Mayo de 2011 - El Pitic

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Año X Número 120 Mayo 2011 Edición Mensual Hermosillo, Sonora. Antes Villa del Pitic
Arnoldo Salazar Woolfolk
Margarita Coker de Salazar
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2 Hermosillo, Son., Mayo 2011
DIRECTORIO
El hombre joven no tiene memoria
Más tarde, goza al recordar
vivencias pasadas.
Y mucho más tarde, vive de ellas.
Fundador
Arnoldo Salazar Woolfolk+
Director
Fernando Andrade Domínguez
H. Rangel Lugo No. 139
esq. 5 de Febrero.
Barrio La 5 de Mayo.
Tel. 217-28-04, 215-34-56 y
(6621) 73-81-22
andrade_nando@yahoo.com
Distribución
Diego Redo Hoeffer
Lic. Armando Gastélum Alcaraz
Impreso en los talleres de
Editorial El Auténtico, S.A. de C.V.
Reg. en Trámite
El próximo día 30 del presente
mes, se estarán cumpliendo
dos años de la partida de este
mundo, del inolvidable amigo
DON ARNOLDO SALAZAR
WOOLFOLK, un hombre, en toda
la extensión de la palabra, que
siempre supo cristalizar en la
vida todos sus más caros anhelos.
Fue hace más de 10 años que
concibió y dio forma a uno de sus
más deseados sueños: Periódico
El Pitic, El periodico que narra
la historia de Hermosillo, un
hombre que sabemos que todo
lo entregó, por eso estamos
orgullosos, porque sentimos que
sabes lo mucho que te estimamos,
aun cuando tu silencio comienza
a hacerse eterno.
Debemos reconocer que si
DIOS te quiere allá, sólo es porque
todo el mundo, quiere tenerte a su
lado. Ya son dos años de tu partida,
dos años que no hemos dejado de
seguir tus consejos, tus palabras, tu
fuerza y tu valor. Siempre te vamos
a recordar, protégenos desde el cielo
y le pedimos a DIOS en nuestras
oraciones que siempre podamos
contar contigo.
Sin duda que la única forma
de agradecerle al “Güero” Salazar,
es trabajando en ese sueño, la
publicación ininterrumpida de
este periódico mensual y que
te aseguramos que mientras
haya fuerzas siempre estaremos
continuando lo que tú iniciaste
y bajo los mismos lineamientos
generales.
Todos tenemos cerca de
nosotros un ángel en forma terrenal
que nos llama la atención, nos
orienta y sutilmente nos indica
el camino correcto, en mi caso,
afortunadamente se cruzó por
mi camino, Arnoldo, que tuvo a
bien compartir sus sueños y nos
impregnó del enorme cariño que
siempre le mostró a nuestra ciudad,
qué mejor tributo para el amigo
que continuar con la publicación
dedicada al terruño y seguir sus
consejos. Gracias Arnoldo y allá
en donde estés, recibe nuestro
agradecimiento.
Sabemos que jamás deseaste
dejar sola a Margarita, siempre
E d i t o r i a l
suplicaste al Gran Chief, que
primero se la llevara a ella, para
evitarle el sufrimiento de perder a
su compañero, pero los designios
del Señor, son siempre muy sabios y
no le dio tiempo de seguir sufriendo
tu ausencia y al poco rato la subió
para que siguieran juntos. Para sus
familiares y sus hijos fue un golpe
severo que han sabido amortiguar
con el cariño de sus hijos, a los que
deben toda su atención.
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
Calle Heriberto Aja Holguín (3, 4, y 5) Col. Centro
Por: Juan Antonio Ruibal Corella
De su libro titulado “PERSONAJES DE
LA CIUDAD” INÉDITO, EXCLUSIVA
CONTACTOX
El Lic. Juan Antonio Ruibal Corella, agrega
un libro más a su amplia producción de colaboraciones
culturales, imponiéndose la ardua
tarea de plasmar, en beneficio de las futuras
generaciones, el origen del nombre de
las principales calles de nuestra ciudad, labor
muy encomiable desde cualquier punto
de vista y que estamos seguros que será muy
útil en la historia de nuestra ciudad. Estamos
reproduciendo un libro que aún está inédito
y que muy pronto saldrá a la venta editado
por la prestigiada EDITORIAL PORRÚA.
Por orden alfabético en esta ocasión ponemos
a su disposición una semblanza del
eminente educador:
Prof. HERIBERTO AJA HOLGUÍN.
Educador eminente, nació en un rancho de Teanquistengo, Municipio de Acatlán,
Estado de Puebla, en el año de 1876, hijo de los señores, JOSÉ MARÍA AJA Y EUGE-
NIA HOLGUÍN. Hizo sus estudios profesionales en la ciudad de Puebla. Su primera
encomienda fue en 1897, como ayudante en la Escuela Superior No. 1 de Guaymas;
en 1897 es nombrado Subdirector del Colegio de Sonora, de 1909 a 1910 fue Director
de la Escuela No. 1 de Varones, en un edificio que se conserva por la Calle Morelia,
entre Guerrero y Garmendia, de esta ciudad de Hermosillo.
El 28 de Agosto de 1910 contrajo matrimonio con la Srita. Luz Carranza, con quien
procreó cinco hijos: Luz Celia, Josefina, María, Heriberto y Enrique; de 1911 a 1913
prestó sus servicios en la Escuela Fenochio, de Magdalena de Kino, regresa a Hermosillo
y funda su academia particular de nombre Escuela Comercial Aja, originalmente
en la esquina de Matamoros y Serdán, de ahí se cambió al edificio donde iniciaba la
calle Orizaba (hoy Dr. Paliza) y después al final de la Calle Comercio (hoy Sufragio
Efectivo).
Paralelamente siguió prestando sus servicios como Catedrático de la Escuela Normal
del Estado y el día 20 de Septiembre de 1917 fue nombrado Director General de Educación
hasta 1919, cargo en el cual repitió en 1926 y nuevamente en 1931 a 1939.
Nuestro personaje publicó varios artículos periodísticos sobre educación, fue conferencista
de temas diversos, orador oficial en múltiples actos cívicos y autor de varios
libros sobre educación comercial, también escribió obras de teatro: “Maldita sea la
Guerra” y “La Ley de la Herencia” y algunas obras para la radio.
También fue miembro de algunas sociedades filosóficas y mutualistas. Gustaba organizar
torneos intelectuales y veladas literario musicales. Fomentó activamente el
deporte y dio clases de gimnasia, boxeo, esgrima y también formó estudiantinas y
bandas escolares.
Fue objeto de varias condecoraciones: por el entonces Gobernador del Estado Román
Yocupicio, H. Cámara de Comercio de Hermosillo, Radiodifusora XEHQ, Sociedad
de Alumnos de la Escuela Comercial Aja y en 1945 el Gobernador, General Abelardo
Rodríguez, construyó e impuso su nombre a la Escuela Heriberto Aja H., y años después,
el H. Ayuntamiento impuso el mismo nombre a la calle donde está situada la
referida escuela. El 26 de Enero de 1945 fue declarado Educador Ilustre, por Decreto
de la XXXVII Legislatura del Estado de Sonora; Se jubiló en 1949 y falleció en la Ciudad
de Hermosillo el día 15 de Octubre de 1950.
Fotografía proporcionada por su nieto, el Sr. Carlos Lucero Aja
Jesús Verdugo Escoboza, “Sonora, apuntes para Historia de la Educación”. 1ª. Edición,
Hermosillo, 1999, tomo II, pág. 276 y 277.
Juan Antonio Ibarra Noriega, ídem.
Educador eminente. Nació en el rancho de Teanquistengo, Municipio de Acatlán,
Estado de Puebla, el año de 1876, hijo de los
señores José María Aja y Eugenia Holguín;
hizo sus estudios de primaria en Acatlán,
y sus estudios profesionales en la ciudad
de Puebla. Su primera encomienda fue en
1897, como ayudante en la Escuela Gabino
Barreda y de ahí pasó a la ciudad de Torreón,
Coahuila, a trabajar en el Colegio Torreón.
En 1904, el entonces Director de
Educación Pública del Estado Ing. Felipe
Salido, lo contrató para que viniera a Sonora
habiéndose desempeñado como Director de
la Escuela Superior No. 1 de Guaymas; en
1907, es nombrado Subdirector del Colegio
de Sonora. De 1909 a 1910 fue Director de la Profr. Heriberto Aja Holguín.
Escuela No. 1 de Varones, en un edificio que
aún se conserva por la Calle Morelia, entre
Guerrero y Garmendia de esta ciudad de Hermosillo.
El 28 de Agosto de 1910 contrajo matrimonio con la Srita. Luz Carranza, con
quien procreó cinco hijos: Luz Celia, Josefina, María, Heriberto y Enrique; de 1911
a 1913, prestó sus servicios en la escuela Fenochio de Magdalena de Kino, regresa
a Hermosillo y funda su academia particular de nombre Escuela Comercial Aja,
originalmente en la esquina de Matamoros y Serdán, de ahí se cambió al edificio
donde iniciaba la Calle Orizaba (hoy Dr. Paliza) y después al final de la Calle del
Comercio (hoy Sufragio Efectivo).
Paralelamente, siguió prestando sus servicios como catedrático de la Escuela Normal
del Estado y el día 20 de Septiembre de 1917 fue nombrado Director General de
Educación hasta 1919, cargo en el que repitió en 1926 y nuevamente de 1939 a 1931.
Nuestro personaje publicó varios artículos periodísticos sobre educación, fue
conferencista de temas diversos, orador oficial en múltiples actos cívicos y autor de
varios libros sobre educación comercial; también escribió obras de teatro: “Maldita
sea la guerra” y “La ley de la Herencia” y algunas obras para la radio.
También fue miembro de algunas sociedades filantrópicas, filosóficas y
mutualistas. Gustaba de organizar torneos intelectuales y veladas literario musicales.
Fomentó activamente el deporte y dio clases de gimnasia, boxeo, esgrima y también
formó estudiantinas y bandas escolares.
Fue objeto de varias condecoraciones: por el entonces gobernador del Estado
Román Yocupicio, H. Cámara de Comercio en Hermosillo, radiofusora XEHQ,
Sociedad de Alumnos de la Escuela
Comercial Aja y en 1945, el gobernador
General Abelardo L. Rodríguez
construyó e impuso su nombre a la
Escuela Heriberto Aja H. y años después,
el H. Ayuntamiento impuso el mismo
nombre a la calle donde está situada
la referida escuela. El 26 de Enero de
1945 fue declarado Educador Ilustre
por Decreto de la XXXVII Legislatura
del Estado de Sonora; se jubiló en 1949
y falleció en la ciudad de Hermosillo, el
día 15 de Octubre de 1950.
3.- Fotografía proporcionada por su
nieto, el Sr. Carlos Lucero Aja.
