MIURAS Parte 2 - Fiestabrava
MIURAS Parte 2 - Fiestabrava
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El Origen de la Célebre Vacada.<br />
n Portugal existía una raza de<br />
toros del país suficiente para<br />
las escasa exigencias del toreo<br />
que allí se venía practicando.<br />
En extremo pura la<br />
conservaba la ganadería de<br />
Cunha, que después fue de Tabares; pero la<br />
mayor parte se cruzaron con toros españoles,<br />
y, posteriormente, importaron ganaderías<br />
completas.<br />
La cruza del ganado del país con toros<br />
españoles ha producido un tipo de toro duro,<br />
cor-pulento y poderoso, de lidia arriesgadísima.<br />
Sirvan como ejemplo las ganaderías<br />
de Pereira Palha, de Villafranca de Xira,<br />
formada con vacas criollas y mezcladas con<br />
sementales de Concha y Sierra y Miura, o ésta<br />
última ganadería española, que cuenta entre<br />
los elementos que la formaron con vacas portuguesas.<br />
Los toros de Palha son muy<br />
corpulentos, de gran poder, veloces en la carrera,<br />
de gran agilidad para saltar la barrera y<br />
para revolverse codiciosos, sin dar tiempo al<br />
torero para reponerse en la suerte... y saltar<br />
a los tendidos.<br />
De todas maneras el ganado portugués<br />
es muy basto, y aun afirman, si bien<br />
seguramente el aserto no es rigurosamente<br />
exacto, que aunque se lidien varias veces la<br />
misma res, no se picardea. Pertenece a la<br />
raza mediterránea, como el ganado andaluz,<br />
pero se ha cruzado con las variedades del<br />
Norte de Portugal, que son análogas a la<br />
gallega, y de ahí las grandes dimensiones de<br />
sus cuernos -toros de la paredes de la cueva<br />
de Altamira-, así como su tendencia a la mansedumbre.<br />
La pinta más corriente es la<br />
leonada con las extremidades más oscuras<br />
o negras, abundando los colorados ojos de<br />
MIURA - 2002<br />
2<br />
perdiz, mucosas casi siempre rosadas, frente<br />
convexa y órbitas salientes.<br />
El nacimiento de la vacada de Miura,<br />
indiscutiblemente la más renombrada en el<br />
extenso y vasto planeta de los toros bravos,<br />
tuvo lugar el (15-05-1842), por lo que en 1992<br />
se cumplió el CL Aniversario de su fundación.<br />
Y es uno de los tiembres de más legitimo<br />
orgullo de sus dueños -siguiendo fielmente a<br />
don Enrique Vila-, que todo este extenso<br />
período de tiempo haya conservado por<br />
entero el apellido titular.<br />
No hay otra ganadería en España que<br />
haya permanecido con el mismo apellido<br />
titular durante ya casi 160 años, al terminar<br />
de escribir este libro. Generalmente, las<br />
vacadas bravas se dividen y subdividen<br />
conforme a la ley de la herencia familiar. Y se<br />
venden también conforme a las necesidades<br />
del mismo orden. Es muy posible que la Casa<br />
de Miura, a lo largo de tantos años, haya sufrido<br />
algunos reveses económicos, pero ese<br />
es otros tema fuera de contexto. Sin embargo,<br />
es de suponer, siendo, como son, labradores,<br />
y habiendo pasado los días anteriores<br />
al señalado Movimiento Nacional en los que<br />
el campo valía poco más de nada.<br />
Sea como sea, es lo importante que<br />
no hay en el inventario ganadero de España<br />
otro nombre que pueda ostentar este timbre<br />
de orgullo: 160 años bajo un mismo apellido.<br />
Esa vocación por la agricultura, después de<br />
la post-guerra, como me dijo en 1966 el propio<br />
don Eduardo II Miura Fernández, hizo que le<br />
restara a la ganadería unas 3.000 hectáreas<br />
para dedicarlas al cultivo de cereales, con<br />
cuyos subproductos de las cosechas ayuda<br />
a la alimentación del ganado bravo todo el<br />
año... excepto el lluvioso año 2000.<br />
25
MIURA - 2002<br />
Y así, todas las ganaderías bravas que<br />
la precedieron en el monopolio de la<br />
popularidad, se subdividieron y parcelaron en<br />
distintas ramas, entre las que se diluyó<br />
también con fortuna diversa, la gloria de la<br />
casta primitiva. Seis generaciones de<br />
ganaderos, en creciente emulación y responsabilidad,<br />
crearon el hermoso y bravo toro de<br />
Miura, uno de los símbolos de nuestra Gran<br />
