“Splendida”… y algo más - Aproin

A p r o i n • 24
ya a 27 nudos de velocidad, etc., un
espectáculo.
A partir de ahí, la avidez por conocer
un monstruo de 18 cubiertas, casino,
un teatro para 1.500 personas,
cuatro restaurantes, montones de cafeterías,
pubs, discotecas, tiendas de
todo tipo, lugares de ocio, gimnasio,
spa, masajes, piscinas, biblioteca, salas
de juegos, simulador de F1, etc. era
constante en todos los pasajeros. Empezar
a descubrir conocidos y hacerse
a los horarios del barco, todo ello una
novedad, como ocupar formidables y
espaciosos camarotes, con sus balcones
al exterior, TV con todos los canales y
los propios del barco, aire acondicionado,
estupendo cuarto de baño, armarios
perfectamente equipados, caja
fuerte, albornoces, etc.
En cuanto a comidas en el barco (en
algunos puertos coincidía la estancia con
la comida o la cena), el desayuno tenía
lugar en el restaurante, de grandes dimensiones,
que abrazaba estribor con
babor en la popa del barco, a base de un
buffet perfectamente surtido. la comida,
en el mismo restaurante, también buffet,
mientras que la cena podía ser también
de buffet o en otro restaurante (flojito)
en el que se habían establecido dos turnos,
uno a las 19.30 correspondiendo
con el último turno del teatro, mientras
que a los del primer turno de teatro se les
asignaba el último de la cena, a las 21.30.
Evidentemente, quien quisiera comer,
por su cuenta en otros restaurantes, no
tenía más que reservar con cierta antelación
o hacerlo en tierra en los casos en
los que el barco se hallaba atracado.
Ya a lo largo de la costa portuguesa,
con fuerte viento y marejada en la
mar, el barco ni se movía (no lo hizo ni
con 60 nudos de viento en Marsella).
la noche, con una luna preciosa.
la entrada en lisboa, tras dejar un
poco antes del amanecer el cabo da Roca,
a las 7 de la mañana, a lo largo del Tajo
y con la escolta de dos remolcadores haciendo
exhibiciones, fue espectacular.
la permanencia en lisboa se anunciaba
entre las 8 de la mañana y las 4
de la tarde, por lo que procedía tomar
un tranvía hasta la plaça do comerço
y a partir de ahí paseo hasta el Rossio,
Bairro alto, chiado, etc. hasta la hora
de comer en cualquier restaurante lisboeta
y vuelta al barco.
para quien se apuntase se ofrecían
7 excursiones alternativas: “Visita a la
ciudad”, “Fátima”, “Sintra y cascais”,
“Arribada Winery tour”, “lo más destacado
de lisboa y cata de pasteles”,
“paseo por lisboa y degustación del
vino” y “Sintra y lisboa”.
lisboa-málaga (411 millas)
la salida de lisboa, a las 4 de la tarde,
daba para disfrutar de las distintas
instalaciones, sobre todo piscinas y solariums,
al menos hasta las 19.30 (hora
de cena), y aunque el viento era importante,
la protección de las piscinas
era enormemente efectiva.
A primera hora de la mañana entrá