ciadoncha; ¡cuántos recuerdos - Webpages at SCU - Santa Clara ...
ciadoncha; ¡cuántos recuerdos - Webpages at SCU - Santa Clara ... ciadoncha; ¡cuántos recuerdos - Webpages at SCU - Santa Clara ...
CIADONCHA ¡CUÁNTOS RECUERDOS! Lucía T. Varona
- Page 2 and 3: Participantes Agustín Arroyo Lópe
- Page 4 and 5: los que viven. Podemos decir que ca
- Page 6 and 7: conversaciones y canciones de mucha
- Page 8 and 9: INVESTIGACION SOBRE LA VIDA EN CIAD
- Page 10 and 11: Su gente La gente de Ciadoncha es t
- Page 12 and 13: El pueblo tenía varios manantiales
- Page 14 and 15: Fuente más conocida como de La Tri
- Page 16 and 17: Níscalos del pinar. 1984 Foto prop
- Page 18 and 19: En el año 1900 alcanzó la poblaci
- Page 20 and 21: echazo del borrador de la Constituc
- Page 22 and 23: República a la vez que iniciaron e
- Page 24 and 25: Ella era una jovencita en ese enton
- Page 26 and 27: UN POCO DE HISTORIA El nombre El ma
- Page 28 and 29: LA IGLESIA La riqueza artística m
- Page 30 and 31: Bóveda de la iglesia. 1971 Foto pr
- Page 32 and 33: económicos, en 1741 se logra traer
- Page 34 and 35: Reparación del tejado de la iglesi
- Page 36 and 37: La obra fue posible gracias a la ap
- Page 38 and 39: Capiteles de la entrada de la igles
- Page 40 and 41: Virgen Sedente. 1971 Foto proporcio
- Page 42 and 43: importante para el pueblo. Se cont
- Page 44 and 45: En esta ocasión se trató de conse
- Page 46 and 47: LA COMIDA Las Cebollitas de Ciadonc
- Page 48 and 49: Ya tenemos el relleno que dejamos r
- Page 50 and 51: Hay que salir a recoger la barra o
CIADONCHA<br />
¡CUÁNTOS RECUERDOS!<br />
Lucía T. Varona
Participantes<br />
Agustín Arroyo López<br />
Gregorio Arroyo López<br />
Santos Arroyo Pérez<br />
Dulce Estrella Caballero López<br />
Marisa Delgado Sierra<br />
Fabricio Galiana Sierra<br />
Virgilio Galiana Sierra<br />
Purificación Galiana Arroyo<br />
Rosa Gutiérrez González<br />
María Hernando Temiño<br />
Florencio Ibáñez Álvarez<br />
José Luís Julián Hernando<br />
Ángeles López Varona<br />
Genara Madrid Frías<br />
Paulina Madrid Mecerreyes<br />
Ismael Madrid Olmos<br />
Práxedes Martínez Santos<br />
Ana María Melchor Madrid<br />
Orencio Pérez Cascajar<br />
Angelines Pérez Palacios<br />
Emérito Puente García, Párroco<br />
Ángel Varona Madrid<br />
Arcadio Varona Madrid<br />
Federico Varona Madrid<br />
María Ángeles Varona Madrid<br />
Petra Varona Madrid
CIADONCHA ¡CUÁNTOS RECUERDOS!<br />
Introducción<br />
En el verano del año 2005 participé en un seminario que ofreció la universidad de<br />
<strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, donde soy c<strong>at</strong>edrática de español, en el que por dos semanas 20 personas<br />
leímos, reflexionamos y compartimos temas relacionados con la vocación. Era como<br />
poner de alguna manera toda nuestra vida sobre la mesa y encontrar qué es lo que nos ha<br />
motivado y nos motiva a trabajar cada día. Para mí está muy claro, mi vocación es<br />
compartir mi vida con la gente sencilla de la comunidad. Es con ellos con los que más<br />
disfruto y es de ellos de quienes más aprendo.<br />
En Gu<strong>at</strong>emala trabajé por muchos años para una organización no gubernamental<br />
creando, dirigiendo y coordinando programas educ<strong>at</strong>ivos para niños, jóvenes y adultos<br />
del área marginal de la ciudad capital. Esa fue mi primera universidad. Semanalmente<br />
escribía una columna en un suplemento del diario El Gráfico que se llamaba “Semilla”,<br />
donde expresaba mis reflexiones y lo mucho que aprendía de la gente con quienes y para<br />
quienes trabajaba. En los Estados Unidos me especialicé en educación multicultural y en<br />
la enseñanza del castellano como segundo idioma. Mi tesis doctoral fue inspirada en mis<br />
estudiantes l<strong>at</strong>inas, en su mayoría provenientes de áreas rurales, que tomaban mis cursos<br />
mientras yo hacía mis estudios de postgrado. Mis clases se caracterizan por el<br />
aprendizaje basado en la comunidad que no es otra cosa más que invitar a los alumnos a<br />
convivir con los hispanohablantes que usan centros de ayuda comunitaria para aprender<br />
de ellos, compartiendo el diario vivir. El objetivo principal de este tipo de aprendizaje es<br />
establecer una mayor comunicación entre la universidad y la comunidad, que la una se<br />
alimente de la otra, que mutuamente se respeten y así se promueva el desarrollo humano.<br />
Es en este campo del aprendizaje basado en la comunidad donde he realizado trabajos de<br />
investigación y es entre la gente sencilla donde encuentro realmente el deseo de vivir.<br />
No es de extrañarse entonces, que este estudio haya sido inspirado y realizado con<br />
la comunidad de Ciadoncha; pequeña población rural castellana cuyos habitantes han<br />
trabajado los campos empezando con vacas hasta llegar a la cosechadora moderna. Este<br />
pueblo no ha tenido nunca una escuela secundaria, ni una biblioteca, pero sus hombres y<br />
mujeres tienen la sabiduría del que ha entregado sus mejores años a la tierra y el corazón<br />
sencillo del que cada mañana agradece al cielo el nuevo día. Esta comunidad tan pequeña<br />
y sencilla ha inspirado artículos en El Diario de Burgos con títulos como “Ciadoncha: el<br />
pueblo más intelectual de la provincia” escrito por Roberto Estébanez, (22)<br />
Desde 1984 visito Ciadoncha por lo menos una vez al año. Me casé con un<br />
ranero, como les llaman a los n<strong>at</strong>ivos de esta villa, y desde entonces he tr<strong>at</strong>ado de<br />
dejarme hablar por sus calles, sus casas, sus campos y principalmente su gente. Algunos<br />
cuentos son testigos de mis primeras impresiones (http://itrs.scu.edu/instructors/lvarona )<br />
Desafortunadamente, es evidente que muchos pueblos pequeños tienden a<br />
desaparecer y Ciadoncha no es la excepción. Con pena hemos visto cuánto ha ido<br />
disminuyendo la población y con ellos también se van yendo los <strong>recuerdos</strong>. Es muy poco<br />
lo que hay escrito sobre este pueblo. Las historias están sólo grabadas en la memoria de<br />
3
los que viven. Podemos decir que cada vez que muere un anciano de Ciadoncha,<br />
desaparece con él o ella, una biblioteca. Esa biblioteca que hasta hoy el pueblo no ha<br />
tenido nunca. Ante esta realidad y con la certeza de los valores tan grandes que hay en<br />
este lugar empecé el presente trabajo. Esta es una recopilación de los <strong>recuerdos</strong> más<br />
gr<strong>at</strong>os de muchas personas que amablemente aceptaron mi invitación a dialogar.<br />
Solamente una de ellas pidió que su nombre no apareciera en la lista de participantes. Por<br />
otra parte, lo que yo aporto al estudio es el contexto histórico de los tiempos a los que se<br />
refieren las narraciones de los informantes y mis propias reflexiones y <strong>recuerdos</strong>.<br />
Forma de hacer las citas y referencias bibliográficas<br />
Es mi deseo que este estudio sea leído por toda la gente que quiera entrar de<br />
alguna manera en lo maravilloso que es el mundo sencillo, pero no simple, de quienes<br />
hacen posible que nos llegue a la mesa diariamente el pan. Es por eso que el lector se<br />
dará cuenta que el lenguaje usado es coloquial y directo. En el texto se menciona a los<br />
autores, y el número que se ve en paréntesis corresponde a la página de donde viene la<br />
información. También se ha tr<strong>at</strong>ado de comentar la fuente de información en forma<br />
narr<strong>at</strong>iva y al final se ha anotado como bibliografía. Muchos términos o palabras están<br />
escritos en letra itálica, lo cual quiere decir que su explicación está en el glosario que<br />
aparece al final.<br />
Cuando me refiero a los diálogos personales, no escribo el nombre de la persona,<br />
pero sí doy el año en que se realizó la entrevista. Esto es a solicitud de los participantes,<br />
quienes sólo quieren que sus nombres aparezcan como colaboradores pero no quieren se<br />
identifique lo que dijo cada uno.<br />
En cuanto a información encontrada en Internet, se da la dirección electrónica y<br />
una breve explicación de la misma en el texto. En la bibliografía se vuelve a poner la<br />
dirección y la fecha en que fue usada.<br />
Con respecto a las fotografías usadas en este trabajo, en su mayoría fueron<br />
proporcionadas por Arcadio Varona, Federico Varona y la autora. Al pie de la foto<br />
aparece una sección donde se explica la procedencia de las mismas. En muchos casos es<br />
imposible saber la fecha en que fueron tomadas y sólo se puede hacer referencia a la<br />
época, a la década o al año en que se supone fueron tomadas. Las que se han podido<br />
fechar, llevan el año únicamente.<br />
Bases Teóricas<br />
Tres teorías han servido de base para este estudio. La teoría de la investigación<br />
particip<strong>at</strong>iva, la teoría apreci<strong>at</strong>iva y la teoría de historia oral. Estos tres grandes estilos de<br />
investigación me han inspirado y ayudado a observar, reflexionar, aprender a preguntar y<br />
organizar la información cumpliendo con el rigor académico que corresponde a un<br />
estudio de este tipo.<br />
Peter Park, un investigador norteamericano que ha hecho muchos trabajos con<br />
distintas comunidades en los Estados Unidos, explica que la Teoría de Investigación<br />
Particip<strong>at</strong>iva dice que la investigación sale de la gente de una comunidad, que es la gente<br />
4
quien tiene el poder de generar, profundizar y transmitir conocimiento (4) . Él dice que la<br />
investigación particip<strong>at</strong>iva comienza porque la gente ve un problema y tr<strong>at</strong>a de<br />
solucionarlo. El investigador con la gente de la comunidad (el énfasis lo he puesto yo)<br />
ve el problema y juntos tr<strong>at</strong>an de solucionarlo. De cierta manera eso es lo que ocurrió en<br />
nuestro caso pues “el problema” que vemos es que no hay mucho escrito sobre<br />
Ciadoncha. Vemos también que la gente mayor tiene estos <strong>recuerdos</strong> en su memoria y<br />
que se corre el riesgo de perder todo si no queda algo escrito para otras generaciones.<br />
Entonces, la idea de escribir los <strong>recuerdos</strong> no ha sido sólo mía sino realmente de mucha<br />
gente y de hecho los <strong>recuerdos</strong> los tenemos todos, no sólo una persona. Por lo tanto este<br />
estudio tenía que ser particip<strong>at</strong>ivo, lo cual quiere decir que en él ha intervenido<br />
activamente mucha gente con sus historias, con sus fotos, con sus vídeos, abriéndome su<br />
casa, dejándome tomar fotos, y compartiendo conmigo mucho de todo lo vivido en este<br />
pueblo.<br />
Pero por otra parte, no he querido enf<strong>at</strong>izar los problemas sino más bien los<br />
buenos <strong>recuerdos</strong>, las cosas positivas que se han vivido allí. Por eso la Teoría<br />
Apreci<strong>at</strong>iva me ayudó a entender cómo tenía que hacer las preguntas, cómo evitar el caer<br />
en lo neg<strong>at</strong>ivo en los diálogos. Esta teoría enfoca la investigación desde un punto de<br />
vista un poco diferente, pero complementaria, al de la teoría particip<strong>at</strong>iva. La teoría<br />
apreci<strong>at</strong>iva, nos dicen los autores Jane Magruder W<strong>at</strong>kins y Bernard J. Mhor; se basa en<br />
enf<strong>at</strong>izar el significado de la palabra apreciar que es como querer, valorar; y en la<br />
palabra investigar que quiere decir tr<strong>at</strong>ar de entender haciendo preguntas (14). De esta<br />
teoría tomé la idea de preguntar cuáles eran los mejores <strong>recuerdos</strong> que tenían de su vida<br />
en Ciadoncha. Siempre hablamos de las cosas positivas. Hasta las cosas tristes las<br />
recordábamos con alegría como fue el revivir los tiempos difíciles cuando no había tantas<br />
cosas m<strong>at</strong>eriales.<br />
De la Historia Oral he tomado la idea de que la historia no la escriben sólo los<br />
grandes héroes, ni los grandes personajes. La historia también la hace la gente sencilla.<br />
Esto lo explica Paul Thompson. En su libro Voices of the Past, que en español quiere<br />
decir Voces del Pasado. Él explica que es muy importante que la gente hable de cómo<br />
vivieron diferentes acontecimientos. Thompson dice que es muy bueno escuchar a<br />
diferentes gentes, porque cada uno tiene una distinta percepción de lo vivido y sólo así se<br />
pueden realmente entender los acontecimientos pasados. Esta teoría enf<strong>at</strong>iza mucho<br />
grabar las historias narradas. En este libro ponen como ejemplo varios estudios que se<br />
han hecho sobre los judíos y todo lo que pasaron durante la Segunda Guerra Mundial.<br />
Estas narraciones han servido para hacer la experiencia más personal en los museos en<br />
donde es posible escuchar las voces de las personas narrando lo que vivieron mientras se<br />
ven fotos o artefactos. Los autores enf<strong>at</strong>izan lo poderoso que es escuchar la voz de la<br />
persona después de mucho tiempo.<br />
De allí salió la idea de grabar las entrevistas por si en el futuro alguien quisiera<br />
usarlas para la divulgación de las costumbres y tradiciones de Ciadoncha. Efectivamente<br />
es muy emocionante escuchar las voces de las personas que ya no están más entre<br />
nosotros. No es lo mismo sólo leer lo que ellos decían. A nosotros nos pasó cuando<br />
buscando m<strong>at</strong>erial para este estudio nos topamos con una cinta que contenía historias,<br />
5
conversaciones y canciones de mucha gente del pueblo que hoy ya no está entre nosotros.<br />
Creo que esta vez pusimos más <strong>at</strong>ención a todo lo que dijeron. Talvez, por el mismo<br />
hecho de su ausencia.<br />
Para el contexto histórico he consultado muchos sitios en Internet, revistas y<br />
libros. Fundamentalmente uso el libro Historia de España por Julio Valdeón, Joseph<br />
Pérez y Santos Juliá. Me centro en la parte del libro desarrollada por Santos Juliá, ya que<br />
es la época que nos ocupa en este trabajo.<br />
Metodología, cómo se hizo este trabajo<br />
Empecé este estudio en diciembre del año 2004 cuando invité a cinco mujeres del<br />
pueblo a que me contaran cuáles eran los mejores <strong>recuerdos</strong> que tenían de su vida en<br />
Ciadoncha. Los temas gener<strong>at</strong>ivos fueron los siguientes: religión, educación, el ciclo<br />
vital. Estos diálogos los grabé y luego los escuché con la intención de transcribirlos. Sin<br />
embargo me encontré con que la trascripción resultaba sumamente difícil y en realidad no<br />
tenía mayor importancia para el estudio, dada la repetición y falta de continuidad en la<br />
narración. Para tomar la decisión de no transcribir, me basé en lo que dice la autora<br />
Willa K. Baum en su libro Transcribing And Editing Oral History (15), (Transcribiendo y<br />
editando historia oral). Baum dice que la decisión de transcribir los diálogos, entrevistas<br />
o narraciones se toma de acuerdo al presupuesto que uno tiene para el estudio, pues la<br />
trascripción lleva muchas horas de trabajo y resulta sumamente cara. Además si se puede<br />
hacer un resumen de lo hablado y con eso todavía se cumplen los objetivos del estudio, es<br />
suficiente.<br />
En el verano de 2005, tomando en cuenta el resumen de los diálogos realizados en<br />
diciembre del año anterior, pude detectar otros temas gener<strong>at</strong>ivos tales como: los juegos<br />
de la niñez, el noviazgo, las bodas, celebraciones religiosas, la escuela, la vivienda, el<br />
trabajo en el campo, las tareas de la casa, y el centro cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Me<br />
entrevisté de nuevo con algunas de las señoras para asegurarme de algunos detalles y<br />
también para darles la oportunidad de expandir sus comentarios, ya que todas me<br />
comentaban cómo después que habíamos grabado iban recordando más cosas vividas.<br />
Sus comentarios fueron agregados al resumen hecho anteriormente. Esto me enseñó que<br />
debía crear el ambiente antes de grabar la información. Por ejemplo en reuniones previas<br />
a la grabación, hablábamos sobre los temas que les quería preguntar y dejaba pasar unos<br />
días antes de hacer el diálogo formal, así cuando llegaba el día de la conversación, los<br />
participantes ya habían tenido tiempo para recordar más cosas y muchos incluso tenían<br />
fotos y objetos que ayudaban a enf<strong>at</strong>izar los <strong>recuerdos</strong> que tenían en el momento del<br />
diálogo. A otras personas les di las preguntas anticipadamente y en el diálogo grabé lo<br />
que ellos habían logrado recordar.<br />
Para diciembre de 2005 ya tenía los temas claramente definidos y se vio la<br />
necesidad de entrevistar no sólo a mujeres sino también a hombres que querían participar,<br />
a José Luís Hernando, Alcalde del pueblo; Emérito Puente, Párroco y a Arcadio Varona<br />
quien ha hecho algo de investigación sobre el origen del pueblo. Fue así como en enero<br />
de 2006 entrevisté a dieciocho personas más. Después de escuchar cuáles eran los<br />
<strong>recuerdos</strong> más gr<strong>at</strong>os que tenían, las preguntas eran bastante específicas a los temas que<br />
6
salían de los <strong>recuerdos</strong>. Por ejemplo a unos les pregunté sólo cosas que tenían que ver<br />
con la agricultura, a otros con el ciclo vital, al Párroco sobre cosas relacionadas con la<br />
vida religiosa y la iglesia del pueblo y al Alcalde más que todo d<strong>at</strong>os sobre el aspecto<br />
administr<strong>at</strong>ivo del lugar. A una pareja, los más jóvenes, les pregunté sobre cómo veían el<br />
futuro del pueblo y qué pensaban ellos de la vida allí. Otros compartieron conmigo sus<br />
vídeos y rodeados de toda la familia los vimos y revivimos la vida en las bodegas, fiestas<br />
especiales y muchos <strong>recuerdos</strong> más. El tema del centro cultural <strong>Santa</strong> Bárbara y la<br />
función educ<strong>at</strong>iva y cultural que tuvo el pueblo por varios años también fue tema<br />
específico con un grupo, logrando recopilar muchos recortes de periódico, fotografías,<br />
programas etc.<br />
La comunicación electrónica con los informantes en Ciadoncha ha sido continua,<br />
a través de Internet. El intercambio de fotos, documentos, ideas, etc. se ha incrementado<br />
con el correr del tiempo. Los capítulos terminados fueron remitidos primeramente, a dos<br />
personas del lugar para que los leyeran señalaran errores, hicieran sugerencias y<br />
comentarios pertinentes, antes de escribir la siguiente versión. Esa versión del documento<br />
fue presentada a varias personas en el pueblo para que revisaran lo escrito, corrigieran<br />
errores y dieran su opinión sobre las fotografías escogidas.<br />
Con toda esa información, durante el trimestre de invierno del año 2006 redacté el<br />
presente trabajo, el cual he dividido en los siguientes capítulos: El pueblo y su gente, un<br />
poco de historia, la iglesia, la religiosidad popular, las bodegas, la comida, la m<strong>at</strong>anza, la<br />
vivienda, la educación, el ciclo vital, la agricultura y la ganadería y el Centro Cultural<br />
<strong>Santa</strong> Bárbara. Al final he puesto un glosario para ayudar a personas que no son del área<br />
de Ciadoncha a entender mejor el contenido del trabajo. También aparecen los d<strong>at</strong>os<br />
bibliográficos del estudio, algunos artículos de periódico, programas de actividades<br />
informe de actividades realizadas y el discurso de Arcadio Varona Madrid pronunciado el<br />
27 de noviembre de 1995 en la presentación de la X Semana Cultural ante la presencia de<br />
la Gobernadora Civil de Burgos. El objetivo era fondos para reconstruir las instalaciones<br />
del Centro Cultural que se había destruido por un incendio fortuito. Gracias a esa visita<br />
de la gobernadora, consiguieron un compromiso verbal de una contribución de un millón<br />
de pesetas. Luego esto se hizo realidad y gracias a este dinero se comenzaron<br />
inmedi<strong>at</strong>amente las obras de reconstrucción del edificio.<br />
Al ver las primeras 172 páginas de este trabajo, muchos se animaron a compartir fotos y<br />
d<strong>at</strong>os al mismo tiempo que corregían y sugerían cambios que tomé en cuenta para la<br />
versión presentada al pueblo en una sesión extraordinaria a la que asistieron casi todos los<br />
residentes y algunas personas de pueblos vecinos, en diciembre de 2.006. Todavía en<br />
enero de 2008, e me entregaron varias correcciones que hemos incluido a esta última<br />
versión.<br />
A cada uno de los participantes le fue leída la carta que ellos firmaron y que<br />
adjunto a continuación.<br />
7
INVESTIGACION SOBRE LA VIDA EN CIADONCHA EN EL SIGLO XX<br />
Nombre de la investigadora: Lucía T. Varona<br />
Afiliación académica: Universidad de <strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, <strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong>, California.<br />
Por este medio hacemos constar que nuestra participación en esta investigación<br />
es para colaborar a la divulgación de nuestras costumbres y tradiciones. Todos los d<strong>at</strong>os<br />
que hemos dado y que constan en las grabaciones son el producto de lo que recordamos<br />
haber vivido.<br />
La investigadora tiene nuestra autorización para usar esta información de la<br />
manera que ella considere necesaria para promover el conocimiento de la cultura rural<br />
española. Una copia del estudio y de la grabación de las historias quedará en los archivos<br />
del pueblo para ser usada en futuras investigaciones y/o divulgación de nuestra cultura.<br />
Nuestras firmas a la par de la forma en que queremos que nuestros nombres<br />
aparezcan en el estudio constituyen nuestra autorización para la divulgación de las<br />
mismas.<br />
Fecha: ____________________________________<br />
Nombre como quiere que aparezca Firma del participante<br />
en el estudio<br />
________________________________ _____________________________<br />
Se termina el trabajo de redacción de este documento con la invitación a construir<br />
un sitio electrónico con la información aquí contenida con la esperanza de poder<br />
mantener actualizándolo constantemente. También se espera traducir este documento al<br />
idioma inglés y así contribuir a la divulgación de las costumbres y tradiciones de este<br />
pueblo de Castilla.<br />
8
EL PUEBLO Y SU GENTE<br />
Ciadoncha, pequeña población en la comarca del Arlanza a 25 Kms. de la ciudad de Burgos.<br />
Ubicación Geográfica.<br />
Según el estudio de Santiago García, sobre los pueblos de España, Ciadoncha<br />
tiene, una extensión de 15.29 kilómetros cuadrados a una altitud media de 796 metros.<br />
Está en el suroeste de la provincia de Burgos, es colindante a los municipios de<br />
Presencio, <strong>Santa</strong> María del Campo, Mahamud, Mazuela, Olmillos de Muñó y Palazuelos<br />
de Muñó. A sólo dos kilómetros está el río Cogollos y el Arroyo del Aguanal. A once<br />
kilómetros está la estación de ferrocarril de Villaquirán. Además Ciadoncha está bien<br />
conectada por carreteras asfaltadas con los principales puntos de interés del país.<br />
http://www.diputaciondeburgos.es/PlanoProvincia.cfm?x=2&y=9<br />
9
Su gente<br />
La gente de Ciadoncha es tradicional sencilla, cariñosa y muy trabajadora. En la<br />
entrevista que le hice al Párroco del pueblo, Don Emérito Puente, le pregunté qué es lo<br />
que él ha aprendido de la gente de Ciadoncha en el tiempo que lleva <strong>at</strong>endiéndoles como<br />
sacerdote. Él me respondió que de los mayores, su resignación, la entereza con que<br />
reciben lo que la vida les da; de los jóvenes, su espíritu de lucha y deseo de cambio.<br />
Práxedes Martínez, nació en Ciadoncha en 1915 hoy es la vecina más anciana.<br />
Foto proporcionada por Práxedes Martínez<br />
La señora Práxedes Martínez, ha vivido siempre en Ciadoncha. Ella ha visto<br />
crecer y disminuir el pueblo. A sus años ella todavía disfruta limpiando su casa y no es<br />
raro encontrarla barriendo su portal. Es una mujer admirable, con la sabiduría que dan<br />
los años y con la dulzura y fortaleza que sólo los de Ciadoncha saben tener. A ella quiero<br />
darle las gracias por haberse sentado a conversar conmigo y haberme ayudado tanto con<br />
sus <strong>recuerdos</strong>.<br />
Marcos y Alfredo Arroyo los más jóvenes de Ciadoncha con su madre. 2003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Marcos y Alfredo Arroyo son los más jóvenes del pueblo. Ellos todavía viven<br />
allí, aunque tienen que ir a la escuela de <strong>Santa</strong> María del Campo que queda a unos cu<strong>at</strong>ro<br />
kilómetros de distancia. Estos niños son la alegría de todos.<br />
10
El pueblo<br />
A Ciadoncha la <strong>at</strong>raviesa una calle principal, llamada de La Calzada. Va desde la<br />
carretera hasta las bodegas. Pero también hay un camino que todavía no está asfaltado y<br />
parece que fuera la continuación de la calle de La Calzada, que conduce a una nueva<br />
bodega que se está construyendo y al pozo del agua potable.<br />
Calle de La Calzada. 2006<br />
El Ayuntamiento está entre la Iglesia y el Bar. Lo que hoy es el Bar, fue en su<br />
tiempo la escuela de varones. Hay muchas casas que han sido restauradas, otras siguen<br />
caídas y aún hay algunas que han sido recién construidas en estos últimos años.<br />
Ayuntamiento antiguo. 1982 Ayuntamiento nuevo. 2006<br />
Iglesia y Plaza. 2005<br />
11
El pueblo tenía varios manantiales, a donde las mujeres iban a lavar la ropa.<br />
También hay unas pilas públicas a donde también fue la gente a lavar, antes de tener<br />
lavadoras automáticas en la casa.<br />
La Antanilla, uno de los manantiales en los años 70.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La esposa de uno de los participantes comentaba que cuando ella había<br />
llegado a Ciadoncha se había sentido feliz, porque en invierno lavar en el manantial era<br />
mucho mejor que lavar en el río. El agua del río es muy fría, mientras que la del<br />
manantial se conserva templada. La mayoría de las participantes tiene <strong>recuerdos</strong> muy<br />
gr<strong>at</strong>os de la época en que se lavaba en los manantiales. Dijeron que era muy alegre<br />
cuando se reunían unas cuantas lavando, que realmente el trabajo se hacía mucho más<br />
llevadero cuando se hacía charlando y riendo.<br />
Arboleda cerca de uno de los manantiales donde se solía lavar y tender ropa. 2006<br />
Foto de Lucía Varona<br />
12
Pozo de donde sale el agua para todo el pueblo. 1977.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
En 1977 pusieron el agua potable. La vida cambió completamente para todos en<br />
Ciadoncha. Una de las cosas que más han notado los participantes es que desde que se<br />
puso el agua, la gente se ha ido retrayendo cada vez más en sus casas y dicen que ya no<br />
existe la misma camaradería de antes.<br />
Este ha sido un punto muy importante que salió durante las entrevistas y es un<br />
tema interesante a tr<strong>at</strong>ar. En general, la mayoría de la gente añora los tiempos de antes<br />
por lo mucho que tenían que estar en contacto. Los participantes dicen que desde que la<br />
vida cambió en Ciadoncha, con tantas comodidades, los vecinos se fueron volviendo más<br />
retraídos y más egoístas. Esta fue una expresión que usó un participante al explicar que<br />
la modernización, no había sido necesariamente buena.<br />
Antes tenían que ir a traer el agua a la fuente y se veían y charlaban un r<strong>at</strong>o,<br />
también cuando iban a lavar y no digamos cuando había que hacer el trabajo duro de la<br />
cosecha todos juntos en las eras. Al entrar la mecanización en la agricultura, las labores<br />
en común desaparecieron y se fueron limitando los espacios para la interacción social. El<br />
individualismo caracteriza hoy la vida en Ciadoncha, esto es percibido como egoísmo y<br />
falta de generosidad por muchos de los habitantes.<br />
Este sentimiento no existe sólo en Ciadoncha. Haciendo la investigación para<br />
este estudio visité http://www.alcozar.net/etnografia/pueblo-vivienda.htm un lugar en<br />
Internet donde un pueblo de Soria expone cómo era la vida rural antes y ahora. Ellos<br />
dicen que la vida para el agricultor ha cambiado mucho, que las personas son menos<br />
comunic<strong>at</strong>ivas y que se podría decir que hoy la vida para ellos es muy aburrida.<br />
13
Fuente más conocida como de La Trini.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Hay varias fuentes de agua en el pueblo. De allí llevaban el agua a las casas antes<br />
de 1977. Estas fuentes son bajas y el agua es cristalina y fresca. Prácticamente hay una<br />
fuente en cada barrio a donde acudían con regularidad siendo éstos, lugares importantes<br />
de socialización que al introducir el agua potable fueron perdiendo su función de puntos<br />
de referencia para el intercambio social diario.<br />
Los barrios son algo interesante en el pueblo pues, sin haber ninguna separación<br />
física, las familias se iban reuniendo y creaban más afinidad entre algunos vecinos,<br />
formando así pequeños grupos de personas más allegadas con las que compartían mucho<br />
más que con otras. Tanto es así que cuando se cambiaron de casa algunos, porque<br />
construyeron una más moderna en otra parte del pueblo, no les fue fácil adaptarse al<br />
nuevo vecindario. Resulta interesante esta observación, por lo pequeño que es el pueblo.<br />
También pude observar que varias personas de la misma edad, casi no se habían<br />
comunicado de niños. A las personas que nacieron en el mismo año les llaman “quintos”.<br />
Debido a la territorialidad de los barrios, hay muchos quintos que, hasta ahora de<br />
mayores, se han comunicado más y han llegado a conocerse mejor.<br />
La Casa Blanca vista desde lejos. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
14
Un lugar que está muy cerca es La Casa Blanca. Esta fue una granja que se<br />
llamaba “Los Lirios”. Ha cambiado mucho de dueños, pero en una época tuvo mucha<br />
vida. Una de las participantes dice que ella recuerda muy bien cómo era esa casa. Estaba<br />
llena de vida, tenían muchos animales y cultivos diferentes. Los que la cuidaban eran<br />
muy buenos amigos de la gente del pueblo (Diciembre 2.0004). La Casa Blanca se ha<br />
quedado como un lugar de nostalgia, de <strong>recuerdos</strong> a donde la gente ahora va de paseo.<br />
Carretera a Prescencio en los años 70<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
A la gente de Ciadoncha le gusta andar y hay muchos lugares muy bonitos para ir<br />
de paseo. Uno de ellos es el camino a Prescencio, otro a las Cu<strong>at</strong>ro Piedras, a las<br />
bodegas, o simplemente meterse al campo y dejar que la n<strong>at</strong>uraleza les hable.<br />
Paseando por el campo en los años 70<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
15
Níscalos del pinar. 1984<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
En diciembre da gusto ir al pinar a traer el musgo para el nacimiento y coger<br />
níscalos.<br />
Las bodegas y los merenderos es otra parte de Ciadoncha que es muy bonita y a<br />
donde va mucha gente no sólo a pasear sino a disfrutar mucho de la compañía de amigos<br />
y familiares.<br />
Las bodegas. 1992<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
16
EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN<br />