Fiesta.<br />
Los más importantes relevos se<br />
dieron en los años siguientes: En 1940, el día<br />
20 de octubre, los señores don Antonio II y<br />
don José Miura Hontoria vendieron para la<br />
plaza de Zaragoza su última corrida de toros<br />
como propietarios de la vacada de Miura. En<br />
1941, el día 19 de abril, don Eduardo II Miura<br />
Fernández vendió su primera corrida para la<br />
plaza de toros de Sevilla como propietario de<br />
la vacada de Miura.<br />
En 1996, los dos hijos de don Eduardo<br />
II Miura Fernández, don Antonio III y don<br />
Eduardo III, «tanto monta, monta tanto» se<br />
hicieron cargo de la ganadería; el primero, casado<br />
y sin hijos, que vive permanente en<br />
Zahariche con su distinguida y guapa esposa<br />
Cristina, es el encargado de la ganadería<br />
mientras viva, aunque todo cuanto hace, relacionado<br />
con ella lo consulta fraternalmente<br />
a su hermano Eduardo III; el otro, éste último<br />
señalado, también casado, tiene un hijo varón,<br />
don Eduardo IV Miura Fanjul, jovencito<br />
que ya correteaba y montaba a caballo, es la<br />
garantía de continuidad de la famosa divisa.<br />
El futuro regidor de los destinos de tan famosa<br />
ganadería, en brazos de su padre, herró al<br />
toro Zabaleto el (10-09-1994), que fue lidiado<br />
por el diestro Domingo Valderrama el (04-05-<br />
1998).<br />
Don Juan Miura, fundador de la<br />
ganadería más célebre de cuantas han<br />
existido en España, no era labrador ni estaba<br />
entroncado en ninguna familia de labradores.<br />
No tenía ningún antecedente ganadero, hecho<br />
muy extraño porque era originario de la<br />
provincia de Santander, donde casi todos los<br />
santaderinos tienen tierras de labranza y,<br />
26<br />
sobre todo, ganado doméstico de doble<br />
actitud: leche y carne. Sin embargo, era un<br />
opulento industrial del ramo de sombrería, establecido<br />
en la evocadora plaza de la Encarnación<br />
de Sevilla.<br />
Es parte de esta singular e irrepetible<br />
historia, que don Juan Miura, tuvo como<br />
aprendíz en su fábrica de sombreros al joven<br />
Manuel Pérez Domínguez. Pocos años<br />
después, su hijo don Antonio I lo utilizó para<br />
que le ayudara a domar unos becerros que<br />
había comprado para cabestros -que con los<br />
años se harían famosos-, y tan buena maña<br />
se dio, que marchó a acompañar a su padre,<br />
que llevaba en arriendo un cortijo -El Cuarto,<br />
en Sevilla- y poseía algún ganado, para ayudarle<br />
en las faneas camperas.<br />
Manuel Pérez pasó de las faneas del<br />
campo a las de la plaza, ensayándose en novilladas<br />
de la plaza de Sevilla. En 1848<br />
perteneció ya a la cuadrilla de Manuel Trigo y<br />
alternó en tandas. Desde entonces, el<br />
trabajador de don Juan Miura y de su hijo don<br />
Antonio I, fue solicitado por los mejores<br />
espadas de su tiempo, y picó con Juan Lucas<br />
Blanco (el Panadero), José Rodríguez<br />
(Pepete), Tato, Cúchares y, al final, en la<br />
célebre cuadrilla de Manuel Domínguez<br />
(Desperdicios), a quien acompañó desde<br />
1856, retirándose al hacerlo este famoso<br />
espada. Entonces se dedicó al cuidado de<br />
una ganadería que había adquirido. Fue un<br />
picador serio y concienzudo, y conocedor perfecto<br />
de su arte... ¡como todos los que se formaron<br />
en la Casa de Miura!.<br />
El primogénito de don Juan, Antonio<br />
I, sí se dedicaba a las faneas del campo, y<br />
llevó, desde muy joven, la dirección de un<br />
cortijo del término de Carmona (Sevilla), que,<br />
probablemente, no sería propiedad de su<br />
padre, sino que lo llevaría en arrendamiento y<br />
en dicha finca alimentaba un gran hato de<br />
vacas de vientre que él cuidaba con especial<br />
esmero. Es el momento de señalar que ésta<br />
forma de vida de los jóvenes de Andalucía es<br />
todavía muy frecuente. Se independizan de<br />
la familia, o tomando parte de su heredad para
la explotación, o arrendando tierras ajenas con<br />
la misma finalidad. Desde tiempos<br />
inmemoriales existen muchas fincas en Andalucía<br />
que se explotan de esta manera. Lo<br />
que no es frecuente ahora es el caso de don<br />
