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descargar - Dirección Cultural UIS - Universidad Industrial de ...

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pero lo sabrían en breve. Alberto le había dado el número<br />

<strong>de</strong>l teléfono <strong>de</strong> Abelardo y la dirección <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> campo<br />

don<strong>de</strong> pasaría la semana santa. Estaba <strong>de</strong>cidido a hablar con él<br />

o a visitarlo, pues quería solucionar el asunto antes <strong>de</strong> retornar<br />

al trabajo. Incluso si para ello <strong>de</strong>bía humillarse y soltarle uno<br />

que otro dato <strong>de</strong> los compañeros, lo haría. No tenía por qué<br />

guardar fi<strong>de</strong>lida<strong>de</strong>s y menos en la facultad, don<strong>de</strong> era evi<strong>de</strong>nte<br />

que nadie se fiaba <strong>de</strong> nadie. ¿Y si Abelardo tenía pruebas, y si<br />

la lista era cierta?<br />

El sofá don<strong>de</strong> estaba echado se encontraba cerca <strong>de</strong> la ventana.<br />

Así que pudo comprobar la absoluta quietud <strong>de</strong> la calle; la<br />

geometría imperfecta <strong>de</strong>l mundo exerior se <strong>de</strong>svanecía en la<br />

puesta <strong>de</strong>l sol. Si no fuera por los perros, creería que esa calle<br />

era un espejismo. Los golpes <strong>de</strong> la campana llamando a misa<br />

<strong>de</strong> seis se filtraron por la ventana.<br />

Encendió el televisor y durante varias horas, frente al<br />

centelleo <strong>de</strong> imágenes, estuvo repasando cada <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> su<br />

circunstancia antes <strong>de</strong>l viaje. Abelardo no había respondido<br />

a sus correos. En el avión había comido poco y ahora sentía<br />

el estómago vacío, aunque lo que más le molestaba era sentir<br />

irritados sus ojos. Apagó el televisor, cerró la ventana y siguió<br />

contemplando la pintura. No había querido que su novia fuese<br />

hasta el apartamento a prepararle algo y ahora lo lamentaba.<br />

Por fin, a las once menos cuarto <strong>de</strong> la noche, sonó el teléfono<br />

y anheló que fuera la voz que estaba esperando escuchar.<br />

–Soy yo, Alicia; le tengo al hombre. Aquí está Jorge conmigo.<br />

Ya se lo paso, eeeh. ¡Qué novelón!<br />

–Hola, Jorge, ¿cómo has estado?<br />

–Más o menos, profe.<br />

–Bueno, ¿quién está <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> todo esto?<br />

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