4.- Jesús Verdugo Escobosa,
“Sonora, apuntes para Historia de la
Educación. 1ª. Edición, Hermosillo,
1999, tomo II, páginas 276 y 277.
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4 Hermosillo, Son., Mayo 2011
REMEMBRANZAS DE VILLA DE SERIS
REAL DE MINAS NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE DE
EL AGUAJE.
Por: Enrique Vega Galindo.
Un aguaje, es un abrevadero, un lugar de descanso donde se puede comer, beber y dormir. Para El
Reino Español era una guarnición de soldados, el aguaje toma su nombre del cerro, el Aguaje, se
localiza a 40 kilómetros de Hermosillo, Sonora, al sureste de una cordillera montañosa conocida
como Sierra Santa Teresa, que baja hacia el suroeste del arroyo La Poza, hacia el otro lado se ve
el alto e inhóspito macizo montañoso de Cerro Prieto. Era una fortaleza amurallada, medía mil
metros de longitud por lado, sus muros 4 metros de altura y
diámetro de un metro, construida con ladrillos de adobe.
Su superficie territorial era de 89 hectáreas con pozo de
agua, ubicada en un llano dentro del territorio Seri. Fue
el principal centro comercial del Noroeste Mexicano que
surtía avíos a los mineros. De aquí partía el Camino Real
a la Ciudad de México con rumbo del Real San José del
Parral hoy estado de Chihuahua. Es probable que lo establecieran
los españoles en 1634 para pacificar a los Seris.
En 1641 llegaron los sacerdotes Jesuitas con la intención
de establecer una misión.
El 16 de Octubre de 1697, Juan María Salvatierra fue a
conocer el rancho o hacienda El Aguaje, propiedad del
Capitán Juan González Mercado y sus socios el Teniente
y Alcalde Mayor de la Provincia de Sonora, Francisco
Xavier de Valenzuela y El Arráez Agustín Hernández,
quienes lo proveyeron de dinero, provisiones y escolta
para viajar a la Misión del Pópulo.
En 1700, las dueñas de El Aguaje eran Rosa de Sierra
y Teresa Quiroz, mujeres comerciantes y propietarias de
una mina de plata, fundadoras de San José, California,
posteriormente lo vendieron a Don Diego de Moraga y
los hermanos Antonio y Blas Núñez, mineros dedicados
a hacer planchas y bolas de plata en una hacienda de beneficio
de fuego.
En 1704, Eusebio Francisco Kino y el Capitán Juan Mateo Mange viajaron al Pópulo (Villa de
Seris) a visitar al padre Juan de San Martin y localizaron en la geografía el lugar idóneo para trazar
un camino más corto a la Misión de San José de Guaymas; esta es en la actualidad la ruta que sigue
la vía del ferrocarril.
En 1693, había llegado a Sonora el Sacerdote Jesuita Agustín Campos quien en 1711 con autorización
de los propietarios en los terrenos aledaños de El Aguaje inició una Estación Misionera
para congregar a los Seris. En enero de 1718, Juan Bautista de Anza, matrimoniado con Rafaela
Becerra Nieto, marchó desde Fronteras con una escolta militar hacia El Aguaje en compañía de
Antonio Becerra Nieto, a examinar siete minas que controlaba El Aguaje. La travesía los llevó a un
lugar desordenado, depresivo, rodeado de maleantes, hierba seca, en medio del calor sofocante y la
polvareda del desierto. No había iglesia, capilla o edificio público de ninguna clase, en su interior
casas hechas con palos de mezquite y adobe, cuartos de alquiler, venta de mezcal y mujeres, comercios
y comida para el ganado, en el remoto campo minero se encontró a unos viejos amigos vascos,
quienes lo invitaron a poner un negocio de cuchillos y machetes.
En el principal archivo del Registro de Minas de las Leyes Españolas, privatizaron la propiedad
a Manuel de Acuña, Teniente Principal de Justicia Mayor de Sonora. El Aguaje se convirtió en el
Departamento de Justicia, centro controlador de las minas de la región conocidas como haciendas
mineras, erario público, cárcel, guarnición militar, para organizar operaciones de guerra contra los
Seris, y el cobro de cuota por el uso del camino real; le pusieron por nombre Real de Minas Nuestra
Señora de Guadalupe de El Aguaje.
Becerra Nieto, Manuel de Acuña, Rosa de Sierra, Teresa Quiroz y Gregorio Álvarez Tuñón y Quiroz
perteneciente a la Hermandad de los Vascos Gitanos, llegaron a un acuerdo y formalizaron la
empresa “Sociedad de Jesús”, controlando desde El Aguaje el monopolio de mano de obra india.
La Alianza creó problemas con los mineros y rancheros, desatando este hecho una guerra civil en
1710.
Para 1723 la molestia regresó, pues los soldados se quejaron, demandando la corrupción militar,
ya que no les pagaban su salario. En 1726 el Cuartel Militar establecido en El Aguaje fue atacado
por los Seris, quedando en ruinas y abandonado. En 1718 la asociación de vascos, desapareció. De
Anza pacto con los soldados. En 1729, De Anza partió a Cerro Prieto a pelear contra los Seris, quedando
en ruinas y abandonado. Por los sucesos acaecidos la Real Orden de Sevilla, España, expidió
el día 12 de marzo de 1732 la propiedad de El Aguaje a dos gambusinos avecindados en el Presidio
del Pitic de nombre Matías Moreno Jiménez y Nicolás Francisco Bohórquez, pero lo abandonaron
en 1748, porque los Seris volvieron a atacar. El viejo De Anza murió en 1737.
En 1734 nació el joven De Anza, bautizándolo el Padre Agustín Campos. De Anza a los 22 años
de edad fue a los linderos de El Aguaje a ver una mina rica en plata propiedad de la familia, a 12
kilómetros de distancia, en un lugar conocido como El Tascal o Cima de la Cuesta de Guadalupe,
el 24 de junio de 1761, se casó con Ana María Pérez Serrano, reorganizando la “Sociedad de
Jesús”, dedicándose al negocio de los caballos y el comercio
de provisiones, adquiriendo gran poder económico y
político en Sonora. A su vez expulsaron a los Jesuitas
de México, apropiándose de sus dominios. En 1779 los
Seris se vengaron atacando, destruyendo y matando familias
y ganado de las propiedades mineras y rancheras
de El Aguaje.
En 1780, el Marqués de Croix, Comandante General de
Sonora, Jacobo Ugarte y Pedro de Corbalán, ordenaron a
De Anza el exterminio de los Seris. Sólo le echaron sal a
la herida, tocándole al joven De Anza bailar la danza de
lobos, quedando El Aguaje totalmente abandonado, yéndose
la gente a vivir al Presidio del Pitic, San Pedro de la
Conquista, San Miguel de Horcasitas, Arizpe, Arizona y
la Alta California. Las campañas militares y de colonización
de los Seris, había llegado a su fin, para entonces la
élite De Anza había explorado California llevando españoles
y criollos a colonizarla. El joven De Anza falleció
en 1788 en Arizpe.
En 1806 se realizó en Arizpe capital de las provincias de
Sonora y Sinaloa, la demanda de posesión del Real del
Aguaje, ante el Notario Don Ignacio Pérez Serrano, para
solicitar las tierras y destinarlas a la cría de ganado mayor;
hacen la petición los señores José María Moreno, José
Francisco Moreno y Juan Moreno Dessens, en representación de las hermanas María Concepción
y Bárbara Serrano, otorgándoles derecho de propiedad Don Alexo García Conde, Sr. Brigadier,
Gobernador y Militar Intendente de Sonora. Otros juicios posteriores importantes para reclamar
derecho de propiedad son el del Sr. Manuel Moreno Maldonado, el 25 de marzo de 1903, contra
la “Cerro Prieto Minning Co.” del Sr. J. W Yocum, y el de la Sra. Carmen Serrano de Borgaro en
1907.
En el Aguaje vivió Joaquín Murrieta, también nació Justo Roberto Altamirano en 1745, Colonizador
de San José, California y quien formaría parte del Ejercito de Anza.
Este es otro secreto escondido de Villa de Seris, cuya historia encierra infinidad de cuentos, mitos
y leyendas de minas y tesoros.
El autor es Sociólogo, Escritor, Historiador e Investigador.
E.mail: evegagalindo1@yahoo.com
Tel. 016646373222. Tijuana, B. C. MEXICO
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
CULTURA POPULAR / CULTURA URBANA
HERMOSILLO Y SU ENTRADA AL SIGLO VEINTE
Lian karp
El Pitic era en 1700 un pueblo de Pimas, al que se le agregaron yaquis en 1748, al
tiempo que Opatas venidos del norte se aposentaban en el mismo lugar. En 1755 los
seris se establecieron cerca del Cerrito de la Cruz, dando forma al Pueblo de Seris.
Los pocos españoles que habitaban la región y los grupos indígenas mencionados
habían constituido ya para 1800 un mestizaje local. Alrededor del Pitic se conocían
las Haciendas de San Benito, La Huapalaina, El Torreón y El Sanjuanico, entre otras.
Ya estaba poblada la congregación de El Coloso y la Iglesia Vieja, que se caracterizaba
por las lagunas que ahí había, las haciendas y huertas de los Muñoz, Salazar, Serrano,
Andrade, Bustamante y Soto. Al principiar el siglo XVIII, dentro de la villa se inició
la lotificación de los terrenos adyacentes al Parián, y que fueron comprados por las
familias Camou, Monteverde, González, Gándara, Noriega, Tona, Espinoza de los
Monteros y otras. Junto a la Plaza Real, las Casas Consistoriales, la Cárcel y otros
edificios tenían instalados faroles de aceite, se había derribado la casa del alguacil y
levantado un Zócalo. La calle que estaba al lado norte de la Casa Municipal pasaba
por la calle de las Guardias y remataba en la Plaza. En esta calle vivía la familia de
Manuel Rodríguez, uno de los primeros alcaldes de la ciudad. Las diligencias que
llegaban a la Villa procedentes de Guaymas entraban por Villa de Seris, cruzaban
el Vado del Río y tenían su destino final en una posta situada al lado de las Casas
Consistoriales. Al salir a Ures, las diligencias tomaban la Calle del Comercio, del
Carmen, Los Guamuchilares y de aquí al Ranchito, ya en las afueras de la Villa. Junto
al Cerro de la Campana se empezó a formar una calle de Sur a Norte que terminaba en
la acequia del Alto, a esta calle se le conoció poco después como de la Curva. Tanto la
calle de la Amargura, como la calle que va para el Cementerio viejo terminaban unos
500 metros atrás de la Capilla, ya que de Sur a Norte había una muralla que tenía un
portón que servía para salir de la Villa a San Antonio, El Chanate, El Guayparín y El
Llano.
