Vida de Rimbaud
Vida de Rimbaud Vida de Rimbaud
JEAN-MARIE CARRÉ Segunda parte EL AVENTURERO DE LO REAL "La malédiction de n'étre jamais las Suit tes pas sur le monde oú 1'horizon t'attire." 69 CAPÍTULO PRIMERO A TRAVES DE LA VIEJA EUROPA 136 VERLAINE El período literario se ha cerrado. La gran aventura ideal desemboca en un pistoletazo y en un auto de fe. Pero comienza otra, aun más prodigiosa, que se proseguirá a través de los continentes y de los mares. La inestabilidad intelectual del poeta se transpondrá en la acción. Sólo cambia de forma. En él no hay dos hombres: el aventurero de lo real es sin lugar a dudas el mismo infatigable caminante, el mismo misántropo, tenaz y reconcentrado que el aventurero del ensueño. Si cambia de carrera, no cambia en absoluto de alma y permanece lógico consigo mismo: ahora comienza para él 69 "La maldición de no cansarme jamás. Sigue tus pasos por el mundo hacia el horizonte que te atrae.”
VIDA DE RIMBAUD la lucha por la vida, la exploración frenética del mundo. Pero para esto le hace falta algo: el conocimiento de las lenguas. Debe conocer a fondo el inglés y el alemán. En noviembre de 1873, Rimbaud está en París. Volvemos a encontrarlo una noche sentado a una mesa del café Tabourey, cerca del Odeón. Ya no se ignora en el "barrio" la historia de Bruselas, el encarcelamiento de Verlaine, y las lenguas se han movido. Así también lo dejan solo, apartado, y como en cuarentena. La irritable grey de los poetas no le perdona sus antiguas burlas. A su alrededor se murmura, hay bromas. Repentinamente, separándose de un grupo hostil, un joven melenudo, morocho, llega hasta él, le tiende la mano- ¿Arthur Rimbaud? -Sí, soy yo. -Le conozco a usted, he leído sus versos. Conversemos. Este desconocido que acepta así, públicamente su compañía, es el poeta Germain Nouveau, autor de Valentines y de Humilis, de quien Ernest Delahaye refiere su patético destino y revela su gran obra lírica. Entre estos muchachos, el contraste es impresionante: el ardenés -que acaba de cumplir diecinueve años- es alto, rubio, desgarbado, con infantil rostro rojizo; el provenzal - veintiún años-, achaparrado, rostro obscuro, tipo árabe de tez mate, nariz respingada. El primero es todo amargura, el segundo es entusiasmo. Éste habla de poesía. El otro tiene el gesto evasivo, descorazonado. ¡Bah! Sólo acepta algo de la prosa. Lo único verdadero son los viajes y partirá para Inglaterra. -¿Cuándo parte usted? 137
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la lucha por la vida, la exploración frenética <strong>de</strong>l mundo. Pero<br />
para esto le hace falta algo: el conocimiento <strong>de</strong> las lenguas.<br />
Debe conocer a fondo el inglés y el alemán.<br />
En noviembre <strong>de</strong> 1873, <strong>Rimbaud</strong> está en París. Volvemos<br />
a encontrarlo una noche sentado a una mesa <strong>de</strong>l café<br />
Tabourey, cerca <strong>de</strong>l O<strong>de</strong>ón. Ya no se ignora en el "barrio" la<br />
historia <strong>de</strong> Bruselas, el encarcelamiento <strong>de</strong> Verlaine, y las<br />
lenguas se han movido. Así también lo <strong>de</strong>jan solo, apartado,<br />
y como en cuarentena. La irritable grey <strong>de</strong> los poetas no le<br />
perdona sus antiguas burlas. A su alre<strong>de</strong>dor se murmura, hay<br />
bromas. Repentinamente, separándose <strong>de</strong> un grupo hostil,<br />
un joven melenudo, morocho, llega hasta él, le tien<strong>de</strong> la mano-<br />
¿Arthur <strong>Rimbaud</strong>?<br />
-Sí, soy yo.<br />
-Le conozco a usted, he leído sus versos. Conversemos.<br />
Este <strong>de</strong>sconocido que acepta así, públicamente su compañía,<br />
es el poeta Germain Nouveau, autor <strong>de</strong> Valentines y<br />
<strong>de</strong> Humilis, <strong>de</strong> quien Ernest Delahaye refiere su patético<br />
<strong>de</strong>stino y revela su gran obra lírica.<br />
Entre estos muchachos, el contraste es impresionante: el<br />
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<strong>de</strong>sgarbado, con infantil rostro rojizo; el provenzal -<br />
veintiún años-, achaparrado, rostro obscuro, tipo árabe <strong>de</strong><br />
tez mate, nariz respingada. El primero es todo amargura, el<br />
segundo es entusiasmo. Éste habla <strong>de</strong> poesía. El otro tiene el<br />
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