PORTADILLA - Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia - (PNUD).
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ReLAcIOnes esTADO/sOcIeDAD <strong>en</strong> BOLIvIA: LA fueRzA De LA DeBILIDAD 129<br />
poblaciones rurales predominantem<strong>en</strong>te indíg<strong>en</strong>as... Una de las contradicciones<br />
fundam<strong>en</strong>tales g<strong>en</strong>erada por la revolución de 1952 fue el fracaso de su proyecto<br />
de alcanzar la homog<strong>en</strong>eidad cultural.<br />
Silvia Rivera Cusicanqui (1984: 1 y 4)<br />
Desde el lado opuesto de la ecuación estado/sociedad, una pregunta importante<br />
es cómo movimi<strong>en</strong>tos sociales, indíg<strong>en</strong>as y populares contrarrestan poder,<br />
y operan d<strong>en</strong>tro de un ord<strong>en</strong> “nacional-popular” delimitado, y no viceversa. En<br />
particular, una pregunta que ha ganado relevancia <strong>en</strong> los últimos años, es por qué la<br />
politización étnica ha ocurrido <strong>en</strong> ciertos periodos de tiempo, y no continuam<strong>en</strong>te<br />
o <strong>en</strong> aum<strong>en</strong>to durante el siglo XX. Un punto de partida para esta discusión es la<br />
constatación de la invisibilidad de políticas étnicas <strong>en</strong> los años ´50, su resurgimi<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> los años ´70 y la construcción de una nueva forma de política multicultural<br />
<strong>en</strong> los años ´90.<br />
La Revolución Nacional forjó luchas populares d<strong>en</strong>tro de un proyecto “nacional-popular”,<br />
ni étnico ni regional. Silvia Rivera, <strong>en</strong>capsula este problema <strong>en</strong><br />
una sola proposición: “la desaparición de lo indíg<strong>en</strong>a” <strong>en</strong> el contexto de un proyecto<br />
político mestizo hegemónico (Rivera 1984, p.1). La Revolución construyó un<br />
nuevo vocabulario que emancipó a los ciudadanos indíg<strong>en</strong>as de formas coloniales<br />
de explotación laboral, pero señaló una nueva id<strong>en</strong>tidad sólida asociada a la clase<br />
trabajadora, el campesinado y a la burguesía nacional. El campesinado adoptó un<br />
papel fundam<strong>en</strong>tal <strong>en</strong> la definición de id<strong>en</strong>tidad de los protagonistas de las acciones<br />
más importantes de la revolución: la Reforma Agraria de 1953. Un atributo<br />
significativo de ello fue la disolución de toda forma de explotación laboral agraria,<br />
junto con la masiva redistribución de tierra por más de treinta años. Sin embrago,<br />
el decreto de la Reforma Agraria también eliminó toda m<strong>en</strong>ción de “indio” o “raza<br />
india”, aymara o quechua del discurso oficial.<br />
Como Xavier Albó explica <strong>en</strong> otro capítulo de este volum<strong>en</strong>, el sistema de<br />
sindicatos campesinos, creados para la redistribución de la tierra, debía proporcionar<br />
un vínculo a largo plazo, <strong>en</strong>tre el MNR, la sociedad rural y la economía. El golpe<br />
de 1964, que puso fin al gobierno del MNR, solidificó el liderazgo del sindicato<br />
agrario a través de un acto militar/campesino a nivel nacional. El colapso de este<br />
acuerdo fue la causa de un nuevo ciclo de politización étnica <strong>en</strong> <strong>Bolivia</strong>, dirigida<br />
por kataristas aymaras de mediados de 1970.<br />
En 1974, después de la sangri<strong>en</strong>ta confrontación <strong>en</strong>tre militares y campesinos<br />
<strong>en</strong> Epizana, Cochabamba, el pacto corporatista <strong>en</strong>tre los sindicatos agrarios y<br />
las fuerzas armadas llegaron a un final abrupto. Un movimi<strong>en</strong>to indíg<strong>en</strong>a creci<strong>en</strong>te<br />
que ap<strong>en</strong>as logró mant<strong>en</strong>erse unido <strong>en</strong> La Paz por el intelectual aymara Fausto<br />
Reinaga, y proclamó un nuevo manifiesto, el Manifiesto de Tiawanaku de 1974,