Juan Miura, que comprase una ganadería para<br />
ponerla bajo la exclusiva dirección de su hijo,<br />
actitud muy propia de los hombres del Norte<br />
de España.<br />
El padre apenas si tenía intervención<br />
en los negocios de su hijo, hasta que un día<br />
don Juan le propuso la adquisición de ganado<br />
bravo para hacer una vacada de esta clase,<br />
con la condición previa de que primero habría<br />
de deshacerse por completo del ganado<br />
manso que poseía. El muchacho lo pensó<br />
mucho. Estaba encariñado con sus vacas y<br />
no como aquel yerno de don José Derqui, un<br />
entonces apuesto marino (el Almirante), natural<br />
de Aragón que fue feliz el día que mató la<br />
última vaca de una ganadería que con tanto<br />
esfuerzo y cariño había creado a lo largo de<br />
su vida su suegro, el comandante famarcéutico<br />
don José Derqui Goyena, en la dehesa<br />
de La Algaida (Puerto Real, Cádiz). Cosas<br />
de la vida.<br />
Al fin terminó aceptando el ofrecimiento<br />
del padre... debió incitarlo a ello el<br />
pensar que en adelante, gustándole tanto<br />
montar a caballo, disfrutaría más como<br />
ganadero de toros bravos, y cuando no<br />
quedaba en los campos que dirigía Antonio I<br />
Miura ni una sola res mansa, el padre, don<br />
Juan, compró a don Antonio Gil Herrera 220<br />
vacas bravas. Esta operación se llevó a cabo<br />
el día (15-05-1842), por lo que el (15-05-<br />
2002), en que se cumplio más de un año que<br />
salió a la luz esta publicación, gracias a la<br />
editorial zacatecana HISPANOMEX<br />
PUBLICACIONES, será el 160 Aniversario de<br />
la ganadería de Miura.<br />
Hay algo muy importante que añadir,<br />
y son algunos de los frutos que dio el intenso<br />
trabajo de don Antonio I, ya que algunos<br />
ganaderos españoles, muy pocos, adquirieron<br />
sangre de la casta de Miura con resultados<br />
extraordinarios; uno de esos privilegiados<br />
MIURA - 2002<br />
ganaderos fue don Andrés Fontecilla, luego<br />
de don Carlos Eizaguirre, cuya ganadería<br />
produjo numerosos toros de «bandera.» El<br />
(29-08-1883), el toro de nombre Bailador, negro,<br />
bien puesto, de cinco años y medio, que<br />
se lidió en la plaza de Linares, resultando de<br />
una bravura y un poder tan enormes, era hijo<br />
de uno de la ganadería de Miura.<br />
Rafael Molina (Lagartijo) y los célebres<br />
picadores de su cuadrilla, José y Manuel<br />
Calderón, al escribir al ganadero felicitándole<br />
por los toros Manchego y Pajarito, decían a<br />
propósito de Bailador: «...toro buen mozo,<br />
divinamente encornado, fino y escaso de<br />
carnes, en las primeras varas demostró<br />
mucho poder, y cuando se quedó en los tercios,<br />
sin desafiar nunca y siempre natural en<br />
la suerte, tomó «veintiuna varas», y con decir<br />
que mató 13 caballos es suficiente para<br />
comprender que no dejó nada que desear,<br />
pues es toro que no puede olvidarse con<br />
facilidad y «que no ha» tenido en los tiempos<br />
que corremos compañero, «pues ha sido un<br />
verdadero fenómeno.» En este toro, del señor<br />
Fontecilla, nos sucedió una rareza, que fue la<br />
de tener que retirarnos a pie a la fonda. Que<br />
críe usted muchos y que podamos torearlos,<br />
es lo que desean sus afectísimos, que le<br />
aprecian: Rafael Molina, José Calderón y<br />
Manuel Calderón.»<br />
HIERRO y DIVISA<br />
La nueva vacada fue inscrita a nombre<br />
de don Juan Miura; pero desde el primer<br />
momento pechó con el cuidado y la dirección<br />
su hijo Antonio I, el cual empezó a usar en el<br />
nuevo ganado bravo el mismo hierro que<br />
usaba en sus anteriores vacas mansas. Este<br />
hierro, en el que no aparece por parte alguna<br />
señal del apellido que inmortalizó, estaba<br />
formado por las letras A y C, cruzadas en un<br />
anagrama sobradamente conocido, que ya el<br />
lector conoce desde la mismita portada. Las<br />
letras son las iniciales de Antonio Cariga, el<br />
ganadero de quien procedía el ganado manso<br />
que tuvo don Antonio I Miura.<br />
27
MIURA - 2002<br />
28<br />
Don Antonio I Miura,<br />
primogénito de don Juan,<br />
auténtico fundador de la famosa vacada.
