Las Sectas Destructivas y Demoníacas en España - Prolades.com
Las Sectas Destructivas y Demoníacas en España - Prolades.com
Las Sectas Destructivas y Demoníacas en España - Prolades.com
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
día y noche con su <strong>com</strong>etido: hacer que el adepto no vea, no oiga, no<br />
analice, y que se limite a obedecer. Ese es el único camino para lograr<br />
la felicidad y la riqueza, sino del adepto, sí al m<strong>en</strong>os de los líderes.<br />
El grupo sectario (<strong>com</strong>o el totalitario o reaccionario) polariza la<br />
realidad <strong>en</strong> dos partes opuestas e irreconciliables: el Bi<strong>en</strong> (ideario<br />
del grupo) fr<strong>en</strong>te al Mal (resto de la sociedad), la pureza fr<strong>en</strong>te a la<br />
impureza. Evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te, el único que dispone del poder de juzgar lo<br />
que es puro o impuro es el propio grupo sectario. Este es el que marca<br />
las pautas de pureza y, <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia, el que crea las pautas de<br />
culpabilidad. El no alcanzar el modelo de pureza fijado (es lo<br />
habitual, ya que el mismo siempre es demasiado elevado <strong>com</strong>o para poder<br />
ser alcanzado) también conduce a una angustiosa situación de<br />
humillación y aislami<strong>en</strong>to. La fuerza de la culpabilidad radica <strong>en</strong> su<br />
carga inconsci<strong>en</strong>te que g<strong>en</strong>era grandes conflictos y t<strong>en</strong>siones internas.<br />
Para aliviarlas, el individuo recurre <strong>en</strong> forma también inconsci<strong>en</strong>te al<br />
autocastigo, al autosufrimi<strong>en</strong>to. Cuando uno es arrastrado por la<br />
polarización <strong>en</strong>tre el Bi<strong>en</strong> y el Mal, con todo lo que ello repres<strong>en</strong>ta,<br />
ya es muy difícil volver a equilibrarse. Los grupos sectarios lo sab<strong>en</strong>;<br />
por eso int<strong>en</strong>tan culpabilizar a sus adeptos desde los primeros<br />
contactos.<br />
Todos los grupos sectarios, de una u otra forma, ti<strong>en</strong>e establecido<br />
un ritual <strong>en</strong> donde se pide al adepto que confiese todas sus<br />
interioridades. La técnica empleada difiere según las características<br />
del grupo y puede ir de una "amigable" charla contando las experi<strong>en</strong>cias<br />
más íntimas, hasta un auditing estando conectado a un detector de<br />
m<strong>en</strong>tiras. <strong>Las</strong> interioridades confesadas o los "crím<strong>en</strong>es" reconocidos se<br />
conviert<strong>en</strong> <strong>en</strong> elem<strong>en</strong>tos para un per<strong>en</strong>ne chantaje que ahogará toda<br />
posible crítica, duda o int<strong>en</strong>to de abandonar el grupo.<br />
Los grupos sectarios, a pesar de su tan pregonada no viol<strong>en</strong>cia,<br />
son expertos <strong>en</strong> manipular los estados emotivos derivados del miedo y de<br />
la viol<strong>en</strong>cia para controlar mejor a sus adeptos. La am<strong>en</strong>aza del próximo<br />
fin del mundo es un recurso <strong>com</strong>únm<strong>en</strong>te empleado por muchos grupos<br />
sectarios. Al hacer aparecer a la "humanidad" pecadora <strong>com</strong>o causante de<br />
todos los males y <strong>com</strong>o provocadora ineludible de la "solución final",<br />
se logra que <strong>en</strong>tre los adeptos crezca la agresividad hacia toda la<br />
sociedad exterior al grupo. El miedo es un arma psicológica de amplio<br />
espectro, que igual puede inducir a la acción más descabellada <strong>com</strong>o<br />
inhibir el instinto más elem<strong>en</strong>tal de autoconservación.<br />
En el grupo sectario se utilizan dos tipos <strong>com</strong>plem<strong>en</strong>tarios de<br />
"miedos". El primero es el miedo hacia el exterior. El hacer aparecer a<br />
toda la sociedad <strong>com</strong>o hostil, no sólo aísla al adepto, sino que le<br />
planta el germ<strong>en</strong> del miedo que, cov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te manipulado, se<br />
transformará <strong>en</strong> agresión cuando el líder así lo ord<strong>en</strong>e. El segundo tipo<br />
16