Vida de Rimbaud

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12.05.2013 Views

JEAN-MARIE CARRÉ en la guerra de Crimea. Soñaba con escribir obras militares, y su túnica se fue plagando de condecoraciones. Más que el hogar, lo atraía el ejército, y éste lo retuvo. Aunque su familia aumentó. el hogar siguió muerto. En 1860, su mujer se separó definitivamente de él, y volvió a Charleville, donde nació su quinto hijo, Isabelle, la hermana preferida del poeta. De su padre guardará Arthur más de un rasgo: su frente alta y combada, los ojos vivos y azules, los cabellos castañoclaros, la pequeña nariz un poco respingada, la carnosa boca sensual. También hereda de él la inestabilidad, el humor, la liberalidad de maneras, de palabra y de pensamiento, una inaceptable curiosidad, el gusto por los viajes y las lenguas. Pero, por parte de su madre, la Ardena tomará revancha. Esta mujer, alta y delgada, concuerda con el áspero decorado, con los horizontes sombríos, los tonos grises, el clima rudo. ,.Qué legará a su hijo? En primer lugar, su alta estatura, las manos largas y nudosas, la voz mordaz, las rellenas mejillas avivadas por el cierzo y, además, su intratable orgullo su empecinamiento salvaje, su voluntad despiadada. Hija de poderosos propietarios de la Baja-Ardena, era una mujer de acero, altanera y de acre avaricia. Santurrona y autoritaria, no admitía las discusiones. Tampoco fantasía alguna, ninguna espontaneidad, ningún abandono. Tenía, sin duda, corazón. pero no sentimentalismo ni sonrisa alguna. Tuvo hermanos descarriados, y vivía con el terror de que sus hijos siguiesen el mismo camino de perdición. De tal manera, ejerció sobre su hijo una tiranía a menudo absurda, y el poeta aprendió así, junto a ella, a rebelarse. 14

VIDA DE RIMBAUD Antes de alzarse contra la religión, la sociedad, la literatura, se insurreccionó contra su familia. ¿Será posible creerlo? Sin embargo, fue ella quien triunfó. El alma de Rimbaud será un patético campo de batalla, donde, sin tregua, se enfrentarán fuerzas contradictorias. Fuerzas de expansión: la movilidad, la osadía de su padre, la necesidad de afanarse, el deseo de acumular experiencias. Fuerzas de concentración y de economía campesinas: el placer de la adquisición, el amor por lo poseído, el gusto por el rendimiento y, finalmente, una sed por la propiedad, esa nostalgia del oro que, en última instancia, siguen siendo sordas reivindicaciones del espíritu maternal. La primera mitad de la vida de Rimbaud estará dominada por el geniecillo de la aventura, pero durante la segunda mitad ( sean cuales fuesen, por otra parte, las razones de su abdicación literaria y de su huida al desierto), se volverá "avaro como el mar" y penosamente cargará en su cinturón de colonialista sus dieciséis mil francos de oro. A veces perdido idealista, otras furioso positivista, es de creer que escuchará sucesivamente el llamado de estas herencias hostiles. Aventurero de un ideal, se agotará en un escalar imposible. Pero, cuando, aventurero de lo real, penetre con sus caravanas en el corazón de la ardiente Etiopía, no atribuyáis su audacia a supremas temeridades. Ya no tiene el placer de los riesgos. Bajo su tienda de beduino apila los talaris y desde lejos su madre le sonríe... * 15

JEAN-MARIE CARRÉ<br />

en la guerra <strong>de</strong> Crimea. Soñaba con escribir obras militares, y<br />

su túnica se fue plagando <strong>de</strong> con<strong>de</strong>coraciones. Más que el<br />

hogar, lo atraía el ejército, y éste lo retuvo. Aunque su familia<br />

aumentó. el hogar siguió muerto. En 1860, su mujer se separó<br />

<strong>de</strong>finitivamente <strong>de</strong> él, y volvió a Charleville, don<strong>de</strong> nació<br />

su quinto hijo, Isabelle, la hermana preferida <strong>de</strong>l poeta.<br />

De su padre guardará Arthur más <strong>de</strong> un rasgo: su frente<br />

alta y combada, los ojos vivos y azules, los cabellos castañoclaros,<br />

la pequeña nariz un poco respingada, la carnosa boca<br />

sensual. También hereda <strong>de</strong> él la inestabilidad, el humor, la<br />

liberalidad <strong>de</strong> maneras, <strong>de</strong> palabra y <strong>de</strong> pensamiento, una<br />

inaceptable curiosidad, el gusto por los viajes y las lenguas.<br />

Pero, por parte <strong>de</strong> su madre, la Ar<strong>de</strong>na tomará revancha.<br />

Esta mujer, alta y <strong>de</strong>lgada, concuerda con el áspero <strong>de</strong>corado,<br />

con los horizontes sombríos, los tonos grises, el<br />

clima rudo. ,.Qué legará a su hijo? En primer lugar, su alta<br />

estatura, las manos largas y nudosas, la voz mordaz, las rellenas<br />

mejillas avivadas por el cierzo y, a<strong>de</strong>más, su intratable<br />

orgullo su empecinamiento salvaje, su voluntad <strong>de</strong>spiadada.<br />

Hija <strong>de</strong> po<strong>de</strong>rosos propietarios <strong>de</strong> la Baja-Ar<strong>de</strong>na, era<br />

una mujer <strong>de</strong> acero, altanera y <strong>de</strong> acre avaricia. Santurrona y<br />

autoritaria, no admitía las discusiones. Tampoco fantasía<br />

alguna, ninguna espontaneidad, ningún abandono. Tenía, sin<br />

duda, corazón. pero no sentimentalismo ni sonrisa alguna.<br />

Tuvo hermanos <strong>de</strong>scarriados, y vivía con el terror <strong>de</strong> que sus<br />

hijos siguiesen el mismo camino <strong>de</strong> perdición.<br />

De tal manera, ejerció sobre su hijo una tiranía a menudo<br />

absurda, y el poeta aprendió así, junto a ella, a rebelarse.<br />

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