MIURA - 2002<br />
Don Eduardo I Miura, abuelo de don<br />
Antonio III Miura, que siendo niño<br />
herró al después famoso toro<br />
llamado «Carnicero I»<br />
29
MIURA - 2002<br />
Resulta a todas luces inexplicable la<br />
decisión de Antonio I Miura de trasplantar el<br />
hierro de un ganado manso al bravo, con que<br />
su padre variaba por completo el rumbo de la<br />
Casa. Todavía hay solera del otro ganado en<br />
el ámbito miureño. Como secuela un tanto<br />
paralela al de la ganadería brava, siempre<br />
fueron de universal fama en los medios<br />
taurinos de España los cabestros de Miura,<br />
que se preparan por «paradas» especialmente<br />
amaestradas para su venta. Estas<br />
paradas tienen una cotización altísima, y<br />
aventajan desde luego, en eficacia, poderío y<br />
tamaño, a todas las que se usan en las<br />
vacadas bravas españolas.<br />
Posteriormente, el (26-07-1849), el<br />
mismo don Juan Miura, ya en cierta medida<br />
aficionado al ganado bravo, compró una nueva<br />
punta de vacas al famoso ganadero don Luis<br />
Albareda, que con 168 becerros adquiridos al<br />
mismo señor, fueron sumados a los poquísimos<br />
ejemplares que de las vacas compradas<br />
al señor Gil Herrera se dieron por útiles<br />
después de las primeras y escrupu-losas faenas<br />
de tienta.<br />
Ya en la iniciación de sus tareas, don<br />
Juan Miura y el hijo, don Antonio I, dejaron en<br />
la Casa la norma de escrupulosidad inflexible<br />
y celo extraordinario que habría de ser<br />
tradicional en la divisa. De aquellas primeras<br />
selecciones resultaron desechadas muchas<br />
vacas, que fueron vendidas para su sacrificio<br />
a la escuadra inglesa anclada en aquellas<br />
fechas en el puerto de Cádiz, mediante la intervención<br />
de un conocido tratante calpense.<br />
El día (30-04-1849) se lidiaron en<br />
Madrid los primeros toros a nombre de don<br />
Juan Miura, dos de los adquiridos a don José<br />
Luis Albareda. Esta corrida no puede<br />
estimarse como el debut de la vacada de<br />
Miura en Madrid. La torearon Francisco Arjona<br />
30<br />
Herrera (Cúchares), Julián Casas (el<br />
Salamanquino) y Manuel Arjona. Los toros de<br />
Miura se lidiaron en unión de otros de Gaviria,<br />
Durán Flores y Conces.<br />
En 1850, don Juan Miura, metido de<br />
lleno en el negocio de la ganadería brava, hizo<br />
una importante adquisición para sumar a lo<br />
que poseía. Compró primeramente 100<br />
novillos de Cabrera, a la sazón en poder de la<br />
viuda, doña Jerónima Núñez de Prado.<br />
Cuando esta señora dejó de existir, don Juan<br />
adquirió la totalidad de la ganadería.<br />
En 1854, se sumaron a la vacada dos<br />
sementales de don José Arias de Saavedra,<br />
que fueron cruzados con vacas de las procedentes<br />
de Cabrera, siendo el resultado de esta<br />
cruza el tipo de toro largo, agalgado y fino, de<br />
complexión fuerte y extraordinaria agilidad,<br />
que desde sus primeras apariciones en los<br />
ruedos fue clamorosamente recibido por los<br />
públicos de España.<br />
El toro de Miura de nuestros días,<br />
como el de todos los tiempos, es saludado<br />
por los públicos, desde la salida de los chiqueros,<br />
con grandes ovaciones. El tipo y la<br />
lámina le dan una prestancia realmente hermosa...<br />
y la Zootecnia hace brillar su enojo<br />
porque su más bello representante sigue<br />
como un simple hijo pródigo ¿Hasta cuándo?<br />
Antes, el pelo típico de la vacada de<br />
Miura era el negro zaíno; aunque salieron con<br />
frecuencia, y lo siguen haciendo, los colorados<br />
(1), ojos de perdiz, como Espejito, lidiado el<br />
(27-04-1958) en El Puerto de Santa María. Uno<br />
de éstos mató al Espartero. Después, prodigó<br />
un toro de pelo cárdeno y de conformación<br />
anatómica mesomorfa, que es el tipo boyante<br />
con que se va sustituyendo lenta pero firmemente<br />
al toro recio y de sentido de que<br />
nos habló Juan Belmonte.<br />
(1). Probablemente, todos los toros de pelo colorado que se crían en Zahariche y se lidian en<br />
las plazas de España y Francia, son hijos del semental, llamado «Murciélago», de la<br />
ganadería española de don Joaquín de Val, que fue lidiado en Córdoba (España); era de pelo<br />
colorado y bien armado, tomó 24 varas, y fue indultado. Lo compró don Antonio I Miura y lo<br />
destinó al cruce con 70 vacas miureñas. Los toros de Miura que salen de su pinta proceden<br />
casi todos del expresado cruzamiento.
