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“Splendida”… y algo más - Aproin

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INGENIERíA<br />

Antonio Requejo Oliván<br />

INgENIERo INDuSTRIAl. RESpoNSABlE DEl ÁREA DE<br />

gESTIóN DE pRoYEcToS DE cApITEl<br />

Tel. 986 442 623 – info@capitelconsultores.com<br />

“el ge n i o es un un o po r ci e n t o de<br />

inspiración y un no v e n t a y nu e v e po r<br />

c i e n t o de su d o r ”<br />

tom a s al v a ed i s o n (1847-1931)<br />

Aún con todos los avances alcanzados en el campo de la comunicación audiovisual,<br />

existen algunos recursos, que debido a su sencillez y universalidad<br />

no pasan de moda.<br />

Ejemplos de este tipo de lenguaje pueden ser, los archiconocidos serrucho<br />

y tronco, la inacabable serie de zetas sobre la cabeza, símbolos inequívocos<br />

de que nos encontramos ante el <strong>más</strong> placentero de los descansos o del <strong>más</strong><br />

profundo alelamiento.<br />

Desde que hace ya <strong>más</strong> de dos siglos, Thomas Edison, consiguiera perfeccionar<br />

y popularizar el uso de la bombilla incandescente, este objeto, se ha<br />

convertido sin lugar a dudas en el símbolo universal del ingenio.<br />

En la actualidad, la bombilla, ha recobrado el nivel de protagonismo del<br />

que había gozado en la época de esplendor de Edison, sin embargo esta vez<br />

no como símbolo de ingenio y de haber alcanzado un “brillante” objetivo tras<br />

dedicación y esfuerzo.<br />

En su lugar, este objeto se ha convertido en símbolo de un difuso intento<br />

por lograr una mayor eficiencia energética, no solo en los hogares agraciados<br />

en la tómbola de la “bombilla de ahorro” (20 millones nada menos), ade<strong>más</strong><br />

en las empresas.<br />

A la sombra de este estéril debate, de lo que es y no es políticamente correcto<br />

en lo referente a la energía, continúa agudizándose uno de los <strong>más</strong> graves<br />

problemas a los que nos tendremos que enfrentar si no queremos caernos del<br />

vagón de las potencias desarrolladas, la competitividad.<br />

Sin estrategias que permitan a nuestros productos y servicios competir, en<br />

un primer lugar con nuestros vecinos <strong>más</strong> cercanos y <strong>más</strong> tarde con las denominadas<br />

potencias emergentes, podemos resignarnos, en el mejor de los casos,<br />

al estancamiento.<br />

Ante este panorama, para alcanzar y consolidar un crecimiento de nuestras<br />

actividades, sólo cabe emplear el ingenio. Ingenio con un 99% de sudor llamado<br />

reformas estructurales, y las principales, la optimización de nuestro modelo<br />

energético y del modelo educativo.<br />

Esta optimización, <strong>más</strong> allá de visiones simplistas, requiere ingentes esfuerzos<br />

e inversiones, pasando por una profunda revisión y mejora continua<br />

de los procesos de producción, modernización de equipos, por garantizar un<br />

suministro de energía a menor coste y con la menor dependencia exterior y por<br />

supuesto por una gran apuesta por la formación de calidad.<br />

una rápida consulta a los datos publicados por Eurostat, nos puede dar<br />

una idea de la delicada situación en la que se encuentra nuestra competitividad.<br />

En la electricidad, y comparándonos con nuestro vecino francés, uno<br />

de nuestros principales mercados y competidores, nuestro coste medio para<br />

usuarios domésticos se cifra un 23% mayor (sin tener en cuenta las últimas<br />

subidas en 2009). En lo gasístico, comparándonos de nuevo con Francia, un<br />

sobre coste por consumidor medio doméstico del orden del 12%. En el número<br />

de patentes por cada millón de habitantes, mientras España registra 18.31,<br />

Francia, Alemania y la media de la uE(27) registran 119.61, 255.75 y 101.41<br />

respectivamente.<br />

parece que un dato relevante para conocer el potencial de nuestros competidores<br />

