Diosero

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12.05.2013 Views

-Ahá -dijo el médico sonriente-, se trata de buscar al muchacho un espíritu tutelar... -Sí, aseguró la vieja -ése es el costumbre de po'acá... -Bien, bien, mientras tanto, bañémoslo, para que el que ha de ser su tona lo encuentre limpiecito y buen mozo. Cuando regresó Simón con el bolso vacío de cenizas, halló a su hijo arropadito y fresco, pegado al hombro de la madre. Crisanta dormía dulce y profundamente... El médico se disponía a marcharse. -Bueno, Simón -dijo el doctor-, estás servido. -Yo quisiera darle a su mercé mas que juera un puñito de sal... -Deja, hombre, todo está bien... Ya te traeré unas medicinas para que el niño crezca saludable y bonito ... -Señor doctor -agregó Simón con acento agra. decido-, hágame su mercé otra gracia, si es tan bueno. -Díme, hombre. -Yo quisiera que su persona juera mi compadre ... Lleve usté a cristianar a la criaturita. ¿Quere? -Sí, con mucho gusto, Simón, tú me dirás. -El miércoles, por favor, es el día en que viene el padre cura. -El miércoles vendré... Buenas noches, Simón. Adiós, Altagracia, cuida a la muchacha y al niño. Simón acompañó al médico hasta la puerta del jacal. Desde ahí lo siguió con la vista. La bicicleta tomó los altibajos del camino gallardamente; su ojo ciclópeo se abría paso entre las sombras. Un conejo encandilado cruzó la vereda. 15

Puntual estuvo el médico el miércoles por la mañana. La esquila llamó a misa, los zoques vestidos de limpio aguardaban en el atrio. La chirimía tocaba aires alegres. Tronaban los cohetes. Todos los ahí reunidos, hombres y mujeres, esperaban ansiosos la llegada de Simón y su comitiva bautismal. Por allá, hacia la loma, se miró al grupo que se dirigía a la iglesia. Crisanta, fresca y rozagante, cargaba a su hijo seguida de Altagracia, la madrina. Atrás de ellas, Simón y el médico charlaban amigablemente... -¿Y qué nombre le vas a poner a mi ahijado, compadre Simón? -Pos verá usté, compadrito doctor... Damián, porque así dice el calendario de la iglesia... y Becicleta, porque ésa es su tona, así me lo dijo la ceniza ... -Conque ¿Damián Bicicleta? Es un bonito nombre, compadre... -Axcale - afirmó muy categóricamente el zoque. 16

-Ahá -dijo el médico sonriente-, se trata de buscar al<br />

muchacho un espíritu tutelar...<br />

-Sí, aseguró la vieja -ése es el costumbre de po'acá...<br />

-Bien, bien, mientras tanto, bañémoslo, para que el que ha de<br />

ser su tona lo encuentre limpiecito y buen mozo.<br />

Cuando regresó Simón con el bolso vacío de cenizas, halló a<br />

su hijo arropadito y fresco, pegado al hombro de la madre.<br />

Crisanta dormía dulce y profundamente... El médico se<br />

disponía a marcharse.<br />

-Bueno, Simón -dijo el doctor-, estás servido.<br />

-Yo quisiera darle a su mercé mas que juera un puñito de sal...<br />

-Deja, hombre, todo está bien... Ya te traeré unas medicinas<br />

para que el niño crezca saludable y bonito ...<br />

-Señor doctor -agregó Simón con acento agra. decido-,<br />

hágame su mercé otra gracia, si es tan bueno.<br />

-Díme, hombre.<br />

-Yo quisiera que su persona juera mi compadre ... Lleve usté<br />

a cristianar a la criaturita. ¿Quere? -Sí, con mucho gusto,<br />

Simón, tú me dirás.<br />

-El miércoles, por favor, es el día en que viene el padre cura.<br />

-El miércoles vendré... Buenas noches, Simón.<br />

Adiós, Altagracia, cuida a la muchacha y al niño.<br />

Simón acompañó al médico hasta la puerta del jacal. Desde<br />

ahí lo siguió con la vista. La bicicleta tomó los altibajos del<br />

camino gallardamente; su ojo ciclópeo se abría paso entre las<br />

sombras. Un conejo encandilado cruzó la vereda.<br />

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