.<br />
En 1860, al fallecimiento de don Juan<br />
Miura, pasó la ganadería a poder de su viuda,<br />
doña Josefa Fernández, a cuyo nombre<br />
continuó lidián-dose los toros. Sólo dos años<br />
sobrevivió doña Josefa a su esposo, y ya<br />
desde 1862 la ganadería entró de lleno a poder<br />
y disfrute de su auténtico fundador, don Antonio<br />
I Miura Fernández.<br />
El día (30-04-1862) lidia don Antonio I,<br />
en Madrid, la primera corrida completa a su<br />
nombre. Fue el debut de la ganadería a todos<br />
los efectos oficiales. El primer toro de aquella<br />
corrida, de nombre Jocinero, dejó muerto en<br />
la plaza al célebre espada José Rodríguez<br />
(Pepete), de Córdoba. En la presente obra el<br />
lector encontrará un resumen biográfico de<br />
este matador y las circunstancias de esta<br />
tragedia, dibujada con perfil concreto la finura<br />
del torero que integra la lista trágica de la Leyenda<br />
Trágica de Miura.Don Antonio I Miura<br />
poseyó la vacada desde 1862 hasta 1893. En<br />
todo ese período de tiempo, el celo y el<br />
entusiasmo de Antonio I, crearon escuela en<br />
El Cartel de don Juan Miura<br />
FOTO No. 6<br />
MIURA - 2002<br />
el Sur de España, y sólo fueron superados<br />
por su hermano Eduardo I -veinte años más<br />
joven que él-, que heredó la ganadería al<br />
tiempo del fallecimiento de aquél, y que habría<br />
de llevarla a su mayor punto de grandeza.<br />
Pepete encabezó la lista, y el que hasta ahora<br />
la cierra, y Dios quiera que definitivamente,<br />
eran de la misma familia cordobesa, ya<br />
que José Rodríguez era tío abuelo de Manuel<br />
Rodríguez (Manolete).<br />
Don Eduardo I Miura prestigió la<br />
vacada de forma que su nombre entra en la<br />
legendaria consideración que aquella había<br />
de ganar en el mundo del toreo. Su intransigencia,<br />
su reciedumbre y su infatigable afán<br />
hicieron de sus toros algo simbólico en todo<br />
el ambiente de la Gran Fiesta de España, que<br />
se hicieron tan proverbiales como los<br />
cantares que en los campos de Andalucía fueron<br />
creando a los toros de don Eduardo I una<br />
fama imperecedera..., misma que siguen<br />
manteniendo con vigor sus herederos.<br />
31
MIURA - 2002<br />
Después del período que podríamos<br />
llamar de formación, la ganadería de Miura<br />
ha cruzado su sangre con las de otras divisas<br />
muy raramente. Tal vez estas dos que relato<br />
seguidamente. En 1879 don Antonio I Miura<br />
compró un eral, de nota sobresaliente, al<br />
duque de Veragua II. Este semental fue<br />
apartado con treinta vacas. El mismo año el<br />
propio don Antonio cruzó un toro navarro de<br />
don Manuel del Val, suficientemente probado,<br />
con igual número de vacas de su propiedad.<br />
El toro navarro señalado, que dejó su<br />
sangre en la vacada de Miura, tiene una<br />
anécdota de bastante interés, que sabemos<br />
gracias don Enrique Vila. Fue lidiado en una<br />
corrida completa de la divisa de don Manuel<br />
del Val, en la plaza de Córdoba. Le fue<br />
perdonada la vida por su extraordinaria<br />
bravura, y Rafael Molina (Lagartijo), buen amigo<br />
de la Casa de Miura, lo adquirió apenas<br />
acabada la corrida para regalárselo a don<br />
Antonio I. Estimó éste altamente el presente<br />
de Lagartijo; tanto que no dudó en cruzar<br />
treinta de sus vacas con el toro de del Val.<br />
En fecha posterior, hacia primeros de<br />
siglo XX, cuando ya la ganadería de Miura<br />
estaba en poder de los hijos de don Eduardo<br />
I, Antonio II y Pepe, que fueron conocidos en<br />
Sevilla como los Niños de Miura, que éstos<br />
habían realizado una cruza importante con<br />
sangre de la vacada del conde de la Corte.<br />
En realidad, al aceptar Antonio II y Pepe Miura<br />
el becerro que les fue regalado, no entraba<br />
su vacada por caminos distintos.<br />
La sangre de Tamarón ya existía en la<br />
ganadería por la línea del ganadero Arias de<br />
Saavedra. Esta aparente indiferencia de Miura<br />
por la mezcla de sus toros con otras razas<br />
ganaderas de España, hace también<br />
referencia a la donación. Ninguna vacada de<br />