a corto medio plazo, el porcentaje de población entre los 20 y los 24<br />

años que ha superado al menos el nivel de educación secundaria, en Francia<br />

el 83.7%, en polonia sólo el 91.3%, la media de uE(27) el 78%,… España el<br />

60%.<br />

competitividad: ingenio para encender bombillas con la cabeza.<br />

INMOBILIARIA<br />

53 • Ap r o i n<br />

Miguel Pereira Alonso<br />

gAlIcIA VIVIENDA<br />

Tel. 986 118 015 – miguel@galiciavivienda.com<br />

el de s a F í o de lo s cl i e n t e s. Ho y<br />

Todos sabemos que el cliente es la razón de ser de una empresa, y sin que<br />

se tome como una frase ya prefabricada es claro que es el consumidor con sus<br />

acciones de compra el que garantiza la existencia de la empresa. Su funcionamiento<br />

y el de la creación de empleo.<br />

Debemos analizarlo todo para tener el mayor conocimiento posible de su<br />

comportamiento para poder así superar sus expectativas y mantenerlo como<br />

cliente con el paso del tiempo.<br />

¿pues de qué otro modo podríamos acercarnos efectivamente a los consumidores<br />

si no los conocemos?. En otras palabras, responder a preguntas<br />

como ¿cómo es nuestro cliente?, ¿cómo compra?, ¿cuándo compra?, ¿por qué<br />

lo hace?, ¿cuáles son sus preferencias, sus gustos, sus intereses? resulta fundamental<br />

para poder desarrollar estrategias efectivas que nos permitan fidelizar<br />

a nuestro cliente.<br />

Normalmente un error muy común cometido por los gestores de las empresas<br />

es su afán por conseguir nuevos clientes. Hasta aquí normal. En mi experiencia<br />

profesional siempre se nos insiste a aquellos que tenemos formación<br />

profesional en sector comercial que busquemos nuevos clientes. Insisto, hasta<br />

aquí normal.<br />

El error aparece al descuidar a los clientes habituales, a nuestra cartera,<br />

es decir, esos que consumen como norma nuestros productos y servicios. los<br />

estudios en este tema son sorprendentes. Vale mucho <strong>más</strong> conseguir un nuevo<br />

cliente que conservar uno. un objetivo a nivel comercial es conseguir nuevos<br />

clientes, pero el otro tiene que ser claramente conservar a los que en etapas<br />

anteriores hemos conseguido. Es <strong>más</strong>, una estrategia para la consecución de<br />

nuevos consumidores es conseguirlos a través de los clientes habituales, y esto<br />

sólo se podrá hacer cuando estos estén realmente satisfechos.<br />

la fidelidad de un cliente nuevo es mínima en comparación frente a los<br />

clientes habituales, los clientes habituales o antiguos garantizan la permanencia<br />

de la empresa en el tiempo, sus compras repetidas son imprescindibles en<br />

los negocios, <strong>más</strong> aun en aquellos que venden cierto tipo de productos.<br />

Sin embargo se presentan situaciones particulares que al lograr un nuevo<br />

cliente atraído por las diversas estrategias, publicitarias, de posicionamiento,<br />

operativas, de promoción, relaciones públicas y de<strong>más</strong> cuando ya pasa del estatus<br />

de cliente potencial al tan anhelado cliente real, se descuida. las promociones<br />

siempre son para captar nuevos clientes, escasas veces para mantener a<br />

los que ya tenemos en nuestra cartera. Así como hay que utilizar acciones estratégicas<br />

para lograr nuevos clientes, de igual manera hay que hacerlo con los<br />

clientes actuales para mantenerlos, o siendo <strong>más</strong> claros, para que no se vayan.<br />

por eso es tan importante tener un conocimiento claro sobre la forma en<br />

como actúan nuestros clientes y por qué. En otras palabras “expertos” en el<br />

conocimiento sobre el comportamiento del consumidor, del consumidor particular.<br />

El conocer de cerca el comportamiento de “nuestros” clientes es un eslabón<br />

<strong>más</strong> de la cadena dentro del gran engranaje de estrategias que combinadas<br />

sabiamente permitirán el logro de los objetivos propuestos.<br />

los terrenos comerciales a diferencia de las matemáticas no son exactos.<br />

Es tan cambiante, tan particular a cada situación que incluso una buena estrategia<br />

de una empresa no es garantía de éxito en otra del mismo sector.<br />

la estrategia se debe reorientar hacia una filosofía empresarial enfocada<br />

al cliente. otras fueron las épocas en las que a los consumidores les tocaba<br />

adaptarse a las directrices que dictaban las empresas. Hoy en día debemos<br />

adaptar todas las acciones empresariales a los consumidores, son ellos los que<br />

deciden y mandan.

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