En 1842 aparece Ciadoncha en el diccionario de Madoz con 77 vecinos y 200<br />
almas. En el censo de Floridablanca que se realizó en 1787, la población estaba<br />
distribuida de la manera que lo demuestra el diagrama.<br />
CIADONCHA<br />
CENSO DE FLORIDABLANCA 1787<br />
40 a 50 años;<br />
33<br />
Más 50 años;<br />
38<br />
25 a 40 años;<br />
55<br />
Menos 7 años;<br />
38<br />
16 a 25 años;<br />
36<br />
7 a 16 años;<br />
51<br />
Mas recientemente en el informe sobre pueblos de España de Santiago García y<br />
que ya mencioné antes, también aparecen d<strong>at</strong>os interesantes sobre la evolución de la<br />
población en Ciadoncha.<br />
251<br />
200<br />
EVOLUCIÓN DE POBLACIÓN<br />
1787-2003<br />
436<br />
407<br />
319<br />
385<br />
390<br />
412<br />
357<br />
255<br />
149<br />
121 116 107<br />
1787 1842 1900 1910 1920 1930 1940 1950 1960 1970 1981 1991 2001 2003<br />
Fuente: Análisis EDIDATA I+D+I.<br />
17
En el año 1900 alcanzó la población a tener 436 habitantes siendo ésta la más alta<br />
que ha tenido Ciadoncha en la historia. Una disminución notable es la de 1.920, cuando<br />
llegó a 319, subiendo nuevamente en 1.930 a 385 y manteniéndose entre 390 y 357 hasta<br />
1.960. En 1.970 vuelve a disminuir a 255 y en 1.981 a 149 quedando la población entre<br />
121 y 107 habitantes desde 1.981 hasta 2.003. Entre 2.003 y 2.007, la población ha<br />
disminuido notablemente siendo que en los meses de invierno no viven más de 25<br />
personas en el pueblo.<br />
No es fácil encontrar las causas de la fluctuación de la población en Ciadoncha<br />
desde 1787 hasta 1930. Sin embargo, gracias a los <strong>recuerdos</strong> de muchos de los<br />
participantes en este estudio, sí podemos explicar las fluctuaciones desde 1930. La<br />
fluctuación en la población anteriormente a 1930 posiblemente se debió a las tendencias<br />
generales de la población europea en esos tiempos, para lo cual sería interesante visitar la<br />
página electrónica de Artehistoria en http://www.artehistoria.com/ que es una inici<strong>at</strong>iva<br />
sin ánimo de lucro de Ediciones Domen donde se pueden explorar estos temas a nivel<br />
nacional y mundial.<br />
En resumen se puede decir que la fluctuación de la población en esa época, se<br />
debía más que nada a la falta de conocimientos para hacerle frente a pestes y c<strong>at</strong>ástrofes<br />
n<strong>at</strong>urales. En el caso de España, se podría imaginar que los cambios en el clima podrían<br />
haber sido la causa de la fluctuación en la población, ya que siendo un país que dependía<br />
mucho de la agricultura, siempre se veía afectado por sequías y otros fenómenos<br />
n<strong>at</strong>urales. Sin embargo, la emigración que toma lugar a partir del descubrimiento de<br />
América, no llegó a afectar tanto a Castilla, como pudo haberse notado en las zonas<br />
costeras del país.<br />
Contexto histórico<br />
Debemos recordar que antes de 1900, España era una sociedad mayormente rural.<br />
Según Santos Juliá, el 77 por ciento de la población se dedicaba a la agricultura y a la<br />
pesca (446). Esto hacía que la economía fuera muy inestable pues una mala cosecha por<br />
cualquier crisis clim<strong>at</strong>ológica, traía hambruna a todo el país.<br />
Ilustración de cómo era la vida en España en el siglo XVIII<br />
Grabado de San Severino de J. E. Delmás<br />
http://www.balmaseda.net/balmanet/HIST/historia_histo.htm<br />
18
De 1900 a 1930, la población rural en España empezó a moverse, ya no a la costa<br />
a tomar los barcos para ir a América, como lo había hecho en el siglo anterior, sino a las<br />
áreas urbanas. Las ciudades empezaron a crecer, los trabajos en construcción florecieron<br />
y la mortalidad descendió. La población total de España pasó de 18.61 millones en 1900<br />
a 23.67 millones en 1930.<br />
La movilidad a las ciudades grandes que se vio en esta época también se debió a<br />
la industrialización. Es en este tiempo que crecen Barcelona, Madrid, Bilbao, Gijón con<br />
el tráfico portuario, Valencia, Sevilla, Salamanca, Vigo, Córdoba y Zaragoza.<br />
Empresarios e industrias surgieron a raíz de la Gran Guerra. En 1930, ya solo el 29 por<br />
ciento de la población se dedicaba a industrias alimenticias (Juliá, 447-448). Atrás había<br />
quedado la angustia por el sentido de la vida de lo que tanto habían publicado los jóvenes<br />
escritores del 98.<br />
La influencia de la iglesia era muy débil y los jóvenes se dedicaban a la diversión<br />
en las ciudades más que a respetar las enseñanzas de la iglesia c<strong>at</strong>ólica que sus padres<br />
habían seguido tan de cerca. Los trabajadores se afiliaban a sindic<strong>at</strong>os y los profesionales<br />
se reunían en tertulias, redacciones o <strong>at</strong>eneos. Eran los famosos años locos (la década de<br />
1920 a 1930) en todo el mundo. En esta época, el anticlericalismo en España dio lugar a<br />
la quema de iglesias y conventos y a rechazar todo lo relacionado con la Iglesia.<br />
En 1923 El general Primo de Rivera obtuvo el poder a través de un golpe de<br />
Estado y al principio gobernó por medio del ejército a través de un Directorio Militar.<br />
Miguel Primo de Rivera, por José Ribera<br />
Museo de Arte Moderno de Barcelona. Óleo sobre lienzo<br />
http://www.artehistoria.com/<br />
En la página electrónica de “Sí España” podemos encontrar el siguiente resumen<br />
de la vida política de esa época.<br />
La dictadura de Primo de Rivera resolvió algunos de los múltiples<br />
problemas que asolaban el país: terminó la guerra en África, desarrolló<br />
gobiernos locales y presentó un ambicioso programa de obras públicas.<br />
Sin embargo, el intento de volver a un gobierno constitucional<br />
estableciendo una Asamblea Nacional consultiva (1926) fracasó con el<br />
19
echazo del borrador de la Constitución de la Monarquía Española en<br />
1929.<br />
La década de 1930-1940 estuvo llena de inestabilidad política y social. En el<br />
otoño de 1930 se integró el comité revolucionario y como bien nos dice el doctor en<br />
sociología y c<strong>at</strong>edrático del Departamento de Historia Social y del Pensamiento Político<br />
de la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), Santos Juliá (473-503) en<br />
el libro que escribió con Julio Valdeón y Joseph Pérez;<br />
Cuando aquellos republicanos y socialistas que se auto titulaban gobierno<br />
provisional de la República traspasaron las puertas del ministerio de la<br />
Gobernación y comprobaron sorprendidos que los guardias civiles se<br />
cuadraban en lugar de llevarlos prisioneros, no se lo podían creer. De<br />
manera que ya estaba hecho, que la República, tantas veces soñada como<br />
ideal utópico, ya había llegado (Juliá, 473).<br />
Los doce hombres que formaron el comité fueron r<strong>at</strong>ificados en julio de 1931 por<br />
las elecciones a Cortes Constituyentes que dieron un claro triunfo a la conjunción<br />
republicano-socialista. Sin embargo este comité no logró mantener su unidad ante el<br />
proyecto de reforma agraria ni que se pusieran de acuerdo sobre algunos puntos del<br />
proyecto de Constitución.<br />
Al año de haberse formado el comité revolucionario, en octubre de 1931,<br />
dimitieron Alcalá-Zamora y Miguel Maura, tras el deb<strong>at</strong>e de los artículos del proyecto<br />
constitucional rel<strong>at</strong>ivos a la Iglesia c<strong>at</strong>ólica. Manuel Azaña líder de la minoría<br />
republicana más reducida, recibió del presidente de las Cortes, Julián Besteiro, el cargo<br />
de presidir un gobierno cuya principal tarea consistía en rem<strong>at</strong>ar los trabajos<br />
constitucionales. Copio directamente del artículo de Juliá página 475.<br />
El estado español aparece integrado por municipios<br />
mancomunados en provincias y “por las regiones que se constituyan en<br />
régimen de autonomía”, un nuevo concepto con el que se pretendía dar<br />
una solución original a la voluntad de las provincias limítrofes, con<br />
características históricas, culturales y económicas comunes que quisieran<br />
organizarse en región autónoma para formar un “núcleo político<br />
administr<strong>at</strong>ivo. La constitución establece la igualdad de todos los<br />
españoles ante la ley y consagra el principio de no discriminación por<br />
razón de sexo; constitucionaliza los derechos sociales y culturales,<br />
establece la gr<strong>at</strong>uidad y oblig<strong>at</strong>oriedad de la enseñanza primaria;<br />
procede a una separación total de la Iglesia y el Estado, prohibiendo<br />
además a las órdenes religiosas el ejercicio de la enseñanza, la<br />
industria y el comercio; identifica las Cortes con el Congreso de los<br />
Diputados, ante el que responden los ministros y su presidente, nombrado<br />
y separado libremente por el presidente de la República, que deberá<br />
necesariamente separarlo si las Cortes le negasen su confianza. (El énfasis<br />
con letras más oscuras es mío)<br />
20
Es importante observar lo que establece esta constitución que era el fruto de la<br />
mayoría republicana y socialista salida de las elecciones de junio. Como se puede<br />
imaginar, la derecha, monárquica y c<strong>at</strong>ólica no tuvo parte en la elaboración del texto y no<br />
lo votó. Las reformas radicales de los republicanos, no fueron vistas con buenos ojos por<br />
los propietarios de tierra, ni por la iglesia c<strong>at</strong>ólica dando lugar al reforzamiento de sus<br />
organizaciones y a nuevas confederaciones, siendo una de las más importantes la de la<br />
Confederación Nacional C<strong>at</strong>ólico-Agraria, compuesta por pequeños propietarios y<br />
arrend<strong>at</strong>arios de la cual surgieron muchos de los dirigentes del c<strong>at</strong>olicismo político.<br />
La abundancia de trabajo, sobre todo en la construcción que había habido hasta<br />
entonces, empezó a escasear, el descontento se empezó a generalizar entre la población y<br />
el aumento de las huelgas empezó a afectar ya no sólo a las regiones con l<strong>at</strong>ifundios sino<br />
a ciudades hasta entonces menos conflictivas como Madrid. Es entonces cuando Ángel<br />
Herrera lanza Acción Popular bajo el lema de religión, p<strong>at</strong>ria, familia, orden, propiedad y<br />
trabajo. El nuevo partido c<strong>at</strong>ólico creado a partir de Acción Popular <strong>at</strong>aca a los<br />
republicanos como fríos perseguidores de la Iglesia y enemigos de la P<strong>at</strong>ria y a los<br />
socialistas como enemigos de la propiedad, de los pequeños campesinos, de la familia y<br />
del orden.<br />
Los socialistas rompen la coalición con los republicanos de izquierda. Los dos<br />
grupos (socialistas y republicanos) se presentan por separado a las elecciones de 1933.<br />
Como resultado de esto la izquierda republicana quedó barrida de las nuevas Cortes y los<br />
socialistas vieron cortada por la mitad su anterior representación.<br />
En medio de todo este torbellino político, muchos se quedan sin trabajo. La<br />
derecha c<strong>at</strong>ólica se siente cada vez más fuerte y adopta comportamiento público al estilo<br />
del fascismo italiano, con grandes concentraciones paramilitares, saludos a la romana,<br />
exaltación del jefe, y no ocultan sus metas finales de alcanzar el poder para cambiar el<br />
régimen. Empieza la guerra civil en 1936.<br />
En Ciadoncha solamente dos de los participantes en este estudio tienen algunos<br />
vagos <strong>recuerdos</strong> de la guerra civil española. Es por eso que tr<strong>at</strong>o de poner el contexto<br />
histórico de esta época basada en los d<strong>at</strong>os encontrados en libros y en Internet.<br />
El llamado bando nacional agrupó a aquellos sectores perjudicados por las<br />
reformas republicanas: la iglesia, el ejército, los grandes propietarios y empresarios, así<br />
como las clases medias asustadas ante el avance de la revolución comunista o anarquista.<br />
Fija su capital en Burgos hasta el final de la guerra, adoptando la bandera monárquica<br />
como símbolo del nuevo Estado al frente del cual se nombra al general Francisco Franco.<br />
El ideario político de Franco recoge planteamientos de Falange Española, así<br />
como doctrinas tradicionalistas de los antiguos carlistas, estableciendo con ello un<br />
régimen dict<strong>at</strong>orial que anuló las reformas republicanas y reprimió duramente las ideas y<br />
actividades contrarias. El bando republicano, por su parte, quedó principalmente en<br />
manos de las organizaciones obreras, cuyos militantes asumieron la defensa de la<br />
21
República a la vez que iniciaron experiencias revolucionarias de carácter comunista o<br />
anarquista. Esta dualidad, guerra o revolución, marca la acción política y provoca<br />
enfrentamientos entre los partidarios de dar prioridad a una o a otra (Valdeón, Pérez y<br />
Juliá 2006).<br />
En ambos bandos, la violencia y la persecución del contrario fue muy dura,<br />
reflejándose en un tenso ambiente que vivía Europa antes de la II Guerra Mundial. Las<br />
dictaduras fascistas de Mussolini y Hitler apoyaron al ejército franquista, mientras que la<br />
Unión Soviética y la Internacional Comunista canalizaron el apoyo a las milicias<br />
republicanas. La ayuda de los fascismos al ejército nacional, unido a su mayor<br />
preparación y disciplina, propiciaron finalmente la derrota del Ejército Popular<br />
republicano en abril de 1939, dando paso a la dictadura del general Franco en todo el<br />
territorio( http://www.sispain.org/spanish/history/civil.html ).<br />
Volviendo al análisis de la evolución de la población en Ciadoncha, podemos ver<br />
que la movilidad de la que hablan los historiadores entre los años 1900 y 1930, sí afectó<br />
un poco pues la población bajó de 436 a 319. Pero entre los años 1930 y 1960,<br />
Ciadoncha parece inmune a los conflictos de la guerra civil en cuanto a la evolución de su<br />
población. Mientras que otras poblaciones especialmente en el sur de España quedan<br />
arrasadas por la guerra ( http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~11700421/ ), a<br />
Ciadoncha más bien parece que llegaron nuevos vecinos a establecerse en el lugar,<br />
posiblemente como obreros, y se quedaron por algunos años más.<br />
En mis conversaciones con la gente del pueblo, las únicas personas que aún<br />
recuerdan cómo fueron los años de la guerra civil dicen que entonces era cuando los de la<br />
capital venían a comprar pan a los pueblos. Es muy poco lo que recuerdan, pues ellos<br />
eran niños entonces y sus <strong>recuerdos</strong> son muy vagos. Me dijeron que ellos sólo<br />
recordaban haber escuchado algo sobre este tema a los mayores, pero que antes, los niños<br />
no conversaban con los mayores y mucho menos de temas como la guerra.<br />
Promoción de niñas entre 1936-1939 de la escuela de Ciadoncha.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
El único documento histórico que pude encontrar en Ciadoncha, de la época de la<br />
guerra civil, es una fotografía de la promoción de niñas de la escuela que podría situarse<br />
más o menos entre los años 1936-1939 que me proporcionó Arcadio Varona. También<br />
22
me comentó de una placa que recordaba él que había en la iglesia donde aparecían los<br />
nombres de los soldados del bando nacional del pueblo que murieron en la guerra.<br />
AÑO 1937<br />
CAÍDOS POR DIOS Y POR ESPAÑA<br />
JOSE ANTONIO PRIMO DE RIVERA<br />
SARGENTO EMILIANO PORRES VELASCO<br />
TOMAS ARROYO PÉREZ<br />
ANDRÉS SANZ VELASCO<br />
SERGIO SANZ VELASCO<br />
¡¡PRESENTES!!<br />
Placa en el exterior de la iglesia.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />
Una participante guarda muy claramente en su mente cómo un día de uno de esos<br />
años de la guerra o quizás de los primeros años de la pos-guerra, (no recuerda el año)<br />
vinieron los guardias a llamar a su tío para entregarle las llaves del pueblo.<br />
Un día, unos niños llegaron a decirme que unos guardias buscaban a mi<br />
tío. Yo los mandé a buscarlo porque estaba trabajando en el campo. Le<br />
preparé la camisa blanca, que se puso al llegar, y se presentó ante la<br />
autoridad.<br />
-A usted le entregamos las llaves del pueblo- le dijeron.<br />
Mi tío se hizo cargo. Después llegó a ser alcalde porque la gente le votó.<br />
(Entrevista personal 2005)<br />
23
Ella era una jovencita en ese entonces pero según sus propias palabras, lo<br />
recuerda “como si hubiera sido ayer”. A ella le gusta recordar el orden y el respeto que<br />
había en tiempos de Franco. También la cortesía de los caballeros para las damas. Ella<br />
recuerda cómo se levantaban los hombres en el autobús para dejarle a ella su sitio.<br />
Otros participantes recuerdan que, se decía que, en muchas partes de España se<br />
contrabandeaba el aceite, pero insisten que estas cosas sólo se las escuchaban comentar a<br />
los mayores.<br />
-Decían que tenían que esconder el aceite en pellejos para que pasara<br />
desapercibido en el tren. Después cambiaban el aceite por lo que les hiciera más falta<br />
(Entrevista 2006).<br />
Pellejos en una tienda de Burgos<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Otras personas recuerdan el racionamiento que llegó una vez terminada la guerra.<br />
Había unas cartillas que se usaban para sacar azúcar, aceite y cosas para comer. La<br />
requisa, era lo que se podía tener. Sólo permitían tener cierta cantidad de cosas, si se<br />
tenía más, lo quitaban. (Entrevistas personales, enero 2005, 2006). Otros recuerdan<br />
vagamente a algunas personas que no pertenecían a la misma corriente ideológica del<br />
régimen, a ellos les llamaban “los rojillos” o “los rojos”, pero no recuerdan que hubiera<br />
habido mal tr<strong>at</strong>o hacia ellos.<br />
Para terminar de interpretar la evolución de la población en Ciadoncha, diré que la<br />
disminución de la población a partir de los años 1960 hasta 1990 coincide con la<br />
disminución de los precios de los cereales, la mecanización de la agricultura, la<br />
formación de los Polos de Desarrollo. Muchos jóvenes entre los años 1960 y 1980<br />
salieron hacia Bilbao, Barcelona y a la ciudad de Burgos. A esto también se le llama el<br />
“éxodo rural” en la historia de España y fue muy fuerte en Andalucía. Sin embargo en<br />
Ciadoncha también se ve bastante movilidad en esa época.<br />
La educación a la que tuvo acceso la juventud de los años 80 en toda España,<br />
también les abrió las puertas a los profesionales de Ciadoncha para ejercer sus<br />
profesiones en ciudades grandes quedando en el pueblo sólo las personas mayores,<br />
quienes han sido agricultores toda su vida.<br />
24
Es así como empieza una nueva etapa en la vida del área rural española, en la que<br />
muchos jóvenes se van a vivir a las ciudades grandes, pero vuelven a trabajar el campo<br />
los fines de semana o cuando tienen vacaciones. Esto se puede ver todavía hoy en<br />
Ciadoncha.<br />
Según Juliá, los años 1960 y 1980, es la época en que la sociedad española en<br />
general se urbaniza definitivamente, y se asimila en cualquier otro país desarrollado. La<br />
corriente migr<strong>at</strong>oria, primero se dirige del campo a la capital de la provincia, luego a las<br />
regiones industrializadas, y por último a Europa. Según d<strong>at</strong>os estadísticos, en los años<br />
60, la cifra oficial de emigrantes españoles al resto de Europa es de 1.100.00, pero la cifra<br />
no oficial es de 2.500.000 (Carlos Aguilera/Fuente: Instituto Español de Emigración.<br />
Muy historia, Pag. 51).<br />
En Ciadoncha sin embargo, se ve este éxodo rural empezando en los años sesenta,<br />
extendiéndose hasta los ochenta. Los primeros en emigrar, en los años sesenta, se van a<br />
Bilbao y Barcelona, en los setenta y ochenta salen hacia Burgos y muy pocos, más tarde,<br />
salen a otros países de Europa.<br />
Comenté anteriormente que a principios del siglo XX, el 77 por ciento de la<br />
población española se dedicaba a la agricultura y a la pesca, pero para los años sesenta,<br />
más del 70 por ciento de la población era urbana habiéndose invertido totalmente el lugar<br />
donde vivían los españoles (Pastrana) .<br />
Aunque la diputación provincial de Burgos dice que Ciadoncha tiene una<br />
población aproximada de 141 vecinos, creo que este d<strong>at</strong>o se refiere a vecinos registrados,<br />
pero no a personas que realmente viven en el pueblo. Durante los meses de invierno el<br />
número de vecinos residiendo en Ciadoncha es cada año más bajo.<br />
25
UN POCO DE HISTORIA<br />
El nombre<br />
El maestro, Arcadio Varona Madrid, nacido en Ciadoncha,<br />
publicó hace algunos años una historia del pueblo en la revista<br />
“Ciadoncha, tras sus huellas” (13-16). Allí explica que el origen<br />
del nombre del pueblo es una verdadera incógnita para los<br />
investigadores pues en el Documento Fundacional de la Abadía de<br />
Covarrubias aparece como “Cibt<strong>at</strong>onia”. Más adelante, el seis de<br />
diciembre del año de 1209 aparece ya el término Ciadoncha, pero<br />
no queda claro cómo pasa de Cibt<strong>at</strong>onia a Ciadoncha.<br />
Arcadio Varona Madrid<br />
El historiador Gonzalo Martínez Díez dice.<br />
“CIADONCHA.-28-XI-988: Cibt<strong>at</strong>onia, 6.XI.1209: Ciadoncha, derivado<br />
de Cibt<strong>at</strong> Proveniente a su vez de civitas; el segundo componente no<br />
aparece nada claro, posiblemente provenga del sufijo onica o onga del<br />
mismo modo que de monte se ha formado montonica o montuenga” (300)<br />
En el pueblo se comenta que Ciadoncha viene de “Ciudad ancha”, pero no hay<br />
documentos que apoyen esta versión.<br />
Nacimiento<br />
Varona Madrid, comenta en el mismo artículo citado anteriormente, que la fecha<br />
del nacimiento de Ciadoncha puede situarse entre el 915 y 930 pues administr<strong>at</strong>ivamente,<br />
Ciadoncha aparece como parte del alfoz de Muñó primero y luego en el censo de 1591-<br />
1594 este pueblo aparece incluido en el Partido de Yglesias, a finales del siglo XVII<br />
como parte del partido de Can de Muño, donde aparece con la c<strong>at</strong>egoría de Villa y<br />
jurisdicción de Señorío secular. A partir de 1843, Ciadoncha entra a formar parte del<br />
partido de Lerma contando con 200 habitantes.<br />
Martínez Díez dice en “Pueblos y Alfoces burgaleses de la repoblación” que<br />
Ciadoncha pertenecía al Alfoz de Muñó. Los alfoces eran los pequeños distritos en que se<br />
subdividía el condado de Castilla, la palabra es de origen árabe, de la palabra al-hauz, que<br />
significa cantón o distrito. Esto deja claro que estamos ante un vocablo importado de Al-<br />
Andalus o los mozárabes que acudieron a la repoblación de las tierras leonesas y<br />
castellanas ya desde la segunda mitad del siglo IX. (10).<br />
En el libro Villahoz de Óscar Ignacio Aparicio Ahedo, el autor encuentra un<br />
problema semejante al que nos preocupa en cuanto a la fecha del nacimiento de<br />
Ciadoncha. Él dice que no se puede decir con exactitud cuándo fueron creados los<br />
núcleos entre el Arlanzón y el Duero porque las crónicas no dan estos d<strong>at</strong>os. Sin embargo<br />
tomando en cuenta los nombres usados para las poblaciones vecinas, se puede deducir<br />
26
que éstas aparecieron durante las diversas migraciones. Como se dijo antes, sólo el hecho<br />
de que las poblaciones alrededor tengan los nombres de Mahamud, Villahizán, Villahoz<br />
quiere decir que probablemente estos núcleos fueron creados en tiempos en que estas<br />
tierras fueron habitadas por los mozárabes. Hay suficientes d<strong>at</strong>os para pensar que la<br />
fecha escrita en que aparece por primera vez el nombre de estos núcleos no sea la fecha<br />
de su fundación sino que ésta pudo haber sido mucho antes. La razón por la cual los<br />
historiadores se <strong>at</strong>reven a decir que el nacimiento de Ciadoncha pudo haber sido entre el<br />
915 y 930 es porque el Alfoz de Muñó es uno de los primeros alfoces testimoniados en la<br />
documentación medieval, dado que aparece en el año 922.<br />
Fechas importantes<br />
Algunas fechas importantes en la historia de este pueblo son: el 24 de noviembre<br />
de 978, cuando el Conde García Fernández, hijo de Fernán González, funda a favor de<br />
doña Urraca, su hija, la Abadía de Covarrubias, cediéndole la villa de Ciadoncha.<br />
En 1532 un tal Martín Fernández Salazar compra Ciadoncha a la Hacienda por un<br />
total de 12.000 ducados y el día 6 de julio de 1681, el rey Carlos II crea el marquesado de<br />
Ciadoncha a favor de don Francisco Nicolás de Crema y de su esposa Bentura Fernández<br />
de Salazar.<br />
El 1 de noviembre de 1755 el torreón de la iglesia se vino abajo, posiblemente<br />
como consecuencia del terremoto que destruyó la ciudad de Lisboa, en Portugal (Varona<br />
Madrid 1990).<br />
Finalmente el año 2003, después de muchos intentos, se logra construir una torre<br />
de piedra donde se colocan las campanas.<br />
27
LA IGLESIA<br />
La riqueza artística más grande de Ciadoncha es su iglesia. René Jesús Payo<br />
Hernández, c<strong>at</strong>edrático de la universidad de Burgos hizo un estudio de ella donde<br />
encontramos que ya desde el siglo X existía una iglesia que servía para s<strong>at</strong>isfacer las<br />
necesidades espirituales de los habitantes de este lugar. Parte de este estudio lo comenta<br />
el Profesor Payo Hernández en “Ciadoncha, tras sus huellas”, 1990 (34).<br />
Se desconoce cuántos edificios fueron construidos desde el siglo X al XIII, pero<br />
de lo que sí podemos estar seguros es que a comienzos del siglo XIII se inició un nuevo<br />
templo parroquial.<br />
Iglesia de Ciadoncha. 2003<br />
Foto proporcionada por D. Emérito Puente<br />
El ábside y el tramo que le sigue es uno de los vestigios mejor conservados de esa<br />
época. Al ver la similitud de este ábside con el del Monasterio de Las Huelgas en Burgos<br />
y con el de Villamayor de los Montes es fácil deducir que pertenece a los años centrales<br />
del siglo XIII.<br />
Entrada de la Iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
28
Capiteles de la entrada de la iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
También de esta época son la entrada, la pila bautismal y algún canecillo. La<br />
portada tiene todas las características de las portadas cistercienses y protogóticas<br />
caracterizadas por su sencillez en las arquivoltas y por la decoración vegetal de los<br />
capiteles.<br />
Pila Bautismal y Cristo. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La pila bautismal es también obra del siglo XIII aunque entroncada en la tradición<br />
románica.<br />
29
Bóveda de la iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
A mediados del siglo XVI esta iglesia sufre una importantísima transformación.<br />
En 1551, se procede a sustituir el primitivo abovedamiento del siglo XIII por uno clásico<br />
del siglo XVI caracterizado por los nervios combados y se construye la sacristía.<br />
Cristo Crucificado. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Payo Hernández nos dice que la pieza escultórica más antigua conservada es una<br />
de la primera mitad del siglo XVIII. La imagen del crucificado que mide<br />
aproximadamente un metro y medio y tiene el mismo estilo del afamado Cristo de las<br />
B<strong>at</strong>allas de la C<strong>at</strong>edral palentina (35).<br />
30
Virgen Sedente. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Otra pieza excepcional es la imagen de la Virgen sedente con el Niño. Esta<br />
escultura mide 105 cms. y su cronología se puede situar en los últimos años del siglo XV<br />
o en los primeros del siglo XVI y en el taller de Gil de Siloé (34).<br />
Retablo Mayor. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Del retablo mayor sabemos que antes del actual había uno del siglo XVI, pero<br />
debido a su mal estado en 1735, los visitadores del arzobispado ordenaron a la parroquia<br />
la construcción de uno nuevo. En 1736 se empezó su construcción por los hermanos Luis<br />
y Manuel Cortés del Valle, notables escultores n<strong>at</strong>urales de Herrera de Pisuerga y que en<br />
esta fecha ya estaban avecindados en la ciudad de Burgos. A pesar de muchos apuros<br />
31
económicos, en 1741 se logra traer a Ciadoncha el retablo. Según las cuentas de la<br />
iglesia, las dificultades económicas eran tales que recurrieron a la Cofradía del Santísimo<br />
Sacramento para ayudar a pagarlo y los propios autores perdonaron cu<strong>at</strong>rocientos reales<br />
que donaron como limosna en 1749 (Hernández, 36).<br />
Virgen de la Asunción. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La imagen de la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia fue tallada por<br />
Manuel Cortés y policromada por Pedro Reoyo en 1751. En 1783 Adrián Carazo<br />
policromó el resto del retablo, la obra se terminó en 1784 por Manuel Benigno Romero<br />
quien talló las imágenes de San Cosme y San Damián, policromadas por Romualdo<br />
Pérez. Estilísticamente esta obra se halla en el tránsito al rococó, aunque la policromía<br />
global de Adrián Carazo le da un aire de neoclasicismo imitando jaspes y mármoles<br />
(Hernández Payo, 36).<br />
Reparación de la iglesia en 1966<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En 1966 a inici<strong>at</strong>iva del párroco de entonces, don Antonio Cuezva, se hizo una<br />
limpieza y remodelación de todo el interior de la iglesia. Fue un acontecimiento muy<br />
32
importante para el pueblo. Se contó con la participación de casi todos los vecinos, los<br />
albañiles de Peral, a quienes les llaman Los Arañas y la dirección del albañil de<br />
Ciadoncha, Luís Pérez.<br />
Vidriera en el ojo de buey del coro de la iglesia. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La vidriera que aparece en el ojo de buey del coro, es una aportación de<br />
varios vecinos canalizada por el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Esta bella obra<br />
fue realizada por los afamados vidrieristas burgaleses Hermanos Barrio. Se colocó<br />
en 1996.<br />
La iglesia sin torre. 1980<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Por muchos años la iglesia de Ciadoncha no tuvo torre. Como ya se dijo<br />
anteriormente, la torre original se destruyó en 1755 posiblemente como consecuencia del<br />
terremoto que destruyó Lisboa. Las transformaciones que ha sufrido el exterior de la<br />
iglesia desde entonces han sido varias. Primero la iglesia sin torre donde destaca el<br />
ábside estilo románico tardío, inicios del gótico.<br />
33
Reparación del tejado de la iglesia. 1994<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En noviembre de 1994 comenzaron las obras de la sustitución de la cubierta o<br />
tejado. Finalizaron en abril de 1995. Las reformas consistieron en renovar totalmente la<br />
estructura de madera, tablas y tejas. A la nueva estructura se añadieron placas aislantes e<br />
impermeables entre la madera y las tejas para evitar filtraciones del agua de la lluvia, en<br />
el caso de que fallaran las tejas. La vieja cubierta eliminada era la original y primitiva, en<br />
su mayoría procedente del siglo XVI, por lo cual aparecía vieja y podrida en algunas<br />
tablas y palos, no así en las vigas que a pesar de los años conservaban su reciedumbre<br />