España tuvo sangre Miura, excepción hecha<br />
de la antigua de Florentino Sotomayor, ahora<br />
desaparecida totalmente. Sin embargo, algunas<br />
ganaderías mexicanas, como la de Santo<br />
Domingo, tienen sangre de Miura.<br />
El tipo de toro fuerte y recio, a cuyo<br />
logro dedicaron por entero sus afanes don<br />
32<br />
Antonio I Miura y su hermano don Eduardo I,<br />
después, respondió enteramente al gusto de<br />
la época, como ya ha sido multicitado, que<br />
llenaron por completo, como Belmonte dijo<br />
muy bien en la entrevista que seguidamente<br />
escribiremos. Puede decirse, pues, que en<br />
los días en que los citados señores, toda la<br />
Fiesta radicaba en la suerte de varas (1700-<br />
1890). La lidia que el toro diese en los otros<br />
tercios no era debidamente apreciada por el<br />
entonces bárbaro aficionado. Sólo los toreros<br />
la consideraban. Pero entonces la consideración<br />
de los toreros contaba muy poco, prácticamente<br />
nada, en el concierto general de la<br />
Fiesta, siendo los picadores los aplaudidos.<br />
A medida que el toreo fue estilizándose<br />
se acusaron más estas características,<br />
que don Eduardo I no trató nunca de<br />
modificar. Los entonces toreros famosos<br />
empezaron a formar alrededor del toro de<br />
Miura un ambiente que los de épocas<br />
posteriores hicieron más ostensible. No obstante,<br />
el público, de manera ininterrumpida,<br />
siguió prodigando su favor y su aplauso a los<br />
toros de Miura, que eran esperados siempre<br />
-y lo siguen siendo- en los carteles de las<br />
ferias más importantes con gran expectación,<br />
entre otras razones porque era cierto<br />
que los de Miura mandaban toros auténticos<br />
y sin afeitar... y no monas, que también<br />
lidiaron... y siguen lidiando, algunas veces los<br />
toreros glorioso, de ayer y de siempre, que la<br />
afición vieja de nuestro tiempo considera,<br />
según don Enrique Vila, como tabú.Con<br />
respecto a lo dicho, un crítico taurino de<br />
primeros del siglo XX, «escrupuloso e intransigente»,<br />
el sevillano don Antonio Reyes, que<br />
hizo famoso el seudónimo de D. Criterio,<br />
escribió una reseña de la primera corrida que<br />
torearon Joselito y Belmonte en plan de<br />
rivalidad. De ella, y siguiendo a don Enrique<br />
Vila, entresaco los siguientes párrafos:<br />
«Había despertado enorme<br />
expectación en todo el orbe taurino por ser la<br />
primera vez que toreaban mano a mano<br />
Joselito «Maravilla» y Juanito «Terremoto»,<br />
y el desencanto, la desilución; mejor dicho, el
camelo, ha sido grandísimo. Los bichos,<br />
unas monas mansas, y hasta algunos<br />
escurridos.<br />
El quinto bichejo, que no podía con<br />
el pellejo, se derrumbó sobre la arena<br />
repetidas veces, originando justificadas<br />
protestas del público, y el sexto fue fogueado<br />
(...) La labor de ambos espadas, aparte<br />
determinados detalles, que bien considerados<br />
carecían de toda importancia, no agradó<br />
al chasqueado público, que de buena fe<br />
y con el mayor entusiasmo asistió al<br />
deslucido y vulgarote espectáculo.» La<br />
crónica que relato terminó de esta manera:<br />
«Hoy, seis chotitos para los fenómenos que<br />
exigen. Mañana, seis toros de Miura para<br />
los que pasan por todo y perciben modestos<br />
honorarios. ¡Qué contraste!» Esta crónica<br />
se escribió en 1915. Y todo está en el toreo,<br />
como si no hubiera pasado ni un solo día,<br />
nos dice don Enrique Vila.En 1941 se hizo<br />
cargo de la vacada don Eduardo II Miura<br />
Fernández, hijo de don Antonio II y sobrino<br />
MIURA - 2002<br />
de don José, sus antecesores en la posesión<br />
de ella. Don Eduardo II era nieto del famoso<br />
don Eduardo I y llevó los mismos apellidos.<br />
Biznieto del fundador de la ganadería, que pasó<br />
a él íntegramente una vez más en el curso de<br />
la historia, como tras su muerte pasó a su hijo<br />
Antonio III Miura Martínez y después de éste<br />
pasará, al no haber tenido hijos, al de su<br />
hermano Eduardo III, Eduardo IV Miura Fanjul.<br />
Ninguna otra ganadería brava de<br />
España se ha sucedido de generación en<br />