Para 1804, Flavio Molina Molina asegura que la Villa del Pitic se extendía
longitudinalmente de Oeste a Este, partiendo de la hoy Plaza Zaragoza y terminando
en la Capilla del Carmen. Su latitud Norte-Sur, comprendía la distancia que media
entre las hoy calles Serdán y Cucurpe. En 1809 se plantaron naranjos, como árbol de
ornato, en las tierras de Villa de Seris, de San Antonio, San Benito, El Torreón y El
Ranchito. Ya estaba construido un panteón al Noroeste de la Villa, cerca de la acequia
del alto, y se llegaba a él por la calle que va para el panteón nuevo que servía también
como salida hacia el Oriente de la Villa. A la misma Villa se le conoció después como
Calle Real. Dice Fernando Galaz que para aliviar sus penas los que vivían en el Pitic,
gustaban de la música popular, la balada, el corrido, la danza, del mezcal de tunas y
de penca, sin olvidar los tres golpes de “juanita”, refinada con pepitorias en panocha.
Al Oriente del Pitic estaba formándose el barrio de El Cerro, donde se realizaban
sólidas construcciones. En 1811, Rafael Díaz cultivó por primera vez el algodón en la
Villa del Pitic.
En 1814 se llevó a cabo la organización oficial de las autoridades del Pitic,
sujetándose a las leyes de la Constitución de Cádiz. Junto a la Plaza Real iniciada
en 1747 se había iniciado una calle adyacente que pasaba frente a la guarnición del
Presidio. Desde 1760 a dicha calle se le conocía como de los Militares. Para 1815 la
misma calle era conocida como de los Cuarteles, luego de las Casas Consistoriales,
después de las Guardias y por último de la Cárcel. Todavía en 1817, en plena guerra de
Independencia, el Pitic seguía dirigido por autoridades adictas al Gobierno Español,
utilizándose papel con sello y timbres virreinales. Con el propósito de edificar una
iglesia, los ganaderos de la región decidieron donar para ese fin todo el ganado que no
tuviera marca. Como eran lentos en cumplir su promesa y como la región sufría una
seria sequía desde hacía dos años, el clero señalaba que la causa de ésta era el hecho
de que los ganaderos se negaban a cumplir su promesa. En la Villa, con la materia
prima de los viñedos, operaban algunos alambiques que producían aguardiente; Fco.
Monteverde era propietario de algunos terrenos de cultivo de vid. Cuando se inició
el poblamiento del Presidio del Pitic, al norte de la Plaza Real se había desmontado
Molino “El Hermosillense”
un área para fincar una nueva plaza a la que se le llamo Plazuela del Espíritu Santo,
donde en 1819 se instaló la primera fuente ornamental, con una figura de tritón, que
duró allí hasta 1875.
Para 1821 quedó concluida la parroquia de la plaza y en ese mismo año fue
consagrada. Había sido construida pegada a la Plaza principal y al terminarse se
mandó derruir el frente de la iglesia antigua quedando separada de la plaza, así
nace un callejoncito que después tomaría el nombre de Melchor Ocampo. El primer
alcalde municipal fue Francisco Monteverde, elegido constitucionalmente el 19 de
Noviembre de 1824. Ya en 1822 había fungido como alcalde de primera elección.
También en 1824 se crea el Estado de Occidente, y la Villa de Seris alcanzó la categoría
de municipio, que colindaba al norte con la Villa del Pitic, teniendo de límites entre
ambas al río de Sonora.
Al promulgarse la Constitución Política del Estado Libre de Occidente el 31 de
octubre de 1835 en El Fuerte, Sinaloa, la Villa del Pitic quedó integrada como parte del
Departamento de Horcasitas. En un informe oficial de 1827 se repuntaba a la Villa del
Pitic como el lugar de mayor extensión en el Estado, con una población aproximada de
ocho mil individuos. Sus calles son irregulares, algunas de ellas de buena apariencia.
Las casas eran regulares y decentes en el porte. El Pitic es esencialmente agrícola, con
algo de ganado mayor y menor, se produce uva. Cerca de la Villa está la Capilla de
San Antonio que sirve de paseo a los vecinos. A la margen opuesta del río está un
pueblo de seris llamado San Pedro de la Conquista. Su temperatura es caliente.
Según decreto No. 77 del Congreso del Estado dado el 5 de Septiembre de 1828,
se declara a la Villa del Pitic como Ciudad de Hermosillo. Fungía como Gobernador
Provisional José Ma. Gaxiola. “Con sus grandes trenes de carros de transportes
tirados por bestias, corralones apretados de mulas y aparejos, cocheros exclusivos
en las terminales de diligencia, inmensas manadas de ovejas pastando en el río, en
acequias y en el cerro, docenas de carretas de grandes ruedas jaladas por resignados
bueyes, carretones tirados por mulas, recuas de mulas recluidas en corralones o en
movimiento. Comercio, servicio de aduana, de tabacos y bebidas, su fuerte militar, su
posición geográfica haciéndola de punto central en el comercio con muchos pueblos
al Norte y Sur de la población, habían hecho del viejo Pitic, la más importante de
todas las poblaciones del estado”. (Galaz, p.393). En acequias que corrían de Oriente
a Poniente; una nacía cerca de la desembocadura del río San Miguel, la otra se
alimentaba de los escurrimientos del tapón de arena que partía de La Sauceda y
terminaba en las huertas de El Ranchito.
(Continúa en el próximo número)
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6 Hermosillo, Son., Mayo 2011
(Continúa)
No obstante la aplastante
derrota que los insurgentes
le infringieron a
los realistas, no faltó entre
las filas del ejército libertador
un acomedido,
llamado José Dávalos,
seguramente un espía,
que le envió un reporte
de la batalla al cura Mercado,
con información
totalmente errada del resultado
de la misma, en
la que incluso le reporta
que González Hermosillo
fue muerto.
El reporte está fechado
en Santiago Ixcuintla,
Nayarit y dice lo siguiente:
Santiago, 23 de diciembre de 1810.
Acaba de llegar a este pueblo el subdelegado de Acaponeta quien puntualiza la
noticia de la derrota hecha en El Rosario de la mayor parte del ejército pues asegura
que de los cuatro mil hombres que entraron no escaparon doscientos, murieron
Hermosillo, López y los principales y que les tomaron cuatro cañones, los
engañaron, los hicieron entrar en el lugar de paz, y por tronera los sacrificaron
vuestra señoría como jefe tome las providencias que contemple oportunas, en el
supuesto de que la gente de Acaponeta, y Rancho de su jurisdicción han huido
y está todo despoblado.
Pese vuestra señoría esta noticia con este mismo oficio a su alteza a quien no la
doy por no demorar el correo.
Dios guarde a vuestra señoría muchos años Santiago diciembre 23 de 1810.-
José Dávalos.
GONZALEZ HERMOSILLO IV
Ignacio Lagarda Lagarda
Con dicha información, y tratando de cobrarse la afrenta hecha en Tepic y los
celos que sentía hacia González Hermosillo, ya que Hidalgo le había dado órdenes
a Mercado de no continuar con su rebelión más allá de San Blas, el cura
Mercado se apresura a informarle al cura Hidalgo de la derrota de González
Hermosillo en El Rosario en los siguientes términos.
San Blas, 24 de diciembre de 1810.
Serenísimo señor.
Por el adjunto parte que acabo de recibir verá vuestra alteza que se confirma
la derrota de nuestra expedición dirigida a Provincias Internas y verá también
vuestra alteza que el origen de esta desgracia es el mismo que insinué en el
parte de ayer, y que lo será de otras mayores siendo subsidio los dependientes
no van sujetos a la orden y organización militar de todo el ejército y a la expresa
voluntad de vuestra alteza que así lo quiere lo desea, y lo ha dicho.
Con esta sola dependencia la fuerza se hace una y poderosa, las operaciones
de todas partes, se dictan sobre un plan, y con las relaciones que las unas dicen
a las otras en consideración todas las circunstancias que por diversos puntos
ocurren y de las que depende la felicidad y el acierto de toda la empresa de
lo contrario se empiezan a desgraciar las operaciones, se perderá el momento
precioso, y nuestros esfuerzos sólo habrán bastado a ser mas infeliz que lo era
antes nuestra situación.
Yo estoy tomando las más activas providencias para marchar a la posible brevedad
arrasar con el ejército de mi mando El Rosario y perseguir a nuestros
traidores enemigos hasta el cabo del mundo, si vuestra alteza lo tuviera a bien
sin embargo que no puede ser en este momento porque como ya dije a vuestra
alteza el ejército que yo ya había juntado era de los pueblos del camino aquí
se me enfermaban, y no tenía en que emplearlo por habérseme dicho que su
alteza mandaba que no siguiera para delante sólo me podía servir para cuando
me volviese a reunir con vuestra alteza y en este concepto fui despachando las
compañías a sus lugares para que cosecharan sus sembraduras y a mi vuelta se
me reuniesen con más gusto.
No teniendo entonces la mira a las Provincias Internas porque todo estaba tranquilo,
y porque creía, y de hecho hubiera sido si se hubiera determinado en
tiempo que muy poca gente bastaría para conquistarlas todas.
Vuestra alteza perdóneme si en el exceso de mi entusiasmo y el sentimiento por
la desgracia de mis soldados y compañeros sacrificados por falta de disposición
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
GoNZáLEZ HERMoSILLo...
en el que los mandaba hubiere vertido alguna proposición arrogante o menos
respetuosa a la atenta subordinación con que miro a la serenísima persona de
vuestra alteza pues protesto desde luego que es fuera de mi intención, y que
soy, y seré siempre uno de los más activos servidores de vuestra alteza pero el
más humilde y obediente de sus súbditos.
Dios etcétera San Blas diciembre 24 de 1810
José María Mercado.
Serenísimo señor doctor don Miguel Hidalgo y Costilla generalísimo de toda la
América.
Sin embargo, el mismo día en que Mercado le escribía a Hidalgo su intriga, el
teniente José Antonio López le informa al propio Mercado, dándole una versión
totalmente diferente y real de los hechos sucedidos en El Rosario.
Rosario, 24 de diciembre de 1810
He tenido el honor de rendir el Real de Rosario en compañía del señor José María
González Hermosillo habiendo durado el fuego tres horas sin intermisión y
sigo en la conquista hasta concluir y acabar con los gachupines hubo muertos 29
hombres de ambas partes y varios heridos no habiendo quedado de los nuestros
más de 6 difuntos en el combate y lo restantes fueron de los contrarios, tomando
cuatro cañones de 4, y habiéndose visto sin fuerzas el coronel de los ejércitos
de Sonora se prófugo; yo salí con un balazo en el sombrero sin más lacra que
el golpe de la bala al pasar por la medianía de la cabeza quedando la copa del
sombrero pasado de parte a parte.
