Descargar - Archivo General de la Nación
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176 Ma r i a n o a. Ce s t e r o<br />
antagónicos que solo se aproximaba, en virtud <strong>de</strong> una ley que rige<br />
en <strong>la</strong> política, como en <strong>la</strong> naturaleza, para robustecerse y vigorizarse<br />
por el contacto, y separarse luego produciendo daño; si hubiese<br />
aniqui<strong>la</strong>do esos intereses, y guiado con hábil mo<strong>de</strong>ración, lo que <strong>de</strong><br />
él se esperaba, nuestras fuerzas sociales, entonces poco vigorizadas<br />
por <strong>la</strong> ilustración, aunque no menoscabadas por <strong>la</strong> corrupción– <strong>de</strong><br />
fijo, el país se hubiera encauzado en <strong>la</strong> Ley, y, avezado ya a su estricto<br />
cumplimiento, estaría salvado en <strong>la</strong> hora presente.<br />
Pues bien, un Espail<strong>la</strong>t, tío <strong>de</strong> usted, no quiso oponer el dije <strong>de</strong><br />
su ilustración y severidad republicana a <strong>la</strong>s ma<strong>la</strong>s pasiones que se<br />
con<strong>de</strong>nsaban en el 49 para darnos luego 27 años <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdichas; no<br />
quiso ser para nosotros <strong>la</strong>zo <strong>de</strong> unión, ban<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> paz y progreso,<br />
y eso cuando el país no estaba tan afligido como hoy, ni tenía el<br />
conocimiento reflexivo <strong>de</strong> su malestar, y no se fijaba ansioso, compacto<br />
y consciente en un ciudadano, con el fin <strong>de</strong> que lo guiara.<br />
Ahora que está sumamente afligido por cuanto ha sufrido y teme<br />
sufrir; ahora que, más ilustrado, sabe que sus <strong>de</strong>sventuras <strong>la</strong>s han<br />
ocasionado <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as ina<strong>de</strong>cuadas <strong>de</strong> sus gobernantes; ahora que<br />
se fija ansioso en todos sus colores políticos, pidiendo a usted lo<br />
gobierne con <strong>la</strong> tolerancia que ha predicado, con <strong>la</strong> equidad que<br />
ha aconsejado; ¿se negará usted a consagrarle <strong>la</strong> honra<strong>de</strong>z, <strong>la</strong> inteligencia,<br />
el caudal <strong>de</strong> buenas dotes que atesora para el mando?<br />
Dirá usted: “So<strong>la</strong>mente he <strong>de</strong>c<strong>la</strong>rado que no aceptaré el po<strong>de</strong>r.”<br />
Pero <strong>la</strong>s razones puramente personales que lo indujeran a pensar<br />
así, aunque el<strong>la</strong>s fuesen <strong>la</strong>s más levantadas en moralidad, ¿cómo no<br />
han <strong>de</strong> ce<strong>de</strong>r ante <strong>la</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud pública, <strong>la</strong>s cuales exigen a usted<br />
no darle prosecución a ese propósito? ¿Qué vale una causa <strong>de</strong> aquel<br />
linaje, así se cimente en acriso<strong>la</strong>da virtud privada, si <strong>la</strong> patria exige<br />
<strong>de</strong>saten<strong>de</strong>r<strong>la</strong>? ¿No ha confesado usted haber <strong>de</strong>jado el hogar por<br />
el gobierno, cuando <strong>la</strong> Restauración se vio solicitado en aquel<strong>la</strong><br />
irresistible fuerza?<br />
Señor, esperamos que usted no será hoy menos patriota que en<br />
1873, y si bien no se interesa su patriotismo con idéntica ocasión,<br />
se le invita a prestar su oportuno valioso contingente, que le evitará<br />
al país una nueva fratricida lucha. ¿Desaten<strong>de</strong>rá usted <strong>la</strong> súplica