generación de esta manera. Las que no<br />
desaparecieron enteramente, al morir el<br />
fundador, se dividieron y subdividieron varias<br />
veces, de forma que, como ya quedó dicho, la<br />
de Miura constituye una singularidad altamente<br />
significativa. Se dice que, al tiempo de pasar<br />
la vacada a poder de Eduardo II Miura, el año<br />
1941, como quiera que ella formaba parte de<br />
una herencia cuantiosa, que debía distribuirse<br />
entre todo los hermanos, se hicieron unos arreglos<br />
familiares que permitieron mantener la tradición<br />
de la Casa para no dividir a la vacada.<br />
Hermoso ejemplar colorado, entre pelado ojinegro y meano, con la corpulencia<br />
propia de los temibles miuras.<br />
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MIURA - 2002<br />
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Corridas y Novilladas de Miura<br />
lidiadas entre 1941-2000.<br />
Desde 1941 hasta el 2000, de don Eduardo II (1941-1996) y sus hijos Eduardo III y<br />
Antonio III Miura (1996-2000) lidiaron las corridas de toros y de novillos siguientes:<br />
1941: Ocho corridas y tres novilladas.<br />
1942: Diez corridas y una novillada.<br />
1943: Diez corridas y una novillada.<br />
1944: Siete coridas y tres novilladas.<br />
1945: Seis corridas.<br />
1946: Ocho corridas y cinco novilladas.<br />
1947: Ocho corridas y una novillada.<br />
1948: Siete corridas y una novillada.<br />
1949: Cinco corridas y una novillada.<br />
1950: Cinco corridas y una novillada.<br />
1951: Seis corridas y una novillada.<br />
1952: Seis corridas y tres novilladas.<br />
1953: Cuatro corridas y dos novilladas.<br />
1954: Seis corridas.<br />
1955: Cuatro corridas y dos novilladas.<br />
1956: Cuatro corridas y una novillada.<br />
1957: Cuatro corridas.<br />
1958: Siete corridas y una novillada.<br />
1959: Siete corridas.<br />
1960: Siete corridas y una novillada.<br />
1961: Seis corridas y una novillada.<br />
1962: Seis corridas y tres novilladas.<br />
1963: Siete corridas y una novillada;<br />
1964: Seis corridas y dos novilladas.<br />
1965: Nueve corridas y una novillada.<br />
1966: Diez corridas y una novillada.<br />
1967: Nueve corridas y una novillada.<br />
1968: Seis corridas.<br />
1969: Seis corridas y una novillada.<br />
*Edad antigua (época fundacional)...........: 1.705<br />
*Edad media (época de Eduardo I)......... : 4.152<br />
*Edad moderna:<br />
(De don Antonio II y don José)............... .: 2.355<br />
*Edad contemporánea:<br />
(Época parcial de don Eduardo II 1941-1968):1.374<br />
*Edad actual: 1969 a 2000......:.... : 1.770<br />
1970: Nueve corridas.<br />
1971: Diez corridas.<br />
1972: Ocho corridas.<br />
1973: Nueve corridas.<br />
1974: Nueve corridas y una novillada.<br />
1975: Ocho corridas.<br />
1976: Siete corridas.<br />
1977: Siete corridas.<br />
1978: Nueve corridas.<br />
1979: Nueve corridas.<br />
1980: Ocho corridas.<br />
1981: Seis corridas y dos novilladas.<br />
1982: Nueve corridas y una novillada.<br />
1983: Ocho corridas y tres novilladas.<br />
1984: Siete corridas y dos novilladas.<br />
1985: Siete corridas.<br />
1986: Cinco corridas y una novillada.<br />
1987: Nueve corridas y una novillada.<br />
1988: Diez corridas y una novillada.<br />
1989: Diez corridas y una novillada.<br />
1990: Nueve corridas y una novillada.<br />
1991: Diez corridas y dos novilladas.<br />
1992: Diez corridas y tres novilladas.<br />
1993: Nueve corridas y dos novilladas.<br />
1994: Ocho corridas y dos novilladas.<br />
1995: Seis corridas y dos novilladas.<br />
1996: Diez corridas y tres novilladas.<br />
1997: Ocho corridas y dos novilladas.<br />
1998: Ocho corridas y una novillada.<br />
1999: Ocho corridas y dos novilladas.<br />
2000: Seis corridas y una novillada.<br />
El número de toros y novillos lidiados de la ganadería de Miura desde su fundación hasta el<br />
año 2000 se puede resumir de la siguiente manera:<br />
El número total de toros y novillos lidiados de la ganadería de MIURA, desde su<br />
fundación hasta el 2000, ha sido de 11.356 astados.<br />
Nota: Unas cuatro veces se lidiaron 8 toros por corrida y dos veces 9 toros, en 1895 y 1899, el 24 de junio.