Don Paulino se ha portado con el mayor honor rompiendo el combate con la infantería
el mato a su mano al administrador de alcabalas don Diego Pérez y otros
varios hechos heroicos que sean encontrado de valor en el.-
Tengo el honor de ser servidor de vuestra señoría cuartel general de las Tropas
Americanas del Rosario. Diciembre 24 de 1810.-
José López.-
Señor comandante general don José María Mercado.
Y si alguna duda le quedaba a Mercado de la batalla de El Rosario, Juan Luis de
Aguiar, subdelegado en Acaponeta, le envía un carta en la que le aclara que fueron
falsos los informes que le dieron y se congratula por el éxito obtenido por el
ejercito insurgente.
Acaponeta, 24 de diciembre de 1810.
Ha resultado siniestro el informe que dieron los infames soldados desertores que de nuestro
ejército pasaron al Rosario quienes al estrépito del fuego que estos, y aquellos dieron echaron
pie atrás suponiendo según manifestaba lo vivo del fuego que nuestro ejército había sido
enteramente derrotado según las mejores ventajaron aquellos.
Pero bendita sea Nuestra Madre Santa de Guadalupe que caminando aquellos con toda
traición los nuestros vencieron sólo con pérdida de muy pocos indios, habiendo durado el
ataque como tres horas, de aquella parte perecieron muchos más, y entre ellos don Diego
Pérez.
De oficio hasta hoy que son las 12 de la mañana, nadie se me ha comunicado.
Pero estas noticias que a usted paso son efectivas tomadas en una misma hora del arriero
Miguel Ruiz cuyo pase lo acredita, y la adjunta esquela que trajo el soldado Anastasio
García que salió del Rosario anoche como a las nueve, cuya noticia conviene con las que
me ha dado el expresado arriero a mas de otros papeles que he visto del Rosario; y como en
esto ya no hay duda que pulsar, he tenido por conveniente comunicarlo a usted a fin de que
tome la providencia que se suspenda todos los movimientos que hayan ocasionado aquellas
funestas noticias de que fuimos persuadidos; para que cesen los gastos, y incomodidades
que ocasionen la reunión de tropas por la Península.
Dios guarde a vuestra merced muchos años.
Acaponeta 24 de diciembre de 1810.-
El Subdelegado encargado de este pueblo.
Juan Luis de Aguiar.
Y por si faltara, el 28 de diciembre, Juan Paulino, un capitán de Zacoalco, le informa a
Mercado “santo y seña” de lo sucedido en El Rosario.
Real del Rosario, 28 de diciembre de 1810
triglicéridos
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8 Hermosillo, Son., Mayo 2011
“COSAS VIEJAS DE MI TIERRA”
Narraciones Joco-Serias de Sonora y Hermosillo de Antaño.
(continúa . . .)
En una compañía de opereta y zarzuela de la que no recuerdo su nombre, vino
el popular barítono David Silva que cuando actuaba en “La Viuda Alegre”, “La
Princesa del Dólar” y algunas otras operetas en boga, los asistentes a la función lo
aplaudían a reventar, porque tenía buena voz y varonil apostura. Este barítono se
hizo muy popular en todas las clases sociales por su carácter amable y franco, muy
parecido a los de mi tierra. Varias veces cantó en algunas residencias particulares,
acompañándose el mismo al piano, porque también le “rezumbaba” para tocar este
instrumento. Las compañías de drama eran escasas; superaban las de zarzuela y
comedia. Los dramas hacían que el público se pusiera a “moquear” en vez de
reír.
Una de las mejores compañías de drama que nos visitó fue La Nacional, de fama
nacional de muy grata memoria para los sonorenses. Fue una de las pocas compañías
cuyos elementos lo constituían personas cultas en su mayoría, y por lo tanto la
sociedad la tenía en un gran concepto. Esta compañía actuó en algunas ocasiones,
había sido la única que batía el record de presentaciones en esa época, teniendo
llenos completos todas las noches. Cuando la sociedad y pueblo hermosillense
asistían a esas inolvidables veladas de arte, era principalmente, cuando esta
compañía presentaba en escena dramas fuertes y emotivos como “Juan José”,
“El Místico”, “Tierra Baja” y algunos otros drama de autores de renombre, que
eran verdaderas creaciones de la compañía y del primer actor Adolfo Gutiérrez,
y de la no menos divina primera actriz Socorro Astol. Cuando estos dramas eran
presentados, más de cuatro salían con dolor de corazón. . . por un lado a causa del
drama tan emocionante y por otro la desconcertante hermosura de Socorro Astol,
que hasta a mí, que era un buqui me tenía bizco. . .
Figuraba en el elenco artístico otra primera actriz y verdadera luminaria, se llamaba
María Gutiérrez, hermana de Adolfo. Me parece que fue o es, si aún vive, esposa
de David Portugal, que también figuraba como actor de dicha compañía. El señor
Portugal vivía entre nosotros dedicado a dar lecciones de piano, pues ya su avanzada
edad lo hicieron abandonar las tablas. Por las calles de la ciudad de Nogales y por
Por: Enrique “Chiludo” Contreras Sierra +
Tomado del Libro del mismo nombre
las de mi tierra, deambulaba diariamente con las manos atrás, sin imaginarse los
que no lo conocían que fue un popular artista teatral de los buenos. . . .
La sociedad de Hermosillo manifestaba su cultura en esos espectáculos, porque
mientras se trabajaba no se oía el vuelo de una mosca, no como ahora que hay
pataleo, siseo y mangoneo, y hasta uno que otro “pedo” les avientan a los pobres
artistas. . . En ese mismo teatro dio un concierto Elena Marín, que muchos de los
viejos de mi tierra, se han de acordar. Era una cantante que poseía una bellísima
voz de soprano ligera, después de su último concierto, Elena como la de Troya,
se arrancó de su tierra para México, no volviendo a radicar en esta ciudad de los
quelites y las coyotas del Pueblo.
En siguientes capítulos diremos cómo y en qué forma se “pintó” dejándonos como
el que chifló en la loma y con la boca abierta.
Ahora pasemos a otra cosa como para no verla “dioquis”. . . En ese entonces
como ahora, se efectuaban conciertos con fines caritativos, tomando parte damas y
apuestos caballeros de nuestra sociedad, porque a la sociedad a la cual pertenecemos,
nosotros los de abajo, no servimos para estas cosas, luego nos da por hacernos muy
vivos y farsantes y creemos que tenemos los rábanos por las hojas. . . En uno de
tantos conciertos para ese fin, tomó parte la distinguida señorita Carmelita Méndez
y su bien timbrada y limpia voz causó la admiración de la concurrencia obligándola
al bis. Por esas mismas fechas las entonces señoritas Armida Contreras y me parece
que Anita o Mercedes Camou, les “rezumbaba” para la cantadera, y sus purísimas
voces de jilguero, eran aprovechadas para efectuar conciertos caritativos. Todavía
no hace muchos años y a “petición de algunas familias” como dicen los empresarios
quebrados, estas distinguidas damas tomaron parte en algunos conciertos más,
siempre con el mismo fin altruista. Pero cabe ahora decir: “lo que el viento se
llevó”. . . ¿y qué?
Carmelita cantó la bella y emocionante romanza muy en boga en esa época: El Anillo
de Hierro. . . parece que la estoy mirando “orita” por vida de Dios ¡Qué hermosura
de Carmelita ¡Yo que estaba “diatiro” buqui se me “caiba” la baba. Carmela como
todas las muchachas, tenía novio, y el afortunado galán era nada menos que Manuel
Espinoza, hijo de don Fernando, rico abarrotero y ganadero regional.
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
Cosas Viejas de Mi Tierra...
Manuel, como pretendiente número uno, se encontraba por “ai” cerquita la noche
del concierto, “echándole agua” a su adorado tormento desde galería o gallera como
le decían antes. La señorita Méndez continuaba cantando su bella romanza, y en
uno de los pasajes de la romanza que dice: “Ven Rodolfo ven por mí. . .” la gallera se
alborotó y comenzó a tararear el pasaje con: “Ven Manolo, ven por mí. . .” El joven
Manuel no tuvo más remedio que al terminar la función se le declaró “ipso facto”
“ai” mismo y a puerta “gallola”, porque vio que hasta la misma gallera sabía que
Carmela lo traía lucas de remate. . . casi por nada. Esta distinguida señorita fue reina
de un carnaval en el cual ya merito se quemaba, a causa de un paquete de “triquis”
que cayó accidentalmente en el carro del trono, siendo apagado sin necesidad de
la intervención de los bomberos porque en ese entonces no los había. Poco tiempo
después se casó la estimada y popular Carmelita y hoy vive en Nogales con un
familión que da miedo o lo que es lo mismo: “consecuencias del amor. . .”
En el teatro González Ortega también trabajaban muchas y muy buenas compañía,
destacándose entre éstas la de Elena Madrigal y Elisa de la Maza y algunas otras
más que no recuerdo. Debo mencionar que el teatro Noriega, fue propiedad de la
estimable dama señorita Esperanza Noriega acaudalada dama de la localidad por
cuyo motivo el teatro llevaba su nombre. La señorita Noriega hace ya algún tiempo
pasó a mejor vida. . . En este teatro y en el González Ortega trabajaron los Hermanos
Soler: Domingo, Andrés y Fernando, cuando venían haciendo furor en las tablas
debido a su juventud que casi eran unos niños, y también por su talento artístico,
llamando poderosamente la atención de los públicos donde se presentaban. Julián
hermano de los antes mencionados, tal vez estaría en pañales, llorando más que
un chivo viejo, porque en esa forma lloramos casi todas o todos los buquitos, al
grado de que no dejamos dormir a nuestros papás. Ahora estos muchachos son los
primeros en el cine, teatro y televisión de nuestro país. . . . Parece que cuando los
Soler estuvieron en mi tierra fue ayer y de esto hace un catorzal de años.
Hubo un concierto muy sonado por aficionados, pero fue muchos años antes de lo
que estoy narrando. El concierto se ofreció en el Teatro Noriega, nada menos que el
28 de septiembre de 1889. Aquel rumboso acontecimiento social fue organizado a
beneficio de mejoras materiales, de ornato y de beneficencia de Hermosillo. Se cobró
por la entrada uno cincuenta en luneta y palcos primeros; cuatro reales en palcos
segundos y dos reales en galería. El entusiasta grupo auspiciador se denominaba:
Sociedad de Conciertos de Hermosillo y Asociación de Artistas Aficionados (que
nombrecito). Se integraba con señoras y señoritas, caballeros y niños. Anotamos en
este programa de grato sabor histórico; que hace ya veinticinco años ya se cultivaba
el arte de altura entre aficionados., cosa que debió ser rara en esos años, por ser
la sociedad de entonces extremadamente pulcra. Oberturas y Sinfonías; Bailes
Regionales; Alta Zarzuela y Opereta; Solos Instrumentales; Arias de Opera, etc. . . .
