Zona Literatura
Zona Literatura
Zona Literatura
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Cuentos de<br />
Sueñobscuro<br />
CUENTOS<br />
Cristián Berríos<br />
INCLUYE “CONSPIRACIÓN PARANOIDE”<br />
1º LUGAR EN EL CONCURSO “UN CUENTO EN MI BLOG” 2010<br />
POR VOTACIÓN DE LOS LECTORES
Edición<br />
ZONA LITERATURA<br />
http://zonaliteratura.com<br />
Ilustración de tapa<br />
MARTÍN J. MOUESCA<br />
martin.j.mouesca@gmail.com<br />
Diseño y maquetación<br />
HURLINGHAM DIFUSIÓN<br />
http://www.hurlinghamdifusion.com.ar<br />
Hurlingham, Argentina | Enero de 2011
CRISTIÁN BERRÍOS<br />
Cristián Berríos (Chile) integró talleres de<br />
poesía y narrativa en Balmaceda Arte Joven,<br />
impartidos por Erwin Díaz y Mili Rodríguez<br />
Villouta. Ha publicado en forma<br />
independiente Chocolate Post Mortem,<br />
Cuentos de Sueñobscuro, Breve sinfonía de<br />
un crimen sin remordimientos, La Cofradía y<br />
Santo Grial de un underground en formato<br />
digital, además de otras publicaciones en<br />
medios de Chile, Venezuela, México y Perú.<br />
Fue incluido en la antología de poesía<br />
Chile-Venezuela Me Urbe. A fines del 2009 el<br />
proyecto independiente EntreLasTierras<br />
lanza en Viena, Austria, una breve selección<br />
de sus poemas titulada Brücke des Saturns,<br />
luego dos cuentos en español y alemán.<br />
Está incluido en el libro 10 Años de Poesía<br />
en Balmaceda Antología Histórica 1997-<br />
2007 Región Metropolitana (Ediciones<br />
Balmaceda Arte Joven). Fue finalista del<br />
concurso Cuéntame Valparaíso 2010,<br />
organizado por El Mercurio y la Universidad<br />
de Valparaíso, además ganó el concurso Un<br />
cuento en mi blog de <strong>Zona</strong> <strong>Literatura</strong>.<br />
Desde el año 2009 publica la revista Puente<br />
de Saturno.<br />
LAS LAS OBRAS<br />
OBRAS<br />
Conspiración Paranoide pertenece al libro<br />
Tórax y fue la obra ganadora del primer<br />
concurso Un cuento en mi blog de <strong>Zona</strong><br />
<strong>Literatura</strong> en 2010.<br />
La trilogía de Cuentos de Sueñosbcuro,<br />
terminada en el año 2002, fue parte del al<br />
proyecto en internet lanzado por el autor en<br />
el año 2003 y destacado por el<br />
desaparecido programa de tecnología Hi-<br />
Tech, de Más Canal 22, el 26 de noviembre<br />
de 2006. Está compuesta de dos novelas<br />
breves y un cuento del género fantástico, lo<br />
cuales presentan diversas razas, lenguas y<br />
cronologías que poseen como escenario la<br />
ciudad de Sueñobscuro.
Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 3.0 Unported Unported<br />
Unported<br />
USTED USTED USTED ES ES LIBRE LIBRE DE:<br />
DE:<br />
copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra<br />
BAJO BAJO LAS LAS SIGUIENTES SIGUIENTES CONDICIONES:<br />
CONDICIONES:<br />
Reconocimiento — Debe reconocer los créditos de la obra de la manera<br />
especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que<br />
sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra).<br />
No comercial — No puede utilizar esta obra para fines comerciales.<br />
Sin obras derivadas — No se puede alterar, transformar o generar una obra<br />
derivada a partir de esta obra.<br />
Más información sobre esta licencia en<br />
http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/deed.es
Cuentos de Sueñobscuro<br />
Cristián Berríos<br />
cuentos / novelas cortas<br />
Conspiración paranoide > 9<br />
Cuentos Cuentos de de Sueñobscuro<br />
Sueñobscuro<br />
Vol. 1 / Guardián Subterráneo > 17<br />
Vol. 2 / Origen del Mago Obscuro > 117<br />
Vol. 3 / Destrucción de Sueñobscuro > 147
Cristián Berríos | 8 | http://zonaliteratura.com
Conspiración paranoide<br />
Conspiración paranoide<br />
pertenece al libro Tórax.<br />
Obtuvo el 1º premio<br />
(por votación de los lectores)<br />
en el concurso «Un cuento<br />
en mi blog», organizado<br />
por <strong>Zona</strong> <strong>Literatura</strong> en 2010<br />
http://zonaliteratura.com | 9 | Cuentos de Sueñobscuro
Cristián Berríos | 10 | http://zonaliteratura.com
- ¿En qué puedo ayudarle? – preguntó la funcionaria con<br />
una sonrisa discreta desde el otro lado de la ventanilla.<br />
- Me apellido Zepia. Conversaba con una amiga dentro<br />
de mi carpa en una zona de camping a orillas del lago Villarrica<br />
y de pronto fuimos transportados a este mundo absurdo y<br />
claustrofóbico donde solamente existe una calle principal atiborrada<br />
de carros e idiotas que se pasean de un lado a otro,<br />
ninguna otra autoridad que esta oficina de reclamos y un ascensor<br />
que no conduce a ninguna parte.<br />
- Lamento informarle que su situación escapa a nuestras<br />
posibilidades de ayudarle, ¿Necesita alguna otra cosa?.<br />
- ¿Está bromeando?… ¡Retienen a mi amiga en una unidad<br />
criogénica!, su carácter normalmente es desagradable y<br />
poco antes de que ustedes nos transportaran ella me había llamado<br />
idiota… ¡Pero no saldré de esta oficina hasta que nos<br />
aseguren un pasaje de regreso!…<br />
- Le comunicaré con mi superior directo, tenga la bondad<br />
de desplazarse hasta la ventanilla que se encuentra hacia su<br />
derecha.<br />
http://zonaliteratura.com | 11 | Cuentos de Sueñobscuro
La funcionaría caminó por el otro lado del mesón y con<br />
una amplia sonrisa dijo con cordialidad desde la otra ventanilla:<br />
- ¿En que puedo servirle?<br />
- ¿Se ríe de mi?… ¡Usted acaba de atenderme hace unos<br />
segundos!. ¡La vi caminando a través del mesón!…<br />
- ¿Desea que le atienda nuevamente nuestra ejecutiva?<br />
- ¿Con que objeto?… Usted es un demonio, una bacteria<br />
o quizás un alienígena… No pueden engañarme, he escrito<br />
cuentos sobre realidades virtuales.<br />
- ¿Acaso los libros no llevan impresa la fotografía de sus<br />
autores?, recordaría su rostro si hubiese leído algo suyo.<br />
- Ahórrese la ironía, además vi «Dark City». Quizás se trate<br />
de un sueño, hace un momento alcé la mano cuando trataba<br />
de subirme a ese ascensor inútil y derretí por casualidad con<br />
una onda expansiva la máscara de unos ejecutivos que se subían<br />
a él conscientes de que jamás llegarían a ninguna parte…<br />
Los cretinos hacían esa farsa para engañarme y desnudaron<br />
sus rostros bacterianos a causa de un poder que solo poseo en<br />
el mundo onírico… ¡Pero he tratado de despertarme y sigo<br />
aquí!… ¡Hay tantas posibilidades de que esté dormido como<br />
de que haya muerto!…<br />
- Nuestra preocupación es proporcionarle el mejor servicio,<br />
cuénteme su inquietud.<br />
- ¡La inquietud se desvaneció justo cuando caí en la desesperación<br />
absoluta!… ¡Ustedes deben tratarse de las simples<br />
alucinaciones febriles de un virus que me devora en la cama<br />
de un hospital miserable!… Ya perdí la noción del tiempo.<br />
¡Confiese!… ¿Estoy en el infierno?…<br />
- Como ha llegado hace poco permítame darle la bienve-<br />
Cristián Berríos | 12 | http://zonaliteratura.com
nida a nuestra comunidad. Si no puedo servirle en nada más y<br />
aún posee dudas diríjase a la primera ventanilla, le deseo un<br />
buen día.<br />
- Muy ingeniosos… Idearon la captura de mi amiga como<br />
un vínculo imaginario para que aceptara hundirme en este pozo<br />
y arrojaran la llave. Posiblemente lo planeaban desde que era<br />
un niño y acechaban para destruirme en el momento exacto.<br />
- Impresionante – Replicó ella – , si canalizara su creatividad<br />
en vez de pasearse disgustado nuestra comunidad valoraría<br />
sus aportes.<br />
Poco antes de que abandonara la oficina, miró unos segundos<br />
hacia la calle y al voltearse dijo a la funcionaria:<br />
- Cretinos… Ahora que observo han puesto cartones pintados<br />
en la calle que reemplazan a los descerebrados que había<br />
antes. Cada vez que vuelva a preguntarles o plantearles un<br />
reclamo irán desgastando este mundo hasta que me rinda o<br />
quede inmerso en un espacio en blanco, ¿Verdad?.<br />
- La oficina siempre estará a su servicio.<br />
- Ya te gustaría que me quedara aquí por toda la eternidad<br />
y quizás saltara el mesón para fornicarte, maldita bacteria o<br />
demonio, pero prometo que encontraré la salida y cuando lo<br />
haga jamás lograrán atraparme de nuevo.<br />
http://zonaliteratura.com | 13 | Cuentos de Sueñobscuro
Cristián Berríos | 14 | http://zonaliteratura.com
Cuentos de Sueñobscuro<br />
http://zonaliteratura.com | 15 | Cuentos de Sueñobscuro
Desde que hubo una piedra sobre otra<br />
El sol fue desterrado.<br />
La luna y estrellas<br />
Perdieron el beneplácito de sombríos.<br />
Bienvenidos eran Espíritus de la tierra,<br />
Y de los gélidos Océanos.<br />
Sus muros dominaban los Bosques del Norte, Este y Sur,<br />
En el poniente dormía una fiera.<br />
Un nicho Canta a la Joya de Cam
Cuentos de Sueñobscuro<br />
Vol. 1<br />
GUARDIÁN SUBTERRÁNEO
Cristián Berríos | 18 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 1<br />
LA VISITA DEL CURANDERO<br />
En un pequeño pueblo llamado El Otoño de Argid, bautizado<br />
así en honor de un célebre forajido, vivía un honesto<br />
comerciante cuyo nombre era Gabriel. Tras largos años de<br />
abnegado trabajo había logrado establecerse con su propio<br />
negocio, y tenía a su lado a la única mujer que quiso como<br />
esposa. Sin embargo un mal presentimiento enturbiaba su<br />
alma. Gabriel sufría fuertes dolores y, aunque intentaba olvidarse<br />
de ellos, temía que estos malestares anunciaran su muerte.<br />
Como apenas superaba los treinta años, la idea de un fin<br />
prematuro le trajo más de una angustia en aquellos días. Decidido<br />
a salir de esta lacerante inquietud, una mañana le pidió al<br />
comerciante del negocio vecino que cuidara su tienda y se dirigió<br />
al consultorio del curandero, dueño de un gran prestigio<br />
tanto en El Otoño de Argid como en las regiones aledañas. El<br />
mercader no dudaba que pondría su salud a buen recaudo.<br />
Cuando el curandero le dio un diagnostico lapidario<br />
Gabriel sintió que de pronto el peso del cuerpo se hacía insoportable.<br />
Sin embargo, a pesar de la tierra se estremecía bajo<br />
http://zonaliteratura.com | 19 | Cuentos de Sueñobscuro
sus pies, el mercader descubrió con espanto que las palabras<br />
del hierbatero no le había sorprendido ni en lo más mínimo.<br />
Apenas pudo sacar la voz, Gabriel preguntó con timidez:<br />
- ¿Hay algo que hacer?<br />
- Me temo que nada muy eficaz- Dijo el curandero imperturbable<br />
-. Podríamos iniciar un tratamiento, pero debo advertirle<br />
que su mal está muy avanzado. Sólo un charlatán le<br />
daría esperanza.<br />
El hierbatero le explicó a continuación que ese mal carcomía<br />
las entrañas con la voracidad del comején, y se confesó<br />
extrañado porque aún no le arrojara en cama. Mientras le reprendía<br />
por dejarse estar y no prestarle importancia a los cuidados<br />
que requiere el organismo, Gabriel le interrumpió para<br />
preguntar:<br />
- ¿Cuánto me queda de vida?...<br />
- Es difícil determinarlo con exactitud- Comentó el especialista-.<br />
Usted es joven y fuerte, quizás pase un año antes de<br />
que su salud empeore, pero podría ser cuestión de seis o siete<br />
meses.<br />
En tanto el curandero le recomendaba unas infusiones para<br />
dolores postreros, Gabriel vio con tristeza como se derrumbaba<br />
el porvenir que había proyectado junto a Alicia, su esposa.<br />
De pronto el sudor, la sangre y el llanto derramados<br />
durante años le parecieron un esfuerzo absurdo, porque el destino,<br />
libre transcriptor de los designios de la justicia, le consideraba<br />
intrascendente dentro de su esquema maestro.<br />
En los días posteriores, Gabriel surcó los ardientes mares<br />
del infierno. Debía contarle a Alicia sobre su enfermedad e<br />
ignoraba de donde sacaría el valor para hacerlo.<br />
A tanto llegó la amargura de Gabriel, un alma sencilla en<br />
Cristián Berríos | 20 | http://zonaliteratura.com
la tierra de los grandes dilemas, que por un momento incluso<br />
pensó en huir sin contarle nada a Alicia.<br />
En el transcurso de una semana, el mercader visitó los<br />
médicos de tres pueblos, bajo la excusa de que le faltaban<br />
mercancías. En cada una de sus consultas fue auscultado con<br />
detención, y recibió al final de ellas tres sentencias distintas de<br />
muerte. Además, en un lugar llamado Prosperidad, visitó a<br />
una mujer que leía las cartas. Luego de estudiarlas un rato ella<br />
le dijo mirándole a los ojos:<br />
- Aquí aparece bien claro que morirás dentro de poco;<br />
pero también puedo ver que te levantarás de la muerte.<br />
Sin hallarle sentido a estas palabras, Gabriel decidió ignorarlas,<br />
y en cuestión de semanas, luego de que fracasaran<br />
una y otra vez sus esfuerzos por alcanzar una cura, su temple<br />
fue decayendo ,obscureciéndose sobre su cabeza los días que<br />
para otros resplandecían.<br />
http://zonaliteratura.com | 21 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 2<br />
EL ELÍXIR MARAVILLOSO<br />
Esa mañana Gabriel despertó asténico y dolorido. Rascándose<br />
sus barbas amarillentas, recordó que no era extraño<br />
que tuviera malestares porque al fin y al cabo estaba muriendo.<br />
Después de sentarse en el borde de la cama, hizo un trabajoso<br />
intento por ponerse de pie, pero se le doblaron las piernas<br />
y finalmente decidió tenderse de nuevo.<br />
- Quédate acostado- Le pidió Alicia mirándole alarmada.<br />
Luego se arrodilló en el lecho y agregó:<br />
- Anoche soñé algo horrible. Tú te encontrabas en un sitio<br />
penumbroso y húmedo, en el que abundaban las ratas por<br />
todas partes. No es una buena señal. Descansa y deja que me<br />
ocupe de la tienda. Si sigues enfermo, prométeme que esta<br />
tarde visitarás al curandero.<br />
- ¿Para que me diga que mi salud es tan fuerte como un<br />
roble?- Exclamó el mercader con una sonrisa-. De seguro me<br />
va a venir una gripe. Si quieres adelántate y abre la tienda.<br />
Cuando me sienta mejor iré a reemplazarte.<br />
Un tanto más tranquila, Alicia se acercó a él y le besó en la<br />
frente. En media hora Gabriel se halló solo en la habitación.<br />
Cristián Berríos | 22 | http://zonaliteratura.com
Poco a poco el vértigo que jugaba con su cabeza se cansó de<br />
atormentarle y las difusas imágenes del cuarto detuvieron sus<br />
correrías. Aunque le molestaba que su esposa fuera a trabajar<br />
por los dos, descubrió que cada día perdía más interés en el<br />
negocio. Si Alicia le suplía en el mercado él no ahuyentaría a la<br />
clientela con una actitud displicente.<br />
Gabriel no acostumbraba reposar en el lecho. En vano<br />
trató de distraerse interpretando el sueño de Alicia, sin que<br />
llegara a otra conclusión que la expuesta por ella, más aún<br />
considerando su estado. En seguida quiso reconstruir uno de<br />
sus sueños, pero todas sus tentativas fueron inútiles.<br />
Como en apenas un rato se había restablecido, la inactividad<br />
comenzaba a exasperarle. Esa agitación era un rasgo común<br />
entre los miembros de su familia, pues no pudo evocar<br />
un día que sus padres destinaran al descanso. Sin embargo el<br />
hábito del esfuerzo incesante y prematuro se remontaba a las<br />
ramas más altas del árbol genealógico. Un aire del pasado trajo<br />
la voz de su abuelo materno, a quien en una ocasión escuchó<br />
decir: «Si la muerte quiere alcanzarme, deberá seguir mis<br />
pasos, pues a un hombre de trabajo no le sorprenderá atado a<br />
una cama.» Dispuesto a adueñarse de estas palabras, Gabriel<br />
resolvió dar un paseo.<br />
Como a esa hora circulaba poca gente en el mercado y<br />
por consecuencia Alicia no necesitaría ayuda si no hasta más<br />
tarde se dirigió a la plaza principal de su pueblo. En el camino,<br />
el mercader se detuvo a comprar una hogaza de pan y queso,<br />
porque ya había pasado la hora en que tomaba desayuno y<br />
el estómago le gruñía. Sorprendido con la gran cantidad de<br />
personas que había reunidas en un círculo amplio, Gabriel se<br />
acercó al grupo más 2011 numeroso • ZONA LITERATURA y vio a muchos niños y adulhttp://zonaliteratura.com<br />
http://zonaliteratura.com | 23 | Cuentos de Sueñobscuro
tos. Rodeaban a un hombre de edad muy avanzada que vestía<br />
una larga túnica blanca. En seguida le preguntó al hombre que<br />
se hallaba a su lado:<br />
- ¿Quién es ese anciano?...<br />
- ¿No lo sabe?.- Exclamó éste muy extrañado- Es El Viejo<br />
Narrador de Historias.<br />
Gabriel había oído hablar de él un par de veces mientras<br />
atendía su tienda; pero en ambas ocasiones estaba sumamente<br />
ocupado, y el trabajo acabó absorbiéndole. El Narrador de<br />
Historias recorría los pueblos con sus cuentos y leyendas de<br />
tiempos olvidados, deleitando a los niños y a aquellos que<br />
volvían a serlo por un instante. Aunque había quienes le dejaban<br />
monedas a sus pies, jamás le exigía nada a nadie; por esta<br />
razón sus historias siempre congregaban un público numeroso.<br />
Cuando el anciano, que había permanecido en silencio<br />
durante largo rato, carraspeó ligeramente, se produjo un murmullo<br />
general en la plaza, y muchos empezaron a sentarse en<br />
el suelo. Satisfecho con la atención de la concurrencia, El Viejo<br />
Narrador de Historias dijo lo siguiente:<br />
El arte de un buen relato<br />
Es poco cultivado en estos días,<br />
A los sabios les cierran las puertas,<br />
A bandidos, lisonjeros y asnos les ceden la palabra.<br />
- ¿Y cuál de los tres eres tú?- Preguntó un sujeto visiblemente<br />
ebrio.<br />
- Espero que ninguno- Contestó el anciano y luego añadió-:<br />
Cristián Berríos | 24 | http://zonaliteratura.com
Soy un vencedor de la muerte<br />
Y un esclavo de la vida,<br />
Cuya fortuna radica en conocer lo que muchos ignoran.<br />
Podrán vislumbrar el fuego de los demonios<br />
Y oír vagamente el cantar de las sirenas,<br />
Pero si desean ser uno con mis historias<br />
Avísenle al dueño del circo<br />
Que un simio le robó el ron.<br />
Bajo un diluvio de burlas y risotadas, el ebrio se sentó en<br />
el suelo sin comprender lo que acontecía. Muy pronto la gente<br />
le olvidó por completo, porque el anciano iniciaba su narración<br />
y esta vez nadie se atrevió a interrumpirle. Así como un<br />
buen cocinero está pendiente del tiempo y la sazón, Gabriel<br />
se había empapado durante años con cada detalle de su oficio<br />
hasta el punto de sentirse culpable y ocioso cuando no tenía<br />
que hacer. Sin embargo esa mañana en la plaza principal de su<br />
pueblo el mercader descubrió que aún había cosas que conseguían<br />
cautivarle. Escuchando las historias del anciano, Gabriel<br />
se transportó a tierras lejanas donde habitaban seres extraños<br />
y poderosos. No solo aprendió de la cultura etílica de gnomos<br />
y elfos, si no además supo de los hábitos alimenticios de los<br />
ogros; y se emocionó con el dolor de aquél mago que, destrozado<br />
por la muerte de su amada, condenó a su asesino a las<br />
profundidades de una enorme caverna, y dijo estas sencillas<br />
palabras frente a la tumba de ella:<br />
Sofía, aún en tu ataúd de cristal,<br />
Seguías siendo la más hermosa.<br />
http://zonaliteratura.com | 25 | Cuentos de Sueñobscuro
Contigo se ha ido el futuro,<br />
La primavera dentro del invierno.<br />
También le cautivaron la lucha de dos indígenas contra un<br />
genio maligno, y el relato de cómo un mago llamado Rim pobló<br />
las aguas, el cielo y la tierra con lagartos gigantes. Tan<br />
embelesado estaba el mercader, cuya infancia se había desvanecido<br />
como el salario de un gran moroso, que se levantó de<br />
una banca para acercarse más al anciano, quien interrumpió su<br />
relato al verle de pie y le observó durante algunos segundos.<br />
Pensando que el anciano le reprendía por distraerle, Gabriel<br />
se apresuró en elegir una nueva ubicación, y fue a sentarse en<br />
primera fila, lugar que de preferencia ocupaban los niños. En<br />
los ojos del Viejo Narrador de Historias cruzó un rayo apenas<br />
perceptible y luego retomaba el hilo de un cuento.<br />
Entre los relatos que siguieron hubo uno en especial que<br />
atrajo a Gabriel de sobremanera y no es difícil imaginarse el<br />
motivo. En él se mencionaba la existencia de cierto elixir de la<br />
vida, compuesto con raíces de Wadetaselure, un arbusto subterráneo.<br />
A tal extremo llegaría su interés que le preguntó a<br />
viva voz:<br />
- ¿Ese elixir maravilloso me permitiría vivir por largos<br />
años?<br />
En seguida quienes escuchaban alrededor, a excepción de<br />
los niños, rieron de buena gana con la interrogante de Gabriel.<br />
Si bien disfrutaban del espectáculo, ninguno de ellos creía en<br />
brebajes mágicos y encantamientos, menos en gnomos, enanos<br />
y brujos, pero el Viejo Narrador de Historias permaneció<br />
muy serio, y le dijo lo siguiente:<br />
- Si bebieras de él las estrellas que han brillado por una<br />
Cristián Berríos | 26 | http://zonaliteratura.com
miríada de generaciones sobre Cam, como los Antiguos llaman<br />
a este mundo, se apagarían antes que la tierra cubriera tus<br />
huesos.<br />
- ¡No le cuentes patrañas viejo!- Gritó un comerciante que<br />
conocía a Gabriel - ¡Quizás esta misma tarde parta a buscar<br />
esa porquería!<br />
Se desató otra carcajada. Percatándose de que había perdido<br />
la atención de la gente, el anciano recogió unas monedas<br />
que tenía a sus pies y se fue a paso lento. Por este motivo<br />
Gabriel no tardó en darle alcance y después de inclinar su cabeza<br />
le preguntó:<br />
- Venerable anciano ¿Puede decirme dónde se encuentra<br />
el elixir de la vida?<br />
- Un humilde artesano de las palabras y simple testigo de<br />
hazañas que han engrandecido a otros no posee esa información-<br />
Contestó el Viejo Narrador de Historias-, pero conozco<br />
a alguien que domina el arte de la magia y es docto en las<br />
ciencias ocultas. No solo pienso que ese ser, que pasa por humano<br />
cuando cierra su fétida bocaza, sabe de que civilización<br />
proviene el elixir, le atribuyo la facultad de producirlo...<br />
- ¿Cuánto dinero me cobraría por él?- Preguntó Gabriel<br />
con recelo.<br />
- ¿Crees que los misteriosos Magos del Oriente se preocupan<br />
de recibir un salario?...- Exclamó el anciano iracundo-<br />
Ellos heredaron la sabiduría de los<br />
Antiguos Magos, aquellos que luchaban contra las Tinieblas<br />
en el Tiempo Inmemorial, y levitaban en Cranato (Palabra<br />
que en la Lengua Primaria o Pre Inmemorial significa Tangible)<br />
mientras los antepasados del hombre aún no aparecían<br />
en los vastos océanos... ¿Crees que las brujas, esas que des-<br />
http://zonaliteratura.com | 27 | Cuentos de Sueñobscuro
cienden de los propios humanos, aderezan el mortal contenido<br />
de sus calderas con los rostros de reyes y emperadores?...<br />
¿Le sería útil al despiadado Cherufe ser dueño de una fortuna?.<br />
Ni siquiera los ogros buscan algún pago en numerario,<br />
aunque les agrada el oro por su brillo, ellos acostumbran saquear<br />
mercados y alimentarse con quien se pone en su camino.<br />
De seguro me dirás que unas cuantas monedas nos permiten<br />
comer a muchos y en ese caso estaría de acuerdo contigo...Pero<br />
¿Porqué un hombre que yacía en la miseria logra levantarse y<br />
además hace de su vida una experiencia extraordinaria?... Muy<br />
sencillo: Más importante que el dinero son la fuerza del temple<br />
y los propósitos. No, es bastante difícil que a ese ser le<br />
interesen tus bienes materiales.<br />
- Entonces, venerable anciano, ¿Con qué podría pagarle?<br />
Mi alma no está disponible.<br />
- ¡Claro que no lo está!- Gritó el viejo- ¡Sería tan justo<br />
como cambiar sal por aserrín!... Me parece que confundes a<br />
un mago con un demonio. En todo caso aciertas al pensar que<br />
ese brebaje te va a costar caro, pues él no acostumbra intervenir<br />
en el destino de los humanos. Si posees algo valioso para el<br />
mago, ten por cierto que obtendrás el elixir de la vida. ¿Cuando<br />
deseas hablar con él?...<br />
- Cuanto antes mejor maestro - Dijo Gabriel - En mi reloj<br />
se cuentan las horas del sentenciado.<br />
- ¡Eso es hablar en plata!- Manifestó el anciano coronando<br />
sus palabras con un guiño. Entonces iré a visitarle de inmediato<br />
aprovechando que reside justo aquí en El Otoño de<br />
Argid. Ha sido un verdadero placer hablar contigo, más aún<br />
en esta época en que los gusanos no exploran las manzanas<br />
que les cobijan. Haré cuanto me sea posible para que ese viejo<br />
Cristián Berríos | 28 | http://zonaliteratura.com
oñoso e irritable del mago decida verte. En caso de que acepte,<br />
y conociendo su hábito de no darle más vueltas a un asunto,<br />
vendrá a la plaza principal del pueblo a eso de la medianoche.<br />
En seguida Gabriel le agradeció su gentileza estrechándole<br />
la mano con efusión. Pero a medida que el viejo se alejaba<br />
una sombra cubría su corazón exultante. La desesperación<br />
le hacía aferrarse hasta de la esperanza más descabellada. Muy<br />
apesadumbrado decidió que le contaría lo de su enfermedad<br />
a Alicia cuando llegaran a casa después del trabajo. Camino al<br />
mercado compró media docena de alfajores y la misma cantidad<br />
de pasteles salpicados de ajonjolí, los dulces favoritos de<br />
su esposa.<br />
http://zonaliteratura.com | 29 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 3<br />
LA ENTREVISTA CON EL MAGO<br />
Si no hubiera sabido que Gabriel moriría Alicia le habría<br />
liquidado al enterarse de que había ocultado su diagnostico<br />
por semanas. El mercader estaba resignado a su asesinato porque<br />
veía con temor como los cabellos de su esposa se tornaban<br />
más aún rojos. Al fin ella estalló en un llanto inconsolable.<br />
Cuando ya respiraba sin sobresaltos, Alicia se acercó a Gabriel<br />
para darle un abrazo y besarle.<br />
Decidido a no causarle más disgustos por ese día, Gabriel<br />
no le contó acerca sobre el encuentro que sostendría con el<br />
mago ni mucho menos le cruzó por la mente mencionarle que<br />
había oído acerca de un elixir. Cerca de la medianoche, se escabulló<br />
entre las sombras en silencio aprovechando que Alicia<br />
dormía, pues había bebido té de Cedrón. Al llegar a la plaza,<br />
el mercader encontró a un anciano vestido con una túnica negra.<br />
Aunque sus facciones diferían del Viejo Narrador de Historias<br />
había cierta paz en su mirada que le evocaba sin esfuerzo.<br />
- Gabriel- Dijo el anciano sin perder un minuto-, un viejo<br />
malviviente y parlanchín me comentó tu interés en el elixir.<br />
Cristián Berríos | 30 | http://zonaliteratura.com
- ¿Cómo supo mi nombre?<br />
- Soy Baltazar el Mago y habito en este mundo desde<br />
mucho antes que el hombre. Supongo que eso me ha dado<br />
algunas ventajas. Me alegra que seas puntual. Si el tiempo careciera<br />
de importancia muchos de nosotros viviríamos en un<br />
sueño confuso y agitado. Por esta razón todos llevamos una<br />
Cronología: Magos, gnomos, brujas, faunos... Pues bien, una<br />
virtud debe pagarse con otra; por lo tanto iré directo al grano:<br />
Puedo salvar tu vida.<br />
- Nadie puede salvar mi vida- Repuso Gabriel con pesar.<br />
- Si digo que está a mi alcance prestarte ayuda, así es- Afirmó<br />
El Gran Baltazar algo molesto-. Soy un Mago del Tiempo<br />
Inmemorial. Por otra parte, el hecho de que hayas venido aquí<br />
revela que tu corazón aún no se ha resignado. Escúchame con<br />
atención: Te entregaré el Elixir Maravilloso a cambio de un<br />
favor...<br />
- ¿Cuál?- Preguntó el mercader con los ojos muy abiertos.<br />
Entonces el Mago dijo:<br />
- Quiero que vayas a una tierra distante, y custodies allí<br />
algo sumamente valioso.<br />
Con visible recelo, Gabriel le preguntó en seguida:<br />
- ¿Qué tierra es esa?... ¿Y qué se supone que tengo que<br />
custodiar?...<br />
- Tu ciudad de destino se llama Sueñobscuro- Dijo<br />
Baltasar-. Del resto te enterarás cuando sea preciso.<br />
- ¿Por cuánto tiempo deberé cuidar esa cosa?<br />
- Por un período bastante breve- Contestó el Mago-. No<br />
creo que sea mayor a unos doscientos cincuenta años.<br />
Sintiendo que aquél anciano se burlaba de él, Gabriel exclamó:<br />
http://zonaliteratura.com | 31 | Cuentos de Sueñobscuro
- ¡Nadie podría vivir durante tantos años!.<br />
- Hay centauros que viven aproximadamente cinco siglos.<br />
- Como si existieran – Rezongó el mercader – ¡Y me refería<br />
a seres humanos!<br />
- Conozco a algunos que superaron esa marca con largueza-<br />
Repuso el Mago- Aunque para hacerlo tuvieron que comer<br />
unas amargas raíces, que crecen en los pantanos del Sur. Tu<br />
situación es diferente porque vas a morir a causa de una enfermedad;<br />
y solo el elixir lograría regenerar tu organismo, muy<br />
menoscabado por la metástasis. Además si lo bebes te convertirás<br />
en un ser inmortal ¿Aceptas el trato o no?<br />
- ¿Tendré que partir sin ninguna compañía?<br />
- Si -Contestó Baltasar-. Llevar a alguien contigo sería un<br />
riesgo innecesario.<br />
Gabriel suspiró profundamente y dijo al Mago:<br />
- Señor, preferiría morir junto a mi Alicia antes que estar<br />
una eternidad sin ella.<br />
- Entiendo- Murmuró Baltazar- También he estado enamorado.<br />
- ¿Qué ocurrió?...<br />
- Murió entre las cenizas de su hogar; y aunque esparcí la<br />
vida en un millar de planetas muertos nada pude hacer para<br />
evitarlo. Eres muy sabio al no caer rendido en los brazos de la<br />
inmortalidad, para mí no ha sido más que una terrible condena,<br />
pero no rechaces con tanta prisa lo que te ofrezco. Mi oferta<br />
incluye un incentivo extra: Si al cabo del plazo convenido aquello<br />
que pondré bajo tu protección vuelve a mis manos, y más<br />
te vale que así sea, prometo enviarte de regreso al día en que<br />
partiste de El Otoño de Argid.<br />
- ¿Es eso posible?...- Preguntó el mercader sin disimular<br />
Cristián Berríos | 32 | http://zonaliteratura.com
su asombro.<br />
- Por supuesto.<br />
Tras quedarse absorto por unos segundos Gabriel supuso:<br />
- Quizás mi esposa llegue a necesitarme.<br />
- Deberá salir adelante- Replicó el Mago-, lo que no me<br />
parece tan difícil. Según la información que puedo extraer de<br />
ti, ella es una mujer excepcional, y manejaría espléndidamente<br />
esa tienda que poseen ¿O me equivoco?<br />
El mercader negó con la cabeza.<br />
- En todo caso- Prosiguió El Gran Baltazar-, y siempre y<br />
cuando no entorpezca mis asuntos, veré que nada le falte.<br />
- ¿Tiene usted mucho dinero?...-Preguntó Gabriel.<br />
Si bien su rostro flameó de ira en un principio, el Mago<br />
contestó con una amplia sonrisa:<br />
- Hay tanto dinero en mis arcas como maleza en el campo<br />
de un ocioso.<br />
Debido a que había notado que la túnica del poderoso<br />
Baltazar estaba hecha con una tela muy común, el mercader<br />
recordó en aquél instante ese proverbio que dice: «Un hombre<br />
sabio no hace alarde de su destreza, de sus conocimientos,<br />
ni de sus bienes». En seguida supuso que el Mago le encomendaría<br />
el cuidado de un fabuloso tesoro. Entonces no dudó en<br />
preguntarle:<br />
- Señor, ¿Por qué no le da esta misión a alguien de su confianza?<br />
- Confianza es lo que menos tengo en los demás- Confesó<br />
Baltazar-. En el pasado hubo seres que sucumbieron ante la<br />
ambición, y a la larga se convirtieron en un fastidio. No creo<br />
que eso ocurra contigo.<br />
http://zonaliteratura.com | 33 | Cuentos de Sueñobscuro
- ¿Por qué?- Interrogó Gabriel- ¿Qué pasaría si me apodero<br />
de aquello que pondrá a mi resguardo? ¿O si bebo el<br />
elixir y luego no cumplo con el trato?...<br />
- Te eliminaría sin pensarlo dos veces- Dijo el Mago<br />
Baltazar con absoluta tranquilidad.<br />
- ¿Cómo? ¿No dijo que seré inmortal?<br />
Luego de encogerse de hombros, el Mago le explicó lo<br />
siguiente:<br />
- Existen dos clases de inmortales: Los que mueren con<br />
cierta facilidad, ya sea cortándoles la cabeza y quemándoles el<br />
corazón, por poner un ejemplo, y los que solo pueden ser exterminados<br />
a través de la disolución; es decir, al ser atacados<br />
por una energía superior a la que ellos poseen. Tú pertenecerías<br />
a los del primer tipo, y no habría mayor obstáculo para<br />
que te aplastara como a un mosquito.<br />
- ¿Usted también podría morir a través de la disolución?<br />
- Claro que sí. Sé bien que en mi porvenir hay una sombra.<br />
Pero Gabriel, que a esa altura comenzaba a agotar la paciencia<br />
del Mago, no prestó atención a lo éste había dicho, y<br />
mirándole nuevamente con recelo masculló:<br />
- Apuesto que si tuviera otra alternativa usted no me lo<br />
diría.<br />
Al oír esto Baltazar otra vez se encogió de hombros.<br />
- Hubo en una tierra lejana cierta especie de caracoles,<br />
cuya secreción además de curar todos los males rejuvenecía a<br />
quienes la tomaban, pero ahora es imposible que halles una<br />
gota de esa sustancia. Un grupo de desalmados forzaron a los<br />
caracoles a salir de su hogar, las profundidades de las cavernas<br />
Abenéas (Nombre derivado de Abenéo, que es un musgo<br />
Cristián Berríos | 34 | http://zonaliteratura.com
anaranjado muy característico de la región. El abenéo es considerado<br />
un abono milagroso). Las expusieron a la luz del día,<br />
letal para aquella especie. Otra opción es el jugo de las hormigas<br />
que habitan en los Volcanes Rojos, a unos trescientos kilómetros<br />
al noroeste de este pueblo.<br />
- ¿Jugo? - Exclamó el mercader-¿Hay que exprimirlas?...<br />
- No- Contestó el Mago con una generosa sonrisa-. Sería<br />
bastante complicado hacerlo, porque cuentan con una estructura<br />
muy resistente que además les permite soportar altas temperaturas.<br />
Su jugo se extrae al derretir la miel que producen<br />
...¡Ah!...¡Cuando la memoria es frágil se desluce el brillo de la<br />
inteligencia!... ¡Lo había olvidado!... Ese líquido funciona únicamente<br />
en el organismo de un fauno. En un humano podría<br />
ser un veneno mortal... O un eficaz remedio contra el estreñimiento.<br />
¡Creo que tu panorama se aclara!... Tú única alternativa<br />
es aceptar mi oferta.<br />
- No me parece prudente decidir algo así en este momento-<br />
Manifestó Gabriel- Primero me gustaría discutirlo con mi<br />
esposa.<br />
- Pensando de esa forma vivirás más tiempo del que crees-<br />
Comentó el Mago-. A contar de esta noche cuenta tres días y<br />
luego, al amanecer, ven a este lugar a comunicarme tu respuesta.<br />
Si aceptas deberás ponerte en marcha de inmediato.<br />
Dando por terminada la conversación, y antes de que el<br />
mercader pudiera abrir la boca de nuevo, Baltazar desapareció<br />
entre las sombras sin dejar rastro. Entonces Gabriel, inmerso<br />
en un intrincado laberinto de incertidumbre, emprendió<br />
el regreso a su hogar, lamentándose de no tener a mano ni<br />
siquiera un pequeño dulce salpicado de ajonjolí.<br />
http://zonaliteratura.com | 35 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 4<br />
EL INCIDENTE DEL BOSQUE<br />
Luego de esperarle despierta largo rato, Alicia escuchó lo<br />
que Gabriel debía decirle en completa calma. Mientras le oía,<br />
desenredaba sus rizos rojos y mantenía clavada su mirada celestial<br />
en el mercader, sin revelar esbozo alguno de reprobación.<br />
Una vez que Gabriel había acabado su relato, ella preguntó:<br />
- ¿Realmente crees que ese anciano loco puede curarte?...<br />
- Si- Contestó el mercader con más culpa que convicción.<br />
- Entonces vete- Dijo Alicia-, porque antes que te quedes<br />
aquí sin luchar prefiero que te marches lejos y descubras por ti<br />
mismo si ese elixir sirve para algo.<br />
Gabriel la contempló por un instante.<br />
- No quiero dejarte sola.<br />
- No lo estaría por mucho tiempo- Replicó su esposa-.<br />
Según entiendo regresarías a casa de inmediato, aunque eso<br />
suena más imposible que la idea de una cura.<br />
- ¿Y si no fuera cierto?...- Exclamó el mercader-. Entonces<br />
además de morir te perdería<br />
Cristián Berríos | 36 | http://zonaliteratura.com
- No es así, pues donde quiera que vayas ten presente que<br />
siempre te amaré. Si ese anciano es un farsante y su elixir una<br />
basura, me quedará el consuelo de no verte morir y a ti la satisfacción<br />
de haber hecho todo lo que estaba al alcance.<br />
. Parece que quieres deshacerte de mí.<br />
- Repite eso de nuevo y te arranco la cabeza – Repuso<br />
ella.<br />
Esa noche el mercader se embriagó con la piel de su esposa<br />
del mismo modo que al descubrirla por primera vez.<br />
Por la mañana, en tanto ella dormía, Gabriel rozaba con la<br />
yema de los dedos las delgadas cejas de Alicia; el oasis de su<br />
boca, principio y fin de todos los deseos. y sus hombros resplandecientes,<br />
como dos lámparas que le guiaban a los pechos.<br />
Aunque la belleza de aquella mujer no había dejado de<br />
deslumbrarle ni por un minuto, y percibía el alborozo y la angustia<br />
que, al igual que un murmullo, propagaba su paso en el<br />
mercado, Gabriel se sentía orgulloso de saber, por sobre cualquier<br />
otra cosa, que ella era capaz de vaciar el corazón más<br />
duro, y de expresarse en las palabras justas y necesarias.<br />
Al cabo del plazo estipulado por el Mago, Gabriel se despidió<br />
de ella con enorme<br />
pesar y luego de guardar ropas y otras cosas en un talego,<br />
y de prometerle a su esposa que volvería, salió de su casa con<br />
paso presuroso. Baltazar esperaba en la plaza sentado en la<br />
misma banca de la ocasión anterior.<br />
- Lo haré- Dijo el mercader al llegar junto a él.<br />
El Mago sonrió complacido.<br />
- Primero que todo debo explicarte en que consiste el favor<br />
que te pedí, y advertirte sobre los múltiples riesgos que<br />
enfrentarás- Te espera la mayor aventura de tu vida.<br />
http://zonaliteratura.com | 37 | Cuentos de Sueñobscuro
Baltazar carraspeó un poco y agregó en un tono apenas<br />
audible:<br />
- Tendrás que resguardar ni más ni menos que uno de Los<br />
Tres Libros de Alina.<br />
- ¡¿Tanto escándalo por un libro?!<br />
Un surco se abrió en la tierra a pocos pasos del mercader,<br />
pero el Mago le explicó en perfecta calma:<br />
- Ellos constituyen la mayor fuente de poder conocida en<br />
Cranato, que es este Universo donde estamos tú y yo ahora.<br />
En una época muy remota, Los Libros llegaron de La Tierra<br />
Sagrada con la siguiente leyenda:<br />
Los Tres Libros de Alina cumplirán un Destino.<br />
Un dolor olvidado da paso a la vida.<br />
Id Izparutu Xrielur Li Tulu Du Icaztimtiles ama con devoción,<br />
Sufre porque no puede visitarles,<br />
Él vive dentro de un Círculo que jamás debe romperse.<br />
Aún así está pendiente y les envía la voz de Alina:<br />
No harás daño ni mandarás a que lo hagan.<br />
Les pide que usen Los Libros para el bien de otros<br />
Y jamás para saciar enojos o caprichos.<br />
Una sola cosa está prohibida por sobre todo<br />
Uno que siempre fue uno jamás deberá ser Tres.<br />
- ¿Cómo uno va a ser tres?<br />
- Ya tendrás tiempo de darle vueltas al asunto – Rió el<br />
Mago –. Probablemente no entiendes la responsabilidad que<br />
depositaré sobre tus hombros, pero te aseguro que no son<br />
pocos los que la aceptarían sin sentirse abrumados. Como<br />
primera medida, asegúrate de mantener el Libro siempre ce-<br />
Cristián Berríos | 38 | http://zonaliteratura.com
ado. Si lo abres emitirá una gran energía y no pasará un segundo<br />
antes que te veas rodeado de seres despreciables.<br />
- ¿Quiénes son esos seres?...<br />
- Viles criaturas de las sombras... - Masculló el Mago y sus<br />
ojos apacibles se encendieron.<br />
Algunos pertenecen a la Cofradía Obscura. Ellos han pretendido<br />
adueñarse de los Libros desde que fueron enviados<br />
por el Todopoderoso Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti,<br />
también llamado Nguechén. Los demás son simples mercenarios<br />
que sin pensarlo venderían su alma a las fuerzas malignas.<br />
No confíes en nadie y mucho menos en aquellos que parecen<br />
confiables. Cuídate de las brujas, no todas son horrendas...<br />
Hay algunas tan hermosas que podrían hacerte perder la razón<br />
y mucho más. Mantente alejado de los ogros, ya que huelen<br />
a los Humanos desde lejos. No hables con absolutamente<br />
nadie y ten presente que los pensamientos de los hombres se<br />
abren con facilidad a quien quiera leerlos.<br />
En tanto Baltazar le hacía todas esas advertencias, Gabriel<br />
le miraba en forma condescendiente y pensó por un momento<br />
que había caído en manos de un viejo senil. Entonces el Mago<br />
no hizo otra cosa que sonreír y de pronto el mercader tuvo la<br />
sensación de que se hallaba ante un nuevo ser. Sus cabellos y<br />
barbas seguían siendo blancos, pero ahora destellaban bajo el<br />
sol como delgados hilos plateados, y sus hombros se levantaron<br />
soberbios enalteciendo su estampa. En sus ojos hubo por<br />
unos segundos un destello de nieve, y al levantarse los párpados,<br />
las marcas del rostro revelaron a un sabio y no a un anciano<br />
decadente. Ningún soberano sobre la tierra habría lúcido<br />
tan altivo y radiante con ropas tan sencillas, aunque le ciñeran<br />
hermosas coronas y le sentaran en un trono dorado. Así como<br />
http://zonaliteratura.com | 39 | Cuentos de Sueñobscuro
había trastocado su imagen, el Gran Baltazar volvió a su apariencia<br />
habitual; y le dijo a Gabriel, que le contemplaba absorto:<br />
- Hubo en otra época Humanos cuya nobleza nos alentó a<br />
compartir una carga que hasta entonces había sido únicamente<br />
nuestra. Con el tiempo sus estirpes se volvieron indignas y<br />
parásitas de los honores que heredaron, pero espero que tú<br />
tengas algo de los que enaltecieron a tu raza.<br />
Extendiéndole un frasquito verde oscuro al mercader<br />
agregó:<br />
- Este es el Elixir Maravilloso, bébelo de inmediato.<br />
Así lo hizo Gabriel sin dudar ya del Mago, y luego exclamó<br />
con una mueca de repugnancia:<br />
- ¡Que porquería!... ¿Habrá algo más amargo que esto?...<br />
- Por algo le llaman Elixir de la Vida y no chicha de manzana<br />
- Comentó el Mago sonriendo de nuevo- ¡Bien!... ¿Cómo<br />
te sientes ahora?...<br />
El mercader se quejó de que todo le daba vueltas. Tenía<br />
una sensación muy desagradable en el estómago.<br />
- Eso es perfectamente normal- Aseguró El Gran Baltazar.<br />
Luego el Mago le mostró a Gabriel una hoja que había<br />
