1 - Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales

304 IMPUNIDAD DE LA MBNTIRA.
_r.cncta, te arriman á ella. Pero no tiene .duda, porla
que hemos dicho , que importa infinico al publico, qae
en efta materia te proceda con baftante feveridad.
§- VIH.
r xp "T7Inálmente, contemplando en toda fo amplí-»
l* tud la mentira , ta hallo tan incommoda á
ja vida del hombre, que me parece debiera todo el tigor
de las leyes conjurarte contra ella, como contra una
enemiga moteftifsima de ta humana fociedad. Zoroaf-.
tro, aquel famofo Legislador de los Perfas, ó Zerdufcbt,
que fue fo verdadero nombre, fegun el Erudito Thomas
Hyde, de quien fe aparta poco Thomas Stanley,
llamándole Zatra^az/i/í ( pues el de Zoroaftro fué altetacion
hecha por los Griegos para acomodar el nombre a
fo idioma ) en los Eftatutos, que formó para aquella Na-,
cion.graduó ta mentita por uno de los mas graves eriaie-:
«es.que pueden cometer los hombres. ConfiriTo , que er-:
ró como Theologo; pero procedió como fagáz Político:
porque para hacer feliz una Republicano hay medio mas
oportuno , que el introducir en ella un gran horror á la
mentira. V al contrario , fi ta gran propenfiou que tienen
los hombres á mentir note ataja, por tantas, y juftas que
teau todas las demás leyes , no íe evitaran innumerables;,
de for de nes.
§• IX.
io OOlo en una circunftancia juzgo á la mentí!
•^ ra tolerable ; y es, quando no fe encuentra
btro arbitrio para repeler 1a mvafion de 1a injufta peíquita
de algún fecreco. Propongo e\ cafo de efte modo:
Un amigo mío, con el motivo de pedirme confejo, me
fió un delito fuyo. Llega á fofpecharlo una petfona po»*».
dcrofa, y ufando injuftamente de ta autoridad , que le da
íu peder , me pregunta fi sé que Fulano cometió tal de-i
ico. Supongo , que es fugeto can advertido, que no fir-
DISCURSO IX. 505
"/éii páfá deslumhrarle algunas evafioriés, qué,ÍCin negar,
hi confeffar, pueden difeurrirte. antes, negándome á
dar refpuefta pofitiva, hará juicio determinado de q ue el
delito fe cometió verdaderamente: conque es precíío
refponder abiercamence sí, ó no, y él me infla fobre ello.
Es cierro, que eftoy obligado por las leyes de la amiftad,de
ta lealcad, de ta Charidad, y de ta Jufticia á no revelar
él fecreco confiado. Qué he de hacer en cal aprleco?
ai No falcan Theologos, que, equiparando efte ca -J
fo, y otros temejanecs (en que paca el affumpco de la duda
lo mifmo cieñe el fecreco proprio, que el ageno , como
tea de grave ¡mporcancta , y haya derecho, y obliga-:
cion á guardarle) al del figiloSacramental, con un mií-.
mo arbitrio refoelven una, y orra queftion. Dicen, que
preguntado en 1a forma arriba expreffada, puedo, y debo
refponder redondamente, que no sé tal cofa, ni ha llegado
á mi noticia. Pero cómo ? Es licito mentir en efte
cafo ? No por cierto, ni en efle, ni en otro alguno. Pues
fi yo sé, que Fulano cometió tal delito, cómo puede eximirte
de fer mentira el decir que no lo sé ? Refponden,que
en tales cafos te profieren las voces, de que confta la
refpuefta, folo materialmente, y definidas de toda lignificación.
Pero tiene el que refponde autoridad para quitar
fo propría fignificadon á tas voces ? Confieffan que
no. Pero dicen , que en cales cafos eflá quitada por un
confenrimienCo cacito dc los hombres ; ó porque la vir-í
cud figiiificatíva de tas voces depende de ta voluncad de
el que las inftlcuyó para fignificar cal, y tal cofa, y no es
creíble, que el que las infticuyó quífieffe, que en cales cz.-,
fos fignificaffen aquello, que el que refponde, tiene en la
mente, porque efta feria una voluntad ¡niqua; ó en fin¿
porque para dar virtud figníficativa á tas Voces, es me»,
nefter, demás de la voluncad ded que tas infticuye, la
aprobación , y confentimienco de la República, el que
po puede prefumirte refpedivamente á cales cafos.
2 a Efta dodrina, que el Siglo paitado havia eñam-i
pado cl Cardenal Palavicino,íigu¡ó,y esforzó pocos años
\\i el Padre Carlos Atnbcofio Cataneo, dodo Jefoica fea-
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