En el orden del programa formado de tres partes con cinco números en cada una,
nos vamos enterando que participaron cantantes en coros y dúos las señoritas Luis
y Refugio Landel. Los niños Francisco y Julia Rodríguez bailando; doña Elodia
Lacarra de Rodríguez en el Aria del Delirio de “Lucia de Lamermour”. También
en la interpretación de trozos de opera doña Amelia Monteverde de Torres, esposa
de don Luis, que fuera Gobernador de Sonora. Y también doña Soledad C. de
Velasco, dama que tuvo a su cargo el Aria de la Traviata “ A forse é lui. . .” Tomaron
parte también en este concierto las señoritas Ascención Rubio y Jesús Méndez,
y los señores Eduardo Bernal, Alfredo Monteverde, Fernando S. Robles, Ignacio
Andalón G., (éste fue probablemente el padre del General del mismo apellido que
se encuentra en México), don Espíritu Arriola y Patricio Rodríguez. Había coros de
niños de las escuelas locales y naturalmente, aunque en forma anónima la orquesta
que actuó en el flamante concierto.
(continuamos en siguiente número).
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10 Hermosillo, Son., Mayo 2011
DISTINGUIDAS PERSONALIDA
D I R E C T O R I O
S O N O R A ( 1 9 5 7 )
A NUESTROS LECTORES:
Desde hace algún tiempo, hemos tenido la idea de que un Directorio
Anual de las diversas actividades de nuestro Estado, puede ser muy
útil, a todos los que intervienen en la marcha de su vida.
El presente número, no es más que un principio, naturalmente descordinado,
incompleto y plagado de errores, pero de todas maneras
es la base, para perfeccionarlo y enriquecerlo cada año hasta lograr el
objetivo, de que el DIRECTORIO “SONORA”, DE VALORES HUMA-
NOS, CIVICOS Y MATERIALES, llegue a ser un escaparate de nuestra
entidad.¨Presentamos nuestro respeto y nuestro reconocimiento tanto
a las Autoridades, como a organizaciones, empresas y personas, que
con su patrocinio, están haciendo posible nuestro propósito.
EL DIRECTOR
JOSE ABRAHAM MENDIVIL
GARMENDIA 22 NORTE APARTADO 388
HERMOSILLO, SONORA, MEXICO
Sr. Francisco Muñoz Gutiérrez
Nació en Hermosillo, Sonora, el día 4 de Octubre de 1898.
Estuvo en el Colegio de Sonora de esta ciudad y un año
en Los Angeles, California.
Como pertenece a familias dedicadas a la agricultura
y ganadería, a esa actividad ha dedicado él la mayor
parte de su vida, pero también ha trabajado en otras
actividades, comenzando como meritorio en la oficina
de la firma “Muñoz Hnos.” que
manejaba maderas y cervezas. Al
liquidar ese negocio, fue durante
16 años comerciante en el barrio de
El Ranchito. En 1935 fue nombrado
“Agente General de Economía” y en
1937 lo nombraron jefe de la Sección
del Departamento de Estadística en
México, de esa misma dependencia
pasó después al Departamento de
Cooperativas.
En 1955 hizo un viaje de paseo
a España y desde su regreso continúa dedicado a
sus negocios agrícolas en su propiedad denominada
“Valdecuenca”.
Sr. Manuel Castro Villa
Nació en Hermosillo, Sonora, el día 20 de Noviembre
de 1907. En el Colegio de Sonora hizo sus estudios de
primaria y en el Instituto Soria el primero comercial.
Su primer trabajo fue como
dependiente en el ramo del
comercio. Después se dedicó
a la mecánica desde aprendiz
hasta mecánica especializada en
maquinaria agrícola.
En 1933 comenzó a trabajar en el
ramo de la agricultura al lado de
Don Alfonso García y ha ido creando
poco a poco su propiedad agrícola,
que actualmente se compone de
los campos denominados: “Santo
Niño” y “El Carmen”.
De 1946 al 49 fue regidor del Ayuntamiento de Hermosillo,
en la planilla que encabezó Roberto Romero.
Ing. Ramón Cortés Velazco
Nació en Morelia, Michoacán,
el día 19 de Enero de 1915. En el
mismo lugar hizo sus estudios en
el Colegio Primitivo de San Nicolás
de Hidalgo. En 1953 se desempeñó
como Ingeniero Hidráulico y Vías
Terrestres, en la rama de la Ingeniería
Civil.
Su primer trabajo fue en la
Delegación Agraria de Hermosillo y
posteriormente ocupó los puestos de
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
DES DE LA VIDA SONORENSE
ingeniero Auxiliar del Departamento de Obras Públicas
del Estado, de Gerente del Distrito de Riego de la Presa
Abelardo L. Rodríguez y Jefe de la Sección de Irrigación.
Actualmente es ingeniero de la Comisión Colonizadora
Norte 3 del Estado de Sonora, y tiene a su cargo el Distrito
de Colonización de Altar y Caborca.
Ricardo León
Nació en Arizpe, Sonora, en el año de 1912.
En Estados Unidos hizo sus estudios y
allá comenzó a trabajar, con una casa
que vendía partes de automóviles.
Regresó a Sonora en el año de 1929
trabajando en la Construcción del
Puente del Ferrocarril, que había
sido arrasado por las aguas del río.
Durante algún tiempo fue
administrador de la Casa del Pueblo,
donde fue un fomentador entusiasta
de las actividades deportivas.
Posteriormente fue empleado de
la Casa Tapia Hermanos, S.A., y en
1942 estableció por su cuenta un taller de Reparación de
Automóviles y Venta de Refacciones, que se denomina
“SERVICIO LEÓN” y tiene a
numerosa clientela, en la esquina
de las calle Matamoros y Oaxaca, de
esta capital.
Ing. Francisco Salazar Q.
Nació en Hermosillo, Sonora, el 4 de
Octubre de 1884. Estudió su Primaria
en el Colegio Sonora y la profesional
en San Jacinto, hasta recibir su título
de Ingeniero Agrónomo e
Hidráulico en 1920.
Sus primeras actividades
profesionales fueron como
Ingeniero del Departamento
Agrario en los Estados de
Chihuahua, Jalisco y Sonora.
Ocupó la Secretaría de
Gobierno en Sonora, al lado
de los gobernadores Gutiérrez
Cázares y Anselmo Macías
y al crear el Gral. Rodríguez
el Departamento de Obras
Públicas del Gobierno del Estado, fue el Ing. Salazar
el primer Jefe de esta dependencia. En la actualidad es
delegado en Sonora de la Comisión de Colonización.
Ing. Angel C. Caballero.
Nació en Chínipas, Chihuahua, el 17 de Abril de 1890.
En Hermosillo cursó su instrucción Primaria y sus estudios
profesionales en San Francisco, California, recibiendo su
Diploma de Ingeniero Civil en 1913.
Desde la fecha anterior ejerce su profesión en Sonora,
teniendo en la actualidad su oficina en la Avenida
Serdán 57. En diferentes intervalos ha ocupado puestos
tan importantes como Director de la Escuela Industrial
J. Cruz Gálvez de Hermosillo; Inspector Fiscal de la
Secretaría de Hacienda, en la construcción de la carretera
Nogales-Guadalajara, Inspector de la misma Secretaría
en la construcción de la Presa de La Angostura. Hizo los
estudios para una Presa que proyectaba hacerse en el
Distrito de Altar, Fuera de Sonora también desempeñó
importantes comisiones del Gobierno, tales como
Delegado del Departamento Agrario en algunos Estados
de la República.
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12 Hermosillo, Son., Mayo 2011
HACIENDA DE CODÓRACHI
En la Hacienda de “Codórachi”,
distante de la ciudad
de Hermosillo solamente
treinta y cinco kilómetros,
a inmediaciones de la Estación
Pesqueira, del Ferrocarril
Sud-Pacífico de México,
se encuentra instalado el
molino harinero de cilindros
“El Fénix”, que viene trabajando
desde hace algún
tiempo por cuenta de los
Sres. Don Genaro Gómez y
Don Vidal Lavín A., quienes
tienen establecida la importante negociación que bajo la razón social de LAVÍN Y
GÓMEZ, trabajan como comerciantes, agricultores, ganaderos e industriales.
El Molino Harinero “El Fénix” es una planta de cilindros movida por fuerza hidráulica,
planta que produce harina de la mejor calidad, la que tiene una excelente
aceptación en el comercio de toda la Costa Occidental de México, donde es
ampliamente conocida.
La hacienda de “Codórachi”, que tiene una superficie de 500 hectáreas de cultivo,
produce muy abundantes cosechas por la excelente calidad de sus tierras como
por el riego que ricamente las fertilizan, alcanzando una producción máxima de
420,000 kilos de trigo, sin contar las cosechas de maíz, frijol y algodón, que ocupan
un lugar secundario.
Esta empresa agrícola que cultiva no sólo estas tierras que son en extremo fértiles
y productivas, cuenta con otras de no menor calidad como son las de “Cerro
Pelón” y “Pópulo e Islas”, además de otras porciones de tierra que en conjunto
producen anualmente un millón de kilos de trigo.
Como se comprenderá a primera vista, esta empresa realiza una obra bienhechora,
haciendo productivas una buena extensión de tierras y dando trabajo a
infinidad de obreros y campesinos que viven de esta empresa.
Tan activa es la acción de la empresa LAVÍN Y GÓMEZ que también dedica su
atención a la ganadería, que cuenta con buenos terrenos, pastizales y agua en
abundancia, circunstancias muy apreciables para que el ganado esté en muy buenas
condiciones.
En el ramo del comercio, al que también se dedica esta empresa, cuenta con sucur-
sales en la Fábrica de Hilados
y Tejidos de “Los Ángeles” y
en San Miguel de Horcasitas,
y como en los demás ramos
a que se dedica la empresa,
realiza muy señalados progresos.
Habiendo visitado la Hacienda
de “Codórachi” pudimos
cerciorarnos de la magnitud
de esta empresa, siéndonos
por tanto, muy satisfactorio
consignar en estas páginas la
actividad que ahí reina y el
entusiasmo con que los señores LAVÍN Y GÓMEZ fomentan la agricultura, el
comercio y la ganadería, por otra parte su empeño trae un positivo bienestar a
la región y su esfuerzo que viene explotando las fuentes de riqueza que tiene el
país, solo con el trabajo y ahínco pueden desarrollarse.
Por otra parte los Sres. LAVÍN Y GÓMEZ son miembros de la Confederación de
Cámaras Nacionales de Comercio de la República y dado su espíritu de actividad
y de progreso, son hombres del presente que no escatiman ningún sacrificio en
bien de sus trabajadores, caballeros y perseverantes, son dignos de la más alta
consideración.
La harina que elabora el molino “EL FÉNIX” es la que tiene más aceptación en
toda la Costa Occidental, recibe trigos a maquila y es el que da a los introductores
mayores ventajas que las que pueda dar cualquier otro molino del Estado.