extraído de su cinturón; una túnica negra con capucha; un cordón<br />
de por lo menos dos metros de largo; un sombrero negro<br />
de ala ancha, y un enorme libro de tapas rojas y letras doradas;<br />
éstos últimos objetos se encontraban junto a él, en el otro<br />
extremo del banco.<br />
- La soga es para que te amarres el Libro entre pecho y<br />
abdomen, y luego lo puedas esconder bajo la túnica. El Sombrero<br />
te proporcionará agua fresca si lo pones al revés y dices<br />
Vengan a mí las Aguas de Romin. Debo advertirte que el Som-<br />
Cristián Berríos | 40 | http://zonaliteratura.com
ero de Romin se llenará solo si hay agua bebestible en las<br />
cercanías. Es sumamente útil cuando hay que viajar en secreto<br />
y permanecer oculto. En cuanto a la hoja, espero que nunca<br />
tengas que recurrir a ella. Lleva escrita una frase que pronunciarás<br />
como último recurso en caso de que alguien quiera matarte.<br />
- ¿Usted aparecerá en el momento que la lea?...- Preguntó<br />
Gabriel.<br />
- Es muy difícil que eso ocurra- Dijo el Mago y luego con<br />
una visible preocupación musitó casi para sus adentros-: Debo<br />
encontrar a Deléba.<br />
Luego de mirar a su alrededor como si hubiera cometido<br />
un gravísimo error, y de pedirle al mercader que olvidara lo<br />
que había oído, El Gran Baltazar le explicó un tanto más tranquilo:<br />
- Con esas sencillas líneas que hay escritas en la hoja, le<br />
harás entender a tu atacante que debe pensarlo dos veces antes<br />
de acabar contigo. Pero te advierto que este escuálido recurso,<br />
el único que puedo ofrecerte, no te será de utilidad con<br />
un ogro, porque a ellos nada les detiene cuando sienten hambre.<br />
Como humano considérate su platillo favorito ¿Alguna<br />
pregunta?<br />
- ¿Cómo sabré cuando deba entregarle el Libro? ¿Y dónde<br />
podré localizarle para entregárselo?<br />
Entonces Baltazar hizo aparecer un par de botas negras y<br />
pequeñas, de puntas amplias y suelas gastadas, y un bastón muy<br />
extraño, que tenía una esfera de cristal por empuñadura.<br />
- Estas son las Botas Errantes, sin duda las mejores guías<br />
del mundo y también las que poseen mayor experiencia, han<br />
servido a innumerables exploradores y viajeros desde los al-<br />
http://zonaliteratura.com | 41 | Cuentos de Sueñobscuro
ores de la Era Cronológica. No te preocupes por la talla de<br />
ellas; sabrán ajustarse a la tuya. Sobre el Bastón te diré para<br />
empezar que pasó por las manos del valiente y sabio Acobe<br />
Valla, el Primer Soberano del Reino Sur, y le fue de suma utilidad<br />
cuando tuvimos que repeler una terrible invasión de<br />
Demonios Polimorfos. Sobre su empuñadura tiene un Cristal<br />
Lium (Estrella en Azol, Lengua de Alina) que fue traído como<br />
un obsequio a los Magos<br />
Inmemoriales desde La Tierra que Esta Más Allá de Todo<br />
lo Conocido; como jamás se le utilizó, si no hasta mucho después,<br />
recibió el nombre de El Ojo del Reino Sur. Te será muy<br />
útil para detectar la presencia de un ser maligno, pues cuando<br />
se le acerca uno de ellos el Cristal Lium se vuelve negro como<br />
un pozo sin fondo.<br />
En seguida puso una de sus manos sobre la esfera y esta<br />
se tornó ligeramente opaca. Tuvo por unos segundos el triste<br />
aspecto de una mañana de invierno.<br />
Entonces el Mago rió con fuerza y dijo:<br />
- Solo el Gran Nguechén podría salir airoso de una prueba<br />
así.<br />
Pero Gabriel hizo lo mismo y el cristal resplandeció como<br />
el tímido sol que sucede a la aurora.<br />
- Bastante lógico en alguien que jamás ha marchado a la<br />
guerra- Gruñó el Mago- ¡Ah! Antes que lo olvide!... El día en<br />
que el plazo se cumpla, la esfera del Bastón se tornará completamente<br />
roja y las Botas te conducirán hacia mí. Ahora bien,<br />
puede que pasen más de doscientos cincuenta años antes que<br />
eso ocurra, pero no creo que mis cálculos tengan un margen<br />
de error muy amplio.<br />
Después de poner el Bastón, las Botas Errantes y el Som-<br />
Cristián Berríos | 42 | http://zonaliteratura.com
ero de Romin en su talego, el mercader preguntó al Mago:<br />
- ¿Hacia dónde debo dirigirme para llegar a<br />
Sueñobscuro?...<br />
- Al Suroeste del Otoño de Argid- Contestó El Gran<br />
Baltazar. Son por lo menos tres días y dos noches de viaje. En<br />
cualquier caso, descuida, las Botas te indicarán la ruta a la Ciudad<br />
sin Estrellas, como la llaman con frecuencia, y también te<br />
llevarán al refugio que elegí para ti. Si quieres detenerte, solo<br />
tienes que pedirles que lo hagan.<br />
- ¿Qué comeré?...- Preguntó Gabriel-. Ahora que soy inmortal<br />
¿Puedo fallecer a causa del hambre?<br />
- Primero veamos...- Murmuró el Mago-, ¿Tienes dinero?...<br />
- Si- Contestó el mercader con recelo, pues a menudo oía<br />
la misma pregunta.<br />
- Entonces- Dijo el poderoso Baltazar-, compra algunas<br />
provisiones en el pueblo más cercano, y raciónalas para que te<br />
duren durante la larga jornada que vas a emprender. En<br />
Sueñobscuro tu situación será muy complicada, pues deberás<br />
alimentarte de lo que puedas conseguir día a día, aunque tengas<br />
que comer carne de rata. Como te habrás dado cuenta,<br />
una parte fundamental de tu misión consiste en que pongas a<br />
trabajar el ingenio... Con relación a tu otra pregunta, por supuesto<br />
que morirás si no comes; pero también es cierto que<br />
desde ahora resistirás mejor las aflicciones del hambre.<br />
Frunciendo el ceño, el Mago agregó:<br />
- A diferencia de aquellos que pretenden transformar el<br />
Jrem (Gran) Universo en un infierno, nosotros no podemos<br />
darnos el lujo de cometer errores. Te lo preguntaré solo una<br />
vez: ¿Crees que puedas con esta responsabilidad que cargo<br />
http://zonaliteratura.com | 43 | Cuentos de Sueñobscuro
sobre tus endebles hombros?..<br />
Sintiéndose menospreciado, Gabriel masculló:<br />
- No han de ser tan endebles si fueron escogidos para soportar<br />
el peso de un Libro tan gigantesco. Cumpliré mi parte<br />
del trato para regresar al lado de mi esposa.<br />
- ¡Eso es lo que quería oír!- Exclamó El Gran Baltazar<br />
frotándose las manos y luego agregó: Por último Gabriel...<br />
¿Debes decirme algo antes de irte?... ¡Me imaginaba que tu<br />
mente quedaría en blanco!... Es curioso, pero una vez predijeron<br />
que un mercader me iba a comunicar la fecha exacta...<br />
Mientras Gabriel le observaba sin entender lo que decía,<br />
El Gran Baltazar le dijo poco antes de desvanecerse como el<br />
humo:<br />
- Entonces, y si el todopoderoso Nguechén no dispone<br />
otra cosa, nos reuniremos al cabo de dos y media centurias.<br />
Recuerda mantener el Libro y la boca bien cerrados.<br />
Una vez que el mago había desaparecido, Gabriel amarró<br />
el Libro a su cuerpo con bastante dificultad y tras cubrirse<br />
con la túnica, se puso en marcha sin más demora.<br />
Cuando se había alejado unos dos kilómetros y medio de<br />
El Otoño de Argid, el mercader comenzó a sentirse muy débil,<br />
y el malestar que le acompañaba desde la ingestión del<br />
elixir fue agudizándose en forma notable. Unos treinta segundos<br />
más tarde se desplomó a un costado del camino que unía<br />
al Otoño de Argid con el pueblo del Oeste. Poco antes de que<br />
perdiera el conocimiento, Gabriel lamentó el hecho de que<br />
moriría en un sitio desolado y a pleno sol.<br />
Muy decepcionado, el mercader descubrió al abrir los ojos<br />
que su visita al curandero, y todo lo acontecido posteriormente,<br />
no había sido parte de un mal sueño. Aún seguía tendido a un<br />
Cristián Berríos | 44 | http://zonaliteratura.com
costado del camino, con un inmenso libro amarrado a su estómago<br />
y unas botas muy pesadas en su talego, acompañadas de<br />
un bastón y un sombrero. Hurgando en su costal, el mercader<br />
dio con este último, y se puso a examinarlo meticulosamente.<br />
Luego de ponerlo boca arriba, dijo muy sediento:<br />
Vengan a mí las Aguas de Romin<br />
Pero ni siquiera acudieron a él unas miserables gotas y<br />
volvió a guardarlo muy desanimado. Posteriormente tomó el<br />
Bastón Lium entre sus manos y también lo estudió con detención.<br />
Parecía diseñado para un hombre alto, como él, y poseía<br />
una capa de barniz obscuro. A excepción de la esfera que llevaba<br />
en su extremo superior, se podía decir que era un bastón<br />
común y corriente, aunque hecho por un magnifico artesano.<br />
En seguida reparó en las Botas Errantes y, después quitarse<br />
sus sandalias y calzárselas, les dijo ya de pie:<br />
- Quiero ir a Sueñobscuro.<br />
Pero las Botas permanecieron inmóviles, y pese a que<br />
Gabriel repitió la orden de muchas formas distintas, así se<br />
mantuvieron ante la molestia del mercader. Entonces éste exclamó:<br />
- ¿Qué tienen estas antiguallas de mágicas?...¡No vale ni el<br />
cuero que usaron para hacerlas!... ¡Mil veces mejor mis viejas<br />
sandalias!...<br />
En seguida, y olvidando por completo sus aprensiones,<br />
Gabriel al fin ordenó directamente a ellas:<br />
- ¡Llévenme a Sueñobscuro de inmediato!<br />
Antes de que el mercader pudiera arrepentirse de dar esa<br />
orden, las Botas comenzaron a correr por si solas, arrastrándole<br />
a una velocidad impresionante, como si ambas conformaran<br />
un corcel invisible que llevaba a su jinete colgando del<br />
http://zonaliteratura.com | 45 | Cuentos de Sueñobscuro
estribo. Gabriel, erguido de las rodillas hacia abajo, intentó<br />
aferrarse a la tierra inútilmente.<br />
- ¡Deténganse endemoniadas!- Exclamó desesperado apenas<br />
logró salir de su estupor.<br />
Para su alivio, las Botas obedecieron a su mandato con<br />
prontitud y, aunque en ese instante deseaba arrojarlas lejos y<br />
olvidarse por completo de aquél viaje, el mercader les habló<br />
con suavidad:<br />
- Guíenme a Sueñobscuro, pero esta vez vayan más despacio.<br />
Entonces las Botas Errantes no dudaron en hacerle caso,<br />
y Gabriel sintió que dos garras invisibles le jalaban de los tobillos<br />
llevándole a paso ligero. Si bien al principio se sintió<br />
muy incomodo con esto, muy pronto fue acostumbrándose al<br />
compás de sus guías.<br />
El mercader no se detuvo hasta llegar a Las Acacias, pueblo<br />
que seguía al suyo en dirección al Oeste. En ese lugar compró<br />
un caballo azabache, al que nombró Elixir. Gracias a su<br />
montura, el viaje se hizo bastante ligero, y muy pronto cubrió<br />
una buena parte del trayecto, al pasar por Gergot (Ciudad<br />
bautizada en honor a un acérrimo enemigo de Argid), Cielos<br />
Templados y Prosperidad. Según lo que indicaban las Botas, a<br />
las que de vez en cuando consultaba, y las indagaciones que<br />
realizó con mucha discreción, iba bien encaminado; y solo le<br />
restaba pasar por un sitio llamado El Descanso, y cruzar un<br />
breve trecho para que su jornada finalizara.<br />
Aunque pensaba que no estaría a salvo hasta ocultar el<br />
Libro en un sitio seguro, su inminente arribo a la Ciudad sin<br />
Estrellas le traía más inquietud que calma; y la explicación era<br />
muy simple: A medida que se acercaba a Sueñobscuro, el es-<br />
Cristián Berríos | 46 | http://zonaliteratura.com
panto en los rostros de quienes oían ese nombre aumentaba<br />
considerablemente. Una anciana que atendía cierta posada de<br />
Prosperidad, donde servían un delicioso pastel de choclo, le<br />
dijo aterrada:<br />
- Seguramente usted viene de lejos y no sabe lo que allá<br />
sucede, pero déjeme advertirle que esa no es una tierra para<br />
nosotros los humanos, si no para demonios y otras criaturas<br />
de las tinieblas.<br />
Por este motivo, en tanto se acercaba a El Descanso,<br />
Gabriel recordó aquello de que un sorbo amargo debe beberse<br />
de prisa y se propuso llegar a Sueñobscuro esa misma tarde.<br />
Bajo el cielo de la pequeña localidad, Gabriel se topó con<br />
una invasión de esporas, que caían al ritmo cansino con que<br />
los lugareños deambulaban por sus calles. Sin saber porqué,<br />
ya que había dosificado fuerzas, sentía de pronto una gran somnolencia.<br />
Entonces supuso que se trataba de un estado de debilidad<br />
pasajera, como el que padeciera en las afueras de su pueblo,<br />
y decidido a proseguir el viaje, azuzó a Elixir para cruzar<br />
cuanto antes aquél territorio.<br />
En las afueras de El Descanso, Gabriel se sobrepuso al<br />
letargo, y siguió cabalgando a través de un angosto camino,<br />
peligrosamente rodeado de dos vastas ciénagas, las cuales contrastaban<br />
con la belleza de la floresta que se extendía a ambos<br />
lados de ellas. El bosque, cuyo verdor contagioso desnudaba<br />
la aridez de su tierra natal, impuso un sepulcral silencio, profanado<br />
solo por el ruido de los cascos de Elixir, y por un cántico<br />
suave que se arrastraba entre las ramas de los árboles. A<br />
pesar de esa dulce melodía, la quietud reinante hizo que Gabriel<br />
creyera por un momento que ningún ser habitaba en las cercanías,<br />
pero muy pronto se daría cuenta de lo contrario. Esa tar-<br />
http://zonaliteratura.com | 47 | Cuentos de Sueñobscuro
de el mercader iba a ser testigo de un espectáculo cruento y<br />
aterrador, que sobrepasaba por mucho a cualquier otro del<br />
que tuviera memoria.<br />
Luego de que oyera unos gritos desgarradores, y girara<br />
instintivamente hacia su derecha, Gabriel vio que diez u once<br />
hombres emergían del bosque a diez u once hombres corriendo<br />
por el borde de la ciénaga. Entre estos individuos y él había<br />
unos veinte metros de pantano, por lo tanto el mercader<br />
seguía los hechos desde una posición privilegiada.<br />
Desde su ubicación, Gabriel notó la angustia que les desfiguraba<br />
el rostro y no tardó en darse cuenta de cual era la<br />
causa de ella: Unas entidades luminosas volaban en su persecución.<br />
Cuando finalmente les dieron alcance, muchos de aquellos<br />
hombres cayeron aterrados, y chillaron como cerdos en el<br />
matadero.<br />
- Diz elwirtanuz qoit mut wamairem et etexer et moiztruz<br />
hirmenuz. Ehuret<br />
pejoim xum zoz walezt (Les advertimos que no vinieran a<br />
atacar a nuestros hermanos. Ahora paguen con sus vidas) -<br />
Dijo de pronto una voz que espantó a tres aves anaranjadas.<br />
En seguida esos seres resplandecientes tomaron la forma<br />
de unas gigantescas espadas, y en cuestión de centésimas cercenaron<br />
las cabezas de aquellos diez u once. Gabriel en tanto<br />
no solo luchaba con el miedo que sentía, si no además contra<br />
su caballo, el cual inquieto por la presencia de esas extrañas<br />
entidades bregaba por darse la vuelta a El Descanso. Tras varios<br />
tirones de riendas y bruscos movimientos de pescuezo,<br />
Elixir terminó por arrojarle violentamente y en seguida salió<br />
corriendo como un rayo. Para colmo de males, cuando aún no<br />
podía levantarse del suelo a causa del costalazo, Gabriel se<br />
Cristián Berríos | 48 | http://zonaliteratura.com
percató de que uno de los seres luminosos iba acercándose a<br />
él. Ante la mirada consternada del mercader, que hacía un esfuerzo<br />
supremo para no ensuciarse en los pantalones, la entidad<br />
se puso en medio del camino y le dijo con voz de trueno:<br />
- Zedoluz hirmenut, ¿Poiliz lixarni, hagut li Gadok pranut<br />
li Gobina, porqoit ti larajiz et Zoiñubzxorut? (Saludos hermano,<br />
¿Puedes decirme, hijo de Gado y primo de Gobina,<br />
porque te diriges a Sueñobscuro?)<br />
Recordando lo que el Mago ideara para su protección,<br />
Gabriel tomó el talego y se puso a hurgar entre sus ropas, los<br />
alimentos que había comprado en el trayecto, un cuchillo que<br />
sacó de la tienda, el Sombrero y el Bastón Lium, sin que reparara<br />
en el color del Cristal de la empuñadura.<br />
Finalmente encontró la hoja que buscaba, pero al desdoblarla<br />
descubrió que la frase que tenía que pronunciar estaba<br />
escrita en una lengua desconocida para él. Temeroso de que su<br />
pronunciación no fuera la correcta, Gabriel leyó lo siguiente:<br />
- Xoimtu xum de prutixxaume lid jrem Bedteseri, k id<br />
wimjere xoeqoair leñu qoi rixabe (Cuento con la protección<br />
de Bedteseri y él vengará cualquier daño que reciba).<br />
Al escuchar esto el ser luminoso se elevó por los aires y le<br />
dijo al cabo de unos segundos:<br />
- Et boim erbud tit hez errenelut. Nemtimt im zixritut to<br />
prupuzatut, zat ezat dut liziezt (A buen árbol te has arrimado.<br />
Mantén en secreto tu propósito, si así lo deseas).<br />
Luego fue a reunirse con los otros de su especie, que en<br />
ese momento recolectaban las cabezas de sus víctimas. Aún<br />
respirando sobresaltado y con un agudo dolor en el brazo izquierdo,<br />
Gabriel les vio perderse entre los árboles con su tétrico<br />
cargamento, y se preguntó si en Sueñobscuro correría<br />
http://zonaliteratura.com | 49 | Cuentos de Sueñobscuro
una suerte similar a la de esos pobres infelices que perecieron<br />
ese día.<br />
Cristián Berríos | 50 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 5<br />
EL ESPÍRITU DEL LIBRO MÁGICO<br />
Al final del camino le esperaba la Ciudad sin Estrellas.<br />
Sueñobscuro estaba cercada por altos muros y su entrada era<br />
resguardada por dos gigantescas puertas de acero, que para<br />
fortuna del mercader se hallaban entreabiertas. Amparado por<br />
un cielo cerrado y gris y con el rostro oculto bajo la capucha<br />
de su túnica, Gabriel se deslizó hacia adentro con el Bastón en<br />
la mano y en seguida le ordenó a las Botas que le condujeran al<br />
refugio que el mago había destinado para él. Mientras caminaba<br />
por una senda de grandes círculos de piedra y otros más<br />
pequeños de mármol, el mercader oía un murmullo similar al<br />
que flotaba en el bosque, aunque sin duda éste carecía de la<br />
armonía y sutileza del otro. A veces las voces se transformaban<br />
en una simple brisa, y azotaban su rostro como si fuera un<br />
rompeolas; pero en seguida se erguían muy molestas, entonando<br />
un cántico escalofriante, que fue opacando más y más<br />
al Cristal Lium. A Gabriel le pareció que le soplaban unas preguntas<br />
indescifrables al oído en un tono de desconfianza y<br />
apatía. Al llegar a un punto donde unos árboles tristes extendían<br />
sus enmarañadas ramas hacia la calle, y bruñía sobre la<br />
http://zonaliteratura.com | 51 | Cuentos de Sueñobscuro
palidez del mármol el fulgor rojizo de un farol que tiritaba<br />
bajo las tinieblas, el mercader dio un fugaz vistazo hacia atrás<br />
distinguiendo entre las penumbras tres siluetas espigadas y<br />
enjutas de ojos deslucidos. Pero no tuvo tiempo para preocuparse<br />
por ellas, porque una horda de presencias gélidas y<br />
disonantes pasaron por su lado estremeciéndole de pies a cabeza.<br />
La empuñadura del Bastón Lium se había vuelto completamente<br />
negra y así permanecería hasta que el mercader se<br />
cansó de mirarla.<br />
Tras atravesar un terreno de hierba amarillenta sembrado<br />
de puertas redondas, Gabriel se halló entre enormes mansiones<br />
y colosales castillos que le deslumbraron con su encanto<br />
macabro. Como hacia delante la calle seguía cuesta abajo, el<br />
mercader pudo divisar a lo lejos muchas cúspides puntiagudas<br />
de cristales brillantes y obscuros que navegaban sobre una<br />
espesa niebla. Cuando comenzaba a creer que dispondría de<br />
una fortaleza para defender el Libro, las Botas le desviaron<br />
por una calle perpendicular y luego le llevaron unos cien metros<br />
al Norte. Minutos después, el mercader se encontraba frente<br />
a una escalera de piedra que conducía a un subterráneo, protegido<br />
por una reja sencilla y oxidada. Al descender por la<br />
escalera, Gabriel vio escritas sobre el arco de la entrada las<br />
siguientes palabras: Jrem Xduexea Lia Zoiñubzxorua (Gran<br />
cloaca de Sueñobscuro). Aunque no entendió nada de lo que<br />
allí decía, la bocanada de inmundicia que provenía del interior<br />
del subterráneo y el ruido del agua que caía eran una señal<br />
inequívoca de que en ese sitio iban a parar los desechos de la<br />
ciudad. Entonces el mercader sintiéndose muy absurdo miró<br />
sus Botas y les dijo:<br />
- De seguro han cometido un error o quizás me oyeron<br />
Cristián Berríos | 52 | http://zonaliteratura.com
mal. Quiero que me guíen al refugio que eligió el Mago para<br />
mí y donde tengo pasar los siguientes doscientos cincuenta<br />
años.<br />
Pero en el fondo sabía que las Botas Errantes no iban a<br />
llevarle a ninguna parte, y así ocurrió. Entonces Gabriel, a pesar<br />
de que a sus espaldas la oscuridad se alzaba como una sigilosa<br />
tempestad, dudó largo rato. En el vientre de la cloaca el hedor<br />
iba a ser mayor y para colmo el mercader tenía pánico a<br />
las ratas. Estaba seguro de que ahí las hallaría por montones.<br />
Si el destino no le hubiera dado el empujón que necesitaba<br />
probablemente Gabriel habría estado un año frente a la entrada<br />
sin decidirse. Desde la calle que se extendía en forma transversal<br />
a la que le había conducido al subterráneo, escuchó de<br />
pronto nuevas voces, esta vez vibrantes y acompañadas de<br />
pasos. De inmediato subió unos cuantos peldaños de la escalera,<br />
los precisos para que su cabeza no sobresaliera demasiado.<br />
Así, sin ser visto divisó a un grupo de seres corpulentos,<br />
que marchaban provistos de espadas, garrotes y escudos. El<br />
Cristal Lium no había cambiado su tinte oscuro. Aunque éstos<br />
seres deslumbraron a Gabriel por el lila pálido de sus pieles y<br />
las largas y desaliñadas cabelleras que lucían, azuladas y negras<br />
en su mayoría, para el mercader resultaron más llamativas<br />
sus frentes amplísimas, las que parecían comprimir boca,<br />
nariz y ojos, estos últimos ocultos en profundas cuencas. Lucían<br />
gruesos cuernos que les brotaban del tórax. Bajo la atenta<br />
mirada del mercader, estas criaturas se acercaban poco a<br />
poco enarbolando una enseña negra con un tridente rojo de<br />
puntas triangulares en el centro, y entonando una deslucida<br />
canción que decía más o menos así:<br />
http://zonaliteratura.com | 53 | Cuentos de Sueñobscuro
¡Da zamgrez ez Zabrozaz!<br />
¡Ed vimoz ez nejor!¡<br />
Da wixtoria zeraz muestraz!,<br />
K nañamaz doz temdrenoz tolo...!<br />
Cuando pasaban frente a la cloaca, uno de ellos se detuvo<br />
visiblemente confundido olfateando hacia donde estaba el<br />
mercader. Entonces Gabriel supo que eran ogros, y de inmediato<br />
recordó lo dicho por Baltazar sobre la afición de éstos<br />
por la carne humana. Sin que perdiera una centésima, el mercader<br />
descendió por la escalera, y abrió con mucho cuidado la<br />
reja que le restringía el paso, para que sus goznes se oyeran lo<br />
menos posible. Una vez que atravesó el umbral de la entrada<br />
corrió por un túnel que finalizaba en una bifurcación, dándose<br />
cuenta que las Botas se había vuelto ligeras como plumas. En<br />
seguida tomó el pasillo de la derecha, iluminado con la acogedora<br />
llama de una antorcha, y quedó expectante por unos segundos.<br />
A pesar de que el ruido de las aguas se había intensificado,<br />
Gabriel se dio cuenta de que le seguían pues llegaba a<br />
sus oídos el eco de los pasos de al menos dos individuos. Decidido<br />
a aprovechar la ventaja que les llevaba siguió corriendo<br />
por el mismo túnel, y solo se detuvo al descubrir que si<br />
daba un paso más caería de una altura considerable. A sus pies<br />
había una extensa y sinuosa escalera que conducía a una enorme<br />
galería providencialmente dotada de muchísimas antorchas,<br />
en la cual una decena de acueductos desembocaban en<br />
un turbulento canal que corría de nueve a tres.<br />
Aunque observó que algunas ratas deambulaban con suma<br />
tranquilidad por el piso, Gabriel bajó los peldaños a toda prisa,<br />
y dando un fugaz vistazo a su alrededor buscó donde es-<br />
Cristián Berríos | 54 | http://zonaliteratura.com
conderse. Fue entonces cuando, estimulado por el vértigo que<br />
le dominaba, ideó una arriesgada maniobra que en circunstancias<br />
normales jamás habría concebido.<br />
Ayudándose de un garabato que había junto a la escalera,<br />
y tras tomar bastante impulso, saltó sobre el canal rezando<br />
para que la improvisada garrocha resistiera el peso suyo y del<br />
Libro. En seguida, aún sorprendido con su proeza y con la<br />
vara en las manos, se ocultó tras uno de los pilares en que<br />
descansaba el cielo de la galería, sin que despegara la vista de<br />
la escalera. Antes de que inhalara cuatro veces, dos ogros bajaron<br />
corriendo por ella guiándose por su olfato. Al acercarse<br />
a la orilla del canal, uno de ellos se detuvo extrañado y luego<br />
exclamó molesto:<br />
- Nadlitoz hunamoz, ze ezxapoz. (Maldito humano, se<br />
escapó)<br />
- Con el olor a mierda que hay aquí nunca lo encontraremos<br />
- Comentó el otro en su lengua.<br />
- Si fuera por eso jamás cazaríamos nada porque tú siempre<br />
hueles a mierda.<br />
El último en hablar, un tanto más voluminoso que su acompañante,<br />
sacó sorpresivamente un cuchillo de su cinturón, y lo<br />
arrojó sobre una gorda rata que recién había salido del canal.<br />
Luego de cortarle la cabeza y la cola, se puso a beberle la sangre<br />
con devoción y en seguida dijo al otro:<br />
- Es mejor que volvamos con los otros antes de que noten<br />
nuestra ausencia.<br />
Treinta segundos después, los ogros subían disconformes<br />
por la escalera .Gabriel por su parte estuvo largo rato oculto<br />
por si acaso regresaban, pero nada de eso ocurrió, y tras deshacerse<br />
del garabato se propuso explorar su refugio. Con este<br />
http://zonaliteratura.com | 55 | Cuentos de Sueñobscuro
fin tomó una de las antorchas que iluminaban la galería, y se<br />
introdujo en un túnel que al cabo de cinco minutos continuaba<br />
hacia la izquierda. En el trayecto, Gabriel distinguió entre las<br />
penumbras un centenar de ratas, que encandiladas por la luz<br />
emprendían frenéticas carreras a su paso, trepándose varias<br />
veces a los zapatos del mercader. Al descubrir un pasillo en el<br />
que flameaban antorchas, Gabriel sintió un poco de alivio. Este<br />
corredor le condujo a una reducida estancia, también iluminada<br />
y bastante seca. En su interior, notó que adherido a una de<br />
las paredes había un bloque de piedra, el cual medía alrededor<br />
de dos metros de largo, uno y medio de ancho, y algo más<br />
de un metro de altura. Sobre él se hallaba una delgada colchoneta<br />
y tres mantas dobladas de manera meticulosa; al frente<br />
de este improvisado lecho había un bloque similar, aunque carente<br />
de las comodidades del otro. Como el cuarto parecía un<br />
oasis en medio de tanta inmundicia, Gabriel se imaginó que en<br />
esa estancia reposaba un nochero o tal vez un capataz de los<br />
tiempos en que construyeron la cloaca. El frío raspaba los<br />
muros, y una bruma subía de las aguas sucias e inundaba hasta<br />
el último rincón de la cloaca. Después de liberarse del talego y<br />
del enorme Libro que traía firmemente atado a su estómago,<br />
el mercader se acurrucó sobre la colchoneta, a pesar del insoportable<br />
vaho de orín de rata que emanaba de ésta y de las<br />
cobijas. Aunque necesitaba con urgencia un descanso reparador,<br />
debido a que el último tramo de su viaje y las emociones<br />
de ese día le habían extenuado, no conciliaba el sueño porque<br />
temía al intempestivo ataque de un roedor hambriento. Añoró<br />
la tibieza del cuerpo de Alicia y la comodidad del colchón de<br />
su lecho matrimonial. Luego de que llenara sus pulmones con<br />
el gélido y nauseabundo aire de la cloaca, Gabriel se preguntó<br />
Cristián Berríos | 56 | http://zonaliteratura.com
si no habría sido mejor quedarse junto a su esposa y abandonarse<br />
en una dignidad que en ese momento atribuía a la muerte.<br />
Sin embargo la realidad era muy distinta ya que inducido<br />
por el instinto de sobrevivencia se hallaba inmerso en el amargo<br />
infierno de las causas ajenas. Tras sentarse en el lecho, el<br />
mercader tomó el Libro y leyó la inscripción que éste tenía<br />
escrita en letras de oro, la cual decía: Tirxir Dabru, De<br />
Furmexaum Lid Omawirzu (Tercer Libro, la formación del<br />
Universo). Hasta entonces, Gabriel pensaba que los libros<br />
pertenecían a personas más instruidas y desocupadas que él,<br />
pero ese enigmático texto entre sus manos expelía una fuerza<br />
irrefrenable que le impulsó a develar sus secretos. Era como si<br />
un murmullo seductor se agitara dentro de su cabeza y dominara<br />
sus brazos. Cuando se disponía a abrirlo, vino a su mente<br />
la advertencia que le hizo el mago al respecto y de inmediato<br />
se detuvo, pero luego de dar una mirada al Cristal Lium, de<br />
nuevo transparente, y de convencerse de que estaba en un sitio<br />
seguro, hundió los pulgares en el Texto, excarcelando con<br />
ello un denso vapor, que cobró forma en la figura de un gigante<br />
muy delgado, dueño de una cabeza similar a una pera<br />
puesta al revés, y de una luenga coleta plateada que nacía casi<br />
en la frente y colgaba hacia atrás. Tras despegar sus enormes<br />
ojos amarillos, que se extendían a lo largo de su rostro y albergaban<br />
entre ellos dos orificios nasales y una boca muy diminuta,<br />
este ser lanzó un bostezo formidable, dejando al descubierto<br />
una circular hilera de dientes. En tanto el gigante, de<br />
brazos no menores de dos metros y piel plomiza, trataba de<br />
desperezarse, Gabriel le veía sin que parpadeara siquiera, porque<br />
no podía creer que un ser así, y en realidad cualquier otro,<br />
http://zonaliteratura.com | 57 | Cuentos de Sueñobscuro
esidiera dentro del Libro, y menos aún que un lazo de humo<br />
le encadenara a él.<br />
- Zuk id Izparatud lid Tirxir Dabrud (Soy el espíritu del<br />
tercer libro. Dime que deseas buscar en su interior y podré<br />
servirte.) - Dijo el extraño con una voz que espantó a las ratas<br />
que merodeaban cerca del cuarto, las que habrían volado si<br />
hubieran podido, y luego añadió:-. Lanid qoid lisies bozxer<br />
im zod amtiraur, k pulrid zirwartid.<br />
Como Gabriel había quedado perplejo, el Espíritu insistió:<br />
- Pur fewur, lanid qoid liziez bozqxer im iztez pejamez...<br />
(Por favor, dime que deseas buscar en estas páginas.)<br />
- Perdóneme- Dijo el mercader-, pero no conozco esa lengua.<br />
- Deberías conocerla- Replicó el Habitante del Texto-.<br />
Está escrito que dos seres de distinta especie hablarán en la<br />
Lengua del Tiempo Inmemorial. En fin, supongo que podemos<br />
prescindir de esa norma... Dime que buscas en el Tercer<br />
Libro.<br />
El mercader miró el Libro que aún tenía en las manos,<br />
debido al impacto que le produjo la aparición del Espíritu, y<br />
luego contestó:<br />
- Nada... Solo lo abrí por curiosidad...<br />
- ¡¿Cómo?!- Exclamó el gigante como un volcán, en tanto<br />
aumentaba el volumen de su cuerpo- ¡Gusano miserable!...¿Me<br />
traes a este basural infectado de ratas para nada?... Si todavía<br />
fuera el despiadado genio de hace veinte mil años créeme que<br />
libraría al mundo de tu estúpida presencia...<br />
- ¿Qué le impide hacerlo ahora?...<br />
- Mi honor- Replicó el Espíritu con el pecho henchido-<br />
Cristián Berríos | 58 | http://zonaliteratura.com
¿Acaso no sabes que juré cumplir con mis deberes ante el<br />
mismísimo Nguechén?... Muy mal te serviría aplastándote<br />
como a una sucia sabandija...<br />
- Espera un momento...- Dijo el mercader- ¿Usted está<br />
bajo mis ordenes?...<br />
- Así es- Contestó el otro con desgano en tanto recobraba<br />
su delgadez inicial-,<br />
y seguiré estándolo hasta que cierres El Tesoro del Reino<br />
Sur...<br />
- En ese caso- Dijo Gabriel frotándose las manos-, le agradecería<br />
mucho que me proporcionara un atuendo adecuado<br />
para el frío, y también unas cuantas provisiones, ya que las que<br />
tengo me alcanzarán para un día o dos a lo sumo.<br />
- Lo siento- Se excusó el Espíritu-, pero tu petición excede<br />
las facultades que poseo actualmente. A menos, por ejemplo,<br />
que quieras crear un mundo o abrirte paso a otra dimensión,<br />
y necesites que te indique las páginas adecuadas, debido<br />
a que el libro siempre se abre primero en ésta, no te seré de<br />
ninguna utilidad.<br />
Ante esto el mercader se encogió abatido, pero segundos<br />
después recobró su animo y dijo al gigante:<br />
- Aún puede hacerme un pequeño favor; pero primero<br />
que todo, le ruego que responda: ¿La energía que emana del<br />
Libro traspasa estos gruesos muros?...<br />
- Por supuesto- Aseguró la delgada criatura-; aunque, según<br />
lo que percibo, por ahora nadie se ha acercado a tu pocilga.<br />
- ¿Le molestaría avisarme si alguien intenta llegar hasta<br />
aquí?- Preguntó Gabriel-. Se supone que mi Bastón cumple<br />
esa función... pero alguien puedepillarme desprevenido.<br />
http://zonaliteratura.com | 59 | Cuentos de Sueñobscuro
- Claro que no- Contestó el Espíritu fijándose en el Cristal<br />
Lium del Bastón que estaba sobre la colchoneta-. Me parece<br />
bien que estés alerta. Cualquiera podría borrarte del mapa.<br />
- Entonces- Dijo el mercader-, le diré lo que quiero que<br />
haga: Cuénteme una historia.<br />
- ¿Una historia?...- Exclamó el gigante- . Tu estomago<br />
parece un campo de grillos... ¿Pretendes acallarlo con una historia?..,<br />
Para eso te recomiendo el salame que escondes en tu<br />
talego.<br />
- Con gusto lo compartiré con usted, si accede a lo que te<br />
pido... – Masculló Gabriel maravillado con el olfato del Habitante<br />
del Texto.<br />
Mirándole con extrañeza El Espíritu del Tercer Libro<br />
comentó:<br />
- Debes estar muy interesado en oír un buen relato.<br />
- Hasta hace unas semanas estaba demasiado ocupado<br />
para disfrutar de muchas cosas simples- Confesó el mercader-<br />
. Pero una mañana asistí por casualidad a la presentación que<br />
un anciano realizó en mi pueblo, El Otoño de Argid, y oír sus<br />
narraciones hicieron que en mi pecho latiera el corazón de un<br />
niño... Ojalá usted pueda animarme como lo hizo aquél maestro,<br />
ya que esta fría cloaca es tan triste como un nicho... ¿Conoce<br />
alguna historia realmente buena?...<br />
- ¡Ja!- Exclamó el gigantesco ser mirándole con desprecio-,<br />
nada me costaría recitarte de memoria las extraordinarias<br />
epopeyas que se escuchan a toda hora en torno al palacio<br />
en que habita Id Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti... Pero<br />
creo saber cual es el relato que te conviene escuchar... Sé muy<br />
bien que fue el propio Mago Bedteseri, a quien conoces como<br />
Baltazar, quien te pidió que cuidaras del Libro...<br />
Cristián Berríos | 60 | http://zonaliteratura.com
Al notar que el semblante del mercader había<br />
empalidecido bruscamente el Espíritu acotó:<br />
- No pongas esa cara de espanto... Aunque te esfuerzas<br />
para ocultarme tus pensamientos el Bastón Lium te traiciona.<br />
Recién entonces Gabriel se fijó en que la esfera tenía un<br />
tono gris.<br />
- Todavía tengo ganas de asesinarte pero me agradas-<br />
Agregó el Habitante del Texto-. Quizás El Gran Bedteseri hizo<br />
bien en elegirte. Una hormiga camina sobre el borde de un<br />
abismo con mayor agilidad que las bestias más poderosas del<br />
mundo. Sin embargo estoy casi seguro que ni siquiera sospechas<br />
en que lío te has metido; por esta razón te contaré una<br />
historia donde intervengo brevemente, y que en gran parte<br />
me confió Amcrom, el siervo de Nguechén que todo lo ve.<br />
Escucha con atención:<br />
«Hace muchísimo tiempo, Efisto y Yirazú vivían en el Palacio<br />
Sagrado de Alina, y eran considerados los sirvientes más diestros del<br />
Todopoderoso. Sin embargo, dentro de ellos se incubaba una enorme envidia<br />
hacia su señor y miraban con desprecio a quienes le rendían pleitesía.<br />
«Una mañana, y esto es un decir pues los días en la Sagrada Alina<br />
acaban al mediodía, y siempre brillan sus Veintiún Soles Blancos, el<br />
Todopoderoso Nguechén les pidió que se acercaran a él, y les contó muy<br />
animado que había escrito Tres Libros, con los cuales pensaba propagar<br />
el polen de la vida en distintos rincones del Jrem Universo. En seguida<br />
les pidió que por favor estuvieran preparados para un viaje, pues les<br />
encomendaría la misión de pasarles Los Libros a los encargados para<br />
tal misión.<br />
«Olfateando las asombrosas facultades que otorgaban estos Libros,<br />
Efisto vio en ellos la posibilidad de obtener el sitial que creía merecer.<br />
http://zonaliteratura.com | 61 | Cuentos de Sueñobscuro
Yirazú, más resuelto y agresivo que él, no tardó en apoyarlo, y juntos<br />
instigaron a secundarlos a otros que estaban hartos de servir a Nguechén,<br />
pero no tenían el valor de decírselo.<br />
«El día elegido por Id IZparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti<br />
para el viaje de Efisto y Yirazú, el Todopoderoso puso en sus manos los<br />
valiosísimos Textos. Dicen los presentes que mientras los conspiradores<br />
no disimulaban su perversa algarabía, un triste resplandor afligía el<br />
rostro del Infinito y que una sombra, por primera vez desde el inicio de la<br />
Creación, fue opacando los Cristales Lium del Palacio a medida que los<br />
sirvientes favoritos de Nguechén pasaban por su lado.<br />
«Con una energía desbordante entre sus garras, Efisto y Yirazú, en<br />
lugar de ponerse en camino como le había pedido el Creador, fueron a<br />
reunirse con los que estaban a disgusto en el Palacio, pues necesitarían<br />
toda la ayuda posible cuando Nguechén se enterara de sus planes. Sin<br />
embargo, los Habitantes de Alina apenas sospechaban del poder del<br />
Nguechén, porque nunca le habían visto en su Real Dimensión.<br />
«Y ocurrió que Id Izparatu Xrielur Li Tulu du Icaztimti les sorprendió<br />
murmurando contra él; pero en vez de reprenderles, se acercó a<br />
ellos y les dijo con una voz muy dulce y triste:<br />
«- ¿Por qué no se han puesto en camino?...<br />
«Entonces Efisto, soberbio como un príncipe y ataviado con las<br />
mejores telas del<br />
Palacio, le dijo con un tono agresivo:<br />
«- Ni esa ni ninguna otra orden recibiremos de ti. Ha llegado el<br />
momento en que todos seamos libres.<br />
«- Siempre lo han sido- Replicó Nguechén con una sonrisa-, pero<br />
creo que de alguna forma les resulta más cómodo quedarse aquí. Si hay<br />
algunos que desean irse, tomen cuanto deseen de mi Palacio, y vayan a<br />
los rincones más tenebrosos del Universo para que los llenen de Luz.»-<br />
«- Ya tomamos lo que nos hace falta- Dijo Efisto aún más envalen-<br />
Cristián Berríos | 62 | http://zonaliteratura.com
tonado-. Con los Tres Libros crearemos nuestro propio Universo y gobernaremos<br />
en él como legítimos dueños. Me gustaría que nos visitaras, pero<br />
si no me equivoco estas preso en esta Pajarera de Oro. Si realmente puedes<br />
hacerlo, recuerda inclinarte ante nosotros. Ahora nos retiramos, con<br />
tú permiso.<br />
«La desfachatez de Efisto despertó la cólera del Todopoderoso, y se<br />
produjo tal estruendo que todos los presentes cayeron al piso en tanto el<br />
Palacio se sacudía como una hoja. En seguida, y sin que nadie se enterara<br />
de cómo lo había hecho, Nguechén arrebató Los Libros a Efisto y<br />
Yirazú y, luego de abrir brechas a dos universos distintos, envió al primero<br />
y a sus secuaces por un lado, y al segundo por el otro. Pero allí no<br />
terminaría el incidente, pues Id Izparatu Xrielur Li Tulu Du Icaztimti<br />
se percató que su enojo había sido tan grande, que si no expulsaba la<br />
energía negativa que había acumulado ésta acabaría convirtiéndose en<br />
odio.<br />
«Por este motivo la extrajo soplando con fuerza y dio vida de este<br />
modo a una poderosa criatura que sería conocida como Arkán (En Azol<br />
significa Nacido de la Furia Divina). Como esta criatura poseía un<br />
instinto maligno, huyó despavorido del lado de Nguechén, y fue a reunirse<br />
con Efisto, que más tarde se convertiría en su maestro.<br />
«Aún en medio de su pesar, el Todopoderoso no dudó en darle una<br />
oportunidad a los desterrados, pero solo uno de ellos pudo reivindicarse<br />
ante sus ojos, aquél que fue conocido más tarde como Id Imperilur Li<br />
Duz Erbudiziz (El Emperador de los árboles). En cuanto a los demás,<br />
su maldad les convirtió en demonios, y enfriaron el Buen fuego con<br />
sus halos siniestros. Mientras Efisto, Arkán y sus secuaces pretendían<br />
apoderarse del Universo Cranato, Yirazú no cesaba de disolver y matar<br />
en el Universo Amin, donde cumplía su condena.<br />
«Los encargados de custodiar Los Libros en Cranato eran Los<br />
Magos del Tiempo Inmemorial, quienes estaban agrupados en una Asam-<br />
http://zonaliteratura.com | 63 | Cuentos de Sueñobscuro
lea dirigida por Bedteseri. El Gran Bedteseri, como le llamaban, nunca<br />
puso en duda la importancia de que todos los seres bienintencionados<br />
participaran de la custodia de los Libros, pero estimó indispensable nombrar<br />
tres Guardianes específicos para ellos, y que fueran construidas tres<br />
bóvedas para resguardarlos, sobre las cuales se levantarían más tarde<br />
Tres Reinos. Al termino de una acalorada discusión, y pese a la negativa<br />
inicial del jefe de la Asamblea, los elegidos para vigilar Los Libros<br />
fueron Dobro, Nicán y Bedteseri.<br />
«Una mañana, y esto es un decir pues en un comienzo las sombras<br />
se paseaban a su antojo en este mundo, Bedteseri salía de una extensa<br />
reunión, donde el mago Rim había propuesto a la Asamblea que poblaran<br />
el mundo con lagartos gigantes, y de inmediato se dirigió hacia la<br />
bóveda del Tercer Libro, el cual debía proteger. Sin que pudiera salir de<br />
su asombro, descubrió que el guardia que había elegido para reemplazarle,<br />
el Mago Inmemorial Nekrum, hojeaba el Texto Sagrado. De inmediato<br />
le reprendió severamente, recordándole que la ley prohibía leer Los<br />
Libros en secreto, pero Nekrum en vez de excusarse le invitó a compartir<br />
los conocimientos adquiridos gracias al Texto, si a cambio no le denunciaba<br />
a la Asamblea. Luego de que rehusara este ofrecimiento,<br />
Bedteseri le dijo que no volviera a acercarse a Los Libros o de lo contrario<br />
lo lamentaría. Como sabía que la energía del Guardián superaba<br />
