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Pero Cenobio Tánori seguía siendo orgulloso y "echado<br />
pa'atrás", a pesar de estar enamorado: él nunca consentiría en<br />
vivir a costillas del suegro... Jamás sería un arrimado en la<br />
casa de su futura.<br />
Tales determinaciones cuesta mucho sostenerlas; dígalo si no<br />
Cenobio Tánori el danzante, quien se olvidó de ferias y<br />
holgorio s en busca de lo esencial para una boda, si no<br />
rumbosa, por lo menos digna de la condición de Emilia<br />
Buitimea.<br />
Animoso y decidido vemos a Tánori colgar para siempre sus<br />
amados "ténavaris" para contratarse como peón; trabajar tras<br />
de la yunta que pujaba en la tarea de abrir brechas en la tierra<br />
pródiga y profunda del "Valle del Yaqui"; cargar sobre sus<br />
lomos los sacos ahítos de garbanzo o recoger en haces las<br />
espigas trigueras .. , La gente en general se admiraba de ver al<br />
eterno trotamundos sometido a un esfuerzo al que nadie pensó<br />
que algún día tendría que someterse...<br />
Mas la labor agobiante del peón de surco no da mucho... y los<br />
días se iban ante la ansiedad del muchacho y la tristeza<br />
silenciosa de la Emilia...<br />
Un día creyó llegado el fin de sus congojas; fue cuando un<br />
forastero lo invitó para que le sirviera como guía en una<br />
expedición por el cerro de "El Mazocoba"; se trataba de<br />
descubrir vetas de metales preciosos; la soldada ofrecida era<br />
muy superior a la que Cenobio Tánori lograba en las duras<br />
tareas agrícolas, sólo que había un grave inconveniente para<br />
aceptada: los indios, los "yoremes" sus paisanos, no veían con<br />
buenos ojos que hombres blancos y avarientos hallaran la<br />
tierra de la serranía venerada, y mucho menos aceptaban que<br />
fuera precisamente un yaqui de la calidad de Cenobio Tánori<br />
quien con·