PORTADILLA - Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia - (PNUD).

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228 Tensiones irresuelTas: Bolivia, pasado y presenTe doras. Esta dinámica viciosa también limita el número de empresas que dan el salto hacía la exportación. La sabiduría convencional ha navegado entre dos diferentes líneas de explicación del bajo crecimiento económico boliviano. La primera línea, de explicación estructural, entiende las restricciones al crecimiento económico como resultado de factores de largo plazo –mediterraneidad, altos costos de transporte, bajos niveles de adopción tecnológica, altos costos financiero, entre otros–. La segunda línea, de explicación idiosincrásica, tiende a localizar los problemas en las unidades mismas de producción –tamaño de las unidades económicas, baja calificación de recursos humanos, ausencia de gerentes calificados, limitado capital, tecnología rudimentaria, entre otros–. Ambas líneas de explicación, importantes en sí, han omitido los determinantes de la articulación del tejido productivo boliviano. No existen “balas de plata” que expliquen los determinantes del bajo crecimiento económico de manera fácil o sencilla. Argumentamos que la multiplicación de unidades sin especialización y la reacción a la asociación en la escena económica es, en gran parte, el resultado de las instituciones en el país que no generan los incentivos suficientes para crear un entorno favorable a la socialización de riesgos, esto es, la articulación entre unidades económicas en procesos de agregación de valor. El hecho de que se siga apostando desde el Estado al crecimiento con base en los recursos naturales ha generado un marco institucional y de políticas económicas dirigido a un reducido sector formado por las empresas privatizadas/capitalizadas, mientras un amplio sector de la economía boliviana siguió careciendo de los incentivos y las condiciones para integrarse de manera sostenida a la estrategia de diversificación de las exportaciones. De ahí se deduce que uno de los principios del cambio está en los entramados institucionales diseñados para beneficiar a pocos actores y actividades económicas y en la cultura rentista y patrimonial propia del patrón de crecimiento centrado en la explotación de recursos naturales, los que hasta el momento han favorecido a la perduración de una economía de base estrecha 7 . Creemos que la atención a los grupos de empresas en mercados de productos específicos y el análisis de cómo sus estrategias gerenciales, rutinas y articulaciones responden a las barreras estructurales, al entorno institucional y a las políticas económicas (Evans, 1997) es la perspectiva que permite ir más allá de ya conocidos costos estructurales que afectan a toda la economía boliviana e identificar las fallas de coordinación y de innovación específicas a mercados de productos. 7 Para un análisis más detallado ver PNUD (2005) y Prats (2003).

más allá del gas: enTre la Base esTrecha y la Base ancha 229 Los hidrocarburos y la economía más allá del gas Pese a los avances en el debate político nacional que reposicionaron el patrón del desarrollo en el centro de los desafíos de la economía boliviana, se sienten todavía continuidades en las dinámicas políticas, sociales y económicas que pueden resultar en el desperdicio de la oportunidad histórica que tenemos actualmente para consolidar una estructura económica más diversificada. Un ejemplo es la sobreatención hacia la propiedad y gestión del gas natural en desmedro de la discusión sobre el uso de los excedentes generados por los recursos naturales. Estas continuidades ponen en peligro el proceso de construcción de un nuevo modelo para la economía de base ancha. Sin duda el futuro económico de Bolivia puede y debe construirse sobre el gas. No existe hoy otro sector económico que pueda competir con él en cuanto a volúmenes de inversión, generación de divisas e impuestos para el financiamiento del desarrollo 8 . El año 2006 se estima que los recursos fiscales provenientes de regalías e impuestos sobre el gas natural superará los $US 1.634 millones (aproximadamente $US 245 millones en IEHD y $US 473,9 en regalías y $US 702,6 en el IDH y $US 212,4 en ventas). Esto significa cerca de veinte puntos del PIB nacional, diez de los cuales se deben a los cambios incluidos en la Ley de Hidrocarburos promulgada en 2005. Un prolongado debate nacional acerca de la distribución de los nuevos recursos fiscales tiende a confirmar las intuiciones recogidas en este documento. El gas induce a una concentración en materia de inversiones, pero también a una nueva fragmentación en materia de distribución de rentas. La “cultura rentista” domina el debate nacional, regional y local. La “economía del gas” promete una larga discusión sobre rentas y relativamente menos debate sobre cómo aprovechar inversiones y rentas en una transformación sostenible de la economía. ¿Qué rol debe jugar el gas en el futuro? Este trabajo centra su atención en la “economía más allá del gas”, pero no descuida la importancia del nuevo eje hidrocarburífero. El paso de una economía de base estrecha a una de base ancha requiere la sustitución de fuentes poco sostenibles de ahorro e inversión por fuentes más seguras de ahorro, menos dependientes de la volatilidad externa y, en lo posible, de la propia cooperación internacional en el mediano y largo plazo. Hoy, cerca de ocho puntos del PIB del ahorro provienen de la cooperación internacional (donaciones, crédito concesional y semiconcesional). Estos recursos financian valiosos emprendimientos en infraestructura, educación, salud y muchas áreas del desa- 8 El Informe de Desarrollo Humano en Bolivia de 2004 ya profundizó en la noción de “informacionalismo” como rasgo central de una nueva dinámica productiva a ser inducida en la economía boliviana. En la era de la globalización, la competitividad descansa en la capacidad de generar y procesar conocimientos. Por ello, como se dijo en ese documento: “la economía posible supone una explotación más eficiente e informacionalizada de las ventajas comparativas que tiene el país”.