ampliamente la suya, Nekrum se alejó de la bóveda muy humillado.<br />
«Desde entonces, y emulando a Efisto y a Yirazú, Nekrum comenzó<br />
a sembrar la cizaña entre las huestes luminosas, desprestigiando a<br />
Bedteseri y a los otros Guardianes. Como muy pronto tuvo la respuesta<br />
esperada, llegó a reunir un grupo de disconformes que prometieron apoyarlo.<br />
Sin embargo, cuando al fin decidió amotinarse, sus esbirros se<br />
rindieron casi sin presentar batalla, al verse superados en número y energías.<br />
Nuevamente humillado, Nekrum enmudeció a sus perseguidores<br />
abriéndose paso a otro universo, aunque no sin antes jurar que tomaría<br />
Cristián Berríos | 64 | http://zonaliteratura.com
venganza de Bedteseri, y permitir por accidente que Yirazú viniera a<br />
Cranato.<br />
«Alarmado con el provecho que Nekrum había sacado de su lectura,<br />
Bedteseri me preguntó a mí, el Espíritu del Tercer Libro, cuales<br />
habían sido las páginas consultadas por el traidor. Una vez que obtuvo<br />
la respuesta, el Guardián del Tercer Libro dedujo lo que Nekrum se<br />
proponía: Había ido al planeta Corumbus del Universo Amin, y particularmente<br />
a una tierra llamada Aminabis, en busca de uno de los fragmentos<br />
del Sello del Equilibrio Universal. Este Sello había sido creado<br />
por el Infinito para apartar a Cranato de Amin, un recodo del Jrem<br />
Universo donde las Tinieblas habían levantado una verdadera fortaleza.<br />
«Aunque tenía serias dudas sobre la factibilidad del plan, Bedteseri<br />
supuso que Nekrum, conocedor de las palabras que unirían el Sello,<br />
deseaba además establecer una alianza con los espíritus malignos de<br />
Amin; un trato que le permitiera apoderarse de Los Tres Libros de<br />
Alina. Sin duda el traidor jugaría apuesta muy arriesgada, pero jugosa<br />
en dividendos. Como sabía de sobra que él no podía ir a desbaratar sus<br />
planes, Bedteseri le pidió al Mago más poderoso de Cranato que fuera en<br />
su reemplazo, el Legendario Dragón Inmemorial, pero éste se negó y<br />
adujo que no era su asunto. Entonces encomendó la misión a los magos<br />
Yama y Lynavid, los cuales jamás regresaron.<br />
«Tras el incidente de Nekrum, Bedteseri y los Guardianes de Los<br />
Tres Libros tuvieron que enfrentar un desafío muchísimo mayor, pues<br />
Efisto, Arkán y Yirazú habían formado el poderoso Tridente, y también<br />
un Ejército a la Altura de sus generales. Pero allí comienza una<br />
historia larga e intrincada, y debe ser relatada por un experto...»<br />
Recién había dado termino a su narración, cuando el Espíritu<br />
del Tercer Libro preguntó a Gabriel:<br />
- ¿Y bien? ¿Qué te pareció?<br />
http://zonaliteratura.com | 65 | Cuentos de Sueñobscuro
- No fue un relato muy estimulante- Dijo el mercader algo<br />
pensativo-. Pero de todas manera le agradezco su intención.<br />
- Un buen vino no necesita ser dulce para que te embriague<br />
- Dijo el Habitante del Texto algo molesto-. Pero estoy<br />
seguro que estas palabras te parecerán más alentadoras: Para<br />
tu tranquilidad el Tridente se halla cautivo en el Mar de<br />
Sueñobscuro, y de Nekrum jamás se tuvo noticia. Sin embargo,<br />
me imagino que ya comprendes la importancia del Tercer<br />
Libro y de los otros, y el peligro en que te encuentras. Yo mismo<br />
formé parte del Ejército de la Obscuridad hace miles de<br />
años, y te aseguro que recién en las Praderas Rojas de Alina,<br />
bajo el canto de las Inspiradas Voces y con el Bosque de Todos<br />
los Árboles a la vista pude curarme del horror que rodea<br />
a la Cofradía... ¡Suerte en tu misión!.<br />
Bostezando nuevamente el Espíritu dijo:<br />
- Como ya he cumplido de sobra con el favor que me<br />
pediste, te ruego que cierres el Libro y dejes que descanse por<br />
algunos siglos.<br />
Luego de que cumpliera con esta solicitud, Gabriel se<br />
preparó para dormir pero solo conciliaría el sueño al cabo de<br />
muchas horas.<br />
Cristián Berríos | 66 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 6<br />
LA CONVERSACIÓN CON<br />
EL GNOMO<br />
Gabriel sacudía las sabanas frenéticamente como consecuencia<br />
de una pesadilla. En ella tres sombras de enormes<br />
colmillos le ataban a un árbol seco en lo alto de un monte<br />
eriazo, y luego de someterle a horribles torturas, le dejaban<br />
morir a merced de una vasta legión de ratas. Aún con la imagen<br />
de unos ojillos negruzcos y crueles dentro de su cabeza,<br />
se sentó en el borde del bloque secándose el sudor de la frente,<br />
y luego de que sacara el Sombrero de su talego, dijo muy<br />
esperanzado:<br />
Vengan a mí las Aguas de Romin<br />
Para su tranquilidad, un vapor azul cubrió por algunos<br />
segundos la boca del Sombrero, y luego se transformaría en<br />
un líquido dulce y gélido. Sorbo tras sorbo, Gabriel fue<br />
llenándose de un súbito optimismo. Al notar que la antorcha<br />
del cuarto no se había consumido ni un micrón, no pudo menos<br />
que extrañarse, pues creía que había dormido un buen rato.<br />
Como su estomago le reclamaba algo de alimento, hurgó en<br />
http://zonaliteratura.com | 67 | Cuentos de Sueñobscuro
su talego hasta dar con el salame. Mientras comía ávidamente,<br />
el mercader percibió la presencia dos o tres ratas a unos centímetros<br />
del umbral de la estancia, y tuvo una escalofriante<br />
reminiscencia de su sueño. Gabriel las espantó dando gritos y<br />
fuertes pisoteadas en el suelo. Pero los roedores volvieron a<br />
congregarse al cabo de unos minutos. Inquieto con la idea de<br />
que sus vecinos planearan algo en su contra, les amedrentó de<br />
la misma forma en que lo hiciera antes; aunque sin que pudiera<br />
lograr el mismo efecto, pues las ratas tardaron menos en regresar,<br />
y al parecer su contingente no era inferior a cinco.<br />
Temiendo que la osadía de los roedores se transformara<br />
en agresividad, el mercader cortó su salame en dos, y arrojó<br />
uno de los trozos hacia fuera. Casi en el acto seis ratas cruzaron<br />
frente a sus ojos en busca del preciado botín, una de ellas<br />
de proporciones elefantinas. Tanta fue la sorpresa de Gabriel<br />
al ver este espécimen, que de un brinco retrocedió el equivalente<br />
a un par de zancadas, y subió a su improvisada cama en<br />
lo que dura un parpadeo. Con su cuchillo en la mano diestra, y<br />
el Bastón Lium en la otra, el mercader se dijo que debía buscarse<br />
otro refugio o de lo contrario jamás dormiría de nuevo.<br />
Llevando consigo sus pertenencias, y todo aquello que tenía<br />
a su cargo, Gabriel abandonó la estancia, y fue en busca de la<br />
galería del torrentoso canal, donde le resultó muy sencillo<br />
orientarse al exterior. Al descubrir que los pasillos iluminados<br />
trazaban una ruta entre la escalera de la galería con su cuarto,<br />
se dio cuenta de lo imprudente había sido al instalarse ahí sin<br />
antes explorar las inmediaciones.<br />
Cubierto con la capucha de su túnica, y con el cuchillo y el<br />
Libro escondidos bajo ésta, el mercader cerró tras de sí la<br />
mohosa reja de la cloaca, y tal como lo había hecho al oír la<br />
Cristián Berríos | 68 | http://zonaliteratura.com
marcha y el canto de los ogros, subió unos cuantos peldaños<br />
de la escalera exterior, para que así pudiera observar su alrededor<br />
sin ser descubierto. Al ver que nada parecía sospechoso,<br />
siguió adelante a paso veloz.<br />
Aunque daba por hecho que las sombras cubrían sus movimientos,<br />
Gabriel caminaba un tanto encorvado, evitando de<br />
este modo que la forma del Libro se moldeara en su túnica. A<br />
pesar que las calles parecían desiertas, cada quince o veinte<br />
segundos buscaba a su lado una silueta maligna, pues el Cristal<br />
del Bastón se empecinaba en mostrarse sombrío como el<br />
cielo de la Ciudad. Pese a sentirse observado y perseguido, el<br />
mercader no pudo evitar quedarse sin aliento ante la<br />
arrebatadora belleza de Sueñobscuro.<br />
La Ciudad, dueña del embrujo solemne y perturbador de<br />
un cementerio, carecía del cariz entrañable de su pueblo natal,<br />
simple y hermoso como un desierto florido; pero sus pinceladas<br />
de virtuosismo por momentos traspasaban los trazos lúgubres<br />
de sus residencias, y la perfidia que se hacía sentir en<br />
una bruma densa y ponzoñosa. Ante sus ojos extasiados se<br />
levantaban colosales estatuas de piedra, mármol, bronce y oro,<br />
que emergían en el obscuro telón de la noche como espectros<br />
de un carnaval. Cuando se acercaba a un enorme dragón esculpido<br />
en la variedad azul del Umtanio, una sombra de muerte<br />
pasó rauda sobre su cabeza. Casi en seguida Gabriel percibió<br />
el clamor de una multitud enfervorizada.<br />
Si bien todavía refulgían en su memoria los sucesos del<br />
bosque, el mercader tuvo la certeza de que en esta oportunidad<br />
se trataba de un asunto distinto. Más tarde, al oír el estruendo<br />
por segunda y tercera vez, se convenció plenamente<br />
por dos motivos muy simples. Las voces que llegaban a sus<br />
http://zonaliteratura.com | 69 | Cuentos de Sueñobscuro
oídos diferían de los registros humanos uniéndose en una siniestra<br />
aclamación: «¡Imallén, ¡Imallén!...» A pesar de que en<br />
un principio no le faltaron ganas de ponerse a salvo, Gabriel<br />
decidió indagar, pues se dijo que darle la espalda al peligro<br />
quizás a la larga resultaría peor que enfrentarlo y en seguida<br />
enfiló rumbo hacía el este de la Ciudad, punto del cual provenían<br />
los vítores incesantes y poderosos.<br />
El mercader caminó cerca de un kilómetro antes de que<br />
averiguara el origen de esas voces. Escondido tras un robusto<br />
árbol, tuvo la respuesta ante sus ojos, y descubrió que ésta<br />
sobrepasaba por mucho lo que la razón le permitía de buenas<br />
a primeras. En una remota tarde de sus días de adolescencia,<br />
Gabriel cargó telas hasta el teatro local, donde la encargada<br />
creaba y confeccionaba trajes que vestían los actores de la compañía.<br />
Cuando la mujer le mostró unos cuantos diseños de<br />
temporadas pasadas, a Gabriel le pareció asombroso que un<br />
hombre, gracias a su talento y a una caracterización prolija,<br />
pudiera interpretar personajes tan diversos como un aldeano<br />
o un emperador, y si la obra lo exigía, a seres de cuentos y<br />
leyendas como un mago o un sátiro, entre muchos otros. Pero<br />
la visión del contingente de espantosas criaturas que había en<br />
la espaciosa plaza a la que le llevaron sus pasos de sabueso, le<br />
azotó el rostro con el duro látigo de la realidad.<br />
¿Qué humano podría elevarse en los cielos como uno de<br />
los temibles seres que levitaban sobre los demás?, ¿Cómo un<br />
hombre, sin utilizar zancos, igualaría la estatura de esos gigantes,<br />
orgullosas moles de piedra, que lucían tres cuernos en sus<br />
espaldas y largas trenzas plateadas?...¿Quién sería capaz de<br />
reproducir la horrible y chillona risa de esas mujeres altas y<br />
delgadas cuyos dedos alargados rascaban el suelo?...Y, si aún<br />
Cristián Berríos | 70 | http://zonaliteratura.com
lo anterior fuera posible, al mercader no le cabía duda que<br />
ningún enano era tan pequeño como unos engendros diminutos<br />
que desaparecían de su vista cuando posaba los ojos directamente<br />
sobre ellos. Por primera vez desde que estaba con<br />
él, el Cristal Lium se había transformado en una perla negra.<br />
Bajo una neblina de la que sobresalían las cabezas de unos nefastos<br />
espectros, alzaban hacia el cielo negro la misma enseña<br />
del Tridente Rojo que portaban los ogros; y varias más con<br />
unos rostros malignos que Gabriel no pudo evitar observar, y<br />
que de vez en cuando aparecerían en sus sueños años más tarde.<br />
Aunque jamás lo supo, esos eran Egregios de la Cofradía,<br />
espantos ya vencidos de la Era Inmemorial que en las noches<br />
tenebrosas tomaban la potestad del viento. En medio de la<br />
horrible muchedumbre, que incluía una larga lista de criaturas<br />
que el mercader no supo reconocer, se hallaba un gigante verdoso<br />
que tenía un grueso cuerno en la frente, y dos más delgados<br />
en los pómulos. El resplandor infernal de su semblante<br />
difería de un enorme monumento que había a su espalda, éste<br />
representaba a una niña que sostenía un bastón de empuñadura<br />
circular. Mientras el mercader lo comparaba con el Bastón<br />
Lium, las aclamaciones, silenciadas por un momento, comenzaron<br />
otra vez; pero esta vez fueron más breves, porque el<br />
gigante de los tres cuernos en el rostro, al que llamaban Imallén,<br />
ordenó a la concurrencia que se callara levantando una mano.<br />
Gabriel no le despegaba la vista desentendiéndose del peligro<br />
que corría.<br />
- Hermanos del Gran Fuego- Dijo Imallén en la Lengua<br />
del Tiempo Inmemorial aprovechándose del silencio-. Conocemos<br />
la profecía que nos tiene atados de manos.<br />
http://zonaliteratura.com | 71 | Cuentos de Sueñobscuro
Aunque se trate de un Humano<br />
Habrá tanto odio en su interior<br />
Como en el corazón de una bruja o demonio.<br />
Se convertirá en el Mago Obscuro<br />
Y aunará al Mundo de las Tinieblas.<br />
Entonces el comienzo del fin habrá llegado.<br />
- Pero si quieren saber mi opinión- Prosiguió-, me parece<br />
que es solo una historia absurda. Ningún humano es digno de<br />
integrarse a la Cofradía ni mucho menos de comandar nuestro<br />
ejército en la Gran Batalla...¿Cómo un gusano podría aspirar<br />
a ser el Líder de verdaderos guerreros?...También está<br />
aquella que habla sobre los poderosísimos Yirazú, Efisto y<br />
Arkán... Hasta el último de ustedes sabe que hemos intentado<br />
liberarlos por largo tiempo, y que todo esfuerzo ha sido en<br />
vano, porque no existe conjuro que logre romper sus cadenas.<br />
¿Debemos seguir esperando?...¡Claro que no!... ¡Ha llegado el<br />
momento de pelear, y de apoderarnos de una vez por todas<br />
de Los Tres Libros de esa tierra maldita!... No contamos con<br />
nuestros Maestros, ni con el despiadado Esclavo del abismo,<br />
pero ¿No basta con nosotros para acabar con ese triste remedo<br />
de Ejército, que comanda un fósil y está conformado por<br />
un grupo de ineptos?... El decrépito Bedteseri nos teme, y hace<br />
bien, pues lo destruiremos sin clemencia alguna... Por mi parte<br />
no dejaré de disolver y matar mientras haya uno de ellos de<br />
pie... Y luego Iré por el campo de batalla en busca de la sangre<br />
de sus mortales... ¡Para brindar con ella por el inicio de un<br />
Nuevo Orden!...<br />
Aunque no entendió lo que el temible Imallén decía con<br />
Cristián Berríos | 72 | http://zonaliteratura.com
indescriptible pasión y encono, Gabriel supuso que azuzaba a<br />
sus esbirros, ya que éstos de le respondían con nuevos vítores<br />
y puños erguidos. Una vez que su curiosidad estuvo satisfecha,<br />
el miedo fue apoderándose del terreno cedido. Casi al<br />
borde del paroxismo, se propuso huir de inmediato aprovechando<br />
que esos engendros de los abismos aún no notaban su<br />
presencia.<br />
Sin embargo no alcanzó a ir muy lejos, pues algo (O mejor<br />
dicho alguien) cayó desde el árbol tras el cual se ocultaba,<br />
y le arrojó al suelo. Levantándose casi a un tiempo con el desconocido,<br />
Gabriel se halló frente a un ser de rostro muy puntiagudo,<br />
metro y medio de estatura, y tez amarilla, cuyo cuerpo<br />
se dividía en dos partes muy distintas: De la cintura para<br />
arriba se asemejaba a un enano, y hacia abajo parecía una gigantesca<br />
larva de color celeste, cubierta de minúsculos molares,<br />
que se apoyaba en dos piernas tan delgadas como sus brazos.<br />
Mientras el mercader daba un vistazo al Bastón Lium, que<br />
seguía como boca de lobo, el híbrido hizo una profunda reverencia,<br />
y le dijo muy asustado:<br />
- ¡Lazxodpi zañuri, pirui mui di wai!... Di roijui qoi nai<br />
turpisei... Zoi icxidimxaei imtimlirei qoi omi irruri ezai dui<br />
poili xunitiri xodqoairei!... (¡Disculpe señor, pero no le ví...<br />
Le ruego que perdone mi torpeza... Su excelencia entenderá<br />
que un error así lo puede cometer cualquiera!)<br />
Como el mercader se quedó mirándole, el extraño agregó:<br />
- Su excelencia será piadosa y no me castigará... ¿Verdad?...<br />
Gabriel, a esa altura más que harto de no entender nada,<br />
se dio cuenta que el misterioso personaje le temía, y que no<br />
debía preocuparse de él, si no de los obscuros entes que sem-<br />
http://zonaliteratura.com | 73 | Cuentos de Sueñobscuro
aban el cielo trazando círculos sobre ellos. Por esta razón<br />
comenzó a caminar lentamente. Entonces el pequeño ser comenzó<br />
a seguirle de cerca, y al notar que el mercader miraba<br />
con insistencia hacía arriba, inquieto con la presencia de aquella<br />
horripilante horda, le preguntó con timidez:<br />
- Señor... ¿Es usted un mago?...<br />
Luego de que reparara en el Bastón que Gabriel sostenía<br />
en su mano diestra, el diminuto extraño le dijo en voz baja:<br />
- ¡Que me coma un ogro si no eres el Humano que fue<br />
enviado a esta ciudad!...<br />
Olvidándose que no era prudente hablar con alguien de<br />
Sueñobscuro, el mercader exclamó:<br />
-¿Qué sabes tú sobre eso?... ¿Y quién eres tú?...<br />
Pero justo cuando el desconocido iba a contestarle, una<br />
criatura de piel completamente blanca y brillante, y ojos muy<br />
negros, apareció de la nada emitiendo un aterrador gruñido.<br />
Gabriel, con los pelos de punta, le observó perplejo. Éste ser<br />
tenía la espalda completamente flexionada; a tal punto que sus<br />
largos brazos, tan extensos como los del Espíritu del Tercer<br />
Libro, se apoyaban en el suelo para estabilizarlo, y su cabeza,<br />
de frente amplia y forma de martillo, ubicaba unos cuarenta y<br />
cinco centímetros sobre sus rodillas. Pero aquella no era su<br />
única particularidad, porque además contaba con un afilado<br />
cuerno en el mentón, y una cola bifurcada en dos látigos de<br />
casi tres metros.<br />
La obscura esfera del Bastón Lium parecía rugir si eso<br />
era posible. Antes de que lograran reaccionar, el recién llegado<br />
tomó por el cuello al pequeño desconocido y a Gabriel, y<br />
luego les estudió con atención. En tanto el primero de sus cautivos<br />
le golpeaba sin cesar con su mitad larva, reforzada con<br />
Cristián Berríos | 74 | http://zonaliteratura.com
un notable crecimiento de los molares que la envolvían,<br />
Gabriel apenas si sabía que hacer e intentaba liberarse con una<br />
de sus manos comprobando que la criatura blancuzca poseía<br />
una fuerza descomunal.<br />
-¡Golpéalo con tu Bastón! - Le gritó el otro prisionero.<br />
Pero el mercader tuvo una idea más drástica, y tras sacarlo<br />
de la túnica enterró su cuchillo en el cuello de su monstruoso<br />
atacante, el cual había puesto al híbrido bajo su cuerno y se<br />
aprestaba a matarlo. Gravemente herido, la criatura encorvada<br />
emitió un apagado chillido y, después de tambalearse unos<br />
metros se desplomó pesadamente. Apenas había caído, cuando<br />
el pequeño desconocido se precipitó sobre él para sacarle<br />
el cuchillo del cuello y cercenarle la cabeza. En seguida, y mientras<br />
escurría de sus manos un líquido morado y espeso, exclamó<br />
sumamente fatigado:<br />
-¡Vaya!... ¡Es la primera vez que veo morir a un Demonio<br />
Estaca!... Pudo matarnos con solo estrellarnos contra su frente...<br />
Tras pedirle al mercader que le ayudara a esconder los<br />
restos del demonio en unos arbustos, le dijo:<br />
- No hay tiempo ni es el sitio para presentaciones... ¡Debemos<br />
ponernos en camino!...<br />
Y al ver que Gabriel le miraba dubitativo, el extraño agregó:<br />
- Te aseguro que soy un gnomo confiable, aunque sé que<br />
en Sueñobscuro abundan los traidores. Luego de que escupiera<br />
en el suelo exclamó: ¡En mi casa estarás mucho más cómodo<br />
que en esa fría y sucia cloaca!..<br />
Gabriel y el gnomo caminaron a través de la Ciudad hasta<br />
llegar finalmente al terreno de las puertas redondas que el<br />
http://zonaliteratura.com | 75 | Cuentos de Sueñobscuro
mercader atravesara poco después de internarse en la Ciudad<br />
sin Estrellas. En seguida el gnomo se dirigió a una de ellas y,<br />
tras dar cierto numero de golpes, se introdujo en un túnel. Al<br />
cabo de unos minutos asomó un par de dedos para indicarle<br />
al mercader que entrara de prisa. Gabriel se metió de cabeza y<br />
bajó hasta una sala subterránea, en cuyo centro tuvo la impresión<br />
de que podía ponerse de pie; pero en lugar de eso prefirió<br />
sentarse debajo de la entrada. En una rápida inspección,<br />
divisó una mesita con tres sillas alrededor; una biblioteca con<br />
varios libros; un sofá verde, reclinado en ciento treinta y cinco<br />
grados, y un sillón negro de similares características. Había<br />
además el retrato de un gnomo de aspecto marcial en uno de<br />
los muros; dos espléndidos óleos de un bosque, y dos acuarelas<br />
de una ciudad subterránea en las restantes; y una magnífica<br />
arpa apegada a un rincón.<br />
Pero si hubo algo que llamó la atención del mercader fue<br />
una pequeña criatura de la misma especie que su anfitrión, que<br />
le miraba con tanto interés como pavor.Llevaba puesto un<br />
vestido blanco, y sobre él un delantal verde agua; su cabello<br />
era castaño y brillante, y poseía en sus ojos un destello de bondad.<br />
Por escasos segundos, el Cristal Lium, que hasta entonces<br />
no había variado su tonalidad desde el encuentro con el<br />
Demonio Estaca, resplandeció como un sol de verano al mediodía,<br />
para luego recobrar su transparencia original.<br />
- Ella es Pola, mi esposa y una pintora de gran talento. -<br />
Dijo el gnomo con orgullo, y añadió extendiendo la mano-: Y<br />
yo soy Ulises Rayogris.<br />
Después de que Gabriel le extendiera la suya y correspondiera<br />
a su generoso apretón, Ulises se dio vuelta para mirar<br />
a su esposa y le dijo en la lengua de su pueblo:<br />
Cristián Berríos | 76 | http://zonaliteratura.com
- ¿Wisi qoiradei, nui musi herei nangoni doñui?<br />
Ella le contestó con una sonrisa y su cuerpo fue perdiendo<br />
rigidez poco a poco.<br />
En seguida Ulises se sentó en el sillón negro, e informó a<br />
Gabriel:<br />
-Hace unas cuantas semanas, El Gran Bedteseri me pidió<br />
que acondicionara el cuarto que ocupas en la cloaca.<br />
-Se suponía que nadie iba a saber.<br />
- Y nadie lo sabe- Aseguró Ulises con prontitud-; bueno,<br />
a excepción de mí. Eso no fue todo lo que me encomendó,<br />
pues me dijo que te vigilara por si necesitabas comida o algo<br />
por el estilo.<br />
- ¿Te reveló el motivo de mi visita?...- Preguntó Gabriel.<br />
- No- Contestó el gnomo en forma tajante-, y te aseguro<br />
que no deseo enterarme de más si Bedteseri se enfurecerá...<br />
Preferiría saltar en el plato de un ogro, aunque sé que esta carne<br />
les desagrada, antes que entrometerme en sus asuntos...<br />
Bueno, para ser del todo honesto, debo confesarte que le hice<br />
un par de preguntas al respecto... Pero bastó que sus ojos<br />
relampaguearan para que me arrepintiera de mi curiosidad...<br />
Ya sabes lo que dicen sobre el Mago:<br />
El Líder de la Luz es muy huraño,<br />
No tiene ningún amigo.<br />
Vive solo en el bosque<br />
Y todos le temen,<br />
Dentro de él habita el Gran Fuego.<br />
- Si debías ayudarme, ¿Por qué no intentaste hablar conmigo<br />
antes?...<br />
http://zonaliteratura.com | 77 | Cuentos de Sueñobscuro
- El Mago fue muy claro en ese punto- Dijo Ulises-. Me<br />
advirtió que me acercara a ti solo si te perdía la pista por más<br />
de un mes, y luego te encontrara tirado en el piso con la lengua<br />
afuera como un lagarto.<br />
En ese momento, el mercader percibió el delicioso aroma<br />
que salía de un puchero puesto al fogón de la cocina a leña,<br />
sintiendo un tremendo vacío en el estomago.<br />
Al notar su aflicción, Pola dejó de lado su timidez y le<br />
dijo con un tono muy afectuoso:<br />
- Lei xinei isterei lastei moy pruntui.<br />
- Eres sumamente afortunado- Dijo Ulises con una amplia<br />
sonrisa-, estás a punto de probar el mejor estofado del<br />
mundo.<br />
Luego de comer tres porciones de ese exquisito manjar, y<br />
de beber cuatro copas de Trugueleña, un delicioso licor a base<br />
de frambuesa que los gnomos habían comprado a unos enanos<br />
del Sureste, Gabriel dio las gracias a Pola por su amabilidad<br />
y luego comentó a Ulises:<br />
- Baltazar me dijo que no debía confiar en nadie, pero veo<br />
que se equivocó...<br />
- Por el contrario- Replicó el gnomo-, te aconsejó muy<br />
bien. Pola y yo nos arriesgamos demasiado al vivir en esta ciudad<br />
de demonios y brujos. Si no fuera por la cronología que<br />
el Consejo de mi pueblo me asignó, habríamos regresado a<br />
nuestra amada Gurbanom hace mucho tiempo. Sé que las cosas<br />
no están del todo apacibles con los elfos, pero aún así no<br />
correríamos tanto peligro como aquí. ¡Preferiría incluso soportar<br />
a otro maldito Macarroni! (Macarroni fue el despiadado<br />
Jefe del Consejo gnomo entre el 2659 y 2739 de la C. Gn.).<br />
- Sueñobscuro...- Dijo Gabriel en tono pensativo-, hasta<br />
Cristián Berríos | 78 | http://zonaliteratura.com
su nombre indica algo tenebroso.<br />
- Te equivocas- Corrigió el gnomo-. Se le llamó «Sueño»<br />
porque sin duda era una verdadera quimera esa idea de que<br />
los seres de la Luz y la Oscuridad convivieran en paz, y «Obscuro»,<br />
debido a las tinieblas que cubren el cielo...<br />
Al ver la expresión de asombro que se dibujaba en el<br />
mercader, Ulises exclamó:<br />
- ¿Bedteseri no te habló de esto?... En Sueñobscuro no<br />
existe la luz del día. Desde que hubo una piedra sobre otra, se<br />
estableció que las sombras le envolverían para siempre. Era<br />
una forma de dar la bienvenida a los espíritus que habitaban<br />
en el fondo del mar y también a aquellos que residían bajo la<br />
tierra... Sin embargo, no hay trato que la Cofradía no haya<br />
roto desde el Exoirlu lid Iqoadabrau li dez foirsez, y con sabandijas<br />
de esa calaña es imposible firmar la paz...<br />
-Esos que estaban reunidos en la plaza... ¿Se preparaban<br />
para pelear?...<br />
- Si- Contestó Ulises-. Imallén es tan ambicioso como<br />
cabezadura... A pesar de que El Ejército de la Obscuridad se<br />
encuentra muy diezmado, intenta convencer a los suyos de que<br />
ha llegado el momento de la Gran Batalla...<br />
- ¿Qué Gran Batalla?- Preguntó Gabriel con una aguja en<br />
el pecho.<br />
- Aquella en que las fuerzas de la Luz y la Obscuridad<br />
decidirán el destino del Universo Cranato- Dijo el gnomo-.<br />
¿Acaso no conoces las antiguas profecías?... Bueno, el caso es<br />
que ninguna de ellas se ha cumplido: Ellos no cuentan con el<br />
legendario Mago Obscuro, y sus mandamases descansan bajo<br />
el Océano; por lo tanto no debes intranquilizarte. Esto no<br />
pasará de ser una simple escaramuza... Apuesto que Bedteseri<br />
http://zonaliteratura.com | 79 | Cuentos de Sueñobscuro
acabará con ellos en un abrir y cerrar de ojos. ¡Que me coma<br />
un ogro si no es así!... En todo caso ocúltate por unos días<br />
como lo ha hecho una buena parte de Sueñobscuro, y que espera<br />
a que todo haya pasado. Ahora es indispensable que te<br />
pongas en camino, porque ni siquiera estas paredes escapan a<br />
los oídos de los espías. Muchos de nuestros vecinos sirven a<br />
brujos y hechiceros con la fidelidad de un perro.<br />
Tras agradecerle a los gnomos por su hospitalidad, Gabriel<br />
se puso en cuclillas bajo el túnel que le condujo hasta allí, y ya<br />
se preparaba para subir por él; pero se detuvo en seco al escuchar<br />
a Ulises decirle con enojo:<br />
- ¡Ni pienses en irte con las manos vacías!...¡Que diría el<br />
poderoso Bedteseri si sabe que no te he atendido como<br />
corresponde!...Bueno, sea lo que sea, probablemente lo diría<br />
luego de arrojarme a una cueva de Zedregales, (El Zedregal<br />
es una especie de rata gigantesca y muy feroz.) por abrir tanto<br />
la boca y no obedecerle... ¡Que el genocida Macarroni me lleve<br />
al infierno si el Mago llega a descubrirlo!... Espera un poco,<br />
porque en seguida te traigo algunas provisiones...<br />
De inmediato partió por un pasillo que conducía a las otras<br />
habitaciones de la acogedora morada y al cabo de unos minutos<br />
regresó con un costal abultado. Antes de entregárselo al<br />
mercader, extrajo de éste un frasquito que contenía un liquido<br />
rojo, y le advirtió:<br />
- Jamás bebas más de un sorbo de Ebra cada día o te dañarás<br />
seriamente el estómago. Ahora debes irte en seguida,<br />
pero recuerda que si algo te hace falta...<br />
- Necesito un favor más- Dijo Gabriel al instante-. En una<br />
ciudad donde hablan una lengua totalmente desconocida para<br />
mí, no me extrañaría nada que también tuvieran su propio ca-<br />
Cristián Berríos | 80 | http://zonaliteratura.com
lendario, y el tiempo es muy importante para mí... ¿Puedes<br />
decirme qué día es hoy?...<br />
- Por supuesto- Contestó el gnomo-. Hoy es el decimocuarto<br />
día del séptimo mes del año cuarenta y dos mil seiscientos<br />
tres de la Era Cronológica, y el mismo día y mes del<br />
dos mil setecientos cincuenta y tres de la Cronología Gnoma.<br />
No me fue fácil llevar la cuenta en un principio, porque un día<br />
equivale a tres noches aquí en Sueñobscuro.<br />
http://zonaliteratura.com | 81 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 7<br />
LA BRUJA ZAFIRO<br />
Lejos de desanimarse por volver a la cloaca, Gabriel experimentó<br />
un gran alivio al bajar a las entrañas de ese nauseabundo<br />
rincón de Sueñobscuro. Además le animaba de sobremanera<br />
el hecho de que tenía algunos aliados, y no se encontraba<br />
tan a la deriva como creía en un comienzo. Una vez que<br />
comprobó que su cuarto estaba vacío, y tras retirar las antorchas<br />
que delataban su posición, se tendió sobre la cama y, haciendo<br />
caso omiso de ruidos y olores, pudo quedarse dormido<br />
sin ningún problema.<br />
Tres días más tarde, mientras tomaba un sorbo del líquido<br />
rojo, compuesto que le nutría y saciaba su apetito por varias<br />
horas, Gabriel percibió los ecos de una confusa carrera.<br />
Aunque tuvo la impresión de que las ratas invadirían su cuarto<br />
de un momento a otro, cientos de estas pasaron frente a la<br />
estancia sin prestarle mayor atención. Minutos después<br />
Sueñobscuro se sacudió hasta los cimientos, y en ese preciso<br />
instante el mercader supo lo que pasaba: La contienda había<br />
comenzado.<br />
Basándose en el instinto de los roedores, pensó que no<br />
Cristián Berríos | 82 | http://zonaliteratura.com
era seguro quedarse en ese extremo de la cloaca, entonces, luego<br />
de que recogiera el Libro y el talego, salió del cuarto en seguida,<br />
y recién a los pies de la escalera interior se percató de que<br />
había olvidado la túnica, pero no se detuvo. Una vez que estuvo<br />
bajo el arco de la entrada a la cloaca, Gabriel se sentó en el<br />
suelo rogando que todo terminara lo más pronto posible.<br />
Desde ahí pudo darse cuenta que la temperatura había aumentado<br />
unos diez grados, tal vez quince, y escuchaba innumerables<br />
gritos y alaridos, algunos casi tan estridentes como los<br />
sismos que se sucedían sin fin. Esa agitación y el aroma a ceniza<br />
que colmaba el aire no duraron demasiado, pues al cabo de<br />
aproximadamente cuatro horas, un silencio sepulcral se apoderó<br />
de Sueñobscuro. Si bien tuvo miedo de que la calma<br />
vaticinara una lucha más ardua, sus inquietudes fueron disipándose<br />
a medida que ésta se prolongaba.<br />
Así continuó todo. Al cuarto día se dedicó a examinar<br />
acuciosamente los muros de la cloaca, hasta que halló al fin lo<br />
que buscaba: Un forado del tamaño preciso para esconder el<br />
Tercer Libro de Alina. Luego de hacerlo, y de grabarse bien<br />
su localización, abandonó la cloaca enfilando rumbo hacia el<br />
hogar de Ulises.<br />
Cuando el gnomo vio un encapuchado a través del ojo de<br />
la puerta, casi se muere ahí mismo del susto. Al reconocerle y<br />
recobrar el aliento, le indicó que entrara rápidamente.<br />
- Uno de estos días iré a la cloaca sin avisarte...- Gruñó<br />
molesto Ulises.<br />
- No deberías hacerlo- Repuso Gabriel_. Estoy adiestrando<br />
unas ratas que podrían engullirte de un bocado.<br />
En seguida cambió su semblante y dijo al gnomo:<br />
- Parece que me estoy volviendo loco, y que perdí la no-<br />
http://zonaliteratura.com | 83 | Cuentos de Sueñobscuro
ción del tiempo... ¿Me creerías que desde que llegué ni siquiera<br />
una antorcha se ha consumido en la cloaca?... Pero eso no<br />
es lo peor... Hace unos días oí el clamor de la batalla que anunciaste;<br />
pero hoy observé que no había rastros de destrucción<br />
y podría jurar que una parte de la lucha se desarrolló bajo mis<br />
propias barbas.<br />
- No estás mal de la cabeza- Comentó el gnomo de buen<br />
animo-, al menos no más de lo que se requiere para ponerse al<br />
servicio del Mago y vivir rodeado de excremento. La madera<br />
de las antorchas fue rociada con resina de Amxemlizximtit,<br />
una especie de pino negro que crece en el Bosque del Norte,<br />
cuya propiedad principal ya debes imaginarte. En cuanto a lo<br />
otro, es lógico que no encontraras señales de la devastación<br />
que hubo, porque los daños fueron reparados el día posterior<br />
a la batalla. Aquí hay seres que no requieren de ayuda para<br />
levantar un castillo de sus cenizas.<br />
- Entonces... -Dijo Gabriel con ansiedad- Si la batalla realmente<br />
existió... ¿Cuál fue el resultado?... ¿Ha terminado el<br />
enfrentamiento?...<br />
- ¡Claro que terminó!- Exclamó Ulises con una amplia<br />
sonrisa-, ¿No te dije que sería cuestión de minutos?... El Ejército<br />
de la Obscuridad fue derrotado, pero eso no es todo:<br />
Imallén fue tomado prisionero, y permanecerá cautivo por<br />
mucho tiempo, como esos patanes que Bedteseri y otros Magos<br />
enviaron al fondo del mar...<br />
- ¿Entonces acabaron con todos los brujos y demonios?...<br />
- Por supuesto que no- Contestó el gnomo encogiéndose<br />
de hombros-. Bedteseri posee un poder incomparable, pero<br />
ni siquiera él podría aniquilarles con tanta facilidad... Que no<br />
te engañe mi entusiasmo. Esto no pasó de una simple contien-<br />
Cristián Berríos | 84 | http://zonaliteratura.com
da, y falta mucho para que se libre la Batalla decisiva. Cuando<br />
llegue ese momento, ninguno de los Ejércitos cederá hasta que<br />
sea derramada la última gota de sangre; o mejor dicho, hasta<br />
que el último inmortal sea disuelto. Imallén no era el líder adecuado<br />
para los suyos, pues les envió a pelear sin que estuvieran<br />
listos... Un error que lamentará por muchos años.<br />
- Entonces tendremos que seguir ocultándonos de esos<br />
seres malignos...- Lamentó Gabriel, que no había puesto atención<br />
a gran parte de lo dicho por el gnomo.<br />
- Me temo que sí- Corroboró Ulises-. Contamos con una<br />
mínima protección. Al ver el clima bélico que imperaba en<br />
Sueñobscuro, la mayoría de los guerreros Luminosos marchó<br />
al bosque, donde inevitablemente terminará cualquier combate.<br />
- Combates... Ejércitos- Masculló el mercader-. Estoy hasta<br />
el cuello en algo<br />
que no me corresponde. Si pudiera continuar con mi vida,<br />
me importaría un comino quien dominara el Universo.<br />
- Ese es un pensamiento muy egoísta- Dijo el gnomo recriminándole.<br />
- Supongo que no soy el único egoísta del mundo- Repuso<br />
Gabriel-, ni tampoco el único de Sueñobscuro.<br />
Esa noche Gabriel permanecería despierto por varias<br />
horas. Entre la calma de la cloaca, donde solo se escuchaba el<br />
sonido del agua, reconstruía hasta el más mínimo detalle de<br />
Alicia: Sus manos suaves y pequeñas; su cabello ensortijado e<br />
indomable; y la esencia de menta que volaba en torno a su<br />
cuerpo. Entonces una irrefrenable angustia se apoderó de él,<br />
quemándole el pecho, salando su sangre, y aunque hizo el intento<br />
de concentrarse en otra cosa, no consiguió exorcizarla<br />
http://zonaliteratura.com | 85 | Cuentos de Sueñobscuro
de su alma. Luego de incorporarse como un rayo y ponerse la<br />
túnica, guardó el Bastón Lium bajo la colchoneta, pues se dijo<br />
que ya bastantes veces le había delatado. Estaba dispuesto a<br />
salir de ese encierro: le impulsaba un profundo y rabioso desapego<br />
por la vida.<br />
Libre de temores y responsabilidad, deambulaba por las<br />
calles con una daga invisible en las entrañas. Maldijo su destino,<br />
al mago, a Sueñobscuro, y luego se tranquilizó un poco. La<br />
cloaca se hallaba a unos trescientos metros, pero tenía ganas<br />
de seguir adelante. En su camino divisó a dos enanos que caminaban<br />
presurosos y asustados; dos encapuchados que conversaban<br />
entre sí; tres gigantes de tres cuernos en la espalda, a<br />
los que Ulises llamaba Etanes y un par de ogros, de los cuales<br />
se alejó justo a tiempo. Hacia el Noroeste de Sueñobscuro<br />
había un luengo puente que atravesaba un río cubierto de bruma.<br />
Gabriel lo cruzó en un instante, hallándose en otro extremo<br />
de la Ciudad; si bien no escapaba al halo tétrico del resto<br />
de ella, lucía unas hermosas torres y cúpulas de cristal negro,<br />
rojo sangre, azul océano y blanco diamantino. A poco de andar,<br />
se apoderó de sus oídos un rumiar vigoroso y hechizante<br />
que, a diferencia de los gritos en el bosque y las aclamaciones<br />
a Imallén, le atrajo sin ninguna resistencia. Si bien encerraba<br />
una fuerza desconocida este sonido despertó una voz en su<br />
interior infundiéndole nuevos bríos. Luego de dirigirse hacia<br />
el Oeste e internarse en un terreno arenoso y húmedo, Gabriel<br />
vislumbró entre las sombras a un dios furioso, cuyas aguas le<br />
hicieron temblar. Aunque parecía dispuesto a abalanzarse sobre<br />
él, este ser le amenazaba desde lejos con espumosos<br />
zarpazos, mientras le veía a los ojos desde el centro de su ser<br />
amplio y obscuro.<br />
Cristián Berríos | 86 | http://zonaliteratura.com
A pesar de que temía que las aguas le envolvieran de pronto,<br />
y le adormecieran en su vientre sin dejar huella, el mercader<br />
caminó junto a la orilla durante algunos minutos, descubriendo<br />
la generosidad de una ola que estalla en nombre de<br />
los pesares del alma. Pero ese no sería el único hallazgo que<br />
Gabriel hizo en esa expedición, pues cuando ya pensaba en<br />
volver a la cloaca vislumbró una silueta sobre una roca inmersa<br />
en esa alfombra misteriosa. Desafiando la bravura del mar, y<br />
a despecho del impenetrable manto de la noche, la sombra<br />
contemplaba absorta el horizonte. Guiándose más que nada<br />
por su instinto, el mercader se dijo que no debía tratarse de<br />
una criatura maligna si tomaba un momento para meditar en<br />
ese sitio; y se acercó sigilosamente para verle de cerca. Pero<br />
como si tuviera ojos en la espalda, la sombra se volteó hacia<br />
donde estaba él, y desapareció sin dejar huella. Sin saber porqué,<br />
Gabriel se sintió muy desanimado por unos cuantos segundos,<br />
y luego lamentó su imprudencia. Sin embargo, no tuvo<br />
mucho tiempo para recriminarse, pues al girar encontró al ser<br />
que había visto sentado en la roca. Vestía una túnica gris, y al<br />
igual que el mercader se cubría el rostro con un capuchón. En<br />
ese momento, Gabriel se habría echado a correr de buena gana,<br />
pero supuso que era demasiado tarde para escapar, y se quedó<br />
callado, esperando con los dedos cruzados a que le confundieran<br />
de nuevo con alguien poderoso. No obstante nada<br />
de esto acontecería, y en cambio escuchó una voz femenina<br />
que le dijo:<br />
- Eres un miserable mosquito en una tierra de sapos. Lárgate<br />
de aquí antes que alguien te coma o te aplaste.<br />
Si bien se trataban de palabras enérgicas y lapidarias, el<br />
mercader se sintió cautivado por el tono pastoso y deslum-<br />
http://zonaliteratura.com | 87 | Cuentos de Sueñobscuro
ante de la desconocida.<br />
- ¿A quien debo agradecerle la advertencia?.<br />
- A alguien que no pertenece a esta Ciudad ni a ninguna<br />
otra parte- Contestó ella mientras se alejaba caminando-. Ahórrate<br />
tus agradecimientos porque bien entendiste: Te di una<br />
advertencia y no un consejo. A diferencia de otros brujos y<br />
hechiceros no tomo esclavos. Evita toparte conmigo o me daré<br />
el trabajo de darle fin a algo tan inservible como tu vida.<br />
Al ver que la bruja comenzaba a desaparecer, el mercader<br />
le dijo prontamente:<br />
- Quizás algún día pase cerca de su hogar y este infortunio<br />
termine costándome caro. Me gustaría saber su nombre.<br />
Entonces ella, antes de desvanecerse por completo, le<br />
contestó:<br />
- Mi nombre es Zafiro.<br />
Cristián Berríos | 88 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 8<br />
AL A CAZA DEL TERCER LIBRO<br />
Si bien solo había recibido insultos y amenazas de ella,<br />
Gabriel quedó prendido de la dulce voz de Zafiro, e imaginaba<br />
la cara, el cabello, los ojos, las manos, y en general cada<br />
recodo del cuerpo que ocultaba su atuendo. Cada vez que repetía<br />
este inocente ejercicio, recordaba también a la mujer que<br />
había dejado en El Otoño de Argid llenándose de culpa. Al<br />
cabo de una hora o dos, se convenció de que otra vez no iba a<br />
conciliar el sueño. Entonces, y a pesar de que bruja le había<br />
dicho que le eliminaría sin más provocación que su presencia,<br />
y de saber que aquello era un nuevo obstáculo para su misión,<br />
el mercader se propuso averiguar que había debajo de la túnica<br />
de Zafiro o de lo contrario no tendría descanso. Después<br />
que verificara que el Libro se hallaba a salvo, se sentó en su<br />
cama, planteándose si debía preguntarle a Ulises acerca de la<br />
bruja. En seguida pensó que el gnomo le iba a reprender por<br />
su curiosidad, o que en el peor caso daría cuenta al Mago de<br />
sus actos. Ante esto tuvo de pronto una idea, y apoyando las<br />
manos en las rodillas le dijo esperanzado a las Botas Errantes:<br />
- Llévenme al hogar de Zafiro.<br />
http://zonaliteratura.com | 89 | Cuentos de Sueñobscuro
De inmediato empezaron a guiarle fuera de la cloaca. Sintiendo<br />
que estallaría de gusto, Gabriel les pidió que se detuvieran,<br />
