Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

porque estos atentados fueron el resultado de una conspiraciÓn
diabólica combinada por el fanático que se atribuyó el
primer papel, constituyéndose asesino del Presidente Lincoln.
Este magistrado expiró a h~s 7 y 22 minutos de la mañana
del 15. El Secretario de Estado MI'. Seward y sus dos hijos no
han muerto aún y la impresión es que se salvarán.
Al Secretario lo salvó la Providencia que vela por los destinos
de este país; el Presidente Fgura ya en la lista de los
mártires sacrificados por su patria...
La actitud del pueblo americano en momento tan solemne,
ha sido la del pueblo más grande de la tierra. Cualquiera
otr~ nac~ón habría temblado por los cimientos en presencia de
un hecho tan atrevido y de tanta significación, como que el
sufragio popular había acabado de reelegir a la víctima depositando
un voto de doble confianza en el hombre que despué¡,
de Washington, ha tenido una administración más laboriosa
y más popular en esta tiera. Pero ésta ha presentado hoy un
espectáculo sublime: noble y agradecida, ha llorado sobre el
cadáver de la víctima inmolada a la c¡~usa del orden y de las
libertades; grande y generosa, pide justicia y no venganza.
A las 7 y 22 minutos de la mañana del 15, como dije antes,
murió el Presidente, Y en esa misma hora se reunió el
Gabinete con el Vicepresidente, que de derecho debía ocupar
el puesto vacante, y señalaron las 12 del mismo día para toinarle
juramento. Lo prestó y en el propio día quedó establecido
que el gobierno conservaría el mismo personal y seguiría
la m;sma política del predecesor. Se detuvo la salida de
los buques todos en los puertos de la nación, y los mismos que
han llevado a lejanas tierras la fatal nueva, han sido portadores
de las noticias de que el país merece las libertades porque
lucha y el rango que aspira ocupar en el Universo.
Nunca pueblo alguno de la tierra se ha presentado a mayor
altun en época tan solemne: ni una sola vuelta de la rueda
gubernativa ha faltado por el cambio de Presidente, ni la me.
nor alteración se ha notado en la polítka iniciada por Lincoln,
euyos frutos se había comen%ado ~,recoger. En prueba de ello
tenemos la capitulación del Ejército de Johm;ton bajo las mismas
condiciones que se otorgaron a Lee, siendo así que los dos
hechos han tenido lugar, uno antes y otro después del asesinato
de la ilustre víctima. Sólo dos generales de los confederados
quedan sobre el terreno: Kirby Smith y Dick Taylor; el primero
en trans-Mississippi; el Último en Alabama y Mississippi.
Bien poco hay ya por hacer, y el gobierno que 10 comprende,
manda reducir sus gastos de guerra.
Toda" las casas, Ü.nto privadas como de comercio, de los
E.E. U.U. guardan luto y muchas ostentan letreros que son
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LOTERIA