Parte 1 - Trasierra

Cxcino. Ayto. de Trasierra TIESTAS PATRONALES, 2OO7
POR JUAN MALDONADO
RECORDANDO UN PASADO REFLEJANDO UN PRESENTE
Quedaron gravadas en mi memoria las
impresiones que recogí un hermosos
atardecer, víspera de las fiestas de San
Antonio, Hace una década de años, cuando
el sol se ocultaba en la lejanía y las
mieses en su madurez, se balanceaban
suavemente, dejando el ambiente saturado
del perfume de sus sazonados frutos.
Me las relató un anciano, hombre serio y
cabal, de manos callosas por una dilatada
vida de trabajo, como son los hombres que
se identifican durante toda su vida con la
brega de la tierra para extraer de sus
entrañas el fruto de su subsistencia. Con
paso lento, apoyado en su bastón o garrota
por el peso de sus años, limpiánbase con
frecuencia su frente sudorosa, mientras a
título de pregunta, me decía:
¿Habrá mucha animación para mañana
las fiestas?. Sinceramente, no sabía que
contestarle, porque desconocía a qué
clase de animación se refería el anciano.
¿Sería animación religiosa o profana?.
Guardó un momento de silencio, silencio
que fue interrumpido por el anciano como
conociendo mi inseguridad en contestar a
su pregunta, para decirme:
"Vosotros, la gente joven de hoy,
no tenéis la unión y el fervor que hemos
tenido nosotros y nuestros antepasados en
todos los órdenes de la vida y, de forma
destacable, en las fiestas de San
Antonio; yo ya soy viejo y prefiero uno el
silencio y la tranquilidad del campo al
vocerío de la chiquillería y alborozo de
las fiestas; pero me doy perfecta cuenta,
que, va desapareciendo aquella Hermandad
entusiasta que ponía todo su fervor y
entusiasmo en darlo esplendor y gloria a
las fiestas de San Antonio, presintiendo
que a este paso, llegará un día, no
lejano, en que las fiestas de San Antonio,
sea una fiesta corriente, al ser
despojada de su fervor y de la aportación
económica de sus hermanos, quedando
solamente de ella, el derroche aparatoso,
de ricos y pobres, se pueda o no se pueda,
en lujo personal y diversiones profanas,
mientras escatimáis vuestra aportación
económica y entusiasta
para dar esplendor y realce
a los cultos religiosos en
honor a San Antonio.
San Antonio y Santa Marta
Han transcurrido diez años, desde los
hechos de esta narración y el pesar
íntimo que reflejaba las palabras del
anciano, quizás también por que el que
escribe éstas líneas va dejando la recta
de la juventud para iniciar el descenso
hacia la vejez, se á perfecta cuenta que
los hechos actuales están demostrando
claramente lo que el anciano presentía.
Ya estamos en la víspera de las fiestas
como hace diez años y, tenemos que
confesar con tristeza y avergonzados,
que, se ha visto precisado el
Ayuntamiento, a patrocinar las fiestas,
cosa jamás ocurrida en este pueblo, por
evitar el derrumbamiento que se
avecinaba. ¿Qué dirían nuestros
antepasados si vieran al Extremo que
hemos llegado los hijos de Trasierra en
las fiestas de nuestro milagroso patrón?.
Todo es derroche vanidoso. Mucho lujo.
Presto a gastar en los bares y tabernas
mas de lo que nos permiten nuestras
posibilidades económicas, pero reacios y
tacaños en colaborar con la generosidad y
fervor que caracterizó a nuestros
antepasados, para sufragar los gastos de
las fiestas en honor y culto al Santo que,
con tanta frecuencia invocamos, pero al
que olvidamos a la hora de la verdad.
AÑORANDO UN FUTURO
Sinceramente, para el que redacta estas
pobres leneas, cuya falta de preparación,
es por todos conocida resulta en extremo
duro y desconsolador, exponer como
antecede el reflejo de la actualidad
acerca de nuestra postura en relación con
las fiestas de San Antonio, pero no
obstante, abriga la esperanza, de que
por la propia intercesión del Santo
milagroso, haremos alto en el camino
reagrupandonos de nuevo como un solo
hombre en honor y gloria de San Antonio y
gratitud a nuestros antepasados, para que
su fiestas vuelvan a ser, como nos
demanda y nos exige la fe depositada en
San Antonio y la herencia que nos legaron
nuestros pasados, ya que en el fondo de
todos nuestros corazones existe el
rescoldo que aún sabrá responder con la
llama más ardiente y pura de su fugo. Que
así sea y San Antonio nos bendiga.