pues debía ponerse la túnica.<br />
El castillo de la bruja, coronado por un extenso pabellón<br />
áureo de ventanales celestes cuya vista debía dominar gran parte<br />
de la Ciudad, se encontraba muy cerca de playa en que Gabriel<br />
la había visto tres noches antes.<br />
Sobre las torres flameaban banderas azules y blancas, y<br />
sus muros, impecablemente vestidos de cal, destacaban entre<br />
el gris y el abandono de las fortalezas y mansiones colindantes.<br />
Mientras se decía en voz baja que esa vez había llegado<br />
demasiado lejos, el mercader entró tímidamente en el hogar<br />
de Zafiro aprovechando que el puente levadizo estaba abajo.<br />
Luego de atravesar un extenso patio, Gabriel ingresó a una<br />
pequeña estancia, que conducía a una mucho más espaciosa.<br />
En ésta última había hermosísimas pinturas de motivos muy<br />
diversos en las paredes, y varias enseñas destellantes. Con alivio<br />
Gabriel comprobó que ninguna de ellas se asemejaba a las<br />
que blandían los miembros de la Cofradía.<br />
- ¿Cómo te atreves a entrar aquí sin mi permiso?- Exclamó<br />
la bruja, que había aparecido de pronto en el cuarto vistiendo<br />
una túnica verde y brillante. Tal como a la orilla del<br />
Mar, un capuchón cubría su cabeza.<br />
- Señora mía- Dijo el mercader destapándose el rostro- ,<br />
soy el único humano que hay en esta tierra extraña, o al menos<br />
eso creo. Mi naturaleza me lleva a hacer cosas que quizás usted<br />
no entienda... Desde ayer no he dejado de pensar en usted, y<br />
por eso irrumpí de esta forma en su morada. Prometo alejarme<br />
en seguida de aquí si me deja ver que esconde su capucha,<br />
pues a veces dentro de una ostra se refugia una perla...<br />
Cristián Berríos | 90 | http://zonaliteratura.com
- A veces dentro de una ostra se refugia una perla - Repitió<br />
Zafiro-. Apuesto a que en tu tierra le llaman poetas a los<br />
farsantes y les llenan de gloria, mientras dejan morir a los verdaderos<br />
artistas en la miseria.<br />
- No son las palabras de ningún poeta- Dijo Gabriel-, si<br />
no de un humilde mercader de un pueblo llamado El Otoño<br />
de Argid.<br />
- ¿Argid?- Exclamó la bruja con sorpresa-. Argid fue un<br />
mercenario que peleó junto a mi padre en contra de los enemigos<br />
del Reino.<br />
- ¿El Reino de Volcanes Rojos y Tierras Bajas?...<br />
- Ese mismo- Dijo Zafiro-. Claro está que sin duda ahora<br />
no debe poseer el prestigio que tuvo en otro tiempo.<br />
- Lo poco que sé de ese lugar es que los impuestos son<br />
muy altos- Confesó el mercader-, y que por este motivo muchos<br />
comerciantes prefirieron emigrar.<br />
- No me extrañaría que fuera así- Dijo la bruja con pesar-<br />
. En el pasado, sus gobernantes fueron personas instruidas que<br />
se desvelaban por el bienestar del pueblo. Pero cierto día el<br />
trono fue usurpado por un traidor, y de una semilla venenosa<br />
solo se cosecha más ponzoña.<br />
- ¿Su padre no pudo evitar que esto ocurriera?...- Preguntó<br />
Gabriel.<br />
- Jamás se imaginó que su propia sangre le arrebataría el<br />
poder- Contestó Zafiro.<br />
- Eso quiere decir que su padre fue nada más ni nada menos<br />
que un Rey- Dijo el mercader asombrado-, y que usted es<br />
una princesa, pero ¿Cómo?<br />
- ¿Cómo me convertí en bruja?...- Interrumpió Zafiro-.<br />
Con mis propios ojos vi que mi padre era asesinado por su<br />
http://zonaliteratura.com | 91 | Cuentos de Sueñobscuro
hermano, y de inmediato supe que algún día iba a correr una<br />
suerte parecida. Entonces huí lo más lejos que pude, y me uní<br />
a una aldea gitana que se mudaba de un lado a otro, hasta que<br />
por último se afincó con otros gitanos en el Bosque del Sureste.<br />
Con ellos fui desarrollando las facultades mágicas que estaban<br />
ocultas en mí.<br />
- ¿Ocultas?...<br />
- Si- Afirmó la bruja-. Una vez una sirvienta me dijo que<br />
mi madre había muerto cuando yo tenía apenas un año, y que<br />
la mujer a la que quería como tal (La cual falleció siendo muy<br />
joven) era en verdad mi madrastra. Con el paso de los años,<br />
he llegado a pensar que soy la hija de una bruja: Eso explicaría<br />
el porqué de una buena parte de mis poderes. En fin, ahora<br />
que sin saber como te he contado casi toda mi vida, tendré<br />
que matarte para que nadie se entere de lo que te he dicho.<br />
- Otra vez con lo mismo ¿Hay otras ideas en su mente<br />
además del asesinato?<br />
- Te advierto que no debes revelarle a nadie lo que has<br />
oído esta noche o realmente lo haré. Ahora vete en seguida o<br />
terminaré perdiendo la paciencia.<br />
- Antes que me vaya- Dijo Gabriel con timidez-, ¿Podría<br />
darme lo que he venido a buscar?... Déjeme ver su rostro, aunque<br />
sea por una vez...<br />
- Veo que eliminarte sería en el fondo darte reposo- Comentó<br />
la bruja-. Es mejor que sigas vivo, y que sufras con tu<br />
estupidez. Está bien, haré lo que me pides.<br />
Y luego de que bajara su capucha agregó:<br />
- Espero que estés satisfecho.<br />
Ratificando aquello de que a veces el remedio es peor que<br />
la enfermedad, Gabriel, que ya tenía problemas de insomnio<br />
Cristián Berríos | 92 | http://zonaliteratura.com
antes de conocer la arrebatadora belleza de Zafiro, llegó a creer<br />
que iba a permanecer despierto por el resto de sus años. Anhelaba<br />
acariciar la cabellera corta y ligeramente rizada de la<br />
bruja, que incitaba a perfumarse las manos, la boca y el pecho<br />
con su veneno azafrán; y ardía hasta lo indecible al recordar<br />
sus labios rojos y carnosos, que aseguraban la indulgencia del<br />
delirio; y sus ojos, dos anillos cósmicos que hacían pleno honor<br />
a su nombre, y encerraban el rayo de la astucia. «¡Estúpidos!,<br />
pelean por unos Libros cuando el único valor importante<br />
se halla encerrado en una mujer», pensaba Gabriel en un<br />
arrebato.<br />
Entonces al tercer día desestimó lo que le había dicho la<br />
bruja, y partió rumbo a su castillo con el pecho en llamas y las<br />
manos temblorosas. No cupo en si de gozo al ver que el puente<br />
se encontraba abajo tal como la vez anterior. En esta oportunidad,<br />
el mercader interrumpió a la bruja mientras cenaba,<br />
y le dijo con un nudo en la garganta:<br />
- Señora mía, posiblemente no soy la compañía adecuada<br />
si se trata de hablar de arte, historia, magia o de tantas otras<br />
cosas, pero le diré lo que sé: Me costará mucho olvidarla y<br />
alejarme de usted de buenas a primeras. Disponga de mi cabeza<br />
o permítame venir para acá cada cierto tiempo, y así<br />
podré aprender de su boca lo que me tardaría mil años en ver<br />
por mis ojos. De este modo le dará algo en que ocuparse a mi<br />
mente, que solo sabe de telas y otras mercancías, y de paso le<br />
brindará un poco de sosiego a mi alma.<br />
Al terminar hizo una profunda reverencia, y esperó a que<br />
la bruja le contestara.<br />
Luego de permanecer unos segundos en silencio, Zafiro<br />
le dijo:<br />
http://zonaliteratura.com | 93 | Cuentos de Sueñobscuro
- Puedes sentarte en la mesa, si eso te complace. Te recomiendo<br />
que mojes tu lengua con un sorbo de vino, o de lo<br />
contrario se resecará y terminará rompiéndose en pedazos.<br />
Luego de obligarle a jurar que no diría una palabra de<br />
aquello, y que tampoco dejaría que le siguieran hasta el castillo,<br />
la bruja aceptó la suplica de Gabriel; y así éste pudo respirar<br />
un poco más tranquilo, y también dormir un tanto cada<br />
noche.<br />
Un día Zafiro le enseñó un cuadro en el que había una<br />
mujer refrescante con el cabello cayéndole al rojo vivo sobre<br />
los hombros desnudos. Entonces Gabriel sintió que una sombra<br />
cubría su corazón, y solo opinó que era notable la cantidad<br />
de luz reflejaba ese rostro, pero la bruja le dijo con sinceridad:<br />
- Aún amas a tu esposa. Es el secreto peor guardado que<br />
hay dentro de ti.<br />
- ¿Acaso conoce todos mis secretos?- Preguntó el mercader<br />
asombrado y temeroso.<br />
- No todos- Contestó Zafiro-. Te niegas a que averigüe el<br />
porqué de tu venida a Sueñobscuro, pero ya encontraré la<br />
manera de descubrirlo.<br />
Poco después, ocurrió que una noche Gabriel fue seguido<br />
por un grupo de seis ogros hasta la cloaca sin que se diera<br />
cuenta. Tan inmerso se hallaba en sus pensamientos, divididos<br />
entre Alicia y Zafiro principalmente, que no se percató de la<br />
presencia de estos aún cuando estaban a pocos metros de él.<br />
Los ogros pensaban abalanzarse sobre el mercader justo antes<br />
que bajara por la escalera exterior, y lo habrían conseguido,<br />
si no hubiera sido porque uno de ellos dejó caer su escudo<br />
para agarrarle con ambas manos. Por esta razón, Gabriel re-<br />
Cristián Berríos | 94 | http://zonaliteratura.com
accionó en el último instante, y luego de que extrajera su cuchillo,<br />
que como de costumbre escondía bajo la túnica, cortó<br />
a uno de sus atacantes en el pecho, y de inmediato saltó los<br />
escalones que tenía por delante, y se introdujo en la cloaca.<br />
Los voraces ogros no estaban dispuestos a perderle pisada y<br />
partieron detrás suyo sin que perdieran un segundo. Para su<br />
fortuna resultaría demasiado veloz para ellos, y tras tomarles<br />
cierta ventaja logró ocultarse en uno de los túneles. Ante esto<br />
los ogros se dividieron y empezaron a buscarle por separado<br />
ayudándose de algunas antorchas que tomaron de la galería.<br />
El mercader sabía que era urgente que les eliminara antes que<br />
descubrieran el Tercer Libro por casualidad. Entonces, y gracias<br />
al conocimiento que había adquirido de la cloaca, fue<br />
rebanándoles el cuello a los ogros a medida que pasaban por<br />
su lado, y de esta manera acabó con cuatro de sus enemigos.<br />
Sin embargo, hubo un ogro se anticiparía a sus movimientos y<br />
tras despojarlo del cuchillo le asestó un terrible golpe con el<br />
revés del puño. Pese a que estaba un tanto mareado, Gabriel<br />
lograría levantarse del suelo y correr antes de ser atacado nuevamente.<br />
Al llegar a la galería se halló con que uno de estos<br />
engendros, aquél que había herido en la calle, le cerraba el paso<br />
con su voluminosa presencia. Presa de la desesperación, y aún<br />
algo aturdido, el mercader perdió el equilibrio, y quedó tendido<br />
a un costado del canal caudaloso esperando el ataque fulminante<br />
de sus depredadores.<br />
Mientras los ogros se le acercaban, Gabriel pensó que tarde<br />
o temprano Baltazar vengaría ese ataque e iba a recuperar el<br />
Libro que había puesto en sus manos. Sin embargo, cuando<br />
creía que todo estaba perdido, apareció de pronto una criatura<br />
de un naranja muy rojizo, y enormes y obscuras alas. Este<br />
http://zonaliteratura.com | 95 | Cuentos de Sueñobscuro
ser tenía cuernos en los hombros, codos, rodillas y tobillos; y<br />
también en la cabeza: Uno de cuarenta centímetros en el occipucio,<br />
y dos en la frente, éstos últimos de unos dos metros y<br />
medio. Al verle los ogros se detuvieron en el acto y le hicieron<br />
una reverencia, pero en centésimas les eliminó con poderosas<br />
descargas. En seguida, este ser tomó a Gabriel por debajo de<br />
las axilas, como si fuera un muñeco de trapo, y le dijo entre<br />
dientes:<br />
- ¿Xoede ize ide dabrue qoie izxumlize? (¿Cuál es el libro<br />
que escondes?)<br />
Al ver que Gabriel no le contestaba le arrojó contra un<br />
muro dejándole aún más herido. Una y otra vez repetía la pregunta,<br />
en tanto el mercader se esforzaba porque sus pensamientos<br />
no le delataran. Furioso por la resistencia que oponía<br />
ese humano tan testarudo, la criatura, que a duras penas había<br />
entrado a la cloaca, enterró el cuerno de su codo derecho en<br />
el hombro izquierdo del mercader, y le murmuró al oído en la<br />
Lengua del Tiempo Inmemorial:<br />
- Dime al menos el nombre de ese libro...Sé que te lo entregó<br />
Bedteseri.<br />
- ¿Bedteserí?- Dijo el mercader casi sin aliento al reconocer<br />
el nombre del Mago- ... Sí, él te dará lo que te mereces.<br />
Gabriel desfallecía. La criatura le dejó en el suelo y permaneció<br />
alerta por unos segundos. Cuando hizo el amago de<br />
recogerle, se interpuso entre ellos la bruja Zafiro, y lanzó un<br />
rayo al ser de los largos cuernos justo entre los ojos. Aprovechando<br />
que su adversario había caído a tierra, la bruja transformó<br />
su brazo derecho en una gigantesca hacha y le cercenó<br />
la cabeza, tal como lo hiciera Ulises con el Demonio Estaca;<br />
pero no se detuvo allí, pues también le arrancó el corazón, y<br />
Cristián Berríos | 96 | http://zonaliteratura.com
lo hizo arder ante los incrédulos ojos de Gabriel. Luego se<br />
acercó a él, y colocándole el brazo bajo la cabeza le dijo con<br />
suavidad:<br />
- No debes temerme.<br />
- ¿Qué era esa cosa?...- Preguntó Gabriel completamente<br />
adolorido.<br />
- Un Demonio Lanza- Contestó Zafiro-. Pero no te preocupes,<br />
irás conmigo al castillo donde nadie podrá hacerte<br />
daño... Llevaremos todas tus pertenencias... ¡Ah!... Y también<br />
el Tercer Libro de Alina.<br />
http://zonaliteratura.com | 97 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 9<br />
EL DOLOROSO PASO DEL TIEMPO<br />
Zafiro la bruja, llamada Lilian en un comienzo, no pertenecía<br />
a la Cofradía, y estaba más preocupada de sus propios<br />
conflictos que de interesarse por los Tres Libros de Alina, y el<br />
poder extraordinario que estos contenían. A menudo decía<br />
que resultaba tentador tener uno de ellos tan cerca, pero que<br />
en el mismo momento en que abriera el Texto su ambición<br />
acabaría con la paz que había conseguido en Sueñobscuro; esto<br />
le trajo un gran alivio a Gabriel, que cumplía con su rol de<br />
Guardián Temporal sin contratiempos.<br />
Lilian y Gabriel se convirtieron en amantes, y por muchos<br />
años fueron sumamente felices. El recuerdo de Alicia se fue<br />
haciendo cada vez más remoto, y el mercader, que en su vida<br />
pasada no había sabido de otra cosa que no fuera esfuerzo y<br />
penurias, conoció las ventajas de una existencia plagada de<br />
delicias y comodidades. Gabriel, que en esa época llevaba muy<br />
corta su cabellera ambarina y ondulada, otrora deslucida como<br />
un sol en la ruina, muy pronto se acostumbró a la degustación<br />
de exquisitos platillos; a conversar sobre temas interesantísimos,<br />
entre ellos las costumbres que imperaban en otras tie-<br />
Cristián Berríos | 98 | http://zonaliteratura.com
as, y principalmente a entregarse al placer en cualquier instante<br />
del día.<br />
Gracias a Zafiro, pudo conocer la Lengua del Tiempo<br />
Inmemorial y sus distintas variaciones; y también algunas cosas<br />
elementales del arte y la ciencia, que su pronta entrega al<br />
trabajo le había vedado.<br />
El más hermoso de los sueños tiene un final, y un día el<br />
mercader y la bruja tuvieron que separarse. Ocurrió que Zafiro<br />
deseaba marcharse a su tierra, y recuperar para su sangre el<br />
trono arrebatado. Se sentía en armonía consigo y consideraba<br />
que había llegado el momento.<br />
- Tu has ayudado en todo eso- Dijo la bruja a Gabriel-.<br />
Ven conmigo y quédate a mi lado.<br />
Pero el mercader estaba consciente que debía quedarse<br />
en Sueñobscuro, y la vio despedirse desde la antípoda de la<br />
dicha, en los arrabales del más amargo de los infiernos. Según<br />
supo a través del gnomo, con quien Gabriel había retomado<br />
contacto, aquello aconteció en el año42.653 de la Era<br />
Cronológica.<br />
Sin la protección de la bruja, Gabriel estimó que corría<br />
demasiado riesgo viviendo en su castillo, y se trasladó nuevamente<br />
a la cloaca; donde se había incrementado en forma notable<br />
la población de ratas y el hedor de los desechos, el cual<br />
se le hacía aún más nauseabundo luego de que absorbiera el<br />
delicado aroma de la piel de Zafiro, y el olor a incienso que<br />
reinaba en su hogar.<br />
Sin embargo, y como si el destino se empeñara en hacerle<br />
pagar por sus cinco décadas de placer, el mercader perdería<br />
además a sus únicos aliados en Sueñobscuro, y fue el propio<br />
Ulises quien le anunció lo que sucedería:<br />
http://zonaliteratura.com | 99 | Cuentos de Sueñobscuro
- Dentro de poco se producirá una Gran Migración, en la<br />
que todos, hasta el último habitante de Sueñobscuro, se marchará<br />
al bosque para esperar allí el momento de la Gran Batalla.<br />
Así lo indica el pacto: Los Ejércitos se replegarán, y esperarán<br />
la señal que establece la profecía. Con esto se evitan conflictos como<br />
el que pasó hace cincuenta años, y nos permite a muchos de<br />
nosotros, los Habitantes de los Pueblos Milenarios, caminar<br />
por la faz de la tierra sin mayores preocupaciones... ¡Hasta el<br />
sanguinario Macarroni podría pasearse por la Ciudad sin recibir<br />
su merecido!... Cada esclavo que antes trabajaba para un<br />
brujo o hechicero será libre de seguir a su señor, y de ir a<br />
donde le parezca. De esta forma, solo integrarán los Ejércitos<br />
aquellos que realmente deseen luchar.<br />
La Gran Migración se produjo en el año 42. 710 de la Era<br />
Cronológica. Desde lo alto de una de las torres del castillo de<br />
Zafiro, donde se apostó especialmente para ver el espectáculo,<br />
el mercader divisó a muchos ogros, gigantes Etanes y Sorgas,<br />
enanos y gnomos que cargaban bultos, libros, algunos muebles,<br />
entre otras cosas que pertenecían a brujos, demonios y<br />
hechiceros. Estos últimos cubrieron el cielo en el centro de la<br />
Ciudad, como años antes lo hicieran en torno a Imallén, y luego<br />
volaron hacia los Bosques del Norte, Este y Sur. En los<br />
días posteriores, los sirvientes volvieron a buscar sus escasas<br />
pertenencias, y finalmente la Ciudad quedó en silencio. Cuando<br />
Ulises y su esposa Pola fueron a despedirse del mercader,<br />
el gnomo le dio un fuerte abrazo, y le dijo:<br />
- Aún después de todos estos años ignoro cual es el trabajo<br />
que haces para Bedteseri... ¡Que me coma un ogro si miento!...<br />
Pero sea lo que sea, nada justifica que tengas que estar<br />
tanto tiempo lejos de tu tierra.<br />
Cristián Berríos | 100 | http://zonaliteratura.com
En seguida le obsequió un hermoso reloj de cuerda de<br />
treinta seis horas, y se fue junto a su esposa secándose los ojos<br />
como un niño y culpando al dictador Macarroni de todos sus<br />
pesares. A partir de entonces el mercader tuvo una idea aproximada<br />
de lo que significa hallarse solo en el mundo. Su única<br />
compañía fueron las ratas. Al igual que Gabriel, ellas dejaron<br />
de lado sus temores, y deambulaban libremente por las calles,<br />
pero muy pronto se convertirían en malas vecinas pues se arrojaron<br />
sobre cada hogaza de pan y trozo de queso que había en<br />
la Ciudad; y también dejaron su huella en toneles de manzanas,<br />
de peras, y frambuesas; costales de harina, arroz y azúcar,<br />
y sobre muchos otros alimentos.<br />
Para su fortuna, Gabriel encontró algunos víveres intactos,<br />
y pudo abastecerse con una generosa cantidad de Ebra<br />
que Ulises le dejó, y que también había en las otras viviendas<br />
subterráneas de los gnomos.<br />
Veinte años después, el tiempo que había vivido con la<br />
bruja le parecía algo acontecido en una vida anterior y su matrimonio<br />
con Alicia se asemejó a un sueño. Muchas veces, cansado<br />
de tanta miseria, tuvo la tentación de largarse a un lugar<br />
muy distante y renunciar de este modo a la misión que cumplía,<br />
pero no lo hizo porque temía la furia de Bedteseri y había<br />
cobrado conciencia de lo importante que era la protección<br />
del Libro. A veces se sentía tan solo que, aburrido ya del pobre<br />
desahogo que le entregaban las lagrimas, simplemente gritaba<br />
de dolor y junto con la suya se elevaba la voz de una<br />
sombra o un aullido en la lejanía. Si no hubiera sido porque de<br />
vez en cuando conversaba con el Espíritu que residía en el<br />
Tercer Libro Mágico, Gabriel se habría vuelto loco sin duda<br />
alguna. Gracias al Habitante del Texto el mercader tuvo al-<br />
http://zonaliteratura.com | 101 | Cuentos de Sueñobscuro
guien con quien compartir, pese que a menudo el Espíritu le<br />
rogaba que no volviera a despertarle insultándole en diversas<br />
lenguas.<br />
Cierto día el mercader salía de una mansión con un grueso<br />
libro de sicología bajo el brazo, en el que pensaba subirse<br />
para alcanzar unos tomos de astronomía y varios volúmenes<br />
de magia, cuando sin darle crédito a sus ojos vio pasar a un<br />
hombre por la calle principal de Sueñobscuro; éste llevaba un<br />
costal en su espalda y vestía una ropa polvorienta, que hablaba<br />
de lo azaroso de su viaje.<br />
En seguida Gabriel le saludó muy contento, y le preguntó<br />
si por casualidad tenía un chocolate o alguna otra golosina. El<br />
hombre le miró con curiosidad, y luego de dar un fugaz vistazo<br />
a ese Mundo de grandes y sombrías residencias, de torres y<br />
cumbres de cristales verdes, azules, amarillos, negros y rojos,<br />
y esculturas de oro macizo, la indiscutida Joya de Cam, le preguntó:<br />
- ¿Acaso usted no puede conseguirlo aquí?...<br />
- Claro que no- Dijo el mercader-. Por si no lo ha notado<br />
aún la Ciudad está desierta.<br />
Donde no pudo correr la noticia escurría como el agua, y<br />
Sueñobscuro comenzó a poblarse de seres Humanos, aunque<br />
lentamente. Solo en el año 42.758 E.C. fueron habitadas la<br />
mayor parte de las propiedades que estaban vacías. Al resto<br />
de ellas las redujeron a escombros, y dieron paso en su lugar a<br />
pequeñas casas, construidas unas muy cercanas a las otras.<br />
Hermosas Plazas y Calles sufrieron saqueos, y por años la Ciudad<br />
recibiría una vasta legión de viajeros sedientos de riquezas<br />
y asesinos despiadados. Aunque al principio le entusiasmaba<br />
la idea de rodearse de nuevo con personas, Gabriel vio<br />
Cristián Berríos | 102 | http://zonaliteratura.com
con espanto los cambios y daños que éstas producían. Sin<br />
embargo, se hallaba dispuesto a abrirse camino en esa sociedad<br />
pujante aprovechando que había reunido muchas obras<br />
de arte y unos cuantos objetos valiosos en el castillo de Zafiro,<br />
al que se había mudado tiempo después de la Gran Migración.<br />
Con lo que obtuviera de la venta de aquellos bienes, pensaba<br />
formar un capital importante y establecerse con un negocio.<br />
Pero bien es sabido que el hombre propone, y el Todopoderoso<br />
Nguechén dispone. Ante su sorpresa y desconsuelo,<br />
Gabriel fue despojado de la mayoría de sus valores y echado<br />
a la calle por la fuerza, luego de que rescatara a duras penas<br />
el Tercer Libro, el Bastón Lium y el Sombrero de Romin,<br />
además de unas cuantas cosas, y las Botas que llevaba puestas.<br />
En su favor solo pudo alegar:<br />
- ¡Me corresponde vivir aquí!... ¡Tuve un romance con la<br />
bruja que habitaba en el castillo!<br />
Finalmente, al ver que le cerraban las puertas en las narices,<br />
exclamó en la Lengua del Tiempo Inmemorial:<br />
- ¡Malditos microbios! ¡Yo soy el Guardián del Tercer Libro<br />
de Alina!... ¡Y caminaré por la tierra cuando ustedes alimenten<br />
a los gusanos!<br />
Entonces, después de unas cuantas semanas en una pensión<br />
llamada El Rincón del Bucanero, y ante la destrucción de<br />
los hogares de los gnomos, volvió a la cloaca. Sus ropas se<br />
transformaron en harapos y debió pedir limosna para alimentarse,<br />
mientras traía consigo, bajo lo que quedaba de su túnica<br />
y amarrada al vientre, la Tercera Parte de una fuente de energía<br />
inimaginable en el mundo de los Humanos.<br />
http://zonaliteratura.com | 103 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 10<br />
LAS PUERTAS DE TODOS<br />
LOS MUNDOS Y A TODOS<br />
LOS TIEMPOS<br />
Al cabo de ciento dos años de miseria, el mercader a<br />
menudo creía que había imaginado su encuentro con el Mago,<br />
lo acontecido en el bosque, lo que había pasado en la plaza de<br />
la estatua, su amistad con Ulises y el amor que había sentido<br />
por la bruja. Se decía que había estado casado años atrás con<br />
una mujer maravillosa llamada Alicia, y que probablemente<br />
había abandonado su hogar en busca de aventuras, sin saber<br />
que jamás volvería.<br />
Sin embargo, y aunque también estaba el hecho de que no<br />
envejecía, el Libro, las Botas Errantes y los otros objetos que<br />
le había entregado el Mago le probaban lo cierto de todo lo<br />
que había vivido. En otras ocasiones trataba de decidir a quien<br />
había amado más, y si que era asunto en verdad complejo. Por<br />
una parte su historia con Alicia, gracias a la brevedad, contaba<br />
con el beneficio de lo idealizado; y por otra, la evocación<br />
de los largos años con Lilian transportaban desde el pasado el<br />
roce de su piel y de sus labios, como si tuviera estos detalles<br />
impregnados en el alma. Entonces se quejaba de que la bruja<br />
decidiera irse sumiéndole en un inmenso dolor y una terrible<br />
Cristián Berríos | 104 | http://zonaliteratura.com
decadencia; y también se lamentaba de que no había alcanzado<br />
a quedarse mucho tiempo con su esposa.<br />
A esas alturas, Gabriel sentía un profundo rencor contra<br />
el Mago por confiarle una responsabilidad tan grande; y a<br />
menudo se repetía que, antes de sufrir esa abrumadora condena,<br />
habría sido mucho mejor que encontrara el sosiego y la<br />
frialdad de la muerte. Como el reloj que le obsequiara Ulises<br />
antes de partir se había descompuesto, no tenía noción del<br />
tiempo transcurrido, y pasaba los días sumido en la indolencia.<br />
Cuando sus fuerzas tras flaquear una y mil veces le habían<br />
abandonado casi por completo, y sus esperanzas se revolcaban<br />
moribundas al igual que ratas que han probado una efectiva<br />
ponzoña, sucedió algo que a causa de una espera infructuosa<br />
y exasperante acabaría por sorprenderle tanto como si un<br />
día se topara con alguien que creía muerto, o una voz desconocida<br />
le llamara por su nombre.<br />
Tendido sobre los restos de su colchoneta en el cuarto de<br />
la cloaca, una vez más se despertaba a causa del hambre, pues<br />
casi no había probado comida en el transcurso de esa semana.<br />
Con sus últimas energías pretendía ponerse de pie y buscar su<br />
salvación en la caridad. Al tomar el Bastón Lium notó que la<br />
esfera de la empuñadura se había vuelto roja, y que una fuerza<br />
invisible le tiraba de los pies.<br />
Muy extrañado, y demasiado fatigado para dar pasos en<br />
falso, le pidió a las Botas Errantes que cesaran su alboroto; y<br />
se puso a examinar el Bastón durante un par de minutos, temeroso<br />
que ese resplandor volcánico augurara una presencia<br />
muy perversa:<br />
- El Mago debió darme un Bastón y una Botas que pudie-<br />
http://zonaliteratura.com | 105 | Cuentos de Sueñobscuro
an hablar, así les preguntaría que es lo que quieren, y tendría<br />
algo de paz.<br />
Entonces, cuando apenas empezaba a reconstruir su conversación<br />
con el Mago, recordó presa de una emoción<br />
avasallante lo que aquello significaba: Había llegado el fin de<br />
sus días en Sueñobscuro. Con los restos de un atuendo que le<br />
obsequiara Zafiro, Gabriel envolvió el Libro y luego lo ató a<br />
su cuerpo. En seguida se cubrió con una capa y los restos de<br />
su túnica, y luego de ponerse el Sombrero de Romin empuñó<br />
el Bastón Lium y se puso en marcha, maravillándose del vigor<br />
que le había inyectado la señal. No obstante, a pesar de lo que<br />
había supuesto durante innumerables noches de encono y frustración,<br />
no se sintió exultante al momento de alejarse de<br />
Sueñobscuro, ni tampoco experimentó un alivio restaurador,<br />
pues en su interior había una mezcla de variadas sensaciones.<br />
Bajo una lluvia impetuosa y rejuvenecedora, le dijo a las Botas<br />
Errantes al llegar a las afueras de la Ciudad:<br />
- Amigas mías, guíenme a donde se encuentra el Mago<br />
Baltazar.<br />
Entonces, en lugar de tomar rumbo por el camino que se<br />
hallaba ante él, ahora cubierto con la estela gélida de ese monstruo<br />
de acero negro que unía a la Ciudad sin Estrellas con la<br />
localidad de El Descanso, las Botas le llevaron por una estrecha<br />
senda que cruzaba la ciénaga a lo ancho. Si bien ésta se<br />
encontraba a su mano diestra, el mercader no se había fijado<br />
en ella a causa de la obscuridad.<br />
Pese a que las botas Errantes le conducían ágilmente a<br />
través del Bosque, el camino se hizo arduo y fatigoso porque<br />
los árboles cambiaban de sitio, y cubrían los pocos espacios<br />
visibles para dificultarles el viaje. A tal punto llegó esta situa-<br />
Cristián Berríos | 106 | http://zonaliteratura.com
ción, y el enojo que le produjo, que Gabriel exclamó en esa<br />
Lengua que hasta entonces había usado solo para maldecir:<br />
- ¡Situei iz ide xunu! ¡Hezte duz erbudiziz izten in na<br />
xumtre!. (¡Esto es el como! ¡Hasta los árboles están en mi contra!)<br />
De inmediato escuchó una voz:<br />
- Hirnemut , ¿Iz qoit exezut xumuxiz det dimjoet sejrele,<br />
k mut sebiz qoit libiz ppilanuz qoit tit serwenuz li joaez?...<br />
(Hermano, ¿Es que acaso conoces la Lengua sagrada, y no sabes<br />
que debes pedirnos que te sirvamos de guías?)<br />
- ¿Quiénes son ustedes?- Preguntó el mercader sorprendido<br />
en la Lengua Inmemorial.<br />
- Somos los espíritus que habitamos en el interior de los<br />
árboles, y que obedecemos a nuestro señor, Id imperilur di<br />
duz Erbudiziz, quien a su vez rinde honores al Todopoderoso<br />
Izparatu Xrielur li Tulu du Icaztimti. Debes apresurarte, pues<br />
muchos de nosotros abandonaremos nuestras posiciones, y<br />
pelearemos en la Batalla decisiva.<br />
Gabriel se quedó atónito.<br />
- ¿El momento de la Gran Batalla ha llegado?<br />
- Así es- Contestó el espíritu-. Si tienes algo que hacer en<br />
el Bosque antes que eso ocurra, dinos a donde quieres ir y te<br />
indicaremos el camino.<br />
- Tengo hablar con el Mago Bedteseri - Dijo el mercader-<br />
. Según mis guías él se encuentra en este Bosque. Llévenme<br />
hasta su presencia, por favor.<br />
De inmediato los árboles se movieron de nuevo, y dejaron<br />
un camino entre ellos. Tras seguirlo por una hora, el mercader<br />
vislumbró un reconfortante y espacioso claro, en el que<br />
se hallaba instalado un campamento. Luego de ordenarle a las<br />
http://zonaliteratura.com | 107 | Cuentos de Sueñobscuro
Botas que se detuvieran, Gabriel avanzó hacia la entrada, que<br />
estaba bajo la custodia de un grupo de gigantes muy robustos<br />
y carentes de cuernos. Según una de las descripciones que le<br />
diera Ulises sobre los Pueblos Milenarios, pertenecían al grupo<br />
de los Asetos.<br />
- Hirnemu, ¿Qoij iz du qoij qoairiz? (Hermano, ¿Qué es<br />
lo que quieres?)<br />
- Bozxu edei Neju Bedteseri. Id ni izteei izpiremlu. Busco<br />
al Mago Bedteseri. Él me está esperando)<br />
En seguida, el guardián fue a comprobar la veracidad de<br />
lo dicho por el mercader. Al retornar le dijo:<br />
- El poderosísimo Mago Bedteseri, indiscutido Líder de<br />
la Luz, quiere que lo veas ahora mismo. Sígueme.<br />
Así lo hizo Gabriel, en tanto los otros gigantes encendían<br />
una pipas de hermoso tallado, y se introdujo en aquél campamento,<br />
poblado de seres muy diversos, que salvo gnomos,<br />
enanos, hombres y un gigante Sorga, característico por su<br />
mezquindad de carnes y grandes manos, en su mayoría le eran<br />
desconocidos. Asomaban por doquier entre las tiendas un<br />
emblema donde Tres Torres Azules resaltaban sobre un fondo<br />
blanco; y otras que parecían representar a los Pueblos de<br />
los Guerreros. Cuando el Aseto se detuvo frente a una tienda<br />
de cristal Océano, similar al capullo puntiagudo de una bella<br />
Zinutria (Planta de interior que mantiene sus flores rojas y lilas<br />
todo el año) le ordenó al mercader:<br />
- Espera aquí.<br />
Al cabo de algunos segundos, el Mago Baltazar apareció<br />
justo cuando el cielo se despejaba. Vestía una túnica color sangre<br />
donde brillaban Tres torres doradas, y sus cabellos relucían<br />
como en aquél día ya lejano en el Otoño de Argid. Una<br />
Cristián Berríos | 108 | http://zonaliteratura.com
vez que el guardián Aseto se había retirado, Bedteseri observó<br />
un instante a Gabriel, y al verle desaliñado y vestido con<br />
harapos le dijo:<br />
- Lamento haber sido la causa de tus pesares, pero si traes<br />
contigo aquello que te encomendé ninguno de ellos habrá sido<br />
en vano.<br />
- Lo traigo-. Masculló el mercader fijándose en la lujosa<br />
túnica que traía puesta el Mago.<br />
- Entonces entrégamelo de inmediato y así de rápido tendrás<br />
tu recompensa- Dijo Baltazar muy entusiasmado.<br />
Entonces el mercader, que se había desatado el Libro en<br />
el camino porque el peso le encorvaba, le entregó el Texto<br />
envuelto en un sucio andrajo, y le dijo:<br />
- Difícilmente podría recibir una recompensa justa por<br />
todos estos años.<br />
- Mi suerte no ha sido mejor que la tuya- Dijo el Mago-.<br />
Aquí me tienes preparándome para un combate, cuando preferiría<br />
quedarme en algún rincón del Bosque. Sin embargo, si<br />
no peleo jamás habrá paz para mí ni para nadie... ¿Por qué una<br />
madre trae al mundo a su hijo entre mil suplicios, y luego sonríe<br />
al tenerle en los brazos?... ¿Por qué entregar el corazón a<br />
quien se ama si este puede quedar destrozado?... ¿Por qué algunos<br />
de mis bravos guerreros irán al frente si su fuerza no se<br />
comparan con las de un demonio o un hechicero?... La respuesta<br />
es simple: Cualquier sacrificio es ínfimo cuando se persigue<br />
un objetivo supremo. Aún así me imagino que tu estancia<br />
en Sueñobscuro fue muy provechosa.<br />
- Pur zopoiztu qoiei du foi, ni zarwau perei eprimlir izte<br />
dimjoeei, k tenbaim dei liei dez retez. (Por supuesto que lo<br />
fue, me sirvió para aprender esta lengua, y también la de las<br />
http://zonaliteratura.com | 109 | Cuentos de Sueñobscuro
atas.)<br />
- Iztuka Zijoru li qoia imxumtrerez omea resume nigura<br />
zi bozxez xuma xoalelu- Replicó el Gran Mago. (Estoy seguro<br />
que encontrarás una razón mejor si buscas con cuidado)<br />
En seguida Baltazar le entregó un pergamino y un pequeño<br />
Cofre de color esmeralda con valiosas incrustaciones, y le<br />
dijo:<br />
- Abre este Cofre y pídele al Espíritu que lo habita que te<br />
transporte al cuarto donde se encuentran Las Puertas a Todos<br />
los Mundos y a Todos los Tiempos.<br />
- ¿Puede llevarme a donde se lo pida?.- Interrumpió<br />
Gabriel.<br />
- Así es- Corroboró el Mago-, quédate con él y si lo deseas<br />
también con el Sombrero de Romin y las Botas Errantes.<br />
Por desgracia no puedo permitir que te lleves el Bastón Lium,<br />
porque no me pertenece. Un día, cuando Cam brille débilmente<br />
en una constelación siniestra, será muy necesario.<br />
Una sombra se asomó en el semblante del Mago, pero se<br />
sobrepuso en seguida, y le dijo al mercader:<br />
- Cuando aparezcas frente a las puertas, lee lo que dice el<br />
pergamino y muy pronto estarás en casa. Te aseguro que has<br />
inscrito tu nombre entre aquellos que dieron honor a tu raza.<br />
Ahora vete de inmediato o la Guerra estallará en tus propias<br />
narices.<br />
Gabriel se despidió de Baltazar con una reverencia, y de<br />
pronto descubrió que su rencor había cedido en buena parte.<br />
Luego caminó unos cuantos metros, y mirando el Cofre se<br />
dijo:<br />
- Podría pedirle que me lleve con Zafiro.<br />
Pero de inmediato recordó que ésta le había abandona-<br />
Cristián Berríos | 110 | http://zonaliteratura.com
do, y sus pensamientos apuntaron a la bella Alicia y a la promesa<br />
que le había hecho. En ese momento abrió el cofre, y de<br />
éste aparecería un anciano muy delgado de mirada petrificante,<br />
largos cabellos blancos, pómulos marcados, y tres delgados<br />
cuernos en el mentón, que le dijo:<br />
- Lani due qoi Liziezei k duei xonpdariei, piruei libizei<br />
hexirluei liei prazeei, poizei pumtuei ziriei darireluei. (Dime<br />
lo que deseas y te lo cumpliré, pero debes apresurarte pues<br />
pronto seré liberado)<br />
- Hirmenu- Dijo el mercader sin que perdiera tiempo-,<br />
lliweniei e lumli zi hellemei dez poirtez e tuluz duz nomluz k<br />
tuluz duz taimpuz. (Hermano, llévame a donde se hallan las<br />
puertas a todos los mundos y a todos los tiempos)<br />
En seguida su deseo fue hecho realidad, y en un abrir y<br />
cerrar de ojos Gabriel se halló en una inmensa habitación, tan<br />
amplia como el cuarto principal de un palacio. Sus paredes<br />
era de un pulcrísimo mármol, y poseían múltiples adornos de<br />
piedras preciosas. Había cuatro pilares de oro macizo en la<br />
habitación, y dos puertas de madera labrada ubicadas justo en<br />
frente de Gabriel. Mirándole atentamente desde un gran sillón<br />
negro, un guardia estaba apostado junto a la puerta que tenía a<br />
su derecha.<br />
Se parecía al Espíritu del Libro en la distribución facial, y<br />
en la forma de la cabeza, aunque la suya era más diminuta y<br />
completamente calva; y ahí acababan las similitudes, porque<br />
el guardia lucía una piel dorada y brillante, un color de ojos<br />
rojo sangre, y una estrella verde bajo el labio inferior. Además,<br />
una enorme y finísima cola le salía del mentón, y rodeaba<br />
su cintura; y vestía una túnica plateada. Al ver que Gabriel<br />
caminaba hacia las puertas le dijo:<br />
http://zonaliteratura.com | 111 | Cuentos de Sueñobscuro
- Lanid dez pedebrez nejases ud tid idanameri emtiz lid<br />
qoid poilez lixar: «Mud dez xumuzxud» (Dime las palabras<br />
mágicas o te eliminaré antes que digas: «No las conozco»)<br />
Ante esto, el mercader desenrolló el pergamino, y leyó<br />
una Inscripción la cual iba desapareciendo a medida que acababa,<br />
que decía lo siguiente:<br />
«Quiero sumergirme en el Lago del Tiempo y empinarme<br />
sobre otras épocas. Pisar la Tierra colmada de Hojas De la<br />
semilla que aún no brota o buscar a los antepasados detrás de<br />
las estrellas».<br />
Asombrado el Guardián de las Puertas exclamó en la lengua<br />
ancestral:<br />
- ¿Quién eres tú que tienes anotado en un pergamino lo<br />
que dice en un Libro secreto y sagrado? - Y luego dijo-: Bueno,<br />
de todas formas, ahora pronuncia la fecha a la que desea ir<br />
y después cruza el umbral que protege la puerta que está a tu<br />
izquierda. Cuando sientas que todo ha acabado, y créeme que<br />
lo sabrás, debes volver a este lado de la puerta. No te olvides<br />
de dejar aquí los objetos que traes contigo, y también los harapos<br />
que vistes.<br />
- ¿Tengo que hacerlo?- Preguntó Gabriel con los ojos muy<br />
abiertos.<br />
- Si- Afirmó el Espíritu-, pero tus cosas estarán aquí cuando<br />
salgas. Esta habitación es un limbo donde no existe el tiempo.<br />
Gabriel hizo un calculo ayudándose de los datos proporcionados<br />
por Ulises y, luego de que mencionara la fecha en<br />
voz alta, abrió la puerta de la izquierda y traspasó el umbral.<br />
Al otro lado no había nada en su entorno, salvo una oscuridad<br />
tan densa que incluso le impedía verse las manos. En cuestión<br />
Cristián Berríos | 112 | http://zonaliteratura.com
de segundos sintió que la temperatura variaba entre el polo y<br />
el más ardiente de los infiernos, y que su forma mutaba. Sentía<br />
que agonizaba y quiso volver a la habitación, pero su cuerpo<br />
se había disipado y era apenas una hoja luchando contra el<br />
viento.<br />
Jamás tuvo tanto miedo como al confundirse con las sombras<br />
que le rodeaban, y se dijo que las almas de los muertos<br />
debían pasar lo mismo. En ese momento surgió de la nada<br />
una laguna blanca, y dominado por una enorme quietud<br />
sobrevoló encima de ella. Una voz cantaba a lo lejos, y su dulce<br />
melodía le hizo ligero y diestro como un ave. Era libre. Y<br />
lo sería hasta que una fuerza superior le atrajo a las aguas, y en<br />
el helado fondo de ella una vez más lo absorbió la obscuridad.<br />
Entonces poco a poco fue recobrando su constitución, y<br />
descubrió sorprendido que aún se hallaba junto a la puerta.<br />
Sin ningún esfuerzo pudo abrirla y poner un pie en la estancia<br />
de mármol. En tanto se vestía, el Espíritu Guardián de las<br />
Puertas le dijo:<br />
- Al abandonar esta habitación te hallarás en la época que<br />
elegiste. Sal de la misma forma en que llegaste.<br />
En ese momento, Gabriel pensó en Alicia y en cuan felices<br />
serían al reunirse. En seguida abrió el cofre esmeralda con<br />
entusiasmo, pero no obtuvo el resultado que esperaba.<br />
- El espíritu de ese cofre fue liberado mientras cruzabas<br />
el umbral -Dijo el Guardián con una sonrisa ya que le animaba<br />
ver la cara de espanto del mercader.<br />
Entonces Gabriel cayó de rodillas cansado y harto de estar<br />
cansado, y dijo presa del desanimo:<br />
- El destino me tuvo cientos de años alejado de mi tierra,<br />
http://zonaliteratura.com | 113 | Cuentos de Sueñobscuro
y ahora quiere que muera encerrado aquí.<br />
- No debes desanimarte- Repuso el Guardián compadecido-,<br />
pues no soy un espíritu común ni me encuentro atado<br />
de manos. Puedo llevarte al lugar que desees.<br />
- Hermano- Dijo Gabriel con el corazón bregando por<br />
escapársele del pecho-, llévame a mi pueblo El Otoño de Argid.<br />
Apenas había terminado de decir el nombre de su tierra,<br />
cuando Gabriel fue transportado allí sin demora. Deseaba darle<br />
una sorpresa a Alicia, por este motivo había añadido un par<br />
de días a la fecha de su partida. Al ver la luz de la aurora, el<br />
mercader se dio cuenta que era muy temprano. Rápidamente<br />
atravesó la plaza principal de su pueblo y se dirigió a su hogar.<br />
Al llegar a éste, se desplazó sigilosamente hasta su habitación.<br />
Muy desanimado, recordó que la puerta del cuarto rechinaba,<br />
y ésta hizo un largo y quejumbroso ruido al abrirla.<br />
Entonces vio que su esposa se despertaba de un salto, con los<br />
ojos desorbitados por la impresión. A su lado dormía el comerciante<br />
que se había burlado de él aquél día en que supo de<br />
la existencia del elixir.<br />
- Gabriel - Dijo ella amargamente y luego peinó algunos<br />
rizos que le caían sobre el rostro.<br />
Ante esto, el mercader permaneció en silencio durante un<br />
