Capítulo 3 - Recursos misioneros
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70 MISION MUNDIAL<br />
paralelamente: “Y del norte y del sur”) y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob<br />
en el reino de los cielos; mas los hijos del reino (esto solamente podía referirse a<br />
los judíos como pueblo escogido) serán echados a las tinieblas de afuera; allí será<br />
el lloro yelcrujirde dientes” (Mateo 8:11-12; Lucas 13:28-29).<br />
Las fiestas normahnente se anuncian para celebración. ¿Quién cree usted que<br />
celebrará esa fiesta alaque asiste Abraham y un ejército de invitados gentiles?<br />
Las insinuaciones de la Gran Comisión que vienen a continuación no podían ser<br />
más precisas! Espere, que todavía hay mucho más!<br />
La mujer cananea<br />
Posteriormente, una mujer cananea de la región de Tiro y Sidón, rogó a Jesús<br />
que tuviera misericordia de su hija que estaba poseída por un demonio. En un<br />
principio, El aparentó indiferencia. Sus discípulos, indudablemente contentos de<br />
ver a su Mesías dar la espalda a una gentil insistente, estuvieron de acuerdo de inmediato<br />
con lo que pensaron eran los sentimientos reales de Jesús. “Despídela”,<br />
argumentaron, “pues da voces tras nosotros” (ver Mateo 15:21-28).<br />
Realmente no se imaginaban que el Señor los estaba probando. “No soy enviado<br />
sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel”, respondió alamujer (v.24).<br />
Habiendo ya mostrado una insensibilidad aparente hacia ella. Jesús dejaba ver<br />
también una incongruencia en su modo de actuar. Si ya había sanado a muchos<br />
gentiles, ¿sobre qué bases rechazaba ahora dicha petición? Uno se puede imaginar<br />
a sus discípulos moviendo la cabeza cefiudamente. Todavía no se daban<br />
cuenta. Nada desalentada, la mujer cananea se arrodilló a los pies de Jesús,<br />
rogando: “jSeñor, socórreme!” “No está bien tomar el pan de los hijos” y luego<br />
agregó la devastadora frase: “y echarlo a .los perrillos!”. “Perros!”, era el<br />
calificativo común que los judíos reservaban para los gentiles, especialmente para<br />
aquellos que trataban de ingresar alaprivacidad y privilegios religiosos de los<br />
judíos. En otras palabras, Jesús ahora complementaba su “insensibilidad” e<br />
“incongruencia” anterior con una “crueldad” aún peor.<br />
¿Era en realidad el Salvador del mundo el que hablaba así? Indudablemente<br />
sus discípulos pensaban que esos calificativos eran los apropiados para la ocasión.<br />
Pero precisamente cuando sus corazones empezaron a inflamarse al máximo con<br />
elorgullo de su raza, la mujer cananea debió captar un brillo en los ojos de Jesús<br />
y se dio cuenta de la verdad.<br />
“Sí, Señor”, contestó con mucha humildad, por no decir con sutileza: “Pero<br />
aunlos perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos...” (Mateo<br />
15:21-28, ver también Marcos 7:24-30).<br />
“Oh mujer, grande es tu te”, respondió Jesús maravillado; “hágase contigo<br />
como quieres”. No, no estaba siendo un veleidoso. Su intención era precisamente<br />
hacer eso. Inmediatamente antes que eso, Jesús había enseñado a sus discípulos