12.05.2013 Views

descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...

descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...

descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

la vida guerrillera y <strong>de</strong> participar con Juan <strong>de</strong> Dios Aguilera en<br />

la muerte <strong>de</strong> José Ayala, uno <strong>de</strong> los campesinos más apreciados<br />

por su valentía, inteligencia y habilidad en los terrenos <strong>de</strong> la<br />

milicia. Ayala fue miembro <strong>de</strong>l Estado Mayor Revolucionario,<br />

hasta que el grupo con el que marchaba lo procesó por andar<br />

enamorando a una maestra y en consecuencia <strong>de</strong>scuidar sus<br />

<strong>de</strong>beres militares. Pero el cargo más contun<strong>de</strong>nte que se les<br />

imputaba a los tres era su participación en el complot para<br />

relevar a Fabio <strong>de</strong>l mando, al lado <strong>de</strong> Juancho Aguilera, en<br />

plena fuga. Todos lo llamaban Juancho, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que era uno <strong>de</strong><br />

los estudiantes más queridos en el Colegio Santan<strong>de</strong>r.<br />

Los guerrilleros asignados terminaron <strong>de</strong> cavar las tumbas; así<br />

se lo hizo sentir uno <strong>de</strong> ellos a Víctor. “Las tres <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>”, le<br />

respondió cuando Víctor le preguntó la hora. “Entonces es la<br />

hora <strong>de</strong> Cristo para morir”, comentó Ochoa. Y la peor, por el<br />

calor <strong>de</strong> pantano que se adhería a sus cuerpos como una sopa.<br />

Julio César miró a Víctor, pero este último no dijo nada; dio la<br />

última chupada al cigarrillo antes <strong>de</strong> tirarlo muy cerca <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong> las tumbas. ¿Qué podía ser más inhumano?, se recriminaba<br />

<strong>de</strong> nuevo Jaime, quien no les había <strong>de</strong>spegado los ojos a los<br />

tres. Sólo él, que todavía no conocía bien a Fabio, pudo creer<br />

que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l juicio todo volvería a ser como antes; tal vez<br />

si él hubiese estado <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong> la mesa las cosas serían<br />

distintas, tal vez.<br />

Varios centinelas caminaron hacia los con<strong>de</strong>nados, los<br />

<strong>de</strong>sataron uno a uno y los amarraron a la inmensa base <strong>de</strong>l<br />

cedro, con las manos cruzadas atrás, trenzando las cuerdas<br />

entre sus cuerpos y el árbol. Uno <strong>de</strong> los centinelas sacó <strong>de</strong> su<br />

bolsillo <strong>de</strong>l pantalón tres lanillas para vendarles los ojos, pero<br />

ellos, con sus cabezas, se lo impidieron. Casi <strong>de</strong> inmediato,<br />

otro <strong>de</strong> los centinelas se dirigió hasta la carpa principal para<br />

llamar a Fabio. No se encontraban más <strong>de</strong> cuarenta hombres<br />

en todo el lugar; las hamacas colgadas <strong>de</strong> los árboles y los<br />

hules dispersos, le daban al perímetro <strong>de</strong>spejado <strong>de</strong> selva un<br />

aire <strong>de</strong> excursión antes que <strong>de</strong> campamento <strong>de</strong> guerra.<br />

49

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!