momento y al fin dijo:<br />
- Wawemei k noirem gontuzei. (Vivan y mueran juntos)<br />
Luego de que Gabriel abandonara su hogar fue a sentarse<br />
en la plaza principal de El Otoño de Argid profiriendo miles<br />
de maldiciones en el trayecto. Al cabo de una extensa y descarnada<br />
meditación, descubrió que su orgullo estaba herido,<br />
pero no así su alma; y de pronto se hizo presente en él la virtud<br />
de ver la realidad a través de otros ojos.<br />
Cristián Berríos | 114 | http://zonaliteratura.com
Tras reunir un poco de agua en el Sombrero de Romin,<br />
cortó un trozo de los harapos que le colgaban y se dedicó a<br />
limpiar la suciedad que la lluvia y los años habían acumulado<br />
en las Botas Errantes. Cuando su labor le dejó satisfecho y el<br />
fuego pálido que le dañaba la vista se reflejaba en ellas, Gabriel<br />
se puso de pie dispuesto otra vez a abrirse paso entre un mar<br />
de obstáculos, y pidió a la Botas que le guiaran hasta el Gran<br />
Bedteseri.<br />
http://zonaliteratura.com | 115 | Cuentos de Sueñobscuro
Cuentos de Sueñobscuro<br />
Vol. 2<br />
ORIGEN DEL MAGO OBSCURO
Cristián Berríos | 118 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 1<br />
UNA MIRADA AL PASADO<br />
Poco antes de embarcarse en el Roblestev, Urbano dio un<br />
último vistazo al puerto de Sueñobscuro, y por un momento<br />
creyó que había divisado, bajo la luz dorada de los faroles<br />
negros que abundaban en la Ciudad y sobre un telón oscuro y<br />
movedizo, la silueta de Samuel, su padre, encorvada bajo el<br />
peso de un bulto monstruoso.<br />
- Uno de estos días tendré que cargar un elefante- Dijo<br />
Samuel en un recodo de su infancia- Espero que me toque uno<br />
sepa ir al baño.<br />
Cuando esa imagen fue diseminada por la brisa del Norte,<br />
vino a su mente una tarde fría como el aliento de un espectro.<br />
Él y su padre se dirigían a la oficina de un contratista,<br />
entre otras cosas jefe de los trabajadores de los muelles. Las<br />
pisadas de ambos se perdían en las calles como remotos alaridos,<br />
y unas aves anunciaban lluvia en sombrías alturas. Urbano<br />
jamás había visto a su padre tan preocupado; por ese motivo<br />
casi se le hiela la sangre cuando se detuvieron frente a un<br />
viejo y deslucido edificio, y le oyó murmurar:<br />
- Aquí es.<br />
http://zonaliteratura.com | 119 | Cuentos de Sueñobscuro
Segundos después de que el cargador llamara, la descolorida<br />
puerta que había frente él cedió unos centímetros, y unos<br />
ojos pequeños y hostiles se asomaron a las penumbras de la<br />
calle.<br />
- ¿Qué quieres?- Dijo una voz fulminante.<br />
- Vengo a ver al jefe- Contestó Samuel sin inquietarse.<br />
Entonces el dueño de la mirada incisiva bramó a todo<br />
pulmón para que pudieran oírle desde adentro:<br />
- Si necesitas ganar más dinero, entrena a un simio para<br />
que trabaje en los muelles y luego preséntalo como tu gemelo.<br />
Envuelto en el halo de risotadas y alcohol barato que salía<br />
disparado a la calle, el padre de Urbano aclaró:<br />
- No busco un aumento sino un préstamo.<br />
Sin duda había pronunciado una palabra mágica. En seguida<br />
se oyó el quejido de unas bisagras, y la misma voz burlona<br />
les invitaba a pasar. Apenas cruzaron el umbral de la puerta,<br />
Urbano se halló en un cuarto escasamente amoblado, y tropezaron<br />
con su mirada inquieta una mujer muy hermosa, cuya<br />
expresión de desencanto le daba la dulzura de un vino añejo;<br />
un hombre pelirrojo y fornido con el rostro pintado de borrachera,<br />
y finalmente el sujeto que les había recibido, un buitre<br />
de horrible sonrisa vestido con un impecable traje azul.<br />
Los dos primeros bebían sentados en una mesa redonda y pequeña.<br />
El buitre avisó que hablaría con el jefe, y subió corriendo<br />
las escaleras que había al fondo del cuarto.<br />
- ¿Cuántos años tiene el niño?- Dijo la mujer en tanto encendía<br />
un cigarrillo.<br />
- Diez años- Contestó Samuel.<br />
- Edad suficiente para que se tome un trago- Comentó el<br />
pelirrojo mientras llenaba un vaso.<br />
Cristián Berríos | 120 | http://zonaliteratura.com
Escapando por unos segundos al embrujo de la mujer,<br />
Urbano contó las botellas que había en la mesa. Eran cuatro<br />
vacías y una a medias.<br />
- Tu vaso te está esperando muchacho- Dijo el borracho-<br />
. Con esto te saldrán pelos en el pecho, y de paso se te borrará<br />
esa mirada de serpiente.<br />
- Mi hijo no tiene edad para beber- Replicó Samuel con<br />
absoluta calma.<br />
En ese momento bajó el sujeto del traje azul, y le comunicó<br />
al cargador que el jefe le esperaba. En seguida el padre de<br />
Urbano hizo el amago de avanzar, pero debió detenerse en<br />
seco, pues el pelirrojo se había puesto de pie rápidamente y<br />
encarándole exclamó:<br />
- Suba si quiere, pero el muchacho no va a ninguna parte<br />
si no ha tomado su medicina.<br />
El padre de Urbano hizo caso omiso de estas palabras<br />
ordenándole a su hijo que le siguiera. Desairado, el ebrio sujetó<br />
de un brazo al cargador, y Samuel, luego de que girara con<br />
la velocidad de un rayo, le propinó un puñetazo tan vigoroso<br />
que hizo volar al pelirrojo hasta la mesa. Un estruendo de vidrios<br />
rotos llenó el cuarto por un par de segundos.<br />
- ¿Qué pasó? - Gritó el jefe alarmado desde arriba.<br />
- Nada- Contestó el buitre del traje azul apenas sofocando<br />
una carcajada-. Sólo se quebraron unas botellas.<br />
- ¡Entonces tengan más cuidado!...- Exclamó el jefe- ¡Les<br />
pago para que trabajen y no para que causen destrozos!...<br />
En el segundo piso Urbano y su padre fueron conducidos<br />
a una habitación muy reducida. Tras un escritorio de caoba se<br />
hallaba un hombre de calva insipiente y bigotes, que al ver a<br />
Samuel no disimuló su sorpresa.<br />
http://zonaliteratura.com | 121 | Cuentos de Sueñobscuro
- ¿Hace cuánto tiempo que trabajas para mí?...- Exclamó.<br />
- Llevo casi tres meses- Dijo el cargador.<br />
- ¿Qué quieres?....- Rugió el jefe.<br />
- Señor- Dijo Samuel inclinando la cabeza-, la menor de<br />
mis hijas se encuentra gravemente enferma, y creo que morirá<br />
si no la interno en un hospital... Necesito dinero, y no sé a<br />
quien más recurrir.<br />
- Sabes de sobra que no debería prestarte nada- Dijo el<br />
jefe clavando la vista en Samuel como un puñal-, pero supongo<br />
que el dinero de un pelafustán es tan bueno como el de un<br />
hombre decente. ¿Qué garantía puedes darme?... Hasta donde<br />
sé solo posees la ropa que llevas puesta y esa casita en el<br />
centro de la Ciudad... Si no puedes ofrecerme nada más lárgate<br />
en seguida y no vuelvas a aparecerte en los muelles.<br />
Urbano se fijó entonces en lo demacrado y abatido que<br />
lucía de pronto su padre, y tuvo la impresión que al menos<br />
veinte años cayeron sobre sus hombros cuando dijo:<br />
- La casa será mi garantía.<br />
Al oír a Samuel, una sonrisa triunfante y maliciosa apareció<br />
en el rostro del jefe, y dijo con un tono desinteresado:<br />
- ¿De cuánto estamos hablando?...<br />
De este modo los sanguinarios dedos de la venganza comenzaron<br />
a deslizarse sobre el cuello del cargador. Hacía<br />
mucho tiempo ya que el nefasto corazón del contratista lamentaba<br />
el abandono de una jovencita, que harta de sus malos<br />
tratos había buscado refugio en un hombre honesto y tan pobre<br />
como ella. Y ocurrió que antes de que pudiera pagar la<br />
tercera parte de la deuda Samuel perdió su empleo, y su antiguo<br />
jefe movió cielo y tierra para que no le contrataran en<br />
ninguna parte. A partir de entonces la familia del cargador se<br />
Cristián Berríos | 122 | http://zonaliteratura.com
sustentaría con el escaso dinero que su esposa, Alondra, ganaba<br />
cosiendo y lavando.<br />
Sospechosamente, los escasos interesados en comprarles<br />
la casa se arrepentían a última hora de la transacción. Aunque<br />
tentado de probar suerte en otras tierras, Samuel no tuvo valor<br />
para dejar a su hija en el hospital, y a su esposa y su otro<br />
hijo alimentándose apenas día a día. Convenciéndose de que<br />
cada vez se acercaban más al abismo, recorría las calles infatigablemente<br />
en busca del sustento diario. Sin embargo, hubo<br />
una última esperanza para ellos, ya que Urbano se ofreció para<br />
ir a emplearse en la oriental localidad de El Descanso, donde<br />
hacía apenas un año habían arrancado todo vestigio de la Flor<br />
de Tol. Con una amarga sensación en sus corazones, sus padres<br />
le dejaron partir.<br />
Por largos días, Urbano tuvo la impresión de que fracasaría<br />
en El Descanso, pues nadie quería emplearle a causa de su<br />
endeble contextura. Pero al cabo de varios intentos, un anciano<br />
muy gentil lo dejó a prueba en su tienda, y así fueron transcurriendo<br />
los días hasta accedió a darle el trabajo.<br />
Luego de que apartara lo justo y necesario para comida, y<br />
gracias a que su jefe le permitía alojarse en una pequeña bodega,<br />
Urbano enviaba todo el dinero restante a su hogar en<br />
Sueñobscuro, pero no lucía satisfecho: Conforme pasaba el<br />
tiempo una gran inquietud le hería como una aguja al rojo vivo.<br />
Finalmente, una mañana de poco movimiento en la tienda<br />
Urbano le contó su historia al dueño del negocio, y éste le<br />
permitió ausentarse por el resto del día para que viajara a<br />
Sueñobscuro. Pero fue demasiado tarde. Cuando tocó a la<br />
puerta de la que había sido su casa por años, le recibieron unos<br />
extraños. Ni siquiera había una carta para él. Ellos recibían el<br />
http://zonaliteratura.com | 123 | Cuentos de Sueñobscuro
dinero aunque negaron el hecho mirándose en forma cómplice.<br />
Bajo las tinieblas de la Ciudad sin Estrellas, Urbano visitaría<br />
incansablemente una decena de hosterías y posadas, hasta<br />
que al fin halló por casualidad a su madre instalada en un<br />
sucio callejón, y sintiendo que el alma le hervía exclamó:<br />
- ¿Quién te hizo esto mamá?... ¿Dónde está mi padre?<br />
Con los ojos arrasados en lagrimas, y desenvolviéndose<br />
con mucha dificultad, Alondra le contó que cuando llevaban<br />
apenas una semana en la calle, dos hombres se acercaron a ella<br />
para atacarla. Samuel se encargó de ambos luchando como<br />
una fiera, aunque no sin antes recibir una estocada mortal.<br />
Aunque un hedor putrefacto y el cuchicheo de unas ratas<br />
le indicaron el paradero de los agresores, el niño no se atrevió<br />
a preguntarle a su madre donde había dejado el cuerpo de<br />
Samuel. A pesar de la abstracción que la dominaba a ratos ella<br />
adivinó la inquietud de Urbano, y le dijo con la sonrisa vacía<br />
de una muñeca de porcelana:<br />
- Lo arrastré hasta el mar.<br />
Días después, Urbano se enteró de que su hermana menor<br />
había muerto en el hospital de Sueñobscuro. Si bien le<br />
pareció prudente ocultarle la noticia a su madre hasta verla<br />
más restablecida, Urbano se dio cuenta de que ella lo supo<br />
con solo mirarle, como si sus ojos aflojaran la verdad aún más<br />
dóciles que sus labios. Si bien en más de una ocasión pareció<br />
resplandecer sentada en el lecho de un cuartito de bajo alquiler<br />
en El Descanso, la miseria había dejado una huella indeleble<br />
en ella, y Urbano la vio marchitarse sin remedio a causa de<br />
una pulmonía.<br />
En los años sucesivos, la pobreza le persiguió como un<br />
Cristián Berríos | 124 | http://zonaliteratura.com
perro salvaje, y rasgó las mangas de sus camisas, las bastillas<br />
de sus pantalones y los codos de sus abrigos, le hizo indigno y<br />
ofensivo a las miradas de los demás; pero jamás pudo hincarle<br />
el diente en las carnes, porque Urbano estaba hecho de una<br />
materia impermeable al frío y al hambre, lo suficientemente<br />
dura para que resistiera malos tratos y las desventajas de una<br />
educación a medias, y a la vez flexible y ligera para mantenerse<br />
a flote por adversos e imprevistos que fueran los designios<br />
del Destino.<br />
Se había jurado convertirse en un hombre poderoso, y<br />
vengarse tarde o temprano por la muerte de los suyos con la<br />
sangre de aquél que había extendido una sombra sobre ellos;<br />
pero quedó dentro de sí ese deseo. Apenas unos meses después<br />
de que muriera su madre supo que el contratista también<br />
había fallecido, y una ira incandescente se incubó en sus entrañas.<br />
Con el paso del tiempo, Urbano se hizo cada vez más<br />
arisco e inaccesible, y su corazón fue albergando tanto odio<br />
que muy pronto se convirtió en la fuente de todas sus fuerzas,<br />
en un auténtico soplo de vida.<br />
http://zonaliteratura.com | 125 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 2<br />
LA ISLA DE LOS ETANES<br />
Si bien en muchísimas ocasiones compartió el lecho con<br />
mujeres tan dulces y suaves como los susurros del Mar, Urbano<br />
nunca se dio una auténtica oportunidad en el amor; quizás<br />
porque reconocía que escapaba a sus capacidades. Entre los<br />
marinos fue temida su resolución a la hora de matar, y por<br />
este motivo a menudo le dejaban embriagarse sin compañía<br />
en un rincón de La Abadía del Bebedor Penitente, taberna que<br />
poseía la mejor cerveza de la región. No en vano corría a lo<br />
largo del muelle el relato de como Urbano había vencido a<br />
diez extranjeros bien armados que maldecían Sueñobscuro.<br />
La historia era una alegoría exagerada, porque en realidad había<br />
enfrentado a seis y uno de ellos le habría apuñalado por la<br />
espalda de no ser porque una daga le perforó el cuello. El cuchillo<br />
pertenecía a Eyré, un marino enjuto y moreno tan diestro<br />
que luego de que arrojara las dagas se quedaba indicando<br />
con el dedo a la muerte que bailaba con las víctimas.<br />
A raíz de lo sucedido, Eyré se convirtió en la sombra de<br />
Urbano en noches de pendencias y burdeles. Pero el alivio del<br />
placer y la bebida eran pasajeros, y no conseguían que Urbano<br />
Cristián Berríos | 126 | http://zonaliteratura.com
olvidara. Cuando recorría las sombrías calles de la Ciudad sin<br />
Estrellas deambulaba en una época de dicha burlona, y al mismo<br />
tiempo sufría en carne propia los azotes que el Destino, a<br />
través de la injusticia y la miseria, había propinado a sus seres<br />
queridos. No resistía quedarse en Sueñobscuro ni abandonarlo<br />
por más de un año. La Ciudad y él eran dos amantes que<br />
discutían y acababan estrechándose desnudos.<br />
Al fin un día, a los cuarenta y cinco años de edad, Urbano<br />
decidió alejarse de la Ciudad sin Estrellas para siempre. Por<br />
este motivo puso su nombre en la nómina del Roblestev, un<br />
mercante que desafiando la costumbre de esos años pretendía<br />
lanzarse en línea recta a Nariago, el Continente Occidental.<br />
Para ello debía cruzar frente a la costa Norte de la temida isla<br />
Vaker, también llamada Isla de los Gigantes, donde habitaban,<br />
según una leyenda de mucho arraigo entre los marinos,<br />
una raza sanguinaria de criaturas altas como un abeto, cuyos<br />
cabellos plateados brillaban al sol cuando se disponían a sembrar<br />
la muerte.<br />
Pero el miedo y las creencias de los viejos jamás han cubierto<br />
deudas ni pagado una ronda de cerveza, y muchos marinos,<br />
entre ellos Eyré, se sumaron gustosos a la travesía ante<br />
la noticia de que recibirían el triple del salario acostumbrado.<br />
Bajo la mirada atenta de marinos retirados, prostitutas, niños,<br />
los empresarios que habían ideado el viaje, y aquellos que no<br />
habían aceptado la generosa oferta, el mercante zarpó por última<br />
vez de Sueñobscuro siendo despedido con pañuelos blancos<br />
y sucias risotadas.<br />
Los tripulantes del Roblestev pronto vislumbraron lo<br />
penoso y fatídico de su viaje. Tres días después de que<br />
abandonararan el puerto de Sueñobscuro, y como si el fin del<br />
http://zonaliteratura.com | 127 | Cuentos de Sueñobscuro
mundo comenzara con el levantamiento de las aguas, una tempestad<br />
sin precedentes descargó su furia contra el mercante; y<br />
al cabo de ocho horas de zozobras, cuando los creyentes maldecían<br />
y los ateos rezaban, el Mar succionó a la embarcación y<br />
le invitó a dormir eternamente en sus profundidades.<br />
En el momento en que Urbano abrió los ojos, vio a lontananza<br />
que unas palmeras rendían pleitesía, y volaban de ellas<br />
unos Ordajos marrones emitiendo tristes graznidos. Se hallaba<br />
tendido de abdomen en la arena, y le dolían los brazos y las<br />
piernas, como si no tuviera huesos y los miembros le colgaran<br />
del pellejo. Nunca imaginó que despertaría.<br />
Cuando se dejaba llevar por las olas pensó por un instante<br />
que iba a morir, porque los calambres menguaban sus movimientos,<br />
y comenzaba a hundirse como si fuera de plomo.<br />
Entonces un tentáculo de hielo le envolvió justo a tiempo permitiéndole<br />
respirar en la superficie.<br />
- ¿Eyré?- Dijo Urbano asombrado.<br />
En lugar de oír la voz del lanza cuchillos, un sonido aterrador<br />
penetró en su mente confusa, y de él descifraría las siguientes<br />
palabras:<br />
Soy Oden el viajero<br />
Y cruzo el Universo.<br />
El Tiempo es una brisa<br />
Que no vuela mi sombrero.<br />
No parecían tener ningún sentido y a la luz de la mañana<br />
le parecieron parte de un sueño. Cerca de él había tres hombres,<br />
mas allá uno, dos... Eran ocho; ocho de un total de veinticinco.<br />
Con la mitad del cuerpo en la arena y la otra en el<br />
Cristián Berríos | 128 | http://zonaliteratura.com
agua, Eyré despertaba cuando Urbano llegó junto a él.<br />
- Debemos raquear la playa- Dijo Urbano-. Necesitamos<br />
todas las provisiones posibles, y aún así creo que acabaremos<br />
muriéndonos de hambre.<br />
- Los que mueran primero alimentaran a los otros- Dijo<br />
Eyré acariciando las empuñaduras de las tres dagas que sostenía<br />
en una de sus manos.<br />
Cuando caminaban por la orilla en busca de dos barriles<br />
distantes unos cincuenta metros, el enjuto marino se dio cuenta<br />
que les observaban a la distancia. Los seres no tenían cuerpo,<br />
pero formaban siluetas humanas con la arena, y se escondían<br />
bajo ella.<br />
- Nos vigilan los Tairrejus- Informó Eyré señalándoles con<br />
el dedo-. Se supone que sirven a los gigantes Etanes.<br />
Como los extraños desaparecieron, Urbano no pudo verles<br />
y preguntó al lanzador de cuchillos:<br />
-¿De donde sacaste esa mierda?<br />
Eyré aclaró su garganta y dijo:<br />
«La noche previa al viaje, tu yacías borracho en un rincón<br />
de La Abadía del Bebedor Penitente. A mí no me quedaba<br />
mucho para alcanzarte, cuando oí que en la mesa contigua a la<br />
mía dos marinos jóvenes se burlaban de un lobo de Mar. Lo<br />
conocía. Su nombre era Hambar o al menos así le llamaban.<br />
Me levanté dispuesto a tumbarlos, porque me enfureció que<br />
molestaran a un hombre que les confió el alma al embriagarse<br />
junto a ellos, y tuvo el valor de enfrentar al demonio que habita<br />
en el fondo de una botella.<br />
«Cuando acabé de darles lo suyo, invité a Hambar a sentarse<br />
conmigo y hablamos hasta que cerraron la taberna. Me<br />
contó la historia de la isla, y de los gigantes que habitan en<br />
http://zonaliteratura.com | 129 | Cuentos de Sueñobscuro
ella. Les llamaba Etanes. Hace años él iba en un barco que<br />
recogió a un naufrago que flotaba sobre unas tablas. Apenas<br />
lo rescataron, el desdichado comenzó a relatarles sus desventuras,<br />
pero nadie entendía su lengua. Hambar sí, porque su<br />
primera esposa era oriunda de tierras extrañas. Al oírlo,<br />
Hambar se enteró de la existencia de los Tairrejus y de sus<br />
señores, los Etanes, y supo de la afición que estos tenían por<br />
tomar prisioneros y luego cazarlos como si fueran su comida.<br />
No eran totalmente salvajes en cualquier caso, porque según<br />
el infeliz estaban bien organizados y comprendieron las lenguas<br />
de todos los hombres que habían caído junto a él. Hambar<br />
vino con nosotros en el barco, y tengo la impresión de que<br />
quería arrastrarnos a esta isla. Sabía más de lo que el ron y la<br />
cerveza le obligaron a contar».<br />
-¿Está ese Hambar entre los seis que hay con nosotros?-<br />
Preguntó Urbano.<br />
-No, me temo que murió en el naufragio.<br />
Echándose un barril al hombro, Urbano le dijo:<br />
-Me parece que aún no se te pasa la última borrachera.<br />
No bien acababa de decirle aquello y el cielo tronó como<br />
si el propio Nguechén rugiera desde Alina. Cuatro sombras<br />
enormes emergieron de la verde vegetación que se extendía<br />
más allá de las dunas desplazándose velozmente. En sus cabezas,<br />
las cabelleras separadas en trenzas les brillaban como coronas<br />
de plata, y sus manos blandían espadas de fuego blanco,<br />
y arrastraban redes de pequeños círculos. Medían al menos<br />
cinco metros de altura y poseían tres cuernos en la espalda<br />
que formaban un triangulo.<br />
Sin que perdieran un segundo, los Etanes capturaron a<br />
cuatro hombres como si fueran muñecos de trapo, y dos de<br />
Cristián Berríos | 130 | http://zonaliteratura.com
ellos se aproximaron a Eyré y a Urbano, que miraban perplejos<br />
lo que ocurría. El enjuto marino lanzó un cuchillo a uno de<br />
sus atacantes, sin mayor resultado que una ronca carcajada de<br />
su oponente y fue tomado prisionero. En cuanto a Urbano<br />
hizo el ademán de rescatar a Eyré; pero se detuvo al percatarse<br />
que los otros dos gigantes corrían hacía él con seis marinos<br />
en sus redes. Luego de escabullirse entre las piernas de los<br />
Etanes como una rata en una tierra de elefantes, se dirigió a la<br />
espesa vegetación que se resplandecía a lo lejos como un bosque<br />
de esmeralda. Aunque al cabo de algunos minutos tuvo la<br />
impresión de que no le seguían, siguió adelante hasta que acabó<br />
por desplomarse sobre unos matorrales.<br />
http://zonaliteratura.com | 131 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 3<br />
EL OFRECIMIENTO DE EFISTO<br />
Aunque su corazón latía aterrado y el cansancio había<br />
incrementado tres veces el peso de su cuerpo, Urbano se sentía<br />
muy insatisfecho con lo ocurrido. Poco y nada le importaban<br />
los otros seis prisioneros, pero lamentaba el hecho de que<br />
los gigantes capturaran a Eyré, a quien le debía la vida. Por<br />
esta razón, y luego de que descansara oculto bajo las hojas<br />
secas de una palmera, volvió a la playa donde habían sufrido<br />
el ataque. Pretendía apoderarse de la daga que Eyré había arrojado<br />
a uno de sus captores. Con el arma bajo su cinturón, fue<br />
al rescate de Eyré. Siguiendo las huellas de los Etanes recorrió<br />
los estrechos senderos de un monte ceniza; y continuó tres<br />
kilómetros al Noroeste entre negros pantanos hasta que al fin<br />
vislumbraría una empalizada cuyos muros superaban los cincuenta<br />
metros.<br />
Aunque a simple vista parecía una trampa, Urbano se deslizó<br />
hacia adentro aprovechando que las puertas estaban abiertas<br />
y el único vigilante dormía en lo alto de una torre. Luego<br />
atravesó un enorme patio llenos de jaulas de madera, donde<br />
asomaban los rostros afligidos de diversas criaturas.<br />
Cristián Berríos | 132 | http://zonaliteratura.com
Todas le dirigían la palabra en un idioma que nunca había<br />
oído, pero sus gestos y el brillo de sus ojos hablaban por si<br />
mismos: Ansiaban la libertad. En una de las jaulas, Urbano<br />
descubrió a Eyré y a los seis marinos capturados con él en la<br />
playa. Sin duda habían sido maltratados, porque sobre sus camisas<br />
rasgadas brotaba sangre y sus rostros lucían agotados.<br />
Cuando vieron a Urbano gritaron alborozados, pero él les calló<br />
con autoridad y preguntó mirando a izquierda y derecha:<br />
- ¿Dónde se encuentran los gigantes?<br />
- Esos malditos fueron a comer- Contestó Eyré a punto<br />
de desfallecer- Asaron treinta cerdos y doce novillos frente a<br />
nosotros.<br />
- ¿Cuántos son en total?- Dijo Urbano mientras cortaba<br />
las gruesas cuerdas que amarraban la puerta de la jaula.<br />
- Ciento ochenta y dos docenas más contando a su líder-<br />
Contestó el lanzador de cuchillos-. Las mujeres y los niños<br />
también son guerreros.<br />
Cuando Urbano acabó su ardua tarea, le dijo al enjuto<br />
marino:<br />
- Con esto pago mi deuda.<br />
Eyré tomó el cuchillo para darle libertad a dos criaturas<br />
que estaban encerradas en la jaula contigua. Una de ellos poseía<br />
cuernos en la cara externa de brazos y piernas y poseía un<br />
ojo amarillo ubicado donde normalmente va la boca, la cual<br />
tenía unos diez centímetros sobre el ombligo. Medía algo así<br />
como dos metros y se hallaba cubierto por un pelaje gris. El<br />
otro era de una piel blanca como un sol de invierno, y miraba<br />
altivo con sus ojos naranjas.<br />
- ¿Qué haces?-Preguntó Urbano.<br />
- Consigo ayuda- Dijo Eyre-. El peludo es un Balquio y el<br />
http://zonaliteratura.com | 133 | Cuentos de Sueñobscuro
otro un gigante Sorgas. Hablan nuestra lengua y desean ponerle<br />
las manos encima a los Etanes.<br />
- No creo que sean útiles a menos sepan volar- Dijo Urbano<br />
mirando a los desconocidos con recelo.<br />
En seguida se escuchó un toque de alerta: Desde lo alto<br />
de la torre el guardia había descubierto la fuga. En cuestión<br />
de segundos una decena de Etanes se arrojaron sobre ellos<br />
con redes y espadas, pero esta vez los marinos contaban con<br />
refuerzos y se produjo un duro combate. Como no requería<br />
de armas para luchar, el Balquio enterraba sus cuernos en los<br />
gigantes poseído por una furia descomunal, y el gigante Sorgas<br />
sembraba tajos a diestra y siniestra con una espada que le había<br />
arrebatado a uno de los Etanes. Eran guerreros de una<br />
altísima estirpe, y se arrojaban sobre sus enemigos como si un<br />
ejército interminable se extendiera tras ellos. «Gramam om»<br />
gritaba el Balquio y «Riinhihim iniminim hialinim» el gigante<br />
pálido. Eran los gritos de guerra de sus pueblos, y los nombres<br />
de los primeros de sus razas que juraron lealtad a la Luz<br />
y al legendario Mago Bedteseri.<br />
Sin embargo la ayuda fue insuficiente y Eyré y seis de los<br />
siete marinos restantes fueron capturados de nuevo. Al ver<br />
que el Balquio era abatido por tres gigantes, el guerrero Sorgas<br />
le indicó a Urbano que corriera hasta la salida, y se lanzó contra<br />
los Etanes alzando su espada teñida de rojo. Urbano escapó<br />
por una mínima abertura justo cuando el Guardia de la<br />
torre cerraba las pesadas puertas de la empalizada, y luego<br />
correría dos kilómetros hacia el Este antes de desplomarse de<br />
nuevo. Cuando por fin se puso de pie el cielo se había obscurecido<br />
por completo.<br />
No dudaba que los gigantes organizarían una cuadrilla para<br />
Cristián Berríos | 134 | http://zonaliteratura.com
uscarle, y fue en dirección al Norte. Dos horas más tarde el<br />
Mar se ofrecía engañosamente frente a sus ojos, al igual que un<br />
vaso de vino en una mesa aledaña o una bella mujer que pasea<br />
del brazo de otra persona. Caminó sobre unas rocas en busca<br />
de un bote, pero en el fondo de su alma sabía que no lo encontraría.<br />
Muy apesadumbrado, le dio la espalda al Mar esperando<br />
que un gigante apareciera tras sus pasos. En ese instante<br />
escuchó unos gritos que decían:<br />
- ¡Oh, poder que te escondes en el Mar! ¡Aparece frente a<br />
mí!<br />
Le pertenecían a un hombre que se hallaba parado sobre<br />
una roca. Sus ropas eran deshechos y parecía sumamente cansado.<br />
Urbano se acercó a él, y le dijo:<br />
- Hambar, si no me equivoco.<br />
El hombre le miró sobresaltado.<br />
- ¡Que haces aquí! ¡Deberías estar muerto! ¡Lárgate de<br />
inmediato!...¡Seré el elegido y nadie más!... ¡Un Humano y ningún<br />
otro!<br />
De pronto se quedó en silencio pues una sombra emergía<br />
del Mar y una neblina cubrió la tierra. Un horrible canturreo<br />
decía:<br />
Yirazú trajo un secreto de Amin...<br />
¿Cuál es ese secreto?<br />
Uno que el Creador no querría que se supiera<br />
Urbano sintió que extrañas presencias volaban en torno a<br />
su cuerpo. Para su espanto y el de Hambar, un horrendo monstruo<br />
surgió de las aguas. Era tal el horror que producía que<br />
era prácticamente imposible mirarle a los ojos. Estos poseían<br />
http://zonaliteratura.com | 135 | Cuentos de Sueñobscuro
un bello resplandor dorado, muy parecido al oro; pero el oro<br />
es un metal al fin y al cabo y carece de vida, y aquella mirada<br />
enfriaba el alma y quemaba la piel. Al verle, Hambar se desplomó<br />
sin vida, pero Urbano se mantuvo cabizbajo y cuando<br />
pudo controlarse alzó la vista sintiendo que envejecía diez años<br />
y lo observó detenidamente.<br />
- Humano- Dijo la criatura-, me impresiona tu valor. Te<br />
aseguro que grandes Magos, como Dobro y Rim, huyeron de<br />
mí en el pasado, y que muchos hechiceros temen mi nombre y<br />
más aún visitarme.<br />
- ¿Quién eres tú?...<br />
- Soy Efisto- Contestó el monstruo-. Uno de los Tres<br />
Demonios que descansan en el fondo del Mar.<br />
- ¿Descansan?- Exclamó Urbano-. Si hay otros dos como<br />
tú me extraña que no se hayan apoderado del mundo.<br />
- Cam es un platillo que no sacia el apetito de este hambriento-<br />
Dijo Efisto riendo-, pero sin duda ya sería nuestro de<br />
no ser porque un Mago entrometido nos encadenó a las profundidades<br />
del Océano.<br />
- ¿Un Mago bastó para capturarles?...<br />
- No creas que se trata de un ser invencible, o de una energía<br />
similar a la del Tridente que conformo con los otros esclavos<br />
de esta aguas- Dijo Efisto ofendido-. Hace un tiempo el<br />
Tridente y la Cofradía se habrían apoderado de Los Tres Libros<br />
si no hubiera sido porque carecíamos de la unión necesaria.<br />
Cada uno de mis guerreros pretendía ganar la Batalla por<br />
si mismo, y esa fue una equivocación fatal. Pero en el futuro<br />
tendremos un Líder, así esta escrito. Su energía no se comparará<br />
con la de nuestros mejores guerreros, pero será lo suficientemente<br />
astuto como para aunar nuestras fuerzas en el<br />
Cristián Berríos | 136 | http://zonaliteratura.com
momento adecuado. He traído a la isla un montón de gusanos<br />
inservibles, como ese montón de huesos que esta junto a ti,<br />
pero por fin la espera ha terminado y el Líder se haya frente a<br />
mis ojos.<br />
- Se equivoca- Dijo Urbano muy sorprendido-. Yo no soy<br />
ningún líder, y no me interesa encargarme de nada que no sea<br />
mi vida.<br />
- Pero te seduce la idea de convertirte en un ser temido y<br />
de amplias facultades- Replicó Efisto con una sonrisa maligna-.<br />
Hay tanta ambición en tus entrañas como sal en estos<br />
Mares... Y en tu alma tanto odio como en el interior de muchos<br />
de los nuestros... Ya lo dice la profecía:<br />
Aunque se trate de un Humano,<br />
Habrá tanto odio en su interior<br />
Como en el corazón de una bruja o demonio.<br />
Se convertirá en el Mago Obscuro<br />
Y aunará al mundo de las Tinieblas.<br />
Imtomxiae ide ainxue lide<br />
Fame hebre llijelue.<br />
En seguida Efisto agregó:<br />
- Del rencor que sientes proviene tu energía y sin él no me<br />
cabe duda que estarías muerto. A nosotros nos pasa algo parecido...<br />
Todos fuimos creados por el Todopoderoso, aunque<br />
a algunos nos toca el trabajo sucio. Por ejemplo, no niego que<br />
el amor debe ser maravilloso, pero... ¿Es mi culpa no conocerlo?...<br />
Conozco la obscuridad y el mal, y me agradan el dolor<br />
y el pánico... ¿Es extraño que siembre el grano conocido<br />
en lugar de uno diferente?...¿O que acabe haciendo lo que me<br />
http://zonaliteratura.com | 137 | Cuentos de Sueñobscuro
gusta?... Ahora es la oportunidad de que tu odio te brinde un<br />
beneficio y te ayudará a decidirte el hecho que no amas la vida<br />
ajena. Fuiste al rescate del lanzador de cuchillos por una cuestión<br />
de orgullo.<br />
- ¿Cómo supo?...<br />
- Estoy prisionero y no disuelto- Interrumpió el demonio-.<br />
Sé que estás aquí desde que tu barco se adentró en las<br />
aguas del Mar de Sueñobscuro. Urbano, mi paciencia se agota,<br />
porque mal que mal la paciencia es un don divino, y comienzo<br />
a hartarme de hablar en esta lengua de gusanos. Dime...<br />
¿Aceptas mi ofrecimiento?<br />
Urbano se quedó unos segundos en silencio, y luego preguntó:<br />
- ¿Todos reconocerán mi autoridad?...<br />
- Sí- Contestó Efisto sin que ocultara su entusiasmo-, de<br />
eso nos encargaremos yo, Arkán y Yirazú, las otras puntas del<br />
Tridente. La Palabra del Mago Obscuro será respetada y obedecida<br />
por nosotros y por cada miembro de la Cofradía.<br />
- Entonces acepto- Dijo Urbano con gran seguridad.<br />
- Esa es la respuesta que deseaba oír- Repuso Efisto-.<br />
Ahora escúchame con atención, porque te diré cuales son tus<br />
próximos pasos a seguir...<br />
Cristián Berríos | 138 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 4<br />
LA CAVERNA DEL DRAGÓN<br />
Luego de que hablara con Efisto el demonio, Urbano se<br />
dirigió a la fortaleza de los gigantes Etanes, y fue recibido por<br />
dos guardias que le llevaron a un salón repleto de tesoros y<br />
armas. Allí le esperaba un gigante vestido con una túnica negra<br />
que llevaba un Tridente Rojo en el pecho. Este Etán lucía<br />
más voluminoso que los otros; y si no hubiera estado sentado<br />
en un trono de oro, quizás también habría resultado ser más<br />
alto. Una bella gigante cepillaba su cabellera plateada, y el soberano<br />
acariciaba la empuñadura de una enorme hacha que<br />
estaba apoyada en su asiento. Después de que examinara a lo<br />
lejos al marino, el gigante rasco su barba gris y le dijo en una<br />
lengua familiar:<br />
- Tú eres Urbano.<br />
- Así es- Contestó el marino.<br />
- Me llamo Titán y soy el Soberano de esta isla. Jamás me<br />
canso de decirlo. Cada año sostengo cinco combates a muerte<br />
para mantenerme en el cargo.<br />
Luego de que chasqueara los dedos, uno de sus sirvientes<br />
trajo un cofre dorado y lo puso a los pies de Urbano. Enton-<br />
http://zonaliteratura.com | 139 | Cuentos de Sueñobscuro
ces Titán le dijo al marino:<br />
- El Gran Efisto, nuestro protector, me pidió que te entregara<br />
este obsequio.<br />
Urbano lo abrió con esfuerzo; si bien no era mucho más<br />
grande que un cofre cualquiera, la tapa pesaba como el acero.<br />
En su interior había un gran Martillo de Cristal Rojo.<br />
- También me dijo que lo complacerías si le dieras una<br />
pequeña muestra de aprecio y lealtad- Agregó el Soberano de<br />
los Etanes y volteándose hacia otro de sus sirvientes musitó<br />
unas cuantas palabras.<br />
- ¿Cómo? - Preguntó Urbano imperturbable.<br />
- Mata a uno de los hombres que vinieron contigo- Contestó<br />
Titán-, y señaló a Eyré que caminaba hacia el trono acompañado<br />
por dos guardias.<br />
- Denle un arma- Dijo Urbano muy despacio.<br />
- Limdiao omao ernioa- Repitió el Soberano.<br />
Sin tardanza un gigante trajo a Eyré uno de las dagas que<br />
traía consigo antes de que fuera capturado; y en seguida Urbano<br />
le gritó al enjuto marino con una voz terrible:<br />
- ¡Eyré prepárate!...<br />
Por un instante Eyré dudó acerca de cuan real era la amenaza<br />
de Urbano, pero muy pronto reconocía en él la sombra<br />
de la muerte, y le lanzó su cuchillo veloz como un relámpago.<br />
La daga habría atravesado el corazón de su atacante, de no ser<br />
porque éste giró levemente su tronco recibiendo el impacto<br />
en su brazo izquierdo. Cuando se encontraba a escasos metros<br />
de Eyré, Urbano arrojó su cuchillo con gran precisión, y<br />
la daga fue a incrustarse en la garganta del moreno lobo de<br />
Mar. Una vez que Eyré expiró, Urbano le dijo a Titán:<br />
- Ignoro como tratan ustedes a sus muertos, pero quiero<br />
Cristián Berríos | 140 | http://zonaliteratura.com
que este hombre sea arrojado al Mar.<br />
- Esta bien- Aprobó Titán-, pero en cuanto a los otros...<br />
- No me interesa lo que hagan con ellos- Interrumpió<br />
Urbano mientras vendaba su herida con un jirón de ropa.<br />
Cuando el marino tomó el Martillo de Cristal Rojo, el<br />
Soberano Etán le dijo:<br />
- Debes golpearlo contra el suelo y saldrá el Esclavo que<br />
habita en él.<br />
Así lo hizo Urbano y del Martillo salió un Espíritu amarillento.<br />
Era más bien una sombra, pues no había esperanza en<br />
sus enormes ojos blancos; y su luenga figura se hallaba<br />
encorvada como si cargara un peso abominable sobre los hombros.<br />
Al mirar a Urbano el Esclavo le dijo:<br />
- Lanid dud qoid lisies, k dud xunpdarid.<br />
Sin que se intimidara, Urbano replicó:<br />
- Aún no hablo la Lengua de los Antiguos, pero como sé<br />
que comprendes la mía cumple con este mandato: Llévame a<br />
la Caverna del Dragón Inmemorial.<br />
Aunque el Esclavo parecía molesto, no tardó en obedecerle<br />
y en un abrir y cerrar de ojos Urbano irrumpió en la<br />
soledad de un denso Bosque. A unos pocos pasos de él, se<br />
hallaba la entrada de una cueva, cuya oscuridad habría deprimido<br />
a un centenar de luciérnagas. Apenas el marino había<br />
entrado en ella percibió una energía que remecía levemente<br />
las paredes y el suelo, donde abundaba el Musgo Amarillo. A<br />
medida que descendía por un sendero espiral se intensificaban<br />
en sus oídos unos latidos monumentales. El marino tuvo la<br />
impresión que un volcán bombeaba furioso el magma de la<br />
tierra.<br />
Al final de la senda había una inmensa galería. Una veintena<br />
http://zonaliteratura.com | 141 | Cuentos de Sueñobscuro
de antorchas negras la iluminaban y al fondo de ella se extendía<br />
un abismo. Urbano observó que dos enormes cadenas colgaban<br />
del muro de la galería y caían al vacío. Cuando se aproximaba<br />
a la orilla para mirar hacia abajo, un murmullo se expandió<br />
como el ruido de una avalancha y en seguida aparecía<br />
del abismo una criatura gigantesca.<br />
Era un reptil de piel azul y amplias alas grises, cuyos ojos<br />
negros resplandecían plenos de sabiduría. Urbano no tuvo<br />
miedo de él, y no supo explicarse el porqué. Irradiaba un aura<br />
poderosísima que empujaba y atraía al marino como una suave<br />
ola. Luego de que observara detenidamente a Urbano le<br />
dijo:<br />
- ¿Hebdezii naii dimjoeii? (¿Hablas mi Lengua?)<br />
Como Urbano seguía mirándole fascinado sin que supiera<br />
que decirle, la criatura le preguntó:<br />
- ¿Sabes quien soy?<br />
- Sí- Dijo Urbano-, eres el Legendario Dragón Inmemorial,<br />
Líder de la orden de los Dragones Inmemoriales.<br />
- ¿Quién te envió a verme?- Preguntó el Dragón.<br />
- Efisto- Contestó Urbano-. Si bebo de tu sangre obtendré<br />
facultades mágicas. Así estaré preparado para hacerme<br />
cargo del Ejercito de las Tinieblas bajo el Título de Mago<br />
Obscuro.<br />
En seguida clavó su vista en el líquido rojo que escurría<br />
por los eslabones de las cadenas. Provenía de la argolla que<br />
apretaba el cuello del Dragón.<br />
- Esa es la parte fácil del asunto- Dijo el Dragón-, pero<br />
creo que esa sabandija buena para nada no te explicó lo que<br />
eso significa. Si bebes de mi sangre y te pones al mando de las<br />
Tinieblas no tardarás en anhelar el descanso de la muerte. No<br />
Cristián Berríos | 142 | http://zonaliteratura.com
sabes cuanto duelen los pesares del espíritu cuando éste cuenta<br />
con toda la eternidad para recriminarse.<br />
- Hablas como si hubieras pasado por ello- Reflexionó -<br />
Urbano- ¿Porqué te encerraron aquí?...<br />
- Porque lo merecía- Contestó el Dragón Inmemorial-.<br />
Hace poco más de quinientos años alardeaba de mi superioridad,<br />
y Mataba y disolvía a muchas criaturas sin necesidad alguna.<br />
Un día acabé con una aldea que se apoyaba en los muros<br />
del Reino Centro. Allí vivía una dama muy querida para uno<br />
de los seres más poderosos de Cranato y el cobró venganza<br />
contra mí luego de que recurriera al poder de Nguechén.<br />
- En verdad hacía falta que te dieran lo tuyo- Comentó<br />
Urbano-, pero quizás ya pagaste lo suficiente... Si encuentro la<br />
forma de ayudarte ¿Jurarás lealtad al Mago Obscuro?<br />
- ¿Efisto pidió que me hicieras ese ofrecimiento?...- Exclamó<br />
el Dragón y al darse cuenta que Urbano se mantuvo en<br />
silencio agregó indignado-: Dile que no serviré al Tridente ni<br />
a la Cofradía Obscura, pues consagrarse a las Tinieblas significa<br />
despedirse de la libertad para siempre. En un principio<br />
no reprimía el odio que sentía por Bedteseri, mi carcelero,<br />
pero aprendí que si aceptas que la ira te alimente no conseguirás<br />
deshacerte de ella cuando aspires a la paz. Urbano, sé que<br />
ese es tu nombre, aún tienes la oportunidad de rehusarte al<br />
camino que la Oscuridad te ofrece.<br />
Haciendo caso omiso de las palabras del Dragón Inmemorial,<br />
Urbano extendió las manos hacia las cadenas para recibir<br />
la sangre y le dijo con una voz plagada de resentimiento:<br />
- No espero que comprendas lo que hago. Nadie te quitó<br />
a las personas que amabas ni tampoco fallecieron sin que pudieras<br />
hacer algo. Por la miseria que sufrieron los míos me<br />
http://zonaliteratura.com | 143 | Cuentos de Sueñobscuro
cobraré con todas las riquezas del mundo y nadie volverá a<br />
doblegarme o a robar lo que me pertenece.<br />
Cristián Berríos | 144 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 5<br />
LA LEYENDA DEL<br />
MAGO OBSCURO<br />
Luego de que abandonara la caverna Musgo Amarillo,<br />
Urbano comenzaba a sentirse mareado y caminó fatigosamente<br />
por el Bosque. Cuando estaba a punto de desmayarse, le pidió<br />
al Esclavo del Martillo que le vistiera con ropas limpias, y le<br />
proporcionara un saco de dinero. En seguida le solicitó que le<br />
transportara a Sueñobscuro, donde buscó alojamiento en El<br />
Rincón del Bucanero, una antigua posada de la Ciudad.<br />
Los días siguientes fueron un lento martirio para Urbano.<br />
Su piel se cubrió con manchas rojizas, y tuvo malestares estomacales<br />
y fulminantes dolores de cabeza. Por momentos tenía<br />
la impresión de que había bebido un letal veneno, y que su<br />
organismo trataba de resistirse a la muerte; pero simultáneamente<br />
percibía que una fuerza asombrosa comenzaba a apoderarse<br />
de su cuerpo. Sus sentidos fueron agudizándose hasta<br />