(Información proporcionada por D. Emérito Puente vía correo electrónico).<br />
Este trabajo estuvo a cargo de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y<br />
León, gracias a las gestiones hechas por Don Emérito Puente, Párroco y José Ignacio<br />
Martínez Madrid, Alcalde. Muchos fueron los viajes que hicieron el párroco, el alcalde,<br />
los concejales y el aparejador del obispado a Valladolid para lograr esta obra. El costo<br />
total fue 17.124.898 ptas.<br />
Iglesia con una estructura metálica sosteniendo las campanas. 1995<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
34
En esta ocasión se tr<strong>at</strong>ó de conseguir los fondos para hacer una torre, pero no fue<br />
posible lograr lo que se quería, teniendo que aceptar una estructura metálica que sostenía<br />
las campanas. El reloj eléctrico y programador de los toques de las campanas, sistema<br />
que se instaló en esta ocasión, fue pagado totalmente con los fondos parroquiales.<br />
La inauguración oficial de la obra fue el día de la Santísima Trinidad en la<br />
primavera de 1995 y presidida por autoridades de la Junta de Castilla y León. Además<br />
hubo una celebración religiosa oficiada por D. Santiago Martínez Acebes, Arzobispo de<br />
Burgos.<br />
En 1996 se llevó a cabo una nueva instalación eléctrica, retirándose los cables<br />
trenzados que resultaban viejos y peligrosos y también los tubos fluorescentes que<br />
proporcionaban un alumbrado insuficiente. Se pusieron nuevos puntos de iluminación,<br />
consistentes en lámparas alógenas, que proporcionan una buena calidad de alumbrado. El<br />
tendido eléctrico lo realizaron dos trabajadores del pueblo, que estaban en situación de<br />
paro laboral, y que se acogieron a un contr<strong>at</strong>o de trabajo temporal abonado por el INEM<br />
(Instituto Nacional de Empleo) y gestionado por el Ayuntamiento de Ciadoncha. El<br />
importe total de la obra fue de 178.718 pesetas.<br />
Finalmente en el otoño del año 2.002, se consiguió construir la torre tan añorada<br />
en esta villa. Así se ha sustituido el torreón que se vino abajo en 1755.<br />
Cuadro de honor. Contribuyentes para construir la torre de la iglesia. 2.003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
35
La obra fue posible gracias a la aportación económica de varias instituciones<br />
burgalesas: Arzobispado de Burgos, Junta de Castilla y León y Diputación Provincial.<br />
Igualmente aportó una notable cantidad económica el Ayuntamiento de Ciadoncha bajo<br />
la dirección de José Luís Julián Hernando y un buen número de vecinos del pueblo y de<br />
fuera, cuyos nombres cuelgan en un cuadro honorífico de la sacristía. La obra fue<br />
realizada por los Hermanos Ausín, constructores de la cercana villa de Mazuela. El<br />
importe total de la misma anduvo en torno a los ocho millones de pesetas.<br />
En el día de la Santísima Trinidad de 2,003 se realizó la inauguración de la torre.<br />
Acudieron a Ciadoncha a este evento los alcaldes de los pueblos cercanos y el Diputado<br />
de zona de la Excelentísima Diputación Provincial. El Arzobispado estuvo representado<br />
por D. Fermín González López, montador de la estructura de madera que lleva el tejado<br />
de la torre y experto diseñador de estructuras para tejados de iglesias y que pertenece a la<br />
Delegación Diocesana de Obras. El señor alcalde, Don José Luís Julián entregó a D.<br />
Fermín Gonzáles López, una placa conmemor<strong>at</strong>iva del acto y reconocedora del mérito de<br />
este cura constructor, que aportó gr<strong>at</strong>uitamente su saber y su trabajo.<br />
36
LA IGLESIA<br />
La riqueza artística más grande de Ciadoncha es su iglesia. René Jesús Payo<br />
Hernández, c<strong>at</strong>edrático de la universidad de Burgos hizo un estudio de ella donde<br />
encontramos que ya desde el siglo X existía una iglesia que servía para s<strong>at</strong>isfacer las<br />
necesidades espirituales de los habitantes de este lugar. Parte de este estudio lo comenta<br />
el Profesor Payo Hernández en “Ciadoncha, tras sus huellas”, 1990 (34).<br />
Se desconoce cuántos edificios fueron construidos desde el siglo X al XIII, pero<br />
de lo que sí podemos estar seguros es que a comienzos del siglo XIII se inició un nuevo<br />
templo parroquial.<br />
Iglesia de Ciadoncha. 2003<br />
Foto proporcionada por D. Emérito Puente<br />
El ábside y el tramo que le sigue es uno de los vestigios mejor conservados de esa<br />
época. Al ver la similitud de este ábside con el del Monasterio de Las Huelgas en Burgos<br />
y con el de Villamayor de los Montes es fácil deducir que pertenece a los años centrales<br />
del siglo XIII.<br />
Entrada de la Iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
37
Capiteles de la entrada de la iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
También de esta época son la entrada, la pila bautismal y algún canecillo. La<br />
portada tiene todas las características de las portadas cistercienses y protogóticas<br />
caracterizadas por su sencillez en las arquivoltas y por la decoración vegetal de los<br />
capiteles.<br />
Pila Bautismal y Cristo. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La pila bautismal es también obra del siglo XIII aunque entroncada en la tradición<br />
románica.<br />
38
Bóveda de la iglesia. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
A mediados del siglo XVI esta iglesia sufre una importantísima transformación.<br />
En 1551, se procede a sustituir el primitivo abovedamiento del siglo XIII por uno clásico<br />
del siglo XVI caracterizado por los nervios combados y se construye la sacristía.<br />
Cristo Crucificado. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Payo Hernández nos dice que la pieza escultórica más antigua conservada es una<br />
de la primera mitad del siglo XVIII. La imagen del crucificado que mide<br />
aproximadamente un metro y medio y tiene el mismo estilo del afamado Cristo de las<br />
B<strong>at</strong>allas de la C<strong>at</strong>edral palentina (35).<br />
39
Virgen Sedente. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Otra pieza excepcional es la imagen de la Virgen sedente con el Niño. Esta<br />
escultura mide 105 cms. y su cronología se puede situar en los últimos años del siglo XV<br />
o en los primeros del siglo XVI y en el taller de Gil de Siloé (34).<br />
Retablo Mayor. 1971<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Del retablo mayor sabemos que antes del actual había uno del siglo XVI, pero<br />
debido a su mal estado en 1735, los visitadores del arzobispado ordenaron a la parroquia<br />
la construcción de uno nuevo. En 1736 se empezó su construcción por los hermanos Luis<br />
y Manuel Cortés del Valle, notables escultores n<strong>at</strong>urales de Herrera de Pisuerga y que en<br />
esta fecha ya estaban avecindados en la ciudad de Burgos. A pesar de muchos apuros<br />
40
económicos, en 1741 se logra traer a Ciadoncha el retablo. Según las cuentas de la<br />
iglesia, las dificultades económicas eran tales que recurrieron a la Cofradía del Santísimo<br />
Sacramento para ayudar a pagarlo y los propios autores perdonaron cu<strong>at</strong>rocientos reales<br />
que donaron como limosna en 1749 (Hernández, 36).<br />
Virgen de la Asunción. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La imagen de la Asunción de la Virgen, titular de la parroquia fue tallada por<br />
Manuel Cortés y policromada por Pedro Reoyo en 1751. En 1783 Adrián Carazo<br />
policromó el resto del retablo, la obra se terminó en 1784 por Manuel Benigno Romero<br />
quien talló las imágenes de San Cosme y San Damián, policromadas por Romualdo<br />
Pérez. Estilísticamente esta obra se halla en el tránsito al rococó, aunque la policromía<br />
global de Adrián Carazo le da un aire de neoclasicismo imitando jaspes y mármoles<br />
(Hernández Payo, 36).<br />
Reparación de la iglesia en 1966<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En 1966 a inici<strong>at</strong>iva del párroco de entonces, don Antonio Cuezva, se hizo una<br />
limpieza y remodelación de todo el interior de la iglesia. Fue un acontecimiento muy<br />
41
importante para el pueblo. Se contó con la participación de casi todos los vecinos, los<br />
albañiles de Peral, a quienes les llaman Los Arañas y la dirección del albañil de<br />
Ciadoncha, Luís Pérez.<br />
Vidriera en el ojo de buey del coro de la iglesia. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La vidriera que aparece en el ojo de buey del coro, es una aportación de<br />
varios vecinos canalizada por el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara. Esta bella obra<br />
fue realizada por los afamados vidrieristas burgaleses Hermanos Barrio. Se colocó<br />
en 1996.<br />
La iglesia sin torre. 1980<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Por muchos años la iglesia de Ciadoncha no tuvo torre. Como ya se dijo<br />
anteriormente, la torre original se destruyó en 1755 posiblemente como consecuencia del<br />
terremoto que destruyó Lisboa. Las transformaciones que ha sufrido el exterior de la<br />
iglesia desde entonces han sido varias. Primero la iglesia sin torre donde destaca el<br />
ábside estilo románico tardío, inicios del gótico.<br />
42
Reparación del tejado de la iglesia. 1994<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En noviembre de 1994 comenzaron las obras de la sustitución de la cubierta o<br />
tejado. Finalizaron en abril de 1995. Las reformas consistieron en renovar totalmente la<br />
estructura de madera, tablas y tejas. A la nueva estructura se añadieron placas aislantes e<br />
impermeables entre la madera y las tejas para evitar filtraciones del agua de la lluvia, en<br />
el caso de que fallaran las tejas. La vieja cubierta eliminada era la original y primitiva, en<br />
su mayoría procedente del siglo XVI, por lo cual aparecía vieja y podrida en algunas<br />
tablas y palos, no así en las vigas que a pesar de los años conservaban su reciedumbre<br />
(Información proporcionada por D. Emérito Puente vía correo electrónico).<br />
Este trabajo estuvo a cargo de la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y<br />
León, gracias a las gestiones hechas por Don Emérito Puente, Párroco y José Ignacio<br />
Martínez Madrid, Alcalde. Muchos fueron los viajes que hicieron el párroco, el alcalde,<br />
los concejales y el aparejador del obispado a Valladolid para lograr esta obra. El costo<br />
total fue 17.124.898 ptas.<br />
Iglesia con una estructura metálica sosteniendo las campanas. 1995<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
43
En esta ocasión se tr<strong>at</strong>ó de conseguir los fondos para hacer una torre, pero no fue<br />
posible lograr lo que se quería, teniendo que aceptar una estructura metálica que sostenía<br />
las campanas. El reloj eléctrico y programador de los toques de las campanas, sistema<br />
que se instaló en esta ocasión, fue pagado totalmente con los fondos parroquiales.<br />
La inauguración oficial de la obra fue el día de la Santísima Trinidad en la<br />
primavera de 1995 y presidida por autoridades de la Junta de Castilla y León. Además<br />
hubo una celebración religiosa oficiada por D. Santiago Martínez Acebes, Arzobispo de<br />
Burgos.<br />
En 1996 se llevó a cabo una nueva instalación eléctrica, retirándose los cables<br />
trenzados que resultaban viejos y peligrosos y también los tubos fluorescentes que<br />
proporcionaban un alumbrado insuficiente. Se pusieron nuevos puntos de iluminación,<br />
consistentes en lámparas alógenas, que proporcionan una buena calidad de alumbrado. El<br />
tendido eléctrico lo realizaron dos trabajadores del pueblo, que estaban en situación de<br />
paro laboral, y que se acogieron a un contr<strong>at</strong>o de trabajo temporal abonado por el INEM<br />
(Instituto Nacional de Empleo) y gestionado por el Ayuntamiento de Ciadoncha. El<br />
importe total de la obra fue de 178.718 pesetas.<br />
Finalmente en el otoño del año 2.002, se consiguió construir la torre tan añorada<br />
en esta villa. Así se ha sustituido el torreón que se vino abajo en 1755.<br />
Cuadro de honor. Contribuyentes para construir la torre de la iglesia. 2.003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
44
La obra fue posible gracias a la aportación económica de varias instituciones<br />
burgalesas: Arzobispado de Burgos, Junta de Castilla y León y Diputación Provincial.<br />
Igualmente aportó una notable cantidad económica el Ayuntamiento de Ciadoncha bajo<br />
la dirección de José Luís Julián Hernando y un buen número de vecinos del pueblo y de<br />
fuera, cuyos nombres cuelgan en un cuadro honorífico de la sacristía. La obra fue<br />
realizada por los Hermanos Ausín, constructores de la cercana villa de Mazuela. El<br />
importe total de la misma anduvo en torno a los ocho millones de pesetas.<br />
En el día de la Santísima Trinidad de 2,003 se realizó la inauguración de la torre.<br />
Acudieron a Ciadoncha a este evento los alcaldes de los pueblos cercanos y el Diputado<br />
de zona de la Excelentísima Diputación Provincial. El Arzobispado estuvo representado<br />
por D. Fermín González López, montador de la estructura de madera que lleva el tejado<br />
de la torre y experto diseñador de estructuras para tejados de iglesias y que pertenece a la<br />
Delegación Diocesana de Obras. El señor alcalde, Don José Luís Julián entregó a D.<br />
Fermín Gonzáles López, una placa conmemor<strong>at</strong>iva del acto y reconocedora del mérito de<br />
este cura constructor, que aportó gr<strong>at</strong>uitamente su saber y su trabajo.<br />
45
LA COMIDA<br />
Las Cebollitas de Ciadoncha<br />
Como hemos dicho anteriormente, Ciadoncha ha sido un pueblo pequeño, pero<br />
talento no ha faltado en muchos campos y uno de ellos es las artes culinarias. Existe un<br />
pl<strong>at</strong>o en la cocina moderna que se llama Cebollitas de Ciadoncha y se puede degustar en<br />
el restaurante, Villa de Almanzor, en la ciudad de Burgos.<br />
¿Cómo empezó esto de las Cebollitas de Ciadoncha? Fue Nery Delgado, nacida<br />
en Ciadoncha, quien creó este pl<strong>at</strong>o. El pl<strong>at</strong>o surgió porque Nery es una profesional de la<br />
Alta Cocina y en 1.985 montó una sociedad y puso un Restaurante. Era necesario<br />
inventar pl<strong>at</strong>os y ella se inventó este.<br />
Nery Delgado.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En una entrevista que le hicieron a la Chef para la revista “Ciadoncha, tras sus<br />
huellas”, Junio1.990 (22, 23) Nery dice que los <strong>recuerdos</strong> que ella tiene del pueblo son<br />
los olores y sabores de esos conejos guisados en esas cazuelas de barro de Pereduela<br />
(Zamora), tan curadas (tan antiguas), ya que algunas pertenecieron a las abuelas e incluso<br />
bisabuelas de quienes las usan. Esos eran guisos que se hacían sentir a diez metros de<br />
donde se cocinaban por el olor a leña de sarmiento, de encina y a las especies.<br />
Nery dice que ella cree que no hay pueblo donde se cocine con tanto esmero y<br />
cariño como en Ciadoncha. Alaba mucho la fiesta de <strong>Santa</strong> Bárbara, porque dice que el<br />
cariño con que se prepara la comida para esa fiesta es algo único. Por eso las morcillas<br />
saben mejor. También recuerda las bodegas. ¡Cómo no las va a recordar¡ si en ellas ha<br />
pasado tan buenos r<strong>at</strong>os, no sólo degustando buena comida, sino también cantando y<br />
compartiendo con los demás (Vídeos proporcionados por Orencio Pérez Cascajar).<br />
Al preguntarle sobre el éxito del pl<strong>at</strong>o, ella dice que una vez las quitó del menú,<br />
pero que la gente las pedía con tanta insistencia que decidió no quitarlas más, y así<br />
Ciadoncha queda al alcance del paladar de cualquiera. En palabras de Nery, las<br />
Cebollitas de Ciadoncha…<br />
46
Es un pl<strong>at</strong>o moderno, de nueva cocina, pero no excesivamente refinado<br />
porque la raíz esencial del pl<strong>at</strong>o enlaza con esos sabores del pueblo que yo<br />
guardo en mi mente y, por qué no, en mi corazón. Esta idea es la que<br />
intento plasmar en toda mi cocina, intentando mantener en todos los pl<strong>at</strong>os<br />
el sabor, incluso en los más refinados. Este pl<strong>at</strong>o forma parte de lo que yo<br />
llamo un menú largo y estrecho, una serie de pl<strong>at</strong>os para iniciar una<br />
comida y que es lo que personaliza este restaurante y a mí como creadora<br />
culinaria. Por otra parte, la carta de este restaurante intenta combinar la<br />
nueva cocina con la tradicional, porque no quiero olvidar mis raíces. (En<br />
Ciadoncha, tras sus huellas. Junio 1.990, página 23)<br />
Como es n<strong>at</strong>ural, incluimos en este trabajo la receta de Las Cebollitas de<br />
Ciadoncha. Este es un pl<strong>at</strong>o que ha tenido mucho éxito y que curiosamente ha puesto al<br />
pueblo en el mapa, pues muchos son los turistas que intrigados preguntan dónde está ese<br />
lugar.<br />
Ingredientes para 6 personas.<br />
Cebollitas de Ciadoncha.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Receta de las Cebollitas de Ciadoncha<br />
8 Cebollas pequeñas 400 gramos de carne de solomillo.<br />
60 gramos de carne de cerdo 2 cebollas<br />
2 zanahorias 50 gramos de mantequilla<br />
Preparación del relleno:<br />
Se compra la mejor carne de vaca o ternera (solomillo). Se mezclan con un<br />
poquito de cerdo gordo y se pica como para albóndigas. Se pone una sartén al fuego con<br />
medio vaso de los de vino, de aceite y una nuez de mantequilla, sin que se caliente<br />
mucho. En ello freímos una cebolla pequeña picada menudita y sólo hasta que esté<br />
transparente, entonces echamos la carne, la rehogamos y se le agrega sal, pimienta<br />
molida, nuez moscada, media copita de vino oloroso o una pizca de tomillo. Se pasa a un<br />
recipiente ancho y se le incorpora un huevo entero y un chorro no muy grande de crema<br />
de leche.<br />
Lo pasamos por la miniprimer hasta hacer una pasta compacta y espesa que<br />
probamos por si le faltara sal y se rectifica al gusto.<br />
47
Ya tenemos el relleno que dejamos reservado en el mismo recipiente.<br />
Salsa de crema<br />
En una sartén de tamaño grande, se pone aceite y un poco de mantequilla. Se pica<br />
una cebolla mediana, dos zanahorias muy picaditas y lo freímos bien. Aparte se hace una<br />
bechamel muy ligera que deberá estar hirviendo. Se une la bechamel y el sofrito. Se<br />
añade pimienta, nuez moscada y sal al gusto y se pasa por el chino. Esta salsa no debe<br />
quedar muy espesa.<br />
Para rellenar las cebollas<br />
Se cuecen las cebollas en abundante agua y sal unos 30 minutos. Se las deja<br />
enfriar. Una vez frías las vamos quitando por capas y se envuelven en pequeñas<br />
porciones de carne.<br />
Se las pone en la bandeja, se echa la salsa por encima, se meten al horno a<br />
gr<strong>at</strong>inar durante 20 minutos, primero a horno fuerte y luego moderado.<br />
Nery celebrando con amigos y los músicos que animaron la fiesta del 15 de agosto de 1996<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Es verdad que la gente en Ciadoncha cocina muy bien. Los conejos, el asado de<br />
cordero, las ensaladillas rusas, el flan de huevos, las tortillas y las sopas de ajo. Todo<br />
sabe muy bien. Esperemos que cada familia pueda pasar a sus hijos los secretos de la<br />
cocina “ranera”, porque sería imposible incluir aquí todas las recetas que podríamos<br />
sacar.<br />
Un participante me comentaba cómo en un tiempo en Ciadoncha se comían las<br />
sopas de ajo mañana tarde y noche. Yo le decía que me parecía eso un lujo, puesto que<br />
ahora todos los restaurantes ofrecen este pl<strong>at</strong>o como algo especial. Él sonrió y me dijo-<br />
es que antes las sopas de ajo era la comida de los pobres- Pasó luego a rel<strong>at</strong>arme cómo<br />
en esos tiempos, si alguien llamaba a la puerta y la familia estaba comiendo sopas de ajo,<br />
las escondían. Creo que lo mismo pasó con el turrón. Ésta era la comida que llevaban<br />
48
los pastores al campo. En un tiempo fue visto de menos por los demás, pero hoy<br />
pagamos lo que sea por un buen trozo de turrón, ya sea duro o blando.<br />
En la revista, Ciadoncha tras sus huellas, encontramos un artículo sobre la<br />
confección del pan. En él algunas personas explican cómo cuando y dónde se hacía esta<br />
labor. Se tr<strong>at</strong>aba de amasar y amasar, por lo menos una hora. La masa, que era de harina<br />
cernida, sal, agua y levadura; tenía que quedar lo suficientemente dura. Luego se hacía<br />
una cruz en la masa y se tapaba con una manta, unas dos horas hasta que subiera.<br />
Después había que hornear. En ese entonces, no había hornos en todas las casas. Hoy<br />
todas tienen no sólo horno eléctrico o a gas, sino también muchas tienen microondas.<br />
Había algunos hornos de leña, pero como la demanda era mucha, tenían que pedir vez. A<br />
veces había que madrugar porque se horneaba dos veces, por la mañana y por la tarde.<br />
Calentaban el horno con paja o leña, echando con los puños y de rodillas. Cuando<br />
el horno se ponía blanco, se limpiaba por dentro y se metía el pan. Primero las tortas de<br />
aceite y luego las hogazas. Cocían para unos 15 días. A veces el pan se enmohecía y se<br />
lo tenían que comer, quitando lo que estaba peor. El pan lo guardaban en una habitación,<br />
en un rincón. -¡Qué bien olía cuando pasábamos!- comentan las narradoras (10) Hoy el<br />
pan llega en coche y sólo hay que salir a comprarlo.<br />
La Panadera entregando el pan en Ciadoncha. 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />
En Ciadoncha lo que se come es lo que se ha preparado ese día en casa. Por<br />
muchos años, los frigoríficos se mantenían vacíos. Primero porque no se tenía<br />
costumbre de guardar comida de un día para otro. Luego, porque habían vivido por tantos<br />
años sin ellos que desarrollaron otros métodos de conservación que no necesitaban de la<br />
refrigeración moderna. Ahora ya vemos que, sobre todo, el congelador se mantiene<br />
repleto de carne de la m<strong>at</strong>anza y de los productos del huerto.<br />
La vida diaria en Ciadoncha es bastante rutinaria en estos tiempos. Por las<br />
mañanas las labores de limpieza de la casa se ven interrumpidas sólo por el toque de la<br />
bocina de unos coches. No hace falta que las señoras vean hacia la calle; ellas reconocen<br />
el sonido y se les oye decir:<br />
-¡Es el de <strong>Santa</strong> Maria! ¡Es el de Mahamud!- refiriéndose al panadero.<br />
49
Hay que salir a recoger la barra o la torta. No hay comparación con todo el<br />
trabajo que suponía tener pan hace muchos años. Interrumpir las labores por unos<br />
minutos, es sólo un pequeño inconveniente para las mujeres de hoy. Además, hoy es muy<br />
normal ver a los hombres de la casa que salen a comprar el pan, no como antes que era<br />
labor exclusiva de las mujeres.<br />
Emiliano Galiana comprando el pan. 2006-05-25<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
A Ciadoncha siempre han llegado vendedores. Un participante me dice que<br />
todavía hoy puede ver en su mente al aceitunero, él era alto y serio, con esa camisa larga<br />
tan característica. También llegaban los gitanos para reparar los cacharros de cocina.<br />
Este participante También recuerda como a veces, su padre les dejaba dormir en el pajar.<br />
Esto ocurriría allá por los años cincuenta (Entrevista personal 2005).<br />
Hoy también llega el pesc<strong>at</strong>ero que a veces no sólo lleva pescado sino carne y<br />
pollo. Y unas furgonetas llenas de toda clase de mercancía, desde toallas hasta planchas,<br />
que van sirviendo a la población de todos estos pueblos pequeños de alrededor. En<br />
Ciadoncha no ha habido una tienda desde hace más de medio siglo, pero realmente no la<br />
necesitan porque están bien <strong>at</strong>endidos por todos estos vendedores ambulantes que se<br />
recorren la comarca, llenando de sonidos el ambiente tranquilo de los pequeños pueblos<br />
de Castilla.<br />
Pollos de corral.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
En Ciadoncha todavía se consume mucho de lo que se cría en casa. Todos los<br />
participantes coincidieron en que no hay comparación entre el sabor de los huevos y los<br />
pollos de corral y los de granja. Los conejos también son especialmente sabrosos.<br />
50
La verdura, ¡qué bien sabe! cuando se la va a traer al huerto. Muchos de los<br />
vecinos que viven en la ciudad de Burgos, cultivan huertos en el pueblo y se dan el gusto<br />
de comer verdura sana que han visto crecer y madurar. Como se comentó antes, también<br />
ahora ya preparan la verdura para congelarla y disfrutar de ella durante todo el año.<br />
La forma de hacer la comida, sus ingredientes y el tiempo que se dedica a ella,<br />
hace la gran diferencia en la cocina. Por ejemplo, antes no se usaba la miniprimer, como<br />
dice Nery en su receta, lo que se usaba siempre era el mortero. Yo estoy segura que la<br />
mayoría de las personas que todavía viven en Ciadoncha prefieren el mortero a la<br />
miniprimer. Allí se tritura bien el ajo, perejil y pimienta. Se prepara como una pasta y<br />
luego se echa un poco más de agua y se mezcla bien con la comida.<br />
Mortero pequeño de madera.<br />
Foto Lucía Varona<br />
La vida en el pueblo es tan distinta de la de la ciudad que allí uno se siente<br />
invitado a volver al pasado, a tomarse el tiempo para todo. En el verano cuando se puede<br />
ver algunas familias que vuelven a pasar unos días, se nota el gusto que sienten al poder<br />
dedicar toda la mañana a preparar unos buenos guisos. No es lo mismo en la ciudad,<br />
donde tienen que correr tanto para ir al trabajo, llevar a los niños al colegio, etc. Lo más<br />
valioso de toda esta comida del pueblo es que es muy sana, allí todo es orgánico y se usan<br />
muy pocos químicos para cultivar o criar animales.<br />
Un bonito proyecto sería escribir un libro de cocina, con las recetas de las abuelas<br />
con detalles de cómo se preparaban esos pl<strong>at</strong>os que poco a poco van quedando sólo en el<br />
recuerdo de los que tuvimos la suerte de degustarlos. También sería interesante escribir<br />
los secretos para cultivar las mejores verduras porque los tom<strong>at</strong>es, judías verdes y<br />
pimientos son especialmente sabrosos en este lugar.<br />
51
LA MATANZA<br />
La m<strong>at</strong>anza bien merece un capítulo aparte al de la comida porque en realidad es<br />
un acontecimiento que debe ser descrito independientemente.<br />
En diciembre, cuando hace frío, se hace la m<strong>at</strong>anza. Esta es una ocasión más para<br />
reunir a la familia. El trabajo es mucho y duro, por eso tiene que hacerse entre todos. Pero<br />
si bien se trabaja mucho, también son tres días de buena comida, porque cada día, la<br />
comida, se hace de acuerdo al trabajo que se realiza. Yo tr<strong>at</strong>aré de recordar la primera<br />
m<strong>at</strong>anza en la cual participé que fue en el año 1.984.<br />
Preparando el lugar. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
Lo primero que se hace es preparar el lugar donde se llevará a cabo toda la acción.<br />
Ese espacio debe estar limpio y ser suficientemente amplio para maniobrar. Se preparan<br />
muchos paños, recipientes y una escalera para colgar el cerdo para destazarlo. También<br />
se necesita alguna hornilla o fuego para cocer las morcillas.<br />
Llevando al cerdo al m<strong>at</strong>adero.1.984<br />
Foto Lucía Varona<br />
Lo primero que hay que hacer es coger al cerdo y llevarlo a la mesa donde se le va<br />
a m<strong>at</strong>ar. Tarea difícil, pues el animal como presintiendo su destino, no se deja agarrar<br />
fácilmente. Se necesita mucha fuerza para dominarlo.<br />
52
Primero se m<strong>at</strong>a al cerdo. Hay personas que saben hacerlo muy bien y a ellas las<br />
llaman para hacer este trabajo, aunque no sea parte de la familia. Ángel Varona Temiño<br />
era uno de los que hacía esta tarea. A él le llamaban otras personas para ayudarles con<br />
esto. Este trabajo no es remunerado con dinero sino participando de lo que se saca del<br />
cerdo, así pueden darse chorizos y morcillas u otras cosas.<br />
Unas de las historias que escuché sobre las m<strong>at</strong>anzas en el pueblo, es cuando<br />
Petry, la hija menor de Angel y Genara, la llevaba a las m<strong>at</strong>anzas y mientras él trabajaba,<br />
la niña cantaba o bailaba el twist, que era el baile más popular en esa época<br />
(indudablemente, eran los famosos sesenta). O sea que Ángel, prestaba sus servicios con<br />
un bono de entretenimiento. Todavía hay gente que al recordar esto dice-Petry era muy<br />
“Saláa”-<br />
M<strong>at</strong>ando al cerdo. 1984<br />
Lucía Varona<br />
Al primer día se le llama día de limpiar.<br />
Una vez en la mesa, el encargado de m<strong>at</strong>ar el cerdo, le mete el cuchillo y<br />
normalmente el cerdo no sufre nada si se le encuentra la vena rápidamente. La persona<br />
que recibe la sangre, se hinca y reza una corta oración, luego pone el recipiente para<br />
coger la sangre que hay que b<strong>at</strong>ir constantemente para evitar que se cuaje.<br />
Quemando los pelos del cerdo. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
53
Una vez desangrado el animal, se limpia muy bien, quemando los pelos,<br />
rasurándolo y lavando la piel para que quede muy limpio.<br />
Destazando el cerdo. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
Una vez limpio el cerdo se pone en la escalera. Allí se sacan los intestinos o<br />
tripas, que se lavan muy bien porque son las que se rellenan para hacer las morcillas y los<br />
chorizos en los días siguientes.<br />
El primer día se b<strong>at</strong>e la sangre para que se quede líquida y se pone en botellas o<br />
recipientes aparte, para ser usada el día que se hacen las morcillas. Este día también se<br />
lavan las tripas, se pelan las p<strong>at</strong>as y las orejas.<br />
De comida se tiene la asadurilla del cerdo, guisada y el hígado empanado o con<br />
cebolla.<br />
Picando tocino. 2003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
54
Al segundo día se le llama el día de picar, porque se pica toda la carne que es más<br />
magra para los chorizos. La que es más grasosa para sabadeñas, que son los chorizos que<br />
se usan para sopas o caldos. Se puede usar la máquina para picar especialmente si hay<br />
mucha cantidad.<br />
Este día se saca el lomo, jamones, tocino. Antiguamente el tocino se guardaba en<br />
sal para todo el año y aunque se ranciaba había que comerlo. También se prepara la carne<br />
para los chorizos con sal, pimiento dulce, pimiento picante, pimienta negra, orégano, vino<br />
blanco y pimientos colorranos rojos (pimientos que se cuecen y se les separa la piel de la<br />
pulpa y se usa sólo la pulpa o carne, como le dicen en el pueblo). Se mezcla todo con la<br />
carne del cerdo, se pone en los duernos y se va haciendo la señal de la cruz en cada uno<br />
de ellos. Esa carne se queda tapada un día.<br />
Picando cebollas. 2003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
El segundo día también se pican las cebollas más o menos finas y se les mezcla el<br />
arroz y la sal. Esta mezcla se deja tapada toda la noche.<br />
De comida, el segundo día se tienen huesos con p<strong>at</strong><strong>at</strong>as y el lomo frito con<br />