Las impresiones de esta empresa fueron en extremo gratas, no podemos de igual
manera hablar de la obra que realiza en el trayecto de Hermosillo a Codórachi
la Junta de Caminos, en donde se han llevado a cabo trabajos de ninguna consideración
y tan deficientes que la temporada de lluvias dará buena cuenta de
ellos, en los que se han invertido cantidades que no justifica el trabajo hecho, esta
labor está en contraposición con las obras realizadas por la Juntas de Caminos de
Guaymas y Nogales, que han construido trayectos si se quiere bien cortos, pero
perfectos y a un costo relativamente económico.
Los caminos indudablemente vendrán con el tiempo a enriquecer estas regiones
que sólo necesitan las facilidades de una excelente comunicación para su completo
desarrollo.
Tomado del Libro (Breves Notas Históricas) SONORA
De Don Joaquín Morales y del Publicista Don Francisco de P. Pegueros
Libro editado en el año de 1926
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
JUDITH Y LA BURRA (1925)
Jaime Romo Aguilar
Había comenzado, inconscientemente y sin medir el peligro, esta narración con
el título de “La Burra de Judith”, pero al verlo mi “sister” y adoptar la pose de
samurai listo para defender en combate la honra de su emperador, rápidamente
me di cuenta del error y automáticamente le cambié al presente título, logrando
con esto que volviera a envainarse la símil de Excalibur del rey Arturo o la Cantadora
de don Gregorio, espadas famosas, exaltada una en los versos de la Dama
del Lago y la otra en los poemas del Mío Cid.
A mi madre se le presentó un serio problema, cuando nació mi filia, el estómago
de Judith no aceptaba la leche materna y como entonces no existían fórmulas,
pues o le mamabas a tu madre, o te hacían un corrido sin versos, con pura música
fúnebre. A Judy se le consiguió una nodriza que la amamantara y así fue que
vinieron nodrizas y fueron nodrizas y nada, mi hermana no aceptaba el lácteo
humano.
Fue a verla mi tío abuelo, el Doctor Fernando Aguilar, médico general que atendía
a mi madre y solicitó que probaran con leche de vaca recién ordeñada y de ser
posible todavía calientita; por eso en el corral de la casa apareció una vaca con su
respectivo becerro, Judith no quiso la leche, pero los demás sí, entonces la vaca
se quedó de huésped.
El problema tenía ya etiqueta de urgente. Esa misma tarde, ya estaban ordeñando
un nuevo huésped en el corral, una chiva parida, pero aunque este huésped no
fue del agrado de mi madre por la sencilla razón de que los caprinos cuando no
hay más, son capaces de digerir cigarros, papel, hojas, lija, ropa, pero cuando hay,
les encantan las flores y se comió las violetas de mi mamá, a Judith, tampoco le
gustó la leche de chiva y mi mamá no la veía con buenos ojos, pero la caprina se
quedó, eso sí, con tres raciones de pastura para que no deseara volver a comer
flores y se quedó porque el vendedor de la chiva se negó a devolver el dinero y
aceptar la chiva en devolución.
Como no hay mal que dure cien años, llegó la solución, mi tío Abel llevó una
burra parida que llegó a la casa cabresteando, allí se separaron los hombres de
los niños al ordeñar a la susodicha burra, ya que fue necesaria la cooperación de
todo el barrio; la ordeñada más bien parecía la carga de los seiscientos dragones o
una violación; pero se logró. Eso sí, después fue necesario darle agua con azúcar
al que la ordeñó, al burrito y a la burra.
Mi filia aceptó la leche, así que la burra se quedó de huésped. Poco a poco la burra
se fue acostumbrando a que la ordeñaran, a comer alfalfa y maíz con salvado
en vez de iztafiate y huisache, a recibir cariños, sobadas y tentadas en vez de
palos, y sería la burra, que no tonta por lo que con el tiempo se amansó y ya se
dejaba muy bien ordeñar.
La burra siguió alimentando a mi hermana hasta que le pudieron dar, para ir
haciéndole estómago, los “gerber” de antes: caldito de frijol, puré de papa, puré
de zanahoria, jugo de carne asada, flor de pinole. Al enterarse mi tío Fernando
que a Judith le sirvió la leche de burra, dijo que ya sólo le había faltado probar la
leche de perro o de foca.
Aún recuerdo que la leche de la burra parecía leche con agua, como que no tenía
grasa, más bien con un tono azul, pero debe ser muy nutritiva y fuerte haciendo
un estomago de fierro, nomás se fija uno en la resistencia del burro.
Mi madre dijo que la casa parecía el arca de Noé. Para fuera los huéspedes, desbandada,
la vaca fue a dar al rancho, la burra se devolvió a su antiguo dueño y la
chiva se rifó a la entrada de una escuela con dos números gratis, uno con premio
y el otro no, si no se vendía el con premio, el premio de consolación era la chiva.
No bien se limpió la casa de animales cuando del rancho nos trajeron un “buro”
pintito que debíamos alimentar con mamadera, muy bonito y juguetón, nos seguía
como si fuera un perrito faldero, pero cuando creció y le salieron los cuernos,
el animal cambió, se volvió agresivo y como estaba fuerte, era peligroso. No
teníamos alma para matarlo y comérnoslo, decidimos regalarlo, con tan buena
suerte que luego apareció un cliente a quien le despachamos el problema… y se
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lo llevó, no sin antes prometernos que no lo quería para carne, ni para trofeo sino,
según él, andaban unas hembras en su rancho y lo soltaría con ellas. Después
supimos con tristeza que el día que se lo llevó, comió albóndigas de buro.
EL HOMBRE MOSCA
1926
A ver, vengan acá, Rosa, lávales la cara, las manos, las orejas y dáles una peinadita
que con esas greñas parecen burros de ejido. A ver cuándo los lleva su papá a
pelar, Rosa, dáles una sacudida, límpiales las narices y los zapatos con un trapo
húmedo, dales agua con sal para que hagan buchis y masquen una hojita de
yerbabuena ya que la boca les huele a puro guamúchil, a ver, sáquense todas las
piedras que traen en las bolsas del pantalón, y me dejan aquí todos los hulis, no
quiero que aparezca algún descalabrado.
Los van a llevar a ver al hombre mosca y los quiero limpios y formales, no quiero
que las otras viejas que los vean, digan luego, si el hijo anda como cochi, como
andará la mamá, si, siempre la mamá, aunque el papá ande como mosco flitiado
sólo anda alegre, así es la vida, pero a ustedes los quiero bien portados, corteses
y limpios.
Llegamos a la Plaza de Armas, como se llamaba antes, después fue conocida
por la Plaza Zaragoza, será porque allí, una tal “Sara, sí la goza”, así que yo le
pondría plaza municipal de catedral y así todos contentos. Bueno, casi todos,
unos quisieran se llamara Plaza Navarrete, otros Plaza Maximiliano y otros Plaza
Salinas.
Después de la arenga que nos dio mi madre sobre el comportamiento, una mezcla
entre el Padre Ripalda y un señor Carreño, salimos rumbo a la plaza en fila
india y llegamos a pararnos frente catedral en fila mexicana o sea todos “amontonados”.
En eso llega un señor que se arranca enumerando todos los peligros a que está
expuesto un hombre mosca, la agilidad necesaria, experiencia y condición física
de la tal mosca, ya que entre sus logros estaba haber escalado la Torre Eiffel de
París, así como la torre inclinada de Pisa por el lado que se quiere caer, por el otro
no tiene chiste, y por fuera, ya que por dentro tampoco tiene chiste.
En eso sacó un botecito y empezó a pedir cooperación para que se animara “la
mosca”, no creo que sacara mucho pues la concurrencia estaba formada por unos
diez adultos, unas quince adultas y unos cuarenta buquis, yoris, yoremes, todos
juntos y todos triquis, ruinos, piojos.
Cuando ya el botecito sonaba con monedas, apareció el “hombre mosca”, ta-cata-tán,
pidió un aplauso, que todos se lo dimos, la mosca cogió el botecito, contó
la feria, volteó a vernos y pensó que las monedas que estaban en el botecito ni
una sola había pertenecido a un miembro de la bucada.
Así que se dio por bien servido, estaba vestido de hombre mosca según él. Según
yo estaba vestido de arlequín, hizo la mosca una caravana y sin mucho esfuerzo
escaló el frente de catedral, se subió a la torre e hizo el zorrillo en la cruz, descendió
de la torre y bajó por dentro de catedral, salió y pidió un aplauso, todos se lo
dimos, hizo una caravana y le aplaudimos.
Volvió a pedir, ni modo, se quedó pidiendo, volvimos todos a casa, no sin antes
oír el sermón de que no se debe tratar de imitar a la mosca pues es muy peligroso.
Días después me caí de la tapia de la casa y con el tamborazo que me dí se me
quitó el deseo de ser hombre mosca. Anteriormente perdí el interés por Tarzán al
caerme del guamuchilón cobrando mayor interés el trompo, las catotas, esconde
la cuarta, las tentadas ¿y por qué no?, la bebeleche y hasta los yacks, mientras se
bajaba el chichón y los moretones, pues como dice mi mamá, los golpes no quitan
lo bruto, pero qué tal lo bronco y atrabancado.
(Continuará en el próximo número)

14 Hermosillo, Son., Mayo 2011
Señas de Federico García Alva
Mientras más revisábamos el texto, más nos intrigaba el autor. Después de varias indagaciones
en archivos y hemerotecas, hemos podido hilvanar la siguiente
trayectoria de Federico García y Alva.
Nació en Orizaba, Ver., hacia 1870. A principios de la década de 1890 era
redactor en El Universal, dirigido entonces por Rafael Reyes Spíndola,
en la Ciudad de México Ahí continuaba publicando en diciembre de
1898. También colaboró en El Imparcial, fundado por Reyes Spíndola
en 1896. Y como corresponsal de este diario viajó a Sonora en 1904.
Antes en 1903, al parecer enviado por Ramón Corral, de acuerdo
con el general Luis Terrazas, hombre fuerte de Chihuahua, García
y Alva se dirigió a esta entidad federativa para editar la obra Álbum
Directorio del Estado de Chihuahua. Chihuahua antiguo y
moderno. Descripción e ilustración de sus elementos y progresos
en todas sus formas (sic), parte de la Serie “México y sus
progresos”. Colaboraron con García y Alva sus agentes José
Torres Ovando, B. Pérez Llorente y Carlos M. Cortés.
En 1904, García y Alva con su agente y colaborador Carlos M.
Cortés, ambos de El Imparcial, viajan a Sonora para cubrir del 3 al 22
de noviembre, la gira de Ramón Corral, Secretario de Gobernación desde
1903 y vicepresidente electo de la República unos meses antes, quien venía de representar
al presidente Díaz en la Exposición Internacional de Saint Louis, Missouri,
en Estados Unidos, denominada oficialmente “The Louisiana Purchase Exposition”.