convertirse en una pesadilla, y no tardó en percatarse de que<br />
era capaz de leer los pensamientos de quienes pasaban por su<br />
lado. Cuando se disponía a quedarse dormido danzaban entre<br />
las sombras del cuarto los rostros de Efisto, Eyré, y el Dragón<br />
como nefastas apariciones, y le llenaban de inquietud. Pero<br />
http://zonaliteratura.com | 145 | Cuentos de Sueñobscuro
su mayor calvario se producía cuando recordaba una y otra<br />
vez a Samuel, Alondra y a su hermana. Entonces sufría sus<br />
perdidas como cuando era niño, y las lágrimas brotaban grises<br />
y escasas.<br />
Sin embargo, los malestares desaparecieron al cabo de una<br />
semana, y Urbano se levantó un día sintiendo que despertaba<br />
de un largo sueño. Pronto comprobó que era capaz de cosas<br />
asombrosas, tales como elevarse en el aire, volar y aparecer y<br />
desaparecer con solo desearlo. Con su metamorfosis, producida<br />
el año 42.815 de la E.C., la oscuridad que había en su<br />
interior fue incrementándose; y a su pasión por las mujeres y<br />
la bebida se agregó un afán insaciable de combatir y devastar.<br />
Pero estas actividades no entorpecían las obligaciones del<br />
Mago Obscuro, pues simultáneamente se interiorizaba de lo<br />
ocurrido desde el T. A. en adelante, y estudiaba las artes ocultas,<br />
buscando conjuros y encantamientos en los diversos rincones<br />
de Cranato.<br />
Muy pronto se trazó como único objetivo apoderarse de<br />
Los Tres Libros de Alina, y rendir a sus pies al Jrem Universo.<br />
Como bien pudo vislumbrar Efisto, al asumir el mandato del<br />
Ejercito de las Tinieblas Urbano cumplió una de las profecías<br />
que anunciaban la proximidad de la Gran Batalla. Ogros,<br />
Berserkers, Etanes, brujas, hechiceros, demonios y el resto de<br />
la Cofradía juraron obediencia ante el Mago Obscuro, y muchos<br />
habitantes de los Pueblos Milenarios temblaron al oír su<br />
nombre, como antes lo había hecho al escuchar los nombres<br />
de los miembros del Tridente; pero nadie se enteró jamás del<br />
alto costo que Urbano tuvo que pagar ni de lo terrible que<br />
sería su condena.<br />
Cristián Berríos | 146 | http://zonaliteratura.com
Cuentos de Sueñobscuro<br />
Vol. 3<br />
DESTRUCCIÓN DE SUEÑOBSCURO<br />
http://zonaliteratura.com | 147 | Cuentos de Sueñobscuro
Cristián Berríos | 148 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 1<br />
REPENTINO ADIÓS<br />
Se dirigía a la estación ferroviaria de Sueñobscuro. La vía<br />
Férrea atravesaba el Bosque del Este, hogar de varios Pueblos<br />
Milenarios y lecho eterno del Gran Acobe Valla. Cuando<br />
se detuvo en la estación, Bastián recordó la alegría que en su<br />
infancia despertaba el ferrocarril, y cuanto había cambiado<br />
aquello a partir del accidente de su padre. Una puerta en su<br />
interior se abrió mientras el tren iniciaba su marcha. Como<br />
más allá del límite este de la Ciudad los rieles estaban cercados<br />
en extensos pasajes por profundas ciénagas, su padre le<br />
repetía por esos años que no se acercara a la vía férrea, ya que<br />
por intermedio de ella acostumbraba internarse en la espesura<br />
del Bosque. Sin embargo, sus ansias de aventura le llevaban<br />
a desobedecerle con frecuencia ignorando cualquier peligro.<br />
En cierta ocasión Bastián caminaba por el tronco de un<br />
enorme pino que servía de puente sobre el cieno, como si la<br />
propia arboleda le tendiera la mano. Cuando ya casi alcanzaba<br />
la orilla resbaló a causa de la humedad de la corteza, y comenzó<br />
a hundirse lentamente en las aguas pantanosas. Sin que hallara<br />
respuesta alguna, sus gritos se extraviaron en el abruma-<br />
http://zonaliteratura.com | 149 | Cuentos de Sueñobscuro
dor silencio que envolvía a la floresta, de vez en cuando roto<br />
por unos aullidos. Justo en el momento en que la desesperación<br />
terminaba por sepultarle, Bastián vislumbró una silueta<br />
entre las penumbras del Bosque arrimándose raudamente a la<br />
ciénaga. En apenas unos segundos, el extraño subió al tronco<br />
con la agilidad de un felino y le extendió una rama.<br />
Tal destreza hizo que Bastián le creyera un ser alógeno,<br />
pero segundos después, luego de que saliera de la ciénaga y le<br />
diera las gracias por su ayuda, descubrió que se hallaba frente<br />
a un niño apenas unos años mayor que él, cuya palidez, radiante<br />
como las cumbres nevadas de Noasa (Tierra del Continente<br />
de Roaduz ubicada al norte de Oaz) le llamó mucho la atención.<br />
Su nombre era Martín.<br />
Martín y su abuela Estela vivían en una casona situada entre<br />
el Bosque del Este y la estación anterior a Sueñobscuro (Precisamente<br />
a la que Bastián viajaba esa noche), la cual correspondía<br />
a El Descanso. Hasta el momento en que rescató del<br />
cieno al único amigo que tendría por esos años, la infancia de<br />
Martín había transcurrido sin la compañía de otros niños. En<br />
su grisácea mansión de amplios jardines se refugiaba en las<br />
sombras porque no tenía tolerancia a la luz.<br />
Por desgracia la amistad que surgió entre ellos pronto tuvo<br />
un duro golpe. A raíz del accidente de su padre, Bastián emigró<br />
a la comarca natal de su madre en busca de unos parientes.<br />
Después de que regresara a Sueñobscuro doce años más<br />
tarde, se enteró de que Estela había fallecido gracias a un inserto<br />
en el principal periódico de la Ciudad, y no dudó en<br />
enviarle un telegrama a Martín anunciándole su visita.<br />
Luego de que cubriera a pie el breve trecho que había<br />
entre la estación y la casona, Bastián divisó a su Martín en uno<br />
Cristián Berríos | 150 | http://zonaliteratura.com
de los jardines. Contemplaba absorto una rosa que resistía los<br />
embates del viento. Cuando se dio cuenta de que Bastián caminaba<br />
hacia él en seguida hubo un cambio en la expresión de<br />
su rostro.<br />
A pesar de que se puso muy contento de verle, Martín<br />
evidenciaba el desgaste de una pena abrumadora. Con el deceso<br />
de Estela había perdido de una vez todo el afecto que no<br />
pudieron entregarle sus padres; y además, como si lo anterior<br />
fuera poco, poseía otro motivo para desvelarse: Martín pensaba<br />
en una mujer aunque nada sabía del amor.<br />
Con la prisa con que una chispa enciende las hojas secas,<br />
una ilusión consume el alma de quien se aferra a ella desde el<br />
abismo de la desolación. Sucedió que en un breve alivio de la<br />
enfermedad que le aquejaba, cierto día Estela se animó a darse<br />
una vuelta por la floresta. La anciana tuvo la sensación de<br />
que pinos, abetos y alerces le envolvían en un dulce y perfumado<br />
manto, mientras una energía desconocida le subía por los<br />
pies; y ni siquiera un pájaro que voló burlón sobre su cabeza<br />
pudo arrebatarla de ese encantamiento. A poco de que iniciara<br />
el camino de regreso, Estela encontró a una hermosa joven<br />
vestida de blanco parada junto a un ciprés, y pensando que esa<br />
visión se desvanecería de un momento a otro le dijo:<br />
- ¿Quién eres tú?...<br />
- Mi nombre es Delénia- Contestó la joven envuelta el<br />
susurro de los árboles-. Soy la Princesa del Reino Sur, aquél<br />
que pertenece a este Bosque.<br />
La anciana quedó impresionada con su tono melodioso.<br />
Jamás había oído una voz tan suave y hechizante; parecía que<br />
el viento la había tomado entre sus gélidos dedos deslizándola<br />
hasta ella.<br />
http://zonaliteratura.com | 151 | Cuentos de Sueñobscuro
- ¿Una princesa dijiste?...- Murmuró sorprendida y luego<br />
añadió con una sonrisa-: Sé de alguien que va a estar muy interesado<br />
en conocerte.<br />
Y sin hacerle más preguntas, la abuela decidió invitarla a<br />
la casona en tanto los destellos postreros de la tarde se filtraban<br />
entre los árboles, pues a diferencia de Sueñobscuro los<br />
Bosques del Norte, Este y Sur permitían que el sol se posara<br />
en sus dominios. Si bien siempre solía ser muy cordial y atenta<br />
con las demás personas, había un trasfondo en el sencillo gesto<br />
de la anciana que elevaba infinitamente su valor.<br />
Días después de que fallecieran los padres de Martín, cuando<br />
él apenas tenía unas semanas de vida, una mujer de atuendos<br />
gitanos llamó a las puertas de la mansión. Como brindaba<br />
hospitalidad a los esporádicos visitantes de la casona con un<br />
puesto en la mesa, la anciana le atendió amablemente, pese a<br />
que se hallaba muy acongojada, y le agasajó con una muestra<br />
de los exquisitos manjares que preparaba con maestría.<br />
Al terminar de comer, la mujer agradeció su gentileza y le<br />
dijo:<br />
- En esta época de sombras ya no quedan almas como la<br />
suya- Y Mirando a Martín que dormía en su cuna agregó-: Sin<br />
ninguna duda usted será una verdadera madre para él...<br />
No bien acababa de decir esto, cuando la mujer cerró los<br />
ojos al igual que si recibiera una estocada mortal, y una sombra<br />
repentina como lluvia de verano cubrió de pronto su semblante.<br />
Al cabo de unos cuantos minutos, la mujer se sobrepuso<br />
a su malestar y con una palpable angustia predijo lo siguiente:<br />
Una noche en que Sueñobscuro se ilumine como si mil y<br />
un relámpagos resplandecieran, ese niño que duerme ahora<br />
Cristián Berríos | 152 | http://zonaliteratura.com
tranquilo errará en el sendero de la muerte. Dejarán de servirle<br />
ojos y oídos y a sus pies se hallarán el fuego y la sangre,<br />
mientras busca con el corazón afligido a una hermosa zagala<br />
del Bosque.<br />
Apenas conteniendo su asombro, Estela le pidió que se<br />
fuera inmediatamente de la casona; y si bien durante largo tiempo<br />
quiso olvidarse de lo ocurrido la predicción fue a la larga<br />
una espantosa encrucijada para ella.<br />
Finalmente un día se prometió que nada malo le pasaría a<br />
Martín en tanto pudiera Evitarlo, y que alejaría a su nieto de<br />
Sueñobscuro, sin perderle el rastro a la joven que mencionaba<br />
el nefasto augurio. Aunque la anciana siempre creyó lo contrario,<br />
el arribo de la princesa Delénia a la casona no tuvo nada<br />
de fortuito; mas bien fue una medida extrema. Al conocerla,<br />
Martín descubrió la luz a través del corazón, y los relatos de la<br />
joven trazaron una senda hacia un mundo misterioso, que pocos<br />
Humanos habían vislumbrado. Aunque en esas historias<br />
se hacía evidente su amor y devoción por el Reino Sur, Delénia<br />
también les hizo ver que un soplo de muerte enfriaba la floresta,<br />
y sembraba innumerables peligros tras sus arboledas, tal<br />
como reza el fragmento de un Antiguo Canto:<br />
Una tarde camino a casa me atrapó el aliento de los Egregios.<br />
Entonces pedí a los árboles una ruta hacia el horror.<br />
Pero no todos estaban al tanto de esos riesgos, y apenas<br />
se habían percatado de que extrañas cosas ocurrían ahí, como<br />
por ejemplo Martín antes de que Delénia llegara a la casona.<br />
Entre la oscuridad de la floresta y la densa niebla que abundaba<br />
en ella, corría velozmente entre los árboles hasta caer ren-<br />
http://zonaliteratura.com | 153 | Cuentos de Sueñobscuro
dido. Cuando apenas podía levantarse, buscaba un hermoso<br />
claro que había descubierto cuando niño, y se tendía de espaldas<br />
para ver las estrellas durante horas. A los astros les confiaba<br />
sus secretos, en un ritual que se repetía noche tras noche<br />
.En tanto las tinieblas recogían sus telones en favor de la aurora<br />
y los espectros volaban a encerrarse, Martín retornaba a la<br />
mansión sumido en un sueño del que es imposible despertar.<br />
Si el amor puede llevarnos al sepulcro, la soledad nos alarga<br />
sus manos frías desde lo hondo de la tierra pidiéndonos que<br />
renunciemos a los temores y el escarnio.<br />
Con la aparición de Delénia, brotó agua y vino en todos<br />
los causes secos de su alma, e incluso las sombras de la casona<br />
se replegaron ante su presencia; quizás por que le había cambiado<br />
la cara, y poseía un fulgor que contagiaba a su abuela y<br />
a la propia Princesa del Reino Sur. Pero no todo era sonrisas<br />
para Martín, pues le atemorizaba que Delenia sintiera algo distinto<br />
y un día se fuera de su lado. Si eso ocurría estaba dispuesto<br />
a seguirla hasta el último rincón de Cam, pese a que<br />
había prometido a su abuela que siempre tendría en cuenta la<br />
predicción que le alejaba de la Ciudad sin Estrellas.<br />
Sin embargo, Estela no siempre consiguió que Martín escuchara<br />
sus inquietudes; como ocurrió cuando su nieto tuvo<br />
que contratar un reemplazo para el viejo Señor Mustafá, administrador<br />
de los bienes que había heredado de sus padres.<br />
Todo comenzó una noche en la que Martín regresaba de<br />
su expedición por el Bosque. No pudo evitar sobresaltarse, al<br />
ver que un hombre se hallaba frente a las puertas de la casona.<br />
- Mi nombre es Franz Plata -Dijo el desconocido-. Vengo<br />
de parte del Señor Mustafá, y traigo dos cartas para usted.<br />
- ¡Vaya!- Exclamó Martín-, Mustafá es muy querido en esta<br />
Cristián Berríos | 154 | http://zonaliteratura.com
casa. Espero que se encuentre bien.<br />
Como Martín sabía que el vestíbulo estaba en penumbras,<br />
entró primero a la mansión y encendió un candelabro. Al ver<br />
que el Señor Plata se había quedado en el umbral, no dudó en<br />
pedirle que pasara y agregó:<br />
- Cualquier persona que trabaje con un hombre sabio debe<br />
ser digna de confianza.<br />
- Gracias- Dijo Franz Plata-. Mis modales son de una época<br />
remota y necesito una invitación.<br />
Revisando las cartas que el Señor Plata traía consigo,<br />
Martín verificó que habían sido escritas por Mustafá. En una<br />
de ellas el anciano renunciaba al empleo por motivos de salud,<br />
y en la otra recomendaba a Franz Plata como su sustituto.<br />
Luego de que sopesara esa referencia, y a falta de otras alternativas,<br />
Martín le contrató con un tanto de recelo.<br />
El Señor Plata era un hombre de constitución sólida que<br />
habría perforado un muro sin otra herramienta que su mirada.<br />
Tenía el cabello oscuro y la piel curtida por el sol. Siempre<br />
lucía incomodo cuando vestía de traje, y con frecuencia doblaba<br />
las mangas de su camisa revelando una voluptuosa mujer<br />
tatuada en la cara interna de su antebrazo derecho. A simple<br />
vista representaba unos cuarenta y cinco años; pero al oír<br />
sus extraordinarios relatos se le habría atribuido un siglo de<br />
aventuras. En su época de marino había recorrido diversos<br />
países, lo que le permitió que degustara en ellos un sin fin de<br />
delicias culinarias, y enterarse de sus costumbres, algunas muy<br />
disímiles entre sí. Esto hizo que la desconfianza de Martín se<br />
transformara en admiración, pues había soñado muchas veces<br />
con trasladarse a sitios fascinantes.<br />
Sin embargo, las apasionantes historias del Señor Plata<br />
http://zonaliteratura.com | 155 | Cuentos de Sueñobscuro
no lograron que fuera visto con buenos ojos por las mujeres<br />
de la casona, ni mucho menos lo consiguieron sus comentarios<br />
acerca de las innumerables conquistas que había realizado.<br />
Ambas poseían distintas y justificadas razones para su hostilidad.<br />
Estela pensaba que la sorpresiva renuncia del Señor<br />
Mustafá, y la contratación de su reemplazante merecían un<br />
análisis más profundo, pese a reconocer que éste último duplicaba<br />
el dinero por encanto; quizás también le trajo mala<br />
espina oír voces durante la noche, y ver la niebla del Bosque<br />
colándose bajo las puertas. En cuanto a la princesa Delénia,<br />
no le dio mayor importancia al asunto, a excepción de sentir<br />
una solidaria antipatía hacia él, al menos hasta que en cierta<br />
ocasión le escuchó unos comentarios que despertaron su ira.<br />
Ocurrió en la visita anterior a la que Franz Plata haría la<br />
noche en que Bastián llegó a la casona, la princesa relataba una<br />
historia que decía más o menos así:<br />
«Hubo en una tierra distante cierto rey muy obstinado. De la noche<br />
a la mañana decidió hacer un día un camino por el Bosque hacia<br />
Sueñobscuro, pues estimaba que la única vía disponible a esa tierra misteriosa<br />
era muy angosta para el paso de su gran comitiva, integrada por<br />
cientos de escoltas y decenas de elefantes cargados con valiosísimas y exóticas<br />
mercancías.<br />
«Los primeros leñadores que envió retornaron bastante pronto; y<br />
sin que dieran cuenta exacta de lo que les había sucedido, le rogaron que<br />
no les obligara a retomar su labor. Molesto, y pensando que la marcha<br />
del proyecto debía acelerarse, el rey envió un grupo mejor nutrido de leñadores,<br />
los cuales también regresaron con premura. Sin embargo, a diferencia<br />
de los otros, estos hombres advirtieron al soberano sobre la inconveniencia<br />
de la empresa. Según ellos, seres luminosos de grandes poderes<br />
Cristián Berríos | 156 | http://zonaliteratura.com
les perseguían mientras pronunciaban palabras incomprensibles.<br />
«Negándose a darle crédito a esos testimonios, el rey se enfureció<br />
aún más a causa de los nulos resultados que había obtenido, y sostuvo<br />
una reunión con sus asesores. En lugar de aconsejarle juiciosamente,<br />
ellos le alentaron a que encabezara un tercer grupo, pues a sus espaldas<br />
hacían planes para derrocarle.<br />
«En el instante en que fueron hallados sus cadáveres, las cabezas<br />
del rey y de su sequito pendían de unos árboles como espantosos adornos...»<br />
Cuando Delénia concluyó, el Señor Plata dijo que no sólo<br />
consideraba absurda la idea de que seres sobrenaturales habitaran<br />
en el Bosque, si no también una profecía que anunciaba<br />
la destrucción de Sueñobscuro. En seguida Martín preguntó a<br />
la joven si había oído de tal premonición, y finalmente ella<br />
acabó por revelársela. Con un tono muy solemne y sin que<br />
Franz Plata y la abuela Estela perdieran detalle, la princesa<br />
dijo lo siguiente:<br />
Tres demonios emergerán del Mar<br />
estremeciendo la tierra a su paso.<br />
Esta será la señal que hará temblar a los valientes.<br />
En la Ciudad sin Estrellas se enfrentarán la Luz y las Tinieblas,<br />
y bajo el fragor de la lucha arderá hasta los cimientos.<br />
En seguida, advirtió que esta parte había sido guardada<br />
en secreto por muchos años:<br />
Antes de que usurpen el oro, la plata y el Nekal (Mineral),<br />
el brillo cristalino del rubí ,la esmeralda y el zafiro,<br />
las ventanas de diamante y los portones de Osaebo (Madera),<br />
http://zonaliteratura.com | 157 | Cuentos de Sueñobscuro
las armas cederán y habrá una contienda».<br />
Cuando ella había terminado, el Señor Plata dijo lo siguiente:<br />
- Sueñobscuro es una Ciudad de mal clima, nada más. En<br />
mi opinión las supersticiones y los cuentos de hadas deben<br />
darle paso a las maquinarias y a los inventos. Aunque esas historias<br />
que esta hermosa señorita nos relata tan bien fueran ciertas,<br />
y lo digo por más que nada por respeto a ella, mal podría<br />
llegar ese día terrible si esos demonios ni siquiera han asomado<br />
la nariz.<br />
Mirándole fijamente, la princesa le dijo:<br />
- El comienzo del fin está cerca.<br />
Justo un día después, Martín recibía a amigo Bastián en la<br />
casona; y casi dos horas más tarde, tras las condolencias y presentaciones<br />
correspondientes, Bastián oía alucinado a la princesa<br />
Delénia de los espaciosos claros que poseía la floresta, y<br />
de los ríos relucientes como espejos que la cruzaban al Norte<br />
y al Sur, remontándose a sus periplos por la floresta. Pero su<br />
efervescencia muy pronto fue cubierta por una sombra. Mientras<br />
Martín encendía las velas de los tres candelabros que había<br />
sobre la enorme mesa del comedor, y Delénia abastecía<br />
de cubiertos a los lugares dispuestos en ella, el ruidoso desplazamiento<br />
del ferrocarril, que pasaba unos escasos metros<br />
al norte de la mansión, transportó a la época más dura de su<br />
infancia. Justo al día anterior a la muerte de su padre.<br />
Una tarde, luego de que saliera agotado de su empleo en<br />
el telégrafo de la estación ferroviaria, el padre de Bastián emprendió<br />
el regreso a casa en compañía de su hijo sin que pronunciara<br />
palabra. Por tercera vez en la semana, esa noche se<br />
Cristián Berríos | 158 | http://zonaliteratura.com
tendió como una tonelada plomo sobre la cama, mientras su<br />
hijo comía solo. Bastián trató de explicarse lo que sucedía, y<br />
se dijo que quizás él le culpaba de que su madre muriera al<br />
darle a luz. Pero no pudo soportarlo, y al fin quiso convencerse<br />
de que el trabajo consumía las energías de su padre. Esta<br />
hipótesis hizo que a la mañana siguiente le anunciara que iba a<br />
trabajar para ayudarle con los gastos. En seguida su padre rechazó<br />
el ofrecimiento en forma enérgica, pues recordaba las<br />
penurias que sufriera en la niñez y se había jurado que su hijo<br />
jamás pasaría por lo mismo.<br />
Ante la inflexibilidad de su padre, a quien visitaba siempre<br />
en la estación, Bastián buscó una solución para el problema<br />
durante largo rato, y finalmente se encaminó muy apenado<br />
al Bosque, convencido de que era un lastre. En medio de tanta<br />
pesadumbre, no se percató de la prisa con que corría el tiempo.<br />
Su padre si estaba pendiente del paso de las horas, y la<br />
tardanza le trajo mala espina. Entonces caminó por la vía férrea<br />
para buscarle, a despecho del peligro que él mismo había<br />
advertido. Irrumpiendo entre las sombras y el silencio del<br />
Bosque, un tren, treinta y ocho minutos atrasado a su hora de<br />
llegada, provocó el accidente que terminaría costándole la vida.<br />
A raíz de lo sucedido, Bastián cargó con la culpa de la muerte<br />
de su padre y la condena de las voces del pasado.<br />
Al agitarse bruscamente, las flamas del candelabro que<br />
tenía frente a él trajeron a Bastián al presente. No tardó en<br />
darse cuenta de que la brisa provenía de un ventanal abierto.<br />
Cuando estaba a punto de cerrarlo, Martín se detuvo al ver<br />
que el Señor Plata entraba sigilosamente.<br />
- Llegó justo a tiempo- Le dijo y mirando hacia fuera agre-<br />
http://zonaliteratura.com | 159 | Cuentos de Sueñobscuro
gó-: Se desatará una tormenta.<br />
El recién llegado asintió. Durante la cena, Franz Plata se<br />
mostraba muy interesado en la única joya que lucía la princesa,<br />
un espléndido anillo de rubí. Al fin acabó por solicitarle<br />
que le permitiera examinarlo. Entonces Delénia le dijo que en<br />
vano había intentado desalojarlo varias veces de su dedo; si<br />
bien no le causaba daño alguno, permanecía ahí desde el mismo<br />
día en que le fuera obsequiado por Fátima, la mujer que<br />
había sido su nodriza cuando niña. Tras sonreírle, Franz Plata<br />
se excusó por ser tan curioso, y luego de que vaciara su copa<br />
de Merlot le dijo a Delénia:<br />
- En el tiempo en que usted residió en el Bosque ¿Encontró<br />
a algunos de esos seres que mencionan sus relatos?<br />
- Solo a los Espíritus Guías y al Guardián del Reino Sur,<br />
Baltazar el Mago - Contestó Ella-; aunque a éste último lo vi<br />
en pocas ocasiones porque vivía fuera del castillo.<br />
- ¿No se supone que un Guardián tiene que quedarse en el<br />
sitio que le encomendaron? - Dijo Franz Plata.<br />
- Supongo que sí - Contestó la princesa- Pero su refugio<br />
quedaba muy cerca del Reino... En cualquier caso es nuestro<br />
corazón el que decide donde debemos quedarnos.<br />
Y como se produjo un breve silencio, sin ningún esfuerzo<br />
reconstruyó una tarde de sus ocho años, y puntualmente la<br />
figura de un anciano sentado bajo la sombra de un árbol. La<br />
soledad que éste reflejaba le conmovió tanto que, olvidando<br />
que una niña no debe acercarse a un extraño, se propuso acompañarle.<br />
Como aquél viejo, una forma humana de Baltazar, no<br />
decía palabra, Delénia le preguntó al fin:<br />
- Anciano, ¿Esperas a que el Bosque hable contigo?...<br />
- No- Contestó él con una sonrisa-. Espero a que deje de<br />
Cristián Berríos | 160 | http://zonaliteratura.com
gritarme.<br />
Distanciándola de su remembranza, el Señor Plata le preguntó:<br />
- ¿Está segura de que no encontró señales de algún otro?<br />
Mientras se oían unos extraños murmullos afuera, aún más<br />
intensos que la brisa del invierno, y los arañidos de las ramas<br />
de los árboles en las ventanas del segundo piso, la princesa<br />
Delénia le miró con recelo y dijo lo siguiente:<br />
- Ahora que recuerdo, en la aldea gitana que había a medio<br />
kilómetro del Reino, donde la mujer que me cuidaba y yo<br />
teníamos grandes amigos, oían en ocasiones al Dragón Inmemorial.<br />
Esta respuesta transformó el rostro de Franz Plata, que<br />
hasta ese momento resplandecía, y también se expandió un<br />
rumor apagado sobre la respiración de la chimenea, y tras los<br />
cristales de las ventanas. Uniéndose a la inclemencia del viento,<br />
de pronto la lluvia empezó a desplegarse con la misma<br />
hostilidad. Justo en ese momento, la princesa Delénia le indicó<br />
a Martín que la siguiera y se levantó de la mesa visiblemente<br />
perturbada. Al detenerse a unos pasos de las grandes puertas<br />
de la entrada, donde los seseos de los árboles se transformaban<br />
en murmullos apenas audibles, le dijo sin que elevara<br />
la voz:<br />
- Tengo que irme de inmediato.<br />
Apenas se apagaban en la boca de Delénia, esas palabras<br />
desataron un tormenta en el interior de Martín, quizás más<br />
intensa que aquella que remecía la mansión hasta los cimientos.<br />
Pero éste no tardó en reponerse de la sorpresa; y tras pedirle<br />
a la joven que le esperara, salió de la casona a toda prisa.<br />
En tanto Delénia le comunicaba su decisión de marcharse a<br />
http://zonaliteratura.com | 161 | Cuentos de Sueñobscuro
Martín, y las paredes de la casona se llenaban de lamentos, y<br />
parecían estrecharse como si miles de largos y fuertes brazos<br />
la envolvieran, el Señor Plata comentó al verles juntos:<br />
- Aunque la miseria nos muerda las camisas y elija para<br />
nosotros un reino de ratas siempre se aspira a las cosas hermosas.<br />
Quizás jamás alcancemos algunas, aunque hayamos<br />
puesto todo el esfuerzo posible tras ellas, pero tarde o temprano<br />
comprendemos las razones que influyeron en tal desenlace.<br />
Sin embargo, ¿No cuesta más resignarse cuando hay algo<br />
que creyéndolo cercano permanece lejos de nuestro dominio?.<br />
Ante lo prohibido toda posesión termina siendo escasa o insatisfactoria,<br />
y se olvidan las otras metas concentrando nuestras<br />
energías en eso que resulta tan esquivo. El porqué y la<br />
duración de una búsqueda revelan la esencia de quien la lleva a<br />
cabo pudiéndose confundir perseverancia con despilfarro. Ante<br />
cualquier duda, es preciso ser sumamente mezquinos, pues a<br />
cada minuto nos embriagamos más con la vida, cuando en<br />
verdad nos acercamos a un fin incierto. Hay que amar con cuentagotas<br />
y buscar el veneno en cada beso, el puñal tras cada<br />
caricia... No hay que darle más cuerda a las ensoñaciones, ni<br />
obcecarse con la búsqueda aquí en la tierra lo que habita en<br />
Alina, ya que cualquiera puede despertarse un día en un nido<br />
de alimañas o en el vientre de un abismo insondable. A muchos<br />
mis palabras sonarían como el anuncio de la sentencia<br />
para un hombre muerto, pero no tengo motivos para convencerme<br />
de que si el pasado fuera restituido, y cada aroma y<br />
sonido se levantaran de su sepulcro, todo sería distinto. Aunque<br />
parezca increíble, a veces se salta una zanja en la penumbra<br />
para caer en un foso más profundo. Cuando pretende sorprendernos<br />
el destino no escatima grandes estrategias ni gro-<br />
Cristián Berríos | 162 | http://zonaliteratura.com
seras injusticias.<br />
Mirando a Bastián que le oía atentamente, agregó:<br />
- Hijo, la desventura corre por nuestras venas.<br />
Cuando retornó a la mansión con sus ropas empapadas y<br />
una rosa desfalleciente por el temporal, Martín se aproximó a<br />
Delénia para entregarle su sencillo obsequio, en tanto el fuego<br />
de la chimenea se extinguía poco a poco. Pero su mano al extenderse<br />
pareció vacía, a pesar de sentía en ésta una carga casi<br />
insignificante y una que otra aguja invisible. Muy confundido<br />
Martín apretó la rosa, y al abrir su mano de nuevo aparecieron<br />
en ella unos círculos rojos y diminutos, que iban ampliándose<br />
con lentitud. Entonces la princesa se acercó para darle un vistazo<br />
a la herida, y los tres candelabros se apagaron simultáneamente<br />
dejando la habitación en absoluta oscuridad.<br />
Luego de que Martín encendiera una vela con prontitud,<br />
y de que los muros y el cielo de la casona se distendieran liberados<br />
de un enorme peso, Bastián constató que la princesa<br />
Delénia y el Señor Plata habían desaparecido.<br />
http://zonaliteratura.com | 163 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 2<br />
EL CAMPAMENTO DE BALTAZAR<br />
Recorrieron cada uno de los rincones de la morada y sus<br />
jardines sin ningún resultado. Sin embargo, Martín no parecía<br />
dispuesto a quedarse de brazos cruzados, y menos aún si pensaba<br />
que en todo ese asunto había gato encerrado. Después de<br />
pedirle a Bastián que permaneciera en la mansión por si acaso<br />
Delénia regresaba, y olvidando que conocía las ciudades solo<br />
a través de ilustraciones y fotografías, emprendió el viaje a El<br />
Descanso, donde según los antecedentes que manejaba el Señor<br />
Plata tenía su residencia.<br />
Apenas transcurridos algunos minutos desde que Martín<br />
se fuera, Bastián escuchó que llamaban a las puertas de la mansión<br />
y se apresuró en abrir; en seguida tuvo frente a él a una<br />
mujer de cabello encanecido, aspecto amable y actitud decidida,<br />
que no atravesaba el umbral de esa estancia en más de dos<br />
décadas.<br />
Aunque hacía un esfuerzo por mantenerse en calma, se<br />
notaba que una enorme angustia le roía las entrañas. Luego de<br />
una escueta presentación, Fátima le interrogó sobre la princesa<br />
Delénia.<br />
Cristián Berríos | 164 | http://zonaliteratura.com
- Es demasiado tarde- Murmuró al enterarse de lo ocurrido-.<br />
Él se la llevó.<br />
Tras comprobar que se refería al Señor Plata, Bastián le<br />
comentó que era imposible que éste hiciera algo así, porque<br />
había contado con un exiguo lapso de oscuridad, sin duda insuficiente<br />
para retirarse de la casona. Como a Fátima le apremiaba<br />
volver al Bosque, prometió a Bastián que respondería a<br />
todas sus preguntas si la acompañaba y se ponían en marcha<br />
de inmediato. Una vez que iniciaron su camino, Fátima le dijo:<br />
- Para empezar, el verdadero nombre de ese monstruo es<br />
Urbano. Hace mucho tiempo bebió de la sangre del Dragón y<br />
obtuvo asombrosas habilidades. Muy pronto se convirtió en<br />
el Legendario Mago Obscuro, el líder del Ejército de las Tinieblas.<br />
Desde entonces grandes ciudades e imperios como<br />
Sialur, Azonia y Lantis comenzaron a derrumbarse, pero sus<br />
ambiciones superaban largamente esos antojos de conquistador.<br />
En tanto combatía bajo múltiples rostros, y sin que nadie<br />
supiera con exactitud como ni cuando, adquirió nuevas destrezas<br />
transformándose en un ser aún más temible. Pude prever<br />
que la princesa Delénia sería acechada por un espíritu sombrío,<br />
y esta noche Urbano decidió raptarla aprovechando que<br />
la Luz hace preparativos para enfrentarse a sus legiones.<br />
- ¿Habrá una batalla?...<br />
- Así es - Afirmó Fátima-. Esta noche Cam se sacudirá<br />
hasta los confines. Pero no temas, a nadie le conviene que el<br />
planeta estalle.<br />
Bastián no supo si aliviarse o no. Al cabo de unos segundos<br />
dijo:<br />
- Si el Señor Urbano es tan poderoso pudo llevársela antes.<br />
http://zonaliteratura.com | 165 | Cuentos de Sueñobscuro
- No quiso precipitarse- Contestó la mujer-. Sabía que un<br />
error así desencadenaría el inicio de la guerra, y no estaba preparado<br />
para hacerle frente a nuestro Ejército, que es el de la<br />
Luz. Sin embargo corre el rumor de que cuenta con la sustancia<br />
y los conjuros necesarios para que devolverle la libertad al<br />
Tridente y también a los Espíritus cautivos en los Bosques.<br />
Sin que prestase demasiada atención, Bastián se detuvo<br />
de pronto y exclamó:<br />
- Martín va camino a El Descanso...<br />
- Ahí no correrá ningún peligro- Replicó Fátima-. En todo<br />
caso él conoce parte de los acontecimientos que se avecinan, y<br />
debe probarse en la adversidad, como también el resto de<br />
nosotros. Por ahora debemos apurarnos en llegar al campamento<br />
de la Luz, para que así nuestro líder El Gran Baltazar<br />
sepa lo sucedido... Estoy segura de que él te dirá como puedes<br />
ayudar a tu amigo.<br />
- Los poderes de ese Señor Baltazar... ¿Se comparan con<br />
los del Señor Urbano?...<br />
- Por supuesto que no...- Aclaró la mujer de inmediato-<br />
Los superan ampliamente. Pero en este instante las comparaciones<br />
nos perjudican. Me temo que la presencia del Tridente<br />
inclinará la balanza a favor de las Tinieblas... Y podría ser<br />
mucho peor.<br />
- ¿Por qué?<br />
Fátima tomó un poco de aire.<br />
- Años atrás, Sofía, la adivina que predijo la Batalla que<br />
está a punto de desarrollarse, aseguró que dos importantes<br />
miembros del Ejército de la Luz serían eliminados por una<br />
horrible criatura llamada Iar... Antes de morir dijo también:<br />
Cristián Berríos | 166 | http://zonaliteratura.com
El Universo se ha reinventado una y otra vez,<br />
Pero Iar el cruel es muy persistente.<br />
Y siempre se las ingenia para aparecer sin que lo llamen.<br />
El maligno teme a una niña.<br />
Ella domina los latidos de su corazón»<br />
- ¿Quién es esa niña?...<br />
- Ignoro su nombre- Contestó Fátima-. Sobre ella Sofía<br />
escribió dos líneas más que decían:<br />
Iar intentará evitar que coma del Árbol Sagrado,<br />
Donde se oculta un gran poder.<br />
- El árbol que menciona se llama Niabulus- Agregó la<br />
mujer-, pero no es muy diferente a los otros, salvo por sus<br />
deliciosas frutas... Bueno, ese no es un asunto que deba preocuparnos<br />
por ahora jovencito, y me temo que he sido muy<br />
imprudente al discutirlo en el Bosque, donde algunos sirvientes<br />
de Urbano viajan en el Viento del Norte. Ya habrá un momento<br />
para preocuparse de esas predicciones.<br />
Cuando le encomendaron la atención de Delénia, Fátima,<br />
en aquella época una joven empleada de confianza, no cayó en<br />
sí de gusto, y vio iluminarse una parte de su alma que hasta ese<br />
momento dormía. No obstante, pronto se hallaría inmersa en<br />
un mar de inquietudes, pues en su mente aparecían confusas<br />
imágenes que revelaban una amenaza para la princesa. De esas<br />
visiones logró concentrarse en tres fundamentales. La primera<br />
de ellas trataba de la bravura de un oscuro guerrero; la segunda<br />
era un aviso de que habría un enlace con su interior, y la<br />
tercera le entregaba un desolador fragmento de la contienda<br />
http://zonaliteratura.com | 167 | Cuentos de Sueñobscuro
final.<br />
Fátima daba por hecho que el Reino Sur a la postre no<br />
sería seguro. Bajo prendas que ocultaban su identidad y propósito,<br />
se dedicó a buscarle un hogar a la heredera del trono..<br />
Exhausta por una caminata que concluía a lo largo del pantano<br />
más próximo al Reino (En dirección al Noreste del castillo),<br />
una tarde encontró una mansión en las afueras del Bosque,<br />
la misma en que vivía Martín desde hacía apenas unos<br />
días y su abuela Estela. Sin necesidad de ponerla a prueba,<br />
tuvo pruebas de la bondad de la anciana, una virtud que bruñía<br />
al igual que el oro en el fango, y que Fátima percibía como<br />
el aroma de un pastel.<br />
Un año después de que acudiera a su mente la primera<br />
imagen sobre Urbano, Fátima volvería a perturbarse con un<br />
retazo del futuro; por este motivo, y a pesar de que palpaba el<br />
dolor que había en la casona, sintió el deber de advertirle a la<br />
anciana acerca del peligro que correría su nieto. Por aquel presagio,<br />
Fátima dudó sobre la conveniencia de que enviara a<br />
Delénia a tal lugar, pero también supo que ahí la querrían con<br />
devoción. Por lo demás, Fátima pensaba que si llegaba a tiempo<br />
a la casona evitaría el cumplimiento de su predicción.<br />
Aún así tomó algunas precauciones. El anillo que le obsequió<br />
a Delénia protegía la mente y el corazón de su dueña de<br />
cualquier influencia sobrenatural; sin embargo, estaba lejos de<br />
su alcance que Urbano la transportara fuera de la morada de<br />
Martín, y la encerrara en lo alto de una torre que se situaba a<br />
unos kilómetros de la casona que el Mago Obscuro tenía en<br />
Sueñobscuro, donde en realidad residía. En un comienzo,<br />
Delénia había desestimado las aprensiones de Fátima, y se<br />
dedicaba a darle sosiego a las necesidades de los desampara-<br />
Cristián Berríos | 168 | http://zonaliteratura.com
dos. La princesa siempre se distinguió por un gran espíritu de<br />
servicio, y muy pronto se hizo merecedora del aprecio y gratitud<br />
de la gente.<br />
Sin que dejara de lado las actividades benéficas, Delénia<br />
se interesó además en la defensa personal, y pronto les pidió a<br />
sus padres que la dejaran integrar la guardia real. Los reyes,<br />
que no veían con buenos ojos el interés de la princesa por los<br />
pobres, accedieron de inmediato pensando que esta nueva inquietud<br />
la alejaría de ellos y que con el tiempo iría desencantándose<br />
de su fascinación por la lucha. Pero no sucedió ni lo<br />
uno ni lo otro y es más: Gracias a su extraordinaria destreza y<br />
a una voluntad inquebrantable, la princesa superó cada desafío<br />
hasta constituirse en cuestión de semanas en el mejor elemento<br />
de la guardia, de la cual fue destituida por ayudarle a<br />
un fugitivo.<br />
Entre tanto, y debido más que nada a la desaparición de<br />
su amigo Marco el gitano, Delénia se puso en manos de Fátima,<br />
convencida de que en realidad había una sombra tras sus pasos.<br />
Entonces, sin más compañía que su protectora, y llevando<br />
a regañadientes una ramita de ruda entre los pechos, una nebulosa<br />
tarde inició el trayecto hacia la mansión, con el resultado<br />
ya conocido. Sólo en la torre donde el Mago Obscuro la<br />
dejó cautiva, Delénia se dio cuenta de que había hallado algo<br />
sumamente valioso en la casona, además de la calidez de la<br />
anciana.<br />
El amor y el bacilo de la peste se asemejan en que ambos<br />
pueden infiltrarse en nuestro organismo y liquidarnos después<br />
de un buen tiempo. Tanto el uno como el otro han sido perseguidos<br />
por la faz de la tierra, e incluso los síntomas suelen<br />
parecerse. La diferencia está en que solo el primero de ellos,<br />
http://zonaliteratura.com | 169 | Cuentos de Sueñobscuro
cuando cuenta con la complicidad de las circunstancias y el<br />
milagro de la correspondencia, nos inyecta un generoso hálito<br />
de vida, quizás solo la ilusión que hay de por medio justifica<br />
todo sufrimiento.<br />
Mientras Delénia descubría aquello que sigilosamente habitaba<br />
en su interior, Fátima y Bastián, segundos después de<br />
que la lluvia amainara, pisaban Iracus, una de las tierras sagradas<br />
de los Centauros Escorpiones, y el claro del Bosque Sur<br />
que Baltazar había elegido para su Campamento. Al aproximarse<br />
a los temibles gigantes que estaban apostados en una de<br />
las guardias, Bastián sintió que de alguna manera se sumía en<br />
una antigua leyenda, y ni siquiera el desagradable olor del tabaco<br />
que estos fumaban desvanecieron su asombro.<br />
Esta criaturas de cabezas pequeñas y largas trenzas, cuellos<br />
cortos, hombros, codos, y rodillas abultados no terminaban<br />
de impactarle cuando poco después sus ojos recibían una<br />
marea de rojos cobrizos, verde aguas, amarillos crepusculares,<br />
grises y brotes marrones que entre otros tonos les inundaron<br />
desde el Campamento.<br />
En tanto seguía a Fátima de cerca, Bastián se esmeró en<br />
memorizarse cada detalle de lo que pasaba en su entorno impresionándole<br />
notablemente la afabilidad de un grupo de<br />
gnomos; el apasionado discurso de un minotauro, pese a que<br />
no comprendió la lengua que éste hablaba; la belleza de dos<br />
hadas que volaron sobre su cabeza como luciérnagas, y de cuatro<br />
ninfas, tres de ellas provistas de inmensas alas que salían<br />
de su nuca, y la última de dos madreselvas que brotaban de las<br />
muñecas y envolvían parte de su cuerpo desnudo, enmarcado<br />
en una extensa cabellera de finos tallos y flores. También llamó<br />
su atención el relinchar ansioso de los pegazos; la armonía<br />
Cristián Berríos | 170 | http://zonaliteratura.com
de dos tipos de patas en el desplazamiento de un Centauro<br />
Araña; el hermetismo de unos encapuchados que levitaban en<br />
absoluto silencio; la corpulencia de unos dragones con forma<br />
humana, y la majestuosidad de los unicornios. Finalmente, se<br />
interesó en una ceremonia que realizaba un grupo de indígenas<br />
del Sur, cuyo pueblo vivía unos cuantos kilómetros al norte<br />
de las frías estepas que preceden a los campos de hielo. En<br />
ese momento se encomendaban al Izparatu Xrielur Li Tulu<br />
Du Icaztimti, a quien llamaban Nguechén, para que velara por<br />
sus almas si caían en combate.<br />
Se detuvieron frente a una enorme tienda ubicada en el<br />
centro del Campamento. Lucía completamente distinta a cada<br />
una de las varias decenas que le rodeaban. En lugar de género<br />
había sido confeccionada a base de cristal, y destellaba como<br />
una lámpara azul. Cerca de ellos, conversaban un anciano y<br />
alguien que traía una cosa envuelta en un sucio manto; éste<br />
último, aunque poseía un impecable sombrero negro, hermosas<br />
botas, y un particular bastón, estaba pobremente vestido,<br />
y difería bastante con el primero, cuyo atavío, una túnica larga<br />
y roja, lucía Tres Torres de oro bordadas en el pecho. Aquellas<br />
figuras se repetían en numerosos estandartes, aunque en<br />
azul y sobre un fondo blanco. «El anciano es el Gran Baltazar,<br />