En la época que llamamos «contemporánea»,<br />
la de don Eduardo II Miura<br />
Fernández, Zahariche aportó muchos toros<br />
famosos; no por su poderío y su sentido, sino<br />
por la lidia fácil y sencilla que proporcionó a<br />
sus matadores triunfos gloriosos. No dejaron<br />
de salir los de signo contrario, verdaderos fenómenos<br />
atávicos que los ganaderos poseedores<br />
de la vacada no han podido eliminar<br />
enteramente. Don Enrique Vila, que dice<br />
haber visto personalmente la notas que llevaba<br />
don Eduardo II, con datos facilitados por<br />
los mayorales, con un sentido riguroso de<br />
verdad. Pero lo dicho no quiere en modo<br />
alguno decir que el criterio impuesto estos<br />
últimos decenios en la marcha de la ganadería<br />
sea mejor o peor que el que era norma<br />
en las épocas anteriores. Es, simplemente,<br />
distinto. Todo se estudia ahora, en el estricto<br />
campo de la selección, adecuada a los<br />
tiempos actuales del toreo, sin que ello implique<br />
abdicación ninguna de las normas<br />
fundacionales.<br />
Don Eduardo II, que se honraba pertenecer<br />
a la línea del Eduardo I, pensó en los<br />
días en que llevó la ganadería de una manera<br />
Tres generaciones de Miura atentos a un tentadero de<br />
sementales, del que tomó notas don Eduardo II Miura<br />
Fernández.<br />
MIURA - 2002<br />
distinta de aquél otro y de todos sus antepasados.<br />
Su mejor mérito estribó en la adecuación<br />
perfecta que supo hacer del pensamiento<br />
de sus mayores a los tiempos siempre<br />
cambiantes que corren.<br />
De acuerdo con lo dicho anteriormente...,<br />
pero con signo distinto, porque sin dejar<br />
de ser «miuras», los toros que se crían y seleccionan<br />
hoy llevan inevitablemente sobre<br />
sus dorsos muchas posibilidades de éxitos.<br />
Diego Puerta, el Viti, Rafael Ortega, Jaime<br />
Ostos, Limeño, Murillo, para no citar más que<br />
los toreros más destacados de nuestros días,<br />
y muchos aficionados, descubrirán en estas<br />
páginas hechos muy interesantes.<br />
El día (19-04-1941) Eduardo II Miura<br />
Fernández vendió su primera corrida para la<br />
plaza de toros de Sevilla como propietario de<br />
la vacada de Miura; corrida que se lidió el día<br />
21. La torearon Bienvenida, Manolete y Pepe<br />
Luis Vázquez, según se dice en páginas<br />
posteriores. Era la primera corrida de Miura<br />
que toreaba Pepe Luis Vázquez. Le cortó las<br />
dos orejas a uno de sus toros y conquistó un<br />
gran triunfo, del que nos ocuparemos más<br />
también extensamente más adelante.<br />
Desde aquella<br />
Feria de Abril, don Eduardo<br />
II Miura no dejó de<br />
concurrir ningún año al<br />
gran certamen sevillano<br />
en La Maestranza. Si es<br />
verdad que la Feria de<br />
Sevilla es una de las<br />
piedras de toque de todos<br />
los valores de la torería<br />
española, Eduardo II<br />
Miura no quiso faltar<br />
ningún año a constatar el<br />
suyo. Y es notable. La<br />
corrida de Miura, perdida<br />
ya en muchas ferias españolas,<br />
se mantiene en<br />
la de Sevilla con el mismo<br />
vigor y vitalidad que en<br />
los tiempos glorioso de la<br />
Fiesta.<br />
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MIURA - 2002<br />
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FOTO No. 9<br />
Don Eduardo II Miura Fernández, poseedor de la famosa vacada hasta 1996.