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Los hidrocarburos y la economía más allá del gas<br />

Pese a los avances <strong>en</strong> el debate político nacional que reposicionaron el patrón<br />

del desarrollo <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro de los desafíos de la economía boliviana, se si<strong>en</strong>t<strong>en</strong><br />

todavía continuidades <strong>en</strong> las dinámicas políticas, sociales y económicas que<br />

pued<strong>en</strong> resultar <strong>en</strong> el desperdicio de la oportunidad histórica que t<strong>en</strong>emos actualm<strong>en</strong>te<br />

para consolidar una estructura económica más diversificada. Un ejemplo<br />

es la <strong>sobre</strong>at<strong>en</strong>ción hacia la propiedad y gestión del gas natural <strong>en</strong> desmedro de la<br />

discusión <strong>sobre</strong> el uso de los exced<strong>en</strong>tes g<strong>en</strong>erados por los recursos naturales. Estas<br />

continuidades pon<strong>en</strong> <strong>en</strong> peligro el proceso de construcción de un nuevo modelo<br />

para la economía de base ancha.<br />

Sin duda el futuro económico de <strong>Bolivia</strong> puede y debe construirse <strong>sobre</strong> el<br />

gas. No existe hoy otro sector económico que pueda competir con él <strong>en</strong> cuanto<br />

a volúm<strong>en</strong>es de inversión, g<strong>en</strong>eración de divisas e impuestos para el financiami<strong>en</strong>to<br />

del desarrollo 8 . El año 2006 se estima que los recursos fiscales prov<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes<br />

de regalías e impuestos <strong>sobre</strong> el gas natural superará los $US 1.634 millones<br />

(aproximadam<strong>en</strong>te $US 245 millones <strong>en</strong> IEHD y $US 473,9 <strong>en</strong> regalías y $US<br />

702,6 <strong>en</strong> el IDH y $US 212,4 <strong>en</strong> v<strong>en</strong>tas). Esto significa cerca de veinte puntos<br />

del PIB nacional, diez de los cuales se deb<strong>en</strong> a los cambios incluidos <strong>en</strong> la Ley de<br />

Hidrocarburos promulgada <strong>en</strong> 2005. Un prolongado debate nacional acerca de<br />

la distribución de los nuevos recursos fiscales ti<strong>en</strong>de a confirmar las intuiciones<br />

recogidas <strong>en</strong> este docum<strong>en</strong>to. El gas induce a una conc<strong>en</strong>tración <strong>en</strong> materia de<br />

inversiones, pero también a una nueva fragm<strong>en</strong>tación <strong>en</strong> materia de distribución<br />

de r<strong>en</strong>tas. La “cultura r<strong>en</strong>tista” domina el debate nacional, regional y local. La<br />

“economía del gas” promete una larga discusión <strong>sobre</strong> r<strong>en</strong>tas y relativam<strong>en</strong>te<br />

m<strong>en</strong>os debate <strong>sobre</strong> cómo aprovechar inversiones y r<strong>en</strong>tas <strong>en</strong> una transformación<br />

sost<strong>en</strong>ible de la economía.<br />

¿Qué rol debe jugar el gas <strong>en</strong> el futuro? Este trabajo c<strong>en</strong>tra su at<strong>en</strong>ción <strong>en</strong> la<br />

“economía más allá del gas”, pero no descuida la importancia del nuevo eje hidrocarburífero.<br />

El paso de una economía de base estrecha a una de base ancha requiere<br />

la sustitución de fu<strong>en</strong>tes poco sost<strong>en</strong>ibles de ahorro e inversión por fu<strong>en</strong>tes más<br />

seguras de ahorro, m<strong>en</strong>os dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de la volatilidad externa y, <strong>en</strong> lo posible,<br />

de la propia cooperación internacional <strong>en</strong> el mediano y largo plazo. Hoy, cerca de<br />

ocho puntos del PIB del ahorro provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de la cooperación internacional (donaciones,<br />

crédito concesional y semiconcesional). Estos recursos financian valiosos<br />

empr<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> infraestructura, educación, salud y muchas áreas del desa-<br />

8 El <strong>Informe</strong> de <strong>Desarrollo</strong> <strong>Humano</strong> <strong>en</strong> <strong>Bolivia</strong> de 2004 ya profundizó <strong>en</strong> la noción de “informacionalismo”<br />

como rasgo c<strong>en</strong>tral de una nueva dinámica productiva a ser inducida <strong>en</strong> la economía boliviana. En la era de la<br />

globalización, la competitividad descansa <strong>en</strong> la capacidad de g<strong>en</strong>erar y procesar conocimi<strong>en</strong>tos. Por ello, como<br />

se dijo <strong>en</strong> ese docum<strong>en</strong>to: “la economía posible supone una explotación más efici<strong>en</strong>te e informacionalizada de<br />

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