a quien nosotros llamamos Bedteseri», susurró Fátima al joven<br />
mientras él les observaba.<br />
A pesar de verse muy distintos, y de que el harapiento<br />
lucía ligeramente fastidiado, parecían respetarse mucho. Asombrado<br />
con la serenidad del Mago en medio del ruido que había<br />
en el Campamento, y con el garbo de su postura, Bastián<br />
le preguntó a la mujer:<br />
- ¿De dónde provino el Señor Baltazar?... ¿Él también<br />
http://zonaliteratura.com | 171 | Cuentos de Sueñobscuro
ebió de la sangre del Dragón?...<br />
- No- Contestó la mujer de inmediato, y luego agregó-: Él<br />
pertenece a la Primera Generación de Magos, aquella que en el<br />
Tiempo Inmemorial venció a unos Demonios que todavía codician<br />
el Universo Cranato. Además de eso, es muy poco lo<br />
que sabemos de su pasado... ¿Recuerdas que mencioné que<br />
Urbano asumía distintas apariencias?... Tal vez nosotros vemos<br />
una forma más del Mago... Bedteseri es principalmente<br />
un Espíritu del Bosque.<br />
Tras un breve intercambio de palabras que Bastián no alcanzó<br />
a oír, el harapiento le entregó al Mago lo que llevaba<br />
envuelto, y éste le correspondió con un pergamino amarillento<br />
y un pequeño cofre verde, objetos que de pronto aparecieron<br />
en sus manos. Poco antes de irse, el harapiento dejó su<br />
Bastón en manos de Baltazar.<br />
Apenas tuvo tiempo para atenderla, Bedteseri le hizo un<br />
gesto a Fátima indicándole que se acercara. De inmediato la<br />
mujer le puso al corriente de todo lo ocurrido hasta ese instante.<br />
Cuando Fátima concluyó su relato, el Mago le dijo:<br />
- No te preocupes, Urbano no cuenta con tiempo ni animo<br />
para hacerle daño. Es más, da por hecho que le atacaremos<br />
antes de que estemos listos.<br />
Luego llamó al minotauro para ordenarle que alistara a<br />
las tropas ya que la señal de traslado a la Ciudad sin Estrellas<br />
aparecería de un momento a otro. A pesar de la agitación que<br />
despertó este mandato, Baltazar permanecía muy tranquilo, y<br />
mirando detenidamente a Bastián, como si recién notara su<br />
presencia, le solicitó que caminara hasta él.<br />
En seguida, el Mago se halló frente a un joven de piel<br />
obscura, y unos veinte años a cuestas, que había heredado de<br />
Cristián Berríos | 172 | http://zonaliteratura.com
un antepasado la capacidad de traspasar con la mirada. Era de<br />
estatura promedio y configuración mediana, y llevaba el cabello<br />
corto y revuelto.<br />
Luego de que llenara sus pulmones, Bastián se presentó al<br />
poderoso Bedteseri con mucho respeto. Tras corresponderle<br />
a su saludo, el Mago preguntó si había alguien en Sueñobscuro<br />
que dependiera de su suerte, y ante esto el joven dijo sin dudarlo:<br />
- Absolutamente nadie.<br />
- Si es así- Dijo el Mago -, recomiendo que abandones el<br />
Campamento de inmediato y que te alejes cuanto puedas de<br />
esa Ciudad.<br />
- Señor Baltazar- Interrumpió Bastián-, agradezco infinitamente<br />
su consejo, pero si es preciso tendré que desobedecerle.<br />
Estas palabras sorprendieron a quienes se habían acercado<br />
a oír la conversación; y poco a poco fue incrementándose<br />
un murmullo general, que únicamente tuvo fin cuando el<br />
minotauro bramó:<br />
-¡ Zadimxaut! (Silencio) - En seguida se dirigió a Bastián y<br />
le dijo-: Habla únicamente cuando te lo indique su excelencia,<br />
el Líder de la Luz.<br />
Bastián asintió con la cabeza y dio un rápido vistazo a su<br />
alrededor, encontrando muchos ceños apretados y rostros<br />
amenazantes, entre ellos el de un fauno de cabello cobrizo y<br />
brillante, armado con una lanza de seis puntas en ambas manos<br />
(Akén, arma típica de su especie), y el de un gigante muy<br />
pálido y tan delgado como un azadón, que le impactó por sus<br />
globos oculares completamente anaranjados, y sus puños similares<br />
a dos enormes mazos. No menos el fiero era el aspec-<br />
http://zonaliteratura.com | 173 | Cuentos de Sueñobscuro
to de cuatro Leones- Hombres, que no perdían detalle de sus<br />
movimientos, y lucían a lo lejos sus amarillentos colmillos.<br />
Bastián tuvo de pronto una espantosa idea.<br />
- No debes temerles – Dijo Baltazar adivinando sus pensamientos-.<br />
Al único que despedazarán mis guerreros es al<br />
Mago Obscuro, aunque tengan que tragarse su carne amarga<br />
con mucho vino.<br />
Gracias a este comentario el ambiente pareció aligerarse<br />
y el Mago agregó:<br />
- Además dentro de ti reside La Hermandad del Bosque y<br />
eso te convierte en uno de los nuestros. Por favor continúa<br />
con lo que me decías hace un minuto y habla cuando lo desees<br />
ya que no estás a mi servicio.<br />
Un tanto más tranquilo el joven prosiguió:<br />
- Señor Baltazar, debo encontrar a mi amigo Martín sin<br />
que importe el lugar donde se encuentre.<br />
- Entiendo- Musitó el Mago-. Ojalá pudiera disuadirte para<br />
que no arriesgues tu vida más de lo necesario. Un guerrero<br />
enfrenta al enemigo perseguido de su propia muerte, y muchos<br />
de los que ves aquí lo sabemos de sobra. Pero a menudo<br />
la Contienda cobra víctimas que no eligieron involucrarse. Aunque<br />
me avergüence admitirlo, yo mismo desobedecí La Voz<br />
de Alina y colaboré para que ocurriera.<br />
- Alina debe ser su consejera.<br />
- Más bien se trata de mi conciencia- Dijo Bedteseri-. Así<br />
se llama el planeta está ubicado el palacio del Todopoderoso,<br />
un lugar sagrado donde se establecieron una serie de normas<br />
que nos diferencian de los miembros de la Cofradía Obscura,<br />
muchas de las cuales tuve que quebrantar. También he sido<br />
corrompido por un propósito superior.<br />
Cristián Berríos | 174 | http://zonaliteratura.com
- ¿Y cuál es?...<br />
- Impedirle a la Cofradía que se apodere del Jrem o Gran<br />
Universo- Contestó el Mago-. Si eso sucediera levantarían un<br />
Reino sobre tierras sombrías, y desde allí harían marchar a los<br />
esclavos sobre los restos de los muertos.<br />
- ...Y ese Señor Urbano - Dijo Bastián sin poder salir de<br />
su estupor- ¿Cuenta con los medios para que se establezca ese<br />
terrible imperio?...<br />
- No por ahora- Masculló Baltazar-. Pero será capaz de<br />
eso y mucho más si consigue arrebatarnos Los Tres Libros. El<br />
primero trata del poder de las palabras sobre los acontecimientos;<br />
el segundo de las palabras sobre la materia; y el tercero<br />
explica la formación del Jrem Universo, su estructura, el<br />
génesis de la vida, y la distribución de las fuerzas.<br />
Aún sin que dimensionara lo que le había contado Baltazar,<br />
el joven comprendió que la Batalla decidiría mucho más que<br />
el futuro de Sueñobscuro y de los amplios Bosques. En seguida<br />
el Mago se dirigió nuevamente a Bastián:<br />
- Intercepta a tu amigo en el trayecto a El Descanso o de<br />
lo contrario le seguirás a un verdadero infierno. Después de<br />
que te cambies esas ropas mojadas, Fátima te contará algo que<br />
debes saber de Martín, y de paso te explicará como puedes<br />
desenvolverte en el Bosque con mayor facilidad... Aunque presumo<br />
que ya estás al tanto.<br />
Al llegar a este punto el Mago calló de pronto, y tras quedarse<br />
unas centésimas en trance murmuró:<br />
- Nunca me gustado creer en el Destino, pero si cada paso<br />
construye uno que ahora nos aguarde el más favorable o el<br />
menos cruel.<br />
En ese mismo instante, la tierra empezó a sacudirse terri-<br />
http://zonaliteratura.com | 175 | Cuentos de Sueñobscuro
lemente provocando una gran conmoción entre los ahí congregados.<br />
Sabían que aquél era el anuncio de que El Ejército<br />
de la Obscuridad estaba preparado pues recordaban una antigua<br />
profecía del Bosque:<br />
«Triz linumauz inirjirem lid nerIztrinixaimlu de tairre e zo<br />
pezu»...<br />
Ante esto, el Mago les dijo con voz de trueno en la Lengua<br />
Inmemorial:<br />
- Hermanos del Bosque y de la Luz, las montañas parecen<br />
inexpugnables gigantes, y sobre ellas está el cielo. Jamás les he<br />
mentido. Nos enfrentaremos con un enemigo muy numeroso<br />
pero hasta ahora nadie ha ganado una batalla por verse más<br />
fuerte. ¡La adversidad justifica el miedo del cobarde y acrecienta<br />
el temple de los corajudos!... ¡Luchen si hay fuego en<br />
sus entrañas!... ¡Y levántense cada vez que sean derribados!...<br />
Anhelarán el sosiego de la muerte si presencian el fin de los<br />
suyos... El último de nosotros será ovacionado por nuestros<br />
pueblos o se lanzará contra el enemigo al tenerle cerca ¡Si<br />
Sueñobscuro no quiere atestigua nuestra gloria que al menos<br />
se convierta en nuestra tumba!<br />
Con el corazón enarbolado por el aliento de Bedteseri, el<br />
clamor de sus guerreros no se hizo esperar. Como si el temor<br />
soltara al unísono las tenazas con que apretaba a cada guerrero,<br />
se produjo entre ellos una explosión de súbito optimismo,<br />
y no dejaban de estrecharse las manos o levantar las patas para<br />
desearse suerte. Realmente no parecía que iban al Campo de<br />
Batalla, sino a asistir en masa a la celebración de un triunfo.<br />
Unicornios, pegazos y centauros simularon el ruido de una<br />
Cristián Berríos | 176 | http://zonaliteratura.com
estampida; Genios, Humanos, Balquios de las gélidas tierras<br />
de Oaz , Magos, Dragones y Leones Hombres, Hadas, elfos y<br />
todos los demás se juramentaban la victoria, en tanto hacían<br />
flamear sus destellantes y hermosas enseñas. Destacaban entre<br />
ellas las Tres Torres; la Espada Celeste del Reino Norte; el<br />
Cristal Lium del Reino Sur; la Hermosa Plebeya del Reino<br />
Centro; el Mazo de Trugueleña; y la Pluma Verde de<br />
Gurbanom.<br />
Aunque no comprendía con exactitud porqué motivo,<br />
Bastián se sintió eufórico ante tal algarabía. Creyó que si no<br />
alzaba los brazos y aplaudía jamás iba sepultaría la energía le<br />
que impulsaba a hacerlo. Con gusto habría ido con ellos al<br />
Campo de Honor en ese minuto aunque después tuviera que<br />
lamentarlo.<br />
Sin que mediara detonación alguna, Bastián vio de que<br />
pronto aparecían miles de bengalas en el cielo tiñendo fugazmente<br />
de rojo, azul y amarillo la hierba que había a sus pies.<br />
Esas luces podían distinguirse a varios kilómetros de distancia,<br />
y al divisarlas no fueron pocos los que rogaron a Nguechén<br />
una jornada gloriosa, y la derrota definitiva de la Cofradía tras<br />
miles de años.<br />
En el momento en que unos espíritus grises salían de hondas<br />
zanjas que no cesaban de abrirse, y una legión de cientos<br />
de seres resplandecientes, enormes y alargados abandonaban<br />
las arboledas para unirse a las tropas, el joven notó que la apariencia<br />
del Mago era diferente, pues lucía bastante más alto y<br />
su contextura revelaba un mayor volumen. De su rostro oculto<br />
bajo una capucha nada más se distinguían dos terribles hogueras.<br />
En menos de un abrir y cerrar de ojos, el Ejército de la<br />
http://zonaliteratura.com | 177 | Cuentos de Sueñobscuro
Luz había desaparecido y Bastián se quedó junto a Fátima en<br />
un campamento vacío.<br />
Cristián Berríos | 178 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 3<br />
REMINISCENCIAS<br />
En tanto recorría la última feria de primavera que había<br />
llegado al castillo, Delénia se interesó en las obras del célebre<br />
pintor Baudegogh. Meses más tarde las incidencias de esa noche<br />
le otorgaron una perspectiva equivalente: En lo alto de la<br />
torre que Urbano dispuso para su encierro, la princesa descubrió<br />
que una dulce ponzoña corría por sus venas y alimentaba<br />
su espíritu. Estaba enamorada de Martín, y al darse cuenta de<br />
ello tuvo la sensación de que se arrojaba al abismo. Cuando<br />
Marco supuestamente desapareció a manos de la entidad que<br />
la perseguía, la princesa acabó por convencerse de que debía<br />
alejarse del Reino y obedecerle a su nodriza.<br />
Al cabo de dos días, Fátima llevó a la princesa hasta las<br />
cercanías de la casona, y luego se despidieron convencidas de<br />
que no les quedaba otra alternativa. Como lo había anticipado<br />
una de las tres visiones fundamentales de la nodriza, el Reino<br />
Sur se hallaba próximo a desplomarse bajo el poder de Urbano<br />
amenazando a todo el Gran Bosque.<br />
Detectando una presencia en las cercanías, Fátima se mantuvo<br />
alerta durante un breve instante, en el que solo se oía la<br />
http://zonaliteratura.com | 179 | Cuentos de Sueñobscuro
agitada respiración de ambas. Al fin vislumbró con un gran<br />
alivio que se trataba de Estela, y en seguida le dijo a Delénia<br />
que aguardara el paso de la anciana. Escondida tras unos arbustos,<br />
Fátima pudo comprobar que su intuición no le engañaba:<br />
Al percatarse de que la joven necesitaba un lugar donde<br />
alojarse, la abuela de Martín no tardó en pedirle que fuera con<br />
ella a la mansión, a pesar que al hacerlo daría forma a una de<br />
sus peores pesadillas.<br />
Acostumbrada al viejo castillo en que vivía y la aldea gitana<br />
situada a menos de dos kilómetros al Sureste del Reino<br />
Sur, la princesa consideraba que la casona difería considerablemente<br />
de lo que ella había conocido en materia arquitectónica,<br />
pues era demasiado endeble para que sirviera de fortaleza<br />
y muy espaciosa para acogiera a una pequeña familia. Su<br />
aspecto en un comienzo le sugirió cierta tristeza, pero esta<br />
impresión fue diluyéndose a medida que atravesaba los coloridos<br />
jardines que la rodeaban.<br />
Apenas unos minutos después, la abuela de Martín abría<br />
las sólidas puertas de la mansión y le invitaba al interior. En<br />
seguida Delénia entró a un vestíbulo de muros blancos en el<br />
que había un espejo de marco plateado, muy añoso, una mesa<br />
diminuta y un diván café; bajo sus pies, una alfombra amarilla<br />
se desplegaba desde el umbral hasta el último peldaño de una<br />
extensa escalera. A su derecha se encontraba la entrada al comedor,<br />
significativamente más amplio, y a su izquierda había<br />
un pasillo que conducía a otras habitaciones.<br />
Luego de solicitarle a la joven que tomara asiento, la anciana<br />
le dijo cariñosamente:<br />
- De seguro tienes mucha hambre. Esta noche cenaremos<br />
temprano.<br />
Cristián Berríos | 180 | http://zonaliteratura.com
Estela se dirigió a la cocina con un evidente entusiasmo,<br />
pues además de quienes realizaban encargos para Martín en la<br />
Ciudad, y llevaban provisiones a la casona cada tres meses,<br />
nadie les había visitado en más de veintitrés años. Muy pronto<br />
la princesa escuchó el inconfundible ruido de un cuchillo que<br />
troza todo lo que se pone al alcance de su filo, y recordó esas<br />
tardes en que acompañaba a Fátima en la cocina del castillo.<br />
Allí corrían y se esmeraban en la preparación de los innumerables<br />
platillos que día a día satisfacían a reyes y nobles.<br />
Cuando apareció en el vestíbulo, Estela le dijo a Delénia<br />
que le presentaría a alguien, y subió la escalera llena de ansiedad.<br />
Finalmente regresó acompañada de un hombre alto, de<br />
contextura delgada, cabello largo y oscuro, a quien presentó<br />
como su nieto Martín. La extrema palidez en el rostro de éste<br />
hizopensar a Delénia que él se encontraba muy enfermo; pero<br />
después se dio cuenta de que no revelaba indicios de mal alguno.<br />
Delénia había escuchado en la aldea gitana que la gente<br />
que vivía más allá de la floresta no daba crédito a la existencia<br />
de Los Tres Reinos, y que muchos ni siquiera habían oído de<br />
Gurbanom (Construida en el 39.702 de la Era Cronológica),<br />
la Ciudad subterránea de los gnomos del Norte; de Atol<br />
(40.008), El Tesoro en las Alturas de los elfos del Noreste; de<br />
Sicrum, la bella estrella del Sureste que las cuatro clases de<br />
centauros levantaron en el año 42.699 EC como símbolo de<br />
paz; de Trugueleña (42. 305) el pueblo de los enanos del Sureste,<br />
muy reputado por su dulcísimo licor de frambuesa; de<br />
Acram (41.216), la fortaleza que los Sorgas levantaron al Suroeste;<br />
de las cavernas Krum, residencia de los Asetos del<br />
Extremo Sur desde el año 40.016 E.C; y de otros tantos refu-<br />
http://zonaliteratura.com | 181 | Cuentos de Sueñobscuro
gios que los Bosques del Norte, Centro y Sur escondían entre<br />
las miles y miles de hectáreas que juntos congregaban.<br />
Peor aún, esos afuerinos que construían extraños aparatos<br />
de metal, que consumían bastas cantidades de combustible<br />
y envenenaban el aire, llamaban dementes a cualquiera que<br />
se atreviese a darle crédito a las historias que provenían del<br />
Bosque.<br />
Por este motivo casi estalla de alegría cuando Martín le<br />
dijo sin asomo de burla:<br />
- Mi abuela me contó quien es usted y de donde proviene.<br />
Puede quedarse todo el tiempo que guste porque es un gran<br />
honor tenerla con nosotros.<br />
Cuando concluyó, Martín inclinó levemente la cabeza y<br />
en retribución a su generosidad la princesa Delénia correspondió<br />
a su gesto. Aunque la amenaza del Mago Obscuro aún<br />
persistía, ella se sintió de pronto más tranquila. Aquél día en<br />
que la princesa llegó a la mansión, Martín despertó más temprano<br />
que de costumbre. Aprovechando que el crepúsculo<br />
restringía los dominios de la luz se asomó al ventanal de su<br />
habitación, que estaba justo sobre la entrada a la casona. Desde<br />
ahí logró ver difusamente entre la claridad de la tarde a su<br />
abuela, la cual atravesaba uno de los jardines en compañía de<br />
una molesta mancha blanca. Cuando se acercaron a las puertas<br />
de la mansión, Martín descubrió muy sorprendido que de<br />
la mancha se distinguía una mujer.<br />
Su vida cambiaría por completo. Cabe recordar una de<br />
las tantas canciones que Delénia había inspirado entre los Compositores<br />
del Reino Sur:<br />
Un himno vuela con la brisa de sus ojos<br />
Cristián Berríos | 182 | http://zonaliteratura.com
y la noche en sus cabellos.<br />
Prefiere el silencio y ofrenda una mirada,<br />
Que perfuma el alma y somete como el acero.<br />
Salvo las conversaciones que sostenía con su querida abuela,<br />
Martín jamás había hablado con una mujer hasta ese día,<br />
por lo tanto cayó rendido bajo los encantos de la princesa con<br />
la docilidad de un mosquito que se dirige hacia la luz.<br />
A poco de haberse trasladado a la casona, Delénia constató<br />
que su anfitrión tenía otra particularidad: Nunca se dejaba<br />
ver durante el día. Sus apariciones siempre se producían a<br />
la hora de cenar, y luego de que bajara por la escalera que<br />
conducía al vestíbulo. Llena de curiosidad, no dudó en preguntarle<br />
a Estela sobre esta situación. Cuando la anciana le<br />
explicó que Martín debía refugiarse entre las sombras, Delénia<br />
sintió pena por él, debido a que recordaba las cristalinas aguas<br />
de los ríos y de la cascada en que se bañaba, los claros del<br />
Bosque, y el abismo frente al cual dibujaba.<br />
Habituada a su entrenamiento y a los Bosques que tanto<br />
amaba, las horas, días y semanas en la mansión transcurrían<br />
lentamente para la princesa, pero aprovechó ese lapso para<br />
compenetrarse con la dulce Estela, y de paso colaborarles en<br />
los extenuantes deberes del hogar.<br />
En una casa de tantas habitaciones, sacudir, limpiar y barrer<br />
eran tareas titánicas, y a menudo la joven se preguntaba si<br />
el entrenamiento de la Guardia Real resultaba tan duro. No<br />
obstante, aunque a la anciana le obsesionaba el aseo, y vivía<br />
pendiente de que cada cosa estuviera en su sitio, esta labor<br />
tenía ciertas restricciones. Había cuartos en la casona que se<br />
hallaban bajo llave: La habitación de Martín, el estudio y la<br />
http://zonaliteratura.com | 183 | Cuentos de Sueñobscuro
iblioteca. Según Estela, el propio Martín se ocupaba de ellos,<br />
y agregó que él a menudo le decía: «No se llega al caos a través<br />
del orden o el desorden, si no al alterar lo conocido».<br />
Una mañana en que barría el pasillo que se hallaba a la<br />
izquierda de la escalera, Delénia notó que la llave del estudio<br />
estaba puesta en la cerradura.<br />
Sin pensarlo dos veces la giró y entró en la estancia. En<br />
ella encontró un desorden que habría enloquecido a la anciana,<br />
pero no olía a encierro y se veía bastante limpia. Había<br />
libros en paquetes y sueltos; amontonados sobre una alfombra<br />
roja; encima de un escritorio y de un enorme sofá. La habitación<br />
poseía un inmenso ventanal cubierto por gruesas cortinas<br />
verde obscuras. Cuando la joven las iba a correr para<br />
que entrar el sol, escuchó una voz que le dijo:<br />
- Por favor, déjelas como están.<br />
Martín había entrado sin hacer ruido aprovechando que<br />
la puerta estaba entreabierta.<br />
- Disculpe esta intromisión - Se excusó la princesa. Al ver<br />
que en el rostro de Martín no aparecían señas de reproche,<br />
Delénia agregó-: Pensaba que usted no podía salir a la luz.<br />
- No puedo- Dijo Martín con una sonrisa-. Debería dormirme<br />
profundamente pero tengo algo de insomnio. Cuando<br />
eso me pasa, echo un vistazo desde arriba... Hoy las cortinas<br />
del comedor están cerradas, por lo tanto el vestíbulo aún no<br />
se encuentra muy iluminado. De ahí al estudio hay un trecho<br />
corto que recorro cubriéndome los ojos.<br />
- ¿Y qué sucede si después desea volver a su habitación?<br />
- Nunca lo hago- Contestó Martín-. En un cajón del escritorio<br />
hay manzanas frescas. Si quiero ir al baño, atravieso esa<br />
puerta que se halla a su derecha; y cuando tengo sueño me<br />
Cristián Berríos | 184 | http://zonaliteratura.com
tiendo en ese sofá que ve ahí...<br />
De inmediato se sintió como un oso que decía: «Esta es<br />
mi cueva; aquél recipiente contiene miel. Si quiero ir al baño,<br />
voy detrás de esa roca...Si, si, si, soy un animal... ¿Y qué?...».<br />
La princesa Delénia percibió que Martín se había avergonzado<br />
de la simpleza de sus hábitos, y dijo lo siguiente:<br />
- Fue una verdadera fortuna encontrarlos. Sé que algunas<br />
personas no habrían creído nada sobre mi identidad.<br />
- Mi abuela le cree y si no fuera así de seguro le habría<br />
ayudado de cualquier modo - Aseguró Martín-. Ella no permite<br />
que la razón le nuble el corazón y no al revés. Por mi<br />
parte, poseo evidencias que demuestran la veracidad de algunas<br />
cosas que nos contó.<br />
- ¿Qué evidencias?- Preguntó Delénia al instante.<br />
Martín se dirigió a su escritorio y sacó unas hojas amarillentas<br />
del primer cajón, las cuales extendió a la princesa. Soportando<br />
el olor a orín de rata que emanaba de ellas, la joven<br />
las revisó una por una, percatándose de que contenían dos<br />
registros claramente separados, aunque escritos con el mismo<br />
tipo de letra. El más breve decía lo siguiente:<br />
«Escribo estas líneas en el pueblo llamado El Descanso. Su nombre<br />
proviene del efecto soporífero que produce una especie criptograma de<br />
la región, a la que denominan La Flor de Tol en honor a su descubridor.<br />
Sus esporas se encuentran en todas partes: En las calles, en el interior de<br />
las casas e incluso sobre la mesa en que estoy redactando esta nota. Los<br />
lugareños parecen resignados a esta somnolencia, ya que viven apaciblemente<br />
y duermen cuanto pueden en un día. Me gustaría cubrir un buen<br />
perímetro a mi alrededor con un campo invisible, pero terminaría sofocándome.<br />
Probablemente deberé dejar mi forma humana si quiero salir<br />
http://zonaliteratura.com | 185 | Cuentos de Sueñobscuro
algún día de aquí. Mientras tanto espero a que él pase por este pueblo.<br />
Es sólo un mortal, pero en sus manos se halla un fragmento importante<br />
del Futuro... En lo que concierne a otras cosas, continuaré los apuntes<br />
que permitirán una clara comprensión de la Cronología que llevo a cabo».<br />
La princesa puso la primera hoja en el último lugar del<br />
montón y luego continuó con el otro registro:<br />
«Cuando aún no existía el sol que nos alumbra, y podían contarse<br />
los planetas y las estrellas que había en este lado del Universo, los espíritus<br />
que ahora se preparan para la Gran Batalla se dividían en Primarios<br />
y Secundarios, y se subdividían en malignos y luminosos. Entre los<br />
primarios malignos se hallaban los miembros del Tridente, esas espantosas<br />
criaturas que duermen en las aguas del Ner li Zoiñubzxoru (Mar de<br />
Sueñobscuro, actualmente Océano de la Tranquilidad). Ellos eran seguidos<br />
por seres de menor energía, pero de todas maneras muy destructivos.<br />
Entre los secundarios malignos estaban El Esclavo del Abismo, una<br />
entidad que solo busca la extinción de la vida; el temible Imallén, padre<br />
de todos los genios maléficos; algunos demonios que desataron cultos de<br />
sangre; los Laebdalluzuz (Diablillos), aquellos que los humanos pueden<br />
ver únicamente con el rabillo del ojo; y una gran diversidad de espantos<br />
y formas diabólicas que al concluir la era del T. A. (Tainpu<br />
Amninuraedi) se dispersaron por los rincones más siniestros de Cranato.<br />
«El Tridente y la Cofradía conformaron El Ejército de la Obscuridad<br />
(O de las Tinieblas), cuyo propósito es apoderarse de Los Tres<br />
Libros que Id Izparatu Xrielur li tulu du icaztimti envió desde Alina.<br />
En el T. A. los Textos tenían por objetivo satisfacer a tres necesidades:<br />
Cerrar las brechas que enlazaban a Cranato con Amin, donde el nefasto<br />
Yirazú aniquiló la resistencia del bien; propagar la vida y velar por<br />
ella. Sin embargo, El Tridente pensó en utilizarlos como un arma<br />
devastadora para establecer un Orden Distinto, un reinado fúnebre que<br />
se extendería a través de Todos los Mundos y Todos los Tiempos. Con<br />
Cristián Berríos | 186 | http://zonaliteratura.com
este fin, rompieron el Acuerdo del Equilibrio de las Fuerzas, y desataron<br />
una horrorosa guerra que marcó el termino del T. A. y el comienzo<br />
de una época de trémula paz, cuyo nombre con los años fue Ire Pri<br />
Xrumudujaxua (Era Pre Cronológica).<br />
«Aquellos seres que entendían el porqué de la creación (O que al<br />
menos parecían comprenderlo) se opusieron al plan de las Tinieblas.<br />
Entre ellos estaban los Primarios luminosos (Los Magos del T. A.,<br />
Las Hadas Reinas y los Espíritus que luego residieron en el mar y en la<br />
tierra) y otros de menor energía, como por ejemplo Los Espíritus Rebeldes.<br />
Aunque Los Magos del T. A. eran los únicos que habían sido<br />
elegidos para custodiar Los Tres Libros de Alina, cada uno de los anteriores<br />
luchó más allá de lo imaginable por defender este universo en expansión.<br />
Finalmente ese esfuerzo generosamente desplegado, la poca cohesión<br />
de los guerreros de las Tinieblas, y el uso de la Magia Liquida,<br />
permitieron el triunfo del Ejército de la Luz al cabo de algunos milenios<br />
plagados de incertidumbre.<br />
«La paz reinó durante un breve lapso, porque después regresaría la<br />
guerra en una de sus formas más cruentas: Esa que derrama la sangre y<br />
energía que una se agitó al unísono. Los Espíritus Rebeldes (Denominados<br />
de este modo a raíz de lo sucedido) se tentaron con las facultades que<br />
ofrecían los Libros, y manifestaron su anhelo de regir la Creación, propósito<br />
que en la Luz ya tenía un débil precedente. Esta contienda duró<br />
tanto como un estornudo, pues los primarios luminosos contaban con una<br />
abrumadora superioridad. Sin embargo produjo una mitosis que trajo<br />
dos claras consecuencias: Una merma considerable en El Ejército de la<br />
Luz, y por otra parte un incremento notable en el número de guerreros<br />
obscuros. Sin lugar a dudas, ese fue el hecho de mayor relevancia en el<br />
período Pri Xrumudujaxua.<br />
«La aparición de los Pueblos Milenarios dio inicio a la Ira<br />
Xrumudujaxua (Era Cronológica). Al igual que sus antepasados, aque-<br />
http://zonaliteratura.com | 187 | Cuentos de Sueñobscuro
llos espíritus buenos del T. A., los habitantes de Los Pueblos Milenarios<br />
(O Poibduz Li De Ira Xrumudujaxe) amaban a la naturaleza y a la<br />
vida en general. Se establecieron principalmente en el mismo lugar que<br />
fue su cuna: El Bosque más antiguo del mundo, ese océano verde que<br />
conforman los Tres que cubren las afueras de Sueñobscuro.<br />
«También hubo razas que emergieron en otros rincones de la tierra<br />
y desde esos sitios remotos, ya fuera en son de paz o impulsados por La<br />
Hermandad del Gran Fuego, llegaron sus representantes. Cíclopes,<br />
Balquios, Gigantes (Divididos en Berserkers, Etanes, Sorgas y Asetos),<br />
minotauros, ogros, arpías y los Magos del Oriente revelaron en<br />
Sueñobscuro la naturaleza de sus almas.<br />
«Alrededor del año 5.000 de la I. X. los seres Humanos se abrieron<br />
paso en la tierra fresca y fecunda. Los hijos de Gado y Turus (Antepasado<br />
humano posterior a la especie Gado) vivieron en cavernas durante<br />
largo tiempo; más tarde, cuando el hielo ya cedía se congregaron en<br />
pequeños poblados; luego en grandes Ciudades, donde desarrollaron el<br />
arte y la ciencia. Se les considera débiles y ambiciosos, aunque han aparecido<br />
entre los suyos sobresalientes espíritus. Como un reconocimiento a<br />
estos entes notables, algunos de ellos fueron nombrados Guardianes de<br />
Los Tres Libros, y se les concedió el título de nobleza. Sobre esta especie<br />
hay un adagio gnomo que dice: El laberinto más intrincado no se compara<br />
con la mente de un Humano.<br />
«De la unión que hubo entre los seres Humanos y otras entidades<br />
surgió una parte de los hechiceros, de las hadas y de las brujas (Aquellas<br />
que son denominadas blancas). Seducidos por el Obscuro Poder que rondaba<br />
Cranato aún antes que el Tridente, la Humanidad dio origen a<br />
licántropos, nosferátus y otros hechiceros y brujas, entre un sin fin de<br />
engendros.<br />
«Muchos de los aquí mencionados acudirán al llamado de la Lucha<br />
el día en que Sueñobscuro será destruido. Cruel ironía, la Ciudad<br />
Cristián Berríos | 188 | http://zonaliteratura.com
que acogería a todos los seres para que vivieran en paz, y se desvanecieran<br />
de esta forma los espectros del enfrentamiento producido en el T. A.,<br />
nuevamente se convertirá en el campo de Batalla, como lo anuncia una<br />
conocida profecía...»<br />
Al llegar a este punto, Delénia interrumpió la lectura. Estela,<br />
que estaba parada en el umbral de la puerta, exclamó:<br />
- ¡Así que aquí te encontrabas, querida!... Apuesto que<br />
Martín te está aburriendo con sus preguntas acerca del Bosque.<br />
- No lo hacía...- Aclaró la princesa- La verdad es que me<br />
ha enseñado algo muy interesante.<br />
- De todos maneras no permitiré que te acapare. Acompáñame<br />
y te mostraré unos hermosos vestidos que pertenecieron<br />
a mi nuera. Creo que tú eres de su misma talla.<br />
Encogiéndose de hombros, Delénia dejó los apuntes en<br />
manos de Martín.<br />
Cuando aún no acababa de explicarse el origen de los<br />
apuntes, y sin saber como ni porqué, su atención se centró en<br />
Martín, y recordó con agrado el interés que demostraba por<br />
sus relatos y los enigmas del Bosque. Una noche en que no<br />
conseguía conciliar el sueño, algo frecuente en las cinco semanas<br />
que llevaba de estadía en la casona, Delénia miraba a través<br />
de la ventana de su habitación. Fue así como se percató de<br />
que Martín atravesaba los jardines en ese preciso instante.<br />
- ¿A dónde irá?...- Murmuró la joven.<br />
Rápidamente se puso una camisa de dormir encima y, luego<br />
de que recogiera sus zapatos, bajó las escaleras a toda prisa.<br />
Una vez que estuvo fuera de la casona, corrió hasta vislumbrar<br />
a Martín, el cual en lugar de dirigirse hacia El Descanso<br />
como ella supuso enfilaba rumbo al Bosque.<br />
http://zonaliteratura.com | 189 | Cuentos de Sueñobscuro
Debido a que entre la Floresta y los arbustos que cercaban<br />
los jardines había un trecho descubierto, la princesa esperó<br />
a que Martín se perdiera de vista. En seguida hizo el amago<br />
de seguirle, pero se detuvo en seco. Sabía que deambular en el<br />
Bosque a esa hora significaba meterse en la boca del lobo. Sin<br />
embargo, el hecho de que Martín se encontrara cerca le infundió<br />
valor, e intentó retomar su rastro. Al darse cuenta de que<br />
le había perdido, gritó lo siguiente:<br />
- ¡Hirmenuz Erbudiziz!, lliwimni hezte Martín. (¡Hermanos<br />
árboles!, llévenme hasta Martín.)<br />
Inmediatamente después una voz que provenía de un gigantesco<br />
abeto le dijo:<br />
- Pramxizet, izpiret om puxut (Princesa, espera un poco).<br />
Ella obedeció sentándose junto al árbol. Al cabo de una<br />
hora, la joven reiteraría su petición, y obtuvo la misma respuesta.<br />
Al fin, luego de una hora más, los árboles comenzaron<br />
a desplazarse formando un sendero. Sin que perdiera tiempo,<br />
la princesa corrió por ese camino hasta que llegó muy exhausta<br />
a un claro que frecuentaba con Marco el gitano. No pasaron<br />
más de diez segundos antes de que pudiera divisarle. En ese<br />
momento Martín caminaba con dificultad y de vez en cuando<br />
caía y se levantaba.<br />
- ¿Está herido? - Preguntó la hermosa Delénia al espíritu<br />
de un ciprés en la Lengua sagrada.<br />
- No, princesa - Le informó el Espíritu del Árbol.<br />
En ese momento, la princesa Delénia observó que Martín<br />
se había acostado sobre la hierba.<br />
- Quizás se quedó dormido- Murmuró y dándose vuelta a<br />
donde estaba el ciprés le preguntó a su huésped-: ¿Cómo pudo<br />
encontrar este claro?<br />
Cristián Berríos | 190 | http://zonaliteratura.com
Y el Espíritu le dijo:<br />
- Le dejamos llegar hasta aquí porque no hay oscuridad<br />
en su corazón.<br />
Muy impresionada, la princesa regresó a la casona. Desde<br />
lo acaecido esa noche, la joven Delénia esperaba a que Martín<br />
cruzara los jardines y salía detrás de él; pero nunca lograba<br />
averiguar que era lo que él hacía en sus expediciones, Y no<br />
deseaba preguntárselo a los Espíritus de los Árboles por una<br />
cuestión de orgullo.<br />
Delénia se adelantó una noche a la salida de Martín, y fue<br />
a esconderse entre el follaje de un florido arrayán, que había<br />
crecido cerca del claro donde le veía detenerse cada vez que<br />
iba tras sus pasos. Como había escogido el lugar indicado para<br />
ocultarse, su plan no tardó en darle dividendos, aunque la princesa<br />
no lo supo de inmediato. Desde su escondite divisó una<br />
sombra que se desplazaba con una ligereza asombrosa: Tan<br />
pronto había pasado por su lado, ésta aparecía a lo lejos y<br />
volvía a disiparse entre las sombras. Cuando esa entidad disminuyó<br />
la intensidad de sus movimientos, Delénia pudo reconocer<br />
en ella los rasgos y la palidez de Martín. Esto hizo que<br />
en su memoria surgiera una tarde de sus doce años, en la que<br />
había obscurecido tempranamente. La princesa conversaba y<br />
comía galletas de chocolate con Marco el gitano. Se hallaban<br />
sentados bajo la Araucaria Milenaria, el hogar del Inperilur Li<br />
Duz Erbudiziz, un gigantesco árbol que poseía la facultad de<br />
curar las heridas del cuerpo, y también la de disipar las sombras<br />
del espíritu.<br />
Interrumpiendo la amena charla que sostenían, de pronto<br />
ambos fijaron su vista en unos arbustos que se habían agitado<br />
en forma violenta. De inmediato Marco, el príncipe de los gi-<br />
http://zonaliteratura.com | 191 | Cuentos de Sueñobscuro
tanos, se puso de pie y exclamó:<br />
- Si es un ogro hambriento, juro que conocerá el filo de<br />
mi navaja.<br />
- No digas tonteras- Dijo la princesa intentando mantener<br />
la calma-. Debió ser un animal.<br />
Pero se mantuvo alerta, y finalmente vio la silueta de alguien<br />
un poco más alto que ella. En seguida le apretó un brazo<br />
a Marco indicándole que mirase en esa dirección y luego<br />
gritó:<br />
- ¡Es un niño!<br />
Como solo pudo divisar algo obscuro que se movía con<br />
la destreza de un antílope, Marco replicó:<br />
- ¡Imposible!... Ningún niño correría tan aprisa, y aunque<br />
lo hiciera ya es de noche. No distinguiría nada más allá de sus<br />
narices. Probablemente hace un rato tenías razón, y se trata de<br />
un animal.<br />
Aunque la explicación de Marco le parecía muy sensata,<br />
la princesa Delénia estaba segura de lo que había visto, y más<br />
de una década después tuvo la oportunidad de comprobarlo.<br />
Martín poseía un lazo especial con el Bosque, al que había<br />
aprendido a amar a su manera; y tanto le amaba, que a través<br />
de su cansancio le confiaba el dolor y la soledad de su alma.<br />
Entonces la lástima que ella había sentido por él en un principio<br />
se transformó en admiración; y aunque estaba avergonzada<br />
por haberle espiado, decidió acompañarle. Caminando muy<br />
despacio, Delénia llegó a su lado y le dijo con timidez:<br />
- ¿Puedo sentarme junto a usted?...<br />
Martín siguió mirando hacia el cielo con el corazón a punto<br />
de reventarle el pecho y le dijo con la mayor calma posible:<br />
- Por supuesto. Será mucho más cómodo que ocultarse<br />
Cristián Berríos | 192 | http://zonaliteratura.com
tras un arbusto.<br />
- ¿Hace cuanto que notó mi presencia? - Preguntó Delénia<br />
cabizbaja.<br />
- Unos tres días - Contestó él sin voltear el rostro.<br />
- ¿Le molesta que lo haya seguido?<br />
- No- Contestó Martín-, me preocupa que piense que estoy<br />
loco... Al margen de que lo esté o no.<br />
Permanecieron callados por un instante observando unos<br />
roedores de pelaje rojizo que escarbaban a unos quince metros.<br />
Delénia les llamó Sajakas. Un emplumado ceniza los hizo<br />
dispersarse.<br />
- Princesa- Dijo Martín-, supongo que conoce el Bosque<br />
como la palma de su mano ¿Cuándo fue la última vez que visitó<br />
este claro?<br />
- Hace casi tres meses- Dijo ella-, unas semanas antes de<br />
que desapareciera Marco, mi mejor amigo. El Bosque es un<br />
lugar maravilloso, pero eso no significa que sea seguro.<br />
Al cabo de unos segundos, la princesa Delénia agregó con<br />
una sonrisa:<br />
- La penúltima vez que vine tuve un cómbate con algunos<br />
guardias de la realeza.<br />
- ¿Cómbate?<br />
- Si- Corroboró la princesa-, es parte de la defensa, como<br />
la lucha por ejemplo ¿Sabe luchar?<br />
- No.<br />
- Siendo así le enseñaré- Dijo Delénia-. Póngase de pie.<br />
Cuando Martín lo hizo, ella agregó:<br />
- Ahora quiero que intente golpearme.<br />
- No sería justo- Dijo Martín.<br />
- Solo es una práctica- Explicó Delénia-¿No tendrá mie-<br />
http://zonaliteratura.com | 193 | Cuentos de Sueñobscuro
do a que le derrote, verdad?<br />
Mirándola a los ojos, Martín se puso serio y aceptó. En<br />
seguida se alejó unos treinta metros de ella, y desde allí le preguntó:<br />
- ¿Lista?...<br />
- ¡Desde hace rato!<br />
Segundos más tarde vio que Martín corría hacia ella, pero<br />
no en forma directa, si no zigzagueando. Si bien tenía más deseos<br />
de burlarse que de otra cosa, Delénia se puso en guardia<br />
y esperó el ataque de Martín. Pero éste dejó de ser visible a<br />
menos de cinco metros de distancia abandonándola en los<br />
vastos pagos del asombro. Cuando empezaba a creer que la<br />
tierra lo había tragado, Martín la derribó por su flanco izquierdo<br />
con la agilidad de una fiera. Levantándose del suelo, Delénia<br />
masculló:<br />
- Esta es la primera vez que alguien me sorprende así y<br />
juro que será la última. Creo que le pedí que me atacara y no<br />
que me matara del susto.<br />
Pero la curiosidad pudo más que su orgullo herido, y en<br />
seguida le preguntó a Martín:<br />
- ¿Cómo pudo hacerlo?...<br />
- Usted me obligó.<br />
- ¡No!.- Exclamó la princesa sonriendo-¿Cómo pudo desaparecer?<br />
- ¿Desaparecí? Sólo hice algo sencillo.<br />
- No me parece tan sencillo, de seguro requiere de mucho<br />
esfuerzo y practica.<br />
- No hay avance sin paciencia - Dijo Martín.<br />
Mientras emprendían el regreso a la casona, la joven le<br />
dijo:<br />
Cristián Berríos | 194 | http://zonaliteratura.com
- Realmente me extraña que jamás se haya extraviado en<br />
el Bosque.<br />
- No ha sido fácil- Admitió Martín, y luego agregó en voz<br />
baja-: ¿Puede guardar un secreto?.<br />
- Claro que si.<br />
- Por absurdo que parezca, a veces pienso que el Bosque<br />
se mueve... En una ocasión alcancé a ver parte de un castillo...<br />
- ¿Dónde fue eso?...- Interrogó la princesa.<br />
- Más allá de la vía férrea- Contestó Martín-, muchos kilómetros<br />
al norte de este claro.<br />
- ¡Ah!- Exclamó Delénia-, ese es el Reino Centro.<br />
- Solamente logre vislumbrar una torre- Prosiguió Martín-.<br />
Cuando me encaminé en esa dirección surgieron mil árboles<br />
para cerrarme el paso.<br />
- Eso no es extraño en este lugar- Dijo Delénia-. En varios<br />
árboles habitan Espíritus que nos ayudan a proteger los<br />
Tres Reinos... En cualquier caso les agrada ya que le guiaron al<br />
claro más grande y hermoso de un Bosque que carece de senderos.<br />
- ¿Cómo se comunican con esos Espíritus? - Preguntó<br />
Martín mientras daba un vistazo a los árboles que había a su<br />
alrededor.<br />
- Hablamos con ellos- Dijo la princesa-, pero no en cualquier<br />
lengua ya que únicamente hablan la del Tiempo Inmemorial<br />
a pesar de que comprenden un sinfín de idiomas y dialectos.<br />
En tanto la niebla les envolvía poco a poco, Martín le dijo:<br />
- Hace rato usted me comentó que el Bosque no es seguro.<br />
- Es verdad- Afirmó la princesa Delénia-. En él también<br />
http://zonaliteratura.com | 195 | Cuentos de Sueñobscuro
habitan seres perversos.<br />
- Jamás dejaría que alguno de ellos se le acercara.<br />
- Es usted muy amable. pero me temo que si alguno de<br />
ellos se propusiera hacernos daño, ni siquiera los buenos Espíritus<br />
de los Árboles podrían defendernos.<br />
A despecho de lo dicho por la joven, los árboles se inclinaron<br />
de pronto hacia adelante, como si contuvieran una avalancha<br />
a sus espaldas. Desplazándose hicieron desaparecer unos<br />
bultos enormes que asomaban sus ojos amarillentos y carentes<br />
de vida. Martín pudo oír claramente unas voces frías que<br />
seseaban entre las sombras.<br />
Las aprensiones de la princesa fueron desvaneciéndose a<br />
