“Splendida”… y algo más - Aproin

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12.05.2013 Views

A p r o i n • 20 de su casa, por otra parte espléndida, no era lo suyo, y hay que reconocer que la apuesta era muy fuerte, y al menos, no tanto en cuanto a afluencia de público, lo ha conseguido con creces. Definitivamente, en cuestiones de exquisiteces, el público casi nunca tiene razón. como con los anteriores, hemos entrado en la página corporativa del restaurante, del estilo del Yayo Daporta y del camiño da Serpe, moderna, bien informada y que cumple con todo lo que se espera de ella. un día espléndido, sin demasiado calor y como viene siendo habitual, aunque ya más entrado el verano y que se trata de un restaurante muy conocido, únicamente cuatro mesas (16 personas). El local está muy conseguido, minimalista como la mayoría de los que ofrecen este tipo de cocina, agradable, luminoso, muy abierto al exterior, con la cocina separada por una amplia cristalera y un servicio muy adecuado, con la presencia constante y siempre muy agradable de pepe Solla, quien nos informa directamente de cada plato y sus características. los cuartos de baño correctos y una salita de espera o de reposo para el café muy lograda. como es de rigor, pedimos el menú de degustación que como en Yayo da porta y en Rotilio se ofrece sin maridaje de vinos (una pena). En su lugar y considerando que la base del menú era de pescado muy fresco en su elaboración, escogemos un cava Torelló 04 que tras reposar un tiempo en la cubitera acabó dando los 5º a 8º grados de rigor (mas bien tirando a 8º en este caso, pues venía de una temperatura bastante superior, como casi siempre). comenzamos por una crema de anchoas con pan de aceituna, acompañado por una espuma de gin-tónic, sorprendente. Seguidamente un gazpacho con sandía muy acertado, para pasar a una cebolla envuelta en un cremoso de patata. la “navaja lima-limón”, absolutamente extraordinaria, merece un punto y aparte, y eso es la prueba más evidente de que esta cocina funciona cuando se hacen las cosas bien, cuando desde un producto natural, buenísimo en este caso, y sin complicados aditamentos, se puede conseguir algo tan sublime, potenciando la navaja, sin exageraciones, hasta puntos pocas veces experimentados. Es cierto que la cocina gallega es cocina de producto, pero hay una gran diferencia en tirar una navaja sobre una plancha y echarle limón encima (riquísimo, por otra parte), que recrearse con la navaja de pepe Solla. Sin desmerecer de lo expresado, la sardina marinada y sorbete de gazpacho, en cuanto a la sardina (la muestra de sardina) podemos decir casi lo mismo que para la navaja. le siguió una croqueta cream de gamba, muy conseguida, para continuar con salmonete ligeramente lañado, guisantes y jamón, buen plato, pero no tan en la línea anterior, para seguir con un mero sobre un escabeche templado, también exquisito, terminando con un pichón de sangre, con torrija de maiz, insuperable. como remate un queso cremoso del país con dulce de manzana y membrillo, seguido de un preparado con cerezas, yogur y aguardiente tostada, para terminar con una deconstrucción de “la tarta de Santiago 09” y un moscatel claro y suave, seguido de un café, muy bueno. En resumidas cuentas, una delicia. En total, dos personas 190 Euros, caro, pero extraordinario. como media por persona, entre los cuatro restaurantes citados, unos 75 Euros para el menú de degustación, incluidos los vinos. por encima de esa media, Solla y Vieira y por debajo Daponte y Rotillo. Enhorabuena a los cuatro por unas estrellas, a mi juicio muy merecidas, que es necesario, al menos, conservar o acrecentar en su caso lo que si requiere, supongo, de el establecimiento de un maridaje propio de vinos seleccionados para cada plato, que acompañe el menú (camiño da Serpe ya lo hace) aunque también se comprende que sin un mínimo de clientela asegurada el asunto se complica. Esto es algo que afecta a todos ellos y que quizá requiera de una mayor dedicación al marketing, que otros, con menores merecimientos cuidan más con mejores resultados, muchas veces apoyados por los propios Ayuntamientos donde residen como un bien cultural y turístico a promocionar. Desgraciadamente esta circunstancia no se da por estos lares más volcados con a festa do polvo, as delicias do porco o eventos similares, muy dignos de consideración pero escasamente rentables a la hora de imprimir un poco de seriedad a nuestra cocina. una vez mas, volver a lamentar que Vigo, con sus 300.000 habitantes no disponga de estrella Michelín alguna (dos en poio), algo que se antoja todavía lejano, sobre todo cuando quien con más derecho se cree a ello no hace más que seguir la penosa tradición viguesa de no alcanzar un mínimo de educación y de sentido al frente de un servicio que no solo consiste en “dar de comer” a la gente. como canto a la esperanza, aun cuando no pueden ser acreedores a estrella alguna por no ser un restaurante abierto al público, el menú de degustación, acompañado de sus correspondientes vinos, del circulo de Empresarios de galicia (club Financiero Vigo), con Sandra calvar como maitre y David Barco como sumiller (3 veces campeón de galicia), con una atención exquisita, es excelente, asequible y abierto a quien quiera degustarlo, siempre que acceda a través de un socio. Vale la pena.

