descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...
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<strong>de</strong> veintiocho años, en la ruta <strong>de</strong> Bogotá a Me<strong>de</strong>llín, allá,<br />
bajando para La Dorada Caldas, nos alzó la mano y, bueno,<br />
el conductor le paró. Yo tomé las maletas, las metí en la<br />
bo<strong>de</strong>ga y la muchacha se subió. Bonita, muy bonita era. Tan<br />
pronto entró la muchacha, el bus se inundó <strong>de</strong> un olor a rosas.<br />
Un borracho que estaba joda que joda, y que finalmente se<br />
acomodó ahí mismo don<strong>de</strong> va el joven, hasta se percató <strong>de</strong>l<br />
olor a rosas y <strong>de</strong> lo bonito <strong>de</strong>l rostro <strong>de</strong> la muchacha. Iban<br />
trece pasajeros, con ella eran catorce, <strong>de</strong> manera que el bus iba<br />
casi vacío. Esperamos cinco minutos y el compañero me dijo,<br />
vaya cóbrele antes <strong>de</strong> que se duerma. Entré a cobrarle y no la<br />
vi. Salí y le dije al compañero que no estaba. El borracho se<br />
quedó dormido, aquí mismo en el pasillo y el compañero me<br />
dijo, ¿cómo qué no está, acaso también está borracho? Vaya<br />
cóbrele, <strong>de</strong>be estar en el baño. Entré <strong>de</strong> nuevo, miré en el<br />
baño y la muchacha no estaba por ningún lado. Salí, y ya con<br />
ese susto ni el berraco le dije al compañero: no está.<br />
Él y yo nos quedamos como diez minutos sin hablar, y ese<br />
olor a rosas en el bus, hasta que la policía <strong>de</strong> carreteras nos<br />
paró. Mi compañero y yo no quisimos entrar. Cuántos son,<br />
preguntó el policía. Catorce le dijimos. Van dormidos. Como<br />
pu<strong>de</strong>, la<strong>de</strong>é el borracho en el pasillo para que entrara el policía<br />
y contara la gente. Eso fue en este mismo bus. Este bus me<br />
lo entregaron como tres años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberme hecho<br />
conductor <strong>de</strong> la empresa. Aún estaba nuevo. No era la carcacha<br />
<strong>de</strong> hoy. El policía salió y nos dijo, son trece. Mi compañero y<br />
yo entramos con el policía y sí, eran trece. Fuimos entonces<br />
a revisar la bo<strong>de</strong>ga y las dos maletas ya no estaban. Des<strong>de</strong><br />
entonces, entre la una y las dos <strong>de</strong> la mañana, este bus se<br />
inunda <strong>de</strong> olor a rosas. Al principio me daba miedo, pero uno<br />
termina por acostumbrarse. Ya verán, entre la una y las dos va<br />
a oler a rosas.<br />
El viaje a Pereira tardó quince horas y no doce. Después<br />
<strong>de</strong> Cali arreció la lluvia y en Buga la tormenta estremeció el<br />
autobús como si el temporal <strong>de</strong> venida, <strong>de</strong>l que había hablado<br />
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