pimientos.<br />
Cociendo las morcillas. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
55
El tercer día se hacen las morcillas. A las morcillas se les hecha arroz, manteca,<br />
cebolla, sal, pimienta molida, anís, orégano, canela, la sangre del cerdo, pimentón dulce y<br />
pimentón picante.<br />
Por la mañana se preparan las tripas que ya han sido limpiadas el primer día<br />
cuidadosamente pasando agua y limón por dentro varias veces. Después se mezclan los<br />
otros ingredientes con la cebolla y la sal, que se dejó aparte el día anterior. También se<br />
mezcla a esto la sangre que se separó el primer día y que debe estar líquida. Al mezclar se<br />
echa primero la pimienta molida, luego el anís, la canela y el orégano. Se echa suficiente<br />
pimentón de las dos clases y se mezcla todo. Se echa la sangre y al final la manteca y se<br />
revuelve todo muy bien.<br />
Se coge un poco de esa mezcla y se fríe en una sartén. Esto se hace para probar y<br />
darle el gusto que uno quiera. Una vez sazonado, se empiezan a rellenar las tripas. Para<br />
esto se amarra un lado de la tripa con un hilo especial para embutidos y se llena más o<br />
menos dos cuartas de tripa, luego se amarran por el medio y al final. Así se van<br />
preparando varias morcillas. Una vez llenas, se ponen a cocer.<br />
Ese día se toma una sopa de fideos que se hace con huesos cocidos y tocino<br />
fresco. También se come alguna morcilla recién hecha.<br />
Rellenando los chorizos. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
El cuarto día se llama el día de rellenar porque se rellenan los chorizos con la<br />
mezcla que se dejó el segundo día en los duernos. Se puede usar la máquina de picar que<br />
se usó para picar la carne, pero sin la cuchilla para rellenar los chorizos. Los chorizos se<br />
<strong>at</strong>an con hilo de tramilla y se ponen a escurrir. Se sacan a la calle a que se oreen y<br />
después se ponen en una habitación para que se terminen de curar. Si hay niebla hay que<br />
ahumarlos, hay que abrir las ventanas. El proceso de curación de los chorizos toma un<br />
mes.<br />
Ese día también se ponen a adobar las íntimas y las orillas finas de carne del<br />
tocino. El adobo se hace poniendo agua con mucha sal (tanta que tiene que flotar un<br />
huevo en ella), mucho pimentón picante y orégano. Se pone la carne en esa mezcla y a<br />
los ocho días se frota la carne con otra mezcla hecha de pimentón picante y vinagre o<br />
56
vino blanco. Esto se hace para que no lo piquen las moscas. Se pone a oreo en trozos no<br />
muy grandes.<br />
Toda esta narración fue posible gracias a Paulina Madrid, quien vía telefónica me<br />
recordó los detalles de la m<strong>at</strong>anza. La primera vez que participé en una de ellas, como<br />
dije anteriormente, fue en el año 1984 y me impresionó muchísimo. Recuerdo que por no<br />
tener el valor de arremangarme las mangas y poner las manos en el proceso. Yo me<br />
ofrecí como fotógrafa oficial. La segunda vez, ya me sentía mucho más segura de poder<br />
colaborar y así poco a poco con el tiempo ya me pareció menos impresionante.<br />
Haciendo la mezcla para el jabón. 2003<br />
Foto Lucía Varona<br />
Pero la m<strong>at</strong>anza da para más que comida, con el cebo del cerdo se hace jabón.<br />
Para esto se pone a calentar el cebo, se le mezcla una barra de jabón y soda cáustica y se<br />
revuelve muy bien. Esa mezcla se echa en moldes y se deja enfriar.<br />
Echando el jabón en los moldes. 2003<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
57
Como se puede ver, lo único que no se aprovecha del cerdo son los pelos. Se<br />
pueden preparar pl<strong>at</strong>os muy sabrosos y jabón muy bueno. A cualquier persona que no<br />
esté acostumbrada a participar en la m<strong>at</strong>anza le puede parecer este trabajo bastante<br />
desagradable, pero son muy pocos los que rechazan un buen chorizo, morcilla, jamón,<br />
tocino, chuleta o lomo bien preparado.<br />
58
LAS BODEGAS<br />
Las bodegas están como a un kilómetro del pueblo, en una pequeña montaña. Las<br />
bodegas son cuevas cavadas donde se hacía y se guardaba el vino.<br />
Entrada a una bodega. 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
Por muchos años se hizo vino en Ciadoncha. Muchos son los <strong>recuerdos</strong> que hay<br />
de esos tiempos. Como por ejemplo lo bien que se pasaba cuando pisaban la uva y cómo<br />
gozaban restregándosela en la cara a alguien que estuviera distraído.<br />
Como me explicó un participante, la temper<strong>at</strong>ura que mantiene la bodega, tanto en<br />
invierno como en verano, es la ideal para conservar el vino. También hay que recordar<br />
que puede ser muy peligroso entrar a una bodega donde se está fermentando la uva. Para<br />
saber hasta donde se puede llegar en esta etapa del proceso del vino, se prende una vela y<br />
se empieza a bajar; cuando la vela se apaga, hay que volver porque quiere decir que<br />
todavía el nivel de dióxido de carbono es muy alto y podría ser f<strong>at</strong>al.<br />
Interior de una bodega. 2006<br />
59
Foto Lucía Varona<br />
Pero las bodegas han sido mucho más que una cueva para hacer y guardar vino.<br />
Algunos dicen con cierta malicia. ¡Ay… si las bodegas hablaran..! Y es que en las<br />
bodegas se hablaba mucho y de todo. Al calor del vino salen tantas cosas que sólo<br />
podemos imaginar los secretos y las confidencias que allí se han hecho. Todas las<br />
bodegas tienen una parte donde exclusivamente se guarda el vino, y otra donde se puede<br />
merendar.<br />
En términos de hoy, diría que las Bodegas eran el lugar para quitarse el estrés.<br />
Seguro que para muchos vecinos de antes, el ir a las bodegas era más efectivo que una<br />
visita al psicólogo hoy. Es que había mucha lealtad en la amistad, mucho cariño y<br />
comprensión entre amigos y podían hablar de lo que fuera. Estoy segura que estas<br />
reuniones informales, este convivir diario es lo que más echan de menos los agricultores<br />
de hoy. Antes siempre estaban juntos, compartían alegrías y tristezas. Hoy la vida se ha<br />
convertido en un ir y venir y ya no hay tiempo para nada.<br />
Vecinos disfrutando de una merienda en las bodegas.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Un participante describió las bodegas así: Las bodegas han representado hasta<br />
hace una veintena de años, aproximadamente, el referente cultural del pasado. Allí se<br />
congregaban niños, jóvenes y mayores, en cuadrilla de edades similares, en los r<strong>at</strong>os<br />
libres, sobre todo los domingos para merendar, charlar y cantar.<br />
Recordemos que Ciadoncha no ha tenido muchos lugares donde poderse distraer<br />
la gente. Las personas mayores del pueblo recuerdan que antes había salones de baile y<br />
que eran muy populares, pero de esto hace muchísimos años. Luego también recuerdan,<br />
la casa del señor Arturo. Cuántas tazas de café se servían, cuánta gente llegaba a<br />
conversar y pasar el r<strong>at</strong>o. El Teleclub que era igual que el Bar, pero que se le llamaba así<br />
porque en estos lugares era donde había un televisor y la gente iba a ver algunos<br />
programas, mientras charlaba, fumaba y se tomaba un vinillo. Cada época tuvo algo,<br />
60
pero sólo eso, un lugar de diversión y nada más. Lo que ha sido permanente son las<br />
bodegas. Esas sí que siempre han estado allí y siempre se han usado para convivir.<br />
Hombres lavando las cubas en las bodegas. Atrás se ven los merenderos. 2002.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Muchas señoras recuerdan que sus esposos se iban a las bodegas y no volvían<br />
hasta las tantas de la noche cantando:<br />
Venimos de las bodegas<br />
De beber vino y también<br />
Jerez.<br />
Traemos una borrachera<br />
Que no nos podemos tener<br />
De pie.<br />
Hay cubanita del alma,<br />
Tú me robas el alma.<br />
Yo no puedo vivir sin ti.<br />
Son tus ojos azules<br />
Como las nubes del mar sin sol.<br />
Y tu cuerpo se cimbrea<br />
Como la caña del pescador.<br />
Pero no sólo los hombres tienen este privilegio, también las mujeres pueden<br />
disfrutarlas, especialmente después que se hicieron los merenderos modernos.<br />
61
Señoras celebrando un cumpleaños en una bodega.<br />
Los merenderos son como pequeños restaurantes, algunos están tan bien<br />
decorados que realmente da la impresión que se está en otro pueblo y al entrar se siente<br />
como si fuera un buen restaurante. No hay electricidad, pero eso los hace aún más<br />
románticos. Todos tienen una buena chimenea, donde asan las chuletas, mesas sillas y<br />
algún armario para guardar cosas que se necesitan para preparar las meriendas. Lo que no<br />
falta es una lámpara de gas. Con eso ya pueden quedarse hasta las tantas de la noche o de<br />
la madrugada.<br />
En las bodegas se pasa muy bien el tiempo. Cada bodega es diferente en ellas se<br />
puede ver la personalidad de los dueños. Muchos vendedores ambulantes creen que ese<br />
conjunto de edificios es otro pueblo y van hasta allí ofreciendo sus productos.<br />
Anteriormente presenté un canto que entonaban los hombres, pero no sólo ellos<br />
tenían sus cantos propios de bodega. También las mujeres cantaban:<br />
Somos las de Ciadoncha,<br />
Ay ay, ay, ay.<br />
Somos las de Ciadoncha,<br />
Jolín.<br />
Las de Ciadoncha,<br />
Pío, pío, pío, pío, cos, cos, cos.<br />
Porque nos gusta el vino,<br />
Ay, ay, ay,<br />
Porque nos gusta el vino<br />
Ay, ay, ay,<br />
Y el agua ardiente,<br />
62
Jolín<br />
Y el agua ardiente,<br />
Pío, pío, pío, pío, cos, cos, cos.<br />
En las meriendas se acostumbra comer chuletas de cordero asadas, tortilla de<br />
p<strong>at</strong><strong>at</strong>as, ensalada, fruta. Pero también hay quienes preparan pescado, mariscos y se abren<br />
muchas l<strong>at</strong>as de escabeche. También allí se hacían meriendas para todo el pueblo y<br />
después de comer empezaba el baile y el canto. Hay algunos vídeos que merece la pena<br />
conservar para ver la camaradería y la felicidad con que celebraba la gente, especialmente<br />
las celebraciones organizadas por el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />
Algunos elementos importantes relacionados con el vino son las botas, los<br />
porrones y las cubas.<br />
En las botas se lleva el vino al campo para que se conserve fresco y sea fácil<br />
beber y conservar. Es un rito que una vez que se aprende se practica donde sea que le<br />
toque vivir. Por ejemplo en nuestra casa en California no puede faltar la bota y el porrón<br />
y a muchas personas les llama la <strong>at</strong>ención ver la facilidad con que mi esposo bebe de<br />
estos contenedores.<br />
Merendando en un descanso durante la cosecha. Bebiendo del porrón. 1986<br />
Foto Lucía Varona<br />
Uno de los participantes me comentaba con qué gusto bebían el vino en porrón<br />
cuando se sentaba a tomar la merienda durante la cosecha.<br />
Cubas y recipientes de vino en una bodega. 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
63
En las bodegas mantienen el vino en cubas. Es en las cubas donde realmente se<br />
hace el vino, allí se pone el jugo de uva o caldo y se va transformando en vino.<br />
64
LA VIVIENDA<br />
Como en todo el mundo, una de las cosas que más ha cambiado en el siglo XX es<br />
la vivienda. En Ciadoncha, la introducción en las casas de habitación de la luz eléctrica<br />
en 1904 o 1905, y el agua potable en 1977 han sido la mayor causa de esto.<br />
En el pueblo se pueden ver varios tipos de viviendas. Algunas han sido<br />
restauradas, conservando el estilo antiguo, otras son tipo chalet y otras son bastante<br />
modernas. Lamentablemente, también hay muchas que se están cayendo o que han sido<br />
derrumbadas y no se han vuelto a construir.<br />
Calle y casas antes de ser renovadas. 1979<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La casa antigua constaba del área de vivienda y las cuadras, que es donde se tiene<br />
a los animales. Éstos eran muy importantes en la vida del pueblo especialmente durante<br />
las primeras décadas del siglo, antes que se mecanizara la agricultura. El ganado además<br />
de servir para el trabajo y de alimento también servía para dar calor. Por eso muchas<br />
casas antiguas tenían las habitaciones en un segundo piso y el primero, o planta baja, era<br />
donde mantenían a los animales. Según algunos participantes, a principios de siglo, hubo<br />
gente que también vivía en la misma planta con los animales.<br />
Con el tiempo, la mayoría de las casas en Ciadoncha llegaron a tener Gloria, que<br />
es un túnel que <strong>at</strong>raviesa una habitación de la casa y tiene una chimenea por donde sale el<br />
humo. Las glorias, según los participantes, son del tiempo de los romanos, pero no se<br />
usaron mucho en el pueblo, hasta mediados del siglo XX. La gloria se calienta<br />
quemando paja o leña. Al subir el calor, va calentando las habitaciones que están encima.<br />
Pero también le llaman Gloria a la habitación por donde pasa el túnel y que es la más<br />
caliente de todas. Antes, en el invierno, allí se hacía todo. A los niños, sobre todo, allí se<br />
les lavaba y cambiaba. Esa era la habitación que más se usaba en toda la casa.<br />
65
Calentando la gloria. 2005<br />
Foto Lucía Varona<br />
Hoy las glorias son muy bonitas y el lugar donde se calientan son motivo de<br />
decoración especial, pero antes no era más que un boquete con una tapadera de hierro.<br />
Normalmente en la habitación a la cual le llaman también gloria, hay una mesa donde se<br />
come, un sofá, varias sillas y un mueble donde está la televisión.<br />
Brasero Museo Etnológico Villadiego. Junio 2.006 Calentadores de cama.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona cache.tias.com<br />
Pero la gloria no es suficiente para calentar las habitaciones que no están sobre<br />
ella. Antiguamente, para calentar las camas, se usaban los braseros o bosas de agua<br />
caliente; ahora se usan más los calentadores eléctricos. Muchos de los participantes dicen<br />
que los mejores <strong>recuerdos</strong> de su familia son los r<strong>at</strong>os que pasaban en la gloria. Allí fue<br />
donde muchos escucharon su primer cuento, donde se dio la mano de la hija para casarse<br />
con el prometido, donde cosía la madre la ropa de los hermanitos, donde se escuchaba la<br />
radio. Muchos también recuerdan lo limpias y ordenadas que se mantenían.<br />
La cocina era y es otra habitación importante en las casas de Ciadoncha. Para cocinar se<br />
usaba leña, después ya se usó la estufa de gas butano, y ahora las hay que son eléctricas.<br />
En la cocina se tenía un lugar dónde guardar los pl<strong>at</strong>os y utensilios de cocina al que<br />
llamaban basar. También había unas hornillas que se usaban para cocinar y un lugar<br />
donde fregar. Estos eran los tiempos duros en España. No fue hasta después de los<br />
setenta que las casas empezaron a cambiar en Ciadoncha, especialmente después de<br />
introducir el agua potable a las casas.<br />
66
Cocina antigua. Museo Etnológico. Villadiego. Junio 2.006<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Jarras para guardar agua. Museo Etnológico. Villadiego. Junio 2.006<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Cocina moderna en una casa de Ciadoncha. 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
67
Hasta 1977, que se introdujo el agua en las casas; en Ciadoncha no había baños,<br />
por lo menos como los entendemos hoy en día. Las necesidades fisiológicas se hacían en<br />
las cuadras, donde había paja. Esa paja con excremento se usaba como abono. A partir<br />
de los ochenta todas las casas en Ciadoncha tienen salas de baño. Quizás el salto más<br />
grande dentro del estilo de vida haya sido éste. Las casas pasaron de no tener inodoros a<br />
tener baños muy elegantes con bidet, bañera, regadera, espejos etc. En un principio lo<br />
que se usaba para la higiene diaria, era el pichel y la palangana, que normalmente estaban<br />
colocados en el pasillo cerca de las habitaciones de dormir y también tenían un espejo.<br />
En algunos casos era un mueble de madera donde estaban el pichel, la palangana y el<br />
espejo, pero en otros era una mesita y el espejo en la pared.<br />
Pichel, palangana y cubo. Museo Etnológico de Villadiego. Junio 2.006<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
De estos utensilios rudimentarios, se saltó a las mejores marcas de baños. En la<br />
ciudad de Burgos está una fábrica de la compañía Roca, que es muy famosa en España y<br />
donde muchos raneros han trabajado.<br />
Baño en una casa de Ciadoncha. 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
Las habitaciones para dormir, o los cuartos, tenían camas con cabecera y pies de<br />
metal. Los padres dormían en una habitación y los hijos en otras. Los armarios eran parte<br />
del conjunto de muebles de dormitorio. Los armarios empotrados ha sido algo totalmente<br />
nuevo que se ha introducido sólo en las casas más modernas.<br />
68
Las habitaciones normalmente las mantenían muy limpias y ordenadas. Siempre<br />
han tenido la costumbre de ventilar los cuartos abriendo las ventanas, todos los días por<br />
un r<strong>at</strong>o y luego se cierra y se deja en penumbra, con la puerta entreabierta. En verano,<br />
esta es la forma de conservar el fresco de la noche y en invierno se tr<strong>at</strong>a de conservar el<br />
calor del día, ventilándolas por menos tiempo. Los dormitorios en Ciadoncha se usan<br />
únicamente para dormir. Creo que esto es debido a la falta de calefacción en el invierno<br />
y aire acondicionado en el verano. En las ciudades, hoy las casas están mejor preparadas<br />
tanto para el frío como para el calor y sobre todo los jóvenes parecen pasar más tiempo<br />
en su habitación. En el pueblo todavía no he visto que el uso de las habitaciones sea<br />
como en las ciudades, donde sobre todo los jóvenes tienen televisión, apar<strong>at</strong>o de sonido y<br />
computador instalados en su cuarto y esto hace que se aíslen más del resto de la familia.<br />
Una habitación en una casa moderna en Ciadoncha. 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
Ahora en las casas modernas tampoco se tiene sólo la gloria para estar. Se tienen<br />
salas y salones. Por ejemplo el comedor forma parte de la sala principal y algunos tienen<br />
un saloncito donde se hacen labores o se tienen reuniones informales. La comida diaria<br />
normalmente se hace en la cocina, donde hay una mesa bien acondicionada y no en el<br />
comedor formal que se usa sólo para ciertas ocasiones. La sala y el comedor formales se<br />
usan muy poco en la mayoría de las casas de Ciadoncha, la vida se hace más en las<br />
cocinas y en las glorias.<br />
Varias de las participantes mencionaron el desván como uno de los lugares de<br />
muchos <strong>recuerdos</strong>. El desván es la parte más alta de la casa, entre el techo y las<br />
habitaciones. En este lugar se guardan las cosas que no se usan mucho. Por eso es que<br />
todavía hoy el desván es un paraíso para los que quieren volver al pasado.<br />
Bolas de hierro que se usaban para limpiar chimeneas.<br />
De la colección de objetos antiguos de Gregorio Santos.<br />
69
En junio de 2006, me invitaron a pasar a una casa en la cual encontré que es en el<br />
desván donde tienen guardadas muchas cosas dignas de un museo. Allí encontré una<br />
colección de llaves, unas bolas que servían para limpiar la chimenea, pesas y más<br />
curiosidades.<br />
Desván de una casa moderna. 2006-02-10<br />
Foto, Lucía Varona<br />
En el desván se guarda de todo, las plantas del verano, los juguetes de los niños,<br />
los baúles de los abuelos, los diplomas de los hijos, los muebles que ya no se quieren, las<br />
almendras secas, la fruta que se cortó en el verano, en el desván se encuentra de todo.<br />
Algunas de las muchas manualidades de Puri Galiana. 2.006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
Otra característica que he encontrado en las casas de Ciadoncha es que las<br />
mujeres hacen muchas manualidades y las usan para decorar su vivienda. Tuve la<br />
oportunidad de visitar la casa de Puri Galiana y siento que debo comentar un poco lo que<br />
vi. La casa donde viven es muy moderna, decorada con un gusto exquisito y casi todo lo<br />
que han usado en la decoración lo ha hecho ella. Esta señora es un ejemplo de cómo se<br />
pueden aprovechar los cursos de manualidades que imparten en los pueblos. Desde<br />
crochet, hasta pinturas, todo tiene ese toque personal que hace de su casa un lugar único.<br />
Por muchos años en Ciadoncha se han hecho toda clase de labores. Punto de cruz,<br />
ganchillo, costura a máquina, en fin muchas manualidades. La mantelería en algunas<br />
casas es verdaderamente especial por tener ese sello tan particular de haberlo hecho la<br />
dueña de la casa.<br />
70
El cultivo de plantas es también algo que gusta mucho en el pueblo. En verano es<br />
un placer caminar por las calles, porque donde quiera que se vea hay masetas llenas de<br />
geranios de colores que alegran el ambiente. En el invierno también tienen plantas<br />
verdes dentro de la casa.<br />
Paulina Madrid con sus flores. 2005<br />
Foto, Lucía Varona<br />
Hablando con una participante, comentábamos que en realidad es posible vivir<br />
bien donde sea. La limpieza y el orden es lo principal para que una casa, por humilde que<br />
sea, se convierta en un palacio para sus habitantes.<br />
En http://www2.sjsu.edu/faculty/fvarona/pueblo.htm Federico Varona tiene las<br />
fotos de la primera y la última casa de sus padres. Allí se puede ver no sólo el paso de los<br />
años sino cuánto se ha avanzado en la construcción y el estilo de vida en el pueblo.<br />
Casa vieja de la familia Varona Madrid<br />
Casa nueva de la familia Varona Madrid.<br />
71
Una de las casas más modernas. 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
Casa tipo Chalet. 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
Hoy muchas casas tienen también una cochera donde guardan no sólo el<br />
automóvil de la familia, sino también los tractores que se usan en el campo. Por cierto, el<br />
primer automóvil que hubo en Ciadoncha, llegó en 1946, era del señor Arturo y se ponía<br />
en marcha con una palanca.<br />
Una cuadra bien remodelada. 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
Algunos han remodelado las casas viejas usando y manteniendo muchas de las<br />
paredes originales. Por ejemplo, en una casa donde antes se alimentaba al ganado y<br />
ponían las gallinas, hoy tienen un merendero con horno y estufa de leña, calefacción a<br />
72
gas, piso de ladrillo, luz eléctrica y una decoración que nos remonta a tiempos antiguos<br />
pero con las comodidades modernas.<br />
La radio fue por mucho tiempo la mayor <strong>at</strong>racción del pueblo. Todavía se<br />
escucha mucho el parte. Hay muchos programas radiales de charlas que entretienen a la<br />
gente de campo. La ventaja de la radio es que se puede llevar a donde quiera.<br />
Angel Varona Temiño con su pequeño radio transistor en el campo.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Y qué decir de las tareas de la casa, ¡cuánto han cambiado gracias a la tecnología!<br />
Muchos recuerdan cuánto costaba planchar con aquellas planchas de hierro. Lo<br />
pesadas que eran. Después pasaron a las de brazas, que aunque pesaban menos, también<br />
eran peligrosas por las chispas que salían a veces. De eso llegamos a la plancha moderna<br />
que automáticamente humedece la ropa al plancharla.<br />
Planchas antiguas que pertenecen a Doña Luz Porras.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Colección de planchas. Museo Etnológico de Villadiego<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
73
Plancha eléctrica<br />
El lavado de ropa era difícil en los inviernos por el frío y la incomodidad de tener<br />
que hacerlo de rodillas. Una participante comentaba: “Qué diferencia hoy que sólo se<br />
mete ropa en la lavadora y sale casi seca.” En realidad, lo único que echan de menos<br />
algunas participantes de los viejos tiempos en cuanto al lavado de la ropa, es la<br />
camaradería y lo bien que se pasaba el tiempo charlando mientras se lavaba.<br />
Lavando en el manantial. 1977<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Lavadora automática<br />
En las conversaciones que tuve con muchas de las mujeres de Ciadoncha, no pude<br />
notar que para ellas hubiera sido un gran problema el no tener agua en la casa antes. Por<br />
supuesto que todas valoran el tenerla ahora, pero tampoco hacían, del no tenerla, un gran<br />
problema. Para ellas era parte de la rutina diaria ir por el agua a la fuente. Una vez más<br />
me pude dar cuenta que las mujeres hacían de esta tarea un motivo de distracción, y les<br />
gustaba charlar y comentar con las que se encontraban en el camino. Estoy de acuerdo<br />
74
con D. Emérito Puente, Párroco del lugar, quien dice que la gente mayor acepta lo que les<br />
toca vivir con mucha resignación y encuentran ilusión en las cosas pequeñas de la vida.<br />
Fuente de agua.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Agua potable en casa. 1980<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
A principios de los años 80, recuerdo que nos llegó una fotografía de la casa nueva que<br />
estaban construyendo los padres de mi esposo. Una de las fotografías era de los grifos del baño<br />
abiertos, para que pudiéramos ver el agua potable. Muchos de los niños que ni siquiera<br />
conocieron esa etapa de Ciadoncha, no podrían imaginar ahora la vida sin la comodidad de poder<br />
bañarse con agua caliente sin tener que irla a traer a ningún lado ni esperar que se caliente.<br />
Cocina antigua con el fuego en el piso.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona.<br />
75
La llegada del gas butano también cambió la forma de vida de la gente en<br />
Ciadoncha. Se pasó de cocinar con palos en el suelo a usar la estufa de gas, a la que ellas<br />
llaman “cocina”. La primera gran ventaja de este cambio fue que el fuego no quedaba<br />
tan accesible a los niños pequeños y que se podía tener más limpio el espacio donde se<br />
cocinaba. Poco a poco se fueron separando los espacios en la casa llegando a tener una<br />
habitación para cocinar, otra para comer, otra para dormir, etc. El uso del horno de<br />
microondas no está tan generalizado todavía en Ciadoncha, pero hay muchas casas que lo<br />
tienen.<br />
Estufa de gas. 1980<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Horno microondas. 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
El gas butano llega a Ciadoncha en un camión que lo reparte y lo va dejando a la<br />
puerta de las casas.<br />
Camión repartidor de gas propano. 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
76
La mayoría de los participantes recuerdan con mucha nostalgia las horas que<br />
pasaban junto a la radio escuchando las historias que transmitían o el parte. Algunos<br />
todavía recuerdan cómo les maravillaba el hecho de que pudieran oír las voces de<br />
personas que no podían ver. Luego llegó la televisión y aunque algunos se resistían a<br />
tenerla al principio, hoy todos los ancianos pasan horas frente a los apar<strong>at</strong>os para<br />
distraerse.<br />
Radio Antigua<br />
Televisor a colores<br />
Algunas participantes todavía recuerdan cómo les cosieron a sus hijos la ropa a<br />
mano y también cómo las niñas desde muy jóvenes aprendían a coser. Una me comentó<br />
que ella le había hecho una b<strong>at</strong>a a su madre cuando tenía once años. Todo lo tenían que<br />
hacer a mano porque en ese entonces no había máquinas de coser. Otros participantes<br />
tienen un gr<strong>at</strong>o recuerdo de su madre cosiendo en la máquina de pedales. Hoy, aunque ya<br />
no se usa tanto para coser la ropa que se lleva puesta, hay muchas señoras que tienen<br />
máquina de coser eléctrica para hacer cortinas o proyectos grandes para la casa.<br />
Aguja e hilo<br />
77
Máquina de coser de pedal.<br />
Máquina de coser eléctrica<br />
La vida en Ciadoncha ya no es tan dura. Allí han llegado todos los adelantos de<br />
los últimos tiempos. Este trabajo de investigación no podría haberse hecho sin el uso<br />
constante del ordenador, la comunicación electrónica y el teléfono residencial. Hay<br />
algunas personas que viven en Ciadoncha, pero van dos o más veces al día a Burgos en su<br />
coche particular.<br />
Ciadoncha conserva el encanto de pueblo porque allí no hay aglomeraciones de<br />
gente, anuncios de publicidad por las calles, ni semáforos. Sí hay basureros y programa<br />
de reciclaje, una médica que llega dos veces por semana, servicio de correos y una paz<br />
que no se encuentra en las grandes ciudades.<br />
Consultorio médico. 2006<br />
78
Ciadoncha vista desde Los Tornos. 2006<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
¡Qué ilusión daba a los raneros ver Ciadoncha desde Los Tornos! Muchos habían<br />
partido hacía varios años cuando volvían al pueblo. Aún hoy cuando llegan los visitantes<br />
de verano, la vista de este pequeño pueblo trae una sonrisa a los labios y el corazón<br />
parece palpitar un poquito más aceleradamente. ¿Será posible que este pueblo tan bonito<br />
llegue a desaparecer?<br />
79
LA EDUCACION<br />
Los <strong>recuerdos</strong> de los participantes se remontan a los años de la guerra o un poco<br />
antes. Había dos escuelas, una de niñas y la otra de niños. La mayoría recuerda mejor<br />
los años de la posguerra, cuando España estaba tan mal económicamente que no podían<br />
ni poner la calefacción. Varios participantes coincidieron recordando cómo todos,<br />
empezando por los maestros, tenían que llevar sus l<strong>at</strong>itas con ascuas en pleno invierno.<br />
Pizarrín.<br />
Museo etnológico de Villadiego.<br />
Entre los muchos <strong>recuerdos</strong> que tiene la gente de la educación en Ciadoncha,<br />
están los pizarrines. Eran unas pequeñas tablas negras, donde escribían y luego borraban<br />
para volverlas a usar.<br />
La foto de Franco, el crucifijo y la foto de Primo de Rivera estaba en todas las escuelas durante el<br />
franquismo<br />
http://www.teacuerdas.com/images/nostalgia-escuela-libro2.jpg<br />
La escuela de Ciadoncha, como todas las escuelas en España tenía la foto de<br />
Franco, la de Primo de Rivera y un crucifijo. Los niños rezaban antes de empezar las<br />
clases. Por la mañana estudiaban m<strong>at</strong>emáticas, cálculo, lenguaje. Mientras la maestra o<br />
el maestro explicaban la lección del día, otros grupos realizaban las cuentas puestas en la<br />
pizarra, corregían los deberes, etc.<br />
Contexto histórico<br />
En los primeros años de la década de los cuarenta, España <strong>at</strong>ravesó una situación<br />
dura, de pobreza y según algunos autores, hasta de hambre (Monlau, 2006). Los analistas<br />
80
económicos dicen que el hecho de aislarse de otros países fue lo que dio como resultado,<br />
el hambre y una educación mediocre en esos tiempos. Fue entonces que se estableció la<br />
cartilla de razonamiento la cual duró 12 años.<br />
Apareció Auxilio Social, organización fundada por Mercedes Sanz Bachiller,<br />
viuda del falangista Onésimo Redondo. Auxilio Social fue la que abasteció a la población<br />
necesitada a través de comedores públicos y puestos de reparto en las calles de las<br />