medida que se acercaban a la casona. Luego de desearse un<br />
buen descanso, cada uno se marchó a su habitación. Con lo<br />
ocurrido esa noche, Delénia quedó prendida del aura de tristeza<br />
y misterio que emanaba de Martín, quien casi sin proponérselo<br />
se había acercado a ella como nunca antes. Como nunca<br />
había podido esa Obscura Entidad que también la amaba.<br />
Como si las sonrisas se pagaran con lagrimas, Martín cayó<br />
desde la cima de la montaña a lo más profundo del abismo.<br />
Ante los inútiles esfuerzos del médico que trataba la enfermedad<br />
de la anciana, su abuela Estela comenzó a agravarse notablemente,<br />
y murió al cabo de algunos días de agonía.<br />
Simplemente, el fallecimiento de la anciana fuu para Martín<br />
como si le arrancaran un trozo del alma. Desde entonces, y<br />
por un par de semanas interminables, no conciliaba el sueño y<br />
apenas se alimentaba lo suficiente; tampoco salía al Bosque y<br />
pasaba encerrado en su cuarto sin que pronunciara palabra.<br />
Sentía que la había abandonado.<br />
La princesa en tanto se sobrepuso a su propia pena para<br />
Cristián Berríos | 196 | http://zonaliteratura.com
darle consuelo a Martín estableciéndose entre los dos una fuerte<br />
unión. Con sus energías en reposición, Martín se propuso encontrar<br />
a alguien que hubiera conocido a su abuela, y le pidió<br />
a Urbano que publicara un aviso en varios medios de prensa,<br />
y que éste siguiera apareciendo aún después del funeral, el cual<br />
se realizó en la misma casona una noche sumamente fría. El<br />
único que respondió a este llamado fue Bastián, al que consideraba<br />
de su sangre.<br />
La noche anterior a la de la cena que compartirían con<br />
Bastián y Urbano, Martín se acercó a Delénia y le dijo con<br />
suma tranquilidad:<br />
- Sé que llegó aquí en busca de protección, pero a la larga<br />
ha sido usted la terminó protegiéndonos. Primero a mi madre-<br />
Refiriéndose a su abuela-, para quien no escatimó esfuerzos,<br />
y luego a mí al ayudarme tras su muerte.<br />
Delénia le agradeció con una reverencia y él hizo otra.<br />
Entonces ella sintió de pronto un irrefrenable deseo de abrazarlo<br />
pero se contuvo, y en cambio se apresuró en darle las<br />
buenas noches aunque no conseguiría conciliar el sueño en<br />
varias horas.<br />
Durante la cena del día siguiente, la princesa terminó por<br />
convencerse de que Franz Plata era en verdad el Mago Obscuro,<br />
y por esta razón le dijo a Martín que partiría, porque<br />
prefería que la atrapara ese ser malvado antes de que él sufriera<br />
algún daño. Cuando Urbano le dejó en lo alto de la torre,<br />
ella exclamó:<br />
- ¡Quiero regresar!<br />
En vez de contestarle, el mago se quedó mirando a la joven<br />
fijamente. Entonces, la princesa le gritó:<br />
- ¡Asesino! ¡Mataste a Marco!<br />
http://zonaliteratura.com | 197 | Cuentos de Sueñobscuro
En seguida se acercó para atacarle, pero sus golpes atravesaron<br />
al Mago Obscuro. Urbano apareció luego en otro rincón<br />
del cuarto, y le dijo con absoluta calma:<br />
- No maté a tu amigo, pero reconozco que he derramado<br />
la sangre de muchos.<br />
Después atravesaba la puerta pero Delénia escuchó que<br />
le dijo al oído:<br />
Aunque trato de dar vida con el poder de mis manos,<br />
Todo se marchita en ellas;<br />
Porque me acompaña el soplo de la muerte<br />
Y horroriza a quien se pone en mi camino.<br />
Muy pronto la princesa Delénia quedó sola y a merced de<br />
una enorme amargura, casi tan poderosa como el miedo que<br />
se apoderaba de ella. Fue en ese momento cuando, al pensar<br />
que jamás le vería de nuevo, descubrió lo que sentía por Martín.<br />
Entonces, cansada de que le arrebataran las personas que<br />
amaba, se prometió que de una u otra forma escaparía de esa<br />
prisión. En seguida fijó su atención en los barrotes de la única<br />
ventana de la estancia preguntándose que tan sólidos serían.<br />
Una hora antes de que se produjera el estruendo que alertó<br />
al Ejército de la Luz, Urbano culminaba los preparativos para<br />
la Gran Batalla en el lúgubre sótano de su mansión. Luego de<br />
que enviara a un grupo de Laebdalluzuz a reunir su legión de<br />
brujas, etanes, demonios, hechiceros, berserkers, dragones,<br />
genios maléficos como El Cherufe, y otras alimañas que habitan<br />
en las sombras, había pronunciado los conjuros para darle<br />
libertad al Esclavo del Abismo y al temible Imallén, y se preparaba<br />
para hacer lo mismo por Arkán, Efisto y Yirazú, aun-<br />
Cristián Berríos | 198 | http://zonaliteratura.com
que aquello no concluía la tarea, pues debía utilizar el líquido<br />
Kurbaa que el propio Yirazú trajo desde Aminabis.<br />
La verdad sea dicha, Urbano no odiaba a Martín, y hasta<br />
ese momento descartaba la alternativa de eliminarle. Había<br />
conocido la miseria en sus años de mortal y también la importancia<br />
de ser bien recibido bajo un techo. Si había algo que el<br />
Mago Obscuro aborrecía era la Cofradía.<br />
Detestaba a las brujas y a las arpías, porque con frecuencia<br />
se enamoraban de él (y pocas cosas le parecían tan molestas<br />
como alguien con el poder de seguirle hasta el último rincón<br />
de Cam); detestaba a los ogros, debido a que abandonaban<br />
cualquier asunto si les sorprendía la hora de comer; detestaba<br />
al Esclavo del Abismo, porque éste no compartía su propósito<br />
de conquistar y en cambio hablaba de destrucción y<br />
masacres irracionales. De cualquier modo debía soportarles a<br />
todos por difícil que resultara.<br />
Tiempo atrás, cuando ya se había convertido en el Líder<br />
de las Tinieblas, lo único que endulzaba sus días era el amor<br />
de las mujeres que dormían a su lado. Pero aún este placer se<br />
volvió insuficiente, y por sobre un millar de caras seguía siendo<br />
el odio su única compañía, ese odio que arrastraba desde<br />
hacía muchos años. Sin embargo, tal como le ocurriría a Martín<br />
años más tarde, la existencia del Mago Obscuro fue tocada<br />
por la vara que transforma el hierro en oro, y las pozas de<br />
agua en vasijas de plata.<br />
Caminando por el Bosque, Urbano se aproximaba a la<br />
cascada frente a la que solía sentarse. Para su sorpresa dos<br />
mujeres habían invadido su lugar predilecto. Una de ellas, una<br />
hermosa joven de quince años, se bañaba tranquilamente sumergida<br />
hasta el ombligo. La otra, algo así como dos décadas<br />
http://zonaliteratura.com | 199 | Cuentos de Sueñobscuro
mayor, le hablaba desde la orilla, pero ella tenía la vista fija en<br />
las estelas que dejaba el jabón sobre su cuerpo sinuoso, y ocultaba<br />
el rostro bajo una cascada de rizos negros.<br />
Ninguno de los tesoros que poseía arrebataba con mayor<br />
intensidad que los otros, y cada uno de ellos cautivaba por si<br />
mismo. Pero no fueron sus labios, bocados de Nía (Fruta redonda<br />
que proviene del Niabulus), los causantes del embrujo<br />
que ejerció en el Mago Obscuro; ni su piel, que probablemente<br />
se habría deslizado sobre la suya como un exquisito aceite.<br />
Tampoco participaron de una manera especial sus pechos orgullosos,<br />
y su vientre plano. No, por supuesto que no. Todo lo<br />
anterior había sido degustado por Urbano en infinitas formas,<br />
y apenas pudo nublarle un tanto la razón. Sin duda alguna, el<br />
Mago Obscuro quedó prendido de ella por la pureza que irradiaba,<br />
y la infinita bondad que vislumbraba en su corazón; virtudes<br />
que le dejaron absorto, como si habitara en los confines<br />
de una caverna y un día descubriera a un intruso le quema los<br />
ojos.<br />
El embelesamiento de Urbano permitió que Fátima, la<br />
mujer que esperaba a la joven en la orilla, detectara su presencia<br />
y estableciera un vínculo con los recodos más sórdidos y<br />
amargos de su ser. Molesto y sumamente confundido, el Mago<br />
Obscuro se alejó a prisa de la laguna, pues Fátima alertaba a<br />
su protegida dando unos gritos espantosos.<br />
Durante semanas, el recuerdo de esa zagala de cabello<br />
azabache le encendía la sangre y agitaba su respiración sin darle<br />
tregua. Pero sus ansias iban más allá de la sed por el placer,<br />
y lo entendió perfectamente al tratar en vano de aplacarla. Por<br />
aquél entonces los Espíritus del Bosque cantaban:<br />
Cristián Berríos | 200 | http://zonaliteratura.com
Una sombra busca ser de carne y hueso<br />
Para conquistar una doncella<br />
Muy pronto Urbano averiguó que aquélla joven era la preciosa<br />
Delénia, Princesa del Reino Sur, custodiado como ya es<br />
sabido por el poderosísimo Bedteseri. Pese a todo, y sin que<br />
dejara de lado el anhelo de apoderarse del Jrem Universo,<br />
Urbano se juró que algún día llegaría hasta ella para conquistarla,<br />
y así encaminarse a la redención de sus actos.<br />
En la quietud del sótano en que trabajaba la noche decisiva,<br />
el Mago Obscuro se hallaba de muy buen animo. Tenía a<br />
Delénia junto a él al cabo de nueve años y la posibilidad de<br />
apoderarse de Los Tres Libros de Alina por fin estaba a su<br />
alcance.<br />
http://zonaliteratura.com | 201 | Cuentos de Sueñobscuro
Capítulo 4<br />
LA VÍA FÉRREA<br />
Quince minutos antes de que Fátima y Bastián pisaran el<br />
Campamento de Bedteseri, Martín llegaba a El Descanso en<br />
busca de la residencia de Urbano. Cuando pasaba cerca de la<br />
estación ferroviaria, un anciano le tomó del brazo, exclamando:<br />
- ¡Martín!... ¡Bendito sea dios, hijo mío! ¿Te encuentras<br />
bien?...<br />
- Si- Contestó el aludido lleno de sorpresa-. Mustafá, pensaba<br />
que te hallabas gravemente enfermo.<br />
- ¡No lo estoy Martín!- Gritó el anciano-, deja que te explique.<br />
- Este no es el momento adecuado- Explicó Martín-. Hay<br />
un asunto de vida o muerte que atender.<br />
- ¡Que me unten el culo con miel y me sienten en un gran<br />
hormiguero si lo que te diré no lo es!...- Aulló Mustafá.<br />
Luego de solicitarle que pusiera mucha atención, el anciano<br />
le relató lo siguiente:<br />
«Hace poco más de dos meses, oí que llamaban a la puerta de mi<br />
oficina. Cuando la abrí me hallé frente a un hombre de aspecto sombrío,<br />
Cristián Berríos | 202 | http://zonaliteratura.com
cejas pobladas y de unos cuarenta y tantos años a cuestas, que me dijo:<br />
«- Señor Mustafá, necesito un momento de su atención ¿Le importa<br />
si entro?...<br />
«- Por su puesto que no- Contesté-, dígame en que puedo servirle.<br />
«Pero en lugar de revelar el propósito de su visita, se transformó en<br />
una gigantesca serpiente. Lleno de asombro y de terror, busqué refugio<br />
detrás de mi escritorio. El reptil, en tanto, se arrastraba hacia mí con el<br />
hocico abierto, como si fuera a engullirme de un solo bocado. Sin embargo,<br />
al llegar a mi lado retomó su forma habitual y me dijo:<br />
«- ¡Vaya!... Es un hombre muy valiente. Le aseguro que muchos se<br />
habrían muerto del susto. Tengo el presentimiento de que nos entenderemos<br />
sin ningún problema. Me llamo Urbano y soy el Mago Obscuro de<br />
la legión de las Tinieblas. Desde hace largo tiempo, he tenido que matar<br />
a los que se oponen a mis planes, pero en verdad me estoy cansando de<br />
hacerlo. Sin embargo, no me costaría trabajo hacerme cargo de una vida<br />
más. Ahora bien, le daré una alternativa: ¿Quiere seguir viviendo?...<br />
«Asentí con la cabeza.<br />
«- ¡Bien!- Exclamó-. ¡Aquí hay una tortuga que no en vano asistió<br />
a los sepelios de tres amos, veintiocho perros y treinta y un gatos!... Créame<br />
que en otras circunstancias seríamos grandes amigos y beberíamos<br />
hasta que el vino se nos escapara por las orejas...<br />
«Después de reír a carcajadas, me puso al tanto de su ardid:<br />
«- Señor Mustafá, tengo ponerme en contacto con alguien que usted<br />
conoce, y me es indispensable su cooperación. Para conservar su vida,<br />
escribirá dos cartas para ese sujeto que vive como termita...<br />
«- Conozco a Martín desde niño, y le aseguro que sería incapaz de<br />
matar una mosca- Le dije en seguida-.¿Qué quiere de él?...<br />
«- Nada- Contestó-. Es otra cosa la que me interesa. Sigamos con<br />
lo que le concierne: En una carta quiero que renuncie a su empleo como<br />
administrador...<br />
http://zonaliteratura.com | 203 | Cuentos de Sueñobscuro
«- ¿Con que excusa?...- Pregunté.<br />
«- Si no lo hace- Dijo en un tono amenazante-, me transformaré en<br />
lo que usted acaba de ver y le tragaré en seguida, a menos que lo mate de<br />
alguna otra forma horripilante. Supongo que eso califica como motivos<br />
de salud.<br />
«Asentí con la cabeza nuevamente.<br />
«- En la otra- Prosiguió-, me recomendará como su sucesor, Franz<br />
Plata, un eficiente hombre de negocios que se encuentra disponible. Eso<br />
es todo lo que quiero y nada más...¡Ah!, le advierto que debe marcharse<br />
de El Descanso, y negarse a cualquier tipo de comunicación con Martín<br />
o de lo contrario... Hurgaré dentro de su mente y le daré el fin que merece...<br />
«- ¿Moriré mientras presencio un espectáculo de hermosas coristas?<br />
–Pregunté esperanzado.<br />
«- ¡Claro que no!- Dijo molesto-, me refiero a una muerte lenta y<br />
dolorosa.<br />
«Cuando acabé de escribirte las cartas, se las extendí a él y luego<br />
desapareció ante mis ojos. De inmediato fui a casa a empacar, y apenas<br />
terminé huí despavorido. Pero en todo este tiempo no he podido vivir con<br />
mi cobardía, y volví para contarte lo que pasó...»<br />
Al concluir su narración, el anciano suspiró profundamente.<br />
- Me crees. ¿Verdad hijo?<br />
Su antiguo empleador frunció el ceño y al cabo de unos<br />
segundos le dijo:<br />
- Mustafá, es evidente que lidiaste con un ser que posee<br />
extrañas habilidades... Estoy convencido de que jamás me habrías<br />
traicionado si él no te hubiera forzado. De cualquier<br />
modo hoy reparaste tu falta ahorrándome un tiempo sumamente<br />
valioso.<br />
Cristián Berríos | 204 | http://zonaliteratura.com
En seguida Martín miró hacia Sueñobscuro y tuvo la impresión<br />
de que el Destino guiaría sus pasos. Luego caminó<br />
hacia la boletería de la estación de El Descanso, donde le dijeron<br />
que el último tren había salido hacía veinte minutos. Entonces<br />
echó a andar por la vía decidido a enfrentarse con aquella<br />
profecía de Fátima. Una hora y media después del estruendo,<br />
cuando Martín llevaba unos treinta minutos en Sueñobscuro,<br />
Bastián le preguntó a un hombre que aseaba la estación de El<br />
Descanso sobre la salida del próxima tren hacia el Oeste, y<br />
éste, mirándole de arriba a bajo por su extraña vestimenta, le<br />
contestó:<br />
- El último salió hace casi dos horas. En todo caso yo que<br />
usted no iría a Sueñobscuro. En esa Ciudad ha ocurrido una<br />
catástrofe: Así lo aseguraban un par de telegramas que recibimos.<br />
Pude oír algunas detonaciones desde aquí, y también vi<br />
como miles de ratas corrían por la vía desde allá... Le prometo<br />
que jamás supe de algo parecido, salvo que se tratara de un<br />
barco a punto de hundirse.<br />
Bastián observó las líneas del ferrocarril, que convergían<br />
unos metros hacia el Oeste, murmurando con resignación:<br />
- Supongo que no hay otro remedio.<br />
Mientras se internaba en el Bosque a través de la vía, y<br />
daba de mordiscos a una Adaba (Fruta pequeña y redonda de<br />
color amarillo) que había cortado en el camino, Bastián reconstruía<br />
el trágico accidente que pesaba en su conciencia.<br />
Observando las ciénagas, dos extensas lagunas que parecían<br />
morder los rieles, entendió la desesperación de su padre cuando<br />
no tuvo escapatoria, y en tanto recorría el mismo trayecto,<br />
aunque a la inversa, se concentró, en medio de la confusión<br />
que provenía de Sueñobscuro y el gélido halo de la floresta,<br />
http://zonaliteratura.com | 205 | Cuentos de Sueñobscuro
en un punto que hasta entonces la culpa ocultaba.<br />
Ese hombre que apagó su luz en la vía férrea ya había<br />
perdido a alguien que amaba. El mismo calvario al que debía<br />
enfrentarse Bastián después del accidente. Tras lamentarse por<br />
milésima vez y repetirse que habría dado todo por darle un<br />
giro al fatídico curso de los hechos, Bastián comprendió que<br />
su padre había ofrendado en el momento justo lo que para él<br />
resultaba imposible a través del Tiempo.<br />
Luego de que una generosa dosis de orgullo, bienvenida<br />
como un billete extraviado en la ruta de la vagancia, recorriera<br />
vertiginosamente su cuerpo, Bastián sintió una fuerte molestia<br />
estomacal y, tras caerse de rodillas en la vía, vio volar de<br />
su boca a un insecto de alas rojas y negras. La hermosa<br />
Adabatía se perdió entre las sombras sin dejar rastro. Cuando<br />
aún no se recuperaba del susto que le produjo tal aparición,<br />
Bastián escucharía a lo lejos el silbato del ferrocarril, aunque<br />
en un principio no supo si ese sonido provenía del Bosque o<br />
del pasado.<br />
Cristián Berríos | 206 | http://zonaliteratura.com
Capítulo 5<br />
LA NOCHE DE LA BATALLA<br />
Después de que atravesara una procesión interminable de<br />
ratas, algunas tan grandes como un voraz zedregal, Martín tenía<br />
la estación ferroviaria de Sueñobscuro a la vista casi media<br />
hora después de iniciada la Gran Batalla. La tierra se sacudía<br />
alborotada como un potro salvaje bajo sus pies, y el cielo tronaba<br />
enfurecido. Martín tuvo miedo que el mundo llegara a su<br />
fin de un momento a otro. En tanto se acercaba a la estación<br />
presenció como una multitud huía desesperada hacia el Bosque<br />
del Este bajo las siluetas de extrañas criaturas.<br />
Corrientes humanas le empujaban de un lado hacia el otro.<br />
Ahora avanzaba por la avenida principal luchando contra el<br />
grupo que se dirigía a los Bosques del Norte y del Sur. Solo<br />
pensaba en reunirse con la princesa aunque implicara extraviarse<br />
en Sueñobscuro. La fortuna, cuya mano tanto necesitaba,<br />
decidió desairarle en el momento menos oportuno. Mientras<br />
se recriminaba nuevamente por la confianza que había<br />
depositado en Urbano, una explosión le arrojó en forma violenta<br />
sobre unos escombros. El resplandor que había precedido<br />
a la detonación le dejó ciego, además sentía el pecho en<br />
http://zonaliteratura.com | 207 | Cuentos de Sueñobscuro
carne viva y un agudo dolor en el costado izquierdo. Un cuerpo<br />
inerte yacía a su lado.<br />
La princesa Delénia en ese minuto aflojaba el último barrote<br />
de la ventana utilizando una tras otra las patas de la cama<br />
que había en su cuarto. En seguida, acercó al muro la mesa en<br />
que Urbano le había dejado Chumbeques y un delicioso licor<br />
de manzana, y puso una silla encima para apoyarse en ella, y<br />
así escaparse por la ventana. Una vez que estaba colgando del<br />
borde exterior, flexionó sus piernas contra el muro para<br />
impulsarse, y se arrojó sobre el tejado de la mansión de Urbano,<br />
quien en ese instante luchaba contra los bravos de la Luz.<br />
Luego de que rodara por el techo de la casona, cayó sobre<br />
un crecido arbusto. La maniobra tuvo como saldo cuatro<br />
espinas y varias rasguñaduras. El bombardeo inmisericorde<br />
que sufría Sueñobscuro y la destrucción sistemática de sus calles<br />
y residencias le forzaron a detenerse y a presenciar parte<br />
del encarnizado combate que los guerreros más poderosos<br />
sostenían el cielo. A pesar de que distinguía una mínima parte<br />
de sus movimientos, la princesa logró percatarse de que las<br />
fuerzas obscuras eran superiores en ese momento.<br />
Pese a que contaban con el Gran Bedteseri, Las Hadas<br />
Reinas y otros Magos del T. A. como Rim, Dobro y Nicán, el<br />
Ejército Luminoso apenas soportaba las embestidas del Tridente<br />
y la Cofradía. El desaliento que esto le produjo no le<br />
detuvo demasiado porque su prioridad era volver a la casona.<br />
Después ya habría tiempo para inquietarse con el futuro del<br />
Jrem Universo a menos que volaran en pedazos sin previo aviso.<br />
En el preciso instante en que Martín se ponía de pie con<br />
un esfuerzo sobrehumano, la lluvia comenzó a desplegarse sin<br />
Cristián Berríos | 208 | http://zonaliteratura.com
eparos ni mezquindades, como si Cam rogara a los otros<br />
mundos que vaciaran en Sueñobscuro sus Océanos para salvarla<br />
de la marea de fuego que la arrasaba. Por algunos segundos<br />
escuchó unos gritos que se producían muy cerca de él, sin<br />
que supiera que correspondían a cuatro gnomos, armados con<br />
hachas y espadas, los cuales acorralaban a una siniestra bruja.<br />
Pero también sus oídos dejaron de guiarle a causa del trauma<br />
acústico y sus trémulos pasos le atravesaron en el camino de<br />
un furioso unicornio que pretendía deshacerse de un sanguinario<br />
Etán.<br />
Justo antes de que fuera arrollado, Martín sintió que un<br />
cuerpo diestro y ligero lo interceptaba, y en seguida escuchó<br />
una voz familiar que dijo al oído:<br />
- Me lo debías por aquella vez en el Bosque.<br />
Cuando terminaba de levantarse, Martín fue triturado por<br />
los brazos de Delénia. Entonces recordó lo que había aprendido<br />
de los libros que pertenecían a su madre, y de aquellos<br />
que su padre tenía bajo llave en el primer cajón del escritorio,<br />
y la besó con tanta pasión como le es posible a alguien que<br />
está gravemente herido. Cuando recuperó el habla, Martín le<br />
dijo:<br />
- Traía un ramo de rosas pero lo perdí en el barro.<br />
Ella sonrió.<br />
- Jamás te habría dejado de ese modo.<br />
- Lo sé- Interrumpió Martín-. Debemos escaparnos de<br />
Sueñobscuro.<br />
Pero apenas empezaban su marcha, la princesa Delénia se<br />
dio cuenta de que el Mago Obscuro se hallaba frente a ellos,<br />
envuelto en una negra neblina, que se disipaba lentamente. Tenía<br />
los brazos cruzados y el ceño fruncido, y había un nefasto<br />
http://zonaliteratura.com | 209 | Cuentos de Sueñobscuro
destello en sus ojos. La tierra se había elevado a sus pies sitiándole<br />
en un pedestal, y cinco sables al rojo vivo formaban<br />
óvalos en torno a su cuerpo. En seguida estos se clavaron en<br />
la tierra, y él bajo por ellos como si fueran los peldaños de<br />
una escalera.<br />
- Es triste presenciar como el ladrón cuenta las piezas que<br />
el campesino ahorró arando la tierra- Dijo Urbano acercándose<br />
unos pasos-. Bien dicen que el amor es siempre una ilusión.<br />
- ¡Franz... O como te llames!- Exclamó Martín sin que<br />
lograse recordar el nombre que había mencionado Mustafá-<br />
...¡Eres un traidor despreciable!<br />
- Me alegra que estés aquí Martín - Bramó Urbano - Quería<br />
comunicarte personalmente mi renuncia. El sueldo era miserable<br />
y ese trabajo no me permitía desarrollarme en forma<br />
significativa. ¡Prefiero que me llamen vago antes que morirme<br />
en una oficina! Supongo que te puedo liquidar ahora sin problemas<br />
de ética.<br />
- ¡Espere!- Gritó Delénia- ¡No le haga daño!<br />
Urbano se encogió de hombros y dijo molesto:<br />
- Sus palabras me ablandan como el ácido. Si usted se va<br />
conmigo querida princesa prometo que dejaré en paz a este<br />
infeliz.<br />
Mirándole con infinita furia Delénia contestó:<br />
- Entonces no lo mate antes que a mí. No soportaría tanto<br />
asco.<br />
- ¡¡Mataré a ese gusano y volverás a esa torre porque esa<br />
es mi voluntad!!- Exclamó Urbano con el rostro encendido.<br />
De inmediato apuntó a Martín con el índice de su mano<br />
diestra, pero en tanto su energía resplandecía en la punta de su<br />
Cristián Berríos | 210 | http://zonaliteratura.com
dedo sufrió la embestida del minotauro, que le incrustó uno<br />
de sus cuernos en el costado izquierdo.<br />
Para Urbano aquello no pasaba de ser una burda provocación<br />
y luego de sujetarle del cuerno que le había enterrado<br />
lanzó a su atacante contra un muro que se encontraba a unos<br />
quince metros. El minotauro nunca volvería a levantarse. Con<br />
esa sencilla y valerosa acción, había pagado a la princesa por<br />
salvarle de la guardia real meses atrás.<br />
Decidido a acabar con aquel hombre que le robaba el amor<br />
de Delénia, Urbano debió acercarse nuevamente a ellos, porque<br />
la princesa y Martín habían aprovechado su distracción<br />
para desplazarse. Sin embargo, otro obstáculo se interpuso en<br />
el trayecto del mago, y esta vez fue un hombre vestido con<br />
una túnica negra y armado con una reluciente espada, que había<br />
pertenecido a uno de los centauros pegazos. Dos alas obscuras<br />
y membranosas le brotaban de la cabeza. Era Bastián.<br />
Su reconciliación con el pasado y la energía que se ocultaba en<br />
su sangre le habían transformado.<br />
- Los nietos son siempre nuestras debilidades – Río Urbano.<br />
Pero el joven aún no dominaba su poder. Urbano le alzó<br />
con la vista y le estrelló contra la vitrina de una antigua relojería,<br />
aunque con menos fuerza de la que utilizara para deshacerse<br />
del minotauro. En seguida, Urbano llamó a un ogro que<br />
estaba cerca de él y le dijo apuntando a la tienda:<br />
- Busca al guerrero que arrojé ahí y llévalo a mi refugio<br />
del Bosque.<br />
Muy extrañado y ya mejor de los oídos, Martín preguntó<br />
a la princesa:<br />
- ¿De quien está hablando?<br />
http://zonaliteratura.com | 211 | Cuentos de Sueñobscuro
- Tu buen amigo Bastián lleva mi sangre - Aclaró el Mago<br />
Obscuro-. Da por hecho que correrá mejor suerte que tú.<br />
Mientras aún resonaban sus palabras y antes de que la princesa<br />
parpadeara siquiera, Urbano lanzó sorpresivamente una<br />
descarga de su maligna energía, pero esta vez tampoco pudo<br />
eliminarle. Si bien Martín únicamente sintió que le jalaban el<br />
brazo, y Delénia creía que él mismo había esquivado el ataque<br />
del mago, Urbano observó lo ocurrido con claridad:<br />
- Isca - Murmuró atónito - ¿Qué diferencia hay entre que<br />
viva o muera una sabandija como Martín?<br />
Isca era una entidad atemporal luminosa. Su contraparte<br />
se llamaba Oden, quien le había rescatado del mar en la Isla de<br />
los Etanes para que cumpliera su oscuro Destino. Si Martín<br />
resultaba tan trascendente para sus enemigos mayor razón<br />
había para que lo destruyese cuanto antes.<br />
Obligándole a pagar tributo por ese instante de reflexión,<br />
el Guardián del Reino Sur se colocó entre él y sus perseguidos.<br />
- Urbano hea llijelu to fam (Urbano ha llegado tu fin).<br />
El aludido permaneció en silencio, pues nunca acostumbraba<br />
a desgastarse con palabras que incrementaran la ira de<br />
sus adversarios. Su única respuesta a una provocación era darle<br />
un vistazo relámpago al entorno, y en seguida arrojarse como<br />
una fiera herida, sin que importara el número de enemigos que<br />
enfrentaba. Años después, tras convertirse en el Mago Obscuro,<br />
ganaría innumerables batallas con su nombre, no en vano<br />
le conocían como El Humano que había llegado a convertirse<br />
en Líder del Ejército de la Obscuridad desplazando a demonios<br />
y otros espantos de las Tinieblas.<br />
Sin embargo, el poder de Urbano, increíble para un mago<br />
Cristián Berríos | 212 | http://zonaliteratura.com
que no provenía del T.A. o del enigmático Oriente, no bastó<br />
para que soportase la avalancha que se le vino encima. Baltazar<br />
era considerado uno de los entes más fuertes de Cranato.<br />
Tras unos minutos de intensa lucha, Urbano cayó<br />
contundido a tierra otra vez, y de inmediato Bedteseri hizo<br />
que aparecieran grilletes y cadenas en sus manos y pies. Su intención<br />
era que el metal fuera rociado con Magia Líquida y<br />
dejarle cautivo por toda la eternidad, a menos que le liberaran<br />
con el escaso Kurbaa. Justo en el instante en que sacaba el<br />
frasco que contenía la asombrosa sustancia, Efisto el demonio<br />
llegó al rescate de Urbano y enfrentó decididamente a Baltazar<br />
consciente de que le superaba en energía.<br />
Ahora bien, Efisto sabía que nada bueno sacaría combatiendo<br />
con el Guardián del Reino Sur si éste contaba con Magia<br />
Líquida, elemento fundamental para que le capturara en su<br />
anterior lucha. Tras acercarse a Urbano, que lucía recuperado,<br />
le sugirió:<br />
- Urbano, wenumuze ede Riamue Zore (Urbano, vámonos<br />
al Reino Sur).<br />
-Está bien - Contestó el Mago Obscuro en la Lengua del<br />
Tiempo Inmemorial.<br />
Pero Urbano no partió en seguida, porque una colosal<br />
explosión en la zona portuaria le estremeció indeciblemente,<br />
como lo hubiera hecho el alarido de un ser amado, y tuvo la<br />
impresión de que la humanidad que quedaba en él moría junto<br />
a su Ciudad. Sin embargo, entre las tinieblas de su alma residía<br />
un sentimiento muy arraigado y doloroso, al igual que una espina<br />
rota dentro de la carne.<br />
Desde las alturas presenciaría como la princesa y Martín<br />
se adentraron en el Bosque del Este, pero Urbano sentía que<br />
http://zonaliteratura.com | 213 | Cuentos de Sueñobscuro
en esa noche invernal del año 42.860 daría un paso definitivo<br />
para tenerla a su lado. Una buena razón para tal optimismo<br />
era que El Ejército de la Obscuridad, apoyándose en el poder<br />
destructivo que poseían El Esclavo del Abismo, el temible<br />
Imallén y los demonios del Tridente, en mayor medida, aplastaba<br />
sin piedad a sus adversarios, y por consecuencia Los Tres<br />
Libros de Alina no tardarían en ser suyos.<br />
Cinco minutos después de que Delénia y él se ocultaran<br />
en el Bosque, Martín se desmayó. Al examinarle, la princesa<br />
descubrió que él tenía una herida muy profunda en el costado<br />
izquierdo del tórax, por la que se desangraba con rapidez.<br />
Aunque comenzaba a congelarse y su rostro tomaba un<br />
tinte apagado sonreía.<br />
- ¡Resiste por favor!- Exclamó la princesa y luego de besarle<br />
en los labios le dijo con angustia-: ¡Levántate!<br />
No recibía respuesta. Mientras Urbano pensaba que su<br />
sueño se hacía realidad, Martín creía que la realidad se transformaba<br />
en un escenario onírico, donde de las formas se volvían<br />
embriagadoramente sinuosas y los colores palidecían. Un<br />
ruido indescifrable ensombrecía el mundo.<br />
- ¡Martín!- Exclamó la joven- ¡¡No basta con esto!! De<br />
nada sirve que consigamos algo maravilloso para después perderlo.<br />
¡Es injusto!<br />
Náufrago en una somnolencia de flores mustias y sonidos<br />
débiles, Martín vislumbraba la angustia de la joven como un<br />
barco en el horizonte. Valía la pena un último esfuerzo.<br />
Cuando Urbano apareció frente al Reino Sur los guardias<br />
del castillo temblaban de miedo ante el horripilante y malvado<br />
Efisto.<br />
- Iztuze xuberlizize zi rimlaraeme amxdozue zae<br />
Cristián Berríos | 214 | http://zonaliteratura.com
imfrimterem e ome zudue (Estos cobardes se rendirían incluso<br />
si enfrentaran a un solo Sacurago).<br />
El Sacurago era un Demonio de las tierras de Oaz, con<br />
cuernos en las sienes y cabello en todo el cuerpo, despiadados<br />
pero en ningún caso invencibles para un ejército. Efisto disfrutaba<br />
con la debilidad de sus oponentes. Sin que perdiera<br />
tiempo, Urbano bajó el puente levadizo con un chasquido de<br />
sus dedos y luego vaciaba el aceite que le arrojaron desde la<br />
cima de los muros en las aguas del foso con un movimiento<br />
del índice.<br />
Luego de que cruzara el umbral de la entrada halló una<br />
gran cantidad de gente reunida al interior del castillo, entre las<br />
cuales sobresalían el rey y la reina.<br />
De inmediato dos guardias se aproximaron a Urbano con<br />
sus espadas alzadas, pero el Mago Obscuro desapareció entre<br />
ellos y pronto volvía a ser visible unos metros más adelante.<br />
Poco después le atacaron otros dos guardias, cuatro arqueros<br />
y cinco mercenarios, pero al ver que las flechas se volvían cenizas<br />
antes de tocarle y el acero se quebraba contra su cuerpo<br />
la mayoría de los atacantes huyó como alma que se lleva el<br />
diablo. En apenas unos minutos el Mago Obscuro se encontró<br />
cara a cara con el rey.<br />
Despojándose de su corona el soberano le dijo:<br />
- Toma mi trono si eso te complace, pero te ruego que no<br />
le hagas ningún daño a mi esposa ni a estas personas que vinieron<br />
aquí buscando protección protección. Hace poco perdí a<br />
una hija y no deseo lamentarme por el fin de nadie más.<br />
- Tu hija no está muerta- Aclaró Urbano-, solamente se<br />
fugó en señal de rebeldía y ahora piensa casarse con un fracasado.<br />
Con respecto a lo otro, ya deberías haberte dado cuenta<br />
http://zonaliteratura.com | 215 | Cuentos de Sueñobscuro
de que el poderío de un gobernante radica en el aprecio que le<br />
tiene su gente. Mira cuantos gitanos y súbditos de este Reino<br />
han confiado en ti a pesar de que eres un gusano insignificante.<br />
Considérate afortunado.<br />
De pronto, la reina dio un paso hacia el mago y le interrogó:<br />
- Usted que parece saber tanto sobre mi hija ¿Puede decirme<br />
donde se encuentra?<br />
- Suegra- Dijo el Mago Obscuro inclinando la cabeza-, su<br />
hija está escondida en algún rincón del Bosque. Bien, ha llegado<br />
el momento de ocuparse de un asunto en verdad relevante:<br />
La conquista del Universo.<br />
Entonces desapareció de nuevo y unos treinta segundos<br />
más tarde aparecía de la nada exclamando:<br />
- ¡No está aquí!...¡Nos ha engañado!. ¡Ese maldito<br />
Bedteseri ocultó El Libro Mágico del Reino Sur!... ¡Quebrantó<br />
las Leyes de los Guardianes!...Deja que un tramposo reparta<br />
y jamás obtendrás una buena mano.<br />
Efisto escuchó el lamento del Mago Obscuro y le dijo:<br />
- Mue ti priuxopize... De lirrute lie de dose ize amnamimte,<br />
k, ome wase qoie iztue uxorre, Bedteseri libire lixarmuze lumli<br />
izxumlaue ide dabrue (No te preocupes... La derrota de la luz<br />
es inminente, y una vez que esto ocurra Bedteseri deberá decirnos<br />
donde escondió el libro).<br />
- Es cierto- Masculló Urbano en la Lengua sagrada-. Volvamos<br />
al campo de batalla y acabemos con ellos.<br />
Pero Efisto y el Mago Obscuro ignoraban que en ese preciso<br />
momento, justo cuando las fuerzas malignas se esparcían<br />
por los Bosques del Norte, Este y Sur como un nefasto enjambre,<br />
Baltazar ejecutaba una audaz maniobra, que el Líder de la<br />
Cristián Berríos | 216 | http://zonaliteratura.com
Luz había contemplado en caso de extrema necesidad. Resuelto<br />
a solicitarle ayuda al Mago más fuerte que jamás haya<br />
existido, el legendario Guardián se había transportado a las<br />
entrañas de la Caverna Musgo Amarillo.<br />
Aunque los términos del acuerdo no se sabrían hasta mucho<br />
tiempo después, El Gran Bedteseri se puso de acuerdo<br />
con el legendario Dragón Inmemorial para que peleara a su<br />
lado. Luego de que ordenarara al resto de los dragones que<br />
abandonaran la lucha, el Dragón se elevó sobre los Bosques<br />
resplandeciendo como un sol índigo y en seguida fue en defensa<br />
del Reino Norte, donde los valientes magos Nicán y<br />
Dobro sucumbían en manos del despiadado Yirazú, victoria<br />
que saborearía muy poco pues pronto se tragaba el polvo de<br />
la derrota ante la energía desbordada del Dragón, que en el<br />
trayecto eliminó todo vestigio del temible Imallén.<br />
Cuando Efisto y Arkán fueron vencidos por la misma criatura,<br />
en una batalla colosal que casi destruye el Jrem Universo,<br />
el primero de estos demonios le dijo a Urbano que ordenara<br />
la retirada y huyó junto a los otros miembros del Tridente a<br />
uno de los rincones más siniestros de Cranato, donde fundarían<br />
Ignominian, el tenebroso Reino del Tridente y la Cofradía.<br />
Tras la huella de sus amos partió Esclavo del Abismo.<br />
En cuanto al Mago Obscuro, aún combatía furioso cuando<br />
el Tridente se había retirado, pero muy pronto se halló<br />
rodeado sobre los Bosques humeantes por El Gran Bedteseri,<br />
el Dragón Inmemorial, y los últimos Magos del Oriente. Sin<br />
embargo no había un ápice de miedo en sus ojos, y les miraba<br />
a cada uno de ellos en forma desafiante. Solo se distrajo al ver<br />
de reojo las llamas que destruían Sueñobscuro. Sin embargo,<br />
no había tiempo para melancolías porque en seguida halló tres<br />
http://zonaliteratura.com | 217 | Cuentos de Sueñobscuro
Magos del Oriente encima suyo, y debió esmerarse para que<br />
no acabaran con él de inmediato. Finalmente la fortuna le sonrió<br />
y pudo derrotarlos a todos, ante el asombro de Bedteseri<br />
y de los propios vencidos, que se levantaron de la tierra muy<br />
menoscabados por la humillación. Un miserable humano, un<br />
híbrido, era capaz de derribarles movido por un poder que<br />
rompía los designios. El Dragón Inmemorial en tanto le observaba<br />
sin que perdiera detalle.<br />
Cuando el Guardián del Reino Sur se acercó al Mago<br />
Obscuro, el Dragón Azul habló en voz alta, y los hombres de<br />
las Ciudades cercanas y Todos los Habitantes del Bosque pudieron<br />
oírlo. La poderosa criatura dijo lo siguiente:<br />
- Que nadie se atreva a tocarlo. Muchos han muerto gracias<br />
a los suyos y a su propia mano, pero si el Líder de la Luz<br />
ha tenido que recurrir a la traición y a la mentira en defensa de<br />
la verdad y justicia, reconozcamos el valor de este guerrero.<br />
Cuando sus maestros huían como cobardes, él luchaba con<br />
temple por un juramento que otros hicieron antes que naciera.<br />
- No es tan simple- Interrumpió Bedteseri-. Es nuestra<br />
obligación deshacernos de cada uno de ellos y perseguirles a<br />
lo largo de Cranato si es necesario. Debemos vengarnos por<br />
la muerte y disolución de los nuestros. La amenaza de una<br />
Guerra aún más terrible siempre rondará a las generaciones<br />
del futuro mientras ellos existan.<br />
- Creo que de Guardián y carcelero pretendes convertirte<br />
en verdugo- Dijo el Dragón Inmemorial-. Ni siquiera el Todopoderoso<br />
Nguechén fue tan inflexible cuando expulsó a<br />
Efisto y Yirazú de Alina. En cada uno de nosotros reside la<br />
Hermandad del Gran Fuego y estamos prestos a destruir en<br />
nombre del bien o el mal. Eso no es posible. Si pretendes<br />
Cristián Berríos | 218 | http://zonaliteratura.com
darle caza a tus enemigos para que estos no perturben la paz<br />
desconoces La Voz de Alina y abandonas la senda de la Justicia.<br />
Ha llegado la hora de que el Fuego se aplaque en nosotros.<br />
No perseguiré a nadie que no deseé pelear y tú menos<br />
que nadie podrá hacerlo.<br />
El Gran Bedteseri guardaría en silencio por unos segundos<br />
y luego advirtió al Urbano con tono amenazante.<br />
- Aléjate de ella. Todo el Jrem Universo depende de que<br />
cumplan su Destino.<br />
En seguida el Dragón se dirigió al Mago Obscuro y le<br />
dijo:<br />
- Piensa en el humano que un día bebió de mi sangre para<br />
volverse poderoso. Ahora lárgate.<br />
Urbano mantuvo la frente en alto, soberbio como un conquistador,<br />
y gritó antes de retirarse:<br />
- Reuniré mis legiones y marcharé a las entrañas de la tierra.<br />
Si el hielo de las montañas congela a los mortales<br />
durmiéndoles en su regazo, que sea el magma el que alimente<br />
a mi Fuego y lo conserve hasta un Tiempo no muy lejano.<br />
- Estos idiotas nunca aprenden – Rezongó Bedteseri.<br />
Poco después de que el Mago Obscuro se disipara en un<br />
cielo límpido y fresco, el Gran Bedteseri, recibido con vítores<br />
y alabanzas por los sobrevivientes de la Batalla que se había<br />
desarrollado en las calles de Sueñobscuro, y entre la densidad<br />
del Bosque llamó al viejo Mago Rim y le nombró Guardián<br />
del Reino Sur y Líder de la Luz, ante la sorpresa de sus guerreros<br />
y del propio designado.<br />
Ese hecho marcaría el termino de la Era Cronológica y el<br />
inicio del Lapso Post Guerra, sucedido por la terrible Era<br />
Iarática. Tras jurarle obediencia a la Luz, el Dragón Inmemo-<br />
http://zonaliteratura.com | 219 | Cuentos de Sueñobscuro
ial encadenó al Gran Baltazar a las profundidades de la Caverna<br />
Musgo Amarillo, como habían acordado.<br />
Justo en el instante en que unas gotas de Magia Liquida<br />
caían sobre los eslabones, no muy lejos de ahí Martín abría los<br />
ojos tras paserase por los arrabales de la muerte. Se hallaba<br />
tendido en la hierba, con la cabeza reclinada sobre la falda de<br />
Delénia. Ella tenía su espalda apoyada en el tronco de un Árbol<br />
gigantesco.<br />
- Si tenemos un hijo – Masculló él adolorido - ¿Tendrá un<br />
nombre raro como el tuyo?<br />
- Será una hija – Contestó ella – Y se llamará Deleba.<br />
- Quizás se me ocurra un nombre mejor.<br />
- Descansa por ahora- Le dijo la princesa y observando<br />
los tintes rojizos que asomaban en el horizonte añadió-: Después<br />
de que te vende los ojos buscaremos donde ocultarnos.<br />
Pero Martín no deseaba entregarse al sosiego hasta que<br />
averiguara porqué sentía un irritante hormigueo en el pecho, y<br />
se inclinó cuanto pudo para ver sus heridas percatándose de<br />
que éstas comenzaban a cerrarse como si mil obreros invisibles<br />
trabajaran vertiginosamente en pos de su recuperación.<br />
Cristián Berríos | 220 | http://zonaliteratura.com
2011 • ZONA LITERATURA<br />
http://zonaliteratura.com<br />
http://zonaliteratura.com | 221 | Cuentos de Sueñobscuro
Cristián Cristián Berríos Berríos<br />
Berríos<br />
es chileno y ha publicado en<br />
forma independiente Chocolate<br />
Post Mortem, Breve sinfonía de<br />
un crimen sin remordimientos,<br />
La Cofradía y Santo Grial de un<br />
underground en formato digital,<br />
además de otras publicaciones<br />
en medios de Chile, Venezuela,<br />
México y Perú. Fue incluido en<br />
la antología de poesía Chile-<br />
Venezuela Me Urbe. En 2010<br />
ganó el concurso «Un cuento en<br />
mi blog», organizado por <strong>Zona</strong><br />
<strong>Literatura</strong>, con el relato<br />
«Conspiración paranoide», que<br />
abre el presente volumen que<br />
incluye la trilogía Cuentos Cuentos de<br />
de<br />
Sueñobscuro<br />
Sueñobscuro, Sueñobscuro compuesta de<br />
dos novelas breves y un cuento<br />
del género fantástico, lo cuales<br />
presentan diversas razas,<br />
lenguas y cronologías que<br />
poseen como escenario la<br />
ciudad de Sueñobscuro.<br />
2011 • ZONA LITERATURA<br />
Cristián Berríos http://zonaliteratura.com<br />
| 222 | http://zonaliteratura.com