La cobertura de la gira de Corral tuvo como resultado el Álbum-Crónica de las fiestas
efectuadas en Sonora en honor del señor Vicepresidente de la República Don Ramón
Corral y de la señora Amparo V.E. de Corral. Obra escrita por encargo y con el apoyo
del Comité Directivo de Recepción en Hermosillo (sic). Los créditos otorgados son:
Director y Editor Federico García y Alva, agente colaborador Carlos M. Cortés y fotógrafo
W. Roberts, quien afirma su director y editor, tomó “todas las vistas del libro”.
Y probablemente buena parte de las del álbum-directorio.
Ésta puede considerarse la primera de las dos obras que García y Alva publicó sobre
Sonora. Ambas por encargo. Su estancia en Sonora se prolongó. En uno de los banquetes
en Hermosillo ofrecidos a Ramón Corral y su esposa, aparece registrada como
asistente de García y Alva, la señora Esther T. de García y Alva.
Cuando el 22 de abril de 1905 se nombran los integrantes de la Delegación Sonora
para conmemorar el Centenario del Natalicio de don Benito Juárez, García y Alva
resulta uno de los dos secretarios de ella. El otro era Brígido Caro. El presidente era
el Lic. Aurelio D. Canale, quien luego se desempeñara como secretario particular del
general Victoriano Huerta en la presidencia de éste.
La delegación adopta como órgano a El Sonorense. Semanario liberal, en su segunda
época, que tiene como “director propietario” a Brígido Caro. La
primera plana de su primer número, de fecha 31 de mayo de 1905,
destaca el titulo del editorial “Lo que somos, lo que seremos” y
el acta de instalación de la delegación.
García y Alva también se desempeña como jurado en un certamen
patrocinado por la Delegación Sonora para celebrar el centenario
del nacimiento de Juárez, junto con Enrique y Antonio B.
Monteverde. Este último es el director de la imprenta del gobierno
estatal, donde se dará a la estampa el álbum-directorio.
En su estadía en Sonora, Federico García y Alva traba relaciones con
un grupo de periodistas aglutinados por el gobierno estatal, como Brígido
Caro (1858-1940), Pedro N. Ulloa (1881-1912), Francisco T. Dávila,
Aurelio Pérez Peña, Roberto Bernal, J. Espergencio Montijo y Juan de
Heras. Periodistas y funcionarios de gobierno, de manera alterna o simultánea.
Estos y García y Alva seguirán una trayectoria caracterizada por servir
al gobierno porfirista, por oponerse al maderismo dentro del país, por
colaborar con el régimen huertista y por luchar contra el Carrancismo desde
los Estados Unidos.
García y Alva vuelve a encontrarse en Los Ángeles con Juan de Heras, de quien llega
a ser su leado en El Heraldo de México. Ahí también frecuenta a Brígido Caro, que
fue director del mismo periódico.
En 1911 dirige dos semanarios anti-maderistas, El Alacrán y El Vale Panchito, Semanario
Popular de Caricaturas. En ambos las ilustraciones son centrales para definir la
orientación del semanario. Francisco Zubieta y José Guadalupe Posada son, respectivamente,
los autores de las caricaturas.
En 1916 García y Alva se describe como “el primer periodista que se lanzó contra
Madero y su funesto partido, aún desde antes que fuera Presidente […] luchando […]
en periódicos todos fundados por mí, con mil dificultades pecuniarias, en las que me
ayudaba el General [Félix Díaz] (sic). Afirma que en 1911 había surgido “el Reyismo
por segunda vez”, que Félix Díaz lo apoyaba y él lo secundaba en la prensa,”en el
sentido de seguir atacando enérgicamente a Madero y sus secuaces” (sic), en periódicos
que hizo con “elementos del Reyismo”. También reconoce haber publicado El Tribunal,
“un formidable periódico anti-Maderista […] hasta el triunfo de la Ciudadela
Ingeniero Ernesto
Fragozo L.
Tel. 215-82-09
(6622) 825265
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
Señas de Federico García...
(…). Enseguida se queja de Huerta.
Dos años después de la caída del gobierno de Huerta, en 1916 García y Alva aparece
vinculado a la Revista Mexicana, editada en San Antonio, Texas, por Nemesio García
Naranjo, donde publican Emilio Rabasa, Victoriano Salado Álvarez, Celedonio Junco
de la Vega, Querido Moheno, José Juan Tablada y Manuel Calero, entre otros, de filiación
porfirista o huertista.
También en 1916, García y Alva resume su vida política:
En toda mi vida no he pertenecido más que a dos partidos políticos: El Corralismo
[…], para mí el único def ecto que tuvo la candidatura del señor [Ramón Corral], fue
el de haber sido […] consigna del General Don Porfirio Díaz, de quien, […] fui y soy
un profundo admirador, pero de quien no fui partidario, por […] [el] funesto grupo
científico […] Y al Felicismo pertenezco, porque para mí es el General Don Félix Díaz
el hombre ideal que necesita la Patria para su salvación y para su reconstrucción; [.
. .] a quien dije poco más o menos: “la caída del General Díaz y de Corral, deja a la
patria al borde de la perdición, pues queda en manos de fracasados, de impúdicos y
traidores”.
En 1917, un abogado estadounidense identifica a García y Alva como integrante del
felicismo, junto al general Manuel Mondragón, Cecilio Ocón, Enrique C. Creel, Luis
Terrazas y Miguel Tarriba.
En 1921, García y Alva se halla en Los Ángeles, California, como gerente de la “Agencia
¨México en la expatriación¨, Arte, Ciencia, Periodismo, Literatura y Comercio”
(sic) y como encargado de la sección editorial del periódico El Heraldo de México.
Se quejaba de no contar con un periódico propio para la causa felicista, recomendaba
que sus editoriales se tradujeran al inglés y enviaran a los grandes periódicos de los
Estados Unidos y arremetía contra el Obregonismo y el Plan de Agua Prieta.
La red felicista incluía también a sonorenses, gentes identificadas con la entidad,
como a Emilio Kosterlinsky, Francisco G. Reyna, Adolfo de la Huerta, Marcial L. Gallegos,
a varios jefes yaquis, a Brígido Caro, al diputado Ángel J. Cortés, al sinaloense
Miguel Tarriba y a Alberto Terrazas Cuilty, de Chihuahua.
En marzo de 1924, García y Alva sale de El Heraldo de México; atribuye su salida
a una alianza entre César F. Marburg y Brígido Caro. Marburg era propietario del
periódico y a la muerte del director y copropietario Juan de Heras había entrado en
litigio con la viuda. Es interesante señalar que García y Alva había conocido en su
estancia en Sonora a Heras, Marburg y Caro.
También en marzo de 1924, aparece la última nota que hemos localizada publicada
por García y Alva en el periódico La Prensa de Sonora de Hermosillo, manifestando
su indignación por la condena a la pena de muerte del mexicano Aurelio Pompa en
Los Ángeles. El resto de 1924 y 1925, García y Alva lo emplea preparando el lanzamiento
de la revista México, de la que alcanza a circular cuatro números, con la
colaboración de Francisco López Carvajal. El deslinde de García y Alva con el doctor
en derecho Julio Ziegner Uriburu, al
parecer colombiano, también radicado
en Los Ángeles, que se había
perfilado como un patrocinador importante
de la revista, lleva al rompimiento
con Félix Díaz. En septiembre
de 1926, Federico García y Alva
escribe a Félix Díaz, comunicándole
que se separaba de su amistad y de
su partido en virtud de no merecer el
trato que le daba después de quince
años de adhesión incondicional. En
la carta, alude a un frase de Nemesio
García Naranjo quien en 1914 señaló
“[…] Don Federico es más felicitado
que Don Félix Díaz […] se despidió
Federico García y Alva de Félix Díaz
como su ex amigo, ex partidario y ex
servidor.
Rodolfo Reyes, desde Madrid, Ignacio
L. Rodríguez, desde Houston, y
Mariano Viesca Arizpe, desde San
Antonio, intervienen para que la diferencia
se arreglara amistosamente,
aunque todavía un año después, en
septiembre de 1927, Federico García
y Alva y Félix Díaz seguían enemistados.
De García y Alva no hemos encontrado más datos.
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15
El autor con periodistas en la Ciudad de México, 4. de
agosto de 1895. 1. Daniel Cabrera. 2. Enrique M. de los
Ríos, 3. Luis del Toro, 4. José Manuel Villa. 5. ángel
Pola, 56. Federico García, 7. Daniel R. de la Vega, Rafael
Carrasco Puente, La Prensa en México (Datos Históricos),
México, UNAM, 1962.
Tanto el autor como la obra están en el marco del espacio público porfiriano, cuando
se registra en México “el desarrollo de un espacio público moderno”, de la mano de
la reorganización del espacio urbano, al lado de actores y hábitos tradicionales.
Durante la segunda mitad del porfiriato, a partir de 1903, digamos, con la aparición de
un reyismo por fuera del gobierno y la visible difusión del magonismo-, se refuerza el
control de los espacios públicos y de la opinión pública por los gobiernos federales y
estatales. Y se refleja en las publicaciones periódicas que mezclan el culto a los héroes
liberales y su memoria, el elogio al mutualismo patrocinado por las autoridades y
la suspicacia o el vacío ante las manifestaciones de la vida asociativa independiente
de los nuevos actores como los obreros y ante la resistencia de los yaquis y seris en
Sonora. Las publicaciones oficiosas u oficiales son parte del intento por apelar a una
opinión pública ficticia, que en poco tiempo se hará real.
La trayectoria de Federico García y Alva a través de los ambientes de los periódicos
de Reyes Spíndola, de las obras por encargo bajo el padrinazgo de Ramón Corral,
del hostigamiento político a Madero y del servicio a Félix Díaz ilustra como estas
publicaciones y su entorno eran un “imperfecto sucedáneo del partido político” para
la época. Album Directorio del Estado de Sonora 1905-1907.

16 Hermosillo, Son., Mayo 2011
Fotos antiguas de Hermosillo
Aeropuerto de Hermosillo, Sonora en 1937..... Almacén de Mercancías Generales...
Carnaval de Hermosillo... Calle Comonfort y obregón.
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
Hotel San alberto
Por: Diego Redo Hoeffer
Hotel San Alberto...
En el centro neurálgico de la ciudad, existe desde principios de siglo, una
hospedería que ha significado un punto de referencia de la Capital del
Estado de Sonora y que a través de los años ha dejado un recuerdo incólume
en la memoria de los viejos residentes del Pitic.
Cuando hablamos de Box, invariablemente que de alguna manera lo relacionamos
con el viejo edificio del HOTEL SAN ALBERTO, lugar en donde
funcionó algún tiempo la catedral del box en Hermosillo; construido
sobre los cimientos del HOTEL ARCADIA “El Hotel Quemado” como
le llamaron por algún tiempo ya que fundado a principios del siglo XX,
sucumbió por un voraz incendio.
