Núm. 30 Noviembre - Asociación Gaditana Jacobea "Vía Augusta"

pero también, y eso es lo más importante,
renovada ilusión.
Tras ocho horas de viaje en un tren que
para en una infinidad de estaciones hemos
arribado a la ciudad fronteriza con Francia de
Irún. El tiempo nos ha recibido lloviendo,
mañana nos espera un duro día de camino si el
tiempo sigue así.
El viaje en tren me ha traído
entrañables recuerdos de mi etapa, allá por
2008, como consultor de negocio en la Kutxa.
¿Quién me iba a decir por aquel entonces que
iba a regresar por estos parajes, pero en calidad
de peregrino? Además, tengo la sensación que
han pasado sólo unos meses de mi estancia en
Kutxa, pero no, ¡han pasado cuatro años!,
¡cómo pasa el tiempo!
Tras apearnos del tren en Irún, me
dirijo bajo una pertinaz lluvia hasta el albergue
de peregrinos. Éste no se encuentra muy lejos
de la estación. Después de acreditarme en el
Escribimos estas líneas desde el Peine
del Viento (San Sebastián), oyendo el continúo
batir de las olas y el viento “peinado” por la
obra de Eduardo Chillida. Resulta curioso la
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albergue y reponer fuerzas con una comida
reparadora, me dirijo hacia el puente de
Santiago (que es el inicio oficial del Camino en
España). En el último momento decido
cambiar esta visita por una visita al humedal de
la Laguna de Txingudi. La verdad es que el
cambio ha merecido la pena porque la laguna
(que hace frontera con Francia) es un espacio
natural muy hermoso, plagado de aves como
garzas, patos, cisnes,… Una vez finalizado este
paseo, pongo rumbo al albergue para descansar
de cara al día siguiente. Antes de irme a la
cama hecho un rato de cháchara con el
hospitalero, un hombre bastante agradable y de
fácil conversación. Éste me asesora sobre las
distintas etapas que debería completar hasta
llegar a Santander. Me recomienda
encarecidamente que pare en el albergue de
Güemes porque es un albergue especial y hay
que visitarlo. Tomo nota, y si las piernas y el
cuerpo me respetan, pararé en Güemes.
06/08/2012 IRÚN – SAN SEBASTIÁN
regresión a la infancia que tenemos la mayoría
de los mortales si ponen a nuestra disposición
algún juguete con el que hacer alguna
chiquillada. Comento esto porque en la obra