ciudades grandes.<br />
Esta era la primera fase del gobierno franquista a la que se identifica como<br />
Autarquía (Muy historia, febrero 2006). Según dijo el mismo Franco, había que enderezar<br />
la nación torcida (Juliá, 2006, 504). Por eso centralizó la educación poniéndola en manos<br />
de la Iglesia C<strong>at</strong>ólica.<br />
Educación Religiosa<br />
http://www.geocities.com/SoHo/Cafe/6639/religio1.html<br />
El principal recurso del maestro para enseñar y de los niños para aprender, era la<br />
enciclopedia. El señor Rafael Jiménez, tuvo la idea de poner en Internet muchas<br />
fotografías e información sobre la escuela del ayer. Es un lugar en la red que nos da una<br />
mejor idea de cómo fueron los tiempos de la posguerra y los tiempos del franquismo.<br />
http://www.geocities.com/SoHo/Cafe/6639/centro1.html También en la Internet, el<br />
Canal Nostalgia tiene cosas muy interesantes no sólo sobre la educación, pero también<br />
sobre la vida en general en España en otros tiempos.<br />
La escuela era de una sola aula, pero como se dijo al principio de este capítulo,<br />
había dos escuelas; una de los niños y otra la de las niñas. Un participante recuerda con<br />
nostalgia su época de educación elemental. El dice que entonces sí enseñaban y eran<br />
estrictos. Más adelante agregó que ahora los maestros les tienen miedo a los alumnos.<br />
Cuando hablamos de este tema con las mujeres, ellas me dijeron que sentían que<br />
antaño, a las niñas no se les obligaba tanto como a los varones.<br />
Muchas de las mujeres de Ciadoncha dicen que no acudían mucho a clase pues<br />
con frecuencia, tenían que quedarse en casa cuidando a los hermanitos, cuando la madre<br />
tenía que ir al campo a ayudar. Riendo dijeron que no pasaba nada si no iban a la<br />
escuela. Ellas recuerdan que para leer se colocaban alrededor de la maestra e iban<br />
leyendo una por una.<br />
81
Niñas Promoción 1940-1946. Exposición fotográfica 1986<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Siempre que traía el tema de la educación en las entrevistas, los participantes<br />
reían mucho recordando las pifias que hacían. Dicen que mientras unas leían, otras se<br />
ponían detrás de la maestra y hacían gestos para distraer a la lectora, la pobre chica, cara<br />
a la maestra, tenía que aguantar la risa y no siempre lo lograba. Todas las participantes<br />
recuerdan cómo las seguían los niños cuando tenían que ir a hacer de aguas. Como<br />
entonces no había baños, tenían que ir detrás de la escuela y a los niños les gustaba<br />
seguirlas para luego decirles que las habían visto, aunque no fuera verdad.<br />
Libro de lectura de los años 1940<br />
Museo Etnológico de Villadiego<br />
Los libros que tenían eran la enciclopedia y una cartilla. Las chicas llegaban sólo<br />
a aprender a sumar, restar multiplicar y dividir. Todavía recuerdan lo mucho que les<br />
costaba memorizar la tabla de multiplicación. Pero nadie tenía problemas con los<br />
exámenes y tampoco repetían curso. Deberes no tenían, algunas veces les mandaban a<br />
pasar a la pizarra a hacer algún problema, pero si no podían hacerlo, sólo lo borraban y<br />
no pasaba nada. A las niñas les enseñaban costura, puntilla, alfombras. La maestra sabía<br />
que la obligación principal de las niñas era ayudar a su madre en las tareas de la casa y<br />
por eso no les dejaban tarea ni les exigían mucho.<br />
A los niños les enseñaban más, dicen las participantes. A ellos les exigían que<br />
aprendieran. Don Celestino era más estricto que Doña Celsa, la maestra de las niñas.<br />
Muchos niños que destacaban en la escuela se iban al seminario para seguir estudios más<br />
avanzados y llegar a ser curas o hermanos religiosos. Todavía hoy, un participante nos<br />
planteó algunos problemas de razonamiento que a él le ponían en la escuela. Nos<br />
82
divertimos mucho tr<strong>at</strong>ando de resolverlos y a mí me maravilló observar la buena<br />
memoria y la ilusión con que los compartía.<br />
Contexto histórico<br />
La configuración del sistema educ<strong>at</strong>ivo español actual proviene a partir de<br />
mediados del siglo XVIII y ha ido evolucionando hasta el siglo XIX, alcanzando en el<br />
XX las características que hoy conocemos de la institución escolar.<br />
El sexismo en la escuela, no sólo en España sino en muchas partes del mundo, se<br />
muestra de forma evidente. La concepción de que hombres y mujeres deben encaminarse<br />
en las sociedades por diferentes destinos, viene de muy <strong>at</strong>rás y está muy arraigada en el<br />
inconsciente de las personas. De allí que se tuviera una escuela para Niñas y otra para<br />
Niños. Lo curioso es que teóricamente en todas partes del mundo, incluyendo España, la<br />
educación tanto de niños como la de las niñas debe tener igual importancia.<br />
Evidentemente, no era así en la primera parte del siglo XX que es la época en que se<br />
sitúan los <strong>recuerdos</strong> de nuestras participantes.<br />
Curiosamente, la Ley Moyano de 1857 hace oblig<strong>at</strong>oria la escolaridad para las<br />
niñas por primera vez en España. No es hasta 1970 que con la Ley General de<br />
Educación, se elimina la separación entre niños y niñas, apareciendo las aulas mixtas. En<br />
1990 se regula la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educ<strong>at</strong>ivo (LOGSE)<br />
con la que se comienza a hablar de coeducación. (10 de agosto, 2006 en<br />
http://webs.uvigo.es/pmayobre/mujer_y_educacion_en_espa%F1a/4cuarta_parte_26_29.doc<br />
Niños Promoción 1940-1946. Exposición fotográfica 1986<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Lo que no faltaba era la clase de religión. En el tiempo bueno acudían todos los<br />
días a la c<strong>at</strong>equesis. El cura rifaba chupetes, o estampas, pero cuando no hacían caso<br />
también les calentaba los cachetes o les daba los famosos capones. Todos los días iban a<br />
la iglesia a visitar al Santísimo en el Sagrario y cantaban<br />
Vamos niños al sagrario<br />
Que Jesús llorando está<br />
Pero viendo a tantos niños<br />
Muy contento se pondrá.<br />
No llores Jesús, no llores<br />
Que nos vas a hacer llorar<br />
83
Y los niños de este pueblo<br />
Te queremos consolar.<br />
En el mes de mayo iban a traer flores al campo para llevarlas a la Virgen. Se<br />
rezaba el rosario y decían alguna poesía a la Virgen. Era muy alegre hacer todo eso, no<br />
les importaba mojarse hasta los huesos con tal de llevar las flores más bonitas. Éstas eran<br />
las cosas que ponían ilusión a la vida. Ya se sabía que cada año era igual, que cada mayo<br />
había que hacer lo mismo y se esperaba con mucha ilusión.<br />
No con menos ilusión recuerdan los juegos que jugaban en el recreo o después de<br />
la escuela. La escuela fue pues, una etapa agradable para casi todos. Muchos confiesan<br />
no haberse sentido motivados a estudiar. Algunos comentaban con cierta tristeza que era<br />
como si ya, de entrada, se sabía quienes eran los listos y los que no servían para eso.<br />
Estos comentarios salieron, sobre todo con la generación de los años 50.<br />
Federico Varona Madrid en Mollerusa a los 11 años con su padre Ángel Varona Temiño<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
En esta época también era común ver a sacerdotes y monjas que llegaban a<br />
reclutar niños y jóvenes para la vida religiosa. Fue por estos años que uno de los<br />
participantes en el estudio dejó el pueblo. Entusiasmado por la charla que había dado un<br />
Hermano de La Salle, sobre América, al preguntar quién quería ir a esa parte del mundo,<br />
él levantó la mano. Sin saberlo, en ese momento estaba definiendo su porvenir. En<br />
cuestión de días se preparó su partida y así llegó uno de los días más dolorosos de su<br />
vida. El día que dejó a su familia y a su pueblo.<br />
Este participante cuenta que al llegar a la casa de formación y encontrarse con<br />
muchos otros niños como él, que llegaban de pueblos un poco más grandes, era evidente<br />
la falta de preparación que llevaba de Ciadoncha. Su tenacidad le hizo pasar del puesto<br />
84
número 37 de 40 al tercero, segundo y primero, entre los que se mantuvo durante todo el<br />
tiempo de sus estudios. Esta era la realidad de los años cincuenta con respecto a la<br />
educación en el pueblo. Sin embargo, otra participante, mucho más joven recuerda lo<br />
bien que estaba preparada en ortografía, gracias a la educación que había recibido<br />
también en el pueblo.<br />
Contexto histórico<br />
En 1954, el gobierno al darse cuenta que cerrar las fronteras no estaba trayendo<br />
más que pobreza, empieza la fase de apertura internacional. Al empezar la guerra fría,<br />
Franco se da cuenta que debe dejar muchas de las prácticas que había copiado del<br />
fascismo italiano, como el saludo con el brazo en alto, los himnos oblig<strong>at</strong>orios como<br />
“Cara al sol” y las concentraciones masivas, como cuando inauguró la Ciudad<br />
Universitaria en 1943. Enf<strong>at</strong>iza su vínculo con la iglesia c<strong>at</strong>ólica y su posición<br />
anticomunista. Esto trae como resultado una nueva amistad, la de los Estados Unidos.<br />
Gracias a esta apertura internacional, la situación económica empieza a mejorar en toda<br />
España (Monlau, 2006).<br />
Muchos participantes recuerdan cuando empezaron a repartir la leche de los<br />
americanos. Este era otro motivo para que las niñas salieran de la clase y fueran a<br />
preparar la leche que llegaba en polv; después tenían que repartirla a todos en la escuela<br />
(Entrevista personal, 2005).<br />
Después de la fase de apertura internacional que duró desde 1954 a 1960, vino la<br />
del desarrollo. Estos eran los fabulosos sesenta. Se empieza a notar en España la<br />
presencia de turistas extranjeros. La presencia, especialmente de las suecas, causó gran<br />
sensación por lo mucho que enseñaban en las playas. La llegada de la televisión cambió<br />
bastante los hábitos de la población que ya no se mantenía pegada a la radio sino que se<br />
aglomeraba alrededor de la tele en los “teleclubs”.<br />
Niños Promoción 1958-1964<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En Ciadoncha sin embargo, se mantenía el rec<strong>at</strong>o. Los destapes se veían en la tele<br />
y era algo ajeno a ellos. Es interesante ver las fotos de las distintas promociones de niños<br />
85
de las escuelas de Ciadoncha. La situación económica por la que <strong>at</strong>raviesa el país se<br />
puede ver reflejada en los rostros y forma de vestir de los pequeños.<br />
Sección Femenina. Ciadoncha<br />
Foto proporcionada por Angelines Varona<br />
En los años 60 llegó a Ciadoncha la Sección Femenina. Este tipo de educación<br />
tenía por objeto educar a las mujeres a ser buenas amas de casa, buenas madres y las<br />
encargadas de mantener las costumbres y tradiciones en la familia.<br />
Cruz de las Misiones.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Para los hombres también hubo cosas especiales en la época de Franco, como los<br />
retiros espirituales en 1964 que fomentaban la formación religiosa. Con tal motivo se<br />
construyó una cruz que estuvo por mucho tiempo por el camino (hoy carretera) a <strong>Santa</strong><br />
María.<br />
86
Promoción 1964-1970<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Cuando llega la mecanización de la agricultura y el bajo precio de los cereales,<br />
muchas personas de Ciadoncha tienen que buscar trabajo en Bilbao y Barcelona. En el<br />
pueblo ya no se puede vivir si no se tiene suficiente tierra. Entonces empieza el éxodo de<br />
la juventud de Ciadoncha y las escuelas se van quedando vacías.<br />
Niñas Promoción 1965-1974<br />
Foto proporcionada por Angelines Varona<br />
En los setenta se da otra ola de emigración del pueblo. Los jóvenes se van<br />
mayormente a la ciudad de Burgos a trabajar en fábricas. Entonces es cuando las escuelas<br />
en Ciadoncha terminan su función y va quedando sólo el edificio que se usa como salón<br />
comunitario para que los jóvenes, que llegan los fines de semana y en vacaciones, se<br />
reúnan. Lo mismo está pasando en otros pueblos pequeños vecinos quienes empiezan a<br />
llevar a los pocos niños que hay en cada uno de los pueblos a estudiar a la escuela de<br />
<strong>Santa</strong> María del Campo. De allí en adelante es cuando se empieza a ver cómo van<br />
muriendo estos pueblos que un día estuvieron llenos de vida.<br />
87
Niños jugando en la escuela nueva en los años 70.<br />
Foto proporciona por Federico Varona<br />
Contexto histórico<br />
Según Juliá, consumada la reforma administr<strong>at</strong>iva y aprobado el plan de<br />
estabilización, la economía española parecía equipada para franquear la puerta hacia un<br />
crecimiento de ritmo intenso y sostenido. En la crisis de gobierno de 1962, la Comisaría<br />
del Plan de Desarrollo vino con un proyecto que estimulaba la inversión privada por<br />
medio de una mezcla de política indic<strong>at</strong>iva e inversiones públicas. A ese primer Plan, de<br />
1964 siguieron dos más, hasta que en 1973 la Comisaría fue transformada en un nuevo<br />
Ministerio que se extinguió con la muerte de Franco.<br />
El proceso de industrialización indujo un movimiento de población sin<br />
precedente: cientos de miles de españoles abandonaron su lugar de nacimiento y<br />
residencia y comenzaron a abarrotar los trenes que les llevaban a las grandes capitales, a<br />
las zonas industriales o a Francia, Suiza, Alemania.<br />
La emigración interior tuvo más alcance que la exterior. Sin contar a los menores<br />
de diez años, el número total de españoles que cambiaron de residencia en la década de<br />
1960 superó los 4.5 millones, de los que abandonaron la provincia donde residían. Algo<br />
más de millón y medio salieron de municipios de menos de 10.000 habitantes, que<br />
experimentaron una permanente sangría. Este éxodo gigantesco reforzó el peso<br />
demográfico del triángulo Madrid-Barcelona-Bilbao, el crecimiento de las zonas costeras<br />
y el despoblamiento de las mesetas centrales, mientras Extremadura, las dos Castillas y<br />
algunas provincias andaluzas sufrían notables pérdidas.<br />
En Ciadoncha se refleja lo que pasa en el resto del país porque poco a poco se va<br />
quedando sin niños. Las escuelas se van quedando vacías hasta llegar a cerrarse. Ya en<br />
los noventa, había tan pocos niños en Ciadoncha que tenían que ir a la escuela de <strong>Santa</strong><br />
María del Campo para recibir educación.<br />
88
Escuela de hombres en los años 50<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Escuela de los años 70 y polideportivo techado de Ciadoncha 2006<br />
Foto, Lucía Varona<br />
<strong>Santa</strong> María del Campo.<br />
http://www.santamariadelcampo.com/<br />
La educación en el pueblo no se ha limitado a la escuela. También ha habido<br />
bastantes cursos para adultos impartidos por personas especializadas que han ayudado<br />
89
mucho en el desarrollo cultural de los habitantes, especialmente durante el apogeo del<br />
Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />
Ya en la sección de vivienda hice el comentario de Purina, la vecina que tiene<br />
manos maravillosas. Como ella hay varias personas más que han aprendido a hacer<br />
manualidades en este tipo de cursos para adultos. El Club Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara,<br />
también dedicó mucho tiempo a cursos y cursillos, especialmente en los veranos, cuando<br />
todavía llegaban muchos jóvenes y niños de vacaciones al pueblo.<br />
Otra forma de educación que ha existido siempre en Ciadoncha, es la predicación<br />
del sacerdote durante las misas. Estas son las únicas pláticas semanales que la gente tiene<br />
ahora. Desde hace más o menos dos años, ya no hay suficientes vecinos como para<br />
solicitar que lleven cursos de educación para adultos al pueblo.<br />
Antiguamente, los sacerdotes también enseñaban a los niños a ser monaguillos y<br />
esto implicaba la memorización de las respuestas de la misa, en l<strong>at</strong>ín primero y en<br />
castellano después. Este es otro tipo de educación que algunos del pueblo recuerdan.<br />
Algunas publicaciones que circulan todavía hoy en el pueblo son el Trigarral, El<br />
mensajero de San José y El promotor. El Trigarral es una revista muy interesante para el<br />
área rural, pues consiste de una serie de artículos, entrevistas y noticias, todo relacionado<br />
a la vida en el campo. Está bellamente ilustrada con dibujos del sacerdote Femín<br />
Gonzáles y la redacción está a cargo de los clérigos Emérito Puente, Luis Hernando,<br />
Fermín González, Fernando Susaeta, Julio Ruiz, Pedro Javier Rodríguez y Jose Mari<br />
Herrera. Esta publicación me ha inspirado mucho en cuanto a aprender la forma de<br />
hablar de la gente de campo o como dirían los lingüistas, “el registro rural”. También me<br />
ha dado una mejor idea de los sueños y esperanzas de la gente del área rural de Burgos.<br />
El Trigarral, revista de cultura campesina.<br />
El mensajero de San José es una publicación que la introdujo en Ciadoncha hace<br />
52 años, Doña Paz de Quevedo Iriarte, maestra en la escuela. La suscripción pasa de<br />
madres a hijas y la celadora actual es Dolores Tomé quien la reparte a las suscriptoras.<br />
(Información proporcionada por D. Emérito Puente)<br />
El promotor, es otra publicación religiosa que todavía se lee en algunos pueblos<br />
de la comarca en estos tiempos.<br />
90
Como todo pueblo, Ciadoncha ha sido siempre una universidad informal.<br />
Cualquiera que se dedique a observar, puede aprender mucho de lo que estos lugares<br />
entrañables nos ofrecen desde la n<strong>at</strong>uraleza hasta su gente.<br />
91
EL CICLO DE LA VIDA<br />
He querido poner en este capítulo los acontecimientos ordinarios y extraordinarios<br />
que los participantes mencionaron como parte de los gr<strong>at</strong>os <strong>recuerdos</strong> que tienen de su<br />
vida en Ciadoncha. Estos temas surgieron en las conversaciones con las primeras<br />
participantes de manera espontánea y me di cuenta que era necesario dedicarles un<br />
capítulo completo para hacernos una idea de lo que ha sido la vida en esta población.<br />
Debido a la importancia que tiene cada etapa de la vida, decidí dividir este capítulo de la<br />
siguiente manera; empezaré con el parto y el bautizo, luego comentaré la niñez, los<br />
juegos y la Primera Comunión, después entraré a la juventud, el noviazgo y la boda, para<br />
luego finalizar presentando la vida adulta, la vejez y la muerte.<br />
El parto y el bautizo<br />
Algunas personas, sobre todo las mujeres, cuando en las entrevistas personales les<br />
hacía la pregunta ¿cuál es el momento más entrañable que usted recuerda de su vida en<br />
Ciadoncha? Me respondían que había sido cuando habían tenido a sus hijos. Una de ellas<br />
incluso usó la expresión: ¡Cuando tuve a mis hijos, boba! (La palabra “boba” es usada en<br />
una forma coloquial para expresar que se sobreentiende y no despectivamente, como<br />
podría suponerse en otros ambientes). Esto fue lo que me llevó a investigar los detalles<br />
del parto.<br />
Las personas mayores me compartieron que antes, las mujeres tenían a los hijos<br />
en el pueblo. Había dos o tres mujeres que se dedicaban a ayudar a las otras, basándose<br />
sólo en su experiencia porque en realidad no tenían ningún entrenamiento profesional.<br />
Me gustó mucho escuchar decir a uno de los hombres, cuando hablamos de este tema en<br />
un grupo mixto, que seguramente algo tenían estas señoras. Talvez tenían “las manos más<br />
finas”. Me gustó mucho esta expresión, porque yo entiendo que lo que esto quiere decir<br />
es que quizás esas mujeres, en el momento del parto, tenían una buena disponibilidad<br />
para ayudar; que eran cariñosas y delicadas en el tr<strong>at</strong>o.<br />
Pilar Palancín, presentando a uno de sus hijos en la iglesia.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
92
Tuve oportunidad de hablar con mujeres que tuvieron a todos sus hijos en el<br />
pueblo, con otras que tuvieron a uno o dos de ellos allí y los otros en la ciudad y con una<br />
que no ha tenido ninguno en el pueblo, sino a todos en la ciudad. Esto está íntimamente<br />
relacionado con las facilidades de transportación que fueron desarrollándose. Como<br />
dijimos anteriormente, el primer automóvil llegó a Ciadoncha en 1946, pero no era usado<br />
de la misma manera en que se usan hoy en día. El medio de transportación más usado a<br />
principios de siglo era el burro, el caballo, la carreta, la bicicleta, el coche de línea y<br />
después el automóvil.<br />
Contexto histórico<br />
El 13 de noviembre de 1953 se fabrica el primer automóvil en España, lo hace la<br />
fábrica Se<strong>at</strong>. El 12 de febrero de 1954 se fabrican los nuevos vehículos Bircuter. El 27 de<br />
junio de 1957 se pone a la venta el primer Se<strong>at</strong> 600 fabricado en Barcelona a un precio<br />
razonable y así empezó la motorización de muchas familias españolas. En los años 60 se<br />
pueden ver Se<strong>at</strong> 600 llenos de pasajeros por las carreteras, especialmente las que llevan a<br />
las playas del sur. (Revista Muy Historia, Pags. 48 y 49)<br />
En Ciadoncha no fue hasta los años 70 que los vecinos empezaron a tener<br />
transporte propio. Antes de los años setenta, la mayoría de mujeres tenían a sus hijos en<br />
el pueblo, de no ser que hubiese habido alguna complicación y hubieran tenido que llevar<br />
a la parturienta a la ciudad como una emergencia.<br />
A partir de los años sesenta las mujeres tuvieron un médico ginecólogo que las<br />
examinaba regularmente, casi siempre en Burgos, pero si se les presentaba el parto en el<br />
pueblo, tenían que prescindir de él, ya que la distancia era mucha tomando en cuenta que<br />
no tenían vehículo apropiado para avisarle. Por estos años, no había la comodidad de los<br />
automóviles particulares. Para llamar al médico se usaba entonces bicicletas, el mismo<br />
tractor, el burro, el caballo o se iba a pie. En los años cuarenta y cincuenta era aún más<br />
difícil encontrar quien fuera a llamar al médico al pueblo vecino en casos de emergencia.<br />
El parto no se consideraba una emergencia, a no ser que se presentaran complicaciones.<br />
Muchas veces Don Antonio, el cura, iba a traerlo en su coche, pero algunas veces el<br />
médico no podía llegar a tiempo a <strong>at</strong>ender a la señora.<br />
Las ancianas, me explicaron que ellas tenían que preparar todas las cosas que se<br />
iban a necesitar en el parto y tenerlas listas para cuando se les presentara. A muchas de<br />
ellas se les presentaba mientras hacían trabajo en el campo y a otras en la casa. Para las<br />
participantes que tuvieron a sus hijos en los años cuarenta y antes, prepararse significaba<br />
limpiar las tijeras y tener los lacitos o cintas para amarrar y cortar el cordón umbilical.<br />
También preparaban las mantitas y pañales de tal manera que estuvieran a la mano para<br />
calentarse si el parto se presentaba en tiempo frío.<br />
Desde que las señoras llegaban al séptimo mes de embarazo, empezaban a<br />
preparar la ropa de la cri<strong>at</strong>ura y la tenían lista para ser usada en cualquier momento.<br />
Todavía hoy, recuerdan algunas mujeres cómo calentaron la ropa de algún niño en los<br />
hornos de leña para que no estuviera tan fría al vestirlo por primera vez.<br />
93
La mayoría coincidió que era el primer parto el que costaba más, pero que con el<br />
segundo ya se sabía mejor qué hacer, porque se podía prever lo que sucedería, y con el<br />
tercero ya no sentían ningún temor y lo veían con toda n<strong>at</strong>uralidad. En los años cuarenta<br />
había mujeres que tenían hasta 16 hijos, de los cuales sólo vivían algunos; aún así en ese<br />
tiempo las familias eran numerosas.<br />
La presencia del esposo durante el parto también es algo que ha cambiado a través<br />
de los tiempos. Unos participantes, quienes tuvieron a sus hijos en los años cuarenta y<br />
cincuenta, me dijeron que ellos habían estado presentes en la habitación con su esposa<br />
dándole ánimo. Uno de ellos tuvo esta expresión que me hizo pensar en el profundo amor<br />
que hay entre esa pareja: -¡Cómo no iba a estar con ella! Ella seguía siendo mi mujer y<br />
tenía que acompañarla en esos momentos-.<br />
Algunos otros que tuvieron a sus hijos un poco más tarde comentaron que ya<br />
fuera el médico o la partera, les hacían ver que estorbaban y aunque nunca les<br />
prohibieron estar presentes, ellos entendían que debían salir para dejarlos hacer mejor su<br />
trabajo. -Preferían que los hombres esperaran fuera- comentó un participante. Las parejas<br />
más jóvenes, ya no tuvieron a sus hijos en el pueblo. En la ciudad, muy pocos esposos<br />
eligen estar presentes en el parto.<br />
Siendo el parto una cosa tan n<strong>at</strong>ural, pero a la vez impredeciblemente arriesgado,<br />
es difícil pensar cómo habrá sido dar a luz cuando no se tenían las comodidades de las<br />
que hoy disfrutamos. El frío del invierno, la falta de <strong>at</strong>ención médica inmedi<strong>at</strong>a, la falta<br />
de control durante el embarazo, todo lo hacía mucho más arriesgado, sin embargo nunca<br />
faltó una mano bondadosa que ayudara en esos momentos y así y todo, para la mayoría el<br />
tener a los hijos es uno de los <strong>recuerdos</strong> más gr<strong>at</strong>os que tienen de su vida en Ciadoncha.<br />
Contexto histórico<br />
Según Mary Nash, c<strong>at</strong>edrática de Historia Contemporánea en la Universidad de<br />
Barcelona y fundadora de la Asociación Española de Investigación en la Historia de<br />
Mujeres, en la España del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX lo que ha marcado<br />
la función de la mujer en España es el discurso de la domesticidad (Nash, 1993). Nash<br />
dice que la sociedad española ha creado un prototipo de mujer modelo / el “Ángel del<br />
Hogar”- la “Perfecta Casada” / “la mujer de su casa”- que se basaba en el ideario de la<br />
domesticidad y el culto a la m<strong>at</strong>ernidad como máximo horizonte de realización. Para la<br />
mujer española, su eje era la familia y su identidad personal propia se desarrollaba a<br />
partir del m<strong>at</strong>rimonio y de la m<strong>at</strong>ernidad (en http://www.nodo50.org/mujeresred/ se<br />
pueden encontrar varios artículos sobre el feminismo, no sólo en España sino en el<br />
mundo entero).<br />
Las mujeres en Ciadoncha no se siente discriminadas ni explotadas por el trabajo<br />
que les ha tocado hacer, por el contrario creo que el hecho de mantener el total control de<br />
las tareas del hogar y del cuidado de los hijos les ha dado cierto poder y autoridad dentro<br />
de la familia que compensa el esfuerzo.<br />
94
Niños y mayores recogiendo caramelos en un bautizo en Ciadoncha<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Antes, la madre no salía de la casa por cuarenta días, pero a los ocho, o cuando se<br />
celebraba la primera misa en el pueblo, se llevaba al niño a bautizar. Lo llevaba la<br />
madrina y se acostumbraba tirar confites después de la ceremonia.<br />
Cuando las señoras empezaron a ir a dar a luz a la ciudad de Burgos, se<br />
encontraron con la costumbre de que a los niños se les bautizaba inmedi<strong>at</strong>amente al<br />
nacer. Comentaba una de las participantes que ella recuerda cómo otra señora que<br />
acababa de dar a luz había servido de madrina en ese momento, pero luego al formalizar<br />
los papeles pusieron a su hermana y su cuñado como padrinos porque eran las personas<br />
que ellos habían elegido.<br />
Más recientemente, los bautizos son motivo de mucha celebración. Se nombra a<br />
los padrinos, quienes normalmente son familiares de los padres, se tiene la ceremonia en<br />
la iglesia en una de las misas y se tiran los caramelos cuando los asistentes van camino a<br />
casa o a las bodegas donde se sirve una comida especial.<br />
La elección del nombre de la cri<strong>at</strong>ura, también ha cambiado a través de los<br />
tiempos. Al principio el día que nacía el niño, el padre iba a la iglesia, consultaba al cura<br />
y el nombre del santo del día se le ponía. Prácticamente el cura le leía al padre del recién<br />
nacido, quiénes eran los santos del día y uno de esos nombres era elegido.<br />
Hubo un tiempo que también se usó poner los nombres de los abuelos. Un<br />
participante me explicó que en su época era como muy arrogante ponerle al hijo el<br />
nombre del padre o de la madre y que era mejor honrar a los abuelos eligiendo su<br />
nombre.<br />
Otra participante me contó cómo ellos buscando un nombre bonito para su hijo<br />
decidieron abrir la Biblia y de allí salió el nombre del segundo hijo. Otros han elegido los<br />
nombres de los hijos pensando en los familiares, ya sean tíos o tías de la cri<strong>at</strong>ura.<br />
95
Un caso interesante es el del participante que comentó cómo cuando él llegó a<br />
pedirle al sacerdote que bautizara a su hija, el cura le dijo que ese nombre le sonaba a<br />
ruso y que por lo tanto le iba a poner otro que sonara castellano antes del que ellos habían<br />
elegido. El participante me dijo que en los papeles del bautizo sale la cri<strong>at</strong>ura con esos<br />
dos nombres, pero en el registro civil aparece sólo con el nombre que él y su esposa<br />
habían querido desde el principio.<br />
La niñez, los juegos y la Primera Comunión<br />
Todas las entrevistas para este trabajo fueron momentos muy especiales para mí,<br />
pero quizás uno de los más entrañables fue cuando me senté con una de las ancianas y la<br />
escuché contarme cómo había sido su niñez. Me conmovió ver cómo en un cuerpo tan<br />
cansado esos ojos brillaban más que nunca al recordar su infancia. En su boca se<br />
dibujaba constantemente una sonrisa y empezó a recordar hasta canciones y nombres de<br />
personas de las que yo nunca antes le había escuchado hablar.<br />
En los <strong>recuerdos</strong> de los participantes en este estudio, nos remontamos a 1920 y<br />
1930. En esa época la vida era muy distinta. En primer lugar no era de extrañarse que<br />
una mujer muriera al dar a luz y dejara huérfanos a unos cuantos niños. Muchos niños de<br />
esa época crecieron en casa de tíos u otros parientes. Sin embargo, al hablar de su niñez<br />
muchos recuerdan lo más bonito, lo más agradable y es como si su infancia hubiese<br />
estado llena de momentos alegres y de mucha ilusión.<br />
Una participante me contó cómo ella y sus hermanos jugaban con cosas tan<br />
sencillas como los alfileres de su madre, los cartones de las cerillas, las ramas de algunas<br />
plantas, las tabas. Todos los juguetes eran hechos por ellos mismos. Quise entender<br />
mejor cómo jugaban y les pedí que me explicara algunos de estos pas<strong>at</strong>iempos.<br />
El juego de los alfileres consistía en coger tierra seca, cubrían los alfileres y<br />
tiraban un cantito o piedrita encima para descubrir los alfileres blancos de camota.<br />
Ganaba el que más alfiles descubría al tirar el canto.<br />
Las tabas son los huesos de la rodilla del cordero, se tiraban al aire y según caían<br />
se contaban como pencas, líes, cara y carnes. Cada una de estas posiciones tenía un<br />