Splendida… y algo más NMiguel Font Rosell ¡No tenemos perdón de Dios! A toro pasado, no se nos ocurre otra descripción de la ciudad de nuestros amores y desamores. Nuestra Ría, nuestro puerto (sus posibilidades), nuestra geografía, son difícilmente igualables, sólo cercenados por generaciones de políticos paletos que, desgraciadamente, sólo la persistencia terca y continuada en el tiempo nos obliga a pensar que realmente nos los merecemos. llevamos décadas sin llevar a cabo las ampliaciones que el puerto de Vigo necesita, y que ahora, a corto plazo, tras perder- lo en fantasías, no queda más remedio que acometer, en cuanto a trasatlánticos, por medio de diques de Alba. un político que quiera a su ciudad por encima de sus propias vanidades, debe saber que el corto plazo se corresponde con lo posible, el medio con lo bueno y el largo con lo utópico. Sólo son dueños de la deseable utopía los que hacen los deberes con tiempo suficiente (hoy es una utopía deseable el segundo puente Alcabre-cangas, como lo pudo haber sido hace años la solución Nouvel). Están condenados al corto plazo, a lo posible, aquellos que han perdido ya el tren de la oportunidad, porque lo utópico es enemigo a veces de lo bueno y casi siempre de lo posible. Hoy sólo una solución a base de dique de Alba es factible, para poder recuperar el tiempo de pensar en lo bueno a medio plazo, una ampliación en longitud de atraque 21 • Ap r o i n

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de su casa, por otra parte espléndida, no<br />

