Vida de Rimbaud

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12.05.2013 Views

JEAN-MARIE CARRÉ año a la colonia francesa de Obock, a fin de formar y equipar en el lugar mismo, su caravana. Ha hecho cálculos sobre su negocio: todo se presenta bien y espera retirar 25 000 francos de su expedición. Pero ésta no deja de llevar implícitos ciertos riesgos y grandes peligros. Para llegar a Ankober, la capital de Menelick (que aún no es el Rey de los Reyes, sino sólo rey de Choa y vasallo del negus de Abisinia) deberá dar rodeos a través 154 del desierto en medio de territorios mal definidos de dos tribus hostiles, los Adals, de la familia de los Danakils o. Dankalis, y los Issah, de la familia de los Somalíes, Tadjourah no es aún en esta época sino un pequeño pueblo de Danakil, construido al pie de las montañas volcánicas: una o dos mezquitas, algunas palmeras, cabañas de paja rojiza y un fortín de piedras secas donde duermen seis soldados de infantería de marina. Los preparativos de Rimbaud duran meses. La autorización se demora. Los indígenas lo abandonan, uno tras otro. No logra conseguir camellos. Además, la expedición se anuncia con malos auspicios. Los Danakils de la costa acaban de asesinar en los alrededores, la dotación del barco de vigilancia Le Pingouin. Una caravana, dirigida por el francés Barral, es masacrada en marzo de 1886, en mitad de camino entre Choa y el mar, y un amigo de Rimbaud, Chefneux, 85 al llegar al lugar sólo encuentra algunos fusiles dispersos y los cadáveres devorados por las hienas. Todo esto no es nada tranquilizador. Desde que Inglaterra obligó al negus de Abisinia a que aboliese la trata de esclavos, los indígenas englo- 85 Más tarde cónsul general de Francia en Etiopía. 194

VIDA DE RIMBAUD ban en el mismo odio a todos los europeos. Atacan su más floreciente tráfico y lo acechan, en los recodos de los desfiladeros, a orilla de los torrentes, en el linde de los oasis, para desvalijarlo y degollarlo. De estas tribus nómades y guerreras, Rimbaud terne entre todas a los Danakils. Los Issah le son familiares, conoce la lengua, los ha encontrado a menudo en años anteriores, en las pistas del país somalí o también en el mercado de Harrar. Los otros lo inquietan mucho más: son beduinos fanáticos y crueles. Delgados, nerviosos, con los cabellos ondulados sabiamente distribuidos y sujetos con peines, sólo llevan por vestido un taparrabo o un lienzo enrollado en las caderas. El torso desnudo, el escudo circular en el antebrazo, el puñal en la cintura, caen de improviso sobre las caravanas, arremetiendo con sus lanzas y lanzando sus gritos de guerra. Decididamente, estos Danakils no le auguran nada bueno. Pero él no es hombre de retroceder. ;Pero si sólo debiera temer a los salvajes! Hay otras preocupaciones que lo agobian. Su socio, Labatut, negociante francés del Choa, está gravemente enfermo y ha de morir en Francia, víctima de un cáncer. Así pues, Rimbaud debe asumir por sí solo todas las cargas de la casa comercial -y hacer frente, sin apoyo, a los compromisos contraídos. En fin, el colmo de la mala suerte, su amigo el explorador Soleillet, que ya había hecho la ruta y debía acompañarlo, muere súbitamente en Aden el 9 de septiembre de 1886. ¿Es ésta una advertencia del destino? ¿Deberá capitular? Por sus ojos pasa aquel resplandor de desafío que bien le conocemos. ¡No, adelante! Después de muchos contratiem- 195

JEAN-MARIE CARRÉ<br />

año a la colonia francesa <strong>de</strong> Obock, a fin <strong>de</strong> formar y equipar<br />

en el lugar mismo, su caravana. Ha hecho cálculos sobre<br />

su negocio: todo se presenta bien y espera retirar 25 000<br />

francos <strong>de</strong> su expedición.<br />

Pero ésta no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> llevar implícitos ciertos riesgos y<br />

gran<strong>de</strong>s peligros. Para llegar a Ankober, la capital <strong>de</strong> Menelick<br />

(que aún no es el Rey <strong>de</strong> los Reyes, sino sólo rey <strong>de</strong><br />

Choa y vasallo <strong>de</strong>l negus <strong>de</strong> Abisinia) <strong>de</strong>berá dar ro<strong>de</strong>os a<br />

través 154 <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sierto en medio <strong>de</strong> territorios mal <strong>de</strong>finidos<br />

<strong>de</strong> dos tribus hostiles, los Adals, <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los Danakils<br />

o. Dankalis, y los Issah, <strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los Somalíes, Tadjourah<br />

no es aún en esta época sino un pequeño pueblo <strong>de</strong><br />

Danakil, construido al pie <strong>de</strong> las montañas volcánicas: una o<br />

dos mezquitas, algunas palmeras, cabañas <strong>de</strong> paja rojiza y un<br />

fortín <strong>de</strong> piedras secas don<strong>de</strong> duermen seis soldados <strong>de</strong> infantería<br />

<strong>de</strong> marina.<br />

Los preparativos <strong>de</strong> <strong>Rimbaud</strong> duran meses. La autorización<br />

se <strong>de</strong>mora. Los indígenas lo abandonan, uno tras otro.<br />

No logra conseguir camellos. A<strong>de</strong>más, la expedición se<br />

anuncia con malos auspicios. Los Danakils <strong>de</strong> la costa acaban<br />

<strong>de</strong> asesinar en los alre<strong>de</strong>dores, la dotación <strong>de</strong>l barco <strong>de</strong><br />

vigilancia Le Pingouin. Una caravana, dirigida por el francés<br />

Barral, es masacrada en marzo <strong>de</strong> 1886, en mitad <strong>de</strong> camino<br />

entre Choa y el mar, y un amigo <strong>de</strong> <strong>Rimbaud</strong>, Chefneux, 85 al<br />

llegar al lugar sólo encuentra algunos fusiles dispersos y los<br />

cadáveres <strong>de</strong>vorados por las hienas. Todo esto no es nada<br />

tranquilizador. Des<strong>de</strong> que Inglaterra obligó al negus <strong>de</strong> Abisinia<br />

a que aboliese la trata <strong>de</strong> esclavos, los indígenas englo-<br />

85 Más tar<strong>de</strong> cónsul general <strong>de</strong> Francia en Etiopía.<br />

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