número de puntos, ganaba el que tenía más puntos. Este juego lo practicaron muchas<br />
generaciones.<br />
Las tabas .Museo Etnológico de Villadiego. 2.006<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
96
Varios participantes me comentaron el juego de los cartones. Básicamente<br />
se jugaba con cartones que se tiraban a la pared y al rebotar se tr<strong>at</strong>aba que cayeran<br />
encima de los cartones de los otros. Parece que este mismo juego lo practicaron en una<br />
generación anterior, pero con los tacones de los zap<strong>at</strong>os que encontraban los niños por los<br />
caminos. Otras generaciones anteriores también lo practicaron con cartones. De allí el<br />
nombre del juego. Es posible que usaran lo que encontraban tirado y en un tiempo se<br />
generalizó el encontrar tacones de zap<strong>at</strong>os, por lo cual el juego se hacía con éstos.<br />
Después se hizo el mismo juego con los cartones de las cerillas. Es probable que se<br />
popularizara el uso de los cartones de las cerillas cuando la gente empezó a fumar más.<br />
No logré establecer, si este mismo juego de los cartones era el que jugaron por un<br />
tiempo usando tacones o si el de los tacones era totalmente distinto. Los participantes no<br />
tenían claro esto y mientras unos decían que era el mismo juego, otros decían que no, que<br />
el juego de los tacones era totalmente distinto, pero nadie recordaba cómo lo jugaban.<br />
Otro juego que mencionaron fue la régula era un juego de saltar sobre una figura<br />
que se dibujaba en el suelo, se usaba una prenda que iba avanzando si quien saltaba no<br />
cometía error. En otros lugares le llaman infernáculo o bebeleche y con más o menos<br />
variantes se juega así: en el piso se dibuja un diagrama de rectángulos y en la parte<br />
superior un semicírculo. El número de rectángulos depende del gusto de los participantes,<br />
pueden ser pocos o muchos. Se numeran cada uno de los recuadros. Los participantes,<br />
poseen piedras o semillas que arrojan cada vez que toca jugar. El primer jugador lanza la<br />
piedra hacia el recuadro número uno. Después salta en un pie, brincando dentro de él,<br />
saca la piedra p<strong>at</strong>eándolo recogiéndolo. Luego sale de la misma forma en que entró. Lo<br />
mismo va haciendo con los siguientes recuadros, en forma progresiva hasta llegar al<br />
último. En algunos recuadros se les pone el nombre de descanso, así como el recuadro<br />
final, que es llamado meta, el cielo, o la luna, al llegar a este se debe pisar con ambos<br />
pies. En otros recuadros se les puede nombrar infierno o mundo, no se puede hablar y,<br />
algunas veces, deben saltarse. Ni el participante ni su piedra pueden tocar estos<br />
recuadros. Se pueden distinguir por un cuadro dividido a la mitad, y que casi siempre se<br />
localiza al centro. Al llegar ahí, se debe brincar con las piernas abiertas, colocando cada<br />
pie en los recuadros l<strong>at</strong>erales. Este era un juego que practicaban las niñas más que los<br />
varones.<br />
Otro juego que mencionaron fue “A esconder las alubias.” Este era un juego que<br />
consistía en hacer saltar las alubias haciendo palanca con la mano, las alubias saltaban y<br />
tenían que entrar en un bote. Si las alubias eran pintas valían cinco puntos, si no lo eran<br />
valían uno. La persona que acumulaba más puntos ganaba.<br />
El aro también les gustaba mucho a los niños, se llevaba un aro rodando con un<br />
palo por las calles y el que aguantaba más tiempo y no se le caía era un buen experto en<br />
manipular el aro. Este juego no consistía en competir, sino simplemente en saber llevar el<br />
aro.<br />
Otro juego era al pico zurro y zaina y consistía en ponerse los chicos con la<br />
cabeza entre las piernas del otro, y se iban subiendo los demás sobre ellos, hasta formar<br />
97
una torre. Otro juego que era muy popular entre los niños era un palo con un pincho que<br />
había que clavarlo en barro, el que lograba clavar más pinchos ganaba.<br />
Otros juegos que también eran favoritos de niñas eran: A correr la potra que<br />
consistía en mojar un poco una cuesta y había que resbalarse por allí. Muchas<br />
participantes tienen muy gr<strong>at</strong>os <strong>recuerdos</strong> saltando a la soga, que consistía en saltar y<br />
cantar al mismo tiempo. En las noches de verano, se pasaban las horas jugando al<br />
escondite.<br />
El arroyo<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
El arroyo les trae muchos <strong>recuerdos</strong> a los chicos de los años cincuenta. Allí<br />
encontraban las ranas, con las que jugaban y gallinitas de agua. Los niños gozaban mucho<br />
yendo al campo a coger moras y toda clase de frutos silvestres. En el campo también<br />
hacían pitos con ramitas de sauce; le sacaban el centro y se hacía como una flauta.<br />
Los tirabeques eran el arma de compañía de los niños, por si aparecía algún pájaro<br />
o lo que fuera. Hay muchos juegos más, como p<strong>at</strong>ear el bote, juegos de canicas, el<br />
trompo, etc. La mayoría de los juguetes eran confeccionados manualmente por los<br />
mismos niños o por sus padres.<br />
Un paseo en Burra, gracias al tío Martín. Niños en los años 50.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
98
Uno de los <strong>recuerdos</strong> más gr<strong>at</strong>os que tienen muchos participantes es cuando de<br />
niños iban montados en la burra a dejar la comida a los hombres que estaban trabajando<br />
en el campo. Les hacía mucha ilusión pasear montados en la burra, tanta que algunos se<br />
tomaron fotografías donde ha quedado plasmada la alegría de los niños y la s<strong>at</strong>isfacción<br />
de los mayores.<br />
Foto tomada en el camino donde esperaban el coche de línea.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Para la mayoría de los participantes, los años de niñez fueron los más felices en<br />
Ciadoncha. Recuerdan mucho con qué ilusión esperaban el coche y cómo desde que<br />
veían reflejarse sus luces empezaban a gritar “el coche, el coche, el coche”.<br />
Otros chicos recuerdan también cómo Ciadoncha también tuvo su Cabo<br />
Cañaveral, refiriéndose al lugar de lanzamiento de cohetes al espacio. Los niños<br />
construían verdaderos cohetes con un m<strong>at</strong>erial que usaba el señor Simeón en la fragua.<br />
Ponían este explosivo en un bote y luego le prendían fuego y salía la l<strong>at</strong>a disparada por la<br />
fuerza explosiva. Para algunos estar con el señor Simeón, el herrero del pueblo viéndolo<br />
trabajar, ya era un pas<strong>at</strong>iempo enorme.<br />
Niños y jóvenes en los años 60.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La niñez se pasaba muy bien en Ciadoncha. Había grupos de chicos por edades y<br />
sobre todo por el barrio donde vivían. Como mencioné anteriormente, el pueblo, a pesar<br />
99
de ser pequeño y no tener muchos habitantes tenía los barrios muy bien demarcados y era<br />
raro que chicos de diferentes barrios jugaran juntos después de la escuela.<br />
Niños jugando enfrente de la escuela en los años 60.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Después del éxodo rural, Ciadoncha era como el imán que reunía a la familia.<br />
Allí era donde se juntaban los primos mientras sus padres trabajaban la tierra. Los<br />
participantes recuerdan con cierta nostalgia, cómo había tantos niños por las calles y<br />
cuánto alegraban el pueblo.<br />
Antes de la mecanización de la agricultura, los niños también ayudaban a trabajar<br />
desde muy jóvenes. Las niñas pronto empezaban con los quehaceres de la casa y<br />
cuidando a los hermanitos. Los niños también tenían que echar una mano a los mayores<br />
en el tiempo de cosecha y buscando hierbas para los animales. Así y todo, la mayoría<br />
admite que se lo “pasaban bomba”.<br />
Virgilio Galiana con el traje de su Primera Comunión.<br />
Foto proporcionada por Rosita Gutiérrez<br />
A los siete años se empezaba a ir a la escuela y a la c<strong>at</strong>equesis. Había que<br />
prepararse para la Primera Comunión. La Primera Comunión era un gran<br />
acontecimiento, se usaba el vestido blanco para las niñas y los niños iban de marineros.<br />
¡Qué ilusión daba ese día!- Me dijeron varios.<br />
100
Todos recordaban con muchas risas, los capones que les daba don Isidoro cuando<br />
no aprendían las preguntas del c<strong>at</strong>ecismo. -¡Cuánto hemos cambiado aún en eso!-<br />
comentaban otros, al recordar las famosas 12 horas de ayuno para poder comulgar.<br />
Muchos se desmayaban por la falta de alimento.<br />
Fabricio Galiana Delgado. 1970<br />
Foto proporcionada por Marisa Delgado<br />
El día de la Primera Comunión era un día especial, se comía mejor y se reunía a la<br />
familia para celebrarlo.<br />
Contexto histórico<br />
No es hasta principios del siglo XX que la vida de los niños fue considerada de<br />
interés o preocupación por la comunidad internacional. Así, en el año 1920, surge la<br />
Unión Internacional de Socorro a los Niños, que luego refrenda en 1923 la primera<br />
Declaración de los Derechos del Niño. Esta Declaración, que fue llamada Ginebra Uno,<br />
fue aprobada por la 5ª Asamblea General de la entonces Sociedad de Naciones, en 1924.<br />
Esta Declaración contenía cinco principios fundamentales para la <strong>at</strong>ención y<br />
cuidado del niño: a) que el niño debería tener la posibilidad de un desarrollo normal,<br />
físico y psíquico; b) que un niño hambriento debería ser alimentado; c) que un niño<br />
maltr<strong>at</strong>ado, debía ser <strong>at</strong>endido; d) que un niño enfermo, tenía que ser cuidado; e) si un<br />
niño es huérfano o abandonado, ha de ser <strong>at</strong>endido.<br />
La Declaración de Ginebra fue un extraordinario paso de avance en lo referente a<br />
la <strong>at</strong>ención y cuidado del niño como ser humano, descansando fundamentalmente en el<br />
aspecto de su cuidado como individuo, sin incidir directamente en su derecho a la<br />
educación. Este derecho se recoge en la Declaración Universal de los Derechos del Niño,<br />
documento primero que establece lo que el niño como ser humano requiere para un<br />
normal crecimiento y desarrollo y su conversión en un ciudadano apto, intelectualmente y<br />
afectivamente capaz, y competente para jugar el papel social que le corresponde en el<br />
mundo actual.<br />
101
Esta Declaración, aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1959,<br />
establece entre algunos de sus considerandos que las Naciones Unidas han proclamado en<br />
la Declaración Universal de Derechos Humanos que toda persona tiene todos los<br />
derechos y libertades enunciados en ella, sin distinción alguna de raza, color, sexo,<br />
idioma, religión, opinión política o de cualquiera otra índole, origen nacional o social,<br />
posición económica, nacimiento o cualquiera otra condición, y que el niño por su falta de<br />
madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida<br />
protección legal, tanto antes como después del nacimiento, y considerando que la<br />
humanidad debe al niño lo mejor que puede darle, proclamó que para que este pueda<br />
tener una infancia feliz y gozar, en su propio bien y en bien de la sociedad, de los<br />
derechos y libertades que en ella se enuncian, insta a los padres, a los hombres y mujeres<br />
individualmente y a las organizaciones particulares, autoridades locales y gobiernos<br />
nacionales a que reconozcan esos derechos y luchen por su observancia con medidas<br />
legisl<strong>at</strong>ivas y de otra índole adoptadas. (Asociación Mundial de Educadores Infantiles<br />
http://www.waece.org/modelocentro/capitulo03.php 10 de agosto, 2006)<br />
Juventud, noviazgo y boda<br />
De cierta manera, el terminar la escuela elemental, a los doce o trece años<br />
marcaba la entrada a la juventud. Una participante me enf<strong>at</strong>izó que las niñas de antes<br />
eran muy inocentes, que no era hasta los 15 ó 16 que se empezaban a fijar en los chicos.<br />
Otro me dijo que a los 11 años se había ido a la casa de formación y que por lo tanto<br />
había vivido muy diferentemente esos años de adolescencia, especialmente si los<br />
comparamos con los adolescentes de hoy. Por lo tanto, si la juventud la marcamos por la<br />
época en que los chicos se empiezan a fijar en las chicas y viceversa, tendremos que estar<br />
de acuerdo en que, para los niños de los años cincuenta y sesenta, la juventud llegaba más<br />
tarde.<br />
Sin embargo, al hablar con los participantes, me pude dar cuenta que lo que<br />
marcaba el final de la niñez era el dejar los juegos permanentes y empezar a tomar<br />
responsabilidades. Para muchas niñas fue tomar la responsabilidad de hacer algunas de<br />
las labores de casa, entre ellas cuidar a los hermanitos, fregar los trastos, limpiar la casa,<br />
etc. Para los chicos fue empezar a ir al campo con los mayores y participar en las tareas<br />
de cuidar los animales.<br />
Muchas participantes recuerdan con mucho detalle, cuando tenían que ayudar a<br />
sus madres a traer agua, limpiar la casa, ver que sus hermanos no hicieran travesuras y<br />
esas cosas. Otra tarea que tenían las chicas en el verano, cuando la madre acompañaba al<br />
padre y a los hermanos al campo, era ver qué compraban para preparar la comida y<br />
tenerla lista cuando los mayores volvieran. Estas obligaciones parecen muy grandes para<br />
niñas de ocho y diez años, pero entonces así era como toda la familia participaba<br />
responsabilizándose los unos de los otros.<br />
102
Genara y P<strong>at</strong>rito, amigas de toda la vida. Años 40.<br />
Foto proporcionada por Genara Madrid<br />
Cirila González, otra joven de Ciadoncha en los años 40<br />
Foto proporcionada por Rosita Gutiérrez<br />
Una participante recuerda que cuando ella era muy jovencita, su madre llegaba en<br />
la madrugada a su habitación y le decía todo lo que tenía que hacer durante el día. Ella<br />
confiesa que era tanto el sueño, que poco se enteraba de lo que decía su madre y luego<br />
cuando se levantaba se preocupaba porque no recordaba nada de lo que tenía que hacer.<br />
Las chicas recuerdan cómo también a ellas les tocaba ir al campo, todas cubiertas<br />
para no quemarse. Entonces, no se llevaba el ser morenas como ahora. Se cubrían todo<br />
el cuerpo, piernas, brazos, cara, todo. Esto les ayudaba también con el calor, pues al estar<br />
tan cubiertas, el sudor creaba humedad y con un poco de brisa que llegara, ya se<br />
refrescaban.<br />
En el capítulo sobre la educación se comentó cómo la iglesia c<strong>at</strong>ólica llegó a tener<br />
el control de la educación en España, en la época de Franco. Las escuelas primarias eran<br />
donde los grupos religiosos, encontraban a los futuros sacerdotes, hermanos y monjas.<br />
Muchos participantes recuerdan todavía cómo llegaban a los pueblos a reclutar niños.<br />
Para las familias, tener un hijo cura era uno de los honores más grandes, así<br />
cuando algún niño era invitado a entrar al seminario, los padres no dudaban en dejarlo ir<br />
y hasta lo animaban. Hubo algunos jóvenes que no terminaron la formación en el<br />
seminario y se regresaron antes de llegar a hacer los votos permanentes. Otros estuvieron<br />
en la vida religiosa por muchos años. Con el tiempo la mayoría de los hombres han<br />
103
dejado los hábitos, quedando todavía algunas monjas sirviendo en España y en otros<br />
países.<br />
En una época también se vio que muchas chicas de pueblos pequeños, como<br />
Ciadoncha, iban como chicas de servicio a las ciudades grandes. Un participante<br />
recuerda cómo los jueves era el día que se llenaba de chicas el Espolón en Burgos. La<br />
mayoría eran chicas jóvenes que habían salido de su pueblo en busca de algo mejor. -No<br />
era raro encontrar a alguna conocida y ya te pasabas la tarde charlando y paseando con<br />
ella-comentó el participante.<br />
Otras chicas fueron a conventos, al Opus Dei a aprender a servir a los miembros<br />
prelarios, o a vivir a casas de familiares en las grandes ciudades. Los padres las dejaban<br />
ir con la ilusión de que ellas aprendieran más fuera que quedándose en el pueblo. Sin<br />
embargo, varias volvieron a los dos o tres años a seguir su vida donde la habían<br />
empezado.<br />
Juventud de los años 40 listas para el paseo.<br />
Foto proporcinada por Arcadio Varona<br />
Cuando hablé del tema de la juventud con los participantes, pude darme cuenta<br />
que esta etapa de la vida se ha vivido de distintas maneras según las generaciones. Los<br />
ancianos recuerdan cómo disfrutaban de los salones de baile que había en Ciadoncha.<br />
Estos salones tenían un organillo que tocaba pasodobles y toda clase de música. Allí iban<br />
los jóvenes de antaño a bailar y a conocer gente de otros pueblos. Así fue como muchos<br />
forasteros y forasteras llegaron a vivir a Ciadoncha. La falta de facilidad de transporte,<br />
hacía más difícil el traslado a la ciudad de Burgos, así es que la juventud de los años 40 y<br />
antes de éstos, se quedaba por los pueblos vecinos para divertirse.<br />
La siguiente generación, ya no disfrutó de los salones de baile. Ellos recuerdan<br />
los paseos a pie por el camino a Presencio o a los Tornos. Entonces iban grupos de<br />
chicas y los chicos las seguían, si algún chico tenía intenciones de hablar con alguna, se<br />
le acercaba y le daba un toquecito por la espalda mientras paseaban. Esto quería decir<br />
que le <strong>at</strong>raía y la chica dejaba al grupo de sus amigas para caminar con el chico. Un<br />
participante aún recuerda cómo él siendo chico veía a las parejas caminar. ¡Qué<br />
elegantes eran y qué correctos!-comenta el participante.<br />
104
Jóvenes de los años 50.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />
La música era muy importante en la vida de los jóvenes de los años 50.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Divirtiéndose en las bodegas. Jóvenes de los años 50<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
105
Otra generación, me dijo que ellos ya no hacían esos paseos. Esta generación me<br />
comentó que los chicos aprovechaban cualquier celebración para demostrar quien era la<br />
que más les gustaba. Para una participante fue en una de las merendillas de carnaval que<br />
se acostumbraba hacer en diferente casa cada año. Se preparaba una merienda especial,<br />
con tortilla, postres y alguna otra cosa para que se reunieran las chicas a merendar y así<br />
celebrar un poco carnaval. Ella recuerda cómo en una de estas merendillas, de pronto vio<br />
que entraban chicos. Ella se sorprendió, porque hasta entonces, sólo se habían reunido<br />
mujeres, pero alguien había dejado la puerta abierta y los chicos aprovecharon para<br />
entrar. Ese día fue cuando el chico, quien después sería su esposo, le dijo por primera<br />
vez que ella le gustaba. A ese primer momento le siguieron algunas cartas y salidas a<br />
bailar a Burgos en grupos grandes, hasta que llegó el día de la pedida de mano y se<br />
preparó la boda.<br />
Jóvenes de los años 60.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Jóvenes en los años 60.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />
106
Jóvenes de los años 60 y 70<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Los de la siguiente década, recuerdan haber convivido mucho con los chicos en<br />
un plan más informal y cómo se las arreglaban para conseguir transporte para ir a bailar a<br />
Burgos. Unos recuerdan con mucha risa cómo llegaron a irse hasta en tractor por no<br />
perderse alguna fiesta.<br />
Jóvenes de los años 70<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Jóvenes de los años 80.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
107
Los jóvenes de los últimos años setenta y ochenta tuvieron más libertad de salir y<br />
conocer más gente y el proceso de noviazgo cambió mucho más. Una participante me<br />
dijo que realmente ella en esos años no pensaba en casarse, que la juventud entonces, el<br />
m<strong>at</strong>rimonio lo veía como algo muy serio. Estos jóvenes estudiaron todos fuera de<br />
Ciadoncha y estuvieron expuestos a una diversidad cultural mayor. Muchos jóvenes<br />
empezaron a viajar al exterior y todo eso influyó su forma de pensar.<br />
108<br />
Los jóvenes de los años noventa ya prácticamente no han vivido en Ciadoncha.<br />
Estos son los nietos de los vecinos permanentes del pueblo, pero ellos se han criado en<br />
capitales y tienen totalmente otra forma de pensar en cuanto al noviazgo y el m<strong>at</strong>rimonio.<br />
Algo que me parece interesante comentar, es que desde que puse en Internet algunos de<br />
los cuentos que he escrito sobre este pueblo, he recibido varios correos electrónicos de<br />
estás personas jóvenes que de alguna manera se identifican mucho con el pueblo y<br />
disfrutan leyendo algo que les una al pueblo de sus mayores. Antes, si una pareja quería<br />
formalizar su relación, entonces había que pedir la mano de la novia. Para esto iban, el<br />
novio y sus padres a la casa de la novia y tenían una reunión formal que consistía ya fuera<br />
en una cena o una merienda bien preparada. Los padres de los novios hablaban y<br />
decidían cuando sería el enlace m<strong>at</strong>rimonial. Era costumbre que el novio pagaba el<br />
vestido de la novia y el dormitorio iba por cuenta del padre de la novia (Entrevista<br />
personal, 2006).<br />
Las bodas se hacen durante la misa. Es costumbre en Ciadoncha, como en el<br />
resto de España, elegir un padrino que es quien entrega a la novia y a una madrina, que es<br />
quien acompaña al novio en el altar. En algunas bodas, entran a la iglesia primero unos<br />
niños a quienes se les llaman pajes, después entra la novia con el padrino, que<br />
normalmente es el padre de la novia mientras la madre y su hijo, quien es el novio<br />
esperan en el altar.<br />
Después de la misa los novios, sus padrinos y algunos testigos pasan a la sacristía<br />
a firmar el acta m<strong>at</strong>rimonial. Finalizado el acto, se pasa a la comida que se lleva a cabo<br />
en un restaurante.<br />
Boda de Irenio Galiana y Elisea. Años 30<br />
Foto proporcionada por Marisa Delgado.<br />
Las bodas grandes en el pueblo fueron antes de que existiera el automóvil.<br />
Cuentan que eran fiestas de hasta tres días. Esto era porque llegaban familiares de lejos y<br />
tenían que <strong>at</strong>enderlos. Había mucha comida, música, baile y todo el pueblo parecía estar
de fiesta. Se casaban en la iglesia del pueblo y hacían la fiesta en la casa. En la mayoría<br />
de las fotos de bodas antiguas, previas a 1955, las novias llevan vestido oscuro.<br />
Ángel Varona y Genara Madrid en su boda. 1945<br />
Foto proporcionada por Genara Varona.<br />
Con el tiempo, las parejas quisieron casarse en la ciudad de Burgos y más o<br />
menos a partir de 1.955, las novias se empezaron a vestir de blanco. Estas parejas<br />
celebraron su boda o como dicen ellos hicieron el gasto en un restaurante de la capital de<br />
la provincia. Estas parejas se fueron de viaje de novios a algún lugar dentro del país. La<br />
mayoría de ellos, son hoy los abuelos de los jóvenes que llegan a Ciadoncha en el verano<br />
y para las fiestas.<br />
Boda de Fabricio Galiana y Marisa Delgado. 1960<br />
Foto proporcionada por Marisa Delgado<br />
109
Emiliano Galiana Porres y María Cruz Blanco Pérez el día de su boda.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Otra generación más reciente, también se casaba en la ciudad de Burgos y<br />
celebraba en un restaurante, como los anteriores, pero éstos se iban de viaje de bodas a<br />
las islas Canarias. Los más jóvenes siguen haciendo lo mismo para celebrar el<br />
acontecimiento. La excepción han sido dos o tres parejas, que han decidido tener la<br />
ceremonia en la iglesia del pueblo en los últimos años. La luna de miel para estas parejas<br />
ha sido en el extranjero mayormente. Hay quienes también han decidido casarse en otras<br />
provincias y hasta en otros países.<br />
Boda de Petra Varona y Luís Cruz realizada en Santillana del Mar en 1998.<br />
Foto proporcionada por Petra Varona.<br />
Las bodas son muy elegantes. La gente acude vestida muy a la moda, con trajes<br />
muy finos. Una vez más he podido comprobar que el buen gusto en el vestir y en el<br />
arreglo personal de la gente de este pueblo se pone de manifiesto en estas grandes<br />
ocasiones.<br />
110
Personas del pueblo participando en la boda de …. Mayo, 2006<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
En Ciadoncha también se acostumbra que cuando se leen las amonestaciones unas<br />
semanas antes de la boda, se ofrece un aperitivo después de la misa. Ese día asisten a<br />
misa los novios y sus padres.<br />
Contexto histórico<br />
Tenemos que recordar que después de la posguerra, con la apertura internacional,<br />
vino el desarrollo a España. Las divisas enviadas por los españoles que trabajaban en el<br />
exterior y el flujo enorme de turistas, permitió el mayor crecimiento del producto<br />
económico español de toda la historia. Los españoles salieron en masa a trabajar a los<br />
países centrales europeos. La cifra oficial de emigrantes en los años 60 fue de 1.100,000<br />
emigrantes, pero la no oficial fue de 2.500.000 (Muy historia, 51). En esa misma época,<br />
el gobierno de Franco impuso una multa de 40,000 pesetas en Benidorm por usar Bikini<br />
pero la policía no se daba abasto para multar a todas las turistas y optaron por dejarlas en<br />
paz.<br />
Jóvenes de los años 50.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
111
Jóvenes de los años 60.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Así empezó el destape y los españoles se empezaron a quitar la montera ante la<br />
minifalda. De pronto Sara Montiel no parecía tan exagerada enseñando carnes en “El<br />
último cuplé”, el fútbol pasó a sustituir al toreo, Massiel ganó Eurovisión, los jóvenes<br />
cantaron “Porompompero” con Manolo Escobar, “Esos ojitos negros” con el Dúo<br />
Dinámico y con Karina se la pasaban “Buscando en el baúl de los <strong>recuerdos</strong>”<br />
(http://www.aguaron.net/aquellos70/70.htm ). Familias llenaban los Se<strong>at</strong> 600 y se iban a<br />
las playas del sur. Las películas de Joselito y Marisol iban quedando como cosa de niños.<br />
Este era el principio del final de la época franquista. España había abierto las puertas al<br />
mundo y nada ni nadie iba a detener la influencia extranjera (Muy historia, 2006).<br />
A Ciadoncha llegó todo esto por la tele, por la radio, por algunas revistas y porque<br />
los jóvenes ya salían más a Burgos y otras partes; pero el proceso fue un poco más lento<br />
que en pueblos o ciudades con mayor población. Según se puede ver en los vídeos, en<br />
Ciadoncha no se veían tantas minifaldas en los años sesentas y muy pocas en los setentas.<br />
No fue hasta en los veranos de los ochentas que la juventud llegó a broncearse de verdad<br />
(Vídeos proporcionados por Orencio Pérez Cascajar). Ciadoncha sigue siendo un pueblo<br />
con valores tradicionales, yo diría que en Ciadoncha todavía se puede sentir la influencia<br />
de la época de Franco, el rec<strong>at</strong>o y la elegancia clásica son característicos en la gente del<br />
pueblo.<br />
En las fiestas del pueblo era donde los jóvenes cantaban y declamaban<br />
demostrando su amor pero siempre con mucho rec<strong>at</strong>o y discreción. Según lo que yo he<br />
observado, en Ciadoncha nunca he visto a ninguna pareja besarse en público y creo que<br />
tampoco he visto a nadie caminar abrazados. Las expresiones de cariño se limitan a los<br />
niños, pero no entre mayores y mucho menos en público.<br />
112
Vida adulta, vejez y muerte<br />
Los adultos en el pueblo son los que tienen las responsabilidades de llevar la casa<br />
y también la comunidad. Ellos son los que se encargan de las responsabilidades públicas,<br />
como ser alcalde, participar más activamente en las celebraciones religiosas, organizar las<br />
fiestas, dirigir y coordinar los trabajos del campo y criar y educar a los hijos.<br />
Hoy en Ciadoncha viven muy pocos adultos. La mayoría de<br />
los miembros de la generación, quienes hoy serían los adultos del<br />
pueblo, salieron y están viviendo en otras partes. El alcalde, José<br />
Luís Julián Hernando por ejemplo, vive y trabaja en Burgos. Cuando<br />
hablé con él me dijo que él hacía este trabajo sin recibir ningún<br />
sueldo, que la empresa donde él trabaja le permite faltar si tiene<br />
alguna reunión importante, pero que en realidad no es nada fácil<br />
hacerlo. No obstante, casi cada fin de semana están él y su familia en<br />
la bonita casa que tienen en Ciadoncha y él siempre está al tanto de lo<br />
que pasa en la comunidad.<br />
Las autoridades del pueblo son: el alcalde, que es elegido cada cu<strong>at</strong>ro años y<br />
puede reelegirse sin tope de años, cu<strong>at</strong>ro concejales y un juez de paz. Realmente estos<br />
puestos los ocupan gente que tiene un gran espíritu de servicio a la comunidad, pues no<br />
representan mayor ventaja sino más bien gasto y mucho tiempo extra (Entrevista personal<br />
2006).<br />
Es difícil establecer dónde termina la vida adulta y empieza la vejez.<br />
Especialmente porque los niños de los años cincuenta se han conservado muy bien física<br />
y mentalmente y cuando pensamos que ellos son los que están entrando a la c<strong>at</strong>egoría de<br />
honor de la vejez, nos parece que no tienen las mismas características de sus antecesores.<br />
Mujeres en la puerta de la iglesia un día domingo. 1995<br />
Foto Lucía Varona<br />
Lo que sí es evidente es que los años pasan y van dejando huellas. Los adultos de<br />
antes, son los viejos de ahora y los viejos de antes son los ancianos de ahora. Es difícil<br />
aceptar que aquella pareja tan guapa y llena de vida que se paseaba por las calles y<br />
caminos de Ciadoncha en los cuarenta y cincuenta, hoy sean los ancianos del pueblo y<br />
113
que el niño que los admiraba tanto entonces, sea hoy parte del grupo de los viejos. Pero<br />
la vida es así y allí están ellos, con toda su sabiduría, con todos sus años.<br />
La vejez<br />
Hablando con un participante que está en el grupo selecto de los ancianos, me<br />
dijo: -Nosotros somos la generación que más ha tenido que aguantar. Primero tuvimos<br />
que aguantar lo que nos imponían nuestros padres, después enviamos a los hijos a<br />
estudiar y ahora tenemos que aguantar lo que nos imponen ellos.- Hay mucho de verdad<br />
en estas palabras.<br />
Don Emérito también expresó muy claramente que lo que se aprende de los<br />
mayores es su resignación, la paz con que aceptan lo que la vida les da. Yo también creo<br />
que los viejos de Ciadoncha nos enseñan esos valores. La vejez les ha sorprendido<br />
cuando empezaban a disfrutar el resultado de su trabajo. Muchos de ellos no habían<br />
viajado nunca por falta de medios y ahora que los tienen, les falta la salud. Sin embargo,<br />
no están amargados. Basta caminar un poco por la calle de La Calzada y se les puede ver<br />
tomando el sol, sonriendo y charlando mientras menean el bastón o las muletas.<br />
Los ancianos de hoy fueron los jóvenes y adultos de la posguerra. Ellos vivieron<br />
mucha estrechez económica, nunca tuvieron dinero extra y aprendieron a trabajar en el<br />
