Encuadre, revista de la enseñanza del diseño.
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La frase <strong>de</strong> Luis Sandi, “el domino<br />
<strong>de</strong> <strong>la</strong> música es el tiempo y el <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong>s artes plásticas es el espacio”, se<br />
refleja en este párrafo, diseñado por<br />
el tipógrafo canadiense Carl Dair.<br />
Imagen entregada por los autores <strong>de</strong>l texto.<br />
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forma <strong>de</strong> escuchar <strong>la</strong> música son análogos a <strong>la</strong> forma en que nos acercamos a <strong>la</strong> tipografía y, en general, también<br />
son análogos a los tres niveles <strong>de</strong> categorización que proponen Lakoff y Johnson:<br />
El p<strong>la</strong>no sensual. El modo más sencillo <strong>de</strong> escuchar <strong>la</strong> música, así como <strong>de</strong> leer, es por el puro p<strong>la</strong>cer que produce el<br />
sonido musical o <strong>la</strong> lectura <strong>de</strong> un texto. En este p<strong>la</strong>no tanto el oyente como el lector inexperto se <strong>de</strong>jan seducir<br />
o impresionar por una melodía o un <strong>diseño</strong> tipográfico. No hay interés ni referentes para ver más allá <strong>de</strong> un<br />
texto que se lee fluidamente o no, que se antoja leer o no, <strong>de</strong> una canción que resulta bonita o fea. En este<br />
nivel no hay un conocimiento experto, ni <strong>de</strong> música ni <strong>de</strong> <strong>diseño</strong> tipográfico; sólo se emiten juicios <strong>de</strong> valor a<br />
partir <strong>de</strong> lo que se siente, <strong>de</strong> <strong>la</strong> interacción sensual con el texto o con <strong>la</strong> melodía. Son <strong>de</strong> este tipo <strong>la</strong> mayoría<br />
<strong>de</strong> los juicios que el escritor y el tipógrafo, el compositor y el músico, reciben <strong>de</strong> su auditorio. Se asemeja al<br />
nivel superor<strong>de</strong>nado, cuando el oyente novato no pue<strong>de</strong> categorizar más allá <strong>de</strong> es música o es un texto, porque<br />
no ve con c<strong>la</strong>ridad <strong>la</strong>s principales diferencias entre distintas piezas <strong>de</strong> música o <strong>de</strong> texto impreso.<br />
El p<strong>la</strong>no expresivo. Siempre hay un significado, por más abstracto que sea, <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> <strong>la</strong>s notas. Ese significado constituye<br />
lo que dice <strong>la</strong> pieza, aquello <strong>de</strong> lo que trata. Es tarea <strong>de</strong>l músico y <strong>de</strong>l diseñador tipográfico saber cómo se<br />
comportarán <strong>la</strong>s notas musicales o los caracteres tipográficos a <strong>la</strong> hora <strong>de</strong> <strong>la</strong> ejecución. En este p<strong>la</strong>no situamos<br />
a los diseñadores que trabajan con tipografía y a los músicos ejecutantes, porque <strong>de</strong>ben tener conocimientos<br />
suficientes sobre música o sobre tipografía y, sin ser expertos, <strong>de</strong>ben poseer <strong>la</strong>s categorías básicas, útiles, operativas,<br />
para explotar los principales recursos que alimentarán su discurso musical o tipográfico.<br />
El p<strong>la</strong>no puramente musical o puramente tipográfico. Aquí se sitúan los especialistas, tanto compositores como<br />
diseñadores <strong>de</strong> fuentes tipográficas. Estudian y analizan a fondo los componentes <strong>de</strong> <strong>la</strong> tipografía o <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
música, adquiriendo categorías subordinadas que les permiten percatarse <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong> los matices,<br />
sutilezas, tuercas y resortes <strong>de</strong>l proceso. Estas categorías subordinadas son, por ejemplo, <strong>la</strong>s que les permiten<br />
distinguir a simple vista que una partitura es una giga francesa <strong>de</strong>l siglo xviii, que una grabación tiene el estilo<br />
<strong>de</strong> Karajan o que una página está en una fuente inglesa <strong>de</strong> 1725. Po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que es en este p<strong>la</strong>no don<strong>de</strong><br />
se generan los elementos que dan pauta a los otros dos.<br />
Se pue<strong>de</strong> participar <strong>de</strong> forma activa en dos o incluso en los tres p<strong>la</strong>nos simultáneamente. Los tres p<strong>la</strong>nos son igual<br />
<strong>de</strong> importantes y se espera que una persona habilitada en todos ellos pueda fluir entre ellos como por una estructura<br />
heterogénea, ais<strong>la</strong>ndo o conjuntando <strong>la</strong> especificidad <strong>de</strong> cada p<strong>la</strong>no.<br />
La teoría afirma que <strong>la</strong> música se construye con cuatro elementos: ritmo, armonía, melodía y contraste. Todos<br />
pue<strong>de</strong>n tener un elemento análogo en el <strong>diseño</strong> tipográfico, aunque abordaremos <strong>la</strong>s analogías más usuales y p<strong>la</strong>usibles<br />
son ritmo, armonía y contraste.<br />
El reto más difícil es <strong>la</strong> melodía, que no existe explícitamente en <strong>la</strong> tipografía. No obstante, hay un referente<br />
en <strong>la</strong> caligrafía: <strong>la</strong> neurolingüística usa el término metafórico melodía cinética para referirse a <strong>la</strong> organización y<br />
coordinación dinámica <strong>de</strong>l movimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong> mano en <strong>la</strong> escritura caligráfica; su ausencia o <strong>de</strong>ficiencia se consi<strong>de</strong>ran<br />
síntomas <strong>de</strong> algún trastorno <strong>de</strong> <strong>la</strong> coordinación psicomotriz fina, generalmente re<strong>la</strong>cionado con inmadurez<br />
o lesiones <strong>de</strong> <strong>la</strong> corteza premotora. Dos ejemplos son <strong>la</strong> ascensión o caída irregu<strong>la</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong>s líneas, y <strong>la</strong> falta <strong>de</strong> consistencia<br />
entre los trazos <strong>de</strong> una misma letra a lo <strong>la</strong>rgo <strong>de</strong> un texto.<br />
Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista musical, <strong>la</strong> melodía es el <strong>de</strong>sarrollo coherente <strong>de</strong> una sucesión <strong>de</strong>terminada <strong>de</strong> sonidos<br />
y silencios que crea una i<strong>de</strong>ntidad y un significado propios. Según Cop<strong>la</strong>nd <strong>la</strong> melodía pue<strong>de</strong> asociarse con<br />
<strong>la</strong> emoción intelectual. La ambigüedad <strong>de</strong> este término con engañoso aspecto <strong>de</strong> oxímoron, emoción intelectual,<br />
nos remite <strong>de</strong> inmediato a <strong>la</strong> disociación artificial entre emoción y razón, emparentada con <strong>la</strong> disociación entre<br />
texto y tipografía, contenido y forma, que son constructos históricamente <strong>de</strong>terminados y no leyes.<br />
<strong>Encuadre</strong>, <strong>revista</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>enseñanza</strong> <strong>de</strong>l <strong>diseño</strong>.