Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

f:l Ferrocarril de Panamá:
Rieles Que Unieron los Oceanos
Por WILLIAM A. NAUGHTON
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El 28 de enero de 1965 celebró su 1100. Aniversario el
primer ferrocarril realmente transcontinental de América. Desde
su inauguración, en 1855, ha prestado incesante servicio a
millones de pasajüros y ha transportado toneladas de carga de
océano a océano, a través de su línea principal de setenta y
cinco kilómetros de extensión. Cierto es que sus vi as no son
muy largas, pero lo que les falta en longitud lo compensan
i.'n importancia.
Esta famosa pequeña línea ferroviaria es, desde luego, el
Ferrocarril de Panamá. Construido bajo las más adversas circunstancias,
en los tiempos del cuarenta y nueve, el Ferrocarril
de Panamá no sólo ha sido escenario, sino a veces causa
determinante de numerosas intrigas e importantes episodios de
la histor;a panameña y de la de los Estados Unidos. Hasta la
apertura del canal de Panamá, en 1914, fue además una de
laR líneas de mayor importancia para el comercio internacionaL.
U~sde que en 1513 Balboa contempló por primera vez el
azul Pacífico. la hiRtoria del iRtmo ha girado alrededor de su
importancia como puerta de entrada al gran océano. ARÎ lo
reconoció el rey Fernando de España al ordenar que se construyera
a través un camino pavimentado. Cuando traR repetidas
expediciones no se pudo encontrar el deseado estrecho que
atravesara el Nuevo Mundo, los españoles hubieron de conformarse
con utilizar el istmo de Panamá como ruta oficial de
acceso al Pacífico. Fue a través de este camino del oro como
los vastos tesoros del imperio inca llegaron a España y la única
via legal para el tráfico comercial con la América del Sur
hasta 1750, cuando los ataques constantes de los bucanerof'
obligaron a España a abandonar el camino del istmo y a utilizar
el estrecho de Magallanes.
Ya a principios del siglo xix, cuando el uso de la locomotora
a vapor se generalizó, surgió la idea de unir por tren el
Atlántico con el Pacífico. Varios proyectos de líneas ferro-
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