era lo suyo, y hay que reconocer que la<br />

apuesta era muy fuerte, y al menos, no<br />

tanto en cuanto a afluencia de público,<br />

lo ha conseguido con creces. Definitivamente,<br />

en cuestiones de exquisiteces, el<br />

público casi nunca tiene razón.<br />

como con los anteriores, hemos entrado<br />

en la página corporativa del restaurante,<br />

del estilo del Yayo Daporta y<br />

del camiño da Serpe, moderna, bien<br />

informada y que cumple con todo lo<br />

que se espera de ella.<br />

un día espléndido, sin demasiado<br />

calor y como viene siendo habitual,<br />

aunque ya <strong>más</strong> entrado el verano y<br />

que se trata de un restaurante muy conocido,<br />

únicamente cuatro mesas (16<br />

personas).<br />

El local está muy conseguido, minimalista<br />

como la mayoría de los que<br />

ofrecen este tipo de cocina, agradable,<br />

luminoso, muy abierto al exterior, con<br />

la cocina separada por una amplia<br />

cristalera y un servicio muy adecuado,<br />

con la presencia constante y siempre<br />

muy agradable de pepe Solla, quien<br />

nos informa directamente de cada plato<br />

y sus características. los cuartos de<br />

baño correctos y una salita de espera o<br />

de reposo para el café muy lograda.<br />

como es de rigor, pedimos el menú<br />

de degustación que como en Yayo da<br />

porta y en Rotilio se ofrece sin maridaje<br />

de vinos (una pena). En su lugar<br />

y considerando que la base del menú<br />

era de pescado muy fresco en su elaboración,<br />

escogemos un cava Torelló 04<br />

que tras reposar un tiempo en la cubitera<br />

acabó dando los 5º a 8º grados<br />

de rigor (mas bien tirando a 8º en este<br />

caso, pues venía de una temperatura<br />

bastante superior, como casi siempre).<br />

comenzamos por una crema de<br />

anchoas con pan de aceituna, acompañado<br />

por una espuma de gin-tónic,<br />

sorprendente. Seguidamente un<br />

gazpacho con sandía muy acertado,<br />

para pasar a una cebolla envuelta en<br />

un cremoso de patata.<br />

la “navaja lima-limón”, absolutamente<br />

extraordinaria, merece un punto y aparte,<br />

y eso es la prueba <strong>más</strong> evidente de que esta<br />

cocina funciona cuando se hacen las cosas<br />

bien, cuando desde un producto natural,<br />

buenísimo en este caso, y sin complicados<br />

aditamentos, se puede conseguir <strong>algo</strong> tan<br />

sublime, potenciando la navaja, sin exageraciones,<br />

hasta puntos pocas veces experimentados.<br />

Es cierto que la cocina gallega<br />

es cocina de producto, pero hay una gran<br />

diferencia en tirar una navaja sobre una<br />

plancha y echarle limón encima (riquísimo,<br />

por otra parte), que recrearse con la<br />

navaja de pepe Solla.<br />

Sin desmerecer de lo expresado, la<br />

sardina marinada y sorbete de gazpacho,<br />

en cuanto a la sardina (la muestra<br />

de sardina) podemos decir casi lo mismo<br />

que para la navaja.<br />

le siguió una croqueta cream de<br />

gamba, muy conseguida, para continuar<br />

con salmonete ligeramente lañado,<br />

guisantes y jamón, buen plato,<br />

pero no tan en la línea anterior, para<br />

seguir con un mero sobre un escabeche<br />

templado, también exquisito, terminando<br />

con un pichón de sangre, con<br />

torrija de maiz, insuperable.<br />

como remate un queso cremoso del<br />

país con dulce de manzana y membrillo,<br />

seguido de un preparado con cerezas,<br />

yogur y aguardiente tostada, para<br />

terminar con una deconstrucción de<br />

“la tarta de Santiago 09” y un moscatel<br />

claro y suave, seguido de un café, muy<br />

bueno. En resumidas cuentas, una delicia.<br />

En total, dos personas 190 Euros,<br />

caro, pero extraordinario.<br />

como media por persona, entre los<br />

cuatro restaurantes citados, unos 75<br />

Euros para el menú de degustación,<br />

incluidos los vinos. por encima de esa<br />

media, Solla y Vieira y por debajo Daponte<br />

y Rotillo.<br />

Enhorabuena a los cuatro por unas estrellas,<br />

a mi juicio muy merecidas, que es<br />

necesario, al menos, conservar o acrecentar<br />

en su caso lo que si requiere, supongo,<br />

de el establecimiento de un maridaje<br />

propio de vinos seleccionados para cada<br />

plato, que acompañe el menú (camiño<br />

da Serpe ya lo hace) aunque también se<br />

comprende que sin un mínimo de clientela<br />

asegurada el asunto se complica.<br />

Esto es <strong>algo</strong> que afecta a todos ellos y que<br />

quizá requiera de una mayor dedicación<br />

al marketing, que otros, con menores<br />

merecimientos cuidan <strong>más</strong> con mejores<br />

resultados, muchas veces apoyados por<br />

los propios Ayuntamientos donde residen<br />

como un bien cultural y turístico a<br />

promocionar. Desgraciadamente esta<br />

circunstancia no se da por estos lares <strong>más</strong><br />

volcados con a festa do polvo, as delicias<br />

do porco o eventos similares, muy dignos<br />

de consideración pero escasamente rentables<br />

a la hora de imprimir un poco de<br />

seriedad a nuestra cocina.<br />

una vez mas, volver a lamentar que<br />

Vigo, con sus 300.000 habitantes no<br />

disponga de estrella Michelín alguna<br />

(dos en poio), <strong>algo</strong> que se antoja todavía<br />

lejano, sobre todo cuando quien<br />

con <strong>más</strong> derecho se cree a ello no hace<br />

<strong>más</strong> que seguir la penosa tradición viguesa<br />

de no alcanzar un mínimo de<br />

educación y de sentido al frente de un<br />

servicio que no solo consiste en “dar de<br />

comer” a la gente.<br />

como canto a la esperanza, aun<br />

cuando no pueden ser acreedores a estrella<br />

alguna por no ser un restaurante<br />

abierto al público, el menú de degustación,<br />

acompañado de sus correspondientes<br />

vinos, del circulo de Empresarios<br />

de galicia (club Financiero Vigo),<br />

con Sandra calvar como maitre y David<br />

Barco como sumiller (3 veces campeón<br />

de galicia), con una atención exquisita,<br />

es excelente, asequible y abierto a quien<br />

quiera degustarlo, siempre que acceda a<br />

través de un socio. Vale la pena.

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