Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

Quiero agradecer 1l0rando...Recordemos que en las tragedias
griegas el personaje debía cantar los trozos de mayor emoción.
(;uando Edipo, abrumado por la fatalidad, se saca los ojos,
expresa su dolor ante el pueblo, cantándolo líricamente. Es
llanto musical el de Edipo. Llanto y canto de estrellas. Sublime
brote del espíritu que yo quisiera modular para ustedeg
esta noche como agradecimiento. Si eso fuera posible entonaría
mi primer salmo de gracias en nombre del muy ilustre y
admirado humanista Dr. Ricardo J. Alfaro, que de manera tan
gentil y elevada me ha hecho el honor de distinguirme llevando
la palabra de ofrecimiento en este acto. Mi segundo salmo
de gracias querría entonarlo en nombre de don Ricardo J.
Bermúdez, gran arquitecto, grah poeta, gran amigo, que presidiÓ
con su persona, su nombre y su buen gusto la promoción
de este homenaje. Y es mi tercer salmo de gracias para aquellos
que, en equipo cordial, constituyeron el Comité Organizadoro
Por feliz coicidencia las dos figuras cumbres de nuesnuestras
letras que presiden este acto se nombran igualmente
Ricardo J. Y por sutil adecuación del destino también ocurre
que la A de Alfaro, la B de Bermúdez y C de Comité forman
el A B C de este homenaje que yo agradezco de todo corazón.
Agradezco a¡;imismo sinceramente el mensaje de adhesión
enviado por el Excmo. Señor Presidente de la República y
..eñol' de Robles y la altísíma condecoración que en nombre
del Gobierno me ha sido impuesta por Su Excelencia don Fernando
Eleta, Ministro de Relaciones Exteriores, condecoración
;,oiicitada por gentieza sin igual del gran amigo y poeta, Su
Excelencia Dr. Eduardo Ritter Aislán cuyas frases ordiales sij¿:uen
vibrando en mi memoria. Agradezco. asimismo, la presencia
de los altos representantes de lo!'. podere~' público" como
también la de Sus Excelencias jefes de las Misiones Extranjeras
y la de los muy cultos señofoes de la Iglesia. Manifestó a la
vez mi íntimo goce por la presencia de quienes me animaron
en la carrera literaria como el amigo y licenciado don Manuel
Roy, doña Lola Collante de Tapia y el muy ilustre compañero
de diálogos Su Excelencia Diógenes de la Rosa. Permítanme
invocar en este instante las sombras venerables de quienes me
alentaron con sus consejos, Dr. Octavio Méndez Pereira, Dr.
.José Dolores Moscote, Guilermo Andreve, Demetrio Fábrega
y Enrique Ruíz Vernacci.
Agradezco también a los amigos de la prensa, la radio y
la televisión, que con noticias, columnas y editoriales le dieron
vida a este acto, y doy mis gracias más sinceras, en fin, a los
buenos amigos aqui presentes, condiscípulos unos, colegas otros,
profesores, poetas, escritores, artistas y a mis queridos familares.
LOTERIA 65