campo desde muy niños. Siempre estuvieron aceptando órdenes de más arriba. Los<br />
cambios les sorprendieron desprevenidos y cuando se vinieron a dar cuenta, eran los hijos<br />
los que llevaban las riendas y ellos se fueron quedando <strong>at</strong>rás. Hoy, les asusta tanta<br />
modernidad, la mayoría no quiere ni tr<strong>at</strong>ar de comprender lo que es la cibernética. Ellos<br />
son felices viendo cómo sus hijos y nietos se defienden en un mundo que ellos jamás<br />
llegaron a imaginar. Ellos se sienten más seguros, como es de suponer, en el pueblo que<br />
los vio nacer.<br />
No son pocos los que han celebrado las bodas de oro m<strong>at</strong>rimoniales en<br />
Ciadoncha. Hay todavía muchas familias que tienen la dicha de tener tanto al padre<br />
como a la madre vivos cuando llegan a cumplir los cincuenta años de casados. La<br />
mayoría celebra este acontecimiento con los hijos y familiares más allegados. Algunas<br />
instituciones, como las cajas de ahorro, también les hacen algún reconocimiento especial.<br />
Ángel Varona y Genara Madrid celebrando los 50 años de casados<br />
114
con sus padrinos de boda, Luz Porres y Pablo Galiana. 1995<br />
Foto proporcionada por Petra Varona<br />
En Ciadoncha quedan algunos ancianos y quizás lo más duro para ellos sea el frío<br />
del invierno. Por eso muchos se van con los hijos a Burgos en esa época, pero en cuanto<br />
pueden vuelven al pueblo porque allí están sus raíces, allí han dejado sus <strong>recuerdos</strong> y es<br />
allí donde más les gusta estar. Cuando están en el pueblo les vuelve la vida. Ven a sus<br />
amigos, juegan a las cartas, al dominó, salen a tomar el sol y respiran el aire fresco y puro<br />
que tanto extrañan en las grandes ciudades.<br />
Para mí los ancianos son el símbolo de Ciadoncha. Ciadoncha misma es como<br />
ellos, vieja y gastada, con algunos parches modernos que la sostienen como a los<br />
ancianos les sostienen los bastones y las muletas. Ciadoncha está siempre sonriente,<br />
acogedora, aguantando caricias y desprecios, porque Ciadoncha, como toda madre, quiere<br />
y perdona a todos los hijos por igual.<br />
También en el pueblo hay un grupo de adultos que ahora realmente lo sostiene. Si<br />
no fuera por ellos, no llegaría ninguno a vender cada semana, no tendrían el servicio<br />
médico ni el de correos. Este es el grupo que todavía va a misa los domingos del tiempo<br />
ordinario. Por ellos es que se abre el bar y gracias a ellos el pueblo no ha muerto La<br />
pregunta que ellos se hacen es: ¿Por cuánto tiempo vamos a estar así?<br />
El tema de la muerte es difícil para todos y el tema en sí no apareció dentro de los<br />
<strong>recuerdos</strong> gr<strong>at</strong>os de la vida en Ciadoncha. Sin embargo, muchos recordaron gr<strong>at</strong>amente a<br />
gente que ya ha muerto y comentaban cómo había sido su muerte y el funeral. Lo que los<br />
participantes más valoran de esta etapa de la vida es la solidaridad que existe en esos<br />
momentos. No importa el clima, si llueve o nieva, la iglesia siempre se llena de vecinos<br />
para un funeral.<br />
Me parece también muy importante dejar constancia de las costumbres y<br />
tradiciones que hay con relación a la muerte, ya que también esto está cambiando con la<br />
modernidad.<br />
Algunos participantes recuerdan cómo antes en el pueblo, cuando alguien estaba<br />
muy enfermo, se llamaba al cura para que le fuera a dar los Santos Óleos. Al morir se<br />
preparaba el cadáver en la casa y allí se le velaba hasta enterrarlo al día siguiente. Casi<br />
siempre era la familia la que se acercaba a la casa y el resto del pueblo asistía a la misa y<br />
al entierro.<br />
Hoy ya no se vela a los muertos en el pueblo. Ahora se acostumbra llevarlos a los<br />
tan<strong>at</strong>orios de la ciudad de Burgos. Las funerarias se encargan de preparar el cadáver, las<br />
esquelas que salen en los diarios, la misa y el entierro.<br />
En nuestra familia, para la muerte del padre de mi esposo, recuerdo que por parte<br />
de la administración del tan<strong>at</strong>orio en Burgos, dijeron que podíamos irnos a descansar, que<br />
ellos cerrarían la sala donde estaba expuesto el cuerpo y que volviésemos por la mañana<br />
para una misa que se celebraría por todos los difuntos que estaban en ese lugar, en la<br />
115
capilla por la mañana del día siguiente. Nunca olvidaré las palabras de una de mis<br />
cuñadas: -Cómo voy yo a dejar sólo a mi padre ahora. Si ya sólo lo voy a tener estas<br />
horas- A todos nos llenó de emoción tan profundo y leal pensamiento y le dimos toda la<br />
razón. Al padre de mi esposo lo velamos toda la noche y rezamos y recordamos con<br />
muchísimo dolor los mejores momentos que él nos había dado. Esa noche de velación<br />
fue como rendirle un homenaje de agradecimiento por todo lo que había hecho por cada<br />
uno. Al día siguiente le llevamos a misa y a enterrar a Ciadoncha.<br />
Como en la mayor parte del mundo occidental, el luto se manifiesta con el color<br />
negro; contrariamente al mundo oriental donde se manifiesta con el color blanco. A los<br />
entierros los familiares van vestidos de negro y también acostumbran mandar coronas o<br />
ramos de flores que son llevados por jóvenes y niños hasta el cementerio. Después del<br />
entierro sólo los familiares muy cercanos acompañan al núcleo familiar del difunto a la<br />
casa.<br />
Hasta los años 70, los lutos eran muy estrictos. Por el esposo, esposa, madre,<br />
padre o hijos se mantenía luto riguroso por dos o tres años. Éste consistía en llevar ropa<br />
negra constantemente y se evitaba salir a la calle. Esto lo compartió una participante<br />
cuando me explicó el luto que ella había llevado por la muerte de su madre en los años 40<br />
y 50. Cuando ya podían salir, tenían que seguir usando negro, especialmente las viudas.<br />
Hoy eso ha cambiado mucho. Ya no se acostumbra llevar negro por tanto tiempo y nadie<br />
se restringe de salir a la calle.<br />
En Ciadoncha se acostumbra mucho mandar a decir misas por los difuntos. Casi<br />
siempre estas misas son en la fecha de nacimiento de la persona y en el aniversario de su<br />
muerte. Todavía hoy se hacen unas tarjetitas, que se les llama record<strong>at</strong>orios, que se<br />
distribuyen a las personas como un recuerdo de la persona fallecida.<br />
En nuestra familia, todavía conservamos la tradición de celebrar una misa cada<br />
aniversario de la muerte del padre de mi esposo. Después de misa, vamos todos juntos al<br />
cementerio y allí rezamos y leemos el record<strong>at</strong>orio que hacemos cada año enfocando<br />
distintos aspectos de la vida de Ángel Varona Temiño, el padre. A través de estos<br />
record<strong>at</strong>orios seguimos aprendiendo cómo vivir la vida con los valores que él nos<br />
transmitió.<br />
116
Hay muchas cosas que los nietos echarán en falta cuando sean mayores. Muchos<br />
valores que hoy talvez chocan con la vida moderna, pero cuando ellos sean padres, quizás<br />
sentirán la necesidad de volver a sus raíces e investigar cómo fue que sus antepasados le<br />
hicieron frente a los retos que la vida misma les presentó.<br />
Federico Varona leyendo la oración ante la tumba de su padre. 2005<br />
Foto Lucía Varona<br />
117
Cementerio de Ciadoncha en los años 70.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Cementerio de Ciadoncha en 2006<br />
Foto Lucía Varona<br />
El sentido de familia es muy fuerte en este pueblo. En estos momentos, en que<br />
pareciera que el pueblo agoniza, se puede ver todavía con cierto optimismo y pensar que<br />
será precisamente ese sentido de familia lo que tarde o temprano <strong>at</strong>raerá, como un imán, a<br />
todos los que se han ido.<br />
Parte de la familia Varona Madrid en los años 80.<br />
Foto proporcionada por Petra Varona<br />
118
Mientras haya siquiera uno de la familia que mantenga el cordón umbilical unido<br />
a la tierra que lo vio nacer, el pueblo no morirá. Los buenos <strong>recuerdos</strong> son muchos y<br />
siempre necesitaremos renovar fuerzas, en todos los sentidos. Volveremos como el agua<br />
de las nubes vuelve al mar.<br />
119
LA AGRICULTURA Y LA GANADERIA<br />
En Ciadoncha antes, la agricultura y la ganadería iban de la mano. No se podía<br />
hacer agricultura sin ganadería. Los animales eran muy importantes en la vida del<br />
pueblo. Como ya vimos en el capítulo de la vivienda, antes de construir las glorias, los<br />
animales los mantenían en la planta baja para que dieran calor a las habitaciones en el<br />
piso superior. Pero además, los animales eran los que ayudaban a la gente a trabajar la<br />
tierra, a trasladarse de un lugar a otro y también les servían de alimento.<br />
Acarreando con mulas.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Acarreando con vacas.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
El acarreo se hacía con mulas o con vacas, la diferencia era que el acarreo con<br />
mulas permitía al guía venir montado en los lomos de los animales, lo cual constituía un<br />
buen y merecido descanso para el agricultor. El acarreo con vacas no permitía esto.<br />
120
Vacas pastando. Años 70<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Un participante me dijo: -Sin animales, no se podía hacer agricultura. Sin<br />
animales no se podía hacer nada de nada. No se podía dar ni un paso sin los animales, ni<br />
un paso. Aquí se aró con vacas, mulas y bueyes hasta que llegaron los tractores en el año<br />
1956.- El primer tractor fue un Lanz 38 caballos y arranque de petróleo de los hermanos<br />
Santos y Primitivo Arroyo. Luego llegó la trilladora que fue la de Josemari Quevedo.<br />
Después hubo una segadora-<strong>at</strong>adora que no dio resultado en esta zona. La primera<br />
cosechadora en Ciadoncha fue la de Nice Madrigal.<br />
Foto Expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />
Cada familia tenía animales con los que trabajaba, pero además había dos<br />
manadas de vacas, chotos, yeguas, mulas, caballos o potras que las cuidaba un pastor.<br />
Estos eran animales de mucha gente que los tenían por si había que echar mano de ellos<br />
en caso de que a los que se usaban para trabajar les pasara algo. Además había por lo<br />
menos diez o doce rebaños de ovejas cada uno con su pastor y corral donde ponerlas. En<br />
esos tiempos había mucho movimiento en el pueblo.<br />
Un participante que ha sido agricultor toda su vida y hoy da sus tierras para que se<br />
las trabajen me dijo: -Entonces trabajabas en el campo el 95 por ciento del año. Había<br />
trabajo todos los días, porque si no estabas trabajando las tierras, estabas cuidando los<br />
viñedos. Antes había mucho viñedo en Ciadoncha, se podría decir que el diez por ciento<br />
de la tierra eran viñedos, el resto se sembraba de cereales como trigo, avena y cebada.<br />
121
Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />
También me dijeron que hubo gente en Ciadoncha que segó a hoz. Uno de los<br />
participantes cuando dijeron esto, se vio las manos y me dijo: –Aquí tienes la señal- una<br />
cic<strong>at</strong>riz en el dedo anular de la mano izquierda-Estaba cegando cuando me distraje y<br />
¡Zas! Instintivamente apreté lo que se había levantado y ya se quedó así. Íbamos todos al<br />
campo a ayudar, había trabajo para todos. –Ya lo creo- añadió otra participante, hombres,<br />
mujeres y niños ayudaban, cada quien con lo que podía.<br />
Listos para segar. Años 60<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Los participantes me explicaron como los meses más tranquilos eran cuando<br />
nevaba o estaba muy mojado el campo. Entonces no se podía hacer nada en las tierras<br />
porque se hundían las p<strong>at</strong>as de los animales y no había nada que hacer. En esos días se<br />
aprovechaba para podar y limpiar los viñedos. Se ponían unas tablas sobre el barro y así<br />
iban limpiando y podando a mano. Cogían la tabla y la pasaban a otro lado conforme iban<br />
avanzando.<br />
122
Ya en febrero se empezaba a arar para luego sembrar la cebada. Se sembraba<br />
también trigo, avena, alholvas, hieros. Los hieros eran unas leguminosas excelentes para<br />
los animales. Los años malos había que pelarlos y para eso había obreros que hacían el<br />
trabajo por las mañanas, porque no podía hacerse cuando calentaba el sol, pues había que<br />
aprovechar el rocío de la mañana para que no se quebrase la paja y se desgranara.<br />
Luís Pérez sembrando al estilo antiguo. Años 70<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Para sembrar, hace mucho tiempo, se ponía la mies en un saco <strong>at</strong>ado por sus dos<br />
puntas de una de sus diagonales y se colgaba al hombro; la mies se recogía con el puño<br />
bien lleno y luego se esparcía haciendo una semicircunferencia con el radio de la longitud<br />
del brazo del sembrador. De esta manera quedaba muy bien esparcida. Todo esto se iba<br />
haciendo a la vez que se iba caminando paso a paso.<br />
Un participante me dijo que en el verano, para la cosecha, tenían que salir a la una<br />
de la madrugada al campo a recolectar las nías. Se cogían las mulas, los carros, se<br />
enganchaban y ¡afuera! Si había luna, se podía ver, pero si no la había, era más oscuro<br />
que la boca de un lobo y como había tierras pequeñas que quedaban en medio de las<br />
tierras de otros; muchas veces se equivocaban y resultaba que cargaban felices el carro y<br />
en cuanto amanecía, se daban cuenta que le habían hecho la tierra a otro. No había más<br />
que ir a descargar a la era del vecino y al día siguiente a hacer la de ellos. Todas estas<br />
anécdotas me las contaban con mucho humor. Reían mucho al recordar las peripecias de<br />
esos tiempos.<br />
Otro participante recordaba noches como esa, pero cuando él era aún un niño de<br />
menos de ocho años. El recuerda que de niño, cuando le levantaban de la cama y lo<br />
metían al carro, todo estaba bien hasta que oía: ¡Sooo! ¡Sooo! Todo el gusto se acababa<br />
porque él sabía que los animales se pararían y había que empezar a trabajar.<br />
123
Trillando en las eras.<br />
Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />
Otras participantes recuerdan con mucha nostalgia cuando se juntaban todos en<br />
las eras a trillar. – ¡Eso era hermoso!-dice una participante. –No me digas, todos allí<br />
juntitos, riendo y comentando mientras la burra, dale que dale.-<br />
Todos recuerdan los calores que pasaban durante la cosecha. Al medio día<br />
buscaban la sombra del carro para tomarse la merienda. -¡Esas cebollas y ese vino sabían<br />
mejor que hoy los chorizos!- comentan algunos.<br />
Trillando con tractor.<br />
Foto expuesta en el Ayuntamiento de Ciadoncha.<br />
La llegada del tractor, marcó el principio de la mecanización de la agricultura.<br />
Podría decirse que en cuanto a esta etapa de la vida en Ciadoncha, encontré dos grupos de<br />
personas con diferentes sentimientos y <strong>recuerdos</strong>. Uno recordaba con mucha nostalgia<br />
los tiempos antes del tractor y otro en el que los participantes estaban definitivamente<br />
felices con todo lo que trajo consigo la mecanización de la agricultura.<br />
El grupo que añora los tiempos pasados, son los que valoran mucho la<br />
convivencia que existía en ese tiempo entre los vecinos. Ellos dicen que al necesitarse<br />
124
unos a otros les hacía ser más amables, menos preocupados del qué dirán, de cómo<br />
vestían y de las apariencias. Una participante me puso este ejemplo. -Antes íbamos a<br />
misa los domingos y no nos fijábamos qué vestido, qué pendientes, ni qué zap<strong>at</strong>os<br />
llevaban. -Hoy si no vas bien arreglada te sientes mal-. Está claro que no es el trabajo<br />
duro lo que añoran, sino la convivencia.<br />
Trilladora. Museo Etnográfico de Villadiego<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
Por otra parte, el grupo que dice que están mejor ahora, son los que recuerdan con<br />
cierta amargura el duro trabajo. Ellos dicen que trabajar de la forma en que trabajaba era<br />
inhumano, que no saben cómo pudieron aguantar tanto. Una participante de este grupo<br />
cuando le pregunté qué recordaba ella del trabajo del campo me contestó. –No quisiera ni<br />
recordarme de eso, no compares la forma en que vivimos ahora con esos años-, su esposo<br />
la secundó diciendo que de ninguna manera le gustaría volver a esos tiempos.<br />
El campo se sigue trabajando en Ciadoncha. Por un tiempo había más familias<br />
haciendo sus propias tierras, pero con el tiempo y al heredar los hijos, las tierras han<br />
vuelto a ser pequeñas y tienen que darlas para que otro las trabaje. Ahora hay dos o tres<br />
personas que se dedican a trabajar sus tierras y las de otros. De ellos sólo uno vive en el<br />
pueblo y por lo que hablé con él y su esposa, me temo que no será por mucho tiempo.<br />
Están pensando seriamente trasladarse a Burgos por la educación de sus hijos. Con pena,<br />
dicen que no ven mucho futuro para ellos en el pueblo. -La agricultura con el tiempo- va<br />
a quedar sólo para los que tienen mucha tierra, los pequeños productores tendremos que<br />
ver qué hacemos por otra parte- terminaron diciendo.<br />
Pero hubo un tiempo en que se disfrutó la mecanización y la convivencia que<br />
brindaba el trabajo del campo. Estos eran los tiempos en que todavía había tierras<br />
grandes, que no se habían dividido.<br />
Cosechando en Ciadoncha. 1991<br />
Foto Lucía Varona<br />
125
Los padres disfrutaban viendo a los hijos trabajar con las máquinas. Esos eran los<br />
tiempos en que todavía Ciadoncha tenía mucha vida los veranos. La familia se juntaba,<br />
los niños jugaban mientras sus padres trabajaban y las mujeres se encargaban de tener la<br />
comida lista cuando volvieran del campo. Más de una vez nosotros planificamos el viaje<br />
de verano a Ciadoncha de acuerdo a la fecha en que se pensaba cosechar para no<br />
perdernos el acontecimiento.<br />
Yo no viví los tiempos antes de la mecanización, pero sí participé en esos años<br />
intermedios, antes de que la familia de mi esposo dejara de trabajar la tierra. Me<br />
impresionaba mucho ver a la gente mayor, cómo barrían la era, tr<strong>at</strong>aban de recoger todos<br />
los granos que podían. Cuando les veía hacer eso me preguntaba, qué estaría pasando por<br />
su mente en esos momentos. Yo recuerdo que muchos mayores se quedaban sentados<br />
allí, esperando que llegara el tractor a descargar. No decían nada, se quedaban viendo el<br />
grano, el cielo y el campo.<br />
Muchos de los <strong>recuerdos</strong> más gr<strong>at</strong>os de algunos participantes tienen que ver con<br />
la ganadería y la época en que había mucha vida en Ciadoncha. Uno recuerda cómo su<br />
padre tenía toda clase de animales. Tenían, vacas, bueyes, cabras, corderos, gallinas,<br />
cerdos, palomas, todo. Riendo cuenta cómo la única vez que se escapó de la escuela una<br />
mañana, fue precisamente el día que iba a parir la burra. Se fue de la escuela y nadie le<br />
pudo detener. Cuando su padre preguntó al maestro qué había pasado, éste le dijo que el<br />
niño había salido corriendo diciendo que tenía que irse porque iba a parir la burra.<br />
Foto cedida por Arcadio Varona<br />
La burra es uno de los animales que recuerdan los participantes con más cariño.<br />
He notado que este animal trae mucha ternura a la memoria de varias personas. En un<br />
tiempo la burra era el medio de transporte normal, se usaba para ir al molino, a la bodega,<br />
a llevar la comida al campo, para ir a las ferias. En verano cuando iban a segar las mieses<br />
se montaban en ella y llevaban los aperos más sencillos, como el rastro, el dalle, la garia.<br />
126
Ovejas pastando. 1984<br />
Foto Lucía Varona<br />
En un tiempo hubo muchas ovejas en Ciadoncha. A primeros de junio se<br />
esquilaban para que las ovejas estuvieran más ligeras de abrigo para el verano, a la vez<br />
que se aprovechaba la lana para su venta, que entonces estaba bastante cotizada y<br />
suponía un ingreso importante. A continuación del esquileo se hacía el melado, que<br />
consistía en marcar a las ovejas, con pez fundida, con las iniciales del propietario del<br />
rebaño.<br />
El señor Bisera, tuvo la amabilidad de invitarme a su casa para conversar. Su<br />
nombre en realidad es Florencio Ibáñez, pero en el pueblo todos le decimos Bisera. El<br />
era uno de los pastores del pueblo, el único que aún vive allí. Ya mencioné antes, cómo<br />
en los mejores tiempos de este lugar hubo hasta diez o doce rebaños de ovejas, cada<br />
rebaño con su pastor y el corral para guardarlas, además de la manada de ganado<br />
compuesto por chotos, vacas, yeguas, mulas, etc. que servían para reemplazar a los<br />
animales de labranza.<br />
Bisera, ha vivido en Ciadoncha desde 1952. Empezó como pastor, trabajó<br />
muchos años cuidando ovejas de otros, pero poco a poco fue comprando para él y al final<br />
se quedó cuidando sólo las suyas y viviendo en la casa que compró hace muchos años en<br />
el pueblo.<br />
Queriendo saber cómo él ha logrado sobrevivir tantos años en el pueblo y<br />
sabiendo que la agricultura y la ganadería han sufrido tantos cambios, le pedí que me<br />
contara cómo fue su vida de pastor.<br />
Bisera y su cuñado Norberto Tejero Palacín esquilando.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona.<br />
127
Me dijo que sus padres también habían sido pastores, así es que para él era n<strong>at</strong>ural<br />
seguir sus pasos y dedicarse a este oficio. Primero vivieron en <strong>Santa</strong> María a donde fue a<br />
la escuela cuando tenía 8 años, pero luego estalló la guerra y la familia se trasladó a Zael,<br />
de Zael a Mahamud, allí vivieron 15 años y de allí vino a Ciadoncha. Bisera ha<br />
recorrido muchos campos con las ovejas.<br />
Con ese modo tan campechano que tiene de hablar me dijo que siempre había<br />
tenido perros que le ayudaban, dice que él los entrenaba para que ellos fueran por una<br />
orilla y él por la otra y así estaba siempre pendiente del rebaño. Nunca le gustó llevar<br />
radio porque dice que no podía distraerse, tenía que estar siempre pendiente de las ovejas<br />
para que comieran lo que debían y no se metieran a comer lo que no debían.<br />
Bisera se casó en Ciadoncha un 6 de junio. Recuerda que ese día hubo toros en el<br />
pueblo. De ese m<strong>at</strong>rimonio le queda una hija que vive en Tordómar y un hijo que vive en<br />
Burgos. Enviudó y tr<strong>at</strong>ó de empezar una vida m<strong>at</strong>rimonial de nuevo, pero no dio<br />
resultado. Ahora vive solo en Ciadoncha y los hijos están pendientes de él.<br />
Los hijos de Bisera jugando con las ovejas.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Me contó cómo, gracias a que a él siempre le ha gustado la cacería pudo ahorrar<br />
del salario que recibían antes cuando era pastor. –La vida ha sido dura para mí- me dijo y<br />
poniéndose serio prosiguió diciendo que por la mañana, en el verano salía muy temprano<br />
con las ovejas y volvía al medio día a comer, luego volvía al campo. Por las noches<br />
muchas veces tenía que estar pendiente de alguna oveja que paría, si lo llamaban para que<br />
ayudara con una vaca o lo que fuera. De las fiestas en el pueblo dice que participaba<br />
poco porque normalmente tenía que trabajar. -El trabajo del pastor es muy duro-me dijo.<br />
Muchas veces volvía calado hasta los huesos porque el paraguas y la capa no le podían<br />
resguardar de algunos nublados. En septiembre dice que ya no volvía a casa a comer<br />
sino que se quedaba en el campo. En un momento dado las ovejas se echaban y él<br />
también podía descansar un poco. En invierno, no salía, tenía que cuidarlas en el corral.<br />
Yo le pregunté qué llevaba al campo para comer. Se echó una carcajada y me<br />
dijo:-Cualquier cosa, tortilla, pescado, chorizo, cebollas, lo que fuera. ¡Y qué bien sabía!<br />
128
Florencio Ibáñez (Bisera) con sus ovejas.<br />
Foto proporcionada por Florencio Ibáñez.<br />
Pero Bisera no sólo ha sido pastor, también me contó cómo aprendió a poner<br />
inyecciones. Una vez, tenía al hijo enfermo y tuvieron que ponerle varias inyecciones.<br />
Un día la persona que lo inyectaba, no pudo llegar. Ese día se decidió y dijo que él le iba<br />
a poner la inyección al hijo y así empezó a hacer este oficio también. Me dice muy<br />
orgulloso como él le ha puesto inyecciones a mucha gente del pueblo y nunca se le ha<br />
infectado ninguna.<br />
Yo le recordé que a mí me había impresionado ver que también él hacía de<br />
sepulturero. Se echó a reír y luego me contó que también ese oficio lo había empezado a<br />
hacer porque no había quien lo hiciera. Ahora él es quien guarda las llaves del<br />
cementerio y por muchos años se encargó de cavar las tumbas y ayudar en los entierros.<br />
También su hija Pili lo ha hecho alguna vez, porque yo recuerdo haberla visto en un<br />
entierro haciéndose cargo ella sola de dirigir el descenso del <strong>at</strong>aúd y luego coger la pala y<br />
terminar y cubrir la tumba. Actualmente, la mayoría de familias tienen los sepulcros<br />
hechos de concreto y ya no hay que cavar para enterrar a los muertos.<br />
Fulgencio Ibáñez, con su hija Pili. 2005<br />
Foto de Lucía Varona<br />
129
Bisera es un hombre muy servicial. Estando yo haciéndole esta entrevista,<br />
tuvimos que interrumpir porque alguien llegó a la puerta a pedirle que al día siguiente la<br />
llevara a Burgos cuando él fuera. Inmedi<strong>at</strong>amente él le respondió que con mucho gusto y<br />
ya quedaron en la hora de salida. Este incidente dio paso a que le preguntara yo qué<br />
pensaba de la vida en Ciadoncha en estos tiempos.<br />
-Nos hemos vuelto muy egoístas-me dijo. Me explicó cómo antes, cuando la<br />
gente no tenía dinero, todos colaboraban. Todos se ayudaban en cualquier trabajo, ya<br />
fuera en las eras, en el campo, con los animales, con un enfermo, llevando cosas de otros<br />
a Burgos, como fuera. Él dice que el dinero ha arruinado la convivencia que se tenía<br />
antes. -Antes-me dijo, -hacíamos muchos favores y éramos agradecidos. Ahora, no los<br />
hacemos y cuando nos los hacen tampoco somos agradecidos-.<br />
130<br />
Bisera me contó cómo el pueblo ha tenido sus altas y bajas. Cuando mecanizaron<br />
la agricultura, los obreros y pastores se tuvieron que ir a buscar trabajo a otras partes. Él<br />
también se tuvo que ir a Burgos a trabajar en la construcción, pero volvió porque le gusta<br />
el pueblo. Tuvo 300 ovejas que eran de él; al final ya se jubiló y ahora vive tranquilo y<br />
bien en su casa de toda la vida. Le gusta viajar, ha ido a varias partes y dice que disfruta<br />
mucho conociendo otros sitios y personas. Los nietos y los hijos vienen a verle y como él<br />
dice, no vive mal. Ha conocido a mucha gente que van en la misma excursión a los<br />
centros turísticos de la costa sur y dice disfrutar mucho de todo lo que se ha ganado con<br />
el sudor de su frente.<br />
En la memoria de mucha gente de Ciadoncha quedará para siempre grabada la<br />
imagen de Bisera con sus ovejas pastando por los campos de Castilla y el salero que él<br />
tiene al hablar.<br />
Maquinaria antigua<br />
A mediados de los años setenta se podía ver maquinaria antigua abandonada por<br />
el pueblo. La novedad en los años 80 era la maquinaria que hacía mucho más suave el<br />
trabajo en el campo. Ya no era sólo el tractor, sino maquinaria como la cosechadora, con<br />
todas las comodidades de aire acondicionado en la cabina y capacidad para hacer el<br />
trabajo de varios días en pocas horas.<br />
Tractor arando los campos en los años setenta.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona
El rodillo se usaba para suavizar la tierra, abandonado en los años 80.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La grada para remover la tierra. 1981<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
La sembradora se adhería al tractor. 1981<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
En el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara se realizó una exposición de fotografías<br />
antiguas. En ellas podemos también ver varias herramientas usadas antiguamente y gente<br />
usándolas.<br />
131
Usando el carro en los años 50 para una labor menor.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Carro abandonado en los años 70<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
El carro tirado por mulas o vacas, fue por mucho tiempo el medio de transporte de<br />
la gente de campo. El carro era el apero de labranza más importante y de mayor coste<br />
antes de los años sesenta. El carro con la yunta de vacas o la pareja de mulas eran los<br />
elementos fundamentales para llevar a cabo todas las labores del campo. Muchos de los<br />
participantes todavía recuerdan cuando en las madrugadas del mes de agosto tenían que ir<br />
a cargar. Otro participante también recuerda con nostalgia cómo algunas veces se<br />
quedaban durmiendo en una morena con la madre esperando que volviera su padre para<br />
descargar.<br />
Descargando el grano en los años 60.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
132
La labor más gr<strong>at</strong>ificante del verano era descargar el grano, pues suponía el fruto<br />
de todos los trabajos y esfuerzos llevados a cabo durante todo el año. El grano se ponía<br />
en sacos o talegas. Las talegas eran sacos más grandes que los habituales y eran más<br />
limpios y herméticos para transportar el grano y sobre todo la harina. Las talegas<br />
estuvieron un tiempo de moda y se usaron mucho.<br />
Hoy el carro y las bestias se han cambiado por el tractor y el remolque.<br />
A continuación se presenta una serie de fotografías de herramientas antiguas que<br />
se usaron antes de la llegada del tractor.<br />
El dalle sustituyó a la hoz. Se usaba para cortar pasto o paja.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
La segadora sustituyó al dalle, se usaba para los cereales y era tirado por vacas o mulas.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
133
Trillo. Se usaba para triturar la mies y hacer que el grano se soltara de las espigas.<br />
Foto expuesta en el Ayuntamiento.<br />
Canizar es recoger el grano, fruto del trabajo del día en la parva.<br />
Foto expuesta en el Ayuntamiento.<br />
Beldando en las eras.<br />
Foto expuesta en el Ayuntamiento<br />
134
La beldadora.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona.<br />
La beldadora servía para separar el grano de la paja después de trillar. Las primeras<br />
funcionan a mano a través de una zanca, después funcionaban con un motor.<br />
Unidades que se usaban para pesar en las balanzas antiguas.<br />
Foto proporcionada por Gregorio Arroyo<br />
Un palomar en los años setenta.<br />
Foto proporcionada por Federico Varona<br />
¡Cuántos gr<strong>at</strong>os <strong>recuerdos</strong> de cuando se trabajaba tan duro en el campo! Un<br />
participante comentó la alegría que les producía canizar, pues eso se hacía al final del día<br />
de trabajo. Canizar es recoger y poner el grano que se limpió ese día en la parva. ¡Con<br />
qué ilusión veían crecer la parva cada día!<br />
135
Otro lugar que trae muy gr<strong>at</strong>os <strong>recuerdos</strong> a la gente de Ciadoncha son los<br />
palomares. A uno de los participantes que ahora piensa restaurar el viejo palomar de la<br />
