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Núm. 30 Noviembre - Asociación Gaditana Jacobea "Vía Augusta"

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Tú Boanerges<br />

fuiste llamado,<br />

hijo del trueno<br />

interpretado,<br />

suplantador<br />

eres nombrado,<br />

suplanta todos<br />

nuestros pecados.<br />

Tu que pudiste<br />

en el Tabor<br />

ver al Hijo en el Padre<br />

transfigurado,<br />

haz que nosotros<br />

a Jesús en el eterna<br />

gloria del cielo<br />

también veamos.<br />

¡Oh, Santiago,<br />

siervo de Cristo,<br />

a tu pueblo protege<br />

y que contigo<br />

a su lado gocemos!<br />

Por los siglos. Amén.<br />

Subiendo Jesús al monte, llamó junto a sí a<br />

Santiago, hijo del Zebedeo, y a Juan, su hermano, y<br />

les puso el nombre de Boanerges, que quiere decir<br />

Sé condescendiente con nosotros, que te<br />

suplicamos, y compasivo, hermosísimo Padre y<br />

piadosísimo Dios, y estos dones que en honor de<br />

Santiago te ofrecemos, te rogamos te dignes recibir<br />

Verdaderamente digno..., eterno Dios, en<br />

esta ilustre festividad de tu bienaventurado apóstol<br />

Santiago, confesando ofrecerte sacrificios de<br />

alabanza. Quien luego que oyó la voz de tu Hijo<br />

que le llamaba junto al mar de Galilea, dejándolo<br />

todo, siguió al Redentor. A quien concediste ver la<br />

transfiguración del mismo Hijo tuyo en el monte<br />

Tabor y oír tu admirable voz, y contemplar la<br />

inmensa claridad de tu divinidad, lo cual a ninguna<br />

nación en aquel tiempo concediste ver. Finalmente,<br />

a éste degollado por Herodes, como hostia viva<br />

agradable a ti, lo recibiste en el Palacio celestial y<br />

<strong>Asociación</strong> <strong>Gaditana</strong> <strong>Jacobea</strong> «<strong>Vía</strong> Augusta»<br />

Marcos. Ofertorio.<br />

Secreta.<br />

Prefacio.<br />

Marcos. Comunión.<br />

38<br />

Lo que sigue del Santo Evangelio, según<br />

San Marcos. «En aquel tiempo se acercaron a<br />

nuestro Señor Jesucristo los hijos del Zebedeo,<br />

Santiago y Juan, diciendo: Maestro, queremos que<br />

nos concedas lo que te pedimos. Mas él les<br />

contestó: ¿Qué queréis que os conceda? Y le<br />

dijeron: Danos que uno a tu derecha y otro a tu<br />

izquierda nos sentemos en tu gloria. Mas Jesús les<br />

replicó: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber el<br />

cáliz que yo bebo o ser bautizados con el bautismo<br />

con que yo voy a ser bautizado? Mas ellos<br />

insistieron: Podemos. Jesús les dijo: Beberéis el<br />

cáliz que yo bebo y seréis bautizados con el mismo<br />

bautismo que yo; más el sentaros a mi diestra o a<br />

mi izquierda no os lo puedo yo conceder, pues es<br />

para los que está preparado. Y oyéndoles los otros<br />

diez comenzaron a indignarse contra Santiago y<br />

Juan. Mas Jesús llamándolos les dijo: Sabéis que<br />

los que parecen gobernar las naciones ejercen su<br />

poder sobre ellas y sus príncipes tienen el imperio;<br />

pero no sucede así entre vosotros. Sino que el que<br />

quiera ser mayor será vuestro ministro y el que<br />

quiera ser el primero será el siervo de todos. Pues el<br />

hijo del hombre no vino para ser servido, sino para<br />

servir. Y para dar su alma por la redención de<br />

muchos. »<br />

Creo en un solo Dios...<br />

hijos del trueno. Aleluya. V. Pues tus saetas, Señor,<br />

volaron, la voz de tu trueno en el torbellino. Que<br />

quiere decir...<br />

y consagrar, a fin de que nutran en nuestros<br />

corazones el amor de tu Hijo, por mediación del<br />

cual tu venerable apóstol venció potentemente la<br />

saña del cruel Herodes, por el mismo, Señor...<br />

lo hiciste participante de la suerte de los ángeles.<br />

¡Oh feliz castigo y herida! ¡Oh cicatriz preciosa por<br />

la cual el mismo se adquirió la corona, por la cual<br />

destruyó la muerte con la muerte y subió a los<br />

cielos! A quien además de esto únicamente<br />

concediste el don de que todos los pueblos de todos<br />

los climas del mundo se reuniesen para pedir en su<br />

santuario en Galicia su protección a ti, Señor, Rey<br />

supremo, trayéndote dones de alabanzas con<br />

alegría, consolados de todas sus molestias. Y por lo<br />

tanto, con los ángeles y ...

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