You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
expedirá a México, con una carta mía para el Instituto<br />
Biológico, donde lo examinarán y estudiarán a fondo.<br />
-Que todo sea para bien, señor investigador.<br />
-Gracias de nuevo, Mateo San Juan. Ha realizado usted una<br />
buena acción.<br />
Esa misma tarde, de acuerdo con lo planeado, mi ayudante,<br />
un joven mestizo de Colotlán, salió con el encargo de mandar<br />
al "tío" perfectamente asegurado por la 'vía postal. Un poco<br />
más tarde, yo debería partir para la región de los coras, donde<br />
haría una fugaz visita para revisar ciertas informaciones<br />
dudosas... Pero antes quise despedirme del buen maestro<br />
rural.<br />
Llegué a su choza, una viejecita india, humilde y temerosa,<br />
estaba en la puerta rodeada de vecinas que la confortaban.<br />
Cuando me miró, dijo palabras trémulas y ahogadas:<br />
“fue el 'tío'... sí, fue el 'tío' que no perdona..." lleno de<br />
tremendas dudas penetré en el jacal. Ahí tendido en una estera<br />
de palma estaba mi amigo Mateo San Juan; su cara<br />
desfigurada a golpes y su cuerpo molido a palos daban<br />
compasión. El plegó su cara deforme para recibirme con una<br />
sonrisa:<br />
"Las pobres mujeres -dijo- creen que fue el 'tío', pero fueron<br />
los 'sobrinos', como yo me lo temía."<br />
Cuando regresé a México, mi primera visita fue para el<br />
Instituto de Biología. Ahí desconocían por completo al "tío",<br />
supuesto que jamás llegó ninguna encomienda postal de mi<br />
remisión. Hice después una pesquisa en el correo con<br />
resultados también negativos. Como siguiente gestión, escribí<br />
una<br />
42