiota", pero se engañan: no es hombre para dejarse engañar. Cierto día disputa con Borelli, a quien pretende hacerle barrer su casa, y ambos intercambian "palabras inconvenientes". ;Y hay que agregar a esto el que no vive como un anacoreta! Si hemos de creer a los relatos que, en 1896, en Pierre Mille, hicieran algunos comerciantes franceses de Djibouti, "había llegado a 215
- Page 163 and 164: VIDA DE RIMBAUD "Los empresarios es
- Page 165 and 166: VIDA DE RIMBAUD habla de responsabi
- Page 167 and 168: VIDA DE RIMBAUD A1 día siguiente,
- Page 169 and 170: VIDA DE RIMBAUD derrumba. Fue neces
- Page 171 and 172: VIDA DE RIMBAUD que el aire llegue,
- Page 173 and 174: VIDA DE RIMBAUD en medio de la noch
- Page 175 and 176: VIDA DE RIMBAUD de leche o de agua,
- Page 177 and 178: VIDA DE RIMBAUD no, que rasan lento
- Page 179 and 180: VIDA DE RIMBAUD "Meteorología, por
- Page 181 and 182: VIDA DE RIMBAUD guardia y cierra su
- Page 183 and 184: VIDA DE RIMBAUD CAPÍTULO V EL EXPL
- Page 185 and 186: VIDA DE RIMBAUD En cuanto a él, su
- Page 187 and 188: VIDA DE RIMBAUD genas lo capturaron
- Page 189 and 190: VIDA DE RIMBAUD do, nervioso, éste
- Page 191 and 192: VIDA DE RIMBAUD inteligente en algu
- Page 193 and 194: VIDA DE RIMBAUD CAPÍTULO VI LA CAR
- Page 195 and 196: VIDA DE RIMBAUD ban en el mismo odi
- Page 197 and 198: VIDA DE RIMBAUD pánico cae sobre e
- Page 199 and 200: VIDA DE RIMBAUD sobre los precipici
- Page 201 and 202: VIDA DE RIMBAUD Rimbaud se presenta
- Page 203 and 204: VIDA DE RIMBAUD a 1.800 metros de a
- Page 205 and 206: VIDA DE RIMBAUD lugar llamado wotch
- Page 207 and 208: VIDA DE RIMBAUD CAPÍTULO VII LA FA
- Page 209 and 210: VIDA DE RIMBAUD donde podré realiz
- Page 211 and 212: VIDA DE RIMBAUD compañero a quien
- Page 213: VIDA DE RIMBAUD casi nunca reía, d
- Page 217 and 218: VIDA DE RIMBAUD león heráldico po
- Page 219 and 220: VIDA DE RIMBAUD Tercera parte EL VE
- Page 221 and 222: VIDA DE RIMBAUD dada la pierna de a
- Page 223 and 224: VIDA DE RIMBAUD relato. El descenso
- Page 225 and 226: VIDA DE RIMBAUD vio la entrada del
- Page 227 and 228: VIDA DE RIMBAUD cos)", pero sólo c
- Page 229 and 230: VIDA DE RIMBAUD con su penumbra tri
- Page 231 and 232: VIDA DE RIMBAUD por la áspera nebl
- Page 233 and 234: VIDA DE RIMBAUD CAPÍTULO II LA CON
- Page 235 and 236: VIDA DE RIMBAUD puedo pensar siquie
- Page 237 and 238: VIDA DE RIMBAUD "¡Dios sea mil vec
- Page 239 and 240: VIDA DE RIMBAUD que sólo estaba en
VIDA DE RIMBAUD<br />
(10 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1888.) "Gozo <strong>de</strong> una .cierta consi<strong>de</strong>ración<br />
<strong>de</strong>bida a mi proce<strong>de</strong>r humano. Nunca le hago mal a<br />
nadie. Muy al contrario, hago un poco <strong>de</strong> bien cuando se me<br />
presenta la ocasión y éste es mi único placer." (25 <strong>de</strong> febrero<br />
<strong>de</strong> 1890.) Lo compren<strong>de</strong>mos. Ha renovado el gesto <strong>de</strong> San<br />
Martín y ha regalado su albornoz a "un negro. estúpido" que<br />
temblaba bajo una lluvia torrencial. Es caritativo y afectuoso<br />
servidor. Pero, ¿llegaremos al extremo <strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r, como<br />
su piadoso biógrafo, que expandía por todo su alre<strong>de</strong>dor "el<br />
tesoro <strong>de</strong> su bondad" y que "los indígenas lo adoraban como<br />
a un ser divino?" Su antiguo patrón, Bar<strong>de</strong>y, da más justamente<br />
en la nota cuando escribe: "Su espíritu cáustico y<br />
mordaz le creó muchos enemigos. Nunca supo <strong>de</strong>sembarazares<br />
<strong>de</strong> esa pobre y mala máscara satírica que, sin embargo,<br />
ocultaba reales cualida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su corazón.”<br />
Ya no tiene más aquel genio suyo, pero aún conserva al<br />
<strong>de</strong>monio. Imprevistamente, como un animal feroz, la cólera<br />
estalla en él. La testaru<strong>de</strong>z lo encierra como en un espinoso<br />
caparazón. Más <strong>de</strong> una vez se enoja con Borelli, con Bar<strong>de</strong>y.<br />
Rápidamente sus discusiones <strong>de</strong> negocios toman un cariz<br />
agrio y <strong>de</strong>sagradable. A uno <strong>de</strong> sus ven<strong>de</strong>dores le reprocha,<br />
por carta, sus "inmundos cafés"... sus "porquerías". Así,<br />
pues, lo toman por un "cretino", por un "idiota", pero se<br />
engañan: no es hombre para <strong>de</strong>jarse engañar. Cierto día disputa<br />
con Borelli, a quien preten<strong>de</strong> hacerle barrer su casa, y<br />
ambos intercambian "palabras inconvenientes". ;Y hay que<br />
agregar a esto el que no vive como un anacoreta! Si hemos<br />
<strong>de</strong> creer a los relatos que, en 1896, en Pierre Mille, hicieran<br />
algunos comerciantes franceses <strong>de</strong> Djibouti, "había llegado a<br />
215