Copa América - Pronaca

Una gambeta
a la adversidad
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especial de la Copa América
Grandes estrellas
del fútbol mundial
emergieron de la
pobreza y escogieron
el deporte como
alternativa de vida.
Quienes agregaron
disciplina a su
tenacidad y talento,
hoy triunfan dentro y
fuera de las canchas
Los protagonistas del fútbol de alto nivel, aunque
no todos, la gran mayoría tienen algo más en
común que un desmedido talento y calidad de
juego. Muchos realizaron una heroica gambeta a la
adversidad para llegar a ser grandes estrellas.
Desde el consagrado Pelé, quien emergió de una barriada
pobre de Santos o el propio Diego Maradona, insigne
muestra de la pobreza urbana del gran Buenos Aires,
las muestras de tenacidad, empeño y superación son
múltiples en la historia del fútbol.
En Ecuador, tal situación no ha sido ajena. Edison
Méndez, figura del PSV de Holanda, actual campeón de
ese país, aún recuerda que en su infancia vendía refrescos
y dulces en los buses interprovinciales que circulan
por la Panamericana Norte cerca de su pueblo natal de
El Juncal.
Que decir del gran goleador de la Selección ecuatoriana,
Agustín Delgado, quien de niño cuidó animales ajenos o
labró la seca tierra del Valle del Chota para tener un bocado
que servirse.
Similar situación afrontó Ulises de la Cruz, quien triunfa
en Inglaterra, que por jugar fútbol recibió reprimendas y
castigos de parte de su padre, quien insistía que su hijo
debe ayudar en la agricultura y dejarse del dichoso juego.
Antonio Valencia, una de las jóvenes figuras del fútbol
local, sabe bien lo que es el hambre y la necesidad.
Aunque procede de una familia humilde, con muchas
bocas por alimentar, nunca le faltó un plato de comida.
No obstante, su sueño era jugar fútbol profesional, las
condiciones las tenía y antes de cumplir los 17 años se trasladó
a Quito a probarse en El Nacional y lograr su sueño futbolero.
Pero pasó varias semanas durmiendo con amigos
y hasta en la calle, soportando el terrible
frío nocturno de la capital y sin comer nada
a la espera de lograr su cometido.
Hubo otros que tuvieron el pan y las
posibilidades, mas el destino también
les pegó fuerte, tal es el
caso de Iván Kaviedes, quien
quedó huérfano de padre y
madre a muy corta edad, por
lo que fue criado por sus
abuelos.
Todos agregaron a su talento
empeño, esfuerzo y
sacrificios, quienes aún se
mantienen en la élite
deportiva saben que la
disciplina es indispensable
para mantenerse.
Algunos no olvidan sus
orígenes ni se avergüenzan,
más bien se enorgullecen
de ser ejemplo para
sus congéneres y también
entes de apoyo a sus
comunidades. Lo hacen a
través de fundaciones. El
'Tin' tiene una escuela de
fútbol, que da ayuda médica
y estudios a varios cientos
de niños de El Juncal; Ulises,
ha puesto todo su empeño en
dotar de los recursos básicos a
su natal Piquiucho (Carchi).
Están conscientes de que ellos triunfaron
pero que es hora de que “ya no sean
solo futbolistas, sino médicos, economistas,
profesionales”.
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