Allí funcionó por algún tiempo la Arena de Box “La Pagoda”, en donde
además funcionó una famosa cantina que bajo la sombra de viejos y frondosos
“yucatecos” brindaban un remanso muy refrescante a los transeúntes
y vecinos del rumbo.
Sobre las ruinas del HOTEL ARCADIA, Don ENRIQUE LUIS HUMBER-
TO HOEFFER FIERRO “El Loco Hoeffer” como le llamaban sus muy
conocidos y amigos de los cuales tenía muchísimos; con bastantes sacrificios
de su parte y de su familia, le encargó al SR. ING. ACKERMAN
la construcción de un funcional Hotel al que puso por nombre HOTEL
SAN ALBERTO en honor de Don Alberto Hoeffer.
En ese mismo lugar nacieron al aire la estaciones de radio XEBH y XEHQ,
se hizo famosa entre la palomilla de los barrios aledaños la placita Pesqueira,
construida a espaldas del famoso hotel y que sirvió de lugar de
esparcimiento, recreo y pista de patinaje de las parvadas de jóvenes que
tarde a tarde la invadían.
Millares de turistas extranjeros y nacionales recuerdan todavía al Hotel
San Alberto, lugar en que por lo general pasaban sus vacaciones o arreglo
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de negocios, situado céntricamente con un magnífico servicio, exquisita
cocina y una enorme piscina que en su momento fue de las más cómodas
de la entidad.
Por décadas se significó como un remanso en nuestra ciudad y fue uno de
los preferidos por la clientela que en todo el año lo utilizaban en sus viajes
a esta capital en donde disfrutaban de una atención de primer mundo,
haciendo sentir a sus huéspedes como familiares, dando muestras de la
hospitalidad Sonorense.
Enclavado en el corazón de la ciudad, en el eje y motor de la economía
citadina, cerca de Correos y Telégrafos, contiguo al Banco de México, a
unos pasos de Catedral y de los Palacios (Municipal y de Gobierno), muy
cerca de la Cervecería de Sonora, (propiedad de la familia Hoeffer y Fierro),
en el crucero de la principal avenida de la capital la calle Serdán y la
calle Rosales, este Hotel significaba el centro de operaciones para cualquier
actividad mercantil, turismo o simplemente descanso.
En la actualidad y a pesar de los años transcurridos sigue funcionando
aún cuando no a toda su capacidad, actividad constante con un anexo de
un Restaurante perteneciente a una conocida cadena de negocios de esa
índole y muy cerca de la oficina de la Embajada Norteamericana encargada
de la expedición de los pasaportes, con una constante y numerosa
clientela que utiliza los servicios del acreditado restaurante que también
es un centro de reunión de gran parte de los usuarios de servicios del Gobierno
así como los turistas y visitantes en viajes de negocios.
Esto es el HOTEL SAN ALBERTO un negocio familiar que ha sobrevivido
a través del tiempo a base de esfuerzo y el enorme espíritu de servicio que
se ha impuesto la familia propietaria del inmueble.
G r a c i a s :
DIEGO REDO HOEFFER
Tel. 2-145295

18 Hermosillo, Son., Mayo 2011
LA AUXILIAR LUZ VALENCIA
DUARTE (1922-2011)
Voz firme y amable, daba la bienvenida en la Casa San Vicente,
cuando la encontraba en el corredor principal, en medio de sus
quehaceres como Directora. Allí atendían a los compañeros sacerdotes
Roberto Montaño y Heriberto Trujillo, a quienes visitaba.
Así la recordé a la señorita Auxiliar LUZ VALENCIA DUARTE el
día que supe de su muerte el pasado 12 de febrero del presente.
Había nacido en Oputo, hoy Villa Hidalgo, Sonora, el 21 de febrero
de 1922. Fue hija de Jesús Valencia y Cruz Duarte. El Obispo
Don Juan Navarrete la bautizó y confirmó el mismo día que
nació, en una visita pastoral que hizo al pueblo.
En su adolescencia supo de la Sociedad de Señoritas Auxiliares,
una obra para mujeres laicas, fundada por el Sr. Navarrete cuando
era sacerdote en Aguascalientes en 1917 y que trasladaría a
Sonora hacia 1920, cuyo fin es “la gloria de Dios por medio de la
propia santificación” y “ayudar a los párrocos rurales, catequizando,
dirigiendo escuelas y obras sociales (…) para evangelizar
POR: PBRO. ARMANDO ARMENTA MONTAÑO
a los pobres”. Entre los medios de formación estaban “la educación
espiritual sólida y uniforme”, la vida en común, “el espíritu
de pobreza evangélica” y el trabajo. Para Luz, las primeras auxiliares
“fueron pilares de la evangelización en Sonora”.
Destinada a la Casa San Vicente, a los pocos días de su apertura
el 5 de abril de 1942, ante la realidad de enfermos de tuberculosis
que morían, algunos abandonados a las afueras de Hermosillo, la
señora Elvira de Bórques sugirió al señor Navarrete la creación de
Hospital General del Estado...
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Hermosillo, Son., Mayo 2011
La auxiliar Luz Valencia...
un lugar para enfermos
pobres e indigentes, a los
que el obispo apoyó.
El 19 de julio de 1939 se
había iniciado la construcción
en un terreno
donado por la familia
Camou. Animada por las
“Damas de la Caridad”,
diversos personajes de la
sociedad hermosillense
colaboraron con la obra;
el primer enfermo fue un
joven de nombre Atilano.
LUZ fue parte de la comunidad
de diez auxiliares
que destinó Don Juan
a la casa, coordinadas por
Luisa (Licha) Ruiz, una
hermosillense que llegó
a ser una competente enfermera
y a quien sustituyó
en la Dirección. El señor Obispo iba frecuentemente y se reunía
con ellas, algunas llegaron a ser asistentes de quirófano en
el mismo hospital.
La Casa de San Vicente es totalmente gratuita para enfermos pobres
e indigentes. “Este hospital es pobre al estilo del señor Arzobispo
Juan Navarrete, los enfermos tienen lo indispensable, pero
no tienen nada de lujos”, declaró Luz Valencia en 2008 y agregó:
“la sociedad de Hermosillo es la que nos ha ayudado 66 años para
realizar esta obra, hasta la fecha, vivimos de la caridad”.
Entre los médicos que colaboraron destacó el Dr. Gastón Madrid,
tisiólogo venido de la ciudad de México, a quien Luz calificó como
“un apóstol de la medicina”. El padre Cruz Acuña afirmó en 1969
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que Luz y Madrid habían colaborado a hacer de “San Vicente una
institución ejemplar, en la que se conjugan la ciencia y la abnegación”.
Mujer que buscó lo mejor para los enfermos, declaró en
2004. “A mí me hubiera gustado ser Trabajadora Social, porque
estás a la altura de la gente pobre para protegerlos y ayudarlos”.
En junio de 2009, buscando información sobre el ministerio del
Padre Hermenegildo Rangel, entrevisté a la señorita Luz en una
mañana calurosa, me atendió en uno de los corredores, después
de la misa, en su silla de ruedas, recordó lo que el Dr. Madrid le
decía: “Mientras haya pobreza y vicios, la tuberculosis no se va a
erradicar”. Estaba preocupada por los apuros económicos por los
que pasaban y por el recorte de un apoyo oficial que venía desde
los sesenta. Le dolía la tragedia de la Guardería ABC, sucedida
apenas 8 días antes. Recordó cómo algunas auxiliares fueron a
pasar su vejez, enfermedad y a morir en San Vicente. Le indignaban
las injusticias cometidas, tanto al interno de la iglesia como
en la sociedad.
En los corredores interiores de San Vicente hay un árbol grande y
frondoso que da una agradable sombra, cuando lo vi, me pareció
que podría ser la imagen de la Casa San Vicente: un lugar donde
a los enfermos pobres se les atiende, reposan y se recuperan, a lo
que colaboró la Señorita Luz Valencia.

20 Hermosillo, Son., Mayo 2011
Un factor en las trascendentales
actividades comerciales y bursátiles
es nuestra edición, que constituye
un vehículo de divulgación
y propaganda artística, haciendo
resaltar con grandes lineamientos
de progreso, aquellas empresas
que por su carácter e índole, contribuyen
eficazmente al desarrollo
del Estado. Por esta razón no hemos
escatimado ningún esfuerzo
para hacer aparecer en estas páginas, las empresas comerciales, agrícolas o mineras
de mayor significación o bien, haciendo resaltar en alguna forma los méritos de los
hombres que con su empeño, su ahínco y su laboriosidad, contribuyen eficazmente
a la evolución general.
Estamos seguros que es nuestra obra, la acción generosa que da a conocer las condiciones
del Estado en sus diversos órdenes y quienes contribuyen a este fin de divulgarlo,
bien significado están sus anhelos de adelanto y promoción.
No es extraño que en estas páginas hagamos aparecer una empresa que por su carácter
y las tendencias progresistas que animan a su propietario, hagan de esta empresa
la primera de su índole en la capital del Estado, porque no escatima sacrificio alguno
de propaganda y anuncio, ya que de ello depende en los actuales días el progreso de
FARMACIA CRUZ ROJA
Su Sabor
lo dice
todo
todo coN Medida
toda negociación.
Establecida desde 1921 la FARMACIA CRUZ RoJA, propiedad del Sr. don MA-
TÍAS CáZAREZ, ha iniciado una notable baja de precios en el ramo de droguería,
contando con un servicio esmerado y rápido en el despacho de recetas y con un
extenso depósito de medicinas de patente. La importancia que tiene la “Farmacia
Cruz Roja” la pone en condiciones de poder atender todo pedido al por mayor que
se haga de cualesquier punto del Estado, teniendo establecido al mismo tiempo, una
competencia de precios insuperable.
La importancia que tiene la “Farmacia Cruz Roja” hace que su departamento de
perfumería y artículos para el tocador sea el más extenso que se encuentra en la
capital del Estado.
El progreso que ha sentido de breves años a esta parte es muy notable, esto se explica
por el espíritu comercial que tiene el Sr. Cázarez y por la atención y cortesía esmerada
con que atiende su Farmacia, que puede considerarse como la mejor surtida
y de mayor fama en Hermosillo; y para adquirir este puesto predominante en el
comercio, indudablemente que ha sido necesaria la dirección de un hombre provisto
de una sorprendente energía y de un espíritu de iniciativa y actividad; por eso la
“Farmacia Cruz Roja” cuenta con una clientela valiosa que estima la calidad y precio
de los productos, la cortesía en el trato y la diligencia en su despacho.
Tomado del Libro: Breves Notas Históricas SoNoRA de Don Joaquín Morales A.
(1926)
Su Sabor
lo dice
todo
todo coN Medida
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