RENE CHAR - Dirección General de Bibliotecas - Consejo Nacional ...
RENE CHAR - Dirección General de Bibliotecas - Consejo Nacional ...
RENE CHAR - Dirección General de Bibliotecas - Consejo Nacional ...
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
cortina <strong>de</strong> humo entre él y la policía. Para ello a<br />
veces bastaban unas cuantas cosas: una frontera<br />
<strong>de</strong>partamental, por ejemplo. Se estableció en<br />
el <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> Vaucluse, instalándose con<br />
toda discreción ahí, en una localidad cercana a<br />
los Alpes Bajos y más allá <strong>de</strong> Apt, la prefectura,<br />
en el pueblo <strong>de</strong> Céreste, dominado por un sólido<br />
campanano.<br />
La elección <strong>de</strong> Céreste no fue precipitada, sino<br />
que por el contrario la<br />
meditó <strong>de</strong>tenidamente.<br />
Fueron muchos años los<br />
que Char estuvo en esa<br />
región salvaje don<strong>de</strong> pasaba<br />
temporadas largas<br />
<strong>de</strong> varios meses. Para caminar<br />
y escribir con calma.<br />
El pueblo es pobre<br />
y secreto, hecho <strong>de</strong> piedras<br />
secas y <strong>de</strong> silencios,<br />
un pueblo agobiado por<br />
el sol durante el verano y<br />
traspasado por el frío durante<br />
el invierno. Unos<br />
republicanos españoles<br />
encontraron refugio ahí<br />
al fmalizar la década <strong>de</strong><br />
los treinta. Ahí también<br />
conoció complacido a la<br />
familia Roux, una familia<br />
<strong>de</strong>l tipo que le encantaba.<br />
Una familia con<br />
instinto. El padre notario y muchos híjos llenos<br />
<strong>de</strong> fuego y poetas.<br />
Fue en este valle, pues, don<strong>de</strong> se replegó para<br />
recuperar sus fuerzas, para salvarse y finalmente<br />
para luchar. Haría <strong>de</strong> Céreste su punto <strong>de</strong> partida.<br />
Su República. La sitúa "en la montaña" ...<br />
¿Mentira <strong>de</strong> poeta o fantasía <strong>de</strong> pureza? Señal en<br />
todo caso <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> reencontrar el aire <strong>de</strong><br />
las cimas. Transfiguró este corredor prealpino<br />
en un lugar fuera <strong>de</strong>l mundo don<strong>de</strong> podría renacer,<br />
en un fortín inexpugnable, en una mítica<br />
isla protectora.<br />
Aquí, todo es bosque, pe<strong>de</strong>rnal y escarcha ... 24<br />
En cuanto llegó, examinó a los habitantes <strong>de</strong>l<br />
pueblo y a los campesinos <strong>de</strong> los alre<strong>de</strong>dores.<br />
Escuchaba y hablaba poco. Las abuelas apreciaban<br />
su apretón <strong>de</strong> manos, largo y firme. Él les<br />
" Carta <strong>de</strong> René Char a Gi1bert Lé1y fechada el 15 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1941 (archivos<br />
particulares). Citada en L Éelair au front, op. cit.<br />
René Char en 1975<br />
11<br />
BIBliOTECA DE MÉXICO<br />
preguntaba sobre los últimos sucesos y siempre<br />
esperaba una respuesta <strong>de</strong>tallada antes <strong>de</strong> aflojar<br />
el puño. Poco a poco, se fueron afinando los<br />
contornos políticos <strong>de</strong>l pueblo. A su juicio estaba<br />
sano. Como hace un castrador <strong>de</strong> animales estudió<br />
a las diferentes figuras locales, a los notables<br />
y los <strong>de</strong> abajo. Solamente ubicó algunas soplonas<br />
potenciales en el correo y un médico poco seguro.<br />
En suma, pocos fanáticos o quizá ninguno.<br />
Durante sus caminatas<br />
siempre se le unía una<br />
cohorte <strong>de</strong> niños. Se <strong>de</strong>tenía<br />
para hablar con los<br />
gana<strong>de</strong>ros y los pastores<br />
con quienes se cruzaba.<br />
Inspiró confianza al instante;<br />
hablaba bastante<br />
bien el provenzal para<br />
establecer un lazo casi<br />
carnal. Lo sintieron sólido.<br />
Sabía escuchar. Era<br />
un hombre <strong>de</strong> la tierra,<br />
pensaban. Y él se <strong>de</strong>cía<br />
que Céreste tenía que resultar,<br />
que Céreste <strong>de</strong>bía<br />
convertirse en su pueblo,<br />
un pueblo <strong>de</strong> piedra, un<br />
pueblo tranquilo y tranquilizador.<br />
Pues la paradoja<br />
quería que Céreste,<br />
para cumplir su <strong>de</strong>signio,<br />
se abstuviera <strong>de</strong> toda ex-<br />
citación, <strong>de</strong> todo nerviosismo, <strong>de</strong> toda <strong>de</strong>mostración<br />
intempestiva. Céreste habría <strong>de</strong> apren<strong>de</strong>r a<br />
vivir camuflado, enteramente dirigido a difundir<br />
el espiritu <strong>de</strong> la resistencia sin ofrecer un botín al<br />
enemigo.<br />
y él mismo comprendió la necesidad <strong>de</strong> matar<br />
en él no al poeta pero sí al autor. En los primeros<br />
meses <strong>de</strong> la Ocupación aún creía posible<br />
publicar un libro <strong>de</strong> poemas a cuenta <strong>de</strong> autor.<br />
Pero muy pronto se dio cuenta <strong>de</strong> que todas las<br />
publicaciones, incluso las más confi<strong>de</strong>nciales,<br />
como los poemas, se sometían al arbitrio <strong>de</strong> la<br />
censura. Renunció. Decidió continuar escribiendo<br />
lo más posible, pero para él. La publicación<br />
<strong>de</strong>bería esperar tiempos mejores, <strong>de</strong> libertad. Explicó<br />
sus razones a su amigo Francis Curel: No<br />
<strong>de</strong>seo publicar en una revista los poemas que te envío.<br />
El compendio <strong>de</strong> don<strong>de</strong> los he sacado, en el que trabajo<br />
pese a la adversidad, podría tener como título Seuls