familia dijo que le hacía mucha ilusión volver a usar ese lugar como se había usado antes.<br />
Él ya no vive en Ciadoncha, pero tiene un huerto que cuida con toda ilusión. Piensa<br />
renovar el palomar y acondicionar el resto del viejo edificio para tener un lugar donde<br />
disfrutar con su familia de la paz del pueblo y alimentarse espiritualmente de los gr<strong>at</strong>os<br />
<strong>recuerdos</strong> que le trae.<br />
En una exposición que hizo el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara en los años noventa<br />
se valoró el trabajo en el campo exhibiendo bastantes aperos de labranza antiguos que<br />
fueron devueltos a sus dueños al terminar la exposición. Hoy sólo nos quedan algunas<br />
fotos que nos ayudan a rememorar momentos felices de otros tiempos cuando el trabajo<br />
era muy duro, pero la convivencia era más profunda. Al Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara le<br />
hemos dedicado el siguiente capítulo.<br />
136
EL CENTRO CULTURAL SANTA BÁRBARA<br />
Para muchas personas, incluyéndome a mí, algunos de los mejores <strong>recuerdos</strong> que<br />
tenemos de Ciadoncha son de las actividades organizadas por el Centro Cultural <strong>Santa</strong><br />
Bárbara.<br />
Interior de la sede del Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />
Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />
Este centro fue fundado en 1983 por un grupo de adultos de entonces queriendo<br />
responder a la necesidad de crear un centro que ofreciera actividades educ<strong>at</strong>ivas,<br />
culturales y recre<strong>at</strong>ivas para todo el pueblo y especialmente para jóvenes y niños, de los<br />
que se juntaba buen número durante el verano y feriados en el pueblo. Su promotor y<br />
primer presidente fue Enrique Prieto Gento. Después de él siguieron: José Prieto Pérez,<br />
Arcadio Varona Madrid, José Ignacio Martínez Madrid, Juan José Baruque Esteban,<br />
María del Carmen Iglesias del Valle, Dulce Estrella Caballero López, Francisco Javier<br />
Prieto Pérez, Buenaventura Prieto Pérez, Delfina Madrigal Galiana, María Paz Quevedo<br />
Tomé, Laurentino Díez Olmos, quien termina en el año 2.006.<br />
Los socios fundadores fueron veinticu<strong>at</strong>ro y con el tiempo el número fue<br />
creciendo hasta llegar a más de 166, cubriendo a más de 500 personas. Las cuotas eran<br />
de 3.000 pesetas para los casados y 2.400 para los solteros y viudas, ambas anuales. Para<br />
hacer diversas actividades, el Centro contó con la colaboración de organismos y<br />
entidades de carácter público y privado, a quienes acudieron con un programa de<br />
actividades, tan bien desarrollado que no fue difícil convencerlos que brindaran su apoyo<br />
económico.<br />
Los <strong>recuerdos</strong> más gr<strong>at</strong>os que tienen los participantes son sobre todo actividades<br />
donde se reunía todo el pueblo, donde el trabajo se hacía en conjunto y donde se<br />
respiraba verdadera comunidad. En mi caso, recuerdo con gran alegría la ocasión en que<br />
me invitaron a dar una charla sobre La Educación Multicultural. Sentí un gran orgullo de<br />
ver ese salón lleno de gente deseosa de enterarse de cosas nuevas. No podré olvidar la<br />
participación activa de algunos jóvenes que con sus preguntas y entusiasmo le dieron<br />
verdadera relevancia al tema que estábamos tr<strong>at</strong>ando. A partir de esa charla, me sentí<br />
137
totalmente integrada al pueblo y pude percibir que los vecinos de Ciadoncha ya no me<br />
veían como una extranjera.<br />
Fog<strong>at</strong>a e imagen de <strong>Santa</strong> Bárbara.<br />
Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />
Para otros, los <strong>recuerdos</strong> giran alrededor de actividades como las semanas<br />
culturales, los cursos de manualidades, el mercado medieval, el te<strong>at</strong>ro, las comidas en las<br />
bodegas, el vino español y tantas otras fiestas.<br />
Primer Mercado Medieval<br />
Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />
Ciadoncha llegó a ocupar un lugar especial en El Diario de Burgos de 1991 a<br />
1996, cuando le dedicó varios artículos todos valorando el movimiento cultural que se<br />
estaba llevando a cabo en diferentes épocas del año. Cuando vemos <strong>at</strong>rás y analizamos<br />
todo lo que logró hacer el Centro Cultural en el tiempo de su apogeo, es increíble que en<br />
un pueblo tan pequeño se hubiera generado tanta cultura. Lo que es más, el Centro<br />
Cultural con su entusiasmo y acertada estr<strong>at</strong>egia de publicidad, reconoció e hizo que<br />
mucha más gente reconociera la cultura del área rural.<br />
138
Se inició un verdadero deseo de investigación para conocer el origen y la historia<br />
del pueblo y todos esos adultos jóvenes que trabajaban para darles lo mejor a sus hijos y a<br />
todo el pueblo, parecían no cansarse nunca. Esta era la época en que todavía llegaban<br />
muchos adultos a Ciadoncha a trabajar la tierra y los niños disfrutaban en el pueblo.<br />
Curso de manualidades.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Ni el incendio de la sede, en el cual se perdieron los archivos del Ayuntamiento,<br />
les desanimó. Todo lo contrario, el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara contribuyó con 2<br />
millones de pesetas de sus fondos para reconstruirla. Este dinero salió de 1.700.000<br />
pesetas de la Póliza de Seguro que tenían contr<strong>at</strong>ada, más 300.000 pesetas de los fondos<br />
propios. Además de esta cantidad, gracias a la intervención y gestiones del Centro<br />
Cultural con la gobernadora civil, quien estaba bastante sensibilizada por la labor cultural<br />
que el Centro estaba desarrollando, aportó un millón de pesetas para iniciar las obras<br />
primeras de reconstrucción. El resto corrió a cargo del Ayuntamiento.<br />
Programa de Actividades del IV Verano Cultural. Agosto, 1996<br />
Hasta los programas eran cuidadosamente diseñados de acuerdo a los<br />
temas que se tr<strong>at</strong>arían. En estas semanas culturales participaron prestigiosas<br />
personalidades en diferentes campos como Fray Valentín de la Cruz, José María Codón,<br />
139
Gonzalo Martínez Díez, Angel Casas Alonso, Emelina Martín Abosta, José María Alonso<br />
del Val, José Pérez Solana, Román Pedrosa Alonso, Ubaldo Herrero Alonso, Mercedes<br />
Ausín Villanueva, José Manuel Suárez Guijarro, Jesús Pérez Bustillo, Esther Díaz<br />
García, Isidoro Martín, Martín, Femín González, Raúl Berzosa Martínez, Felipe Fuente<br />
Macho, Angel Guerra, Argimiro Peña, y otros.<br />
Curso de manualidades.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Ya decía el Diario de Burgos: Ciadoncha: el pueblo más intelectual de la<br />
provincia (19 de agosto 1995). En este artículo, Roberto Estébanez alaba la forma de<br />
promover la Cultura con mayúscula y no sólo el folklore. Tiene elogios para el Centro<br />
Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara y para la Asociación Juvenil “Los Raneros”.<br />
¡Qué orgullosos tenían que estar todos los vecinos! Cuando en un diario tan<br />
respetable como éste les dedicaran no uno sino muchos artículos felicitándoles por el<br />
nivel cultural que tenían. Los jóvenes adultos de esa época realmente demostraron que sí<br />
se pueden hacer cosas grandes y bien hechas si se quiere. Como me dijo uno de los expresidentes<br />
del Centro: “Mi idea era quitar la tradición que toda fiesta tenía que tener<br />
sólo las tres M (Mesa, Misa, y Música)”, él quería que a eso se le agregara Cultura y su<br />
sueño se hizo realidad por algún tiempo. Algunos vídeos particulares y otros<br />
profesionales, además de reportajes de la prensa escrita y la televisión local dan fe del<br />
empeño que se ponía en planificar y realizar estas actividades. No dudo que este m<strong>at</strong>erial<br />
quede como constancia de la dedicación y el deseo de compartir los conocimientos de<br />
mucha gente que gustosamente participó en la realización de los eventos.<br />
Muchas familias siempre guardarán con orgullo las labores que realizaron en<br />
estos cursos. Otros recordarán con mucha nostalgia su participación artística en las<br />
diversas presentaciones que se hicieron en la iglesia. Muchos serán los niños que reirán<br />
al ver a sus padres o abuelos actuando de doctores, de flores o representando algún papel<br />
de la época medieval (vídeos proporcionados por Orencio Pérez Cascajar).<br />
140
Cuadro hecho por Purina Galiana.<br />
Foto Lucía Varona<br />
Algunos de los cursos que más huellas dejaron en los hogares del pueblo, fueron<br />
los cursos de manualidades y pintura. A todos nos quedan preciados <strong>recuerdos</strong> de lo que<br />
las madres, hermanas y cada una hicieron para embellecer las casas. Con cuánta<br />
nostalgia vemos ahora las cosas que aprendieron a hacer las mujeres en diversos cursos,<br />
no sólo los organizados por el Centro Cultural sino en todos los cursos que se han<br />
impartido en el pueblo.<br />
Viaje cultural III Verano Cultural 1995. Exclusas del Canal de Castilla en Frómista, Palencia<br />
Foto sacada del programa de actividades del IV Verano Cultural. Agosto 1996<br />
Las actividades del Centro Cultural incluían de todo, pues también tuvieron varias<br />
excursiones a través de las cuales los vecinos conocían la geografía española, sus gentes,<br />
su historia, su cultura, su paisaje y su gastronomía. Cuántos <strong>recuerdos</strong> quedan de estas<br />
visitas, sobre todo las que significaron para muchos la primera vez que veían el mar, los<br />
141
Picos de Europa, etc. Así fue, como muchos ancianos de hoy empezaron a viajar y a<br />
encontrarle el gusto a salir del pueblo y conocer su propia p<strong>at</strong>ria.<br />
La primera Exposición etnológica en Ciadoncha fue visitada no sólo por la gente<br />
del pueblo, sino por gente de los pueblos alrededor; incluso fue motivo de actividad extra<br />
curricular para los alumnos del Centro Comarcal de <strong>Santa</strong> María del Campo, quienes<br />
llegaron en autobús un día lectivo para su estudio. Esta exposición se hizo gracias a los<br />
esfuerzos de varias personas, entre ellas Ismael Madrid Olmos, quien era secretario en<br />
esa época. El fue el promotor principal y organizador de la exposición. También la<br />
colaboración decidida de José Carlos Madrid Hernando, vocal en esa época fue<br />
fundamental ya que él fue, quien en todo momento estuvo a cargo de la exposición<br />
llevando un registro minucioso tanto de sus elementos como de las personas que la<br />
visitaron. Esta actividad se realizó siendo presidente Arcadio Varona Madrid.<br />
Primera exposición etnológica. 1986<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Primera exposición etnológica. 1986<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
142
En esta exposición se podía ver el farol que se ponía en los carros para poder ver<br />
por la noche, los collares con esquilas que se ponían a las mulas cuando se engalanaban,<br />
el rastro, que servía para arrastrar, el bieldo para separar el grano de la paja y la bielda<br />
para echar la paja al carro y para meterla en el pajar.<br />
El farol del que un participante tiene gr<strong>at</strong>os <strong>recuerdos</strong> de cuando era niño y<br />
acompañaba a su padre de la casa al corral para ver cómo estaban los animales. Lo que<br />
más le maravillaba era ver que a pesar de estar fuera, la vela no se apagara. Esto se debía<br />
n<strong>at</strong>uralmente, a que iba cerrada por cristales pero tenía una salida superior para los<br />
humos.<br />
En esta muestra también podía verse el ubio o yugo, en Ciadoncha se utilizaba<br />
más la palabra “ubio” para unir las vacas; también había ubio de mulas. Los visitantes a<br />
la exposición también podían ver los bozales que se les ponía a los animales para que no<br />
comiesen; el dalle o guadaña que servía para segar las mieses, sobre todo las legumbres,<br />
pues para segar los cereales se utilizaba la bielda.<br />
Otro aparejo que podían ver era la hoz que servía para cortar el trigo y la zoqueta<br />
que se ponía en la mano para no cortarse al coger la mies para cortarla; el relámpago o<br />
rayo que servía para mover la basura apelmazada de las ovejas y poderla cargar en el<br />
carro. Este trabajo se hacía a finales de septiembre o primeros de octubre. Con esta<br />
herramienta también se descargaba la basura del carro en las tierras en pequeños<br />
montoncillos que se llamaban “carguillas”. La limpieza de los corrales, era una actividad<br />
bastante laboriosa e interesante, pues coincidía con el inicio del otoño y el ir y venir a las<br />
tierras aquellas tardes, generalmente soleadas, era bastante gr<strong>at</strong>ificante.<br />
Primera exposición etnológica. 1986<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
143
Las azadas y el pico servían para mover la tierra. También, en la exposición,<br />
podía verse una sierra que pertenece a una guadaña mecánica, que fue una de las primeras<br />
máquinas que sustituyó al dalle.<br />
Las alforjas se ponían en el lomo de la burra, generalmente para llevar la comida,<br />
el agua y el vino para las largas y duras jornadas de trabajo. También había alforjas<br />
bonitas y de buena calidad que se utilizaban para ir a las ferias. El cencerro, que se ponía<br />
a las vacas o yeguas generalmente, para saber donde se encontraban en todo momento.<br />
Había también cencerros más pequeños para las ovejas que se llamaban esquilas.<br />
En la exposición también podía verse mantas típicas de entonces de lana pura,<br />
horcas de dos ganchos y horquillos de cu<strong>at</strong>ro ganchos para mover las mieses cuando se<br />
trillaban para facilitar su trituración. Una collera que se ponía en el cuello de las mulas y<br />
sobre ellas se enganchaba el ubio. Para las vacas el ubio iba directamente enganchado en<br />
los cuernos.<br />
Esta era la lección que podían recibir los visitantes a la exposición. Como se<br />
puede ver, el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara con estas actividades no sólo valoraba la<br />
cultura agrícola sino también educaba al visitante. ¡Ojala se pudiera hacer un museo<br />
permanente con instrumentos de labranza como estos y más!<br />
Muchas participantes todavía recuerdan con mucha alegría las horas que pasaron<br />
haciendo gimnasia. Para las mayores, esto era algo totalmente nuevo. De jóvenes nunca<br />
necesitaron esta clase por todo el trabajo que hacían en el campo. Para ellas esto de hacer<br />
gimnasia, era cosa de las mujeres de capital. Sin embargo, cuando la agricultura se<br />
mecanizó, la vida sedentaria también les afectó a los habitantes del área rural y hubo que<br />
empezar a imitar a las señoras urbanas.<br />
Clase de Gimnasia.<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
144
Cuando empezamos a recordar las cosas que se habían hecho a través del Centro<br />
Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara, a la persona que más recordaban por sus genialidades era a<br />
Eleuterio Madrid Olmos, “Elu” como se le llamaba con cariño. Todos recuerdan sus<br />
ingeniosos disfraces de Carnaval, el famoso Circo en el que presentaba actos especiales<br />
con animales que eran entrenados por él. Elu era el director del circo y sus ayudantes los<br />
mismos niños del pueblo que con perros, g<strong>at</strong>os, ranas, pollos, cabras y demás animales,<br />
montaban un show digno de verse, disfrutarse y recordar como una de las grandes cosas<br />
que se han hecho en Ciadoncha. Pero no era sólo eso lo que hacía Elu, también organizó<br />
por su cuenta “Exposiciones de huesos”, una especie de Atapuerca con los huesos de<br />
animales que encontraba en el campo. Todo lleno de jocosidad para el deleite del pueblo.<br />
Hoy se recuerda a Elu con mucha alegría, nostalgia y admiración.<br />
Elu y su circo. 1991<br />
Foto proporcionada por Arcadio Varona<br />
Las semanas culturales fueron verdaderos encuentros académicos, como los<br />
cursos de verano de cualquier universidad. Hacían todo lo posible por traer a las<br />
personas más cualificadas para impartir las charlas y la mayoría de las personas del<br />
pueblo asistía con gusto. Hasta la televisión local, canal 54 de Burgos filmó algunas de<br />
estas presentaciones.<br />
145
Semana Cultural. 1994.<br />
Foto por Foto “Fede”. Burgos<br />
Pero como todo en Ciadoncha, también el Centro Cultural <strong>Santa</strong> Bárbara ha<br />
venido a menos. Se siguen celebrando las fiestas y se tr<strong>at</strong>a de reunir a la gente en las<br />
meriendas y fiestas especiales, pero ya son muy pocos los que acuden; en comparación a<br />
otros años. Quizás se necesita un nuevo impulso, una nueva forma de <strong>at</strong>raer al ranero<br />
ausente y hacerle sentir que su pueblo le espera con los brazos abiertos.<br />
146<br />
Estoy pensando en tiCiadoncha se está quedando sola porque sus hijos están<br />
dispersos por el mundo. La anciana villa agoniza, pero todavía habemos muchos que nos<br />
resistimos a aceptar su muerte, porque sólo muere lo que se olvida y olvidar Ciadoncha es<br />
como negarse a sí mismo.<br />
HOMENAJE A NUESTROS MAYORES<br />
Estoy pensando en ti Estoy pensando en ti<br />
Y aún me queda nostalgia… Y aún me queda nostalgia…<br />
Aquello que fue instrumento,<br />
Amasa tiempo y sudor<br />
Y familia y esperanza.<br />
Estoy pensando en ti<br />
Y aún me queda nostalgia…<br />
Caminos habrá rodados<br />
Lejanas mañanas,<br />
Juegos, coplas y añoranza. I. Madrid
Bibliografía<br />
Antehistoria.com http://www.artehistoria.com/ Ediciones Domen S.L. Calle 0 nave 9<br />
Polígono Industrial Európolis, 28230 Las Rozas, Madrid, España<br />
mailto:artehistoria@ed-dolmen.com<br />
Baum, Willa K. 1991. Transcribing and Editing Oral History. Altamira Press. A division<br />
of Rowman & Littlefield Publishers, inc. Walnut Creek<br />
Cenarro, Angela “Muy Historia” No. 3 Febrero 2006. G y J España Ediciones, S.L., S.<br />
en C. ARI Asociación de Revistas de Información.<br />
Ciadoncha, tras sus huellas. Revista de publicación limitada. Ciadoncha, Junio 1990.<br />
Diputación de Burgos. Página electrónica de la.<br />
http://www.diputaciondeburgos.es/Poblacion.cfm?ine=09101&pdn=0<br />
Estébanez, Roberto. “Ciadoncha: el pueblo más intelectual de l aprovincia”. Diario de<br />
Burgos. Verano, suplemento especial de Diario de Burgos. Sábado, 19 de agosto<br />
de 1995.<br />
García, Santiago en Varona, Federico<br />
http://www2.sjsu.edu/faculty/fvarona/Ciadoncha%20Poblacion. htm<br />
Hellebrandt, Josef, Arries, Jon<strong>at</strong>han, and Varona, Lucia T. Eds. Juntos:Community<br />
Partnerships in Spanish and Portuguese. Boston, Massachusetts: Thomson,<br />
Heinle. 2004. American Associ<strong>at</strong>ion of Teachers of Spanish and Portuguese,<br />
Professional Development Series Handbook. Series Ed. Klein, Carol vol. 5 69-82.<br />
Hellebrandt, Josef, and Varona, Lucia T. Eds. Construyendo Puentes (Building Bridges);<br />
Concepts and Models for Service-Learning in Spanish. Washington: American<br />
Associ<strong>at</strong>ion for Higher Educ<strong>at</strong>ion, 1999. Series on Service-Learning in the<br />
Disciplines. Series Ed. Edward Zlotkowski. 18 vols. 1997-99.<br />
Juliá, Santos. En Valdeón, Julio; Pérez, Josoeph & Juliá, Santos. 2006. Historia de<br />
España. Gran Austral, Espasa Calpe, S.A. Madrid Pags. 339-555<br />
Parks, Peter. 1993. “Wh<strong>at</strong> Is Particip<strong>at</strong>ory Research? A Theoretical and Methodological<br />
Perspective” in Parks, Peter; Brydon-Miller, Mary; may, Budd & Jackson, Ted.<br />
Voices of Change. Bergin & Garvey. Westport, Conecticut<br />
Pastrana, Santiago. Geografía. Página que difunde conceptos básicos de la geografía.<br />
http://club.telepolis.com/geografo/index.htm<br />
Payo Hernández, René Jesús. “Apuntes históricos de Ciadoncha.” Ciadoncha Junio<br />
1990: 34-36<br />
147
Puente, Emérito. Entrevista personal. 6 de enero de 2006<br />
Martínez Díez, Gonzalo. Pueblos y alfoces burgaleses de la repoblación, Consejería de<br />
educación y cultura de la Junta de Castilla y León.1987<br />
Monlau, José María. “Muy Historia” No. 3 Febrero 2006. G y J España Ediciones, S.L.,<br />
S. en C. ARI Asociación de Revistas de Información.<br />
M. Nash: "Identidad de género, discurso de la domesticidad y la definición del trabajo de<br />
las mujeres en la España del siglo XIX". Duby. Perrot: Historia de las mujeres.<br />
Vol. 4. y "De "angel del hogar" a "madre militante" y "heroína de la retaguardia":<br />
Imágenes de mujeres y la redefinición de las relaciones sociales de género." R.<br />
Radl Philipp e M0 C. Garcia Negro: (Eds.) A muller e a súa imaxe. . Universidad<br />
de Santiago de Compostela, 1993.<br />
Sí, España, una edición revisada y mejorada del popular servicio interactivo de<br />
información que fue presentado por primera vez en el N<strong>at</strong>ional Capital Freenet de<br />
Ottawa el 2 de Mayo de 1994<br />
http://www.sispain.org/spanish/history/colonies.html<br />
Tarot, Lucia. 1984-1985. Diario El Gráfico. Semanario Vida<br />
Thompson, Paul. 2000. Voices Of The Past. Third Edition. Oxford University Press,<br />
Gre<strong>at</strong> Cleredon Street, Oxfordox2 6Dp<br />
Valdeón, Julio; Pérez, Josoeph & Juliá, Santos. 2006. Historia de España. Gran Austral,<br />
Espasa Calpe, S.A. Madrid.<br />
Varona, Lucia. 2003. “Varona, Lucia. “Agua del Duero; Jugo de caña” “Piel morena en<br />
nieves blancas” “Los sonidos que marcan la vida”<br />
http://itrs.scu.edu/instructors/lvarona/Stories.htm<br />
Varona Lucia. 2006 Manual to do Community Based Learning.Prentice Hall.<br />
Varona, Lucia T. 1996. “Cultural Stereotypes and Their Impact on Hispanic women<br />
collage Students”. UMI Dissert<strong>at</strong>ion Services, A Bell & Howell Company. 300 N.<br />
Zeeb Road, Ann Arbor, Michigan 48106<br />
Varona, Lucia T. Faculty Notes, Sample Faculty Syllabi in "The Pedro Arrupe, S.J.<br />
Center for Community-Based Learning Faculty Resources Handbook. <strong>Santa</strong><br />
<strong>Clara</strong> University, 2004. 36-37;69-73<br />
Varona, Lucia T. “Language and Culture through Anecdotal Discourse” Forum Spring<br />
2000<br />
148
Varona, Lucia T. “From Instrumental, to Interactive, to Critical Knowledge through<br />
Service-Learning in Spanish. Hellebrandt, Josef, and Varona, Lucia T. Eds.<br />
Construyendo Puentes (Building Bridges); Concepts and Models for Service-<br />
Learning in Spanish. Washington: American Associ<strong>at</strong>ion for Higher Educ<strong>at</strong>ion,<br />
1999. Series on Service-Learning in the Disciplines. Series Ed. Edward<br />
Zlotkowski. 18 vols. 1997-99.<br />
Varona, Lucía. T. “La comunidad en el aula y el aula en la comunidad: un modelo”.<br />
Hispania 82, (Winter 1999) 4: 806-816<br />
Varona Lucia T. and Bauluz, Maria V. "When Everyday Life Becomes the Focus of<br />
Attention in Intermedi<strong>at</strong>e Spanish Courses. In Faculty Notes, Sample Faculty<br />
Syllabi in "The Pedro Arrupe, S.J. Center for Community-Based Learning Faculty<br />
Resources Handbook. <strong>Santa</strong> <strong>Clara</strong> University, 2004. 111-119<br />
Varona Madrid, Arcadio: “Apuntes históricos de Ciadoncha.” Ciadoncha Junio 1990:<br />
13-16<br />
W<strong>at</strong>kins, Jane Magruder & Mohr, Bernard J. 2001. Appreci<strong>at</strong>ive Inquiry. Jossey-Bass<br />
Pfeiffer A Willey company. www.Pfieffer.com<br />
149
GLOSARIO<br />
Abadía Monasterio o iglesia que gobierna el Abad que es el superior de un monasterio,<br />
en algunas partes también se le dice Abad al cura.<br />
Ábside Parte del templo, abovedada y circular, situada en la parte posterior donde<br />
estaban antes el altar y el presbiterio<br />
Alfoz. Concepto jurídico. División administr<strong>at</strong>iva que encontramos por primera vez en<br />
los diplomas del siglo X, y que se muestra ya en perfecto desarrollo en la<br />
documentación del siglo XI.<br />
Alholva. Planta leguminosa de hojas vellosas y con semillas amarillentas de olor<br />
desagradable, llamadas del mismo nombre.<br />
Anticlericalismo En contra de la influencia de la iglesia en la vida política.<br />
Asolar Destruir, arrasar, saquear.<br />
Área marginal. Barrios olvidados por el gobierno y la sociedad donde se acumula la<br />
pobreza, con todas sus consecuencias de abandono, enfermedad, miseria, etc.<br />
Arquivoltas Molduras que decoran un arco.<br />
Ateneos Nombre de algunas corporaciones científicas o literarias y del lugar donde se<br />
reunían.<br />
Bechamel. Salsa de cocina, hecha con leche y harina.<br />
Cabo Cañaveral. Lugar en el estado de La Florida en Estados Unidos desde donde se<br />
lanzan los cohetes al espacio.<br />
Cacharros. Trastos, trastes o recipientes de cocina. También se usa para referirse a<br />
muchas cosas que no tienen mucho valor.<br />
Calado hasta los huesos. Que tiene la ropa que lleva muy mojada.<br />
Campechano. Sencillo, sin afecciones, n<strong>at</strong>ural.<br />
Canecillo Cabeza de una viga que sobresaliendo por la parte exterior del muro sostiene<br />
la cornisa.<br />
Capiteles Coronamiento de la columna.<br />
Capones. Un golpe dado con los nudillos de los dedos en la parte posterior de la cabeza.<br />
150
Cuadrilla. Grupo<br />
Chicas de servicio. Muchachas que sirven en las casas por un sueldo.<br />
Chotos. Cría de la vaca mientras mama.<br />
Cisterciense de la orden religiosa de la regla de San Benito, fundada en el siglo XI por<br />
San Roberto y llevado a gran esplendor por San Bernardo. Viene del nombre de<br />
una aldea de Francia.<br />
Conde En la Edad Media, comandante militar de un territorio. Dign<strong>at</strong>ario de la nobleza,<br />
entre el marqués y el vizconde.<br />
Confederación Nacional C<strong>at</strong>ólico-Agraria (CNCA) es la organización que canalizó<br />
mayormente el descontento p<strong>at</strong>ronal, creada por el periodista c<strong>at</strong>ólico Angel<br />
Herrera y su Asociación C<strong>at</strong>ólica Nacional de Propagandistas (ACNP) durante el<br />
segundo decenio del pasado siglo XX. La CNCA surgió como un intento de evitar<br />
que las izquierdas pudieran hacer pie en las zonas rurales. Su mayor y único éxito<br />
tuvo lugar entre los pequeños propietarios de Castilla-León, gracias a la concesión<br />
de créditos rel<strong>at</strong>ivamente accesibles y la organización de cooper<strong>at</strong>ivas, a las<br />
cuales se les facilitaron almacenes y maquinaria.<br />
Cortes Constituyentes son aquellas Cortes que tienen poder y mand<strong>at</strong>o para dictar o<br />
reformar la Constitución.<br />
Cortes Generales son las representantes del pueblo español y se componen de dos<br />
Cámaras: el Senado y el Congreso de los Diputados.<br />
Doña Distintivo de las mujeres de calidad en España, antepuesto al nombre de pila.<br />
Duernos. Recipientes de madera.<br />
Espadaña Campanario formado por un muro, generalmente prolongación de la fachada<br />
del edificio, con uno o más huecos en que van colocadas las campanas.<br />
Esquilones Campanas pequeñas.<br />
Falange Española Partido de carácter fascista (Partido vigente en Italia de 1922 a 1945,<br />
basado en la dictadura de un partido único, la exaltación nacionalista y el<br />
corpor<strong>at</strong>ivismo) creado en 1933 por José A. Primo de Rivera.<br />
El gordo. El premio mayor de la lotería.<br />
Entornar. Cuando los carros, jalados por bestias, se caían de lado.<br />
Garia. De gario, utensilio de labranza.<br />
151
Gran Guerra La Primera Guerra Mundial<br />
Guerra fría. Se conoce así a la lucha de Estados Unidos contra Rusia. En general se<br />
refiere a la lucha ideológica entre el capitalismo y el comunismo.<br />
Hablar con alguien. En el contexto de la juventud quiere decir estar interesado en una<br />
chica para llegar a ser su novio. “María y Pedro se hablan,” correspondería a decir<br />
ahora. María y Pedro son novios.<br />
Hacer de aguas. Orinar.<br />
Hacer el gasto. Pagar por la celebración de un acontecimiento, normalmente de boda. La<br />
celebración consiste en dar comida, música y baile.<br />
Marqués Antiguamente, señor de una tierra situada en las fronteras del reino. Hoy es<br />
simplemente un título nobiliario situado entre los de conde y duque.<br />
Marquesado Título de dignidad de marqués y territorio al que corresponde dicha<br />
dignidad.<br />
Más oscuro que la boca de un lobo. Metáfora par explicar que era muy oscuro.<br />
Mejor presentado. Estar mejor arreglado, con mejor ropa, limpios y bien peinados.<br />
Mieses. Plantas de cereales ya maduras.<br />
Minipimer. Apar<strong>at</strong>o que sirve para deshacer y licuar alimentos, formando un puré o una<br />
pasta, dependiendo de la cantidad de líquido que se use.<br />
Mozárabe. Cristiano de España sometido a la dominación árabe.<br />
Nacionalistas Llamados también derechistas. Doctrina que sostiene las aspiraciones<br />
exclusivamente nacionales. En la guerra civil actuaban bajo el lema de religión,<br />
p<strong>at</strong>ria, familia, orden, propiedad y trabajo<br />
Nías. En Burgos y Palencia significa manojo de mies cortada y tendida en el suelo.<br />
Nublados. Tormentas de lluvia.<br />
Nuez de mantequilla. Medida. Es un poco de mantequilla, lo que se forma de pasar un<br />
cuchillo por encima y raspar un poco.<br />
Pasarlo bomba. Disfrutar mucho.<br />
Pedir vez. Pedir turno.<br />
152
Pedir la mano. Ceremonia de compromiso m<strong>at</strong>rimonial que consiste en que el novio y<br />
sus padres llegan a pedir a los padres de la novia que les permitan casarse.<br />
Pellejos de cerdo. Con la piel del cerdo se hacen recipientes para guardar líquidos.<br />
Pesc<strong>at</strong>ero. Vendedor ambulante de pescado.<br />
Pifias. Travesuras<br />
Polos de Desarrollo Áreas geográficas elegidas para el asentamiento planificado de<br />
industrias con el fin de revitalizar su economía o suavizar las diferencias de<br />
desarrollo entre las diversas regiones.<br />
Protogótica Que pertenece al estilo gótico principal o primero. Tipo de arquitectura que<br />
se caracteriza por dos arcos cruzados en ángulo.<br />
Redacciones Lugar donde se reunían a escribir.<br />
Romería. Viaje hecho por devoción.<br />
Ranera, Ranero, sobrenombre o apodo que se tiene para la gente de Ciadoncha. Se usa<br />
también como adjetivo cuando se refiere a algo de ese lugar.<br />
Republicanos En España los republicanos son los políticos con ideas izquierdistas, el<br />
poder del pueblo y el pueblo en el poder. Viene de la definición de República<br />
República (del l<strong>at</strong>ín res publica, «la cosa pública, lo público»<br />
Requisa. Cosas que podían tener en la posguerra en España. La requisa consistía en<br />
comida racionada y algunos vales, para cambiarlos por telas para elaborar lo más<br />
imprescindible de ropa.<br />
Salaá. Graciosa<br />
Socialistas seguidores del socialismo que es la denominación de diversas doctrinas<br />
económicas, sociales y políticas que propugnan una distribución más justa de la<br />
riqueza y condenan la propiedad privada de los medios de producción y de<br />
cambio. También se refiere a ellos como izquierdistas.<br />
Teleclubs. Lugares tipo cafeterías o bares, donde se reunía la gente para ver televisión.<br />
Tertulia Reunión de personas que se juntan para distraerse y conversar.<br />
Troncharse de risa. Reír mucho<br />
153