Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

"El dia que nuestros Plenipotenciarios hagan el canje de
sus poderes, se fijará en la historia diplomática de la América
una época inmortal",
"Cuando después de cien siglos, la posteridad busque el
origen de nuestro Derecho Público, y recuerde los pactos que
consolidaron su destino, registrará con respeto los protocolos del
Istmo. En ellos se encontrará el plan de las primeras alianzas,
que trazarán la marcha de nuestras relaciones con el Universo
¿ Qué será entonces el Istmo de Corinto, eomparado con
el de Panamá."
México aeepta la invitación de Bolívar por medio de nota
fechada el 23 de febrero de 1825 y envía al memorable
Congreso como sus representantes, al General José Marian(J
Michelena y al Dr. José Domínguez Manso, quienes no sólo
participan efectivamente en las deliberaciones del nuevo pacto,
sino que tratan y logran la transferencia de la sede del propio
Congreso a tierra Mexicana. El acuerdo a e~;;e respecto le~'
textualmente:
"Artículo 31. El presente Tratado de Unión, Liga y Conr(~deración
Perpetua, será ratificado, y las ratificaciones serán
canjeadas en la Vila de Tacubaya, una legua distante de la
ciudad de México, dentro del término de ocho meses, contados
desde la fecha, o antes si fuese posible".
Allá concurrió Don Pedro Gual, el infatigable Ministro
de Relaciones Exteriores åel Gabinete Ejecutivo de Bogotá, ,v
ùinámico propulsor del magno proyecto bolivariano. Allá esperó
a sus otroR distinguidos colegas que nunca llegaron, y a
pesar de sus muy meritorios y bien encaminaaos esfuerzos,
tampoco logró que el acuerdo de Panamá fuese ratificado por
el Congreso Mexicano.
Pero como dijera Emer&on: "quien construye sobre ideas
constrüye para la eternidad", las ideas de Bolívar han venidi,
fructificando a través de ios decenios y los siglos desde su expresión
iniciaL. Y Bolivar ha llegado ahora a México para
quedarse, mientras en el mundo en que vivimos tengan vigencia
las ideas. Ha llegado jinete en un hermoso corcel de guerra
y se ha instalado en la plaza de su nombre en la confluen.
cia del "Paseo de la Reforma" y Avenida "Melchor Ocampo",
nombres que honran a ilustres patricios mexicanos que inspiraron
su fecunda actividad revolucionaria y reformista, en las
luminosas ideas bolivarianas. La A venida Ocampo, al prolongar:,~e
al otro lado de la Plaza, desemboca hoy en un hermoso
monumento a los "Niños Mártires", que presenta a sus espaldas
la prominencia sobre la cual se yergue majestuoso el famoso
Cm,tillo de Ghapultepec, conRtruído entre 17~5 y 1786 por el
LOTERIA 65
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